fontanarrosa roberto - negar todo y otros cuentos

8/13/2019 Fontanarrosa Roberto - Negar Todo Y Otros Cuentos

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Sinopsis

Negar todo y otros cuentos es la última recopilación de relatos inéditos del gran humoristarosarino Roberto Fontanarrosa.

En este libro, Fontanarrosa vuelve a hablar de fútbol, de su Rosario natal, a la que leatribuye la invención de la picada, de la cotidianidad porteña. o hace a través de cuentoscomo El Pampa, El hombre elefante, Lunfardía y Mamá Susana. ! lo hace con el estilocoloquial y sencillo de siempre" no faltan las mesas del bar El #airo, epicentro de su vidarosarina $unto a sus amigos, los galanes, ni las conversaciones masculinas con una pelotacomo centro del universo.

Roberto Fontanarrosa

NEGAR TODO Y OTROS CUENTOS

%&'(), Roberto Fontanarrosa

%&'(), Ediciones de la Flor

*+-" /01'1(12)

3enerado con" 4ualityEboo5 v'.2)

PRÓLOGO



Roberto Fontanarrosa nació en Rosario en (66, y murió en la misma ciudad en $ulio de &''/, casualmente en v7speras del 897a del amigo:, un d7a muy significativo paraél.

E$erció el humor desde el dibu$o y desde la literatura con igual eficacia y destre;a

técnica. 9esde el primigenio ¿Quién es ontanarrosa!, primera recopilación de sus chistesgr<ficos

=t7tulo elegido porque hasta entonces sólo era conocido por lectores de la revistacordobesa "ortensia y de publicaciones rosarinas con las que colaboraba

=, toda su obra gr<fica y escrita apareció en Ediciones de la Flor. #uando eldirector editorial de uno de los grandes sellos transnacionales le propuso cambiar deeditorial el -egro bromeó" 8+i les pasa algo a los editores de la Flor... pero que pare;ca unaccidente:. El accidente que motivó ese cambio fue la prematura muerte del autor...

>reinta y dos tomos de #nodoro Pereyra, once de $oogie el %ceitoso, lascompilaciones en tapa dura de estas dos historietas, tres novelas, doce libros de cuentos, lasilustraciones para una edición anotada del Martín ierro, para el libro de crónicasfutboleras de ?uan +asturain El día del ar&uero, para 'ontanarrosa( entregate) de Rodolforaceli, para los del humorista colombiano 9aniel +amper @i;ano El se*o puesto y +isasen el #nfierno y para ,tbol increíble de uciano Aernic5e, marcan una vida creativa unidaindisolublemente a Ediciones de la Flor por m<s de cuarenta años. @or eso la aparición desu libro póstumo que es el que Bd. est< a punto de comen;ar, significa la renovación del placer de leer un Fontanarrosa inédito, publicado por la Editorial elegida por él durante todasu vida.

os cuentos incluidos contaron con el a$uste y la revisión final de quien hab7acumplido la misma tarea en todos sus libros anteriores.

El procedimiento normal con cada libro de narrativa del -egro Fontanarrosa que publicó9e la Flor, era as7. Cl me enviaba su teDto dactilografiado con correcciones manuscritas quehac7a en una primera revisión, y de$aba en mis manos lo que en cine se llama el 8cortefinal:. +e rehusó siempre a controlar las modificaciones introducidas que, por supuesto,eran sólo formales, sint<cticas u ortogr<ficas. En una oportunidad le di$e que uno de loscuentos conten7a la base de una novela, y a los pocos d7as me contestó" 8+7, es la base deuna novela... que no voy a escribir nunca" publicalo as7:.

En algunos casos negoci<bamos la inclusión o no de algún relato que me parec7amenos logrado, y siempre llegamos a acuerdos sobre eso.

#uando nos informati;amos, el mecanismo siguió siendo el mismo, con la diferenciade que los originales ven7an en archivos adosados a e-mails.

El -egro siguió ideando y creando hasta el final de su vida" al no poder escribir en



el teclado, dictaba sus cuentos a quien lo hac7a y los le7a para que se introdu$eran suscorrecciones.

El (& de $unio de &''/ le escrib7 un mail en el que le dec7a que est<bamos al tanto desus novedades cl7nicas y $ur7dicas y le preguntaba si no quer7a enviarme los catorce que

ten7a listos para irlos viendo y corregirlos y le aclaraba, con el fin de evitarle tantaeDigencia, que u5i insist7a en que 8no era imprescindible llegar al número ritual de &1, porque eso generó a veces libros muy gordos:.

eso contestó el ( de $unio que de a poco segu7a escribiendo, que 8ya hay &(cuentos y tengo las ideas para 6 m<s:. ! logró llegar, con su último aliento, a los &1. -oalcan;ó a hacer la reescritura final de todos, lo que obligó a un traba$o m<s eDigente dea$uste, hecho con la misma fidelidad a los teDtos e ideas que hab7a aplicado en todos loslibros anteriores. En el mismo archivo en que estaban estos teDtos hab7a una lista de8@osibles cuentos:, as7 titulada, con temas enunciados en pocas palabras, algunos de loscuales llegó a desarrollar e incluir.

+u estilo y lengua$e inconfundibles, est<n aqu7 con la misma vitalidad de cada librosuyo.

9-*E 9*G*-+!

Roberto Fontanarrosa falleció el ( de $ulio de &''/.

EL PAMPA

=El tipo que nunca se ha ligado un pelota;o en los huevos no puede entender lo quees el fútbol

=di$o el 9octor, también en vo; ba$a y en tono desdeñoso.

=Ho dice por m7I

=preguntó Jliva, herido y señal<ndose el pecho.



=as minas, por e$emplo

=terció el ulo

=. +iempre con ese asunto de los dolores del parto y esas pelotudeces.

=o de la mamograf7a, lo de la mamograf7a

=se anotó el >esorero, que deambulaba por el salón, las manos en los bolsillos, pateando distra7damente flores marchitas

=. Eso donde les aprietan una teta con una morsa.

=Ho dice por m7I

=insistió Jliva, que no de$aba de mirar al 9octor.

=Bna prensa, con una prensa se las aprietan

=se rio el ulo, algo fuerte, como para merecer un chistido reprobatorio del 9octor

=. @erdón

=reconoció.

=Eso debe doler, sin $oda.

=@ero nunca como un pelota;o.

=! ni siquiera los pelota;os fuertes

=se acercó, divertido, el >esorero

=. HGiste esas pelotas débiles que te pican casi entre los pies, suben y apenas te



tocan los huevos desde aba$o, como un tinca;oI

=Kuyy...

=se apretó la entrepierna el 9octor

=. Esos te matan. l principio parece que no te hubieran hecho nada...

=... @ero enseguida empe;<s a sentir fr7o, después calor y un dolor de la concha desu madre

=aportó Eugenio, mientras llegaba del buffet con un vasito de café caliente

=. H4uierenI

=mostró el vasito de pl<stico a los dem<s. -o le dieron bola.

=Eso de no entender el fútbol...

=reiteró Jliva, constante, mirando al 9octor

=. Ho dice por m7I

=+7

=aceptó el reto el 9octor, siempre conservando el tono ba$o de vo;

=. @orque si uno $am<s ha $ugado un partido de fútbol no puede hablar as7 del@ampa, al reverendo pedo.

El 9octor era un estudioso de las palabras y su efecto. Kab7a remarcado el vocablo8reverendo:, lo que le confer7a al 8pedo: una reverberación mayor, e incluso una dignidadeclesi<stica.

=El que habló siempre al pedo



=Jliva también era un respetuoso de las palabras y su repercusión" por algomane$aba la biblioteca del club

= fue el @ampa. +iempre se fue de boca. Bsted coincidir< conmigo en que no fuenunca un tipo cauto.

=Eso es verdad

=meneó la cabe;a, apesadumbrado, el ulo, que hab7a optado por sentarse $unto alos dem<s con un resoplido de cansancio

=. Era muy $etón.

=Kablaba adentro y afuera de la cancha

=se fortaleció Jliva

=, adentro y afuera de la cancha...

=H! qué quer7a que hicieraI

=se eDaltó el 9octor, olvid<ndose del cansancio de la noche en vela

=. +i los que $ugaban con él eran mudos. El Lono no hablaba...

=el 9octor se fue tomando cada uno de los dedos de la mano i;quierda, paragraficar el recuento. Esa mano que algún d7a el Flaco #alogero definiera, pocoacadémicamente, como un 8racimo de pi$as:

=..., el @echuga era autista... y el otro, el +aborido, no gritaba ni los goles...

=El +aborido...

=el ulo rio entre dientes, restreg<ndose los p<rpados, los bra;os y las piernascru;adas, recostado sobre el respaldo de la silla met<lica, como disponiéndose a dormir.



=H4ué quiere que hiciera el @ampaI

=insistió el 9octor

=. En la cancha alguien tiene que hablar, ordenar, mandar...

=@ero él no hablaba sólo con los compañeros...

=apuntó Jliva.

=@or supuesto que no hablaba sólo con los compañeros. Kablaba con el refer7, porque alguien se lo tiene que charlar al refer7 para que estos hi$os de puta no te cobren

cualquier cosa, y también con los contrarios...

= eso voy...

=... #on los contrarios, para hacerlos calentar, ponerlos nerviosos...

=as veces que lo echaron por eso

=recordó Jliva.

=+7

=di$o el ulo

=, pero casi siempre se llevó a uno de ellos.

=Era vivo

=resopló Eugenio.



=Luy vivo.

+e hi;o un silencio, se escuchaba la respiración pesada del ulo. 4ui;<s ya estuviera

durmiendo.

=Est< bien, est< bien

=pareció aflo$arse Jliva

=. !o no me refiero tanto a lo que el @ampa hablaba adentro de la cancha...

=Es que todo viene en un mismo paquete, Jliva

=el 9octor ablandó el tono como valorando el cambio de actitud del bibliotecario

=. +i usted quiere en su equipo a un $ugador eDplosivo, sangu7neo, temperamental,que se puede cargar el equipo al hombro...

=#omo en el partido contra #remer7a

=pareció despertar súbitamente el ulo.

=... #omo en el partido contra #remer7a

=$erarqui;ó el aporte el 9octor

= y tantos otros... ueno... entonces usted tiene que aceptar que ese $ugadortambién sea calentón y desbocado. -o como @eralta, ese pecho fr7o que puede $ugar muy

bien pero al que nunca lo van a echar porque tiene clericó helado en las venas.

Eugenio volvió a re7r entre dientes.

=#lericó helado



=susurró.

=-o voy a eso, no voy a eso

=Jliva se apoyó la mano derecha sobre el pecho

=. @artidos son partidos y admito que a veces los $ugadores est<n a mil...

=Lir< a Midane.

=... !o me refiero a lo que hablaba el @ampa afuera de la cancha. Especialmentecon el periodismo. #on el diario, en el programa del 3ordo o en el canal de cable. o quedeclaró en el programa del 3ordo y después repitió en la tele fue una promesa al pedo.

=l reverendo pedo

=el 9octor respaldó su ad$etivación, aun concediendo ra;ón a su oponente

=N pero esa ve; estaba caliente, muy caliente...

=@uede ser

=di$o Jliva

=. @ero no fue un eDabrupto, una cosa impensada. Fue algo refleDionadolargamente. +i usted, 9octor, me di$era que eso lo di$o el @ampa en toda su primera y largaetapa de $oda, desborde y descontrol, se lo creo. @orque era capa; de decir y hacer cualquiercosa, como cuando chocó con el Fairlane de su vie$o contra la estatua de #arlos #asado...

=J como cuando lo de$ó de seña al padre ugusto...

=di$o el ulo.



=... l padre ugusto

=remarcó Jliva

=. 4ue, usted se acuerda, lo hab7a citado al @ampa para decirle que él era un mal

e$emplo para la $uventud. #omo tantas veces de$ó plantada a un montón de gente. a fiestade Lainero, sin ir m<s le$os, donde hab7a comprometido su presencia.

=O+i ni aqu7 vinoP

=lan;ó una risotada Eugenio, de$ando de lado el recato.

=@ero en su segunda etapa

=continuó Jliva

=, en esta nueva versión del @ampa que conocimos últimamente, no puede pensarseque lo que prometió fue sólo una pelotude; moment<nea.

El 9octor quedó en silencio, como el resto del grupo. +e escuchó algo le$os,entrando al salón desde la cancha de b<squet, el taconeo enérgico de dos o tres mu$eresllevando al buffet platitos y pocillos de café rellenos de servilletitas de papel arrugadas ycolillas de cigarrillos.

=El hombre...

=vaciló, con el dedo 7ndice en alto, Eugenio

= es dueño de sus actos... y... y... Hcómo eraI

=@risionero de sus palabras

=completó Jliva.

=Eso. @risionero de sus palabras.



El cambio al que se refer7a el bibliotecario Jliva, esa segunda versión del @ampaKeredia, el 8neoQ@ampa Keredia: como se dio en llamarlo, se originó cuando el padre del@ampa, don ?ulio, odontólogo y buen cocinero, se voló una pierna de un escopeta;ointentando ca;ar una codorni;.

=Es raro, porque él es dentista y, por lo tanto, muy habituado a mane$arherramientas peligrosas, como el torno

=dir7a después a la prensa su acongo$ada esposa -elita, con un particular sentido delas comparaciones.

o cierto es que, desde el accidente que pusiera en riesgo la vida de su padre

=y a este en silla de ruedas

=, el @ampa Keredia cambió completamente.

=+e hi;o tleta de #risto

=hab7a informado recientemente a la prensa el Lono Jyola, su compañero deequipo, imprevistamente elegante, con saco y corbata

=. 9e$ó la noche y una conducta..., digamos, poco profesional...

=el Lono eleg7a cuidadosamente sus palabras, tratando de no ofender la memoriadel @ampa

=. #omen;ó a cuidar su dieta y su aspecto, para comportarse como un verdaderodeportista.

a descripción amistosa del r7spido defensor de tlético #arlos #asado no eranecesaria. l mismo tiempo que toda la población de la pequeña ciudad santafesina secondol7a por el accidente de ca;a de su dentista preferido, también se congraciaba con elcambio producido en el @ampa, hi$o mimado de todo el pueblo. Kubo quienes afirmaron,

incluso, que lo hab7an visto concurriendo a las misas del padre ugusto.

=!a no le falta, pa completar, m<s que ir a misa e hincarse a re;ar

=consta que tarareó un d7a el tanguero El7as Ribonatti, director técnico de +anLart7n de #arlos #asado, cl<sico rival del equipo del @ampa y permanente v7ctima de sus



goles.

9e pelo corto, castaño, sin los refle$os dorados que hab7an europei;ado su aspecto,sin el arito en la aleta derecha de la nari;, de remera sobria y pantalón vaquero, el @ampa yano era ese habitual parroquiano del Gudú, bar de moda frente a la pla;a principal, del otro

lado de la iglesia, a la derecha de la Lunicipalidad. +e lo eDtrañaba all7, tras tantos añosocupando los veranos las mesas de la vereda, de camisa floreada abierta casi hasta elombligo, mostrando el pecho peludo sobre el que flotaba media medalla de dudoso doradoque compart7a con su novia eterna, la -orma.

=@obre chica

=sol7an comentar adolescentes y veinteañeras, con un de$o de sorna, conmiseracióny envidia

=N seguro que el @ampa le es muy fiel...

! el @ampa, desfachatado, como era en la cancha, algo guarango como casi siemprefuera de ella, se quedaba en el Gudú a la vista de todos, hasta la una de la mañana,desafiando las opiniones sobre su conducta y el en$ambre de catangas y cascarudos atra7dos por las luces del centro. +e quedaba charlando con el >ato, el #abe;a, lvarito, el @acú yrmando mientras los porrones de cerve;a se acumulaban frente a ellos como bolos de unacancha de bo.ling . 9esde las siete se quedaba instalado all7 el @ampa presenciando lavuelta del perro de las niñas en torno a la pla;a por esas cuatro calles que a esa hora sehac7an peatonales. El @ampa se acostaba pr<cticamente en su silla

=era de caña con apoyabra;os

= y utili;aba otra para apoyar los pies descal;os, las ;apatillas importadasabandonadas ba$o la mesa. 9esde all7 sonre7a y saludaba a las mu$eres, cualquiera fuere suedad, que giraban varias veces alrededor de la pla;a, de a tres o de a cuatro las m<s $óvenes, para ver al 7dolo.

*ntercambiaba maldades con sus compañeros de mesa, chistaba o gritaba delicade;astales como" 8H!a no me conocés, guachaI: a las que, fingiendo desdén o indiferencia, loignoraban con la mirada. +e contorsionaba para mirar a sus espaldas cuando, desde los

coches que doblaban en la esquina de elgrano y &1 de Layo, mu$eres desenvueltassacaban la cabe;a por la ventanilla y le gritaban" 8O#hau, @ampaP:. @asada la medianoche,el @ampa y sus amigos part7an, casi siempre en la rugiente cuatro por cuatro negra, bruñida,del futbolista, hacia el Liramelindo o el !alú, cuando no se largaban en busca del #asinode >res rroyos.



=o que pasa

=confesaba ahora en rueda de futboleros 9ami<n 3utiérre;, su descubridor ydirector técnico

= es que el @ampa ten7a un f7sico privilegiado. *ncluso ya cercano a los treinta años pod7a chupar, comer de todo y hasta no entrenar durante una semana, que no lo afectaba para nada. J lo afectaba muy poco. Le consta que $ugó partidos después de haber estadoencamado toda la noche, y la hi;o de goma. ! no digo encamado con su novia eterna, a lacual quer7a pero lo aburr7a soberanamente. 9igo con las locas de la casa de Rita o las del piringund7n de oquete, all< en as Garillas. Eso s7

=hi;o la salvedad 3utiérre;

=, yo sab7a que ven7a a $ugar después de una noche de $oda o de escola;o, porque legustaba mucho el escola;o, pero lo pon7a lo mismo porque, pasado de sueño o medio en

pedo, adentro de la cancha hac7a la diferencia. ! adem<s, nunca se fue de $oda, también meconsta, antes de un partido importante, como contra -ueve de ?ulio de Laciel, #remer7a oestos putos de #arlos #asado, a quienes se cansó de cagarlos a goles. Es decir, siendosinceros, se cuidaba en esos partidos donde sab7a que iba a estar la prensa, que pod7a haber periodistas de #órdoba, de Rosario, de uenos ires, o también representantes de losclubes de primera.

=legó un momento en que #arlitos se hab7a ido de mambo

=el padre ugusto cumplir7a ochenta años el próDimo octubre pero empleaba unlengua$e que, él supon7a, lo acercaba a una $uventud que paulatinamente se iba ale$ando dela *glesiaN llama 8#arlitos: al @ampa porque lo conoció desde el bautismo

=. !a no era sólo cosa de trasnochadas, mu$eres o alcohol. !a se hab7a metido,como fatalmente iba a ocurrir, en la droga, en los estimulantes, en la anfetamina.

El padre ugusto entrela;ó las dos manos sobre la rodilla de la pierna derecha, quecru;ó sobre la i;quierda. nunciaba as7, si se quiere, que estaba empe;ando a ligar laanécdota con una enseñan;a de vida.

=! mire

=continuó

= cómo son de comple$os los caminos del +eñor. #uando, pese a mis conse$os, yaestaba a punto de caer en el abismo de la perdición, el +eñor puso ante él ese accidente



lamentable que sufrió su padre. 9e all7 en m<s, #arlitos pasó a ser otra persona, a cuidar suf7sico y su alma, a confesarse todos los domingos, a acostarse a las nueve de la noche. Fueentonces cuando lo vino a buscar *ndependiente...

=+i la gente de *ndependiente

=di$o el 9octor

= lo hubiera visto poco antes de lo del vie$o, en aquel programa del cable con el3ordo +alomón, no se lo llevaba...

=-i en pedo

=aprobó Jliva.

=-o pod7a ni hablar, no coordinaba dos palabras seguidas, refunfuñaba, seconfund7a...

=botagado, los o$os enro$ecidos...

=*nconeDo.

>res veces hab7a venido a buscarlo *ndependiente, dos Kurac<n y una +an Lart7n deLendo;a. 9ec7an, incluso, que lo hab7a venido a ver el @ato @astori;a. ! eso cuando ya el@ampa no era muy pibe, tendr7a veinticuatro, veinticinco años, pero sal7a siempre goleadorde la iga.

=@ero los porteños no son boludos

=el ulo, ya algo m<s despe$ado luego de tres pocillos de café y un fernet con coca,recog7a miguitas de pan de s<ndSich que hab7a sobre la mesa

=, no son boludos. Lir< si van a comprar a un $ugador, aunque no sea por una ciframillonaria, sin averiguar antes si es disciplinado, si se cuida o se la pasa de $oda...



=L<s en un pueblo como este

=di$o Eugenio

=, donde se sabe todo.

=@ara colmo, el @ampa no era muy discreto que digamos.

>odos aprobaron entre sonrisas.

=os que hablaron bien de él

=aseveró el 9octor

= fueron los de tlético #arlos #asado, para que se fuera, para que se lo llevaran.Esto lo puedo afirmar porque me lo contó el Rulo Lilisich, que es fana de ellos.

#on un @ampa redimido, que hac7a leg7timamente buena letra y oraba por la saludde su padre mientras este se recuperaba lentamente del escopeta;o que le hab7a volado la pierna cuando procuraba ca;ar martinetas, esta ve; la gente de uenos ires abordóseriamente su contratación.

=Gea usted

=volv7a a sonar aleccionadora la vo; grave del padre ugusto

= qué sabios e intrincados son los caminos del +eñor. 9on ?ulio se dedicaba a ca;armartinetas... H! cómo se llama su mu$erI...

=el @adre estiró una pausa

=... Lartina. Lartina se llama la mu$er, o la eD mu$er. Eso ya estaba presagiando loque iba a pasar.

*ncluso en el diario El Pueblo salió una foto del @ampa Keredia prob<ndose lacamiseta de *ndependiente, $unto a directivos del Ro$o. a pequeña ciudad estabaconvulsionada. 9esde (16, cuando 4uilmes contrató a L<Dimo +pina, centrehalf de#arlos #asado, nunca se hab7a dado un acontecimiento deportivo que llenara tanto de



orgullo a las fuer;as vivas.

a noche anterior a la firma definitiva del contrato, directivos, compañeros e hinchascaracteri;ados del club agasa$aron con una cena despedida al crac5 local. >ras la cena, secomentó risueñamente el hecho de que el @ampa acompañó el asado nada m<s que con

agua mineral. ! sólo accedió a humedecer sus labios con sidra en el brindis final por sufuturo venturoso.

=9ios supo mostrarme

=declaró el @ampa, horas antes de esa reunión, en el programa por cable /omando

el té con /esi

= el camino de la Gerdad. ! lo hi;o a tiempo, porque yo hab7a ca7do en las garras

de la tentación. ! 9ios, en su infinita sabidur7a, supo apartarme a tiempo. Le puso a pruebacon el dif7cil episodio de mi padre, quien afortunadamente ya est< fuera de peligro, en pleno tratamiento de recuperación para volver a caminar. ! mi recompensa es esta, verlo bien a mi padre y vestir el año próDimo la camiseta de *ndependiente, club del que mi padrefuera siempre hincha, dada la admiración de mi abuelo Ernesto por #apote 9e la Lata.

l otro d7a hubo un gran tornado en la ;ona y no se firmó el contrato. ! al siguienteapareció en el 0larín, que llegaba al mediod7a a #arlos #asado, un pequeño suelto en lasección 9eportes donde se anunciaba que *ndependiente hab7a contratado a @ombo Ro$as@inilla, un enganche colombiano de veintiún años proveniente del ucaramanga.

a noticia tuvo sobre la población un efecto m<s pavoroso que el del tornado.

Bn @ampa sorpresivamente tranquilo, cauto, refleDivo, que entrela;aba sus dedossobre la rodilla derecha cru;ada sobre la i;quierda, como sol7a hacer el padre ugusto, semostró una ve; m<s en /omando el té con /esi.

=lgo quiere mostrarme el +eñor en su infinita sabidur7a

=casi declamó, con la vista perdida en algún rincón del pequeño set de televisión,

apenas m<s amplio que un ascensor

=" algo quiere mostrarme a través de esta furiosa tormenta que desató ayer sobrenuestros campos. >al ve; algo he hecho mal, o qui;<s alguien de mi entorno se hacomportado erróneamente y yo no supe encau;arloN pero esta frustración me est< indicandoa m7 un sendero clar7simo" debo terminar mi carrera deportiva en el club que me vio nacer yque me brindó infinitas satisfacciones. Ese es mi destino, señalado desde lo alto. 9elante deti, >esi, y delante de todos tus televidentes, prometo que no me iré nunca del club.



ll7, ante el silencio sepulcral de iluminadores, c<maras y unos pocos asistentes ycuriosos, el @ampa prologó con un mutismo breve el anuncio que conmover7a a lacomunidad.

=>e digo m<s, >esi...

=el @ampa se apoyó la palma de una mano sobre el pecho

=" hago aqu7 otra firme promesa surgida de mi cora;ón e impulsada por lasenseñan;as que obtuve leyendo la vida de la madre >eresa... -i siquiera voy a irme de este pueblo cuando haya de$ado de $ugar al fútbol. Giviré aqu7, aqu7 tendré mis hi$os con minovia de siempre y, llegado el d7a en que el +eñor me llame a su diestra, moriré aqu7. ! unúltimo deseo, para cuando llegue ese d7a" que mis ceni;as sean esparcidas sobre la canchadel 9eportivo +an Lart7n.

esa altura, final del programa, lloraban todos. >esi, por supuesto, que llorabaincluso cuando desped7a de su programa a algún vecino que ver7a de nuevo esa mismanocheN los c<maras, los curiosos y los varios miles de televidentes que brindaron a esaentrega del programa el mayor rating de su corta historia.

=Kasta el 3ringo Jrtu;a lloró

=se asombraba Eugenio, reclamando la atención del 9octor, que ya se iba para su

casa tras la larga noche sin dormir

=. loró el 3ringo, que es un cascote m<s duro que la mierda, que ni siquiera llorócuando un +cania le atropelló su me$or perdiguero de ca;a. Le lo confesó a m7, a m7.

la mañana siguiente, el @ampa casi no pudo pasearse por la v7a blanca, calle +anLart7n, como lo hac7a siempre rumbo a su desayuno tard7o de café con leche y bi;cochosde grasa en el Galentino, la cafeter7a de onda del Lelena +ald7var. Kombres, mu$eres yniños, hinchas del 9eportivo +an Lart7n o simplemente conciudadanos a los que nunca leshab7a interesado el fútbol, lo deten7an por la calle para felicitarlo, reconfortarlo yagradecerle infinitamente ese cariño inquebrantable por la camiseta aurinegra y por la

sociedad que lo vio nacer. Kubo un solo reproche, mitad en broma mitad en serio, de partede ?uli<n, el canchero, quien le di$o que no iba a permitir, llegado el momento, que susceni;as

=las del @ampa

= se esparcieran sobre la cancha porque pod7an ser nocivas para la grama. ?uli<nagregó también que se corr7a el peligro de que el e$emplo de las ceni;as del @ampa sentara



un nefasto precedente

=repitió lo de nefasto tres veces

=, y generara as7 una catarata de imitadores que pod7an llegar a convertir el estadio

aurinegro en una réplica de las ruinas de @ompeya.

El @ampa llegó al Galentino emocionado, cargado de pequeñas notitas, cartas,estampitas y hasta una Girgen de pl<stico, luminosa por dentro y que hac7a también lasveces de velador, obsequio de >ita, la de la mercer7a, infaltable televidente de los programas de >esi.

=o que pasó desapercibido en aquella entrevista

=el 9octor, pese a mostrar en sus o$eras todo el cansancio del mundo, volvió asentarse en una silla

=, debido a las promesas pelotudas del @ampa, fue lo que di$o...

=El hombre es prisionero de sus palabras... y... Hcómo eraI

=se atrevió a interrumpir el ulo.

=Fue lo que di$o

=repitió el 9octor, sin mirar al ulo, para marcarle su impertinencia

= sobre un posible castigo divino a alguien muy cercano a él que hab7a cometido unerror y que él no supo encau;ar...

=o del padre con la enfermera

=se adelantó Jliva.

=!o pensé



=di$o el 9octor

= que el ra$e de 9on ?ulio con la enfermera que lo ayudaba en la rehabilitación loiba a quebrar al @ampa nuevamente, que iba a volver a meterse en la $oda y en la falopa...

@ero no fue as7. #asi con treinta años, el @ampa Keredia, haciendo caso omiso delabandono del hogar por parte de su padre y contradiciendo a los agoreros que anunciabansu regreso a la vida disipada, solidificó, por el contrario, sus logros espirituales. bandonóincluso el consumo de carnes y se volcó a la dieta vegetariana. Recrudeció en sus visitas al padre ugusto, se interesó en la filosof7a de +anto >om<s de quino y estuvo a punto deingresar en el coro de la capilla, ob$etivo malogrado por lo err<tico de su entonación.

9isciplinado, cuidadoso con respecto a su estado f7sico, descansado y bien dormido,el @ampa tuvo un torneo espectacular y fue una ve; m<s goleador del campeonato.

=-i siquiera mi formación salesiana

=admit7a ahora el padre ugusto

= alcan;a a determinar si lo que ocurrió entonces al finali;ar el torneo fue unanueva prueba de car<cter a la que lo sometió el +eñor o una de las tantas tentaciones que pone en nuestro sendero el Laligno.

El &) de diciembre volvió la gente de *ndependiente con el contrato firmado porellos, todo el dinero en efectivo en la mano y hasta el mismo fotógrafo que le hab7a sacado

en la ocasión anterior la foto al @ampa con la camiseta ro$a. El ignoto colombiano hab7a idoa parar a >alleres de Remedios de Escalada y los porteños, conscientes de que los pobladores de #arlos #asado

=como di$era @erón

= pod7an hacer tronar el escarmiento, insist7an en resaltar que Keredia lucir7a en susdorsales el emblem<tico número die; para prolongar la estirpe de Ernesto 3rillo y el ochaochini.

a operación se cerró en menos de media hora. ! los habitantes de #arlos #asado, a

pesar de que ningún tornado se hab7a abatido sobre ellos, permanecieron en sus casas,mustios y cariacontecidos.

nteanoche, sin embargo, en el partido despedida, el estadio estaba casi repleto.

=! era lógico



=boste;ó el ulo, que volv7a de hacer una recorrida por el salón leyendo losnombres de los remitentes de las coronas

=. 9espués del primer momento de calentura, la gente comprendió que era laoportunidad esperada por el @ampa toda la vida. !, de alguna forma, quiso devolverle algo

de todo lo que este muchacho nos dio desde adentro de una cancha.

=!o no pensé que iba a ir tanta gente

=di$o Eugenio.

=@ero... Hquién no quer7a ver al @ampa $ugando en un equipo grande de uenos

iresI

=! eso que amena;aba lluvia.

=! muchos se hab7an olvidado

=di$o Jliva

= de las promesas al pedo que hab7a hecho el @ampa.

=! adem<s, *ndependiente tra$o un equipo que era una $oda.

#omo suele ser habitual, el Ro$o de vellaneda ofreció, como parte de pago por el pase de #arlos Keredia, un partido con su primer equipo en #arlos #asado contra9eportivo +an Lart7n. #omo suele ser habitual, el con$unto porteño tra$o un par desuplentes de la primera y completó el plantel con pibes muy $óvenes de las inferiores.

#omo suele ser habitual, se anunció que el @ampa iba a $ugar el primer tiempo para elequipo de toda su vida, y el segundo para la divisa ro$a.

=4ué significativos suelen ser los sinuosos caminos del +eñor

=repet7a ahora el padre ugusto, con una genuina eDpresión de pena en la cara



= cuando quiere señalarnos algo, enseñarnos algo, aunque, como simples mortales,a nosotros nos cueste entender su mensa$e.

#asi sobre el final del partido, de un ' a ' aburrid7simo, ya con el @ampa $ugando para el equipo visitante, el <rbitro de la liga local y amigo de la casa regaló con una dudosa

interpretación del sentido del espect<culo un penal para los visitantes. @or primera ve;desde la pitada inicial, el público se puso de pie sobre los tablones de madera para ver quéactitud tomar7a el @ampa, rodeado ya por sonrientes y bromistas eD compañeros que lehablaban y lo palmeaban.

El @ampa, inclinado sobre el punto del penal, hi;o girar dos o tres veces la pelotaentre las manos como busc<ndole el perfil favorable. plastó el césped endurecido por lacal blanca con tres o cuatro golpes de la puntera de su bot7n derecho y, finalmente, optó porcorrer el balón unos cent7metros hacia la i;quierda para sacarlo de esa mata de pastodespare$o, ante la permisividad del <rbitro y las risas provocativas de su gran amigo, elarquero Lolina.

=-o est< en nosotros

=eDpresó el padre ugusto, calmo y recompuesto

= la capacidad de comprender este tipo de mensa$es divinos.

El silbato y el estruendo parali;ante del rayo estallaron casi al un7sono. 9esde elcielo hasta el punto del penal se desgarró una lu; intensa y ;ig;agueante. Bn segundo

después, cuando recién el público empe;aba a percibir el olor mortificante al a;ufre y elo;ono, y cuando recién todos empe;aban a comprender lo que hab7a ocurrido, del @ampasólo quedaba un montoncito de ceni;as que cubr7a apenas los restos de un par de botinescalcinados. Bn minuto después, ante el silencio espantado de la concurrencia, una brisacalma y algo c<lida comen;ó a soplar anunciando la lluvia y dispersó las ceni;as del @ampa por todos los rincones de la cancha.

LA ISLA

m7 ya me hab7an llamado antes, por este asunto de los platos voladores. 9igamos,yo no seré Fabio Merpa, pero cono;co del tema. Le he convertido casi en un eDperto desdeque hace años me apasioné con las fotos de las pinturas encontradas en la pir<mide olmeca,en Konduras, que publicó la prensa. Eran im<genes de ind7genas conduciendo algo muysimilar a una nave espacial, lo que confirmar7a que los platos voladores visitan la >ierradesde mucho tiempo atr<s. Le impresionó el detalle de un cacique olmeca accionando unartefacto parecido a una afeitadora eléctrica, adelanto impensable para aquella época.



*ncluso estuve hablando de los visitantes eDtraterrestres en un programa de canal 1, Ellos

nos miran, conducido por Fabi<n 3raciani.

! acepté aquella invitación para trasladarme a la isla

=sitio donde no hab7a estado m<s de tres veces

= en mi ansiedad por tener una aproDimación a las culturas alien7genas. #onfieso,me duele decirlo, que nunca he visto un plato volador. Gi luces sospechosas, refle$ossugestivos, pero nada como para decir que se trataba de un contacto fehaciente. Luchagente afirma haber visto platos voladores, escuadrillas de ellos, asegura haber visuali;ado asus ocupantes, pero no tiene ninguna prueba que lo confirme y todo suena a charlataner7a.Bna vecina, 9elia, sostiene que seres eDtraterrestres le de$an mensa$es de teDto en sucelular, incluso algunos muy subidos de tono. !o creo que nosotros, los que estamosmetidos seriamente en esto, Merpa, 9Tni5en, +mith, debemos mantener prudencia yresponsabilidad para no confundir a la gente. Es muy f<cil engañarse en estos temasN por

eso es acertada la denominación JG-*, ob$eto volador no identificado, lo que implica queun ob$eto tal ve; no puede ser calificado o reconocido, pero esto no quiere decir que sea,obligadamente, un plato volador.

Bn amigo m7o, ird Aatchers, observador de p<$aros, me contaba que en unaoportunidad estuvo observando durante media hora el vuelo err<tico de un p<$aro blancoque lo desconcertaba con sus repentinos cambios de dirección. Kasta que al final, cuando el p<$aro perdió altura, mi amigo advirtió que no era un p<$aro sino una bolsa de polietilenodel supermercado -orte inflada por el viento.

o cierto es que en aquella oportunidad, un grupo de veterinarios me invitó a ir hasta

la isla, pasando El Embudo, para investigar la aparición de varios animales muertos. Fue uncaso que se comentó mucho en los medios. parecieron vacas muertas, algunas cabras,lechones, sin señal alguna de violencia. >ampoco parec7an haber sido v7ctimas de alguna peste o enfermedad. o curioso e inquietante era que las partes blandas de sus cuerpos

=ubres, lenguas, o$os

= hab7an sido devoradas o, al menos, mutiladas. +e lan;aron a rodar infinitasversiones, se habló de rituales sat<nicos, de súbitas enfermedades degenerativas, de algúndepredador natural enorme y desconocido y, por supuesto, de la acción de eDtraterrestres.

=4ui;<s

=me di$o en aquella oportunidad uno de los veterinarios

= estén tomando pruebas de te$idos animales para el estudio de los habitantes denuestro planeta.



a verdad es que yo no pude echar mucha lu; sobre esos acontecimientos. usqué,eso s7, rastros de pastos quemados que, como hab7a le7do en 1anímedes y el cuar2o

mara3illoso, suelen de$ar las naves espaciales cuando aterri;an. Encontramos un c7rculo deyuyos quemados, pero la presencia de huesos de costilla pelados y dos botellas vac7as devino denunciaban claramente un asado ocasional.

Esta ve;, hace poco, el que me llamó desde la isla fue mi amigo Eduardo.#ompañero de escuela desde la infancia, Eduardo hace casi veinte años que vive en losEstados Bnidos. Es médico cl7nico en Aashington y, har< die; años, decidió comprarseunos terrenos en la isla, bien frente al centro de Rosario.

=Es que algún d7a pienso volver a vivir all<

=se emocionó una ve; al llamarme por teléfono desde Aashington para pedirme

que me hiciera cargo de algunos tr<mites de la compra

=. Estoy en la isla

=me informó

= con un par de yanquis que me tra$e de all<. Gienen a pescar.

=H pescar ac<I !o pensé que los yanquis iban siempre a pescar truchas en el

-ahuel Kuapi o, a lo sumo, dorados a Esquina o a @aso de la @atria.

=-o, boludo

=con Eduardo ten7amos un trato muy suelto, desde siempre

=" pescan bagre, vie$a del agua...

=HGie$a del aguaI

=Ellos la llaman Jld ady River. *ncluso creo que hay un tema de Ray #harles quese llama as7.



!o estaba acostumbrado a ese tono $odón de mi amigo, que no me permit7a percatarme demasiado si estaba hablando en serio o en broma. @ero también me anotaba, ycreo que era una de las caracter7sticas de nuestra relación.

=4uiero que te vengas para la isla

=ahora el color de la vo; de Eduardo hab7a cambiado.

=H@ara quéI

=4uiero que veas algo.

=>irame un adelanto.

=-o creo que sea conveniente as7, por celular.

=H4ué hacés, puta;oI

=H#ómo and<s, troloI

Era uno de nuestros saludos de rigor. Kubiera pasado el tiempo que fuere, el di<logoentre nosotros se retomaba como si lo hubiésemos mantenido hasta un par de minutosantes.

=ien

=contestó Eduardo

=. ah... no sé, m<s o menos, preocupado.



Laniobraba con cierta destre;a para alcan;ar el centro del riacho con la lancha conla que me fue a buscar donde terminaba el primer tramo del puente RosarioQGictoria. Kastaall7 hab7a llegado yo en ómnibus y ahora me puteaba a m7 mismo por haberme mo$ado losmocasines, las medias y las botamangas del pantalón.

=Es que solamente a un nabo como vos se le puede ocurrir venir vestido as7 a laisla

=me di$o Eduardo elevando la vo; por sobre el ruido del motor fuera de borda, elviento, y los cacheta;os del agua contra el casco de la lancha.

=H@or qué dec7s que est<s preocupadoI

Eduardo no me contestó. Le di vuelta para mirarlo desde la proa. Cl estabaobservando una columna de humo que se levantaba en el hori;onte. Le la señaló.

=paches

=di$o

=. Le;caleros.

Jtra señal de nuestra edad. Le sonre7, frunciendo la cara por la lluvia de gotas deagua que me golpeaban cada tanto. Recordar pel7culas de co.boys. Kace mil años que nolas dan m<s.

4%pache, con urt ancaster.

=+on quema;ones que producen los mismos dueños de los campos

=le eDpliqué, a los gritos

=. +e est< dando mucho la ganader7a por aqu7, y estos tipos queman los pasti;ales para limpiar la tierra. la noche, desde Rosario, pueden verse los fuegos y a veces cae unalluvia de ceni;as.



=H! est< permitidoI

=-o. -o sé si habr<s visto... Hcu<ndo llegasteI... a un helicóptero que sobrevuelaconstantemente por ac<. 9ebe ser de la @refectura. #reo que hay multas muy grandes paralos que queman campos.

=Es cierto. Gi varias veces el helicóptero. @arece uno de los de %pocalypse No..

=>e lo digo

=le advert7

= para que, si el d7a de mañana se te ocurre quemar algo, primero lo pienses.

=paches. paches me;caleros.

#amin<bamos ahora, ya en tierra firme, con esfuer;o, por entre unos yuyos bastante altos,sintiendo el golpetear de los tallos sobre los muslos. !o transpiraba mucho" no hab7allevado ni una gorra y hac7a mucho calor, aunque aún est<bamos en primavera.#hapote<bamos de ve; en cuando en las ;onas pantanosas y o7a el ;umbido de todo tipo de bichos alrededor de mi cara. Kab7a un olor fuerte a agua servida, a pescado podrido, a bostade vaca.

=#uando lleguemos a la casa

=se compadeció Eduardo

=, te voy a dar un sombrero. ! otra ve; venite con botas, por las v7boras.

=-o sé si habr< otra ve;



=segu7 caminando detr<s de él

=. HKay v7borasI

=!arar<s.

@arec7a mentira estar hablando de v7boras venenosas cuando uno levantaba la vistahacia la derecha y, tras la deslumbrante anchura del r7o, pod7a verse la punta de los edificiosaltos de Rosario, el enladrillado ro$i;o del @arque España y, entre los <rboles de esta orillaentrerriana, los cilindros pintados de los silos 9avis. Eduardo, en cambio, parec7a haberadoptado la previsora conducta de los norteamericanos, que se compran todo lo necesario para via$ar a lugares eDóticos. levaba un sombrero blanco de ala ancha y botas hasta larodilla.

Le sent7 agitado.

=H@ara dónde est< la casaI

=pregunté.

=@ara el otro lado

=señaló vagamente Eduardo, desalent<ndome

=, pero no te creas que es gran cosa. Es casi un galpón con un baño y una cocina deconstrucción muy primaria. Estaba hecha cuando yo compré el campo y no le hice ninguname$ora. >al ve; la tire aba$o y levante una nueva según lo que decida hacer con todo esto.>endr7a que conversarlo con Elena y los chicos...

9e pronto se detuvo. Liró hacia un grupo de <rboles" detr<s de ellos se eDtend7a elalambrado.

=#reo que es por aqu7... -o estoy muy seguro

=dudó, girando sobre s7 mismo.



=#agamos

=di$e

=, estoy en manos de un loco.

@ero Eduardo señaló firmemente hacia los <rboles.

=-o. Es ah7... +7, es ah7.

=H@or qué me dec7as

=me acordé de pronto

= que estabas preocupadoI

Eduardo frenó su marcha hacia los <rboles y un matorral de cañas bravas quetapaban un sector del alambrado.

=@rimero...

=se dio vuelta para mirarme

= por esto que voy a mostrarte. ! segundo, porque estos boludos de losnorteamericanos desde ayer que no aparecen. yer al mediod7a se fueron con otra lancha a pescar m<s all< de la laguna y todav7a no volvieron. !a son...

=consultó su relo$

= m<s de las tres de la tarde y no tengo noticias de ellos.

=+e habr<n puesto en pedo. H#hupan muchoI

Eduardo se encogió de hombros.

=o normal. Kubieran podido llamarme por el celular, avisarme que se retrasaban,



cualquier cosa...

=H+aben nadarI

=+aben nadar, saben armar una carpa, saben de todo. Bno de ellos estuvo en la3uerra del 3olfo. +on médicos, como yo, pero mane$an a la perfección todo tipo decomunicaciones, hasta 3@+ tienen.

=Entonces, ya van a aparecer.

=Es que hab7an quedado en volver anoche a la casa, para cenar $untos. !o ya hab7acomprado todo en lo de >aco.

+e escuchó a lo le$os el ruido del helicóptero, pero no alcan;amos a divisarlo.Eduardo resopló fastidiado.

=Gamos

=me di$o. ! arrancamos hacia los <rboles.

>ardé casi un minuto en darme cuenta de qué era lo que Eduardo me señalaba en un pequeño claro entre las cañas. Le fue dif7cil diferenciar el cuerpo de la vaca muerta de losyuyos aplastados, las cañas quebradas y el suelo fangoso. a vaca, o lo que quedaba de ella,ten7a un color amarronado ceni;a y los restos de la piel eran de un tono gris<ceo. Leacerqué lentamente al cuerpo del animal. -o se sent7a olor alguno ni tampoco hab7aen$ambres de moscas u otros insectos a su alrededor. 4uedaba de la vaca una especie deenvase vac7o y sólo era notoria la cabe;a reseca. >odo el cuerpo parec7a disecado. >anto el

cuero como el costillar, que pod7a verse a través de algunos agu$eros en el pela$e, luc7ancomo hechos de cartón o papel maché, aquel emplaste que se usaba para fabricar t7teres. Elinterior del animal estaba completamente hueco, sin v7scera alguna.

=HKubo mucha sequ7a por ac<I



=pregunté tontamente, como si yo viviera en otro pa7s.

=@ara nada

=murmuró Eduardo a mis espaldas

=. l contrario, los lugareños me contaron de mucha lluvia.

=>iene el aspecto

=me puse en cuclillas para estudiar el cuerpo m<s de cerca

= de esos animales que uno ve muertos por la sequ7a. 4ue parecen arpillerasresecas, cartón corrugado, qué sé yo.

=9a la impresión de que si uno la toca se va a convertir en polvo...

-os quedamos un rato en silencio. +e escuchaba el ;umbido de algún abe$orro y pasaron, recuerdo, muy cerca de nosotros en vuelo rasante, dos torca;as, haciendo un ruidocomo si tuvieran las articulaciones de las alas oDidadas.

=H>enés idea

=pregunté

= de cu<nto tiempo hace que el cuerpo de este animal est< aqu7I

=9esde ayer

=di$o Eduardo, y me corrió un estremecimiento por el cuerpo.

=H9esde ayerI

=no lo pod7a creer. Eduardo reafirmó su negación meneando la cabe;a



=. HEst<s seguroI @arece como que se hubiera muerto y hubiera estado sec<ndose alsol durante meses.

=nteayer estaba viva

=apuntó Eduardo

=. !o mismo la vi pastando por ac< y pensé que ten7a que avisarle al vecino de allado que una de sus vacas hab7a saltado el alambrado para ac<...

=a puta madre que lo parió

=resoplé. ! fue lo único que se me ocurrió decir.

!a en la casa, la preocupación de Eduardo hab7a crecido. ! la m7a también" buscando en mimemoria no recordaba episodios similares relacionados con eDtraterrestres. ! eso querecorr7 mentalmente todos y cada uno de los programas del canal *nfinito. En Eduardo,adem<s, crec7a la ansiedad por saber algo sobre el paradero de sus colegas e invitadosnorteamericanos. #uando volv7amos hacia la casa, luego de contemplar la desconcertanteimagen de la vaca reseca, Eduardo se me adelantó considerablemente. Es cierto que yocaminaba muy despacio debido al cansancio que me generaba la falta de costumbre deandar por el campo. @ero él apresuró el paso porque ansiaba llegar a la casa y encontrarse

con sus amigos.

=O@ero cómo pueden ser tan pelotudosP

=golpeó con el puño la mesa $unto a la cual nos hab7amos sentado para tomar algofresco

=. -i un mensa$e, ni una señal, ni un aviso...

=>al ve; se tiraron a la laguna para nadar un rato.

=H!I



=!...

=vacilé un poco

= pueden haberse ahogado...

Eduardo negó enérgicamente con la cabe;a.

=-o

=di$o

=, vos no sabés lo que son estos tipos. ob, el que traba$a conmigo en el hospital de@asadena, es un poco m<s $oven que yo, y hace un montón de deportes. +olemos $ugar al s&uash, pero él adem<s hace esqu7 y alpinismo. El otro, #harles, el que estuvo en la 3uerradel 3olfo, no tiene m<s de cincuenta años y no se ahoga en un vaso de agua... #omo dicenac<, fuma adentro de una garrafa.

=HEst<s seguro de que ese #harles es solamente un médicoI

Eduardo se levantó de la silla casi de un salto. os nervios no le permit7an estar

quieto. EDhaló por la boca, como quien se desinfla, y me miró. +upe que me iba a revelaralgo.

=-o

=di$o

=, creo que este tipo #harles es de la #*, o del F* o, si no es de la #* o del F*,traba$a para ellos, porque es un cient7fico de relieve. !o lo vi muchas veces, sin conocerlo

personalmente, en el laboratorio de bioqu7mica del hospital. ! eso me hace pensar que ob,mi amigo, también anda metido en lo mismo.

Golvió a sentarse derrumb<ndose en la silla.

=-o sé si llamar a la casa de ob



=murmuró, con la vista perdida y como para s7 mismo

=. J a la emba$ada...

=H>e pareceI

=Es que yo los tra$e, y de una manera u otra est<n ba$o mi responsabilidad.

=>ampoco te hagas cargo de todo

=lo reté

=" no son un par de pende$os a tu cargo que vos tra$iste para hacer turismo...

=>e imagin<s el quilombo en que me meto si les pasa algo a estos tipos. -o sólocomo ciudadanos norteamericanos sino por lo que te dec7a que son, posiblemente, agentesde la #* o del F*.

=@ero, escuchame...

-o me dio tiempo, se volvió a parar.

=Gamos a lo de >aco

=me animó

=" es el único lugar donde se me ocurre que pueden saber de ellos. Es posible quese hayan metido all7 anoche para comer algo y dormir. -o hay otro lugar por esta ;ona.

Le levanté puteando para adentro" otra caminata entre pasti;ales.

-o fue as7. +ubimos nuevamente a la lancha con la cual Eduardo me hab7a ido a buscar y, salvo por el hecho de que volv7 a empaparme los ;apatos, las medias y las botamangas, pude sentarme en el asiento delantero.



=HEs posible

=pregunté, lo ve7a muy preocupado a Eduardo

= que ocurran estas cosas en programas de pescaI

=H#ómo 8estas cosas:I

=9emoras, desapariciones, pescadores que por ah7 se entusiasman con la pesca y seolvidan o les importa un cara$o volver a un lugar de reunión.

Eduardo quedó pensativo. @or un momento pensé que el ruido del motor le hab7aimpedido escuchar mi pregunta.

=-o vinieron a pescar, >ito

=di$o al fin

=. -o vinieron a pescar.

o miré.

=Ginieron a estudiar las reservas h7dricas de esta ;ona de la rgentina. +abr<s quenosotros tenemos algunas de las reservas acu7feras m<s importantes del mundo, en elitoral por e$emplo. El acu7fero 3uaran7. Kabr<s le7do que las próDimas guerras no ser<n por el petróleo o por el gas. +er<n por el agua. !... Hqué me$or eDcusa que un programa de pesca para estudiar este asunto del aguaI

*ba a hacerle una nueva pregunta pero el ruido del motor se cortó de golpe yEduardo saltó sobre el precario embarcadero de madera podrida que serv7a de acceso alrancho de >aco. 9ado su apuro, no consideré prudente demorarlo. Bna ve; m<s se meadelantó a largas ;ancadas y se metió en el rancho por una desvenci$ada puerta abierta,antes de que yo siquiera me ale$ara unos metros de la lancha. #uando pisé el entablado dela galer7a que rodeaba el rancho, Eduardo apareció nuevamente en la puerta apoy<ndose enel marco y con eDpresión sombr7a. -o ten7a que aclararme demasiado las cosas. @asé a sulado y me met7 en la espaciosa habitación que hac7a las veces de dormitorio, comedor y



despacho de alimentos y bebidas. mi derecha, eDtendido sobre un camastro, estaba elcuerpo de un hombre casi irreconocible. >ardé unos instantes en dilucidar qué partes de ese bulto informe correspond7an a >aco y qué partes, a las s<banas y abrigos varios. >aco parec7a en verdad momificado, la piel arrugada y tensa, absolutamente reseca, gris<cea yquebradi;a. >ras haber estudiado el cuerpo de la vaca no necesitaba detenerme demasiado

en hacer lo mismo con >aco, pues las caracter7sticas eran idénticas. ?unto a la cabecera dela cama me llamaron la atención dos bidones grandes de pl<stico, precintados,aparentemente flamantes, lo que los hac7a resaltar en ese entorno de cosas vie$as ydesgastadas. #uando me di vuelta para señal<rselos, advert7 que Eduardo estaba a misespaldas. +e hab7a acercado con pasos tan cautelosos que no lo hab7a o7do. @ero lo que s7escuchamos de pronto fueron enérgicos pasos de alguien que corr7a afuera, por la galer7a,acerc<ndose a nosotros. Bn segundo después se plantó en la puerta un tipo ba$o y fornido,de pelo corto rubio y ropa deportiva color caqui. +upe que era #harles. #aminó hacianosotros, sonriente.

=Kola

=di$o en un castellano casi sin acento inglés

=. Gamos, Eduardo

=palmoteó a mi amigo en el antebra;o como si ya tuvieran todo concertado ymientras se dirig7a, decidido, hacia los bidones de pl<stico. l;ó uno con cada mano y a paso enérgico volvió a salir del rancho.

=H! obI

=le gritó Eduardo, sin moverse de su lugar.

=Est< ac< afuera

=escuchamos contestar a #harles, también gritando.

Eduardo parec7a vacilante.

=guantame un cacho

=me pidió, en vo; ba$a y salió detr<s de #harles.



Le quedé solo, sin saber qué hacer. >ras unos minutos, el llamado #harles volvió aentrar y se dirigió directamente hacia m7, limpi<ndose las manos con un trapo. +e meacercó, me puso una mano sobre el hombro y sonrió. >en7a una linda sonrisa, llena dedientes, lo recono;co.

=-o sé cómo te llamas

=me di$o, mir<ndome fuga;mente a los o$os para, de inmediato, pasear su vista porel recinto, como quit<ndole importancia al momento

=, pero supongo que eres amigo de Eduardo y eso me basta. @ero Eduardo cometióel error de no avisarnos de tu presencia.

4uitó la mano derecha de mi hombro y se ale$ó unos pasos. +eñaló el techo con el

7ndice de su mano derecha. -o supe qué quer7a significar hasta que escuché el sonido de losrotores de un helicóptero.

=@ero no importa

=siguió #harles

=, este es el campo de Eduardo y as7 como nos invitó a nosotros tiene derecho ainvitar a cualquiera. Eso s7...

=se detuvo en el rellano de la puerta mientras el ruido del helicóptero crec7a ycrec7a

=, te recuerdo una cosa, amigo de Eduardo... >ú no has visto nada, no hasescuchado nada, no has estado nunca en esta isla y tampoco nos has visto a nosotros.4uiero que lo tengas bien claro. #onf7o en ti...

=pareció cambiar de idea y volvió hasta m7 para pegarme unos golpecitos en el pecho con el dedo 7ndice

=N para que sepas la importancia del asunto en el que estamos metidos, te diré quesi tenemos que volver a visitarte desde los Estados Bnidos, ya seamos nosotros o algunosde mis compañeros, no vacilaremos en hacerlo.

+in duda observó mi cara de confusión.



=>e lo aclararé

=insistió

= porque total sé que no se lo dir<s a nadie... #onoces, sin duda, el problema del

agua, faltar< en un breve pla;o...

9i$e que s7 con la cabe;a.

=lgo he le7do

=respond7

= y algo también me contó Eduardo sobre las reservas acu7feras y esas cosas

=agregué como para no sentirme apenas un interlocutor pasivo e imbécil.

#harles negó con la cabe;a y luego me di$o casi a los gritos porque el ruido delhelicóptero atronaba.

=-o. as reservas acu7feras no alcan;ar<n, si sigue este crecimiento descontroladode la población. @ero...

=señaló hacia el cuerpo momificado de >aco

= no olvides, te lo digo como médico, que el cuerpo humano se compone en un/1U de l7quido. ll7 tenemos la otra mayor reserva l7quida del mundo.

! se fue, a los saltos, r<pidamente. Escuché fort7simo el ruido del helicóptero porunos minutos y vi cómo el viento producido por las aspas de la m<quina echaba a volar papeles, bolsas de nylon y ramas sueltas diseminadas en torno al rancho. uego el sonido seale$ó y volvió el silencio.

#uando sal7 del rancho, el helicóptero se hab7a perdido en el hori;onte y no estaba ni

siquiera Eduardo. #ómo hice para volver a Rosario lo contaré en otra oportunidad.

-o mencioné nunca demasiado este episodio. Bn poco por las recomendaciones queme hiciera este tipo #harles y, en parte, porque con esta cuestión de los platos voladoressobre los que yo tanto hablo hay muy poca gente, salvo mi madre, que me sigue creyendo.

CORONEL EN DUELO



#oronel VRW 9almacio Lieres engoechea. >odos los d7as, después de almor;ar,mientras su esposa uisita lava los platos y se apresta a la siesta, él cru;a el patio y seencierra en la que fuera la pie;a de su hi$o ?ulito. e siguen diciendo, a tantos años de la ida

del hi$o de la casa, 8la pie;a de ?ulito:. ll7 el #oronel se encierra, abre las persianas quedan al patio para que entre lu; y hace lo mismo con las persianas del balcón a la calle. @eromantiene corridas las cortinas bordadas que dan al patio para que no lo vea gustina, lamuchacha. uego, abre el ropero grandote y alto y, elevando la mano derecha, tantea en elestante superior. >odos los d7as, entonces, saca el sable y lo sostiene frente a sus o$os sobrelas palmas de ambas manos. e reconforta percibir el peso del arma. uego lo desenvaina yse estremece de placer con el sonido met<lico del acero al abandonar su protección. Jscilael sable en el aire y el #oronel se siente un samur<i.

Luchas veces les ha comentado a sus nietos que el sable 8corta un pelo en el aire:, pero admite para s7 mismo que es una prueba dif7cil de demostrar. nte el reclamo gritón de

los chicos, el #oronel aduce bromeando que la calvicie lo ha de$ado ya sin pelo. #amina por la habitación a pasos largos y firmes lan;ando cortos mandobles con el arma. gu;a elo7do procurando o7r el canto que el viento modula en el filo del acero. a 8Espada#antora:, repite, pero no sabe si aquella famosa espada cantora pertenec7a al rey rturo o al@r7ncipe Galiente, el persona$e de flequillo ligeramente amariconado que publicaba el Leoplán.

poya la ho$a fr7a del sable sobre su ore$a y cree percibir un murmullo remoto,como el de una doncella cantando le$7simos. veces, el #oronel, cercior<ndose de quenadie lo vea desde el patio o desde la calle, prende el ventilador de aletas de cartón y colocael sable desnudo frente a él. En esos casos $urar7a que la música que brota del filo de su

arma es comparable al canto de las sirenas que atra7an a Blises. Jtras veces, el #oronel semira en el refle$o de la ho$a del arma, como si lo hiciera en uno de esos espe$os conveDosdel parque $aponés. +uele verse all7 fuga;mente y oblicuo, erguido y delgado como añosatr<s, en sus comien;os en la milicia. e complacen, asimismo, los brillos que la lu;arranca al sable y suele ubicarlo estratégicamente

=después de todo es un militar

= ba$o los rayos de lu; que entran a esa hora del mediod7a por los enca$es de lascortinas del balcón que da a la calle. +iempre le ha sorprendido observar en esos rayos proli$amente dibu$ados en la semipenumbra del cuarto las miles y miles de part7culas de

polvo que flotan en el ambiente. 89e polvo somos y al polvo volveremos:, recita, sinrecordar quién es el autor de la frase. @ronto se distrae dirigiendo el refle$o del sol sobre susable hacia lo alto de las paredes y el techo. Bn vivo y brillante punto de lu; que recorre elcielo raso a su voluntad, como un reflectorN esos mismos reflectores que, se dice, hanempe;ado a usarse en Europa, en la 3ran 3uerra, para capturar el paso de los avionesatacantesN esas nuevas armas bélicas que, según el #oronel, distorsionar<n el verdaderoesp7ritu de las contiendas. a diversión, empero, se acrecienta cuando el #oronel detecta enlos rincones del techo la presencia de una mosca, una larva de mosquito o, me$or, una



bruñida cucaracha. @ersigue entonces a la presa con el refle$o del sol sobre su arma, hastaagotarla, enloquecerla. e complace el $uego, s7, pero la presencia de tales alimañas, $unto alas part7culas de polvo que se observan en los rayos de sol, hablan mal de la eficacia degustina, la muchacha.

