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El punto de partida para la enseñanza de la Lengua y la Literatura en la educación
secundaria está definido por un objetivo esencial que es la mejora de las capacidades
expresivas y comprensivas como pilares fundamentales que todo alumno debe desarrollar.
De esta manera, logrará alcanzar las competencias necesarias que le permitan actuar con
seguridad en el contexto socio cultural de acuerdo con las normas que pautan la vida
social de la comunidad y del mundo.
Considerar como fundamento la concepción del enfoque comunicativo y funcional de la
enseñanza de la Lengua no es suficiente en razón del avance de los estudios lingüísticos y
literarios propio de toda ciencia. Por una parte, se puede ampliar la visión de los
fenómenos comunicativos con el aporte de las diferentes Ciencias del Lenguaje
(Sociolingüística, Psicolingüística, Pragmática, Lingüística, Semiótica, Teoría Literaria,
Teoría de la Comunicación, Inteligencia Artificial, Lingüística del Texto y otras). Por otra
parte, tal enfoque tuvo como consecuencia dejar de lado el estudio de objetos que
conformaban parte del área.
Avanzar en esta postura significa considerar al lenguaje como una práctica social,
entendida como “todo aquello que, si bien corresponde a un imaginario y un quehacer
compartidos en una comunidad, también se cruza con las opciones individuales de los
sujetos. Es necesario desarrollar las capacidades de los estudiantes para participar
plenamente de la vida social:
Conversar según reglas de cortesía.
Conocer los modos discursivos para tener una visión crítica ante los medios de
comunicación social.
Disfrutar de la lectura.
Comprender de manera autónoma lo que se lee o escucha.
Distinguir formatos textuales.
Inferir información relevante.
Es necesario en esta etapa, en la que los estudiantes se inician en la formación en las
distintas disciplinas científicas, que también se conformen como hablantes en estas
realidades lingüísticas diferentes, que requieren ampliar el léxico con la inclusión de
términos especializados y otros propios de los registros académicos, combinatorias más
restringidas, estructuras sintácticas complejas. Éstas son las capacidades que se
desarrollan cuando se generan ámbitos de debate en torno a objetos disciplinares, se
resume un texto, o se escriben informes en las distintas materias.
Se puede afirmar que el lenguaje y los recursos disponibles juegan un papel central en la
configuración del saber y de la cultura, por lo que resulta inmediato y prioritario intensificar
y profundizar el conocimiento de los aportes más relevantes vinculados a las tecnologías
de la información, como es el caso de los medios y las redes electrónicas, mediadores de
las tramas que configuran la identidad de las ciudades y de las regiones del mundo.
El discurso literario favorece diferentes modalidades de pensamiento y permite lo que
Bruner denomina la subjuntivización de la realidad, es decir, la posibilidad de pensar una
situación “como si”. El contacto con mundos ficcionales y la transgresión que el lenguaje
literario presenta promueven modos de pensamiento alternativos y creativos.
La lectura literaria promueve la formación de las jóvenes generaciones, contribuye a
desarrollar la personalidad de los sujetos, enriquece el acceso a la propia cultura y
reivindica el derecho a la metáfora y al pensamiento simbólico que la educación debe
garantizar. El estudio de la literatura en la escuela secundaria debe permitir a los jóvenes
participar de mundos posibles, configurando un espacio íntimo en el que la lectura libre y
crítica posibilite la relación con diferentes manifestaciones artísticas.
PROPÓSITOS
Desarrollar un conocimiento sociocultural y pragmático que permita la negociación
de los significados.
Diseñar proyectos que favorezcan el uso de la lengua como mecanismo de
conocimiento e interpretación de la realidad, como objeto sobre el que también cabe
el análisis y la reflexión y como instrumento imprescindible del trabajo intelectual y
de cualquier aprendizaje.
Implicar a los estudiantes en la observación de hechos lingüísticos y discursivos, a
partir de actividades que los lleven a la reflexión necesaria para elaborar el
razonamiento gramatical.
Propiciar el desarrollo de las capacidades de producción y comprensión de
discursos adecuados a la diversidad de situaciones y contextos de comunicación.
Posibilitar el uso los medios de comunicación social y las tecnologías de la
información y la comunicación, para obtener, interpretar y valorar informaciones y
opiniones diferentes.
Promocionar la lectura como fuente de placer y de enriquecimiento personal.
Favorecer la lectura de textos literarios completos de géneros diversos.
Organizar propuesta de actividades que contemplen situaciones diversas de
interacción verbal, de lectura y de escritura: clubes, concursos, debates, ateneos,
asambleas, laboratorio, escritura de ensayos, monografías e informes.
