fernando de rojas: la celestina

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i.e.s. bachiller sabuco lengua y literatura 1º bach int fernando de rojas: la celestina época El periodo en que reinan los Reyes Católicos, de 1474 a 1516, es un lapso de tiempo en que se funde la vieja mentalidad medieval y el nuevo aire renovador prerrenacentista. En este periodo de mezcla de tendencias es cuando aparece La Celestina. Históricamente el s.XV fue un siglo revuelto, en el que el poder monárquico se había visto muy debilitado. Isabel y Fernando frenan los despropósitos de la clase noble para afianzar el poder monárquico e intentar reorganizar las instituciones políticas con la implantación de un centralismo absolutista. Logran cierta unidad entre sus reinos (solo aparente, pues ambos conservaron sus propias leyes, fueros y costumbres), recortan el poder y las rentas de los nobles en beneficio de la Corona, consiguen que el Estado adquiera algunos privilegios sobre la iglesia, crean una especie de policía rural, la Santa Hermandad, que hará algo menos peligroso viajar por los caminos y establecen el Tribunal de la Inquisición, una suerte de policía religiosa, que firmará algunas de las páginas más tristes de nuestra historia. Por otra parte, siguen una política expansionista que los lleva a reconquistar Granada 1 , a abrirse hacia el Mediterráneo con la toma de algunas plazas norteafricanas y gracias a la herencia aragonesa de Italia, a finalizar la toma de Canarias y a comenzar la conquista de América. Pero 1492 no solo es un año clave por las cuestiones relativas al descubrimiento de Colón, sino que también queda marcado, en este caso para la historia de la ignominia y la infamia, por una de las medidas más drásticas, injustas y seguramente perjudiciales desde los puntos de vista económico y social: la expulsión de los judíos 2 que no se convirtieran al cristianismo. A partir de aquí, la Inquisición, que solo tenía poder sobre cristianos, no sobre musulmanes ni judíos, someterá a una presión enorme especialmente a los judeoconversos 3 . Culturalmente, el s.XV ha dejado penetrar progresivamente el influjo italiano, que acabará desplazando la preponderancia francesa en España que se había notado durante toda la Edad Media. Renombrados humanistas italianos viene a España y propician que el Humanismo eche raíces dentro de nuestras fronteras. Se despierta un verdadero interés por las lenguas clásicas y por sus culturas, con lo que se abrirá el paso definitivamente a lo que pronto será ya el Renacimiento. De este interés filológico surge la primera Gramática de la lengua castellana , escrita por E. Antonio de Nebrija en 1492. También será un hecho relevante la progresiva implantación de la imprenta por toda la Península. 1 La definitiva unidad de los reinos que componen España se conseguirá en 1512 con la anexión de Navarra. 2 Felipe III, durante los primeros años del s.XVII, expulsará también a los moriscos. 3 Resulta este un hecho de relativa importancia para la lectura y comprensión total de La Celestina, puesto que Fernando de Rojas hubo de vivir directamente la persecución inquisitorial al ser él converso o descendiente de conversos. 1

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i.e.s. bachiller sabuco lengua y literatura 1º bach int

fernando de rojas: la celestina

época

El periodo en que reinan los Reyes Católicos, de 1474 a 1516, es un lapso de tiempo en que se funde la vieja mentalidad medieval y el nuevo aire renovador prerrenacentista. En este periodo de mezcla de tendencias es cuando aparece La Celestina.

Históricamente el s.XV fue un siglo revuelto, en el que el poder monárquico se había visto muy debilitado. Isabel y Fernando frenan los despropósitos de la clase noble para afianzar el poder monárquico e intentar reorganizar las instituciones políticas con la implantación de un centralismo absolutista. Logran cierta unidad entre sus reinos (solo aparente, pues ambos conservaron sus propias leyes, fueros y costumbres), recortan el poder y las rentas de los nobles en beneficio de la Corona, consiguen que el Estado adquiera algunos privilegios sobre la iglesia, crean una especie de policía rural, la Santa Hermandad, que hará algo menos peligroso viajar por los caminos y establecen el Tribunal de la Inquisición, una suerte de policía religiosa, que firmará algunas de las páginas más tristes de nuestra historia.Por otra parte, siguen una política expansionista que los lleva a reconquistar Granada1, a abrirse hacia el Mediterráneo con la toma de algunas plazas norteafricanas y gracias a la herencia aragonesa de Italia, a finalizar la toma de Canarias y a comenzar la conquista de América.Pero 1492 no solo es un año clave por las cuestiones relativas al descubrimiento de Colón, sino que también queda marcado, en este caso para la historia de la ignominia y la infamia, por una de las medidas más drásticas, injustas y seguramente perjudiciales desde los puntos de vista económico y social: la expulsión de los judíos2 que no se convirtieran al cristianismo. A partir de aquí, la Inquisición, que solo tenía poder sobre cristianos, no sobre musulmanes ni judíos, someterá a una presión enorme especialmente a los judeoconversos3.

