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Alvaro Ginel con dibujo El Credo. Tiempos litúrgicos. María. Sacramentos ¿

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Alvaro Ginel

con dibujo

El Credo. Tiempos litúrgicos. María. Sacramentos ¿

RECURSOS DE PASTORAL

ALVARO GINEL

CATCQUESIS CON DIBUJOS

El Credo. Tiempos litúrgicos. María. Sacramentos

EDITORIAL CCS

Página web de Editorial CCS: www.editorialccs.com

© Alvaro Ginel

© 2010. EDITORIAL CCS, Alcalá, 166 / 28028 MADRID

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realiza­da con la autorización de sus titulares, salvo excepción previs­ta por ía ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiaro esca­near algún fragmento de esta obra.

Diagramación editorial: Alberto Diez Portada: David León Fuente de los dibujos: Revista Catequistas y Dossier Catechista ISBN: 978-84-9842-582-6 Depósito legal: M-11704-2010 Fotocomposición: AHF, Becerril de la Sierra (Madrid) Imprime: Print House, marca registrada de Copiar, S.A.

índice

Introducción 9

I. CREDO

A. Creo en Dios, Padre todopoderoso

1. El Credo 14 2. Abrahán, padre de los creyentes 16 3. Creador de cielo y tierra 18

B. Creo en Jesucristo

1. Dios promete un Salvador 22 2. El Mesías prometido 24 3. La larga espera del Salvador 26 4. Grandes esperas del Salvador 28 5. La infancia de Jesús 30 6. Se hizo uno como nosotros 32 7. Jesús, obediente hasta la muerte 34 8. El primer Jueves Santo 36 9. Jesús muere y resucita por nosotros 38

10. Jesús ha resucitado 40 11. La fuerza del Resucitado 42

- 5 -

C. Creo en el Espíritu Santo

1. Creo en el Espíritu Santo 46

2. El Espíritu lo atraviesa todo 48 3. Pentecostés sigue vivo 50 4. Todo está lleno del Espíritu de Dios 52

5. Los frutos del Espíritu 54

D. Creo en la santa Iglesia católica

1. Los orígenes de la Iglesia 58

2. La experiencia pascual 60 3. La Iglesia como sacramento 62

II. EL MENSAJE DE JESÚS

1. Las obras del Señor 66 2. El uso de los bienes 68 3. Las llamadas de Jesús 70 4. Ven y sigúeme 72 5. ¿Qué casa has construido? 74 6. En pista con Jesús 76 7. La Palabra de Dios 78

8. Encuentros con Jesús 80 9. El Reino de Dios 82

10. El programa de Jesús 84 11. La oración 86

III. TIEMPOS LITÚRGICOS

A. Adviento-Navidad

1. El camino del Adviento 92 2. Adviento y Navidad 94 3. Los personajes del Belén 96

4. Tres Navidades 98 5. Navidad a escena 100

- 6 -

B. Cuaresma

1. Itinerario de Cuaresma 104 2. Vivir la Cuaresma 106 3. Cuaresma y Triduo Pascual 108

4. El vía crucis 110 5. Camino de la cruz 112

1. SemanaSanta 116 2. Itinerario pascual 118 3. Al partir el pan 120 4. Denos del Espíritu Santo 122

IV. SACRAMENTOS

A. Bautismo

1. Los sacramentos 128 2. El agua del Bautismo 130

B. Confirmación

1. Catequesis previa a la Confirmación 134 2. Confirmados en el Espíritu 136

C. Eucaristía

1. Eucaristía e historia de salvación 140 2. Principales momentos de la misa 142 3. El domingo: día de la reunión 144 4. La Iglesia doméstica 146

V. MARÍA

1. Guardaba todas las cosas en el corazón 150

2. Ave María 152 3. María en el Nuevo Testamento 154

- 7 -

Introducción

Para entender la recopilación que este libro ofrece hay que tener en cuenta el lu­gar para el que fueron pensadas las catequesis aquí reunidas en un primer mo­mento: la revista CATEQUISTAS.

La finalidad de su publicación en la revista era que el catequista dispusiera de un material práctico y gráfico para fotocopiar y entregar a los miembros del gru­po. Él contaba, además, con un guión de desarrollo de la catequesis que le faci­litaba el trabajo de preparación.

Lo novedoso de este libro es el soporte a partir del que se hace la catequesis: un elemento gráfico.

Las catequesis las he agrupado en torno a núcleos esenciales: Credo, Sacra­mentos, María... No nacieron de un planteamiento así. En la revista querían dar «algo práctico» al catequista teniendo en cuenta el mes en que la revista salía. Por eso el lector podrá comprobar que pueden faltar algunos elementos para hablar de una síntesis orgánica de cada núcleo; de ahí que prefiera hablar de un «material de apoyo» para la catequesis.

No señalo la edad de los destinatarios. Me mantengo en una sugerencia am­plia. Soy consciente de las limitaciones de esta opción, pero la prefiero a otras porque pienso que así se llega a un número más amplio de catequistas y de des­tinatarios. En realidad, las viñetas o ilustraciones abarcan una gama extensa de posibles usuarios: el mismo dibujo puede valer para un público más joven y para destinatarios con más edad. La opción tomada pide que cada catequista adapte a su grupo la catequesis propuesta.

Desde aquí un gracias especial a Ma Carmen Cirujano, que amical y desinte­resadamente colaboró en las tareas de selección y de organización de cuanto hoy aparece en esta obra. También a mi hermana Mercedes, que participó de los tra­bajos previos a la edición del libro.

- 9 -

CREDO

Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de la Virgen María. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos, y está sentado a la diestra de Dios Padre. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos, y la vida eterna. Amén.

A V )

CREO EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO

Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra

Ho EL CREDO

El Credo, pedagógicamente, es punto de encuentro de los creyentes: la formula­ción de la fe común en el Dios de Jesús. En el momento de confesar la fe no en­tendemos todo, pero hay otros a nuestro lado que sí lo entendieron y lo entienden y, por eso, nos lo pueden explicar e introducir en su significado.

Para trabajar

• Fotocopiar y entregar a los participantes el dibujo. No decir que es una repre­sentación de la confesión de la fe o Credo. Pedirles que vayan investigando qué pasajes bíblicos están representados. En la cuarta viñeta caben muchos pasa­jes bíblicos: «Creed que yo estoy en el Padre y el Padre en mí» (Jn 14,11). «Yo pediré al Padre que os envíe a otro Valedor» (Jn 11,16; Ap 5). Ayudarles a des­cubrir que se trata del Credo.

• Viñeta primera. Dios Padre crea. El Espíritu está presente. Lo primero que deci­mos en el Credo es: «Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador el cielo y de la tierra». Se pueden leer los versículos del Génesis 1,1 -2. Con grupos de ma­yores, leer la explicación del Catecismo de la Iglesia Católica.

• Viñeta segunda. Dios Hijo, Jesucristo está representado en sus momentos más importantes: encarnación, pasión y muerte, y resurrección. Invitara los partici­pantes a expresar qué es lo que ellos entienden al pronunciar: «Creo en Jesu­cristo su Hijo, nuestro Señor». Observar si queda algo importante «fuera» de la confesión de fe en Jesús, el Hijo de Dios.

• Viñeta tercera. Dios Espíritu Santo. La Iglesia está reunida con María. Así Pen­tecostés es la «nueva creación», no ya del cielo y de la tierra, sino de una ma­nera de vivir resucitada. Viviendo como Jesús vivió tenemos la certeza de que somos gratos a Dios y vivimos resucitados, no terminaremos en la muerte.

• Viñeta cuarta. Creo en la Iglesia, en el perdón de los pecados, y en la vida eter­na. La Trinidad está representada y rodeada, aunque separada, de los Ángeles, de los Santos... Entre los Ángeles, los Santos y los vivos hay comunicación (= comunión de los Santos). No son «mundos incomunicados», distantes... Convendrá recordar las palabras de Jesús a los suyos: «En casa de mi Padre hay muchas estancias... Cuando vaya y os lo tenga preparado, volveré a llevaros conmigo» (Jn 14,1-2). Por la comunión de los santos tiene sentido en la Iglesia la intercesión de los Santos, las devociones...

- 1 4 -

Catequistas 183 (2007).

- 1 5 -

ABRAHAN, PADRE DE LOS CREYENTES

Abrahán es considerado el padre de los creyentes. Las páginas de la Biblia que nos narran los acontecimientos de su vida son un itinerario de fe, de lo que es real­mente un hombre de fe, un buscador de Dios.

Para trabajar

La salida (Gen 12,1 -9)

— «Sal de tu tierra.» Abrahán es un pastor seminómada. Su salida en busca de otra tierra es interpretada en la Biblia como escucha y obediencia a un proyecto o llamada de Dios hacia él. No está lejos de lo que nosotros mis­mos escuchamos e intuimos en nuestro adentro más sincero.

La mujer de Abrahán (Gen 12,10-20)

— Los miedos anidan dentro de Abrahán. Finge que su mujer es su hermana, lo cual hace que el Faraón la tome por esposa, lo que a Dios no le gusta.

El pacto de Dios con Abrahán (Gen 17,1-12)

— «Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán.» El primer encuentro con Dios lo tuvo Abrahán a los 75 años. Después de 24 años, a sus 99 años, un nuevo encuentro y pacto, fruto de una fidelidad mantenida y agrandada.

La intercesión de Abrahán (Gen 18,16-33)

— Sodoma está pervertida. Dios decide aniquilarla. No puede ocultar su pro­pósito a su siervo Abrahán. Y Abrahán se convierte en intercesor... Pide la salvación de Sodoma con tal de que en ella haya al menos 10 justos, pero ni eso ve Dios entre sus habitantes.

El hijo de Abrahán (Gen 21)

— Isaac es el hijo de la promesa. En Isaac es más fuerte la intervención de Dios que la pura biología. Así se manifiesta el poder de Dios.

El sacrificio de Isaac (Gen 22)

— El culmen de la fe de Abrahán es la narración del sacrificio de Isaac. Todo pa­rece absurdo. La fe de Abrahán se prueba justamente en la contradicción. Lo que para la lógica humana no tiene lógica, sí que tiene salida para Dios. Con­fiar en Dios es más importante que asegurarse la vida con lógica propia.

Muerte de Abrahán (Gen 25)

— Abrahán murió sabio y en buena ancianidad. Había ido donde Dios le llevó. Su vida estuvo en manos de Dios.

••=n. sal de tu - "•_ «Me has engañado. No es tu hermana. Es tu mujer. Tómala y vete de • «No te llamarás Abrán, . ,;íe alpaísque s y aquí»(Gén12,19) j r * ^ . * sinoAbrahán, poique

serás padre de multitud

7T7z Catequistas 178 (2007).

- 1 7 -

o CREADOR DE CIELO Y TIERRA

Lo creado sale de las manos de Dios y queda en las manos del hombre. La crea­ción no es un caos. Es algo ordenado, tiene una lógica y todo es bueno.

Para trabajar

• Observa el dibujo. Imagen y texto están entrelazados y enmarcados dentro de un corazón. Es una manera de decir que la creación es una acción que brota del amor de Dios. Así lo entendieron los creyentes siempre.

• La narración de la creación que nos presenta el Génesis es una manera de re­flejar un esquema mental, una representación de la realidad: arriba Dios, des­pués las realidades creadas con una ordenación: el mar y sus habitantes; la tie­rra y sus habitantes; abajo, el hombre, a quien Dios entrega el cuidado de su obra.

• La fe no da explicaciones científicas. Da una explicación creyente que deja abiertas las puertas de la ciencia. Se puede resumir así la postura de la fe: la mano de Dios está al inicio de lo creado; la mano de Dios está al inicio de los seres vivos; la mano de Dios está al inicio del primer hombre y de la primera mu­jer para hacerlos a su imagen.

• Leer y rezar el Cántico de Daniel (3,57-88.56) que se recita en laudes de la pri­mera semana. Hacer un cántico a la creación imitando este cántico o al estilo del de san Francisco.

• Enumerar «creaturas» que nos hablan de Dios, que nos «llevan al silencio y a la contemplación, que nos dejan sin palabras, que nos hacen percibir las huellas de Dios en las creaturas». Hacer un paseo contemplativo por la naturaleza, por la ecología del lugar.

• Despertar admiración, respeto, cariño, cuidado por la creación. Se nos ha en­comendado como creyentes cuidarla y no maltratarla.

• Observar que en el dibujo no hay alusión a Jesús. Sí al Padre (manos) y al Es­píritu (paloma) (Gen 1,2): «El aliento de Dios = el Espíritu de Dios se cernía so­bre la faz de la tierra».

- 1 8 -

«Creo en un solo Dios, Padre omnipotente, creador y Señor

del cielo y de la tierra»

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* r \¡ -l ^ Al principio Dios creó el cielo y la tierra. >*

Dijo Dios: Exista el cielo con el sol, la luna y las estrellas. ¡Y así fue!

Dijo Dios: Exista el mar lleno de peces vivos y de cetáceos. ¡Y así fue!

Dijo Dios: Exista la tierra con hierbas y flores y frutos y todos Jos animales pequeños y grandes. ¡Y así fue! 3 pequeños y grandes. ¡Y así fue! /-f

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Por fin Dios dijo: Hagamos al hombre y a la mujer a nuestra imagen y semejanza. ¡Y así fue!

Dios vio que todas las cosas creadas por él eran muy buenas.

Dios es amor. Y

todas las cosas creadas son obra

del corazón del Padre.

Catequistas 158 (2004).

- 1 9 -

B v )

CREO EN JESUCRISTO

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,

que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,

padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,

descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos,

subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,

Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

H o DIOS PROMETE UN SALVADOR

Dios actúa por promesa: promete y cumple. Conviene que la catequesis resalte la palabra historia. Parece que el pan sale de la panadería; olvidamos ese largo pro­ceso desde que se siembra el grano en la tierra hasta que se recoge, se muele y va, hecho harina, a la panadería. Recuperar el sentido de promesa histórica es re­cuperar la historia de la salvación y sentirnos dentro de esta historia.

Para trabajar

• En un primer momento,, se puede presentar la fotocopia al grupo sin referen­cias bíblicas.

• Descubrir la promesa del Salvador tras la caída (Gen 3,15).

• Contar la historia de Abrahán (Gen 12). Abrahán es un hombre buscador y es­cuchados capaz de seguir el camino que Dios le marcaba. Encuentra el cami­no a los 75 años. Abrahán es creyente a fondo perdido (Gen 22). Con Abrahán comienza una enorme cadena de hombres y mujeres seguidores de Dios.

• La historia de Moisés, el salvado de las aguas (Éx 2). Moisés llamado (viñeta 3): lo que Dios ve y por lo que le llama (Éx 3,7-10); salir hacia la libertad (comentar las plagas, lo difícil que fue convencer a los tiranos, lo complicado que fue acep­tar la libertad [Éx 16]).

• Los liberados necesitan (viñeta 4) leyes de libertad (Éx 10; 20; 32). El pueblo siempre sorprende con sus prisas y su vuelta a los ídolos.

• Pacto rehecho (viñeta 5) continuamente (Éx 34). Invitación a no hacer pactos con otros dioses, a tener a Yahvé como Dios exclusivo.

• El profeta anuncia a David (viñeta 6); de su descendencia vendría el Salvador, el Mesías (Sam 7,12-13).

• El profeta Isaías (viñeta 7) había anunciado: «Una Virgen concebirá y dará a luz un Hijo; y será llamado Emmanuel, Dios-con-nosotros» (Is 7,14).

• En el Bautismo (viñeta 8) de Jesús es el Padre mismo quien toma la palabra y desvela: «Este es mi hijo, el amado» (Mt 3,17) y envía al Espíritu en forma de paloma.

• ¿Por qué esta historia? Se habla del Mesías como liberador en una larga tra­yectoria. Creer hoy también exige etapas. A lo mejor alguno descubre que en su vida de creyente están pasando cosas como las que nos descubre la histo­ria de la espera del Mesías.

- 2 2 -

Catequistas 143 (2002).

- 2 3 -

EL MESÍAS PROMETIDO

La catequesis gráfica elegida presenta el nacimiento de Jesús dentro de una lar­ga historia. El nacimiento de Jesús no es un acontecimiento fortuito. Jesús es el Esperado de las Naciones, el Anunciado y no reconocido...

Para trabajar

• El personaje que está pensando: rellenar personalmente las líneas vacías con las preguntas que imaginamos se está haciendo esa persona.

1) Lo primero es la creación (Gen 1 y 2). Recordamos el relato o vamos al tex­to. Nos detenemos en la viñeta e intentamos captar lo que transmite. Nos ayudamos de la frase popular: «¡Esto es el paraíso!». Enunciamos momentos de «paraíso» vividos o soñados.

2) Adán y Eva dicen no a Dios (Gen 3). Recordar el relato o leerlo. Nos centra­mos en el dibujo y lo comparamos con el anterior. Una pregunta: ¿por qué re­montarnos tan lejos para hablar del nacimiento de Jesús? Comentad el ver­sículo 15 del capítulo 3 del Génesis. Se pueden «nombrar las serpientes» que hoy nos hablan como a Adán y a Eva.

3) Abrahán. Dialogad sobre el relato de Abrahán o leerlo (Gen 12; 15; 22). Res­ponder a éstas preguntas: ¿Por qué se dice «el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob? Ir al evangelio de Juan 8,48-59.

4) Isaías. Narrar algo que recordemos de este profeta. El dibujo aquí represen­ta una viña. Leemos la parábola de la viña (Is 5,1-7).

