educaciÒn superior, ciencia y tecnologÍa y la transformaciÓn productiva y social con equidad....

EL ROL DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN LA TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA Y SOCIAL CON EQUIDAD: un estudio de futuro

EDITOR

Jaime Acosta Puertas

AUTORES

Jorge Uribe Roldán Francisco José Mojica Raúl Trujillo Cabezas Isabel Cristina Arroyo Jaime Acosta Puertas

COORDINACION GENERAL

Área de Ciencia y Tecnología del CAB

Programa de Prospectiva de COLCIENCIAS


2008

Jaime Acosta Puertas Editor

El rol de la educación superior en la transformación productiva y social con equidad: un estudio de futuro.

CUADERNOS CAB No. 1. ©CAB. Serie Ciencia y Tecnología No. 170. FRANCISCO HUERTA MONTALVO – Secretario Ejecutivo HENRY YESID BERNAL – Coordinador Área de Ciencia y Tecnología GUILLERMO SOLER RODRÍGUEZ – Coordinador Área de Educación PATRICIO HERNÁN RIVAS HERRERA – Coordinador Área de Cultura Editor Jaime Acosta Puertas Autores Jorge Uribe Roldán Francisco José Mojica Raúl Trujillo Cabezas Isabel Cristina Arroyo Jaime Acosta Puertas Diseño e impresión XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX PRIMERA EDICIÓN: Junio de 2008.

© 2008, Organización del Convenio Andrés Bello (CAB)

Derechos reservados. Prohibida la reproducción parcial o Total de su contenido sin la autorización expresa de los editores. ISBN XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX Impreso en Colombia. Printed in Colombia La Organización del Convenio Andrés Bello (CAB) y el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología “Francisco José de Caldas” (COLCIENCIAS no se hacen responsables ni comparten necesariamente las opiniones expresadas por el editor, coeditores y autores de esta publicación. ORGANIZACIÓN DEL CONVENIO ANDRÉS BELLO (CAB) Avenida Carrera 20 No. 85-60 Teléfono (571) 6449292. Fax (571) 6100139 Página web http:/www.convenioandresbello.org Correo electrónico [email protected] Bogotá, D.C., Colombia.

Acosta Puertas, Jaime (Editor)

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mailto:[email protected]

CRÉDITOS

____________________________________________________________ Esta publicación se deriva del trabajo conjunto de la Red CAB/ONCYT/Otras instituciones, realizado por el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología “Francisco José de Caldas” (COLCIENCIAS), la Organización del Convenio Andrés Bello (CAB), y los especialistas designados por los ministros de educación, y los ministros y máximas autoridades de ciencia y tecnología de los países signatarios de la Organización del CAB que participaron en cinco reuniones internacionales del proyecto “Prospectiva Científica y Tecnológica”, y en las actividades del “Estudio Prospectivo al 2020 sobre la Educación Superior para la Transformación Productiva y Social con Equidad en los países del CAB”, realizado entre 2005 y 2007. Las dos instituciones destacan y agradecen los aportes y el trabajo desarrollado por las siguientes personas: KATHIA ZAMORA MÁRQUEZ Viceministro de Ciencia y Tecnología Bolivia LUCIO ROCHA Viceministro de Ciencia y Tecnología Bolivia MIGUEL VELÁSQUEZ SEJAS Viceministro de Ciencia y Tecnología Bolivia RAMIRO CUENTAS DELGADILLO Viceministro de Educación Superior Bolivia LILIAM MARGARITA ÁLVAREZ Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) Cuba EUNICE OLIVÉ ÁLVAREZ Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) Cuba TANIA ARIAS Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT) Ecuador José Caiza, Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT) Ecuador CARLOS TRÁVEZ Secretaría Nacional de Ciencia y

GALO BURBANO LÓPEZ Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN) Colombia FABIO ALBERTO GIL BOLIVAR Experto en prospectiva y decisión estratégica Colombia GUSTAVO ENRIQUE PEDRAZA CAMARGO Universidad de Ibagué - Coruniversitaria Colombia ISABEL CRISTINA ARROYO ANDRADE Universidad Nacional de Colombia Universidad de La Sabana CAMPO ELÍAS BERNAL RAFAEL MARTÍNEZ GÓMEZ ALEJANDRO CHEYNE GARCÍA LUIS ENRIQUE SILVA HERNANDO BERNAL ALARCÓN YELITZA CÁRDENAS ROJAS DAVID PEÑA COPETE IRENE DE LAS MERCEDES LEZCANO LASTRE Observatorio Cubano de Ciencia y Tecnología Cuba

SERGIO VON HOROCH, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) Paraguay SERGIO DUARTE MASI Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) Paraguay JAIME JOSÉ JARA MEDINA Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) Paraguay DOMINGO PEDROZO, Ministerio de Educación Paraguay HUGO CESAR CATALDO FERNÁNDEZ Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) Paraguay TERESA SALINAS Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC) Perú FERNANDO ORTEGA SAN MARTÍN Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC) Perú PLACIDO GÓMEZ RAMÍREZ, Secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCYT)

Tecnología (SENACYT) Ecuador JEAN PAUL PINTO Universidad de Las Américas Ecuador HOLGER DUTÁN, Consejo Nacional de Educación Superior (CONESUP) Ecuador ARACELI ENFIESTA ALBISU Ministerio de Educación y Ciencia España JUAN PÉREZ BUENDÍA Ministerio de Educación y Ciencia España CLAIRE FRANCES WILSON BRONFMAN Ministerio de Economía Chile EDGAR ORTEGÓN Economista, Consultor CEPAL/ILPES Chile MARLENE VARGAS NEIRA,

Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICIT) Chile

SOLEDAD DÍAZ, Observatorio Cubano de Ciencia y Tecnología Cuba. SERGIO SANDOVAL MATURANO, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT ) México GUILLERMINA BAENA PAZ Universidad Nacional Autónoma de México -UNAM México DARIO SOLÍS, Universidad Tecnológica de Panamá (UTP). DIANA CANDANEDO Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT) Panamá ALFREDO BROCE CABARCAS Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT) Panamá HUMBERTO ÁLVAREZ Universidad Tecnológica de Panamá Panamá EMMA CAMPOS Ministerio de Educación Panamá

República Dominicana). RAFAEL GONZÁLEZ Secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCYT) República Dominicana BELKIS GABOT Secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCYT) NYDIA RUIZ Ministerio de Ciencia y Tecnología Venezuela MARY FERNÁNDEZ Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología Venezuela GRISEL ROMERO ILER Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología Venezuela OMAR OVALLES, Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología Venezuela CONSULTORES INTERNACIONALES ALFREDO COSTA FILHO JORGE KATZ JORGE URIBE ROLDÁN JAIME ACOSTA PUERTAS EDGARD MONCAYO JIMÉNEZ RAÚL TRUJILLO CABEZAS FRANCISCO JOSÉ MOJICA PEDRO MEDELLÍN PATRICIO VARAS LEONARDO PINEDA SERNA LUIS JAVIER JARAMILLO ROCIO PUENTES

FUNCIONARIOS DE LA ORGANIZACIÓN DEL CONVENIO ANDRÉS BELLO (CAB) E INSTITUTO

COLOMBIANO PARA EL DESARROLLO DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA “FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS” (COLCIENCIAS) PARTICIPANTES

ORGANIZACIÓN DEL CONVENIO ANDRÉS BELLO (CAB)

FRANCISCO HUERTA MONTALVO Secretario Ejecutivo HENRY YESID BERNAL Coordinador Área de Ciencia y Tecnología GUILLERMO SOLER RODRÍGUEZ Coordinador Área de Educación PATRICIO RIVAS HERRERA Coordinador Área de Cultura FERNANDO VILLAFUERTE MEDINA Director Ejecutivo Instituto de Transferencia de Tecnologías Apropiadas para Sectores Marginales (ITACAB) GERMÁN ALBERTO QUITIAQUEZ VILLAMARÍN Asistente Técnico (e) Área de Ciencia y Tecnología LUIS ALBERTO COLORADO Oficial Área de Ciencia y Tecnología JULIÁN CUERVO BUSTAMANTE Oficial Área de Ciencia y Tecnología

INSTITUTO COLOMBIANO PARA EL DESARROLLO DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA “FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS” (COLCIENCIAS) PARTICIPANTES

MÓNICA SALAZAR ACOSTA Ex - Subdirectora Programa de Innovación y Desarrollo FERNANDO ENRIQUE GARCÍA GONZÁLEZ Ex - Subdirector de Programas de Innovación y Desarrollo Empresarial ZULLY DAVID HOYOS Ex Subdirectora de Programas estratégicos JAVIER MEDINA VÁSQUEZ Ex Gerente del Programa Nacional de Prospectiva Tecnológica e Industrial JENNY MARCELA SÁNCHEZ Ex Asesora Programa Nacional de Prospectiva Tecnológica e Industrial Subdirección de Innovación y Desarrollo Empresarial CLAUDIA JIMENA CUERVO Directora Oficina de Planeación IVÁN CLEMENTE MONTENEGRO TRUJILLO Asesor Subdirección de Programas de Innovación y Desarrollo Empresarial HÉCTOR MANUEL GOMEZ GÓMEZ Profesional División de internacionalización de la Ciencia

CONTENIDO

____________________________________________________________ PRESENTACIÓN INTRODUCCIÓN

Capítulo 1

EDUCACIÓN SUPERIOR, TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA Y SOCIAL Y LA IDEA DE UN MODO PROPIO DE DESARROLLO

Capítulo 2

LA TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA Y SOCIAL CON EQUIDAD Y LA IDEA DE UN NUEVO MODO DE DESARROLLO

Capítulo 3 GLOBALIZACIÓN, INTEGRACIÓN Y EL TRIANGULO INDIVISIBLE DE LA EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA Y CULTURA: DIMENSIONES DE UNA IDEA PROPIA DE TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA Y SOCIAL

La globalización de la sociedad del conocimiento

La integración en la sociedad del conocimiento: de la des-integración en los años 1990

a la re–integración en el nuevo siglo

Cultura, educación superior, ciencia y tecnología y la idea de un nuevo modo de desarrollo.

Capítulo 4

PROSPECTIVA, NUEVAS TECNOLOGÍAS Y BIENES DE ALTA TECNOLOGÍA PARA LA TRANSFORMACIÓN: RETOS A LA EDUCACIÓN SUPERIOR Y LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL FUTURO

Aspectos metodológicos.

Forecasting.

Prospectiva estratégica.

Diseño metodológico prospectivo y estratégico.

Familias tecnológicas: resultados de un Delhi.

Cómo afrontar la transformación productiva.

Los bienes de media y alta tecnología.

El espacio Iberoamericano de alta tecnología del CAB.

Tecnologías sociales.

Capítulo 5

ESCENARIO DE “AVANCE ACELERADO” PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UN FUTURO COMÚN

Capítulo 6

BASES DEL PLAN PROSPECTIVO ESTRATÉGICO (PPE) DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR, CIENCIA Y TECNOLOGÍA Y CULTURA PARA LA TRANSFORMACIÓN

Capítulo 7

EL FUTURO: REFLEXIONES HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDEA PARA DE UN MODO PROPIO DE DESARROLLO


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PRESENTACIÓN

En los últimos años la Organización del Convenio Andrés Bello (CAB) ha ampliado el número de países integrantes y ha profundizado la reflexión en sus variables históricas: educación, ciencia y tecnología y cultura, incorporando países de América Latina y el Caribe, y España, situación que invita a concebir nuevas ideas, propuestas y acciones en un contexto iberoamericano y global. “El CAB, en su condición de organismo internacional de carácter intergubernamental, contribuye a la configuración de una comunidad de naciones, a partir de la consolidación de una cultura de integración mediante la promoción y el desarrollo de políticas públicas vinculadas al bienestar de los pueblos de los países miembros, a través del aporte convergente de la educación, la cultura, la ciencia, la tecnología y la innovación. En este esfuerzo participan protagónicamente, con perspectiva intercultural, los grupos poblacionales excluidos, la niñez y la juventud”. Integrar no es sumar porque no se trata de articulaciones mecánicas ni de acciones episódicas sino de la construcción de una matriz común de pensamiento y de acción que respetando las singularidades de cada cual permita transformar un espacio en un territorio y por ello en una comunidad que hoy como la latinoamericana abarca territorial, geográfica y simbólicamente, un amplio sector del planeta, que constituye no solo nuestro patrimonio cultural y moral sino también nuestra territorialidad desde la cual dialogamos con otras culturas y regiones del globo para postular un desarrollo equitativo, democrático, inteligente, sostenible y en paz. Así, éste espacio, se puede considerar como una categoría social esencial, constitutiva de diversas visiones compartidas y representaciones colectivas que identifican y determinan una forma de vivir, pensar, relacionarse e integrarse. Adicionalmente, desde la perspectiva fáctica, incorpora distintos dispositivos y mecanismos (instituciones, organismos y redes) y dinámicas culturales, simbólicas, históricas y cognitivas.

En la educación, la cultura, la ciencia, la tecnología y la innovación se encuentran varios de los pilares que sirven de soporte al desarrollo de las naciones; y en ellos la educación superior se convierte en “puente” a través del cual la fuerza de trabajo de los países se especializan en las actividades motoras de sus economías.

Por tanto, la Secretaría Ejecutiva de la Organización del Convenio Andrés Bello (SECAB) ha propiciado programas, proyectos e iniciativas estratégicas que responden a las necesidades y realidades de sus Estados miembros y a fortalecer la integración de los países desde la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología.

Conscientes de que la educación superior desempeña papel esencial en el mantenimiento y el desarrollo de la base intelectual y cultural de la sociedad, ayudando a conservar la identidad cultural e inspirando y haciendo que los ciudadanos se sientan orgullosos de los logros que van consiguiendo en la sociedad, y convencidos que con una mejor educación superior podemos mejorar

nuestros patrones de especialización productiva y alcanzar el desarrollo de nuestras naciones; desde finales de 2005 el CAB en trabajo conjunto con el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología “Francisco José de Caldas” (COLCIENCIAS) y los demás organismos


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nacionales de ciencia y tecnología (ONCYT) de sus países signatarios ha ejecutado el “Estudio prospectivo al 2020 sobre la educación superior para la transformación productiva y social con equidad en los países del CAB”.

El objetivo principal del estudio es la formulación, elaboración y difusión de las bases de un plan prospectivo estratégico (PPE) para los países miembros, con marcos de políticas públicas, estrategias, líneas de acción, programas y proyectos para hacer realidad un escenario denominado de “avance acelerado” elaborado durante meses por las unidades coordinadoras de COLCIENCIAS y el CAB, el grupo internacional de investigadores encargado de elaborar análisis, y expertos de los países que participaron en consultas, reuniones y talleres. Por tanto, este libro está elaborado con base en los trabajos de los distintos expertos que han participado en el proyecto, y sobre todo de aquellas personas que han tenido la responsabilidad de hacer las elaboraciones más recientes. Para los ONCYT el estudio tiene interés por varias razones: la ciencia y la tecnología es factor determinante en el éxito de todo proceso de transformación productiva en la sociedad del conocimiento y es por tanto una contribución a la difusión de la importancia de la ciencia, la tecnología y la innovación en el desarrollo; porque los resultados del estudio entregan orientaciones para las políticas de ciencia y tecnología; porque el enfoque conceptual, mediante el cual la cultura, la ciencia y la tecnología y la educación, son el núcleo principal de la idea de un nuevo modo de desarrollo en nuestros países, factores que son principales en la sociedad del conocimiento; y porque abre una ventana a la posibilidad de adelantar alianzas en materia de investigación y desarrollo (I+D) en áreas estratégicas y de futuro. Esta publicación corresponde al informe ejecutivo del estudio, se anexa un CD con el conjunto de estudios y memoria de las principales reuniones internacionales de expertos, y tiene como propósito presentar los resultados, conclusiones y recomendaciones de su primera gran etapa, preámbulo de una segunda en la cual se adelantarán conjuntamente proyectos estratégicos consensuados entre los países del CAB. También en este texto se resaltan los imperativos de cambio que afectan un nuevo marco de acción política de la educación superior para las transformaciones de largo alcance que necesitan emprender nuestras naciones de la órbita Iberoamericana, y para generar un proceso de reflexión permanente sobre la integración, la inclusión, la cohesión y el desarrollo para que las futuras generaciones se sientan ciudadanos de una nueva civilización. No sobra mencionar que este proyecto comenzó bajo la gestión de anteriores administraciones en Colciencias y en el CAB, que las actuales administraciones han sabido recoger, introducir algunos giros acordes a la velocidad de cambios en el mundo y en nuestra región, e imprimirle una nueva visión a las acciones que se emprenderán en la siguiente etapa del proyecto. El producto final de este proceso debe dejar claramente despejada la pregunta: qué educación superior para que transformación, que en términos pragmáticos debe incluir políticas y programas Universidad – Empresa – Estado, tarea que deben emprender todas las universidades que disponen de sólidas capacidades en investigación, tipo de acciones que también vinculan la ciencia, la tecnología y la cultura asociada al desarrollo. De igual manera, el gran desafío de nuestros países en materia de transformación productiva, tiene dos retos: uno, dar el salto a bienes y servicios de alta tecnología; y dos, agregarle valor a actividades tradicionales para incrementar la productividad y la competitividad, retos que a su vez


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implica transformaciones en la educación y en ciencia y tecnología, pero también es un reto sobre cómo desde nuestra diversidad cultural podemos convertirnos en sociedades más avanzadas con instituciones que conduzcan a la cohesión social y económica. Adicionalmente, las dinámicas de cambio se dan en contextos determinados, que en la sociedad del conocimiento alude a ciudades – región de la creatividad, de la innovación y del conocimiento, conceptos que deben hacer parte de nuestras políticas de transformación. Lo único cierto es que nuestros países deben profundizar y acelerar decisiones en la búsqueda de nuevos campos que traigan prosperidad, bienestar y sustentabilidad para todos. El ser humano no se detiene en su progreso por eso no podemos resistirnos sino más bien tener un papel proactivo en su sendas de cambio.

FRANCISCO HUERTA MONTALVO

Secretario Ejecutivo Organización del Convenio Andrés Bello (CAB)

INTRODUCCIÓN

La Organización del Convenio Andrés Bello (CAB) y el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología “Francisco José de Caldas” (COLCIENCIAS) comparten la preocupación de las altas autoridades de educación, cultura, ciencia y tecnología de los países signatarios del CAB sobre la necesidad del trabajo interagencial coordinado y articulado, y coinciden con ellos en las líneas estratégicas de acción para solucionar dificultades en estos campos, e impulsar la inclusión como paso previo a la cohesión social, así como mejorar las capacidades de los países en términos humanos e institucionales.

En el marco de los “Encuentros de los ministros y máximas autoridades de ciencia y tecnología de los países del CAB”, en particular del quinto encuentro, que se llevó a cabo en La Habana, Cuba, en febrero de 2002, se recomendó trabajar en la elaboración de análisis prospectivos científicos y tecnológicos en temas importantes para el desarrollo integral de la región. Es así como se inició la formulación conjunta del programa y el proyecto de prospectiva científica y tecnológica, con la participación de especialistas y funcionarios de los organismos nacionales de ciencia y tecnología (ONCYT) de los países. 1

1 ORGANIZACIÓN DEL CONVENIO ANDRÉS BELLO, 2004. Programa prospectiva científica y tecnológica. En: Políticas, estrategias y consensos de acción en ciencia y tecnología de los países del Convenio Andrés Bello 2003-2010. Primera edición publicación CAB. Bogotá, D.C., Colombia 1:195-256 y 2:885-945.


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A partir de las recomendaciones de los ministros y altas autoridades de ciencia y tecnología, y de los mandatos de los ministros de educación, se viene adelantando el proyecto “Prospectiva científica y tecnológica”, en el cual Colombia a través de COLCIENCIAS lidera y coordina su ejecución con el Área de Ciencia y Tecnología de la Organización del CAB.

COLCIENCIAS, ha participado en todas las actividades y acciones previstas en la programación del proyecto, una de ellas desde el 2005 en el “Estudio prospectivo al 2020 sobre la educación superior para la transformación productiva y social con equidad en los países del Convenio Andrés Bello”.

Para la realización del estudio, se convocaron varias reuniones de expertos y en las cuales se utilizaron herramientas metodológicas prospectivas, se construyeron escenarios de futuro y los elementos básicos del plan prospectivo estratégico (PPE) al 2020.

El diseño metodológico del estudio comprende cinco etapas: En la primera etapa con base en fuentes primarias y secundarias se realizó el análisis sincrónico y diacrónico para determinar las condiciones pasadas, presentes y futuras de la educación superior y de la transformación productiva y social con equidad; en la segunda etapa con sustento en el método Delphi se ejecutó el análisis tecnológico para identificar las tecnologías de futuro, y los ámbitos tecnológicos necesarios para dinamizar los procesos de transformación productiva y social; en la tercera etapa utilizando los métodos de análisis morfológico, Ábaco de Regnier y Ejes de Schwartz se realizó el análisis de escenarios posibles (“futuribles”) y probables (“futurables”) hacia el año 2020 de la educación superior para la transformación; en la cuarta etapa con los métodos IGO (importancia y gobernabilidad) y Árboles de Pertinencia se realizó el análisis estratégico para la formulación de las bases del plan prospectivo estratégico (PPE) con propuestas de políticas públicas, estrategias, líneas de acción, programas y proyectos. La quinta etapa está dirigida a la ejecución conjunta del plan prospectivo estratégico (PPE) a partir del segundo semestre de 2008.

El presente documento corresponde al resumen ejecutivo de este Estudio prospectivo al 2020 y está organizado en los siguientes capítulos: reflexiones conceptuales sobre educación superior, transformación productiva y social con equidad y la idea de un modo propio de desarrollo; dimensiones de la transformación; aspectos metodológicos para la construcción del futuro y análisis de la encuesta Delphi y del comercio internacional de media y alta tecnología; escenario de “avance acelerado” para la transformación; bases preliminares para el plan prospectivo estratégico (PPE); y el futuro, reflexiones para la construcción de una idea propia de desarrollo.

CAPITULO 1

LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN LA TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA Y SOCIAL Y LA IDEA DE UN MODO PROPIO DE DESARROLLO

Según la visión establecida en este estudio prospectivo la educación superior es un actor protagónico de la transformación productiva y social con equidad. Su accionar, estratégico y de largo plazo, se sustenta en la generación de conocimiento de frontera, social y regionalmente compartido, contribuye significativamente a la construcción de un modo y unas prácticas propias de integración y desarrollo, donde las dimensiones educativa, cultural, científica, tecnológica e innovativa se convierten en axiales.


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Según Portnoff (2006) la importancia clave de los recursos intangibles generados por el ser humano constituye una oportunidad para muchos países aún pobres. El premio nobel de economía (1998) Amartya Sen hizo hincapié en el hecho que el desarrollo humano es condición preliminar para alcanzar el desarrollo. Interpretando la premisa de Sen, la transformación productiva se basa en el desarrollo científico y tecnológico; la formación permanente y la retención del talento humano; el desarrollo de productos y servicios innovadores con un alto valor conocimiento; la creación de empresas de base tecnológica en áreas prioritarias y estratégicas; la puesta en marcha de territorios del conocimiento, de la innovación o de la creatividad; la cooperación e integración solidaria e intersectorial de organismos intergubernamentales y agencias de gobierno. Es decir, la transformación descansa en el factor humano formado en el sistema de educación. Este cambio exige a la educación superior una revolución tanto en sus prácticas pedagógicas como organizacionales y en sus relaciones con otros actores sociales, entre ellos los empresarios, en el marco de programas Universidad – Empresa – Estado. Esto implica generar transformaciones en las instituciones, en los docentes y los estudiantes, orientadas a favorecer aprendizajes significativos y comprensivos; a integrar las dimensiones cognitiva, social y subjetiva en los procesos de enseñanza y de aprendizaje; convertir el currículo en un propiciador de la autonomía en los procesos de formación; planificar los cursos de acuerdo con la estructura conceptual del saber, los intereses de los estudiantes y la problemática, social, cultural y ambiental, con énfasis en investigación, desarrollo y uso de nuevas tecnologías. Adicionalmente, la educación superior debe reconocerse como el ámbito privilegiado que favorece la construcción de valores y capacidades para una cultura integracionista iberoamericana, desde la oportunidad del encuentro en las aulas universitarias con personas diversas social y culturalmente, con formas de pensar, sentir y actuar diferentes, que se reconocen en un propósito libremente compartido de profesionalizarse en los saberes, y en el conocimiento de la historia de los países para que sea posible construir una civilización. En este sentido, la universidad como espacio fáctico y virtual desempeña no solo un lugar para la excelencia sino un punto donde las voces de distinto origen aportan una mirada común, que supera los modelos de integración exclusivamente comerciales o políticos. Pero también la ciencia y la tecnología, fundamentadas en esa mejor universidad, es el otro eslabón de la integración del conocimiento y de la innovación para la integración y desarrollo de nuestros países. La transformación de nuestras naciones, le demanda a las universidades la formación de profesionales e investigadores que se constituyan en seres formados en principios y valores, tales como la cooperación, la solidaridad, la cultura de la convivencia y la paz, la interculturalidad, la unidad latinoamericana, caribeña e iberoamericana, y la justicia social, pero también en el desarrollo de la creatividad, en el espíritu innovador y en el emprendimiento.

