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ESTRATEGIA PARA LA REINTRODUCCIÓN DE TAPIRES (Tapirus terrestris) EN LA RESERVA NATURAL IBERÁ (CORRIENTES, ARGENTINA) Julio 2015 Sebastián Di Martino, Ignacio Jiménez Pérez y Jorge Peña The Conservation Land Trust Argentina

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ESTRATEGIA PARA LA REINTRODUCCIÓN DE TAPIRES (Tapirus

terrestris) EN LA RESERVA NATURAL IBERÁ (CORRIENTES,

ARGENTINA)

Julio 2015

Sebastián Di Martino, Ignacio Jiménez Pérez y Jorge Peña

The Conservation Land Trust Argentina

RESUMEN

1. El tapir es el mayor herbívoro terrestre de Argentina. Se trata de un mamífero adaptable con

amplia distribución en Sudamérica y nativo del Norte argentino. Esta especie está catalogada

como en peligro de extinción en Argentina y se extinguió de la provincia de Corrientes durante

el siglo XX. Según los especialistas en la especie, se trata de un “candidato ideal para

programas de reintroducción y traslocación”.

2. La Reserva Natural Iberá (1.3 M ha) incluye en su interior alrededor de 700,000 ha bajo

conservación estricta que representan una excelente oportunidad para recuperar la fauna

nativa amenazada o localmente extinta. En este sentido, The Conservation Land Trust (CLT)

lleva realizando desde el año 2006 un programa de restauración de fauna localmente extinta

con la colaboración de gobiernos, centros de investigación y privados. Como resultado de este

programa existen dos poblaciones de oso hormiguero gigante, una de venados, y un núcleo

inicial de pecaríes restablecidos en la Reserva Iberá. Dentro de este contexto, el tapir se

presenta como un buen candidato para ser reintroducido en los montes del este y norte de

Iberá.

3. La meta a largo plazo de este proyecto es establecer al menos dos poblaciones

autosustentables de tapir en el área protegida Iberá, con el objeto de restablecer una especie

clave en el ecosistema y contribuir a la recuperación de la diversidad regional.

4. La reintroducción del tapir en Iberá cumple con los criterios aceptados internacionalmente

para este tipo de iniciativas. Los lugares seleccionados para restablecer la presencia de la

especie serían las reservas Rincón del Socorro/Iberá y Cambyretá, ambas incluidas dentro de la

Reserva Natural Iberá y bajo propiedad y manejo de CLT.

5. Inicialmente el proyecto trabajará con animales nacidos en cautividad para luego evaluar la

posibilidad de liberar animales traslocados desde poblaciones silvestres, si esto fuera posible y

deseable. Todos los animales incluidos en el proyecto pasarán por una fase de cuarentena y

chequeo sanitario, antes de ser trasladados a un corral de presuelta en el área de liberación y

luego ser monitoreados mediante telemetría VHF una vez liberados. Los resultados de este

proyecto serán comunicados proactivamente a autoridades y resto de la sociedad, siguiendo el

ejemplo de los proyectos previos de reintroducción desarrollados por CLT.

INTRODUCCIÓN

1.- CARACTERÍSTICAS

El tapir (Tapirus terrestris) es el único representante nativo en Argentina de la Familia

Tapiridae y del Orden Perissodactyla. Además es el mayor mamífero terrestre en volumen y

peso del país. La altura en la cruz varía entre los 77 y 108 cm y pueden alcanzar 250 kilos de

peso (Padilla & Dowler, 1994), siendo las hembras ligeramente mayores que los machos

(Mallinson, 1969).

1.1.- Distribución

El tapir tiene una amplia distribución (13.129.874 km²) que abarca todos los países

sudamericanos con excepción de Chile y Uruguay (Taber et al, 2008). En Argentina se

encuentra el límite sur de su distribución y es el país que menos área aporta a la distribución

de la especie (actualmente, un 2% del total). Hasta hace unos 200 años el tapir habitaba en

diez provincias Argentinas: Salta, Jujuy, Tucumán, Formosa, Chaco, Santiago del Estero,

Misiones, Corrientes (Chalukian et al, 2009) y Entre Rios (d´Orbigny, 1998; Richard & Juliá,

2000b). Actualmente se encuentra extinguido en Entre Ríos, Corrientes y Tucumán y

probablemente también en Santiago del Estero y Santa Fe (Chalukian el al, 2009).

El tapir habitó el norte y centro de la provincia de Corrientes (Chébez et al, 2008; Chalukian et

al, 2009) y se habría extendido también al sur de la misma (d´Orbigny, 1998; Richard & Juliá,

2000b). d´Orbigny lo señala para Corrientes en 1827 donde dice que “el tapir es raro, aunque

se ven algunos en los lugares pantanosos” (d´Orbigny, 1998). Habitó la zona de Puerto Valle,

en el noreste de la cuenca Iberá (Giraudo et al, 2006) y subsistió en la zona de las islas Apipé,

Yaciretá y Talavera hasta la década del 60, en donde fue cazado el último ejemplar del que se

tiene registro en 1975 (Chébez et al, 2008).

1.2.- Hábitat

A lo largo de su amplia área de distribución el tapir se puede encontrar en 25 regiones eco-

geográficas, demostrando una gran adaptabilidad a ambientes diversos. El 61% de esta

superficie se encuentra en cuatro de estas eco-regiones: los tres tipos de bosque lluvioso

tropical Amazónico y el Cerrado (Taber et al, 2008). En Argentina habita actualmente en las

eco-regiones Chaco Seco, Chaco Húmedo, Selvas de Montaña o Yungas y Selvas Paranaenses

(Chalukian et al, 2009), casi siempre en cercanía de cursos de agua o zonas pantanosas (Padilla

& Dowler, 1994; Salas, 1996). De acuerdo a los mapas de distribución histórica (Chébez et al,

2008; Chalukian et al, 2009; Richard & Juliá, 2000b) y a menciones de citas concretas

(d´Orbigny, 1998; Giraudo et al, 2006), en Corrientes también habitó en el pasado las eco-

regiones del Espinal y Esteros del Iberá, a la que muchos autores consideran como parte del

