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LAS CASAS PINTADAS DE BIZKAIA. Pintura figurativa externa en los edificios civiles del Antiguo Régimen ROBERTO ASPIAZU PINEDO 14 La utilización de la pintura con mo- tivos figurativos en el exterior de los edificios es una práctica poco común dentro de la historia de la construc- ción, reservada para los interiores de las iglesias y palacios. Pero a pesar de ello contamos con múltiples ejemplos de edificios con los exteriores pintados con preten- siones decorativistas de gran belle- za. En general se disponen en cons- trucciones que conjugan inspiracio- nes populares con otras de la arqui- tectura de estilo. El carácter endeble y poco durade- ro de las obras pintadas al exterior, nos hace pensar que a los ejemplos que subsisten se deben sumar los que desaparecieron, cuyo conoci- miento aumentará según se vayan explorando los archivos municipales y de protocolos, para hacemos una idea del empleo que tuvo la pintura decorativa externa. En el catálogo monumental del Te- rritorio de Bizkaia aparece una des- tacable serie de construcciones civi- les con pinturas o restos de pinturas figurativas cubriendo algunas de sus paredes exteriores. Según su fun- ción, los edificios se pueden clasifi- car en públicos y privados , refirién- dose los primeros principalmente a las casas consistoriales y los segun- dos a palacios, casas urbanas y ca- seríos. Las mostraremos siguiendo un or- den cronológico. 1. CASERIO OLAZARRE Lezama Este caserío de Lezama ha sido señalado por los autores de la colec- ción «Bizkaia. Arqueología, Urbanis- mo y Arquitectura Histórica», como un caso único en la arquitectu ra rural del territorio. Su singularidad no se debe a la estructura o disposición del edificio sino a los motivos decorati- vos que resaltan la fachada principal. Esta consta de tres alturas, la inferior aparejada en sillar y el resto en ladri- llo, donde se recibe un revestimiento moldeado en yeso con motivos ar- quitectónicos barrocos clasicistas: órdenes superpuestos de pilastras cajeadas. La parte superior recibe un pincelado con motivos decorat ivos. Los autores antes citados sitúan este edificio a finales del siglo XVII se- ñalándolo como muestra de las pro- fundas relaciones entre la arquitectu- ra culta y popular durante el barroco . Estas pinturas decorativas de mo- tivos geométricos son los ejemplos más antiguos que se conservan de pintura externa en Bizkaia. 2. CASA Larrabetzu, Errebales n.O 14 Muestra el número 14 de la calle Errabales una casa urbana alineada. Es un severo edificio de finales del si- glo XVII, con decoración pintada de motivos heráldicos y geométricos. 3. PALACIO DE RISCAL O GORTAZAR Areatza, Gudarien Plaza Localizado en la Gudarien Plaza de la villa de Areatza , probablemente está situado en el solar de una anti- gua torre medieval, dispuesta en la primera línea de la muralla que ro- deaba la villa. El edificio que podemos contem- plar hoy es un bloque rectangular or-

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Page 1: en los edificios civiles del Antiguo Régimen

LAS CASAS PINTADASDE BIZKAIA.Pintura figurativa externaen los edificios civilesdel Antiguo RégimenROBERTO ASPIAZU PINEDO

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La utilización de la pintura con mo­tivos figurativos en el exterior de losedificios es una práctica poco comúndentro de la historia de la construc­ción, reservada para los interiores delas iglesias y palacios.

Pero a pesar de ello contamos conmúltiples ejemplos de edificios conlos exteriores pintados con preten­siones decorativistas de gran belle­za. En general se disponen en cons­trucciones que conjugan inspiracio­nes populares con otras de la arqui­tectura de estilo.

El carácter endeble y poco durade­ro de las obras pintadas al exterior,nos hace pensar que a los ejemplosque subsisten se deben sumar losque desaparecieron, cuyo conoci­miento aumentará según se vayanexp lorando los archivos municipalesy de protocolos, para hacemos unaidea del empleo que tuvo la pinturadecorativa externa.

En el catálogo monumental del Te­rritorio de Bizkaia aparece una des­tacable serie de construcciones civi­les con pinturas o restos de pinturasfigurativas cubriendo algunas de susparedes exteriores. Según su fun­ción, los edificios se pueden clasifi­car en públicos y privados , refirién­dose los primeros principalmente alas casas consistoriales y los segun­dos a palacios, casas urbanas y ca­seríos.

Las mostraremos siguiendo un or­den cronológico.

1. CASERIO OLAZARRELezama

Este caserío de Lezama ha sidoseñalado por los autores de la colec­ción «Bizkaia. Arqueología, Urbanis-

mo y Arquitectura Histórica», comoun caso único en la arquitectura ruraldel territorio. Su singularidad no sedebe a la estructura o disposición deledificio sino a los motivos decorati­vos que resaltan la fachada principal.Esta consta de tres alturas, la inferioraparejada en sillar y el resto en ladri­llo, donde se recibe un revestimientomoldeado en yeso con motivos ar­quitectónicos barrocos clasicistas:órdenes superpuestos de pilastrascajeadas. La parte superior recibe unpincelado con motivos decorat ivos.

Los autores antes citados sitúaneste edificio a finales del siglo XVII se­ñalándolo como muestra de las pro­fundas relaciones entre la arquitectu­ra culta y popular durante el barroco .

Estas pinturas decorativas de mo­tivos geométricos son los ejemplosmás antiguos que se conservan depintura externa en Bizkaia.

