Ética y documental etnográfico

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    ETICA Y DOCUMENTAL ETNOGRFICO

    EN:http://www.antropologiavisual.com.mx/otros-articulos/91-etica-y-documental.html

    La dimensin tica en el documental etnogrfico

    Antonio Zirin P.

    Esta ponencia es una reflexin acerca del papel que juega la tica en el proceso decreacin de todo documental que intente representar cuestiones vinculadas con lohumano. En general, la tica se ocupa de la posicin que asumimos frente a las demspersonas y frente al mundo que nos rodea. En lo que concierne al documentalismo, ladimensin tica se refiere sobre todo a las relaciones que se establecen entre eldocumentalista, los personajes y el pblico que ver la pelcula.

    Tratar de argumentar que la tica se convierte en una especie de variable indeterminada,que nos puede conducir por muy diferentes direcciones y que tiene un peso significativoen la produccin documental; y como tal, demanda una importante responsabilidad porparte del realizador y merece una consideracin cuidadosa a lo largo de las diferentesetapas de produccin, desde la planeacin del proyecto, la investigacin, el trabajo decampo y la filmacin, hasta la edicin y la difusin del producto final.

    De ninguna manera pienso proponer un cdigo tico a la manera de un manual prcticopara documentalistas. La dimensin tica, aunque basada sobre ciertos principiosfundamentales, puede adoptar muy diversos perfiles y casi siempre se manifiesta enforma de dilemas y plantea paradojas para el documentalista, ante los cuales no hay una

    nica salida, sino un abanico de mltiples opciones, algunas tal vez ms adecuadas queotras. Estoy convencido de que en materia de tica no hay cabida para reglas ni frmulascannicas. Entonces, mi propsito aqu es simplemente promover la reflexin sobre latica y cobrar conciencia de las implicaciones morales de nuestra labor comodocumentalistas.

    Debo decir que no soy ningn especialista en tica ni en filosofa; muchsimos expertospodran orientarnos en el tema mucho mejor de lo que yo pudiera aspirar a hacer.Solamente pretendo compartir algunas experiencias, tanto de mi propio trabajo desde laperspectiva de la antropologa visual, como de otros proyectos documentales, queentraan cuestiones ticas significativas. Discutiremos, sobre la base de casos concretos,

    algunas cuestiones ticas que salen a relucir en ciertos documentales mexicanoscontemporneos, de los que mostrar breves fragmentos para despus abrir el debate.Dada mi formacin como antroplogo, me referir sobre todo a documentales de corteetnogrfico, o sea, a obras audiovisuales que son producto de encuentros cercanos ydirectos entre personas, sean de distintos grupos sociales o de la propia cultura,documentales que, intencionalmente o no, representan la alteridad y diversidad de lohumano.

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    Breve introduccin a la tica

    Los orgenes de la nocin de tica se remontan a los filsofos griegos. Scrates, Platn yAristteles fueron los primeros en preguntarse por la dimensin tica de la condicin

    humana. Para una esclarecedora exposicin sobre este tema recomiendo ampliamente ellibro tica y libertad de la filsofa mexicana Juliana Gonzlez (quien recientemente recibiel doctorado honoris causa por parte de la UNAM). En estas notas recupero algunos desus planteamientos que considero muy importantes.

    Segn esta autora, el ethos es una especie de segunda naturaleza en el hombre que lohace diferente del resto de los seres vivos; el ethos puede entenderse como una morada,nuestra vida interior, personal, que rene nuestras emociones, sentimientos, nuestrospensamientos, ideas y vivencias de conciencia, y que se manifiesta especialmente ennuestra interaccin con el resto de los seres humanos y el mundo. El ethos es la basesobre la que se sustentan nuestras relaciones personales, nuestra vida colectiva y social, yes un componente fundamental de nuestra cultura e identidad.