Para que la educación como determinante del capital humano y del capital social, pueda en nuestros países elevar su nivel, generando riqueza y bienestar mediante la producción de conocimiento – ciencia, tecnología e innovación -, que actué dentro del reconocimiento de la pluralidad-identidad cultural y de la transnacionalización cultural, debe ser capaz de garantizar que la creación y


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transferencia de conocimientos científicos y tecnológicos, contribuirá a una transformación interdependiente y equitativa, generando conocimientos y desarrollando actividades productivas de alto valor agregado. (URIBE, 2007)

Por eso, una investigación de calidad y pertinente se sustenta en esfuerzos y desarrollos teóricos singulares (educación-investigación) como singulares son los ámbitos donde actúan. Todo conocimiento creado tiene identidad. Por tanto, esfuerzos en investigación básica son condición necesaria de la identidad cultural de toda nación y de la conquista del desarrollo humano. Como todos los procesos son graduales, como en su momento lo fueron en las sociedades avanzadas, nuestras naciones no pueden dejar de hacer investigación básica e investigación estratégica.2 La singularidad de la investigación en unas naciones es lo que permite integrar singularidades para desarrollos complejos entre capacidades de distintos países. No solo son razones de economía de escala, son ante todo argumentos en torno a complementariedades de las ventajas generadas en conocimiento por cada sociedad. Las fortalezas de unas culturas en materia de conocimiento no son estrictamente las mismas que las de otras culturas. Pueden ser parecidas pueden ser complementarias pero no son iguales (ACOSTA, 2008). El conocimiento, en la medida en que la globalización se difunde y en la medida en que el conocimiento es crecientemente complejo, este es la suma y la fertilización cruzada de conocimientos: es inter-disciplinario, es inter-nacional y hace parte de los procesos de integración entre países, ciudades, empresas, centros de investigación. Y el conocimiento se convierte en global a partir de múltiples y cruzadas condiciones endógenas territorializadas: países, ciudades y regiones concretas. No hay tal conocimiento universal surgido en el ciberespacio (ACOSTA, l.c.). Además, el accionar estratégico y de largo aliento en la generación de conocimiento de frontera, contribuye a la construcción de la idea de un modo propio de desarrollo, y a prácticas de integración, donde la educación, la cultura y la ciencia, la tecnología y la innovación, son fuerzas motrices del proceso de cambio global de nuestras sociedades. En tiempos en que la investigación se hace también por fuera de los espacios universitarios y que los modelos de transmisión del conocimiento se estructuran a la medida de la demanda, conviene recordar cómo saberes relevantes y pertinentes generan sus propias demandas y que estas no son resultado de procesos objetivos en un sentido positivista sino de estructuras simbólicas y deseantes que se gestan en los espacios públicos, en las conversaciones sociales y en la capacidad de hacer emerger lo latente en su ruta hacia lo fáctico. La universidad es también el espacio de la sabiduría, la poética imaginativa y la aceleración de los límites y carencias. Su potencia nace de sus eventualidades y no solo de su facticidad, es un querer colectivo, objetivo y configurante de sentido ético y moral de las opciones institucionales que se asumen reactualizando en un nivel histórico adecuado la relación entre universidad y sociedad. Esto supone también una más amplia conceptualización de lo académico como transmisor y reproductor abierto de valores y sentidos, ya que esta figura ha sido el sustento fundamental del

2 La investigación estratégica alude a la apuesta que hace una nación o un territorio en pocas áreas a partir de factores endógenos.


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concepto de universidad y de formación. Los valores no son conceptos congelados que se transmiten para ser recibidos por alumnos como receptáculos, se trata de nociones discursivas que interpretan el mundo lo estructuran y tensionan aquellas singularidades que hacen referencia a la moral y al sentido de especie humana que debe tener el proceso de formación en los contextos complejos del siglo XXI, que provienen de las mutaciones de la vida individual y social, y del desarrollo científico y tecnológico. Así mismo, los elementos referidos a la identidad latinoamericana en un mundo de grandes zonas geoculturales obligan a reactualizar los debates que provenientes del siglo 19 y 20, aludían al ser latinoamericano en medio de los procesos de democratización industrialización y urbanización. Hoy, además de estos entramados que siguen siendo indispensables, es pertinente plantear lo latinoamericano como una cultura compartida en una diversidad de alcance mundial que tiene sus propios rasgos los cuales se ven inevitablemente conmovidos - dislocados del lugar histórico - por la internacionalización de la cultura, los valores y las estéticas a través de la transnacionalización. Por esto, la noción de la latinoamericanidad debe anclarse profundamente en las raíces de sus culturas regionales y locales, y abrirse al debate internacional de sentidos, con la certidumbre que su caudal de saberes y rasgos es lo suficientemente fuerte como para interactuar en los diálogos culturales del planeta. Pero en la idea de encontrar un modo propio de desarrollo, pensar América Latina y el Caribe como una civilización, tal como lo imaginaron pensadores inéditos hasta hace no muchos años, y recogida con prudencia y pragmatismo por otros en este comienzo de siglo y de milenio, es una visión que no se puede abandonar. Para ello, una ciencia y tecnología y una educación propias (conocimiento endógeno), son propulsores clave. Todo lo que se ha hecho y todo lo que se ha dejado de hacer y todo lo que será deseable y posible hacer en educación y en ciencia y tecnología para fortalecer nuestras culturas, se refleja también en los pasos andados y desandados en el desarrollo productivo y social, y en la búsqueda de una nueva idea de producción y de sociedad.

La industrialización tardía de los países latinoamericanos que se remontan a la crisis de la economía de Estados Unidos en 1929 y la posterior inflexión de la economía planetaria como consecuencia de la segunda guerra mundial, originaron un movimiento en América Latina para transformar su patrón de especialización, induciendo un proceso que se conocería durante cuatro décadas (desde los años cincuenta hasta finales de los años ochenta del siglo veinte), como Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI en adelante). La ISI latinoamericana, a partir de los años setenta, en vez de evolucionar hacia un modelo exportador diversificado y sustentado en la generación de conocimiento, como lo concibieron Prebish y otros, se sumergió en un proteccionismo que se agotó por continuos errores de economía política que determinaron una lenta transformación de los sistemas productivos, escasa incorporación de cambio técnico endógeno, bajo nivel de apropiación de conocimiento externo, y un sistema de educación con escasos vínculos con la realidad de sus sociedades y de la actividad económica.

La profundización de la transformación productiva y social implicaba adoptar políticas autónomas para transformar la especialización, crear o consolidar instituciones, articular la producción para conformar cadenas productivas y clusters transfronterizos, insertarse proactivamente en la internacionalización, desarrollar nuevas industrias, capacidades de aprendizaje (educación, ciencia, tecnología e innovación) y de cooperación internacional, y reducir brechas sociales y territoriales.


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La transformación productiva necesita una ruta de autonomía, signada por principios de identidad (desarrollo propio interdependiente y grados razonables de desnacionalización); investigación e innovación (desarrollo de capacidades propias y capacidades de aprendizaje de fuentes exógenas para el avance de la ciencia, la tecnología y la educación); inversión (retener ahorro y atraer inversión: sin recursos el desarrollo no es posible); integración (entre países, entre territorios de los países, entre actividades productivas y del conocimiento, incluidas las industrias creativas y culturales); interdependencia (agendas multilaterales equilibradas con los distintos bloques y zonas económicas del planeta); y de internacionalización (inserción proactiva en el mercado mundial de bienes y servicios).

En consecuencia, importantes esfuerzos en materia de cambio técnico endógeno, no lograron superar la fase de apropiación de conocimiento exógeno, y por tanto no se tradujeron en innovaciones radicales motivo por el cual, cuando las economías se abrieron, esas capacidades en gran medida se perdieron, sobre todo por el cierre de ciertas infraestructuras de investigación que no fueron sometidas a procesos de reestructuración, por el contrario, fueron equivocadamente clausuradas. Estos comportamientos se reflejan en la escasa inversión en ciencia y tecnología respecto al PIB, y la aún más escasa inversión del sector privado en investigación y desarrollo (I+D), que no sustituyeron los esfuerzos realizados con recursos de los Estados (KATZ, 2005)

Además, desde los años setenta, la universidad, especialmente la privada, fue la principal institución en introducir y difundir los lineamientos doctrinarios y teóricos que pregonaban la reducción y toda forma de intervención proactiva del Estado en la transformación de la economía. En consecuencia, las instituciones de educación superior pueden colaborar ahora en una reinterpretación del desarrollo regional y en la reformulación de políticas que ellas mismas ayudaron a concebir e indirectamente a implantar (COSTA-FILHO, l.c.). La universidad se convirtió en abanderada del “nuevo” pensamiento sobre el crecimiento a través de ajustes para el logro de equilibrios macroeconómicos, sin complementar el ajuste, por cierto necesario, con políticas que apuntaran a diversificar la producción y las exportaciones para hacer sostenible el equilibrio macroeconómico y sobre todo para impulsar el cambio estructural a través de la transformación del patrón de especialización, con esfuerzos propios en CT+I y mejor educación, para agregar valor a la producción, al comercio internacional y al capital social (RODRIK, 2005) Adicionalmente, las universidades, en particular las de carácter público, porque las privadas hacían muy poca investigación,3 desarrollaron capacidades de investigación escasamente relacionadas con las necesidades y potencialidades del sector real de la economía y con las singularidades culturales y sociales de los países de la región. (DIDRICKSSON, 2006) Los sistemas nacionales de educación superior (SNES) presentan algunos estándares mundiales de calidad, pertinencia e internacionalización, incipiente disminución de la dependencia científica y tecnológica, y una emergente apropiación y “humanización” de la ciencia y la tecnología. La región posee una “fuerza intelectual” y un capital social que podría construir capacidades más sólidas en

3 Afortunadamente, esta escasa actividad en investigación de las universidades privadas, poco a poco se viene modificando, y ya se constatan en instituciones con mayores capacidades en ingeniería y en ciencias naturales, una creciente actividad de la investigación aplicada asociada a responder a necesidades de la producción y su transformación y al surgimiento de empresas innovadoras desde las universidades.


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ciencia, tecnología e innovación (CTI) y en creaciones educativas y culturales. Su desarrollo incidiría en mejores niveles de alfabetización educativa, cultural, científica y tecnológica, y por tanto en disminución sustancial de la pobreza. Asumiendo una actitud preactiva, el principal factor que favorece la construcción de una imagen de futuro son la voluntad y el compromiso político de mandatarios y altas autoridades de construir y dinamizar un espacio común de integración en educación, cultura, ciencia, tecnología e innovación a través de acciones estratégicas conjuntas; el desarrollo de pensamiento crítico al interior de las instituciones de educación superior (IES) y respuestas teóricas y estrategias propias a los retos del desarrollo y la integración regional, tanto en nuestro espacio iberoamericano de educación, como en articulación con otros espacios para consolidar itinerarios formativos bajo la premisa de que el desarrollo humano es un proceso sin interrupción a lo largo de su existencia. (IBARRA, 2007) Como resultado general se obtendría el afianzamiento de un proyecto común, donde la educación, la cultura, la ciencia, la tecnología y la innovación se constituyen en fuerza motriz de la integración, la equidad, la productividad y la sustentabilidad, donde las instituciones de educación superior (IES) se articulan con las necesidades sociales y productivas, tomando en cuenta condiciones, vocaciones y expectativas de sus territorios y sus ciudadanos.

CAPITULO 2

TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA Y SOCIAL CON EQUIDAD Y LA IDEA DE UN NUEVO MODO DE DESARROLLO

El interés por la transformación productiva en América Latina y el Caribe no es nuevo. Fue Prebisch, hace más de cuatro décadas que en sus análisis sobre el “capitalismo periférico”, así como otros pensadores del desarrollo latinoamericano, emplearon el término por primera vez para señalar el desafío que tenían nuestros países en promover una diversificación de su aparato productivo y con ello aminorar la brecha de éstos con relación a los países del centro del sistema mundial. Esta orientación fue languideciendo y desaparece con las aperturas unilaterales e indiscriminadas de nuestros mercados en los años 1980 y 1990. Pero a comienzos de los años noventa, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la UNESCO, y en años más recientes la Corporación Andina de Fomento (CAF), la Organización del Convenio Andrés Bello (CAB),4 y algunos pocos centros de investigación de unas pocas universidades, se han ocupado, tanto en sus reflexiones teóricas como en sus propuestas de acción, aunque con matices distintos, de la transformación productiva y social de la región y del rol que en este proceso debe tener la educación superior.

4 La Organización del CAB en 1996 incorporó el tema dentro de su ámbito de análisis, reflexión y acción política conjunta: “Educación-Desarrollo-Integración”; con Educación y desarrollo humano en América Latina y el Caribe,4 donde planteó que el objetivo estratégico de la relación recursiva entre educación-transformación productiva debe ir más allá de la posesión del saber científico-tecnológico y contemplar también otros ámbitos de la cultura y de la cotidianeidad.


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Sin embargo, las evidencias fácticas no son nada alentadoras, pues seguimos sumidos en la pobreza y en la desigualdad y con aparatos productivos rezagados, donde se ha tornado lenta la generación e incorporación de conocimiento a partir de la educación, de la ciencia, la tecnología y la innovación. Inicialmente surgió la preocupación por la “transformación productiva”, bajo una perspectiva economicista, en la que se creía que el solo crecimiento en economías protegidas, poco expuestas al aprendizaje de fuentes externas y poco dinámicas en el comercio internacional, era suficiente para lograr el desarrollo y, por ende, para el bienestar colectivo. Tras el fracaso de estas ideas, se pensó que la transformación productiva en los países de la región debía abrirse a la globalización y tener un componente adicional: el social. Luego, se determinó que esa transformación productiva y social resultaría insuficiente si no conduce a la equidad social. ¿Cómo se define, entonces, la transformación productiva y social? Según la CEPAL, es un proceso, que basado en las capacidades del recurso humano, la aplicación del progreso tecnológico y la readecuación del Estado, busca la competitividad y la equidad en un contexto de sostenibilidad; que resulta posible gracias a esfuerzos propios como la adopción de políticas y creación de instituciones acordes.(CEPAL, 2002) En la perspectiva de la CAF ésta es definida “como un aumento de la diversificación de la oferta exportadora con ganancias de productividad”,5 lo que supondría elevar su contenido tecnológico vía agregación de conocimiento a través de la identificación de áreas económicas estratégicas, que posibiliten mayores ingresos para los trabajadores y un mayor desarrollo para la sociedad. Buscando un equilibrio entre lo social y lo económico, en el marco de este Estudio prospectivo al 2020, la transformación productiva y social se entiende como el impulso de una nueva estructura productiva dominada por nuevos bienes y servicios intensivos en conocimiento y creatividad a partir de la apropiación social de la educación, la cultura, la ciencia, la tecnología y la innovación, con el propósito de abatir las asimetrías y desigualdades entre segmentos sociales, territorios de los países y entre países. Lo anterior implica el desarrollo de la capacidad de las sociedades para crear, innovar, emprender, agregar valor y diversificar sus economías, desarrollar regiones, territorios competitivos y ciudades del conocimiento, de la innovación y de la creatividad, elevar la calidad del ambiente de los negocios, mejorar la capacidad de decisión de los emprendedores, la cooperación y la competencia entre actores. Así, la noción de transformación productiva y transformación social, entendida en forma contemporánea en estos primeros años del siglo XXI, se basa en los siguientes criterios, de acuerdo con MEDINA & ORTEGON (2006): La transformación productiva se logra mejorando la competitividad sistémica a través de la

incorporación de conocimiento e innovación a la producción para aumentar la productividad. La transformación productiva debe producir un cambio integral en todo el sistema

socioeconómico, lo cual implica cambios en educación, tecnología, infraestructura, relaciones sociales, aparato institucional y sistema financiero, entre otros aspectos.

5 CAF, 2006. Camino a la transformación productiva en América Latina. Caracas, República Bolivariana de Venezuela. p. 17.


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La transformación productiva como eje del desarrollo incorpora y difunde conocimiento e innovación, al tiempo que permite crear una estrecha relación intersectorial.

La transformación productiva implica el desarrollo de los territorios de los países y su autonomía. La transformación productiva debe ser compatible con el desarrollo sostenible (conservación del

medio ambiente y debe revertir las tendencias negativas sobre éste). Una sociedad es el reflejo de lo que ha aprendido a ser y a hacer. La sociedad se construye

desde la transformación de sus individuos y sus organizaciones. La transformación social conlleva desplegar las capacidades de aprendizaje, creatividad y

emprendimiento de la sociedad. La transformación social aumenta la capacidad de “conversar” con el mundo, así como la

integración a redes de conocimiento e información de distinto tipo, y el desarrollo de competencias multiculturales en un contexto de integración entre naciones.

La educación no sólo es la estrategia central sino el objetivo principal del desarrollo científico y tecnológico. El incremento de capital humano de alta calificación mejora la educación y la cantidad y calidad de la investigación y de la innovación en la producción.

La transformación productiva impulsa la competitividad con equidad. Si no es así los incrementos en productividad serán menores respecto a sociedades más equitativas, porque la equidad incorpora una mayor cantidad de segmentos de población al bienestar, a la innovación, al emprendimiento y a la producción producto de la transformación.

Por tanto, la transformación productiva en la idea de un nuevo modo de desarrollo, se puede entender como la capacidad de las sociedades para crear, innovar, emprender, agregar valor y diversificar la economía, aprovechando el potencial de capacidades endógenas de la sociedad y el logro real de bienestar para sus ciudadanos. Este concepto implica diversificar y agregarle valor a lo existente, y sobre todo identificar e impulsar nuevas actividades estratégicas que mejoren áreas productivas vigentes y promisorias, y liberen condiciones para desarrollar y producir nuevos bienes y servicios que transformarán la producción y la sociedad.

Las posibles opciones de transformación productiva se pueden representar en la siguiente figura, la cual consta de dos ejes conceptuales principales:

Transformación productiva y social: eje vertical

Desarrollo de la educación, de la ciencia y la tecnología y de la cultura: eje horizontal.

La integración de los dos ejes arroja un modo de transformación desde las categorías fundamentales de la sociedad del conocimiento: cultura, CyT y educación, áreas de trabajo del CAB.


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FIGURA No. 3. Opciones de transformación productiva en la sociedad de conocimiento.

Con base en esta figura se pueden señalar las siguientes reflexiones: En primer lugar no hay una ruta o una secuencia única de transformación productiva una vez se han dado tres revoluciones que han terminado relacionandose: una asociada a la sociedad agraria, otra a la sociedad industrial y en estos tiempos la revolución de la sociedad del conocimiento. En la órbita Iberoamericana se tienen economías con distintos niveles de desarrollo con unas estructuras productivas diferenciadas. La situación presente puede ser para unos países la del cuadrante 1 por ser economías de menor desarrollo; para otros puede ser la del cuadrante 2 por ser economías de menor desarrollo relativo; y para otros la del cuadrante 3 por disponer de una estructura productiva más industrializada. La importancia de este tipo de herramientas radica en que permite señalar hacia donde se puede dirigir cada economía y en conjunto nuestros países. Es así como todos los caminos conducen a la producción y al desarrollo de bienes de alto contenido tecnológico ALTEC (cuadrante 4) porque simple y llanamente corresponde al tipo de economía de la sociedad que estamos viviendo: no es una moda es una realidad que se constituye en desafío de estos tiempos. Sin embargo, el ingreso al cuadrante 4 de ruptura permite a su vez llevarle valor agregado (flechas de color negro) a la producción de los cuadrantes 1, 2 y 3, según donde esté situada la economía de cada país de la

TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA

ECONOMÍAS DE TRANSICIÓN industrias de mediana – alta tecnología:

químicos, automotriz,

SALTO EN EL PATRON ESPECIALIZACIÓN

ESCENARIO DE RUPTURA (industrias ALTEC)

EDUCACIÓN, CIENCIA y TECNOLOGÍA y CULTURA

PRESENTE: RECURSOS NATURALES Y ESCASA TRANSFORMACIÓN. Baja tecnología

Agregar valor a recursos naturales y manufacturas livianas

(producción de media – baja tecnología)

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órbita Iberoamericana6 Es decir, que los bienes de alta tecnología afectan positivamente actividades de menor contendido tecnológico tradicionales, porque los moderniza, hacen más eficiente la producción y los hace más competitivos. Es lo mismo que ocurrió con la revolución industrial que introdujo mejoras a la producción manual, artesanal y a los medios de producción accionados por la fuerza física del ser humano y de los animales.

Las lecciones de las experiencias de países como Japón, Corea, Singapur, Taiwán, Israel, Finlandia, Irlanda, España, India, China, Brasil, Malasia, entre otros países, algunos después de la Segunda Guerra Mundial, y otros en años más recientes, señalan que es posible hacer una transición exitosa hacia economías del conocimiento. Con diversos puntos de partida en el nivel de ingreso, desarrollo humano y tamaño de las economías, se constata que es viable y necesario concebir estrategias a largo plazo. Cada país diseña su trayectoria o camino de acuerdo con su realidad histórico - cultural, política e institucional, y dotación de factores económicos.

Para ello es necesario adoptar políticas productivas selectivas; de ciencia, tecnología e innovación (CTI) con inversiones crecientes y sostenidas, públicas y privadas; de emprendimiento para impulsar mipymes innovadoras relacionadas con las áreas de la política productiva y de CTI; en educación a través de reformas al sistema y la formación de profesionales e investigadores emprendedores y creativos de alto nivel; y disponer de un sólido orden institucional y organizacional para respaldar la transformación.

Ahora bien, todos los cambios que sea posible adelantar en materia de avance productivo y en los campos específicos e interrelacionados de la educación, de la ciencia, la tecnología y la cultura, no tendrán el dinamismo requerido si nuestras sociedades no superan un desfase estructural: la inequidad, cuyas expresiones son superiores a las de otras regiones del globo.

“La equidad, además de ser un valor en sí misma, incide positivamente en la calidad de vida. La distribución más igualitaria de los ingresos, crea más armonía, inclusión y cohesión social. Pero la equidad tiene que ser proactiva, es decir, que contribuya a disminuir la desigualdad, aprovechando o desarrollando potencialidades productivas y capacidades propias de investigación, innovación y emprendimiento. Esta equidad es sostenible, pues a más de fomentar la equidad en el presente ayuda a construir los cimientos materiales y culturales de su expansión futura, ampliando las capacidades y oportunidades colectivas para aprender, desarrollar, y usar social y productivamente el conocimiento” (AROCENA & SUTZ, 2004).

Para que esto suceda es necesario fortalecer el desarrollo económico acompañado de inclusión y cohesión social, para lo cual las políticas públicas de modernización económica y de redistribución social son indispensables. En este sentido, la educación es el campo más relevante de la inclusión y la cohesión social por su impacto en el mercado laboral, el nivel cultural de la población, la movilidad social, la adaptación a los nuevos conocimientos y a las innovaciones tecnológicas y la integración de grupos diversos (NEL LO, 2002).

6 Las denominaciones altec, mediana – alta tecnología, media baja tecnología, y baja tecnología, son denominaciones utilizadas por la OCDE.


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Por otro lado, en un ambiente de inequidad es difícil afrontar la competencia de productos que llegan de afuera, porque esos bienes y servicios están permeados de una invisible fuerza de equidad, creatividad y desarrollo. Un producto bien diseñado, bien producido y con precios competitivos, conlleva condiciones de una sociedad más equilibrada y coherente en sus medios y en sus fines. Refleja una cultura cuya creatividad se plasma en la calidad y estética de los bienes y servicios que produce y exporta, se evidencia por el número de patentes registradas como innovaciones e invenciones que refleja el “stock” de conocimientos acumulados y el potencial de los que a futuro puede producir.

Así las cosas, hacer realidad visiones posibles y deseables de desarrollo equitativo, democrático y sostenible no será posible si los índices de miseria, de necesidades básicas insatisfechas (NBI), los índices de calidad de vida (ICV) y de desarrollo humano (IDH) no se reducen en lo cuantitativo (asunto de inversión económica) y sobre todo si no mejoran en lo cualitativo (factores políticos, sociales y ambientales, es decir, institucionales y culturales). Esto significa que el enfoque tradicional de programas contra la pobreza o de asistencia social debe transitar rápidamente hacia una visión sistémica de largo alcance, donde lo productivo, la ciencia y tecnología, la educación, el medio ambiente y lo social sean un sólo universo de decisiones y de acciones de prolongado propósito para que los efectos sinérgicos del desarrollo tengan impacto positivo en la evolución de las culturas respectivas.

Por tanto, estos primeros años del siglo XXI son años de transición para hacer rectificaciones, definir nuevos escenarios y adoptar políticas y estrategias para lograr en los próximos 20 años los umbrales de sociedades superiores. En síntesis, se puede sostener que la idea de un modo propio de desarrollo es mucho más que crecimiento económico, es ir en procura de un desarrollo sostenible, del conocimiento y de la producción, y los beneficios distribuirse en la población. Así, se establece un condicionamiento recíproco entre estos elementos, y su desarrollo se produce de forma simultánea y no secuencial.

CAPITULO 3 GLOBALIZACIÓN, INTEGRACIÓN Y EL TRIANGULO INDIVISIBLE DE EDUCACIÓN, CIENCIA y TECNOLOGÍA Y CULTURA: DIMENSIONES DE UNA IDEA PROPIA DE TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA Y SOCIAL

Las dimensiones para que la transformación ocurra y avanzar a la construcción de un modo propio de desarrollo que lo podríamos anticipar endógeno, sistémico, democrático y sostenible, son de dos tipos: unas de carácter global o exógeno y otras de carácter endógeno. Las primeras inciden, aunque de manera diferente, en todas las sociedades del planeta, y alude a la reciente globalización, a la sociedad del conocimiento y a la integración. Las dimensiones de tipo endógeno las constituyen la cultura, la ciencia y tecnología, y la educación, derivadas de las acciones misionales de la Organización del CAB, y son elementos determinantes de la globalización, de la sociedad del conocimiento, de la integración y de la transformación productiva y social en el siglo XXI. (ACOSTA, 2006, op. cit).


