Trabajo Especial Domiciliario - 2001: Una Odisea Espacial

Federico S. Festa, Maximiliano Zeller

En la primera escena de la película, llamada “el amanecer del hombre”, se puede

observar una representación acerca de una conjetura del origen del hombre como ser

cultural, la primera manifestación que convierte al mono en humano, en ella podemos

observar un grupo de homínidos en un desierto que tienen contacto con un extraño

monolito que ejerce un poder de atracción misterioso para el espectador. Lo que se quiere

destacar en la escena es la creación o invención de una primera técnica con una herramienta

muy simple, un hueso, que servirá tanto para defender el territorio como para atacar a otros

dándole una ventaja adaptativa significativa a dicho grupo de homínidos frente a sus

competidores ya que les permite un acceso privilegiado a los nuevos territorios y recursos

naturales escasos por los cuales compiten. A diferencia de todo el resto de adaptaciones

naturales, esta es una adaptación producto de la cultura, de un uso intencional consciente

por parte del homínido, es un saber que debe ser transmitido de generación en generación

para que pueda ser utilizado ya que no se cristaliza en los genes.

Llama mucho la atención en la primera escena y a lo largo de sus otras dos apariciones en

toda la película la presencia del monolito que pareciera dirigir a la humanidad hacia los

nuevos saberes catalizando las capacidades humanas, pero también los llevaría hacia cosas

no deseables éticamente, por lo tanto podría verse una analogía con el fruto del árbol del

conocimiento descripto en la biblia, el ser humano como animal viviría en un paraíso que es

corrompido por su afán de conocimiento y ahora debe pagar el pecado con el castigo del

trabajo. Este hecho crucial que permite separar a los humanos de los animales es el que

inicia la pre-historia del mismo, dado que los animales no tienen historia. Así, con un

simple hueso destinado intencionalmente para un fin que no fue creado, se iniciaría un

largo camino de avances culturales técnicos, artísticos y científicos que daría origen al

inmenso mundo humano que conocemos hoy en día. Esto último se ve reflejado

brillantemente en la película con la transformación del hueso en la nave espacial, desde que

el hombre inventó la primera técnica hasta el último invento tecnológico su naturaleza, más

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específicamente su capacidad cerebral, prácticamente no ha cambiado, solo era una

cuestión de tiempo el llegar a donde llegamos hoy en día.

Pero toda esta historia debe ser reconstruida ya que no es tan sencillo ver como se llegó de

un simple hueso a las tecnologías que conocemos hoy, para ello es menester dar cuenta de

los hechos significativos que propiciaron el mundo tal cual lo conocemos. A grandes rasgos

podría enumerarse como la primera gran invención a la agricultura que produce la

revolución neolítica y trastoca toda la vida social del hombre llevándolo a asentarse en

pueblos que se unirían entre sí abarcando grandes territorios dando lugar a las grandes

civilizaciones y produciendo una casta libre del trabajo manual que puede dedicarse

exclusivamente a cuestiones tanto científicas como artísticas o técnicas. El crecimiento de

la población y el poder de comunicación harían que el avance de los conocimientos se

produjera cada vez más rápido y todo pueblo o comunidad humana que quedara fuera de

dichos avances sería conquistado, exterminado o marginado.

Cabe destacar al pueblo griego como fuente principal de la civilización occidental, allí se

originaría tanto la ciencia como la filosofía, el hombre una vez liberado de sus necesidades

materiales y sin una respuesta clara y dogmática empieza a reflexionar acerca de las

grandes preguntas acerca de la existencia del mundo y de él mismo, esto lo lleva a proponer

distintas teorías cosmogónicas acerca del origen del universo, la razón del movimiento de

los astros bajo una mirada lógica y racional ya que el movimiento de los mismos era regular

y no caótico. Durante los siguientes dos mil años se discutirán y reformularán las

propuestas hechas por los grandes sabios de esa época, triunfando en el nivel cosmológico

el modelo geocéntrico aristotélico/ptolemaico por sus grandes aplicaciones prácticas. Pero

en el siglo XVI se producirá una ruptura muy fuerte con el pasado, se descubre un nuevo

continente del que nada habían dicho los antiguos, se reeditan textos escépticos acerca de la

fiabilidad del conocimiento, se realiza la reforma protestante bajo la consigna de que uno

mismo debe ser el intérprete de la obra de Dios y bajo todo ese contexto nace la teoría

heliocéntrica copernicana que no es atendida verdaderamente hasta el siguiente siglo por

