escenarios políticos post-gasolinazo

Upload: gobernabilidad-democratica

Post on 04-Apr-2018

220 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/31/2019 Escenarios polticos post-gasolinazo

    1/8

    Oruro, Rama King Nash, leo/tela 40 x 30 cm. Ao 2010

  • 7/31/2019 Escenarios polticos post-gasolinazo

    2/8

    and miosa

    E

    n el campo poltico intervienen

    actores que se mueven de

    acuerdo a ciertas reglas y en

    determinados escenarios des-plegando estrategias discur-

    sivas y utilizando recursos de poder para

    alcanzar sus objetivos.

    Estos elementos se despliegan en el pro-

    ceso poltico y un acontecimiento puede

    poner en tensin sus relaciones y modi-

    car las pautas de interaccin poltica, ms

    an si desata conictos que ponen en

    cuestin el orden precedente. El gasoli-

    nazo bajo ese trmino englobamos los

    hechos en torno a la dictacin y la abro-

    gacin del Decreto Supremo 748 es una

    sucesin de eventos que han modicado

    algunas caractersticas del campo polti-

    co, sobre todo en relacin al desempeo

    del MAS como partido de gobierno. Esa

    palabra sintetiza una percepcin de la opi-

    nin pblica que expresa los efectos ne-

    gativos del manejo de la economa y ca-

    racteriza la decisin gubernamental como

    smil a las medidas del neoliberalismo. En

    este trabajo se hace hincapi en los efec-

    tos de este acontecimiento en el campo

    poltico para evaluar sus transformaciones

    y las tendencias en las estrategias y en las

    interacciones de los actores polticos.

    Despus del gasolinazo se ha instala-

    do en la opinin pblica y, sobre todo, enel mbito poltico la idea de que se han

    transmutado las condiciones del desplie-

    gue del proceso de cambio impulsado

    por el gobierno del MAS. En este trabajo

    se analizan diversas aristas de esa trans-

    formacin dejando de lado la suposicin

    de que existe una nueva correlacin de

    fuerzas polticas puesto que no se ha mo-

    dicado la disponibilidad de recursos ins-

    titucionales de poder por parte del partido

    de gobierno, ni otras organizaciones parti-

    distas han incrementado su capacidad de

    incidencia en el proceso poltico decisio-

    nal. A mi juicio, lo que se ha producido es

    un debilitamiento de la fuerza hegemnica

    del proyecto del MAS, tanto respecto a su

    base popular de apoyo como ante la ciu-dadana en general en tanto cuerpo elec-

    toral. Adicionalmente, con similar impor-

    tancia, se ha producido un deterioro de la

    imagen del presidente con consecuencias

    en la estrategia poltica del MAS porque

    la reeleccin de Evo Morales en 2014 era

    y es la garanta de continuidad del pro-

    ceso de cambio. La consecucin de ese

    objetivo implica viabilizar legalmente por

    interpretacin o por reforma constitucional

    parcial la postulacin de Evo Morales a

    partir de la fortaleza poltica del MAS y la

    popularidad de su liderazgo. Otros cam-

    bios concomitantes, relativamente secun-

    darios, tienen que ver con la modicacin

    de la estrategia discursiva de otros acto-

    res polticos relevantes y el retorno de la

    calle como escenario informal con inci-

    dencia en la toma de decisiones guberna-

    mental.

    ANTES Y DESPUS

    Los efectos polticos del gasolinazo ad-

    quieren relevancia si se considera la for-taleza previa del partido de gobierno. Un

    ao despus de la reeleccin de Evo Mo-

    rales con mayora absoluta y transcurridos

    apenas ocho meses de la ntida victoria

    electoral del MAS en los comicios depar-

    tamentales y municipales, el gobierno en

    el momento de su mayor disponibilidad de

    poder poltico adopt una medida eco-

    nmica que provoc protestas sociales y

    el rechazo generalizado de la poblacin

    que le obligaron dar marcha atrs en su

    decisin. En el transcurso de una semana

    disminuy la popularidad del presidente

    y el gobierno demostr una indita inca-

    pacidad para gestionar una situacin de

    crisis limitndose a justicar su cambio de

    postura con una apelacin a la retrica de

    gobernar obedeciendo al pueblo.

    La segunda gestin de Evo Morales haba

    empezado con augurios positivos para el

    despliegue del proyecto poltico del MAS.

    En el primer semestre de 2010, el partido

    de gobierno procedi a la implementacin

    de la CPE con la aprobacin de las cinco

    leyes orgnicas utilizando su mayora en

    la Asamblea Legislativa Plurinacional sin

    realizar concesiones a sus detractores ni

    a sus aliados que cuestionaron algunosaspectos de las leyes. En abril del ao

    pasado logr resultados favorables en las

    elecciones departamentales y municipa-

    les ganando seis de nueve gobernaciones

    y ms de tres cuartos de las alcaldas en

    disputa estableciendo un escenario favo-

    rable para consolidar su proyecto de nue-

    vo Estado.

    Si en su primera gestin Evo Morales tuvo

    que enfrentar un complejo escenario po-

    ltico e institucional debido a la existen-

    cia de gobierno dividido (la oposicin

    Fernando Mayorga

    polticos post gasolinazo

    En el transcurso de unasemana disminuy la

    popularidad del presi-

    dente y el gobierno de-

    mostr una indita inca-

    pacidad para gestionar

    una situacin de crisis

    limitndose a justifcar

    su cambio de postura

    con una apelacin a la

    retrica de gobernarobedeciendo al pueblo.

