efesios

Upload: pierotf

Post on 10-Jul-2015

478 views

Category:

Documents


30 download

TRANSCRIPT

COMENTARIO BIBLICO DEL CONTINENTE NUEVOEfesiospor

Ral Caballero YoccouEditor General de la obra:

Dr. Jaime MirnAsesor Teolgico

Rvdo. Ral Caballero Yoccou

[P 2] Junta de referenciaPresidente: Luis Palau Ral Caballero Yoccou (Argentina), H. O. Espinoza (Mxico), Olga R. de Fernndez (Cuba), Pablo Finkenbinder (EE.UU.), Sheila de Hussey (Argentina), Elizabeth de Isis (Mxico), Dr. Emilio Nez (Guatemala), Dory Luz de Orozco (Guatemala), Patricia S. de Palau (EE.UU.), Guillermo Milovn (Uruguay), Carlos Morris (Espaa), Hctor Pardo (Colombia), Aristmeno Porras (Mxico), Asdrbal Ros (Venezuela), Randall Wittig (EE.UU.). Publicado por Editorial Unilit Miami, Fl. EE.UU. Todos los derechos reservados 1992 Asociacin Evangelstica Luis Palau Asesora editorial tcnica: Leticia Calada Versin utilizada de la Escritura: Reina Valera (RV) 1960. Sociedades Bblicas en Amrica Latina Usada con permiso. Producto 498635 Tela 498636 Rstica ISBN-1-56063-219-4

[p 3]

PREFACIO DEL EDITOR GENERALCuando por primera vez pensamos en la necesidad de una obra como sta, una de las necesidades que advertimosal margen de que el material fuera original en castellanofue que sirviera para llenar una gran necesidad del liderazgo iberoamericano. La mayora de los obreros del Seor en Latinoamrica no cuentan con los privilegios educacionales ideales ni con las posibilidades para lograrlos. Es por eso que, recurriendo a hombres de Dios y excelentes maestors bblicos del continente americano y de Espaa, acordamos realizar esta obra. Este Comentario Bblico est especialmente dirigido al obrero, lder o pastor que recin se inicia o bien que presiente no contar con preparacin acadmica adccuada por falta de tiempo o de medios. Esta obra no est dirigida a los expertos o eruditos puesto que estos hermanos ya cuentan con suficiente material. Este Comentario Bblico expositivo no analiza la Escritura versculo por versculo ni menos palabra por palabra. Por lo general se toman las ideas por prrafos y se extrae el contenido esencial. No intentamos, en esta obra, aclarar toda duda o contestar toda pregunta que pueda tener el maestro, predicador o estudioso de la Biblia. Lo que s deseamos hacer es estimular al predicador y ayudarle a aplicar y predicar el pasaje bblico. A pesar de que hay menciones al original griego, como parte de la filosofa editorial la Junta de Referencia pidi a los autores no ser ser exhaustivos en las explicaciones tcnicas ni erudito en la presentacin. Quiera el Seor aadir su bendicin a este Comentario de la Epstola a los Efesios a fin de que los lderes del pueblo de Dios sean edificados y, a su vez, el cuerpo de Cristo crezca en conocimiento y sabidura para gloria de Dios. Dr. Jaime Mirn Editor General [p 4]

[p 5]

NDICE GENERALPREFACIO DEL EDITOR GENERAL PROLOGO DEL AUTOR INTRODUCCION BOSQUEJO GENERAL DEL LIBRO EXPOSICION DEL LIBRO Parte I 1. Salutacin 1:12 2. El contenido del misterio eterno 1:38 3. El descubrimiento del misterio 1:914 4. El contenido de la oracin de Pablo 1:1523 5. El poder de Dios en la comunicacin de la vida 2:110 6. La identidad del cuerpo de Cristo 2:1122 7. La nueva comunidad: el misterio revelado 3:16 8. Pablo como predicador del evangelio 3:712 9. La manifestacin del poder de Dios 3:1321 Parte II 1. Las labores de la iglesia 4:116 2. El andar con el mundo 4:176:9 3. La lucha contra el diablo y sus fuerzas 6:1020 Conclusin 6:2124 BIBLIOGRAFIA [p 6] ndice De Notas Adicionales Del Autor En Cristo Gracia Redencin Dispensacin Misterios Sello Plenitud Reconciliacin Herencia Trinidad

[p 7]

PROLOGO DEL AUTOREn este estudio de la epstola a los Efesios, hemos procurado reunir material que pueda ser utilizado como base para estudios bblicos en todas las esferas del desarrollo de la iglesia. Lo hemos hecho en forma expositiva y en captulos cortos para que en su estudio personal cada pastor o lder pueda preparar su propio apunte. Hemos tratado de abordar todos los temas centrales e incluido cuadros adicionales que abran las puertas a investigaciones ms profundas. Sin embargo, la magnitud de la revelacin es de una extensin tal que nos abruma. Conscientes de nuestras limitaciones, pero contando con la asistencia del Espritu Santo, hemos trabajado sobre los borradores, cotejando a otros siervos de Dios, tal como lo consignamos en la Bibliografa. La nota final, que es tambin la central, es de gratitud a Dios por su bendicin espiritual encerrada en su propsito eterno, parte de la cual disfrutamos como miembros de la familia de Dios e integrantes de la nueva comunidaddenominada de varias maneras a lo largo de la epstola. Tal como Pablo lo hizo en su momento, tambin nosotros rogamos a Dios, el Padre de gloria, que nos d espritu de sabidura y de revelacin en el conocimiento de l, alumbrando los ojos de nuestro entendimiento para conocer la esperanza a que fuimos llamados, y saber cules son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cul la supereminente grandeza de su poder que resucit a Cristo de los muertos y lo ha colocado como sublime y glorioso Seor sobre todos. Amn. R. C. Y. [p 8]

[p 9]

INTRODUCCINLa ciudad de Efeso era el asiento de las autoridades romanas que regan Asia. Tericamente, el Imperio delegaba esa funcin clave en una persona denominada procnsul (ver Hch. 13:7; 18:12). La presencia de las autoridades, unida al movimiento del puerto que relacionaba las provincias donde Pedro y Pablo trabajaron con el resto del mundo civilizado, hicieron de esta ciudad una capital con toda clase de habitantes, tanto en origen como en condicin social. El famoso templo de Diana, conocido por los griegos como Artemis, atraa a mucha gente, en especial con motivo de los festivales del mes de marzo (llamados Artemision). Para esa ocasin la imagen de la diosa era llevada por las calles como expresin de veneracin y gratitud por la bendicin constante que aseguraban provena de ella. Diana de los Efesios era adems considerada una madre generosa que alimentaba tanto a sus hijos como tambin a otros lactantes. Por esta razn la talla apareca con varias filas de senos, demostrando su condicin de nodriza o madre de leche. Los adoradores extendieron esa cualidad y la entronizaron como madre de la fertilidad. Por su parte, la gente de las zonas rurales crea que Diana era un beneficio que los astros haban otorgado para bendicin de los campos y haciendas. Consideraban la corona decorada con los signos del zodaco (similares a los que hoy da vemos en los horscopos) como una explicacin de la cercana de los dioses. El templo que vio Pablo (posiblemente construido por Alejandro el Grande en 336 AC) era el ms bello de los santuarios de la regin, tanto por su estilo de edificacin como por la riqueza que encerraba. Fue considerado una de las siete maravillas del mundo. Los plateros del lugar fabricaban cantidad de pequeas estatuas de la diosa y las vendan a los visitantes para estimularlos a que llevaran con ellos la bendicin de Diana. Aseguraban a los fieles que en vista que ella haba descendido del cielo, tena poderes milagrosos sobre toda la vida humana (Hch. 19:35). Se gener as una fe [p 10] creciente en el poder milagroso invencible bajo cuya proteccin estaban garantizados tanto la fertilidad matrimonial como el crecimiento de los hijos y la provisin de los alimentos. Amparados en esa creencia proliferaron el libertinaje, la corrupcin y la magia (Hch. 19:1119). Todo esto sumi a la gente en una profunda degradacin y ceguera espiritual (Ef. 4:1719). Como otras ciudades claves de su da, sta tambin fue el lugar de enfrentamiento para las distintas corrientes de pensamiento tanto griegas como tambin judas, paganas y folklricas. 1. LABORES APOSTOLICAS Efeso se haba constituido en un centro de operaciones para Pablo desde la primera visita relmpago que realiz durante su segundo viaje misionero (Hch. 18:1931). Su inters por la salvacin de los habitantes produjo un impacto tan grande que los residentes quisieron que se quedara con ellos por ms tiempo. Aunque no lo pudo hacer en esa oportunidad, comision a Aquila y Priscila para la tarea. En su segunda visita per-

maneci por unos tres aos (Hch. 20:31) y realiz la labor pastoral ms intensa relatada en el Nuevo Testamento. El apstol haba percibido que Efeso era un centro de gran influencia para las provincias occidentales de Asia Menor. Cuando les escribi a los corintios sobre su decisin de permanecer por ms tiempo en Efeso, les dijo que lo haca porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y machos son los adversarios (1 Co. 16:9). Pablo realiz su labor con mucho tacto, tratando de persuadir al auditorio pagano con su mensaje evanglico (Hch. 19:26). Procur exaltar al Seor Jess para que lo aceptaran como tal, de modo que el triunfo del evangelio fuera mucho ms que un simple cambio de dioses. La disminucin de las ventas de templecillos era, segn Demetrio, una espada de doble filo. Por un lado, marcaba el fin de un prspero negocio, y por otro, el descrdito de la gran diosa Diana (Hch. 19:27). A todas luces haba en el pueblo un cambio de Seor. Pablo continu hablando de la importancia del seoro de Cristo (Hch. 20:1921) a fin de crear en los corazones de los santos un espritu dcil de obediencia. Por esta predicacin fund una iglesia prspera en fe y grande en nmero segn lo confirm la historia. Sin embargo, esa iglesia siempre estuvo amenazada por la tendencia a cuidar de las formas y las tradiciones ms que del amor, hasta el punto de dejarlo (Ap. 2:17). 2. DESTINO El versculo 1 de la carta dice: a los santos y fieles en Cristo Jess que estn en Efeso. En Efeso no aparece en los manuscritos ms antiguos, lo cual ha provocado una disputa sobre si no se tratara de una carta dirigida a todas las iglesias de la provincia de Asia y no [p 11] nicamente a Efeso. El argumento se fortalece por escritos anteriores a estos manuscritos donde tambin est ausente el destinatario. Adems, al comparar Ef. 6:21 con Col. 4:7 vemos que Tquico de Colosas fue el portador de ambas epstolas y que estaba bien compenetrado del problema que asediaba a toda la zona. Al respecto express el telogo escocs F. F. Bruce: El punto de vista ms aceptable, teniendo en cuenta el carcter general de la carta, es que fue escrita para todas las iglesias de la provincia de Asia, algunas de las cuales Pablo conoci personalmente (comp. Col. 2:1). Aunque el mensaje de la carta nunca estuvo intencionalmente limitado slo a una iglesia local, es aceptable llamarla la epstola a los Efesios, siempre que recordemos que fue enviada tambin a otras iglesias de esa provincia cuya capital era Efeso. 3. GENUINIDAD Como otras cartas de Pablo, sta tambin comienza: Pablo, apstol de Jesucristo por la voluntad de Dios (1:1). Si esto no bastara para presentar al autor, en el captulo 3 leemos: Por esta causa, YO Pablo, prisionero de Cristo Jess Por otra parte, algunas evidencias internas de la epstola pueden ayudarnos a comprender el pensamiento del autor. La relacin de esta carta con la de Colosenses con respecto al problema de la zona, demuestra que el autor de ambas es el mismo. Dicha persona tiene un profundo conocimiento de la situacin teolgica del lugar y de la aparicin de herejas similares, que posteriormente desembocaron en el gnosticismo1 del siglo II. Los trminos conocimiento, pleno conocimiento, perfeccin, misterio, etc.1 Palabra derivada del griego gnosis, que significa conocimiento, que segn los poseedores de la doctrina era clave para la unin del alma con Dios. El fin de este conocimiento era entonces la salvacin, que inclua la purificacin e inmortalidad y tambin varios ingredientes como la mitologa o la astrologa mezclados con la filosofa del momento. Dios totalmente separado de la materia (que segn los griegos era portadora del mal o era parte de l) pudo efectuar la redencin por un complejo sistema de dioses intermedios. Pablo manifest que esta fantasa era una hereja (1 Ti. 6:21) porque negaba la humanidad de Cristo (Col. 2:9).

