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UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”
“FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS PROFESIONALES NO MÉDICOS PARA LA SELECCIÓN DEL POSTGRADO
EN SALUD OCUPACIONAL”
JUAN PASTOR FRÉITEZ
Barquisimeto, 2005
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UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO” DECANATO DE MEDICINA
MAESTRIA EN EDUCACION – MENCION CIENCIAS DE LA SALUD
“FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS PROFESIONALES NO MÉDICOS PARA LA SELECCIÓN DEL POSTGRADO
EN SALUD OCUPACIONAL”
Trabajo presentado para optar al grado de Magíster Scientiarum
Por: JUAN PASTOR FRÉITEZ
Barquisimeto, 2005
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FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS PROFESIONALES
NO MÉDICOS PARA LA SELECCIÓN
DEL POSTGRADO EN SALUD OCUPACIONAL
Por: JUAN PASTOR FREITEZ
Trabajo de grado aprobado
_____________________________ _____________________________ (Tutor) (Jurado 2)
_____________________________ (Jurado 3)
Barquisimeto, _____ de ________________________ de 2005
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DEDICATORIA
A Eddy Luz A Ingrid Raquel A David Gabriel A Aurora
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AGRADECIMIENTO Este trabajo contó con el apoyo invalorable de muchas personas: las que me
estimularon, las que me brindaron su hombro como apoyo, las que vivieron angustias
y desvelos, las que aún sin conocerme personalmente hicieron suyo este trabajo.
Ningún aporte fue insignificante, pues cada quien llegó en el momento oportuno. Por
ello, la lista de nombres sería interminable y sería muy injusto incurrir en omisiones
involuntarias.
A todos, sin excepción, infinitas gracias.
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INDICE DE CUADROS
Cuadro 1. Frecuencia de accidentes laborales en Venezuela, 2004 21
Cuadro 2. Distribución de los sujetos de la muestra según la profesión 34
Cuadro 3. Caracterización de los sujetos de la muestra 37
Cuadro 4. Distribución de los sujetos de la muestra según edad y sexo 38
Cuadro 5. Distribución de los sujetos de a muestra según los años de graduado 39
Cuadro 6. Importancia percibida de la Salud Ocupacional por parte de los 46 sujetos de la muestra.
Cuadro 7. Opinión de los sujetos de la muestra en cuanto a promoción y 47 divulgación del postgrado de Salud Ocupacional
Cuadro 8. Estímulo profesional y económico al realizar el postgrado en Salud 48 Ocupacional, según los sujetos de la muestra.
Cuadro 9. Factores que influyen la posibilidad de participación, según los 49 sujetos de la muestra.
Cuadro 10. Responsabilidad de las actividades de Salud Ocupacional según los 51 sujetos de la muestra
Cuadro 11. Responsabilidad de las actividades educacionales en Salud Ocupa- 53 cional, según los sujetos de la muestra
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INDICE DE GRÁFICOS
Gráfico 1. Presencia de la asignatura Salud Ocupacional en los estudio de 41 pregrado
Gráfico 2. Suficiencia del conocimiento en Salud Ocupacional adquirido por 43 los sujetos de la muestra.
Gráfico 3. Capacidad de los sujetos integrantes de la muestra para identificar 44 problemas de Salud Ocupacional en la empresa o institución donde trabajan
Gráfico 4. Conocimiento de los sujetos de la muestra sobre la situación de 45 Salud Ocupacional en la región.
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UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL”LISANDRO ALVARADO” DECANATO DE MEDICINA
MAESTRIA EN EDUCACION – MENCION CIENCIAS DE LA SALUD "FACTORES QUE INFLUYEN EN LOS PROFESIONALES NO MÉDICOS PARA LA SELECCIÓN DEL POSTGRADO EN SALUD OCUPACIONAL”
Autor: Juan Pastor Fréitez Tutora: Maritza López de Rodríguez
RESUMEN:
El objetivo de esta investigación fue analizar los factores que influyen en los profesionales no médicos para la selección del postgrado en salud ocupacional, partiendo de la observación evidenciada en la matrícula de una alta participación de médicos, con poca respuesta de otros profesionales que deben integrar el equipo de trabajo multidisciplinario requerido para solucionar los problemas en salud ocupacional (ingenieros, relacionistas públicos y administradores como responsables de los procesos productivos y manejo de personal). Según los objetivos propuestos, se realizó un trabajo de campo, tipo descriptivo, no experimental. La muestra estuvo constituida por 75 profesionales: 49 ingenieros y 26 administradores, pertenecientes a empresas grandes y medianas del parque industrial del Municipio Autónomo Iribarren. Se utilizó muestreo no probabilístico, opinático intencional, privando la experticia de los sujetos seleccionados en el manejo de personal, según los siguientes criterios: ser responsable en sus respectivas empresas del proceso productivo (total o parcialmente), tener personal a su cargo y no haber cursado estudios de postgrado relacionados con la salud ocupacional. Cada participante respondió una encuesta autoadministrada. Se procesó la información recabada con el Programa SPSS. Resultados: 94.7% de los profesionales encuestados considera que la Salud Ocupacional es importante para su trabajo diario y para un 96% la misma juega un papel importante en su ambiente laboral. Según 62.7% es necesaria una especialización en Salud Ocupacional en su ambiente de trabajo. Sólo 21,3% posee información sobre el postgrado y 6,9% conoce las menciones ofrecidas. Se concluye que el Postgrado cuenta con candidatos potenciales en su mayoría jóvenes y solteros, con menos de 10 años de graduados (65.4%), para los cuales (74.7%) su condición familiar no impide optar al postgrado. Se recomienda implementar estrategias de divulgación, promoción, financiamiento y flexibilización de la modalidad presencial como mecanismo para atraer participantes. Palabras claves: Autoevaluación - Postgrado – Salud Ocupacional
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INDICE
Pag. DEDICATORIA iv AGRADECIMIENTO v INDICE DE CUADROS vi ÍNIDICE DE GRAFICOS vii RESUMEN viii INTRODUCCION 1 CAPITULO I PROBLEMA 4 Planteamiento del problema 4 Objetivos 8 Objetivo general 8 Objetivos específicos 8 Justificación e importancia 8 Alcance y limitaciones 9 II MARCO TEORICO 11 Antecedentes de la investigación 11 Bases teóricas 19 Bases legales 29 III MARCO METODOLÓGICO 33 Tipo de investigación 33 Población y muestra 33 Sistema de variables 35 Técnica e instrumento de recolección de datos 36
Elaboración y validación del instrumento 36
IV RESULTADOS 37
V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 55
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 59
ANEXOS 63
Currículum vitae del autor
Instrumento de recolección de datos
Operacionalización de variables
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INTRODUCCIÓN
En la vida académica universitaria los estudios de postgrado son considerados
como la cúspide de los procesos de formación y representan la máxima expresión de
la razón de ser de la universidad. En la medida que puedan responder formando
profesionales de alta calidad capaces de ofrecer soluciones acertadas a los múltiples
problemas que afectan el desarrollo y crecimiento de la nación representan el
compromiso de la universidad con el país, particularmente en los aspectos
tecnológicos, económicos y sociales. Borroto y Salas (2004) identifican en cada
postgrado la triple misión de la universidad: en primer lugar hacer socialmente
relevante su capacidad de creación cultural, de innovación científica y tecnológica y
de formación de recursos humanos; luego, extender los conocimientos generados y
acumulados en la institución a sectores amplios de la sociedad y finalmente asegurar
la excelencia por el mantenimiento y la mejora de la calidad de la enseñanza,
investigación y extensión. Dentro de este marco referencial, la trascendencia de un
postgrado se mide por el impacto que tenga en el desarrollo científico, tecnológico y
social, más allá del ámbito regional y nacional.
Las premisas anteriores resumen la pertinencia que fundamenta la creación de
cada postgrado, aspecto en el cual las universidades públicas venezolanas –
especialmente algunas regionales, entre ellas la Universidad Centroccidental
“Lisandro Alvarado” (UCLA)- han tenido iniciativas importantes en establecer
relaciones con el entorno, esto es, con las empresas y con las comunidades. En tal
sentido, la pertinencia del postgrado refleja la misión de la universidad por cuanto
ésta constituye una institución formadora de profesionales comprometidos con su
país, cuyos conocimientos y capacidades deben estar al servicio de la sociedad para
resolver sus problemas. El escenario de acción del egresado es el sector productivo,
cuya finalidad es generar los bienes y servicios que satisfagan las necesidades del país
Por lo tanto, las universidades y las organizaciones que forman el sector productivo
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asumen el compromiso de atender necesidades sociales mediante una interacción que
suma los esfuerzos de uno y otro sector para lograr dichos objetivos, por lo que según
Padilla y Marúm (2004) esta condición hace que la universidad transite por dos
estrategias básicas de vinculación: una que consiste en dar respuesta a las necesidades
y solicitudes del sector productivo adecuándose a sus solicitudes y requerimientos y
otra que consiste en utilizar su capacidad visionaria para adelantarse a estas
necesidades y solicitudes y proponer avances e innovaciones para prever problemas y
necesidades futuras.
Los problemas de salud en el sector productivo constituyen una de las necesidades
prioritarias que exige respuestas y soluciones, en un ámbito que abarca desde la gran
industria hasta la actividad artesanal y la economía informal. El proceso salud-
trabajo-enfermedad como expresión de la repercusión de las condiciones de trabajo se
hace tangible a través de los accidentes y las enfermedades ocupacionales lo cual
hace que nazca la Salud Ocupacional como disciplina encargada de la búsqueda de
soluciones a los problemas de la salud de los trabajadores. Sin embargo, el desarrollo
de esta disciplina no ha estado acorde con la magnitud del problema, por lo que en
Venezuela el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas
(CONICIT) consideró la Salud Ocupacional como un área prioritaria para lo cual
nombró una comisión permanente en la materia, con especial énfasis en la formación
de recursos humanos a través de la creación de nuevos postgrados (Falcón, 1997).
Atendiendo a estos postulados se creó el Postgrado de Especialidad en Salud e
Higiene Ocupacional del Decanato de Medicina de la UCLA, iniciando sus
actividades académicas en 1998 inspirado en un criterio integralista mediante un
enfoque multi- e interdisciplinario, como respuesta a la preocupación manifestada por
sectores académicos, económicos, sindicales y sociales ante la carencia de políticas
para el desarrollo de esta disciplina fundamental para el desarrollo del país.
Aún cuando es muy joven dentro de la historia académica de la UCLA se
considera necesaria la evaluación del mismo siguiendo el ejemplo que ha dado la
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Universidad, como expresión del deseo y la obligación de mejorar para lograr un
desempeño de la mejor calidad. La evaluación institucional, y por consiguiente la
evaluación de los postgrados, representa el proceso de valoración que permite el
diagnóstico de problemas, la orientación en la búsqueda de soluciones a estos
problemas y la implementación de dichas soluciones. En este sentido, la Universidad
Centroccidental “Lisandro Alvarado” como un todo llevó a cabo un proceso de
evaluación considerado referencial a nivel nacional, del cual ha surgido una serie de
conclusiones y recomendaciones conducentes a la superación y al logro de la
acreditación. Como compromiso con la Universidad, corresponde ahora a cada una de
sus partes encaminar su autoevaluación, como contribución a esa conquista.
Este trabajo representa una primera aproximación a ese proceso de
autoevaluación, teniendo como estímulo la certeza de que sus resultados contribuyan
a reafirmar la pertinencia del Postgrado de Especialidad en Salud e Higiene
Ocupacional y a fortalecer su presencia en la región y el país mediante la formación
del profesional que el país necesita para la preservación y fomento de la salud de
nuestros trabajadores, sin los cuales la economía –a pesar de la adquisición de la
tecnología más avanzada- no podría desarrollarse.