    5

  • 7/31/2019 Escenarios polticos post-gasolinazo

    3/8

    and miosa

    controlaba la cmara alta) y

    divisin vertical de poderes

    (en algn momento, siete

    de nueve prefectos eran de

    signo opositor), el ao 2010mostraba un panorama po-

    ltico ampliamente favorable

    al partido de gobierno por la

    concentracin de recursos

    de poder institucionales en

    sus manos y la ocupacin

    del centro del espacio de in-

    terdiscursividad poltica para

    la implementacin del Esta-

    do Plurinacional diseado

    en la CPE. Adems, algunos

    adversarios que salieron vic-

    toriosos en los comicios de

    abril fueron suspendidos de

    sus cargos de alcalde (Po-

    tos y Sucre) y gobernador

    (Tarija) o son objeto de im-

    pugnacin (La Paz) median-

    te procedimientos judiciales

    impulsados por el ocialismo.

    Y, nalmente, la oposicin

    partidista convencional que

    no se present de manera

    conjunta en las elecciones

    subnacionales tiene una

    actuacin fragmentada y dis-

    persa en el mbito parlamen-

    tario.

    La fortaleza poltica del go-

    bierno era innegable y su

    hegemona discursiva se pona de mani-

    esto en todos los aspectos del proceso

    poltico y legislativo, como en el debate y

    la aprobacin de la Ley contra el racismo

    y toda forma de discriminacin que puso

    en el tapete de discusin temas relativos

    a la libertad de expresin, supuestamen-

    te amenazada por dicha norma. Los pe-

    riodistas y los propietarios de medios de

    comunicacin realizaron protestas de di-

    versa ndole en defensa de la democra-

    cia denunciando tendencias totalitariasen el gobierno, una visin compartida por

    la oposicin poltica que conceba al MAS

    como una fuerza incontenible con ansias

    de someter todas las instituciones a su

    control. En las las del ocialismo la con-

    centracin de poder el poder total y la

    hegemona discursiva del MAS eran perci-

    bidos de manera positiva como parte de la

    gestacin de un Estado integral donde,

    supuestamente, se diluan las fronteras

    entre la sociedad civil y el gobierno que

    representa los intereses nacionales.

    Ambas lecturas contrastaban con la reali-

    dad puesto que la conducta electoral de la

    poblacin en abril de 2010 haba mostra-

    do cierto margen de autonoma de accin

    a la hora de orientar su voto por el ocia-

    lismo o por alguna alternativa municipal,

    sobre todo en las ciudades capitales de

    departamento. Asimismo, en el primer tri-

    mestre del 2010 se produjeron las prime-

    ras protestas de sectores sociales anes

    al gobierno, no obstante eran sectoriales

    o grupales y estaban focalizadas territo-rialmente, y la celebracin del 1 de mayo

    no tuvo la resonancia de aos anteriores

    como conmemoracin de la nacionaliza-

    cin y, ms bien, fue precedida por una

    convocatoria a la primera huelga general

    de la COB en cinco aos exigiendo ma-

    yores salarios.

    Estos antecedentes son necesarios para

    mirar los hechos del pasado diciembre

    como parte de un proceso y no como un

    evento desligado de las condiciones que

    explican su acontecer y su impacto polti-

    co. No obstante, esos hechos adquirieron

    gravedad propia por el carcter de la me-

    dida y la amplitud del rechazo

    popular. Los efectos polticos

    fueron avizorados los das del

    conicto por distintas voces

    de signo crtico y opositor algobierno: Su discurso se le

    vino abajo y toda su incapaci-

    dad de manejar la economa

    de este pas la traslad al

    pueblo (Vctor Hugo Crde-

    nas), Es la deslegitimacin

    del gobierno, porque esto es

    un desencanto nacional (F-

    lix Patzy), Puede generarse

    una espiral muy grande con

    un costo poltico importante

    para el gobierno (Samuel

    Doria Medina), El Gobierno

    perdi credibilidad, al igual

    que el presidente Evo Mora-

    les (Germn Antelo), es

    el inicio de su declinacin

    (Jorge Lazarte) un gran

    efecto poltico negativo para

    el gobierno del MAS (Jimena

    Costa), Con esa medida, Evo

    ya no gana las elecciones en

    Bolivia (Filemn Escbar).

    Esas apreciaciones se multi-

    plicaron y ahondaron despus

    de la abrogacin del DS 748

    porque no se mitigaron sus

    efectos negativos en la eco-noma popular. La sensacin

    de descrdito del gobierno se

    conrm con los resultados de varias en-

    cuestas que mostraron percepciones ne-

    gativas sobre el gobierno y el presidente

    en las ciudades del eje troncal y, tambin,

    porque sectores populares manifestaron

    su descontento debido al alza de precios

    en varios productos en la canasta familiar

    y en las tarifas de transporte pblico ge-

    nerando conictos a diversa escala y en

    varias ciudades. La atencin del gobierno

    se orient a la solucin de estos proble-

    mas tomando acciones en unos casos(importacin de azcar y venta a travs

    de EMAPA, con descrdito mayor para el

    gobierno) y sin iniciativas en otros casos

    (jacin de tarifas de transporte pblico,

    trasladada a los gobiernos municipales).