Culturalmente, el s.XV ha dejado penetrar progresivamente el influjo italiano, que acabará desplazando la preponderancia francesa en España que se había notado durante toda la Edad Media. Renombrados humanistas italianos viene a España y propician que el Humanismo eche raíces dentro de nuestras fronteras. Se despierta un verdadero interés por las lenguas clásicas y por sus culturas, con lo que se abrirá el paso definitivamente a lo que pronto será ya el Renacimiento. De este interés filológico surge la primera Gramática de la lengua castellana, escrita por E. Antonio de Nebrija en 1492. También será un hecho relevante la progresiva implantación de la imprenta por toda la Península.

1 La definitiva unidad de los reinos que componen España se conseguirá en 1512 con la anexión de Navarra.2 Felipe III, durante los primeros años del s.XVII, expulsará también a los moriscos. 3 Resulta este un hecho de relativa importancia para la lectura y comprensión total de La Celestina, puesto que Fernando de Rojas hubo de vivir directamente la persecución inquisitorial al ser él converso o descendiente de conversos.

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Del Humanismo dependerá el cambio de mentalidad ocurrido en la época: del teocentrismo pasaremos a tener al ser humano como centro y medida de las cosas.

Literariamente, la época de los RR.CC. sigue esencialmente las líneas de lo cortés, y los cancioneros son el no va más de la expresión poética y de la difusión literaria. Del mismo modo, también podemos considerar de tono cortés la prosa novelesca de estilo caballeresco (Amadís de Gaula aparece a principios del s.XVI) y la de estilo sentimental (Cárcel de amor fue el best-seller de su momento). La Celestina vendrá a superar este tipo de amor contemplativo.El teatro despegará por fin. Se consigue superar el vacío que la Edad Media ha representado y se sientan las bases, con obras de autores como Torres Naharro, Juan del Encina o Lucas Fernández, de lo que en menos de un siglo se convertirá en el teatro clásico español.

publicación, ediciones, título, autoría

La1ª edición de la obra que hoy conocemos como La Celestina apareció en Burgos en 1499 y se titula Comedia de Calisto y Melibea. Tiene dieciséis actos. El primero parece ser obra de un autor cuya filiación no es del todo segura (probablemente sea de un tal Rodrigo Cota, autor que aparece en algún Cancionero; en realidad, los análisis estilísticos, lingüísticos y de fuentes literarias que se han realizado, parece que demuestran que la forma de escribir es de párrafos más breves y estilo más conciso, lo que lleva a pensar que seguramente sea cierta la existencia de un autor previo); los restantes, según aparece en los versos acrósticos incluidos en el Prólogo, serían factura de Fernando de Rojas. Una 2ª edición vio la luz en 1502 bajo el nombre de Tragicomedia de Calisto y Melibea, e incorpora cinco actos más (conocidos como Tratado de Centurio, insertos entre los actos XIV y XV primitivos), con lo que la obra pasa a tener veintiún actos, y amplía los anteriores4. No obstante, la obra no será conocida ni como Comedia ni como Tragicomedia de Calisto y Melibea, sino que será uno de sus personajes el que le dé nombre: hoy es universalmente conocida como La Celestina, denominación con la que ya se conocía incluso en vida del autor.

De Fernando de Rojas se sabe poco. Probablemente vivió entre 1476 y 1541. Él dice en los versos acrósticos que nació en La Puebla de Montalbán (Toledo), y estudió Leyes y tal vez Humanidades en Salamanca. Al parecer vivió en Talavera y fue alcalde un tiempo de esta localidad, si bien se dedicó a la abogacía durante toda su vida. Seguramente poseyó una extensa biblioteca, con libros en español y en latín, entre los que figuraría la obra en latín de Petrarca (autor del s.XIV), cuya huella es abundante en La Celestina a partir del Acto II. Muy probablemente fuera un judío converso o descendiente de ellos, y esta circunstancia explicaría el pesimismo y el desengaño vital que, en el fondo, se desprende de la obra.

género de la obra

Sigue siendo controvertido adscribir la obra a un género literario u otro. Ha habido críticos que, basándose en las dificultades que implica su puesta en escena (demasiado extensa, demasiados escenarios) niegan su carácter dramático y ven en ella una novela dialogada. Otros la sitúan, tal vez con más acierto, dentro del subgénero dramático de la Comedia Humanística, que se caracteriza por:

⋅ tener una trama sencilla en prosa, desarrollada igualmente con un argumento simple,⋅ un gran realismo en la pintura de los ambientes y de los tipos,⋅ interés por los sectores humildes y por lo pintoresco de la vida cotidiana, ⋅ tema de amor ilícito con intervención de terceros, ⋅ aparición de saberes clásicos que demuestran la cultura del autor, ⋅ variedad de diálogo, con lenguaje culto y en ocasiones artificioso mezclado con la conversación

normal, ⋅ acción de ritmo lento y

4 La mayoría de las ediciones actuales de La Celestina lo son de la Tragicomedia. Por lo general, en todos los actos, los añadidos que hizo Rojas sobre la primitiva Comedia aparecen destacados en cursiva. Así se puede observar de manera clara las diferencias entre las dos versiones.