Galileo Galilei y Kepler que desembocarían en la física Newtoniana, paradigma de toda

teoría científica. Cada avance técnico le permitía al ser humano obtener mayores ventajas

sobre la naturaleza, pero es en la modernidad donde más cabalmente se expresa el

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sentimiento del deber de dominio de la naturaleza explicitado por Bacon y Descartes. Es

por ello que en la modernidad se da una aceleración del conocimiento científico y técnico

que se refleja con en la revolución industrial y el nacimiento de las ramas científicas

independientes que conocemos hoy en día, la química, la biología, la sociología, etc.

Entre otros grandes hitos científicos necesarios para llegar al punto en donde estamos hoy

en día podemos mencionar a Hooke y los descubrimientos de la célula y la ley de

elasticidad, Lavoisier fundando la química moderna con la ley de la conservación de la

masa, James Watt y la máquina de vapor, Linneo y su clasificación de las especies

biológicas, Lagrange y la reformulación de la mecánica clásica como mecánica analítica,

Dalton y el atomismo, Darwin y el origen de las especies, Mendel y la genética,

Mendeleiev y la tabla periódica de los elementos, Maxwell y el electromagnetismo como

hecho clave para el desarrollo de toda la tecnología del siglo XX, Einstein y la relatividad,

Bohr (y etc.) la mecánica cuántica , Watson y Crick y la doble hélice del ADN, Turing y la

computación que sería fundamental para cualquier tecnología venidera, incluidos los viajes

espaciales. Para llegar a construir una nave espacial se necesita la colaboración de distintos

científicos e ingenieros especializados en distintos campos, pero también se necesita de

todo un aparato industrial imposible de pensar fuera de una sociedad fabril dedicada a la

producción masiva de productos y de una capacidad de inversión que difícilmente pueda

lograr una sociedad pre-industrial, por lo tanto no solo se necesita del conocimiento

científico-tecnológico.

En la escena en cuestión, reseñada anteriormente, pueden encontrarse diversas referencias a

conceptos que son tratados bajo perspectivas particulares como el caso de la técnica que

adquiere un carácter procedimental en el que un grupo de individuos poseen la habilidad de

utilizar elementos de la naturaleza con fines específicos determinados conscientemente.

Además, esta destreza se diferencia cualitativamente de una cuestión biológica o natural

dado que debe ser aprendida y desarrollada en la propia práctica pero no de manera

instintiva sino voluntariamente. La naturaleza es, entonces, comprendida como el conjunto

de aquello que existe en el mundo en cuya producción o modificación no interviene

intencionalmente el ser humano sino que interactúa con ella, a fines de comprenderla pero

principalmente de obtener los recursos necesarios para la supervivencia. Pero la cuestión

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que aborda primordialmente es la noción de progreso en la medida en que sugiere la

existencia de algún tipo de correlación entre el hueso y la nave espacial, es decir, plantea

una continuidad que muestra la presencia de algo en común entre estos dos objetos y a la

vez muestra que difieren en una cuestión de grado, su complejidad. En este sentido los

primates, que están representados como pertenecientes a la etapa evolutiva previa al

nacimiento de la especie humana, llevan una existencia subordinada a las fuerzas de la

naturaleza que los rodean, de las que no son más que víctimas indefensas. La utilización del

hueso para cazar otras especies animales o luchar por los recursos con otros grupos de la

misma especie constituye un quiebre en esta forma de vida, ya que permite, en un nivel

muy básico, el dominio de la naturaleza a través del empleo de instrumentos. Esta es la

cualidad común tanto del hueso como de la nave espacial, su utilización con la finalidad de

comprender, controlar y emplear en su favor las misteriosas fuerzas de la naturaleza. Es

claro entonces que se está en presencia de una concepción lineal de progreso, cuyo rasgo es

la mejora o el avance en cierta dirección que permite aumentar la complejidad, la

aplicabilidad, etc. de los instrumentos pero que mantiene las premisas básicas. Esta es la

noción de progreso que subyace a la escena que a través de una poderosa metáfora visual

logra condensar no sólo millones de años de evolución sino también la trascendencia del

uso de instrumentos en el desarrollo de la especie humana.

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