educaciÓn ambiental: una propuesta de configuraciÓn...

2º Simposio Internacional de Postgrados en temas y problemas de investigación en educación. Retos y desafíos de la educación en la época de la inclusión y la interculturalidad.

Universidad Santo Tomás – Vicerrectoría de Universidad Abierta y a Distancia – Facultad de Educación.

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EDUCACIÓN AMBIENTAL: UNA PROPUESTA DE CONFIGURACIÓN

CURRICULAR PARA LA FORMACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA ACTIVA DESDE LA ESCUELA1

Gerson A. Maturana Moreno2

“(…) la ciudadanía es dinámica, contextualizada social, espacial y cronológicamente y se entiende que el ciudadano se define por su papel activo en la sociedad, por su capacidad de participar de sus transformaciones y de incidir en el destino colectivo” SED, 2014:13.

Introducción

Uno de los más acuciantes retos que enfrenta la humanidad en la actualidad, consiste en la atención a los problemas ambientales. La

imperante necesidad de abordaje de esta dimensión, ha generado todo un campo de estudio-estrategia, que en las últimas décadas ha cobrado

significativa importancia a nivel global; sus preocupaciones por la reducción de las numerosas y graves perturbaciones al entorno, junto con su proyección hacia el logro de un mundo sostenible; asociada al

mejoramiento de la calidad de vida, son algunos de principales propósitos y pilares dinamizadores de las acciones en curso. Estas acciones se constituyen, en elementos esenciales en la formación y

construcción de una nueva ciudadanía, una ciudadanía que toma en consideración la integración de la dimensión ambiental desde la

escuela. Como exigencia y encargo social delegado a la escuela, una de las

estrategias para atender a los problemas del entorno y apostarle, desde el contexto escolar, al desarrollo y fortalecimiento de una anhelada cultura ambiental, concomitante con la formación de niños, niñas, y

jóvenes futuros ciudadanos, que hoy se forman en las instituciones educativas colombianas con empeños de calidad y con miras al ejercicio

pleno de una futura ciudadanía activa y responsable con respecto a el ambiente, lo constituye la Educación Ambiental (E.A. en adelante).

En efecto, tanto la E.A. como la formación de futuros ciudadanos, para el pleno ejercicio de deberes y obligaciones, líneas tradicionalmente

desarticulados, son hoy día, ejes curriculares ineluctables en los distintos centros educativos del país; bajo una concepción de

1 Mesa de Trabajo: Currículo y Evaluación. 2 Estudiante del Doctorado en Educación Universidad Santo Tomás.



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unificación y complemento curricular de estos dos ejes, cabe plantearse como interrogantes de partida:

¿Cómo se puede articular la E.A. y la formación para el ejercicio de la ciudadanía en el currículo escolar?

De cara a las nuevas orientaciones y demandas locales, nacionales y globales acerca del cuidado y protección del medio ambiente ¿Cómo contribuir desde el entorno escolar con la formación y construcción de una ciudadanía ambiental?

¿Qué estrategias implementar para la formación de nuevos ciudadanos globales, corresponsables con la atención a las problemáticas de su entorno y el fortalecimiento de una anhelada cultura ambiental?

Estas inquietudes de apertura reflexiva, corresponden a las

preocupaciones, evoluciones profesionales y responsabilidades éticas suscitadas en el ejercicio docente; a la vez dinamizan el enfoque nuclear, derrotero de emprendimiento de una propuesta de innovación

curricular en el entorno escolar, con miras a la construcción de una ciudadanía activa, desde la práctica didáctico-pedagógico de la E.A., la

disertación en este orientación de integración académica, se constituye en el propósito de esta ponencia académica.

Aclaración conceptual

Educación para la ciudadanía

El uso del término Ciudadanía, hoy nos retrotrae a la cultura griega,

derivado del término Polis o Ciudad-Estado, como unidad política de gran importancia y como rasgos característico de esta civilización.

La ciudad para los griegos no es únicamente el centro político,

económico, religioso y cultural, sino un ideal de vida, la forma más perfecta de sociedad civil. En ella se integran de forma armónica los intereses del individuo con el Estado, gracias a la

ley, y con la comunidad, mediante la participación del ciudadano en los asuntos públicos. En definitiva, la ciudad es un elemento

distintivo del hombre civilizado. (…). Para los griegos la polis no se identifica con un territorio sino con el conjunto de sus ciudadanos, por eso, aunque se hubiese perdido el territorio en

alguna contienda, si el cuerpo cívico había sobrevivido y podía rehacer sus tradiciones en otro lugar, consideraban que la polis

estaba a salvo. (MEN, Gobierno de España, 2014).

