el cuaderno de zoltan
DESCRIPTION
Libro sobre motivaciónTRANSCRIPT
Este libro no puede ser copiado, reproducido en cualquier formato o de cualquier manera sin el consentimiento expreso de su autor.
Gracias por respetar mi trabajo.
Todos los personajes, nombres, lugares y eventos de este libro han sido modifcados o creados con fnes didácticos.
En 1714 pasó algo que no ha quedado en los libros típi
cos de historia. Un hombre húngaro de nombre Zoltan y de
apellido impronunciable estaba a punto del suicidio.
Desde hacía cinco generaciones su familia se dedicaba a
hacer calzado. Y no, no era una de esas familias que hacían
un gran calzado de increíble calidad. Ni siquiera eran una fa
milia desastrosa con un calzado desastroso. No. La familia
de Zoltan hacía un calzado mediocre.
Tan mediocre que no destacaban. Tenían lo sufciente
como para comer sopa e intentar no morir de hambre como
sus últimos vecinos. No era una familia feliz, ni siquiera pen
saban en ello, pero aún así seguían. Sin embargo todo cam
bió para Zoltan cuando en uno de los otoños más fríos que
se recordaban quiso quitarse la vida.
El fnal no es feliz. Zoltan apareció ahorcado en uno de los
tantos árboles de un bosque cercano. Y no se le encontró
hasta tres días después.
Esto podría haber acabado aquí, Zoltan sería alguien más
que se suicidó y tú y yo nunca hubiéramos sabido de él.
Pero hay algo que hace de Zoltan, un zapatero del siglo XVIII,
una persona importante. Su cuaderno de trabajo.
Hasta cinco de los millonarios más importantes de Rusia
admiten haber leído o utilizado lo dicho por Zoltan en su cua
derno de trabajo. Durante mucho tiempo se utilizó esto como
una broma. Como una forma de decir que lo que habían
conseguido no era cuestión de suerte sino por esfuerzo y
dedicación. Sin embargo el cuaderno de Zoltan existía. Exis
te.
¿De qué va este libro?
Si buscas en Google el cuaderno de Zoltan tanto en es
pañol, en inglés como en húngaro o ruso no vas a encontrar
nada. Es una de esas cosas que encuentras por casualidad,
sin darte cuenta, en una entrevista de una revista que ni sa
bías que existía. La misma casualidad por la que tú has en
contrado este libro.
El entrevistado, Erik, que yo pensaba que se apellidaba
Djükivilshe, contaba su técnica millonaria. Una técnica con
un nombre horroroso y que conté en Noseasimbecil.com.
También hablaba de que el cuaderno de trabajo de Zoltan le
había ayudado mucho en su éxito. Ese mismo día me puse
8
a buscar en Google de mil formas tanto a Erik como a Zoltan
y no tuve éxito. Todo lo que sé es lo que saqué de esa en
trevista.
Pregunta. ¿Y quién es exactamente Zoltan?
Respuesta. Zoltan era un pobre desgraciado que en el
año 17..., 1714, se suicidó. Le encontraron a los dos días,
desnudo y con algunas cosas a sus pies: una bolsa de piel,
una moneda de madera, algo de alcohol y un cuaderno de
trabajo. Esa bolsa desapareció y seguramente acabó mal
vendida en algún mercado.
P. ¿Y cómo llegó hasta ti?
R. Estaba en aquella festa en la que tú y yo nos conoci
mos. ¿Te acuerdas? Pues Vitaliy y yo queríamos ganar dine
ro en bienes raíces y me habló de usar el cuaderno de Zol
tan.
P. ¿Y qué pasó?
R. No sabía a qué se refería. «Usar el cuaderno de Zoltan»
es una expresión. Así que no le di importancia.
9
P. ¿Entonces?
R. Entonces, fuimos al salón ese azul que estaba pasan
do la biblioteca y ahí estaba. El puto cuaderno de Zoltan,
desgastado y hecho una mierda.
P. ¿Y qué es lo que tiene el cuaderno?
Esta es mi investigación personal del cuaderno de trabajo
de Zoltan que han utilizado algunos millonarios rusos. Al ser
un cuaderno de trabajo, todo lo que vas a encontrar aquí va
a ser práctico, probado y funcional.
Y eso también signifca que, según la estadística, la mayo
ría de las personas lo leerá, le parecerá algo más o menos
interesante y seguirá con su vida. Las cosas prácticas, sue
len no hacerse cuando se leen en un libro. No hagas eso.
Tienes en tus manos algo que puede cambiar tu forma de
ver el dinero e incluso el dinero que tengas. Es uno de esos
libros para leer más de una vez, buscar matices, ver qué
quiere decir ciertas frases y cómo le puedes sacar más pro
vecho. Es un libro para tenerlo muy presente.
10
Capítulo 1
Quiero que cojas una moneda de un euro. Sí, en serio, un
un euro. Si no tienes suelto, no pasa nada, puedo esperar.