La investigación se expone mediante capítulos siguiendo lo establecido en la
normativa vigente, organizado de la siguiente manera: Introducción, Capítulo I: El
Problema, Capítulo II: Marco Teórico, Capítulo III: Marco Metodológico, Capítulo
IV: Resultados y Capítulo V: Conclusiones y recomendaciones.
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CAPITULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del problema
La interpretación del proceso salud-trabajo-enfermedad desde los tiempos de
Hipócrates fue un concepto ubicado eminentemente entre las competencias propias de
la Medicina del Trabajo, pues correspondió a los médicos reconocer los efectos
nocivos de los riesgos presentes en el ambiente laboral. Como afirma Goic (2000)
según el paradigma tradicional la responsabilidad de la atención de la salud ha
recaído casi exclusivamente en los médicos, pero en el sistema sanitario han
aparecido otros actores: empresarios, economistas, legisladores, administradores, que
se han convertido en sujetos decisivos en la organización y gestión de salud de las
comunidades.
En el ámbito laboral la conceptualización del proceso salud-trabajo-enfermedad no
puede ignorar la evolución lógica de los procesos productivos, la incorporación
progresiva e indetenible de nuevas técnicas y materias primas, el desarrollo de la
organización del trabajo y las estructuras laborales, puesto que estos elementos
implican exigencias psico-físicas en constante modificación y evolución, que han
estado presentes siempre desde la época de utilización de las herramientas más
rudimentarias en los primeros tiempos hasta la época actual cuando hay que tomar en
cuenta los conceptos de globalización y neoliberalismo. En el proceso productivo
siempre estarán presentes factores y riesgos como elementos constituyentes de las
condiciones de trabajo, con repercusiones trascendentales en la salud del trabajador
que manifiestan su impacto a través de las enfermedades ocupacionales y los
accidentes laborales. Esta situación se ha hecho más evidente en los países
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subdesarrollados donde a los riesgos tradicionales se han ido sumando los que
conlleva ese proceso evolutivo, con otros problemas de salud laboral que incorporan
la economía informal, el niño trabajador y la mujer trabajadora, con una importancia
tal que constituyen líneas de investigación muy bien definidas en salud ocupacional.
El proceso salud-trabajo-enfermedad rebasa la delimitación medio-ambiental
clásica y abarca el contexto de la organización social, económica y política.
Obviamente, un enfoque de tal naturaleza implica un énfasis sobre la salud del
trabajador y su relación con el medio laboral, en su más amplia acepción (no sólo en
la enfermedad ni el accidente), y permite reconocer que la tarea abarca más allá de la
competencia profesional del médico: los factores que pueden preservar o alterar la
salud del trabajador reclaman la participación de otros especialistas: ingenieros (en
todas sus ramas), ergónomos, administradores, relacionistas públicos, educadores,
abogados, economistas, sociólogos, psicólogos, y técnicos superiores en higiene,
seguridad, trabajo social, deportes y enfermería.
A la vez intervienen las políticas de Estado en materia de salud, economía,
industria y trabajo, puesto que la salud de esa persona que trabaja es afectada como
trabajador y como ciudadano. De modo que las acciones tendentes a preservar y
mejorar la salud del trabajador son trascendentales, plurales multidisciplinarias e
interdisciplinarias.
Desde esa perspectiva, surgió la necesidad de formar profesionales -aparte de los
médicos-, capaces de abordar y dar soluciones adecuadas a los problemas de salud del
trabajador, surgiendo así los estudios universitarios de cuarto nivel en salud
ocupacional, de tipo multidisciplinario, a partir de planteamientos hechos desde la
década de los setenta y que aún hoy siguen siendo una expresión de necesidad en todo
el mundo, tomando en cuenta la horizontalidad de la asunción de roles específicos por
parte de los integrantes del equipo, el intercambio de información desde la
perspectiva de cada integrante desde su área de competencia y la integración de
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aportes en la solución de los problemas. Por otro lado, este enfoque denotaba la
pertinencia de los postgrados, al buscar formar personal calificado de alto nivel
vinculándolos al sector productivo tanto público como privado a través de la
identificación y solución de problemas prioritarios a través de la investigación
aplicada. La búsqueda de un trabajador sano y productivo, indispensable para el
desarrollo de la economía del país, va más allá de un simple eslogan.
La expansión del proceso de industrialización conlleva a considerar como
prioritaria la necesidad de formación de personal especializado en Salud Ocupacional.
Pero aunque se necesita la formación de especialistas provenientes de otras áreas
diferentes al campo médico, se evidencia una marcada prevalencia de médicos con
muy poca participación de otros profesionales, a sabiendas de la carencia de dichos
recursos para poder dar respuestas adecuadas a los problemas de salud que se
plantean en el ambiente laboral. Esta tendencia se ha observado en todos los
postgrados de tipo multidisciplinario que se dictan en las universidades venezolanas.
La necesidad de personal especializado cuantificada por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) evidencia una gran carencia de recursos humanos
para desarrollar la Salud Ocupacional en cuanto a prevención y prestación de
servicios. A pesar de los esfuerzos que hacen las universidades nacionales para cubrir
este déficit, permanece la brecha entre requerimiento y oferta, particularmente de
ingenieros especializados en Salud Ocupacional.
Hasta el momento, de los cursos de post-grado existentes en el país, cuando
mucho egresan cada año unos 50 profesionales, cantidad que además de ser
insuficiente para cubrir las necesidades nacionales para protección de la salud de los
trabajadores está constituida en su mayoría por médicos. De acuerdo a los cálculos de
la OIT Venezuela requiere aproximadamente unos 2.500 médicos especialistas y
alrededor de 1.200 ingenieros especialistas.
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El registro académico revela hechos significativos, entre los cuales destaca
que el curso de post-grado en Salud Ocupacional e Higiene del Ambiente Laboral que
dicta la Universidad de Carabobo en Maracay, inaugurado en 1990 con una mención
para ingenieros (Higiene Ocupacional) y otra para médicos (Epidemiología) cumplió
con esta oferta sólo en la primera cohorte, y a partir de la segunda cohorte unificó las
menciones, ante la poca participación de los ingenieros participantes. En los demás
cursos de post-grado se repite la misma tendencia: predominio casi absoluto de
médicos con relación a los demás profesionales.
La primera cohorte del Postgrado de Especialización en Salud e Higiene
Ocupacional que dicta el Decanato de Medicina de la UCLA estuvo constituida por
quince participantes entre los cuales solamente una abogada. En esta oportunidad se
ofrecieron las tres menciones del postgrado, quedando desierta la mención Higiene
dedicada exclusivamente a ingenieros. En la segunda cohorte participaron diez
profesionales, entre ellos dos ingenieros y una licenciada en Enfermería. La tercera
cohorte (en curso) está constituida por seis médicos y una profesional del derecho. Es
interesante destacar que hasta la fecha todos los profesionales no médicos
participantes pertenecen laboralmente al Ministerio del Trabajo, mientras que los
médicos en su mayoría se acogen al autofinanciamiento.
La situación planteada amerita una revisión a fin de detectar los factores que
pudieran estar influyendo en la selección de este postgrado, de tal manera que se
puedan encaminar estrategias que permitan la participación de profesionales no
médicos indispensables en la estructuración del equipo de trabajo en salud
ocupacional, constituyendo ésta una primera fase del proceso de evaluación del
postgrado de Especialización en Salud e Higiene Ocupacional que se lleva a cabo en
el Decanato de Medicina de la UCLA.
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OBJETIVOS Objetivo general:
Analizar los factores que influyen en los profesionales no médicos para la
selección del postgrado multidisciplinario en Salud Ocupacional.
Objetivos específicos:
1. Identificar los factores personales determinantes en los profesionales no
médicos para la selección de estudios multidisciplinarios de cuarto nivel en
salud ocupacional.
2. Identificar los factores académicos determinantes en los profesionales no
médicos para realizar estudios multidisciplinarios de cuarto nivel en salud
ocupacional.
Justificación e importancia
La Salud Ocupacional constituye un área crítica, a juzgar por las estadísticas de
morbilidad y accidentabilidad en el sector laboral, con las graves consecuencias
generadas por estas entidades nosológicas tanto en el sector productivo como en el
resto de la sociedad. Ante la complejidad y la diversidad de los factores participantes
en el proceso salud-trabajo-enfermedad es fundamental la conformación de equipos
multidisciplinarios integrados por profesionales de diferentes áreas, donde cada quien
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aporta su conocimiento específico y lo integra al de los demás a fin de poder dar
respuesta satisfactoria a los problemas planteados.
Aún cuando los postgrados creados tienen una sustentación sólida en cuanto a su
pertinencia buscando resolver problemas en el área de la salud ocupacional llama la
atención la poca presencia de profesionales no médicos en los cursos de postgrado
multidisciplinarios en salud ocupacional, a pesar de que su participación en el equipo
de trabajo es primordial. Por razones obvias de formación, las soluciones de orden
técnico especializado a los problemas de salud no pueden ser ofrecidas sólo por los
médicos. La planificación y ejecución de programas eminentemente preventivos ya
sean diseños nuevos o intervenciones correctivas como producto de la evaluación de
los riesgos presentes en determinado ambiente laboral requiere la intervención de un
equipo multidisciplinario.
De manera general, este aspecto es destacado por Bunge (1997) cuando sostiene
que en todo proyecto técnico tienen que participar no sólo expertos en las técnicas
establecidas sino también especialistas en todas las áreas que puedan ser afectadas,
advirtiendo evitar la tendencia que tiene cada profesional a ver un solo aspecto de la
sociedad mientras descuida los demás, con visiones parciales que impiden
comprender el problema de manera global. Cambiar esta tendencia es una de las vías
posibles para cubrir las cifras estimadas de formación de recursos humanos
establecidas por la OIT, requerimiento creciente al agravarse los problemas ya
existentes con la transferencia tecnológica sin control suficiente, la adquisición de
nuevas tecnologías y la evolución de los procesos productivos en un mundo
globalizado.
Alcance y limitaciones:
Esta investigación se ubica en el área de la evaluación institucional,
específicamente en el área del postgrado en Salud e Higiene Ocupacional que se dicta
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en el Decanato de Medicina “Dr. Pablo Acosta Ortiz”, abordando la identificación de
factores personales y académicos que pudieran estar influyendo en la selección de
dicha oferta de estudios de cuarto nivel por profesionales no médicos, hacia quienes
está dirigido por ser integrantes fundamentales del equipo multidisciplinario de Salud
Ocupacional que debe intervenir en la solución de los problemas que afectan la salud
del trabajador. La encuesta opinática se aplicó solamente a profesionales de las áreas
de ingeniería y administración de recursos humanos (relacionistas industriales,
administradores) por ser los que tienen las mayores responsabilidades el proceso
productivo y en el manejo de personal.
Por cuanto el problema planteado no se limita al ámbito del Postgrado de
Especialización en Salud e Higiene Ocupacional de la UCLA, sino que afecta otros
postgrados nacionales, el análisis de la información recabada puede ser de utilidad al
llevar a cabo estudios subsiguientes que conlleven a mejorar la calidad de los
postgrados y por consiguiente del egresado.
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CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
Antecedentes de la investigación:
El postgrado constituye la más elevada y prestigiosa expresión de la formación
sistemática y es la que mejor refleja la esencia de la universidad. Morles (1997)
resume la trascendencia de los estudios de postgrado al destacar su rol en la
formación especializada de alto nivel, por lo cual adquieren carácter fundamental
para el desarrollo científico, tecnológico y social en el ámbito mundial y regional.