Hoy día, el termino ciudadanía evoca la pertenencia de un individuo a

un colectivo, una sociedad en la cual participa como titular de derechos y obligaciones. Según el Diccionario de la lengua española, DRAE un



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“Ciudadano es la persona natural o vecino de una ciudad. Habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos

políticos que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país” (DRAE, 2014, Edición 22.ª).

Educación ambiental

La inquietud por formalizar el concepto de E.A es relativamente reciente; el término comienza a ser utilizado a finales de la década de

los años 60 y principios de los años 70, dinámica generada por la reflexión sobre el grave deterioro del medio ambiente en el mundo. Es así como, solo hasta 1970, la Unión Internacional para la Conservación

de la Naturaleza, logró afianzar una definición: “la E.A. es un proceso que consiste en reconocer valores y clasificar conceptos con objeto de aumentar las actitudes necesarias para comprender y apreciar las

interrelaciones entre el ser humano, su cultura y su medio físico. Entraña también la práctica en la toma de decisiones respecto a las

cuestiones relacionadas con el medio ambiente”. Por su parte, María Novo (1996), reconocida investigadora en este

campo, define la E.A. como un proceso que consiste en acercar a las personas a una concepción global del medio ambiente (como sistema de

relaciones múltiples) para adquirir conocimiento, elucidar valores y desarrollar actitudes que les permitan adoptar una posición crítica y participativa respecto a las cuestiones relacionadas con la conservación

y correcta utilización de los recursos y la calidad de vida.

A su vez, en Colombia el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible,

M.A.D.S. (2012) establece que

La E.A. debe ser entendida, como un proceso dinámico y participativo, orientado a la formación de personas críticas y reflexivas, con capacidades para comprender las problemáticas

ambientales de sus contextos (locales, regionales y nacionales). Al igual que para participar activamente en la construcción de apuestas integrales (técnicas, políticas, pedagógicas y otras), que

apunten a la transformación de su realidad, en función del propósito de construcción de sociedades ambientalmente

sustentables y socialmente justas. (M.A.D.S., 2012).

Educación ambiental y ciudadanía: ejercicio de articulación

A partir de las reflexiones en relación al tema de contaminación ambiental propuestas inicialmente en 1962 por la bióloga marina y

zoóloga estadounidense Rachel Louise Carson, en su famosa obra “Primavera silenciosa”, se emprenden a nivel global, las reflexiones para



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la acción, en relación a la atención de los problemas ambientales; una de estas acciones tienen que ver con la incorporación de la dimensión

ambiental al currículo escolar. En consecuencia, a partir de iniciativas como la cumbre de Belgrado (1975), la Conferencia Intergubernamental sobre E.A. celebrada en Tbilisi en 1977, se planteó a la E.A. como una

pedagogía de la acción para la acción, que consiste en hacer que cada persona comprenda las articulaciones económicas, políticas y ecológicas

de la sociedad siendo necesario para esto, considerar al Medio Ambiente en su totalidad.

Ahora bien, a pesar de la amplia tradición en relación al concepto de ciudadanía, aun hoy no existe aquiescencia generalizada acerca de su concepción; De conformidad con Dubet (2003), el término Ciudadanía,

presenta dificulta en su unificación, puesto que no hay una sola ciudadanía; ésta cambia según las épocas, los países y las tradiciones, y

sobre todo, no es homogénea y abarca varias dimensiones más o menos contradictorias entre sí. Para este autor

La formación de ciudadanía no es sólo cuestión de principios y valores, se inscribe también en la misma forma de la

escolarización, en el modo como se realizan los aprendizajes, en un sistema de disciplina, en un conjunto de normas. Nace sobre todo de una forma escolar. (Dubet, 2003: 222).

Según Jones & Gaventa (2002), actualmente, existen por lo menos

cuatro enfoques acerca del concepto de ciudadanía:

El enfoque liberal, considera que la ciudadanía es un status que

otorga a los individuos un conjunto específico de derechos garantizados por el Estado, el cual debe garantizar el ejercicio de

este derecho, en el marco de un “contrato social” entre el Estado y los individuos, respetando las libertades individuales.