5) María (Le 1,26-38). Describir y narrar la escena. Traer cuadros de la pintura universal de esta escena. Analizar cómo la ven la diversos autores, a qué dan importancia: «Que se cumpla en mí tu palabra».

6) María (Le 1,39-56). Cuando entra Jesús en María, ésta se pone en marcha hacia los demás. Dios pone en marcha hacia el que nos necesita.

7) Juan Bautista (Le 3,1-18). Recordar la predicación de Juan en el desierto: qué dice, a quién se dirige, qué hace. Buscar personas que hoy hacen lo mismo que él y gente que se convierte y se prepara para recibir al Mesías.

8) Bautismo de Jesús (Mt 3,13-17; Me 1,9-11). En este «largo camino» el autor no refleja el nacimiento de Jesús, sino el Bautismo de Jesús. ¿Por qué? El Bautis­mo es la presentación de Jesús a todos en la que interviene el Padre y el Espí­ritu antes de predicar el Reino de Dios. Unir la primera viñeta con la última.

-24

Catequistas 135 (2001).

- 2 5 -

o LA LARGA ESPERA DEL SALVADOR

Es larga la espera del Salvador. En el dibujo hay cuatro tiempos o aspectos de la venida del Salvador.

Para trabajar

• La profecía. Se nos presenta a Yahvé, en forma de anciano, que se interroga: ¿Qué más puedo hacer yo por mi viña? Es interesante, sobre todo con grupos de jóvenes y adultos, leer el capítulo 5 de Isaías, el Canto a la viña. Dios ha he­cho todo y se pregunta: ¿Pero qué más podía hacer por él? La respuesta no la tenemos de inmediato. Un poco más adelante, en el capítulo 7,10-17, Isaías nos dice: Mirad, la joven está encinta y dará a luz un hijo y le pondrá por nom­bre Emmanuel. Y en el capítulo 11,1 leemos: Retoñará el tocón de Jesé, de su cepa brotará un vastago sobre el cual se posará el espíritu del Señor.

Con estos elementos del profeta ya podemos leer lo que la viñeta representa. No se precisa la fecha. Esto crea en la persona una actitud de espera.

• El anuncio. El dibujo representa la escena de la Anunciación (Le 1,26-38). La profecía es realidad cercana en la persona de María, la elegida como Madre del Salvador.

• La preparación próxima. Juan predica la conversión (Jn 1,19-32). Observar las caras de las personas que escuchan: no tienen rostro, ¿por qué los dibuja así el autor? Algunos tienen algo en las manos: bolsa, espada... Está indicando la ca­tegoría de personas que acuden a escucharle: de toda clase y condición. En todos los niveles de la sociedad hay gente de buena voluntad que busca y es­pera algo mejor y al Señor de la paz y de la verdad. Para saber de Juan hay que ir a Lucas 1,5-25; 1,57-80; 3,1-19.

• Jesús señalado como Mesías. El Bautismo de Jesús. Hay dos planos. ¿Serán las mismas personas en un antes y en un presente? En ambos planos hay una persona que está más destacada, más próxima al profeta Juan y parece que hasta habla con él. ¿Qué querrá decir el dibujante al representarlas así? Damos voz a Juan y le ponemos en la boca lo que creemos que tiene que decir hoy a la gente para que se convierta. Damos nombre a los que escuchan a Juan: ¿quiénes son?

Situar en el Año Litúrgico el Bautismo de Jesús: domingo después de Epifanía. Es el final del tiempo de Navidad.

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Catequistas 159 (2004).

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4 k GRANDES ESPERAS DEL SALVADOR

Es posible que resuene en nuestros oídos de manera machacona la palabra es­pera. La podemos definir como hace el diccionario: «Calma, paciencia, facultad de saberse contener y de no proceder sin reflexión». Pero con esta acepción nos quedamos cortos para captar la espera bíblica.

Para trabajar

• Mirar y descubrir los pasajes, los personajes representados en las viñetas.

— Zacarías (Le 1,5-25). Zacarías y su esposa Isabel son ancianos, pero espe­ran que en ellos se cumpla la promesa de Dios de tener descendencia. Pa­ra ellos, esperar es creer lo imposible, porque biológicamente son ancianos. Zacarías duda, por eso pasa el tiempo de la gestación de su esposa en si­lencio. Ver el paralelismo con Abrahán (Gen 18,1-15). El hijo de la promesa, Juan, tendrá un papel destacado en la preparación de la venida del Mesías.

— María y su prima Isabel (Le 1,39-45). La espera de María se reviste de ser­vicio. La espera de Dios no le hace cruzarse de brazos.

— Simeón (Le 2,25-35). Hombre temeroso del Señor, espera el consuelo de su pueblo, espera que se cumpla la promesa. Ve cumplida su espera y exclama: «Ahora. Señor, según tu promesa puedes dejar a tu siervo irse en paz».

— La mujer con flujos de sangre (Me 5,25-34). Después de no haber conse­guido nada confiando 12 años en los médicos, confía en Dios y queda cu­rada. ¡Esa es la diferencia!

— Paralítico de Betsaída (Jn 5,1-18). Durante 38 años esperando la curación, por su constancia y confianza, Jesús le cura.

— María y los Apóstoles (Hech 2,1). En la espera del envío del Espíritu, la Igle­sia, reunida en oración, con María, espera el don del Espíritu prometido por Jesús.

• Buscar una descripción de lo que es la espera de Dios desde los textos y per­sonajes analizados. Si la espera fuera «una receta de cocina»: «ingredientes ne­cesarios» para cocinar la «espera en la Biblia»...

• Preguntarse por el significado de la espiga que está en el centro de las viñetas: ¿A qué alude? Ir más lejos: ¿Tengo yo dentro de mí alguna semilla germinando para dar fruto?

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Catequistas 175 (2006).

- 2 9 -

o LA INFANCIA DE JESÚS

En 10 viñetas se narran los principales relatos de la infancia de Jesús.

Para trabajar

• Verlas viñetas. Diferenciarlas y descubrir la cronología. Después, detenerse en la viñeta más grande y comentarla: personajes que hay, qué llevan en las manos (Jesús un rollo, el Evangelio; con la derecha bendice o hace un «santo y seña» de victoria, de Trinidad...).

• Buscarlas citas bíblicas: Anunciación (Le 1,26-38), Visitación (Le 1,39-45), sue­ño de José (Mt 1,18-25), Nacimiento en Belén (Le 2,1-7), Anuncio a los pasto­res (Le 2,8-20), Jesús presentado en el templo (Le 2,22-35), Adoración de los Magos (Mt 2,1-12), Huida a Egipto (Mt 2,13-15), entre los doctores del templo (Le 2,42-50), en Nazaret (Le 2,52; 3,23).

• Preguntar. Cuál es el relato más conocido y el que menos. Fijarse en los perso­najes que salen en el relato y qué es lo que el pintor ha recogido...

• Detenerse en los personajes que salen en cada una de las viñetas y descubrir la función que desempeñan: el ángel (irrupción de Dios en la vida ordinaria), Isabel (acogedora y cantadora de la obra de Dios en su prima; reconoce lo que ella mis­ma ha conocido y aceptado de Dios), José (silencio callado, papel secundario de colaboración con Dios), pastores (sencillos, acogen), Simeón (profeta que espera y busca a Dios y lo reconoce y se alegra), Magos (buscadores de luz, de verdad, de salvación, capaces de ponerse en camino), doctores (saben mucho, pero no saben reconocer, delante de ellos hay uno que sabe más que ellos), María (la ma­dre que dice sí, que no entiende todo y lo guarda en su corazón).

• Colorear y poner las escenas para adornar el lugar donde se ponga el misterio o belén o pesebre.

• Buscar en el calendario las fechas en las que se celebra cada uno de los epi­sodios. Ver los que no tienen celebración propia. En esos casos, buscar en qué momento se proclama en la comunidad cristiana el evangelio correspondiente.

• Buscaren qué oraciones de la comunidad cristiana aparecen algunas de las es­cenas: Credo, Avemaria, Ángelus...

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Catequistas 152 (2003).

- 3 1 -

& SE HIZO UNO COMO NOSOTROS

El belén tiene mucho de poesía. Este Niño de Belén hay que situarlo, desde el prin­cipio, en un marco más amplio. Es la finalidad de las viñetas: ver a Jesús niño y a Jesús en alguna de sus facetas de predicador de la Buena Nueva. Este Niño está llamado para ser signo de contradicción.

Para trabajar

• Contemplar las viñetas. Descubrir los pasajes bíblicos y leerlos en los evange­lios. Algunos hechos están narrados por varios evangelistas.

— Nacimiento de Jesús (Le 2,7). Subrayar la pobreza, sin sitio para nacer; no es normal un viaje cuando se espera un niño.

— Hallado en el templo (Le 2,46). Jesús no es el «listillo» de la clase, sino el que muestra una orientación «por las cosas del Padre».

— Vida en Nazaret (Le 2,51). Jesús crece y madura en silencio. La influencia de la familia en Él. Más adelante tendrá que «despegarse» de ellos y anun­ciar que hay «otra manera de ser familia»: ser escuchadores y cumplidores de la palabra de Dios.

— Bautismo (Mt 3,13). Se pone en la fila de los pecadores, recibiendo el Bau­tismo que no necesita. Es el momento en el que el Padre «da la cara» por él: «Este es mi hijo». Ya puede predicar. Su Padre le ha dado identidad. No es que Jesús diga que es Hijo de Dios, es que su Padre Dios se encarga de ha­cerlo por él.

— El día de la tentación (Mt 4,1 ss.). Se toma Jesús un tiempo para ahondar su vocación, para profundizar su identidad, para reforzar su unión con el Pa­dre. Es tentado como somos tentados. Vence.

— Da de comer a muchos (Le 9,12-17). Jesús aparece como quien tiene com­pasión ante el dolor. Jesús está anunciando que él mismo se hará pan pa­ra los suyos, alimento para los que quieran vivir de Dios íntimamente.

— Reconocer que en este Niño hay algo de divino. En la vida de este Niño, Dios se revela a todos los hombres y mujeres de buena voluntad como el Dios creador, como Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, como misericordia, como consuelo, como un modo nuevo de ser.

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Dio a luz a su hijo Lo encontraron en

y lo acostó el Templo, en medio

, en un pesebre (Le 2,7) de los doctores,

escuchándoles

Volvió a Nazaret

y les obedecía. Su madre ™ > i t a» \

conservaba todas las cosasl; en el corazón (Le 2,51-52)

e interrogándolos

¡Le 2.46! S~*\

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Catequistas 176 (2006).

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7* JESÚS, OBEDIENTE HASTA LA MUERTE

Jesús se muestra Hijo. Su vida está llena de detalles en los que los evangelios pre­sentan la relación de intimidad filial que tiene con su Padre. Jesús opta por su Pa­dre. Nada hay superior a sentirse Hijo.

Para trabajar

• Fotocopiar y entregar el dibujo. Pueden suprimirse las citas bíblicas y proponer al grupo que busque el pasaje que está dibujado en cada viñeta.

• Cuando se tengan todas las citas, leerlas en el grupo (también los lugares pa­ralelos, si se cree oportuno). Es bueno que todos los miembros del grupo ten­gan el texto delante de los ojos. Tras la lectura, la pregunta es «descubrir la ló­gica ascendente que une todos los relatos»:

— Rechaza toda propuesta (tentación) que ponga a su Padre en segundo lugar.

— Tiene momentos de intimidad y de oración, de tú a tú con el Padre.

— Descubre la obra de Dios en los sencillos.

— Nos enseña a llamar a Dios con el nombre de Padre.

— A la samaritana le dice que todos pueden relacionarse con el Padre y des­de cualquier lugar...

— Jesús es fiel a la oración del sábado, a la lectura de la Palabra, a la profecía.

— Celebra la Pascua con los suyos y se ofrece al Padre como nuevo cordero que quita los pecados.

— Acepta la voluntad del Padre por encima de su voluntad y se entrega por nosotros.

— Abandona su vida entera en las manos del Padre con la ofrenda en la cruz.

• Estos hechos de la vida de Jesús pueden ser reveladores de hechos de nues­tra vida creyente. Desde esta óptica, se podría hablar en el grupo de cómo «ser discípulos y seguidores de Jesús», que se relacionan hoy con el Padre; cuáles son los episodios narrados que se nos hacen más duros.

• El autor ha dado mucha importancia a la oración (viñetas 1,2,4, 6, 8). Comen­tar cómo la oración está presente en nuestras vidas.

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Catequistas 161 (2005).

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S o EL PRIMER JUEVES SANTO

El evangelista san Juan, que fue el último en escribir su evangelio, no narra la ins­titución de la Eucaristía. En su lugar pone un hecho insólito: el lavatorio de los pies (Jn 13). Jesús lava los pies a sus discípulos. Lavar los pies es la tarea de los sier­vos más siervos. A medida que los sirvientes ascendían, dejaban de lavar los pies de los señores. Lavar era la tarea de los últimos en llegar al servicio. Jesús hace, pues, algo desconcertante para los suyos. En este contexto hay que entender la reacción de Pedro.

Para trabajar

• Viñeta primera: Pedro se resiste. No es digno de que Jesús le lave los pies (ca­pítulo 13), sólo accede cuando escucha: «Si no te lavo, no tendrás parte con­migo». Este gesto permite a Jesús ponerse como ejemplo y modelo: «Lo que he hecho, eso es lo que tenéis que hacer; este es el modo de amar: servir».

• Viñeta segunda: En el capítulo 14, san Juan recuerda a los suyos lo que ya les había dicho anteriormente, que él es el camino para llegar al Padre. Es camino, verdad y vida.

• Viñeta tercera: Recoge la unión que Jesús propone a los suyos: vivir como vive el sarmiento unido a la vid (capitulo 15). Desgajados de la vid no hay circula­ción de savia. La vida es imposible.

• Viñeta cuarta: El capítulo 17 es la oración de Jesús por los suyos. Una oración que se centra en que permanezcan unidos. Jesús intuye la tendencia hacia la disgregación y pide para que los suyos sean uno como él es uno con su Padre. Momento sublime de oración.

• Viñeta central: Es el resumen de todo. El cuerpo entregado y atravesado es tam­bién el cuerpo resucitado y además es el vencedor de la muerte. Este misterio es el que Jesús adelantó y también el que celebró con los suyos cuando partió el pan y lo dio diciendo: «Esto es mi cuerpo entregado por vosotros».

• La Eucaristía es compromiso de seguir a Jesús como camino, como verdad y como vida, es sentirse unido a Él y reafirmar esta unión con Él, es oración al Pa­dre con quien se siente Jesús en estrecha unión.

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Catequistas 186 (2008).

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^ o JESÚS MUERE Y RESUCITA POR NOSOTROS

Esta catequesis nos sitúa ante el misterio central del cristianismo: la Pasión, Muer­te y Resurrección de Jesús. No se trata de varios misterios o acontecimientos, si­no de una única realidad que desglosamos para su mejor comprensión. El men­saje central de la Pasión es el amor hasta el extremo. Jesús se entrega por nosotros. Pero no queda ahí: el Padre resucita a Jesús. Todo es una historia de amor. La Resurrección es la confirmación de que hay algo más poderoso que quedarse sin palabras y ser acallado. Dios es capaz de vencer la muerte. Los po­derosos son capaces de matar, pero no tienen poder de resucitar a nadie.

Para trabajar

• Presentar el dibujo con las viñetas y hacer descubrir la cronología del desarro­llo de los hechos. Ver las diferentes redacciones que hacen los evangelistas, qué hechos no narran todos los evangelistas, etc.

• La lectura de los textos bíblicos nos puede llevar a «completar» las viñetas que no están aquí: lavatorio de los pies, negaciones de Pedro, el cirineo, la Ascen­sión, Pentecostés..., que también pertenecen al misterio pascual.

• En algunos lugares, convendrá insistir en qué episodios de la pasión «salen en los pasos procesionales» de Semana Santa, qué cofradías hay detrás, qué es una cofradía (escribe en un buscador: Historia de las cofradías).

• Analizar aquellas escenas que la religiosidad popular ha elegido para represen­tarlas artísticamente. Este elemento religioso cultural es importante para que los catequizandos sepan la historia y el sentido de las procesiones y cofradías.

• El dibujante ha hecho las viñetas distribuyéndolas de tal manera que en el cen­tro hay un corazón. Ponerse en lugar del autor: por qué ha elegido esta forma de presentar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.

• Es bueno que no sólo el grupo hable de la Pasión y Resurrección de Jesús. Ha­brá que dar un paso más allá. Esta historia de Jesús es la historia de cada uno de los creyentes. Todos los creyentes tenemos que hacer este recorrido, aun­que no todos lo hagamos de la misma manera. Dialogar sobre la entrega, el amor hasta el final, la «pasión y resurrección» que viven y realizan los creyentes «de a pie» hoy.

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Catequistas 154 (2004).

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H@o JESÚS HA RESUCITADO

Muchos cristianos entienden por resurrección una vuelta a la vida como antes en vez de considerarla como la iniciación de un modo de vivir nuevo, que, si tiene continuidad con el antes de la persona, es totalmente diferente. Las encuestas hablan, además, de que muchos cristianos confunden la resurrección con la reen­carnación. El misterio central de la fe exige una delicada y precisa catequesis.

Para trabajar

• Se nos muestran seis relatos de la resurrección que aparecen en los evange­lios. El grupo debe reconocer las apariciones por el dibujo y por la frase que hay en cada uno de ellos: 1) Me 16,1-8; 2) Jn 20, 11-18; 3) Le 24,13-35; 4) Le 24, 36-42; 5) Jn 20,26-29; 6) Mt 28,16-20.

