esanut 2011 - 2013

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esanut-2011-2013-2bis Encuesta en salud Y nutrición realizada por el Ministerio de Salud Pública del Ecuador.

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  • AutoridadesCarina Vance Ministra de Salud Pblica David Chiriboga Ex-Ministro de Salud PblicaJos Rosero Director Ejecutivo del INECByron Villacs Ex-Director Ejecutivo del INEC

    Autores1Wilma B. FreireMara Jos RamrezPhilippe BelmontMara Jos MendietaKatherine M. SilvaNatalia RomeroKlver SenzPamela PieirosLuis Fernando GmezRafael Monge

    Instituciones participantesMinisterio de Salud PblicaInstituto Nacional de Estadstica y Censos

    FotografaUnicef - MSPFotografa portada: Unicef/Ecuador/2008-S024/Manuel Avils

    Se prohbe su reproduccin total o parcial sin autorizacin del Ministerio de Salud Pblica. Todos los derechos reservados. Prohibida su venta. El documento se puede resear, resumir, citar o traducir parcialmente, con el debido crdito a los autores.

    El resumen ejecutivo del TOMO I fue elaborado por: Wilma B. Freire, Carlos Larrea, Ana Larrea, Roberto Montoya, Mara Jos Ramrez y Katherine Silva.

    Citacin recomendada: Freire W.B., Ramrez MJ., Belmont P., Mendieta MJ., Silva MK., Romero N., Senz K., Pieiros P., Gmez LF., Monge R. 2013. RESUMEN EJECUTIVO. TOMO I. Encuesta Nacional de Salud y Nutricin del Ecuador. ENSANUT-ECU 2011-2013 Ministerio de Salud Pblica/Instituto Nacional de Estadstica y Censos. Quito, Ecuador.

    No. de Derecho de autor: 042816ISBN-978-9942-07-524-6

    Primera Edicin Impreso en Quito, Ecuador 2013

    Con el apoyo de:

    1Excepto el primer nombre, quien es de la autora principal de la investigacin y responsable de todo el informe, el orden de los autores se seleccion al azar.

  • Presentacin

    Agradecimientos

    I. INTRODUCCIN

    II. ACCESO A SERVICIOS BSICOS Y NIVEL DE INSTRUCCIN DEL JEFE(A) DEL HOGAR Y DE LA MADRE

    III. PRCTICAS DE LACTANCIA MATERNA Y ALIMENTACIN COMPLEMENTARIA

    IV. ESTADO NUTRICIONAL A PARTIR DE INDICADORES ANTROPOMTRICOS

    V. CONSUMO ALIMENTARIO

    VI. ESTADO DE DFICIT Y EXCESO DE MICRONUTRIENTES

    VII. FACTORES DE RIESGO EN POBLACIN DE 5 A 59 AOS

    VIII. ACTIVIDAD FSICA Y SEDENTARISMO

    IX. APROXIMACIN A ENFERMEDADES CRNICAS CARDIOMETABLICAS NO TRANSMISIBLES

    X. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

    Bibliografa

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    NDICE

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    El Ministerio de Salud, en su compromiso de proteger la salud de la poblacin del pas, debe tener como respaldo la evidencia cientfica y la informacin ms confiable y actualizada sobre la situacin de salud de los ecuatorianos. Con este propsito el Ministerio de Salud, conjunta-mente con el Instituto Nacional de Estadstica y Censos, se comprometi llevar a efecto una encuesta nacional que actualice los datos de la situacin nutricional de la poblacin, que re-coja datos sobre la salud sexual y reproductiva y que investigue los factores de riesgo de las enfermedades crnicas ms prevalentes. Esta informacin servir de base al diseo de po-lticas pblicas, estrategias y programas que protejan a toda la poblacin.

    La Encuesta, denominada Encuesta Nacional de Salud y Nutricin ENSANUT-ECU, objeto de este informe, se realiz desde el 2011 al 2013. Su diseo muestral, permite extrapolar los datos al nivel nacional, subregional, por zo-nas de planificacin por condicin social, por rangos de edad, por etnia y por sexo, ofrecien-do un panorama de la dimensin de los pro-blemas estudiados y sus determinantes, con

    lo cual facilita analizar las respuestas sociales que deben plantearse a cada uno de los pro-blemas investigados.

    Con la informacin de la ENSANUT-ECU se puede hacer un balance riguroso, confiable y oportuno del desempeo del sector social y del sector salud, con lo cual se pueden evaluar los logros de las polticas de salud y sociales. Tambin da luces sobre los vacos que quedan por llenar para alcanzar el sistema de salud que el pueblo ecuatoriano se merece.

    Por ello es imprescindible que junto a los li-neamientos de poltica, vaya la informacin cientfica confiable y actualizada para que las decisiones que se tomen tengan el sustento del conocimiento. De all el compromiso del Ministerio de Salud, y del Instituto de Estads-tica y Censos, de generar informacin confia-ble que guie las estrategias de comunicacin basadas en las ciencias del comportamiento, que garantice y fortalezca los niveles de ca-lidad de los programas de atencin primaria, que refuerce los programas de promocin de la salud y las acciones de atencin al nivel

    PRESENTACIN

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    hospitalario, adems de que ofrezca informa-cin a la poblacin para que se empodere de sus derechos y contribuya, con el cambio del comportamiento, a mejorar su propia salud.

    Pero adems, los datos que arroja la ENSA-NUT-ECU, permiten profundizar el anlisis de los problemas estudiados y son la base para generar otras investigaciones que respondan al constante cambio epidemiolgico y nutricional de toda la poblacin.

    El trabajo de un equipo de investigacin y tcni-cos ha permitido recoger la evidencia cientfica

    y convertir los datos en una herramienta funda-mental para la toma de decisiones.

    La ENSANUT-ECU ha sido un importante ejer-cicio acadmico con el cual el Gobierno hace su rendicin de cuentas a la poblacin y a la comunidad cientfica nacional e internacional.

    Carina Vance MINISTRA DE SALUD PBLICA

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    Hace 27 aos se realiz la Encuesta Nacional de la Situacin Alimentaria, Nutricional y de Salud de la Poblacin Ecuatoriana del Menor de Cinco Aos- DANS-1988. Hace nueve aos se realiz la Encuesta Demogrfica y de Sa-lud Materna e Infantil ENDEMAIN, 2004 y en el 2010-2011 se realiz, por primera vez, el estudio de las condiciones de bienestar, en-vejecimiento y salud de la poblacin de per-sonas adultas mayores. La DANS, necesitaba actualizarse al igual que la ENDEMAIN y por fin contbamos con datos recientes sobre la poblacin de personas adultas mayores; pero conocamos muy poco de las condiciones de salud de los escolares, adolescentes y adultos. Sabamos tambin por datos parciales, que el panorama epidemiolgico haba cambiado en el pas, acorde con procesos de urbanizacin, con los cambios en los estilos de vida, en los patrones alimentarios, en el incremento del se-dentarismo y la inactividad; patrones que has-ta hace aos parecan lejanos a la poblacin ecuatoriana, pero que se empezaron a reflejar en los cambios observados en la morbilidad y mortalidad de la poblacin.

    Este panorama no fue ajeno a las autoridades de salud, quienes desde el primer momento concibieron la importancia de actualizar los

    datos de la situacin de salud y nutricin de la poblacin ecuatoriana. En su turno, el Dr. David Chiriboga, en calidad de Ministro de Salud, identific como una de sus priorida-des, la ejecucin de una encuesta nacional, y bajo sus directrices se concibi y dise el protocolo de investigacin. Con la misma vi-sin, compromiso, y total respaldo, la Ministra de Salud, Mgs. Carina Vance, comprometi todo su apoyo a la ejecucin de la encuesta, as como el Dr. Miguel Malo, en su calidad de Viceministro. Sin el compromiso de ellos este estudio jams se habra realizado, con la rigu-rosidad que se requera para su validez tanto al nivel nacional como internacional.

    El INEC, como rgano rector del Sistema es-tadstico Nacional y como tal, responsable de normar, planificar, dirigir y coordinar las activi-dades estadsticas del pas, se comprometi desde el inicio de la negociacin, a ser parte de este enorme proyecto. Gracias a su coparti-cipacin se cont con un equipo tcnico en los diferentes niveles que tambin hizo posible la realizacin de la Encuesta. Pero adems hubo otros actores; el equipo tcnico que acompa- en toda la fase del operativo de campo, el equipo de asesores nacionales quienes res-pondieron a nuestros pedidos con prontitud y

    AGRADECIMIENTOS

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    calidad tcnica, en particular al Dr. Jorge Ga-bela y la Mgs Stephanie Gabela que revisaron los captulos de aproximacin a enfermedades crnicas y de lactancia materna, respectiva-mente; a la Mgs. Mara del Carmen Gangotena que se hizo cargo de la capacitacin del equi-po tcnico en tcnicas de antropometra. Los asesores internacionales que pudieron acom-paarnos gracias al apoyo de la OPS, UNICEF y el UNFPA, Drs. Luis Fernando Gmez, Ra-fael Monge, Alicia Carriquiry, Teresa Shamah, Salvador Villalpando, Ignacio Mndez, Omar Dary, Erick Boy, Chessa Lutter, con quienes, adems de haber contado con su presencia, fue posible mantener un contacto permanente, en los das y horas requeridos, gracias al de-sarrollo de la tecnologa informtica.

    Gracias tambin al equipo tcnico que ha estado hasta el final de proyecto, como res-ponsable y co-autor del informe; sin el cual no habra sido posible mantener la rigurosidad cientfica que este tipo de estudios demanda.

    Tambin debe mencionarse al laboratorio que particip en el estudio bajo la direccin del Dr. Luis Narvez, quienes con un excelente nivel tcnico se aseguraron que cada una de las fa-ses de recoleccin de muestras hasta el an-lisis y posterior registro se haga con el mayor celo posible para garantizar la calidad de los datos. A los colegas del Ministerio de Salud que en los momentos que solicitamos su apo-yo, siempre estuvieron prestos a ofrecernos.

