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ECOLOGÍA DESDE LOS CIMIENTOSFinancia el Futuro Serie No. 5

Nordic Development Fund

Energía Renovable para el AutoconsumoEcología Desde Los Cimientos

Noviembre 2014

Nordic Development Fund

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ESTUDIO DE CASO Ecología Desde Los Cimientos

A través de una iniciativa del sector privado que se encuentra adquiriendo impulso en Centroamérica, el Banco Interamericano de Desarrollo está demostrando, empresa por empresa, la viabilidad y el atractivo de la energía renovable.

Para una planta procesadora de maní en Nicaragua, la respuesta para disminuir los costos energéticos está a la vista: las cáscaras de maní. Para una procesadora de frutas costarricense, puede encontrarse en las plantas de piña que actualmente se entierran tras la cosecha. Mientras tanto, una compañía de reciclaje en Honduras está buscando reducir sus costos energéticos con la ayuda del sol.

Los altos e impredecibles precios de la energía han llevado a que varias empresas en Centroamérica comiencen a contemplar alternativas más ecológicas.

Para estas empresas, los ahorros en eficiencia energética son a menudo un elemento que cambia el terreno de juego, sin embargo, todavía están en gran parte sin explotar. En una región en la que se espera que la demanda de energía aumente más del 50 por ciento durante la próxima década, decenas de miles de millones de dólares se pueden ahorrar mediante la adopción de medidas de eficiencia energética; una oportunidad de negocio única. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está ayudando a aprovechar este enorme potencial, proporcionando amplias asistencias técnicas y financiamiento para demostrar la viabilidad de este tipo de inversiones, una caldera o biodigestor o panel solar a la vez.

“En el entorno de la creciente demanda energética de la región, podemos aliviar los costos del consumo ayudando a que las inversiones en tecnologías de bajas emisiones de carbono sean más económicamente viables”, dice Kelle Bevine, jefa del equipo de sostenibilidad climática en el Departamento de Financiamiento Estructurado y Corporativo del BID. “ Es un área con enorme potencial de ampliación en el sector privado, ya que las empresas están buscando ser más competitivas y al mismo tiempo reducir su huella de carbono.”

La Facilidad de Financiamiento para Eficiencia Energética —establecida por el BID con el apoyo del Fondo Nórdico de Desarrollo (FND)— cuenta con US$50 millones para ofrecer préstamos con el objetivo de que las empresas puedan reducir el uso de energía o generar total o parcialmente su propia energía a partir de fuentes renovables. El fondo de asistencia técnica, establecido bajo el mismo programa, proporciona subvenciones para realizar auditorías de eficiencia energética, estudios de ingeniería y análisis de costo-beneficio, para determinar cuáles serían las soluciones ecológicas más atractivas para cada empresa.


“Si realmente se desea enfrentar el cambio climático, debe hacerse de empresa en empresa”, señaló Patrick Doyle, quien dirige la implementación del programa. Agregó que esto tendrá un efecto multiplicador: a medida que las empresas independientes comiencen a tener sus costos energéticos bajo control, sus competidores se pondrán en guardia. “Esperamos lograr un importante efecto demostrativo”, dijo.

Aunque la iniciativa está orientada hacia el sector privado, en definitiva será de gran ayuda en toda Latinoamérica y el Caribe, dijo Doyle, ya que contribuirá a la reducción del consumo energético y las emisiones de carbono, aliviando la sobrecarga de las redes eléctricas. Esto complementa los esfuerzos que está realizando el sector público para afrontar los desafíos que presenta el cambio climático.

La facilidad del BID puede financiar hasta la mitad del costo de la inversión en eficiencia energética de una empresa o la conversión a energía renovable con préstamos que van desde US$500.000 a US$5 millones. A pesar de que se trata de un monto pequeño en comparación con la mayoría de los préstamos del BID, puede representar una inversión importante para una pequeña o mediana empresa. De hecho varios proyectos del estilo ahorran dinero suficiente como para amortizarse en sólo algunos años, lo que los convierte en inversiones atractivas para las empresas que buscan reducir los costos a largo plazo.