    La tica, entendida como disciplina terica que tiene por objeto el ethos, se ocupa de losfines y medios de la vida prctica, desde la perspectiva de su valoracin moral, es decir,respecto de lo bueno y lo malo, lo mejor y lo peor. Esto implica la asuncin de un finltimo (que en trminos abstractos, sera lograr una vida ms justa y digna para todos), ascomo una serie de pasos o medios para alcanzar dicho fin. En este terreno entran en juegoun conjunto de disposiciones de nuestro ethos, de nuestra naturaleza moral, que nosllevan a emitir juicios de valor sobre las acciones y conductas humanas, tanto propiascomo ajenas, de acuerdo con sistemas de valores que conforman lo que se llama un

    cdigo moral. En la prctica, no hay un cdigo moral nico, sino que existen diferentessistemas morales que proponen diferentes lineamientos, normas y valores, por ejemplolas distintas morales religiosas.

    La condicin fundamental de la moral o del ethos es sin duda la libertad. De acuerdo conJuliana Gonzlez, estamos condenados a ser libres. La libertad se puede entender encontraposicin con la necesidad; es la capacidad de opcin, de valoracin, de decisin, enmedio de mltiples alternativas y posibilidades abiertas. En lo humano siempre existe

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    cierta indeterminacin y espontaneidad. Los animales se conducen por necesidad,siguiendo sus instintos; su conducta es involuntaria, naturalmente determinada. Encontraposicin, tenemos la capacidad humana de iniciativa, de conciencia moral, deintencionalidad, por lo que nuestras acciones estn siempre dirigidas a ciertos fines quetrascienden el condicionamiento biolgico.

    No tenemos opcin, estamos obligados a decidir. Incluso la no decisin es una forma dedecisin, y por lo tanto, lleva consigo una postura tica. Aristteles deca que siempretenemos el poder de actuar o de no actuar, de decir que s o decir que no. Incluso laomisin es una forma de accin. La libertad, por la indeterminacin radical que entraa,en ocasiones nos puede producir angustia, vrtigo e incertidumbre, como si estuviramosante cierto vaco. La libertad es un componente esencial del hombre, se presenta comouna amplia gama de posibilidades y elecciones, y por ello, dice Juliana Gonzlez, no haytica sin libertad. Es decir, somos en gran parte responsables de nuestro propio destino y

    no podemos escapar a esta responsabilidad. Toda persona, toda vida humana es unproyecto en continua construccin, en constante realizacin y cambio.

    Como en cualquier otra esfera de la vida, en la realizacin de un documental cargamoscon esta libertad. En virtud de ello, a lo largo del proceso tenemos que tomar muchasdecisiones sobre nuestra relacin con los personajes y con la audiencia. Por ejemplo: sidejamos o cortamos una escena muy violenta o muy ntima; si denunciamos o no algo queatestiguamos; si apagamos la cmara cuando nos lo piden o fingimos hacerlo pero ladejamos rodar; si observamos a alguien desde lejos, espindolo con el zoom o si nosacercamos demasiado para interrogar, invadiendo el espacio privado de la gente; sisimpatizamos o enemistamos con nuestros personajes; si filmamos una golpiza en vez deintentar frenarla; si ofrecemos un pago a los sujetos para que sean nuestros personajes; si

    pedimos que alguien haga algo slo para la cmara; si recreamos algn momento claveque se nos escap, etc. Todo este tipo de decisiones encierran un componente moral,formando parte de la responsabilidad tica del documentalista, y se reflejaninequvocamente en el resultado final.

    Resulta urgente reflexionar sobre la vigencia de la tica en el mundo contemporneo,sobre su pertinencia para entender y orientar las prcticas y relaciones humanas, conmiras a la construccin de un pensamiento tico adecuado para nuestra poca, quereconozca antes que nada el dinamismo y la pluralidad inherentes a lo tico y a todo lohumano. Atravesamos por una crisis de la libertad y la dignidad humana, donde el factortico est siendo relegado por factores polticos y econmicos. Hoy ms que nunca, en

    medio de tantos conflictos blicos y frente a los grandes retos ambientales, hace faltapromover la conciencia moral y ejercer la responsabilidad tica. (Sin confundir estaresponsabilidad con el seguimiento estricto de un determinado sistema moral.)