    Finalmente, no puede dejarse de mencionar a las madres, padres, personas adultas, adoles-centes, jvenes, nios y nias que participaron en el estudio, compartiendo con nosotros sus vivencias, sus saberes, sus alegras y tristezas, durante la entrevista.

    Wilma B. FreireINVESTIGADORA PRINCIPAL

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    En 1986, el Diagnstico de la Situacin Alimen-taria, Nutricional y de Salud de la poblacin ecuatoriana menor de 5 aos -DANS- revel la existencia de elevadas tasas de emaciacin (desnutricin aguda; bajo peso para la talla), bajo peso (desnutricin global; bajo peso para la edad) y retardo en talla (desnutricin crnica; baja talla para la edad), as como de-ficiencias especficas de micronutrientes, en particular deficiencia de hierro y zinc, en los menores de 5 aos (Freire et al., 1988).

    Transcurridos 27 aos desde el levantamiento del DANS, y ante la necesidad de contar con informacin actualizada sobre el estado nutri-cional y alimentario de la poblacin ecuatoria-na, as como sobre las prcticas de lactancia materna y alimentacin complementaria, y la situacin de enfermedades crnicas no tras-misibles y de actividad fsica, el Ministerio de Salud Pblica y el Instituto Nacional de Esta-dstica y Censos -INEC- se propusieron reali-zar la Encuesta Nacional de Salud y Nutricin (ENSANUT-ECU), la cual recoge informacin relevante en la poblacin menor de 60 aos, considerando la diversidad geogrfica, demo-grfica, tnica, social y econmica del pas, con el fin de conocer los problemas de salud y nutricin durante el ciclo de vida.

    Este resumen ejecutivo presenta los resulta-dos relevantes de la ENSANUT-ECU referentes a las prcticas de lactancia materna y alimen-tacin complementaria; el estado nutricional a partir de indicadores antropomtricos y bioqu-micos; la situacin del consumo de alimentos; los factores de riesgo de enfermedades cr-nicas; la actividad fsica y el sedentarismo de la poblacin urbana, y la aproximacin a las enfermedades crnicas ms prevalentes; as como los factores de riesgo relacionados al consumo de tabaco, alcohol y alimentos poco saludables.

    La encuesta se efectu entre los aos 2011 y 2013. El diseo de la muestra fue probabils-tico, estratificado, trietpico y por conglome-rados. Cada provincia se dividi por estratos urbano y rural, y adicionalmente se definieron dos estratos urbanos para Quito y Guayaquil, sumando 50 dominios. En una primera etapa, entre reas urbanas y rurales de cada provin-cia se seleccionaron 64 sectores censales por probabilidad proporcional al tamao (PPT), definidos por el nmero de viviendas ocupa-das. En cada uno de los sectores censales seleccionados, se preseleccionaron 19 vivien-das, que fueron enlistadas, para una seleccin final de 12 viviendas. Finalmente, en cada una

    1. INTRODUCCIN

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    de las viviendas seleccionadas, se escogi por muestreo aleatorio simple, segn la com-posicin del hogar, a una mujer en edad frtil, y a una persona por cada grupo de edad, con ajustes segn el diligenciamiento de los cues-tionarios. El cuestionario que recoge informa-cin general fue aplicado a todos los indivi-duos del hogar. En una submuestra del 50%, se tomaron muestras de sangre y orina para la medicin de biomarcadores y se aplic una encuesta de consumo alimentario con la me-todologa de Recordatorio de 24 horas (R24h).

    El diseo de la muestra permite que el anli-sis de los datos tenga representatividad al nivel nacional, por zonas de planificacin, subregio-nes (Costa urbana, Costa rural, Sierra urbana, Sierra rural, Amazona urbana, Amazona rural, Galpagos, ms Quito y Guayaquil), quintiles econmicos, grupos tnicos (indgenas, afro-ecuatorianos, montubios y mestizos, blancos y otros) y rangos de edad; en algunos indica-dores la representatividad llega hasta el nivel provincial.

    El tamao de la muestra se calcul consi-derando un nivel de confianza del 95%, y se corrigi asumiendo una tasa de no respues-ta del 20%, con ajustes efectuados directa-mente en los mtodos de seleccin de las viviendas. Se encuest a un total de 19 949 viviendas ocupadas y 92 502 individuos. Para la evaluacin del consumo alimentario, as como de los anlisis bioqumicos, se efectu un submuestreo de viviendas del 50% de la muestra total.

    Los factores de expansin se calcularon con base en la poblacin de referencia del Censo de Poblacin y Vivienda del 2010 (INEC, 2010). Se aplic un procedimiento de postestratifica-cin (raking) empleando las proyecciones de-mogrficas de poblacin al 2012 realizadas por el INEC. Esto permite integrar los factores de expansin para que los totales marginales se adecuen con los totales observados en la poblacin.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 12Fotografa: MCDS

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    El acceso a los servicios bsicos en la pobla-cin ecuatoriana es heterogneo y en gran medida depende del lugar de residencia, as como del grupo tnico y del quintil econmico al que pertenece la poblacin. Lo que se des-prende de este anlisis es que, al comparar estos datos con los obtenidos en la encuesta DANS (Freire et al., 1988), se observa un me-joramiento sustantivo del acceso y de la cali-dad de los servicios. Por ejemplo, el acceso a la electricidad llega a prcticamente toda la

    poblacin, al igual que el acceso a la telefo-na celular y al uso de gas para la preparacin de los alimentos. Sin embargo, en cuanto a la eliminacin de la basura, as como al abasteci-miento de agua y alcantarillado, se evidencian diferencias significativas entre reas urbanas y rurales, as como entre etnias y quintiles eco-nmicos, lo que confirma el hecho de que to-dava persiste una gran desigualdad entre la poblacin ecuatoriana.

    Grfico 1. Cobertura de servicios bsicos (alcantarillado, agua potable y eliminacin de basura), por quintil econmico

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

    2. ACCESO A SERVICIOS BSICOS Y NIVEL DE

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    El 99.4% de la poblacin a escala nacional tie-ne acceso a la electricidad, tanto en reas ur-banas (99.8%) como rurales (98.2%), as como en las reas urbanas y rurales de la Amazona (99.9% y 97.2%, respectivamente) y en Galpa-gos (99.9%). Con respecto a la telefona celu-lar, el 92% de la poblacin nacional tiene algn telfono celular; la proporcin es mayor en las reas urbanas (94.9%) respecto a las reas rurales (84.4%). Por otro lado, la cobertura de la telefona fija es limitada. A escala nacional nicamente el 41.6% de los hogares accede a este servicio, y el porcentaje es mucho menor en las reas rurales (20.8%), en comparacin con las reas urbanas (49.6%). Con respecto al gas, su uso es generalizado en todo el pas; sin embargo, al analizar los datos por etnia, se evidencia que la poblacin indgena es la que utiliza este tipo de combustible en menor pro-porcin (86.6%).

    En cuanto a la eliminacin de basura, el 85.5% de la poblacin nacional utiliza el carro re-partidor, con una diferencia significativa entre reas urbanas y rurales (98.1% vs. 53.2%). Las poblaciones pertenecientes a la Sierra rural (53.1%), Costa rural (46.3%) y Amazona rural (65.1%) utilizan en menor proporcin el carro recolector respecto al resto de subregiones del pas, y, en sustitucin, queman la basura (35.5%, 47.5%, 20.3%, respectivamente).

    En relacin con el abastecimiento de agua po-table, se evidencia que el 82.3% de la pobla-cin a nivel nacional accede a este servicio. Al analizar los datos por rea de residencia, etnia y quintil econmico, se observa que el rea rural es la menos atendida con este ser-vicio (57.9%), as como la poblacin montubia (46.6%) y la poblacin perteneciente al quintil de menores ingresos econmicos (50.3%).

    En cuanto a la cobertura de la red de alcanta-rillado, el Grfico 2 muestra que nicamente el 62.4% de la poblacin a nivel nacional tiene acceso a este servicio, y se observan enor-mes diferencias entre reas urbanas y rurales (77.4% frente a 23.7%).

    Finalmente, y de forma general, se observa un bajo nivel de hacinamiento, pues alcanza una tasa del 8% a nivel nacional. El hacinamiento es mayor en el rea rural (9.3%) respecto al rea urbana (7.5%). Al analizar los datos por etnia, se observa que los indgenas presentan las tasas ms altas de hacinamiento (17.2%), seguidos por afroecuatorianos y montubios (12.1% y 8.6%, respectivamente). Finalmen-te, los datos por quintil econmico muestran que el hacinamiento es mayor en el quintil ms pobre (Q1: 22.3%), respecto a los quintiles de mayores ingresos econmicos.

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    Grfico 3. Nivel de educacin de las madres y jefes(as) del hogar por rea de residencia

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

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    Grfico 2. Cobertura de servicios bsicos(alcantarillado, agua potable, basura), por rea de residencia

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos Elaboracin: Freire et al.

    En relacin con el nivel de instruccin de la ma-dre y del jefe(a) del hogar, el Grfico 3 muestra que en reas rurales hay una mayor proporcin de madres y jefes(as) de hogar que tienen como mximo nivel de educacin alcanzado la prima-ria completa (52.9% y 56.2%, respectivamente), en comparacin con reas urbanas (47.7% y 46.6%, respectivamente). Por otro lado, el nivel

    de educacin secundaria est alrededor del 30%, tanto para reas urbanas y rurales, como para madres y jefes(as) de hogar. Adems, se evidencia que la proporcin de personas que terminaron la educacin superior es mayor en las reas urbanas respecto a las rurales, tanto para madres, como para jefes(as) de hogar.

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    El Grfico 4 muestra que la proporcin de madres y jefes(as) de hogar que tienen como mximo nivel de educacin alcanzado la pri-maria (48% y 49%, respectivamente) y la se-cundaria (30% y 32%, respectivamente) es muy similar entre los distintos grupos tnicos, excepto para la poblacin indgena, cuyas madres tienen los porcentajes ms bajos de educacin primaria (41.7%) y secundaria (27.5%). De igual manera se puede ver que las madres pertenecientes a la etnia indgena,

    tienen los porcentajes ms altos en la cate-gora de ningn nivel de educacin (28%) y el porcentaje ms bajo de educacin supe-rior (2.9%) respecto a los dems grupos tni-cos. Por otro lado, tanto las madres como los jefes(as) de hogar pertenecientes a la etnia mestizos, blancos y otros tienen mayor acce-so a la educacin, y presentan, a su vez, los porcentajes ms altos de educacin superior (14.8% y 16.4%, respectivamente) respecto al resto de grupos tnicos.