El enfoque comunitario, concibe que la ciudadanía solo cobra sentido en relación al marco de una comunidad amplia, por tanto

los intereses individuales están supeditados al “bien común”. Bajo este enfoque los principios y dinámicas propias de la ciudadanía se fundan bajo el marco de “virtudes cívicas”.

Desde el enfoque cívico republicano, aunque se reconoce la

relevancia del “bien común” se consideran que existe toda una amalgama de intereses e identidades propias de los individuos y los diferentes grupos sociales; por tanto, individuos y grupos son

titulares de derechos individuales y colectivos. En consecuencia, es mediante los mecanismos políticos formales de participación en la esfera pública, como los individuos se convierten en

ciudadanos y se define el “bien común”.

Enfoque alternativos, desde estos, se considera que no todos los

individuos están en capacidades de participar ni tienen las



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oportunidades para la participación y de poder sentirse representados a través de los mecanismo que definen el “bien

común”; por tanto cobran importancia las llamadas relaciones de poder, donde el proceso que se desarrolla en la lucha ciudadanas, es más relevante que el status. En consecuencia, el enfoque se

funda en el abordaje de una dimensión dinámica de la ciudadanía en la que los sujetos sociales activos se encargan de definir sus propios derechos y luchan por su reconocimiento, como una

forma de emancipación social.

Desde el marco de esta propuesta curricular, se concibe que la EA y la formación en ciudadanía, como ejes transversales en la educación que se ofrece a los niños, niñas y jóvenes en el entorno escolar, deben ser

articulados; y aunque tradicionalmente estos dos ejes conceptuales ha estado curricularmente separados - o vinculados tangencialmente- las urgencias sociales de formación de un nuevo y activo ciudadano,

consciente de su participación ética y responsabilidad con las dinámicas y problemas del medio ambiente, un ciudadano “socio-

ambiental”, demandan su ineludible complementariedad. Esta visión de la E.A. para la formación y construcción de una

ciudadanía socio-ambiental global, se enmarca en un enfoque alternativo de ciudadanía y se suma a la de numerosos investigadores

que como Smith-Sebasto (1997): Sauvé (1999), Leff (2000 y 2007), Novo (1996), Gaudiano (2009 y 2012), han coincidido en la tesis central,

enmarcada por la necesidad de emprender un nuevo enfoque de formación ambiental más integral, e incluyente que supere el reduccionismo de la mera formación ecologista y/o conservacionista,

adoptada durante todos estos años en los currículos escolares. En esta dirección, el enfoque de EA propuesto, cobra significativa pertinencia y se erige- por encargo social y necesidad de emancipación-

como una importante estrategia para la formación de ciudadanos activos, sensibles, conscientes; responsables de sus acciones,

comprometidos con el medio ambiente; una educación desde la cual se, movilicen dialógicamente distintos saberes; se fomente el sentido de pertenencia y empoderamiento con entorno y su problemas; se genere

investigación y se gestión el conocimiento. A nuestro razonar, una educación para la transformación de prácticas de enseñanza y aprendizaje, para la formación de auténticos ciudadanos ambientales

globales.

Construcción de ciudadanía activa: Una iniciativa de Ambientalización y Articulación Curricular.

Un reto que enfrentan las instituciones educativas para abordar el tema de la ciudadanía, es su articulación curricular real con otros dinámicas

escolares, que superen su abordaje desde la cátedra de ciencias



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sociales, y se sincronice de manera armónica con otros ejes transversales como la formación ambiental; en otras palabras, lograr su

vinculación efectiva al currículo formal; Esta situación demanda esfuerzos en la planeación, rediseño y en general en la integración de prácticas docentes transformadoras que le apuesten a hacer realidad

este cometido. En esta dirección y en consonancia con Iñiguez (1996), para quien

existe una intrincada trama de lo ambiental y lo social, puesto que tanto la deforestación, la desertificación, la erosión o la contaminación;

como la pobreza, la miseria y las inequidades de los grupos poblacionales, son también problemas ambientales; y por tanto el concepto “socio-ambiental” debe estar entretejido en aspectos de lo

político, cultural, económico, social y ecológico; la propuesta de implementación y articulación de los dos ejes transversales (E.A y Ciudadanía), se constituye en una iniciativa curricular que se desarrolla

en la comunidad educativa del Colegio José Francisco Socarras, localidad de Bosa, Bogotá D.C.