• Analizar:

— Elementos que se repiten (dificultad de reconocer a Jesús, lo inesperado de la aparición, los personajes a los que se aparece Jesús... los «testigos de la resurrección»).

— Mensaje central de cada una de las apariciones.

— Detectar qué sucede en el corazón de los destinatarios de las apariciones.

• Buscar en el repertorio de cantos o de himnos de la Liturgia de las Horas aque­llas apariciones que han sido más utilizadas.

• La aparición a los discípulos de Emaús suele ser una de las más utilizadas: in­tentar descubrir qué hay en ella que evoca tanta creatividad.

• En Mateo 28,20 se dice: «Estaré con vosotros hasta el final de los tiempos». Co­mentar la presencia de Jesús en medio de los cristianos hoy...

• Buscar representaciones del Resucitado: en la pintura, en la escultura, en la poesía. Algunas representaciones del Resucitado tienen símbolos muy concre­tos: bandera, cordero... comentar estos símbolos.

• Comentar alguna de las plegarias eucarísticas, lo que se dice después de la consagración, cómo sale la resurrección.

• Si está cerca la Vigilia Pascual, se pueden comentar los elementos de la cele­bración de la resurrección de Jesús: el fuego, el cirio, la noche, el pregón, las lecturas, el agua, el Bautismo...

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Catequistas 180 (2007).

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HHo LA FUERZA DEL RESUCITADO

El tiempo litúrgico de Pascua, o cincuentena pascual, es el tiempo más importan­te del año litúrgico. Se enmarca entre la Vigilia Pascual y la fiesta de Pentecostés. Diez días antes de Pentecostés está la fiesta de la Ascensión del Señor, que no­sotros celebramos el domingo anterior a Pentecostés.

La catequesis pascual tenía nombre propio: la mistagogía (exhortación que se hace a quienes ya están bautizados).

Para trabajar

• Contemplar las escenas: las caras, los gestos...

• Dar orden cronológico a las escenas representadas.

• Leer las citas bíblicas (de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo):

— Jesús se aparece a los doce (Le 24,36-42). En las apariciones que narra Lu­cas la mesa y la comida son muy importantes. En la aparición a los de Emaús, éstos reconocen al Resucitado al partir el pan. La resurrección va muy uni­da a la celebración de la Eucaristía.

— la Ascensión del Señor junto al Padre (Le 24,50-53; Hech 1,6-11). Lo que Je­sús hizo es la tarea que deja a los suyos; la Ascensión es una fiesta de «trans­misión de poderes»: seguid haciendo lo que yo he hecho. ¡Vaya poderes!

— Pentecostés (Hech 2,1-13; Jn 20,19-23). Leer las diversas versiones. Dibu­jar la que narra Juan, que es menos representada en la iconografía. Juan si­túa Pentecostés el mismo día de Pascua para indicar la unidad de los acon­tecimientos. Buscar «Pentecostés» hoy en tu vida, en la vida del grupo...

— Pedro toma la palabra (Hech 2,4-41). Analizar el discurso de Pedro: qué es lo que transmite; qué es lo que ocurre; qué pide la gente... ¿Sigue pasando hoy esto?

— Curación del lisiado (Hech 3,1-11). ¿Qué es lo que tienen Pedro y Juan?

• A veces hoy nos llegan noticias contrarias a las aquí narradas: personas que en vez de apuntarse y agregarse a los discípulos, se borran, se dan de baja... ¿Por qué? ¿Qué es lo que más mueve hoy a los hombres y mujeres a «sumarse al número de los discípulos»?

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Catequistas 139 (2002).

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c V )

CREO EN EL ESPÍRITU SANTO

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,

que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo

recibe una misma adoración y gloria y que habló por los profetas.

H o CREO EN EL ESPÍRITU SANTO

Dios Padre resucitó a Jesús por la acción del Espíritu Santo y, por la resurrección, lo glorificó definitivamente como Mesías o Cristo. En la resurrección de Jesús, la obra del Espíritu Santo alcanzó su máxima concentración, su momento culmi­nante. Por eso, el Espíritu Santo se derrama sobre toda criatura a través de Cris­to resucitado. Jesús resucitado, poseedor de la plenitud del Espíritu Santo, es fuente del Espíritu divino para los hombres y aun para el universo (Catecismo Es­ta es nuestra fe, p. 160).

Para trabajar

• Pentecostés, la efusión del Espíritu sobre la Iglesia, es una acción que recibi­mos, no que nos inventamos. Se podría hacer un repaso de todos los sacra­mentos y ver cómo está presente el Espíritu.

— Los Apóstoles reciben el Espíritu Santo (Hech 2,1 -4)

Describir las miradas, los rostros (encerrados, miedosos)... y hacer una com­parativa con las viñetas siguientes. Señalar los tres personajes más desta­cados: Juan María y Pedro. La acción de Dios viene de fuera en forma de fuego que enciende, que crea nueva vida, como en la primera creación.

— Todos entienden lo que dicen los Apóstoles (Hech 2,5-11)

En Babel hay confusión (Gen 11) y la gente no se entiende. En Pentecostés hay diversidad y todos se entienden. El Espíritu crea un lenguaje que todos entienden: amor, servicio, respeto, solidaridad...

— Las reacciones de la gente (Hech 2,12-13)

Todo tipo de reacciones: admiración, pregunta, estupor, curiosidad, escep­ticismo, perplejidad, desconcierto... Dios asombra siempre.

— El centro de todo: la confesión Jesús es Señor (Hech 2,14-36)

El anuncio de Pedro es claro: Se ha realizado lo que estaba profetizado. Je­sús de Nazaret vive y sigue operando a través del Espíritu.

— El Espíritu lleva a muchos a la conversión y al Bautismo (Hech 2,37-41)

Los hechos y las palabras pronunciadas, hacen que muchos se bauticen y reciban la fuerza del Espíritu Santo. Aceptan la novedad de Cristo y renun­cian a su antigua vida de pecado.

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o EL ESPÍRITU LO ATRAVIESA TODO

Se pretende que el catequizando, niño o adulto, tenga una visión panorámica de la presencia del Espíritu de Dios a lo largo de la historia de salvación.

Para trabajar

• Leer las imágenes: de izquierda a derecha y de arriba abajo. Encontraremos una secuenciación desde: la creación (Gen 1,2); Noé (Gen 7;8;9,1-7); David (1 Sam 16,13); el tronco viejo florecerá (Is 11,1) y un profeta, símbolo de todos los pro­fetas; la tercera banda horizontal comienza con el nacimiento por obra del Espí­ritu (Le 2,1-20); Bautismo de Jesús (Le 3,21-22); misión de Jesús (Le 4,14-28); resurrección de Lázaro (Jn 11,1 -45); muerte, resurrección, venida del Espíritu (Le 23; 24. Hech 1,1-11; 2,1 -47). También cabe una lectura en vertical, por columnas.

• Nos preguntamos por los matices de la acción del Espíritu. En la primera ban­da hay un matiz de creación. En la segunda banda, la acción del Espíritu recae en personas que mantendrán viva la palabra de Dios. En la tercera banda, el Es-píritu rompe imposibles para hacer posible el plan de salvación de Dios: María, Jesús. En la cuarta, la fuerza del Espíritu es capaz de romper el silencio de la muerte y de expandirse en Pentecostés.

• Se podría invitar a los miembros del grupo a descubrir y actualizar la acción del Espíritu hoy. En la creación, en los pactos para que sea posible nueva y mejor vida, en los hombres y mujeres que anuncian novedad y que son referencia de algo distinto para toda la humanidad, en la presencia de los hombres y mujeres que anuncian la salvación de Dios entre nosotros...

• Los dibujos dan pie para contar la historia sagrada en grandes líneas. Hacer es­te ejercicio viendo la unión entre todos los acontecimientos: una corriente de fuerza de Dios a favor de los hombres de todos los tiempos.

• Añadir una serie de viñetas en las que se continúe la historia de salvación: Con­cilio, personas que nos anuncian a Dios, personas que nos sacan del «sepulcro», hombres y mujeres «con espíritu»... Salir al campo y descubrir en la naturaleza, así como en la ciudad, la presencia del Espíritu de Jesús removiendo lo mejor de las personas.

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Catequistas 132 (2001).

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o PENTECOSTÉS SIGUE VIVO

Para muchos cristianos, como en los Hechos (19,2), el Espíritu no cuenta; no sa­ben que hay Espíritu. La vida cristiana pide circuiaridad, es decir, relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu. El Dios verdadero es Trinidad.

Para trabajar

• Repartir las viñetas fotocopiadas y hablar de ellas. Hay una presencia clara de la acción del Espíritu en la Eucaristía. Puede servir para una charla con padres o niños de primera comunión.

• El punto de partida es el origen de la Iglesia, el relato de la venida del Espíritu se­gún la narración de Hechos (1,14; 2,1-47). Jesús, resucitado y subido al cielo, cumple la promesa (Jn 14,16-17.26). Los discípulos pasan de ser miedosos a ser un grupo que da la cara.

• La presencia del Espíritu es invocada en todo momento en la Iglesia, sobre to­do en la celebración de los sacramentos. La invocación de la presencia y de la acción del Espíritu tiene un nombre clásico: «epíclesis», y una postura de ma­nos típica: «imposición de manos» (las manos extendidas y hacia abajo). La pre­sencia y acción del Espíritu llenan de fuerza y contenido nuestros gestos.

• Para los que creemos, el Pan que se nos reparte es el Cuerpo de Cristo. No es un Pan cualquiera, no es un gesto más de los muchos que hacemos a lo largo del día. La postura de las manos en el momento de recibir el Cuerpo de Cristo es importante: en la izquierda recibimos el Pan y con la derecha hacemos un trono a la mano en la que se nos entrega al Señor; los ojos se llenan de admi­ración y de gratitud.

• Alimentados con el Cuerpo del Señor, nos recogemos para entablar comunión-comunicación con Jesús, pedirle fuerzas y seguir haciendo los gestos que Él inauguró.

• La acción de los cristianos tiene su origen en el acontecimiento de Pentecostés y en el acontecimiento de cada Eucaristía que nos impulsa a ser como Jesús y ha «estar de acuerdo» con lo que Jesús hizo y nos mandó hacer.

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Catequistas 172 (2006).

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4 L TODO ESTÁ LLENO DEL ESPÍRITU DE DIOS

«El Espíritu se manifiesta de modo particular en la Iglesia y en sus miembros; sin embargo, su presencia y acción son universales, sin límite alguno ni de espacio ni de tiempo... El Espíritu está en el origen mismo de la pregunta existencial y reli­giosa del hombre, la cual surge no sólo de situaciones contingentes, sino de la es­tructura misma de su ser» (RM 28). Este texto de la encíclica Ftedentoris missio está en el trasfondo de esta catequesis.

Para trabajar

• Observar: Todo lo de abajo procede de arriba. La paloma, forma de representar el Espíritu de Dios, es el origen de una variada sinfonía de manifestaciones: di­versidad de religiones; ayuda humanitaria; ecología; ciencia e investigación; atención a los enfermos... Donde se pone remedio al mal hay manifestación de la vida que procede de Dios.

• Génesis 2,7. Detenerse en la expresión: «Sopló en su nariz aliento de vida». La vida es «aliento de Dios»... Buscar expresiones del lenguaje ordinario que «ani­man», que «dan vida».

• Hacer una nueva página que refleje la actividad cercana en la que se manifies­te el Espíritu de Dios actuando por nosotros o a favor nuestro.

• Comentar los textos tomados de la vigilia y fiesta de Pentecostés (Gen 11,1 -9; Éx 19,3-8.16-20; Ez 37,1-14; Jol 3,1-5; Rom 8,22-27; Hech 2,1-11; 1 Cor 12,3-7.12-13; Jn 20,19-23).

• Hacer: Darse aliento unos a otros. Imaginar cosas, expresiones que dan alien­to en situaciones concretas. Buscar nombres de personas que nos dan aliento, que se lo dan a otros. También lo contrario. Descubrir los dones personales re­cibidos para animar y dar a otros. Imponerse las manos, gesto que en la tradi­ción cristiana significa comunicación del Espíritu, Preguntarse, ¿qué transmiti­mos? ¿Quién nos transmite algo? Repartir luz, sal, olor de Cristo... Repartir una cerilla a cada participante para que recuerde la luz que tiene, aunque sea pe-queñita; o repartir un poquito de sal para recordarnos la misión de salar el mun­do y hacerlo mejor... O unas gotas de colonia para ser el «buen olor de Cristo» en nuestro mundo...

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Catequistas •jtf (2002).

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o LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

Los catecismos hablaban de los dones del Espíritu Santo: sabiduría, entendi­miento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Además están los fru­tos del Espíritu Santo: caridad, paz, longanimidad, benignidad, fe, continencia, gozo, paciencia, bondad, mansedumbre, modestia, castidad.

Los frutos (Le 6,44: por los frutos los conoceréis) por los que se puede cono­cer que una persona está llena del Espíritu de Jesús, son los que aparecen en el dibujo. No se trata de acciones puntuales, sino de manera de ser y de vivir.

Para trabajar

• Voluntariamente se han puesto las palabras de manera desordenada. Es posi­ble que en un dibujo unos pongan una palabra y otros, otra, o varias.

• Los frutos están enmarcados en una llama de fuego. Fuego o celo por las co­sas de Dios (Jn 2,17) es lo que la gente siente cuando decimos que «nos en­cendemos». Quien está lleno del Espíritu de Jesús está «encendido» y quiere que el fuego que lleva dentro vaya «quemando» o extendiéndose por todos los rincones para «vencer al mal con el bien». Los frutos del Espíritu son las armas verdaderas de los seguidores de Jesús. No vencemos el mal con el mal, sino con el bien.

• Hay un denominador común tanto dentro de la llama como fuera. Los frutos tie­nen como principio propulsor de las acciones el considerar al otro como im­portante, como hermano. El principio del mal, que arranca en el lejano pecado original, es que la persona sigue sus gustos, sus intereses.

• Cabe proponer al grupo cambios y añadiduras que no estén en la viñeta. Tam­bién el catequista puede entregar una fotocopia con las palabras eliminadas y proponer al grupo la búsqueda de palabras o de frutos del Espíritu a partir de lo que el dibujo sugiere.

• El mismo documento trabajado servirá para una celebración: lectura de los pa­sajes bíblicos propuestos, comentario del dibujo que «traduce» el texto a reali­dad, oración penitencial por los malos frutos que hay en nosotros o en el mun­do, oración de acción de gracias o de petición por los gestos de bondad que hay en nosotros y en el mundo, envío para ser llama que vaya destruyendo to­do lo malo.

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Catequistas 157 (2004).

55-

D l )

CREO EN LA SANTA IGLESIA CATÓLICA

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados.

H o LOS ORÍGENES DE LA IGLESIA

En el dibujo se narran los acontecimientos de la primera Iglesia. Después de la Resurrección:

— Todos ellos, con algunas mujeres, la madre de Jesús y sus parientes, per­sistían unánimes en la oración (Hech 1,14).

— Aparecieron unas como lenguas de fuego, repartidas y posadas sobre ca­da uno de ellos (Hech 2,3).

— A Jesús lo crucificasteis por manos de gente sin ley y le disteis muerte (Hech 2,23).

— ¿Qué hemos de hacer hermanos? (Hech 2,37). — Arrepentios y bautizaos invocando el nombre de Jesucristo (Hech 2,38). — Eran asiduos en escuchar la enseñanza de los Apóstoles (Hech 2,42). — Eran asiduos en la oración (Hech 2,42). — Los creyentes estaban unidos y ponían todo en común (Hech 2,44). — Partían juntos el pan (Hech 2,42.46).

Para trabajar

• Dejar bien clara la secuencia de acciones; indicar que no se dieron en un día, si­no que se narra una manera de vivir. Es el inicio de la primera comunidad de los seguidores de Jesús sin Jesús.

• Señalar los protagonistas: el Espíritu que actúa en la comunidad reunida. Reu­nirse, ese simple hecho, ya tiene un gran valor. ¿Por qué hemos llegado a de­cir que «no vale la pena reunimos»?

• Descubrir qué acciones de las narradas se siguen realizando hoy en las comu­nidades cristianas. Cómo se actualiza hoy la vida de la primera comunidad en nuestras comunidades. Donde sea posible, presentar diversas concreciones del funcionamiento de parroquias...

• Estas escenas de compartir pueden ser un buen momento para «dar sentido» a las campañas que se organizan para sacar dinero; también para descubrir el significado de los «cepillos» en las iglesias o del momento en que se «sale a pe­dir» en la presentación de dones.

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Catequistas 156 (2004).

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o LA EXPERIENCIA PASCUAL

El pueblo de Israel sale de Egipto y celebra la Pascua cronológicamente muy pron­to. Pero vivirá la experiencia de lo costoso y largo que es el proceso de ser libres y comportarse como tal. La ficha de trabajo es una evocación del camino actual de la Iglesia.

Para trabajar

• El camino que atraviesa toda la página es, a la vez, camino de esclavitud y ca­mino de liberación. En el mismo camino en el que nos encadenamos con co­sas, podemos liberarnos: las elecciones pequeñas que nos convierten.

• Lo que nos pasa hoy, lo vivieron otros antes que nosotros: el éxodo de los he­breos de la esclavitud de Egipto. Enseguida llegan los obstáculos: un mar que atravesar, un desierto en el que vivir, un pacto de alianza que cumplir (la entre­ga de los mandamientos). Es importante poner a los miembros del grupo en contacto directo con los textos (Éx 12,29-42; 14,1 -31; 15,1 -21; 20,1 -21; 34; Dt 5; Sal 50,16-20).

