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Page 1: EL ESTADO ABSOLUTISTA EN OCCIDENTE - · PDF fileINSTITUTO UNIVERSITARIO NACIONAL DEL ARTE. Historia de los Medios y el Espectáculo Cátedra: ISSE MOYANO ANDERSON, Perry, El estado

INSTITUTO UNIVERSITARIO NACIONAL DEL ARTE.

Historia de los Medios y el Espectáculo Cátedra: ISSE MOYANO

ANDERSON, Perry, El estado absolutista. Madrid, Siglo Veintiuno editores, 1984

EL ESTADO ABSOLUTISTA EN OCCIDENTE s.XVI - s. XVIII

María Virginia Ribera

Con el término Estado Absolutista se va a denominar a las monarquías centraliza-das surgidas en el Renacimiento. Durante los siglos XIV y XV, las crisis económicas y sociales pusieron límites al modo de producción feudal propio de la época medieval. En el Siglo XVI, va a aparecer el Estado Absolutista en occidente. Engels lo va a denominar como un Estado en el que se va a producir un equilibrio de clases entre la vieja nobleza feudal y la nueva burguesía. Por otro lado, Marx, va a ver en el Estado Absolutista las estructuras instrumenta-les de la burguesía. Va a ver en la burocracia y el poder estatal centralizado armas poderosas contra el feudalismo.

En este período se produce el fin de la servidumbre, pero esto no fue la desapa-rición de las relaciones feudales en el campo. Las relaciones de producción rural continuaron feudales durante la temprana Edad Moderna, en la cual la clase domi-nante fue la misma que en la época medieval. Esta es la llamada aristocracia feudal.

De esta manera, el absolutismo fue un aparato reorganizado y potenciado de do-minación feudal. A diferencia de Marx y de Engels, Anderson concibe al Estado Absolutista como el nuevo caparazón político de la nobleza amenazada.

El Feudalismo, como modo de producción, se definía por ser una unidad orgánica de economía y política distribuida en una cadena de soberanías fragmentadas. La servidumbre era el mecanismo de este modo de producción para extraer el exceden-te. La desaparición gradual de ésta fue un desplazamiento de coerción política (la aldea) hacia una cima centralizada y militar que representó el Estado Absolutista. Es decir un desplazamiento del plano de la aldea a un plano nacional.

Por esta vía, el Estado Absolutista es considerado como un aparato reforzado por el poder real y su política represiva hacia la masa campesina. Se produce una reorganización del sistema político feudal, en donde la propiedad de la tierra pasó a ser menos condicional y la soberanía se volvió más absoluta. Los Estados mo-nárquicos del Renacimiento fueron instrumentos modernizados para mantener el dominio nobiliario sobre las masas rurales. El nuevo antagonista de la aristocracia era la burguesía mercantil que se había desarrollado en las ciudades medievales.

En éstas se desplegaron importantes industrias urbanas que fueron vitales para la economía y actuaron como interferencia en la lucha de clases por la tierra.

1. INTRODUCCIÓN

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

1. Introducción

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Historia de los Medios y el Espectáculo Cátedra: ISSE MOYANO

EL ESTADO ABSOLUTISTA EN OCCIDENTE s.XVI - s. XVIII

María Virginia Ribera

La estructura de los Estados Absolutistas de occidente estaba determinada por dos variables: por un lado un reagrupamiento feudal contra el campesinado tras disolver la esclavitud; por otro lado, estaba sobredeterminado por el auge la bur-guesía urbana. Este sector contaba con avances técnicos y comerciales, y producía manufacturas preindustriales en gran volumen. Esta doble determinación produjo el resurgimiento del Derecho Romano, ya que éste correspondía a necesidades de las dos clases.

