el espacio perceptual y la forma logica basica de las proposiciones perceptuales

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Rev. Filo Univ. Costa Rica, XVII (46),165·172,1979 Héctor-Neri Castañeda ** EL ESPACIO PERCEPTUAL y LA FORMA LOGICA BASICA DE LAS PROPOSICIONES PERCEPTUALES * El problema fundamental en la filosofía de la percepción es la estructura de la representación perceptual. No me refiero al mecanismo por el cual se produce la representación perceptual. Este es un problema propio de los psicólogos y neurofisió- logos. El problema filosófico es el estudio tanto de la categorización ontológica de 103 diferentes elementos de que uno es consciente cuando percibe como de las relaciones formales entre tales elementos. De este modo, el problema de la representación perceptual se concentra en el tema del dualismo perceptual: sea este dualismo cierto o no, y si es cierto hasta qué punto y cómo lo es, la información sobre el medio ambiente del percibi- dor, acopiada por sus órganos sensoriales es proce- sada por su cerebro, y entregada a su conciencia, mediante representaciones de objetos físicos en su medio ambiente, más bien que por medio de la presentación, por decirlo así, de los objetos físicos en sí mismos. En la historia venerable de este tópico, las discusiones sobre el problema principal de la percepción se han dirigido en su mayor parte al oblema del subjetivismo u objetivismo de las cualidades secundarias. Muchos filósofos han opta- do por alguna versión de dualismo perceptual basándose simplemente en su juicio de que los mlores que percibimos, la aspereza o suavidad que amos, el calor y la tibieza que sentimos, los idos que oímos, los olores que discernimos, y sabores que paladeamos, o bien son propieda- de los objetos físicos que percibimos, o son Este estudio fue presentado en la reunión de la Asociación Psicológica Americana, División 24, en San Francisco, California, Agosto de 1977. Indiana University, E.E.V.V. Traducción José Gar- mendía. sólo aspectos subjetivos de nuestros actos de percepción. Esta dependencia histórica del problema de la representación perceptual del problema de subjetivismo de las cualidades secundarias tiene, naturalmente, diferentes raíces. Una de ellas es la tendencia a formular los problemas filosóficos de una manera atomista; otra raíz es la práctica popular de filosofar en vista de una colección mínima de datos simples. Frecuentemente, un filósofo formula teorías basándose en exámenes de percepciones aisladas, vg., la percepción de un tomate, de un cenicero, de una esfera, de un cubo. Evidentemente, cuando uno considera un objeto aislado, sus cualidades secundarias se convierten en datos dominantes. Sin embargo, el hecho percep- tual primario es que uno percibe un campo complejo perceptual con objetos y eventos diver- sos. Atención al campo completo con su unidad obvia revela inmediatamente que la posición de objetos en el campo visual, por ejemplo, es de importancia fundamental. Filósofos, siguiendo a los psicólogos, deben abandonar el tratamiento atomista de la percep- ción. En este espíritu, propongo que el problema del subjetisimo u objetivismo de las cualidades secundarias es un problema menor. Los problerrias más importantes en que hay que concentrarse a efecto de comprender bien la estructura de la representación perceptual, son: ( I) La estructura de cada tipo de campo perceptual. (Il) La categorización ontológica de las propiedades y de los particulares in- dexicales: es decir, por un lado, ¿qué especie de entidades son los particula- res referidos por medio de expresiones. demostrativas como 'esto', 'eso', 'ese hombre gordo que está allá' , y 'la bella dama en esa esquina'? y por el otro, ¿qué clase de propiedades son las que,

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Page 1: El Espacio Perceptual y La Forma Logica Basica de Las Proposiciones Perceptuales

Rev. Filo Univ. Costa Rica, XVII (46),165·172,1979

Héctor-Neri Castañeda **

EL ESPACIO PERCEPTUAL y LA FORMA LOGICABASICA DE LAS PROPOSICIONES PERCEPTUALES *

El problema fundamental en la filosofía dela percepción es la estructura de la representaciónperceptual. No me refiero al mecanismo por el cualse produce la representación perceptual. Este es unproblema propio de los psicólogos y neurofisió-logos. El problema filosófico es el estudio tanto dela categorización ontológica de 103 diferenteselementos de que uno es consciente cuandopercibe como de las relaciones formales entre taleselementos. De este modo, el problema de larepresentación perceptual se concentra en el temadel dualismo perceptual: sea este dualismo cierto ono, y si es cierto hasta qué punto y cómo lo es, lainformación sobre el medio ambiente del percibi-dor, acopiada por sus órganos sensoriales es proce-sada por su cerebro, y entregada a su conciencia,mediante representaciones de objetos físicos en sumedio ambiente, más bien que por medio de lapresentación, por decirlo así, de los objetos físicosen sí mismos.

