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Actividad mesinica actual y promesa davidica antiguotestamentaria: Dispensacionalismo, hermenutica y cumplimiento neotestamentario*Dr. Darreil L. Bock Profesor de Nuevo Testamento Seminario Teolgico de Dallas

Este ensayo ofrece una presentacin detallada de dos elementos en lo que se ha llamado el "dispensacionalismo progresivo": la forma inaugurada del reino mesinico y el cumplimiento incial del Pacto Davidico. Se divide en tres partes. La primera cita las argumentos en contra de la nueva propuesta por representantes del dispensacionalismo tradicional; la segunda explica cmo es que el reino est presente en la actualidad y cules son las bases hermenuticas de dicha postura; la ltima es una exposicin exegtica de cinco pasajes que demuestran un cumplimiento de la promesa davidica hoy en da. This essay offers a detailed presentation of two aspects of what has been called "progressive dispensationalism": the inaugurated form of the messianic kingdom and the initial fulfillment of the Davidic Covenant. The article is divided into three parts. The first mentions the arguments against the position raised by representatives of more traditional dispensationalism; the second explains how the kingdom is present now and the hermeneutical bases of this position; the third is an exegetical exposition of five passages that prove that the davidic promise is being fulfilled today.

El dispensacionalismo ha sido objeto de caricaturizaciones durante, al menos, cuatro dcadas. El trmino "dispensacin" se refiere a un arreglo administrativo en el plan de Dios. El sistema teolgico del dispensacionalismo pretende analizar la naturaleza de los diferentes arreglos dentro del plan divino. Todos reconocen dos de estos perodos: Israel y la Iglesia. Los dispensacionalistas, siendo premileniales, ven tres perodos: Israel, la Iglesia y el perodo del reinado de Cristo en la tierra despus de que regrese, tambin llamado el milenio o el reino. Entre las caricaturas que han rodeado los* Este artculo fue publicado originalmente en el Trinity Journal NS15 (1994):55-87. Kairos agradece al autor y al Trinity Journal el permiso para traducir y publicar el artculo. Fue traducido por Susana Sywulka Anderson.

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intentos del dispensacionalismo de describir el plan de Dios estn: 1) que tiene dos maneras de salvacin, 2) que es antinomiano en su soteriologia, 3) que niega la pertinencia actual del Sermn del Monte, 4) que los Evangelios y las enseanzas de Jess son en su mayor parte inaplicables a la Iglesia, 5) que no tiene inters en ministrar a la sociedad y es pesimimsta en su acercamiento al ministerio, 6) que lo nico que le importa es el futuro, Israel y el rapto pretribulacional y 7) que el reino de Dios (o del cielo) es estrictamente futuro. Aunque cualquiera de estas opiniones o combinaciones de ellas se encuentran en algunos sectores del dispensacionalismo, en conjunto no describen la corriente principal de este sistema en la ltima parte del siglo veinte. El dispensacionalismo nunca ha sido tan monoltico como sus opositores lo han pintado. La historia muestra una variedad de opiniones dentro del dispensacionalismo, especialmente en uno de los temas centrales de la Biblia, el reino de Dios.1 Dentro de esta variedad, describir la naturaleza de la distincin entre Israel y la Iglesia en el plan de Dios siempre ha sido clave. Como resultado, el dispensacionalismo es conocido como una teologa que resalta la discontinuidad ms que la continuidad en la Escritura. Sin embargo, otra caracterstica del dispensacionalismo es su deseo de medirse constantemente por la Escritura. Esta dinmica ha producido recientes discusiones entre los dispensacionalistas sobre el reino y la promesa del pacto. El resultado es una propuesta que mira mucho ms continuidad en el plan del reino que las formas previas del sistema, produciendo mucha discusin e inters entre los evanglicos tanto dentro como fuera de la tradicin.2 Este ensayo resume los temas de discusin bsicos de este nuevo dilogo y responde a algunas de las crticas que se han hecho contra l. Los cambios recientes son examinados en cuatro secciones. Primero expongo el trasfondo histrico del nuevo dilogo. Segundo, examinaremos los temas fundamentales de la definicin del reino y de la hermenutica, ya que stos afectan cmo se leen los textos y los nexos que se perciben. La discusin reciente dentro del dispensacionalismo se ha centrado en estos temas. En tercer lugar, una secuencia de textos es examinada para dar la justificacin bblica de esta propuesta. Finalmente, esbozo las implicaciones prcticas de esta perspectiva de la Iglesia y el reino. Se argumenta que este acercamiento al reino ayuda a la Iglesia a mantener enfocada su misin principal.

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TRASFONDO\

Una nueva propuesta de la promesa del reino y la esperanza del pacto Los dispensacionalistas siempre han visto una inauguracin del pacto Abrahmico en la era de la Iglesia. Glatas 3 lo dej tan claro que tal opinin fue dada por-sentada. Pero el papel de los otros pactos de promesa, el Nuevo y el Davidico, han sido debatidos mucho ms en la historia de la Iglesia. En la primera mitad de este siglo, el dispensacionalismo clsico analiz dos opciones para el Nuevo Pacto. 1) Estaba escrito a Israel, pero algunos de sus beneficios se aplicaban a la Iglesia, sin cumplirse! necesariamente en ella. 2) Son en realidad dos nuevos pactos, uno! para Israel (Jer. 31) y otro para la Iglesia (Heb. 8-10). Esta segunda .opcin permita que Israel y la Iglesia, junto con los planes para cada uno, permanecieran teolgica y hermenuticamente separados, una preocupacin clave para algunos dispensacionalistas. En las dcadas de 1950 y 1960 surgi un consenso, siendo la primera opcin recibida y adoptada a gran escala. Algunos incluso dejaron la distincin semnticamente conflictiva de "la aplicacin vs. el cumplimiento", argumentando que el Nuevo Pacto fue cumplido inicialmente en la Iglesia. El resultado fue que, aunque quedaron distinciones hermenuticas y teolgicas entre Israel y la Iglesia, esta forma "revisada" del dispensacionalismo vio ms continuidad en el plan de Dios. Las distinciones fueron trazadas menos severamente que en las formas ms tempranas del sistema. Recientemente, la discusin se ha tornado hacia el papel de la promesa davidica y la actividad mesinica dentro de esta estructura. Hace poco aduje que los elementos del Pacto Davidico tambin han 3 tenido su cumplimiento inicial en la Iglesia. Este acercamiento propona la necesidad de tener un grado an ms alto de continuidad en el plan de Dios que las formas previas del dispensacionalismo. Al mismo tiempo se mantena una distincin clara entre Israel y la Iglesia. Tambin refleja una posicin ms parecida a otros sistemas teolgicos evanglicos. Mi propuesta, sin embargo, no era enteramente nueva para un dispensacionalista. Indicios de ella se encuentran tan antiguamente como en William Kelly en 1868 y en Eric Sauer a principios de este siglo, un hecho del cual me he dado cuenta slo despus de que hice esta propuesta.4 Kelly habl de una "forma

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misteriosa inaugurada" del reino noy, mientras que Sauer se preguntaba si las promesas davdicas no podran funcionar como aqullas en los pactos Abrahmico y Nuevo. En resumen, la premisa mayor que se argumenta es que la Biblia trata a cada uno de los pactos bsicos consecuentemente. El cumplimiento de un pacto es un caso de cumplimiento inicial (el "ya"), con ms cumplimiento que est por realizarse ("todava no"); an ms, tal cumplimiento tambin significa que Dios tiene todava un papel futuro para Israel dentro de ese plan. Reacciones a la propuesta Algunos" dispensacionalistas han aceptado la propuesta, otros han recibido bien la mayor parte; pero otros ms se han preguntado si la distincin entre Israel y la Iglesia estaba en peligro de diluirse demasiado. Aquellos fuera del sistema han descubierto un camino fresco y estimulante para el dilogo entre las tradiciones, como se puede ver en las reuniones anuales del Grupo de Estudio del Dispensacionalismo en la Sociedad Teolgica Evanglica. Las razones para este nuevo dilogo son: 1) ya no se puede sostener que el dispensacionalismo tiene una postura desencajada de la tarea teolgica y misionera de la Iglesia, 2) ya no se puede sostener que slo se preocupa de la discontinuidad en el plan de Dios y 3) ya no se pueden contrastar los profetas y los Evangelios en su llamado al pueblo de Dios a ser luz en un mundo oscuro. An se discute vigorosamente a favor de esta expresin moderna del dispensacionalismo, como este ensayo lo mostrar, pero queda el hecho de que aquellos que examinan esta nueva discusin abiertamente usan la palabra "reacercamiento" para describir lo que est pasando entre las tradiciones. En una era donde la divisin a menudo infecta a la Iglesia, las discusiones que unen sus tradiciones en busca de la verdad deberan ser bien recibidas. Los dispensacionalistas que han respondido a mi propuesta han hecho tres crticas especficas. 1) Algunos han planteado que le falta una defincin suficientemente especfica del reino o que ha combinado inapropiadamente diferentes tipos de enseanza sobre el reino. Aquellos que hacen esta crtica ven ms discontinuidad que yo.5 Aunque estos crticos no han discutido pasajes bblicos en detalle, tratar de ser ms especfico en la definicin, mostrando cmo una definicin dispensacional muy tradicional del reino puede funcionar con mi propuesta. 2) Otros han expresado temores acerca de la

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hermenutica de la propuesta en su intento por ver nexos entre la esperanza antiguotestamentaria y la era actual. En una tradicin que ha enfatizado la hermenutica literal, se sostiene que este nuevo acercamiento se mueve hacia una lectura ms "espiritualizada" del Antiguo Testamento.6 Esta crtica requiere una consideracin cuidadosa de la metodologa. 3) Otros han llegado a una componenda, estando de acuerdo con la esencia bsica de la propuesta del "dispensacionalismo progresivo"--es decir, ese cumplimeinto inicial de la promesa davidica que est presente-pero cuestionando la presencia actual del reinado davidico. Esta es presentada claramente por Robert Saucy.7 En este ensayo respondo substancialmente a cada uno de estos retos, sosteniendo que en el plan de Dios hay tanto continuidad como discontinuidad. Especficamente, tenemos ante nosotros dos preguntas bblicas fundamentales. 1) La declaracin de Jess sobre los misterios del reino en las parbolas de Mateo 13, Marcos 4 y Lucas 8:4-15, significa que se anuncia un programa nuevo y distinto del reino, o son esos misterios un desarrollo revelatorio de un programa del reino existente, unificado y prometido? 2) Es ese programa, o programas, del reino espiritual o poltico, o los dos? Para responder a estas preguntas se requiere examinar dos asuntos preliminares: la defncin del reino de Dios y sus factores hermenuticos. Luego se consideran cinco pasajes clave que tratan la esperanza davidica o mesinica en tanto se relacionan con Inactividad de Jess en su ministerio como en el perodo actual de la Iglesia y a la expectativa antiguotestamentaria. Responder a estas preguntas resuelve otro dilema: Jess reina activamente hoy?, y si es as, en qu sentido?8 Definir la naturaleza del reinado de Jess arroja luz sobre la naturaleza del trabajo actual de la Iglesia, lo cual ser el tema de la ltima seccin de este ensayo. ASUNTOS FUNDAMENTALER REINO Y HERMENUTICA Definiendo el reino de Dios Definir el reino no es fcil. Es el reino espiritual solamente? Es solamente poltico? Se manifiesta slo en la Iglesia o en el milenio? Es tanto espiritual como terrenal? Viene en fases? Cmo estn relacionados con l Israel y la Iglesia? Estas son las preguntas

