el carácter de un min

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  • EL CARCTER DE UN MINISTRO

    Un anlisis teolgico, etimolgico, histrico, y con-

    temporneo sobre cul debe ser el carcter de un ministro (pastor, lder, obispo, anciano, dicono).

    Juan C. de la Cruz Vargas

  • Copyright 2012: Juan C. de la Cruz Todos los derechos reservados para esta edicin [email protected]

    Edicin: Dr. Juan Carlos de la Cruz Imagen de la portada: Mauricio Brito Revisin de Contenido: Dr. Boyce D. Whitman (PhD)

    Traduccin del ingls al castellano: Johan Guzmn Castro, Joel Quezada Martich y J.C. de la Cruz Vargas Revisin gramatical y de estilo: Menorca Gerez

    ISBN: 9781481878234 Primera edicin.

  • ABREVIACIONES Y SMBOLOS USADOS

    ABREVIACIONES a.C.: Antes de Cristo. Adv.: Adverbio. ASV: Biblia: American Standard Version. AT: Antiguo Testamento. AV (VA): Versin Autorizada de la Biblia. BLA: Biblia Latino Americana. BLS: La Biblia en Lenguaje Sencillo Cap.: Captulo. cf.: confirme en. Comp.: Compare. DHH: Versin Dios Habla Hoy (una parfrasis de la Biblia) d.C.: Despus de Cristo. Dr.: Doctor. DTS: Seminario Teolgico de Dallas (Dallas TheologicalSeminary). Ed.: Edicin o Editorial. EE.UU.: Estados Unidos de Amrica. ESV: versin de la Biblia English Standard Version. Etc.: et ctera. Eur.: Europa. Fr.: Francs (francesa). GK: Goodrick-Kohlenberger. Gr.: Idioma Griego. Ibidem (Ibid).: la misma referencia anteriormente dada. ing.: ingles (idioma ingls) KJV: Biblia: King James Version. L: Lengua (idioma). LBLA: La Biblia de la Amricas. Lit.: Literalmente. LS: Biblia en Lenguaje Sencillo. LXX: Septuaginta (Versin Griega del Antiguo Testamento realizada en Alejandra por judos entre los aos 250 al 150 a.C.) m: masculino. med.: medieval (del medio evo)

    iii

  • Metaf.: Metfora o metafrico. n n: nombre o neutro. nom: nombre. NLT: New Living Translation (Nueva Versin Viviente). NT: Nuevo Testamento. NVI: Nueva Versin Internacional. NVV: Nueva Versin Viviente. p. e. o p. ej.: por ejemplo. R.D.: Repblica Dominicana. RV: Versin Reina Valera de la Biblia. RVA: Reina Valera Actualizada. RVR: Reina Valera Revisada (suele aparecer con el ao de revisin como RVR60, revisin 1960, etc.) TDNT: Diccionario Teolgico del NT (Theological Dictionary of the New Testament). TDNTA: Diccionario Teolgico del NT en un volumen (Theological Dic-tionary of the New Testament, Abridged in One Volume). ThD (THD): Doctor en Teologa. The Message: Una parfrasis de la Biblia en ingls, el mensaje (a paraph-rase of the Bible text). TR: Textus Receptus (manuscrito del NT Griego antiguo). Pg(s): pgina(s). PhD: Doctor en Filosofa. Sig.: Significa.

    SWBTS: South Western Baptist Theological Seminary (Seminario Teol-gico del Suroeste de Estados Unidos, ubicado en Fort Worth, TX). USA: Estados Unidos de Amrica. v.: Verso (versculo). vv.: Versos (versculos). Vol.: Volumen. Vols.: Volmenes.

    Abreviaciones y smbolos iv

  • SMBOLOS : Copyright: Derecho de Autor.

    ALFABETO GRIEGO

    Maysc. (Unciales)

    Mins- cula

    Nom- bre

    Translitera- cin

    Sonido

    alfa a mar

    beta b bota

    gamma g guerra

    delta d donde

    psilon e helado

    zeta z sumbido

    eta e rey

    o theta z (thinglesa) zorra

    iota i qumica

    kappa k kterin

    lambda l lmina

    mu m mano

    nu n no

    xi x axioma

    omicron o foro

    pi p pie

    rho r rana

    () sigma s sanar

    tau t tapa

    upsilon u rudo

    phi f fila

    chi c elkhorn

    psi ps psiclogo

    omega o hoyo

    Abreviaciones y smbolos v

  • TABLA DE CONTENIDO

    TEMA PG. ABREVIACIONES Y SMBOLOS USADOS iii

    CONTENIDO vii

    AGRADECIMIENTOS xiii

    PRLOGO (Por el Dr. Boyce David Whitman) xiv

    INTRODUCCIN xv

    Captulo Uno SOBRE EL CARCTER 1

    HEBREOS 1:3 3

    CONCLUSIN PARTICULAR 6

    Captulo Dos UN ANLISIS DEL MINISTERIO EN LA BIBLIA 7

    EL MINISTERIO 7

    UNA DESCRIPCIN BBLICA DE LA PALABRA MINISTERIO 11

    EL TRABAJO QUE HACEMOS COMO MINISTROS DEBE SER EN LAS FUERZAS DEL SEOR 13

    Captulo Tres UN REGISTRO HISTRICO DE LO QUE HAN DICHO LOS MINISTROS CRISTIANOS SOBRE EL CARCTER 17

    Policarpo (69 115) 18

    Juan Calvino (1509 1564) 18

    John Bunyan (1628-1688) 19

    vii

  • Richard Baxter (1615-1691 ) 21

    Dr. Daniel Wilson (1778 1858) 21

    Dr. Willian H. DeLancey (1797-1865) 24

    Arthur W. Pink (1882 1952) 28

    Dr. Martyn D. Lloyd-Jones (1899 1981) 28

    Dr. John R. W. Stott (1921 2011) 30

    Dr. John Richard 31

    Dr. John MacArthur Jr. 32

    Dr. Erwin Lutzer 32

    Derek Prime 33

    Dr. Brian Chapell 34

    Jerry Bridges 35

    Dr. Charles R. Swindoll 36

    CONCLISIN PARTICULAR 37

    Captulo Cuatro

    LO QUE PIENSAN LOS PASTORES DE HOY RESPECTO DEL CARCTER DE UN MINISTRO 39

    Dr. Duane Litfin 40

    Alexander Strauch 40

    Dr. Miguel Nez 41

    Dr. William Brown 42

    Rolando Otoniel (Otto) Snchez 43

    Dr. George W. Murray 44

    Wayne Riddering 45

    Dr. Ron Blue 45

    Jos Malln Malla 45

    Peter Percy 46

    Hctor Salcedo 47

    Dr. Bezalem Fisseha 47

    Dr. Jerry Stanley Key 48

    Contenido viii

  • Ndayegamiye Manasse 48

    Mateusz Wichary 49

    Dardo Leandi 50

    Jack 50

    Anonimo 51

    ALGUNAS CONCLUSIONES 52

    Captulo Cinco

    EL MINISTERIO PASTORAL COMO UN TIPO ESPECIAL DE SERVICIO 53

    TEOLOGA DEL MINISTERIO PASTORAL 53

    ANLISIS DE LAS CONSIDERACIONES DE ALEXANDER STRAUCH SOBRE EL MINISTERIO PASTORAL 54

    CONSIDERACIONES DEL DR. JOHN R. W. STOTT SOBRE EL MI-NISTERIO PASTORAL 59

    ALGUNAS CONSIDERACIONES DEL DR. JAY E. ADAMS SOBRE EL PASTOREO 71

    OTRAS PERSPECTIVAS ORTODOXAS 74

    Captulo Seis

    EL CARCTER DE JESS COMO EL GRAN EJEMPLO 83

    HEBREOS 1:3 83

    FILIPENSES 2 85

    MATEO 4:1-11 88

    Captulo Siete

    LAS ENSEANZAS DE JESS SOBRE EL CARCTER QUE DIOS DEMANDA DE SUS MINISTROS 95

    MATEO 20:20-21, 25-27 96

    MATEO 23:2, 5-12 97

    EL CDIGO TICO DE JESS PARA SUS MINISTROS (MAT. 5-7) 102

    Contenido ix

  • Captulo Ocho

    SOBRE LAS BIENAVENTURANZAS, LA ENSEANZA DE JESS MS ESPECFICA SOBRE EL CARCTER 117

    UNA PANORMICA GENERAL 118

    UN MENSAJE DE BENDICIN 119

    EL CARCTER QUE DIOS QUIERE EN SUS SIERVOS 121

    ALGUNAS CONCLUSIONES 129

    Captulo Nueve

    ALGUNAS REFERENCIAS ANTIGUOTESTAMENTARIAS SOBRE EL CARCTER 131

    LA VIDA DE MOISS Y EL CARCTER QUE EL DEBA BUSCAR EN LOS MINISTROS 131

    EL ENTENDIMIENTO ESPIRITUAL DEL SALMISTA ACERCA DEL CA-RCTER QUE DEBE DISTINGUIR A UN HOMBRE DE DIOS 134

    Captulo Diez

    ALGUNAS REFERENCIAS DEL NUEVO TESTAMENTO SOBRE EL CARCTER 139

    UN LISTADO DE LAS CARACTERSTICAS 139

    II TIMOTEO REFLEJA LAS LTIMAS PALABRAS DEL APSTOL PA-BLO A SU HIJO Y PUPILO TIMOTEO 142

    EL OFICIO DE UN MINISTRO CRISTIANO ES UN REFLEJO DE SU CARCTER (I TIMOTEO 6:6-16) 144

    COMO HA DE TERMINAR LA VIDA DE UN HOMBRE DE CA-RCTER (2 TIM 4:9-22) 147

    Captulo Once

    EL EJEMPLO MINISTERIAL DE PABLO Y SU EQUIPO 149

    EL PREDICADOR Y LA PREDICACIN QUE DIOS APRUEBA (1 TESALONICENSES 2:3-4). 150

    ENTENDIENDO EL TRASFONDO HISTRICO DE 1 TESALONICEN-SES 2:3-4 152

    PUREZA EN LA PREDICACIN (V.3) 155

    UN PREDICADOR APROBADO (V.4) 158

    A MODO DE CONCLUSIN: LA MANERA CORRECTA DE PRE-DICAR EL EVANGELIO (1 TES 2:5-8) 163

    Contenido x

  • Captulo Doce

    LA NATURALEZA DEL CARCTER CRISTIANO 165

    EL ORIGEN DEL CARCTER NATURAL 169

    EL ORIGEN DEL CARCTER SANTO 170

    Captulo Trece

    CULTIVANDO EL CARCTER 173

    LA TRANSFORMACIN DEL CARCTER DEL MINISTRO CONFOR-ME AL DE JESS

    175

    CUIDANDO EL CARCTER 176

    TU RESPONSABILIDAD EN EL CUIDADO DEL CARCTER 181

    CONCLUSIONES GENERALES 187

    TODO SOBRE EL CARCTER DE UN MINISTRO CRISTIANO 188

    LA NICA Y CORRECTA MOTIVACIN AL EJERCICIO MINISTERIAL 192

    EL ESTNDAR QUE DIOS REQUIERE EN EL CARCTER 193

    LA MANERA BBLICA DE EVALUAR A LOS MINISTROS DEL EVAN-GELIO 194

    EL CONOCIMIENTO BSICO QUE DEBEMOS BUSCAR EN UN MI-NISTRO DEL EVANGELIO 197

    NOTAS Y REFERENCIAS CITADAS 199

    BIBLIOGRAFA 207

    BIBLIOGRAFA CITADA 207

    SERMONES Y CONFERENCIAS CONSULTADAS 209

    DICCIONARIOS, LXICOS, Y CONCORDANCIAS USADAS 210

    Contenido xi

  • AGRADECIMIENTOS

    Quiero especialmente agradecer:

    1. A Dios, sobre todo, por permitirme conocerle verdaderamente 2. A mi esposa Anabel y a mis dos hijos Christopher y Carlos, por haber

    sido tan pacientes cada vez que les rob de su tiempo conmigo debido a esta investigacin.

