el olor de la papaya

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Reflexiones sobre el genocidio en Guatemala, causas y consecuencias y algunas opiniones sobre la rebelión civil de 2015

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El olor de la papaya madura

El olor de la papayamadura

para Rosa, Luis y Francisco

en memoria de Pedrito

Es extrao como los olores pueden ordenar la memoria y los afectos.

En el centro clandestino La Cuarta, un compaero se salv de otra paliza por el mal olor de sus zapatillas. Resulta que como no lo dejaron ir al bao por varios das termin defecando en una de sus zapatillas pensando en limpiarla la primera vez que accediera al agua; pero lo llamaron al rato para interrogarlo y por ms que quisieran, los torturadores no soportaron el olor a mierda que l despeda y lo despacharon en mucho menos tiempo de lo que haban pensado. Y con ello se salv de algunos cientos de kilovatios, patadas y otras delicias de la Inteligencia en accin. Fue cuando el Mono me cont eso que ca en la cuenta que el olor es una categora poltica. Hay olor a pobre, hay olor a indio, y tambin olor a viejo.Hace unos aos tuve un encuentro con estudiantes de un colegio secundario de la zona de Liniers, muy cerca de la cancha de Vlez Sarsfield. El tema era la diversidad cultural y yo les cont la historia de la dominacin americana por parte de los espaoles, los ingleses y los yankees, y de la construccin de la discriminacin contra los que se busca doblegar, dominar. Cost bastante pero al final logr establecer un dialogo bastante sincero con los muchachos y muchachas. Reconocieron que les molestaban los migrantes de los pases vecinos, particularmente los bolivianos. Y de los jvenes bolivianos les molestaba el olor a ser humano. Es decir, el olor de las personas que no usan desodorante ni perfumes como la mayora de los argentinos, sean pobres o ricos. Por eso en nuestra memoria los olores ordenan imgenes y recuerdos, placeres y dolores y es que los olores no son neutrales. Como casi todo en la vida.

Hoy al salir de casa, en la verdulera del boliviano Andrs haba un cajn de papayas maduras. Y para mi, desde hace unas semanas, el olor de la papaya me lleva a Guatemala. A su mercado frente a la catedral y a la mesa de Rosa en el desayuno. La papaya me hace pensar en esas mujeres vestidas con sus ropas, las que ellas mismas hilan y cosen, multicolores y hermosas. En la selva y la cultura maya. En la gloria de aquella civilizacin que en el siglo VII cre una ciudad de 80 mil habitantes, Tilkal, donde hoy solo hay selva y construy un calendario ms preciso que cualquier otro de la antigedad. Pero la papaya, dulce y cremosa, tambin me remite a la tragedia guatemalteca, esa que casi no conocemos por esa mana argentina de ser los mejores y los ms grandes del mundo. En el futbol, en el teatro y hasta en el sufrimiento por el terrorismo de Estado. El justo orgullo por las conquistas en la lucha por la verdad, la memoria y la justicia a veces se transforman en un nacionalismo de pacotilla que puede llegar a ignorar los otros genocidios y que de tanto mirar al pasado no puede ver el presente. Digo, no ven a los ms de 9500 presos polticos colombianos ni a los perseguidos/estigmatizados/asesinados de Paraguay, Honduras o Guatemala. Los procesos genocidas que se perpetraron con la complacencia imperial todava gozan de impunidad y se continan en el asesinato selectivo y constante de los dirigentes populares que pretenden cuestionar el dominio omnmodo de un bloque social que contiene a los viejos oligarcas y las ms modernas empresas transnacionales junto a los militares e intelectuales que sostuvieron aquellos aos del lobo.