En la historia venerable de este tópico, lasdiscusiones sobre el problema principal de lapercepción se han dirigido en su mayor parte al

oblema del subjetivismo u objetivismo de lascualidades secundarias. Muchos filósofos han opta-do por alguna versión de dualismo perceptualbasándose simplemente en su juicio de que losmlores que percibimos, la aspereza o suavidad que

amos, el calor y la tibieza que sentimos, losidos que oímos, los olores que discernimos, ysabores que paladeamos, o bien son propieda-de los objetos físicos que percibimos, o son

Este estudio fue presentado en la reunión de laAsociación Psicológica Americana, División 24, enSan Francisco, California, Agosto de 1977.

Indiana University, E.E.V.V. Traducción José Gar-mendía.

sólo aspectos subjetivos de nuestros actos depercepción.

Esta dependencia histórica del problema dela representación perceptual del problema desubjetivismo de las cualidades secundarias tiene,naturalmente, diferentes raíces. Una de ellas es latendencia a formular los problemas filosóficos deuna manera atomista; otra raíz es la prácticapopular de filosofar en vista de una colecciónmínima de datos simples. Frecuentemente, unfilósofo formula teorías basándose en exámenes depercepciones aisladas, vg., la percepción de untomate, de un cenicero, de una esfera, de un cubo.Evidentemente, cuando uno considera un objetoaislado, sus cualidades secundarias se convierten endatos dominantes. Sin embargo, el hecho percep-tual primario es que uno percibe un campocomplejo perceptual con objetos y eventos diver-sos. Atención al campo completo con su unidadobvia revela inmediatamente que la posición deobjetos en el campo visual, por ejemplo, es deimportancia fundamental.

Filósofos, siguiendo a los psicólogos, debenabandonar el tratamiento atomista de la percep-ción. En este espíritu, propongo que el problemadel subjetisimo u objetivismo de las cualidadessecundarias es un problema menor. Los problerriasmás importantes en que hay que concentrarse aefecto de comprender bien la estructura de larepresentación perceptual, son:

( I) La estructura de cada tipo de campoperceptual.

(Il) La categorización ontológica de laspropiedades y de los particulares in-dexicales: es decir, por un lado, ¿quéespecie de entidades son los particula-res referidos por medio de expresiones.demostrativas como 'esto', 'eso', 'esehombre gordo que está allá' , y 'la belladama en esa esquina'? y por el otro,¿qué clase de propiedades son las que,

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por una parte, se expresan con pala-bras demostrativas, y pueden llamarseposicionales porque pertenecen a posi-ciones en campos perceptuales, y, porotra parte, individualizan y diferenciana los particulares indexicales?

Como siempre, las preguntas epistemológicassobre el grado de evidencia que nuestras experien-cias proveen a nuestra creencia sobre el mundoexterno son derivadas. Las respuestas a talespreguntas dependen a la vez tanto de nuestrasrespuestas a las preguntas anta lógicas fundamenta-les sobre percepción como de las suposicionesontológicas adicionales sobre la naturaleza delcreer y de la realidad en total.

El dualismo fundamental dentro de lo que espercibido es el dualismo entre lo indexical, o laspropiedades posicionales, y las otras propiedades.Un campo perceptual es primariamente una mallade propiedades indexicales y secundariamente unsistema de particulares percibido s como poseedo-res de propiedades indexicales. Con más exactitud,un campo perceptual es una malla de estados decosas (states of affairs) que contienen particularesindexicales como poseedores de propiedades per-ceptuales. Pero aunque los particulares indexicalesno son ellos mismos, precisamente, entidadesfísicas, no se puede inferir de este dato sólo que laspropiedades perceptuales indexicales no son pro-piedades de los objetos físicos, sean esas propieda-des primarias o secundarias. Lo dado en percep-ción es simplemente un campo perceptual com-puesto de estados de .cosas no analizados, sinconciencia de su estructura interna. La concienciaperceptual es simplemente la ocurrencia de camposperceptuales.

A continuación doy un sumario de algunastesis centrales de una teoría ontológica de percep-ción, concentrándome en la percepción visual.

l. El espacio visual no es espacio físico.Las ilusiones ordinarias, profunda e intensamenteestudiadas por los psicólogos, establecen, o bienque el espacio visual no es una parte del espaciofísico, o bien que las propiedades ilusorias puedenser inherentes al espacio físico de una manera enque las propiedades físicas no pueden serIo.Considérese el caso de doble visión. En estemomento estoy mirando al jardín detrás de miestudio que está demarcado por un grueso muro deárboles. Me he presionado el ojo derecho y heproducido un campo visual con arbustos y murosde árboles, duplicados que se traslapan. Los dos

