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GENERAL JOSE VELASOUEZ BORQUEZ

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GENERAL JOSE VELASOUEZ BORQUEZ

CONCURSO LITERARIO - MILITAR 1 9 8 3

EL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO invita a los miembrosdel Ejército, en servicio activo o en retiro, a participar en el tradicionalConcurso Literario-Militar del "MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE".

BASES:

a) TEMAS: Libres, pero relacionados directa o indirectamente conla defensa nacional o materias de carácter profesional.

b) TRABAJOS: Serán remitidos al E. M. G. E., "Memorial del Ejército",en original y quintuplicado, a máquina, tamaño oficio, doble es-pacio, escrito en una carilla.Extensión mínima de 150 páginas. Inéditos.En el caso de ser traducciones, no deberá haber sido traducidoal castellano con anterioridad.Los trabajos serán firmados con seudónimo, y en sobre cerrado,sellado, el nombre del autor.

c) PLAZOS: Los trabajos deberán encontrarse en el E. M. G. E. antesdel 30. 12. 1983.

d) EL JURADO: Consejo Consultivo del E. M. G. E. Emitirá su falloantes del 30. 4. 1984.

e) PREMIOS: 1º $ 40. 000. -

2º " 30. 000. -

3º " 20. 000. -

4º Mención Honrosa.

NOTAS:

1. —El Jurado se reserva el derecho de declarar desierto el Concurso,o los premios que estimare, en caso que los trabajos presentados no reú-nan las condiciones requeridas.

2. —El E. M. G. E. se reserva el derecho de editar o no los trabajos, yasea en publicación separada, total o parcialmente, en el "Memorial delEjército" o como volumen de la Biblioteca del Oficial.

3. —En el caso de ser editado alguno de los trabajos como volumende la Biblioteca del Oficial, el autor renunciará a sus derechos hastapor los ejemplares necesarios para atender las necesidades del Ejército(Mínimo 20. 000 ejemplares).

4. —Tanto la publicación de los trabajos como la forma en que ellasea hecha (Memorial o Biblioteca del Oficial) quedarán a criterio delE. M. G. E.

R E V I S T A C U A T R I M E S T R A L(ORGANO OFICIAL DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJERCITO)

T E R C E R C U A T R I M E S T R E

A Ñ O L X X V I I Nº 4 1 4 1 9 8 3

NUESTRA PORTADA

GENERAL JOSE VELASQUEZ BORQUEZComandante Genera! de Artillería yartífice de la Campaña de Arequipa

durante la Guerra del Pacífico.

CONSEJO CONSULTIVO

a. —Jefe del Estado Mayor Gene-ral del Ejército.

b. —Secretario del Estado MayorGeneral del Ejército.

c. —Jefe Departamento RelacionesInternas del Ejército.

d. —Jefe Departamento RelacionesPúblicas del Ejército.

e. —Jefe Sección Revistas Militares.f. —Director Periódico "Alborada".

"MEMORIAL DEL EJERCITODE CHILE"

D I R E C T O RCoronel (E. M. )

Luis E. Arellano Starck

S U M A R I O

EDITORIALPág.

77° Aniversario de la revista 3

ACTUALIDAD

—El Día de los Artilleros 9

—El mito del principio bioceánico 13—Geopolítica y amistad perenne 18—Un destino argentinizado 19—La guerra de los errores 31—El encierro geográfico de Bol iv ia . . . 39—Apoyo de Estados Unidos es esencial

para la seguridad de América Central 42—Una ideología apocalíptica y alienable. 48—Ceremonia de fundación del Instituto

O'Higginiano XII Región 57—Una contribución a los escritores mili-

tares 60

TECNICO PROFESIONAL

—La acción del mando en el Ejérci to . . . 68—Mando y control en la 2º División Blin-

dada 74—Efectos de la guerra en la personalidad

del combatiente 83—El conocimiento científico y su aplica-

ción en la búsqueda de los objetivospolíticos 89

ESTADO MAYOR JENERAL

DEP. CENTRAL N. ° 361

Santiago, 2 de Mayo de 1906.

DIRECTIVA PARA LA PUBLICACION

DEL

"MEMORIAL"del Estado Mayor

1º El MEMORIAL tiene por objeto mantener el Ejér-cito al corriente del desarrollo de la ciencia militar, pormedio de un órgano de publicación, en el cual la oficia-lidad pueda ventilar las cuestiones de interés común.

2º La redacción constará de 6 miembros, designa-dos por el Jefe de Estado Mayor Jeneral, entre los ofi-ciales de su dependencia, i un miembro corresponsal porcada Division, designado por el Jefe de Estado Mayor,con la venia del Señor Comandante en Jefe de ella, entreel personal de su Estado Mayor.

La redaccion podrá "aumentarse por oficiales que nopertenezcan al Estado Mayor, cuando las circunstanciaslo requieran.

3º El MEMORIAL solo admitirá trabajos relacionadoscon el servicio del Ejército i firmados con el nombre delautor i no con un seudónimo.

4º La redaccion nombrada deberá presentar a labrevedad posible un reglamento por el cual debe rejirsela publicación del MEMORIAL.

Pin to Concha,Coronel, Jefe del Estado Mayor Jeneral

A continuación, en las páginas siguien-tes del primer número de la revista, elTeniente-coronel A. Berguño, Sub-jefe del

Estado Mayor General, se extiende sobrela nueva publicación en los siguientestérminos (texto igualmente original):

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ADVERTENCIA

Se inicia esta publicación con el propósito único detrabajar en pro de los intereses bien entendidos del Ejér-cito.

Hacía falta una revista que se ocupara esclusiva-mente de nuestra institución, como lo hizo hasta hacepoco el "Boletín Militar" i cuya desaparición ha sidojustamente sentida en el Ejército; un órgano que pudieradar cabida a todos los trabajos de los Jefes i Oficialesencaminados a dilucidar tantas interesantes materias re-lativas a la organización, administración e instrucciónde las tropas. El presente MEMORIAL viene, pues, a supliresa falta en cuanto sea posible.

Nadie podrá negar los progresos i adelantos realiza-dos en estos últimos años; pero, a nuestro juicio, come-teríamos un error si creyéramos que podemos permane-cer tranquilos i confiados con lo hecho, cuando lo que aunqueda por hacer con carácter urjente, ya que el progresoes indefinido, es de notoria trascendencia para la vidamisma de la institución.

En primer lugar, es asunto de capital importanciapara el Ejército todo lo que se refiere al reclutamientode las tropas o sea la Lei del Servicio Militar Obligato-rio, la cual como es sabido de todos, tiene defectos quehai urjencia en hacer desaparecer. La base misma de lainstitución militar descansa en la correcta aplicación iejecución de esta lei.

— 6 —

El MEMORIAL se ocupará, pues, preferentemente delas necesidades relacionadas con el reclutamiento delEjército.

Desde hace algunos años estaba en discusión el gra-ve problema de la organización del mando superior.

Habría urjencia impostergable en dar mas aliento,mayor importancia i una prudente iniciativa a todas lasjerarquías i mandos militares i juntamente con esta li-bertad i deseada independencia, era lójico que se deslin-daran las responsabilidades, las cuales, con un mandoimperfectamente definido, era imposible establecer suorijen i fundamento.

Hoi, felizmente, nos encontramos con los serviciosque forman el mando superior reorganizados, de modoque se puede alentar fundadas esperanzas de que el tra-bajo sea aprovechado en favor del progreso del Ejército.

Es de desear, pues, que el Ejército organice su man-do i establezca su organizacion i administracion en con-formidad con el espíritu moderno que domina en el de-creto supremo últimamente dictado, el cual exije man-dos efectivos i responsabilidades efectivas también. De-sea el Ejército un Ministerio de Guerra, como el queconsulta el decreto en cuestión, que esté en condicionesde organizar i administrar el Ejército i proveer a todassus necesidades en cuanto a armamento i equipo, con co-nocimiento de causa i en las mejores condiciones para elEstado.

Una Inspeccion del Ejército que no sólo cuente conel prestijio que dan especiales aptitudes para superviji-lar la instruccion de las escuelas especiales, sino con todoel tiempo necesario para verificar si las distintas uni-dades en que está dividido el Ejército dirijen la instruc-cion, dentro del verdadero espíritu en que están dictadoslos reglamentos, i que pueda informar de todo esto aquien corresponde.

Comandancias en Jefe de Divisiones con todos losórganos i comandos intermediarios que pongan al Co-mandante en situacion de mandar efectivamente la uni-dad que se le ha confiado i de suplir a sus necesidadescon prontitud i en las mejores condiciones.

Por fin, un Estado Mayor Jeneral con un personalconvenientemente seleccionado i con el prestijio i la au-toridad moral que sus funciones requieren para obtenerla confianza del Ejército, i que llegue a ser con el tiempouna garantía de que sus trabajos responden a las nece-sidades más graves en que pudiera encontrarse compro-metido el Ejército de la República.

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Pero, nada se podrá conseguir si la oficialidad delEjército no está animada de un elevado espíritu de tra-bajo, satisfecha de su situación dentro del pais i comple-tamente segura de que la superioridad sigue i anima sustareas i le sirve de guia en el perfeccionamiento de suinstruccion.

El manejo i la educación de una oficialidad suponenla mas estricta justicia en todos los actos referentes a lacarrera del oficial, como asi mismo evidencian la nece-sidad de que cada uno de los miembros del Ejército, se-gún sea su grado, tenga deberes ineludibles que cumplir,ejemplos que dar i una mision constante de trabajo enfavor de sus subordinados.

La disciplina no puede tener en vista otro objetivoque los intereses del Ejército; por lo tanto, para estable-cerla sobre bases sólidas, cada uno de sus miembros debeser un factor de utilidad evidente.

En consecuencia, el MEMORIAL se ocupará de todocuanto se refiere al perfeccionamiento de la organizacion,administracion e instruccion del Ejército i de todo lo con-cerniente al mejoramiento de la oficialidad i en este sen-tido recibirá todas las producciones de los jefes i oficia-les, como en su programa lo manifiesta, que tengan porobjeto dilucidar cualquier punto que al adelanto de laprofesion militar se refiera.

A. Berguño,Teniente-coronel, Sub-jefe del Estado Mayor Jeneral.

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Sucesivas instrucciones superiores hanvariado en el tiempo transcurrido laorientación y organización de esta pu-blicación, adecuándola a los requeri-mientos de cada etapa de la vida insti-tucional.

Las normas actualmente vigentes sobrela revista son las contenidas en la O/Cdo.EMGE. (DRIE) Nº 6588/2 de 18 de Ene-ro de 1973, O/Cdo. CJE. (R) Nº 6010/22/7 de 28 de Marzo de 1974 y CircularV. CJE. (DRIE) (O) Nº 6586/13 de 29de Marzo de 1977. Conforme a ellas, elMemorial del Ejército de Chile es unapublicación cuatrimestral, constituyendoun órgano de difusión de materias dealto nivel cultural y profesional; sus ar-

tículos comprenden materias propias dela ciencia militar, filosofía, economía, so-ciología y ciencias políticas relacionadas.

Se edita a base de colaboraciones, lasque se procura que sean de un alto ni-vel para mantenerla en un buen pie deeficiencia como órgano de difusión pro-fesional; además, para proyectar haciael exterior, a través del canje, la conve-niente imagen institucional.

En este nuevo aniversario de la revis-ta rendimos un homenaje de reconocimien-to a sus fundadores y, también, a aque-llos que con sus colaboraciones posibi-litan que se cumpla la finalidad de lapublicación cada vez en mayor medida.

La Dirección.

EL DIA DE LOS ARTILLEROS

(4 de Diciembre de 1983)

E N el día de los artilleros, esdecir, su día patronal, es unmosaico de impresiones y me-

morias heterogéneas que se armo-nizan, no obstante, en una conflu-encia de paz y de guerra, de abne-gación y de martirio, de campañay de religiosidad, de estampidos yde arrullos.

Induce a pensar en el nacimien-to y desarrollo del arma que, obe-diente a la estrategia, eliminabaobstáculos para facilitar el avancede la Infantería. Ha muchos siglosque desaparecieron los cañones ru-dimentarios. Apenas hay leves in-dicios de las toscas piezas que seenderezaban torpemente en el sigloXIV y de las que en el siglo XV yase jactaban de contener un germende futuro perfeccionamiento.

A lo sumo, los eruditos del artemilitar hablan de cómo Carlos VII,valiéndose de elementos mejorados,disparaba contra los muros feuda-les; rememoran los adelantos de laépoca de Francisco I y de su ému-lo Carlos V; hacen notar que el ar-ma estruendosa proclamó su perso-nalidad autónoma durante la Revo-lución y bajo el Primer Imperio,desglosándose de los regimientosde infantería; y señalan una másnítida simplificación de actividadesen otros países, donde como en Ale-

mania, se hizo la separación com-pleta entre la artillería de campa-ña y la de fortalezas.

¡Cómo ha variado después detantas centurias que nos alejan deldescubrimiento de la pólvora! ¡Quédiferencias en los ardides de la per-cusión y elevación, en la calidad delos proyectiles y en la eficacia delos explosivos!

La artillería, que es recia y du-ra, eficaz y formidable dondequie-ra que actúe, en las montañas o enlas llanuras, en las riberas o en lasondas, tiene por Patrona a una vir-gen fina, endeble y sacrificada.

Historia y leyenda se han entre-tejido y compenetrado para con-vertirla en emblema y para dar alas circunstancias de su muerte unvalor significativo que se funda enaludir a fenómenos de la naturale-za que según los relatos, la justiciade Dios produjo una vez para cas-tigo y escarmiento.

Nunca sabremos si Santa Bárba-ra nació en Toscana, o en Heliópo-lis o en Nicomedia. Sólo guarda-mos noticias de que era muy her-mosa, muy inteligente y muy codi-ciada; por lo cual, y a fin de pre-servarla contra los asedios, Diósco-ro, su padre, la encerró en una to-rre, donde la joven no estuvo some-tida a prisión, sino alejada del

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mundo, con disfrute de regalos yholguras, con buen número de ser-vidores y hasta con maestros que lainiciaron en las dulzuras poéticas,en las exaltaciones oratorias y enlas agudezas de la filosofía.

Bárbara, quien había entrevisto laverdad cristiana a través de lasbrumas del paganismo, abrazó lafe del Nazareno, imbuida por la ca-tequesis de Valentiniano, enviadoespiritual de Orígenes a la torreinaccesible. Y ya no aceptó las nup-cias que su padre deseaba para ella.Esta prefirió al Esposo místico delagua bautismal.

Dióscoro, impotente para torcerla voluntad de su hija en cuanto ala fe de Cristo y a la elección deamores, quiso vengarse, denuncián-dola como rebelde al culto de losídolos, ante el Gobernador Marcia-no, el cual infligió a Bárbara mu-chos y prolijos tormentos. Por fin,lleváronla a un monte elevadodonde el propio Dióscoro, con ungolpe de hacha, la decapitó.

Ante el horrendo crimen, el cie-lo de límpido azul se entenebreciósúbitamente; un relámpago lúgu-bre anunció la cercanía de la tem-pestad; el trueno retumbó, sacu-diendo las capas atmosféricas; unnegro torbellino, como formado porel humo de la pólvora, envolvió aDióscoro y a Marciano, ya heridosde muerte por el rayo de la cóleradivina.

Después del 4 de diciembre delaño 235 de la Era Cristiana, se re-

presenta a Santa Bárbara apoyadajunto a una torre y teniendo de-lante de sí cañones, barriles de pól-vora, mechas de explosivos, grana-das y bombas.

Santa Bárbara es la celestial Pa-trona de los artilleros de todo elmundo.

Los nuestros la recordaron talvez cuando el estampido de las ba-terías del Ejército Libertador mul-tiplicó sus ecos en las quebradas yladeras de Chacabuco, sobre lascuales volaba el cóndor en empujesimbólico de aspiraciones infinitas;tal vez la recordaron en Maipú,cuando los cañones de San Martín,frente a Osorio y Ordóñez pare-cían sustituir las tenues voces conque los habitantes de Santiago secomunicaban recíprocamente lasangustias del albur. La recuerdanaún en las maniobras del vivac,siempre que los herederos de tantagloria se adiestran para garantizarla paz de la República. Y hoy, en eldía memorable de la joven mártir,que sugiere pensamientos de pure-za y de sacrificio, la recuerdan deun modo especial.

Acompañamos a los artilleros enservicio activo y los jubilados de lasFuerzas Armadas en su regocijo defamilia. Y hacemos votos por queel trueno del cañón no sea sobre loscampos de América una voz de pro-vocadora amenaza, sino la palabrade sonoridad inmensa, que llame a laconcordia y pregone la fraternidaddentro del sublime consorcio de lasbanderas.

RAMON CHAPARRO RUIZOficial de Ejército (R) del Arma de Arti-llería.

... La potencia destructora del rayo, el estrépitoensordecedor del trueno, que convulsiona latierra y la atmósfera, al servicio de un objetivocomún, en un anhelo grande de solidaridad yayuda. Eso es la Artillería.

DOCUMENTO:

EL MITO DEL PRINCIPIO BIOCEANICO

E L enfoque es aparentemen-te simple: Chile en el Pa-cífico, Argentina en el

Atlántico; cada uno en su sitio yninguno en el terreno del otro.

Ni más ni menos tal es el lla-mado "principio bioceánico" en elque se ha afirmado la posiciónargentina en el conflicto australcon Chile.

Recientemente, diversos secto-res trasandinos, especialmentepolíticos, han manifestado públi-camente su interés en que se acep-te la propuesta papal por la me-diación. Pero siempre y cuandose respete el mentado principio.

Los argentinos sostienen hoyque no han cesado de defenderlodesde el siglo pasado; que él fueconsagrado en el Tratado de Lí-mites de 1881, en el Protocolo de1893 y en el Acta de 1902; que esel mismo que la Sentencia Arbi-tral de 1977 cometió el graveerror de rechazar, y, por último,que es la clave de la solución delproblema de la zona austral.

¿Qué hay de real en semejantesplanteamientos?

"El Mercurio" realizó una in-vestigación con el aporte de ex-pertos y de la documentación ne-cesaria, a fin de esclarecer la ver-dadera dimensión que tiene el ar-gumento argentino, que impideque la mediación llegue a térmi-no.

Una pretensión reciente

El llamado "principio bioceáni-co" no es ni antiguo ni tradicio-nal. El gobierno argentino lo su-girió, con mucha discreción, porprimera vez hacia los años 1960.Luego, durante el juicio arbitralsobre la región del Canal Beagle,la insistencia fue creciente. Des-pués del Laudo Arbitral de 1977ha llegado a plantearse como afo-rismo esencial.

Durante las negociaciones quellevaron a la suscripción del Tra-tado de 1881, nunca se habló dedistribución de espacios terrestreso marítimos al sur de Tierra delFuego con arreglo a algún "cri-terio oceánico", ni bajo la formade un principio acerca del cual laspartes hubieran estado de acuer-do, ni tampoco como un axiomaque Argentina hubiese invocadounilateralmente frente a un Chi-le recalcitrante.

Es más, en las negociacionesArgentina formuló pretensionessobre territorios correspondientesal Pacífico e hizo proposicionesque implicaban la atribución aChile de territorios de carácteratlántico. Hubo, pues, coexisten-cia de reclamaciones de ambaspartes sobre los mismos territo-rios, tanto en el Pacífico como enel Atlántico.

El Tratado de 1881 no contie-ne ninguna indicación de un prin-cipio oceánico. En su texto sólo se

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menciona una sola vez el océanoAtlántico; no hay referencia al-guna al océano Pacífico. El "prin-cipio oceánico" permaneció ausen-te de las relaciones chileno-argen-tinas durante largos años. Por lodemás, al disponer el Tratado ensu artículo 3º que "pertenecerána Chile todas las islas al sur delCanal Beagle hasta el Cabo deHornos", consagró en términosinequívocos el límite sur de Ar-gentina en el trazo horizontalconstituido por dicho canal. Yello ha sido reconocido a lo largode muchos años por la cartogra-fía y la ciencia geográfica argen-tina.

El Protocolo de 1893

La suscripción del ProtocoloAdicional de 1893 habría podidoser la ocasión de dar al "princi-pio" —si es que existía— algunaformulación alterando la carto-grafía oficial y pública de Chiley Argentina que, desde la cele-bración del Tratado, no dejabaduda alguna acerca de la sobera-nía chilena sobre todo el archipié-lago situado al sur del Canal Bea-gle. Ahora bien, dicho Protocolosólo contiene una disposición li-mitada y específica según la cualal norte del paralelo 52 (esto es,en el sector de la cordillera de losAndes), Chile no reclamaría na-da hacia el Atlántico y la Argen-tina nada hacia el Pacífico. Comodirá con acierto el almirante ar-gentino Ernesto Basílico, en 1963,esta disposición "se refiere al te-rritorio que queda al norte del es-trecho de Magallanes", "ese prin-cipio asentado en el Protocolo de1893 nunca abarcó ni pretendióreferirse al archipiélago de la Tie-rra del Fuego". (La controversiasobre el Canal Beagle, Buenos Ai-res, pág. 179). Así como lo decla-ra el laudo de 1977, lejos de hacer

del "principio oceánico" elementoesencial del Tratado de 1881, laforma en que se estructura elProtocolo de 1893 confirma quelos "elementos" oceánicos tomadosen consideración en el sector an-dino no pueden considerarse co-mo un "principio oceánico omni-presente" aplicable a zonas nomencionadas, como son las islassituadas al sur de la Tierra delFuego (Laudo, párrafo 76).

El arbitraje de 1902

Más aún, en el curso del arbi-traje de S. M. Británica de 1902jamás Argentina aludió al "prin-cipio oceánico". Por el contrario,sostuvo entonces: "el Tratado de1881, resultado de estas negocia-ciones previas, fue un compromisoentre las demandas extremas decada país. Chile reconoció que sufrontera oriental era la cordille-ra de los Andes, en toda su exten-sión, de norte a sur hasta el para-lelo 52, renunciando a sus dere-chos alegados a la totalidad o unaparte de la Patagonia. En com-pensación, la República Argenti-na reconoció, por su parte, comoterritorio chileno la vecindad delos estrechos de Magallanes, lamayor parte de la Tierra del Fue-go y las islas situadas al sur . . . "(Evidencia argentina, pág. 157).

El Acta de 1902

Se ha hecho caudal del Acta de10 de julio del mismo año 1902,complementaria de los llamados"Pactos de Mayo". Ella consagra-ría, según Argentina, el "princi-pio oceánico" al aludir "a la de-fensa natural y destino perma-nente de la República de Chile enel Pacífico" y a "la defensa natu-ral y destino permanente de laRepública Argentina en el Atlán-tico y río de la Plata".

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Se olvida que dicha acta incideexplícitamente en "la ejecucióndel artículo 1º, parte 2º de la Con-vención sobre Armamentos Nava-les", de acuerdo con el cual am-bos gobiernos disminuirían susrespectivas escuadras hasta pro-ducir una discreta equivalenciaentre ellas.

Pues bien, en el Acta Aclarato-ria de 10 de julio de 1902, se es-tablece que, para lograr la discre-ta equivalencia en el desarme, nose hace necesaria la enajenaciónde buques, ya que puede buscarsela equivalencia por otros medios,conservando ambos gobiernos lasescuadras necesarias, el uno parala defensa natural y destino per-manente de la República de Chileen el Pacífico, y el otro para ladefensa natural y destino perma-nente de la República Argentinaen el Atlántico y río de la Plata.En estas estipulaciones no hayabsolutamente nada que diga re-lación con el Tratado de Límitesde 1881 ni con la distribución detierras que él contiene.

La cuestión de las islas del Beagle

Sólo en los años 1905 y 1906Argentina propuso a Chile la de-signación de expertos para deter-minar "el eje del Canal de Beagle"a fin de fijar las respectivas so-beranías sobre las "islas situadasen esta zona". No hubo entoncesel menor indicio de que debieratenerse presente un " "principiobioceánico".

En 1915 Argentina formulóuna reclamación formal de sobe-ranía sobre Picton, Lennox yNueva, apoyándose exclusivamen-te en el trazado del Canal Beagle.Jamás se refirió al carácter atlán-tico de dichas islas ni invocó elsupuesto "principio bioceánico".

Más tarde, los protocolos deArbitraje de 1915, 1938 y 1960,que buscaron resolver el conflic-

to sobre las islas del Beagle, nun-ca mencionaron su situación conrespecto a los océanos.

Es cierto que, en 1959, Argen-tina pretendió efímeramente am-pliar el campo del diferendo sobrePicton, Lennox y Nueva a los "is-lotes Terhalten, Sesambre, Bar-nevelt y Evout y las islas y partede isla de los archipiélagos Wo-llaston y L'Hermite que están si-tuadas al Este del meridiano delCabo de Hornos". Sin embargo,posteriormente, retiró por notaoficial esas nuevas pretensiones yprocedió a firmar el Protocolo de1960. Este último circunscribió"la única controversia relativa ala interpretación del Tratado deLímites de 1881" a la determina-ción de la soberanía sobre Pictony Nueva e islas e islotes situadosdentro del Canal Beagle.

Arbitraje de 1971-1977

Al iniciarse el juicio sobre elCanal Beagle ante el Tribunal Ar-bitral, Argentina sostuvo que:"El problema más importante enel litigio argentino-chileno, elproblema que surge cada vez quese trata de resolver la disputa,puede reducirse a lo siguiente:¿Cuál era, en el Tratado de 1881,la boca oriental del Canal Be-agle?"

Sólo más adelante, en el cursodel debate, la defensa argentinaelaboró una teoría prefigurandosu pretensión actual sobre las is-las más australes. A sus variadastesis respecto del curso del CanalBeagle agregó una nueva argu-mentación: Picton, Nueva y Len-nox no pertenecían a Chile por-que el Tratado de 1881 atribuíaa Argentina las islas situadas so-bre el Atlántico. Agregaba que laatribución a Chile que hace elTratado de "todas las islas al surdel Canal Beagle hasta el Cabo deHornos", debía entenderse con un

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agregado inexistente en el Trata-do: que las islas estuvieran tam-bién situadas al oeste del meridia-no del Cabo de Hornos.

Argentina preparaba así unainjustificada extensión del ámbi-to geográfico del diferendo, conmiras a una reclamación ulteriorsobre islas ubicadas más al sur.Apoyó su tesis en varios argumen-tos interpretativos cada vez máscomplejos, contradictorios y has-ta inverosímiles como se verá acontinuación.

El "principio bioceánico" fuepresentado al Tribunal como unprincipio general interpretativodel conjunto del Tratado de 1881a cuya ley deberían someterse ca-da una de sus disposiciones. Ar-gentina sostuvo, a veces, que elprincipio representaba la comúnintención de las partes. Otras, quefue la condición "sine qua non"impuesta a un Chile reticente (sindecir ni cómo ni cuándo). Otrasveces lo exhibió como una supues-ta "herencia del pasado". De estaforma la definición del curso delCanal Beagle fue perdiendo pau-latinamente importancia y Ar-gentina llegó a sostener que auncuando Picton, Nueva y Lennoxse encontraban al sur del canal,de todas maneras le perteneceríanporque se encontraban al orientede una supuesta frontera verticaldel Cabo de Hornos.

Contenido del"principio bioceánico"

Ni en la negociación del Trata-do de 1881, ni en sus estipulacio-nes, hay trazas de tal principio.Con todo, Argentina lo suponerector subyacente de ese solemneacuerdo de límites y niega, portanto, que el Tratado ponga findefinitivo a las dificultades ante-riores. Lo transforma en un sim-ple "acuerdo marco" que sólo fi-jaría "los criterios principales".

Deja así el tratado de ser unconjunto coherente y se reduce auna sucesión de disposiciones de-sarticuladas, sometidas al "prin-cipio oceánico". Necesariamenteello obliga a Argentina a alterarsus claros términos al pretenderajustarlos a la luz de ese supues-to principio. Por ejemplo, dondedice "al oriente de la Tierra delFuego" debería leerse "en la par-te oriental del archipiélago de laTierra del Fuego". Por "costasorientales de la Patagonia" habríaque entender "costas orientales dela Tierra del Fuego", etc. Y ha-bría que transformar la fronterahorizontal constituida por el Ca-nal Beagle, en una frontera verti-cal fijada por el meridiano del Ca-bo de Hornos. Se altera así bási-camente el texto del tratado aldestruir lo dispuesto en su artícu-lo 3º, el cual atribuye a Chile "to-das las islas al sur del Canal Be-agle, hasta el Cabo de Hornos".

El contenido preciso de la tesisoceánica fue siempre incierto enlos alegatos argentinos. A vecessostuvo que el límite era el meri-diano del Cabo de Hornos; es de-cir, una línea precisa e identifica-ble. Otras veces habló de una lí-nea "que sigue más o menos elmeridiano del Cabo de Hornos".En una tercera oportunidad sos-tuvo que la frontera del Cabo deHornos no era realmente una lí-nea, sino un punto, o bien "unpunto, del límite que separa lasislas orientales del Atlántico, queson argentinas". Y no pudo tam-poco la defensa argentina precisarqué pensaba de las islas "corta-das" por el meridiano.

El Laudo Arbitral

El Tribunal Arbitral rechazótodas las argumentaciones argen-tinas respecto al "principio oceá-nico". Y no se extralimitó al ha-cerlo, pues estaba obligado a re-

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solver '"definitivamente cada pun-to en disputa" y a establecer "lasrazones en las cuales se funda pa-ra resolverlo" (art. XII del Tra-tado de 1902 reiterado en el "com-promiso arbitral").

Clarísimas son las conclusionesdel Laudo en cuanto a la inexis-tencia del "principio oceánico".Por ejemplo, en lo relacionado conla cartografía declara:

a) No hay mapas chilenos quemuestren como argentino el gru-po Picton, Lennox y Nueva;

b) Hay muchos mapas argenti-nos y también de terceros paísesen que el grupo aparece como chi-leno, y

c) Ningún mapa, argentino ochileno, traza una línea divisoriapor el meridiano del Cabo de Hor-nos (considerando 144).

La tesis bioceánica

Argentina, al introducir en eljuicio del Beagle su interpretación"oceánica" del Tratado de 1881,debe haber pensado que si gana-ba en relación con Picton, Nuevay Lennox, podría disponer de unargumento respecto a las islas si-tuadas más al sur. Obviamente, siperdía respecto de aquéllas, se es-fumaba toda ilusión de reivindi-car cualquier isla situada al surdel Canal Beagle. Perdió, y con laesperanza de mantener sus recla-maciones, tomó la insólita decisiónde declarar nulo el Laudo, apar-tándose de fundamentales princi-pios de Derecho Internacional.

La pretensión argentina sobrelas islas "atlánticas" de la "zona

austral" no puede, pues, basarseen el Tratado de 1881 ni puedepor tanto ser revestida de carác-ter jurídico. Altera dicho Trata-do, pues intenta reemplazar lasfronteras allí establecidas "a per-petuidad" y "como límite incon-movible", por fronteras nuevas.Con ello, persigue hacer prospe-rar aspiraciones geopolíticas in-compatibles con el respeto a lostratados que ligan a ambos países.

Integridad e intangibilidaddel Tratado

El Tratado de Límites de 1881es la expresión de un arreglo te-rritorial completo y complejo, enel que cada elemento fue pondera-do cuidadosamente en el curso delargas y difíciles negociaciones.Constituye una transacción en lacual las concesiones efectuadaspor una de las partes recibieroncompensación de la otra. Seríaincomprensible que, manteniendointactas en su beneficio las conce-siones obtenidas de Chile en 1881,busque hoy día Argentina venta-jas adicionales incompatibles conel Tratado y que alterarían elequilibrio territorial por él esta-blecido.

Es evidente que la posición deChile, al insistir en el respeto delTratado de 1881 y del Laudo quelo interpretó, no se ampara sóloen justificaciones puramente ju-rídicas; defiende al mismo tiempoel principio —de considerable al-cance político— de la intangibili-dad e integridad de las fronterasestablecidas.

(De "El Mercurio", del 29 de mayo de 1983)

GEOPOLITICA Y AMISTAD PERENNE

De "La Nación" 25 de agosto de 1983

D OS libros aparecidos en Ar-gentina en los últimos mesestienden a justificar la pre-

ocupación de la opinión pública porel estímulo a actitudes reivindica-cionistas que pueden llegar a serbelicistas. También tienden a hacerde difícil comprensión la reiteradanegación del Presidente de la na-ción y de su Ministro de RelacionesExteriores a aceptar la sugerenciade S. S. el Papa Juan Pablo II, defirmar un Tratado de Paz Perennedentro del ambiente de la media-ción.

Uno de ellos se titula "Proyec-ción continental de Argentina", suautor es Alberto E. Asseff y en unas300 páginas desarrolla la tesis deser el país vecino el principal polo

de integración sudamericana y denecesitar la recuperación de los te-rritorios que en 200 años ha perdi-do "ante la voracidad de sus veci-nos". Incluye varios mapas, entreellos uno que aparece en otras pu-blicaciones, que reduce el territoriochileno a lo comprendido entre la

cordillera y el mar entre los ríosSalado (altura de Chañaral aproxi-madamente) y Bío Bío.

El otro es "El conflicto pendien-te", de Ricardo Alberto Paz, que esun análisis a la historia de las fron-teras chileno-argentinas y que sedetiene particularmente en lo suce-dido en los últimos diez años. Esti-ma como grandes errores históri-cos algunas decisiones gubernati-vas argentinas en su relación limí-trofe con nuestro país y deduce lanecesidad imperiosa de reparar loobrado.

Con sólo esos dos libros a la vis-ta, de creciente circulación en losmedios de decisión trasandinos, hayque admitir la existencia de un áni-mo reivindicacionista que se expre-sa en instituciones geopolíticas bo-naerenses que trabajan incesante-mente en hacer crecer y consolidaresa actitud. ¿Es a la vista de esarealidad que hay que entender lacerrada negativa del Presidente dela nación y de su Ministro de RR.EE. a firmar con Chile un Tratadode Amistad Perenne?

UN DESTINO ARGENTINIZADO

ADOLFO IBAÑEZ S. M.

E N el presente artículo me pro-pongo comentar a l g u n a sideas expuestas en la obra

titulada "La Proyección Continen-tal de Argentina. De la Geohistoriaa la Geopolítica", cuyo autor es elseñor Alberto Emilio Asseff, edita-da por Pleamar, Buenos Aires.1980 (*).

El conocimiento de estas ideas essignificativo por su relación con di-versos fenómenos de la historia ar-gentina y por la concordancia quemanifiesta con la intención queguía a diversos estudios recientesde la historia argentina. Además,la relación del autor con numerosaspersonas a las cuales agradece elconsejo, la orientación y el estímu-lo, lo expuesto por el prologuista y,además, los autores y títulos quecompletan la colección de la cualforma parte esta obra, nos pone encontacto con un grupo más amplioque, desde instituciones académi-cas, castrenses y administrativas,se saben poseedores de alguna ca-pacidad de influencia sobre losrumbos a imprimir a los sucesivosgobiernos argentinos.

Aquí radica su importancia y porello la necesidad de conocer ciertosaspectos de su pensamiento: siem-pre existe la posibilidad que susideas se traduzcan en acciones con-cretas, especialmente en asuntos depolítica exterior. El desconocimien-

to del Laudo Arbitral de 1977, laamenaza sobre Chile a fines de1978, el dilatamiento de la media-ción papal y la guerra de las Mal-vinas, son hechos que, mirados des-de esta perspectiva, adquieren unacoherencia que no se puede igno-rar. Más aún, la conexión de estosacontecimientos con la actitud tra-dicional argentina desde hace másde un siglo, permite pensar que lassituaciones aludidas no tienen porqué cesar en el futuro, tanto próxi-mo como remoto.

Estas ideas traducen una inquie-tud, o malestar si se quiere, porqueArgentina no sería actualmente loque estaría llamada a ser y, lo quees peor, no se palparían indicios se-guros de que existiera, en un pla-no generalizado, una voluntad te-naz por hacer de ese país todo logrande que debería ser.

Lo expuesto se traduce, en dichogrupo, en un afán —o pretensión—de construir un mundo hispanoame-ricano que, desde ya, lo planteancomo una nueva y trascendente al-ternativa en la sociedad occidentalcontemporánea.

(*) Las expresiones entre comillas signi-fican que están tomadas literalmentede este autor.

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I. —La Proposición Argentina

Para lograr la meta señalada seexpone la necesidad de transformarla actual Argentina, de modo quela acción a emprender adquieraun carácter fundante. Lo que sebusca no es un desligamiento com-pleto del pasado sino, al contrario,preservar una pretendida identi-dad tradicional. La actitud básicapara alcanzar esta meta radica enel hecho de saber que se puede sise quiere.

Este voluntarismo es un rasgodistintivo de estos círculos. Se tra-ta, en el fondo, de continuar ha-ciendo el país que fue, el que, porciertos motivos, se desligó de suvocación original en algún momen-to. Pareciera posible afirmar queeste desvío de su impulso inicial es-taría vinculado a la liquidación delVirreinato de la Plata (fenómenoque no involucraría al General SanMartín).

El pasado remoto y el futuro alabrar se unirían para proponeruna Argentina renovada, que aglu-tinaría a diversos Estados actual-mente autónomos. El primer ofre-cimiento —y el principal— que es-tos círculos argentinos proponen alos vecinos, lo constituye la incor-poración a la grandeza de un "Des-tino Común".

La suma de soberanías permiti-ría alcanzar la plenitud de "nues-tra potencia plural", con lo "cualquedaríamos en situación de ubi-carnos en un rango protagónicodentro del concierto internacional.Cabe señalar que este aglutina-miento de Estados se refiere sólo alos de raigambre hispánica, puescon el Brasil se postula únicamen-te una complementación para al-canzar "acuerdos útiles e impres-cindibles" (teniendo como respaldoun "suficiente poder disuasivo").

La responsabilidad para produ-cir este nuevo orden corresponde-

ría indudablemente a Argentinacomo país asentado en el espaciomayor. Tendría que entusiasmarcon una propuesta atrayente, paraque en ese proceso incorporativolos pueblos menores comprendieranque no se trataría de una anexiónsino de una unión, que originaríauna entidad nueva que los vertebra-ría. El modelo confederativo cons-tituiría una herramienta fundamen-tal para lograr esta meta.

El hecho de percibir a Argentinacomo una "sociedad precientífica",es decir, creativa, poética e imagi-nativa, le aseguraría un "marcohumanizado" para lograr la "trans-formación cibernética" que la épo-ca exige. De este modo, el "ModeloArgentino", el aporte genuino queconstituiría la proposición entusias-madora para los pueblos menores,a la vez que el grandioso aporte almundo, estaría formado por la com-binación de técnica y poesía.

En este sustrato se apoya el"Proyecto Argentino". Se da pordescontado que " . . . este pensa-

miento y esta voluntad encon-trarán también, como contra-partida, pueblos hermanos biendispuestos, por encima de lasbarreras levantadas por la bal-canización producidas en His-panoamérica. Claro está que elrol aglutinante deberá cumplircon requisitos de madurez, sol-vencia y poderío tales comopara promover los mediosapropiados, conducentes parala meta común". (Prólogo deJ. C. Espeche Gil a la obra ci-tada. )

He aquí las promesas de grande-za con que el "Proyecto Argentino"pretende seducir a los pueblos ve-cinos de contexto hispánico. En es-te concepto de vecindad es posibleincluir a las naciones del cono suramericano, abarcando hasta Ecua-dor.

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II. —El Espacio y la Historia

Para que los requisitos de madu-rez, solvencia y poderío se trans-formen en medios apropiados yconducentes a la meta perseguida,se requiere de la acción del Estado,el cual, inspirado por el espacio (elterritorio) y la historia, determi-nará una acción de gobierno eficazy perseverante.

El espacio —"una Argentina conconciencia territorial"— es tanesencial, que constituiría uno de losfactores básicos del poder nacionalargentino. La historia sería la otrabase pues estaría viva en el presen-te por las consecuencias que de elladerivarían, como por la gravita-ción misma que de ella se despren-dería para nuestro presente.

a) El Espacio:

Es un aspecto que tiene un sig-nificado real para el poder nacio-nal. Afirma el autor que a mayorespacio, mayor poderío y, por en-de, un mejor destino. Los ejemplosque ofrecería la historia en estesentido no concluirían nunca. Lasmayores potencias actuales —UniónSoviética y Estados Unidos— cons-tituirían dos manifestaciones su-perlativas de esta afirmación. Ade-más, sus trayectorias en la conquis-ta de sus respectivas áreas territo-riales vendrían a ser algo así comouna apología de la fuerza. El im-pulso hacia un destino determina-do no les habría detenido ante na-da cada vez que se trataba de con-quistar espacio.