    De esta manera, la tarea del gobierno se

    desplaz hacia temas de carcter coti-

    diano y la poltica dej de ser un campo

    de confrontacin de proyectos de pas o

    espacio para la construccin de un nuevo

    Estado. La fase heroica de la transicin

    estatal dio paso a los desafos mundanos

    de la gestin pblica y a la satisfaccin de

    En armona contigo, Martina Noriega, acr/bayeta 0.76 x 0.51 m.

    6

  • 7/31/2019 Escenarios polticos post-gasolinazo

    4/8

    las necesidades cotidianas de la pobla-

    cin.

    Bajo estos criterios, evaluamos los cam-

    bios en el campo poltico y sus diversos

    contornos.

    CAMBIA TODO CAMBIA?

    Es preciso distinguir dos aspectos paraevaluar los efectos del gasolinazo: la

    fuerza poltica del gobierno y la imagen

    presidencial. Veamos. La fortaleza del go-

    bierno radica en el lazo del MAS con las

    organizaciones sociales que constituyen

    su principal sostn de apoyo electoral y

    de movilizacin poltica. La popularidad

    de Evo Morales se traduce en capacidad

    interpelatoria hacia otros segmentos po-

    blacionales, especialmente urbanos, que

    permite explicar no solamente su reelec-

    cin en primera vuelta sino la sensacin

    de certidumbre que proporciona al acae-

    cer poltico. En ambos casos, la fuerza desu liderazgo es un factor decisivo como

    elemento de cohesin interna de la coali-

    cin ocialista y de ampliacin de la legi-

    timidad gubernamental hacia la poblacin

    en general.

    Respecto a la relacin entre el MAS y los

    movimientos sociales, el procedimiento

    adoptado por el gobierno para la emisin

    del DS 748 fue distinto a los utilizados

    anteriormente para tomar decisiones im-

    portantes porque no realiz una consulta

    a las organizaciones agrupadas en CO-

    NALCAM el lazo orgnico entre gobierno

    y movimientos sociales, ni planic una

    accin de respaldo a la medida adoptada.

    Este comportamiento debilit la decisin

    gubernamental y provoc una disyuncin

    respecto a las organizaciones sociales.

    Despus de las protestas, y ante el riesgo

    de su proliferacin, se realizaron consul-

    tas a dos grupos signicativos, cocaleros

    y trabajadores mineros, y la respuesta no

    fue positiva. Los mineros del sector estatal

    desahuciaron una reunin de negociacin

    con ministros y anunciaron una marcha

    hacia la sede de gobierno. Los dirigentes

    cocaleros, en un ampliado de emergencia

    realizado en el trpico cochabambino con

    la presencia de Evo Morales, aceptaron el

    pedido presidencial de apoyar la medida

    gubernamental empero no garantizaron el

    acatamiento por parte de sus bases. Am-

    bas decisiones se produjeron en la tarde

    del 31 de diciembre de 2010 y, en la medi-

    da que se trataba de sectores que apoyan

    incondicionalmente al ofcialismo, el riesgode un incremento de las protestas en los

    primeros das de enero era inminente y su

    alcance imprevisto. Otros sectores socia-

    les, como los indgenas de tierras altas y

    los campesinos, manifestaron su rechazo

    a la medida a travs de dirigentes de CO-

    NAMAQ y CSUTCB denotando el malestar

    en las flas de las organizaciones afnes al

    gobierno: Pedimos al hermano Evo Mora-

    les revertir esta medida, caso contrario va-

    mos a tomar medidas de presin, porque

    nos han mentido, nos han hecho creer que

    la economa del pas est bien (Rafael

    Quispe, CONAMAQ). Este (gasolinazo) vaa desestabilizar, va a generar una convul-

    sin, nosotros vamos a pedir que se sub-

    vencione nuestros productos, o al sector

    campesino, para poder equilibrar y no estar

    sufriendo por ese incremento en el diesel y

    la gasolina (Rodolfo Machaca, CSUTCB).

    La decisin de abrogar el decreto en cues-

    tin respondi a ese estado de nimo en

    las organizaciones populares que apoyan

    al ofcialismo porque no solamente estaba

    en riesgo la implementacin de la medida

    econmica sino la estabilidad poltica por

    efecto de las protestas sociales que se en-

    flaban en contra del gobierno.

    Para evaluar las reacciones en el seno del

    ofcialismo es preciso insistir en la caracte-

    rizacin de las relaciones entre el partido

    de gobierno y los movimientos sociales

    como una coalicin inestable y exible,

    cuya composicin y accionar depende de

    los temas que estn presentes en el cam-

    po poltico y en la agenda gubernamental.

    Cuando estaba en juego una demanda de

    alta agregacin, como la aprobacin de la

    nueva CPE, la lucha contra el separatis-

    mo o la reeleccin de Evo Morales, esta

    Pedimos al hermano Evo Morales revertir esta

    medida, caso contrario vamos a tomar medidas

    de presin, porque nos han mentido, nos han

    hecho creer que la economa del pas est bien(Rafael Quispe, CONAMAQ).