En Guatemala perpetraron un Genocidio. Destruyeron varios grupos de modo tal que la sociedad toda perdi su identidad en formacin. Esa que se intent democrtica y plural en el corto periodo que va desde la destitucin del Dictador Ubico y el comienzo de la Revolucin en Octubre de 1944 hasta el Golpe de Estado organizado y protagonizado por la CIA y los grupos fascistas en 1954 contra Jacobo Arbenz quien haba intentado la Reforma Agraria, la legalizacin de los partidos polticos (incluido el comunista Partido Guatemalteco del Trabajo), el fin de la servidumbre y el trabajo obligatorio de los indios en las plantaciones de caf, tabaco y banana, la autonoma de la Universidad San Carlos y algunas otras pocas reformas democrticas y anticolonialistas desde una mirada lejana y desde el siglo XXI. Pero en los cincuenta, la combinacin del racismo brutal heredado de la Inquisicin Espaola y el predominio del pensamiento anticomunista en la versin patolgica y paranoica que gener el Macartismo en los EE.UU. de los aos del comienzo de la Guerra Fra, gener una mirada sobre Arbenz y sus pocos amigos comunistas desproporcionada y que dispar la preparacin del segundo golpe en forma que prepar la CIA (el 1 fue en Irn en 1953 para voltear el Primer Ministro Mohamed Mossadeq) articulando todo tipo de medidas: econmicas, diplomticas, militares y de accin psicolgica que cont con radios clandestinas (como la que luego montaran contra la Cuba revolucionaria) y una invasin armada de mercenarios sostenidos por la CIA en un formato que se consolidara en un clsico para la CIA. El primero en asumir el gobierno dictatorial fue el fascista Coronel Carlos Castillo Armas que volte todas las reformas democrticas y lanz la persecucin contra comunistas y partidarios de Arbenz, gobern desde julio de 1954 a julio de 1957 fecha en que fue asesinado para que el Coronel Luis Arturo Gonzlez Lpez asumiera el gobierno hasta octubre del mismo ao en que asumi el Coronel Guillermo Flores Avendao hasta marzo del siguiente ao en que asumi un General, Jos Miguel Ramn Ydigoras Fuentes que dur hasta marzo de 1963 en que otro golpe lo desplaz por Alfredo Enrique Peralta Azurdia que solo gobern hasta que en julio otro Golpe llam a elecciones para que un civil Julio Cesar Mndez Montenegro, luego de firmar un Pacto Secreto de subordinacin al Ejercito, asumiera hasta 1970 en que lo reemplaz otro General, Carlos Arana Osorio hasta 1974 para dejar paso al General Kjell Eugenio Laugerud Garca que dur hasta 1978 en que otro General, Fernando Romeo Lucas Garca lo hace hasta que en 1982 asume el ms brutal de los genocidas, acaso el ms conocido por sus masacres, el General Efran Ros Montt que aunque solo gobierna 16 meses ejecuta las ms extendidas y masivas masacres contra la insurgencia y los pueblos mayas (20 mil asesinatos o desapariciones forzadas, 324 masacres, 600 comunidades de pueblos originarios destruidas y unos 90 mil refugiados internos que se suman al milln de desplazados. Ros Montt fue desplazado por otro golpe de estado que puso a Oscar Humberto Meja Victores quien sancion una nueva Constitucin y llam a elecciones para que ganara un democristiano, Virginio Cerezo en 1986 y diera comienzo a la transicin hacia el convenio de paz que se firmara en 1997. Si pensamos que los espaoles aplastaron la cultura maya y que la Independencia de 1821 agravara las condiciones de vida de los pueblos originarios al abolir algunas capitulaciones reales que daban un mnimo pero real espacio de autonoma en los pueblos de indios; y si desde 1871 en adelante solo habr gobiernos autoritarios, racistas hasta el paroxismo comprenderemos la extrema importancia que tienen esos diez aos que los guatemaltecos llaman la Revolucin: entre 1944 y 1954; y si pensamos que lo primero que hace Castillo Armas, el hombre de la CIA para el golpe es anular la Reforma Agraria que haba afectado la United Fruit Company (cuyo presidente era hermano del vicepresidente de los EE.UU.), la autonoma de la Universidad San Carlos y anular el derecho al voto a los analfabetos que eran al menos dos tercios de los pueblos originarios, nos estaramos acercndonos al meollo de la cuestin.