que ya haban aparecido en otras cartas reconocidas como de Pablo, nos inclinan a creer que Pablo es verdaderamente el autor. 4. FECHA Y LUGAR Efesios posee pocos detalles indicativos de las condiciones y circunstancias en que el autor escribi la carta, pero son precisos en el [p 12] sentido de que era un prisionero de Jesucristo (3:1; 4:1), que sufra tribulaciones (3:13), y se senta como un embajador en cadenas (6:20 comp. Hch. 28:20). Estos datos parecen sealar la primera prisin de Pablo en Roma que comenz cerca del ao 61 d.C. y dur por lo menos dos aos.2 5. OBJETIVOS DE LA CARTA Por el tiempo que Pablo dedic a la iglesia y el impulso que dio al evangelio en toda la provincia de Asia y sus alrededores, nos damos cuenta de que, como ningn otro, descubri: a) la importancia del evangelio para combatir la corrupcin; b) la tenacidad de los enemigos que queran invalidarlo. Pensamos, entonces, que al escribir a los Efesios Pablo tena en mente el destino de la iglesia de Cristo segn los propsitos de Dios, las bendiciones espirituales y el alcance ilimitado de los lugares celestiales, tanto para este siglo como para el venidero. Al observar en el curso de nuestro estudio el significado de las expresiones en l o en Cristo, advertiremos con mejor precisin el sentido que Pablo quera darle a la obra del Seor Jesucristo. La idea filosfica de que los principados y potestades como espritus vinculados con los astros eran los mediadores entre Dios y los hombres (1 Co. 8:6; 1 Ti. 2:5), se haba constituido en una amenaza para la fe de los cristianos en el Asia. Los santos haban comenzado a or que la reconciliacin tena otros ingredientes y que no era nicamente en Cristo (2 Co. 5:17; 5:19). Con abundancia de detalles y tomando el tema desde distintos ngulos, Pablo llega a la conclusin que ahora en Cristo Jess, vosotros que en otro tiempo estabais lejos habis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo (2:13). Para explicar esta cercana utiliz figuras que no nos resultan sencillas. Adems las mostr en etapas como para que nos tomemos el tiempo necesario para estudiar una por una. La primera etapa o fase de la cercana es la identificacin de judos y gentiles bajo el pacto de la sangre de Cristo. De los dos pueblos, Dios sac gente para formar la iglesia que Pablo denomin un nuevo hombre (2:15). Podramos afirmar que con muchos miembros diversos form una persona con un pensamiento, un carcter y un objetivo. Para explicarlo mejor el apstol recurri a la figura de cuerpo de Cristo, y afirm que cada miembro del cuerpo tiene la vida de Cristo (2:1) y todos forman un templo para la morada de Dios. [p 13] Aunque el concepto resulta difcil de entender, es la verdad que se desprende de esta epstola. Esto nos conduce a otro misterio, que es la segunda forma de unidad: Cristo es la Cabeza y nosotros los creyentes constituimos el cuerpo. Acaso una persona no se forma de esta manera? Puede existir una cabeza sin cuerpo? Puede haber un cuerpo sin cabeza? Necesitamos de ambos pues se complementan mutuamente. Por esta causa dice que la iglesia es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (1:23). Es una unidad muy extraa para nosotros, pero Dios quiso que los suyos furamos el cuerpoEn la carta a Filemn que Pablo envi con Onsimo, solicit alojamiento porque ya estaba prximo a recuperar la libertad (Flm. 22). Esto indicara que estas cartas fueron despachadas entre el 61 y el 63 d.C.2

que completara3 un ser glorioso, cuya Cabeza desde el cielo nutre a todos los miembros que estn en la tierra. Ella los fortalece y hace que sean sus representantesante los ngeles y dems seres celestialesde la unidad alcanzada en Cristo (3:10). Al estudiar esta epstola todo se ir haciendo ms claro. Y hay una tercera fase del propsito de Dios: la reconciliacin del universo. La lectura de los dos primeros captulos de Gnesis ayudar en la comprensin del tema. All observamos que siendo Dios el centro de la creacin, todo lo que apareca en escena era bueno en gran manera. Sin embargo, con la entrada del otro dios, esa armona se quebr. Pero acaso dejar Dios las cosas de esta manera? En absoluto. Satans ser condenado y su voluntad desterrada, y todo volver a estar unido teniendo a Cristo como centro. Es esto lo que leemos en 1:911, y que denominamos reconciliacin csmica porque abarca todo lo creado. No sabemos cmo lo har ni sabemos el momento exacto. Pero advertimos que Dios ha dejado a la iglesia en el mundo para que sea un modelo de todas estas formas de unidad. El quiere que seamos uno para que el mundo crea que con la intervencin de Cristo se producir la reconstructin de todo lo creado. El enemigo sabe que este plan significa su destruccin, porque el mal nunca podr ser unido con la santidad. Por consiguiente, lo resiste al mximo y aun inventa alternativas.4 Dios rechaza estos intentos paganos5 porque l quiere ser el centro y la fuerza de la unidad de la iglesiatanto en sus propsitos (4:1216) como en la experiencia que debe desarrollar en el mundo (5:186:10). En su deseo de dividir al cuerpo de Cristo, el enemigo trabaja contra la actividad del Espritu. [p 14] Al escribir estas lneas el autor siente tristeza al pensar en todas las divisiones entre los hermanos que el diablo ha logrado crear y manteneraun en nombre de la verdad o de la doctrina. Detrs de todo est su propsito siniestro de desbaratar lo que Dios ha determinado realizar. No nos extraa, por lo tanto, la advertencia vehemente de Pablo: Solcitos en guardar la unidad del Espritu en el vnculo de la paz (4:3).

Por eso habla de plenitud. Un ejemplo es atribuir la unin del universounin csmicaal trabajo de los astros. Esto equivaldra a una unidad sin Dios, sin Cristo, sin redencin y sin Espritu Santoalgo totalmente imposible. 5 Intentos de vincularnos con los astros.4

3

[p 15]

BOSQUEJO GENERAL DEL LIBROPARTE I La revelacin del propsito de DiosEn Cristo 1:1 a 3:211. A. B. C. 2. A. B. 3. A. B. C. D. E. F. 4. A. B. C. 5. A. B. C. D. E. 6. A. B. C. 7. A. B. C. 8. A. Salutacin 1:12 La credencial del autor Los destinatarios de la carta Los deseos del escritor El contenido del misterio eterno La bendicin celestial Las siete primeras manifestaciones de la bendicin El descubrimiento del misterio El mensaje El plan La ocasin El programa La determinacin La meta El contenido de la oracin de Pablo La gratitud Los temas La autoridad de la cabeza El poder de Dios en la comunicacin de la vida Poseer la vida es cambiar de Seor Experimentar la vida es conocer su carcter Compartir la vida es confirmar su designio Creer en la vida es participar del don de Dios Practicar la vida es exponer el propsito [p 16] La identidad del cuerpo de Cristo Ciudadanos del cielo Miembros de la familia de Dios Templo del Espritu Santo La nueva comunidad: el misterio revelado La introduccin El mtodo El contenido Pablo como predicador del evangelio El carcter del ministro 3:712 3:16 2:1122 2:110 1:1523 1:914 1:38

B. C. 9. A. B. C. D.

EL contenido del mensaje El objetivo de la revelacin La manifestacin del poder de Dios La actitud del corazn El tema de la peticin El resultado a esperar La conclusin de la oracin 3:1321

PARTE II La evidencia del propsito de Diosen los santos (4:16:24)1. A. B. C. D. E. 2. A. B. C. D. E. F. G. H. I. J. 3. A. B. C. D. E. A. B. C. Las labores de la iglesia Santidad Transformacin Unidad Actividad Comunin El andar en el mundo La lucha por la mente Los cambios en el estilo de vida Crisis en las costumbres pasadas Andar en amorno en pecado Andar en luzno en tinieblas Andar sabiamenteno en insensatez Andar en el Esprituno en disolucin Esposas y esposossujecin y amor Hijos y padresdisciplina y honor Amos y siervosobediencia y justicia [p 17] La lucha contra el diablo y sus fuerzas Fuente de poder La orden de preparacin El podero del enemigo La confirmacin de la victoria La descripcin de la armadura triunfal 6:2124 La persona que Pablo utiliza La labor de Tquico Saludos finales 6:1020 4:176:9 4:116

Conclusin

[p 18]

[p 19]

PARTE ILA REVELACIN DEL PROPSITO DE DIOSEN CRISTO 1:13:21[p 20] [p 21]

1. Salutacin 1:12Pablo, apstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jess que estn en Efeso: 2Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Seor Jesucristo. A. LA CREDENCIAL DEL AUTOR:1a 1

Pablo, apstol de Jesucristo por la voluntad de Dios

Antes de dirigirse a sus hermanos para ensearles y exhortarles, Pablo tuvo que identificarse. Era necesario saber quin era. As tambin nosotros antes de dirigirnos a los hermanos tenemos que confirmar quines somos y cul es nuestra autoridad. Para que la enseanza que se propona impartir tuviera los efectos esperados, el escritor deba tener autoridad de Dios. Tanto en esta oportunidad como cuando les escribi a los Corintios, indic que haba recibido una comisin directamente del Seor (comp. 1 Co. 1:1; 2 Co. 1:1). Escribiendo a Timoteo volvi a recordar la misma cosa (2 Ti. 1:1). El doble respaldo a su apostolado consista en ser un siervo seguro de su posicin (1 Ti. 1:12) y eficiente en sus funciones de apstol, predicador y maestro de los gentiles (2 Ti. 1:11). PABLO HABIA SIDO: Llamado para un servicio especfico Comisionado con el poder del Seor Enviado para predicar y ensear Hch. 9:15; 22:15 Hch. 13:4; 26:18 1 Co. 1:17; Col. 1:28

[p 22] Cul es la leccin para nosotros? Pablo no se perteneca a s mismo, nosotros tampoco. Hemos sido comprados por Cristo (1 Co. 6:20; 1 P. 1:18); santificados para su servicio (Ro. 6:6; 7:6) y comisionados para llevar el nombre del Seor (1 Ts. 1:67). La voluntad de Dios a la cual obedeca Pablo tambin rige nuestro servicio, y sin ella no tendremos poder ni victoria, pero en ella (Fil. 2:13) todo es posible porque es Dios quien obra y no nosotros (2 Co. 12:11). B. LOS DESTINATARIOS DE LA CARTA:

1b

a los santos y fieles en Cristo Jess que estn en Efeso

As como Pablo mencion un doble origen de su autoridad, tambin mencion dos cualidades de sus hermanos: eran santos y fieles. Santos porque haban sido separados por el Espritu Santo, y fieles porque haban confiado en Jesucristo de todo corazn. La condicin de apartados por el Seor no slo hablaba del propsito de Dios para ellos (1 Co. 1:2) sino tambin de la severa demanda de una vida de santidad (2 Co. 7:1). Ser fiel es el complemento de ser santo. Nosotros, tambin llamados por el mismo Seor para formar el cuerpo de Cristo, debemos sujetarnos a la obediencia de su voluntad (He. 12:14), fortalecidos por el Espritu Santo (Ro. 8:13). El propsito de Dios es que los miembros vivan enteramente ocupados en las funciones que determina la Cabeza (Ef. 4:16) (comp. 2 Ts. 1:10; Jud. 14). EN LA BIBLIA A LOS CREYENTES SE LOS LLAMA 1. Hijos 2. Cristianos 3. Hermanos 4. Siervos 5. Santos porque pertenecen a un Padre por su identificacin con Cristo por su comunin en el Espritu por su relacin en el trabajo por su condicin de escogidos 1 Jn. 3:12 Hch. 11:26 Col. 4:7 2 Ti. 2:24 Fil. 1:23; 3:8

La frase en Cristo Jess marca la posicin que todos los creyentes tenemos por haber entrado al cuerpo de Cristo. Aparte de representar una unin vital con l, habla de la intimidad por la cual los cristianos comparten su vida, seguridad, poder y victoria. [p 23] ESTAR EN CRISTO Es disfrutar de: 1. Una nueva relacin 2. Una seguridad inviolable 3. Una cercana a Dios 4. Un gozo real 5. Un lugar para fructificar C. LOS DESEOS DEL ESCRITOR:2

2 Co. 5:17 Ro. 8:1 Ef. 2:13 Fil. 3:3 Jn. 15:4

Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Seor Jesucristo.