Chaco Húmedo (Cabrera, 1976; The Nature Conservancy et al, 2005). Durante el día suelen

moverse dentro de bosques y en la noche salen hacia zonas más abiertas como matorrales o

pastizales, ríos y lagunas (Padilla & Dowler, 1994). Cuando los días son muy calurosos, pasan

largos períodos de tiempo sumergidos en el agua. El tapir prefiere los bosques en regeneración

respecto a los bosques maduros (Salas, 1996; Lepera, 2005). Esto probablemente ocurre por la

mayor abundancia de especies vegetales pioneras, las cuales son más palatables y con menos

estructuras de defensa. También prefieren sectores de palmares. Al igual que otros ungulados,

es frecuente que visiten “lamederos” o “saleros”, en los que permanecen cortos períodos de

tiempo. Estos sitios son ricos en ciertos elementos (nitrógeno, sodio, magnesio, etc.) que se

supone que el tapir ingiere para compensar requerimientos que no son cubiertos con la dieta o

bien para neutralizar la acción tóxica de algunas plantas consumidas (Herrera et al, 2000;

Montenegro, 2004). Su presencia ha sido registrada entre los 100 m s.n.m. en Chaco y hasta

los 2.100 m s.n.m. en los pastizales de altura del P. N. El Rey, Salta (Soler, 2006).

1.3.- Área de acción y densidades

Como es de suponerse a lo largo de una distribución tan amplia, las áreas de acción de los

individuos son muy variables en su rango geográfico de distribución. El rango de superficies de

áreas de acción va de 39,14 km2 en el Cerrado (Brasil) (Da Silva & Rodrígues, 1997) a 2 a 3 km2

en Cerro Cortado (Bolivia) (Noss et al, 2003). Son animales solitarios, pero se han registrado

superposiciones de territorio entre machos, entre hembras y entre machos y hembras (Padilla

& Dowler, 1994). Las densidades de tapires también son muy variables, yendo de 1,6

individuos por km2 (Redford & Eisemberg, 1992) hasta 0,11 - 0,52 individuos por km2 (Peres,

2000). Según algunos autores (Richard & Juliá, 2000a), las densidades en torno a los 0,5

individuos por km2 serían las más esperables.

1.4.- Dieta

El tapir es herbívoro-frugívoro. Es oportunista en cuanto al consumo de frutos y selectivo en

las especies que ramonea, aunque puede consumir hojas de una gran variedad de formas de

vida (gramíneas, herbáceas, arbustos, árboles, enredaderas, helechos y hasta plantas

acuáticas) (Varela & Brown, 1995; Salas & Fuller, 1996; Olmos, 1997). La proporción de frutos y

hojas en la dieta varía entre regiones y a lo largo del año en una misma región (Henry et al,

2000; de Bustos, 2006).

Es considerada una especie clave (Chalukian et al, 2004; de Bustos, 2006), una especie paisaje

(Chalukian et al, 2009) y una especie arquitecta o ingeniera de paisaje (Taber et al, 2008) por

su importante papel en el funcionamiento y estructura de los ecosistemas donde habita y

especialmente por su rol de dispersor de semillas de hierbas, arbustos y árboles.

1.5.- Reproducción

Los tapires son animales mayormente solitarios que se reúnen de a pares especialmente

durante el cortejo. Se estima que la madurez sexual en vida silvestre la alcanzan a los cuatro

años (Medici et al, 2007) y en cautiverio la misma puede adelantarse al año o dos de vida. Las

hembras son poliéstricas y el ciclo estral tiene una duración que varía entre 25 a 38 días. El

estro tiene una duración que oscila entre 1 a 4 días (Barongi, 1993). Generalmente tienen una

cría por parto, que nace después de aproximadamente 13 a 14 meses de gestación. Se ha

observado que la hembra puede concebir al mes de haber parido (Padilla & Dowler, 1994),

aunque este período es variable según el hábitat. Las crías suelen pesar entre 3 y 6 kg al

momento de nacer con un aumento de peso diario que oscila entre los 300 y 500 gr. La cría es

amamantada hasta los 8 o 9 meses, aunque a partir de la semana de vida comienza a

incorporar alimentos sólidos en pequeña cantidad. Alcanza el tamaño definitivo de adulto

aproximadamente a los 18 meses. Puede permanecer junto a su madre hasta casi los dos años,

caminando siempre cerca de ella durante su andar. La longevidad del tapir en estado silvestre

es de unos 22 años y hasta esta edad pueden reproducirse (Medici et al, 2007).

1.6.- Estructuración genética

Tradicionalmente, cuatro subespecies de tapires han sido reconocidas en base a criterios

morfológicos (Cabrera, 1961), de las cuales dos habitan en Argentina. Según este sistema de

clasificación (Tapirus terrestris terrestris) habitaría en la eco-región Selva Paranaense y Tapirus

terrestris spegazzinii en las eco-regiones Selvas de Montañas o Yungas y en El Chaco Seco y

Chaco Húmedo (Padilla & Dowler, 1994; Chébez et al, 2008). En el Plan de Acción para la

Conservación del tapir en Argentina (Chalukian et al, 2009) se menciona que esta

diferenciación en subespecies no está confirmada.

Estudios genéticos recientes sobre el genoma mitocondrial de la especie (de Thoisy et al, 2010)

cuestionan esta diferenciación en subespecies. Estos estudios postulan que el tapir se ha

diferenciado como especie en las selvas altas del oeste amazónico y que durante el

Cuaternario se produjo la divergencia de cuatro linajes. Uno de estos linajes se distribuye al sur

del Amazonas y abarca todas las poblaciones argentinas. Este patrón de divergencia del tapir

es similar al reportado en otras especies de grandes mamíferos supramazónicos como el

yaguareté y el zorro de monte (Eizirik et al, 2001; Tchaick et al, 2007), en los que las diferencias

genéticas no son significativas a través de grandes regiones biogeográficas, más allá de una

moderada estructuración a ambos lados del Río Amazonas. En este sentido, los estudios

genéticos sugieren que las barreras geográficas tuvieron impactos limitados en la

estructuración poblacional del tapir (de Thoisy et al, 2008). Por lo tanto, en relación a la

conservación del tapir, estos estudios cuestionan la utilidad de la distribución en ecorregiones

a la hora de tomar decisiones y determinar prioridades de conservación, ya que la especie

sería un gran continuo genético, al menos en la región situada al sur del Amazonas, que es la

que nos concierne.