    Lo legal y lo moral en la prctica documental

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    Las consideraciones ticas y legales en torno a laprctica documental remiten a dos mbitos diferentes, que sin embargo suelenpresentarse juntos. Analticamente, es importante distinguirlos, pero de hecho siemprehay que tomar en cuenta a ambos. En sentido estricto, puede no ser ilegal decir unamentira, hacer afirmaciones a la ligera o incluso acusaciones sin fundamento dentro de undocumental; esto puede no ser ilegal pero claramente es inmoral. (Por ejemplo, undocumental presentaba informacin aventurada e inexacta sobre la cantidad de nios dela calle portadores del VIH en la Ciudad de Mxico, exagerando las cifras con fines

    dramticos, lo cual gener un gran descontento entre las organizaciones que atienden aesta poblacin, porque reforzaba el rechazo social hacia los chavos callejeros.) En el casocontrario, puede suceder que la informacin contenida en un documental est prohibidao sea declarada ilegal, pero su realizacin sea moralmente intachable. (Por ejemplo, loscasos de documentalistas o periodistas que han sido censurados o perseguidos porgobiernos autoritarios o dictaduras en las no hay libertad de prensa o de expresin.)

    Uno de los dilemas ms relevantes en este terreno se presenta en torno a la tensin entrela libertad de expresin y el derecho a la privacidad. En principio, cualquiera debera serlibre de decir lo que piensa, mientras no dae moralmente o viole la privacidad de

    terceros. Sin duda, tergiversar o representar falsamente algo de manera que resultepernicioso para otros, puede ser tan inmoral como ilegal. Pero aun sin llegar a esosextremos, es innegable la naturaleza intrusiva del acto de documentar; Jean Rouch decaque cada vez que se hace un documental, se viola la privacidad de alguien. Un buendocumental debe capturar la esencia de la gente, sus pasiones, sus miedos ymotivaciones, y para eso es necesario un acercamiento personal, establecer relacioneshumanas basadas en la confianza. Pero la confianza es una especie de contrato noexplcito que conlleva ciertas obligaciones ticas, as como consideraciones legales.

    En diferentes pases existen distintas legislaciones en torno al uso de la imagen de otraspersonas. En el sistema legal de Inglaterra, por ejemplo, no existe tal cosa como un

    derecho a la privacidad (cosa que s hay en EUA o en Francia). Lo que quiere decir que enInglaterra puedes filmar a cualquier persona adulta en un lugar pblico; de hecho hay unaley que dice: ninguna persona tiene el derecho de impedir a otra que le tome una foto, talcomo no tiene el derecho de impedir que lo describan, siempre y cuando no hayaviolacin de la propiedad privada. (Por eso se dice que Inglaterra es el paraso de lospaparazzi.) Prcticamente no hay limitaciones para capturar la imagen de cualquieradulto, pero s hay importantes restricciones legales, sobre todo con los nios o por

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    razones de seguridad, por ejemplo no se puede filmar en aeropuertos, estaciones de tren,bancos, crceles, etc.

    Otro tema interesante que recae entre lo legal y lo moral es el del voyeurismo, queimplica el problema tico de la violacin de la intimidad, el mirar sin ser mirado, el espiar.

    Por ejemplo, en el llamado cine directo de la tradicin norteamericana, se realizabandocumentales sin involucrarse ni interactuar, intentando ser como una mosca en la pared,estar sin estar, tan solo observar sin participar. Este tipo de estrategias flmicas tieneimplicaciones ticas considerables, que llevadas al extremo generan cuestiones legalesque hoy en da el realizador no puede ignorar.

