emprendedores tecnun

Surgió dándole vueltas a cómo podría ser más útil, y al darme cuenta

que tenía cosas que aportar. El motivo principal fueron los malos Jefes

que tuve en mis inicios. Creí que podría hacer mejor las cosas sin su corsé.

Ninguno en absoluto. Es más, al principio sólo hubo impedimentos por

todas partes.

El momento más crítico fue cuando tuve que despedir a todo el

personal y endeudarme “hasta las cejas”. El momento más gratificante se repite continuamente cuando termino los proyectos y los clientes

vuelven a llamarme, aún con la crisis.

Hacer fijos a los trabajadores. Fue un desastre. Bajaron el rendimiento

y empezaron a reivindicar subidas salariales y otras cosas. Creo que en lugar de ello, podría haberles dado más participación en la

sociedad.

Para mí, la principal competencia es la perseverancia y la iniciativa permanente (competencias personales). A nivel de competencias

profesionales, lo más importante es saber moverse mínimamente en

temas legales, jurídicos y sobre todo económicos. La formación en la escuela suplió perfectamente las competencias técnicas, pero se

quedaba bastante corta en aspectos de organización o aspectos económicos, que son absolutamente fundamentales para una

empresa.

Escuela de Ingenieros · Ingeniarien Eskola · Engineering School Pº de Manuel Lardizábal, 13. 20018 Donostia - San Sebastián, Gipuzkoa. Tel. 943 219 877. Fax. 943 311 442. www.tecnun.es

José Luis Acuña Tallón

http://www.tecnun.es/

Cuando estábamos en 3º de carrera nos presentamos a un concurso

de ideas tecnológicas organizado por Tecnun, el concurso Novistel. Con la idea que presentamos ganamos el primer premio y la seguimos

evolucionando hasta que vimos que podíamos crear una empresa. Nos motivaba mucho poder llevar a cabo nuestra idea y preferíamos

arrepentirnos de haberlo intentado, que preguntarnos que hubiera podido pasar.

Presentamos nuestro plan empresarial a BIC Berrilan y una vez que nos lo aprobaron nos ofrecieron asesoramiento e infraestructura para

poder empezar con la empresa.

Lo más crítico siempre es el comienzo, donde hay que dedicar mucho tiempo y esfuerzo hasta que consigues que todo se estabilice y

empiezas a ser más conocido. Lo más gratificante es tener el control

de todo lo que sucede y poder decidir el rumbo de lo que se hace. Eso hace que aprendas muchos aspectos del mundo empresarial que no se

estudian en ninguna universidad.

Si volviésemos a crear nuestra empresa definiríamos mejor el plan de

negocio, para así tener los objetivos más claros desde el principio.

La perseverancia, tener mucha iniciativa, la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones y sobre todo tener un espíritu positivo. En cierta

medida, a lo largo de la carrera vives muchos momentos similares a los que te encuentras en la vida profesional y la capacidad que se

adquiere para superar retos es fundamental.


Iban Agirre, Nagore Guarretxena, Paul Mínguez y Unai Bilbao


Por el conocimiento que adquirimos del sector, sabíamos que una empresa que se dedicase exclusivamente a la consultoría industrial

podía tener un hueco en el entorno y nos sentíamos preparados para montar nuestra propia empresa.

Nuestro negocio no requiere de grandes inversiones económicas. El alquiler de un pequeño local y el equipamiento de dichas oficinas

fueron la inversión inicial, que sufragamos con los ahorros que teníamos.

Una asesoría de confianza nos asesoró en la creación y puesta en marcha de la sociedad, estatutos, escrituras, requisitos

administrativos, obtención de las pocas ayudas que por aquel entonces existían…

El inicio de la actividad se puede considerar el momento más intenso

por las incertidumbres que te produce, pero la ilusión, las ganas de sacar el proyecto adelante y el trabajo en equipo lo solventan. Aunque

quizás los momentos más críticos son los relacionados con el equipo humano, es importante seleccionar cuidadosamente los compañeros

de viaje.

La gratificación viene del resultado de cada uno de los proyectos culminados de forma satisfactoria, cuando el Cliente percibe que la

aportación de ABK ha sido una inversión para su organización y no un gasto.

Siempre habrá cosas que habrían podido hacerse de otra manera, pero de todas aprendes y te sirven para mejorar.

Lo principal es tener confianza en que el producto o servicio que estás

ofreciendo es de calidad. Hay que trabajar cuanto se requiera y con humildad, como aprendimos en Tecnun, para desarrollar los

conocimientos y habilidades adquiridas en la formación como ingeniero. Esa formación es muy buena en ese aspecto, pues más allá

de los conocimientos que puedas adquirir en ella, desarrolla la capacidad de trabajo.


Joaquin Lizundia y Jone Auzmendi


Mi familia siempre ha estado asociada al mundo empresarial y desde siempre tuve la inquietud de crear algo, me gustaba esa idea. Después

de terminar la carrera me dediqué seis años a trabajar por cuenta ajena y esta fase me ayudó a conocer el mundo laboral y aclarar un

poco mis ideas de futuro.

Decidimos crear una Sociedad limitada y nos asesoraron en los

procesos legales que debíamos llevar a cabo para tal fin. También nos tuvieron que aconsejar en los temas fiscales y laborales que conlleva

la creación de este tipo de empresa.

No recibimos ningún tipo de apoyo económico ni subvenciones ya que la inversión a realizar era mínima y los consejos de familiares, amigos

y gente que se dedica al mismo sector fueron muy importantes en el

comienzo.

Sin duda el momento más crítico fue al inicio, cuando tienes la

incertidumbre de si tu proyecto va a resultar o no. El momento más gratificante es cuando miras hacia atrás y ves lo que ha surgido de

una idea, el equipo que hemos sido capaces de crear y las cosas que

ese equipo es capaz de conseguir.

Me informaría mejor de las ayudas económicas que hay para los nuevos emprendedores y en las ayudas en materia de asesoramiento

laboral y fiscal.

Las competencias principales son la constancia y la motivación y en cuanto a las competencias y cualidades del Ingeniero Industrial, creo

que lo que falta es creatividad. Muchas veces nos dicen lo cuadriculados que somos, y es cierto. La capacidad de liderazgo

también se debería trabajar en la universidad ya que es fundamental para que el equipo funcione.


Igor Aldanondo


Durante el 2003, trabajaba en Gamesa en el departamento de transmisiones, pero lo que me despertaba interés era todo lo

relacionado con la construcción. Me animé a indagar las empresas que existían por aquel entonces en el sector e hice un pequeño estudio de

viabilidad. Por otra parte, la familia fue un gran apoyo en el proyecto que planteaba, ya que también en su caso la trayectoria profesional ha

estado ligada a proyectos emprendedores.

Apoyo económico ninguno y referente al asesoramiento, lo típico:

gestiones que haces para ver qué tipo de sociedad crear, cómo... Todo lo demás consistió en muchos ánimos de la familia.

Los momentos de inicio son delicados. La gente no te conoce, no

tienes apoyo ni reconocimiento. Aún así, lo más crítico de mi

trayectoria profesional ha sido el fallecimiento de un operario en una obra. Fueron meses realmente duros.

Que un nuevo cliente confíe en los servicios propuestos es muy

gratificante pero aún lo es más, el sentir la confianza y la satisfacción del cliente tras la finalización de un proyecto.

Hay cosas que siempre se pueden mejorar, porque toda decisión te enseña, pero en general estoy contento con el proceso y decisiones

tomadas.

Considero que las cualidades más importantes son muchas ganas de trabajar, esfuerzo y sacrificio y al mismo tiempo tener ambición o

retos profesionales. Mi mujer, es también ingeniero de la Escuela, y realmente estamos muy satisfechos con la formación recibida junto

con los valores transmitidos, que consideramos son los valores fundamentales de la vida.


Josu Aranguren


El principal motivo fue que si quería desarrollar mi carrera profesional dentro del ámbito aeronáutico tenía que trasladarme fuera y trabajar

dentro de la aeronáutica pesada (AIRBUS, EADS-CASA...). Los centros

aeronáuticos más cercanos de producción de aeronaves completas están en Toulousse o Getafe y como mi objetivo era trabajar haciendo

aeronaves, al no haber nada parecido, hubo que hacer el intento y crearlo. Y así surgió AERIS NAVITER.

Tuvimos la suerte de nacer en un momento de bonanza económica

que permitió la búsqueda de financiación de manera no excesivamente compleja. Comenzamos gracias al apoyo de Bic Berrilan y durante los

primeros tres años de existencia tuvimos el soporte de todas las

instituciones implicadas así como de la Banca.

Pasar meses sin cobrar y viendo que la deuda aumenta no es fácil, te sientes en un agujero y sin luz al final del túnel... pero

afortunadamente con buena visión de conjunto, mucho trabajo y algo

de suerte se pudo reorientar el rumbo de la empresa y comenzar a

salir del agujero.

El momento más gratificante sin duda alguna la décima de segundo en

el que el primer helicóptero fabricado en la empresa despegó por primera vez. Ello compensó todos los malos momentos.

Seguramente evaluaría mucho mejor a los compañeros de viaje que eliges para crear una empresa.