    Grfico 4. Nivel de educacin de las madres y jefes(as) de hogar, por grupo tnico

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

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    Finalmente, el Grfico 5 muestra que el nivel de instruccin alcanzado por las madres y je-fes(as) de hogar vara en funcin del quintil econmico. De forma general se observa que el porcentaje de madres y jefes(as) del hogar cuyo mximo nivel de educacin alcanzado es la primaria disminuye conforme se incrementa el nivel econmico, especficamente a partir

    del quintil 2. As mismo, se observa que el por-centaje de poblacin con educacin superior se incrementa conforme mejora el nivel econ-mico, pasando de 1.3% para madres y 2.4% para jefes(as) de hogar en el quintil ms pobre (Q1), al 33.8% para madres y 39.6% para je-fes(as) de hogar en el quintil de mayores in-gresos econmicos (Q5).

    Grfico 5. Nivel de educacin de madres y jefes(as) del hogar, por quintil econmico

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos. Elaboracin: Freire et al.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 20Fotografa: Unicef/Ecuador/2013-7416/Jaime Pavn

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    La leche materna es considerada el alimento ideal e insustituible, ya que es la fuente de to-dos los nutrientes y otros numerosos compo-nentes que el recin nacido necesita para su ptimo crecimiento y desarrollo. Contiene an-ticuerpos que ayudan a proteger al nio de las enfermedades propias de la infancia (diarrea y enfermedades respiratorias), y sus beneficios traspasan las edades tempranas y llegan has-ta la edad adulta (Black, 2008).

    La lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida disminuye el ries-go de desrdenes alrgicos (Kull, Wickman, Lilja, Nordvall y Pershagen, 2002); reduce a la mitad los episodios de otitis media aguda (Duncan et al., 1993).

    La leche materna tambin ofrece beneficios para la madre, ya que ayuda a reducir el riesgo de sangrado uterino despus del parto, de cn-cer de ovario y de mama; ayuda a que el tero regrese a su tamao normal y a que la madre recupere su peso preembarazo ms rpido; adems, acta como un mecanismo natural de planificacin familiar (Lawrence, 2007).

    A mediano plazo, la lactancia materna exclu-siva disminuye la prevalencia de obesidad en la niez y en los aos tardos. Los adultos

    que fueron, cuando infantes, alimentados con leche materna tienen menor hipertensin ar-terial, colesterol ms bajo y tasas ms bajas de sobrepeso y obesidad, y diabetes tipo 2; en la aplicacin de pruebas de inteligencia, obtienen mejores resultados comparados con los adultos que fueron alimentados con leche de frmula (Evenhouse y Reilly, 2005; Li et al., 2005, Arenz, Rckerl, Koletzko y von Kries, 2004; Armstrong y Reilly, 2002; Janjua, Mahmood, Islam y Goldenberg, 2012; Horta y Victora, 2013).

    La Organizacin Mundial de la Salud (OMS) recomienda que durante los primeros 6 meses de vida, la leche materna sea el nico alimen-to que el nio consuma, excluyendo slidos y cualquier otro lquido, excepto medicinas, vi-taminas y minerales. A partir de los seis me-ses de vida, recomienda iniciar la alimenta-cin complementaria oportuna, adecuada en cantidad y calidad, y segura, manteniendo la lactancia materna hasta los 2 aos de edad o ms, con el fin de garantizar una buena nutri-cin del nio en pleno crecimiento.

    Hay suficiente evidencia para establecer que los dos primeros aos de vida constituyen un perodo crtico para prevenir la desnutricin (World Bank, 2007), as como el sobrepeso y

    3. PRCTICAS DE LACTANCIA MATERNA Y ALIMENTACIN

    COMPLEMENTARIA3.1 ANTECEDENTES

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    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

    la obesidad (Harder, Bergmann, Kallischnigg y Plagemann, 2005), ya que es el perodo de mayor velocidad de crecimiento, en el cual, si se garantiza una alimentacin adecuada, cui-dado oportuno y acceso a servicios de salud, se puede alcanzar un ptimo crecimiento y de-sarrollo (Black et al., 2008).

    Las intervenciones nutricionales dirigidas a promover prcticas adecuadas de lactancia materna y alimentacin complementaria son una de las estrategias ms efectivas para pre-venir la desnutricin, y disminuir la morbilidad y mortalidad infantil (Jones et al., 2003; Bhutta, y Morris, 2003; Bhutta et al., 2008). Sin embar-go, y a pesar de las recomendaciones de la Organizacin Mundial de la Salud, los datos presentados en este estudio confirman que en Ecuador dichas prcticas distan mucho de las recomendadas.

    3.2 RESULTADOSPara evaluar las prcticas de lactancia mater-na y alimentacin complementaria, se constru-yeron los indicadores propuestos por la Orga-nizacin Mundial de la Salud (WHO, 2010).

    3.2.1 INICIO TEMPRANO DE LA LAC-TANCIA MATERNA

    El inicio temprano de la lactancia materna solo se efectu en el 54.6% de los nios menores de 24 meses. Estos datos tambin reportan que un poco menos de la mitad de nios no iniciaron la lactancia materna en la primera hora despus del nacimiento y, de ellos, un 14% lo hizo despus de 24 horas.

    Grfico 6. Inicio temprano de la lactancia materna

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U23

    3.2.2 LACTANCIA MATERNA EXCLUSIVA ANTES DE LOS 6 MESES Y LACTANCIA MATERNA CONTINUA A LOS 2 AOS

    Hasta el mes de vida, 52.4% de los nios se alimentaron exclusivamente con leche ma-terna, pero para el grupo de 2 a 3 meses de edad, la proporcin de quienes se alimenta-

    ron exclusivamente con leche materna baj al 48%, y entre los nios de 4 a 5 meses, alcanz solo al 34.7%.

    Grfico 7. Lactancia materna exclusiva antes de los 6 meses de edad

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

    Al analizar los datos por grupo tnico, se ob-serva que 77% de las madres Indgenas prac-ticaron la lactancia materna exclusiva hasta los

    5 meses, mientras que solo el 23% de madres montubias lo hicieron, presentando la prevalen-cia ms baja de lactancia materna exclusiva.

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    Grfico 8. Lactancia materna exclusiva antes de los 6 meses,por grupo tnico y nivel de educacin de la madre

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

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    (a) Grupo tnico (b) Nivel de educacin de la madre

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 24

    A medida que mejora el nivel de instruccin de las madres, la proporcin de madres que amamantaron a sus hijos hasta los 5 meses va disminuyendo. Estos resultados se contrapo-nen con datos de pases ms desarrollados, en donde se muestra que a mayor nivel de educa-cin de la madre, mayor la proporcin de nios que reciben leche materna en forma exclusiva (Ummarino et al., 2003).

    La proporcin de nios que accedieron a la lac-tancia materna exclusiva es mayor en el rea rural (58.9%) en comparacin con los nios del rea urbana (35.9%). As mismo, el 70.5% de los nios de 12 a 15 meses de edad continua-ron con la lactancia materna continua en el rea rural, mientras que en el rea urbana solo lo hizo el 52.9 %. Es decir, que cerca de la mitad de los nios dejaron la leche materna antes de lo recomendado.

    Grfico 9. Lactancia materna exclusiva y continua, por rea de residencia

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

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    (a) Lactancia maternaexclusiva entre 0-5 m

    (b) Lactancia maternacontinua entre 12-15 m

    Cuadro 1. Lactancia materna continua a los 2 aos*

    Grupo de edad (meses)

    S No nTotal

    n Prevalencia % IC95% n Prevalencia % IC95%

    20 a 23 67 18.9 13.1 - 26.4 186 81.2 73.6 - 86.9 253

    *Proporcin de nios de 20 a 23 meses de edad que fueron amamantadosFuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

    Para cuando los nios alcanzan los 2 aos de edad, nicamente el 18.9 % recibi lac-tancia materna en forma continua. Consi-derando que la recomendacin de la OMS

    es dar lactancia materna continua hasta los 2 aos, esta proporcin es bastante baja, pues apenas un quinto de los nios contina con esta prctica.

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U25

    Desde muy temprana edad, los nios es-tn expuestos a otros lquidos diferentes a la leche materna. Casi un 50% de los nios entre cero y un mes ya fueron expuestos a esta prctica, y, para cuando llegan al ran-go de edad de 5 a 6 meses, el 72 % ya con-sumieron lquidos distintos a la leche mater-na. Entre los lquidos que consumieron los nios, la leche de frmula ocupa el primer lugar, lo que confirma el hecho de que des-

    de muy temprana edad los nios ya estn expuestos a otra leche distinta de la leche materna.

    La proporcin de nios que reciben ali-mentos slidos, semislidos y suaves ocu-rre tambin desde muy temprana edad, prctica que se contrapone a la recomen-dacin de la OMS, la cual establece que la alimentacin complementaria debe iniciar-se a partir de los 6 meses de edad.

    3.2.3 CONSUMO DE ALIMENTOS DIFERENTES A LA LECHE MATERNA

    Grfico 10. Consumo de alimentos diferentes a la leche materna

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 26

    En cuanto a la diversidad alimentaria mni-ma, los hallazgos muestran que cerca de la mitad de nios amamantados y no ama-mantados de 6 a 11 meses no acceden a una variedad adecuada de alimentos en un

    perodo en el que necesariamente deben familiarizarse con texturas, sabores y olores que conducen a la aceptacin de una ali-mentacin adecuada, variada y sana, y, por lo tanto, a una dieta saludable.