• Detenerse en detalles como: «la torre de Babel» (el camino hacia la libertad co­mienza después de una experiencia de soberbia, confusión...); «las pirámides de Egipto y sus templo, sus ídolos» (el poder, el aplastar a los otros, la fabrica­ción fácil de dioses...); «el Mar Rojo» (lo que hay que atravesar y no podemos sin intervención de Dios, pues la libertad no es posible por nuestras propias fuerzas y esfuerzos...); «el monte Sinaí» (desierto, camino hacia lo alto, voz de Dios...). (Recorrer el Éxodo y buscar los relatos.)

• El dibujo del ángulo superior derecho es susceptible de varias interpretaciones: ¿Se trata de Abrahán o de Moisés? El creyente es invitado siempre a salir de algo suyo (Gen 12,1 -9; 17,1 -14; 22).

• Centrarse en las personas que llegan a romper las cadenas e imaginar cómo han podido hacerlo, qué gritan. Darse cuenta de que no están solas, llegan en grupo. Preguntarse si han roto «todas» las cadenas de esclavitud o sólo algu­nas... (cuáles se rompen mejor, cuáles son más difíciles de romper...). Relacio­nar a Moisés, las «tablas» y la libertad vitoreada.

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Catequistas 131 (2001).

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o LA IGLESIA COMO SACRAMENTO

Lumen Gentium: «Y como la Iglesia es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento de la íntima unión con Dios...» (n. 1). La catequesis que proponemos tiene cuatro representaciones de la Iglesia, y otras cuatro están vacías; hay que rellenarlas.

Para trabajar

• Estas viñetas representan la Iglesia: ¿Qué texto bíblico os sugieren?, ¿Qué ex­periencia de ser Iglesia tenemos en nuestro entorno más inmediato? Si no se les ocurre nada, darles pistas: narración de Pentecostés, escenas de los He­chos de los Apóstoles, Ascensión, sacramento de la Eucaristía...

• 1 Corintios 12,12-27. A la hora de correr todos los miembros del cuerpo se ayu­dan, las piernas tienen necesidad de los pulmones, de las manos, de la cabe­za, de los ojos... Es la representación de las palabras de Pablo: Como el cuer­po, siendo uno, tiene muchos miembros, y los miembros, siendo muchos, forman un solo cuerpo.

• Juan 10,1-16. El evangelio de Juan presenta a Jesús como pastor de su rebaño. Para algunos es una imagen peyorativa. Carentes hoy de cultura agrícola y ga­nadera, el rebaño es «leído» como «masa», «gente que no piensa y se deja lle­var». En la mentalidad de Jesús es otra cosa: conocimiento, pertenencia, relación personal a pesar de ser muchos, confianza en alguien que guía y conduce.

• Juan 15,1-17. Bella imagen que manifiesta la necesidad de unión con la cepa, con la savia del tronco. En un racimo, las uvas no tienen sentido «por libre». Per­tenecen a un racimo que existe porque está unido a la cepa a través del sar­miento.

• 1 Pedro 2,4-5; 1 Corintios 3,9-17. El apóstol llama a los cristianos «piedras vi­vas» de un templo edificado sobre el sólido fundamente de Cristo. Lo que ca­da cristiano es «cuenta» en el edificio total, en la visibilidad de los cristianos an­te el mundo.

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Catequistas 182 (2007).

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Ei MENSAJE DE JESÚS

En el centro de la catequesis encontramos esencialmente una persona, la de Jesús de Nazaret, Unigénito del Padre... Catequizares descubrir en la Persona de Cristo el designio eterno de Dios... Se trata de procurar comprender el significado de los gestos y de las palabras de Cristo, los signos realizados por Él mismo.

(Catechesi tradendae, 5 y 6)

Í L LAS OBRAS DEL SEÑOR

Lucas escribe a «Teófilo» (amado de Dios). Es un nombre simbólico, un neófito (nuevo cristiano) a quien se le invita a darse cuenta de la solidez del mensaje cris­tiano abrazado en el Bautismo. El Dios de los cristianos que Jesús anuncia en el evangelio de Lucas es un Dios humano, atento a los judíos y a los paganos, a los ricos y a los pobres, a los justos y pecadores, a los enfermos y a los sanos. Lucas nos presenta a Jesús como «hoy es el día de la salvación» (Le 4,14-30). Hasta en el ejército de ocupación de los romanos, hay centuriones que creen en Jesús an­tes y mejor que los mismos judíos (Le 7,9; 23,47; Hech 10,2).

Para trabajar

• La primera viñeta es la cara de Jesús. Cara humana en la que destacan los ojos. Son ojos para ver, para mirar, para contemplar, para fijarse en las necesidades de los hombres y mujeres, para mirar con cariño... No están dibujadas las ma­nos, están separadas del cuerpo... Encontraremos las manos de Jesús en las vi­ñetas siguientes, haciendo milagros. Puede ser un dibujo que sirva para una oración: «Jesús, mira a...» {sigue un tiempo para nombrar a personas con ne­cesidades que el grupo conozca). «Jesús, mírame» (sigue un tiempo para supli­car que me mire o que mire lo que yo estoy viviendo...).

• Segunda viñeta: (Le 5,12-15). Leer la imagen. Fijarse en las manos de Jesús cercanas, tocando a la persona concreta y sus heridas. Representar la imagen como grupo o como persona concreta. Dar nombre a la «lepra».

• Tercera viñeta: (Le 7,11 -17). Leer la imagen. No se ve la cara de Jesús. Se ven otras caras. Describir qué contemplamos reflejado en ellas. Jesús casi no está presente, sólo su mano. Imaginar la escena y crear un diálogo con Jesús.

• Cuarta viñeta: (Le 19,35-43). Leer la imagen. Comentar la diferencia entre la geografía descrita en el texto y lo que el dibujante ha detallado. Preguntarse por qué. No está dibujado Jesús. Pero está en la viñeta primera. Vale para todas las escenas. Es el mismo Jesús ante personas diversas, todas ellas necesitadas. Para todas tiene palabra de salvación y de sanación. Dar actualidad a todos los detalles (junto al camino, sentado ¿pasota?, pasar gente, preguntar, responder, gritar, Jesús que se acerca, etc.).

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Catequistas 153 (2004).

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o EL USO DE LOS BIENES

Quien encuentra de verdad a Jesús siente la necesidad de hacerse pobre. Es una catequesis sobre el uso de los bienes y sobre el uso del dinero. Las palabras de Jesús son un «discurso» duro de oír en las sociedades ricas. De todas formas, lo creemos importante y hay que abordarlo.

Para trabajar

• Identificar los pasajes únicamente por los dibujos, prescindiendo de las citas. Leer los relatos completos en los evangelios.

• Elegir los pasajes más duros para mí sobre los bienes y el dinero. Las razones pueden ser diversas: no lo entiendo, «ataca» más la raíz de mi deseo y gusto de tener, no es la moda...

• Enumerar las objeciones y pegas que cada uno pondría a Jesús.

• Preguntarse por qué Jesús se habrá fijado en este «detalle» del dinero, de los bienes, y por qué diría lo que dijo. ¿Qué experiencia tendría Jesús del uso del dinero y de lo que veía que hacían los ricos?

• Hacer una «Campaña de Desplume» (puedes llamarla de otra manera):

a) Cosas en perfecto uso y que no usamos nada más que una o dos veces al año. Bien limpias y planchadas (ropa) o empaquetadas indicando qué es ca­da cosa, las depositamos en algún sitio previamente designado. Añadimos, además, una cosa muy querida y que sí utilizamos a menudo, pero nos des­prendemos de ella.

b) Dinero. Entregamos el 50% (puedes poner otros porcentajes) de lo que nos dan los padres (o de lo que reservamos para «caprichos») y lo reunimos pa­ra un proyecto de «Manos Unidas», por ejemplo. Se pueden proponer otros objetivos: comprar alimentos menos caros (que no sean de primera calidad) durante un mes. Con lo ahorrado, apoyamos un proyecto de la «Campaña del Hambre».

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No acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla corroe y los ladrones roban. Acumulad tesoros en el cielo... Donde está tu tesoro está tu corazón

16,19-21)

Ninguno puede servir a dos señores... a Dios y al dinero (Mt 6,24:

Un hombre muy rico se decía: Alma mía, tienes muchos bienes para muchos años; descansa, come,

bebe, diviértete. Pero Dios le dijo: Estúpido, esta noche morirás (Le 12,19-20)

Catequistas 169 (2006).

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o LAS LLAMADAS DE JESÚS

Hablar de llamadas de Jesús es hablar de vocación. Lo de Dios no lo inventamos nosotros, no se nos ocurre a nosotros. Dios es siempre revelación. Nos precede. No es que uno diga: «Yo voy a seguir a Jesús». Esta frase no tiene sentido. Sí que tiene sentido esta otra expresión: «Siento en mi corazón que Dios me llama y me da fuerza para seguirle»; «Siento que Dios me llama en lo íntimo de mi ser, pero prefiero lo mío y no le hago caso». En las viñetas se presentan cuatro pasajes bí­blicos de llamadas de Jesús. Se trata de adultos y jóvenes.

La opción vocacional es el fruto maduro de todo crecimiento humano y cris­tiano. El creyente confiesa la verdad, comprometiendo su propia vida. Dios es el protagonista que desea la vida y la felicidad de cada ser. El cristiano vive su vo­cación reconociendo el señorío y el amor de Dios y comprometiendo sus propias fuerzas hasta la radicalidad.

Para trabajar

• Observar detenidamente las viñetas, recordar los pasajes y leerlos.

• Hacer una lista de la forma que tiene Jesús de llamar a los primeros apóstoles: dónde, cuándo, cómo, a quiénes, edad, oficio... Observar que no hay vocacio­nes de «niños», sí de adultos y de jóvenes. Vocación: ser llamado y tener la ca­pacidad de decidir personalmente sobre la propia vida. ¿Qué hago yo con mi vida? ¿Qué quiero hacer?

• Hay otras vocaciones en la Biblia que no están aquí recogidas: la de María, la de Natanael, etc. Buscarlas, seguir la comparación.

• Centrarse en lo que el dibujante nos quiere decir en la viñeta cuarta.

• Analizar los protagonistas y los acompañantes que el dibujante coloca en cada viñeta. Están siempre en segundo plano. El primer plano es para los protago­nistas. Nadie habla a Dios por nadie. Nadie dice sí o no a Dios por otro. «Nos ju­gamos la vida en la respuesta que damos.»

• Narrar historias actuales y conocidas de personas que les ha pasado «algo pa­recido» a lo que «cuentan» las viñetas.

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Catequistas 177 (2007).

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4 L VENYSÍGUEME

La comunidad cristiana es un lugar de congregados por habasesentído llamados por Alguien. No me habéis elegido. Os he elegido (Jn 15,16). Esta es la diferencia. Quien no se siente llamado, quien no hace las cosas por ñamada, no ha entrado en lo esencial del cristianismo.

Para trabajar

• Vemos a un niño o joven que lee el Evangelio. ¿Qué ha encontrado en las pági­nas del Evangelio? Se mencionan cinco escenas.

• Precisar las cinco escenas evangélicas evocadas: llamada de Andrés y Pedro, de Santiago y Juan (Mt 4,18-25 y paralelos); llamada de Mateo (Mt 9,9-17 y pa­ralelos); llamada del joven rico (Mt 19,16-30 y paralelos), a los niños en general (Mt 19,13-15 y paralelos). Con los grupos que sea posible, leer y analizar los matices de las diversas versiones sinópticas.

• Jesús llama a seguirle: convivir para conocerlo mejor; convivir para entrar en su estilo de vida; convivir con Él para descubrir la riqueza que Él es...

• Ayudar a los miembros del grupo a enumerar las connotaciones de la llamada de Jesús.

• Actualizar las escenas con personas conocidas o de nuestra edad. Y, ¿por qué no?, personalizar, poniéndose cada uno dentro del dibujo.

• Eliminar la persona de Jesús y poner en su lugar a otras personas (o aconteci­mientos) que nos llaman. Analizar qué nos ofrecen. Qué nos piden, qué nos pro­meten, a quién excluyen, a qué gente llaman, quién les dice sí y quién les dice no...

• Elegir una escena, la más cercana a nuestra vida, y responder aprovechando los bocadillos que hay en blanco.

• Imaginar (representar) qué diálogo entabla Jesús en cada una de las viñetas; repartirse personajes y entablar un diálogo de dos a cinco minutos. La persona que hace de Jesús contará siempre con la ayuda del catequista.

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Catequistas 126 (2000).

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Q ¿QUÉ CASA HAS CONSTRUIDO?

«Quien escucha mis palabras y las pone en práctica, se parece a un hombre pru­dente y sabio que construyó su casa sobre roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron la casa, pero no se derrumbó porque estaba ci­mentada en la roca. Quien escucha estas palabras mías y no las pone en prácti­ca, se parece a un hombre sin juicio que construyó la casa sobre arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos, azotaron la casa y se derrumbó. Fue un derrumbamiento terrible» (Mt 7,24-27).

Para trabajar

• Lo que ves. El objetivo final es que cada uno construya su casa de cristiano. No se trata de llegar a una casa construida. Cada uno se va construyendo su casa poco a poco. No podemos construir la casa de los demás; sólo ayudamos (si nos dejan). Describir los cimientos sobre los que se ha edificado la casa de nuestro cristianismo (valores humanos, madurez personal, silencio, reconoci­miento tranquilo de la propia realidad con sus límites, sus riquezas, las propias preguntas importantes, la necesidad de cimiento de la existencia...).

• Hablar de «los modelos» de «casa cristiana» que hemos visto y palpado en el camino, del «modelo de cristiano que yo sueño» (o quizá todavía no tengo mo­delo definido y ando buscando, como quien busca y mira pisos...). Enumerar las personas que me ayudan en la tarea: la comunidad, personas concretas, buenos ejemplos, opciones personales, tomar las cosas en serio, descubrir que Dios nos quiere, nos llama, y que decidimos responderle, escucharle...

• ¿Qué ladrillos hemos (estamos) utilizado para construir nuestra casa cristiana? ¿Son los mandamientos esos ladrillos? ¿Son elementos esenciales de la vida cristiana? ¿Les ponemos nombre?

• ¿Qué elementos de construcción necesitamos además de los ladrillos que ahí se ven? ¿Qué es lo que une unos ladrillos a otros? ¿Qué nos ayuda a elevar los ladrillos? ¿Nos hemos cansado de poner algunos ladrillos? ¿Cuáles son los la­drillos que utilizamos más, menos, nada...? ¿Porqué?

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Catequistas 173 (2006).

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(&o EN PISTA CON JESÚS

Seguir la pista de alguien es seguir sus pasos. Exige tiempo y una especie de ras­treo para conocer los movimientos del otro. El dibujo nos presenta unos momen­tos puntuales de la vida de Jesús.

Para trabajar

• Anunciación (Le 1,26-38). Dios pidiendo permiso para ser acogido. Dios no fuer­za ni impone. Dios llama y deja libres.

• Nacimiento (Le 2,1-20; Mt 1,18-25). En la noche, en silencio, nace y es acogido por María y José.

• Crecía en sabiduría y gracia (Le 2,50-52). Vida normal de un niño en presencia de Dios.

• Tengo que ocuparme de las cosas de mi Padre (Le 1,41 -49).

• Bautismo de Jesús (Le 3,21 -22). Primera manifestación de Jesús como Hijo de Dios.

• Tentaciones (Le 4,1-13). Oración, soledad, desierto, discernimiento, búsqueda de su vocación, tentaciones (salidas falsas) que se presentan y rechaza.

• En la sinagoga (Le 4,14-21). Jesús se autopresenta a los suyos.

• Curación del paralítico (Le 5,17-26). Jesús comienza sus signos y milagros en los que desvela que Dios está con él y él es la salvación para los enfermos y necesitados.

• Buen Pastor (yin 10,1-21). Jesús se define como «Buen Pastor» que conduce a los que le siguen a buenos pastos e intima con los suyos.

• Lavatorio de los pies (Jn 13,1-20). Es Maestro nuevo, lava los pies de los suyos. Invita a que quien quiera ser el primero que se ponga a servir.

• La última cena (Le 22,7-23). «Este pan soy yo que se entrega y que es alimento.»

• Oración en el huerto (Le 22,39-46). La oración o diálogo con el Padre le da fuer­zas para no desfallecer, cuando sus amigos prefieren dormir.

• Ante Pilato (Le 23,1-6). Acepta y confiesa.

• La burla de los soldados (Mt 27,27-31). Se burlaron de él.

• Muerte de Jesús (Mt 27,32-55). Entregó hasta la última gota de vida por nosotros.

• La resurrección (Mt 28,1-15). Dios estaba con Él y lo resucitó de entre los muertos.

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Catequistas 134 (2001).

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ü* LA PALABRA DE DIOS

Hay tres instantáneas bíblicas en las viñetas. El dibujante ha encontrado una co­herencia y progresión lógica en ellas y por eso las ha unido. También pueden ser tratadas de manera independiente.