La verdad es que la formación que recibí en la Escuela fue bastante

multidisciplinar e incluía aspectos como la gestión de empresa, etc. pero el emprendizaje es “per sé” una carrera. Tienes que aprender a

gestionar, negociar, presentar, pelear... desde un ámbito no solo técnico, sino que también desde un ámbito financiero, contable e

incluso humano. Por eso, el emprendedor ha de asumir que no tiene ni idea de nada aunque se crea un experto.


Aratz Arregui


Por un lado, teníamos una experiencia de ocho años en el mundo de la

investigación y una formación técnica bastante sólida. Por otro lado, una gran ilusión por crear nuestra propia empresa.

Comenzamos con pequeños ahorros que nos bastaron para hacer los primeros prototipos de lo que finalmente sería nuestro primer producto

y poco después, buscamos financiación privada. Logramos rápidamente un millón de euros para poner en marcha el negocio. Mi

experiencia me dice que, incluso hoy, es fácil conseguir dinero si se tienen las ideas claras y se presentan adecuadamente.

El momento más crítico fue sin duda, cuando lanzamos al mercado nuestro primer producto. Estábamos convencidos de que había que

hacerlo en Estados Unidos. Para ello, buscamos un socio americano, que a la vez era proveedor de hardware de nuestro producto. Aquello

no funcionó como se esperaba. Perdimos bastante dinero e ilusión. Lo solventamos reaccionando muy rápido, volviendo a casa y

diversificando a otros mercados. Poco a poco las cosas empezaron a funcionar.

Lo más gratificante fue ver que sin necesidad de pedir más dinero

éramos capaces de empezar a hacer ventas y crecer.

Pienso que los pasos que dimos en su momento con la información que

teníamos en aquel momento fueron los adecuados. En todo negocio existe un riesgo, y si el producto es nuevo en el mercado, todavía es

mayor.

No volvería repetir los errores cometidos por exceso de ilusión y falta

de pragmatismo. Hoy tengo claro que los mejores asesores en cualquier negocio, incipiente o consolidado, son los clientes. Tienen

una visión clara de los productos que necesitan y financian.

Formación, ideas, ambición, prudencia y mucho trabajo. No me cabe ninguna duda de que en la Escuela se obtiene una buena formación

técnica y humana. El resto depende de cada uno.


Antonio Avello


En el año 2000 Alemania estaba en plena ebullición tecnológica y necesitada de ingenieros para poder crear todos los nuevos productos

que tenían en mente. En los nuevos productos, el software era una

parte fundamental y pensamos que podíamos ayudar desarrollándolo para ellos.

Pensamos que el mejor apoyo para un emprendedor es un cliente. Y

en nuestro caso fue Siemens. También contamos con un socio tecnológico (CEIT), un socio industrial (Grupo TTT) y con la ayuda de

Bic Berrilan a la hora de definir el plan de negocio.

El momento más crítico fue la crisis de las tecnológicas, que nosotros

sufrimos al año de arrancar. La superamos con diversificación, persistencia, sobriedad y grandes dosis de ilusión.

Lo más gratificante es ver cada día como crece Bunt Planet, a todos los niveles.

En Bunt Planet decimos que “o tenemos éxito o aprendemos”. De

todos nuestros errores hemos aprendido mucho aunque hay cosas que han salido mejor que otras. Es parte del camino a recorrer en el

emprendizaje y si queremos acortar ese camino, lo ideal es buscar

asesoramiento externo y no pensar que podemos resolverlo todo solos, algo a lo que los ingenieros tenemos mucha tendencia.

Creemos que la clave se encuentra en el equipo más que en la

persona. Es muy difícil que en una persona se concentre todo lo necesario, por lo que lo ideal es conocer tus capacidades y tus

limitaciones para formar un equipo que te complemente.

La carrera de ingenieros te entrena a resolver todo tipo de problemas en los que incertidumbre y presión son altas. Este tipo de situaciones

son habituales al emprender un negocio y por ello, contamos con

cierta ventaja.


Raul Navas y Ainhoa Lete


Después de haber hecho unos cuantos planes de viabilidad, parecía sencillo el crear una empresa de carácter local, en un sector por

desarrollar y sin una competencia excesivamente fuerte. Quería saber si la práctica era igual de fácil que la teoría.

En aquel momento había mucho apoyo económico y fácil de conseguir, además, las condiciones eran buenas. También había subvenciones y

los consejos sobraban, a diferencia de ahora, que recibes más consejos que dinero.

El momento más crítico fue después de los dos primeros años, en los

que hubo unas pérdidas importantes y había que devolver los créditos después de la carencia. Aplicamos una política de austeridad

reduciendo costes al máximo y reorientando la empresa a un sector

que creíamos podía ser interesante, ya que no había nadie que hiciera acciones similares a las que estábamos capacitados a realizar.

El más gratificante fue el dejar de tener números rojos después de

cuatro años de durísimo trabajo.

Las malas inversiones que se realizaron al constituir la empresa ya que

no aportaron nada. En particular, los casi 20000€ que nos gastamos en reformar un local que terminamos dejando a los dos años de

empezar la actividad.

Cada uno adquiere las competencias en base a su formación y forma de ser. Lo que tiene que saber es localizar sus puntos fuertes y débiles

para saber cómo cubrirlos. Por ejemplo yo no me considero buen gestor de personas y prefiero subcontratar todo dependiendo sólo de

mí. Podría hacer un barco o un avión si me lo pidieran.

Cada cosa que aprendes te suele costar dinero, así que es mejor

aprenderlo con el dinero de otro, es decir, trabajando en otra empresa y recibiendo las broncas de algún jefe. Si se quiere emprender (un

ingeniero) hay que hacerlo para enriquecerse y no para tener un negocio de autoempleo.


Josema Cibrian


El primer motivo para emprender en mi trayectoria fue la esperanza

de mejorar ciertas cosas y de ir cumpliendo sueños. Una especie de rebeldía contra el sistema educativo en el caso de IKASPLAY. En

cuanto a NEM Solutions, fue una actividad de intraemprendizaje desde el grupo CAF, con un motivo más de oportunidad de mercado

advertido por el grupo, que por una inquietud personal.

El mayor apoyo lo he recibido en casa, y con algo muy intangible, pero

que resulta trascendente para estos retos: cariño y confianza. Los aspectos materiales han venido de diversos lugares dependiendo de la

iniciativa. El primer “abrigo” lo recibí desde BIC Berrilan, bajo la tutela de José Viteri y Esther Paguey.

Los momentos críticos vienen con la incertidumbre del mercado y el no

tener garantizados los sueldos cuando la empresa es pequeña. Los

más gratificantes son justamente los momentos donde tus desarrollos y propuestas son aceptadas y difundidas por los usuarios.

Probablemente, confundir amistad con negocios. Crear empresas a

partes iguales y sin tener un reparto claro de las tareas y responsabilidades de cada socio porque “somos amigos” o “nos

llevamos bien” no suele ser lo más inteligente. En nuestro caso, la

experiencia no se tenía cuando hizo falta y hemos ido corrigiendo estos aspectos con el paso del tiempo.

La principal competencia es que crea en sí mismo y en sus

capacidades. El proceso de emprendizaje es muy sencillo: atreverse a soñar, plasmar ese sueño en producto/servicio y que alguien pague

por ello. En cuanto a la formación, esas competencias no las he adquirido en la universidad, quizá han ido vinculadas a la curiosidad

que he tenido en otros ámbitos, lo que he visto en casa, en la calle, en los libros… Considero que desde Tecnun, podríamos hacer más para

fomentar el emprendizaje, dado que la enseñanza tiene mucho camino por recorrer en pro del desarrollo del tejido empresarial.


Alberto Conde Mellado


Básicamente es algo que me rondaba la cabeza desde que era un

adolescente. Siempre me ha apasionado el mundo de la empresa. Una

empresa es como una gran familia. Liderar un proyecto empresarial pone en juego un sin fin de virtudes, tus gustos pasan a ocupar un

segundo plano ya que las organizaciones donde existen relaciones humanas son complejas y tienes que hacer de técnico, psicólogo,

padre, amigo, instructor, profesor, compañero y jefe.

Si esperas a que alguien te ayude económicamente lo tienes claro... Montar una empresa es siempre una cuesta inclinada. No nos

engañemos y no cuentes que nadie te lleve tu mochila.

El más gratificante, con el tiempo se convirtió en el más crítico. En el

año 2004, celebramos que habíamos llegado a los 400 trabajadores. Años más tarde, con la caída de la actividad económica esto ha

supuesto una nueva prueba que todo empresario debe aprender a gestionar. Igual que un empresario tiene que tener coraje para montar

una empresa, debe saber afrontar los cambios que en cada momento la empresa necesite...

Montar una empresa es una actividad de personas intrépidas,

atrevidas. A veces no se sabe el momento en el que uno debe decir que no. Creo que en todo proceso de creación de una empresa hay

que tener siempre presente la opción NO.

La formación de un ingeniero está ligada a la toma de decisiones. Al principio, son decisiones de análisis, resolución de problemas técnicos,

números... Con el tiempo, formación y errores cometidos, el ingeniero

va desarrollando su capacidad de síntesis y en base a ello empieza a tomar otro tipo de decisiones. Un buen empresario debe cultivar este

tipo de prácticas. Yo para ello recomiendo una carrera como la del ingeniero completando la formación con un Master MBA de reconocido

nombre y a ser posible en inglés.