La revisión de la historia de los estudios de postgrado en nuestro país hecha, entre
otros, por Inciarte (2001) y Morles (2004) ubica el nacimiento los mismos a unas seis
décadas, por lo que son historia reciente: el primer postgrado nació en 1941 en la
Universidad Central de Venezuela. De modo que es una actividad académica muy
nueva de la cual se encargan actualmente alrededor de 40 instituciones, de las cuales
23 son públicas y 17 privadas, atendiendo más de 1400 programas de formación,
organizados en especializaciones, maestrías y doctorados en diversas áreas del
conocimiento.
La inserción en los estudios de postgrado, y por consiguiente la oportunidad de
desarrollo profesional y personal comprende sólo una proporción muy pequeña de la
población: según cifras del Consejo Consultivo de Estudios para Graduados del
Consejo Nacional de Universidades (CNU) hay algo más de 40.000 estudiantes y
alrededor de 4500 profesores de postgrado. Según Morles (1997) su oferta está
distorsionada en su distribución tanto desde el punto de vista institucional, geográfico
y disciplinario como de los sectores sociales que atiende, pues mientras en los países
desarrollados más del 20% de los estudiantes de educación superior corresponde al
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postgrado, en Venezuela este porcentaje es menor al 5% y apenas 1% del total de los
venezolanos disfruta o ha disfrutado alguna vez de sus beneficios.
En Venezuela, los estudios de detección de la necesidad de formación de
recursos humanos en salud ocupacional se remonta a 1989, tal como lo reseña Feo
(1989) como participante del Taller Latinoamericano de Desarrollo de Personal en
Salud Ocupacional (auspiciado por OMS/OPS/MSAS), efectuado entonces en
Maracay y Ciudad Guayana, donde además intervinieron expertos de varios países
latinoamericanos y europeos. Entre las conclusiones de este evento destacan: la
carencia de personal capacitado en toda Latinoamérica, la propuesta de un plan de
acción conducente a la formación de personal con el objetivo de solventar el déficit
de recursos humanos y la necesidad de la formación multidisciplinaria a fin de cubrir
todos los integrantes del equipo. En consecuencia, se encaminan los diseños
curriculares para la creación de los postgrados en Salud Ocupacional con la misión de
buscar soluciones al déficit de personal especializado. Al englobar la Salud
Ocupacional, básicamente, a la Medicina del Trabajo, la Higiene Ambiental y la
Seguridad, además de la necesidad del aporte de otros especialistas, la principal
característica de estos postgrados es la admisión de profesionales de diferentes
carreras, de acuerdo al enfoque integral de las soluciones que debe dar el equipo da
trabajo dada la complejidad y variedad de procesos peligrosos presentes en el medio
laboral con alto riesgo de nocividad implícita. Esta actitud fundamental se vincula
además con los cambios estructurales y técnicos que se operan en el sistema
productivo, debido a la complejidad cada vez mayor en los problemas de salud
laboral con la consiguiente expansión del ámbito de intervención y requerimientos de
recursos humanos procedentes de diversas áreas. De modo que carácter
multidisciplinario está implícito en la definición misma de salud ocupacional, siendo
el criterio de aplicación que rige en los países desarrollados.
Sin embargo, los antecedentes de la formación de personal especializado en el área
se remontan al inicio de la explotación petrolera por empresas norteamericanas,
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cuando se formaron médicos especialistas en Medicina del Trabajo bajo el enfoque
biologicista imperante caracterizado una medicina ocupacional con objetivo
curativista a fin de preservar la mano de obra. Los pioneros en Medicina del Trabajo
eran médicos de las empresas petroleras y se formaron fundamentalmente en España.
Como antecedente del postgrado, muy posteriormente a la formación de dichos
especialistas, las Universidades del Zulia, Lara y Central de Venezuela incorporaron
la asignatura Medicina del Trabajo al pensum de estudios de pre-grado de la carrera
de Medicina. Mientras tanto los médicos que seguían formándose lo hacían en
España, Argentina, Italia, Brasil y muy pocos en la Universidad de McGill en
Canadá.
Por lo tanto, la historia del postgrado en Salud Ocupacional apenas comienza, con
la característica de tener un carácter multidisciplinario justificando su pertinencia en
los indicadores socioeconómicos y las tendencias del mercado de trabajo así como la
organización del proceso productivo, reveladores de un deterioro progresivo de la
salud de los trabajadores. El primer postgrado multidisciplinario nace en la
Universidad del Zulia a finales de la década de los ochenta, habiendo egresado diez
magisters para el año 1990, teniendo el propósito de egresar igual número cada dos
años. En 1991, se inicia post-grado con igual enfoque multidisciplinario en la
Universidad de Carabobo (Núcleo Aragua): egresaron doce médicos y seis
ingenieros. Un post-grado similar surge en la Universidad de Carabobo en Valencia.
Posteriormente se crean: el post-grado de la Universidad de Guayana (sólo médicos),
el de la Universidad "Lisandro Alvarado" (multidisciplinario: médicos para la
mención Medicina del Trabajo, ingenieros para la mención Higiene Ocupacional y
cualquier otro profesionales para la mención Educación en Salud de los
Trabajadores). Por último, en 1999, se crea el post-grado de Salud Ocupacional en la
UCV (carácter multidisciplinario).
Según Feo (1992), para el momento de la creación del postgrado en Salud
Ocupacional e Higiene del Ambiente Laboral en el Núcleo Aragua de la Universidad
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de Carabobo, el número de profesionales trabajando en Salud Ocupacional en el
sector público era de unas 300 personas, desconociéndose cuántos estaban
desenvolviéndose en el sector privado. La mayoría de estos profesionales no tenía
formación de cuarto nivel en Salud Ocupacional. La situación actual poco difiere de
lo descrito hace poco más de una década. Esta necesidad de formación de recursos
siempre se ha considerado prioritaria, con tendencia agravarse si no se suplen las
exigencias de personal puesto que el proceso de expansión y desarrollo tecnológico
propios de la industrialización exige cada vez más formar personal capaz de resolver
los problemas de salud ocupacional. Lo anterior implica aumentar el número de
profesionales en salud ocupacional adecuadamente preparados a fin de fortalecer los
equipos multidisciplinarios, apoyar y fortalecer las actividades de capacitación
promoviendo las actividades de adiestramiento a través de estrategias prácticas
enfatizando la formación de instructores como vía hacia un mecanismo multiplicador
de la educación en salud de los trabajadores, y desarrollar y promocionar módulos
educacionales idóneos para la formación básica y educación continua de acuerdo a
necesidades concretas.
El número de egresados de los cursos de post-grado existentes en el país aún está
muy distante de satisfacer los requerimientos de personal especializado en salud
ocupacional: cada año egresan unos 50 profesionales, cantidad que además de ser
insuficiente para cubrir las necesidades nacionales para protección de la salud de los
trabajadores tiene la característica de que está constituida en su mayoría por médicos.
Aplicando las recomendaciones de la OIT, Venezuela requiere aproximadamente
unos 2.500 médicos especialistas y alrededor de 1.200 ingenieros especialistas.
Lo anterior obliga a una evaluación de los postgrados de Salud Ocupacional que se
dictan en las universidades nacionales, considerando la poca respuesta de los
profesionales no médicos a la oferta de especialización que se les hace. En otras
palabras, es necesario identificar los factores que están influyendo en esta tendencia y
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a la vez se hace imperiosa la autoevaluación a fin de reorientar un postgrado cuya
pertinencia está plenamente justificada epidemiológica, económica y socialmente.
En tal sentido, no se tiene conocimiento de evaluaciones precedentes aún cuando
el problema es conocido y es motivo de preocupación, por lo que se toma como
referencia evaluaciones hechas por otros postgrados e instituciones, incluida la
UCLA.
La Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI (UNESCO,
1998) en uno de sus apartes establece la necesidad de la evaluación de la calidad
como uno de los requisitos necesarios para medir la función de la educación superior
Rodríguez Gómez (2000) afirma que el proceso de evaluación de las instituciones
universitarias y de los postgrados en particular cobró mayor impulso en la década de
los noventa a nivel mundial, tanto en los países desarrollados como en los atrasados,
teniendo algunos casos mayor visibilidad e impacto en la definición de las políticas
de educación superior al contar con la participación de organismos internacionales
como UNESCO, CEPAL, BID, Banco Mundial, y Fundación Carnegie. Pero existe la
coincidencia de que en todos los casos se considera como un proceso permanente,
que conduce a la transformación de las instituciones universitarias a fin de adecuar la
educación y el perfil del egresado con las exigencias impuestas por los trascendentes
y vertiginosos avances en los escenarios científico, tecnológico, económico y social,
los cuales cada vez se incorporan con mayor celeridad a los procesos productivos,
conjuntamente con los procesos de globalización y regionalización económicas, lo
cual indudablemente modifica los requerimientos de personal en el mundo del
trabajo, obligando a las universidades a formar recursos humanos con planes y
programas de estudio de calidad y pertinentes, que responden a las necesidades del
desarrollo sustentable de cada país.
Destacan como documentos de importancia el reporte Attali (Francia), el reporte
Dearing (Reino Unido) y el reporte Boyer (Estados Unidos). Según documentos de la
25
Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES)
las universidades de México desarrollan el proceso con la denominación de Reforma
Académica Integral, bajo el lema "La Técnica al Servicio de la Patria". Igual proceso
se desarrolla en Colombia, Chile, Argentina, Ecuador y Perú.
A nivel de estudios de postgrado, la internalización de la cultura de autoevaluación
conlleva a la revisión constante de los resultados del proceso educativo, como una
manera de calibrar constantemente la calidad del mismo y del recurso humano que
está formando, para lo cual obedece a la responsabilidad de vincular la función
docente con la formación de profesionales útiles a la sociedad, con sólidos
conocimientos y con un claro compromiso social. En el ámbito latinoamericano, ya
hace casi dos décadas Black y Aguilar (1987) advertían la necesidad de adecuación
de la educación superior a los cambios profundos que se operan en la sociedad, dentro
de lo cual ocupan espacios significativos los cambios tecnológicos y los procesos
productivos con el consiguiente impacto en el proceso salud-trabajo-enfermedad.
En América Latina las aseveraciones en materia de evaluación de postgrados en
salud ocupacional se pueden considerar desalentadoras. Pando et al. (2001) sostienen
que hasta hoy la práctica profesional de los especialistas en salud laboral en México
se ha caracterizado por su desvinculación de las necesidades sociales, la atención de
las demandas de los daños ocurridos y no por la prevención de las causas de fondo y
la atención de las verdaderas necesidades de la salud del trabajo. Por su parte, López
Segrera (2001) afirma que aún cuando la expansión del postgrado en América Latina
y el Caribe ha implicado la formación de personal calificado de alto nivel no ha
tenido suficiente repercusión en producción científica e innovaciones tecnológicas
debido a la baja incorporación de los graduados de postgrados al área en que se
formaron a causa, entre otras razones, de la poca vinculación entre los sistemas de
Ciencia y Técnica y las necesidades de la industria. Tales afirmaciones deben llamar
a la reflexión, puesto que está en tela de juicio justamente la pertinencia de dichos
postgrados.
26
A nivel nacional la UCLA constituye punto de referencia en autoevaluación al
haber cumplido con un proceso de evaluación institucional, lo cual ha sido seguido
por otras universidades (entre ellas la Universidad Pedagógica Experimental
Libertador, UPEL) encaminándose en procesos similares, como búsqueda de la
excelencia con miras a lograr la acreditación (o certificación de calidad). Al respecto,
López (2002) hace énfasis en que a la universidad le corresponde la responsabilidad
de convertirse en factor de cambio de las estructuras económicas, políticas, sociales y
culturales en Venezuela, y para lograrlo es necesario una modernización de sus
estructuras lo cual implica la autoevaluación para mejorar.