Para trabajar

• Presentar las imágenes y ver si son capaces de identificar los pasajes a los que hacen alusión. En la mayoría de los casos, será difícil que acierten. Habrá que dar pistas para encaminar hacia la identificación. Ponemos un ejemplo con la primera viñeta, que sirva de pista, y dejamos que el catequista elabore él mis­mo preguntas parecidas para las otras dos narraciones evocadas en los dibu­jos: Antiguo o Nuevo Testamento; el protagonista es un niño que dormía; un ni­ño que creía que le llamaba un sacerdote; el nombre del sacerdote es Eli; el nombre del libro donde se encuentra el relato coincide con el nombre del niño; el nombre del niño es Samuel; el pasaje se encuentra en 1 Samuel 3,1 -21. Los demás pasajes son: Marcos 7,32-37 (cura a un sordomudo que le presentan); Mateo 25,14-30 (el señor que reparte sus posesiones para irse al extranjero y encarga que las cultiven; a la vuelta pedirá cuentas).

• Una vez identificados los pasajes bíblicos, leerlos creando un ambiente de si­lencio y acogida; tras la lectura, dejar que el grupo reconstruya la escena.

• Elegir una de las narraciones y profundizarla: leer el episodio despacio; pre­sentar varias traducciones y observar las variantes de unas y otras; analizar los personajes que intervienen y lo que hacen o dicen; preguntarse por el mensaje que encierra la narración; poner ejemplos de situaciones de la vida comunitaria, del grupo o personales en las que «pasan cosas ¡guales, parecidas...»; orar en grupo en silencio y después de manera comunitaria, para que no se queden las cosas en «reflexiones» teóricas.

• Plantear al grupo una pregunta más o menos así: ¿Qué sentido tienen estos textos bíblicos en este momento de nuestro grupo, en este momento del año litúrgico, en este momento del nuestra vida, en este momento de lo que pasa en el mundo, en este momento en nuestra parroquia, en este momento en nuestra familia...?

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Rellena las líneas en blanco con una oración o con una reflexión personal.

Catequistas 151 (2003).

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3 o ENCUENTROS CON JESÚS

El encuentro con Jesús tiene una componente de conocimiento. Conocer en la Biblia es más que un saludo o tener noticias de alguien. El conocimiento que pro­duce el encuentro con Jesús va más allá de la acumulación de datos biográficos. Conocer significa entablar relación con el otro, compartir la vida en una misma dirección.

Para trabajar

• Primera viñeta. Fijarse en la postura de Jesús. Hace de Maestro. «Enseña» co­sas que Nicodemo no puede comprender. Es de noche. Hay una lámpara para alumbrar no la noche material, sino la noche del corazón. Sin fe es imposible creer en Jesús. Ponernos en la «piel» de Nicodemo y presentarle a Jesús todas las «pegas» que tenemos sobre Él. Rezarlas. Avivar el aceite de nuestra fe con la oración, con la ayuda de la fe de los otros miembros.

• Segunda viñeta. Detenerse en la mirada de los dos protagonistas, en la postu­ra de las manos. Ponerse en la «piel» de Zaqueo para analizar cómo «nos he­mos movilizado» para «conocer» a Jesús, para verlo, para asomarnos a Él. Pre­guntarnos si nos ponemos «a tiro» de la mirada de Jesús o si preferimos no acudir a los lugares por donde sospechamos que Él puede pasar...

• Tercera viñeta. Hay tres personajes. Dos hablan. Uno, la mujer, no habla, pero hace. A uno se le va la fuerza por la boca, en la discusión. La mujer pone toda su fuerza en sus lágrimas, en su acercarse, en reconocer al Señor. Quizá esta vi­ñeta puede darnos pistas para analizar nuestra postura ante Jesús: ¿Sólo inte­lectual o llega a realidades más concretas? Podremos hablar del sacramento de la Penitencia.

• Cuarta viñeta. La samaritana está sorprendida, admirada, fuera de sí... Jesús le pide agua. Y ella descubre que Jesús es el Agua que ella busca en lo más ín­timo de sí misma... Hay una sed que sólo puede saciarla el corazón de una persona.

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Catequistas 188 (2008).

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^ EL REINO DE DIOS

Y sin parábolas no les explicó nada (Mt 13,34). Aquí tenemos un resumen de las parábolas más conocidas. Todas ellas tienen una finalidad expresa: acercarnos al misterio de Dios. Todas ellas están llenas de una vitalidad contagiosa que el Es­píritu hace ver a los que seguidores de Jesús.

Para trabajar

• Reconocer las parábolas y narrarlas con lo que los del grupo recuerden. Des­pués, leer el texto y caer en la cuenta de lo que habíamos olvidado. Los deta­lles son importantes. En ellos va lo fundamental del mensaje de Jesús.

• Mateo 13,44. La perla. Una de las parábolas más breves en extensión, pero ri­ca en contenido. Descubrir el tesoro es descubrir la riqueza que es Jesús. Je­sús vale más que todo. Vale la pena quedarse si nada, con tal de estar con Jesús. ¿Cómo el hombre pudo descubrir la perla?

• Mateo 13,1-9. El sembrador. La explicación la da el mismo Jesús. Hacer un co­razón y dibujar las partes que tenemos en él donde la semilla cae. Importante calcular la cantidad de corazón que tenemos pedregoso, con espinas, etc. Bus­car los porqués.

• Lucas 13,20-21. Levadura. La acción de la levadura no se nota. Todo lo de Je­sús es como levadura. Hay que saber esperar... Dios trabaja siempre a largo plazo. Nos da un año más para dejarnos remover por dentro y madurar.

• Juan 3,8. El viento. El viento sopla donde quiere, oyes su rumor, pero no sabes de dónde viene. Con el Espíritu de Jesús uno es capaz de descubrir las cosas buenas que hay por todas partes. Están en el ambiente y nos ayudan a dar gra­cias, a reconocer que lo bueno está esparcido por doquier.

• Lucas 13,18-19. Grano de mostaza. A veces despreciamos las monedas de un céntimo o las cosas pequeñas... Parece que sólo tiene valor lo grande, los rega­los vistosos. Nada de Dios es pequeño. Todo lo que está injertado de Dios produ­ce frutos, mucho más de lo que nos imaginamos... Poner ejemplos: palabras sen­cillas que te han levantado el ánimo; gestos sencillos que hacemos; lugares o personas donde podemos sembrar un «grano de mostaza» y dejarlo crecer.

• Lucas 10,25-37. Samaritano. Quizás una de las parábolas más conocidas y que han hecho que el término «samaritano» adquiera el significado de «generosi­dad, ayuda, compasión, atención al otro». Descubrir personas samaritanas que conocemos, lugares y grupos que necesitan encontrarse con samaritanos.

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Dossier Catechista 8 (2008)

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W, EL PROGRAMA DE JESÚS

El evangelista san Lucas nos presenta el «programa de acción de Jesús» al inicio de su predicación.

Para trabajar

• Situarse en la primera viñeta y preguntar: ¿qué se ve ahí?

— Personas. Uno que habla desde la cátedra y unos que escuchan. ¿Quiénes son? ¿Dónde están? (Jesús, episodio de Le 4,16 y siguientes). Lo que Jesús anuncia es que en Él se revela el amor misericordioso de Dios hacia los hombres. Y ese amor comienza por los que tienen heridas. No sólo habla de heridas físicas o enfermedades, sino de heridas íntimas, que casi no se ven, pero que duelen y hacen mucho daño. Mucha gente sana tiene heri­das que no se ven.

— Sinagoga. Nombre que recibe la comunidad judía reunida. De ahí se pasa­ría a denominar el lugar de la reunión que miraba siempre hacia Jerusalén donde estaba el único templo de Israel. Si es posible, visitar una sinagoga y recibir explicaciones del rabino; dar noticia de alguna sinagoga célebre o buscar en diccionarios más información.

— Rollo. Tiras de papiro, un arbusto acuático, pegadas unas a otras y donde se escribía.

— Candelabro. De siete brazos, ubicado en el Templo, pasó a ser el símbolo del judaismo (Éx 25,31; 37,17).

• Pasar después a las restantes cuatro viñetas: hijo de la viuda de Naín (Le 7,11 -17); el ciego de Jericó (Le 18,35-43); perdón de la pecadora (Le 7,36-50); cura­ción de un leproso (Me 1,40-45). Situar estos signos de Jesús en el tiempo y el espacio.

• Comparar estas curaciones con lo que se dice en Lucas 4,16-21.

• Pararse en esta expresión: «Hoy se cumple esta Escritura». El encuentro con Jesús es un encuentro para la vida, un encuentro que llena de vida, que cura el corazón.

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d Catequistas 129 (2001).

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H I L LA ORACIÓN

La regulación de la vida laboral en el contexto occidental establece unas priori­dades: ocho horas de trabajo diarias. Hay actividades que quedan desplazadas a los fines de semana.

Para trabajar

• Leer el dibujo. Los momentos privilegiados de la oración que Jesús aprendió y vivió: la bendición en los momentos de comer; la oración de la mañana y la ora­ción de la tarde. Las viñetas de la derecha muestran los mismos momentos de oración del creyente: la comida, el momento de levantarse y de acostarse. Son los momentos privilegiados de oración. Conviene detenerse en las manos.

• El momento de comer. Viñetas 1a) y 1b). Comer no sólo es acción biológica. Compartimos la presencia de otros, nos alimentamos de los otros (su palabra, su historia e historias, su riqueza y su pobreza) como nos alimentamos de pan y de frutos de la tierra. Bendecimos a Dios porque vivimos y nos compromete­mos a vivir para compartir, para hacer y ser pan para los demás.

• La oración de la mañana. Viñetas 2a) y 2b). Es el paso de la noche al día. Es co­mo una «resurrección» que nos acontece cada día; nos incorporamos de nue­vo a la creación tras el descanso nocturno. El sol que nace recuerda la Pascua, cuando Jesús venció las tinieblas de la muerte con la luz de la resurrección. To­do comienza de nuevo y lo ponemos en manos de Dios. A Él le ofrecemos lo que somos y nuestro trabajo. Los evangelios nos dan noticia de la oración de Jesús: «De mañana, cuando aún no había amanecido, Jesús se levantó y se re­tiró a un lugar solitario para rezar.» (Me 1,35).

• La oración de la tarde. Viñetas 3a) y 3b). La tarde es rica en sugerencia: nos re­cuerda la caducidad de la vida; no somos señores del tiempo. Al atardecer, mi­ramos nuestras manos, descubrimos en ellas el trabajo de la jornada. La tarde es tiempo de balance, de examen, de acción de gracias, de petición de perdón. El cristiano da gracias, recuerda la caducidad de la vida y aprende la lección de la muerte: «Padre, en tus manos pongo mi vida» (Le 2,32-46). Jesús oró al atar­decer y por la noche: «Jesús se retiró a la montaña a orar y pasó allí toda la no­che en oración» (Le 6,12).

• Un detalle. El dibujante ha unido las viñetas en forma de puzle. Quizá quiere de­cir que lo que hacemos nosotros «encaja» con lo que hizo Jesús.

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Catequistas 146 (2003).

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TIEMPOS LITÚRGICOS

Si la Iglesia distribuye el misterio de Cristo a lo largo del tiempo, es porque sabe que no se puede celebrar toda la riqueza del misterio de Dios de un golpe... Nos lo va repartiendo en entregas esparcidas en el calendario. que forman lo que llamamos Año Litúrgico.

( ^

A V )

ADVIENTO-NAVIDAD

No esperamos en vano. El Señor prepara algo nuevo

para los que no pierden la esperanza

y saben mirar hacia Él.

Í L EL CAMINO DEL ADVIENTO

• Domingo primero de Adviento: Mt 24,37-44

El que habla es el mismo Jesús. Indica a los discípulos cómo deben de estar aten­tos para recibirle cuando venga, al final de los tiempos. Esta disposición es váli­da también para la primera venida, la Navidad. Esperar no es no hacer nada. Es­perar es una de las cosas más desesperantes que tenemos las personas de esta época de la velocidad. Esperar es preparar, estar atentos a que llegue algo. Dura lección. (Ejercicio práctico: observar las actitudes, palabras, gestos de los que esperan el autobús que no llega, el tren, la familia que viajaba en coche...)

• Domingo segundo de Adviento: Mt 3,1-12

El que habla es Juan Bautista. Se dirige a todos los públicos. Unos tienen ros­tro y otros no. Quizá se pusieron una careta para ir por la vida. Se quedan le­jos, observando. El profeta invita a la conversión, a lo esencial. Juan no tiene pelos en la lengua y señala con su palabra a personas que son «peor que víbo­ras». (Ejercicio: dar nombre a las diferentes personas de la viñeta en nuestra historia actual, porque pasa ahora lo mismo que pasó entonces.)

• Domingo tercero de Adviento: Mt 11,2-11

El profeta está en prisión y manda a sus discípulos para que pregunten a Jesús si Él es de verdad el Mesías. No les da la respuesta clara. Se les dice que «mi­ren y observen» lo que pasa a su lado. Lo de Dios no entra porque se aprende: entra porque se ve, por las obras de los que creen, por los convertidos. (Ejerci­cio: buscar personas y lugares donde palpar que los ciegos ven, los sordos ha­blan, los leprosos son curados... Buscar la presencia de Dios a nuestro lado. El reino siempre es semilla.)

• Domingo cuarto de Adviento: Mt 1,18-24

José es presentado como un justo, un obediente a Dios. Nada pasa porque sí. Dios hila fino. Y los justos descubren que Dios está por encima de nuestros pro­pios planes y de nuestras maquinaciones... (Ejercicio: personalmente o en gru­po comentar lo que le pasó a José, el justo, y cómo nos pasa a nosotros. Hay plan de Dios por encima de nosotros.)

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Catequistas 160 (2004).

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o ADVIENTO Y NAVIDAD

Aunque la palabra Adviento se pronuncia frecuentemente en ámbitos creyentes, muchos cristianos no saben bien lo que significa.

Para trabajar

• Litúrgica. Cada uno de los círculos del árbol puede ser una semana de Ad­viento. Poner un dibujo que represente el acontecimiento o personaje principal del evangelio del domingo.

• Tradiciones. El árbol de Navidad es una tradición que cada vez está más me­tida dentro de las familias. Se podrían escoger las tradiciones más significativas de Navidad y enmarcarlas en los círculos: pesebre o belén, corona de Advien­to, árbol, felicitaciones, adornos, etc.

• Gestos de solidaridad. Colocar los gestos de solidaridad que se promueven a nuestro lado: aguinaldos, visitas a residencias, hospitales, juguetes y libros pa­ra niños necesitados, campaña de ayuda...

• Formas de celebrarla Navidad. Hoy es fácil encontrarnos con personas que vienen de otras partes del mundo. Conocer cómo se celebra la Navidad más allá de nuestro contexto cultural puede ser interesante: las costumbres religio­sas, familiares, gastronómicas, musicales...

• Tarjetas de felicitación al niño Jesús. Se podrían colgar de cada círculo con un hilo tarjetas de felicitación al niño Jesús escritas por los miembros del gru­po o por más gente.

• Qué es Navidad para mí. También para colgar con un hilo y que la gente pue­da leer lo escrito, redactar lo que es la Navidad para mí. No se admiten anóni­mos. Hay personas que tienen imaginación y que en Navidad promueven pe­queños gestos muy sencillos, pero muy significativos...

• Villancicos. Elegir los cuatro villancicos más bonitos, aprenderlos y cantarlos en la celebración de la «Misa del Gallo».

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El árbol de Navidad es una tradición que proviene del norte de Europa y se inspira en el Génesis, cuando se habla del árbol con fruto prohibido (Gen 3,3-6). En Navidad, el nuevo árbol de vida es Jesús, nacido en Belén. Al principio se colgaban manzanas que hoy las hemos sustituido por adornos y regalos.

También en Pascua los cristianos levantamos y hablamos de otro árbol, el árbol de la Cruz en el que Jesús muere y nos salva. En la fiesta principal cristiana tenemos el árbol de la Cruz. En la fiesta de Navidad hay otro árbol de vida, de hoja perenne, Jesús acampado entre nosotros, árbol de Navidad.

Catequistas 184 (2007).

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o LOS PERSONAJES DEL BELÉN

Los relatos de la infancia los encontramos sólo en dos evangelistas: Mateo 1 -2 y Lucas 1-3. La representación del belén, tal como la conocemos hoy, se inicia con Francisco de Asís. Dice la historia que san Francisco, tras su peregrinación a los Santos Lugares, celebra la Eucaristía en la Nochebuena de 1223 en una cueva del pueblo italiano de Greccio, próximo al convento del Santo. Prepara una repre­sentación de un pesebre con una muía y un buey, considerándose desde enton­ces esta representación como el origen del helenismo. Internet proporciona mu­chos datos sobre el helenismo.

Para trabajar

• Belén significa «casa del pan».

• Pesebre, en la Escritura, está asociado a dos anímales: asno y buey.

• Buey y asno son corrientes en la iconografía cristiana. Isaías (1,2-3) dice que el buey reconoce a su amo y el asno, el pesebre de su señor, pero Israel no cono­ce... a su Señor.

• Hijo primogénito es la expresión de Colosenses 1,13-18. Hijo Primogénito sig­nifica «primer hombre», «primer resucitado».

• La noche, imagen muy usada en la Biblia: noche pascual, noche de Getsema-ní... En la noche acontecen las grandes obras de Dios.

• Los pastores no son sólo los custodios de los animales, sino los «jefes» del pue­blo (Is 44,28; 56,11; 2 Sam 7,7; Ez 34). Los hombres suelen ser malos pasto­res. Sólo el Señor es mi pastor (Sal 23; Mt 2,6).

• Posada. Lugar que los que vigilan dejan libre para los huéspedes. Nos encon­tramos también algo parecido cuando Jesús manda preparar la cena pascual (Le 22,11 y Me 14,14).