    En la era de las telecomunicaciones globales, cuando cada celular es a la vez una cmara ylos equipos son cada vez ms porttiles y baratos, la produccin de imgenes se vuelvecada vez ms accesible para ms personas. Por otro lado, una imagen puede ser vista pormillones y darle la vuelta al mundo en cuestin de minutos. Estas nuevas formas masivasde produccin y consumo audiovisual debilitan la importancia de la autora, propiciando

    un anonimato que diluye la responsabilidad, tanto del que genera como del que recibeimgenes, y creando un entorno ticamente indefinido e indiferente. La legislacin y loscdigos morales siempre van detrs de los hechos: primero se suscitan lastransformaciones en el mundo y slo despus reflexionamos y actuamos en consecuencia.De esta manera, la base moral y legal tradicional de la produccin de imgenes setambalea ante la revolucin tecnolgica del mundo contemporneo, y genera cierto vacoque es necesario llenar.

    Hay una serie de problemas nuevos muy propios de nuestro tiempo; con la digitalizacinde la imagen, surge por ejemplo, la pregunta sobre la propiedad de los contenidos, si losacervos y archivos pueden ser propiedad de empresas de comunicacin privada odeberan ser de dominio pblico, abiertos para consulta de todos. Con la capacidad dereproduccin al infinito, aparecen problemas relacionados con la piratera y propiedadintelectual. Desde una perspectiva tica, tambin es muy importante lo que cadarealizador hace con el producto final, el uso que le da al material obtenido.

    En suma, la prctica documental implica una vasta red de relaciones humanas; losintereses y perspectivas de mucha gente convergen y se entrelazan. El documentalistadebe considerar con cuidado temas como la privacidad, la libertad de expresin, elvoyeurismo, la intervencin y la indita capacidad actual de difusin, para no cometerdelitos involuntariamente, provocar escndalos sin querer ni afectar la imagen de alguien

    sin razn. Con esto no quiero decir que haya que ser siempre amable y conciliador.Muchas veces los mejores documentales son escandalosos, arriesgados, se atreven adenunciar situaciones o desenmascarar gente. No digo hacer eso est mal de entrada; a loque me refiero es a que si se hace, hay que hacerlo de manera conciente, teniendosuficientes motivos y tratando de calcular las posibles consecuencias, y no hacerloaccidentalmente, por descuido o nicamente por razones comerciales.

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    Coordenadas de la mirada

    Para empezar hay que tener presente que el documentalistaest siempre situado, siempre mira desde alguna perspectiva y no desde otra. Pero lo

    interesante es que esta perspectiva no slo responde a coordenadas espaciales,temporales y materiales, sino que adems entraa una dimensin moral y social.Considero necesario asumir de entrada el carcter relativo de la mirada y la multiplicidadde perspectivas posibles. Una forma de hacerlo es recurrir a la nocin de reflexividad, quese refiere a la capacidad de un sujeto de pensarse a s mismo. Una mirada reflexiva,entonces, es aquella que reconoce su propio sesgo, su propia subjetividad, es aquellaconciente del lugar desde el que mira y del efecto que tiene su propia presencia en eluniverso al que se dirige. Esta toma de conciencia puede permitirle al documentalistacompensar dichos efectos y produce un cambio en su mirada.

    En la fsica se sabe que las partculas elementales, como el electrn y el fotn, secomportan de manera diferente cuando son observadas. Su trayectoria se modifica almirarlas. En ciertos campos, basta con observar algo para influir en ello. En particular, enel mundo humano la presencia del documentalista con su cmara nunca pasa inadvertida,a no ser que la esconda. Como documentalista hay que estar conciente del impacto porsutil que sea que tiene nuestra presencia en la situacin y sobre todo en las personasque queremos representar. En lugar de abstraernos de las circunstancias y tratar de pasardesapercibidos, hay que participar e interactuar con la gente. Toda filmacin de undocumental es un encuentro, una oportunidad de dilogo entre personas. Hay unaconstante retroalimentacin entre quien representa, lo representado y la representacin,que puede ser vista como una experiencia, un performance o un experimento de relacin

    social.

