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Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias CENTRO DE INVESTIGACION REGIONAL DEL PACIFICO CENTRO CAMPO EXPERIMENTAL VALLE DE APATZINGAN Folleto Técnico No. 2 Septiembre 2004 Dinámica de daño y control de la antracnosis Colletotrichum gloeosporioides (Penz.) en mango en Michoacán Javier ESPINOSA ABURTO José Francisco ARIAS SUAREZ Héctor R. RICO PONCE Mario A. MIRANDA SALCEDO Xavier CHAVEZ CONTRERAS

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Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias

CENTRO DE INVESTIGACION REGIONAL DEL PACIFICO CENTROCAMPO EXPERIMENTAL VALLE DE APATZINGAN

Folleto Técnico No. 2 Septiembre 2004

Dinámica de daño y control de la antracnosis

Colletotrichum gloeosporioides (Penz.)

en mango en Michoacán

Javier ESPINOSA ABURTOJosé Francisco ARIAS SUAREZHéctor R. RICO PONCEMario A. MIRANDA SALCEDOXavier CHAVEZ CONTRERAS

Instituto Nacional de InvestigacionesForestales Agrícolas y Pecuarias

SECRETARIA DE AGRICULTURA, GANADERIA, DESARROLLO RURAL, PESCA Y ALIMENTACION

C. JAVIER USABIAGA ARROYO

Secretario Lic. FRANCISCO LÓPEZ TOSTADO

Subsecretario de Agricultura Ing. ANTONIO RUÍZ GARCÍA

Subsecretario de Desarrollo Rural Lic. JUAN CORTÉS GARCÍA Subsecretario de Planeación

INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES FORESTALES,

AGRICOLAS Y PECUARIAS

Dr. JESÚS MONCADA DE LA FUENTE Director en Jefe

Dr. RAMÓN MARTÍNEZ PARRA Coordinador General de Investigación y Desarrollo

Dr. SEBASTIAN ACOSTA NÚNEZ Director General de Investigación Agrícola

Dr. CARLOS A. VEGA Y MURGUÍA Director General de Investigación Pecuaria

Dr. HUGO RAMÍREZ MALDONADO Director General de Investigación Forestal

Dr. EDGAR RENDÓN POBLETE Director General de Transferencia de Producción y Servicios

Dr. DAVID MORENO RICO Director General de Administración

CENTRO DE INVESTIGACION REGIONAL PACÍFICO CENTRO

Dr. KEIR FCO. BYERLY MURPHY

Director Regional Dr. JAVIER PADILLA RAMÍREZ

Director de Investigación Lic. MIGUEL MÉNDEZ GONZALEZ

Director de Administración Dr. ENRIQUE ASTENGO LÒPEZ

Director de Coordinación y Vinculación en Michoacán MC. DANIEL MUNRO OLMOS

Jefe del Campo Experimental Valle de Apatzingán

DINAMICA DE DAÑO Y CONTROL DE ANTRACNOSIS Colletotrichum gloeosporioides (Penz.)

EN MANGO EN MICHOACAN.

Javier Espinosa Aburto. MC. Agronomía

José Francisco Arias Suárez. MC. Mejoramiento genético

Héctor Rómulo Rico Ponce. Ing. Agr. Parasitología

Mario Alberto Miranda Salcedo. Dr. Ecología.

Xavier Chávez Contreras. MC. Edafología.

Investigadores de Mango. C.E. Valle de Apatzingán

CENTRO DE INVESTIGACION REGIONAL DEL PACIFICO CENTRO CAMPO EXPERIMENTAL VALLE DE APATZINGAN

APATZINGÁN, MICHOACÁN, MEXICO SEPTIEMBRE 2004

C O N T E N I D O

Pag. Introducción

1

Distribución en la zona productora de Michoacán.

2

Agente causal

3

Síntomas de la enfermedad

4

Mecanismos de dispersión de la enfermedad

7

Efecto ambiental sobre su presencia y desarrollo

8

Agentes químicos para el control

13

Intensidad de control

13

Resultados obtenidos en estrategias de control

14

Recomendaciones y sugerencias

18

Literatura citada

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INDICE DE CUADROS Número Página.

1.

Intensidad de daño por antracnosis en tres localidades ubicadas arriba de 550 msnm y con diferente comportamiento de la precipitación mensual y las temperaturas medias durante floración.