• Lo acostó en el pesebre. La expresión puede ser comparada con la del sepul­cro. La gruta del pesebre evoca la roca excavada del sepulcro. El sepulcro es un nacimiento: resurrección.

• Censo hecho de contar los habitantes de un país. Augusto, emperador de toda la tierra, se hace adorar como un dios. Cuando el pastor se considera igual que Dios, es la noche del pueblo. Por fortuna hay otros pastores que están en vela, y pueden descubrir al niño en el pesebre. Tienen en cuenta las palabras: «Vigi­lad y orad» (Le 21,36).

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Catequistas 168 (2005).

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4 k TRES NAVIDADES

El título de esta catequesis es Tres Navidades. Quizá no sea muy exacto, pero es periodístico... Y tiene «su fondo».

Para trabajar

• El primer paso es mirar el dibujo y ver lo que hay en él: leer las escenas en la na­rración evangélica (Le 2,1 -21; Mt 2,1-12; Le 2,22-38), observar el entorno de las escenas. Descrito lo que hay y el entorno, conviene preguntarse: ¿Por qué se han elegido estas escenas?, ¿Qué es lo que tienen de común para pintarlas juntas?, ¿Por qué el entorno que se les pone son unos corazones?

• Dialogar sobre el título Tres Navidades. ¿Por qué este título? ¿Está bien? ¿Lo cambiamos por otro? A lo mejor hay que comenzar por ponemos de acuerdo en lo que significa Navidad y ver los diversos significados de la palabra (nacimien­to, presentación, manifestación, revelación, reconocimiento de Dios).

• Nos fijamos en las actitudes de los personajes que se acercan a Jesús: los pas­tores, Simeón, los magos. En un folio con tres columnas, vamos describiendo estas actitudes tal como aparecen en los relatos bíblicos. Procuraremos no in­ventar nada, sólo narrar lo que se desprende del texto bíblico leído despacio. Ver las diferencias: cómo se aproximan a Jesús los sencillos que lo dejan todo corriendo; cómo se aproxima Simeón, que conoce la ley y los profetas; cómo se aproximan los buscadores que vienen de lejos y han hecho camino hasta llegar a Jesús informándose sobre el lugar donde había nacido.

• Podemos «jugar» con el «marco» de corazones donde se encuadran las esce­nas. En vez de un corazón a lo mejor se puede pintar otra cosa... o modificar el corazón...

• Nos detenemos en los dos niños del ángulo derecho. Están leyendo. El dibu­jante ha expresado algo en sus caras... Da la impresión de que no sólo «se en­teran de cosas», sino de que su corazón siente. Del corazón salen corazones de manera que no sólo leen con la cabeza, sino con el corazón.

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Catequistas 144 (2002).

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o NAVIDAD A ESCENA

Las fiestas de Navidad están cargadas de contrastes. En muchos ambientes ha desaparecido ya el sentido religioso. Queda un recuerdo cultural de la Navidad. Un hecho religioso, pero sin repercusiones religiosas. La sociedad de consumo está imponiendo sus leyes. El misterio de la Navidad [Dios se acerca a nosotros) sigue siendo acontecimiento de salvación en nuestros días.

Para trabajar

• El punto de partida reside en la lectura que una joven hace del Nuevo Testa­mento. Todo lo de Dios nos es revelado. No nos lo inventamos.

• Las viñetas ofrecen siete escenas navideñas. No están colocadas por orden cronológico. Con el Nuevo Testamento en la mano, se realiza la ordenación de­finitiva. Anunciación (Le 1,26-38). Visita a Isabel (Le 1,39-56). Nacimiento de Je­sús (Le 2,1 -7). Anuncio a los pastores (Le 2,8-16). Presentación de Jesús en el templo (Le 2,22-38). Adoración de los Magos (Mt 2,1 -12). Vida de Jesús en Na-zaret (Mt 2,19-23; Le 2,39-40.41-42). Es interesante añadir escenas significati­vas que no están presentes (Juan Bautista, inocentes, huida a Egipto, Jesús perdido en el templo). En algunos casos se podría intentar una clasificación más «teológica»: clasificar las escenas desde el Credo, que nos ayuda a ver lo esen­cial: qué es lo que recoge la fórmula de fe y qué deja. Preguntarse por qué. Comparar estas escenas con los «belenes» que están haciendo en sus casas.

• Centrarse en cada una de las viñetas y comentarlas con esta expresión: «Esto sigue pasando hoy en mi vida (en nuestra vida)». Entre todos, ayudados por el catequista, trabajar el significado de cada escena no como algo de ayer, sino un ayer que se sigue repitiendo hoy.

• La niña que lee también reflexiona y nos invita a reflexionar: La Navidad es im­portante en mi vida de fe porque...

• Imagínate que te encuentras con un compañero o compañera que no sabe na­da de Jesús: ¿Cómo le explicas la Navidad de los cristianos y las fechas del ca­lendario en que celebramos estos hechos?

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Catequistas 127 (2000).

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B V )

CUARESMA

La Cuaresma es un tiempo caracterizado por la escucha de la Palabra,

la oración, el ayuno,

la limosna, el silencio.

Estas son las puertas por las que entra Dios y resucita nuestra vida rutinaria.

L ITINERARIO DE CUARESMA

Cuaresma es el tiempo de la Palabra de Dios. La comunidad creyente es convo­cada para alimentarse de los relatos bíblicos más destacados y que revelan me­jor el misterio de la vida y la muerte de Jesús.

Para trabajar

El dibujo presenta el itinerario principal de la Cuaresma, tomado del Ciclo A (los mismos elementos salen en los otros ciclos). El dibujo los agrupa y ordena pa­ra una mejor compresión catequística.

a) Fuera de la cruz están los acontecimientos que preparan a lo que pasa den­tro de la cruz. El primer domingo se nos presentan las tentaciones de Jesús (Mt 4,1 -11) (viñeta 1), la transfiguración (Mt 17,1-9), el segundo domingo (vi­ñeta 2), el agua (Jn 4,5-42), el tercer domingo (viñeta 3), la curación del cie­go (Jn 9,1-41), el cuarto domingo (viñeta 4).

b) Dentro de la cruz: domingo quinto de Cuaresma, resurrección de Lázaro (Jn 11 ,-45) (viñeta 5); Domingo de Ramos, entrada en Jerusalén (Mt 21,1-11) (vi­ñeta 6); Jueves Santo, Cena Pascual (Jn 13,1-15) (viñeta 7); Viernes Santo (Jn 18,1-19,42), muerte (viñeta 8); Noche pascual, resurrección (Mt 28,1-10) (viñeta 9).

Llama la atención. Dentro de la cruz se introduce la viñeta 5 de la resurrección de Lázaro que corresponde al domingo 5o de Cuaresma. Se equipara este do­mingo al Sábado Santo, día de la espera en la resurrección. Así se anuncia que lo que pasó con Lázaro pasará con Jesús.

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Catequistas 147 (2003).

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o VIVIR LA CUARESMA

La forma de construir la página de dibujos semeja el rosetón de una catedral; en el centro el personaje principal, y el resto, los diversos episodios de un único mis­terio. Es importante ver la progresión y unidad de todos los relatos que nos re­cuerdan lo esencial de la fe y del Bautismo recibido (o a recibir).

Para trabajar

• Entregar la hoja y preguntar al grupo qué es lo que ven. Son los episodios de las lecturas de los domingos cuaresmales, debidamente ordenadas. Fuera del ro­setón, se evocan las principales escenas del Triduo Pascual. Invitar a los miem­bros del grupo a buscar en los evangelios los acontecimientos señalados; com­parar los que son mencionados por varios evangelios. La actividad tiene un objetivo cultural principalmente.

• Estos pasajes bíblicos son las catequesis sistemáticas preparatorias del Bau­tismo. De ahí su importancia. Descubrir la progresión de temas, elaborar una definición de fe a partir de estos núcleos, elegir un relato para profundizarlo y dramatizarlo.

• Una pauta de lectura: personajes que salen, evolución que se da en ellos a lo largo de la narración, sustituir los personajes por personas concretas de hoy. Se puede «ir más allá» con la preparación de la homilía del domingo (o de una oración a partir de los textos), utilizando algún comentario de los muchos que hay para las homilías de los domingos del Ciclo A. Crear unos talleres cuares­males en los que se profundice cada semana el evangelio del domingo y se aca­be con una oración. Buscar un mapa de Palestina y situar geográficamente los diversos episodios. Hacer comparaciones, ver los movimientos de Jesús y los lugares que elige para realizar sus «signos».

• Elaborar una procesión de personas en busca de la fe: qué llevan en el corazón y que nosotros lo vamos a simbolizar con algo externo (objetos, pancartas, pos­turas corporales, vestidos...). Proponer al párroco realizar esta procesión todos los domingos cuaresmales al inicio de la Eucaristía y que el presidente nos aco­ja o nos despida con una oración y bendición para que Dios envíe su Espíritu y nos abramos a seguir a Jesús...

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Catequistas 130 (2001).

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o CUARESMA Y TRIDUO PASCUAL

Creemos que es importante que la catequesis haga un esfuerzo por presentar a to­dos, niños y adultos, la sucesión de los acontecimientos de los misterios centrales del cristianismo. Muchas veces nos podemos perder en la celebración del do­mingo concreto sin lograr captar la línea de los hechos de salvación que desem­bocan en el gran acontecimiento de la Pascua.

Para trabajar

• Primer domingo. La tentación (Mt 4,1 -11; Me 1,12-15; Le 4,1 -13). Jesús no se desvía del camino del Padre a pesar de las ofertas tentadoras que recibe. Des­cubrir las tentaciones del creyente hoy.

• Segundo domingo. La transfiguración (Mt 17,1-9; Me 9,2-10; Le 9,28-36). Es posible que el camino del cristiano se haga penoso; Jesús se presenta como luz y meta que vale la pena.

• Tercer domingo. El agua del Bautismo (Jn 4,5-42; Jn 2,13-25; Le 13,1-9). Lla­mados por Dios a lavarnos en el agua que purifica y sacia nuestra sed.

• Cuarto domingo. La luz de la fe (Jn 9,1-41; Jn 3,14-21; Le 15,1 -3.11 -32). La fe abre a otro horizonte, supera las apariencias y acepta a Dios.

• Quinto domingo. La vida (Jn 11,1-45; Jn 12,20-23; Jn 8,1-11). No hay muerte cuando se cree. El que da la vida puede a la muerte.

• Domingo de Ramos. Este es el Rey (Mt 21,1 -11; Me 11,1-10; Le 19,28-40). Que se note que Jesús es rey, aunque su reino no es de este mundo.

• Jueves Santo. Es mi cuerpo. Es mi sangre. Hacedlo en memoria mía (Jn 13,1 -15). Noche de intimidad y de hacerse memorial para siempre.

• Viernes Santo. Todo está cumplido (Jn 18,1-19,42). La muerte de Jesús es la ocasión para hacer un acto de fe con el centurión: «Verdaderamente era Hijo de Dios».

• Sábado Santo. La espera de Dios (Mt 27,57-61). Pusieron soldados para que nadie robara el cuerpo...

• Vigilia pascual. ¡Ha resucitado! (Mt 28,1 -10; Me 16,1-8; Le 24,1 -12). Dios cum­ple su palabra. Dios es fiel. Dios es Señor de la vida.

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°°m V

Hacer memoria de la pasión de Jesús es recorrer los acontecimientos

que nos desvelan mejor el sentido de su muerte y el sentido de estar con nosotros

incorporados a Jesús por el Bautismo. Lo de Jesús no nos es ajeno. ^/¿M PASCUA

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Descubrir los hechos de la vida de Jesús

y sus palabras nos ayuda a reconocer

nuestra vida de bautizados. Con el apóstol santo Tomás

confesamos: «Señor mío y Dios mío».

Catequistas 170 (2006).

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4 k EL VÍA CRUCIS

El vía crucis (camino de la cruz) es una forma de religiosidad popular que estuvo muy extendida en el pueblo cristiano. Son numerosas las iglesias cuyas paredes están adornadas con 14 cruces o imágenes en las que queda secuenciada la Pasión de Jesucristo. A cada una de estas cruces o imágenes se le da el nombre de estación, porque quien hace el vía crucis se detiene unos momentos, reflexiona y ora sobre la escena concreta. En un principio, el vía crucis se hacía sólo en Jerusalén. Los fran­ciscanos fueron los que más popularizaron el vía crucis a partir del siglo XV, cuando se les encomienda la custodia de los Santos Lugares.

Para trabajar

• El modo de hacer el vía crucis varía. Si la iglesia es grande, la gente va recorrien­do el espacio que hay entre una cruz y otra (= entre una estación y otra). Sí la igle­sia es pequeña, el recorrido lo hace una persona sola o un grupito. En cada cruz o estación se tiene una breve lectura (bíblica o de reflexión espiritual), unos ins­tantes de silencio, oraciones vocales y canto. Es una devoción que se puede ha­cer durante todo el año, pero es más frecuente en tiempo de Cuaresma.

• Las 14 estaciones de la tradición no son normativas. Hay vía crucis que reducen o aumentan este número. Juan Pablo II, en el vía crucis por él presidido el Viernes Santo de 1991, en el Coliseo de Roma, empleó para las 14 estaciones un nuevo formulario; todas ellas se corresponden con episodios referidos por los evangelis­tas. Se suprimieron las estaciones que no vienen en los evangelios: las tres caídas de Jesús, el encuentro con su Madre, la Verónica limpiando su rostro y el cuerpo muerto de Jesús en manos de su Madre.

ESTACIONES DEL VÍA CRUCIS Vía crucis tradicional

1. Jesús condenado a muerte.

2. Jesús con la cruz a cuestas.

3. Jesús cae por primera vez.

4. Encuentro de Jesús con su Madre.

5. El Cireneo ayuda a llevar la cruz a Jesús.

6. La Verónica limpia el rostro de Jesús.

7. Jesús cae por segunda vez.

8. Jesús consuela a las piadosas mujeres.

9. Jesús cae por tercera vez.

10. Los judíos desnudan a Jesús.

11. Jesús es clavado en la cruz.

12. Jesús muere en la cruz.

13. El cuerpo de Jesús es puesto en brazos de su Madre.

14. El cuerpo de Jesús es sepultado.

Vía crucis de Juan Pablo II

1. La oración de Jesús en el huerto.

2. Judas traiciona a Jesús.

3. El Sanedrín condena a Jesús.

4. Las negaciones de Pedro a Jesús.

5. El juicio ante Poncio Pilato.

6. Cristo es flagelado y coronado de espinas.

7. Jesús carga con la cruz.

8. Jesús es ayudado por el Cireneo a llevar la cruz.

9. Encuentro de Jesús con las mujeres de Jerusalén.

10. Jesús es crucificado.

11. Jesús promete el Reino al buen ladrón.

12. La Madre y el discípulo ante Jesús crucificado.

13. Jesús muere en la cruz.

14. Jesús es depositado en el sepulcro.

ESTACIONES DEL VÍA CRUCIS 1. Jesús es condenado a muerte. 2. Jesús carga con la cruz. 3. Jesús cae por primera vez. 4. Jesús se encuentra con su Madre. 5. El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz, 6. La Verónica limpia el rostro de Jesús. 7. Jesús cae por segunda vez. 8. Jesús consuela a las mujeres. 9. Jesús cae por tercera vez.

10. Jesús es despojado de sus vestiduras. 11. Jesús es clavado en la cruz. 12. Jesús muere en la cruz. 13. Jesús muerto en brazo de su Madre. 14. El cuerpo de Jesús es puesto en el sepulcro.

Catequistas 155 (2004).

Estos dibujos son de Juan Antonio Fernández Doblas, publicados en el li­bro la muerte del Justo. Vía crucis, de Pablo García Macho. Están desor­denados. Tienes que poner en cada recuadro el número de la estación. Al lado tienes enumeradas las estaciones tradicionales del vía cmds.

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«a CAMINO DE LA CRUZ

Las viñetas reproducen el vía crucis clásico de las 14 estaciones. Nada impide añadir o quitar estaciones. Lo importante es saber descubrir el valor pedagógico de una catequesis que intuye que sólo lo concreto hace posible pasar a la moción de sentimientos y a la contemplación.

Para trabajar

• Vía crucis: forma de devoción en el seno de la comunidad cristiana que nace hacia el siglo XIV. Sus promotores principales fueron los franciscanos (lo mis­mo que promovieron el «belén»). Su finalidad: hacer posible en el lugar de resi­dencia, sin ir a Tierra Santa, el recorrido de Jesús camino de la Cruz. Peregrinar a Jerusalén era imposible. Pero se podía hacer una «peregrinación» por las es­taciones del vía crucis. De hecho, el vía crucis no se hace sentado, sino reco­rriendo el templo o saliendo del templo hasta el calvario (montículo en las afue­ras del casco urbano donde se colocaban tres cruces).

• Fotocopiar las viñetas y entregarlas a cada miembro del grupo.

• Pedir que busquen la cita bíblica de cada una de las escenas en las narraciones de la Pasión que los evangelistas nos relatan.

• Señalar las estaciones que no se encuentran en los relatos bíblicos.

• Buscar las razones que llevó a los cristianos de ayer a poner esas escenas a pesar de no encontrarse en los evangelios. (Un sentido de piedad, un conoci­miento de la realidad humana frágil, que se hunde y cae, una forma pastoral de tocar el corazón de las personas...)

• Hacer un comentario o aplicación de cada estación a la realidad actual que vi­ve el grupo o la comunidad cristiana.

