el puma y el chivo

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EL PUMA Y EL CHIVO Autor: Javier 4º año “Prudencia” (Instituto José Levy – Distrito Federal - México) Ilustraciones: Juan Manuel, Ramiro, Matías, Joel, Nazarena. (3º “A” Escuela Nº 11 “Isidoro Suárez – Villa Domínguez – Argentina) Había una vez un puma que siempre salía a caminar en las mañanas. Esa mañana salió a caminar y encontró a un chivo blanco, entonces intentó atraparlo. El chivo corrió y corrió pero el puma lo alcanzó. El chivo le dijo asustadamente: - Muy bien, muy bien, no me comas por favor. Y el puma le dijo: - No te quiero comer, solo quiero que me ayudes. - En qué. Le dijo el chivo - En encontrar a mi familia. Dijo el puma. - Bueno. ¿Y por qué me consultas a mí?. Dijo el chivo. El puma le dijo de suplicando: - Porque he oído que los chivos son muy buenos olfateando. Y si no me ayudas lloraré toda mi vida. - Bueno – dijo el chivo – Déjame tratar, FFFFFFFFFF. Yo creo que es por el noreste.¡Vamos, vamos! Y siguieron un largo camino, pasaron por un bosque, una selva, un pastizal, hasta que llegaron a una pradera, y el puma dijo: - ¡Hay mamá!¡No puedo aguantar más! Dile a mi familia que los amo. Entonces el chivo ve un oasis y una manada de pumas, y le dice al puma. - ¡Llegamos, llegamos, tu familia está ahí! - ¡Mamá!¡Papá! – dice el puma. El papá y la mamá le dijeron:

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Page 1: El puma y el chivo

EL PUMA Y EL CHIVO

Autor: Javier 4º año “Prudencia” (Instituto José Levy – Distrito Federal - México)Ilustraciones: Juan Manuel, Ramiro, Matías, Joel, Nazarena. (3º “A” Escuela Nº 11 “Isidoro Suárez – Villa Domínguez – Argentina)

Había una vez un puma que siempre salía a caminar en las mañanas. Esa mañana salió a caminar y encontró a un chivo blanco, entonces intentó atraparlo. El chivo corrió y corrió pero el puma lo alcanzó. El chivo le dijo asustadamente:

- Muy bien, muy bien, no me comas por favor.Y el puma le dijo:- No te quiero comer, solo quiero que me ayudes.- En qué. Le dijo el chivo- En encontrar a mi familia. Dijo el puma.- Bueno. ¿Y por qué me consultas a mí?. Dijo el chivo.El puma le dijo de suplicando:- Porque he oído que los chivos son muy buenos olfateando. Y si no me ayudas lloraré toda mi vida.- Bueno – dijo el chivo – Déjame tratar, FFFFFFFFFF. Yo creo que es por el noreste.¡Vamos, vamos!

Y siguieron un largo camino, pasaron por un bosque, una selva, un pastizal, hasta que llegaron a una pradera, y el puma dijo:

- ¡Hay mamá!¡No puedo aguantar más! Dile a mi familia que los amo.

Entonces el chivo ve un oasis y una manada de pumas, y le dice al puma.

- ¡Llegamos, llegamos, tu familia está ahí!- ¡Mamá!¡Papá! – dice el puma.

El papá y la mamá le dijeron:

- ¡Hijo, creímos que no estabas bien!- Gracias al chivo los encontré. Les dijo el puma- Gracias chivo ¿Cómo te podemos agradecer? – Preguntó la mamá.- Bueno, yo tampoco tengo familia. Si ustedes quieren aceptarme… - Les respondió el chivo.- ¡Si claro, quédate!.- le respondieron.

Y colorín colorado, esta fábula ha terminado.