En Guatemala hubo un Genocidio. Doscientos mil muertos. Cuarenta y cinco mil desaparecidos. Se extermin la insurgencia en varias oleadas represivas cada vez ms brutales y masivas. La primera oleada aplast la sublevacin armada de las Fuerzas Armadas Rebelde conformada por militares partidarios de la Revolucin del 44 con apoyo comunista; luego se aplast el movimiento social a finales de los 70 y la nueva ofensiva guerrillera de 1981/1982 del Ejercito Guerrillero de los Pobres y de la Organizacin Revolucionaria del Pueblo. Tambin se aplast casi hasta la desaparicin del Partido Guatemalteco del Trabajo (comunistas), de la Organizacin Revolucionaria del Pueblo (ORPA) y del Ejercito Guerrillero de los Pobres quienes en 1982, en el momento de cnit de la lucha guerrillera se haban agrupado en la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca. Se aniquil el movimiento sindical, estudiantil y campesino de modo tal que algunas organizaciones actuales como la Asociacin de Estudiantes Universitario (AEU) portan el nombre de lo que fueran organizaciones de combate, cuyos dirigentes fueron asesinados como el caso ms notorio de Oliverio Castaeda de Len (1978), pero no tienen relacin alguna con aquella lucha. El mtodo de de enfrentar el desafo revolucionario fue el del exterminio total. En 1965, solo dos aos despus del comienzo de las acciones de resistencia armada impulsadas por las Fuerzas Armadas Rebeldes creadas en 1963 por oficiales partidarios de Arbenz en acuerdo con los comunistas, el Ejercito secuestr el Comit Central completo del PGT y lo asesin: 28 compaeros. Ese fue el estilo hasta el final. Secuestro del Comit Central Confederal de la Central de los Trabajadores y todos asesinados. Ocho de los diez primeros organizadores de Famdegua (organismo similar a Madres o a Familiares de Argentina) asesinados de manera salvaje, todos torturados incluidos nios de tres aos que aparecan con los dedos mutilados. La dimensin del exterminio de la izquierda no se puede separar de la subordinacin econmica, poltica y cultural de las elites guatemaltecas a los EE.UU. y de la visin anticomunista paranoica que prima all en los cincuenta. El Genocidio es incomprensible sin pensar el impacto del triunfo de la Revolucin Cubana y el fracaso de la invasin de Playa Girn en los sesenta. Y para nada es casualidad que Ros Montt aparezca en 1982 ,solo tres aos despus del triunfo de la Revolucin Sandinista en la cercana Nicaragua. Solo desde la dimensin continental de la Operacin de Contrainsurgencia se puede entender el Genocidio en toda Amrica Latina y tambin en Guatemala. Un genocidio que posiblemente comenz justamente con el golpe contra Arbenz en 1954 y prosigui hasta el fin del conflicto armado en la misma Guatemala en 1997 cuando los yankees se creen que la victoria en la Guerra Fra ha eliminado el comunismo, las ideologas y hasta el campo de las reformas socialdemcratas. Igual que el Paraguay de Stroessner, el mximo orgullo de los militares y las elites chapinas era proclamarse campeones del anticomunismo. Valga pues, una mirada de reconocimiento y valoracin hacia todos los que sostuvieron el ideal revolucionario en Guatemala en condiciones tan extremas pero valga un reconocimiento especial a esos pocos cientos de militantes del Partido Guatemalteco del Trabajo que mantuvieron la bandera del comunismo en alto a pesar de la histeria anticomunista. Recordemos por ahora al fundador del Partido del Trabajo Guatemalteco, Jos Manuel Fortuny y el nombrado Oliverio Castaeda de Len, militante de la Juventud Patritica Guatemalteca.