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que operan debajo de la superficie de cualquier definicin del reino. Todos estn de acuerdo en que estas preguntas deben contestarse bblicamente. El reino es un tema desarrollado a lo largo de la Biblia. La revelacin de su carcter requiere considerar la relacin entre los pasajes del Antiguo Testamento y del Nuevo. Pero hay algunos asuntos preliminares que requieren de nuestra atencin. Primero, trato brevemente las preguntas que tienen que ver con la terminologa de la llegada del reino, la definicin del reino, el tiempo del reino y cmo definir la presencia de un reinado antes de pasar a las consideraciones hermenuticas. Trato con las afirmaciones de que no puede haber reinado a menos que 1) Israel est incluido y 2) que los enemigos estn siendo vencidos a la fuerza. Primero, el lenguaje neotestamentario de "la llegada" o "la cercana" del reino no puede ser aplicado en su totalidad al reino teocrtico de Dios, o la soberana universal divina, como lo proponen algunos dispensacionalistas. Ese reino siempre ha existido (Sal. 145:10-13), pero el Nuevo Testamento proclama un reino que no ha existido previamente. Que este lenguaje no se refiere solamente al reino de Dios en suspenso, tambin surge del hecho de que esta promesa se basa en textos del Antiguo Testamento escritos en el perodo pre-exlico cuando los israelitas esperaban esta nueva era. Israel como teocracia sujeta a la Tora no ces durante el exilio. Es esta cualidad prometida y nueva que hace del reino un aspecto del programa escatologico de Dios.9 Este programa prometido est relacionado con el reinado universal de Dios, pero slo en la medida en que ese reinado esperado se relaciona con la manifestacin del reinado soberano de Dios a travs de la promesa en lugar de su existencia previa. En segundo lugar, algunos dispensacionalistas hacen una distincin entre el reino de Dios presente en "forma de misterio" y el futuro reinado de David. Esta distincin limita al reino davidico prometido al tiempo cuando Israel ser el enfoque central de l. Ellos an podran llamar a la forma actual del reino una forma soteriolgica o espiritual para distinguirlo de su forma futura ms poltica. Esta posicin se ha asociado con algunos en el dispensacionalismo "revisado".10 En tanto que ve elementos similares funcionando dentro de cada una de las dos eras, este punto de vista es similar al mo. El desacuerdo, sin embargo, se basa en cmo se debe llamar a estos dos perodos y la relacin de la era actual con las promesas del Antiguo Testamento. Este otro punto de vista busca reservar el trmino del

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reinado davidico para las fases futuras del reino que involucrarn a Israel. Las razones para esta distincin son: 1) las diferencias de la actividad de Jess ahora y en el futuro, 2) el significado de la palabra misterio, y 3) la definicin antiguotestamentaria del reino. Hay un gran problema con esta distincin entre las formas presente del reino y la davidica posterior. Los pasajes sobre el reino futuro de consumacin y el reino presento usan las mismas frases, "reino de Dios" o "reino de Cristo" (cp. Le. 19:11 [futuro] con 11:20 [presente]). Esta coherencia muestra la unidad del programa del reino. As que, argumentar una distincin aqu es reafirmar la antigua postura dispensacionalista de que "el reino de Dios no es igual al reino de los cielos", slo que ahora, en vez de una distincin que existe en el presente, se hace en el futuro. Sin embargo, as como la antigua distincin no se debera hacer y fue ampliamente rechazada por los dispensacionalistas ms tardos porque los mismos trminos se usan intercambiablemente en pasajes paralelos sobre la promesa del reino, as el uso consistente de la frase "reino de Dios" para la realizacin de la promesa en las dos fases-presente y futuro-indica que este nuevo intento de hacer una diferenciacin tambin se debe rechazar. El Nuevo Testamento presenta un programa en dos fases, una en el futuro y otra en el presente. Entre los pasajes con miras al futuro estn Lucas 19:11, Hechos 14:22 y Apocalipsis _11:15. De hecho, la mayora de estos textos sobre el reino en el Nuevo Testamento tienen al menos una mirada puesta en el futuro. Pero otros enfatizan o implican una forma presente del reino. Mateo 21:43 muestra al reino siendo dado a una "gente" (un grupo que incluye las naciones).- iBste hecho debe-incluir la era presente y al mismo tiempo implica que la promesa que ahora llega a su realizacin fue "sembrada" en los das antiguos (Mr. 12:9; Le. 20:16). Juan 3:3-15 establece claramente que no se puede entrar al reino sin antes nacer de nuevo. Este argumento tiene sus races en el Antiguo Testamento (Jer.~3t:1334; Ez. 36:22-38), donde el nacer de nuevo se relaciona con la actividad del Espritu. La vida eterna comienza con el renacer a travs del Espritu y conociendo al Padre y al Hijo (Jn. 4:10-12; 7:37-39; 17:3). La promesa del reino est claramente ligada a la presencia del Espritu, la cual viene en la era actual despus de la glorificacin de Jess (es decir, muerte, resurreccin y asencin; Jn. 7:39). Hechos 1:6-7 da a entender la restauracin futura del reino a Israel. Esta enseanza sugiere que Israel ha perdido el contacto con el reino en

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la era presente, lo que implica la existencia actual del reino. Hechos 15:15-16 indica que "el tabernculo de David est siendo reedificado para que los gentiles puedan participar en su bendicin". Este pasaje tambin contempla una forma actual del reino.11 Colosenses 1:13 ensea que el reino del amado Hijo de Dios es el reino presente de liberacin al cual se ingresa despus de ser rescatado del dominio de Satans. La presencia de la autoridad actual de Jess sobre las fuerzas espirituales encuentra su confirmacin en Efesios 1:19-23 y 1 Pedro 3:22. Estos dos pasajes aluden al Salmo 110:1, un texto al cual Jess llama mesinico explcitamente en Mateo 21:41-46, Marcos 12:35-37 y Lucas 20:41-44. La autoridad mesinica actual de Cristo sobre la creacin se confirma en Colosenses 1:15-20, con una alusin real clara al Salmo 89:27 en el uso del ttulo "primognito". Mateo 22:1-10 y Lucas 14:16-24 narran la parbola que describe a los invitados originales (la mayora de stos de Israel), los cuales se rehusaron a ir al banquete anunciado del rey. Sin embargo, ste no se pospuso, sino que fueron invitados otros (los necesitados y gentiles). De hecho, ciertos pasajes se refieren claramente a la llegada del reino con poder y presencia durante el ministerio de Jess (Le. 11:20; 17:20-21). Es decir, la llegada del reino no fue pospuesta, sino que sigui de acuerdo con el plan divino. Estos versculos describen la promesa de un rey en la era presente. Tales pasajes muestran la unidad del concepto, aunque en su manifestacin futura viene en su plenitud como el Antiguo Testamento lo promete (Hch. 3:18-21; Ro. 11:25-28). Las formas ms antiguas del dispensacionalismo proponen un programa del reino prometido en el Antiguo Testamento "pospuesto", con base en una distincin entre el programa del reino de Israel y el trabajo de Dios en la Iglesia. Sin embargo, los versculos que se sealaron anteriormente van en contra de cualquier aplazamiento de este programa. Aunque el papel central de Israel en el programa del reino parece ser pospuesto, ese atraso no involucra el retraso del reino en s o un retraimiento de la oferta del reino a otros (vase Hechos 13:15-41). El papel central de la nacin en ese programa se ve claramente afectado por el juicio debido al rechazo de Cristo durante su primera venida (Le. 13:34-35; 18:41-44). En su descripcin, Pablo dice que las ramas naturales han sido temporalmente puestas a un lado (Ro. 11:17-24). Pero la promesa an est vigente y disponible. La aparente postergacin del reino, desde un punto de vista antiguotestamentario/judo, resulta en parte del hecho de que el programa ocurre en el contexto de dos venidas, en vez de una sola venida anticipada

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inicialmente. Cuando se divide el ministerio de Jess en dos venidas, parece que hay un lapso entre ellas. Pero las bendiciones bsicas del reino, como el Espritu, vinieron durante ese perodo, mostrando que la bendicin del reino no estaba enteramente ausente. El aparente retraso tambin, refleja el rechazo inicial de Israel de responder a la oferta del reino. El "atraso" es como el tratamiento que Dios le dio a Nnive en el libro de Jonas, slo que a la inversa. El Seor demora la bendicin nacional hasta que el pueblo responda, as como pospuso el juicio de Nnive hasta que se volvi a Dios. En otras palabras, el reino sigue siendo ofrecido, a pesar de que Israel lo rechace y viene inicialmente en el derramamiento del Espritu por Cristo, como lo prometieron Juan el Bautista y el Antiguo Testamento (Le. 3:15-18; 24:43-49; Hch. 1:8). Existe un segundo problema en el intento de separar el futuro del presente en el programa del reino. La relacin entre el evangelio, el misterio, la promesa del Antiguo Testamento y la actividad de Jesucristo en las descripciones del programa se examinar despus en la discusin del misterio en Mateo 13 y Romanos 16. Todos los acercamientos dispensacionales-ya sea que vean el futuro separado del presente o el presente ligado con el futuro-estn de acuerdo con particularidades claves sobre el futuro, por ejemplo, que la futura fase del reino restaura a Israel a un papel central y que este cumplimiento cumple la promesa en su plenitud. El intento de limitar el reino davidico al futuro a menudo se da por sentado dentro del dispensacionalismo, pero los pasajes que se examinan a continuacin lo refutan. As que, cmo se define el reino? La definicin de J. Dwight Pentecost es un punto de partida adecuado. Involucra el ejercicio de la autoridad de reinar, una esfera sobre el cual reinar y la gente sobre la cual se ejerce autoridad.12 En otras palabras, un "reino" requiere autoridad inherente (soberana), un reino que est en funcionamiento (subditos) y un reinado ejercido (poder gubernamental ejercido). Ahora, se discute en cuanto a cul de estos elementos predomina sobre los otros, pero el hecho de que todos deben estar presentes est claro. No se puede reinar legtimamente sin el derecho de hacerlo. No se puede reinar al menos que haya alguien sobre quien hacerlo. Un reino implica subditos y un lugar donde ejercer el poder. Un asunto central en la actual discusin entre dispensacionalistas tiene que ver con la inauguracin, el tiempo y el carcter de ese reinado. Robert Saucy sostiene que el tema de la llegada del