Bna ve; a la semana, caprichosamente los $ueves, el #oronel, encerrado en la misma pie;a que fuera de su hi$o, destina la tarde a su uniforme. o descuelga del ropero y,lentamente, cariñosamente, se viste con él. #ontrola la pulcritud del planchado y el lustredel correa$e y las botas. >eme detectar algún d7a la acción nefasta de las polillas. @aracolmo, aprendió en los primeros años del #olegio Lilitar, en las clases de 8Jbuses yiolog7a:, que las especies de polillas son infinitamente m<s numerosas que las demariposas, en proporción casi de die; a uno. e insiste a gustina, la muchacha, en elaprovechamiento de la naftalina, el nuevo producto derivado del petróleo que, segúncalcula el #oronel, podr7a acarrear nuevos enfrentamientos bélicos. 84uien domine lanaftalina

=repite = dominar< el cuidado de los uniformes militares:. +in embargo, en sus minuciosos

controles para verificar si aparecen los temidos y m7nimos orificios producidos por las polillas en su chaqueta, charreteras o gorra, desear7a, paradó$icamente, confirmar algúndaño. s7 tendr7a un reproche v<lido para hacerle a gustina, la muchacha, y que sienta el peso de su autoridad. Kay que comprenderlo" ya no tiene tropa a su mando, ya no tienesubalternos a quienes gritar, ordenar y reprochar. +ecretamente, la detesta. +ospecha queella, alguna ve;, lo ha espiado de manera fuga;, por entre los visillos, mientras él caminabaen torno a la cama de ?ulito meneando el sable en camiseta de tiras y pantalón piyama.

#oronel VRW Lieres engoechea. @ertenece, a instancias de su esposa uisita, al #lub+ocial >ertulia y iblioteca Fulgores @atrios. El #oronel siempre ha sido un poco renuentea las reuniones socialesN las considera propias de petimetres y salsif7es, pero su esposainsistió en aceptar la invitación de las autoridades del club para sumarse a la lista de socios.uisita se sent7a muy sola cuando, ya él en retiro efectivo, volvieron del largo aislamientoen el destacamento de Entre R7os. !

=as7 el #oronel lo reconoce

= desde su ingreso siempre se sintió respetado y casi venerado por los socios del

club. El #oronel ha sido buen lector y, adem<s del seguimiento de las aventuras del@r7ncipe Galiente en el Leoplán, leyó los treinta y dos tomos de %pogeo y caída de Napole5n $onaparte, de lain LichelN los treinta y dos tomos de El apogeo porque La

caída abarca otros veintisiete que el #oronel est< leyendo morosamente, casi desalentado.9esde siempre le gustan las novelas de misterio, como las de Emanuel Restivo, pero, eneste caso ha escuchado a alguien comentar la definitiva derrota de -apoleón en Aaterloo,lo que recorta mucho su interés y curiosidad sobre el desenlace de la obra.



hora, el club lo gratifica con una nueva distinción. o han nombrado presidente del $urado en el concurso de composiciones sobre el general 3regorio r<o; de amadrid.

=-adie me$or que usted para encabe;ar ese $urado

=le dice Keriberto #orrea +<nche;, presidente del club, en la cena del de ?ulio.

@oco sabe el #oronel sobre la vida y obra de 3regorio r<o; de amadrid, perodispone de la generosidad de la biblioteca del propio club para documentarse debidamenteantes del concurso, en el que participar<n todos los alumnos de las escuelas cercanas.Envidia, eso s7, la sonoridad de un nombre como 3regorio r<o; de amadrid, mucho m<sdistinguido y musical que el suyo propio.

#on preste;a militar el #oronel designa otros tres miembros para el $urado.

=Bsted no lo tome a mal, 9almacio

=titubea una tarde el tesorero, Emilio Roca

=, pero se considera conveniente que los $urados estén integrados por un númeroimpar de personas, para evitar que los votos registren un empate.

El #oronel ha salido airoso de trances m<s embara;osos.

=pelo

=improvisa

= a mi eDperiencia en los cuarteles. *ntegré varios $urados en $uicios por desercióno falta de aptitud militar, y todos estaban compuestos por un número par de $urados. @orqueel presidente se reservaba el derecho de que su voto valiera dos.

El impertinente tesorero huye, con el rabo entre las piernas.

=>e aviso

=le dice esa noche uisita durante la cena



= que Rosalba, tu nieta, participar< de ese concurso, con el seudónimo de 8lel7:.

=H4ué querés decirme con eso, uisaI

=pregunta amoscado el #oronel.

=>e quiero decir que aún le debemos a esa chica el regalo de cumpleaños, decuando cumplió los nueve.

El #oronel queda en silencio, pensativo, mientras pela meticulosamente unaman;ana.

=Rosalbita

=insiste uisa

= escribe muy pero muy bien. El otro d7a, me di$o su maestra, redactó unacomposición sobre la abe$a que era una maravilla. #omentó la docente que leerla era comoescuchar el ;umbido del vuelo de la abe$a dentro del aula. +er7a estricta $usticia, entonces.

El #oronel sigue pensativo. -o es ese tipo de ecuanimidad la que le han enseñado en

los cuarteles.

8#uando se miran de frente los vertiginosos o$os claros de la muerte...:. El #oronel recitasin saber a quién recita. Ese fragmento de un poema que ha le7do o que ha escuchado recitara alguien vuelve a su memoria fastidiosamente. @ara colmo, acho, su primo, tambiénmilitar, le ha dicho que el autor ser7a un ro$illo, un comunista. Jcurre que hay algo queabruma al #oronel y que, de alguna manera, lo hace sentirse pequeño e intrascendente. -unca ha estado en combate, nunca se ha encontrado ba$o el fuego enemigo, nunca ha vistode frente los vertiginosos o$os claros de la muerte. @articipó en cuatro intentos de golpes deEstado, en tres asonadas y en varias maniobras con$untas con el e$ército uruguayo. En

ninguno de los intentos revolucionarios alcan;ó una instancia m<s riesgosa que la decal;arse el uniforme de combate y aprovisionarse de munición de guerra. a definición pac7fica de una de las asonadas lo sorprendió cuando todav7a su batallón no sab7a para cu<lde los bandos se alistaba. -i siquiera tuvo el #oronel la suerte de su primo acho, quecambió de bando tres veces en el mismo tiroteo. 8Es una asignatura pendiente:, refunfuñacada tanto el #oronelN y sabe que, ya retirado, la oportunidad de cumplirla no habr< de presentarse.



-o tiene, tampoco, una cicatri; importante para mostrar.

Jculta ba$o la espesa pelambre de su ce$a i;quierda el rastro de cinco puntos desutura. @ero esa herida data de sus tiempos de escolar cuando se abrió una ce$a contra el filode una pared durante un recreo. +upo de un estallido cercano durante unas maniobras en

Jlavarr7a cuando, en la cantina, reventó un barril de cerve;a por causas desconocidas. Bnode los fle$es del tonel rompió una ventana a medio metro del #oronel, capit<n en esostiempos. El hecho mereció una investigación del #onse$o Lilitar, pero no el recuerdo enmesas familiares. Especialmente ante el espect<culo semipatético que su primo acho,retirado con el mismo grado, brindaba a nietos y sobrinos en cuanta reunión lo tuviera porinvitado.

=Oa cicatri;P O4ueremos ver la cicatri;P

=gritaban los chiquilines. ! acho, con un af<n eDhibicionista que molestabaenormemente al #oronel, solicitaba el permiso de las damas y se iba quitando con lentitudel saco, el moñito y la camisa, hasta quedarse en cuero, para lucir un torso fofo y cubiertode vello cano. 9esde aba$o del cinturón le trepaba una cicatri; blanquecina similar a unaangost7sima l7nea férrea, hasta alcan;arle casi el esternón. os niños se alborotaban yvacilaban entre tocarla o no tocarla mientras las mu$eres daban vuelta la cara fingiendoimpresionarse o, se ilusionaba el #oronel, asqueadas por el aspecto ruinoso del f7sico deacho.

=Fue una esquirla de obús

=dice acho, como rest<ndole importancia al asunto. El #oronel sospecha que lacicatri; es producto de la cirug7a de una obstrucción intestinal. acho siempre ha comidomucho y lo demuestra, entusiasta, en todas esas reuniones familiares a las que,lamentablemente, no de$a de concurrir.

El #oronel no abandona su esp7ritu militar. Recuerda de memoria los cincomovimientos envolventes, céntricos los dos primeros y eDcéntricos los restantes, que pusoen pr<ctica el general Losquera para al;arse con la victoria en la batalla de #hacabuco. Kaabandonado, eso s7, el 7ntimo deseo de tener en su casa una mesa de arena donde plantear

las estrategias de batalla. 9ebe admitir que le avergXen;a la mirada a$ena. #omo la de sumu$er, uisita, cuando él, de rodillas en el patio, dibu$aba despla;amientos de caballer7asobre el arenero que hab7an construido para los nietos. o desalienta también el furtivoaccionar de los gatos vecinos que insisten en ensuciar la misma arena donde él haencontrado ya cuatro ofensivas posibles para vulnerar la l7nea Laginot.

Envidia en este punto el desenfado de su primo. acho no vacila en comprarsoldaditos de plomo con los cuales, sobre la mesa grande del comedor de su casa, repite una



y m<s veces las estrategias del general #ardigan en la guerra de #rimea. #on la banaleDcusa de comprar regalos para sus nietos, acho se ha munido ya de m<s de trescientossoldaditos de infanter7a e igual número de valientes a caballo. Es m<s, entusiasmado poralgún impulso rural o como para dar clima a las batallas, no dudó en comprar muñequitosde la gran$a, como vacas, gallinas, ove$as y hasta un molino.

8#uando se miran de frente los vertiginosos o$os claros de la muerte...:, masculla el#oronel, como para que nadie lo oiga.

enito -icasio rgXelles es el novio de 3ladys, una de las sobrinas del #oronel y, para el#oronel, un imberbe petulante e impertinente. dmite, eso s7, a regañadientes, que el $oventreintañero est< dotado de cierta dosis de ingenio. @ara colmo el #oronel se ha enterado deque rgXelles no hi;o la milicia, según su propia confesión, por insuficiencia matem<tica,como denomina al número ba$o. Eso no es todo" al #oronel le molesta la dependenciacultural que se manifiesta en adoptar nombres de persona$es eDtran$eros, como enito, en

reverencia a un interesante l7der de la pol7tica italiana. 9e igual forma lo ofusca latendencia tilinga de las pare$as de la época a bauti;ar con el nombre de ?ac5 a los reciénnacidos, en consonancia con la fama de un célebre destripador de ondres.

=+uele ser ingenioso. veces

=concede el #oronel en charlas familiares. @ese a su desdén, suele leer las cr7ticasque el $oven rgXelles publica sobre teatro o literatura en el matutino El #nformador . ohace, m<s que nada, para encontrarles errores e imperfecciones y luego comentarlas

sibilinamente entre la familia, donde el periodista es mirado con admiración no eDenta deesnobismo.

=El novio de tu querida sobrina

=le comunica ahora su esposa uisita, intencionada

= ha sido designado por el diario para cubrir los feste$os del aniversario de laescuela.

=H4ué sobrinaI

=finge desconocer el #oronel.



=3ladys. El novio es ese tal enito, el periodista de El #nformador .

El #oronel suspira y frunce el ceño. 4ui;<s en esta ocasión ese imberbe petulante,con alguna de sus actitudes irrespetuosas, le dé oportunidad de ponerlo en vereda.

=9éme con el señor 3on;<le; erchundi

=ruge el #oronel en el teléfono.

=El señor director se encuentra en una reunión de Redacción

=dice la telefonista con vo; neutra.

=OKabla el coronel 9almacio Lieres engoecheaP

=vuelve a rugir el #oronel

=. O! quiero hablar inmediatamente con 3on;<le; erchundiP

Bn minuto después el director de El #nformador atiende el teléfono.

=H9almacioI

=pregunta, festivo

=. H4ué tal, vie$o, cómo est<sI

=*ndignado, @ocho, as7 estoy.

=@ero... Hpor qué, mi querido, qué pasóI



=>u periodista, ese imbécil que mandaste a cubrir los feste$os por el aniversario del#lub +ocial y iblioteca...

=H4ué hi;o, qué pasóI

=Ese mocoso engrupido que piensa que puede llevarse todo por delante...

=H4ué hi;o, 9almacioI

=H! todav7a me pregunt<s qué hi;oI H-o le7ste lo que publicóI

=-o, no lo le7.

=O4ué clase de director sos

=bufa el #oronel

= que no sabés qué cara$o se publica en tu diarioP

=-o puedo leer todo el diario, 9almacio

=toma aire 3on;<le; erchundi

=. eo los art7culos m<s importantes, los de pol7tica, los de econom7a... dem<s,

son recién las once y media de la mañana, no he tenido tiempo para...

=Oeé entonces lo que escribe ese irresponsable en la sección +ociales sobre mi personaP



=H+obre tu personaI

=+obre mi persona.

=9ame die; minutos y te llamo.

=+i no me llam<s en die; minutos, voy yo mismo al diario y te armo un esc<ndalo.

=H9almacioI

=tantea 3on;<le; erchundi

=. e7 el art7culo...

9el otro lado de la l7nea no se oye nada, salvo el resoplar profundo de la respiracióndel #oronel.

=Lir<...

=intenta el director de El #nformador

=, yo no encuentro nada que sea demasiado agraviante... -o sé..., salvo que voshayas tomado...

=#laro

=estalla el #oronel

=. +alvo que yo haya tomado como un elogio lo que dice ese pelotudo sobre mivenalidad, sobre mi flagrante parcialidad en la elección de la ganadora del concurso de poes7a. Eso es lo que me querés decir. 4ue yo no me haya dado cuenta de que, cuando ese pelotudo repite m<s de cuatro veces que yo era el director del $urado y, al mismo tiempo, elabuelo de Rosalba, me est< tratando de corrupto y de inmoral...



=9almacio

=procura calmar las aguas erchundi

=, no es para tantoN se trata de una crónica irrelevante sobre un aniversario comotantos otros. En el diario tenemos estad7sticas que nos muestran que esas notas no las leeabsolutamente nadie.

=@ocho

=hierve el #oronel m<s aún, con la minimi;ación del asunto que hace el director

=" Oest<s hablando con un coronel del e$ército argentino que ha sido difamado yhumillado por un periodista de pacotilla de ese pasqu7n inmundo que vos dirig7sP

=-o te lo tomés a la tremenda, 9almacio

=persiste erchundi en su pol7tica equivocada. @arece incluso que le divierte lasituación

=. Es una pavada, mañana nadie se acordar< de esto. dem<s, si un abuelo puede

beneficiar a su nieta de alguna manera, me parece bien. os abuelos estamos para malcriara los nietos. !o creo que...

=Oo tomo a la tremenda porque yo soy un hombre de honorP

=El #oronel golpea con su puño la mesita enclenque donde est< apoyado elteléfono

=. O! como soy un hombre de honor voy a lavar la mancha que ese imbécil ha

lan;ado sobre mi nombreP...

=El #oronel hace una pausa dram<tica para acentuar el suspenso

=. O9ecile a ese pelotudo que se cree tan vivo que mañana mismo tendr< all7 mis padrinos y veremos si es capa; de sostener con el cuerpo lo que dice con la bocaP



=9almacio

=por primera ve; erchundi parece comprender la gravedad del momento

=" esper<, pensalo bien, tomate tu tiempo, no hagas algo que...

@ero del otro lado, el #oronel ya ha cortado.

l d7a siguiente, la vo; de erchundi en el teléfono suena m<s distendida.

=9almacio.

=+7.

=!a hablé con este muchacho y est< de acuerdo con escribir un art7culo diciendoque todo fue un error suyo y pidiéndote perdón.

=O4ue no sea cagón, que no sea cagónP !o no le voy a aceptar una cobard7a as7,

porque él ya ha ensuciado mi nombre y una desmentida no sirve para nada.

=H! quéI He vas a hacer un $uicioI

=-o te hagas el pelotudo, @ocho

=truena el #oronel

=. +abés bien que lo que yo decid7 es retarlo a duelo. os hombres verdaderosarreglamos estas cosas as7 y perder tiempo con la charlataner7a de los abogados es cosa demaricones... @ero, por otra parte...

=H4uéI



=pregunta erchundi aprovechando la pausa del #oronel.

=H#ómo se enteró ese infame de que yo lo iba a retar a dueloI H#ómo pudo...I

=!o le di$e, 9almacio. Es un empleado de mi diario.

=O@ero no es eso lo que marca el código de honorabilidad, firmado en ruselas en((/P Lis padrinos deber7an habérselo notificado.

=O>us padrinos un cara$oP

=+e eDalta erchundi

=. @ens< un poco, 9almacio. Ra;on<. Estoy hablando de las vidas de un gran amigocomo vos y un empleado de mi diario. -o voy a permitir que cometan una locura. Bnempleado de mi diario que, adem<s, es el novio de tu sobrina 3ladys. @ens< el dolor en lafamilia.

=Kubiera pensado primero él. Estos imberbes maleducados creen que se pueden burlar de cualquier persona honorable sin recibir el condigno castigo. OEsta misma tarde eseimbécil recibir< a mis padrinosP

Bna hora después se desarrolla el tercer di<logo entre el coronel 9almacio Lieresengoechea y el director de El #nformador .

=9almacio

=la vo; de erchundi suena como la de un hombre que est< buscando la pacienciaentre sus virtudes personales.

=+7.



=>e pido encarecidamente que reveas tu decisión...

=O9e$ame de romper las pelotas, @ochoP !a mandé mis padrinos...

=Estuvieron ac<, estuvieron ac<. *ncluso se sacaron fotos con la nueva impresoraque nos llegó ayer de élgica. @ero escuchame una cosa...

=Oos hombres de verdad cuando toman una determinación no la cambian, no la...P

=J7me esto, 9almacio, por favor...

El #oronel abre un silencio condescendiente.

=J7me, 9almacio... recién ahora me entero en el diario, por comentarios de losmuchachos, que este $oven, enito, tu desafiado, es campeón argentino de tiro. Estuvo

preseleccionado el año pasado para via$ar a mberes con el equipo ol7mpico...

9el otro lado de la l7nea el silencio del #oronel se ahonda.

=HLe escuch<s, 9almacioI

=duda erchundi

=. @ara el equipo ol7mpico, 9almacio...

=H4ué me querés decir con esoI

=estalla, airada, la vo; del #oronel.



=hora entiendo por qué este pibe me ped7a escribir art7culos sobre competenciasde tiro. Es campeón en tiro sobre siluetas, tiro al pichón...

=H4ué me querés decir con eso, que encima me tengo que cagarI

=El #oronel est< desenca$ado.

=Es eDperto en armas de puño, armas largas, pistola, pistolón, pistola femenina decartera y matagatos...

=O!o he sido militar toda mi vida y tengo una relación 7ntima con las...P

=... ! $ustamente, yo sé que esto te va a enfadar...

=cuida las palabras erchundi

=. c< me han comentado que el arma que elegir< enito para el duelo ser< elmatagatos.

El #oronel se atraganta lan;ando una risotada grosera.

=OEl comité de Kelsin5i de ((6 no permite ese tipo de armas rid7culas

=puntuali;a

=, y ese imbécil, si es que conoce tanto de estas cosas, debe saberloP +on felon7asque dice sólo para hacerme calentar.

=!o solamente te advierto, 9almacio

=murmura erchundi

=. Es una obligación moral para m7 hacerlo.



=>e lo agrade;co

=el #oronel parece calmarse

=, pero en el campo del honor se ver<n los pingos.

=Kay algo m<s que tengo la obligación moral de preguntarte, 9almacio

=lentifica su hablar erchundi

=" yo te ofrec7 una reparación pública, o un derecho a réplica, para restaurar lalimpie;a de tu nombre en las p<ginas de mi diario... ueno, ahora que segu7s empecinado

con el duelo... Hpodr7an mis fotógrafos y periodistas cubrir el lance de honorI

=@or supuesto que s7

=sorprende por la serenidad de su respuesta el #oronel

=. -ecesito que todo el mundo sepa cómo el coronel retirado 9almacio Lieresengoechea resuelve estos entuertos.

=H@odemos tener la eDclusividadI H@odemos ser los únicos en cubrir la notaI

=@or supuesto que s7. -o soy un payaso como Koudini para andar ventilando mislances de honor.

=enito mismo

=pisa en falso erchundi

= se ofreció para escribir la nota al d7a siguiente.



=O+u necrológica va a escribir ese pelotudoP

=vocifera nuevamente el #oronel y cuelga con un golpa;o del auricular sobre lahorquilla.

a noche previa al duelo el #oronel tiene un sueño revelador. En él se ve entrando a unacasa que en realidad no es la suya, sino una casa de su mismo barrio frente a la cual pasatodas las mañanas en sus habituales caminatasN tiene re$a y un pequeño $ard7n al frente. El#oronel no la conoce por dentro pero, en el sueño, entra a la casa como si fuese suya.dentro se encuentra con una vecina del barrio, amiga de su madre. a mu$er le cuenta quese ha comprado una bicicleta y que saldr< con ella a hacer un reparto de ensaimadas y pastelitos de dulce. El #oronel aprueba la iniciativa. En eso, en el sueño, aparece su propioabuelo, militar como él, hombre de avalle$a, quien le da al #oronel un pato vivo. +e loofrece en adopción dado que ya no puede mantenerlo. El sueño termina cuando un perro dela calle entra en escena y persigue al pato.

El sueño es revelador para el #oronel. *ndica que, a pocas horas de tener queenfrentar un lance donde ha de $ugarse la vida, no abriga temores ni sobresaltos. @or m<sesfuer;os que hace, no puede vincular el sueño con lo que le est< sucediendo. Esto loreconforta. +iempre se preguntó cómo ser7a su comportamiento en v7speras de $ugarse lavida. @or otra parte, todo le confirma que esa fantas7a rid7culamente intelectual que se vienegestando en uenos ires sobre el significado de los sueños es nada m<s que unagigantesca pamplina. El #oronel ha le7do en la revista %lbores

=una publicación que vio en su peluquer7a que difund7a teDtos morales y temas delabores domésticas

= algo sobre el psicoan<lisis, una caprichosa corriente de pensamiento liderada pordesocupados médicos europeos.

>anto él como uisita, su señora, creen con atendible firme;a en el significado delos sueños con respecto a los números de la quiniela" soñar con un muerto es el 6/ y con un borracho, el (6. -ada han dicho sobre esa realidad on7rica los capitostes del psicoan<lisis.

=?u;gar a una persona por sus sueños, procurar definir su personalidad buscando

un significado a sus sueños

=le comenta en alguna oportunidad el #oronel a su mu$er

= es como querer $u;gar a un adulto por sus dibu$os de infancia. os sueños sonverdaderas pelotudeces, llenas de vaguedades y sinsentidos. +i un escritor transcribierafielmente sus sueños al papel, ser7a considerado un escritor mal7simo.



El d7a del duelo, antes de que alumbre el sol, el #oronel ya est< levantado. e hadado a uisita, durante la cena, una eDcusa pueril. e di$o que deseaba sacar carta deciudadan7a del @a7s Gasco y deb7a presentarse a las seis de la mañana en el consuladoespañol porque a esa hora comen;aban a dar números. uisita no indaga demasiado. Est<acostumbrada a los madrugones de su esposo, que padece de insomnio. Eso, precisamente,

es lo que le hi;o abra;ar la carrera militar. 9esde preadolescente, cuando ya dorm7a sólotres horas por d7a, se preguntaba en qué actividad pod7a aprovechar ese potencialdisponible. -o lo conformaban oficios tales como sereno de tambo o maestro panadero,dado que no encontraba en ellos un real aporte a la @atria. Fue su madre, >iburcia, quien,temiendo que esa particularidad de su hi$o lo condu$era de manera irremediable a lamilonga y el cabaret, le recomendó someterse a un test vocacional según el cual la me$ormanera de que un insomne colabore con la @atria es dedicando sus horas de desvelo a lasguardias militares. 9almacio Lieres engoechea aceptó la sugerencia y comen;ó la carrerade las armas. En ella, las imaginarias encontraron al soldado me$or dispuesto.

os d7as previos al lance de honor, enito rgXelles hace todo lo posible por enfadar

al #oronel, con intención o sin ella. Lientras este elige como padrinos para el duelo a su primo acho

=el eD militar

= y al pundonoroso $ue; de la nación Rodrigo lsina >ebenet, el $oven designa pararepresentarlo a las mismas personas que fueran padrino y madrina de su bautismo. amadrina, en particular, tiene un comportamiento vergon;ante para la concepción ética del#oronel, al llamar repetidas veces a la esposa del $ue; para preguntarle cómo se debe irvestida a un evento as7. a reacción de la esposa del $ue; es e$emplar" le contesta que la palabra evento sólo se emplea para aludir a situaciones que no han sido programadas,

mientras que el duelo es una cita con fecha y horario previstos. a tilinga madrina dergXelles acusa recibo del desdén de su interlocutora y anuncia que usar< el mismo vestidoque luciera para su confirmación.

+on las seis de la mañana y la bruma que se levanta desde la tierra hace recordar al#oronel aquellas madrugadas heladas durante las maniobras en Jlavarr7a. @isa repetidasveces con los tacones de sus botas el pasto húmedo por el roc7o de la casa quinta de loserchundi, en #añuelas. El director del periódico ha cedido ese predio a los duelistas. Esuna parcela lo suficientemente ale$ada de la capital, cuyas espesas arboledas de tilos yeucaliptos la ocultan de posibles miradas curiosas provenientes de quienes pasan por elcamino de tierra que corre frente a la entrada. 9esde el sitio donde se encuentran el

#oronel, sus padrinos y los padrinos de rgXelles =un espacio abierto limpio de cañas y matorrales

=, el folla$e oculta casi totalmente el casco de la quinta y la vivienda de los caseros.

Lientras acumula bronca por la tardan;a de su desafiado, el #oronel piensa que porfin mirar< de frente los vertiginosos o$os claros de la muerte. J, al menos, el único o$o



oscuro de la pistola de su rival que lo observar< fi$amente antes de iluminarse en el estallidofinal. 4ui;<s, calcula el #oronel, nunca llegue siquiera a escuchar el estampido.

=ergante

=masculla, temiendo que rgXelles no se presente y se cuida de no levantar la vo; para que no lo escuchen los padrinos. -o lo hace por un prurito de educación ante losdem<s, sino por lo anacrónico de su vocabulario. #on un lengua$e moldeado en la lecturade autores españoles y revistas de historietas, sus eDabruptos, cuando adolescente, no ibanm<s all< de perdulario, brib5n, bergante, bastardo, cáspita o rec5rcholis. Gocablos quetuvo que sustituir apresuradamente al entrar al e$ército, pues provocaban las miradasinquisidoras y discriminatorias de sus compañeros de cuadra.

!a el padrino y la madrina de rgXelles se han mostrado rid7culamente sociables con

los padrinos del #oronel e insisten en trabar conversación, intercambiar comentarios banales sobre el estado del tiempo e invitarlos a compartir té caliente, s<ndSiches y bi;cochitos de grasa.

=a estúpida ha pensado que se trata de un picnic

=gruñe el #oronel

=, de un d7a de campo.

Bno de los padrinos del #oronel ha tenido incluso que prestarle a la muchacha su propio capote de caballerosa manera, ya que ella portaba el vestido de hombrosdescubiertos que hab7a lucido en su confirmación.

Finalmente, llega rgXelles. Bn auto de alquiler lo de$a en la puerta de la quinta y parte a toda marcha, con ruidosos bocina;os y gritos masculinos, estentóreos y burlones.os amigos del periodista lo han alcan;ado hasta all7. rgXelles contesta algo, también a losgritos, y luego se acerca al grupo. El #oronel no puede de$ar de constatar que su próDimocontendiente est< algo borracho. >iene el pelo revuelto y desanudado el moñito ro$o delcuello. El #oronel bufa, pero entiende que esa grave falta en el comportamiento de su rival

puede favorecerlo. -o es f<cil sostener el peso de un pistolón de duelo con el pulsotembloroso de un alcohólico. @ero tal ve; haya sido esa, la del alcohol, la única ayuda queencontraba aquel imberbe impertinente para superar el miedo a la hora de la verdad, cuandoya no valen iron7as ni bravatas.

El #oronel, grave, pasea una última mirada por el paisa$e circundante. a lu; aúnescasa del sol que recién aparece, sesgado, entre las nubes, la bruma y el blanco quebradi;ode la escarcha confieren a todo una tonalidad gris<cea que brinda al cuadro desle7do



dramatismo y belle;a fantasmal. uen escenario para morir, en suma.

El $ue; del lance cuenta los pasos que ambos contendientes caminan en direccionesopuestas. l terminar la cuenta, los duelistas se enfrentan y al;an sus armas. El #oronel no

tiene tiempo ni de pensar. Ge enfrente un relumbrón despare$o" el estampido y el silbido del plomo $unto a su ore$a derecha son simult<neos. -o puede evitar primero unestremecimiento y luego, una sonrisa. prieta con fuer;a la culata del pistolón y clava suvista en rgXelles" ve una figura desmañada, vacilante, despeinada, como a punto decaerse. El #oronel cierra los o$os y dispara al aire. #uando vuelve a abrirlos advierte que suoponente yace despatarrado en el suelo y que los padrinos

=madrina incluida

= corren hacia él.

El #oronel, severo, contenido, camina lentamente hacia el grupo que se ha formadoen torno al ca7do. +iente una inmensa pa;, una satisfacción que viene de haber superado eltrance con la altura y la dignidad acordes con su historia y su rango. o mueve, sinembargo, la curiosidad de saber qué ha pasado con rgXelles, aparentemente fulminado poruna bala disparada al aire.

=Est< dormido

=le comunica, despectivo, su primo acho

=. >otalmente borracho. pesta a coñac.

os ronquidos de rgXelles no alteran la conformidad del #oronel quien, superadoel trance, conversa animadamente con los dem<s. 9e pronto, llegan gritos y voces airadasdesde el portón de entrada. +e acerca al grupo erchundi, que vino a su quinta para presenciar el lance escondido tras los eucaliptos.

=Estoy tratando de contener al casero, 9almacio

=le dice al #oronel ignorando a los padrinos. erchundi luce agitado tras force$earcon la eDaltación del encargado de la quinta

=. Est< fuera de s7.

>odos lo miran con la sorpresa de los espectadores que ven entrar en escena a un persona$e inesperado.



=Bno de los disparos

=eDplica erchundi

= le mató un caballo que usaba para el reparto de verduras.

El #oronel se sofoca. @or su ubicación en el duelo, sin duda, ese disparo partió de su pistola.

=HBn caballo vie$7simo, achacoso, que estaba $unto al galpón, en la entradaI

=pregunta el padrino de rgXelles.

=+7.

=Ese animal ya estaba para el frigor7fico.

=+7

=admite erchundi

= pero era un elemento de traba$o vital para Eduardo, el casero" est< indignado. -osaben lo que tuve que hacer para contenerlo. Gen7a hacia ac< con una pala.

=+e lo pagamos

=dice lsina >ebenet, el otro padrino del #oronel

=N que le ponga un precio y se lo pagamos.

=-o sé si corresponde que nosotros...



=argumenta el padrino de rgXelles

=... -o fue la bala de nuestro representado la que...

=4uédese tranquilo, mi estimado

=gruñe el #oronel echando mano al bolsillo, al compartir que no departe con gentede suficiente calidad moral

=. -o les haremos pagar nada a ustedes. -o se moleste.

9esde el costado, a unos metros, llega la vo; pastosa y err<tica de rgXelles, que seest< reincorporando.

=En el bolsillo de adentro del sobretodo

=señala vagamente hacia donde de$ó el abrigo

= tengo la plata... +ac<, Lartita... #ompartamos el gasto de ese caballo... !o sab7aque los burros me iban a de$ar sin dinero

=concluye, y se desploma nuevamente de espaldas sobre el pasto.

9os d7as después, para fastidio del #oronel, sale una nota en la sección +ociales de El #nformador , firmada por enito ópe; rgXelles" 8ance de honor termina en tragedia:.

LA PICADA. ¿UNA CREACIÓN ROSARINA

a frase se atribuye al urbanista y pensador español >rist<n de la #a$uela en ocasiónde su visita a Rosario, en mar;o de (&&.

=#u<n creativos seréis los rosarinos

=di$o don >rist<n, en la inauguración de la Gerbena del #entro ndalu;

= que el mism7simo general elgrano eligió esta ciudad para crear la andera.



>an reconocida creatividad ha permitido otros incontables aportes, algunos de ellos pr<cticamente ignorados por el saber popular. @or e$emplo, pocos rosarinos conocen que,le$os de designios tan elevados como el de la creación de nuestra enseña patria, pero cercade los placeres cotidianos y domésticos, Rosario fue cuna del fenómeno gastronómicoconocido como 8picada:.

El primer dato lo acerca el historiador Rafael J. *elpi en su libro La mesa en lacolonia, al relacionarlo con la fonda de don Eusebio Lauriño, a usitana, ubicada dondehoy se erige el Lonumento a la Landarina, en +aladillo. ll7 se ofrec7a al viandante un plato conocido como picanha. +in embargo, el mismo *elpi aclara el malentendido.

=a picanha

=dice

= era un plato de bifes a la portuguesa, hechos con carne de giba de buey, sitiodonde usualmente se clavaba la picana, o picanha, del conductor de la carreta para a;u;aral animal.

El mismo *elpi desalienta la teor7a de que la picada haya llegado a nuestras costascomo derivación de las célebres 8tapas: españolas, también compuestas por gran variedadde bocadillos.

=a denominación de 8tapas:

=asevera

= proviene de la costumbre que tienen esas modestas y populares tascas españolasde servir todo tipo de pequeñas delicias sobre tapas de revistas, usadas como improvisadosmanteles, ante la carencia absoluta de va$illa. Es un caso similar al de la denominación8tebeo: para las historietas en España, que proviene de la antigua revista de cómics /6$67.

4uien nos acerca a la verdad histórica, sin embargo, es Kéctor -icol<s Minny, en suensayo 8El man7 en la cocina criolla:, donde dice que la picada se origina, como tantos

otros adelantos, en un hecho fortuito.

En (02 se anuncia el paso por Rosario de sir ?ohn Ailliam eresford, agregadocultural brit<nico, sobrino nieto del general Ailliam #arr eresford, de destacadaintervención en las invasiones inglesas. nte la importancia de la visita, las autoridadeslocales encargan a doña 4uintina @ereyra +osa, dueña de a @osta de los @ostillonesVubicada en lo que hoy es la ba$ada Escauri;a, en a FloridaW, una comida para agasa$arlo.Ebria de argentinidad ante la prosapia invasora del visitante y su corte$o, doña 4uintina



decide preparar locro, la emblem<tica comida patria. @ara tal fin, y procurando deslumbrara los via$eros, dispone una enorme variedad de ingredientes, cada uno en platitos distintos,con la finalidad de arro$arlos luego a una misma olla inmensa y calentar el locro. >al es suentusiasmo por la tarea que comien;a a sumar elementos hasta superar las ochentaopciones, incluyendo man7, menta, tro;os de cor;uela, batatas y cardamomo. El tiempo que

esto le lleva conduce a que la galera que transporta al ilustre visitante y su gente llegue a la@osta de los @ostillones antes de que doña 4uintina haya volcado su multifacético con$untode bocadillos en la olla común. Kambriento y cansado, pero urgido por continuar el caminohacia +an -icol<s, eresford eDige la comida, y no aguarda. Cl y los suyos se lan;an sobrelos platitos aún fr7os y, <vidos y felices, dan cuenta en poco tiempo de su contenido.

=Es eresford

=sigue contando Minny

= quien, sorprendido y deleitado, bauti;a al almuer;o como pic8les, para as7emparentarlo con la denominación inglesa de los bocados que pueden tomarse con la mano.

>engamos en cuenta que, para esa época, no hab7a llegado todav7a a nuestra tierra unadelanto fundamental para la mesa" el tenedor.

=El tenedor

=aporta el arqueólogo y fisicoculturista 3regorio Meballos

= llegar7a un poco después, cuando el ingenio criollo le encuentra otra utilidad a losdientes del vistoso peinetón español tra7do por una compañ7a de cupletistas madrileñas.

-o obstante el éDito de la picada, y pese al requerimiento de sir eresford de repetirla misma comida en su regreso a Rosario de paso hacia Lanaos, el despliegue de platitosno se afirmó entre las costumbres locales hasta principios del siglo diecinueve.

=Bna sociedad pacata y remilgada

=señala *elpi

= recha;aba la necesidad de ensuciarse los dedos con los ingredientes.Especialmente las damas, que usaban guantes.

+in embargo, un halla;go notable en materia de va$illa potenciar7a total y



cl<sica picada compuesta por 2&) platitos, con el agravante de que las ca;uelitas desalchichas, por e$emplo, deben llegar calientes al destino. l año siguiente se de$a de lado laorgani;ación de la $usta. a decadencia, no obstante, ya hab7a comen;ado antes por causasa$enas a las espec7ficamente gastronómicas. as patitas de cerdo o nervios de chancho,elemento fundamental para los aperitivos, hab7an comen;ado a ser desviadas en casi su

totalidad a la fabricación de burletes para calderas centr7fugas en la industria de loshidrocarburos.

@ero las picadas reciben su golpe de gracia en (&/ durante los feste$os de los+egundos ?uegos de la iguria, antecedente notorio de lo que actualmente es la Feria de las#olectividades. Ese año llegan desde el norte de *talia unos cincuenta maratonistas aconfrontar con compatriotas radicados en la ciudad de Rosario. +on gente que hace unareligión del ahorro y el cuidado del dinero, al punto que cru;an el tl<ntico en un barcocarguero, el 0rist5foro 0olombo, pues as7 el traslado resulta considerablemente m<s baratoque en vapor de pasa$eros. Kan coincidido también en la cultura de la caminata debido a larenuencia a gastar dinero en cualquier tipo de transporte rural o urbano.

a noche de la competencia dentro del marco de los $uegos concurren los cincuentavisitantes italianos a la taberna y eDpendio de bebidas El Larsala, de don ?oaqu7n lmudia@rieto, ubicada al 0'' de lo que hoy es calle Litre, en esa época #alle de los @escadores.

=>uvieron la mala suerte

=rememora el historiador Jsvaldo 3arc7a #onde

= de toparse con el mo;o gust7n *rala, a quien todos llamaban 8el Laltra7do: porque decirle 8el Lal levado: era poco. *rala, un gallego de pocas pulgas, ya estaba demal humor debido a que su compañero de traba$o y única ayuda se hab7a ausentado al padecer de falso crup. +u disgusto aumentó cuando él solo debió acarrear en veintiséislargos via$es hasta la interminable mesa de los parroquianos it<licos la renombrada picadasúper Larsala, consistente en /&2 platitos, a los que acompañaban, adem<s, las bebidas. Eleno$o llegó a desbordarlo cuando los visitantes le informaron que no les hab7a llevado lo pedido" la picada número ( y no la número &. a disciplina profesional de *rala lo llevó acumplimentar el reempla;o, pero su paciencia tocó un l7mite cuando los comensalesinsistieron en pagar en cuentas separadas, cincuenta facturas individuales, calculadas deacuerdo con el consumo de cada uno. lgunas de las facturas que se encontraron intactas

luego del siniestro contabili;aban cosas como 8&2 man7es salados, (6 garban;os negros, 6roda$as de bondiola. >otal" 6 pesos con &1:. gust7n *rala atacó a sus clientes a botella;os yse generali;ó una contienda épica que derivó en el incendio completo del local y gran partede la céntrica man;ana.

El eno$oso episodio y la difusión de la nómina de v7ctimas contribuyerongrandemente a que el eDquisito h<bito del vermú y los múltiples platitos fueran prohibidos por el alguacil de la intendencia local, don Ramón E;equiel Larull, a eDpreso pedido del



obispo de la catedral de Rosario.

ctualmente, y por imperio de las circunstancias, sin embargo, la modalidad pareceresurgir. uego de la última cat<strofe económica, con la consiguiente pérdida del poderadquisitivo popular, el recurso de los bocadillos individuales vuelve a enseñorearse de las

mesas familiares, aunque no todav7a de las de negocios. El venta$oso advenimiento de lasheladeras eléctricas y su formidable poder de conservación a base del fr7o han hecho posible que, hoy por hoy, podamos individuali;ar en los almuer;os cotidianos infinidad de platitos que contienen menudos de pollo del lunes, tro;os de tortilla de acelga del martes,fetas de salchichón b<varo del miércoles, roda$as de morcilla dulce del $ueves, repollitos deruselas del viernes y albóndigas de carne con orégano de ayer. @or eso nadie duda de que,en poco tiempo, aquel formidable despliegue de pequeños platos que ofrecen, eDultantes,infinidad de variadas delicias, volver< a estar entre nosotros.

EL !NICO "R#OL

#ada tres o cuatro meses los indios ven7an a ver el <rbol. legaban desde el desierto profundo, sombr7os y curiosos, a contemplar algo que nunca hab7an visto.

o que m<s nos sorprendió al principio fueron esos rollos compuestos de ramas yyuyos secos que pasaban rodando empu$ados por el viento. @adre nos di$o que se llamabancardos rusos y que hab7an llegado al pa7s huyendo de la Revolución ;arista. -osotros nossent<bamos afuera del rancho para verlos pasar cuando hab7a mucho vientoN siempre hab7amucho viento, y nos divert7a verlos saltar cuando golpeaban contra alguna piedra o algún

promontorio. Era un espect<culo maravilloso y pod7amos estar coment<ndolo durantevarios d7as. El anacoreta disent7a con la teor7a de @adre. Cl sosten7a que as7 como un p<$arodesde muy le$os hab7a tra7do en su pan;a la semilla que hab7a hecho crecer el <rbol,también el viento pod7a haber tra7do desde el otro continente esos rollos que tanto nosentreten7an, que no ten7an relación alguna con la pol7tica. El anacoreta iba m<s le$os yabundaba sobre la vastedad de las comunicaciones posibles. 9ec7a que un pe;, como ser unesturión, pod7a morder a un enfermo en las costas del mar <ltico antes de ser pescado en ellitoral, en @aso de la @atria, y de all7 en m<s el pescador y su familia pod7an intoDicarsecomiendo caviar ro$o desaprensivamente. El relato sonaba lógico pero, para ser sincero, suaspecto revelaba cierto desequilibrio.

El anacoreta fue otra de las cosas que nos sorprendió cuando llegamos a la ;ona de -ader7a. @adre nos eDplicó luego que un anacoreta era una persona que viv7a en un lugarsolitario, entregada a la contemplación y la penitencia. -os vino bien la descripción pues laúnica ve; que hab7amos o7do mencionar esa palabra cre7mos que anacoreta era una especiecercana al mamboret<. El que nosotros encontramos viv7a dentro de un esqueleto de vaca.+e ve7a que era el esqueleto de un animal grande y el anacoreta

=que dec7a no tener nombre



= lo hab7a recubierto con peda;os de cuero, vie$os tro;os de ponchos y abrigosvarios. Cl viv7a recostado en la parte del tóraD del animal, que era m<s amplia y hasta pod7adecirse cómoda y confortable. @ero recib7a en el sector que correspond7a a los cuartostraseros porque no quer7a perder privacidad. Fue él quien nos indicó el camino para llegarhasta el <rbol.

=Es lo único que en este desierto

=di$o

= se levanta m<s de un metro sobre el suelo.

Fue sencillo encontrarlo, tras veintitrés d7as de via$e. ll7 @adre decidió queconstruir7amos el rancho.

@adre decidió que de$<ramos #lericó cuando nuestra madre nos abandonó. Cramos trecehermanos, separados todos por apenas un año de diferencia y yo era el único varón. amayor, aura, ten7a en ese entonces catorce años. Bn d7a, Ladre di$o que iba, comosiempre, hasta el almacén de ramos generales de don #osme y no volvió m<s. @adre primero di$o que habr7a mucha gente, y luego nos anunció, abruptamente, que nosmarch<bamos de #lericó.

=Le cansé

=nos di$o

= de las grandes urbes, de la promiscuidad, del apuro.

-osotros pensamos que hab7a tomado esa determinación por otras causas, porque#lericó por entonces estaba habitada por cincuenta y ocho personas, algunas de ellas yamuy cercanas a la muerte. #oncluimos que lo avergon;aba mucho haber sido abandonado. -ada se supo de Ladre hasta nuestros d7as, cuando llegó a mis o7dos que hab7a sido vistasirviendo de soldadera en las tropas del caudillo correntino Esmeraldo @avón.

=9e todas maneras

=nos alertó el anacoreta cuando ya nos ale$<bamos de su casaQosamenta



=, no es conveniente que construyan un rancho deba$o de un <rbol, que es el únicoque eDiste m<s al sur del r7o #olorado. Es sabido que los rayos, en las tormentas eléctricas,son atra7dos enfermi;amente por los ob$etos puntiagudos que se elevan perpendiculares a latierra.

-os contó luego de un hermano suyo, que viv7a en 3oya, a quien un rayo le fulminóuna gar;a amaestrada que ten7a.

-o le hicimos caso y nos adentramos en el territorio conocido como -ader7a por loshabitantes de la frontera, dado que all7, en ese p<ramo, no hab7a nada de nada. En los mapasmilitares, incluso, la región no estaba ni pintada y se trasluc7a la trama del papel teladosobre el cual estaba impreso el mapa.

@or otra parte, un vecino de #lericó a quien @adre le comunicó nuestra intención deradicarnos en -ader7a nos contó que él, como vendedor ambulante de carreteles de hilo decoser, conoc7a la ;ona" sab7a que all7 no hab7a llovido desde que cualquier ser humano o

animal pudiera recordar. ! mucho menos se hab7a desencadenado una tormenta eléctrica.

a vida en el desierto, en el rancho que construimos ba$o el <rbol, era, pod7a decirse,tranquila. o m<s traba$oso para @adre era llevarnos hasta la escuela, ya que insist7a en quedeb7amos recibir educación primaria. #amin<bamos todos los d7as seis horas de ida y seisde vuelta para asistir a una hora de clase, reducida por los veinte minutos de recreo. 9osd7as a la semana nos tocaba clase de Lúsica, pero la maestra generalmente faltaba. Fue laseñorita ntonia la que advirtió a mi padre sobre los indios.

=#u7dese usted de ellos

=le di$o

=. -o suelen acercarse a las poblaciones blancas salvo que tengan motivosconsiderables, como el deseo de quemarlas y saquearlas. dem<s, no olvide que usted es padre de trece mu$eres y las mu$eres son siempre un atractivo para esos salva$es.

a misma señorita ntonia fue la que nos documentó sobre el <rbol, en clase deot<nica.

=+e trata

=ilustró

= de un argibay leñoso, %rgibus maderea en lat7n, ya que es de origen latino. Es el



único <rbol que eDiste en este desierto y constituye casi un orgullo y una referencia de sumaimportancia para la región. @osiblemente su semilla haya sido transportada hacia aqu7 en elvientre de un p<$aro que la comió en tierras le$anas, del -orte tal ve;, y la despidió entresus heces sobre la tierra, lo que le permitió crecer.

Ese d7a nos fuimos maravillados aunque algo confusos porque no sab7amos elsignificado de la palabra 8heces:. @adre nos di$o que la hece era una letra fundamental paraescribir 8salame:, pero su eDplicación no disipó nuestras dudas. @adre condu$o entonces laconversación, durante las seis horas del regreso, al tema de la sombra.

=l no haber <rboles

=nos hab7a dicho la señorita ntonia

= es dif7cil eDplicarles a los abor7genes qué significa la sombra.

a peligrosidad del territorio quedó de manifiesto un d7a a causa, paradó$icamente, de unode nuestros entretenimientos m<s go;ados. Bn cardo ruso, de enorme volumen, que rodabaen forma vertiginosa por obra del viento, se llevó enganchada a una de nuestras hermanasen una de sus ramas secas y quebradi;as. -o recuerdo a cu<l de ellas, y demoramos dosd7as en percatarnos de su ausencia.

9e all7 en m<s, @adre nos recomendó disfrutar de la carrera de los cardos rusosúnicamente desde adentro del rancho.

a primera ve; que vinieron los ranqueles del cacique >omasito lo supimos conanticipación por la nube de tierra que se levantó en el hori;onte. @adre, nervioso yatribulado, nos sacó a todos del rancho y nos formó en una sola l7nea a la espera de losvisitantes como muestra de respeto y sumisión. -o quer7a que ninguno de nosotros quedaraoculto en el rancho, pues los indios podr7an interpretarlo como una amena;a. Recordandolas advertencias de la señorita ntonia, @adre procuró disimular los rasgos femeninos demis hermanas. -aturalmente yo, al ser el mayor, les iba de$ando mis m7seras ropas a lasmenores. @or lo tanto, runilda y aurita estaban vestidas de varón, el pelo recogido, lascaras ti;nadas. as tres m<s pequeñas estaban desnudas pero eran tan chicas y tan

escu<lidas que ni siquiera el m<s eDaltado de los salva$es hubiese reparado en lasdiferencias.

os recaudos de @adre fueron ociosos, sin embargo, porque pronto supimos que losindios no ten7an o$os para nosotros. legaron en un número cercano a doscientos blandiendo sus lan;asN al cabalgar, el trote de sus caballos sacud7a sus melenas negras y pringosas. an;aban cada tanto unos alaridos penetrantes y estremecedores. +in embargo,fueron deteniendo sus caballos y qued<ndose en silencio detr<s de la l7nea que indicó



>omasito, a media legua de nosotros. Liraban hacia lo alto, al argibay, boquiabiertos ytrémulos.

Era notorio que nadie les hab7a hablado antes del <rbol. 9edu$imos después que lohab7an observado desde muy le$os, pregunt<ndose, seguramente, qué ser7a aquello que se

levantaba de tan osada forma en el hori;onte, demasiado estable como para ser unacolumna de humo y demasiado móvil como para ser un mangrullo del e$ército. acuriosidad pudo m<s que el cansancio que los empu$aba de regreso a sus aduares. Leimpresionó, recuerdo, cómo >omasito hac7a caracolear en un mismo sitio su mustang negro,cubierto el torso con una ra7da chaqueta militar que obviamente hab7a quitado a algúndesdichado milico de la fronteraN lo hac7a con la mirada clavada en la copa del <rbol, procurando determinar si aquello que se elevaba $unto a nuestro rancho era una planta, unaconstrucción, un promontorio rocoso o un animal formidable y desconocido.

El momento era sobrecogedor. @ara colmo, el viento se hab7a tomado un descanso ysilbaba apenas en nuestros o7dos. El silencio de la escena se prolongó. a indiada,

apichonada y absorta, segu7a sin dedicarnos ni una sola mirada. @ero >omasito, comocacique, deb7a tomar alguna iniciativa. Ki;o caracolear su caballo una ve; m<s y luego lofue dirigiendo, paso a paso, hacia el argibay. Kasta el mismo animal parec7a resistirse antela cercan7a de ese monstruo alt7simo y aparatoso que se ergu7a sobre una sola pata sólida einconmovible.

En ese momento volvió el viento con una r<faga de las que soplaban habitualmente.as ramas del <rbol se sacudieron furiosas y sus ho$as se agitaron delirantes con un ruidotan dispar como armonioso.

>omasito y su caballo entraron en p<nico. El animal se abalan;ó primero sobre sus

patas delanteras, luego volvió grupas y corrió hacia la montonera de indios. Estosreaccionaron de inmediato de la misma forma y huyeron desordenadamente hasta elmomento en que >omasito, recompuesto, les indicó detenerse. o hicieron, los o$osdesorbitados, murmurando entre ellos y señalando hacia el <rbol, a unos doscientos metrosde nosotros. ll7 se quedaron, dubitativos tal ve;, un tiempo m<s. uego, sin mediar ordenalguna, nos dieron la espalda y a trote sostenido volvieron a perderse en la inmensidad deldesierto.

>res meses después volvieron los ranqueles para ver el <rbol, siempre con >omasito a lacabe;a. l igual que en la primera oportunidad, preanunciaron su llegada con la nube de

polvo all< a lo le$os. !, con pocas variantes, se repitió la escena. -osotros, formadosmansamente frente al rancho y los indios, detenidos sus caballos media legua m<s all<.

+in embargo, era notorio que esta ve; ven7an de un malón. @od7amos observarlosdescaradamente, ya que ellos persist7an en clavar sus miradas en el <rbol. +e los ve7aatravesados de cansancio, pero eDcitados. +us melenas, sus taparrabos y los cueros con quecubr7an sus desnudeces luc7an blanquecinos por el tierral. @ero, adem<s, era sencillodeducir que volv7an de una tropel7a porque muchos de ellos llevaban cautivas a sus



espaldas, en ancas de sus cabalgaduras. Jtros acarreaban ob$etos robados, como ropa,apare$os, recados, pianolas y palanganas. >ambién >omasito llevaba sobre la grupa de suanimal a una mu$er blanca que se aferraba al cacique por la cintura.

>omasito, hombre al fin y vanidoso como todo $efe indio, se ve7a entusiasmado y

deseoso de lucirse ante los o$os de las nuevas prisioneras. En esta oportunidad no parec7asentirse tan amilanado ni sobrecogido por la ma$estuosidad del <rbol. as cautivasobservaban todo con estupor, sin llegar a entender qué amainaba de tal manera los 7mpetusde sus captores. -o emit7an palabra alguna por el espanto que las dominaba, pero, de haberintentado eDplicar a los guerreros de >omasito que aquello que tanto los perturbaba no eram<s que un argibay común y silvestre, como hab7a miles al norte del pa7s, no habr7anconseguido hacerlo, pues muy pocas palabras en español sab7an los indios. 8Latando:,8agua ardiente:, 8perfume:, 8bibliorato: y 8linóleo: eran algunos de sus vocablosconocidos.

Lovili;ado por la euforia del triunfo, no tardó mucho >omasito en perder la

paciencia. *mprevistamente taloneó a su caballo y este dio un brinco hacia adelante quelan;ó al suelo a la corpulenta cautiva. @oco le importó esto al salva$e. +opesó su lan;a en lamano derecha para luego al;arla y sacudirla agresivamente en el aire, en tanto lan;abaaullidos <speros y su caballo, con o$os desorbitados, iba acerc<ndose poco a poco alargibay. a indiada rompió en alaridos, envalentonada por la actitud de su $efe. 9e unvista;o, observé un refucilo de preocupación en el rostro de @adre.

Fue entonces que ocurrió algo providencial, como aquel viento que hab7a sacudidolas ramas del <rbol dos meses atr<s. Bn carancho, que hab7a sobrevolado la escena en un par de ocasiones, tal ve; alarmado por tanto movimiento de animales y cristianos, volórectamente ahora hacia el <rbol y se ;ambulló en lo m<s espeso de su folla$e hasta

desaparecer por completo ba$o las ho$as. >omasito sofrenó con firme;a su cabalgadura yreveló en el rostro un rictus de sorpresa y terror. Era f<cil imaginar lo que el cacique y sushombres dedu$eron de lo que hab7an visto" el <rbol se hab7a comido al carancho. En unabrir y cerrar de o$os, con una facilidad absoluta, el argibay hab7a devorado ese p<$arohuraño y carroñero.

El miedo asaltó al cacique, que hi;o girar brutalmente a su caballo y, soltando lalan;a en la disparada, galopó a refugiarse entre los suyos. @ero los suyos también hab7anemprendido la retirada, ululando de temor ante la estremecedora muerte del carancho.

Recién se detuvieron una legua m<s all<, ante los reclamos estentóreos de >omasito

que ped7a que no lo abandonaran. a indiada, entonces, se reagrupó a unas dos leguas denuestro rancho. @ero luego, pasado el susto, vimos cómo >omasito tornaba de nuevo hacianosotros. J, m<s precisamente, hacia el cuerpo de su cautiva, la que hab7a ca7do delcaballo, que yac7a llorando sobre la tierra reseca. Fue en ese momento cuando mi hermanarunilda cometió un error, producto de su buena educación.



=O+eñor, señorP

=llamó la atención del cacique, antes de darle a @adre oportunidad de intervenir.runilda hab7a recogido del suelo la lan;a que soltara en su huida >omasito y ahoracaminaba hacia él, arrastrando traba$osamente el peso de la tacuara, y ofrec7a devolverla.

Gimos cómo el cacique condu$o su caballo hasta ella, se inclinó para tomar el arma yas7 se quedó, recostado sobre el perfil de su mustang mirando, por primera ve; ylargamente, algo diferente de la figura del argibay. ferró entonces la lan;a sin de$ar deestudiar el rostro y el cuerpo de nuestra hermana. uego taloneó con energ7a a su caballo y,de$ando una nube de polvo, se perdió en el desierto $unto a sus hombres.

Esa noche, @adre nos reunió en torno al fuego. +e lo notaba torvo, tenso, ansioso y locua;, adiferencia de como era habitualmente, torvo, tenso, ansioso y parco.

=Ke decidido algo

=nos comunicó, solemne

=" >omasito y sus indios han percibido hoy que en este rancho hay mu$eres. airresponsable actitud de runilda al devolverle la lan;a al cacique la de$ó en evidencia, aligual que a sus hermanas.

=Es lo que me enseñaron en la escuela de la señorita ntonia

=se defendió runilda, molesta

=" devolver lo que no es m7o.

=-o podemos correr el riesgo

=continuó @adre

= de que esos salva$es vuelvan y las hagan cautivas.

=HGieron cómo me mirabaI



=preguntó runilda a sus hermanas, para aumentar el desasosiego de nuestro padre.

=Kasta ahora

=terció #leopatra

= no han sido malos con nosotros.

=@orque no las hab7an descubierto a ustedes

=señaló @adre

=N sólo ten7an o$os para el <rbol. @ero desde hoy tendr<n otro motivo para venir.dem<s, pienso que ellos creen que el <rbol nos protege, es un monstruo inmenso que noscuida a nosotros y al rancho como si fuera un animal de guardia, un dragón medieval. @ero poco a poco se ir<n dando cuenta de la verdad, de que no es m<s que un <rbol quieto einofensivo. @or eso lo até hoy a +ult<n, para que no cometiera la torpe;a de orinar elargibay mientras estaban los indios. Esa falta de respeto al <rbol hubiese envalentonado alos ranqueles. -adie respeta algo que no es respetado ni por los perros.

4uedamos todos en silencio, oyendo apenas el crepitar de las ramas que ard7anfrente a nosotros.

=H-os iremos de ac<I...

=gimoteó aurita, afligida.

@adre negó con la cabe;a.

=-o. -os ha llevado m<s de un año afincarnos aqu7, acostumbrarnos a este paisa$e,

encontrar una escuela cercana para ustedes y, fundamentalmente, levantar este ranchoconfortable y seguro del cual estamos todos orgullosos. +oy ya un hombre mayor paracomen;ar de nuevo. >ampoco quisiera que ustedes cambiaran de escuela y eDtrañaran a loscompañeritos...