    3. A mi amada y paciente Iglesia Bautista Nueva Jerusaln de Bonao. 4. A los doctores Boyce y Doris Whitman por su gran motivacin a mi

    persona, mi familia y ministerio. Ustedes son una pieza especial en mi familia.

    5. A RREACH (Ramesh Ricard Evangelism and Church Health) y al Dr. Ramesh Richard por su apoyo proveyendo una gran plataforma en el GPA (Global Proclamation Accademy) y su red de pastores que tre-mendamente colaboraron con este trabajo. Y tambin por la gran oportunidad que me concedieron de poder estar en el GPA/DTS 2012, donde recib un entrenamiento inolvidable, a la vez que conexiones de oro para mi ministerio en general.

    6. Gracias a la bibliotecaria (y dems autoridades) del Seminario Teol-gico de Dallas que sin ser yo estudiante formal me permitieron con-sultar sus recursos en la biblioteca in situ.

    7. A pastores como Miguel Nez, Otto Snchez, Wayne Riddering y al resto de los pastores, y tambin a los doctores en teologa y escritores prolferos, quienes a pesar de sus demasiadas ocupaciones respondie-ron mis preguntas que han sido de suma ayuda en esta obra

    8. A todos los que de una u otra manera colaboraron en este proyecto cuyos nombres aparecen en algn lugar del libro. Quiero mencionar en este rengln muy especialmente a Boyce Whitman, Janes Purtle, Joel Quezada, Johan Guzmn y a Menorca Gerez, quienes se concen-traron en con el texto para que adquiriera el grado de significado y elegancia que porta.

    Estoy profundamente agradecido a todos ustedes. Que el Seor sea quien os recompense conforme a sus riquezas en gloria por haberme ayudado en este proyecto.

    A Dios sea la Gloria por todo lo que ha hecho por siempre y siempre. Amn!

    xiii

  • PRLOGO

    Muchos libros han sido escritos sobre la predicacin, pero muy pocos han sido escritos, en toda la historia, que traten sobre el carcter del predicador como el Dios de la Biblia lo describe. Alguien dijo: tu carcter es quien t eres cuando nadie ms est cerca de ti que pueda conocerte o reportar tus actitudes o acciones.

    Conociendo la verdad y poseyendo un entendimiento correcto de las demandas de la verdad fundamentada en la fe Cristiana. Ese conocimiento y fundamento ser siempre atacado mientras perdure a lo menos una voz que cuestione la Palabra de Dios.

    Juan Carlos ha razonado el verdadero significado de la palabra carcter, desde Gnesis hasta Apocalipsis, para darnos a conocer la pala-bra de Dios respecto al carcter del predicador. Tambin habiendo estudia-do el carcter del gran Predicador-Maestro, nuestro Seor Jesucristo, como se encuentra en la palabra de Dios revelada a travs de su propio Hijo.

    El carcter, acorde a como nos lo presenta la Biblia conforme a este libro de Juan Carlos no est definido ni por el dinero, ni por la fama, ni por la educacin, ni por el estatus, etc., sino que el carcter ha de ser el de ser-vicio, como nos model nuestro Seor Jesucristo.

    Es aqu donde las iglesias deberan observar los requisitos para el pastor-predicador-siervo que dirigir sus rebaos. Son una predicacin y un discipulado dbiles que nos han guiado a formular un currculo inco-rrecto con miras a seleccionar nuestros lderes cristianos basados en su escolaridad, sus ttulos obtenidos, sus habilidades administrativas, los sala-rios requeridos, etc.

    Esta investigacin estuvo verdaderamente arraigada en la recta convic-cin mental del pastor Juan Carlos que lo llev a ver qu dice la Biblia sobre el tema. Aplaudo este esfuerzo en procura de mantener la verdad de Dios siempre en frente nuestro, denunciando a la vez la distorsin de aque-llos que estn dispuestos a negociar la verdad de Dios mientras procuran ponerse ellos como autoridades superiores, incluso sobre la palabra de Dios y el regalo de salvacin a travs de su Hijo Jesucristo.

    Boyce David Whitman, PhD. Pastor de la Iglesia Bautista de Gap Hill, Carolina del

    Sur (por ms de 50 aos). Septiembre, 2012. Six Mile, Carolina del Sur, EE.UU.

    xiv

  • INTRODUCCIN

    Soy un ministro del evangelio por llamamiento. Por ello, tengo una gran responsabilidad con mi propia alma de ser leal a mi Seor, quien me llam, y no solo eso, sino que me equip con las herramientas necesarias para ser-virle y poder proclamar su glorioso Evangelio.

    En este orden, procur serle agradable y fiel. Por lo que me intriga sa-ber lo que debo conocer para ser ese buen siervo de Cristo que fui llamado a ser. Me sentira honrado si al final puedo escuchar de mi Seor las pala-bras: Bien buen siervo y fiel, en lo poco has sido fiel, en lo mucho te pon-dr; entra en el gozo de tu Seor.

    En lo que a m respecta me he convencido de que la labor del ministro de Cristo es ser un buen y fiel siervo de Jesucristo. Una vez le una frase escrita, si mal no recuerdo, por el pastor John MacArthur que rezaba algo as: Los seminarios usualmente no imparten una materia sobre el carcter del pastor, debera incluirse una materia as en sus currculos. En el mis-mo tenor la Confesin de Fe de la Iglesia Bautista Internacional en Santo Domingo establece como un principio no negociable lo relacionado con el carcter al contener: El carcter es ms importante que el talento. Siem-pre escuchaba la palabra carcter, as: el carcter de un creyente el ca-rcter de un lder liderando con carcter, etc.. MacArthur estaba en lo cierto sobre ese hoyo en la enseanza de las academias y seminarios cris-tianos. Mi dificultad no es con los seminarios, mis interrogantes son res-pecto de las iglesias. No es una falta solo de los seminarios el ignorar el carcter como algo que debe ser abordado y enfatizado, pero las iglesias tampoco tienen un currculo para trabajar con el carcter de sus oficiales y miembros.

    Las estadsticas (y me estoy enfocando especialmente en las presenta-das por R. Kent Hughes en su libro: La Disciplina de un Hombre Piado-so), son funestas y escalofriantes. Los estndares para seleccionar pastores en las iglesias, en general, son muy deficientes, muy alejados del nfasis bblico. Difcilmente se enfoquen en el carcter. Los ministros deben con-centrar sus esfuerzos en tres reas: carcter (ser), pericia Biblia (saber), y dones o habilidades (hacer). Richard L. Mayhue escribi que 1 Timoteo 3:2-3 presenta cinco escenarios principales para examinar un ministro, a saber:

    carcter, comportamiento, capacidad, credo y compromi-

    so.1

    xv

  • Richard L. Mayhue,2 reconoce que en todas las pocas, incluso en la era apostlica, ha existido y existe una lucha por la identidad de la iglesia, de igual modo que se pugna sobre el rol pastoral. l describe esto como una crisis de identidad.3 Citando a Culbertson y a Chippee, escribi:

    La teologa pastoral es en general un campo bien defini-do el componente en el proceso de formacin del carc-ter clerical aparenta ser igualmente elusivo.4

    Mayhue cita tambin a Thomas Oden, quien lamenta que el siglo 20 com-pleto ha dado evidencias de confusin sobre el rol de la iglesia y el pas-tor.5 As que esta es la historia detrs del tema que presentamos en este libro. Y qu mejor que algo ms de tres aos de investigacin para tratar este tema a modo de tesis doctoral?

    Debo hacer saber que mucho de lo que presento en este documento vino a mi pensamiento estando sobre mis rodillas. Por tanto, muchos con-ceptos fueron concebidos como sucede cuando concebimos los sermones. Y en adicin a eso, un porcentaje largo del contenido de esta investigacin corresponde a sermones y enseanzas, tanto de mi pluma como de la de otros.

    Me sustento en la posicin (premisa) de que las Escrituras son sufi-cientes para construir todo lo necesario referente al rol apropiado de la igle-sia y el ministerio eclesistico. Richard Mayhue tambin se pronunci so-bre el particular al escribir: Las Escrituras establecen lo que Dios quiere que sea un pastor, de la misma manera que establecen lo que l quiere que los pastores hagan y/o practiquen.6

    Aqu, como si fuera un final, exclamo: A Dios sea la Gloria!, por su direccin, sustento y ayuda. Espero que este material pueda ser de ayuda a muchos ministros del Seor (y a muchos pueblos), de tal manera que poda-mos ser mejores siervos de nuestro Dios y Seor Jesucristo.

    Introduccin xvi

  • Captulo Uno

    SOBRE EL CARCTER CARCTER

    Qu queremos nosotros significar cuando nos referimos al carcter? Nos proponemos usar esta palabra bajo el mismo significado que el tr-mino original en el idioma griego de los tiempos bblico, que es prctica-mente el mismo que puede ser encontrado en un diccionario corriente cer-tificado de hoy.

    Carcter es un trmino griego () que significa: imagen, repre-sentacin exacta, impresin, gravado (ver Hebreos 1:3).

    Cul es la historia y la etimologa de esta palabra? A continuacin plasmamos como la describe An Intermediate Greek-

    English Lexicon (Un Lxico Intermediario Greco-Ingls):

    , , , () una marca grabada o impresa, la impresin o estampa en las monedas y los sellos. Eur.;

    1

  • establecer un sello de buena repu-tacin sobre ellos, Iscrates.

    2. metaf. la marca impresa (por as decirlo) a una persona o cosa, una marca distintiva, caracterstica, carcter, . de una lengua o dialecto particular, Herodoto;1 de personas, . [el carcter de una persona] Id.; . ninguna marca exterior ha sido fijada por la natu-raleza en la persona de los hombres, Eur pides;2 . Id.3

    El Diccionario de la Lengua Bblica con Dominio Semntico (Dictionary of Biblical Language with Semantic Domain): NT; dice que charakter es un nombre masculino, lo que implica una representacin exacta, una re-produccin idntica.4

    Profundicemos un poco ms consultando el Lxico Strong:

    (charakter) n m. Igual que 5482; TDNT 9:418; TDN-TA 1308; GK 5917; la AV lo traduce como imagen expresa una vez. 1 el instrumento usado para grabar o cavar. 2 la marca estam-pada en dicho instrumento o sobre el. 2A una marca o figura que-mada en (Levticos 13:28) o grabada sobre, una impresin. 2B la representacin exacta (la imagen) de cualquier persona o cosa, marca de identidad, reproduccin precisa en cada aspecto, a saber,

    facsmil.5

    Si buscamos en Apocalipsis 14:11 donde aparece la raz de esta palabra, copiaremos la fuerza del significado de carcter:

    Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de da ni de noche los que adoran a la bestia y a su

    imagen, ni nadie que reciba la marca (gr. x chragma) de su nombre.