En Guatemala hubo un genocidio. Doscientos mil muertos y cuarenta y cinco mil desaparecidos. Pero de ellos, tres de cada cuatro pertenecan a los pueblos originarios. En Guatemala hubo dos genocidios si se quiere decir de esta manera: uno, el mismo que se extendi hasta la Patagonia chilena y argentina en el sur del continente, contra todos aquellos que proponan superar el capitalismo y constituan un escollo serio al nuevo modelo de desarrollo capitalista que se buscaba imponer desde Washington y las oligarquas locales; y otro un Genocidio tnico, una limpieza racial que buscaba completar lo que el Espaol no termin en el siglo XV: liquidar los pueblos mayas, borrarlos del mapa social y geogrfico. Porque molestaban para el despliegue de algunos emprendimientos mineros, energticos o agrarios (molestia que persiste y explica el nivel de represin hacia los pueblos originarios de estos das), pero sobre todo por racismo, por la intolerancia hacia el llevada a la locura de asesinar miles y miles de mujeres, de partir las cabezas de los nios para que corra la sangre como agua hacia el mar, de esclavizar mujeres como esclavas sexuales por aos o nios como sirvientes. Sin ese componente racista no se puede entender la decisin de exterminar toda comunidad que hubiera entrado o que ellos pensaran que haba entrado en relacin con la insurgencia.En un texto clsico, Federico Engels dice que lo ms terrible de las derrotas es que los pueblos olvidan las causas por las que lucharon. Lo hace en referencia a la Comuna de Pars de 1871 pero hoy sabemos que esa reaccin no es natural sino una de las consecuencias buscadas y planificadas de un genocidio. Es la continuacin del genocidio por otros medios y el modo de asegurar que la reorganizacin radical del pas que la eliminacin del grupo nacional ha consumado, se estabilice y mantenga en el tiempo.

Y si en algn lugar pareca que el objetivo se haba conseguido era en Guatemala.

El modo en que termin el conflicto armado, con un Acuerdo de Paz que era lo ms parecido a una rendicin incondicional y el asesinato del Obispo Gerardi a cielo abierto, como una clara represalia y advertencia de impunidad ante la publicacin del informe de la verdad (casi el nico acuerdo positivo del acuerdo de paz que se cumpli, y con ese costo terrible), condicionaron un largo periodo de supuesto pos conflicto que eterniz el conflicto profundo y ms real que todos, ese que motiv la revolucin del 44 e inspir la accin democrtica de Arbenz: el conflicto que genera el monopolio de la propiedad de la tierra, la discriminacin racial y de clase contra la mayora maya que sigui sin tierra y sin derechos, obligada a refugiarse lejos de la modernidad para poder conservar algo de su cultura y su identidad.Como dijimos antes, el genocidio prcticamente extermin la izquierda urbana y las poblaciones mayas no subordinadas a su mandato asesino.

Pero no del todo.

Cmo se conserv la pequea brasa que sobrevivira tantos aos casi apagada y que en estas ltimas semanas volvi a arder en las movilizaciones populares contra la corrupcin gubernamental que ya forzaron a dimitir a la vice presidenta de Guatemala, Roxana Baldetti y una larga lista de funcionarios, movilizaciones que segn algunos historiadores casi no tiene antecedentes en la historia de Guatemala ms que en dos o tres ocasiones, una previa a la Revolucin del 44 y otras en los 80/90 pero de carcter estrictamente estudiantil?

Este movimiento, que ya se mantuvo por ms de dos meses de movilizaciones -sobre todo en las plazas centrales de las principales ciudades del pas-, como sabemos aparece a raz del destape de casos de corrupcin. Primero por el destape de defraudacin aduanera que condujo a la renuncia de la ex vicepresidente Roxana Baldetti y su secretario privado, hoy prfugo de la justicia. Posteriormente el contrato anmalo con la empresa farmacutica mexicana Pisa en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social para la realizacin fraudulenta de dilisis que llev a la muerte a 12 personas, incriminando al ex director de esa institucin Juan de Dios Rodrguez, ex militar acusado de violacin a los derechos humanos y cercano al presidente Otto Prez Molina. Las denuncias y la crisis poltica que provoc oblig a la renuncia importantes figuras del gabinete como el ex ministro de gobernacin Mauricio Bonilla y el ex general Jos Anzueto a cargo de la Secretaria de Inteligencia del Estado, ex militares cercanos a OPM y el nombramiento de ex magistrado de la Corte de Constitucionalidad Alejandro Maldonado, viejo poltico al servicio de las clases dominantes, como vicepresidente. Todo esto ha generado indignacin en algunos sectores de la poblacin, sobre todo capas medias urbanas pero que se amarra con otras indignaciones ms estructurales de capas obreras, campesinas e indgenas. Esto puede dar al traste el rgimen poltico post dictaduras o al menos debilitarlo hacindole perder legitimidad al sistema de dominacin. Pero las movilizaciones estn en la encrucijada por el cauce institucional que los poderes fcticos le pretenden dar y a la ausencia de una alternativa de gobierno y/o de poder.