1.7.- Estatus de conservación

A nivel internacional el tapir está clasificado como Vulnerable a la Extinción, con tendencias

poblacionales decrecientes (UICN, 2015). Esta organización justifica la asignación de la

categoría en la ocurrencia de una reducción del tamaño de las poblaciones ≥ 30% durante los

últimos 10 años o a lo largo de tres generaciones, y en que estima una reducción de igual

magnitud para los próximos 10 años o a lo largo de tres generaciones.

Argentina es el país sudamericano donde la situación de la especie se encuentra más

comprometida y está catalogado como En Peligro de Extinción (Chalukian et al, 2012). En los

últimos 100 años su distribución en el país se redujo en un 46% y en el 81% de la superficie

donde aún subsiste tiene baja o media posibilidad de supervivencia, por lo que es esperable

que continúe sufriendo retracciones. Las principales amenazas identificadas para la especie en

la Argentina son la reducción, fragmentación y empobrecimiento del hábitat y la cacería.

Probablemente esta última habría sido la principal causa de su desaparición de Corrientes.

2.- LAS ÁREAS PROTEGIDAS DEL IBERÁ

2.1.- La reserva y parque provincial Iberá

El área protegida provincial Iberá (Mapa 1 al final del documento) fue creada en el año 1983 y

abarca aproximadamente 1.250.000 hectáreas de un enorme y diverso humedal,

constituyéndose en una de las áreas protegidas más extensas de Argentina. Aproximadamente

500.000 hectáreas se corresponden con tierras públicas (Parque Provincial Iberá) en donde se

llevan a cabo únicamente algunas actividades relacionadas con el ecoturismo. Las restantes

750.000 ha son tierras de propiedad privada (Reserva Provincial Iberá) en las que se realizan

diferentes actividades productivas. Es aquí donde la organización conservacionista The

Conservation Land Trust (CLT) ha adquirido unas 150.000 hectáreas que han sido destinadas a

la producción de naturaleza.

A partir de la creación del área protegida Iberá, y debido a un progresivo aumento en la

presencia de la autoridad provincial dedicada a tareas de contralor en la misma, se ha

producido una recuperación del ambiente y las especies que lo habitan, muchas de las cuales

se han vuelto muy conspicuas y confiadas, dando origen a actividades turísticas relacionadas

con la observación de fauna, las cuales han impulsado el desarrollo económico de la mayoría

de las localidades que se ubican en la periferia del Iberá.

Dentro de este contexto, en el Iberá se están dando tres procesos que tienden a reforzar la

importancia regional de esta región como destino y reserva natural. El primer proceso tiene

que ver con el establecimiento y rápido crecimiento del ecoturismo como actividad económica

relevante. El segundo está relacionado con la aparición de la organización conservacionista CLT

que ha adquirido extensas superficies de tierra para establecer reservas privadas. En tercer

lugar y como resultado de la aparición de esta fundación, se está realizando en Iberá un

proceso de restauración ecológica a gran escala (“rewilding”) que incluye la reintroducción de

grandes mamíferos y aves localmente extintos (Soulé & Noss, 1998) que no tiene precedentes

en América Latina.

2.2.- Las reservas privadas de CLT.

La reserva privada Rincón del Socorro/Iberá (Mapa 1 al final del documento) fue elegida como

uno de los sitios de liberación de tapires. Esta reserva se encuentra ubicada en el sector centro

este de la Reserva Provincial Iberá, posee una superficie de 30000 hectáreas y resguarda un

mosaico de bosques higrófilos (“bosques marginales o selvas en galería”), bosques de Prosopis,

sabanas con Butia paraguayensis, pajonales inundables y bañados (Tressen et al, 2002) (Mapa

2 al final del documento).

La reserva privada Cambyretá (Mapa 1 al final del documento) es el otro sitio donde se

intentará constituir una población sustentable de tapires en la Reserva Provincial del Iberá.

Posee unas 22300 ha de superficie y resguarda un mosaico de bosques higrófilos (“isletas de

selva”), pajonales inundables y bañados (Tressens et al, 2002).

En estas reservas ya no se verifican las amenazas que han hecho desaparecer a la especie de

extensas regiones como la caza furtiva o el empobrecimiento del hábitat a causa de

actividades ganaderas. Solo se permiten algunas actividades de turismo extensivo en algunos

sectores de las mismas. De hecho, los ambientes naturales, especialmente los sectores

boscosos, han comenzado un notable proceso de recuperación que se verifica una vez que el

ganado es retirado y las frecuentes quemas con fines productivos suprimidas (Carnevali, 1994).

3.- ANTECEDENTES DE REINTRODUCCIONES EN EL IBERÁ Y EL POTENCIAL DEL TAPIR

La provincia de Corrientes fue escenario durante la primera mitad del siglo XX del mayor

proceso de defaunación del norte argentino. En esa época desaparecieron de este territorio

seis especies de grandes mamíferos (el oso hormiguero gigante, el pecarí de collar, el tapir, el

lobo gargantilla, el ocelote y el yaguareté) y tres especies de grandes aves (el muitú, el

guacamayo rojo y el guacamayo violáceo, esta última extinguida a nivel global). Mientras

tanto, el venado de las pampas desaparecía del Iberá aunque subsistía en la provincia en

pequeños relictos ubicados al este de la cuenca.

Con la creación de la gran reserva provincial del Iberá y la eliminación de las causas que

provocaron estas extinciones, se presenta la oportunidad de comenzar un proceso de

restauración de fauna o “rewilding”. El Convenio sobre la Diversidad Biológica, adoptado y

abierto a la firma en Río de Janeiro en el año 1992 y en Argentina aprobado por ley en el año

1994 (Ley Nac. 24.375), establece que las partes adoptarán (de corresponder) las medidas

necesarias para reintroducir especies amenazadas en sus hábitats naturales. Para el caso

particular del Iberá, la necesidad de reintroducir los grandes mamíferos y aves extinguidos

comenzó primeramente a ser planteado en informes técnicos (Aprile et al, 2004). Luego, este

concepto de “recuperación de ambientes” es tomado en forma general en el Decreto 1440/09,

reglamentario de la Ley Provincial de creación de la Reserva Iberá. Finalmente, es en el año

2015 que el proceso de reintroducción de las grandes especies de aves y mamíferos extintas

en el Iberá es adoptado y desarrollado claramente en el documento “Parque Provincial Iberá.