Normalmente el saludo griego era chaire (regocjate), del que surge el trmino charis que significa gracia. Pablo utiliz esta forma de saludo en casi todas las epstolas a excepcin de 1 Tesalonicenses, gracia y paz sean a vosotros, y 1 Timoteo donde aadi misericordia como necesidad especfica para ese momento. Gracia (charis) era el saludo del Nuevo Testamento.

El apstol saludaba diciendo gracia, que sin duda es mejor que cmo est usted? porque cada vez que lo repeta, recordaba para s y para los hermanos lo que era y tena en Cristo Jess. Adems, Pablo agreg la palabra paz, que era el saludo hebreo shalom. En principio, era la experiencia real que lo una con Dios, y quera que los destinatarios tuvieran esa misma experiencia. Al tener paz con Dios (Ro. 5:1), entonces la paz de Dios (Fil. 4:7) gobernara los corazones para armonizar el pensamiento con el de Cristo Jess a travs de la obra del Espritu Santo (Ro. 14:17). La paz quita todo temor, de modo que cuando al saludar decimos paz, estamos compartiendo algo que tenemos, y no slo expresando un deseo. Es un deber del ministro del evangelio ser de bendicin a su pueblo (Nm. 6:2326) porque todos necesitan de la gracia y de la paz (Jn. 14:23; Fil. 4:7).1 Es la nica manera de estar firmes en la vida cristiana. As como nuestros cuerpos necesitan sustancia fresca y diaria para su nutricin, nosotros necesitamos las provisiones espirituales que slo provienen de nuestro Padre y del Seor Jesucristo. [p 24] SALUTACION 1:12 A. B. C. La credencial del autor (1a) Los destinatarios de la carta (1b) Los deseos del escritor (2) LA GRACIA DE DIOS (en Efesios) 1. Aceptados en el Amado para alabanza de la gloria de su gracia (1:6) 2. Perdonados segn las riquezas de su gracia (1:7) 3. Salvados por gracia, no por obras (2:5, 8) 4. Trofeos de su bondad por gracia (2:7) 5. Servidores de Dios por el don de la gracia (3:7) 6. Comunicadores de un nuevo mensaje por gracia (4:29) 7. Receptores de gracia para vivir en el amor del Seor (6:24) NOTA ADICIONAL EN CRISTO Pablo utiliz esta expresin y su derivados ms de cien veces, para destacar la grandeza de la salvacin. Estar en Cristo confirma nuestra seguridad de

El Padre es el Dios de toda gracia (1 P. 5:10); Jesucristo es el dador de la gracia (Hch. 15:11; 2 Co. 8:9), y el Espritu Santo es el Espritu de gracia (He. 10:29).

1

justificacin, reconciliacin, redencin y victoria. En sus saludos a varias iglesias incluy la frase (Ef. 1:1; Fil. 1:1; Col. 1:2) como nico modo de comprender la redencin efectuada. Pablo mismo se consideraba crucificado con Cristo (G. 2:20) y viva en la fe. Estar en Cristo es tener la vida de Cristo (Col. 3:4) y vivirla (Fil. 1:21). Es tener una nueva naturaleza (2 Co. 5:17) para compartir sus victorias (2 Co. 2:14). En Cristo disfrutamos la libertad del Espritu (Ro. 8:2), nos apropiamos de la nueva relacin con Dios (2 Co. 1:21), tenemos un mensaje ciertsimo (2 Co. 2:17) y un testimonio patente (Fil. 1:13). Estar en Cristo es estar en su cuerpo pues l es la Cabeza (Ef. 1:6), y nosotros miembros de un gran familida (Ef. 3:6) que se fortalece mutuamente para gloria de Dios. Tambin es compartir sin temores la esperanza de la vida (1 Co. 15:1819) hasta que nos encontremos con l en la maana de la resurreccin (1 Ts. 4:16). [p 25]3

2. El contenido del misterio eterno 1:38

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendicin espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4segn nos escogi en l antes de la fundacin del mundo, para que fusemos santos y sin mancha delante de l, 5en amor habindonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, segn el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7en quien tenemos redencin por su sangre, el perdn de pecados segn las riquezas de su gracia, 8que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabidura e inteligencia A. LA BENDICION CELESTIAL (3) Pablo comenz el gran mensaje de esta carta con una introduccin muy sustanciosa referida a la posicin celestial de los creyentes. Seala que Dios, antes de formar el universo, prepar un cuerpo de creyentes. Ms tarde el Espritu Santo lo denominara el cuerpo de Cristo (1:2122; 3:56). Conociendo tal propsito eterno, Pablo destin la primers frase de su escrito a la adoracin y admiracin del Autor del plan. a. La fuente de la bendicin (3a): el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo Encontramos una manera similar de alabar en el saludo de 2 Co. 1:3: Bendito sea el Dios y Padre Padre de misericordia y Dios de toda consolacin, porque Pablo haba descubierto que Dios era la verdadera consolacin y la nica fuente vlida para sanar nuestros corazones y animarnos. Pedro tambin dice: Bendito el Dios y Padre que segn su grande misericordia nos hizo renacer para una [p 26] esperanza viva (1 P. 1:3). En este caso, la adoracin surgi al pensar en la profundidad del plan redentor. Es

decir que la razn o la causa de la admiracin vara de acuerdo con el propsito y tema de la epstola. Cuando miramos a nuestro Padre, nos llenamos de confianza y seguridad, y le ofrecemos el corazn en gratitud. Aun ms cuando comprobamos que no slo es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (Mt. 22:3132), sino de nuestro Seor Jesucristo. As lo dijo muchas veces el mismo Seor Jess (Lc. 22:42; Jn. 5:17; 20:17, 21). La primera palabra del versculo merece una consideracin especial. Bendito es la traduccin del griego eulogtos, que significa literalmente hablar bien. Nosotros la hemos transliterado1 al castellano como elogiar (Ro. 12:14). Aunque en algunas formas gramaticales se aplica a otras personas, el adjetivo eulogtos (bendito) nicamente aparece referido a Dios (Mr. 14:61; Lc. 1:68; Ro. 1:25; 9:5; 2 Co. 1:3; 11:31; Ef. 1:3; 1P. 1:3). Slo Dios puede recibir cierto tipo de elogio que no se limita a hablar bien, sino a adorarle en ese lenguaje. Es exactamente la actitud y el idioma que utiliz Pablo en este versculo. Se hizo eco de la alabanza bblica de todos los tiempos (Gn. 9:26; 14:20; 24:27; 1 S. 25:32; Sal. 72:18, etc) y ense a los cristianos a vivir en el espritu de gratitud con adoracin (Sal. 103:13). b. Los destinatarios de la riqueza (3b): que nos bendijo con toda bendicin espiritual. No que seamos dignos de la bendicin, sino que su soberana nos hizo depositarios de ella. Pablo se uni a la multitud de los benditos al decir: nos bendijo, y quiso expresar que todo lo que tenemos y recibimos es de Dios (Stg. 1:17). No siempre entendemos qu es una buena ddiva ni vemos que las pruebas formen parte de la bendicin. Sin embargo, sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien (Ro. 8:28). Es decir que para los integrantes del cuerpo, Dios produce hechos y cambios que no siempre son explicables en el presente, pero el cuidado que tiene de nosotros debe ser causa de gratitud constante (1 P. 4:7 y ver 1 Co. 9:9). La principal bendicin de Dios es haber dado a Cristo (Hch. 3:26). No nos es fcil comprender cmo Diosque es el Seor de la historia (Is. 46:10)desde la eternidad preparaba bendiciones para su pueblo. Sin embargo, hay una diferencia grande entre la bendicin que nosotros damos a Dios y la que l nos prodiga a nosotros. Nosotros slo hablamos, le bendecimos con nuestro lenguaje y nuestro sentir, [p 27] pero l lo hace con mercedes y favores. Demuestra su anhelo de bendecirnos dndonos ricos dones espirituales y cuidados materiales. Nosotros somos humanos e imperfectos. No nos caben los elogios celestiales, sino nicamente su misericordia. Dios no nos puede alabar sino redimir; no puede hablar de nosotros, sino darnos su amor a fin de que salgamos de la miseria y opresin de las tinieblas (comp. 2 P. 1:3). BENDITO EL DIOS Y PADRE 1. Por su deseo redentor 2. Por la venida del Seor Jess 3. Por sus cuidados para los1

(Lc. 1:68) (Lc. 2:28) (2 Co. 11:31)

Transliterar es representar los signos de un sistema de escritura, mediante los signos de otro.

santos BENDICIONES ESPIRITUALES 1. El poder y la comunin del evangelio 2. La abundancia y provisin de la fe 3. La seguridad de Cristo resucitado Ro. 15:29 G. 3:9 Lc. 24:53

Tenemos todas las bendiciones a nuestra disposicin, simplemente debemos apropiarnos de ellas. Disponer de toda bendicin espiritual es un honor, disfrutarla es un deber. Slo bajo el dominio del Espritu es posible compartir sus provisiones. c. La localizacin del tesoro (3c): en los lugares celestiales en Cristo El origen de todo bien es el cielo (Sal. 16:11), pues all no entrar nada inmundo. El cielo es la morada de Dios desde donde parti el amor y todas las riquezas de la bondad de Dios (Ro. 2:4), de su [p 28] gracia y de su gloria (Ef. 1:7; 3:16). El Seor Jesucristo descendi del cielo, y tambin el Espritu Santo. Por otra parte, vamos hacia el cielo y nuestra ciudadana est en los cielos (Fil. 3:20). Los peregrinos no andan en crculos sino que caminan hacia su destino (1 P. 2:9). Los lugares celestiales se mencionan cuatro veces en la epstola: (1) Es la esfera donde Cristo est sentado a la diestra de Dios (1:20). (2) All estn posicionalmente sentados con Cristo todos los que han muerto y resucitado con l (2:6). (3) Los principados y potestades observan desde ese lugar la multiforme sabidura de Dios que exhibe la iglesia (3:10). (4) Desde all actan las fuerzas de maldad contra los santos (6:12). LOS LUGARES CELESTIALES 1. El hogar bendito (1:20) 2. El asiento del honor (2:6) 3. El lugar de observacin (3:10) 4. El campo de adiestramiento Localidad ideal Esfera de experiencia y descubrimiento Espacio desde donde se observan los movimientos Ambito donde se entrenan las fuerzas opositoras Celebracin de la victoria Participacin en el triunfo de Cristo Actividad santa del cuerpo de Cristo

Constantes ataques enemigos

(6:12) Es evidente que hay varios lugares y que todas estas fuerzas no pueden habitar juntas. La Biblia no discrimina espacios ni tiempos. [p 29] Las bendiciones espirituales son las nicas apropiadas para los que tienen su verdadero hogar en el cielo, ms precisamente en Cristo Jess. Estas bendiciones estn enumeradas a partir del versculo 4. Finalmente, podramos considerar este lugar (en Cristo) desde cuatro puntos de vista: 1. Planeado: 2. Legal: 3. Vital: 4. Moral: Dios propuso que el destino fuera uno con Cristo. Dios quiso que tuviramos la misma herencia. Dios nos ubic bajo el control de la Cabeza que suministra poder. Dios prepar a los santos para que en carcter y conducta fueran uno en Cristo.