• Señalar lugares de la vida ordinaria donde se podría proclamar y meditar mejor cada una de las estaciones del vía crucis.

(Textos evangélicos posibles: 1) Mt 27,26; 2) Me 15,20; Jn 19,17; 3) Sal 37; 4) Le 2,35; 5) Le 23,26; 6) Sal 26; 7) Is 53,4-5; 8) Le 23; 9) Is 53,7; 10) Mt 27,33-34; 11) Le 23,33-34; 12) Le 23,44-46; 13) Le 23,50-52; 14) Mt 27,60; 15) Le 23,6.)

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Catequistas 138 (2002).

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PASCUA

La Pascua es el tiempo litúrgico más importante del año cristiano.

- En el tiempo pascual celebramos la resurrección de Jesús, el hecho cristiano que hace que nuestra fe

no sea vana (1 Cor 15,14). La presencia de Dios es una presencia vivificante.

I L SEMANA SANTA

Las imágenes ampliadas de esta catequesis pueden servir para anunciar la Se­mana Santa y unir un imaginario gráfico a las narraciones de los principales acon­tecimientos de la Pasión y Resurrección de Jesús, el Hijo de Dios.

Para trabajar

• Entrada triunfal en Jerusalén (Domingo de Ramos)

Textos de referencia: Jn 12,12-19; Mt 21,1-11; Me 11,1-11; Le 19,28-40. «Mi rey viene a mí sentado en un pollino hijo de acémila» (Za 9,9).

• Lavatorio de pies [Jueves Santo)

Textos de referencia: Jn 13,1 -20. Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.

• Oración en el huerto (Jueves Santo)

Textos de referencia: Mt 26,36-46; Me 14,34-42; Le 22,39-46. Jesús suda sangre viendo lo que se le avecina; acepta al Padre.

• El arresto (Jueves Santo)

Textos de referencia: Mt 26,47-56; Me 14,43-52; Le 22,47-53; Jn 18,3-12. Jesús desarmado. No usa la fuerza. Un beso. Una traición.

• «Sí, yo soy rey» (Viernes Santo)

Textos de referencia: Mt 27,11 -14; Me 15,2-5; Le 23,2-3; Jn 18,33-37. Jesús confiesa abiertamente lo que es. Su sinceridad le acarreará la muerte.

• Jesús muere en la cruz (Viernes Santo)

Textos de referencia: Mt 27,32-55; Me 15,21 -41; Le 23,26-49; Jn 19,17-30. Murió perdonando. Está sólo. Unas mujeres, entre ellas su madre, están cerca. Los .discípulos han escapado. Un soldado confiesa: «Verdaderamente es hijo de Dios». Jesús: «Todo está cumplido» (Jn 19,30).

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Catequistas 179 (2007).

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ITINERARIO PASCUAL

Las viñetas representan los textos de los domingos de Pascua. Los relatos reco­gen la actividad del Resucitado antes de subir a la derecha del Padre y enviar el Espíritu prometido.

Para trabajar

1. Relato de Tomás (Jn 20,19-31)

— El domingo siguiente a Pascua (segundo domingo de Pascua) se nos narra la aparición de Jesús a los Apóstoles, en ausencia de Tomás. Jesús le re­procha su incredulidad. Tomás responde: «Señor mío y Dios mío».

2. Al partir eí pan (Le 24,13-35 y Jn 21,1-14)

— Para conocer a Jesús hay que verle allí donde se «reparte el pan». Sin acep­tación y comprensión de la Eucaristía no hay verdadero y total reconoci­miento del Señor Jesús.

3. El Buen Pastor (Jn 10,1-21)

— La confesión del Resucitado nos lleva a tenerle como «pastor», es decir, como guía. No vale «saber», hay que «seguirle», «comportarse» como Él quiere, ir a los pastos que Él muestra.

4. lfrj/dn(Jn14y15)

— El Resucitado es Camino, Verdad y Vida que llevan al Padre. La cercanía con el Resucitado nos acerca al Padre.

5. Promesa del Espíritu (Jn 14,15-21; 15,9-17)

— Los discípulos no tienen fuerzas para seguir al Maestro. Jesús rogará al Pa­dre para que envíe al Espíritu y les abra el entendimiento.

6. Subió a los cielos (Mt 28,16-20 y paralelos)

— Domingo séptimo, día de la Ascensión. El ciclo de Jesús entre los suyos está cumplido. Es responsabilidad de los discípulos hacer lo que Jesús les ha enseñado.

7. Pentecostés {Jn 20,19-23)

— El fin de la Pascua es como el principio, como el día primero de la creación. El poder de Dios lo hace todo nuevo y todo lo transforma. Es el día de la asamblea reunida en torno a María y los Apóstoles para comenzar la nove­dad que Jesús sembró.

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Catequistas ^7^ (2005).

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a AL PARTIR EL PAN

Las imágenes ayudarán a los catequizandos a interiorizar el mensaje pascual y a visualizar mejor el camino de Emaús. El camino de Emaús es símbolo del camino que cada persona y cada creyente tiene que realizar a lo largo de su vida. No sa­bemos cuándo haremos ese camino.

Para trabajar

• Dar una fotocopia a cada participante o poner a la vista de todos una ampliación lo más grande posible del dibujo. Preguntar al grupo de qué pasaje del evan­gelio se trata, qué evangelista lo narra, en qué momento acontece... Después le­er (de manera dialogada) el texto, con unción, con sentido de reverencia. Esta­mos ante una de las páginas más bellas de la Biblia, también desde el punto de vista literario.

• La lógica del camino va de abajo hacia arriba. ¿Tiene sentido hoy leer las viñe­tas desde arriba hacia abajo? ¿Qué hay que cambiar?

• La viñetas paso a paso:

Motivos que señala el texto por los que los de Emaús se alejan.

Jesús se hace presente pero no lo reco­nocen.

Jesús explica las Escrituras.

Quédate con nosotros.

Le reconocieron.

Motivos por los que hoy nos alejamos...

Jesús se hace presente y no lo reconoce­mos... ¿Por qué? ¿Qué nos echa en cara Jesús hoy?

Alguien que nos explique hoy las Escrituras.

Una oración pidiendo que se quede con nosotros.

Cómo y en qué gestos reconocemos que hay alguien tiene a Dios dentro...

• Falta poner en viñetas la parte final del relato. Dar ideas para hacer una o va­rias viñetas sobre lo que pasa después de partir el pan.

• Comentar las viñetas que hacen alusión a la misa. Compararlas con el relato de Emaús.

• Enumerar «gestos» que nos hayan calentado el corazón y abierto los ojos... ¿Qué tienen de especial esos gestos que nos abren los ojos?

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4 L LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO

El libro de los Hechos dice que los discípulos estaban reunidos después de la muerte de Jesús y, cuando llegó el día de Pentecostés, vino un ruido del cielo y «se llenaron del Espíritu» (Hech 2,4). A lo largo de la historia, muchos otros hombres importantes del pueblo de Israel fueron elegidos y ungidos por el Espíritu. Lo de Dios tiene una larga historia que nos precede cuyo culmen es Jesús. Pero el so­plo y la presencia del Espíritu no se han parado. Sigue en nuestros días.

Para trabajar

• Contemplar las escenas de las viñetas e intentar rehacer la historia que allí se re­fleja. Si no se tiene idea de ellas, leer el pasaje y detenerse en la acción del Es­píritu.

— David (1 Sam 16,13). Es ungido por Samuel y le invade el Espíritu del Señor.

— Miqueas (Miq 3,9). Se siente lleno de Espíritu del Señor y con valor para de­nunciar la mentira.

— Jeremías (Jer 20,9). El profeta quiere olvidarse del Señor, pero siente dentro su palabra como fuego y no puede contenerla.

— Zacarías (1,15). El ángel del Señor anuncia a Zacarías que tendrá un hijo (Juan Bautista) y que estará lleno del Espíritu Santo.

— Pentecostés (Hech 2,4). Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas.

• Con los pasajes bíblicos elegidos, sacar las características de la persona llena del Espíritu. ¿En qué se diferencia de las demás personas?

• En el lenguaje popular solemos decir: Esta persona tiene un algo especial. ¿Qué queremos decir? Buscad algún creyente (hombre o mujer) del que podamos de­cir: Está lleno del Espíritu de Dios.

• Establecer diferencia entre animar a alguien (al equipo, a uno que está decaí­do, a un ciclista, al que tiene un examen, etc.) y el que está lleno del Espíritu.

• Reflexionar, corregir, cambiar o aprobar esta definición de quien está lleno del Espíritu: Un creyente lleno del Espíritu de Dios es el que acepta vivir según el estilo de Dios, como Jesús vivió según lo que a su Padre le gustaba.

• Comentar cómo están pintadas las viñetas. Detenerse en la última. Hay algo especial.

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Dossier Catechista 7 (2008).

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SACRAMENTOS

Los sacramentos son «de la Iglesia» en el doble sentido de que existen «por ella» y «para ella». Existen por la Iglesia porque ella es el sacramento de la acción de Cristo que actúa en ella gracias a la misión del Espíritu Santo. Y existen para la Iglesia porque ellos son sacramentos que constituyen la Iglesia, ya que manifiestan y comunican a los hombres, sobre todo en la Eucaristía, el misterio de la comunión del Dios Amor, uno en tres Personas.

(Catecismo de la Iglesia Católica, 1118)

A v )

BAUTISMO

El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico, de la vida en el espíritu y la puerta que abre el ac­ceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos libera­dos del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión.

(Catecismo de la Iglesia Católica, 1213)

Í L LOS SACRAMENTOS

Todo sacramento es acción de Jesús, signo eficaz (es decir, que produce o realiza realmente lo que significa para quien lo recibe con fe). Todo sacramento es comu­nicación del amor de Dios que salva. En los sacramentos, el encuentro del hombre con Dios acontece mediante un gesto exterior (derrama agua sobre alguien) y unas palabras que dan sentido y significado al gesto (fórmula del sacramento).

Para trabajar

• Preguntar a los miembros del grupo lo que ven en el dibujo, la colocación y or­den de las viñetas... ¿Sería posible otro orden?

• Centrarse en la figura del Resucitado. No está enmarcado, está por encima de to­do lo demás, es el actor principal, sale de una oquedad negra, pisa la losa que lo encerraba, su figura llena el espacio en blanco. Este espacio va tomando diversas concreciones, pero todo el fondo es luz y fuerza que nace del Resucitado. Dos viñetas arrancan de la oquedad: Bautismo y Confirmación. Si Cristo no ha resu­citado, vana es nuestra fe (1 Cor 15,14). Sin confesar este hecho, todo lo demás no vale. La cuarta, perdón de los pecados, tiene sobre sí la losa que aplasta el pecado. Esta losa está vencida por el Señor resucitado. El poder y la acción de Jesús resucitado llegan a nosotros por los siete sacramentos.

• Centrarse en cada sacramento. Reconocerlos; decir cuáles han recibido ya; cuál es el gesto importante de cada sacramento y las palabras que acompañan al gesto; comentar alguna celebración de los diversos sacramentos o participar en aquellas que aún son desconocidas; localizar en el templo dónde se cele­bran los sacramentos (cuál es su espacio propio, qué sacramentos no tienen espacio propio...); qué es necesario para cada sacramento (cultura religiosa de objetos que se utilizan en los sacramentos...).

• Lo que sabemos de cada sacramento. Lo que hemos visto hacer porque parti­cipamos en ellos, lo que hemos trabajado en la catequesis, lo que dice el Ca­tecismo, lo que dice la Biblia...

• Mirando las viñetas. Descubrir quién es el que préside-realiza cada sacramen­to en nombre de Jesús...

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Catequistas 148 (2003).

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o EL AGUA DEL BAUTISMO

Muchos no conocen la profundidad del Bautismo. En esta catequesis nos centra­mos en el agua del Bautismo para descubrir todo su significado.

Para trabajar

• Mirar las viñetas y buscar la cita bíblica: 1) Génesis 1,1.6-7.8-10. 2) Génesis 8,1-13. 3) Éxodo 14,1-30. 4) Mateo 4,1-11; Marcos 1,9-11; Lucas 4,1-13. 5) Juan 19,31-34. 6) Mateo 28,19; Marcos 15,16-17.

• En el diluvio, el agua tiene un poder destructor de todo lo malo. Pero sobre las aguas están los buenos, los que han sido fieles a Dios. El agua anega lo malo y respeta todo lo bueno y a todos los buenos...

• Moisés golpea el agua y ésta se divide: los fieles de Dios pasan a pie el mar. Pasar el mar es salvarse. Hay aguas salvadoras que se abren para permitirnos la existencia libre en otra orilla. De hecho, los opresores quedaron anegados en el fondo del mar. El Bautismo está reflejado maravillosamente en este paso del mar. El que se bautiza pasa por el agua y en el agua queda sepultado todo aquello que le hacía esclavo de sí mismo, de sus antojos.

• Juan predica un Bautismo. Jesús se bautiza. Es un rito que indica conversión, apertura a Dios. Dios acoge a su hijo Jesús y en ese momento se revela como Padre y señala a Jesús como su Hijo verdadero.

• Cuando los cristianos celebramos el Bautismo, no repetimos gestos vacíos, si­no llenos de sentido. El agua que manó de Jesús colgado en la cruz, es el agua que nos lava, que nos llena de Dios y nos hace de verdad hijos de Dios y her­manos de Jesús. Es el agua que nos une a todo lo que Jesús inició.

• El Señor Jesús nos mandó hacer lo que él hizo y anunciarlo y acoger a todos aquellos que quieran unirse a esta cadena de seguidores de Jesús.

• Echar agua sobre la cabeza de una persona está lleno de profundidad, de rea­lidades que se nos escapan de la mano y de la vista. En un gesto sencillo se agrupa una realidad del poder y de la acción de Dios que es inabarcable.

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Catequistas 162 (2005).

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B V )

CONFIRMACIÓN

Cristo se declara marcado con el sello de su Padre. El cristia­no también está marcado con el sello: «Y es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos un­gió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espí­ritu en nuestros corazones» (2 Cor 1,22). Este sello del Espíri­tu Santo marca la pertenencia total a Cristo, la puesta a su servicio para siempre, pero indica también la promesa de la protección divina en la gran prueba escatológica.

{Catecismo de la Iglesia Católica, 1296)

H o CATEQUESIS PREVIA A LA CONFIRMACIÓN

Esta catequesis sobre la Confirmación se enmarca en los acontecimientos pas­cuales que culminan en Pentecostés.

Para trabajar

• Se ve abajo al Obispo y al grupo de los confirmandos. Evoca el momento del sacramento en que el confirmando es llamado por el nombre. Responde: Pre­sente. No se trata de «pasar lista». Ser nombrado en la asamblea tiene otro sen­tido: Dios te llama personalmente en medio de la comunidad y te invita a recibir su don. Así actuó Dios siempre: llamando por el nombre a Abrahán, a Moisés, a los profetas, a María, a los discípulos...

• Leer las narraciones del Bautismo de Jesús (Mt 3,13-17; Me 1,9-11; Le 3,21 -22).

• El Obispo dice: «El don del Espíritu Santo que ahora, queridos hijos, vais a re­cibir, os marcará con un sello espiritual y os hará miembros más perfectos de la Iglesia, configurándoos más plenamente con Cristo, que fue ungido también en su Bautismo por el Espíritu Santo, y enviado para que el mundo entero ardiera con el fuego del Espíritu. Vosotros que ya fuisteis bautizados en el Espíritu, vais a recibir ahora toda la fuerza del Espíritu Santo y seréis marcados en la frente con la cruz de Cristo».

• En la Ascensión, los discípulos reciben la promesa del envío del Espíritu: Reci­biréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros y seréis testigos míos en Jerusalén y hasta los confines del mundo (Hech 1,8). El poder de trans­mitir el Espíritu está reservado al Obispo. Ser testigos es la responsabilidad aña­dida de la Confirmación.

• Hechos 1,14 (lo que hacían los Apóstoles y la misma María después de la As­censión en la espera de Pentecostés) y 2,1-4 (Pentecostés). Es el ambiente en el que el Espíritu se derrama. La venida del Espíritu está precedida de unas con­diciones que la posibilitan.

• El Obispo les dice: «Hijos queridos, procurad ser siempre miembros vivos de la Iglesia, llevados por el impulso del Espíritu Santo, esforzaos en ser los servido­res de todos los hombres, a semejanza de Cristo, que no vino a ser servido, si­no a servir».

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Gracias, Padre, porque en el Bautismo nos has dado a tu hijo Jesús.

Señor Jesús, dispon nuestro corazón al recogimiento y a la oración. Que nos preparemos con fe

para recibir el don del Espíritu. Concédenos fuerzas para ser

tus testigos en el ambiente en el que vivimos.

Catequistas 165 (2005).

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o CONFIRMADOS EN EL ESPÍRITU

Proponemos en esta catequesis gráfica una reflexión sobre el sacramento y so­bre la vida cristiana de quien ha recibido el sacramento.

Para trabajar

• El sol central representa la imposición de manos de la Confirmación. Las tres viñetas superiores recuerdan la íntima unión de la Confirmación con el Bautis­mo: unción de David (1 Sam 16,1 -13), Pentecostés (Hech 2,1 -4) y la imposición de manos (Hech 9,14-17). «Algo pasa en la persona por dentro» y lo visualiza­mos; «algo hace Dios en el corazón de los elegidos» y lo celebramos con signos visibles.