  • 7/31/2019 Escenarios polticos post-gasolinazo

    5/8

    and miosa

    coalicin ocialista se ampliaba congre-

    gando a una diversidad de organizaciones

    sociales (campesinos, indgenas, mujeres

    campesinas, colonizadores, cooperativis-

    tas mineros, obreros, juntas vecinales,jubilados, entre otros) y sus integrantes

    actuaban de manera compacta bajo la

    conduccin del gobierno. As aconteci en

    la Asamblea Constituyente con el Pacto

    de Unidad como referente organizativo,

    y en otras coyunturas con CONALCAM

    como instancia supra organizacional. No

    obstante, una vez que se materializan las

    metas o reivindicaciones generales de

    carcter poltico pasan a primer plano las

    demandas de baja agregacin aquellas

    que expresan intereses sectoriales o cor-

    porativos y tienen que ver con la gestin

    pblica entonces, algunos grupos se ale-

    jan de la coalicin y esta pierde capacidad

    para actuar de manera ecaz y uniforme;

    se reduce a las organizaciones campesi-

    nas, aquellas vinculadas orgnicamente

    al MAS.

    Precisamente, el gasolinazo provoc el

    predominio de intereses corporativos y

    necesidades concretas de las bases sindi-

    cales, como asalariados y consumidores

    respecto a la adscripcin incondicional al

    proceso de cambio como consigna gene-

    ral. En anteriores situaciones se produje-

    ron desplazamientos o alejamientos mo-

    mentneos de organizaciones sindicaleso indgenas de la coalicin porque el MAS

    no canaliz sus pedidos por ejemplo, una

    mayor cantidad de circunscripciones espe-

    ciales solicitadas por el movimiento ind-

    gena, empero eso ni implic la adopcin

    de una postura contraria al gobierno. En

    el caso del gasolinazo se produjo el re-

    chazo generalizado de las organizaciones

    sociales excepto por parte de las tres orga-

    nizaciones campesinas CSUTCB, coloni-

    zadores y las Bartolinas que fueron el

    sustento de la formacin del instrumento

    poltico y conforman la base permanente

    de CONALCAM. Inclusive las organizacio-nes de cocaleros asumieron una postura

    ambigua pese a la conminatoria de Evo

    Morales que los convoc como vanguar-

    dia del proceso de cambio. El resto de las

    organizaciones cerraron flas en contra de

    la medida, sobresaliendo CONAMAQ, FE-

    JUVE y COR de El Alto, y la COB.

    Diciembre es la primera coyuntura en la

    que CONALCAM no tiene protagonismo

    y su fuerza organizativa y movilizadora

    se diluye ante la disyuntiva de apoyar o

    rechazar una decisin gubernamental.

    Es ms, algunos dirigentes de la COB y

    CSUTCB plantearon que la vigencia de

    este supra organismo haba concluido

    con la aprobacin de la CPE pese a que

    el gobierno vislumbraba un nuevo rol paraCONALCAM en la implementacin del

    Control Social. Otras organizaciones in-

    dgenas formularon la necesidad de esta-

    blecer un nuevo pacto entre el gobierno

    y los movimientos sociales para recon-

    ducir el proceso de cambio. En suma, el

    resultado fue el menoscabo de la capa-

    cidad del MAS para agruparlos bajo una

    conduccin centralizada y adscritos a las

    polticas gubernamentales.

    Con relacin a la imagen de la gura pre-

    sidencial, las consecuencias de la medida

    tienen que ver con las protestas sociales

    que se produjeron con mayor virulencia

    en El Alto, La Paz y Cochabamba, plazas

    fuertes del MAS en comparacin con otras

    circunscripciones, donde surgieron indi-

    tos estribillos de condena a Evo Morales

    con acusaciones de traicin y sometimien-

    to al neoliberalismo. Si bien estos centros

    urbanos dieron su voto por la aprobacin

    de la nueva CPE y la reeleccin presiden-

    cial, en las elecciones municipales de abril

    de 2010, el MAS obtuvo votaciones infe-

    riores al 40% en esas ciudades, donde el

    MSM y UN lograron importante votacin.

    Es decir, se trata de un electorado citadi-

    no que distingui entre su voto por EvoMorales en diciembre de 2009 y su voto

    municipal en abril de 2010, escasamente

    favorable al MAS en Cochabamba y El

    Alto y de apoyo mayoritario al MSM en La

    Paz. Entonces, al momento de evaluar el

    impacto del DS 748, la ciudadana volvi a

    demostrar su autonoma de accin a partir

    de un clculo racional de los efectos del

    gasolinazo, es decir, no intervinieron ele-

    mentos ideolgicos para denir el compor-

    tamiento de la gente respecto a la medida

    gubernamental. La creencia de que se tra-

    ta de bastiones masistas es errnea por-

    que se toma en cuenta la totalidad de lavotacin departamental, cuando las cifras

    de comportamiento electoral en las capita-

    les muestra una realidad distinta. En todo

    caso, la reaccin de los pobladores de El

    Alto frente al gasolinazo ilustra de mane-

    ra ntida el grado de descontento popular.