=-o tenemos compañeritos.



=... ! eDtrañaran a la señorita ntonia.

=H4ué haremos, entoncesI

@adre, algo teatral, se puso de pie, caminó hacia uno de los rincones oscuros delrancho y volvió con un hacha. +e sentó nuevamente.

=#ortaré el <rbol. +é que todos lo sentiremos, porque hemos aprendido a quererlo.@ero no puedo permitir que siga siendo una atracción para los ranqueles. ! no sólo para losranqueles. #uando se corra la vo; vendr<n a verlo mapuches, araucanos, patagones,

diaguitas, tobas, charrúas, guaran7es y comechingones.

=+i es que vienen también por nosotras

=dudó runilda

=, lo har<n...

=@or m7

=precisó #leopatra

=, no por nosotras.

=o har<n

=continuó runilda como si no la hubiese escuchado

= esté o no esté el <rbol.

=-o lo creo



=di$o @adre

=. El argibay les sirve de gu7a para llegar hasta aqu7, como un faro en el mar.@ueden verlo desde muy le$os en el desierto.

=os ranqueles

=aurita sacudió los hombros, desafiante

= pueden encontrar en el desierto la cueva de un lagarto que hayan visto cuatroaños antes...

=Es posible

=admitió @adre

=N pero muerto el perro, se acabó la rabia.

+ult<n, echado casi a las puertas del rancho, levantó la cabe;a.

=9esaparecido el <rbol

=se entusiasmó @adre

=, porque cortaremos sus ramas y su tronco y los usaremos para leña, los indios yano tendr<n un motivo valedero para venir...

=-o lo creo...

=sonrió #leopatra, suficiente.

=Ellos tienen cientos de cautivas, #leopatra. -o van a encarar un desv7o que lestoma casi dos d7as, sólo por tres o cuatro cautivas m<s.



=Esa gorda...

=#leopatra recordó casi con furia a la prisionera que cayó desde la grupa delcaballo de >omasito.

=4uiero que vivamos tranquilos aqu7

=ratificó nuestro padre

=. ! largamente.

l d7a siguiente @adre comen;ó a hachar el corpulento tronco. @ensaba que le iba a llevarsólo una $ornada derribarlo. @ero no olvidemos que @adre era un intelectual con poca

pr<ctica en tareas manuales pesadas. l tercer d7a, por fin, el <rbol cayó con un desgarradorcru$ido sobre el rancho y lo aplastó completamente.

Esa misma noche nos fuimos de all7 y regresamos a #lericó. -unca m<s volvimos a -ader7a. @ero, algunas veces, ya pasados tantos años, cuando nos reunimos toda la familia,recordamos al anacoreta y a los cardos rusos que tanto nos entreten7an.

CIUDAD SAGRADA

Bn buen d7a, #hichan, +hogun de -arita, heredero del oreganato Ling, visitósorpresivamente la ciudad sagrada de yoto.

3rande fue la sorpresa de los guardias apostados en las murallas de la ciudad cuandovieron aparecer ante sus puertas la comitiva de #hichan que, con sus armaduras de acero, brillaba ba$o el sol como un puñado de piedras preciosas. @ero también grande fue elestupor del +hogun cuando advirtió que el puente levadi;o que permit7a el acceso a laciudad sagrada no funcionaba por desperfectos en el mecanismo.

@or ello, #hichan y su comitiva debieron acceder a yoto a través de un portalmiserable en el otro eDtremo de las murallas, indigno de su $erarqu7a. Lucho fue sufastidio, después, al recorrer las sinuosas calle$uelas que lo llevaban hasta el @alacio de losdministradores, cuando apreció lo derruida y sucia que luc7a la ciudad otroramagnificente. -o hab7a banderas en sus almenas ni en sus te$ados, la suciedad seamontonaba en los rincones y en las inmediaciones del mercado apestaba el olor. En los pequeños estanques interiores, los patos mandarines, alguna ve; restallantes en sus coloresverde $ade, amarillo cadmio y tornasol naran$a, se ve7an ahora tan grises como el m<s gris



de los patos silbones. -o se escuchaba, entre las ramas de los cere;os, los quinotos, losalmendros, los sicomoros y los cabu;a5is el canto de los gra$os, de los sinsontes, de losvence$os ni de los 5arao5es, esos bellos p<$aros a;ules que sólo cantaban sobre el canto deotros p<$aros.

#hichan llegó al @alacio de los dministradores trémulo de furia. ! mayor fue sudisgusto cuando supo que los dministradores no estaban en el palacio sino que hab7ansalido a ca;ar faisanes y cervatillos.

>res horas esperó el +hogun el arribo de sus servidores bramando de eno$o en elsillón dorado de madera de teca de uno de los propios regentes de la ciudad.

Recién cuando ya el crepúsculo ca7a sobre los te$ados de las pagodas y los templosde yoto llegaron los dministradores.

=-o esper<bamos tu visita tan pronto

=di$o #hang, el mayor de ellos, aún sudoroso y cubierto de polvo por los avataresde la ca;a, mientras ca7a de rodillas ante el +hogun.

=!a lo veo

=habló con vo; profunda el +hogun, luego de de$ar escapar de su garganta un

bramido torvo como el de un perro sharpei al que le interrumpen el sueño. Long, el otrodministrador, ya se hab7a hincado también ante su superior.

=Ke visto la ciudad sagrada construida por el padre del padre de mi padre

=gruñó #hichan

=N est< descuidada, sucia y abandonada. +us soldados no lucen como tales y han perdido dignidad y gallard7a. -inguna de las cora;as que cubren sus cuerpos devuelven con

su brillo el refle$o del sol sobre la muralla. ! la puerta grande ni ba$a ni sube pues susgo;nes est<n cubiertos de óDido y de moho. >uve que entrar por un portal me;quino aespaldas de la ciudad, tan estrecho y ba$o que las alabardas de mis guardias debieroninclinarse. lego luego aqu7 y no encuentro a nadie que ordene o que diri$a, porque ustedesse hab7an ido a ca;ar al bosque.

>ras un largo silencio, Long, uno de los dministradores, ya de pie, se atrevió ahablar.



=La$estad

=tartamudeó

=, yo podr7a decirte que la ciudad fue a;otada por un tifón o que un terremotosacudió sus casas y sus murallas. @ero ser7a una mentira. Le avergXen;a decirte que loshombres de esta dministración han actuado mal, han ca7do en la holga;aner7a y en el pecado del robo. El paso del tiempo ha aflo$ado la disciplina y humedecido el concepto delhonor. a malicia, la molicie y la milicia conspiraron contra nuestro traba$o. @ero queremos pedirte algo...

El +hogun esperó el pedido, la mirada aguda de sus penetrantes o$os negros clavadaen los rostros de sus interlocutores.

=4ueremos pedirte

=se animó Long

= que nos de$es actuar, que nos des un poco de tiempo para enmendar la situación.>odo esto es muy f<cil de solucionar y yo, $unto a #hing, sé perfectamente cómo hacerlo.

=Es as7, +hogun

=intervino #hing

=, en poco tiempo yoto volver< a ser la ciudad que el padre del padre de tu padreconstruyera para benepl<cito de los dioses.

=9ie; d7as no m<s te pedimos

=eDclamó Long

=. Regresa con tu comitiva en die; d7as y volver<s a ver esta ciudadresplandeciente.

Esa noche el +hogun y sus hombres disfrutaron, $unto a los dministradores, de unfest7n de pechugas de fais<n, nidos de golondrina y copetes de colibr7.



9ie; d7as después, #hichan retornó con su comitiva a yoto. Esta ve; el puente levadi;o dela entrada principal ba$ó a sus pies sin un gruñido de sus cadenas oDidadas. ! dentro de laciudad el +hogun vio con satisfacción que las calle$as estaban limpias, las casas pulcras ylos $ardines del palacio mostraban flores garbosas y coloridas. @avos reales, ruiseñores y

escolopendras paseaban orondos entre los canteros y los senderos de piedra.En las escalinatas del @alacio el +hogun encontró a ambos dministradores

esper<ndolo ansiosos y complacidos.

=H4ué te han parecido, +hogun

=preguntó Long, estru$<ndose las manos

=, los cambios con que hemos embellecido la ciudadI

#hichan despidió un bramido sordo, como siempre lo hac7a antes de hablar. ! alfinal del bramido di$o"

=Lañana, las cabe;as de ustedes dos rodar<n por el filo de la espada.

l d7a siguiente, guerreros del +hogun cumplieron con la sentencia y por tres d7aslas cabe;as de ambos dministradores se eDhibieron sobre sendas picas en el $ard7n real yel viento de la tarde despeinó sus cabelleras.

=+i era tan simple solucionar el problema

=eDplicaba al d7a siguiente #hichan a sus subalternos

=, fueron culpables de no haberlo resuelto antes.

a comitiva del +hogun, cubierta de acero, n<car y malaquita, brillaba ba$o el sol delcrepúsculo como un puñado de piedras preciosas.

CUMPLEA$OS FELI%

=H! dónde est< el del cumple, el del cumpleañosI



=fuera, en el patio. H-o los escuch<sI #hivateando como locos, todostranspirados...

=y, claro...

=?uegan a lo bruto, a veces me da miedo, el hi$o de >ita ya se golpeó en un o$o...

=@ero... Ha qué $ueganI y, all< est< Liriam... O4ué hacés, Liriam, ya te saludoP

=@as<, pas<, #larita... 4ué sé yo a qué $uegan, al fútbol, creo...

=Has chicas tambiénI

=O@ero si las chicas son las peoresP

=se anota Lirta, que se acerca a saludar a #lara

=. O+on machonas, les pegan a los chicosP

=H-o te contó la señorita +usanaI

=HEst< la señorita +usanaI

=-o pudo venir. @as<, pas<, #lara... oli la conocés...



=Kola, oli, Hcómo te vaI

=H! a la @uchiI

=-os vemos en la gran$a cada tanto. H4ué hacés, @uchiI

=ueno, aquel es mi pap<, mi mam<, Koracio el marido de @uchi, bueno... te los presento as7 nom<s desde le$os...

=Kola a todos, hola a todos.

=+entate ac< en la punta, al lado de Rosa... En el li3ing est<n los vie$os, quedatecon nosotros...

=4ue somos $óvenes.

Kay dos o tres risas femeninas como alaridos.

=H4uerés s<ndSichesI +on buen7simos, de la panader7a de ustos.

=-o, ya com7 algo en casa antes de venirN adem<s estoy a régimen.

Jtras risas, variadas.

=Kay de $amón y queso, de choclo y de anan<.



=-o, no, gracias, no me tientes...

=@or ah7 querés algo caliente. erto est< por traer unas pi;;etas y unas

salchichitas...

=H9ónde pusieron los cuchillos de postre, LaribelI

=4ué sé yo, mam<, est<n por ah7, en el trinchante...

=@ero Hdónde est<nI O!o los hab7a sacado y los puse arriba de la mesaP

=Estar<n por ah7, mam<, preguntale a eatri;, ya van a aparecer.

=Oos cuchillos de postre digo, nena, los de postreP

Liriam busca la mirada cómplice de Larta a su lado y le cuchichea al o7do.

=#ómo se ponen con la edad, mani<ticas, cascarrabias, $oden por cualquier cosa...

=-o te preocupes, Liriam, los vie$os son as7, disfrut< del cumpleaños de tu hi$o...

=Kabr7a que ver cómo vamos a ser nosotros cuando seamos vie$os, tal ve; seamos peores

=interviene Esther, sentada al lado.



=o que siempre le pido a Esteban es que si yo un d7a me pongo tan insoportablecomo mi madre, que me pegue un tiro. -o quiero andar rompiéndole la paciencia a nadie.

=+abés qué pasa, Liriam, se eDcitan con estas fiestas como los chicos.

= ver

=llega Esteban, cargando platos en las manos

=" hagan lugar, hagan lugar...

=as salchichitas calientes, Lirta, est<n buen7simas...

=-o. dem<s, ya viene a buscarnos el olo.

=H9ónde est< el olo, no vino con vosI

=pregunta rmando, parado $unto a la heladera, detr<s de @aula, apoyado contra elcalendario de la panader7a ustos, tres gatitos en una canasta.

=lcan;< estas otras ca;uelitas a la otra punta, haceme el favor.

=H@as<s, pas<sI

=Lirta adelanta su silla.

=#laro que paso, no te molestes, no estoy tan gordo...

L<s risas altisonantes.



=El olo, el olo

=retoma Lirta

= me tra$o hasta ac< pero me de$ó y llevó el auto a lo de 3utiérre;, porque se le paró cuando ven7amos. @ero enseguida viene a buscarnos.

=c< hay m<s coca, eba, alcan;ale a Koracio.

=h, esta es mi abuela Lirta, mirala qué guapa...

=a cono;co, la cono;co, la veo siempre en el súper.

=Gos sos la mam< del ito, m hi$a...

=-o, de Ricardito, que ahora mismo voy a llamarlo porque ya viene el padre a buscarnos...

=+i querés te lo llamo.

=-o, señora, voy yo...

=#omo quieras... !a traigo las albondiguitas...

=Est< b<rbara tu abuela, activa, fant<stica...



=#ru;o los dedos...

=#he, dice Lirta que al olo se le paró

=dice Koracio.

Kay risotadas y eDclamaciones fingidamente escandali;adas.

=y, qué grosero. #ortala, Koracio, con eso.

=!o no lo di$e

=se encoge de hombros Koracio

=, fue Lirta. 4ué tiene de malo... 9ice que se le paró...

=! sigue con lo mismo... >e creés muy vivo y sos un estúpido...

=9e$alo, @erla, son fantas7as que se hacen los hombres...

=+er< que a tu marido no le pasa.

=Eso, !oli. @or ah7 Lirta est< muy contenta con que al olo le pase eso

=se anota rmando a las carca$adas.

=! el otro boludo se r7e. Re7te vos.



= Koracio hace mucho que no se le para.

=+iempre que hay un tarado que se hace el gracioso, hay otro tarado al que le hacegracia...

=!o no di$e nada, lo di$o Lirta.

Entra una nena a preguntar algo.

=y, no me digas que esta es tu hi$a.

=+7.

=Est< enorme, lind7sima, grandota, no la hubiera reconocido...

=+7, est< grandota. H-o es cierto, che, que est<s grandotaI #ontestale a la señora...

=9e$ala, de$ala que se vaya a $ugar... ind7sima...

=OLiralo a este, miralo a esteP

=chilla Latilde.

Bn chico entra corriendo transpirado, desde el patio. @regunta algo al o7do de Lirta.

=HEste es el tuyo



=le preguntan a Lirta

=, este es el RicarditoI O@ero si est< enorme, yo no lo hubiera reconocidoP

=!, los chicos crecen, señora.

=-osotros no somos los únicos que cumplimos años.

=H9ónde est< el baño, LiriamI

=pregunta Lirta

=. ll<, all<, pasando el li3ing , en el pasillo... O-o corrasP

=+abe qué pasa, señora, que est<n $ugando y hasta se olvidan de que tienen quehacer pis, buscan el baño cuando ya no aguantan m<s.

=nd< y después nos vamos

=grita Lirta

=, ya viene pap< a buscarnos.

=H! vos qué hacés ac<I

El pibe rubio se encoge de hombros, tomado al respaldo de la silla de la madre.

=nd< a $ugar con los chicos...

=-o. ?uegan al fútbol.



=H! a él no le gustaI

=+7 le gusta, pero prefiere quedarse ac<, conmigo.

=H-o querés algún $uego de mesa, queridoI H-o querés que te prenda la televisiónde la pie;aI

=@ero no, Latilde, de$alo. +i ya nos vamos.

=#ómo, Hno se van a quedar para el magoI

=HKay un magoI Eso te va a gustar, @ablito.

=Es que se pasan el santo d7a $ugando a la pelota. H-o escucha los pelota;os en las paredes y las persianas de las puertasI

=h7 llega el olo. Lirta, ah7 llega tu marido.

El olo llega y saluda livianamente a todos.

=ueno

=se para Lirta

=, agarr< las cosas, ito, que nos vamos.



=olo, dice tu mu$er que llegaste tarde porque se te paró.

=!... veces me toca...

=sonr7e poco divertido el olo.

=9esde hoy

=denuncia Estela

= este tarado la tiene con eso...

=H#ómo, ya se van a irI

=se alarma, llegando, Liriam.

=+7, tenemos que pasar por casa de mam<...

=@ero si ya viene la torta. -o se van a ir sin soplar las velitas y comer un peda;o detorta.

=Es que mam< vive en a Florida y...

=!a la traemos, ya la traemos. +on casi las ocho, ni me hab7a dado cuenta...

=Oas ocho ya, cómo pasa el tiempoP

=!, señora, la buena compañ7a...



=Es una torta lind7sima que le hi;o la mam< del gust7n, una señora que tiene unamano incre7ble para la reposter7a.

=OKagan lugar en la mesa y vayan llamando a los chicosP O-ené, traé la torta, y losfósforosP

=4ue los chicos se vayan a lavar un poco primero, est<n todos sudados, las manossucias, un asco...

=+entate, olo, comen un peda;o de torta y se van. +on die; minutos nada m<s...

=+entate, olo

=indica Lirta.

=-o. Est< bien, est< bien

=olo fulmina a su mu$er con la mirada

=, me quedo ac<. -o se van a correr todos por m7.

=-o es molestia

=dice la abuela de Lirta, sentada ahora a la cabecera.

=9espués de lo que contó Lirta del olo

=dice Koracio, socarrón

= no quisiera que el olo se me siente al lado.



#omo un alud llega desde el patio el tropel de chicos buscando un sitio $unto a lamesa grande de la cocina. Entre ellos, @erla, los bra;os en alto, sosteniendo la torta. Kayforce$eos, empu$ones y gritos entre los chicos que buscan conseguir un sitio $unto a lamesa. Est<n sudorosos y colorados.

=O#he, dé$enle un lugar a la abuelaP O#he, sal7 de ah7, de$ala a la abuelaP

!a hay una multitud en la cocina. @erla deposita la torta sobre la mesa en el lugarque, corriendo apresuradamente platos sucios y copas, le han de$ado libre. Goces deadmiración reciben la torta de cumpleaños. Es un rect<ngulo chato y generoso bañado enchocolate, pero la parte de arriba se ha transformado en una cancha de fútbolcuidadosamente verde por los confites de ese color, no demasiado rectas las l7neas blancasde $uego marcadas con coco rallado. En ambas cabeceras, los pequeños arcos de pl<stico y,sobre la grama artificial, cinco $ugadores de cada lado, como dispuestos a empe;ar el

partido, que aguardan la pitada inicial. 9e un lado, cinco pequeños muñequitos de a;úcarlucen la camiseta a rayas verticales a;ules y amarillas de Rosario #entral y del otro, otroscinco visten la ro$inegra por mitades verticales de -eSells Jld oys. Kay risas, aullidos,murmullos.

=Fósforos, faltan los fósforos

=grita Lartita.

lguien le alcan;a un encendedor descartable. El del cumpleaños espera ansioso elmomento de soplar las velas. a propia @erla, parada detr<s del homena$eado, se inclina porsobre él para encenderlas.

=cercale esa

=señala lberto, desde atr<s

=, la que prendiste recién, a uno de los de Yuls, a ver si se le calienta el pechito.

+e elevan risas y gruñidos de eno$o.

=yúdenlo a soplar a ese pibe, que me parece que est< sin aliento, sin aliento comotodos los canallas...



=-o, no

=alerta @erla, simuladamente severa

=, no empecemos con eso, no empecemos con eso, por favor...

=H#u<ntas son las velitasI

=pregunta Esteban desde una tercera fila.

=9ie;, cumple die; el nene...

=H@or qué no ponen veintidós

=se hace el tonto Esteban

= y feste$an los veintidós años que estuvieron sin ganar en el @arqueI

=Oes di$e que la corten con esoP

=grita @erla, ahora s7, eno$ada

=. o único que nos falta es que ac< también nos...

=+e ve que te olvidaste

=otra vo;, esta ve; femenina, truena desde atr<s

= cuando les rompimos el culo con Lenotti en el @arque.

=4ué pi$a que tuvieron adentro esos veintidós años, querida, sin ganar en el#oloso...



=O>erminala, boludoP

=increpa Larta a Esteban

=. #ortala con ese asunto que es el cumpleaños de...

=H! vos qué te metés, tarada

=salta la esposa de Rubén

=, si a vos nadie te dio vela en este entierroI o que pasa es que siempre has sidouna canayona de mierda.

=#ont<, cont<

=se mete Lariano

=, cont< los $ugadores de Yuls, no vaya a ser cosa de que abandonen.

=+on cinco nada m<s, se ve que seis ya abandonaron. HJ ya se olvidaron de Russorevoleando el saco el d7a del abandonoI

=9e lo que no te acord<s vos, pelotudo, es del gol de 9omi;;i cuando lesrompimos el orto con la tercera, de eso seguro que no te querés acordar, mogólico.

=H! ahora ven7s a hablar vos, porquer7aI H9esde cu<ndo sos hincha de Yuls,

pechofr7o, que nunca ni abriste la bocaI

os puñeta;os de -orma sobre la mesa hacen bailotear las botellas y las copas.

=Oasta, basta, cara$oP



=ruge, y cuando logra algo de silencio

=. @arece mentira, parecen chicos pele<ndose as7.

=+7, pero ellos vienen a rroyito a rela$arnos. HJ en qué barrio estamosI

=En udueña.

=Es lo mismo.

=Es la misma mierda con distinto olor.

=O-o ves que la siguenP

=vibra otra vo; de mu$er

=. H4ué tenés que decir vos, bastardaI

=L<s bastarda ser<s vos, negra villera.

=OLam<, mam<P

=el grito dram<tico de Mulema, esta ve; s7 logra algo de silencio. Mulema se lan;asobre la abuela 9ora que, sentada en su lugar preferencial, est< p<lida como de m<rmol y se

toma con ambas manos el cuello como buscando aire.

=OEl cora;ón, el cora;ón, un ataque al cora;ónP

=llora Mulema, desesperada.



=O>r<iganle agua, agua, un vaso de aguaP

=Olamen a un médicoP

=K<ganle aire, córranse, dé$enle aire.

=OLiren lo que lograron con esas peleas pelotudas, idiotas, miren lo que lograron,matar a mam<P

=OEllos empe;aronP

=OEso pasa por invitar a estos leprosos de mierdaP

=OLam<, mam<P

=!a estoy bien, ya estoy bien...

=El hilo de vo; de la abuela 9ora, milagrosamente, se oye en medio de la batahola

=. !a estoy bien, hi$a, un mareo, un soponcio...

=Lam<, mamita.

=buela, abuela...



=+aben que me hacen muy mal estas cosas

=recobrada en parte, con dificultad para hablar, la abuela reprocha con rabia

=" saben, me lo hacen a propósito, me quieren matar...

=@ero no, mam<, Olas cosas que dec7s...P

=-o, señora, ya pasó, ya todo se tranquili;ó.

=-osotros no empe;amos, señora

=trata de ser convincente la esposa de Esteban

=. o que pasa es que estos canayones son siempre lo mismo...

=! a mucha honra somos canayones

=trina Mulema

=, Oleprosa pechofr7oP

=OastaP

=ahora es la misma abuela la que reclama orden con vo; entrecortada. >odos secallan.

=c< est< el encendedor

=vuelve a ofrecer lberto, con vo; calma.



=Estuvo muy lindo

=dice Lalena, en la puerta de calle, la mano sobre el hombro de su hi$o, que llevauna bolsita con regalos de cotillón. !a es de noche.

=<stima eso de...

=argumenta @erla.

=+uerte que tu abuela la pudo cortar.

=+7, pero casi se muere la vie$a.

=O+7, no, es cierto, te digo suerte porque cortó el quilombo, no porque casi semuere, pobre 9oraP

=@obre 9ora, pobre 9ora

=levanta las ce$as @erla

=. +abés qué pasa, que es pechofr7o la vie$a. +e hace la pelotuda pero cada ve; quegana la lepra anda con una sonrisa de ore$a a ore$a. Ella cree que yo no me doy cuenta peroyo la tengo bien $unada, bien $unada la tengo...

=!a me parec7a medio amarga la 9ora...

=@ero, estuvo todo bien, HnoI

=a torta, riqu7sima, riqu7sima la torta.



=Est< haciendo fr7o, abrigalo al -ico.

=+7, le tra$e un saquito.

LA TRINC&ERA DEL TANGO

#orre el año ((6 y los vientos devastadores de la guerra ondulan sobre la campiñafrancesa. Esos campos, otrora pletóricos de mieses y lavanda, lucen ahora torturados yquemados por los combates, tierra ennegrecida por el humo, acribillada por los cr<teres

de$ados por los obuses de la artiller7a. -ada de verde, nada de vidaN sólo manchonesgris<ceos, bultos macabros diseminados por doquier, v7ctimas del criminal gas de mosta;ade 9i$on, de las bombardas de cilantro y las granadas cargadas de una precisa me;cla de $engibre y pimentón molido. #ad<veres de caballos despan;urrados, el serpenteo retorcidocaprichoso y hostil de 5ilómetros y 5ilómetros de alambres de púas, el suelo roturado por eltra;ado anfractuoso de infinidad de trincheras.

En una de ellas, cercana a Flandes, reptante hasta las afueras de yon, un hombre,un soldado, esp7a a través de su rudimentario periscopio la actividad en las trincherasenemigas.

nochece. lo le$os ilumina el cielo reiteradamente un relampagueo incesante.@uede ser el anuncio de una tormenta que traer< m<s lluvia como la que ha convertido lasuperficie de urdeos en un loda;al y cubre el piso barroso de las trincheras con una capade agua de die; cent7metros. @uede ser también la pirotecnia de la fiesta de +an 9ami<n enlos alrededores de rles. @ero, no nos engañemos, amigo lector" el relampagueo es, porsupuesto, el destello fero; de los cañones de la artiller7a alemana batiendo el campo.

=H4ué vesI

=pregunta ansioso otro soldado al lado del que atisba por el periscopio.

=Geo el perfil de las fortificaciones germanas

=dice el vigilante



=..., el cuerpo del teniente resan ca7do en la última carga a la bayoneta... Geo la parte superior de los cascos de esos malditos alemanes yendo y viniendo por sus refugios...! m<s all<, m<s all<, veo el cruce de la 7nea Laginot con el tendido del ferrocarril y laesquina... la esquina de #orrientes y Esmeralda, la vie$a Recova, la entrada dermenonville...

=O-o me digas, no me digasP H4ué m<s ves, qué m<sI

=palmotea como un niño el que acompaña al vig7a.

=OGeo las luces del >abar7s, #arlitos, y veo a Lanon entrando al #hanteclerP

El vig7a, mis amigos, no es otro que Jlindo 9ur<n, un argentino que, por esosdesignios anto$adi;os del destino, va a parar a las trincheras galas. ! el que bate palmas asu lado es #arlitos, el 9ur<n chico, su hermano.

H#ómo van a parar ellos al vientre mismo de la conflagración mundialI

Jlindo es un dandi argentino nacido en Flores el &6 de octubre de (000. @rimer hi$ode una familia pudiente, via$a a Francia con su hermano menor cru;ando el tl<ntico en unvapor, atra7do por las luces enceguecedoras de @ar7s.

#omo tantos $óvenes alocados de la época, va dispuesto a conocer, a divertirse y a

tirar manteca al techo. 9e hecho, en la bodega del 0onte +osso lleva a su amada vaca#lorinda, producto genuino de la cabaña de su padre y destinada a proveer de leche fresca ynutritiva el desayuno de ambos hermanos.

!a en @ar7s, Jlindo se hace habitué de El 3ato -egro, un cabaret de moda dondetodas las noches deslumbra a los asistentes dibu$ando sobre la pista de baile los tangos m<s pulcros y endemoniados. Esa música densa y sensual cautiva a los europeos, quecomien;an a descubrirla. Entre los asiduos concurrentes a El 3ato -egro figura el general?ean #oustaud, al mando de los regimientos de infanter7a destinados en el Ródano. ! noconcurre solo" entusiasmado por los compases de la música porteña que desgrana un tercetode inmigrantes, intérpretes de bandoneón, flauta y viol7n, lo hace acompañado por la mitad

de sus tropas, lo que convierte al reducto nocturno en un verdadero suceso.

#on el tiempo, se revelar< que para asistir a esas tenidas tangueras el general#oustaud abandona cada noche su puesto de guardia y contagia a sus soldados el <nimo dedeserción. El estallido de la guerra lo salva de una corte marcial que, sin duda alguna, lohabr7a puesto ante el paredón de fusilamiento. -o obstante, como castigo, lo destinan alfrente de Flandes.



ll7 surge el esp7ritu de confraternidad, amistad y desinteresada noble;a quedistingue al calavera porteño. Jlindo 9ur<n, que ha aprendido a querer al militar francés enesas noches de farra y de fandango, entiende que tiene una deuda de gratitud con él, que laemotividad sentimental del tango le debe un agradecimiento a ese hombre de armas francésque sabe emocionarse con los acordes modulados por el bandoneón.

Jlindo 9ur<n no vacila y se alista en el E$ército, sin saber siquiera quién es elenemigo. +u conocimiento del francés es, hasta ese momento, limitado. -o lee los diarios yno alcan;a a entender lo que dice la radio. *gnora, por tanto, el motivo de la guerra ydesconoce quiénes se enfrentan en ella.

=@ero los enemigos de mis amigos son mis enemigos

=declara inflamado a su hermano #arlitos, mientras se prueba el casco de acero

algo echado sobre los o$os, requintado, como si fuera un funyi.

+u hermano se une a él sin pensarlo demasiado. +er<n dos los argentinos dispuestosa defender la causa de aquellos franceses que supieron apreciar el tango.

Enorme es la sorpresa y la emoción de ambos cuando, meses después, ya sumidos enla gris angostura de las trincheras del frente de Gerdún, tras innumerables horas deintercambiar disparos de cañón, obuses y cargas a la bayoneta con el enemigo, una tarde, enun nudo de trincheras cercano a -ancy se dan de narices con la vaca #lorinda.

=a hemos tra7do aqu7 para faenarla

=les eDplica fr7a y desaprensivamente un infante senegalés con o$os de codicia

= $unto con otras resesN alimentar< a los fusileros de Lauritania.

=-i locos tocar<n a #lorinda

=salta 9ur<n

=" seguir< con vida y nos dar< su leche para desayunar todas las mañanas,acompañando cru$ientes croissants. +i la mantenemos viva, cientos de nosotros podremosdegustar los quesos que les enseñaremos a elaborar con su leche. ! no ser<n los franceseslos que rechacen el ofrecimiento de un buen queso. dem<s

=se eDalta Jlindo



= con su bosta seca tendremos combustible para hacer fuego y calentar las manoscuando por las noches el fr7o mortal de las trincheras amenace congelarnos.

a inflamada arenga de 9ur<n convence a todo el mundo, superiores y subalternos.Es cierto que no faltan verdades de a puño en su perorata, pero en la aceptación general

incide también el cariño que hab7a sabido gran$earse entre sus compañeros. #on esa perspicacia, agude;a y sabidur7a popular, en la trinchera sus compañeros le dicen"l9argentine.

El convencimiento galo va m<s all<" pocos d7as después, la vaca #lorinda es elevadaal rango de @rimera Enfermera Layor, distinción que la pone en un nivel equivalente al deFlorencia -ightingale.

Es la nocheN el clar7n ha llamado a silencio. 9ur<n y su hermano menor arrastrantraba$osamente sobre el piso anegado de las trincheras una pesada ca$a de madera, tan

complicada de transportar como una cocina de campaña, que va de$ando un surco en el barro y golpea con sus aristas las terrosas paredes de los angostos pasillos eDcavados.

os hermanos 9ur<n, $adeantes, traen la ca$a desde el le$ano barrio de arracas. Kacru;ado la mar y se ha paseado por los distintos piringundines del arrio atino.

hora Jlindo abre la ca$a y descubre un met<lico gramófono @athé y una pila derudimentarios discos de pasta. +on aún discos artesanales, grabados uno a uno,manualmente, sobre terracota con un buril de hierro, por una anciana vecina de arracasque silbaba las melod7as mientras los cincelaba.

9ur<n conecta el gramófono a la red de parlantes que anuncia a las tropas la alarma por los ataques aéreos o las cargas del enemigo, y empie;a a darle mani$a al aparato.

9e inmediato empie;a a elevarse sobre esos campos martiri;ados por el salva$ismode la guerra la letan7a sinuosa de nuestra música popular. En las propias trincheras, lossoldados senegaleses, bretones y brit<nicos abandonan sus breves charlas previas al sueño ointerrumpen sus frugales comidas para escuchar.

+e oye primero 8Elegante salsif7:, de ópe; y #apr<nico, luego 8adulaque:, deJrestes >r<pani y Larcial +outo. !, de repente, llega una lluvia de insultos en alem<n desdelas trincheras enemigas. Esto no amilana a 9ur<n. >odo lo contrario, recrudece su constante

girar de la manivela y cae una catarata de obuses, bombardas y proyectiles defragmentación sobre la posición francesa.

-adie, sin embargo, reprocha a 9ur<n haber enardecido as7 los esp7ritus germanoscon esa música provocativa y canyengue. os duros negros del +enegal, por el contrario,fuman y lagrimean ante la melancol7a de los tonos del bandoneón. lentado, 9ur<n, elargentino, asoma valientemente su cabe;a por sobre la trinchera y grita"



=OEste es el tango, pipiolos, señor de uenos ires, este es el comp<s que lo hi;ogrande en todo el mundoP

la noche siguiente, a la misma hora, ya algunos fusileros bengal7es solicitan a 9ur<n

escuchar el tango 8Larimoñas:, de +ald7as y Kermenegildo en7te;. +in embargo, ocurrealgo sorpresivo que detiene a 9ur<n en su búsqueda dentro de la ca$a de madera. avacilante lu; carmes7 de una bengala que se eleva desde la trinchera enemiga lo parali;a. !,a continuación, comien;a a escucharse desde all< le$os el ritmo chispeante y bailar7n delcl<sico teutón 8arrilito de cerve;a:.

9ur<n no puede reprimir su furia.

=OEso no es música, pelandrunesP

=vocifera hacia el enemigo

=. OEso es sólo ruido para aturdir a la $uventud y distraerla de los problemassustanciales, all7 no hay profundidad ni refleDión, no hay filosof7a ni tampoco se transmiteel sufrimiento sustancial del tangoP

a respuesta del agresor alem<n no se hace esperar. Keridos en su honor nacional enlo que, torpemente, entienden como una cr7tica a su cultura, diecisiete mil hombres delcoronel Gon +mitch calan sus bayonetas y se abalan;an aullando sobre las trincherasfrancesas.

#uatro mil ba$as entre ambos bandos de$a el combate del (/ de $unio de ((1. levan la peor parte las tropas francesas y sus aliados. @ero, en cambio, cientos de prisioneros seamontonan ahora en las trincheras del coronel Rigard quien, en persona, se hace presente enel soterrado despacho de la capitan7a a la mañana siguiente para interrogar a los capturados.provecha también para saludar a su fiel amigo del cabaret El 3ato -egro, Jlindo 9ur<n,que lo secunda en posición de firmes.

=H4ué los empu$ó

=pregunta severo el coronel, las manos cru;adas a la espalda, a un demacradoinfante húngaro de o$os enro$ecidos y afiebrados por la derrota

= a atacarnos en horas de la nocheI Ka sido traidoramente, cuando est<bamosgo;ando del sueño, derecho inalienable del soldado. HKan cambiado acaso las t<cticas decombateI



=-o soport<bamos esa música rid7cula, triste, y plañidera que surg7a de los parlantes de sus posiciones, coronel

=eDpresa el prisionero, calmo, mirando fi$amente a su interlocutor.

9ur<n no puede contenerse e interrumpe.

=OEsa música rid7cula

=grita

= no es otra que el tango, nacido en los arrabales y suburbios de uenos ires para

conquistar a los hombres sensibles de @ar7s, ie$a o udapestP

=O-o puede compararse

=ahora s7 se anima el prisionero, agitando sus manos atadas con un cordel

= con nuestras maravillosas y educadas c;ardas húngaras, $oyas magiares queencienden nuestros cora;onesP

=OEsa es tan sólo música for<nea que intenta coloni;ar nuestro leg7timo sentircriollo y argentinoP

=OLúsica de putas y gente de mala vidaP

=se hinchan las venas del cuello del prisionero.

9ur<n pierde la cordura. ntes de que puedan detenerlo eDtrae su bayoneta y surcala me$illa derecha del húngaro con un ta$o velo; y profundo.

=Oh7 tenésP

=rubrica



=. OBn barbi$o en la me$illa para que esa cicatri; te haga recordar siempre que eltango es duro, que el tango es fuerte, tiene olor a vida, tiene gusto a muerteP

os tr<gicos sucesos del atardecer del &/ de octubre de ((1 comien;an, puntualmente, con

los compases alocados y vivaces de un fo*trot americano. a música, vibrante y colorida,surge, paradó$icamente, de las posiciones alemanas y llega hasta las fortificaciones aliadasatravesando penachos de humo que aún persisten luego de las cargas de artiller7a ydispersando bancos de niebla que anuncian la noche. @rovienen, seguramente, de lacolección musical de algún soldado yanqui a las órdenes del general afayette, ca7do prisionero de los alemanes.

l escuchar ese ritmo banal y penetrante, 9ur<n pierde una ve; m<s los estribos.ún ti;nada la cara por el humo de la contienda, todav7a impregnada la ropa de agua y defango se asoma y grita hacia las alambradas germanas.

=Oasta, basta, silencio, quieren embrutecer a nuestra $uventud con esas tonadasmediocres e infantilesP

@or única respuesta el enemigo eleva el volumen de la música hasta atronar lacampiña desde rles hasta #arcassonne.

9ur<n, encaramado, casi al borde de su protección, vacila. os combates de ese d7ay los anteriores han sido muy sangrientos y las tropas del coronel resan han recibido durocastigo. a orden es mantenerse a resguardo, no asomar la cabe;a ni prestarse a la lucha

cuerpo a cuerpo, no morder el an;uelo de la provocación proveniente de los compases de lamúsica que fuere, aun la celta.

+in embargo, 9ur<n no puede con su temperamento barrial y tanguero. +in saber sialguien lo sigue, sin darse vuelta a comprobar si sus compañeros lo apoyan, empuña la bayoneta calada y se lan;a a campo raso.

Bn murmullo de espanto y admiración crece desde las trincheras amigas. Enfrente,sólo el sonido trivial y embrutecedor de la música americana. Fuera ya de la trinchera,echado sobre los o$os el casco de acero, la bayoneta al frente, 9ur<n carga a grandes;ancadas hacia el enemigo, solitario y furioso. +e escuchan tres o cuatro disparos de fusil

aislados, y surtidores de barro se elevan cerca de sus botas.

9e pronto cesa el fuego y calla la música. 9ur<n se detiene. @ara su sorpresa, desdela trinchera enemiga se levanta una figura gris y poderosa" es la del general Gon Richenque, los bra;os en $arra, el monóculo ceñido fieramente a la órbita de su o$o i;quierdo,temblando la punta de sus retorcidos bigotes ya blancu;cos, se adelanta hacia él hastadetenerse a sólo cinco pasos. 9ur<n adivina que a sus espaldas, en las trincheras que hade$ado minutos antes, se asoman infinidad de cabe;as militares, como también sucede



ahora en las trincheras alemanas, donde los soldados desaf7an las m<s m7nimas medidas deseguridad aconse$adas en un campo de combate. nochece.

=+oy el coronel Gon Richen y siento un profundo respeto por usted y por la músicaque usted defiende... 9etesto esta basura norteamericana y es por esto que estamos enguerra. En cambio, cuando escucho 8diós mamina:

=el teutón pone una mano sobre el pecho

= pienso en mi madre, que me est< esperando all< en la casa en Esferfelgilgen.@ero... deseo preguntarle algo..., Hcómo se baila esta melodiosa canción del R7o de la @lataI

9ur<n parece ablandarse. Bna tenue sonrisa le ilumina el rostro.

=-o tengo inconveniente en enseñarle cómo se baila el tango

=suspira

=, porque esta música, pecadora y furtiva, marginal y carcelaria, fue perseguidasiempre por el poder, al punto de que estaba terminantemente prohibida para el o7do de lamu$er. @or tanto, y que esto no se interprete mal, los hombres que am<bamos su improntadeb7amos bailarla entre nosotros, de manera brava y viril. @erm7tame.

9ur<n eDtiende los bra;os y toma al coronel Gon Richen por la cintura y la manoderecha. uego vuelve su rostro hacia su campo e indica, somero"

=8Re$untame la biyuya:.

Bn minuto después, el cadencioso ritmo de la inspirada pie;a de #eledonio 3óme; yRibufeta inunda el perple$o campo de batalla como un himno de pa;. as luces de algunosreflectores curiosos, distra7dos de vigilar las incursiones aéreas, dramati;an estéticamente elmomento al iluminar las dos figuras varoniles y sus vigorosos cuerpos entrela;ados. Lilesde pares de o$os asisten a la dan;a sin poder creer lo que est<n viendo.

8Fue uno de los momentos m<s grandes de la guerra:, dir7a, décadas m<s tarde, elanalista militar *nsen Lorgado en su libro Masacre y falsedad .

+ubyugados por la música, transportados por el devaneo sensual del dos por cuatro,9ur<n y Gon Richen no advierten el ascenso no muy le$ano de una bengala que con refle$osro$i;os agrega un detalle escenogr<fico al acontecimiento. 9e repente, sobreviene latragedia.



Bna r<faga de metralla, breve, criminal y anónima tri;a el aire congelado de las primeras sombras de la noche y corta en dos, como si fuese la ho$a de un sable formidable,los cuerpos de ambos bailarines, enemigos enfrentados en la conflagración, perocompañeros sensibles en la dan;a. Es un espect<culo macabro que llena de horror aun a loscurtidos combatientes de ambos bandos y hace m<s granguiñolesca la escena. a mitad

inferior de Jlindo 9ur<n, desde la cintura hasta las botas, continúa practicando unos torpes pasos finales en un último refle$o neurológico para dibu$ar un corte, una quebrada y el girofinal que coincide con el 8chan chan: definitivo de la pie;a.

#arlos 9ur<n, el 9ur<n chico, solicita la ba$a luego de aquella amarga noche. duce que elfallecimiento de su hermano le ha ocasionado una depresión profunda y que, tras la muertede Jlindo, él no tiene ya compromiso alguno con la nación francesa. El alto mando,comprensivo, lo env7a de nuevo a uenos ires con pasa$e de primera en el paquebote0arla Pistoia.

+e dice que el cuerpo dividido del infortunado Jlindo yace en una tumba sin nombreentre otras miles que aún hoy pueden visitarse en los campos de Gerdún. El resto de suhumanidad estar7a me;clado en el mausoleo al +oldado 9esconocido erigido en -ancy en(&0.

a ca$a de madera con el gramófono y los discos de terracota fueron alcan;ados porun obús del ocho en la furiosa ofensiva alemana de otoño de ((2.

9e la vaca #lorinda no se supo m<s nada.

Estudiosos de la @rimera 3uerra Lundial, simples turistas deseosos de encontrar un

souvenir y conductores de modestos programas tangueros de radio insisten aún hoy enrastrear peda;os de aquellos discos que volaron en miles de direcciones cual esquirlassonoras tras el impacto del obús. -o hace mucho, durante una eDcavación para construiruna cava para vinos #abernet +auvignon en los alrededores de Jrly se encontró un tro;o dedisco que conservaba pegada parte de una etiqueta según la cual se trataba del tangoQcanción de mor7n Rosas 8a perple$a:. Lemoriosos, como el historiador francés ?ean#octó, señalan que en el mismo lugar donde iba a ser construida la cava hubo otrora uncuartel subterr<neo del mando alem<n y que el d7a en que fue destruida la colección dediscos de 9ur<n dicho cuartel recib7a una visita del emperador $aponés Lishimo *roto.

lgunos afirman que, tal ve;, esa notable coincidencia podr7a haber iniciado el

interés del pueblo $aponés por nuestro tango.

PROPIEDADES DE LA MAGIA

claro que no me gustan los magos. -unca me llamaron la atención. @asa esto" no



me interesa descubrirles los trucos. Kacen desaparecer a una $irafa y yo digo" 8Lir< qué bien, la hi;o desaparecer:. -o me rompo el bocho pensando en cu<l fue el truco ni si, enrealidad, la mano es m<s r<pida que la vista. @or otra parte sé que la prueba les va a salir bien, siempre les va a salir bien. Entonces no hay incógnita y dramatismo para m7.@reguntan" 8HEsta ser< la carta que usted eligióI:. ! yo no tengo la m<s m7nima duda de

que esa es la carta. 8#inco de pique:, dice el mago.>odos aplauden. ! a m7 me chupa un huevo. Es lógico que no van a intentar una

prueba para que les salga mal. Es m<s, a veces simulan fallar, titubean, hacen como sihubieran perdido la confian;a, pero sólo para deslumbrarnos con otra vuelta de tuerca.8HEste es el relo$ que usted me dioI:, preguntan sobradores sacando el relo$

=supuestamente, claro

= de la ore$a de la dueña de casa.

-o me asombra su pericia. >al ve; sean magos directamente, y su traba$o noencierre ningún tipo de truco. o que har7a mucho m<s pelotudo el espect<culo" no tienegracia hacer magia siendo mago. Es, después de todo, un traba$o como tantos otros, comoel de contador público, arquitecto, empleado de banco o acomodador de autos en un par8ing .

@or eso no me sorprend7 para nada cuando el 3ran rodi partió en dos un melónque, lo hab7amos comprobado, era ostensiblemente un melón y sacó de adentro el RoleDque yo hab7a tenido la gentile;a de facilitarle. uego lo levantó en el aire y lo hi;o brillarante la vista y la pueril sorpresa de todos.

=HEs acaso este su relo$I

=me preguntó el mago desde el borde del escenario.

=+7

=asent7 yo mentalmente, acompañando un movimiento de cabe;aN y te recontracago

a trompadas si me llegaste a hacer cagar el RoleD con el $ugo de ese melón.

@ese a su capacidad mental, el 3ran rodi no captó el mensa$e que enviaba mi pensamiento. @or el contrario, redobló la apuesta.

=H! cu<l era la hora



=me preguntó sin mirarme, paseando su vista por la nutrida concurrencia

= en que usted me di$o que hab7a nacidoI

-o le contesté, algo rabioso porque todo le sal7a bien.

=Has (6")1, acasoI

=cerró rodi, triunfal, ante mi nueva aprobación. Kubo un maremoto de aplausosmientras cientos de personas cuchicheaban entre s7 pregunt<ndose una ve; m<s cómo lohab7a logrado.

H4ué fue entonces lo que me llevó a concurrir al remanido acto del 3ran rodicuando ya he dicho que me ponen las pelotas por el piso los magosI

Es muy simple" me hab7a embarcado en un crucero por el #aribe y, como era deesperar, me estaba aburriendo como una ostra. *ba todas las noches a concursos de dan;a ocon premios para quien contara el chiste m<s imbécil o a largas sesiones del apasionante $uego del bingo.

H@or qué

=podemos volver a preguntar

= me hab7a embarcado yo en un costos7simo crucero por el #aribe si detesto la

navegación, me siento prisionero en cualquier barco y me importan un cara$o las islas del#aribeI Luy simple" quer7a engordar. ! sab7a que en esos via$es se come una barbaridaddurante las veinticuatro horas del d7a.

o hab7a le7do en alguna revista y me lo hab7a contado personalmente el Rolirteaga, un amigo que, en seis d7as, entre R7o de ?aneiro y Fortale;a, aumentó dieciocho5ilos. hora bien... Hpor qué quer7a yo engordarI Luy simple" estaba adelga;ando medio5ilo por semana. levaba la vida de siempre y com7a lo que com7a siempre, pero cadasemana reba$aba medio 5ilo. Entonces se me metió en la cabe;a, y con cierta lógica, queten7a un c<ncer, la papa. >en7a la impresión

=qui;<s yo sea un tanto hipocondr7aco

= de que un perro me estaba comiendo las entrañas desde adentro. #omo si un $abón se fuera desgastando de adentro hacia afuera.

cordemos que la seme$an;a era eDtraña. @or supuesto que no iba a ir a ver a unmédico. 4ue quede claro" detesto a los médicos. +i pudiera, los estrangular7a con mis propias manos. 9igamos que los médicos y los magos no me caen bien. Bn tratamiento en



un sanatorio me iba a salir m<s caro que un crucero por el #aribe e iba a ser menosdivertido, pese a la poca ilusión que me hacen los barcos. ! dio resultado. En los tres primeros d7as de navegación aumenté un 5ilo y medio.

Li segundo contacto con el 3ran rodi ocurrió a la mañana siguiente del episodio

del RoleD con la hora de mi nacimiento, y fue, precisamente, mientras yo persist7a encumplir mi dieta. >ratando de servirse huevos revueltos con tocino y salchichas de Giena, elmago me pegó un coda;o en las costillas, sin querer, por supuesto. 8Ke aqu7 un hombre

=pensé mientras trataba de recuperar el aliento

= que no va a permitir que le roben el sustento:. rodi era un tipo alto, casi unmetro ochenta, pelado, de unos cincuenta años, me$illas coloradas y un bigotito rid7culodeba$o de la nari; pequeña. >en7a hombros estrechos y cintura ancha

=era culón, en una palabra

= y parec7a ser una persona de buen talante.

=!o me met7 en los cruceros huyendo de los niños

=me dir7a un par de horas después, cuando, tras disculparse por el coda;o alevoso,optó por sentarse a mi mesa y compartir el largu7simo desayuno. >ratando de $ustificar mivoracidad casi for;ada, yo ya le hab7a contado el asunto del presumible c<ncer y el porquéde mi presencia en la nave. Entonces me di$o"

=!o me met7 en los cruceros huyendo de los niños. os niños son lo peor que hay para los magos.

Kablaba con un acento eDtraño, pero cuando le pregunté dónde hab7a nacido mecontestó vagamente" 8Europa del Este:.

=nimaba cumpleaños infantiles

=continuó, plañidero

=. os niños me mataron una paloma que yo hab7a adiestrado durante años. +alvé aun cone$o de ser quemado con las velitas de una torta de cumpleaños. os niños gritandónde uno ha escondido su me$or naipe, se esconden deba$o de las mesas para descubrir sihay all7 un pasadi;o secreto. #uando le part7 a un imbécil de seis años una varita m<gica enla cabe;a supe que deb7a abandonar ese mercado. ! acepté el traba$o en uno de estoscruceros, pese a que mi madre ya es muy vie$a y no quer7a separarme de ella. @ero lo cierto



es, también, que la polic7a checa me estaba buscando por la agresión a ese niño de seisaños.

9esde aquel desayuno, frecuenté mucho al 3ran rodi. Cl estaba al reverendo pedotodo el d7a, como yo, esperando su shoS de entretenimiento en alguno de los diferentes

niveles del crucero. ! yo advert7 que prefer7a su compañ7a para almor;ar o cenar, pese a laaversión que tengo a los magos, antes que comer solo. +e habr<n dado cuenta de que no soyun tipo de lo m<s sociable, pero admito que me incomoda la mirada de terceros. Le fastidia pensar que desde otras mesas alguien pueda observarme y comentarles a sus acompañantes"8@obre tipo, tiene que cenar solo:. Li acendrado orgullo hab7a hecho que a esa altura de lanavegación recha;ara un par de gentiles invitaciones para unirme a ellos, formuladas desdeotras mesas por vie$os matrimonios muy caducos.

@ese a la tentación, detesto que se compade;can de m7 y me negué firme ycortésmente" total

=me dec7a luego comiendo solo

= me revientan esas conversaciones de correctas pare$as burguesas hablando de loque cuesta una botella de buen vino en +aint Lartin o lo que sale un pareo floreado enLartinica.

9ecid7 entonces compartir esos momentos con el 3ran rodi, que también estabasolo, con la condición de que no me enseñara ninguno de sus trucos pelotudos y corriendoel riesgo de que nos confundieran con una pare$a de trolos medio vie$os. lgo del tipo de la pare$a que compart7a con nosotros el crucero, compuesta por dos puta;os rubiosnorteamericanos vestidos uniseD, con ropa de marca enteramente color ocre y un miserable

caniche blanco del tamaño de una rata grande que uno de ellos llevaba ba$o el bra;o. Elcaniche, por supuesto, también luc7a una suerte de capita color ocre.

Fue rodi, precisamente, quien me contó la historia que voy a relatarles ahora. El temasalió porque

=me hab7a olvidado de mencionarlo

= se acercaban las fiestas de fin de año y el barco estaba disfra;ado por entero de -avidadN al estilo norteamericano, con profusión empalagosa de ro$os, verdes, blancos,

dorados, millones de pequeñas lamparitas intermitentes, docenas de @ap<s -oel y larepetición hasta el harta;go de 8-avidad blanca: cantada por ing #rosby. >ambién hab7andestinado para el pesebre un espacio importante, a la entrada de la cafeter7a principal. +inembargo, minutos antes de que contempl<ramos el retablo navideño, el 3ran rodi hab7aencarado su relato entusiasmado por la visión de una canastita te$ida en pa$a que conten7acaramelos surtidos.



=Es curioso

=me di$o, una hora después, todav7a ante la mesa del desayuno, pr<cticamente solosen la enorme cafeter7a, cuando ya todos se hab7an ido a tomar sol a las diferentes cubiertas

=. Es factible hallar soluciones de diseño iguales en productos domésticos,herramientas o artesan7as, en lugares del mundo absolutamente ale$ados entre s7 y sin posibilidades de contacto cultural alguno. Esa canastita te$ida en pa$a que acabo demostrarte est< hecha en >aiS<n. ! yo he visto canastitas idénticas confeccionadas por losind7genas peruanos en el mercado de @isac.

rodi me hab7a contado su historia con una novia peruana, muchos años atr<s. @oreso él hablaba de tan aceptable manera el castellano. +u novia se lo hab7a enseñado, al igualque ciertos secretos de tipo seDual, provenientes de la sabidur7a incaica y que inclu7an, entrelos $uegos eróticos, el empleo de un armadillo o tatú carreta. +egún el mago, su novia eraidéntica a un e5e5o

=esos muñequitos que fuman

= pero algo m<s fea y m<s fumadora.

=Es notorio

=continuó rodi

= que frente a determinados problemas y necesidades, comunes a cualquier cultura,las respuestas del ingenio son las mismas.

sent7 con la cabe;a sin darle mucha pelota. @ero de inmediato abordó un tema quehabr7a de interesarme mucho m<s.

=! no hablo sólo de ob$etos, o de costumbres. Kablo incluso de hechos históricosque se dieron con insólita seme$an;a en distintos lugares del globo y en distintas épocas.

Ki;o una pausa. ! luego continuó.

=@or mi profesión me ha tocado via$ar por muchas latitudes. ! fui contratado, enuna oportunidad, para animar un congreso de adiestradores de elefantes en Ranchipur,*ndia.



=9e$ate de $oder

=no pude menos que re7rme

=" Oadiestradores de elefanteP

=Es una actividad muy difundida en la *ndia

=casi se eno$ó rodi

=. Eso y los simposios de encantadores de v7boras.

Esta ve; s7 me re7 abiertamente.

=os adiestradores reúnen m<s de siete mil profesionales en cada congreso

=continuó rodi sin reparar en mi falta de respeto

=. Recuerda que la *ndia es un pa7s superpoblado. +e cae una repisa y muerencuatro mil personas. En ese congreso, un adiestrador de elefantes me contó la siguientehistoria.

Ki;o un nuevo silencio, y luego continuó.

=Kace cientos de años, no recuerdo bien la época a la que se refirió, nació un hi$ode los dioses en un pesebre de angalore. +e llamaba @asib y en su cuna, muy humilde,estaba rodeado por una ove$a, una vaca sagrada, un burro y un cocodrilo. 9e inmediato sedifundió la noticia de que un niño con propiedades m<gicas hab7a llegado a esta tierra paraliberar a los parias que, como tú sabes, son la casta m<s ba$a y despreciada. 9e distintoslugares de #eil<n y #achemira llegaron reyes, ra$<s y hombres sabios a venerar al recién

nacido. Luy pronto un centenar de $óvenes de Ranchipur, pertenecientes a diversas castas,salieron a difundir la buena nueva del advenimiento de un hi$o de los dioses. Esto no pareció inquietar a la clase dominante, representada, en aquella época por el pr7ncipealender, monarca de Ranchipur. +ólo comen;aron a preocuparse un par de décadasdespués, cuando se enteraron de algunos milagros reali;ados por @asib y de la enormecantidad de seguidores que acumulaba a su paso. -o escapó al c<lculo de alender que@asib empe;aba a ser considerado el futuro libertador de los parias.



=9e all7 en m<s

=prosiguió rodi

=, el pr7ncipe de Ranchipur estableció una enorme organi;ación de informantes,esp7as e investigadores que comen;aron a registrar todos y cada uno de los movimientos del $oven @asib, que no eran pocos porque, incansable, peregrinaba desde Lalaca hastaangalore y desde Lalabar hasta ombay. Es en verdad confusa la información sobre lareal magnitud de los milagros reali;ados por @asib. +e comprobó solamente uno" cuandologró hacer traba$ar a Lat7as el 9e$ado, un fa5ir paria que nunca en su vida hab7a hecho elmenor esfuer;o, y por eso fue abandonado por su esposa, sus hi$os y hasta sus animalesdomésticos.

:nte el asombro de sus seguidores @asib le di$o a Lat7as" 8>raba$a:. ! Lat7as se

incorporó, tomó una a;ada y cavó un surco.

:@or lo dem<s, los otros milagros, según me contaron, eran f<ciles de eDplicar paraun mago como yo, como el de convertir un pan de $engibre en una paloma. 9e todosmodos, @asib, con su prédica, amena;aba el reinado del pr7ncipe alender, que lo hi;odetener y lo metió en prisión, adelantando que iba a e$ecutarlo. os disc7pulos de @asibardieron de odio y proclamaron que su conductor resucitar7a a los quince d7as de lae$ecución. Esto enardeció al pr7ncipe, que lo hi;o matar de inmediato, tras lo cual tantoalender como su fastuosa corte quedaron atemori;ados, a la espera de la resurrección.

:-ada de esto ocurrió y, pasados dos meses, todos llegaron a la conclusión de que

@asib no ten7a poder alguno y que se hab7a tratado de un simple y carnal ser humano.

En este punto rodi se tomó dos minutos para ir hasta la mesa de postres y traerseun flan acaramelado de importantes dimensiones. !o no le pregunté nada porque intu7a quela historia no hab7a finali;ado.

=>iempo después

=continuó rodi

= un primo del pr7ncipe alender, que envidiaba al monarca y go;aba cuando esteno concretaba algún logro, se le apersonó y le di$o, irónico" 8@rimo m7o, tú me pusiste almando de la organi;ación que deb7a averiguar todo sobre el revoltoso @asib. ! hoy susseguidores, ya desilusionados y dispersos, me han contado toda la verdad" @asib no era otracosa que un señuelo, una maniobra de distracción de los dioses para que desviaras tus preocupaciones hacia él y no hacia el verdadero ser venido a la tierra para guiar nuestrodestino. 9e esa forma tú, amado primo m7o, invertiste toda tu inteligencia y sabidur7a en



rodear a @asib y eliminarlo mientras el verdadero hi$o de los dioses crec7a en el anonimato eiba llevando a la humanidad por otro camino. 9e aquel pesebre venerado por los poderososde la tierra el verdadero conductor no era @asib, sino el burro:.

#onfieso que, ante esta revelación que rodi compart7a conmigo, no pude menos

que quedarme mudo.

=+i miramos a nuestro alrededor

=rodi prosiguió

=, advertiremos, Lanuel, que lo que informaba el primo de alender era, sin dudaalguna, verdad. Este planeta est<, hoy por hoy, al borde del desastre. os hombresinsistimos en destruirnos maltratando el medio ambiente y terminando torpemente con

todas las reservas naturales.