    Cuando se empez a cuestionar la supuesta neutralidad de la ciencia y la objetividad de laimagen, se vieron interpelados los principios morales del documental, sus fundamentos,su justificacin y su razn de ser. Ahora entendemos el documental como unainterpretacin, como representacin, como construccin, ms que como registro fiel,objetivo, exacto, neutral y meramente descriptivo de la realidad. El documentalista poco a

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    poco se libera del viejo fantasma de la objetividad y de la pretensin de neutralidad, deldeseo de invisibilidad o de omnisciencia, y asume la subjetividad, el impacto y el sesgo desu mirada. Reconocer estos condicionantes en un proyecto documental nos coloca en unescenario distinto en el que se modifican las relaciones humanas, y con ellas los valores ycomponentes ticos que rodean la prctica documental. Por eso es importante debatir

    constantemente sobre estos temas, incorporando distintas herramientas conceptuales,como la teora del performance, la reflexividad, el cultivo de la empata y la posibilidad dela auto-representacin.

    Responsabilidad tica, imagen y poder

    El poder que puede contener la imagen la convierteen un arma de varios filos, que puede ser utilizada como instrumento poltico dedominacin o de liberacin. En la historia de Mxico, desde la Conquista hasta nuestrosdas, la imagen ha servido como herramienta de sometimiento y control, y tambin comoinstrumento poltico de liberacin. Se trata de controlar e influir en la realidad a travs de

    las imgenes, capturndola, manipulndola, resignificndola. La cmara no es uninstrumento neutral y nunca hay una imagen inocente. La forma como representamosalgo, para qu lo representamos y qu hacemos con esa representacin, conlleva unacarga tica-poltica.

    Es discutible hacia quin o ante quin tiene responsabilidad el documentalista. Algunospiensan que su deber es interrogar al mundo y a la sociedad, y su compromiso principal escon los espectadores; esto es, que deber informar al pblico sin preocuparse mayormentepor los sujetos que filma. En contraposicin, otros realizadores conciben el documentalms bien como un instrumento de intervencin, como una forma de accin social que

    debe ponerse al servicio de los ms necesitados. Y por otra parte, hay realizadores quehacen un documental pensando sobre todo en ellos mismos, concibiendo su trabajo a lamanera de la creacin artstica. Jean Rouch sostena que uno hace un documental enprimer lugar para uno mismo, despus para la gente que estudia y en ltima instanciapara el resto del mundo. En mi opinin, lo ms sano es evitar caer en alguno de estosextremos; lo deseable sera tratar de equilibrar y conciliar nuestros diversos intereses.Definitivamente, la labor del documentalista es polifactica: tiene un poco de cineasta, unpoco de antroplogo, un poco de reportero, un poco de cientfico, un poco de artista, un

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    poco de trabajador social, un poco de educador; y de cada una de estas disciplinas tomaalgunos elementos y desecha otros, ajustando las dosis dependiendo del caso.

    El problema de ante quin es responsable el documentalista tiene que ver con el hecho deque la creacin documental, en cuanto a la relacin entre investigador y sujeto, es una

    prctica fronteriza que oscila entre el periodismo y la antropologa. A mi juicio, un criterioimportante para distinguir un documental etnogrfico de un mero reportaje periodstico,es precisamente el manejo de la responsabilidad moral, su componente tico. El cdigo detica de un periodista es distinto al de un antroplogo, aunque de por s la lnea que lossepara es bastante difusa. Por mi parte, debido a mi formacin como antroplogo,confieso que me inclino por hacer extensiva la tica del etngrafo a la prcticadocumental, y no tanto la del periodista. Me parece que la tica del antroplogo es mscompleja: no eres exactamente un trabajador social cuya misin es ayudar al prjimo,pero tampoco eres un reportero cuya tarea bsica es informar; el documentalistaetnogrfico es algo intermedio y el componente tico de su trabajo es ms patente.