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reino es predominantemente futuro y as especialmente es cualquier concepto de reinado. Estoy de acuerdo con l en que 1) el reino tiene dos etapas, 2) el reinado del reino de Dios es predominantemente una idea futura en el Nuevo Testamento, 3) el reinado a fin de cuentas involucra a Israel en su realizacin ms plena y 4) nosotros no reinamos con Jess ahora en cuanto a ejercer poder coercitivo.13 Pero, requiere un reino la presencia de poder coercitivo? Debe uno sujetar completamente a los enemigos para poder tener un reinado? Esto parece ser lo que asume Mark Saucy.14 Rpidamente desplazando el papel significativo de Hechos para esta discusin enfoca Hebreos. El distingue entre la posesin de autoridad de Cristo como Hijo y el ejercicio de su autoridad ahora. Para l, Cristo ha recibido la posicin de Hijo, pero an no ejerce su autoridad como tal. Esta distincin, si es correcta, sera crucial para definir si el reino est presente ahora. Pero una pregunta clave hace surgir dudas sobre esta distincin. En base a cul autoridad distribuye Jess los beneficios de la salvacin como el Mesas, si no es por el ejercicio de la autoridad real? Pedro afirma que es por estas acciones que uno puede saber que Jess es el Cristo (Hch. 2:30-36).15 Ntese 1 Corintios 15:25: "porque preciso es que l [Cristo] reine [, tiempo presente] hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies". Mi tesis es cuestionar la idea de que Jess es presentado como pasivo en Hebreos o en el Nuevo Testamento, aunque estoy de acuerdo en que actualmente no est reinando coercitivamente desde la diestra de Dios. Cuando Mark Saucy sostiene que Jess "no ejerce su seoro excepto (nfasis mo) para liberar a cautivos y de otra manera mediar su salvacin en esta era", concuerdo; pero yo notara que sta es una excepcin muy significativa, porque es la salvacin que se describe como parte del reinado!16 La distincin, aunque sutil, es muy importante. La actividad salvifica del reino de Jess es tan importante como cualquier reinado sobre los enemigos. De hecho, implica algn poder sobre ellos, tanto como implica una influencia ms grande que la presencia del pecado y Satans en el mundo (Ef. 1:1923; Col. 1:12-14; 2:10-15; 1 Pe. 3:22). Jess no est reinando plenamente, pues hay mucho poder que l mostrar en el futuro; pero eso no quiere decir que no est reinando en ningn sentido.17 Sealar estos beneficios del reinado es importante, para que entendamos que la igleisa y el creyente tienen grandes recursos para vencer al pecado, a Satans y a s mismos. Si la Iglesia o el creyente fallan en vivir

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santamente, no es porque Jess no tenga la autoridad que les capacite para ello, o porque la comunidad carezca de suficientes recursos. De hecho, otra pregunta escrutiadora requiere de nuestra atencin. Cul es el propsito de la Biblia en hablar de dos fases del reino, si no hay un aspecto funcional de l ahora? Tal vez sera mejor creer que slo hay una fase futura del reino, si la actual carece de actividad. Otros dispensacionalistas, orientados ms clsicamente han tratado de sostener esa postura, como se not anteriormente y la mayora de la generacin previa del dispensacionalismo "revisado" lo rechazaron como una alternativa aceptable.18 La pregunta bsica para todos los acercamientos es sta: La Biblia describe alguna actividad actual relacionada con la promesa y la autoridad benfica que involucra una funcin real o una expresin de autoridad ejecutiva mesinica? Si es as, no es eso un reinado, ya que un gobernante est ejerciendo autoridad soberana a beneficio de sus subditos? La mayor inquietud de este ensayo es afirmar que el Nuevo Testamento presenta tal enseanza. Si la concesin de autoridad mesinica es ms que solamente un derecho recibido pasivamente para ser ejercido plenamente en el futuro, e involucra el otorgamiento presente y activo de beneficios a esos subditos de un rey prometido que activamente ejerce derechos reales, entonces un aspecto del reinado ocurre ahora dentro de la perspectiva de la promesa del reino. Claro est que hay ms por venir y que la plenitud de lo que vendr refleja lo que el Antiguo Testamento anticipaba. Pero aun as, no es la cuestin de la presencia de la totalidad de la promesa, sino si algunos de sus elementos estn presentes. Esta es la cuestin fundamental que rodea la pregunta de la presencia actual de la autoridad del reino. Acerca de la hermenutica y pre-conocimiento Las discusiones entre dispensacionalistas sobre la relacin entre los testamentos hacen surgir la definicin de asuntos hermenuticos muy importantes. Aquellos que sostienen distinciones entre los programas, frecuentemente las vern en el texto con base en principios hermenuticos. Otros desean definir la naturaleza de estas diferencias con base en cada caso en particular. Ellos tendern a ver ms continuidad. As que surgen las preguntas: 1) Hermenuticamente, por qu se debe ver continuidad? 2) Cmo se puede definir dnde existe la discontinuidad? Al ordenar las respuestas y las relaciones

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hermenuticas entre continuidad y discontinuidad, exponemos cuatro asuntos fundamentales.19 1) Al trabajar con un concepto, uno no debe limitarse a una terminologa especfica. Por ejemplo, un reinado puede connotarse de muchas maneras sin usar el trmino . Un ejemplo ilustrativo de pasar por alto conexiones,conceptuales claras aparece en el tratamiento que Mark Saucy le da a la evidencia arqueolgica.20 Buscando probar su tesis de que Jess no est reinando activamente en esta era, l nota que Jess nunca es descrito como Rey en los carcfagos romanos o las pinturas de las catacumbas, pero aparece como el Buen Pastor, el hacedor de milagros, o el filsofo. Tambin sostiene que eP Nuevo Testamento no llama rey a Jess ni usa el lenguaje de un "reinado" para la era presente. Pero estos temas no justifican las conclusiones de Saucy. El falla en notar que el trasfondo de la imagen del pastor es Ezequiel 34:23-24, que anticipa a Dios librando a su pueblo a travs del reinado de un solo pastor-iexactamente lo que Jess hizo y har (Jn. 10; note tambin Miq. 5:2-3)! Pero, por qu no se le llama rey a Jess?, o por qu carece el Nuevo Testamento en gran parte de terminologa del reino para la era actual? Primero, el ttulo Mesas incluye una dimensin real, as que cuando el Nuevo Testamento lo usa, el texto llama rey a Jess (Ro. 1:2-4; He. 1; Ef. 1:19-23 y as tambin muchas veces el ttulo "Seor"). Segundo, dados los malentendidos de la naturaleza del reinado presente de Cristo, evidentes an durante su ministerio terrenal, la vacilacin en usar el trmino para el perodo actual no es sorprendente. El Nuevo Testamento no quera dar la impresin de una escatologia totalmente realizada, describiendo al reino como ya llegado en su plenitud y que incitara a los creyentes a valorar ms el dominio que el servicio (1 Cor. 4:8-13). An as, se levanta el reto de probar la presencia del reino con otra terminologa, para quien defiende que existe tal presencia. Con gusto acepto este reto en la siguiente seccin. 2) Si el Nuevo Testamento expresa una idea sobre el reino en el marco teortico de promesa y cumplimiento, entonces uno esperara que el trasfondo fuera la promesa del Antiguo Testamento tocante al reino-a menos que claramente se indique que se est considerando otra promesa. Aqu el desafo de presentar sus evidencias recae sobre los que distinguen entre los programas del reino. Presuponer distinciones solamente para crear programas distintos por definicin no es ensear que la Biblia realmente hace esa distincin.21 Una

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diferenciacin entre los programas del reino usualmente se hace apelando al concepto neotestamentario del misterio, as que este trmino y sus implicaciones requieren una consideracin cuidadosa en tanto se relaciona con el mensaje del evangelio. Este tema tambin se tratar en la siguiente seccin. Otro argumento para tal distincin sostiene que la ausencia de cualquier elemento de promesa en la era actual significa que el cumplimiento de la promesa no est presente. Pero esto ignora la posibilidad del cumplimiento parcial, una opcin que no se puede definir como fuera de consideracin antes de que empiece la discusin. 3) La unidad y autoridad de la revelacin bblica conlleva tres corolarios hcrmenuticos fundamentales. a) Una promesa en el Antiguo Testamento hecha a un receptor especfico debe beneficiarlo aunque la promesa luego sea expandida para incluir a otros. La nica manera de excluir al receptor original es por una revelacin especfica que deje bien claro que la promesa ahora excluye permanentemente al receptor original.22 Es este principio el que mantiene a Israel a la vista en el programa del reino, porque a corto plazo muchas "ramas naturales" han sido removidas, aunque las ramas naturales sern injertadas otra vez (Ro. 11:2528). 23 Anteriormente hemos planteado esto positivamente como el principio de hermenutica complementaria.24 La hermenutica complementaria sostiene que algunas partes del cumplimiento neotestamentario no tienen que agotar la promesa o representar un cumplimiento "sustituto" permanente para el receptor original (es decir, la Iglesia por Israel). Eso significa que algunos cumplimientos del Nuevo Testamento son la primera etapa de un cumplimiento postrero y que el cumplimiento en la Iglesia no tiene que excluir un cumplimiento futuro en Israel. b) No significa refutar cualquier doctrina o propuesta de definicin el sostener que la enseanza est limitada solamente a un texto o autor. Tampoco es un problema apelar a una riqueza de alusiones en el Antiguo Testamento para abogar por el cumplimiento inicial de la promesa davidica. Los dispensacionalistas y premilenialistas deben apreciar en especial este argumento. Slo un pasaje, Apocalipsis 20:4-6, nota el marco de tiempo especfico de mil aos para el reino futuro y sin embargo ese pasaje en el contexto de la revelacin progresiva se vuelve un pasaje que define otros pasajes en la Biblia del reino consumado. Si un reino de mil aos es enseado