LA BENDICION CELESTIAL (1:3) a. b. c. B. La fuente de bendicin (3a) Los destinatarios de la riqueza (3b) La localizacin del tesoro (3c) [p 30] LAS SIETE PRIMERAS MANIFESTACIONES DE LA BENDICION (48) (1) Primera manifestacin: Escogidos (v. 4) Pablo habl de la bendicin de Dios Padre, en Cristo, por medio del Espritu Santo. Los propsitos de la gracia aparecen en forma ordenada, mostrando paso a paso cmo fue compuesta la comunidad de los santos.1 Por otra parte, hay tres referencias a la voluntad divina2 que nos ayudan a permanecer tranquilos en cuanto a una doctrina que Dios no nos ha explicado, y con la coal comenz toda su labor: la eleccin. a. El modo de iniciar el plan (4a): segn nos escogi en l Todas las bendiciones que disfrutamos son el resultado de la eleccin de Dios. Dios eligi para salvar, y nos salv por medio de Cristo, pero slo a los que creyeran al evangelio. [p 31] La doctrina de la eleccin est presente en toda la Biblia. Abel fue elegido en lugar de Can; Efran en lugar de Manass; Isaac en lugar de Ismael; Jacob en lugar de Esa; Jos en lugar de Rubn; etc. Algunas de estas elecciones tienen una explicacin parcial.1 Los vv. 4 y 5 son una descripcin de la metodologa en la primera fase del plan; los vv. 6 y 7 muestran la ejecucin del primer tramo; los vv. 810 sealan los alcances, y los vv. 1114, su aplicacin en la humanidad. 2 Las referencias son: el v. 5 el puro afecto de su voluntad (gr. eudokeo) que significa esencialmente la resolucin de producir lo mejor; el v. 9 el misterio de su voluntad, que es mostrar algo de lo desconocido, es decir, nuevas dimensiones de lo que Dios ha preparado; y el v. 11 al propsito del que hace todas las cosas segn el designio de su voluntad, que confirms que Dios no hace nada que no sea coherente con l mismo.

Podramos indagar ms en nuestro estudio y ver que Dios escogi a Israel de entre las naciones (Dt. 7:6), y que de este pueblo tom a ciertos hombres para llevar a cabo sus planes (2 S. 6:21; 1 R. 8:16; 1 Cr. 28:4; Neh. 9:7). En el Nuevo Testamento leemos que Mara fue escogida para ser la madre de Jess (Lc. 1:28). Jess escogi a doce hombres de entre la multitud (Mr. 3:13; Lc. 6:13) y les ense los objetivos de la eleccinpara que vayis y llevis fruto (Jn. 15:16)pero no el origen. Ms tarde esos elegidos (Hch. 1:2) fueron a su vez escogidos como testigos de la resurreccin (Hch. 10:41). El mismo Dios que escogi a Cristo (1 P. 2:4), a Pablo (Hch. 22:14) y a ngeles (1 Ti. 5:21), quiso tambin que la iglesia fuera un linaje escogido, una comunidad diferente en medio de las gentes. Vale decir que el modo de actuar de Dios es por eleccin a fin de mantener en vigencia su soberana y atender al albedro de los hombres. Escoger es la traduccin del verbo ekleg que significa elegir para s con el objeto de realizar un trabajo (Col. 3:12). En el caso especfico de los creyentes, fue para formar el cuerpo de Cristocon los efectos prcticos de santidad (2 Ti. 2:10) y buenas obras (Ef. 2:10), segn el modelo que tenemos en el Seor Jess (Ro. 8:29). No es esto un motivo de gratitud de nuestra parte? Cmo es posible que el propsito eterno se haya concretado en nosotros? Slo podemos cumplir la parte que nos ha sido asignada: vivir en santidad. EL PROPOSITO DE DIOS PARA SU IGLESIA 1. Formarla por eleccin 2. Unirla por redencin 3. Glorificarla por la esperanza pasado vv. 46 presente vv. 711 futuro vv. 1214

[p 32] No tenemos explicacin alguna para definir las causas por las cuales Dios quiso actuar de este modo. Si tratramos de hallarlas posiblemente entraramos en conflicto con la justicia de Dios. b. La antigedad del propsito en marcha (4b): antes de la fundacin del mundo Dios nos puso en el tiempo como un testimonio a la eternidad de donde venimos y a la cual tambin nos dirigimos (Fil. 3:2021). La prioridad para Dios en el mundo es la iglesia, y Dios debe ser la nuestra. La eleccin de los santos (2 Ts. 2:13), as como la provisin de la redencin, fueron hechas antes de la fundacin del mundo (1 P. 1:1819), aunque la salvacin se realiz despus que entrara el pecado (He. 9:26) (comp. Mt. 13:35; 25:34; Lc. 11:50; He. 4:3). La palabra fundacin (gr. katabol) aparece unas diez veces en el Nuevo Testamento y muestra siempre que Dios da prioridad al destino de las personas antes que al de las cosas. Observamos, entonces, que la eleccin tiene dos partes como si fueran las dos caras de una misma moneda. Por un lado, Dios designa y acta; por otro, nosotros omos y creemos (Ro. 10:13). As como es imposible unir esas dos caras en la moneda (porque

una mira para un lado y la otra para el opuesto), es imposible juntar la eleccin con la salvacin, porque sera lo mismo que unir la mente de Dios con la nuestra. As como son necesarias esas dos caras, tambin lo son el propsito de Dios y el albedro humano (1 Ts. 5:9). c. El objetivo de la eleccin (4c): para que fusemos santos y sin mancha delante de l Hay una gran diferencia entre los hijos de este siglo y los hijos de Dios, porque estos ltimos poseen la vida eterna para vivir en comunin con su Padre. Salvacin significa transformacin, que es la distincin permanente entre el justo y el impo. Dios condicion la comunin a dos requisitos: ser santos y sin mancha. La eleccin tiene un objetivo determinado que se cumple cabalmente cuando vivimos segn ese proyecto. Somos santos porque estamos separados para l, y sin mancha porque debemos ser como l (comp. He. 9:14). Para la mente del hombre natural es incomprensible que Dios sea santo en esencia y que nos llame a participar de esa cualidad (He. 12:10). 1a MANIFESTACION DE LA BENDICION: ESCOGIDOS 1:4 a. b. c. El modo de iniciar el plan (4a) La antigedad del propsito en marcha (4b) El objetivo de la eleccin (4c) [p 33] ESCOGIDOS PARA SER SANTOS Llamados por Dios para ser santos Preparados para compartir la suerte de los santos Ayudados a ser santos por la intercesin del Espritu Documentados con la ciudadana de los santos Comprometidos a vivir como santos Destinados a compartir la victoria futura del Seor Jess Ro. 1:7 Col. 1:12 Ro. 8:17 Ef. 2:19 Ef. 5:3 Jud. 14

RELACIONES DE LA SANTIFICACION 1. El objetivo 2. El precio en Cristo la sangre 1 Co. 1:2 He. 9:12

3. La operacin 4. La experiencia 5. El conocimiento 6. La evidencia 7. La fuerza

el Espritu Santo la fe la palabra la conducta el ser interior

1 P. 1:2 Hch. 15:9 Jn. 17:17 1 P. 1:1518 1 P. 3:15

[p 34] (2) Segunda y tercera manifestacin: predestinados y adoptados (v. 5). Las palabras en amor con que comienza el v. 5 nos sealan el origen de lo que ocurre. El amor es el vnculo entre lo que precede y lo que prosigue, as que es vital seguir su curso. a. La fuente de las bendiciones: en amor Nuestro amor hace discriminaciones: Ama lo que le interesa, y le interesa lo que le resulta conveniente o atractivo. No as el amor de Dios, que es eterno y est presente en todas las circunstancias. Este es el principio que Pablo contrast tanto en Efesios como en otras cartas, sealando que as como el amor terrenal desciende a bajezas bochornosas (5:5), el celestial asciende a alturas invisibles. Del cementerio de la muerte espiritual (2:4) a los lugares celestiales (2:6). b. El plan para los elegidos: habindonos predestinado Tanto la eleccin para ser santos y sin mancha como la predestinacin a ser adoptados hijos, tienen para nosotros aspectos inexplicables. Ser adoptados hijos es el primer paso que Dios da para que seamos santos y sin mancha. Aunque resulte complicado, no seremos santos y sin mancha si no comenzamos por ser hijos de Dios. Predestinacin (gr. prooriz) es marcar de antemano o determinar desde antes (comp. Hch. 4:28; 1 Co. 2:7; Ro. 8:29). En castellano la palabra horizonte tiene esa raz y significa lmite, frontera. El horizonte que vemos es la lnea imaginaria que separa el cielo de la tierra, y nunca podemos llegar a l. A medida que caminamos hacia esa lnea, el horizonte se aleja ms de nosotros. As tambin nos [p 35] ocurre cuando queremos investigar los propsitos de Dios. Podemos ver desde el horizonte para este lado, pero cuando vamos hacia la explicacin nunca llegamos (ej. Lc. 22:22; Hch. 2:33), no podemos ver del otro lado del horizonte. c. El objetivo a la vista: ser adoptados hijos La adopcin, que era comn en el mundo romano, consista en sujetar a una persona nacida en otro hogar a la patria potestad1 de un nuevo matrimonio que no haba tenido hijos. La persona que adoptaba se converta en el padre legal de su nuevo hijo, quien adquira todos los derechos y privilegios del nuevo hogar. Adems, si tena deudas pendientes, stas quedaban canceladas en el momento de la adopcin.

1

Autoridad legal de los padres sobre los hijos.

El adoptado obtena adems la sacra privata, que era el derecho a adorar los dioses del hogar. Con seguridad Pablo aadi a estas tradiciones las provenientes de la familia hebrea iniciadas con la liberacin de Egipto. La adopcin era una restauracin completa a la posicin de primognito. Hyiothesa traducida como puesto en posicin de hijo, tiene el ingrediente de amor. Los creyentes recibimos el Espritu de adopcin (Ro. 8:15). Como gentiles, lejos y sin patria, entramos en la ciudadana del reino de Dios (Ef. 2:13) y formamos parte de su familia (2:19). Por el Espritu Santo somos engendrados como hijos con la naturaleza del Padre: por adopcin obtenemos el privilegio de hijo mayor (G. 3:26; 4:5). La fase final de la adopcin se realizar cuando el Seor Jesucristo vuelva y seamos transformados por la redencin de nuestros cuerpos (Ro. 8:23), a fin de recibir la herencia (Ro. 8:1921). LA ADOPCION COMPRENDE: Liberacin de la esclavitud para poder adorar en familia (G. 4:46) Obtencin de todos los derechos y privilegios del primognito (hijo mayor): a. para disponer de los bienes del Padre (G. 4:7; Ef. 1:3) b. para llevar el nombre de la familia (Ef. 3:15) c. para recibir la herencia de los primognitos (Ro. 8:15). Disciplina como hijos legtimos (He. 12:711) d. [p 36] El procedimiento que utiliza: por medio de Jesucristo El Seor Jesucristo es el mediador del Nuevo Testamento (He. 8:6). El v. 5 es el primero en mencionar la etapa inicial de la mediacin.2 La bendicin de los escogidos est centrada en Cristo, y sin l no hay manera de llevar a cabo el plan. Como no nos es clara la manera en que Dios plane y llev adelante todo esto, Pablo frecuentemente utiliza el trmino misterioque no es ms que un secreto escondido que an no conocemos o que slo conocemos en parte (1 Co. 2:7). El silencio que Dios mantuvo en generaciones pasadas (Ro. 16:2526) sirvi para encumbrar a Jesucristo y para que todos pudieran comprender que l es la nica esperanza (Col. 1:2627). e. La seguridad de que todo est bien: el puro afecto de su voluntad Cmo pudo ocurrir todo esto? Simplemente por el puro afecto de su voluntad: Dios us de su albedro siempre puro, que slo puede hacer lo puro (Fil. 2:13). El puro afecto destaca la benevolencia del acto divino para evitar cuestionamientos que surgiran de la incomprensin humana. Dios saba que los hombres cuestionaran laA travs de la epstola encontramos otras etapas, tales como redencin, comunin, esperanza (vv. 1012), etc., que estudiaremos ms adelante y que forman parte de nuestra ubicacin en Cristo (Ef. 3:11).2

legitimidad de sus propsitos y trataran de convertir en impuro algo que por naturaleza es santo. Sin embargo, no percibimos la santidad de su voluntad hasta que nosotros mismos nos sometemos a sus demandas (Ro. 12:12) y comprobamos nuestra limitacin.3 [p 37] 2a Y 3a MANIFESTACION DE LA BENDICION: PREDESTINADOS Y ADOPTADOS 1:5 a. b. c. d. e. La fuente de las bendiciones: en amor El plan para los elegidos: predestinados El objetivo a la vista: ser adoptados hijos El procedimiento que utiliza: por Jesucristo La seguridad de que todo est bien: el puro afecto de su voluntad LA VOLUNTAD DE DIOS (Efesios) El misterio de su voluntad El designio de su voluntad El entendimiento de su voluntad Haciendo su voluntad 1:9 reunir todas las cosas 1:11 predestinar a los hijos 5:17 aprovechar el tiempo 6:6 ser siervos de Cristo