No vuelvas aquí hasta que tengas una moneda de un euro
en la mano. Y no, la de cincuenta céntimos no vale.
Te aseguro que yo he sido siempre el tipo de persona
que no hacía caso a este tipo de peticiones y seguía leyen
do sin parar, y al fnal me he acabado arrepintiendo. Así que,
¡vuelve con un maldito euro antes de seguir! Si no... no te
quejes si no te sirve nada de lo que lees aquí.
12
¿Ya lo tienes? Ya estás listo para conseguir tener el dinero
que quieras.
Lo que te voy a explicar aquí son conceptos del siglo XVIII
muy sencillos y efectivos. No sé cuanto sabrás de econo
mía, de manejar dinero y de crear riqueza pero te pido que
no subestimes nada de lo que lees. Este es otro de mis
grandes defectos que he tenido que corregir: saltarme la
mayoría de cosas por creer que son muy básicas, que ya las
sé o que no son interesantes. Muchas veces se trata más
de cómo se dice algo que de si conoces o no lo que se
dice.
Volvamos con tu moneda. Cuantas más monedas tengas
así, más posibilidades tendrás de conseguir lo que quieras.
Sí, lo repito. Cuantas más monedas tengas así, más posibili
dades tendrás de conseguir lo que quieras.
«El dinero no es lo más importante», «no me voy a obse
sionar con ganar dinero», «no es más rico el que más tiene
sino el que menos necesita». Cuando no piensas que algo
13
es importante, no te vas a esforzar para conseguirlo. Y si no
te esfuerzas para conseguirlo, no lo vas a conseguir.
Y puede que para ti lo más importante sea tu familia, tus
amigos, cambiar el mundo, mejorar las cosas, disfrutar de la
vida, formar una familia o tener una vida tranquila. En todas
ellas, hacen falta monedas. Y cuantas más monedas tengas,
mejor podrás cuidar a tu familia, pasarlo bien con tus ami
gos, cambiar el mundo, mejorar las cosas, disfrutar de la
vida, formar una familia o tener una vida tranquila.
Porque lo primero que tienes que aprender de Zoltan es
que el dinero es un potenciador. Potencia quien eres y po
tencia lo que haces. Así que si eres una mala persona, con
dinero serás peor persona. Y si eres una buena persona,
con dinero serás mejor persona. ¿O es que si tuvieras dinero
de sobra no ayudarías a alguien que lo está pasando mal?
Por tanto, tener dinero, no te hace mala persona, no se lo
estás quitando a nadie, ni eres avaricioso, egoísta y alguien
que deja de lado a las personas que quieren.
14
Imagina que eres fabricante de lápices, y vendes cada
uno a un euro. Ese lápiz se empieza a vender y te lo com
pran un millón de personas. De una semana a otra pasas de
cero a tener un millón de euros. ¿Le has quitado el dinero a
alguien? ¿Eres mala persona por vender lápices? ¿Te has
convertido en egoísta por ello? No. Simplemente has conse
guido reunir muchas monedas, como la que tienes ahora
junto a ti. Y lo has hecho a cambio de algo.
Muchas personas no quieren tener muchas monedas
porque no quieren ser avariciosos. No quieren que por su
culpa otros tengan menos monedas. Pero es un error pensar
que el dinero funciona así. Cuantas más monedas tengas tú,
más monedas podrás cambiar por otras cosas. Al igual que
tú cambiabas un lápiz por una moneda, hay otras personas
que cambian comida por monedas, o un coche por mone
das, o un viaje por monedas. Por tanto, cuantas más mone
das tengas, más podrás repartir esas monedas.
Piensa que si eres tú el que tiene muchas monedas, po
drás repartirlas como más justamente creas. Y piensa que si
15
tú no tienes muchas monedas, dependerás de que otras
personas las repartan de una forma justa. ¿Y por qué vas a
tener que depender de otros en vez de hacerte cargo de tu
propia vida?
Y se trata exactamente de eso, de tu vida. Y de las expe
riencias que puedes potenciar. No todo son coches caros,
yates y mansiones. Tener muchas monedas no signifca te
ner esa vida. Signifca poder descubrir los rincones secretos
de este planeta, ver lugares únicos o probar comidas desco
nocidas. Signifca hacer que en tu vida tengas todo lo que
quieras sin tener que conformarte. Y sí. Eso puede ser tener
una modesta casa, con la persona que amas, disfrutando de
una película y unas palomitas de microondas. Pero también
signifca poder tener unas vacaciones tan brutalmente bue
nas que las recordarás por años. Y las monedas ayudan a
ello.
Por lo que, si tener monedas como la que tienes ahora
potencia quien eres y lo que haces —y además puedes ayu
dar a otros—, ¿por qué debería ser malo que por tus manos
16
pasaran muchas?