muros de árboles tienen distancias espaciales entresí que varían continuamente: uno es estacionario yel otro sube y baja. Estas distancias espaciales noestán en el espacio físico, o al menos no están en lamanera principal en que los objetos están en elespacio físico cuando no se los percibe. Nótese queno estoy interesado en las cualidades secundariasdel follaje o las flores. Ni estoy interesado ensostener que un árbol o un arbusto no es un objetofísico, sino un conjunto de datos sensoriales osensa. Por todo lo que me interesa en estemomento, cada cosa o unidad que veo en este casopuede ser un objeto físico con las cualidadesfísicas que parece tener. En otros términos, yoahora puedo aceptar la respuesta dé los realistasperceptuales, a saber: que lo que yo estoy viendoes cada objeto físico como es, pero doble al mismotiempo. Mi punto es este: el espacio fisico tiene (almenos primariamente) nada más que una de lasdos series de objetos físicos que veo, mientras micampo visual tiene las dos series. Además, lasdistancias entre los objetos en una serie y losobjetos en la otra serie no están en el campo físico,sino sólo en el campo visual. De este modo, si elespacio del campo visual es un sector del espaciofísico, entonces al menos una de las series deobjetos físicos (árboles, flores, arbustos, etc.) nopertenecen al espacio físico en la misma manera enla cual la otra serie pertenece. Pertenecer al espaciofísico en la manera primaria es simplemente asuntode ser gobernado por algunas o todas las leyesfísicas. Evidentemente, sólo los árboles de unaserie percibida tienen los poderes causales que lasleyes físicas conceden a los objetos que ocupan elespacio de la manera primaria. Por tanto, siqueremos identificar el espacio perceptual con unaparte del espacio físico, tenemos entonces quedesarrollar una teoría de las diferentes maneras enlas que los objetos pueden ocupar el espacio

Ahora bien, si adoptamos el punto de vistarelacional del espacio, sea físico o no, entonces elespacio es un sistema de relaciones y propiedadesespaciales. Estas son distintivas, como, por ejem-plo, líneas, longitudes, ángulos, superficies, volú-menes, etc. Un espacio es diferente a los otros, noen el carácter intrínseco de las relaciones espacia-les, sino en aspectos externos sistemáticos, vg., quelas relaciones del espacio en cuestión obedezcanciertas leyes, pero no otras. Así, en la concepciónrelacional de los espacios, la teoría que permite alos objetos y cualidades inherir en el espacio deuna manera diferente equivale a una teoría quedistingue el espacio físico de otros espacios, vg., el

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visual.Las consideraciones precedentes apuntan al

error del tratamiento atomista de la percepción,que erige teorías basadas en análisis de percep-ciones de objetos aislados. También, podemos verel poder del tratamiento holista, que trata concampos visuales, especialmente campos grandes,capaces de revelar mucho más de la estructura delcampo visual. Esto puede apreciarse mejor alconsiderar otros datos, especialmente los queapoyan la conclusión de que el espacio visual no esuna parte del espacio físico.

Dada la velocidad finita de la luz, loscontenidos de un campo visual son a lo sumo unarreglo especial de contenidos también desplegadosen el espacio-tiempo físico. Es un arreglo especialen un espacio con sus propias características, lascuales son una parte requerida para que ese arregloespacial visual organice parte de lo que ocurre enuna sección trasversal del espacio-tiempo físico enel momento de la visión. Los contenidos de quesomos conscientes, en una percepción visual, comodesplegados en un campo visual son una mezcla decontenidos en el espacio físico cercano presente yde contenidos del espacio físico distante pasado,en una continua progresión hacia el pasado.

En general, el arreglo espacial de objetospercibidos veridicamente en un amplio campovisual no puede ser ejemplificado, en el espaciofísico, por esos objetos en ningún tiempo, exceptopor un accidente de movimiento o de distancia.Para enfatizar este aspecto estructural important í-

simo, considérese el campo visual simplificado delsiguiente experiment Gedanken.

Cada uno de un conjunto de objetos, comoestrellas, que se mueven con respecto a ellasmismas y con respecto al percipiente ° emite unrayo de luz hacia O a diferente distancias de O, adiferentes ángulos y a las altitudes apropiadas paraproducir en O el efecto de estar ocupando elmismo plano, formar diferentes ángulos. Por con-¡eniencia, consideremos sólo tres de tales objetos,cuyas relaciones se registran en el diagrama si-guíente:

B~ __ •• __ 6

Al tiempo t (en segundos por conveniencia)el objeto B está a distancia e (que es la velocidadde la luz por segundo) de 0, cuando B envía surayo de luz hacia 0, produciendo en la retina de °la imagen b al tiempo t + 1; B continúa su rumboalcanzando posición B' exactamente a t + 1.Objeto A está en posición A al tiempo t, Ycuandoalcanza A', a la distancia c/2 con respecto a 0,envía un rayo que produce en la retina de ° laimagen a en t + 1, precisamente cuando A alcanzaA". Objeto D va de la posición D al tiempo t haciaD' a la distancia c/4 con respecto a 0, produciendoen la retina de ° la imagen d al tiempo t + 1,cuando D alcanza posición D". Así, en el momen-to t + 1 o un poco tiempo después, O ve una líneaA'BD' que él la coloca en el espacio físico, peroque en ningún tiempo ha existido físicamente.Supóngase que °tiene visión binocular y que lograver un ángulo con vértice en B. De nuevo, esevidente que debido al movimiento continuo y alas direcciones de los movimientos de A, B y D, elángulo A'B + BD' no es un ángulo que A,B, y Dhan formado en ningún tiempo en el espaciofísico. Además, los segmentos A'B y BD' que ° veno son temporalmente homogéneos, ni tienenpuntos terminales coexistentes en el espacio físico.