Juan Correa Madrona


Después de siete años en el sector de la consultoría en tecnologías de la información y comunicación, a mediados de 2011 surgió la idea de

aplicar los conocimientos en TIC y la formación en ingeniería, para

iniciar un nuevo proyecto en el desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles, con el objeto de optimizar los procesos de las

empresa y ahorrar costes, o mejorar la comunicación de la empresa con sus clientes. Tenía la experiencia necesaria, y los conocimientos

técnicos, de modo que era el momento.

En primer lugar conté con el apoyo de los amigos más cercanos y personas que conocía en el sector. Ellos me aconsejaron en cómo

iniciar el proyecto, y cuál debería ser el modelo de negocio. También

tuve el asesoramiento para poder preparar el plan de empresa y plan financiero, ofrecido por el ayuntamiento.

Por suerte, como llevamos pocos meses de actividad, aún no hemos

pasado por momentos críticos. Hasta ahora los momentos más difíciles han sido los primeros meses en los que la inversión supera con creces

la facturación de la empresa. El momento más gratificante fue

terminar el primer proyecto, y recibir la felicitación del cliente por el

trabajo hecho, e iniciar una segunda fase del proyecto.

Retrocediendo en el tiempo, no iniciaría el proyecto en solitario.

Buscaría la colaboración de otros socios.

Creo que para iniciar un proyecto nuevo, sobre todo es importante la ilusión, y el esfuerzo para iniciarlo. Disponer los conocimientos básicos

en la gestión de empresa y gestión de equipos.

El perfil de ingeniero es bueno para la creación de una empresa, ya

que se tiene conocimientos básicos en todos los ámbitos de la misma, y lo más importante, se tiene la actitud necesaria para buscar

asesoramiento, o personas que nos puedan ayudar en aquellos aspectos en los que no se tiene un conocimiento.


Eduard Dalmau Maresma


Quería mayor autonomía, establecerme en Sevilla y montar algo que

me hiciera levantar por las mañanas con mucha ilusión y favoreciera además la conciliación de mi vida personal y laboral. Decidí que fuera

una tienda de complementos porque siempre me ha parecido fascinante el estilo tan diferente que se puede llevar vistiendo la

misma ropa estándar que venden hoy las grandes cadenas.

Inicialmente recibí el apoyo de un técnico del Instituto de la Mujer del

Ayuntamiento de Sevilla y al año de estar funcionando, conseguí una subvención para la modernización tecnológica, y a los 5 años una para

la contratación indefinida de personal. También, por supuesto, el apoyo incondicional de mi familia.

Cuando me reincorporé a la ingeniería y comencé a trabajar en una

nueva empresa, justo tras abrir una segunda tienda y tener al nuevo

personal recién incorporado.

Momentos gratificante hay muchos, pero ahora me vienen dos a la

memoria. El primero de ellos es el día de la inauguración, donde vendí

la mercancía prevista para el primer trimestre. En cuanto al segundo, fue cuando leí un artículo que sacó una clienta y periodista en la

revista “El Giraldillo” por propia iniciativa suya, quién reflejó en pocas

líneas, la imposibilidad de cualquier mujer a pasar por delante de mis escaparates y no sentir atracción.

Si volviera a retroceder en el tiempo, instalaría un sistema de gestión

de mercancías informático desde el primer día.

Lo principal que hay que tener para emprender, además de unos valores humanos y una fuerte ética y moral para no corromperse ni

perderse en el camino, es la actitud, el espíritu, que se sienta esa vocación. La Escuela ayuda sin duda a fomentar las competencias

necesarias para emprender, tanto la formación impartida, como los

valores que se viven en el entorno.


Gema del Rosal López


Era una inquietud que tenía desde que trabajaba en el mundo de la consultoría y sobre todo, el hecho de ser tu propio jefe me atraía. La

crisis la aproveché como oportunidad de lanzar la actividad.

Básicamente el único apoyo financiero provino de una subvención del GV al emprendizaje de 6.000€. El resto de asesoramiento fue

personal, ya que dentro de nuestro portfolio de productos son estos

elementos donde somos expertos (lanzamiento de empresas, estudios de viabilidad, planes estratégicos, planes de gestión…).

Lo más crítico, los primeros 6 meses de sembrar y sembrar. El más

gratificante, cuando un empresario al que empezamos a ayudar desde el principio nos transmitió que gracias a nuestra ayuda y anticipación

probablemente sobreviviría.

El plan comercial inicial. Haría un replanteamiento de lo que fueron las

primeras acciones comerciales y el portfolio de productos.

Competencias principales: actitud comercial e innovadora constante y aptitudes en conocimientos económico-financieros. No rendirse nunca.

Ser proactivo y no reactivo. Flexibilidad y empatía con el cliente. Si hay un cliente que necesita algo, se lo busco o lo invento. Dominar

herramientas avanzadas de gestión.

Durante mi formación de ingeniero, siendo sinceros, no adquirí

ninguna de estas cualidades ni competencias. Por suerte mi formación como ingeniero industrial me ha facilitado una gran capacidad de

estudio y superación, pero ha sido el auto aprendizaje unido a altas dosis de sufrimiento y esfuerzo constante, el que ha hecho posible mi

“reciclaje” hacia el mundo de la gestión. Los ingenieros durante

nuestra formación, en general, vivimos demasiado lejos del mundo real de la gestión y de los modelos de negocio, con pinceladas

demasiado vagas de lo que nos vamos a encontrar.


Aitor Díaz Lucas


Si me preguntas cual es la razón fundamental y en qué momento surge la decisión de emprender, probablemente te diré que el mayor

peso lo tiene la familia. El ser tu propio jefe, permite dar una atención

a los hijos, llevándoles al colegio todos los días, recogiéndolos de sus extra escolares, viéndoles crecer en el día a día… y ello hace que

merezca la pena emprender.

A riesgo de parecer autosuficiente, el asesoramiento, la ayuda económica y los consejos, no han sido puntuales para el hecho de

emprender el camino, si no que han constituido todo un camino de aprendizaje en toda la etapa previa. De otra manera dicho,

aprendizaje para el emprendizaje.

La época más crítica es la actual, sin lugar a dudas. Ves cómo los

ámbitos de actuación en los que estás involucrado, como son las inversiones industriales, han caído brutalmente y se crea un círculo

vicioso en el que cada vez más, la austeridad en el gasto-inversión, hacen que empresas dedicadas al desarrollo de ingeniería y de

montajes caigan como moscas alrededor. Por ahora, mantenemos una

reducción de gasto y hemos dirigido los esfuerzos en dos áreas, una de posible generación de recursos como es el de la rehabilitación de

edificios sobre todo en aspectos de accesibilidad, y otra en el ámbito

de eficiencia energética, con necesidad de inversión en un campo todavía no muy conocido (parece mentira), y por tanto a un plazo algo

mayor.

Tenía que haber empezado antes. Ello supone disponer de menos experiencia y paciencia, lo cual, en el mundo de la ingeniería, visto

desde la generalidad, son imprescindibles.

Un emprendedor debe tener sobre todo las siguientes cualidades: capacidad de trabajo, paciencia y tenacidad, visión general a largo

plazo intentando ver un objetivo al que llegar y no tener miedo a

tomar decisiones, lo cual no quiere decir que no se mediten.

Nuestra formación nos da el resto, titulación de prestigio, conocimiento básico de las técnicas disponibles y sobre todo capacidad

de resolución de problemas.


José Mª Dorronsoro Paulis


Ya en la Universidad tenía claro que quería ser el dueño de mi carrera profesional. Además, emprender es una manera de devolver a la

sociedad todo lo que has recibido, creando empleo, innovando, etc. Es por ello que nada más terminar la universidad monté mi primera

empresa de energía solar. Tras casi 4 años levantando ese proyecto decidí liarme la manta a la cabeza y montar otra empresa que

conllevara un desarrollo tecnológico propio. Una NEBT que integrara hardware y software para crear algo inexistente, una tecnología que

ayudase a no despilfarrar la energía, fácil de usar, de bajo coste, etc.

Para lanzar Wattio acudí a BIC Berrilan y siempre me he apoyado en la

gente que sabe más que yo, desde profesores a compañeros de la Universidad. No hay que tener miedo a preguntar y hay que tener

claro lo que se quiere.

Sinceramente no sabría responder a esta pregunta. Los momentos

críticos, tras aprender la lección que llevan aparejada, los arrinconas. Los más gratificantes son cuando al enseñar el producto a alguien te

dice que dónde se compra, que quiere uno. También cuando logramos

hacer algo nuevo, algo imposible.

En mi primera experiencia emprendedora, cometí múltiples errores, de

los que aprendí mucho. Los resumo: saber decir que no a ciertos clientes, no intentar abarcar demasiado con tu oferta, no cuidar a tus

socios, no saber que cantidad de socios no es calidad… He intentado no repetir ninguno de estos errores con Wattio y viendo los resultados,

creo que algo aprendí.