Para el Fondo Nórdico de Desarrollo, el apoyo a la Facilidad de Eficiencia Energética ofrece una oportunidad para ayudar a los países de bajos ingresos a adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático. “Nuestra colaboración con el BID nos ayuda a equiparar nuestros recursos de manera más eficaz y descubrir oportunidades de negocios con alto impacto de desarrollo que realmente marcan una diferencia en América Latina y el Caribe”, dijo Leena Klossner, Directora Adjunta del FDN.

Hasta el momento, el equipo de BID ha realizado más de 30 auditorías de eficiencia energética y estudios de factibilidad en varios sectores, desde la cría de camarones a la manufactura de textiles, y la actividad lechera. Este esfuerzo comenzó en Centroamérica, pero la Facilidad de Financiamiento para la Eficiencia Energética también se encuentra disponible para empresas en el resto de la región.

En muchos casos los estudios han demostrado la viabilidad de las energías renovables —en especial de la energía solar o el biocombustible— para reducir costos y aportar beneficios ambientales. Lógicamente cada proyecto se debe evaluar por sus características propias, en función de una amplia gama de variables tales como el tamaño de una empresa, el uso de energía, los costos actuales, la capacidad de préstamo, prioridades operativas, planta física y las ventajas ambientales y climáticas.

La matriz energética de un país está íntimamente relacionada con la estabilidad de precios. Muchos países utilizan petróleo importado para satisfacer gran parte de sus necesidades de energía eléctrica, y el aumento en los precios del mismo puede encarecer los costos de forma significativa. Muchas plantas industriales también operan con calderas que utilizan petróleo para generar calor de proceso, lo cual representa una fuente de energía costosa y contaminante.

“Si realmente se deseaenfrentar el cambioclimático, debe hacersede empresa enempresa”


Una fuente de energía más limpia y renovable que resulta prometedora especialmente en el sector de los agronegrocios es la biomasa —material orgánico que puede quemarse o fermentarse o tratarse de otras formas para liberar el carbono almacenado y producir energía. Los biocombustibles generados a partir de biomasa constituyen una alternativa a los combustibles fósiles. Los costos de generar electricidad o calor de esta manera también pueden ser mucho menores y más predecibles, especialmente si existe una cantidad importante de desechos o productos agrícolas derivados que aseguren la sostenibilidad del proyecto.

“Se necesita una determinada escala para poder producir electricidad propia a partir de la biomasa”, dijo Doyle. Que dichos proyectos tengan sentido desde el punto de vista financiero o no, depende en gran medida de los costos energéticos actuales de una empresa, agregó. Cuanto más altos lo sean, más atractiva resultará la inversión en energía renovable.

MONEDAS ENTRE MANÍS

La procesadora de maní Cukra cuenta con una fuente potencial de biocombustible en forma de cáscaras de maní. Una de las empleadoras más grandes de León, Nicaragua, cuenta con hasta 1.000 trabajadores en la temporada de más actividad. La empresa le compra maní a 35 productores distintos — grandes y pequeños —en el oeste del país, para clasificar y pelar decenas de miles de toneladas al año y exportarlas a México y Europa.

La mayoría del maní se vende con cáscara —el cual se utiliza para la elaboración de maní confitado y otros refrigerios— pero en los últimos años, Cukra ha estado intentando incrementar la producción de maní pelado y blanqueado. Esto le brindaría a la empresa acceso a un mercado más amplio y estable, que incluye productores de aceite de maní y mantequilla de maní. Cukra también ha estado analizando la posibilidad de convertirse ella misma en productora de aceite de maní.

“Cuanto más busquemos agregar valor, más importante se tornará el factor energético”, señaló Marcel Pallais, jefe de finanzas de la empresa. Actualmente la electricidad constituye el segundo costo operativo más alto de la empresa, luego de las materias primas. Con el fin de evitar los costos altos de la electricidad en horas pico, la planta detiene la producción por cinco horas cada tarde, lo que acarrea ineficiencias.

El estudio de viabilidad del BID analizó la posibilidad de que Cukra pudiese generar su propia electricidad. Actualmente, Cukra vende las cáscaras de maní con dos fines: como fibra para alimentar ganado y como materia prima para los hornos de las empresas de cemento. Pero antes del estudio, la empresa no tenía forma de evaluar el potencial de generar su propia energía.