Ejemplos corrientes de la situación descritaarriba aparecen en nuestras experiencias de eclip-ses, estrellas fugaces, y nuestras contemplacionesvespertinas del paisaje en nuestro alrededor y susrelaciones con los objetos en el cielo. Cuandomiramos al cielo durante un eclipse, nuestrocampo visual contiene muchas líneas rectas quepasan por un punto en el sol, un punto en la luna,y un punto en la tierra. Sin embargo, esas líneas noexisten en el espacio físico. Las figuras geométricasque vemos, formadas por estrellas, luces de lascalles o torres no existen en el espacio físico.

2. La forma lógica básica de las oracionesperceptuales. Cualquiera que sea últimamente laconexión entreIenguaje y pensamiento, el hechoes que casi todos nuestros pensamientos envuelvenel uso de lenguaje. Esto es particularmente así enel caso de pensamientos comunicativos. Puesto quetenemos de todos modos que comunicar la estruc-tura de cosas y sus relaciones formales, es engeneral correcto suponer que la forma o estructurade nuestra experiencia (o la del mundo en que nosencontramos) se pueda revelar hasta cierto puntoen el lenguaje que usamos. Naturalmente, habla-mos de la estructura del lenguaje, esto es, de laestructura general en la que se pueden formulardiferentes contenidos de experiencia. Esta estructu-

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ra general es la sintaxis del lenguaje , incluyendo lasexpresiones formales o sintácticas. Así, podemosganar datos adicionales para cualquier teoría filo-sófica adecuada de la percepción del examen de lasintaxis de las oraciones y verbos perceptuales conlos cuales expresamos, y, quizás, a través de loscuales vivimos, nuestra conciencia perceptual.

Consideremos el verbo 'ver'. Las varias cons-trucciones donde aparece están ilustradas en lasiguiente serie de ejemplos:

(1) Juan vio a la muchacha más joven delgrupo.

(2) Juan vio a María llegar tarde.(3) Juan vio a María llegando tarde.(4) Juan vio a María siendo (o, al ser)

atacada.(5) Juan vio que María llegó (o había

llegado) tarde.La construcción (1) parece violar la obser-

vación notada arriba de que el campo visual es unsistema de estados de cosas. Esa construcciónpareciera representar a la visión como una relaciónentre el percibidor y cada uno de los objetos en elcampo visual. Indudablemente sí existe semejante.relación. Pero también hay una relación entre elpercibidor y un estado de cosas que consiste enlosobjetos percibidos con propiedades perceptibles.El hecho es que (1) no revela lo que estaba en elcampo visual de Juan. La expresión 'la muchachamás joven del grupo' expresa una referencia hechapor el hablante, por quien profiere la oración (1)entera, y no expresa una referencia hecha porJuan, o atribuida a Juan. Siguiendo a Russell yQuine, diremos que el término 'la muchacha másjoven del grupo' ocurre en la oración (1) contransparencia referencial, para indicar precisa-mente que esta frase expresa en una oración sólolas referencias del hablante, y no las referencias dela persona de quien se habla. No hay expresión enla oración (1) que indica cuáles son los contenidosdel campo visual de Juan, o en términos másgenerales, cuáles son los contenidos en su concien-cia, al tiempo al que la oración (1) se refiere. Laoración (1) expresa una identificación (si adopta-mos la posición del realismo perceptual atomista),o una relación de alguna forma de congruencia,entre un elemento en el campo visual de Juan y unelemento en el espacio físico. (Si esa relación esidentificación o una congruencia de tipo distinto,y si es una congruencia de qué tipo es estacongruencia, son, recuérdese, problemas que lateoría filosófica de la percepción tiene que resol-ver). Esa identificación o congruencia es, según la

oración (1), establecida por el hablante que profie-re (1), y Juan no es responsable de ella. En todocaso, verdades expresables con oraciones de laforma de (1) no dicen nada acerca de la composi-ción de los campos visuales de las personasreferidas. Es por eso que podemos poner elnombre 'María', o cualquier otra expresión corre-ferente, en lugar de la frase 'la muchacha másjoven del grupo' sin que se cambie el valor deverdad (esto es, que cambie de verdad a falsedad, oviceversa). Es decir, la proposición (1) y laproposición 'la muchacha más joven el grupo esMaría' implican juntos que Juan vio a María.