    Otro elemento importante es que en estas

    ciudades actan fuerzas polticas que no

    forman parte de la oposicin convencio-

    nal, aquella asociada al ex CONALDE y

    al movimiento cvico regional de la media

    luna. Son organizaciones polticas que

    actan como rivales del MAS no sola-

    mente como opositores, porque disputan

    el centro del campo discursivo ocupado

    por el MAS. En primer lugar, el MSM que

    controla los recursos de poder de la alcal-da pacea y es la segunda fuerza elec-

    toral a nivel nacional, y secundariamente

    UN que obtuvo importantes votaciones en

    El Alto y Cochabamba. Esto no implica

    como denunci el ocialismo que estas

    fuerzas polticas orquestaron las protes-

    tas, simplemente le proporcionaron cierta

    capacidad organizativa y de movilizacin

    sobre la base de un descontento generali-

    zado respecto al gobierno y al presidente.

    En esa medida no resulta casual que los

    datos de encuestas realizadas con poste-

    rioridad al gasolinazo muestren una fuer-

    te cada de la popularidad de Evo Morales

    la cifra ms baja en 60 meses al mando

    del gobierno con una aprobacin de 36%

    y un rechazo de 56% a nivel nacional,

    cuando un ao antes esa muestra pobla-

    cional apoyaba al presidente en 70% y lo

    desaprobaba apenas en 25%. En las ciu-

    dades en las que se dieron las protestas

    ms graves, los datos muestran que La

    Paz desaprueba a Evo Morales con 51%

    y Cochabamba con 61% mientras que en

    El Alto se mantiene una opinin favorable

    pero preocupante de 51%, porque la ten-

    dencia dominante es el descenso de la

    popularidad del presidente (ver Cuadro 1),una imagen antes inmune a los vaivenes

    de la coyuntura poltica (Informe de Opi-

    nin Bolivia, enero 2011, Ipsos APOYO).

    En suma, el costo poltico del gasolina-

    zo tiene doble connotacin para el MAS

    porque afecta la consistencia de la base

    social de apoyo orgnico al partido de

    gobierno y, por primera vez, menoscaba

    seriamente la popularidad del presidente.

    Por lo tanto, el ocialismo enfrenta desa-

    fos que tienen que ver, en el corto pla-

    zo, con la recomposicin de la coalicin

    de apoyo al partido de gobierno y, en elmediano plazo, con la restitucin de la

    conanza en la gura presidencial ante

    los ojos del electorado urbano. El primer

    desafo tiene carcter perentorio para el

    MAS porque es un requisito para encarar

    con xito cualquier plan gubernamental,

    en cambio, la recuperacin de la imagen

    presidencial depende de los rditos de la

    ejecucin de polticas pblicas durante los

    prximos aos, as como de un giro en su

    estilo de conduccin y, particularmente,

    en sus relaciones con los adversarios del

    gobierno. Por lo pronto, la nueva postura

    8

  • 7/31/2019 Escenarios polticos post-gasolinazo

    6/8

    and miosa

    adoptada por Evo Morales respecto a la

    demanda martima es una apuesta que

    tiene connotaciones evidentes sobre este

    tema con el riesgo que implica su trata-

    miento para la imagen de un presidente.

    Bajo estos criterios, es evidente que la

    conguracin del campo poltico presenta

    ciertas transformaciones, tal vez la ms

    importante tiene que ver con la merma de

    la capacidad hegemnica del MAS.

    PODER O HEGEMONA?

    Es preciso advertir que no se ha modica-

    do la distribucin de recursos de poder de

    carcter institucional, estos siguen con-

    centrados en el partido de gobierno, sin

    embargo se han puesto de maniesto los

    lmites de la capacidad hegemnica del

    MAS. Este partido controla la Asamblea

    Legislativa Plurinacional y la mayora de

    las asambleas departamentales y conce-

    jos municipales, sin embargo, los conic-

    tos derivados del gasolinazo han tras-

    cendido esos mbitos legislativos y se han

    trasladado a las calles como escenario de

    manifestacin del descontento ciudadano

    contra el gobierno. Las semanas poste-

    riores a la abrogacin del DS 748, las ca-

    lles fueron el espacio de presin, pugna

    y enfrentamientos entre usuarios y chofe-

    res, entre comerciantes y consumidores,

    tambin de negociacin y acuerdo entrejuntas vecinales y transportistas, ante la

    parlisis del gobierno cuya autoridad fue

    puesta en entredicho.

    El cuestionamiento a las decisiones del

    gobierno y la conducta de la gente en las

    ltimas semanas puso en evidencia un

    debilitamiento de la capacidad hegem-

    nica del MAS. Para explicar este aserto

    es preciso tomar en cuenta que el MAS

    inici su segunda gestin gubernamental

    dominando el centro del espacio de dis-

    cursividad poltica mediante la articulacin

    de nacionalismo e indigenismo, ejes dis-cursivos que ordenan el campo poltico.