=HEsa era, entonces, la intención de aquellos dioses que enviaron a la tierra tanto alfraudulento @asib como al influyente burroI

=@or supuesto. HJ no te parece que la filosof7a de un $erarca poderoso, como el presidente ush, responde ciertamente a las limitaciones de un burroI @or alguna ra;ón, de

vengan;a o falta de presupuesto, los dioses han decidido terminar con este planeta.

poyé los codos en la mesa y, no muy convencido, me quedé mirando sin ver el plato de rodi frente a m7. 9e pronto, el tintineo de unos cubiertos de plata al chocar medevolvió a la realidad y observé que el flan que mi amigo se hab7a servido temblaba m<s delo normal. l mismo tiempo advertimos que, en pleno mediod7a, las luces del barco sehab7an encendido ya que la oscuridad de afuera lo impon7a.

=>engan a bien

=nos solicitó un mo;o nervioso y apresurado que trotó hasta nuestra mesa

= retirarse a sus camarotes. En cinco minutos tendremos encima al tifón na.

=HBn tifónI



=preguntó inquieto rodi

=. H#ómo es posible que no lo hayan detectado antesI

=Estamos teniendo estas sorpresas con frecuencia

=di$o el camarero, mientras retiraba desproli$amente la va$illa, sin ganas de dardemasiadas eDplicaciones

=. Gayan lo antes posible a sus camarotes.

ntes de separarnos, entre un tropel de gente que corr7a despavorida a refugiarse,rodi me gritó desde le$os"

=#reo que llegó el momento de practicar tus plegarias. HEres un cura, no es as7I

o miré un instante, eno$ado por su percepción.

=! este via$e

=agregó rodi

= es tu retiro espiritual. HLe equivocoI

#aminé apresuradamente hasta la escalera que me llevar7a a mi camarote. 9etesto alos magos, ya les di$e. @odr7a estrangularlos con mis propias manos.

EL &OM#RE ELEFANTE

Kace un tiempo estuve en uenos ires participando en un congreso sobre el mal del;heimer. -o teman, no diré 8mi amigo, el alem<n: cuando me refiera al l;heimer, ni

simularé olvidarme de anécdotas y nombres cuando hable sobre el tema.

@orque, en realidad, quiero referirme a otro aspecto de mi visita a la capital de losargentinos que me condu$o a una eDperiencia, digamos, estremecedora. #reo que uenosires hab7a sido elegida como sede del congreso en homena$e al gran escritor ?orge uisorges y su cuento 8Funes, el memorioso:. #omo el doctor Kenderson, presidente de lacomisión de altos estudios sobre el mal de l;heimer, se hab7a mostrado ya a través de sus periódicos informes por *nternet como un rendido admirador del autor de 8El leph:,



admito que la cosa ten7a su sentido.

Bn año antes se hab7a llevado a cabo también en uenos ires un simposio sobremiop7a y astigmatismo en homena$e al 8*nforme sobre ciegos:, del otro prócer literarioargentino, Ernesto +abato, y no hace mucho me consultaron, aqu7 en 9allas, si durante mi

corta estad7a en uenos ires me hab7a enterado de la eDistencia de algún teDto de ?ulio#ort<;ar referido a la mude;.

=+i vas a uenos ires

=me alertó mi gran amigo Fran5 Luller, sabedor de que ser7a mi primera visita alR7o de la @lata

= no te fi$es ni en el Jbelisco ni en las casitas pintarra$eadas del barrio de a oca.

Estudia detenidamente a los camareros de los bares y de los restaurantes. >e ser< muy útil para tu especialidad.

Li amigo Fran5 era un $ugador profesional que via$aba de un pa7s a otro saltandotodo el tiempo de casino en casino, con estad7as m<s prolongadas, lógicamente, en Lónacoy as Gegas.

-o agregó mucho m<s, lo que despertó mi curiosidad, porque yo nunca me hab7a percatado de sus cualidades de observador social" descartaba que su único desvelo residieraen el estudio de las c<balas y las martingalas para hacer saltar la banca por los aires.

=Recuerda lo que te recomiendo

=remarcó, para aumentar aun m<s mi curiosidad

= porque esos camareros, esos meseros, a quienes all< llaman 8mo;os:, est<n en peligro de eDtinción, como los osos panda. a nefasta nueva tendencia hacia los baresatendidos por señoritas lindas y bobas est< terminando con una ra;a de vie$os camareroscon toda una vida de eDperiencia.

os primeros d7as en el multitudinario congreso fueron, como nosotros dec7amos, de8arresto domiciliario:. @ermanec7amos encerrados todo el d7a en el inmenso hotel y sala deconvenciones internacional a pocas cuadras del r7o. ll7 desayun<bamos casi siempre engrupos enormes de conferencistas, almor;<bamos algo muy liviano y finali;<bamos el d7acenando en uno de los restaurantes del piso m<s alto del hotel. +ólo un d7a me retrasé en lamañana debido a una nota period7stica que conced7 a :os hori2ontal , una revista médicaespeciali;ada en crucigramas para activar la función cerebral, y perd7 el desayuno colectivo.



Le crucé entonces a un pequeño bar no tur7stico, dispuesto a disfrutar de unmomento de soledad y, si era posible, dilucidar a qué se refer7a mi amigo Fran5 con susadvertencias previas a mi via$e.

-o tengo la democr<tica aspiración de vivir como viven los nativos en cada lugar

que visito. #omo s7 suele proclamarlo, ufana, la esposa de mi amigo ?ohn, cuando afirmaque en olivia prefer7a via$ar en el techo de unos destartalados autobuses, acompañada porchivos y gallinas, en ve; de trasladarse en una confortable camioneta con aireacondicionado y butacas mullidas.

@or cierto que no via$o generalmente por ra;ones de turismo, sino de traba$o y esetraba$o me insume, como ya lo he dicho, casi todo el tiempo. s7 y todo, los organi;adoressuelen reservarnos momentos de recreación. En uenos ires, por e$emplo, rechacé la posibilidad de concurrir al estadio de oca ?uniors a presenciar un cl<sico importante, a pesar de que procuraban entusiasmarme diciéndome que se trataba de una eDperienciatransformadora. +oy de 9allas, no me atrae el soccer, y hab7a visto por televisión escenas

de algunas trifulcas en las grader7as de estadios argentinos que me recordaban a escenas deluchas tribales en documentales sobre la situación en @a5ist<n. @or otra parte, el médicocanadiense *smael !erri pudo vivir esa eDperiencia transformadora cuando, tras un match

de fútbol en *nglaterra, los hooligans le quebraron ambas piernas y transformaron su vidaen un calvario.

+in embargo, esa mañana quer7a degustar lo que, me hab7an dicho, constitu7a elcl<sico desayuno porteño" un café me;clado con algo de leche y tan sólo dos 8medialunas:,suerte de croissants francesas menos vaporosas y m<s delgadas. 9esayuno que, si bien mehab7an comentado sol7a venir acompañado de un vasito de $ugo de naran$a, estaba muyle$os del esplendor y el despliegue propio de KollySood, el de los hoteles internacionales.

#omo ya di$e, me instalé frente al hotel en un bar de esquina con grandes ventanalesa la calle. +e notaba que, afortunadamente, no era un local nuevo, pues luc7a detalles que parec7an ser tradicionales. Le ubiqué en una mesa vecina a una ventana con mis carpetas yel bolso repleto de folletos y programas que me hab7an obsequiado en el congreso. +ólootras dos mesas estaban ocupadas y estudié qué era lo que esos parroquianos consum7ancomo desayuno. Bno de ellos ten7a frente a él una ta;a vac7a y un platito igualmentedesierto $unto a la ta;a. -o me representó gran ayuda. El restante era un $oven que beb7auna #ocaQ#ola y com7a un s<ndSich tostado.

9ecid7 pedir el cl<sico desayuno, prescindiendo del $ugo de naran$a que tan bien

conocemos los norteamericanos. a mañana estaba c<lida y era divertido observar desde lamesa del bar el ir y venir de la gente por la calle de aquella ;ona comercial. En ciertomomento ca7 en la cuenta de que, si bien el bar estaba casi vac7o, nadie hab7a venido aatenderme. El único mo;o visible conversaba l<nguidamente con el hombre que atend7a laca$a registradora. Elevando el dedo 7ndice en el aire le hice una seña que pareció ignorar,como si no hubiese visto mi gesto, pues continuó conversando con su interlocutor. Empecéa repasar la lista de conferencistas de aquel d7a, procurando no impacientarme y pronto vi,de reo$o, que el camarero se acercaba a mi lugar portando ya en la bande$a un pedido que,



sin duda, no era para m7. +in embargo, puso sobre la mesa, casi sin mirarme, una ta;a decafé con leche y un plato con tres medialunas.

=>e debo el $ugo de naran$a

=me di$o, sin de$ar nunca de mirar a la calle, como si vigilara algo. uego se quedóun minuto $unto a mi mesa y volvió a hablar, sin dirigirme la mirada.

=Est< pesado. @uede que llueva a la tarde.

puré el desayuno y me marché sin animarme a preguntarle cómo hab7a adivinadomi pedido.

@ero la eDperiencia m<s movili;adora ocurrió la última noche del congreso. El enormegrupo de especialistas, dentro del cual se hab7an for$ado algunas relaciones de realcamarader7a, decidió no cenar en el hotel, sino salir a la calle, lan;arse a la aventura yconocer de una ve; por todas los aromas de esa ciudad subyugante.

Bno de los médicos croatas, animador inesperado del certamen con sus ponenciassobre la incre7ble memoria visual de las medusas, informó que, en una de sus espor<dicasescapadas de las sesiones, hab7a descubierto a la vuelta del hotel una parrilla popular.

-os lan;amos en tropel hacia aquel sitio, sin reparar que ya era casi la una de lamadrugada, alentados porque según narraban los conocedores uenos ires es una ciudadque nunca duerme y que, por ende, siempre come.

-o obstante, cuando llegamos al restaurante, el dueño ya estaba cerrando las puertas. nte nuestros reclamos y golpeteos y, qui;<s, ante la verde esperan;a de nuestrosdólares, las reabrió y reencendió todas las luces. dvert7 entonces que, all< atr<s, al fondodel local donde estaba la parrilla, nos atisbaba por la ventanita rectangular que comunicabacon el salón la mirada torva de un parrillero semiagachado. Le recordó a aquellas pel7culasde guerra donde algún artillero alem<n observa a través de la mirilla de su bún5er la llegadade la formidable flota aliada a las playas de -ormand7a.

Cramos, lo conté, sesenta y siete" m<s de cincuenta hombres y el resto mu$eres.+iempre la presencia femenina en un grupo mayoritario de hombres ale$ados de su hogarconfiere al grupo un perfil eDaltado y de medida eDcitación. pareció entonces desde lacocina, silencioso y anónimo, un camarero de unos sesenta y cinco años, flaco pero pan;ón,calvo, de bigotitos negros y mal afeitado. >en7a desabrochados los dos botones superioresde la casaca blanca y se le ve7a, sobre el pecho, el reborde superior de una camiseta de tiras.



9eseo de$ar en claro algo" pertenec7amos los comensales a veintisiete diferentes pa7ses, lo que significaba cerca de diecinueve idiomas diversos. @ocos de nosotroshabl<bamos castellano. @ero incluso el camarero desechó, desdeñoso, mi ofrecimiento deservirle de intérprete. Entonces, algunos colegas y yo, imposibilitados de olvidar nuestrafaceta profesional, comen;amos a prestarle atención al persona$e.

@ara colmo, la carta del lugar

=sin duda un sitio muy popular

= era una carpeta casi tan voluminosa como la que nos hab7an dado en el congreso,y ofrec7a una gama de platos que, entre entradas, platos principales y postres no deb7areunir menos de seiscientos 7tems. @or si esto fuera poco, los integrantes del grupo, tal ve;con ingenua perversidad o premeditada malicia, se pusieron de acuerdo en pedir todos platos diferentes, no repetir ningún gusto, con la eDpresa intención de probar todas y cadauna de las propuestas, en un curso intensivo sobre cocina argentina e internacional que

inclu7a el robo de bocados de los platos vecinos.

#uando los die; primeros parroquianos eDpresaron sus pedidos, nos dimos cuenta deque el camarero $am<s podr7a retener en su memoria todos los encargos. Le ofrec7 entoncesa tomar nota para él de la complicada orden. #lavó en m7 una mirada dur7sima, y apretó lasmand7bulas sin decir nada, herido sin duda en lo m<s profundo de su orgullo. Le dio laespalda y reclamó su pedido al próDimo comensal. #uando cada uno de nosotros, al intentarleer con corrección el nombre del plato en castellano, distorsionaba su pronunciacióndebido a lo antagónico de las lenguas, preguntaba patéticamente algún detalle sobre lacomida o solicitaba el cambio o supresión de alguno de los condimentos, el camarero, sinde$ar de apoyar ambas manos en sillas diferentes, hac7a un gesto corto de aprobación con la

cabe;a, con lo cual daba a entender que ya hab7a registrado el pedido. +ólo dos veces abrióla boca. Fue cuando un dinamarqués le pidió un matambrito de cerdo al pere$il y alcaparrasy él le informó, cerrando los o$os y negando con la cabe;a"

=as alcaparras se terminaron.

! cuando la hematóloga neo;elandesa rubia y corpulenta le pidió una brótola a lacrema"

=-o te conviene

=le di$o, cómplice

=N ped7 otra cosa. e tengo miedo al pescado con este calor.

#uando transcurr7an los últimos quince pedidos, ya toda la atención de la largu7simamesa que serpenteaba a lo largo del salón estaba depositada sobre el camarero, como elespectador de un circo puede depositarla, hipnoti;ado, en el trapecista que reali;a cada ve;saltos mortales m<s arriesgados.



l finali;ar la maratónica lista de pedidos, el mo;o golpeó dos veces la palmaabierta de la mano i;quierda con el trapo re$illa que llevaba en la derecha, y se ale$ó haciala cocina. ntes de entrar all7 giró su vista hacia la mesa y señalando al portugués cunhale preguntó"

=HGos era...I

=3ambas...

=+7, pero... Ha la proven;al o al a$illoI

=l a$illo

=vaciló cunha.

Entonces el camarero desapareció en la cocina. 9e inmediato, estalló en la mesa unrumor de divertida admiración con cuchicheos, murmullos y comentarios en diversosidiomas. +aba, el indio, al parecer siempre certero para poner apodos, bauti;ó al camarerocomo 8El Kombre Elefante:, como indudable homena$e a la legendaria memoria de esosformidables paquidermos.

9e all7 hasta el arribo de la comida todo fue un ir y venir de apuestas, chan;as ysuposiciones sobre lo que pod7a llegar a traer el mo;o. Kubo quienes apostaron a que traer7acualquier cosa y que repartir7a platos sin ton ni son, aprovechando que nuestro apetito a esahora nos obligaba a aceptarlos. Kubo quien di$o, también, que en realidad el restaurante pod7a ofrecer un plato único y ese ser7a el que nos servir7an. 9e cualquier manera, todoscoincid7amos en que el camarero constitu7a, por s7 solo, un número vivo, un espect<culo tanv<lido o atractivo como una pare$a de bailarines de tango o un número folclórico.

+opesamos la posibilidad de que el Kombre Elefante pudiera llegar a ser un aporteinvalorable para nuestro congreso, a modo de e$emplo viviente de la capacidad cerebral deun ser humano para almacenar datos. >al posibilidad se destruir7a si, como supon7an

algunos agoreros, los platos que est<bamos aguardando no coincid7an en absoluto con lo pedido, o, como arriesgó la atractiva neuróloga $aponesa, la retentiva de nuestro camarerofuera altamente especiali;ada y referida sólo a su traba$o.

-uestras dudas se disolvieron pronto. En un momento se abrieron las puertas batientes de la cocina y dieron paso al dueño del local, el camarero y el cocinero que, en eseorden, tra7an cuatro platos cada uno sostenidos por las manos y apoyados en los antebra;os.Kubo aplausos, eDclamaciones de placer y reacomodamientos de los cuerpos sobre las



sillas" todos nos alist<bamos para saborear la tan esperada cena.

@ara nuestro completo asombro, cada uno recibió, eDacta y puntualmente, el platoque hab7a pedido. 9e la distribución apropiada se encargó el propio camarero que, confrases cortas o señalando con el mentón, indicaba a sus compañeros de traba$o a quién

correspond7a cada plato.

=Ese para el rubio...

=señalaba

=, el pionono para la señora... os tallarines para el pon$a...

#onfirmada la impresión de que nos hall<bamos frente a un verdadero fenómeno de

la memoria, en la sobremesa reflotamos la idea

=ya sin ningún mati; humor7stico, sino con profesional seriedad

= de convocar al camarero como número sorpresa y auténtica frutilla del postre para el cierre del congreso al d7a siguiente, en el salón de conferencias de la universidad privada que organi;aba el evento.

Bna selecta delegación hispanoparlante dialogó con él para interesarlo. +eencontraron con el mismo rostro poco entusiasta que hab7amos apreciado mientras loconsult<bamos por el menú. @ero esa eDpresión cambió cuando se le informó que su aporte

ser7a retribuido con una buena suma, similar a la que recib7an algunos de los m<simportantes disertantes. ntes de salir le dimos la dirección del auditorio de cierre, situadoen un barrio residencial algo distante, y nos acostamos con la sensación de que al otro d7alos asistentes al congreso iban a presenciar un hecho histórico.

-o prolongaré el final, por previsible. Esa mañana, nuestro eficiente camarero noapareció por el auditorio ni por ningún lado, y nos hi;o quedar como unos imbécilesfantasiosos ante los organi;adores. @rofundamente frustrado y molesto, yo mismo pasé, alcierre del congreso y antes de regresar a mi hotel, por la parrilla donde traba$aba nuestroinformal Kombre Elefante.

=Le olvidé de la dirección que ustedes me di$eron

=me confesó muy suelto de cuerpo, mientras serv7a café en una de las mesas.

dmit7 que la neuróloga $aponesa hab7a tenido ra;ón en su teor7a. +in embargo, aúnhoy sigo recomendando a amigos y colegas que no de$en de prestar atención a los



camareros argentinos.

MAM" SUSANA

es di$e que soy descendiente directo de #ristóbal #olón. Es as7" la madre de#ristóbal #olón se llamaba +usana Fontanarrosa. ! cualquiera podr7a suponer que suapellido se escrib7a Fontanarossa, que suena m<s italiano, y que al llegar a la rgentina aalgún descendiente inmigrante le cambiaron la forma de escribirlo. Kay miles de casos as7,especialmente entre los que ven7an de los pa7ses <rabes, con esos apellidos tan complicadosy la manera confusa de comunicarlos a las autoridades migratorias.

#omo es lógico, los empleados que recib7an en aquella época a miles y miles deinmigrantes intentaban simplificarlos. @or eso, para nosotros todos los procedentes de

pa7ses <rabes son turcos. +upongo que nadie les entend7a cuando quer7an eDplicar que proven7an de ?ordania, @alestina o el 7bano. @ero aquel Fontanarrosa que primero llegó anuestro pa7s ven7a sin duda galvani;ado por el orgullo de descender directamente de#ristóbal #olón y gritó su apellido a los cuatro vientos e impuso de manera enérgica alescribiente que anotara con corrección y respeto su identidad" ese orgullo, creo, ha sidosiempre un rasgo identificatorio de nosotros, los de #hiavari.

En realidad, yo nunca hab7a reparado en que la madre de #olón era una de lasiniciadoras de una familia que me incluye. -unca tuve demasiado interés por mis ancestros.4ui;<s porque mis padres no me transmitieron esa curiosidad. Li vie$o, erto, cuandoalguna ve; aparec7a el tema de los abuelos, opinaba lo siguiente"

=@or lo que tengo entendido, todos los hombres de mi familia fueron ladrones. !las mu$eres, putas.

Kab7a s7, recuerdo, una foto sepia de mi abuelo materno, casi un niño, con eluniforme de la Escuela Lilitar de ordeauD. @ero esa era la rama materna, la francesa,elegante pero le$os del peso histórico de los #olón o #olombo.

Li interés se despertó en mi preadolescencia, cuando encontré una doble p<gina acolor en la m7tica revista infantil $illi8en, con un retrato, una pintura lógicamente, de+usana Fontanarrosa. a venerable señora se hallaba sentada, en una apropiada media

sombra, hilando en una rueca. -uestra familia se convulsionó al descubrir que una parientecercana nos inclu7a generosamente en una de las epopeyas m<s determinantes de laKistoria.

=Ra;a de descubridores



=afirmaba mi madre, emocionada al valorar mi halla;go en el $illi8en que, segúnella, me pon7a al mismo nivel que el 3ran lmirante.

pesar de eso, empecé a notar, con desagrado, que hab7a una ignorancia y undesconocimiento generali;ados de nuestra liga;ón sangu7nea con la familia del navegante.

-o eDcluyo a *talia. >ratado in$ustamente como turista común y corriente, tuve quesuministrar mi nombre a las autoridades migratorias en Fiumicino, el aeropuerto de Roma.Li presentación no ocasionaba ninguna sorpresa, ni abreviaba en lo m<s m7nimo lostr<mites.

=Fontanarrosa...

=sol7an repetir los oscuros funcionarios

=" bello cognome...

=era lo único que se les ocurr7a decir.

+in embargo, nuestros detenidos estudios del retrato de mam< +usana nosconvenc7an cada ve; m<s de nuestra ascendencia.

=>iene los mismos o$os de ilichu...

=estudiaba el cuadro mi madre, entrecerrando los o$os, mientras ale$aba un tanto el $illi8en para ver me$or. +e refer7a a una prima m7a que viv7a en >ucum<n

=" los mismos o$os...

=! esta parte de la frente es de Lorocha

=señalaba @erla, mi hermana.

=-o, no

=disent7a Laile, amiga de mi vie$a

=, esa parte es tuya, @erla. @oné la revista al lado de tu cara... y la posición... !ocreo que es tu viva imagen...



@erla procuraba imitar la postura de +usana, sin demasiada fortuna, dado que nuncahab7a hilado y mucho menos sab7a lo que era una rueca. !o mismo, lo admito, durantemucho tiempo cre7 que la rueca era un animal de la familia de las cabras.

=Lir<

=aportaba mi padre

=" aun si yo no supiera que eDiste esa relación directa entre +usana y nosotros, alver este retrato no tengo dudas de que +usana es algo nuestro...

=Kay algo muy Fontanarrosa en ella..., algo muy de Laruca y hasta del >olo... H-o

te pareceI

9e cualquier manera, mi conmocionante halla;go en el $illi8en no nos aportó m<sventa$as que las de que mi vie$o, erto, sorprendiera a los invitados en alguna cena en micasa, o que @erla tapara la boca de sus burlonas compañeras de escuela mostr<ndoles ladoble p<gina central de la revista. En mi caso, yo era menos afortunadoN mis compañeros deescuela, una banda de envidiosos y escépticos, no le prestaban m<s crédito a mi versión quela que pod7an darles a otras secciones del $illi8en como @iQp7o o @elopincho y #achirula.Es m<s" llegaron a argumentar, hirientes, que @elopincho y #achirula eran mis bisabuelos paternos.

4ui;<s movido por el escepticismo general y los despectivos comentarios querecib7amos, mi padre fue el primero en iniciar una averiguación seria sobre nuestrosantepasados. En un libro que alguien le prestó en una cena en la sede de la famigliamarchegiana encontró un par de l7neas sobre los avatares de los Fontanarrosa.

l parecer, nuestros parientes fueron originarios de #hiavari, muy cerca de 3énova,en la iguria italiana. os primeros que llegaron a nuestro pa7s se radicaron en #oronda,atra7dos por la cosecha de la frutilla. 9ada la cercan7a de #oronda con Rosario, mi padre notardó en trabar coneDiones con esa ciudad y obtuvo referencias muy precisas sobre unFontanarrosa afincado all7 a mediados del siglo ZZ. as referencias no fueron, empero,muy alentadoras.

=Este muchacho

=nos informar7a durante el almuer;o un erto inusualmente apagado y cabi;ba$o

= est< preso en la célebre c<rcel de #oronda desde hace veinticinco años por



estupro, profanación de tumba, abuso deshonesto y cohecho.

@aradó$icamente fue él, mi vie$o, quien primero vislumbró la posibilidad de unrédito económico. 9igo paradó$icamente porque nunca se hab7a destacado por tener olfatocomercialN su única idea sobre un emprendimiento que hubiese podido darnos entradas

adicionales fue sugerirme que pintara con esmalte sintético motivos playeros en el eDteriorde unas caracolas agreg<ndoles la frase 8Recuerdo de Lonte Kermoso:. o hi;o acicateado por el regreso de mi hermana @erla de dicho balneario con muchas conchillas dentro de unfrasco.

=-o tengo ninguna duda

=nos confió erto

= de que si nosotros reclamamos tierras, algo nos debe corresponder.

a idea se la hab7a metido en la cabe;a, nos confesó luego, un amigo suyo que pocotiempo antes hab7a recibido un terrenito en >imbres como herencia de una t7aabsolutamente desconocida.

=!o no digo todo el continente

=escuch<bamos calcular a nuestro padre, pensativo, y caminando descal;o y en

cal;oncillos por el patio del departamento

=, pero bien podr7amos quedarnos con #olombia o Gene;uela, que no son pa7ses pretendidos por todos. J al menos, no tengo conocimiento de que vaya mucho turismo.

=Gene;uela, erto, Gene;uela

=recomendaba mi madre

=" all7 hay mucho petróleo. En Laracaibo, por ah7, hay mucho petróleo. J#olombia, que por algo su nombre proviene de #olón o #olombo. Eso los compromete connosotros mucho m<s.

El problema inicial era saber ante quién deb7amos los Fontanarrosa reclamar lo quenos correspond7a, al ser descendientes directos de mam< +usana, como ya la llam<bamosfamiliar y cotidianamente. Li vie$o optó por consultar con un conocido que ten7a unainmobiliaria, pero este lo desalentó al informarle que él sólo se ocupaba de vender terrenos



en lberdi y a Florida. Jtra opción, aporté yo, era concurrir con un petitorio a laemba$ada de *talia. Li hermana @erla, como siempre, puso el dedo en la llaga" aunque#ristóbal #olón hab7a nacido en 3énova, en definitiva, los que le hab7an bancado el via$eeran los reyes de España. a disyuntiva nos inmovili;ó. ! hubo otra señal de alerta pocodespués. >ras años de no hacerlo, llamó por teléfono a nuestra casa mi primo Ricardo. Cl

pertenec7a a la otra rama, la materna, los ac @rugent, pero sin duda se sent7a involucradoen la inquietud.

=J7me

=me di$o, tras preguntar por la salud de mis vie$os, como rodeo o maniobra dedistracción

=" vos sabés que yo nunca he pedido nada, ni siquiera cuando el t7o se ganó esa

plata a la loter7aN pero con este asunto de nuestra l7nea directa con la madre de #olón, teadelanto que no tengo grandes pretensiones... elice o >rinidad y >obago me vendr7an muy bien. !o sé que son lugares muy atrasados y con epidemias importantes, pero no importa, loúnico que pretendo es un lugarcito tranquilo y al sol.

-o me reveló quién le hab7a informado sobre nuestros planes pero estaba claro quela noticia hab7a trascendido a otras ramas de la familia.

=@anam<, -egro, @anam<

=me dir7a poco tiempo después, y siempre por teléfono, mi otro primo, Larcelo

=. ll7 hay mucho por hacer y vos sabés que si hay algo a lo que yo no le hago ascoes al traba$o.

=Lir< qué vivo

=comentar7a esa noche, sarc<stica, mi madre

=" en @anam< est< el canal, la coneDión entre el océano tl<ntico y el @ac7fico.

=OEl canal de @anam<P

=cayó en la cuenta mi hermana



=. O!o no sab7a por qué se le hab7a ocurrido a Larcelo eso, por qué se le anto$aba@anam<, y es por esoP El canal es una mina de oro.

=! él conoce el negocio

=agregué yo, porque tiene un estacionamiento de autos

=. dem<s, hace mucho me comentó que ten7a la intención de abrir una guarder7ade lanchas.

*nesperadamente, el fr7o c<lculo de Larcelo no despertó el eno$o de mi vie$o. @or elcontrario, pareció entristecerlo.

=a codicia, -egro

=me iba a decir al d7a siguiente, impuesto del requerimiento de mi primo

=, la codicia, el poder... >engo miedo de que estos elementos destruyan la habitualarmon7a en que ha vivido nuestra familia. >engo miedo de que la ambición de rique;a, lamisma que empu$aba a los conquistadores españoles, destruya ahora nuestros la;osafectivos y no volvamos a tener ni un bautismo, ni un cumpleaños, ni una -avidad en pa;mientras nos disputamos como lobos un peda;o de LéDico o del rasil. >al ve;, sinquererlo, con la me$or buena intención, he abierto la ca$a de @andora.

@ara colmo, esa misma semana nos llamó la prima ilichu desde >ucum<n,afrontando el gasto que significaba una llamada de larga distancia.

=#anad<, t7a

=le comunicó a mi madre

=" estamos cansados, con el @il7n y la Gic5y del calor de ac< del norte.

Li madre ni se tomó el traba$o de aclararle que el #anad< hab7a sido coloni;ado porlos ingleses. e cambió el tema de inmediato hacia la salud del >olo y los ingeniosa;ucareros.

Li padre, entonces, entendió que la cosa hab7a ido demasiado le$os y que, sinabandonar nuestros leg7timos reclamos, deb7amos ser m<s cautos o llamarnos a silencio porun tiempo.



Refor;aron esa tesitura dos nuevos llamados telefónicos. Bno de una personadesconocida, que preguntó a qué precio ten7amos el @araguay, y otro, preocupante, de unseñor confuso que, desde >enerife, nos reclamaba las cuotas que adeudaba #uba comointegrante de las -aciones Bnidas.

Bn comentario fortuito volver7a a incentivar esa inquietud de nuestra familia. Bna amiga demi madre, integrante del grupo que siempre se $untaba en el #lub Español para $ugar a lacanasta uruguaya, le comentó que en el geri<trico al que iba a visitar a una pariente muyanciana viv7a una señora de apellido Fontanarrosa que sosten7a haber conocido personalmente a +usana Fontanarrosa. fortunadamente el dislate no desalentó a mi vie$o, porque el contacto derivar7a en el verdadero cl7maD de esta historia.

@resto y diligente, erto se apersonó en el geri<trico, donde el director le comentóque la anciana internada parec7a pertenecer a la rama familiar del reconocido poetaFontanarrosa, cuyo nombre lleva una calle casi donde termina a Florida.

a misma anciana iba a desautori;ar esa versión afirmando que sus ancestros noeran originarios de #hiavari sino de iev, en la vie$a Rusia. Li padre no le prestó atencióna este nuevo disparate, que atribuyó al estado de confusión de la señora, pero, de todosmodos, estimó que ella pod7a aportar a la causa algún dato certero.

=Le di$eron en el geri<trico

=nos contar7a luego mi padre

= que 3elsomina

=as7 se llamaba esta señora

= debe estar entre los cien y los doscientos años. -adie puede calcular a cienciacierta su edad. @ero, sin duda, pertenece a una comunidad de longevos, caracter7stica propiade algunos pueblos aislados que habitan las montañas, como ciertas tribus de los Brales,ale$adas de toda contaminación y estrés, que se alimentan sólo de yogurt.

=-osotros

=contó 3elsomina en la segunda visita de mi padre, a la cual me permitióacompañarlo

= com7amos mañana, tarde y noche nada m<s que queso mascarpone.



3elsomina era pequeña, en$uta y vie$7sima. >en7a el aspecto de esas momiasind7genas que se encuentran dentro de urnas funerarias en el @erú, pero sus o$osconservaban una mirada viva;. Fumaba y, por consiguiente, tos7a constantemente. 9e todosmodos, sus habanitos 3énova nos permit7an vislumbrar dónde estaban las labios ydiferenciarlos de las arrugas. #omo muchos ancianos, hab7a perdido la memoria inmediata

pero conservaba la remota. -os di$o que no se acordaba nada ocurrido en los últimossesenta años pero que recordaba perfectamente lo de los cien años anteriores.

=El queso mascarpone

=tosió

= es el queso con el que se hace el tiramis,

=siguió tosiendo

=N esa dieta es la dieta de la longevidad

=tosió otra ve;

=. /iramis, significa algo as7 como [t7rame para arriba, ha;me volar, elévame, y esuna especie de energi;ante, un alucinógeno derivado de la leche de vaca. hora se deduceque el 8mal de la vaca loca: es provocado por leche de este tipo, que empu$a a las vacas atener una conducta desconcertante, como comer sand7a o treparse a los te$ados.

El discurso de 3elsomina iba a alcan;ar su punto m<s alto de interés, incluso un posible delirio, cuando nos di$o"

=!o conoc7 mucho a +usana.

Recién all7 mi padre, que se hab7a mantenido en silencio, se atrevió a manifestarlesus dudas.

=9isculpe, 3elsomina, no sé cu<l ser< su edad y no voy a cometer la impertinencia

de pregunt<rsela. @ero no creo que den los números como para que usted haya convividocon +usana Fontanarrosa.

=Es que yo

=aclaró la anciana



= he vivido varias vidas anteriores. Esta es la cuarta o quinta reencarnación. -ollevo la cuenta porque los números no son mi fuerte. @ero te aclaro

=se dirig7a siempre a mi padre, y me ignoraba a m7 por completo

= que he sido, alternativamente, novia de 3iuseppe 3aribaldi, condottiero en +iena,y grumete de +ebasti<n Elcano.

Ki;o una pausa para permitir que mi padre le encendiera un nuevo habanito 3énovay se quedó mirando por un rato el $ard7n desde el banco de pla;a de madera, en la luminosagaler7a de piso de baldosas resquebra$adas donde nos encontr<bamos. >em7 por unmomento que no volviera a hablar. @ero ella sin duda mane$aba otros tiempos y, adem<s,aunque no lo demostrara, se complac7a de que por fin alguien le prestara tanta atención.

=+usana era insoportable

=nos di$o

=. o volv7a loco a ese chico, lo sobreproteg7a. Ella siempre hab7a querido teneruna nena. @or eso lo vest7a as7, y lo obligaba a usar ese flequillo rid7culo y el cabello largo.l pobre #ristóforo le tomaban el pelo en la escuela. Cl era un chico lógicamente t7mido yretra7do al que le molestaba que los compañeros lo llamaran #risto. veces lo llamaban#risto y le ped7an que hiciera milagros. Jtras veces lo llamaban Foro y no le ped7an nada.+usana no lo de$aba salir ni a $ugar a la calle. ! ese control agobiante la llevó también aimpedirle que aprendiera a nadar.

=H#ristóbal #olón no sab7a nadarI

=pregunté entonces yo, demudado.

3elsomina negó lentamente con la cabe;a, eDpulsando el humo por las fosas nasales,lo que nos permitió locali;ar su nari;.

=@ara nada

=sentenció

=. Es un secreto que los libros de historia no han revelado, pero se sabe que reali;ótodas sus traves7as aferrado a un tablón de madera, por si ca7a al agua. ?ustificaba esaactitud ante sus rudos marineros diciendo que tocar madera trae buena suerte. Eso me lo



contó él mismo.

=HKabló usted misma con #olónI

=preguntó mi padre.

=!o iba mucho a la casa de +usana, aunque no la soportaba demasiado.Especialmente me dol7an sus eDigencias para con #ristóbal. !o estaba all7 cuando #ristóbal,ya grande, volvió de descubrir mérica. ! lo único que se le ocurrió a su madre preguntarle, cuando el hi$o llegaba de descubrir un nuevo continente, fue" 8H4ué metra$isteI:. #ristóbal, sin decir nada, pero seguramente dolido, tiró en el piso frente a ellaunas papas y dos ma;orcas de ma7;. >ambién le hab7a tra7do un indio. +usana le prestó poca

atención, lo tuvo en la casa algunos meses y finalmente lo perdió en el mercado, adonde lollevaba para que la ayudara con los bolsos. lguien me di$o que el indio hab7a terminadocomo pescador en #alabria, y otros me di$eron que se hab7a muerto al comerse una velacreyendo que se trataba de un palmito.

=! lo del huevo, con los Reyes... HFue verdadI

=>odas mentiras, inventos de la prensa. +i los huevos recién llegaron a España enel siglo siguiente, con la gallineta de 3uinea, llevados por marinos portugueses que volv7andel \ndico. Ese fue otro invento como el de que +usana hilaba en la rueca...

=O#omo aparece en la l<mina del $illi8enP

=#omo aparece en la l<mina del $illi8en. Ella nunca supo hilar ni coser un botón.

Era una inútil incre7ble. o digo yo, porque a m7 me encargaba el ;urcido de su ropa y me pagaba un dinero miserable por eso. 9ec7a que las cuestiones de dinero entorpec7an lasrelaciones familiares, y por eso, mientras menos dinero hubiese en $uego, nos llevar7amosme$or.

3elsomina volvió a hacer una pausa en su clase de historia.



=!o estoy segura

=volvió a toser

= de que #ristóbal #olón no fue un héroe, ni un aventurero, ni un persona$e épico.

Fue, solamente, un $oven que se escapó de su casa, harto de su madre, agobiado por estamu$er histérica y obsesiva, procurando poner la mayor distancia entre él y su progenitora.Fue nada m<s que un niño pusil<nime y sobreprotegido. Jtros se recluyen en un convento,se vuelven homoseDuales o se inscriben en cursos de cer<mica. #ristóbal se hi;o navegantey descubrió un continente.

9e$amos el geri<trico discutiendo acerca de qué partes de su relato eran ciertas y cu<les no,con la sospecha de que 3elsomina no nos podr7a aportar nada m<s.

#uando llegamos a casa hab7an llamado una ve; m<s de >enerife y hab7a llegado un

sobre con membrete de las -aciones Bnidas que reclamaba una serie de cuentas impagas.@ero lo que nos convenció de que ten7amos que archivar por un tiempo nuestras ambicionesterritoriales fue otra cosa. la mañana siguiente, bien temprano, nos despertó un retumbarde tambores. +emidormido, supuse que provendr7a de la radio de los vecinos de aba$o.uego, siempre confuso, calculé que podr7a tratarse de alguna improvisada murga infantilque practicaba por la calle #atamarca ante la cercan7a del carnaval. @ero cuando sal7 al patio me encontré con mi madre y mi hermana, ambas alarmadas por el tronar cada ve; m<sincesante de los tambores. Fue entonces cuando llamaron al timbre y era Galle$os, el portero, que, algo despavorido, ven7a a avisarnos algo.

=Frente a la puerta de calle, aba$o

=susurró, conspirativo

= est< reunido un montón de gente

=abrió los o$os, como espantado y señaló con el dedo pulgar hacia atr<s

=" parecen indios. +on indios. ! preguntan por el señor Fontanarrosa.

!o, decidido, casi épico, me adelanté hacia la puerta procurando salir al pasillo.

=-o, pibe

=me ata$ó el portero



=, por tu vie$o preguntan, por el señor Fontanarrosa.

=97gales que no est<

=mi madre agitó la mano, alterada y negando, ante las narices de Galle$os.

=es di$e, pero no se quieren ir...

=K<ganme lugar

=desde atr<s apareció mi padre, grave y resuelto, solicitando espacio para pasar.

=HGas a ba$arI

=lloriqueó mi madre. erto asintió con la cabe;a y salió al pasillo. !o intentémarchar detr<s de él con arro$o adolescente, pero entre todos me contuvieron. Gi a mi padrecaminar digno hacia el ascensor. Recordé al general #uster dirigiéndose a ittle ig Korn.

=HEst<n armadosI

=mi madre preguntó a Galle$os, aferrada al marco de la puerta.

=-o pude verlo. -o me animé a salir a la calle. os miraba a través del vidrio delas puertas. @ero son m<s de cien. Kan cortado la calle #atamarca.

Li hermana empe;ó a llorar.

erto estaba sentado en el vest7bulo, frente a nosotros. Era la siesta pero, en lugar dedormir, habl<bamos all7, ya que ese lugar era m<s fresco por el piso de mosaicos. Li padreluc7a calmo y abatido.



=Eran representantes mapuches, araucanos, tehuelches, tobas, onas y mocov7es

=suspiró profundo

=" me reclaman sus tierras. 9icen que, de aqu7 en m<s, no de$ar<n de vigilarme para

controlar el momento en que nuestro reclamo de territorios tenga éDito.

+e estiró hacia delante y de su mano derecha cerrada cayó sobre la mesa ratona delvest7bulo una piedra chata y triangular.

=Es una punta de flecha pehuenche

=nos di$o.

fuera se segu7an escuchando, a lo le$os, los tambores patagónicos como unrecordatorio amena;ante. @ero ya no era necesario. +in hablar, hab7amos llegado a laconclusión de que deb7amos desistir de nuestros leg7timos reclamos.

LUNFARD'A

Este es >atiano Laiore. >atiano es un argentino que ha venido a *talia por cuestionesde traba$o, empleado $er<rquico de la sucursal en uenos ires de una empresa milanesa de

art7culos para el hogar. -o es la primera ve; que Laiore viene a Lil<n, pero s7 es la primeraque decide visitar el pueblo de sus abuelos. #omo ven, ha alquilado un Fiat ambola.hora, antes de salir a la ruta, abre la ventanilla y nos dice" 8El pueblo de mi abuelo #ur;ioest< en medio de la campiña lunfarda, en medio de la unfard7a. Li abuelo #ur;io siempreme habló de su pueblo, Reggia della ?obata, donde nació y vivió hasta los diecinueve años,cuando se fue a la rgentina. El abuelo tiene ahora noventa y tres años y siempre meinsist7a en que yo deb7a conocer Reggia della ?obata. @or alguna ra;ón dif7cil de eDplicar, élnunca lo hi;o. Le dice que su cora;ón no podr7a soportar tantas emociones al reencontrarsecon el lugar donde pasó sus primeros años. ! ahora, discúlpenme, porque quiero estar enReggia della ?obata a eso del mediod7a, cosa de poder volverme a Lil<n antes de queoscure;ca:.

>atiano Laiore ha consultado en su hotel de Gia riberto la forma de llegar a Reggiadella ?obata que, como todos sabemos, est< apenas a una hora de auto desde Lil<n. >endr<que pasar por usarda, *ssa, !iro dei Fiolo, lotivenco y, lo estamos viendo, tomar laautopista a >rieste para desviarse luego hacia su destino. @ero >atiano Laiore est< alegre por su próDimo reencuentro con sus ancestros. ! nos quiere seguir contando. #uidado,>atiano, que esa curva es algo peligrosa.



8! yo le creo, porque mi abuelo #ur;io, como tantos italianos, como tantoslunfardos, es puro cora;ón, pura emotividad y, aunque es fuerte como un caballo, tantaemoción podr7a matarlo. o cierto es que mi padre, ntonio, tampoco ha venido nunca aconocer la tierra de sus mayores. ! no habr< sido por falta de oportunidad ni de dinero porque, afortunadamente, los de nuestra familia, primero en el campo, después con la

rotiser7a y finalmente con mi contribución derivada del traba$o en la f<brica, hemosacumulado un cierto capital:.

+inceramente, no es mucho movimiento el que uno puede encontrar en Reggia della?obata poco después del almuer;o. a mayor7a de los hombres est<n en el campo, ocupadoscon la recolección del n7spero y de la uva, y las mu$eres andan metidas en sus casas lavandolos platos o ayudando a los hi$os en las tareas de la escuela. Laiore circula lentamente por@ia;;a del 4u7a, la pla;a principal, sin encontrar a nadie hasta que finalmente da con un barabierto.

Lientras estaciona el Fiat ambola, comenta" 8qu7 podr<n darme alguna

referencia para locali;ar a alguien de mi familia:.H4uién est< en el bar de 3iuseppe, a esta hora del d7aI @or supuesto, 3iuseppe,

detr<s del mostrador, haciendo las cuentas, y también artolo, lavando los vasos. El bar eschico, pero hay sólo dos mesas ocupadas. En una, la que vemos cerca de la puerta, doshombres mayores toman café con grappa y $uegan al dominó. Fuman, visten de negro, y no parecen tener nada que hacer. En otra, m<s al fondo, m<s en la oscuridad, una vie$a de pañuelo en la cabe;a, también de negro, bebe fernet con ginebra y mastica trocitos negrosde licori;ia.

=H+e puede entrarI

=pregunta >atiano Laiore, aún la llave del auto en la mano, desde la puerta, algointimidado por lo silencioso y desolado del local. >ambién por la penumbra ya que, afuera,la lu; del sol enceguece"

=HEst<n cerrandoI

3iuseppe niega con la cabe;a, sin de$ar de fregar la superficie del mostrador con untrapo.

=Gengo de la rgentina

=dice Laiore, unos pasos frente al mostrador

= y busco a alguien de mi familia.



=H#u<l es su familiaI

=pregunta 3iuseppe.

=Laiore. Li nombre es >atiano Laiore.

3iuseppe se yergue, de$a de fregar el estaño del mostrador y mira a Laiore. Laioreadvierte que, a sus espaldas, los dos hombres de negro de$aron de $ugar al dominó y loest<n mirando. +e abre un silencio solamente mati;ado por una musiquita pimpante que, amuy ba$o volumen, llega desde un televisor ubicado en un estante elevado que no vimos alllegar.

=Laiore

=repite >atiano, algo incómodo, temiendo que no lo hayan escuchado

=" todos los Laiore provenimos de Reggia della ?obata.

#omo vemos, artolo, m<s all<, también ha de$ado de lavar las copas, pero mantieneuna, aún húmeda, sobre su pan;a. 9e la vie$a, al fondo, todav7a no sabemos nada.

=HLe entienden lo que preguntoI

=vacila >atiano, tocando el mostrador con su mano derechaN es algo t7mido, y elsilencio siempre lo incomoda.

8#uando uno est< en el eDtran$ero

=nos eDplica ahora, volviéndose hacia nosotros

= siempre teme que no le entiendan. unque yo mane$o esta lengua como la m7a,como el castellano. Es cierto que no es italiano propiamente dicho, es una me;cla con eldialecto de aqu7. @ero crec7 escuch<ndoselo hablar a mis abuelos y a mis padres. -o sedifundió mucho en la rgentina porque trascendió al convertirse en idioma carcelario. !eso a causa de un famoso delincuente lunfardo, el >ano Fuleria, 3ian #arlo Fuleria, quemurió en la c<rcel de 9evoto, muy pero muy compinche del @etiso Jre$udo:.

hora 3iuseppe vuelve a limpiar con el trapo el estaño de su mostrador, pero m<s



lentamente, como absorto, el entrece$o fruncido.

=Laiore...

=repite

=. Laiore

=y menea la cabe;a, de i;quierda a derecha, como negando

=" ac< no ha habido nunca ningún Laiore.

>atiano est< desconcertado. la derecha de 3iuseppe, algo m<s atr<s, el gordolavacopas también niega con la cabe;a. ! en la mesa cercana a la puerta hacen lo mismo los

$ugadores de dominó. >atiano se vuelve a mirarlos y los dos $ugadores de dominó enarcanhacia aba$o las comisuras de los labios, adelantan los mentones, teatrali;an que no sabennada.

=H#ómoI H-unca ha habido ac< ningún LaioreI...

=gira >atiano sobre s7 mismo, aturdido. ! debemos comprenderlo" toda una vidaescuchando hablar a sus mayores de Reggia della ?o

= bata como la tierra de origen, el paese natal, y ahora le dicen que nunca eDistióall7 ningún Laiore.

=@uede ser, no sé...

=se apiada el dueño del bar

=. >al ve; mucho tiempo atr<s.

=Li abuelo se fue de aqu7 en (02

=calcula >atiano. 3iuseppe se encoge de hombros, desentendiéndose.



=El Registro #ivil

=apela >atiano

=. H9ónde est< el Registro #ivilI ll7 tiene que haber constancia de partidas de

nacimiento, de defunción.

=Est< ac< enfrente. #ru;ando la pla;a

=dice 3iuseppe

=, pero ya cerraron. #ierra a las dos de la tarde.

=H! a qué hora abrenI

=Lañana a la mañana. 9esde las ocho.

>atiano piensa, golpeteando los dientes como si estuviera comiendo algo. Escucha asus espaldas cómo los dos hombres de negro de la mesa de dominó se levantan, saludan yse van.

=H9ónde hay un hotelI

=HBn hotelI

=repite 3iuseppe, como si hubiera tantos.

=-o

=cambia de parecer >atiano

=. @rimero voy a comer algo. H4ué hora esI H+e puede comer algoI



=#one$o no hay

=se adelanta 3iuseppe, señalando con el mentón el pi;arrón que est< a la entrada,donde se anuncia escrito en ti;a con letras despare$as" 8#one$o a la ca;adora:.

=-o iba a comer cone$o. lgo liviano, r<pido.

=>odav7a no vinieron a traerme

=insiste en aclarar, 3iuseppe

=. Kay veces que no ca;an nada.

>atiano pide un s<ndSich de $amón y queso, en pan casero, y una gaseosa. +e sientafrente a una de las mesas. 3iuseppe ya no lo mira. Est< acodado sobre el mostrador yobserva el televisor en lo alto que, siempre en ba$o volumen, sigue mostrando un programamuy tonto de entretenimientos para niños. El gordo ha desaparecido por la puerta tras elmostrador, sin duda para hacer el s<ndSich.

hora >atiano est< comiendo. -os quiere comentar algo, pero tiene la boca llena. !,ya vemos, la vie$a de atr<s se ha levantado y camina hasta pararse $unto a >atiano. Es muy ba$ita, viste toda de negro, pañuelo en la cabe;a incluido, y fuma un cigarrito oscuro y pestilente.

=H+e va a quedar m<s tiempoI

=pregunta. >atiano la mira, algo sorprendido. +e apresura a tragar su bocado.

=-o sé

=duda

=, pienso que s7... -o tengo mucho tiempo... pero vine con tanta ilusión de conoceresto y, m<s que nada, de encontrarme con mis familiares, que me da no sé qué irme as7. +inhaber encontrado a nadie... HBsted no conoce a ningún LaioreI

a vie$a niega con la cabe;a. +obre el labio superior eDhibe unos considerables bigotes.



=H#ómo es posibleI

=refunfuña >atiano

=. H-o sabe a quién puedo preguntarleI... >ome asiento

=e invita a la vie$a, que permanece parada.

=-o vale la pena.

=H-o vale la pena quéI

=4uedarse ac<. -adie le va a decir nada.

=O4ué boludoP

=Laiore se aprieta el entrece$o con los dedos de la mano derecha, como si hubiese

recordado algo

=" el cementerio... H9ónde est< el cementerioI

=>ampoco hay hoteles.

=9ebe de haber un cementerio, tiene que haber un cementerio... H9ónde queda el

cementerio, señoraI

>atiano Laiore nos mira, por sobre el hombro.

8Le hab7a olvidado del cementerio

=nos dice



=, y eso es m<s seguro que el Registro #ivil. Li abuelo me hab7a pedido que fueraa visitar las tumbas de nuestros mayores:.

=El cementerio

=la vie$a señala con la mano del cigarro

= queda hacia all<, saliendo por #orsa @ercanta..., pero a esta hora ya est< cerrado.

=HEl cementerioI

=>atiano ahora monta en cólera ante tanta negatividad

=. H#errado, el cementerioI

=! esto, después de las seis, tiene poco movimiento... -o sé si le convienequedarse....

9os hombres, uno $oven y otro maduro, entran ruidosamente al bar. Bno tiene gorray el otro, sombrero de ala ancha. mbos lucen botas, chalecos y pañuelos al cuello. El m<sveterano trae una escopeta de dos caños y un bolsón abultado colgando de un hombro.

=Laiore

=anuncia, denuncia o pregunta el de bigotes, el mayor.

3iuseppe, al verlo llegar, se ha ale$ado un par de pasos hacia atr<s del mostrador.

>atiano Laiore se endere;a sobre su silla como sacudido por una vibración eléctrica.+e pone de pie, insinuando una sonrisa. #ree adivinar en los o$os de ese hombre que lo

nombra, el mismo color de los o$os de su abuelo. -o advierte que la vie$a, como unasombra, se ha desli;ado hacia atr<s, qui;<s rumbo a su mesa.

=HLaioreI

=indaga >atiano apuntando con el dedo al pecho del m<s veterano de la pare$a



=. !o soy Laiore

=se presenta

=" >atiano Laiore, hi$o de +alvador y nieto de #ur;io, que se fue de aqu7 hace

much7simos años.

El hombre de la escopeta al;a su arma y la dispara dos veces contra el estómago de>atiano. os disparos revientan dentro del local como dos cañona;os. uego vuelve unsilencio que no es mucho mayor que el silencio que reinaba antes, sólo perturbado por lamusiquita tonta y saltarina del televisor.

ntes de que se disipe el humo, el hombre de la escopeta saluda a 3iuseppe tocandoapenas el ala de su sombrero con el dedo 7ndice de su mano derecha. El $oven, por su parte,apenas inclina su frente, despidiéndose. ! se van.

3elsomina +cruchante pasa por encima del cuerpo de >atiano con agilidad pocoesperable para sus años. ntes de salir del bar gira hacia nosotros y nos dice, esgrimiendoen el aire su cigarro maloliente.

=#ur;io Laiore mató a Larchello Lorlaco, que hab7a matado a +everino Laiore porque +everino Laiore hab7a deshonrado a ntonella Lorlaco. @or eso #ur;io, que eramuy buenmo;o, escapó cobardemente a mérica, cosa que no le perdonaré nunca. ! losLorlaco no olvidan. -o olvidan los Lorlaco.

El olor a pólvora ya se est< disipando. 3iuseppe ha salido a la puerta a llamar a loscarabinieri. a musiquita tonta del televisor da paso al carrusel con las noticias.

NEGAR TODO

#uando se enciende imprevistamente la lu; del li3ing Esteban +ergio comprendequé es lo que pasa. +obresaltado, aplasta el cigarrillo en el cenicero de la mesa de lu;, seincorpora en la cama y piensa"

=O*reneP

su lado, la gordita rubia emerge de entre las s<banas.

=HEstebanI



=se oye la vo; de *rene, estupefacta

=" HEsteban +ergioI

+e escucha ahora, algo m<s le$ano, el sonido de la puerta del departamento al

cerrarse. lgo le dice a Esteban +ergio que *rene ha entrado al departamento, ha caminadohasta el centro del li3ing luego de encender la lu;, ha de$ado la puerta del departamentoabierta a sus espaldas ante la sorpresa de ver la ropa de su marido amontonadadesproli$amente sobre el respaldo del sillón rosa y el viento la ha cerrado nuevamente.

Esteban +ergio tiene su velador encendidoN reacomoda las dos almohadas sobre elrespaldo de la cama y apoya firmemente su espalda desnuda sobre ellas. 9e un manota;onervioso se peina los pocos cabellos rubios que le quedan. Jbserva de reo$o que, a su lado,la gordita rubia se ha tapado con la s<bana hasta deba$o de la barbilla. -o demuestra estarsorprendida ni alarmada. >al ve; este tipo de situaciones le sea familiar.

=H*reneI

=eDclama Esteban +ergio con vo; cordial, y de otro manota;o enciende la lu; deltecho.

#on pasos cortos y cautelosos, casi en puntas de pie, como una bailarina que ingresatemerosa al escenario, *rene aparece sosteniéndose del marco de la puerta que da al li3ing ,todav7a con el abrigo y la cartera marrón colgada del hombro. e toma un segundo entenderel cuadro.

=Otorrante, asqueroso, miserableP

=grita ahora como una salva$e, desenca$ada

=. Ocostado en nuestro propio lecho nupcial con una ramera arrastrada de la calleP

Esteban +ergio mira a su esposa con el ceño fruncido y adelanta hacia ella un pocola cabe;a, como lo hace un p<$aro al caminar.

=OEn nuestra propia casa, con una puta del arroyoP

=continúa *rene a los alaridos

=. O9esvergon;ado, adúltero y degeneradoP



Esteban +ergio advierte que, a su lado, la gordita rubia se desli;a deba$o de lass<banas como un submarino que se sumerge hasta quedar completamente tapada.

=*rene... *rene...

=procura calmar a su esposa Esteban +ergio

=. H4ué te pasa, qué es lo que te sucedeI

=H! todav7a me pregunt<s qué me sucede...I

=se desgañita la señora

=. H>odav7a tenés la desvergXen;a de preguntarme qué es lo que me sucede, cuandote sorprendo con una prostituta en nuestra propia camaI

Esteban +ergio agudi;a su eDpresión de consternación y sorpresa. 9ebe aprovecharal m<Dimo el segundo de silencio que en este preciso momento concede *rene. Cl sabe quede inmediato sobrevendr< el llanto y tiene que sacar venta$a de esta oportunidad.

=*rene, me preocup<s, me preocup<s, *rene... H qué prostituta te refer7s, a qué

mu$er te est<s refiriendoI

*rene se toca la gargantaN p<lida, no puede creer la t<ctica de su marido.

=H4ué me est<s diciendo, de qué me est<s acusandoI

=insiste Esteban +ergio.

=OLe estoy refiriendo a esa prostituta que tenés a tu lado

=ulula *rene

= y que ahora se ha metido como una alimaña subterr<nea deba$o de las s<banasP

=*rene refleDiona un momento y arremete de nuevo



=" Oas s<banas de seda que nos regaló mi madreP

Esteban +ergio recurre a su vo; m<s convincente.

=En esta cama, *rene, no hay ninguna mu$er.

=@alpa con su mano i;quierda sobre las s<banas, golpeando el volumen oculto de lagordita rubia como si estuviese palpando el colchón vac7o

=. c< no hay nada, *rene... me asust<s, querida... OJtra ve; con esas cosasP

=-o puedo creerlo, no puedo creer tamaño descaro... H qué cosas te refer7s,

inmoralI

=*rene..., tus alucinaciones... Kas vuelto a beber...

=Heber yo, beber yo, caradura, cuando $am<s he probado una gota de alcoholI

=*rene..., no empecemos de nuevo... -o ser<s tan hipócrita como para negar la durarealidad de tu alcoholismo.

Esteban +ergio percibe que a su lado ba$o las s<banas el cuerpo de la gordita rubiatirita por la risa contenida. *rene se ha quedado muda, atónita ante la conducta de sumarido.

=Ge7as animales, *rene..., admitilo, ve7as bichos en las paredes

=aprovecha Esteban +ergio.

=OKab7a bichos en las paredes, hi$o de mil putasP

=estalla *rene, siempre desde la puerta, sin atreverse a entrar en el recinto del delito



=. OEsto se llenaba de bichos de la lu; en el verano, de cascarudos, de cucarachasvoladoras, mientras vos insist7as en dormir con las ventanas abiertas porque dec7as que elaire acondicionado te secaba la gargantaP O! hab7a animales" ten7amos un perro que vos mehiciste echar a la casa de mi madreP

=Es propio de los adictos negar su adicción, *rene... El doctor Lenchaca me di$oque tu misma condición de alcohólica perdida te hace negarlo. >enemos que afrontar esteangustioso problema, *rene, por m<s que nos avergXence y nos llene de escarnio ante lasociedad... @ero no temas, yo no te abandonaré en esta lucha, no soy como otros hombresque han de$ado a sus mu$eres perdidas en el infierno del a$en$o para no verlas m<s tandegradadas y corruptas... Estaré con vos, *rene, en...

=o único que me falta, lo único que me falta

=agita los bra;os *rene como si estuviese hablando para otra persona

=" que ahora quieras hacerme creer que estoy loca, que veo visiones, que tengoalucinaciones, que lo m7o es demencia...

=o tuyo no es demencia, *rene. o tuyo es cirrosis. ! es curable, debemos acudira...