2. CASALarrabetzu, Errebales n.O 14

Muestra el número 14 de la calleErrabales una casa urbana alineada.Es un severo edificio de finales del si­glo XVII, con decoración pintada demotivos heráldicos y geométricos.

3. PALACIO DE RISCALO GORTAZARAreatza, Gudarien Plaza

Localizado en la Gudarien Plazade la villa de Areatza , probablementeestá situado en el solar de una anti­gua torre medieval, dispuesta en laprimera línea de la muralla que ro­deaba la villa.

El edificio que podemos contem­plar hoy es un bloque rectangular or-

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ganizado interiormente en cuatro al­turas : el nivel de calle, una entreplan­ta , el piso noble y el camarote. Peroal exterior sólo se manifiestan dos ni­veles cuya separación se marca en lafachada principal con una imposta degola. El piso inferior está construidocon piedra sillar, correspondiente auna obra de hacia 1570 , mientrasque el plano superior está realizadoen ladrillo enlucido, obra de hacia1650. Esta zona es la que recibe ladecoración pintada un siglo después.Estas fechas las conocemos graciasal trabajo inédito de Santana Ezque­rra sobre este pueblo de Arrat ia.

La decoración se dispone en todoel espacio entre los vanos y hasta elalero del tejado. La posic ión centralla ocupa el escudo de armas de Ville­la-Gortazar, Cirarruista y Ocerin, en­tre cortinajes y flanqueado por dosamplios rollos con una leyenda herál­dica, que Ybarra y Bergé ofrece ensu obra sobre los escudos de Vizca­ya. A ambos lados aparecen dos fi­guras de guerreros vest idos «a la ro­mana», con casco emplumado. El dela derecha con calzón y capa cortahaciendo ademán de desenvainar; elotro con faldellín y peto de cuero , ha­ciendo sonar un cuemo. Los cincovanos de la planta noble van enmar­cados por pilastras y coronados porfrontones mixtilíneos part idos, sobrezapatas avolutadas de color carmesí.Los vanos van rematados con fuen­tes de frutas y vegetales dispuestassobre pedestales .

No existe documentación conoci­da que permita fechar o atribuir es­tas pinturas , por lo que debemosacercamos por el camino del estudioestilístico y geneológico. Desde estepunto de vista, estudiado por Allen­desalazar Ormaechea en su trabajosobre el palacio, la obra puede atri­buirse a la voluntad de don José An­tonio Hurtado de Amézaga , quien en1730 contrajo matrimonio con doñaMaría Josefa de Vildósola , herederadel solar. Hurtado de Amézaga nacióen Bilbao en 1693, fue educado en laAcademia de Nobles de Luneville, enla Lorena francesa , y alcanzó la Cruzde Alcántara a los 16 años. Tras sucasamiento con la heredera del ve­tusto palacio de Riscal decidió enri­quecerlo haciendo pintar los motivosdescritos , ensalzando la nobleza desus orígenes a través de las referen­cias más clásicas: las que aluden alos patric ios romanos .

4. PALACIO BIDARTEMarkina-Xemeín

Se localiza la torre y palacio de Bi­darte en el prop io límite con la ante-

iglesia de Etxebarría, disfrutando deuna posición de villa suburbana decarácter palaciego. El aspecto actualdel edificio se debe a obras de diver­sas épocas. Hacia 1547 se comienzaa disponer estancias palaciegas alre­dedor de la torre-fuerte, construyen­do muros de sillar y abriendo la puer­ta principal. En el siglo XVIII se refor­ma y amplía notablemente el edificio,al levantar la parte superior de ladrilloen 1737. La fachada principal pre­senta tres alturas ; las dos inferiores ,realizadas en sillar, acogen el bajo yel piso noble; separada por una im­posta, la planta superior es de ladrilloy es la que recibe las pintu ras.

Están realizadas con fresco sobremortero de cal y arena, el dibujo esinciso , marcado con punzón y em­plea colores ocres , tierras, rojos ygrises .

El motivo central es el escudo dearmas de los Murga rodeado de ro­calla, festones y hojas. La obra estáen muy mal estado pero Ybarra yBergé reproduce un dibujo que seconserva en el archivo familiar y quemuestra las armas. La pintura deco­rativa ocupa los enmarques de losvanos con motivos arquitectónicos fi­gurados: pilastras y frontones cur­vos , veneras y hojas avolutadas do­radas . El fondo del muro se pinta si­mulando sillares almohadillados. Enel arco del acceso principal , sobre elescudo de Bidarte de la clave se en­cuentra pintada una imagen de la Vir­gen.

Gracias al traba jo inédito de Loren­zo Villamor conocemos la fecha delas obras de ampliación y de las pin­turas del palacio de Bidarte , corres­pondien tes con la toma de posesióndel mismo por vía matrimonial de donFrancisco Xabier de Murga y Aranda,casado con doña María Ignacia deAndoanegui y Zaldua , señora de latorre de Bidarte .

5. PALACIO DE ANSOTEGUIMarkina-Xemeín, Erdikokale

El trabajo inédito de Lorenzo Villa­mor nos da a conocer las pinturasque existieron en el palacio de Anso­tegi, situado en la prop ia trama urba­na de la villa de Mark ina. Este anti­guo palacio gótico consiguió dispo­ner a mediados del siglo XVIII de unjardín privado en el terreno que colin­daba con la muralla . La fachada quedaba a este espacio iba pintada conmotivos geométricos de puntas dediamante . Estas pinturas han des­aparecido .