Por ser Argentina el espacio ma-yor del cono sur hispanoamericano,constituye " . . . una plataformaapropiada para gestar un centro depoder autónomo, con capacidadirradiante". Sólo falta la voluntadhumana para realizar la transfor-mación propugnada.

Y esta voluntad se expresaría enla plasticidad de las fronteras, es

decir, en su transitoriedad. Citan-do a S. Hupé se advierte que

" . . . las fronteras son la expre-sión transitoria que reflejauna situación actual de poderdisponible. No existe orden es-table. Sólo una certeza: la lu-cha permanente".

Ratzel confirmaría lo anterior alenunciar que

" . . . la frontera es el órganoperiférico del Estado y, como

"tal, la prueba del crecimientoradica en la fuerza y en loscambios de ese organismo".

A la generación actual corres-pondería adecuar a Argentina con-forme a las necesidades de 1980(para contraponerle a la Argenti-na estructurada por la generaciónde 1880). Es decir, proyectarla" . . . en el ámbito de su históricodesenvolvimiento, a partir de unprograma elaborado". La meta laconstituye "la creación de un cen-tro de poder autónomo en Sudamé-rica".

"Frente a la situación, sucin-tamente descrita, no existeotra alternativa para la Ar-gentina que quebrar su even-tual aislamiento, proyectándo-se al Continente y afirmandosu condición bicontinental, conla incorporación paulatina dela Antártida. La directriz fun-damental para la proyeccióncontinental argentina pasa porBolivia y, desde ella, llega alPerú y Ecuador, hacia el oeste,y a la cuenca Atlántica, por elAmazonas".

"En resumen, el espacio con-diciona el destino de un pue-blo. Su dimensión y diversidadposeen directa relación con lasposibilidades que dispone unapoblación. A más espacio, ma-yores posibilidades, de toda

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índole. Desde la creación delespíritu hasta la recreación delos sentidos, pasando por la ri-queza material, todo está liga-do estrechamente a la enver-gadura territorial de la Na-ción. Se podrán o no aprove-char todos los recursos queofrece un espacio amplio, peroese aprovechamiento relativoes sólo actual. Siempre estápresente la posibilidad futurade una utilización más inten-sa, racional y adecuada. El es-pacio grande brinda un anchu-roso "plafond" para el desen-volvimiento de un pueblo. Po-see virtualidad, la que es, siem-pre, motora de la voluntadporque engendra certidumbresobre la empresa a encarar ysus consecuencias".

Tal es el papel asignado al espa-cio en la estructuración del "Pro-yecto Argentino".

b) La Historia:

Respecto de la historia, el asun-to es más complejo. En este acápi-te no me voy a referir al pasado delo que actualmente configura laRepública Argentina, asunto impor-tante para comprender el malestaractual, pero que dejo para más ade-lante. Ahora quiero señalar cómoese malestar, unido al afán de "pro-

yección continental" produce unadistorsión en la comprensión del pa-sado, permitiendo usarlo como fun-damento del capricho argentino. Esnecesario esta advertencia paracomprender la trampa que se es-conde en numerosas expresiones ta-les como: "Mirando nuestro pasa-

do, detectamos valores queapuntalan el presente". "Lahistoricidad tiene una virtudmilagrosa: t o r n a recidivaaquello que aparece irremedia-blemente fenecido. El puebloposeedor de la historicidad es

indestructible y marcha conenvidiable seguridad". "El sen-tido histórico templa a la so-ciedad". "La posesión de lohistórico ejerce un ministeriotrascendente. Frente a una en-crucijada, echa luz y marca elrumbo". "El sentido históricoprecisa y esclarece mil extre-mos. Es para las distancias deltiempo como el telescopio pa-ra las distancias del espacio.Da a nuestro saber imágenescada vez más perfectas y ac-tualizadas".

Respecto de estas afirmacioneses necesario tener presente que elmilagro requiere de un santo quelo realice; el ministerio de un sa-cerdote que oficie y el telescopio deun técnico que lo opere. Entonces es-tamos en manos de un intermedia-rio, que nada impide suponer queactúa en beneficio de sus propiosintereses: la proyección continentalde Argentina, en el caso que nospreocupa.

Las constantes apelaciones a va-lores autóctonos, a tradiciones, a laraigambre indoamericana o a la eu-ropea-occidental, al legado de lahispanidad, no hacen más que remi-tirnos a una visión del pasado queaflora desde ya estereotipada, esdecir, estática y aislada, como si Ar-gentina hubiese tenido en estadopuro aquello que se nos quiere re-saltar, por aparte de las circunstan-cias temporales que son insepara-bles de los acontecimientos. Se des-conoce que el pasado se fue dandopor una combinación de situacionesque dieron sentido al actuar de laspersonas en épocas remotas. Situa-ciones que presionaban a las perso-nas. Y éstas que reaccionaban fren-te a ellas de modos específicos paraalcanzar las metas a que aspirabanen ese entonces.

Una visión estereotipada arrancaa las situaciones históricas de suscontextos y permite ponerlas al ser-

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vicio de lo que pretenden los inter-mediarios que he mencionado. Noes posible achacar a personas delpasado la posesión de intereses einquietudes que corresponden a si-tuaciones actuales. Hacerlo, nosllevaría a incurrir en un u-cronis-mo: salimos del tiempo. De aquíque abusar de la historia para pos-tular a una labor presente se tradu-ce necesariamente en una meta utó-pica.

La posesión de la historicidad asídescrita, involucra una distorsiónque se produce como efecto de la si-tuación y mundo presente del ob-servador de la historia, llevándolaa acuñar un estereotipo que másnos enseña acerca de dicho observa-dor que de la época a la cual se pre-tende aludir. Es decir, se piensa decierto modo respecto de una épocapasada, pues ese modo es convenien-te para orientar el actuar presenteen un sentido adecuado a los inte-reses y metas perseguidos. Veraquella época pasada de ese modo,permite resaltar ciertos aspectoscontenidos en aquel tiempo, que po-sibilitan el usarlo como guía en elpresente, a costa de desvincularlode las condiciones de tiempo y lu-gar que lo caracterizan verdadera-mente, confiriéndole la singulari-dad propia de los hechos históricos.

Esto explica que algunas perso-nas piensen que si antes existió elVirreinato del Río de la Plata consu capital en Buenos Aires y contodos los territorios que abarcaba,hoy es necesario la reconstrucciónde esa jurisdicción política para re-tornar al ritmo de proyección con-tinental que entonces se estaba ad-quiriendo. Pero se olvida que aquelVirreinato no fue creado para es-tablecer una proyección continen-tal de Buenos Aires, sino como larespuesta, considerada entoncesadecuada, de la monarquía hispanaa circunstancias de la época y que,si dicho Virreinato llegó a ser loque fue, se debió a la acción de las

personas que lo condujeron confor-me a los objetivos de la Corona, pe-ro cuyo actuar derivaba de las con-diciones —coyunturas— específi-cas que entonces se vivieron.

La historicidad que más arribase explica actúa en los geopolíticosactuales como un factor distorsio-nador de lo que ellos comprendencomo el espacio geográfico de lanueva Argentina. Y en nombre dela historia justifican las premisasque sostendrían la proyección con-tinental como meta del capricho bo-naerense.

"El espacio histórico, comoámbito natural para la accióndel genio de este país, puedeexistir si vuestro espíritu loasume y lo desea. Ya hemosafirmado que en las subunida-des estatales desmembradasdel conjunto rioplatense, haym u c h o s hombres reflexivosque anidan esperanzas de uni-dad. Pero la decisión no lescompete a ellos, por más quelo quieran entrañablemente.Nos pertenece primordialmen-te a nosotros... Nosotros te-nemos la superlativa respon-sabilidad. Resta asumirla yobrar consecuentemente. Lafaena de articular políticamen-te esa realidad que se llamaespacio histórico es posible. Si,además, es querida, será rea-lidad".

Esta historicidad conlleva, ade-más, un problema de fatalismo yde totalitarismo. Lo primero, encuanto que si siempre las colectivi-dades han requerido espacios ma-yores para afirmar su personalidad,siempre seguirán requiriéndolas:se manifiesta un fatalismo que lle-va a las colectividades a actuar me-cánicamente, lo que las igualaría alos grupos de animales —cuyo ejem-plo, por lo demás, se propone— pa-ra los cuales el espacio les informa-

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ría la vida. De todo esto se conclu-ye que " . . . a mayor espacio, máslatitud para la vida. A mejor espa-cio, mejores condiciones vitales".

Totalitarismo, en cuanto que "...se impone convocar a la totalidadde la Nación, a partir de un pasa-do indagado y asumido análoga-mente y de un Proyecto común".Es decir, se impone que la historiasea vista de esa sola forma parasiempre, y que el futuro quede vin-culado exclusivamente —y tambiénpara siempre— a ese sólo Proyec-to. Con esto, las generaciones ante-riores y posteriores quedan exclui-das de la pesada pero significativatarea de hacer la historia, usandode la libertad que ha sido y seráinherente a las personas. A los pa-sados se les niega la labor realiza-da; a los futuros se les niega la po-sibilidad de realizarla. Además, seobliga a todos los contemporáneosa adherir a esa visión del pasado ya ese Proyecto como si no existie-ran alternativas válidas.

Y este encerrar el pasado y el fu-turo mediante el fatalismo y el to-talitarismo denota una concepciónencerrada del presente: una inca-pacidad de vivir un presente abier-to para labrar un futuro abiertoporque, en el fondo, desconfíanatrozmente de la libertad humana.Para guiar al proceso llaman a losconductores iluminados:

"Hoy, como nunca, la Naciónreclama la presencia y la ac-ción de los estadistas. Detec-tarlos es sencillo: no se replie-gan. Creen en la proyecciónnacional, a partir de las auto-nomías consagradas".

Este selecto grupo, escogido apartir de su voluntad y sus ideas,estaría autorizado para conducir aArgentina hacia la Proyección Con-tinental, y los pueblos —tanto losargentinos como los sucesivamenteincorporados— estarían obligadosa prestarle su concurso.

De esta manera, Espacio e His-toria aparecen indisolublementevinculados al "Destino Común" querepresenta el Proyecto de la Ar-gentina Continental.

III. —La Nostalgia delVirreinato

Ya se ha insinuado que la nos-talgia del Virreinato constituye labase de la totalidad de la visión geo-política Argentina. En dicha juris-dicción política se refundirían elconcepto de espacio y la visión de lahistoria que manejan estos círculos.Actualmente Argentina se les apa-rece desmedrada porque sus gober-nantes no han sabido restaurar di-cho espacio histórico - político. Yésta sería la tragedia que arrastraArgentina desde el momento mis-mo de la ruptura del Virreinato.Los primeros gobernantes, luegode la revolución emancipadora, sehabrían caracterizado por la ten-dencia a replegarse, contrariandoasí la condición esencial que debentener los estadistas para concretarel "Proyecto". Hacia fines del si-glo XIX, la llamada generación de1880, enfrascada en la ideología ylos conceptos liberales de la época,habría estructurado una Argentinaajena por completo a los actualesplanteamientos geopolíticos de lapretendida generación de 1980.

H. E. Gammalsson, en una bio-grafía reciente de Cevallos, primervirrey del Río de la Plata, presen-ta a Argentina como hija de estefuncionario. Al concluir su trabajoafirma:

"Libre de toda traba, pues-to que no he acudido a ningúnente oficial o privado para edi-tarla, doy vida a esta historiade una época y un hombre ol-vidado, creador de nuestras ba-ses económicas y de la confi-guración geopolítica del Virrei-nato del Río de la Plata. Aquelterritorio se perdió en partedebido a secesiones intestinas,

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luchas fratricidas, tratados ab-surdos, arbitros incalificablesy manos ineptas o por la in-fluencia solapada de interesa-dos externos. Mas la obra y elejemplo de don Pedro de Ceva-llos tenemos los argentinos laobligación inexcusable de con-tinuar si no aceptamos caer enun definitivo y casi inevitablevasallaje".

Frente a este elogio de Cevallos,compartido por todos los geopolíti-cos argentinos, surge de inmediatola pregunta de si aquel Virrey cons-tituyó el modelo de estadista que sepreconiza para el "Proyecto Ar-gentino", o si no fue más que undestacadísimo funcionario al servi-cio de la Corona y los objetivos queella se había planteado para el áreadel Río de la Plata.

La respuesta es obvia y no valela pena detenerse mayormente eneste asunto. Parece necesario, entodo caso, exponer sucintamente lasituación de la Corona en esta áreageográfica en la segunda mitad delsiglo XVIII para comprender lacreación del virreinato y estableci-miento de su capital en Buenos Ai-res.

A comienzos del siglo XVIIIBuenos Aires era aún uno de lospuntos más excéntricos de Hispa-noamérica. Constituía el último yfeble eslabón de una cadena que seiniciaba en Lima, punto este últi-mo que constituía el enlace con laPenínsula. Esta situación provocódiversos intentos de penetraciónportuguesa en el Río de la Plata pa-ra, mediante el contrabando, con-quistar los ricos mercados del AltoPerú (Bolivia). A lo largo de esesiglo la presencia portuguesa se hi-zo más amenazante, presionando almismo tiempo no sólo por el Río dela Plata, sino también por el cora-zón del Continente, sobre las tierrasde Moxos y Chiquitos (Paraguay yBolivia actuales), en demanda delobjetivo altoperuano.

Simultáneamente, Buenos Airescrecía vertiginosamente por eldesarrollo comercial que se produjodebido, entre otros motivos, a la po-lítica de la Corona desde el entro-nizamiento de los Borbones en Es-paña. La flexibilidad comercial hi-zo de Buenos Aires un importantenexo entre el cono sur hispanoame-ricano y la Península, lo que trans-formó a esta ciudad en un puntode gravitación dentro del Conti-nente.

La creación del Virreinato de larPlata en 1776 obedeció a la nece-sidad de dar eficacia, unidad y res-paldo económico a la lucha contrala expansión portuguesa en la vas-ta área territorial del Plata. Estoexplica la incorporación de BuenosAires, Montevideo, Paraguay, AltoPerú y Tucumán a esta extensa ju-risdicción civil y militar que era elVirreinato.

Pero a las espaldas de BuenosAires se ubicaba una segunda fron-tera, también amenazante y, por lomismo, necesaria de aquietar paraenfrentar la lucha contra los portu-gueses y proteger, además, el inci-piente desarrollo de la ganadería.Esta estaba determinada por los in-dios que habitaban la Pampa. Lainclusión de Cuyo en el Virreinatopermitía dar unidad y eficacia a lalucha en este frente.

Así planteadas las cosas, a finesdel siglo XVIII Buenos Aires se ha-bía transformado en el nuevo grancentro del cono sur hispanoameri-cano, desplazando a Lima. Esta po-sición estaba respaldada por el ver-tiginoso desarrollo comercial expe-rimentado por la capital del Plata;a ello se unió el desarrollo de la ga-nadería —fenómeno de no muchaenvergadura aún— y, sobre todo lomencionado, fluyeron hacia estepuerto las riquezas mineras del Al-to Perú.

La destrucción del Virreinatosignificó para Buenos Aires perderla posibilidad de alcanzar la hege-

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monía continental. El resultado in-mediato de la revolución emancipa-dora fue la pérdida de un "orden"general, como era el de la Corona,y en el cual encontraba su justifi-cación este Virreinato. El fraccio-namiento que siguió a la destruc-ción del "orden" preexistente fueproducto de la primacía que adqui-rieron las trayectorias seculares delas diversas "patrias" contenidasen el ex virreinato. Se separaronParaguay, el Alto Perú (Bolivia) yUruguay. Cuyo intentó hacerlo sinencontrar eco en el gobierno chile-no. Tucumán y las provincias ribe-reñas del Plata no se pudieron en-tender de modo orgánico con Bue-nos Aires hasta 1862.

La disolución del Virreinato es-taba consumada hacia 1820, desa-tándose la anarquía política y ha-ciéndose patente un vacío de poderen el cono sur del continente puesLima también cayó en la anarquíacon el desaparecimiento del "orden"Monárquico. Hacia ese entonces lapérdida de la posible hegemonía deBuenos Aires era un hecho. El sur-gimiento de Chile a partir de la dé-cada de 1830 terminó por acabarcon esta posibilidad bonaerense.

Más tarde, Rozas —presionadopor el acoso anglo-francés y la anar-quía interna— no pudo mirar másallá de las provincias que forzosa-mente dependían de la aduana deBuenos Aires. El intento de Urqui-za (1852 - 62) de que las provin-cias doblegaran a Buenos Aires fueun esfuerzo inútil. Las provinciasno podían sustentarse sin la aduanadel puerto y Buenos Aires, en cam-bio, podía penetrar en las provin-cias mediante el contrabando. Pe-ro, por encima de esto, Buenos Ai-res y las provincias constituían dosmundos encontrados que no podíancoexistir mediante el acuerdo. Só-lo quedaba la solución de que triun-fara uno u otro. Desde entonces Ar-gentina está formada por aquellasprovincias que, habiendo fracasadoen el intento de imponer el "orden"

que deseaban, debieron someterse aBuenos Aires, núcleo que impusosu propio "orden": su sistema y sumodo de vida.

Este nuevo "orden" fue llamado"civilización" por Sarmiento e im-plicaba una tendencia a la europei-zación. En las provincias, inclu-yendo la campiña bonaerense, pre-valecía el espíritu tradicional, acu-ñado en una trayectoria de tres si-glos. Precisamente, porque en Bue-nos Aires perduraba la idea de re-construir el Virreinato para pro-yectar su "civilización" al continen-te, el choque con las provincias fuedemasiado fuerte. Esta pugna con-sumió medio siglo con el consiguien-te desgaste de ambos bandos y laanarquía que fue su secuela.

Es absurdo postular —como lohace Asseff— que fue el menospre-cio del gaucho lo que impidió en-tonces la reconstrucción y expan-sión del antiguo Virreinato. Aquínos encontramos ante otro estereo-tipo histórico: afirmar que la gran-deza de Estados Unidos, Rusia yBrasil se explicaría por el ensalza-miento de los tipos humanos pro-pios de las fronteras: los vaqueros,los cosacos y los bandeirantes. Eldesprecio sentido hacia los gauchosdaría razón del debilitamiento ar-gentino, en opinión de este autor.Olvida por completo el esfuerzo des-plegado por Buenos Aires para ex-tender las fronteras interiores lue-go de someter a las provincias. Sepercibe aquí, una vez más, la ope-ración de extirpar de los fenóme-nos históricos sus condicionamien-tos de tiempo y lugar.

En resumen, la Argentina actualse formó a partir del predominio dela ciudad de Buenos Aires que ac-tuó como núcleo rector. Impuso susdictados a la campiña circundante—la provincia de Buenos Aires—y luego a las demás provincias, lasque no tuvieron más alternativaque el sometimiento: todas ellasconfiguran el país dominado, el paísde segunda; aquel que debió some-

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terse a un "orden" extraño que con-trariaba su peculiar tradición cul-tural. Y es por esto que actualmen-te se percibe en las provincias unaanemia cultural: no pueden darmás en razón de la hibridación quesufrieron. Desde entonces, la vidahistórica de Argentina ha estado ra-dicada en Buenos Aires, y las pro-vincias han sido comparsa.

Así lo reconoce Asseff, a propósi-to de que Argentina poseería lacombinación maravillosa de poesíay técnica para deslumhrar al mun-do, expresando de paso un comple-jo de culpa:

"Entre nosotros todavía haysitios donde el mal del Hombre(la deshumanización) es elcontrario: el ensimismamien-to. Esto es, el padecer de pue-blos enteros abandonados, ca-si, a la vida vegetativa. Allá,en las laderas de los contra-fuertes andinos de Salta o Ju-juy, millares de argentinos es-tán agobiados por una vida sinesperanza, como no sea quedespués de cada noche, sobre-venga el día. ¡Y qué decir denuestros hermanos del espaciohistórico! Cuántos millares decochabambinos, potosinos, tari-jeños, puneños o cruceños so-breviven, muy "humanizados",pero marginados. Para ellos,la marginalidad es su vida".

En este autor es un rasgo cons-tante la visión estereotipada de lahistoria. Por ello afirma que cuan-do se fragmentó la "Nación Riopla-tense", " . . . la Argentina perdió atres grandes pueblos. Empero, esostres pueblos perdieron a la Argen-tina". Lo que no puede aclarar espor qué el destino de las provinciasargentinas es similar al de los "pue-blos perdidos", tal como lo afirmaen el párrafo anteriormente trans-crito. Además de no comprender lahistoria, tampoco comprende el pre-sente, pues aplica las mismas cate-goría falsas a ambos momentos cro-nológicos.

La situación actual de dependen-cia de las provincias argentinas an-ticipa el destino de las naciones quese dejen seducir por estas proposi-ciones bonaerenses. En más de unsiglo Buenos Aires no ha dejado deser tal y, en cambio, las provinciashan debido sometérsele, lo que haterminado por configurar una Ar-gentina "tilinga" o "portuaria", enla cual las provincias son connacio-nales "de segunda".

IV. —La "Argentina Continental"o futura

El "proyecto argentino" descritoal comienzo de este artículo estaríafundamentado en la necesidad dedejar de lado la tendencia a las ideo-logías universalistas que habríanprevalecido en América desde el si-glo XIX, y, en Argentina específi-camente, como producto y herenciade la llamada generación de 1880.Correlativamente, este "proyecto"—el de 1980— propugnaría "obrasvitales y transformadoras", tantode la Argentina física como de sucontenido espiritual humano. Setrataría de una Argentina por ha-cer, "en el contexto geográfico, his-tórico y cultural que le pertenece yal cual pertenece".

Esto lleva forzosamente a plan-tearse una gran interrogante acer-ca del sentido que tendría este "pro-yecto", acerca de si vale la pena en-tregarse a él. ¿Es posible encontrarallí una apertura al futuro realmen-te entusiasmadora para las colecti-vidades que de una u otra formapretende involucrar? ¿No será sinoexpresión de un capricho por re-construir el Virreinato para dar aBuenos Aires el sitial continental aque aspira?

Hay un factor muy claro: la nos-talgia del Virreinato está en la ba-se de todo esto. Mas, por aparte dedicha nostalgia, ¿vale la pena el"proyecto" en cuestión?

La visión estereotipada tanto delpasado como del presente argentino

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y americano nos muestra que estasideas se asientan en abstraccionesque corresponden a la misma espe-cie de las ideologías universalistasque denuncian, aunque difieran enel tipo de utopía que postulan. Es-te utopismo —como todos los de-más— se fundamenta en un fata-lismo histórico que lleva al chan-taje.

"Se avizora un orden nue-vo, donde los Estados-canto-nes. . . se extinguirán. Esaspequeñas soberanías se agotan.El mundo ya no las necesita...Pero, ¿cuál es el destino de los"Señoríos" contemporáneos, losadecuadamente denominados,Estados - cantones? Articular-se en espacios mayores, por afi-nidad y vecindades".

Es subrayable que el afe-rramiento a las pequeñas sobe-ranías y su exaltación, sóloaparejarán dolor a los pueblos.Sobrevivirán, penosamente, unlapso. Pero, irreversiblemente,desaparecerán. Sólo que de es-ta manera, serán anexados, noincorporados. Entonces, sí, ha-brá extinción en lugar de arti-culación".

La realización de esta utopía re-queriría de una acción definida yperseverante en el tiempo para re-forzar el poder argentino. Pero losresultados no se podrán ver de in-mediato, puesto que la labor a aco-meter implica un largo período. Pa-ra mantener esta acción a lo largodel tiempo se necesitaría de gober-nantes con las características yareseñadas. La combinación de ac-ción, tiempo y gobernantes deberíatraducirse en poder y grandeza pa-ra Argentina:

"La Argentina clama por ac-ción. Reclama de la diástoley no de la sístole. Necesita deuna acción que le posibilite di-latar su poder, hoy contraído.La expansión del poder argen-tino es ineludible, tanto espe-

cíficamente, en sus energías ín-sitas, como en la cobertura es-pacial. Habrá que desplazar-lo, desde el área pivote, haciael corazón continental y haciala Región Austral".

"La grandeza nacional esobra de un pueblo. Todas lasobras humanas exigen una di-rección, máxime si esa obra es,nada menos, la de realizar lasaspiraciones colectivas".

"La continentalidad de laArgentina será la resultanciadel tiempo, en tanto se lo apro-veche cada día, resollando pe-riódicamente, mas no desfalle-ciendo. La grandeza es obramediata".

Esta acción orientada a la gran-deza debería preocuparse por cul-tivar las fuerzas centrípetas, es de-cir, los lazos culturales que vinculana los diversos vecinos: las culturasindígenas en los varios territoriosen que se asientan; los vehículosculturales hispánicos (que son ob-jeto de un constante ensalzamien-to); la democracia como forma devida y el régimen federal como or-ganización política.

Todos estos elementos son tancontradictorios, que es imposibleno verlos como herramientas útilespara tratar de subyugar a los veci-nos. Lo indígena, lo hispánico y lodemocrático son mutuamente con-trapuestos; lo federal, al modo ar-gentino, sólo significa el predomi-nio incontrastable de Buenos Aires.

En cuanto a la acción orientadahacia la grandeza se señala que:

"El método es trabajar conel poder en el espacio, en lasplataformas de irradiación yproyección".

"La Proyección Continentalde Argentina será combatida.Tendrá, afuera, enemigos acé-rrimos. Porque la Argentinapotenciada es un peligro ciertopara las intenciones hegemóni-cas que otros abrigan... La

potenciación argentina, "ipsofacto", significará trascendera Hispanoamérica, deseosa yesperanzada de un rumbo".

"La lucha será exitosa si so-mos emprendedores. Si eleva-mos un altar a la empresa, alespíritu de empresa".

La carta de presentación de estaArgentina estaría constituida porla moral: carta y escudo protectora la vez. "El mundo conocerá unmodelo único: desarrollo con moraly humanismo". La herencia de Es-paña abriría esta posibilidad. Pe-ro, a renglón seguido, el voluntaris-mo mencionado más arriba contra-dice lo anterior:

"La Argentina reencontradaconsigo y con su destino, debeencarnar la idea que reconoceen la voluntad un factor medu-lar del poder".

"El único dogma, pues, es lasistemática defensa de nues-tros intereses nacionales".

"El juridicismo es un esca-pismo. En la política interna-cional los hechos son la elo-cuencia. La única".

Por aparte de lo sugestivo de lascitas anteriores, ellas traducen unaconcepción nacionalista estrecha,rioplatense, más precisamente bo-naerense. Y, sobre todo, un nacio-nalismo encerrado. Se trataría, me-diante este proyecto, de estableceruna entidad política en función delos objetivos de Buenos Aires, en-cerrada en dichas metas, como si elsolo acoplamiento de territorios fue-ra suficiente para desplegar unagrandeza frente al mundo. Y, enlo interior, un desarrollo industrialmanufacturero y pesado que permi-tiera aislar materialmente a esteconglomerado del resto del mundo.Se postula la "soberanía vertical"de la Nación: es decir, un encierroque impide comprender que la gran-deza, poder, influencia, etc., en elmundo, no deriva de ciertos facto-

res mensurables sino, al contrario,son factores espirituales los quesustentan la preeminencia en el pla-no internacional. Y esos factoresespirituales sólo se desarrollan enel contacto, en la lucha, en la inter-dependencia aceptados como esco-llos cuya superación constituye elverdadero testimonio de la grande-za. Se nos propone un sistema en-cerrado: Sudamérica hispana domi-nada por Buenos Aires.

Luego de estos comentarios debe-mos plantearnos la cuestión de sies verdaderamente auténtica y legí-tima la preocupación argentina porconstruir un mundo hispanoameri-cano que constituya una nueva al-ternativa en la sociedad contempo-ránea. El estudio de las falacias enque pretenden fundarse —espacio,historicidad y nacionalismo— llevaa la respuesta negativa. Ellas nosdemuestran que la meta persegui-da no es más que un capricho, puesse carece de ideas adecuadas pararenovarnos y sacarnos de la depen-dencia cultural y material en quenos encontramos.

Lo que hay de real en el caprichobonaerense que traducen estas ideases la frustración derivada de la des-trucción del Virreinato y de la pro-yección continental que aquél im-plicaba. La pugna que se desarro-lló entre Buenos Aires y las provin-cias durante el siglo XIX permitecomprender el carácter de la pug-na a que Buenos Aires somete a lasnaciones vecinas en la actualidad:una cuestión de predominio. El so-metimiento final de las provinciasal puerto constituye, además, un an-ticipo de la suerte que el destino de-parará a las naciones que se some-tan a Buenos Aires.

Frente a este desafío que planteaArgentina, la respuesta no consistesólo en desarrollar una prevenciónrespecto de las acciones de dichoEstado. Al contrario, es necesarioplantear una alternativa verdadera-mente válida, que reúna a los chi-lenos en una comunidad de valores

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y así pueda adquirir sentido la du-ra lucha que es necesario encararpara crear el futuro, libre de falsasy dañinas ideologías extrañas anuestro ser. Sólo así las acciones delas personas y las finalidades de loscuerpos intermedios encontraránun punto de reunión que los inte-gre en una nación y les dé una di-mensión trascendente en el tiempo.

Entonces conquistaremos la for-taleza para enfrentar frustraciones

y resentimientos encarnados enotros Estados y así conquistaremosamigos más allá de los deslindesnacionales, dejando al descubiertolas falacias y pobreza de la geopo-lítica argentina.

La acción que propongo es funda-mentalmente política. Sólo en estecampo —más que en el geopolíti-co— podremos encontrar la verda-dera respuesta a los planteamientoscomentados.

Poner en ridículo a uno más débil, burlarse de él, es una torpeza y una cobardía.

MALVINAS

LA GUERRA DE LOS ERRORES

De la Revista ERCILLA Nº 2. 487.(30 marzo-5 abril 1983).

D Se cumplió un año de la guerra por las Malvinasentre Gran Bretaña y Argentina

D Guerra anacrónica, en plena época nuclear, de laque todos aprendieron lecciones imprevistas

M arzo 19 de 1982. A las remo-tas islas Georgias del Surllega un grupo de aventu-

reros dispuestos a ganar dinerodesmontando una vieja planta ba-llenera. Al mando del desconocidoindustrial Davidoff, inician sus la-bores, autorizados también por elgobierno inglés al cual se habíainformado oportunamente. Gryt-viken era la estación balleneramás importante del mundo en1915.

Abril 1? de 1982. También en elAtlántico sur, en las islas Malvi-nas, los cerca de mil novecientosisleños se preparan para el co-mienzo del invierno en esas inhós-pitas islas, lejanos a todo rumorsobre estancamiento en las nego-ciaciones entre Gran Bretaña yArgentina para que la primera en-tregue dichos territorios a la se-gunda. Los informes de los ser-vicios secretos ingleses en BuenosAires son menospreciados. Hayotras cosas más importantes dequé ocuparse. Si los argentinos

llevan casi 150 años negociando,pueden esperar todavía más. Cra-so error.

Abril 2 de 1982. Tropas argen-tinas desembarcan en islas Fal-kland y, en cosa de minutos, con-siguen la rendición de los ochen-ta marines ingleses que custodia-ban las islas, ahora, Malvinas.

Abril 5 de 1982. Un mundo ató-nito ve zarpar a tres cuartos de laflota inglesa rumbo a las Malvi-nas, nueve mil kilómetros más alsur de Londres. Sólo dos días ha-bía necesitado toda esa flota paraalistarse y zarpar hacia mares ca-si inexplorados, en una acción quesuperó la imaginación del más en-tusiasta escritor; en una películade la vida real, cuyo guión cine-matográfico pareció ser de losaños treinta.

Durante veinticinco días, elmundo entero apostó a que la ar-mada británica navegaría siempreen velocidad y rumbo diplomáticoy que no habría un solo y absur-do disparo. Otro craso error.

Abril 30 de 1982. La flota lle-ga a las cercanías de las Malvinasy el fuego comienza.

Durante diez semanas los acon-tecimientos del Atlántico sur con-virtieron la guerra por las Malvi-nas en un episodio digno de librode estudio. Una guerra limitada,local y cuyos objetivos e intencio-nes eran claros.

Acostumbrados a guerras decomplicados sentidos políticos yde nunca acabar, nadie daba cré-dito a lo que estaba pasando. Enpleno siglo XX y en la era nuclear,tenía lugar una guerra convencio-nal donde una flota entera se mo-vilizaba tardando veinte días enllegar a su destino. ¿Qué habíasucedido? Durante 149 años Ar-gentina había estado reclamandola posesión de las islas Malvinasy durante 149 años Inglaterra ha-bía hecho de las Falkland un pro-blema secundario. Señales mal in-terpretadas de ambos lados dieronpie a falsos supuestos y una vezque Argentina se convirtió enagresor, nada pudo detener a losingleses.

Supuestos erróneos

El entonces presidente argenti-no, Leopoldo Galtieri, interpre-tando incorrectamente varias se-ñales, pensó que los Estados Uni-dos lo apoyarían. E Inglaterra nopensó nunca que un país en desa-rrollo, cuya estabilidad internapendía de un hilo, iba a embar-carse en una guerra que lo desan-graría aún más. Grave error, otravez.

Galtieri no pensó nunca que la"Dama de hierro" fuera capaz delanzarse a una guerra. Se olvidóque se había mantenido firmefrente a la presión ejercida por elirlandés y huelguista de hambreBobby Sands, y que era gobernan-te de una nación donde más de unavez las mujeres tuvieron un papelpolítico importante.

Y Margaret Thatcher no pensójamás que Argentina tenía la po-tencia necesaria como para iniciarel conflicto por unas islas que nisiquiera le eran necesarias como"lebensraum" (espacio vital).

Hasta antes de abril de 1982, lamayoría de los ingleses no habríansido capaces de encontrar las Fal-kland en un mapa. Pero, en cam-bio, los argentinos aprendían des-de pequeños que las Malvinas lespertenecían, y ésta parecía ser laoportunidad para recuperarlas.

Tras numerosos bombardeos de "ablanda-miento", los británicos desembarcan enlas Malvinas.

Galtieri acababa de asumir co-mo presidente con la bendición deReagan; contaba también con elapoyo de la embajadora Kirkpa-trick, quien favorecía al régimen,y se hallaba en muy buen pie tan-to con los Estados Unidos, porayudarlo en Centroamérica, comocon la Unión Soviética, por la ven-ta de trigo. Estas y otras muchaspresunciones resultaron ser en ex-

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ceso optimistas. Quizás el princi-pal error fue de parte de GranBretaña por subestimar a los ar-gentinos. Y los argentinos no pen-saron ni por un momento que envísperas de semana santa, con to-dos los buques en casa y a tan-ta distancia, a Inglaterra le seríaaún mucho más fácil emprenderuna acción armada.

El retiro del buque Endurancede la zona del Atlántico sur los ha-cía presumir que Inglaterra esta-ba a punto de entregar ese terri-torio. Si Galtieri hubiese actuadodos meses más tarde, la guerraquizás no habría tenido lugar: en-tonces, en pleno invierno, una ac-ción tan enorme como la que lle-vó a efecto Inglaterra no habríapodido ser, menos aun cuando unode sus portaaviones, el Invencible,debía estar en el océano Indico.Pero la rapidez y la calidad de lamovilización de la flota inglesa,con más de cien barcos rumbo alsur en condiciones de operar porun extenso período, se convirtie-ron en uno de los logros logísticosmás admirables de los tiempos mo-dernos.

Lecciones de guerra

La diferencia clave de ambosbandos estuvo en la organizaciónde sus fuerzas militares y en elprofesionalismo de éstas.

Cuando la flota inglesa llegó alas cercanías de las Malvinas, elalmirante al mando tenía a su car-go casi cien buques, unos veinti-séis mil hombres y una línea deabastecimiento que se extendía porcasi nueve mil millas pasando porla isla Ascensión que, de sólo tresvuelos charter anuales para cam-biar el personal de la base de co-municaciones, pasó a recibir 350aviones —despegando y aterrizan-do— cada día durante todo el con-flicto.

Argentina estableció tambiénuna línea de abastecimiento aéreo

que burló el bloqueo inglés con unavión Hércules despegando cadamedia hora para abastecer a losdieciséis mil hombres que consi-guió llevar a las islas. Y habríapodido hacer incluso mucho más.Un mes antes de la invasión, elMinisterio de Defensa bonaerensepensó en comprar los aviones Vul-can ingleses que estaban a puntode pasar a "retiro" en la RealFuerza Aérea británica: Argenti-na se habría convertido así en laúnica nación latinoamericana conuna fuerza de bombarderos estra-tégicos. Las lecciones de esta gue-rra anacrónica por sus caracterís-ticas alcanzan a todos los frentesde acción.

Primero que todo, los fabrican-tes de armas pudieron tener unaidea clara del poder de fuego desus inventos y así se valoraron losmisiles franceses y volvieron a re-visarse las políticas de muchospaíses que pensaban deshacerse desu viejo material de guerra, susenormes y antiguos buques, en elsupuesto de que las guerras seríanahora sólo con misiles y computa-doras.

Los estrategos militares volvie-ron a comprobar que un país sinpoderío naval es incapaz de movi-lizar su contingente y que, por fin,la fuerza aérea es la que cumpleun papel decisivo en las confla-graciones.

Los Estados Unidos aprendie-ron que su ascendiente sobre lospaíses occidentales en desarrollono era todo lo potente que pensa-ban y vieron cómo su aliado inglésechaba por tierra sus políticas deacercamiento.

Latinoamérica, por su parte, tu-vo una idea clara de que entre Eu-ropa y ella, los Estados Unidos es-cogían a la primera: la votacióndel senado norteamericano paraapoyar a Inglaterra fue de 79 vo-tos a uno. Argentina comprendióque su altanera actitud de mirara Europa había sido un gran error

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a la hora de solicitar el apoyo desus vecinos continentales. Y GranBretaña probablemente descubrióque más le valía tomar en serio lasamenazas y peticiones de otrospaíses.

Así, en plena época donde elmundo se encuentra apocalíptica-mente armado, tuvo lugar unaguerra que, aunque convencional,pudo haber sido el Sarajevo delsiglo XX y no lo fue. Los ingle-ses literalmente viajaron una dis-tancia enorme en el tiempo paradefender un arcaico, pero muy va-ledero principio: el de la no agre-sión. Y allí quizás esté una delas lecciones menos nombradas ymás válidas de esta batalla: el apo-yo implícito, velado o mal encu-bierto que prácticamente todo elmundo otorgó a Inglaterra despuésde la agresión argentina, puso demanifiesto que nadie está dispues-to a transar en este aspecto y quelas insistencias casi majaderas deChile por un tratado de no uso dela fuerza y la solución pacífica delas controversias, es hoy más vá-lido que nunca.

Después de la guerra por lasMalvinas, gran parte del panora-

ma mundial cambió. Brasil, porejemplo, cobró aún mayor impor-tancia en el continente latinoame-ricano; Argentina volvió a probarque pese a vivir una guerra podíaproducir una cosecha de trigo conexcedentes: unos cuantos paísesdecidieron repensar su forma deconseguir territorios en disputa;la Unión Soviética comprobó quela Otán estaba unida al ver queEuropa y los Estados Unidos apo-yaron a Inglaterra, y además deeso, dispuesta a tomar la sarténpor el mango.

La información

Sin embargo, de todas las carac-terísticas especiales de esta gue-rra que tuvo lugar hace un año ycuya fecha y sitio estaban clara-mente delimitados aun antes decomenzar el fuego, hay una en es-pecial que vale la pena mencionarcon extensión: el manejo de la in-formación de ambos bandos y elcomportamiento de los medios decomunicación durante el conflicto.

Una vez terminadas las hostili-dades, quedó claro que, pese a lopronosticado, los comunicados ar-

Mientras un misil Exocet hizo trizas el Shefield, un Sea Harrier inglés despegabadel Invencible para entrar en acción.