Un emprendedor tiene que tener cierta aversión al riesgo, saber que el camino a recorrer va a ser duro y ser muy fuerte. Creo que la

titulación de ingeniero en organización industrial es muy buena opción. Te otorga los resortes técnicos suficientes para hacerte las preguntas

adecuadas a la hora de diseñar cualquier cosa y te forma en aspectos

clave para un emprendedor: motivación de equipos, gestión de proyectos, marketing, finanzas…


Patxi Echeveste


Percibimos la necesidad de adaptarnos a un entorno cada vez más competitivo, con nuevas oportunidades de negocio y con nuevos

agentes que afectan a la sostenibilidad de la empresa, y por ello,

decidimos emprender proyectos y actividades que anteriormente no se daban: relación con nuevos tipos de clientes, cambios tecnológicos

dentro de la compañía, cambios en el modelo de gestión etc.

El apoyo más importante que hemos tenido ha sido poder compartir el trabajo y la toma de decisiones con nuestro padre y con nuestro tío. Y

por otro lado, nos ha venido de maravilla el poder contar con el consejo de total confianza de personas con 30 años de experiencia.

Los momentos más difíciles han sido aquellos en los que hemos visto que personas en las que has depositado total confianza, no han

actuado de un modo leal a la compañía. Y al contrario, los mejores se dan cuando se ve la evolución y crecimiento profesional de las

personas que forman la compañía, además de cuando se percibe la satisfacción del cliente.

Hay algunas decisiones que deberíamos haber meditado un poco más

en lugar de precipitarnos.

En nuestra opinión lo más importante es el conocimiento del producto, del mercado, de lo que el cliente necesita… y en cuanto a lo personal,

la honradez, sinceridad, constancia, perseverancia y darse cuenta de que el trabajo bien hecho es un valor.

Cierto es que algunas de las cosas que hacemos no se enseñan en la carrera pero la base técnica que adquirimos en la Escuela es

francamente buena; además de la capacidad de trabajo y de aprendizaje, que son fundamentales para un emprendedor.


Jordi Ferrer Ribas y Carlos Ferrer Ribas


En mi caso, la idea de crear Scientifica no fue mía sino de la dirección

de Added Value Solutions –AVS–, en la que yo participé desde mi

papel de asesor desde Bic Berrilan, mi empleo en aquel momento. La razón para dejar mi empleo en Bic Berrilan, que era muy interesante,

enriquecedor y divertido, y proponer a la dirección de AVS la posibilidad de que contara conmigo para poner en marcha la empresa,

fue que después de casi 9 años asesorando y apoyando a emprendedores en su nuevas iniciativas empresariales, me apetecía

probar la experiencia por mí mismo.

El apoyo principal para la puesta en marcha de Scientifica vino de la empresa matriz AVS, quien puso los recursos para dotar a Scientifica

de un marco estable en el que desarrollar la idea de negocio y las

primeras actividades. También resaltar el apoyo de Bic Gipuzkoa Berrilan, que con su ayuda económica y sobre todo sus contactos y

conocimiento, fueron muy importantes.

No creo que haya habido hasta la fecha un momento crítico concreto

en el desarrollo de Scientifica. Lo que sí ha habido es un hito crítico

que supuso el estreno de Scientifica como una empresa solvente en un cliente de referencia mundial: fue el desarrollo de los detectores de

neutrones para la fuente de espalación de neutrones de ISIS, en

Oxford (Reino Unido).

Ha habido errores, por acción u omisión, como suele haberlos siempre, pero son parte del proceso, y constituyen una fuente de aprendizaje

muy importante y creo que necesaria.

El emprendedor tiene que ser alguien que realmente tiene ganas de hacer algo importante, que cree en ello. Tiene que ser capaz de

convencer de esa idea a otros agentes que va a necesitar en el camino. Tener la capacidad de gestionar personas es primordial y

desde este punto de vista, creo que la formación como ingeniero sí

que dota al estudiante de un conjunto de competencias importantes a la hora de abordar la creación de una empresa, sobre todo si es de

componente tecnológica.


Lander González Larrea


Siempre tuve la inquietud por emprender y fue durante unas prácticas

gestionadas por la Universidad en 3º cuando surgió la idea que estaba esperando. Durante los años siguientes de carrera, he ido gestando el

proyecto para ponerlo en marcha nada más terminar los estudios.

Fui asesorado por Tecnun en una primera etapa y posteriormente

acudí al organismo equivalente a Bic Berrilan en Galicia, además de otras fundaciones locales. En cuanto a subvenciones, solicité la

subvención al autoempleo que conceden las comunidades autónomas, que consistió en una cantidad a fondo perdido, además de otros gastos

como el registro de marca.

El momento más crítico fue claramente el comienzo, la

comercialización y la búsqueda de agentes comerciales. La Asociación de Jóvenes Empresarios, entre otras, jugó un importante papel,

ayudándome no sólo a aumentar la cartera de clientes, sino además encontrar agentes comerciales y forjar colaboraciones que se han

probado fructíferas.

Lo más gratificante es estar satisfecho con tu trabajo en el día a día, y

saber que la empresa, en cierta manera, está afectando la vida de tus

compañeros de trabajo y clientes.

Si retrocediese en el tiempo, realizaría básicamente el mismo proceso,

pero unos años antes. Pienso que demoré demasiado el comienzo de la actividad, puesto que siempre quieres tenerlo todo perfectamente

estudiado, cerrado y preparado para el gran día. Sin embargo, es un proceso de largo recorrido, y han sido los propios clientes los que han

proporcionado el “feedback” necesario para ir evolucionando en la dirección correcta.

Voy a citar 6 competencias que en mi opinión son claves pero no

únicamente para emprender: análisis, iniciativa, auto motivación, persistencia, confianza y autocrítica. Durante la carrera se incentivan

todas estas competencias, especialmente la capacidad de análisis,

pero dado que no son meros conocimientos, para aprenderlos requiere iniciativa por parte del alumno, como participar en clase, actividades

extra educativas, prácticas de empresa…


Xan Guillen Lorenzana


La idea surgió al menos 10 años antes de su materialización.

Trabajando en una empresa sospeché que no se aprovechaban todas

las oportunidades de negocio que nos llegaban y podría buscar mil motivos de por qué quería emprender, pero la verdad es que

simplemente sentía que tenía que hacerlo. Me llenaba crear algo por mí mismo y no estar encasillado en una organización.

Sobre todo moral: el de mi mujer. Sin ella, nada habría pasado.

Busqué asesoramiento, subvenciones, etc. pero lo principal es estar convencido de lo que vas a hacer por pequeño que sea. Si dispones de

poco capital pues haces algo sencillo y si dispones de mucho, cuidado porque puedes dar un gran patinazo.

El más crítico fue el comienzo. Tras un primer intento en el 2003 las cosas no salieron como esperábamos y en el 2008 lo intenté en

solitario añadiendo algunas lecciones aprendidas. Lo más gratificante fue comprobar que en el segundo intento la evolución fue muy

interesante.

No volvería a dudar. Preguntarse cosas constantemente es bueno, pero la duda atenaza e inmoviliza. No se trata de arriesgarlo todo,

pero es malo hacer planteamientos del tipo “vamos a repartir

responsabilidades si sale mal”. Tiene que salir regular, bien o muy bien, pero no mal.

Según el planteamiento de negocio que hagas puedes necesitar unas

cualidades y competencias u otras. En mi caso el trabajo tiene una carga técnica importante por lo que ser ingeniero es fundamental. Pero

sobre todo ser ingeniero me ha ayudado a preguntarme constantemente por todo y me ayudará en el futuro a seguir

determinados caminos que otros desecharán. También la intuición y sentido común son muy buenos compañeros a la hora de trazar

estrategias.

Emprender requiere entrenamiento y con el tiempo te perfeccionas

hasta el punto de que la incertidumbre del “qué pasará en el futuro” se convierte en “emoción de lo que va a pasar y que aún desconocemos”.

Hay que tener fe.


Antonio Herrera


Trabajábamos en el estudio de modelos matemáticos para la

simulación de sistemas complejos y modelábamos situaciones y entornos de la vida real para comprender su funcionamiento y ver su

comportamiento ante ciertas circunstancias. Vimos que si les cambiábamos el aspecto visual podrían ser unas herramientas de

formación muy potentes y el usuario podría aprender de una forma amena el funcionamiento de cualquier sistema complejo. Es en este

momento cuando comienza a tomar forma la idea de Ikasplay.

BIC Berrilan nos ofreció un espacio de trabajo para poder llevar a cabo

la idea. Compartíamos la oficina con otros emprendedores con lo que podíamos compartir nuestras experiencias y aprender de los errores y

aciertos de otros proyectos.

La parte más dura es siempre el conseguir los primeros clientes y la

financiación necesaria para poner el proyecto en marcha. El momento más gratificante es cuando ves materializada en un Juego Serio la idea

con la que has estado trabajando durante cierto tiempo. Después observas que estos Juegos que desarrollas se utilizan en diversas

empresas y centros de educación y formación, y que la mayoría de los

usuarios les dan un “feedback” muy positivo bien al Juego o simulador como al nuevo método de aprendizaje, lo que te provoca una enorme

ilusión y ganas inmensas de empezar con otros proyectos.

Podemos tener la duda de si la estrategia que hemos venido siguiendo

haya sido demasiado conservadora, pero cada pequeña decisión que hemos ido tomando nos ha traído hasta aquí y estamos muy

orgullosos de ello.