En el ámbito de la UCLA entre los antecedentes de evaluación destacan los
trabajos de Ramírez (1986), Angulo (1990), Álvarez (1992) y Colmenárez (1993), los
cuales aún cuando se refieren al área de pre-grado contienen elementos importantes
que deben considerarse al evaluar los estudios de postgrado. Coinciden en tomar en
cuenta no solamente la opinión de los docentes y alumnos, sino también la de los
empleadores, lo cual tiene importancia al buscar identificar en que medida se cumple
con la pertinencia de las carreras universitarias. Gutiérrez (1998) y Contreras (2000)
hacen un seguimiento a la inserción y aceptación del egresado en el ambiente externo
(no institucional). Papparella (1981) estudia el grado de satisfacción de los egresados
de la Escuela de Veterinaria con la educación recibida a fin de aplicar un modelo de
investigación que pueda ser utilizado para analizar las características de los egresados
de la Escuela de Ciencias Veterinarias de la UCLA y proporcionar la información
necesaria para la toma de decisiones futuras en la planificación universitaria A nivel
de postgrado, Mujica (1989) busca una aproximación teórica del perfil profesional del
egresado en la Maestría en Educación Médica, tomando en cuenta los distintos roles
que desempeñará como docente universitario de acuerdo al principio de integración
de las funciones fundamentales de la universidad: docencia, investigación y
extensión.
27
En el caso específico de los estudios de postgrado en Salud Ocupacional, no se
tiene referencia de investigaciones hechas a nivel nacional con relación a la
evaluación, a pesar de que estos cursos se iniciaron hace ya más de una década y se
observa en todos la tendencia a inscribirse principalmente médicos. La escasa
participación de profesionales no médicos como cursantes de los estudios de cuarto
nivel en Salud Ocupacional, de tipo multidisciplinario, es un fenómeno observado en
todas las facultades, escuelas o decanatos que dictan dichos cursos en el país. Sin
embargo, hasta donde alcanza la revisión de material de investigación específico,
pareciera ser que la preocupación que genera no ha conducido a una evaluación. Esta
consideración obliga a evaluar los postgrados existentes, y de acuerdo a los resultados
hacer las intervenciones pertinentes.
El postgrado de Especialización en Salud e Higiene Ocupacional del Decanato de
Medicina de la UCLA fue creado el 01/10/97 (sesión Nº 941 del Consejo
Universitario) y comenzó sus actividades académicas en el año 1998, habiendo
egresado hasta la fecha dos cohortes. Actualmente está en curso la tercera cohorte,
ocasión propicia para realizar la primera evaluación de la pertinencia externa del
postgrado, lo cual permitirá hacer los cambios necesarios para adecuar el mismo a los
requerimientos del entorno social del egresado, considerando que la universidad tiene
como misión formar profesionales capaces de dominar intelectualmente el sistema
productivo. García Guadilla (1996) sostiene que los postgrados deben participar
plenamente en la interacción cultura-desarrollo de manera que asuman su doble
función de creación de conocimientos y de servicio a la sociedad. Esta aseveración
constituye un verdadero reto para los postgrados en salud ocupacional, dado su
compromiso con la salud del recurso humano y a la vez con el proceso productivo y
la economía del país.
28
Bases Teóricas
La relación entre "salud" y "trabajo" ha sido estudiada en múltiples oportunidades
a lo largo de la historia, desde Hipócrates hasta nuestros días, delegando desde
entonces en la Medicina del Trabajo la interpretación del proceso salud-trabajo-
enfermedad, aún cuando esta identificación para esta rama de la medicina se adoptó
por primera vez en el Congreso de Lyon, en 1929, aún cuando sus orígenes se
remontan a Bernardino Ramazzini, en el año 1700. Con la evolución de la medicina y
de las técnicas usadas para la evaluación del ambiente laboral, como disciplina que
busca conocer los daños a la salud del hombre originados en el desempeño de su
actividad laboral, los cambios de la concepción del problema de salud han conducido
a una ampliación que de Medicina del Trabajo, Medicina Ocupacional o Medicina
Laboral ha pasado por el de "salud ocupacional" o del trabajo hasta "salud del
trabajador", englobando así el concurso de varias disciplinas, en especial la Medicina,
la Higiene Ambiental y la Seguridad, lo cual justifica la denominación de SALUD
OCUPACIONAL por el enfoque integral que va más allá del hecho biologicista-
individual para abordar los fenómenos en el contexto total biopsíquico y socio-
cultural, lo cual conlleva a una intervención no sólo curativista, sino
fundamentalmente preventivista tanto en el individuo como en el grupo humano
donde le toca vivir (familia, trabajo, comunidad): por entender, estudiar y ayudar al
hombre no sólo como persona sino como ser social a través de una aproximación
multidisciplinaria hacia el campo humano del trabajo, buscando la conservación y
mejor disfrute de la salud, prioritariamente, pasando la curación a un segundo plano.
Por consiguiente, desde su origen y por definición la Salud Ocupacional es un área
multidisciplinaria.
De acuerdo a Bunge (1997), el desarrollo de la sociedad humana es analizable
dentro de un sistema integral a su vez constituido por cuatro sub-sistemas principales:
biológico, económico, político y cultural, siendo todos interdependientes entre sí: no
se puede alcanzar un nivel desarrollado en uno solo de los cuatro aspectos, dejando
29
los otros para un futuro incierto, porque cada uno de ellos es condición de los demás.
Esto es aplicable al trabajo: la industria y el comercio modernos requieren mano de
obra sana y competente, y la educación exige apoyo económico y libertad, pero ésta
no es un bien cultural sino un estado de cosas y es un medio para disfrutar los demás
bienes. Sin embargo, esta aproximación al proceso salud-trabajo adoptada de Bunge
no es nueva: la categoría fuerza de trabajo se remonta a 1848, cuando nace el
concepto de Medicina Social. La revolución industrial colocó a la medicina frente a
un nuevo desafío: mantener y mejorar la fuerza de trabajo. La categoría fuerza de
trabajo no es descubierta por la Medicina, sino que se le entrega para su elaboración
y ejercicio. Mientras la categoría trabajo consiste en el desgaste efectivo de la energía
humana, la categoría fuerza de trabajo es la capacidad de trabajo, el conjunto de
aquellas facultades físicas y mentales presentes en un ser humano, las cuales debe
poner en funcionamiento toda vez que desee producir valores de uso. Jules Guérin
(citado por García, 1994) publicó la Gazzette Médicale de Paris en 1848: horas de
trabajo más cortas significarán menos "fatiga" para el trabajador. Altos salarios
significarán mayor energía y mayor bienestar ya que el obrero será capaz de obtener
más y mejor alimento. Las consecuencias fisiológicas de estos factores, que
parecieran perjudiciales para la industria, resultarán de hecho en una fuerza de
trabajo mejor y más productiva.
En su obra "El Capital", Marx afirma que el trabajo es en primer lugar un proceso
entre el hombre y la naturaleza mediado, regulado y controlado por el hombre
mediante el cual transforma la naturaleza exterior a él y a la vez transforma su propia
naturaleza. Por consiguiente, el trabajo consciente es una actividad básica y exclusiva
del ser humano, eminentemente social, que ha ido experimentando una serie de
transformaciones hasta llegar a niveles de alta complejidad. En el trabajo el ser
humano se objetiviza y la naturaleza se humaniza. El trabajo es uno de los factores
fundamentales en el desarrollo de la persona y es uno de los elementos más
importantes entre los factores sociales que contribuyen al bienestar del hombre, es
decir, a su estado de salud, pero también ha conllevado desde siempre un riesgo
30
importante de accidentes y enfermedad, por la presencia de factores nocivos en el
ambiente de trabajo.
Los constantes cambios en la economía vinculados al crecimiento y globalización
de mercados y a los cambios tecnológicos y demográficos afectan de manera directa
tanto al proceso productivo como al trabajador. Muchas enfermedades ocupacionales
y accidentes laborales se deben a la exposición a condiciones peligrosas de trabajo,
alcanzando la magnitud de problemas de salud pública. La mayoría de las personas
pasan por lo menos una tercera parte de su tiempo en los lugares de trabajo,
considerando la jornada laboral de ocho horas/día. Anualmente se reportan 160
millones de nuevos casos de enfermedades ocupacionales (enfermedades
respiratorias, enfermedades cardiovasculares, trastornos auditivos, músculo-
esqueléticos, reproductivos, enfermedades mentales y neurológicas, además de los
efectos del estrés).
Según la OIT (2004) como consecuencia de las condiciones del medio de trabajo,
el panorama de la salud de los trabajadores a nivel mundial es que cientos de millones
de personas en todo el mundo trabajan bajo condiciones inseguras que pone en riesgo
su salud: anualmente 1,2 millones de personas de todo el mundo mueren a causa de
lesiones y enfermedades ocupacionales, equivalente al número de defunciones por
malaria en todo el mundo. Por otra parte, cada año se producen 250 millones de
accidentes laborales, de los cuales 300.000 son mortales, a lo cual se suma que
muchos de estos accidentes generan incapacidad parcial o total, con las consecuencias
socioeconómicas que el hecho implica, con una pérdida del 4% del Producto Interno
Bruto (PIB). Según informe del Banco Interamericano de Desarrollo, el diagnóstico
regional de la situación en América Latina revela ocurren entre 20 y 27 millones de
accidentes ocupacionales, de los cuales 27.270 accidentes mortales, con una
repercusión negativa sobre el PIB que oscila entre 4 y 10%.
31
Los grados de discapacidad resultantes de las alteraciones de salud vinculadas al
trabajo implican una importante limitación para el desarrollo y concomitantemente
generan gastos muy elevados en cuanto a asistencia y compensación del trabajador
precozmente discapacitado, contribuyendo a la disminución del tiempo promedio de
vida activa y a períodos de incapacidad prolongados durante los cuales se depende de
asistencia médica continua y rehabilitación, con su cortejo de repercusiones humanas,
sociales y económicas.
Cuadro 1
Frecuencia de accidentes laborales en Venezuela, 2004
PERIODO NÚMERO DE ACCIDENTES
____________________________________________________________________
Por año 276.172
Por mes 23.014
Por semana 5.311
Por día 757
Por hora 32
Fuente: Estadísticas del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laboral
(INPSASEL )
El diagnóstico situacional reportado en el cuadro 1 se manifiesta en 27.600
discapacitados por año y 2.760 muertes anuales, con una pérdida del PIB equivalente
al 4%. Estas cifras reflejan el impacto de las condiciones del ambiente laboral en la
salud de los trabajadores de Venezuela, situación que tiende a agravarse ante la crisis
económica de los países en vías de desarrollo en el marco de la globalización,
32
evidenciada ésta por la transferencia tecnológica y la presencia de grandes empresas
multinacionales.
El reduccionismo biológicista del proceso salud-enfermedad conlleva al modelo
médico reparador de poblaciones trabajadoras las cuales, en las condiciones actuales,
ingresan al campo laboral ya enfermas por razones no ocupacionales, en el marco de
una corriente de pensamiento según la cual la inequidad en las relaciones sociales
constituye un factor patógeno incuestionable. Por ello, se observa el fenómeno de que
una misma empresa multinacional tiene políticas de salud diferentes entre su “casa
matriz” y sus “filiales” del Tercer Mundo (Marchiori, 1992).
Con la misión de buscar soluciones a esta situación nace la Salud Ocupacional,
cuyo objetivo básico es evitar que el trabajador sea víctima de los daños que pueden
provocarle las condiciones de trabajo desfavorables y las exigencias incompatibles
con un estado psicofísico sano. Al englobar, básicamente, a la Medicina del Trabajo,
la Higiene Ambiental y la Seguridad, la Salud Ocupacional no sólo busca las causas
de los accidentes y de las enfermedades ocupacionales, sino que establece los
procedimientos para evitar o contrarrestar los riesgos laborales y garantizar la salud
del trabajador.
