el sabor del sake

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Proxima pelicula: BIBLIOTECA PUBLICA VIRGILIO BARCO [email protected] www.elbarcocineclub.tk Tel: 347 8418 Informes: 3158890 Ext: 310 (Biblioteca Virgilio Barco) ENERO 16 DE 2010 EL SABOR DEL SAKE HISTORIA DEL CINE www.biblored.org.co VIERNES 22 DE ENERO LA STRADA FEDERICO FELLINI colofón del filme, después de la boda y bebidas, a Hirayama envuelto en la paz de esa habitación sombría. Siendo también elípticos como el filme, podríamos atrevernos a completar el título con: El sentido optimista del pesimismo existencial. El cine de Yasujiro Ozu no es espectacular, ni sorprendente. Siempre sé que me va a transportar sin prisas por su universo Cada vez que veo una película suya, sé perfectamente que no me va a desmarcar con giros inesperados. Ozu es un analista que ejerce una comedida neutralidad. Hace pasar ante sus cámaras, sin la menor estridencia, el espíritu del Japón de posguerra. Cicatrices de una guerra devastadora. La veloz recuperación de un país hasta hace poco destrozado, pero que ya va mostrando un floreciente avance hacia una calidad de vida cada vez más en alza. Costumbres del pasado e influencias de Occidente que conviven en armonía. Tradición y apertura buscan su pacífico acomodo en la sociedad. La realidad de las películas de Ozu es la de unas calles por donde soplan los vientos del porvenir, trayendo aires cargados de promesas. Edificios con la ropa tendida en los balcones, callejones repletos de carteles anunciando en japonés y en inglés las especialidades de los comercios, transeúntes circulando hacia sus puestos de trabajo, hacia las tiendas, hacia los bares y restaurantes, hacia un destino que casi siempre es el mismo. Luces de colores que destellan en la noche, componiendo una oda a la modernidad y a la belleza de la mediocridad. Y en esa ciudad, familias y amigos que nada tienen de particular. Hombres maduros que cada anochecer, al salir del trabajo, se reúnen alrededor de una mesa baja, sentados en sendos cojines y compartiendo una cena regada con sake, vino y cerveza. Hablando de lo que todos pueden hablar alrededor de una bebida tan milenaria y cultural. Cuando muere el padre de Gelsomina, su propia madre la vende a un artista ambulante,. Pese al carácter violento de éste, la muchacha se siente atraída por ese estilo de vida , sobre todo cuando su dueño la incluye como parte de su espectáculo. Pese a que varios de los pintorescos personajes le ofrecen que se una a ellos, Gelsomina demostrará su fidelidad a Zampanó hasta los límites de su voluntad NOTICIAS DEL CINE COLOMBIANO El próximo 15 de enero y el 29 del mismo mes, en Panamá y Colombia respectivamente, bajo el eslogan “Los trapos sucios se lavan en casa”, se estrena en salas de cine la coproducción Chance, ópera prima del director panameño Abner Benaim. La película es el primer largometraje de ficción en la historia de Panamá y la primera coproducción entre ambos países, es ganadora del estímulo para Coproducción del Programa Ibermedia y participó en la más reciente versión del Festival Iberoamericano de Huelva (España), en la sección “Panorama Latinoamericano” del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana (Cuba) y participó en el nuevo mercado cinematográfico, Ventana Sur, el año pasado.

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Shubei Hirayama es un viudo que vive con su hija de veinticuatro años. Sintiéndose viejo y acabado, el hombre se da cuenta de que ella debería vivir su vida y no tener la obligación de cuidarle permanentemente, así que decide casarla. Aunque su hija se resiste a abandonar a su progenitor, finalmente acabará haciéndolo. Shubei buscará en el licor del sake el refugio de la soledad, el consuelo de la angustia

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Page 1: El sabor del sake

Proxima pelicula: BIBLIOTECA PUBLICA VIRGILIO BARCO

[email protected]

www.elbarcocineclub.tkTel: 347 8418

Informes: 3158890 Ext: 310(Biblioteca Virgilio Barco)

ENERO 16 DE 2010

EL SABOR DEL SAKE

HISTORIA DEL CINE

www.biblored.org.co

VIERNES 22 DE ENEROLA STRADAFEDERICO FELLINI

colofón del filme, después de la boda y bebidas, a Hirayama envuelto en la paz de esa habitación sombría.Siendo también elípticos como el filme, podríamos atrevernos a completar el título con: El sentido optimista del pesimismo existencial.El cine de Yasujiro Ozu no es espectacular, ni sorprendente. Siempre sé que me va a transportar sin prisas por su universo Cada vez que veo una película suya, sé perfectamente que no me va a desmarcar con giros inesperados.Ozu es un analista que ejerce una comedida neutralidad. Hace pasar ante sus cámaras, sin la menor estridencia, el espíritu del Japón de posguerra. Cicatrices de una guerra devastadora. La veloz recuperación de un país hasta hace poco destrozado, pero que ya va mostrando un floreciente avance hacia una calidad de vida cada vez más en alza. Costumbres del pasado e influencias de Occidente que conviven en armonía. Tradición y apertura buscan su pacífico acomodo en la sociedad.La realidad de las películas de Ozu es la de unas calles por donde soplan los vientos del porvenir, trayendo aires cargados de promesas. Edificios con la ropa tendida en los balcones, callejones repletos de carteles anunciando en japonés y en inglés las especialidades de los comercios, transeúntes circulando hacia sus puestos de trabajo, hacia las tiendas, hacia los bares y restaurantes, hacia un destino que casi siempre es el mismo. Luces de colores que destellan en la noche, componiendo una oda a la modernidad y a la belleza de la mediocridad. Y en esa ciudad, familias y amigos que nada tienen de particular. Hombres maduros que cada anochecer, al salir del trabajo, se reúnen alrededor de una mesa baja, sentados en sendos cojines y compartiendo una cena regada con sake, vino y cerveza. Hablando de lo que todos pueden hablar alrededor de una bebida tan milenaria y cultural.