El estudio reveló que quemar las cáscaras como combustible para accionar un turbogenerador —y capturar el calor residual para otros propósitos— puede producir más que suficiente energía como para cubrir sus propias necesidades. “De acuerdo con los resultados del estudio, vemos que se trata de un proyecto viable”, indicó Pallais. “Es amortizable”.

“De acuerdo con losresultados del estudio,vemos que se trata de un proyecto viable”


Por supuesto que la empresa estaría ante una inversión inicial considerable, estimada en más de US$8 millones. Una mitad estaría cubierta por un préstamo del BID y la otra mitad por otro prestamista. El estudio llevado a cabo por el BID le aporta al proyecto la credibilidad que necesita para obtener un préstamo por parte de una institución financiera, según Pallais, que señaló que la empresa espera tener el financiamiento y comenzar a generar su propia energía renovable En un futuro muy cercano.

“Esto nos permitiría controlar nuestros costos de producción,” indicó. “Abre las puertas para continuar invirtiendo en el valor agregado”.

EXTRAER BENEFICIOS

La biomasa también constituye una potencial fuente de combustible para TicoFrut, una empresa Costarricense procesadora de frutas cuyo principal cliente es la filial de Coca-Cola Minute Maid. La planta de TicoFrut en San Carlos produce jugo de naranja concentrado, jugo de piña pasteurizado y otros productos que van desde pellets que se utilizan en el alimento para ganado hasta aceites esenciales que se utilizan en perfumes. La empresa cuenta con extensos naranjales a lo largo de ambos lados de la frontera de Costa Rica con Nicaragua; también compra algunas de sus naranjas y la totalidad de las piñas que utiliza a otros productores.

El proceso de producción de jugo de fruta concentrado está altamente automatizado y es de alto consumo energético. Una vez que se extrae el jugo de la naranja, se somete a un proceso de filtrado y calentamiento y luego se coloca en una serie de tubos de vacío donde el contenido de agua se reduce del 90 por ciento al 35 por ciento aproximadamente. Para cuando el concentrado se bombea hacia un tanque de almacenaje, su temperatura es bajo cero, aunque el alto contenido natural del azúcar le da la consistencia de un jarabe espeso.

Según el presidente de Ticofrut, Carlos Odio, entre la electricidad que la empresa consume de la red eléctrica y el petróleo pesado o combustible “búnker” que compra para poner en funcionamiento sus calderas y secadoras industriales, la empresa gasta US$16 millones al año en energía. El incremento de los costos han hecho de este un problema “muy, muy serio” para la empresa, que compite con los productores de países con gastos de energía mucho más bajos, incluso en los Estados Unidos.

Una posibilidad de combustible que no se ha aprovechado se encuentra en la planta de piña, la cual rinde apenas dos ciclos de producción antes de enterrarse. Las plantas de piña representan un desafío particular para la combustión debido a su alto contenido de agua, pero Odio ha estado experimentando con ellas y está convencido de que podrían ser un “excelente” biocombustible.

Marieta Lizano, copropietaria de una empresa de consultoría ambiental costarricense llamada Siel Siel que ha trabajado con TicoFrut por muchos años, califica a Odio como un “visionario” que ha estado a la vanguardia en cuestiones ambientales, incluyendo el tratamiento de aguas residuales y la conservación de los bosques. Es optimista acerca de las perspectivas de generar energía derivada de las plantas de la piña: “gana él y gana el medio ambiente”.

LA INVERSIÓN NOS PERMITIRÍA CONTROLAR COSTOS DE PRODUCCIÓN, ABRE LAS PUERTAS PARA CONTINUAR INVIRTIENDO EN EL VALOR AGREGADO


El abundante suministro local de la planta de piña la convierte en una fuente sostenible de combustible a largo plazo, según Lizano. Y los productores también se beneficiarían, dijo. Actualmente, luego de enterrar las piñas deben dejar la tierra en barbecho para que el material se descomponga. Si se deshicieran de las plantas de otra forma, no tendrían que dejar tanto terreno fuera de producción.