No son para quedártelas tú, como quien se queda con un
pastel sin dar a nadie un trozo. Las monedas son para com
partirlas, cambiarlas por otras cosas o dárselas a quien creas
oportuno. Y tú ya tienes la primera.
Busca una caja, un tarro de cristal o incluso un calcetín.
¿Un calcetín? Sí, hasta un calcetín vale para que puedas ac
tuar desde ya. Coge cualquier recipiente y mete tu primera
moneda. La primera de muchas.
«¡Bah!, yo paso, a mí gilipolleces así no me van». No seas
imbécil, y prueba. ¿Es ridículo llenar un calcetín de
monedas? Sí, ¿y qué?
Aquí solo estamos tú y yo, y yo no voy a decir nada.
17
Capítulo 2
¿Tienes ya la moneda guardada en algún lugar donde
quepan muchas más? Espero que sí, porque cada parte es
tan importante como la siguiente. Es algo así como hacer un
tarta por partes. Así que hazlo antes de seguir.
Bien, sigamos. Si conseguir monedas no tiene nada de
malo, porque potencia lo que somos y lo que hacemos, —y
espero que hasta aquí estemos de acuerdo—, tenemos que
saber cómo se mueven las monedas. Porque la economía
es movimiento y una moneda que tienes hoy en tus manos,
19
pasado mañana puede estar en manos del panadero de de
bajo y en una semana puede estar a cientos de kilómetros.
En Economía se conoce como activos y pasivos —este
es uno de esos momentos en los que alguien que ya sabe lo
que son los activos y pasivos cierra el libro y se va, no hagas
el imbécil y sigue aquí—. Pero yo lo simplifco mucho más.
Hay cosas que te dan monedas y cosas que te quitan mo
nedas. Cuantas más cosas de las que te den monedas ha
gas y menos cosas de las que te quiten hagas, mejor te irá.
Si fueras panadero, los ingredientes para hacer pan te
dan monedas. Cenar fuera te quita monedas. Un horno más
efciente, te da monedas. Y un reloj de oro, te quita mone
das.
Cuantas más cosas hagas para tener monedas, más
monedas tendrás y más monedas podrás usar. Parece fá
cil.
Sin embargo, hay un problema en la forma de actuar de la
mayoría de las personas. Tienen un sueldo.
20
¿Y eso es un problema? Viendo los resultados, sí.
Imaginemos un sueldo de mil monedas mensuales. Mejor
un número redondo para que sea más fácil. E imaginemos lo
que una persona haría con esas mil monedas. Las cifras son
solo como ejemplo:
Pagar los gastos de casa: 400 monedas.
Pagar la gasolina: 100 monedas.
Comprar comida: 300 monedas.
Meter en el banco: 200 monedas.
Una pregunta. En esa lista, ¿cuántas cosas, de las que
ves ahí, en vez de quitarte monedas te dan más? Ninguna. Y
es el problema de los sueldos. Se cree que las mil monedas
que ganas mes a mes son para gastarlas o para meterlas en
una caja. Y nunca se utilizan para ganar más monedas con
ellas.
Y así, mes a mes, entran siempre las mismas monedas,
21
pero a su vez las cosas son más caras y necesitas que otras
personas te presten sus monedas.
Ahora tienes más monedas pero te comprometes a ir de
volviendo esas monedas mes a mes, con algunas monedas
extras. Pero, cuando falla la única forma que tienes de ganar
monedas, tu sueldo, y debes dinero, estás en problemas.
Bienvenido a una crisis.
Si en vez de tener una forma de ganar monedas tienes
varias, sería como una mesa llena de patas. Aunque una
pata desaparezca, la mesa seguiría en pié. Quizás la mesa
cogearía, pero daría tiempo a construir una nueva pata. Si,
sin embargo, solo tuvieras una pata, el día que desaparezca
esa pata, la mesa se cae. Y sin esa pata no daría tiempo a
nada. Adiós mesa. Adiós tú.
Pero claro, dile tú eso a un gerente, una profesora o un
telefonista. Una persona que ya tiene una profesión, que
gana sus monedas mensuales y que tiene unos gastos que
pagar sí o sí. ¿Con qué cara le dices que hagan cosas que
22
generen monedas? Ya tienen sufcientes problemas como
para ponerse a pensar en ello. Así que, algunos lumbreras
decidieron aconsejarles a esas personas que invirtieran.
Invertir signifca, y con invertir me refero a cualquier pro
ducto fnanciero que sea rentable, dar tus monedas a al
guien, que las usen como quieran, que tú durante un tiempo
no las puedas usar, y que a cambio te devuelvan tus mone
das y algunas monedas extras. Algo así como prestarle mo
nedas a alguna mafa para que trafque y después te las de
vuelvan con benefcios.
Invertir también puede signifcar comprar partes de empre
sas, de bienes o de países y esperar a que les vaya bien, o
mal, para tu ganar más o menos monedas.