El Derecho Romano favorecía el capital libre en el campo y en la ciudad. Por otra parte de destacaba por su nota sobre la concepción de la propiedad privada, absoluta e incondicional, y se presentaba ideal para la práctica mercantil, para los intereses de la burguesía. El Derecho Romano servía políticamente a las exigencias de Estado Absolutista reorganizado. La superioridad del Derecho Romano para la práctica mercantil en las ciudades radica no solo en sus nociones de propiedad sino en sus tradiciones de equidad, sus cánones racionales de prueba y su hin-capié en una judicatura profesional; ventajas que los tribunales consuetudinarios normalmente no eran capaces de proporcionar. El auge de la propiedad privada desde abajo se vio equilibrado por el aumento de la autoridad pública desde arriba, encarnada en el poder discrecional del monarca.

El principal efecto de la modernización jurídica fue el reforzamiento del dominio de la clase feudal tradicional. Esto puede verse con claridad en el estudio de las in-novaciones institucionales que anunciaron su llegada: ejército, burocracia, impues-tos, comercio, diplomacia. El ejército no constituía un ejército nacional obligatorio, sino una masa mixta en el que los mercenarios extranjeros desempeñaban un papel constante y central. La guerra era, el modo más racional y más rápido de que dispo-nía cualquier clase dominante en el feudalismo para expandir la extracción del exce-dente. Los Estados Absolutistas reflejaban esa racionalidad arcaica en su más inti-ma estructura. Eran maquinas construidas especialmente para el campo de batalla.

Al mismo tiempo la burocracia del Renacimiento era tratada como una propiedad vendible a individuos privados, importante confusión que el Estado burgués siem-pre ha mantenido. Así, el modo de integración de la nobleza feudal en el Estado Absolutista que prevaleció en occidente adopto la forma de “cargos” que se com-praban. La integración de esta última en el Estado pone de manifiesto también la posición subordinada de la burguesía mercantil dentro de un sistema político feudal, en el que la nobleza constituyó la cima de la jerarquía social. Si bien la venta de cargos fue un medio indirecto para obtener rentas de la nobleza y de la bur-guesía mercantil, en términos beneficiosos para ellas, el Estado Absolutista gravó también y sobre todo a los pobres.

1. Introducción

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EL ESTADO ABSOLUTISTA EN OCCIDENTE s.XVI - s. XVIII

María Virginia Ribera

La transición económica de las prestaciones en trabajo a las rentas en dinero vino acompañada por la aparición de impuestos reales para financiar la guerra que, en la larga crisis feudal de finales de la Edad Media, y fue una de las principales causas de los desesperados levantamientos campesinos de la época. Las funciones económicas del Absolutismo no se redujeron a su sistema de cargos e impuestos. El Mercantilismo representaba exactamente las concepciones de una clase feudal dominante que se había adaptado a un mercado integrado, pero preservando su poder. El Mercantilismo era precisamente una teoría de la intervención coherente del Estado político en el funcionamiento de la economía, en interés a la vez de la prosperidad de ésta y del poder de aquel. La teoría mercantilista era profundamen-te belicista al hacer hincapié en la necesidad y en la rentabilidad de la guerra. El otro gran esfuerzo que el Estado Absolutista dirigió fue el de la diplomacia, gran invento de la época.

La aparente paradoja del Estado Absolutista en occidente fue que representaba un aparato para la protección de la propiedad y los privilegios aristocráticos, pero que al mismo tiempo los medios por los que se realizaba esta protección podían asegurar simultáneamente los intereses básicos de las nacientes clases: la mercantil y la manufacturera.

Era un Estado basado en la supremacía social de la aristocracia y limitado por los imperativos de la propiedad de la tierra. La nobleza podía depositar el poder en la monarquía y permitir el enriquecimiento de la burguesía, pero las masas esta-ban todavía a su merced. Ejercito, burocracia y diplomacia formaban un inflexible complejo feudal que regía toda la maquinaria del Estado y guiaba sus destinos. La dominación del Estado Absolutista fue la dominación de la nobleza feudal en la época de transición del capitalismo. Su final señalaría la crisis del poder de esa clase: la llegada de las revoluciones burguesas y la aparición del Estado capitalista.

