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SORPRESAS DIE UNA FUERA DE LO COMUN LO QUE NADIE LE DICE A LA ESPOSA DE PASTOR (:: Gloria llnds yt o m n

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Consejos para las esposas de pastores de iglesias cristianas. "lo que nadie le dice a la esposa del pastor"

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  • SORPRESAS DIE

    UNA

    FUERA DE LO COMUN LO QUE NADIE LE DICE A LA ESPOSA DE PASTOR

    (::

    Gloria llnds yt o m n

  • Como esposa de pastor, desempeas un papel fundamental en el ministerio, pero a veces no te sientes preparada para asumir esa funcin. Por esta razn, surgen las sorpresas y, muchas veces, tus lamentos desesperados pasan desapercibidos y nadie te escucha.

    Sorpresas de una vida fuera de lo comn llena este vaco. Gloria Trotman aborda el tema de un modo equilibrado y prctico. Ella escribe desde su propia experiencia y basndose en historias que otras esposas de pastor compartieron con ella. Este libro ofrece consejos prcticos para ayudar a la actual o futura esposa de pastor a comprender las distintas etapas por las que atraviesa y a preparase para los diferentes roles que asumir junto al ministro: compaera idnea, anfitriona simptica, administradora eficiente, consejera, y modelo de serenidad y buen humor. Por supuesto, esto no es lo nico porque, adems, toda mujer es esposa, madre, amiga, compaera, ama de casa, profesional y, por sobre todas/as cosas, una discpula de Jesucristo en permanente crecimiento espiritual.

    Por eso, Sorpresas de una vida fuera de lo comn es una lectura altamente recomendada para todas/as esposas de pastor: las que estn comenzando a transitar por el camino def'ministerio y las que ya lo han recorrido por algn tiempo. Y, aunque est dirigido especialmente a ellas, cada miembro de la iglesia puede beneficiarse con esta obra.

    La Dra. Gloria Lindsey Trotman es educadora en el rea familiar y lder del Ministerio de la Mujer de la Divisin lnteramericana. Esta tarea le permite ministrar a las esposas de pastores. Gloria considera una enorme bendicin servir a las esposas de pastores, y alcanzar as su lema personal: "Marca la diferencia!* Aliado de su esposo, el pastor Jansen Trotman, ha dirigido numerosos seminarios y programas de ca-pacitacin para parejas, jvenes y familias pastorales. La familia Trot-man tiene cuatro hijos y seis nietos.

    aOBs c-==x=:==>

  • SORPRESAS DE UNA VIDA FUERA

    DE LO COMN Lo que nadie le dice a la

    esposa de pastor

    Gloria Lindsey Trotrnan

  • .SORPRESAS DE uNA.VIA:fueRA

    DE LO COMN . . ~ -. . . . ; \'

    Lo que nadie Jediceal

    esposa dep .. tor

    Gloria Lindsey Trotman

    Un agradecimiento especial por los fondos de desarrollo a JUDITH A. THOMAS

    ASOCIACIN CASA EDITORA SUDAMERICANA Av. San Martn 4555, Bl604CDG Florida Oeste

    Buenos Aires, Rep. Argentna

  • Ttulo del original: What No One Te/ls the Pastor's Wife, General Conference Ministerial Ass. Silver Springs, Maryland, E.U.A., 2009.

    Direccin: Gabriela S. Pepe Traduccin: Doris Samojluk Diseo del interior: Andrea Olmedo Nissen Diseo de la tapa: CPB

    IMPRESO EN LAARGENTINA Printed in Argentina

    Primera edicin MMXI-2,5M

    Es propiedad. 2009 General Conference Ministerial Ass. 2011 ACES, edicin en castellano. Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723.

    ISBN 978-987-567-763-0

    Trotman, Gloria Lindsey ;-Sorpresas de una vida fuera de lo comn : Lo que nadie le dice a la esposa

    de pastor 1 Gloria Lindsey Trotman 1 Dirigido por Gabriela S. Pepe- 1 ed. -Florida: Asociacin Casa Editora Sudamericana, 2011.

    206 p. ; 21 x 14 cm. Traducido por: Doris Samojluk ISBN 978-987-567-763-0 i 1. Literatura piadosa. l. Pepe, Gabriela S .. dir. 11. Samojluk, Doris, trad. 111. --

    Ttulo.

    --~~~-~~2 - -'l .. -.

    Se termin de imprimir el 23-de ma~zo.de 2011 en talleres propios (Av. San Martn 4555, B 1604CDG Florid Oeste, Buenos Aires). Prohibida la reproduccin total o parcial de esta publicacin (texto, imgenes y diseo), su manipulacin informtica y transmisin ya sea electrnica, mecnica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

    -104745-

  • RECONOCIMIENTOS Muchas personas me ayudaron a transformar

    en realidad el sueo de este libro:

    Jim Cresst, ex secretario ministerial de la Aso-ciacin General de la Iglesia Adventista del Sp-timo Da, quien continuamente me dio aliento y apoyo.

    Sharon Cress, ex secretaria ministerial Aso-ciada y coordinadora de Shepherdess de la Asociacin General de la Iglesia Adventista del Sptimo Da; mi maravillosa amiga, cuya incre-ble intuicin y sensibilidad me mantuvieron en actividad.

    Peter J. Primer, ex secretario ministerial aso-ciado de la Asociacin General de la Iglesia Ad-ventista del Sptimo Da, pues su confianza en mi habilidad me ayud a creer en m misma.

    Israel Leito, presidente de la Divisin Intera-mericana de la Asociacin General de la Iglesia Adventista del Sptimo Da, cuyo inters singu-lar y apasionante en las familias pastorales y su comprensin hacia las esposas de ministros son insuparables.

    Rae Lee Cooper, mi amigo; su tranquila con-fianza y sinceridad me han impresionado a lo lar-go de los aos.

    Las esposas de pastores jvenes que confe-saron temores compartidos sobre sus respon-

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  • Sorpresas de una vida fuera de lo comn

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    sabilidades pastorales; mujeres que me animaron a continuar compartiendo el material de mis seminarios. Esposas de pas-tores que voluntariamente enviaron sus experiencias para esta publicacin.

    Shawna y Nelita, mi segunda y tercera hija respectivamente; les agradezco su disposicin a escuchar secciones de mi bo-rrador cada tanto, y sus valiosos aportes.

    Karen-Mae, nuestra maravillosa primognita, a quien le debo mucho por sus agudas habilidades editoriales y su com-promiso de ayudarme en este proyecto.

    Mi querida madre, quien me prepar para el ministerio de ser una esposa de pastor mediante las virtudes que me inculc.

    Jansen, mi fiel esposo, mi principal animador y quien no so-lamente me hizo percibir la gran cantidad de cosas que una esposa de pastor debiera saber, sino tambin provey el ttulo de este libro.

    Y por sobre todo, agradezco a Dios por llamarme e instruir-me para ministrar a las esposas de los pastores. Su gracia, su misericordia y su amor me han sustentado, y sus bendiciones son innumerables.

  • A todas las esposas de pastores, actuales y futuras

  • PRLOGO Preguntas! Tenemos preguntas. No son pre-

    guntas profundas o imponderables teolgicos; esas pueden ser dejadas a los telogos. Nues-tras preguntas son mucho ms simples: Quin? Qu? Cundo? Dnde? Cmo? Por qu?

    Quin hace las reglas? Cules son las reglas? Cundo entran en vigencia? Dnde estn escritas? Cmo llego a conocerlas? Por qu nadie me lo cont?

    Respuestas! Gloria Trotman tiene respuestas. Su nuevo libro, Lo que nadie le dice a la esposa de pastor, compartir respuestas contigo.

    Gloria, esposa de pastor experimentada y lder ministerial, ha escrito su nuevo libro dedi-cado a esposas pastorales y para futuras socias pastorales que todava no han pensado en formu-lar muchas de las preguntas.

    En estas pginas, descubrirs las reglas, mu-chas de ellas no escritas pero an as estrictamen-te en vigencia, concernientes a lo que se espera de la esposa pastoral: compaera en el matrimo-nio y en el ministerio, amante, madre, gerente, y (esta es realmente importante) cualquier otra cosa que los miembros de iglesia quieran que hagas.

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  • Sorpresas de una vida fuera de lo comn

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    Las palabras sabias de Gloria te ayudarn a ganar el justo t-tulo de "primera dama de tu congregacin". Pero, antes de que te regocijes anticipadamente por este ttulo elevado, recuerda lo que los miembros quieren: tu sers la primera dama que piensen en llamar cuando haya algn problema que resolver, una comida que preparar, una visita que recibir, una clase que ensear o, incluso, un bao que limpiar.

    No necesitas hacer todas estas cosas, pero debes saber que se esperar que hagas todas estas cosas y otras ms; y que las hagas con gracia, aplomo y refinamiento, generalmente con un aviso previo de solo diez minutos.

    Por qu nadie te lo cont? Por qu nadie te prepar? Bue-no, ahora lo sabrs. Y estars mejor preparada para los riesgos y las recompensas de ser compaera del pastor.

    Instamos a cada pastor, administrador, lder de campo, an-ciano de iglesia local y miembro de junta de iglesia a leer y aprender. Estars aprendiendo de una experta! Y cuando com-prendas el alcance del terna y disfrutes con las respuestas di-rectas y las verdades simples que Gloria comparte, entenders realmente Lo que nadie le dice a la esposa de pastor.

    James A. y Sharon M. Cress Asociacin Ministerial, Asociacin General de la

    Iglesia Adventista del Sptimo Da

  • NDICE' Introduccin........................................................... 13

    l. El ministerio puede ser perjudicial para tu vida.................................................................... 17

    2. Quin es este extrao hombre con el

    cual me cas?........................................................ 27

    3. Das solitarios, noches largas ............................. 37

    4. Tienes que ser una mujer acrbata? ............... 43 5. La vida de devocin de la esposa de pastor.... 61

    6. "Brilla, brilla, estrellita"........................................ 73 7. T eres la amante de tu esposo .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 85 8. Relaciones, relaciones, relaciones .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 103 9. T puedes hacerlo! ............................................. 115

    10. Estrs, estrs; estrs por todos lados ................ 123 11. Est bien rer ........................................................ 139 12. El cielo es tu limite ............................................... 151 13. PRECAUCIN: Lobos sueltos ............................. 161 14. Cuidando de ti misma ......................................... 173 15. Qu haremos hoy? ............................................. 183 16. Cuando tu matrimonio est en problemas . . . . . . . 189 17. lpuede ................................................................ 197

    Obras citadas ....................................................... 203

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  • IN'TRODUCCIN Recuerdo la segunda semana de nuestro matrimonio tan claramente como si fuera ayer. Haban sucedido tantas cosas! Todo pareca pa-sar muy rpidamente. Primero, yo era una novia eufrica, luego una esposa tmida. Pronto me transform en una recin llegada a otro pas, una ama de casa nerviosa y, por supuesto, la esposa del pastor. Recuerdo haber sido arrebatada de una "lujosa" luna de miel de dos das, para ser arrojada a una serie de reuniones de evangeli-zacin. La fragancia de mi ramo de novia an no se haba desvanecido y todava poda sentir en mi boca el sabor de nuestra torta de casamiento. Era nueva, y disfrutaba con este sentimiento d "novedad".