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⋅ poca puntualización a la hora de ubicar espacial y temporalmente los acontecimientos, rompiendo en ocasiones la lógica, lo que puede llegar a atentar contra la verosimilitud.

Sin embargo, la comedia humanística estaba escrita en latín, y La Celestina lo está en castellano; su final es trágico, y el de la comedia humanística no lo es; La Celestina incorpora la lengua coloquial, y la comedia humanística no lo hace.

No obstante, hoy pocos discuten la índole esencialmente dramática de la obra, dado que lo esencial en ella es el diálogo y de él surgen la acción y la evolución de los personajes. Sin embargo, no es una obra pensada para ser representada, sino para ser leída en voz alta.

lo medieval en la obra

La Celestina reproduce un conocido argumento medieval. Existía una comedia escrita en latín en el s.XII, conocida como Pamphilus, que relataba el acoso de un enamorado a una mujer a la que consigue mediante la intervención de una vieja tercera. El Arcipreste de Hita, en su Libro de buen amor, llevó a cabo una versión de esta obra al narrar los amores de D. Melón y Dª Endrina intermediados por la vieja Trotaconventos, arquetipo de las entrometidas que se ponían al servicio de los muchachos para doblegar las voluntades de las jóvenes. Así las describía el Arcipreste:

[…]toma d' unas viejas,que andan las iglesias e saben las callejas:grandes cuentas al cuello, saben muchas consejas,con lágrimas de Moysén1 escantan2 las orejas.

"Son muy grandes maestras aquestas paviotas3,andan por todo el mundo, por plaças e por cotas4,a Dios alçan las cuentas, querellando sus coytas5:¡ay! ¡quánto mal que saben estas viejas arlotas6!

"Toma de unas viejas, que se fasen erveras7,andan de casa en casa e llámanse parteras;con polvos e afeytes e con alcoholeras8,echan la moça en ojo9 e çiegan bien de veras.

"E busca mesajera de unas negras patas,que usan muncho los frayres, las monjas e beatas:son mucho andariegas e meresçen las çapatas:estas trotaconventos fasen muchas baratas10.

"Do están estas mujeres muncho se van alegrar:pocas mugeres pueden dellas se despagar.porque a ty non mienta sábelas falagar,ca11 tal escanto usan, que saben bien çegar.

"D' aquestas viejas todas esta es la mejor;rruegal' que te non mienta, muéstrale buen amor:que muncha mala bestia vende buen corredore muncha mala rropa cubre buen cobertor.

NOTAS: 1.- Tipo de semilla con que se hacían collares; 2.- encantan; 3.- intrigantes; 4.- casas, terrenos acotados; 5.- proclamando sus preocupaciones; 6.- bribonas; 7.- herberas, herboristas, que entienden de hierbas; 8.- hace referencia a cosméticos de la época: en estos tiempos, alcohol era polvo de antimonio con el que se pintaban los párpados las pestañas o las cejas; 9.- echar mal de ojo, embrujar; 10.- fechorías; 11.- puesto que, pues.

La terna fundamental de personajes(Calisto-Melibea-Celestina) la toma, pues, Rojas de la tradición medieval. Pero además, en estas épocas, estas mujeres “casamenteras” suponían un grave problema moral. Sin embargo, mientras que el Arcipreste se conforma con construir un breve episodio cómico de final feliz (Dª. Endrina y D. Melón se casan), Rojas levanta alrededor de la figura de la tercera y la pareja una obra de grandísima magnitud y repercusión, haciendo de la codicia, la ruindad y la pasión causa de la tragedia de todos los personajes.

Por otra parte, era propio de la mentalidad medieval no distinguir entre lo natural y lo sobrenatural (recordemos, por ejemplo, los Milagros de Berceo, en que la Virgen se aparece como si nada a sus devotos), pero en el Renacimiento esta indistinción ya no se produce. En La Celestina, obra de transición entre ambos momentos, todo trascurre en un plano estrictamente natural y real, pero todos los personajes pagan su perversidad o su locura, como si la mano divina interviniese para castigarlos, aparte de la “intervención” de los hechos ligados a la magia de Celestina, más propios del mundo sobrenatural.

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La obra de Rojas se nutre de elementos medievales pero distingue entre los planos mundano y ultraterreno, interesándose menos por este último y fijándose en el comportamiento mundano de los personajes, explorando sus pasiones y comportamientos.

los acontecimientos

Estructuralmente, la obra está vertebrada en un Prólogo (escenas iniciales del acto I) y dos partes: resto del acto I al XIV y desde el XV al XXI.