A pesar de la importancia de la premisa anterior, la Salud Ocupacional como
disciplina recibió muy poca atención y por consiguiente tuvo escaso desarrollo en
Venezuela antes de la década de los setenta. Anteriormente a esta etapa, los
profesionales formados, muy escasos en número, obedecían a necesidades e intereses
muy específicos de las empresas petroleras transnacionales asentadas en el país. La
carencia de políticas y programas en Salud Ocupacional, sumado a que las
enfermedades ocupacionales no se registraban como tales en los anuarios estadísticos
del Ministerio de Sanidad hacía que se desconociera el impacto real de las
condiciones de trabajo en la salud de los trabajadores. A esto se sumaba el
desconocimiento de los requerimientos en formación de recursos.
33
Si bien desde los años sesenta las condiciones de salud de los trabajadores
constituían ya motivo de preocupación en ciertos sectores laborales, es a raíz del
informe de la evaluación hecha por una comisión designada por el Programa
Internacional para el Mejoramiento de las Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo
(conocido por el acrónimo PIACT, según sus siglas en francés), a finales de la década
de los setenta cuando se tomó mayor conciencia de las necesidades al respecto. La
situación de la Salud Ocupacional en el país llegó a constituir desde las últimas tres
décadas un asunto de gran importancia al grado de llegar a ser componente
importante en los diseños de política de salud, tal como lo demuestra su inserción en
los programas del Consejo Nacional para la Ciencia y Tecnología (CONICIT),
además de constituir un factor importante por su trascendencia para justificar la
pertinencia de los diferentes postgrados creados en las universidades nacionales, y
haber conducido a la promulgación de una ley orgánica específica: Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT) con su
consecuencia hoy materializada en la creación y puesta en marcha del (INPSASEL.
El conocimiento global de la situación de salud de los trabajadores
evidenció a la vez la carencia de recursos humanos para desarrollar la Salud
Ocupacional, siendo considerada el déficit como alarmante. Las recomendaciones de
la OIT en cuanto al número de personal capacitado en Salud Ocupacional de un
ingeniero por cada 10.000 trabajadores, un médico por cada 5.000 trabajadores, una
enfermera por cada 7.000 trabajadores y un técnico en Higiene y Seguridad por cada
1.000 trabajadores.
Aplicando dichas proporciones a las necesidades Venezuela los requerimientos de
personal especializado, son aproximadamente las siguientes: 2.500 médicos
especialistas, 1.200 ingenieros especializados y 2.000 inspectores técnicos, además de
376 profesionales de otras áreas.
34
La magnitud real del problema en Venezuela no se conoce, teniendo como
referencias sólo cifras aproximadas que actualmente recaba el INPSASEL. Aún a
nivel mundial se admite que epidemiológicamente hay un sub-registro significativo
de enfermedades y accidentes laborales. Las estadísticas de la Dirección de Medicina
del Trabajo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) igualmente
representan un registro parcial, puesto que ese organismo afilia escasamente entre un
25 y 30% de la población trabajadora. Los sectores agropecuarios, de economía
informal y los desempleados reciben poca o ninguna atención. Esto hace suponer que
alrededor del 60% de la población económicamente activa no está cubierta por
ningún régimen de asistencia en salud ocupacional.
Ante la gravedad de la situación la Organización Mundial de la Salud (OMS)
propuso desde 1985 la integración funcional y la coordinación administrativa entre la
atención primaria en salud y la salud laboral preventiva, con el fin de asegurar el
acceso de todos los trabajadores a los programas de salud. En el Programa General de
Trabajo de 1990-1995 de la OMS figura el objetivo de conseguir que el 75% de los
países desarrollen programas de salud ocupacional mediante la recolección de datos
de morbilidad, la identificación de riesgos prioritarios y el desarrollo institucional.
Lo anterior se fundamenta en que la salud debe considerarse un área estratégica
para el desarrollo económico representando para éste, de manera recíproca tanto
factor decisivo como objetivo principal. Como tal, Macedo (1991) advierte que no
puede seguir siendo responsabilidad exclusiva de las instituciones y los profesionales
del sector, como tradicionalmente se le ha visto, sino que necesita ser apropiada como
una preocupación de la sociedad como un todo, de los llamados sectores productivos
ligados al capital y al trabajo, desde el Estado hasta los individuos.
De lo anteriormente expuesto destaca que los postgrados deben abordar la
necesidad de formar personal especializado capaz de integrar equipos constituidos
por diversos especialistas, con un enfoque integral en virtud de la complejidad y
35
variedad de procesos peligrosos presentes en el medio laboral con una alta
peligrosidad implícita. La multidisciplinariedad en el enfoque de la Salud
Ocupacional se vincula además con los cambios estructurales y técnicos que se
operan en el sistema productivo, resultantes de una complejidad creciente en los
problemas de salud laboral lo cual provoca una expansión del campo de intervención
y exige una aproximación desde diferentes áreas especializadas. Pero también hay
amenazas industriales generadas por fallas técnicas, por factores humanos, por el
ambiente y el contexto ocupacional o por insuficiencia de planes de prevención y
emergencia. Para complementar la labor desarrollada por los médicos ocupacionales a
través de la prevención, diagnósticos precoces y una vigilancia epidemiológica eficaz,
es indispensable que la identificación de los riesgos conlleve la participación del
recurso capacitado para medir la magnitud de los riesgos, que pueda diseñar e
implementar modificaciones estructurales o tecnológicas para su control o
erradicación en el ambiente de trabajo, y hacer efectiva una verdadera prevención.
Por otra parte, hacen falta profesionales a dedicación completa, con una formación
sólida, actualizada, que a través de los equipos de trabajo donde participe sea capaz
de analizar la situación que se vive en los ambientes de trabajo, profesionales que a
través de las soluciones que ofrezcan produzcan también conocimiento e
investigación, capaces de interactuar para dar solución a los graves problemas que
escapan a intervenciones parceladas o aisladas.
Es oportuno destacar que entre las conclusiones del Taller de Investigación y
Postgrado patrocinado por el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y
Tecnológico de la UCLA en marzo 2002, destacaron dos aspectos importantes: la
necesidad de captación de necesidades del entorno que permitan desarrollar líneas de
investigación para tratar de resolverlas, con enfoque multidisciplinario, así como
formar o crear postgrados pertinentes que coadyuven a la solución de la problemática
planteada, y se recalcó la necesidad de crear postgrados obedeciendo a necesidades,
bien sea de tipo institucional, regional o nacional, ajustados a los requerimientos de la
36
normativa existente. Aún cuando son consideraciones que apunan hacia la pertinencia
de los estudios de postgrado, deben tomarse en cuenta al proceder a la evaluación de
cualquiera de los postgrados que se dictan en la UCLA.
Desde el punto de vista político, la multidisciplinariedad es prácticamente un
requerimiento de la intervención institucional en salud ocupacional, ya que ésta es
intersectorial, tomando en cuenta que la supervisión y vigilancia oficial de los
programas de control de riesgos en las empresas implica la participación de múltiples
profesionales. En este aspecto destacan las propuestas asentadas en el Plan Nacional
de Salud de los Trabajadores en Venezuela, elaborado por el entonces Ministerio de
Sanidad y Asistencia Social.
Aún así, la participación de los profesionales no médicos en los cursos de
postgrado en salud ocupacional es muy baja, por lo cual no se está dando respuesta al
requerimiento de formación de personal especializado. Es necesario conocer cuáles
son los factores que están determinando esta escasa participación, habida cuenta de
que la pertinencia social (externa) que justifica la creación de los postgrados radica en
la solución problemas o necesidades nacionales o regionales relevantes en dicha área,
aparte de servir al desarrollo integral de los participantes. Por lo que es necesario
responder interrogantes relacionadas con factores intrínsecos y extrínsecos que están
determinando la poca participación de profesionales no médicos en los post-grados
multidisciplinarios de salud ocupacional, conocer los incentivos necesarios para su
incorporación y cuales han sido las políticas de promoción utilizadas por los post-
grados para atraer al cliente potencial.
Es importante destacar que uno de los sectores más débiles en Salud Ocupacional
lo constituye la Educación en Salud de los Trabajadores. Por esta razón, son múltiples
los documentos que, a nivel mundial, enfatizan en la necesidad de formación de los
trabajadores, por considerar que el principal actor del proceso salud-trabajo es un
desconocedor del proceso salud-enfermedad y por ende se expone al riesgo sin
37
precauciones por ignorancia, particularmente por no tener acceso al conocimiento
disponible, por falta de personal formado y de medios de difusión. Como afirma
Briziarelli (1989), la educación debe basarse en tres componentes: conocimiento,
comunicación y cambio, elementos a tomar en cuenta al reconocer el carácter
prioritario de la Educación en Salud de los Trabajadores, tesis apoyada y
promocionada por la OMS como mecanismo para garantizar la participación de los
trabajadores en los programas de atención primaria en salud y la salud laboral
preventiva.
Según Núñez (1996), aunque la pertinencia del conocimiento atañe directamente al
postgrado, concebido como un espacio de producción, recepción, adopción,
distribución y aplicación de conocimientos, no basta que un postgrado sea pertinente.
Además, Gibbons (1998) advierte que esa pertinencia debe ser juzgada en función de
los productos y de la contribución que la educación superior haga al desempeño de la
economía nacional y, a través de ello, del mejoramiento de las condiciones de vida.
De acuerdo a Gibbons (1997), el postgrado debe responder al "nuevo modo de
producción de conocimientos", caracterizado porque el conocimiento se produce en el
contexto de su aplicación con una mayor vinculación con su producción y utilización,
la solución de problemas complejos obliga a la transdisciplinariedad y la calidad no
se mide solamente en el ámbito académico sino también en escenarios externos con
juicio crítico de otros actores sociales, económicas y éticos, entre otros.
Este tipo de estudio a nivel regional debe ser extendido a nivel nacional, a fin de
comparar las tendencias por regiones, y detectar otros posibles factores diferentes a
los que en esta entidad se identifican. Debe agregarse, siguiendo a Boleen y Heck
(1995) la ineludible responsabilidad que tiene la Universidad en general de rendir
cuentas ante la sociedad en base a la pertinencia, compromiso, calidad e impacto de
recurso humano que está formando, lo cual obliga a efectuar evaluaciones objetivas
para adecuar planes y programas.
38
Bases legales:
El postgrado en Salud e Higiene Ocupacional tiene fundamento legal en las
siguientes leyes:
1. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el TÍTULO III
referente a los deberes, derechos humanos y garantías, particularmente en el
Capítulo V: De los Derechos Sociales y de las Familias y en el Capítulo VI:
De los Derechos Culturales y Educativos, siendo en este capítulo muy
específico al especto el Artículo 110 que dice:
“El Estado reconocerá el interés público de la ciencia, la tecnología, el
conocimiento, la innovación y sus aplicaciones y los servicios de
información necesarios por ser instrumentos fundamentales para el
desarrollo económico, social y político del país, así como para la
seguridad y soberanía nacional. Para el fomento y desarrollo de esas
actividades, el Estado destinará recursos suficientes y creará el sistema
nacional de ciencia y tecnología de acuerdo con la ley. El sector
privado deberá aportar recursos para los mismos. El Estado garantizará
el cumplimiento de los principios éticos y legales que deben regir las
actividades de investigación científica, humanística y tecnológica. La
ley determinará los modos y medios para dar cumplimiento a esta
garantía”.