    Entonces sucedi! La luna de miel haba, lite-ralmente, terminado y su lugar era ocupado aho-ra por la realidad. Era el primer "da de lavado de ropa" del seor y la seora Trotman. No poda dar crdito a mis ojos mientras clasificaba una interminable pila de prendas sucias. De dnde vino toda esta ropa? Seguramente, "lo hizo algn enemigo". Me encog ante el pensamiento de lavar a mano cada prenda de ropa. Esta nueva esposa no contaba con el lujo de un lavarropas, y menos de una secadora, cuando se cas con el joven aspirante al ministerio. Sin embargo, tuve suerte de tener un esposo que me ayud con el

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  • Sorpresas de una vida fuera de lo comn

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    lavado. Lo llambamos "nuestra experiencia de vinculacin". N a die me haba dicho antes que la experiencia del matrimonio multiplicara la carga de ropa para lavar! El episodio del da de lavado fue una de las cosas sobre las cuales no fui advertida. Y hubo otras experiencias.

    TUve que enfrentar por primera vez el recibir la visita de un ministro veterano. Estudi y me prepar para la ocasin como si estuviera por rendir un examen. El men era simple, colo-rido y nutritivo. La mesa estaba puesta correctamente. Haba msica clsica suave de fondo. La comida estaba lista. Debo compartir aqu que la noche previa haba dormido en forma intermitente. Por lo tanto, necesitaba tener, al menos, una co-mida que impresionara.

    Todo anduvo bien, y el pastor visitante se march a su casa, feliz y bien alimentado. Yo me retir a la cocina a limpiar, sin-tindome muy orgullosa de m misma. Luego, para mi horror, descubr un plato del men esperando obedientemente en el horno, intacto y sin haber sido tocado! Aprend dos lecciones importantes de esta experiencia culinaria: 1) siempre hacer una lista cuando se planea invitar a alguien, y 2) todo lo que pueda salir mal, saldr mal. La Ley de Murphy tambin se cumple en el pastorado!

    Durante nuestros primeros meses de matrimonio, rigurosa-mente acompa a m esposo a realizar visitas a los miembros de iglesia. Haba una serie de razones para realizar las visitas, que iban desde orar por los enfermos y moribundos hasta ani-mar a los deprimidos o cuidar de los nuevos miembros. Cuando los casos eran muy complejos o privados, no acompaaba a mi esposo, y l solo iba con el instructor bblico. Con frecuencia, yo evaluaba mis propios motivos para acompaarlo en las visi-tas. Era porque me gustaba estar con gente o era un requisito que trataba de cumplir? Lo consideraba una parte esencial de nuestro ministerio en equipo? Cunto gozo realmente inundaba mi alma al ministrar de esta forma? Estas preguntas me persi-

  • Introduccin

    guieron por varios meses. Sin embargo, haba dos cosas sobre las cuales no tena dudas: los queridos miembros de iglesia ge-neralmente expresaban lo felices que estaban de verme, y yo poda estar algunas horas extra con mi ocupado esposo.

    Haba otras ocasiones cuando la realidad se burlaba de m. Haba escuchado de los ojos curiosos, pero ahora poda sen-tirlos perforando mi espalda. Haba ledo acerca de la "pece-ra pastoral'', pero ahora senta la glida temperatura mientras vadeaba sus aguas. Nadie me haba hablado especficamente sobre ninguna de estas cosas.

    Hace unos das, una amiga comparti conmigo una expe-riencia interesante. Me revel que, luego de unos pocos aos de matrimonio pastoral, se encontr con el ministro que haba oficiado en su casamiento. Ella le record que no haban recibi-do consejera prematrimonial, ni tampoco consejos de super-vivencia para el ministerio.

    -Por qu -le pregunt mi amiga- no me cont acerca de algunas de las situaciones que tiene que enfrentar la esposa de un pastor?

    -Oh! -contest el pastor experimentado, muy suelto de cuerpo-, no deseaba estropearle las cosas.

    Las esposas de los pastores no son las nicas que necesitan tener un vistazo previo del matrimonio, la familia y las respon-sabilidades relacionadas con la carrera. La vida est repleta de desafos, demandas, desilusiones y dolor para todas las espo-sas. La vida tambin est llena de bendiciones, recompensas, milagros, sonrisas, abrazos y risas.

    Por qu nadie nos cuenta estas cosas con anticipacin? Qui-z porque muchas de nosotras tambin hemos sido tomadas por sorpresa. La verdad? Ninguna de nosotras ha pasado por este camino antes. Las buenas nuevas? Todava estamos pasando por este camino y podemos compartir lo que nos sucede!

    Gloria Lindsey Trotman

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  • ' . . ". ... d .. mlnlste,rto .. pule., e. ser perjudiclal . para tu vida

    Para muchos de nosotros, nuestros primeros recuerdos de la dama que estaba al lado del pas-tor de nuestra iglesia son positivos. Ella era "her-mosa", lo que es una descripcin trillada de toda esposa de pastor. Casi no puedo recordar una presentacin de una esposa de pastor que no in-cluyera ese adjetivo. Todava sonro al recordar el comentario de nuestra tercera hija, luego de que fuera presentada, en nuestra iglesia, la esposa de un pastor visitante. Ella me peda la explicacin de una pregunta simple:

    -Mami, por qu siempre dicen eso? Todas las esposas de pastor son hermosas?

    Tambin recordamos haber notado que la es-posa del pastor sonrea a menudo, exhibiendo una dignidad tranquila, y esconda, parcialmente, un porcentaje de su verdadero ser bajo un am-plio sombrero de borde ancho. Algunas esposas ocupaban el primer banco o el segundo, y pare-can prestar profunda atencin al desarrollo del culto -si su pequea prole pastoral se lo permita.

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  • Sorpresas de una vida fuera de lo comn

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    Otras esposas preferan ubicarse en el fondo, o incluso procu-raban estar de incgnito, Mi percepcin es que muchas de no-sotras en algn momento hemos deseado tener la capacidad de evaporarnos, al ser confrontadas por grandes desafios. No es un deseo de desaparecer para siempre; es solo la necesi-dad de salir brevemente de la vista pblica.

    El otro da, un gran cartel salud mis ojos: "PRECAUCIN! SUSTANCIAS PELIGROSAS. NO SE ACERQUE A MENOS DE DOS METROS!'' Reflexion sobre las sustancias peligrosas que estn constantemente en la vida de la familia pastoral. Como parece imposible mantener una distancia segura de ellas, nos encontramos cortejando toxinas como una forma de vida. Exa-minemos brevemente algunos de esos peligros.

    Falta de identidad Uno de nuestros primeros desafios es descubrir quines

    somos realmente. Por supuesto, cada mujer necesita averiguar esto por s misma. Con frecuencia, las familias pastorales son acosadas verbalmente por otras personas que buscan trans-formarlas en lo que no son o no quieren ser. Esto es frustrante y, a veces, doloroso. Cuando nos conocemos, y conocemos lo que Dios espera de nosotras, no nos transformamos fcilmente en vctimas de este peligro. Saber quines somos y estar c-modas con la revelacin de nosotras mismas es el primer paso para mantener nuestra sanidad mental. No seremos arcilla de modelar en las manos de nuestra congregacin o comunidad. En cambio, podemos mantenernos firmes y confiadas, y por lo tanto disfrutar de una gran medida de felicidad.

    Cmo podemos lograr eso? A veces, olvidamos que Dios nos ha dado la solucin en su Palabra. Conocemos nuestro ori-gen: venimos de las manos amorosas de nuestro Creador. Tam-bin sabemos a quin nos parecemos (o debemos parecer-nos). Cuando alguien nos dice que nos asemejamos a alguna persona famosa, nos sentimos halagadas. A quin no le gusta

  • El ministerio puede ser perjudicial para tu vida

    sentirse identificado con la fama y el xito? Sabemos nuestro origen. Todos fuimos creados "a su imagen, a imagen de Dios lo cre; varn y hembra los cre" (Gn. 1:27). Somos objetos nicos de la creacin de Dios; hasta nuestros cabellos estn contados (Mat. 10:30).

    El panorama mejora. Te invito a disfrutar de este texto con-migo: "He aqu que en las palmas de las manos te tengo es-culpida; delante de m estn siempre tus muros" (Isa. 49:16). Mi Padre amante siempre me ha tenido delante de l. Estoy esculpida en las palmas de sus manos. No soy una nota ga-rrapateada ni un garabato ininteligible: soy un grabado en las palmas de mi Seor. Esto representa la profundidad de nuestra relacin, una conexin permanente. Me emociono hasta las l-grimas al entender esto. Pero eso no es todo. Entonces, quin soy? Jess muri por m: soy una hija de Dios y un objeto de su amor eterno.

    Ahora que s quin soy, no me permitir a m misma tortu-rarme con sentimientos de inferioridad y de falta de identidad.

    Expectativas Lidiar cop las expectativas es otro de los problemas de la

    esposa del pastor. Con frecuencia, esto puede ponernos en una situacin incmoda y, a veces, parecera que nos estamos ahogando en un mar de expectativas. Estn las expectativas d~ nuestros cnyuges, de nuestros amigos y de nuestros hijos. Pero, son ms crticas las de nuestras congregaciones. Estas expectativas parecen cercarnos y estrangularnos. He descu-bierto que las expectativas pueden ser crueles y asfixiantes. Poco crecimiento resulta de ellas, y nos hacen sentir frustracin y desilusin. Las expectativas pueden trabarnos y fomentar nuestra falta de confianza, cuando percibimos que no estamos logrando cumplir con ellas.

    En un esfuerzo por lidiar con las expectativas, nos encontra-mos dando vueltas en una y otra direccin. Es una experiencia

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  • Sorpresas de una vida fuera de lo comn

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    que nos marea y los resultados son infructuosos. Escuch la historia de un pescador que estaba muy orgulloso de su mer-cadera y, adems, tena la visin de un negocio lucrativo. Por lo tanto, decidi poner un gran letrero afuera de su pequea choza. El letrero deca: "AQU SE VENDE PESCADO FRESCO TODOS LOS DIAS".

    Lleg un vecino que pens que el letrero tena muchas palabras.

    -Todos saben que venders pescado fresco -dijo el veci-no-. No querras publicitar pescado rancio. Por qu no sacas la palabra "fresco"?

    Entonces, el vendedor cambi el letrero para que dijera: "AQU SE VENDE PESCADO TODOS LOS DAS".

    Al da siguiente, algunos de los amigos del pescador se rie-ron de su letrero.

    -Por supuesto todos saben que t vendes el pescado. Saca la frase "se vende". Y respecto de la palabra "aqu", nadie pensar que el pescado se vende en otro lado, as que no la necesitas.

    El pescador cambi el letrero para que dijera: "PESCADO TODOS LOS DAS".

    Al poco tiempo de esto, pas por all el hermano del pesca-dor, que volva de la universidad.

    -Mi querido hermano, tu letrero es ambiguo. Qu es lo que quieres decir? Hay un ro cercano donde uno pueda pescar todos los das? No lo creo. Lo que t realmente quieres decir es que t vendes pescado todos los das; y todos saben eso. Entonces, no necesitas la frase "todos los das".

    As, el pescador quit la frase ''todos los das''. Y todo lo que qued del letrero fue una solitaria palabra: "PESCADO".

