el voto mexicano

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A Tragar Camote Denise Dresser Hace apenas 10 días, Vicente Fox rezaba por la paz, parafraseaba al Papa e invocaba los principescos principios de la política exterior. Y de pronto cambió de piel, de discurso y de dirección. México ya no estaría en favor de la paz sino del desarme, ya no se arrodillaría ante el altar de los pacifistas sino de los belicistas. En vez de oponerse a Bush el villano, lo haría a Hussein el tirano. En menos tiempo del que le toma al Presidente decir un "Padre Nuestro", el país brincó de un bando al otro. Viró, rectificó, replanteó. Y qué bueno que lo haya hecho. Tragar camote le permitirá al Presidente salir del sainete en el cual se había colocado: entre la espada y Estados Unidos. El Presidente llevaba semanas actuando como si México no estuviera en el Consejo de Seguridad, como si la relación con Estados Unidos fuera una variable residual, como si fuera posible arreglar al mundo juntando las manos y bajando la cabeza. Pero la realidad se impuso y justo a tiempo. El pacifismo de la pareja presidencial era insostenible en el largo plazo y costoso en el corto. Mientras Fox coqueteaba con la paz, la guerra se le venía encima. Mientras Fox fijaba una posición, el Consejo de Seguridad se alejaba cada vez más de ella. Para mal del mundo, el desarme pacífico ha dejado de ser una alternativa. Para mal de México, Estados Unidos interpretará la neutralidad como indicador de hostilidad. George W. Bush no quiere desarmar a Hussein sino desterrarlo. No se trata ya de cambiar la conducta del dictador sino de acabar con su gobierno. El mundo no está en camino hacia la guerra sino en su umbral. Y Fox tiene que pensar en función de ello. No hay a dónde correr ni en dónde esconderse. No bastarán las plegarias ni las peticiones pueriles en favor de la paz. Se acabó la hora de la evasión y comienza la hora de la negociación: apoyo a cambio de apoyo, voto a cambio de acuerdos, costos políticos internos a cambio de logros diplomáticos externos. La participación de México en el Consejo de Seguridad entraña una enorme responsabilidad que el gobierno ha tratado de eludir: la de tomar decisiones, la de asumir definiciones. Pero no se trata de minimizar los "costos" del Consejo, sino de explotar los beneficios que ofrece. Y los hay. Para aprovecharlos se requerirá una diplomacia decidida y sofisticada, activa y arrojada. Hay quienes creen que ya la tiene y la tuvo. Hay quienes sugieren que México hoy debe comportarse como lo hizo ayer, y pavimentar el camino del siglo XXI con los principios del siglo XX. Los ex cancilleres han cantado a coro: México debe defender la no-intervención y la autodeterminación, debe comportarse en el presente como lo hizo en el pasado. Frente al unilateralismo estadounidense debe ofrecer el multilateralismo de Contadora, frente a la suciedad de la realpolitik, debe ofrecer la limpieza del idealismo. Piensan que ponerle un alto a Estados Unidos es preferible a negociar un siga. Piensan que el compromiso con las soluciones pacíficas es todavía una forma de evitar las acciones bélicas. Ojalá fuese así. Ojalá la sociedad de las naciones tuviera más peso que el poder de un solo país. Ojalá que la neutralidad moral fuera todavía una opción real.

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A Tragar Camote

A Tragar CamoteDenise Dresser

Hace apenas 10 das, Vicente Fox rezaba por la paz, parafraseaba al Papa e invocaba los principescos principios de la poltica exterior. Y de pronto cambi de piel, de discurso y de direccin. Mxico ya no estara en favor de la paz sino del desarme, ya no se arrodillara ante el altar de los pacifistas sino de los belicistas. En vez de oponerse a Bush el villano, lo hara a Hussein el tirano. En menos tiempo del que le toma al Presidente decir un "Padre Nuestro", el pas brinc de un bando al otro. Vir, rectific, replante. Y qu bueno que lo haya hecho. Tragar camote le permitir al Presidente salir del sainete en el cual se haba colocado: entre la espada y Estados Unidos.