    El nacionalismo se tradujo en el retorno

    del Estado como protagonista de la eco-

    noma. La nacionalizacin de los hidro-

    carburos implic un cambio en la relacin

    entre el Estado y las empresas extranjeras

    para responder a promesas de bienestar

    econmico que se materializaron a travs

    de bonos con recursos provenientes del

    sector de hidrocarburos. Esa era la cara

    redistributiva de la nacionalizacin, empe-

    ro su sostenibilidad dependa y depende

    de la apuesta gubernamental a la inver-

    sin e industrializacin donde los avances

    fueron magros porque el sector de hidro-

    carburos debi convertirse en el motor

    del desarrollo y sostn de la estabilidad

    econmica. En esa medida, el gasolina-

    zo aparece como una suerte de negacin

    de la nacionalizacin la propia palabra es

    sinnimo de neoliberalismo y con este

    giro en la poltica econmica se ha debili-

    tado uno de los ejes del discurso del MAS

    que le permiti dominar el campo poltico.La aceptacin de la necesidad de inver-

    sin extranjera en mejores condiciones a

    las actuales es una muestra de realismo

    que busca un punto de equilibrio entre

    Estado y mercado, empero es una actitud

    que contradice la prdica anti neoliberal

    del gobierno. Esta inexin discursiva de-

    bilita la hegemona del MAS porque su in-

    terpelacin nacionalista ya no es verosmil

    para justicar sus decisiones y abre la po-

    sibilidad a crticas y cuestionamientos al

    gobierno desde posiciones de izquierda,

    tanto partidistas como sindicales.

    Respecto al indigenismo, la CPE muestra

    el carcter irreversible de la inclusin de

    las demandas e identidades campesinas

    e indgenas pese a que lo plurinacional y

    comunitario del nuevo Estado es ms re-

    trica que armazn institucional. En esta

    fase de transicin post constitucional, la

    descolonizacin es un elemento discursi-

    vo comn en las leyes y en las polticas

    pblicas como una expresin normativa

    del indigenismo y adquiere similar im-

    portancia que el anti neoliberalismo en el

    discurso gubernamental. En este tema, el

    MAS no tiene competidores en el campo

    poltico y ante el debilitamiento de su ima-

    gen antineoliberal, el partido de gobierno

    se aferra al argumento de la descoloniza-

    cin para cuestionar a sus adversarios y lo

    traduce en una supuesta denuncia: quie-

    ren sacar del poder a los indios. Adems,este tema refuerza la idea del protagonis-

    mo incuestionable de Evo Morales en la

    conduccin del proceso de cambio por-

    que su presidencia es la constatacin fc-

    tica de la descolonizacin.

    En otras palabras, ante el debilitamiento

    del eje nacionalismo (antineoliberalismo)

    el discurso del MAS se apoya en el eje

    indigenismo (descolonizacin), no obs-

    tante esto conlleva una reduccin de su

    radio de interpelacin y, por ende, de su

    capacidad hegemnica. Debido a esta si-

    tuacin, el gobierno acude a la estrategia

    de concertar con los movimientos sociales

    cualquier medida relativa a los precios de

    los hidrocarburos. Tambin, como sucede

    desde el 23 de marzo, enarbola la reivin-

    dicacin martima como nuevo elemento

    discursivo que refuerza su posicin en el

    eje nacionalismo, restituyendo una de-

    manda de alta agregacin en el campo

    poltico con posibilidades de convocar in-

    clusive a detractores y opositores bajo su

    conduccin.

    Precisamente, la decisin gubernamental

    de plantear la demanda martima en tribu-

    nales internacionales ante la ausencia deun compromiso formal por parte de Chile

    despus de cinco aos de dilogo bilateral,

    es un intento de modicar la agenda pol-

    tica hasta hace poco centrada en temas

    econmicos con fuerte nfasis en cares-

    ta, especulacin, tarifas y salarios. Antes

    del gasolinazo, la agenda gubernamen-

    tal estaba marcada por la implementacin

    de la CPE mediante leyes y reglamentos

    que denan la labor legislativa y la elabo-

    racin de polticas pblicas. Despus del

    gasolinazo, la labor gubernamental se

    concentr en el enfrentamiento a los efec-

    tos de esta medida para paliar el malestaren la poblacin. Su desempeo era con-

    fuso porque mostraba cierta parlisis para

    enfrentar algunos problemas (por ejem-

    plo, en el tema de tarifas del transporte

    pblico), un retroceso en sus visiones de

    la economa (la importacin de azcar

    para combatir la especulacin) y dicul-

    tades para convencer a los trabajadores

    de su propuesta de incremento salarial.

    En estas circunstancias, el tema martimo

    aparece como un elemento que tiende a

    desplazar la crisis econmica como tema

    central en el debate pblico. Adicional-

    En esa medida, el

    gasolinazo aparece

    como una suerte de ne-

    gacin de la naciona-lizacin la propia pa-

    labra es sinnimo de

    neoliberalismo y con

    este giro en la poltica

    econmica se ha debi-

    litado uno de los ejes

    del discurso del MAS

    que le permiti domi-

    nar el campo poltico.

    9

  • 7/31/2019 Escenarios polticos post-gasolinazo

    7/8

    and miosa

    mente, este asunto tambin le proporcio-

    na al MAS una respuesta a la prdida de

    popularidad del presidente, un elemento

    clave de la estrategia ocialista con miras

    a los comicios de 2014, una estrategiacentrada en la reeleccin de Evo Morales

    como factor que asegure la continuidad

    del proceso de cambio

    CAMBIA, ALGO CAMBIA

    Despus del gasolinazo no se ha con-

    gurado un nuevo escenario poltico por-

    que se mantiene la correlacin de fuerzas

    en el mbito institucional de la poltica. Lo

    que ha cambiado es la fortaleza poltica

    y la capacidad hegemnica del partido de

    gobierno, empero, tambin se modic el

    espacio de la oposicin, en particular de-

    bido al lugar que ocupa el MSM desde los

    comicios de abril de 2010 previa ruptu-

    ra de su acuerdo con el MAS y por su

    comportamiento en torno al gasolinazo.