La acción arranca (prólogo) de un modo fortuito: Calisto persigue a un ave de cetrería de su propiedad que ha entrado en el jardín de Melibea. Al verla queda prendado de su hermosura y le declara inmediatamente su amor, pero ella lo rechaza al darse cuenta de lo que quiere (digamos que las intenciones de Calisto no son todo lo honestas que requeriría una relación ”formal”). Este hecho desencadena el conflicto dramático: Calisto se debate entre la realidad imposible de tener a Melibea y el deseo de tenerla, lo que originará su caos mental y emocional.

Para dar gusto a su apetito (1ª parte) habrá de contar con la ayuda de Celestina. Ella, movida por la codicia, igual que Sempronio, se dispone a actuar. Celestina contará con la ayuda del criado, con su trayectoria profesional y, especialmente, con sus dotes naturales: la perspicacia, la sagacidad, la astucia, la elocuencia, la improvisación… la inteligencia, en suma. Pero hallará una serie de obstáculos: la primera oposición de Pármeno, que al principio se muestra leal a su amo Calisto, y el rechazo de Melibea. A Pármeno lo vencerá recurriendo a la codicia y la lujuria; Melibea caerá en sus redes con la ayuda de la magia y los hechizos y gracias a la imprudencia e insensatez de Alisa. (Aunque en realidad el primer rechazo de Melibea hacia Calisto no fue más que un modo de preservar la honra familiar porque en el fondo ella también se ha sentido atraída por Calisto: desde el primer momento en Melibea luchan el deseo amoroso y el temor por transgredir las normas sociales que le han inculcado y que tan vivas están en esa sociedad en que se mueven).Paradójicamente, Celestina, tan sabia ella en todo lo referente a las pasiones humanas, morirá víctima de la codicia: como se niega a repartir el botín obtenido por los servicios hechos a Calisto, Pármeno y Sempronio le dan muerte. Esto, como es normal, les costará caro y no tardarán en ser ajusticiados.Mientras tanto, el par de amantes se entrega al goce de sus desatadas pasiones bastante ajenos a las desgracias que a su alrededor están ocurriendo.

Elicia y Areúsa, afectadas por las muertes de Celestina y de los criados (2ª parte), traman la venganza contra Melibea, a la que culpan de todas las desgracias. Se hacen ayudar por Sosia para conocer el lugar y la hora de encuentro de los amantes y encargan a Centurio que lleve a cabo su plan. Centurio envía a unos subordinados que solo se dedican a meter ruido, pero todo ocurre con tan mala fortuna que Calisto, al oírle escándalo, pretende salir a la calle bajando una escalera que había colocado para escalar la tapia de la casa de Melibea, se tropieza,

cae y se abre la cabeza. Muere en el acto, claro. Y Melibea, desesperada tras saber la muerte de su amado, se suicida.

personajes

Uno de los logros más importantes de Rojas es la singularización de los personajes, que se alejan del mero tipo para aparecer como personajes individualizados.

calisto

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Calisto es un joven fatuo dominado por la pasión amorosa, a veces melancólico y retraído, a veces furibundo y exaltado. Tiene poca confianza en sí mismo, por lo que se ve incapacitado para actuar y, al no saber como enamorar a Melibea, recurre a la ayuda de Sempronio y a las malas artes de Celestina. Calisto es egoísta y hasta amoral: se guía por el deseo de poseer sexualmente a Melibea, y para ello transgredirá cuantas normas morales y sociales se opongan a la satisfacción de su apetito. Emparenta con los enamorados medievales en su exaltación amorosa y en el hecho de divinizar a la amada, pero llega a perder la dignidad implorando a sus criados y a la tercera, y se aparta de ellos en su deseo fogoso ya comentado arriba.

melibea

Bastante más compleja que Calisto, Melibea oscila entre los atributos positivos y los negativos.Rechaza casi violentamente las insinuaciones primeras del muchacho, pero después duda y vacila y se entrega finalmente a él sin reparos. Es audaz y apasionada en el amor; es decidida y práctica una vez que ha vencido sus titubeos iniciales. Es arrogante con Celestina y sus criados. Es falsa cuando miente a sus padres o cuando actúa con disimulo ante la vieja bruja. Es, seguramente, el personaje más humano de la obra. Aun siendo consciente del deshonor familiar en que está incurriendo, desea a Calisto y hasta siente afecto por Celestina, que la lleva a engañar a los demás y a engañarse a sí misma.

celestina

El antecedente más claro del personaje de Celestina es el de Trotaconventos en el Libro de buen amor, del Arcipreste de Hita: una tercera o alcahueta que se encarga de facilitar una relación amorosa o sexual entre otras dos personas.Es, como otros en la obra, un personaje apasionado, pero su pasión no es la sexual, sino aquella que tiene que ver con la codicia: desea la riqueza, y a su servicio movilizará todas sus dotes naturales.Celestina es perspicaz y sagaz, pues entiende con rapidez cuantas situaciones se le plantean. Es astuta e inteligente, lo que le permite improvisar sobre la marcha para salir del paso de los más variados contextos. Sabe cómo manejar a las personas: conoce la naturaleza humana porque tiene una gran experiencia vital. Es seductora y engañosa, hábil para engañar y capaz de convencer con su natural don de la elocuencia. Sabe qué decirle a cada uno y cómo decírselo: con cada uno usa el registro que le conviene para halagarlo, para tenderle la trampa en que caerá. Resulta superior a todos porque a todos los hace caer en sus trampas. Es lúcida y muy inteligente, pero tambi´n falsa, avara y cruel; y un exceso de esas cualidades la terminará llevando a la muerte.