Ambas formas para mí son horrorosas. Y ambas formas
necesitan de bastante dinero y conocimientos para poder
multiplicar monedas. ¿Por qué horrorosas? Porque estas ga
nando monedas a cambio de no ofrecer nada. Y yo no me
sentiría bien teniendo monedas que no me las he ganado
23
justamente. Así que descarta esa opción o al menos no es
peres que yo te apoye con ella.
Entonces, ¿qué solución queda? Empecemos sabiendo
los tres tipos de personas que ganan monedas:
El empleado: Tiene su jefe, su empleo, su horario y su
sueldo.
El jefe: Tiene su empresa, sus empleados y su forma pro
pia de ganar monedas.
El funcionario: Tiene una forma segura y fja de ganar mo
nedas mes a mes.
Según en qué grupo estés, debes actuar de una u otra
forma para hacer cosas que te den monedas.
24
Capítulo 3
El grupo mayoritario suele ser el de empleado. Así que va
mos a empezar por él. Digamos que tienes un trabajo de ca
marero, mecánico, jefa de recursos humanos, ingeniera, di
señadora o vendedor de aspiradoras. Tienes tu sueldo y es
tás a gusto, o a disgusto, ¿cómo consigues más formas de
tener monedas?
Los chinos tienen una forma de hacer esto. Siempre han
tenido la misma forma de hacer las cosas y es algo que han
imitado una gran mayoría de millonarios. Y olvida los prejui
26
cios de chinos esclavizados en precarias condiciones. No
me refero a eso. Me refero a otra cosa.
Los chinos empiezan desde abajo. Quizás en un taller te
jedor, en un bazar, en un restaurante o en una fábrica. Y du
rante todo ese tiempo gastan poco y ahorran mucho. Puede
que no tengan el mejor coche, ni la mejor casa, ni las mejo
res vacaciones, pero todo ello es porque están ahorrando
monedas con un propósito.
Su objetivo es un número determinado de monedas. Y
haciendo cálculos se dan cuenta que quizás son dos, tres,
cuatro o cinco años trabajando ahí para conseguirlas. Así
que mejor que hagan bien su trabajo para que no les echen.
Como pasan tantos días allí, aprovechan para aprender
cómo actúa su jefe, qué cosas hay que hacer para que ese
lugar funcione y acaban volviéndose en expertos mientras
les pagan por su trabajo. Además, de estar tanto allí, acaban
conociendo a mucha gente de ese trabajo.
Pasan los años y ya tienen las monedas que necesitan.
27
Con todo ese dinero, con todo ese conocimiento y con to
dos esos contactos crean su propio bazar, o su propio taller,
o su propio restaurante. Se convierten en jefes del mismo
trabajo del que eran empleados.
Así, a partir de ahora, como jefes, podrán hacer cosas
que generen más monedas.
En tu caso puedes, y deberías, hacer lo mismo. ¿Cuál es
la pasión de tu vida? Hace un tiempo escribí un pequeño
ebook sobre cómo encontrar la pasión de tu vida. Lo tienes
gratis, en el blog, y te va a ser mucho en este punto. Lo pue
des encontrar aquí:
Noseasimbecil.com/cambiarmivida
Pongamos que quieres ser arquitecto. Y empiezas en un
estudio de arquitectura, trabajando para otros. O abogado, y
empiezas de pasante. O ingeniero, programadora, diseñado
ra, cantante, escritor o periodista. Pongamos que quieres ser
lo que sea. Empieza aprendiendo, pero con la vista puesta
en ahorrar, en saber cuantas monedas vas a necesitar y con
28
la vista en conseguir ser el jefe.
Piensa en el largo plazo. ¿Qué es mejor? ¿Algunos años
malos, en los que tengas que apretarte el cinturón a cambio
de muchos buenos en los que tengas las monedas que
quieras? ¿O que todos los años sean iguales y ningún año
sea malo, pero tampoco sea bueno? Puede que mientras
ahorres no puedas tener todo lo que quieres. Pero, con todo
el conocimiento y todas las monedas que tendrás cuando te
vuelvas independiente, te aseguro que será la mejor decisión
que habrás tomado en tu vida.
¿Te acuerdas que hay tres tipos de personas que ganan
monedas? El empleado, que se tiene que convertir en su
propio jefe. El jefe, que ya es su propio jefe. Y el funcionario,
o trabajador público. Sigamos con el jefe.
El que ya es su jefe, y no ha sido empleado —como por
ejemplo puede ser mi caso con el blog, con los libros o con
el canal de Youtube—, lo tiene más complicado. Le falta el
conocimiento. Puede tener las monedas, pero sin conoci
29
miento, es como tirar las monedas a la basura.
Saber cómo ganar monedas con tu trabajo, si nunca lo
has hecho antes, es complicado. Hay dos formas de hacer
lo: probando y fallando o aprendiendo de otros.