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6. PALACIO DE GUERRAOICAZALarranetzu, Plaza

Se encuentra en la plaza de la villade Larrabetzu , ocupando un lugarpreeminente en el espacio urbano. Elpalacio es un edificio rectangularexento que cuenta Con tres nivelesde habitación: la planta baja con elacceso centrado , la noble con trespuertas-ventanas unidas por un bal­cón de forja y la planta superior contres ventanas. En la fachada princi­pal el muro va aparejado en sillarejohasta el piso superior, donde elmampuesto se prepara para recibir ladecoración pintada.

Todo el nivel superior de la facha­da forma un gran friso pintado en­marcado por una orla de hojas deacanto doradas . Las dos ventanas yel balcón antepechado se resaltanpor la misma orla enriquecida por fi­guraciones arquitectónicas de vene­ras y hojas avolutadas, cartelas ymarcos dorados . El fondo está for­mado por una escena continua demotivos campestres. Este fondo sólose muestra en los laterales, puestoque los dos huecos centrales estánocupados por los escudos rodeadosde rocalla, festones , lanzas, cañonesy banderas; sus armas han sido alte­radas al cambiar de dueños la casa.Antes lucían los símbolos de los Gue­rra y hoy en día se pueden apreciarlos de Olea, Aguirre e lcaza, segúnYbarra y Bergé. El resto de la deco­ración se ha mantenido. El friso defondo aparece en los laterales condos escenas que muestran variosanimales, un jabalí, un rinoceronte ytres toros , con árboles, personas ycasas al fondo .

En el zaguán del palacio se ve pin­tado un heraldo a caballo llevando unasta en la mano con la filacteria enque se lee el lema de los Guerra:«Traiga la paz quien quisiera, que porguerra yo guardaré mi tíerra .s

No conocemos documentaciónque despeje los orígenes de las pin­turas de este palacio. Se puede rela­cionar con la figura de don Tomás deGuerra, alcalde de la villa, casadocon doña María de Oca, y su nietodon Juan Antonio de Gaztelu y Jau­requizuría, bautizado en 1741, quefue guardia marina de la Real Arma­da. A diferencia de Riscal, lcaza pa­rece levantado y pintado en la mismaépoca: en la segunda mitad del si­gloxvlIl.

7. PALACIO DE ANGULERILarrabetzu

Dispuesto en un cruce de caminosa la salida de la villa de Larrabetzu, el

pequeño palacio de Angulari es uncaso fuera de lo común dentro delpanorama de la arquitectura de Biz­kaia.

Se trata de un edificio clasicistaexento, de planta rectangular y frutode obras de varias épocas. Fueconstru ido en 1634, según SantanaEzquerra en su estudio sobre SanEmeterio y San Celedonio de Goiko­lejea, con tres plantas y dos accesosmediante escaleras externas , uno encada fachada. La fachada que da aljardín acoge un escudo tallado enpiedra con las armas de los Meabe.El muro que mira a la villa dispone deuna galería acolumnada cuyo frisosuperior recibe la decoración pin­tada.

Esta es de mucho menor compli­cación que las descritas hasta ahora,puesto que constan simplemente deun cuadro central marcado con unacenefa mixtilínea, que encierra unacruz rematada en medias circunfe­rencias y la fecha «1777». El restodel paño se decora con motivos geo­métricos que simulan ladrillo, enmar­cando todo ello en una cenefa ex­terna.

Según la investigación de GangoitiL1aguno sobre este palacio la promo­ción de las pinturas corresponde adon José de Olazabalaga y Sáez deAmarica, quien casó con doña Catali­na de Malquarto y Olartecoeches ycompró la casa en 1776.

8. PALACIO DE OQUENDODE ARRIBASopuerta

Situado junto al de Oquendo deAbajo en el barrio de El Carral en elConcejo de Sopuerta, es un bloquerectangular exento cuya fachadaprincipal luce 10$ escudos armeros ylas laterales se asoman una al cami­no y la otra al jardín que compartecon el palacio vecino.

Ambos palacios se deben al matri­monio formado por don Miguel Anto­nio de Oquendo y Garay y doña An­tonia Cipriana de Murga Alcedo yOchoa hacia 1761. Oquendo fue ofi­cial mayor de la Contaduría de Millo­nes y tenía su residencia en Madrid.

En la fachada privada del jardínse encuentra el trampa-ojo (etrom­pe I'oeib) más original de la pinturadecorativista vizcaína: en el nivel dela planta noble, en la zona más cer­cana a la esquina con la delantera, laserie de ventanas se completa falsa­mente con dos figuraciones de estosvanos colocadas en su lugar corres­pondiente. En la del extremo se aso­ma don Miguel de Oquendo, tocadocon sombrero de tres picos y peluca;

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Palacio Oquendo de Arriba . Sopuerta.

apoya un brazo en el alféizar y con elotro se arregla el sombrero mientrasmira hacia la derecha. En la ventanacontigua su esposa, doña AntoniaCipriana de Murga, con un brazo al­zado en la jamba y ei otro apoyado,está mirando hacia la izquierda demanera que sus miradas se cruzan.

Se trata de una broma visual queretoma la costumbre de retratarseque siempre habían adoptado los pa­tronos en retablos, capillas o meda­llones. Se completan mediante pintu­ra los sillares que forman los esqui­nazos, vanos e impostas, regulari­zando sus límites.

9. PALACIO DEALLENDESALAZAR (Desaparecido)Gemika

El desaparecido palacio de losAllendesalazar en la villa de Gernikase situaba en las confluencias de lascalles Urioste y Artecalle, en un am­biente plenamente urbano.