los criados / las prostitutas

Pármeno y Sempronio están unidos a sus amos por una mera relación contractual: solo el interés económico los mantiene fieles a ellos. Por otra parte son, como otros personajes, interesados y lujuriosos, falsos cuando sienten la necesidad de serlo, desleales, cobardes y violentos.

La conducta de Elicia y de Areúsa también viene gobernada por la búsqueda del provecho. En ocasiones, se muestran envidiosas y resentidas contra la clase dominante.

padres de melibea

Alisa es una gran señorona orgullosa y altiva, pero bastante insensata; Pleberio, por su parte, representa al padre que se desvive por su hija, tierno, cariñoso… aunque tal vez demasiado confiado y negligente. Aparece ya tarde en la obra, pero adquiere importancia especialmente si lo comparamos con otros padres de nuestra literatura que se mostrarán autoritarios, que impondrán su voluntad sin importarles la de sus

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hijos (menos aún la de sus hijas). Respeta la independencia de Melibea y será quien más sufra por su pérdida.

otros

Tristán y Sosia son criados fieles, que aparecen cuando los anteriores mueren. Centurio, personaje cómico, es un fanfarrón cobarde que será usado por Areúsa para vengarse. Lucrecia ayuda a Melibea en sus encuentros con Calisto. Crito solo sirve para poner de manifiesto la falsedad de Celestina y Elicia en el acto I.

tiempo y espacio

Frente a otras obras de la época, llama la atención cómo Rojas trata tanto el espacio como el tiempo en La Celestina.

Por la obra aparecen espacios muy concretos que nos ofrecen a la par un panorama fidedigno de lo real social de su época: calles embarradas, casas con cuadras para animales, huertas, patios… El espacio no está constreñido por las convenciones de los géneros dramáticos, sino que surge del diálogo, lo exige la acción. La trama se desarrolla en multitud de lugares, tanto interiores como exteriores: las casas de Calisto, de Celestina, de Pleberio, las calles, el jardín… Como en cualquier obra que atienda al decoro, los espacios condicionan la actuación y el habla de los personajes5, y no será la misma actuación la que tenga Celestina cuando esté en su casa y con personajes de su clase que cuando esté en casa de Melibea con ella, por poner un ejemplo cualquiera.

En cuanto al tiempo, este se desarrolla de la forma más natural posible, de modo diacrónico ascendente. No obstante, para representar situaciones que ocurren al mismo tiempo en distintos espacios, Rojas acude a la presentación del tiempo en paralelo6, recurriendo al simple procedimiento de ir dando la palabra alternativamente a distintos grupos de personajes.

De la misma manera que en la inmensa mayoría de las obras literarias narrativas o dramáticas, el tiempo de La Celestina se puede contemplar desde un doble plano: el tiempo explícito, en el que la acción avanza de forma continua, sin interrupciones, y es un tiempo relativamente corto aunque sin precisar; y el tiempo implícito, más largo necesariamente, en el que se desarrollan los acontecimientos que no se nos cuentan, necesario para la verosimilitud dramática y la maduración psicológica de los personajes.

modos de expresión / estilo

En La Celestina convive el registro idiomático culto con el popular.

⋅ El culto se deja ver en expresiones procedentes de la retórica clásica (paralelismos, antítesis, oxímoros, concatenaciones, hipérboles, epítetos…), en estructuras propias de un uso latinizante del castellano (cultismos, hipérbatos, construcciones de infinitivo y de participio, verbos en posición final…) y en las frecuentes alusiones históricas, bíblicas y mitológicas (que dejan entrever el conocimiento que tenía Rojas de autores clásicos como Aristóteles, Plauto, Séneca o de renacentistas como Petrarca o Boccaccio).

5 El decoro no solo viene condicionado por los espacios, sino por el cúmulo de circunstancias que se dan cita en cada momento: espacio, tiempo, personajes, acción, tema del que se habla, circunstancias sociales…6 Si estuviésemos ante una obra narrativa, aquí nos referiríamos a lo que se conoce como narración en paralelo o narración simultánea.

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⋅ El popular, siguiendo la tendencia iniciada en el s.XIV por el Arcipreste de Hita en su Libro de buen amor, se manifiesta en el uso de una expresión directa y espontánea, expresiva y abundante en refranes.

