“La vida por si sola, ya es un reto, a esto agrégale los obstáculos y las barreras que hay que superar y se convierte en un verdadero desafío” lo mismo se puede decir de la Escuela

Normal.

Estimados compañeros graduados, autoridades educativas, padres de familia, alumnos, público en general; con el respeto que se merecen les dirijo estas sinceras palabras, las cuales quiero agregar son un elevado privilegio para mí, por otro lado de antemano les digo que no han de ser lo que muchos esperan; pero he aprendido que hace falta atreverse a decir lo que nadie se atrevería y hacer lo que muchos por temor nunca harían… hablar de frente.

Primero que nada, como todos sabemos hoy culmina uno de los objetivos que muchos deseábamos alcanzar; hoy también se cumple el sueño de nuestros padres, el anhelo por el que trabajaron, se desvelaron y se esforzaron durante más de 22 años, por esta razón me dirijo primero a ustedes, seres de luz que merecen todo mi respeto y admiración y mi más sincero reconocimiento porque día a día han sido el pilar de nuestra formación… gracias pues sencillamente este peldaño que hoy logramos alcanzar es nuestra vida estudiantil sería muy difícil lograr sin ustedes, sin su apoyo incondicional.

Así mismo quiero agradecer a los maestro que con su ejemplo, dedicación y trabajo en las aulas de esta Benemérita institución, fueron guía y verdaderos formadores de docentes; a todos ustedes en nombre de la generación 2010- 2014 ¡Gracias!

Este día compañeros el barco que zarpo hace cuatro años de la Benemérita Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas con aquella historia del profesor Ramiro González, hoy ha llegado a su destino. Un 26 de agosto del 2010 los sueños y las ilusiones de 130 alumnos se unieron en esta hermosa aventura, la aventura de ser maestro; durante el viaje las fuertes olas y las tormentas hicieron descender a muchos en el primer puerto. Pero compañeros han llegado al destino, el momento es ahora, es tiempo de quitarse el salvavidas, bajar del barco y enfrentar los retos que este nuevo puerto nos presente; muy probablemente no haya más tareas, no más prácticas, ni material, sin desvelos y adiós exposiciones, resúmenes, actividades del programa ni mapas mentales que serios daños a la salud, a nuestro espíritu y a nuestra paz interior provocaban. Pero… ¿Qué crees? Se BIENVENIDO ahora a la realidad, bienvenido al reto de ser maestro, ese que un proverbio chino describe a la perfección: “si haces planes para un año, siembre arroz. Si los haces por dos lustros, planta un árbol. Si los haces para toda la vida, educa a una persona”. Así de trascendente es lo que ahora te toca hacer, aquí es donde tras un escritorio y frente a un pizarrón habremos de demostrar de que estamos hechos, felicidades entonces a quienes pese a lo que digan de sí importa o no, lo han demostrado durante cuatro años y a los que no, este es su momento, aquí es donde les toca mostrar no a los maestros,

tampoco a sus padres sino a ti mismo y a los alumnos que el maletín que cargan no está lleno de libro y teoría, tampoco de falsos esperanzas o pantallas que reflejan algo que en verdad no eres. Aquí es cuando y en tu salón será donde a través del trabajo, del compromiso, la responsabilidad y el amor por esta sublime actividad que has elegido abras de saber corresponder a tus alumnos.

Sí, hoy nos graduamos, pero tristemente este título no dice lo que somos, son las acciones, el trabajo y la pasión lo que definen quienes somos de verdad. Porque ser maestro es más que un papel, sellado y firmado, ser maestro incluso puedo asegurar que no es siquiera la plaza, el contrato o el trabajo por el que habremos de concursar; ser maestro va más allá de una carrera o profesión que se cursa en cuatro años; ser maestro es pasión, es amor, alegría, cariño y deber, pero principalmente ser maestro es sinónimo de cambio.

Esta generación necesita ser la generación de maestros con la camiseta bien puesta, que no estén esperando a que las cosas cambien, sino que luchen porque así sea; no tan solo con los conocimientos, sino con el entusiasmo, el propósito y la aceptación de que lo que estamos viviendo actualmente puede y debe cambiar.

Basta, basta ya de excusa, de buscar culpables, que sí los maestros no enseñan, que si el sistema no funciona, que si los padres no apoyan, que si los niños no quieren aprender, ya basta, es momento de tomar las riendas en nuestras manos, ya basta de justificarte en los errores de los demás, para no hacer lo que te toca. Esta es una realidad, pues nos hemos llenado de conformismo de mediocridad y de absurdos pretextos; nos hemos jactado de decir más con vergüenza que con orgullo que esto es México: lo atajos o las palancas que nos llevan un lugar que no merecemos; ¿Quieres una palanca? Pues que sea tu propio trabajo, ese que lleve a un lugar distinto y mejor del que actualmente se encuentra la educación y en el que lamentablemente se ha estancado a nuestra patria; Hoy despreocúpate si aún no has conseguido una, la mejor de ellas ha de ser tu esfuerzo, tu compromiso y tu valentía, todo lo demás puede fallar pero no puedes ni tienes derecho a fallarte a ti mismo, porque no se puede soñar con el éxito, se trabaja para conseguirlo, es por esto que al final del camino tus propios méritos te llevaran a otro nivel, al nivel que te corresponde, pues a todos tarde o temprano nos llega lo que merecemos.

Así que lucha, esfuérzate, perservera, esmerate, se optimista, busca, conquista, valora lo que tienes y lo que eres, evita conformarte, siempre puedes y debes ir por más, pues la excelencia no se alcanza sí siempre pensamos en que aún se puede mejorar. Deja a un lado los límites y supera tus propios obstáculos. RECUERDA: Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida y esos, esos son los

imprescindibles. Así que POCO IMPORTA COMO CONSIGAN los demás LAS COSAS, LO IMPORTANTE ES COMO LO CONSIGUES TU, QUE PUEDA HACERTE SENTIR DIGNO, ORGULLOSOS Y andar CON LA CARA MUY EN ALTO.

Ya es tiempo de salir a las aulas o a donde nos toque estar y ahí, ahí empezar algo diferente, porque sí se puede, pero sobre todo eso lo que se necesita; hoy estas aquí, te guste o no te guste y mañana una generación de niños te estarán esperando, porque necesitan tu trabajo, no tus excusas, ellos precisan tu compromiso de verdad con la educación, no con tus propios intereses; porque no hay nada, nada mejor que esto: amor y alegría para ser un verdadero profesor; tampoco requieren de tus quejas, por lo que no lograste ser; hoy más que nunca ellos necesitan tu pasión, esa que te hará hacer del trabajo cotidiano una forma de vivir con excelencia y con un firme propósito.

Porque así futuros docentes, así lo exige México…

Porque esto, esto es lo que la sociedad demanda…

Pero sobre todo, esto es lo que nuestros niños se merecen, lo que los alumnos reclaman de ti.

¡He dicho!