Ocupaba un privilegiado solar enesquina y constaba de tres nivelesde habitación y camarote, mientrasque al exterior sólo se manifestabauna planta baja aparejada en silleríay la planta noble. Esta y el nivel devanos del camarote llevaban la obrade ladrillo enyesada y dispuesta paraacoger decoración pintada en lasdos fachadas públicas.

En la más corta se abría el accesoy otros vanos algo desordenadosmientras el muro más largo recibíauna amplia «Ioggia» acolumnada enel piso noble, además de un balcón yuna ventana.

Por el aspecto del edificio aprecia­do a través de los documentos foto­gráficos que nos han llegado, parece

una construcción con varias fases yacomunes a otros palacios conocidos:una primera realizada en sillar y lleva­da a cabo a mediados del siglo XVI,quizá sobre un solar más antiguo, yuna ampliación importante realizadacon ladrillo a mediados del siglo XVII.Este palacio fue derruido a principiosdel siglo XX y su escudo fue traslada­do al que la familia poseía en la cer­cana anteiglesia de Luna.

Las pinturas ocupaban todos losespacios entre vanos de las dos fa­chadas externas del edificio e ibanorganizadas en dos niveles, corres­pondiente el inferior a la planta nobley el superior al camarote. Las esce­nas se enmarcaban mediante cene­fas en espacios rectangulares de di­ferentes tamaños buscando una or­ganización simétrica, al estilo de losgabinetes de pintura de caballete.

En la fachada de Urioste el espa­cio central lo ocupaba el escudo dearmas tallado en piedra. Iba flan­queado por dos balcones antepecha­dos que, como una ventana que sesimulaba en el espacio libre hasta laesquina, eran coronados con ampliasveneras pintadas. En la ventana entrampa-ojo se asomaba una dama. Asu pie se desarrollaba una escenarectangular que no se distingue. Ta­dos los espacios entre los vanos y elescudo acogían escenas pintadas deformato rectangular enmarcadas poruna orla. El friso se remataba poruna cornisa clásica de triglifos y me­topas figurada junto al pequeño vola­do que separaba la planta superior.En ésta se desarrollaban nuevas es­cenas de mayor tamaño, que no sereconocen en las fotografías.

En la amplia fachada de Artecallelas pinturas se organizaban alrede­dor de la loggia de cuatro arcos. Es-

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tos iban rodeados de una cenefa deóvulos y coronados por amplias ve­neras y rocalla. El friso pintado eraflanqueado por dos grandes colum­nas salomónicas de orden gigante ,con plinto y capitel, y dividido en tresniveles organizados en paneles simé­tricos. Según F. de la Ouadra Salce­do «se representaban escenas decaza con caballeros y escuderos enseguimiento de caza mayor, jaurías,paisaje un poco a lo Lorena». En elinferior eran dos paneles, uno con unretrato de un varón de cuerpo ente­ro, con casaca larga, sombrero yvara de mando y en el otro un retratoecuestre, supongo del mismo perso­naje, bajo sombrilla. En el nivel inter­medio otros dos paneles, uno concinco personajes de cuerpo entero yen el simétrico los cinco caballerosmontados, tres en una dirección ydos en la contraria, enfrentados. Lastres escenas de la zona superior,que son difíciles de observar en lasfotografías antiguas, estaban sepa­radas por dos ventanas , que conta­ban con sus propias escenas al pie:en una se veía un conjunto de casas,alejadas de la imagen de las locales.Los paneles principales parece quecontenían escenas cinegét icas por­que en dos se puede ver un perro decaza.

De nuevo en este caso, la ausen­cia de documentación accesible nosimpide precisar fechas y responsabi­lidades en esta obra de tanto relieve.La vía de investigación geneológanos indica la figura de don Diego An­tonio de Allendesalazar y Gortazar,quien se establece en Gernika hacia1770 al casar con doña María Anto­nia de Meceta y Arriola. Diego Anto­nio fue alcalde de las villas de Gerni­ka y Bilbao y diputado general delSeñorío. Dedicado principalmente alcomercio, tenía casa en Bilbao, en lacalle del Correo .

10. CASA DE LOS MUÑECOS(Desaparecida)Gemika

La familia de Allendesalazar , por larama de los Mezeta, poseía en Gerni­ka otra casa con motivos pintadosen el exterior, popularmente aludidacomo la «casa de los muñecos) .

Estaba en la plaza del Ayunta­miento en el lado de Azoquecalle. Setrataba de un discreto edificio de vi­vienda de planta rectangular, cuyaestrecha fachada principal acogía losvanos en tres niveles de habitación .Desde el punto de vista de los mate­riales de construcción la fachada pre­sentaba dos registros. En el inferior ,realizado con sillares escuadrados

Casa «de los muñecos». Gemika.

de buen tamaño , se abren los acce­sos y ventanas del entresuelo . La mi­tad superior del paramento está apa­rejado con ladrillo y en él se abrendos puertas-ventanas unidas por unbalcón volado corrido por todo el an­cho del muro.

En los espacios que dejan estosvanos se pueden apreciar en las vie­jas fotografías las figuras pintadas atamaño algo mayor que el natural detres personajes. Aunque es difícildescribirlos, el del centro parece uneclesiástico; a la derecha, una dama,y a la izquierda, ün caballero con ca­saca.

La vestimenta que se aprecia co­rresponde al último cuarto del sigloXVIII. Aunque la parte inferior de lacasa parece anterior, el edificio reci­bió una importante transformación ylas pinturas en el período indicadoarriba.