    3.2.4 DIVERSIDAD ALIMENTARIA MNIMA

    Grfico 11. Diversidad alimentaria mnima(Nios amamantados y no amamantados de 6 a 23 meses)

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos. Elaboracin: Freire et al.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U27

    La informacin sobre la alimentacin con bibern es importante, debido a la posible interferencia que esta prctica puede tener con las prcticas ptimas de la alimentacin con leche materna, y a la asociacin entre la

    alimentacin con bibern y el incremento de diarreas, por cuanto hay un mayor riesgo de contaminacin. La ENSANUT-ECU reporta que el 36.4% de los nios entre 0 y 5 meses ya se alimentan con bibern.

    3.2.5 ALIMENTACIN CON BIBERN

    Grfico 12. Alimentacin con bibern, nios de 0 a 23 meses

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos. Elaboracin: Freire et al.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U29

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 30Fotografa: Unicef/Ecuador/2007-M088/Julian Larrea

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U31

    La nutricin a lo largo del ciclo de la vida es uno de los principales determinantes de la buena salud, del desempeo fsico y mental, y es fundamental para el desarrollo individual y nacional (Black et al., 2008). La malnutricin que resulta de la ingesta alimenticia deficien-te y/o enfermedades infecciosas conduce a la desnutricin. La desnutricin durante la infan-cia y la edad preescolar tiene efectos adversos en el crecimiento, en la salud y en el desarrollo cognitivo. Limita, por tanto, la capacidad del individuo para generar ingresos, lo que reper-cute en el desarrollo social de su comunidad y de su pas (Unicef y WHO, 2012; Black et al., 2008; Martorell et al., 2010).

    Por otro lado, la malnutricin que resulta del consumo excesivo de alimentos conduce al

    sobrepeso o a la obesidad. La obesidad es el principal factor de riesgo modificable para el desarrollo de enfermedades crnicas no trans-misibles, como la diabetes mellitus tipo 2, la hi-pertensin, las enfermedades cardiovascula-res y ciertos tipos de cncer (Bouchard, 2008; Barquera, Campos, Rojas y Rivera, 2010). Am-bas formas de malnutricin tienen un mismo origen, que se inicia en la desnutricin en el tero y en los primeros aos de vida. Si bien la desnutricin es provocada por la deficiente alimentacin, esta se asocia con mayor riesgo de sobrepeso y obesidad en los aos tardos. Esta doble carga de la desnutricin y la obe-sidad aparece no solo a nivel del hogar, sino tambin a nivel individual (Black et al., 2013; Popkin et al., 2012; Doak, Adair, Bentley, Mon-teiro y Popkin, 2004).

    4. ESTADO NUTRICIONAL A PARTIR DE INDICADORES

    ANTROPOMTRICOS4.1 ANTECEDENTES

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 32

    El Grfico 13 compara el DANS (1988), la ENDEMAIN (2004) y la ENSANUT-ECU (2012). De este grfico se desprende que el retardo en talla (desnutricin crnica) ha registrado una disminucin modesta a lo lar-go de casi un cuarto de siglo, al pasar de 40.2%, en 1986, a 25.3%, en 2012; es decir, una disminucin absoluta de 15 puntos por-centuales (pp) en 26 aos.

    La prevalencia de retardo en talla ha dismi-nuido de manera ms acelerada entre 2004 y 2012, cuando la baja talla pasa del 33.5% al 25.3% (8.2 pp en 8 aos), que entre el perodo previo 1986-2004, cuando pasa de 40.2% a 33.5% (6.7 pp en 18 aos). En la emaciacin (desnutricin aguda/bajo peso para la talla) prcticamente no se observa

    un cambio significativo desde 1986, mientras que el bajo peso (desnutricin global/bajo peso para la edad) ha disminuido 6.4 pp de 1986 a 2012. Estos dos indicadores presen-tan valores que los eliminan como proble-ma de salud pblica; no as el retardo en la talla, que contina mostrando prevalencias muy altas.

    Las prevalencias de sobrepeso y obesidad han aumentado de 4.2%, en 1986, a 8.6% en 2012, es decir, que en el mismo perodo de 26 aos se ha duplicado la proporcin de ni-os con sobrepeso. Estos datos revelan que en el pas coexisten los problemas de dficit y exceso nutricional, evidenciando la doble carga de la malnutricin como nuevo perfil epidemiolgico del Ecuador.

    4.2 RESULTADOS4.2.1 ESTADO NUTRICIONAL DE LA POBLACIN PREESCOLAR (DE 0 A 60 MESES)

    Grfico 13. Prevalencias comparativas de desnutricin y exceso de peso, en menores de 5 aos, entre encuestas nacionales*

    *A fin de comparar los resultados de la ENSANUT-ECU con las encuestas DANS (1986) y ENDEMAIN (2004), se tom como referencia lapoblacin de estudio de la encuesta DANS, es decir, se consideraron para estos anlisis como preescolares a la poblacin de 0 a 59 meses.

    T/E talla para la edad, P/T peso para la talla, P/E peso para la edad, IMC/E ndice de masa corporal para la edad.Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos

    Elaboracin: Freire et al.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U33

    Grfico 14. Prevalencias comparativas de desnutricin y riesgo de sobrepeso, poblacin de 0 a 60 meses, sexo y grupo tnico

    T/E talla para la edad, IMC/E ndice de masa corporal para la edad. Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministe-rio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

    En el Grfico 14 se observa que en los pri-meros 5 meses de vida, el porcentaje de re-tardo en talla es bajo (9.5%). A los 6 meses este porcentaje aumenta dramticamente (19.9%), con un pico en los 12 a 23 meses de edad (32.6%) a partir del cual comienza a descender.

    Con respecto al sobrepeso y a la obesidad, existe un alto riesgo de sobrepeso (nacional: 21.6%), en este grupo de edad. Al estratificar esta informacin por sexo se estima que los nios (23.4%) tienen mayor riesgo de pre-sentar sobrepeso que las nias (19.7%).

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 34

    Grfico 15. Prevalencia de retardo en talla, sobrepeso y obesidad en la poblacin de 0 a 60 meses, por quintil econmico y nivel de escolaridad de la madre

    T/E talla para la edad, IMC/E ndice de masa corporal para la edad. Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

    Los indgenas son uno de los grupos con las condiciones de vida ms pobres en el Ecua-dor, y esto se ve reflejado en la alta preva-lencia de retardo en talla, aproximadamente dos veces ms alta (42.3%), comparada con los otros grupos tnicos. A su vez, la alta pre-valencia del retardo en talla en los indgenas aumenta su riesgo de sobrepeso (30%) (Gr-fico 14).

    El retardo en talla muestra una fuerte tendencia a aumentar cuando menor es el nivel econmico, con 36.5% en el quintil uno (pobre) y 13.8% en el quintil cinco (rico). As mismo, disminuye mien-tras aumenta la educacin de la madre (38.8% a 15.4%). Se observa, adems, que el sobrepeso y la obesidad no varan de forma significativa por quintil econmico, as como por el nivel de esco-laridad de la madre (Grfico 15).

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U35

    Grfico 16. Prevalencia de retardo en talla (T/E

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 36

    El 15% de la poblacin escolar presenta re-tardo en talla. Adems, los resultados mues-tran que la prevalencia de baja talla vara muy poco por edad y sexo, y va acompaada de un aumento dramtico de la prevalencia de sobrepeso y obesidad (29.9%). Esta cifra es alarmante, sobre todo si se toma en cuenta que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la edad preescolar es de 8.5% y se triplica al pasar a la edad escolar.

    La poblacin indgena sigue siendo la ms afectada por el retardo en talla y es casi tres veces ms alta (36.5%) con respecto a los dems grupos tnicos del pas. Mientras que

    la poblacin mestiza, blanca u otra es la ms afectada por sobrepeso/obesidad (30.7%).

    Cuando se desagrega la informacin por quintil econmico, se determina que los es-colares del quintil ms pobre tienen la ma-yor prevalencia de retardo en talla (25.1%), en comparacin con los escolares del nivel econmico ms rico (8.5%); mientras que la prevalencia del sobrepeso y obesidad mues-tra un comportamiento opuesto. Es decir, los escolares del quintil ms rico presentan la mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad (41.4%), en comparacin con los escolares del quintil ms pobre (21.3%).

    4.2.2 ESTADO NUTRICIONAL DE LA POBLACIN ESCOLAR (DE 5 A 11 AOS)

    Grfico 17. Prevalencia de retardo en talla, sobrepeso y obesidad en la poblacin escolar (5 a 11 aos), por edad, sexo y etnicidad

    T/E talla para la edad, IMC/E IMC para la edad. Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U37

    Grfico 18. Prevalencia de retardo en talla, y sobrepeso y obesidad en la poblacin escolar (5 a 11 aos), por provincias

    T/E Talla para la edad IMC/E ndice de masa corporal para la edad. Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

    Las provincias de Santa Elena, Bolvar, Chim-borazo e Imbabura presentan elevadas pre-valencias de retardo en talla (26.8%, 31.5%, 35.1% y 24.8%, respectivamente), y al mis-mo tiempo presentan elevadas prevalencias de sobrepeso/obesidad (31%, 23.8%, 27.4% y 33.6%, respectivamente). Es decir, en las provincias citadas, aproximadamente seis de

    cada diez nios en edad escolar tienen pro-blemas de malnutricin, ya sea por dficit o por exceso. Por otro lado, las provincias de El Oro, Guayaquil y Galpagos presentan altas prevalencias de sobrepeso y obesidad, pero bajas de retardo en talla (30.1% vs. 11%, 38% vs. 9.1% y 44.1 vs. 7.8%, respectivamente).

    (a) Retardo en talla (T/E +1DE)

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 38

    El 19.1% de la poblacin adolescente pre-senta talla baja para la edad; es ms preva-lente en el sexo femenino (21.1%) que en el sexo masculino (17.3%), y es ms alto en los adolescentes de 15 a 19 aos (20.8%), que entre los de 12 a 14 aos (17.9%). Con res-pecto al sobrepeso y obesidad, se observa que la prevalencia nacional de sobrepeso y obesidad en este grupo de edad es de 26%, la mayor prevalencia de sobrepeso y obesi-dad se observa en los adolescentes de 12 a 14 aos (27%), frente a los de 15 a 19 aos (24.5%).