2. Ley Orgánica del Trabajo (LOT): Por ser una ley orgánica específica para
los trabajadores, es referencial para todo lo concerniente al sector laboral,
particularmente en lo referente a enfermedades ocupacionales y accidente de
trabajo, lo cual da basamento legal a la formación de personal capacitado..
3. Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo
(LOPCYMAT): Ley específica, que establece la pertinencia de los
postgrados en Salud Ocupacional en su Artículo 1.
39
4. Ley Orgánica de Educación: La Ley Orgánica de Educación vigente,
establece, en su Art. 14 que "El sistema educativo es un conjunto orgánico
integrador de políticas y servicios que garantizan la unidad del proceso
educativo tanto escolar con extraescolar y su continuidad a lo largo de la vida
de la persona mediante un proceso de educación permanente". Así mismo,
debemos acoger lo instituido en el Art. 16 de dicha Ley, el cual establece que:
"El sistema educativo venezolano comprende niveles y modalidades. Son
niveles: la educación preescolar, la educación básica, la educación media
diversificada y profesional, y la educación superior." En consecuencia, la
educación superior es el cuarto nivel educativo, considerada conjunto de
procesos formativos posteriores a la educación media, que tienen como
finalidad la formación profesional o académica y se lleva a cabo en
universidades y otros centros de educación superior. Ella tiene como base los
niveles educativos precedentes y está conformada por tres niveles: la
formación técnica superior, la formación profesional superior y la educación
avanzada.
En tal sentido, con relación a la Educación Superior el Artículo 27 de la Ley
Orgánica de Educación establece que ésta debe:
1. Continuar el proceso de formación integral del hombre, formar profesionales
y especialistas, y promover su actualización y mejoramiento conforme a las
necesidades del desarrollo nacional y del progreso científico.
2. Fomentar la investigación de nuevos conocimientos e impulsar el progreso de
la ciencia, la tecnología, las letras, las artes y demás manifestaciones
creadoras del espíritu en beneficio del bienestar del ser humano, de la
sociedad y del desarrollo independiente de la nación.”
40
5. Ley de Universidades:
Artículo 1. La Universidad es fundamentalmente una comunidad de
intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea
de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre.
Artículo 2. Las Universidades son Instituciones al servicio de la
Nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del
país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los
problemas nacionales.
Artículo 3. Las Universidades deben realizar una función rectora en la
educación, la cultura y la ciencia. Para cumplir esta misión, sus
actividades se dirigirán a crear, asimilar y difundir el saber mediante la
investigación y la enseñanza; a completar la formación integral
iniciada en los ciclos educacionales anteriores; y a formar los equipos
profesionales y técnicos que necesita la Nación para su desarrollo y
progreso.
6. Normativa general de los estudios de post-grado para universidades e
institutos debidamente autorizados por el Consejo Nacional de
Universidades.
La Normativa General de los Estudios de Postgrado emanada por el Consejo
Nacional de Universidades (1996), manifiesta que el objetivo de los postgrados es
fortalecer y mejorar la misión académica, sociopolítica, socioeconómica y ética
de los estudios que se realizan con posterioridad al título profesional. Asimismo
plantea como finalidad fundamental de estos estudios la formación de
investigadores que sirvan a los altos fines académicos del país; de docentes para
ejercer en los institutos educativos y de especialistas altamente calificados que
41
respondan a la demanda social en campos específicos del conocimiento del
ejercicio profesional.
7. Currículo de la Carrera de Medicina: Aunque no es un documento legal
propiamente dicho, el currículo de la carrera de Medicina, en el perfil del
médico a egresar, establece claramente la función de realizar acciones
dirigidas a la prevención de accidentes de trabajo y de enfermedades
profesionales.
42
CAPITULO III
MARCO METODOLÓGICO
Tipo de investigación:
De acuerdo a los objetivos propuestos, este estudio se define como una
investigación de campo, descriptiva tipo encuesta, no experimental, basando esta
caracterización según lo descrito por Polit y Hungler (1991): los estudios
descriptivos tienen como finalidad describir, observar y documentar aspectos de una
situación que ocurre en forma natural, sin que el investigador modifique
deliberadamente las variables. En tal sentido está dirigida fundamentalmente a
identificar los factores que influyen a los profesionales no médicos para la selección
del postgrado en Salud Ocupacional.
Mediante la técnica de encuesta se recolecta sistemáticamente la información
sobre los hechos, las situaciones y características de la muestra, incluida su opinión
sobre los aspectos que conforman los ítemes de acuerdo a las variables de: opinión,
nivel de información, expectativas, disposición a participar, conocimiento,
información sobre el postgrado en Salud Ocupacional que ofrece el Decanato de
Medicina de la UCLA.
Población y muestra:
La población estuvo conformada por profesionales de ingeniería y administración
de recursos humanos que se desempeñan en las empresas grandes y medianas, según
la clasificación de la Cámara de Industriales del Estado Lara, pertenecientes al parque
industrial del Municipio Autónomo Iribarren, Estado Lara. El número de empresas a
43
las cuales esta adscrita dicha población es una información obtenida de los registros
de afiliación de la Cámara de Industriales del Estado Lara. La muestra estuvo
conformada por 75 profesionales pertenecientes a las ramas de ingeniería, relaciones
industriales y administración que cumplieran con uno los siguientes criterios de
selección: ser responsables en sus respectivas empresas del proceso productivo (total
o parcialmente) y/o tener personal a su cargo y no haber cursado estudios de cuarto
nivel relacionados con la salud ocupacional. De acuerdo a sus características se define
como una población finita.
Tomando en cuenta la heterogeneidad de la muestra y el tamaño finito de la
población se buscó la representatividad de todos los estratos que la conforman,
utilizando un muestreo no probabilístico, opinático intencional, en donde privó la
experticia del sujeto seleccionado en el manejo de personal, bien sea
administrativamente, en funciones operativas o ambas. A continuación se presenta la
distribución muestral obtenida.
Cuadro 2
Distribución de los sujetos de la muestra según la profesión
PROFESIÓN Nº %
____________________________________________________________________
Ingenieros 49 65,3
Administradores 26 34,7
TOTAL 75 100,0
____________________________________________________________________
Fuente: Encuesta del autor
Sistema de variables
44
La matriz de estructura lógica permitió el ordenamiento sistemático de la
operacionalización de las variables presentes en el estudio, como se muestra a
continuación
SISTEMA DE VARIABLES
VARIABLES
Nominal Real Indicador
Información general de los sujetos
Información obtenida en la Parte I de la encuesta
Edad, sexo, estado civil, título universitario, años de graduado, institución donde cursó estudios de pregrado, postgrado realizado, actividad económica de la empresa donde trabaja, función.
Competencia en el currículo de pregrado
Contenido curricular (pensum)
Capacitación profesional Información obtenida (cursos, eventos, talleres, congresos)
Conocimiento Conocimiento de la situación de Salud Ocupacional en la Región
Importancia Salud Ocupacional en el trabajo diario
Requerimiento Necesidad de Especialista en Salud Ocupacional
Experticia Identificación de problemas de Salud Ocupacional
Selección, promoción y divulgación del postgrado
1. Optar al postgrado en Salud Ocupacional 2. Oferta del postgrado por la UCLA
Estímulo 1.-Remuneración 2.- Cargo 3.- Mejor empleo
Participación Postgrado presencial
Competencias 1.- Actividades de Salud Ocupacional 2.- Educación de los trabajadores en Salud Ocupacional
Técnica e instrumento de recolección de datos:
45
En concordancia con los objetivos de la investigación fueron seleccionados
técnicas de codificación y tabulación que permitieron el procesamiento cuantitativo
de los resultados de la encuesta de opinión. Con el propósito de percibir tendencias de
opinión y concentración de escalas categorías no continuas se determinaron
porcentajes para las variables de estudio. En el procesamiento estadístico de los
valores obtenidos en las variables que conforman cada dimensión estudiada se
empleó el paquete SPSS Versión 7.5.
Elaboración y validación del instrumento
Para la construcción del instrumento se tomaron como referencia los objetivos
haciendo uso del diseño de investigación documental y del diseño de campo para
obtener la información primaria proveniente de la percepción de los sujetos sobre los
indicadores.
El levantamiento de la información se efectuó a partir de la aplicación de los
instrumentos tipo encuesta constituida por 30 itemes con una escala de respuesta
dicotómica (sí y no) y una primera parte de información general referida a las
variables siguientes: edad, sexo, estado civil, título de pregrado y postgrado, empresa
donde labora, años de servicio, institución donde obtuvo el título de pregrado, cargo
que desempeña y tipo de funciones que cumple (administrativa, operativa o ambas).
El instrumento elaborado para el estudio fue validado siguiendo lo propuesto por
Kelinger (1986), fundamentado en la técnica de validez de contenido por juicios de
expertos, conformado por tres especialistas en las áreas de salud ocupacional,
estadística y educación.
46
CAPITULO IV
RESULTADOS
De acuerdo a la temática de investigación y los objetivos del estudio, la
presentación de los resultados se organizó tomando en cuenta el sistema de variables
y la estructura del instrumento aplicado.
Cuadro 3 Caracterización de los sujetos de la muestra VARIABLE DIMENSION N° %
Sexo Masculino 39 52,0
Femenino 36 48,0
Estado civil Soltero 31 41,3
Casado 39 52,0
Divorciado 5 6,7
Institución universitaria Pública 43 57,3
Privada 32 42,7
Funciones Administrativas 27 36,0
Operativas 16 21,3
Ambas 32 42,7
___________________________________________________________________
En cuanto a los objetivos del estudio en el cuadro 3, destacan dos aspectos muy
importantes: en primer lugar, es muy representativo que 41,3% de la muestra
corresponde a individuos solteros, y luego sobresale que 42,7% de los encuestados
47
desempeñan funciones tanto administrativas como operativas, lo cual significa que el
Postgrado en Salud e Higiene Ocupacional cuenta con una clientela potencial, si se
toma en cuenta que por lo general los compromisos familiares y socioeconómicos de
la población soltera son menos exigentes que los de la población casada. El hecho de
cumplir con funciones administrativas y operativas significa que son sujetos
involucrados en el proceso productivo que a la vez tienen personal a su cargo
vinculado a dicho proceso.
Cuadro 4
Distribución de los sujetos de la muestra según edad y sexo
Edad (años)
Femenino N° % far%
Masculino N° % far%
T O T A L N° % far%
< 25 2 5.1 5.1 5 13.9 13.9 7 9.3 9.3
25- 29 12 30.8 35.9 7 19.4 33.3 19 25.3 34.6
30 - 34 8 20.5 56.4 3 8.3 41.6 11 14.7 50.3
35 - 39 5 12.8 69.2 9 25.0 66.6 14 18.7 69.0
40 - 44 6 15.4 84.6 5 13.9 80.5 11 14.7 83.7
45 – 49 5 12.8 97.4 5 13.9 94.4 10 13.3 96.0
50 - 54 1 2.6 100.0 2 5.6 100.0 3 4.0 100.0
TOTAL 39 100.0 100.0 36 100.0 100.0 75 100.0 100.0
Se observa que 50.3% de la muestra agrupa a sujetos menores de 34 años,
correspondiente a una población muy joven que, de acuerdo a la encuesta, ninguno ha
realizado estudios de postgrado. Esta proporción se hace mayor significativamente al
incluir los menores de 40 años, abarcando el 69% de la muestra, con una distribución
proporcional entre ambos sexos. Si se toma en cuenta que de la muestra estudiada
solamente una persona (mayor de 40 años) ha realizado estudios de postgrado
significa que de acuerdo con los objetivos del estudio, existe un talento humano con
características de potenciales candidatos a cursar estudios de especialización.