Producción de Naturaleza y Desarrollo Local”, elaborado y editado por el gobierno provincial

de Corrientes (Gobierno de la Provincia de Corrientes, 2015).

El proceso de restauración de fauna se inició formalmente en el año 2006 con la firma de un

convenio de cooperación entre CLT y la Dirección de Recursos Naturales de la provincia de

Corrientes. Este convenio tenía como objetivo la reintroducción del oso hormiguero gigante en

el Iberá. A nueve años de iniciado el proceso, se cuenta ya con dos poblaciones de esta especie

bien establecidas en las reservas privadas Rincón del Socorro/Iberá (aproximadamente 40

individuos) y San Alonso (16 individuos) (Jiménez Pérez, 2015b; Jiménez Pérez, s.f.a). El

proceso de restauración se amplió en 2009 con la reintroducción del venado de las pampas en

la reserva privada de San Alonso mediante el establecimiento de un núcleo inicial de 6

animales (luego ampliado a 22 por posteriores traslocaciones). Actualmente se cuenta con una

población de unos 60 animales en la que han nacido aproximadamente 50 crías. Durante el

año 2015 se establecerá otro núcleo de venados en la reserva privada Rincón del

Socorro/Iberá (Jiménez Pérez, 2015c; Jiménez Pérez, s.f.b). La última reintroducción de

mamíferos extinguidos en el Iberá se produjo en el año 2015. La especie involucrada es el

pecarí de collar, que ya cuenta con un grupo de 8 individuos viviendo libremente en la reserva

privada Rincón del Socorro/Iberá (Jiménez Pérez, 2015a). Finalmente, el primer ejemplar de

yaguareté (una hembra proveniente del zoológico de Batán) fue trasladado en mayo de 2015

al Centro Experimental de Cría de Yaguareté (CECY) en la isla de San Alonso, con miras a su

reproducción futura.

De acuerdo al Grupo de Especialistas en Tapires de la UICN, las cuatro especies de tapires son

candidatas ideales para programas de reintroducción o traslocación. Esta afirmación está

basada en que los tapires son altamente adaptables a cambios de dieta, de condiciones

ambientales y de hábitat (Brooks et al, 1997) y por lo tanto presentan potencial para superar

los mayores desafíos enfrentados por los animales relocalizados (Medici et al, 2008).

METAS

Meta principal del proyecto (largo plazo):

Establecer al menos dos poblaciones autosustentable de tapir en el área protegida Iberá, con

el objeto de restablecer una especie clave en el ecosistema y contribuir a la recuperación de la

diversidad regional. La primera población autosustentable comenzará a constituirse en la

reserva privada Rincón del Socorro/Iberá (centro-este del Iberá). Más adelante, y dependiendo

de los resultados y aprendizajes de esta experiencia, se daría comienzo a la conformación de

una segunda población al norte del Iberá, la cual comenzará a constituirse en la reserva

privada Cambyretá (norte del Iberá).

El concepto de población autosustentable o población viable se refiere a poblaciones que se

reproducen por sí mismas, en las que se observan crías o juveniles, y que mantienen un

número mínimo de individuos (teniendo en cuenta las tasas de natalidad, mortalidad,

inmigración y emigración). De acuerdo a la regla 50/500 de Franklin (1980), un tamaño de

población mínimo debería comprende entre 50 a 500 individuos para evitar una tasa

inaceptable de endogamia o garantizar la permanencia a largo plazo de la variabilidad

genética, respectivamente.

Si bien es complicado definir concretamente el concepto de población autosustentable, se

considera como tal a una población que alcanza un tamaño mínimo de 50 individuos y que

presenta tasas de supervivencia anual mayores al 90%, por lo tanto no hay necesidad de

realizar nuevas introducciones, al menos para mantener el número de individuos.

Metas a corto plazo:

Para el año 2015, realizar la liberación experimental de dos parejas de tapires en el espinal de

la reserva privada Rincón del Socorro/Iberá que permita ajustar los métodos de traslado,

cuarentena, aclimatación, marcaje y seguimiento de los ejemplares para identificar la mejor

metodología a adoptar para restablecer la especie en el Iberá.

Para el año 2016, realizar la liberación experimental de otras tres parejas de tapires en la

reserva privada Rincón del Socorro/Iberá. Esta liberación permitirá continuar mejorando los

métodos de traslado, cuarentena, aclimatación, marcaje y seguimiento, pero también nos

permitirá observar posibles interacciones entre los animales ya establecidos y los nuevos

arribos.

En base a la experiencia de CLT con otras poblaciones de mamíferos reintroducidos, se

introducirán animales en cada sitio hasta llegar a un número de unos 20 ejemplares

reproductores. En base a cómo evolucionen las tasas de mortalidad y natalidad se determinará

el número definitivo de la población fundadora, la cual se estima rondará ese número. La

experiencia previa indica que unos 20 animales liberados resulta suficiente para generar una

población autosostenible en un área con abundante alimento y sin predadores, al menos en lo

que a número de individuos se refiere. Luego se deberá evaluar la necesidad de introducir

nuevos ejemplares para evitar problemas de endogamia.

Otras metas del proyecto

Contribuir a mejorar los métodos y protocolos establecidos para la reintroducción de

poblaciones de tapir.

Proveer beneficios económicos de largo plazo a la economía local, fortaleciendo las actividades

de ecoturismo relacionadas con la observación de fauna que ya se llevan adelante en la región

del Iberá.

Contribuir al desarrollo de procesos de concienciación sobre temas ambientales a través de la

utilización de especies carismáticas como el tapir.