    Los datos reflejan que la poblacin indgena sigue siendo la etnia ms perjudicada por el retardo en talla. As, la prevalencia en los in-

    dgenas es casi tres veces ms alta (48.8%) que en los dems grupos tnicos. Con res-pecto al sobrepeso y a la obesidad juntos, la mayor prevalencia se observa en los afro-ecuatorianos (43.7%), que casi duplica la prevalencia nacional (26%).

    De acuerdo con el quintil econmico, tanto el retardo en talla como el sobrepeso y la obesi-dad mantienen la misma tendencia desde la edad escolar. Es decir, el retardo en talla es ms alto en el quintil ms pobre (33.8%) que en quintil ms rico (6.7%), al contrario del so-brepeso/obesidad, con las mayores prevalen-cias entre los quintiles ms ricos Q4 (30.9%) y Q5 (28.3%), y las menores prevalencias en los ms pobres Q1 (19.4%) y Q2 (25.5%).

    4.2.3 ESTADO NUTRICIONAL DE LA POBLACIN ADOLESCENTE (DE 12 A 19 AOS)

    Grfico 19. Prevalencia de retardo en talla, sobrepeso y obesidad en la poblacin adolescente (12 a 19 aos), por edad, sexo y grupo tnico

    T/E talla para la edad, IMC/E IMC para la edad. Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U39

    Grfico 20. Prevalencia de retardo en talla, y sobrepeso y obesidad en la poblacin adolescente (12 a 19 aos), por provincias

    T/E Talla para la edad, IMC/E IMC para la edadFuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

    La Sierra rural (32.7%) sigue siendo la subre-gin ms afectada por el retardo en el creci-miento lineal, y la mayor proporcin de ado-lescentes con retardo en el crecimiento se encuentra en las provincias de Santa Elena

    (42.4%), Chimborazo (42.2%) y Bolvar (41%). La mayor proporcin de adolescentes con so-brepeso u obesidad se encuentra en Galpa-gos, con una prevalencia de 34.5%, seguida por Azuay (34.4%) y Guayaquil (31.9%).

    (a) Retardo en talla (T/E +1DE)

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 40

    La prevalencia nacional de delgadez en adultos es 1.3%, y la prevalencia de sobre-peso y obesidad es 62.8%. La prevalencia de sobrepeso y obesidad es 5.5 pp mayor en las mujeres (65.5%) que en los hombres (60%), y el mayor ndice se presenta en la cuarta y quinta dcadas de vida, con preva-lencias superiores a 73%.

    La prevalencia de sobrepeso y obesidad aumenta con el nivel econmico; as, los adultos del quintil ms rico tienen la mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad frente a los adultos del quintil ms pobre (66.4% vs. 54.1%). Pero, en todo caso, las prevalencias estimadas constituyen un verdadero proble-ma de salud pblica.

    4.2.4 ESTADO NUTRICIONAL DE LA POBLACIN ADULTA (MAYORES DE 19 AOS A MENORES DE 60 AOS)

    Grfico 21. Prevalencia de sobrepeso (IMC 25.0 29.9), obesidad (IMC *30.0), y, sobrepeso u obesidad (IMC *25.0) adultos (mayores de 19 aos), por provincia y edad

    IMC ndice de masa corporal. Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos

    Elaboracin: Freire et al.

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    (a) Sobrepeso u obesidad(IMC *25.0) por provincia

    (b) Sobrepeso u obesidad por edad

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U41

    4.2.5 LA DOBLE CARGA DE LA MALNUTRICIN EN EL ECUADOR

    El grupo tnico con mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad es el afroecuatoriano (64.4%); mientras que la subregin con la mayor prevalencia es Galpagos, con 75.9%, seguida con una diferencia de 9.1 pp por la ciudad de Guayaquil, con 66.8%. Cabe des-tacar que en Galpagos tres de cada cuatro

    adultos tienen sobrepeso u obesidad. Los resultados indican que 18 de 24 provincias ms Quito y Guayaquil tienen prevalencias de exceso de peso en adultos por encima del 60%, es decir, en el 70% del territorio nacional aproximadamente 6 de cada 10 ecuatorianos padecen de sobrepeso u obesidad.

    Se refiere al rpido aumento del sobrepeso y la obesidad en coexistencia con elevadas tasas de retardo en talla. La doble carga de la malnutricin a nivel del hogar significa que coexisten madres con sobrepeso u obesidad,

    y nios menores de 5 aos con retardo en ta-lla. En el Ecuador, el 13.1% de hogares tienen doble carga nutricional, es decir, madres con sobrepeso u obesidad, con hijos menores de 5 aos con baja talla para la edad.

    Cuadro 2.Prevalencia de hogares que tienen doble carga nutricional (madres con sobrepeso y obesidad, que tienen hijos menores de 5 aos con retardo en talla).

    Madre noembarazada

    n=8078Nio/a menor de 5 aos

    Con retardo en talla (T/E

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 42

    La doble carga a nivel individual implica que el retardo en el crecimiento y la obesidad coexisten en un mismo individuo. En el Ecuador, el 2.8% de nios en edad escolar registra baja talla para su edad y, adems, tiene sobrepeso u obesidad.

    Cuadro 3. Prevalencia de escolares (5 a 11 aos de edad) con retardo en talla y con sobrepeso/obesidad

    n=11379 Con retardo en talla (T/E < -2DE), %Sin retardo en talla

    (T/E *-2DE), % Total

    Con S/O (IMC/edad >+1 DE), % 2.8 26.7 29.5Sin S/O (IMC/edad ) +1 DE), % 12.2 58.3 70.5

    Total 15.0 85.0 100

    S/O Sobrepeso u obesidad. Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013.

    Ministerio de Salud Pblica. Instituto. Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

    As mismo, la anemia por deficiencia de hierro est presente en las mujeres en edad reproductiva, sea que tengan o no sobrepeso u obesidad. As, los datos muestran que el 8.5% de las mujeres en edad reproductiva que tienen sobrepeso u obesidad presentan tambin anemia.

    Cuadro 4. Prevalencia de mujeres en edad reproductiva (12 a 49 aos) con anemia y con sobrepeso/obesidad

    n=8014 Con anemia(Hb

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U43

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 44Fotografa: FAO

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U45

    5.1 ANTECEDENTESLa mayora de pases, en especial aquellos de ingresos medios y bajos, estn atravesando por una etapa de transicin nutricional (Rivera, 2004; Monteiro, 2000), caracterizada por los cambios en los hbitos alimentarios ocurridos en las sociedades durante las ltimas dca-das (Shetty, 2013). Se ha pasado del consumo de dietas con alto contenido de carbohidra-tos complejos y fibra, al consumo de dietas ricas en grasas, grasas saturadas y azcares simples (Popkin, 2006). Varios estudios han documentado que la transicin nutricional se ha acelerado por una elevada tasa de urba-nizacin (Steyn, 2012), que por lo general se acompaa de una disminucin de la actividad fsica (Hallal et al., 2012; Bauman et al., 2012), as como del aumento del sobrepeso y la obe-sidad (Lau et al., 2013).

    En Ecuador, segn estimaciones realizadas en el 2011, la diabetes mellitus tipo 2, la enferme-dad hipertensiva y la enfermedad cerebrovas-cular fueron las principales causas de muerte (INEC, 2011). En todos los pases en los que existen datos disponibles, se ha evidenciado que los factores de riesgo que determinan la aparicin de enfermedades crnicas no trans-misibles son el consumo elevado de alimentos poco nutritivos, con alta densidad energtica y

    alto contenido de grasa, azcar y sal, as como la reduccin de los niveles de actividad fsica y el consumo de tabaco (WHO, 2004).

    Para obtener informacin sobre el consumo de alimentos en la poblacin ecuatoriana, se recurri al mtodo de Recordatorio de 24 horas de un solo da, empleando la metodo-loga sugerida por Jahns et al., para ajustar por la variabilidad intraindividual (Jahns et al., 2005).

    5.2 RESULTADOSLos clculos de consumos inadecuados de nu-trientes se determinaron en funcin de las re-comendaciones de ingesta diettica (DRIs por sus siglas en ingls) del Instituto de Medicina de Estados Unidos (Institute of Medicine, 2000). Cabe mencionar que la evaluacin del estado nutricional por medio de indicadores dietticos debe manejarse con un poco de cautela, ya que debido a la naturaleza de los indicadores, as como a las limitaciones de las metodologas disponibles para evaluar el consumo de alimen-tos a nivel poblacional, no es posible alcanzar una buena precisin. Por este motivo, la litera-tura cientfica recomienda utilizar los datos de consumo alimentario para complementar los hallazgos con indicadores bioqumicos.

    5. CONSUMO ALIMENTARIO

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 46

    La probabilidad de presentar consumo inade-cuado de hierro es 70.5% a escala nacional mayor en mujeres respecto a hombres (78.1 % vs. 62.8 %). Al analizar los datos por grupo tni-co, se observa que la probabilidad de presen-tar consumo inadecuado de hierro es mayor

    en indgenas (74.7%) respecto a otros grupos tnicos. Por otro lado, los datos por quintil eco-nmico revelan una mayor probabilidad de pre-sentar un consumo inadecuado de hierro en el quintil ms pobre (72.5%) respecto al quintil de mayores ingresos econmicos (68.7%).

    El 6.4% de la poblacin nacional presenta un consumo inadecuado de protena. Sin embargo, los mismos datos muestran que esta deficiencia no constituye un problema de salud pblica en el Ecuador. No obstante, debe anotarse que ciertos grupos presentan prevalencias ms altas de consumos inade-cuados de protenas, como es el caso de la poblacin indgena (10.4%), de 51 a 60 aos

    de edad (19.9%), y que habita en la Sierra rural del pas (10.9%). Adicionalmente, los resultados de la ENSANUT-ECU muestran que la prevalencia de deficiencia de protena es mayor en mujeres (7.3%) respecto a hom-bres (5.5%), y esta no difiere entre el quin-til ms pobre (Q1), en comparacin con el quintil de mayores ingresos econmicos.