Para emprender un negocio es indispensable tener el deseo y la motivación necesaria para luchar. Es esencial disponer de un equipo

de trabajo unido y capacitado. Todas las competencias son necesarias dentro de la empresa, por eso hay que buscar siempre un equipo

multidisciplinar que las abarque. Pero si tuviera que resaltar una

capacidad sería la de aprender, para lo cual te preparan francamente bien en la Escuela.


Haitz Campo y Joannes Gonzalez de Txabarri


Hace dos años me surgió la motivación para ser consultor “Freelance”. Sentía que podría ser para mí una oportunidad para medir mi potencial

como profesional. También creía que podría aportar a la gestión de las empresas Pymes un “know-how” que hiciera que en un espacio de

tiempo corto permitiera que la empresa pudiera recuperar su salud en cuanto a organización y resultados positivos.

El principal apoyo me lo dieron aquellas empresas que conocían bien mi forma de trabajar. Es decir, aquellas empresas que confiaban y

confían en mí son las que me dieron “carta blanca” para la mejora de su organización. El apoyo base sin embargo, se lo debo a mi esposa y

a mi familia entera, y algunos amigos míos. María, Iñaki y José Mari pusieron su granito de arena en mi tarea de emprendizaje.

El momento más crítico fue cuando sabía que la empresa estaría constituida para primeros de julio de 2010, y a primeros de junio

todavía no tenía ninguna señal de compra de ningún cliente.

Antes de empezar pido a los gerentes de las empresas que escriban la

situación en la que se encuentran a todos los niveles en una lista, para

después de un año revisarla y sacar conclusiones de mi actuación. Para mí es realmente gratificante ver las expresiones de los gerentes

de empresas que se dejan aconsejar después de un año, a la vista de

los resultados que obtienen.

Quizás el no haberla creado antes. Puede que los miedos y la comodidad hayan sido rémoras que hacían que ni siquiera se me

ocurriera emprender un negocio propio.

Lo primero que hay que tener es valor, y lo segundo, respaldo. El valor ya sabemos todos que “se le puede suponer” a una persona, pero

realmente una suposición no tiene por qué ser una realidad. Por otra parte, cuando hablo del respaldo, estoy hablando del respaldo

económico, emocional y técnico (fundamental lo aprendido en la

Escuela). La cualidad que no ayuda a un emprendedor es la comodidad.


Ion Izaga Caminos


En mi familia había varios pequeños empresarios. De algún modo esta

circunstancia me influyó y desde muy joven me marqué como objetivo personal desarrollar una actividad empresarial por cuenta propia.

Conté con ayuda técnica y económica del Gobierno Vasco para realizar un Plan de Negocio formal. También, aunque tratándose de una

empresa de servicios profesionales la inversión requerida para iniciar la actividad era reducida, pude contar siempre con respaldo económico

familiar, circunstancia que aminoraba de forma importante el riesgo del proyecto.

En 2004 se produjo la salida –de forma no amistosa- del máximo

responsable técnico de la empresa, socio y colaborador directo desde la creación de la empresa. Su salida produjo un impacto negativo

importante que a punto estuvo de causar el cierre de la empresa.

Entre el resto de trabajadores se hizo un esfuerzo especial para suplir las funciones y responsabilidades de esta persona.

Han habido muchos momentos gratificantes: constatación de un

trabajo innovador y de un equipo de profesionales especializado,

reconocimiento público en los medios y especialmente el reconocimiento de muchos clientes que han confiado en nosotros

incluso cuando las circunstancias se han vuelto más difíciles.

Formalizaría las relaciones entre los socios de forma clara y

transparente, algo que no hice debidamente en su momento.

La carrera en ingeniería aporta una formación sólida en cuestiones técnicas principalmente. El desarrollo de proyectos en general requiere

además, capacidades de organización, liderazgo, gestión, habilidades comerciales y un respaldo financiero. Un emprendedor debe apostar

por la creación de valor a través de la innovación pero fundamentalmente al inicio de la empresa, la ayuda de profesionales

con mayor experiencia en distintos ámbitos es un requisito

prácticamente imprescindible.


Juan Ignacio Lasa Lasa


Trabajando para una empresa cumplí 30 años y decidí que era el

momento ideal para intentar un proyecto empresarial propio. ¿La motivación? Querer construir algo en el ámbito profesional que sienta

como realmente propio y que cuando al hacerme mayor y mire hacia atrás me sienta orgulloso de lo que construí y aporté a la sociedad.

Además de los habituales sueños de reconocimiento y riqueza.

El centro de empresas Saiolan de Mondragón me brindó un apoyo y

unas infraestructuras que al inicio de un emprendizaje son impagables. Gracias a ellos tuve un lugar profesional donde desarrollar el proyecto,

la capacidad de acceder a unas ayudas para desarrollarlo y posteriormente unos prestamos en condiciones preferentes para

implantarlo.

El actual. Lo solventaré dando un giro estratégico a los productos y mercados a los que me dirijo. O eso espero.

No creo que haya cometido grandes errores de los que me arrepienta, aparte de no haber acertado con la actividad con la que comencé. Lo

cual, es crucial. En todo caso sé que las mayores limitaciones de mi proyecto son debidos a mi propia persona.

La principal competencia para ser emprendedor es querer serlo. Sin

esa motivación interior nadie saldrá adelante o lo dejará ante cualquier otra oportunidad por muchas buenas aptitudes que tenga. Todas ellas

están sobradamente listadas en los libros y cursos de emprendizaje.

Considero que la de ingeniero probablemente sea la mejor formación

que un emprendedor pueda tener, aunque algo lastrada por una cierta falta de vocación comercial y de marketing que es fundamental en

todo negocio.


Aitor Lizaur


Estuve año y medio en Dublín aprendiendo inglés y cuando me dispuse

a volver a España decidí preparar un plan de viabilidad para la

fabricación de los Extractores Eólicos Ecológicos y distribución a nivel nacional. Conocía el producto y sabía que no era muy conocido en

España. Y por otro lado como a distancia era complicado encontrar trabajo, ya que había que hacer entrevistas personales y desplazarse

hasta España, pensaba que era más fácil el desarrollar la idea y ejecutarla en cuanto llegara a Cádiz.

Hay muchas instituciones y organismos para poder apoyarte en ellos y

que te asesoren. Concretamente yo lo hice a través de la Confederación de Empresarios de Cádiz, el Ayuntamiento de Cádiz y el

antiguo Instituto de Fomento andaluz.

En lo económico, me asocié con un socio capitalista al 50% aunque a

los dos años compré sus participaciones y recibimos algún dinero por algunos premios que obtuvimos al inicio de nuestra actividad.

Es el conjunto de los momentos críticos que estamos pasando por la

actual situación del mercado nacional. Están siendo unos años duros que nos están enseñando a adaptarnos a las nuevas conductas de

mercado. El momento más gratificante no sabría decir, quizás sea el

día a día, pues vas aprendiendo cosas nuevas y agudizando el ingenio y esto precisamente es lo que te motiva.

Te das cuenta de muchos errores que cometes a lo largo de tu vida

como empresario, pero si no los cometes, no aprendes.

Estoy totalmente convencido de que un Ingeniero de Organización Industrial tiene una formación más que adecuada para enfrentarse a la

creación de cualquier empresa, puesto que es necesario saber un poco de todo. Por otro lado es muy importante ser observador de nuestro

entorno y analizar por qué se hacen las cosas de la manera en que se hacen. De esta manera será más fácil detectar oportunidades de

negocio o nichos de mercado.


Javier Federico Macias


El germen surge durante mi estancia en Stanford University donde

recibo formación en procesamiento del lenguaje natural y descubro

grandes oportunidades de aplicación para esta tecnología. Inicialmente fue un hobby el desarrollo de “crawlers” y buscadores, pero después,

empecé a ver la posibilidad de montar una empresa.

Conseguí una financiación inicial de la empresa de capital riesgo Invercaria y después un Neotec del CDTI. Por último en 2011 entró un

socio en la empresa lo que ha supuesto un apoyo importante desde el punto de vista de la ampliación de la actividad, contactos, etc.

El primer año fue muy complicado pues la financiación era muy justa. Pude subsistir básicamente compatibilizando la empresa con otras

actividades de consultoría. Durante todo este tiempo hay un continuo cuestionamiento (por uno mismo) de si realmente merece la pena

emprender y muchas veces pensé en tirar la toalla.

Ha habido momentos gratificantes pero con tantos retos, ha habido

poco tiempo para saborearlos. Todavía estamos en la lucha de

subsistir, por lo que no hay tiempo para relajarse. Actualmente, junto a dos profesores de la Universidad de Sevilla, con los que colaboramos

desde el comienzo de la empresa, estamos lanzando una Spin-off y la

experiencia está siendo muy gratificante.

Quizás hubiese buscado un socio antes.

Lo más importante es tener mucha imaginación y creatividad y por supuesto, resiliencia, es decir, capacidad de adaptarse a los cambios.

En cuanto a la formación de ingeniero no considero que adquiera dichas competencias y por otra parte, creo que es fundamental

introducir a los alumnos en la investigación, cosa que en mi época no se hacía. Tuve la suerte de continuar mis estudios en la Universidad de

Massachusetts y después en Stanford, y allí sí descubrí la importancia

de ser creativos, buscar soluciones originales y de lo apasionante de este proceso.