Si nunca has hecho pan y te pones a mezclar cosas, en
algún momento, algún día, de algún mes, de algún año, con
seguirás hacer pan. Pero si te compras un libro que enseña
a hacer pan, te acercas a otra panadería o lo buscas en
Youtube, es mucho más fácil que te vaya bien.
Deja las pruebas y tus ideas para cuando tengas mone
das de sobra. Mientras estás empezando, copia lo que les
funciona a otros. Te voy a poner mi ejemplo.
Cuando empecé el blog yo no tenía ni idea de nada. Y
cuando digo nada, me refero a absolutamente nada. Así que
me fjé en blogs que iban rápidos, que estéticamente me
gustaban y que la estructura del blog era la que yo quería.
El contenido era mío, no era de nadie más, no era una
copia, pero la estructura de la primera versión del blog, sí
30
que era una copia de otro. ¿A qué me refero con
estructura?
Qué diseño usar, dónde poner la caja de búsqueda, qué
colores usar, qué tipo de letra era la más adecuada... Yo es
taba empezando, no tenía ni idea, y la mejor forma de apren
der fue imitar esas cosa a otros.
Obviamente lo que yo escribía no. Eso era mío y solo mío.
Pero el calendario de escritura sí que era el de otros blogs
famosos. Yo por aquel entonces no sabía que los lunes, por
ejemplo, son mejores que los miércoles para escribir. O que
un sábado a las seis de la tarde no es la mejor hora para pu
blicar un artículo si quieres que lo vean. Eso se aprende ob
servando. Viendo lo que hacen las personas que sí saben.
Claro que tienes que poner tu sello, tu forma de hacer las
cosas, y tu criterio. Pero debes hacerlo con tu experiencia. Y
como al principio no tienes experiencia, solo te queda confar
en la gente que sí la tiene.
¿El truco? Cada vez que te hagas una pregunta de cómo
31
se hace algo, busca cómo lo hace alguien que sabe. Sea lo
que sea. Y una vez sepas cómo lo hace, ¡cópiale!
No te sientas mal por ello. No signifca que te pases toda
la vida copiando. El blog y lo que hago, hoy por hoy, está di
señado totalmente a mi manera. Y me siento mucho mejor
conmigo mismo por hacerlo así. Pero, para llegar a este pun
to, tuve que copiar. Y no me avergüenzo de ello.
¿Y los funcionarios? ¿Te has olvidado de ellos? No, no
me he olvidado. Sin embargo, este grupo tiene un problema.
Su jefe es el Estado. No puedes ser el jefe en este caso. Un
juez seguirá siendo juez. Un médico seguirá siendo médico.
Y un profesor seguirá siendo profesor.
En este punto Zoltan deja un vacío. Los funcionarios tie
nen la suerte de tener un sueldo, y la desgracia de que las
monedas que tienen cada mes son las que van a tener. Por
tanto, no. Un funcionario como tal no puede, con su trabajo,
hacer más cosas que den monedas en vez de quitarlas. Así
que, la única solución que tiene un funcionario, es, tener otro
32
trabajo donde él sea el jefe, o cambiar su trabajo por otro en
el que sea el jefe.
Y sí, escribir libros de medicina también es otro trabajo
donde un médico funcionario acaba siendo su propio jefe.
¿El motivo de porque debes ser el jefe? Los jefes tienen
empleados, los empleados te ayudan en tu trabajo y la ayu
da hace que tengas más formas de ganar monedas.
Si has creado la mejor limonada de la historia, quizás ne
cesites pagar a otras personas para que te ayuden a exprimir
limones. Incluso que eso lo hagan ellos para que tú tengas
tiempo de negociar con lugares donde vender tus limona
das.
Y quizás gracias a ese tiempo también puedas crear el
mejor zumo de naranja de la historia. Y pronto tengas toda
una gama de bebidas deliciosas con cientos de puestos de
trabajo, divisiones, y patas de la mesa.
33
Capítulo 4
¡Basta de teoría! Los conceptos de los tres primeros capí
tulos son fundamentales, porque son conocimiento. Pero el
conocimiento sin práctica no sirve para nada. Así que empe
cemos con la práctica.
Durante todo este libro he usado la palabra moneda. Y lo
he hecho porque las palabras son muy importantes. Imagina
cien monedas. En montañitas, sin que se caigan, todas en
una mesa. Ahora imagina cien euros. Un billete, verde, no
muy grande y que puede doblarse para que ocupe menos.
35
Una de las cualidades de las personas que más monedas
tienen, es la de saber el valor del dinero. Y la mejor forma de
saber el valor del dinero es visualizar los euros como mone
das. Así, cien euros no serán simplemente un billete verde
que puedes gastar. No. Cien euros son cien monedas, que
ocupan bastante y que te ha costado conseguirlas. Úsalas
con conocimiento.