48
Cuadro 5
Distribución de los sujetos de a muestra según los años de graduado
AÑOS N° % far%
____________________________________________________________________
<5 29 38.7 38.7
5 - 9 20 26.7 65.4
10 – 14 8 10.7 76.1
15 - 19 8 10.7 86.8
20 – 24 5 6.7 93.5
25 y más 2 2.6 96.1
No indicó 3 4.0 100.0
TOTAL 75 100.0
De acuerdo a los años de graduado, es importante la observación de que el 65.4%
de los profesionales encuestados tiene menos de 10 años de ejercicio, lo cual asociado
al predominio de jóvenes en su mayoría solteros, sin haber realizado estudios de
postgrado, permite considerar una vez más la existencia de una población que
potencialmente podría ingresar al Postgrado en Salud e Higiene Ocupacional puesto
que desde el punto de vista de su desarrollo profesional están en el momento propicio
para decidir cursar estudios de postgrado.
De acuerdo a Adam (1987) el estudiante adulto universitario está definido por
cuatro elementos: la capacidad de autodeterminación, el carácter enriquecedor de sus
experiencias vivenciales, la conciencia de su necesidad de educarse y el carácter
49
integrador del aprendizaje. Por tanto, quien selecciona un postgrado aplica estos
criterios discriminatorios confrontándolos con sus motivaciones e intereses y la gama
de interpretaciones que ya posee mediante la actuación de su conciencia y de su
pensamiento lógico y dialéctico, por lo cual la resultante de tal decisión estará
orientada a lograr objetivos específicos. Los análisis precedentes hacen ver que hay
una clientela a la cual, si se aplican tales criterios, puede ser un recurso que podría
especializarse para satisfacer los requerimientos actuales de personal en el área de la
salud ocupacional.
Al analizar la información reportada por la encuesta aplicada en este estudio llama
la atención que sólo una cuarta parte de los profesionales tuvo la oportunidad de
cursar la asignatura Salud Ocupacional en sus estudios de pregrado, tal como se
muestra en el Gráfico 1. Por lo tanto, la información al respecto fue adquirida ya
durante su ejercicio profesional, lo cual pone en evidencia carencia que obliga a
proponer la asignatura a nivel de los estudios de pregrado, considerando que el
profesional ingresará al campo laboral donde estará expuesto a una serie de riesgos
ocupacionales, y tendrá a su cargo personal probablemente en mayor grado de
exposición. El egresado universitario requiere tener por lo menos una información
básica que le permita reconocer dichos riesgos. El objetivo no sólo es brindar una
herramienta que le permita protegerse y velar por el personal a su cargo, sino que
además al reconocer la importancia del conocimiento que se le brinda pueda sentirse
estimulado a profundizar en la materia, cuando reconozca su necesidad.
50
Si24%
No76%
Gráfico 1. Presencia de la asignatura Salud Ocupacional en los estudios de pregrado.
Si
No
51
En concordancia con lo anterior, el Gráfico 2 muestra que 18,7% considera
suficiente la información adquirida en eventos, simposios, cursos, taleres, jornadas,
foros y/o congresos, mientras que 81,3% considera que esta información no es
suficiente para su desempeño profesional. Este resultado refleja que se admite una
carencia, lo cual es comprensible si se sabe que no hay información suficiente a nivel
de pregrado y la profundidad de los tópicos tratados en dichos eventos proporciona
sólo información básica por lo general desarrollada de manera expositiva. Estas
estrategias proporcionan conocimientos que ayudan a la identificación de factores y
condiciones de riesgo presentes en el medio laboral, sin que el participante adquiera
destrezas que permitan equipararlo al nivel de un experto.
El 66% de los sujetos de la muestra afirmaron estar en capacidad de identificar
riesgos en el ambiente laboral (Gráfico 3). Sin embargo, este porcentaje se considera
bajo tomando en cuenta que la mayoría asevera que carece de información suficiente,
a lo cual se agrega la responsabilidad asumida al tener personal a su cargo, con todas
las implicaciones legales que conlleva este compromiso, puesto que cualquiera de
estos profesionales puede ser designado por el patrono como representante de la
empresa al integrar el Comité de Higiene y Seguridad, debiendo discutir situaciones
concernientes a la salud ocupacional en su empresa, así como tomar decisiones cuyo
carácter legal, por la condición misma del comité, puede tener repercusiones
significativas. No puede soslayarse que la difusión de la Salud Ocupacional entre los
trabajadores adquiere cada vez más relevancia encontrando auténticas escuelas de
formación obrera al respecto.
En correspondencia con los aspectos anteriores, sólo un 24% admite tener
conocimiento de la situación de salud de los trabajadores en al región (Gráfico 4), lo
cual es atribuible al desconocimiento que tienen los profesionales, de manera general,
acerca de la salud ocupacional, aunado a la desinformación sobre la materia.
52
Si18,7%
No81,3%
Gráfico 2. Suficiencia del conocimiento en Salud Ocupacional adquirido por los
sujetos de la muestra
Si
No
53
Si60%
No40%
Gráfico 3. Capacidad de los sujetos integrantes de la muestra para identificar
problemas de Salud Ocupacional en la empresa o institución donde
trabajan
Si
No
54
Si24%
No76%
Gráfico 4. Conocimiento de los sujetos de la muestra sobre la situación de Salud Ocupacional en la región.
Si
No
55
Cuadro 6
Importancia percibida de la Salud Ocupacional por parte de los sujetos de la muestra.
ITEMES
RELACIONADOS CON
IMPORTANCIA
Si
N° %
No
N° %
TOTAL
N° %
Los conocimientos sobre S.O. tienen importancia para su trabajo diario
71
94.7
4
5.3
75
100.0
La S.O. juega un importante papel en su ambiente laboral En su ambiente de trabajo es necesaria una especialización en S.O. Consideró optar al postgrado en Salud Ocupacional
72
47
10
96.0
62.7
13.3
3
28
65
4.0
37.3
86.7
75
75
75
100.0
100.0
100.0
En el cuadro 6 se observa que 94,7% reconoce la importancia de la Salud
Ocupacional en su trabajo diario, a la vez que 96,0% considera que la misma juega un
papel importante en el ambiente laboral, mientras que 62.7% admite la necesidad de
especialistas en su ambiente laboral. Sin embargo, sólo 13.3% ha considerado alguna
vez su posibilidad de ingreso al postgrado de Salud Ocupacional. Algunos
encuestados respondieron a través de la pregunta abierta del instrumento que
prefieren optar por postgrados afines a sus carreras, lo cual se puede vincular con los
análisis precedentes al desconocer la multidisciplinariedad de los cursos de postgrado
en Salud Ocupacional. En otras palabras, de acuerdo a esta percepción consideran que
la necesidad de especialistas en el área no les compete como profesionales.
56
Cuadro 7
Opinión de los sujetos de la muestra en cuanto a promoción y divulgación del postgrado de Salud Ocupacional
Si
N° %
No
N° %
TOTAL
N° %
Está informado acerca del postgrado en Salud e Higiene Ocupacional del Decanato de Medicina
16
21.3
61
78.7
75
100.0
Tiene información sobre las áreas del postgrado de Salud Ocupacional
5
6.7
70
93.3
75
100.0
El 78.7% desconoce la existencia del postgrado en Salud Ocupacional y 93.3%
ignora las menciones que se ofrecen, lo cual refleja una promoción poco efectiva del
postgrado. Al relacionar estos aspectos con la percepción de importancia puede
advertirse una clientela potencial, a la cual sólo le falta mayor información tanto de
los aspectos generales de la Salud Ocupacional como de las oportunidades de estudio
que se ofrecen. Esta debilidad debe ser corregida sobre todo en una época donde las
principales universidades están ofreciendo alternativas no presenciales y flexibles sin
desmejorar la calidad ni los niveles de exigencia, valiéndose de estrategias
tecnológicas como la educación virtual y la educación corporativa, a sabiendas de que
no basta la potencialidad de estas ofertas sino que también es factor decisivo el perfil
del usuario y los costos de estas modalidades como condicionantes de la
accesibilidad. Han aparecido nuevos tipos de proveedores ofreciendo educación no
convencional que constituyen fuerte competencia para los sistemas tradicionales
nacionales de educación superior, algunos patrocinados por grandes universidades,
como Harvard, Cambridge y Stanford.
57
Cuadro 8
Estímulo profesional y económico al realizar el postgrado en Salud Ocupacional,
según los sujetos de la muestra.
Si
N° %
No
N° %
TOTAL
N° %
Realizar un postgrado en salud ocupacional le permitirá una mejor remuneración
19
25.3
56
74.7
75
100.0
Realizar un postgrado en salud ocupacional representa una oportunidad de una promoción o ascenso en su trabajo
11
14.7
64
85.3
75
100.0
Sus oportunidades de empleo aumentan al realizar un postgrado de salud ocupacional
48
64.0
25
36.0
75
100.0
Aún cuando, de acuerdo a los análisis precedentes la mayoría de los encuestados
reconoce la importancia de la salud ocupacional en su ambiente de trabajo, al
momento de considerar la posibilidad de hacer un postgrado 25.3% considera que
este hecho puede mejorar su remuneración y sólo para un 15% representa una
oportunidad de ascenso. No obstante, la mayoría (64.0%) considera que el mismo
mejora sus oportunidades de empleo. Recordando los criterios enunciados por Adam
(1987) la elección de un postgrado reviste suma importancia sobre todo cuando el
candidato debe hacer un análisis tipo costo/beneficio, ante la inversión que debe hacer
para el financiamiento del mismo durante períodos no menores de dos años y las
oportunidades de mejoramiento socioeconómico que representa la obtención del
respectivo título.
58
Cuadro 9
Factores que influyen la posibilidad de participación, según los sujetos de la muestra.
Si
N° %
No
N° %
TOTAL
N° %
Las exigencias de su cargo le permiten realizar un post-grado de tipo presencial
36
48.0
41
52.0
75
100.0
Su horario de trabajo le permite realizar un postgrado de tipo presencial
38
50.7
37
49.3
75
100.0
Su situación familiar le permite participar en un postgrado de tipo presencial
56
74.7
19
25.3
75
100.0
Su situación económica actual le permite participar en un postgrado autofinanciado
37
49.3
39
50.7
75
100.0
La institución donde trabaja le brindaría oportunidades para participar en un postgrado de salud ocupacional
33
44.0
42
56.0
75
100.0
En cuanto a las posibilidades de participación 74.7% considera que la situación
familiar le permitiría hacer un postgrado de tipo presencial, aspecto favorable que
evidencia una vez más una clientela potencial para el postgrado. Este resultado
muestra un grupo importante de sujetos que aparentemente ha superado muchas de
las exigencias que impone el grupo familiar, pudiendo interpretarse que la mayoría ha
alcanzado cierta madurez en este sentido. Las respuestas para el resto de ítemes
59
considerados se ubican alrededor del 50% lo cual una vez más revela candidatos
potenciales, tomando en cuenta que la muestra analizada comprende 75 profesionales,
y el cupo del postgrado es de máximo 15 participantes. Si se asocian estas respuestas
con las correspondientes a edad, tiempo de graduado y necesidad de especialistas en
los ambientes de trabajo, los resultados favorecen las posibilidades de crecimiento del
postgrado.
Haciendo referencia a los criterios de intencionalidad de hacer un determinado
postgrado al analizar los resultados de esta investigación, estos deben ser evaluados
con mayor detalle, al observar que de los 75 sujetos sólo uno ha realizado estudios de
postgrado, específicamente en Administración de Recursos Humanos. Si bien es
cierto que entre los factores analizados destacan la juventud (donde alrededor de la
mitad tiene menos de 35 años) y dos tercios de la muestra tiene menos de 10 años de
graduado, cabe preguntar qué otros factores han influido para optar a otros
postgrados, aún en sus ramos profesionales. Este detalle puede ser reflejo de una
situación de la educación de postgrado a nivel nacional advertida por Morles (2004):
de la matrícula de las universidades nacionales apenas el 6% de los estudiantes de
educación superior corresponde a cursantes de postgrado, con excepción de la UCV,
Universidad Católica Andrés Bello y Universidad Santa María en las cuales alrededor
un 20% de sus estudiantes es de postgrado. La distribución en estas tres universidades
citas es muy similar a la de las universidades de mayor prestigio en Europa o
Norteamérica, donde el porcentaje de estudiantes de postgrado es siempre mayor del
20% con respecto al total.