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gentinos fueron más exactos quelos ingleses. El gobierno inglésllegó incluso a acusar de traidoraa la cadena BBC por filmar el dra-ma de algunas viudas argentinas.Pero más allá de eso, la guerra delas Malvinas, a diferencia del con-flicto del Medio Oriente y de ElSalvador, por ejemplo, mantuvolejos del campo de batalla a losmedios de comunicación. Es más,paradójicamente, la cobertura quela televisión le dio al suceso, agre-gó otro elemento anacrónico más.Las imágenes que llegaron a laspantallas de cada living teníandías de retraso y sufrían de seve-ra censura.

De alguna manera, el corte quehubo entre la prensa y el públicoinglés contribuyó a que la guerrafuera más clara, si así puede de-cirse. Los corresponsales que es-cribían sobre la guerra estaban enlos buques de la flota inglesa obien en la capital del enemigo, pe-ro no en el lugar de los hechos,sino hasta que los acontecimientosfinalizaron.

Ello quizás contribuyó a que laguerra tuviera un carácter másirreal del que verdaderamente te-nía.

La victoria final

Finalmente, hablando de núme-ros, el costo de enviar la fuerzaaeronaval inglesa al Atlántico surfue estimado en 365 millones dedólares. La reposición de materialperdido, y los pagos a los dueñosde los barcos civiles utilizados lle-van el número hasta los seiscien-tos millones de dólares y más.Pero incluso si esta cifra se du-plica o triplica, Gran Bretaña es-tá en condiciones de absorber lapérdida. Por parte de Argentina,la rapidez con que parece estarreponiendo su material de guerra,

hace pensar que tampoco para ellaserá tan costoso e insalvable comose pensó.

La pregunta final y vital ahoraes si la señora Thatcher, a un añode los acontecimientos, en verdadganó o perdió la guerra. Si efec-tivamente les dio una lección a losargentinos o si, en cambio, no hi-zo más que terminar una batallaen una guerra que Argentina tie-ne aún intenciones de ganar.

Si la primera suposición es co-rrecta; es decir, que Inglaterra -ganó y le dio una buena lección aArgentina, no es fácil pensar quéprovecho sacó de ello, junto consalvar su honor y principios. Elcosto que pagó le impedirá por unbuen tiempo deshacerse de las is-las que ahora se han convertido enun verdadero dolor de cabeza,puesto que su posesión es precioalto de pagar.

La segunda suposición lleva trasde sí la intención argentina de quela guerra no ha terminado con elcese del fuego en las Malvinas.

Quienes lo tienen más claro sonlos mismos isleños. Si alguna vezla población de las islas no sobre-pasó las dos mil personas, hoy, enellas hay más de cuatro mil solda-dos. Apenas se recuerda tambiénla fiesta que había cuatro veces alaño, cuando llegaba un barco conabastecimiento a la isla. Ahora,la bahía cobija a un buen númerode buques de guerra.

Una petición argentina para quecuatrocientos parientes de solda-dos argentinos muertos en comba-te pudiesen visitar las islas fuedenegada por el gobierno inglés.Indicio evidente de que la guerrasigue ahora un curso subterráneo.Guerra que ante la historia serápresentada como un clásico ejem-plo de una conflagración que nodebió haber sucedido.

M. Isabel Seguel

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MALVINAS

HABLAN LOSCOMBATIENTES

ERCILLA ofrece algunos delos más impactantes testimoniosextraídos del libro de Daniel Kon,"Los chicos de la guerra"

Guillermo fue asignado a una posiciónsituada a pocos kilómetros de MoodyBrook. Participó en la batalla final y fueuno de los últimos en replegarse a Puer-to Argentino.

"La ropa que teníamos era vestimentade verano; no eran ropas para montañani para la nieve. Teníamos camperas deduvet".

"Nosotros no teníamos una adecuadapreparación síquica ni una buena prepa-ración bélica ni siquiera una instruccióngeográfica.... Nadie sabía nada, ni noso-tros ni los oficiales, sobre cómo construirlas posiciones... Yo, durante la conscrip-ción, había sido oficinista; ahora tenía unfusil en la mano. Sabía usarlo, pero mefaltaba práctica. Había rendido solamen-te cinco condiciones de tiro en todo miservicio militar...; conocí a un grupo depibes del regimiento de La Tablada y vi-mos la instrucción que tenían, mucho me-jor que la nuestra. Me enseñaron a tirarPDF; me enseñaron a manejar morteros,el cañón, un montón de cosas que yo nosabía".

"A medida que empezó a faltar la co-mida, nos dimos cuenta de que el depó-

, sito estaba abajo, en Moody Brook...;bueno, la verdad, íbamos a robar el depó-sito de Moody Brook, donde estaba ladécima brigada..., las provisiones llega-ban desde el continente; nosotros oíamoscómo los aviones Hércules aterrizaban enel aeropuerto. Cada vez que los oíamosllegar, nos levantaba el ánimo, pero des-pués no entendíamos qué pasaba, por quéa nosotros no nos llegaba nada..., comen-zamos a movilizarnos, porque si no, nosmoríamos de hambre".

"Yo le pedía a Dios que llegara la paz,para que no hubiese más muertes, ni in-glesas ni argentinas...; yo era un civil

en medio de la guerra, vestido de mili-tar".

"Los ingleses desembarcaron duranteuna semana la misma cantidad de genteque nosotros en un mes, repartieron eltriple de comida y colocaron diez vecesmás artillería y municiones. Trabajaroncon coordinación, algo que vos no veíasentre nosotros".

"Teóricamente, íbamos a recibir por ra-dio las órdenes, pero en medio de aqueldesorden nunca recibimos ninguna or-den... Llegó un momento en que ya nopodíamos seguir allí. La orden de replie-gue no llegaba, no había oficiales cercade nuestra posición..., decidimos retroce-der unos quinientos metros..., fue unadecisión acertada. Minutos después, la ar-tillería inglesa destrozaba completamentela fortaleza en la que habíamos estado re-fugiados".

Ariel —entre otras tareas—fue asigna-do a Stanley House, en Puerto Argentino,y debió ser trasladado al continente porenfermedad antes de que terminara laguerra.

"En algunos momentos, llegué a odiarla guerra, a esa situación de guerra, pe-ro nada más. Creo que nunca odié real-mente a los ingleses".

"Yo tenía las rodillas cada vez más ne-gras, se me habían hinchado muchísimo.Finalmente, conseguí hacer la guardiasentado. A los pocos días, cuando termi-né mi tumo, me paré, se me nubló todoy caí desmayado".

"Cuando vos estás en el fondo de unatrinchera, y las bombas no dejan de ex-plotar en derredor tuyo, de noche y dedía, no podés entender cómo no se pue-de llegar a un acuerdo".

Santiago estuvo asignado al sur dePuerto Argentino, cerca de los montesKent y Dos Hermanas. Su sección fue unade las más castigadas del regimiento porla ineficaz distribución de la comida y dela correspondencia.

"En mi regimiento casi todos teníanPamm, una ametralladora muy vieja...,tiraban dos tiros y los cañones se recalen-taban..., algunos tenían que tirar un ti-ro y después volver a cargar en formamanual...; las llevaban a arreglar, peroles decían que no podían".

"Pero lo que más bronca daba era queen algunas secciones, como en la mía,los pibes se iban a robar porque el jefede sección se quedaba con nuestras pro-visiones..., con la leche, el azúcar, todolo que nos mandaba el encargado de lacomida... y a mi pozo no llegaba nada...Había pibes que, de la desesperación,chupaban los huesos podridos de algunasvacas".

"Pasó casi un mes sin que recibieraninguna carta. No sabía que las cosasno llegaban y pensé que no me estabanescribiendo... Después me enteré de queel bloqueo inglés era efectivo Por lomenos recibíamos a veces cartas de loschicos del colegio, que iban dirigidas 'alsoldado argentino' ".

Cuando pasó la batalla final y en Puer-to Argentino debieron entregar las ar-mas, "fuimos hasta el aeropuerto y em-pezamos a encontrar depósitos llenos decomida hasta el techo..., caminábamos pi-sando cajas de cigarrillos, latas de comi-da, dulce, ropa".

Juan Carlos, asignado a uno de los va-lles cercanos a Puerto Argentino, entreotras tareas ejerció la de camillero.

"íbamos y veníamos con las camillasentre los bombardeos..., las bombas nospegaban al lado, mientras atendíamos alos heridos de las primeras líneas. Eramuy bravo. Corríamos, nos escondíamosentre las piedras, con el herido a cues-tas".

Carlos estuvo asignado en Stanley Hou-se, donde se había instalado el comandoargentino.

"Siendo prisionero, pude ver a algunosgurkas. Son unas cositas chiquititas ysanguinarias, no parecen hombres, son se-res totalmente inhumanos. Si alguno di-jera que los gurkas son monos, los pobresmonos se escandalizarían".

"Cuando teníamos un rato libre, nosdedicábamos a limpiar el fusil, a lubricar-lo, para tenerlo siempre a punto. Se ibacreando una devoción hacia el fusil...,llegó un momento en que hasta nombresles poníamos... El mío se llamaba 'Ma-ría Rosa', como una amiga mía..., sabía-mos que de esa 'María Rosa' o de esa'Alicia' o 'Susana', podían depender nues-tras vidas".

"Algunos tenían Pamm, una ametralladora muy vieja...:tiraban dos tiros y los cañones se recalentaban".

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EL ENCIERRO GEOGRAFICO DE BOLIVIA

CRL. (R) VICTOR CHAVES DAILHEMiembro Academia Historia Militar

E STE centenario problema delpaís altiplánico, que los chi-lenos somos los primeros en

deplorar, no ha tenido hasta ahorauna solución razonable y equitati-va. Y tiene una explicación. El Go-bierno de La Paz no se resuelveaún por un arreglo bilateral direc-to entre ambas naciones, lo que,de acontecer, permitiría al puebloboliviano una salida propia y so-berana al Océano Pacífico, pre-vias ciertas condiciones. En efecto,y en virtud de un tratado vigente,es el Perú quién debería otorgar suconsentimiento para que una fajade su antiguo territorio, al Nortede Arica, pudiera ser entregado aBolivia. Este consentimiento —fa-cultativo del Perú— no se ha lo-grado todavía. La situación, pues,sigue estacionaria por falta de unacuerdo entre las partes.

Sobre esta materia, el Cancillerde Bolivia, Marcial Tamayo Sáenz,en su declaración de julio 8 (La-tín-Reuter), condiciona la reanu-dación de relaciones diplomáticascon Chile a la disposición del Go-bierno de este país para resolverel problema de la mediterraneidadque afecta a su patria. Considére-se, al respecto, que fue Bolivia elpaís que rompió relaciones unila-teralmente con Chile, existiendo

entonces conversaciones formalespara encontrar una solución al pro-blema. Además, cabe advertir queChile no tiene conflicto alguno delímites pendiente con el país alti-plánico. Se infiere, por tanto, quelas pretensiones "reivindicacionis-tas" bolivianas, carecen de asideroen el Derecho Internacional, comoasimismo de fundamentos geográ-ficos e históricos valederos.

A fin de evitar especulacionesque sólo confunden y desorientana quienes desconocen o distorsio-nan el asunto, es útil considerar al-gunos elementos de juicio, funda-mentales, como los siguientes, queno se pueden sin duda soslayar:

1. Bolivia nació encerrada por de-signio físico de la naturaleza ypor voluntad del Gran Bolívar,al darle éste nacimiento como"país altiplánico geográfica, eco-nómica y políticamente". ¿Seránecesario decir que Bolivia estáubicada en el centro del conti-nente Latinoamericano? ¿Ni ne-cesario decir que otros paísesestán ubicados en la periferia?.

2. En el orbe hay unas 30 nacionesinteriores o "encerradas" —in-cluidas las del Africa— y, sinembargo, ninguna de ellas —sal-

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vo excepción de Bolivia— hanformulado reclamaciones ni pre-tendido revisión de tratados,instancia ésta, inusual e inadmi-sible dentro de la ordenación ju-rídica internacional.

3. Aspirar a que cese el encierro noes censurable. Negociaciones.Canjes. Ofertas. Compensaciones.¿No hay acaso diferencia, entre"Aspirar" y "Tener Derechos" ?¿O para satisfacer la aspiración,habría que consultar previamen-te los diccionarios?

4. La solidaridad internacional deque se ufana gozar Bolivia pararespaldar en el seno de la OEAsus pretendidos derechos maríti-mos, no pasa de ser un gestosimbólico y romántico del orga-nismo regional; pero en ningúncaso, un veredicto o fallo queobligue a Chile a ceder en per-juicio de su soberanía territorial.Es por eso que la Asamblea dela OEA —aunque fuera de Esta-tuto y con sibilina retórica— pi-dió (... léase: "a las partes invo-lucradas en el problema), encon-trar una solución al encierrogeográfico boliviano". ¿Afecta elsupuesto problema a todas lasnaciones circundantes: Brasil,Paraguay, Argentina, Chile, Pe-rú? ¿Y si aún hubiere que re-montar siglos de historia tras lasolución, habría que recurrir alas bóvedas de la España colo-nial, la cual como Madre Patriadenominó ALTO PERU a la quehoy es Bolivia por paternidadputativa del Libertador Bolívar?;. Y remover todas las leyes deIndias y todos los Tratados, des-de la Independencia hasta hoy?Moraleja: en anhelar no hay en-gaño.

5. De todos los países mediterrá-neos, sólo Bolivia es renuente areconocer la realidad geográfica

con que nació a la vida nacional.Su obsesión queda frustrada, enlo jurídico-internacional por Tra-tados de origen y vigencia inob-jetables. Este empecinamiento delos bolivianos —cimentado en lacreencia de que todos sus malesprovienen de su enclaustramien-to geográfico —se ha convertidoen una obsesión psicopatológicanacional, de efectos negativospara su desarrollo y progreso, noobstante contar ese país con in-gentes recursos naturales que ex-plotar y con hombres esforza-dos y patriotas.

6. Bolivia, prácticamente está sepa-rada del litoral Pacífico, por elgran ESPALDON de dos cordi-lleras tarapaqueñas andinas, queentorpecen las comunicacionesterrestres y son causa de su en-claustramiento. Pretender pues,romper ese CERCO de la natu-raleza, es ir contra lo imposible.El hombre es nada frente al "de-terminismo geográfico". Puedesí —mediante los recursos de laciencia y la técnica —atenuarlosen parte, pero no suprimirse susefectos. Es prueba irrefutablede lo anterior, el hecho aceptadohasta por historiadores del paísaltiplánico, que en Antofagasta—antes de la ocupación militarchilena (1879) —había una po-blación estable de un 95% dechilenos, un 2% de bolivianos yel resto de otras nacionalidades.O sea, Bolivia no ejercía ni po-dría ejercer soberanía sobre unterritorio a que creía tener dere-cho por la sola circunstancia dehaberle posteriormente asignadoBolívar la Caleta de Cobija, sintener para ello jurisdicción nicompetencia sobre la antigua Ca-pitanía General de Chile, a quienpertenecía la Provincia de Anto-fagasta. Bolivia ha vivido du-rante muchos años alucinada conel "espejismo del litoral", en cir-

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cunstancias que no posee títulosde dominio con qué respaldar suspresuntos derechos. No existecarta geográfica alguna ni realcédula de la Corona Españolaque le hubiere reconocido accesoal mar al Alto Perú o Audienciade Charcas.

7. Los males de Bolivia provienende su "fatalismo geográfico"; yello tiene su explicación. El te-rritorio del país se halla dividi-do en dos regiones diferentes enlo físico, humano y económico.Cuenta con tres hoyas hidrográ-ficas (la del altiplano, la del Ti-ticaca y la del Pilcomayo); todoun factor negativo para la uni-dad racial del país. Así es comoen Bolivia existen dos nacionali-dades: la altiplánica, de occiden-te, con mayoría de habitantes in-dígenas y gran porcentaje deanalfabetos; y la del plano (re-gión de Santa Cruz) con pobla-ción progresista de ascendenciapredominantemente hispánica.De ahí la inestabilidad política,socio-económica e institucional,que durante más de un siglo ymedio ha retardado el desarro-

llo y progreso de esa nación, dig-na de mejor suerte.

8. Bolivia puede liberarse de su "en-cierro", en cualquier direcciónde su contorno territorial, en es-pecial si se considera la ofertachilena de un "corredor" al Nor-te de Arica. Toda otra fórmulade arreglo, como el de la contra-posición peruana para una "Ad-ministración compartida" en lazona, por los tres países; o la sa-lida de Bolivia al mar por otrosector que signifique un enclaveextranjero en territorio de Chi-le, sería inaceptable para estepaís por cuanto lesionaría su so-beranía.

Con todo, cabe deducir entoncesque sólo un análisis objetivo y des-prejuiciado acerca de la realidadgeográfica de Bolivia y el problemade su mediterraneidad, permitiríaderivar conclusiones lógicas y ra-zonables para establecer, —en suverdadero alcance y significación—el grado de obsesión vindicacionis-ta que inquieta, hoy como ayer, ala nación boliviana, en esta etapade su acontecer histórico.

APOYO DE ESTADOS UNIDOS ES ESENCIALPARA LA SEGURIDAD DE AMERICA

CENTRAL, DICE L. MOTLEY

Del Servicio de Cultura y Prensa de laEmbajada de los EE. UU. de América.

Texto Oficial. 26. Ago. 1983.

WASHINGTON —El apoyonorteamericano a sus aliadosen la América Central es

esencial para la salvaguardia de laSeguridad Nacional tanto de esasnaciones como de los Estados Uni-dos, según dijo el Secretario de Es-tado Adjunto para Asuntos Intera-mericanos, Langhorne A. Motley.

En un discurso pronunciado an-te la Convención de la LegiónAmericana en Seattle el 25 deagosto, Motley sealó que "es un-he-

-cho que los Centroamericanos estánen este momento envueltos en unalucha que sería increíblemente de-sigual si se retirara nuestro apo-yo".A CONTINUACION EL TEXTO

COMPLETO DEL DISCURSOPRONUNCIADO POR MOTLEY:

"Siento una gran satisfacción alencontrarme hoy en este lugar. Esun hecho conocido que a los legio-narios les gusta que se les hableclaramente, y eso es lo que me pro-pongo hacer en esta ocasión.

El hablar claramente acerca deAmérica Central significa estable-cer los hechos. Y el hecho más im-portante es que nuestro país seenfrenta hoy día a una inquietantesituación: tanto los intereses de se-guridad nacional de Estados Uni-dos como los principios fundamen-tales norteamericanos se ven desa-fiados —por una fuerza militarprofesional— en un área que estámás próxima al centro de este paísde lo que están entre sí nuestrascostas orientales y occidentales.

No cuestiono la sinceridad delos que se oponen a que se propor-cionen los recursos necesarios parahacer frente a esta exigencia. Perocuestiono su juicio. Proponen queel gobierno de Estados Unidos pa-se por alto los hechos, pase por altolas admisiones de los que deseanperjudicarnos, pase por alto lasapelaciones de nuestros amigos enla región; en resumen, pase poralto la responsabilidad moral y es-tratégica de esta nación para lacausa de la libertad.

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Como les pregutara el Presiden-te Reagan hace dos días, "¿seríaEstados Unidos lo que es si en suhora de necesidad, abandonásemosa nuestros más apreciados veci-nos?" la única respuesta posiblees: "¡No!", debido a que, no im-porta lo que Estados Unidos hagaen América Central, nuestra ac-ción o nuestra inacción afectarádecisivamente el futuro de esasnaciones. Y cualquiera que sea esefuturo, el mismo se reflejará direc-tamente sobre nosotros.

El hecho es que los centroame-ricanos están envueltos —ahoramismo— en una lucha que seríaextremadamente desigual si se so-cavara nuestro apoyo.

En julio de 1979, cuando asu-mieron el poder, los sandinistasprometieron al mundo una Nicara-gua pacífica, democrática y no ali-neada.

Hubo entonces cierto escepticis-mo, pero se le concedió a Nicara-gua el beneficio de la duda: las de-mocracias y las agencias multilate-rales proporcionaron 1. 600 millo-nes de dólares en asistencia econó-mica; casi 120 millones de dólaresde esa cantidad provino de EstadosUnidos únicamente. La teoría eraque la cooperación económica po-dría ayudar a prevenir la radicali-zación del régimen.

La historia demostró que ayu-dar y "ser simpáticos" no tuvo re-sultado. ¿Quién cree hoy día quelos sandinistas han cumplido algu-na de sus promesas? El pueblo ni-caragüense no. ¿ Cómo podría creer-lo? está viviendo con la evidencia:

La prensa, el valiente periódicoantisomocista: censurado casi com-pletamente. Los indios Miskitos yotros pueblos indígenas: forzadosa la reclusión en campamentos o alexilio. La iglesia católica: Se le hanegado el derecho de televisar lamisa durante la Semana Santa, seha insultado al Papa. Los Mormo-

nes y otras sectas protestantes:perseguidos. La comunidad judía:expulsada del país. La oposicióndemocrática, los sindicatos, el sec-tor privado: difamados, hostiga-dos; se ha atacado su influencia.Las elecciones: postergadas hasta1985. Y los demócratas que com-batieron a Somoza —Eden Pasto-ra ("Comandante Cero"), AlfonsoRobelo, Adolfo Calero y los de-más—: "traicionados", según suspropias palabras, por una revolu-ción que se desvió de su rumbo, y»constituyen ahora una oposiciónactiva al régimen sandinista.

Ni tampoco los vecinos de Nica-ragua creen que se han cumplidolas promesas de paz, no alinea-miento y no intervención. No pue-den creerlo debido a que tambiénestán sufriendo la evidencia:

El nuevo "Ejército Popular" deNicaragua es el mayor ejército dela historia centroamericana, equi-pado con armas avanzadas. Hayen Nicaragua cerca de 9. 000 "Ase-sores" de Cuba, la Unión Soviética,Alemania Oriental, Libia y la OLP;cerca de 2. 000 de éstos son espe-cialistas militares y de la policía.La Nicaragua "no alineada" se haconvertido en una base viable parala subversión soviética y cubana enAmérica Central. Costa Rica —unademocracia que hasta carece deejército— ha sido blanco del te-rrorismo dirigido desde la Emba-jada nicaragüense en San José,invadida por agentes nicaragüensesque dirigen a "ocupantes ilegales"campesinos e interceptan su tráfi-co fluvial con botes patrulleros ni-caragüenses. Honduras y Guatema-la han estado bajo repetidos ata-ques de terroristas organizados yaprovisionados desde Managua.

Y, por supuesto, El Salvador:con sus facciones guerrilleras uni-ficadas, organizadas, adiestradas yaprovisionadas por Cuba a travésde Nicaragua, y la actual guerrade guerrillas dirigida desde un cen-tro de comando y control conjunto

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que se halla no muy lejos del cen-tro de Managua.

¿Y qué dicen los líderes de esta"nueva" Nicaragua cuando se lesconfronta con la evidencia o se lesdesafía mediante revueltas? llaman"somocistas" y "lacayos del impe-rialismo yanqui" a todo aquel quese les opone, en un esfuerzo dirigidoa encubrir lo que están realizandoen su país y en el exterior.

Muchas personas en este país, sibien algunas veces parecen recono-cer los hechos, hablan y escribencomo si no hubiera tal prueba y nohubiera centroamericanos genui-namente asustados por lo que estápasando. Los que no están conven-cidos deberían oír el testimonio delos propios líderes de las guerri-llas. Deberían oír a Borge y a loshermanos Ortega de Nicaragua, oa la última víctima "suicida", elsalvadoreño Cayetano Carpio. Es-tos hombres se jactan abiertamen-te de "solidaridad revolucionaria"por la lucha única de todo Centro-américa, del apoyo material de Ni-caragua a las guerrillas en El Sal-vador para realizar una "Revolu-ción sin fronteras" o de cómo laalianza comunista se "comerá aCosta Rica de postre".

Y existe más. Considérese el tes-timonio de quienes, como el Arzo-bispo de San Salvador, explican quelas guerrillas salvadoreñas han per-dido apoyo popular y se mantienen

Juchando debido a su poderío mi-litar. O las encuestas de opiniónpública y los editoriales en CostaRica, que muestran que aquellosvalientes pueblos están convencidosde que la Nicaragua sandinista esuna mayor amenaza a la democra-cia y a la libertad que la Nicaraguade Somoza. O como un periódicobrasileño lo dijo al referirse a losembarque de armas a Nicaragua,llamados "suministros médicos":consideren el milagro libio de con-vertir "aspirinas en armamentosen medio del aire".

De modo que, ¿qué mas tieneque pasar a nuestros amigos y a losprincipios que defendemos antes deque los escépticos admitan que losintereses de los Estados Unidos es-tán amenazados en América Cen-tral?

¿Es necesario el derrocamientode otro gobierno amigo? ¿o el quecompleten más aeropuertos parapermitir a nuestros enemigos elaterrizaje de aviones de combate ybombarderos Miggs con alcancehasta el sur de los Estados Unidos?(¿Y permitir a aviones de cargalibios que lleven armas, que se rea-bastezcan de combustible y vuelensin ser molestados hasta la Améri-ca Central?). ¿O que Fidel Castroenvíe no sólo armas y asesores sinomiles de soldados a América Cen-tral para repetir sus hazañas deAfrica? ¿O debemos esperar hastaque los soviéticos y los nicaragüen-ses actúen a su antojo y coloquenen América Central misiles apun-tando hacia los Estados Unidos?

La administración Reagan haforjado su propio criterio. Estamosdeterminados a no permitir queCuba y Nicaragua se coman a na-die como postre. Y hemos elabora-do, en consulta directa con los go-biernos interesados del área, unprograma equilibrado en cuatropartes, destinado a enfrentar losmúltiples desafíos que EstadosUnidos y sus aliados encaran en laAmérica Central. Es una políticacompleja, y la complejidad puedesiempre ser tergiversada o critica-da. Pero la política está funcionan-do. Está basada en lo que se ha da-do en llamar en Washington "Lascuatro des": —Democracia, Desa-rrollo, Diálogo y Defensa:

Primero: Apoyo a la democracia,a la reforma y a la libertad huma-na. Esto significa el uso construc-tivo y pragmático de la influenciade Estados Unidos para ayudar aconstruir la democracia. Hay quie-nes dicen que esto no puede hacer-

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se en la América Central. Pero laevidencia dice que sí se puede. Ha-ciendo frente a las balas y a lasamenazas de muerte, más del 80por ciento de la población votantesalvadoreña se presentó en las elec-ciones del año pasado para escogermiembros de la Asamblea Consti-tuyente. Y su gobierno se ha de-fendido con éxito contra los extre-mistas de la derecha y de la iz-quierda, rescatando el programa dereforma agraria de determinadosintentos de destruirlo, y dando am-nistía a ex guerrilleros. La políticademocrática puede que no sea fá-cil, pero claramente ofrece la me-jor esperanza de reconciliación pa-cífica en el salvador y en otras par-tes.

Segundo: Apoyo al desarrolloeconómico. No sé cuántas veces elPresidente, el Secretario Shultz yyo hemos dicho esto, pero lo dire-mos otra vez: tres cuartas partesde los fondos invertidos en apoyoa la política de Centroamérica espara asistencia económica. ¿Cómopuede tenerse esperanzas si no hayapoyo a la familia? Por eso es quetenemos 120 proyectos de desarro-llo en curso, y por eso es que nues-tra ayuda económica es tres vecesmayor que nuestra ayuda militar,y por eso es que estamos aumentan-do las oportunidades comercialesmediante la iniciativa para lacuenca del Caribe.

Tercero: Apoyo al diálogo y alas negociaciones, entre los paísesde la región para lidiar con losproblemas relacionados entre sí dela América Central. Y dentro decada país, para ampliar la partici-pación en el proceso democrático.Podemos mantenernos firmes, y de-bemos hacerlo. Porque debemosfrenar a la gente que piensa quepueden alcanzar el poder a tiros. Ydebemos rechazar las negociacionesencaminadas a compartir el poder,poniendo a un gobierno legítimo en

pie de igualdad con las fuerzas de-dicadas a su derrocamiento violen-to. Pero las únicas soluciones du-raderas son políticas. De modo quedeseamos ayudar a los grupos deoposición a unirse al proceso polí-tico en todos los países, de modoque puedan competir con votos envez de balas.

Y cuarto: Apoyo a un escudo de-fensivo para El Salvador y lasotras naciones amenazadas de laregión. Esto significa adiestra*miento, ayuda material y, afirma-tivamente, la demostración del em-peño disuasivo y de la fuerza re-presentada en operaciones navalesy maniobras militares conjuntas.

Ahora, debo además comentaracerca del cuarto elemento de lapolítica: el escudo defensivo. ElPresidente ha declarado, casi tan-tas veces como las que ha habladosobre la proporción entre la ayudaeconómica y la militar, que el pro-pósito del elemento militar es ase-gurarse que el resto de la políticatenga una buena oportunidad parafuncionar.

¿Cómo pueden celebrarse elec-ciones si un ejército es demasiadodébil para defender a los ciudada-nos contra las guerrillas que ame-nazan de muerte a todos los votan-tes?

¿Cómo puede la asistencia eco-nómica producir un desarrollo realy mejores niveles de vida si estasmismas guerrillas encuentran quees fácil volar las plantas hidroeléc-tricas, destruir los puentes y que-mar las cosechas?

;. Y cómo puede nadie que hayaleído historia creer que las nego-ciaciones vayan a tener éxito siuna de las partes considera quepuede conseguir todo lo que quierepor medio del terrorismo?

No hay que ser un historiadorpara saber las respuestas. Es comoel individuo que necesitaba dineropero que no quería molestarse conlos trámites del préstamo. Así de-

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cidió entrar y robar un banco. ¿ Pe-ro qué creen ustedes que diría elpagador del banco si alguien sugi-riera que debiera ir a la mesa máspróxima y "negociar" con el la-drón ? Sé lo que yo diría, y creo quela mayor parte de ustedes utiliza-rían palabras similares. Y despuésdel incidente, podría recomendarque el banco se asegurara de tenersuficientes guardias armados.

Hablemos francamente: EstadosUnidos esta proporcionando ayudamilitar y adiestrando soldados yhaciendo maniobras con la flota, demodo que los ladrones sepan que elbanco está bien defendido y quesu única alternativa es cumplir conlas reglas de la ley.

Me siento orgulloso de que Esta-dos Unidos esté utilizando su poderen tal forma. Y creo que los nor-teamericanos han comenzado acomprender que la política en rea-lidad está equilibrada. Y, lo que re-sulta también importante, hay ca-da vez una mayor conciencia de quetal política está dando resultados.Y que los diversos factores estántrabajando unidos en nuesto interésy en el de nuestros amigos. Y queestamos respaldando a los vencedo-res en la América Central, quienespueden hacer el trabajo por sí mis-mos en tanto que les brindemos al-guna ayuda.

El camino que tenemos por de-lante es largo. Crear democraciaslleva tiempo. Pero las señales del

-progreso están ahí. Nicaragua nova a cambiar de la noche a la ma-ñana, pero está aumentando la pre-sión en Nicaragua para que se pon-gan en prática sus compromisosoriginales. Se les ha transmitido elmensaje: por la oposición internade Nicaragua, por los países y pue-

blos frustrados que al principiorespaldaron a los sandinistas sinponerlo en duda, por los vecinos deNicaragua y por Estados Unidos,las negociaciones tienen que reco-rrer aún un largo camino. Para quetriunfen, necesitaremos firmeza yflexibilidad, pero las oportunidadesson mayores ahora que hace unoscuantos meses.

Creo que si continuamos en estaforma, el orgullo y la cooperaciónbipartidista reemplazarán a la du-da y la división.

Habrá siempre, por supuesto,aquellos que no acepten la eviden-cia o que no comprendan el argu-mento estratégico o reconozcan laeficacia de la política ante los de-safíos. Yo les pido a ellos que con-sideren las consecuencias morales yprácticas de esa posición y no tra-ten de destruir la fe de aquellosque creen que Estados Unidos essincero en su defensa de la demo-cracia y la paz. Y como dijo el Pre-sidente dos días atrás:

"Los derechos humanos signifi-can trabajar en la solución de losproblemas, no eludirlos".

En realidad, Estados Unidos noha sido nunca un mero observador,libre para hacerse a un lado. Tene-mos un compromiso con los demó-cratas de la América Central, y sino los respaldamos a ellos hoy enNicaragua y El Salvador, donde susvidas están en peligro, los proble-mas aumentarán. Y si no afronta-mos nuestras responsabilidades,nuestras manos nunca estarán lim-pias.

Les prometí que hablaría fran-camente. Espero haberlo hecho así.Gracias".

UNA IDEOLOGIA APOCALIPTICA Y ALIENABLE

Mayor JAIME OJEDA TORRENT

U NA norma elemental de laguerra, es conocer al enemi-go, saber cómo actúa, piensa

y se desarrolla; el desconocimientoque se tiene del Marxismo, de susmétodos y formas de trabajo, de suconcepto de la moral y la calidadhumana de sus integrantes, haceque muchas veces se le subestime.Es un error gravísimo e imperdo-nable menospreciar al enemigo pormuy insignificante que éste se pre-sente.

En reiteradas oportunidades he-mos escuchado que el Marxismo esmalo o intrínsecamente malo, cau-sa principal de los problemas denuestro país y del mundo actual,paro se ha detectado que un grannúmero de personas sólo se ha li-mitado a aceptar estos axiomas sintener un conocimiento cabal de suorigen, principios en que se basa yel objetivo final que persigue. ¿Noserá esta situación una enorme vul-nerabilidad no sólo para nuestraInstitución, sino que también a ni-vel nacional?

Con el fin de aportar en algo adisminuir esta vulnerabilidad, seha estimado conveniente desarrollareste tema tratando de ser claro,preciso y conciso, para lograr dara conocer en profundidad la ideamarxista.

Para el desarrollo de este temalo hemos esquematizado en tresunidades, cuales son:

—Origen del marxismo.—Principales teorías y princi-

pios del marxismo.—Objetivo que persigue.

I—ORIGEN DEL MARXISMO

Durante los siglos XVIII y XIXse materializa en el mundo la revo-lución industrial (reemplazo delhombre por la máquina) y el cam-bio de un sistema feudal por unsistema capitalista basado princi-palmente en la doctrina económicaliberal o clásica de Adams Smith,que armonizó con los intereses dela nueva burguesía. Esta, atentasólo a enriquecerse o aumentar ca-da vez más su capital sin importar-le los medios que debía emplear pa-ra ello (el fin justifica los me-dios) trató al trabajador comouna máquina más que bastaba ali-mentar con un poco de pan, desco-nociendo los derechos fundamenta-les del hombre como ser humano.

Esta burguesía, apoyada en el li-beralismo económico (dejar hacer,dejar pasar) prohibió las asociacio-nes de oficio, las huelgas; permitiólibertad de contrato; el Estado sólodebía mantener el orden y reprimirlas huelgas.

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Lo anterior trae como consecuen-cia salarios de hambre, exceso dehoras de trabajo, el trabajo pasa aser sometido a la ley de la oferta yla demanda, crecen la cesantía, lapobreza y la lucha entre los traba-jadores y las empresas.

En la primera mitad del sigloXIX, como reacción a esta situa-ción y en defensa de los trabaja-dores asalariados, nacen y renacenlas ideas socialistas utópicas, sen-timentales y románticas, éstas pro-pagan la justicia social, la igualdadde clases (sociedad ideal), la quesólo se implantará por la evoluciónnormal de los pueblos a través deun proceso natural y cultural.

En resumen, desean remediar losmales sociales, mejorar la suerte delos trabajadores, mejorar las con-diciones materiales de vida me-diante reformas administrativas yrepudiando toda acción política orevolucionaria, proponiendo alcan-zar sus objetivos por medios pací-ficos, a través de la fuerza delejemplo.

Posteriormente fueron naciendootras escuelas socialistas que perse-guían objetivos más definidos, co-mo eran:

A. —El Socialismo Liberal

Es un sistema económico y socialcon una dirección centralizada me-diante la elevación de los medios deproducción de importantes sectoresde la industria a propiedad del Es-tado, y del control estatal del restode la economía, subsistiendo a lavez la Democracia Liberal.

B. —El Socialismo Totalitarioo Comunismo

Es un sistema económico social,en el cual el Estado es propietariode todos los medios de producción,regula la producción y la distribu-ción de la renta y dispone con poder

totalitario sobre el desarrollo polí-tico y cultural de la sociedad.

A mediados del siglo XIX apare-ce Carl Marx, quien de acuerdo conel socialismo totalitario cree que laúnica forma de lograrlo es median-te la revolución permanente delproletariado.

Marx expone sus principios yteorías en su obra "El Capital".

Califica de irreal al SocialismoLiberal, porque trataba de mitigarla lucha de clases y mediar en losconflictos; y al suyo propio lo lla-maba Socialismo Científico, porquesegún él se cumpliría con exactitudcientífica movido por las leyes dela naturaleza.

Conclusión

De lo expuesto en la primera par-te "Origen del Marxismo", pode-mos concluir de que todo extremoes malo, ya que se cumple el prin-cipio físico de acción y reacción, elcual nos indica que toda acción pro-duce una reacción igual y contraria.

Es decir, esta exageración delsistema capitalista tenía que produ-cir una reacción, la que vino repre-sentada por el Socialismo que tienesu más fuerte manifestación en elComunismo.

"El padre del Socialismo es el li-beralismo y su heredero el Comu-nismo".

Esto lo podemos representar másgráficamente diciendo que, cadavez que nos excedemos en nuestraconducta, siempre tenemos comorespuesta situaciones o momentosdesagradables que posteriormentetratamos de aliviar.

II. —PRINCIPALES TEORIAS YPRINCIPIOS DEL MARXISMO

Realizado un análisis de los prin-cipales documentos relativos almarxismo, podemos sintetizar sus

principales teorías y principios abase del siguiente esquema:

—Materialismo.—Materialismo Dialéctico.—Evolución Económica.—Materialismo Histórico.

A. —Materialismo

El marxismo afirma que la úni-ca realidad es la materia y esta evo-luciona dialécticamente, es decir,evoluciona debido a una tensión in-herente a ella, que origina movi-mientos opuestos y contradictoriosque dan origen a una evolución con-tinua y universal.

En resumen, la única realidad esla materia, la cual va transformán-dose por una continua pugna defuerzas contradictorias.

Según la idea materialista deMarx el mundo es autosuficiente,no necesita de Dios: la materia esuna sustancia universal, única na-turaleza del ser, dotada de un im-pulso autodinámico se despliega enun proceso evolutivo en el cual losgrados superiores del ser, vida, con-ciencia, espíritu, no son sino fenó-menos culminantes.

Comentario.

Marx no demuestra científica-mente la eternidad de la materia.No explica la aparición en el uni-verso del primer átomo, dentro delcual se mueven y chocan los ele-mentos contradictorios que produ-cen el movimiento y dan vida. Sim-plemente lo supone y sobre estasuposición quiere establecer un sis-tema científico.

B. —Materialismo Dialéctico

El marxismo partiendo de la ba-se que la materia es todo cuantoexiste y rodea al hombre y al mun-do, incluyendo todos los elementosnaturales y materiales descubiertosy por descubrir, afirma que la ma-

teria no se puede crear ni destruiry que ésta va cambiando infinita-mente, en razón de lo cual ni elmundo ni la sociedad conocen unestado de inmovilidad absoluta.

En resumen, explica la realidadcomo consecuencia de este perpetuomovimiento.

La sociedad humana es una for-ma de materia animada de un mo-vimiento evolutivo permanente ha-cia el progreso que posee concien-cia, la que es expresión de la mate-ria, siendo la materia en sí mi3mala infraestructura y el pensamientola superestructura de la materia.

El movimiento evolutivo perma-nente es dialéctico, es decir, la ma-teria se va transformando por elchoque (contradicción) entre su es-tado primitivo (tesis) y el que ensu propio seno comienza a gestarse(antítesis) dando origen a un esta-do material más perfecto que es lasíntesis, en el seno de la cual se ge-nera una nueva corriente que se leopone.

Marx considera la dialéctica, osea el proceso de tesis, antitesis ysíntesis, como una teoría científicaaplicada a la realidad.

Para Marx toda idea espiritualo moral es una alienación o enaje-nación, ya que saca al hombre fue-ra de sí, turbándole el uso de larazón o los sentidos.

Comentario.

El materialismo dialéctico es unsistema pensado para excluir aDios del mundo y donde la concien-cia viene a ser una forma de expre-sión de la materia, por lo tanto,dentro de este sistema no hay lu-gar para Dios, ni para el diablo, nipara el alma inmortal, ni para lasnormas eternas de la moral.