APTITUD PARA LA REINTRODUCCIÓN

Teniendo en cuenta toda la información brindada, se puede evaluar el proceso de

reintroducción propuesto para la especie considerando los criterios que se desarrollan en el

siguiente cuadro (Kleiman et al, 1994).

Variables a evaluar Cumplimiento de la especie

Estado de la especie

1. Necesidad de aumentar la población

silvestre local

Sí. La especie se extinguió del Iberá en el siglo pasado.

2. Existencia de una población fuente

adecuada

Sí. Existen suficientes ejemplares para iniciar un proyecto.

La continuidad a largo plazo dependerá de donantes de

animales y gobiernos.

3. No implica amenazas para las

poblaciones silvestres

No. No hay otros tapires en la zona de reintroducción ni

otros animales nativos a los que la reintroducción de

tapires podría perjudicar. Las poblaciones más cercanas de

tapir se encuentran en el Parque Provincial Salto

Encantado y Valle del Cuña Pirú (Misiones), a unos 300 km

en línea recta.

Condiciones ambientales

4. Se han eliminado las causas de la

desaparición

Sí. Existe suficiente hábitat sin caza furtiva ni competencia

con ganado.

5. Existe suficiente hábitat protegido Sí. En la reserva privada Rincón del Socorro/Iberá existen

aproximadamente 10000 ha de hábitat propicio bajo

conservación estricta. Además existe hábitat óptimo para

la especie en la Reserva Provincial Iberá (en sectores

contiguos a la reserva privada Rincón del Socorro/Iberá),

pero con menor grado de protección y control de usos

productivos. Igualmente hay otras áreas aptas en la reserva

privada Cambyretá, al norte de Iberá.

6. El hábitat no está saturado No. No existe otro herbívoro que pueda competir con el

tapir

Condiciones sociopolíticas

7. No supone un efecto negativo en la

población local

No. El tapir no interferirá con actividades humanas que

puedan desarrollarse en la zona de liberación.

8. Existe apoyo por parte de la población

local

Sí. Los pobladores de Colonia Pellegrini vinculados a la

actividad turística lo visualizan como un fortalecimiento al

sector. Lo mismo sucede con los habitantes de Ituzaingó en

la zona de Cambyretá.

9. Existen ONGs y OGs apoyando

activamente

Sí. Existe un compromiso a largo plazo de CLT y se cuenta

con el apoyo del gobierno de Corrientes quien ha incluido

la reintroducción de fauna como una política de estado a

través del libro sobre el Parque Provincial Iberá, y los

municipios de Pellegrini e Ituzaingó, que ven esta actividad

como un beneficio para sus habitantes.

10. Conformidad con las leyes nacionales y

provinciales

Sí. Se debe cumplir con la tramitación de los permisos

correspondientes, tal cual establecen las leyes nacionales y

provinciales. Por otro lado, leyes provinciales y nacionales

establecen la necesidad de reintroducir determinadas

especies donde han sido extirpadas, especialmente la

Convención sobre Biodiversidad, ratificada por Argentina.

Recursos existentes

11. Se conoce la tecnología de

reintroducción

Sí. Existe experiencia en lo que se refiere a chequeos

sanitarios, inmovilización y monitoreo de diversas especies

de fauna silvestre que ya han sido reintroducidas en el

iberá. Por otro lado, existen documentos técnicos de

consulta con amplia información para la reintroducción de

esta especie en particular.

12. Conocimiento sobre la biología de la

especie

Sí. Existe abundante bibliografía publicada sobre la biología

de la especie sobre las que pueden basarse la toma de

decisiones de manejo.

13. Existen suficientes recursos para la

realización del programa

Sí. CLT costeará todos los gastos que demande la

reintroducción de la especie.

¿Se recomienda la reintroducción? Sí. cumple con todos los requisitos

SITIOS DE LIBERACIÓN

Como se mencionó, el primer sitio de liberación elegido es la reserva privada de CLT Rincón del

Socorro/Iberá (Mapa 1 al final del documento). Esta reserva resguarda la mayor superficie de

bosques en categoría de conservación estricta de la Reserva Provincial Iberá. Posee un mosaico

de bosques higrófilos, bosques de Prosopis, sabanas con Butia paraguayensis, bañados y

pajonales inundables de aproximadamente 10.000 hectáreas de superficie que constituye el

hábitat más propicio para la liberación de los tapires (Mapa 2 al final del documento). El resto

de las 30.000 hectáreas posee una muestra más homogénea de bañados y pajonales

inundables. Esta reserva privada es lindante con el extenso Parque Provincial Iberá, también

con categoría de conservación estricta. Se estima que los tapires utilizarán los bosques como

ambientes de refugio y alimentación, y los bañados y pajonales inundables como sitios de

alimentación (especialmente en la periferia de bosques). Si se consideran densidades de 0,5

tapires por km2, el mosaico de ambientes podría albergar un mínimo de 50 animales, con

posibilidades de dispersión a otras áreas contiguas de la Reserva Provincial Iberá. El segundo

lugar de liberación sería la reserva privada Cambyretá (Mapa 1 al final del documento). Ésta

incluye un área de 22,800 ha bajo conservación estricta, las cuales incluyen pequeños parches

de selvas similares a los habitados por el tapir en la segunda mitad del siglo XX, rodeados por

bañados y pastizales húmedos. Mediante liberaciones experimentales se podrá ver el uso del

hábitat por parte de los tapires y la capacidad de carga de esta zona para este gran herbívoro.

MATERIALES Y MÉTODOS

Para llevar adelante los distintos pasos implicados en el proceso de reintroducción de tapires

en el Iberá, se seguirán los lineamientos establecidos en el Protocolo para la Reintroducción y

Traslocación de Tapires del Grupo de Especialistas en Tapires de la UICN (Medici et al, 2008).

Según este documento, el proceso que se llevará a cabo en Iberá en un principio será el de

“Reintroducción”, el cual es definido como “el intento de establecer una especie en un área

que fue parte de su distribución histórica y de la cual la especie fue extirpada o se tornó

extinta”. En una etapa posterior se evaluará la posibilidad de realizar un proceso de

“Traslocación”, que es definido por el mismo grupo como “un movimiento deliberado y

mediado de poblaciones de individuos salvajes de una parte a otra de su distribución”.