10

2. Intensidad de daño por antracnosis en dos localidades ubicadas a menos de 550 msnm y con diferente comportamiento de la precipitación mensual y las temperaturas medias durante floración.

11

3. Amarre de frutos y rendimientos obtenidos en dos huertos de mango, bajo dos estrategias de control de Antracnosis

17

INDICE DE FIGURAS

Número Página

1. Intensidad de afectación por antracnosis en 5 huertos ubicados en el gradiente de altitud bajo el que se cultiva mango en Michoacán.

3

2.

Síntomas de antracnosis en flores y frutos de Mango.

5

3.

Efecto del daño por antracnosis sobre la caída de frutos en primeros estados de desarrollo.

6

4.

Comportamiento de la fructificación en dos esquemas de control de antracnosis. El Columpio, Mpio. Fco. J. Mujica.

16

5.

Comportamiento del fructificación en dos esquemas de control de antracnosis. Charapendo, Mpio. Gabriel Zamora.

16

Para mayor información acuda, llame ó escriba al Campo Experimental Valle de Apatzingán

Km.17.5 Carretera Apatzingán –Cuatro Caminos Tel y Fax 01-425-5925140

E-mail [email protected]. 60781

Apatzingán. Michoacán

CREDITOS EDITORIALES

EDICIÓN

M.C. Lauro Nava Vargas

REVISIÓN TÉCNICA

Dr. José Agustín Vidales Fernández M.C. Mario Orozco Santos

SUPERVISIÓN

Dr. Keir F. Byerly Murphy Dr. Enrique Astengo López

1

Introducción En Michoacán la superficie establecida con el cultivo de mango rebasa las 22 mil hectáreas, principalmente con los cultivares Haden (60 %), Tommy Atkins (30 %) y otros como Ataulfo, Kent y Keitt (10%), los cuales en su conjunto generan una producción de 113 mil toneladas de fruta anualmente, destinándose el 47 % al mercado de exportación (EMEX, 2001). En la actualidad la media de producción estatal fluctúa de 5 a 6 ton/ha, siendo una de las más bajas a nivel nacional. Estos bajos rendimientos unitarios pueden ser debidos a una conjunción de factores de diversa índole, algunos de ellos indirectos como la situación socioeconómica de los productores y otros directos como las condiciones ambientales, las prácticas a las que se somete el cultivo y la alta incidencia de problemas fitosanitarios como Escoba de bruja, Cenicilla y Antracnosis. La antracnosis es considerada la enfermedad más importante en pre y poscosecha que afecta al cultivo de mango en el mundo (Litz, 2000), siendo el principal problema fitosanitario asociado con la producción de mango en Michoacán. Se ha estimado que cuando las condiciones ambientales son propicias para su desarrollo puede afectar hasta un 60 % de la producción de fruta en el estado (Chávez, 2000). Actualmente el control de la enfermedad se realiza con una alta variabilidad en la frecuencia y oportunidad de aplicación de fungicidas, definidas principalmente por la

2

eventualidad de ocurrencia de lluvias o presencia de nublados durante la floración y desarrollo de frutos; en muchos de los casos el control se inicia cuando la infección ya está presente con altos niveles de daño, lo que limita su efectividad. Su mayor daño lo causa sobre los frutos, pero también puede afectar el follaje, principalmente en árboles jóvenes los que en casos extremos pueden ser totalmente devastados (Ploetz y Prakash, 1997), o por el tizón que afecta a la floración llegando a reducir fuertemente el “amarre” de fruta en el cultivo. Algunos autores reportan que cuando esta enfermedad se controla oportunamente con fungicidas el “amarre” de fruta se incrementa de un 55 hasta un 80 % (Jeffries et al, 1990). Distribución en la zona productora de Michoacán El mango se cultiva en Michoacán desde el nivel del mar hasta altitudes superiores a los 1100 msnm, bajo un gradiente climático que va desde los cálido secos (BSo y BS1) hasta los cálido subhúmedos (AWo y AW1), ocasionando un comportamiento diferencial en el cultivo y posiblemente un comportamiento también diferencial en la incidencia y severidad de problemas fitosanitarios. Sin embargo, aún cuando estas diferencias climáticas pueden generar variaciones en la incidencia y severidad de la antracnosis, hasta la fecha no se ha encontrado una tendencia clara sobre el nivel de afectación en función a la variación climática bajo las cuales desarrolla el cultivo, ya que puede presentarse

con altos niveles de intensidad a lo largo de todo el gradiente de altitud en el que se cultiva mango en el estado, desde áreas ubicadas a altitudes superiores a 1000 msnm, con condiciones climáticas más frescas y húmedas, con precipitación anual hasta de 900 mm, hasta las áreas ubicadas abajo de los 300 msnm, con condiciones más cálidas y secas, donde el nivel de precipitación anual apenas rebasa los 650 mm (Figura 1.)