    Mira el significado del trmino griego chragme (marca):

    , , , () cualquier marca tallada o impresa, . la marca de la serpiente, p.ej., su mordida, sofocles;6

    . la marca de la bestia, N. T.; . obra talla-

    Sobre el carcter 2

  • da, Ib.; . la impresin en la moneda. Plutarco: absolutamente Una inscripcin, Antologa.7

    El Lxico Mejorado Strong nos da la informacin siguiente sobre el ch-ragma:

    (chragma), n. Igual que en 5482; TDNT 9:416; TDNTA 1308; GK 5916; nueve ocurrencias; la versin inglesa AV la tradu-ce como marca ocho veces, y gravado una vez. 1 una estampa, una marca impresa. 1A de la marca impresa en la frente o en la mano derecha como el distintivo de los seguidores del Anticristo. 1B la marca quemada en los caballos. 2 cosa cavada, escultura, gravado. 2A de imgenes idoltricas.8

    HEBREOS 1:3

    Hebreos 1:3 es uno de los pocos lugares en la Biblia, y el nico lugar en todo el NT donde aparece esta palabra, sin contar las variantes en Apoca-lipsis. El escritor del libro de Hebreos est describiendo a Cristo en este verso. l est diciendo que Cristo es la nica representacin exacta (charakter) de Dios, es decir, el nico que refleja perfectamente el carcter de Dios porque es la misma sustancia de Dios hecho hombre. Eso significa que el Hijo de Dios, Jess, es la imagen exacta del ser de Dios. Expresado teolgicamente, eso significa que Jess es Dios mismo. Si nos enfocamos en el significado material del trmino podemos decir a ciencia cierta que Cristo es una imagen gravada de su Padre Dios, mejor entendido en nues-tros das en el efecto de una fotografa o un autorretrato, por ejemplo. Pero se trata de la idea de esculpir o gravar, como la imagen que aparece en las monedas y los billetes. Pero la metfora esta simplemente diciendo que Jess es Dios. Corrobora con la enseanza de Cristo en Juan 14:9: El que me ha visto a m, ha visto al Padre. Est implicando que si quieres ver a Dios, debes mirar a Cristo. Esto tiene implicaciones serias cuando aplica-mos el trmino, que no es el uso bblico formalmente, a los creyentes, o especialmente a los ministros.

    Esto implica que el carcter, en la Biblia, est ligado a un modelo o estndar. Lo que implica que el carcter no pende en un vaco, sino en un patrn, en un modelo. En el caso de Jess, l es la representacin exacta de Su Padre Dios. Es decir, Jess porta las mismas caractersticas y distintivos que su Padre. Si bien esta terminologa no es muy usada en la Biblia, la descripcin o significado de ella, esparcida por todo el NT, es la esencia de la Cristologa. Es decir, no represent un problema para los cristianos de

    Sobre el carcter 3

  • los primeros siglos, a la luz de Hebreos 1:1-3 (v.3), reconocer la naturaleza divina de Cristo, igual a la del Padre.

    As que, cualquier cosa que hablemos sobre el carcter en este libro ser una apelacin al significado etimolgico y metafrico de dicha pala-bra, en el orden que lo hemos descrito segn implica en el griego. Y como hemos podido ver es el mismo significado que en esencia guardan los dic-cionarios comunes.

    Esa es la razn por la cual no haremos un mayor esfuerzo por explicar el trmino que nos ocupa, puesto que aunque vivimos en la cultura posmoderna (donde procuran decir que todo es relativo y que ni las pala-bras tienen significados absolutos, segn sus mejores postores), aun los mejores esfuerzos de la lengua (los mejores diccionarios) siguen definiendo las palabras basados en su etimologa, y en esencia carcter aun significa lo que queremos significar en este estudio.

    Carcter es una representacin exacta del original. Si la copia no repre-senta fielmente el original, es una usurpacin, una imitacin falsificada.

    El Diccionario Encarta9 2007 nos brinda la siguiente definicin sobre el carcter.

    descripcin: una descripcin del carcter o la naturaleza de alguien o algo.

    En resumen, carcter significa: cualidades, atributos, caractersticas, perso-nalidad, comportamiento, apariencia, distintivo, representacin de alguien o algo. Esto significa que puede usarse para describir a una persona o a un objeto. En este libro hemos de hacer referencia a personas en vez de obje-tos, por supuesto. Por ello apelamos al uso metafrico del trmino, ms que al significado concreto del tal.

    As este trmino significa el grupo de cualidades o caractersticas que hacen a alguien distintivo. Se enfoca en una persona o una cosa como un todo, pero en este escrito nos enfocaremos solo en personas. Tambin des-calificaremos las caractersticas que son comunes a todo ser humano para no alargar el discurso, por lo que nos enfocaremos en las caractersticas distintivas de la persona, y especialmente del grupo al que nos referimos en este material, a saber, los ministros cristianos. Como habrs podido discer-nir en la terminologa, detrs del velo de la simple expresin, segn discuti-mos en los prrafos anteriores, el carcter no pende de un vaco, sino que se aferra a un modelo o patrn (no es una simple marca gravada, sino que tambin se puede decir del instrumento para esculpirla). De acuerdo al sig-nificado original, el trmino se refiere a ambos: la figura impresa en la mo-neda y al patrn (modelo) de procedencia de la imagen esculpida. Esa es la razn por la cual en este tratado nos enfocamos en el patrn (modelo) don-

    Sobre el carcter 4

  • de encontramos el valor y la esencia del carcter del grupo de individuos en el cual nos enfocamos, los ministros cristianos, o bien un Ministro del Evangelio de Jesucristo.

    Quin es el patrn (modelo) del cual se imprimen las caractersticas distintivas (carcter) en un ministro del Evangelio?

    La respuesta es absoluta y clara aqu, no obstante te hago la pregunta justo ahora para que pienses en ella mientras seguimos avanzando en esta jornada investigativa.

    El propsito de este libro es presentar esas cualidades morales, a las vez que las capacidades naturales, dones espirituales, incluyendo la respon-sabilidad propia del oficio, la personalidad, el comportamiento y el llamado mismo que un ministro del evangelio, est llamado a poseer y desarrollar mediante los medios provistos por Dios que hacen distintivo al ministro del evangelio. Todo ello es hecho posible al creyente llamado en lo que yo he denominado el paquete del llamamiento. Es el propsito de este escrito no solo investigar, inquirir y traer luz al respecto, sino tambin poner en perspectiva aquellos asuntos que son mandatorios, fuera de toda duda y discusin, para que podamos saber a ciencia cierta quines quedan descali-ficados de dicha santa funcin y quienes estn envanecidos con su deseo de ostentarla.

    A modo de resumen: Qu significa el carcter? En una frase corta que podemos declarar con autoridad a este punto: El carcter es lo que una persona es. Siendo ms especficos, el carcter de una persona es lo que esa persona es en su interior que puede ser reflejado en su exterior (comportamiento) especialmente en su crculo relacional ms ntimo (familia, trabajo, etc.), no lo que pueda mostrar en circunstancias ocasiona-les.

    En el mismo orden, a sabiendas de que cada grupo (especie) en el uni-verso posee un grupo de caractersticas distintivas, debemos enfocarnos bien para poner en perspectiva el grupo especfico del que tratamos aqu: creyentes; y de modo ms especfico: ministros (pastores, lderes, diconos, ancianos, obispos, etc.)

    As que, nuestra tesis a demostrar es que: el carcter de un ministro cristiano es lo que un ministro del evangelio es, a razn del trabajo u ofi-cio que l fue llamado y equipado a ejercer, por disposicin de su Maes-tro. Llamamiento y equipamiento son palabras claves en este libro, pero por encima de stas, el Maestro mismo (Jesucristo, quien es Dios sobre todas las cosas), ya que, como dijimos, el patrn en el cual nosotros (los ministros cristianos) estamos apoyados, es en Aqul que nos llam y nos equip desde el vientre de nuestras madres (Glatas 1:15), que es la misma persona a quien l eligi, segn sus propsitos en gloria, inclusive antes de que el mundo iniciara (2 Timoteo 1:9).

    Sobre el carcter 5

  • Nuestra tarea es profundizar ms mientras describimos el trmino mi-nistro, su oficio y sus funciones, el carcter del Modelo (Cristo-Dios), y el carcter de algunos de los santos que nos antecedieron en el oficio segn se registran en las Escrituras.

    Por qu explicamos la terminologa? Puesto que en nuestro mundo actual hay fuertes tendencias a tirar por la borda todo fundamento, inclu-yendo la terminologa establecida, que ha perdurado en el crisol del tiem-po. Los trminos no son relativos, podemos comunicar ideas relativas, pero los trminos tienen su fundamento etimolgico establecido. Si no tenemos absolutos en la comunicacin todo se convierte en un caos, el significado mismo de la comunicacin se perdera por completo. As que este captulo y el siguiente son una especie de prolegmenos, si se quiere, para evitar cualquier confusin.

    CONCLUSIN PARTICULAR

    El carcter es la representacin exacta del modelo, todas las cualidades de dicho modelo integradas en la representacin. Tambin vimos que el Nuevo Testamento contiene la palabra carcter solo una vez (ms dos ve-ces la palabra cragma, que es una variante de la misma raz, con el mis-mo significado).

    Hay una palabra usada ms de 40 veces en el texto bblico, especial-mente en el AT (ms en los Salmos y Proverbios), es integridad. No son sinnimas, pero integridad enfatiza el carcter. Integridad es el grupo de caractersticas (piezas) que forman el todo. Integridad significa: poner todas las partes juntas, en el lugar correcto, en el lugar adecuado y en un balance adecuado. El carcter es la integracin de todas las caractersticas individuales que se obtienen del modelo o patrn.

    Sobre el carcter 6

  • Captulo Dos

    UN ANLISIS DEL MINISTERIO SEGN LA BIBLIA

    EL MINISTRO

    Para poder entender lo que significa ser un ministro, debemos definir lo que es el ministerio.

    Cuando Pablo escribi a Timoteo sobre el ministerio que l haba reci-bido, se enfoc tanto en el carcter que debe tener el ministro, como en el trabajo que deba desempear.

    Tengo que decir que las cartas de Pablo a Timoteo y a Tito, las cuales son bastante conocidas como cartas pastorales, son una especie de tesis apostlica inspirada sobre el ministerio cristiano. As que, parte de mi es-fuerzo estar enfocado en estas tres cartas especiales, quiero decir, ellas han de modelar esta pltica. Pero en procura de tener una lista ms amplia de recursos para este estudio, con miras a demostrar mi tesis, considero una prctica buena evaluar tambin lo que es un lder en toda la Biblia, tanto como me sea posible, teniendo en alta estima a la vez algunos de los escri-tos sobre el ministerio en el devenir de la historia Cristiana. Pero sobre to-do, los discursos y la vida y obra de nuestro Seor han de sellar mis con-clusiones con broche de oro.

    7

  • La palabra ministro en nuestro lenguaje procede de varias palabras griegas. Citaremos las ms comunes abajo:

    1. uperetes (lit. sirvientes o esclavos), originalmente en el contexto de los esclavos que servan como remeros en las embarcaciones antiguas

    2. diakonos (lit. sirviente o servidor), originalmente en el contexto de servir en las mesas de sus amos

    3. latreio (lit. adorar, inclinarse en frente de su amo o seor).

    Cada una de las palabras arriba es muy comn en las Escrituras y se tien-den a traducir indistintamente, en las versiones hispanas del NT.