A) Selección y obtención de los animales para ser liberados

Al inicio los animales a liberar procederán de grupos de animales cautivos presentes en el

territorio argentino. En una segunda fase del proyecto se evaluará la realización de

traslocaciones desde poblaciones silvestres que presenten un buen estado de conservación (ej.

las presentes en la zona del Impenetrable, Chaco).

A la hora de elegir el grupo de animales cautivos a ser reintroducidos se tendrán en cuenta los

siguientes criterios (sin que el orden en que son enumerados implique un nivel de prioridad):

a) voluntad de instituciones y autoridades provinciales para donar los animales al proyecto y

autorizar su traslado, respectivamente. En este sentido, se ha firmado un Convenio de

Cooperación Mutua entre CLT y el Ministerio de Ambiente y Producción Sustentable de Salta

(noviembre de 2014) que plantea la colaboración para llevar adelante proyectos de

reintroducción de tapires en sus ambientes naturales. El gobierno de esta provincia posee

varios ejemplares de tapir en cautiverio en la Estación de Fauna Autóctona (EFA) de Salta.

Igualmente existe una tradición de cooperación entre CLT y la Estación Experimental Horco

Molle, la cual ha donado osos hormigueros y pecaríes a nuestros proyectos de reintroducción.

Cabría la posibilidad de que esta cooperación se extienda al tapir y ya ha habido ofertas en

este sentido.

b) tiempo que lleven los animales en cautividad y grado de vinculación con el ser humano:

cuanto menos tiempo, mejor, tratando de evitar animales que muestran un claro

comportamiento de habituación a la gente;

c) edad de los animales: se buscarán animales adultos que se encuentren en edad

reproductiva. También se preferirán individuos que se hayan reproducido previamente;

d) relación de parentesco: se favorecerá la utilización de parentales que no estén

emparentados en forma directa para maximizar de este modo la diversidad genética de los

ejemplares fundadores de la nueva población. Para los animales que se trasladen desde una

misma institución, se elaborarán árboles genealógicos que muestren de forma precisa el grado

de relación entre ellos. También se consultará el studbook elaborado por el Grupo Argentino

de Tapires (GAT) para los tapires en cautiverio de Argentina. Se trabajará con más de una

institución donante como otra forma de minimizar la afinidad por parentesco.

e) estado sanitario de los animales: se analizará el estado sanitario de los animales a partir de

los historiales clínicos de los mismos, seleccionando aquellos animales que menos prevalencia

de enfermedades hayan tenido y teniendo especialmente en cuenta las que resultan exóticas

en el Iberá (más abajo se detalla las listas de enfermedades a chequear antes de cualquier

liberación);

f) origen geográfico de los animales: el ordenamiento clásico en subespecies menciona que en

Argentina se distribuyen dos formas de tapires, una propia de la Selva Paranaense y otra

propia de las Yungas y del Chaco Seco y Húmedo. Por otro lado, estudios genéticos recientes

establecen que las poblaciones de tapires al sur del Amazonas (incluyendo las argentinas)

pertenecen a un mismo linaje y no presentan estructuraciones genéticas relacionadas con las

distintas ecoregiones que habitan. A pesar de esta nueva evidencia, adoptando un principio

precautorio, los animales a reintroducir en el Iberá procederán únicamente de localidades

donde se distribuye la forma chaqueña-yungueña. Durante la realización del proyecto, se

tomarán muestras de los ejemplares que sean reintroducidos para ser enviadas al Laboratorio

de Herramientas Moleculares del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino

Rivadavia, con el objeto de contribuir a analizar si existe una supuesta diferenciación genética

entre las poblaciones de tapires distribuidas en la Selva Paranaense y en Chaco-Yungas.

Todas estas características de los animales en cautiverio serán informadas a la Dirección

Nacional de Fauna Silvestre y a la Dirección de Parques y Reservas de Corrientes, previamente

a producir el traslado de los animales.

En relación a la traslocación de animales silvestres, de considerarse necesaria, se realizará

previamente un pedido formal para realizarla, de acuerdo a lo establecido en el Artículo 4° de

la resolución 513/07.

B) Traslado

Una vez seleccionados los animales, se procederá a su traslado a la fase de cuarentena para lo

que se adoptarán los mecanismos necesarios para evitar o disminuir el estrés que puede

producir este tipo de traslados (ej, contar con recintos de transporte apropiados y evaluar la

realización de posibles sedaciones).

Durante el transporte los animales irán despiertos y se valorará la necesidad de utilizar

tranquilizantes que disminuyan el distrés durante estas fases de manejo intensivo, tal y como

se recomienda en la edición 2014 del Tapir Veterinary Manual editado por el TSG (Quse et al,

2014).

C) Cuarentena y chequeo sanitario

Los animales a ser liberados deberán pasar por una fase previa de cuarentena, con un doble

objetivo: por un lado descartar aquellos animales portadores de enfermedades que puedan

suponer un riesgo sanitario para el ecosistema donde van a ser liberados y por otro lado

asegurar el estado de salud del animal para aumentar su supervivencia y maximizar sus

posibilidades de reproducción en libertad.

Durante este periodo de aislamiento de al menos 30 días de duración se realizará un chequeo

sanitario que comprenderá un análisis sanguíneo completo, análisis coproparasitológico para

descartar parasitosis intestinal, examen de frotis periférico para detectar hemoparásitos,

revisación bucal para detectar lesiones y determinar la condición de piezas dentales, revisación

de miembros anteriores y posteriores para detectar lesiones, y una exploración detallada por

sistemas para detectar cualquier otra patología. Se realizaran pruebas complementarias como

hisopados de lesiones o técnicas de diagnóstico por imagen, en caso de que la exploración

general así lo aconseje.