    5.2.1 PREVALENCIA DE CONSUMO INADECUADO DE PROTENA

    Grfico 22. Prevalencia de consumo inadecuado de protena

    Con base en el Requerimiento Promedio Estimado (Estimated Average RequirementEAR-) de las Referencias de Ingesta Diettica del Instituto de Medicina de Estados Unidos. Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de

    Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

    5.2.2 PROBABILIDAD DE PRESENTAR CONSUMO INADECUADO DE HIERRO Y PREVALENCIA AJUSTADA DE CONSUMO INADECUADO DE ZINC

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U47

    En lo que respecta al zinc, el 14.6% de la poblacin nacional presenta un consumo inadecuado de este micronutriente. La pre-valencia de consumo inadecuado de zinc es mayor en la poblacin de 51 a 60 aos (34.1%) respecto a los dems grupos eta-rios. Adems, esta es mayor en hombres (17.9%) respecto a mujeres (11.4%), y en

    indgenas (28.3%) en relacin con los de-ms grupos tnicos del pas. Al analizar los datos por subregin, se evidencia que la Sierra rural y la Amazona rural presen-tan las prevalencias de consumos inade-cuados de zinc ms altas (26.4% y 19.7% respectivamente), en comparacin con el resto de subregiones.

    Grfico 23. Probabilidad de presentar consumo inadecuado de hierro asumiendo una biodisponibilidad de 8%, y prevalencia ajustada de consumo inadecuado de zinc a escala

    nacional. por sexo, grupo tnico y subregin

    1Estimado de acuerdo con el mtodo probabilstico del Instituto Nacional de Investigacin (National Research Council-NRC-). 2Con base en el Requerimiento Promedio Estimado (Estimated Average RequirementEAR-) de las Referencias de Ingesta Diettica del Instituto de Medicina de

    Estados Unidos.Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 48

    Respecto a la vitamina A, el 89.4% de la poblacin nacional presenta un consumo inadecuado en relacin con las recomen-daciones. Las prevalencias de consumos inadecuados de vitamina A son superiores al 50% para todos los grupos etarios, es ma-yor en hombres (90.5%) respecto a mujeres (88.2%), y en indgenas (94.4%) en compara-cin con el resto de grupos tnicos. Al anali-zar los datos por subregin, se observa que

    Quito, as como las reas rurales de la Ama-zona y la Sierra, presentan las prevalencias ms altas de consumos inadecuados de vitamina A (92.8%, 92.9% y 92.3%, respec-tivamente) en comparacin con el resto de subregiones del pas. Con respecto al quintil econmico, el quintil ms pobre presenta la mayor prevalencia de consumo inadecuado de vitamina A (92.7%) respecto a los quinti-les de mayores ingresos econmicos.

    5.2.3 PREVALENCIA AJUSTADA DE CONSUMO INADECUADO DE VITAMINA A

    Grfico 24. Prevalencia ajustada de consumo inadecuado de vitamina A, a escala nacional, por sexo, grupo tnico y subregin

    Con base en el Requerimiento Promedio Estimado (Estimated Average RequirementEAR-)de las Referencias de Ingesta Diettica del Instituto de Medicina de Estados Unidos.

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U49

    El 29.2% de la poblacin presenta un consu-mo excesivo de carbohidratos que supera la recomendacin mxima establecida para la prevencin de la obesidad y enfermedades cardiovasculares, sin observarse mayores diferencias entre ambos sexos. La prevalen-cia de consumo excesivo de carbohidratos es mayor en el quintil ms pobre respecto al quintil de mayores ingresos econmicos (44.9 % vs. 15.1%). Con respecto a la edad, la prevalencia de consumo excesivo de car-bohidratos es mayor en la poblacin de 51 a 60 aos en comparacin con los dems

    grupos etarios, lo cual muestra que el consu-mo excesivo de carbohidratos se incrementa conforme aumenta la edad, especficamente a partir de los 51 aos.

    El problema del exceso en el consumo de carbohidratos es ms evidente en indge-nas y montubios, en quienes la prevalencia de consumo excesivo de carbohidratos es 46.4% y 39.6%, respectivamente. Los datos por subregin evidencian que la prevalencia de consumo excesivo de carbohidratos es mayor en la Costa rural (44%), respecto a las dems subregiones del pas.

    5.2.4 PREVALENCIA DE CONSUMO EXCESIVO DE CARBOHIDRATOS Y GRASAS

    Grfico 25. Prevalencia de consumo excesivo de carbohidratos y grasas a escala nacional, por sexo, grupo tnico y subregin

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    (a)

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    Con base en las referencias de ingesta diettica del Instituto de Medicina de los Estados Unidos. Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

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    (b)

    Gra

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 50

    Grfico 26. Alimentos que ms contribuyen al consumo totaldiario de energa a escala nacional

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

    Se observan tendencias opuestas en el consu-mo de grasas en comparacin con los carbohi-dratos. Por un lado, el consumo de carbohidra-tos es mayor en el quintil de menores ingresos econmicos, en reas rurales del pas, y en po-blacin indgena y montubia. En lo que respecta a grasas, los resultados de la ENSANUT-ECU evidenciaron que su consumo se encuentra aso-ciado con la urbanizacin; es mayor en las reas ms desarrolladas del pas y en los quintiles de mayores ingresos econmicos. De forma ge-neral, se puede inferir que el pas se encuentra atravesando por distintas etapas de la transicin nutricional, en donde las zonas menos desa-rrolladas y con menores recursos econmicos presentan mayor consumo de carbohidratos, y menor consumo de grasas respecto a las reas ms desarrolladas del pas.

    5.2.5 PREVALENCIA DE CONSUMO ADECUADO DE FIBRA

    A escala nacional, el 0.1% de la poblacin, es decir 1 persona de cada 1 000, presenta un adecuado consumo de fibra. El bajo consumo

    de fibra est asociado con un alto consumo de carbohidratos refinados y azcares, un bajo consumo de frutas y verduras, y se encuentra fuertemente asociado con un incremento en el riesgo de desarrollar diabetes tipo II y enfer-medades cardiovasculares (Anderson et al., 2009), dos causas importantes de morbilidad y mortalidad en Ecuador.

    5.2.6 ALIMENTOS QUE MS CONTRIBUYEN AL CONSUMO DIARIO DE ENERGA, PROTENAS, CARBOHIDRATOS, GRASAS TOTALES Y FIBRA

    El arroz es el alimento que contribuye en mayor proporcin al consumo diario de energa, tanto en el mbito nacional como en todas las subre-giones del pas, particularmente en la Costa rural. Otros alimentos como el pan, el pollo, el aceite de palma y el azcar se ubican despus del arroz entre los alimentos que ms contribu-yen al consumo diario de energa a nivel nacio-nal, as como por subregin.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U51

    En lo que respecta a protenas, a escala na-cional el 19.2% del consumo diario de prote-na proviene del arroz, y el 18.2% proviene del pollo. El contenido de protena por cada 100 gramos de arroz crudo es 6.61 g (U.S. Depart-ment of Agriculture, 2012). Al comparar estos valores con los reportados por alimentos de origen animal (ej. 18.6 g de protena por cada 100 g de pollo), se observa que el contenido de protena en el arroz es considerablemente menor al que aportan los alimentos de origen

    animal (6.6 g vs. 18.6 g), y adems es de me-nor calidad biolgica. En ese sentido, el hecho de que el arroz sea el alimento que ms con-tribuye al consumo diario de protena a escala nacional se explica por la excesiva cantidad de arroz que se consume en el pas, y muestra que la principal fuente de protena en la die-ta de los ecuatorianos es de origen vegetal, lo cual se traduce en una menor biodisponi-bilidad de micronutrientes esenciales como el hierro y el zinc en la dieta (Grfico 27).

    Grfico 27. Alimentos que ms contribuyen al consumo diario de protenas ycarbohidratos a escala nacional

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 52

    Grfico 28. Alimentos que ms contribuyen al consumo diariode grasa total y fibra a escala nacional

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

    Con respecto a los carbohidratos, el arroz, el azcar y el pan son los alimentos que contribu-yen en mayor proporcin a su consumo diario (47.3%, 8.3% y 6%, respectivamente). La con-tribucin del arroz al consumo diario de carbo-hidratos es mayor en la Costa rural respecto a las dems subregiones del pas. Por otro lado, los resultados de la ENSANUT-ECU muestran

    que la contribucin de la papa al consumo diario de carbohidratos es mayor en la Sierra urbana y rural, y la contribucin del pltano al consumo diario de carbohidratos es ma-yor en la Costa y la Amazona urbana y rural, en comparacin con las dems subregiones del pas.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U53

    Los resultados de la ENSANUT-ECU muestran que el aceite de palma es el alimento que ms contribuye al consumo diario de grasa total y grasa saturada a escala nacional, este tipo de aceite aporta el 20% del consumo diario de grasas totales a nivel nacional. Las subregi-nes que se destacan por el mayor consumo de aceite de palma son la Amazona urbana y rural. Esto tiene importantes implicaciones para la salud de la poblacin, ya que entre los aceites existentes en el mercado, el de palma constituye uno de los que presenta mayor can-tidad de cidos grasos saturados. La sustitu-cin del consumo de cidos grasos saturados por cidos grasos poliinsaturados reduce sig-nificativamente el riesgo de desarrollar enfer-medades cardiovasculares.

    Con respecto a la fibra, la cual debe ser un componente bsico de toda dieta, se observa que la papa es el alimento que ms contribu-ye a su consumo diario a nivel nacional. Las leguminosas y el pltano ocupan el segundo y tercer lugar, respectivamente. Los datos por subregin indican que en la Sierra urbana y rural, la papa es el alimento que ms contribu-ye al consumo diario de fibra (17.7% y 12.1%, respectivamente), mientras que en la Costa ur-bana y rural el alimento que ms contribuye al consumo diario de fibra es el pltano (11.1% y 14.2%, respectivamente). Finalmente, en Galpagos y la Amazona urbana y rural, las leguminosas son el alimento que ms contri-buye al consumo diario de fibra (10.8%, 17.1% y 13.4%, respectivamente).