60
Cuadro 10
Responsabilidad de las actividades de Salud Ocupacional según los sujetos de la
muestra
Si
N° %
No
N° %
TOTAL
N° %
Las actividades realizadas con la Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral son responsabilidades del personal de Salud Estatal
36
48.0
39
52.0
75
100.0
Las actividades relacionadas con la Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral son responsabilidades del personal de salud de la empresa
61
81.3
14
18.7
75
100.0
Las actividades relacionadas con la Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral son responsabilidad del personal de Ingenieros
38
50.7
37
49.3
75
100.0
Las actividades relacionadas con la Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral son responsabilidad del personal de Recursos Humanos
58
77.3
17
22.7
75
100.0
Las actividades relacionadas con la Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral son responsabilidad del personal del Sindicato
36
48.0
39
52.0
75
100.0
Las actividades relacionadas con la Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral son responsabilidad del Comité de Higiene y Seguridad
67
89.3
8
10.7
75
100.0
Las actividades relacionadas con la Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral son responsabilidad de los trabajadores
62
82.7
13
17.3
75
100.0
61
De acuerdo a los resultados que se muestran en el Cuadro 10, para el 89.3% de los
encuestados la responsabilidad en materia de Salud Ocupacional recae en el Comité
de Higiene y Seguridad de las empresas y 81.3% considera que es competencia del
personal de recursos humanos, de los trabajadores y del personal de salud de la
empresa. Sólo para 48% de los sujetos los sindicatos tienen responsabilidad.
Probablemente se ha subestimado la participación de los sindicatos en la obtención de
beneficios a través de las convenciones colectivas; mientras una gran parte de los
encuestados manifiesta desconocimiento acerca de la salud ocupacional, las
organizaciones sindicales se han preocupado por incorporar activamente a sus
representados en la lucha por conseguir un ambiente de trabajo saludable (inspirados
inicialmente por el llamado movimiento obrero italiano) propiciando los encuentros y
jornadas “por la salud de los trabajadores” en las cuales juegan rol preponderante el
INPSASEL y diversas organizaciones como el Centro de Formación Laboral y
Sindical (CENFORLASIN) del estado Lara, la Asociación de Trabajadores
Incapacitados (ATRINCA) del estado Aragua, así como las delegaciones que
mantiene el INPSASEL en cada estado. Las nuevas convenciones colectivas merecen
un mayor análisis, pues como consecuencia de esa formación se evidencian cambios
trascendentales en sus logros.
El Cuadro 11 muestra una tendencia muy similar en lo concerniente a la
responsabilidad de la Educación en Salud Ocupacional, siendo validas las
consideraciones precedentes. Es necesario mejorar el aspecto educativo en salud de
los trabajadores, compromiso asumido por el Postgrado de Especialización en Salud e
Higiene Ocupacional cuando estableció entre sus menciones este aspecto. Debe
recordarse que el Comité de Higiene y Seguridad es un escenario de gran importancia
para esta discusión, el cual tiene representación paritaria por lo que lo recomendable
es que los profesionales universitarios como potenciales representantes del patrón
tengan una mejor formación.
62
Cuadro 11
Responsabilidad de las actividades educacionales en Salud Ocupacional, según
los sujetos de la muestra
Si
N° %
No
N° %
TOTAL
N° %
La educación en Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral es responsabilidad del Estado
54
72.0
21
28.0
75
100.0
La educación en Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral es responsabilidad del Patrono
63
84.0
12
16.0
75
100.0
La educación en Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral es responsabilidad del personal de Recursos Humano
56
74.7
19
25.3
75
100.0
La educación en Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral es responsabilidad del Sindicato
41
54.7
34
45.3
75
100.0
La educación en Salud ocupacional e Higiene del Ambiente laboral es responsabilidad del Comité de Higiene y Seguridad
66
88.0
9
12.0
75
100.0
Aún cuando las estadísticas demuestran que la situación de salud ocupacional
constituye un problema de considerable magnitud, es necesario conocer cuáles son las
necesidades reales del sector productivo, que es hacia donde va el egresado, tomando
en cuenta la percepción del empresariado. La situación planteada para el caso del
Postgrado en Salud e Higiene Ocupacional de la UCLA no es un hecho aislado.
García (1996) destaca “la poca participación del sector privado” como proveedores de
cursantes de postgrado, observándose por lo general una mejor respuesta por parte del
63
sector oficial. Cabe preguntar si desde el punto de vista de la percepción del
empresario las condiciones del ambiente de trabajo y la salud de los trabajadores
representan realmente un problema.
De cualquier manera la pertinencia del postgrado obliga a la formación de
expertos, especialistas e investigadores que respondan a las exigencias del sector
productivo representado no sólo por los patronos sino también por los trabajadores a
través de la interacción con los mismos como medio para generar soluciones,
producir conocimiento y hacer extensión de una manera efectiva, más aún cuando se
vive en un proceso de compleja transformación y globalización. La educación de
postgrado en salud ocupacional tiene por lo tanto que adaptarse a las crecientes
necesidades de formación integral del ser humano y a las exigencias cambiantes del
mundo productivo. Morles (1996) destaca que los postgrados han pasado de ser una
actividad esencialmente académica, cuya función principal era la formación o
capacitación del profesorado universitario, a jugar un papel importante dentro del
concepto de “relevancia industrial o empresarial”. Se debe evitar la pérdida de
pertinencia, fenómeno prácticamente mundial. Marval y Acosta (2001) concluyen en
un estudio realizado que en los postgrados la disminución de la pertinencia social
resulta más grave pues refleja la falta histórica del compromiso de actores sociales
claves, en particular empresariado y Estado, con la producción endógena de
conocimiento científico y tecnológico. El postgrado en Salud e Higiene Ocupacional
de la UCLA puede convertirse realmente en protagonista estratégico del desarrollo
regional. Esta aseveración tiene validez, si los resultados de esta investigación
conducen a planificar e implementar programas de formación que permitan el acceso
todos aquellos profesionales involucrados de una u otra manera con la salud
ocupacional, aparte de ser un medio para garantizar la equidad en la educación
superior.
64
CAPITULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
En concordancia con los objetivos propuestos en esta investigación y el análisis de
los resultados de la encuesta aplicada, se concluye:
1. La pertinencia del Postgrado en Salud e Higiene Ocupacional está ratificada
considerando que 94.7% de los profesionales encuestados consideran que la Salud
Ocupacional es importante para su trabajo diario y 96% considera que la misma
juega un papel importante en su ambiente laboral. Además, 62.7% opina que en
su ambiente de trabajo es necesaria una especialización en Salud Ocupacional.
2. De acuerdo a las respuestas emitidas por los profesionales encuestados, el
Postgrado en Salud e Higiene Ocupacional tiene una clientela potencial
significativa, caracterizada por ser de edad joven, ya que el 50.3% de los
encuestados tiene menos de 34 años y al incluir los menores de 40 años se alcanza
un 69% de la muestra. Además, el 43.7% de la muestra son solteros y 74.7%
consideran que su situación familiar les permite participar en un postgrado de tipo
presencial. Por otra parte, tomando en cuenta las responsabilidades que tienen en
su ambiente laboral 42.7% cumple funciones administrativas y operativas a la
vez, lo cual asociado a la importancia que representa para ellos la Salud
Ocupacional, permite considerarlos como candidatos potenciales para optar al
postgrado.
3. La asignatura Salud Ocupacional no forma parte de los pensa de los estudios de
pregrado según el 76% de los encuestados. Por lo tanto carecen de una
información previa que les sirva de estímulo hacia esta área una vez que egresan
de la universidad. El conocimiento al respecto es adquirido durante su ejercicio
65
profesional, siendo considerado insuficiente para su aplicación en el ambiente de
trabajo por 81.3% de los encuestados.
4. A pesar de la poca información acerca de la Salud Ocupacional que manifiestan
haber recibido, 60% de los encuestados afirma estar en capacidad de identificar
problemas de Salud Ocupacional en su ambiente de trabajo, lo cual es posible
considerando la información básica recibida. Sin embargo, sólo 24% de los
sujetos afirma conocer la situación de salud ocupacional en la región
5. El conocimiento acerca de la existencia del Postgrado en Salud e Higiene
Ocupacional se considera bajo: sólo 21.3% afirma poseer alguna información al
respecto y apenas 6.7% conoce las menciones que ofrece, lo cual se corresponde
con que sólo 13.3% ha considerado la posibilidad de optar por dicho postgrado.
6. Según los participantes en el estudio, realizar un postgrado en Salud Ocupacional
representa poco estímulo y oportunidad de promoción, lo cual constituye un
factor muy importante para su selección entre otras opciones existentes
consideradas afines con sus profesiones: 25.3% considera hacer este postgrado
puede mejorar su remuneración y para el 15% representa una oportunidad de
ascenso. No obstante, 64.0% considera que el mismo mejora sus oportunidades de
empleo.
7. La responsabilidad de las actividades de Salud Ocupacional recae en el Comité de
Higiene y Seguridad según 89.3% de los encuestados; 81.3% afirma que es
responsabilidad del personal de salud y 77.3% la asignan al personal de recursos
humanos y los trabajadores, respectivamente. Alrededor del 50% considera que
también es responsabilidad del Estado, de los ingenieros y del sindicato.
8. La responsabilidad de las actividades educativas en Salud Ocupacional atañe
al Comité de Higiene y Seguridad según 88% de los encuestados. Para el 72%
66
le incumbe al Estado, mientras que 84% consideran que los aspectos
educacionales son responsabilidad del patrono; en la opinión de 74.7% es
responsabilidad del personal de recursos humanos. Sólo 54.7% incluyó al
Sindicato, lo cual refleja parte del desconocimiento de la situación de Salud
Ocupacional en la región, ya que el sindicalismo actual está recibiendo
formación al respecto y cada vez más busca incluir cláusulas relativas cuya
ponderación reflejada como beneficios en las contrataciones colectivas
adquiere cada vez mayor peso, apoyados en la normativa legal vigente.
Recomendaciones:
1. En función de la pertinencia del postgrado en Salud Ocupacional y de la
necesidad de formación de especialistas en el área se recomienda con carácter de
prioridad una mayor promoción del postgrado en Salud e Higiene Ocupacional.
2. Se recomienda establecer alianzas con los demás institutos de educación superior,
haciendo valer el carácter interinstitucional planteado en el diseño curricular, a fin
de estimular la participación de otros profesionales que verán de este modo su
institución representada en el postgrado.
3. Se deben ofrecer cursos básicos a las empresas como parte de la educación y
actualización permanentes para los profesionales los cuales además de promover
la salud ocupacional servirán como vehículos de promoción para el postgrado.
4. Se debe evaluar la posibilidad de ofrecer otras alternativas diferentes a la
modalidad presencial así como la rigidez de los horarios de clase a fin de
estimular la participación de otros profesionales no médicos.
67
5. Se recomienda promover un sistema de becas entre los empresarios que conlleve
atractivos como exoneraciones o descuentos tributarios, además del aporte que
representa desde el punto de vista preventivo de accidentes y enfermedades
ocupacionales la formación y adquisición de un recurso humano especializado en
Salud Ocupacional.
68
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
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