[p 38] (3) Cuarta manifestacin: Aceptos (v. 6) Notamos que los propsitos de Dios tienen objetivos bien definidos: para que fusemos santos y sin mancha ; para ser adoptados hijos ; para alabanza de su gloria ; etc. En el cumplimiento de sus planes, Dios vio con placer el ingreso por gracia de tantos pecadores que escucharon la voz del evangelio. a. El objetivo (6a): para alabanza de la gloria de su gracia La alabanza es una de las expresiones de gratitud o satisfaccin ms antiguas de la Biblia. Es una expresin espontnea de gozo que caracteriz al pueblo de Dios. El mode-

3

Algunos detalles conocidos de la voluntad de Dios a. La adopcin de hijos (Ef. 1:5) b. La ddiva de la vida eterna (Jn. 6:40) c. La redencin para rescatarnos (G. 1:4) d. La vida comprometida de los santos (1 Ts. 4:3) e. La sujecin de la conducta (1 P. 2:13, 15) f. La gratitud por las experiencias (1 Ts. 5:18) g. La seguridad de que ninguno de los suyos se perder (Jn. 6:39)

lo fue el mismo Creador (Sal. 104:31; Pr. 8:30), y fue seguido por el gozo de la creacin, incluyendo a los seres celestiales (Job 38:7; Sal. 145:10).1 Tambin los hombres fueron creados para su alabanza. El es el objeto de tu alabanza, y l es tu Dios que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles (Dt. 10:21). Este fin se cumpli de modo especial cuando los hombres comenzaron a entender el precio de la redencin (Neh. 9:5; Sal. 35:28). Los reinados de David y Salomn se caracterizaron por una abundante y gozosa alabanza a Dios que distingua a Israel de los dems pueblos (Sal. 22:22, 23, 26; Sal. 45, etc.). [p 39] Ahora el reino de Dios est en el corazn de los santos, los ciudadanos del cielo. Los cristianos del primer siglo se sentan profundamente gozosos porque con la ascensin del Seor Jess haban visto consumada la etapa salvadora de la redencin (Hch. 2:47). Pentecosts haba marcado en ellos una experiencia ms profunda y personal que la ocurrida con Salomn, porque con la formacin de la iglesia cobraba sentido el mensaje de Jess, el poder y la bondad de Dios (Hch. 3:8; 11:18). Este contexto fortalece la idea de la alabanza de la gloria de su gracia porque tiene pleno sentido cantar a la gloria (grandeza) de Dios que se manifiesta en gracia. El trmino griego epainos (ver ms adelante vv. 12 y 14) expresa una aprobacin verificada o sentida del carcter de Dios. De modo que la alabanza de los santos surge espontneamente por la experiencia de la presencia del Seor.2 b. El alcance (6b): con la cual nos hizo aceptos Es una alusin a la gracia3 que resalta la majestad de Dios. La condescendencia de redimir a los hijos de Adn, engendr en Pablo un espritu de adoracin que destac en toda la epstola (1:7, 8, 12, 14, 18; 2:7; 3:10, 11). Dios se regocij en la redencin, as como un da lo haba hecho en la creacin. Ser aceptos es sentir que el amor de Dios para su Hijo alcanz tambin a los hijos. Ser aceptos es gozar de la complacencia de haber ingresado a la familia.4 c. La persona (6b): el Amado El Amado es Cristo. Una vez y para siempre Dios tuvo misericordia de los hombres y los hizo aceptos en quien representa a la humanidad: Cristo. Todo lo que recibimos est en l (ver Mt. 3:17; [p 40] 17:5). Amado del Padre pero desechado de los hombres, sigue dividiendo a la humanidad entre los que entran en el favor divino y los que lo desprecian. En Cantares el Amado es el esposo (5:1016), objeto de la admiracin de la esposa; en Efesios, el Amado es el Hijo de Dios, proclamado as cuando entr en el mundo (Mr. 1:11) y confirmado por su obra (Jn. 17:23). En el Amado fuimosy somosamados: porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra eleccin (1 Ts. 1:4). Ser aceptos en el Amado (2 Co. 5:19) es quedarPara hablar de alabanza en el Antiguo Testamento se utilizan tres palabras diferentes, una para hacer ruido, otra para indicar movimientos fsicos y la tercera para cantar con msica. El trmino favorito del Nuevo Testamento es dar gracias porque est vinculado con la venida del reino de Dios y la restauracin del gozo (comp. Is. 9:2; Lc. 2:13, 14). 2 Los efesios, as como los colosenses, tambin cantaban salmos (ver comentario sobre Ef. 5:1819), pero con nuevas dimensiones espirituales (Col. 3:16) (comp. 1 P. 2:9; 4:11). 3 Ver nota adicional GRACIA al final de esta seccin. 4 La palabra griega charito (aceptos) aparece solamente dos veces en el Nuevo Testamento: la primera en Lucas 1:28, y la segunda en el texto que estamos viendo. En ambos casos significa declarar que alguien es muy querido, por haberlo hecho objeto especial de atraccin y prepararlo para un gran propsito (comp. Hag. 2:7).1

libres de condenacin; es sentir la responsabilidad de vivir en santidad y entraable misericordia (Col. 3:12). Al mirar a Cristo desde esta perspectiva nos sentimos amados por Dios y estimulados a vivir de ese modo singular. Segn Lc. 1:28 ser aceptos en el Amado es ser muy favorecidos en el Amado, por estar unidos a l y gozar de todos los privilegios que surgen de esa vinculacin. 4a MANIFESTACION DE LA BENDICION: ACEPTOS 1:6 a. b. c. El objetivo: para su alabanza (6a) El alcance: nos hizo aceptos (6b) La persona: el Amado (6b) NOTA ADICIONAL GRACIA Dios no trata a los hombres sobre la base de una justicia fra y descarnada. Si as fuera, todos estaramos muertos. En cambio, nos ha tratado en gracia como lo demuestra el llamado de Jess en Mt. 11:28. Nosotros, gastados por la labor pesada del pecado, y trabajados por las incesantes frustraciones de la vida, no estamos en condiciones ni de pensar en nuestra propia salvacin. De ah que la confesin y el arrepentimiento sean el nico camino para apropiarnos de la gracia de Dios (Mt. 3:12; 4:17; Mr. 6:12). Los problemas del Seor Jess con los fariseos se deban esencialmente a que ellos ignoraban la incapacidad humana para cumplir con las exigencias de la ley (comp. Lc. 7:30). No advirtieron los alcances de la gracia y eligieron la senda de la condenacin, crucificando a Cristo y arrojando su sangre sobre ellos. [p 41] Cuando Pedro predic en Pentecosts, la masa de judos compungidos aceptaron la gracia que les ofreca, se arrepintieron y fueron salvos. Dios continu en ellos la obra dando crecimiento y fortaleza (Hch. 2:4247). La gracia de Dios se esparca por todas partes, tanto en la vida de los apstoles (Hch. 4:33) como en la conversin y aceptacin de los paganos (Hch. 11:23). Los predicadores que conmovan a los pueblos con el poder del evangelio, daban creciente testimonio de la eficacia de ella (Hch. 13:43; 14:3, 26) porque aun las seales y maravillas eran evidencias de esa gracia que estaba unida a la persona del Seor Jess (Hch. 15:11). En los escritos de los apstoles, aprendemos de la iniciativa de Dios para salvar: fuimos llamados por gracia (2 Ti. 1:9), salvados por gracia (Ef. 2:8) y sostenidos por gracia (Ro. 5:2). Aunque la ira de Dios es verdadera y justa, es por gracia que Cristo muri para librarnos de ella (1 Ts. 1:10). Ms de cien veces Pablo utiliz el trmino charis y de ellas, unas ochenta son para descartar mritos humanos para ser salvos, porque lo que Dios nos otorga es un regalo y no una recompensa (Ef. 3:79). Estar en la gracia es vivir en gozo, paz y gran expectativa (Ef. 5:15; Col. 1:23). Es sentir la comunicacin permanente de la vida (Tit. 2:11). La gracia transforma nuestro interior (2 Co. 12:9).

La gracia no favorece la irresponsabilidad y, por el contrario, aumenta los compromisos (1 P. 4:10). LA GRACIA DE DIOS Llama a una nueva posicin Justifica al culpable Trae salvacin Imparte nueva vida Genera nuevo poder Cambia el lenguaje Consuela al afligido Robustece al ministro Ef. 1:7 Tit. 3:7 Tit. 2:11 Ro. 6:23 Ro. 5:5 Col. 3:16 Col. 4:6 2 Ts. 2:16 2 Ti. 1:9

[p 42] (4) Quinta manifestacin: Redimidos (v. 7) El v. 6 finaliz con la parte pasada del propsito de Dios. El Amado tom forma humana para iniciar el ministerio del amor. Sin una profunda observacin de Cristo en este carcter, la redencin pierde el ingrediente esencial que hallamos en el Nuevo Testamento. En este caso Dios tampoco revel los detalles de lo que habra de suceder, pero nos manifest los grandes componentes de la redencin. a. La persona elegida: en quien tenemos Para confirmar la eleccin tuvo que entrar en accin el plan de rescate. Nada de lo que Dios haba planeado poda llegar a concretarse si Cristo no hubiera estado presente, porque nicamente en Cristo todos sern vivificados (1 Co. 15:22). Slo en l y con l se completa la redencin. La redencin no es una transaccin que dependa de alguna condicin o dignidad de los hombres. En quien tenemos es una afirmacin independiente de los mritos, los actos o la intervencin humana. Es una obra de Dios (comp. 1 Co. 1:30). Para comprender mejor la labor imprescindible de Cristo es preciso observar la enseanza del Antiguo Testamento sobre el redentor. Este era el pariente cercano o pariente ms prximo (heb. gel) (Lv. 26), alguien que estuviera en la obligacin de redimir. (Ver nota adicional REDENCION en pg.46). Lo que ocurri con Booz y Rut fue un ejemplo prctico de la actitud del gel (Rt. 4:4 11). Para lograr su cometido, el redentor (o vengador segn el caso) deba cumplir con, por lo menos, tres requisitos: (i) Ser pariente cercano; (ii) tener recursos para redimir, y (iii) tener voluntad de hacerlo. [p 43] El Amado no fue un redentor obligado. Fue el Hijo de Dios propuesto voluntariamente para redimir a la humanidad. Para que pudiera ser legtima su operacin, tuvo que presentar las tres credenciales mencionadas ms arriba:

(i) Ser pariente cercano. Cmo podra el Hijo de Dios ser nuestro pariente cercano? Nada menos que humillndose, tomando forma humana (Fil. 2:58) y asumiendo nuestra condicin (1 Ti. 3:16). Nos sorprende e incentiva nuestra adoracin que el Hijo de Dios sea a su vez el Hijo del Hombre sujetndose a las pobrezas de esta vide (nacido bajo la ley G. 4:4). Nos es imposible comprender el misterio! Cristo se uni a la raza humana y particip de nuestra condicin (Mt. 12:4750) como hombre perfecto (Jn. 8:40) para llevar nuestros delitos y pecados (He. 2:14). Quiso aceptar el lugar de gel (Mr. 6:4; Lc. 2:44) y cumplir el primer requisito de Redentor. (ii) Tener recursos para redimir.1 Observemos la magnitud del precio. En el Antiguo Testamento se pagaba por los primognitos (Ex. 13:13), por la consagracin de los levitas (Nm. 3:4451) y para realizar un censo (Ex. 30:1116). En el caso que nos ocupa, el pago no es para sustituir personas dignas sino para pagar por pecadores perdidos e indignos (Ro. 5:8), y sufrir la pena del castigo que les corresponda. Los humanos no podamos afrontar ese precio. No se trat de un pago simblico sino real. Nada menos que la sangre preciosa de Cristo (1 P. 1:18) como pago por la redencin. (iii) Tener voluntad de hacerlo. Lo hizo como un deleite, para gloria de Dios. Tuvo compasin de las almas y se entreg por entero en favor de ellas. Hacer la voluntad de Dios era su pasin favorita (Jn. 8:29). Senta gran satisfaccin en dejar todo para dedicarse al ministerio (Jn. 4:34) (comp. 5:30; 6:38). El escritor a los Hebreos, citando el Salmo 40, dijo: He aqu, vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, describiendo el placer espiritual que senta Jess al cumplir con la misin que lo haba trado al mundo. En verdad, l quiso venir. Estaba dispuesto a poner su vida voluntariamente para la redencin (Jn. 10:18), y al ver el fruto de su afliccin quedara satisfecho (Is. 53:11). b. [p 44] La misin cumplida: redencin El vocabulario del Seor Jess sobre el objetivo de su venida es muy adecuado para nuestro contexto: dar su vida en rescate por muchos (Mr. 10:45; Mt. 20:28). La redencin como rescate por, demuestra claramente que Cristo muri en lugar de los que merecan la muerte. Hay un fuerte nfasis en la sustitucin, que es uno de los grandes ingredientes de la redencin.2 c.1