    Siervo (y su plural) aparece1005 veces en 875 versculos en la RVR60 y con ms de 150 ocurrencias solo en el NT. El verbo servir (con sus va-riantes) aparece unas 325 veces en la RVR60. Y la palabra servicio apare-ce 83 veces en la misma versin. El pastor John MacArthur (Jr.) demuestra en su libro: Esclavos, que traducir uperetes solo como siervo o minis-tro es una degeneracin de la fuerza del original que solo admite ser tradu-cido como esclavo.

    Ministro (y su plural) aparece 90 veces en la Biblia RVR60, y prc-ticamente la mitad ocurren en el Nuevo Testamento. Del mismo modo, la palabra ministerio aparece 66 veces, casi todas en el Nuevo Testamento. Todas las traducciones en el NT proceden de la palabra griega diakonia () y sus variantes (diakonia, diakonon, etc.). Diakonia es la misma palabra y raz que se traduce como dicono. Di-cono y diaconado aparecen cinco veces en la RV (todas en 1 Timoteo 3:8-13 y Filipenses 1:1).

    Los trminos relacionados a ministerio aparecen alrededor de 1300 veces.1

    Como podrs notar, el trmino es muy abundante en la Biblia. Nunca encontramos el calificativo lder, unas pocas veces encontramos pastor(es) y obispo(s), y la palabra ms frecuente para referirse al (los) pastor(es) es anciano(s), pero nunca lder(es). La palabra que Dios us para calificar a su gente especial, a sus embajadores y ministros de su Evangelio fue siervos (o esclavos) y ministros. l quera que ellos le sirvieran. l mismo fue quien los llam al ministerio. Un esclavo, siervo, o ministro es lo que Dios quiere, no lder, a lo menos en la forma como la mayora de los escritores actuales, incluso cristianos, lo esbozan.

    Un anlisis del ministerio segn la Biblia 8

  • Dios nunca llam a sus obreros mi lder sino mi esclavo, mi sier-vo. Esclavo, siervo y ministro son trminos que apelan al carcter del hombre de Dios. Lder, que es el calificativo ms usado hoy da para re-ferirse al ministro u obrero cristiano, podra ser solo una de las caractersti-cas del ministro cristiano, y siguiendo el ejemplo trazado en nuestro texto Magno, no todos los ministros bblicos fueron necesariamente lderes, aten-diendo al trmino como lo describimos aceptadamente hoy da (mire como ejemplo a No, Jeremas, Ezequiel, y muchos otros ministros santos de Dios).

    Moiss fue un lder, el dirigi o guio al pueblo de Dios desde Egipto hasta las fronteras de Canan, sin embargo Dios solo lo llam, consistente-mente mi siervo.

    En nuestra humanidad odiamos ser llamados esclavos o sirvientes. Esa es la razn por la cual pensamos que ministro no tiene nada que ver con esclavo o siervo (en nuestro subconsciente). En hebreo, griego y varias otras lenguas antiguas, la palabra ministro es sinnima de sirviente y escla-vo. Bsicamente rechazamos la idea de ser un sirviente o esclavo.2 La pala-bra que comnmente proferimos como ministro, es generalmente en rela-cin a alguien con autoridad. Como humanos, la palabra que preferimos es lderes (queriendo significar que se tiene dominio o control sobre otros), en vez de siervos o esclavos. Preferimos la palabra manager o administra-dor, que era una especie de siervo en el contexto Bblico, pero para noso-tros significa jefe, oficial, ejecutivo, alguien en control del grupo o de la organizacin. La palabra bblica que tradujimos como administrador, en el idioma original era un amo de llaves, o amo de casa (gr. oi-konomoi). Preferimos Mateo 24:45: Quin es, pues, el siervo fiel y pru-dente, al cual puso su seor sobre su casa para que les d el alimento a tiempo?, en vez de Lucas 17:10: As tambin vosotros, cuando hayis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos (esclavos) intiles somos, pues lo que debamos hacer, hicimos. Amamos ms a Mateo 24:47: De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondr, que a Mateo 24:46: Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su seor ven-ga, le halle haciendo as. Nosotros sencillamente rehusamos ser siervos, diconos o esclavos. Detestamos la humillacin. Odiamos poner nuestras rodillas, manos y cara en el polvo; mejor queremos levantar nuestras ma-nos y rostros arriba en seal de victoria. Es decir, preferimos 1 Timoteo 2:8: Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda, en vez de Marcos 5:22: Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postr a sus pies.

    Un anlisis del ministerio segn la Biblia 9

  • Nos encanta cuando la Biblia dice que los ancianos gobiernen (gr. gu-bernontas), o gobiernen bien sus casas, o que debemos gobernar las iglesia (p. ej., 1 Timoteo 4:3, 12). Consideramos estas palabras como de sacra im-portancia, a la vez que a veces no prestamos atencin a las palabras que Dios us para describir el carcter de sus ministros (siervos, esclavos, amos de llaves, ministros).

    La palabra lder solo aparece una vez en la KJV (corresponde a la pa-labra gua en la RV60), Mateo 15:14: Dejadlos; son ciegos guas de cie-gos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caern en el hoy.. El verbo guiar (liderar en ingles), y sus variantes, solo aparecen 11 veces en el NT (y poco ms de 40 veces en la Biblia entera) y de las veces que ocurre en sen-tido positivo, una gran parte es una referencia al Seor Dios.

    La palabra dirigente (y sus variantes), que en la RV se traduce general-mente como gobernante, en la KJV aparece 155 veces.

    El don o la habilidad de guiar (liderar), o de gobernar o de administrar es comn en la Biblia; y sin embargo, este es presentado como una de las habilidades, regalos o virtudes de un hombre de Dios (ministro, siervo, pastor, anciano, obispo, etc.). Dicha habilidad no describe el carcter de un ministro del Evangelio; es solo uno de sus dones. Por lo que hay que ser cuidadosos con confusiones como estas, pues no debemos enfocarnos en las caractersticas individuales, para que esta domine sobre las dems, sino en el todo para ser ntegros. Ministrar no es una de las ocupaciones del lder del Seor, guiar o liderar ha de ser uno de los oficios que el minis-tro o siervo de Dios ejerce. No todos los ministros del Seor necesariamen-te lideran (o guan) al pueblo de Dios. Guiar es una de las habilidades del pastor, ministro, anciano, etc., (muchos profetas y predicadores no fueron seguidos, algunos no tuvieron ni un seguidorp.ej.: Jeremas, Ezequiel, etc.), independientemente de que fueron dotados o no con dicha habilidad o caracterstica. Servir no es una de las habilidades del lder del Seor; por el contrario, liderar es (o puede ser) solo una de las caractersticas del hombre de Dios (un ministro del Seor, un siervo del Seor).

    La mayor responsabilidad de un hombre de Dios es servir al Seor fielmente. La mayor responsabilidad de un ministro, pastor, anciano, di-cono, obrero es servirle a l. Su llamamiento en el da del juicio del Seor ser: bien, buen siervo (esclavo) y fiel. Servir es el oficio que fuimos llamados a ejercer. Fidelidad es la manera como debemos ser-vir. La Gloria del Rey es el fin ltimo de nuestro oficio. La fidelidad es el reflejo del carcter del siervo del Seor (fidelidad, lealtad, integridad).

    Un anlisis del ministerio segn la Biblia 10

  • UNA DESCRIPCIN BBLICA DE LA PALABRA MINISTERIO

    1 PEDRO 4:10-11

    Cada uno segn el don que ha recibido, minstrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gra-cia de Dios.Si alguno habla, hable conforme a las pala-bras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al po-der que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amn.

    En este pasaje bblico, ministrar significa: poner todas las habilidades que Dios da al servicio (ministrar) de los dems, para Su gloria, a travs de Jesucristo.

    1 CORINTIOS 4:1, 2

    As, pues, tngannos los hombres por servidores [gr. uperetas, lit. esclavos)] de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los adminis-tradores [gr. oiconmois, lit. amo de llaves)] que cada uno sea hallado fiel.

    (Compare Lucas 2:42)

    Acorde a este pasaje bblico, ministrar es: administrar los misterios del Seor siendo fieles.

    Este verso, implcitamente, nos dice que el Juez que evaluar la calidad del servicio del esclavo como amo de llaves de los misterios de su reino (a saber, el evangelio comp. Efesios 3:1-7; 1 Timoteo 3:16), es el Seor o Amo mismo, es decir, Jesucristo.

    MATEO 25:44-46

    Entonces tambin ellos le respondern diciendo: Seor, cundo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnu-do, enfermo, o en la crcel, y no te servimos?Entonces les responder diciendo: De cierto os digo que en cuanto no

    Un anlisis del ministerio segn la Biblia 11

  • lo hicisteis a uno de estos ms pequeos, tampoco a m lo hicisteis. E irn stos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

    En este pasaje, y su contexto, ministrar (o servir) simplemente significa: servir a los dems, a los hijos de Dios, a saber, creyentes, como si lo estu-viramos haciendo a Cristo mismo. El Dr. Litfin hace notar que los pe-queitos no son la gente en general, sino las hijos de Dios, por eso los lla-ma sus pequeos. No todos los hombres del planeta son sus pequeos (25:40), aunque el bien debe hacerse a todos (dijo Pablo), pero enfatiz que mayormente a los de la fe.

    Note tambin el juicio, ahora explcito siendo dirigido por el Seor, que proyectamos en la reflexin del pasaje de 1 Corintios 4:1-2.

    Hacer todo lo que debemos hacer a sabiendas de que es a Cristo a quien le estamos sirviendo y no a los hombres en ltima instancia. Es por eso que todo cuanto hagamos debe ser hecho para la gloria de Dios. Ma-teo 5:14-16 amplifica esta idea.

    Acorde con las Escrituras, podemos concluir que una declaracin con-

    sensuada sobre ministrar servir es:

    Usar todos nuestros dones (los que Dios nos dio) a favor de los que pade-cen necesidad, atendiendo primero a los de la familia de la fe, incluso si se trata de predicar y ensear la palabra de Dios (administrar los misterios de Dios), recordando que Cristo es el Amo a quien sus ministros cara a cara, en el juicio final, daremos cuenta o rendiremos informe de cual o cuales fueron nuestros motivos y metas al hacer esas obras del servicio.

    Todas nuestras obras deben ser hechas considerando que:

    1) Cristo fue quien nos dio los dones o habilidades mediante las cua-les servimos (Efesios 4:8-14; Santiago 1:17; 1 Corintios 4:7; Job 1:21)

    2) El fin ltimo es que todo debe ser hecho para la Gloria de Dios (1 Corintios 10:31; Colosenses 3:17)

    Un anlisis del ministerio segn la Biblia 12

  • En la tradicin cristiana, ministrar significa diferentes cosas:

    En el protestantismo clsico: un ministro es alguien autorizado a ejercer una funcin religiosa en la Iglesia del Seor.

    En la Iglesia Catlica: un ministro es el superior en ciertas rde-nes.

    En la Biblia: ministrar es servir a las necesidades de los dems, suplir necesidades, suplir los medios que llenarn las necesida-des, llenar, etc., para la Gloria de Dios.

    En la fe cristiana, Bblica, sabemos que Dios no necesita nada de nadie, pues l es el mismo que era antes de la creacin, y por tanto todo lo que se ha de hacer no es a favor de Dios sino de sus criaturas, pero acorde a su protocolo, normas y ordenanzas, incluyendo la motivacin que es un refle-jo del carcter del servidor, esclavo o ministro. El sello es este: por cuanto lo hiciste (serviste) a uno de estos mis pequeitos, a m lo hiciste. (Mateo 25:40)

    No debemos dejar pasar la oportunidad para comunicar aqu que el nico elemento de juicio concreto en el evangelio es haber servido a Sus pequeos, como si estuviramos viendo a Cristo en ese o esos necesita-dos. Mateo 25 es el nico pasaje que define cules son las obras de los hombres que van a ser juzgadas, por nombre, para que el creyente fiel sepa qu es lo que le van a preguntar en el juicio, y para que sus ministros sepan a dnde deben dirigir sus enseanzas respecto a la motivacin del corazn y lo concerniente al juicio divino. Esto es puro evangelio.

