Primera Lectura: “Samuel, para toda su vida, queda cedido al Señor” Lectura del primer libro de Samuel (1,20-22.24-28)

En aquellos días, Ana concibió, y a su debido tiempo dio a luz un hijo, al que puso el nombre de Samuel, di-ciendo: «Se lo he pedido al Señor».

El marido, Elcaná, subió con toda su familia para ofrecer al Señor el sacrificio anual y cumplir su voto. Pero Ana no subió, porque dijo a su marido: «No iré hasta que el niño deje de ma-mar. Entonces lo llevaré y él se pre-sentará delante el Señor y se quedará allí para siempre».

Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. El niño era aún muy pequeño. Y después de inmo-lar el novillo, se lo llevaron a Eli. Ella dijo: «Perdón, señor mío, ¡por tu vida, señor!, yo soy aquella mujer que estu-vo aquí junto a ti,

DIOS NOS HABLA

N° 300

Parroquia

“Corazón de María”

“Oración Comunitaria o Colecta”

Dios y Padre nuestro, que en la Sagrada Familia nos ofreces un verdadero mode-lo de vida, concédenos que, imitando en nuestros hogares las mismas virtudes y unidos por el amor, podamos llegar, todos juntos, a gozar de los premios eternos en la casa del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los Siglos de los siglos. Amén

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ

30 de Diciembre 2012

Salmo Responsorial: (Sal. 83, 2-3. 5-6. 9-10)

R. ¡Señor, felices los que habitan en tu Casa!

¡Qué amable es tu Morada, Señor del Universo! Mi alma se consume de dese-os por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne claman ansiosos por el Dios viviente. R.

¡Felices los que habitan en tu Casa y te alaban sin cesar! ¡Felices los que en-cuentran su fuerza en ti, al emprender la peregrinación! R.

Señor del universo, oye mi plegaria, es-cucha, Dios de Jacob; protege, Dios, a nuestro Escudo y mira el rostro de tu Ungido. R.

para orar al Señor. Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y Él me con-cedió lo que le pedía. Ahora yo, a mi vez, se lo cedo a Él: para toda su vida queda cedido al Señor». Después se postraron delante del Señor.

Palabra de Dios. R./ Te alabamos, Señor.

Santuario San Judas Tadeo - Santuario P. Mariano Avellana

Zenteno # 764 - Santiago Centro - Fono: 2 698 94 91

EVANGELIO: “Jesús entre

los doctores de la Ley es hallado por sus padres” Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas (Lc. 2, 41-52)

Sgda. Lectura: “Nos llamamos y somos hijos de Dios” Lectura de la primera carta de san Juan. (3,1-2. 21-24)

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.

Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Co-mo no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de Él.

Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y hacién-doles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su in-teligencia y sus respuestas.

Al verlo, sus padres queda-ron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados».

Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?» Ellos no entendieron lo que les decía. Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.

Jesús iba creciendo en sabi-duría, en estatura y en gracia delan-te de Dios y de los hombres.

Palabra del Señor /R. Gloria a ti Señor Jesús

Queridos hermanos: ¡Miren cómo nos amó el Pa-

dre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos real-mente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él.

Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que sere-mos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.

Queridos míos, si nuestro co-razón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con ple-na confianza, y Él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es éste: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como Él nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permane-ce en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que Él permanece en noso-tros, por el Espíritu que nos ha dado.

Palabra de Dios. R./ Te alabamos, Señor.

SÍG

UEN

OS

EN

FA

CEB

OO

K C

orr

eo

: e

dic

ión

.elfa

ro@

live

.co

m

Feliz inicio año 2013, y muchas bendiciones .

CONSTRUYAMOS LA COMUNIDAD EN LA IGLESIA HOGAR

Cada familia es la primera comunidad cristia-na, la Iglesia doméstica. La Solemnidad de la Sa-grada Familia nos ayuda a renovar la vida familiar como vida de encuentro, diálogo, servicio y amor. La familia está llamada a ser una comunidad orante en la que se experimente la presencia de Dios. Renovemos nuestra vocación de padres, esposos e hijos en la familia de los Hijos de Dios.

Saludos de fin de año de nuestro Párroco:

Queridos hermanos, estamos llegando al final del año 2012. Brota espontánea nuestra gratitud a Dios por cada momento que hemos vivido como comunidad parroquial.

En este último domingo aparece la Sagrada Familia para acogernos y abrazarnos con su ternura.

Vivamos con este deseo de ser familia y todo saldrá bien.

Felicidades al equipo de El Faro en esta edición Nº 300. Que el año nuevo nos sigamos encontrando en la mesa de la Palabra y del Pan.

“LOS CINCO MINUTOS DE” San Antonio Mª Claret

La caridad es la reina de las virtudes; es como el sol entre los

astros, es como el oro entre los metales, como la vida a todas las

virtudes; pero si la caridad falta, todo falta, nada sirve, como dice el

Apóstol.

www.basilicacorazondemaria.cl

Edición a cargo de: Pastoral de comunicadores, Parroquia Corazón de María

PÁ

GIN

A D

E L

A P

AR

RO

QU

IA: w

ww

.ba

sil

icac

ora

zo

nd

em

ari

a.c

l

COMENTARIOS:

PRIMERA LECTURA: (1 Samuel 1,20-22.24-28)

Dios escucha la oración de Ana y le concede el hijo que le pide. El pequeño Sa-muel es ofrecido a Dios porque es un regalo suyo. Los hijos son de Dios, no son propiedad de los padres. Se debe respetar su libertad y ofrecerlos cada día a Dios con confianza.

EVANGELIO: (Lucas 2,41-52)

La familia fue el ámbito de vida de Jesús durante la mayor parte de su existencia. Allí vivió con sus padres, en obediencia dedicando su vida a los detalles de la ca-sa, en el servicio, el amor y todo lo que conlleva la vida familiar. De esta forma santificó la vida de la familia y las virtudes del hogar convirtiéndolas en camino de santidad.

Ya en su niñez, se ve un signo de la que será su misión al servicio del Re-ino de Dios y de su enfrentamiento con el templo, centro de la vida de fe de la reli-gión judía, cuando se pierde de la familia y se le encuentra en el templo discutien-do con los doctores.

SEGUNDA LECTURA: (1 Juan 3,1-2.21-24) En la primera carta de San Juan se declara nuestra filiación divina convir-

tiéndola en llamada a vivir en el amor y en una vida de fraternidad. La familia de los hijos de Dios es invitada a vivir el mandato del amor.

Todos, con algunas excepciones, hemos crecido o vivido en el seno de una familia. Hoy, si miramos la realidad de las familias, encontramos crisis y desunión. Una cultura que causa muertes atenta a la familia. Como cristianos, seguidores de Jesús, no podemos ocultar este tesoro, esta piedra preciosa que da sentido a la vida.

Porque la Familia es:

• Signo del amor de Dios Trino. • Camino de fe y esperanza. • Sacramento del amor en el mundo. • Patrimonio de la humanidad. • Lugar donde se forjan y viven los valores humanos • La Iglesia hogar donde se encarna la presencia de Dios

En este siglo XXI, tú y yo somos llamados a afirmar y defender el valor de la familia. Como hijos de Dios, por el bautismo, vivamos los lazos familiares en santidad, senci-

llez, humildad, gratitud y alabanza, como la Familia de Nazaret.