11. ETXE-PINTABerriatúa

Es un discreto edificio de viviendade planta rectangular exenta , situadoen la anteiglesia de Berriatúa, juntoal camino y la iglesia. Dispone deplanta baja, principal y otra más bajola cubierta a cuatro aguas coronadapor una veleta de forja. La fachadaprincipal se abre hacia la iglesia y

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Etxepinta. Berriatua.

acoge tres niveles de vanos organi­zados de manera simétrica sobre eleje central. Este se forma con el ac­ceso, y sendos balcones en cadaplanta, con puerta y dos ventanas la­terales cada uno, siendo una mitadalgo más ancha que la otra. Esta dis­posición original ha sido alterada alabrirse nuevas ventanas en ambospisos. rompiendo la organización pri­mitiva. La planta baja está aparejadacon mamposteria, mientras que elresto del edificio se levanta con ladri­llo, que en la fachada delantera seprepara con mortero de cal y arenapara recibir la decoración pintada.

No se conoce la historia de esteedificio, pero por el análisis de losmateriales y técnicas constructivas,así como lo que indica la organiza­ción y resolución de los espacios,nos lleva a colocar la construcción

durante la segunda mitad del si­gloxvlIl.

Así como los edificios presentadoshasta ahora tenían un carácter pala­ciego. esta casa de Berriatúa no po­see estas pretensiones, pero, a suvez, se diferencia de las casas urba­nas y rurales que se construyen enesta época.

En la documentación de principiosdel siglo XIX que se conoce se men­ciona como casa cural dependientede la fábrica de la iglesia de Berria­túa. El patronato de Berriatúa estabaen manos de los condes de Peña­florida dentro de su pertenencia almayorazgo de Sasiola Arancibia ,en la segunda mitad del siglo XVI II enlas de Xabier de Munibe e Idiáquez,IX conde de Pañaflorida.

La disposición original de los hue­cos de la fachada pintada permitía

Etxepinta. Berriarua.

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desarrollar varios amplios paneles.Por tanto, parece que el edificio sediseñó pensando en pintarlo, a dife­rencia de algunos de los casos ante­riores, donde obras ya existentes re­ciben pinturas en un momento dado.

La decoración principal se desa­rrolla a los lados del eje central devanos y se divide en dos niveles, for­mando cuatro paneles principales.

El panel inferior izquierdo repre­senta a tamaño natural un exteriorcon dos caballeros luchando a duelocon floretes, que son observadospor otros tres, dos jóvenes testigos yun juez, de perfil, con su vara demando. Los rostros de uno de loscombatientes y de los caballeros tes­tigos que miran al frente están plena­mente caracterizados, porque sonretratos de personas verdaderas.Todos van vestidos con casacas dediferentes colores y cubiertos consombreros de tres picos, a la modade la segunda mitad del siglo XVIII .

Están ambientados en un exteriorenmarcado con árboles, y en el cen­tro, dando sensación de profundi­dad, se ven, a pesar de las interven­ciones, dos caballeros y un fondocampestre ajardinado.

El panel de la derecha ilustra un in­terior con diversos personajes y ob­jetos. Se trata de una habitación en­marcada con cortinajes damasco ydotada de varios muebles doradosde estilo rococó. Ocupan el centrotres caballeros vestidos como los an­teriores; mientras uno hace ademánde sentarse delante de una mesapara escribir sobre un papel con lapluma que tiene en la mano, el máscercano le acerca la silla y otro per­manece detrás. Todos ellos han per­dido el rostro en las obras realizadaspara abrir nuevas ventanas. En uncostado de la escena se centra unacartela incompleta de significadoenigmático: se muestra una botella,una vela en su peana y un vaso devino junto a la leyenda, quizá en eus­kera: «BEIN MOSIV TRIN...».

En el nivel superior, el panel de laizquierda presenta un paisaje: en­marcada entre árboles, a orillas deun estanque, una pequeña aldea cu­yos edificios no recuerdan para nadala arquitectura local, pero que se pa­recen mucho a los pintados en el pa­lacio de lcaza. En el panel del ladoderecho una figura bitono ocupatodo el espacio: se trata de un perso­naje de largos cabellos blancos y conla faz de un hombre en el pecho quegalopa sobre un caballo blanco. Sim­boliza a Marte, Dios de la Guerra.

En la planta superior queda espa­cio para otros dos pequeños panelesdebajo de las ventanas. Son en am­bos casos escenas en las que se fi-

guran en exteriores diversos perso­najes a caballo vestidos como los an­teriores. Los huecos de la calle cen­tral reciben decoración de tipo arqui­tectónico, flanqueando los vanos concolumnas salomónicas con uvas.

Las pinturas están realizadas conuna técnica mixta de fresco y templesobre figuras incisas marcadas conpunzón. El dibujo presenta una bue­na delinación y el color se empleacon propiedad moldeando los relie­ves, esmerándose el artista en losrostros de los personajes. Según losanálisis del Taller de Restauracióndel Servicio de Patrimonio de la Dipu­tación de Bizkaia, en los colores seemplean pigmentos de minerales dehierro para las tierras y ocres y elazul de cobalto para los azules, pig­mento que se conoce desde media­dos del siglo XVIII.

12. AYUNTAMIENTODurango

La construcción de la Casa Ayun­tamiento de la villa de Durango hasido estudiada por LarracoecheaBengoa y por Irazábal Aguirre y seconoce bien su historia.

