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INTELIGENCIA EMOCIONAL INTRODUCCIÓN Cuando hablamos del modelo de observador, mencionamos que está compuesto por el cuerpo, lenguaje
y emociones. Las emociones son parte constitutiva del ser humano, son como el respirar. Desde este
lugar es que decimos que todas las emociones sirven para algo.
CONCEPTO La Inteligencia Emocional es la capacidad de:
1) Sentir : ponerle nombre, distinguir nuestras emociones, reconocer en mi las emociones. (Diccionario
emocional).
2) Entender : para qué está esa emoción, qué información valiosa de mi me provee esa emoción. Cada
emoción sirve para algo.
3) Controlar : implica no ser “controlados” por la emoción sino tener nosotros el control de las mismas
(control entendido como capacidad de decisión y uso habilitante de las mismas). Tapar las emociones
es un mal uso de la inteligencia emocional.
4) Modificar estados anímicos: podemos accionar para modificar nuestro cerebro. Las emociones
tienen un correlato físico en el cerebro (neuroplasticidad).
a)Propios
b) Ajenos.
Tener mayor inteligencia emocional es poder modificar estados de ánimo propios y ajenos.
EJEMPLO: Que las personas se sientan mejor luego de estar con nosotros.
Modificar un estado emocional en un equipo de trabajo.
Dar feedback y que la persona se vaya mejor que al momento de comenzar la conversación y
que se vaya motivado.
CLAVE: Al referirnos a la inteligencia emocional como una capacidad, implica que se puede modificar.
El afuera no determina mi estado emocional.
La inteligencia emocional abarca (Daniel Goleman):
Inteligencia Intrapersonal
Autoconocimiento emocional
Autocontrol Emocional
Inteligencia Interpersonal
Empatía.
Habilidades Sociales.
Desde la mirada del coaching:
Es la capacidad de:
Distinguir las emociones propias y ajenas tanto desde su manifestación lingüística como
corporal
Aceptarlas
Comprometerse a la generación de las emociones que necesitamos para accionar hacia la
visión declarada
Reconocer las emociones como base de las relaciones
Cuál es la relación entre el pensar y sentir?
Existe una relación directa entre nuestras conversaciones y la emocionalidad. Según como sean
nuestras conversaciones internas, serán nuestras emociones.
Las conversaciones en lenguaje descriptivo en el caso por ejemplo de una queja, pueden generar
emocionalidades como:
Enojo
Frustración
Resignación
Resentimiento
Si utilizo lenguaje descriptivo pero estoy relatando un hecho del pasado que me resultó
divertido, la emocionalidad que me genere será por ejemplo alegría.
Las conversaciones en lenguaje generativo pueden asociarse a:
Incertidumbre
Alegría
Esperanza.
Miedo
Etc
CLAVE: No hay emociones buenas o malas, las emociones son.
Hay una relación entre nuestros resultados y nuestras emociones.
Existe una relación entre la interpretación que hago de algo y el impacto en nuestra emocionalidad y
corporalidad. No es casual lo que sentimos a nivel corporal.
EJEMPLO: “Me cayó como una piedra en el estómago lo que me dijo”.
Según la conversación en las que estemos, nos generamos ciertos estados emocionales, por lo cual es
importante distinguir en que conversación me encuentro para modificarla y que me resulte habilitante.
Qué relación hay entre las creencias y los estados emocionales?
En base a las creencias que tengamos de las emociones, eso afectará nuestros resultados.
REFLEXIÓN: qué emociones identifico como “malas” y “buenas”.?
EJEMPLO:
Si tengo la creencia de que el enojo es malo, puede ser que la reprima, la niegue, la tape.
Secundariamente a esto me genero otra emocionalidad como la culpa por sentir enojo. Si tengo la creencia de que las emociones son positivas, puede generar que me muestre tal cual
soy, que sea espontáneo y empático.
Si tengo la creencia de que las emociones son negativas, puede generar que me disocie de las
emociones por completo.
Algunos juicios de la cultura:
Son fenómenos del corazón y los sentimientos.
Afectan la capacidad de “ver” la realidad.
Facultad de “2do. Orden” que nos liga a la animalidad (pensamiento griego).
El pensamiento científico es “razón sin pasión”.
“No es bueno andar mostrando las emociones”.
Están más ligadas a lo femenino que a lo masculino: “llorar no es de hombres”.
La razón son las riendas que permiten “controlar la emoción”.
Hay emociones buenas y malas “vigila tus emociones”.
“El daño más grande que la cultura patriarcal, ha generado en la existencia humana ha sido el dar
valor de bueno o malo a las emociones. Las emociones no son ni buenas ni malas.