Recientemente, TicoFrut ha contratado a un inversor con experiencia en biomasa, y Odio espera poder poner pronto en marcha el proyecto de biomasa, cubriendo parte del costo de US$15 millones mediante un préstamo otorgado por la facilidad del BID. Cree que el proyecto podría reemplazar la mayoría del combustible búnker que la planta utiliza actualmente, reducir los costos energéticos casi a la mitad y reducir emisiones (el nuevo equipamiento incluiría tecnología moderna de control de contaminación atmosférica). Mientras tanto, planea contratar una compañía brasileña para que diseñe una nueva máquina que coseche plantas de piña de forma eficaz.

“Para mantenernos competitivos, debemos encontrar una alternativa,” dijo acerca del proyecto de la energía renovable. “Y si vamos a buscar una alternativa, busquemos una que sea favorable para el medio ambiente.”

MUCHO QUE DIGERIR

Otra empresa decidida a reducir sus costos energéticos es la procesadora de carne Matadero Central S.A. (Macesa). Se encuentra en las afueras de Juigalpa, en plena zona ganadera de Nicaragua y es el principal empleador local con más de 520 empleados.

Luego de la compra de ganado local, la energía constituye el segundo gasto más alto de la empresa, con un costo de aproximadamente US$320.000 por mes, señaló Silvia Sequeira, administradora de la planta. Las cámaras frigoríficas y los congeladores no pueden apagarse en ningún momento. La empresa procesa 10.500 cabezas de ganado por mes, vende cortes de carne vacuna fresca y congelada para exportar alrededor del mundo, así como otros derivados comestibles y no comestibles.

Mientras que los sistemas de refrigeración funcionan con electricidad de la red eléctrica de Nicaragua, más de un tercio de los costos energéticos de Macesa proviene del combustible búnker. El mismo se utiliza para hacer funcionar la caldera, la cual genera vapor de alta presión.

Actualmente, las aguas residuales se canalizan por gravedad a una serie de lagunas de oxidación al aire libre, donde la materia orgánica residual se descompone gradualmente y libera gases como el metano, al igual que ocurre en el propio sistema digestivo de la vaca. Una mejor alternativa para el medio ambiente es un sistema biodigestor anaeróbico, en el cual se cubre la cuenca de aguas residuales con una membrana flexible y se agregan bacterias para acelerar la descomposición de la materia orgánica. El metano liberado puede ser capturado y utilizado para producir energía térmica.

“Para mantenernos competitivos debemos encontrar una alternativa, y si vamos a buscar una alternativa, busquemos una que sea favorable para el medio ambiente”.


En el caso de Macesa, un análisis de viabilidad realizado por el equipo del BID demuestra que este tipo de sistema, que podría ponerse en marcha por un costo aproximado de US$2 millones, puede reemplazar la mayor parte del combustible búnker que la planta utiliza actualmente para hacer funcionar su caldera. En teoría, un sistema de este tipo también podría potencialmente generar electricidad, pero por el momento el objetivo es capturar suficiente metano para cubrir la necesidad de vapor de la empresa. Sequeira espera poner en marcha el proyecto tan pronto sea posible y se estima que la construcción tome aproximadamente ocho meses. Si todo sale como previsto, Macesa pudiera tener el sistema biodigestor más grande del país. Sequeira señaló que se espera recuperar la inversión del sistema en cinco o seis años y que dure por más de veinte. “Los ahorros serán significativos”, dijo. “Esos ahorros pagarán la inversión”.

SE VIENE EL SOL

San Pedro Sula, Honduras, ha estado en los titulares internacionales por tener uno de los índices de homicidio más altos del mundo, sin embargo, la ciudad también es un importante centro económico y una potencia en términos de exportación. El BID está ayudando a impulsar una revolución de tecnologías limpias en la ciudad y alrededor de ella, con varios proyectos en marcha.

La luz del sol del área constituye una fuente segura de energía solar y la convierte en una opción para empresas como Inversiones Materiales (Invema), una empresa de reciclaje con un tejado amplio y deseos de crecer. Según una evaluación realizada por el BID, la empresa planea invertir US$2.4 millones en tecnología solar y en otras medidas de eficiencia energética, como la colocación de luces LED.