Las diversas crnicas periodsticas dan cuenta de que desde el 25 de abril hasta el 13 de junio hubo movilizaciones todos los sbados, siendo la primera el 25 de abril, que junt a ms de 30 mil personas; la del 16 mayo fue el pinculo con ms de 60 mil personas concentradas en la plaza central y las diversas plazas de las principales ciudades; y la del sbado 13 con un poco ms de 20 mil personas. Estas movilizaciones contaron con un fuerte componente de personas procedentes de capas medias y pequea burguesa, que llegaron a ttulo individual; fueron los contingentes, sobre todo con posterioridad al 25 de abril, de las universidades privadas y de la Universidad de San Carlos y representacin de los pueblos mayas, los que le dieron un toque ms clasista. Pero no se recompone la subjetividad poltica transformadora ni se crean fuerzas capaces de derrotar las sombras del genocidio en un da; pero se ha roto el largo periodo de quietud y silencio del pueblo. Eso preocupa a los genocidas y poderosos, y reclama mayor anlisis de parte nuestraSin pretensin de analizar los hechos polticos que estn en pleno desarrollo en este momento, me animo a proponer dos o tres ideas de interpretacin.

Un modo de sobrevivencia de la subjetividad popular, democrtica, antiimperialista y revolucionaria ha sido de la mano de los constructores de la memoria del genocidio. Los que no aceptaron la grosera impunidad decretada por el Poder y consentida a nivel internacional.

Porque la memoria no es lo natural y el olvido una partecita de ella sino que la memoria y el olvido son categoras relacionales, se construyen al mismo tiempo por acciones humanas, premeditadas cuando se trata de la memoria de las luchas sociales.

El olvido se construye con el horror transformado en terror e incorporado en los cuerpos humanos por la tortura y en el cuerpo social por el miedo. Y vaya si en Guatemala se tortur y se inculc el miedo.

Pero hubo quienes buscaron sus familiares victimizados, los cuerpos de los desaparecidos, los rastros de la lucha de los revolucionarios, de los sindicalistas, de los dirigentes estudiantiles. La formacin de HIJOS Guatemala podra ser el smbolo ms potente de esa accin de memoria que tuvo en la recuperacin del Archivo Histrico de la Polica Nacional Guatemalteca un punto de referencia y un estimulo importante.

Otro fue el movimiento resultante de la movilizacin de supervivencia indgena conocida como Comunidades de Poblacin en Resistencia que comenz como un intento de escapar del exterminio militar y result en un proceso de organizacin autnoma de miles de mayas que prolongaron la experiencia luego de finalizado el conflicto armado y aseguraron un territorio de fidelidades al pasado maya y algunas de las tradiciones democrticas que busc eliminar el genocidio.

Y por ltimo, de un modo sobresaliente, as como el golpe de 1954 y las sucesivas oleadas genocidas son inseparables de la operacin continental de contrainsurgencia que impuls la CIA y el Comando Sur del Ejercito de los EE.UU., el resurgir del movimiento popular en Guatemala es una de las consecuencias esperadas del retorno al gobierno del Sandinismo en Nicaragua y del Frente Farabundo Mart en El Salvador, hermanas de Guatemala que mantienen miles de invisibles lazos por los cuales ayer huan los revolucionarios perseguidos por el ejercito guatemalteco y hoy penetran nuevas ideas y nimos renovados. O sea un nuevo olor, fresco como la papaya.