Jaime Martel


Después de haber participado en la creación de otra empresa que fue

absorbida por una compañía multinacional, tomamos la decisión de realizar nuestro propio proyecto con total independencia. Es una

decisión en parte arriesgada pero la recompensa la hace atractiva.

Asesoramiento por parte de Adegui, del Colegio de Ingenieros y de

colegas de profesión implicados en el mismo proyecto. Sin duda el entorno familiar facilitó la toma de esta decisión.

Los momentos críticos se suceden constantemente en una muy

pequeña empresa dado que se vive casi al día. Ser pequeño implica tener poca fuerza ante la media de empresas del sector pero al mismo

tiempo permite una agilidad mucho mayor en la toma de decisiones.

La consecución de un proyecto importante para nuestra Ingeniería

supuso una señal de que desarrollábamos un buen trabajo.

La verdad es que no existe ninguna decisión tomada de la que nos arrepintamos y por tanto, no sabría contestar a dicha pregunta.

Por supuesto son necesarias competencias técnicas, algunas de las

cuales sí se adquieren durante la formación como Ingeniero, otras se aprenden en el desarrollo de la profesión y el resto las aprendemos

gracias a la formación continuada, imprescindible en cualquier profesión. La ingeniería ayuda a estructurar las ideas, a seguir

procesos lógicos, a no temer a los ensayos y pruebas erróneas, en resumen, a aprender.

El gusto por el trabajo bien hecho, el trato a los Clientes, a los compañeros, la honradez en todos sus aspectos, etc. se ha de obtener

desde muy temprana edad y con el transcurso de los años debe ser potenciado. Una formación Superior, como es este caso, ayuda en esta

tarea, ya que nos hace ver la necesidad del trabajo en equipo.


Jon Mauleón


Tras muchos años trabajando en varias empresas, detecté que gran

número de empresas proveedoras y clientes tenían una deficiencia a nivel de software. Por otro lado, tras realizar el Erasmus en Italia y por

casualidades de la vida, se me ocurrieron nuevos productos innovadores que no existían y que representaban un producto

alternativo a otros existentes, por lo que comencé mi actividad en la industria gráfica con grandes éxitos.

Para todos mis proyectos empresariales he contado con el asesoramiento de Bidasoa Activa y con subvenciones puntuales de

SPRI y Lanbide orientadas a nuevas inversiones y contratación de personal respectivamente. Para la última empresa creada debido al

carácter innovador y sus productos, acudí a Bic Berrilan donde tras analizar el proyecto, me concedieron una subvención. Además, realiza

seguimiento del proyecto y me asesora y aconseja en multitud de decisiones.

No ha habido momentos malos económicamente pero si anímicos. El

exceso de trabajo y la tensión que hay que soportar cuando se

emprende se hace duro y lógicamente, siempre se dan problemas. Por desgracia algunos de los problemas no se pueden resolver

satisfactoriamente pero hay que seguir intentándolo y mejorar día a

día. El momento más gratificante es cuando veo a un cliente satisfecho al margen del beneficio que genera.

En el proceso de crecimiento de la empresa tardé demasiado en

contratar a personal y eso causó algunos problemas en algunos proyectos. La falta de confianza y el querer controlar cada detalle de lo

que sucede en la “criatura” te hace esclavo sin darte cuenta.

Un emprendedor ha de tener ganas inmensas de trabajar y pasión por pensar y replantearse todas las cosas que hace. También, tener la

capacidad de estar al día de las novedades existentes en el mercado y

las nuevas posibilidades que puedan presentarse. La formación es importante resaltando la capacidad de pensar y la matemática, esta

última la verdadera razón de poder producir a costes muy bajos y por ello el motivo del éxito.


Pablo Miranda Montero


La idea de poder crear mi propia empresa siempre había estado en mi

mente, quizás por la tradición familiar de mi abuelo y de mi padre,

ambos empresarios. En el año 2001 el CEIT a través de Jordi Viñolas me hace la propuesta de emprender lo que hoy es LANDER y después

de un análisis de la propuesta y sus perspectivas, decido embarcarme en el proyecto.

Sin lugar a dudas el apoyo tecnológico y asesoramiento del CEIT y de

TECNUN, fueron claves a la hora de poner en marcha la empresa. Las subvenciones de las administraciones locales, autonómicas y

nacionales fueron también de vital importancia.

Quizás en nuestro caso ha habido pocos momentos críticos, y sí

muchos momentos gratificantes por los que poder dar gracias. Es posible que el primer pedido fuese uno de esos momentos tan dulces.

Sinceramente ahora no recuerdo nada que me hubiese gustado cambiar. Tomar decisiones consensuadas puede haber ayudado y

mucho a cometer pocos errores.

Creo haber oído muchas veces que el empresario nace y se hace y yo

opino que el gusanillo nace contigo. Tienes que tener esas cualidades, como toma de riesgos, trabajo a destajo y sin horarios, etc.

Sin embargo la formación es hoy en día fundamental, todo se ha

vuelto complejo y las decisiones tienen que ser rápidas y acertadas, tanto en “managment” como en RRHH y es por ello que la formación

de Ingeniero es muy útil.


Jose Montero


El motivo principal fue el autoempleo y encontrarme como responsable de mi propio destino. La idea surgió cuando me encontré con un

problema técnico sin resolver, para las personas que querían hacer una ducha a ras de suelo y que son usuarias de sillas de ruedas. Tuve

la suerte de encontrarme en los inicios con Laida San Sebastián, otra emprendedora del sector.

Apoyo desde Bic Berrilan y asesoramiento y subvención por medio de Fomento de San Sebastián.

Realmente no puedo resaltar ningún momento crítico. Quizás sí que he

adquirido la madurez de intentar esperar 24 horas antes de tomar decisiones ante un problema importante. Por ahora hemos tenido

suerte. El más gratificante es siempre que entramos en una casa de

una persona que esté con una gran discapacidad y podemos proponerles nuestras soluciones.

Es una pregunta muy difícil, no tengo una visión demasiado clara de cuáles han sido mis decisiones y cuáles han sido las forzadas por el

entorno, por lo que sinceramente, no lo sé.

Enfrentarte a un problema complicado en silencio y frente a una hoja en blanco entrena la cabeza. Esto es lo que a mí me ha ayudado. De

forma intuitiva diría que es una gran clave de la educación, que hoy en día no sé si queda diluida con los ordenadores y los trabajos en grupo.

Luego existen otras competencias que creo sinceramente, no has de esperar adquirirlas en la universidad como son el sentido común, la

honestidad, la empatía o la madurez. Para eso están los amigos, la familia, las experiencias personales, las aficiones, la pareja… Y quizás

también, la capacidad de soñar frente a un mundo lleno de personas que te van a decir que todo está inventado.


Jabi Odriozola


La primera empresa la puse en marcha porque el trabajo que tenía no

me gustaba, quería cambiar y mi mujer también. Así que empezamos

juntos. Éramos jóvenes…

Para nosotros Bic Berrilan, la incubadora de empresas, ha sido determinante. Allí encuentras todo el apoyo que necesita una buena

idea emprendedora para salir adelante.

Lo malo es que momentos críticos hay, ha habido y habrá muchos. La

realidad de las empresas es esa: una lucha contra el tiempo, contra la competencia, para cumplir los objetivos, para superarse... Lo dicta las

leyes del mercado, la forma en la que es la economía y quien no esté preparado para ello mejor que ni empiece. A veces el problema es

técnico y otras veces económico y normalmente es ambos a la vez.

Lo más gratificante es ver cómo la empresa y el producto se

consolidan. Ver que el esfuerzo realizado para hacer algo con mucha pasión se traduce en un producto y un conocimiento que tiene sentido,

que aporta algo. Y que esa pasión ya no es solo tuya sino de un equipo

bien alineado.

Quizás no crearía la empresa. Sé que esta respuesta puede resultar

desconcertante pero es sincera. No se trata de lanzarte por que sí. El origen natural es concentrarse en trabajar bien, adquirir conocimiento,

disfrutando del trabajo. Creo que no hay que centrarse tanto en crear empresa o no, se puede ser emprendedor dentro de la empresa. Si

cultivas esto, el momento de crear la empresa llegará si tiene que llegar.

Constancia y metodología. Saber jugar con el equilibrio necesario

entre la ilusión de poner un proyecto en marcha y la practicidad necesaria para no hacer temeridades sin una buena base.

No se me ocurre una carrera más adecuada que la de ingeniero. Tenemos la capacidad de meternos en cualquier departamento:

técnico, financiero, gestión, marketing. En una empresa pequeña cuando arranca, esta habilidad es fundamental.


Jose Manuel Odrizola


Yo no compartía los planteamientos del Consejo de Administración de la Sociedad para hacer frente a la situación de dificultad que

atravesaba la empresa y consensuamos mi salida. En ese escenario y

con una experiencia profesional de 17 años, decidí trabajar siendo mi propio “jefe”, aportando a las empresas lo que yo, quizás de forma un

tanto arrogante, juzgaba una buena experiencia profesional.

Nadie nos ayudó. Con los que luego fueron mis socios y amigos, así como con mi mujer (sabia economista) durante varios meses

debatimos, planeamos, nos comprometimos y, cuando pude afianzar un primer contrato con un cliente, me lancé a la aventura. Esos

debates, diálogos, discrepancias, dudas… fueron mi mejor ayuda.