En efecto, abordada como elemento fundamental en la formación, construcción y en el ejercicio de una ciudadanía activa, parece

perfectamente coherente que este enfoque simbiótico alternativo de EA y ciudadanía, se encauza en el fomento y fortalecimiento de una nueva

cultura ambiental, orientada hacia la armonización entre el desarrollo de las dinámicas sociales que ejercen los sujetos en su contexto y el equilibrio con la naturaleza, en pro del mejoramiento de la calidad y el

sostenimiento ético y responsable de la vida en el planeta. Con sustento en lo anterior, efectivamente, conscientes de la

responsabilidad de la escuela en la formación de niñas, niños y jóvenes respecto al cuidado y protección del medio ambiente y de su aporte a la

formación para la construcción de ciudadanía desde el tejido local, con miras al contexto regional y global, y en sintonía con los lineamiento de la Secretaria de Educación Distrital desde la cual se concibe y reconoce

la ciudadanía como “dinámica, contextualizada social, espacial y cronológicamente y se entiende que el ciudadano se define por su papel

activo en la sociedad, por su capacidad de participar de sus transformaciones y de incidir en el destino colectivo” (SED, 2014:13); por iniciativa de los docentes del área de Ciencias Naturales del colegio

José Francisco Socarrás, se emprende la búsqueda e implementación de estrategias para impulsar la promoción y fortalecimiento de una educación que fomente y potencie la relación ciudadanía-

medioambiente.

De este modo, producto de la experiencia y del análisis de numerosos planteamientos e iniciativa, surge la propuesta de integrar curricularmente todas las dinámicas e iniciativas existentes en un



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sistema integral de formación. Así, se logran armonizar: el desarrollo de la cátedra de ciencias naturales (biología, física, química, bioquímica

); los lineamientos curriculares (MEN, 1998) y Estándares Básicos de Competencias en Ciencias Naturales y Ciencias Sociales (MEN, 2004), el Proyecto Ambiental Escolar- PRAE (Decreto 1743 de 1994); la

vinculación de otras áreas del conocimiento y otros estamentos, bajo la consolidación de una propuesta general de área denominada “Fortalecimiento de la cultura ambiental para la formación de

ciudadanos socio-ambientales".

Con todo y lo anterior, en búsqueda de una mejor calidad de educación, articulada a la formación en el cuidado del medio ambiente y en la construcción y vivencia de una nueva ciudadanía, dinámica y

responsable; la iniciativa implementada recoge aportes de numerosas experiencias y actores internos y externos; dentro de estas se puede resaltar que a finales del año 2013, se emprenden acciones para la

realización de un diagnostico ambiental con la participación de todos los entes miembros de la comunidad educativa; para ello, se adelanta

cartografía social, que se adiciona al diagnóstico a través de Árbol de problemas existente (2010), el cual se cruza y confronta con la categorización y desarrollos alcanzados en años anteriores con distintos

énfasis: , énfasis en nutrición, higiene y salud (2006- 2007); ecológico- conservacionista 2008- 2010). De este modo se logran identificar las

situaciones y elementos relevantes a abordar y ajustar y actualizar dentro de cada uno del componente ambiental de pertinencia local e importancia global.

En consecuencia, desde el marco de la propuesta, se integra el componente cívico- social como línea fundamental articulada a la

concepción de la E.A. y como estrategia y eje central complementario en la construcción de una nueva ciudadanía; una ciudadanía activa más

responsable con su entorno y los problemas que le afectan. Esto es, una visión en el marco del enfoque alternativo de ciudadanía, ciudadanía emancipadora que desborda la visión del individuo como simple titular

de derecho por la elemental pertenencia a un territorio y que se cimenta bajo el marco de una perspectiva más amplia y dinámica que

sugiere complejidad, tranversalidad, transdisciplinariedad e implica la comprensión de la inseparable red de relaciones entre las dinámicas naturales y sociales, las que articuladas, contribuyen con capital

importancia al ejercicio del ciudadano en formación, de cara al mantenimiento del equilibrio natural, el desarrollo sostenible y el

mejoramiento del calidad de vida. Por tanto, la sensibilidad ambiental y el desarrollo de un sentido de

identidad, de pertenencia a un contexto local, regional y global; la participación e interacción social con responsabilidad; la asunción de compromisos como sujeto social en la construcción y enriquecimiento



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de una cultura ambiental de vanguardia; el ejercicio de derechos, pero también de obligaciones que le atañen, son premisas fundamentales y

pilares que fundamentan la iniciativa de formación y construcción de ciudadanía activa desde la E.A., unos nuevos ciudadanos socio-ambientales; a decir de Bojórquez (2002), la construcción deliberada de

una ciudadanía más dinámica e integral, un ciudadano en plenitud de sus deberes y obligaciones, comprometido con del destino de la sociedad.