Los tapires son portadores de diversas enfermedades infecciosas y hay numerosos estudios

que así lo demuestran, por lo que se aprovechará la exploración general para hacer pruebas

serológicas que permitan detectar tapires portadores de las enfermedades que se ha

comprobado que pueden afectar a la especie. Se realizaran pruebas serológicas de Diarrea

vírica bovina, Fiebre aftosa, Tuberculosis, Anemia infecciosa, Parainfluenza, Herpesvirus

equino, Leucosis enzootica bovina, Eastern equine encephalitis virus, Western equine

encephalitis virus, Venezuelan Equine Encephalitis virus, West Nile, Lengua azul, Rinotraqueitis

infecciosa bovina (IBR), Enfermedad de Aujeszky, Estomatitis vesicular, Parvovirus porcino,

Leptospira, Brucella, Rabia y Chlamydophyla. Esta lista es dinámica e irá actualizándose a

medida que se realicen nuevos estudios epidemiológicos en la especie. Si se detectaran

anticuerpos de cualquiera de estas enfermedades se realizarán pruebas moleculares o cultivos

según el caso para descartar enfermedad activa y posteriormente se valorará la posibilidad de

realizar un tratamiento curativo si fuera posible o, en caso contrario, se descartará el animal

para el proyecto de reintroducción.

Como se mencionó en el punto 2.2 de la Introducción, no existe ganado desde el año 2002 en

el sitio elegido para la liberación de tapires. Existen dos especies de ungulados exóticos (cerdos

cimarrones y ciervos axis) sobre las que se realizan actividades de control, y una tercera (el

búfalo) que ha sido erradicada. En relación a las enfermedades infecciosas mencionadas en el

párrafo anterior, se han detectado anticuerpos de parvovirus porcino en cerdos cimarrones y

de diarrea viral bovina en ciervos axis. Análisis de Leptospira en cerdos cimarrones arrojaron la

presencia de L. pomona, L. canicola y L. icterohaemorragiae. Los análisis de Tuberculosis en

cerdos cimarrones evidenciaron la presencia de Mycobacterium bovis y M. avium. No se

detectó la presencia de enfermedad de Aujeszky, Rinotraqueitis Infecciosa Bovina, Brucelosis

(Scioscia et al, 2011).

Además se realizará un cultivo de materia fecal para descartar infección intestinal o que los

animales sean portadores de baterías patógenas como Salmonella, Campylobacter, Yersinia,

Shigella o Clostridium.

Durante el chequeo sanitario se aprovechará para tomar muestras que posteriormente serán

almacenadas para futuros estudios genéticos, clínicos o epidemiológicos. Estas muestras

incluyen pelo con bulbo, sangre anticoagulada, coágulo sanguíneo desuerado, frotis

sanguíneos, suero y muestras de orina o semen, si se obtuvieran.

Actualmente se cuenta con una experiencia de 8 años de trabajo en este tipo de cuarentena

(incluyendo trabajos con oso hormiguero gigante, pecarí de collar, aguará guazú y yaguareté),

lo que incluye contactos con los laboratorios y profesionales que analizarían estas

enfermedades.

Las instalaciones de cuarentena están ubicadas en la Estación Biológica de Corrientes, San

Cayetano (Corrientes). Es una construcción de alta seguridad diseñada para garantizar las

condiciones de bioseguridad necesarias para aislar a los animales de cualquier enfermedad

infecciosa o de vectores transmisores de enfermedades.

La zona destinada a tapires es un complejo formado por cuatro recintos comunicados entre sí

por guillotinas dobles de reja y chapa, permitiendo realizar la cuarentena a uno o dos animales

simultáneamente.

Vista de las instalaciones de cuarentena ubicadas en Estación Biológica de Corrientes

Descripción detallada de las instalaciones:

- 1 Vestuario y zona de higienización (superficie 5 m2): Es el cuarto de entrada a la cuarentena,

donde el personal se cambia de ropa y se guarda el material de limpieza. Todo el material de

limpieza, trabajo y mantenimiento existente en la cuarentena es de uso exclusivo para este

edificio. Dispone de pileta para el lavado y desinfección de las manos, un pequeño baño y una

ducha.

- 2 Cocina (superficie 3,7 m2): Lugar donde se almacena y procesa el alimento destinado a los

animales. Dispone de una zona “sucia”, donde se reciben los alimentos del exterior a través de

una ventana destinada a tal fin y donde se reciben los comederos sucios de los animales para

su limpieza y desinfección. Los alimentos procesados y los utensilios limpios pasan a través de

una ventana a la zona “limpia” donde se termina de preparar las raciones de cada individuo.

- 3 Zona de intervenciones (superficie: 3 m2): Sector que permite realizar pequeñas

intervenciones en animales anestesiados, toma de muestras, curaciones, trabajos de

odontología y exploraciones clínicas.

- 4 y 5 Recintos interiores (superficie total 21,7 m2): Dormitorios bajo techo que permiten

separar a los animales. Al estar comunicados por guillotina de reja permite que dos animales

acostumbrados a estar juntos puedan pasar el periodo de cuarentena en contacto visual,

evitando los riesgos de tener que hacer una nueva unión una vez transcurrido este periodo. El

piso está cubierto de goma de alta adherencia. Tanto el piso como las paredes son fáciles de

limpiar y desinfectar. El recinto más grande tiene el techo de policarbonato, lo que permite el

paso de luz natural y rayos ultravioleta A y B, permitiendo a los animales estar expuestos a un

fotoperiodo normal y la síntesis de vitamina D en caso de no tener acceso durante un tiempo

prolongado a los recintos exteriores.

Detalle del recinto interior número 4, con las guillotinas de salida a los recintos exteriores y la

guillotina de comunicación abierta.

Techo del recinto interior número 5 construido en policarbonato.

Detalle de la puerta de entrada de los recintos interiores. Al estar dividida en dos permite

observar al animal o incluso disparar un dardo de teleinyección con seguridad.

- 6 y 7 Recintos exteriores (superficie individual de 28 m2 y superficie total de 56 m2): Son dos

recintos con sustrato arenoso, importantísimo para asegurar el estado de las pezuñas en esta

especie, muy sensibles a sustratos duros o abrasivos. Otra parte está recubierta de cemento

alisado. Esta zona fácil de limpiar y desinfectar está destinada a servir de comedero para los

animales. Ambos recintos cuentan con bebedero automático. Uno de ellos cuenta con pileta

para que los animales puedan bañarse. Esto es fundamental en esta especie ya que defecan en

el agua, habiéndose diagnosticado casos de impactación intestinal por falta de acceso de agua

para baño.