    EL TRABAJO QUE HACEMOS COMO MINISTROS DE CRISTO DEBE SER EN EL PODER DE SU FUERZA

    No debemos olvidar, como ministros del Seor, que la nica razn por la que somos ministros es porque l nos llam. No deberamos olvidar que cuando hacemos fielmente la obra del ministerio, tenemos el poder y la autoridad misma de Cristo por lo que nuestro foco debe ser servimos por-que Dios no envi. Debo recordar aqu que el ministro del Seor fue halla-do fiel antes de que se le legara el ministerio que ejerce de parte de Dios (1 Timoteo 1:12). Nunca sucede al revs. Cristo apost a su nico plan, y no tuvo plan B, de igual modo que apost a la fidelidad de Sus ministros, a sabiendas de que l los capacit para ser fieles. Creo que el ejemplo de Job

    Un anlisis del ministerio segn la Biblia 13

  • ilustra perfectamente esta realidad. Dios le demuestra a Satans que sus ministros son fieles y punto. Todos los ministros del Seor, de los que da fe la Biblia, fueron fieles en todo al Seor. La gente responde con un David y un Jacob, pero ellos fueron lderes (guas) del pueblo de Dios, no profetas ni sacerdotes. Los patriarcas mismos no entran dentro de la definicin de profeta y sacerdotes, en el sentido propio de la palabra.

    Creo que Lucas 9:1-2 nos da un resumen de esto en orden de motivar-nos para que permanezcamos fieles en nuestros respectivos ministerios.

    Habiendo [l] reunido a sus doce discpulos, [l] les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y [l] los envi a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos.

    (nfasis del Autor)

    Notaste el orden?

    1. l llama a Sus ministros. Este llamado es dirigido y especfico: inclusive Dios usualmente toma su tiempo para darte los detalles del trabajo a realizar.

    2. l les da a Sus ministros el Poder y la Autoridad que necesitan para hacer la obra que les encomienda hacer. Sin su Poder, es imposible hacer la obra del ministerio. Sin su poder, no habr nin-gn nivel de efectividad, ni ningn tipo de sustento divino en lo que emprendamos, aunque tenga el rtulo de ministerio cristiano.

    3. l mismo enva a sus ministros a hacer la obra del servicio (ministerio) que l quiere que cada ministro en particular ha-ga. Esto implica qu, dnde y cundo hacerlo. El llamado al minis-terio no es un llamado general. El llamado general al servicio es universal a la cristiandad, pero el servicio oficial del cual Pablo explica a Timoteo y Tito es un trabajo especial, (y no quiero ser malentendido aqu), es decir, los ministros del evangelio somos una especie de hombres especiales, no por no ser pecadores co-mo los dems, sino por las capacidades de guardar su nombre que nos fueron dadas en el llamado y la comisin.

    Estos son los aspectos vitales y fundamentales del ministerio Cristiano oficial.

    Un anlisis del ministerio segn la Biblia 14

  • Estimados amigos y colegas en el ministerio: Quin te llam? Portas la autoridad, el poder y la fuerza necesaria para hacer la obra del ministerio que se te encomend? Quin te envi? Qu se te envi o encomend ha-cer? Adnde te enviaron a hacer la obra del servicio? Estas son preguntas operacionales y vitales. Estas preguntas son esenciales y vitales para eva-luar tu ministerio. Estas son las preguntas principales al momento de eva-luar un candidato al ministerio. No es por el xito estadstico que se evala al ministro de Cristo, si bien reconozco lo difcil que es al hombre no cen-trarse en los nmeros concretos, es el carcter y el orden del llamado que debemos buscar en nuestras evaluaciones. Los ministros debemos ser teni-dos por servidores de Dios y administradores de los misterios de Dios, aun-que al final nuestros resultados sean como los de Jeremas y Ezequiel en el orden numrico, y aunque terminen siendo aparentemente insignificantes, en el tiempo, como los numeritos concretos del ministerio de Cristo mis-mo. No dejemos que el mundo y sus concepciones permeen nuestro juicio y apreciacin del ministerio cristiano y sus ministros. Estoy seguro que muchos de los que han obtenido xito estadstico sern dejados atrs en aquel gran da del Seor.

    Las crisis son comunes al ministerio, pero las frustraciones son el re-sultado de estar involucrados en servicios que no fuimos llamados a ejer-cer. Estos tres aspectos de la naturaleza del ministerio Cristiano son funda-mentales y vitales. El ministerio no es un trabajo o una posicin a ser llena-da. No llenamos aplicaciones para optar por el ministerio; si fue as, no estoy seguro que ese sea el llamado de Dios para tu vida. Debes evaluar el poder que posees en el desarrollo del oficio que sirva como prueba para evaluar dicho llamado de Dios a ti. Debes tomar en serio esta evaluacin de tu llamado a la luz de estos tres aspectos vitales y fundamentales del llamado al ministerio oficial. No le des larga a este asunto, no juegues con esto.

    Servimos a l. Servimos a los hombres. Debemos pensar en los dems como superiores a nosotros mismos. S, somos Sus esclavos. S, somos amos de llave (administradores) de los misterios de Dios (ver tambin 1 Tesalonicenses 2:1-8). S, fuimos llamados por El. S, recibimos poder de Dios. S, fuimos enviados. Pero todo esto es en l, por l y para l.

    Recuerda:

    Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

    Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,

    y se traspasen los montes al corazn del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas,

    Un anlisis del ministerio segn la Biblia 15

  • y tambin los montes a causa de su braveza.

    (Salmo 46:1-3 nfasis del autor)

    Todo cuanto hacemos es por l, y ojo, no estamos solos. Su misma presen-cia ha de estar siempre con nosotros. Esto nos garantiza que su poder y fuerza moran en nosotros.

    El poder de que hablamos es para permanecer fieles y santos (hombres de carcter, hombres de Dios, hombres de integridad).

    Su promesa enftica, radicada en su poder y autoridad, es que estara con nosotros siempre. Esto en el contexto de estar haciendo la obra del mi-nisterio que l nos encomend hacer (ver Mateo 28:20).

    Hay entonces alguien o algo a lo que temer en el universo, aparte del Seor? l proveer todas nuestras necesidades. l es nuestro Pap. l es nuestro Seor. Su toque es nuestra garanta.

    Un anlisis del ministerio segn la Biblia 16

  • Captulo Tres

    LO QUE HAN ESCRITO LOS PASTORES A TRAVS LA HISTORIA RESPECTO DEL

    CARCTER DEL MINISTRO

    Si eres un lector meticuloso y has analizado los escritos de los padres de la iglesia, los de los escolsticos, los de los reformados, los de los puritanos, y los de otros movimientos de las pocas anteriores en la historia Cristiana de los siglos XVI a finales del siglo XVIII, encontrars que es raro, prctica-mente intil, encontrar referencias al trmino carcter adjudicado al indivi-duo en sus escritos. La razn de tal carencia es obvia, ellos no usaron tal designacin en sus respectivas pocas. Es lo mismo que observaremos con el trmino lder o liderazgo.

    Incluso en la postrimera misma del siglo XIX, los eruditos usaron el trmino muy rara vez. Y cuando lo usaron era ambiguo, lo usaron para mu-chos propsitos, y rara vez fue una adjudicacin al individuo. Lo encontra-mos inmerso en: la naturaleza de, las caractersticas de, etc.

    As que es un trabajo prcticamente imposible encontrar referencias a nuestro trmino carcter en s. As que citar algunas equivalencias entre los escritores antiguos.

    17

  • Policarpo (69 115)

    Policarpo describi el ministerio pastoral como sigue:

    Que los presbteros (ancianos) sean compasivos y miseri-cordiosos a todos, que traigan de regreso a quienes vagan [los dbiles], visiten a los enfermos, y que no descuiden a las viudas, ni a los hurfanos, ni a los pobres, sino que siempre provean (den) lo que viniere de las manos de Dios para los hombres; que se abstengan de toda forma de ira que tenga que ver con las personas y con los juicios injus-tos; que se guarden de toda avaricia, y que no asuman los malos reportes sobre alguien con ligereza, que no sean se-veros en los juicios (disciplinas).

    Como pudiste observar, para Policarpo el carcter eran los distintivos del ministerio. l lo describi en trminos de caractersticas o cualidades individuales, parecido a como lo escribi Pablo (ver 1 Timoteo 3).

    Juan Calvino (1509 1564)

    En su Institucin escribi:

    As como nuestras acciones estn relacionadas a los hom-bres, y nuestra conciencia tambin se relaciona con Dios, de tal modo que una buena conciencia no es otra cosa que la integridad interna del corazn. San Pablo, quien dijo que cumplir con la ley el amor nacido de corazn limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida (1 Tim 1:5). Y en el mismo captulo mostr como ello difiere con la inteligen-cia, diciendo que algunos han naufragado en cuanto a la fe por haber abandonado la limpia conciencia. Con estas pa-labras prob que se ha de tener una afeccin viviente de honrar a Dios y un deseo sincero de vivir piadosa y santa-mente. A veces se extiende tambin a lo que concierne a los hombres, como cuando San Pablo dijo (segn lo repor-ta Lucas): Procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres (Hechos 24:16). Pero esto fue dicho a sabiendas de que el fruto de una buena

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 18

  • conciencia se extiende a los hombres. Pero estrictamente hablando, se refiere solo a Dios, segn decimos.

    Por lo cual se dice que la ley esta ligada a la concien-cia del hombre a la vez que es independiente de los otros hombres sin ser tenida en cuenta. Por ejemplo, Dios no solo demanda que nuestros corazones estn limpios de toda impureza, sino que tambin prohbe cualquier incum-bencia en palabras malvadas y lujuriosas. Mi conciencia est ligada a guardar esta ley aun cuando no hubiera ms seres en el planeta. As que quien vive desordenadamente, sus pecados no solo son un mal ejemplo a sus hermanos, sino que tambin liga su conciencia a la culpa frente a Dios.1

    Como habrs podido notar, no es una declaracin sobre el carcter, la ra-zn del no uso del trmino ya lo declaramos al inicio de este captulo. Pero esta es una declaracin formal sobre el carcter de un ministro. Se trata de afecciones vivientes, una limpia conciencia ante Dios y ante los hombres, una vida de pureza y piedad. Incluso en el comentario de Calvino sobre 2 Timoteo no encontramos una referencia directa a la palabra carcter, pero s encontramos su esencia impresa en la consideracin del idelogo de la teologa reformada.