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en este pasaje como definiendo la naturaleza de la forma futura del reino, entonces todos los pasajes sobre ese aspecto del programa del reino toman ese marco de tiempo. Por lo tanto, aquellos que han objetado mis propuestas anteriores sobre la promesa davidica basados en que solamente me refer a Lucas y Hechos no tienen un buen argumento. Aunque slo se pudiera basar esta postura slo en Lucas, su enseanza es parte del panorama cannico total y no se puede ignorar. Y an ms, el ensayo al cual nos referimos (en Disperisationalism, Israel and the Church) bas su argumentacin en LucasHechos y Apocalipsis, mostrando que ese punto de vista vino de ms de un autor. Otra variacin de esta objecin es que las alusiones del Antiguo Testamento por s solas no pueden apoyar el cumplimiento inicial del reino davidico pactado. Pero aquellos que hacen esta objecin deberan dar un vistazo a sus propias estructuras teolgicas y su hermenutica, que utilizan exactamente las mismas tcnicas y argumentacin. Cmo se puede desarrollar un punto de vista de la escatologia futura de Apocalipsis sin apelar al uso de la alusin, ya que Apocalipsis no tiene ninguna cita del Antiguo Tesamento? Cmo puede hablar uno del perodo de siete aos de a Gran Tribulacin sin conectar las alusiones en el Nuevo Testamento con los pasajes en Daniel 9? Apelar a alusiones para hacer un punto teolgico es parte de una buena hermenutica. Solamente en un anlisis de caso por caso se puede establecer si una supuesta conexin tiene buena base. Apelar a la alusin no puede y no debe ser excluida en principio. c) La revelacin de la promesa davidica y del reino no est limitada a 2 Samuel 7. Este bien podra ser el asunto crucial en toda esta discusin. 2 Samuel 7 no es ms que el comienzo de la promesa de una dinasta especfica. La promesa incluye todos los pasajes del Antiguo Testamento que desarrollan la esperanza davidica (Sal. 2, 16, 89, 110, 118, 132; Isa. 9-11, 55; Jer. 23, 30, 33; Ez. 24-27; Dan. 2, 7, 9; Os. 3; Am. 9; Zac. 12-14), ms cualquier pasaje del Nuevo Testamento ligado a la esperanza mesinica. Esta observacin tiene un corolario. El concepto de casa, reino y trono resume bien una definicin inicial de la promesa pactada davidica e indica claramente dnde termina la esperanza davidica en trminos de cumplimiento total. Pero estos conceptos no agotan el sentido de la promesa, cuando otros pasajes que estn explcitamente ligados a la esperanza davidica estn incluidos en la discusin abarcadora de lo que ensea la Biblia sobre la esperanza davidica. En

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otras palabras, los tres elementos no tienen que estar presentes para que haya un cumplimiento inicial de esta esperanza. As que solamente citar una lista, a fin de cuentas, de cumplimientos futuros dentro de la nacin de Israel tomados del Antiguo Testamento no tiene que descartar un cumplimiento inicial declarado para la Iglesia ahora en el Nuevo Testamento. No debemos limitar la decisin a una opcin de "o ste, o aqul": o cumplimiento ahora en la Iglesia, o cumplimiento por venir en Israel.25 An as, algunos dispensacionalistas manejan la pregunta de esta manera. Por ejemplo, C. Rogers, Jr., sostiene que la actividad actual de Jess no es una expresin de su reinado en el trono de David sobre el reino de David.26 El cuestionamiento viene por la insistencia de que el reino de David (o sea, Israel) debe estar presente para que exista evidencia de la presencia de las promesas y la autoridad de David. Aunque en su mayora ignora los numerosos nexos que mostrar en la siguiente seccin, Rogers hace una admisin clave: "Aspectos espirituales del Pacto Davidico, tales como el perdn, la justicia, las bendiciones para todas las naciones, y otros...pueden tener paralelos tanto en la Iglesia como en el reino davidico." Este era precisamente mi punto sobre la presencia actual de algo de la promesa y autoridad (reino!) davdicos en la actividad presente de Jess. Pero Rogers va ms all al asegurar que la participacin de la Iglesia en estos beneficios no significa "asumir falsamente que las similitudes significan igualdad". Pero la propuesta de Rogers ignora dos asuntos clave y, por lo tanto, no puede sostenerse. 1) Mi propuesta no defiende igualdad total, pero la conexin y la similitud son una posibilidad que l nunca considera. 2) Cuando estos aspectos davdicos espirituales son sealados en el Nuevo Testamento, se mencionan especficamente en relacin con pasajes de la promesa mesinica del Antiguo Testamento, un asunto que muestra que la Iglesia Primitiva vinculaba la promesa del pasado con la nueva realidad.27 Otros tienden a plantear la misma pregunta de "o ste o aquel" pero optan por el presente. Ya que el cumplimiento viene ahora en la Iglesia, por defincin se excluye un futuro para Israel. Este ha sido el camino de la mayora de acercamientos de la teologa del pacto, incluyendo a muchos premilenialistas del pacto. Sin embargo, stas no son las nicas dos opciones. Los acercamientos antes mencionados no permiten la posibilidad de un cumplimiento de "ste y aqul" a la luz del patrn de la actividad de

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Dios, donde el cumplimiento puede llegar en etapas-como en el caso de los pasajes acerca de la venida de Cristo. La presencia de un cumplimiento de "ste y aqul" no significa que el cumplimiento en la Iglesia demande un no-cumplimiento en un Israel futuro y vice-versa. Con los cumplimientos inicial y futuro, uno puede tener algo de ello en la igleisa ahora y ms para Israel despus. Tal cumplimiento en dos fases no es cuestin de sensus plenior, interpretacin espiritualizada, o ningn otro acercamiento especial a un tipo de hermenutica nico. Simplemente busca honrar el progreso de la revelacin dentro del canon. Reconoce la presencia de cumplimiento "en patrn" (o tipolgico-proftico) conforme progresa la revelacin, una categora escritural de cumplimiento que permite un cumplimiento en etapas con la posibilidad de realces que aparecen conforme progresa la promesa.28 La opcin del cumplimiento "ste y aqul" tambin se puede poner en trminos de "ya y todava no", un marco que a menudo se ha aplicado al reino. Pero el simple uso de la frase o de su historia pasada no es tan importante como definir el contenido de las dos fases del reino en cualquier propuesta de "ya y todava no". Tener esta perspectiva no presupone un acercamiento hermenutico nico, como algunos crticos dispensacionales de nuestra nueva propuesta han sugerido. Lo que es nico en la presente formulacin de la tensin del "ya y todava no" es una hermenutica complementaria que insiste en que el cumplimiento del Nuevo Testamento, no redefine el significado del Antiguo Testamento. En otras palabras, tanto la promesa del Antiguo como su nexo en el Nuevo deben ser estudiadas en sus propios contextos antes de que se relacionen entre s. La nueva enseanza desarrolla la promesa al venir a ampliar la promesa antigua, excepto en esos casos donde se dice especficamente que la pfomesa antigua es puesta a un lado. Esta es la naturaleza complementaria de la promesa. La Iglesia no reemplaza a Israel en el plan eterno de Dios. Cualquier intento de examinar esta formulacin ms reciente del "ya y todava no" debe tratar con esta gran diferencia en articular su contenido de otras formas del "ya y todava no" ms orientadas al reemplazo, donde la Iglesia simplemente reemplaza a y se vuelve Israel en el plan de Dios.29 El cumplimiento de la promesa davidica en esta nueva formulacin de la tensin "ya y todava no" ve tanto el cumplimiento presente como el futuro centrados en Cristo. Jess es el centro del cumplimiento y su posicin futura como Rey de Israel, reinando desde

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Sion sobre toda la tierra, cumplir el papel central dado a Israel en el reino de Dios y su plan del pacto (Le. l:31-33).30 Es un papel que el Antiguo Testamento "siempre afirm que pertenecera al gran gobernador prometido de Israel y a travs de l a la nacin. Judos y gentiles son iguales soteriolgicamente como resultado de la obra de Cristo, pero eso no significa que la obra de Dios a travs de Israel y su semilla han sido puestas a un lado (Hch. 3:18-21). Es posible usar el marco del "ya y todava no" y tambin mantener un futuro para Israel. No basta con criticar slogans; el contenido de cualquier propuesta se debe examinar cuidadosamente. Este punto de vista teolgico de las fases del reino en el marco del "ya y todava no" no es inusual, ya que todas las tradiciones teolgicas afirman fases en la salvacin. Ya somos salvos (justificacin), pero la consumacin de nuestra salvacin est an por venir (glorificacin). Lo que poseemos ahora no es ms que un anticipo de mucho ms que vendr despus. Si las dos fases de cumplimiento definen nuestra soteriologia, no es de esperarse como parte de la escatologia de que sustenta esa soteriologia? La definicin de la promes davidica en 2 Samuel 7 es fundamental, pero todos sus elementos no necesitan estar presentes en cada paso del proceso de cumplimiento. "Casa" significa que uno de los descendientes de David es la fuente del reinado. "Trono" se refiere a la autoridad de reinar como el representante de Dios sobre su pueblo, quienes forman el reino. El asunto del trono no es el lugar del reinado ni la descripcin de una silla literal en la cual se sienta un rey, sino la presencia de un reinado. "Reino" es un cuerpo tanto social como espiritual sobre el cual reina el rey, ya que an un rey como Salomn tena un responsabilidad espiritual por su pueblo, como lo muestran Proverbios, Samuel, Reyes y Crnicas. Estos elementos en 2 Samuel 7 en realidad se diferencian en poco de los elementos del gobernador (descendiente), el reinado (autoridad ejercida) y el reino (personas sobre las cuales se reina) en la definicin del reino. Pero se aaden dos detalles: 1) el gobernador es de la casa de David y 2) Israel est involucrado de una manera u otra en este reinado. Lo que el punto de partida no nos dice es si la revelacin subsecuente expande el reinado prometido para incluir a otros que no se contemplaron inicialmente. Por ejemplo, el Pacto Nuevo se ampla para incluir a los gentiles, aunque originalmente fue dado a Israel.

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Hay otra pregunta clave que se debate en la discusin sobre el progreso y la expansin de la promesa. La ampliacin del significado implica un cambio de significado? Esta es una pregunta importante para los que estn preocupados por la coherencia de la interpretacin. El hecho de que se incluyan a los gentiles en una promesa dada originalmente a Israel, o que la Iglesia cumpla promesas inicialmente dadas a Israel, cambia el Pacto Nuevo? La respuesta es s y no. Por un lado, aadir a la revelacin de una promesa es introducir "cambio" en ella a travs de la adicin. Pero esa es precisamente la forma en que progresa la revelacin, es decir, aadindole elementos a la esencia de una promesa previamente dada. Si la promesa estuviera presente con su significado completo desde el principio, dnde estara entonces el progreso revelatorio de la promesa? No habra progreso, solamente una nueva presentacin de significado. Pero la promesa inherentemente mira hacia adelante, y como tal, establece el fundamento para la ampliacin sin demandar que todos sus elementos del cumplimiento de la promesa estn presentes explcitamente desde el principio. El progreso y la ampliacin pueden ocurrir sin menoscabar una coherencia en el significado, lo cual es necesario para que los pasajes sean entendibles y la hermenutica, estable. En resumen, la revelacin de la promesa y su naturaleza no son estticos^_sino un - proceso dinmico de revelacin progresiva sobre los pactos de Dios. En las promesas relacionadas con los pactos bblicos, este proceso funciona con que la bendicin gentil se asocia desde el principio con la promesa a Abraham y su simiente (Gn. 12:3). Progresa a travs del reconocimiento de que tal bendicin viene en ltimo caso a travs de la simiente de Abraham, el Cristo, la simiente prometida de David, quien tambin es el Hijo de Dios (Ro. 1:2-4; Gal. 3). Sin embargo, antes de que la promesa llegara a una referencia tan especfica, la simiente de Abraham fue primeramente una referencia a Isaac, Jacob y luego a los doce hijos, culminando con la nacin de Israel, como hace claro la historia de Gnesis. Esta clase de referencia "ste y aqul" en el progreso de revelacin muestra la clase de posibilidades multifacticas que existen para la promesa, aun aqullas relacionadas con la promesa del pacto. Hay diversidad y unidad en la promesa. Por el otro lado, tal ampliacin de significado no es un cambio en el significado, pues las caractersticas originales de la promesa en ltima instancia permanecen intactas. Debemos entonces dar lugar al cumplimiento parcial de los pasajes de la promesa en el contexto del