El precio estipulado: por su sangreAntes de mencionar el pago en s, tenemos que recordar un aspecto a veces olvidado de la gracia de Dios: la sustitucin. Por gracia, y nada ms que por ella, Cristo ocup nuestro lugar. Su muerte no fue para apaciguar a Dios como ocurra con los dioses, sino para quitar el pecado y satisfacer la demanda divina (2 Co. 5:1421).2

Estas consideraciones nos abren camino para pensar que: (i) La redencin es inmerecida. Un esclavo no nace ni vive para ser libre sino esclavo. Nosotros estamos bajo sentencia de muerte (Ro. 6:23) por ser pecadores y andar en el sendero del pecado (Jn. 8:34). Merecemos la muerte pero el Seor nos rescat de la esclavitud. (ii) La redencin est completa en Cristo. La redencin no depende de nadie, ni nadie puede aadirle algo. El mensaje del evangelio est basado en la labor completa del Seor Jess. Nada falt para completar lo que slo l pudo hacer. Cristo pag el precio de la libertad y llev la culpa del pecado para que vivamos en libertad como hijos de Dios. La grandeza de la obra radica en que el pecado no tendr ms dominio sobre nosotros, que somos llamados a hacer la voluntad de Dios. (iii) La redencin es eterna. Para que los propsitos se cumplieran, la redencin tuvo que ser eterna (He. 9:12; 1 Jn. 2:25; 5:11). Por medio de ella hemos obtenido la vida que Dios haba prometido desde la eternidad (Tit. 1:2). Vivir la redencin es haber salido del reino de las tinieblas (Col. 1:13) para disfrutar ya las bendiciones del siglo venidero que es eterno.

En el Antiguo Testamento la sangre se menciona unas 380 veces, y en ms de 220 ocasiones se refiere a muerte violenta (Gn. 9:6)ya sea por agresin a personas o por la sangre de los sacrificios (Ex. 23:18). De modo que podramos decir que en este caso es vida tomada violentamente para la expiacin. En el Nuevo Testamento en casi 30 de las ms de 90 menciones de la sangre de Cristo, est presente la violencia y la expiacin. [p 45] Decir ser justificados en su sangre es similar a hablar de la muerte de Cristo (Ro. 5:9, 10). La sangre3 es el glorioso smbolo de la muerte sacrificial por la cual qued sellado el pago del rescate. La presencia de la sangre delante de Dios fue la credencial (o recibo) para demostrar que el pago y la expiacin se haban realizado (comp. Ex. 12:13). La muerte expiatoria fue el medio para la reconciliacin porque sobre Cristo fueron cargadas las culpas. En toda la Escritura advertimos el profundo carcter sustitutorio de la muerte de Cristo. El muri por nuestros pecados (1 Co. 15:3), por nosotros (Ro. 14:15; 2 Co. 5:14) y por los impos (Ro. 5:6). 5a MANIFESTACION DE LA BENDICION: REDIMIDOS 1:7a a. La persona elegida: Jesucristo (i) Ser pariente cercano (ii) Tener recursos para redimir (iii) Tener voluntad para redimir b. c. La misin cumplida: redencin El precio estipulado: su sangre [p 46] NOTA ADICIONAL: REDENCION Aunque las races de la redencin son anteriores a la salida del pueblo de Israel de Egipto, lo que ocurri aquella noche mostr no slo a este pueblo sino al mundo entero el alcance de la liberacin de Dios. Fue un modelo del origen, forma y alcance de la redencin. En el Nuevo Testamento los judos del siglo I crean y esperaban la redencin poltica de la nacin, pero los ms piadosos anhelaban adems un movimiento espiritual que los libertara de s mismos y de las tradiciones religiosas. Zacaras, padre de Juan el bautista, as lo sinti (Lc. 1:68, 77).3

Por la sangre de Cristo a. Tenemos redencin b. Somos salvos de la ira c. Estamos reconciliados con Dios d. Disfrutamos del perdn e. Vivimos justificados f. Gozamos de la libertad g. Compartimos la vida eterna

Ef. 1:7 Ro. 5:9 Col. 1:20 1 Jn. 1:7 Ro. 3:2425 1 P. 1:1819 Jn. 6:5357

Al nacer el Seor Jesucristo, la expectativa creci an ms (Lc. 2:25) no slo en Mara, sino tambin en Simen y Ana (Lc. 2:38) quienes vieron en el nio al Redentor completo para Israel (comp. Hch. 7:35). Ms adelante, al leer algunas de las cartas, vemos otros detalles. Pablo sac mucho provecho del trmino exagoraz (G. 3:13; 4:5) para puntualizar que Cristo nos liber de la ley. La raz agoraz; aunque estaba muy relacionada con la legislatura, lleg a ser sinnimo de compra, y con este sentido la hallamos varias veces en el Nuevo Testamento (Ap. 5:910). Con el prefijo ex adquiri una fuerza muy particular. Parecera, entonces, que cuando Pablo utiliz el trmino simple agoraz se limit a indicar una compra (1 Co. 6:20; 7:23 y comp. 2 P. 2:1). En cambio, cuando emple exagoraz estaba pensando adems en la liberacin permanente de la persona adquirida. En consecuencia, la redencin es el primer paso hacia la libertad permanente, tema que el apstol Pablo trat en forma exhaustiva en Ro. 6 y 8 (ver 6:18; 8:21). En el mundo antiguo, el destino comn de los prisioneros de guerra era ser esclavos. Tenan la posibilidad de quedar en libertad y volver a su tierra si alguien pagaba su rescate. Existan leyes por las que un semejante poda pagar el precio y Ilevarse a la persona. Esta quedaba a sus rdenes hasta que pudiera pagan el rescate a quien lo haba libertado. Es muy difcil comparar el evangelio con alguna de estas maneras de libertar. Fuimos libertados por Cristo, y nuestra obligatin no es restituir sino disfrutar de la libertad de su seoro. La redencin tiene un fuerte nfasis en el cambio de Dueo, mucho ms que en la libertad del esclavo. [p 47] Es la idea que da Ap. 1:5; 5:9; 14:3 y se desarrolla hasta mostrar que la comps que Cristo hizo es para Dios con la expresa misin de servir al nuevo Amo. Dice con su sangre para mostrar que adems de un pago fue un sacrificio aceptado por Dios. Llegamos as a una familia de palabras que giran en torno al pago de rescate, donde estn incluidos ciertos aspectos del gel (pariente cercano) del Antiguo Testamento (Rt. 2:20), del pago (Ex.

13:1213) y del cambio de Dueo (Ex. 6:6; 15:13). En Ef. 1:7 y Col. 1:14 la redencin, unida a la libertad del poder de las tinieblas, est directamente relacionada con el perdn de los pecados. [p 48] (5) Sexta manifestacin: Perdonados (v. 7b) El perdn es la primera evidencia de la redencin, es el medio para ingresar a la nueva vida que nos permite conducirnos como santos y sin mancha delante de l. Tiene tres aspectos importantes: En lo general: es la cesacin de la ira de Dios contra nuestro pecado (He. 9:22). En lo tico: es la liberacin de la culpa del pecado que oprime nuestra conciencia (Ro. 3:23) En lo legal: es la remisin del castigo contra el pecado, la muerte eterna (Mt. 18:27; Lc. 4:18). Por ser el perdn la prerrogativa del ofendido, debemos estudiar en la Escritura cmo acta Dios. Ni el trmino redencin ni la palabra perdn indican una sola accin, sino un conjunto armonioso de labores conjugadas en la obra de Cristo. Para que el perdn fuera realmente guitar la culpa del culpable, fue necesario satisfacer la justicia de Diospero de una manera distinta a la ocurrida hasta ese momento. Leemos en Ro. 3:2126 que la gran diferencia radic en la gracia de Dios y la obra de Cristo (1 Jn. 2:12; Ro. 6:23). Es como si en la cruz se hubieran reunido la corte de justicia y los condenados por el pecadoimpotentes para liberarse. All stos fueron libertados por la obra del Seor Jess, que tambin hizo posible el perdn y la aplicacin de la justicia divina sobre los liberados. a. La medida del perdn: segn las riquezas Dios es el nico que sabe cunto hemos aplicado de la muerte de Cristo a nuestra experiencia, y cunto ha significado para nosotros recibir el perdn (Ro. 4:7). Las riquezas de su gracia estn demostradas en su preocupacin por nuestro estado y el precio que pag para la libertad permanente. [p 49] Juan el bautista predic el arrepentimiento como requisito previo para el perdn de los pecados (Mr. 1:4). Llama la atencin la consternacin que senta por el estado de la nacin, y los muchos que acudan para ser bautizados. No fueron perdonados por medio de las reglas judas que estaban en vigor sino por la benevolencia de Dios. Las riquezas de su gracia significa la abundancia de la gracia (Ro. 5:2021) para sofocar tanto mal y para dar fertilidad al amor de Dios (1 Jn. 4:910). b. El modo del perdn: Segn su gracia Por ser de acuerdo a las riquezas de su gracia, el perdn es absolutamente gratuito. Se trata de un regalo muy abundante debido a la Fuente que lo otorga, y no es negociable. Lo que Moiss exclam referente a la misericordia de Jehov en Ex. 34:67a (comp. Dt. 5:10; Sal. 103:3; 130:4; Dn. 9:9), fue lo que ms tarde proclam el Seor Jess. Estando Jess en casa de Simn el fariseo, entr una mujer de reconocida trayectoria pecadora, pero profundamente arrepentida y buscando el favor inmerecido. El Seor

Jess la perdon. En este caso el acto generoso est traducido por Lucas como charizomai o una actitud de gracia. La culpa de la mujer era atroz, pero la abundancia de la gracia hizo que ella fuera perdonada (comp. Mt. 18:2135). As tambin ocurri en nuestro caso, y tenemos el privilegio de tomar de esa gracia para compartirla con los que nos han ofendido (2 Co. 2:10; Ef. 4:32). c. La manifestacin del perdn: que hizo sobreabundar para con nosotros. El perdn no es un cambio de mente de nuestra parte para con Dios (eso sera arrepentimiento), sino un cambio de su trato hacia nosotros. El apstol habla de las riquezas que hizo sobreabundar para con nosotros porque Dios perdon el pecado, limpi la conciencia, repar todos los daos y sus consecuencias, otorgando dulce paz a nuestra alma (Hch. 3:19; 10:43; Col. 2:2). 6a MANIFESTACTION DE LA BENDICION: PERDONADOS 1:7b a. b. c. La medida del perdn: segn sus riquezas El modo del perdn: segn su gracia La manifestatin del perdn: que hizo sobreabundar [p 50] EL PERDON DE LOS PECADOS 1. El origen 2. La necesidad 3. El precio 4. La condicin 5. La seguridad 6. La comprobacion 7. El resultado Dios la culpa la sangre de Cristo el arrepentimiento la Biblia la santidad perdon para otros Mr. 2:7 Ro. 3:23 Ef. 1:7 Lc. 24:27 1 Jn. 2:12 1 Ts. 4:14 Ef. 4:32