020406080

100

200 400 600 800 1000 1200

Altitud msnm

%

daño

Altitud msnm.

Figura 1. Intensidad de afectación por antracnosis en 5 huertos ubicados en el gradiente de altitud bajo el que se cultiva mango en Michoacán.

Agente causal La antracnosis es causada por el hongo Colletotrichum gloeosporioides Penz, la cual puede afectar un amplio rango de hospederos incluyendo otros frutales 3

4

tropicales. En mango la intensidad de daño puede variar en función a los cultivares, algunos de los cuales son moderadamente resistentes como el Tommy Atkins (Dodd et al, 1997), mientras que otros como el Haden y Kent se reportan como susceptibles (Galán, 2000). El color del micelio del hongo sobre el medio de cultivo papa – dextrosa- agar puede variar de blanco a gris y el acérvulo maduro puede formarse como masas conidiales de color naranja. Los conidios son hialinos, unicelulares, cilíndricos ó elipsoidales, de 7 a 20 micras de longitud y 2.5 a 5 micras de ancho. Síntomas de la enfermedad Los síntomas iniciales sobre hojas jóvenes se manifiestan como pequeñas manchas café oscuras rodeadas de un halo clorótico que pueden coalecer para formar lesiones irregulares de 0.3 a 1.0 cm de diámetro; el centro de las lesiones muchas veces se seca y se desprende ocasionando perforaciones en las hojas. En floración los síntomas inician con pequeñas manchas negras sobre flores, pedúnculos, pedicelos y el raquis de la inflorescencia, ocasionando la caída de flores persistiendo solamente los pedúnculos. La rápida dispersión y desarrollo de la enfermedad sobre las panículas florales genera una masa ennegrecida de flores, aunque éstas pueden estar asociadas con daños paralelos de otros agentes (Ploetz y Prakash, 1997). La infección sobre las inflorescencias puede ocasionar una reducción considerable en el “amarre” de frutos

(Mendoza, 1977); en casos severos propicia el fracaso total de la producción en el cultivo (Prior et al, 1992).

Figura 2. Síntomas de antracnosis en flores y frutos de mango. En frutos en desarrollo puede ocasionar la caída de más del 90 % cuando se presenta en intensidades superiores al 80 % e incluso cuando solo se alcanzan niveles de daño del 40 % la caída de fruta pueda alcanzar magnitudes superiores al 50 ó 60 %, tal como se muestra en la Figura 3, obtenida en el cultivar Haden. La mayor intensidad de caída de fruta se presenta durante la fases de tamaño munición y canica, algunos de los cuales se necrosan totalmente y pueden quedar adheridos al raquis de la panícula. Si a esas magnitudes de pérdida de fruta se adicionan las debidas al proceso normal de abscisión, el colapso de la fructificación y por consiguiente de la producción en el cultivo puede llegar a ser total.

5

0

20

40

60

80

100

0 20 40 60 80 100Daño por antracnosis (%)

Caída de

frutos (%)

Fruto munición

Fruto canica

Figura 3. Efecto del daño por antracnosis sobre la caída de frutos en los

primeros estados de desarrollo

En frutos de mayor tamaño (>4 – 5 cm) se ha considerado que la infección no genera desarrollo de lesiones y se mantiene como una infección latente que inicia nuevamente su desarrollo una vez que el fruto ha sido cosechado; sin embargo, se ha observado que en presencia de períodos prolongados de lluvias durante estas etapas puede, incluso, ocasionar el manchado de los frutos reduciendo su calidad comercial desde antes de la cosecha. Después de la cosecha, cuando se inicia el proceso de maduración del fruto, se manifiesta con lesiones café oscuro o negras sobre la superficie. Esas lesiones son inicialmente superficiales pero eventualmente pueden ocasionar depresiones y cuando el ataque es muy