    Al da siguiente, un joven de ojos vivaces vio el letrero. -Pescado? -exclam, mientras miraba el impreciso letre-

    ro-. Qu pescado? Dnde? No podemos permitirnos bailar al comps de las expecta-

  • El ministerio puede ser perjudicial para tu vida

    tivas de los dems. Tenemos que procesar nuestros talentos y nuestras convicciones, y dejar que la sabidura divina nos dirija.

    Con frecuencia, las expectativas de la gente sobre sus hi-jos son injustas y poco realistas. No quisiramos, muchas de nosotras, escudar a nuestros pequeos de las lenguas insen-sibles y los comentarios faltos de tacto? Podra alguien, por favor, aceptar que los nios son nios, an cuando sean hijos de un pastor?

    Yo pens que estaba preparada para la llegada de nuestra primera beb, Karen-Mae. Haba ledo todo lo que haba podi-do encontrar sobre la preparacin para el parto y los primeros aos de nuestro retoo. Primero, descubri que el parto estaba diseado para recordarme el relato bblico sobre la cada del hombre y la sentencia de parto doloroso que fue pronunciada sobre la mujer: "Multiplicar en gran manera los dolores en tus preeces; con dolor dars a luz los hijos" (Gn. 3: 16).

    Ms tarde, aprend que los padres, exhaustos y somnolien-tos, renunciaban a su comodidad por un beb que llora a las dos de la madrugada. Tambin descubr que era muy fcil sen-tirse impotente e inadecuada en presencia de un beb que gri-ta porque tiene clicos. En medio de mis esfuerzos intiles para confortar a la pequea Karen-Mae, muchas veces me disolv en lgrimas. De alguna manera, esto me haca sentir bien a m (no a mi beb). Es un alivio saber que cualquier persona en el mundo pasa una sola vez en su vida por la experiencia de tener su ''primer beb''.

    Tambin descubr que me ofendan las miradas curiosas de los "santos" de la iglesia mientras atenda a la beb pastoral. Un da, mi beb estaba inquieta, irritada. Haba llorado varias veces durante la hora del culto divino. Por ese motivo, tuve que hacer varios viajes fuera de la nave del templo, para evitar mo-lestar durante el culto. Luego, mientras estaba con mi esposo saludando a los miembros y las visitas, pude escuchar a una querida hermana dicindole a mi hija, de tres meses:

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  • Sorpresas de una vida fuera de lo comn

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    -Debes recordar que eres una hija de pastor. Tienes que aprender a comportarte.

    Mi cabeza comenz a girar y se me sec la garganta. Miles de respuestas "apropiadas" vinieron a mi mente y pugnaron por ser expresadas. Sin embargo, guard la compostura. Por qu nadie me cont antes sobre estas cosas?

    Para que nuestros hijos puedan emerger sanos y salvos, ne-cesitamos tomar tiempo para entender sus desafios. Al involu-crarlos en la testificacin creativa, podemos ayudarlos a encon-trar gozo en servir a Jess. Tambin debemos escudarlos de los problemas del ministerio. Es necesario encontrar medios para que ellos puedan divertirse y disfrutar de su niez. Cons-truye recuerdos felices del tiempo que pasan en familia.

    Entrenando a nuestros hijos para ser cristianos y apoyndo-los regularmente, podemos ayudarlos a sobrevivir a los torren-tes de expectativas. Necesitan nuestras oraciones. Ora por un "muro de proteccin" a su alrededor. Hazte tiempo para ellos. Emppalos con amor incondicional.

    Estrs financiero Se hacen muchas referencias a la importancia de la habili-

    dad gimnstica para realizar maniobras financieras en la familia pastoral. Yo tuve que tomar un curso intensivo de administra-cin del dinero. Este "entrenamiento sobre la marcha" debi ser rpido y exitoso. No haba margen para errores. Una espo-sa de pastor debe ser una maga financiera pues debe hacer milagros con el dinero: vestirse bien a s misma y a su familia, y verse bien; alimentar bien a su familia y a los miembros de iglesia; ser una benefactora; y orar desesperadamente al Se-or para que la mantenga a flote!

    Todo cristiano necesita practicar administracin del dine-ro. Puede ser necesario realizar seminarios de administracin financiera o incluso visitar a un asesor financiero para recibir ayuda. Como mayordomos cristianos, necesitamos prestar

  • El ministerio puede ser perjudicial para tu vida

    atencin al manejo de nuestras finanzas. Hay muchas formas en las que nuestras familias se pueden unir para recortar gastos. Podemos ahorrar en el uso del agua y la electricidad. El uso de cupones de descuento y ofertas especiales puede ayudar a cualquier esposa a estirar el dinero.

    Es cierto que el salario del pastor, por lo general, no iguala al de otros profesionales con calificaciones acadmicas simila-res. Sin embargo, se espera que mantenga ciertas caracteris-ticas de estilo de vida de un embajador de Cristo. A travs de todo esto, hay un par de problemas que la pareja pastoral debe evitar. No debemos pedir ayuda financiera a los miembros de nuestra iglesia; recibir prstamos de los miembros de nuestra congregacin es inaceptable.

    Pero, tenemos un Salvador amante que nunca deja de pro-veer para nosotros. Cuando le damos a Dios su parte de nues-tros ingresos, l bendice el resto de nuestro dinero. He tenido muchas experiencias en las que el dinero se estir milagrosa-mente, y que me recuerdan constantemente que Dios puede cuidar de nosotros aun antes de que se lo pidamos.

    Comprometerse demasiado "Estoy tan cansada todo el tiempo. Simplemente, parece

    que no puedo cumplir con todos mis compromisos". Este era el comentario de una joven esposa de pastor.

    Le pregunt cmo era su programa de actividades. Era un torbellino de responsabilidades: estaba a cargo de la divisin de nios de su iglesia; era la pianista y la directora del coro de nios; tambin era contadora en una gran compaa. A su vez, tenia tres nios pequeos y su esposo pastoreaba una congre-gacin grande. Esta joven mujer estaba en el camino seguro hacia un agotamiento o, incluso, un colapso nervioso. Necesi-taba evaluar sus actividades y concentrarse en las prioridades.

    A menudo, los sentimientos de culpa obligan a una esposa de pastor a comprometerse por dems. Este no es el deseo de

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  • Sorpresas de una vida fuera de lo comn

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    nuestro Padre. Hay perodos, en la vida de una mujer, en los cuales no podr ser tan activa en la iglesia como le gustara. Es dificil para una esposa de pastor con nios pequeos o bebs colaborar de la misma manera que una mujer cuyos hijos son mayores y menos dependientes de ella. Somos injustas con no-sotras mismas y con nuestra familia cuando permitimos que los miembros de iglesia determinen nuestra carga de responsabi-lidades. Nosotras conocemos cunto podemos rendir y cules son nuestras capacidades fsicas y mentales. Por lo tanto, para colaborar, debemos elegir reas en las cuales no sacrifique-mos a nuestras familias y nuestra propia salud.

    Notemos las sabias palabras de Dorothy Kelley Patternon, en su libro Manual para esposas de ministros. 1

    ''Como esposa de ministro, tratar de moldear tu vida para satisfacer las expectativas de los miembros de la iglesia te lle-var al desastre y a la desilusin por la via rpida. No se supone que te ocupes en bailar para los gaiteros ... ms vale, tu tarea es un compromiso sincero y genuino con las responsabilidades que Dios te ha dado. El resto del guin se ir desarrollando de acuerdo con el plan de Dios para ti".

    Confiemos en que Dios nos dirija en las reas de servicio y tambin que nos d sabidura para fijar prioridades.

    Sobrecarga emocional Como parejas pastorales, estamos inundados con los proble-

    mas de nuestros miembros de iglesia. Las mltiples sesiones de consejera, los comits, las reuniones de junta de iglesia, los fu-nerales, las enfermedades terminales de uno o dos miembros de iglesia, en adicin a nuestros propios desafos, pueden agotar nuestros recUIBos emocionales. Es fcil interiorizar el estrs y

    1 A fin de lograr una mejor comprensin cuando se cita una obra, hemos consig-nado la traduccin del ttulo aunque no se encuentre publicada en castellano. Para consultar los ttulos originales y otros datos, ser necesario remitirse a la seccin "Obras citadas".- Nota de la editora

  • El ministerio puede ser perjudicial para tu vida

    las tensiones de nuestra iglesia local. Aunque dificil, es necesa-rio dejar de lado esos problemas y revitalizar nuestras energas para continuar nuestro servicio a la humanidad. La madre joven que ha perdido un embarazo, el adolescente que fue descubier-to usando drogas, la adolescente embarazada, la familia abusiva, la pareja con problemas de fertilidad, el padre que perdi su empleo: estos son eventos que sobrecargan emocionalmente a la pareja pastoral. Aqu es cuando pueden ayudar mucho un programa de ejercicios, unas vacaciones o, simplemente, decidir tomarse un tiempo aparte de esos problemas. Lee un libro diver-tido o toma una sesin de masajes. Debemos encontrar formas de despojarnos de nuestro atuendo de protectoras por un rato, para poder restaurar nuestra energa a fin de seguir sirviendo.

    Estrategias de afrontamiento Cmo lidiar con los peligros del ministerio? Hay un aumen-

    to del nmero de esposas de pastores que son candidatas a la depresin por tener una combinacin de factores que llevan a esta condicin. La carga del pastorado es un importante factor que contribuye. Las mujeres que se sienten abrumadas, cansa-das, llorosas o dbiles necesitan ver a un mdico. Si alguna pre-fiere retraerse de la compaa de otras personas la mayor parte del tiempo, pierde inters en su arreglo personal o se vuelve distraida, es recomendable visitar al mdico. A veces, lo que otras consideran insignificante o trivial puede parecer un factor enorme y amenazante a los ojos de una, y ese es el momento de ver a un facultativo; debemos cuidar nuestra salud.

    Es una buena idea identificar nuestros estresores 2. Qu nos est causando nerviosismo o ansiedad, que los msculos de nuestro estmago se tensan? Qu nos est quitando nuestra

    2 Se llama estresor o factor estresante a los agentes nocivos que producen es-trs: cualquier suceso, situacin, persona, objeto o estimulo (interno o externo) que, directa o indirectamente, funciona como desestabilizador del equilibrio del individuo.-Nola de la editora.

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    energa: los problemas o las personas? Debe haber una forma de liberarnos de nuestras cargas. Puedes dejar tus problemas para ms adelante, salir con una amiga o dos, y encontrar algo de lo cual rerte.

    Finalmente, al aumentar tu intimidad con Dios, experimen-tars una visin renovada de tu ministerio. Pasa tiempo en paz con l. Mantn sesiones regulares de oracin con tu cnyuge. Tambin, alaba a Dios a menudo. Me gusta la recomendacin del salmista: "Siete veces al da te alabo" (Sal. 119:164). Esto significa que nosotras, como el salmista, debemos alabar a Dios a lo largo del da. La alabanza ahuyenta los agentes del infierno y la oscuridad.

    Quiz nadie le cont a la nueva esposa de pastor sobre los peligros de la profesin. Sin embargo, podemos estar seguras de la promesa de la Palabra de Dios: "Estando persuadido de esto, que el que comenz en vosotros la buena obra, la perfec-cionar hasta el da de Jesucristo" (Fil. 1 :6).