EL PERDON ES DE DIOS 1. Nadie puede perdonar pecadosla soberana de Dios (Sal. 78:35, 38) (Dn. 9:19; Am. 7:2) 2. Slo Dios conoce todos los pecados omnisciencia (Col. 2:13) (comp: Mt. 18:32) 3. Slo Dios puede declarar a alguien perdonado la justicia de Dios (Lc. 7:48)

4. Dios ordena la norma (Lc. 6:37) 5. Dios anuncia las consecuencias (Ro. 4:7) [p 51] (6) Sptima manifestatin: Enriqnecidos (v. 8) Al comparar Ef. 1:8 con Col. 1:10 advertimos cul fue el propsito de su ddiva: para que andis como es digno del Seor. Los santos, adems de conocer la obra de gracia, necesitaban capacidad para ponerla por obra. Nuestro entendimiento natural no puede agradar a Dios, y la simple confesin de fe tampoco puede cumplir con sus propsitos. Hate falta un enriquecimiento especial capaz de movilizar la fuerza de nuestro ser interior. a. EL regalo es inalcanzable: que hizo sobre-abundar Para comprender la cantidad y calidad de la riqueza debemos estudiar el significado del trmino sobreabundar (gr. perisseu). El sentido es dotar a una persona con muchsima riqueza hasta que le sobreabunde.1 Para que nosotros podamos apreciar el verdadero significado del regalo, necesitamos estar cerca del Seor y ser conscientes de nuestra situacin anterior. Muchas veces al orar y hacer un simple repaso de lo que ya tenemos y lo que tendremos, tenemos que inclinarnos ante la generosidad del Seor. Esto no significa que comprendemos todo sino que nos preparamos para penetrar mejor en lo que El nos ha concedido.2 [p 52] Por otra parte, progresivamente entendemos al Seor y las riquezas espirituales que concede. Siempre tenemos algo que completar (1 Ts. 3:10) y nunca llegamos al fin del camino. Estos detalles del enriquecimiento espiritual muestran la naturaleza supernatural del evangelio. Recibimos todo en abundancia3 para que podamos vivir sobreabundando, pero nunca llegamos a entenderlo todo. b. La riqueza es diferente: toda sabidura e inteligencia Al pensar en las preocupaciones temporales de prosperidad y compararlas con la manera en que Dios quiere bendecirnos, nos sorprendemos. Los hombres buscan crecer en fama, y desean aumentar su influencia en esta tiers, pero Dios ha preparado ahorros espirituales que en nada se relacionan con lo temporal. Para comenzar a entender el significado de la sabidura e inteligencia a la cual se refiere el texto, debemos leer 1 Co. 1:2324. All dice que el sacrificio de Cristo, el tema central en la predicacin que para los griegos era una locura, se haba convertido en la sabidura (gr. sopha) de Dios para los santos. Baste decir aqu que la sabidura de Dios se manifest esencialmente al resolver el problema del pecado, tema insoluble para los hombres. Dios, conocedor de la verdadera naturaleza de las cosas, pudo tratar con los pecadores sin manchar su justicia y amor.1 Por ejemplo la abundancia de la fe (Ro. 5:17), de su gozo (2 Co. 8:2) y de la satisfaccin (Fil. 1:26) (comp. 2 Co. 10:15; Stg. 1:21). 2 Por ejemplo, si abundamos en gracia, la accin de gracias sobreabundar para la gloria de Dios (2 Co. 4:15). Visto desde afuera, comprendemos poco o nada, pero al comenzar a dar la gracia a otros se pondr en marcha la hermosa rueda de la gracia. 3

a. b. c. d.

La abundancia divina: La abundancia de la gracia (Ro. 5:1520)para destruir el pecado. La abundancia de la consolacin (2 Co. 1:5)para suavizar las penas. La abundancia del amor (Fil. 1:9)para aprobar to mejor. La abundancia de la esperanza (Ro. 15:13)para vivir con gozo.

Adems, nos dio inteligencia (gr. phronsis) para comprender el beneficio otorgado y poder manejar las cosas espirituales (1 Ts. 3:12; 4:1). Necesitamos crecer en la abundancia de la inteligencia para percibir los propsitos celestiales al darnos toda bendicin. 7a MANIFESTACION DE LA BENDICION: ENRIQUECIDOS 1:8 a. b. El regalo es inalcanzable: hizo sobreabundar La riqueza es diferente: toda sabidura e inteligencia [p 53] LA INTELIGENCIA QUE DA LA GRACIA 1. Sigue los deseos del Espritu 2. Hace pensar con equilibrio 3. Imprime un sentimiento de justicia 4. Activa la renovacin de la mente [p 54] [p 55]9

Ro. 8:6, 27 Ro. 12:3; 1 Co. 4:6 Fil. 1:7 Ro. 12:2

3. El descubrimiento del misterio 1:914

dndonos a conocer el misterio de su voluntad, segn su beneplcito, el cual se haba propuesto en s mismo, 10de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensacin del cumplimiento de los tiempos, as las que estn en los cielos, como las que estn en la tierra. 11En l asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propsito del que hace todas las cosas segn el designio de su voluntad, 12a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperbamos en Cristo. 13En l tambin vosotros, habiendo odo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvacin, y habiendo credo en l, fuisteis sellados con el Espritu Santo de la promesa, 14que es las arras de nuestra herencia hasta la redencin de la posesin adquirida, para alabanza de su gloria. Al llegar a este punto Pablo vuelve a mencionar otro ingrediente de la gracia de Dios. Hasta el v. 6 habl sobre el pasado del propsito; los vv. 78 se refieren al presente: y los vv. 914 al futuro. TODA BENDICION ESPIRITUAL (v. 3) PASADO PRESENTE FUTURO El descubrimiento completo del propsito (vv. 914)

Las primeras siete manifestaciones (vv. 48) (Escogidos, predestinados, adoptados, aceptos, redimidos, perdonados, enriquecidos) A.

[p 56] EL MENSAJE: dndonos a conocer el misterio de su voluntad (9)

Dndonos a conocer es una expresin central en la revelacin de Dios. Luego de las buenas noticias de los ngeles, los pastores fueron a Beln para saber lo que haba sucedido y que el Seor les haba manifestado (Lc. 2:15, 17). Por su parte, durante su vida terrenal el Seor Jess constantemente les dio a conocer a los apstoles la voluntad divina.1 Los tres aos y medio fueron de incesante comunicacin de la voluntad de Dios, y en la oracin de Jn. 17 leemos: les he dado a conocer tu nombre, y lo dar a conocer an (v. 26). El trmino griego es gnriz, y significa descubrir, hacer conocer, dar informacin precisa sobre algn tema.2 La voluntad de Dios ya mencionada en vv. 1 y 5, aparece ahora para destacar su anhelo secreto de comunicar algo muy reservado. Es la primes vez que la comunidad elegida se entera de que Dios se complace en bendecirla, hacindola parte especial de sus planes futuros.3 B. EL PLAN: reunir todas las cocas en Cristo (10a) Al repasar lo estudiado, encontramos lo siguiente:CRISTO ES CABEZA SOBRE LA IGLESIA (vv. 38) (comp. v. 22) ELECCION (v. 4) PREDESTINACION (v. 5) REDENCION (v. 7) BENEPLACITO EN EL PRESENTE CRISTO ES CABEZA SOBRE TODO (vv. 910) REUNION (v. 10) BENEPLACITO EN EL FUTURO

BENEPLACITO EN EL PASADO

[p 57] Sin duda la formacin actual de la iglesia es la garanta visible de que Dios reunir, no slo un pueblo, sino todas las cosas en Cristo. La iglesia representa, en unidad, la confirmacin de que Dios unir todo bajo la redencin. El reino de Dios, vigente en nuestros corazones, es el anticipo del reino eterno. Esta interpretacin del plan se confirma con las palabras del Seor para que todos sean uno (Jn. 17:21). Reunir todas las cosas en Cristo significa que con la eliminacin definitiva del pecado, habr una gran restauracin csmica. El conocimiento de Dios ser la caracterstica sustancial de esa poca. El plan est completo, pero se verificar en etapas. Consiste en poner bajo de una misma Cabeza toda la creacin.4 Sabemos que todo fue creado por l y para l (Col. 1:1618). Sin embargo, a causa del diablo, a quien Dios todavi permite operar en el mundo, no vemos que sea as (He. 2:8) porque el mundo est en rebelda.1 2

Por ejemplo dijo que les haba dado a conocer todas las cocas que haba odo de su Padre (Jn. 15:15).

a. b. c. d.

Dar a conocer (gr. gnriz) en la epstola a los Efesios: El misteria del evangelio (6:19) La integracin de la iglesia (3:3, 5) El objetivo del testimonio (3:10) La voluntad de Dios para el futuro (1:9) 3 Observemos en la Nota Adicional MISTERIOS (pg. 59) que todos los secretos con respecto a la iglesia son para bien.4

a. b. c.

La marcha del propsito de Dios Por medio del Espritu Santo comenz la formacin de la comunidad de los santos (1 Co. 12:1213). Por medio de la fe este cuerpo est unido a Crisco (Jn. 17:23). Por el mismo poder transformador, todas las cosas vendrn a estar bajo una misma Cabeza (Fil. 2:911; Ro. 8:21 23).

Este cielo debe desaparecer, y con l las huestes de demonios que por milenios lo han habitado y han operado para destruir, ordenar y maquinar contra los planes de Dios (Jn. 10:10; Ef. 2:12). C. LA OCASION: En la dispensacin del cumplimiento de los tiempos (10b) El cumplimiento del tiempo (G. 4:4) marc un perodo sealado por Dios para la primera venida de Jesucristo. El cumplimiento de los tiempos, en cambio, indica la conclusin de perodos que Dios mantuvo bajo su gobierno (Hch. 1:7) y que en especial estn relacionados con el futuro (1 Ts. 5:1 y comp. Hch. 3:19; 7:20; 17:26; G. 6:9; 1 P. 1:11). El versculo 10 esboza las bases del estilo de vida del futuro, y por lo tanto Pablo no conoca los pormenores an conservados en el secreto de Dios (1 Co. 2:7; Col. 1:26). Una de las tentaciones de los cristianos ha sido poner los tiempos (plural) dentro de cronologas que pudieran explicar las voces profticas (Is. 2:2, 4; Dn. 2:44; 9:24; Am. 9:11), pero siempre han tropezado con la parte secreta del misterio (comp. Gn. 49:10; Mt. 25:32). [p 58] En nuestro caso, ser ms sabio limitarnos a lo que Dios nos da, y tratar de ver, con su iluminacin, lo reference a: (a) la restauracin de vida y (b) la implantacin de armona en todo el universo, centrada en la obra del Seor Jess (He. 12:2224) (comp. Ap. 5:9; 7:4, 12; 19:4).5 (Bosquejo luego del comentario a 1:14b) NOTA ADICIONAL: DISPENSACION Su Significado: Tomar la responsabilidad de ordenar y administrar algo. Manejar las cosas de acuerdo a un criterio establecido. Observar que se cumplan las premisas establecidas. Su uso en el Nuevo Testamento: Mayordomo Administrador Curador Tesorero Lc. 16:2; 12:42 1 Co. 4:1 G. 4:2 Ro. 16:23

Las dispensaciones estn relacionadas con actividades de Dios para la humanidad. Se denominan tambin pocas, siglos o edades (comp. Col. 1:26). Ver tambin Ef. 1:10; 3:2 y Col. 1:25. Distintas posiciones teolgicas Telogos de todas las extracciones doctrinales distinguen distintos tratos de Dios para la humanidad. Darby, por ejemplo, considera que son siete; Hodge, cuatro, y Berkhof slo

5

Segn los planes eternos, esa armona tien un modelo en la creacin y funcionamiento de la iglesia.