Volvamos a tu moneda. Esa moneda que tienes en un
calcetín, en un tarro o en algún lugar donde deben caber
muchas más. Tu objetivo a partir de ahora es multiplicar esa
moneda. ¿En cuantas monedas? En diez monedas.
Tu siguiente objetivo es conseguir diez monedas. No tiene
que ser ahora, ni con un plazo determinado. Se trata de pa
sar de la mentalidad de ahora, a la mentalidad de un conse
guidor de monedas. Y, como hablamos al principio, eso no
signifca que seas una mala persona, ni que se las robes a
nadie.
El ejemplo típico, y real, es el de comprar limones con ese
36
euro, hacer limonada y venderla en el barrio. Y ya que ese
no lo vas a hacer, puedes hacer fotocopias de carteles don
de te ofrezcas para dar clases de matemáticas, comprarte
una bolsa de plástico y ponerte a recoger tapones y latas
para reciclar o tomarte un café mientras escribes un libro.
Este último es mi caso. Mi forma de conseguir monedas,
y poder invertirlas en el hosting y en la Biblioteca Nacional,
es mediante este Pack de Motivación. Gracias a tu ayuda,
puedo conseguir monedas, y con esas monedas, hacer me
jores cosas, y haciendo mejores cosas, ayudarte más a ti.
Puede que te siga pareciendo difícil y lo acabes no ha
ciendo, olvidando este libro y diciendo que esto no funciona.
Así que te voy a dar más ideas para que no tengas la excusa
de que no se te ocurre nada.
Yo me he encontrado quien ha cambiado monedas por
apuntes ya fotocopiados, resumidos, subrayados y listos.
Me he encontrado quien ha dado clases de guitarra eléctrica
a sus amigos a cambio de algunas monedas. Quien se ha
37
comprado una maquinilla para rapar el pelo también por al
gunas monedas. Pintado casas, ayudado en mudanzas,
conducido como chofer o vendido su propia ropa.
Sea cual sea la forma, tienes que encontrar una forma.
Este es el momento en el que otra persona no lo puede ha
cer por ti. Es el momento en el que no puedes escaquearte
y esperar a que por suerte lo consigas sin más. No. Te tie
nes que arriesgar. Y con la actitud adecuada.
Las personas reales que han hecho todo lo que te he
contado arriba, lo han hecho sin pensar que estaban hacien
do nada malo. Sin vergüenza por pedir monedas a cambio
de algo que ha tenido esfuerzo, tiempo y dedicación. Sin
que les tiemble la voz, tartamudeen o hablen para su hom
bro. Y, sobretodo, haciendo que el precio sea justo.
Y la mejor forma de encontrar un precio justo es haciendo
que sea más bajo del que crees que te mereces.
Este ejercicio lleva años y años enseñándose a los hios
de la gente con muchas monedas. Y a veces es conocido
38
como el ejercicio del reloj de oro. Según cuentan, uno de los
hombres con monedas más conocidos de Estados Unidos
tuvo que viajar a Japón por trabajo. Estando allí, le compró a
su hio un precioso reloj de oro que nunca había visto.
El niño, con 78 años, cambió ese reloj a alguno de sus
compañeros al ser lo último en Japón. Y lo hizo a cambio de
algunas monedas más de lo que costaba el reloj.
Habló con su padre y le dio las monedas de ese primer
reloj para que le trajera otro. Y lo hizo diez veces. Con las
monedas que le sobraron, el niño, pudo comprarse su reloj.
Se lo había ganado.
Con este ejercicio tu mente empieza a cambiar, y la men
te lo es todo. Pero para que funcione, tienes que ir un poco
más allá de las diez monedas. Y ahora te voy a explicar por
qué.
Una vez tengas diez monedas, tu siguiente objetivo son
cien monedas. Es decir, multiplicar cada una de esas diez
monedas, otra vez, por diez. Y una vez tengas cien mone
39
das, debes volver a multiplicarlas por diez. Para tener mil mo
nedas.
Si de una moneda, consigues llegar a mil, has consegui
do pasar de alguien que gasta a alguien que gana. Y con
ello, poder utilizarlo en tu trabajo.
Si un panadero tiene esa mentalidad puede pasar de ven
der barras de pan desde su panadería —que sería tener una
mesa con una sola pata—, a ofrecer pan caliente a domicilio
por las mañanas para poder hacer tostadas con pan recién
hecho en vez de usar pan achiclado del día anterior.
Y la única forma de tener esa mentalidad es cogiendo la
moneda que tienes ahora guardada y multiplicarla.
40
Capítulo 5
Uno de los rusos que ha usado el cuaderno de Zoltan
ganó muchas monedas comprando casas.
Las reforma, las convierte y acaban dejando de ser casas
normales y pasan a ser casas de superlujo. Y todo empezó
con su propia mano de obra y una casa abandonada.
Te cuento esto porque no todo acaba cuando consigues
mil monedas. Ese es el entrenamiento para el principio. Y el
principio comienza ahora.