=O+ac< a esa prostituta de adentro de mis s<banas, miserable

=ordena *rene, ya recompuesta y operativa

= o entro y yo misma la saco de los pelos, o los quemo a los dos si no obedecenP

*rene sostiene la cartera grande y marrón sobre su pecho con la mano i;quierda ycon la derecha rebusca dentro de ella.

Esteban +ergio da un respingo. +u mu$er nunca ha portado un revólver, aunque bien puede haber empe;ado a llevarlo" la calle est< muy peligrosa. @ero algo sucede al mismotiempo en que *rene eleva en su mano derecha un encendedor descartable y lo enciende, al parecer con intención de arro$arlo sobre la cama. tr<s, en el li3ing , recortadofotogr<ficamente por el marco de la puerta, aparece la figura de un hombre corpulento, alto,vestido con elegancia, de tra$e y corbataN est< cubierto por un impermeable oscuro y luce unsombrero de fieltro de ala apenas eDagerada. El hombre se para detr<s de *rene y estudia a



Esteban +ergio por encima del hombro de ella, mientras *rene, con el encendedor en alto, parece una barata réplica de pl<stico de la Estatua de la ibertad.

Esteban +ergio comprende ahora por qué demoró en cerrarse la puerta deldepartamento a su llegada. -o la hab7a cerrado ella, que avan;ó hasta el centro del li3ing ,

sino que lo hi;o su acompañante.

Ka llegado el momento previsto del llanto. *rene, adivinando la presencia del su$etoa sus espaldas, gira apenas, apoya el puño de la mano i;quierda sobre el vano de la puerta yluego deposita el peso de su frente sobre ese puño.

=!o me voy por una semana a traba$ar a #órdoba

=le sollo;a al marco de la puerta, pero informando a su acompañante misterioso

=, a traba$ar a #órdoba, no por turismo, no en via$e de placer" me voy a traba$ar para ganar dinero porque el señor es un inútil con 7nfulas principescas que no traba$a, mevoy a #órdoba en ómnibus para no gastar dinero en avión, pese a que el ómnibus medestruye la columna vertebral por mi escoliosis... ! cuando debo volver a mi casa antes,imprevistamente, a causa de la salud de mi pobre madre, encuentro a este miserableacostado en nuestra cama matrimonial con una puta.

=H4ué puta, *rene, qué putaI

=Esteban +ergio gira su cabe;a hacia todos lados, como buscando algo en derredor,con una eDpresión entre herida, confusa y desconsolada.

=@ero, adem<s, adem<s...

=*rene parece recordar algo o volver de un sueño muy profundo

=. H-o era que vos te ibas a a @lata, no era que vos te ibas a a @lata a visitar a tus

padres, no me di$iste que te ibas a a @lata a visitar a tus padres por cinco d7asI

=! fui, fui, *rene, fui...



=4ue por eso yo me decid7 a via$ar una semana a #órdoba, aprovechando que voste ibas, porque nunca quise de$arte solo debido a que sos un inútil total, incapa; de fre7rseun huevo, incapa; de limpiar un plato...

=Fui, te digo que fui.

=O! ahora comprendo todo, era sólo una mentira para que yo me fuera a #órdoba yvos poder volver mucho antes de los cinco d7as a tu casa para venir a revolcarte en la camacon esa perdida, que no tuviste ni la delicade;a de irte a un motel para pecarP

=OFui a a @lata, *reneP

=Esteban modula su entonación m<s convincente

=, pero me volv7 antes porque eDtrañaba, *rene. Le volv7 a los dos d7as porqueeDtrañaba la casa, los ruidos de la casa, los olores, la comida de Rosario, todo... *ncluso teeDtrañaba a vos, *rene, y pensé que ac<, en casa, me sentir7a m<s cerca tuyo...

=O! para no eDtrañarme tanto tra$iste a esa loca a nuestra camaP

=clama *rene, sarc<stica.

=H4ué loca, *rene, qué locaI

=opta por eno$arse Esteban

=. Le asust<s, nunca hubiera pensado que estaba tan avan;ado tu delirio...

Esteban gira la vista buscando algo y de pronto señala hacia la mesa ratona, cercanaa los pies de la cama, donde siempre estaba un cenicero de vidrio, propaganda de #in;ano,que hoy a la mañana se le cayó y se hi;o añicos.

=HEst<s viendo ese cenicero, *rene, el cenicero de #in;ano arriba de la mesitaI



*rene busca con su mirada el lugar donde ya no est< el cenicero.

=-o..., no lo veo... H4ué ceniceroI

=vacila, incómoda.

=El cenicero, *rene, el que est< ah7, el de #in;ano... H-o lo vesI

=Oo habr<s sacado, Esteban, lo habr<s roto, lo habr<s tirado, qué sé yo qué habr<shecho con élP

=+e encrespa ahora, abandonando su actitud defensiva

=. O+oy yo la que hago las preguntasP O! ahora mismo sac< a esa loca de deba$o delas s<banas, porque si no voy yo y la saco a patadas, lo que pasa es que no quiero ni tocarla porque me da asco tocar la piel de una prostituta que vende su cuerpoP O-o, no, de$< que yomisma lo voy a hacer

=*rene se adentra un paso en el dormitorio

=. @orque si esa mu$er no quiere dar la cara es porque a lo me$or yo la cono;coP O!

porque me estoy sospechando que es esa guacha de >eresita, apuesto a que es la guacha de>eresitaP

=OBn momentoP

=Esteban se incorpora aún m<s en la cama, pero cuidando que su tironeo de lass<banas no destape a la gordita rubia. EDtiende la palma de la mano derecha hacia delante,como para detener a *rene

=. Gos dec7s que sos la que hace las preguntas, y esa es una frase policial, la heescuchado en montones de pel7culas de la serie negra, es una frase policial... O@ero yotambién tengo derecho a hacer preguntas, *rene, yo también tengo derechoP

*rene queda inmóvil en su sitio, atribulada.



=H4uién es ese tipo que te acompañaI

=señala Esteban, ardido

=. O!o vuelvo imprevistamente de a @lata y mi esposa, a quien yo supongo de

via$e de traba$o en #órdoba, llega a las dos de la mañana a su casa, pensando que yo aúnestoy en a @lata, acompañada de un tipo desconocido, sospechoso, con pinta tenebrosaPH4uién es ese tipoI

#omo respondiendo a una coreograf7a planificada, *rene da un paso al costado y elmarco de la puerta se ocupa con la figura oscura de su acompañante, que se adelanta hastatomar el lugar de la mu$er. hora Esteban observa que es un hombre cuarentón, de pieloscura, rasgos duros y unos bigotes tupidos sobre el labio superior.

=Jficial *nspector Eladio Ramos

=dice el hombre

=. 9e la polic7a de Rosario.

Esteban lo mira, absorto.

=Bn cana

=murmura.

=4uer7a conversar un momento con usted.

=OLe gorri<s con un canaP

=le grita Esteban a su esposa

=. O#on un canaP

=H4ué estaba haciendo usted...I



=se desentiende Ramos de la suposición del marido de *rene.

=O! no me tratés de usted...P

=se sulfura Esteban con el polic7a

=. O>e encam<s con mi mu$er y todav7a te la ven7s a tirar de finoP

=H4ué estaba haciendo usted...

=retoma, impertérrito, el inspector

= esta tarde a las seisI

Esteban lo mira, atónito, con una sonrisa boba en los labios.

=H4ué vas a hacer, me vas a interrogarI Esa es una pregunta policial.

=e di$e que yo soy polic7a.

=H! de qué me vas a acusarI H9e cornudoI

=Esteban señala vagamente a su flanco i;quierdo

=. HLe vas a acusar de encamarme con una prostituta, me vas a acusar decorrupción de menores, de pervertir a niñitas inocentesI HGos también tenés alucinaciones por el alcoholI

=H4ué estaba haciendo usted hoy a las seis de la tardeI

=repite Ramos.

! Esteban ahora se da cuenta de que la cosa va en serio. +e alarga un silencio.Esteban mira a *rene, desconcertado.



=!o volv7 hoy de #órdoba

=empie;a a narrar *rene

=. #uando llegué me di cuenta de que estaba sin plata. ! me fui a tu oficina, a buscar algo...

=4ué raro

=resopla Esteban, sarc<stico

=, qué raro que me saquen plata...

=cordate que yo pensaba que estabas en a @lata con tus vie$os, y no aqu7encamado con una puta... Entré a tu oficina y me encontré con 9ami<n, tu socio...

=H! qué hac7a ah7 9ami<n, a esa horaI

*rene estira un silencio dram<tico.

=-o hac7a nada, Esteban. Estaba muerto.

Esteban se demuda, empalidece.

=Luerto...

=atina a balbucear.

=o hab7an estrangulado

=completa *rene.



=H9ónde estaba usted, señor Lorel, hoy a las cinco de la tardeI

=H#ómo sé yo

=tartamudea Esteban

= que usted es realmente un polic7aI Luéstreme la credencial.

=!o misma llamé a la polic7a cuando encontré el cuerpo de tu socio

=informa *rene, al tiempo que el inspector mete ambas manos en los bolsillos del pantalón, aparta los faldones de su impermeable y de$a ver, me;quinamente, el arma de larepartición que, enfundada, pende de su cinturón de cuero.

=H4uién me asegura a m7

=se desenca$a Esteban

= que todo esto no es nada m<s que un complot de ustedes dos, como amantes, para

incriminarme en un asesinato y quedarse con toda mi fortunaI

=-adie dir7a tal cosa, señor

=suena reposada la vo; de Ramos

=, porque usted es el principal sospechoso...

=H! de qué fortuna me habl<s, muerto de hambreI

=grita *rene.

=H!o



=Esteban se señala el pecho desnudo con ambas manos

=, yo, el principal sospechosoI Oños de c<rcel van a tener por difamación ein$urias, ya la polic7a no puede plantarle pruebas a cualquiera como en los años de ladictadura, las c<rceles est<n llenas de polic7as que han ido a parar all7 por falso testimonioP

=>odo el mundo sabe

=dice Ramos

= que usted, últimamente, se llevaba muy mal con su socio. 4ue hab7a cuestionesde dinero. +us vecinos cuentan que en medio de una discusión lo escucharon gritar a ustedque iba a matar a su socio. El portero del edificio me di$o que, d7as atr<s, en el ascensor, lecomentó usted" 8lgún d7a lo voy a acogotar a ese hi$o de puta:.

=O4ué hi$o de putaP

=refleDiona Esteban como para s7, meneando la cabe;a, la vista perdida sobre el piso

=. O4ué hi$o de puta ese portero, qué f<cil que es ensuciar a la gente...P

@ero Esteban parece vencido.

=El médico forense

=informa Ramos

= dice que la v7ctima tiene los die; dedos marcados en la garganta... H#u<ntosdedos tiene usted, LorelI

Esteban se mira las palmas de las manos, los dedos abiertos.

=9ie;...

=susurra.



=>odo coincide

=sentencia el inspector.

=Estuve ac<

=aporta, finalmente, el desalentado Esteban

=. >oda la tarde estuve ac<...

=>oda la tarde, toda la tarde acostado con esa loca

=endurece la mand7bula *rene

=. H#u<nto te cobra por horaI

=Estuvo ac< toda la tarde

=continúa, profesional, fr7o, el inspector

=. H>iene algún testigo que lo haya visto ac<, que confirme su versiónI

Esteban comprende que ser7a muy costoso insistir. +eñala con el mentón hacia suflanco i;quierdo, hacia el alargado promontorio de las s<banas.

=+al7, +oraya

=indica.

a$o el ala de su sombrero, los o$os achinados del inspector se agrandan por un

instante.

9esde deba$o de las s<banas se escucha un gruñido.

=+al7, +oraya, te digo.



@ero ni un movimiento responde a la orden. Esteban, de un tirón, destapa a la gorditarubia.

=O+al7, cara$oP

9escubierta, la gordita opta por incorporarse en la cama, apoyando la espalda sobrela pared, sin ningún gesto de pudor, como el de taparse los pechos. Est< despeinada, loso$os húmedos, el r7mel corrido. Esteban comprende que aquel tiritar oculto, que él supusorisa, pudo ser llanto.

=H9esde qué hora estuvo usted con el señor, señoritaI

=pregunta el inspector, vacilante al comien;o. a gordita no contesta.

=9ecile

=la apura Esteban.

=H#u<nto le habr< cobrado por hora esta mu$erI

=sigue pregunt<ndose *rene, consternada.

=9ecile

=insiste Esteban.

=H9esde qué hora, señoritaI

=repite Ramos

=. +u testimonio es muy importante.



=!o no estuve con el señor

=dice por fin la mu$er, ante el estupor de Esteban.

=H#ómo... que no estuviste...I

=Esteban comien;a a darse cuenta de la $ugada.

=-o. !o no eDisto

=recita la gorda, monocorde

=" yo no he visto a este señor en toda la tarde. !o sólo soy una alucinación de laseñora

=concluye mirando a *rene, que aprieta una sonrisa torva.

=Le gusta

=vibra *rene

=, me gusta, me gusta... Esto te pasa, Esteban, por machista repugnante. Esta chicaser< una puta reventada pero tiene su dignidad y hace respetar nuestra condición demu$eres.

=+oy una alucinación de la señora

=se anima la gordita

=, que es una alcohólica perdida...

=O#ómo alcohólica, descerebradaP

=ruge *rene

=. H quién le dec7s alcohólica vos, puta impresentableI



=O#ont< la verdad, taradaP

=increpa eDasperado Esteban

=. H-o te das cuenta de que ya se terminó el circo, que ahora estamos metidos enun quilombo m<s grandeI OKabl< o te cago a trompadasP

=Esteban sacude el puño frente a la nari; diminuta de la mu$er.

=O-o me pegues, noP O-o me peguesP

=la rubia cierra los o$os, intenta taparse la cara y sacude la cabe;a como si ya le

hubiesen pegado

=. O?esúsP O-o lo de$es, ?esúsP

=#atólica, ahora resulta que es católica y creyente esta desfachatada

=se escandali;a *rene.

=O?esús, hacé algo, ?esúsP

=!, en ese momento, la gordita clava sus o$os en el inspector. >ambién *rene lomira entonces, sorprendida.

=H4uién es ?esúsI

=le pregunta

=. HGos sos ?esúsI

El inspector, contrito, asiente con la cabe;a.

=Es mi segundo nombre. Eladio ?esús Ramos.



=>odas lo conocemos por ?esús

=dice la rubia.

=H#ómo 8todas:I

=as chicas, las que traba$amos para él.

+e instala un vac7o en el ambiente.

=@ero ahora

=el inspector procura retomar el control de la situación con su tono pare$o y profesional

= tenemos que de$ar eso de lado. +oy un polic7a y estoy llevando a cabo unainvestigación...

*rene, respirando agitadamente, hirviente, no est< dispuesta a apartarse del temaN ha

adoptado una pose cl<sica, con las manos en la cintura.

=Entonces

=$adea, encarando a Ramos

=, Hvos conocés a esta turraI

=H+i me conoceI

=se anima la gordita

=. Es el que se queda con el cincuenta por ciento de nuestras ganancias. ! el que,según nos dice, nos protege de aquellos que quieren abusar de nosotras, y el que, según nosdice, nos consigue el permiso policial, porque él es polic7a. @ero es el mismo que ahora, si



yo le pido que me prote$a porque este pelotudo me quiere pegar

=señala a Esteban

= se hace el turro y la va de profesional. ! eso que yo soy su favorita.

=H#ómo que ella es tu favorita, Eladio, decimeI

=arremete *rene.

=c< el que hace las preguntas soy yo

=dice Ramos.

=ueno

=trepida *rene

=, entonces ven7 a preguntarme cu<ndo te voy a dar la plata para la próDima cuotadel Renault. Gen7 a preguntarme cu<ndo.

=H4ué RenaultI

=se indigna Esteban.

Entretanto, la gordita rubia, velo; como una anguila, ha recogido toda su ropa del piso y desaparece por la puerta del baño.

=Gos no te met<s

=dispara *rene hacia Esteban

=, que también después me vas a tener que eDplicar lo de esta mina.

=-uevamente encara al inspector



=. O#on que yo era la única, con que no ten7as plata para comprarte un auto, conque...P

=O>e ven7s a encamar con un cana en nuestra propia casa y me sal7s con que yo tetengo que dar eDplicacionesP

=Esteban se pone de rodillas sobre la cama.

=O... #on que tu sueldo de polic7a no te alcan;aba para nada, y ahora resulta quetenés una organi;ación de prostitución impresionanteP

=H*mpresionanteI

=desecha Ramos, con una sonrisa for;ada

=. Es un rebusque que yo hago de taquito, m<s que nada para ayudar a estas chicasde la calle que estar7an desprotegidas sin mi apoyo...

=!o, como una boluda, compr<ndote ropa, perfumes caros y hasta un auto...

El inspector, cabi;ba$o, se frota la frente con la yema de los dedos de la manoderecha.

=o hablamos después, *rene

=propone

=, lo hablamos después, cuando estés m<s tranquila y comprendas cómo son las

cosas...

=H#uando yo esté m<s tranquilaI O-o lo vamos a hablar nunca m<s, hi$o de putaP

+oraya sale ya vestida del baño. -o le ha llevado mucho tiempo, pues su ropa esescueta" blusa liviana, pañuelito al cuello, minifalda... >iene una cartera pequeña en la



mano.

=Gamos, ?esús

=propone.

=He cobrasteI

=pregunta el inspector, responsable.

=4ué me va a cobrar si ella no eDiste, nunca estuvo ac<

=se desquita Esteban.

=#obrale

=indica Ramos, señalando con el mentón a Esteban.

=>odav7a pretendés cobrar, ?esús

=*rene acentúa el nombre, se mofa

=. Esper< que yo mañana voy a la comisar7a y le de$o al comisario lo que haya que pagarle a esta puta... HEl comisario est< al tanto del arreglo que tenés con ellasI

El inspector hace un gesto entre irónico y despectivo. @ero siente el impacto.

=Gamos, +oraya

=dice, ya enfilando hacia la puerta del departamento

=. 9e$alo as7. -o le cobrés.

+oraya y el inspector se van. Esteban vuelve a sentarse en la cama, apoyando la



espalda en la pared, eDhausto. *rene, mordiéndose el labio inferior, se sienta lentamente enla silla que est< al lado de la cómoda. 9esde el pasillo se oye el ruido de la llegada delascensor y la puerta que se abre y se cierra.

*rene lo mira a Esteban.

=H#omisteI

=le pregunta.

CLON

a comunidad cient7fica internacional se sacudió ante las declaraciones del doctor@aulo Ferrari al periódico especiali;ado sui;o La "ip5fisis, de erna.

=En la investigación sobre clonación humana

=manifestó el hematólogo, neurólogo, golfista y anestesista rumano

=, no hay ningún pa7s en el mundo que esté m<s adelantado que @elafust<n.

+u aseveración escandali;ó a las parroquias médicas de los pa7ses m<s desarrollados.H#ómo era posible que un m7nimo pa7s perdido en un enclave de los montes Brales ydesprendido de la atomi;ación de la Bnión +oviética, con superficie equivalente a la quinta parte de la de +uecia, pudiera hallarse a la cabe;a de las comple$as investigaciones sobreclonación humanaI

=Kasta hace veinte años nom<s, @elafust<n no eDist7a

=salió a la palestra el investigador belga Raúl #astro

=, y hace sólo quince su canciller7a rogaba a las -aciones Bnidas que loreconociera al menos como 8caser7o:. Le inclino m<s a pensar en uno de losacostumbrados apresuramientos de mi eminente colega Ferrari, quien ya años atr<s anunciócon bombos y platillos el descubrimiento de una vacuna contra el mayor flagelo que sufrela humanidad" la calvicie. Estimo que a Ferrari, m<s que 8eminente: habr7a que catalogarlode 8inminente: porque siempre se dice que es inminente su postulación al -obel de



Ledicina o al Jscar de la cademia, cosa que nunca se produce.

El <cido comentario de Raúl #astro puso de relieve dos planos" el lógicoescepticismo general ante la aseveración del doctor Ferrari y el permanente estado de celosentre médicos y cient7ficos de diferentes escuelas.

=+uena cuando menos sorprendente

=se sumó a la controversia el rector de la Bniversidad utónoma de Lérida,LéDico, doctor El7as Lendo;a

= que un pa7s no emergente sino sumergido como @elafust<n pueda desarrollar unatecnolog7a de punta, cuando su principal eDportación y fundamental recurso económico sonlas piedras, rocas y cascotes de su suelo desértico para emplearlos en algunos pa7ses

europeos como lastre en globos aerost<ticos de publicidad. +u otra artesan7a doméstica esuna bebida cola a base del n7spero, la fruta nacional, que todav7a no ha logrado colocar enel mercado mundial. #on esto no pretendo avalar las cr7ticas de mi prestigioso colega Raúl#astro dirigidas al doctor Ferrari, ya que #astro nos adeuda una autocr7tica por suseDperimentos con ratas, ratones, nutrias y voluntarios esquimales.

a polémica instalada en torno al real potencial del casi desconocido pa7s, lim7trofecon a;a$ist<n, fganist<n, ;erbaiy<n, etc., llevó a muchos cronistas especiali;ados a buscarlo en el mapa, para encontrarse con la sorpresa de que all7 no figuraba.

=Esto sucede

=nos asesora la mochilera portuguesa *sabel Ro$as

= porque quien mane$a los destinos de ese pa7s de opereta es el dictador vitalicioRubén ?u<re;, que ha pagado grandes fortunas al *nstituto *nternacional de 3eograf7a@ol7tica de ruselas para que @elafust<n no apare;ca en la cartograf7a universal.

El dato aportado por *sabel Ro$as tra$o a la prensa mundial por primera ve; elnombre de este pol7tico de ascendencia mongola. @ero quien seguramente puede aportar

m<s detalles sobre todo este proceso pol7ticoQmedicinal es el médico del e$ército argentinoKern<n Jliva, dado que, integrando el cuerpo de #ascos ;ules de la J-B, estuvodestacado en @elafust<n durante casi seis meses. @or una casualidad, su residencia en aquelignoto pa7s de los Brales coincidió con el primer y sorprendente resultado en materia declonación humana.



=a J-B

=relata el doctor Jliva

= decidió enviar #ascos ;ules a @elafust<n debido a las revueltas que se hab7an

producido en ese pa7s contra el presidente ?u<re;. #oincidió con el env7o de undestacamento de ureolas lbas desde el Gaticano para investigar, y si fuera necesariointervenir, en los adelantos sobre clonación a los que la *glesia se opone.

a preocupación de las -aciones Bnidas no pareció ser eDcesiva, ya que el médicoargentino Kern<n Jliva es pedicuro, especialidad que no parece ser muy relevante en unamisión de esas caracter7sticas.

=+in duda para la J-B, el de @elafust<n no aparentaba ser un conflicto de alto

perfil...

=admite Jliva

=. Es m<s, en principio, hab7an pensado en trasladarle el problema a Bnicef que,como bien sabemos, se ocupa de los problemas de los niños. Bnicef es el bra;o armado dela pediatr7a. ! el hecho de que me eligieran a m7 como pedicuro tiene una simpleeDplicación" el mayor problema de salud que sufren los pelafustanes son los sobrehuesos plantares, callosidades de grado cinco y pie de atleta terminal, ya que son un pueblo de pastores acostumbrados a caminar en terreno agreste y pedregoso. a eDpectativa de vidade una uña del pie en un pelafust<n, por e$emplo, no sobrepasa los cinco años. ! 8a Bña

Encarnada: es el nombre de la fracción de militantes chi7tas que procura derribar aldictador.

as convulsiones sociopol7ticas de @elafust<n se originan, según un informe de larevista /ime de noviembre, en las disputas entre los pastores de cabras y los ove$eros porlos m7nimos reta;os de pasto que pueden hallarse en la región. ?u<re; proviene de unafamilia de ove$eros.

=tribu7 a su ascendencia ove$era

=continúa el doctor Jliva

= el hecho de encontrar varios monumentos a la ove$a a mi arribo a +ultana, capitalde @elafust<n. Li sorpresa fue grande cuando descubr7 que se trataba de monumentos a9olly, la primera ove$a clonada. Eso me dio una pauta de la importancia que se otorgabaall7 a los adelantos genéticos. Es m<s, el ochenta por ciento de las mu$eres nacidas en losúltimos años se llama 9olly.



=@resumir que un pa7s misérrimo como @elafust<n puede liderar la investigacióngenética

=se suma a la polémica el diseñador industrial italiano Larco 3eorgio

= es como suponer que algún protectorado del ]frica profunda puede construir uncoche de Fórmula Bno o un avión de combate supersónico de última generación.

a pregunta del millón, entonces, es la siguiente" Hcómo es posible que unaeconom7a, en apariencia, tan endeble y primaria, permita obtener tales logros cient7ficosI

a respuesta vuelve a brindarla el pedicuro argentino Kern<n Jliva.

=@elafust<n tuvo un par de golpes de suerte

=informa

=. En primer lugar, el descubrimiento de que su bebida tradicional, una sidra agriacon tremebunda graduación alcohólica y desgasificada, que obtienen de la fermentación delyogurt de leche de cabra, serv7a como combustible para las naves espaciales soviéticas.Este halla;go se debió a una funesta confusión que tuvo *van *vanoff, el malogradoastronauta cauc<sico, en un bar con 5arao5e de Loscú. El otro golpe afortunado fuealquilar un sector estratégico del territorio para establecer una base misil7stica

norteamericana. En principio, la idea parec7a fant<stica. El dictador ?u<re; cedió, a cambiode una cantidad desmesurada de millones de dólares, el interior hueco de un volc<ndormido, el #hamusc<n. -o olvidemos que se trata de un pa7s montañoso. Era un sitio perfecto porque, incluso, contaba con la boca del volc<n para lan;ar los misiles por all7.@ero posiblemente el ruido de la primera prueba con un @atriot despertó al volc<n, queentró en erupción. El gobierno de los Estados Bnidos ocultó a la opinión pública lacat<strofe, que costó m<s vidas que la intervención en ngola. @ara no agitar m<s las aguas,se abstuvo de reclamar a @elafust<n la devolución de un solo dólar. Esa fortuna posibilitó elcrecimiento, en torno al dictador vitalicio, de una minúscula y selecta clase alta con accesoa todo tipo de modernidades, lo que convirtió el centro comercial de +ultana en un sitio quenada ten7a que envidiar a @ar7s o ondres.

=El acercamiento con los Estados Bnidos no ser7a gratuito para el dictador pelafust<n

=nos asesora el general @edro 3arc7a, eDperto en #ontrainsurgencia



=. ?u<re; comen;ó a recibir amena;as contra su vida" lo condenaron a muerte elgrupo palestino +eptiembre -egro, la 9ina israel7, la E>, el aader Leinhof alem<n, elmovimiento polisario malayo, los rebeldes corsos, las FR# colombianas, +enderouminoso del @erú, los cuadros armados del subcomandante Larcos de LéDico, el Frente+andinista de iberación nicaragXense, los hmer Ro$os de #amboya, el Ke;bol<

palestino, las rigadas de Jrgullo 3ay brasileñas, el Lovimiento Loderador chechenoVque propon7a, fundamental y dogm<ticamente, beber con moderaciónW, la agrupaciónarrios en ucha de Bruguay y hasta un grupo heavy metal panameño que com7a ratonesvivos sobre el escenario.

?u<re;, pese a su omnipotencia, comprendió que su situación no era f<cil. ! empe;óa evaluar la posibilidad de la clonación para perpetuar en el poder a una réplica suya. Kab7aseguido con particular interés el éDito cient7fico de la ove$a 9olly, pensando que pod7aaplicarse en su pa7s para acrecentar sus rodeos, pero ahora estimaba factible utili;arlo en su propio provecho, previendo que alguna de las tantas facciones que lo amena;aban se salieracon la suya. 9e ese modo, ante los múltiples peligros que se cern7an sobre su cargo, solicitó

la intervención de los #ascos ;ules.

=Entonces via$amos nosotros

=prosigue el doctor Jliva

=. penas llegamos y nos instalamos en nuestro campamento, recib7 una invitaciónoficial del propio presidente para reunirme con él en el palacio de gobierno. Le sorprendióla distinción de que me hac7a ob$eto, ya que soy un humilde pedicuro de *nfanter7a del

E$ército. @ero me di$eron que en @elafust<n hab7a siempre una avide; mayúscula porcontactarse con los eDtran$eros. Rumbo al palacio me señalaron una estatua, casi tanimportante como el monumento a la ove$a 9olly, en homena$e al >urista 9esconocido, querecordaba el paso, décadas atr<s, de un turista $aponés que pasó por @elafust<n alconfundirla con ndorra y salió a escape sin darse a conocer siquiera en la recepción de suhotel. ?u<re; me recibió en su despacho, acompañado del hombre asignado para llevaradelante el intento de clonación del gobernante" un veterinario pelafust<n de enormeeDperiencia en triquinosis y embriones congelados. ?u<re; era un hombre de unos setenta ycinco años, portaba un evidente peluqu7n ro$i;o y su altura no superaba el metro cincuenta ytres. uc7a uniforme militar, rotundos bigotes negros al estilo pelafust<n y estabanotoriamente eDcitado ante la inminencia del final del eDperimento. Recuerdo que

hablamos con su profesional sobre art7culos acerca de la clonación que hab7amos le7do enrevistas especiali;adas, sobre inseminación in 3itro, embara;os múltiples, moquillo, brucelosis y conductas poco previsibles de las cabras. !o intenté aportar algo al proyectoesgrimiendo mis teor7as sobre entorsis de tobillo y espolón plantar.

El pedicuro continuó su relato"

=8Faltan apenas d7as para que se concrete este enorme logro de la tecnolog7a



pelafustana:, me di$o el dictador vitalicio, casi palmoteando como un chico, que lo parec7a por su altura. 8+orprenderemos al mundo con la concreción de una réplica eDacta de mi persona, agregó, elaborada a mi imagen y seme$an;a, para que se haga cargo del poder eld7a en que yo no esté. Esto me tranquili;a ya que no sé qué puede ser de este pueblo sin miconducción. Es sabido que no tengo sucesión ni hermanos" los dos que ten7a murieron hace

años en tr<gicos accidentes. @ero, aún si los tuviera, ninguno podr7a ostentar la capacidadque sólo confiere la eDperiencia para mane$ar un pa7s de tanta comple$idad y sensibilidadcomo este:.

-o sólo el doctor Jliva puede atestiguar sobre el d7a en que fue presentado públicamente el clon del dictador vitalicio. 4ui;<s por ve; primera algunas publicacionesdel @rimer Lundo se dignaron cubrir el acontecimiento anunciado desde el poder pelafust<n. 89ictador vitalicio presenta hoy clon de s7 mismo:, tituló Le Monde.89esfachatado intento de gobernante asi<tico por perpetuarse en el poder:, denunció /heSun.

=El d7a de la presentación del clon

=relata el doctor Jliva, consciente de haber sido testigo privilegiado de un hechohistórico

=, el teatro +al7n de +ultana, con capacidad para dos mil personas, estaba repleto.!o, con mi brigada de #ascos ;ules, me encontraba en las primeras filas, $unto alcontingente de #hipre. rillaban por su ausencia los ureolas lbas del Gaticano. En francaoposición al adelanto genético, se hab7an atrincherado en una meseta elevada de los montes

Brales y afirmaban que resistir7an all7, como los $ud7os en Lasada, hasta que todas las probetas fueran destruidas. +obre el escenario, enceguecedoramente iluminado, estabasentado ?u<re; $unto a su esposa 3runilda, ansioso y conmovido. su lado, de pie, eldoctor Fulano y una presentadora oficial. tr<s de ellos, un telón ro$o cubr7a todo el fondodel escenario. @ensé que ?u<re; ya deb7a conocer el resultado eDitoso del eDperimento. 9elo contrario no iba a arriesgarse a pasar una vergXen;a enorme ante la prensa mundial. +inembargo, su nerviosismo parec7a sincero. >al ve; le hab7an informado del éDito deleDperimento pero no hab7a visto personalmente el resultado.

>ras un breve discurso del doctor Fulano sobre el enorme salto cualitativo que hab7adado la ciencia pelafustana al colocarse entre los pa7ses l7deres del mundo, la presentadora

oficial anunció, señalando el telón, que conocer7amos al clon del dictador vitalicio. ?u<re;no pudo contener su ansiedad y se puso de pie restreg<ndose las manos y haciendo m<sevidente su corta estatura. @ara mi sorpresa, desde atr<s del telón, y destacada su figura porun foco seguidor, apareció un hombre alto, elegante, erguido y muy buenmo;o. El único punto de contacto que ten7a con ?u<re; era la ropa, pues luc7a el mismo modelo de tra$e delamé gris platinado con algunos refle$os verdes y la misma corbata de seda, que brillabacomo si fuera de lata. Kubo un 8ohh: de asombro y admiración entre el público. El clonten7a un pelo ro$i;o similar al de ?u<re; pero con un $opo enorme tipo Elvis @resley, y



largas patillas. J$os verdes muy grandes, nari; chica y respingada, finos bigotes negros, boca pequeña y una mand7bula grande y prominente. #alculo que su altura era de (,',cent7metro m<s o menos.

Escuché decir a mis espaldas a una señora que se hab7a puesto de pie" 8O-o puedo

creerlo, son idénticosP:. ! as7 siguieron los comentarios" 8O+on dos gotas de aguaP:, 8O-o podr7a diferenciarlos si los encuentro por la calleP:, 8O?am<s pensé vivir para ver algo comoestoP:.

?u<re;, con l<grimas en los o$os, se volvió hacia el público y gritó" 8OEs como si meestuviera mirando en un espe$oP:. uego, algo m<s calmo, anunció que triplicar7a el presupuesto destinado a investigaciones cient7ficas y que ya nadie tendr7a que preocuparse pensando en su sucesión.

a saga de la clonación del dictador vitalicio Rubén ?u<re; no volvió a acceder a los

titulares de los diarios hasta que el cient7fico Lengano alborotó el avispero con susdeclaraciones sobre el lidera;go de @elafust<n.

-o trascendió, por e$emplo, la versión de que el clon de ?u<re; no era otro que unmediocre gal<n de telenovelas, muy reconocido en la far<ndula armenia a quien se apodabacomo el 8ello Leli<n:. parentemente, el actor habr7a aceptado representar el papel declon del dictador a cambio de una elevad7sima renta vitalicia que le asegurar7a un buen pasar.

=Golv7 a @elafust<n el año pasado

=dice el doctor Jliva

= a cumplir con el compromiso de dictar charlas sobre cut7culas rebeldes en laBniversidad de +ultana. +upe que ?u<re; y su clon se alternaban en las apariciones públicassin que nadie, pero nadie, notara la diferencia.

PERRO EN CONSORCIO

Era el portero.

=Flaco



=di$o el portero, mameluco gris, retacón, m<s bien corpulento, algo pelado, sombrade barba

=" o7me..., vos tenés... Esper<... H#ómo te llam<sI

=Liguel

=di$o Liguel, seco, apoyado en el marco de la puerta de su departamento y sinabrirla demasiado, anticipando que no estaba dispuesto a sostener una conversación muylarga.

=Flaco...

=el portero desestimó la información

= te quiero hacer una pregunta...

=ba$ó la vo;, conspirativo

=. HGos ac< tenés un perroI

Liguel parpadeó, sintió el impacto. ! se dio cuenta de que entre el momento de parpadear y el de sentir el impacto se le hab7a pasado el de contestar con un convincente

8no:.

=>e lo pregunto

=sonaba c<lido el portero

= no porque a m7 personalmente me interese demasiado. @ero ac<, vos sabés bien,est<n prohibidos los perros.

Liguel se frotó la nari;. #omo era habitual cuando abr7a la puerta, aunque fueraapenas un poco, como ahora, escuchó a sus espaldas los pasos de almohadilla de las patasde su perro.

=c< son muy rompebolas, Flaco, con el asunto de los perros



=informó el portero, siempre en vo; ba$a

=. Kay un par de vie$as hinchapelotas que, como no tienen un cara$o que hacer, sela pasan rompiéndome las bolas con cualquier cosa, como la que vive ac< aba$o, en eldepartamento deba$o del tuyo, la Lanrique. ! te quiero aclarar algo" a m7 me encantan los

perros, me cagan de gusto, tengo dos en mi casa. @ero vivo en +aladillo, mi casa tiene patioy un fondo de tierra...

Liguel lo miraba, comprendiendo que ya era muy tarde para decir que él no ten7aningún perro.

=!o te lo digo

=alertó el portero

= porque ya escuché un par de comentarios $odiendo con el asunto. >e aviso nom<s.@ara que vos vayas viendo qué hacer...

=HKacer quéI

=saltó Liguel, a punto de eno$arse decididamente, pese al tono conciliatorio del portero.

El portero giró hacia la escalera como para marcharse.

=-o sé, Flaco. >e lo comento para ayudarte. @or eso nom<s te lo comento.

! se fue.

Liguel cerró con un porta;o moderado, para indicar que estaba eno$ado, pero notanto como para romper lan;as con un aliado. Golvió a sentarse en el mismo lugar dondehab7a estado leyendo, al lado del balcón, sentado sobre el colchón, en el suelo que mostraba

desde la mañana un revolti$o de s<banas, fra;adas y ho$as de diario desparramadas. >omó ellibro, pero no se pudo concentrar. h7 frente a él, sentado muy quietito, estaba @epe. +ehac7a el distra7do, pero la contracción de sus ce$as peludas indicaba cierta preocupación.

=Kacete el boludo vos, nom<s



=le di$o Liguel. @epe miraba para otro lado.

e hab7a puesto @epe para no discutir, medio de aburrido.

Kasta que Ricardo le cuestionó el asunto, Liguel hab7a llamado al perro solamente

8@erro:.

=H#ómo se llamaI

=le hab7a preguntado Ricardo al ver a ese perro chiquito, blanco con manchasnegras, que Liguel hab7a recogido de la calle casi gris de sucio.

=4ué sé yo. 8@erro:, le digo.

=-o seas hi$o de puta, ponele un nombre.

=H@ara quéI +i lo llamo 8@erro: y viene.

=Giene porque Ha quién otro vas a llamar en este buloI Giene porque sabe que levas a dar de comer.

=H#omerI 3alguea bastante.

=-o ponerle nombre

=insistió Ricardo

= es una ofensa a tu creatividad, a la creatividad de la especie humana. Goslaburaste en publicidad. HLe vas a decir que no se te ocurre un nombre para ponerleI



=Jdol le voy a poner. #hevrolet.

=@onele +ult<n, Lancha, #hiquito...

= vos s7 que te ir7a bien en publicidad. H#ómo le vas a poner +ult<n a un perro demierda como este, que se caga en las patas si ve un cascarudoI ! 8#hiquito:" 8#hiquito:es para los perros maricones. ! este es un perro con los huevos bien puestos, que se va acoger a todas las perras del barrio...

=@onele Lario entonces, qué sé yo, Koracio, @epe...

Liguel, mientras amontonaba los platos sucios en la pileta de la cocina y tiraba a la basura la ca$a de cartón gris manchada de aceite donde hab7a venido la pi;;a, resopló, algoharto.

=ueno

=di$o

=, decile @epe. +e llama @epe, desde ahora se llama @epe. @ero te aseguro que unaamistad tan profunda como la que tengo con ese perro no necesita de nombres ni apellidos.Cl tampoco me dice Liguel.

! se quedó @epe.

Era el portero.

=Flaco

=di$o

=" perdon< que te $oda, pero me parece que se te va a armar quilombo con el perro.Le lo di$o el administrador. Ho conocés al administradorI

Liguel negó con la cabe;a, como de costumbre apoyado en el marco de la puerta,tapando con su cuerpo lo que pudiera verse del interior del departamento.



=Le contó

=siguió el portero

= que en la reunión de consorcio hablaron de eso. HEstuviste en la reunión deconsorcioI

=-unca en mi vida fui a una reunión de consorcio, ni pienso ir. H4uiénesestuvieron hablando de esoI

=>odos. @ero especialmente tu vecina de aba$o, y otra que protestaba, la vie$a deldécimo. 9espués el administrador me preguntó si yo hab7a visto al perro.

=9ecile

=prefirió tutearlo Liguel

=, decile a esa vie$a de mierda que me venga a hablar ella, que ella me venga ahablar. ! que no te mande a vos. 4ue no te agarre a vos como alcahuete.

=@ar<, Flaco

=pareció ofuscarse el portero

=, yo no soy alcahuete de nadie, a m7 nadie me agarra de alcahuete. !o te vengo adecir, porque después al que le vienen a romper las bolas es a m7, al que le van a apretar las pelotas es a m7.

=9ecile entonces al administrador que venga él a hablarme

=Liguel advirtió que sus réplicas estaban adquiriendo un tono épico

=. 4ue venga él...



=-o seas gil, Flaco, mir< si te va a venir a ver él. Le manda a m7, por supuesto. !se te va a complicar, el marido de tu vecina de aba$o es abogado y vos sabés que elreglamento de este edificio no permite perros. H+abés o no sabésI

=-o sé, ni me interesa

=Liguel se sintió bordeando el descontrol

=. >e imagin<s que con todo lo que tengo para leer no me voy a poner a leer elreglamento de un edificio choto... @ero adem<s...

=-o tan choto, no tan choto.

=dem<s..., yo te pregunto" Hacaso alguna ve; lo escuchaste ladrar a mi perro, voslo escuchaste ladrarI

=-o, nunca...

=El perro no ladra en la puta vida, no sé, es mudo, no habla, no dice una sola palabra, no sé, estar< enculado, alguien le habr< cortado las cuerdas vocales, no $ode, no...

=H#ómo que alguien le habr< cortado las cuerdas vocalesI

=preguntó, demudado, el portero, revelando su escasa aptitud para comprender las

met<foras.

=+er< la ra;a, ser< su temperamento, pero... Hvos lo escuchaste ladrar alguna ve;I



=@ar<, que te hablo en serio. Gos no le das bola, pero me parece que se te va aarmar un quilombo grande. HGos lo sac<s a pasearI

=! claro que lo saco. H4ué querés, que me cague y me mee ac<I

=Entonces te han visto.

=Le habr<n visto.

=H! qué vas a hacerI

=Resistir, compañero

=ahuecando la vo;, Liguel se levantó del colchón en el piso para cambiar la yerbadel mate

=. #uba, territorio libre de mérica

=cambió de mano el mate para elevar el puño derecho

=N cuarto piso , territorio libre de mérica. @atria o muerte, compañero. Estoy pensando seriamente en pegar un póster de Fidel en la puerta, del lado de afuera.

=rriba de que est<s en infracción, en una posición de debilidad, la vas a ir de provocador. a patada en el orto que te van a pegar va a ser histórica... H4ué vas a hacercuando vengan con la polic7aI

=no le siguió el tren Ricardo.

Liguel se quedó parado en medio del li3ing , la boca cerrada, pensativo, abultandolas me$illas desde adentro con la lengua.



=trincherarme. guantar el asedio, como >roya. #ompro v7veres, pertrechos ytranco la puerta.

=HGos vas a comprar v7veresI

=el tono de Ricardo fue entre condescendiente y despectivo

=. Reconocé que si yo no te traigo alguna salchicha de Giena de tanto en tanto, voste cag<s de hambre. Gas a terminar comiéndote el perro.

=#omo perro. cordate que pido comida china. @reparan muy bien el caniche.

=+egu7 $odiendo, vos.

=e ponen cilantro, so$a, antipulguicida...

=Bn voleo en el orto te van a pegar.

=@uedo decir

=tanteó Liguel

= que no lo cono;co a @epe. 4ue no tengo nada que ver con él. 4ue es un perroo5upa, que se metió ac< y no puedo sacarlo. es puedo decir que es un perro guardi<n, quegaranti;a la seguridad de todo el edificio...

En el mismo rincón de siempre, sentadito, @epe los miraba. @ero cada ve; que lomiraban a él, dirig7a su vista hacia otro lado.

=Lir< cómo se hace el boludo

=lo señaló Liguel



=. vos te digo, forro

=le habló al perro

=" mir< el quilombo en que me metiste.

=-o le digas forro

=parec7a preocupado Ricardo.

=!o le doy un aguantadero, me $uego por él y se hace bien el pelotudo.

=+e hace el boludo, como perro que lo est<n culiando

=aflo$ó un poco Ricardo.

=OEso nuncaP

=Liguel hab7a vuelto a sentarse sobre el colchón, haciendo a un lado el cenicero

improvisado con un platito de aluminio que seguramente hab7a contenido comida chatarra.

=@epe es el supermacho del edificio y se va a garchar a todas las perras de laman;ana. la vie$a puta de ac< aba$o también se la va a empomar... Ga a ser en el ascensor,una escena fort7sima del cine testimonial $aponés.

=>iene que haber sido eso

=estimó Ricardo

=" te vieron cuando lo sacabas.

=H! qué querés que haga, que lo disfrace de gato para sacarloI



=oludo, cuando proh7ben animales en un edificio

=informó, sesudo, Ricardo

=, proh7ben todo tipo de animales, no sólo perros.

=H! cómo te de$aron pasar a vos, boludoI

=-o descartes

=di$o Ricardo

= que esto sea un problema de clase. @or ah7 si @epe fuera un mast7n napolitano, oun sharpei, estos culorrotos no te har7an problema. @ero un perro soretero como @epe...

=@epe

=Liguel miró al perro, que le esquivó la mirada

=" mir< lo que te dice este tipo que dice ser tu amigo.

=-o te r7as, boludo. ! vos perdon< que te diga, es la imagen tuya también, dehippie trasnochado...

Liguel lo miró serio.

=#laro, Liguel, entre todos estos inquilinos de tra$e y corbata, vos con esa pinta, pelo largo, barba desproli$a, pantalones vaqueros... >e digo que ni yo mismo entiendo cómoest<s alquilando en un edificio como este.

=-o alquilo, gil. Le lo prestan.



=H>e lo prestan y todav7a metés un perro de contrabandoI

=se escandali;ó Ricardo

=. H+abe el tipo que te lo presta que tenés un perroI

=Lir< si lo voy a llamar a España para decirle lo del perro.

=Gos sos incre7ble. dem<s, te digo, lo del perro no es nada. El problema es sillegan a venir de bromatolog7a. +i llegan a entrar ac< y ven el quilombo que es esto, el

desbole que tenés por todas partes, toallas tiradas, la cocina llena de platos sucios, la camasin hacer...

=@ar<, que si $ustamente no tengo novia es para que no me rompan las bolas conesas cosas.

=El humo, Liguel

=siguió enumerando Ricardo

=" el humo. El olor a faso, el tufo que hay ac< cuando uno abre la puerta...

=El humo, precisamente, es para que no vean el quilombo de la casa, es una cortinade humo. ! adem<s, no me digas que ahora te $ode el humo.

=-o, boludo, si yo también fumo.

=El asunto puede ser por @epe

=Liguel retomó su tono ;umbón



=. +e ha convertido en un fumador pasivo. -o me eDtrañar7a que en lugar demoquillo le agarre una angina de pecho.

Kubo una frenada afuera, en la calle. @epe se sobresaltó, miró hacia la ventana einfló el morro como para ladrar.

=O#allate, pelotudoP

=le ordenó Liguel con un grito ahogado.

@epe simplemente hi;o un 8bluf: apagado.

=#omprale una morda;a, boludo

=urgió Ricardo

=, comprale una morda;a.

Era la vecina de aba$o.

Bna señora de cerca de setenta, flaca, elegante, con un saco marrón oscuro largoN desu hombro i;quierdo colgaba la cartera cuya correa aferraba fuertemente con la mano

derecha como si aun dentro del edificio tuviera miedo de que se la robaran. Era notorio quehab7a aprovechado que sal7a para pasar antes por lo de Liguel.

=+oy su vecina de aba$o

=di$o la mu$er, algo agria, pero sin mayores signos de eno$o en la vo;.

Liguel asintió con la cabe;a como si la conociera, aunque era la primera ve; que lave7a o, al menos, que le prestaba atención.

=4uer7a hablarle de su perro

=prosiguió ella.

#omo siempre, Liguel escuchó con inquietud los pasos acolchados de @epe que se



acercaban a curiosear quién era, pero sin de$ar de ocultarse detr<s de la puerta entreabierta.Liguel permaneció en silencio, como para no facilitarle el discurso a su vecina.

=Bsted sabe

=agregó ella, muy segura

= que ac< est< prohibido tener perros. H+7 sabe que ac< est< prohibido tener perros,que el reglamento los proh7beI

=+eñora...

=Liguel prefirió ser cordial por una ve;N tal ve; fuera me$or negocio laconciliación

=. H usted en qué la molesta mi perroI Hadra acaso, no la de$a dormir con losladridos, la mordió tal ve;, usted vio lo que es mi perroI

=as patas, mi$ito, las patas

=pareció enfurecerse repentinamente la señora Lanrique, como si ella también se

hubiera estado conteniendo

=. as patas

=volvió a puntuali;ar uniendo en un c7rculo el dedo pulgar y el 7ndice de la manoderecha

=. Escucho todo el santo d7a las patas de su perro raspando el techo de mi casa. -onecesito ni verlo, no me importa si es grande o chico, todo el d7a raspando el techo de micasa...

=HRaspando el techoI

=Liguel sintió que algo le trepaba por el pecho y que deb7a controlarse

=. HBsted qué piensa, que mi perro es tan pelotudo que quiere enterrar huesos en el piso de su parquéI Bsted tiene fantasmas, señora.



=Oas uñas, mi$itoP

=mordisqueó las palabras la mu$er, que hab7a dado un pequeño respingo al

escucharle decir pelotudo

=. ORaspa con esas uñas en el cielo raso de mi casa, anda de un lado para otro y yoescucho las uñas, me va a volver locaP

=Bsted no se va a volver loca, señora. Bsted est< loca.

a señora Lanrique se tapó la boca con una mano, herida.

=!

=levantó la vo;, sarc<stico, Liguel, mientras ella apretaba el botón del ascensor

= ya le compré escarpines a mi perro, o$otas le compré, ;apatillas -i5e de goma para que no le haga ruido en la cabe;a.

a vecina se ;ambulló en el ascensor. Liguel cerró de un porta;o. 9esde adentroescuchó la vo; le$ana de la señora, que dec7a algo sobre la reunión de consorcio. @epe,

sentado en su rincón, lo miraba.

=Kacete el pelotudo vos. H#ómo salimos de este quilomboI

@epe eludió su mirada.

+onó el timbre. Era el portero.

=-o te la agarrés conmigo, Flaco

=di$o, agitando la franela con la mano

=, pero la vie$a del seDto me vino de nuevo a romper las bolas. ! lo que es peor, yale tiene los huevos por el suelo al administrador. hora dice que en este edificio no se puede ni entrar por el olor a perro, y que al ascensor es directamente imposible.



Liguel se tomó la frente con la mano. -o lo pod7a creer.

=Gos sabés

=trató de serenarse

= que ni lo ba$o al perro por el ascensor, lo ba$o por la escalera, $ustamente para noencontrarme con ninguna de estas vie$as conchudas.

=O!o te digo lo que me dicen, FlacoP @or m7, si querés, tené un cocodrilo, yo ya teconté que...

=! decime...

=buscó complicidad Liguel

=" Hvos sent7s olor a perro, ahora mismo, que est<s frente a mi casa, sent7s olor a perroI

=-o, no siento nada

=el portero $u;gó inadecuado olfatear.

=Entonces que se vayan a la concha de su madre.

Liguel cerró la puerta y se puso las manos en la cintura. 9espués olfateó cuatro ocinco veces con fuer;a. -o advirtió ningún aroma eDtraño. @ero tampoco advert7a ya,reconoció, el tufo a cigarrillo que impregnaba el departamento. Liró a @epe. @ero no le di$o

nada.

=9ecime

=preguntó Liguel



=. Hc< hay olor a perroI

Ricardo husmeó el aire.

=-o, no siento

=di$o

=. faso s7, por supuesto. unque tal ve; s7 haya algo de olor a perro.

=H>e pareceI

=insistió Liguel

=. H@ero tanto como para decir que se siente antes de entrar al edificio, o antes deentrar al ascensorI

=-o, a ese punto no. -i loco.

=parte

=eDplicó Liguel

=, yo lo baño a @epe, no te digo que lo baño todos los d7as, pero lo baño.

=o que pasa

=advirtió Ricardo

= es que a veces no basta con bañar a los perros, ya tienen ese olor as7, es una cosaanimal. es ponés $abón, perfume y as7 y todo te matan con la baranda, es una cosaglandular. >e digo porque yo tuve perro y ya no sab7a qué ponerle. H+abés qué creoI

=Ricardo se puso grave de repente

=. 4ue tenés que consultar con un abogado, porque te van a cagar. ! m<s si te les



=e informo

=$adeó dram<ticamente

= que estoy con una alergia terrible. ! esta alergia, me lo di$o el doctor Lart7ne;llende, se la debo a los pelos de su perro. os pelos de su perro est<n por todas partes y seme meten en los pulmones. @ara no hablarle del olor que tiene ese animal, que se sientedesde la calle. s7 que vaya pensando rapidito qué va a hacer con ese perro...

=o voy a pensar, señora

=Liguel se dispuso a cerrar la puerta.

=J si no...

=elevó la vo; la señora de Lanrique en un tono de franca amena;a.

Esto sublevó a Liguel, que volvió a abrir, desafiante.

=HJ si no quéI

=gritó.

=J si no, tenga cuidado

=la vo; de la vecina era un cuchillo

= porque el bo*er de un tipo que viv7a en planta ba$a le rompió la paciencia a todo

el mundo ladrando y ladrando y un d7a lo encontraron muerto en el patio de aba$o,envenenado.

Liguel trató de regulari;ar su respiración para que su argumento fuese m<s claro.

=Escúcheme, señora



=casi deletreó al fin

=" yo estoy armado. >engo un chumbo en mi mesita de lu;. ! sepa bien esto" si ami perro le llega a pasar algo, lo que sea, yo voy a su casa y a usted le meto un cueta;o enel balero, bien en el centro del balero, y después lo hago cagar a su marido, y después la

recontracago a bala;os a la imbécil de su hermana... Bsted sabe que yo no soy normal, HnoI

Liguel, aún con el temblequeo que le recorr7a todo el cuerpo por el intento decontrolarse, advirtió, complacido, cómo la señora empalidec7a hasta ponersecompletamente blanca, antes de girar como un trompo y salir huyendo escaleras aba$o.

Bna ve; m<s, era el portero.

=Flaco...

=otra ve; el tono conspirativo

=. HGos tenés un arma ac<I

=+7. Bn cuchillo de postre.

=-o, o7me... HGos le di$iste a la vie$a de aba$o que tenés un armaI

=-o sólo le di$e que ten7a un arma

=Liguel segu7a fiel a su costumbre de no abrir del todo la puerta

=. >ambién le di$e que la iba a recontracagar a bala;os a ella, al marido y a lahermana.

=HGos est<s en pedo, FlacoI

=se frotó la pelada el portero

=. >e va a denunciar a la polic7a por amena;as. >e aseguro que lo va a hacer. Le lo



di$o.

=a hi$a de puta me dio a entender que me pod7an envenenar el perro. Le lo dio a

entender claramente. !o también lo puedo tomar como una amena;a. ! adem<s, no tengoningún arma. 4ué mierda voy a tener... ! si la tuviera, si est< declarada... HEst< prohibidotener un armaI @uede ser para defensa personal...

=#ada ve; la embarr<s m<s, Flaco. Gos sos un tipo piola, educado, podr7ascompr<rtela a la vie$a haciéndote un poco el simp<tico, negociando, haciendo de cuenta quele hacés caso... Es hinchapelotas, pero no es mala.

=Le vino a amena;ar.

=o que pasa

=el portero se pegó con la franela sobre la palma de la mano i;quierda

= es que yo cre7a que esto era nada m<s que un cl<sico quilombo entre vecinos.@ero si ya se mete la polic7a, la cosa se complica... !o te digo.

Liguel cerró la puerta y se desinfló sobre el colchón, apoyando la espalda contra la pared. Liró a @epe.

=Kan puesto precio a tu cabe;a

=@epe, como siempre, apartó la vista

=. >e estoy bancando en la clandestinidad. @odr7a entregarte a los federales. -o he

visto ninguna señal de gratitud de parte tuya. >ambién podr7as abandonar la casa para nocomprometerme. Escaparte cuando yo abra la puerta. Golver a la calle de donde te rescaté...

hora s7, @epe lo miraba, sentado, las ce$as fruncidas, las ore$as bien estiradas haciaatr<s, como para entender me$or las palabras de Liguel.



=Gen7

=di$o Liguel.

Era el esposo de la vecina de aba$o.

=#ómo le va

=saludó, inesperadamente amable, el abogado. Bnos sesenta y cinco años, ba$o,rubio, ya casi enteramente canoso, con arrugas a los costados de la boca de tanto sonre7r

=. +oy el doctor Lanrique, de ac< aba$o. Le contó mi mu$er

=continuó, eDpeditivo

=. Bsted sabe que hay leyes, hay reglamentos. ! aunque algunos son rid7culos oanto$adi;os o legislan con argumentos del virreinato, tenemos que atenernos a ellos para poder convivir en sociedad. Bn m7nimo de orden y de acatamiento a las reglas nos preservadel caos.

=HBsted viene por lo del perroI

=lo cortó Liguel. -o le resultaba del todo antip<tica la figura de su visitante.

=EDactamente.

=ueno... Recurra a un abogado porque no pienso transar. un buen abogado

=puntuali;ó Liguel, con sorna.

El abogado se sonrió.

=-o

=di$o



=. @or favor, no vamos a caer en eso. Bsted sabe que al final los abogados sequedan con todo. Kay otras formas, m<s civili;adas...

=a carne con vidrio molido, por e$emplo.

=-o. Bsted est< viviendo ac< porque se lo prestó un amigo que alquila estedepartamento. Es f<cil hablar con el propietario del departamento para que no le renueve elalquiler a su amigo.

Liguel se mordió el labio inferior.

=! su amigo

=siguió el abogado, pulcro

= tiene que renovar el contrato dentro de pocos meses.

Liguel percibió el agobio.

=Kabr7a un paso intermedio

=agregó el abogado

=" llamarlo al amigo suyo a arcelona y comentarle los problemas que se han dadoac< con ustedes y el perro. Jbviamente en la inmobiliaria tienen el número. H+u amigo,?avier Escalada, sabe que usted tiene un perroI

=+abe

=mintió Liguel.

=e de$o la inquietud. Espero algún gesto de colaboración suya. Li esposa lecomunicó a usted lo de su alergia, pero no advertimos que usted se haya dado por aludido.



El doctor hi;o un gesto de despedida con la mano, como si fueran amigos desiempre. ! se marchó.

Liguel recién se acercó al mostrador cuando se fue la señora del loro.

=H4ué sonI

=preguntó señalando una de las $aulas.

=Lartinetas

=di$o el dueño. +e respiraba un olor fuerte y me;clado.

=H4ué tenés para el olor de los perrosI

=preguntó Liguel.

=H4ué perro es el tuyoI

=@erro... perro

=sacudió los hombros Liguel, como reafirmando la obviedad.

El hombre se dio vuelta y de un estante ba$ó una ca$ita. a puso sobre el mostrador,la abrió y sacó un frasco con gotero.

=H+e rasca muchoI

=preguntó

=. H-o te fi$aste si tiene algún ec;emaI



=-o tiene nada.

=Ho bañ<s seguidoI

Liguel di$o que s7.

=H! qué pasa, tiene mucho olorI

Liguel le contó lo de la vecina, lo del supuesto olor en el ascensor, lo del pelo de@epe que no la de$aba respirar, lo del marido abogado. +e dio cuenta de que ten7a ganas dehablar, que a alguien se lo ten7a que contar, desahogarse al menos.

=Es incre7ble los quilombos en que se puede meter uno por los bichos

=di$o el veterinario luego de eDplicarle cómo se aplicaba el medicamento y despuésde haberle metido la ca$a en una bolsita de pl<stico

=. >e imagin<s que yo, ac<, escucho montones de esos problemas. 3ente que se hatenido que mudar por un perro, perros que han mordido a un vecino, tipos que han matado asus mascotas antes que abandonarlas.