George Gatlin, presidente de la empresa, indicó que estas medidas reducirán considerablemente el gasto mensual de electricidad de Invema, que hoy en día alcanza los US$90.000. “Este es un gran proyecto”, dijo. “Se recuperará la inversión en seis años”.

Cuando Gatlin fundó la empresa hace 20 años, el reciclaje era un concepto bastante nuevo en Honduras y era difícil llenar un camión con latas de aluminio. Actualmente, Invema recolecta alrededor de un millón de botellas de plástico por día, así como aluminio, chatarra de acero, cartón y básicamente cualquier cosa que pueda convertirse en algo más. La empresa exporta por mes 500 contenedores con reciclables comprimidos o procesados a fabricantes en China, Europa y otras partes del mundo, para utilizar en distintos productos.

Además de emplear a 320 personas en su instalación en San Pedro Sula, Invema mantiene ocupado a una verdadera tropa de recolectores de chatarra. “Es difícil encontrar una lata o botella de aluminio en la calle”, dijo Gatlin, y agregó que aproximadamente 6.000 personas están registradas en la empresa para suministrar reciclables (el registro y otros controles ayudan a desincentivar el robo).

LAS MEDIDAS EN ENERGIA SOLAR REDUCIRÁN CONSIDERABLEMENTE EL GASTO MENSUAL DE ELECTRICIDAD DE INVEMA


“Uno de los principales incentivos para reducir el costo de electricidad es que la empresa espera expandir y ascender en la cadena de valor“.

Según Gatlin, en Honduras, un país con un salario mínimo bajo, mucha gente encuentra que recolectando materiales para reciclar se puede alcanzar un mejor nivel de vida que aquel que se logra con otro tipo de trabajo. Por otro lado, en aquellos países con salarios más altos, resulta más difícil que se recolecten reciclables. Por consiguiente, Invema encuentra un mercado favorable en los Estados Unidos para el material que crea a partir de botellas recicladas.

Uno de los principales incentivos para reducir el costo de electricidad es que la empresa espera expandir y ascender en la cadena de valor. La mayoría de las bebidas gaseosas vienen en botellas fabricadas con plástico PET (tereftalato de polietileno, por sus siglas en inglés). Actualmente, Invema lava y muele el plástico hasta obtener láminas y luego exporta el material a empresas estadounidenses para que continúen el proceso. Gatlin tiene la intención de agregar valor a su operación de reciclaje en Honduras mediante la transformación de las láminas de plástico en el tipo de pellet apto para alimentos que puede convertirse en botellas nuevamente. Ello no sólo requeriría una inversión en infraestructura, sino que también aumentaría el consumo de energía de la empresa. Si bien la economía está impulsando la decisión de instalar paneles solares, a Gatlin también le atrae la idea de hacer su empresa de reciclaje aún más ecológica. La energía solar reducirá los costos de electricidad, lo que permitirá a la empresa hacer pellets de plástico, que a su vez reducirá la huella de carbono aún más al evitar la importación de pellets y el uso de petróleo en la producción de materiales vírgenes.

ROMPIENDO RÉCORDS

La energía solar también promete ser una buena inversión para una gran planta embotelladora en San Pedro Sula, la cual puso en marcha un pequeño proyecto piloto de energía solar en 2013 y ahora se prepara para instalar lo que será el sistema fotovoltaico sobre tejado más grande de Centroamérica.

Embotelladora de Sula, que opera 24 horas al día los siete días de la semana, embotella la línea completa de productos de PepsiCo, así como sus propias marcas de néctar de fruta y agua purificada. Cuando el proyecto solar de la empresa esté terminado, los paneles fotovoltaicos cubrirán 1.800 metros cuadrados de tejado y suministrarán cerca del 20% de la electricidad que necesita la planta.

Esto no sólo resultará en importantes ahorros, sino que también ayudará a la empresa a gestionar mejor las fluctuaciones en el precio de la energía, según Ramzy Massu, quien está a cargo del proyecto solar de la empresa. “Además de que la electricidad es costosa, está el problema de no poder presupuestar los precios a mediano o largo plazo”, explicó. Y agregó que la inversión de US$6 millones en energía solar, que se amortizará en cinco años, sin duda vale la pena.