  • .. , o u' l'e' n es: . e s t.e .. ' ... . . . . ''. . . . .. ' . .: ; . : ~- . . . . . : '. .. . . . :... : .. ' .

    extrafio hombre , corn:~l cuarroe cBs?;

    "Los declaro marido y mujer". Cuntas no-vias pastorales realmente escuchan y entienden este pronunciamiento del pastor oficiante? El nuevo esposo es un hombre. Es un hombre crea-do por Dios con todos los derechos, privilegios y peculiaridades que le son propios. Alguien ha dicho que luego de cada boda viene un matri-monio. En este matrimonio, entran un hombre y una mujer. As, los participantes en un matri-monio pastoral son primeramente un hombre y una mujer, luego son un pastor y su esposa. "Y Dios cre al ser humano a su imagen; lo cre a la imagen de Dios. Hombre y mujer los cre" (Gn. 1:27, NVI). Este texto se aplica tambin a lapa-reja pastoral. Por lo tanto, Dios cre al "hombre y mujer'', no al pastor y su esposa.

    A menos que nos permitamos entrar en con-tacto con quines somos por creacin, nos mo-veremos en una cmara plstica llena de esta-tuillas y reflejos. Esto nos roba la habilidad de afrontar la realidad de la vida. Por un lado, nues-

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    tros esposos deben entender que somos mujeres con com-portamientos, necesidades y sensibilidades femeninas. Por otro lado, nosotras, las esposas, necesitarnos admitir la "virili-dad" de nuestros esposos: sus percepciones clnicas, sus for-talezas y sus vulnerabilidades.

    A menudo los hombres y las mujeres enfrentamos el desa-fio de entendernos mutuamente. Se podran eliminar muchas fricciones del matrimonio si los sexos opuestos se entendieran mejor entre s. Se disfrutara una mayor armona marital si el esposo y la esposa tuvieran la voluntad e hicieran el esfuerzo de estudiarse el uno al otro.

    Diferencias fsicas Una de las diferencias fisicas entre varones y mujeres es en

    el rea de la fortaleza fisica. Generalmente, los hombres tienen ms msculos y ms fortaleza fisica. Sin embargo, las mujeres tendemos a vivir ms que los hombres. La piel de las mujeres es generalmente ms suave, mientras que la piel de la mayo-ra de los hombres es ms dura. Aunque las mujeres podemos alardear de sobrevivir al dolor atroz del parto, existen contro-vertidas afirmaciones de que los hombres tienen un umbral de dolor ms alto. En otras palabras, mientras las mujeres gritamos o, incluso, nos desmayamos ante el dolor intenso, los hombres pueden manejarse mejor en situaciones similares. Todava nos preguntamos si el orgullo masculino es un factor poderoso que contribuye a la supervivencia del hombre ante el dolor severo.

    Diferencias mentales y emocionales La linea de demarcacin entre las capacidades mentales de

    los hombres y las mujeres parece cada vez ms difusa. Gene-ralmente, las mujeres tenemos una mejor habilidad verbal, pero los hombres tienden a destacarse en las habilidades espacia-les. Notamos, sin embargo, que ms mujeres estn mostrando

  • Quin es este extrao hombre con el cual me cas?

    habilidades espaciales y ms hombres estn destacndose en las reas verbales. De hecho, mientras las mujeres, en general, tenemos una habilidad verbal ms aguda, ms hombres son instructores en lenguas. Comnmente, las mujeres hablamos ms que los hombres. Cuando los hombres hablan, se expre-san en forma ms concisa, por lo tanto, usan casi la mitad de las palabras que usamos las mujeres.

    Son marcadas las cliferencias emocionales. Las mujeres so-mos intuitivas, sentimentales y expresivas. Tambin somos un rompecabezas para nuestros hombres, por la forma que expre-samos nuestras emociones. Lloramos cuando estamos felices y derramamos torrentes de lgrimas cuando estamos tristes. Mi esposo ha estado animndome a distinguir las ocasiones en las que quiero llorar o quiero bailar. Yo lloro en las bodas, las graduaciones y los funerales. Lloro en las despedidas y en los encuentros. La belleza de la msica o el arte me ciega de lgrimas. Qu manojo de contradicciones somos las mujeres!

    Los hombres son fcticos, reservados y; generalmente, me-nos expresivos. Esto es difcil de entender para nosotras. Las mujeres somos muy sensibles respecto de nuestros cuerpos y de nuestros logros profesionales. Buscamos apoyo y tendemos a sufrir de baja autoestima. Los esposos deberan tener esto en cuenta. Y aunque, con frecuencia, los hombres presentan una apariencia ms confiada, tambin tienen egos frgiles. Las es-posas deberamos estar al tanto de esto, y as evitar herir los egos de nuestro cnyuge.

    Diferencias al abordar el romance El romanticismo y las expresiones de amor son una parte

    integral de la constitucin de las mujeres. A veces, los hombres estn demasiado ocupados y son demasiados fcticos para ser romnticos. Quiz no sea una idea tan mala que los comercios nos bombardeen con recordatorios del Da de los Enamorados. Hace unos aos, un joven me coment que haba comprado,

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    recientemente, el auto familiar. Por lo tanto, su joven esposa no deberla esperar nada para el Da de los Enamorados. ''Quiero decir, ni siquiera una tarjeta", clarific.

    Este comentario me dej asombrada. Temo que no com-prendi para nada lo importante del asunto. Qu relacin tena la compra de un auto haca dos meses antes con una tarjeta del Da de los Enamorados? Este hombre estaba seguro de que es-taba demostrando su amor al comprar un auto nuevo. Yo pensa-ba diferente. Sent que, en el corazn de una mujer, una simple tarjeta expresando amor puede ser "ms valiosa que muchos" autos. Por ello, me atrev a sugerir que le comprara a su esposa una tarjeta pequea. De hecho, le dije que sera una buena idea que le comprara una tarjeta sin motivo especial o en una fecha sin importancia, como costumbre.

    Pocos meses despus, me encontr con el joven esposo. -Se acuerda -me dijo- de esa breve conversacin que tu-

    vimos sobre el Da de los Enamorados? Bien, debera haber visto cun feliz estaba mi esposa cuando recibi las rosas que le llev.

    -Estoy tan orgullosa de ti -le respond. Y me sent muy feliz por su esposa.

    As somos las mujeres. Somos sentimentales. Somos romn-ticas declaradas. Las flores, la luz de las velas y los chocola-tes continuarn siendo significativos para una mujer. Las de-claraciones frecuentes de amor siempre sern bienvenidas a los odos femeninos. Nosotras, las mujeres, continuaremos sin perdonar a nuestros cnyuges cuando se olviden de nuestro cumpleaos y de los aniversarios. Tambin nos gusta que nos sostengan, nos abracen, nos mimen y nos besen. Una mujer es una criatura romntica.

    Las expectativas de ella A veces, la esposa de un pastor tiende a olvidarse de que

    est casada con un hombre; el hecho de estar casada con un

  • Quin es este extrao hombre con el cual me cas?

    pastor est siempre presente en sus pensamientos. Esta per-cepcin puede disipar desilusiones y tambin, a menudo, de-sastres si ella se degrada a s misma, de su posicin de compa-era, a la posicin de miembro de iglesia. Esto significa que se encadena a s misma a las expectativas tpicas de un miembro de iglesia. Su objetividad se reduce debido a su tendencia a ver a su cnyuge con la clsica visin de los miembros de igle-sia, que ven en el pastor a una especie de dios. Esto tambin significa que su esposo no puede equivocarse. De esa manera, cmo puede una esposa ser de ayuda para su esposo? Al-guien le dijo a la esposa del pastor que ella est casada, antes que nada, con un hombre?

    Las expectativas que una esposa de pastor tiene de su es-poso son, bsicamente, las mismas que las otras esposas de hombres que no son pastores. Espera que supla sus necesida-des fisicas, sociales y econmicas. Adems de esto, sin embar-go, ella ansa que supla sus necesidades espirituales. Cuando la esposa de un pastor presenta sus problemas a su esposo, espera una respuesta del tipo "oremos al respecto". Esto, pro-bablemente, no suceda con tanta frecuencia como ella so. Es ms probable que el esposo ofrezca una solucin rpida, que discuta el problema con ella de manera concisa, que le quite importancia o que, quiz, simplemente sugiera que ella ore al respecto ... ella sola! Esto la desilusiona, porque se espera que los pastores oren con las personas que tienen problemas, aun-que esas personas sean sus esposas. Ellos oran por los miem-bros de iglesia y con ellos, verdad? Por qu debera ser dife-rente cuando se trata de su esposa? Una cantidad de esposas de pastores se han preguntado sobre este tema.

    Las necesidades de l Las expectativas que un pastor tiene de su esposa son, en

    general, similares a las que otros hombres tienen de sus cn-yuges. Con frecuencia, los hombres se quejan de que sus es-

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    posas no los entienden. Estos hombres argumentan que un mayor entendimiento de ellas producir una mayor satisfaccin marital. Sin embargo, los hombres, usualmente, prefieren sufrir en silencio; rara vez expresan sus sentimientos. Cundo fue la ltima vez que escuchaste quejarse a un hombre diciendo: ''Aqu no me comprenden!''? Quiz nunca; pero, si una mujer se siente descuidada o poco apreciada, lo escucharemos en tonos claros y fluidos. No obstante, los hombres quieren sentir-se amados y apreciados. Es bueno que nosotras les digamos lo especiales que son para nosotras.

    Un hombre necesita que su ego sea reafirmado o mantenido intacto. Los esposos agradecen a las esposas que velan por sus egos. Hay una serie de cosas que pueden herir el ego de un hombre. Una forma de herirlo es minimizar la importancia de su trabajo, en su papel de proveedor. A los hombres les gustan las mujeres que entienden cun importante son sus trabajos para ellos. Cuando las personas subestiman la habilidad de un hombre y lo humillan, sobre todo en pblico, l queda devas-tado. A los hombres les gusta el respeto, as como tambin que se los haga sentir importantes y competentes.

    A los hombres les gustan las mujeres que se ocupan de sus hogares. Mantener un hogar cmodo, limpio y bello es un gran desafio para las esposas, especialmente para aquellas que traba-jan fuera del hogar. Si le aadimos a esto un par de rllos peque-os, el sueo puede convertirse, con facilidad, en una pesadilla. Las esposas necesitan encontrar atajos y formas de que ellos las ayuden en las tareas domsticas. Es una buena idea animar al esposo a colaborar en el hogar. Se debe ensear a los rllos a ayudar haciendo tareas apropiadas para su edad. Confeccionar horarios y listas de tareas puede servir para organizar las tareas domsticas y aliviar la tensin del ama de casa.

    Los hombres tambin necesitan del apoyo emocional y es-piritual de sus esposas. A ellos les gusta que los escuchemos cuando se atreven a hablar. Una mujer sabia aprovechar esa

  • Quin es este extrao hombre con el cual me cas?

    rara oportunidad. No dudes en hacerle saber a tu esposo que ests orando por l. Ofrcete tambin a orar con l. En la ora-cin hay un poder que no puede expresarse con palabras.