=-o me dig<s

=se espantó Liguel.

=O#ómoP c< vino un loco a pedirme que sacrificara a dos manto negros porque seten7a que mudar a un departamento chiquito y no pod7a llevarlos.

=H! vos lo hicisteI

=-i en pedo. o saqué cagando. !o traba$o de curar a los animales, no de matarlos.9espués me enteré de que fue al pedo, el tipo los mató a bala;os. Era una especie de na;i,



de esos que cr7an perros de guardia, malos, agresivos. -o era tan impensable que losmatara. !o, es verdad, a veces sacrifico animales porque est<n muy vie$os o muy $odidos omuy enfermos. @ara que no sufran. Lir<.

ntes de que Liguel pudiera decir nada, el hombre corrió la cortina que separaba el

pequeño salón de atención con el depósito y le mostró a Liguel una bolsa de pl<stico verdecon la marca de una boutique del barrio. a bolsa estaba volcada de costado sobre una mesay de ella sal7an las patas traseras de un perro marrón, bastante chico.

=>en7a como dieciséis años. e puse una inyección. H4uerés verloI

=preguntó el hombre, con cierto sentido macabro.

=-o, de$<

=recha;ó Liguel, tratando, de todos modos, de no ser demasiado descortés

=. @ero... Hqué hacés ahoraI Ho vienen a buscarI

=-o. Es gente que prefiere no verlo as7. !o me ocupo de todo. o entierro, se lodoy a los muchachos de la basura, ya veré...

Liguel se quedó mir<ndolo. 9espués, como en c<mara lenta, tomó la bolsita con elmedicamento para @epe.

Era otra ve; el portero.

=Flaco...

=di$o algo alterado, hasta divertido pod7a decirse, pero siempre cómplice

=. HGos le de$aste... fuiste vos no es cierto..., vos le de$aste, a la vie$a de aba$o...

=+e meneaba como siguiendo una música tropical lenta

=... un paquete en la puerta del departamento...I



=largaba el discurso, fraccion<ndolo en p<rrafos cortos, como si temiera llegar alfinal

=... HBn paquete con un perro muerto adentroI

=H!oI

=protestó Liguel con una sonrisa.

=Gos no sabés el quilombo que armó la vie$a

=hi;o sonar un aplauso el portero mientras se mord7a el labio inferior

=. H-o la escuchasteI

Liguel volvió a negar, siempre sin soltar la puerta, que manten7a entreabierta.

=a vie$a est< loca

=di$o

=. a visitan fantasmas.

=H-o escuchaste los gritos que pegabaI +alió al pasillo gritando y ba$ó al palier.Le di$o que le tocaron el timbre y que cuando salió casi pisa una bolsa con un perro muertoadentro. HEs el tuyo, es el perro tuyoI

=!o no tengo perro

=volvió a negar Liguel

=. -unca tuve. ! menos ahora.

El portero lo miró un instante, como midiéndolo, pero una sonrisa le $ugaba en lacomisura derecha de los labios.



=a cuestión

=di$o

= es que ahora me tengo que hacer cargo yo. a vie$a me di$o que me ocupara delcad<ver. Lir< qué changa.

=>enés incinerador. H+igue habiendo incineradoresI

=-o te hag<s problemas, Flaco

=el portero parec7a, al fin, resignado

=. !o me ocupo. #omo siempre.

=Gos tampoco te hag<s problemas

=recomendó Liguel antes de cerrar la puerta suavemente

=. Luerto el perro, se acabó la rabia. Eso s7, por fantasmas no respondo.

Liguel se de$ó caer sobre el colchón. o miró a @epe, sentado a su ve; en su rincón,sobre los papeles de diario.

=Kacete el boludo, vos

=le di$o.

@epe miró hacia otro lado.

LOS SECRETOS DE LA COMIDA C&INA

8@ara competir por una mina, la me$or arma que tiene un t7mido es su propia



timide;:, me di$o un hombre sabio, cuando acepté tocar el tema. hora pienso

=sin de$ar de reconocer que no soy muy r<pido de refle$os, porque esto pasó haceveinticinco años

= que aquella conversación no fue casual, pues el hombre sabio era un amigo de mivie$o. ! seguramente mi vie$o fue quien lo mandó a tocar ese tema conmigo, ya que yo eramuy t7mido pero, a la ve;, mi vie$o no se atrev7a a hablarme directamente.

= las mu$eres

=siguió pontificando el amigo de mi vie$o

= se les suele despertar el instinto maternal ante un tipo callado y vergon;oso. >al

ve; eso les atrae m<s que un tipo canchero y desenvuelto, de esos que se llevan todo pordelante. #reo que el silencio, las pocas palabras, las atraen como la miel a las moscas.

Est<bamos en el buffet del vie$o club Kurac<n y no parec7a ser el me$or lugar paradarle conse$os a un adolescente.

=@or eso

=insistió el hombre sabio, controlando si mi vie$o aún no ba$aba del vestuario del

primer piso

= no te achiques cuando estés en un grupo de pibes y pibas. -o pienses que ellassólo les van a dar bola a los m<s hinchapelotas y conversadores.

+iempre le agradec7 la opinión a ese tipo a pesar de la incomodidad que sent7a anteel tema. 9e hecho, pienso que algo as7 fue lo que sucedió con +amanta.

ños después, un amigo psicoanalista me brindó una interesante variante alrespecto.

=Es verdad

=me di$o

=. Es verdad que el tipo silencioso y reservado se rodea de un halo de misterio. lamanera de los grandes galanes del cine de otras épocas, con héroes que nunca hablaban o



hablaban poco, como Kumphrey ogart, por e$emplo. El silencio suele traslucir,supuestamente, una intensa vida interior, una rica personalidad o, incluso, un sufrimientooculto, un secreto, un misterio en suma. ! hombres y mu$eres sienten esa atracción hacialos silenciosos, no te vayas a creer. @ara m7, como psicólogo, constituyen un verdaderodesaf7o. 8!o voy a descubrir lo que este tipo guarda en su interior:, me digo cuando me

toca enfrentar a uno de esos pacientes. @ero... Hsabés cu<ndo se da lo terrible, -orbertoI...#uando uno abre esa puerta que da al interior profundo de esa persona y no encuentra nada.@ero nada de nada. Bno mete la mano en esa oscuridad para tantear y no toca nada. Est<completamente vac7o. Esa persona no habla, no dice nada, no se manifiesta porque no tieneabsolutamente un cara$o que decir. Est< hueca. -o tiene ni opinión ni pensamiento.

El comentario de mi amigo psicoanalista me inquietó. !, aunque me hab7atransmitido su punto de vista muchos años antes, esa noche en lo de Liguel varias vecesme sent7 tentado a emitir algún sonido para impresionar a +amanta.

Es muy dif7cil, lo m<s dif7cil supongo, conseguir el equilibrio. @orque hab7a vivido

una eDperiencia contradictoria con un conocido de #arlitos Lor<n cuando nos encontramosun d7a en el eroparque de uenos ires. El conocido de #arlitos se acercó a nosotros, detra$e, piloto y attaché, y se mantuvo hablando durante tres minutos seguidos. uego, sinsolución de continuidad, se despidió palme<ndonos y se fue en busca de su vuelo. ! nosde$ó la m<s completa, clara e indiscutible sensación de que se trataba de un formidable pelotudo.

=@erdon<

=se disculpaba abismado #arlitos

=, yo no me acordaba de que este muchacho era tan pero tan pelotudo.

-i recuerdo de qué nos habló, creo que siempre sobre él mismo, sobre la preocupación de que la lluvia le arruinara un tra$e como el que ten7a o que la suspensión deun vuelo pudiera hacerle perder un negocio de millones de dólares. Le quedó apenas lasensación, m<s que la certe;a sobre su monólogo, de igual manera como suelo recordar siun libro me gustó o no, pero no recuerdo en absoluto su contenido.

=9e todos modos

=tratando de enmendar el error de la presentación, #arlitos procuró sacar unaconclusión provechosa

=, no cualquiera es capa; de transmitir en sólo tres minutos a un perfectodesconocido como vos una imagen tan cabal y concreta de su pelotude;.



=Es un prodigio de s7ntesis, tu amigo

=le di$e.

#oncluimos que el amigo de #arlos era un fenómeno de la comunicación, digno dedar charlas en congresos y universidades.

quella noche en lo de Liguel y #onstan;a éramos unos doce, bastante equilibradosentre hombres y mu$eres. @ero +amanta, sin duda, fue el centro de atención para m7 y paratodos. -os hab7amos ido al departamento de Liguel, aceptando su espont<nea invitación,luego de la presentación de un libro de poemas de Kern<n E;curra en la galer7a de 3ilberto.#onstitu7amos un grupo bastante heterogéneo, de gente no muy conocida entre s7 pero contendencia, se me ocurre, a montar esos programas sobre la marcha. Esto los hac7a sentirmuy mundanos, abiertos y tolerantes. Lodernos, en una palabra.

!o era apenas amigo de Liguel y creo que me di$eron que fuera con ellos porque lesdio cosa no invitarme. En verdad, hab7a ido a lo de 3ilberto con el único fin de no sentirmetan marginado porque era muy poco lo que me interesaba la poes7a. Es m<s, confieso queme aterrori;a la posibilidad de quedarme encerrado en una de esas tertulias donde los poetas leen sus poemas.

?untamos plata, me acuerdo, para comprar unas pi;;as, empanadas y varias botellasde cerve;a. -o ten7amos hambre, en eso coincidimos todos, porque en lo de 3ilberto la provisión de s<ndSiches de miga y vino blanco hab7a sido abundante. @or otra parte, erauna época en la que ninguno andaba con mucho dinero y hasta era mal visto hacer

despliegues económicos dentro de un ambiente que se supon7a intelectual y art7stico.

-o sé cómo a ese grupo se integró +amanta. @ero lo cierto es que de inmediato seconvirtió en el centro de la reunión. 9esde mi observación silenciosa, apretu$ado en uno delos sillones de tres cuerpos en el no muy amplio pero coqueto li3ing comedor de Liguel,observé con cierto asombro cómo ella se hac7a e$e y conductora de todas las situaciones" nohab7a conocido otras mu$eres as7, salvo mi t7a Raquel, que se impon7a por su edadavan;ada, su mand7bula inferior avan;ada y su f7sico voluminoso. @ero +amanta tendr7aunos veintisiete, veintiocho años

=todos est<bamos m<s o menos entre los veinte y los treinta

= y me sonó raro y divertido que una mu$er copara as7 la parada. o interesante esque no era ni agobiante ni pesada, sino m<s bien amena y encantadora. +ensual, adem<s. -o era estremecedoramente linda pero ten7a muy buen cutis, lindos o$os y unos dientes blancos y pare$os que enceguec7an. +in hacer un sondeo entre los hombres posterior alencuentro, podr7a $urar que a la hora de estar todos charlando en torno a la mesita ratona deldepartamento de Liguel y #onstan;a, los seis tipos ya est<bamos perdidamenteenamorados y^o calientes con ella. *ncluso Liguel, que estaba comprometido con



#onstan;a.

>al ve; ese deslumbramiento no me permitió advertir si +amanta pod7a pasar de serirresistible a insoportable, arista que qui;<s era detectable en la adusta seriedad queenvolvió a las otras mu$eres. +amanta ten7a una carta ganadora" hab7a vivido cinco años en

-ueva !or5. O#inco años en -ueva !or5P Eso era para un grupo aggiornado ylibrepensador una devastadora tar$eta de presentación.

#on grandes ademanes y un vocabulario fluido que inclu7a puteadas y bastantehistrionismo, hablaba de muestras de arte en el +oho, el Gillage y hasta el ronD.9errochaba naturalidad y entusiasmo. ! hubo un detalle que me demostró su criteriososentido de la medida" no eDageraba la pronunciación de las palabras en inglés ni abundabaen eDpresiones tales como 7h( my 1od), cool o shit , cosa que le agradec7 enormemente, porque siempre me han roto las bolas.

-inguno pod7a competir en materia de información con ella aquella noche. -i

siquiera -ahuel, artista pl<stico que se sent7a ciudadano del mundo y cosmopolita porquehab7a participado en una ienal de +an @ablo. Frente a +amanta y su rutilante lustro en -ueva !or5, -ahuel era un pere$il de cuarta, casi de cabota$e. Le consta, lo supe luego, que9ami<n, otro flaco que hac7a esculturas en acr7lico, calló cuidadosamente la muestra quehab7a hecho meses atr<s en Gilla Lugueta.

@ercib7, es cierto, lo repito, un cierto rictus de fastidio en alguna de las presentescuando intentó meter un bocadillo, cambiar la conversación para volver al tema de la presentación del libro de E;curra, cosa de quitarle o compartir la palabra con +amanta. _OEsciertoP

=la cortó esta, aprobando, mientras apuraba su trago de #ocaQ#ola antes de retomarla palabra

=. Es cierto" lo que di$o 3ilberto en la presentación me hi;o acordar mucho de unamuestra de un pintor haitiano en el +oho, muy amigo m7o, que copiaba descaradamente aacon.

Lientras la gorda Mulema, que era quien hab7a intentado introducir el bocadillo,resoplaba como una morsa, yo, que, fiel a mi costumbre, no hab7a dicho una sola palabra,salvo para pedir un tro;o de pi;;a o agradecer un vaso de cerve;a, di$e lo que di$e sinimaginar la repercusión que tendr7a.

@or supuesto que hab7a estado albergando la esperan;a de decir o hacer algo queatra$era hasta mi oscuro y mullido rincón del sillón de tres cuerpos la atención de +amanta.@ero lo di$e como para m7, sin pensar que en ese momento se iba a producir un silencio queagigantó la pequeña sonoridad de mi palabra.



=Francis

=susurré, como si Francis acon y yo hubiésemos sido compañeros de banco en laescuela primaria.

+amanta volvió la cabe;a hacia m7 complacida, creo que advirtió mi eDistencia por primera ve; en la noche, me señaló sonriendo y di$o"

=Francis acon, eDactamente, vos lo has dicho.

*nternamente go;oso me replegué en m7, atemori;ado por el riesgo al que me hab7aeDpuesto. o cierto es que por casualidad esa mañana hab7a le7do en la sala de espera deldentista un art7culo breve sobre el pintor inglés y su alcoholismo. Era la primera ve; queten7a noticias de él

=debo confesar que me atrae bastante poco la pintura

= y cuando me vino el nombre a la cabe;a esa noche lo tiré sobre la mesa corriendoel riesgo de que +amanta, fr7amente, me di$era" 8-o. Francis no. acon es una mu$er:. Jcosa parecida. J mucho peor, que hubiera desechado mi aporte en el mayor de lossilencios. @ero se dio bien, fue un golpe de suerte y all7 gané muchos puntos.

Era mi noche. *mpensadamente la completé poco después de forma espectacular.+amanta hablaba, encendida, del arte oriental, y de nuestra limitación para apreciarlo en sutotalidad. @ara me$or, no fue ella en esta ocasión la que me dio el pie.

=lguien di$o

=lan;ó Kern<n el comien;o de una cita literaria, cosa que siempre dota al que lahace de un halo de conocimiento

= que la belle;a no es...

=y vaciló, pareció quedarse en blanco

=... -o es...

=... Bna piedra que cualquiera...

=empecé a completar yo envalentonado

=... puede encontrar en el camino



=terminamos a dúo y en vo; alta, dos almas en perfecta comunión" +amanta y yo.Ella me estiró la mano y para m7 ya no eDist7a nadie m<s aquella noche.

=H9e quién eraI

=admitió su frustración con hidalgu7a Kern<n. +amanta se mordió una uña, ansiosa.

=in !u >ang

=di$e yo, como si nada de lo humano me fuera a$eno. ! ah7 s7 fue mi mérito. esafrase s7 la hab7a le7do en algún lado y la recordaba perfectamente. o afortunado, loincre7ble, fue que nunca hab7a tenido oportunidad de usarla en ninguna parte y ahora

aparec7a, restallante, para cubrir el momento eDacto en el lugar preciso.

-o nos fuimos demasiado tarde del departamento de Liguel y #onstan;a. #omosiempre ocurr7a, +amanta no decidió invitarme a un café en algún bar solitario, sino que sefue en el auto de otro de los amigos. 9e todas maneras, para m7 hab7a sido una noche muy poco común" la hab7a pasado bien con un grupo agradable, me hab7a sentido cómodo $untoa gente no muy conocida y eso era muy diferente de mis usuales noches solitarias de lecturay radio hasta muy tarde.

=#reo que la impactaste a la +ami

=me confió #onstan;a, para me$or, cuando, al despedirse, me apretó la cara entrelas dos manos. #omo era habitual, no atiné a contestarle nada.

Le tocó ba$ar en el ascensor con Kern<n y otro flaco petisito que también escrib7a poemas. @or suerte se notaba que eran bastante amigos y no deb7an cuidarse mayormenteen sus comentarios.

=Ledio imbancable la +amanta

=di$o Kern<n apoyado contra el espe$o del ascensor y boste;ando cuando todav7ano hab7amos pasado el seDto piso.

=+7



=dudó el petiso

=. @ero muy seductora.

=H>e pareceI

=!o bien que se la pondr7a.

=Es bastante ancha de caderas.

=#allate que yo te he visto con cada bicho

=fue crudo el petiso, con un sentido pr<ctico bastante inusual en los poetas.

=as tetitas parecen dos conitos Kavanna

=insistió Kern<n.

=Gos porque a esa mina no le podes tocar el culo ni con un chorro de soda.

=c<, el amigo

=Kern<n me señaló con el mentón

= en una de esas puede.

=! se dirigió a m7

=" >e marcó de entrada, me parece.

!o forcé un boste;o.



=+imp<tica

=acordé, como desinteresado.

#uando llegamos aba$o, Kern<n abrió la puerta, nos de$ó pasar y dictaminó"

=9e cualquier manera siempre a las me$ores minas se las llevan los que tienenauto.

#on lo que me volvió a meter en la bolsa de los derrotados. ! a m7, que todav7aflotaba en una nube de ilusión, eso me dio por el forro de las pelotas.

e de$é bien en claro que no me gustaba la comida china. ueno, lo que le di$e eraque casi no conoc7a la comida china, pero que estaba plenamente dispuesto a probarla. 4ue

pod7a ser divertido. -o creo que sea una condición importante para una comida el hecho deser divertida, como si fuese un $uego de mesa o un rompecabe;as. #omo si el +crabblefuese un plato fr7o. o cierto es que, hac7a mucho, me hab7an llevado en #órdoba a unrestaurante chino, con biombos, farolitos y esas cosas. Recuerdo que com7, con esfuer;o,algo as7 como unos arrolladitos crocantes con cosas adentro en una salsa agridulce. oschinos le meten esa salsa agridulce a todo. >ambién recuerdo que por todas partes aparec7an brotes de so$a" los chinos reverenciaban la so$a mucho antes de que nosotros ladescubriéramos. >ambién probé unos fideos bastante ins7pidos

=eran como comer papel cr;pe

=, que me dec7an que estaban hechos de arro;. lguien pidió aquella noche en#órdoba algo as7 como una brochette de gorriones, al menos eso parec7a, que vinieron concabe;a y todo y me produ$eron una profunda repugnancia. @ero lo que m<s me mató fueque no serv7an pan

=yo como toneladas de pan

=, sino arro; blanco en su lugar. El tipo que me hab7a llevado $unto con otrosempleados de la agencia dec7a que la comida china era esencialmente sana. +upongo quedebe ser as7 porque, a $u;gar por la cantidad de chinos que hay, se nota que nunca hamuerto ninguno de ellos. Recordé ese chiste y decid7 reservarlo para dec7rselo a +amanta en

algún momento. @orque cuando ella me llamó yo le di$e que no ten7a ningún problema, alcontrario, en comer comida china.

@ero no quiero adelantarme en el relato. ntes de su llamado salvador pasó casi unasemana desde aquel momento prodigioso en que me encontré con Liguel por la calle y medi$o"

=oco, se ve que la impactaste a la neoyorquina



=se re7a y me pegaba palmaditas en la me$illa, como a un chico.

=H4ué neoyorquinaI

=me hice el boludo mientras sent7a un estremecimiento interior.

=-o te hagas el boludo. a +amanta.

=H@or quéI

=lamó a #onstan;a y le pidió tu teléfono. 9i$o que te va a llamar. H-o te llamóI

-egué con la cabe;a.

=H#u<ndo llamó a #onstan;aI

=no pude menos que preguntar, carcomido por la ansiedad.

=yer, anteayer

=di$o Liguel, como si fuese lo mismo

=N ya te va a llamar

=me tranquili;ó

=. Gos viste cómo son las mu$eres.

=Est< buena, HnoI Est< buena. ! es una mina muy piola.

Liguel se re7a y parec7a que su alegr7a por mi éDito de conquistador era sincera.



9os d7as pasaron desde ese encuentro, para mi desesperación, sin que sonara ese puto teléfono. #ada media hora u hora y media lo descolgaba y escuchaba si ten7a tono paraverificar que funcionara. El domingo a la siesta, cuando ya estaba cayendo en una tremendadepresión, sonó, y era ella. Le preguntó si quer7a ir esa noche a su casa a comer comidachina. !o le di$e que s7, que por supuesto, sin poder creer mi inmensa fortuna, abriendo el

bra;o i;quierdo en tanto con la mano derecha sosten7a el tuboN miré al cielo raso paraagradecer al lt7simo su infinita bondad.

=HGa a ir alguien m<sI

=pregunté, y de inmediato me arrepent7 porque pod7a transmitirle a +ami unainequ7voca sensación de que mi desbordada lu$uria eDig7a un encuentro 7ntimo.

=-o

=pareció sorprenderse

=, nadie m<s. H4uerés que invite a algunos amigosI

=O-o, noP

=casi grité, despavorido

=. >e digo porque voy a llevar algo para tomar y quer7a saber cu<ntos ser7amos

=saqué de la manga esa eDcusa en un rapto de brillo que me enorgulleció.

=-o. +omos nosotros nom<s

=di$o +ami

= y no traigas nada, ni vino ni nada, porque la comida china se acompaña con otras bebidas. 9e$<.

Era un gesto de ella, realista. +in duda, con ese agudo olfato femenino, se hab7a percatado de que mis finan;as no pasaban por una buena década.

#orté, elevé mis puños al cielo y giré varias veces por mi habitación, cerrando los



o$os, aturdido y deleitado, hasta que casi me rompo un hombro contra el marco de laventana" Ella encend7a las velas con eDpresión infantil. Eran dos roda$as de velas,miserables, de no m<s de dos cent7metros de alto cada una, que flotaban dentro de un bol decristal a medio llenar con agua.

=Lir< qué lindo

=mostró

=" parecen barquitos. +ampanes flotando en la bah7a de Kong ong.

=Esto y la música china ambientan mucho la cosa

=reconoc7.

=9an un clima oriental. Le gusta todo lo eDótico, lo desconocido.

Evalué si yo entraba dentro de ese eDotismo.

=@odr7amos

=suger7

= ponernos 5imonos.

=>engo un batón vie$o de mi abuela, que tal ve; te podés probar. -o es de sedanegra con dragones dorados, como corresponde. Es de franela a cuadros marrones, pero...

Le gustaba cómo +ami se prend7a en las bromas, cómo segu7a la corriente, cómo prolongaba el humor.

=H-o habr7a que descal;arse tambiénI

=arriesgué, pregunt<ndome si estaba yendo demasiado le$os, ya que descal;arse



puede comen;ar el camino para desvestirse.

Ella sonrió simplemente, mientras terminaba de acomodar los platos sobre la mesa.!o ya me hab7a distendido y estaba dispuesto, de una ve; por todas, a disfrutar plenamentede la situación. !a se hab7an superado los momentos iniciales de temor o escepticismo,

abonados por tantos fracasos históricos. -o hab7a ocurrido, por e$emplo, que a mi llegadaella me hubiera recibido con un" 8Esta es mi t7a Eulalia, que vive conmigo:, mientras me presentaba a una vie$a aparecida desde algún recoveco del departamento. >ampoco mehab7a dicho" 8h, a último momento se anotaron unos amigos y amigas m7as que vienen enun ratito:. -ada de eso. Kab7a habido, s7, un momento de alarma. poco de mi llegadasonó el teléfono. ! cualquier interferencia eDterna, fuera teléfono, mail o palomamensa$era, pod7a llegar a romper ese clima 7ntimo, de música oriental, sahumerios y velasque +amanta hab7a preparado con sumo cuidado.

=OEduardoP

=atendió ella, $ubilosa, para mi espanto. @ero luego de un par de saludos y preguntas de ocasión la escuché decir"

=-o, mir<... Esta noche no, tengo que terminar con unos informes para la producción de mañana y, adem<s, no quiero acostarme muy tarde porque voy a tener quelevantarme temprano.

Esgrimió un par de banalidades m<s y cortó, casi con gesto de fastidio. Esa era unamuy buena señal. Kab7a mentido, lo que hac7a m<s próDima nuestra cercan7a, para proteger

nuestro programa y sacarse de encima al pelotudo de Eduardo, invasor insoportable.

=@ed7 varios platos diferentes

=me informó después, sin siquiera hacer mención a la llamada recibida. -o sé sivos tendr<s alguna preferencia especial pero no pod7a esperar a que llegaras porque tardan bastante en mandar los pedidos.

=a verdad...

=bamboleé la cabe;a

=..., una sola ve; probé comida china. ! ni me acuerdo qué era. #ualquier cosa quehayas pedido estar< bien. +iempre estoy dispuesto



=eDageré

= a vivir nuevas eDperiencias.

=Giv7s al l7mite del peligro

=me tomó el pelo +ami. !o ya estaba sentado frente a la atildada mesa y ella seacercó con un menú plegable, impreso en papel de color pardo

=. Lir<

=me señaló

=, yo estoy igual que vos. @ed7 las cosas por fonética, no tengo ni idea de lo que

ped7. Espero que venga con aclaraciones o, me$or, con un manual de instrucciones. En -ueva !or5 iba mucho a un restaurante vietnamita

=ella procuraba no perder su perfil de mu$er mundana

= y también 7bamos mucho a otro tailandés y a uno de cocina coreana, en BptoSn.unque uno cree que es todo lo mismo, son cosas bien diferentes de la comida china.

uego pasamos m<s o menos una hora hablando de temas diversos, casi siempreligados a la alimentación, como si yo fuese un eDperto nutricionista. @ero como hab7a le7do bastante, relaté alguna mala eDperiencia comiendo mariscos chilenos, la sorprend7

diciéndole que la palabra 8ceviche: tendr7a su origen en la eDpresión son of a bitch dicha por marineros ingleses cuando se incendiaban la boca comiendo esa especialidad peruana.Le estaba tranquili;ando cuando le pregunté si entre los platos que est<bamos esperandohab7a alguno de escorpiones, cuando sonó el portero eléctrico.

=Oh7 est<P

=saltó de su silla +amanta, go;osa.

l rato tocaron el timbre del departamento. Ella abrió y hab7a un chino, unvietnamita, un taiSanés o lo que fuera con un paquete bastante voluminoso en la mano.+amanta pagó, cerró y tra$o el paquete directamente a la mesa. o abrió, ansiosa, y nosencontramos con una cantidad comple$a de proli$as ca$itas de cartón corrugado, de diversostamaños, perfectamente empotradas unas en otras.



=4ué maravilla, qué maravilla

=suspiraba +amanta en tanto las abr7a con una ayuda m7a m<s simbólica que real

= pero... Hqué ser< esto, qué ser< cada cosaI

=ueno, no tiene importancia, vamos a...

=-o, no

=otra ve; +amanta saltó de su silla y en dos brincos fue hasta la puerta

=. lamemos al chico este y que nos eDplique qué es cada cosa.

brió la puerta, pero el motoquero oriental ya hab7a ba$ado por el ascensor. +amantano se dio por vencida. #orrió hasta la cocina"

=O ver si lo pesco por el portero eléctrico cuando saleP O+eñor chino, señor chinoP

=escuché que llamaba por el portero eléctrico, intentando detener al motoquerocuando saliera del palier, en una de esas actitudes que me suelen llenar de vergXen;a a$enay, al mismo tiempo, de admiración por la desenvoltura que evidencian. Ella ten7a eso devital y activo que tanto me seduc7a. En algún lado le7 que los tiburones no pueden

permanecer quietos, que sus organismos les eDigen estar nadando permanentemente.+amanta no pod7a permanecer callada y ten7a que hablar constantemente. o que en otra persona me hubiese resultado agotador, en ella, paradó$icamente, me encantaba.

=h7 sube, ah7 sube

=volvió hasta el li3ing palmoteando

=" lo agarré $usto.

El chino ten7a una edad dudosa, como la de todos los chinos, pero estar7a entre losveinte y los treinta años. lto, muy delgado, el pecho hundido, un pelo negr7simo dondecada cabello ten7a el grosor de un escarbadientes y una sonrisa blanca, f<cil, amplia ydientuda, como en las pel7culas. +amanta casi tuvo que agarrarlo de un bra;o para hacerloentrar y luego, muy t7mido y muy formal, me estrechó la mano con movimientosespasmódicos. 9espués comen;ó a nombrar los diferentes platos que +ami le señalaba.



=#hop suey..., chan fu..., tofu...

=enumeraba, entre risitas. L<s dif7cil le resultó eDplicar el contenido de la comida

y su elaboración, ya que +amanta, <vida, infleDible, le eDig7a todo tipo de detalles. unqueel castellano de #hang

=as7 nos di$o que se llamaba

= era bastante aceptable, se vio varias veces en figurillas para completar sudescripción, al punto de que en varias ocasiones parec7amos $ugar a 8d7galo con m7mica:.#uando +amanta le preguntó a qué región pertenec7a la comida cantonesa, entramos en elterreno de las adivinan;as.

=rro... arro...

=balbuceó el chino.

=Orro;, arro;P

=gritamos con +amanta al un7sono, $usto cuando #hang hac7a gestos de envolveralgo con los dedos

=. Orrollado, arrolladoP

=acertamos, ante la alegr7a del oriental. e resultó m<s sencillo transmitirnos elconcepto de 8pato:. +e limitó a aletear rid7culamente con sus manos y a emitir gra;nidos de pato. -o quieran saber, eso s7, lo que nos costó adivinar la palabra 8cilantro:.

=>or... tor...

=tartamudeó tiempo después, luego de haberse eDtendido en refleDiones sobre laLuralla #hina, la Revolución #ultural y caer nuevamente en el consumo de serpientes.

=>ortilla

=tenté yo.



=>orre$as

=aportó +amanta.

=O>or... tuga, tortugaP

=liberó, por fin, el motoquero. continuación debió contarle a +amanta vericuetosdel control de la natalidad en #hina. todo esto ya est<bamos comiendo, pero ella segu7aindecisa.

=-o puedo comer

=resopló

= si no cono;co cómo se llama.

=Le miró

=. @odr7amos pedirle a #hang que se quedara con nosotros. H-o te pareceI

!o traté de disimular mi horror.

=+amanta

=traté de ser convincente

=, este muchacho est< traba$ando y seguro que tiene que seguir con su reparto.dvert7 que #hang me conced7a una mirada amistosa, agradeciendo mi ayuda.

=Es verdad

=admitió +amanta

=, me cuelgo y no me doy cuenta. nd<, #hang y muchas gracias por todo

=EDpeditiva, lo acompañó hasta la puerta y lo despidió.



Kabremos comido un par de bocados m<s, comentando venta$as y desventa$as decada plato, cuando se escuchó el timbre de la puerta. nte nuestra sorpresa, era #hang.

=#hang terminó reparto

=di$o, con una sonrisa inconmensurable, los o$os convertidos en dos rayitashundidas en la cara. !o sent7 un golpe en el ba$o vientre y tal ve; se haya escuchado en todoel departamento el rechinar de mis dientes al apretarse. +amanta, transluciendo alegr7a porel regreso y como si estuviera ante una fatalidad del destino, invitó a #hang a sentarse connosotros. 9e inmediato le acercó un plato y una copa.

=#hang no comer

=di$o

=. #hang estar cansado misma comida.

=@ero nos podés ir eDplicando

=di$o +amanta

=. Le fascina conocer las costumbres orientales.

=H-o ser< peligroso

=probé yo

= que de$es la moto de reparto a esta hora en la calle, con tantos robosI

=Loto aba$o, en entrada, adentro.

=Est< Raúl, el portero

=me tradu$o +amanta.



9e all7 en m<s ca7 en un mutismo pétreo, mientras sent7a que la bronca se ibaapoderando poco a poco de todo mi cuerpo. +amanta ni se percató" segu7a en;ar;ada,mientras investigaba acerca de cada platito y cada salsa, en complicadas disquisicionessobre los rasgos distintivos del ser nacional chino.

=Le fascina

=di$o en un momento

= ese aprovechamiento sutil de todo lo natural. 4ue coman nidos de golondrinas, por e$emplo

=le comentó a #hang porque, a esa altura de la noche, yo ya hab7a de$ado de eDistir para ella.

=Bn pueblo

=interrump7 yo, ta$ante

= que se come los nidos de las golondrinas es un pueblo de b<rbaros.

Le miraron, impactados por mi agresividad. !o, durante mis prolongados silencios,hab7a continuado peg<ndole al vino, y sent7a que me ard7an las me$illas y las ore$as por la

bebida y el eno$o.

=Bn pueblo de b<rbaros y de salva$es

=redoblé la apuesta.

+amanta miró a #hang como pidiendo" 8@erdonalo:.

=Es como si nosotros

=prosegu7, embalado

= nos comiéramos los nidos de los horneros. -o lo hacemos, porque los hornerosno emigran como las golondrinas, no de$an abandonados sus nidos. 4ue es lo queaprovechan esos chinos para traicionarlas y comérselos.



Golv7 a caer en un silencio abrupto. +amanta y el chino retomaron el di<logo, ahorateori;ando sobre la apertura económica de #hina y las venta$as del saco Lao. 9e all7 pasaron a la estética oriental y profundi;aron en las venta$as de una buena ambientación para acompañar una cena. #hang, dentro de su media lengua, elogió la semipenumbra dealgunos restaurantes sofisticados, y +amanta se anotó con cr7ticas acerbas sobre la

descarnada luminosidad de los Lc9onalds.

=Bn restaurante demasiado oscuro

=arremet7 yo nuevamente, <cido

= es sospechoso. Esos restaurantes chinos donde ponen pocas luces para que unono pueda ver la comida est<n intentando ocultar algo. o hacen para que uno no pueda verque, en lugar de pato, te sirven perro. ! que, en lugar de chi;itos, te sirven gusanos.

9e inmediato comprend7 que el alcohol me estaba debilitando enormemente lasmet<foras, y que eso de los chi;itos no se relacionaba fielmente con la cocina cantonesa.@ero no ce$é en mi ofensiva.

=Kabr7a que denunciar

=eDig7

= a todos esos ladrones de los restaurantes chinos que ocultan en la oscuridad lasdepravaciones de su menú... Ki$os de mil putas.

+e generó un silencio incómodo. #hang se le hab7a congelado la sonrisa en lacara. @ero no me dieron mayor importancia. #ontinuaron hablando, ahora sobre comidasalternativas o de <reas cercanas, como el sushi, eDaltando las virtudes del pescado crudo.Especialmente con respecto a la facilidad de su digestión.

=@orque uno puede comer mucho pescado

=eDaltó +amanta

=, pero a las dos horas ya est< como si no hubiese comido.

Jtra ve; encontré un resquicio por donde infiltrar mi insidia.



=+i yo acudo a comer a un restaurante

=castigué

= y a las dos horas estoy como si no hubiese comido, voy y denuncio a ese

restaurante por estafa. Resulta que esos chinos delincuentes me cobran un huevo la comiday a las dos horas ya estoy como si no hubiese comido. Es..., es...

=busqué angustiosamente un e$emplo v<lido

=... como si fuera al peluquero y a las dos horas ya me hubiese crecido el pelo denuevo. Ese peluquero, entonces, es un hi$o de puta estafador.

ntes de levantarme de la mesa capté, de reo$o, que +amanta y el chino ya no sere7an, ni siquiera sonre7an. En un rapto de criterio comprend7 que deb7a tomar aire paradespe$arme. tropellando un poco la punta de la mesa y arrastrando un tanto la silla, me

levanté y me fui hasta el balcón. El fresco de la noche me vino muy bien. spiré dos o tresveces profundamente y creo que eso hi;o llegar ventilación a mi cerebro. través de losvidrios del ventanal que separaba el balcón del li3ing observé a +amanta y al chino queconversaban animadamente. #on mi habitual prudencia, lindante con la cobard7a, calculéque el chino pod7a llegar a hartarse u ofenderse por mis ataques y hacerme peda;os con unsolo golpe de 5arate, o de 5ung fu o de ai5ido o de cualquiera de esas putas disciplinasmarciales que ellos dominan. -o pod7a guiarme por su aspecto endeble y paliducho.9urante la desafortunada cena lo hab7a visto quebrar grisines entre sus dedos con unafacilidad alarmante.

#uando consideré que ya pod7a caminar en forma no tan err<tica volv7 a la calide;

del li3ing y le pregunté a +amanta por el baño. 9espués de lavarme la cara, ya m<s lúcido,entend7 que deb7a recomponerme y revertir el resultado de ese partido tan desfavorable. 8Elque se eno$a, pierde: me di$e, recordando lo que tanto se aconse$a poner en pr<ctica en losdebates por televisión. *nteligente, decid7 quedarme a solas en la cocina, hasta destrabar elasunto. Le crucé de bra;os, me apoyé en la mesada y esperé. @asó tanto tiempo sin quenada ocurriese, salvo el parloteo de la charla de los otros dos desde el li3ing , que pensé enun momento en tirarme a dormir en el suelo como un perro. @ero, de pronto, se acallaronlas voces y se estiró un silencio promisorio. En efecto, minutos después vino +amanta"

=H4ué te pasaI

=me preguntó entre inquieta y eno$ada

=. H>e sent7s malI

=@asa que me $ode esta situación



=susurré, atento a que no me escuchara #hang

=. -o hab7amos quedado en esto. Le di$iste que 7bamos a tener una cena a solas.

+amanta me tocó el pecho con la punta de los dedos de la mano derecha, se puso la

otra mano en la cintura y quedó un instante con la vista perdida, como pensando.

=-o te preocupes

=también susurró

=, ahora le digo que se vaya. -o quer7a ser descortés con él cuando nos dedicó untiempito para eDplicarnos.

=HBn tiempitoI H4ué hora esI

=brinqué. +amanta miró su relo$ y puso cara de alarma.

=Oas dos de la mañana, no puedo creerlo, ya son las dosP !a le digo, ya le digo...

Golvió hacia el li3ing y yo, recobrada cierta confian;a en que la noche terminara

como lo hab7a imaginado, me despegué por fin de la mesada y volv7 a la mesa con ellos.#uando me senté, #hang ya hab7a abara$ado a +ami con una sesuda eDplicación de laconveniencia y las desventa$as del retorno de Kong ong a la órbita de la #hina comunista.

las cuatro de la mañana, vencido, me levanté y me fui. #hang se puso de pie paradarme la mano y +amanta me acompañó hasta la puerta, me dio un beso en la me$illa y medi$o" 8-os hablamos:.

yer, un año m<s tarde de que ocurriera todo esto, volv7 a ver a +amanta en el hall de uncine al que yo hab7a ido a ver una pel7cula de Lel 3ibson. Estaba de la mano con el chino y

los dos me saludaron alegremente desde le$os, como quien se despide desde la cubierta deun barco.

C&ACARERA ME &AN PEDIDO



Bn polvillo leve y elusivo flota aún sobre la tierra recalentada. Lotas de calor,hilachas de una baba tenue y blanquecina que se niegan a depositarse sobre el suelo. !también una pregunta flota sobre el campo de gramante" Hcómo pudo serI, Hcómo pudoserI Es lo que se preguntan los patos silbones que sobrevuelan la costa del @ilcomayo"Hcómo pudo serI ! es lo que se interrogan las chicharras monótonas que cantan prendidas a

la corte;a de los troncos de quebrachil" Hcómo pudo serI esta pregunta buscan respuestalas abe$as camoat7 que ;umban en las colmenas colgantes de las ramas de los aguaribayesvie$os. 8H#ómo pudo serI:, se consultan los sombr7os urutaúes desde las flores del yatay.

Kay un hedor finito y agobiante que persiste sobre el salitral.

H#ómo pudo serI El sargento quiles Efra7n Jchoa se devana los sesos con la pregunta, ya vistiendo humildes ropas de civil para salvar su vida y oculto en la gélidahumedad de un po;o de agua, el al$ibe ruinoso de una abandonada casona de @aran<.H#ómo pudo ser que un regimiento invicto, orgulloso y cubierto de gloria como el >ercerRegimiento de anceros del *rupé mordiera el polvo, huyera en desbandada, pusiera pies en

polvorosa ante una caterva impresentable de desarrapados, una tropa sin noble;a nidisciplina a la que ni siquiera se le pod7a conferir una categor7a militar, sin que mediara enla derrota ni la sorpresa ni la traiciónI

El coronel >rist<n *soldo +iempreviva es un soldado de <spera corte;a for$ado a fuego en lom<s genuino de la disciplina prusiana. +e ha moldeado en la Escuela Lilitar de usburgo,cuna de estrategas formidables como el mariscal #laus Ribentoc5 y el general KerSing vonKein5el. H#ómo fue que +iempreviva, nacido en los fachinales arom<ticos y cimbreantes delos bañados del *gua;ú, fue a dar con sus huesos a la fragua de la disciplina teutonaIH#ómo fue que una pare$a miserable de carreros cachaperos pudo darle a su hi$o >rist<n

*soldo una educación tan costosa y eDigenteI +on datos que la historia no revela. 9etallesque los biógrafos revisionistas no consignan. @<ginas de la memoria borroneadas por eltiempo o la desidia. Kuecos enormes en las historias personales de todos y cada uno denuestros antepasados for$adores de la patria. -adie aclara cómo reunieron los padres de+iempreviva

=cachapecero él, lavandera ella

= el dinero suficiente para costear los pasa$es al Gie$o Lundo en uno de aquelloslentos y costosos buques de vapor que un7an 3oya con el puerto de ]msterdam.

+ólo se sabe, por fichas médicas, amarillentas recetas de hospital, que médicoslocales de 3oya, de 4uitilipi, diagnosticaron pie plano en el pequeño +iempreviva. H4uétit<nicos esfuer;os habr<n hecho ambos progenitores para comprar los pasa$es y luegocostear las consultas con los facultativos m<s coti;ados del ntiguo #ontinenteI

-adie lo informa de manera completa y satisfactoria. ?osé uis anusa aporta losiguiente en su libro Militarismo y pies planos" 8l niño >rist<n le recomendaron fortificarsus arcos plantares recurriendo a la marcha militar, el desfile marcial, el paso de ganso:.



Eso lleva, sin duda, a >rist<n *soldo +iempreviva a cursar la carrera de las armas enlos cuarteles de ismarc5, en las campiñas rumanas. 9e all7 egresa como capit<n de ulanosy medio oficial ayudante de coraceros a caballo. El conflictivo territorio europeo deaquellas épocas brindaba al flamante egresado un promisorio escenario de guerras yconflagraciones. @ero en enero de (0(6 >rist<n escribe a su abuela @aya, aún residente en

#ha$ar7, Entre R7os.

=Ke aprendido

=describe con una pulida pero enérgica letra gótica

= a cargar a sable y bayoneta. Ke aprendido a despan;urrar al enemigo y también,aun ateniéndome a los r7gidos códigos de honor de los hombres de armas, a fusilar a mis prisioneros, poner fuego a los poblados conquistados y llevar a cabo todo tipo de

degollinas. @ero no quiero desperdiciar todos estos conocimientos en tierras que no son lasm7as. 4uiero regresar, querida abuela @aya, a la tierra que me vio nacer y aplicar all7 todosmis conocimientos.

9os años después, ya en las cuchillas entrerrianas, >rist<n *soldo +iempreviva seencuentra al frente de un e$ército que sirve al gobernador dri<n @alenque, 8El +upremo@alenque:. +iempreviva ha conformado, con mano férrea, una tropa despiadada y efica;,regida por las m<s acendradas caracter7sticas de los regimientos europeos. Estos perfilesduros y rigurosos han dado a su regimiento una venta$a innegable sobre los eventualesenemigos de la época, casi todos montoneros informales, tropas irregulares sin m<s virtudque el cora$e y la locura.

=Li regimiento de húsares

=>rist<n *soldo le conf7a entusiasta al obispo @eresini de -ogoy<

= me hace acordar mucho al quinto batallón de fusileros de 9i$on, Francia. @erotiene cosas de los mosqueteros de *ller$a, ustria.

Bn detalle refrenda este sentido del rigor y la eDigencia del coronel +iempreviva

para con los suyos. os hombres reclutados para integrar su batallón

=hacheros del bosque chaqueño, talabarteros mocov7es, apicultores del #ambrai,arroceros de as 3urisitas

=, todos, todos han tenido que aprender a hablar en alem<n, por imposiciónineludible del $efe.



=+e llegó a configurar un regimiento que, adem<s del toba, hablaba casi de corridoel alem<n

=relata el historiador Felipe @igna

=. @ero esa gente aferrada a su tierra y a su alfabeto no pod7a asimilar otra lenguasin amancebar7a con la propia" as7 nació el teutónQbor<, dialecto de ra7ces germ<nicas queno abandonaba su tonalidad guaran7.

Luy pronto las tropas de +iempreviva acumular7an fama y respeto. El gobernador@alenque las env7a entonces a terminar con las correr7as del e$ército irregular de delaido@ito 3alv<n, el 8@7caro: 3alv<n, conformado por $inetes rudos y atrevidos pero carentes deentrenamiento y disciplina. !a el cuarto regimiento de húsares de +iempreviva hab7a dadosobradas pruebas de su eficacia y ferocidad en la batalla de *rupé, contra una pandilla de los

llamados 8gallitos de +an 9ami<n:, gentu;a levantada en armas en defensa de lacontinuidad de las riñas de gallos. os húsares no de$aron all7 enemigo con vida, por lo quelas tropas de +iempreviva recibieron el apelativo de 8os Gerdugos de *rupé:.

=a picaresca popular

=narra el historiador Eduardo ópe;

=, <vida de sensacionalismo, eDultante de machismo criollo, reivindica las

numerosas violaciones perpetradas por la soldadesca triunfante luego de la victoria, lo queobligó a rebauti;ar el regimiento como 8os Gergudos de *rupé:, en desmedro de toda pacater7a o refinamiento.

+iempreviva no es sólo un soldado de <spera corte;a. Es también un psicólogo, unsociólogo y un motivador. +abe bien que, a fines de ese tórrido febrero de (0(), su tropanecesita un per7odo de diversión y descanso. Kace dos años que no les da ni medio d7a defranco a sus oficiales. 9esde sus desbordes seDuales tras la victoria de *rupé un año atr<s,sus muchachos no han conocido mu$er ni go;aron de ninguna salida higiénica. es restasólo una batalla, posiblemente una escaramu;a apenas contra las fuer;as en derrota del

8@7caro: 3alv<n.

El coronel +iempreviva no quiere que sus hombres se rela$en, que pierdan elempu$e, que olviden su sed de sangre. @ero también comprende, con la lucide; de losgrandes estrategas, que deber< regalarles un momento de distensión.

En la batalla de rgencourt de (6(&



=rememora el comentarista bélico Eduardo #astañeda en su libro El día del

ar&uero

= dos mil soldados ingleses ba$o el mando de Enrique G derrotaron a un e$ércitofrancés que los superaba en número en proporción de cinco a uno. os arqueros ingleses,

aquel d7a, dieron muerte a 0''' enemigosN las tropas de Enrique G perdieron sólo 2''hombres.

El 8@7caro: 3alv<n desenvaina su espada y piensa que es la última ve; que lo hace. +ushombres han sido destro;ados por la gente de +iempreviva en el combate de Lontiveros.hora le quedan nada m<s que quince compañeros, heridos algunos, resfriados otros,abatidos y desalentados todos. #uentan apenas con ocho caballos.

@ueden huir, calcula el 8@7caro:, hacia la frontera salvadora del norte. #ru;ar aEncarnación, #uritiba, la m<s le$ana Lonterrey. @ueden también entregarse, rendir sus

sables ante la autoridad aplastante del gobernador @alenque, corpori;ada en la figuraerguida del coronel +iempreviva. J simplemente, como tantos otros, pasarse a las filasenemigas. @ero el caudillo entrerriano est< cansado. #ansado de guerrear. Ka tenido una buena vida, cerril, apasionante, al aire libre. +ana, incluso, pese a las 6) cicatrices de lan;a, bala, sable, charrasca, alambre de púas y tercerola. as tropas enemigas del coronel+iempreviva est<n, calcula, mucho m<s cerca que la frontera paraguaya. 9esde loscañaverales donde se esconde el grupo de sobrevivientes del 8@7caro: 3alv<n pueden o7rselas clarinadas y las órdenes estentóreas que llegan desde el campamento de +iempreviva.

3alv<n se pone de pie con dificultad.

=+omos apenas catorce

=cuenta

= y ellos algo m<s de dos mil. En una hora los estaremos atacando" ser<, estimo,nuestra última carga. 9ebo decirles que estoy muy orgulloso de ustedes y la he pasado muy bien en su compañ7a.

ll7 contiene su alocución. quellos hombres rudos, primitivos y elementales

pueden llegar a no comprender su sensibilidad y confundir emotividad con falta dehombr7a.

El coronel >rist<n *soldo +iempreviva tra;a una l7nea sobre el mapa de campaña. uegotra;a otra. ! otra. ! otra. >ra;a muchas l7neas. Formado en la escuela militar prusiana sabeque al enemigo no hay que desmerecerlo, inferiori;arlo ni desvalori;arlo nunca. -i auncuando 3alv<n estaba casi completamente derrotado, como el propio +iempreviva lo hab7a



visto con sus binoculares +trauss desde su loma de observación en la batalla de Lontiveros"huyendo en desorden, abandonando pertrechos, pendones y caballada. 9e estar en Europael coronel no tendr7a ninguna duda de que los despo$os vivientes del 8@7caro: 3alv<nemprender7an una inmediata retirada hacia +alta. #ualquier estratega europeo lógico,sensato y realista optar7a por esa alternativa en condiciones similares. @ero +iempreviva es

sudamericano y conoce los rasgos insanos e imprevisibles de la gente de su tierra. @or esono descarta que el 8@7caro: 3alv<n se le abalance y lo ataque con la patética desesperaciónde un yaguareté herido.

+iempreviva se asoma a la abertura de su tienda de campaña y mira su e$ército.Evalúa la alternativa de concederles un respiro, la posibilidad de ordenarles 8OdescansoP:,ya que los ha mantenido en posición de firmes. @ara que no aflo$en. @ara que no se rela$en.@ara que no pierdan, en suma, el furor tenso de los guerreros.

@osa su mirada en la fanfarria, la banda que se despliega siempre, banderas ytambores en ristre, flanqueando al regimiento en cada batalla. #omo los me$ores cuerpos

europeos, el >ercer Regimiento de #oraceros de 4uitilipi cuenta también con una rigadade #ocina" treinta y seis cocineros y cocineras que calientan todas las madrugadas el pancasero, el chip< y la mandioca tibia.

>ambién hay un cuerpo de soldaderas, mu$eres curtidas que han decidido seguir asus hombres en la campaña, y que planchan los uniformes, las banderas, cepillan losmorriones, las monturas, los capotes, el pela$e tupido de las cabalgaduras, lustran loscorrea$es, las charreteras, los cañones...

ll< se ve al padre enigno Eladio ópe;, sacrist<n del e$ército, y al cadetemonaguillo aspirante -emesio #ardona. El padre da la misa en lat7n, un lat7n con

declinaciones matacas. Mapadores de +iempreviva han solucionado, con ingenio argentino,el problema de trasladar al padre a un confesionario saqueado a la iglesia de +anta >eresitaLartil, de Gilla os KormiguerosN le han adosado ruedas de sul5y y en esa casillaconsagrada escucha el religioso a sus soldados.

El coronel +iempreviva, soldado de <spera corte;a, no quiere sorpresas. Encompañ7a de sus oficiales, monta a caballo y se dirige al campo que ser< escenario de la batalla próDima. 9istribuye sus fuer;as con la obsesión de un enamorado de su oficio. ainfanter7a dibu$a un cuadrado que toma todo el per7metro del terreno. 9entro de esecuadrado la caballer7a inscribe cuatro semic7rculos concéntricos, yuDtapuestos por suscombas m<s pronunciadas. En los intersticios entre ambas formaciones, +iempreviva

empla;a ocho tri<ngulos isósceles con la artiller7a, los lanceros, los fusileros y loscocineros. En los cuatro vértices del cuadrado eDterior eDtiende patrullas volantes perpendiculares al e$e estratégico de la artiller7a. En el centro mismo del dibu$o t<cticoubica a la banda, la enfermer7a y su propio puesto de observación. >ambién las letrinas port<tiles que ser<n llevadas en volantas adonde se necesiten.



=Esto último

=manifiesta el cronista bélico Eusebio Lansilla en su Enciclopedia de la bayoneta

= es un aporte del oficial sanitarista ernardo *guri a las tropas de +iempreviva.

*guri se hab7a percatado del tiempo que perd7an los soldados en medio del combate, cuandodeb7an retornar a sus cuarteles, algunos en distantes ciudades vecinas, para satisfacer susnecesidades fisiológicas, algo que la tensión de la lucha intensifica. *guri diseñó una letrina port<til que sólo deb7a ser reclamada a gritos desde el frente por el necesitado ante elllamado de su vientre. Fue un avance tecnológico, otro m<s, que los ;apadores argentinosaportaron a las conflagraciones mundiales.

El coronel >rist<n *soldo +iempreviva husmea el aire y presiente que el ataqueenemigo no tardar< en llegar.

l 8@7caro: 3alv<n sus hombres le han dado el me$or de los caballos. Bn ala;<n pico blanco tempranillo que es el único que todav7a galopa. Jtros trotan a gatas. lgunos m<sapenas caminan. El resto relincha. 3alv<n $uguetea con su mellado sable corvo que atrapalos primeros brillos del astro rey. >eófilo @ére;, su lugarteniente, blande en la mano derechauna agu$a de te$er que fuera de su madre. Jtros $inetes sostienen palos, cañas de tacuara,tallos de cardo y algunos, los m<s desprovistos, puñados de ortigas con los que piensandoblegar al orgulloso enemigo.

+in decir nada, 3alv<n se pone al frente de la andra$osa tropa y encamina el paso desu cabalgadura hacia las l7neas enemigas que se ven all<, a unas quince leguas, enformación de batalla. +us hombres lo siguen, tres sobre un mismo caballo y a pie los otros

once, semidescal;os. Bno o dos, empecinados, gatean como cuadrúpedos. >odos saben queel 8@7caro: 3alv<n ir< acelerando poco a poco el paso de su cabalgadura hasta ponerla agalope tendido sobre el campo, cortando el aire fresco y puro del amanecer con el filomaltratado de su sable en alto. >odos saben que no mediar< orden de ataque ni gestos de 8ala carga: y se ;ambullir<n como una avalancha de músculos y huesos hasta ensartarse enlas bayonetas enemigas.

El coronel >rist<n *soldo +iempreviva, soldado de <spera corte;a, estudia al enemigocon sus binoculares austr7acos, +trauss -Q(0. +onr7e" calcula el tiempo que le llevar< a esarid7cula formación enemiga caer sobre sus tropas como una garúa sobre una fortificación de piedra. Kay tiempo todav7a. +iempreviva ordena a la banda que la emprenda con la Larcha

del >ercer Regimiento de #oraceros de 4uitilipi. 8nticonstitucionalis7mamenteaprop7ncuase el enemigo, aleve su pérfida, fétida e inigual carroña...: comien;an a cantarlos bravos guerreros de +iempreviva, con el orgullo del soldado invicto, conscientes de queest<n modulando las estrofas de una marcha militar considerada por melómanos de todo elmundo como comparable a a Larsellesa. Bna hora después, luego de entonar sólo lasochenta y siete estrofas cantables de la magna pie;a marcial, los soldados se llaman asilencio.



Es entonces cuando el coronel >rist<n *soldo +iempreviva dispone, por primera ve;en su carrera militar, regalar un momento de recreación, al menos auditiva, a sus fieroscombatientes, y comete, según sus biógrafos, el único error que manchar< su fo$a militar yle costar< el cargo, los galones y la vida.

=#hacarera

=ordena a la fanfarria.

+e produce entre los músicos y la tropa un instante de desconcierto, seguido deregoci$o. uego, con 7mpetu irrefrenable, los bombos, los tambores, las guitarras y los bronces arremeten con los primeros compases de esa música novedosa y cuestionada, esamúsica r7tmica y ligera que sacude a los $óvenes y ofende los o7dos conservadores de losvie$os folcloristas. Esa música que no est< permitida en los salones de la alta sociedad

santiagueña, tucumana o salteña, pero que reúne multitudes de criollos y criollas que la bailan clandestinamente en quermeses y rancher7os. +e dice que hasta el mismo obispo dea Rio$a, monseñor en$am7n egui;amón y @omada, se ha atrevido a dan;ar unos pasosde chacarera en la intimidad de su parroquia.

9e a anda hasta +antiago hay un puente que cru;ar.-o le pegues mucho al trago,que te puedes resbalar.Liles de bocas combatientes se unen en el canto, y se produce loimpensable, lo que nunca el coronel hubiese imaginado" la infanter7a, la caballer7a, losenfermeros y las soldaderas rompen filas y comien;an a bailar locamente, como pose7dos,girando y ;apateando sobre la tierra ro$a, de la que se levanta una polvareda formidable.

Estremecido por la proDimidad del descontrol y el caos, +iempreviva ordena a suclar7n mayor llamar a formación de combate. @ero lo único que consigue es que la clarinadase sume a la métrica caprichosa de la chacarera"

hora voy a ver si puedo dudando estoy si podré, porque en muchas ocasionestruena y no sabe llover.Es en medio de ese desenfreno musical cuando, sobre la yadesperdigada formación de +iempreviva, cae la carga minúscula, endeble y peripatética delos hombres del 8@7caro: 3alv<n. @ero, en el enceguecimiento de la polvareda, nadie sabequién ataca a quién y, por otra parte, casi todos los coraceros de +iempreviva han arro$adosus armas para agitar pañuelos, ponchos y cascos acerados acompañando las evoluciones dela dan;a.

lgunos, menos pose7dos por el frenes7 del ;apateo y la dan;a, atinan a recoger susfusiles y disparan hacia cualquier bulto que se ;angolotee entre la bruma, sin precisar si setrata de amigo o enemigo. as órdenes militares se me;clan con los gritos de 8O+e va lasegundaP O la vueltaP Oro, aro, aroP:...

Ledia hora después, sólo media hora después, el formidable y otrora invictoregimiento del coronel +iempreviva huye disperso y en derrota, sumido en la mayor



confusión. El 8@7caro: 3alv<n, sorprendido, hace prisioneros, ocupa el territorio, se proclama vencedor y ordena a la fanfarria de +iempreviva que, de una ve; por todas, de$ede tocar. +us pocos hombres asumen el traba$o 7mprobo de convencer a los bailarines deque se terminó el baile y de que ya pueden sentarse a descansar y tomar una copa porcuenta de los vencedores.

=Fue all7, en la batalla de #ampo Ralo

=finali;a el historiador Felipe @igna

= donde culmina la campaña militar del coronel >rist<n *soldo +iempreviva. ! estambién all7 donde se consolida a nivel popular, siendo ya aceptada por todos los estratos denuestra sociedad, esa música vibrante y entusiasta, la chacarera, que incorpora una vertiente

que la har7a m<s original y controvertida" la chacarera trunca, ya que quedó inconclusa,súbitamente, ante el ataque de la gente del 8@7caro: 3alv<n. Bna $ornada decepcionante ensuma para la historia de la estrategia militar y, por el contrario, auspiciosa para elfortalecimiento de nuestra música folclórica.