El Presidente llevaba semanas actuando como si Mxico no estuviera en el Consejo de Seguridad, como si la relacin con Estados Unidos fuera una variable residual, como si fuera posible arreglar al mundo juntando las manos y bajando la cabeza. Pero la realidad se impuso y justo a tiempo. El pacifismo de la pareja presidencial era insostenible en el largo plazo y costoso en el corto. Mientras Fox coqueteaba con la paz, la guerra se le vena encima. Mientras Fox fijaba una posicin, el Consejo de Seguridad se alejaba cada vez ms de ella.

Para mal del mundo, el desarme pacfico ha dejado de ser una alternativa. Para mal de Mxico, Estados Unidos interpretar la neutralidad como indicador de hostilidad. George W. Bush no quiere desarmar a Hussein sino desterrarlo. No se trata ya de cambiar la conducta del dictador sino de acabar con su gobierno. El mundo no est en camino hacia la guerra sino en su umbral. Y Fox tiene que pensar en funcin de ello. No hay a dnde correr ni en dnde esconderse. No bastarn las plegarias ni las peticiones pueriles en favor de la paz. Se acab la hora de la evasin y comienza la hora de la negociacin: apoyo a cambio de apoyo, voto a cambio de acuerdos, costos polticos internos a cambio de logros diplomticos externos.

La participacin de Mxico en el Consejo de Seguridad entraa una enorme responsabilidad que el gobierno ha tratado de eludir: la de tomar decisiones, la de asumir definiciones. Pero no se trata de minimizar los "costos" del Consejo, sino de explotar los beneficios que ofrece. Y los hay. Para aprovecharlos se requerir una diplomacia decidida y sofisticada, activa y arrojada. Hay quienes creen que ya la tiene y la tuvo. Hay quienes sugieren que Mxico hoy debe comportarse como lo hizo ayer, y pavimentar el camino del siglo XXI con los principios del siglo XX. Los ex cancilleres han cantado a coro: Mxico debe defender la no-intervencin y la autodeterminacin, debe comportarse en el presente como lo hizo en el pasado. Frente al unilateralismo estadounidense debe ofrecer el multilateralismo de Contadora, frente a la suciedad de la realpolitik, debe ofrecer la limpieza del idealismo. Piensan que ponerle un alto a Estados Unidos es preferible a negociar un siga. Piensan que el compromiso con las soluciones pacficas es todava una forma de evitar las acciones blicas.

Ojal fuese as. Ojal la sociedad de las naciones tuviera ms peso que el poder de un solo pas. Ojal que la neutralidad moral fuera todava una opcin real. Pero no es as. George W. Bush valorar a quienes le demostraron amistad en la adversidad, y catalogar como enemigos a quienes no lo hicieron. Aunque Mxico quisiera ponerle un alto a la guerra, no podra hacerlo. Aunque Francia quisiera frenar a un Bush feroz, no podra hacerlo. Aunque los millones que han marchado alrededor del mundo quisieran resolver el conflicto va las inspecciones, ms temprano que tarde van a ganar las agresiones. Estados Unidos se ha convertido en un "rogue hegemon", en un hegemn solitario que se impone alrededor del planeta porque puede hacerlo.

El mundo ha cambiado y aunque la poltica exterior de Mxico preferira preservar sus principios, no tiene otra alternativa ms que repensarlos. Fueron acuados cuando Mxico no le haba apostado a la integracin norteamericana. Cuando no haba tomado en cuenta la erosin de la frontera. Cuando no le preocupaba el destino de quienes haban decidido cruzarla. Hoy el distanciamiento diplomtico no corresponde con el acercamiento comercial. La resurreccin de los viejos antagonismos no corresponde con las nuevas realidades. Ya no somos vecinos distantes porque a travs del TLC decidimos dejar de serlo. Y como argument alguna vez Jorge Castaeda, no se puede poner todos los huevos en una canasta y despus proceder a patearla. Lo que Mxico debe aprender es a cargarla de la manera que mejor le convenga, negociando a cada paso. Aunque la clase poltica convencional piense lo contrario, negociar no equivale a hincarse; negociar no equivale a rendirse; negociar no equivale a vender la dignidad o deshacerse de ella. Negociar entraa entender los intereses reales de los mexicanos de carne y hueso.