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La cultura da carta de identidad a cada sociedad en las múltiples dinámicas globales y le da identidad a lo que produce (arte, conocimiento, bienes y servicios económicos); la ciencia y la tecnología producen nuevos conocimientos, nuevos desarrollos y nuevas innovaciones productivas, sociales e institucionales; y la educación forma el factor humano que conducirá el proceso de cambio, portador de la identidad cultural, y hacedor del conocimiento científico y tecnológico.

Hay una gran dimensión que cobija y atraviesa a las anteriores: el desarrollo humano sostenible como sustento de una visión de cambio basada en la equidad. Ya se dijo que la equidad es un valor y por tanto es una dimensión superior que transversaliza la idea de un nuevo modo de desarrollo, el escenario apuesta, y las políticas y estrategias que se deriven de este ejercicio de construcción del futuro.

Y los actores son los territorios de los países, los Estados–nación y la integración Iberoamericana en el contexto del espacio común CAB. Entre estos actores, las ciudades del conocimiento y de la creatividad son las plataformas en las cuales se desarrolla la sociedad del conocimiento y las plataformas desde las cuales se crean producen y comercializan a escala global las industrias del conocimiento y de la creatividad. Lo expresado en las líneas preliminares de este capítulo, se sintetiza en la Figura 1.

TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA

ECONOMÍAS DE TRANSICIÓN industrias de mediana – alta tecnología:

químicos, automotriz,

SALTO EN EL PATRON ESPECIALIZACIÓN

ESCENARIO DE RUPTURA (industrias ALTEC)

EDUCACIÓN, CIENCIA y TECNOLOGÍA y CULTURA

PRESENTE: RECURSOS NATURALES Y ESCASA TRANSFORMACIÓN. Baja tecnología

Agregar valor a recursos naturales y manufacturas livianas

(producción de media – baja tecnología)

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Figura 1. Los ejes de la transformación productiva.

La globalización de la sociedad del conocimiento

La globalización no es una sola, ni causa los mismos efectos ni tiene los mismos orígenes, es definitivamente distinta de todo lo antes visto por todas las culturas y sociedades. Lo que sucede es que la característica de la revolución tecnológica que la mueve, ha generado una serie de fuerzas que se han beneficiado y que lleva a la creencia de que la globalización es exclusivamente económica, y sobre todo financiera (LÓPEZ–ALVES, 2002, SASSEN, 2007). Sin embargo, es un desafío a todas las actividades del ser humano y a todas las formas de pensamiento, comenzando por la filosofía y las artes, y por supuesto la política, la sociología, la historia, la antropología, entre otras. Por tanto, es una ruptura en curso tanto histórica como epistemológica (IANNI, 2001).

Pero la base de las nuevas rupturas son los cambios científicos y tecnológicos de las últimas dos décadas, como tantos el ser humano ha generado a lo largo de su historia. Entonces, los cambios producto del conocimiento, de la creatividad y de la innovación, son más determinantes que el mismo mercado en la explicación de la globalización. La globalización de la economía del hipermercado, es producto de aquellas pero es la que se ha hecho más visible y poderosa, tanto, que alcanzó a crear la imagen del fin de la historia.

La globalización de estos tiempos es consecuencia de la sociedad del conocimiento, en la cual el conocimiento, la información, la innovación y la creatividad (léase educación, ciencia y tecnología y cultura) son los factores de desarrollo, crecimiento, inclusión y equidad más importantes, soportadas en un universo creciente de complejas redes interactivas apoyadas en el desarrollo, mejor uso y aprendizaje de tecnologías emergentes, que están contribuyendo a integrar y cohesionar el sistema económico y social, incrementar la productividad, la competitividad y modernizar las instituciones.

Por lo expresado, la sociedad del conocimiento no es la extensión cualitativa y cuantitativa de la sociedad industrial. Lo que sucede es que la nueva sociedad está en construcción y por tanto se sustenta en aquella y convive con sus feas cicatrices urbanas, ambientales y de clases económicas, pero también en sus avances.

Por lo expuesto, la globalización presenta desafíos empíricos, metodológicos y teóricos, que exigen nuevas categorías, conceptos e interpretaciones, porque la sociedad global no es la extensión cuantitativa y cualitativa de la sociedad nacional. Mucho de lo que parecía natural y evidente – o posible y deseable – en el ámbito de la sociedad nacional, puede volverse difícil, imposible o simplemente quimérico en la sociedad global. Sin embargo, de manera contradictoria, se sigue tomando a las sociedades dominantes o hegemónicas, como parámetro de lo que puede ser el mundo. Por eso, la globalización tiende a ser vista como europeización, americanización, occidentalización u orientalización (más no como latinoamericanización) (IANNI, l.c.)

Si se quiere hacer realidad una profunda transformación en el contexto de la idea de un modo propio de desarrollo, a la globalización hay que endogeneizarla para tener una posición ante ella y para afirmar una identidad en el contexto de vínculos interculturales crecientes y otras interrelaciones en ciernes, basadas en la cooperación, colaboración y competencia. La globalización hay que monitorearla sin pausa para hacerle lecturas propias, encontrar las nuevas oportunidades y la manera de contrarrestar efectos negativos, sobre todo en sociedades que no lograron superar


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satisfactoriamente revoluciones precedentes y que ahora son arrastradas a una nueva revolución que aún no entienden muy bien.

En la siguiente figura se sintetizan los factores de este proceso de tránsito hacia la sociedad del conocimiento en construcción.

FIGURA No. 2. Proceso de cambio a la sociedad del conocimiento.

Sin embargo, cabe reiterar que al tratar de resolver las relaciones comerciales y económicas globales sin atender simultáneamente los aspectos de equidad y trato justo a nivel global surgirán problemas de consideración (SEN, 2002). La globalización es por tanto un proceso desigual, en el que hay una distribución inequitativa de pérdidas y beneficios. Algunos aspectos de la desigualdad creciente son particularmente preocupantes: la progresiva concentración del ingreso nacional en pocas manos sin que haya derivado en un crecimiento acelerado y sostenido aunque sí en un incremento de la pobreza y de la informalidad, reflejo de las menores oportunidades que genera la economía formal.

En nuestros países, la evolución del empleo formal no es suficiente para absorber la población en edad activa y la ocupación informal se multiplica como alternativa precaria. En paralelo, la contención de los salarios formales y la baja productividad de la ocupación informal empeoran la distribución del ingreso y la exclusión social, (COSTA–FILHO, 2005 op. cit) generándose un círculo

Sociedad Postindustrial

Sociedad del Conocimiento y de la

Creatividad

Revolución Tecnológica Digitalización Convergencia de tecnologías NBIC: nano- Bio – Info – Cogno.

Energías renovables.

Economía del Conocimiento Globalización - Nuevas reglas – Nuevas Políticas Conocimiento – Innovación - Creatividad Ciudades – región del conocimiento y de la creatividad Empresas del conocimiento y de la creatividad. Fuente: ACOSTA, J. COLCIENCIAS, 2008


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vicioso que se puede atribuir a la lenta transformación productiva y a elementos idiosincrásicos de exclusión.

Históricamente está comprobado que en el momento que las economías se vinculan a nuevos sectores promisorios de mayor contenido de valor, el desempleo, la pobreza y la inequidad, registran tasas decrecientes por las altas tasas de crecimiento del PIB y del ingreso por habitante, resultado de la diversificación de la economía, de su capacidad innovadora y emprendedora, y de la edificación de un nuevo orden político o institucional.

Por tanto, el camino al desarrollo es incompatible con la exclusión y con desigualdades extremas, porque en esas condiciones la articulación eficiente de los actores no es posible, pues no se generan condiciones de confianza y de respeto, principios fundamentales de la equidad, de la inclusión y de la construcción de instituciones. De esta manera, la inequidad corresponde a un rezago político y cultural que afecta la cohesión del tejido social, que a su vez afecta la cohesión de las formas de producción para hacer más productiva la economía y la cultura, así como la pertinencia y calidad de una educación para todos y para la transformación que se pretende.

La equidad se da en los tiempos de hoy si la velocidad de cambio en la estructura productiva de la respectiva economía y sociedad es acelerada. Una lenta transformación productiva hace lenta la transformación social y posterga indefinidamente el logro de niveles óptimos de equidad, al rezagarse el proceso de cambio técnico endógeno base de la modernización y diversificación sostenida de la economía.

Se puede afirmar que estas y otras reflexiones que explican en parte los altos niveles de pobreza, desempleo e inequidad en nuestras sociedades, son conocidas en la literatura, sin embargo, la nueva economía de mercado está generando nuevas desigualdades que se suman a las tradicionales. Los ingresos en las actividades productivas de la economía del conocimiento, son muy superiores a los ingresos de las demás actividades económicas. A su vez, los altos ingresos se dan en el componente de empleados de mayor calificación y no en el conjunto de empleos de esas actividades. Las personas que adelantan labores de menor complejidad es como si no existieran, cuando son parte integral de las cadenas productivas. (SASSEN S, 2007 op. cit)

Adicionalmente, las reformas laborales tendientes a su flexibilización, ha derivado en menores ingresos a la base productiva laboral que ha conducido a incrementar la informalidad; la búsqueda de ingresos de todos los miembros de las familias; la conservación de una tasa de desempleo estructural (una aberración conceptual que implica que siempre habrá una porción importante de la población sin opciones de empleo, con una tasa alta o más baja, dependiendo de los ciclos económicos); el ingreso de la mujer a los mercados laborales en situaciones laborales más desfavorables que los hombres; el bajo índice de acceso de las poblaciones de menores ingresos al Internet, a la educación superior y la salud de calidad; y el surgimiento de micro y pequeñas empresas (con alto grado de informalidad y condiciones laborales precarias) dedicadas a producir bienes para las poblaciones pobres. En fin, son muchas las nuevas desigualdades que se suman a las tradicionales.

Todo esto se refleja en el índice GINI (mide las diferencias del ingreso entre el estrato social de más altos ingresos y el de menor ingreso) el cual no ha cedido en nuestros países, por el contrario se ha sostenido o incrementado en las dos últimas décadas. Esta situación tenderá a mantenerse en el


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mejor de los casos pero puede empeorar por una clara y sencilla razón: las posibilidades de incrementar o de reproducir el capital para quien tiene como hacerlo, son mayores que en años no lejanos. Pero esas oportunidades no existen para quienes no disponen de ahorros o de oportunidades de recursos para escalar en la pirámide económico - social. Todo lo resume la frase que se ha vuelto ya un dicho popular: los ricos cada vez más ricos los pobres cada vez más pobres. Una tensión que no se puede estirar indefinidamente.

Estos desequilibrios sociales también se evidencian en indicadores de desarrollo humano, donde se constata que si bien en los promedios nacionales se ha progresado de manera importante en coberturas de servicios básicos, incluidos educación y salud, hay regiones dentro de los países y hay otros indicadores sobre desarrollo en educación, ciencia, tecnología, cultura y desarrollo productivo, que se constatan lejanos de las economías avanzadas: acceso a educación superior, doctorados y doctorandos, patentes, inversión en I+D+i, lecturabilidad, tamaño e impacto de las industrias culturales en el PIB, comercio de alta tecnología, acceso a Internet, entre otros indicadores.

Adicionalmente, estos desequilibrios y rezagos estructurales, también deben ser comprensivos de que la inequidad o los desequilibrios se han incrementado a escala global en la medida en que el ser humano fue desarrollando nuevas sociedades con sus respectivas nuevas economías. En 1750 la diferencia en el ingreso per cápita a escala global era de dos a uno entre los países ricos y los pobres. Tasa que se conservó durante 50 años, es decir hasta 1800. Se duplicó en 1860, es decir en 6 décadas. Alcanzó una diferencia de 10.4 en 1913. Pero ya en 1977 esa diferencia fue de 30 a 1. La brecha se ha hecho cada vez más grande entre culturas que generan conocimiento y culturas que crearon dependencias absolutas en conocimiento. (CASTALDI y DOSI, 2007)

En síntesis, se requiere desde la academia, sobre todo desde las ciencias sociales, pensar las categorías, metodologías y contenidos para el análisis de las múltiples y nuevas dinámicas que está generando la economía de mercado global en nuestras sociedades, aclarando, que los contenidos de la economía y de la sociedad del conocimiento no son los que generan desequilibrios y desigualdad. Por el contrario, abren posibilidades hasta hace poco desconocidas. El problema subyace en los modelos económicos predominantes aplicados a su vez producto de modos de desarrollo que no han logrado escalar hacia una idea de sociedades más equilibradas y cohesionadas al interior de los países, y que a escala global se reproduce en la creciente brecha entre bloques de países avanzados y los de menor desarrollo.

La integración en la sociedad del conocimiento: de la des-integración en los años 1990 a la re–integración en el nuevo siglo

Han quedado atrás los años en los cuales los países latinoamericanos apostaban a utopías comunes de desarrollo. Tanto factores exógenos, que en los años mil novecientos setenta y ochenta frenaron el desarrollo de tecnologías y de sectores productivos avanzados; y sobre todo factores endógenos, erosionaron esa perspectiva. No lograron en su proceso de industrialización tardía consolidar procesos de transformación productiva en cada país y como región, salvo algunas actividades industriales en unos pocos países. Razones políticas y de visión estratégica desdibujaron la idea de una latinoamericana integrada entre finales de los años setenta y el primer quinquenio de la década de los años ochenta, con la crisis de la deuda externa (ACOSTA, 2007).


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Los países latinoamericanos construyeron en los años 90 la integración regional alrededor del “regionalismo abierto”. Se apostó a una fuerte liberalización comercial, las opciones de desarrollo nacional se estructuraron sobre las exportaciones, inversión extranjera en servicios y se implementaron y consolidaron las llamadas reformas de mercado. Se entendía que la vinculación entre países de la región debía basarse esencialmente en acuerdos comerciales: reducción de aranceles y desmonte de barreras técnicas al comercio para insertarse mejor en la reciente globalización, venta de empresas públicas para honrar compromisos financieros crecientes, caída de la actividad productiva interna debido a las reducciones tarifarias, y abandono de la integración productiva a favor de la integración comercial (GUDYNAS, 2006).

De esta manera, muchos de los mecanismos de integración creados entre los años cincuenta y ochenta perdieron importancia relativa (ALADI, SELA, entre otros), o en los casos de la CAN y del MERCOSUR cambiaron los principios que los originaron. Los propósitos de avanzar de la liberación comercial a la integración plena de las economías, aprendiendo y tratando de emular la experiencia de la Unión Europea, quedaron a mitad de camino. Las perspectivas nacionales sobre las perspectivas comunes (el enfoque intergubernamental ha primado sobre el supranacional), ha impedido que se consoliden ideales de integración robustos, autónomos, interdependientes y comprensivos de una cuota de desnacionalización que se debe ceder con la transnacionalización. La tendencia de un sin número de acuerdos comerciales (sin acuerdos de desarrollo, de complementariedad y de integración productiva), si bien han permitido un incremento de los intercambios comerciales intrarregionales en América Latina, no ha conducido a la transformación productiva para la estructuración de una plataforma tecnoeconómica continental más moderna, complementaria y potente, que a su vez contribuya a abatir rezagos sociales estructurales: inequidad, exclusión y pobreza extrema. A nuestras naciones les costó entender que el mundo adquirió una nueva dinámica geopolítica y geoestratégica luego del final de la guerra fría. Tal vez, porque el planeta quedó en manos de una super potencia económica, política, militar y hegemón de la orbita latinoamericana. Sin embargo, en pocos años se ha edificado una nueva geopolítica y geoestrategia global, siendo Brasil uno de los nuevos jugadores internacionales, miembro del llamado grupo BRIC, que también incluye a Rusia, India y China. A partir del reconocimiento de Brasil como un nuevo actor regional global, de cambios políticos en la mayoría de nuestros países, de un desempeño económico mejor por el ciclo de alto crecimiento que experimenta la economía mundial, es posible que se esté gestando un nuevo esquema de integración regional, jalonado por algunas economías emergentes.

En el contexto de esta lectura muy general de la realidad regional, de la crisis de los procesos de integración (pero a su vez la persistencia por preservarlos), emergen propósitos de una nueva integración que se perfila en los temas de energía e infraestructura de comunicación, y que ahora debe avanzar en el desarrollo de la ciencia, la tecnología, la cultura, la educación, el emprendimiento y las ciudades. Esta integración debe ser estratégica, con nuevos contenidos y enfoques, reconociendo su historia, sin manipularla en algunos casos y desconociéndola en otros, aceptando que son tiempos de transición a la idea de un nuevo modo de desarrollo. Con sustento en lo dicho, la idea de un nuevo modo de desarrollo se orienta a la conformación y el fortalecimiento de un espacio latino, caribeño e iberoamericano para la integración educativa, cultural, científica tecnológica e innovativa, teniendo en cuenta la suma y la complementariedad de


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los esfuerzos y las capacidades de cada país, en la perspectiva de dinamizar los procesos de transformación productiva y transformación social, buscando con ello construir una comunidad de naciones equitativa, sostenible, democrática y avanzada. En últimas se quiere contribuir a la ocurrencia de un espacio común iberoamericano para el intercambio constante y sistemático de saberes, conocimientos y experiencias innovadoras exitosas, factores ligados a una noción que vincula en una sola identidad cultura y desarrollo.

Cultura, educación superior, ciencia y tecnología y la idea de un nuevo modo de desarrollo

El vínculo entre cultura y desarrollo si bien ha sido trabajado en nuestros países desde distintos campos de abordaje (caso del espacio CAB), no ha logrado irrigarse en la cosmovisión ciudadana y de sus dirigentes, razón por la cual debe ser la mayor preocupación de los investigadores sociales y de los futuristas de comienzo del siglo XXI: considerar la cultura el factor que transversaliza toda lectura y elaboración del desarrollo y de sus transformaciones. Por esto el cambio fundamental es que la cultura deje de ser una dimensión accesoria y ornamental del desarrollo a ser parte del tejido mismo de la sociedad, una fuerza interna y activa que permita relacionar globalmente cultura y desarrollo con equidad (MEDINA, 1998).

La cultura como factor que potencia toda transformación estructural, es una línea de trabajo pertinente que puede ofrecer resultados positivos, abriendo el debate sobre cómo aprovecharla de forma útil y responsable, que asegure su rentabilidad económica y social hacia el futuro (CARAVACA, 1997). Por ello la cultura es variable central del desarrollo, pues determina la capacidad de aprender, asimilar, crear, emprender e innovar de una sociedad, que le permite cohesionarse, organizarse y asumir posiciones proactivas en la globalización.

Por lo expuesto, la idea de un modo propio de desarrollo está ligada al mejoramiento continuo de las potencialidades humanas en la medida que sus miembros puedan satisfacer sus necesidades, expresar sus aspiraciones y ejercitar su genio creativo y emprendedor. Si éste no se reconoce como un factor cultural se le niega a la respectiva sociedad la posibilidad de pensar autónomamente, a largo plazo y desarrollar su capacidad de aprender, crear, innovar y emprender. (ACOSTA, 2006 op. cit) . De esta manera, la cultura, la historia, la sensibilidad estética, es decir las artes y las mentalidades, son temas estructurales de la transformación productiva y social, a través de la educación, de la ciencia, la tecnología, la innovación y el emprendimiento. Por tanto, las ventajas competitivas no sólo son de índole económica, son también culturales, antropológicas y sociológicas. (MACIEL, M.L. 1996)

Así, un nuevo modo desarrollo está asociado con la activación de energías culturales, sociales, políticas, económicas, ambientales y del conocimiento, que reduzca disparidades de eficiencia entre los distintos sectores de la economía, y la distancia entre la pobreza de las mayorías sociales y el bienestar de pequeños grupos que mantienen privilegios a costa de la energía social. En consecuencia, el desarrollo no es propiedad de unas pocas culturas. Es propiedad de cuanta sociedad quiera evolucionar para instalarse en el mundo, preservando su identidad, un estilo cultural de vida, en el sentido amplio de cultura, que no la hace ni mejor ni peor que otras identidades sino simplemente diferente. Así, se conforman ambientes donde interactúan cinco factores:

Cultura y desarrollo.


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Desarrollo de la educación. Desarrollo de la ciencia y tecnología. Desarrollo sostenible. Desarrollo institucional.

La pertinencia de la educación superior es un fenómeno a través del cual se establecen las relaciones universidad-entorno, y la interacción de la universidad (y el resto de las instituciones de educación superior –IES-) con su entorno social. (MALAGÓN, 2003) Inicialmente cabe interrogar acerca de la actual situación de la educación superior como dispositivo al servicio del desarrollo social, económico y sostenible de los países de la región. Al respecto se puede manifestar que el “deber ser” de las IES, como actores sociales del desarrollo, tradicionalmente se ha orientado por dos propósitos fundamentales: reinventar constantemente una utopía social y contribuir significativamente al desarrollo económico y social de sus entornos. Sin embargo, “el ser” cotidiano de las IES en la mayoría de nuestros países, dista mucho de esta misión. (GIL - BOLIVAR, 2002) En este sentido, GOROSTIAGA (1999) plantea su inquietud por encontrar el “eslabón perdido” entre educación superior y desarrollo: “El potencial extraordinario para el desarrollo de la educación es cada vez más reconocido. Sin embargo, la educación actual, sobre todo la universitaria, reproduce y aplica un desarrollo deformado (“maldevelopment”). Este se manifiesta en las distorsiones y carencias del crecimiento económico moderno, en la creciente crisis social y medio ambiental, en la creciente desvinculación de los sistemas educativos de los proyectos de desarrollo sostenible, en la desintegración del continuo educativo desde la educación básica a la universitaria, en la cooptación de la educación por las fuerzas del mercado y en la ausencia de un contrato social educativo en esta sociedad del conocimiento en construcción”, pero a su vez reacias a complementar su función y responsabilidad con el desarrollo a través de programas Universidad – Empresa – Estado. Pasaron décadas, desde cuando en el mundo desarrollado empezaron a emerger los procesos de investigación y desarrollo entre empresas y universidades, y a surgir spin – off desde las universidades, para que en América Latina hubieran empezado acciones similares tendientes a convertir los conocimientos en emprendimientos y en aplicaciones conjuntas con la producción. (ACOSTA, 2008 op. Cit) Las capacidades para crear, emprender e innovar se deben estimular desde el comienzo del ciclo vital, y no solo en la educación superior, porque las capacidades cognitivas ya estarán moldeadas y luego más difícil transformarlas o aprovechar sus potencialidades para crear, innovar y emprender. Esta es la razón por la cual en los países avanzados la creatividad se asume desde la educación preescolar; el emprendimiento desde la educación básica; se refuerzan en la educación secundaria e intermedia; y se consolidan en la formación superior. Estos comportamientos se reflejan en la figura 4, en la cual se constata las bajas calificaciones en matemáticas y ciencias, y el menor grado de entrenamiento del profesorado respecto a los países desarrollados del G7, pero que en la economía se relaciona con la baja tasa de profesionales y técnicos de la fuerza laboral, consecuencia de la menor actividad en actividades productivas de alto valor agregado y la lenta velocidad de diversificación productiva que se relaciona con la perdida de capital humano calificado como lo indica la figura 5, sobre todo en los países de menor nivel de desarrollo, y en el caso de


19

Colombia es un espejo de su interminable conflicto y al mismo tiempo de la falta de oportunidades en la economía, en la investigación, en las actividades empresariales y culturales.

.

Variables Educación y Recurso Humano (2)

América Latina y G7 Año 2005KAM/B.Mundial.Escala Normalizada

3.25

1.04

1.67

1.36

3.18

4.86

6.6

4.09

8.59

7.12

7.29

7.09

8.77

8.36

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

Trabajadores profesionales

y técnicos como % de

la fuerza laboral

Desempeño en el grado 8

de escolaridad (test estándar)

en Matemáticas

Desempeño en el grado 8

de escolaridad (test estandar)

en Ciencias

Calidad de la educación

en Matemáticas

y en Ciencias.(1-7)

Grado de entrenamiento

del profesorado

(Staff) (1-7)

Disponibilidad de educación

en administración

y gestión (1-7)

Fuga de cerebros

(1alta-7baja)

América Latina y Caribe G7

Elaboración: Baquero, Cuadros y Uribe. Noviembre 2006. Basado en Resultados KAM/BM

FIGURA No. 4. Variables educación y recurso humano (2). América Latina y G7 año 2005.

0% 10% 20% 30% 40%

Brasil

Argentina

Chile

Peru

Sur América

Colombia

Centroamérica

Caribe

Media Terciaria

Fuga de cerebros

América Latina y el CaribePérdida acumulada de emigrantes en educación media y terciaria

Año 2003

Fuente: Banco Mundial (2002) y Wodon (2003)

FIGURA No. 5. Fuga de cerebros América Latina y el Caribe.


20

En el actual escenario global el crecimiento de la educación superior transfronteriza ejerce presión en los sistemas de evaluación de la calidad de la educación como consecuencia de la creciente competencia que se puede genera entre las IES locales y nuevos proveedores externos de servicios de educación. Algunos consideran que permitir el acceso de las IES extranjeras u otros proveedores de servicios de educación superior introduce el juego de las fuerzas del mercado en los sistemas de educación, desconociendo que pueden incidir positivamente en la calidad de la educación, puesto que induce a mejorar la calidad. (URIBE, 2007, op. cit).