Los personajes usan uno u otro según las necesidades comunicativas, pero especialmente es Celestina quien llama la atención a este respecto, pues cuida mucho su discurso en presencia de los señores y suelta retahílas de dichos y expresiones populares con los mozos o con las prostitutas.

Por otra parte, diálogos, monólogos y apartes son los modos de expresión que usa Rojas para su obra7.

⋅ Se llegan a distinguir tres tipos de diálogo: el oratorio, largo y de ritmo bien rápido, bien reposado según la intención y actitud de los personajes; el de parlamentos largos con réplicas cortas y el conversacional, con intervenciones breves.

⋅ Los monólogos, por su parte, suelen ser extensos, y expresan la interioridad de quien los emite, sus emociones, sus ansias, sus conflictos interiores, su carácter. Son, pues, un magnífico recurso de caracterización de los personajes.Estilísticamente, abundan en ellos las interrogaciones retóricas, los paralelismos, las enumeraciones, las antítesis…

⋅ Los apartes son un convencionalismo dramático mediante el cual un personaje hace un comentario que no es percibido por su interlocutor sino que es captado por el público o por otros personajes que haya en escena. Dentro de los apartes, cobran en La Celestina especial importancia aquellos que son captados a medias por los personajes que no debían oírlos: en estos casos, quien habla para no ser entendido, al ser requerido y responder en voz alta, disimula sus palabras anteriores y les cambia el sentido para no ponerse en evidencia. De esta manera, por ejemplo, se manifiesta lo falsa que llega a ser Celestina o lo desleales que pueden ser los criados que en presencia de sus señores fingen respeto pero a la menor oportunidad los critican o ridiculizan.

Como es evidente, a los dos mundos que aparecen reflejados les suelen corresponder modos de expresión diferenciados. Así, Calisto y Melibea (y el resto de personajes de tragedia) se expresan de modo culto y refinado en sus conversaciones, una forma de hablar propia de las clases altas e instruidas de la época, incluso llegando a lo exagerado y lo artificioso (sobre todo Calisto; esta es una característica propia de la comedia humanística, como ya señalamos arriba). Por su lado, los rufianes y las rameras (y el resto de personajes de comedia) tienen conversaciones más vivas, más “reales”: intercalan refranes e insultos, usan frases hechas, entrecortan el mensaje, tienden a la estructuración sencilla… Celestina, por su parte, adaptará su discurso a la situación comunicativa: usará un nivel más elevado cuando hable con los personajes y el nivel más popular con criados y con las chicas8.

temas

7 En realidad, también existen las acotaciones, pero no de la misma forma que las podemos tener en una obra dramática al uso (las llamadas acotaciones explícitas que suelen aparecer destacadas entre paréntesis o en cursiva del resto del texto), sino que aparecen de un modo implícito, intercaladas en el monólogo o en el diálogo.8 A todo esto hay que añadir que, en ocasiones, algunos representantes del sector social más bajo se expresan con discursos complejos y llenos de reminiscencias clásicas. Así, Sempronio, bastante al principio de la obra usa un estilo bastante alejado de lo popular en un discurso misógino: Lee los historiales, estudia los filósofos, mira los poetas. Llenos están los libros de sus viles y malos ejemplos, y de las caídas que llevaron los que en algo, como tú, las reputaron. Oye a Salomón do dice que las mujeres y el vino hacen a los hombres renegar. Conséjate con Séneca y verás en qué las tiene. Escucha al Aristóteles, mira a Bernardo.(…) La Celestina, Acto I.

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Amor, codicia, fortuna, magia… se dan la mano en La Celestina y nos ofrecen un ramillete temático llamativo y atrayente, incluso para el lector de nuestra actualidad.

el amor

Aunque en algunos aspectos esté algo ligado a la tradición provenzal (recuérdese todo lo visto relativo al amor cortés), el amor en La Celestina supera con creces el mero contemplar a la amada y se muestra, ante todo, como pasión incontrolable que ciega a los amantes y los lleva al desastre más trágico. El amor es algo enajenador, desestabiliza y pone fuera de sí a los amantes, los desordena moralmente y los destruye. El amor, en La Celestina, engendra caos, destrucción y muerte. La pasión amorosa, según entendemos, no nos llevará a ningún buen puerto. Seamos prudentes y comedidos y no excesivamente apasionados, pues.

la codicia

La codicia es otra de las pasiones que mueven el mundo de La Celestina. La codicia enloquece a los criados, vence a Celestina, mueve a Elicia y Areúsa… Tampoco la codicia nos llevará a ningún buen puerto: por codicia muere Celestina, por codicia caen ajusticiados Sempronio y Pármeno… Seamos desprendidos y generosos, y no codiciosos, pues.

la fortuna

La fortuna cambiante, la suerte buena o mala, es una fuerza caprichosa, ciega, que arbitrariamente reparte alegría o pena por doquier, a unos encumbra y hunde a otros, a este lo ayuda y a aquel lo destroza. La fortuna, con sus cambios continuos, se convierte en fuente del desorden y del caos que gobiernan en el mundo.