Se dice que en los debates en el Consejo de Seguridad lo que est en juego es nuestra propia identidad. Se dice que en ese foro internacional se est jugando nuestro "ser nacional". O independientes de nuestro vecino del norte o dependientes de l. O envueltos en la bandera mexicana o amordazados por la bandera estadounidense. O virulentos crticos de Estados Unidos o sus vasallos. O dignos o doblegados. Clich tras clich, posicin polarizada tras posicin polarizada, esos argumentos refuerzan una vieja y mala costumbre: la definicin por oposicin, el promexicanismo concebido como el antiamericanismo. Mxico no podr respetarse a s mismo si no se pelea con Estados Unidos. Mxico debe proteger sus principios aun a costa de sacrificar sus intereses. Mxico -como siempre- mirando hacia la historia en vez de pensar cmo construirla.

Pero la historia de ayer -anclada en el antiamericanismo- no ofrece soluciones a los retos de hoy. Mxico no puede rechazar la agresin unilateral cuando va a ser sancionada de manera multilateral. En toda probabilidad, el Consejo de Seguridad va a acabar apoyando multilateralmente una guerra promovida unilateralmente. Como lo sugiere un magnfico artculo sobre Kofi Annan y el papel de la ONU en la revista New Yorker: aun cuando el multilateralismo funciona, el consenso mayoritario no es garanta de sobriedad ni resguardo contra las intenciones hostiles. En lo que a Iraq ser refiere, el multilateralismo ser usado como teatro, como cortina para obscurecer el hecho de que Estados Unidos puede actuar como quiera, cuando quiera, donde quiera. La funcin del Consejo de Seguridad ser la de proveer legitimidad, mediante el apoyo de nueve pases a la decisin tomada de antemano por uno de ellos. Mxico quisiera que no fuera as. Millones quisieran que no fuera as. En un mundo perfecto, el Consejo de Seguridad servira como contrapeso a la libertad estadounidense para proyectar su poder. En un mundo imperfecto, a lo ms que puede aspirar es a acordonarla.

Los franceses han entendido esto a la perfeccin. El deseo de Estados Unidos de lanzarse por la libre constituye una amenaza, que Francia ha transformado en una oportunidad. Quizs no logre detener a Estados Unidos pero ha calculado que obtiene ganancias al intentarlo. Y as es la diplomacia de los pases inteligentes hoy en da: calculan los costos y aprovechan los beneficios, evalan su posicin y estn dispuestos a cambiarla, calibran el peso de su voto y estn dispuestos a cobrar por l. Mxico podra -y debera- hacer lo mismo. En vez de grabar su postura en la piedra de los principios, debera reinventarla conforme mejor le convenga. En vez de decir "no" debera decir "quizs". En vez de negar que tiene intereses -migratorios, comerciales, de seguridad, de combate al narcotrfico- debera hacer lo posible por promoverlos.

Fue un error del foxismo fijar su posicin en favor de la paz, cuando necesitaba la flexibilidad suficiente para despus cambiarla. Fue un error del canciller Derbez sugerir que sera "indigno" negociar migracin a cambio de una redefinicin, cuando al pas le convendra precisamente eso. Fue un error de Santiago Creel referirse a la "postura firme e inalterable" en torno a la paz, cuando no fue -a fin de cuentas- ni lo uno ni lo otro. Fue un error atizar los nimos antiamericanos, cuando al gobierno -al final del da- no le conviene que existan.

Ahora que viene el viraje en el Consejo de Seguridad, habr que saber explicarlo a cabalidad. Habr que hablar de lo que se va a conseguir al negociar, y no de lo que se va a perder al claudicar. Habr que enfatizar el impacto de la persuasin y minimizar el efecto de la presin. Habr que resaltar nuestra fuerza como voto necesario y no nuestra debilidad como voto extorsionado. Habr que explicar lo que el pas gana al alinearse con la mayora en el Consejo de Seguridad y lo que perdera al no hacerlo. Habr que tragar camote y sacarle provecho.