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progreso de la revelacin. Tanto la parcialidad del cumplimiento como el progreso de revelacin deben mantenerse en mente al examinar estos pasajes. La revelacin bblica de la promesa no cesa con Malaquas, y la revelacin en el Nuevo Testamento no ignora lo que se prometi en el Antiguo Testamento. Ms bien, el Nuevo Testamento presenta y desarrolla la esperanza del Antiguo. La promesa puede desarrollarse ms all de los lmites del Antiguo Testamento y, sin embargo, ese desarrollo an est conectado con la promesa original. Se puede cuestionar este tercer corolario al tratar de argumentar a favor de las distinciones basadas en el desarrollo de la promesa en el Nuevo Testamento. Una consideracin muy justa en cuanto a esa pregunta es la meta de la siguiente seccin. Sin embargo, hay menos distinciones que las que los dispensacionalistas han mantenido en el pasado. Estos asuntos adicionales de continuidad ayudan a unificar el programa del reino y el programa mesinico. 4) La ltima observacin hermenutica involucra una seria consideracin de la posibilidad de cumplimiento parcial. Si una promesa contiene varios elementos, es posible tener un cumplimiento parcial al tener algunos de esos elementos ya realizados. En otras palabras, tener un cumplimiento inicial es distinto a tener un cumplimiento total. Esta distincin surge cuando la realizacin declarada de algunos aspectos de la promesa aparecen en el Nuevo Testamento junto con las promesas del Antiguo, ya sea al citarlas o hacer una alusin a ellas. Lina vez ms, los pasajes deben poner en marcha este desarrollo. Esto significa que aunque el reino como se concibe al final involucre un papel poltico para Israel, puede que tenga una forma diferente inicialmente, siempre y cuando algunos elementos claves estn presentes. Si se tiene un gobernador, un reinado y un reino sobre el cual reinar ahora, que est relacionado con una promesa pasada, entonces se puede tener un aspecto del cumplimiento del reino, aunque eventualmente demuestre aspectos ms plenos en el futuro. Estos asuntos hermenuticos cruciales deberan quitar los posibles obstculos del malentendido en la discusin. Pero al final, uno debe examinar los pasajes para formular un postulado. Asocia el Nuevo Testamento la promesa y la presencia davidica con la era presente? Reina Cristo hoy sobre un aspecto del reino prometido? Si es as, qu forma toma ese reinado y qu significa su presencia para el llamamiento de la Iglesia? A continuacin, cinco pasajes clave

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demandan nuestra consideracin.

CINCO PASAJES CLAVE DE LA PROMESA DAVIDICA Lucas 1I67-7931 El himno de Zacaras es un salmo de alabanza. Esto significa que su tema aparece al principio como un llamado a la alabanza (vs. 68-70). La razn de ella se desarrolla en el resto del salmo. Este se elabora en base al anuncio, que ya tena un sabor real, dado a Mara, con respecto al reino y su relacin con Israel en Lucas 1:31-33. Zacaras alaba a pos por traer la redencin a su pueblo al levantar un cuerno de la casa de David, as como Dios lo promete en los profetas. Esto es claramente, una referencia a la promesa mesinica. Es decir, el salmo da un panorama general de la promesa en el .Antiguo Testamento de la esperanza davidica. De hecho, la concesin de la misericordia a favor del pueblo tambin se relaciona con la expectativa abrahmica (vs. 72-73). Tanto el compromiso del pacto Abrahmico como del Davidico se unen aqu. Pero, qu involucra la visita divina? Consiste en 1) vencer a los enemigos de Dios para que su pueblo pueda servirle (vs. 74-75) y 2) la presencia de la luz salvadora para guiar a las personas fuera de la oscuridad y la muerte (vs. 78-79). De hecho, la visita de Dios se ve en la llegada de la luz, ya que el verbo (visita/visitar) se repite para enfatizar la relacin (, . 68; , v. 78). La imagen de luz en s tiene dos fuentes en el Antiguo Testamento, Isaas 9:2 y Nmeros 24:17. Es posible que haya una alusin ms a Nmeros 24, porque esa profeca tambin subraya la fuerza de la estrella de la maana de Jud al tratar con sus enemigos (24:7-9), un concepto similar a la idea del "cuerno" que sale de la casa de David (un cuerno es la imagen de fuerza, Dt. 33:17; 1 Sam. 2:10; Sal. 132:17). De hecho, tambin hay imgenes de cetro en Nmeros 24:17. Las alusiones aqu son cruciales, ya que el Salmo 132 trata la promesa de Dios a David y el Salmo 132:17 pone el cuerno y la lmpara lado a lado en un paralelismo. As que la actividad salvadora y guiadora del rey es parte de su funcin real como un descendiente de David tal como se ve en la esperanza antiguotestamentara. Aqu tenemos todos los elementos de un reino: una autoridad otorgada (la funcin como luz salvadora); un reino (el pueblo de Dios) y esa autoridad ejercida (el prospecto de liberacin

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a travs de ser guiados a la verdad y al camino de la paz). La imagen de la luz que amanece no es exclusivamente de Lucas, ya que tambin aparece en Mateo 4:16 en relacin con el mensaje predicado por Jess (usando Isaas 9:2). La presencia de la luz se describe como una realidad cumplida en Efesios 5:1-14 y Colosenses 1:12-14. Hay un asunto literario tambin. El himno sirve como una introduccin a la enseanza del Evangelio de Lucas. Se debe leer lo que resta del Evangelio para ver el nfasis y el punto de vista de esta introduccin. Tal lectura revela que estos enemigos deben definirse no solo como Roma, sino tambin como las fuerzas espirituales que estn detrs de ella. Los temas de luz (Le. 2:30; Hch. 26:16-23) y visitacin (Hch. 15:14) tambin continan a travs de los dos volmenes de Lucas, apareciendo an despus de las parbolas del misterio del reino para ensear que estos temas todava estaban siendo descritos como realizados en este perodo inicial. El significado del tema de la luz, con sus races en el Antiguo Testamento, es que esta imagen incluye tanto a los gentiles como a Israel dentro de su alcance, tal como Lucas 2:30 y Hechos 26:16-23 lo expresan claramente. Estos textos nos hacen recordar las imgenes reales davdicas al mismo tiempo que se discute la actividad actual Mateo 3:11-12 y pasajes paralelos Este pasaje crucial explica cul es el indicador de la llegada del reino. El mensaje de Juan se introduce en el v. 2: "Arrepentios, porque el reino de los cielos se ha acercado". Mateo 3:3 ensea que Juan prepara el camino para el Seor, es decir, su llamado refleja Isaas 40:3. Ahora surge una pregunta muy importante. Cmo sabr uno que el reino y el Seor han venido? Despus de varios versculos que exponen la necesidad del arrepentimiento a la luz del juicio por venir, Juan da la respuesta en el v. 11: "Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras m, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es ms poderoso que yo; l os bautizar en el Espritu Santo y fuego". Despus de relacionar todo el pasaje, no es irracional sugerir que la forma en que sabemos que el reino de los cielos ha venido es por el hecho de que el "ms fuerte que viene despus" de Juan trae la obra purificadora del Espritu, separando a la humanidad en trigo y cizaa. Es decir, el reino viene cuando el Mesas trae al Espritu. Marcos 1:1-15 recalca esto al mostrar a Jess

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y a Juan predicando ci mismo mensaje. Lucas 3:15-18 lo hace al tener a Juan mencionando el bautismo con el Espritu despus de una pregunta respecto a si l era el Cristo. Para Lucas, la manera de reconocer que el reino y su Cristcf han venido es por el derramamiento del Espritu por el Mesas (Hch. 11:15-17; 19:4-5). El asunto bsico no se debe pasar por alto. Juan el Bautista anuncia el acercamiento del reino y nota que llega cuando el ms fuerte trae al Espritu. Este tema es paralel al nexo Espritu-reinovida que se encuentra en la enseanza de Jess a Nicodemo en Juan 3. Cuando el Espritu viene, el reino y la promesa de vida renovada llegan tambin. El reinado de Dios involucra autoridad para congregar a un pueblo redimido. Ahora bien, algunos podran objetar que lo que se est contemplando aqu es el juicio final de separacin antes del establecimiento del reino futuro, ya que la presencia de la cizaa indica un juicio decisivo. Pero esta observacin ignora dos factores importantes. 1) El reino que Juan anuncia se dice estar cerca: el hacha est puesta a la raz de los rboles. Si el reino no vino con el trabajo de Jess en relacin con cualquier actividad vinculada con su primera venida, entonces, cmo pueden ser ciertos los comentarios sobre la cercana y la preparacin para el juicio? Aunque uno podra plantear la idea de un retraso, el lenguaje de la "llegada" del reino que aparece en otras ocasiones en el ministerio de Jess (como se not anteriormente; comp. Mt. 12:28; Le. 10:8-9; 11:20; 17:21) se encuentra en franca oposicin a ella. Pero si parte de la evidencia de la cercana est ligada a la llegada inicial del reino, entonces tienen sentido los comentarios de Juan. El juicio por venir est cerca porque la llegada est aqu. Los comentarios de Juan permanecen ciertos. 2) An ms importante es que todo el ministerio de Jess ensea la divisin temporal de la bendicin y el juicio en relacin con el reino y el misterio. La divisin de bendicin y juicio es lo que es el misterio, y eso es lo que Juan el Bautista luch por comprender cuando ms tarde le pregunt a Jess si l era el que haba de venir (Mt. 11:1-6). El programa escatologico del reino es uno que tiene dos fases. Una de ellas involucra la venida del Espritu en el bautismo del pueblo de Dios, la segunda tiene que ver con el juicio del mundo al manifestarse el reino con plena autoridad. El enfoque presente es la bendicin, mientras que el juicio y la vindicacin, juntamente con la bendicin completa, son el enfoque cuando Cristo vuelva. Ahora consideremos el ministerio de Jess a la luz de la