SANTA CLAUS LLEGA A LA CIUDAD

=4ué lindo el perfume que tenés, #lelia... H#u<l esI

Eso di$o Eugenia, m<s como cumplido que como pregunta, apenas hubo besado a sut7a y mientras se sentaba en el silloncito doble, estilo #hippendale, frente a #lelia y a suotra t7a, -ena.

=O4ué rica fraganciaP

#lelia, sentadita en una de las sillas individuales del $uego, la miraba con imp<vidaatención, con su cl<sica eDpresión ratonil de sonrisa algo boba en el rostroN el eDcesivo polvo facial disimulaba apenas una suerte de bigotito rubio ba$o la nari; algo larga yafilada.

=+acate el tapado, Euge



=indicó la -ena

=. HJ est<s apuradaI

=-o, para nada. a ve; que vengo a visitarlas no voy a andar haciendo visita demédico

=tranquili;ó Eugenia mientras se quitaba el tapado sin levantarse

=. ueno...

=retomó mirando a #lelia, amable

=" vos siempre has sido de tener muy buen gusto, para los perfumes, para la ropa.

=H4ué perfume es, #leliaI

=preguntó la -ena a su hermana, elevando notablemente la vo;. #lelia continuóobservando a su sobrina con eDpresión vac7a.

=Est< sorda como una tapia

=se volvió la -ena hacia Eugenia, hablando casi con alegr7a

=, no escucha absolutamente nada. >iene un tubérculo en el o7do.

Eugenia miró alternativamente a #lelia y a la -ena, algo incómoda, como pudorosaante este comentario casi 7ntimo de la -ena frente a la presencia de su hermana.

=H>e acord<s en la escuela, de la germinación del camoteI

=preguntó la -ena.

=y, -ena, la misma loca vos

=di$o Eugenia



=. >an divertida, pero...

=El perfume...

=casi gritó ahora la -ena a su hermana

=, el perfume que tenés. @regunta Eugenia cu<l es el perfume que tenés.

=h s7

=pareció reaccionar #lelia, mirando a Eugenia

=. Giste qué lindo, no me acuerdo bien cómo se llama, un nombre francés me parece. Esper< que...

=H#ómo est<n tus chicos, pichonaI

=la -ena se desentendió totalmente de la eDplicación de su hermana y tornó suatención hacia Eugenia

=. 9eben estar enormes. Eduardito ya debe tener como ocho años.

=#atorce, -ena, catorce

=se mordió el labio inferior Eugenia.

=O#atorceP

=la -ena gritó como si hubiese sorprendido al mismo Eduardito cometiendo undelito

=. #atorce ya, no te puedo creer.

=Bn momentito



=se disculpó #lelia, poniéndose de pie con algún traba$o.

=Hdónde vas, #leliaI

=trató de detenerla Eugenia

=, no te vayas a poner a hacer té ni café ni nada para m7, porque ya tomé, ven7 asentarte, yo te cono;co...

=9e$ala, Eugenia

=la -ena esbo;ó un gesto de desdén con la mano

=. +i parece que tiene hormigas en el traste, no hay forma de conseguir que sequede quieta, todo el d7a de ac< para all<.

=ueno, ella ha sido siempre muy activa.

=+7, pichona, pero ya cansa...

=Le$or que esté as7, -ena, y que no se transforme en uno de esos ve$estoriosinmóviles, inertes, que se pasan el d7a mirando televisión.

=@ero es que ya est< muy vie$a, Eugenia, tené en cuenta que nosotras ya no noscocemos de un hervor. !o tengo miedo de que un d7a de estos se caiga y se quiebre lacadera y ah7 me la vas a contar porque la que tendré que hacerme cargo, como siempre, soy

yo, querida.

=H@ero ella sale a la calle, ba$a las escalerasI

=se preocupó Eugenia.



=-o. !a no. @or suerte todav7a puedo de$arla sola y salir a hacer las compras o a pasear al centro y ella se las arregla... H#atorce años tiene ya EduarditoI

=#atorce años... H4uién tiene catorce añosI

=#lelia volvió a sentarse traba$osamente, sosten7a en la mano derecha una ca$aenvuelta para regalo con un papel de motivos navideños.

=Eduardito

=levantó la vo; apropiadamente Eugenia.

=HEduarditoI

=la miró asombrada #lelia

=. H>u maridoI

a -ena soltó una carca$ada eDagerada.

=+7, el marido

=di$o

=" a Eugenia siempre le han gustado los hombres muy $óvenes.

=-o, #lelia

=se condolió Eugenia

=" Eduardito, el mayor de mis hi$os.



=HEl mayor, catorce añosI

=hora s7 pareció entender #lelia

=. @ero Hcómo puede serI H#u<ndo fue la última ve; que lo vimos, -enaI HFue

cuando lo tra$iste vos, EugeI H@ara el fin de año pasadoI

=-o...

=dudó Eugenia

=. -o vino el año pasado. !a no me acompaña tanto.

=!o me acuerdo como si fuera hoy

=se enterneció #lelia

=. quella -avidad, en lo de los Rullon, Eduardito era una criatura, tendr7a tres ocuatro años y se hab7a embadurnado toda la cara con torta de chocolate. Oo que hubieradado yo por tener una c<mara para sacarle fotos a ese nene con las caritas que hac7a contodo ese chocolateP

=HEse es el perfume, #leliaI

=estiró la mano Eugenia

=. ver, alcan;<melo, parece una lavanda.

=as moner7as que hac7a esa criatura, haber tenido una c<mara para sacarle unafoto

=siguió con lo suyo #lelia.

=-o te escucha

=le repitió la -ena a Eugenia, divertida



=. @odés seguir pregunt<ndole hasta mañana y ella te va seguir contando de la tortade chocolate.

=@ero...

=Eugenia ba$ó la vo; como si esto fuera necesario

= Hno te entiende lo que me est<s diciendo, no puede leer los labiosI

=o único que ha le7do mi hermana en su vida habr< sido algún diario. Lir< siahora va a leer los labios. H+abés lo que suele leerI os manuales de instrucciones de loselectrodomésticos que compramos de ve; en cuando, como el de una plancha a vapor que

compré yo har< tres años. Eso s7, recono;co, los lee. Larca p<ginas con señaladores,subraya algunos p<rrafos... Escribe también, un poco. #rucigramas, m<s que nada. @erosólo las hori;ontalesN dice que las verticales le dan vértigo...

=>e pregunto lo de los labios porque me da cosa

=Eugenia se estremeció levemente, como con fr7o, en tanto sonre7a, nerviosa

= hablar de ella as7, teniéndola enfrente...

=Es que est< medio lela, pichona

=la -ena adoptó un tono un tanto m<s dram<tico

=. H-o te diste cuenta con lo que te comentó de Eduardito, que cre7a que era tuesposoI

=Lir<, Eugenia...

=triunfal, #lelia hab7a sacado de la ca$a envuelta para regalo un frascorelativamente pequeño y elegante y ahora lo estaba destapando.

Eugenia tomó la tapa del perfume y la aspiró como si estuviese necesitandoreactivarse.



=O4ué rico, #lelia, riqu7simoP

= verlo, pichona, alcan;<melo

=pidió la -ena, imperativa.

=HGos no lo conoc7asI

=Eugenia le alcan;ó la tapa luego de frot<rsela sobre las venas a;ulinas de sumuñeca derecha

=. +iempre has tenido buen gusto para estas cosas, #lelia, te envidio.

=Ella podr< perder...

=la -ena aspiró también con fruición el perfume

=... muy lindo, muy lindo... podr< perder el o7do, la vista y hasta el tacto, pero nova a perder el olfato.

=Luy lindo, #lelia, guardalo, no vaya a ser que se te rompa

=aconse$ó Eugenia.

=#on esa nari;

=concluyó la -ena devolviendo la tapita a su hermana.

=Oy, qué malaP

=no pudo menos que re7rse Eugenia, cubriéndose culposamente la boca.



=H4uién te lo regaló, #leliaI

=preguntó la -ena, otra ve; en vo; bien alta.

=H#ómo, no te lo compraste vosI

=se unió a la curiosidad Eugenia.

=-o, pichona, si ella no sale

=recordó la -ena

=. H4uién te lo regaló, #leliaI

=@ap< -oel

=di$o #lelia, guardando con eDtremo cuidado el frasquito dentro de su ca$a.

=+iempre coqueta vos, #lelia

=la endul;ó Eugenia.

=Ganidosa...

=la -ena cerró los o$os como si estuviera mencionando un pecado capital

=..., vanidosa. @arece mentira, a su edad, lo coqueta que sigue siendo

=Kab7a, esta ve; s7, un de$o de dul;ura en las palabras de la -ena.

=H4uién te la regaló, #lelia, te acord<sI @orque ya no se acuerda de nada



=de nuevo le aclaró desembo;adamente a Eugenia

=. Gas a ver que en cualquier momento te empie;a a decir aurita, driana ocualquier otro nombre.

=@ap< -oel

=repitió con firme;a #lelia, esta ve; mirando a los o$os de su hermana.

=y, 9ios m7o

=la -ena se tocó la frente con la punta de los dedos de la mano derecha

=. >e di$e que est< lela... !a sé que te lo tra$o @ap< -oel. m7 también en -avidadme pusieron en el arbolito esa pashmina tan linda que después te voy a mostrar, Eugenia.*taliana, bell7sima. Le la regalaron los Luño;, Esteban y olita, vos los conocés, pichona.#ada regalo, #lelia

=otra ve; levantó la vo;

=, viene con el nombre de quienes te lo hacen. a pashmina que me regalaron a m7tra7a prendida al papel una tar$eta con el nombre de los Luño;. s7 una sabe quién le haregalado cada cosa.

=Es que a m7 me lo regaló @ap< -oel

=insistió #lelia.

=HEn personaI

=fue irónica la -ena.

=En persona.



=>e di$e que est< tula

=se dirigió la -ena a su sobrina

=. dem<s de sorda, est< tula... Le asust<s, #lelia, te $uro que me asust<s. @ero,

o7me, #lelia, a todos nos tra$o regalos @ap< -oel en la noche de -avidad.

=Es que a m7 este perfume

=puntuali;ó #lelia

= no me lo tra$o en la noche de -avidad sino ayer. yer a la tarde.

=Hyer a la tardeI

=la -ena se apoyó una mano en el pecho, como si le faltara el aire. +u cara hab7aadquirido una particular gravedad

=. HGos me querés decir que vino ac<, tocó el timbre y te tra$o el perfumeI

#lelia aprobó con la cabe;a, entusiasta. a -ena miró a Eugenia como buscandocomplicidad a su inquietud.

=H! vos le abristeI

=di$o luego. #lelia volvió a asentir con la cabe;a.

=Kabr< sido el repartidor de alguna casa de regalos

=teori;ó Eugenia, también atrapada por cierto estupor.

=O4ué repartidor de alguna casa de regalos, EugeniaP

=ahora s7 pareció eno$arse la -ena

=. Olgún d7a le va a abrir la puerta a cualquiera y nos van a asesinar a martilla;os,



como a esa pobre maestra $ubilada de lberdi, la semana pasadaP O eso es a lo que le tengomiedo, EugeniaP ! a ver, decime, #lelia

=encaró nuevamente a su hermana

=" Hpor qué este señor @ap< -oel iba a venir a traerte un regalo a vos sola despuésde pasada la -avidadI ver, contame, en una de esas la loca soy yo y vos la que tienera;ón...

#lelia se echó un poco hacia atr<s en su sillón y, sugestiva, se arregló un poco el ralocabello estirado desde la nuca.

=4ué sé yo, -ena

=suspiró

=, qué sé yo. e habr< interesado la carta que le escrib7.

=e escribiste una carta

=la -ena pareció rela$arse como alguien que se hubiera dado cuenta de que leestaba dando demasiada importancia al relato de un niño

=. ueno, millones de personas le escriben cartas a ese señor...

=h...

=pareció recordar #lelia de repente, levant<ndose

=. >ambién me tra$o bombones, bombones de licor.

=Hdónde vas, #leliaI

=trató de detenerla Eugenia

=. >e vas a caer, quedate aqu7.



=H-o te digo que tiene hormigas en el trasteI

=se enfadó otra ve; la -ena

=. o que rompe la paciencia con tanto ir y venir, siempre escorchando con eso...

En cuanto a los bombones, tu amigo se los hubiera podido guardar, porque sabés bien que am7 no me gustan los bombones de licor. H! por qué dec7s 8me: tra$oI os bombones son para todos.

=-o te oye

=esta ve; fue Eugenia la del recordatorio, considerando que #lelia recién llegabadesde su habitación.

=9igo me tra$o

=volvió a sentarse #lelia con otra ca$a rectangular y chata entre sus manos

= $ustamente porque son de licor y yo le hab7a puesto en la carta que a vos no tegustaban.

=Lir<" cuando le conviene, escucha

=di$o Eugenia, que ya se hab7a acostumbrado a la impunidad de hablar librementefrente a #lelia.

=Es bicha, es bicha

=la -ena miraba ahora a Eugenia entrecerrando los o$os, entornando los p<rpadoscomo hab7a visto hacer m<s de una ve; a alguna malvada del cine americano

=. Es ;orra, aunque a veces se haga la mosquita muerta, aun estando medioreblandecida, como te dar<s cuenta, pichona.

=@ero... #lelia, #lelia...



=elevó la vo; Eugenia

=. Entonces, este hombre te vino a visitar...

=+7.

=H! qué tal eraI

#lelia se tomó un minuto para responder, lo que aprovechó la -ena.

=HGino en el trineoI

=preguntó, morda;

=. HEstaba vestido como siempre, con el ambo de abrigo coloraditoI

#lelia sólo asintió con la cabe;a.

=Estaba vestido con el ambo de abrigo coloradito

=repitió la -ena, mientras miraba a Eugenia, remarcando s7laba tras s7laba, comoquien eDalta el discurso de un niño.

=Bn hombre muy bien

=di$o #lelia, embelesada, rememorando

=. Luy educado, atento, de hablar muy calmo. Bnos o$os celestes claritos claritos,

muy dulces...

=HEn qué idioma te hablaba, si se puede saberI

=la -ena parec7a haber perdido el tono ;umbón de sus palabras.



=En un castellano raro pero muy entendible. Kay que tener en cuenta que es una persona que debe tratar con gente de todo el mundo. Bn hombre de clase, cosmopolita, peromuy sencillo.

=H3ordoI

=@or las im<genes de las revistas, yo me lo hab7a hecho m<s gordo. @ero no, esfornido, grandote, esa t7pica estructura eslava.

=H@eladoI

=@elado.

=@elado

=remarcó la -ena a Eugenia con gesto de desagrado.

=@ero eso lo hace m<s interesante, m<s viril te dir7a, Eugenia.

=@ero qué raro... qué raro...

=la -ena recuperó su estilo de interrogatorio policial

= qué raro que tu amigo, @ap< -oel digamos...

=+anta #laus

=aclaró #lelia.



=h, +anta #laus, mir< vos...

=@ara m7

=esta ve; fue #lelia quien optó por un tono de misterio

= que este muchacho tiene algún problema, algo legal o familiar o lo que sea, quelo hace adoptar distintos nombres. m7 se me presentó como +anta #laus...

=o raro

=insistió la -ena

= es que $usto $usto haya venido a la hora en que yo me hab7a ido de compras alcentro con olita. Es mucha casualidad, HnoI

=Es que yo le hab7a puesto en la carta la hora en que pod7a venir...

=OGos le hab7as puesto...P

=la -ena casi brincó en su asiento

=. Oo único que me falta, que mi propia hermana me margine, me oculte la visitade un amigote a nuestra propia casaP

=-ena...

=buscó conciliar #lelia

=" no lo hice con esa intención. +implemente ocurre que me aburro cuando vossal7s a pasear y me pareció una buena ocasión para hablar con alguien. ! da la impresión deque a él también le resultó interesante el programa.



=@ero... pero...

=la -ena ya parec7a francamente escandali;ada

=, Hvos me querés decir que este tipo estaba interesado en... qué... en qué pod7a

estar este tipo interesado en vosI

#lelia otra ve; tiró la cabe;a hacia atr<s y habló como en una ensoñación.

=!..., no sé..., se lo ve7a tan tierno

=di$o.

=O@ero #leliaP

=la -ena se puso de pie de un salto, los puños apretados

=. >enés setenta y siete años, Ho te olvid<s de esoI +etenta y siete años, Oseis m<sque yo, te recuerdoP O>e podés olvidar de todo, como te olvid<s del nombre de ella, quecuando la nombr<s le dec7s aurita, pero no podés olvidarte de que ya sos una antiguallaPO4ue no oye y casi no ve un cominoP

=Cl sabe mi edad, -ena

=di$o #lelia

=, porque él sabe todo. @ero me di$o que es una persona sin tiempo y que, por lotanto, para él soy una $ovencita...

=+7 claro, una colegiala sos vos

=la -ena se volvió a sentar, crispada

=. +i sos una vie$a chota, #lelia, una vie$a chota

=como para hacer algo, minimi;ar su momento de bronca, la -ena levantó la ca$ade bombones que estaba sobre la mesita de cristal y, sin mirarla, la de$ó caer nuevamente



=. +omos dos vie$as chotas, #lelia

=globali;ó, qui;<s un tanto avergon;ada ante Eugenia. +e instaló un silencio pesado.

=H! dónde est<, a ver, dónde est< la tar$eta que dice que estos bombones son regalode ese señorI

=no aflo$aba la -ena. Golvió a repetir la pregunta en vo; m<s alta ante la imp<vidamirada de su hermana.

=En los bombones no hay ninguna tar$eta, porque te di$e que no me tra$o los

regalos para -avidad, o sea que eran para m7 sola, no hab7a posibilidad de confusión, porotra parte me lo entregó él personalmente... 9e todas maneras...

=#lelia buscó detr<s de ella, contra el respaldo de la silla y sacó a relucir otra ve; elenvoltorio del perfume

=. c< hay... una tar$etita dentro de la ca$a.

=! le eDtendió a Eugenia un rect<ngulo pequeño de cartulina.

4</o Mary( from 0laus=

=leyó Eugenia

=. O4ué hermosa letra, #leliaP Bn teDto cortito pero elocuente, HnoI 4ué bien.

=Bn hombre acostumbrado a hacer regalos, Eugenia

=di$o #lelia.

Lientras Eugenia devolv7a la tar$eta a su t7a, volvió a eDtenderse un silenciomolesto.

=#on todas estas pavadas, pichona



=habló estentórea la -ena luego de tomar aire como para tener m<s fuer;as

=, no te hemos servido nada. Esper< que tengo unas masitas secas deliciosas de la -uria, para tomar con el té.

=-o, de$<, de$<, de$<, -ena

=agitó las manos Eugenia levant<ndose

=. 9e$< que ya me voy, ya tengo que irme a hacerles la comida a los chicos.

=@ero si ni siquiera te hemos servido nada, Euge, quedamos como un par de

maleducadas...

Eugenia se puso el tapado y tomó su cartera mientras la -ena, también de pie,insist7a en que se quedara. #lelia, sentada, sólo miraba sin eDpresión.

=Lir<, #lelia

=reprochó la -ena

=, lo que consegu7s con tus mentiras y tus historias. Eugenia se va sin que lehayamos servido ni un miserable scon.

=-o te oye, -ena, no te oye.

=>e acompaño hasta aba$o.

=-o seas loca, -ena, con lo largas que son estas escaleras.

=>odos los d7as las subo y las ba$o m<s de tres veces, pichona. dem<s, est<cerrada la puerta cancel.



a$aron los escalones con cierta lentitud, porque Eugenia deb7a adaptar su paso al dela -ena.

=H vos te parece, -ena

=preguntó Eugenia mientras ayudaba a su t7a sosteniéndola por el bra;o

= que todo eso que contó #lelia es ciertoI

=O@ero qué va a ser cierto, EugeniaP

=vociferó la -ena. Kab7an llegado frente a la puerta de calle y la -ena se demoró

buscando la llave.

=!o digo por el riesgo de que le abra la puerta a...

=O4ué va a ser ciertoP

=persistió en lo suyo la -ena

=. -o quiero ser cruel, pero... Hvos pens<s que un hombre de mundo, un via$ero, puede interesarse en #lelia, con todo lo que yo la quieroI Ella siempre fue as7, fantasiosa,haciéndose los rulos con cualquier hombre que se le acercara, fantaseando que todos losque le dirig7an la palabra pretend7an seducirla. ! bueno, pichona, vos viste que nunca secasó, ni nunca tuvo un candidato como la gente. Es doloroso decirlo pero ella, vos lo sabés,nunca fue muy agraciada. HJ acaso t7o rturo no le dec7a 8el tapir:I

a -ena abrió la puerta pero la de$ó entornada.

=! te digo m<s

=ac< ba$ó la vo;, como si fuese necesario, e inclinó su rostro hacia el de Eugenia

=" esa tar$etita que te mostró #lelia, firmada por este hombre, dec7a <Para Mary=.!, no sé si record<s, todas nosotras nos llamamos Lar7a de segundo nombre. #lelia es#lelia Lar7a, yo soy 3abriela Lar7a y la pobre #hela era #elia Lar7a. Entonces, pichona,



seguro que ese perfume era para m7, no para #lelia. -o se lo voy a decir para no lastimarla, para que siga feli; en su mundo de fantas7as. @ero est< claro que el tal #laus, que a m7 nome interesa ni un comino, te $uro, quer7a congraciarse conmigo. -o ser< la primera ni laúltima ve; que un tipo, para acercarse a una mu$er que le parece inconquistable, trate dehacerlo a través de la hermana.

Eugenia aprobó tres o cuatro veces con la cabe;a. uego intercambiaron varios besos en las me$illas y la -ena le dio saludos para sus hi$os. #uando Eugenia salió y cru;óla calle, se dio vuelta para saludar nuevamente a su t7a, pero esta estaba cru;ada de bra;osen el umbral de la casa, levemente inclinada hacia afuera, viendo pasar los autos y no lamiraba. uego Eugenia vio que la -ena cerraba la alta puerta con re$a de metal y vidriosesmerilados y desaparec7a hacia adentro. a imaginó subiendo de nuevo las escaleras con pasos bastante <giles para su edad. Eran casi las nueve de un d7a de verano y recién estabaoscureciendo.

TEMAS PARA CONTAR

8Bna historia que mere;ca ser contada:. Eso me di$o uis hace mucho, cuando,desde mis limitaciones de escritor novel, lo consulté acerca de temas posibles para escribir.

#omo a toda afirmación sucede una duda, la que se me presentó en aquel entoncesera cómo saber que una historia resultaba merecedora de ser contada. >al ve; una historiaque para m7 resultaba interesante para los dem<s era aburrida, tonta o ineDplicable. Li t7odolfo es un apasionado de la filatelia por e$emplo, algo que para m7 representa un

aburrimiento total.

En eso pensaba la semana pasada en aquel bar de uenos ires. ! también en otracosa" lo que me hab7a dicho una desconocida en la presentación de mi primer libro decuentos en la 3aler7a rass.

=Le imagino

=me asaltó esa señora mayor

= que usted est< aqu7, entre nosotros, y enseguida se le ocurre algún tema para uncuento.

+u comentario me confirmó que hay gente que no tiene ni la m<s p<lida idea sobre el proceso creativo, y también que hay gente que asiste a cualquier evento con tal de que laentrada sea gratuita, como lo fue, por supuesto, la presentación de mi libro.



9e ser como lo imaginaba la señora, todo resultar7a muy f<cil. #aminar por la calle,comprar algo en un 5iosco o estar sentado en un bar de uenos ires esperando a un amigoser7an fuentes inagotables de cuentos y novelas altamente singulares e imaginativas.

=+er7a

=me ilustró una tarde en El #airo el Flaco ?ubani

= como pensar que Jtelo era un negro que laburaba de portero en la casa de+ha5espeare.

Lientras esperaba a @alasolo en ese bar buscaba alternativas de lo que me podr7aocurrir all7 que fuera digno de ser contado. 4ue una de las mo;as, por e$emplo, me sirvieraun café con estricnina, sin motivos conocidos. J que me pusiera un café con medialunas de

grasa, como lo hab7a hecho, y luego se sentara a mi mesa a conversar conmigo. 4ue esodespertara los celos del muchacho de la ca$a. J, m<s particularmente, de un vie$o, parroquiano habitual, que estaba enamorado en secreto de la mo;a.

@ero, confieso, ninguna de esas variantes me parec7a demasiado atractiva como paraque un editor arriesgara su plata en un libro m7o. 9ebo aclarar que mi primer libro fue,digamos, una edición del autor" yo pagué la impresión. +e llamaba :e buenas intenciones

está empedrado el camino hacia el infierno. @ensé que un t7tulo largo lo har7a al menosdiferente de los millones y millones de libros que se publican en el mundo. -o compart7anesa idea los dueños de la editorial, pues me recomendaron que le pusiera uno m<s corto.Finalmente admitieron el m7o ya que, en definitiva, ellos no arriesgaban nada. 9e hecho,

con el paso del tiempo, los pocos amigos y parientes entre los cuales hice circular laedición, lo llamaban Las buenas intenciones, El camino del infierno o Ese libro &ue

publicaste como lo recordaba mi madre.

hora viene otro desaf7o dif7cil para el narrador. fin de contar esta historia que me parece digna del esfuer;o, tengo que describir con cierta precisión cómo era y dónde estabael bar en el que esperaba a @alasolo.

*maginemos una pla;oleta semicircular, de las llamadas pla;as secas, a pesar de quetienen algunos canteros con césped y flores. a calle, una calle en una ;ona comercial yelegante, marcar7a el l7mite recto del semic7rculo, de no m<s de treinta metros. a parte

curva est< marcada por los frentes de dos o tres edificios en torre que tienen en la planta ba$a sobre la pla;oleta algunos bancos y varios bares, entre ellos aquel donde yo mehallaba. El bar es moderno, pero no muy grande. o hace m<s grande el hecho de que la pared que da a la pla;oleta es vidriada. >odas las mesas de su interior, no ser7an m<s dedie;, estaban ocupadas esa tarde. Era la hora de la siesta, al menos para los rosarinos ydem<s gente del interior. @ara los porteños, qui;<s fuera un mediod7a tard7o. Frente al bar,ya en la pla;a, también hab7a mesas que no estaban todas ocupadas como las de adentro, porque hac7a calor y en el interior hab7a aire acondicionado. +in embargo, est< visto que



siempre hay gente tonta, amante de la naturale;a, que prefiere sentarse al aire libre pese alcalor, los bichos y, en este caso, las palomas.

Gi llegar a la vie$a, elegante, flacucha y esmirriadaN como si fuera un monedero,sosten7a con el bra;o derecho un perrito blanco y rid7culo, no m<s grande que una rata de

laboratorio. a vie$a deb7a ser cliente habitual del bar porque al sentarse a una de las mesasde afuera habló familiarmente con el muchacho que la atendió y depositó el caniche toy enel piso con la seguridad de la persona que conoce el lugar. !a all7 nom<s, antes de que sesentara, el mo;o tuvo que espantar una paloma marrón de cuello tornasolado que,absolutamente desenfadada, picoteaba las migas que hab7an quedado en el plato de un parroquiano anterior. El perro rid7culo, eléctrico, algo nervioso, histérico como todo perrochico, ten7a pompones de pelo blanco enrulado y un moñito rosa p<lido anudado a un pirincho de la cabe;a. >ras estudiar el entorno de palomas que al;aban las patas en elmismo lugar, como si el piso estuviese caliente, el perro ladró un par de veces con ladridoscortos y secos y optó por echarse a la sombra de su dueña, donde se quedó. Eradisciplinado, sin duda, porque no ten7a cadenita ni correa que lo su$etara.

-o le presté m<s atención al cuadro, sumido como estaba en mis inquietudesrespecto de la creación literaria. 4ue tampoco me ocuparon demasiado tiempo. 9e unamesa vecina, desocupada, consegu7 un diario de los que ahora hay en ciertos bares adisposición de los clientes. #uando promediaba las noticias del eDterior, un murmullo yunas risitas a mi alrededor volvieron a llevar mi atención hacia la vie$a, que manoteabatorpemente el aire. Kab7a sido pr<cticamente asaltada por las palomas. Bna de ellas estaba posada, como un buitre, sobre el respaldo de su propia sillaN dos m<s aleteaban frenéticas enel respaldo de la silla de enfrenteN otra, m<s arriesgada, intentaba abordar el plato con eltostado y, ba$o la mesa, una docena de ellas correteaba ansiosa esperando el momento delembate final. Gi cómo uno de los $óvenes mo;os sal7a corriendo del bar armado con un

repasador para auDiliar a la señora. o agitó, enérgico, en el aire y las palomas, cobardes,huyeron en todas direcciones. @ero, conocedoras, no se ale$aron demasiado. El mo;o volvióal local, mirando si hab7a alguna mesa libre para brindar refugio a la vie$a. -o la hab7a.

En un momento pensé que nos consultar7a a los que est<bamos adentro si tendr7amosel gesto humanitario de compartir nuestra mesa con la señora, pero no lo hi;o. >engoentendido que compartir mesas con desconocidos es m<s usual en Europa o en los pa7sesm<s desarrollados. @or otra parte, intu7, por los comentarios animados y las risas de treschicas, seguramente empleadas de alguna oficina cercana, que el espect<culo de la vie$aacosada por las palomas era una atracción gratuita y divertida.

Golv7 a mi lectura, consultando cada tanto el relo$ para saber cu<nto faltaba para quellegara @alasolo. 9e repente, de nuevo los gritos, otra ve; la corrida del mo;o. fuera, lavie$a estaba cubierta de palomas" dos en la cabe;a y muchas m<s sobre la falda y la pecheradel vestido. Jtra de las chicas que atend7an corrió en auDilio del mo;o y entre amboslograron espantar a las atacantes. En el corto lapso que estuvo abierta la puerta del bar

=siempre cerrada por el aire acondicionado



= pudimos escuchar el ruido seme$ante a go;nes oDidados del aletear de las palomas y los gra;nidos escandali;ados de la vie$a. El mo;o entró nuevamente al bar,decidido, y clamó desde la puerta hacia la ca$a registradora"

=OlfredoP

=OlfredoP

=repitió la ca$era, como decretando un alerta ro$o.

a mo;a que atend7a adentro miró hacia lo alto de las escaleras que se perd7an por ellado de los baños y la cocina.

Le quedé esperando para saber qué ocurrir7a tras el eDtraño llamado. 9os minutos

después vi que ba$aba un morocho corpulento con delantal de cocina que sosten7a en lamano derecha, protegida con un guante de cuero, algo que al principio no pude determinarqué era. uego, aunque no pudiera creerlo, advert7 que se trataba de un p<$aro corpulento yestremecedor. El bicho, de pluma$e gris acerado, ten7a un par de patas poderosas, algochuecas, terminadas en unas garras que met7an miedo, con las que se aferraba a la mano desu cuidador. Jscilaba hori;ontalmente, con lo que la cola se situaba por instantes sobre elnivel de su cabe;a, y luego, buscando sin duda equilibrarse, la cabe;a trepaba hasta superarel nivel de la cola.

ntes de que el cocinero y su bestia de rapiña salieran a la pla;oleta, vi que lacabe;a del <guila, el carancho, el halcón o lo que fuera

=no es mi fuerte la naturale;a salva$e

= estaba cubierta por una capuchita de cuero de aspecto medieval.

penas salió el cocinero con lfredo se advirtieron movimientos turbulentos entrelas palomas. lgunas salieron volando de inmediato, pero las m<s, cegadas por el hambre ola simple voracidad, continuaron su desordenado asalto a la mesa de la señora.

+ólo iniciaron un vuelo urgente y desesperado, como si recién entendieran que lacosa iba en serio, cuando el cocinero quitó la capucha al p<$aro. El halcón, tras apoyar el

peso de todo su cuerpo alternativamente sobre una y otra pata, clavó su mirada dur7sima enla bandada en fuga hacia lo alto de los edificios en torre, y salió despedido como una flechatras ellas.

@alomas y halcón se perdieron entre los edificios y las copas de los <rboles. >odoquedó entonces como si nada hubiese pasado. os parroquianos, tanto de adentro como deafuera, permanecimos un rato observando el cielo, a la espera de la reaparición de los protagonistas.



-o noté mayor eDpectativa ni entre los mo;os ni en la ca$era. lfredo hab7adesaparecido en la ciudad pero deb7a ser una conducta habitual en él, a $u;gar por latranquilidad de sus dueños. a vie$a, por otra parte, hab7a recuperado la calma y com7a pac7ficamente parte de su picoteado s<ndSich tostado.

@oco a poco, solapadamente, las palomas retomaron. @rimero una, luego dos, porúltimo casi todas. +iempre consideré que las palomas eran bichos bastante elementales.*ncluso hay un dicho popular, despectivo, que dice" 8L<s boludo que las palomas:. @eroall7, en ese momento, cuando comprobé que de alguna forma hab7an eludido la amena;a delfero; lfredo, no pude menos que suponer que todo hab7a sido un plan de diversión urdido por ellas mismas" unas escapaban en tropel hacia alguna parte con el solo fin de atraer laatención del halcón, mientras que las otras volv7an sobre el ob$etivo para terminar su faena.

Le equivoqué. Jtra ve; llamó mi atención una eDclamación de alarma o sorpresaentre los parroquianos y alcancé a ver de qué forma, desde lo alto, como un lan;a;o, comoun rayo de lu; platinada, el halcón ca7a sobre el grupo. Kubo una especie de eDplosión de

plumas, un revuelo, y el halcón volvió a tomar altura en una fracción de segundo. levabaalgo pulposo entre las garras.

=OEl perro, se llevó el perroP

=o7 gritos de desesperación afuera. En efecto, ba$o la silla de la vie$a ya no hab7a palomas, pero tampoco estaba el caniche toy rid7culo que la acompañaba.

Kubo miradas de espanto entre los mo;os y nosotros. >ambién una angustia

adicional" la vie$a no se hab7a enterado de nada y retomaba los restos del tostado y de su técon modales refinados. +upe que yo no quer7a estar cuando se diera cuenta del martirio desu perrito compañero. @ed7 urgentemente el tic8et para pagar e irme, aunque no hubiesellegado todav7a @alasolo. -o pod7a soportar la tensión que se producir7a hasta que la vie$ase enterara.

=O9ig<mosle que se escapóP

=escuché que dec7a, $adeante, la ca$era de lentes

=. O4ue salió corriendo y se fueP

Le levanté a pagar en la ca$a, $unto con otros parroquianos que, sin duda, tampocoquer7an conocer el desenlace de este drama urbano. #uando me ale$é del bar, la vie$a de$abacaer al piso, distra7damente, pedacitos de $amón, como bocados para su perro ausente. ehablaba también, en vo; ba$a pero perfectamente audible.



Ku7. !a luego tendr7a tiempo de llamar a @alasolo para que me eDplicara lo del libro.

CUESTIÓN DE FE

=c<. @oné la mano ac<

=di$o mi vie$a.

!o puse la mano. @ero no sent7 nada, salvo el fr7o del empapelado con flores de la pared.

=H-adaI

Le encog7 de hombros y miré a eto que, como siempre, las manos en los bolsillosde la campera, me miraba ineDpresivo. En ese momento percib7 la vibración. penas untemblor en la pared, casi imperceptible. Liré a mi vie$a y aprobé con la cabe;a.

=HGisteI

=di$o ella, preocupada

=. !o tengo miedo de que haya algún cable de la electricidad tocando la pared, unacosa as7, que pueda ser peligrosa.

=#ables hay siempre adentro de las paredes

=le di$e

=. ! en casas vie$as como esta...

=!o tengo miedo de que se electrocute alguien

=mi vie$a miró a eto, que le devolvió una mirada muerta. a vibración que me



llegaba a través de la palma de la mano no era pare$a. veces crec7a un punto y luegodisminu7a hasta casi desaparecer. +aqué la mano y la sacud7 en el aire como si se mehubiera ensuciado.

=!o no le dar7a tanta pelota

=di$e, buscando otra ve; la opinión de eto, que no se inmutó.

=Est<s loco

=se alteró un poco mi vie$a

=" mir< si ocurre una desgracia. !a hace varios d7as que lo vengo sintiendo, desdeque me apoyé por casualidad hablando por teléfono. dem<s, las otras paredes no hacen lomismo.

=HEsta es la pared que da a lo de ntoniaI

=+7, es medianera con su casa.

=He di$isteI

=#laro que le di$e, se lo comenté.

=H! ella lo hab7a sentidoI

=>ambién, y est< muy preocupada, vos sabés lo aprensiva que ha sido toda la vidantonia. @ero después no volvimos a tocar el tema porque las dos pens<bamos que esteasunto iba a desaparecer, como esa filtración de agua en el techo que, misteriosamente, searregló sola.



=H+abés lo que pasa, 9eliaI

=eto abrió la boca por primera ve;

=. El agua es finita.

-o le di$e nada porque me ten7a acostumbrado a esas pelotudeces en medio deconversaciones serias.

=H@or qué no vas a lo de ntonia y le pregunt<sI

=di$o mi vie$a

=. Lir< si el d7a de mañana cualquiera toca la pared y se queda fulminado. Ka pasado" yo le7 de cosas as7.

ntonia armó el revuelo acostumbrado cuando me vio al abrirme la puerta. an;ó lashabituales eDclamaciones de sorpresa y alegr7a que se hab7an acrecentado con el tiempo,cuando yo ya no iba a $ugar con Lanuelito casi todos los d7as a su casa.

=@ero s7, m hi$o

=se puso una mano sobre el pecho, como a;orada

=, por supuesto que yo también estoy preocupada. @ero ac< no es sólo en la paredque da a la casa de ustedes. c< es en muchos otros lugares también. !o pensé que pod7aser la vibración que llegara de los motores de alguna f<brica, pero por ac< cerca no hayninguna y, adem<s, también la sentir7an los otros vecinos. Es m<s, llegué a pensar que era elanuncio o una de esas réplicas de los terremotos. H>e acord<s de lo de #auceteI 4ue fuele$os pero ac< se sintió, se mov7an las cosas, vos no sabés cómo se mov7a aquella l<mpara,#arlitos.

+e dirig7a a m7 como si eto no estuviera presente y tal ve; no estaba demasiadodesacertada.

=@ero, adem<s



=agregó

=, fi$ate...

=se quedó paradita, los pies muy $untos, cerró los o$os y levantó los dedos 7ndice

hacia arriba como si fuera a empe;ar a cantar

=. HJ7s, oyenI

@restamos atención. !o no escuchaba nada. ntonia abrió los o$os como saliendo deun encantamiento.

=Kay un ;umbido

=di$o

=, hay un ;umbido que casi ni se registra.

=9ebe de ser una frecuencia muy ba$a, yo no lo escucho

=informé, mirando vagamente hacia arriba, como si esperara un ataque aéreo.

=H+abés cu<ndo te das cuenta de que est< ese ;umbidoI #uando se para, cuandodesaparece, ah7 te das cuenta. Es como cuando en un negocio hay un compresor o unaheladera industrial traba$ando, te olvid<s del ;umbidoN pero cuando se para, lo not<s.

=H@ero por ac< no hay ninguna heladera industrial, no es cierto, ntoniaI

=-o. @or eso, por eso lo raro.

=Es como cuando uno escucha una música de percusión algo le$os

=me pareció interesante aportar



=, que uno no escucha la música pero siente como una opresión en los o7dos antecada golpe.

=Oh7 paró, ah7 paróP

=brincó ntonia como una niña. ! era verdad, algo hab7a desaparecido del aire, delambiente, que parec7a m<s callado y puro.

=HBsted no tiene algún artefacto eléctrico, ac< o en el primer piso o en la terra;a oen el sótano de donde pueda salir un cable, yo digo, que pueda estar tocando alguna pared oalguna escalera de hierro o algo as7I

ntonia se puso una mano en el mentón en actitud de 8mu$er pensando: y enseguidaempe;ó a bambolear negativamente la cabe;a.

=4ué voy a tener, mi$ito. o habitual. El televisor, la heladera... que tuvimos la+iam, de esas enormes, de fierro, eternas, hasta har< dos años, y ya no dio m<s la pobre yahora compré una nueva, as7 que no creo que tenga nada mal... En el sótano, s7, tengo ellavarropas, del año de ñaupa, uno de esos 9rean al que nunca lo quise cambiar porque losde ahora son inentendibles, que tienen como mil funciones y la vuelven loca a una... +i yolo quiero para que lave nada m<s...

=-o para que haga tostadas

=susurró eto, sin captar la atención de ntonia.

=Hos podremos verI

=pregunté, y mi vo; ya me sonaba un tanto policial.

=@ero s7, querido.

ntonia nos condu$o hacia el sótano, sin de$ar de hablar. a casa era antigua yamplia, muy bien mantenida, y cada trayecto llevaba su tiempo.



=H+abés qué me dec7an que hab7a en este sótano hace mil años, antes de quenosotros compr<ramos la casaI Bna imprenta clandestina de los anarquistas

=ba$<bamos la estrecha escalera de cemento ingresando a un ambiente húmedo y pesado

=. -o sé si ustedes saben, son muy $óvenes, quiénes eran los anarquistas.

=H+on muy $óvenes los anarquistasI

=escuché musitar a eto detr<s de m7.

=+7 sabemos

=corté.

=ueno, ellos imprim7an ac< la revista %lborada. #reo que a uno de ellos despuéslo mató la polic7a. lgunos vecinos dec7an, hasta hace poco, que hab7a noches en que seescuchaba el traba$o de la impresora, una vie$a #abrenta. Lir< vos qué curioso, te digo

m<s...

=nos hab7amos detenido frente al lavarropas que emerg7a entre otro montón decachivaches

=, ac< lo tenés

=ntonia lo señaló

=. !o creo que est< todo bien. Liralo...

@egué una o$eada al lavarropas antediluviano sabiendo que, como ignorante absolutoen temas de electricidad, no iba a descubrir nada, como efectivamente ocurrió. @egamosmedia vuelta.

ntonia, con celo de dueña de casa, acomodó algunas toallas desordenadas $unto al9rean y volvimos a subir. l apoyarme en la pared, dado lo estrecho de los escalones, sent7otra ve; en la palma de la mano esa vibración misteriosa, ahora un poco m<s fuerte. Era un poco alarmante. +i hubiéramos estado en uenos ires se podr7a haber pensado en el paso



del subte.

=>e dec7a lo de los anarquistas...

=retomó ntonia cuando llegamos a la planta ba$a y mientras cerraba la puerta delsótano

=. Goy a cerrar ac<, no sea cosa que alguno se caiga... o de los anarquistas, que parece que se escuchaba el sonido de la imprenta. ueno, fi$ate qué curioso. ños después,en época de la dictadura, la polic7a nos vino a requisar la casa porque hab7a recibido unadenuncia de un vecino de esos que nunca faltan de que ac< se escuchaba el sonido de unaimprenta clandestina... O! era el ruido que hac7a mi ugusto con la bicicleta fi$aP +e lahab7an recomendado para el cora;ón. #has chas chas... mir< la paranoia que se viv7a enesos tiempos. Bn vecino que te denuncia porque confunde el chasquido de tu bicicleta fi$a

con una imprenta clandestina.

=4ué interesante

=rubricó eto. ll7 parec7a terminar nuestra investigación en lo de ntonia.

=!o no sé, ntonia

=di$e

=. @or ah7 habr7a que llamar a gente de la municipalidad, o de la E@E... la vibraciónesta...

=H+abés de quién yo te desconf7o un pocoI

=ntonia abrió una nueva alternativa

=" de las chicas, arriba.

=a miré, interrogante

=. +abés que el piso de arriba se lo tengo alquilado a dos hermanas muy muyvie$as, bueno, ahora son muy vie$as porque hace cuarenta años que se lo alquilo, y por ah7se descuidan o se distraen y pueden provocar accidentes... Emma y delfa... delfa, por



e$emplo, que ya tiene ochenta y dos, est< fant<stica pero se pierde a veces. El otro d7a pusoa calentar leche en un $arro en la hornalla de la cocina, pero no era un $arro de metal sino de pl<stico. >e imagin<s que se quemó todo, Ohab7a un olor a leche quemadaP ! el riesgo deque se incendiara algo o se quemaran ellas, a eso le tengo miedo.

=H! qué artefactos tienenI

=-ada fuera de lo común, un televisor, l<mparas, esa cocinita para que se puedancalentar algo sin tener que ba$ar la escalera. Emma tiene setenta y nueve.

=H! ntonia, usted le comentó esto de las paredes, este contacto, descargas o cosasas7I

=H@odemos subir a visitarlasI

=se interesó súbitamente eto. ntonia no vaciló en conducirnos hacia la escalera.

=@or supuesto que les comenté

=di$o

=, precisamente para que tuvieran cuidado. ! se asustaron mucho, aunque ellas nologran percibir la vibración. delfa ve poco, Emma casi no escucha y es posible que hayan perdido hasta el tacto.

legamos al piso de arriba. ntonia golpeó un par de veces la puerta alta de maderaoscura y luego tomó el picaporte. Enseguida retiró la mano y me lo señaló. !o toqué el picaporte de metal y all7 la vibración era muy perceptible.

=OEmma..., delfaP

=llamó de nuevo ntonia mirando hacia arriba, como si sus inquilinas fueran allegar desde el cielo



=. Obrime, delfa, ac< viene a verlas #arlitosP H+e acuerdan de élI

@or fin, detr<s de la puerta se escuchó el ruido de las suelas de unos ;apatos que searrastraban sobre el piso de madera. -os abrió una de las vie$as. Entramos a una habitacióngrande con dos pequeños balcones a la calle, donde todas las luces estaban encendidas y

ol7a a té, ho$as de eucaliptus sumergidas en agua caliente, perfume dul;ón de cosméticosvie$os y un m7nimo mati; de orina.

ntonia nos presentó, hubo algunas eDclamaciones de delfa abismada porque yohubiera crecido tanto y una casi nula respuesta de Emma, que siguió, pétrea, frente altelevisor.

=HBstedes, chicas

=condu$o ntonia

=, no tienen otro artefacto eléctrico aparte de los que se ven, que pueda estar encontacto con alguna paredI 9e nuevo andamos con ese asunto del ;umbido, de lavibración...

delfa negó lentamente con la cabe;a. >en7a la cara ligeramente empolvada y unrodete cano.

=Hlgún vibradorI

=lo escuché detr<s, recurrente, a eto.

=H-o ten7an una m<quina de coserI

=Bna m<quina de...

=empe;ó delfa.

=a +inger

=desde su sillón aportó Emma.



=+7... Hpero cu<nto hace que no usamos esa m<quina, EmmitaI Lir<, ntonia, es laque hoy usamos de mesita para poner adornos. a última ve; que se usó fuiste vos, Emma, para hacerle ese festoneado a urelia. H! cu<nto hace ya que murió ureliaI H#inco, seis

añosI

=#atorce, delfa

=corrigió ntonia

=, catorce... Bstedes, chicas, siguen sin notar nada HnoI

as dos, como animalitos amaestrados, negaron al mismo tiempo con la cabe;a.

=y

=se tocó los labios gris<ceos delfa

=, pero mir< si sucede una desgracia. 9ios no permita.

En tanto, vi a eto ponerse m<s activo. Jbservaba el techo, de bra;os cru;ados,recorriendo a pasos lentos la habitaciónN fue hasta uno de los balcones, pegó una mirada

hacia la calle, incluso se agachó y tocó algo en el piso de madera.

-os despedimos de Emma y delfa y volvimos con ntonia a la planta ba$a.

=#reo que habr7a que hacer lo que di$imos, ntonia

=repet7 cuando ya est<bamos en el vest7bulo

=. lamar a alguna dependencia especiali;ada de la municipalidad. !o creo que

debe ser una pavada y que no hay peligro, pero as7, al menos, todos nos quedamostranquilos.

=>e quer7a comentar algo

=me tocó el bra;o eto, asumiendo un protagonismo novedoso. un con ntonia



enfrente se dirigió sólo a m7, tal ve; en represalia por la forma en que ella lo hab7aninguneado, merecidamente a mi $uicio

=. !o he traba$ado mucho en una empresa de eDterminación de plagas...

=Cl ha traba$ado mucho en una empresa de eDterminación de plagas

=le tradu$e a ntonia, habilit<ndola en la charla, con lo que consegu7 que eto sedirigiera ahora también a ella.

=+7

=siguió eto

=, de esas empresas que fumigan para eliminar cucarachas, ratas o lo que sea.3ente de esa empresa me contaba que años atr<s, en los vie$os >ribunales de Rosario, en losentretechos del edificio, viv7a una colonia de murciélagos que fue considerada de lasmayores del mundo. l punto que el cielo raso del Luseo de #iencias -aturales ]ngel3allardo un d7a se vino aba$o por el peso de la caca de todos estos bichos. @ero lo que losmuchachos me contaban es que cuando uno entraba por la planta ba$a de las torres de>ribunales se escuchaba en lo alto un ;umbido impresionante, una vibración producto delsonido que emiten estos animales.

!o aprobé con la cabe;a" recordaba el episodio, pero ntonia estaba p<lida, como a punto de desmayarse. >al ve; eto hab7a sido demasiado crudo con su aporte. >omé antonia del codo para evitar que se cayera.

=!o encontré arriba

=eto mostró la punta del dedo 7ndice derecho, donde no hab7a nada

= caca de murciélago. En el piso. -o digo que sea el caso, pero tendr7amos que

cerciorarnos.

=H! no ser7a me$or

=lo contuve



= que llam<ramos a la municipalidadI Ellos deben tener equipos para sacar panalesde abe$as, nidos de murciélagos, esas cosas. J a tu empresa, eto.

=Estamos hablando, por ah7, de cinco o seis murciélagos, #arlos

=me rela$ó

=N no me refiero a la colonia que hab7a en tribunales. ! no son vampiros. +on unos bichitos de mierda as7 chiquitos, tampoco vas a tenerles miedo.

=-o, no

=reaccionó con energ7a ntonia

=. Gamos ya a ver eso, subamos, por lo menos as7 lo sabemos y decidimos quéhacer.

eto le pidió a ntonia una linterna y le preguntó si, llegado el caso, se dispondr7ade una escalerita como para tener me$or acceso al entrepiso. Golvimos a subir con decisión,sin hablar, salvo la inquieta pregunta de ntonia.

=HLillones de murciélagos, en >ribunalesI

=Lillones

=corroboró eto. Lientras sub7amos, rocé con el filo de mi mano derecha la paredy vibraba m<s que nunca.

#uando llegamos frente a la habitación de Emma y delfa, la puerta estaba abierta.En esta ocasión ntonia no consideró necesario anunciarse, tal ve; por la urgencia que nos

mov7a.

Entramos. Emma y delfa ya no estaban fosili;adas ante el televisor, sino sentadas $untas mirando hacia uno de los balcones, d<ndonos la espalda. ! esta ve; s7 percib7 a mialrededor, especialmente en los o7dos, la presión de un sonido ultraba$o. Liré el techo,esperando registrar algún aleteo, una sombra fuga;. as dos hermanas estaban encogidassobre s7 mismas, como si tuviesen fr7o.



=#hicas, chicas

=llamó ntonia

=, disculpen que...

@rimero Emma y después delfa se dieron vuelta para mirarnos. En ese momentoadvert7 con claridad que se hab7a detenido abruptamente el sonido opresivo sobre miso7dos.

=ntonia

=comentó Emma

=, no es molestia, est<bamos re;ando.

mbas apretaban entre sus manos sendos rosarios. Entend7 todo. Fui hasta la pared para apoyar la mano all7 y la vibración hab7a desaparecido. eto ya hab7a hecho lo mismo.Le miró primero a m7 y luego a ntonia mordiéndose el labio inferior, estupefacto.

=HRe;an muchoI

=pregunté

=. HRe;an siempreI

=Lucho, hi$o

=di$o Emma

=. Garias horas por d7a, m<s ahora que no podemos ir tanto a la iglesia de Lar7auDiliadora.

=! m<s todav7a

=se anotó delfa



= con este asunto que nos di$o ntonia del contacto eléctrico o cosa as7 que nosabemos qué es, re;amos, le pedimos a 9ios que nos prote$a de alguna desgracia.

+alimos de la habitación. >omé la precaución de ir auscultando las paredes en tantocontrolaba que ellas no volvieran a re;ar. ! las paredes estaban imperturbables. ntes de

cerrar la puerta espié nuevamente y vi que las hermanas hab7an retornado a la oración.>oqué de nuevo las paredes" vibraban.

=a fe mueve montañas

=me di$o eto al salir.

=>e imagin<s paredes...

LA GUERRA Y LA PA%

En mayo de ((6 #laudine +erra ya viv7a en la hermosa mansión de la campiña deyon y estaba cumpliendo diecisiete años. +u t7o, el eminente f7sico y matem<ticocopernicano @ierre eru, hab7a calculado que, por lo tanto, ella hab7a nacido en (0/. -oera este el único aporte que eru hi;o a su convulsionada épocaN también hab7a sido el

inventor de los prism<ticos de menor alcance del mundo" cuatro metros treinta y cincocent7metros, adelanto que, tal ve; por oscuros intereses industriales, no llegó a imponerse.

a inquieta #laudine estaba esa tarde $ugando solitarios con los naipes en laluminosa amplitud de la sala de recepción de la casa. *ntuyó que algo suced7a por el revuelode los perros afuera. 9e inmediato entró una de las criadas.

=El teniente 9upond

=anunció.

#laudine empalideció y se puso de pieN su respiración se tornó agitada y los labiostemblaron ante la presencia de su prometido.

#on paso marcial y decidido entró al recinto un hombre uniformado que perturbaba por su apostura. lto, de pelo castaño, o$os grises, bigote y barba recortada, luc7a lachaquetilla y el capote del e$ército francés con la elegancia de los elegidos. +us pasos



firmes resonaron sobre los pulidos mosaicos del piso hasta que llegó a su amada eintercambió con ella un par de gestos cariñosos. #laudine, fr<gil, pequeña, lo contemplabacon arrobado deslumbramiento. El rostro del teniente, pese a lo afectivo de la escena,estaba cru;ado por una sombra oscura. @uso la gorra militar de vibrante penacho ba$o el bra;o i;quierdo, apresó con firme;a el pomo de su sable de caballer7a y se tomó un instante

antes de hablar.

=Le marcho a la guerra, #laudine

=anunció por fin.

a muchacha lo miró con eDpresión confusa.

=H qué guerraI

=terminó por preguntar.

El teniente 9upond la miró abismado.

=#laudine

=reprochó

=" no puedes decirme que no sabes lo que ocurre en el mundo. E$ércitos de variasnaciones aprestan sus tropas haciendo sonar los clarines de combate dispuestos a lan;arse auna espantosa carnicer7a. >oda Europa se sumergir< en un baño de sangre.

=H9e qué guerra me hablas, por 9iosI HEs que aún persiste el conflicto de #rimeaI

=#laudine... -o puedes decirme que no has escuchado hablar a tus criadas, a tus primas, a los hombres que traba$an tus campos, sobre la guerra que se cierne...

a niña apretó los puños con furia.



=ien sabes, @ierre

=masticó las palabras

=, que no se nos eDige a las mu$eres erudición ni conocimiento. a sociedad sólo

nos pide que seamos bellas y agradables, y que estemos siempre dispuestas a esperar anuestros hombres. 4ue $uguemos solitarios, a lo sumo, para adiestrar nuestras mentes. Japrendamos a bordar. -o tengo por qué estar al tanto de lo que ocurre all< afuera. ! mis padres me han dicho que no alterne con mis criados y que no haga caso a sus ra;ones.

El teniente acusó el impacto.

=Le marcho a la guerra, mi pequeña

=repitió, apesadumbrado

=. ll7 afuera, bordeando los viñedos, se encuentra mi regimiento $unto con otrastropas. El general ReD tuvo la generosidad de permitirme llegar hasta aqu7 al galope paraavisarte, porque el rumbo hacia el frente est< en camino. Le dio sólo media hora para llegara verte.

Bn retumbar opresivo, como de gigantescos toneles que rodaran, se escuchó a lole$os.

=HJyes, oyes, mi pequeñaI

=pareció estremecerse el teniente

=. !a ruge la artiller7a su canción de muerte.

#ambió entonces la eDpresión de #laudine. Entrecerró sus bellos o$os celestes y elrel<mpago de la ira resplandeció por un instante sobre su frente amplia, ba$o los ri;os de su blonda cabellera.

=Lientes

=eDclamó

=, mientes una ve; m<s, @ierre. Esto no es m<s que otra mentira tuya. -i lo que seescucha son obuses ni te marchas a una guerra. o que se oyen son truenos de una tormenta



le$ana y hacia dónde partes aún debo averiguarlo, pero ya lo imagino, porque te cono;co.

El teniente retrocedió un paso, como impactado por la determinación de su prometida. albuceó un par de veces. uego giró, buscando con la vista a su edec<n.

=Oos diarios, caboP

=eDigió, con don de mando

=. H>iene all7 los periódicos de la semanaI

#on preste;a militar el edec<n salió a la galer7a eDterna. 9os minutos despuésretornó cargando una pila desordenada de diarios que alcan;ó a su superior. Este comen;ó adesplegarlos frente a los o$os de #laudine.

=8#omien;a la masacre:... 8Gientos de hecatombe:...

=fue leyendo los titulares de tamaño cat<strofe y tradu$o algunos de ellos ya queeran de periódicos eDtran$eros

=... 8 las puertas del horror:...

=uego depositó uno de ellos, alem<n, en las manos fr<giles de #laudine.

Ella no vaciló y estrelló el periódico contra el piso de modo por dem<s violento. asho$as separadas del diario comen;aron a agitarse y volar impelidas por el viento que llegabadesde la galer7a eDterna.

=O-o tengo por qué creer en todo lo que dicen los diarios, @ierreP

=estalló

=. O>ú y yo sabemos que el periodismo es un nido de corrupción y venalidad,mercenarios al servicio del me$or postor, mercaderes de la noticiaP Oo supiste a lo largo delcaso 9reyfus, @ierre, cuando llegaron a inventar las ba$e;as m<s grandes con tal de venderm<sP

El teniente, la mano i;quierda su$etando la empuñadura de su sable de combate, lamiraba desconcertado, al parecer sin ra;ones para discutirle. #laudine se cru;ó de bra;os,altanera.



=@ierre

=ba$ó un tanto la vo;

=, me hab7as prometido no caer de nuevo en estas cosas. -o volver a mentirme.

+e hi;o un silencio espeso, alterado únicamente por el murmullo le$ano de losobuses o los truenos.

=9e nuevo quieres salir de $uerga con tus amigos

=di$o #laudine

=. Eso es lo que quieres y no es la primera ve; que te inventas alguna historiaestrambótica para lograrlo.

Bna criada que se hab7a quedado prudentemente al margen por si su señora la precisaba giró sobre los talones y desapareció sigilosamente de la escena, pero no sin que elteniente se percatara de su movimiento. El edec<n, atr<s, miró hacia el otro lado y parecióinteresarse por las molduras de las columnatas.

=HJ no me di$iste hace tiempo

=continuó #laudine

= que te ibas de maniobras nocturnas con tu regimiento y todo resultó ser unaestratagema, planificada militarmente, para pasar una noche con tus amigotes $unto con lasenfermeras del destacamento de vignon, esas locas que no pierden oportunidad pararevolcarse con los soldadosI

=>e eDpliqué que aquello fue todo un malentendido

=transpiraba levemente el bello filo de la nari; del teniente.

=HJ aquella otra oportunidad en que me di$iste



=no dio sosiego #laudine

= que no pod7as llevarme al baile de los @latini porque ten7as el velorio de uncamarada de armas, muerto en un lance de honorI ! al poco tiempo vi a ese mismocamarada en un <gape en el salón de invierno, vivito y coleando, colorados sus cachetes no

ya por la vergXen;a sino porque brillaban en ellos los coloretes de las coristas del 3ato -egro.