    Llama la atencin que frutas como la naranja y el banano, y vegetales como la cebolla y el to-mate ocupen los ltimos puestos entre los ali-mentos que ms aportan al consumo diario de fibra, contribuyendo en su conjunto con ape-nas el 15.9% del consumo diario de fibra en el pas. Las frutas y verduras deberan ser los principales contribuidores de fibra en la dieta.

    5.2.7 CONSUMO PROMEDIO DE FRUTAS Y VERDURAS, POR SEXO Y EDAD A ESCALA NACIONAL

    La Organizacin Mundial de la Salud recomienda el consumo mnimo de 400 g de frutas y verduras al da para la prevencin de enfermedades crnicas no transmisibles y para aliviar deficiencias de varios micronutri-entes en pases en vas de desarrollo (WHO / FAO, 2003). El requerimiento de 400 g dia-rios se satisface al consumir 5 porciones de frutas y verduras al da. Los datos muestran que en el Ecuador el consumo promedio de frutas y verduras tanto en hombres como en mujeres de los distintos grupos etarios no llega a cumplir con las recomendaciones in-ternacionales.

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 54

    Grfico 29. Consumo promedio de frutas y verduras, por sexoy edad, a escala nacional (gramos/da)

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos. Elaboracin: Freire et al.

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U55

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 56Fotografa: Unicef/Ecuador/2008-A021/Manuel Aviles

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U57

    Casi un tercio de la poblacin mundial sufre de deficiencia de micronutrientes, tambin cono-cida como hambre oculta (Micronutrient Ini-tiative, 2009). Se origina primordialmente por el consumo de dietas de baja calidad nutri-cional, caracterizadas por la ingesta predomi-nante de cereales con limitados alimentos de origen animal, ricos en hierro biodisponible y dems micronutrientes claves (Lutter y Rivera, 2003; Dewey, 2007).

    La carencia de micronutrientes tiene repercu-siones importantes en el estado de salud a lo largo del ciclo de la vida, particularmente durante la infancia y el embarazo. Se estima que las deficiencias de vitamina A y zinc son responsables de 0.6 millones y 0.4 millones de muertes respectivamente y juntas representan el 9% de la carga de la enfermedad en la in-fancia a escala mundial (Black et al., 2008). La deficiencia de hierro es la deficiencia nutricio-nal ms comn en el mundo; no solo afecta a la poblacin de pases en vas de desarrollo, sino tambin a la que habita en pases indus-trializados, y a todos los grupos de edad, sien-do los grupos ms vulnerables las mujeres en edad frtil y los nios menores de 5 aos (Joint World Health Organization y Centers for Disea-se Control and Prevention, 2007).

    Tanto la deficiencia de hierro sin anemia, como la anemia afectan a la calidad de vida en di-versas maneras, sus consecuencias han sido estimadas en trminos de menor capacidad de aprendizaje, disminucin del cociente intelec-tual, habilidad cognitiva y desarrollo psicosocial (Beard, 2008; Grantham-McGregor y Ani, 2001). Los nios que sufren de deficiencia de zinc pre-sentan retardo en el crecimiento lineal (Brown, Peerson, Rivera y Allen, 2002). Adems, la falta de zinc altera la respuesta inmune, por lo que su deficiencia se asocia con un aumento en la frecuencia y severidad de la diarrea, as como en enfermedades respiratorias (Aggarwal, Sentz y Miller, 2007). La deficiencia de vitamina A altera el funcionamiento normal del sistema visual, as como el mantenimiento de la funcin celular y el sistema inmune, aumentando la vul-nerabilidad a una serie de enfermedades como la diarrea, el sarampin y las infecciones respi-ratorias (Mayo-Wilson, Imdad, Herzer, Yakoob, y Bhutta, 2011), las cuales constituyen las princi-pales causas de mortalidad entre los nios en los pases de ingresos medios y bajos (Black et al., 2010). La deficiencia de hierro repercute en la economa de un pas, por sus efectos en el desempeo escolar, as como en la disminu-cin de la productividad fsica (Zimmermann y Hurrell, 2007).

    6. ESTADO DE DFICIT Y EXCESO DE

    MICRONUTRIENTES6.1 ANTECEDENTES

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 58

    Al comparar las prevalencias de anemia en-tre 1986 y 2012 se puede observar que la pre-valencia de anemia ha disminuido de forma muy modesta en el transcurso de 26 aos, observndose incluso un incremento de 4 pp

    en el grupo de 24 a 35 meses (Grfico 30). Estos hallazgos evidencian el enorme reto que afronta el pas en disear estrategias efectivas que permitan superar este problema de salud pblica de enormes dimensiones.

    Grfico 30. Comparacin de la prevalencia de anemia en menores de 5 aos (Hb

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U59

    Grfico 31. Prevalencia de deficiencias de hierro y zinc, y valores anormales de vitamina A en menores de 5 aos por edad en meses

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos. Elaboracin: Freire et al.

    Grfico 32. Prevalencia de deficiencias de hierro y zinc, y valores anormales de vitamina A en menores de 5 aos, por quintil econmico y etnia

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin. 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

    Por otro lado, el 17.1% de preescolares a es-cala nacional presenta deficiencia de vitamina A, y se encuentran prevalencias ms altas para los menores de 1 ao. Al analizar la informacin por sexo, se observa una mayor prevalencia de

    deficiencia de vitamina A en hombres respec-to a mujeres, en los quintiles econmicos ms pobres respecto a los de mayores ingresos econmicos, y en poblacin afroecuatoriana en comparacin con otros grupos tnicos.

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  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 60

    *Valor de punto de corte para definir anemia: Adolescentes de 12 a 14 aos: Hb

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U61

    Grfico 34. Anemia (Hb> 12g/dl) y deficiencia de zinc en mujeres en edad frtil de 12-49 aos, por quintil econmico y grupo tnico

    *Valor de punto de corte para definir anemia: Adolescentes de 12 a 14 aos: Hb

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 62

    La prevalencia de anemia en mujeres en edad frtil no vara de manera significativa por quintil econmico, sin embargo, se observa una ma-yor prevalencia en los quintiles de menores in-gresos econmicos. Por otro lado, la afroecua-toriana es la etnia ms afectada por la anemia (19.3%), seguida, con una diferencia de 3.8 pp, por la etnia indgena (15.5%).

    La deficiencia de zinc en las mujeres en edad frtil no presenta mayores diferencias entre quintiles econmicos, sin embargo, llama la

    atencin que la prevalencia en este grupo de edad es ms elevada en el quintil de mayores ingresos econmicos (58.3%).

    Por otro lado, al analizar los datos por grupo tnico, se evidencia que, al igual que la ane-mia, la afroecuatoriana es la etnia ms afecta-da por la deficiencia de zinc (64.2%), contrario a lo que sucede en los menores de 5 aos, en donde los indgenas son los ms afectados por esta deficiencia.

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U63

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U 64Fotografa: Unicef/Ecuador/2008-A079/Manuel Aviles

  • R E S U M E N E J E C U T I V O E N S A N U T - E C U65

    7.1 ANTECEDENTESUn factor de riesgo en salud es cualquier ras-go, caracterstica o exposicin de un individuo que aumente su probabilidad de sufrir una en-fermedad o lesin. Un grupo bien definido de factores de riesgo contribuye con la morbimor-talidad por enfermedades no transmisibles, que a su vez determinan la mayor carga de enfermedad, discapacidad y muerte a escala mundial: la dieta no saludable, la inactividad fsica, la exposicin al tabaco y el consumo de alcohol.

    Entre los aos 1990 y 2010, a escala mundial, las contribuciones de los factores de riesgo a la carga de enfermedad cambiaron sustancial-mente de factores de riesgo que principalmen-te causaban enfermedades transmisibles en nios, a factores de riesgo que causan enfer-medades no transmisibles en los adultos (Lim. et al., 2012). Se trata de factores de riesgo modificables, cuyo comportamiento debe ser comprendido en el marco del ciclo de la vida, como un insumo central en la formulacin y monitoreo de polticas pblicas en salud. Es as como, en los nios, factores como la per-cepcin de calidad de vida, la accidentalidad, el tiempo dedicado a la televisin y a los vi-deojuegos, y las conductas relacionadas con la salud oral se constituyen en factores que en su conjunto deben ser abordados tambin en el mbito de los determinantes.

    La ENSANUT-ECU describe la presencia de factores de riesgo para la poblacin de 5 a 59 aos, clasificados en cuatro grupos de edad. Se reporta as el comportamiento referido a le-siones accidentales no intencionadas, preven-cin en salud oral y percepcin de calidad de vida (escolares de 5 a 9 aos); los hbitos de consumo de alimentos procesados y prcticas de dieta, higiene (poblacin de 10 a 19 aos) y las frecuencias del consumo de comidas pre-paradas fuera de casa hasta los 59 aos, y en poblacin de 10 a 59 aos se reportaron los hbitos de consumo de tabaco y de alcohol.

    7.2 RESULTADOS7.2.1 LESIONES ACCIDENTALES EN

    ESCOLARES DE 5 A 9 AOS

    En Ecuador, 38% de los nios de 5 a 9 aos han sufrido cadas desde su propia altura y 11.7% recibieron golpes en los ltimos 15 das previos a la encuesta. En esta poblacin la prevalencia de personas que han sufrido ac-cidentes de trnsito como pasajero y peatn declarado por las madres es 0.3%, debiendo mencionarse a este respecto que en el Ecua-dor los accidentes de trnsito corresponden al 21.7% del total de causas de muerte en los nios y nias (INEC, 2011).

    La accidentalidad general (estructurada a par-tir de las siete opciones consultadas: cadas,

    7. FACTORES DE RIESGO EN POBLACIN DE 5 A 59 AOS

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    Grfico 35. Prevalencia de accidentalidad en la poblacin de 5 a 9 aos a escala nacional, segn causas y lugar del accidente

    *Cadas, quemaduras, golpes, intoxicaciones, mordeduras de animales, cortes, accidentes de trnsito como peatn y como pasajeroFuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

    quemaduras, golpes, intoxicaciones, morde-duras de animales, cortes, accidentes de trn-sito como peatn y como pasajero) declarada por las madres o tutores es del 45%. El lugar donde se producen los accidentes es la casa, en 57.1% de los casos, seguida de la escuela (29.8%). En los diversos accidentes (golpes,

    cadas, accidentes de trnsito, accidentalidad general) los hombres tienen la mayor preva-lencia. En los resultados de la ENSANUT-ECU, las prevalencias de golpes y cadas fueron mayores en el quintil 5, o de mayores recursos econmicos, y menores en el quintil econmi-co 1 o de menores recursos econmicos.