los tópicos del tempus fugit y del carpe diem

No solo el tema tópico de la fortuna mudable aparece en la obra. Los personajes de La Celestina son absolutamente conscientes del paso fugaz del tiempo9 y viven verdaderamente acosados por él. Por eso, se lanzan con ansia al disfrute de sus pasiones, al goce de los placeres. Tempus fugit y carpe diem aparecen, por tanto, irremisiblemente unidos: aprovecha el momento, pues el tiempo pasa presuroso.

la magia

Seguramente contribuya la magia a generar un clima más “literario”, pero esencialmente tiene como cometido funcional el de despertar a Melibea a la pasión amorosa. Hoy día la magia nos puede parecer un tema exótico o extemporáneo, pero en el momento de la obra es una realidad palpable: se creía en el poder de algunas personas, especialmente mujeres, las magas o hechiceras, para influir sobre la naturaleza mediante la manipulación de determinadas sustancias o con ciertos conjuros pretendidamente mágicos. Celestina recurre, por tanto, a sus saberes mágicos para hallar una solución al rechazo de Melibea. Si este tema, el de la magia, es solo un adorno o es uno de los motores de la tragedia es asunto controvertido que ha enfrentado y enfrenta a los críticos. Lo que es innegable es que la presencia de la magia es innegable: está en la descripción pormenorizada del gabinete de la vieja o en el famoso conjuro a Plutón, dios de los infiernos.Celestina sale a escena después de que Pármeno nos la haya descrito como hechicera, y la aceptación de Melibea de los amores de Calisto no se produce antes de que la vieja realice su conjuro sobre el cordón que aquella le dio. Parece, pues, innegable el carácter mágico (o hechicero) de este personaje.El contexto de la época en que se escribe la obra era proclive a la creencia en las artes mágicas, especialmente en lo tocante a su fuerza en las relaciones amorosas, y la principal función temática de la vieja Celestina en la obra de Rojas es la de producir (ya lo anticipamos arriba), sirviéndose de un pacto con

9 Este sentimiento de lo efímero del tiempo se manifiesta vivamente en la obra con numerosas alusiones a las horas y a los relojes.

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el Diablo, un caso de philocaptio cuya víctima es Melibea: la philocaptio consistía en suscitar por medios mágicos en la víctima del hechizo una violenta pasión amorosa hacia una persona determinada sin que ésta se diese cuenta de que algo anormal había ocurrido. Esta, la de la philocaptio, era una de las prácticas documentadas más frecuentes en las artes “hechiceriles” de la época. A ella, y por tanto a la intervención demoníaca, hay que atribuir la repentina ansia de Melibea y su incendiada pasión hacia Calisto. Por otra parte, nada mejor que la rapidez y la vehemencia del sentimiento para hacer ver a los lectores las funestas consecuencias del hecho de recurrir a la vieja hechicera: Rojas no solo nos alerta contra el desbocado impulso apasionado, también contra los tratos con ciertos personajes comunes en su momento. La presencia y la eficacia de la magia en la obra (al menos de la magia o de la hechicería al servicio del amor) es evidente. En el mundo de Celestina, y acaso en la sociedad que a Rojas rodeaba, la magia se tenía en cuenta, y eso es precisamente lo que Rojas quiere denunciar y criticar.

la sociedad

El hecho anteriormente visto de la relevancia social que la magia o la hechicería pudiera tener en la época del autor no es el único reflejo de la realidad social que aparece en La Celestina. Con este, Rojas incorpora otros muchos elementos que nos dan una buena muestra de lo social y de lo histórico de su tiempo.La Celestina poco o nada tiene que ver con otras narraciones contemporáneas a ella en que se mezclaban devaneos amatorios imposibles, héroes casi míticos, lugares extraordinarios y tiempos inubicables: presenta criaturas “de carne y hueso” que se mueven por las calles de una ciudad cualquiera de su época. A Rojas le interesa dar relevancia a su intención moralizante (apartar a los jóvenes de la locura amorosa) y por ello sitúa su historia en el presente y en un espacio perfectamente habitable en el que un lector se pueda reconocer. Por ello en La Celestina encontramos usos amorosos del momento, retrato de las relaciones entre amos y criados, el mercantilismo naciente, la ya por extenso mencionada hechicería… Es decir: un fidedigno reflejo de los usos sociales del momento.

A este respecto, en la obra de Rojas es evidente el cambio que la sociedad medieval va sufriendo. Fundamentalmente se aprecia en:

⋅ El establecimiento de nuevas relaciones entre distintos estamentos sociales: la nobleza ha sido desplazada en la cúspide de la escala social por la alta burguesía y ya no importa tanto el linaje como el poder económico; los lazos de afectividad recíproca que unían a amos y criados en épocas anteriores se han roto y han sido sustituidos por meras relaciones económicas (trabajo a cambio de un salario). Así, la codicia y la conciencia de su origen plebeyo despiertan en los criados los sentimientos de rencor y antipatía hacia sus amos.