El problema surge de nuestra ceguera ante nuestro emocionar, y al no verlas, en el quedar atrapado
en ellas.
Les decimos a nuestros niños “controlen sus emociones” lo que equivale a decirles:”niéguenlas”,
y los atrapamos en la ceguera sobre nosotros mismos. Si dijéramos:“mira tu emocionar y actúa
consciente de él les abriríamos un espacio reflexivo y los invitaríamos a una libertad responsable.”
Humberto Maturana
Bases Fisiológicas de la Inteligencia Emocional
Cerebro Triuno
Cerebro Reptílico
Funciones básicas para la supervivencia
Actividad cardíaca y respiratoria
Responsable de las reacciones ante peligros inminentes
Conductas instintivas, programadas
Altamente resistente al cambio
Genera 7 conductas primitivas:
pelear
Huír
Inmovilizarse
Impulsividad
Defensa del territorio
Apareamiento sexual
Pertenencia a la manada o grupo
Cerebro límbico
Se integra por un conjunto de estructuras cuyas funciones se relacionan con las respuestas emocionales,
el aprendizaje y la memoria.
Responsable de:
Los sentimientos
La atracción sexual
La regulación endócrina
El dolor
El placer
Los recuerdos
La forma de ser (estar siendo) de los individuos
Cerebro Neocortex
Determina la capacidad de:
Pensamiento
Habla
Imaginación
Razonamiento
Análisis
Regulación del comportamiento de los individuos en su relación con otros
Responsable de:
Desarrollo del lenguaje simbólico
Lectura
Escritura
Cálculo
Recepción y procesamiento de los estímulos provenientes de los sentidos
Diferencia entre estados de ánimo y emociones
Emociones Estado de ánimo
El acontecimiento que las gatilla es
identificable.
Podemos influir en la aparición o
desaparición del gatillador.
Ocurre en un momento determinado
(transitorio)
Son señales (tablero de auto)
Las emociones pueden generar cambios en
los estados emocionales.
Vienen y se van
Recurrentes y de temporalidad más
extensa
Siempre estamos en uno (nos es
transparente)
“Nos tienen”
Son contagiosos
Determinan el tipo de observador que soy
CLAVE: no existe el “no estado de ánimo”, siempre estamos en uno.
EJEMPLO: Si mi estado emocional es de enojo y de golpe me suspenden una reunión, mi nivel de
enojo va a ser mayor comparado con un estado emocional de alegría.
Las emociones son como señales en el tablero del auto que nos traen información valiosa sobre algo
que nos está sucediendo. A nadie se le ocurriría arrancar el botón indicador del tablero, pues si no
estuviera y siguiéramos manejando, el problema en el motor seguramente sería mayor y hasta podría
fundir el motor del auto. CLAVE: las emociones son señales indicadoras a atender siempre.
La emoción no es parte constitutiva de una vivencia, no tiene que ver con la situación sino que la
emoción es producto de mi proceso interpretativo .La emoción es como el botón indicador en el auto
que me avisa que hay algo que debo atender. Esta es la función de las emociones! (luego veremos que
cada emoción está vinculada con un tipo de proceso interpretativo particular).
Qué relación hay entre la escalera de inferencias y las emociones?
Los estados emocionales están en la base de la escalera de inferencias y afectan el proceso
interpretativo de la escalera de inferencias que efectuamos. Si la identificamos, podemos controlarla y
no que la emoción nos domine.
CLAVE: Siempre hay un pensamiento previo a la emoción y para ellos es fundamental escuchar
nuestra conversación interna.
CLAVE: la repetición de emociones del mismo tipo genera cierto estado de ánimo.
Las emociones y el cerebro: El cerebro, no distingue cuando algo lo estoy recordando, imaginando o viviendo, por lo cual si estoy
recordando un evento negativo, se generarán las mismas sustancias químicas que si lo estuviera
viviendo, reforzando así ese estado anímico. Las emociones son sustancias químicas que entran en el
torrente sanguíneo.
CLAVE: distinguir que pensamientos, recuerdos, qué imagino cotidianamente para evaluar si me
generan emocionalidades habilitantes o inhabilitantes.
APLICACIÓN: distinguir qué quiero que pase para cambiar mi conversación interna.
Una escalera de inferencias es un “camino neuronal” de conexiones. Para modificarlo, podemos
hacerlo cambiando nuestra conversación interna y frenar el proceso interpretativo de nuestra escalera.
EJEMPLO: cuando aprendemos, estamos generando nuevas conexiones.