Hasta este capítulo mi misión era que no vieras el dinero
42
como algo malo, que supieras que hay cosas que te dan
monedas y cosas que te las quitan, que cuantas más cosas
hagas que te den monedas mejor, que para ello tienes que
ser el jefe de tu propio trabajo y que, sobretodo, tienes que
tener una mentalidad de multiplicar tus monedas.
En este punto, Zoltan habla de que hay personas que
aunque sepan esto nunca actuarán. Que se pondrán tram
pas mentales, pondrán excusas o pensarán que ellos no son
capaces. Y no quiero que te pase a ti. Si no sabes mi histo
ria, yo empecé como chico de los recados de los “gurús” y
vende motos más importantes de España. Y después de co
nocer a muchas personas que querían conseguir cosas, y
cuando digo muchas me refero a más de mil, me fjé en que
la mayoría se boicoteaba a ellos mismos.
Para que eso no te pase, hay ciertas normas que utilizan
de forma estricta la gente con muchas monedas que han leí
do el cuaderno de Zoltan.
Los comienzos son cutres, feos, difíciles y poco glamu
43
rosos. Uno de los hombres con más monedas de Rusia em
pezó reformando una casa abandonada con sus propias
manos. Y no, no era una casa heredada. Ni tampoco era
una casa que justamente tenía delante de sus narices. No.
Pasaron meses hasta que encontró una casa que pudiera
quedarse, que cumpliera la ley, que nadie la fuera a reclamar
y que estuviera en un lugar atractivo. Después le tocó en
contrar materiales que pudiera transformar, viejos muebles
que pudiera restaurar y sistemas propios de que todo funcio
nara como él se imaginaba.
Pero no solo eso. También tuvo que comerse sus nervios,
su vergüenza y su carácter introvertido para moverse por
ambientes selectos con un traje falso de una marca cara.
Estaba decidido en que eso tenía que funcionar sí o sí. Cos
tase lo que costase y arriesgando lo que tuviera que arries
gar.
Los miedos, la inseguridad y las tonterías no tienen ex
cusas válidas. Zoltan solo dice una frase sobre este tema:
no pensar en ello. «Pero... ¿y si sale mal?», «yo no puedo
44
hacer eso», «no me atrevo», «no soy capaz». Deja de pensar
eso. Simplemente, no pienses. Deja la mente en blanco. Ac
túa. Y si en ese momento te vas a quedar bloqueado. Ve
preparado. Imagina que tienes que hablar con alguien impor
tante para que apoye tu proyecto. Deja de pensar todo lo
que puede salir mal y hazlo. Y si crees que no te van a salir
las palabras, o no sabes qué decir, ¡prepáralo! Mira cómo lo
hacen otros, ponte delante de un espejo, busca las mejores
frases y apréndelas. Haz que suene natural.
Cada mes tienes que ganar más monedas. Si siempre
ganas las mismas monedas, tus gastos siempre tendrán que
ser los mismos. Y por tanto, no avanzarás.
Por eso tu exigencia tiene que ir en aumento. Si seguimos
con el ejemplo ruso, tras la venta de la primera casa, en vez
de comprarse coches y relojes caros, compró tres casas y
contrató a varios primos para tardar ocho meses en reformar
cada una de ellas y ponerlas a la venta. Empezaban a ser
casas de autor, con una frma y un estilo propio. Y aunque
valían muchas monedas y podía conformarse, este ruso,
45
siempre, quería ir a por más.
Una parte de monedas importante debe ir para ayudar a
otros directamente. Y cuando se habla de una cantidad im
portante, debe ser una cantidad que te cueste. Mes a mes.
El motivo es que la gente con monedas tiene un papel im
portante en la sociedad. Son quienes pueden ayudar a otros
a mejorar, a conseguir más monedas, a crecer como perso
nas y a tener una vida digna. Y, además, le hacen tener los
pies en la tierra y pensarse dos veces si es mejor usar sus
monedas en comprarse una piada o en que hoy coma otra
persona. Y no es demagogia.
Debes ser el mejor en lo que haces y para ello trabajar
mejor que nadie. El mundo es un lugar competitivo. Podría
ser de otra forma, pero es como es. Y hay mucha gente que
por unas monedas hará lo que sea para que tú no las ganes.
No todo el mundo es gente buena. No todo el mundo son
personas que juegan limpio. Y cuando has puesto esfuerzo,
dedicación y empeño en conseguir algo, sea lo que sea, no
46
puedes relajarte. Incluso puede que venga gente mejor que
tú a quitarte tu puesto, tu trabajo, tu vida.
Por eso siempre tienes que tener la mentalidad del segun
do. En cualquier competición, el segundo, pelea por ser el
primero. Hace lo imposible, porque lo tiene tan cerca, que
no puede relajarse ni un segundo. El primero, como se crea
primero y se relaje, nunca más será el primero. Y, lamenta
blemente, cuando uno pasa de ser segundo a ser primero,
muchas veces se olvida de todo lo que hizo para llegar hasta
ese puesto.