Contribuir a la reflexión sobre los diferentes usos sociales de la lengua.
ORIENTACIONES DIDÁCTICAS
Proyectos de investigación de un representante de determinada generación en torno a un
determinado tema.
Conformar itinerarios de lectura de acuerdo a tres o más representantes de una
determinada generación del 27. Considerar sus manifiestos y detectar la presencia de
posturas estéticas.
Garantizar un mínimo de lecturas completas por cada año de estudios.
Conformar un cancionero con romances, recitarlos acompañados con música.
Representar una obra de teatro que pertenezca a la literatura canónica o que resulta de la
producción escrita de los alumnos.
Relacionar literatura y cine, por ejemplo leer Juan Moreira como novela, como texto teatral
y ver la película argentina.
EVALUACIÓN
La tarea de evaluar consiste en recoger información sobre qué y cómo aprenden los
estudiantes en Lengua y Literatura.
Esta información facilita la regulación del proceso no sólo de enseñanza sino también de
aprendizaje y especialmente durante la llamada evaluación formativa porque permite
entender mejor los procesos señalados para proporcionar la ayuda necesaria en el
momento en que se detectan las necesidades y facilita la reorientación de la planificación
didáctica.
Se postula que la evaluación formativa podría agruparse en cuatro direcciones:
a. La perspectiva de los instrumentos de evaluación.
b. Búsqueda de los fundamentos teóricos.
c. La consideración de las prácticas reales.
d. La implicación del alumno.
La orientación brindada por el docente procura una mayor flexibilidad y ajuste en la
metodología empleada y a diversificar las ayudas según las necesidades de los
estudiantes como también les permite disponer de mayor tiempo para solucionar el déficit
con autonomía.
Resolver cuestiones de para qué se escribe, a quién, el objetivo o propósito de escritura y
cómo se escribe ese determinado texto implica un proceso gradual y de cierta complejidad
que requiere de la intervención constante del docente. Elaborar una tabla de control sería
lo más adecuado para estas situaciones; en el mismo se podrían establecer indicadores de
evaluación conocidos por los propios alumnos para que les sirva de guía durante el
desarrollo de la actividad propuesta.
Una capacidad es una forma de manifestación del alumno de que, en algún momento,
puede hacer algo que implica la construcción de conocimiento específico. Se puede
establecer tres tipos de capacidades:
Cognitivas: referidas estrictamente al proceso de construcción de los aprendizajes.
Metacognitivas: referidas a la posibilidad de pensar y analizar los contenidos construidos.
Se manifiestan por la posibilidad de generalizar resultados, desarrollar autoconfianza,
aplicar contenidos a situaciones distintas en las que fueron utilizadas para presentarlos,
efectuar relaciones, valorar y juzgar estrategias y resultados, etc.
Comunicativas: se dan en tanto se reconoce la posibilidad de compartir con los otros –
docentes y alumnos, en el aula– los procesos que permitieron elaborar el contenido en
cuestión.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
A modo de sugerencia se proponen los siguientes criterios:
Participa en las situaciones de comunicación del aula especialmente de
conversaciones formales, respeta las normas de intercambio y de cortesía, organiza el
discurso oral, pide la palabra y sabe usarla cuando corresponde, escucha las
intervenciones de los demás, retiene la información relevante y expresa en forma oral
conocimientos y opiniones.
Capta el sentido de una gran variedad de textos orales provenientes de diversos
medios de comunicación, reconoce las ideas fundamentales y las accesorias,
identificando al mismo tiempo ideas, opiniones, posturas, argumentos, valores e
información implícita.
Localiza y recupera información explícita de diversos tipos textuales y fuentes, realiza
inferencias según el contexto de producción y de circulación; determina la intención,
los actos de habla y los o el destinatario.
Integra los saberes propios con la información proveniente de diversos materiales
escritos u orales.
Narra, explica, describe, resume, informa y expone opiniones e informaciones de
textos escritos relacionados con distintas situaciones de la vida actual y de la cultura,
previa planificación y revisión de los textos.
Conoce textos literarios de la tradición oral como escrita de los ámbitos locales,
regionales, nacionales, española y del mundo y de la literatura juvenil adecuados al
ciclo e infiere las características.
Utiliza las bibliotecas, otras fuentes de provisión de información, selecciona la
información pertinente y adecuada tanto para una exposición o la defensa de un tema
como para la realización de un informe o una monografía.
Identifica cambios de significado que se producen en las palabras y cuando se altera el
orden sintáctico de algunas expresiones lingüísticas.