    Un comportamiento que tiene que ver con

    la disponibilidad de recursos de poder ins-

    titucionales que provienen de su control

    de la alcalda pacea y de su presencia

    en la arena parlamentaria aunque con

    una bancada reducida, y una capacidad

    organizativa como partido que contrasta

    con la debilidad de otras organizaciones

    polticas, como UN que no tiene cuadros

    polticos o Convergencia Nacional PPB-

    CN que carece de liderazgo. Asimismo,este partido tiene posibilidades de desple-

    gar una estrategia discursiva de disputa al

    MAS porque comparte elementos ideol-

    gicos con el partido de gobierno y, merced

    al gasolinazo, incursion en el espacio

    informal de la calle, una opcin vetada a

    la mayora de las organizaciones polticas

    y casi una prerrogativa del MAS.

    Al respecto, es pertinente establecer una

    distincin entre rivales y opositores al

    MAS. El MSM y otras fuerzas polticas de

    izquierda (como Alianza Social en Potos)

    emergieron como rivales del partido degobierno en los comicios municipales de

    abril siendo victoriosos en la zona occi-

    dental del pas incorporando matices en

    un escenario poltico antes dividido, inclu-

    sive territorialmente, entre occidente pro

    masista y media luna opositora. No son

    fuerzas opositoras convencionales porque

    actan dentro los parmetros discursivos

    del MAS y su crtica se dirige a cuestio-

    nar el estilo de conduccin gubernamen-

    tal y la orientacin de la reforma estatal

    pero sin poner en entredicho el proceso

    de cambio. El MSM incide en la perso-

    nalizacin de la conduccin de la gestin

    gubernamental y critica el liderazgo de

    Evo Morales como uniquismo, cuestio-

    na el funcionamiento autoritario del MAS

    por ausencia de democracia interna y lacooptacin de organizaciones sociales, es

    decir, enjuicia el estilo de gobierno, no el

    nuevo ordenamiento estatal.

    En una posicin intermedia se sita UN

    puesto que su accionar no estuvo subor-

    dinado al movimiento cvico regional en el

    pasado y mantiene una posicin de recha-

    zo al MAS, empero, sin posibilidades de

    situarse en algunos de los ejes discursivos

    dominantes (nacionalismo e indigenismo)

    para disputar su hegemona o rivalizar con

    otras fuerzas de oposicin. Esta carencia

    de perspectiva estratgica le proporciona

    cierto margen de accin exible, empero

    sus posturas frente a temas de coyuntura

    carecen de ecacia porque no dispone de

    recursos de poder institucionales, su ban-

    cada parlamentaria es irrelevante y care-

    ce de capacidad para reclutar o movilizar

    a sus seguidores.

    Los opositores convencionales siguen

    siendo las fuerzas polticas que rechazan

    todas las iniciativas y decisiones del MAS

    y se amparan en un discurso que apunta a

    cuestionar no solamente la legitimidad sino

    la calidad democrtica de las acciones gu-

    bernamentales. Actan en un eje discursi-vo marcado por la antinomia democracia/

    totalitarismo o repblica/Estado Plurinacio-

    nal, en un extremo, y la antinomia estatis-

    mo/neoliberalismo o centralismo/autono-

    ma, en otro extremo. En esta posicin se

    sitan las agrupaciones regionales del ex

    CONALDE y la coalicin PPB-CN. Algunas

    autoridades fueron reelectas, no obstante

    los gobernadores no son protagonistas en

    la arena poltica nacional, por su parte, la

    bancada de PPB-CN tiene un comporta-

    miento errtico y sufre divisiones internas.

    En la actualidad, el MSM es un rival del

    MAS no solo por los elementos menciona-dos es la segunda fuerza poltica nacio-

    nal y tiene recursos de poder instituciona-

    les y estrategia discursiva sino porque su

    confrontacin con el gobierno se extendi

    a otros planos de accin, entre ellos el

    judicial puesto que existen acusaciones

    contra el alcalde Luis Revilla y el ex alcal-

    de Juan del Granado. La participacin de

    autoridades y militantes del MSM en las

    marchas de protesta en las ciudades de

    La Paz y El Alto proporcionaron mayor

    protagonismo a este partido y provoca-

    ron acusaciones ocialistas de organizar

    MeconocesII,

    Ma

    rtinaNoriega,acr/lienzo1.0

    0x0.2

    5m.

    10

  • 7/31/2019 Escenarios polticos post-gasolinazo

    8/8

    and miosa

    actos violentos antigubernamentales.

    Adems, el MSM marc una posicin dis-

    tinta a otros actores polticos al sugerir la

    realizacin de un referndum sobre el DS

    748. El argumento esgrimido tena el tonoconvencional del discurso de izquierda y

    un objetivo adicional de esa propuesta era

    poner en evidencia la prdida de populari-

    dad del presidente: El MSM quiere que el

    Presidente gobierne los prximos cuatro

    aos que le queda pero que le consulte

    a la gente. Basta de gasolinazos a espal-

    das a la gente, basta de decretazos, basta

    de atentados en navidad contra la gente.