Una y otra posición pueden ser válidas, pero la verdad es que estamos en una mundo global asimétrico donde unos “proponen” reglas y otros las aceptan. Para contrarrestar impactos negativos de la educación transfronteriza no hay otra salida que mejorar la calidad y la pertinencia de la educación superior nacional en el contexto de la idea de un modo propio de desarrollo. Y en esos ambientes de mejoramiento continuo, se deben definir condiciones para que la educación superior externa sea de calidad y contribuya a la transformación. En este sentido, hay instituciones de educación superior de países Iberoamericanos que están bien clasificadas en clasificaciones internacionales. Son pocas, es cierto, pero ya existen, por tanto es seguro que detrás de esa buena clasificación hay factores endógenos de calidad y pertinencia. Esto se refleja en la importancia creciente que vienen adquiriendo la formación de doctorandos en cinco países de la órbita iberoamericana (España, Brasil, Argentina, México, y Chile), como se verifica en la figura 6.


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Los países CAB. Doctorados

Años 2003-2004

0

20

40

60

80

100

120

140

160

180

Colombia Chile Mexico Argentina Brazil USA Spain

Número de Doctorados al año, por millón de habitantes

Source: RICYT (2003)

Cuadro: J Uribe, Elaboración propia, Mayo 2006

Fuente: SECAB, UNESCO/IESALC 2003-2004

FIGURA No. 6. Doctorados años 2003 y 2004 en los países de la Organización del Convenio Andrés Bello.

Resumiendo, es evidente que el modelo tradicional de educación superior está en crisis, como resultado de la influencia que en él ha tenido nuevas tendencias del nuevo escenario mundial en educación superior. Algunos de estos factores son: (MALAGÓN, 2003 op. cit) Relativa masificación en detrimento de la calidad. Reducción del financiamiento estatal y mayores controles al gasto. Tránsito hacia una heteronimia institucional, cogobierno: Universidad – Estado - Sociedad. Política de rendición de cuentas vía procesos como la acreditación institucional. Los modelos pedagógicos convencionales se constatan superados por la necesidad de

formación centrada en la creatividad, el emprendimiento, la comprensión, la participación, la construcción social del conocimiento y la construcción de pensamiento complejo.

Las tecnologías de la información y la comunicación dieron origen a nuevas formas de transmisión y comunicación del conocimiento y a nuevas modalidades de formación.

Las universidades dejaron de ser las únicas instituciones capaces de generar conocimiento superior. La universidad, es hoy en día otra proveedora o empresa más de conocimiento. Sin embargo, las universidades públicas, porque la mayoría de universidades privadas hacen poca investigación en las naciones del CAB, han desarrollado capacidades escasamente relacionadas con las necesidades y potencialidades de generar una cultura de I+D en el sector real de la economía y con las singularidades culturales y sociales de los países. (DIDRICKSSON, 2006 op. Cit).

Hay un proceso de redefinición de saberes, lo que ha implicado que los salones ya no sean los ámbitos por excelencia de construcción de conocimiento y en su sustitución cada vez son más los laboratorios. La investigación cada vez es más el pilar del desarrollo de la función social de la universidad.

Surgen nuevas formas de organización del conocimiento: multi, inter y transdisciplinario.


22

La transfronterización de los servicios de educación la cual debe exigirse contextualizada a los intereses y necesidades del país receptor de los programas provenientes del exterior así como desarrollar líneas de investigación.

Los programas Universidad – Empresas – Estado, mediante los cuales conocimientos avanzados y capacidades en investigación de las universidades se transfieren o desarrollan con el sector privado a través de proyectos de I+D+i y de la generación de empresas innovadoras y de ciencia y tecnología desde las capacidades de los centros de investigación.

La información de la figura 7 refleja los elevados índices de inequidad en nuestras sociedades en términos del escaso acceso de los segmentos sociales de menores ingresos, que también es consecuencia del menor nivel de desarrollo de las economías.

Comparativo condiciones de acceso/Equidad

España y otros países de América Latina-Año 2002

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

Brasil Mexico Colombia Chile Argentina España

Q5 (Altos Ingresos)

Q4

Q3

Q1/2 (Bajos

Ingresos)

Número de estudiantes en educación terciaria por quintiles de ingreso

Fuente: Banco Mundial (2002); Del Bello (2002) and Delannoy (2000)

FIGURA No. 7. Comparativo de las condiciones de acceso/equidad en España y otros países de América Latina (año 2005).


23

Finalmente, la figura 8 en la cual se compara América Latina con los países más avanzados del mundo, registran la gigantesca brecha en variables estructurales de los sistemas de educación relacionadas con la sociedad del conocimiento. Esta distancia es un referente para adoptar políticas que conduzcan a cerrarla como ha sucedido con economías emergentes de Asia y Europa, por la vía de desarrollos de tipo endógeno. A tenor de lo anterior, resulta oportuno preguntar cuál es la actual situación de la educación superior como mecanismo privilegiado de la transformación productiva y social. Lo que primero se observa es que la educación superior no ha aportado, ni ha satisfecho las demandas impostergables de la transformación productiva y social. En lo específico a la transformación productiva las respuestas de la academia no se han traducido en el mejoramiento de las condiciones de la competitividad sistémica de empresas – territorios – países (salvo casos excepcionales a nivel micro, de territorios y en políticas públicas de Estado en pocos países), ni tampoco en programas Universidad – Empresa - Estado (empiezan a emerger los casos), y en tópicos tan fundamentales como la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+I) en las organizaciones. A pesar de las políticas de calidad y cobertura, las principales estrategias de todos los sistemas de educación en la región, no han dado de momento sus frutos. Tal vez, porque es una educación basada en contenidos externos y poco en contenidos propios. En concordancia con lo dicho, la posible contribución de la educación superior a los procesos de transformación productiva y social con equidad, guarda una estrecha relación con la existencia de políticas públicas, orientadas al fomento de la ciencia, la tecnología y la innovación, formuladas con el concurso de distintos actores sociales, y por tanto, el papel del Estado es central en este propósito, implicando en algunos casos la formulación de modelos de educación superior para el cambio social con equidad, al igual que el establecimiento y perfeccionamiento de los sistemas nacionales de innovación (SNI) que en un futuro no lejano serán también de emprendimiento (SNI+E). Ello demanda una mayor destinación del ahorro nacional a la implementación de políticas públicas en educación superior, cultura, ciencia, tecnología e innovación.


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Variables Educación y Recurso Humano (1)

América Latina y G7 Año 2005KAM/B.Mundial. Escala Normalizada

5.084.57

3.15

3.9

3.75

3.62

4.23

7.99

9.02

6.22

7.73

8.35

9.1

8.64

0

2

4

6

8

10

Tasa de Alfabetismo

(% 15+años)

Promedio de años en educación

(escolaridad 15+años)

Cobertura en educación

secundaria (%bruto)

Cobertura en educación

terciaria (%bruto)

Expectativa de vida

al nacer (años)

Acceso a internet

en escuelas (1-7)

Gasto público en educación

como % del PIB

América Latina y Caribe G7

Elaboración: Baquero, Cuadros y Uribe. Noviembre 2006. Basado en Resultados KAM/BM

FIGURA No. 8. Variables educación y recurso humano (1). América Latina y G7 año 2005.


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En los imaginarios colectivos existe la falsa idea que el conocimiento de nuevo tipo solo lo pueden generar los países centrales del sistema mundial. Igualmente durante muchos años no se tuvo conciencia de la relación entre desarrollo, crecimiento y actividad nacional en ciencia y tecnología. (VERGARA, 1997). Hoy urge que el desarrollo en ciencia y tecnología forme parte de la cultura de los países, pues es uno de los principales impulsores del progreso. Además, en la economía y en la sociedad del conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación, son ingredientes básicos (aunque no siempre reconocidos) de las acciones cotidianas de todos los actores individuales y colectivos.

La capacidad para crear conocimiento e innovación es un agregado social que resulta no sólo de la cantidad de conocimiento científico y tecnológico disponible (fuentes exógenas) sino de un entorno social y cultural que le otorgue importancia (fuente endógena), tanto en las percepciones de los individuos como en las operaciones habituales de organizaciones e instituciones. Una cultura de la innovación está permanentemente orientada a aceptar y promover el cambio, la creatividad y la inventiva. Para estimular la innovación hay que tener capacidad y generar incentivos a las empresas para desarrollar destrezas empresariales y el gusto por la innovación. Si no hay demanda de innovación del sector privado, los esfuerzos por mejorar la capacidad de la ciencia y la tecnología por el lado de la oferta serán infructuosos. (PROYECTO ALFA, 2002) Por eso, toda política de CT+I debe priorizar (en igualdad de condiciones), o reasignar recursos, en un número reducido de áreas amplias bien seleccionadas que han revelado tener ventajas y en aquellas donde estarán las nuevas ventajas, ya que el surgimiento de actividades exportadoras no tradicionales será decisivo para el desarrollo (HAUSMANN & RODRIK, 2006)

Además, nuestras políticas de ciencia, tecnología e innovación deben otorgar más importancia a la investigación básica para invertir en investigación estratégica y en investigación aplicada de excelencia en nuevas ciencias y tecnologías, donde se identifique un potencial superior. Esto implica hacer varias cosas: hacer investigación básica con el objetivo de generar conocimiento para crear desarrollos globales propios; hacer ciencia compartida para generar economías de escala en conocimiento; hacer ciencia interdisciplinaria porque los problemas, las soluciones y las potencialidades son cada vez más complejas y sistémicas; y hacer ciencia para la innovación y el aprendizaje orientada al sistema productivo.

La investigación aplicada sin capacidad en investigación básica, no produce ni genera procesos de aprendizaje requeridos para alcanzar una idea de desarrollo que no sea ajena. La investigación aplicada que deriva de la interacción entre entorno y producción de conocimiento es crucial en la composición de la oferta. Sin embargo, la investigación básica es la que permite el avance del conocimiento que potencia las oportunidades de nuevas aplicaciones específicas y por tanto no debe dejarse a un lado. (LAMOLLA, 1999)

El desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) genera conocimiento para el surgimiento de “mipymes” innovadoras y el buen suceso de las incubadoras y parques tecnológicos, consolidar “clusters”, incrementar la calidad de las exportaciones y de las importaciones, de los centros de investigación y de desarrollo tecnológico, y de las universidades. Así mismo, facilita el surgimiento de fondos de capital semilla y de riesgo, el potencial económico y social de la propiedad intelectual, la estabilidad macroeconómica, el crecimiento del producto interno bruto (PIB) y del


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ingreso per cápita, la calidad de vida, el medio ambiente sostenible, es decir, toda la estructura tecno-productiva, fiscal, social y cultural de un país. De ahí el interrogante de por qué la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) no es considerada en nuestros países una dimensión determinante en el crecimiento y desarrollo. (ACOSTA, 2006 op.cit)

El efecto de reducidos presupuestos en ciencia, tecnología e innovación como se verifica en los países de la región, y la carencia de foco estratégico por la inexistencia de políticas públicas para la transformación productiva, es tan grave como la no solución de los desequilibrios macroeconómicos. Inclusive, afecta la política macroeconómica en el mediano y largo plazo.

Hemos efectuado en los tres primeros capítulos un recorrido conceptual con enfoque prospectivo, que van desde el rol de la educación superior en los procesos de transformación de nuestros países (capítulo 1), pasando por una reflexión que aporta a la discusión regional sobre transformación productiva y social (capítulo 2), para terminar en las dimensiones que desde el campo de acción del CAB, sustentan las transformaciones y la idea de un modo propio de desarrollo (capítulo 3). Esas fueron orientaciones clave para el propósito fundamental del estudio: explorar hacia donde deben emigrar nuestras sociedades en materia de desarrollo tecnológico y productivo, para que la educación superior, pero también la ciencia y la tecnología y la cultura, tengan una referencia de cara a su rol en la transformación de nuestros países.

De esta manera, en los siguientes cuatro capítulos veremos los aportes a la construcción de un futuro común: el uso de la prospectiva como instrumento para la edificación de ese devenir a través de distintas técnicas, entre ellas una encuesta Delphi sobre áreas tecnológicas emergentes, y un ejercicio sobre el comercio mundial de los bienes más dinámicos en el comercio mundial para tener una referencia del lugar de nuestros países en el contexto internacional (capítulo 4). Con base en esos aportes, y continuando con el uso de la prospectiva, en el capítulo 5 se propone a los países un escenario para avanzar de manera más consistente a una etapa superior de desarrollo. Se llega así con insumos suficientes a delinear de manera preliminar el Plan Prospectivo y Estratégico (capítulo 6) que se propone a los países y las bases para definir acciones comunes a través de proyectos que puedan adelantar mancomunadamente las naciones signatarias del CAB al año 2010. Finalmente, termina este resumen ejecutivo con unas reflexiones (capítulo 7) sobre la idea de un modo propio de desarrollo que en última instancia, su construcción, hará que nuestros países dispongan de una visión propia no solo para los temas de este estudio prospectivo, sino para una aventura de cambio más amplia y compleja.

CAPITULO 4

PROSPECTIVA, NUEVAS TECNOLOGÍAS Y BIENES DE ALTA TECNOLOGÍA PARA LA TRANSFORMACIÓN: RETOS A LA EDUCACIÓN SUPERIOR Y LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL FUTURO

Los países latinoamericanos requieren avanzar a una nueva idea de desarrollo en el contexto de la sociedad del conocimiento y su globalización, fijando objetivos ambiciosos para acelerar el desarrollo de capacidades nacionales y comunes que dinamicen el proceso de transformación. Para ello es fundamental pensar en visiones o alternativas creativas y posibles de futuro.


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Así, sobre la base temática del estudio y desde su perspectiva teórica, la conceptualización se articuló y desarrolló a partir del marco conceptual desarrollado en los capítulos precedentes proporcionándole sentido al diseño metodológico el cual se conformó de la siguiente manera: (URIBE, 2006 op. cit). El “qué”, es la articulación entre educación superior, desarrollo e integración. El “para qué” es la contribución a la idea de un modo propio de desarrollo de nuestros países

hacia un desarrollo tecnoeconómico sustentable, elevar la calidad de vida de nuestras gentes, y favorecer la inclusión y la equidad social.

La transformación productiva y social con equidad, se establece en parte del “cómo”. La educación superior, como uno de los principales actores sociales, forma parte del “quién”. El “cuándo”, según el horizonte temporal del estudio, sería el año 2020, aunque la tarea

transformadora es una labor permanente que va más allá de un marco temporal específico. Y el “dónde” se configura con los entornos productivos y sociales de los países. Esta secuencia metodológica sitúa el foco del análisis prospectivo y estratégico en las condiciones que la educación superior, debe reunir, para impactar la productividad, la competitividad y el cambio social con equidad. Por tanto, aunque el propósito del estudio es de servir a la transformación productiva y social con equidad, el tema principal sometido a investigación es la educación superior, en términos de las condiciones que debe adoptar la misma para contribuir a la transformación, y superar “el bajo nivel de desarrollo y las condiciones de inequidad y pobreza” en el contexto de la globalización de la sociedad del conocimiento (URIBE, 2007): La transformación productiva. La transformación social. La baja calidad y poca pertinencia de la educación superior, y por tanto el bajo impacto en las

transformaciones. La escasa actividad en ciencia, tecnología e innovación, y sus efectos en la lenta transformación

productiva y social y en la calidad y pertinencia de la educación. Los cabos sueltos de la integración latinoamericana y caribeña, que debe anclarse en temas de

la modernización productiva, la educación, la ciencia y la tecnología y la cultura, pilares de una nueva integración.

Las nuevas inequidades que trae consigo la globalización del hipermercado - que está deformando la esencia de la sociedad del conocimiento - se suman a las inequidades tradicionales de los países latinoamericanos de la órbita Iberoamericana del CAB.

Los anteriores elementos conforman la estructura de interrogantes de este estudio prospectivo. La respuesta a esta problemática se desarrolló mediante la exploración de tres situaciones, a partir de una conjetura teórica y a través de la aplicación de métodos y técnicas prospectivas, que más adelante se presentan. Dichas situaciones son: El conjunto de situaciones fácticas y actuales a partir de las cuales la educación superior en

nuestras naciones, logra efectivamente impactar positivamente la transformación productiva y el desarrollo social con equidad.

El conjunto de situaciones cambiantes a partir de las cuales se avizoran los futuros posibles con base en la elección de un futuro probable, mediante el cual la educación superior podrá impactar la productividad y el desarrollo social.


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El conjunto de políticas públicas en educación superior, cultura, ciencia, tecnología e innovación que permitirán la ocurrencia de las situaciones elegidas como “ideales”, para obtener la transformación.

Aspectos metodológicos7

Este estudio prospectivo, se ha planteado como un proceso tendiente a articular la oferta educativa superior con los sectores económicos y sociales con mayores ventajas tecnológicas, económicas, sociales y ambientales a 2020 y más allá. El abordaje de este análisis, realizado con base en una perspectiva regional, sin perder de vista la visión de cada país, articula las corrientes deterministas y voluntaristas de los estudios de futuro. De tiempo atrás, los estudios de futuro en el mundo han tenido dos enfoques. Uno llamado “determinista”, porque hace prevalecer la fuerza de los hechos y se atreve a predecir su comportamiento en el largo plazo. Otro, denominado como “voluntarista”, porque se apoya en las decisiones que toman los hombres para construir su futuro, a partir de un abanico de alternativas construidas desde el presente. Si bien estas dos vertientes en el campo de los estudios de futuro señalan interpretaciones diferentes de la realidad, en la práctica se complementan y se apoyan mutuamente, no obstante que la primera de ellas, conocida en términos generales como “forecasting”, conduzca a “pronosticar” lo que podría suceder y, que la segunda tenga como propósito identificar nuestras opciones estratégicas para hacer que ocurra en el futuro la situación que más convenga, denominada prospectiva. Forecasting: un esfuerzo de anticipación del futuro La prognosis es el conocimiento anticipado de algo. Su etimología griega abiertamente lo delata:

significa “antes” y “conocimiento”. Es decir enterarse de algo antes de que ocurra. La palabra que se ha acuñado para designar esta primera escuela es el vocablo inglés “forecasting” que significa “pronóstico” y hace referencia a la utilización del método “Delphi”, que tuvo su génesis en la “Rand Corporation” (Santa Mónica, California) en 1948 y a ella contribuyeron Olaf Helmer, Theodor Gordon y Hermann Kahn.8 Los estudios de “forecasting” se caracterizan por su manera práctica de reconocer la realidad. En su origen estuvieron centrados en el manejo de las leyes matemáticas de probabilidad con el ánimo de reconocer la ocurrencia de eventos en el futuro. Sin embargo, la fuerza predictiva del “forecasting” está cada vez evolucionando hacia la construcción de los fenómenos o procesos – como ocurre con este estudio - y se está abandonando las funciones predictivas de las probabilidades.

7 Los siguientes cuatro apartados fueron elaborados con base en: MOJICA, S.F.J. 2005. Rediseño del estudio de prospectiva estratégica sobre la educación superior para la transformación productiva y social con equidad en los países del Convenio Andrés Bello, Convenio Andrés Bello (CAB) y COLCIENCIAS, Bogotá, D.C., Colombia. 23 p.; MOJICA, S.F.J. & MEDINA, V.J. 2006. Diseño metodológico del estudio de prospectiva estratégica sobre la educación superior para la transformación productiva y social con equidad en los países del Convenio Andrés Bello. Organización del Convenio Andrés Bello (CAB) y COLCIENCIAS, Bogotá, D.C., Colombia. 27 p.

8 DE JOUVENEL, H. 2004. Invitación a la prospectiva. Primera edición en español de la Colección Futuribles de Francia. Embajada de Francia en el Perú, Organización del Convenio Andrés Bello (CAB), CONCYTEC, et al. Lima-Perú. Perú. p. 17.


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Históricamente hay que situar a los estudios de “forecasting” en los años 1950, con lo cual es comprensible la linealidad propia de esta disciplina e igualmente es entendible que las percepciones más modernas de los estudios de futuro hagan énfasis en lecturas de la realidad dentro de conceptos como el de la complejidad. El “forecasting” asume qué fenómenos, económicos, sociales, culturales, tecnológicos, en muchos casos, pueden imponerse a través del tiempo y, por tanto, es posible anticipar su comportamiento. El método Delphi,9 al igual que otros métodos de la prospectiva basados en la probabilidad de ocurrencia de un evento en el futuro, han dado lugar a objeciones por parte de partidarios de la escuela positivista que predica la observación y medición de los fenómenos para poder aceptar su veracidad. Hay que mencionar que no se pretende medir la ocurrencia del fenómeno en el futuro, por sí mismo, sino mediante la percepción que un grupo de expertos tiene sobre él. No se mide directamente sino que se acude a la interpretación o hermenéutica de dichos fenómenos en una situación futura, que es el enfoque adoptado en el presente ejercicio. En el método Delphi se manejan tres elementos: a) las preguntas; b) algunos aspectos que afectan la pregunta o que son implicaciones de éstas; y c) las personas que van a responder las preguntas.

Prospectiva estratégica

La prospectiva, de acuerdo con BERGER (1964), es ante todo una actitud del espíritu de visualizar el futuro y actuar en el presente.10 Bajo esta perspectiva de corte voluntarista, la prospectiva se concibe de dos formas, de acuerdo con GIL (2005) La prospectiva, considerada como disciplina, propone analizar las posibles evoluciones de una

organización o de un territorio - o parte de él - en un horizonte de tiempo determinado, teniendo en cuenta las interacciones que ésta tiene con sus entornos endógenos y exógenos, para de esta forma elegir su mejor alternativa de futuro posible, a través de un ejercicio colectivo donde convergen las voluntades de los actores.

9 Para información sobre este método véase:

ARAPÉ, J. 2000. Manual de metodologías. Tomo I. Marco teórico y conceptual. Tomo III. La técnica delphi, Programa de Prospectiva Tecnológica, ONUDI, Viena.

GIL-BOLÍVAR, F.A. (compilador). 2000. Prospectiva estratégica II: lo posible y lo deseable, UNAD-Camaleón, Bogotá, D.C., Colombia. 303 p.

GODET, M.; GABIÑA, J.; MONTI, R.; MEUNIER, F. & ROUBELAT, F. 1996. La caja de herramientas de la prospectiva estratégica, Laboratoire d’Investigation Prospective et Stratégique-Prospektiker, París-Zarautz (Guipuzcuoa-España).

HELMER, O. & DALKEY, N. 1963. An experimental application of the Delphi Method for to use for experts. En: Management Science, Vol. 9, No. 4.

LINSTONE, H. & TUROFF, M. 1975. The Delphi Method. Techniques and applications, Adisson-Wesley, Reading, Massachusetts. USA.

MEDINA, V.J. & ORTEGÓN, E. 2006. Manual de prospectiva y decisión estratégica: bases teóricas e instrumentos para América Latina y el Caribe, ILPES-CEPAL, Santiago de Chile, Chile. 380 p.

MILE, I. & KEENAN, M. 2000. Foren Workpackage 2, Final Report, Instituto Prest, University of Manchester, Manchester.

10 BERGER, G. 1964. Phénoménologie du temps et prospective, Presses Universitaires de France, Paris.


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Como una herramienta de construcción social del futuro que motiva y permite la generación de una cultura “anticipatoria”. Es así como todo proceso de índole prospectiva demanda la participación de los actores sociales que tienen que ver con una determinada realidad.11

Con base en lo anterior, los métodos y herramientas de la prospectiva estratégica se articulan en torno a tres nociones: a) manejo de la incertidumbre:una mirada desde la complejidad; b) el futuro es múltiple; y c) el futuro se construye.

De la corriente voluntarista de los estudios de futuro, forman parte esencialmente la prospectiva y la prospectiva estratégica. Este enfoque fue instituido por Gaston Berger y Bertrand de Jouvenel, sin embargo, es GODET (1993), quien lo populariza en décadas recientes gracias a que dota a la prospectiva de un modelo, un método y una base matemática. Su perspectiva, basada en el “triángulo griego”, contempla tres momentos: a) anticipación; b) apropiación; y c) acción. Así la prospectiva parte de un ejercicio de reflexión que conduce a una voluntad estratégica, no sin antes pasar por un proceso de motivación y movilización.12 Algunos de sus discípulos y seguidores han añadido a este triángulo un cuarto componente que alude a la configuración de una cultura prospectiva a través de la pedagogía, que permite a un colectivo social permanecer siempre en una actitud vigilante, para monitorear el proceso, estar atentos a eventos imprevisibles, o para introducir variaciones según nuevas circunstancias difíciles de prever. Asimismo, dentro de la teoría prospectiva, no interesa el ser particular sino los seres humanos agrupados en colectivos que se reconocen como “actores sociales”. Teóricamente se agrupan en cuatro familias: a) Estado; b) medios de producción de bienes y de servicios; c) academia; y c) sociedad civil. Cada uno de ellos obra siempre en defensa de sus intereses y para ello se sirve del grado de poder con que cada uno cuenta. El futuro construible es el territorio de la acción. Supone la existencia de gobernabilidad para que el “futuro posible” se convierta en realidad. Por tanto, es necesario que los actores sociales involucrados estén en capacidad de convertirlo en realidad porque tienen los medios para hacerlo.

Diseño metodológico prospectivo y estratégico

En consecuencia, el diseño metodológico que se estableció para este estudio, está caracterizado por encontrarse dentro de los enfoques mundiales de los estudios prospectivos y por ser coherente con el marco conceptual que lo engloba teóricamente. Éste contempla cinco etapas, que responden a los objetivos planteados. TABLA No. 2. Etapas del estudio prospectivo al 2020 sobre la educación superior para la transformación productiva y social con equidad en los países del CAB.