Pero ¿qué es la materia? Marxmanifiesta que todo es materia,además expresa que la materia esla realidad objetiva dada a nues-tras sensaciones y retratada por laconciencia, pero, en resumen, de la.

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materia misma no habla nada, esdecir, pasa a ser un enigma al es-tudiar la idea marxista.

Existen para el marxismo, entreotras, las siguientes y más signifi-cativas alienaciones o ideas moraleso espirituales:

—Alienación religiosa—Alienación patriótica—Alienación de los bienes mate-

riales—Alienación moral

1. Alienación religiosa.

Para los marxistas la religiónviene siendo el opio de los pueblosy la que justifica los males de estemundo y hace soñar al hombre nor-malmente con otra vida no en latierra.

Algunas religiones según losmarxistas siempre están al lado delpoder, en un principio estuvieron allado del amo, posteriormente al la-do del señor feudal, luego con elcapitalista y por lógica al final es-tará con el proletariado por serésta la futura clase dominante.

La religión es un elemento queune a las personas sin importarmuchas veces su clase social y co-mo todo lo que une o alivia las ten-siones entre las clases sociales esuna anestesia para la revoluciónmarxista, siempre tratarán de des-truirla.

Según Marx, Dios no existe, esfruto de la imaginación del hombre.Dios no creó al hombre, sino queéste creó a Dios atormentado por lamiseria y el mal, como una necesi-dad para consolarse y apoyarse.

Comentario.

La idea marxista no ha sido ca-paz de imponerse ni siquiera en elmundo comunista, ya que vemosque actualmente uno de los princi-pales problemas internos que tie-nen los países socialistas es el deno haber encontrado la forma de

eliminar la religión, aumentando enforma creciente los adeptos a unau otra creencia religiosa.

2. —Alienación patriótica.

El concepto patria y todo lo queello comprende es otro de los ele-mentos alienables, ya que por prin-cipio une a un grupo de individuosque tienen factores comunes y ule-ja al hombre de su realidad, sien-do éste capaz de dar su vida poresta idea creada, según ellos, por losburgueses para defender sus inte-reses materiales y de clase.

Para los marxistas la patria esel mundo, que está integrada porlos proletarios y éstos no tienennada que perder en la destrucciónde ésta, todo lo contrario, ya que es-tos conceptos sólo son cadenas quelos esclavizan y en cambio tienenun mundo por ganar materializan-do esta idea mediante la frase "pro-letarios de todo el mundo, unios".

Marx da carácter internacional ala lucha de clases, haciendo presen-te que las naciones son el fruto yla forma inevitable de la época bur-guesa.

Las clases trabajadoras del mun-do se unen por sobre patria, razay lenguas para derrocar la domina-ción burguesa.

Comentario.

El aceptar esta idea es al mismotiempo desconocer ideas tan funda-mentales como la familia, ya que lafamilia viene siendo el núcleo bá-sico de la patria, la cual tiene ne-cesidad de mantener su integridad,propender a su fortalecimiento, suprogreso cultural, moral y mate-rial, su libertad, su dignidad, ele-mentos que están presente en la Pa-tria, la que viene constituyendo unafamilia mucho más grande, unidamoral y materialmente en forma es-table e indisoluble y que persiguecomo fin el progreso de sus inte-grantes.

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Es decir, los mismos factores queidentifican a una familia son losque identifican a la patria.

3. —Alienación de los bienes -mate-riales.

La pear alienación, según losmarxistas, es la de los bienes mate-riales, causa de los problemas delmundo, ya que al hombre le creauna ilusión económica que es el ca-pital, pasando éste a ser un verda-dero fetiche que lo esclaviza y lohace soñar desde que tiene uso derazón.

Comentario.

El hombre no actúa sólo movidopor los intereses económicos, sinoque también por otros motivos, co-mo la simpatía, antipatía, compa-sión, superación, envidia y otros.

4. —Alienación moral.

Esta alienación fue creada parasometer al hombre y alejarlo deuna realidad natural. Para los mar-xistas no hay verdades eternas, nileyes morales, ni principios supre-mos y sólo existe el devenir histó-rico del proceso social.

Si el "no robarás" fuera un sim-ple reflejo de la propiedad privadaque se defiende, no se entenderíani el robo ni su sanción.

Comentario.

En materia ética los países co-munistas son exageradamente drás-ticos para sancionar los robos y to-da clase de delitos. En cambio enaquellos países que no han conquis-tado, introducen la pornografía, eldebilitamiento del núcleo familiar,la promiscuidad sexual, la droga-dicción y todos aquellos elementosque facilitan el camino a la penetra-ción marxista.

C. —Evolución de la economía

La eliminación del capitalismo seproducirá por medio de una evolu-ción de la economía basada en lassiguientes leyes o teorías:

1. Teoría del Valor.2. Teoría de la Plusvalía.3. Ley de Acumulación de Ca-

pital y Proletarización Cre-ciente.

4. Teoría de la Crisis Económi-ca.

1. —Teoría del Valor.

El marxismo en una mercancíadistingue sólo dos valores:

Valor de uso y Valor de cambio.

Valor de uso: Utilidad de unamercancía para satisfacer determi-nadas necesidades del hombre.

Valor de Cambio: Condicionesque tiene una mercancía para sercambiada por otra (término de in-tercambio, trueque).

En mercancías distintas el únicofactor común que tienen es el serfruto del trabajo humano.

La medida del valor de una mer-cancía es la cantidad de trabajoejecutado y la cantidad de trabajoes el tiempo necesario que el serhumano ha empleado para produciruna mercancía verdadera en cir-cunstancias normales y a esta me-dida de trabajo se le llama hora detrabajo social.

En consecuencia una mercancíao producto sólo debe venderse enla cantidad de dinero que fue paga-da al trabajador para elaborar de-terminada mercancía.

En definitiva, el trabajo setransforma en una mercancía queel obrero vende por su salario, quesegún Marx tiende a reducirse almínimo.

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Comentario.

La realidad es que el valor de lamercancía no se mide solamentepor la cantidad de trabajo necesa-ria para su confección, sino quehay otras variables como la utili-dad, la necesidad que se tenga deella, la escasez de la materia pri-ma, la apreciación personal delcomprador y aspectos como calidady perfección del trabajo; incluso enlos países marxistas no toman co-mo valor de una mercancía la can-tidad de trabajo ejecutado, ya queen éstos el Estado regula el valorde uso y los términos del intercam-bio y el trabajador percibe sólo elvalor que el Estado le asigna a sutrabajo, el cual normalmente es me-nor que el real.

2. —Teoría de la Plusvalía.

Esta teoría consiste según Marxen que la ganancia que obtiene elcapitalista a través del trabajo hu-mano, es lo único que le permiteaumentar permanentemente su ca-pital.

El capitalista sólo se limita apagar al trabajador lo mínimo in-dispensable como para que éste so-breviva y no por lo que éste le pro-duce. Por ejemplo:

—Si un trabajador produce enun determinado tiempo una mer-cancía por un valor de $ 100. — y elcapitalista la misma mercancía lavende en $ 200. — en ningún casoéste dará al trabajador una parteproporcional justa de la gananciaobtenida.

En consecuencia, el capitalistasegún Marx no paga al trabajadorlo correspondiente a un determina-do porcentaje de la ganancia obte-nida por la venta de la mercancía,sino que toma como referencia pa-ra determinar el sueldo del traba-jador, el dinero necesario que re-quiere éste para poder subsistir yno morirse de hambre.

En resumen, la plusvalía es aque-lla diferencia no pagada por su tra-bajo al obrero y la que permitiráal capitalista incrementar sus bie-nes.

Comentario.

Si el plusvalor proviniera sola-mente de los salarios todo empresa-rio tendría más interés en contra-tar nuevos trabajadores, que enadquirir nuevas máquinas.

En los países socialistas el plus-valor cambió sólo de denominación,por el de trabajo voluntario parael Partido Comunista y en donde eltrabajador no percibe el salarioreal, sino que uno menor, fijadopor el patrón que es el Estado,siendo los únicos beneficiados loslíderes del Partido.

3. —Ley de Acumulación de Capitaly Proletarización Creciente

El capitalista, según Marx, noconsume todo el plusvalor en sa-tisfacer sus necesidades personales,sino que transforma a ésta en unnuevo capital que se irá agregandoal antiguo. Este proceso de acu-mulación de capital trae consigo elaumento de la masa de capital cre-ciente, es decir, el dedicado a adqui-sición de maquinaria y materiasprimas entre otros y en ningún ca-so va dirigido a aumentar el capi-tal variable (sueldo de los trabaja-dores) trayendo como consecuenciala disminución de la demanda demano de obra y una alta de la ta-sa de población cesante.

A raíz del juego de la plusvalía,se permite la formación de empre-sas cada vez mayores, las cuales asu vez absorberán a las pequeñasempresas y a pequeños productores,los cuales se convertirán en nuevosasalariados, de modo que los pro-pietarios independientes irán incre-mentando la masa proletaria almismo tiempo que los capitales sevan concentrando en menos manos

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Comentario.

Las profecías de Marx con res-pecto a concentración de capital yproletarización creciente no se hancumplido, ya que permanentementevemos que a medida que crecen em-presas van apareciendo otras y asísucesivamente.

Es cierto que las máquinas su-plen al hombre pero también danla posibilidad a que se abran nue-vas industrias o se amplíen las yaexistentes creando nuevas ocupa-ciones, no siendo efectivo que el nú-mero de cesantes crezca constante-mente.

Además, podemos comprobar quela clase baja ha mejorado su nivelde vida y permanentemente estánluchando para ello y así vemos quees innato en el obrero que al haberreunido con su esfuerzo un pequeñocapital, tiende automáticamente acomprar una máquina y a contra-tar a otro obrero de menor nivelcon el fin de mejorar su situaciónsocio-económica.

La realidad anterior fue la queobligó a Lenin a crear un PartidoComunista con propagandistas pro-fesionales y una policía políticadestinada a evitar que el trabaja-dor tienda a traicionar la idea mar-xista y a su propia clase.

4. —Teoría de la Crisis Económica.

Como resultado de:—El proceso de acumulación cre-

ciente de capital a través de unaautomática expropiación, dondela gran producción capitalistaexige la formación de grandesempresas, hasta que el capital na-cional va a ir siendo expropiadopor el internacional, donde el ca-pital va quedando cada vez enmenos manos (el pez más gran-de se come al pez más chico).

—La progresiva sustitución deltrabajo humano por máquinascada vez más sofisticadas, origi-

nando con esto un mayor núme-ro de cesantes y su empobreci-miento creciente (trabajo some-tido a la ley de la oferta y la de-manda).

—La disminución del plusvalor lo-grado a través del salario del tra-bajador al disminuir el númerode ellos, obligando esta situacióna reemplazarlo por una plusvalíacon una mayor producción, peroque no podrá ser absorbida debi-do a que la clase obrera recibe unsalario inferior al valor de lasmercancías y debe invertirlo enalimentos para conservar su fuer-za de trabajo, lo que traerá comoconsecuencia una crisis de sobre-producción.

Se producirá la destrucción delcapitalismo, lográndose la automá-tica expropiación socialista, pasan-do a poder del Estado todas las ac-ciones capitalistas. Esto será pormedio de una revolución violentay catastrófica que transformará lasociedad y que dará por tierra conla propiedad privada, implantándo-se a través de la dictadura del pro-letariado el régimen Comunista.

Comentario.

Hoy vemos que se ha generaliza-do en el mundo la economía capita-lista dirigida por el Estado hacia elbien común. La intervención delEstado en la economía nacional haevitado la crisis de sobreproduccióno ha distanciado los ciclos en queéstas se producían.

En consecuencia, la profecía deMarx en relación con su teoría dela crisis económica no se ha cum-plido y por lo que se ve no se cum-plirá.

D. —Materialismo histórico

Para Marx la historia es una per-manente lucha de clases y ésta si-gue las mismas leyes dialécticas quela materia.

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El materialismo histórico explicael desarrollo de la historia a basede la economía, la cual a su vez que-da determinada según los tipos demedios de producción.

Marx distingue tres grandes pe-ríodos en la historia, que se hanido desarrollando dialécticamente yen la forma que a continuación seesquematiza:1. Primer Período: La Esclavitud

(Esclavo y Amo).

Tesis: Constituida por los escla-vos.

Antítesis: Constituida por losamos.

Síntesis: Feudalismo (Siervo ySeñor Feudal), choque de estas dosfuerzas contradictorias en pugna.

Este primer período, es decir, laesclavitud, la identifica con el usode la fuerza bruta representada porla técnica El Molino de Brazos,

2. Segundo Período: El Feudalis-mo (Siervo y Señor Feudal).

Tesis: Constituida por los siervos.Antítesis: Constituida por los se-

ñores feudales.Síntesis: Capitalismo (proleta-

rios y capitalistas), choque de estasdos fuerzas contradictorias en pug-na.

El segundo período lo relacionacon el empleo de los medios natura-les, representado por la técnica ElMolino de Agua.

3. Tercer Período: El Capitalismo(proletarios y capitalistas).

Tesis: Constituida por los obre-ros o proletarios.

Antítesis: Constituida por losburgueses o capitalistas.

Síntesis: Comunismo, choque deestas dos fuerzas contradictorias enpugna.

El tercer período lo relaciona conlos usos de la técnica representadapor el Molino a Vapor.

La lucha final la darán los pro-letarios contra los capitalistas, don-de saldrán victoriosos los proleta-rios, instaurándose la dictadura delproletariado y término de la histo-ria.

Comentario.

La realidad es que la historia lahacen los hombres y a éstos no só-lo los mueven los intereses económi-cos, sino que en igual o mayor me-dida aspectos como simpatía, a n t -patía, envidia, compasión, caprichoy todos los sentidos que da la razón,por lo tanto, el encuadrar los perío-dos de la historia en relación a losmétodos de producción y su motorlos intereses económicos, es desco-nocer la calidad humana de éstos

Hay y ha habido luchas de clases,pero afirmar que todos los cambiossociales se han producido por la lu-cha de clases o sólo por motivoseconómicos, es desconocer la histo-ria de la humanidad

El proceso dialéctico que asignaMarx a la historia se paraliza en ladictadura del proletariado, extrañacontraposición de ideas debido aque el proceso dialéctico no conocefin, sino que es eterno. ¿Por qué éldetiene la historia en esta etapa?Son preguntas que ni los mismosseguidores de esta idea pueden con-testar.

III —OBJETIVO DELMARXISMO

Para Marx el objetivo que persi-gue su doctrina es la de instaurarla dictadura del proletariado y don-de el Estado sea el único dueñoabsoluto de todo y de todos, lográn-dose a través de ello una sociedadsin clases y la sustitución del ré-gimen de la propiedad privada porel de la propiedad colectiva de losmedios de producción.

Para Marx la idea dialéctica so-bre el mundo es que en éste nadafunciona en forma armónica y nada

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debe hacerse para componer las co-sas, el motor de su doctrina es lapermanente y creciente contrapo-sición y lucha hasta llegar al gradomáximo por medio de la destruc-ción de lo existente.

Según Marx, los proletarios se-rán los encargados de salvar estemundo y los encargados de crear elparaíso en la tierra, a través delprincipio: el fin justifica los me-dios.

Conclusión

Analizado el objetivo final delmarxismo como es una sociedad sinclases, sin estado, donde se eliminala propiedad privada de los mediosde producción y en que todo funcio-na en forma científica, a simplevista y sin analizar en profundidad,no aparece como una mala idea,quizás hay en ella un paralelismoentre la idea del paraíso en el cielocon el paraíso en la tierra y dondeel proletario reemplaza al Me-sías, salvador del mundo, en el fon-do una utopía que puede ser acep-tada por personas de bajo coefi-ciente intelectual o fanáticos idea-lista de quienes se aprovecha laclase dirigente del marxismo paramantener su poder pero ¿dónde es-tá lo malo o lo intrínsecamente ma-lo de esta idea? La respuesta la danentre otros, los siguientes mediosque emplean para imponerse:

1. El terrorismo, acción destinadaa crear el caos, el desorden y eldesconcierto en la patria.

2. Su permanente propaganda des-tinada a crear un profundo odiode clases.

3. La destrucción de toda organi-zación que persiga la unión delos hombres, como son la fami-lia, la patria, organizaciones de-portivas, etc.

4. La destrucción de los valoresmorales, acompañada por la in-troducción de elementos degra-dantes como la pornografía, dro-gas, homosexualismo, prostitu-ción, alcoholismo, etc.

5. Propagar el ateísmo.6. La tiranía política a través de

un estatismo dirigido por unaclase privilegiada. (Todo extre-mo es malo).

7. La anulación del individuo alcual el Estado le impone la obli-gación de pertenecer a un par-tido único, que organiza, dirigesu vida y la de todos los inte-grantes de su familia.

La idea marxista está en contra-posición con los ideales del que hajurado servir fielmente a la patriahasta rendir la vida si fuese necesa-rio, con el cristiano o con todo aquelque cree en un ser superior y, porúltimo, con el ser humano, quien porsu naturaleza no podría adaptarseal objetivo del marxismo.

Por todo esto, crece la necesidadde un permanente apostolado en to-dos loe niveles que advierta de lospeligros que trae el permitir queen nuestra patria se desarrolle elMarxismo.

CEREMONIA DE FUNDACION DEL INSTITUTOO'HIGGINIANO DE LA XII REGION

TCL. RAUL GODOY CASAS CORDEROPdte. del Instituto O'Higginiano de la XII Región.

E N el curso de la ceremoniarealizada el 20 de agostode 1983 en el Teatro Mu-

nicipal de Punta Arenas, se cons-tituyó oficialmente el InstitutoO'Higginiano de la XII. Región.Fue presidida por el Intendentede la XII. Región y AntárticaChilena, Mayor General JuanGuillermo Toro Dávila.

La ceremonia se inició con lainterpretación del Himno Patriocoreado por todos los asistentes a

este acto, dando a continuaciónlectura a los estatutos la Secre-taria del Instituto, Sra. JuanaStambuk G. Posteriormente sefirmó el acta de fundación por lasautoridades correspondientes.

Finalizó este acto con un dis-curso pronunciado por el TCL.Raúl Godoy Casas Cordero, presi-dente del Instituto O'Higginianode la XII Región, y cuyo texto setranscribe a continuación:

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"Un país que sabe honrar a sus héroeses un país digno de haberlos concebido.Nuestros héroes constituyen el más altovalor de nuestro patrimonio ciudadano. Desus cenizas renace, como de un campofértil, la espiga de oro del patriotismo, ysu presencia exhala, como ánfora intempo-ral, el aliento de la más acendrada reno-vación y esperanza, motivación que estáen el ejercicio humano e histórico de loshijos de Chile, naciente del vaticinio y pe-netrante vuelo poético ercillano, cuya vozde ser nos hace a la identidad "de re-motas naciones respetada, por fuerte, prin-cipal y poderosa".

En esta noche de agosto, ante tan dis-tinguida concurrencia, nace en Magallanesel Instituto O'Higginiano, que persigue co-mo fundamental objetivo exaltar la figuradel Padre de la Patria, Libertador CapitánGeneral Don Bernardo O'Higgins Riquel-me, y dar a conocer los valores históricosy humanos que reviste el pensamiento, laacción y la obra de Don Bernardo O'Hig-gins.

Proposición reflexiva ésta cuya singula-ridad puntual debe orientarnos a desper-tar en la comunidad regional, actitudes ysentimientos de profundo respeto por losvalores patrios más sentidos, en torno a lavida de nuestro prócer y de los ciudada-nos que han enaltecido a Chile, como raíznecesaria para que los hijos de la naciónsientan orgullo de su chilenidad.

Desde una perspectiva global, hare-mos voluntad para exaltar los valores dela nacionalidad, obra patriótica que noslegó O'Higgins; destacar su recia perso-nalidad, que en una atmósfera monárqui-ca y semicolonial, tuvo la insobornableindependencia espiritual y el coraje cívicopara afirmar sus convicciones republicanas,y aún para imponerlas con su ejemplo alos demás países de la América Hispana.

Por otra parte la creación de este Ins-tituto es un saldar y un reconocer de laRegión al ideario del Libertador, que en-gendró a Magallanes, cuando su pasiónpor Chile sostenía la soledad y el dolordel ostracismo, enaltecida por un amor en-trañable a sus compatriotas y hermanosen la tierra lejana, sin odios ni rencores,raíz de virtudes tan pisoteadas y olvidadas

por tantos en nuestros días. Siempre aMagallanes lo tuvo en su pensamiento.Presentía que la ocupación del Estrechotraería a Chile grandes beneficios; lo con-versó con muchos connacionales que lovisitaron en su destierro, aun con ManuelBulnes, cuando como General victoriosopenetró en la antigua ciudad virreinal delPerú. Por eso, en su lecho y cuando yaagonizaba, le quedó prendida en sus la-bios la palabra "MAGALLANES".

Al respecto, y con el objeto de resaltarmás profundamente el interés de O'Hig-gins por la Patagonia y Tierra del Fuego,citaré algunas ideas contenidas en unacarta fechada en Lima el 24 de octubre de1830 y dirigida al General Joaquín Prie-to:

"Considero a los pehuenches, puelchesy patagones por tan paisanos nuestros, co-mo a los demás nacidos al norte del Bío-Bío y después de la Independencia denuestra Patria, ningún acontecimiento fa-vorable podría darme mayor satisfacciónque presenciar la civilización de todos loshijos de Chile en ambas bandas de la grancordillera y su unión en una gran familia.Yo me gozo, pues, mi querido General,en la confianza de que no anda muy dis-tante el día en que el bárbaro y erranteleñador de las pampas se convierta encivilizado pastor y el pobre y desnudo sal-vaje de Tierra del Fuego, en un industrio-so y acomodado pescador".

En lo nacional, es necesario destacar enesta oportunidad que en la organizaciónde la República O'Higgins se propusocompletar la Independencia, lograda enlos campos de batalla, afianzando en laconciencia de sus conciudadanos, sólidasestructuras para un buen Gobierno. No seha valorizado debidamente la interesantepugna cívica por organizar el Estado, quese inició en el Gobierno de O'Higgins yque se desarrolló paralelamente a las cam-pañas militares que condujeron a la eman-cipación.

Muchos creen, equivocadamente, que laorganización de la República comienza ytermina con Portales; la verdad es que ellargo proceso de descolonización y de or-ganización de la República, comenzó el 18de Septiembre de 1810 y terminó con la

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promulgación de la Carta Política de 1833;en consecuencia, el gobierno de O'Hig-gins constituyó etapa importantísima eneste interesante proceso de organización,al margen de la proyección que tiene elperíodo Portaliano.

Desde luego, Don Bernardo O'Higginscreó el ambiente de orden que aseguró unproceso de descolonización apacible ytranquilo. La emancipación destrozó losdiques de contención que habían servidode fundamento al absolutismo colonial. Seprodujo un desborde pasional, un torren-te sin cauce, que inundó a todo el NuevoMundo Hispánico, desde México hasta elRío de La Plata.

Personalidades como Bolívar, San Mar-tín, Sucre, Pueyrredón, fueron impoten-tes para controlar este aluvión; O'Hig-gins, con indomable energía, respetandola juridicidad y la dignidad de sus con-ciudadanos, fue capaz de encauzar el to-rrente de irracionalidad que necesaria-mente debía producir la ruptura violentade la tradición colonial. Tal vez sea éstala más grande y la menos conocida desus glorias.

Para el fundador de nuestra naciona-lidad el quiebre de la tradición fue, sinduda, tarea difícil, preñada de peligro eincertidumbres. Cada conquista producetransformaciones en las estructuras po-líticas, económicas o administrativas deun pueblo; en consecuencia, había quepreservarlas cuidadosamente como algodelicado y frágil, amenazadas por el des-borde pasional, por la mentalidad tradi-cionalista o por las embestidas de unideologismo utópico.

O'Higgins supo con su visión de granestadista preservarlas, demostrando así,que todo hombre puede y debe ofrecer sutrabajo a la Patria y no hay criaturaaún la más humilde y mezquina que nopueda en algún modo ayudarla.

Como epílogo, podemos recordar que alasumir Bulnes, lo invitó a regresar aChile; don Bernardo O'Higgins se pre-paraba a hacerlo, pero su salud se lo im-pidió. Cuando siente que el fin se acerca,pide le pongan el rústico sagal de San

Francisco. Perdona a los que fueron susenemigos y reza por los Carrera, los her-manos Rodríguez Erdoíza y Blanco En-calada. Vestido con el hábito del más su-blime de los santos de la Iglesia Católicay el más grande de la Cristiandad, seapodera de él una divina tranquilidad yse entrega a Dios, recordando a la Patriael valor geopolítico de los lejanos confi-nes australes.

Así murió el insigne visionario y héroede tantas batallas, a quien con justicia sepuede calificar como el más grande ciu-dadano, el primero de los chilenos y el'más valeroso Soldado de la Patria. Y, alreflexionar en estos precisos instantes, só-lo pienso que con esta tradición y pa-sado ¿alguien puede dudar del futuro?

!Oh Chile!, el alma de tu pueblo nopuede cambiar con el transcurso de losaños y de los siglos: es siempre la mis-ma y si por ella fuiste salvada y porella te coronaste de gloria tantas veces,también en el porvenir te vendrá la glo-ria y la salvación de los hijos de tu pue-blo.

El Instituto O'Higginiano de la XII Re-gión Magallanes y Antártica Chilena, re-saltando los objetivos enunciados al co-mienzo de esta intervención, aspira a quese constituya en una institución de arrai-gados sentimientos patrióticos, afianza-dos en la ciudadanía de la XIIª Región,para destacar y conservar siempre la-tente el interés en el estudio y difusiónde la vida de O'Higgins y su proyecciónen el futuro de Chile.

Señoras y señores:

Esta noche hemos abierto por largosminutos las más bellas páginas de nues-tra historia para recordar y testimoniarcon nuestra presencia el deseo de mante-ner encendido el fuego de la gran antor-cha que simboliza los ideales libertariosque nos legara como la más preciada he-rencia de chilenidad, el Libertador Capi-tán General Don Bernardo O'Higgins Ri-quelme.

He dicho.

UNA CONTRIBUCION A LOS ESCRITORESMILITARES

Mayor (E. M. ) JUAN EMILIO CHEYREESPINOSA

Profesor de Historia Militar y Estrategiade la Academia de Guerra del Ejército.

I—INTRODUCCION

A. —Generalidades

N UMEROSAS son las oportu-nidades en que militares, yasea producto de un gusto es-

pecial, o bien como necesidad pro-pia de su actividad, desean o debenescribir artículos, trabajos de inves-tigación, ensayos, Memorias paradiferentes Cursos y otros documen-tos como los ya detallados. En di-cha labor creativa intelectual, nues-tra tradición militar chilena, mues-tra numerosos autores, interesantesobras y una vasta y permanente pu-blicación de escritos, lo cual ratifi-ca el sólido prestigio de la forma-ción en el estudio y la investigaciónde nuestros oficiales.

Sin embargo, al haber tenido laoportunidad de ser un lector de esostemas por muchos años y al habertambién podido incursionar en va-rias publicaciones especializadas, detemas político-estratégicos, históri-

cos y de RR. II. nacionales y ex-tranjeros, se han podido constataren un modesto juicio personal, lossiguientes aspectos fundamentales,en relación a la materia que se pre-tende plantear:

—Nuestros escritos militares tie-nen un nivel muy adecuado, unaprofundidad rigurosa y denotaninvestigación, creación y normal-mente son claros en relación a suobjeto central. Estas caracterís-ticas se encuentran también pre-sentes en las publicaciones civilesy militares, a las que se hacía re-ferencia en el párrafo anterior.

—Las publicaciones militares na-cionales no usan Bibliografía, no-tas de pie de página y referen-cias bibliográficas, que avalen,refuercen, aclaren o complemen-ten información que efectivamen-te emplean, pero a la cual no ha-cen mención conforme a las nor-mas tradicionales que rigen estasmaterias. Ello produce que exce-

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lentes trabajos pierdan rigor yaparezcan incompletos, como pro-ducto de un aspecto formal secun-dario, pero importante.

Dicha realidad contrasta con pu-blicaciones o escritos especializadosmilitares y civiles, ya sea naciona-les o extranjeros, que en estos as-pectos son detallados, logrando asíquien escribe, aclarar y complemen-tar su propia creación, con opinio-nes y referencias que avalan o re-fuerzan su texto.

Es por la realidad descrita quese ha incursionado en las normastradicionales que rigen estas mate-rias y se pretende en breve síntesis,exponer lo fundamental de ellas, afin de que sirvan como un antece-dente que permita al ser utilizado,mejorar aún más nuestras excelen-tes publicaciones militares.

B. —Objeto del presente Artículo

Estructurar conforme a las nor-mas tradicionales en vigencia (1)un procedimiento que pueda serutilizado por los escritores milita-res para incluir en sus trabajosadecuadamente los siguientes ele-mentos:

—Notas de pie de página.—Referencias Bibliográficas.—Bibliografías.

II. —DESARROLLO DE LAMATERIA

A. —Conceptos generales de cadauno de los elementos mencio-nados

1. —Notas de pie de página (2)

Ellas, como su nombre lo indica,se colocan en el extremo inferior dela página donde se encuentra la re-,ferencia en la cual se han origina-do.

Su uso normal persigue alguno delos siguientes propósitos:a. —Ampliación de puntos específi-

cos del trabajo, mediante unaopinión complementaria del au-tor.

b. —Citar una fuente de informa-ción cuando ella es la observa-ción personal del autor, o bien,corresponde a experiencias ohechos de conocimiento gene-ral.

2. —Referencias Bibliográficas (3)

Al igual que las anteriores, ellasvan en el extremo inferior de la pá-gina donde se encuentre el texto quese ha extraído en forma textual oen cuanto a su idea general, de otroautor.

Su uso normal persigue alguno delos siguientes propósitos:

1. Estas normas se encuentran publicadas endiferentes libros y ediciones especializa-das. Ellas, en general, son coincidentes enlas materias que tratan, presentando pe-queñas diferencias formales en cuanto auso de puntuación entre dato y dato,abreviaturas, etc. En el presente traba-jo se utilizan las más comunes usadas enel ámbito nacional.

2. South African Defence Force, Conventionsof Service Writing (Pretoria: SA ArmyCollege Staff Baper, 1980), p. B-7.

3. Kate Turabian, A Manual for Writers ofTerm Papers, Theses, and Dissertations(Chicago: University of Chicago Press,1969), pp. 78-81.

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a. —Citar la fuente donde se ha ori- 2.ginado un concepto que siendoutilizado por el autor del tex-to no es original, sino que co-rresponde al pensamiento deotro autor o a la publicaciónen algún escrito de varios au-tores, diarios, revistas, órga-nos de investigación, etc.

b. —Citar la fuerte donde se ha ori-ginado un concepto que el au- 3.tor copia textualmente en sutexto, a fin de identificar elorigen de esa información quetranscribe.

3. —Bibliografía (4)Este concepto se refiere a cual-

quier documento usado por el autorde un escrito, en el cual se ha ba-sado para obtener información del 4mismo.

Ella debe incluir todo tipo defuentes consultadas, sean textos,documentos de archivo, ensayos, pe-riódicos, diarios, etc.

La Bibliografía es ubicada al fi-nal del texto del artículo o de laobra.

B. —Errores más comunes que sedetectan en los escritos y pu-blicaciones militares en rela-ción a la materia

Del análisis de nuestros escritosmilitares y tomando como base con-ceptual para cada uno de los aspec-tos que nos interesan la ya descritaanteriormente, es posible poder es-tablecer que nuestros errores máscomunes son:

1. —No usar notas de pie de pági-na, con lo cual el autor se pri-va de la oportunidad de com-plementar o aclarar una ideaque desarrollada en el texto,puede encontrarse incompletao poco clara.

4. Op. Cit. Turabian, pp. 125-127.

-No usar referencias bibliográ-ficas, con lo que el autor noavala debidamente opinionesque no le pertenecen, provocan-do por una parte un uso indebi-do de ideas que no son propias ypor otra, no dando al lector laoportunidad de conocer fuen-tes, que al estar citadas, le per-mitirían poder recurrir a ellas.

-Detallar normalmente al finaldel artículo o publicación, unaBibliografía genérica y que alno haberse citado en el texto,puede corresponder a un lista-do de tipo poco serio, o bien sifue efectivamente usada, no po-der establecer la relacióncon la materia con la cual sevincula.

—No respetar un cierto ordenformal establecido que rige losprocedimientos para escribirnotas de pie de página, refe-rencias bibliográficas y biblio-grafías.

-Proposiciones para solucionarlos errores detectados

1. —Norma General

El primer paso que se proponepara mejorar nuestras publicacionesmilitares es que cada autor proce-da a utilizar los elementos antesdescritos en sus publicaciones, conel propósito que se ha detallado enel objetivo de cada uno de ellos.

Al hacerlo se ganará en claridad,se completarán los antecedentesdando al lector más información,que le permitirá una mejor com-prensión y le facilitará profundi-zar en el tema. Asimismo, se ob-tendrá mayor rigor en la investiga-ción o trabajo y, finalmente, se ac-tuará en forma absolutamentetransparente, en cuanto a especifi-car las que son ideas propias y lasque pertenecen a otros autores.

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2. —Norma específica

A fin de solucionar el aspectoformal de procedimiento para escri-bir adecuadamente estos anteceden-tes, a continuación se detallan nor-mas que permiten desarrollar unametodología:

a. —Con respecto a las notas de piede página (5)

—Ejemplo que ilustra procedimien-to para ampliar la idea del autor:

. En el Texto:

Como quiero que sea la pro-tección completa mediante unadestrucción preventiva de losmedios adversos, aparece co-mo terriblemente problemáti-ca. (1)

. Nota de pie de página:

1. Esta conclusión necesaria(singularmente, por ejem-plo, con el desarrollo de lossubmarinos) no contradicela teoría norteamericana

reciente que prefiere hablarde una táctica contra fuer-zas antes que de una tácti-ca contra ciudades. Volve-remos sobre este punto apropósito de la disuasión.

—Ejemplo que ilustra procedimien-to para citar fuente correspon-diente a observación o experien-cia:

5. He utilizado el procedimiento que usandiferentes autores para complementar susideas. Para ello se han transcrito citastextuales de publicaciones de investigaciónen temas militares y económicos.

. En el texto:

Claramente, en este sistemael Banco Central enfrenta, den-tro de las restricciones que lehemos impuesto, un trade offentre el monto captado de se-ñoreaje y la probabilidad decrisis cambiaría. Esas restric-ciones son extremadamentefuertes en relación a la expe-riencia histórica y, en particu-lar, eliminan la posibilidad quepara contrarrestar los efectosde una menor demanda por lamoneda nacional y de la apa-rente mayor demanda por lamoneda extranjera, el BancoCentral expanda su crédito in-terno, lo que termina precipi-tando una crisis cambiaría ma-yor. (16)

. Nota de pie de página:

16. Las experiencias recientesde Chile y Uruguay mues-tran que aun si las reser-vas son superiores a laemisión, no puede afir-marse que sean suficien-tes frente a una corridacontra la moneda nacio-nal. Como el Gobierno noestá dispuesto a cubrir loscostos, que se derivan deesta corrida, especialmenteel aumento de las tasas deinterés, se expande el cré-dito interno del BancoCentral y eventualmentelas reservas se agotan.

b. —Con respecto a referencias bi-bliográficas (6)

Al final de la frase que se hatranscrito textualmente o de la afir-mación que se deriva de un docu-mento determinado, se coloca un

6. Op. Cit. Turabian, pp. 132-143.

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número árabe sobre la línea de es-critura. Estos números son corre-lativos y ellos se utilizan para es-te propósito como, asimismo, paralas notas de pie de página.

La referencia debe ir al términode la página en que aparece el nú-mero y se separa del texto por me-dio de un doble espacio con respec-to a la última línea de éste.

El número de la nota se coloca alfondo de la página en la misma po-sición que un número de párrafo.La segunda, tercera y siguientes lí-neas del texto de la nota estarán enlínea con la primera línea y no de-bajo del número.

En general, la información quese coloca en estas Referencias cu-bre los siguientes aspectos, en rela-ción a la fuente que se utiliza:

—Nombre y apellido del autor.—Título de la fuente completo.—Año de publicación.—Nombre del editor.—Ciudad de la Editorial.—Páginas totales o páginas especí-

ficas donde se ha obtenido el an-tecedente.

A continuación serán desarrolla-dos algunos ejemplos que detallanla forma normal, en los casos másfrecuentes:

—Libros de un autor:

4. Leo Hamon, Estrategia con-tra la Guerra (Madrid: Edi-ciones Guadarrama, 1969),p. 52.

—Libros de dos autores:

5. T. K. Derry and Trevor I.Williams, A Short Historyof Technology (Oxford: Ox-ford University P r e s s ,1961), p. 47.

—Libros de tres autores:

4. Bernard Raffer, RichardFriedman, y Robert Baron,Nueva York en Crisis (Nue-va York: Harper y Row,1971), pp. 93-97.

—Libros de más de tres autores:

9. Adam Rogers, et. al., Hand-book of Clinical Resources(New York: Mac Graw Hill,1975), p. 47.

—Artículo en diarios con redactordefinido:

12. Raquel Correa, "Reportajeal Ministro del Interior", "ElMercurio", julio 10, 1983, p.11.

—Artículo en diario:

14. "Pilot Calis Unrest Wide-spread in China" New YorkTimes, jully 9, 1977, p. 7.

—Artículo con firma en revista:

8. George Weill, "Alerta Lon-dres. . . Armada Argentinaavanza hacia las islas... "Cosas, abril 19, 1982. pp,18-23.

—Artículo sin firma en revista:

21. "La recuperación económi-ca" Ercilla. Julio 19, 1983,pp. 14-16.

—Publicaciones gubernamentales:

8. U. S. Department of State,The Cambodian Situation1971 - 1972 (Washington,D. C.: Government PrintingOffice, 1974), p. 227.

65

—Referencia a textos ya citados:

Si quien escribe en el mismoartículo recurre a citar un textoya antes utilizado, procede a an-teponer el vocablo Op. Cit. Ci-tar a continuación el apellido delautor seguido de coma, luego elaño de publicación seguido de co-ma y finalmente las páginas a lascuales se hace referencia.

Para explicar lo detallado seusará una nueva cita a la obrade Leo Hamon, puesta comoejemplo en el libro de un autor:

12. Op. Cit. Hamon, 1969, pp.69-73.

Si la referencia a un texto yacitado corresponde a la mismaanterior, se utiliza el vocablo Ibi-dem. Como ejemplo, si las refe-rencias en un texto, números 14y 15 son de la misma obra, mis-mo autor y misma página, ellasse anotarían como a continuaciónse detalla:

14. Richard Nixon, La Verda-dera Guerra (Barcelona:Editorial Planeta, 1980), p.343.

15. Ibidem.

c. —Con respecto a Bibliografía (7)

La Bibliografía se encabeza conel título de tal, a continuación sehace un listado de las obras siguien-do el orden alfabético de sus auto-res, cuidando que la segunda líneade cada nota no se escriba bajo elnombre del autor:

Un ejemplo de Bibliografía es elsiguiente:

7. Op. Cit. Turabian, pp. 128-131.

Beaufre, André. Introducción a laEstrategia. Madrid: Instituto deEstudios Políticos, 1965.

Bouthoul, G., y Carrere, R. El de-safío de la Guerra. Madrid: Co-lección Edaf Universitaria, 1977.

Brodie, Bernard. Guerra y Políti-ca. México, Fondo de CulturaEconómica, 1978.

Clausewitz, Karl von. De la Gue-rra. Buenos Aires: EdicionesMar Océano, 1960.

De Jouvenel, Bertrand. El Poder.Madrid: Editora Nacional, 1974.

En este listado deben incluirsetodas las referencias que fueronconsultadas y por lo tanto, tiene di-recta relación con las que en deta-lle se usaron en las diferentes pá-ginas.

Constituye un error muy comúncitar una Bibliografía al final deltexto, sin que se cite ella con ante-rioridad en el escrito mismo.

Para proceder a efectuar las ano-taciones en la Bibliografía, debenseguirse las siguientes normas:

—Libros de un autor:

Hamon, Leo. Estrategia contrala Guerra. Madrid: EdicionesGuadarrama, 1969.

—Libros de dos autores:

Derry, T. K. and Williams, Tre-vor I. A Short History of Tech-nology. Oxford: Oxford Univer-sity Press, 1961.

