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DISCIPLINA: Normas y límites
DISCIPLINA
http://eresmama.com/educa-respeto-no-la-obediencia-del-miedo/
¿QUÉ ES?
¿ES NECESARIA?
¿DESDE QUE EDAD?
¿Qué es la disciplina?
LA PALABRA DISCIPLINA SIGNIFICA REALMENTE FORMAR O
ENSEÑAR, Y COMBINA TANTO TÉCNICAS POSITIVAS COMO
NEGATIVAS. CUANDO SE DISCIPLINA A LOS NIÑOS, SE LES ENSEÑA
A COMPORTARSE.
“PARA LA MAYORÍA DE LOS PADRES DISCIPLINA EQUIVALE AL
CASTIGO Y ESO NO ES CIERTO.“ (DISCIPLINA PUNITIVA, BASADA EN
EL CASTIGO, LA CUAL PROVOCA EFECTOS NEGATIVOS
DISCIPLINA POSITIVA, BASADA EN EL RESPETO QUE
PROPONE IMPLICAR AL NIÑO/A FOMENTANDO SU AUTOCONTROL Y
AUTOESTIMA, HACIENDO DE ELLOS PERSONAS RESPONSABLES Y
RESPETUOSAS.
«UN NIÑO/A QUE SE COMPORTA MAL ES UN NIÑO QUE SE SIENTE
MAL»
Diferenciar entre :
- consecuencias naturales
- consecuencias lógicas
- castigos.
Las consecuencias naturales son lo que conocemos como causa-efecto
natural.
Por ejemplo, si llueve y no llevo paraguas, me voy a mojar; si no como y se
acaba el tiempo de comida, voy a tener hambre; o si cruzo sin mirar y viene
un coche, tengo una alta probabilidad de que me me atropelle.
Estas consecuencias naturales deben primar en la convivencia familiar, pues
son las que permiten al niño/a interiorizar el aprendizaje desde la
experiencia, pero hay veces que los propios adultos no estamos dispuestos
a afrontar las consecuencias naturales de los actos de nuestros pequeños.
Por ejemplo, si a mi hijo/a se le derrama la leche sobre la mesa o el suelo,
¿cuál sería la consecuencia natural? Que lo limpiase, sin más. Sin embargo,
muchos padres no están dispuestos a que su pequeño de 3 años lo limpie,
porque puede suponer extender más de lo que limpia.
Las consecuencias lógicas las aplicamos cuando no podemos permitir que
actúen las consecuencias naturales; normalmente esto ocurre cuando una
determinada conducta pone en peligro la seguridad del niño/a, de terceros
(mi hijo/a pega) o del entorno.
Consistirían en plantear mediante preguntas la solución más respetuosa
para todos en un contexto determinado, o pactar con el pequeño la solución
más adecuada para la conducta que queremos cambiar. Pero claro, siempre
que la edad del niño/a, la circunstancia concreta o el tiempo del que
disponemos, lo permita.
Dichas consecuencias son aquellas que requieren de la intervención directa
del adulto pero, a diferencia de los castigos (que normalmente son arbitrarios
y pretenden demostrar una autoridad malenetendida), tienen que cumplir las
siguientes premisas:
– Ha de estar relacionada con la conducta que queremos corregir.
– Tenemos que haberla anticipado o, mejor todavía, pactado con el propio
niño/a.
– Ha de ser respetuosa con nuestro hijo/a.
– Ha de ser proporcionada a la conducta que se quiere corregir.
Ejemplo : mi hijo de 15 años no quiere recoger su habitación y ordenarla.
En esta situación se le avisa de que nosotros (los padres) no vamos a recogerla
por él, ni vamos a cambiar las sábanas, ni lavar la ropa y la consecuencia lógica
es que tendrá que convivir con el desorden hasta que decida ordenar o pedir
nuestra ayuda para hacerlo.
Dicho esto, es mejor que nos anticipemos a estas situaciones; es decir, que nos
movamos en escenarios previos a aquellos en los que tenemos que aplicar
consecuencias lógicas. ¿Por qué no optamos por un modelo de
comunicación familiar que se centre en las soluciones?