6

7

severo en esta etapa los frutos son insípidos o incluso amargos y pueden ser invadidos por otros hongos o bacterias (Vega, 1994). Mecanismos de dispersión de la enfermedad Hasta la fecha la única fuente de inóculo reportada en el cultivo son los conidios (Fitzell y Peak, 1984) que se producen en acérvulos presentes en ramas terminales, inflorescencias momificadas, brácteas florales y hojas (Ploetz y Prakash, 1997), de donde son diseminados por el viento, por medios mecánicos y por la presencia de lluvia, considerada esta última el factor más importante de dispersión por el efecto de las salpicaduras del agua. Los conidios son depositados sobre la superficie del tejido y si las condiciones son propicias germinan y forman apresorios cuando los tubos germinativos entran en contacto con la superficie del hospedero. La penetración se realiza a través de la cutícula por medio de un vástago infectivo formado en el lado inferior del apresorio. El desarrollo del micelio en el hospedero se realiza de manera intracelular y produce colapso y muerte de los tejidos (Kenaga et al, 1971). Cuando las condiciones no son propicias los conidios pueden permanecer sin germinar en forma latente, perdiendo viabilidad con el tiempo. Es posible que el hongo sobreviva a la siguiente estación adherido a la superficie de tejido infectado (Kiraly et al, 1974) Efecto ambiental sobre su presencia y desarrollo

8

Inicialmente se había señalado que las condiciones que favorecen la presencia de la enfermedad y subsecuente desarrollo están positivamente correlacionadas con la temperatura y la duración del periodo que permanece el agua sobre la superficie de las hojas después de alguna lluvia (Fitzell et al, 1984); sin embargo, posteriormente se determinó que la infección puede ocurrir aún en ausencia de agua sobre la superficie de las hojas ó en ausencia de lluvias, siempre y cuando se presente humedad relativa superior al 95 % (Dodd et al, 1991), estableciéndose como rango ambiental para el desarrollo de la enfermedad a temperaturas de 10 – 30 oC y condiciones de humedad relativa superiores al 95 %. Trabajos realizados en Filipinas (Dodd et al, 1991) señalan que los conidios del hongo germinan y forman tubos germinativos en 3 a 8 horas a temperaturas entre 25 y 30 oC, y que este tiempo puede incrementarse conforme se tengan menores temperaturas. Estrada (1994) señala también que la temperatura óptima para la formación del apresorio en dos aislamientos de este hongo fluctuó entre los 20 y 25 oC, aún cuando los dos aislamientos exhibieron el mismo requerimiento de 25 oC de temperatura óptima para la producción de enzimas que causan degradación de la celulosa. Se señala asimismo, que si bien las conidias germinan a humedad relativa tan baja como el 95 %, el porcentaje de germinación y la formación de apresorios se incrementa conforme se expone a mayor humedad relativa y que, incluso en algunos aislamientos del hongo, las conidias mantenidas a humedad relativa

9

entre 62 y 86 % retienen su viabilidad hasta por 4 semanas y un bajo porcentaje puede formar apresorios cuando las condiciones de humedad relativa lleguen al 100 %, lo que les puede conferir habilidad para sobrevivir largos períodos de sequía. En Michoacán se evaluó el comportamiento de la enfermedad en floración y primeros estados de desarrollo de frutos en 5 huertos de mango cv. Haden, establecidos desde los 1100 hasta los 250 msnm, en un intento por establecer áreas de mayor o menor riesgo potencial en función a la variación climática que se presenta en este gradiente y poder definir la intensidad de control requerida. Los resultados obtenidos nos señalan que pueden esperarse altos niveles de daño en todo el gradiente de altitud explorado, sin una tendencia clara en mayor o menor intensidad en función al nivel altitudinal y las condiciones climáticas asociadas a esta variación. Es probable que en huertos establecidos a más de 550 msnm, en los cuales se presenta generalmente con mayor intensidad la floración adelantada, incluso desde octubre y noviembre, la floración puede coincidir con condiciones de alta humedad relativa por el efecto residual de la temporada normal de lluvias que termina en octubre, lo cual puede repercutir en un alto nivel de daño por antracnosis. Las evidencias del anterior planteamiento se muestran en el Cuadro 1, donde se observa que en las localidades Charapendo y Lombardía se registraron precipitaciones de 125 y 50 mm en octubre, siendo los niveles de daño por antracnosis superiores al 63 %, en comparación a la

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localidad El Huaco donde solo se registraron 3 mm de precipitación y el nivel de daño apenas alcanzó el 37 %; en todos los casos con solamente vestigios de precipitación el resto del período de floración. CUADRO 1. INTENSIDAD DE DAÑO POR ANTRACNOSIS EN TRES LOCALIDADES UBICADAS ARRIBA DE LOS 550 MSNM Y CON DIFERENTE COMPORTAMIENTO DE LA PRECIPITACION MENSUAL Y LAS TEMPERATURAS MEDIAS DURANTE LA FLORACION.