Se comienza en 1566 en el mismosolar que ocupa actualmente. Lasobras duraron bastante tiempo, ocu­pándose solemnemente en 1607.Para el año 1770 el edificio debía re­sentirse de los años pasados y ame­nazaba ruina. Para atajarla, en la reu­nión de 4 de abril de 1770 se acordóreparar y pintar la Casa Ayuntamien­to. Se decidió hacer

«una hermosa y permanente pin­tura en su fachada principal, ex­culpiendo en tablas o tarjetas pro­porcionadas las Armas y Troph­eos de esta citada Villa y demásestatuas y dibujos que parecierenconvenientes».

Se contrató con el pintor Ignaciode Zumárraga la realización de laspinturas y se le libró el dinero acorda­do en 1771 . Zumárraga era un pintorde exteriores conocido en Bilbao en1760 , cuando trabaja en varias ca­sas de don Manuel de Zubina. Porlas fechas, puede ser el autor de al­guna de las pinturas descritas hastaahora.

El edificio del Ayuntamiento fueseriamente afectado por el bombar­dea que sufrió Durango en 1937 ytras la guerra se decidió derribarlohasta el primer piso y levantarlo denuevo aumentando su planta. La de­cisión de conservar las pinturas llevóa decidir su reproducción en el nuevoAyuntamiento. Foto Germán de Du-

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rango realizó un informe fotográficoy el pintor alavés establecido en Bil­bao Eloy Garay Macua realizó laspinturas que hoy podemos apreciar.El nuevo edificio se levantó con pIa­nos de Francisco Hurtado de Sara­cho y Luis de Gana entre 1945 y1950.

Así que tanto el edificio como laspinturas no son las originales de1770, sino reproducciones de 1945.Pero en los dos casos se pretendióconservar de alguna manera la ima­gen del edificio anterior. Comproban­do con las fotografías antiguas quese conservan se aprecia que los mo­tivos pictóricos están copiados delos originales; lo único que cambia esla disposición de las escenas, ahoradesorganizadas y con más espacioentre ellas.

En la planta noble de la Casa, loshuecos de los balcones se enmarcancon motivos arquitectónicos en tram­pa-ojo de inspiración rococó. Pilas­tras cajeadas sobre plintos con fron­tones partidos mixtilíneos y quebra­dos, veneras en los espacios centra­les flanqueadas por parejas de ange­lotes entre rocalla. Una imposta mix­tilínea quebrada separa las dos plan­tas.

En el nivel superior los vanos alter­nan con las figuras de doce músicossentados: dulzaina, arpa de mano,cuerno, tambor, contrabajo, trompa,flauta travesera, guitarra, vihuela,cuemo, laúd, trompeta. Relaciona­dos por Barrio Loza con personajesde «la Comedie Franl;:aise». Original­mente parejas de músicos flanquea­ban seis escenas de caza y tauroma­quia de formato cuadrado , enmarca­das en cartelas avolutadas de mane­ra que el friso era más continuo alhaber menos vanos en la parte supe­rior.

13. AYUNTAMIENTOArrankudiaga

Otros ayuntamientos también con­servan algún resto de pintura en for­ma de motivo heráldico municipal. Elde Arrankud iaga sólo mantiene en lazona central de la fachada principaldos escudos de armas de tres quetuvo. Están realizados sobre maderapolicromada y han sido atribuidospor Barrio Loza al decorativista Juande Valois en 1775, cuando se cons­truye el edificio.

La imagen actual de la Casa Ayun­tamiento , con la piedra de mampues­to de los muros sacada al exterior,no corresponde con el estado inicialde la casa ni con las técnicas con­temporáneas de construcción.

14. PUENTE VIEJOBalmaseda

El famoso puente gót ico de la villade Balmaseda conserva a duras pe­nas unos interesantes restos de de­coración pintada . Se disponen en elmuro del torreón que mira a la villa,ocupando su parte superior organi­zada en tres paneles. Los lateralesson decorativos a base de motivosgeométricos de empanelado conpuntas de diamante. En la zona cen­tral se muestran de manera jerárqui­ca tres escudos heráldicos de losque sólo se distingue algo en el late­ral derecho. Este parece que cuentacon las armas de la villa de Salmase­da, un torreón sobre un puente.

El estilo de las cartelas heráldicasy de la decoración geométrica sitúanestas pinturas en la segunda mitaddel siglo XVIII, acordes con la corrien­te decorativa imperante en este mo­mento.

15. CASA SIMITURMundaka

Localizada en el casco urbano deMundaka, ocupando un solar pree­minente en un cruce de caminos,abre su fachada principal a una pe­queña plazoleta. La casa es un blo­que rectangular con tres alturas dehabitación. El muro principal está or­ganizado en tres calles de vanos si­métricos. Alternando con los vanosde la planta superior se disponencuatro motivos decorativos pintados.En el extremo derecho en un enmar­que lobulado se ve una escena cam­pestre con unas casas y las pala­bras: «AÑO DE» y sobre éstas uncírculo con una cruz sobre peana. Alos lados del balcón central otro re­cuadro similar lleva la leyenda: «IHSM." JOAQVIN I ANA» y el otro conel año «1783». En el otro extremoaparece pintado el escudo con las ar­mas atribuidas a Simitur por Ybarra ySergé.

No se conocen documentos rela­cionados con esta obra, pero la fe­cha de 1783 puede corresponderperfectamente con la construcciónde este edificio que tienen caracteresneoclásicos .

16. CASERIO ETXEPINTOLarrabetzu

Situado en el barrio de Astorekasen terr itorio de la villa de Larrabetzu .A pesar de las modernas transforma­ciones conserva motivos heráldicospintados en el muro de la fachada

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principal. Se trata de un caserío delsiglo XVIII.