La repetición de un pensamiento u acción (me victimizo por ejemplo), me genera un determinado
estado de ánimo. Un estado de ánimo es una red neuronal. De tanto repetirlo queda configurado por
largo plazo. Esta es la razón por la cual lleva más tiempo modificar un estado de ánimo.
Las experiencias negativas también pueden ser regrabadas dada esta plasticidad neuronal.
CLAVE: al repetir algo reforzamos esa conexión. Hay que hacer un esfuerzo voluntario para cambiar
esa red.
APLICACIÓN: cambiar nuestros hábitos, acciones y pensamientos para generarnos nuevos y más
habilitantes estados emocionales.
Cómo salir de Emociones “Negativas” El neurólogo Antonio Damasio se dio cuenta en sus investigaciones que “la mejor manera de
contrarrestar una emoción negativa concreta es tener una emoción positiva muy muy fuerte”.
Clave: no negar lo que uno quiere cambiar ni juzgar negativamente nuestra emoción.
El camino será entonces:
Cambiar el observador para resignificar la situación y por lo tanto generar otra emoción
habilitante.
Generar otra emoción habilitante más fuerte.
Los 4 estados de ánimo básicos1
Estado de Animo de Resentimiento Cuando los seres humanos luchamos contra lo que no podemos cambiar, cuando demostramos
incapacidad para aceptar lo que hemos llamado las facticidades de la vida, generamos un espacio
dentro del cual es fácil que se desarrolle el resentimiento.
Interpretamos que hemos sido víctimas de una acción injusta. Alguien se interpuso impidiendo que
obtuviéramos lo que merecíamos, negándonos posibilidades a las que consideramos que teníamos
derecho. Alguien, por lo tanto, aparece en nuestra interpretación como culpable por lo que nos sucede.
Pero el resentimiento suele no detenerse allí. Además de los juicios subyacentes en los que podemos
reconstruirlo, descubrimos también una declaración (o una promesa que nos hacemos a nosotros
mismos). Sea quien sea el que hacemos responsable de la injusticia que se nos ha hecho, tarde o
1 Tomado del libro Ontologia del Lenguaje, de Rafael Echeverria
temprano pagará. En cuanto sea permitido, se hará justicia. El espíritu de la venganza es un
subproducto habitual del resentimiento.
El estado de ánimo de resentimiento se acerca al de la ira. La principal diferencia reside, sin embargo,
en que la ira se manifiesta abiertamente. El resentimiento, por el contrario, permanece escondido. Se
mantiene como una conversación privada. Crece en el silencio y rara vez se manifiesta directamente.
El resentimiento se nutre de dos fuentes. De las promesas y de las expectativas consideradas legítimas
que, en ambos casos, no son cumplidas. Ambas contribuyen a conferirnos el «derecho» de esperar un
determinado comportamiento de los demás para con nosotros. Es a partir de este «derecho», que el
resentimiento aparece como una invocación de justicia frente a la injusticia de lo sucedido.
El resentimiento, por lo tanto, requiere de condiciones que, de una u otra forma, bloquean la posibilidad
de hacer pública la conversación privada que alimenta quien sufre las consecuencias del
incumplimiento de una promesa o de una expectativa legítima. Por ejemplo, podemos tener el juicio de
que no seremos comprendidos por los demás o el juicio de que si hacemos un reclamo público
deberemos enfrentar consecuencias aún peores, etcétera.
Además, donde reina el temor, existe espacio para el resentimiento. Cuando la coordinación de
acciones está basada en el temor, el resentimiento puede desarrollarse con extrema facilidad.
Estructura lingüística para el estado de ánimo de resentimiento:
— Afirmo que sucedió (o no sucedió) X
— Juzgo que ello implica el incumplimiento de una promesa o de una legítima expectativa
—Juzgo que X me causó daño y restringió mis posibilidades actuales
— Juzgo que esto no es justo
— Declaro que «A» es responsable de esto («A» puede ser una persona, un grupo de personas, una
institución, etcétera)
— Juzgo que no puedo hacer nada ahora para que «A» repare el daño que me ocasionó
— Declaro que esto no es correcto (no debiera ser, o debiera ser diferente)
—Declaro que en algún momento, en algún lugar, en alguna forma, «A» va a pagar por esto
Nietzsche ha sido el gran filósofo del tema del resentimiento. Según él, ei resentimiento envenena la
vida y corroe la convivencia con otros. Pero, por sobre todo, se trata de una emoción que encadena al
ser humano, le arrebata su libertad. El resentimiento, nos dice Nietzsche, nos constituye en esclavos. La
esclavitud no es sólo, ni siquiera primordialmente, un asunto político o legal. Es, por sobre todo, una
condición del alma humana.