En este sentido, en aras de contribuir con la construcción de una

cultura ciudadana de preservación, cuidado y sostenibilidad ambiental desde la escuela, en general se concibe que una de las grandes responsabilidades de la formación en E.A. es el abordaje didáctico-

pedagógico complementario, del eje de ciudadanía desde las realidades particulares del contexto escolar, mediante un ejercicio de planeación, rediseño y ambientalización curricular.

3.2 Estrategia de implementación

La iniciativa bajo el enfoque de EA propuesto, le apuesta a un cambio

cultural en la comunidad educativa, es decir, al rediseño, desarrollo y fortalecimiento curricular de la E.A; se trata de fomentar una cultura ambiental, que propenda por la formación de nuevos ciudadanos socio-

ambientales, futuros ciudadanos más comprometidos y consientes con el cuidado y preservación de su entorno; con el ejercicio dinámico y

emancipador de su ciudadanía; en armonía con las necesidades y demandas de su entorno. Para el alcance de este propósito, se han propuesto como estrategia general, la ambientalización del currículo

mediante la implementación articulada de dos grandes estrategias: Articulación Disciplinar y Implementación de proyectos de nivel. Articulación Disciplinar: en un marco general, durante el desarrollo

de las practicas docentes, se integran conceptualmente el análisis de

los problemas ambientales seleccionados para su estudio, con la E.A. y la implementación curricular de las asignaturas del área de ciencias naturales (Física, Química y Biología, Bioquímica), procurando articular

la temática ambiental correspondiente a su nivel. -según consenso- a su práctica docente, de esta manera se estructura una línea integral de

formación ascendente y compleja, que va desde grado 0 a grado 11º, incluye todos y cada uno de los grados de formación que tienen lugar en la institución; esta organización permite brindar una estructura

conceptual y una formación gradual al estudiante, desde todos y cada uno de los componentes considerados como esenciales.

Implementación de proyectos de nivel: bajo el amparo de una

concepción constructivista de la educación, y la necesidad de brindar

formación más pertinente, para el fomento y desarrollo de un



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pensamiento crítico, creativo y un análisis contextualizado que le permita a los estudiantes el abordaje y resolución de los problemas de

su entorno; la iniciativa cobija la adopción, desde el marco general del PRAE, de una estructura de tratamiento de los componentes y problemas identificados, bajo el Método de proyectos propuesto en sus

inicios por Kilpatrick (1918), Sugerido en la actualidad por Perrenoud (2000), y Díaz Barriga F. (2005) entre otros, como estrategia integradora de aprendizaje y análisis de problemas contextuales.

De este modo, desde los diversos componentes ambientales, se abordan

situaciones- problemas, propios del contexto local y global y a la vez, se brinda una formación en E.A. para el pleno ejercicio de una ciudadanía activa responsable. La iniciativa se consolida, poco a poco, - en el

sentido de Lakatos (1989)- como una adaptación a los Programa de Investigación Científica, conformada por subproyectos, alrededor de los cuales se analizan diferentes líneas de interés socio-ambiental, las

cuales se abordan de conformidad con los niveles de formación.

En efecto, tomando en consideración armónica, la dimensión social como eje transversal, se contemplan como componentes de formación:

Biodiversidad (ciclo1 y 2),

Residuos sólidos, (ciclo 3)

Aire y, Suelo (ciclo 4) y

Agua y, Energías alternativas (ciclo 5).

Desde la estructura de esta organización curricular, se establecen en cada componente ambiental, líneas temáticas emprendidas como subproyectos, los cuales son liderados por el docente de ciencias

naturales responsables de orientar las clases en ese nivel. De esta manera, se han implementado y se encuentran en curso:

Huerta escolar (grado 0- 2º ),

Ornato institucional(grado 3º);

Cuidado y protección animal (tenencia responsable de

mascotas ‘grado 4º’)

Reforestación con plantas nativas (grado 5º),

Reciclaje (grado 6º),

Ecomuro (grado 7º) ;

Ruido y contaminación atmosférica (grado 8º),

Nuestros suelos (grado 9º),

Sistemas de riego (grado 10º) y

Energías alternativas (grado 11º).