—Libros de tres autores:

Raffer, Bernard; Friedman, Ri-chard; y Baron, Robert. NuevaYork en Crisis. Nueva York:Harper y Row, 1971.

66

—Libros de más de tres autores:

Rogers, Adam.; Smith, Otis;Riff, Charles and Burns, Albert.Hartdbook of Clinical Resources.New York: Mac Graw Hill, 1975.

—Artículos en diarios con redactordefinido:

Correa, Raquel. "Reportaje alMinistro del Interior". El Mer-curio. Julio 10, 1983.

—Artículo en diario:

New York Times. "Pilot CalisUnrest Widespread in China".

July 9, 1977.

—Artículo con firma en revista.

Weill, George. "Alerta Londres...Armada Argentina avanza hacialas Islas.. . ". Cosas. Abril 19,1982. pp. 18-23.

—Artículo sin firma en revista:

"La recuperación económica".Ercilla. Julio 19, 1983. pp. 14-16.

—Publicaciones gubernamentales:

U. S. Department of State. TheCambodian Situation 1971 - 72.Washington, D. C.: GovermentPrinting Office, 1974.

III CONCLUSIONES

La fórmula que se propone esuna adaptación de las normas tra-dicionales vigentes con respecto altema. En la actualidad rigen estasmaterias, diferentes sistemas unos

más detallados que otros, entre loscuales muchas veces existen dife-rencias.

Es por ello que se ha optado porel procedimiento de presentar unenfoque que junto a ser completo,cumpla con la característica de sersencillo de emplear, ya que de locontrario, el escritor o autor siem-pre tiende a evitar el trabajo quesignifica detallar estos anteceden-tes.

Al revisar este procedimiento, mu-chas personas podrán presentarotros también vigentes e igualmen-te válidos; sin embargo, se ha de-finido uno concreto y detallado, yaque se estima fundamental aplicaruna norma con lo que se obtieneuniformidad y comprensión de to-dos quienes las utilizan.

El uso de estas verdaderas ayu-das por parte de autores militaressin duda constituye, conforme loplanteado en la Introducción de es-te trabajo, una necesidad básica.Al hacerlo lograremos en nuestrosescritos claridad, profundidad, almismo tiempo que facilitaremos allector, un mejor y más detallado en-foque de la materia que exponga-mos junto con hacer por nuestraparte un trabajo más serio, máshonrado, debidamente documenta-do y avalado por las fuentes queusamos en nuestra investigación.

El presente artículo sólo ha pre-tendido contribuir con un modestoaporte a la interesante labor quehacen nuestros destacados escrito-res militares, con la finalidad queal ser usados estos procedimientos,todos mejoremos en esta labor crea-tiva intelectual, que sin duda, esuno de los orgullos que nuestra Ins-titución tiene, como producto de laconstante y renovada preocupaciónde sus integrantes.

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LA ACCION DEL MANDO EN EL EJERCITO

De la revista de las Armas y Serviciosdel Ejército de España, de Julio. 1983.

ENRIQUE UGARTE GARCIAGeneral de Brigada de Artillería DEM

M UCHO se ha hablado y escri-to a lo largo de los años so-bre el mando, analizándolo

tanto como función rectora de ac-tividades, como de la persona queejerce una autoridad sobre una ins-titución o colectividad regulada poruna necesaria subordinación y unadisciplina, que hacen posible la vir-tud de la obediencia.

Ya sabemos que la disposiciónpara mandar y la disposición paraobedecer se dan en todos los hom-bres con intensidades variables,así como que el exceso en el ejer-cicio de la autoridad puede llegara arruinar a la misma autoridad,exactamente igual que el exceso delibertad puede llevar a una anula-ción real de la libertad.

Para profundizar un poco máseste delicado tema, hemos de par-tir de la base de que el ejercicio delmando, es decir, el poder de hacer-se obedecer, es realmente más mo-ral que físico, y que cuanto mayores la fuerza moral de la autoridad,menos se necesita del apoyo de lafuerza material para ejercerla.

Esto, que a primera vista pudie-ra parecer una cosa sencilla y na-tural, no siempre es así, por lo quepara analizar con más detalle las

particularidades que este problemaentraña, es preciso hacer antesunas breves consideraciones sobrelo que realmente es y significa lagrandeza y servidumbre del Man-do, la función que realiza, respon-sabilidades que entraña, enemigosque puede tener y ayudas que ne-cesita, con el fin de que, conocién-dolo bien, comprendamos y asimi-lemos mejor la importancia de laresponsabilidad que contraen losque han de cumplir la trascenden-tal misión de ejercer la acción demando.

Definir lo que es el mando no essencillo. El mismo tratadista mili-tar Almirante ya nos anuncia que"es difícil, inútil y, sobre todo, oca-sionado y peligroso, ahondar o es-carbar en la definición de mando".

Analizándolo desde un ampliohorizonte y un punto de vista ge-neral, podemos entender por man-do "la función directiva mediantela cual se adoptan decisiones y seimparten órdenes para un adecua-do funcionamiento de la entidadorgánica, tratando de obtener elmáximo rendimiento de los mediosy la mayor satisfacción posible enlos individuos que de ella formanparte".

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El ejercicio de esta función di-rectiva dinamiza constantementeel funcionamiento de la estructuraorgánica y lo adecua en todo mo-mento a los objetivos a conseguir.Supone realmente una actitud esen-cialmente activa y rectora de acti-vidades.

La finalidad a conseguir consti-tuye su permanente referencia, pe-ro no se puede dejar de tener pre-sente que el mando se ejerce sobrehombres y que, en consecuencia,juegan un importante papel los as-pectos psicológicos, sociológicos yhumanos.

De una manera simplista, pareceque la función de mando se limitaa la emanación de órdenes o man-datos dirigidos a los subordinadosy encaminados a obtener, en cadacaso, un resultado concreto exigi-do por los fines de la institución deque se trate.

No obstante, creo que desdenuestro particular punto de vista,el concepto que debemos tener delmando no puede estar lejos de serel poder o autoridad que tiene unapersona, es decir, el jefe sobre otrau otras que le están subordinadas.La expresión mando puede em-plearse en la doble acepción demandar, es decir, del arte o modode ejercer ese poder o autoridad,y de la persona física propiamentedicha que ejerce la función de man-do. No consideramos en este casola Unidad o Unidades, organiza-ción o área geográfica subordina-das a una Autoridad Militar que,como sabemos, se denomina tam-bién mando.

Seguro que todos y cada uno denosotros hemos pensado más deuna vez en cómo debiera ser elmando ideal, sin pararnos a pen-sar en cómo tiene que actuar real-mente el Jefe que ejerce la acciónde mando en bien de toda la colec-tividad, encuadrado por unos con-dicionamientos que le coartan lavoluntad y unas limitaciones queno puede o no debe superar. ¡Qué

más quisiera el mando que tener enla mayoría de las ocasiones una li-bertad de acción, unos medios yunas posibilidades acordes con loque a él le hubiera gustado hacer,posiblemente muy diferente de loque necesariamente tiene que ha-cer!

¡Cuántas veces sin su suficienteconocimiento de causa, sin repararen las circunstancias y situacionesobjeto de determinadas decisiones,las hemos enjuiciado a la ligera yequivocadamente y hemos criticado,al mando que las ha tomado, sindarnos cuenta del tremendo errorque cometíamos!

Hay que partir de la base de quetodo jefe ha de ser no sólo el direc-tor de su unidad, sino, además, elconductor y guía de sus subordina-dos, por lo que debe basar su acciónde mando en una serie de pilaresbásicos que procurará consolidaren todo momento y que, como másdestacables, pueden ser los siguien-tes:

El mando debe tener una menta-lidad abierta, pero a la vez contro-lada. Debe estar predispuesto a es-cuchar iniciativas, puntos de vistay opiniones diversas; pero a la vezdebe saber discernir y concluir enel momento oportuno la fase de con-sultas que haya podido establecer.

El mando debe ser flexible en lapreparación de las decisiones, pon-derado en su adopción y enérgicoen su ejecución. Ha de ser tambiénflexible en el ejercicio de sus fun-ciones, transfiriendo a sus colabora-dores las que crea oportunas, cuan-tas más mejor, reservándose él lasque considere fundamentales.

El mando debe asumir en exclu-siva toda la responsabilidad, tantola de sus propias decisiones comolas que resulten de la actuación desus subordinados. Ha de hacerfrente personalmente a los fracasosy compartir los éxitos con sus cola-boradores.

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El mando debe dictar en cadamomento las órdenes indispensa-bles, otorgando una amplia inicia-tiva y proporcionando una comple-ta información; debe vigilar elcumplimiento de sus órdenes deuna forma flexible utilizando másel elogio que la crítica, siempre queello sea posible y con mesura; debemantener un contacto personal consus subordinados para conocerlosmejor y lograr una mayor compe-netración con ellos para, sin dejarde hacerse desear de sus superio-res, hacerse querer de sus inferio-res, como establece el artículo VIde nuestro Decálogo del Cadete. Elmismo Séneca al tratar del mandodecía de él que "debe vivir con losinferiores como quisiera vivir conlos superiores".

El mando debe colaborar con suscompañeros de igual nivel y pres-tar su total lealtad a sus superiores,trabajando con eficiencia y respal-dando y apoyando el desempeño desu cometido.

El mando, por último, ha de sa-ber discernir cuándo debe adoptaruna modalidad imperativa, una mo-dalidad participativa o una moda-lidad permisiva.

Al jefe que ejerciera su acciónde mando cumpliendo estos requisi-tos, no cabe duda que lo califica-ríamos de ideal, pero, ¿es fácil reu-nir en un solo hombre todas estascaracterísticas? Para comprendersu dificultad, veamos con más am-plitud algunas de las particularida-des citadas.

Ante todo hay que partir de labase de que todo aquel que tieneautoridad para ejercer un mando,precisamente por tener capacidadpara decidir, debe extremar elamor a la responsabilidad, la cualno es renunciable ni compartible;procurará ser prudente en el usode sus atribuciones y firme y equi-librado en sus resoluciones; la ac-ción más eficaz de mando la logra-rá, fundamentalmente, tras conse-guir un justificado prestigio, acre-

ditando poseer las más elevadasvirtudes militares; su vida profe-sional y particular estará presididapor una positiva ejemplaridad, co-mo una imprescindible cualidad obuen estilo; será firme y justo ensu función de mando, procurandoser graciable en cuanto pueda ypromoviendo entre sus subordina-dos un ambiente de responsabili-dad, interior satisfacción, mutuorespeto, confianza y afecto.

Hemos de tener en cuenta ade-más que lo esencial no está sólo enmandar, sino en conseguir lo quese pretende con la acción de man-do, y lo ideal es llegar a conseguir-lo aparentando que se manda lomenos posible. El mariscal Fochafirmaba que "no es la importan-cia del mando lo que hace grandeal jefe, sino el modo como manda.Si el mandar consistiese solamenteen dar órdenes, su papel no seríadifícil; la dificultad está en obte-ner la ejecución de lo mandado".

Por la importancia que tiene elconseguirlo, el mando debe sabercon exactitud lo que va a mandaren cada momento y después dar lasórdenes oportunas con la firme in-tención de hacerlas ejecutar y laabsoluta seguridad de que será obe-decido.

Aun cuando el mando procura-rá razonar en lo posible sus órde-nes para facilitar su comprensióny aceptación, esto no quiere decirque las órdenes deben darse entono suplicante; el que manda tie-ne el deber de exigir obedien-cia a sus subordinados con fir-meza, justicia y equidad, y elderecho a que se respete su au-toridad. La obediencia nunca nipor ningún motivo se puede exi-gir mendigándola.

Pero además, el militar siem-pre se encontrará en el trance demandar, de obedecer o de hacerambas cosas a la vez, como unarealidad humana y social que pa-rece constante y universal. Obe-

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decer y mandar: he aquí un he-cho cierto, necesario y permanen-te en el Ejército.

Por ello hemos de comprenderque las responsabilidades que en-traña de por sí el mandar, se in-crementan además con las del de-ber de obedecer las órdenes supe-riores con el mismo empeño yexactitud que se debe exigir y vi-gilar el cumplimiento de las pro-pias. No olvidemos que nuestrasReales Ordenanzas nos adviertenque la más puntual y exacta ob-servancia de las órdenes de nues-tros jefes es la base fundamentaldel servicio, y es servir de verdadlo que se hace, tanto mandandocomo obedeciendo.

El mandar bien es un arte difí-cil que requiere una gran prepa-ración, continuos estudios y me-ditadas reflexiones que no puedenhacerse en el mismo momento deejercer la acción de mando. En unantiguo Reglamento de Maniobrasalemán se dice que "no basta man-dar según los Reglamentos y vigi-lar el cumplimiento de las órde-nes, pues la manera de mandarinfluye mucho en la manera deobedecer", y es conocida la afir-mación de que "quien sabe man-dar, encuentra siempre quieneshan de obedecer".

Los orígenes del arte del man-do los encontramos en los mismoscomienzos de la Historia y sabe-mos que la Historia de cada na-ción va inexorablemente unida ala de su propio Ejército, pues losgrandes hechos gloriosos que ja-lonan el desarrollo histórico deuna nación, han sido escritos porsus hombres de armas, mandadospor sus mejores capitanes. Porello no debemos olvidar que elEjército constituye un gran tra-tado sobre el arte de mandar y laslecciones que nos brinda deben serobjeto de una profunda medita-ción.

El prototipo de la jerarquía ydisciplina, es decir, de la autori-

dad y la obediencia, se tiene quedar en el Ejército por la razón ob-via de que, en los momentos deci-sivos, de vida o muerte, el cumpli-miento del deber peligraría si almilitar no le guiasen los rígidospreceptos sociomorales que la dis-ciplina y la jerarquía le han in-culcado. Si el soldado no desertaen esos momentos difíciles, es por-que se lo impide hacerlo alguno delos fuertes imperativos sociomo-rales adquiridos, tales como el có-digo del honor, la obediencia, elideal de la patria y la disciplina,entre otros.

Pero si la autoridad para ejer-cer el mando es el poder hacerseobedecer, no hay duda de que elfuego que mantiene la autoridadse halla en el alma misma de quie-nes obedecen. Sin respeto al prin-cipio de autoridad, es irrealizabletoda sociedad jerarquizada yordenada, y el Ejército lo escomo ninguna otra; sin esteprincipio se destruiría el or-den establecido, el respeto a laley y el principio de obediencia.Sin el binomio mando y obedien-cia es impensable el buen funcio-namiento y la existencia de losEjércitos, de las naciones y de lamisma sociedad.

Luego si la obediencia es la ba-se de la misma disciplina, entrelos componentes de la disciplinaestá el hábito de obedecer. Conse-guido este hábito, habremos logra-do que la disciplina sea igual desólida en todos los individuos y atodos los niveles, principio básicoque hay que mantener para ejer-cer el mando, ya que de lo con-trario se corre el peligro de quela disciplina pueda ser un frágileslabón de la cadena de mando,cuya solidez nunca será más fuer-te que la de su eslabón más débil.

Por otra parte, disciplina y li-bertad son dos razones necesariasy directas entre sí. Solamente lassociedades que guardan las leyesson dignas de la libertad y sola-

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mente los poderes ceñidos a la leyson dignos de ejercer el mando.Pero estos poderes nunca debenolvidar que, para realizar conacierto su función de mando, hande conocer la idiosincrasia de lasinstituciones a ellos subordinadas,respetando su historia, sus senti-mientos y seculares tradiciones.

En consecuencia, hemos de ad-mitir inexorablemente que la exis-tencia del principio de autoridaden el Ejército es la única garan-tía de que el conjunto de la Insti-tución cumplirá fielmente con sumisión, que no puede ni debe serotra que la fijada en el ordena-miento legal de la nación, y, paralograrlo, las actividades de todossus elementos componentes esta-rán necesariamente reguladas poruna común disciplina.

Pero el Ejército, para cumplirsu misión, necesita de leyes espe-ciales y de órdenes severas; igual-mente es indispensable revestir almando de un poder, de una auto-ridad, que lo haga respetable yhasta indiscutible, sancionándoserigurosamente cuanto pueda me-noscabar la autoridad del supe-rior. Por ello es necesario proyec-tar en el ejercicio del mando laseñal clara de una serie de hábi-tos que es preciso adquirir paraque, una vez poseídos, nos permi-tan afrontar con seguridad y fir-meza las situaciones difíciles o crí-ticas.

De ahí la necesidad de la dure-za del entrenamiento militar, susa veces agotadores ejercicios, suconstante instrucción, las órdenesque se dan que tantas veces pa-rece que bordean el absurdo o lainutilidad. Todo ello tiende a quese adquieran los hábitos antes ci-tados para intensificar la eficaciadel ser colectivo y hacer llegar alindividuo y a la colectividad elconvencimiento de que la naciónentera está concentrada y repre-

sentada en el Ejército, en todas ycada una de sus unidades, por pe-queñas que éstas sean.

Ya sabemos que la vida militarresulta a veces pesada e inflexi-ble y que su corona, por ser a ve-ces una corona de espinas, puedetener entre sus púas una no pocodolorosa, como puede ser la obe-diencia. Pero no debemos olvidarnunca que en la realización de losactos para los que se nos exige unaverdadera obediencia, cuando elpensamiento aconseja lo contrariode lo que se nos manda, es cuan-do hay que demostrar que real-mente existe la disciplina que nosune. Es en esos momentos, al cum-plir plenamente con su deber,cuando el militar debe sentirsemás orgulloso de serlo.

Grandes responsabilidades tuvosiempre el mando, pero en la épo-ca actual ha llegado a alcanzar unalto nivel de dificultades por elavance del progreso, los cambiosen las relaciones humanas, la evo-lución de las ideas y las nuevastendencias sociológicas, dificulta-des que pueden ir en aumento ca-da día, con el peligro de que pue-da llegar un momento en el queresulte problemático lograr man-tener la moral del soldado en elcampo de batalla.

Ante el peligro que esta situa-ción pueda representar, creo quetodos debemos tener un conceptoclaro de lo que es el principio deautoridad y lo que representa elejercicio del mando dentro denuestro Ejército. Si nos sentimosmotivados por la idea de la nece-sidad de una autoridad, de unmando, hemos de añadir otra con-vicción que nos ha de parecer tam-bién indiscutible: que en el Ejér-cito es imprescindible una jerar-quía única, simple y estrictamen-te vertical.

El militar necesita estar siem-pre supeditado a un orden; se tra-

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ta de algo racional una vez quecomprende que la necesaria disci-plina conduce al logro del objeti-vo que define a la Instituciónmientras que su falta diluye estepropósito y tiene como fruto laincompetencia y la inoperatividad.Tengamos siempre presente quela obediencia y el respeto al man-do no deben determinar una acti-tud de aceptación pasiva de lasórdenes recibidas, sino una entre-ga y cooperación positiva e inteli-gente.

Con estas consideraciones hepretendido poner de manifiesto latrascendental importancia que tie-ne en el Ejército el principio deautoridad y el ejercicio del man-do, así como la obediencia necesa-ria y la disciplina que la hace po-sible.

Creo que es fundamental quetodos, en los distintos nivelesen los que desarrollamos nues-tras actividades nos esforcemosen procurar conocer profun-

damente el mando en todassus facetas para que sintién-donos unidos a su persona,comprendamos y asimilemos fácil-mente e íntegramente el porquéde sus decisiones como consecuen-cia del cumplimiento de su come-tido.

Tengamos presente que siem-pre estamos obligados a ayu-dar al mando en el cumpli-miento de la misión a él en-comendada, prestándole en to-do momento nuestra incondicio-nal cooperación y apoyo. Constan-temente hemos de vivir sus mis-mas preocupaciones y vigilias, sen-tir sus mismos deseos de supera-ción para conseguir la perfecciónen el trabajo a realizar y siemprehemos de velar por el prestigio ybuen nombre de nuestro jefe, cui-dando mucho la imagen que de élse pueda transmitir.

Si así lo hacemos, los directa-mente beneficiados serán el Ejér-cito como institución y la nación.

Una lección bien motivada ahuyenta la actitud pasiva, la indiferencia y laapatía en el alumno.

MANDO Y CONTROL EN IA 2º DIVISIONBLINDADA

Mayor General RICHARD L. PRILLAMAN,Ejército de EE. UU.

(De la revista Military Review, de Julio 1982)

La ejecución correcta de las responsabilidades de mando y controles vital para el éxito de una unidad en el campo de batalla. Losmétodos para lograr esta tarea varían de una unidad a otra debidoa las diferencias de condiciones y estilos de los comandantes. En esteartículo, un comandante de división explica los procedimientos; usa-dos en su mando.

E STE artículo describe los pro-cedimientos usados por la 2ªDivisión Blindada, Fort

Hood, Texas, para el ejercicio "del' mando y control durante las opera-ciones de campaña. Nuestro siste-ma es único. Si bien se adhiere alos principios básicos expresadosen la doctrina publicada, la aplica-ción de ellos es diferente de cua-lesquiera otros que he observado.Nuestro sistema es el resultado delas experiencias y prejuicios admi-tidos que he acumulado como S3,G3, J3 y C3 del grupo de combate,división, cuerpo de ejército (CE),ejército y en los niveles de mando

combinado. El sistema ha sido va-lidado en la 2ª División Blindadadurante REFORGER 1980 y en cua-tro ejercicios de puesto de mando(PM).

Mis convicciones pueden ser enu-meradas brevemente:

. Para que un CG sea eficaz, espreciso que sea pequeño.

. De la misma forma que no de-be haber más de un solo comandan-te, así también debe haber un soloPM para ejercer el control en cual-quier momento dado.

. Para que un comandante seaefectivo en una crisis, él debe limi-tarse a escuchar un mínimo de vo-ces.

. Si un comandante desea quesu plana mayor lo mantenga infor-mado, debe evitar orientaciones desituaciones preparadas de antema-no y confiar en discusiones no es-tructuradas ni programadas.

. Cuando un comandante da aun subordinado una misión nuevao una enmienda, él mismo debe dar-la o explicarla oralmente, preferi-blemente frente a frente.

Cada uno de estos puntos requie-re explicación, y a medida quecontinuamos, explicaré cómo se hapuesto en práctica en la 2ª Divi-sión Blindada cada uno de ellos.

Sobre el crecimiento del CG

El concepto de que un CG debeser pequeño es apoyado por todoshasta el momento que cada uno selleva su propia unidad a campaña.En ese momento, las buenas inten-ciones caen víctimas de una varie-dad de presiones contrarias talescomo comodidad, alojamientos paravisitantes, el deseo de contar consalas para orientaciones y la con-vicción de los oficiales de plana ma-yor de que el prestigio es inversa-mente proporcional a la distanciade aquí al mástil de la bandera. Aunun CG pequeño desde el principiocrecerá desproporcionadamente amenos que se tomen severas medi-das para demorar dicho crecimien-to.

El primer paso, por supuesto, esanalizar cuidadosamente las funcio-nes que deben desempeñarse parael control de las operaciones decombate y transferir todas lasotras al área de apoyo de la divi-sión (AAD), pero esto es sólo uncomienzo. Periódicamente, el co-mandante y el jefe de estado mayortendrán que visitar el PM princi-pal de la división y resacar a mu-chos intrusos que no deben estarallí, más o menos como en la prác-tica medieval de pintar una cruz enlas puertas de las casas afectadascon la plaga. El puesto de mando

principal también puede hacersemenos deseable como lugar de tra-bajo mediante frecuentes mudanzasque tienden a romper las cafeterasy secadores de cabello y que inte-rrumpen la fuente de electricidadpara las luces y calentadores entiempo frío.

El PM principal de la 2ª Divi-sión Blindada incluye rutinaria-mente el jefe de estado mayor ysecretario del estado mayor gene-ral, la sección G2 (menos), la sec-ción G3 (menos), el elemento de.,apoyo del centro de operaciones tác-ticas divisionario del batallón de in-teligencia de combate de guerraelectrónica, el ingeniero auxiliar dedivisión, el elemento de apoyo defuego, el oficial auxiliar de comu-nicaciones y electrónica de la di-visión, el oficial de enlace aéreo, elelemento administrativo del espacioaéreo de la división y el oficial acargo del servicio meteorológico deestado mayor.

El Gl y el G4 comparten una ca-mioneta, y la policía militar estápresente como se requiere para se-guridad. El resto del estado mayorde la división está en el AAD don-de residen y son alimentados por elmando de apoyo divisionario. Elsubcomandante de la división (SCD) generalmente opera desde elárea de apoyo y el vehículo dondeestá mi oficina y mi dormitorio esnómada; o bien puede hallarse enel PM principal o en el PM táctico.

Nosotros separamos la compa-ñía de mando del PM principal porlo menos por 1 kilómetro, general-mente más. Todo el personal quetrabaja por turnos pasa el tiempolibre y se alimentan en la compa-ñía de mando como también lo ha-ce la policía militar. El comedor dela compañía está dividido en doscon una pequeña tienda (comedordel comandante) para servir aaquellos oficiales del estado mayorque en realidad trabajan 24 horasal día. Una carpa comedor, unacarpa mediana para uso general y

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tres cocineros forman el comedordel comandante que normalmentesirve un ciclo de raciones A-C-A.

La compañía de transmisionesque apoya al cuartel general de ladivisión también está ubicada porlo menos a un kilómetro de distan-cia, y alimenta y alberga a todossus miembros. Al igual que el per-sonal de la compañía de mando, es-tos soldados tienen que caminar pa-ra ir a comer.

La organización de nuestro PMtáctico refleja nuestra filosofía deque el PM táctico es realmente unPM alternativo en vez de comple-mentario. Es estrictamente unainstalación de mando y control yexiste principalmente para dar alPM principal una capacidad de fre-cuente desplazamiento, con énfasisen frecuente. Nuestro PM tácticoestá limitado a 40 efectivos de per-sonal, incluso representantes de losG3 y G2, el elemento de fuego deapoyo, el oficial de enlace aéreo yconductores, oficinistas y operado-res de radio. El G3 y yo usamos elPM táctico como base cuando elmando y control se conduce desdeallí. Una o dos veces por día se sir-ve comida caliente que viene de lacocina de la compañía de mando enmarmitas.

A veces se pasa por alto un re-quisito. El batallón de comunica-ciones del CE debe proveer al PMtáctico y al PM principal de un ca-nal múltiple de comunicaciones demuy alta frecuencia para que la di-visión pueda permanecer en con-tacto con las unidades superiores yadyacentes mientras se desplazan ocuando un desastre interrumpe lascomunicaciones en uno de los PM.Esto es algo difícil para el oficialde transmisiones del CE porque élsiempre tiene más clientes que ca-pacidades. La solución fácil de ha-cer al PM táctico un satélite delPM principal con un enlace en elsistema de división, hace muy difí-cil el traslado del PM principal.

Por supuesto, la pérdida del PMprincipal elimina también al PMtáctico.

El concepto que he descrito man-tiene a nuestro CG bien reducido ymóvil. El esquema que acompaña aeste artículo no incluye detalles es-pecíficos tocantes al personal yequipo que componen el PM prin-cipal y el PM táctico. Cada divisiónen el Ejército tiene un nivel dife-rente de efectivos en las columnasrequeridas y autorizadas de su Ta-bla de Modificación de Organiza-ción y Equipo.

Sin embargo, creo que nuestrosistema básico funcionará muy bienpara cualquiera porque nadie esmás pobre en equipo que nosotrosy, sin embargo, cumplimos con loque tenemos que hacer sin quitarequipo de nuestras unidades subor-dinadas. Naturalmente, la unidadque insista en tener tablas y plata-formas de madera entre vehículospara caminar, letrinas portátiles ydemás, necesitará mucho mástransporte y trabajo.

Sólo un PM puede dar órdenes

La unidad de mando es un prin-cipio que debe aplicar a los siste-mas tácticos al igual que a los mo-delos organizacionales. Por consi-guiente hemos rechazado el concep-to en el cual el PM táctico se encar-ga de la batalla hoy mientras queel PM principal hace planes paramañana. Esa distinción es demasia-do vaga para ser práctica, y surgenconflictos inevitables cuando se danórdenes desde dos fuentes separa-das. Además, no estoy dispuesto adelegar a ningún subordinado laautoridad para hacer decisiones in-dependientes sobre el combate dehoy en día porque temo que el re-sultado sería inconsistente con loque quiero hacer mañana.

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Así que mantengo toda la respon-sabilidad por las decisiones en unsolo sitio — conmigo. Existe, porsupuesto, una distinción entre elplaneamiento y el control inmedia-to de las operaciones en progreso.Mientras que sólo el puesto de man-do principal tiene la capacidad pa-ra formular planes, el control lopuede ejercer o bien el PM princi-pal o el PM táctico, siempre quesolamente el comandante que hacelas decisiones esté disponible en ellugar designado para asumir la res-ponsabilidad de dar las órdenes yrecibir informes. Nuestra regla esque las órdenes, a diferencia delos planes, las debo dar yo sólo per-sonalmente o el MP que ejerza elcontrol, y nosotros notificamos atodos cuando hay que transferir elcontrol.

Tratar con un número limitadode subordinados

El declarar que un comandantedebe limitar el número de voces queescucha es otra forma de decir queél debe usar algunos de sus hom-bres más inte!igentes como filtrospara evitar que él sea abrumadopor el gran peso de los pormenoresy requisitos que caracterizan lasoperaciones de una división. En ge-neral yo me encargo de las opera-ciones y los planes tácticos, y tra-to directamente con el G3 y los co-mandantes subordinados y superio-res en ese aspecto. El jefe de esta-do mayor supervisa el planeamien-to que hay que hacer para apoyarel esquema táctico y trata con lasagencias fuera de la división quetienen un papel que desempeñar ennuestro apoyo.

En ese aspecto hemos optado porno formar una célula provisional deplanificación, que se encargue delcombate profundo. Esto no es por-que pensamos que el combate pro-fundo no es importante, sino por-que lo consideramos demasiado im-portante para entregárselo a un co-

mité. Una vez que he formuladouna guía y establecido las priorida-des, nuestros planes los hacen losoficiales da mayor responsabilidadbajo la supervisión personal del je-fe de estado mayor.

En realidad así se hizo antes deque comenzáramos a hablar sobreel combate profundo. Con excep-ción del pequeño elemento de la sec-ción G3 que recibe los informes ytransmite las instrucciones, ya esdemasiado tarde para que el estadomayor pueda hacer algo sobre elcombata en progreso. Eso queda enlas manos de los que tiran balas yconducen los asaltos, y así el estadomayor trata de prever el próximorequisito y prepararse para él. Eljefe de estado mayor coordina yune todo el esfuerzo y lo mantienemoviéndose en la dirección fijadapor el comandante.

El SCD (sólo tenemos uno enFort Hood puesto que el otro SCDestá con la 2ª División Blindada(Avanzada) en Europa supervisael apoyo que proviene de la mismadivisión. El no toma el puesto delcomandante del mando de apoyodivisionario. Por lo contrario, él so-lidifica el enlace entre el apoyo ylos apoyados en el AAD, los equi-pos de apoyo del área avanzada, lostrenes y dondequiera que existauna interrelación. El ayudante ge-neral, el Gl, el jefe de sanidad, elpreboste general y los comandantesde los batallones y compañías inde-pendientes se comunican con él muya menudo. Una cosa que él nuncahace es expedir órdenes de opera-ciones a unidades de combate, y ra-ramente trata directamente con elestado mayor de la división excep-to al pedir alguna información. Elestado mayor trabaja para el jefe.Una vez más se destaca la unidadde mando. En las tres categorías deresponsabilidad hay lugar para mu-cha acción recíproca. Yo no puedoabrogar la responsabilidad de man-do para ninguno de ellos, pero si,mantengo al jefe de estado mayor

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y al SCD informados debidamentesobre el plan del juego, ellos no ten-drían dificultad en mantenernosabastecidos sin que yo tenga quepreocuparme por el lavado de miscalcetines.

Un corolario que limita a los su-bordinados con quienes se debe tra-tar directamente es que tanto el co-mandante como el estado mayor de-ben limitar sus pedidos por infor-mación a lo que es necesario paracumplir la tarea. A medida que semejora y expande nuestra capaci-dad de comunicación multiplicamosnuestras demandas por informa-ción a un nivel que casi sobrepasalas capacidades del sistema. Cadavez que encontramos nuevos me-dios para reunir datos, inmediata-mente ideamos necesidades paraellos. El resultado es un diluvio deinformación que no puede ser fil-trada, analizada o usada. Así quehacemos arreglos para conseguirtransporte y oficiales de estado ma-yor adicionales para almacenar yregistrar los nuevos datos en casode que alguien los pida.

El decidir qué es importante esmás bien un arte y no una ciencia.Pero hay que hacer una distincióny revisar los procedimientos opera-tivos tácticos en vigencia para eli-minar cualquier repetición de losinformes que no satisfaga específi-camente una necesidad genuina alnivel del mando que los pida. Unaregla empírica a seguir es que cual-quier información que no requierauna acción o reacción definitiva(decisiones tácticas, reordenamien-to de prioridades y requisiciones,pedidos o informes para cuartelessuperiores no es esencial y debe sereliminada para no perder tiempoen esos pormenores.

Mantener al comandante informado

La solución clásica del Ejércitode EE. UU. para el problema demantener informado al comandantees la orientación de plana mayor

de las 1700 horas. En mi opiniónno hay manera peor da hacerlo.

Por naturaleza, las orientacionessobre la situación están ideadas pa-ra engañar — la norma clásica esevitar todo lo que pueda causar du-das y estimular una discusión, yno decir nada que pueda ser críti-co o impropio. La orientación per-fecta es una en la que lo único quese oye del jefe es "Siéntense, Seño-res", y "Muchas gracias. Ya es ho-ra de cenar". El estado mayor de-dica una gran cantidad de tiempo,obteniendo y filtrando la informa-ción que necesitan para los cuadrosgráficos de la orientación. Si yofuera un comandante enemigo, yosiempre lanzaría mi ataque princi-pal a las 1630 horas, seguro de queningún comandante estadounidensesería informado hasta concluir laorientación de la tarde. Muchos co-mandantes seguramente que no seenterarían hasta la próxima tardedespués del informe sobre el tiem-po.

Nosotros tratamos mucho de evi-tar la rutina, pero ahora ha surgi-do un modelo muy libre. Yo veo aljefe de estado mayor por lo menosdos veces al día para intercambiarinformación, ideas y planes, y lomisma pasa con el SCD que podríaestar viviendo en el AAD en vezdel PM principal. Yo generalmentetomo mi desayuno con el estado ma-yor en el PM principal. Una vezque todos terminamos el desayuno,celebramos una reunión en la casetadel comedor, y cada uno describe eltema más urgente en la agenda deese día.

Como es una charla abierta envez de una orientación, los verdade-ros problemas tienden a salir a lasuperficie, y existe la oportunidadpara ofrecer pautas substanciales.El jefe generalmente reúne a suestado mayor otra vez después dela cena, fuera de mi presencia, ymás tarde me presenta un informeprivado de la reunión. Estoy segu-ro que el sistema que usamos me

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deja sin conocer ciertos puntos, pe-ro yo creo que sé todo lo que nece-sito saber, particularmente aquellosasuntos que dependen del tiempo,y de que tengo el asesoramiento yla información que el estado mayordebe darme.

Dar órdenes frente a frente

Mi último credo, que requiere quelas órdenes iniciales sean dadasoralmente de comandante a coman-dante, es una manera de aseguraruna buena comprensión de las in-tenciones del comandante por todala unidad. No obstante el talentoque pueda poseer el G3, él no puededescribir los detalles del conceptodel comandante en el proceso for-mal y estilizado que usamos paradar órdenes de operaciones. En eseaspecto, cuando yo doy una ordenoral, trato de evitar el uso de cual-quier término cuya definición figu-re en un texto militar. Si bien hayuna sólida teoría que justifica eldesarrollo de la terminología pre-cisa, el campo de batalla no es el lu-gar para examinar la semántica delEjército.

Por ejemplo, en vez de decir "de-fiendan a lo largo de esta línea'',yo prefiero decir "no permitan queel enemigo pase al sur de esta lí-nea con nada mayor de una compa-ñía ni permitan el lanzamiento defuego directo sobre este camino.Ustedes podrían dejar algún terre-no temporalmente al sur de estamontaña, pero deben expulsar cual-quier fuerza que lo ocupe". Las dosmisiones que requieren las explica-ciones más elaboradas son las de"demorar" y "ocultar". Estas ta-reas son muy difíciles aun en lasmejores circunstancias, y se hacenimposible si el qu3 las ejecuta noentiende lo que debe hacer.

Junto con una descripción cuida-dosa de lo que se desea, debe haberuna explicación del porqué. Sólomediante el conocimiento de lo queel jefe trata de lograr es que los

subordinados pueden hacer decisio-nes inteligentes que apoyarán elpropósito. Las órdenes orales fren-te a frente proveen la oportunidadde detectar si las intenciones soncomprendidas totalmente. Si se lo-gra bien al frente en el área deoperaciones presentaría tambiénuna oportunidad para que los co-mandantes vean el terreno junto aellos y compartan ideas y cualquierotro asunto no previsto. Eso es es-pecialmente importante en el ata-que.

Con demasiada frecuencia, latendencia es de tomar el "huevo deganso" asignado a la división porel cuartel general superior y sub-divirlo en un número de segmentosigual al número de unidades quehacen el ataque. Mientras que eseproceso es apto para dar direcciónal ataque, no es muy bueno para elsubordinado que trata de decidircuánto o qué parte del área debeocupar. El no sabe qué habrá delograr la parte que él desempeñe.

Sería mucho mejor decir, "Sudestino es aquí, y, en esta área,quiero tener el uso cabal de toda lared de caminos, tampoco quiero queel enemigo pueda observar estepuente, y es menester que los rada-res de vigilancia terrestre puedanver este punto. Usted tiene (no tie-ne) que establecer contacto físicocon Ramón porque. . . ". Después deuna explicación de ese tipo, la asig-nación de un objetivo es casi inne-cesaria, y, en efecto, ahora yo usoun límite de avance como medida decontrol más frecuentemente que loque uso un objetivo. El subordinadoentonces queda libre para poder ele-gir el terreno que mejor satisfacesu propósito.

Otra ventaja de una orden dadade esa forma es que obliga al co-mandante divisionario a pensar entérminos de todo el esquema y lle-gar a sus propias conclusiones so-bre lo que es importante para él.Una vez se da esa orden básica,las inevitables órdenes fragmenta-

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rias tienen sentido, y el comandan-te puede estar razonablemente con-fiado en que las instrucciones másbreves son comprendidas e imple-mentadas de manera consistentecon todo su plan. Sin embargo, debeexistir un diálogo continuo entre eldirector y los dirigidos, y nosotrostenemos una técnica que es unagran ayuda para iniciar tales diá-logos durante esos períodos que re-quieren cambio constante.

Hay momentos cuando ni el PMtáctico ni el PM principal cuentancon suficiente movilidad para sa-tisfacer mi necesidad de compren-der claramente todas las condicio-nes y para comunicarme inmedia-tamente con los comandantes su-bordinados. Cuando toda la divisiónestá en movimiento, de avance o derepliegue, yo quisiera poder mante-nerme a la par con ella y estar enuna posición que me permita podercambia la dirección, alterar la or-ganización de las unidades, confe-renciar con los comandantes y, engeneral, estar en una posición dón-de hacer decisiones y ofrecer algu-na guía rápida personalmente. Pa-ra poder hacer eso, saco un M577del PM táctico y lo traslado haciael frente. La dotación la integranun representante del G3, un oficialdel elemento de fuego de apoyo yun radiooperador - conductor y elmando y control se lleva a cabo deeste PM avanzado durante tiemposcríticos.

El G3 y yo operamos desde estainstalación usando el jeep o el heli-cóptero para viajar hasta los co-mandantes subordinados cuandohay que dar nuevas órdenes y nue-vas pautas. Yo puedo mantenermeal tanto de lo que ocurra en la di-visión mediante el monitoreamientode la red de radios de los subordi-nados una forma que no es posibleen el puesto de mando principal dela división, y los comandantes debrigada hallan que es relativamen-te fácil decirme cuáles son sus ne-

cesidades. El M577 es demasiadoaustero para servir de PM en pe-ríodos prolongados, pero es muyútil durante momentos críticos.