Digo, no puedo entender el genocidio guatemalteco sin pensar en el olor. Eso que molesta a los estudiantes del colegio de Liniers de los compaeros bolivianos. Si en un barrio limtrofe de la Capital Federal, un grupo de estudiantes se molesta por el olor de los hermanos bolivianos, qu les pasara a los ladinos guatemaltecos al ver las mujeres mayas con sus polleras de colores oliendo a maz, a tierra mojada, a papaya fresca?El genocidio sembr un olor ftido, a muerte mal enterrada en cementerios secretos y montaas peladas pero un nuevo viento cruza del Pacfico al Atlntico. Decan los antiguos que el tiempo es circular y que todo vuelve a empezar. All estn de nuevo, los estudiantes en las calles y ahora, ms que antes, las polleras coloridas de las mayas a su lado. Todava est por verse quien escribe la ltima pagina de esta historia que en alguna pequea medida la historia de mis hermanos de lucha, algunos de los cuales conoc hace cuarenta aos. A uno de ellos, asesinado en 1984, le dediqu un poema de despedida que quiere ser mi canto de amor al pueblo chapino

En memoria de Pedrito.

Dicen que debajo de

esa roja banderadentro de ese pequeo cajn,estn los huesos de Pedro.Dicenque su hija menor,que creci sin conocer la historiatom la bandera de su padrey la puso sobre la caja de maderadonde reposanlos huesos de Pedro.Dicenque cuando lo atraparonmanoteo su 38 y opuso resistenciacumpliendo con aquella promesade una tarde de nievecerca de la Plaza Rojadoce aos antes de aquel instantesEntonces,grit seremos como el Cheo al menos,correg yo, como el Chequera que furamosDicenque lo matarona los veinticuatro das:o sea, el 29 de marzode 1984As escribieron los militaresguatemaltecostan prolijos como todomilitar latinoamericanoen eso de asesinarmilitantesDicen y dicenporque yo no lo vi msdesde aquella tarde de nieveNo lo vicuando cruzaba fronterascon nombre falsoy bigote recortadoNo lo vicuando entr a suGuatemalay se puso a pelearjusto cuando aqucaan dictadores y volabanAllendes por el cieloNo lo vicuando volvi a cambiar de nombretantas veces que ni l se acordaba quien eraPero ahora recuerdoque aquel 29 de marzo de 1984me tom un par de vinoscon el Tito, el Carlos y el Tatoque eran buenosen eso de ponerle al pueblouniforme de pueblo,y salir a pasear con las banderasen alto.Banderas como esasque la nia de Guatemalacriada en el pas de los gringosdobl con amorpara poner sobre la cajade los huesos de su padreMi amigo guatemaltecoperdido en la noche,que recuerda la culpa de estar vivoy no ser, como l,un puado de huesosdentro de una cajabajo una bandera

Buenos Aires, mayo del 2015.

Jos Ernesto Schulman Las ltimas semanas Guatemala ha sido testigo de inditas y multitudinarias movilizaciones que han hecho tambalear al gobierno del Partido Patriota (militar) encabezado por el uniformado Otto Prez Molina, varios de cuyos ministros y Vicepresidenta han debido dimitir ante la presin social generada. En el pas centroamericano se han realizado concentraciones multitudinarias, especialmente en la Plaza de la Constitucin de la ciudad capital, reclamando el alejamiento de figuras de gobierno involucradas en cadenas de corrupcin comprobadas por organismos independientes. La ltima de ellas se realiz el da sbado 30 de mayo con presencia de ms de medio milln de personas, entre ellas organizaciones del magisterio, campesinos, pueblos indgenas, autoridades ancestrales, movimientos ambientalistas, mujeres, estudiantes y sector empresarial y urbano. Este jueves 3 de junio, por ejemplo, la Asamblea Social y Popular que agrupa a estas movilizaciones realiz un acto frente al Congreso, en la capital, reafirmando su reclamo de renuncia al presidente Prez Molina y su nuevo vicepresidente. Entre las demandas se destaca asimismo la solicitud de postergacin de las elecciones nacionales previstas para setiembre 2015 y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente sin exclusiones, con participacin de todos los sectores y movimientos sociales. ver entre tantas HYPERLINK "http://www.radiomundoreal.fm/8325-guatemala-se-mueve" http://www.radiomundoreal.fm/8325-guatemala-se-mueve o la de HYPERLINK "http://www.soca.org" www.soca.org

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