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promesa de Juan el Bautista. Es verdad que Jess fue rechazado por Israel. Es cierto que los misterios del reino fueron dados a conocer a la luz de ese rechazo. Sin embargo, l todava funciona como luz y l trajo al Espritu. En otras palabras, las seales clave de la llegada del reino estaban claramente manifestadas. Las promesas mesinicas no fueron quitadas, ni tampoco el programa qu indicaban. Otra manera de decir esto teolgicamente es notar que as como el himno de Zacaras vinculaba las esperanzas davidica y abrahmica, el anuncio de Juan lo haca con la esperanza davidica y la promesa del Nuevo Pacto. Juan saba que el Espritu era un aspecto indispensable y an determinante de la esperanza del reino y de la justicia que provee el Mesas. De nuevo, esta realizacin inicial incluye los tres elementos del reino. Hay alguien que posee la autoridad (Jess), un reino (el pueblo preparado de Dios) y un ejercicio de autoridad (el derramamiento del Espritu). Queda una pregunta: cmo puede ser que el reino haya sido quitado si las seales principales de su llegada, que son el Mesas y el Espritu, ya han venido? La respuesta es que el reino no fue quitado; viene en dos fases, la primera de las cuales es realizada con el derramamiento del Espritu, quien congrega, salva y gua a las personas. La venida del Espritu es la evidencia de una funcin mesinica prometida que refleja el reinado de Jess. En la era actual, el reinado de Jess enfoca la necesidad de las personas de la salvacin y de ser guiados a la verdad. La relacin entre Lucas 24:43-49 y Hechos 214-3932 Cuatro argumentos surgen de estos pasajes: 1) Jess ense la llegada inminente de la promesa del Padre (el Espritu). Adems not que el mensaje de la Iglesia de salvacin a los gentiles vendra a travs de la predicacin del perdn de pecados (Le. 24:43-49). Esta comisin de predicar fue prometida en el Antiguo Testamento (v. 43), y est siendo realizada en la era present, ya "que esa predicacin empieza en y procede desde Jerusaln en Hechos 2. 2) El derramamiento del Espritu en Hechos 2 es el cumplimiento inicial de la declaracin de Lucas 24 y relaciona ese advenimiento especficamente con la profeca de Joel (2:28-32) a travs del discurso de Pedro (Hch. 2:16-21, 30-36). 3) La obra mediadora de Jess de enviar al Espritu es evidencia de que est sentado en el trono prometido a la simiente

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de David, de donde ejerce autoridad mesinica y reina. Pedro relaciona la promesa de Salmo 110:1 con la del Salmo 132:11 al vincular estos pasajes por medio del verbo ("sentar", comp. vs. 30 y 34). 4) Es por causa de estos eventos y lo que nos dice el Antiguo Testamento que Israel puede saber que Jess es Seor y Mesas al tratar de evitar ej Da del Seor que se acerca.33 De estos cuatro asuntos, el tercero es el que ha provocado la mayor discusin. Los otros parecen haber sido bien recibidos. El argumento en contra es que Hechos 2:29-36 solamente muestra que el Mesas debe ser resucitado y que ser calificado un da en el futuro para sentarse en el trono de David; por lo tanto, estos trminos no indican que l est sentado all ahora. El trono sobre el cual est sentado es el trono celestial del Padre, no el trono terrenal prometido al hijo de David. Este intento por distinguir los tronos ignora el hecho de que la Biblia tambin describe el trono terrenal de Salomn como el trono del Seor (1 Cr. 29:23). As que el trono del Padre no es un trono celestial, ni tampoco el trono de David tiene que ser un terrenal. El significado deltrono no es asunto de localidad, sino de funcin. El que se sienta en el trono del Seor reina por l y an el hijo de David, Salomn, tena tal reinado cuando estaba en Israel. El trono de David y el de Dios son uno y el mismo cuando se trata de mediar la bendicin prometida de Dios.34 Tambin hay un argumento estructural en contra de tomar como futura la referencia de sentarse en el trono de David: otros eslabones en este pasaje no son interpretados de una forma tan disyuntiva. Otras tres conexiones entre palabras en Hechos 2 son significativas. 1) El verbo (derramar) de Joel 2 (Hch. 2:17, 18) ocurre tambin en Hechos 2:33. Esto relaciona el comentario de Pedro sobre la promesa de Joel referente a "los postreros das" (v. 17 ) a la actividad presente de Jess del derramamiento del Espritu. Prcticamente todos los intrpretes ven un nivel de cumplimiento en la identificacin del pasaje de Joel con el Pentecosts. La conexin es tal que hay aqu ms que una analoga. 2) La segunda conexin entre vocablos involucra la palabra "Seor". El trmino en Hechos 2:21 se relaciona con el trmino en el v. 34 y el trmino en el v. 36. De nuevo el punto es explcito--Jess es el Seor a quien uno llama para liberacin. El Salmo 110:1 y el evento de Hechos 2 van juntos aqu. Actualmente Jess est activamente mediando las bendiciones de la salvacin. Su ministerio terrenal ya haba indicado tal autoridad (Le.

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11:20) y ahora las bendiciones del Pacto Nuevo tambin lo demuestran. 3) La tercera conexin de palabras es la frase "a la mano derecha", que se encuentra en Hechos 2:33 y en el v. 34. De nuevo, el nexo relaciona la actividad actual de Jess con la prediccin del Salmo 110:1. Jess ejerce una autoridad mediadora desde el lado de Dios. Jess funciona como un vice-regente. Este nfasis estilstico consecuente en el discurso de Pedro en Hechos 2 hace qu sea una conclusin mucho ms probable que el enlace entre el Salmo 132 y el Salmo 110 (Hch. 2:30, 34) sea visto en una manera temporal similar: describe la actividad actual de Jess mientras est sentado a la diestra del Padre en un cumplimiento inicial de las promesas hechas a David. La consecuencia interpretativa apoya fuertemente tal lectura. Hechos 2 dice que el derramamiento del Espritu representa la realizacin inicial de la promesa y muestra que Jess es tanto Cristo como Seor, ejerciendo la autoridad prometida al Hijo de David. Recurrir a la necesidad de que Jess est sentado sobre la casa de Jacob para que esto sea cumplido ignora el hecho de que este mensaje le llega a un pblico judo. La autoridad real es precisamente lo que Pedro reclama para Jess. Todos los pasajes del Antiguo Testamento que se citan son reales y mesinicos, o pasajes tocante a los "postreros das". Este cuadro encaja con lo que Juan el Bautista predijo y lo que Zacaras dijo que traera la estrella de la maana. De nuevo, aqu los datos corresponden a la defncin de reino. Hay un gobernador (el prometido Hijo de David), un reinado (aqullos que le claman a l) y una autoridad ejercida (la distribucin del Espritu). De hecho, todos los que responden en Hechos 2 probablemente pertenecen al Israel tnico. Y an as son parte de lo que Pedro llama en Hechos 11:15 "el principio". En el contexto bblico-teolgico y literario de HechosLucas, este "principio" debe referirse a la realizacin inicial de la "promesa del Padre" del Antiguo Testamento, la cual Jess mencion en Lucas 24:49. En un sentido teolgico sistemtico, tambin se aplica lo que Jess llama la Iglesia en Mateo 16:18 y lo que Pablo llama el "nuevo hombre" en Efesios 2:11-22. El derramamiento del Espritu es la indicacin clave para la llegada inicial de la bendicin prometida del reino. Es por eso que Pablo y el autor de Hebreos pueden declarar la era actual como la realizacin de una promesa del Pacto Nuevo (2 Cor 3-4; Heb. 8-10). Las actividades de la era presente, que son la

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salvacin y la predicacin, estn claramente ligadas a las promesas antiguas. El ejercicio activo de la autoridad de Jess tambin impide que sea convincente la interpretacin que sugiere que aqu slo hay una analoga del Antiguo Testamento de un rey ungido pero an sin reinar. Se ha recurrido al argumento del precedente de David (ungido, pero no reinando durante el reino de Sal) como una analoga para Jess (ungido, pero no reina ahora). El paralelo falla porque la distribucin del Espritu por Jess es un ejercicio de la autoridad mesinica prometida. Jess no es pasivo, sino activo al estar sentado a la diestra de Dios. No hay otro gobernante que debe salir de la escena para que Jess tome autoridad. Jess acta en cumplimiento de la promesa davidica. No es un buen argumento sugerir aqu que, porque Israel no es central en el cumplimiento del Nuevo Testamento, la promesa del reino no pudo haber venido en parte. El Nuevo Testamento consistentemente relaciona la actividad actual con el simbolismo de la promesa del Antiguo Testamento. La naturaleza hermenutica de los nexos y el cumplimiento son las mismas tanto para la promesa davidica como para la profeca del Pacto Nuevo. Todos los pactos funcionan de la misma manera, con un cumplimiento parcial ahora y un cumplimiento pleno y completo en el futuro. As que, la inclusin de los gentiles en la promesa en la actualidad no significa que Israel est fuera para siempre. Pero por ahora debemos ver otro pasaje donde se les habla a los israelitas en la era actual. La pregunta es: Este pasaje implica que hay dos programas para el reino, o dos fases de un mismo programa? Hechos 13:15-39: un ejemplo de un mensaje a Israel Un examen cuidadoso del discurso de Pablo en la sinagoga de Antioqua de Pisidia demuestra cmo l manejaba el tema de la promesa frente a una audiencia juda. Cmo le predicaba a Israel tnico y a aquellos que le teman al Dios de Israel en un perodo despus de que Jess haba revelado los misterios del reino y la Iglesia? La audiencia de Pablo consista en judos y personas temerosas de Dios. El discurso muestra la forma antigua de una homila (proem) y relaciona los pasajes de una manera que los rabinos

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llaman hazurin?5 Es una exposicin de la promesa antiguotestamentaria. Pablo da primeramente un panorama de la historia de la nacin (13:15-21). Parece razonable pensar que Pablo predica el reino en la sinagoga ya que los resmenes de su predicacin en Hechos nos indican que ste era su tema bsico de enseanza (Hch. 19:8; 20:25; 28:23, 31). Cuando Pablo lleg a David en su repaso de la historia, se detuvo a considerar su papel (vs. 22-23). La descripcin de David como un hombre conforme al corazn de Dios conlleva alusiones antiguotestamentarias significativas. La frase ("He hallado a David", v. 22) viene del Salmo 89 (comp. v. 20; 88:20 LXX), un salmo significativo en cuanto al compromiso de pacto de Dios hacia David. La mencin de Isaf tal vez contenga una alusin a la esperanza de Isaas 11:1. Pablo prosigue, diciendo: "De la descendencia de ste, y conforme a la promesa, Dios levant a Jess por Salvador a Israel" (v. 23). Este comentario es significativo. No hay ninguna indicacin de un cambio en el programa. Pablo le est predicando a Israel sobre Jess como el cumplimiento de su promesa mesinica, aunque la Iglesia ya est slidamente en existencia. Lo que est pasando en la Iglesia y lo que est siendo predicado a los judos es parte del mismo plan y la misma promesa. La "promesa" a la cual alude Pablo aqu debe ser la que acaba de exponer, es decir, la promesa de un Salvador de la simiente de David ( , v. 23). Contextualmente, la promesa involucra levantar a Jess en cumplimiento de la promesa de Dios de reinar a travs del hijo de David (2 Sam. 7:6-16). La terminologa de la LXX en 2 Samuel 7:12 ( ) es similar a los trminos en el discurso de Pablo (el trmino aparece en Hechos 13:33, entre tanto que la referencia a una simiente aprece en el v. 23). Pablo entonces habla de Juan el Bautsita y su mensaje de arrepentimiento. Cita el dicho de Juan "no soy digno de desatar el calzado de [sus] pies", donde Juan declara que l no es el prometido. Este es el mismo pasaje mencionado anteriormente en el cual el derramamiento del Espritu por el Mesas explica cundo viene el reino prometido. En Hechos 13:26 Pablo llama a todo esto el "mensaje de salvacin" y luego apela a la lectura de los profetas en la sinagoga para hacer el nfasis de que esta promesa es bien conocida por los judos. El punto de Pablo es que l predica la realizacin actual de la