Finalmente: El comandante manda

Hace algún tiempo, cuando eraoficial de compañía y tomaba elcurso básico en Fort Knox, Kentu-cky, y el curso avanzado en FortBenning, Georgia, se me requeríaque dedicara mucho tiempo a estu-diar los procedimientos de dirigirtropas de los jefes de pelotón y co-mandantes de compañía. Sin em-bargo, cuando traté de prepararmepara mi posición actual, encontrémuy poco material específico queme fuera útil. Nadie enseña ios pro-cedimientos de dirigir tropas parabeneficio de los generales. La lite-ratura doctrinal del Ejército o esdemasiado amplia y general paraser útil, o simplemente imprácticay, como la "apreciación de la situa-ción" (que yo nunca la he visto usa-da en una división o CE), simple-mente no se usa.

En la ausencia de una guía doc-trinal, cada comandante desarrollasu propio sistema siempre que ten-ga suerte y lleve su cuartel generala campaña con frecuencia para in-fluir en el proceso, y de allí quetodas las divisiones y cuerpos deejército funcionan de diferente ma-nera. Desde un punto de vista pu-ramente operacional, eso no es ne-cesariamente malo porque los co-mandantes mismos son diferentes,y sus organizaciones serían máseficaces si se conformaran al estilodel jefe y su manera de operar. Losproblemas empiezan cuando los téc-nicos tratan de diseñar equipoadaptado a nuestras necesidades demando y control. Ellos no tienenuna base común para determinarcuáles son esas necesidades, y, porconsiguiente, muchas veces sus so-luciones se aplican a problemas dis-tintos.

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En el caso de la 2ª División Blin-dada, por ejemplo, no necesitamosmucho sobre lo referente al equipode mando, control y comunicacionesy probablemente no lo usaríamosmucho si lo tuviéramos (nos con-formaríamos con mejores genera-dores). Por otro lado, el que mereemplace a mí podría tener unanoción completamente diferente yquizás se incline a conducir la ba-talla electrónicamente. Su soluciónpodría ser mejor que la mía, perotendría el problema de que por añossus opciones estarían limitadas alo que él pueda lograr con el inven-tario existente. Uno de los méritosdel sistema que he descrito en esteartículo es que funciona muy biencon lo que tenemos disponible alpresente.

Nuestro sistema de mando y con-trol en la 2ª División Blindada esdistinto a otros principalmente por-que depende del contacto y la co-municación personal, y el equipo, lacomposición del CG y sistemas deapoyo han sido adaptados para estetipo de enfoque. La guía tácticaproviene de una sola fuente y nose le delega al subcomandanta dela división o a un ayudante especialo grupo de estado mayor. ¿Creeusted que nuestro sistema es dema-siado personal y depende demasia-do en un solo individuo? Podría ser,pero hasta que los comandantessean reemplazados oficialmente porcomités, el hombre con la batuta da-ba dirigir la orquesta.

La decisión final de una guerra no debe considerarse comoabsoluta. La nación vencida suele mirar la derrota como unmal pasajero que puede repararse en tiempos posteriores pormedio de combinaciones políticas. —Clausewitz.

EFECTOS DE LA GUERRA EN LA

PERSONALIDAD DEL COMBATIENTE

LORENZO GONZALEZ PUEYOComandante de Infantería

(De la Revista de las Armas y Servicios delEjército de España, de mayo 1983).

C OMO fenómeno, la guerra noes fácilmente comprensible ysus causas son difíciles de

explicar. En su génesis es precisotener en cuenta diversos factores.Unos se refieren a la naturalezahumana, repleta de agresividad yviolencia, marcada por arcaicosmodelos comportamentales nacidosen el alba de los tiempos, cuando elhombre debía luchar por lograr so-brevivir en tan difíciles condicio-nes. Otros están ligados a las pecu-liaridades de los Estados, conside-rando sus aspectos demográficos,su situación geográfica y sus estruc-turas internas, políticas, sociocul-turales, espirituales y morales. To-dos estos factores están sometidosa una dinámica capaz de romper,como así ha ocurrido a lo largo dela Historia, su precario equilibrio.

Pero más que su determinismo ysignificado (el "carácter profundo"de la guerra, en frase del generalBeaufre), trataremos en este mo-desto artículo los efectos psicopa-tológicos de la misma, tanto en elcombatiente como en el grupo.

El tema puede ser de interés,puesto que la guerra incide emocio-nalmente, con fuerte carga efecti-va, pudiendo producir angustia ymiedo incluso en las personalida-des más resistentes. También sonconocidas las manifestaciones co-lectivas de pánico, que hay que co-nocer, anticiparse a ellas, contra-rrestar y evitar por todos los Man-dos de Unidad.

A nivel individual basta decir quelas pérdidas por enfermedades men-tales han sido tan elevadas que sehablaba de "divisiones perdidas".En la Segunda Guerra mundial, losingleses licenciaron 120. 000 hom-bres, de los cuales 25. 000 estabanacosados por psicopatías comporta-mentales.

Los americanos, según estadísti-cas transmitidas por Menninger,hablaban de 800. 000 hombres hos-pitalizados por este motivo, a pesarde la rigurosa elección inicial, pues-to que, de 12 millones de ciudada-nos llamados a filas, tres millonesfueron excluidos previamente, untercio de ellos por anomalías men-tales.

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Se designa con el término "alte-raciones mentales de guerra" alconjunto de manifestaciones psíqui-co-patológicas, individuales o colec-tivas, de aparición inmediata o tar-día, de evolución transitoria o du-rable, en relación directa, por nodecir exclusiva, con los aconteci-mientos excepcionales de la guerra.Vamos a citar los más importantes,haciendo la salvedad de que si biense citan en apartados diferentes, enmuchas ocasiones se encuentranprofusamente interrelacionados.

HISTERIA

Ya en la Primera Guerra mun-dial se halla descrita con profusión.Se habla de crisis excitomotrices,reacciones primitivas en respuestaa estímulos no asumidos, pues labrutalidad del acontecimiento nohabía permitido el establecimientode una elaboración neurótica.

En los conflictos modernos la his-teria ha tendido a hacerse reempla-zar por los "accidentes psicosomá-ticos". El aumento de nivel socio-económico y cultural ha favorecidoel cambio de sintomatología.

En el ejército británico, A. H.Williams ha constatado que los hin-dúes, los gurkhas y los negros pre-sentaban las formas clásicas de his-teria, mientras que en las tropasinglesas se producían perturbacio-nes gastroduodénicas y cardiovas-culares.

LOS ACCIDENTESPSICOSOMATICOS

Wilcox, tras Dunkerque, aclara-ba ante el Parlamento que el 11%de los individuos licenciados lo eranpor problemas digestivos.

Los rusos observaron una graveepidemia de hipertensión arterialen el ejército alemán tras su ren-dición en Stalingrado.

En el ejército americano se des-cubrieron entre 1942 y 1945, 70. 000úlceras de estómago. Hay, pues,

una gran incidencia en este tipo deafecciones y su repercusión es degran importancia.

En el ejército alemán en tiemposde Hitler los trastornos psicosomá-ticos estaban tan mal vistos como lahisteria, por lo que los soldados afec-tados, en vez de ser licenciados,eran reagrupados en unidades espe-ciales semi-médicas, semi-discipli-narias.

FORMAS CONFUSIONALESY DELIRANTES

La confusión mental ha sido muyestudiada, porque el 35% de los cua-dros psiquiátricos, según Sutter,están teñidos por ella. Se produceuna desestructuración de la concien-cia con obnubilación, desorienta-ción - espacio - temporal, inhibicióno agitación. Sin embargo, hay quesubrayar que en los últimos con-flictos esta confusión ha dado pa-so a las psicosis delirantes. Estaspsicosis delirantes ("de lira": fue-ra de carril) pueden aparecer condelirios de estructura paranoica,con ejes de prejuicios y de frustra-ción acompañadas de ideas hipocon-dríacas.

Por lo que respecta a la "esqui-zofrenia de guerra", parece que és-ta azota sobre todo a personalida-des con predisposición previa. Sue-le ser contemporánea a la situaciónbélica, y de ordinario retrocedepronto ("esquizofrenia de los tresdías de Braceland").

FORMAS ANSIOSAS

La ansiedad es el elemento cons-titutivo fundamental de todas lasreacciones psicopatológicas ante elpeligro.

Se traduce la ansiedad mediantecrisis de angustia somática, con al-teraciones funcionales y neurovege-tativas, acompañadas de confusión,sensación de desorganización ymuerte inminente.

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La ansiedad aumenta con la in-certidumbre y cuando el peligro queamenaza no se conoce todavía bien.La tensión causada por un peligromisterioso es todavía más insopor-table que el peligro mismo.

A menudo se observan en guerri-lleros y movimientos de resistenciaacciones cada vez más temerarias.Su audacia no siempre es debida asu coraje y valor, sino al deseo determinar una tensión insegura.

Cuando la ansiedad irrumpe deforma masiva pueden producirseperturbaciones del comportamientode extrema gravedad. Al igual queel animal, el hombre puede respon-der con una reacción de inmovili-dad o sobresalto (sobrecogimientoo tempestad de movimientos).

En el primer caso se instala sú-bitamente un cuadro de inhibicióncon inmovilidad, estupor, mutismo,rigidez muscular y temblores (es el"ictus emotivo" de Dupré y el te-rror cataléptico de los autores dela Primera Guerra mundial). Sepueden observar en sirvientes depiezas petrificados, incapaces dehacer fuego, jefes imposibilitadosde dar ninguna orden, etc. En elsegundo caso se reacciona huyendoa gritos, de forma desordenada; seavanza hacia las líneas enemigas(falsas deserciones) o bien, olvi-dando las más elementales normasde seguridad, se busca un refugioilusorio. En los casos más gravespuede producirse una agitación vio-lenta, con una agresividad acentua-damente peligrosa que a veces setraduce en golpes a compañeros eincluso a oficiales, raptus sucidas,ensañamiento con prisioneros, etcé-tera.

NEUROSIS DE GUERRA

Nacen como consecuencia de untrauma afectivo o emocional y si-tuaciones límites que no han podi-do ser dominadas por ajustamien-tos normales y han desbordado las

defensas psíquicas. La problemáti-ca personal del individuo, sus ten-dencias afectivas y su propia his-toria (personalidad premorbosa)van a jugar un papel primordial.Un mismo acontecimiento trauma-tizante no tiene la misma resonan-cia ni el mismo poder desestabili-zador para todos.

En una situación de peligro seorigina un profundo conflicto entreel dilema: combatir o huir. Losimperativos del deber, amor a laPatria, pertenencia al grupo, no serconsiderado un cobarde y el instin-to de conservación. Una sintoma-tología somática de conversión (pa-rálisis, sorderas, etc. ) permite alsujeto salir del conflicto, pues alser evacuado a retaguardia desapa-rece el peligro y su reputación que-da a salvo.

DEPRESIONES

Suelen aparecer al final de unperíodo de gran actividad o en tro-pas que son relevadas para descan-sar. Se caracterizan por la triste-za, cansancio, falta de actividad yde apetito e insomnio.

Pueden darse grandes sentimien-tos de culpabilidad (el jefe que seconsidera culpable de la muerte deun subordinado al que encomendóuna misión peligrosa, el soldado queha perdido un compañero con el quemantenía malas relaciones, etcéte-ra ) .

Hay que tener siempre presenteel grave riesgo de suicidio que en-trañan.

EL PANICO

"No es el héroe quien gana laguerra, sino el cobarde quien lapierde". La palabra pánico derivadel temor y terror contagiosos cau-sados por el dios Pan.

Cuando el hijo de Zeus se entre-gaba a su siesta divina y los po-bres mortales osaban perturbar su

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sueño, explotaba en una furia te-rrible y con su horrendo aspectoespantaba a las débiles criaturas,que huían presas de terror. . .

P. Juillet lo ha definido como:"La explosión colectiva de un mie-do sentido a nivel individual, perocon una simultaneidad tal que seconsuma con el conjunto". Es con-tagioso en el más alto de los gra-dos, de ahí su aspecto epidémico.Es el pánico el despertar del irra-cional animal de manada que hayen nosotros. En un instante todacivilización desaparece. La mana-da aterrorizada es gobernada sólopor sus emociones. La conducta in-teligente se pierde. El hombre y elanimal se lanzan a una fuga desor-denada arrollando todo lo que en-cuentra a su paso. Los caballos des-bocados arrastran con ellos a otroscaballos. Con los hombres sucede lomismo. He aquí un ejemplo:

"Un regimiento prusiano de ca-ballería marchaba en columna poruna carretera durante la guerra de1865. Súbitamente un jinete se ima-ginó oír tiros en la vecindad. Enrealidad, otras unidades estabangolpeando sus mantas en el bosquepara limpiarlas. El regimiento gi-ró bruscamente y galopó en retira-da. Se convirtió en la loca carrera,y oficiales y soldados perdieron elcontrol de sus caballos. Aumentó lavelocidad de la fuga; una bateríaprusiana que venía detrás fue arro-llada y destruida completamente.Sólo millas después pudo detenerseel pánico. Hubo muchas pérdidasen hombres y caballos".

En ocasiones pueden verse con-ductas aberrantes en detrimento delinstinto de conservación. Durantela guerra de 1914 - 1918, tras eltorpedeamiento del acorozado "Pro-vence", novecientos marinos que hu-bieran podido ser salvados se lanza-ron al agua y se ahogaron.

A veces el pánico puede producirsituaciones grotescas. El 14 de ju-lio de 1943 un piloto inglés se lan-zó en paracaídas sobre Holanda.

Conducido al puesto de mando ale-mán más próximo, al entrar el ofi-cial inglés los alemanes se asusta-ron tanto que se rindieron. Cuandodescubrieron su error comenzarona reñir entre ellos violentamente.Lo mismo ocurrió en Lampedusa(1943), donde el comandante ita-liano se rindió a dos pilotos que ha-bían hecho un aterrizaje de emer-gencia en la isla.

El pánico puede en alguna cir-cunstancia producir la muerte. Losprimitivos morían cuando el hechi-chero de la tribu les hacía creer fir-memente que iban a morir (muertevudú).

Montaigne, en sus Ensayos escri-be:

"El sitio fue recordado por eltemor, que hasta tal punto embar-gó, contrajo y heló el corazón deun noble, que éste cayó en la bre-cha, sin ninguna herida, muerto co-mo una piedra".

Otro ejemplo lo tenemos en laprimavera de 1943, en un refugioantiaéreo londinense. Se produjouna explosión cercana, las luces seapagaron y se suscitó un enorme te-mor en la total oscuridad. Cuandollegaron los primeros auxilios, dos-cientas de las seiscientas personaspresentes habían muerto. La terri-ble idea de que todos iban a morirmató a doscientas personas. WalterC. Cannon explica que la muerte esproducida por un desastroso descen-so de la presión sanguínea. Otrosla explican como muerte por asfixiaa raíz de la súbita rigidez de losmúsculos de la respiración.

Para que en un grupo se produz-ca el pánico, éste debe haberse trans-formado en receptivo. Esta recep-tividad aumentará a medida que latropa esté cansada, mal avituallada,privada de sueño, sin noticias de sufamilia, dolorida por las pérdidasde compañeros y por los fracasos.No ignoramos cómo una retiradapuede convertirse en una derrota.Freud en sus Ensayos de Psiconáli-sis, insiste en el papel del jefe. Se-

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rá suficiente que aquél se crea per-dido o desaparecido para que los la-zos que unían al grupo se rompan.Al mismo tiempo es necesario quelos mandos tengan una gran esta-bilidad emocional. Nada actúa tandesfavorablemente en la moral delsoldado como la actitud vacilante desus mandos.

¿Cómo combatir el pánico? Enprimer lugar, con disciplina y mo-ral. Ambas, así como una buena or-ganización del grupo, aumentaránla estabilidad interna y confianzaen sí mismos. La moral significa,además de confianza, lealtad mu-tua. Cuando la tropa se siente bien

equipada y adiestrada, bien condu-cida y consciente de sus finalida-des, puede tolerar todas las dificul-tades. Joost A. A. Merloo resumelas condiciones de prevención delpánico en:

Preparación, Información y Ac-ción.

Cuando la gente está preparada,el temor pierde su penetración mís-tica. Cuando está bien informadadesaparece el rumor y lo mágico des-conocido. Cuando tiene que traba-jar y actuar no hay tiempo de pro-mover una fantasía terrorífica (elpánico se produce más frecuente-mente en las retaguardias).

Preparación significa además delos aspectos materiales una adecua-da acción psicológica. Hay que co-nocer cuán inestables son las for-maciones humanas y cuán fácilmen-te se las puede minar. Nada calmamás al hombre que el conocimientode sus limitaciones y el deseo deadiestrarse contra el miedo.

Información significa conoci-miento de lo que sucede y comuni-cación mutua. Refuerza la sensa-ción de estar juntos. A través dela información la ansiedad se redu-ce a un moderado temor que forta-lece y da cohesión al grupo.

Acción significa organizaciónadecuada con la que todos conocensus tareas y deberes. Responsabili-dad dividida y trabajo en equipo.

Para finalizar diremos que laPsicología Militar tiene una granmisión que cumplir. La experienciade la última guerra americana delVietnam nos demuestra la utilidadde una decidida acción psicológica.

Este último conflicto, contrariamen-te a los precedentes, ha sido famo-so por la casi inexistencia de alte-raciones psíquicas. Se había adop-tado una política de salud mentalpartiendo de la experiencia adquiri-da en los conflictos anteriores.

Las misiones de un Servicio dePsicología y Psicotécnica se puedenresumir así:

"Realizar cuantos trabajos espe-cíficos les sean encomendados sobreorientación, clasificación, seleccióny adaptación del personal al mediomilitar, acción psicosocial indivi-dual y colectiva y factores condicio-nantes de su moral".

BIBLIOGRAFIA

Psicología del Pánico, Joost A. M. Merloo.Introducción a la Psiquiatría, Dr. J. A. Va-

llejo Nájera.Psicología Social, Jean Stoetzel.

A los únicos que se puede mandar bien es a los que se conoce bien.

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EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO Y SU

APLICACION EN LA BUSQUEDA DE LOS

OBJETIVOS POLITICOS

BGR. (O. E. M. ) HERBEBT ORELLANAHERRERA

M IENTRAS se acerca la So-ciedad Occidental a su ter-cer milenio, ingresamos a

una era que se caracteriza por loscambios en la historia humana.No es difícil darse cuenta por quéhemos llegado a este punto. La ra-zón predominante es que, por me-dio de la ciencia y tecnología, he-mos creado una sociedad basadaen la industrialización que, hastaahora, ha sido capaz de mante-nerse y desarrollar una poblaciónmundial en rápido crecimiento.

El cambio de una economía ba-sada principalmente en la agri-cultura a otra basada en la in-dustria moderna ha hecho posibleun crecimiento explosivo no sóloen cuanto a tasa de población, si-no también a un desarrollo espec-tacular en las actividades de lahumanidad en movilidad, veloci-dad de comunicación, rango deconocimiento, producción de bie-

nes y servicios y en el número deinterrelaciones dentro de sus sis-temas naturales y sociales. Aun-que mucho de este proceso estábasado en innovación humana eindustriosidad, está fundamenta-do también en la explotación porla humanidad del mundo natural.Se basa marcadamente en el capi-tal de la naturaleza, particular-mente en los recursos no renova-bles e impacta en el medio am-biente y seres vivientes.

Muchos piensan que el creci-miento no podría continuar inde-finidamente. Pero a medida quedisminuía un recurso fuimos ca-paces de encontrar un reemplazo.Mientras estrujamos el medio am-biente de una región de la tierra,encontramos la forma de avan-zar. Y cuando alcanzamos los lí-mites de un logro tecnológico, elhombre siempre ha sido capaz deencontrar otro que lo supera.

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Sin embargo, en años recienteshemos estado forzados a mirarlos problemas de crecimiento conun nuevo grado de sofisticación.Esa sofisticación, también pro-ducto de la ciencia y tecnología,nos ha impulsado a hacer unaevaluación; ha generado muchaespeculación concerniente al futu-ro del crecimiento humano, levan-tando una multitud de interro-gantes no sólo sobre la posibili-dad de alimentar grandes pobla-ciones proyectadas, sino sobre lasconsecuencias sociales, económi-cas y del medio ambiente, que ten-drá el desarrollo industrial pro-gresivo del mundo.

Si esta especulación, a la cualse ha dado impulso por si algunanueva escasez apareciera ahora,ha dirigido e intensificado el de-bate sobre cuestiones de desarro-llo, también ha acarreado más in-quietud sobre el futuro de la cien-cia y la tecnología. Mientras hayalgunos que temen que los avan-ces en ciencia y tecnología sóloencenderán el motor de un creci-miento indiscriminado, hay otrosque creen que hay necesidad deuna ciencia y tecnología aplicadamejor y más inteligentemente pa-ra capacitar un mejor control ydirección del crecimiento y parapermitirnos continuar expandien-do nuestras capacidades físicas.

Este último grupo tambiéncomparte la creencia de que pode-mos ampliar nuestras fronterasfísicas sólo expandiendo nuestrasfronteras del conocimiento y queel conocimiento es una forma decapital capaz de permitirnos re-emplazar, en efecto, el capital quehemos sacado de recursos finitosde la Tierra. Quizás un buenejemplo de este efecto reside ennuestra habilidad potencial paradesarrollar los medios para usarla energía solar, directamente yen todas sus manifestaciones, co-mo una forma de entrada de ener-

gía para reemplazar el capital deésta agotado a través del usode combustibles fósiles y de fisiónno-renovables.

Aumentando el capital de cono-cimiento, particularmente aquelobtenido de un programa segurode investigación básica, puedencrearse otros efectos muy benefi-ciosos. Ambientalmente hablando,puede ayudarnos a entender me-jor los límites físicos y socialesdentro de los cuales debemos ope-rar con el fin de mantener nues-tros sistemas naturales y artifi-ciales individualmente viables ysimbióticamente compatibles. Entérminos económicos, puede ayu-darnos a aumentar la eficienciacon que usamos nuestros recursoslimitados, dándonos tiempo parainvestigar y desarrollar alternati-vas. Y relacionados al cambio so-cial, un conocimiento aumentadopuede ayudarnos a usar nuestrosrecursos físicos y humanos másefectivamente, mejorando nues-tras instituciones, sus bienes yservicios, quizás conduciéndonoshacia una vida caracterizada pormás calidad y menos cantidad. Es-te puede ser el mayor efecto de laciencia y la tecnología en los añosvenideros, aunque aún podemosesperar un crecimiento cuantita-tivo considerable en el intertanto.

Otra fuerza importante en laciencia y la tecnología, caracte-rizada de un tiempo a esta partepor el crecimiento de la investi-gación interdisciplinaria en lasciencias físicas, sociales, adminis-trativas, es el interés en los siste-mas. La influencia y el impactopenetrante de la Humanidad enambos, nuestra naturaleza y nues-tra propia sociedad nos han lleva-do al convencimiento de que ope-ramos dentro de sistemas con unmillar de factores interrelaciona-dos: energía, economía, medioambiente, alimentos, materiales,política internacional, etc.

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Todo está ligado para que ten-ga un efecto en el estado de laciencia y tecnología, indicándonosque debemos intensificar nuestrainvestigación y obtener nuevosconocimientos y aplicarnos másefectivamente para beneficio delhombre.

El reconocimiento de la rela-ción entre los aspectos cuantita-tivos de la ciencia y tecnología ylas áreas cualitativas está co-menzando a tener efecto sobre elfoco y la dirección de la actividadcientífica. Así el asunto de las im-plicaciones éticas y de valores hu-manos de la ciencia y la tecnolo-gía, en adición a las preguntas delpor qué, qué, y cómo, las comuni-dades de la ciencia y de la inge-niería están siendo afectadas eninterrogantes que significan estu-dio de valores tales como "paraquién" y "con qué fin". La co-rrespondencia entre la ciencia yla sociedad para ser más exitosadebe adoptar la intimidad y liber-tad de un buen "matrimonio".

Mucho de esto ha sido refleja-do en las actividades y en los pro-gramas y políticas de las Funda-ciones Nacionales de Ciencias dediferentes países, comprometidasen diálogo, en materias de una al-ta sensibilidad con el proceso derespaldo de las ciencias. Métodosde evaluación, de proposiciones deinvestigación y críticas de pro-gramas, naturaleza y extensión deinspección, de métodos y progra-mas que discuten en detalle en to-do el mundo. Es muy probableque este diálogo continúe y quesu resultado principal sea un me-jor conocimiento de las dificulta-des y problemas involucrados enel respaldo de las ciencias y orga-nizaciones que respondan a los in-tereses nacionales sobre cómo ycon qué fines entregar tal respal-do.

A grandes rasgos, las políticasy programas de las fundaciones

responden a las necesidades de lanación, a sus intereses medioam-bientales, energéticos y económi-cos.

El respaldo de investigación bá-sica —importante responsabili-dad— exige metas que se persi-guen, directa o indirectamente.Tres formas de cómo esto se al-canza son dignas de mencionaraquí. La primera es a través de in-vestigación que provea un conoci-miento amplio de nuestro mundofísico, dando a la sociedad un cua-,dro más minucioso del ambientegeográfico físico, natural y lími-tes en los cuales opera. Una razóndel por qué necesitamos saber és-to es porque nuestra tecnología ysus productos están chocando mu-cho con él, a menudo con un efec-to negativo. Un caso ha sido lainquietud de una posible reduc-ción de ozono en la estratosferaque permitiría un aumento en laradiación ultravioleta que llega-ría a la tierra y podría resultaren una creciente incidencia decáncer a la piel y otros efectosbiológicos, agrícolas y ecológicos.La Investigación en la químicaestratosférica ha concluido cálcu-los que indican que la liberaciónpor el hombre de crecientes can-tidades de ciertos compuestos defluorocarbonos usados como car-gas refrigerantes y el aerosolpueden estar reduciendo la con-centración de ozono en la estra-tosfera. Estudios modelos, estu-dios de laboratorios y medidas at-mosféricas se están usando paraprecisar los cálculos, proyectarposibles efectos futuros, y mejo-rar la comprensión de procesosatmosféricos importantes paradeterminar la posibilidad y ex-tensión de tal reducción de ozono.

Otra investigación atmosféricanos ha provisto con importanteinformación de los procesos delclima. Suficiente información deeste tipo, aplicada sabiamente en

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campos tales como la industria,la agricultura y la distribución dela energía, podría resultar enahorros anuales de cientos de mi-llones de dólares para las nacio-nes.

La investigación de las cienciasdel medio ambiente se conviertetambién en una contribución paranuestra comprensión de la tierra,de manera tal que pueda benefi-ciar a la sociedad. Los estudiossísmicos, por ejemplo, están en-tregando valiosa información quenos ayudará posiblemente a pre-decir terremotos y nos permitirádesarrollar métodos de construc-ción y llevar a cabo otras medi-das para reducir impactos en losseres humanos.

Una segunda manera en que lainvestigación básica se relacionacon la producción de metas socia-les, es a través de la calidad detal investigación para mejorarnuestra base de recursos y la eco-nomía de utilización de los recur-sos. Esto se logra de muchas for-mas. Por ejemplo, mientras eltrabajo en geología y geofísicanos da pistas en cuanto a la loca-lización de recursos convenciona-les adicionales —tales como depó-sitos de minerales— la investiga-ción química conduce al desarro-llo de nuevos materiales que pue-den ser sintetizados de otros re-cursos, a menudo de materiasabundantes no consideradas pre-viamente como un recurso. Almismo tiempo, la ingeniería y lainvestigación de materiales ex-pande nuestro conocimiento enformas que nos permiten aumen-tar la utilidad y durabilidad detodos los recursos y de sus pro-ductos, y mejorar los serviciosque realizan, como en el caso de lainvestigación en superconductivi-dad, corrosión y erosión, y fragi-lidad de los metales. A través deestos aspectos de la investigación,nosotros, como una nación, pode-

mos mejorar ampliamente nues-tras ventajas económicas. Pode-mos encontrar substitutos paralos recursos que están llegando aser limitados en provisión y altosen costo, y podemos descubrirformas de usar recursos que lo-gren más con menos; como tam-bién menor gasto de materiales yenergía.

Esto está conectado con la terce-ra manera en que la investigaciónbásica, respaldada por programas,está ayudando a lograr las metasde la sociedad, esto es, a travésde un estudio más profundo decómo la naturaleza utiliza suspropios recursos, los procesos fí-sicos, químicos y biológicos alta-mente eficaces que mantienen losvariados sistemas de vida en latierra. Estamos recién empezan-do a aprender qué podríamosadaptar para uso tecnológico. En-tre éstos están los procesos de fo-tosíntesis y fotohidrogenolisis (laseparación de hidrógeno y oxíge-no por la luz), fijación de nitró-geno y biocatálisis usando enzi-mas. Estos y otros procesos na-turales ejecutan transformacionesfísicas complejas con un mínimode energía y pérdida. Si la inves-tigación revela todos los secretosde estos procesos y si aprendemosa aplicarlos a gran escala en laindustria y la agricultura, la so-ciedad podría recibir nuevos be-neficios. Podríamos funcionar conuna gran reducción del uso de laenergía, ser mucho menos la pér-dida de recursos, y reducir nues-tro impacto medioambiental con-siderablemente.

Como uno podría esperar, lasciencias sociales pueden estar in-volucradas en alguna controversiaocasionalmente cuando traten, en-tre otras cosas, con materias deun fuerte interés económico y so-cial para varios individuos y gru-pos en la sociedad. A veces tam-bién sugieren cambiar en las ins-

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tituciones ideas que interfierencon valores antiguos o hábitosmuy arraigados. Sin embargo,muchos descubrimientos en la in-vestigación de las ciencias socia-les pueden ser aplicados rápida yefectivamente.

Un programa de InvestigaciónAplicada a las Necesidades Na-cionales continúa siendo el instru-mento principal para respaldaruna amplia gama de investiga-ción aplicada en las áreas deenergía, medio ambiente, produc-tividad e investigación explorato-ria y evaluación del problema, re-sultados de investigación del sec-tor público y privado a través deun programa de Ciencia Intergu-bernamental y de Utilización deInvestigación.

El trabajo de dicho programaestaría relacionado directamentea la fuerte necesidad que tenemospara innovar, aprovechar los nue-vos recursos y hacer uso de pro-cesos que pueden mejorar amplia-mente la productividad. Pero alperseguir esto, también se debeenfocar en investigación que cui-dadosamente evalúe los riesgos,peligros y efectos sociales de es-tos avances. Debe ser un progra-ma que considere los medios paraefectuar un nuevo crecimiento,pero hacerlo sabiamente, con con-sideración de sus implicaciones delargo plazo y su posible impactoen el mundo que dejaremos a fu-turas generaciones.

La experiencia nos está ense-ñando que la condición de esemundo dependerá ampliamentedel área de la cooperación inter-nacional. Por lo tanto, debemosperseguir activamente tal coope-ración en programas de investi-gación global y en esfuerzos, paraintercambiar información cientí-fica con las otras naciones delmundo. Programas c o m o el"Aprovechamiento de SedimentosOceánicos", la Investigación Glo-

bal Atmosférica, dependen de lacooperación del mar, aire y tierrade docenas de naciones que reve-lan valiosa información sobre lasfuerzas naturales pasadas y pre-sentes que determinan la condi-ción de la vida en la tierra. En su-ma, estos programas naciona-les e internacionales y nuestrainvestigación antártica también,el nuevo programa de Dinámicade Climas, tienden a un entendi-miento mejorado de los procesosque crea un cambio climático. Lasobservaciones que sugieren quepodemos estar cerca de un perío-do de cambio que pudiera tenerun amplio impacto en los asuntoshumanos, agregan un sentido deurgencia a la necesidad de tal co-nocimiento.

Hasta ahora ha habido un én-fasis en los recursos y en las for-mas en que el conocimiento po-dría expandirlos. El recurso quedebe ser perfeccionado con el ob-jeto de desarrollar los otros, esnuestro recurso humano, nuestrajuventud. De ellos necesitamos sa-car y entrenar a los futuros cien-tíficos e ingenieros, los hombres ymujeres quienes serán capaces dellevar a cabo los nuevos audacesavances, necesarios, para venceralgunas de las dificultades pro-yectadas en las próximas déca-das. Un programa de educaciónde la ciencia dirigido hacia el finy hacia el propósito de crear unapoblación alfabetizada, científica-mente, capaz de conducir susasuntos sabiamente en una socie-dad donde la ciencia y la tecnolo-gía se entrelazan crucialmentecon muchas de sus importantesactividades, es imperativo.

En EE. UU. y muchos otrospaíses, incluyendo Chile, algunosde estos temas y el conocimientorequerido para tratarlos efecti-vamente en los años futuros, sonmateria de proyectos especialesTipo-Conocimiento 2. 000, se ex-

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ploran las capacidades del cono-cimiento que se requerirá paracumplir los desafíos de los estadosy del mundo durante los próximos25 años. El más válido propósitoes una identificación de las im-portantes áreas donde se requie-re conocimiento, como tambiénlas preocupaciones y temas másconvenientes que confrontan lasnaciones y el mundo en el comien-zo del siglo.

Una exploración del conoci-miento que se necesita y las ten-dencias que se deben tomar por lacomunidad de Ciencia de la Na-ción, se conduce en forma conti-nua por las políticas, programasde evaluación de investigación ydesarrollo, estudios de planifi-cación, política y asesorías deciencia. Ellas indican el pulso delprogreso científico e intento dedar un propósito sobre la SaludCientífica y Tecnológica de la Na-ción a través del respaldo de ofi-cinas consejeras tales como Ofici-nas de Política de Ciencia y Tec-nología y Oficina de Política deEnergía, Investigación y Desa-rrollo. Coordinar las actividadesde Investigación y Desarrollo esun importante papel que puedeun Consejero de Ciencia desempe-ñar al más alto nivel de Gobier-no.

Hay evidencia de que la rela-ción entre el mundo de la natura-leza y el mundo del hombre estácambiando rápidamente, y que lareducción de espacio, el colapsodel tiempo, y el uso y abuso del

mundo físico —todos acreditadosen gran medida al crecimiento yuso de la tecnología y la ciencia—están haciendo inevitablementedemandas más grandes en la cien-cia y la tecnología. Más que eso,están haciendo exigencias a loshombres y mujeres, quienes hanheredado este legado conocimien-to humano que ha llegado a seruna fuerza dominante de la civili-zación. Están desafiando al cien-tífico y al ciudadano para adap-tarse al cambio y manejarlo, pa-ra entender el crecimiento y con-trolarlo, y para hacer esto dentrodel marco de un mejor conoci-miento de lo que somos y de loque podríamos llegar a ser. Final-mente, la ciencia y la tecnologíason sólo medios para estos fines,y es para estos fines que la Na-ción debe dedicar todos sus es-fuerzos: guiar y respaldar la em-presa científica.

BIBLIOGRAFIA

National Security Management

Management of Science and Technology

Edited By Richard H. Stephens

National Defense UniversityWashington, D. C.

1976.

National Research in Science

H. Guyford Stever

O'HIGGINS Y LA INDEPENDENCIA DEL PERU

JUAN AGUSTIN RODRIGUEZ S.Vicealmirante (R)

Pdte. Honorario del InstitutoO'Higginiano de Valparaíso

E L 28 de julio, 162º aniver-sario de la independenciadel Perú, debemos recor-

dar que el Director Supremo deChile, General Bernardo O'Hig-gins, fue el constructor de la li-bertad del país del norte al en-viar la Expedición Libertadoradel Perú en 1820. La importanteacción la concibe O'Higgins a fi-nes de 1818 al conocer el triunfode la 1ª Escuadra Nacional, queal mando del Capitán de NavioManuel Blanco Encalada apresóla fragata española "María Isa-bel" y los transportes de tropasque debían desembarcar en puer-tos chilenos. Conquistado el domi-nio del mar, O'Higgins cumplíasu misión estratégica de impedirnuevas incursiones realistas, ase-gurando con ello, la Independen-cia conquistada en los campos deMaipú. Además, pudo ampliar suplan a objeto de destruir el podermilitar del Virreinato y dar liber-tad al Perú. El plan fue estudia-do con el Ministro de Guerra, co-ronel Ignacio Zenteno. Faltabahacer el cálculo de los gastos dela empresa. Para ello se reunie-ron con el presidente del Senadodon Juan Agustín Alcalde, quiencontestó que la expedición solidi-

ficaba la República. Sobre el nu-merario expuso que podía obte-nerse de los más acaudalados pa-triotas y por los impuestos quefuesen necesarios.

El Director Supremo conside-rando urgente dispuso el zarpe dela Escuadra a bloquear inmedia-tamente El Callao; zarpó en elmes de enero de 1819 al mandodel vicealmirante británico al ser-vicio de Chile, Tomás Cochrane.

Las naves llevaban sus pertre-chos de guerra. En mayo de eseaño, O'Higgins escribió a su lealamigo General San Martín, di-ciéndole: "Todo está dispuesto pa-ra una expedición al Perú. Vénga-se, aquí dispondremos todo". ElGeneral se demoró en contestarpor dificultades que tenía con elgobierno de Buenos Aires. Mas,algunos jefes y oficiales de lastropas dejadas en Rancagua apo-yaron a San Martín, quien realizósu viaje a nuestro país. Conferen-ció con O'Higgins, acordando quetomaría el mando del ejército uni-dos chilenos y argentinos, reu-niendo 4. 300 oficiales y soldadosde todas las armas, concentrándo-se en el valle de Quillota para elentrenamiento de rigor.

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El zarpe de la expedición seacordó realizarlo el 20 de agostode 1820, aniversario del nataliciode O'Higgins; la escuadra, listaen Valparaíso, se componía de 7buques de guerra, y 12 lanchascañoneras, además, se tenían 17transportes para embarcar lastropas, armamentos, bagajes y ga-nado. Cochrane había preparadotodo con gran exactitud, tenía asus órdenes entre oficiales y tri-pulantes 2. 000 hombres.

En la mañana del día 20,O'Higgins, Zenteno y San Martín,en una falúa se dirigen a la fra-gata "O'Higgins", donde Cochra-ne recibió las últimas instruccio-nes. Enseguida, en el navio "SanMartín", el general San Martíntomó el mando de la ExpediciónLibertadora. El ejército se deno-minó Libertador y la Escuadrarecibió el título de Escuadra Li-bertadora. En esa ocasión, SanMartín recibió el grado de Capi-tán General del Ejército de Chi-le. Se izó nuestro Pabellón Nacio-nal en todos los buques. Valparaí-so presenció engalanado la salidade las naves. Las bandas de mú-sicos de algunos cuerpos dieronrealce patriótico a aquel acto his-tórico.

El 7 de septiembre, las navesfondean en Pisco, desembarcan-do el ejército. San Martín envióde emisario al coronel Guido a ex-presarle al Virrey, General Joa-quín de la Pezuela, conforme ainstrucciones de O'Higgins, quela expedición era a objeto de "en-tregar la libertad al Perú". Pezue-la tenía un ejército de 10. 000 sol-dados. Se iniciaron conferenciasen Miraflores que fracasaron.Las tropas fueron reembarcadasy la flota tomó rumbo al Callaopara bloquearlo nuevamente. Fi-nalmente la Expedición desem-barca el grueso del Ejército en elpuerto de Huacho al norte de ElCallao. Algunas tropas desembar-

can en la bahía de Ancón. Inter-tanto, Cochrane resolvió tomar lapoderosa fragata "Esmeralda",protegida por las fortalezas de ElCallao en sorpresivo ataque noc-turno que fue efectuado con granvalor por nuestros hombres demar. Este hecho fue un duro gol-pe militar al Virrey Pezuela,quien poco después fue sustituidopor el general La Serna. San Mar-tín, con el ejército avanzaba ha-cia Lima, mientras La Serna semantenía a la defensiva. Final-mente, San Martín entró a Limay el 28 de julio de 1821 declaróla Independencia del Perú, nom-brándose protector del nuevo país.Envió a O'Higgins una concep-tuosa comunicación señalando yreconociendo los méritos de nues-tro país. ,

Poco después la Escuadra aban-dona El Callao, a objeto de perse-guir la fragata "Prueba" y "Ven-ganza" que se refugian en Gua-yaquil. Cochrane había conquis-tado el dominio del Pacífico.(1822). Con sus naves arribó aAcapulco ofreciendo al Presiden-te de México, General Iturbide,servicios libertarios.