    Presidente convoque a referendo para

    ver si se queda el gasolinazo. Adems,

    este partido apuntaba a la correccin de

    la medida con el argumento de reconducir

    el proceso de cambio distorsionado por

    el MAS: nuestros dirigentes no cesarn

    en su denuncia y oposicin a las polticas

    anti populares del Gobierno y el progre-

    sivo extravo y traicin del proceso de

    cambio y transformaciones (http://www.

    eldeber.com.bo/2011/2011-01-06/vernota-

    ahora.php?id=110106154603).

    La reaccin del MAS fue incluir al MSM

    entre las fuerzas de derecha y compa-

    rar sus acciones de protesta con las de

    la oposicin cvico-regional de la media

    luna para debilitar su capacidad interpe-

    latoria.

    A MANERA DE COLOFN

    La fase post gasolinazo muestra ciertos

    cambios en el campo poltico porque se

    debilit la fortaleza del partido de gobierno

    y la imagen presidencial. El MAS enfren-

    ta desafos de carcter orgnico porque

    tiene que encarar la recomposicin de la

    coalicin entre el gobierno y los movimien-

    tos sociales, tambin tiene desafos de

    carcter discursivo y simblico dirigidos a

    recuperar la popularidad del Evo Morales,

    un objetivo a mediano plazo que depen-

    de de la ecacia de las polticas guberna-mentales, principalmente en la economa.

    Para encarar ambas tareas el partido de

    gobierno dispone de recursos de poder

    institucionales que se mantienen intactos

    porque no se han producido mayores mo-

    dicaciones al respecto. Lo que se ha de-

    bilitado es su capacidad hegemnica y la

    credibilidad ciudadana en su discurso, un

    discurso disminuido en su faceta naciona-

    lista por efecto, precisamente, del gasoli-

    nazo que fue percibido como una mues-

    tra de incumplimiento de las promesas de

    la nacionalizacin de los hidrocarburos.

    Una respuesta indirecta a esta situacin

    fue la iniciativa presidencial en torno a la

    demanda martima porque le permite for-

    talecer su conviccin nacionalista y con-

    vocar a sus aliados, tambin a sus detrac-tores, e interpelar a la ciudadana con una

    demanda de alta agregacin bajo la direc-

    triz del gobierno. Una apuesta dirigida a

    recuperar la imagen de Evo Morales, cuya

    popularidad es un requisito para continuar

    la estrategia ocialista de continuidad del

    proceso de cambio mediante su reelec-

    cin presidencial en los comicios de 2014.

    Otro cambio en el campo poltico se ree-

    re a la modicacin del espacio opositor,

    antes ocupado nicamente por fuerzas

    polticas contestatarias al MAS, ancadas

    principalmente en lo regional. La oposi-

    cin convencional cuestionadora del na-

    cionalismo y del indigenismo como ejes

    que forman el discurso poltico y el pro-

    yecto estatal del MAS perdi fuerza en el

    transcurso de 2010, excepto en el caso de

    UN que no form parte de la coalicin opo-

    sitora liderizada por CONALDE que, en di-

    ciembre de 2009, apoy la candidatura de

    Reyes Villa. En los comicios de abril de

    2010 se produjo la emergencia del MSM

    como partido rival del ocialismo despus

    de la ruptura de su alianza con el MAS y al

    constituirse en la segunda fuerza electoral

    a nivel nacional, aunque muy distante del

    partido de gobierno.

    Este partido se sita en un lugar similar

    al MAS porque no rechaza el proceso decambio pero cuestiona el estilo de con-

    duccin gubernamental y la orientacin de

    las polticas pblicas y de la implementa-

    cin de la nueva CPE. Adquiri mayor pro-

    tagonismo por su participacin en las pro-

    testas contra el gasolinazo merced a que

    dispone de ciertos recursos de poder insti-

    tucionales y capacidad organizativa como

    partido, asimismo, puede desplegar una

    estrategia discursiva basada en la crtica

    al giro en la visin econmica del gobierno

    como un retroceso en la nacionalizacin

    del sector de hidrocarburos. Las restantes

    fuerzas de la oposicin no han fortalecido

    su posicin porque tienen escasos recur-

    sos de poder y carecen de estrategia dis-

    cursiva y propuesta poltica para disputar

    el centro del campo poltico.

    Fernando Mayorga

    es Director General

    del CESU - UMSS

    Aprobacin de Evo Morales comoPresidente de la Repblica

    total eje troncal

    Aprueba Desaprueba No precisa

    Cuadro 1

    100

    90

    80

    7060

    50

    40

    30

    20

    10

    0

    %

    E F V A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E

    5355

    46

    53 5457 57 5756 56

    49 50

    60 60

    6670

    64 62

    5552

    49

    54

    48

    36

    43 43 4341 41 41 40 40

    3634 34

    29 30

    25

    39

    44 4441

    4547 47

    56

    40 40

    4948

    4 4 3 3 345

    26 6 6 6 65 5 5

    7 7 85 54 4 4 4

    Base: Total de entrevistados (1.028)

    11