dos. El dispensacionalismo sostiene que Israel es una entidad separada de la iglesia. Por otro lado, la teologa del pacto considera que las promesas profsticas para Israel quedan absorbidas por la Iglesia. [p 59] NOTA ADICIONAL: MISTERIOS El trmino misterio (gr. mystrion) significa, en principio, algo, conocico slo por los mystes, que son los iniciados en los secretos (comp. Fil. 4:12). En el Nuevo Testamento, conocer un misterio es disponer de una verdad revelada. Expresiones como dar a conocer, revelar, entender, etc. tienen suma importancia. Dios se ha reservado el derecho de hacer conocer a los suyos, en forma total o parcial, los propsitos que ha trazado con respecto al destino de la creacin desde la eternidad (Col. 1:26). Descubrimos en la Escritura cinco grandes crculos de temas que Dios denomina misterios: LOS GRANDES CIRCULOS DE LOS MISTERIOS La palabra de Dios El Seor Jess La iglesia La apostasa La consumacin de las cosas 1 Ti. 3:9 Col. 2:2, 9; 1 Ti. 3:16 Ef. 3:3, 5; 6:19 2 Ts. 2:7 Ef. 1:911

Los que ms nos llaman la atencin para el estudio que nos ocupa son los relacionados con la nueva comunidad de los santos: la iglesia. [p 60] LOS MISTERIOS RELACIONADOS CON LA IGLESIA EL EV ANGELIO COMO INSTRUMENTO PARA SU FORMACION LA COMPOSICION DEL CUERPO LA MORADA DEL SEOR JESUS EL REINO DE DIOS Ef. 6:19

Ef. 3:4, 6 Col. 1:27 Mt. 13:11

EL TESTIMONIO (LOS SIETE CANDELEROS) LA TRANSFORMACION DE LOS CUERPOS DE LOS SANTOS

Ap. 1:20

1 Co. 15:51

Una de las caractersticas de los lderes debe ser que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia (1 Ti. 3:9), que se comprometan a conservar todo el cuerpo de enseanza contenido en la Biblia (Jud. 3). Este cuerpo doctrinal tiene a su vez secretos que vamos comprendiendo a medida que el Espritu ilumina nuestro entendimiento (Ef. 1:1718). De modo que en la Escritura, un misterio est contenido dentro de otro misterio. En Efesios descubrimos que en el misterio de la fe est incluida la obra magnfica del Espritu Santo que produjo la venida del Seor Jess. En Col. 2:13 se lo denomina misterio de Dios y de Cristo, y en 1 Ti. 3:16 e1 misterio de la piedad. Leemos en Col. 2:2 unidos en amor, hasta alcanzar las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo. Cuando los hermanos estn unidos en el Espritu, empieza el camino de enriquecimiento cuyo fin es conocer el misterio. Aunque el evangelio en s mismo no es un misterio, se convierte en tal pues el contenido de su mensaje est centrado en Cristo, que es un misterio (Ef. 3:4). Es por cierto un misterio que Cristo more en nuestro corazn, y que transforme la vida de los santos. Para formar la nueva comunidad de los redimidos, Dios permiti que ocurriera lo que Pablo denomina este misterio: a) el endurecimiento do Israel b) la predicacin a los gentiles (Ro. 10:20). Todo es y seguir siendo difcil de comprender hasta el da do la revelacin total. [p 61] Pablo mismo dice: Grande es este misterio (Ef. 5:32). No es sencillo entender la unidad espiritual de Cristo como Cabeza y nosotros como cuerpo, o Cristo como Esposo y nosotros como esposa. Adems la iglesia est muy vinculada al misterio del reino (Mt. 13:11; Mr. 4:11; Lc. 8:10) porque en la actualidad Cristo no ejerce soberana sobre la tierra tal como lo anticiparon los profetas del Antiguo Testamento y an espera su cumplimiento. En cambio, l es soberano sobre el reino de los sacerdotes (1 P. 2:9), su pueblo. Su reino est compuesto por todos los redimidos, y es en consecuencia un misterio para todos: (a) Para nosotros, porque no sabemos quines son los salvados pues slo el Seor

conoce a los que son suyos (2 Ti. 2:19); (b) para el mundo, porque la Palabra de Dios es locura y no la puede comprender (1 Co. 2:14); (c) para Israel, porque sigue esperando soberana poltica. Ahora Israel est decididamente en posicin de rechazo, pero a su tiempo el Espritu transformar el corazn de la nacin (Ez. 37:2128; 39:2529; Zac. 2:1013; 12:10). EL REINO DE DIOS PASADO EL REINO EN ANUNCIO PRESENTE EL REINO EN MISTERIO El Rey gobierna la comunidad de los salvos FUTURO EL REINO EN EJECUCION

El mismo Seor explica el misterio de las siete estrellas y de los siete candelabros de oro (Ap. 1:1217). La escena fue ms all de las siete iglesias de Asia, para convertirse en el modelo de inspeccin misteriosa que el Seor realiza en su comunidad, sea en forma colectiva o individual. Finalmente, es un misterio tambin la transformacin y el arrebatamiento de los santos (1 Co. 15:5157). Leemos asimismo de otros misterios, como el de Babilonia (Ap. 17:15), el misterio de iniquidad que ya est en accin (2 Ts. 2:16); los misterios de los juicios de Dios (Ap. 10:17), y el cumplimiento final del misterio de su voluntad, tema de Ef. 1:911. D. [p 62] EL PROGRAMA: En l asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propsito (11) Al comienzo de la epstola Pablo anunci que la herencia es parte del programa. Es lo que todos los miembros compartimos en Cristo (Ro. 8:17). El mundo est acostumbrado a prometer y a no cumplir, o a hacerlo parcialmente. Nosotros mismos nos hemos habituado a vivir en ese estilo de vida, pero Dios inici su programa de otra manera, y sin duda lo terminar tambin as. Segn Tit. 1:2 Dios nunca miente. El plane antes que el mundo comenzara, y ha mantenido su palabra hasta aqu sin faltar nada (He. 10:23). Moiss se esforz en mostrar a los israelitas cmo Dios haba guardado su palabra (Dt. 7:12) y lo mismo hicieron los profetas. Segn lo muestran algunos manuscritos antiguos, el versculo 11 puede ser construido de otra manera: En quien tambin nosotros somos una herencia (comp. nota vv. 14, 18), lo que concuerda con Dt. 4:20 (comp. Dt. 9:29; 32:9). Ambas declaraciones (la que leemos en nuestra versin y la alternativa) son vlidas. Pensando en la posesin de Dios (v. 14) o su herencia en los santos (v. 18), parecera que lo que aqu realmente se quiere expresar es que la iglesia es la porcin de Dios. Algo similar a lo que leemos en Dt. 32:9. a. Por qu recibimos la herencia: habiendo sido predestinados

Deberamos ahondar un poco ms en el sentido del vocablo herencia (gr. klronoma) usado por Pablo. Aunque en el Nuevo Testamento tiene varias acepciones,1 en este caso no es nada ganado ni [p 63] obtenido por mrito alguno. Tampoco es necesaria la muerte previa de alguna persona para recibir lo que Dios nos ha prometido (Ef. 1:14). El propsito eterno es que quienes ingresan a la familia tengan la herencia del Primognito y sean constituidos herencia de Dios (Hch. 20:32; Ef. 5:6). b. Cmo ocurri ese milagro: conforme al propsito Nuevamente aparece la predestinacin (gr. prooriz) que estudiamos en el v. 5. El propsito de Dios no es improvisado sino que responde a lineamientos perfectamente ordenados. La frase conforme al propsito aqu est especialmente relacionada a su inters personal de realizar algo (comp. Ro. 3:25; Ef. 1:9; 2 Ti. 1:9). Dios no nos pide que entendamos sus propsitos sino que los creamos (comp. Jer. 23:6; 30:10; Is. 30:26). Esos propsitos relacionados con la salvacin (Jn. 6:37) y la comprensin del sentido del evangelio (1 Co. 1:24) afectan, segn nuestro texto, todo lo que Dios hace. c. Cul fue el plan: el designio de su voluntad El designio (gr. boul) es el resultado de una determinacin.2 Fue su determinacin anticipada que nos otorg la posicin de hijos en la herencia, operando sobre muchas limitaciones e incomprensiones con total soberana (Pr. 16:4; Is. 46:10). d. Cul es el objetivo: para alabanza de su gloria (12a) Desde cualquier ngulo que miremos, el propsito de Dios siempre tiene el mismo finya sea en su planificacin (6), como en su realizacin (12). La herencia time como objeto principal la alabanza de su gloria.3 Los creyentes sern glorificados y presentados para el [p 64] honor de quien plane poner al pueblo santo sobre la tierra como modelo de sus propsitos de unidad eterna (comp. Ro. 8:30; Ef. 1:6). Ciertamente que al cotejar la dignidad de los escogidos (Ro. 15:911) con la realidad de la experiencia de la iglesia, nos preguntamos si habremos realmente comprendido el propsito del Seor: llamar de entre las gentes a su pueblo para que sea emblema visible de los propsitos eternos, y se convierta en instrumento para ministrar alabanza a Dios (comp. Is. 11:10; 12:2). Para Pablo era un honor especial que del pueblo hebreo, que haba rechazado a Jess, salieran los que primeramente esperbamos en Cristo (12b). (Bosquejo luego del comentario a 1:14b)

Por ejemplo G. 4:30; 1 P. 3:9; Mr. 10:30. Ver Hch. 2:23: entregado por determinado consejo (comp. 4:28; 13:36), y He. 6:17: la inmutabilidad de su consejo.2 3

1

a. b. c. d. e. f. g.

Gloria es la exposicin de algo magnfico. Los cielos cuentan la gloria de Dios. El poder desplegado por Cristo muestra la gloria de su persona (Jn. 2:11). Los cristianos viven la gloria de la libertad (Ro. 8:21). Los miembros de Cristo gozan de la gloria de su morada (Col. 1:27). El cuerpo de Cristo participa de la gloria de su resurreccin (Col. 3:4). Un da Dios cambiar nuestro cuerpo de pecado por otro de gloria (Fil. 3:21). Eso ocurrir cuando el Seor Jess venga mostrando su gloria (Tit. 2:13). Con gran alegra, nos presentar en su gloria (Jud. 24). La tierra toda ver el esplendor y autoridad de su trono de gloria (Mt. 25:3132).

PARA ALABANZA DE SU GLORIA 1. La adopcin de los hijos 2. La formacin de la iglesia 3. La redencin final 4. La conducta triunfante de los santos (Otras comparaciones 1 P. 1:7; 2:14) E. [p 65] LA DETERMINACION: habiendo odo fuisteis sellados con el Espritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia (1314a) Por primera vez Pablo menciona la composicin de la iglesia al hablar de nosotros (los judos) y de vosotros (los gentiles). Demostr que el plan inclua a los dos grandes pueblos en los que se divide la humanidad (ver notas a vv. 1720). Adems, por primera vez tenemos en claro la actividad del albedro humano en la formacin de la iglesia. Primero, los judos que esperaban a Cristo, lo recibieron (12), y despus los gentiles oyeron y creyeron al evangelio y fueron recibidos en el cuerpo de Cristo. Pablo ya haba dicho que tanto los unos como los otros necesitaban or (Ro. 1:16) y confiar en el Salvador. Debieron ejercitar su albedro para poder comprender su eleccin. Necesitaron ver los fines y elegir los objetivos. Los motivos los estimularon, pero no los obligaron, y as escogieron de acuerdo a su voluntad. La libertad humana es en especial una libertad para escoger: as como muchos judos en los das de Cristo lo rechazaron convencidos que hacan lo mejor (Hch. 4:27, 28; 1 Co. 2:8), otros lo recibieron (Hch. 6:7). El lado humano en la salvacin ocupa un lugar singular en las Escrituras. Por una parte, leemos que el Seor Jess vino a lo suyo, y los suyos no le recibieron, es decir que por propia voluntad rechazaron al Mesas (Jn. 1:11). De tal magnitud fue ese rechazo que lo negaron, crucificaron y eligieron en su lugar a Barrabs (Hch. 2:23). Por otra parte, todos los que en l creyeren, recibirn perdn de pecados, por su nombre (Hch. 10:43). En consecuencia, por el evangelismo se activa el cumplimiento del propsito (Hch. 13:48) y se hace efectiva la inclusin de judos y gentiles en el cuerpo de Cristo. a. [p 66] La funcin de la predicacin: odo la palabra credo Tanto judos como gentiles tuvieron que or la palabra de verdad y sentir sus efectos transformadores (He. 4:12), su limpieza (Sal. 119:9) e iluminacin (Sal. 119:105).