47
Capítulo 6
Defende tus monedas. Lo repetiré una vez más. Defende
tus monedas. Llegará un momento en el que tendrás mu
chas monedas y como dicen los estadounidenses «more
money, more problems».
Cuantas más monedas tengas más personas querrán
aprovecharse de ti, más imbécil te podrás volver y más rápi
do podrás acabar siendo pobre y sin nada.
Es por eso por lo que a la gente que le toca la lotería aca
ba igual o peor a antes de tener tantas monedas. Es por eso
49
que hay tantos niños ricos que acaban arruinando a genera
ciones enteras por no haber aprendido a defender sus mo
nedas. Y es por eso por lo que te tienes que saber defen
der. Sin excusas.
Para que no te pase, hay algunas cosas que recomienda
Zoltan hacer desde el día uno:
Ser consciente. Tienes que ser consciente de lo que te
cuesta conseguir cada moneda. Tienes que sentir el esfuer
zo, los nervios y el cansancio. Tienes que prestar atención
de como vas consiguiendo las monedas día a día. Así, cuan
do alguien te pida monedas, cuando quieras gastarlas en
tonterías o cuando peligren, estarás mucho más alerta.
Seguir tus reglas. Sáltate cualquier norma en la vida que
quieras, pero no las que tienen que ver con tus monedas.
Los impulsos son la primera causa de que la gente se arrui
ne. Si has decidido no gastar más de mil monedas este
mes, no gastes más de mil monedas. Por mucho que quie
ras un coche nuevo, un reloj o irte de viaje. Si eres fel a tus
50
principios, las monedas irán a mas. Y siempre hay tiempo
para conseguir todo lo que quieras, pero en su momento.
Nada de azar. Los asiáticos son muy de jugar al azar,
perder mucho dinero y acabar borrachos y con ganas de
suicidarse. Los casinos, las cartas, los dados, la lotería son
robamonedas. Sí puede parecerte algo muy divertido, te
puede entretener pero este, y cualquier otro vicio, te roban
las monedas que podrías estar disfrutando.
Porque al fnal, cuando seas viejo, de lo que te vas a
acordar será de las cosas increíbles que hiciste con tus mo
nedas y no de los billetes de lotería que compraste inútilmen
te. O de las veces que perdiste a la ruleta.
Cuidado con tu entorno. Hay dos tipos de personas que
se te juntarán cuando empieces a tener monedas. Por un
lado, quienes directamente las quieran y te lo pidan. En este
caso podrán usar cualquier excusa, argumento o chantaje
emocional para que tú cedas y se queden con unas mone
das que no se han merecido.
51
Y por otro lado, quienes sutilmente van robándote mone
da a moneda hasta que te quedas sin nada. Que si una
cena gratis por aquí, que si haces un regalo demasiado caro
en un cumpleaños, que si te hago ver que estoy mal de di
nero, que si ojala pudiera permitirme eso... Al fnal, cada vez
tienes menos monedas y más trabajo.
No ser imbécil. Que las monedas no se te suban a la ca
beza. Cuando empiezas a gastar las monedas en cosas ab
surdas, y que ves totalmente normal, es el momento en el
que te estás volviendo imbécil. La opulencia no te hace me
jor persona, ni llenará un vacío de pobre.
Tener diez coches es una imbecilidad, por mucho que di
gas que eres un apasionado de ellos. Y por mucho que ten
gas monedas de sobra para ello.
Con esas mismas monedas podrías cambiar la vida de
miles de personas y, al fnal, lo que te llevarás contigo será el
sentimiento de haber hecho las cosas bien y no los diez co
ches caros que te habrás comprado.
52
Aplastar. Si alguien intenta quitarte lo más preciado, no
vale con buenas palabras. La única solución es aplastar a
quien quiera arrebatarte tu puesto.
Cuanto más éxito tienes, más fácil es que quieran acabar
contigo. Sea en el trabajo que tengas, sea en la vida que
tengas o sea en lo que estés haciendo. Hay gente mala en
el mundo que quiere arrebatarte la felicidad. Y la única forma
de ahuyentar a otras personas que intenten lo mismo es
aplastar a tus enemigos.
Sí, enemigos. Es una de esas cosas que cuando estás
empezando y no tienes tantas monedas ves como algo de
fcción. Algo que solo sucede en los libros y que nunca te
sucederá a ti. Puedes seguir creyendo así, es una buena op
ción. Pero, si un día encuentras a alguien que intente acabar
contigo, piensa en este momento. Piensa en esto que estás
leyendo ahora mismo. Piensa en todo lo que te ha costado
llegar hasta donde estés. Y una vez hayas pensado todo
eso, no pares hasta destruir a esa persona.
53