Precipitación (mm) / localidad Meses Charapendo

(1100 msnm)

Lombardía. (650 msnm)

El Huaco (550

msnm) Octubre 125.8 50.0 3.0

Noviembre. 0.0 1.0 1.0 Diciembre. 0.0 0.0 0.0

Enero. 0.0 6.6 8.0 Febrero. 0.0 0.0 0.0

Acumulada 125.8 57.6 12.0

Temp. Máxima1 14.8 16.3 16.4 Temp. Mínima1 30.2 33.8 35.5

% Antracnosis 63.6 64.6 37.0

1 Media registrada en oC durante el periodo En las localidades ubicadas a altitudes inferiores (<500 msnm), la floración que se inicia generalmente de manera más tardía (Dic.- Ene), puede coincidir con una elevación de las temperaturas (máximas superiores a 34 oC) y es posible que la humedad relativa presente en esas condiciones, aún en ausencia de precipitación, sea suficiente para generar altos niveles de daño por la

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enfermedad, como se evidencía por el daño registrado en la localidad El Chauz en el Cuadro 2. Los resultados anteriormente señalados permiten plantear que el utilizar a la presencia de lluvias o nublados como criterio para decidir o no la aplicación de fungicidas, no necesariamente representa la mejor alternativa. CUADRO 2. INTENSIDAD DE DAÑO POR ANTRACNOSIS EN DOS LOCALIDADES UBICADAS A MENOS DE 550 MSNM Y CON DIFERENTE COMPORTAMIENTO DE LA PRECIPITACION MENSUAL Y LAS TEMPERATURAS MEDIAS DURANTE LA FLORACION.

Precipitación (mm)/ localidad Meses Antunez

(320 msnm) El Chauz

(250 msnm) Octubre 84.2 54.6

Noviembre. 0.1 0.0 Diciembre. 0.0 0.0

Enero. 6.5 0.0 Febrero. 0.0 0.0

Acumulada 90.8 54.6

Temp. Máxima1 17.2 18.1 Temp. Mínima1 32.5 37.8

% Antracnosis 68.6 75.4

1 Media registrada en oC durante el periodo Indudablemente que la mejor opción para hacer más eficiente el control de la enfermedad seria la generación, validación o adecuación de un modelo de predicción y el establecimiento de una red climatológica que genere la información para su aplicación en toda la

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zona de producción. Sin embargo, en ausencia de estas condicionantes, una alternativa puede ser el establecer un control sistemático del problema en floración y primeros estados de desarrollo de frutos, utilizando la presencia de lluvias solamente como criterio para decidir aplicaciones adicionales, sin menoscabo de continuar los trabajos de investigación tendientes al desarrollo de dichos modelos de predicción. En este sentido pueden utilizarse como referencia modelos desarrollados en otras áreas de producción, entre los cuales destaca el generado en Australia por Fitzell et al, (1984) y ajustado posteriormente en Filipinas por Dodd et al. (1991). El modelo desarrollado en Australia permitía estimar las infecciones esperadas durante floración, considerando solamente la duración del período húmedo sobre la superficie de las hojas, de la siguiente manera: Infeccion esperada = ln p/q, donde: p = % estimado de conidias que producen apresorios después de un período humedo, y q = 100 – p. p = 100 x ey/1 + ey ; donde: Y = -16.114 + 1.12 T – 0.0225 T2 + 1.0862 ln t ; donde: T = Temperatura media (oC) durante el período húmedo t = duración del período húmedo en horas.