Suele decirse que los malos momentos se olvidan, y es así. Siempre

hay discrepancias, alejamientos personales, dificultades de negocio que te obligan a incrementar tu compromiso… pero casi 20 años de

recorrido compartido me hacen ver que lo más importante es la lealtad entre quienes comparten el riesgo y el compromiso mutuo. El

momento más gratificante fue cuando en 2008 obtuvimos la Q de Plata

a la Excelencia Empresarial. Fuimos la primera consultora vasca en obtenerlo.

No quiero hablar en términos negativos, no tiene sentido ya que se gestiona en “tiempo real” con la información, capacidades y estado de

ánimo de cada momento.

Yo buscaría en la persona que emprende sus actitudes, valores o emociones, más allá de sus competencias técnicas, siempre

necesarias. A los ingenieros nos tildan de “cuadriculados” y quizás sea así, y deberíamos superarlo. Pero sin duda, todos los que hemos

pasado por Tecnun, para mí “La Escuela”, somos “corredores de fondo”. Gente competente, trabajadora, rigurosa, habituados a no

siempre lograr los mejores resultados y a superar esta frustración en

el segundo intento. Obviamente potenciales emprendedores.


Manu Olariaga


Ingeniería Prosix surge de una forma natural, como necesidad de dar

respuesta al astillero que estaba fabricando el barco español de vela,

“desafío español”. Me di cuenta de que necesitaban todo lo relacionado con los materiales compuestos desde el punto de vista de la

fabricación de los barcos de competición. En cuanto a la segunda empresa que creé, fue por la necesidad de sacar un producto que

fuese la solución definitiva para reparación de “composites” en condiciones reales de las fracturas.

Recibí una pequeña ayuda del Gobierno Vasco, consejo de varios

profesores de la Universidad en lo referente a cómo montar la empresa, cómo hacer el modelo de negocio, si debía o no asociarme

etc.

En Ingeniería Prosix lo crítico fue cuando decidí cambiar el modelo que

había nacido para dar servicio a los astilleros, a abarcar más sectores como la aeronáutica, eólica y coches. Fue un momento arriesgado pero

en tres años pasamos a facturar un 18% en barcos y el resto en todo

lo demás. Y lo gratificante es precisamente eso.

En la segunda empresa lo crítico fue el desarrollo del producto que fue larguísimo, pero la llamada de Iker Martínez, regatista Olímpico,

diciéndome que habían tenido una fractura y que gracias a mi producto la habían conseguido reparar y ganar la manga, fue prueba

suficiente de que había merecido la pena.

Ahora mismo no cambiaría nada. Quizás cuando vea las cosas con

mayor perspectiva puede que sí, pero ahora mismo no.

Tener la cabeza amueblada, que cualquier ingeniero de Tecnun la tiene. Lo siguiente igual o más importante que eso, es saber

relacionarse. La parte más importante de mi trabajo sigue siendo la relación humana. Es una cuestión de saberse vender y transmitir

confianza. Si eso falla, da igual lo bueno que seas, no hay nada que hacer. Hay asignaturas en la Escuela que trabajan ese aspecto, pero

por norma general la Universidad te forma en otro sentido, en el de solucionar problemas para saber trabajar en condiciones límite, cosa

también de vital importancia.


Alvaro Pipó


Un día de visita en una planta de producción de bobinas de acero vimos que la producción estaba automatizada pero la logística de

almacén era totalmente manual. Analizamos la razón de esto y evaluamos si sería rentable resolverlo.

Una primera ayuda económica para el desarrollo del BP y realizar un estudio de viabilidad tecnológica. Esa ayuda iba acompañada de

asesoramiento por parte de BIC Berrilan. Contamos también con un grupo de consejeros expertos en el sector, incluyendo un cliente

potencial estratégico que nos ayudó en la conceptualización del producto.

Lo más crítico fue unificar la visión de los promotores sobre la manera en la que debía desarrollarse el proyecto empresarial, consensuar el

qué quieres llegar a ser. Se solventó hablando mucho, compartiendo tiempo personal y comprendiendo las motivaciones reales que hay

detrás de cada uno. El más gratificante ha sido cerrar nuestra primera ronda de inversión a pocos meses de haber nacido y con gente que

lleva toda la vida en este mercado.

No invertiría tanto tiempo y energía en hablar con figuras que no tienen capacidad de decisión. Cuanto más al grano mejor.

A nivel personal yo creo que debes ser creativo y orientado a

resultados. Lo ideal es una persona enfocada al mercado y a la estrategia para poder estructurar el proyecto lo mejor posible. Los que

tenemos una formación técnica tendemos a centrarnos en la tecnología y es un error, porque el objetivo de la empresa es vender

una solución lo suficientemente buena como para que el mercado la compre, no desarrollar tecnología por desarrollar. Yo creo que estudiar

ingeniería te da la habilidad de adaptarte a lo no esperado, algo que es muy valioso en “start ups”; sin embargo la carencia sobre el marketing

sigue siendo la asignatura pendiente.


Ivan Portas


En el verano de 2010, mi socio Mikel Recondo (también I.T. de la 3ª

promoción) y yo vimos que las pantallas (monitores, televisores y proyectores) instaladas en distintos establecimientos tenían un

potencial enorme para la comunicación con los clientes que estaba desaprovechado. Unos meses más tarde con ganas de hacer cosas

nuevas y aprovechando que no dependíamos de hipotecas ni cargas familiares, nos lanzamos a desarrollar un software que permitiese la

participación y comunicación de los clientes, establecimientos y anunciantes a través de esas pantallas.

Hemos recibido el apoyo y consejo de otros emprendedores siempre que hemos acudido a eventos como Iniciador. Por otro lado, Bic

Berrilan nos ha ayudado enormemente con una subvención a la inversión en prototipos y marketing. Finalmente tenemos que

agradecer a Tecnun su ayuda en la búsqueda de alumnos para realizar prácticas de verano y proyectos.

En este año que llevamos de actividad hemos dedicado muchísimo tiempo a la investigación y al “networking” dentro del mundo del

marketing ya que, como ingenieros, éramos forasteros en esta área.

Los momentos más gratificantes vienen cuando tus potenciales clientes se interesan y esperan expectantes tu producto incluso antes

de que lo hayas lanzado al mercado.

Al ser nuestro primer emprendimiento, no hemos sido en los primeros

meses todo lo “lean” que deberíamos haber sido: es sumamente complicado centrar las tareas y las funcionalidades del producto en lo

esencial, deshaciéndose de lo accesorio.

Considero de extrema importancia saber transmitir el mensaje de tu empresa y de tu producto a distintas audiencias: clientes, inversores,

medios de comunicación, etc. Es vital complementar la formación de ingeniero con habilidades comerciales y de “networking”. Además, una

sólida base en finanzas no está nunca de más. Finalmente, es

importante que los alumnos estén en contacto de forma continua con Alumni y profesores que sean o hayan sido emprendedores para que

les transmitan la pasión por la creación de empresas.


Rafa Roda


La idea de generar una empresa es algo que siempre tienes en mente

y para ello es clave un periodo de formación en algunas de las especialidades de la ingeniería, debes enfocar tu carrera profesional

con ese objetivo.

Por ciertas decisiones dentro del grupo que varían las condiciones de

trabajo decidí dejarlo (Fernando) y el quedarse sin trabajo (Patricio) fueron las dos razones que nos hicieron plantearnos el ser autónomo,

cada uno por su cuenta. Con el tiempo vemos que nos complementamos y que los dos juntos somos capaces de generar

mayor trabajo que por separado. Después de estudiarlo un tiempo decidimos dar el paso y trabajar los dos en la misma dirección

generando ROVIMATICA S.L.

ROVIMATICA no recibió ninguna subvención ni asesoramiento técnico

ni económico. Fue un proyecto que nace de la oportunidad de negocio entre dos amigos con gran capacidad de trabajo y que tienen plena

confianza y donde saben que su unión suma más de dos.

El momento más crítico está por llegar. Los ha habido difíciles sobre

todo a la hora de cobrar algunos de los trabajos realizados que ponen

en peligro la continuidad de la estructura de la empresa. El más gratificante el ver como la empresa crea valor añadido a las empresas

y fábricas de su entorno y el extranjero.

No cambiaría nada. Simplemente pediría alguna ayuda o subvención

para empezar.

Creemos que una persona que quiere emprender un negocio de ingeniería necesita ser una persona inquieta, lanzada, resolutiva,

trabajadora y perseverante, con buenos conocimientos técnicos.

En la Escuela te enseñan conocimientos técnicos propios de nuestra

carrera, la manera de adquirirlos por otras vías, te enseñan a desenvolverte por ti mismo y a dar soluciones a los problemas y sobre

todo a que con el trabajo y la perseverancia se puede conseguir los objetivos propuestos.


Fernando Palacios y Patricio Alemany


La idea surge tras un periodo de dos años trabajando en una empresa

del mismo sector y ver que la gestión de la misma se podía llevar a cabo de otra forma, en principio con indicios de mayor rentabilidad y

longevidad del negocio. El principal motivo de su creación fue la ilusión de comenzar un proyecto desde cero y trabajar para ti mismo, con tus

ideas y forma de trabajar, sabiendo además que contaba con el apoyo de dos socios más.