11 FORCINITI, L. & ELBAUM, J. 2001. La prospectiva: ¿Qué es y para qué sirve?, Secretaría para la Tecnología, la Ciencia y la Innovación Productiva. Dirección Nacional de Planificación y Evaluación. Buenos Aires, Argentina. p. 19. 12 GODET, M. 1993. De l'anticipation à l'action. Manuel de prospective et de stratégie, Dunod, París, 1991. Versión española consultada: De la anticipación a la acción, Manual de prospectiva y estrategia, Marcombo, Barcelona, España. p. 4-5.


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ETAPAS FIN OBJETIVOS PRINCIPALES

MÉTODOS RESULTADOS PRINCIPALES

1. ESTADO DEL ARTE. ANÁLISIS SINCRÓNICO/ DIACRÓNICO.

Visión pasada, presente y futuro

Determinar y analizar las condiciones, pasadas, presentes y futuras, de la relación entre la educación superior y la transformación productiva y social con equidad.

Análisis de fuentes primarias y secundarias.

Marco conceptual de la educación superior y de la transformación productiva y social con equidad.

2. ANÁLISIS TECNOLÓGICO DE LA TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA Y SOCIAL CON EQUIDAD.

Visión de futuro

Establecer las “tecnologías de futuro” y los “ámbitos tecnológicos” necesarios para dinamizar los procesos de transformación.

Delphi Factores de cambio y variables estratégicas.

Ámbitos tecnológicos y familias tecnológicas.

Innovaciones tecnológicas críticas para la transformación.

Actividades – sectores productivos “altec” donde orientar la transformación productiva y social con equidad.

3. ANÁLISIS DE ESCENARIOS

Visión de futuro

Definir consensuadamente, una “visión compartida” de futuro desde la perspectiva de la educación superior y sus dinámicas de integración regional.

Análisis Morfológico. Ábaco de Regnier. Ejes de Schwartz

(“cruz de escenarios”).

Escenarios de futuros posibles (“futuribles”) y probables (“futurables”) hacia el año 2020.

4. ANÁLISIS ESTRATÉGICO

Formulación estratégica.

Determinación de la arquitectura estratégica de la educación superior para la transformación..

Árboles de pertinencia.

IGO

Bases del plan prospectivo estratégico (PPE) con propuestas de políticas públicas, estrategias, líneas de acción, programas y proyectos.

5. EJECUCIÓN CONJUNTA DEL PLAN PROSPECTIVO ESTRATÉGICO (PPE

Formulación, ejecución y evaluación de líneas de acción, programas y proyectos.

Mejorar y fortalecer la articulación y ayuda mutua entre los ONCYT y Ministerios de Educación para la transformación.

Desarrollar e incentivar la creación de capacidades regionales y nacionales, a través de dinámicas prospectivas y estratégicas, que posibiliten la conformación de entornos sociales, territoriales y empresariales incluyentes equitativos, productivos, atractivos y competitivos.

Sistema CAB de evaluación de experiencias en prospectiva científico y tecnológico.

Sistema CAB de evaluación de políticas públicas en educación superior para la transformación

Impactos de los programas y proyectos ejecutados conjuntamente: políticas públicas, programas, proyectos, y monitoreo de factores críticos de éxito

Conformación de “grupos vigía” y/o “tanques de pensamiento” nacionales y regionales en educación superior para la transformación productiva y social con equidad en los países de la Organización del CAB.

La articulación de este diseño metodológico se basó en la suma de cuatro elementos: a) consulta de fuentes primarias (por ejemplo a través de formularios, entrevistas a expertos, entre otros); b)


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elaboraciones conceptuales, diagnósticos, búsquedas documentales (fuentes secundarias); c) talleres de expertos, decisores y actores; y d) dinámicas pedagógicas y divulgativas entorno a la formación de una cultura anticipatoria.

Familias tecnológicas para el desarrollo de un futuro común13

El análisis de “forecasting” realizado con la colaboración de los expertos de los países del CAB pone en evidencia varias reflexiones. Una de ellas es que si se pregunta qué tipo de educación superior necesita el desarrollo futuro de los países de la región, la respuesta es que ésta debe estar acorde con la globalización, con el cambio demográfico, energético y fundamentalmente orientado a la generación de conocimiento que se basa por supuesto en la investigación científica y tecnológica. Así lo prueba la selección de hipótesis como la necesidad de formación en nuevos oficios situados en la base de la pirámide, con lo cual se renueva el debate de la relación entre la formación universitaria y la formación técnica. La necesidad de trabajar con volúmenes, lo cual solo obtienen las macrouniversidades o, eventualmente, la asociación y cooperación de varias instituciones de mediano tamaño. La oportunidad de negociar con los países anfitriones de la inmigración para hacer que la juventud capacitada contribuya al desarrollo de comunidades sentenciadas al envejecimiento de su población. Tales consideraciones como las anteriores, luego de la consulta a expertos, muestran la necesidad de hacer hincapié en contemplar una educación del futuro de carácter transfronterizo, asociada al trabajo productivo y debiendo enfrentar fenómenos como la liberación del comercio en educación (URIBE, 2006 op. cit). Reconocer que la educación del futuro no estará circunscrita a las cuatro paredes del aula de clase y aceptar que hay una acreditación, no regular, otorgada implícita o explícitamente por el sector productivo. Finalmente, ser conscientes de que el mundo de los próximos años estará fundado en la vigencia y dinamismo de las redes que se extienden por los cuatro puntos cardinales del planeta. En síntesis, los cambios productivos y sociales requieren una educación superior con rupturas, o de lo contrario estará supeditada a otros ámbitos de influencia y a seguir viviendo en el pasado, con los efectos negativos que tendrá para el desarrollo de nuestras sociedades. En general, los expertos consultados reconocen que existe talento humano preparado para impulsar nuevas tecnologías, pero que se requieren más y mejores investigadores con sustento en una formación de más calidad y pertinencia, y de más y mejores dotaciones de laboratorios y de centros de investigación a través del incremento de la inversión pública y privada en ciencia, tecnología e innovación. Esta afirmación se puede confirmar al cotejarla con la brecha tecnológica frente a España y otros países del mundo. De esta manera se reconoce un desarrollo tecnológico inferior a los países de alto desempeño mundial, pero un desempeño en el promedio latinoamericano, aunque inferior al de Brasil. Sin embargo, estar en el promedio muestra que existe un sustrato de conocimiento importante en la región, pero que podría ser mejor para, en ese caso, estar más cerca de los países de alto

13 Apartado tomado de: MOJICA, S.F.J. & TRUJILLO, C.R. 2006 Diseño metodológico y análisis de la encuesta Delphi. Educación superior para la transformación productiva y social con equidad de los países del Convenio Andrés Bello, Organización del Convenio Andrés Bello (CAB) y COLCIENCIAS. Bogotá, D.C., Colombia. XXX p.


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desarrollo, y sobre todo hacer presencia con identidad en materia de conocimiento y especialización productiva. La mejor manera de hacer presencia en la globalización, es a través del reconocimiento de la identidad. Igualmente, los expertos reconocen que existe un obstáculo en el apoyo económico y vacíos en las normas de los países para acelerar el desarrollo tecnológico y que la mayoría de las tecnologías elegidas como más pertinentes están destinadas a influir en la calidad de la vida de las personas, acorde a la preocupación planetaria respecto a la preservación del medio ambiente, el calentamiento global y las energías renovables. Como síntesis general se puede decir que las tecnologías más pertinentes, según los encuestados, apuntan a nuevas áreas de desarrollo tecnológico alrededor de las energías renovables, agricultura y alimentos, aprovechamiento de recursos ambientales, medicina, desarrollo de nuevos materiales y aprovechamiento de emergentes prácticas de manufactura, en sintonía con otras manifestaciones tecnológicas como las tecnologías de la información y comunicación (TIC), entre otras, como se constata en la tabla 3. TABLA No. 3. Familias tecnológicas según los resultados del análisis de “forecasting” de los países de la Organización del Convenio Andrés Bello (CAB).

Fuente: MOJICA &TRUJILLO (2006).

A nivel más desagregado, el resultado de la votación y priorización de los expertos, los resultados arrojan como pertinentes cuarenta y cinco (45) nichos de oportunidad tecnológica (incluyendo tecnologías sociales). Para obtener tal resultado se empleo como método estadístico las frecuencias teóricas, como punto de partida y cortando la selección a partir del método de distribución por cuartiles, cortando en el cuartil más bajo (entre 0 y Q1). Para valorar las propuestas alrededor de la relación mercado e innovación tecnológica, se incluye a continuación (tabla 4) un mapeo de los nichos de oportunidad tecnológica según las áreas de aplicación conforme al Technology Forecasting de HALAL de 2002, donde se identifican tecnologías emergentes incluyendo dos aspectos cruciales: año estimado de madurez tecnológica y el estimado del tamaño del mercado mundial.

Nº FAMILIAS DE TECNOLOGÍAS N’

%

1 Energía 583 24,9

2 Medio ambiente 468 20,0

3 Agricultura y alimentos 404 17,2

4 Servicios con base en TIC. 180 7,7

5 Manufacturas y materiales 148 6,3

6 Medicina 146 6,2

7 Hardware 135 5,8

8 Sociales 135 5,8

9 Software 109 4,7

10 Transporte 26 1,1

11 Espacio 10 0,4

S N 2344 100%


34

Los dos aspectos relativos a año estimado de madurez tecnológica y el estimado del tamaño del mercado, resultan importantes para establecer trayectorias de desarrollo tecnológico que permitan impulsar o desarrollar nuevas áreas productivas estratégicas de interés para nuestros países.

TABLA No. 4. Tecnologías pertinentes para los países miembros del CAB según año de estimación de madurez y demanda esperada.

Nº FAMILIA TECNOLÓGICA

ÁREAS DE APLICACIÓN TECNOLÓGICA

AÑO DE ESTIMACIÓN

DEMANDA ESTIMADA

(US$)

NICHOS DE OPORTUNIDAD TECNOLÓGICA

1 Agricultura y alimentos

Especies diseñadas genéticamente

2008 US$ 119 b Especies diseñadas genéticamente.

2 Agricultura orgánica (Producción a gran escala de alimentos libres de sustancias que afecten la salud humana)

2014 $81b Agricultura biodinámica (Rudolf Steiner, Alemania)

3 Agricultura de precisión ( tecnologías y modelos de gestión que optimizan variables económicas, ambientales y agronómicas)

2013 $108b Nuevos modelos de gestión para suelos y cultivos

4 Medio ambiente Reducción de gases productores efecto invernadero (Transformación tecnológica de plantas de producción))

2028 $60b Desarrollo de nuevas tecnologías de producción de energía renovable

5 Reciclaje de desechos domésticos (Desarrollo de nuevos modelos de gestión de basuras y de sistemas de recolección móviles)

2013 $61b Reciclaje de desechos domésticos

6 Ecología industrial (Desarrollo de tecnologías que incrementan la eficiencia en el uso de energía y emisión de gases)

2038 $86b Gestión medioambiental de energía

7 TIC – Servicios Comunicaciones globales (Desarrollo de tecnologías de operación global para integrar todo tipo de mensajes y transacciones)

2027 $489b Comunicaciones globales


Acuicultura (Integración de nuevas especies de peces a los procesos de producción aplicando ingeniería genética para incrementar la productividad y la variedad)

2018 $128b Conservación

9 Energía Energía renovable (Producción y 2018 $51b Solar


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10 trazabilidad de energía no contaminante. )

Eólica

11 Biomasa

12 Fisión nuclear ( Desarrollo y uso de reactores para cubrir la demanda de energía, reduciendo la emisión de carbono e incrementando la eficiencia en la producción de energía)

2045 $53b Fisión nuclear

13 Manufacturas y materiales

Nanotecnología: interrelación de tecnologías de estructuras nano-biológicas y no biológicas

2039 $147b Nanotecnología

14 Medicina Transplantes de órganos artificiales (Aplicaciones de la bioinformática, biotecnología, nanotecnología, y nuevos materiales elevando la calidad de la salud y superando el umbral de 100 años de vida)

2029 $72b Medicina alternativa (complementaria a la tradicional)

15 Medio ambiente Reducción de gases productores efecto invernadero (Transformación tecnológica de plantas de producción)

2028 $60b Uso de sistemas fotovoltaicos

16 Manejo y Diseño de ecosistemas (Desarrollo del entorno dirigido a enfrentar retos relativos a mejorar la salud humana y elevar la calidad de vida, protegiendo el uso sostenible de los recursos naturales)

2039 $14b Manejo de ecosistemas

17 Teletrabajo (Creación de ambientes de trabajo independientes a su ubicación geográfica)

2014 $104b Teletrabajo


Gestión recursos pecuarios Mejoramiento genético

19 Energía Energía renovable (Producción y trazabilidad de energía no contaminante)

2018 $51b Geotermal

20 Hidrógeno

21 Mareomotriz

22 Eficiencia energética (Reducción del consumo de portadores energéticos en los procesos transformativos, de transporte, almacenamiento y distribución de las fuentes fósiles y renovables de energía)

2022 $56b Producción

23 Distribución

24 Manufacturas y materiales

Fabricas automatizadas (Procesos de manufactura totalmente automatizados)

2023 $101b Manufactura de semiconductores, electrónicos y computadores


36

25 Medicina Cuidado de la salud basada en computadores (sistemas de telemedicina y sistemas expertos para diagnóstico)

2014 $151b Telemedicina

26 Medio ambiente Negocios verdes (grandes corporaciones globales dedicadas a la gestión ambiental)

2016 $90b Negocios verdes

27 Desalinización del agua de mar (Desarrollo de tecnologías dirigidas a la producción de agua para el consumo humano)

2027 $31b Reutilización de agua para actividades relativas a irrigación agrícola

28 Sociales Organizaciones cooperativas Modelos de franquiciamiento social

29 TIC – Software Software modular (Desarrollo de modelos más eficientes para la creación de software reduciendo los niveles de falla e incrementando su complejidad)

2008 $86b Software modular

30 Medio ambiente Ecología industrial (Desarrollo de tecnologías que incrementan la eficiencia en el uso de energía y emisión de gases)

2038 $86b Análisis del impacto de las tecnologías de energía en lo social y la vida humana

31 Desalinización del agua de mar 2027 $31b Reutilización de agua para actividades urbanas

32 Sociales Organizaciones cooperativas (modelos de organización de base social, que permitan resolver problemáticas de comunidades)

Microcrédito

33 Estructuración de modelos de organización social flexibles

Participación político-social de comunidades en proyectos de desarrollo local


Agricultura de precisión 2013 $108b Empleo de tecnología para desarrollo de mapas de suelos y cultivos (GPS, GIS).

35 Gestión recursos pecuarios Sistemas silvopastorales

36 Gestión recursos pecuarios Reproducción

37 Energía Energía renovable (Producción y trazabilidad de energía no contaminante. Incluye fuentes

2018 $51b Gradiente térmico oceánico


37

primarias y fuentes transformadoras)

38 Eficiencia energética (Reducción del consumo de portadores energéticos en los procesos de almacenamiento y distribución de las fuentes fósiles y renovables de energía, y en la prestación de los servicios energéticos requeridos por la sociedad)

2022 $56b Almacenamiento

39 Conversión

40 Proyectos URE (Uso Racional de Energía)

41 Superconductividad (Tecnologías de nuevos medios y de amplio potencial de aplicación que permiten el paso de un fluido prácticamente sin ninguna resistencia)

2025 $63b Aplicaciones en medicina

42 Medio ambiente Ecología industrial (Desarrollo de tecnologías que incrementan la eficiencia en el uso de energía y emisión de gases )

2038 $86b Valoración de ciclo de vida de tecnologías de energía

43 Impuestos verdes (Nuevos modelos de compensación para el sostenimiento del medio ambiente)

2015 $57b Impuestos verdes

44 Sociales Estructuración de modelos de organización social flexibles

Articulación de redes de actores sociales

45 Sistemas locales de información y ciudadanía

Sistemas locales de información y ciudadanía

Si se quiere tener una perspectiva de las apuestas tecnológicas por país, en la tabla 5 se muestran de manera agregada las tecnologías priorizadas por cada nación.

TABLA No. 5. Tecnologías priorizadas por países latinoamericanos del CAB.

PAÍSES GRANDES Y MEDIANOS

CHILE COLOMBIA CUBA PERÚ MÉXICO VENEZUELA

ÁREAS DE LAS 10 PRIMERAS TECNOLOGÍAS

(No. de

Sociales: 4 Energía: 7 Medicina: 4 Agricultura y alimentos: 5

Sociales: 5 Medicina: 4

TIC-Servicios: 3

Medio ambiente: 2

Energía: 4 Medio ambiente: 3

Energía: 3 Medio Ambiente: 4


38

tecnologías por cada área)

Energía: 2 Materiales y manufac: 1

Medio ambiente: 1

Energía: 2 Agricultura y Alimentos: 1

Otro: 1

Medio ambiente: 1

TIC-Software: 1 Material. y manufac: 1

Agricultura y alimentos: 1

Países más pequeños

BOLIVIA ECUADOR PANAMÁ PARAGUAY R. DOMINICAN.a

ÁREAS DE LAS 10 PRIMERAS TECNOLOGÍAS

(No. de tecnologías por cada área)


TIC-Hardware: 5

TIC - Software: 7

Energía: 3 Sociales: 5

Energía: 2 Energía: 3

Medio Ambiente: 3

TIC-Servicios: 1

TIC-Servicios: 1

TIC-Servicios: 1




Medicina: 1

Transporte: 1

TIC-Software: 1

Sociales: 1

Medicina: 1

Si además se quiere tener una perspectiva de posibles alianzas estratégicas según las apuestas de los países, tenemos el siguiente balance.

Energía: 8 países: Chile, Colombia, Cuba, Perú, México, Ecuador, Paraguay.

Medio Ambiente: 6 países: Colombia, Chile, Cuba, Perú, Venezuela y Panamá.

Medicina: 2 países: Cuba, Venezuela.

TICs: 5 países: Chile, Cuba, Ecuador, Panamá, Paraguay.


39

Manufacturas y materiales: 2 países: Colombia y México.

Agricultura y alimentos: 7 países: Perú, Bolivia, México, Venezuela, Ecuador, Panamá y Paraguay.

Sociales (desarrollo endógeno): 3 países: Chile, México y República Dominicana. Las tecnologías a partir del Delphi, ofrecen oportunidades, en tanto sean aprovechas como nuevas áreas económicas estratégicas y se desarrollen capacidades en educación y en ciencia y tecnología para enfrentar los desafíos que suscitan. Estas alternativas y desafíos son:

Ampliación de alternativas de suministro de energía.

Aparición de la bioinformática como una disciplina transversal.

Aplicación de superconductividad en equipos de resonancia magnética.

Cambio en las prácticas tradicionales de hacer negocios.

Clonación y reprogramación genética para responder a crisis alimentaria.

Coexistencia de ambientes campo-ciudad para la construcción de procesos de ciudad – región.

Construcción de una infraestructura industrial basada en nanotecnología.

Convergencia tecnológica. Desarrollo de nuevas iniciativas para el mejor aprovechamiento de energía en industrias

intensivas en su consumo.

Desarrollo de nuevas tecnologías para la producción de energías renovables.

Desarrollo de nuevos modelos de gestión de basuras.

Desarrollo sostenido versus grandes corporaciones transnacionales.

Dispositivos móviles con múltiples funcionalidades. Elevados estándares de producción agrícola basada en el empleo extensivo de novedosos

procesos de gestión y empleo de tecnología para la maximización de la producción.

Emergen los ambientes de teletrabajo cooperativos interactivos.

Empleo de modelos de simulación aplicados a sistemas agrícolas.

Empleo extensivo de robots.

Estabilización en la emisión de gases de efecto invernadero.

Flujo de materiales y energía para la industria y el consumo masivo. Fusión nuclear: Entre las fuentes alternativas de producción de energía eléctrica es la de

menor nivel de contaminación por CO2.

Impulso del comercio.

Métodos más eficientes para administrar y desarrollar proyectos de software.

Nuevos modelos de compensación para el sostenimiento del medio ambiente.


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Finalmente, las tecnologías del futuro avizoran oportunidades para los países en cuanto a posibles nuevas fuentes de generación de riqueza y de bienestar a diez y más años que podrían jalonar el desarrollo futuro. A continuación algunas reflexiones de Acosta derivadas de los resultados del Delphi.

La selección de familias, áreas y posibles nichos de aplicación, le da un nuevo rostro a la tendencia prevaleciente en los países de la región que insiste que las mejores potencialidades están en la producción asociada a la actividad primaria. Si se diversifican las respectivas productivas o de valor, tal como lo indican los resultados de la encuesta Delphi, la transformación productiva, por la vía de la agregación de valor a los recursos naturales, es un buen escenario de cambio productivo y social con equidad, aunque no suficiente.

Los resultados de la encuesta Delphi, indica que existen potencialidades en mercados de mediana y sobre todo de alta tecnología. Esto rompería con lo que parece ser una barrera cultural a la transformación en términos de bienes y servicios tradicionales donde ahora están concentrados la mayoría de las economías del CAB.

La selección de áreas del futuro permitirá hacer una evaluación a profundidad, en la que deben intervenir más actores de la producción para determinar las reales oportunidades, y así hacer una selección aún más rigurosa. Con base en esos resultados se avanzaría con más elementos al diseño de políticas, estrategias y proyectos nacionales y comunes entre países donde las oportunidades puedan ser compartidas para generar economías de escala en la producción, en I+D+I, reformas a la educación, e impulsar el desarrollo de nuevas empresas innovadoras.

Atención especial merece la medicina y la biogenética, como áreas ALTEC, donde algunos países las consideran como actividades con importantes potencialidades.

Se debe tener en cuenta el año de materialización de las tecnologías porque ello determina las verdaderas oportunidades de los países para desarrollos propios. En los desarrollos más cercanos las oportunidades sólo están en hacer una buena incorporación y a partir de ahí hacer innovación endógena. En las materializaciones estimadas a más tiempo, están las posibilidades de cambio técnico endógeno, aceptando que se requieren recursos humanos muy calificados, aparatos productivos proactivos, y definitivamente una inversión cuatro o cinco veces superior en ciencia, tecnología e innovación en relación al PIB.

El resultado de la encuesta Delphi también es coherente con la pérdida de nuestros países de oportunidades para impulsar el desarrollo de manufacturas relacionadas con bienes de capital y transporte. Este último sector está hace mucho tiempo en manos de empresas transnacionales, donde algunos países latinoamericanos abandonaron la idea de desarrollar modelos propios. Argentina, Brasil, México y algo Colombia, hicieron intentos en los años setenta; y solo Brasil tiene a los bienes de capital como un sector estratégico de su nueva política industrial, tecnológica y de comercio exterior (PITCE). Sin embargo, en materia de bienes de capital de nueva generación (nuevas manufacturas y materiales) hay algunos intentos que merece la pena no desechar. Así mismo, hay núcleos de investigación que adelantan esfuerzos en materia de satélites, que también es conveniente no desconocer porque podría ser la oportunidad de tener una oportunidad en el campo espacial.


41

Explorar con España y el MERCOSUR posibles alianzas para desarrollos productivos, en conocimiento e innovación (I+D+I), formación de recursos humanos y nuevos emprendimientos empresariales.

En la encuesta Delphi, por las fuentes de información tomadas como referente no se registra el enorme potencial que tienen los países de la región en industrias culturales y creativas. No obstante, cuando se explora qué áreas tecnológicas de este ejercicio se relacionan con el desarrollo futuro de industrias culturales y creativas, se encuentran áreas que se relacionan con estas industrias, sobre todo las TIC. Las industrias culturales son de un enorme potencial en el corto y mediano plazo, y con gran impacto social en términos de inclusión y oportunidades de poblaciones de menores ingresos.

Cómo afrontar la transformación

Las alternativas de desarrollo o la capacidad de enfrentar los desafíos del cambio tecnológico según los resultados del Delphi se pueden interpretar de dos maneras. Una de ellas es la explicación que nos proporciona los planteamientos de KATZ (2001) según los cuales América Latina y el Caribe, que han sido relativamente exitosos en la explotación de sus recursos naturales, debe seguir por esta senda añadiendo mayor conocimiento a sus productos para ser más competitiva. Es un enfoque cuya agregación de valor debe incluir la transformación de bienes primarios en nuevas industrias y servicios, porque si en los últimos veinte años no han surgido economías de alto desarrollo estrictamente productoras y exportadoras de bienes primarios, mucho menos en el futuro cuando se consolide la actual revolución industrial y se avance a nuevos desarrollos como los que muestra la encuesta Delphi.

La otra interpretación es generar rupturas productivas y encaminarse por la senda de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), de la energía, de los materiales, de la educación y de la salud de alta calidad y complejidad, de nuevos tipos de bienes de capital relacionados con la automatización y la robotización de la producción, de la nanotecnología, y de las industrias culturales, como lo han hecho en los últimos años China, India, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Corea, Taiwán, Brasil, Inglaterra, Malasia, entre otros países. Es decir, dar un timonazo de ciento ochenta grados como lo explica OHMAE (2006) en su obra “El próximo escenario global”14, Costa Filho y Acosta J para este estudio prospectivo, y MEDINA (2006), con base en HOLM-NIELSEN (2004). Esta última referencia muestra como el comercio mundial se está orientando cada vez más hacia el mercado de bienes intensivos en conocimiento, y que las transacciones de productos derivados de los recursos naturales irán perdiendo importancia relativa en la composición de la producción y del comercio mundial. Ver la figura 9.

14 OHMAE, K. 2006. El próximo escenario global, Norma, Bogotá, D.C., Colombia.


42

Holm-Nielsen (2004 ). Complementos del editor

FIGURA No. 9. Composición del comercial mundial (bienes “mediatec” y “altec”).