17. CASAMarkina-Xemeín, Zeharkaie n.O 3

En las calles del casco urbano dela villa de Markina se conservan trescasas de viviendas que mantienendecoración pintada en el muro de lafachada principal.

La de Zeharkale n.O 3 tiene unfrontón triangular con un círculo ins­crito sobre el dintel del vano centraldel segundo piso. A los lados apare­cen dos globos aerostáticos, simila­res a los de finales del siglo XVIII. Enla parte superior una leyenda estádistribuida en tres orlas, la última ta­pada por una obra reciente. Dicen:«SE EXECUTO» y «AÑO», sin que sevea la que nos daría la fecha. El fon­do del muro se pinta simulando silla­res.

18. CASAMarkina-Xemeín, Zeharkale n.O 7

La casa que ocupa el solar número7 de esta misma calle también man­tiene pintura decorativa en sus mu­ros. En el primer piso se puedenapreciar diversos motivos heráldicos,entre rocalla y vegetales, y en el se­gundo piso aparecen unos rostrossobre las ventanas. Dos orlas rema­tan la fachada con: «AÑO» y «1895».Este edificio ha sido derruido recien­temente y su fachada reconstruidacon las pinturas reconstituidas.

19. CASAMarkina-Xemeín, Erdikokale n.O 15

Las pinturas de la fachada que daa Goikoportala de la casa número 15de Erdikokale sólo presenta motivosgeométricos como decoración pinta­da. Se trata de imitación de ladrillo yunas guirnaldas que coronan los din­teles de los vanos.

En las pinturas de Zeharkale seemplea la técnica del óleo sobre so­porte de mortero de cal y arena,usando pigmentos negros, grises,tierras, ocres, rojos, verdes, doradosy azules. En cambio, las pinturas dela casa de Erdikokale es temple decolores ocres y tierras sobre el mis­mo soporte.

20. CASERIO ABENDAÑOALarrabetzu

Dispuesto en terreno de la villa deLarrabetzu en el camino hacia Autza-

gane. Es un caserío neoclásico le­vantado en 1825. El muro de la fa­chada principal acoge pinturas deco­rativas con motivos geométricos.

21. CASERIO ALBIZURIArteaga

Es un caserío vizcaíno situado enel término de la anteiglesia de Artea­ga. Ocupa un buen lugar en un pues­to algo elevado sobre la zona de laría y cercano a los caminos. Si desdeel punto de vista arquitectónico nollama la atención, las pinturas quedecoran toda la fachada principal re­ciben todas las miradas de los quepasan por delante.

El lugar central del conjunto pinta­do, situado bajo el vértice del alero,lo ocupa una cartela orlada dispues­ta entre cortinajes, con la leyenda:«SE EDIFICO EL AÑO DE 1864 AESPENSAS DE D. JUAN CRUZ DEALBIZURI». Una orla de cortinajesrecorre toda la zona superior delmuro y finos motivos vegetales en­marcan los vanos, sobre los dintelesy cayendo por los lados. Está realiza­do con temple sobre mortero.

El repertorio de edificios civilescon pintura decorativa exterior quese conserva en Bizkaia es muy signi­ficativo y original. Comprende unatreintena de ejemplos fechados des­de 1770 a 1864, dispuestos en todotipo de construcciones: palacios, ca­sas, caseríos, ayuntamientos. Debe­mos destacar esta concentración depinturas externas de estilo rococó yneoclásico, puesto que en los territo­rios limítrofes no aparece ningúnejemplo; pero lejos de ser un fenó­meno aislado, encontramos pinturasfigurativas en varios palacios de laRibera Navarra, Bera de Bidasoa,Graus, etc. Recordemos la ampliatradición de fachadas pintadas de lospaíses centroeuropeos y algunosejemplos sobresalientes en Italia.

La pintura en exteriores anterior alsiglo XVII no ha permanecido en nin­gún resto que haya llegado hasta no­sotros, pero no fue algo inusual. Lamayoría de los edificios aparejadosen mampostería o ladrillo se prepara­ban para recibir pinturas y éstas, mu­chas veces, tuvieron pretensionesdecorativistas. Durante el siglo XVII yXVIII fue corriente la utilización de pin­tura figurativa en construcciones efí­meras o desmontables levantadasperiódicamente por algún motivo so­lemne o festivo, religioso o civil. Losmonumentos de Semana Santa quese conservan fueron realizados por

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Caserío Albizuri. Arteaga.

artistas como Luis Paret, José Ve­gés o Anselmo de Rada, documenta­dos a fines del siglo XVIII, y no seríaextraña la participación de alguno enlas obras descritas en este trabajo.También se empleó mucho la pinturapara situar escudos municipales enaquellos edificios de propiedad co­munal, como en Balmaseda o en elsoportal del Ayuntamiento de Marki­na, donde se repintó el escudo de ar­mas reales y de la villa en 1625 porestar las anteriores «traslucidas ydesmemoriadas».

Es en la segunda mitad del si­lo XVIII cuando se puso de moda, pordecirlo de alguna manera, la utiliza­ción externa de la pintura decorativa.Los ejemplos señoriales fueron losprimeros y las pretensiones de exhi­bir la nobleza de sus orígenes el prin­cipal motivo, llevado a exaltacionescomo las de Riscal en Areatza.