Ahora bien, aquí estamos primariamenteinteresados en los contenidos de la concienciavisual de una persona, y en particular, en lacomposición de los campos visuales de una personaque percibe y de las maneras en que ella se refierea los objetos que percibe. Las referencias delhablante, quien atribuye percepción a otro, tienenque coincidir con las referencias del percibidor alos contenidos de su conciencia perceptual. De locontrario, no podrían hablar sobre las mismascosas. Pero referencias que son sólo referencias delhablante pertenecen a elementos en su conciencia,más bien que los contenidos en la conciencia de laotra persona, la que percibe. Por éstas razones, diréque el término 'la muchacha más joven del grupo'ocurre en la oración (1), con opacidad proposicio-nal, para señalar el hecho de que es parte de laoración (1) y que ésta no revela el sujeto de laproposición o estado de cosas que estaban en laconciencia de Juan cuando éste vio a la muchachamás joven del grupo.

Las oraciones (2), (3), y (4) forman unafamilia. Ellas contienen el término singular 'María'con opacidad proposicional. Este término expresaen cada una de esas oraciones la manera en que elhablante se refiere a una cierta persona, y laoración en total expresa la identificación que haceel hablante de esa persona, quien ocupa un lugaren el espacio físico, con algo en el campo visual deJuan. Por el otro lado, las expresiones 'llegartarde', 'llegando tarde', y '(ser) atacado' aparecen,en los usos normales de esas oraciones (2)-(4),con transparencia proposicional: ellas expresanen tales casos propiedades, más bien, predicados delos que Juan está consciente, es decir, predicadosque Juan encuentra en su campo visual. Ahorabien, así el gerundio 'llegando tarde' en oración (3)puede ser considerado no como predicado, sinocomo atributivo del nombre 'María', significandoentonces, 'quien estaba llegando tarde'. En esta

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interpretación, (3) tiene la misma forma lógica quela oración (1).

La oración (5) permite una doble interpreta-ción. Puede contener el término 'María' conopacidad proposicional señalando entonces la refe-rencia del hablante y su identificación del sujetoque llega tarde en el campo visual de Juan con unapersona en el espacio físico. Entonces, tenemos enla oración (5) un estado de cosas de la claseexpresada con las oraciones (2)-(4), acaso con unamodificación según el papel del predicado 'llegó(había llegado) tarde'. Pero el término 'María'puede ocurrir muy bien en la oración (5) contransparencia proposicional. Entonces, además deseñalar la manera en que el hablante se refiere auna cierta persona (ficticia o real), el término y laoración (5) pueden expresar juntos también lamanera en que Juan se refiere a esa persona. A estaaltura aparece la pregunta: ¿Es el estado de cosasMarta llegó {habia llegado) tarde parte integral delcampo visual de Juan? Y la respuesta es "No", oal menos, "Quizás, no". La dificultad inicial esésta: una declaración hecha con la oración (5)puede muy bien no implicar el enunciado:

(6) Juan vio a María.Si esta implicación falla, entonces es claro

que el estado de cosas María llegó (había llegado)tarde no es constitutivo del campo visual de Juan.La situación es, entonces, de la siguiente clase:Juan ve toda clase de cosas que el toma comoestableciendo que María llegó (había llegado)tarde. 'Juan vio' en esta interpretación de (5) esequivalente a 'Juan se dio cuenta', 'Juan se enteró'.

Supóngase ahora que la oración (5) ha sidousada de tal modo que su enunciado implica (6).Esto no es suficiente para situar el estado de cosasMana llegó (habla llegado) tarde en el campo1Iisual de Juan. Quizás él no vio a nadie que habíalegado tarde, pero sí vio a María y a otras cosas, y,

onces, como antes, él se dio cuenta de queía llegó tarde, aún así se necesita mucho más

poder localizar este estado de cosas en elvisual de Juan. ¿Qué más? Se necesita

o que haya un sujeto llegando tarde en elvisual de Juan como que Juan capte ese

o correctamente, ésto es, que Juan crea quesujeto es María. En otras palabras, el estado de

María llegó tarde puede estar en el campode Juan sólo si entra a ese campo mediante

creencia de Juan anclada a un estado de cosastiene en propiedad un lugar determinado en

campo, y esto sólo lo logra F si F es un estadosas inherentemente visual.

Un estado de cosas que es inherentementevisual es un estado de cosas singular que tienecomo constituyentes sólo propiedades o sujetosvisuales. Los sujetos visuales son los estados decosas presentes o presentados al percibidor demos-trativamente, como éste o ése, o esta mesa, elobjeto azul que está allá, o, generalmente, algo enla forma de eso. En resumen, estados de cosasinherente mente visuales del tipo subjetivo se carac-terizan por incluir particulares visualmente demos-trativos. Esto deja todavía abierta la pregunta de siadoptando el realismo perceptual atomista, parti-culares visualmente demostrativos, y por tanto,pertenecientes inherentemente a un espacio visual,están también presentes en el espacio físico, y si esasí, cómo acontece esto.