La Figura No. 9 muestra como en el año de 1980, el conjunto de actividades de alta y media-alta tecnología, representaban el 22 y 11% del comercio mundial, respectivamente, para un total de 33%. En el año 2006 las dos agrupaciones registraron una participación aproximada de 60% (34 y 26% respectivamente), distribuyéndose el resto de la torta del comercio internacional los bienes basados en recursos naturales, otros productos primarios, manufacturas de baja intensidad tecnológica y una miscelánea de otros productos. Si bien conservan una importancia relativa en el comercio global (67% en 1980 y 40% en 2006), su crecimiento sucede a tasas inferiores a las dos agrupaciones de mayor contenido tecnológico, afectando el crecimiento del PIB y del ingreso por habitante.

Si se observan los datos de 1966 en la parte inferior izquierda de la figura, las agrupaciones de mayor contenido tecnológico representaban el 20% del comercio transado en el mundo. Pero, nuestros países, con excepción de México, ninguno se acerca, 40 años después, a esa tasa. Esto explica en parte el enorme rezago de los sistemas productivos y el menor desarrollo alcanzado como sociedades.

Haciendo una proyección intuitiva hacia 2020, es posible que los bienes “altec” y “mediatec” tengan una participación en la canasta del comercio internacional entre el 75 y el 80% del intercambio mundial de bienes), tal como la tenían los bienes de bajo contendido tecnológico (“batec”) en 1980. Es decir, que en 40 años la composición de la producción y del comercio mundial se habrá transformado de manera radical. La incorporación de mayor valor agregado a la producción existente, se origina o proviene de bienes y servicios “altec” y de mediana alta tecnología. Por lo tanto, esfuerzos nacionales combinados con fuentes externas, obliga a los países de la región adelantar políticas y estrategias para desarrollar capacidades productivas y de innovación de carácter endógeno, como condición para la transformación en las décadas inmediatas. De no ser

1980

Varios

1%

Otros

productos

primarios

34%

Basada en

recursos

11%

Baja

tecnología

21%

Media

tecnología

22%

Alta

tecnología

11%

2000

Baja

tecnología

18%

Basada en

Recursos

11%

Otros

productos

primarios

13%

Miscelánea

4%

Media

tecnología

32%

Alta

Tecnología

22%

1967 20%

Altec y Mediatec

2007 60%

Altec y Mediatec

2000 54%

Altec y Mediatec

2020 ¿75, 80 %?

Altec y Mediatec


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así, serán grandes granjas de productos naturales, grandes talleres de manufacturas sencillas y enormes vitrinas de bienes de consumo avanzados para el usufructo de unos pocos.

Así mismo, el rezagado patrón productivo latinoamericano evidencia un menor crecimiento de las exportaciones al mundo, respecto al incremento de las exportaciones de las economías emergentes y de las más avanzadas, lo cual se refleja en la decreciente participación de los países latinoamericanos en el comercio internacional (CAF, 2005)

Mientras tanto, economías orientadas al mercado externo, el crecimiento fue impulsado por la productividad, la innovación, la investigación científica y tecnológica, la educación y la construcción de instituciones (países desarrollados y economías emergentes de Asia y Europa). Así también lo vienen haciendo Brasil, Rusia, India y China (GRUPO BRIC), que sustentados en un gran mercado interno han entendido cómo más allá de sus fronteras están las verdaderas nuevas oportunidades de inserción internacional que les permitirá grandes economías de escala en lo productivo y en conocimiento, y en lo interno avanzar en la cohesión económica y social.

Ahora bien, estas tendencias han sufrido desde el año 2005 variaciones que atenúan un tanto la tendencia ya de largo plazo de un comercio mundial que refleja la importancia creciente de los bienes y servicios de media alta y alta tecnología. Sin embargo, atenúa la tendencia pero no la modifica. Y esto debe tenerse muy en cuenta en el momento de hacer una prospectiva sobre los alcances e impacto en el desarrollo futuro de nuestros países. Estamos aludiendo a la alta cotización de los bienes primarios en el mercado mundial debido a una suma de factores que van desde incrementos en la demanda en las economías emergentes de Asia, aprovechamiento de las últimas reservas de fuentes no renovables de energía, cambio en los patrones de producción de alimentos hacia biocombustibles, y por supuesto los especuladores financieros que actúan sin control en el mundo.

Es posible que este comportamiento positivo de los precios internacionales se conserve en niveles altos si no suceden imprevistos perversos relacionados con el calentamiento global. Cabe entonces preguntarse si nuestros países deben afirma una especialización en bienes primarios desarrollando capacidades en conocimiento, innovación y producción en todos los niveles de las cadenas y clusters; o si se aprovechan los excedentes para invertir parte importante de ellos en el desarrollo de otras actividades productivas de alto valor agregado. En otras palabras, la pregunta que cabe responder es hasta donde puede llegar una transformación sustentada en cadenas y clusters de bienes primarios.

Bienes de alta tecnología en el mundo e Iberoamérica

Cualquiera sea la circunstancia o situación de un(os) país(es), cuando se alude a procesos de transformación productiva y social, necesariamente se está pensando en que será posible y necesario impulsar cambios graduales pero sostenidos en el sistema productivo y en los sistemas de educación, ciencia y tecnología, en las instituciones, todo desde la cultura y su relación con el desarrollo.

Por ello, en el contexto de este estudio de futuro así como se hizo un ejercicio con el método Delphi y otros métodos de prospectiva, se vio igualmente necesario adelantar un análisis para explorar cómo se comportan las economías de la región respecto a las actividades productivas que


44

incorporan los mayores avances científicos y tecnológicos, con el efecto adicional de que esas actividades serán las que incorporarán la mayoría de los nuevos conocimientos e innovaciones derivados de esfuerzos sostenidos en investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) a los que alude los resultados de la encuesta Delphi.

Tal como lo muestran las proyecciones del comercio internacional, son las actividades de mayor contenido tecnológico las que capturan mayores porciones de la torta mundial de intercambio de bienes y servicios (20% en 1966, 60% en 2006, y es posible estimar entre 75 y 80% en 2020). Por tanto, éste es un factor clave, pues en ellas estarán las mejores oportunidades de transformación.

Para cada uno de los países se recogió información sobre los quince bienes de mayor dinamismo en el comercio internacional en 2002, así como sobre el total de sus exportaciones e importaciones. De los quince bienes, ocho son de alto contenido tecnológico (“altec”), seis de mediano contenido tecnológico (“mediatec”) y uno de bajo contenido tecnológico (“batec”). Aunque el objetivo principal de este análisis son los bienes “altec”, se decidió incluir también algunos bienes de mediano y bajo contenido tecnológico, con el fin de tener un panorama más completo de las tendencias en el comercio internacional.

Para este análisis se consultó la base de datos de estadísticas del comercio de bienes de las Naciones Unidas (The United Nations Commodity Trade Statistics Database –UN Comtrade–)15, construida a partir de los reportes de los países miembros. El ejercicio se hizo para el período 1990 – 2004. Dos de los países miembros de la Organización del CAB, Cuba y República Dominicana, tienen las series incompletas. No es posible, por lo tanto, comparar su evolución con los demás. De todas maneras, se hace referencia a ellos en el momento de analizar los datos. Cabe anotar que sus volúmenes de comercio no afectan las tendencias que surgen de la suma de las exportaciones e importaciones del resto de países.

Se utilizó la Clasificación Uniforme para el Comercio Internacional (CUCI), revisión 2 y 3, desagregada a tres dígitos. De las diez grandes secciones o ramas de bienes en que se divide la clasificación CUCI, los quince bienes estudiados están concentrados en tres de ellas, como se muestra en la siguiente tabla.

TABLA No. 6. Bienes de alta tecnología estudiados.

CLASIFICACIÓN CUCI BIENES ESTUDIADOS CONTENIDO TECNOLÓGICO

Sección 5:

Productos químicos y relacionados

541. Productos médicos y farmacéuticos. Altec

583. Productos de la polimerización y la copolimerización. Altec

Sección 7.

Maquinaria y equipos de transporte

728. Otras maquinarias y equipos para industrias especializadas.

Mediatec

752. Equipos informáticos. Altec

759. Partes para equipos de oficina o para equipos Altec

15 Consultado en: http://unstats.un.org/unsd/comtrade/default.aspx


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informáticos.

765.Equipos de telecomunicaciones y partes. Altec

772. Aparatos para circuitos eléctricos. Mediatec

776. Transistores y válvulas Altec

778. Otros aparatos y máquinas eléctricas. Mediatec

781. Vehículos automotores para pasajeros, excluyendo buses.

Mediatec

784. Piezas y accesorios para vehículos automotores. Mediatec

792. Aeronaves, piezas y equipo aeronáutico. Altec

Sección 8.

Manufacturas varias

821. Muebles y partes. Batec

874. Instrumentos de control y medida Altec

893. Otros artículos plásticos. Mediatec

Ya se reflexionó en los dos primeros capítulos, de la lenta transformación productiva de nuestros países. Este ejercicio reafirma esa realidad, y a manera de síntesis, en la figura 10 se verifica cómo ha evolucionado la composición de las exportaciones de los países analizados en los extremos del período considerado: 1990 y 2004. Excepto México y España, las demás economías del CAB se agregan para que sea posible la comparación con las demás.


46

.

COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES (%)

0% 20% 40% 60% 80% 100%

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

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CA

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ingap.

ALTEC MEDIATEC RESTO

Fuente: UN Comtrade. ACOSTA & ARROYO, (2007).

FIGURA No. 10. Composición de exportaciones en varios países del mundo.


47

En cuanto al comportamiento de nuestras economías en materia “altec” se tienen las siguientes conclusiones: México tiene un volumen de exportaciones “altec” mucho más alto que el resto de los países de

la Organización del CAB, con un crecimiento acelerado durante los últimos 15 años, en especial a partir de 1994, por efecto de la exportación de equipos de informática y de equipos de telecomunicaciones de la industria maquiladora en el marco del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de Norteamérica entre Canadá, Estados Unidos y México).

De los otros países del CAB, sólo Colombia presenta una tendencia sostenida de incremento en sus exportaciones “altec”. En 2004, éstas alcanzaron una participación del 6% en las exportaciones totales. Los bienes dinámicos han sido los polímeros y copolímeros y los productos farmacéuticos.

Por el contrario, Venezuela y Chile, los dos países con mayores exportaciones totales después de México, tienen exportaciones de bienes “altec” que apenas supera el 1% de sus exportaciones totales.

Con la excepción de México, los demás países latinoamericanos del CAB también aparecen muy rezagados en la exportación de bienes de mediano contenido tecnológico.

En cuanto a las exportaciones totales, si bien en los últimos años éstas crecieron en los países de la región, no lo hicieron a la misma velocidad que las de otros países emergentes que tienen una mayor participación de exportaciones de bienes de alto y medio porte tecnológico. Por tanto, hay un potencial dinamizador de la producción y exportaciones de bienes y servicios de mayor complejidad tecnológica, dependiendo de la visión y de la voluntad política de los países para impulsar la transformación de cada economía del espacio común.

A pesar del aumento en sus exportaciones de alto y mediano contenido tecnológico, México presenta un saldo crecientemente negativo en la balanza comercial de estos bienes. Es decir, cada vez importa más de lo que exporta. Esto es resultado del modelo de maquila en el que México está agregando poco conocimiento y producción nacional. Esta tendencia contrasta con la de otros países emergentes de Asia y Europa considerados en este trabajo que se han convertido en los últimos años en grandes exportadores de bienes de alta tecnología y cuya tendencia es hacia balanzas comerciales positivas, lo cual significa que han desarrollado “clusters” o aglomeraciones productivas basadas en componentes producidos en el país.

En síntesis, no hay evidencia de una contundente transformación productiva en nuestros países de la órbita latinoamericana. Sin embargo, si se impulsa el desarrollo de la ciencia, de la tecnología y de la innovación; se introducen cambios en el sistema de educación y cambios en las culturas que estimulen las capacidades para crear, emprender e innovar, aplicados a actividades productivas de mayor complejidad en conocimiento e innovación, la transformación de las sociedades de estos países sucederá a mayor velocidad, modificando la tendencia inercial de su desempeño económico, tecnológico y social, y su lastre de inequidad y pobreza en la mayoría de las naciones. Para ello, diseñar y llevar a cabo una agenda en torno a la producción e investigación en alta tecnología es un imperativo de los tiempos que corren y una necesidad para la transformación de las sociedades de estos países.

El espacio iberoamericano de alta tecnología

La siguiente perspectiva (FIGURA No.11) muestra como los países latinoamericanos del CAB sin México también evidencian rezagos crecientes frente a otras economías cercanas. Es interesante


48

constatar cómo Brasil va alejándose paulatina pero sostenidamente del patrón de especialización prevaleciente en los países vecinos: su desempeño en ramas “altec” y “mediatec” de 1990 es igual al registrado por los países del CAB sin México en el año 2004. Inclusive, Argentina, a pesar de sus agudas y reiteradas crisis económicas de los noventa y muy de comienzo del tercer milenio, registra una mejor transformación productiva que el resto de los países en términos de la composición y participación de las exportaciones “altec” y “mediatec”. Es igualmente importante, en términos históricos y prospectivos, observar la transformación de España, con un modelo distinto al modelo de maquila de México, porque ha incorporado IED para complementar el desarrollo de empresas españolas, que dada las fuertes identidades de sus autonomías territoriales, ha sido factor de surgimiento de unos sistemas productivos regionales basados en Pymes, los cuales cada vez se sustenta en mayores esfuerzos endógenos de investigación, desarrollo e innovación. Resaltando, al igual que otras economías emergentes de Europa, que ha sabido y ha podido beneficiarse de la integración comunitaria. Hay mucho que estudiar y conocer del proceso español de transformación productiva de los últimos años y de sus perspectivas de cambio para las décadas inmediatas. COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES (%)

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

1990

2004

MÉ

XIC

O

CA

B S

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MÉ

XIC

OE

SP

AÑ

AA

RG

EN

TIN

AB

RA

SIL

ALTEC

MEDIATEC

RESTO

Elaboración: ACOSTA & ARROYO (2006).

FIGURA No. 11. Composición de exportaciones en algunos países de América Latina.

En la tabla siguiente se muestra, para cada país miembro, los bienes “altec” en los que la participación aumento de manera más significativa (++), bienes que empiezan a emerger (+), y bienes en los que disminuyó la participación (-). El 0 indica los casos en los que no se registran exportaciones. TABLA No. 7. Bienes “altec” en los países del Convenio Andrés Bello (CAB)


49

PAÍSES

BIENES DE ALTA TECNOLOGÍA EN LOS PAÍSES DE LA ORGANIZACIÓN DEL CAB

541.

Med

icam

ento

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583

Pol

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os

y

copo

límer

os

752

Equ

ipos

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759

Par

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info

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764

Equ

ipos

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776

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792

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874

Equ

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de

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rol y

med

ida

Bolivia + 0 + + + + + + Colombia ++ ++ ++ ++ ++ + ++ + Ecuador + + + + + - + + Perú - + + + + - + + Venezuela + - ++ - - - ++ ++ Chile - ++ ++ ++ + ++ + + Panamá - 0 + - - 0 - - Paraguay + + + + + - 0 + R.Domin. - 0 0 - 0 0 0 0 Cuba ++ - + - + + - -

Elaboración: ACOSTA & ARROYO (2006).

Lo que esta información indica es que las actividades – sectores que aparecen señalados con ++ y +, son aquellos donde los países y la estrategia común deben dirigir esfuerzos para seleccionar o identificar aquellos donde realmente se tendrán oportunidades en el futuro, y por supuesto, incluir las industrias y servicios que la encuesta Delphi priorizó. Las principales conclusiones a las que llegó este trabajo sobre el comercio internacional de bienes altec, realizado por ACOSTA & ARROYO (2006), son las siguientes: El tránsito de la sociedad y la economía industrial a la sociedad y la economía del conocimiento

se viene dando a pasos acelerados, como lo evidencia la manera en que los productos “altec”, sobre todo los relacionados con las TIC, están adquiriendo una participación cada vez mayor en el comercio mundial.

La evidencia indica que las economías, por avanzadas y diversificadas sean, concentran su especialización en unas áreas pero no en todas las áreas de alto y mediano contenido tecnológico. Esto permite concluir que las políticas industriales o de competitividad deben tener dos orientaciones: una de selectividad para apoyar las actividades con mayores potencialidades; y otra, complementaria a la anterior, de corte transversal para afectar al conjunto de los clusters estratégicos sean éstos de alta, media o baja tecnología.

Los bienes “altec” afectan positivamente el desarrollo y la reconversión de actividades de mediano y bajo contenido tecnológico. Por tanto, a veces puede llegar a ser difusa la clasificación o categorización de un bien como una actividad con bajo valor agregado. Por ejemplo, un producto de bajo contenido tecnológico, sea primario y/o transformado, cuando incorpora alto contenido tecnológico en distintos eslabones de su cadena y/o cluster, bien puede considerarse un producto con alto valor agregado.

Si bien el balance para los países de la región deja en su conjunto mucho que desear por sus exportaciones “altec”, lo importante es aceptar que una de las grandes estrategias de transformación en las siguientes dos décadas radicaría en políticas y estrategias selectivas


50

dirigidas a incorporar y desarrollar tecnologías avanzadas para mejorar la productividad y competitividad de esas actividades clave. Esto puede conducir a emprender la producción y desarrollo de bienes “altec” relacionados con mejoras radicales en los clusters de los productos de bajo contenido tecnológico, en el marco de una visión sistémica de políticas industriales o de competitividad; de ciencia, tecnología, innovación y emprendimiento (CTI+E), de educación y cultura, y de cambios institucionales.

En la identificación de oportunidades, más allá de los bienes específicos “altec” y “mediatec” analizados en este trabajo, vale la pena tener en cuenta las áreas generales, tanto tecnológicas como productivas, que jalonan con sus desarrollos la creciente demanda de estos bienes. Se tiene así, por ejemplo, los sectores médicos y farmacéuticos, el desarrollo de nuevos materiales, las tecnologías de información y comunicación, la microelectrónica, bienes de capital muy especializados, transporte terrestre y navegación aeroespacial.

Emprender un proceso de concertación entre los países del CAB, con el liderazgo de España, para desarrollar la producción, la investigación y la formación en áreas “altec” que denoten campos promisorios de especialización. A su vez, explorar con el MERCOSUR alianzas estratégicas en las mismas actividades: políticas, producción, investigación y formación de recursos de alto nivel.

Impulsar acercamientos entre las ciudades de nuestras economías donde se concentren las actividades “altec” más promisorias de cada país, para emprender alianzas estratégicas, procesos de aprendizaje de mejores prácticas en torno al desarrollo de bienes y servicios “altec”.

Propiciar encuentros entre empresarios de actividades “altec” entre el espacio común del CAB y con el MERCOSUR.

Adelantar ejercicios de prospectiva tecnológica e industrial lo más detallados posibles, en las actividades “altec” promisorias y en aquellas que mejoren la productividad y competitividad de bienes de menor porte tecnológico, pero estratégicos en los países de la región en el contexto del desarrollo de la producción y del comercio mundial.

Tecnologías sociales

Cualquiera sea la circunstancia o situación de un(os) país(es), cuando se alude a aspectos relativos a inclusión social y equidad, se hace necesario impulsar cambios graduales pero sostenidos en el contexto de los sistemas productivos, educación, ciencia y tecnología, en las instituciones y sus organizaciones, de modo que las condiciones económicas y de calidad de vida se constituyan en un objetivo de todos los actores de la sociedad. Por ello, en el contexto de este estudio, se incluyó en el ejercicio de “forecasting” con el método Delphi, la exploración de las denominadas tecnologías sociales (métodos y técnicas que permitan impulsar procesos de empoderamiento de representaciones colectivas de ciudadanos para impulsar alternativas de desarrollo originados en experiencias innovadoras que se orientan en defensa de los intereses de las mayorías), con el propósito de identificar prácticas y actividades a incorporar en el contexto de la transformación productiva. Los aspectos relativos a las tecnologías sociales presentados por los expertos contemplaron tres áreas de acción:

Estimulo en el desarrollo de organizaciones cooperativas. Desarrollo de iniciativas que permitan estructurar modelos de organización social flexibles. Desarrollo sostenible de sistemas locales de información y ciudadanía.


51

Tal como lo muestran los resultados de la votación y priorización de los expertos en la encuesta Delphi, las elecciones relativas a prácticas concernientes al desarrollo de tecnologías sociales, destacaron cinco prácticas pertinentes para los países de la región, pertenecientes a las tres áreas temáticas consideradas, cuya lectura considera tres distintos enfoques, respecto a su aplicación. Estos tres enfoques, fruto de la lectura de la pertinencia relativa de las prácticas en tecnologías sociales priorizadas, aparecen como:

Los agentes de mercado como medio para el desarrollo sostenible, en cuyo contexto se presume la construcción de una estrecha relación entre las organizaciones sociales, con grados elevados de participación y coordinación, con los agentes de mercado para suscitar la inclusión social.

El ciudadano como protagonista en nuevos proyectos de desarrollo sostenible, que presume el fortalecimiento de organizaciones sociales a través de redes sociales articuladas con iniciativas institucionales y de soporte participativo político-social.

Inclusión social significativa y valoración de cada cual como individuo y ciudadano, hace énfasis en el desarrollo de redes sociales que permitan que los individuos cuenten con oportunidades “reales” de aprovechar los beneficios de los procesos relativos a la transformación productiva, a partir de la constitución de sistemas locales de información y ciudadanía que promueven la transparencia y la vinculación sin “consideraciones extras”, que se sumen e integren a los sistemas relacionados con lo productivo, la innovación, la educación y el emprendimiento, y así conformar modelos singulares de desarrollo endógeno local.

Los enfoques antes mencionados, reflejan tres alternativas o trayectorias de desarrollo en tecnologías sociales, las cuales presentan prácticas asociadas relativas a cada una, tal como se muestra en la figura siguiente:

FIGURA No. 12. Trayectorias de desarrollo en tecnologías sociales según la encuesta Delphi.


52

Constituye por tanto para cada uno de nuestros países la oportunidad de tomar en consideración sobre las prácticas en tecnologías sociales priorizadas por pertinencia por los expertos consultados en la encuesta Delphi.

5 ESCENARIO DE “AVANCE ACELERADO” Y LA CONSTRUCCIÓN DE UN FUTURO COMÚN

Todo conocimiento estructurado tiene marcos teóricos, enfoques y métodos diferentes, así haya consensos en torno a su utilidad fundamental. La prospectiva, una herramienta transdisciplinaria para la planeación estratégica y prospectiva, no escapa a los rigores del criterio científico, por tanto hay escuelas que la conciben de manera diferente y eso implica saber qué ofrece y hasta dónde llega un ejercicio de exploración del futuro.

Para algunos expertos en este instrumento los ejercicios prospectivos deben llegar hasta la propuesta de escenarios, por eso manifiestan que es mejor a más escenarios se deriven de un ejercicio de construcción del futuro, pues con un menú amplio de posibilidades los actores tienen mayores opciones para tomar decisiones respecto a qué escenario escoger. De esta manera, el actor recibe un menú de escenarios pero es él quien define el escenario definitivo y el que haga las políticas, estrategias y proyectos. Bajo este esquema se corre el riesgo de caer en una especie de “exhuberancia creativa”, por lo general sin diferencias significativas entre los escenarios y por tanto sin suficiente elaboración y rigor conceptual, pero también, y lo más grave, es que el ejercicio de futuro termine en un diagnóstico y en unos escenarios.

Hay otra corriente, la aplicada en este estudio, refiere a que el proceso debe derivar en un escenario apuesta producto de unos escenarios previos. De esta manera, el ejercicio no termina con un menú de escenarios, sino que define el más promisorio y es a este al que se le diseñan políticas, programas y proyectos para su implementación. Adicionalmente, un proyecto que será ejecutado por la gestión pública, no es procedente que termine en un menú de escenarios deseables y a todos diseñarles políticas, estrategias, líneas de acción, programas y proyectos. Sería como si un país tuviera dos o más políticas de desarrollo con sus respectivos instrumentos.

Consistentes con lo recién expresado, en este estudio se ha llegado a la apuesta de un escenario de “avance acelerado”, luego de haber establecido previamente otros posibles escenarios denominados “avance lento” y “avance moderado”. Cabe comentar que estas denominaciones son simplemente referenciales y no se pueden considerar de manera literal. “Avance acelerado” significa dar saltos importantes en los patrones de especializaciones y en las consiguientes políticas de Estado. “Avance lento” significa continuar con sistemas productivos y sociales iguales. Y “avance moderado” alude a cambios tenues sin modificaciones importantes en la producción y en la sociedad.

El primer escenario aludía a una situación que en la realidad ya no existe y se refiere a economías que supuestamente tiene una estructura productiva basada únicamente en bienes primarios sin procesos de transformación. Pueden haber territorios de esta naturaleza en los países, pero economías nacionales de este tipo es muy difícil encontrar. En el supuesto caso de que uno o más países tuvieran una economía de estas características, la mayoría de nuestros países ya no corresponde a esas características y por tanto no podía ser un escenario común de desarrollo.


53

El segundo escenario, “avance lento”, reconocía que las economías agregaban valor de manera intensiva a sus recursos naturales y gradualmente iría escalando la complejidad de su tejido productivo, siguiendo un proceso inercial y no de tipo dinámico. Pero también este escenario aludía a desarrollos de mediana complejidad tecnológica en las mismas actividades del escenario de “avance acelerado”. Por tanto, sus contenidos no se diferenciaban mucho del escenario más dinámico.