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promesa del reino como fue hecha a David. Por aquello de que haya alguna duda, sigue diciendo: 1) "os anunciamos el evangelio de 11 aquella promesa hecha a nuestros padres (... - v. 32), y 2) "la cual Dios ha cumplido (, v. 33) a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jess" (v. 33). El tiempo perfecto del verbo "cumplir" en el v. 33 indica una condicin existente de cumplimiento que viene como resultado de la actividad de Dios en Jess; lo que Dios hizo fue un cumplimiento y sus efectos estn presentes. Aqu hay una referencia al cumplimiento inicial de la promesa davidica. Ahora bien, se discute sobre si "levantado" en el v. 33 se refiere a Jess entrando en la escena de la historia o a su resurreccin, pero no se tiene que resolver esa cuestin para probar el punto tocante a la promesa. De cualquier manera, si se hace referencia al ministerio terrenal de Jess o a su resurreccin, el cumplimiento existe al menos desde el tiempo de su resurreccin. Un discurso como ste explica por qu Jess poda hablar del cumplimiento por el Cristo como algo enseado por el Antiguo Testamento, an al extremo de predicar el perdn de pecados en su nombre (eso es, del Mesas; Le. 24:43-47). Tal predicacin es el nfasis de las citas del Antiguo Testamento que usa Pablo. El apela al Salmo 2:7, a Isaas 55:3 ("las cosas santas de David"- David, . 34), y al Salmo 16:10. Al hablar sobre las cosas santas de David, Pablo contina el enfoque en su tema de la realizacin inicial de la promesa davidica. Isaas 55:3 es simplemente otra manera de mencionar la promesa de 2 Samuel 7. La manera en la cual la promesa se realiza inicialmente aparece en Hechos 13:38-39. El davidico prometido, el que es llamado Hijo (Salmo 2:7), ofrece a su audiencia ("os dar las cosas santas de David", v. 34), el perdn de pecados y la justificacin por la fe (vs. 3839). Su autoridad es activa actualmente en una manera que refleja la comisin de Jess dada en Lucas 24:47, cuyas races se extienden hacia atrs al Antiguo Testamento (como lo muestra Lucas 24:43-49). Relacionar el Salmo 2:7 con la esperanza de 2 Samuel 7 trae a la memoria una combinacin que Hebreos 1:5 tambin usa para hacer el mismo nfasis. Pablo cierra sus comentarios con una advertencia de Habacuc 1:5 de no desobedecer la palabra y as pasar por alto la oportunidad de cumplimiento. Hechos 13 es un pasaje que viene despus de la revelacin de los misterios del reino en Mateo 13, donde tradicionalmente los dispensacionalistas han mantenido el establecimiento de las distincio-

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nes en el programa del reino. Pero Pablo predica la misma promesa, como se encuentra en el Antiguo Testamento. De nuevo, la funcin y la actividad actual de Jess se resalta de una manera que Pablo describe como un rescate en Colosenses 1:13. En esa epstola Dios provee la redencin al librarnos del poder de la oscuridad y ponernos en el reino de su amado Hijo. Una vez ms, el texto de Hechos llena el criterio para la presencia del reino: hay autoridad (el Hijo con las cosas santas de David); un gobierno (las personas que respondan en la sinagoga) y la autoridad que puede ser ejercida actualmente (especficamente el perdn de pecados y la justificacin). El reinado de Jess ahora se demuestra en el poder que tiene para bendecir a aqullos que confan en l (Rom. 1:2-5, 16-17; 1 Cor. 1:18-31). Hay un programa en dos fases. Queda un pasaje y una pregunta ms por analizar. El uso en el Nuevo Testamento del trmino "misterio" permite tal visin continua de la promesa del reino? Mateo 13:51-52; Romanos 16:25-27 y el asunto del misterio Un acercamiento dispensacional popular al asunto del misterio y al reino es expuesto claramente por C. Rogers, Jr., cuando l cita al lxico de Bauer, Arndt y Gingrich (pg. 530) y discute las parbolas de Mateo 13.Los misterios () significan "los pensamientos, planes y dispen saciones secretos que estn escondidos de la razn humana as como de toda otra comprensin abajo del nivel divino, y por lo tanto deben ser revelados a aqullos para los cuales se pretenda revelarlos". Cul es el contenido de esta "nueva revelacin" que comunicaba Jess? Algunos dicen que era "una nueva comprensin y aprecio" de la enseanza del Antiguo Testamento sobre el reino. El concepto de Mateo 13, sin embargo, se muestra en contraste al concepto antiguotestamentario del reino, a la luz del rechazo por la nacin del Mesas".36

Esta cita resume muy bien el punto de vista de que el rechazo de Jess por la nacin cambi todo y que los elementos del misterio del programa del reino en la nueva interim eran diferentes y distintos de la promesa y la esperanza del reino en el Antiguo Testamento. Sin embargo, los cuatro pasajes que ya hemos considerado hablan en contra de expresar esta dicotoma tan osadamente. Adems, una mirada a la enseanza de las parbolas del reino y las epstolas confirma que el evento del "misterio" rodeando a Jess tiene puntos

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de contacto slidos con lo que se prometi en el Antiguo Testamento. "Misterio" es un trmino neotestamentario que tiene races semticas, probablemente relacionada con el concepto de raz (heb. 7 ) en Daniel 2:18,19, 27-30,47. Algunos paralelos conceptuales tambin aparecen en Qumran (IQH 5:36, IQpHab 73, 8, 14; I Q 27 1:1, 24). 37 "Misterio" involucra una revelacin cuyo contenido es directamente revelada por Dios. El raz es un "secreto" porque antes de que su contenido fuera revelado sobrenaturalmente, el mensaje no era entendido completamente. La revelacin o es nueva, como en la interpretacin de un sueo existente, o es una declaracin nueva de una verdad sobre un mensaje ms antiguo. En otras palabras, las races revelatorias detrs-del raz pueden ser recientes o antiguas, dependiendo del caso en consideracin. El trmino no tiene significado temporal automtico adems de declarar que la revelacin del secreto " es nueva. As que el contenido y el vnculo de este "secreto revelado" se debe considerar. Un vistazo a Colosenses 1:26-27 y Efesios 3:6-9 sugiere que en esos contextos, la verdad revelada es completamente nueva, ya que en el Antiguo Testamento en ningn lugar declara que el Mesas morara en los gentiles o que la igualdad total de judos y gentiles en un nuevo cuerpo. Adems, el significado de esos pasajes es claro ya que los contextos en los cuales aparecen resaltan el hecho de estas ideas no se haban revelado en tiempos y generaciones # previas. Pero otros pasajes de misterio no funcionan de esta manera. Aunque la revelacin trae un nuevo entendimiento, lo que se est enseado no est desligado de la enseanza del Antiguo Testamento. J\ateo~13:52 termina la seccin de las parbolas notando que "todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas". La enseanza del pasaje est bien resumida por C. Blomberg: * A la luz del v. 35, Jess probablemente quiere decir que sus discpulos ensearn la voluntad de Dios, estarn sacando el significado de las escrituras hebreas ("cosas viejas"), mientras ensean cmo estn siendo cumplidas y aplicadas en la edad del reino ("cosas nuevas"). En otras palabras, la revelacin de Jess del reino como un misterio complementa la enseanza del Antiguo Testamento sobre el reino. Le aade revelacin como parte del mismo programa. Por eso contiene elementos tanto nuevos como viejos, los cuales se volvern parte de la enseanza y la predicacin de los discpulos. La comisin de Jess en Lucas 24:43-49 y los discursos de Hechos 2 y 13, que fueron todos

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mensajes dados despus de la revelacin de estos misterios, plantean el mismo nfasis. Lo que es singular de la enseanza del Nuevo Testamento sobre el reino (y hay distinciones grandes) es puesto al ladodela esperanza del Antiguo Testamento y la ampla-pero el primero no est totalmente separado del ltimo. Esto se podra decir de otra manera: el reino davidico prometido (o el reino sobre el cual reina el rey davidico prometido como representante de Dios) tiene dos fases, una en forma de misterio y otra en forma consumada. Este reino davidico es uno y el mismo con el reino escatologico prometido por Dios en el Antiguo Testamento. Sus nuevos elementos se relacionan con la Iglesia, entre tanto que los antiguos reflejan compromisos divinos hechos para con Israel. Tener una fase no niega la esperanza de la otra ni vice-versa; la presencia de una institucin tampoco cancela el papel de la otra. La confirmacin de que algo de la enseanza de misterio se relaciona con el Antiguo Testamento se encuentra en la doxologa de Romanos 16:25-27. En vista de que la autenticidad de este pasaje se disputa, un cuidadoso examen de su presencia en Romanos debe preceder a la discusin de su significado teolgico. Esta controversia se basa en cuestiones crtico-textuales e histricas.39 El pasaje se ubica en varas posiciones alfinalde Romanos en la tradicin manuscrita: al final de Romanos 2,40 tanto aqu como desjpus de Romanos 14:23,41 despus de 14:23,42 despus de 15:33;** otros manuscritos la omiten completamente.44 La evidencia externa favorece levemente la ubicacin tradicional, aunque sus posiciones variadas en los manuscritos hacen surgir algunas dudas. Tambin la variacin en p46 hace surgir preguntas sobre cuan significativa es la evidencia externa. El problema es determinar de dnde vino el texto si no es original a los Romanos. Es sabido que M arcin acort Romanos. As que muchos defienden que elfinalera una expansin ortodoxa a la edicin de Marcin, ya que l no pudo haber hecho un comentario tan positivo sobre el Antiguo Testamento. Aadido a esta postura est la falta de referencia a Romanos 15-16 por Tertuliano, Ireneo o Cipriano. Este acercamiento en verdad es un argumento de silencio, especialmente a la luz del uso que Clemente de Alejandra le da a esta seccin final. Tambin requiere una historia de tradicin muy complicada. Por qu hubiera un intento de hacer este tipo de restauracin? Por qu aparece el mismo texto en diferentes lugares, pero slo en una forma bsica? Si