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El ajuste realizado en Filipinas incorpora además el factor (h) de humedad relativa, quedando de la siguiente forma: Y = - 1172.57 + 3.91 ln t + 2.07 T – 0.04 T2 + 22.85 h – 0.12 h2 Agentes químicos de control En la actualidad el uso de aplicaciones de fungicidas sistémicos y protectantes es el único medio efectivo para el control de la enfermedad (Dodd et al, 1997), existiendo una gama de productos que pueden ser utilizados, destacando entre los protectantes el Sulfato de cobre, Oxicloruro de cobre, Hidroxido de cobre, Captan y Mancozeb; y entre los sistémicos, principalmente el Benomilo ((Ploetz y Prakash, 1997) y en los últimos años el Azoxystrobin. Los productos a base de cobre generalmente se utilizan antes o después de la floración, ya que durante ésta puede presentar reacciones fitotóxicas (Thompson, 1987), mientras que los otros pueden ser utilizado en cualquier etapa fenológica; sin embargo el uso de cualquiera de estos productos debe ser cuidadosamente revisado, ya que en el caso del Benomilo, su uso excesivo en precosecha puede generar el desarrollo de cepas resistentes del hongo (Sepiah, 1986). Intensidad de control En otras áreas productoras la intensidad de aplicaciones varía con las condiciones en las que desarrolla el cultivo. En Florida, bajo condiciones extremas para el desarrollo de la enfermedad y con cultivares susceptibles, se llegaron a recomendar más

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de 20 aplicaciones, desde el inicio de la floración hasta la cosecha; en la actualidad esa intensidad de aplicación se ha reducido con el uso de cultivares moderadamente resistentes como el Tommy Atkins. En Australia se han recomendado aplicaciones semanales durante floración y posteriormente mensuales hasta cosecha. En filipinas se ha recomendado una primera aplicación de fungicidas junto con la aplicación del inductor de floración (KNO3), para reducir el nivel del inóculo en el árbol antes de la floración, continuando las aplicaciones semanalmente hasta “cuajado de fruto” (fruto tamaño canica); esta práctica representa alrededor de 5 ó 6 aplicaciones durante floración más una o dos durante los primeros estados de desarrollo de frutos (Dodd et al, 1997). Resultados obtenidos en estrategias de control En el ciclo 2002 – 2003 se evaluó un esquema de control con Sulfato tribásico de cobre y Benomilo de la siguiente manera: a) una primera aplicación preventiva con Sulfato tribásico de cobre a dosis de 5 g l-1, después de la aplicación del inductor y una vez que se confirma el inicio de la floración, para reducir el nivel de inóculo en el árbol, b) 2 a 3 aplicaciones de Benomilo a dosis de 14 gr 20 l-1, a intervalos de 10 a 15 días durante la floración y c) 1 ó 2 aplicaciones más de Sulfato tribásico de cobre, a la dosis ya señalada, en los primeros estados de desarrollo de frutos. Este esquema (INIFAP) se aplicó en dos huertos con floración tardía con el cv. Haden, uno en la localidad El Columpio, Mpio. de Fco. J. Mujica a 320 msnm y clima cálido Seco (BS1) y el otro en Charapendo, Mpio. de

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Gabriel Zamora a 1100 msnm y clima cálido subhúmedo (AW1), en los que se comparó con la estrategia de control utilizada por los productores. Para evaluar la eficiencia de control, en árboles previamente seleccionados se etiquetaron brotes florales al inicio de desarrollo, en donde se cuantificó la presencia de la enfermedad en floración y el desarrollo posterior de la fructificación hasta fruto a cosecha, registrando adicionalmente el comportamiento de la floración y fructificación global en los árboles seleccionados. Durante este ciclo la antracnosis se presentó con muy alta virulencia, debido a la presencia de lluvias tardías en el mes de noviembre, que colapsó la producción en huertos con floración temprana, estableciendo condiciones predisponentes para la enfermedad en la floración tardía que se presentó en diciembre – enero en los dos huertos evaluados. En estos huertos el daño de la enfermedad en floración alcanzo niveles de 53 y 68 % bajo los tratamientos de los productores, en comparación a solo un 27 y 44 % en el esquema señalado (INIFAP) en Charapendo y el Columpio, respectivamente. Esta diferencia en la manifestación de la enfermedad se tradujo también en una mayor permanencia de frutos durante los primeros estados de desarrollo en ambas localidades (Figuras 4 y 5), en el amarre de fruto a cosecha por panícula y en el rendimiento global de los huertos (Cuadro 3), incluso con árboles de menor porte en Charapendo.

0

20

40

60

0 20 40 60 80 100Días julianos después de inicio fructificación

No. Frutos

por panícula

Inifap

Productor

Figura 4. Comportamiento de la fructificación en dos esquemas de control de antracnosis. El Columpio, Mpio. Fco. J. Mujica.