Un resultado del examen precedente de lasoraciones (I )-( 5) es el siguiente: ninguna de estasoraciones es franca en el sentido de tener unacláusula subordinada al verbo 'ver (vio)', queocurre totalmente dentro del alcance de esteverbo, y, por tanto, ocurre totalmente con transpa-rencia proposicional. Ninguna de ellas tiene comosujeto una expresión lógicamente dentro delalcance de 'ver (vio)', que expresa exactamentecómo lo que le aparece a Juan como llegandotarde, se aparece en su campo visual. Como hemosobservado arriba no hay ninguna duda acerca decómo se aparece ese sujeto y cómo Juan se refierea ese sujeto que le parece que está llegando tarde:esa persona (a quien el hablante identifica comoMaría) le aparece a Juan como esta persona ocomo esa señora que está allá, y que es talo cual.Sin embargo, las construcciones (2){ 4), que casirevelan la proposición delante de la conciencia deJuan, presentan a esa proposición de una maneradislocada por así decirlo; por un lado, aunque esasoraciones presentan la posición del sujeto ellastambién presentan una caracterización externa delmismo sujeto por el hablante, pues estrictamentehablando, ellas dejan en blanco (con una meraindicación de lo que ocupa ese blanco) en laproposición que está presente visualmente delantede la mente de Juan; por el otro lado, esasoraciones presentan el componente predicativo detal proposición en persona, en nombre propio. Portanto las oraciones (2){ 4) parecen ser, respectiva-mente, abreviaciones de algo como lo siguiente:

(2.a) María = a y Juan vio (a llega tarde),(3.a) María = a y Juan vio (a llegando tarde),(4.a) María = a y Juan vio (a atacada),

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donde 'a' ocupa el lugar de la manera demostrati-va de referirse a María propia de Juan. Nótese quelos análisis (2.a)-( 4.a) formulan un dato funda-mental del fenómeno, y que se necesita una teoríaque esclarezca el papel de a. Lo central es que en(2-4) existe un sujeto implícitamente demostra-tivo que aparece con opacidad proposicional en lasegunda ocurrencia de' a '. En este respecto, esasoraciones contrastan con las oraciones correspon-dientes de tiempo presente y primera personacomo:

(2.1) (Yo) veo a esa dama llegar tarde,(3.1) (Yo) veo a esa persona llegando tarde.

Las oraciones perceptuales de tiempo presente yprimera persona revelan completa y explícita-mente cómo el percibidor se refiere a los elemen-tos que aparecen en su campo visual. Aquí hay unaasimetría importante entre este tipo de oracionesperceptuales y las otras oraciones, como (1)-(4).La razón yace en aspectos muy básicos y generalesde la referencia demostrativa, aspectos de granvalor fisiológico. Entre ellas están las que sedescriben en las siguientes.

Leyes generales de referencia demostrativa y de losindicadores:

Definición: Llamo "indicadores" a los de-mostrativos, cualesquiera que sean las partes de laoración a que pertenezcan, y a los pronombrespersonales (sean sustantivos o sean adjetivos).

(Li. 1) Los indicadores siempre tienen en lasoraciones en que aparecen el alcance lógico másgrande. .

(Li.2) Los indicadores siempre expresan refe-rencias demostrativas hechas por el hablante en lasoraciones que las contienen, aun cuando aparecenen oratio obliqua, esto es, en cláusulas en discursoindirecto.

Las oraciones (2.1) y (3.1) contrastan tajan-temente con las oraciones (2) y (3), respecti-vamente. En la primera las referencias hechas porel hablante y las referencias por él atribuidas' a lapersona de quien habla son exactamente lasmismas, Por tanto, las frases demostrativas 'esadama' y 'esa prsona que está allá', que ocurren en(2.1) y (3.1) están gracias a (Li,2) bien situados ensus respectivas posiciones en oratio obliqua. En lasoraciones (2) o (3), en contraste, hay una diver-gencia entre las referencias hechas por el hablantey las referencias atribuidas a la persona de que élhabla. Por (Li.2) sería incorrecto representar lasreferencias de la persona de quien se habla

mediante indicadores o demostrativos. Claramente,(2.2) Juan ve (vio) a esa dama llegar tarde

no atribuye a Juan referencias demostrativas por laocurrencia de la frase indicador 'esa dama'. Eviden-temente esta frase en (2.2) sólo expresa la refe-rencia demostrativa del hablante. Esto enseña quelos esquemas (2.a)-( 4.a) arriba formulados nopueden tener 'a' en lugar de una expresióndemostrativa. La situación es todavía más compli-cada.

El hecho sernántico de la gramática españolaes 'este. El contexto entero de las oraciones (2) o(3), con sus ocurrencias exteriores de 'María' y susocurrencias internas del predicado 'llegar tarde' o'llegando tarde' en el alcance gramatical de unverbo perceptual, revela claramente las referenciasdemostrativas visuales de Juan a María. Por tanto,el contexto de las oraciones (2) y (3) es en elfondo muy semejante al contexto superficialmentediferente ilustrado por la oración siguiente:

(7) Juan cree que él mismo es un millonariodonde el pronombre 'él mismo' expresa unaatribución de una referencia de primera persona aJuan. Este pronombre reflexivo ocurre en oratioobliqua y es genuinamente en el alcance del prefijopsicológico 'Juan cree' . Un signo de esto consisteen que en la oración (7) no se puede substituir esepronombre por su antecedente 'Juan' preserván-dose el valor de verdad, o el contenido delpensamiento que expresa. Patentemente,

(8) Juan cree que Juan es un millonariono es equivalente a (7), pues (8) no atribuye aJuan una referencia de primera persona. El pro-nombre 'él mismo' en (7) es un caso especial de 10que yo llamo cuasi-indicador.