Por ese tiempo, el general vene-zolano Simón Bolívar, que veníaconquistando la libertad de lospueblos del norte, solicitó la ayu-da a San Martín, quien le mandótropas chileno-argentinas quecombaten en la decisiva batalla dePichincha en mayo de 1822, ga-nada por el General Sucre. Bolí-var y San Martín se reúnen enconferencia secreta en Guayaquil,la que nunca ha sido conocida. Elprotector San Martín había deja-do en Lima el gobierno al presti-gioso político peruano Marqués deTorre Tagle. A su regreso auto-rizó la formación de un congresoen el Perú, cediendo la importan-te obra libertaria que estaba de-sarrollando. Dejó tropas chilenasy argentinas que continuaron

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combatiendo en el Perú y en se-guida regresó a Chile. O'Higginslo recibió con los mayores hono-res.

El retiro de San Martín produ-jo serias dificultades en el Perú.Los patriotas forman sus batallo-nes distinguiéndose entre ellos elcoronel De la Riva-Agüero, el Ge-neral La Mar y los generales delAlto Perú Olañeta y Santa Cruz.

El Congreso depuso a Riva-Agüero y lo reemplazó por Sucre.Después volvió Torre Tagle al po-der. Las disensiones continuaron.Finalmente, Bolívar es llamado,llegando al Perú en septiembrede 1823. El general unió los ejér-citos para combatir a los realis-tas mandados por los generalesLa Serna y Canterac con fuerzasdesmoralizadas al quedar sin co-municaciones con España por elbloqueo naval de Cochrane.

En esas circunstancias los ejér-citos de Bolívar y Sucre triunfa-

ron en las batallas decisivas deJunín y Ayacucho en agosto y di-ciembre de 1824.

Después de Ayacucho, La Ser-na firmó una honrosa capitula-ción. Poco después, en enero de1825, el patriota del Alto Perú,General José Miguel Lanza, tomócon sus fuerzas la ciudad de LaPaz, declarando la Independenciade esa provincia a la que se unie-ron las otras provincias de Co-chabamba, Potosí y Chuquisacadel Alto Perú, formando el día 10de agosto de 1825 el nuevo estado"República de Bolívar", que lue-go cambió de nombre por Bolivia.

Finalmente, exponemos que larelación histórica que entregamoses una fiel reproducción de los do-cumentos de la época, que señalanal Director Supremo de Chile, Ge-neral don Bernardo O'Higgins en-tre los más grandes libertadoresde América.

Ejercer la autoridad no es mandar bajo el impulso de los nervios; eso esejercer la tiranía.

EVOLUCION DEL ARMAMENTO Y LA TACTICA

EN LA GUERRA DE ARAUCO DURANTE

E L S I G L O X V ISERGIO RODRIGUEZ RAUTCHER

Tte. Coronel (E. M. )

I. —INTRODUCCION.

LA historia de las guerras hademostrado una constanteevolución de ellas. Básica-

mente, esto ha sido el resultado deuna permanente interacción en-tre la táctica y la técnica. A laincorporación de nuevas armas porparte de un bando, al encuentro si-guiente el otro bando ya habíaadoptado medidas tácticas y/o téc-nicas para neutralizar la superio-ridad. Este proceso, íntimamente li-gado a la historia de la humanidad,se ha acelerado uniformemente ha-cia la época contemporánea. Prác-ticamente no existe comparaciónentre el lapso que tomó pasar delarma de piedra a la de metal y elperíodo de perfeccionamiento delarma nuclear de Hiroshima a laneutrónica.

La guerra de Arauco no fue laexcepción. El choque entre el espa-ñol y el indígena se caracterizótambién por esta escalada de in-genios. Sin embargo, fue el arau-

cano quien debió recorrer el mayortrecho en procura del equilibrio.

Para los efectos del desarrollo deeste ensayo, se dará a conocer pri-meramente la organización de lasfuerzas en pugna y sus procedi-mientos de reclutamiento. Se com-pletará con las características delelemento humano participante. Es-te capítulo es importante para elestablecimiento y caracterizaciónde la base sobre la que se produ-jeron los cambios.

A continuación, se describirá elarmamento táctico de combate uti-lizado por los contendientes a losinicios del conflicto. Finalmente, severá la evolución experimentadapor estos mismos elementos haciafines del siglo XVI.

Se escogió este siglo como mues-tra cronológica de lo que se pos-tula, porque incluye —naturalmen-te— el año de la llegada de los es-pañoles a Chile y es el más repre-sentativo de las transformacionesque se manifestaron a continuaciónen los ejércitos. La evolución del

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arte de la guerra en Arauco en po-co más de 50 años fue proporcio-nalmente mayor a la que se expe-rimentó en los dos siglos siguien-tes.

II—LAS FUERZAS BELIGE-RANTES.

A. Los conquistadores

1. —El elemento humano:

La conquista de Chile atrajo depreferencia al castellano y al an-daluz. Ambos conformaron más del80% de los españoles llegados a es-ta tierra entre 1530 y 1600. El gru-po andaluz constituyó el 26% yprocedía especialmente de Cordo-ba, Sevilla y Cádiz; el castellanonuevo siguió con el 16% y arribódesde Madrid y Toledo. El extre-meño representó el 13, 8%; los leo-neses el 13, 2% y castellanos viejosel 11%.

Vascos, navarros, catalanes, va-lencianos, gallegos, asturianos, ara-goneses y canarios completaron unreducido 12% y no asentaron susdiferenciaciones regionales en elperíodo de la Conquista. (1)

2. —Organización:

El verdadero motor expansivodel movimiento de ocupación delcontinente americano fue el inte-rés privado de los conquistadores.Esto encuentra su expresión mate-rial en la hueste indiana.

La conquista se cimentó sobre labase de la capitulación y de la hues-te. Los premios otorgados por laCorona fueron el requisito funda-mental para el fomento del despla-zamiento expansionista.

La recepción de estas mercedespor parte de los españoles traíaaparejada una serie de obligacio-nes de un estilo muy feudal. Así, elencomendero estaba obligado a

prestar el servicio militar en la ju-risdicción de la ciudad y aun máslejos.

La empresa de Pedro de Valdi-via se nutrió de descontentos y derestos de otras expediciones fraca-sadas. Se incrementó durante el ca-mino hacia el valle central chileno.

Gracias a la expansión de la con-quista iniciada por Valdivia y con-tinuada por sus sucesores con ma-yores medios humanos atraídos porlos premios que podrían derivarde la empresa, se estableció en elterritorio la dominación del espa-ñol. (2)

El Rey era el jefe supremo delas fuerzas de mar y tierra de Es-paña.

En las colonias, este alto coman-do era ejercido por los Virreyes yGobernadores con relativa libertadde acción, pero con la obligaciónde rendir cuenta al Monarca.

El número que componía las fuer-zas coloniales en Chile era varia-ble y su dotación dependía de lasnecesidades de la guerra. De la re-ducida hueste con que Valdivia in-gresó a este territorio, se llegó amás de mil españoles, sin conside-rar los indios amigos y yanaconasque se desempeñaron como auxi-liares.

El ejército español y las fuerzascoloniales obedecían en general ala misma organización. Contabancon infantería, caballería y arti-llería. Valdivia no empleó esta últi-ma arma, que sólo llegó a Chile en1554.

Existieron los siguientes gradoso jerarquías: Capitán General, Te-niente General, Maestre de Campo,Sargento Mayor, Capitán, Sargen-to, Cabo, Trompeta y Soldado. Conposterioridad, aparecieron los gra-dos de Teniente y Alférez.

El servicio de Intendencia esta-ba representado por el Teniente Ge-neral, encargado del pago de suel-dos y suministros. Parte de los ya-

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naconas que cumplían funcionesdomésticas, podrían también asi-milarse a él.

El servicio de Transportes esta-ba casi en su totalidad en los hom-bros de los yanaconas, ya que el ga-nado era escaso y se utilizaba fun-damentalmente en el transportehumano.

El servicio de Sanidad era ejer-cido por aficionados o curanderos,pero no existió como organización.Lo mismo sucedía con Veterinaria.

Otros servicios identificables fue-ron el Religioso, que era tal vez elmás importante y el de Justicia Mi-litar.

La instrucción de los Oficialesera escasa. La tropa, en constanteguerra, tenía muy poco tiempo pa-ra la instrucción que sólo se limita-ba al conocimiento del arma y a lasmarchas. En general, el soldado erarefractario a recibir otra instruc-ción que la indispensable para de-fenderse. (3)

B. Los araucanos.

1. —El elemento humano:

A la llegada de los españoles, losaraucanos ocupaban la región com-prendida entre los ríos Bío-Bío yCautín; pero mantenían relacionesy probables cruzamientos con losindígenas hasta el Itata por el nor-te y el Toltén por el sur.

En general eran bajos de estatu-ra (1, 61 m. ); tronco muy bien desa-rrollado, alto y abombado. Espal-das anchas, cuello corto y grueso yel dorso recto. Los brazos relativa-mente cortos y menos musculososque los del europeo. Cabeza chicay frente proporcionada. La carapresentaba pómulos salientes defrente, pero de perfil se apreciabaaplastada. Nariz ancha y carnosa,normalmente recta. Ojos pequeñosy obscuros. El pelo era tambiénobscuro, grueso y liso. Piel morena.

Sus cualidades amalgamaban lafuerza de carácter, psicología virily la mayor energía vital entre lasrazas del continente americano. (4)

Alonso de Ovalle ensalza a losindios de Chile como los más vale-rosos y esforzados guerreros y semaravilla en el hecho de que el es-pañol haya avasallado en cortotiempo a imperios tan poderososcomo el de México y el Perú, sinlograrlo con los araucanos. (5)

2. —Organización:

Las reducciones indígenas eranmuy numerosas en el territorio queel español denominó Frontera deGuerra. Se agrupaban en tres lí-neas que se denominaron Butal Ma-pus. Una línea corría por la costa,otra por el valle central y la terce-ra por la falda cordillerana. Cual-quiera convocación se hacía por in-termedio de una posta que se de-nominaba flecha. Por este sistema,la línea se comunicaba en brevetiempo.

Cada reducción tenía un cacique.En la necesidad de defensa, se es-cogía un toqui que comandaba a lastropas. (6)

Según el General Agustín ToroDávila, durante la paz el territoriose dividía en cinco Butal-Mapus, ca-da uno a cargo de un toqui. LosButal-Mapus se dividían en aillere-gues, cada uno a cargo de un upo-ulmen. Los ailleregues se dividíanen ulmenes, cada uno a cargo deun ulmen.

Durante la guerra, en un parla-mento se elegía un jefe supremo,al cual se subordinaban todos losjefes administrativos. Se denomi-naba toqui. Participaban en laelección todos los guerreros y cual-quiera de ellos podía ser elegido to-qui. (7)

La instrucción de los araucanosconsistía en ejercicios de gimnasiade resistencia y adiestramiento con

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las armas que poseían. Desde elmomento que recibían la orden dealistarse para la campaña, aumen-taban los ejercicios en forma consi-derable.

Al inicio de la conquista, susfuerzas se componían solamente deinfantería. Los aprovisionamientoseran individuales. Al llamamientoacudía cada uno provisto de su ar-mamento y de raciones calculadaspara la duración de la campaña. Laración consistía en un saco de ha-rina de maíz, único alimento de quese valían durante las marchas, ade-más de los piñones y avellanas querecogían.

Los otros servicios no existían.La tropa no tenía más remunera-ción que el botín prometido en ca-so de triunfo. (8)

III. —LA TECNICA Y LA TAC-TICA EN LOS PRIMEROSCONTACTOS.

A. Los conquistadores

1. —Armas empleudass

La infantería usaba el siguientearmamento:

a. El arcabuz. Fue el arma defuego más común.

Alonso de Góngora Marmolejocita su empleo por parte de los es -pañoles en la batalla de Andalién.

Sus características eran:

Peso del a r m a . . . .Largo del a r m a . .Peso del proyectil.Peso del sostén..Largo del sostén..AlcanceVelocidad de fuego

. 5, 15 Kgs.. 1. 30 m.. 0, 125 Kg.

. . 0, 280 Kg.. 0, 80 m.. 200 m.. 1 tiro cada

37 minutos

Cada arcabucero llevaba un fras-co para la pólvora, una bolsa decuero con balas y un botafuegocon mechas.

La bayoneta no era aún utiliza-da. Las pocas cualidades de estaarma de fuego estaban sujetas ainfluencias que como el viento y lalluvia, tan frecuentes en el sur chi-leno, anulaban casi por completosu acción y pasaba a constituirseen un estorbo para el soldado enla lucha cuerpo a cuerpo. (10)

b. La espada. Su empleo es men-cionado en la batalla defensiva deSantiago, cuando Inés de Suárez"desenvainando la espada" cortó lacabeza de los caciques prisioneros.(11) Era un arma de acero, recta,con filos, punta y empuñadura metálica.

c. La pica o lanza. Era una varade madera de dos metros aproxima-damente de largo. En uno de susextremos llevaba un asta de acerocon dos o más filos. (12)

Como elementos defensivos seusaba lo siguiente:

a. El casco. Protegía la cara y lacabeza. En su interior tenía cojinesque protegían las mejillas del sol-dado.

b. El escudo o adarga. Era ge-neralmente de cuero. Se usaba ce-ñido al brazo y servía para pararlos golpes del adversario. GóngoraMarmolejo los menciona como "dar-gas". (13)

c. La coraza. Era de acero y sedestinaba a proteger el tórax.

d. Las canilleras. Destinadas ala protección de las piernas.

La caballería utilizó la espadala lanza, el hacha y la maza. Estaúltima terminaba en un bloque re-

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cubierto de puntas en forma dediamante.

Como elementos defensivos em-pleaba la armadura de acero quecubría al jinete de pies a cabeza.La cota de mallas era una camisade acero tejido y que servía decomplemento a la armadura.

"Viendo doña Inés Juárez queel negocio iba de rota batida yse iba declarando la victoria delos indios, echó sobre sus hom-bros una cota de mallas y sepuso juntamente una cuera deantas y desta manera salió a laplaza y se puso delante de to-dos los soldados animándo-los". . . (14)

En cuanto a la artillería, ya seexplicó que inicialmente no fue uti-lizada.

2. —La táctica.

Dentro de los medios disponibles,los conquistadores empleaban la tác-tica utilizada por el ejército penin-sular.

La unidad fundamental de infan-tería era la compañía o "batallata",compuesta de piqueros, arcabucerosy rodeleros. Su fuerza era variable.Tres o más de estas compañíasconstituían la unidad de combate o"tercio", como se la denominaba.

La caballería se empleaba orga-nizada en compañías, de magnitudsemejante al actual escuadrón.

La artillería no se empleaba conel concepto de unidad; se medía pornúmero de cañones que acompaña-ban al ejército.

El orden de batalla era cerrado.Para estos efectos se organizabantres líneas; la primera era com-puesta exclusivamente de infante-ría y las dos sucesivas, de infante-ría y caballería. Por lo general, en-tre la primera y segunda línea sedejaba una distancia de 200 me-tros; entre la segunda y la tercera,la distancia aumentaba a 300.

La caballería se ubicaba a losflancos a la manera clásica. Desdeallí podía accionar sorpresivamen-te cubiertos por la primera líneade combate, hacia los flancos y es-palda del adversario. Esto, siempreque el dispositivo enemigo presen-tara un esquema de cierta similitudy el terreno lo permitiera.

La artillería tomaba posicionesde acuerdo a las características delterreno, de modo de obtener elmáximo de rendimiento a su escasoalcance por medio del tiro directo.

-La infantería, particularmenteadquirió máxima importancia en laguerra de Arauco, dadas las difi-cultades que ofrecía el terreno pa-ra el empleo de la caballería y lafrecuente escasez de munición deque adolecía la artillería. Pese aesta evidencia, los españoles prefe-rían entrar en combate montados.

Durante las marchas se organi-zaba la seguridad de manera bas-tante similar al empleo actual. Lafuerza era dividida en vanguardia,grueso de tropas y retaguardia. Lavanguardia era encabezada por ca-ballería, seguida de infantería yartillería. La retaguardia se com-ponía de caballería en proteccióndel bagaje.

Durante el reposo, el vivac eraprotegido por un servicio de segu-ridad organizado a base de rondasde patrullas y centinelas.

La exploración y reconocimientose practicaron al principio en for-ma muy imperfecta. Sin embargo,la experiencia les demostró con eltiempo que esta actividad era in-dispensable para el conocimientodel terreno y para evitar las sor-presas indígenas. (15)

B. Los araucanos.

1. —Armas empleadas.

Refiriéndose a los araucanos, elpadre Diego Rosales expresó:

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"Sacaron lo duro de las en-trañas inexpugnables de su pe-cho. Y es sobre todo admira-ción el ver que estos indiosfuertes, sin castillos, sin mura-llas, baluartes ni trincheras;sin armas de acero, sin bocasde fuego ni piezas de artillería;sin lanzas de hierro, espadas nialfanges de acero, sino sólo conarmas e instrumentos de palo,hayan hecho tantos años tanvalerosa oposición a las venta-josas armas españolas"... (16)

Existía en consecuencia una pro-funda diferencia en lo que a ar-mamento se refiere entre los dosbandos. Entre los indígenas no sehabía difundido aún el uso de losmetales, quedando su empleo limi-tado al cobre incorporado en algu-nos casos a las porras. (17)

El armamento utilizado por losaraucanos era ofensivo y defensi-vo. Al primero pertenecían las si-guientes armas:

a. La flecha. Se confeccionabaen madera con punta de hueso o depiedra. Se lanzaba con un arco he-cho de coligüe unido en sus extre-mos con una cuerda.

b. La maza. Era un trozo de ma-dera, generalmente de luma, de for-ma cónica y con una extremidadrematada por una esfera del tama-ño de las utilizadas en el juego debolos. (18) Algunas veces, la po-rra era revestida de metal con púasde extraño artificio. (19)

c. La macana. Tenía la forma deun machete y se confeccionaba enmadera, piedra o hueso.

d. La pica. Era una lanza demadera con un extremo aguzado ytostado al fuego para endurecerlo.(20)

e. La honda. Era una simple co-rrea de cuero que se empleaba pa-

ra lanzar piedras pequeñas con mu-cha fuerza.

Las armas defensivas eran ma-llas y escudos que se hacían encuero.

2. —La táctica.

En los primeros combates con losespañoles los araucanos no adopta-ron formación alguna. Combatíanen masa. (21)

Este sistema habría de costarlesmuchas vidas al chocar desordena-damente contra las casi inexpugna-bles líneas españolas.

Más aún, el empleo de la caba-llería habría de desarticularlos talcomo lo describe Pedro Mariño deLobera:

"Ellos, que nunca habían vis-to gente a caballo, quedaronatónitos, y muchos más con elestupendo ruido de los pies delos caballos, que iban corriendocon gran velocidad, y fue tantosu espanto, todos a una volvie-ron las espaldas encomendán-dose a la ligereza de sus pies,y fueron a todo correr tan des-pulsados, que iban dejando lasarmas por el camino por ir másligeros"... (22)

Es posible que en esa época uti-lizaran algún tipo de fortificaciónprovisoria para acomodar las ca-racterísticas del terreno a sus ne-cesidades.

Practicaron el espionaje en for-ma casi perfecta. Llegaron a cono-cer de antemano las intenciones deladversario, sus fuerzas y recursosque emplearían.

Se concentraban en un puntopreviamente escogido y realizabanlas marchas con admirable disci-plina. Cumplido el objetivo pro-puesto, se retiraban individualmen-te hacia sus lugares de proceden-cia.

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Eran profundos conocedores dela topografía de su territorio, alque le sacaron el máximo de pro-vecho empleándose normalmenteen forma defensiva. A excepciónde Caupolicán y Lautaro que tam-bién emplearon sus fuerzas ofensi-vamente, lo común fue la actituddefensiva ante la evidencia de lasuperioridad táctica y técnica deladversario europeo. (23)

IV. —EVOLUCION DE LA TEC-NICA Y LA TACTICA.

A. Los conquistadores

1. —Armas empleadas.

El armamento utilizado no expe-rimentó cambios notables duranteel siglo XVI. Estos recursos fueronen general precarios dado el carác-ter privado de la empresa de con-quista y en ningún caso alcanzaronla cantidad y calidad de las armascon que contaban los ejércitos eu-ropeos de primera línea.

Esta escasez fue particularmen-te notable en el caso de la artilleríay en general con todas las armasde fuego.

Enfrentada a una guerra conti-nuada contra los araucanos, la hues-te española fue sometida a un des-gaste constante y a la necesidad derenovar el armamento y municio-nes perdidos o gastados en las bata-llas.

Era por tanto imposible para elespañol transformado en encomen-dero poder soportar con éxito unacarga tan pesada durante tantosaños. Por esta razón, la monarquíase vio obligada a tomar con bastan-te moderación parte del peso de laguerra durante el siglo XVI.

Los caballos, escasos durante elperíodo de don Pedro de Valdivia,alcanzaban el precio increíble de$ 2. 000 cada uno. Con la llegadade don García Hurtado de Mendo-

za en 1556, arribaron más de dosmil animales, artillería y buenospertrechos. Esta expedición fue fi-nanciada en gran medida con fon-dos reales.

Hubo tendencia a reemplazar elantiguo arcabuz por el mosquete afines del siglo, aunque siempre enforma insuficiente. No debemosolvidar que el arcabuz presentabaademás de su lentitud de disparo, elinconveniente de la dificultad deempleo bajo la lluvia, pues las me-chas se mojaban. (24)

Otro elemento que el español uti-lizó con éxito fue el perro:

"En ese tiempo tenían unosperros valientes cebados en in-dios ¡cosa de grande crueldad!que los despedazaban brava-mente; hacíales la guerra lamás cruel que se ha hecho".(25)

2. —La táctica.

Tal vez el cambio más notablefue el ya señalado para la caballe-ría, que permitió su empleo en ma-yor escala. Sin embargo, presenta-ba la desventaja del desplazamien-to desde Santiago al sur. Las ca-balgaduras llegaban en malas con-diciones para el combate, a lo quese le sumaba el peso del armamen-to, de la silla de montar españolay de las armaduras protectoras.(26)

Los fuertes construidos por losespañoles también tuvieron impor-tancia bélica. Su instalación fueiniciada por Pedro de Valdivia pa-ra asentar y asegurar la soberaníaespañola en la región, con el objetode conquistar el resto del territorio,obtener nuevos recursos económi-cos y pacificar las tribus. (27)

Aunque esto ya escapa del ámbi-to táctico, es necesario señalar elalargamiento excesivo de las líneasde comunicaciones entre Santiago

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y los fuertes, la distribución de lasfuerzas en pequeños núcleos y ladistancia entre ellos que no permi-tía el mutuo apoyo en un plazo pru-dente.

García Hurtado de Mendoza con-tinuó con esta medida de manten-ción de fuertes y a pesar de los re-fuerzos que trajo, las deficienciasse sostuvieron.

Estos fuertes consistían por logeneral en una palizada exterior detroncos, reforzada interiormentepor otra palizada más baja; entrelas dos palizadas había un rellenode tierra apisonada que servía a lossoldados de plataforma para com-batir. En el centro del fuerte esta-ba la plaza de armas, el cuerpo deguardia y algunas barracas para elalojamiento de la guarnición. Lapalizada exterior estaba protegidaen algunos casos por un foso y és-te a su vez solía estar antecedidopor una faja de terreno en la quese habían enterrado palos muy agu-dos, sobresaliendo del suelo algu-nos centímetros, con el objeto deherir los pies desnudos de los posi-bles atacantes. (28)

B. Los araucanos.

1. —Armas empleadas.

Gerónimo de Vivar describió lasprotecciones que utilizaban los in-dígenas:

a. Tanañas. Eran unas especiesde armaduras hechas de cuero deoveja o carnero cosidas entre sí.Se prendía al pecho con un botóny llegaban a la rodilla. También sefabricaban con cueros de lobos ma-rinos. Eran capaces de resistir unfuerte lanzazo.

b. Celadas. Era un casco hechoen el mismo material que la tana-ña. Protegía hasta bajo las orejasy permitía mirar solo con el ojo iz-quierdo.

También describió parte del ar-mamento ofensivo:

a. Garrotes arrojadizos. Consis-tían en macizos trozos de maderaque se arrojaban con gran fuerza.Su golpe era capaz de quebrar unbrazo o una pierna.

b. Varas de lazos. Era un largopalo con un lazo de bejuco en unextremo. Su objeto era echarlo so-bre el cuello de los jinetes para de-rribarlos. (29)

La pica fue adaptada para la lu-cha contra la caballería aumentan-do su tamaño hasta los 8 metros.Las puntas de las picas se empeza-ron a fabricar de hierro, puntas deespadas y dagas tomadas a los es-pañoles. Las espadas se trozaban detal manera que se podía dotar va-rias picas con puntas de acero.

Las hachas obtenidas fueron muyútiles durante el ataque a los fuer-tes españoles, ya que les permitíacortar los palos por el pie para des-baratarlos.

A pesar de que los araucanos noconocieron venenos muy eficaces,emplearon en la punta de sus fle-chas el zumo de colliguay, con locual el herido se hinchaba y moría.(30)

Diego de Rosales citó el uso delas boleadoras como "bolas de pie-dras atadas con nervios, que tirán-dolas traban un caballo o un hom-bre, que no se puede menear". (31)

El contacto del indígena con elarma de fuego lo llevó a perder eltemor hacia ellas y aún a utilizar-las contra el español. Se dio el casode la instalación de un fuerte enQuiapo, que era un lugar de pasoentre Tucapel y Arauco, el que fueguarnecido por los araucanos con2 piezas de artillería y un ciertonúmero de arcabuceros. (32)

Sin embargo, el más espectacu-lar avance de la técnica indígenaestuvo en el empleo del caballo a

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partir del último tercio del sigloXVI. Con el producto del robo delganado a los españoles, crearon suspropios criaderos de caballos.

Lograron formar una caballeríaligera, adaptando a los corcelesunas sillas sencillas y livianas, bri-das de cuero y estribos consistentesen una sencilla argolla de maderapara introducir el dedo gordo delpie.

Los araucanos no solo comenza-ron a utilizar exitosamente la ca-ballería, sino que le hicieron adap-taciones sorprendentes, incluso pa-ra los usos de la época en Europa.Cuando entraban a los pueblos ensus caballos, acostumbraban llevarun flechero al anca. En el combate,poseían la flexibilidad suficientepara transformar la caballería eninfantería si esto era conveniente.(33)

2. —La táctica.

Aparte del caso citado preceden-temente para el empleo de la caba-llería, los indígenas realizaron nu-merosos cambios en la táctica:

"Forman sus escuadrones ca-da hila de más de cien solda-dos; entre una pica y otra, losflecheros, los cuales están am-parados de los piqueros, quevan hombro con hombro; si elescuadrón primero es vencidoy desbaratado, socorre el se-gundo con tanta prisa que pa-rece no ha faltado de su puestoel primero, y lo mismo hace eltercero y cuarto, sucediéndoselos unos a los otros como olasde la mar, sin que se interrum-pa la asistencia de los soldadosen el puesto que les toca, delcual a ninguno es lícito moverel pie, si no es con la muerte.Procuran siempre tener ciertay a menos distancia que pue-den la retirada a pantanos y

lagunas, donde están más de-fendidos que en el más fuertecastillo". (34)

Contra la caballería emplearonzanjas con estacas aguzadas y trin-cheras protegidas con ramas espi-nosas. Contra el fuego provenientede los fuertes, construyeron zanjasy trincheras para sustraerse de suefecto.

En el sitio de algunos fuertes,desviaban las aguas del río paraprivar a los españoles de este ele-mento y utilizaron escalas paratrepar por los muros de troncos.

Una táctica bastante usada con-sistía en marchar paralelamente ala fuerza española por las cumbresde las montañas inmediatas a losvalles por donde iban éstos, arro-jándoles piedras y troncos.

Supieron elegir el terreno ade-cuado al combate y sacarle el máxi-mo de provecho, negándole al ene-migo la posibilidad de hacer la elec-ción. Emplearon las ciénagas, pan-tanos, montes, quebradas y se pre-sentaban en escuadrones, que enformación cerrada, dirigían sus pi-cas contra la caballería.

Inclusive, los araucanos utiliza-ron elementos psicológicos comoera el pintarse rostros y brazos pa-ra obtener un aspecto más terrorí-fico. Sumaban a esto el continuogriterío y el sonido de sus trompe-tas hechas de canillas humanas.(35)

V. —CONCLUSION.

Es evidente que durante el sigloXVI, los araucanos experimentaronuna notable transformación en suarmamento y en el empleo tácticode sus fuerzas. Esto se debió engran parte a un proceso de imita-ción del español, al ingenio innatoy a la acción de Lautaro, su grancapitán.

Los españoles no efectuaron cam-bios ni progresos sustanciales, sal-

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vo en lo que dice relación al au-mento de recursos.

A la fuerza incontrarrestable delas armas europeas, siguió el per-feccionamiento indígena hasta lle-gar a establecer a fines del sigloun virtual equilibrio de fuerzas.

Sin embargo, este equilibrio nose logró exclusivamente por la evo-lución del bando araucano, sino quetambién se le sumó las deficienciasderivadas de la concepción privadade la conquista española, lo que noresta en ningún caso el mérito quecorresponde al guerrero autóctono.

VI—BIBLIOGRAFIA

1. —Agustín Toro Dávila. Síntesis his-tórico-militar de Chile. Santiago,1977.

2. —Alvaro Jara. Guerra y sociedad enChile. Santiago, 1981.

3. —Fabio Galdámez L. Historia Militarde Chile. Santiago, 1907.

4. —Alonso de Ovalle. Histórica rela-ción del Reino de Chile. Santiago,1974.

5. —Alonso de Ovalle. Histórica rela-ción del Reino de Chile. Santiago,1969.

6. —Gerónimo de Quiroga. Memorias delos sucesos de la Guerra de Chile.Santiago, 1979.

7. —Pedro Marino de Lobera. Crónicadel Reino de Chile. Santiago, 1970.

8. —Alonso de Góngora Marmolejo. His-toria de Chile desde su descubri-miento hasta el año 1575. Santiago,1969.

9. —Gerónimo de Vivar. Crónica y re-lación copiosa y verdadera de losReinos de Chile (1558). Berlín,1979.

10. —E. P. Diego de Rosales. Historiageneral de el Reino de Chile. 3 To-mos. Valparaíso, 1877.

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VII. —NOTAS

(1) Francisco A. Encina. Resumen dela Historia de Chile. Santiago, 1953. To-mo I, p. 178.

Encina se refiere al grupo español lle-gado; sin embargo, si se suman los por-centajes que entrega, estos correspondenal 92%. No explica qué sucede con el 8%restante.

(2) Alvaro Jara. Guerra y sociedaden Chile. Santiago, 1981, pp. 17-26.

(3) Fabio Galdámez L. Historia mili-tar de Chile. Santiago, 1907, pp. 15, 16.

(4) Francisco A. Encina. Resumen dela Historia de Chile. Santiago, 1953, To-mo I, pp. 21 y 22.

(5) Alonso de O valle. Histórica rela-ción del Reino de Chile. Santiago, 1969,p. 104.

(6) Gerónimo de Quiroga. Memoriasde los sucesos de la guerra de Chile.Santiago, 1979, p. 27.

(7) Agustín Toro Dávila. Síntesis his-tórico-militar de Chile. Santiago, 1977.p. 3.

(8) Fabio Galdámez L. Historia mi-litar de Chile. Santiago, 1907, pp. 19, 20.

(9) Alonso de Góngora Marmolejo.Historia de Chile desde su descubrimien-to hasta el año 1575. Santiago, 1969, p.56.

(10) Fabio Galdámez L. Historia mili-tar de Chile. Santiago, 1907, p. 17.

(11) Pedro Mariño de Lobera. Cróni-ca del Reino de Chile. Santiago, 1970, p.35.

(12) Fabio Galdámez L. Historia Mi-litar de Chile. Santiago, 1907, p. 17.

(13) Alonso de Góngora Marmolejo.Historia de Chile desde su descubrimien-to hasta el año 1575. Santiago, 1969, p.56.

(14) Pedro Mariño de Lobera. Cróni-ca del Reino de Chile. Santiago, 1970,p. 35.

(15) Fabio Galdámez L. Historia Mili-tar de Chile. Santiago, 1907, p. 18.

(16) R. P. Diego de Rosales. HistoriaGeneral de el Reino de Chile. Valparaí-so, 1877. Tomo I, p. 109.

(17) Alvaro Jara. Guerra y sociedaden Chile. Santiago, 1981, p. 58.

(18) Alonso de Góngora Marmolejo.Historia de Chile desde su descubrimien-to hasta el año 1575. Santiago, 1969,.p. 55.

(19) Pedro Mariño de Lobera. Cróni-ca del Reino de Chile. Santiago, 1970.p. 26.

(20) Alvaro Jara. Guerra y sociedaden Chile, Santiago, 1981, p. 58.

(21) Fabio Galdámez L. Historia Mi-litar de Chile. Santiago, 1907, p. 20.

(22) Pedro Mariño de Lobera. Cróni-ca del Reino de Chile. Santiago, 1970,.pp. 64, 65.

(23) Fabio Galdámez L. Historia Mi-litar de Chile. Santiago, 1907, pp. 20, 21.

(24) Alvaro Jara. Guerra y sociedaden Chile. Santiago, 1981, pp. 70, 78.

(25) Alonso de Góngora Marmolejo.Historia de Chile desde su descubrimien-to hasta el año 1575. Santiago, 1969,p. 71.

(26) Alvaro Jara. Guerra y sociedaden Chile. Santiago, 1981, pp. 73, 74.

(27) Fabio Galdámez L. Historia Mi-litar de Chile. Santiago, 1907, p. 29.

(28) Alvaro Jara. Guerra y sociedaden Chile. Santiago, 1981, pp. 79, 80.

(29) Gerónimo de Vivar. Crónica yrelación copiosa y verdadera de los Rei-nos de Chile (1558). Berlín 1979, pp.183, 184.

(30) Alvaro Jara. Guerra y sociedaden Chile. Santiago, 1981, pp. 59, 64.

(31) R. P. Diego de Rosales. Historiageneral de el Reino de Chile. Valparaíso,1877, Tomo I, p. 119.

(32) R. P. Diego de Rosales. Historiageneral de el Reino de Chile. Valparaíso,1877, Tomo II, p. 32.

(33) Alvaro Jara. Guerra y sociedaden Chile. Santiago, 1981, pp. 60, 62.

(34) Alonso de Ovalle. Histórica re-lación del Reino de Chile. Santiago, 1969,..p. 109.

(35) Alvaro Jara. Guerra y sociedaden Chile. Santiago, 1981, pp. 60, 67.

LA GUERRA DE VIET-NAM Y CONFLICTOSEN INDOCHINA

TCL. JORGE CATANZARO CORRARI

I. —ANTECEDENTESHISTORICOS.

A. —Generalidades.

La península de Indochina es unconglomerado de razas s o b r e1. 575. 000 kilómetros cuadrados, en-tre el Golfo de Bengala y el Mar dela China. Pese a las constantes in-yecciones culturales a que se vieronsometidos sus nativos, a lo largo delas invasiones sucedidas desde si-glos remotos, aún no podían doble-garse las vallas físicas que deter-minan políticamente a la región:

—Tres cordilleras longitudinales y—Cinco ríos de origen monzónico

que bajan desde las mesetas delAsia interior.

B. —Viet-Nam.

Este nombre fue impuesto por elEmperador Chu, en el siglo XI ala franja colindante con el Mar dela China, y adoptado hace algunosaños por los nacionalistas anti fran-ceses. Ocupa 329. 600 kilómetros2 de

superficie con una población deaproximadamente 30. 000. 000 depersonas. Está estructurado sobrelos antiguos territorios imperialesde Annam, Tonquin y la Cochinchi-na.

Los originarios vietnamitas de-bieron combatir sucesivamente a losTais, a los chinos, a los indonesios,y a los camboyanos, antes de queFrancia codiciara sus valiosos mi-nerales y los japoneses usaran suterritorio como trampolín durantela II . Guerra Mundial.

C. —Camboya.

Camboya es apenas un territoriode 139. 000 kilómetros cuadrados,en el que se agrupan 4. 000. 000 dehabitantes. Francia ocupó sus prin-cipales ciudades en 1863, dando ori-gen a una larga y lenta guerra na-cionalista; triunfan los guerrillerosy Francia los reconoce políticamen-te, y asume el poder el príncipe Si-hanouk, quien en 1955 abdica en fa-vor de su padre, permaneciendo élcomo Jefe de Gobierno y entre bam-balinas dirigía la orquesta de la Co-

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munidad Popular Socialista; un gol-pe de Estado lo lleva al exilio enPekín desde donde apoya el estruen-doso triunfo final de Khamer Rou-ge, con quien comparte hoy el po-der, con una abierta posición procomunista.

D. —Laos.

Laos sobrelleva una historia pa-recida a las precedentes; los prime-ros laosianos fueron amalgamán-dose con los invasores chinos bir-banos y anamitas, hasta que Fran-cia los consideró como Colonia en1893 Después de la II. Guerra Mun-dial, fue considerada como Protec-torado hasta que en 1954 despuésde la Conferencia de Ginebra se lereconoció como "Nación Libre yNeutral".

E. —Tailandia.

Fue el antiguo Reino de Siamhasta 1949. Con una conformaciónétnica notoriamente más sólida quesus v e c i n o s , el 97% de sus30. 000. 000 de habitantes es siamésoriginarios del Tibet. Esta antiguanación supo rechazar con éxito lasinvasiones de los Khomer y los bir-manos. Sin embargo, a falta de yu-gos foráneos Tailandia se caracte-rizó por los gobiernos despóticosque la rigieron en el último siglo,casi siempre militares y de origennoble. Esta casta gobernante fueaniquilada en 1973 por una revolu-ción estudiantil con un saldo de 70muertos.

F. —Malaysia.

Son 11 los pequeños estados queconforman la Malaysia, con un to-tal de 12 millones de habitantes. Enel año 1946, se congregaron políti-camente por primera vez, bajo elnombre de Federación Malaya. Suindependencia plena fue recién al-canzada en 1948, con la victoria de

los guerrilleros nacionalistas y co-munistas, que luego se enfrentaronentre sí durante 20 años.

G. —Singapur.

Hasta 1965, Singapur integrabala Federación Malaya, en calidadde Colonia inglesa. Actualmente se-parada esta Federación con el nue-vo status de independencia, es unade las naciones más vigorosas deIndochina.

II. -CAUSAS DEL CONFLICTO.

De todos los países mencionados,quien en forma casi permanente hamantenido encendida la chispa delconflicto, y por qué no decir la gue-rra, es Viet-Nam; analicemos lascausas del conflicto:

A. —El Colonialismo Francés.

1. — En el año 1858, la escuadrafrancesa arriba a Viet-Nam, y coneste hecho se inicia un dominio quedurará casi una centuria, y comoen todo dominio, hay movimientosrebeldes nacionalistas.

2. —Las rebeliones nacionalistasde Tonkin:

a) Insurrección de Tonkin de 1882.b) Guerrilla de las Banderas Ne-

gras en 1883. (Con apoyo chi-no).

c) Insurrección de Tonkin desde1885 a 1895. Dirigido por Da-Tang.

d) Movimiento Nacional Revolucio-nario de Tonkin de 1930 a 1931.

B. —La Unión Indochina.

Es formada por Francia el año1887, agregando a Viet-Nam losReinos de Laos y Cambodia, a car-go de un Gobernador General, o sea,quedan formando esta Unión Indo-china la Cochinchina, Annam-Ton-kin y Cambodia.

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C. —Progresos con el Colonialismo.

El dominio francés trajo a Viet-Nam mayores adelantos que los ob-tenidos en los 2. 000 años anterio-res.

1. —Creación y modernización deciudades.

2. —Creación de caminos y ferro-carriles.

3. —Drenaje y despeje de tierrasimproductivas, para incorpo-rarlas a la agricultura.

4. —Transformación y progreso eco-nómico.

5. —Penetración de la cultura Occi-dental, lo que produce una ex-plosión demográfica.

6. —Implantación de sistemas deeducación europeos, lo que pro-duce una generación de jóve-nes vietnamitas, que tienenmuy poco en común con susmayores.