⋅ La configuración de un nuevo código moral y de relaciones interpersonales: el cambio de una economía de trueque a una de mercado (o al menos a una economía burguesa: ya no se cambian bienes por bienes o servicios por servicios, sino bienes y servicios por dinero) trajo consigo el distanciamiento en las relaciones entre las personas y con ello la conciencia de la propia individualidad y de la propiedad individual, el ansia de libertad, la búsqueda del provecho y el afán de enriquecimiento.

La Celestina, pues, nos muestra dos mundos socialmente separados: las clases afortunadas de los enamorados y las bajas de Celestina, sus chicas y los criados. Rojas nos hace ver que los malos hábitos, las pasiones perniciosas, no son privativas de este o de aquel sector social, sino de todos , y que todos los sectores se buscan entre sí para satisfacer esos vicios y esas pasiones si es necesario, porque ni el dinero ni la ascendencia eximen del pecado: el ser humano es vicioso y apasionado, y no se es mejor o peor persona por haber nacido en un sector o en otro. Parece que Rojas esté expresando así una queja sobre los prejuicios en general y sobre los prejuicios que acerca de los conversos existían en la sociedad de su momento en particular (recordemos que Rojas era o converso o descendiente de conversos, lo que lo tendría en el punto de mira de las críticas de muchos de sus convecinos).

Esta mezcla de sectores sociales no se queda solo en lo expresado anteriormente (que ya sería por sí importante). Además, es la primera vez que en una obra en castellano los sectores sociales bajos adquieren tanta

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i.e.s. bachiller sabuco lengua y literatura 1º bach int

importancia como los acomodados. Ello hace de La Celestina un bravo ejemplo del realismo que desde sus orígenes ha caracterizado a la literatura española.

la moral

No es inhabitual encontrar en La Celestina escenas que podríamos considerar obscenas e inmorales. En la época es bastante frecuente hallar contenido erótico u obsceno en muchas obras, en toda Europa, con una finalidad fundamentalmente cómica. Sin embargo Fernando de Rojas no trata el erotismo como algo cómico, sino como materia dramáticamente necesaria: Celestina se vale de la rijosidad de Pármeno y de Sempronio, por ejemplo, para hacer con ellos lo que quiera, y de la misma manera gobierna a Elicia y Areúsa. Por otra parte, los momentos libidinosos entre Calisto y Melibea, en los que a veces no se ahorra en lascivia, son absolutamente necesarios para el devenir de los acontecimientos: Rojas pretende hacernos entender que la pasión nos puede llevar al desastre, por lo que el autor no puede dejar de mostrar esos momentos. La lascivia, la carnalidad, la obscenidad forman parte esencial de la Tragicomedia de Calisto y Melibea, poseen una intensa fuerza dramática que las aleja de la mera sensualidad que se puede observar en otras obras literarias coetáneas o posteriores a ella (o cinematográficas de hoy día).

trascendencia de la obra

El éxito y la repercusión de La Celestina fue inmediato ya desde la edición de la Comedia en 1492 (el propio F. de Rojas dice que se vio motivado a ampliarla). La edición de la Tragicomedia de 1502 adquirió tanto prestigio que incluso a algunas ediciones posteriores se les ponía ese año de impresión para que tuvieran más ventas. Durante el propio s.XVI se hicieron al menos ochenta ediciones de la obra y fue traducida a las principales lenguas europeas: francés, holandés, italiano… Además, trajo consigo una auténtica retahíla de continuadores e imitadores, no solo en España, que titulaban alegremente sus obras como Segunda Celestina o Tercera Celestina10. La admiraron los grandes de nuestras letras, como Cervantes o Lope de Vega (que escribió una obra que le rinde homenaje: La Dorotea) y se aprecia su influjo en buena parte de las novelas cortesanas y picarescas del s.XVII.

bibliografía:⋅ Alonso Fernández, S. y otros: Literatura 3º. Vitoria. Magisterio y Casals, 2ª edición. 1994

⋅ Lázaro, F. y Tusón, V.: Literatura española. Bachillerato 3. Estella (Navarra). Anaya. 1991⋅ Sevilla Arroyo, F.: “Introducción” a Rojas, Fdo. de: La Celestina. Zaragoza. Edelvives, 4ª edición. 1990

⋅ Sevilla Arroyo, F.: De la Edad Media al Renacimiento: La Celestina. Madrid. Anaya, 1990⋅ http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-magia-tema-integral-de-la-celestina-0/

html/ffd7095a-82b1-11df-acc7-002185ce6064_7.html [10-11-14]⋅ http://losmedioscomometaforas.blogspot.com.es/2011/09/la-celestina-philocaptio-y-el-conjuro_29.html [10-11-14]

10 Así, por ejemplo, Feliciano de Silva: Segunda comedia de Celestina o Gaspar Gómez de Toledo: Tercera Celestina, obras menores, muy alejadas de las calidades literarias de la de Rojas.

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