Cuando muere el padre de Gelsomina, su propia madre la vende a un artista ambulante,. Pese al carácter violento de éste, la muchacha se siente atraída por ese estilo de vida , sobre todo cuando su dueño la incluye como parte de su espectáculo. Pese a que varios de los pintorescos personajes le ofrecen que se una a ellos, Gelsomina demostrará su fidelidad a Zampanó hasta los límites de su voluntad

NOTICIAS DEL CINE COLOMBIANO

El próximo 15 de enero y el 29 del mismo mes, en Panamá y Colombia respectivamente, bajo el eslogan “Los trapos sucios se lavan en casa”, se estrena en salas de cine la coproducción Chance, ópera prima del director panameño Abner Benaim. La película es el primer largometraje de ficción en la historia de Panamá y la primera coproducción entre ambos países, es ganadora del estímulo para Coproducción del Programa Ibermedia y participó en la más reciente versión del Festival Iberoamericano de Huelva (España), en la sección “Panorama Latinoamericano” del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana (Cuba) y participó en el nuevo mercado cinematográfico, Ventana Sur, el año pasado.

Page 2: El sabor del sake

Shubei Hirayama es un viudo que vive con su hija de veinticuatro años. Sintiéndose viejo y acabado, el hombre se da cuenta de que ella debería vivir su vida y no tener la obligación de cuidarle permanentemente, así que decide casarla. Aunque su hija se resiste a abandonar a su progenitor, finalmente acabará haciéndolo. Shubei buscará en el licor del sake el refugio de la soledad, el consuelo de la angustia

TÍTULO ORIGINAL Samma no aji AÑO 1962 DURACIÓN 112 min. PAÍS Japón DIRECTOR Yasujiro OzuGUIÓN Kôgo Noda, Yasujiro OzuMÚSICA Takanobu SaitoFOTOGRAFÍA Yuhara AtsutaREPARTO Chishu Ryu, Shima Iwashita, Shinichiro Mikami, Keiji Sada, Mariko Okada, Nobuo Nakamura, Teruo YoshidaPRODUCTORA Shochik

A la vez que Mizoguchi y Kurosawa, sus coetáneos más representativos del cine japonés, en épocas de posguerra se decantaban por escudriñar entre la historia, fábulas y cuentos de un imperio entonces ya inexistente, el Imperio del Sol Naciente, con la finalidad de engarzar a su Japón del valor y orgullo atropellados (nunca hasta la raíz) con el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, Ozu toma un camino distinto.

La labor de Ozu nunca apuntó a los dramas de época (excepto la primera entrega de su filmografía, en 1927) para reflejar una situación actual. Ozu siempre se valió de lo que verdaderamente se tenía a mano para darle frente a la realidad.

En el ejercicio de la última pieza de su legado, Ozu aborda la decadencia de su país partiendo de un concepto aparentemente insignificante, el sake, que es entendido desde dentro (Japón) como cualquier bebida alcohólica y desde fuera como una bebida alcohólica tradicional a base de arroz. ¿Y en qué momento trasciende este concepto? En el momento de ser ingerido, en el momento en que en nuestro paladar se logra destilar su verdadero sabor, que bien puede alojarse en nuestro organismo como bien puede anegar nuestro espíritu.

Aquel sabor que sientan nuestros personajes en sus espíritus estará determinado por la forma. Si el sake llega caliente a sus manos y en forma de sakazuki, habrán estado bebiendo añoranza y una delicada melancolía. Si el sake llega espumeante a sus manos y en forma de vaso de vidrio, habrán estado bebiendo resignación y una ligera armonía.

La belleza conceptual aquí esbozada, de aparente simplicidad pero que entraña cuantiosa profundidad, irá siendo trazada con maestría por Ozu a lo largo de la película, en todo plano, en toda escenografía, en todo diálogo. Para darle forma a sus trazos es que se cuenta con la particular incidencia del uso del contraste entre la luz y la penumbra, entre las ruinas y la industria, entre las geishas y las emancipadas, entre los kimonos y los ternos, entre el kanji y el inglés. Entre el sake y la cerveza.Es así, guiados por el sabor del sake, como podemos apreciar algunos pináculos de la película: viendo el reencuentro de Hirayama y un compañero de batalla, en quienes, con copas de por medio, aflora un ánimo vigoroso cantando la marcha de una guerra perdida; viendo al viejo Calabaza pasado de copas, recordándoles a los que otrora fueran sus alumnos que todo hombre muere solo; viendo el retorno de Hirayama a casa, después de unos tragos, al acercarse a su hija para manifestarle el consentimiento a su libertad; viendo en el