    Conversa sobre tus metas con tu esposo. Reafirma su xito y compromtete a ser su apoyo. Al mismo tiempo, trata de descu-brir tus propios talentos y disfruta de la seguridad de tus propias habilidades. Recurdale con frecuencia que ests feliz de ser su esposa. Esto es de lo que se trata la sociedad matrimonial.

    Ten cuidado con estar de mal humor, regaar y criticar constantemente. Los hombres lo odian. Ni el rey Salomn poda tolerarlo. l expresa una fuerte preferencia por vivir en un rin-cn del tejado o incluso en el desierto, en lugar de vivir en una mansin con una mujer peleadora, conflictiva y enojada (Prov. 19:13; 21:19; 25:24). Parece que l tambin tuvo su cuota de regaos, porque dice, claramente: "Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer rencillosa son semejantes" (Prov. 27:15). El rey Salomn es, a las claras, un experto en comportamiento fe-menino. Con mil mujeres en su vida a la vez, cmo no estar informado? (l Rey 11: l-3).

    La madre o esposa define el carcter del hogar. Qu res-ponsabilidad! Las cargas pesadas, las demandas financieras y el descanso insuficiente contribuyen a inflamar los nimos y lo desagradable. Entonces, cmo puede una mujer mantener su dulzura y un humor estable? Encomienda tu carga al Seor. Pide al Seor que te d su paz y el consuelo del Espritu Santo. Funciona!

    No podemos dejar de mencionar que a un hombre le gusta una esposa en la que pueda confiar. Los hombres no expre-san fcilmente sus emociones y, cuando lo hacen, las mujeres deben ser comprensivas y discretas. Si la esposa se comporta como un reportero y expone los sentimientos de sus esposos a otras personas, l se cerrar y nunca volver a confiar en ella nuevamente. Debemos considerar como sagrados los temores, las esperanzas y los sueos de nuestros esposos.

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    No debemos pasar por alto las necesidades sexuales de los hombres. En el libro Lo que l necesita, lo que ella nece-sita1 (p. 182-184), Willard Harley registra los resultados de un estudio que realiz, entre algunos participantes masculinos y femeninos, respecto de la jerarqua de sus necesidades. Los resultados fueron asombrosos. Veamos cmo jerarquizaron los hombres sus cinco necesidades ms importantes, en orden de-creciente de importancia:

    Satisfaccin sexual. Compaia recreativa. Una esposa atractiva. Apoyo domstico. Admiracin.

    En la encuesta, las mujeres tuvieron prioridades diferentes. Observa las cinco necesidades ms importantes:

    Afecto. Conversacin. Honestidad y franqueza. Apoyo financiero. Compromiso/responsabilidad por la familia.

    No podemos dejar de notar que mientras la satisfaccin sexual est a la cabeza de la lista de las cinco necesidades ms crticas de los hombres, no aparece en la lista de las cinco necesidades ms importantes de las mujeres. Quizs este es un buen punto para recordarnos que los pastores tambin son hombres.

    En el principio, Dios nos hizo diferentes, ''varn y hembra los cre" (Gn. 1 :27). Es necesario entender nuestras diferencias y las necesidades especiales que tienen que ver con nuestro g-nero. Nuestras diferencias de gnero influyen en nuestras nece-

  • Quin es este extrao hombre con el cual me cas?

    sidades. Una comprensin de las necesidades de cada gnero lleva a la tolerancia, la paciencia, la tranquilidad de espritu y la armora marital.

    Es intil y frustrante tratar de cambiarse el uno al otro. Que el cambio comience por nosotras. Necesitamos el coraje de examinarnos, y ver qu tipo de personas somos. Pide a Dios que te d un espritu de introspeccin. Como el salmista, que nuestra oracin sea: "Examname, oh Dios, y conoce mi cora-zn; prubame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en m camino de perversidad, y guame en el camino eterno". (Sal. 139:23,24). Entonces, estemos dispuestos a apreciar nuestras diferencias. Que cada esposa celebre la singularidad del hom-bre con quin se cas.

    Esta es una lista que mi esposo y yo compilamos hace un tiempo, basada en las respuestas de los participantes de nues-tros seminarios:

    Lo que los esposos quieren que sus esposas sepan sobre los hombres:

    Ellos necesitan ...

    ... que sus esposas sean las constructoras de sus egos. ... sentirse amados, apreciados y aceptados. ... sentirse importantes, competentes y dignos. ... sentir que estn a cargo de sus hogares. ... esposas que los complementen, no que compitan

    con ellos. ... esposas que estn orgullosas de su feminidad. ... esposas que se mantengan deseables y atractivas. ... esposas que cuiden de sus hogares. ... esposas que entiendan que el trabajo de sus esposos

    son importantes para ellos. ... esposas que satisfagan las necesidades sexuales de

    sus esposos.

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    ... apoyo emocional y espiritual de sus esposas. ... esposas que hagan un esfuerzo por poner freno a su

    malhumor. ... esposas en las que puedan confiar. ... esposas que los respeten y los hagan sentir especiales. ... esposas que estn felices de estar casadas con ellos.

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  • D.as solitarios, noches largas

    '. .~

    Una joven esposa de pastor, buscando empa-ta, coment con otra esposa de pastor ms ex-perimentada que se senta sola.

    "Sola! Por qu una hija de Dios habra de sen-tirse sola? Yo no soy de las que se sienten solas. Supongo que tengo demasiadas cosas para ha-cer, y adems tengo un Amigo maravilloso: Jess'', contest la Hermana Soy-Prcticamente-Perfecta.

    N o creo que estas declaraciones fueran de mucha ayuda para la joven esposa de pastor. Sin embargo, no seamos muy duras con esta querida hermana. Quiz sus primeros das de ministerio estaban tan lejos, en su pasado histrico que no poda recordar sentimientos de ese tipo. Quiz no era el tipo de persona que se mimaba teniendo amigos y con la atencin de otros. Podra haber sido una de esas personas que aman la soledad y a quienes no les afecta el no estar acompaa-das. Por la razn que fuere, ella y la soledad no eran socias. Sin embargo, no hay muchas muje-res como ella.

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  • Sorpresas de una vida fuera de lo comn

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    Otra esposa de pastor trat de explicarle a su esposo que lo extraaba mucho cuando l estaba fuera de la ciudad. l no intent siquiera tratar de entender sus sentimientos. Estaba a la defensiva y hasta insensible. Su respuesta fue: "Qu quie-res que haga? Quieres que haga mi trabajo desde casa?" Su actitud pareca sugerir que esta pobre mujer era una esposa irrazonable, quejosa, poco cooperativa, y que no le importaba en absoluto el "llamado al servicio" de su esposo. Si l solo hubiera sido suficientemente paciente y bondadoso como para escuchar a su esposa y hubiera tratado de solucionar las cosas junto con ella, esta mujer no habra experimentado el dolor que soport. Lo que este pastor no entenda era que estaba posi-bilitando que su cnyuge odara el ministerio. A veces, todo lo que una mujer necesita es ser escuchada. En el pastorado, esto puede ser un lujo.

    Muchas esposas ministeriales se quejan de soledad. No ne-cesariamente son amantes de las fiestas, y tampoco pretenden entretenimiento o atencin todo el tiempo. Pero s experimen-tan soledad. Una se pregunta cmo es esto posible, cuando las esposas de pastor estn tan a menudo en el centro de la ac-cin. Hace mucho tiempo, el rey David tambin experiment soledad. Su soledad lo llev a un estado de insomnio. ''Velo, y soy como el pjaro solitario sobre el tejado" (Sal. 102:7). Qu imagen tan vvida!; describe la adversidad de muchas esposas de pastores. Estamos por completo a la vista de un mundo de personas y, sin embargo, estamos solas.

    Hay razones definidas para la soledad. Un motivo tpico es mudarse a un nuevo lugar. A la mmayora de las personas no les gusta mudarse. La esposa de pastor pasa su vida mudn-dose de un lugar a otro. A veces, antes de que pueda afian-zar relaciones en un distrito, ya se recibe otro llamado para mudarse. Est la otra cara de la moneda. La familia pastoral puede establecer amistades slidas que, luego, se ven ame-nazadas por la transferencia a otro distrito. Algunas personas

  • Das solitarios, noches largas

    son ms lentas para hacer nuevas relaciones. Si la esposa del pastor no se destaca por tener facilidad para el trato social, pero le gustan las relaciones sociales, su nueva vida puede verse teida por la soledad.

    Los maridos que viajan tambin pueden ser un factor contri-buyente a la soledad en la vida de la esposa de pastor. Muchas esposas han expresado su temor de tener esposos que viajen mucho. La mayora de estas esposas no logra dormir profunda-mente cuando sus esposos viajan. Otras tienen miedo, y otras, simplemente no pueden seguir una rutina normal cuando sus esposos estn afuera. Puedo sentir empata por ellas porque recuerdo la poca en la que mi esposo comenz a viajar. Por alguna razn inexplicable, el sueo me eluda y, cuando final-mente lograba un sueo intermitente, faltaba poco para el amanecer! Entonces un da, el Seor me mostr dos textos:

    "En paz me acostar, y asimismo dormir; porque solo t, Jehov, me haces vivir confiado" (Sal. 4:8). "Yo me acost y dor-m, y despert, porque Jehov me sustentaba" (Sal. 3:5). Estos textos fueron la solucin para mi insomnio. Noche tras noche, me senta acompaada en los brazos de mi amoroso Seor, y dorm como un beb por varias noches. Cuando las dificulta-des para dormir volvan, me aferraba a estos textos.

    Cuando todo parece ir mal Se han dado cuenta de que, cuando nuestros maridos estn

    afuera, todo tipo de situaciones parecen meterse subrepticia-mente en nuestras vidas para asustarnos, frustrarnos o confun-dirnos? El otro da, hice una lista de las cosas que a menudo salen mal cuando el esposo-pastor est de viaje:

    Uno o dos de los chicos se enferman. Es necesario llevar al perro con urgencia al veterinario. Hay que arreglar alguna caera. Se descompone ellavarropas.

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  • Sorpresas de una vida fuera de lo comn

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    El director de la escuela necesita hablar con nosotros de inmediato.

    Nuestro hijo tiene apendicitis. El auto tiene problemas. La niera renuncia. El telfono se descompone. Llega un huracn peligroso a la ciudad. Se cometen algunos robos en el vecindario. Nos quedamos encerradas fuera de la casa, por accidente.

    Por supuesto, hay muchas otras cosas que podran agre-garse a esta lista. Una esposa de pastor me pregunt hace algunos meses: "Por qu una casa normal, sin mayores inci-dentes, se convierte en el centro de la accin, del caos y, por poco, del desastre cuando el pastor se va de la ciudad?".

    Yo no tena la respuesta. Siempre me hice a m misma esa pregunta. Por qu todo parece andar sobre ruedas cuando Jansen est en casa pero, desde el momento en que se va, cam-bia totalmente el ritmo, pasando de una msica rtmica a una especie de rockpesado? Pero s una cosa: estas experiencias han aumentado mi dependencia de Dios. Siempre puedo decir que, a travs de todo, mi Padre celestial me cuida.