Los profesionales que llevaron acabo el repertorio de pinturas quenos ocupa, pertenecían al mismogremio que los pintores de interiores,diferenciados profesionalmente delos de retablos y doradores. BarrioLoza ha señalado la presencia deanónimos pintores italianos en 1766y 1767 en el espectacular pabellónpintado en el ábside de Santa Maríade Etxano. Por estas fechas fueronabundantes en las iglesias los traba­jos de pincelado a base de imitaciónde sillares almohadillados, como losque aparecen en la sacristía de San­ta María de Amorebieta, iglesias deXemeín, Aulestia, etc., muy similaresa los del fondo en el palacio de Bidar­te o a las del fondo del puente viejode Balmaseda. El poderoso propieta­rio José Antonio de Olalde hace pin­tar su nueva casa principal de la calleSanta María de Bilbao en 1790 al

madrileño Juan Bias de Goicoechea,pero también conocemos otros artis­tas locales como IIdefonso Bustrín yJuan Joseph Lanz. Los últimos añosdel siglo XVIII fueron de febril activi­dad pintora en Bizkaia, participandolas instituciones religiosas y civiles ylos particulares que gustaron de lamoda, generalmente nobles empren­dedores en los negocios y comer­ciantes con pretensiones de nobleza.

El historiador Iturriza destacó a fi­nales del siglo XVIII las casas pinta­das de Bilbao. Una se situaba en laesquina de la calle Correo con la delMatadero y su disposición recordabaa J. J. Lecanda un tapiz de «goOOli­nos»; otras debía haber en la Sendeja.

Las pinturas ilusionistas rococós yneoclásicas distribuidos en fachadasde edificios civiles en Bizkaia puedendividirse en tres grupos según su te­mática:

- El primero está formado por laspinturas que presentan motivos ar­quitectónicos y heráldicos. En Riscal,Bidarte o Simitur se pretende simularla grandeza de la decoración arqui­tectónica con un medio mucho máseconómico y al alcance de sus pro­motores. El repertorio de motivos de­corativos de influencia rococó queaparecen en los palacios y ayunta­mientos se debe mucho al trabajo deFray Matías de Irala de 1730-1739,cuyo álbum de modelos decorativos,«Ordenes y Ornamentos», influye de­cisivamente en el nacimiento de laconciencia del «buen gusto» entre laclase noble. Como ejemplo similarfuera de Bizkaia, destacan las pintu­ras de la fachada de la calle Merca­dal del Palacio de Huarte en Tudela.

- Un segundo grupo lo formanlas pinturas que se han empleado

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con un fin narrativo, mostrando unaidea o historia al contemplador. Losmotivos de Allendesalazar parecenquerer ensalzar la figura de un per­sonaje, así la disposición de las esce­nas tiene un sentido ascendente.Aquí corno en Etxe-Pinta la distribu­ción de las escenas en viñetas cerra­das enmarcadas en una orla conti­núan la tradición que arranca de lapintura románica, donde cada esce­na tiene su propio significado dentrodel conjunto.

En Etxe-Pinta, la distribución delos paneles recuerda los retablospost-trientinos en los que los diferen­tes elementos toman una actitudparlante, contando una historia quese muestra al conocedor de los sím­bolos pintados.

La historia profunda de Etxe-Pintanos es desconocida por ahora, peroello no impide que las señalemoscomo el ejemplo conservado de pin­turas externas con mayor valor deBizkaia. Este edificio, el desapareci­do palacio de Allendesalazar de Ger­nika y el alterado Ayuntamiento deDurango se concibieron como obrasde arte totales, en las que la arqui­tectura y la pintura se conjugaroncon eficacia, llegando a altas cotasde elegancia rococó, verdaderamen­te llamativas en el panorama de aus­teridad decorativa propia del PaísVasco.

En los paisajes campestres queaparecen se aprecia la influencia delgusto impuesto por pintores comoAntonie Watteau, que redescubren lanaturaleza a la luz de las nuevas ten­dencias ilustradas llevadas a la prác­tica en las investigaciones geográfi­cas de finales del siglo XVIII.

- El tercer grupo al que nos he­mos referido está formado por losejemplos de pinturas con motivosgeométricos, que tuvieron una grandifusión en la arquitectura domésticaurbana y rural. Aparecen en la partede la torre que asoma al exterior enel palacio de Uriarte en Lekeitio; en elcaserío palaciego de Olazarre, de Le­zama; en el caserío neoclásico deAbedañoa, de Larrabetzu.

Pasado el momento cumbre de lapintura externa, su utilización en vi­viendas urbanas de corte neoclásico,fechadas hacia el cambio de siglo,nos daría una imagen más alegre demuchas casas de esta época, verda­deramente severas con sus fríos si­llares de caliza y lisos muros encala­dos. Posteriormente se abandona elempleo de pintura decorativa en losmuros externos, relegando su uso alámbito rural, de los que quedan algu­nos ejemplos en pueblos donde elapelativo «Etxepinto» o «Casa Pinta»aparece: Sondika, en el barrio deSangroniz-Asúa; Zalla, en el palaciode San Cristóbal.

Pero esta técnica decorativa hasido recuperada esporádicamentepara iluminar la fachada de edificiosde viviendas, como la llamada «casade los aldeanos» en el ensanche bil­baíno y, en épocas más cercanas anosotros, para disimular feos murosresultantes de derribos que se mues­tran a los viandantes de nuestras ciu­dades y pueblos.

Hay que destacar el deplorable es­tado de conservación en que semantienen estos monumentos, cuyafrágil composición se ve muy afecta­da por las inclemencias medio-am­bientales.