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    La Organizacin Mundial de la Salud define a la salud oral como la ausencia de caries dentales, enfermedades periodontales, dolor oro-facial, lceras bucales, prdida de dien-tes y otras enfermedades que afectan a la ca-vidad bucal. Estos trastornos comparten fac-tores de riesgo con las cuatro enfermedades crnicas no transmisibles ms importantes por su frecuencia. En la poblacin ecuatoria-na de 5 a 9 aos, seis de cada diez nias y ni-os (65.8%) han acudido al dentista en los 12 meses previos a la encuesta, valor que se ale-ja de la recomendacin internacional de que todo nio tenga una visita anual. El motivo de

    consulta fue por prevencin (que incluye se-llamiento, fluorizacin, limpieza y revisin) en un 69.3% y por tratamiento, el 30.7% (dolor de muela o diente, extraccin, ortodoncia y aten-cin de emergencia).

    El motivo principal por el que no acuden al dentista las nias y nios es por considerar que no es necesario (54,6%), seguido de la falta de tiempo en los padres. Las nias y los nios afroecuatorianos, montubios e indge-nas son los que menos acuden al dentista; as como tambin la poblacin que se ubica en el quintil ms pobre (Q1).

    7.2.2 SALUD ORAL

    Grfico 36. Motivo principal de consulta y no consultaal dentista en poblacin de 5 a 9 aos

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

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    (a) Motivo de la consulta (b) Motivo por el que no ha ido al dentista

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    La calidad de vida relacionada con la salud es un constructo que valora el bienestar fsi-co, mental y social de las personas, y per-mite identificar a la poblacin en riesgo en trminos de su salud subjetiva. Las pregun-tas de calidad de vida fueron realizadas a la madre o acompaante del nio o nia parti-cipante, basadas de la versin espaola del KIDSCREEN-52 (Berra, 2013). Se hace as una aproximacin a la construccin de una escala de calidad de vida que busca moni-torear las vulnerabilidades en trminos de salud fsica, mental y social en nias y nios de 5 a 9 aos.

    La mayor cantidad de respuestas sobre la calidad de vida de los nios percibida por

    las madres o tutores corresponde al grupo de respuestas 1, que constituye la mejor opcin de respuestas (por ejemplo, la nia y el nio siempre se han sentido bien, ale-gres, felices, nunca se han sentido tristes o solos, siempre han tenido tiempo para s mismos, etc.), la prevalencia a escala na-cional es de 36.8%. El grupo de respuestas sobre calidad de vida que tiene la ms baja frecuencia de las mejores situaciones se concentran en el cluster 4, con el 8% (mu-jeres 6.2%; hombres 9.6%), con respuestas como que algunas veces la nia o el nio se ha sentido triste, solo, le ha dicho alguien que le pegara y ha sido desobediente para salirse con la suya.

    7.2.3 CALIDAD DE VIDA PERCIBIDA POR LA MADRE

    Grfico 37. Calidad de vida1 en la poblacin de 5 a 9 aos, a escala nacional

    1Escala de calidad de vida: 1. Mejor calidad de vida; 5. Peor calidad de vida.Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.

    Elaboracin: Freire et al.

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    El 81.5% de los adolescentes encuestados de 10 a 19 aos refieren haber consumido bebi-das azucaradas (gaseosas o bebidas energi-zantes, o jugos procesados) en el perodo de 7 das anteriores a la encuesta, siendo an ma-yor el consumo en el grupo de 15 a 19 aos (84%). La mitad (50.5%) de los adolescentes encuestados refiere el consumo de comida rpida como papas fritas, hamburguesas, sal-chipapas, hot dogs, pizza, etc., en los 7 das anteriores a la encuesta; mientras el consumo de snacks salados y dulces en dicho perodo

    llega a un 64% de la poblacin adolescente encuestada.

    Los resultados de la ENSANUT-ECU indican que el quintil 5 se observan las prevalencias ms altas de consumo de gaseosas y otras be-bidas (88.8%), comida rpida (62.7%) y snacks (71.2%). El quintil econmico 1 (pobre) presen-ta la prevalencia ms baja de consumo de ga-seosas y otras bebidas (71.9%), comida rpida (40.2%) y snacks (58.4%).

    7.2.4 HBITOS DE CONSUMO DE ALIMENTOS PROCESADOS (GASEOSAS Y OTRAS BEBIDAS, COMIDA RPIDA, Y SNACKS DE SAL Y DULCE)

    Grfico 38. Prevalencia de consumo de alimentos procesados (gaseosas y otras bebidas, co-mida rpida y snacks) en la poblacin de 10 a 19 aos a escala nacional, por grupos de edad

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

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    7.2.5 LIMPIEZA DE LOS DIENTES Y EL LAVADO DE MANOS

    El 43.2% de los adolescentes ecuatorianos de 10 a 19 aos declaran que siempre se lavan las manos antes de comer y el 68.6% despus de ir al bao, siendo las mujeres las que presentan mayores proporciones. El 55.5% de los adolescentes declaran usar ja-bn para lavarse las manos. El 60.4% de los adolescentes que se ubican en el grupo ms rico (quintil econmico 5) declaran usar siem-pre el jabn, a diferencia del 47.2% del quintil 1 (ms pobre).

    El Grfico 39 muestra que el cepillado de dientes, tres veces al da, es declarado por el 34.4% de los adolescentes, y en el rea ur-bana (35.9%) ms que en la rural (31.5%). Al desagregar la informacin por sexo las mu-jeres se cepillan los dientes ms frecuente-mente que los hombres (39.6% vs. 29.3%). Los datos de la ENSANUT-ECU indican que la poblacin adolescente no mantiene el hbito higinico dental que ha sido probado como el idneo para la prevencin de enfermedades dentales.

    Grfico 39. Cepillado dental en los ltimos siete das en la poblacinde 10 a 19 aos, por rea de residencia

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

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    El Grfico 40 muestra que la proporcin de adolescentes de 10 a 19 aos que decla-ran haber probado el tabaco alguna vez en la vida es de 14.5%, siendo 19.8% hombres y 9.1% mujeres. Entre aquellos adolescen-tes que alguna vez han consumido tabaco, 28.4% declaran ser consumidores actuales, es decir, fumaron al menos un tabaco en el ltimo mes. La frecuencia de consumo de ta-

    baco en los miembros del hogar del partici-pante fue de 27.6%. El 59.8% de los jvenes de 10 a 19 aos responde que definitivamen-te diran a un amigo que apague el cigarrillo, con diferencias importantes en el sexo (4.6% de los hombres y 65.2% de las mujeres), es decir, los hombres son ms permisivos con el consumo por parte de sus amigos, res-pecto a las mujeres.

    7.2.6 CONSUMO DE TABACO EN POBLACIN DE 10 A 19 AOS

    Grfico 40. Consumo de tabaco en poblacin de 10 a 19 aos, a escala nacional.

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos. Elaboracin: Freire et al.

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    Al desglosar la informacin por grupos de edad y sexo, se observa que el 36.2% de las adoles-centes femeninas y el 33.2% de los adolescentes masculinos iniciaron su consumo a los 14 o 15 aos, y aproximadamente el 50% iniciaron el consumo de tabaco a partir de los 16 aos.

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    El 45.6% de los adolescentes de 10 a 19 aos declara haber consumido alguna vez bebidas que contienen alcohol. Para el gru-po de 10 a 14 aos es 21.3%, mientras que para el grupo de 15 a 19 aos es 71.7%. Los grupos tnicos con las prevalencias ms al-tas son los autodefinidos afroecuatorianos (49.5%) seguidos de los mestizos, blancos y otros (47.4%). Entre aquellos participantes que refirieron haber consumido alcohol al-guna vez, 25.2%, informaron adems sobre el consumo de alcohol en los 30 das ante-riores a la encuesta (en hombres es 32.4% y en mujeres 17.1%). Para el grupo de 10 a 14 aos es 9.9%, mientras que para el grupo de 15 a 19 aos es 30%.

    Grfico 42. Prevalencia de inicio de consu-mo de alcohol en la poblacin de 10 a 19

    aos a escala nacional, por grupos de edad

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y

    Censos.Elaboracin: Freire et al.

    Grfico 41. Prevalencia de inicio del consumo de tabaco en la poblacin de 10 a 19 aos a escala nacional, por grupos de edad y sexo

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

    7.2.7 CONSUMO DE ALCOHOL EN POBLACIN DE 10 A 19 AOS

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    Grfico 43. Prevalencia de embriaguez a escala nacional en la poblacin de 10 a 19 aos que ha consumido alcohol

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y Censos.Elaboracin: Freire et al.

    7.2.8 CONSUMO DE TABACO EN POBLACIN DE 20 A 59 AOS

    Con relacin a la embriaguez, la poblacin de 10 a 19 aos que responde haber con-sumido alcohol alguna vez en la vida, 34.4%

    reporta haberse embriagado alguna vez, y se registra una prevalencia ms alta en hom-bres (39.5%) que en las mujeres (28.7%).

    En la poblacin ecuatoriana de 20 a 59 aos, 55.1% declara haber probado tabaco alguna vez en la vida. Esta prevalencia en hombres es 80.8% y en mujeres 30.9%. Entre aque-llas personas de 20 a 59 aos que declaran haber fumado alguna vez, la prevalencia del consumo actual de tabaco es 31.5%, siendo en hombres 38.2% y en mujeres 15%.

    Grfico 44. Prevalencia de haber probado tabaco alguna vez y de fumar en la actuali-dad en poblacin de 20 a 59 aos, por sexo

    Fuente: Encuesta Nacional de Salud y Nutricin 2011-2013. Ministerio de Salud Pblica. Instituto Nacional de Estadstica y

    Censos.Elaboracin: Freire et al.

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