El resentimiento nos hace vivir en función de la persona (o las personas) con que estamos resentidos.
Aquello que juzgamos como una injusticia se transforma en guía y obsesión en nuestra vida. La
coherencia de lo que hacemos está definida por nuestro odio al otro y por nuestra sed de venganza.
Algunos conceptos
• Hay contexto de resentimiento, al no aceptar algo que sucedió (resistir).
• Hemos sido víctimas de una injusticia.
• Aparece la venganza como conversación.
• Permanece escondido, como conversación privada.
• Tiene que haber contexto en el que no se pueda manifestar la emocionalidad o efectuar un
reclamo.
El estado de ánimo de aceptación
Por aceptación o paz caracterizamos al estado de ánimo contrario al resentimiento y que, por lo tanto,
da cuenta de una emocionalidad diametralmente diferente que resulta de una misma situación. Lo que
define al estado de ánimo de la aceptación es la expresión de reconciliación que ella exhibe con la
facticidad. Decimos estar en paz cuando aceptamos vivir en armonía con las posibilidades que nos
fueron cerradas. Estamos en paz cuando aceptamos las pérdidas que no está en nuestras manos
cambiar.
Del resentimiento a la aceptación
Existen diferentes alternativas para ir del resentimiento a la aceptación:
Examinar los fundamentos de los juicios que tenemos.
Declaración personal que dé por cerrado el pasado.
Diseñar una conversación de reclamo.
Declaración de perdón.
Declaración de término de relación
Estado de Animo de Resignación
Observamos que alguien está en el estado de ánimo de la resignación cuando tal persona se comporta,
en un determinado dominio, como si algo no pudiera cambiar, mientras que nosotros consideramos lo
contrario. Reconocemos el estado de ánimo de resignación cuando podemos producir una conversación
subyacente que cuestionaría la opinión de que algo no puede ser cambiado, esto es, cuando juzgamos
que lo que alguien estima como inmutable puede cambiar. Lo que caracteriza a una persona, en el
estado de ánimo de la resignación, es el hecho de que ella, a diferencia de otras, no ve el futuro como
un espacio de intervención que le permite, a partir de las acciones que ella misma emprenda,
transformar el presente.
A menudo admitimos que estamos resignados en algún dominio de nuestras vidas. Podemos observar
nuestra propia resignación. Cuando esto sucede, de nuevo surge una tensión entre juicios de posibilidad
y juicios de facticidad. Por una parte, reconocemos que las cosas podrían ser diferentes. Pero, por otra,
estamos poseídos por el juicio de que las cosas no van a cambiar, hagamos lo que hagamos. Esto, a
menudo, conduce a admitir que teóricamente las cosas podrían cambiar. Al mismo tiempo, no nos
queda claro cómo ejecutar el cambio. A un nivel muy concreto, no sabemos qué hacer y, por lo tanto,
no hacemos nada. Esta es una manifestación muy común y generalizada de resignación.
• Juzgo que algo en el futuro no puede cambiar.
• Las cosas no van a cambiar, no importa lo que hagamos.
El estado de ánimo de ambición
Al estado de ánimo de la resignación se contrapone el de la ambición. Este último se caracteriza por
hacer lo contrario de lo que hacía el primero. Mientras la resignación se definía por la clausura de
posibilidades futuras, la ambición destaca por identificar amplios espacios de intervención que
conllevan el germen del cambio. La ambición permite ser reconstruida como una mirada diferente al
futuro. Una mirada en la que éste es visto como un vasto espacio de posibilidades de acción y donde las
acciones poseen una gran capacidad generativa y, por tanto, de construcción de nuevas realidades. Una
persona ambiciosa entiende que el presente construye futuro y, al hacerlo, trasciende lo que hoy existe.
Como disposición, ella se identifica con lo que Nietzsche llama «voluntad de poder».
Desde nuestra perspectiva, podemos reconstruir lingüísticamente el estado de ánimo de la ambición por
referencia al juicio que hacemos de una persona, en el sentido de que ve posibilidades de acción donde
otros normalmente no las ven y se compromete en la ejecución de tales acciones.
De la resignación a la posibilidad
Examinar los fundamentos de nuestro juicio de no posibilidad
Aprender a encarar conversaciones para pedir
Preguntar qué posibilidades no estoy viendo
Pedir ayuda
Compromiso – estar conectados con lo que quiero que pase (lenguaje generativo)
Bibliografía
Sentido de Líder (Alberto F. Sanjurjo)
La sabiduría de las emociones (Dr. Norberto Levy)
Inteligencia Emocional (Daniel Goleman)
Ontología del Lenguaje (Rafael Echeverría)