    Ante el control de los medios masivos de comunicacin por parte de unos pocos, se tornaurgente usar la imagen para la liberacin de conciencias y la afirmacin de la identidad.Hoy en da, la tecnologa ha permitido que los medios audiovisuales sean cada vez msaccesibles para ms gente. Surge as la posibilidad de la auto-representacin, esto es, deponer los medios al alcance de aquellos a quienes normalmente no escuchamos ni vemos,pero cuyas vidas son reveladoras y representativas, y estn llenas de fuerza y significado.Es necesario incluir una mayor variedad de experiencias humanas en el mundo de lasimgenes, dar acceso a una gama ms amplia de voces. La condicin humana es muycompleja como para ser filtrada solamente por la mirada de unos pocos. Necesitamos verel mundo desde tantas perspectivas como sea posible.

    Como documentalistas es cuestionable si tenemos el derecho de juzgar y representar, dehablar de los otros desde nuestra perspectiva. Por qu no dejar que ellos mismos seauto-representen? Pero entonces qu papel nos toca, qu funcin le queda alantroplogo o al documentalista? Por mi parte, creo que definitivamente tenemos elderecho de dialogar con los otros, de construir conversaciones con ellos. No se trata dedecir la verdad acerca de la gente, sino tan solo de crear la posibilidad de entender cmoes y cmo vive. Jugamos un papel ms humilde pero nada despreciable: nos convertimosen mediadores o simplemente en interlocutores; somos una suerte de puente quecomunica dos universos que de otra manera permaneceran ajenos. Nuestra verdaderamisin es la de proveer una plataforma de comunicacin. No slo debemos representar

    otros mundos, hemos de abrir canales para escucharnos y conversar, lo que Jean Rouchentenda como un cine dialgico o una antropologa compartida.

    Dilemas ticos

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    Deca que la dimensin tica en la prctica documental se manifiesta casi siempre enforma de dilemas o paradojas, encrucijadas en las que se debe decidir qu camino tomar.

    La prctica documental nos involucra en la vida cotidiana de la gente, nos revela lo mejory lo peor de los otros y de nosotros mismos. Muy a menudo nos coloca en situacionesproblemticas, tica y moralmente irresolubles. Qu hacer, por ejemplo, cuando laspersonas que estudiamos realizan actos que nosotros consideramos desagradables,ilegales o inmorales?

    Ahora quiero presentar una serie de situaciones que plantean dilemas ticos para eldocumentalista. Primero un caso imaginario. Un fotgrafo est en un conflicto blico,documentando el xodo de mujeres y nios que huyen desplazados por la guerra,intentando cruzar la frontera. Una mujer que carga a su beb se encuentra a punto decruzar un ro; si llega al otro lado estar en territorio seguro. La mujer se lanza al aguapero tiene muchas dificultades para nadar sin soltar a su hijo. Est siendo arrastrada por lacorriente y si permanece as, morir ahogada. El fotgrafo est cerca de la accinescondido con la cmara lista para hacer una foto representativa del drama humanitarioque genera este conflicto blico. El dilema se plantea entre tomar una serie de fotos muydramticas que quiz sacudiran al mundo, crearan conciencia de la situacin,posiblemente haran que la ONU mandara un destacamento de cascos azules, con lo cualtal vez terminara el conflicto, se salvaran miles de vidas y el fotgrafo ganara el premioPullitzer. La otra posibilidad sera arriesgar la propia vida intentando rescatar a la seora ya su beb, para ayudarlos a cruzar la frontera, salvar humildemente sus vidas, perorenunciando a la oportunidad de tomar tan importante fotografa.

    No todos los conflictos son de vida o muerte, definitivamente hay casos ms cruciales ydolorosos que otros. Frecuentemente los dilemas son ms sutiles y la carga tica puede noser tan aparente, sino permanecer oculta detrs de consideraciones diversas. Por ejemplo,en este caso engaoso. Unos periodistas filman un reportaje sobre una nia en situacinde pobreza extrema, que no puede ir a la escuela porque no tiene lpiz ni papel. Cuandoel reportaje fue transmitido en la TV, hubo muchas quejas por parte de los espectadores,reclamando que hubiera sido mejor ayudar a la nia en vez de filmarla, e incluso ms

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    personaje. Si bien es imposible ser indiferente, tampoco hay que caer en la identificacinexcesiva. Conviene recordar que ante el sufrimiento ajeno la misin del documentalista esdistinta que la del mdico, no consiste en aliviar el sufrimiento que presencia, sino endarle voz y proyeccin. No obstante, entre el documentalista y sus personajes se suscitauna experiencia humana compleja, que debera estar regida por la intuicin kantiana de

    nunca usar a los otros slo como medio, sino siempre tambin y al mismo tiempo comoun fin. Como dice Lisa Leeman: realmente se trata en ltima instancia de normas de

    humanidad.