    La falta de compaa adulta tambin puede provocar so-ledad. Si una mam tiene como nica compaa un grupo de preescolares, lo ms probable es que anhele estar con al-guien de una edad ms madura, con quien compartir sus pen-samientos. Imagnate tener que limitar tu conversacin a res-ponder a los pedidos de emparedados de manteca de man y mermelada; o a frases como "Mami, dile a Timmy que deje de pegarme''; o el tpico pedido de historias de los nios pe-queos ... Entonces, mam tiene que encontrar el libro favorito del nio y leer por millonsima vez ese relato especial. Esa es la rutina diaria de mam. Para cuando el cnyuge, adulto y exhausto, vuelve al hogar de su recorrido pastoral, por lo

  • Das solitarios, noches largas

    general, es demasiado tarde para mantener una conversacin que tenga sentido.

    "Bien, qu tal hacer algunos amigos?", sugiere alguien. Buena idea! Con frecuencia, la timidez nos priva de la expe-riencia preciosa de la amistad. Dios hizo un mundo lleno de gente. Debe de haber alguien, all afuera, que puede ser una amiga para nosotras. Solo necesitamos ser lo suficientemente valientes como para iniciar una amistad. Es una cura excelente para la soledad.

    Aqu hay algunas maneras de ganarle a la soledad:

    l. Trata de encontrar formas de mantenerte ocupada. Elige algn proyecto y trabaja en l. Fjate una fecha lmite, que sea realista. La sensacin de realizacin que sigue a esto es indescriptible.

    2. Haz algo por alguien. Poner el foco de la atencin fuera de nosotras mismas es una maravillosa manera de combatir la soledad.

    3. Desarrolla una habilidad. Siempre hay lugar para el mejo-ramiento personal.

    4. Habla sobre tus sentimientos de soledad con tu cnyuge. No lo hagas en tono de queja; solo comparte tus sentimien-tos con l. Hazle saber que entiendes las demandas de su trabajo y que no le ests pidiendo que descuide sus res-ponsabilidades; simplemente, quieres que l sepa cunto lo extraas cuando est lejos. Quiz, tambin quieras decirle que, para ti, es en verdad importante que l al menos reco-nozca que t eres la mejor jueza de tus propios sentimientos. Pdele sugerencias para ayudarte a vencer tu soledad.

    5. Haz amigos. Permite que las personas vean que eres ami-gable. Hay personas, en tu congregacin, para quienes puedes llegar a ser una amiga querida. A su vez, los en-fermos, los ancianos y los que estn postrados necesitan amistad. Valorarn mucho una visita tuya.

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    6. Trabaja aun en otro proyecto ms. Puedes aadir algo so-bre decoracin o costura. Prueba una nueva receta. Apren-de un nuevo canto. Cultiva un jardn.

    7. No te dejes intimidar por la gente. Ten confianza al interac-tuar con ellos.

    8. Desarrolla una actitud de alabanza. El espritu de alabanza enciende una chispa en tus ojos y un brillo en tu rostro. Lle-gars a ser magntica.

    9. Aprende a apreciar y a disfrutar de tu propia compaa. 10. Habla a Dios sobre tu soledad. l te cre como un ser so-

    cial. Repite varias de sus preciosas promesas. Te llenarn de fuerza y esperanza.

    Necesitamos diferenciar entre estar sola y sentirse sola. Sen-tirse sola es doloroso y, a veces, es producido por nuestra pro-pia actitud. Sentirse sola puede llevar a la autocompasin y a la incomodidad personal.

    Estar sola es un regalo, que puede ser de gran beneficio para nosotras. Gracias al hecho de que estamos solas pode-mos descubrir quines somos. Gracias a estar solas podemos conectarnos con Dios. Gracias a estar solas podemos refres-carnos y renovarnos para mejorar nuestra propia vida y servir a otros. La buena noticia es que sentirse sola no es incurable! Y la noticia ms sensacional es que nunca ests sola porque Dios siempre honra su promesa: "no te dejar, ni te desamparar" (Jos. 1:5).

  • Tienes que ser una nKJjr acrbab1?

    1 .,._.,, .:

    La mayora de nosotros nos hemos queda-do paralizados mirando a las estrellas de cine que con destreza realizan increbles acrobacias. Nos preguntamos cmo pueden esos actores ser tan giles y talentosos. Un joven elegante salta desde un edificio elevado a un automvil en movimiento. Una mujer refinada y de aspecto poco atltico realiza, varias veces, un salto mor-tal en el aire, girando y retorcindose, y luego cae ruidosamente en una piscina. Nos hipnoti-zan frente a la pantalla del televisor. En virtud de la madurez y la experiencia, o incluso gracias a un recorrido por Hollywood, nos damos cuenta de la existencia y la funcin de los dobles de riesgo.

    Los dobles de riesgo, tanto hombres como mujeres, forman una parte importante de las producciones de muchas pelculas. A veces, casi el cincuenta por ciento de los actores de un filme son acrbatas dobles de riesgo. Una escena de una pelcula puede comenzar con la

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    estrella de cine a punto de saltar. Las cmaras se detienen un momento y se filma a un acrbata realizando el salto. Luego, las cmaras se detienen nuevamente, y el actor reanuda el salto a solo un metro del suelo, para que su cara se vea en la pantalla. Algunas veces, se usan muecos para realizar las proezas ms riesgos as e increbles. Y los espectadores quedan impresiona-dos con la "habilidad acrobtica" de los actores de cine.

    La esposa del pastor con frecuencia es considerada una mujer acrbata. Alice J. Taylor lo expresa de esta manera: "Se espera mucho de ella: la salud de una amazona y la dedicacin de una Florencia Nightingale, la paciencia de Job y el celo de una Carrie Nation, los pensamientos pacificadores de Ghandi y el espritu combativo de un guerrero, el encanto de una debu-tante y la inteligencia de una Phi Beta Kappa. Adems de esto, debe vivir su vida en una pecera con un pececito dorado, cons-ciente de que es su exclusiva responsabilidad que el pececito se comporte" (Cmo ser esposa de,ministro y disfrutarlo, p. 14).

    El erudito en Teologa El telfono son por nonagsima novena vez esa maana.

    Contest en forma rpida y profesional, con la esperanza de que quien llamaba notara la urgencia en mi voz y me ahorrara unos cuantos detalles. Era casi medioda, y ni siquiera haba cruzado por mi mente la preparacin del almuerzo. Qu ma-ana haba tenido! Me estaba repartiendo entre atender ml-tiples llamados y cuidar a mi tercer hijo, un recin llegado de tres meses. Finalmente, haba logrado acostar al beb para una corta siesta, y tena planes para ese corto perodo de gracia.

    -Hola -respondi la persona del otro lado de la linea-. Est el pastor en casa?

    -Lo lamento, pero no se encuentra. Si usted quiere, puede dejar su nombre y el motivo de su llamado.

    -En realidad, tengo una pregunta bblica para l pero, como usted es la esposa del pastor, seguramente debe saber la res-

  • Tienes qua ser una mujer acrbata?

    puesta. Vea, nuestro grupo de estudio de la Biblia estuvo deba-tiendo este texto y necesitamos algo de orientacin.

    -Qu bien -respond, tratando de no sonar tan apurada-. Estoy preparada para tomar nota del versculo y su nmero te-lefnico, y me asegurar de darle su mensaje a mi esposo tan pronto como regrese.

    -Bueno -continu la voz del otro lado de la linea-, esperaba que usted pudiera ayudarme.

    -No podr ayudarla tan bien como el pastor. Con todo gusto lo intentara, pero este no es un buen momento. Ver, el beb ...

    -Pens que las esposas de pastor conocan sus Biblias -fue el comentario custico.

    Ay, me parece que esta mujer acrbata fue una amarga des-ilusin para su feligrs.

    Hay ocasiones en las que las esposas de los pastores pue-den dar respuestas juiciosas a preguntas bblicas. S, estudia-mos nuestras Biblias y, generalmente, podemos realizar comen-tarios inteligentes. Cada mujer cristiana debera sumergirse en el estudio de la Palabra de Dios. Las esposas de pastores no pretendemos tener tanta instruccin como nuestros esposos; lo cual est muy bien tambin, porque no tenemos el monopolio del conocimiento. Cuando no sabemos algo, no necesitamos sentir que estamos rindiendo por debajo de nuestras posibili-dades. No deberamos sentirnos avergonzadas de admitir que no entendemos tan bien ciertos temas. Sin embargo, debemos estar dispuestas a investigar y a continuar aprendiendo.

    La mujer de los cinco talentos No solo se espera de nosotras que sepamos todo, sino tam-

    bin que podamos hacer de todo. Quizs esto nos convierta en candidatas para algn tipo de premio? Tenemos que orga-nizar banquetes, planear casamientos, producir programas, dar clases bblicas, tocar el piano o el rgano de la iglesia, y preparar comidas para el grupo de voluntarios que hacen una

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    limpieza general de la iglesia. Ms que nada, debemos tener la habilidad de llenar cualquier hueco de la programacin de la iglesia. A esta lista hay que aadirle una casa inmaculada y servicio a los miembros de iglesia las 24 horas. Existe alguna mujer en este planeta que pueda cumplir con esta lista impre-sionante de pretensiones?

    No debemos permitirnos el sentirnos frustradas por estas expectativas. No es necesario tener cinco talentos. Conocemos nuestros talentos y nuestras limitaciones, y debemos balancear nuestras prioridades. Sin embargo, es justo creer que, como primeras damas de nuestra iglesia, debemos ser entendidas en los principales aspectos de la vida social, y tener un gusto refinado en la vestimenta, en la forma de hablar y en la prctica de los comportamientos adecuados. No vamos a saber todo lo que sea posible saber, pero podemos estudiar las reglas de eti-queta y las costumbres para agasajar. Leyendo, concurriendo a seminarios y exponindonos a comportamientos sociales co-rrectos, aumentarn nuestra confianza y nuestra competencia. Al mejorar como lderes, tambin podremos ensear a otros.

    La lectora de mentes Alguna vez te encontraste con alguien que estaba disgus-

    tada contigo por razones que t desconocas? Esta es una si-tuacin bastante delicada. Quiz, t dijiste algo que a la otra persona no le gust y, por supuesto, t no tenas ni idea. La per-sona estaba enojada, y continu enojada contigo porque no te disculpaste. T no te disculpaste porque no eras consciente del dao que habas causado. Por lo tanto, te encontraste con una cara fra y sombra, y solo eso te dio la pista de que haba algn problema.

    Quiz no viste a alguien mientras manejabas por una calle concurrida o, en el supermercado, mientras hacas tus compras apresuradamente. Hasta puede ser que hayas mirado en direc-cin a la persona, pero no la viste realmente. Esa es una ofensa

  • Tienes qua ser una mujer acrbata?

    grave. Esa persona alberga la herida, y se supone que t debes saberlo. Lectora de mentes? Qu triste.

    En realidad, no podernos hacer mucho acerca de las perso-nas ultrasensibles, y no debernos permitirles que hagan nues-tras vidas miserables. Encontraremos personas dificiles cada tanto. El apstol Pablo nos prepar para esto: "Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hom-bres" (Rorn. 12: 18). Estar en paz con "todos los hombres" pue-de no ser posible siempre. Algunas personas disfrutan con la discordia y la desunin; hasta podran confrontarnos enojadas. Sin embargo, no debernos igualar su conducta. Posiblemente, no podamos cambiar sus pensamientos hacia nosotras, pero podernos comportarnos en forma respetable y demandar que se nos trate con respeto. No podernos permitirnos ser atrapa-das en el mal humor y las explosiones de la otra persona. De-bernos tratar de mantenernos calmadas y por sobre la situa-cin. Podra ser necesario que cortsmente nos retirramos de la escena encendida, si sentirnos que la situacin se est salien-do de control. Luego, olvida la confrontacin, perdona y sigue adelante. "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonndoos unos a otros, corno Dios tambin os perdon a vosotros en Cristo" (Efe. 4:32).