    John Bunyan (1628-1688)

    Esta cita corresponde a una declaracin del pastor Bunyan (el escritor Cristiano ms ledo de la historia, un puritano bautista independiente) so-bre cmo debe probarse el carcter del pastor:

    La casa de un hombre, y su sustento all, hablan ms del temperamento de su mente, que toda profesin pblica. Si fuera a evaluar a un hombre por mi vida, no lo juzgara por su profesin pblica, sino por su comportamiento domstico. La profesin pblica es como el mejor traje de un hombre, el cual usa cuando viaja al extranjero, para lo cual es generalmente reservado si bien se usa poco en ca-sa. Pero ahora lo que un hombre es en casa, es lo que l es en realidad. Hay un extranjero, en lo que respecta al comportamiento ante mis amigos y clientes, mi honestidad hacia afuera evita groseras y pecados escandalosos. Hay

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 19

  • un mi hogar, un mi casa, un mi guardarropas, un mi cora-zn, que da mejor fe de quien soy: ah no se muestra al mundo, pero s a mi familia, y a los ngeles. Y un buen reporte de aquellos que estn ms cerca, y ms capaces y aventajados para emitir juicio, es con el fin de estar ms seguros de un juicio verdadero que el que pueden apreciar simples observadores externos. El exterior del plato y el vaso pueden lucir bien, si bien pueden estar llenos de ex-cesos por fuera. (Mateo 23:25-28)

    La apariencia externa y la profesin pblica pueden ser tolerables, aunque tras las puertas de casa ande todo muy mal. Yo y mi casa serviremos al Seor, es el carc-ter de un hombre piadoso. (Josu 24:152).2

    Fijmonos que en el escrito original de Bunyan (a mediados del S. XVII) aparece expresamente el trmino carcter. Debemos hacer notar tambin aqu que Bunyan era un escritor tosco, del populacho, no fue un acad-mico ni un seminarista, tampoco tuvo una muy buena educacin. Real-mente apenas concluy la escuela primaria. Pero es menester saber aqu que la manera de Bunyan referirse al carcter fue normativo entre los puri-tanos. Ellos solan ir al hogar del candidato y estar entre su familia por das, sino semanas, con tal de evaluar lo mejor posible el comportamiento (carcter) del candidato, antes de su aprobacin e imposicin de manos sobre el candidato ante la iglesia. Esos extraordinarios ministros saban bien qu hacer para cometer lo menos errores posible, a sabiendas de la realidad humana y el engao de Satans. Es una manera cien por cien b-blica de proceder. Cmo podramos saber respecto al liderazgo en casa solo por escuchar algunas respuestas a preguntas realizadas al candidato? Debemos ir y estar con el candidato para conocerle mejor. Resolv jams imponer mis manos sobre nadie a quien no haya visitado y conocido sufi-cientemente, para poder aprobarlo o desaprobarlo como ministro.

    Ministros del Seor, si bien me referir un poco ms al respecto, no quiero pasar la oportunidad que se genera aqu para hacer notar que noso-tros seremos culpables de los malos obreros que conformen la prxima generacin de ministros de Cristo, si imponemos nuestras manos con lige-reza. Nunca sea parte de un presbiterio de ordenacin sin conocer suficien-te al candidato, sin haber hablado con su esposa y sus hijos, sin haber esta-do con l por un periodo de tiempo suficiente como para dar un excelente reporte de su carcter. No se preocupe mucho por sus dones y talentos, enfquese en el carcter piadoso.

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 20

  • Richard Baxter (1615-1691)

    Cuando leemos el libro de Baxter El Pastor Reformado, no encontramos una definicin, ni siquiera alguna referencia sobre el trmino carcter en s mismo, pero su libro es uno de los ms extraordinarios libros no inspira-dos, en mi opinin, para saber detalladamente como un ministro ha de cul-tivar y cuidar su carcter, si bien de manera implcita. Su libro inicia con un captulo sobre la supervisin de nosotros mismos, como un centinela para cuidar y cultivar nuestra piedad. No obstante, luego de leer una intro-duccin de su escrito, encontr cmo se pronunci Daniel Wilson sobre el carcter, apelando al libro de Baxter antes citado. Presentar sus conside-raciones a continuacin.

    Dr. Daniel Wilson3 (1778 1858)

    Y desde que hemos estado en el oficio sagrado, qu he-mos sido? Cmo se han apegado nuestros corazones a nuestro Salvador? Cmo hemos estudiado nuestras Bi-blias? Cmo hemos perseverado en la oracin? Cmo hemos nosotros apartado nuestra visin de las cosas del mundo? Cmo hemos pensado sobrellevar nuestras debi-lidades? Cmo hemos glorificado a nuestro Seor? Cmo hemos honrado al Espritu Santo? Qu hemos hecho con nuestros talentos, con nuestro tiempo, con las oportunidades, con nuestras influencias, y nuestras varias maneras de hacer bien a los nuestros y a otros? No hablo meramente de cosas nfimas, de pequeas faltas, de las cuales nadie queda exento, no hablo tampoco de los efec-tos de las tentaciones momentneas, ms bien me refiero a las tensiones y curso de nuestro ministerio, de nues-tro carcter y espritu. Oh, qu causas tenemos para la profunda humillacin ante nuestro Dios!4

    En estas preguntas del Dr. Wilson podemos notar el lugar que le concedi al carcter del ministro. En ese ensayo del Dr. Wilson, introduciendo el libro de Baxter antes citado, l escribe a los pastores. Puedes verlo con facilidad en la pgina (v) donde escribi:

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  • En el comps entero de la divinidad no hay casi nada su-perior a esto, quiero decir, apelaciones patticas a la con-ciencia del ministro de Cristo, sobre las principales funcio-nes de su oficio. El principal objeto es, para ejercer presin sobre la necesidad de que el traiga a casa las verdades del Evangelio a cada alma de su rebao, mediante sus afeccio-nes y su instruccin catequista.5

    Y luego de una brillante explicacin de los propsitos que le moti-varon a escribir esta introduccin el Dr. Wilson escribi:

    A los ministros de todas las Iglesias, y muy especialmen-te a los de las iglesias protestantes de Europa y Amrica, a quien apela ahora el escritor.6

    No vemos hasta aqu una explicacin sobre el carcter de un ministro Cris-tiano, pero s una clara concepcin de esto, de acuerdo a lo que nos enfoca-mos en este libro.

    Miremos entonces a la concepcin de ministerio que tena Lord David Wilson:

    Una visin elevada de la verdadera dignidad e importan-cia del ministerio cristiano, es una responsabilidad adicio-nal, la cual fluye naturalmente al incrementar la piedad personal y la humillacin genuina del corazn. Las nocio-nes de la falsa dignidad son, realmente, tan comunes como son tambin de perniciosas. La ambicin, el dominio secu-lar, el procurar tener seoro sobre la heredad de Dios, el orgullo Espiritual, son la gangrena de la iglesia. Pero una correcta concepcin de la incomparable importancia del oficio del ministro Cristiano, segn lo seal el mismo Cristo, como el instrumento de gracia, como el embaja-dor de reconciliacin, como el representante y quien se para en el lugar del Salvador, como el depositario del pilar de la verdad, como el mensajero del Seor de los ejrcitos, el administrador de los misterios de Dios, el vigilante, el heraldo, y el lder de la armada, y el pastor del rebao de

    Cristo tal concepto del oficio ministerial es esencial para cualquier avivamiento importante de la religin. No

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 22

  • hay marca ms segura de decadencia espiritual, que una baja estima del oficio sagrado. El desprecio por Dios y Su salvacin primero llega como resultado del desprecio por sus ministros y siervos sealadas. En la iglesia primitiva, la dignidad de un pastor de la iglesia de Dios, fue conside-rado en alta estima, tan responsable, tan sagrado, como para disuadir a los hombres de la codicia ms difcil y los sealamientos ms comprometedores. Ambrosio, Crissto-mo, y Agustn fueron casi movidos a asumir el oficio del obispado. De nuevo en la reforma, la importancia del ofi-cio del sacerdocio se levant con la estimacin del desper-tar de la iglesia. Su dignidad de confianza y gracia, puso en pugna la gloria superior de la pompa externa y la apa-riencia. Los hombres reconocieron, de forma modesta, hu-milde y devota, a los lderes de la reforma, el avivamiento de los primeros cristianos, el carcter verdadero y la eleva-cin del oficio pastoral. S, hermanos, nosotros debemos humillarnos a nosotros mismos, ciertamente, pero debemos magnificar nuestro oficio. Debemos levantar a lo alto un carcter santo, de tal manera que se imprima en el pas-tor espiritual. Ya no debemos pensar que es una materia comn u ordinario, una cosa, por supuesto, un asunto que se puede hacer en cualquier momento, una preocupacin secundaria para nuestro gusto, nuestra indulgencia, nuestra falta de actividad cientfico-literaria; esto [del carcter elevado] debe tomar el liderazgo de todo. Esto debe ocu-par todo nuestro cuidado, todo nuestro tiempo, toda nues-tra diligencia, todo lo mejor y los esfuerzos ms perseve-

    rantes de nuestra mente y afecciones todo nuestro es-fuerzo y auto negacin y estudio. El Evangelio es un don indescriptible. Toca la eternidad. Concierne a ambos mun-dos. Involucra la Gloria de Dios, la honra de Cristo, el bie-nestar de las almas. Se fundamenta en las indescriptibles agonas de la cruz, que no cesaron hasta que trajo hasta s al penitente pecador, y lo ha dispuesto seguro en el cielo. Las bendiciones que tenemos para ofrecer son las ms grandes; la afliccin que tenemos para denunciar es la ms temeraria. Todo lo que est conectado con las funciones de nuestro oficio participa de la importancia incomprensible de los dones del Salvador y del Espritu Santo. Hasta que nuestra alma entera est repleta de nuestro sagrado llama-

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 23

  • do, animado, elevado, absorbidos hasta que no veamos

    nada ms importante, comparado con nuestro oficio hasta que ninguna otra cosa nos satisfaga, o pueda satisfa-

    cernos ms que el xito en esto hasta que buscamos en los asuntos de la bsqueda humana, y de la sabidura hu-mana, y del poder humano, y de la gloria humana, como los juguetes de los nios en la comparacin, hasta que di-bujemos todos nuestros estudios, todas nuestras afeccio-nes, toda facultad de nuestras mentes, y cada miembro de nuestros cuerpos, a este nico punto, la salvacin de nues-tras almas sea el nico objetivo que perseguimos, el nico objetivo de nuestro deseo, la pasin que rige nuestras al-mas, nunca podemos esperar un avivamiento en general de tal religin, la cual solo puede brotar, bajo la bendicin de Dios, de tal principio e impresin.7

    Vayamos en pos, amados, de la dignidad del llamamiento que nos han he-cho. Pongamos en alto el carcter santo que nos fue impartido por la divini-dad, pues as daremos gloria a nuestro Bendito Salvador. Una luz no se enciende para ser puesta debajo de un cajn. Nuestra luz, la que nos fue dada en Cristo, debe brillar desde nuestra investidura hasta la eternidad.

    Si queremos un avivamiento en nuestras iglesias y en el pueblo de Dios en general, es menester una generacin de santos hombres de Dios que en-tienden el carcter del Santo Oficio y persigamos la gloria de Dios a costa de todo, la fama, el prestigio, el bienestar, la humillacin, la entrega total, y si es necesario la entrega de nuestras propias vidas en sacrificio y testimo-nio. Y que incluso, podamos llegar a preferir un tipo de muerte diferente de la de nuestro Seor para no ser comparados a l.

    Hay un precio que pagar. Ese precio es la piedad, la bsqueda del ca-rcter perfecto, y la renuncia a todo lo que humanamente hablando desea-mos para que el Seor sea el nico glorificado. No cualquiericemos el sa-grado llamamiento. El Seor apost a sus escogidos y llamados y enviados.

    Dr. Willian H. DeLancey (1797-1865)

    En su sermn de consagracin al Santo Ministerio del Dr. Manton East-bum, predicado en la Iglesia de la Trinidad, en Boston, el 29 de diciembre de 1842. Documento guardado en los archivos de la Biblioteca General de la Universidad de Michigan. Pgs. 36ss.