Fue así como se llegó a concensuar la propuesta de un escenario de “avance acelerado”, si bien más exigente, también más coherente con la economía global, más consistente con la necesidad de nuestros países de acelerar su proceso desarrollo, más correspondiente con la idea de un modo propio de desarrollo, y sobre todo porque en este escenario los países encuentran oportunidades según su nivel de desarrollo puesto que los bienes y servicios de alta tecnología son un valor agregado que se incorpora en bienes de menor complejidad tecnológica. Este es el escenario que a continuación se describe.

Contenidos de un “avance acelerado” de transformación

En las dinámicas de la educación superior para la transformación productiva, social y la equidad, los países signatarios de la Organización del Convenio Andrés Bello (CAB) que construyan su futuro con base en este escenario, la educación es para toda la vida centrada en el aprendizaje permanente y la educación integral de los ciudadanos; el paradigma educativo se concreta en producir conocimiento de frontera, socialmente compartido, local, nacional e internacionalmente válido, con esquemas de formación y capacitación en las empresas para la actualización permanente de profesionales y de investigadores de los laboratorios de investigación y desarrollo (I+D) de las organizaciones; las comunidades científicas se asocian con los conglomerados productivos innovadores y con redes académicas internacionales de investigación y colaboración para la articulación entre universidades de diferentes países y entre las universidades y las empresas para acciones conjuntas de investigación y desarrollo. Se revaloriza la educación como factor clave para la superación y el mejoramiento de la calidad de vida y alcanzar el desarrollo.

Los esquemas de certificación, acreditación y evaluación conjunta logran la mayor homogeneidad entre los países del espacio CAB de educación superior y con otros países de América Latina y el Caribe: duración de las carreras, títulos, sistemas de evaluación y actualización de conceptos garantizan el reconocimiento sin distingo de países y la libre circulación de profesionales. Los indicadores de calidad y estándares propios permiten trabajar en igualdad de condiciones con un “ranking” latinoamericano y caribeño que posiciona las instituciones de educación superior en función de parámetros homogéneos de calidad. En este sentido, predominan nuevas comunidades virtuales de aprendizaje y espacios comunes de educación a través de mecanismos como los “colaboratorios” y la universidad a través de las fronteras. Predomina la ética y la corresponsabilidad social universitaria; estudiantes y profesores están al servicio del desarrollo social de las comunidades. Se promueve la reevaluación de las universidades autónomas y la redefinición de la autonomía universitaria, así como la organización de centros de investigación, parques científicos y tecnológicos con laboratorios y centros de investigación de empresas innovadoras.


54

En este escenario se dan nuevos esquemas de organización de los sistemas nacionales de educación superior (SNES) integrados con los sistemas nacionales de ciencia, tecnología e innovación (SNCTI) para promover: La municipalización y la creación de aldeas universitarias de aprendizaje abierto. La creación de institutos técnicos comunitarios para la formación técnica y tecnológica. La creación de nuevas instituciones para el cambio de la educación superior donde se estimule

la creatividad, la innovación, el emprendimiento y el desarrollo tecnoproductivo innovador a través de programas U-E-E centrados en proyectos y programas de I+D con las empresas y en el desarrollo de empresas innovadoras desde los centros de investigación y desarrollo tecnológico. Es en el contexto de estos programas que se desarrollan incubadoras, parques tecnológicos de carácter universitario.

Se integran acciones y se establecen orientaciones en diferentes ámbitos de la formación universitaria desde los cuales se organizan socialmente las tareas de aprendizaje y se favorece una formación ciudadana y en valores. También un aprendizaje ético que se refleja en la cultura institucional y la implicación de toda la comunidad en el aprendizaje académico con contenidos que permitan la comprensión de nuestro mundo y que relacionen los desarrollos científicos y tecnológicos con el impacto social y ético que comportan.

En cuanto a la calidad y pertinencia, existe una cultura inherente a las necesidades sociales y productivas con equidad, donde la universidad es un actor clave del desarrollo económico, social y cultural. Por tanto, los sistema nacionales de educación superior (SNES) se fortalecen con políticas de Estado; atienden a las necesidades culturales y sociales y a un nuevo currículo con contenidos que se orientan en función de la demanda; se vincula a los planes de desarrollo de los países; y responde a las áreas productivas estratégicas definidas por el Estado previa concertación con actores de la producción y del conocimiento. En este entorno, existen observatorios de empleo, prospectiva y vigilancia tecnológica; se incrementa la inversión en ciencia, tecnología e innovación; se cuenta con procesos propios de certificación para formar profesionales e investigadores de nivel técnico y superior requeridos por la nueva dinámica laboral y las futuras necesidades nacionales y mundiales. Los incentivos a los docentes superan la motivación para el ascenso en un escalafón: aseguran la excelencia y reconocen la permanencia, el compromiso y la participación en las universidades. La formación pedagógica de los profesores implica, tanto la innovación pedagógica de sus programas, como la formación de los docentes orientada por una nueva visión del profesor, vinculada a una reflexión crítica sobre la práctica educativa, así como al contexto de la universidad y a los problemas e intereses de los profesores y otros actores sociales, que favorezca su desarrollo profesional docente. Las instituciones de educación superior (IES) son además las encargadas de la formación del profesorado de los otros niveles y modalidades de los sistemas educativos y deben responder a los retos que plantea la integración, incluyendo una visión integral y de totalidad de lo humano y de los procesos educativos propiciando una cultura de cambio, cooperación y trabajo en equipo. Los profesionales docentes que se forman en estas instituciones, son los responsables de pensar una


55

institución integrada, una escuela ética, sensible e inteligente,16 desde la complejidad que implica trabajar con otros en procesos de convivencia y comprensión, desde una enseñanza para la integración que articule los planes de estudio, los textos escolares y los temas transversales como “ámbitos donde se ubican los temas que favorecen una cultura de paz y solidaridad; la constatación de la naturaleza diversa de nuestras sociedades y la promoción de la interculturalidad.” 17 La educación se considera un derecho, un servicio y un bien público. Se financia principalmente por el Estado y cofinanciado por los individuos y las empresas. Las políticas públicas de Estado garantizan la equidad en el acceso y la permanencia en los sistemas nacionales de educación superior (SNES). En las dinámicas de la transformación productiva, los países que se proyecten en este escenario de “avance acelerado”, presentarán un patrón de especialización basado en la necesidad de construir una sociedad de aprendizaje y creativa, compleja e integradora de diversos sistemas de aprendizaje para diferentes contextos. Ello implica generar transformaciones en las instituciones, en los docentes y los estudiantes, orientados a favorecer aprendizajes significativos y comprensivos; a integrar las dimensiones valorativa, cognitiva, social y subjetiva en los procesos de enseñanza y de aprendizaje para fortalecer las nuevas áreas productivas y tecnológicas estratégicas, amparadas en políticas de Estado que favorezca el incremento sostenido de la productividad y de la innovación. En este escenario se desarrollan trayectorias tecnológicas sustentadas en procesos de invención y adaptación de alta complejidad en agricultura y alimentos, medio ambiente, medicina, energía, desarrollo de nuevos materiales, robótica, y servicios (software, entre otros), tecnologías sociales, industrias culturales, dirigidas a incentivar la inclusión social y valoración de cada cual como individuo y ciudadano a través de redes de actores sociales y la promoción de sistemas locales de información y ciudadanía; sustentados en estudios de vigilancia y prospectiva industrial y tecnológica. Las políticas públicas de formación y retención del talento humano incluyen captación de mano de obra especializada, creativa, innovadora y emprendedora; desarrollo de una masa crítica con actores públicos, privados y universidades; y estímulo a la invención y adecuación del sistema de propiedad intelectual. En este escenario se planifica a partir de las nuevas áreas tecnológicas y nuevas actividades

productivas, donde la investigación, desarrollo, innovación y sociedad (innovación endógena) se

mide en función del número y novedad de proyectos en los que investigadores de centros de

generación de conocimiento e innovación han participado con los investigadores de los laboratorios

y/o centros de I+D de las empresas; se da importancia a la investigación básica y a la investigación

aplicada y a profesionales e investigadores formados para ello. Se fortalece la relación y articulación

entre el sector empresarial y el sector público decisor y formulador de políticas públicas, lo cual

facilita y promueve la consolidación de los sistemas nacionales de ciencia, tecnología e innovación

(SNCTI); se crean sistemas nacionales de emprendimientos innovadores (SNEI) para el surgimiento

y desarrollo de empresas de base tecnológica, parques científicos y tecnológicos; y se generan

territorios del conocimiento, de la innovación y de la creatividad. La sociedad comprende, apropia y

desarrolla tecnología.

16 POZNER, P. 2007. El Directivo docente: Líder de la gestión educativa. Conferencia Foro Nacional Gestión Educativa, Bogotá, D.C., Colombia. 17 AYALA, M.E. 2007. Enseñanza de integración en los países andinos. Corporación Editora Nacional. Quito, Ecuador. XXXX p.


56

Se posicionan en el mercado mundial productos intensivos en conocimiento de alto valor agregado,

resultado de talento humano altamente calificado y de los espacios de excelencia implementados

por las universidades, centros de investigación y empresas. Surge una gerencia de categoría

mundial con identidad; se difunde la gestión endógena del conocimiento y de la innovación en las

organizaciones; la innovación, la investigación y el emprendimiento se consideran factores

determinantes en la construcción y consolidación de cadenas y aglomeraciones productivas

integradas a la oferta y la demanda; se incrementa el consumo interno; se diversifican e incrementan

las exportaciones y se eleva la calidad de las importaciones. Estos procesos se arraigan en la

cultura y se fundamentan en la equidad, ética, responsabilidad y justicia social.

Lo anterior motiva la existencia de procesos de inversión de gran magnitud y la implementación de estrategias agresivas para aumentar el financiamiento: se promueve el ahorro nacional, la inversión pública y privada, la inversión extranjera directa y la cooperación técnica y financiera internacional; se fortalece la política de atracción de instituciones de educación superior en las áreas estratégicas de la transformación, se incorporan actores sociales en el desarrollo de estas áreas y se crea un fondo para el desarrollo regional, el emprendimiento, la ciencia, la tecnología, la innovación y la cultura. El financiamiento se garantiza por políticas públicas de largo plazo, es permanente y participan el Estado y los territorios; se estimula la creación de fondos conformados por capital público, mixto, de agencias internacionales; existen subvenciones, créditos condonables, créditos parciales y excepciones fiscales. La financiación se otorga con base en estudios prospectivos y de viabilidad estratégica. En consecuencia los países signatarios de la organización del CAB que se desarrollen en este escenario conciben la equidad como un principio y un valor, y se asegura que en cada plan, programa, proyecto y estrategia se prevean mecanismos para garantizarla. Estos países se caracterizan porque combinan equidad con crecimiento y desarrollo sostenible soportados en políticas públicas de inclusión cultural y social, acceso al sistema educativo y oportunidades en el sistema productivo formal; muestran alto bienestar social definido por un índice de equidad propio que incorpora las dimensiones del desarrollo endógeno, del desarrollo humano y del desarrollo sostenible, las necesidades básicas y las referidas a la sociedad del conocimiento. Lo anterior se reflejará a través de un índice GINI de 0.35 aproximadamente en 15 a 20 años, una mayor igualdad de oportunidades, satisfacción plena de necesidades básicas, ingreso per cápita entre los 12.000 y los US$ 20.000 anuales en 2020 - 2025, aumento significativo del empleo formal, disminución radical de la informalidad, articulación de la transformación en un mega sistema nacional de producción, comercio internacional, innovación y educación; todo lo cual presupone una mayor inclusión social fundamentada en la seguridad social, excelencia en la educación y preservación de los equilibrios macroeconómicos. En la figura 13 se sintetiza los contenidos principales de este escenario.


57

ESCENARIO

“avance acelerado”

Equidad con crecimiento

y desarrollo sostenible.

Políticas públicas de

inclusión cultural y social,

acceso al sistema

educativo y

oportunidades en el

sistema productivo formal

Impulso nuevos sectores

y modernización

actividades que favorece

el incremento de la

productividad y de la

innovación.

Procesos de invención

y adaptación de alta

complejidad

Productos intensivos

en conocimiento de

alto valor agregado.

Procesos de inversión

de gran magnitud e

implementación de

estrategias agresivas

para aumentar el

financiamiento

La equidad como un

principio y un valor, y

se garantiza en cada

plan, programa,

proyecto y estrategia

Educación para toda la

vida centrada en el

aprendizaje

permanente y la

educación integral de

los ciudadanos

Los esquemas de

certificación,

acreditación y

evaluación conjunta

logran la mayor

homogeneidad entre

los países del espacio

CAB

Conocimiento de

frontera,

socialmente

compartido,

local, nacional e

internacionalmen

te válido

Actualización

permanente de

profesionales y

de investigadores

Agricultura y

alimentos, medio

ambiente,

medicina, energía,

desarrollo de

nuevos materiales,

robótica, y servicios

(software, entre

otros), tecnologías

sociales, industrias

culturales

Talento

humano

altamente

calificado , y

espacios de

excelencia de

universidades,

centros de

investigación y

empresas

(software,

entre otros),

tecnologías

sociales,

industrias

culturales

Se promueve el

ahorro nacional,

la inversión

pública y privada,

la IED, y

Innovación endógena

de centros de

generación de

conocimiento

asociados a centros de

I+D de las empresas

Cultura inherente a las

necesidades sociales y

productivas con

equidad. La

universidad es un actor

clave del desarrollo

económico, social y

cultural

FIGURA No. 13. Reseña del escenario de “avance acelerado” para los países latinoamericanos del CAB.

¿Qué sustenta el escenario de “avance acelerado”?

La decidida voluntad y compromiso político de nuestros mandatarios y altas autoridades de

construir y dinamizar un espacio común revigorizado de integración en educación, ciencia,

tecnología y cultura, a partir de programas y proyectos conjuntos guiados por los principios de

solidaridad, asociatividad, intersectorialidad, oportunidad, integralidad y responsabilidad social.

El desarrollo de pensamiento crítico en las instituciones de educación superior (IES) para dar

respuestas propias, teóricas y estratégicas, a los retos del desarrollo y la integración regional. Los

mejores talentos de los sistemas nacionales de educación superior (SNES) participan

activamente en la discusión y acuerdo, en torno a un nuevo modelo y a unas “revisitadas”

prácticas de desarrollo e integración regional, junto con decisores públicos y privados y líderes de

las organizaciones de la sociedad civil.

La creación y consolidación del Espacio Iberoamericano CAB de Educación Superior, con una

estructura y una dinámica intersectorial; articulada bajo relaciones de cooperación e integración


58

solidaria con espacios similares en Europa, América, Asia y África. Este espacio promueve

adicionalmente acciones conjuntas tendientes a alcanzar el desarrollo integral de los pueblos de

los países signatarios.

El fortalecimiento de las comunidades académicas transcontinentales a través del desarrollo de

iniciativas conjuntas de construcción de conocimiento: su difusión y apropiación social.

La dinamización y avance sustancial de mecanismos de integración regional que articulan los

sistemas nacionales de educación; de ciencia, tecnología, innovación y emprendimiento. Estos

mecanismos, consagrados en un marco jurídico de derecho internacional y comunitario, se

convierten en ámbitos dinámicos y proactivos de discusión, concertación y trabajo conjunto de

marcos comunes de política, planes estratégicos regionales, redes (territoriales, universitarias, de

investigación, innovación, de servicios tecnológicos, de información, entre otras) y comunidades

académicas.

La adopción de un renovado modelo de educación superior, orientado por los propósitos de

mejora permanente de la pertinencia, calidad, responsabilidad social y articulación con el resto

del sistema educativo, con base en la articulación y aplicación del conocimiento a ámbitos

sociales y productivos, en particular, a la solución de los grandes problemas del desarrollo; la

oferta amplia y diversificada de programas y servicios educativos a través de estrategias

innovadoras presenciales, virtuales y mixtas; la creación de capacidades iguales a todos los

ciudadanos, independiente de las instituciones de educación superior (IES) que lo proporcione; la

formación de ciudadanos con arraigo y compromiso por sus entorno social, cultural y ambiental;

la generación de conocimiento útil y de frontera; el liderazgo en la creación y operación de

centros territoriales de ciencia, tecnología e innovación; la generación de una amplia y

diversificada capacidad investigativa e innovativa que promueva la integración social (la

innovación no se reduce a satisfacer solamente las demandas del mercado y la competitividad);

la dirección participativa y la gestión estratégica.

Aumento significativo en la inversión, nacional y regional, en educación superior, ciencia,

tecnología, innovación, cultura y emprendimiento.

¿Qué efectos tiene un avance acelerado?

Afianzamiento de un proyecto de región co-liderado desde el Espacio iberoamericano CAB a través de la integración de esfuerzos y capacidades. La educación, la ciencia, la tecnología y la cultura se constituyen en fuerzas motrices del desarrollo regional. Se está, entonces, ante un dinámico y fortificado espacio común de conocimiento, promotor de un gran espacio social y económico iberoamericano, de respeto por la diferencia y con una valoración por el pasado común; en el que a partir de mayores capacidades intelectuales se obtiene un mayor poder en los ámbitos de decisión del sistema mundial. La región ingresaría plenamente a la sociedad y a la economía del conocimiento.

La educación superior se convierte en un mecanismo regional para el desarrollo, la integración,

la equidad y la productividad. Las actividades de las instituciones de educación superior (IES) se

articulan con las necesidades sociales y productivas, tomando en cuenta las condiciones,

vocaciones y expectativas de territorios y ciudadanos.

Los sistemas nacionales de educación superior (SNES) presentan excelentes estándares

mundiales de calidad, pertinencia e internacionalización. La libre circulación de profesionales, el


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intercambio permanente de profesores, investigadores y alumnos, así como la doble titulación;

se constituyen en medios de acción generalizados.

Disminución sustancial de la dependencia y la vulnerabilidad científica y tecnológica, además de

su apropiación y “humanización”. La región posee una “fuerza intelectual” y un “capital social”

que ha cimentado importantes capacidades en ciencia, tecnología e innovación (CTI) y la

ampliación de su riqueza cultural. El quehacer científico, tecnológico e innovativo desarrollado

por las instituciones de educación superior (IES) se orienta a las transformaciones sociales y

productivas.

Se cuenta con profesionales, con una formación ética y moral, sustentada en los principios y

valores de la interculturalidad, la solidaridad, la cultura de paz, la cooperación, la unidad

iberoamericana y la justicia social, capaces de dominar intelectualmente los sistemas

productivos en aras de una mayor equidad y competitividad sistémica, con un sólido compromiso

de respeto por el equilibrio ecológico.

Mejoramiento de las condiciones de competitividad sistémica y de las “ventajas cooperativas” o

“colaborativas” de los aparatos productivos.

Sociedades con una alta integración social. Mayor igualdad de oportunidades y satisfacción de

las necesidades básicas. Mejoramiento notable de las condiciones de vida de todos los

ciudadanos, en especial de aquellos que tradicionalmente habían estado en condiciones de

inequidad, pobreza, exclusión y marginalidad.

Alto ingreso per cápita, aumento significativo del empleo y disminución notoria de la

informalidad.

Fortalecimiento de la identidad y la igualdad en la diversidad cultural.

Preguntas fundamentales

¿Qué educación superior para una transformación productiva intensiva en conocimiento? ¿Qué educación superior para una integración social, una igualdad de oportunidades y una

eliminación de las discriminaciones? ¿Qué educación superior para una integración regional solidaria?

¿Qué educación superior para un desarrollo humano, equitativo y sostenible?

¿Cómo debe ser el currículum escolar para las necesidades cambiantes de la transformación

productiva, social y la equidad?

¿Qué prácticas debe adoptar la educación superior para articularse con el resto del sistema

educativo y convertirse así en la fuerza motriz que permita la salida y la superación de la

pobreza, la inequidad y el rezago tecnoproductivo?

¿Qué acciones conjuntas se deberán llevar a cabo entre el Espacio CAB y otros espacios

regionales para llegar a condiciones de igualdad y equidad social?

¿Sobre qué bases y propósitos se tendrá que realizar la movilidad académica y la migración

transcontinental de estudiantes y profesores?

¿Cuáles serán los principales dispositivos regionales de construcción colectiva de conocimiento,

divulgación y apropiación social?

¿Cómo se armonizará la Organización del CAB para lograr un adelanto científico-tecnológico a

velocidades distintas y que esté acorde con una “geometría variable”?


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¿Cuáles serán los principales mecanismos de financiamiento para la aceleración científica y

tecnológica que demanda la transformación productiva, social y la equidad?

¿Cómo escapar a las trampas asociadas a la pobreza y a la equidad mediante la aceleración tecnológica y productiva?

¿Cómo reducir la inequidad en una globalización cuya característica dominante genera mayor inequidad y desequilibrios entre países y al interior de estos?

¿Cómo convertir las potencialidades y características singulares de nuestra identidad cultural en factor de desarrollo?

¿Cómo los tres ámbitos misionales de la Organización del CAB: cultura, educación, ciencia y tecnología pueden converger y ser el núcleo gravitante del desarrollo y de la integración de los países de la región?

Actores y relacionamientos estratégicos

Cumbres presidenciales; reuniones de ministros de educación de los países de la Organización del Convenio Andrés Bello (REMECAB); altas autoridades regionales de ciencia, tecnología e innovación; altas autoridades de educación superior de los países del CAB, y altas autoridades de la cultura.

Organización del Convenio Andrés Bello (CAB); organismos intergubernamentales; comisiones

(o reuniones) regionales y subregionales de ciencia, tecnología e innovación; institutos y centros

de y para la integración; y redes interuniversitarias.

Sistemas nacionales de educación superior (SNES); sistemas nacionales de ciencia y tecnología

(SNCT); sistemas nacionales de innovación (SNI); aglomeraciones y complejos productivos;

organizaciones de la sociedad civil; y comunidad en general.

CAPÍTULO 6

BASES DEL PLAN PROSPECTIVO ESTRATÉGICO (PPE) EN EDUCACIÓN SUPERIOR, CIENCIA Y TECNOLOGÍA Y CULTURA PARA LA TRANSFORMACIÓN

La posibilidad para que los países latinoamericanos de la órbita iberoamericana del CAB adelanten su transformación en el marco de un escenario de “avance acelerado”, por supuesto que parte de la existencia de una voluntad política. Dada esta voluntad, el escenario se va haciendo realidad con la adopción de políticas públicas, estrategias, líneas de acción, programas y proyectos. Bajo una óptica metodológica y de construcción de conocimiento, hablar de las condiciones que deberá reunir en un futuro próximo, la educación superior, pero también la ciencia, la tecnología y la cultura para contribuir a la transformación de nuestros países, es hablar en propiedad de un marco de acciones públicas y de estrategias institucionales que deben formularse en el contexto de unas necesidades de transformación económico-productivas y sociales, pero que también deben formularse con referencia al papel de la transfronterización de la educación superior; sobre todo


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entre los países del CAB, dinámica a partir de la cual circulan, bajo la forma de conocimiento global, contribuciones y avances asociables al logro de la transformación (URIBE, 2007). De esta manera, se presentan a continuación los lineamientos básicos de las políticas públicas, y la estructura del plan operativo y estratégico para los años inmediatos. Queda la tarea inmediata de pensar y de planificar la puesta en marcha de este plan lo cual se hará desde finales de 2008.

Lineamientos de la educación superior para la transformación productiva y social con equidad

Se proponen los siguientes lineamientos básicos para el desarrollo de políticas públicas de educación superior para la transformación productiva y social con equidad:

Comunitario

La necesidad de construir una comunidad de naciones (espacio común de integración en educación, cultura, ciencia, tecnología e innovación), y un ámbito de aprendizaje superior (espacio CAB de educación superior), en los que la educación se considera un derecho, un servicio y un bien público que se financia principalmente por los Estados y cofinanciado por los individuos y las empresas.

Integrador La educación superior como lugar privilegiado que favorece la construcción colectiva de valores y capacidades para una cultura integracionista, desde la oportunidad del encuentro en las aulas universitarias con personas social y culturalmente con formas de pensar, sentir y actuar diferentes que se reconocen en un propósito de profesionalizarse en los saberes.

Ético La educación superior como un acontecimiento ético y de corresponsabilidad social donde los profesores, los estudiantes y demás actores están al servicio del desarrollo integral (equitativo, democrático y sostenible) de las comunidades.

Equitativo La equidad como un principio rector del proceso de transformación productiva y social, para abatir los problemas de desigualdad social, donde participen protagónicamente las mujeres, los niños y las niñas, los jóvenes y los grupos poblacionales excluidas.

Cognitivo Fortalecimiento de las capacidades investigativas y de actuación de la educación superior para superar las realidades de marginación, rezago y pobreza de la región, así como también para desarrollar nuevos temas y nuevos paradigmas de la sociedad del conocimiento en construcción.

Sistémico La educación superior como un proceso articulado con la educación básica, media y otros niveles y modalidades de los sistemas educativos de los países de la región que favorezca la apropiación de conocimientos útiles para la vida, la construcción de valores y capacidades para una cultura integracionista y de cooperación solidaria de las comunidades y de las naciones. Esto implica una fuerte relación con otros campos del desarrollo para disponer de un marco integrado que contribuya a la construcción de un modo propio de desarrollo, articulando lo productivo con la educación y la ciencia y la tecnología bajo el paraguas de la cultura y su relación con el desarrollo.