Vista superior del recinto exterior número 6.

- 8 Pasillo de manejo (1 x 1,7 m): Pasillo que comunica los dos recintos exteriores. Por su

ubicación y tamaño es ideal para confinar a los animales para realizar pequeñas

intervenciones, o aplicar tratamientos.

Vista del pasillo de manejo desde el pasillo de cuidadores. El frontal de reja permite la observación cercana protegida o realizar pequeñas intervenciones en animales dóciles.

- 9 Pasillo de cuidadores (superficie 9,5 m2): Zona de seguridad que obliga a traspasar dos

puertas para acceder a los recintos exteriores, previniendo posibles fugas por errores

humanos. Permite el acceso al pasillo de manejo y a los recintos exteriores. Además permite

almacenar material de limpieza exclusivo de cada instalación y tener barreras biológicas para

prevenir el contagio de enfermedades infecciosas entre los distintos animales alojados en la

cuarentena (pediluvios, guantes de látex, botas de goma o quirúrgicas). Dispone de una canilla

para limpiar las instalaciones interiores mediante una manguera.

Durante la fase de cuarentena se procederá a identificar a cada animal mediante microchip y

mediante marcas de orejas con colores diferentes para cada individuo liberado, que permitan

identificarlos visualmente. Se aprovechará este momento para colocar un radiotransmisor de

VHF MOD 500 de Telonics con sistema de microprocesador MS6, sensor de mortalidad y

antena TEA-1 para su seguimiento tras la liberación.

D) Aclimatación

La liberación de los animales, según el Grupos de Especialistas en Tapires de la UICN (Medici, y

otros, 2008), será del tipo “Liberación Blanda (soft release)” el cual implica el manteamiento

de los animales en un recinto donde se los alimenta mientras dure la aclimatación y en el cual

se pueden realizar entrenamientos comportamentales. Este tipo de sueltas blandas

promueven que los animales liberados se adapten rápidamente a su nuevo hogar (Soorae,

2008).

Una vez que los animales hayan superado la fase de cuarentena serán trasladados a un corral

de 800 m2 de aclimatación o pre-suelta rodeado por alambre olímpico y situado en el interior

de la reserva privada Rincón del Socorro para que pasen en él entre dos y cuatro semanas.

Este corral está ubicado en el mosaico de ambientes donde serán liberados finalmente los

tapires y contará con un sector con agua (tipo bañadero) donde los animales puedan

sumergirse. Este bañadero será una depresión de tamaño suficiente (al menos el triple del

volumen de un tapir) generada con maquinaria, la cual luego será llenada con agua que, de ser

necesario, se bombeará de un arroyo cercano y poseerá un desagüe para evitar que el agua se

estanque y contamine. Durante este tiempo los animales serán monitoreados diariamente por

una persona encargada en forma exclusiva de esta tarea y suplementados con alimento y

agua, en el caso de que esto último fuera necesario. El objetivo de este periodo es favorecer

que se acostumbren a su nuevo hábitat y así minimizar la realización de movimientos

exploratorios o dispersantes de largo recorrido (i.e. “homing”) una vez que se abran las

puertas del cercado. Estas semanas servirán también para observar el comportamiento de los

individuos.

Vista del corral de aclimatación o pre-suelta ubicado en la reserva privada Rincón del

Socorro/Iberá

E) Monitoreo post liberación.

Como en otros procesos de “liberación blanda”, el corral donde son mantenidos los animales

permanecerá abierto luego de la liberación para que los mismos puedan acceder, si lo desean,

en búsqueda de comida. Este tipo de liberaciones requieren de altos esfuerzos de seguimiento

de los animales liberados (Medici, y otros, 2008). Los animales serán monitoreados mediante

radioseguimiento VHF por una persona dedicada fundamentalmente a esa tarea. El

seguimiento será realizado a pie o desde camioneta usando el sistema de antenas fijas y

móviles desarrollado para el seguimiento de otras especies de fauna (osos hormigueros,

pecaríes) en el mismo lugar. En el caso de que se pierda la señal de algún animal se realizará su

búsqueda desde avioneta. Si se detectase algún animal muerto se realizará una necropsia a la

mayor brevedad para tratar de determinar la causa de la muerte. Los resultados de este

seguimiento servirán para adaptar y mejorar los métodos para futuras liberaciones en las

reservas privadas Rincón del Socorro/Iberá y Cambyretá.

F) Comunicación a la sociedad

Siguiendo la tradición de los otros proyectos de reintroducción desarrollados por CLT, los

resultados (tanto positivos como negativos) del proyecto tapir serán comunicados

proactivamente a la sociedad mediante: informes técnicos anuales que serán presentados a

autoridades y disponibles en el sitio web, boletines informativos generales del Programa de

Restauración de Fauna, un sitio web, facebook, folletos divulgativos, charlas técnicas o

educativas, videos y artículos científicos. Esta política de comunicación proactiva se puede ver

en otros proyectos consultando a http://www.proyectoibera.org/especiesamenazadas.htm.

G) Cronograma de actividades (2015-2016)

Actividad Julio-

septiembre 2015

Octubre-diciembr

e 2015

Enero-marzo 2016

Abril-junio 2016

Julio-septiembre 2016

Octubre-diciembr

e 2016

Presentación del proyecto ante autoridades gubernamentales

x

Identificación de posibles fuentes de animales en cautiverio

x

Aprobación del proyecto (estimado)

x

Traslado de dos parejas a la cuarentena*

x

Permanencia en la cuarentena x

Traslado al corral de presuelta x x

Suelta de los animales x x

Monitoreos post suelta x x x x X

Traslado, cuarentena, presuelta y suelta de otras parejas

x x x x

* El traslado de las dos parejas no se realizará en simultáneo, por lo tanto no coincidirán en la

cuarentena ni en el corral de presuelta.

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Mapa N°1. Áreas Protegidas públicas y privadas de la cuenca del Iberá.

Mapa N° 2. Ambientes naturales de la Reserva Privada Rincón del Socorro/Iberá