En los últimos años, la casa matriz Grupo Corinsa se ha dedicado a reducir el impacto ambiental negativo de la planta a través de otros medios, por ejemplo, al reemplazar el combustible búnker con gas licuado de petróleo para alimentar parte de su maquinaria. De acuerdo con la auditoría detallada de energía realizada por el equipo del BID, la empresa planea tomar otras medidas para mejorar la eficiencia energética y avanzar hacia la certificación ISO 50001, normativa estándar sobre gestión energética desarrollada por la Organización Internacional para la Estandarización. Además del proyecto solar, tiene previsto actualizar su iluminación y aire acondicionado, y modernizar algunos de sus procesos industriales.

Por ejemplo, una caldera produce vapor de alta presión para limpiar las máquinas, pero hoy en día parte del calor que resulta del proceso se está desperdiciando. Si la empresa lograra capturar más calor y reutilizarlo, podría reducir su consumo de combustible, indicó Jaime Betancourt, analista de energía de Grupo Corinsa. Otro paso consistirá en optimizar la eficiencia de combustión de la caldera al medir más precisamente el contenido de oxígeno. “Es similar a la combustión en un coche,” dijo Betancourt. “Para lograr la mezcla adecuada, se necesita una cantidad exacta de oxígeno para una cantidad exacta de combustible”.

Massu considera que el efecto de demostración de esta planta será enorme dado que otras empresas en San Pedro Sula notarán lo que está haciendo Grupo Corinsa y seguirán sus pasos. “Creo que esto tendrá un impacto positivo”, expresó. “Más empresas se unirán y esto repercutirá económicamente en oportunidades de inversión para el país”.

“Creo que esto tendrá un impacto positivo, más empresas se unirán y esto repercutirá económicamente en oportunidades de inversión para el país“.


CONOCIMIENTO TÉCNICO

Si bien el financiamiento proveniente de la Facilidad de Financiamiento para la Eficiencia Energética del BID, las donaciones de asistencia técnica son otro componente fundamental de cada proyecto, lo cual es decisivo para que muchas empresas puedan invertir en energía limpia. El Fondo Nórdico de Desarrollo, una institución financiera de desarrollo con accionistas representando a Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, y Suecia, destinó US$3,2 millones de su contribución total de US$12,4 millones a estas asistencias técnicas, sobre la base de una iniciativa conjunta entre el BID y el NDF ya en curso en Centroamérica, el Caribe, Colombia y Bolivia.

La asistencia técnica proporcionada ha incluido diversos tipos de conocimiento experto. El BID ha traído especialistas en ingeniería energética de otros países para realizar auditorías y estudios de factibilidad, quienes han trabajado estrechamente con empresas locales de servicios energéticos y de ingeniería con el fin de compartir conocimientos sobre diferentes tecnologías y diseño de proyectos.

Dada la complejidad de la situación energética de cada país, es necesario conocer sobre una gran variedad de factores, entre los cuales se encuentran el entorno normativo, la estructura de facturación, así como las tarifas e incentivos existentes. En algunos países, por ejemplo, las empresas están autorizadas a producir más electricidad de la que necesitan durante las horas pico de luz solar y reciben un crédito por el excedente que se puede utilizar después de la caída del sol. En otros, sin embargo, estos mecanismos están prohibidos por las empresas de electricidad, lo que disminuye considerablemente el potencial de producción de energía limpia.

“Podemos agregar mucho valor en las empresas si intentamos navegar esas aguas”, dijo Matthew McClymont, miembro del equipo del BID que trabaja en el proyecto.

El BID también ha proporcionado conocimiento técnico en el ámbito financiero, al ayudar a los bancos y otros intermediarios financieros locales a que aprendan a evaluar con mayor precisión los riesgos de los préstamos para energía y presentarles los nuevos productos financieros disponibles para financiar tales proyectos. Los funcionarios bancarios que no están familiarizados con las auditorías energéticas suelen ser renuentes a ofrecer este tipo de préstamo por primera vez.