Económicamente recibí el apoyo de mi padre, y más tarde algún tipo de subvención pública cuando comenzamos a contratar personal,

aunque estos últimos fueron poco relevantes. Asesoramiento y algunos consejos se recibieron de conocidos, especialmente en referencia a

cómo crear la empresa desde un punto de vista meramente mercantil.

El más duro fue a los 2 años, en el momento que apostamos más por

la expansión territorial, que nos llevó a una situación económica complicada. Se solventó diversificando las tareas encomendadas a los

recursos humanos existentes y ampliando la oferta de servicios sin

corresponder directamente con un aumento de personal. Y el más

gratificante fue el salir de dicha situación y consolidar parte de la expansión, especialmente con la compra de otra sociedad del mismo

sector en Ceuta.

Hay muchas cosas que no repetiría, pero quizás, de la que más me

arrepiento es la duda y tardanza en afrontar nuevas líneas de negocio por el coste que conllevaba. Ahora se han llevado a cabo, pero hemos

llegado al mercado más tarde de lo deseado.

Capacidad de sacrificio, tanto económico como de trabajo, sobre todo si hablamos de crear una empresa con una competencia ya

establecida. Por otro lado, conocimiento del sector, cierta formación sobre organización empresarial y capacidad para afrontar y resolver

problemas. En mi caso, si bien no aplico ni el 50% de la formación

técnica que he recibido como ingeniero, sí que aplico esa cualidad que ostentamos al terminar la carrera de afrontar los problemas y buscar

soluciones “desde otro punto de vista”.


Rafael Ruíz Díez


No fue a mí a quien se le ocurrió, si no a otra persona que se puso en contacto con el departamento de relaciones exteriores de la escuela

quien, a su vez, me contactó a mí directamente. Nunca había pensado

en emprender, no conocía el sector ni tenía experiencia laboral previa. Ni siquiera tenía un buen expediente académico pero me atrajo la idea

de ayudar a un promotor que tenía una idea pero no tiempo para desarrollarla. Y así fue.

Recibimos apoyo de Bic Gipuzkoa Berrilan, los ayuntamientos de S.S.

y Eibar, la KUTXA y otras entidades, que nos proporcionaba un puesto físico de trabajo, servicio de internet, telefonía, salas de reuniones y

una pequeña bolsa económica que permitía al promotor comenzar la

aventura sin tener que asumir los costes del análisis previo a la puesta en marcha de la idea. Pero el apoyo más importante fue el del técnico

que, desde Bic Berrilan, ponían a nuestra disposición para guiarnos en el proceso de creación.

Me tuve que enfrentar prácticamente sola (mis socios no estaban en la

plantilla de la empresa) a situaciones comprometidas, que a pesar de

que fuesen menos críticas que la actual, personalmente se me hicieron más duras. Y momentos gratificantes, supongo que muchos tanto por

la experiencia emprendedora como por el sector en el que emprendí.

Curiosamente, no cambiaría casi nada de lo que hice pero creo que no volvería a hacerlo en el futuro… Lo digo con la boca pequeña por si

acaso.

El haber dado tanto tiempo, dinero y esfuerzo personal “por el proyecto”, y no “cobrármelo” cuando era el momento. Los

emprendedores nos tratamos muy mal a nosotros mismos y, en caso de que la cosa no vaya bien, nos quedamos realmente desprotegidos…

No volvería a apostar mi patrimonio personal.

Iniciativa, autonomía para el trabajo, cierto punto de locura, capacidad

de trabajar muchas horas en todo tipo de tareas, humildad, ambición y habilidades para la gestión de personas. La formación como ingeniera

ha sido clave, no porque las integrales, los circuitos eléctricos o la investigación operativa hayan sido necesarias, sino por las horas y

horas de estudio, de trabajos en grupo, de presentar proyectos en materias tan dispares te da esa capacidad para enfrentarte a “lo que

venga” en la vida profesional.


Laida San Sebastián


Habíamos participado en diferentes proyectos de desarrollo e

implantación de software de gestión y especialmente en la gestión académica de la Universidad de Navarra a finales de los 90, que es

cuando comenzó el crecimiento de la web y su utilización no solo para publicar información sino también como plataforma para construir

aplicaciones. Fuimos desarrollando una metodología y al finalizar el proyecto vimos que se podía aplicar a otros entornos.

Aunque ha habido este tipo de soporte y evidentemente es una ayuda, lo más importante, además de tener un producto o servicio que aporte

valor al cliente, es la capacidad de llegar a dichos clientes y construir un modelo de negocio viable.

Los momentos más críticos son cuando se tienen que tomar decisiones sobre personas y líneas de actuación en las que aunque se trate de

actuar lo mejor posible no existe una solución que se pueda verificar como la correcta. Lo más gratificante es que haya tanta gente

relacionada con la empresa, tanto trabajadores, como antiguos trabajadores, clientes, “partners” y toda la gente que participa y ha

participado de alguna forma en Openbravo.

Para alguien que desee crear un proyecto emprendedor recomendaría un proyecto menos complicado. Un ERP es una aplicación compleja,

solo conocerla a nivel de usuario conlleva varias semanas de formación, por lo que su desarrollo y mantenimiento se entiende que

no es algo trivial. Además el proceso de crecimiento tanto de partners y clientes es lento porque el proceso de decisión de compra e

instalación se mide en meses.

Se pueden unir las dos respuestas. La formación de un ingeniero es para resolver problemas y esto es precisamente lo que se hace al crear

una empresa, responder a un problema que existe. Por ello, la formación de ingeniero creo que es una de las que mejores

competencias proporciona para emprender.


Nicolás Serrano


La idea surgió a finales de 2010. Trabajábamos en el mundo de la

innovación y empezamos a ver cómo un cambio cultural venía desde EEUU y Reino Unido en el que lo social iba a ser la principal

herramienta de competitividad de la empresa, como lo han sido en los últimos años la innovación o la internacionalización.

Por tanto, decidimos que teníamos que poner nuestro granito de arena para que la innovación social fuese una realidad aquí, en nuestras

empresas y entre nuestros emprendedores.

Recibimos apoyo y consejos de la gente que tenemos alrededor. Contrastamos la idea con todo conocido que se dejó y sacamos

importantes lecciones que nos ayudaron en el lanzamiento de la

empresa. Económicamente, conseguimos alguna pequeña ayuda aunque al estar ya inmersos en plena crisis la mayoría de ayudas a

emprendedores se habían extinguido.

Al principio planteamos nuestra entrada comercial en las empresas por el responsable de innovación, pero nos dimos cuenta de que, en

general, no entendían nuestro mensaje. Para nosotros era el camino

más fácil pero no el canal apropiado. Por otro lado, momentos

gratificantes hay muchos y es labor del emprendedor saber encontrarlos y auto recompensarse. Pero quizá el de mayor felicidad

colectiva fue el acuerdo del primer pedido con una empresa privada.

Al conseguir los primeros proyectos nos centramos demasiado en los

objetivos a corto plazo, sacar los proyectos, y perdimos de vista el horizonte, dejando de hacer algunas tareas comerciales, lanzamiento

de nuevas ideas etc.

Como competencias de nuestra formación nos ha ayudado mucho la resiliencia y la capacidad de organización. Y las que hemos echado de

menos han sido las competencias emocionales y sociales (empatía, autoconocimiento,…) y la creatividad.


Iñigo Benedicto, I ranzu Sainz de Murieta y Jesús Vázquez


Nuestra familia ha estado vinculada al sector de la alimentación y relacionada con la exportación durante muchos años. Los motivos de

emprender fueron la oportunidad de negocio que intuimos a través de

dar a conocer la gastronomía española en otros países así como la posibilidad de crear un proyecto.

El Área de Fomento del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, nos

facilitó durante 4 años el alquiler subvencionado de un almacén con oficinas. Hemos sido proyecto PIPE a través de la Cámara de Comercio

de Cádiz, y hemos participado en ferias internacionales a través del ICEX o la entidad para el fomento de la exportación andaluza,

Extenda.

El punto más crítico es el momento de la renovación de la financiación.

El más gratificante cuando ves el fruto del esfuerzo y encuentras el producto en los lineales de tiendas de otros países o en un punto

estratégico como un aeropuerto.

Nuestras estimaciones iniciales de volumen de negocio fueron

optimistas, intentaría abordar las estimaciones con más objetividad. Por otro lado hubiese sido más selectivo con las actividades de

promoción en las que participásemos. Esto no quiere decir que

hubiésemos participado en menos actividades si no que hubiésemos realizado una mayor planificación.

Capacidad de previsión, tenacidad y conocer el negocio. La

competencia más importante que se adquiere por nuestra formación al emprender un negocio es la capacidad para abordar un problema.

Durante la puesta en marcha y a menos que se dispongan de muchos recursos hay que saber hacer absolutamente de todo y esto incluye

cosas de las que ni siquiera hemos oído hablar, que van desde dar de alta un registro sanitario hasta estudiar los tramites de entrada de un

producto en un mercado extranjero. Considero que nuestra formación nos facilita a abordar estos problemas aunque no estemos

expresamente formados para ello.


Xabier Tuñón


emprendedores tecnun

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