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Fig.1 Estructura de articulación de Subproyectos al

PRAE

Asimismo, se establecen como líneas comunes de desarrollo para cada subproyecto el análisis de los problemas ambientales y sociales

coligados a sus causas y consecuencias, como también, el abordaje especifico de una propuesta de investigación desde cada subproyecto. Adicionalmente, la iniciativa contempla la adecuación de un “Aula

Verde”, como laboratorio adicional y escenario de prácticas docentes

articuladas a los subproyectos en desarrollo.

En la Fig. 1. Se muestra, por ciclos y grados, la estructura de articulación curricular de

los subproyectos al PRAE de la institución.

En la dinámica de ejecución de la propuesta, cada

docente es responsable de articular el subproyecto a cargo, junto con las actividades curriculares correspondientes al marco

general y propósito de la propuesta de formación: ciudadanos socio-ambientales. Los tiempos y las actividades están determinados por la

propuesta que presenta cada docente y sus estudiantes, y demás miembros de la comunidad educativa, conforme al diagnóstico realizado y a las demandas y necesidades seleccionadas para su abordaje en cada

año -la cual puede variar- dentro de la línea y componente ambiental correspondiente. la evaluación, , se desarrolla bajo un marcado carácter formativo que toma como evidencia los conocimientos

adquiridos, la participación activa, el cambio de actitud, comportamiento, lenguaje adoptado; identificación y empoderamiento

con respecto al contexto de los estudiantes. Otras estrategias y acciones. La formación de ciudadanos socio-

ambientales está proyectada, hacia la transformación y el enriquecimiento cultural de la comunidad educativa, fomentado la toma

de conciencia ambiental en procura de una mejor calidad educativa; en este sentido, otras estrategias implementadas, consideradas bastiones de importancia la constituyen:

Articulación Interdisciplinaria. El marco general del proyecto le

apuesta a concebir el ambiente como un sistema complejo, transversal, demandante de la participación y tratamiento

interdiscisciplinar, concepción desde la cual se facilita la interacción y aporte de cada una de las áreas del conocimiento para el alcance del los objetivos propuestos. Es decir, una efectiva



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articulación curricular con horizonte en la construcción paulatina de ciudadanía ambiental.

Fomento de la Investigación: la iniciativa se plantea como una

estrategia para desarrollar investigación desde la práctica y quehacer docente; para lograrlo, el planteamiento de problemas, la formulación de objetivos, la adopción de metodologías,

procedimientos y aplicación de instrumentos particulares, junto con la sistematización de experiencias, se constituyen en

elementos esenciales del derrotero-marco de desarrollo en cada uno de los subproyectos en curso.

Articulación y Fortalecimiento del Comité Ambiental: la participación de los miembros del Comité ambiental, es una

realidad en la institución; en efecto, bajo un Plan de acción presentado para el apoyo y asesoría a las iniciativas planteadas-

desde el marco del PRAE concertado institucionalmente- los estudiantes y sus padres de familia, se distribuyen por ciclos, para apoyar el emprendimiento de acciones propias de los

proyectos en cada uno de los cursos y niveles. Durante la implementación del subproyecto en cada uno de los ciclos y grados, se cuenta con el apoyo y la participación de Vigías

ambientales, denominados “Ecolíderes” en la institución; como también, con el concurso de los padres de familia, que

igualmente, como miembros del Comité ambiental, acompañan a los docentes y estudiantes en la dinámica de desarrollo de las acciones específicas.

Actividades transversales permanentes

Calendario ambiental: mediante celebraciones alusivas,

periódicamente se hace un seguimiento a las fechas de relevancia ambiental en el calendario escolar; en concordancia, en cada mes

del año lectivo y, según la asignación correspondiente por componentes y subproyectos, cada grado y docente a cargo, asume, mediante exposiciones y reflexiones en el “Muro

ecológico” de la institución, la tarea de sensibilización socio-ambiental, acerca de la importancia de este componentes en el

ejercicio activo de la ciudadanía, el equilibrio ambiental, mejoramiento de la calidad de vida y el sostenimiento de la vida en el planeta.