El teniente soportó la andanada con estoicismo.

=#laudine, #laudine, me ofendes

=suplicó

=. >e he dicho que todo eso puedo eDplicarlo. @ero si no crees en mi palabra, nicrees en la palabra de los diarios, sólo me resta ofrecerte la palabra del general ReD, queest< all7 afuera, esperando. Es un hombre duro, un soldado curtido, que en estos momentosestar< repasando los mapas de batalla. @ero por ti, por ti, iré a buscarlo y le pediré quevenga a convencerte de que lo que te digo es cierto. -o dudar<s de la palabra de un generalde la Francia.

Bn ramala;o de duda estremeció a #laudine. En tanto su prometido sal7a presurosoen busca de su superior, ella permaneció con la vista perdida en un punto cualquiera, sumano derecha ro;ando sus labios.

=El general ReD

=musitó

=, el general #laude ?ean Lichel ReD.

4uince minutos después, tiempo que #laudine consumió caminando con eDpresiónvaga en torno a la mesa y desli;ando unos de sus dedos marfilinos sobre la cubierta dem<rmol, volvió su prometido con el general. Este, cincuentón, ba$o, corpulento, de enormes

mostachos ya canos, impactante en su uniforme de lustrosos correa$es, saludó con un sobriocabeceo a #laudine, pero permaneció le$os de ella, como anticipando que no le dispensar7amucho tiempo. 9e inmediato le habló con una vo; seca y profunda.

=Le informa mi subalterno, señora



=di$o

=, que usted duda de que estemos marchando a la guerra. -o tengo tiempo para dareDplicaciones que ni siquiera doy a los pol7ticos ni a los estadistas. +ólo le informo que all7afuera, en todos los l7mites de sus tierras, aguardan para seguir la marcha los coraceros

austr7acos del mariscal 9epre, los infantes senegaleses del coronel Lontes, los húsares belgas del general @hilips y la caballer7a inglesa del coronel #ardigan. Eso es todo. @alabrade soldado.

=OEsa es la cuestiónP

=estalló, brav7a, #laudine, dando una sonora palmada con sus manos

=. Kasta una $oven tonta y desinformada como yo sabe que el secreto de la

fortale;a militar radica en el esp7ritu de cuerpo, en cubrirse unos a otros en sus patrañas, ensus argucias, en sus mentiras. ! no para alcan;ar ob$etivos estratégicos, sino para conseguirengañar a sus esposas, a sus novias, a sus prometidas y poder irse de $uerga con esas prostitutas de las enfermeras. @ara lograr lo que m<s les gusta, estar todos $untos,amontonados en esas sucias barracas donde duermen y se bañan en forma promiscua,insultando como carreteros, presumiendo de machos y viriles, oliendo los sudores de losotros, le$os de las mu$eres valiosas, pero cerca de las arrastradas.

El general ReD asimiló a duras penas el impacto, y la a$ada piel de su rostro se tornócetrina.

=+eñora

=mordió

=" usted ofende y ultra$a la sangre derramada por miles y miles de soldadosfranceses ca7dos desde la época de onaparte.

#laudine, las me$illas cubiertas de rubor por el eno$o, no se doblegó. un costado,el teniente $adeaba, trémulo, consciente tal ve; de que su carrera militar se estaba haciendo

tri;as.

=H4ué har< usted, tenienteI

=lo empla;ó el general



=. HGiene con nosotros, se queda, obedece las órdenes de esta niñaI

El teniente 9upond se encogió de hombros, desconcertado.

=+i te vas con ellos

=le di$o #laudine

=, no vuelvas aqu7 nunca m<s.

El general giró sobre sus talones y empe;ó a marcharseN pero, antes de salir, volvió aapostrofar al teniente.

=Bsted sabe cu<l es la pena que marca el reglamento militar para el oficial que seniega a marchar al combate.

-o esperó respuesta alguna y abandonó la casa.

El teniente comen;ó a caminar, yendo y viniendo por la amplia sala, con los puñosapretados. 9e repente, quedó clavado en medio de la estancia, estirando el cuello comoescuchando.

=Jye, #laudine, oye

=señaló hacia afuera, entusiasta

=" son los clarines...

=@rimero me hablabas de obuses, ahora de clarines

=sonrió #laudine, despectiva.

=Esos clarines indican la llegada al punto de encuentro del rey strubar tercero,que viene a arengar a nuestras tropas antes de que marchen al sacrificio. +i me esperas, sitienes a bien concederme un momento, iré a buscarlo y, superando lo que su figura meabruma, le pediré que venga para decirte que todo esto es cierto, que no son mentiras, que



la guerra mundial es una hermosa verdad.

+in esperar respuesta alguna, 9upond salió a la carrera de la casa.

os o$os de #laudine se llenaron de l<grimas.

=-o puedo creerlo

=balbuceó

=" el rey strubar en casa, en nuestra propia casa. HKan escuchado, niñasI

=preguntó a su alrededor, consciente de que sus mucamas segu7an toda la escenaocultas tras puertas y columnas.

s7 quedó #laudine, aterida por la emoción, esperando el acontecimiento. @ero, estave;, la llegada del insigne visitante se vio precedida de un tumulto de pasos marciales,resoplar de cabalgaduras, tintineos de herra$es y las eDplosiones eDtempor<neas del motorde un poderoso automóvil. 9e inmediato se oyó afuera, sobre la grava y luego los mosaicosde la galer7a, un retumbar de botas. Bn tropel de oficiales entró en la casa y se desplegó enun movimiento de pin;as sobre las paredes laterales. Enseguida llegó nuevamente elteniente 9upond, $adeante y despeinado. >ras él, el canciller @etite seguido por su estadomayor. *mpresionaba el aspecto del canciller, con su casco bruñido, de penacho a;ulino yenvuelto en un capote gris oscuro con ribetes ro$os. Era el art7fice del acuerdo de >uller7asen ((&, el garante del tratado de los @irineos en ('0. +us tupidos bigotes grises le

ocultaban tanto la boca como la mand7bula. El brillo acerado de su mirada se posó en#laudine.

=Le cuenta mi subalterno, oficial de la Francia

=di$o @etite, acostumbrado a no demorarse en rodeos

=, que usted, señorita, no cree que él deba marchar al frente de batalla, y que setrata sólo de un infantil argumento para salir esta noche.

=Li estimado canciller de mi mayor consideración

=ba$ó los o$os #laudine

=. -o voy a dudar de lo que afirma un insigne visitante que me honra al llegar hasta



mi casa. @ero ocurre

=#laudine miró al canciller a los o$os

= que he perdido la confian;a en mi prometido desde aquel vergon;oso episodio

con las tres refugiadas polacas, abuela, madre e hi$a. +igo pensando que es todo una suciatramoya, si usted me permite.

El canciller perforó a 9upond con su mirada de acero.

=+i él se marcha

=sentenció #laudine

=, que no vuelva nunca m<s por esta casa.

=#laudine, #laudine

=lloriqueó el teniente

=" es muy probable que si me marcho a la guerra mi cuerpo quede sobre un campode batalla y nunca m<s vuelva a verte.

=@uedo hacerle una última propuesta

=ofreció el canciller, h<bil negociador

=" hablar con el mariscal Jtto enverg, al mando de todas las tropas de la coaliciónenemiga, y que él en persona le diga que este conflicto va en serio.

=Kombres

=refutó #laudine

=, siempre hombres. -o me ofrece usted el testimonio de ninguna mu$er confiable,como podr7a ser la de su deliciosa esposa, madame #hristine, a quien no veo en la comitiva.

Bn escalofr7o estremeció al canciller. +e produ$o un silencio molesto. e$os, tronaba



la artiller7a. @etite consultó al teniente con la mirada.

=>eniente

=di$o, con inusitada dul;ura

=" tengo a mi cargo la vida y la muerte de miles de hombres. @ero también soy unhombre con debilidades y conocimiento de la vida. H4ué piensa hacer, tenienteI

9upond abrió los bra;os en una eDpresión de desaliento total. +us o$os mostrabandesesperación.

=4uédese, teniente, quédese

=sugirió el canciller.

9upond ba$ó la cabe;a.

-ada m<s esperó @etite y salió a paso vivo de la sala, seguido por un remolino deoficiales. @ronto se escucharon afuera órdenes enérgicas, el bufido de las cabalgaduras y laeDplosión hiriente del motor del auto. @ero, en cinco minutos, todo volvió al silencio.9entro del salón, en un eDtremo, una sonriente #laudine observó cómo su prometido searrastraba pr<cticamente hasta una silla y se hund7a en ella, la cabe;a entre las manos, los

codos sobre las rodillas, el morrión ca7do en el suelo. s7 permanecieron die; minutos.

=H9eseas que nal7a te prepare algo para comerI

=preguntó #laudine.

TEOR'A DE LA #ELLE%A

=HBstedes sab7an que desde (02/ en la ciudad belga de Gerhoeven, todos los años, para octubre, se reúne la gente m<s fea del mundoI

=preguntó ernardi, divertido.



=Ha m<s fea del mundoI

=H! por qué no nos invitaronI

=di$o Ricardo, señalando a los integrantes de la mesa

=. 9e ac< podr7amos haber mandado una delegación fuerte. Liralo al #helo, miraloal >urco...

=HGos ser7as el presidente de la delegaciónI

=lo cru;ó el #helo.

=J$o, o$o...

=puntuali;ó Ricardo, muy serio

=, que yo fui un ebé ?ohnson.

=Bn ebé ?ohnson, qué hi$o de puta

=se rio @edro

=. H#ómo es esoI

=a firma ?ohnson eleg7a a los bebés m<s lindos para hacer publicidad y yo fui un

ebé ?ohnson.

=H! qué hacen en ese encuentro de feos en élgicaI

=quiso saber el +ordo.



=Es una semana de actividades

=informó ernardi

=" lo de siempre. #oncursos, elección de los reyes de la fealdad. @ero, eso s7, no participan deformes, ni enanos ni defectuosos...

=-o participa el hombre elefante, por e$emplo.

=Eso, eso, ni tampoco la mu$er barbuda. Es toda gente fea dentro de los par<metros

normales, gente como cualquiera, como nosotros.

=h, gracias por lo que nos toca. @ero... Hcómo sabés lo de Gerhoeven y todo eso,lo viste por televisiónI

=o que pasa

=se apresuró a eDplicar el #olorado

= es que ac<, #arlos, el amigo ernardi tiene una teor7a revolucionaria con respectoa la estética, que ya la ha presentado en la +orbona...

=Karvard

=corrigió ernardi.

=Cl sostiene que... Hpero por qué no lo cont<s vos, #arlos, que la tenés m<s claraI

=+7



=aprobó Ricardo

=, me$or que hablen los que saben, porque si no se pone a opinar cualquier pirincho. Es como si estando ac< el 9octor

=señaló a #hiquito

= yo me pusiera a hablar de leyes, o si delante de m7 cualquiera de estos burros se pusiera a hablar de música.

El #olorado fue el que lo acercó a la mesa a ernardi. +eguramente hab7a quedadocon él en encontrarse en el Letrópolis para hablar de traba$o en otra mesa, sin molestar laliviandad festiva de los 3alanes. @or cierto que los muchachos, al ir llegando, vieron a esehombrecito medio pelado, de lentes gruesos y bigote tupido que esperaba en una mesacercana con carpetas y un portafolio. @ero el #olorado, al llegar un rato m<s tarde,consideró atento acercar a su colega al grupo para presentarlo y compartir un momento. El

momento se prolongó cuando ambos se engancharon, ernardi sólo como oyente, en unaapasionante charla sobre si eDist7a un colesterol bueno y un colesterol malo o era otra patraña de la #*. #uando alguien mencionó el comple$o de mucha gente con su gordura,ernardi encontró una fisura por donde introducir el tema de Gerhoeven y lo feo.

hora, ante la invitación del #olorado, el forastero se apretó dos o tres veces la nari;como si le picara, mientras aguardaba a que se hiciera silencio.

=a teor7a m7a, que ya est< en Karvard

=empe;ó

= es muy simple" somos todos feos.

= la mierda... Hy lo dice as7 sin anestesiaI

=J no tan absolutamente

=se moderó el eDponente

=. !o sostengo que el noventa por ciento de las personas somos entre normales,feos y muy feos. ! hay un die; por ciento de personas lindas, que son las que traba$an deeso, las profesionales. as minas o los tipos que aparecen en las tapas de las revistas, lasmodelos, los modelos, los galanes y las actrices de televisión. a gente a la que se le paga



por ser linda. @orque cuando uno dice 8las italianas son muy lindas:..., Hen quién est< pensandoI Est< pensando en +of7a oren, en la #uccinota, en #laudia #ardinale...

=@or mencionar minas que ya est<n cerca de los ochenta.

=Bstedes saben a lo que me refiero

=se molestó ernardi

=N doy e$emplos por todos conocidos. J si decimos que las francesas son lindas pensamos en #atherine 9eneuve, en rigitte ardot y olvidamos a las millones y millonesde italianas y francesas que son entre normales, horribles y muy horribles. Kablo de los

hombres también. lain 9elon no es el común denominador de la belle;a francesa.

=ueno, pero... un momento

=lo contuvo #helo, puntilloso

=" todos sabemos que la belle;a es un concepto cultural y no absoluto. >al ve; loque no sea bello para nosotros puede ser muy hermoso para los asi<ticos o los africanos olos esquimales... J$o al pio$o...

=>otalmente de acuerdo

=di$o ernardi

=. @ero yo he traba$ado esta teor7a m7a con especialistas de diversos pa7ses. #on elsociólogo y antropólogo @eter eSis, de ustralia, por e$emplo, y él me mandó estudiosdonde dice que, por e$emplo, las tribus papúas guardan otro concepto, pero siempre tienenuna escala de belle;a. @ara ellos también hay papúas bellos y papúas feos, elección que tal

ve; no coincida con la nuestra.

= la mierda si hay que elegir uno de esos negros que son horribles

=se rio el @eruano.



=Lir< este indocumentado

=lo señaló el @itu

=" un aborigen incaico y se r7e de otros abor7genes como él.

=H@ara qué, digo yo

=se preguntó Ricardo

=, +an Lart7n les habr< dado la libertad a estos indios, para que después vengan asentarse con nosotros y piensen que son lindos como unoI

=H! cómo se te dio por meterte en este temaI

=elmondo devolvió la atención al disertante.

=Bna ve; me hablaron de la belle;a deslumbrante de la mu$er brasileña

=di$o ernardi. El #olorado se señaló a s7 mismo, con cara de circunstancias

=. l poco tiempo

=siguió ernardi

= me fui a R7o de vacaciones y me recorr7 de arriba aba$o catorce veces la playa de#opacabana. Entre millones y millones de bañistas habré encontrado dos o tres minas parecidas a +onia raga o ZuDa. >odo el resto, hombres y mu$eres, estaban dentro de lo quecalifico de normales, feos y horribles. ! sin posibilidad de esconder nada, en malla, en bi5ini, casi en bolas como andan estos brasileños. o que pasa es que a nosotros el cine

norteamericano nos ha deformado el cerebro. En todas las pel7culas donde aparecen playaso piletas de natación, esos lugares est<n habitados casi eDclusivamente por minasimpresionantes, dignas de estar en las tapas de las revistas, chicas de @layboy. @ero la durarealidad es muy distinta.

@oco a poco la mesa se hab7a ido quedando en silencio, siguiendo la inquietanteteor7a de ernardi.



=Empecé

=se embaló este

= a tomarme el traba$o de estudiar esta caracter7stica en todos los lugares adondevia$é. +aqué miles de fotos y también tengo filmaciones que avalan mi concepto. Estuve enuna playa nudista, la Jrient, de la isla de +aint Lartin en el #aribe.

=y, mamita.

=+e imaginan ustedes qué seres humanos deslumbrantes y maravillosos podr7anaparecer en una pel7cula yanqui sobre una playa nudista en el #aribe. Luy bien. O-unca viadefesios tan grandes, cuerpos tan horribles, tetas tan ca7das, culos tan a$ados, pi$as tanrid7culasP un considerando que el desnudo total es deseroti;ante, porque elimina laatracción del misterio.

=#uando ya viste una mina en bolas ya viste todo

=sentenció elmondo

=N prefiero una mina cubierta, aunque sea con un tul, y no en bolas.

=H! vos también andabas en pelotas por esa playaI

=quiso saber el +ordo.

=-o

=di$o ernardi

=" era una playa muy larga que en un eDtremo ten7a el sector nudista. @erocualquiera pod7a andar por cualquier lado. Jtra ve;, en la Rambla #ataluña de arcelona,sentado en uno de esos bares en el bulevar central, mientras ve7a pasar a millones de personas de todas las nacionalidades, le di$e a mi mu$er" 8visame si ves un hombre o una



mu$er que mere;ca aparecer en la tapa de una revista como Gogue, y yo te aviso también siveo alguno:. Kabremos visto, no les miento, no m<s de cuatro personas dignas de sermodelos. !o les propongo un momento de refleDión. Lañana aparece uno de estos tiposdueños de agencias de modelos y le dice a cualquiera de ustedes" 8>engo que hacer undesfile en Rosario y necesito cuatro chicas para desfilar en malla en la pasarela:. Kagan

memoria, piensen, me informan. *ncluyan también un par de tipos que puedan desfilar.os 3alanes comen;aron una febril revisión mental, tirando muchos nombres

femeninos sobre la mesa. #ada uno de ellos fue rebatido por los dem<s o desestimado porellos mismos antes de avan;ar demasiado en la propuesta.

=Esa mina

=apuntó, por e$emplo, Ricardo

= es muy linda de cara, pero mide uno cincuenta.

=>u cuñada

=fue <cido elmondo

= no es fea, pero tiene piernas muy gordas. Fi$ate que nunca la vas a ver de pollera,y una mina que hace eso es sospechosa.

=a mo;a de El #airo, la rubia, es muy linda pero retacona y si la ves caminandoen una pasarela parece un macho.

=Jlvidemos lo de caminar

=concedió ernardi

=, porque eso se adquiere. @ero es cierto que un desfile es un filtro mucho m<seDigente que una foto. Luchas de las modelos m<s famosas no superan el metro sesenta, pero fotograf7an muy bien y pueden elegir una foto entre millones que le sacan.

= eso agregale el photoshop.



= eso agregale el photoshop. @ero arriba de una pasarela, en bi5ini, no hay tut7a,ah7 est< la verdad, no hay camelo posible. H#u<ntas minas encontraronI

Kubo bamboleos negativos de cabe;a, cierto desaliento.

=Es que nosotros

=di$o el #olorado

= ya estamos en una edad en que no conocemos a esas minas. >e podemos dar unlistado de minas aptas para el geri<trico.

=@reguntale a tu hi$o y te va a decir lo mismo. @rimero tira ocho o die; nombres deamigas, y después las empie;a a bochar y no de$a ninguna. J de$a una, de pedo. E inclu7 alos tipos, #olo

=repitió ernardi

=, para que no se piense que esta teor7a se queda sólo en las mu$eres. o que ocurrees que es siempre lo primero que se piensa por la relación de la mu$er con la belle;a.

=ueno

=señaló Ricardo

=, vos lo agarr<s al @itufo, lo bañ<s, lo pein<s bien, le ponés unos tacos altos y selas puede rebuscar fenómeno en cualquier desfile.

=ien que cuando yo llegué a la mesa

=se alteró el @itufo

= con los últimos adelantos de Europa, se dec7a que yo era puto.



=>odav7a lo decimos, pelotudo

=señaló Ricardo.

=Lir< que yo una ve;

=apuntó el #helo, que se hab7a quedado con la espina

= fui a un baile de fin de año en el ?oc5ey #lub de Fisherton y hab7a unas minasque part7an la tierra.

=h, qué $oda

=di$o ernardi

=" esa es otra historia. !o también una noche fui al >ropicana de a Kabana y todaslas negras eran una cosa de locos. @ero son minas que traba$an de eso, les pagan porqueest<n buenas y son lindas, son profesionales de la imagen. Es como si te metés en uncasting de secretarias para esos programas de televisión donde laburan de mostrar el culo.4ué vive;a. h7 est<n todas muy bien. @ero lo que vos me cont<s de ese baile en el ?oc5eyentra en otra faceta de mi teor7a sobre este asunto. @resten atención porque yo sé que estogenerar< polémica. Finalmente, la belle;a es una condición social.

= la puta

=di$o el #helo

=, eso suena discriminatorio.

=>e eDplico, porque todo tiene su lógica

=ernardi se concentró, sabiendo que abordaba un tramo dif7cil

=. +uponete un tipo de guita. -o importa cómo hi;o la guita, no $u;gamosconductas. Bn tipo de guita puede buscar una mina linda en cualquier estrato social.Encuentra esa mina linda y como tiene guita, puede elegir porque las minas lo buscan, y secasa con ella y ya la mete en su c7rculo. a mina tendr< entonces posibilidades de cuidarse,de comer bien, de hacer gimnasia, de no andar corriendo en tres laburos y de no hacerse



tanta mala sangre porque no le alcan;a el mango. os hi$os de esa pare$a me$orar<n laespecie. !a se cru;ar<n con minas o pibes de ese estrato social. as pibas se casar<n con pibes que hacen deportes, que se alimentan bien, que est<n bien cuidados y que no se van acagar la piel ni la salud laburando con el fratacho a las cinco de la mañana en invierno enuna obra en construcción.

=! que incluso por ah7 han sido un ebé ?ohnson como uno

=interrumpió Ricardo.

=a hi$a de Jnassis era un bagayo

=desestimó el +ordo.

=Kablo en general

=aclaró ernardi

=. @or supuesto que hay eDcepciones, pero hablo en general.

=o que dice él

=aseveró elmondo señalando a ernardi

= es cierto. +i vos vas a a Florida en el verano... HGos de dónde sosI

=9e drogué.

=ueno, a Florida es la playa popular de ac<. +i vos vas a a Florida por supuestoque, entre cien minas, vas a encontrar nueve o die; muy lindas. @ero si vos vas a la piletadel ?oc5ey sobre veinte minas vas a encontrar nueve o die; muy lindas.



=o que te digo

=se alegró ernardi

=" la buena vida, la buena cru;a, la buena alimentación, la gimnasia, el @ilates, el

no hacerse tanta mala sangre, @unta del Este y la pindonga del mono. ! en los tipos algo parecido. >odo eso hace que, con el paso del tiempo, haya c7rculos sociales donde la belle;aen hombres y mu$eres se haga m<s sencilla de encontrar.

=Fi$ate vos, fi$ate vos

=golpeteó con el dedo #hiquito, sobre la mesa

=, f7$ate en las minas que mane$an cuatro por cuatro, son todas lindas. #uando yo

veo una cuatro por cuatro me fi$o en las minas que las mane$an, y casi todas llevan pende$os rubios a la escuela.

=Oo que te digoP

=se eDaltó aun m<s ernardi

=. @orque los maridos de esas minas tienen guita para comprarse o comprarles unacuatro por cuatro.

=@ero algunas son unas pelotudas insoportables

=refunfuñó el #helo.

=O-o estoy hablando de esoP

=pareció enardecerse ernardi

=. c< no tienen nada que ver la inteligencia, la honrade; ni ninguno de esosvalores morales o c7vicos. Li teor7a habla eDclusivamente de estética, de belle;a, deimagen...

+e quedaron un rato en silencio, cavilando. lgunos aprovecharon para pedir otracerve;a, otros para girar la cabe;a hacia los televisores, atentos a si hab7a comen;ado el



partido de oca.

=hora

=se atusó los bigotes @edrito

=, nosotros tenemos que ser muy cautelosos con esa teor7a. -o podemos salir arespaldarla públicamente, aunque suene lógica. Eso de que somos todos feos.

=H@or quéI HGos te consider<s lindo, acasoI

=di$o Ricardo

=. 9istinto es el caso m7o, que siempre me han considerado sólo una cara bonita.

=-o, pelotudo. Es que la mesa fue la primera que propuso a Rosario como #apital -acional de la @otra.

=H4ué es esoI

=se interesó ernardi, divertido.

=Este

=el @itufo señaló al -egro

= una ve; di$o que si a él le ped7an una campaña para incentivar el turismo enRosario, no hablar7a ni del r7o ni del monumento a la bandera sino de las minas. +abr<s que

Rosario est< considerada como una ciudad de muy lindas mu$eres.

=lgo de eso escuché

=aceptó ernardi, no muy convencido.



=ueno, y no sólo lo habr<s escuchado

=se encendió elmondo

=. +i ven7s a Rosario m<s o menos seguido lo habr<s visto por la calle. >odos lostipos que vienen ac< desde afuera se quedan sorprendidos por la cantidad y calidad de lasminas.

=! digo yo...

=dudó ernardi

= y perdonen que me ponga en profesional, en investigador y no en un tipocalentón cualquiera... HBstedes tienen algún ra;onamiento lógico que avale eso de lasminas ac< en RosarioI

=Bna ra;ón puede ser la me;cla de ra;as

=di$o @edro

=. +i vos ven7s a la Feria de las #olectividades en octubre te vas a sorprender por la

enorme variedad de ra;as y etnias que conviven en Rosario. @ero creo que hay una basefuerte que es la italiana del norte, gente rubia de o$os claros que cumplimenta el requisito b<sico de nuestro gusto, culturalmente hablando.

=>e informo

=cortó ernardi, fr7o

= que ac< llegó m<s gente del sur de *talia que del norte.

=Jtra cosa es la so$a, pelotudo

=no le dio importancia el @itufo record<ndole a @edro

=" el lomo que tienen las minas ac< es por la so$a.



=! el caminar hacia el r7o

=añadió, Ricardo, doctoral

=. !o viv7 en el a$o y esas cuadras que ba$an desde el centro hacia el r7o obligan alas minas a caminar echadas hacia atr<s, bien erguidas, sacando tetas hacia delante, lo quelas hace m<s atractivas.

=! el contagio, Ricardo

=se entusiasmó #helo

=. #uando las pende$as de trece, catorce años ven a las m<s grandes vestirse comose visten, meterse en esos pantalones a$ustados en los que se meten, las imitan, y ya salen acompetir a esa edad.

=@or otra parte, todas las minas est<n concentradas en una ;ona pequeña. -o comoen uenos ires que andan todas medio desperdigadas. c< el centro es m<s chico

=se apuntó el +ordo.

=HGos nunca fuiste a la peatonal un s<bado a la mañanaI

=le preguntó el #olo a ernardi, como si recién lo conociera.

=Lir<, mir<...

=ernardi entrela;ó las manos sobre la mesa, se quedó mir<ndolas y lentificó su

discurso como sabiendo que se met7a en aguas peligrosas

=" yo sé que a ustedes tal ve; esto les duela. @ero yo creo que esto de Rosariociudad de lindas mu$eres es otro verso de los tantos que han inventado los propiosrosarinos, a los que hay que reconocerles gran creatividad. Es otra frase marquetinera, unaoperación de prensa, un recurso inteligente para vender la ciudad. #omo lo de Rosariociudad cultural o lo de la trova rosarina...



=@ar< un cachito, par< un cachito

=el #helo lo señaló a ernardi y su tono de vo; se hi;o afilado

=. HGos nos ven7s a decir que todo eso son inventos nuestrosI

=Esper<, #helo

=intentó ata$ar el #olo, viendo llegar la tormenta

=N ac< el amigo...

=Bstedes mismos me reconocieron

=recordó ernardi

= que mi teor7a sobre la fealdad es correcta y...

=+7, pero primero nos ven7s a decir que somos todos unos bagayos

=hab7a desaparecido el atisbo ;umbón en Ricardo

=N después nos dec7s que las minas de ac< son una cagada, ahora sal7s con que lo dela trova...

=>e repito, te repito

=di$o ernardi

= que me parece perfecto y un rasgo de inteligencia crear todos esos mitos y que...

=H quién cara$o nos traés a la mesa, #oloradoI

=apuntó Lartorell, y el #olorado sab7a que era grave equivocarse en una



invitación.

=Esta actitud tuya

=Ramón señaló a ernardi

= es propia de los porteños soberbios y peyorativos, que se cagan en todo lo que nosea de uenos ires...

=H4ué me querés decir con esoI

=ernardi intentó ponerse firme.

=4ue vos sos también un porteño de mierda, prepotente y despreciativo

=dobló la apuesta Ramón.

=H@or qué no te qued<s en uenos ires

=saltó Ricardo

= y te fi$<s en todas las cagadas que tienen all<I

=ueno, muchachos, muchachos

=se incomodó el #olorado. @ero ernardi ya hab7a manoteado sus carpetas, su portafolios y empe;aba a levantarse.

=9iscúlpenme

=murmuró, apresurado y confuso

=, pensé que iba a encontrar otro <mbito de discusión, otro nivel de...



=Ond< a la concha de tu madre vos y tu nivel de discusión, pelotudoP

=sentenció @edro.

=O#omo si vos fueras tan lindo, boludoP

=di$o el @itufo.

@ero ya ernardi se ale$aba hacia la puerta del Letrópolis secundado por un#olorado nervioso y molesto.

=#he, perdon<

=se disculpó el #olo cuando volvió a la mesa cinco minutos después

=. Le parece que a este tipo se le salió la cadena. @ero les puedo asegurar que es uninvestigador serio, que lo de la teor7a en Karvard es cierto, que...

=>odo bien, #olo, todo bien

=lo tranquili;ó Ricardo.

=>ambién el @ochi lo tra$o a este

=el #helo señaló al @itufo

= y nadie le dice nada.

Kubo una pausa donde tal ve; cada uno procuró digerir lo que hab7a pasado, aquelloque hab7a llevado a la mesa a un nivel de discusión violenta, inusual dentro de su frivolidadinveterada.

=9igo yo...



=habló el #helo como para s7

=. H>an feos somosI

UN NO#EL DE PRO(INCIAS

Gino mi mu$er y di$o que me llamaban desde Lil<n.

=H9esde Lil<nI

=me asombré

=. -o cono;co a nadie en Lil<n.

=-o sé. 9i$eron Lil<n. Eso fue lo que entend7.

=H@or qué, en qué hablabanI

=-o sé. @arec7a castellano. @ero hablaron muy poco, preguntaron por vos.

=H@or m7, desde Lil<nI

=me segu7 preguntando mientras iba hacia el teléfono. >odo escritor sabe que Lil<nes un centro editorial mundial, como arcelona, y ese era un dato que me aportaba ciertaeDpectativa.

=Kola, Hhabla RobertoI

=la vo; ten7a un acento eDtran$ero pero su castellano era entendible

=. Kabla Lilan undera.



=HLilan underaI

=repet7 sin poder creer que me estaba llamando el autor de La insoportable le3edad

del ser .

=+7. #reo que nosotros no nos conocemos. @ero le hablo de parte de LarceloRavoni, de Feltrinelli. Le di$o que lo llamara para decirle que esté atento, que ac< se est<hablando de que el próDimo -obel de iteratura ser< para usted.

+aludó y cortó, como un chico que cumple con un encargo.

4uedé trémulo, el tubo del teléfono levemente ale$ado de la ore$a. ! con una ligera

taquicardia.

=El -obel de iteratura

=di$e varias veces en vo; ba$a como canturreando un mantra.

El mensa$e encerraba claramente un disparate. +oy un escritor de cuarto nivel,comercial, que he obtenido alguna repercusión con mi libro de cuentos La >aula y otrosencierros. Jtro disparate era la irrupción telefónica del supuesto Lilan undera, escritor

muy admirado por m7, a quien nunca tuve, tengo, ni tendré acceso, llam<ndome porteléfono para transmitirme un encargo, casi a nivel de alcahueter7a. J era una $oda. 9e$é elteléfono y me pegué una palmada en la frente.

=erti

=di$e

=, el hi$o de mil putas de erti y otra de sus bromas pelotudas.

Fui hasta la habitación donde mi mu$er ordenaba los placares.

=H@odés creer que es otra ve; erti con sus bromas pelotudasI

=le informé, y pasé a repetirle la corta charla



=. H-o te diste cuenta de que era la vo; de élI

=-o, pero no me parece que haya sido la vo; de él, esta era m<s grave. @ero no

descartes que ese tarado haya hecho llamar a otro para que no lo recono;camos.

=Kay que estar al pedo

=re;ongué. ! volv7 a la computadora.

El segundo llamado fue de ldo Jliva, el periodista de La 0apital . Cl me hab7a hecho unanota cuando el éDito de La >aula666, pero nunca m<s hab7amos vuelto a hablar.

=H#ómo and<s, qué dec7s, cómo est<sI

=arrancó Jliva. e di$e que todo bien, escribiendo y que eso era todo.

=H4ué est<s escribiendoI

=quiso saber

=. HEst<s por publicar algo nuevoI

dvert7 que sus preguntas no ten7an una orientación muy precisa, que parec7a estar buscando otra cosa. #ontesté vaguedades, que era todo lo que ten7a para contestar.

=H>enés alguna novedadI

=consultó

=. @orque estoy haciendo un relevamiento de la actividad literaria de algunosescritores rosarinos...

e di$e que no ten7a ninguna y, tras una pausa que se estiró algo m<s de lo necesario,comentó"



=J7me, Roberto, me di$o Koracio aguna que hab7a escuchado que alguien leyó enun foro de *nternet que te pod7an llegar a dar el próDimo -obel de iteratura.

Le re7 francamente en una eDplosión nerviosa. @ero entonces, recuerdo, noté el primer soplo de esperan;a, ante la reiteración, por m<s alocada que pareciera.

=@elotudeces, ldo

=di$e

=, no sé a quién se le puede ocurrir algo as7.

#orté. ! nuevamente me quedé pensativo frente al teléfono. Golv7 a recordar a erti.H+er7a capa; ese imbécil de montar toda una estrategia de llamadas y coneDiones para

hacerme caer en otra de sus $odas infelicesI

+7. Era muy capa;. !a lo hab7a hecho conmigo y con otra gente a la que hab7asometido a bromas de alt7sima comple$idad que involucraban a una enorme cantidad de personas, algunas de ellas cómplices inocentes de sus mane$os.

#omo cuando estuvo a punto de empu$ar a la pobre aurita a via$ar a lbania, paracobrar una importante herencia que supuestamente le de$aba un ignoto bisabuelo muerto en>irana a la edad de ((6 años. El mismo erti, ya algo alarmado por el cari; que tomabanlos acontecimientos, se apresuró a llamar a aurita a E;ei;a cuando ya se embarcaba rumboa lbania. J como cuando de$ó en el aeropuerto de Fisherton a la gorda driana, esperando

a un ficticio novio que se hab7a enganchado por *nternet y que llegaba a Rosariosorpresivamente para conocerla.

=Es que estos tipos como erti

=me eDplicó en aquella oportunidad el >urco, un amigo psicólogo

= traba$an con el mismo sistema de los estafadores" sobre la codicia a$ena. acodicia de aurita por una posible herencia, la necesidad de driana de enganchar a un

novio. os que te hacen el cuento del t7o, esos que simulan querer de$arte un paquete llenode dinero, lo hacen especulando con tu avide; de quedarte con ese dinero.

! ahora yo no descartaba que erti armara todo ese circo del -obel intentandoatraer mi deslumbramiento de escritor mediocre.



=-o te menosprecies tanto

=me alentó mi editor, dentro de su habitual moderación, cuando hablé con él porteléfono al d7a siguiente

=. Gos sabés que casi todos los últimos -obel de iteratura han sido para escritoresdesconocidos para el gran público e incluso para la cr7tica. -o han sido casos como los de3arc7a L<rque; o 3raham 3reene, que ya eran tipos reconocidos y famosos. os últimoshan sido para escritores como el egipcio o la escritora sudafricana Lelinda ?ones, m<sconocidos por su oposición pol7tica a algún régimen totalitario o por sus actitudes derespaldo a los derechos humanos.

=@ero, 9aniel

=le di$e

=" vos sabés bien que yo nunca he estado en nada de eso.

=@ero vos firmaste algunas solicitadas pidiendo la detención de las matan;as de ballenas por los $aponeses.

=+7. @ero lo firmé en una mesita al paso que hab7an puesto los de 3reenpeace encalle #órdoba. -o me manifesté ni en una revista ni en la televisión. >ambién firmé un pedido por la esterili;ación gratuita de perros y gatos en el barrio.

=*gual puede suceder que te lo den a vos

=mi editor no perd7a las esperan;as

= para no d<rselo a otro, como castigo. orges aparentemente no se lo dieron por

su apoyo al proceso militar.

a siguiente llamada, una semana después, fue la del egipcio, o al menos eso fue loque interpreté yo.

tend7 una llamada de una persona que hablaba torrencialmente en un idiomadificil7simo. +ólo le entend7 al comien;o que repet7a" 8!usef !usú, !usef !usú:. 9entro demi eDcitación cre7 reconocer el nombre del @remio -obel egipcio de iteratura, autor de El



calle>5n de los milagros. En tanto escuchaba su largu7simo mensa$e, hice señas con la manoa mi mu$er para que buscara en la biblioteca su libro y confirmara el nombre del autor. -oten7a demasiada importancia que le prestara atención o no a lo que me dec7a !usef desde elotro lado de la l7nea, porque hablaba un idioma absolutamente incomprensible. undespués de que mi mu$er me confirmara, también por señas, que !usef era en efecto el

ganador del -obel, este continuó su larga perorata. Bna perorata imposible de descifrar, quesub7a y ba$aba de tono, que por momentos me hac7a pensar que este hombre se iba a lan;ara llorar, y en otros me daba la impresión de que me estaba insultando de arriba aba$o. Endos o tres ocasiones también rompió a re7r como un alucinado, variantes todas que atribu7 a perfiles de una cultura que nos resulta muy a$ena. s7 como empe;ó a hablar, !usef cortóde repente, sin de$arme meter ni un comentario ni una pregunta.

4uedé tres d7as en un estado de crispación alarmante. -o pude sentarme a escribir nicinco minutos.

@or otra parte, paradó$icamente, y volviéndome a la realidad, me llamó un par de

veces Lorales, el gerente de la editorial. 4uer7a preguntarme si me interesaba comprar a precio de costo un eDcedente que hab7a quedado en el depósito de mi primera novela, Laenamorada del muro. as otras opciones, se sinceró, consist7an en venderlos a los queofrecen libros en los subtes y los trenes en un paquete con$unto con un peine y un alicate, o bien para guillotinarlos y reciclar. Esto me confirmó cada ve; m<s la presencia de la oscuramano de erti en la patraña del premio.

-o obstante, lo confieso, lo confieso, la vanidad continuó sometiéndome a untraba$o solapado. +in comentarle nada ni siquiera a mi mu$er, revisaba d7a a d7a todos losdiarios a los que ten7a acceso, todos los sitios de *nternet que conoc7a y todos lossuplementos de literatura donde podr7a haber un suelto, un trascendido, un rumor, sobre mi

nominación al premio. Jbviamente, no encontré nada de eso, lo que por una parte metranquili;aba, pero por otra instalaba en m7 un h<lito de decepción. 9ecid7 olvidarme delasunto y por una semana pude quit<rmelo de la cabe;a.

=Li nombre es Enrique #abral, soy presidente de una peña argentina en]msterdam y le estoy hablando desde Kolanda

=esa vo;, cru;ada por acentos eslavos, vino a sumarse a mi desasosiego,nuevamente a través del teléfono

=. +abr<s

=abandonó el 8usted: tempranamente

= que tu nombre est< sonando para el -obel de iteratura.



=H4ué sabés de esoI

=me aferré con desesperación a ese nuevo informante que me ofrec7a la venta$a dehablar en un idioma accesible.

=-o mucho

=di$o #abral

=. +ólo que ac< se rumorea eso. @ero quiero ponerte al tanto de algo. Este premio,como tantos otros, se compra. Kay un $urado muy serio, muy respetable, muy profesional ytodo lo que quieras, pero para conseguir el premio hay que ponerse, ya sabés" 8@oniendoestaba la gansa:, hay que repartir algunos sobres con euros por ac< y por all<. @ero hay quehacerlo con mucha elegancia, mucho cuidado y mucha altura. @or lo tanto, hay que saber

moverse y a quién tocar. 9e m<s est< decir que en la peña argentina a ordona apenas nosenteramos de tu posibilidad empe;amos a hacer lobby. Li mu$er es de Rosario ylógicamente queremos que triunfen todos los de Rosario. @or otra parte, cuando llegamosac< ella traba$ó cinco años en una editorial de libros para chicos, y entonces conoce todo elmane$o de estas cosas. @or eso sabemos que hay que poner mucha guita si uno quiereconseguir el -obel. ! de eso te quer7amos hablar...

=+7.

=HKasta cu<nta plata podr7as vos llegar a pagarI >e digo, vos o tu editorialNconsider< que no es un gasto sino una inversión, porque las ganancias después, cuando yaseas -obel, son inconmensurables. H#u<nto podr7as llegar a pagarI

=ueno...

=vacilé, atribulado

=, tirame una cifra de referencia. -o sé si estamos hablando de die; dólares, cien,un millón o cien millones. -o tengo idea.

9el otro lado de la l7nea se escuchó un resoplar de fastidio.



=>e tengo que cortar

=anunció #abral, repentinamente

=. >e llamo en cualquier momento y te tiro una cifra. @ero acordate que la peña

puede agili;arte el tr<mite, obviamente carg<ndote un pequeño porcenta$e para nosotros,m<s que nada para la peña, que se ocupa de conseguir laburo para los que recién llegan y desostener a los argentinos que vienen sin un mango hasta que consiguen traba$o.

Le cortó. 4uedé agitado y transpirando.

+i esto era otra historia armada por erti, en este caso se trataba de un esfuer;o de producción que inclu7a guionistas e imitadores de voces. o consulté con mi mu$er.

=! habl< con erti

=se eno$ó

=. En estos casos hay que tomar el toro por las astas. 9emostrale que ya sabés queél est< detr<s de toda esta payasada, desenmascaralo.

e di$e que s7, que iba a hacer eso. @ero me frenaba imaginar las risotadas groserasde erti al verse descubierto, sus palmadas eDageradas en la espalda, sus gritosescandalosos.

=OEntraste como un caballoP

=iba a decir

=. Reconoceme que entraste como un caballo.

=Es que estas ya no son bromas

=me alertó mi mu$er

=N son burlas, son agresiones. Es mentira que erti sea tu amigo, se hace tu amigo, pero, en realidad, quiere re7rse y que se r7an de vos, como lo hi;o con aurita y condriana.



=-o es tan as7, no es tan as7. cordate de todo lo que nos ayudó y todo lo que nosrespaldó cuando el entierro de ngelito.

=-o te engañes, Roberto. erti te tiene envidia, envidia por tus éDitos comoescritor.

=HLis éDitos como escritorI

=me re7, amargado

=" tres mil e$emplares vendidos dos años después de que se publicó...

Li mu$er se encogió de hombros.

=>res mil e$emplares ac<, en este mercado

=di$o

= equivalen a cien mil en el mercado europeo o norteamericano. Es un éDitoenorme, y no te olvides de que erti también escribe.

=HEscribe, qué escribeI

=Escribió ese art7culo sobre restoranes de Rosario para La 0apital .

=H! eso es lo único que escribióI

=@orque no le da el cuero para m<s. 9e ah7 la envidia, de verte convertido en unautor popular mientras él es un don nadie.

9ecid7 buscarlo a erti esa misma semana, pero los acontecimientos me ganaron demano. #uando recuerdo lo que sucedió después todav7a me invade una sensación de p<nico,



vergXen;a a$ena, vergXen;a propia y total inseguridad.

@rimero decid7 desenmascarar al monstruo. lamé a erti a su casa. Le atendióaura, su esposa. +e alegró much7simo de escucharme, me reprochó el largo tiempo quellev<bamos sin vernos, me preguntó cu<ndo nos 7bamos a $untar a cenar y me di$o que

todos los d7as erti le dec7a que me iba a llamar.

=H9ónde est< ertiI

=pregunté, al tiempo que procuraba detectar en el tono de su vo; o en su discursoun rasgo de complicidad con su marido.

=-o est< en casa y va a ser dif7cil que hoy lo encuentres en el celular, porque lotiene desconectado. nda con esos amigos suyos peruanos, de eroperú, que vienensiempre. +e quedan hasta mañana. @ero yo le digo que llamaste.

#orté.

l d7a siguiente mi mu$er entró en el estudio temblando" apretaba sobre el pecho elteléfono inal<mbrico con las dos manos, como si fuera una estampita del +agrado #ora;ónde ?esús.

=Lario Gargas losa

=anunció, en un hilo de vo;.

9e inmediato hice la asociación" Lario Gargas losa y los amigos peruanos deerti. Le indigné.

=uenas tardes

=o7 una vo; educada

=N le habla el escritor peruano Lario Gargas losa.

=Hh, s7I HLario Gargas losa hablaI



=contesté, sobrador

=. c< habla 3abriel 3arc7a L<rque;, Ernest KemingSay habla ac<, pelotudo. +ivos sos Lario Gargas losa, yo soy ?orge uis orges.

=@erdón, tal ve; usted...

=titubearon del otro lado de la l7nea.

=H>e creés que me vas agarrar de pelotudo, forroI 9ecile al pelotudo de erti queya estoy al tanto de todo...

=Lire, Roberto, le estoy hablando desde Marago;a...

=la insistencia del otro me congeló el cora;ón. @ero no abandoné mi tesitura.

=H-o te das cuenta de que esto ya pasa de castaño oscuro, boluda;oI #órtenla conesta historia, no estoy para perder tiempo...

=Gea, me da la impresión de que usted se confunde...

=G<yanse a la concha de su madre vos, erti, y tus otros amigos peruanos.

#orté de un golpe y quedé temblando, indignado pero con la lacerante herida de laduda. +i algún d7a llegaba a confirmarse que el que me hab7a llamado era el autor de0on3ersaci5n en la 0atedral ya tendr7a tiempo yo de levantarme la tapa de los sesos de un

bala;o. @ero me tranquili;ó pensar que nunca $am<s llegar7a a conocer a Gargas losa personalmente. ! de última, me quedaba el recurso de $urar que en mi vida hab7a atendidoun llamado seme$ante.

l d7a siguiente, un pequeño suelto en el 0larín me desestabili;ó totalmente.Reproduc7a unas intrascendentes declaraciones de Gargas losa sobre literaturalatinoamericana, formuladas a un diario de Marago;a esa semana.



@or otra parte, no sé si decir que, por fortuna, la realidad insist7a en ponerme de sulado. 9aniel, mi editor, me informó que no ten7a interés, al menos por los próDimos cincoaños, en publicar mi último libro de cuentos El arcángel 1abriel y otros arcángeles. ntemi desaliento me pasó la dirección electrónica de Editorial ulten, que publicaba todo tipode libros si el autor los pagaba.

@oco después recib7 un mail que me hi;o el efecto de un golpe de nocaut. Era de parte de @ier +mith, director honorario de la Fundación -obel. Le solicitaba un número deteléfono y un horario para contactarme personalmente. 9e inmediato me fui hasta laagencia de via$es de erti, pensando cómo la tecnolog7a hab7a puesto en manos de untarado total como él una herramienta funcional a sus pelotudeces como el correoelectrónico, algo que incluso le permit7a ocultar la vo;.

erti, que ante mi descontrol accedió a interrumpir una reunión con un cliente, sequedó mir<ndome largamente como si no me conociera.

=H@ero vos pens<s

=me di$o, al fin, ofendido

= que yo te voy a $oder con algo as7I

=O@or supuesto que lo pienso, lo has hecho mil veces, erti, no me vas a decirP

+e desinfló en su sillón giratorio, mirando hacia ambos lados con la cabe;a gacha,lastimado, al parecer, en lo m<s hondo.

=Lir< si voy a hacer una cosa as7. !a no estoy para eso. >odos me conocen, as7 queya no $odo a nadie. @or otra parte, no $ugar7a con un tema que sé es muy caro a tussentimientos. !o no $odo con la vocación de los dem<s

=se puso los cinco dedos abiertos de la mano derecha sobre el pecho, tapando en

parte la corbata multicolor

=" ser< otro el que te est< $odiendo. HJ vos pens<s, perdoname que te lo diga, o vos pens<s seriamente que te est<n por dar el -obel de iteraturaI

+e rio, cosa que me hirió mucho. hora me quedaba m<s clara la presunción de mimu$er" erti me odiaba, por envidia o por lo que fuera. ! tuve en claro que él, a pesar de sunegativa, iba a seguir con la broma hasta las últimas consecuencias.



uego de pasar una noche sin dormir, presa de palpitaciones y sudoración fr7a,decid7 que deb7a terminar con todo aquello. @orque, por otra parte, la trama me iba llevandoa una conducta esqui;ofrénica, bifronte dir7a +abato, donde me eDig7a a m7 mismo undiscurso ambivalente. *maginaba, por e$emplo, la anunciada y temida charla telefónica conel representante de la Fundación -obel. *maginaba, del otro lado del auricular, un despacho

amplio, de decoración despo$ada y pulcra, poblado de asesores literarios que escuchaban ensilencio el teléfono puesto en altavo; desde donde yo les hac7a conocer mis pareceres.lgunos de ellos ho$eaban distra7damente mi libro La enamorada del muro. l mismotiempo, mi otro hemisferio cerebral imaginaba la oficina de erti, poblada de amigotes,escuchando el altavo;, preparados para estallar en la carca$ada fero; cuando yo anunciaraque aceptaba el -obel. 9eb7a armar, entonces, un discurso a dos puntas, cuidadoso, que nocomprometiera mi imagen en ninguna de las dos posibilidades. Era obvio que no pod7amantener tal nivel de tensión nerviosa ni de integridad emocional.

#uando, finalmente, se produ$o el llamado desde Estocolmo, salté sobre el teléfonocomo un animal depredador. Escuché la vo; sueca e impersonal, en castellano correcto pero

de infleDiones aceradas, de @ier +mith, el de la Fundación -obel.

=Escúcheme bien, señor +mith

=le disparé

=" debo informarle que, si bien me llena de orgullo la distinción que deseanotorgarme, no pienso aceptarla.

!a est<, ya se lo hab7a dicho. EDperimenté un ramala;o de alivio.

=3ente ligada a la misma Fundación que usted preside

=continué

= me ha dicho que ese premio carece en absoluto de seriedad. 4ue se compra comocualquier producto comercial, se puede comprar en un supermercado chino. *ncluso me pasaron cifras en euros de las cantidades que hay que pagar para sobornar al $urado y a sus

amigos, señor +mith. -o olvido tampoco que el -obel es un premio instituido parareverenciar el nombre del inventor de la dinamita, producto con fines meramentedestructivos. !o soy nada m<s que un oscuro escritor provinciano, pero no estoy dispuesto ahipotecar mi honra prest<ndome a esta patraña. #omo di$era el gran folclorista argentinotahualpa !upanqui" 8>engo un cartel en la frente" no me vendo ni me alquilo:. usque aotro payaso para animar su circo, señor +mith.

+e produ$o un vac7o sonoro del otro lado de la l7nea. !o estaba como si recién



hubiera parido.

=#onsidere usted

=o7 luego que retornaba al di<logo, sueco al fin, el señor +mith

= que la Fundación -obel premia con un millón de dólares a cada galardonado.

>ragué saliva un par de veces. Recapacité. @or supuesto que sab7a lo de ese dinero, pero nunca pensé que me lo confirmar7an personalmente desde Estocolmo.

=ueno...

=resoplé

=" yo puedo ofrecerles algo, señor +mith. !o no cambio mi filosof7a de vida por un puñado de dólares. -o iré a retirar el premio. @ero para no arruinar definitivamente laceremonia, que admito debe ser muy formal y organi;ada, puedo enviar en mirepresentación a mi hermana @erla a recibir el premio. @uede decir a la prensa que mi férreaoposición a la matan;a de las ballenas por parte de los $aponeses me ha convertido en un blanco f<cil y no quiero eDponerme, por una simple cuestión de vanidad, a un arpona;o porla espalda.

=o pensaremos, Roberto

=me di$o un +mith desalentado.

-o volv7 a tener noticias y, aclarada ya mi postura al respecto, tampoco prosegu7 con misaveriguaciones semiocultas. @ero, al año siguiente, cuando recibió el -obel de iteratura el $aponés ?osio -a5amura, no pude evitar pensar que en ese podio pod7a haber estado yo.

LA MIRADA DE LOS OTROS

=#uando alguien nos mira, esa mirada no es imperceptible para nuestro organismo.



@or el contrario, e$ercer< una presión detectable sobre nosotros

=esto lo dice el profesor ?osé Flores, sociólogo, refleDólogo, pol7glota,neumonólogo postconciliar 5eynesiano y titular de la c<tedra de Golúmenes #omparados dela Bniversidad de ausana, +ui;a.

! agrega"

=-o estoy hablando, obviamente, del efecto psicológico que puede causar ennosotros una mirada agresiva, cariñosa o insinuante. Le refiero, repito, al peso de unamirada y su efecto, principalmente, sobre la piel.

Esta revolucionaria apreciación del profesor Flores sale hoy a la lu; con motivo delsonado episodio ocurrido con el $oven futbolista malayo +ydney 3arc7a.

=!a en el año (06

=rememora Flores

= el investigador israel7 +imón +lavin alertó sobre el deterioro que estabansufriendo las pinturas rupestres de las cuevas de ltamira, en España. @ero, cuando todosatribu7an este deterioro al resplandor de los flashes de las fotograf7as de los turistas, éleDplicaba el fenómeno por el desgaste que imprim7a a las pinturas el permanente roce de lasmiradas de los turistas. Es m<s, +lavin redobló la apuesta ante la burla de sus pares.+ostuvo que las arrugas y las imperfecciones que van a$ando nuestra piel son producto

también de la mirada a$ena, al punto que llegó a atribuir a la fuer;a de las miradas todo el proceso humano de enve$ecimiento. +e ha comprobado que la gente que vive aislada porra;ones geogr<ficas u obligadamente, en una c<rcel, por e$emplo, mantiene su piel muchom<s $oven y tersa.

partir del suceso con el deportista +ydney 3arc7a, la teor7a inquietante de Floresha tomado cuerpo y ya no se la ve como algo tan disparatado.

=Esta teor7a

=se entusiasma Flores

= adquiere otra relevancia desde el momento en que el catedr<tico neo;elandésE;equiel @ére; descubre el mirón, unidad de peso de la mirada. El mirón equivale a unamilésima parte de un miligramo y eso sólo pudo ser comprobado en laboratorio cuandoEladia @ére;, esposa del catedr<tico, consiguió separar los mirones de los centigramosmediante una comple$a operación f7sica.



=Esta aparentemente anto$adi;a teor7a del profesor Flores

=se eDplaya ahora el preparador f7sico del $aD, Jlinto ramburu, en la revista

:on $al5n del mes pasado

= fue ampliada por el veedor deportivo de F*F y cuarto <rbitro, el uruguayo9aniel @intos. Cl ya alertaba sobre el daño irreparable que pod7a sufrir una persona, inclusoun atleta de alto rendimiento, sometido a la mirada inclemente de miles y miles deespectadores. +uele decirse, en el ambiente del fútbol, que una camiseta 8pesa mucho:atribuyendo al historial de una divisa el eDceso de responsabilidad de quien la vista y elagobio que a este pueda producirle.

@ero no es as7, no son sólo causas psicológicas las que convierten una camiseta detela común en una cora;a dif7cil de soportar por su peso. -ada de eso. Es el peso concreto y

mensurable que las miradas agregan a esa vestimenta.

a revolucionaria teor7a de Flores, plasmada en su libro El peso de las miradas, dem7nima repercusión entre el público desde su lan;amiento en (0), reaparece y se vigori;aluego de lo sucedido con el futbolista +ydney 3arc7a.

-os informa el ayudante de campo @edro ópe; que el caso de +ydney 3arc7a esmuy particular. Este muchacho de diecinueve años integraba un equipo amateur de fútbolde *slas Faroe. En el año &''1, el primer equipo del Real Ladrid reali;ó una gira porJcean7a para disputar partidos de preparación y pr<ctica contra equipos de cuarto nivel.Fueron die; encuentros" en todos ganó por goleadas estrepitosas, sin recibir ningún gol en

contra, salvo en el partido contra el equipo de +ydney 3arc7a. El encuentro terminó catorcea uno, y el único gol de los no profesionales lo marcó, precisamente, +ydney. -o importó, para la prensa ni para el público, que hubiera sido producto de una absoluta casualidad. El balón rebotó dentro del <rea madrileña en m<s de nueve $ugadores, entre locales yvisitantes, antes de golpear la cadera de +ydney e introducirse en la valla. 9e all7 en m<sese gol se convirtió en un gol emblem<tico, épico, que divid7a la incipiente historia delfútbol de las *slas en un antes y un después.

l año siguiente, el alón +amoa, el m<s poderoso de los equipos de Jcean7a ytambién el de hinchada m<s numerosa, contrató a +ydney 3arc7a por una cifra millonaria.3arc7a fue presentado al gran público en un partido contra el rival de siempre, @apeete F.#.,

en el flamante estadio del alón +amoa con capacidad para ciento cincuenta milespectadores. dvierto que el fútbol de Jcean7a, aún precario, ha movili;ado una respuesta popular multitudinaria a partir de (, cuando el !o5ohama Larinos contrató al $ugador brasileño uisinho ranco.

@ara Eliseo @anam<, instructor de buceo y ca;a submarina, la decisión de presentar a+ydney 3arc7a ante el gran público fue apresurada.



=#uando uno observa

=apunta

= a los integrantes de un equipo de fútbol que disputa un Lundial mientras secantan los himnos, observar< rostros tensos, p<lidos y desenca$ados. @uede suponerse quetodo obedece sólo a la responsabilidad que est<n viviendo esos atletas. @ero, en verdad,est<n resistiendo f7sicamente la presión de las miradas que deposita sobre sus cuerpos unacantidad escalofriante de 5ilos medidos en mirones. ! estamos hablando de deportistas quede manera paulatina han ido acostumbrando sus cuerpos a tal desaf7o.

=9e pequeños

=continúa @anam<

= han empe;ado a $ugar frente a sus familias y unos pocos espectadores m<s. @ocoa poco lo hacen frente a cientos, luego a miles y por último a miles de miles de fan<ticos.+ydney 3arc7a no estaba preparado para tal cosa y su realidad sólo lo hab7a enfrentado con públicos integrados por unos pocos puñados de curiosos, salvo en el partido contra el Real,en *slas Faroe, al que concurrieron once mil personas. En el d7a de su presentación, el8Gerdugo de los Lerengues:, como se empecinó la prensa en llamarlo con algo de eDceso,deb7a enfrentarse a un estadio colmado por ciento sesenta mil energúmenos rugientes quedesde que +ydney saltó al campo no apartaron sus o$os de él.

a última parte del relato queda a cargo del fotógrafo submarinista dri<n Romero,que esa tarde tomaba fotos para el diario deportivo La Pelota, traba$o que alternaba con suvocación subacu<tica.

=+i uno se sumerge a profundidades eDtremas, sufre una presión eDterna que puedellegar a aplastarlo

=asesora Romero

=" se produce entonces un fenómeno conocido como implosión. Es sencilloobservar, para refrendar esta realidad, que los peces abisales son chatos como l<minas porque la presión del agua les impedir7a desarrollar mayor volumen. !o estabafotografiando a +ydney 3arc7a en el saludo previo al público. !a lo ve7a $adeante ycrispado. En un momento, cuando los parlantes coreaban su nombre, +ydney implosionó. !quedó sobre el césped con el aspecto de una lata de cerve;a que ha sido aplastada trasterminarse la bebida. Le impresionó mucho.



9esde ese desgraciado suceso se ha retomado la controversia en torno a la discutidateor7a del profesor Flores. @ero las dudas sobre cu<nto hab7a de verdad en el peso de lasmiradas parecen irse convirtiendo en una preocupante realidad.

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fontanarrosa roberto - negar todo y otros cuentos

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