0

10

20

30

40

0 20 40 60 80 100Días julianos después de inicio fructificación

No. Frutos

por panícula

Inifap

Productor

Figura 5. Comportamiento de la fructificación en dos esquemas de control de antracnosis. Charapendo, Mpio. Gabriel Zamora.

16

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CUADRO 3. AMARRE DE FRUTO Y RENDIMIENTOS OBTENIDOS EN DOS HUERTOS DE MANGO BAJO DOS ESTRATEGIAS DE CONTROL DE ANTRACNOSIS.

Tratamientos Localidad / var. INIFAP Productor

EL COLUMPIO Frutos / panícula 0.16 0.0 Rend. Ton / ha 4.56 2.43

CHARAPENDO Frutos / panícula 0.73 0.36 Rend. Ton / ha 18.0 16.0

En el Columpio, la diferencia en intensidad de aplicación entre ambos tratamientos fue de 2 aplicaciones más en el tratamiento INIFAP, realizadas al inicio y durante la floración, ya que el productor inició el control hasta el desarrollo de frutos, mientras que en Charapendo la diferencia se estableció solamente por la aplicación preventiva al inicio de la floración realizada en el tratamiento INIFAP, la cual no fue realizada por el productor, aún cuando posteriormente el control se realizó también de manera sistemática en este tratamiento. Las diferencias en rendimiento logradas en Charapendo evidencian la bondad de la realización de acciones preventivas desde el inicio de la brotación floral. Independientemente de las diferencias obtenidas en rendimiento entre ambos tratamientos en la localidad el Columpio, el poco amarre de fruta y los bajos rendimientos globales en comparación a Charapendo fueron debidos a problemas nutrimentales y al limitado abastecimiento de agua para riego, característico de este municipio, ya que los intervalos de riego durante

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floración y desarrollo de frutos fueron hasta de 30 días y disponibilidad solo para riegos muy ligeros. Lo anterior permite puntualizar, que el específico control de problemas fitosanitarios no necesariamente garantiza la posibilidad de obtener buenos rendimientos en el cultivo, sino que es la conjunción de todas las prácticas de manejo (riego, fertilización, podas, inducción a floración, etc.) las que determinan el nivel de productividad de un huerto . Recomendaciones y sugerencias Es posible que con una estrategia de control químico similar a la señalada anteriormente puedan lograrse buenos resultados, iniciando el control una vez que se confirme el inicio de la floración después de la aplicación del inductor (KNO3), seguida de 2 ó 3 aplicaciones durante floración y 1 ó 2 aplicaciones más durante los primeros estados de desarrollo de frutos, ya sea con los productos señalados (Sulfato tribásico de cobre a dosis de 500 gramos por 100 litros de agua ó Benomilo a dosis de 70 gramos por 100 litros de agua) ó cualquier otro producto protectante o sistémico que se haya evaluado también con buenos resultados. Por otro lado, considerando el efecto que tiene la presencia de la humedad en el desarrollo de la enfermedad, se sugiere que la mayor intensidad de aplicación se utilice en años más húmedos (con mayor nivel y duración de la precipitación), e incluso se complemente con aplicaciones adicionales cuando se presenten lluvias en floración y fructificación, realizándolas inmediatamente después de ocurrido cada evento.

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Literatura citada Dodd, J.C., Estrada, A.B., Matcham, J., Jeffries, P., and Jeger, M.J. 1991. The effect of climatic factors on Colletotrichum gloeosporioides causal agent of mango anthracnose, in the Philillines. Plant Pathology 40: 568-575. Dodd, J.C., Prusky, D. and Jeffries, P. 1997. Fruit diseases. In:. R.E. Litz (ed). The mango. Botany, production and uses. CAB. International. USA. p 257-280. Empacadoras de Mango de Exportación A.C. (EMEX). 2001. Plan estratégico para el fortalecimiento de la cadena productiva del mango en México. Guadalajara, Jal. Enero 2001. Fitzell, R.D. and Peak, C.M. 1984. The epidemiology of anthracnose disease of mango: inoculum sources, spore production and dispersal. Ann. Applied Biology. 104: 53-59. Galán, S.V. 2000. Cultivares de mango con especial referencia al mercado Europeo. Simposium mango. Control de floración y mejoramiento genético. Apatzingán, Michoacán, México. 26-27 abril 2000. p 17-26. Jeffries, P., Dodd, J.C., Jeger, M.J. and Plumbley, R.A. 1990. The biology and control of Colletotrichum species on tropical fruit crops. Plant Pathology 39:343-366.

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