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 24

  • l defini el carcter de un ministro como: Fidelidad (ser fiel hasta la muerteApocalipsis 2:10) y habl sobre como ser fieles en 6 reas princi-pales segn hacemos constar abajo:

    1. Fieles al Evangelio de Cristo. El Obispo fiel no ve, entonces, en cualquier avance que los hombres han hecho en el refinamiento, el aprendizaje o la filosofa, la razn suficiente que justifique ningn pre-texto de abandonar, suprimir o modificar, las verdades grandes y solemnes, con la que el Evangelio inici su sos-tn al bien moral eterno de los hombres.

    No hay ninguna ambigedad en su posicin. l est en la iglesia de Cristo ha confiado en el Evangelio de Cris-to.

    2. Fidelidad en su apoyo de la iglesia, en la organizacin

    bblica y primitiva la Palabra pura, el Ministerio intac-to, los Sacramentos tal cual Cristo los orden, y su autori-dad y ordenanzas como l y Sus Apstoles las ordenaron al rebao. Ense, como l estableci, que se ha de ver a la Iglesia como la esposa y el cuerpo de Cristo, como la columna y baluarte de la verdad, como el candelero de oro, en el cual se colocan la Palabra, el Ministerio y los Sacramentos, para dar a luz y el brillo y consuelo a todos en el crculo de su influencia, no menos que para ser un faro para ellos, el cual nunca podr hundir esta institucin de Dios en una mera asociacin voluntaria, ni estimar sus pretensiones sobre s mismo y sobre sus condiscpulos co-mo cosa de poca monta o de la dbil obligacin. Los ttu-los de las mismas y el carcter que le asignen, no puede dejar de garantizar por ello su afecto, sentido, y los esfuer-zos. Se trata de el Reino de Dios, establecido por l en-tre los rebeldes e idlatras imperios del mundo; se trata de el Reino de Cristo, establecido por la agencia de la encar-nacin del Hijo del Altsimo; se trata de el Reino de los cielos, designado para preparar hombres para la asocia-cin pura del mundo celestial, y guiarlos e introducirlos a sus glorias; se trata del reino de los santos, como enten-diendo la porcin regenerada y restaurada de su provincia rebelde, quien profesa retornar a esa elegancia de corazn

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 25

  • y vida que reconcilia con Dios, y son provistas con los me-dios, y lmites de la bsqueda, de la santidad universal, por los trminos de un pacto explcito.

    3. El obispo fiel ser diligente en el mantenimiento del orden y la pureza de la adoracin prescrita de la iglesia, de acuerdo con las formas que, consagrados por la piedad y la sabidura de la poca, el suministra a sus propios miem-bros, acorde a la Palabra de Dios, la ms rica fuente de consuelo y disfrute espiritual, y para los que nos rodean, las caractersticas ms atractivas de la dignidad, el favor y la adaptacin a los ms clidos sentimientos de piedad y espiritualidad en el corazn humano.

    4. l ser fiel en cuidar, entre su clero, los sentimientos de devocin Cristiana; que la ansiedad por las almas de sus respectivos rebaos; esa obediencia ciega a la voluntad de Cristo; esa completa y cordial dependencia en los rescates prometidos de su gracia; esa elevacin sobre cualquier in-fluencia de la sonrisa y el fruncimiento de las cejas terre-nales; ese ilustre y firme enclave a la institucin de la igle-sia; esa expresin franca de puntos de vistas independien-tes, en todas las preguntas que vienen a ellos como sus consejeros y legisladores

    5. Su fidelidad ser mostrada en su bsqueda de levantar y extender, entre los laicos a su cuidado, una segura convic-cin de la influencia que ellos ejercen, para bien o para mal, segn ellos traigan sus respectivos dones a ser distri-buidos para el bienestar de la iglesia y la salvacin de los hombres; por el sello, la libertad, y la preocupacin en su empresa, tomando ellos sobre s la auto-negacin del ca-rcter Cristiano, y estableciendo sus afecciones en las cosas de arriba, o entregando sus corazones a la apata espiritual, a la ignorancia y a la mundanalidad, generando disgustos por el servicio a Dios, y golpeando el corazn y las manos por el inters espiritual y eterno de los hombres.

    6. El Obispo de la iglesia debe ser fiel a su propia alma. Ay! Ay! La profunda conviccin de debilidad, flaqueza, y pecado, demanda la confesin de que: Tenemos este

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 26

  • tesoro en vasijas de barro, para que la excelencia del po-der sea de Dios, y no de nosotros. Ninguna elevacin puede mostrar el enemigo secreto sin l. Ninguna super-visin de otros podr jams escudarlo de lo ms elevado del pecado sobre s mismo. Ninguna solicitud por otros, podr jams compensar la indolente negligencia de su propio bien espiritual, tampoco lo podrn exonerar de su obligacin por la santidad, o del uso de los medios de gra-cia. La humildad, la contricin y la auto-abnegacin ha de caracterizarlo, hablamos de la humildad de Cristo. Suya ah de ser la fe sencilla y confiada como la de un nio. Su-ya tambin ha de ser el sometimiento a la tierna concien-cia del santo recin avivado. Ha de hacer suya la comu-nin en la habitacin secreta con Aquel que ve en lo se-creto. Debe hacer suya la oracin importuna, y la mirada de guila de vigilancia. Debe hacer propio el riguroso auto-control, la lengua guardada, la renovacin continua y fresca del pensamiento, el deseo refrenado, el ojo entrena-do en rechazar los deseos, lo que, en definitiva se ha de-nominado, el uso ms diligente de todos los medios de gracia. Ha de hacerlos suyo si quiere resistir de manera efectiva las corrupciones de su propia naturaleza, las ten-taciones, agravada a menudo por su posicin, la cual lo acosa al igual que a los dems, y por los ataques desespe-rados del ms grande de todos los enemigos, de quien el triunfo de su orgullo siempre ser hundir a los lderes del ejrcito al polvo de las inconsistencias secretas, o a la hu-millante exposicin pblica del pecado.

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 27

  • Arthur Pink8 (18821952)

    En su comentario sobre Mateo 5-7, en su Exposition on the Sermon on the Mount, comentando sobre las Bienaventuranzas, Pink escribi:

    A pesar de que se nos dijo al principio del captulo 5 que eran Sus discpulos a quienes Cristo enseaba aqu, sin embargo, es igualmente claro en los versculos finales del captulo 7 que este sermn se habl en los odos de las multitudes. Esto debe tenerse en cuenta de manera cons-tante en todo, porque si bien contiene mucha instruccin para los creyentes en relacin con la prctica de una vida buena y honesta, tambin es cierto que en parte este dis-curso est evidentemente diseado para los no creyentes, en particular las secciones que contienen una mayor data estableciendo la naturaleza espiritual de su reino y el carcter de los que entran y disfrutan de sus privile-gios.9

    Para Pink, las Bienaventuranzas, y el resto de las caractersticas piadosas en todo el sermn, describen el carcter de aquellos que entran y disfrutan los privilegios del Reino de Dios. En el mismo libro escribi lo siguiente:

    Bienaventurados los pobres en espritu, porque de ellos es el reino de los cielos (Mateo 5:3). En estas palabras Cristo comienza a plasmar una pintura de aquellos caracte-res en quienes reposa la bendicin de Dios. Es un cuadro compuesto, cada lnea en la obra acenta ciertos distintivos espirituales y con l todo nosotros podramos con toda ho-nestidad y cuidado compararnos a nosotros mismos.10

    Dr. Martyn Lloyd-Jones (1899 1981)

    El Dr. Lloyd-Jones, en su comentario sobre Efesios 5:18-2111 escribi:

    El apstol [Pablo] est tratando de mostrar a los efesios el carcter nico del cristiano, pues el argumento es que ser un creyente y como consecuencia el no permanecer en el estado en que vivamos antes, ahora es posible vivir en un gozo real.12 Debemos ser diferentes de lo que ramos antes de venir a Cristo, debemos ser diferentes que los del

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 28

  • mundo, y nuestros rasgos esenciales han de ser completa-mente diferentes a la de los hombres y mujeres que todava pertenecen a este reino [mundanal].13

    (Corchetes aadidos por el autor)

    Lloyd-Jones tambin escribi:

    el apstol nos recuerda aqu que no debera haber nada ms evidente en un Cristiano, nada ms caracterstico, que esta virtud de orden, esta cualidad de una vida ordenada, este balance, este razonamiento, esa disciplina.14

    Refirindose al asunto de cmo instruir a otros en la vida Cristiana, dijo:

    No hay manera ms profunda de ensear sobre la santifi-cacin y la santidad que simplemente ensear tal doctrina ilustrada con el ser, la naturaleza y el carcter de Dios! No inicies contigo mismo y tus problemas y necesidades, ini-cia con Dios. Esto no empieza con tu deseo, inicia con el Todopoderoso, el Santo, Santo, Santo, Seor Dios, Todo-poderoso. Qu podra ser ms conductor a la santidad y la pureza que l? La Biblia est repleta de esta enseanza.15

    Para Lloyd-Jones el carcter cambia cuando te conviertes al cristianismo, y de inmediato cambias de tener un carcter mundano a tener un carcter Cristiano.

    Comentando sobre el Sermn del Monte (Mateo 5-7), l dijo:

    Las Bienaventuranzas nos muestran que: primero, todos los cristianos son as No es una mera descripcin de ciertos creyentes Segundo, estas Bienaventuranzas no son una descripcin de oficios;16 ellas son una descripcin del carcter17 Tercero, esta descripcin, yo sugiero, cla-ramente indica (quizs ms claro que cualquier otra cosa en toda la Escritura) la absoluta y esencial diferencia entre el Cristiano y el no-cristiano.18

    M. D. Lloyd-Jones no nos deja a nuestra especulacin sobre el tema y es-cribi respecto de la naturaleza de las caractersticas (que conforman el todo, el carcter) como sigue:

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 29

  • Ninguna de estas descripciones se refiere a lo que po-dramos llamar tendencia natural. Cada una de ellas es completamente una disposicin la cual es producida por gracia por la operacin del Espritu Santo en nosotros. No puedo enfatizar esto ms fuertemente. Ningn hombre na-tural se puede conformar a las descripciones que se regis-tran en las Bienaventuranzas, y debemos ser muy cuidado-sos de dibujar una marcada distincin entre las cualidades espirituales que aqu se describen, a aquellas materiales que se asemejan.19

    Dr. John R. W. Stott (1921 2011) En su introduccin al Sermn del Monte, Stott arrib a la siguiente conclu-sin:

    La enseanza del Sermn es que los cristianos (los ciuda-danos del Reino) han de ser enteramente diferentes de los que no son cristianos. Como dijo Jess: no seis como ellos (Mateo 6:8). Esto significa: nosotros no debemos hacer lo que ellos hacen (Levticos 18:13). Esto es as solo en base del arrepentimiento, a lo cual Jess llam a todos (4.17). En resumen, los cristianos (nosotros) hemos de ser:

    1. Totalmente diferentes en carcter (Mateo 5.3-11)

    2. Nuestra justicia debe exceder la de los escribas y fariseos (en comportamiento tico y en piedad reli-giosa)

    3. Nuestro amor debe sobrepasar el amor de los gen-tiles (pues hemos de amar aun a nuestros enemi-gos)

    4. Hemos de enfocarnos en las cosas de arriba, en vez de las terrenales como hacen los gentiles (6:32, 33)

    l hace notar que el patrn comparativo se trata de un grupo muy selecto, judos, y entre ellos, los escribas y fariseos, quienes eran los telogos y los hombres religiosos de ms alta reputacin en su entonces.20

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 30

  • Dr. John Richard21

    En su libro The Pastoral Ministry (el Ministerio Pastoral) escribi:

    Jess le dijo a sus discpulos, Si alguno me sirve, sga-me Si alguno me sirviere, mi Padre le honrar (Juan 12:26).