Los espíritus de la escolástica se sintieron absorbidos por una gran empresa inte-lectual: realizar las síntesis entre cristianismo y aristotelismo. La filosofía escolásti-ca es colectiva y casi anónima. Las obras de los grandes escolásticos del siglo XIII y XIV son profundas y minuciosas pero desprovistas de gracia literaria. Por eso el siglo XIV aplicó una crítica a las grandes construcciones teológico- filosóficas. De este modo el hombre de esta época se encuentra en una situación de crisis profun-da: se siente inmerso en una cultura que no le ofrece los encantos de la belleza, ni el amor a la vida, y en la que tampoco poseerá la fe y el entusiasmo hacia aquello que quería alcanzar.

1. Introducción2. El Renacimiento

2. EL RENACIMIENTO

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EL ESTADO ABSOLUTISTA EN OCCIDENTE s.XVI - s. XVIII

María Virginia Ribera

El movimiento espiritual con que se inicia la Edad Moderna es el que conocemos con el nombre de Renacimiento. Este es negativo, significa la oposición de un No rotundo a lo que en aquel tiempo había llegado a ser la filosofía y la ciencia escolástica. Entonces se apodera de los espíritus una profunda admiración hacia la cultura griega, unida a un absoluto desprecio por todo lo medieval. Los estilos artísticos del medioevo (gótico y románico) se consideran estilos bárbaros y son sustituidos por un nuevo estilo que se inspira en los cánones griegos. Es la época de Miguel Ángel, Rafael, Leonardo Da Vinci; es la eclosión del espíritu creador que representa en el terreno del arte análoga plenitud a la que en el terreno intelectual representó el siglo XIII con sus grandes síntesis filosóficas.

Se originó la tendencia a restaurar una cultura Humanista. Como en la antigua Grecia el hombre fue concebido como la medida y el fin de todas las cosas. Para los humanistas del Renacimiento, en este Humanismo se ocultaba la segunda de las negaciones que la cultura moderna oponía a la medieval: la que renegaba del carácter teocentrista, de la profunda inspiración religiosa, que alentó en todo su ser y su obrar. Esta negación constituía para la filosofía moderna un germen de progresiva secularización, que producirá frutos de anticristianismo y ateísmo. En el dominio de la ciencia, esta demanda de libertad, era justa: la cultura medieval se había centrado casi exclusivamente en la teología y en la filosofía. Un sano espíritu de investigación experimental, con olvido de los viejos y caducos dogmas, presidi-rá desde esta época el dominio de las ciencias particulares.

En el terreno de la religión, la negación de principio de autoridad adoptó un ca-rácter muy distinto, ya que este campo no es franco para la libre elaboración de los hombres. Los espíritus renacentistas comenzaron a apreciar a la iglesia como un monopolio, considerando a la iglesia romana como abusiva del poder dado por Jesucristo a los apóstoles. Se había declarado de administradora de la gracia y los sacramentos, y por medio de ellos, tiranizaba y falseaba la intimidad del hecho religioso. Esta es la esencia del protestantismo, consecuencia del espíritu renacen-tista que pretendió constituir una reforma de la iglesia volviéndola a sus primitivos limites y funciones. Su iniciador fue Martín Lutero. Las consecuencias de esta reclusión fueron inmensas: la vida, la cultura y la política quedaban desligadas del orden religioso por ser hechos exteriores de lo subjetivo. La religión dejaría de ser un vínculo entre Dios y los hombres para constituirse en un asunto puramente individual. En síntesis, hemos encontrado en la filosofía moderna un sentido nega-tivo, de hostilidad a la cultura medieval, oposición motivada inicialmente por la de-cadencia en que la que ésta se hallaba; una negación a su esquematismo doctrinario, que tuvo como correlato creador el Renacimiento artístico y el sano Humanismo.

2. El Renacimiento