En resumen, el verbo perceptual 'ver' tieneuna construcción básica compleja como 'Juan ve aMaría llegar tarde' o 'Juan ve a María llegandotarde', la cual es superficialmente deceptiva, peroen el fondo es ingeniosa y clara. Es deceptivasuperficialmente hasta el punto de que el término'María', el sujeto de la cláusula subordinada,ocurre con transparencia referencial, expresandouna referencia transparente del hablante, no unareferencia de Juan. Pero la construcción en su

.totalidad tiene transparencia proposicional pues,sabiendo que los particulares en el campo visual deJuan pueden ser sólo demostrativos, la construc-ción no oculta la naturaleza de los objetos de lasproposiciones (o estados de cosas) en el campovisual de Juan. Es muy ingeniosa la construcciónporque se aprovecha con ventaja de la naturalezade la percepción, para representar, en una fórmula

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compacta, 'tanto al objeto de la transparenciareferencial percibido como a la transparenciaproposicional de la proposición o estado de cosaspercibido.

En breve, entonces, la oración(3) Juan vio a María llegando tarde

tiene en su superficie una forma lógica que sepuede retratar como sigue:

(3.a*) Al tiempo t Juan vio que: Q * estaballegando tarde ento~ces*. /

\ María .

La estrella en ' Q * ' y en 'entonces*' señala queQ * Y 'entonces*' están en lugar de expresionesque atribuyen a Juan referencias demostrativas atiempo t y a María respectivamente. Tales expresio-nes son, como 'él mismo' en la oración (7),cuasi=indicadores, Los cuasi-indicadores son pro-nombres relativos cuyos antecedentes, como lomuestran las flechas de (3.a*) están característica-mente, fuera del alcance de un verbo psicológico,como 'creer' en (7) y 'vio' en (3). Los cuasi-indi-cadores mismos, al contrario, están característica-mente dentro del alcance de tales verbos. Así, unverbo psicológico separa un cuasi-indicador de suantecedente. Ahora bien, el español tiene uncuasi-indicador 'entonces*' cuyo antecedente esuna expresión que se refiere a un tiempo y cuyopapel en una oración como (3) es atribuir a alguienuna referencia al tiempo en cuestión por medio deun demostrativo como 'ahora'. El español no tiene,sin embargo, un cuasi-indicador especial para lareferencia demostrativa de tercera persona a obje-tos o personas (tampoco lo. tiene el inglés). Así,no hay un término análogo a 'entonces' o 'símismo' que podamos usar en lugar de 'Q *'. Larazón yace en parte en el hecho de que no hay unaexpresión singular (como 'ahora' o 'aquí' o 'yo')que el percibidor puede usar siempre y exclusiva-mente para referirse a lo que aparece en su campovisual. El puede llamar cualquier elemento en sucampo visual "esto" o "ése" y puede describirotros elementos gracias a las relaciones que ellostienen con un elemento arbitrariamente llamado'esto" o "eso".

Como la referencia indexical es irreductible ala referencia no-indexical, el hecho de que nohaya un cuasi-indicador natural para las referen-cias de tercera persona a objetos, indica que en elestudio de la estructura onto-lógica de las propo-- iones sobre percepción (esto es, la estructura- ica que revela la estructura ontológica de lo

percibido) tenemos que tratar siempre con unaoperación cuasi-indexical implícita. (Esto lo vi-mos en el ejemplo (3)). Esta operación produce uncausi=indicador contextual que cualquiera puedeusar para atribuir a personas que perciben referen-cias demostrativas de tercera persona, pero sola-mente en circunstancias especiales. Esa operaciónmapea (en el sentido matemático), por tanto,ciertos parámetros del percibidor sobre una atribu-ción de referencia demostrativa. Esta representa-ción gráfica, claro está, no puede producir unareducción conceptual. Los parámetros en cuestiónincluyen: el percibidor, el lugar de percepción, eltiempo de percepción, y el objeto percibido. Perotiene que distinguir de algún modo entre lasmodalidades diferentes de las propiedades queaparecen en campos perceptuales, sean o nopropiedades de cosas físicas, en el espacio físico.Esa diferencia genérica ha de construirse como unafunción cuasi-indexical. Así tenemos que teneruna función cuasi-indicadora especial para cadatipo de modalidad perceptual En el españolcorriente las oraciones sobre percepción contienenimplícito ese mecanismo cuasi-indexical, escondi-do detrás de las expresiones como 'María' en (3):los verbos 'ver', 'palpar', 'oír', etc. señalan que lareferencia demostrativa atribuida al percibidor esde un género apropiado, vgr., una referencia aelementos en el pertinente campo perceptual.