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fue aadido despus de Marcin, por qu es tan incierta su ubicacin? El debate sobre las diferentes ubicaciones en verdad es una espada de dos filos. No favorece a la autenticidad ni a la aadidura posterior del texto. Otro argumento para una adicin posterior es el vocabulario de la doxologa. Se dice que el lenguaje es demasiado litrgico para Pablo, reflejando perspectivas como aquellas que se encuentran en Efesios y las epstolas pastorales. Muchos que sostienen esta postura ven a estas epstolas como tardas y deutero-paulinas. Pero las conexiones con las as llamadas paulinas tardas representan juicios muy subjetivos de estilo. Los criterios para tales juicios nunca han sido claros. Un telogo tan creativo como Pablo no debe ser limitado a un rango de expresin tan restringido que no puede de vez en cuando escribir con una inspiracin litrgica o usar material litrgico. Es difcil acertar siglos despus qu pudo o no haber escrito Pablo. De hecho, hay un gran argumento literario en favor de la autenticidad, que corrobora el argumento de la evidencia externa. Se trata de la simetra de la doxologa (o inclusici) con el principio de la carta, Romanos 1:1-7. Los mismos temas aparecen en los dos extremos: "de acuerdo a las Escrituras", cumplimiento e inclusin de los gentiles.45 Tal unidad temtica parece ser la obra de un autor original sensible. An la evidencia lxica puede defender la autenticidad paulina. Los trminos clave son frecuentemente por Pablo: ("estad silencioso") es usado diez veces en el Nuevo Testa mento y cuatro de ellas por Pablo--l es el nico escritor de las epstolas del Nuevo Testamento que usa el trmino. ("hacer manifiesto") aparece cuarenta y cuatro veces en el Nuevo Testamento y veintiuna de esas veces en escritos de Pablo. El trmino ("mandamiento") es utilizado solamente por Pablo, en el Nuevo Testamento; as como la frase ("obediencia a te fe"). La evidencia lxica indica que Pablo s escribi con tales trminos. As que el texto se debe tratar como parte original de Romanos, aunque si Pablo lo escribi o simplemente adapt una pieza litrgica queda como una cuestin abierta. El pasaje acerca del misterio de Romanos 16 a menudo ha sido ignorado en los debates evanglicos sobre escatologia, no tanto por la duda sobre su autenticidad como se not anteriormente, sino porque los pasajes sobre el misterio en Colosenses y Efesios han recibido demasiada atencin. En Romanos 16, Pablo resume el mensaje de su evangelio usando los mismos temas que emple en introducir su carta

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a los Romanos en 1:2-4. El pasaje dice:Y al que puede fortalecerlos segn mi evangelio y la predicacin de Jesucristo, segn- la revelacin del misterio que se ha mantenido oculto () por largo tiempo, pero que ha sido manifestado () ahora, y que por los escritos de los profetas, segn el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer () a todas las gentes para que obedezcan a la fe, al nico y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amn.

C. E. B. Cranfeld maneja la discusin del pasaje claramente, especialmente la relacin entre los tres participios griegos que se notan en la traduccin mencionada. El sostiene que:Tenemos entonces en las palabras un tercer miembro bien entendible de la serie comenzada con y : la manifestacin, que se ha realizado en los eventos del evangelio y su proclamacin subsecuente, y que se contrasta con lo oculto que fue el misterio en el pasado, es una manifestacin que es correctamente entendida en su verdadero significado solamente a la luz de su prediccin antiguotestamentara. Es cuando la manifestacin del misterio es comprendida como el cumplimiento de las promesas de Dios hechas en el Antiguo Testamento (comp. 1:2), como atestiguada, interpretada, clarificada por el Antiguo Testamento (comp. e.g. 2:21; 9:33; 10:4-9, 11, 13, 16, 18, 21; 11:2, 26 ss.), que es verdaderamente comprendida como el evangelio de Dios para todo hombre, se toma mejor en este sentido general como refirindose al respaldo y la clarificacin por el Antiguo Tesatamento de los eventos y la proclamacin del evangelio.46

Lo que es crucial en este pasaje es la declaracin explcita que la predicacin del evangelio sobre Jesucristo y la obediencia de fe de la nacin estn vinculadas a lo que se revel en el Antiguo Testamento. Estos temas encajan con Romanos 1:2-4, excepto que al principio de la carta Pablo aclara muy bien el nexo davidico detrs de toda esta actividad. Esto se indica con ms sutileza en la doxologa cuando se declara que el tema es el evangelio de Pablo y la predicacin sobre Jesucristo (es decir, el rey ungido). De hecho, la naturaleza del nuevo nombre de Jess, el ttulo Cristo, bien podra explicar por qu el lenguaje del grupo de palabras es tan infrecuente en las epstolas. Es porque su actividad y su posicin se afirman en su mismo nombre, el cual aparece constantemente en estos pasajes. El misterio del evangelio y el misterio del reino son parte de la revelacin de la misma esperanza prometida. Los dos misterios tienen races que se extienden retrospectivamente a la promesa y esperanza del Antiguo Testamento. Los dos misterios tienen aspectos que todava quedan

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por completar. Estos cinco pasajes muestran que el programa del reino vinculado a la promesa davidica y a Jesucristo ha sido cumplido inicialmente en el ejercicio de la autoridad real que trae liberacin. Aunque hay elementos nuevos en las declaraciones del Nuevo Testamento, son parte del programa unificado y prometido del reino de Dios. Quedan distinciones importantes entre Israel y la Iglesia, an en medio del reinado mesinico actual de Jess en el cumplimiento inicial de la esperanza davidica. Esas distinciones nos llevan hacia la expectativa de la culminacin de la promesa del Antiguo Testamento de tal manera que Israel tambin experimente un cumplimiento completo de las promesas de Dios para ella (Hch. 3:18-21). Ya con esta presentacin de dos fases de la promesa del reino, es hora de examinar nuestra preguntafinal,las implicaciones prcticas y el nfasis ministerial que surge de este punto de vista. CONSECUENCIAS PRACTICAS Qu significa este cuadro de la esperanza del reino para la Iglesia?47 Primero, como lo muestran estos pasajes, el nfasis de la actividad y el reino de Jess que es una actividad redentora y salvadora. As que para los santos en la era actual, cul es el propsito de esa redencin? Los pasajes del Nuevo Testamento acerca de la redencin y la salvacin apuntan hacia un servicio por los santos, en vez de un nfasis en el ejercicio de poder por la Iglesia. El poder que se ejerce vence a Satans y al pecado (Rom. 4-8; 1 Cor. 13; 2 Cor. 1-4; 1 Pe. 1-2). Este nfasis hace que se ponga en duda una teologa de dominio para la era actual de la Iglesia. No llevamos una espada, sino una cruz. La manifestacin de autoridad de dominio para los santos es parte de lo que est por venir en el programa del reino. Para la era actual, el llamado es a ser ejemplo en el mundo a travs defidelidad,santidad y una demostracin sufrida de amor (Le. 6:27-36; 9:21-26; 1 Pe.). La Iglesia no debe caracterizarse por procurar el poder, sino el servicio (Me. 10:42-45). Debe reflejar la reconciliacin presente en la redencin sobre la cual Jess preside actualmente (Ef. 2:11-22; 3:4-9). Debe ser el pionero cuando se trata de relaciones entre razas; nacionalismo excesivo; un uso equilibrado y compasivo de los recursos naturales para ayudar a las necesidades humanas; relaciones peronales entre el mismo sexo o con el sexo opuesto, y juntar

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a personas de diferentes clases sociales. El evangelio es para toda la humanidad y la reconciliacin debe ser evidente y obvia dentro de la Iglesia. As que la Iglesia debe reflejar esta realidad en sus valores y servicio. El reino de Cristo est enfocado en esta era sobre la Iglesia (Ef. 1:15-23), aunque todas las personas tienen que responderle al Cristo que reina en trminos de la necesidad de responder al mensaje del evangelio (Mt. 28:18-20; Col. 1:15-20). El se "derrama" en la Iglesia. Jesucristo es cabeza sobre todas las cosas para ella, pero la manifestacin completa de ese reinado y la vindicacin plena de su autoridad estn an por venir (Heb. 2:5-8; 1 Cor. 15:25). Nosotros no reinamos todava (1 Cor. 4:8), aunque l s. El reina y nos capacita para que nosotros podamos servir. El reinado de Cristo significa que se ha provisto todo lo necesario al creyente para capacitar al santo para que ste pueda vencer la presencia de Satans, el poder del pecado y la postestad del mal en el mundo (Col. 1:9-14; Rom. 1-8). Entre las dos venidas, Dios expresa su presencia a travs de la Iglesia. De hecho, esta enseanza probablemente es una razn principal por la cual se le llama a la Iglesia el cuerpo de Cristo. Somos la manifestacin de su presencia en la tierra. Cuando las personas miran a la Iglesia deben verlo a l y a su carcter trabajando! Cristo reina redentivamente sobre su reino al capacitar a la Iglesia para que haga su obra. Lo que se necesita son subditos feles!. La actividad actual del prometido Hijo de David cumple inicialmente la esperanza del Antiguo Testamento acerca del reino y eso significa que podemos servirle sin temor en justicia y santidad todos los das que restan de nuestra vida (Le. 1:75). Tal vez las palabras de 1 Pedro 2:21-23 resumen una aplicacin. Estas palabras vienen despus de uno de los comentarios eclesiollgicos ms elocuentes del Nuevo Testamento sobre la "nacin santa" que Cristo est construyendo como el Mesas rechazado pero exaltado (1 Pe. 2:410). Vienen despus de exponer las relaciones del creyente con el Csar y otros amos terrenales inconversos. La Escritura dice:Pues para esto fuisteis llamados (sufrimiento paciente); porque tambin Cristo padeci por nosotros, dejndonos ejemplo, para que sigis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se hall engao en su boca; quien cuando le maldecan, no responda con maldicin; cuando padeca, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.

Nuestro llamado en esta era es a servir a Dios, estar preparados para el rechazo y encomendar nuestro cuidado al Seor.

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Sin embargo, adems del ejemplo de Cristo, existe otro retrato de l, nosotros y el mundo. Contrastando la relacin del Jess exaltado con nosotros y con el mundo, Pedro dice, Para vosotros, pues, los que creis, l es precioso; pero para los que no creen, "la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del nguloM y "piedra de tropiezo, y roca que hace caer", porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron tambin destinados. Ms vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nacin santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciis las virtudes de aquel que os llam de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habais alcanzado misericordia, pero ahora habis alcanzado misericordia (1 Pe. 2:7-10). Note la alusin al simbolismo fundamental de luz del reino de Lucas 1:78-79, una estrella naciente del alba que nos gua fuera de la muerte y oscuridad al camino de paz! El nos convierte en un nuevo pueblo que hemos de servirle a l. Despus de la alusin de Pedro a la obra actual de Jess y nuestra nueva posicin, el apstol hace esta aplicacin, resumiendo nuestra nueva relacin con el mundo: Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteninedo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el da de la visitacin, al considerar vuestras buenas obr