    Si aquellos que sirven a Cristo tienen que seguir a Cristo, entonces nosotros, pastores, debemos seguirle a l ms de cerca.

    l considera aqu al servidor en general, pero como ya hemos explicado, nosotros somos sus siervos (esclavos). De manera que este pasaje est ha-blando directamente sobre nosotros. Nosotros somos siervos de Cristo, ser-vimos a Dios. As que somos sus seguidores. En la misma seccin, el pas-tor Richard escribi la siguiente declaracin poderosa:

    Nuestro conocimiento acadmico o teolgico no traer gente a Cristo, solo nuestra semejanza a l lo har.

    En la misma lnea de pensamiento, citando al pastor Robert Murray MCheyne, el Dr. Richard escribi:

    No es el gran talento lo que Dios bendice sino la semejan-za a l. Un ministro santo es un arma impresionante en las manos de Dios.22

    Lo que ambos (el Dr. Richard y el pastor MCheyne) estn describiendo es a lo que estamos aqu llamando carcter. El carcter es lo que somos. El carcter de un Ministro Cristiano ha de ser como Cristo. El carcter es nuestra semejanza a Cristo.

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 31

  • John MacArthur, Jr.

    MacArthur, en su libro: Redescubriendo el Ministerio Pastoral dedica el captulo 5 al asunto del carcter del pastor, donde declara que:

    Pablo, en Tito 1, provee una buena oportunidad para ar-gumentar los rasgos del carcter necesario para alguien que ostenta el ministerio pastoral en una iglesia local. De-be ser un hombre con la ms alta moralidad en su compor-tamiento sexual. El verso 9 relata lo que Dios quiere que haga el pastor, pero primero y principalmente los versos 6 al 8 nos dicen lo que el pastor DEBE SER.23

    (nfasis del autor)

    Despus de mencionar las caractersticas especficas en el pasaje, l hace la explicacin que del pasaje hiciera Alexander Strauch en su libro: El An-cianato Bblico, segn sigue:

    Este es el estndar de Dios para el carcter de cual-quier pastor y tal es la primera consideracin en la prepa-racin para el ministerio pastoral.24

    (nfasis del autor)

    El resumen respecto al carcter de un pastor es que l debe ser irreprensible, humilde. El resto de la lista (en Tito 1) es un examen de

    cada componente de la caracterstica irreprensible.

    Dr. Erwin Lutzer25

    En su libro: De Pastor a Pastor: cmo enfrontar los problemas del Minis-terio, Lutzer escribi:

    Ciertamente las cualidades mostradas en 1 Timoteo 3 co-rresponden ms a la descripcin del carcter actual de un hombre y no tanto al que tuvo en el pasado, pero con fre-cuencia su vida anterior es relevante, particularmente a partir de su conversin. Si el hombre no aprueba el exa-men de las Escrituras, debe ser excluido del ministerio, y quizs posteriormente su llamado pueda cumplirse de otra manera.26

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 32

  • Derek Prime En su introduccin al captulo dos Vida y Carcter, de su libro: On Being a Pastor (Siendo un Pastor), l escribi:

    Es el enemigo de nuestra alma sutil que trata de hacernos creer que los requerimientos de Dios sobre nuestra vida y carcter son de poca importancia o demasiado familiar.

    Robert Murray MCheyne el ministro piadoso Dundee

    que muri cuando slo tena veintinueve aos pone nuestro tema en la perspectiva correcta en dos de sus de-claraciones ms reveladoras sobre la vida personal de un ministro: En primer lugar, la mayor necesidad de mi gen-te es mi santidad personal; y segundo, qu terrible arma en la mano de Dios es un ministro santo. Fue adecuado para Hensley Henson, un obispo de Durham, para ser pro-nunciado en un servicio de ordenacin estamos compro-metidos a una vida consagrada no slo la bsqueda de una profesin. Con razn Pablo apela a Timoteo, el joven pas-tor y maestro, como un hombre de Dios. (1 Timoteo 6:11)27

    Prime tambin escribi lo siguiente:

    El Nuevo Testamento enfatiza el carcter como una cuali-dad para el liderazgo espiritual por encima de los dones

    de hecho, probablemente ms en el carcter... el fruto del Espritu es tan importante como el don del Espritu tanto en la vida de un pastor y maestro, como para cual-quier cristiano. No existe rivalidad entre los dos: Ambos son importantes y necesarias. Pero el don del Espritu debe ejercerse en una manera que glorifique a Dios, que es su propsito (1 Pedro 4:11; cf. 1 Pedro 4:7-9). El don del pre-dicador no es tan valeroso para el cuerpo de Cristo como su carcter cuando demuestra la verdad de lo que decla-ra.28

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 33

  • Dr. Brian Chapell

    En su libro: La Predicacin Cristo-cntrica, Chapell establece la diferen-cia entre gracia y carcter cuando escribe:

    El nfasis en el carcter de un pastor es ftil y errneo sin entender la gracia que moldea el carcter y el conducirse de alguien acorde a la voluntad de Dios. El esfuerzo hu-mano est comprometido con la vida santa, pero l en s mismo no es productor de la santidad Intentando confor-mar nuestro carcter a los requerimientos de Dios en la suficiencia de nuestras acciones es tan arrogante como los esfuerzos de salvar almas por nuestros talentos. Los predi-cadores potentes deben llegar a ser bien informados con la gracia que sus carcteres requieren.29

    En su libro cit a Wesley y estableci que cuando predicamos la gente no ve y escucha el sermn sino a nosotros.

    La honestidad de Wesley refleja la admonicin de la Es-critura y nos reta a guardar nuestro carcter si queremos eficacia con la Palabra.30

    En el mismo pensamiento escribi:

    Ninguna verdad clama ms fuerte a la santidad del pastor que la conexin entre el carcter de un pastor y la recepti-vidad a su sermn.31

    Y otra vez:

    El carcter y la compasin de un ministro, ms que las caractersticas del sermn predicado, determinan la calidad del mensaje escuchado.32

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 34

  • Jerry Bridges

    Bridges, en su libro: La Devocin a Dios en Accin, cuando trat el te-ma: Vistmonos del carcter de Dios (en el cap. 5) escribi:

    La piedad, o devocin a Dios, consiste de dos caractersti-cas distintivas pero complementarias. La persona que quie-ra ejercitarse en la devocin a Dios debe ocuparse de am-bas con el mismo vigor. La primera es estar centrado en Dios, a lo que llamamos la devocin a Dios; la segunda es ser semejante a Dios, a lo que llamamos el carcter Cris-tiano. El carcter piadoso surge de la devocin a Dios y confirma de manera prctica la realidad de dicha devocin.

    Debemos expresar reverencia hacia Dios, podemos elevar nuestros corazones en alabanzas a l, pero demos-tramos la realidad de nuestra devocin a travs de nuestro sincero deseo de ser como l. Pablo quera no solo cono-cer a Cristo, sino tambin ser como l; y Pablo se esforza-ba con gran intensidad para llegar a esa meta.33

    De esta declaracin en lo adelante Bridge se enfoca en desarrollar el tema: Cmo ser semejante a Dios (el desarrollo del carcter santo). Por ello l escribe un grupo de caractersticas que ponen de manifiesto el carcter de una persona piadosa. En el mismo captulo l habla de: (1) la motivacin correcta de la devocin a Dios, (2) la fuente de nuestro poder debe ser Je-ss, (3) nuestra responsabilidad en el desarrollo del carcter es nuestra de-pendencia de Dios, (4) nuestro desprendimiento continuo del Viejo hombre (la naturaleza pecaminosa) y la procura de la nueva (la de Cristo), (5) creci-miento equilibrado, en el fruto del Espritu, y (6) creciendo progresivamen-te.

    Bridges nos provee un diagrama que nos muestra las diferencias entre nuestra conducta y nuestro carcter el cual muestro abajo:

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 35

  • Este diagrama nos muestra que no podemos separar el comportamiento, nuestra conducta, de lo que realmente somos: nuestro carcter.

    A seguidas del cap. 5, Bridge nos presenta un grupo de caractersticas que segn el demuestran los aspectos del carcter piadoso, a saber: humil-dad (Lucas 14:17), contentamiento (1 Timoteo 6:6), agradecimiento (Salmos 100:4-5), gozo (Romanos 14:17), santidad (1 Juan 1:5), dominio propio (Proverbios 25:28), fidelidad (Proverbios 20:6), paz (Romanos 12:18), paciencia (Colosenses 3:12-13), mansedumbre (Glatas 25:23ss; Colosenses 3:12), bondad (Glatas 6:10), amor (Colosenses 3:14), persi-guiendo el blanco (2 Timoteo 4:7).

    Como has podido ver se trata de una exposicin de las caractersticas generalmente conocidas como el fruto del Espritu. Reflejar este fruto, el

    cual es un paquete (razn por la cual la Biblia las menciona en singular Glatas 5:22ss), es ser santo, ser semejantes a Cristo, portar un carcter Cristiano, ser maduro.

    Dr. Charles R. Swindoll

    Swindoll es uno de los autores cristianos que ms grande contribucin ha hecho al campo del carcter del cristiano, quizs el de mayor aporte en la historia Cristiana completa, a mi consideracin. Su libro: La Bsqueda del Carcter Maduro, su libro sobre liderazgo bblico, como el clsico: Psame Otro Ladrillo, su serie sobre personajes de la Biblia, subtitulada Grandes Hombres de la Biblia, que son biografas extradas de la mdula misma de las escrituras de personajes como: Jos, Moiss, David, Elas, Pablo, Ruth, entre otros, nos brindan amplia luz sobre nuestro tema. Swin-doll declar:

    Ni la fama ni la imagen le importan a Dios. l est intere-sado en la sustancia y el carcter.34

    Lo que han escrito los pastores a travs de la historia respecto del carcter 36

  • CONCLUSIN PARTICULAR

    Como habrs podido notar, el trmino carcter no se ha venido usando especficamente por mucho tiempo. Es una palabra bsicamente explotada en los dos ltimos siglos, especialmente significando lo que hemos esta-blecido en este libro. En los casos en los que hemos visto referencia direc-ta al carcter, notars una semejanza extraordinaria entre los autores cris-tianos y los pastores. En el captulo siguiente te mostraremos declaracio-nes actuales sobre lo que consideran los pastores del rebao de Dios (los ministros de hoy, especialmente los conservadores).

    En esencia, ellos quieren decir que el comportamiento es el grupo de caractersticas que distinguen a los hombres. Incluso, Bridge nos mos-tr un diagrama sencillo sobre la indivisibilidad de comportamiento y ca-rcter, por hacer una diferencia entre trminos. En el cap. 1 describimos que el carcter es una imagen, una impresin del modelo, y por tal razn, en el caso de un ministro (pastor, anciano, obispo, dicono), ese modelo es Dios mismo, Jesucristo.

    En los captulos venideros analizaremos mas evidencias bblicas para fortalecer nuestra tesis. En el prximo captulo hemos de ver lo que los pastores (ministros) creen que la Biblia ensea sobre el particular. Sigue con nosotros en esta fascinante aventura por las senda