    Este es uno de los grandes retos ticos en la prctica documental: nunca es sencillo saberdnde trazar esa lnea, cundo guardar distancia y cundo no, dnde y cmo establecerlos lmites. Ante estos problemas no hay una nica respuesta, siempre habr ciertaincertidumbre sobre la manera ms adecuada de manejar una situacin. No hay recetas nifrmulas preestablecidas que conduzcan a una nica decisin. Definitivamente, para serbuenos documentalistas o etngrafos hay que ser capaces de soportar cierta ambigedadmoral. Hay que ser flexibles, adaptables y tolerantes, y tambin es bueno escuchar

    nuestros propios instintos, seguir las corazonadas y dar espacio a la espontaneidad.

    Cada investigador y cada escenario es diferente. Slo la propia experiencia nos puedeorientar; en gran medida se aprende en la prctica y la sensibilidad se desarrolla poco apoco, no se adquiere de golpe. Para entender la naturaleza de la sabidura que eldocumentalista debe ir forjando, es pertinente recuperar el modelo de razonamiento

    prctico o fronesis al que se refera Aristteles, que entra en juego cuando hay que

    elegir, cuando hay que tomar decisiones en situaciones donde hay caben mltiplesopciones. La fronesis aristotlica es el tipo de razonamiento que involucra deliberacin,como en el campo de la tica, donde no hay reglas ni normas firmes, sino valores

    relativos, flexibles y poco especficos que requieren de la interpretacin y la cuidadosaponderacin de alternativas. Existen principios guas o lineamientos generales que acotanlo permitido, pero muchas veces son insuficientes para saber cmo proceder en todasituacin; casi siempre es necesario adaptar o adecuar esos lineamientos a lascircunstancias particulares de cada caso, lo cual implica cierta sabidura. Existe un grantrecho entre los principios generales de tipo moral y las situaciones concretas, y estadistancia debe ser llenada por cada individuo, haciendo uso de su juicio prudencial. Meparece apropiado entender la prctica documental a la manera de un juego de ajedrez, enel que no sirve de mucho establecer una estrategia fija de inicio, sino que conviene estaratento de las respuestas del adversario, tomar el pulso de la realidad a cada paso.

    Los documentalistas esperamos que nuestras pelculas puedan tener un impacto positivo,que puedan hacer algn bien, como ayudar a entendernos los unos a los otros. Laesperanza es que la realidad bien descrita en alguna de sus facetas contribuya a construirun mundo mejor. Para esto, es bsico proceder de la manera ms honesta, actuar basadosen la propia experiencia, deshacernos de prejuicios y preconcepciones, tratando de nomanipular a nuestro propio capricho el sentido o el destino natural de los eventos, sin

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    comprometer adems nuestros principios ni traicionar nuestros valores. Es importanterespetar a la gente que filmamos, al pblico y a nosotros mismos.

    Como documentalistas constantemente nos vemos forzados a decidir, a optar ticamente.Nos confrontamos, conciente o inconscientemente, con nuestra propia libertad de accin

    y con el sentido moral de nuestros actos. Necesitamos enfrentar nuestrasresponsabilidades, ser concientes de las consecuencias que tiene nuestra prctica en lavida de otras personas, desde los sujetos filmados hasta la audiencia, pasando pornosotros mismos. Creo firmemente que un documental con una posicin tica coherente,claramente asumida, ser un mejor documental; mejor que otro que pudiera ser formal ytcnicamente impecable, pero que no se plantee su responsabilidad ni cuestione cmopuede afectar la vida de los otros.

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