• En la parte interior hay cuatro viñetas. No son las únicas que se pueden poner, pero sí son las cuatro importantes. Descubrir los cuatro ejes que se apuntan co­mo más significativos (caridad, profundizacion del Evangelio, celebración de la Eucarística, identificación con una comunidad).

• Pararse en la viñeta central, ¿qué es lo que se ve, lo que no se ve? ¿Por qué el dibujante no puso nada más que un rostro? ¿Qué momento ha elegido de la celebración del sacramento? Encuadrar este momento en el conjunto de la ce­lebración... (quizá para esto es bueno mirar el resto de las viñetas).

El sacramento de la Confirmación, tal como aquí se presenta, es fruto del «ca­lor y de los rayos de sol» e irradia calor y luz en el quehacer cotidiano. No se trata de hacer «cosas» por hacer, sino de dar respuesta a lo que brota de den­tro del corazón..., a lo que el Espíritu me dice desde dentro.

• Describir a un creyente «con Espíritu». Describir a un creyente que «tiene apa­gado el Espíritu».

• Reflexionar: Lo que aviva en miel Espíritu es... Lo que apaga en miel Espíritu es... Todavía más concreto: ¿Qué está haciendo ahora mismo en ti?

• Elaborar un mural con las acciones del Espíritu que somos capaces de ver a nuestro lado en creyentes cercanos.

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Catequistas 133 (2001).

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c V )

EUCARISTÍA

La Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. La Euca­ristía es «fuente y culmen de toda la vida cristiana». «Los de­más sacramentos, como también los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La Sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua.»

(Catecismo de la Iglesia Católica, 1324)

H o EUCARISTÍA E HISTORIA DE SALVACIÓN

Catequesis sobre los pasajes de la Biblia que nos ayudan a entender su significa­do. La Eucaristía como culmen de la acción de Dios en favor nuestro, se com­prende mejor si tenemos una visión panorámica del memorial de las acciones de Dios a lo largo de toda la historia de salvación.

Para trabajar

• Las viñetas hay que leerlas según las agujas del reloj, comenzando por la crea­ción de Adán y de Eva. En el centro está la representación de la Eucaristía en sus dos momentos principales: la liturgia de la Palabra y la liturgia Ecuarística. Quedan destacados el presidente de la celebración y la lectora; la asamblea participa con aclamaciones y con su atención. Es significativo del marco de la Eucaristía es un corazón y los momentos de la historia de salvación contorne­an al mismo.

• Creación. Dios encomienda al hombre y a la mujer el cuidado de la tierra (Gen 1). En la presentación de dones, el presidente dice: «Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan (y vino), fruto de la tierra (de la vid) y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos».

• Abel ofrece a Dios los primogénitos de su rebaño (Gen 4,4). El primogénito de Dios se ofrece también en la cruz.

• Melquisedec, rey de Salen, y sacerdote de Dios, Altísimo, ofrece pan y vino di­ciendo: «Bendito sea Abrán por el Dios Altísimo, creador de cielo y tierra» (Gen 14,18-19).

• Abrahán, obediente y confiado en Dios, está dispuesto hasta sacrificar a su hi­jo (Gen 22,1-14). El Padre no ahorró la muerte de su Hijo.

• Cena pascual. Es la cena que recuerda el empeño de Dios por su pueblo elegido (Éx 12,1 -14). En ese marco de la cena pascual, Jesús instituye la Nueva Alianza.

• Maná. En el desierto, Dios alimenta a su pueblo con el maná (Éx 16,4-5.14-15). Jesús multiplica pan y peces y añade: «Yo soy el pan de vida».

• El pacto entre el pueblo y Dios. Moisés «firma» el pacto rociando el altar con la sangre de los animales. El pueblo aclama. «Haremos todo lo que el Señor man­da y obedeceremos» (Éx 24,4-7). Jesús es la Nueva Alianza.

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Catequistas 187 (2008).

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o PRINCIPALES MOMENTOS DE LA MISA

Ofrecemos esta síntesis de la celebración del sacramento de la Eucaristía en vi­ñetas. Si se trabajan en grupo, convendrá ampliar en fotocopia el dibujo. Si el tra­bajo es personal, bastará el tamaño normal.

Para trabajar

• Mirar e identificar lo que se ve. Preguntar lo que no se entiende.

• Convocatoria. Dos viñetas el doble de grandes. En esas viñetas (primera y últi­ma), la gente está en la calle, no en el templo; llevando la vida al templo, lle­vando el templo a la vida; el templo es una mesa donde uno se alimenta para vi­vir la vida fuera.

• Ritos iniciales. Buscar las viñetas (1 -3). Su finalidad es formar asamblea; canto inicial y petición de perdón.

• Liturgia de la Palabra (5-7). Dios nos reúne para hablarnos; escuchamos lo que Dios nos tiene que contar. Viñeta 5 (primera y segunda lectura); la 6, proclama­ción del Evangelio y homilía; la 7, escucha y peticiones. Fijarse en actitudes y personas que proclaman la Palabra; identificar qué palabra proclama cada uno.

• Liturgia Eucarfstica (8-12). Comienza (viñeta 8): presentación de dones. Lleva­mos el pan y el vino que hacemos para los demás y que Jesús nos devolverá convertido en su Cuerpo y Sangre. La invocación del Espíritu (epíclesis, 9) pa­ra que descienda y transforme los dones en Pan nuevo y en Bebida de salva­ción. El Memorial: «Esto es mi cuerpo» (10), «Esta es mi sangre» (11). La «do-xología» (12) o gran alabanza trinitaria: «Por Cristo, con Él y en Él...».

• Ritos de comunión (13-16). El Padrenuestro (13), la paz (14): si al ir al altar tie­nes algo contra tu hermano, vete primero a reconciliarte y después ven... Y «co­memos a Dios», nos alimentamos de Dios (viñeta 15). En la viñeta 16 se ve al grupo orando: que lo celebrado se haga carne de nuestra carne.

• Ritos de despedida (17-18). El presidente bendice (viñeta 17) y despide (viñeta 18). La calle es el sitio donde poner en práctica lo escuchado, donde ser luz y sal... El templo es un lugar de paso para volver más «llenos del Espíritu de Je­sús» a la vida ordinaria.

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Catequistas 140 (2002).

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o EL DOMINGO: DÍA DE LA REUNIÓN

Hubo un tiempo en que expresiones como «ponerse la ropa de domingo» o «po­nerse de domingo» equivalían a «ponerse de fiesta». La fiesta implicaba algo nue­vo, descanso y participación en la celebración eucarística. En esta propuesta de catequesis se insiste en una de las facetas de la celebración: hacer en la vida lo que hemos celebrado en la Eucaristía.

Para trabajar

• Observar las viñetas. Preguntar: ¿Qué veis ahí representado? Está evocada la actividad de los hombres y las mujeres de manera general. En el centro, se ve el templo. Dialogar: ¿Dónde está edificado el templo? ¿Es hoy visible el templo como lo era antes? Comentar lo que esto puede significar. Hay parroquias en bajos; cuesta encontrar la parroquia... Algo ha cambiado.

• La puerta del templo: ¿Qué significa? ¿Un encuentro especial? Analizar y com­parar las posibilidades de entrar y salir de un templo con otros edificios: un mu­seo, un cine, grandes almacenes, lugares oficiales, bancos, hospitales...

• Aprovechar las viñetas de entrada (desde los cuatro puntos cardinales se llega al templo) y de estancia en el templo. Dialogar sobre la experiencia que los miembros del grupo tienen de las celebraciones en las que participan: reunir­se, qué celebramos, qué entendemos, horario, cansancio, aburrimiento... ¿Qué modificarían? ¿Qué sentido tiene reunirse? ¿Por qué sí que nos reunimos en el bar, la cafetería, fútbol... y en el templo no? Describir celebraciones que re­cuerden «con buen gusto». ¿Por qué? En grupos de jóvenes y adultos se les puede invitar a leer el documento El día del Señor, encíclica de Juan Pablo II (31 de mayo de 1998), rico en sugerencias y en el sentido múltiple del domingo pa­ra los creyentes.

• La última viñeta. Todo es lo mismo, pero todo tiene «otro color». El color se lo da el paso por la celebración (¡no sólo el paso por el templo, precisar bien!). Dete­nerse en «el envío»: Id en paz. «Nos echan del templo» para que hagamos tem­plo todo el espacio, todos los lugares donde nos realizamos como personas. El templo no es el lugar de vivir. Salimos a vivir de manera distinta toda nuestra vi­da: poniendo en práctica las palabras y gestos de Jesús.

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Catequistas 128 (2000).

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4 L LA IGLESIA DOMÉSTICA

Las viñetas nos invitan a tomar conciencia de una realidad esencial: la familia cris­tiana es una Iglesia doméstica. Muchos gestos que en ella se realizan son exacta­mente iguales a los que hacemos cuando nos reunimos para la celebración de la Eucaristía.

Para trabajar

• Descubrir la secuenciación de las viñetas. Buscar diferencias. Las viñetas de la izquierda aluden a la familia. Las de la derecha a la celebración de la Euca­ristía. Parece deducirse que «la vida familiar tiene estructura de Eucaristía». Será bueno llegar a concretar lo que el grupo ve que es propio de cada miem­bro de la familia.

• Viñeta 1A. ¿Quién es y qué lee? ¿La carta de un ser querido que está fuera de la familia: el padre, un hijo, los abuelos, unos amigos...? ¿A quiénes escribes, quiénes te escriben...? ¿Guardas alguna carta de alguien y por qué?

• Viñeta 1B. En la comunidad cristiana reunida hay una parte esencial que llama­mos «liturgia de la Palabra». Describe esta parte de la celebración. Di qué es lo que leemos y por qué.

• Viñeta 2A. La madre está partiendo el pan. Hablar de la aportación que hace el padre y la madre a la familia, qué recibimos de cada uno de ellos, qué relacio­nes mantenemos con el padre y la madre. En la Eucaristía es Cristo el que se re­parte y hace pan (Jn 6).

• Viñeta 3A. Viñeta síntesis. Quizá la mejor manera de dialogar sobre esta viñeta sea leer despacio la primera Carta a los Corintios 12,3-13.

• Añadir otras escenas en las que la vida familiar tiene una gran similitud con la celebración eucarística.

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Catequistas 137 (2002).

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MARÍA

Por su total adhesión a la voluntad del Padre, a la obra redentora de su Hijo, a toda moción del Espíritu Santo, la Virgen María es para la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad. Por eso es «miembro su­pereminente y del todo singular de la Iglesia», incluso constituye «la figura» de la Iglesia.

(Catecismo de la Iglesia Católica, 968)

H o GUARDABA TODAS LAS COSAS EN EL CORAZÓN

María aparece en los evangelios de la infancia y casi desaparece después. Sólo la vemos junto a la cruz de Jesús y en los inicios de la comunidad cristiana. El ca­tequista procurará que el grupo complete las viñetas con escenas que aquí no vie­nen. No importa que el dibujo sea perfecto. Lo importante es que el grupo cons­truya las imágenes que faltan en las que María también tiene presencia en la vida de su hijo Jesús.

Para trabajar

• Lucas 2,2: Dio a luz a su hijo y lo colocó en un pesebre. No hay pesebre. El Hi­jo está en manos de su madre. José está detrás, contemplando la escena. Des­cubrir la actitud de María. Lucas dice un poco más adelante: «Los que lo oye­ron se asombraban de lo que contaban los pastores. Pero María lo conservaba y meditaba todo en su corazón». María admira y contempla para entender las cosas de su Hijo poco a poco... Lo de Jesús no se entiende a la primera.

• Lucas 2,46: Lo encontraron en el templo, entre los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. El dibujante no pone en la escena a María ni a José. Ma­ría y José no entendieron el comportamiento ni la respuesta de Jesús. No en­tender a Jesús es normal en la vida del creyente; para María, esto es ocasión de profundizar en su Hijo.

• Lucas 2,50-51: Volvieron a Nazaret. Su madre lo guardaba todo en su interior. La actitud de María es actitud de guardar en el corazón y de meditar para enten­der. Todo lo contrario de esos comportamientos que algunas personas tienen ante Jesús: O lo entienden todo a la primera o deciden negar a Jesús. Dicen: «No hay quien le entienda», y abandonará el seguimiento de Jesús. El camino que nos muestra María es de presencia silenciosa, de espera. No podemos en­tender a Jesús sin la ayuda de su Espíritu: Me quedan muchas cosas por deci­ros, pero no podéis con ellas ahora. Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará hasta ¡a verdad plena (Jn 16,12-13).

• Resto de viñetas. Bautismo, tentaciones, multiplicación de los panes (con la afir­mación de Jesús yo soy el pan de vida). Todo indica que Jesús es desconcer­tante. Algunos le abandonaron porque este discurso es bien duro... y se echa­ron atrás y ya no le seguían (Jn 6,60.65).

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Catequistas 189 (2008).

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o AVE MARÍA

El «Avemaria» es la oración más popular en la comunidad cristiana después del «Padrenuestro». Junto con el «Padrenuestro», es una de las oraciones más boni­tas El «Avemaria» no existió siempre de la misma manera que se conoce hoy, con dos partes: «Ave María» y «Santa María» con la conclusión tradicional del «Amén». La costumbre de rezar devotamente y de manera repetitiva esta «salutación an­gélica» la tenemos datada en el año 1197 (aunque ya se rezaba antes), en el con­cilio celebrado en París, siendo obispo Odón de Soliac. Se dice: Los presbíteros exhorten siempre al pueblo a rezarla oración dominical (Padrenuestro), el Credo y la Salutación angélica (Avemaria). Por esta época todavía no se rezaba el «Santa María». La razón de rezar el «Avemaria» tiene un fondo cristológico. Por los siglos XII y XIII la devoción a la humanidad de Cristo lleva a celebrar los misterios de su vida terrena: nacimiento, pasión y muerte en cruz. El misterio del nacimiento po­ne de relieve la importancia de María, la Madre de Jesús, en la vida cristiana. Se va extendiendo así la costumbre de «saludarla» con las palabras de ángel y de Isabel, unidas.

Para trabajar

• Reconocer las escenas bíblicas: Anunciación (Le 1,26-38), Visitación (Le 1,39-45). La última figura corresponde a la maternidad divina.

• Nos centramos en la viñeta de abajo, la que corresponde a la segunda parte de la oración «Avemaria». María está con su Hijo en brazos. Jesús: es Maestro, Se­ñor y Rey; tiene la cabeza coronada; con la mano derecha bendice y sus dedos forman un V de victoria. El rollo (libro) que tiene en su mano izquierda es la pa­labra que predica para que la cojamos: es el Evangelio. Proclamar: Lucas 4,16-22. María es la «presentadora» de esta «serie» que se titula: «Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, el Salvador del mundo».

• Buscamos en nuestra familia, colegio, parroquias... cuadros semejantes a es­tos tres. Analizamos las diferencias. También hacemos una «investigación» por el entorno de nuestro pueblo, barrio, ciudad... para señalar los lugares donde hay «señales» (estatuas, capillas, etc.) de la Virgen (calles, montes, entradas de chalés...).

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DIOS TE SALVE, MARÍA, llena eres de gracia, el Señor está contigo.

Bendita tú eres entre todas las mujeres

y bendito es el fruto

de tu vientre,

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Catequistas 149 (2003).

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o MARÍA EN EL NUEVO TESTAMENTO

Esta catequesis gráfica, recorre las escenas principales de María Inmaculada en el Nuevo Testamento.

Para trabajar

• Agrupar de dos en dos las escenas: antes del nacimiento de Jesús (viñetas 1 y 2), infancia de Jesús (viñetas 3 y 4), vida pública de Jesús (5 y 6) y después de la resurrección (7).

• Destacar el aspecto esencial de cada etapa: María consiente a la iniciativa o propuesta de Dios (1), María atiende a su prima (2). Así comienza a vivir lo que su Hijo predicará como central: «Amar a Dios, amar al prójimo» (Mt 22,36-40). En la infancia: alegría y misterio, el Hijo le supera, tiene que pasar de ser madre biológica a ser creyente; hace silencio y guarda las cosas en su corazón. En la vida pública: ausencia discreta y confianza en su Hijo; si en la viñeta primera acepta ser madre de Jesús, en la última acepta ser madre nuestra. Después de la resurrección, está con los discípulos cuando se reúnen para hacer memoria de Jesús.

• Relacionar las escenas. Aquí se presenta una correlación, pero son posibles muchas más:

— 1 - 5. La que acepta hacer lo que el ángel le dice, dice a otros que hagan lo que Jesús les diga.

— 4- 6. Una espada atravesará tu corazón.

— 2- 7. Va presurosa donde están los que la necesitan.

— 1-3. Acepta una presencia, una novedad, el nacer de algo que no llega a comprender del todo, pero ante lo que dice: «Sí».

• Actualizar. Hacerse preguntas como estas: ¿Cómo hoy sigue siendo realidad es­to en mi vida, en nuestro grupo, en la Iglesia? Anunciaciones, visitaciones, naci­mientos, profecías de dolor, invitaciones a hacer lo que Él os diga... Todo esto si­gue siendo verdad hoy. Hacer oración a partir de una escena o de varias. Ponerse un compromiso grupal a partir de una de las escenas más significativas.

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He aquí la esclava del Señor. Que se cumpla tu palabra en mi (Le 1,38]

Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Proclama mi boca la grandeza de! Señor (Le 1,42.46)

María dio a luz a Jesús y to depositó sobre un pesebre (Le 1.2,7)

Ahí tienes a tu hijo (Jn 19,26) §

Simeón lo tomo en sus manos y dio gracias (Le 2,28)

Catequistas 137 (2005).

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