Usemos el signo 'v' para representar lafunción visual causi-indicadora descrita anterior-mente. Así podemos representar inicialmente laexpresión Q * en (3.a*) como el cuasi-indicadorformal visual.

v [Juanp, t,María]

Ahora podemos concentramos en el hecho de queel idioma ordinario tiene cuasi-indicadores distin-tos y precisos para el yo, el tiempo presentado, yel lugar presentado, es decir, cuasi-indicadores dela tercera persona para los indicadores 'yo', 'aho-ra' , y 'aquí'. Los cuasi-indicadores correspondien-tes son: 'él (sí) mismo', 'entonces', y "allí", todosapareciendo en oratio obliqua como pronombresrelativos con un antecedente fuera de la oratioobliqua como hemos explicado arriba. Este fenó-meno tiene un significado enorme. Nos dice algoimportante acerca de la experiencia. El yo no esparte interna de ningún campo perceptual; el yo esel punto común de origen para todos los espaciosperceptuales. El tiempo y el lugar de una experien-cia multiperceptual no son experimentados como

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establece verdades a priori, en lugar de hechosempíricos. Aquí no solamente me adhiero alataque que Quine ha hecho sobre la falta declaridad y la no-arbitrariedad de las distincionesnecesario-contingente, analítico-sintético, y apriori-empírico. También quiero acentuar que lafilosofía es una disciplina empírica: queremos en-tender la estructura del mundo en donde vivimos.Puesto que tratamos con verdades muy generales ycomunes es muy fácil tratar esas verdades como apriori. Pero generalidad no es lo mismo queapriorismo o necesidad. En todo caso, las dosseries precedentes de discusión enseñan cómo unestudio de los hechos empíricos y generales de lafísica de la visión va mano a mano con el estudiode la gramática lógica de los hechos de visión.

He afirmado la irreductibilidad de la referen-cia indexical, la irreductibilidad de la referencia enprimera persona, etc. También he ofrecido algunasafirmaciones sobre lo dado en percepción y sobreel desenvolvimiento de estados de cosas en camposvisuales. Todas esas afirmaciones y varias otrasemparentadas con ellas están definidas con grandetalle en los siguientes ensayos:

172 HECTOR-NERICASTA~EDA

partes o elementos en un solo campo perceptual.Son experimentados, más bien, como coordenadasgenerales de origen común para todos los camposperceptuales de un yo. Esta generalidad hace quelas referencias indexicales al tiempo y al espaciocarezcan del rasgo local de una modalidad percep-tual. Por conveniencia usaremos el signo '*' pararepresentar esta función cuasi-indexical interper-ceptual que mapea en referencia cuasi-indexicallos parámetros interperceptuales. En consecuencia,podemos representar los cuasi-indicadores mul-ti-perceptuales arriba como sigue:

En (7):En (3.a*):

'él (sí) mismo''entonces*'

como *[Juan,p, tJcomo *[t, Juan,p]

Permitimos que *[a, b, c] es lo mismo que * [a, e,b]. Ahora podemos representar la forma lógicasuperficial de la oración:

(3) En el lugar p al tiempo t Juan vio aMaría llegando tarde entonces.El análisis inicial de esta forma lógica es elsiguiente:

(3.a*) En el lugar p al tiempo t Juan vioque: v[Juan, p, t, María] estaba llegando tarde en eltiempo *[t Juan,p].

Esto es sólo el análisis inicial de (3). Haytambién un cuasi-indicador implícito que serefiere al lugar donde en el campo visual de Juan,María estaba llegando tarde. Las complicacionesque esto trae muestra la sabiduría de los creadoresdel lenguaje ordinario: ellos simplemente lo omi-tieron en oraciones como (3).

(3). Comentario final. Uno de mis propósitosprincipales ha sido atacar la filosofía atomistaclásica. He desarrollado un punto de vista estructu-ral en conexión con los hechos físicos elementalessobre percepción y en conexión con la estructuralógica de las oraciones que describen los conteni-dos de percepción . Aquí también he dirigido unataque a otro dogma usual en ciertos círculosfilosóficos. Este es el dogma de que la filosofía

1. "Consciousness and Behavior: Their Ba-sic Interconnections", H-N. Castañeda, ed.,In ten tionality, Minds, and Perception (Detroit:Wayne State University Press, paperback, 1967).

2. "He': A Study on the Logic ofSelf-consciousness", Ratio, 8(1966): 130-157.

3. "Attributions of Self-knowledge toOthers", The Journal of Philosophy, 65(1968):439456.

4. "Indicators and Quasi-indicators", Ame-rican Philosophical Quarterly, 4 (1967): 85-100.

5. "On the phenomeno-logic of the 1",Proceedings of the XIV International Congress ofPhilosophy.

6. "Perception, Belief, and the Structure ofPhysical Objects and Consciousness", Synthese 35(1977); 285-351.