Y si realizáramos reuniones familiares una vez a la semana para tratar aquellos
“temas ásperos” que vamos arrastrando durante la convivencia semanal;
pactando posibles soluciones con el propio niño/a; anticipándonos a la situación
mediante una planificación adecuada…
¿Cuál sería la consecuencia si no colabora dejando la ropa sucia en el
cesto? Mi hija tiene 4 años… No le importaría para nada salir con la ropa
sucia
¿Y si cruzan una carretera con 5 años y también con 10 años cuando le
hemos dicho que no lo haga? ¿Cuál sería la consecuencia?
¿Cuál podría ser la consecuencia de que un niño de 10 años conteste
mal a sus padres o hermanos?
¿Y si un niño de 10 años pega a su hermana?
Ayer mi hijo, 5 años, se enfadó y cerró de un portazo la puerta de su
habitación. Como no quiero que haga eso, ¿cuál sería la consecuencia?
¿Y con un niño de casi 3 años que a veces pega a su hermano pequeño
(18 meses) o a otros niños? He probado castigos y consecuencias y no
me funciona nada!
¿Cuál sería la consecuencia de que mi hijo con 8 años no se quiera
duchar?
¿Y la consecuencia si nos informan de que nuestro hijo adolescente
está faltando a clase?
¿Cuál sería la consecuencia si mi hijo adolescente no ordena su
habitación nunca?
El castigo :
https://youtu.be/TvNkXSN-IZ4
Diferencia entre que nuestros hijos
sean obedientes o sean
responsables
Otros consejos útiles:
• No intenten razonar con su hijo en un
momento de enfado, ya que solo se
conseguirá crear una discusión.
• Menos sermón y más acción.
• Tenga un rato para escuchar a su hijo/a.
• Préstele atención cuando haga algo
positivo (aunque sea su obligación)
• Seleccione las “batallas” y ponga normas
claras al respecto
• NO compare a su hijo/a con otros.
• Evite el castigo físico.
• Anímele a mejorar y confíe en el/ella.
ANTE UN
BERRINCHE
O
PATALETA
PAUTAS PARA ESTABLECER LAS NORMAS
1. Pensar qué es lo que queremos que haga
No hagamos una lista interminable de normas. «Es más práctico poner una norma
como «se obedece a la primera». Con ella conseguiremos que hagan aquello que
creemos deben hacer».
2. Ser consecuentes
«Es importante que los primeros en cumplir las normas seamos los padres».
En este sentido, si establecemos como norma que siempre después de comer
tenemos que lavarnos los dientes, nosotros también tenemos que cumplirla.
3. Establecer consecuencias
Saber qué tipo de consecuencias debemos fijar en caso de que nuestro pequeño
no cumpla las normas. «El castigo rara vez funciona ya que los niños se comportan
mejor cuando les enunciamos las cosas en positivo que bajo amenaza». En este
sentido, es más efectivo que en lugar de repetir la orden de que hay que lavarse los
dientes varias veces y a continuación amenazarles con que se quedarán sin ver los
dibujos, les animemos a hacerlo bien y rápido para que le sobre un poco de tiempo
antes de irse a dormir para ver los dibujos.
4. No ceder
Es común que después de un día agotador… etc estemos tan cansados que tras
repetir una norma varias veces dejamos que el niño se salga con la suya y no la
cumpla. Error. Si cedemos «estaremos reforzando la mala conducta.
5. No pararnos a explicarle la norma
El momento en el que el niño se está saltando la norma no es el adecuado para
dialogar ni razonar. En ese momento solo tenemos que hacer una cosa:
mostrarnos firmes. Hay una norma y hay que cumplirla.
6. Usar la extinción
Evitaremos prestar atención a nuestro hijo hasta que no obedezca la norma que
le hemos establecido. Si hace falta se lo comunicaremos: no te voy a hacer caso
hasta que no te laves los dientes. Y cumplirlo siempre.
7. Reconocer su logro
Utilizar el refuerzo positivo: «reconocer su logro siempre que haya obedecido y
decirles lo orgullosos que nos sentimos cuando se portan bien»
RECOMENDACIÓN :
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