    El tiempo: amigo o enemigo El otro da, una de mis amigas dijo que deseara que el da

    tuviera cuarenta horas. Para qu apretujar el trabajo de toda una semana en un da? Sent lstima por ella; me pregunt si realmente le gustara trabajar tanto. Bueno, todas las personas somos diferentes. Algunas de nosotras desearamos tener ms tiempo para poder terminar nuestras tareas. Otros se tornan fielmente siete horas para dormir, con la esperanza de que ten-drn suficiente tiempo para cumplir con sus deberes. Tambin hay algunos mortales "obsesionados", que sienten que es in-moral descansar o relajarse. Muchas de nosotras no podernos

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    darnos el lujo de tener tiempo libre. Qu podemos hacer para evitar que el tiempo se convierta en un enemigo?

    Hay disponibles muchos libros y seminarios sobre el mane-jo del tiempo. Como esposas de pastores, a veces nos mete-mos en problemas con nuestros esposos cuando contribuimos a que lleguen tarde a sus citas. En realidad, no debemos ser una causa de tardanza para nuestros esposos. Se trata de reali-zar un compromiso de estar a tiempo. Yo he podido sobrevivir a mltiples compromisos con un "1 O" en puntualidad. Mi esposo nunca pudo acusarme de haberlo hecho llegar tarde. Aqu hay algunos secretos para el xito:

    l. Empieza temprano. Averigua la hora de la cita y tambin la hora estimada para salir de casa. Cuenta hacia atrs, para tener una idea precisa de cundo debieras comenzar a alistarte. Puedes necesitar dos o ms horas para estar lista para un evento o, quiz, no necesites tanto tiempo. Cuanto ms formal sea la ocasin, ms tiempo de preparacin ne-cesitars. Planea de antemano la ropa que vas a usar. Ge-neralmente, esto lleva ms tiempo que vestirte.

    2. Comunicale a tu esposo tus expectativas cuando van a salir juntos. Quiz necesites que te ayude a preparar a los nios cuando son pequeos. Es mejor hacerle saber que necesi-tas que realice algunas proezas mgicas, para que ambos puedan salir al evento con espritus agradables. Con fre-cuencia, la pobre esposa tiene que realizar mltiples tareas ella sola, y adems, arreglar a la familia para salir a tiem-po. Esto la vuelve descontenta y siente lstima de s misma. Aqu es donde la comunicacin es de extrema importancia. Delega responsabilidades. De algunas mujeres se espera que preparen la comida, den de comer a los nios y al es-poso, limpien la cocina, y alisten a la familia para salir. Esto es muy estresante. Decide qu debe ser hecho antes de salir y qu quedar para ms tarde. Tambin es una buena

  • Tienes que ser una mujer acrbata?

    idea decirle que apreciaras que te avisara con anticipa-cin si van a salir juntos. Esto ayudar en tu planificacin.

    3. Es un mayor desafio estar a tiempo cuando tenemos be-bs o nios pequeos. Sin embargo, hay algunas cosas que podemos hacer con anticipacin. Siempre ten el bolso del beb listo. Al volver a casa de un evento, enseguida saca la ropa que hay que lavar y lo que hay que tirar a la basura. Repn los paales y deja listo el bolso con todo (salvo la leche) para el prximo viaje. Ten un bolso siempre listo con crayones, libros para colorear, juguetes y una muda extra de ropa, y evitars las carreras de ltimo momento para juntar estas cosas.

    4. Haz el compromiso de que tu esposo y t ganarn la repu-tacin de ser puntuales; es lo que se espera de los profe-sionales. La gente deja de respetar a quienes no respetan el tiempo de los dems. Los embajadores de Cristo no de-beran ser menos responsables en el uso del tiempo que pertenece al Seor.

    Ahora, qu podemos decir sobre el tiempo para nosotras mismas? Muchas damas se quejan de que no pueden darse el lujo de tener tiempo para ellas. Esto, a veces, es cierto y muy triste. Conseguir un poco de tiempo para s misma es una ha-zaa cuando una madre tiene nios pequeos. A menudo, las mujeres dicen: "No puedo darme el lujo de ese tipo de tiem-. po".Yo digo: "No puedes darte el lujo de no encontrar ese tipo de tiempo". El tiempo para nosotras es tan importante que te-nemos que planearlo. Esto puede sonar idealista, pero trata de hacer el esfuerzo y vers cmo las cosas funcionan. Empieza por apuntar a pequeos perodos de tiempo. Puedes encon-trar un ratito al comienzo del da. Un espacio devocional, aun cuando sean solo unos minutos, te ayudar a comenzar bien el da. O quiz, puedas elegir tomar un poco de tiempo personal, tarde en la noche.

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    Es frustrante planear tener tiempo para ti al comienzo del dia, antes de que los nios se despierten, y que luego el beb se despierte veinte minutos antes de lo acostumbrado. El punto es que muchas cosas contribuyen a robarnos el tiempo desti-nado a nosotras mismas. Por lo menos, podemos hacer un plan. Si trabajas fuera de casa, quiz puedas usar una parte de tu hora de almuerzo para hacer algo para ti misma. Si no necesi-tas toda una hora para almorzar, puedas pasar quince minutos leyendo un libro que te guste. Las mams que se quedan en sus casas tienen un desafio mayor para asignarse tiempo a s mis-mas, especialmente cuando tienen bebs o nios pequeos.

    Empieza con una lista de las tareas que debes realizar. Pre-prate por la noche, antes de acostarte, pero no hagas una lista muy larga para un solo dia. Deja espacios vacos: uno de esos ratos puede ser tiempo para ti. Fjate qu cosas pueden dis-traerte de tu plan. Quizs una conversacin telefnica se exten-di ms de lo necesario. Quiz pasaste mucho tiempo frente al televisor y ahora debes correr para preparar la comida o limpiar la casa. Es til tener un cronograma para las tareas do-msticas: dia de lavado, dia de compras, da de limpieza, y as sucesivamente. Pero, tampoco seas una esclava de tu cronogra-ma. Tu cronograma es una gua, no es la ley de Media y Persia. La flexibilidad siempre es una buena alternativa.

    Entonces, qu hars con el tiempo para ti misma? Quiz puedas pasar algunos minutos leyendo un libro, haciendo ejer-cicio, desarrollando alguna habilidad, arreglando tu cabello o disfrutando de un bao de burbujas. El punto es que, aunque sean solo unos minutos fugaces, hacer algo para ti debera con-vertirse en un hbito. Esto te recordar que eres importante y que mereces tratarte bien a ti misma. ''Pero mi beb no duer-me siestas largas, y si lo hace, tengo que ponerme al da con las tareas mientras puedo". Esto es muy cierto. Bueno, por qu no poner al beb en su corralito, y sentarse ah mismo y leer una porcin de un captulo de un libro interesante? Entrnate a

  • Tienes que ser una mujer acrbata?

    ti misma para encontrar pequeas porciones de tiempo para ti. Esto prevendr el agotamiento.

    Mi palabra favorita es ''delegar''. Casi cada miembro de la familia puede ayudar con algo. Que las tareas sean apropiadas para cada edad. No estoy sugiriendo que todos los dems rea-licen todo el trabajo mientras t no haces nada en absoluto! Si cada persona tiene una tarea, el peso de mantener una casa se aligera. As, todos pueden estar felices . .Algunos nios de dos aos disfrutan poniendo la ropa en el cesto de la ropa sucia. T y tu nio de cuatro aos pueden poner la mesa y levantar-la juntos luego de la comida. Ths hijos ms pequeos tambin pueden ayudar quitando el polvo de los muebles.

    Estudia tu "reloj corporal". Algunos de nosotros somos per-sonas matutinas, por lo que podemos planear hacer nuestras tareas ms pesadas en la maana. Si t eres una persona noc-turna, planea tus tareas ms pesadas para que se adecuen a tus arranques vespertinos de energa.

    Y aqu va otro consejo para a las madres que trabajan fuera de la casa. Puedes ahorrar el tiempo y el estrs de encontrar qu vestir para ir a trabajar si planeas con anticipacin lo que usars. Decide qu usars para ir a trabajar durante un mes (si no usas uniforme). A menudo, decidir qu vestir toma ms tiempo que la actividad de vestirse en s misma. Ordena tu ropa por categoras. Guarda las faldas y los pantalones en el mismo lugar. Cuelga los trajes juntos. Cuelga los conjuntos en el mis-mo lugar. Guarda los colores similares cerca. Luego, escribe diferentes combinaciones para diferentes das de la semana. Te sorprender cun libre de estrs ser estar lista para trabajar. Encontrars que, gracias a tu planificacin, parecer que tienes un guardarropa ms grande.

    En su libro Organizacin inteligente, Sandra Felton compar-te un consejo til respecto de utilizar pequeos perodos de tiempo. ''Usa los minutos libres'', aconseja. ''Cuando tengas uno o dos minutos, haz una pequea parte de algo. Quita el polvo

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    a algn mueble, recoge algo y gurdalo, archiva algn papel, reemplaza alguna bombilla de luz. Estas son cosas que pueden realizarse en un periquete[ ... ) Haz de este hbito una parte de tu programa general y la casa se mantendr en orden''.

    Emilie Bames tambin apoya la sabidura de hacer cosas en ''pequeas porciones de tiempo''. Aqu hay una lista de sus ideas:

    Lo que puede hacerse en cinco minutos:

    Pedir un turno mdico. Confeccionar la lista de invitados para una fiesta. Enviar un correo electrnico. Escribir una nota o carta breve. Regar las plantas del interior de la casa. Arreglar un cajn de la cmoda. Pasa, el plumero a la sala.

    Lo que puede hacerse en diez minutos: Elegir una tarjeta de cumpleaos. Clasificar la correspondencia del da. Clasificar tu escritorio. Hacer un ejercicio corto. Hacer un pedido por catlogo o por Internet. Reorganizar el frzer.

    Lo que puede hacerse en treinta minutos: Trasplantar una planta. Leer rpidamente un informe. Trabajar en alguna manualidad. Confeccionar una lista de lo que hay que empacar en un

    futuro viaje de vacaciones. Arreglar con otros padres quin llevar los nios a la es-

    cuela. (Creativo organizador hogareo de Emilie, p. 185.)

  • Tienes que ser una mujer acrbata?

    No te sientas intimidada por el tiempo. "El tiempo puede ser tu amigo si aprendes a hacerlo funcionar como un amigo", exhorta Emilie Barnes (p. 184). La clave es la planificacin.

    Algunos consejos sobre organizacin Algunos deseamos tener mejores habilidades de organi-

    zacin. Algunas personas parecieran tener casas inmaculadas todo el tiempo. Estaba visitando a una amiga, y estaba muy impresionada por lo pulcro de su casa. Le pregunt cmo lo lograba a pesar de su horario tan ocupado. "Reglas", fue su respuesta. "Tengo reglas para todos". Muchas de nosotras tenemos reglas para nuestra familia, pero nos cansamos de hacerlas cumplir. O bien nos mantenemos firmes en su cum-plimiento o nos morimos haciendo todo nosotras. No tenemos que actuar como generales del ejrcito. Podemos ser agra-dables y celebrar los beneficios de una casa limpia gracias a que cada miembro de la familia cumpli las reglas para man-tener la casa ordenada.