Formativo y prospectivo La formación y capacitación de directivos y profesores de la educación superior en las competencias pedagógicas necesarias para lograr la formación integral de los profesionales de


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nuestros países en el contexto de la sociedad del conocimiento y para visualizar desde nuestra propia perspectiva la sociedad del futuro.

Marco común de políticas públicas de la educación superior y otras para la transformación productiva y social con equidad

El conjunto integrado de políticas para los países del Espacio Común CAB, debe apuntar a:

Propiciar la equidad como eje fundamental e imprescindible de los procesos de transformación productiva y social para abatir los problemas que acarrean desigualdades extremas.

Ampliar las posibilidades de acceso y permanencia a la educación superior, principalmente de aquellos ciudadanos y ciudadanas en condiciones de exclusión.

Asegurar calidad mundial de los sistemas nacionales de educación superior (SNES). Asegurar sistemas nacionales de educación superior (SNES) pertinentes y orientados a la

generación de capacidades regionales y nacionales para incorporarse a la sociedad del conocimiento, y para el cambio de los patrones de especialización productiva.

Crear, fortalecer o reestructurar mecanismos de organización de la educación superior que faciliten la integración y la colaboración regional para el impulso de las áreas estratégicas de desarrollo.

Consolidar y propiciar el desarrollo institucional de las universidades y centros de investigación y desarrollo para la transformación.

Incorporar el nuevo paradigma integral para la educación superior como base fundamental de los procesos de transformación productiva, social e individual.

Fomentar la inversión directa de capitales nacionales y extranjeros, públicos y privados, en el mejoramiento de los sistemas nacionales de educación superior (SNES), y de los sistemas ciencia, tecnología e innovación (SNCTI).

Orientar procesos de innovación, desarrollo y adaptación de tecnologías convergentes (nano-bio-info-cogno), tecnologías sociales y tecnologías limpias en función de la transformación del patrón de especialización productiva.

Orientar la transformación del sistema productivo de los países, a través del desarrollo y producción de bienes y servicios de mediano y alto contenido tecnológico.

Implementar políticas que impulsen el desarrollo de industrias culturales y creativas y el papel de la educación y de la ciencia, la tecnología y la innovación en estas industrias.

Dados los lineamientos y el marco de hacia donde deben apuntar políticas para la transformación, para la aplicación del escenario de “avance acelerado” es fundamental fomentar políticas públicas, que conformen el Plan Prospectivo y Estratégico. A continuación los primeros avances derivados de un ejercicio preliminar realizado en la ciudad de Cali a finales de 2007. Cabe aclarar que el texto o memoria de ese evento en lo concerniente a las primeras aproximaciones del Plan, ha sido editado para este documento por el editor del libro que fue investigador del tema de transformación productiva en el estudio. La memoria detallada del taller donde se empezó a delinear el PPE hace parte del CD anexo.


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Estructura preliminar para el diseño del plan prospectivo estratégico (PPE)

Ya se dijo que la prospectiva cuando se aplica teniendo como actores principales las administraciones públicas, debe derivar en el diseño e implementación de políticas públicas, programas y proyectos. Si bien cada país tiene la discrecionalidad de adelantar su desarrollo según lo decida, no es excluyente esta discrecionalidad con la perspectiva de adoptar iniciativas provenientes de otras fuentes, y tampoco lo excluye de participar en procesos comunes con otros estados para que las sendas de transformación no sean solo nacionales sino también multi y transnacionales. Es así como, en este estudio prospectivo, en la etapa concluida a finales de 2007, se avanzó, con carácter preliminar o exploratorio a proponer unas políticas públicas con estrategias y líneas de acción para convertirlas en un esfuerzo común mediante el cual se impulsen programas y proyectos conjuntos. Pero también los lineamientos de políticas públicas con sus acciones, pueden ser adoptados al interior de cada país como elementos de sus políticas de desarrollo. Lo deseable sería que al terminar el diseño consensuado del PPE, siguiente etapa de este proyecto de futuro, se llegue a una visión integral de política en los temas del CAB: Educación superior (acceso, pertinencia, calidad, desarrollo de la creatividad e impulso de una cultura por la investigación); ciencia, tecnología e innovación (investigación + desarrollo + innovación y nuevas empresas innovadoras en áreas estratégicas del escenario apuesta), y cultura (industrias culturales y creativas, y líneas de investigación en torno a la relación cultura y desarrollo en la sociedad del conocimiento). Es igualmente deseable que sea en el contexto de esa visión integral de política que se deriven programas y proyectos estratégicos.

Políticas públicas, estrategias, líneas de acción y propuestas de programas y proyectos para su concertación

El siguiente abanico de iniciativas solo debe considerarse como una aproximación que sirva de sustento, a partir de finales de 2008, al diseño e implementación de la nueva fase de este estudio de futuro. Además, están concentradas en los temas de acción del CAB. En algunas iniciativas será importante la participación de España porque tendrían elementos de interés a su proceso de desarrollo, por los mayores avances que registra respecto a los demás países iberoamericanos del ámbito CAB, y por el hecho adicional de servir de puente con las políticas del espacio europeo.

En torno a educación superior equidad, calidad y pertinencia

Política pública 1 Ampliar las posibilidades de acceso y permanencia en la educación superior, principalmente de aquellos ciudadanos y ciudadanas afectados por la inequidad y la exclusión. Estrategia Generar instrumentos financieros que garanticen el acceso a la educación superior de los sectores más desprotegidos de la sociedad. Línea de acción


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Identificación de líneas de inversión pública y privada para mantener y crear sistemas de apoyo financiero a estudiantes de bajos ingresos. Propuesta de programa y proyecto

Programa: Acceso a la educación superior.

Proyecto: Creación de un sistema equitativo de acceso y permanencia en la educación superior.

Política pública 2 Asegurar la calidad internacional de los sistemas nacionales de educación superior. Estrategia 1 Fomentar en actores y decisores de los sistemas nacionales una cultura por la calidad. Líneas de acción

Contenidos de una educación superior de calidad en la sociedad del conocimiento.

Construcción de un sistema de autoevaluación y evaluación permanente de la calidad.

Formación y capacitación de profesores y directivos en las competencias pedagógicas para lograr la formación integral de profesionales.

Estrategia 2 Propiciar la integración y la cooperación entre sistemas nacionales de acreditación. Líneas de acción

Identificación de experiencias exitosas de acreditación y certificación.

Unificación de criterios de acreditación y certificación en los diferentes sistemas.

Difusión, apropiación y transferencia de criterios de acreditación y certificación. Propuesta de programa y proyectos

Programa: Educación superior de calidad para la transformación.

Proyecto: Cambios innovadores en la calidad de los sistemas de educación superior orientados a las áreas estratégicas de la producción y el desarrollo científico y tecnológico.

Proyecto: Formación de formadores de la educación superior en competencias pedagógicas.

Política pública 3 Asegurar un sistema de educación superior orientado a la generación de capacidades para la sociedad del conocimiento y cambios en el patrón de especialización productiva. Estrategia 1 Desarrollar capacidades humanas de excelencia para la apropiación y generación de nuevos conocimientos en áreas estratégicas. Líneas de acción

Actualización y creación de nuevas carreras para responder a las necesidades de la transformación productiva en articulación con el sector productivo.

Difusión y aplicación de nuevas tecnologías en el proceso educativo. Estrategia 2 Promover mecanismos de actualización permanente de docentes y egresados (educación continua) para la sostenibilidad de la transformación.


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Líneas de acción

Fomento a la asociatividad entre instituciones de educación superior para la formación presencial o virtual de los actores de los procesos de transformación.

Articulación del proceso de educación continua con necesidades del sector productivo. Estrategia 3 Orientar la educación superior a un currículo flexible orientado al liderazgo para la transformación. Líneas de acción

Apoyo a programas de formación de líderes para asumir los retos de la transformación.

Incorporar el tema de liderazgo para la transformación en los programas de pre y posgrado.

Estrategia 4 Generar una masa crítica de investigadores, infraestructura adecuada y financiamiento necesario para la investigación en las áreas estratégicas. Líneas de acción

Definición de líneas de investigaciones estratégicas.

Consecución de condiciones suficientes para la conformación de grupos y redes académicas de investigación, vinculados a las necesidades del sector productivo.

Propuesta de programa y proyecto

Programa: Pertinencia y capacidades de la educación superior y de la investigación universitaria para la transformación productiva.

Proyecto: Cambios innovadores los contenidos de los sistemas de educación superior orientados a las áreas estratégicas.

Proyecto: Condiciones suficientes para la investigación universitaria dirigida a la transformación.

Política pública 4 Crear, fortalecer o reestructurar mecanismos de organización de la educación superior que faciliten la integración y la colaboración para impulsar las áreas estratégicas. Estrategia 1 Promover mecanismos que generen cambio organizacional.

Líneas de acción

Identificación y aprendizaje de experiencias exitosas e innovadoras mundiales en materia de educación superior.

Promoción del intercambio y movilidad docente y estudiantil en las instituciones de la región y de otros países.

Facilitar el acceso a bases de datos y publicaciones internacionales. Propuesta de programa y proyecto

Programa: Nuevos modelos y estructuras de gobierno y formas de organización de la educación superior para el impulso de áreas estratégicas.

Proyecto: Innovación y gestión del conocimiento de la educación superior para el desarrollo de las áreas estratégicas.


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Política pública 5 Incorporar el nuevo paradigma integral para la educación superior como base fundamental de los procesos de transformación productiva, social e individual. Estrategia Adoptar el paradigma integral-holísta con base en las conclusiones y recomendaciones de la UNESCO.

Líneas de acción

Difusión, promoción y puesta en práctica de la Carta de la Tierra y el Protocolo del Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible.

Difusión y análisis del paradigma de la UNESCO sobre educación en los países.

En torno a ciencia, tecnología e innovación

Política pública 6 Consolidar y propiciar el desarrollo institucional de la ciencia y la tecnología y de centros de investigación y desarrollo (I+D) Estrategia 1 Fortalecer las organizaciones públicas y privadas, nacionales y territoriales, de Ciencia, Tecnología e Innovación. Líneas de acción Implementación de alianzas estratégicas entre las organizaciones. Estrategia 2 Acordar marcos comunes y principios generales de política en I+D+i.

Línea de acción Desarrollar acciones específicas de cooperación e integración regional. Estrategia 3 Difundir una cultura por la investigación y el desarrollo en la sociedad y en las organizaciones.

Línea de acción Divulgación y sensibilización de la importancia de la ciencia y la tecnología en el desarrollo.

Propuesta de programa y proyectos Programa: Desarrollo institucional de la C y T para la transformación. Proyecto: Red sobre políticas y desarrollo institucional en ciencia y tecnología en los países de la región. Proyecto: Redes territoriales de tecnología.

Política pública 7 Orientar procesos de innovación, desarrollo y adaptación de tecnologías convergentes (nano-bio-info-cogno), tecnologías sociales y tecnologías limpias en función de la transformación del patrón de especialización productiva.


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Estrategia 1 Promover el desarrollo de capacidades endógenas.

Líneas de acción

Formación de recursos humanos.

Desarrollo de las infraestructuras de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) y plataformas empresariales innovadoras en ciudades – región innovadoras.

Fomento de redes nacionales de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I).

Formulación de criterios y estándares de calidad y pertinencia para la asignación de recursos. Estrategia 2 Diseñar y desarrollar modelos de cooperación investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) con grupos de frontera.

Línea de acción Fomento de redes internacionales de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I). Propuesta de programa y proyectos

Programa: Desarrollo de capacidades endógenas para la transformación del patrón de especialización productiva.

Proyecto: energías renovables en los países de la región. Un tema específico para un proyecto piloto concreto.

Política pública 8 Fomentar la inversión directa de capitales nacionales y extranjeros, públicos y privados en el desarrollo de los sistemas de ciencia, tecnología e innovación (SNCTI). Estrategia 1 Fortalecer el financiamiento de la educación superior y de la ciencia, tecnología e innovación, mediante una mayor participación en los presupuestos de los países de la región superior al 3 % del PIB: 2% en educación superior y mínimo 1% en ciencia y tecnología, estimulando al sector privado a invertir en el sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación. Línea de acción Generar incentivos para que el sector privado adelante proyectos de I+D+i.

Propuesta de programa y proyecto

Programa: Incremento de las inversiones en educación superior y en ciencia tecnología e innovación.

Proyecto: Sistema y mecanismos de incentivos fiscales y parafiscales para el impulso de la inversión en ciencia, tecnología e innovación orientadas a las áreas estratégicas de desarrollo.

Política pública 9 Políticas Universidad – Empresa – Estado para apoyar la transformación productiva a través del desarrollo y producción de bienes y servicios de alto y medio alto contenido tecnológico. Estrategia 1 Fomentar nuevas actividades–sectores de alto valor agregado, promover la agregación de valor en actividades estratégicas existentes a través de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I), y propiciar el desarrollo de redes y territorios del conocimiento y de la innovación.


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Líneas de acción

Programas Universidad – Empresa - Estado para el emprendimiento innovador: redes de investigadores y empresarios, agencias de transferencia de tecnología, semilleros de ideas, incubadoras de empresas innovadoras, parques científicos y tecnológicos, entre otros.

Identificar temas y campos prioritarios de desarrollo mediante vigilancia tecnológica y competitiva.

Apoyar el desarrollo de ciudades del conocimiento y de la creatividad.

Propuesta de programa y proyectos

Programa: Investigación y Desarrollo de bienes y servicios de alto y mediano contenido tecnológico.

Proyecto: Universidad – Empresa – Estado para el desarrollo de bienes y servicios de medio alto y alto contenido tecnológico.

Proyecto: Evaluación de capacidades de alto contenido tecnológico (“altec”).

Proyecto: Ciudades del conocimiento y de la creatividad CAB.

Proyecto: Premio CAB a la innovación en educación superior, ciencia y tecnología para el desarrollo sostenible.

Proyecto: Observatorio CAB de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva.

En torno a cultura

Política pública 10 Impulsar el desarrollo de industrias creativas y culturales. Estrategia Identificar las industrias culturales y las industrias creativas más promisorias. Línea de acción Proyecto estratégico en industrias culturales y creativas. Propuesta de programa y proyectos

Programa: desarrollo de las industrias culturales y creativas.

Proyecto: el peso de las industrias culturales y creativas en nuestras sociedades y en nuestras ciudades.

Proyecto: investigación y ensayos en torno a la relación cultura y la idea de un modo propio de desarrollo.

Otras políticas para el desarrollo

Se mencionan algunas políticas que si bien no son del campo de competencia directa e inmediata del CAB, si son importantes para la transformación y la idea de un modo propio de desarrollo: transformación productiva, infraestructura y comunicaciones, y desarrollo sostenible con componentes específicos algunos de los cuales ya se vienen adelantando. Sin embargo, las políticas en los temas de competencia del CAB están relacionadas sobre todo con políticas para la transformación y el desarrollo sostenible. Política de transformación productiva que impulse las actividades estratégicas del escenario de

“avance acelerado”. Política de infraestructura y de comunicaciones. En marcha a través del IIRSA.


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Política de desarrollo sostenible: integración energética (énfasis en fuentes renovables), medio ambiente (preservación y aprovechamiento de la biodiversidad y comprensiva del calentamiento global) y ciudades-región sustentables y del conocimiento (una nueva idea de ciudades - región y de áreas tecnopolitanas).

CAPITULO 7

EL FUTURO: REFLEXIONES HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDEA QUE UN MODO PROPIO DE DESARROLLO EN TORNO A LA EDUCACIÓN SUPERIOR, LA CIENCIA, LA TECNOLOGÍA Y LA CULTURA

Los resultados del este estudio en su primera etapa, y las acciones aplicadas que se adelantarán en la segunda, son un importante aporte a los procesos de cambio de nuestros países. Sin embargo, el desarrollo de temas tan específicos como educación superior y transformación productiva y social, son elementos importantes de cualquier iniciativa de una transformación más global. Es por ello que en este documento ejecutivo, se ha empezado a resaltar la importancia de avanzar a la construcción de la idea de un modo propio de desarrollo, tema de interés sustantivo de la Secretaría Ejecutiva del CAB. Las siguientes reflexiones, son un primer puente entre este trabajo y la construcción de una nueva idea de futuro para nuestros países.

La globalización, en la medida en que se va extendiendo llevada de la mano por la revolución de las nuevas tecnologías, tiene una serie de efectos que se multiplican a mayor velocidad a la vez que se afectan entre sí. Esta lectura se debe hacer desde dos perspectivas: las implicaciones por el afianzamiento de la sociedad del conocimiento en construcción y su relación con una idea propia de desarrollo; y la globalización transnacional de una economía de mercado, sus efectos en la construcción de la idea de un modo propio de desarrollo, y la formación o deformación de los contenidos fundamentales de la sociedad del conocimiento. Estas dos perspectivas para mirar la globalización deben estar atravesadas por la equidad, porque esta tiene condiciones adicionales a las ya conocidas y por tanto requiere un abordaje más fresco y creativo.

La idea de un nuevo modo de desarrollo es una innovación de este estudio. Jamás, en la

historia de los países de la región, las dimensiones fundamentales de la razón del CAB: cultura, ciencia y tecnología y educación, han sido considerados de manera integral como los elementos centrales de los modelos de desarrollo pensados para sus países. Siempre han sido consideradas de manera aislada, y en algunos casos hasta desconocidas. A los tres pilares se suma un cuarto pilar: la necesidad de incorporar la dimensión de un desarrollo sostenible, que por supuesto está interrelacionado con los otros tres. La idea de un modo propio de desarrollo es una sugerencia para ser abordada por cada país y debe ser pensada en el contexto de la integración del espacio común iberoamericano del CAB.

Los temas de las reflexiones anteriores deben ser motivo de una línea de investigación que

hace años la Secretaría Ejecutiva de la Organización del Convenio Andrés Bello (SECAB) impulsó pero que ahora debe complementarse desde un horizonte más amplio y con un


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sentido más futurista: no solo leer el presente a la luz de los cambios, sino mirar el futuro a la luz de los cambios en el presente y de los cambios que están por llegar. Estos análisis de futuro, serían marcos necesarios para la ocurrencia del escenario apuesta desde la propia perspectiva - que en la nueva etapa del estudio podría denominarse “avance en torno a una nueva idea de desarrollo”-, dependerá en buena parte de la decidida voluntad y compromiso político de los cuadros directivos y altas autoridades en dinamizar un espacio común de integración en educación, ciencia, tecnología y cultura, que con base en acciones conjuntas fortalezcan los lazos de solidaridad, asociatividad, intersectorialidad, oportunidad, integralidad y responsabilidad social.

Lo anterior supondrá que se materialice un proyecto de región co-liderado desde el Espacio

Iberoamericano CAB a través de la suma e integración de esfuerzos, capacidades e identidades. Es así como la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura se convertirán en las fuerzas motrices del desarrollo regional, lo que en últimas, supondrá que los países ingresen plenamente a la sociedad y a la economía del conocimiento.

La equidad es hoy por hoy un concepto dominante en la retórica del desarrollo, sin embargo,

sigue siendo una tarea no resuelta por nuestros gobiernos y por la acción pública y privada. Por tanto en los próximos años seguirá siendo uno de los grandes objetivos estratégicos a cumplir por nuestros países. El gran reto de las acciones nacionales y panregionales estará entonces pasar de la reflexión política a la acción social.

La práctica del desarrollo en los años venideros transitará ineludiblemente hacia un apuesta

transformadora de la producción basada en la información, el conocimiento, la creatividad, la ciencia, la tecnología, la innovación y el emprendimiento en nuevas actividades productivas y el fortalecimiento de las más estratégicas en las canastas exportadoras, por ende la concreción de la “equidad” dependerá en buena parte del otorgamiento público y privado de mayores posibilidades de construcción de capacidades educativas, científicas, tecnológicas y culturales que permita la incorporación a la formalidad y las nuevas oportunidades a personas situadas en condiciones de exclusión e inequidad.

Uno de los grandes retos que enfrenta la estructura y dinámica de la integración regional

latina, caribeña e iberoamericana es el de generar un modelo propio, acorde a sus condiciones, posibilidades y expectativas. Es así como este proceso debería priorizar la consecución inicial de la inclusión social, económica y cultural de sus ciudadanos y territorios, y a la vez hacer avances estratégicos, graduales y sostenidos en educación, conocimiento y desarrollo productivo, para orientarse a una auténtica inclusión y cohesión social, política, cultural y económica de los países. Estos países tienen que hacer al mismo tiempo esfuerzos para la cohesión económica y la cohesión institucional.

Los desafíos futuros de la educación superior están mediados por una visión prospectiva y

una acción estratégica, donde deberá lograr con el resto de sistemas sociales, económicos y políticos sólidos lazos y tejidos en el logro de una nueva idea de desarrollo.

Sin lugar a dudas, la educación sigue siendo la gran estrategia para el desarrollo y la

integración regional, pero no una educación distante de sus entornos sociales, productivos y políticos; sino una educación cercana, pertinente, flexible, creativa y anticipatoria, en últimas,


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emancipadora. Una educación con una concepción y una práctica sistémica, donde se interrelacionan, la educación básica, la educación secundaria y la educación superior, en una suerte de continuo educativo articulado con las necesidades y expectativas de sus entornos, en aras de pensar y construir sociedades justas, equitativas, productivas, inteligentes e incluyentes.

La educación más allá de ser uno de los motores de la transformación es el principal

acontecimiento ético, dado que desde ella se deberán “inventar” nuevos sujetos, organizaciones y territorios guiados por la asociatividad, la colaboración mutua y la solidaridad.

Asumir el futuro como un espacio de permanente construcción social demanda que todos los

actores sociales y políticos vinculados a la relación educación superior- ciencia y tecnología - transformación productiva y social estén constantemente formulándose y resolviendo interrogantes claves como:

¿Qué educación superior para una transformación productiva intensiva en conocimiento?

¿Qué educación superior para una integración social, una igualdad de oportunidades y una eliminación de las discriminaciones?

¿Qué educación superior para una integración regional solidaria?

¿Qué educación superior para un desarrollo humano, equitativo y sostenible?

¿Cómo debe ser el currículum escolar para las necesidades cambiantes de la transformación productiva, social y la equidad?

¿Qué ciencia y tecnología para la transformación productiva y social?

¿Qué ciencia y tecnología para la integración de los países y de sus sistemas productivos?

¿Qué voluntad política existe para transformar los patrones de especialización de las economías?

¿Cuál es nuestra perspectiva sobre la relación entre cultura y desarrollo?

La consecución de un proceso transformador, productivo y social respaldado en los sistemas nacionales de educación superior (SNES) demanda la formulación, adopción y evaluación de políticas públicas comunes con criterios que logren encontrar el justo medio entre el “idealismo” y el “pragmatismo”. Se busca una acción pública en educación superior contemporánea, renovada y pertinente que posibilite a los individuos la posibilidad de conocer, de hacer y de ser, para que de esta forma se conviertan en artífices de sociedades, territorios y organizaciones incluyentes e integradas.

Pensar y actuar sobre el desafío de la relación “educación superior-integración-desarrollo”

implica diseñar y modelar propuestas alternativas de desarrollo con lógicas distintas a las dominantes y, en específico, a las económicas. Supone, entonces, priorizar en la acción política mancomunada otras dimensiones de la integración y el desarrollo como la educativa, la científica, la tecnológica y la cultural, articuladas con las dimensiones tradicionales de la integración, como la política y la comercial. Podríamos decir, un poco en la línea del maestro Simón Rodríguez: ¡o nos inventamos a nosotros mismos o desaparecemos como región!


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El desarrollo científico, tecnológico e innovativo como gran estrategia transformadora de los

países de la región implica la agregación continua e incremental de valor, en la perspectiva de estructurar y dinamizar nuevas empresas de base tecnológica, a través, entre otros, de mecanismos como las incubadoras de empresas innovadoras, parques tecnológicos, programas universidad – empresa para el emprendimiento y el avance endógeno de la ciencia, la educación y la tecnología para hacer relalidad la idea de un modo proio de desarrollo, donde confluyen esfuerzos y capacidades del Estado, de las universidades con sus centros de investigación y el empresariado . Sin embargo, no bastará sólo con crear una gran fuerza productiva basada en el conocimiento, sino que aparejada con ésta se deberá propiciar la creación y sostenimiento de una gran inteligencia colectiva, producto de una agresiva estrategia de apropiación social de la ciencia y la tecnología.

Uno de los grandes retos que enfrentarán los países de la región en los próximos años es el

de propiciar y sostener un relacionamiento estratégico entre los distintos actores de los sistemas nacionales de educación superior (SNES) y los sistemas nacionales de ciencia, tecnología e innovación (SNCTI), con los sistemas productivos y sociales, en el propósito de contribuir significativamente a la transformación.

La articulación entre educación superior e investigación se ha convertido no en una

oportunidad sino en una necesidad inaplazable, dado que en los nuevos trabajos y actividades de conocimiento las fronteras entre el hacer y el aprender prácticamente han desaparecido. Son dos ejercicios simultáneos y complementarios. No puede darse exitosamente uno sin el otro. Por ello el advenimiento de la sociedad y la economía del conocimiento en los territorios de los países signatarios del CAB estará marcado por el aprendizaje permanente.

Un avance complementario al anterior y que articula educación con ciencia y tecnología

aplicadas al desarrollo tecnoproductivo, son los programas U-E-E, para los cuales hay que hacer severas reflexiones pues estos programas se sustentan en educación e investigación de calidad pero también en una visión adicional sobre el papel de la universidad en el desarrollo de la sociedad.

Impulsar las ciudades – región del conocimiento, como los nuevos desafíos de desarrollo

urbano, ámbitos sustentados en la cultura, la ciencia y la tecnología y la educación.


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