Con todo lo anterior, la culturatradicional, los valores sociales yformas de gobiernos, fueron en-frentados a nuevas modalidades,destruidos o reemplazados; sin em-bargo, estos grandes cambios, nopueden venir sin producir rencoresy profundo descontento que nacen enla más alta clase social, los Manda-rines, productos del mayor refina-miento de autoridad oriental, elloslos guardianes de la cultura y tra-diciones milenarias, fueron dejadosde lado por los nuevos amos, que-dando sin influencia ni autoridad.

De esta selecta aristocracia sa-lieron los primeros rebeldes que in-tentaron liberar a su país del opre-sor galo, pero la tarea fue superiora sus fuerzas, ante la mejor orga-nización administrativa y militarde Francia.

D. —Aparición del Comunismo enViet-Nam.

Poco antes de la Primera GuerraMundial llega a Francia un joveny fogoso nacionalista de Viet-Namdel Norte, llamado Nguyen-Si-Quec,quien viene en busca de apoyo pa-ra sus ideas de liberación, y la en-cuentra en los socialistas france-ses; asiste en 1929 al histórico con-greso de Tours y se convierte enmiembro fundador del Partido Co-munista francés. Viaja a Moscú yasiste a la Universidad del Este,donde estudia las técnicas de la re-volución. En 1925 viaja a China,cumpliendo misiones de carácter re-volucionario y forma la Liga deJóvenes Revolucionarios Vietnami-ta; luego trae desde su patria a jó-venes nacionalistas, para instruirlosen los principios revolucionarios co-munistas. Estos son los precurso-res del Partido Comunista de Viet-Nam, que fue fundado por Nguyen-Si-Quec, en 1930. Este hombre se-ría conocido más tarde por Ho-Chi-Minh.

E. —Principales sucesos durantela II. Guerra Mundial.

1. —Los vichistas franceses permi-ten el avance y ocupación porJapón.

2. —Surge el Vietmin impulsado porHo-Chi-Minh y en 1941 laAlianza entre Estados Unidosde Norte América y China Na-cionalista.

3. —Los japoneses suprimen todaautoridad de Francia sobre In-dochina.

4. —El Vietmin trata de conquis-tar el poder en Viet-Nam, es-pecialmente en Tonkin.

5. —Después de la capitulación deJapón, Ho-Chi-Minh se instalaen Hanoi, y con el apoyo nor-teamericano, y de la Franciadel General De Gaulle, conquis-ta su objetivo de guerra.

113

F. —La Reconquista de Indochinapor Francia.

Después de la Conferencia dePotsdam, que acordó el desarme ja-ponés en Viet-Nam, la tarea de res-taurar el orden en Indochina fueconfiada a dos países:

1. —Gran Bretaña al sur del Para-lelo 16.

2. —China Nacionalista al norte delParalelo 16.

Consecuente con lo anterior, elVietmin se refugia en las monta-ñas, Ho-Chi-Minh se mantiene enHanoi, y con una gran pericia po-lítico-diplomática tranquiliza alos chinos nacionalistas, disolviendooficialmente el Partido Comunistade Indochina el 11 de noviembre de1945, pero lo disimula con otronombre, "Asociación Marxista"; conesto se aplica una vez más la vie-ja táctica comunista, de retrocederun paso para con el tiempo avan-zar dos.

El 22 de septiembre de 1945 losbritánicos determinan retirarse yentregar el poder al Ejército Expe-dicionario francés y aquí se produ-ce de inmediato el enfrentamientocon el Vietmin.

G. —Guerra Franco-Vietnamita1946-1954.

En estas circunstancias, y auncuando Francia intenta solucionarla crítica situación, reconociendo el6 de marzo de 1946 a la Repúblicade Viet-Nam, como un estado libredentro de la Federación Indochinay de la Unión Francesa, se iniciadesde este año 1946 y hasta 1954(por ocho años) una guerra fran-co-vietnamita, en la cual podemosobservar lo siguiente:

1. —No hubo objetivo político-es-tratégico.

2. —Las fuerzas francesas están sinla ayuda metropolitana.

3. —Francia pide en la O. T. A. N.el armisticio, sin conocimientode su Comandante en Jefe enIndochina.

En esta guerra fue decisivo eltriunfo de Mao-Tse-Tung sobreChang-Kai-Shek en 1949, ya que através de la frontera chino-tonki-nesa le llegan a Ho-Chi-Minh re-fuerzos esenciales:

a. —Armas.b. —Municiones.c. —Soldados.d. —Asesores militares chinos.

Con este respaldo chino, la posi-ción de Ho-Chi-Minh se afianzó, yfue una de las causas de la victoriade Dien-Bien-Phu, lograda congrandes bajas, en 56 días de gue-rra sin cuartel; esto le significó aHo-Chi-Minh el gran prestigio deser el vencedor indiscutido del Ejér-cito francés, lo cual le facilitó sutarea en la Conferencia de Ginebra.

H. —Conferencia de Ginebra (20 al21 julio 1954).

De esta Conferencia, que puedeconsiderarse como una de las prin-cipales causas de la guerra de Viet-Nam, se originan los "Acuerdos deGinebra", que genéricamente pode-mos resumir como sigue:

1. —Dividir provisoriamente el te-rritorio por el paralelo 17.

2. —Creación del Pathet Laos bajola soberanía del Rey de Laos.

3. —Elecciones libres el 2 de juliode 1956.

4. —Tránsito libre de los vietnami-tas conforme a su voluntad.

5. —Independencia de Laos y Cam-bodia; sólo queda el problema dela unificación de Viet-Nam.(Quedando más poderoso Viet-Nam del Norte).

114

III—INCIDENTES INICIALES.

A. —En Viet-Nam del Sur el Empe-rador Bao-Dai designó el 7 dejulio de 1954 a Ngo-Dinh-Diemcomo Primer Ministro.

B. —En octubre de 1955 y median-te un referéndum (con 98% devotos a su favor) el Primer Mi-nistro Ngo-Dinh-Diem reem-plaza al Emperador Bao-Dai co-mo Jefe de Estado y se procla-ma la República de Viet-Namdel Sur.

C. —Junto con restablecer el ordenen esta nueva República, Ngo-Dinh-Diem niega el acuerdode la Conferencia de Ginebra,ya que no había sido firmadopor Viet-Nam del Sur.

D. —Viet-Nam del Norte viola rei-teradas veces el acuerdo de Gi-nebra, entre otras recibiendoarmas de China y Rusia.

IV—DESARROLLO DE LAGUERRA DE VIET-NAMHASTA 1973.

A. —Primera Fase (1956-1960).

1. —En 1956 aparece el Vietcongy se inicia la infiltración co-munista a Viet-Nam del Sur.

2. —Viet-Nam del Sur pide ayudamilitar a los norteamericanos,una Misión Militar y Oficinade Informaciones.

3. —Se inicia la Campaña del Te-rror y la guerra de Guerrillas(1958 - 1960).

—En Saigón el 4 de enero de1958.

—En Bien Hao el 9 de julio de1959, y

—En Pliku y Kontú en octu-bre de 1960;

B—Segunda Fase (1961-1964).

1. —Creación oficial del Vietcong el29 de enero de 1961 y se ini-cian los ataques y sabotajes.

a. —En septiembre de 1961 aKonton, y

b. —El 18 del mismo mes aPhan Tham.

c. —El Presidente Kennedy en-vía en 1962 2. 000 solda-dos americanos.

d. —Se organizan las defensasde las aldeas estratégicas.

e. —El Vietcong inicia nuevosataques, terrorismo y sa-botajes.

f. —Viet-Nam del Sur sufreuna serie de golpes de Es-tado que culminan en 1963con la muerte de Ngo-Dinh-Diem y asume el poder elGeneral Duong-Van-Minh,quien es luego reemplaza-do por el General Nguyen-Khanh.

g. —Lógicamente, con este caosse beneficia el Vietcong,pero gracias a que la ma-sa del Ejército del Viet-Nam del Sur mantiene sulealtad, el Vietcong no lo-gra la victoria final.

h. —Viet-Nam del Sur sólomantiene el control de lasciudades; en cambio elVietcong a través de la in-filtración consigue su ob-jetivo de dominar todo elresto del territorio.

i. —En 1964 se considera fra-casado el sistema defensi-vo de las aldeas estratégi-cas.

C—Tercera Fase (1964-1973).

1. —Se inicia la participación de he-cho de los Estados Unidos deNorteamérica.

2. —En agosto de 1974, en el Golfode Tonkin, ataques de torpede-ros a los destructores Maddoxy Runny Jeg.

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3. —El Presidente Johnson ordenaque bombardee la VII Flota lospuertos de:a. —Hongay.b. —Loe-Chao-Vin, yc. —Quane-Ir.

4. —El Vietcong ataca las bases deBien-Hao y Saigón, especial-mente los Casinos de Oficiales.

5. —En 1965 la guerra adquiereinusitada violencia:

a. —Estados Unidos envía 63mil soldados y la VII Flo-ta al Mar de la China.

b. —Vietcong intensifica susataques de guerrillas.

c. —El Presidente Johnson in-tenta gestiones de paz.

d. —China mueve sus tropashacia la frontera, y ame-naza responder violenta-mente a cualquier avancede Estados Unidos haciasu frontera con Viet-Nam.

e. —Asume el Gobierno de Viet-Nam del Sur un Comitéde Generales, presidido porun joven General de 34años de edad Nguyen-Kao-Ky.

f. —Se establece la siguientepolítica de guerra nortea-mericana:

(1) Formar bases en lacosta (cinco).

(2) Aumentar la seguri-dad de Saigón.

(3) Destrucción al Viet-cong.

(4) Operaciones del Inte-rior a cargo de losSudvietnamitas.

(5) Envío de asesores nor-teamericanos.

(6) Se instalan las si-guientes bases nortea-mericanas:(a) Phubai.(b) Chulai.(c) Quinon.(d) Nhatang.(e) Camranh.(f) Bien Hao.

Con esto se aumenta elpotencial norteamericano a125. 000 hombres.

g. —1967/68, una gran ofensi-va comunista en Saigón ytenaz defensa norteameri-cana; se aumentaron lasfuerzas a 500. 000 solda-dos norteamericanos.

h. —Conferencia de paz en Pa-rís.

i. —Después de la Conferenciade Paz observamos:(1) La guerra se vietna-

miza.(2) Muere Ho-Chi-Minh.

j. —Se extiende todo el conflic-to (1970).(1) A Laos por ataque aé-

reo.(2) A Camboya por ata-

que aéreo y terrestre.

k. —En 1971 podemos apreciarque:(1)-Estados Unidos espe-

raba alcanzar su obje-tivo militar y políticoprevisto.

(2) Nguyen-Giap, Minis-tro de Defensa deNorvietnam espera, aligual que el difuntoHo-Chi-Minh, el reti-ro de las tropas nor-teamericanas paradesencadenar un asal-to final a Viet-Namdel Sur y ganar laguerra.

116

D. —Acuerdo de París.

1. —En 1973 se firma el acuerdo deParís, entre Henry Kissinger yLe-Duc-Tho, para poner fin auna guerra que para EstadosUnidos de Norteamérica seconvirtió en la más larga de lahistoria, ya que el primer sol-dado norteamericano murió el22 de diciembre de 1961.

2. —También fue la tercera máscostosa, superadas únicamentepor las dos guerras mundiales,y además sobrepasó los 56. 000muertos norteamericanos.

V. —LA GUERRA EN 1975.

A. —Pasaron dos años y casi tresmeses de la firma del Tratadode París, y el resultado inme-diato de la mal llamada paz deParís fue, más que guerra, pe-ro Estados Unidos de Norte-américa no intervino, basán-dose en el documento firmadoen París que decía: "Los Esta-dos Unidos no continuarán suparticipación militar, ni inter-vendrán en los asuntos inter-nos de Viet-Nam del Sur", auncuando Nixon había escrito se-cretamente a Nguyen-Van-Thier:. . . "Tenga usted la seguridadde que responderemos con todanuestra fuerza si el acuerdo deParís es violado por Viet-Namdel Norte".

B. —Este Acuerdo de París fue fir-mado cuando Viet-Nam delNorte estaba siendo sometidoa uno de los bombardeos másintensos y devastadores que serecuerdan en la historia de laguerra; además, tenía sus ac-cesos marítimos bloqueados porminas norteamericanas, y enesos momentos las Fuerzas Ar-madas de Viet-Nam del Surestaban muy bien equipadas,un ejército de 1. 000. 000 dehombres contra 125. 000 ad-

versarios, una Fuerza Aéreade 2. 400 aviones y 6. 000pilotos. La Fuerza Aérea deViet-Nam del Norte era ín-fima. Un sistema logístico,hasta ese momento, con to-tal apoyo norteamericano;sólo en octubre de 1973 fue porla grandiosa suma de cinco milmillones de dólares; luego, lossudvietnamitas tenían la capa-cidad de hacer frente incluso auna amenaza conjunta de Viet-Nam del Norte y el Vietcong.

C. —Pero los hechos demostraron locontrario, y el 17 de abril elKhmer Rouge captura PhomPenh, y se inicia el éxodo demillares de hombres, mujeres,niños y ancianos.

D. —El 27 de abril los artilleros co-munistas disparan sus cohetessobre Saigón y las fuerzas gue-rrilleras sólo están a 50 kiló-metros de esta ciudad; conti-núa la evacuación de más de150. 000 personas que huyendel comunismo.

E. —El renunciado Presidente deViet-Nam del Sur, Nguyen-Van-Thiem, es recibido con su fa-milia y una reducida comitivaen Taiwán.

F. —La situación de Viet-Nam delSur es grave, Estados Unidosmoviliza buques y aviones só-lo para recibir a los que huyendel peligro rojo.

G. —En Roma, el Papa Paulo VIenvía a los Arzobispos y Obis-pos de Viet-Nam una gran ayu-da económica para emplearlaen iniciativas destinadas a so-correr a los prófugos cada vezmás numerosos, aliviando suspenurias y sufrimientos.

VI. —CONSECUENCIAS.A. —En Norteamérica el Presiden-

te Gerald Ford d i c e : . . . "Encuanto concierne a los EstadosUnidos, la guerra del Viet-Nam ha terminado. Ha que-dado a nuestras espaldas", pe-

117

ro no menciona la palabra"Derrota", ni hace referenciaa cuánto le costará a Washing-ton reconstruir el crédito de supolítica exterior.

B. —Efectivamente la guerra deViet-Nam parece haber termi-nado, pero deja tras de sí, unaestela de seres mutilados entreotros:

1. —Retardados mentales 100mil.

2. —Inválidos 200. 000.3. —Delincuentes juveniles 10

mil.4. —Muertos 3. 000. 000.5. —Huérfanos 1. 500. 000.

C. —Más de la mitad de la poblaciónde Viet-Nam del Sur y Cambo-ya debieron abandonar sus ho-gares y sus tierras.

D. —Desde 1961 cayeron en Indochi-na siete millones de toneladasde bombas; durante la SegundaGuerra Mundial, entre EstadosUnidos e Inglaterra arrojaron2, 7 millones.

E. —Económicamente, el dineroaportado por Estados Unidosfue de ciento setenta mil mi-llones de dólares, de los cualesciento cuarenta mil millonesfueron del presupuesto especí-ficamente militar y el resto enprogramas de asistencia técni-ca a Saigón.

F. —En Estados Unidos, muchos vi-ven el desenlace indochino co-

mo una derrota, la primera deesta envergadura desde que elpaís adquirió el rango de granpotencia.

VIL—CONCLUSIONES.

A. —Los Estados Unidos han que-dado fuera de Indochina des-pués de los triunfos comunis-tas de Camboya, Viet-Nam yLaos, pero el hecho de que laguerra de Indochina haya ter-minado, no significa que no ha-brá otras.

B. —Entre los numerosos puntos detensión que existen en el mun-do, hay los suficientes, capacesde generar conflictos de enver-gadura, aun cuando estos pun-tos estén fuera de las zonas deinfluencia de las grandes po-tencias; éstas pueden tentarsea intervenir. Los comunistas,para probar hasta qué punto ladebacle de Indochina ha debili-tado a Estados Unidos, y éstos,para demostrar que a pesar desu retirada en Indochina si-guen siendo la principal poten-cia y que con ellos no se puedejugar; pero lo que aún no estáclaro en el mundo occidentales que si en Indochina lo quese perdió fue la guerra o lapaz. Es por eso que hoy día,ante la situación que vive elmundo actual, debemos mante-ner el viejo principio que dice:"Si deseas la paz, prepáratepara la Guerra".

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VIII—BIBLIOGRAFIA.

A. —La Guerra de Indochina del General Sr.Henri Navarre, del Ejército francés,

B. —Viet-Nam ahora, del Comodoro argenti-no señor Carlos Torcuato Alvear.

C—La Guerra de Viet-Nam, del General se-ñor Hernán Béjares.

D. —Antecedentes de la participación de Es-tados Unidos de Norte América en Viet-Nam, del Teniente Coronel señor JuanJosé Melo Toro.

E. —China Comunista y la Conferencia deLaos: Profesor señor Chujin-Lee, de laUniversidad de Kansas.

F. —La Victoria de Viet-Nam: doctor RussellF. Rhipne, del Ejército de Estados Uni-dos de Norteamérica.

G. —Historia Universal Espasa Calpe.

H. - L a Táctica de Estados Unidos de Norte-américa en Viet-Nam, del Teniente Co-ronel Zeb Bradford, del Ejército de Es-tados Unidos de Norteamérica.

I. —Enciclopedia Barsa.

J. —Libros del año, Barsa, años 1965 a 1975.

K. —Apuntes de Historia Militar de la Aca-demia de Guerra del Ejército.

L. —Diario "El Mercurio".

M. —Periódico "L'Osservatore Romano".

N. —Revistas:

l. -Visión

2. -Ercilla

3. -Qué Pasa.

O se es dueño de uno mismo, o en ningún caso se mandará.

BOLIVAR DESDE LA PERSPECTIVA

DE UN CHINO

De la revista china Reconstruye,de julio de 1983.

Por YANG ENRUI

E N China se guarda un granrespeto por Simón Bolívar,aquel destacado lider de la

independencia de América del Sur,cuyas hazañas conmovieron elmundo del siglo XIX al haber cul-minado con éxito una empresa gi-gantesca: expulsar en forma de-finitiva a los colonialistas espa-ñoles, que se habían apoderadopor siglos de aquellos vastos y jó-venes territorios.

Indudablemente, al público chi-no le gustará conocer la dimen-

sión humana de Simón Bolívar;pero sentirá un interés mayor sise trata de conocer el pensamien-to y la acción bolivariana.

Por mi parte quiero, en las si-guientes líneas, rendir homenajea este hombre singular y así unir-me a los múltiples homenajes quele rinden en el mundo con oca-sión de conmemorarse el bicente-nario de su nacimiento. No creoofrecer nada extraordinario peromis anotaciones son la expresión demis propias inquietudes alimenta-

das en el creciente interés que hasurgido en China en torno al te-ma bolivariano.

Agente de un trascendentalcambio

En la historia de los pueblos deAmérica que fueron dominadospor el imperio español, la inde-pendencia constituye un hito su-mamente importante. A lo largode los trescientos años de domi-nio colonial —la mayor parte dela historia registrada en documen-tos— los pueblos de América delSur sufrieron cambios radicalestanto en su organización políticacomo económica. Como resultadode esto, aparecieron nuevas socie-dades y también nuevos habitan-tes con características muy defi-nidas. Pero en el último períodohistórico de este joven continente,es decir, desde la Independenciapara acá, ha surgido una nuevapersonalidad, una idiosincrasiapropia del Nuevo Mundo. Este fe-nómeno se debe a la presencia his-tórica de Bolívar y a los otros li-

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bertadores contemporáneos a él.Ellos, que son los agentes de estetrascendental viraje histórico, tra-zan estrategias y conducen a suspueblos por nuevos derroteros.Entre ellos descuella con claridadSimón Bolívar; él es el símbolo dela independencia porque supo serintransigente con todo lo caducoal mismo tiempo que tenaz y per-severante en la lucha por un or-den completamente nuevo para elfuturo.

Bolívar no había gozado de granpopularidad hasta 1813, año enque volvió con sus tropas a Ve-nezuela en una nueva campaña decontraataque. Avanzó triunfantey recuperó i n m e n s a s exten-siones de la patria nuevamentesometida. Y se granjeó la grati-tud del pueblo: desde entonces fuellamado El Libertador.

En la Venezuela colonial, losfuncionarios peninsulares centra-lizaban todo el poder político, alcual no tenían acceso ni siquieralos blancos criollos, descendientesde los antiguos conquistadores. Yes sabido cómo eran sojuzgadoslos mestizos, indígenas y negros,en fin, la inmensa mayoría de lapoblación. A lo largo del tiempoque duró el dominio colonial sur-gieron muchos levantamientos denaturales y, en la etapa postrera,casos de rebeldía coordinados entrecriollos ilustrados y liberales es-pañoles. Pero fueron aplastadossin excepción a sangre y fuego.Superadas las trabas externas einternas, Venezuela declaró su in-dependencia en 1811. No obstan-te, la República independiente sevino abajo al año siguiente y pu-do restablecerse precisamente co-mo consecuencia de la expediciónbolivariana.

Desgraciadamente, la Repúbli-ca cayó otra vez en 1814. En unambiente azaroso originado por elnuevo exilio de Bolívar y la con-fusión inmediatamente posterioral desembarco exitoso en 1816, él

apareció en la escena como un lí-der irremplazable de firme volun-tad y listo a asumir una respon-sabilidad histórica nada común.Se lanzó a la lucha y, con su ima-gen de hombre avanzado y valien-te supo engrosar sus filas e ir ga-nando victoria tras victoria has-ta sentar la base donde se pro-clamó la formación de la GranColombia en 1819. Tras las cam-pañas en Boyacá y Carabobo, lo-gró extender el triunfo por todala nueva República. Prosiguió suempresa libertadora hacia el suren cuyos campos de batalla pusofin a la larga dominación españo-la en América del Sur. Este he-cho histórico trajo como conse-cuencia la formación de un núme-ro de repúblicas independientes einfluyó con gran impacto en ladinámica mundial, aunque ellas an-daban aún en los primeros mo-mentos más a tropezones que vien-to en popa.

Propulsor de la historia

Bolívar se había impuesto, conadmirable convicción, un propósi-to revolucionario: liberar y unira las "patrias" americanas. Nadamejor que un examen de la cir-cunstancia histórica a escala uni-versal para formarse un juiciocorrecto de su grandeza como im-pulsor del progreso mundial.

Una gran civilización nunca vis-ta surgió a ambos lados del Atlán-tico a raíz de las revoluciones bur-guesas triunfantes en Inglaterra,EE. UU. y Francia durante lossiglos XVII y XVIII. Como uneco de ello, nació una corrienteimpetuosa que llamaba a los pue-blos aprimidos para luchar por laliberación en un enfrentamientocon la autocracia feudal caducapero aún vigente en diversos paí-ses. Voltaire, Montesquieu, Rous-seau y otros difusores de las ideasde la Ilustración fueron los prefe-

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ridos de los lectores deliberantes,sobre todo de hablas latinas. ElBolívar joven se decidió a tomarsobre sí un compromiso trascen-dental justamente inspirándose enestos clásicos y en las novedadesque conocía de cerca en Europa yEE. UU.

Bolívar resultó el único jefeque al frente de la lucha libera-dora la vio culminar con brillan-tez, mientras otros eminentes lí-deres —que junto con él o anteshabían emergido al campo de losmovimientos independentistas du-rante los primeros decenios del si-glo XIX en las colonias hispáni-cas—, o habían caído asesinadosa poco de empezar su tarea histó-rica o habían ido al ostracismopor una u otra causa. Con unafuerza importantísima a su man-do liberó a un número de paísesandinos en una extensión de cin-co millones de kilómetros cuadra-dos en el norte y oeste de Sud-América. Los ayudó como "alfa-rero de repúblicas" (Cartas delLibertador, vol. IV, pág. 149) —así solía llamarse— a compareceren la escena internacional, y tra-tó de integrarlos en una poderosaconfederación hispanoamericana,palanca ideal para asegurar la in-dependencia y "destruir la prepo-tencia de Europa" con un nuevo"equilibrio del universo" (Gacetade Caracas, Nº XXX, Ene. 6 de1814). A través de sus plantea-mientos y quehaceres, Bolívarcumplió, como lo determinaba lahistoria, con un deber de presen-cia categórica a nivel mundial:deteriorar la autocracia feudal yel dominio colonial.

Explicando la doctrina boliva-riana, los estudiosos venezolanossostienen que la guerra libertado-ra de América del Sur "no era si-no un episodio de la lucha mun-dial entre progresistas y conser-vadores" (Augusto Mijares: "Bo-lívar como político y reformadorsocial", prólogo a Doctrina del

Libertador, pág. IX). Esta opi-nión, estoy seguro, tendrá un efec-to estimulante entre los chinos in-teresados en el tema.

Heraldo de la democracia

Por su pensamiento democráti-co y republicano, Bolívar fue uncaso excepcional entre los líderesde las jóvenes naciones de comien-zos del siglo pasado.

Renunció a su origen aristocrá-tico, para entregarse de lleno ala causa revolucionaria de romperel yugo colonial y no vaciló en po-ner sus propiedades al servicio deesta empresa. Su vocación demo-crática y su sed de justicia socialempezaron en su propia casa li-berando a los esclavos e imponien-do una igualdad en el trato. Na-turalmente, lo más valioso de Bo-lívar, además de su entrega a lacausa de la independencia, es elaporte de sus concepciones.

Bolívar supo sacar lecciones delos reveses que sufrió, compren-dió que la victoria sólo se conse-guiría con la simpatía, convenci-miento y participación masiva delos oprimidos y explotados, es de-cir, de la inmensa mayoría de lapoblación. La guerra libertadorase propagó en forma indetenible,gracias, entre otras cosas, a que elpueblo prestó oídos a la prédicainsistente de Bolívar sobre la abo-lición de la esclavitud y sobre lajusticia agraria. Después de lavictoria, desde su alto mando degobernante, se empeñó en elevara una categoría superior a las nue-vas sociedades, de Colombia y Pe-rú, a través de decretos que supri-mían el caciquismo entre los in-dígenas, abolían la esclavitud, ace-leraban el reparto de la tierra,etc. Todo esto perseguía un fin:corregir las pronunciadas diferen-cias sociales e imponer la justiciae igualdad. Procuraba una y otravez dejar bien establecida la de-mocracia y fue ejemplar en la ob-

servancia de la legalidad. Soñan-do con una sociedad madura y cul-ta, fundó centros docentes y tomóla iniciativa de reformar las uni-versidades.

En opinión a los investigadoresvenezolanos, los principios que Bo-lívar elaboró durante y después dela guerra libertadora significanun "punto de arranque prácticopara un inicio concreto e inmedia-to" (Salcedo Bastardo: Bolívar:un continente y un destino, pág.236) y al mismo tiempo un "pro-grama de la Revolución" que "de-be entenderse. . . como una es-tructura inteligente, como unaunidad dinámica". Indudablemen-te, hay que profundizar el sen-tido democrático de la Inde-pendencia latinoamericana y es-tudiar las valiosas referencias ynuevos aportes hechos por losilustres compatriotas de Bolívar.De todos modos, no es difícil des-cubrir, incluso en un análisis so-mero, la diferencia radical entreBolívar y los caudillos y la para-doja de que éstos, reaccionarios engeneral, siempre lo han utilizadocomo insignia.

No obstante los elogios a su ha-zaña y a la era republicana deAmérica del Sur, al dejar la fun-ción pública Bolívar dijo con tris-teza que "la independencia es elúnico bien que hemos adquirido acosta de los demás" (Simón Bo-lívar: Obras Completas, vol. II.,pág. 1275), por no haber alcan-zado plenamente las metas que sehabía propuesto: consolidar laindependencia de América del Sury acabar con la desigualdad so-cial, en un proceso de integración.

Al mismo tiempo que aspirabaa la libertad e igualdad, buscó enlos fundamentos de la exitosa re-volución burguesa en Europa yNorteamérica la fórmula pararomper la estructura social me-dieval en América, herencia detres siglos de dominio colonial.

Para tal efecto, trató afanosamen-te de adaptar la institucionalidadadministrativa a la realidad lati-noamericana en pro de una esta-bilidad mayor de la autoridad yun control más o menos eficaz,contra los abusos. Pero sus pro-puestas, que afectaban a ciertosintereses, no llegaron ni siquieraa ensayarse en serio.

La joven democracia en Améri-ca del Sur se basó fundamental-mente en el ideario republicano yla actividad dinámica de Bolívary su fracaso se debió a la faltade una sólida base socioeconómi-ca para una revolución de corteburgués, y a la negativa categóri-ca de la mayor parte de sus cola-boradores convertidos en burócra-tas-terratenientes una vez en elpoder. No obstante todo ello, Si-món Bolívar salió airoso, consa-grado como heraldo demócrata,guía para las futuras generacio-nes.

Gloria eterna

El joven Bolívar tenía una vir-tud: nunca se dejó avasallar porlas condiciones adversas; al con-trario, éstas le impulsaban, a su-perarse más. Se inspiró en avan-zadas ideas políticas y lo ilustra-ron maestros competentes. Su granescuela fue el campo de batalla ylas largas luchas políticas. Se lan-zó a la guerra luego de compren-der que los trastornos de la Re-pública se debían a que sus diri-gentes se habían embelesado en eltriunvirato federalista y poco sehabían preocupado del manejo delas fuerzas armadas. Nunca habíaconcebido tanta necesidad de "con-seguir instituciones liberales yaún perfectas" como la que expusocorrectamente en su famosa "Car-ta de Jamaica" de 1815 cuando sepropuso erradicar la autocraciafeudal, luego del fracaso, a con-secuencia de las dos tentativas re-

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publicanas que le hicieron tomarconciencia de la esterilidad de unaliberación apoyada tan sólo en laalternativa de Poderes. Sus bri-llantes victorias militares y sugran popularidad se debieron a laresolución y constancia con queactuó, siempre triunfante, en me-dio de peligros bélicos, complotsy asesinatos tan frecuentes enaquella época como se hacían no-tar.

No fue un mesías aparecido depronto, perfecto e intachable: Bo-lívar, "como los otros" (AugustoMijares: "Justicia", nota intro-ductoria a su obra El Libertador),también "tuvo defectos, errores ylimitaciones" (Salcedo-Bastardo:Bolívar: un continente y un des-tino, pág. 350). Vaciló y hastapensó en suicidarse frente a tre-mendas dificultades, mas llegó arecobrar la confianza en sí recor-dando que "el valor, la habilidady la constancia corrigen la malafortuna" (Simón Bolívar: ObrasCompletas, vol. II., pag. 43). Du-daba ante la recomendación en elsentido de que se declarase mo-narca para vencer el caos políti-co de Colombia. (Simón Bolívar:Obras, Completas, vol. II., pág.1134). Naturalmente tuvo "susextravíos" (Augusto Mijares:"Justicia", nota introductoria aEl Libertador); no obstante, fueun revolucionario fiel a su leit

jnotiv: "la mejor política es la rec-t i tud" (Simón Bolívar: ObrasCompletas, vol. I., pág. 652) y "lafelicidad consiste en la prácticade la virtud" (ibid. vol. II., pág.1136).

Bolívar merece un reconoci-miento eterno por ser, antes queun hombre perfecto —que no exis-ten—, uno de los pocos grandeshombres que, en cumplimiento desus compromisos ante la historia,hacen proezas inmortales para lahumanidad con entrega y denuedo.

Empresa por continuar

"Bolívar tiene aún —señalabaMontalvo, gran escritor ecuatoria-no del siglo pasado— que hacer;su espada no va a suspenderse enel templo de la gloria, pues mien-tras haya en el Nuevo Mundo unpueblo esclavo su tarea no ha con-cluido". Efectivamente, el Liber-tador nunca escatimaba esfuerzospor alcanzar "la cumbre del Po-der y de la prosperidad" (SimónBolívar: Obras Completas, vol. II,.pág. 1195).

Corriendo los tiempos, el pen-samiento bolivariano ya "no pue-de ser la reproducción textual delos conceptos vertidos por el Li-bertador hace más de una centu-ria y media" (Salcedo-Bastardo:Bolívar: un continente y un desti-no, pág. 347), pero "el contenidosustancial de esta ideología, siem-pre al servicio de la independen-cia de los pueblos americanos yde su unidad, sigue vigente"(ibid. ) y debe traducirse en rea-lidad. Y, efectivamente, hay mues-tras de ello: los frutos del esfuer-zo sistemático que los latinoame-ricanos de amplio criterio sostie-nen y seguirán sosteniendo parareformar los regímenes políticosatrasados, modificar las estructu-ras monoproductoras, defender lajusticia internacional, entre otrascosas.

Bolívar trabajó con ahínco porla unidad interamericana con mi-ras a establecer un "equilibrio"con los tradicionales polos de fuer-za, peligrosos para los Estadosemergentes. Ese "equilibrio deluniverso", estrategia mundial bienjustificable, estaría orientado aresistir agresiones del exterior yprevenir tentativas para substi-tuir el dominio colonialista caducocon otro nuevo. Esto tiene unaconsiderable repercusión en la po-lítica internacional, y se constitu-

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ye en la primera expresión de lospueblos recién independizados enreclamo de un justo trato en lasrelaciones internacionales. He aquíotro rasgo que tiene incidencia enlas ideas más avanzadas del mun-do de hoy.

Hace poco, el Dr. Régulo Bure-lli Rivas, Excelentísimo Embajadorde Venezuela en China, señaló:"Doctrina Bolivariana que, al pro-pugnar la cooperación, la estre-cha amistad e integración de na-ciones con recién estrenada auto-nomía, es instrumento de continuavigencia para defender y mante-ner la paz y promover e impulsarla indispensable solidaridad hu-mana". ("El Libertador en Chi-na", prólogo a la edición china deEl Libertador). Ahora, con la im-portancia cada vez más grandeque está alcanzando el TercerMundo en la política mundial, seadvierte en cierto modo una in-fluencia en el ámbito universal delo que más de un siglo y medioatrás Bolívar deseaba a las nue-vas naciones americanas en el con-senso de las naciones del mundo.

Como es natural, los países ter-cermundistas, identificados en laempresa de lograr la justicia, de lacual fue preludio la gesta de Bo-lívar, le guardan a éste un espe-cial respeto.

Si bien antes poco conocía deAmérica Latina, China, como par-tícipe en la empresa del TercerMundo, compartía y comparte lasuerte de las naciones latinoame-ricanas y no se siente ajena a loslogros que alcanzan. Los aportesaclaratorios de los historiadores

-latinoamericanos y en particularvenezolanos sobre Bolívar y lasépocas relacionadas con la Inde-pendencia, comienzan a divulgar-se en China y promoverán, en de-finitiva, la comprensión, base dela fraternidad ya existente entrenuestras naciones. Bolívar hizoavanzar la historia y sigue hacién-dolo en coordinación con nuevasiniciativas orientadas al futuro.Teniendo muy en cuenta el men-saje de Bolívar en la asimilaciónde las mejores herencias espiritua-les del mundo, los pueblos enfren-tan los retos de nuestro tiempo.

El profesor debe siempre renovarse, dotando a su enseñanza de real eficiencia.

EL HITO TRIFINIO Nº 80 DE LA DEMARCACIONCHILENO - PERUANA Y El POLO SUR

S ON los dos extremos delpaís: al primero, conflu-yen y finalizan los térmi-

nos de las jurisdicciones de Chile,de Bolivia y del Perú; al otro, lle-gan las pretensiones territorialesde varios países firmantes delTratado Antártico, de 1º de di-ciembre de 1959.

La pirámide del norte está enla I Región de Tarapacá, provin-cia de Parinacota, comuna de Ge-neral Lagos, capital Visviri, dedonde se parte para llegar por uncamino hasta el mismo hito. Escurioso anotar que un día a la se-mana se realiza en sus alrededo-res una feria internacional de pro-ductos regionales, concurriendohabitantes de los poblados veci-

nos.El polo sur sólo tiene una dé-

bil señalización, para marcar susituación geográfica sobre la nie-ve, puesta por los norteamerica-nos de la inmediata base Amund-sen-Scott, antes hundida en el hie-lo y ahora construida sobre ésta.

En la organización administra-tiva chilena el punto final delmundo y de nuestro país está enla XII Región de Magallanes y dela Antártica Chilena, provinciaAntártica Chilena, comuna An-tartica, capital Puerto Covadon-

ALEJANDRO FORCH PETITCoronel (Ing. PoL)

ga. Se accede a él por aire y poruna larga y penosa travesía a tra-vés del hielo, que muy pocos hanrealizado.

En el sentido longitudinal nues-tro país abarca desde los 17° 29'57" sur, hasta los 90° 00' 00" sur,vale decir un total de 72° 30' 03",lo que en línea directa represen-taría 8. 066, 7 Km. Se acerca al va-lor del radio ecuatorial de la Tie-rra.

Los excursionistas que gustande los paisajes nortinos, en espe-cial del lago Chungará y de losPayachatas que se reflejan en él,no resisten la tentación de tomarel camino (huella) por Colpitasa Visviri y de allí trasladarse alhito trifinio (mal nombrado tri-partito), en especial si es el díade la pintoresca feria. Debe re-cordarse, sí, que la altitud delpunto es 4. 116 metros.

Algunos chilenos, muy pocos,hemos tenido la suerte de llegaral polo sur en medios aéreos nor-teamericanos. El lugar mismo es-tá sobre una capa de hielo de9. 000 pies de espesor, casi 3. 000metros, y la temperatura más ba-ja que allí se ha registrado es deunos 80° centígrados bajo cero(en la cercana estación soviéticade Vostok ha sido de -88°. 5).

Diciembre de 1966: 1. —En la base Mc. Murdo, junto al monumentoal Almirante Byrd. 2. —Bajando del avión en el Polo. 3. —En el Polo,con los Jefes Militares y Científicos de la Base Amundsen-Scott.4. -En el Polo Sur.

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Hay, digamos, algunos puntosde comparación entre nuestrosextremos norte y sur. Ambos es-tán en partes altas, frías y convientos intensos; pero las diferen-cias son muchas en cuanto a sue-lo, accesibilidad, ambiente y po-blación.

Diferentes son las sensacionesque uno siente en los dos sitios;en el del norte, simpatía por sussencillos y amables lugareños; enel polo, la compañía apreciada deinvestigadores que arrancan conmucho esfuerzo la verdad cientí-fica o parte de ella.

Pero el mayor valor de la prue-ba es hacer como los niños chi-cos: dar una vuelta en círculopor ese pilar que indica el polo ydecir con bastante propiedad queha dado la vuelta al mundo atra-vesando varios países en unos se-gundos. Y la nieve marca los piesde los que lo hacen. ¡Y son todoslos que van!

Esto fue hace algunos años, pe-ro quería contarlo antes de desa-parecer. Estuve en las puntas ex-tremas de mi país y me impresio-né de su longura, porque acre-cienta el amor a nuestro Chile.

A NUESTROS COLABORADORES

1. - E I "MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE" brinda sus páginasa los miembros de las Fuerzas Armadas y civiles, invitándolos a colaboraren la obra de propaganda cultural que tenga relación directa o indirectacon la Defensa Nacional.

2. —Los colaboradores tienen el derecho de expresar libremente susideas, siempre que ellas redunden en beneficio de la cultura general yprofesional de los miembros de la Institución.

3. —La Dirección del Memorial no se hace responsable de los con-ceptos emitidos por los autores sobre su firma y se reserva el derechode publicar o rechazar los trabajos presentados (O|Cdo. E. M. E. P. I.Nº 95, de 27. VI. 1960).

4. —Los artículos serán presentados escritos a máquina, en original

y duplicado, a espacio dos y con un margen izquierdo de cuatro cen-

tímetros.

5. —Los gráficos serán elaborados a tinta china negra, en papel trans-parente y en tamaño que permita apreciar bien los detalles. Las foto-grafías serán de tamaño postal, perfectamente nítidas y deberán tener elcontraste suficiente a fin de que puedan ser reproducidas sin dificultad.

6. —Las traducciones deberán adaptarse a una redacción lógica deacuerdo a las modalidades de nuestro idioma y no ser hechas en formaliteral.

7. —Los trabajos deberán ser enviados íntegros, quedando a juicio dela Dirección determinar el fraccionamiento para su publicación en dos omás números de la Revista.

8. —Las publicaciones deben enviarse al Estado Mayor Generaldel Ejército ("Memorial del Ejército de Chile"). Correo 21 — Sector 3 —Santiago de Chile.

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