En el caso de la Facilidad de Financiamiento para la Eficiencia Energética, la contribución de US$9,4 millones del Fondo Nórdico de Desarrollo se puede utilizar para mitigar los riesgos de los prestamistas mediante la concesión de garantías parciales de crédito. Esto puede disminuir los requisitos de garantía y ofrecer términos más favorables al prestatario, tales como plazos más largos de amortización del préstamo. El BID tiene previsto conceder mejoras crediticias similares para proyectos en toda América Latina y el Caribe.

GRACIAS AL FND, $9,4 MILLONES SE PUEDE UTILIZAR PARA MITIGAR RIESGOS


El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apunta a crear oportunidades para las generaciones actuales y futuras en América Latina y el Caribe mediante inversiones sostenibles en el sector privado. A través del Departamento de Financiamiento Estructurado y Corporativo (SCF, por sus siglas en inglés), el BID se asocia con empresas privadas para alcanzar resultados financieros sustanciosos y con un alto impacto en el desarollo. El BID trabaja con empresas grandes y medianas, entre las que se encuentran operadores privados de servicios básicos y de infraestructura, bancos e instituciones del mercado financiero y entidades estatales que operan en varios sectores de la economía.

Agradecemos al Fondo Nórdico de Desarrollo por asociarse con el BID para contribuir al financiamiento de inversiones en proyectos de eficiencia energética y de energía renovable de autoabastecimiento. También felicitamos a todas las empresas mencionadas por tomar las primeras medidas en cuanto al desempeño sostenible sus negocios y agradecemos las contribuciones a este estudio. Extendemos los agradecimientos a Kelle Bevine, Patrick Doyle, Matthew McClymont, Ignacio Fernández Stearns, Vanessa Matos, Leonardo Mazzei y Ana Lucía Escudero que prestaron su valioso en la elaboración de este caso, así como a todas aquellas personas cuyo esfuerzo continuo contribuye a que esta facilidad alcance resultados significativos. Finalmente, agradecemos a Janelle Conaway, por unir de forma maravillosa todas las piezas de esta historia.


Nuestro negocio es con el futuro.


Banco Interamericano de Desarrollo1300 New York Avenue, NWWashington, D.C. 20577, EE.UU. Para más información, contacte [email protected] www.iadb.org/scf

Financia el Futuro Serie No. 5

Ecología Desde Los Cimientos narra cómo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en conjunto con el Fondo Nórdico de Desarrollo (FND), se encuentra trabajando con empresas a lo largo de América Latina y el Caribe para aprovechar el enorme potencial de la eficiencia energética y de la energía renovable a pequeña escala.

Costosos e impredecibles, los precios de la energía han llevado a que varias empresas comiencen a contemplar alternativas más ecológicas. En una región donde se espera que la demanda energética aumente más del 50 por ciento en la próxima década, pueden ahorrarse decenas de miles de millones de dólares solamente adoptando medidas de eficiencia energética.

El BID y el FND crearon la Facilidad de Financiamiento para la Eficiencia Energética para proporcionar el conocimiento técnico experto y el financiamiento necesario para los sectores de eficiencia energética y de energía renovable a pequeña escala, actualmente desatendidos. El hecho de que las empresas a menudo se encuentren ante elevadas primas de riesgo, rigurosas exigencias de garantía y plazos inadecuados para adoptar tecnologías más ecológicas, hace que la facilidad energética del BID resulte crucial para que muchas empresas puedan invertir en energía limpia. La facilidad se centra en proyectos con potencial de rendimientos financieros elevados, incluyendo tecnologías cada vez más económicas como la iluminación avanzada y la energía solar o de biomasa.

El BID ha realizado más de 30 auditorías de eficiencia energética y estudios de viabilidad en varios sectores, desde la cría de camarones a la confección de prendas a la actividad lechera. Especialistas en ingeniería energética llevan a cabo auditorías energéticas, evaluaciones de energía renovable de autoabastecimiento, análisis de viabilidad financiera y desarrollan planes de diseño de proyectos en Centroamérica.

Este estudio de caso expone cómo una iniciativa del sector privado se encuentra adquiriendo impulso en Centroamérica y está demostrando, empresa por empresa, la viabilidad y el atractivo de la energía renovable.

Ecología desde los cimientos también se encuentra disponible en línea en www.iadb.org/scf

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