    Algunas personas renuncian a tener una casa ordena-da porque tienen nios. Gran error! Podemos ensearles a nuestros nios los hbitos de orden desde una edad tempra-na para que, cuando sean mayores, el orden no sea extrao para ellos. Imagina a un adolescente teniendo que desapren-der malos hbitos. Al ensear y reafirmar con paciencia h-bitos de limpieza y orden en nuestros nios desde una edad temprana, podemos evitar batallas constantes con nuestros adolescentes tratando de que mantengan sus habitaciones ordenadas.

    Sandra Felton sugiere el plan CEC para organizarse y man-tenerse organizada. Vers que son consejos muy tiles para no-sotras. Esto es lo que ella sugiere:

    Consolidar. Agrupa cosas similares. "Consolidar significa reunir cosas o agruparlas ... Rene todas y cada una de tus per-tenencias en grupos de caractersticas similares".

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    Envasar. "Una vez que veas cuntos tems tienes de cada grupo, estars lista para ponerlos en diferentes envases, tales como cajas, cestas o lo que tenga sentido dentro de lo que tie-nes y el lugar que tienes".

    Condensar. Deshazte de las ''pertenencias excesivas''. A menudo, nos sorprende cuntas cosas podemos acumular. "Luego de haber clasificado las cosas en grupos vemos cunta duplicacin tenemos y, entonces, nos damos cuenta: 'Tengo de-masiadas cosas' ''. ( Orgam'zacin inteligente: Estrategias simples para lograr el orden en tu casa, pp. 35-43)

    Felton tambin comparte la idea de "perezosa inteligente". Ser una "perezosa inteligente" es la poltica de no gastar ener-ga innecesaria. "Organzate para no tener que trabajar tanto. No dejes que los problemas se desarrollen [ ... ] S perezosa inteligente. Arregla tu vida para el xito''.

    Embarcarse en un plan para estar organizada involucra eliminar la acumulacin innecesaria de cosas. La acumula-cin innecesaria de cosas es sofocante. Es una buena idea realizar regularmente campaas de ''desacumulacin''. He descubierto que odio tanto la acumulacin de cosas inne-cesarias que mi esposo se pone nervioso cuando me ve haciendo limpieza. Los catlogos comerciales, los volantes de publicidad y la correspondencia con ofrecimientos co-merciales sin importancia llegan al tacho de basura en tiem-po rcord. No tiene sentido guardar estas cosas hasta tener tiempo para estudiarlas: ponlas en el tacho de la basura rpi-damente. Se siente bien. Al recorrer nuestras pertenencias, encontramos que hay abundancia de cosas: el vestido que esperbamos usar cuando perdiramos peso, la cartera y los zapatos que no combinan con nada de lo que tenemos, algunos pequeos electrodomsticos que nuestro esposo pensaba arreglar hace una dcada, juegos de sbanas cuya medida no va con ninguna de las camas que tenemos, y as sucesivamente.

  • Tienes que ser una mujer acrbata?

    Los expertos aconsejan que formemos tres grupos: cosas que debemos descartar (y hagrnoslo enseguida), cosas que estn en buena condicin para regalar y cosas que vamos a guardar porque las usamos en la actualidad. No caigas en la trampa de revisar la pila de cosas que planeabas descartar o donar por las dudas que califiquen para guardarlas. Si no has usado un electrodomstico o utensilio en ms o menos un ao, y ha estado enterrado en una esquina remota de tu casa o tu garaje, necesitas encontrarle otro hogar.

    Haz de la organizacin una ciencia, y sers recompensada. Una casa organizada es una casa con un nivel menor de estrs. Podrs lograr tus propias estrategias para organizar tu vida. Luego, comparte tus ideas. Tus amigas te lo agradecern.

    Hay muchos libros y sitios de Internet que dan informacin til acerca de organizarse y mantenerse as.

    Uno de mis libros favoritos es Creativo organizador domsti-co de Emilie, de Emilie Barnes. Con frecuencia, me ha servicio como manual de supervivencia. Aqu hay un par de sus ''Reglas selectas de la organizacin" (p. 23):

    l. Usa un solo cuaderno para realizar notas y consignar infor-macin escrita bsica: Escribe cinco reas de tu vida que necesitas poner en

    orden; concntrate en esas reas. Asla estas cinco reas bsicas. Debes aprender a con-

    centrarte en la parte, y no en el total. 2. Divide los problemas dificiles en tareas cortas.

    Cuando veas un rea problemtica como una helade-ra desordenada, no mires al desorden en general; ms vale, comienza con una parte del total. Limpia un estan-te o un cajn a la vez.

    Si el total es muy grande para hacerlo en un da, toma dos o tres das para completar la tarea. Te sentirs muy aliviada y orgullosa cuando termines.

    SS

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    Depresin de las maanas escolares Es fcil que nuestras casas parezcan campos de batalla

    luego de que los nios se hayan ido a la escuela. Si la mam trabaja fuera de la casa, entonces el caos se multiplica. Mam: aqui hay una idea para ti. Anima a tus hijos a que dejen listas sus mochilas la noche anterior. Si los nios son muy peque-os, puede que debas hacerlo t por ellos. Coloquen las mo-chilas cerca de la puerta. Esto ayuda a reducir, por la maana, la desesperada carrera en busca de cuadernos, lapiceras, l-pices y libros de texto.

    En lugar de agotarte repitiendo rdenes y recordando a los nios sus rutinas cada da, confecciona una lista atractiva y colcala en el bao o en la puerta del ropero. Haz una lista de cada cosa que los nios deben hacer, en el orden en el cual deben realizarlas. Los nios solo deben mirar sus listas, y se mantienen en carrera. Nadie correr el peligro de olvidarse de lavarse los dientes, peinarse o dejar la merienda en la he-ladera. Hasta los nios de jardn de infantes que no saben leer pueden seguir la lista. Yo hice una de dibujos para mis hijos cuando estaban en el jardn de infantes. Pona el dibujo de una cara y una pileta, seguido por el dibujo de un platillo con cereal y un vaso, un cepillo de dientes, un peine, una mochila con la bolsita de merienda, y un par de labios para represen-tar el beso de despedida.

    Por supuesto, yo controlaba las cosas por la maana antes de que salieran para la escuela, pero no era ni la mitad de estre-sante. Como una mam que trabajaba, tuve que crear tcnicas de supervivencia. Sobreviv a esos aos de escuela con cuatro nios.

    La administradora del dinero Al principio de nuestro matrimonio, tena una confianza tan

    absoluta en las habilidades financieras de mi esposo que pres-

  • Tienes que ser una mujer acrbata?

    taba poca atencin a los asuntos de dinero. Hicimos un presu-puesto y nos esforzamos por apegarnos a L ramos una fami-lia con dos ingresos, y eso ayudaba a que el dinero alcanzara. Sin embargo, yo no prestaba mucha atencin al panorama fi-nanciero mayor. Durante los aos iniciales de nuestro matrimo-nio, a pesar de las sugerencias y los pedidos de Jansen, yo per-manec felizmente desinteresada de nuestro futuro financiero, descansando segura en el pensamiento de que tena un esposo que poda proveer para nosotros y tena habilidades contables.

    Luego, descubr algo. Me di cuenta de que necesitaba mos-trar un inters activo en nuestros gastos y en nuestro futuro fi-nanciero. Qu pasara si mi esposo pasaba a ser discapaci-tado? Y si me converta en una viuda joven? Necesitaba ser entendida en asuntos financieros. Cambi mi direccin y co-menc a mostrar mayor inters en nuestras finanzas. Me sent ms a tono con la vida. Haba tenido un nuevo panorama de mi propsito en la vida. Me haba vuelto una verdadera socia en nuestro matrimonio. Esto ya no era un asunto unilateral.

    Algunas esposas de pastores se han encontrado en crisis la-mentables debido a la muerte repentina de sus esposos. No te-nan las habilidades o carecan de experiencia en manejar sus finanzas. Algunas ni siquiera saban cunto ganaban sus espo-sos. Otras no tenan idea de los beneficios que les correspondan de parte de la organizacin para la cual sus esposos trabajaban. Ahora que esas mujeres estaban solas, estaban desvalidas.

    Una mujer necesita prepararse para la vida. Vivimos en una poca en la que cada vez ms mujeres estn preparndose profesionalmente para cuidar de s mismas y de sus familias. Esta preparacin no debe ser solamente para aquellas damas que eligen trabajar fuera de la casa. Ms y ms mujeres estn decidiendo convertirse en madres que permanecen en sus ho-gares, y lo importante es que una esposa que es ama de casa de tiempo completo debe asegurarse su competitividad mejo-rando sus habilidades, tomando clases y realizando cursos. La

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    idea es ser una mujer preparada. En su libro Hacindote cargo de tu vida, Florence Littauer

    compil una lista de pregtm.tas sobre temas de seguros, im-puestos y herencia, que puede ser muy til para las mujeres que no quieren esperar hasta que sea demasiado tarde. Aqu estn algtm.as de las pregtm.tas que ella formula:

    Tiene tu esposo un seguro de vida y sabes dnde est la pliza?

    Sabes con seguridad quines son los beneficiarios? Tiene un seguro de vida suficientemente amplio para

    cubrir los gastos mnimos de sepelio? T y tu familia cuentan con un servicio de salud? Sabes qu jubilacin o pensin te corresponde? Tiene tu esposo un testamento actualizado? Sabes cmo funciona el sistema de herencias en tu pas?

    Ms asuntos de dinero Me gusta lo que la mujer de Proverbios 31 hace respecto

    de los asuntos de dinero: "Se complace en la prosperidad de sus negocios [ ... ]"(Prov. 31:18, NVI). Aqu hay algtm.as ideas para ahorrar dinero. La primera forma de ahorrar dinero es dar fielmente a Dios su parte de nuestros ingresos. Devolver nuestros diezmos y ofrendas a Dios nos da una bendicin que no podemos comprender. Muchas de nosotras nos ma-ravillamos por la elasticidad de la parte restante de nuestros ingresos luego de que hemos sido fieles en devolver a Dios su parte. Este es el cumplimiento de lo que nuestro Padre nos prometi. Acaso no dijo: "Traed todos los diezmos al alfol y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Je-hov de los ejrcitos, si no os abrir las ventanas de los cielos, y derramar sobre vosotros bendicin hasta que sobreabun-de" (Mal. 3: 10)?

    Planificar el men es otra manera de ahorrar dinero. Es es-

  • Tienes que ser una mujer acrbata?

    pecialmente til para las mujeres que trabajan fuera de la casa. Esto ahorra no solamente tiempo, sino tambin dinero. Evita que corramos al almacn prcticamente todas las tardes al sa-lir del trabajo, que elijamos cosas por impulso y que causemos gastos adicionales. Tambin, recuerda que cuando compras vegetales y frutas de estacin, ahorras ms dinero que al com-prarlas congeladas o enlatadas.

    Procura cocinar ms de una comida a la vez. Esto evita que es