Salidas pedagógicas: para fortalecer los aprendizajes en

contexto y la retroalimentación pedagógica de los componentes en estudio, cada subproyecto propende por la programación de

salidas pedagógicas a sitios de interés en la localidad y la ciudad,



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las cuales se hallen en concordancia con los objetivos propuestos en cada caso, procurando contar con el acompañamiento y

vinculación de los padres de familia.

Campañas ambientales: dentro de los diferentes componentes

ambientales planteados, cada docente responsable de un subproyecto y línea temática en el nivel a cargo, junto con el

grupo de actores miembros del Comité Ambiental, realizan campañas institucionales para fortalecer la conciencia y cultura ambiental desde la escuela.

Convenios y apoyos interinstitucionales: además del apoyo

interno por parte de las directivas, administrativos, docentes y estudiantes y demás miembros de la comunidad educativa del

colegio, la iniciativa de E. A. cuenta con el apoyo de instituciones y programas como:

o Secretaria De Educación Distrital o Iniciativas ciudadanas de transformación de realidades

INCITAR - SED, o Hospital Pablo VI, o Fundación Arka,

o Secretaria de medio ambiente, o Jardín Botánico José Celestino Mutis, o Parque Entrenubes,

o El centro de Zoonosis de Bogotá D.C, o entre otras.

Estas entidades acompañan y soportan gran parte de la formación técnica, donación de materiales y financiación de los proyectos en curso.

Conclusiones

A través de la integración deliberada de los ejes transversales, Educación ambiental y Ciudadanía, acompañada de un ejercicio de

articulación complementaria entre componentes sociales y naturales, áreas disciplinares y subproyectos temáticos, se pretende, alcanzar en niñas y niños y jóvenes una formación ambiental que fomente y

fortalezca la construcción de una nueva ciudadanía socio-ambiental, ejercida plenamente por los sujetos, bajo las premisas de titulación de

derecho, pero también de obligaciones; ciudadanos con sentido social, sensibilidad ambiental, consciente de su responsabilidad y compromiso con el destino de la sociedad, y del equilibrio con el entorno; esto es,

sujetos con la compresión de las dinámicas y problemáticas socio- ambientales que tienen lugar en su contexto local, regional y global.



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La iniciativa de ambientalización curricular vincula de manera participativa a los diferentes actores de la comunidad educativa; desde

ella, se ha propuesto la participación activa y protagónica de estudiantes, padres de familia, docentes, administrativos y directivos. De igual manera, vincula instituciones y vecinos del sector productivo y

comercial. Asimismo, se fomenta la investigación institucional, rescata el papel de

la escuela y del docente como investigador y líder dentro de su comunidad; se instituye a los maestros y maestras como investigadores

de su propia practica, se estimula en los estudiantes el pensamiento crítico, creativo; el sentido de pertenencia, a la vez que se le apuesta al abordaje, tratamiento resolución de problemas en contexto.

Desde el marco de la propuesta, se considera que al igual que no se es ciudadano por residir de manera temporal en un lugar o sociedad y luego alejarse de este al término de una tarea o asunto, tampoco se es

ciudadano socio-ambiental por el simple hecho de realizar una jornada, una acción, o participar en un día de una campaña o celebración

ecológica; ser ciudadano socio-ambiental, se funda en un nuevo enfoque alternativo que demanda participación activa y emancipación, como elementos esenciales para el pleno ejercicio de la ciudadanía.

En suma, la iniciativa de E.A. para la formación de ciudadanos socio-

ambientales, responde al propósito de avanzar en el proceso de articulación e integración curricular de dos grandes ejes transversales coexistentes y, componentes protagónicos en la asunción del encargo

social de la escuela: la formación para la preservación, cuidado del medio ambiente, alcance de un desarrollo sostenible y mantenimiento de la vida en el planeta.

A todas luces, la propuesta de formar ciudadanos socio-ambientales,

propende por la construcción de conocimientos, actitudes, habilidades y valores para el ejercicio pleno de la ciudadanía, una nueva ciudadanía dinámica, más comprometida con el medio ambiente, sus dinámicas y

problemas, con miras al mejoramiento de la calidad de vida durante el proceso de desarrollo humano. Esta simbiótica fusión planteada,

demanda la transformación positiva de prácticas docentes y demás empresas escolares y contribuye al pleno desarrollo de una nueva y alternativa ciudadanía activa emancipadora, que se materializa y hace

realidad en su apuesta a una educación pertinente y de mejor calidad.



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educaciÓn ambiental: una propuesta de configuraciÓn...

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