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Diagnóstico sobre la VulnerabilidadPolítico-Electoral de los

Programas Sociales Federales

Marzo de 2006

Proyecto de Protección de los Programas Sociales Federalesen el contexto de las elecciones de julio de 2006

Copyright © 2007por Programa de las Naciones Unidas para el DesarrolloPresidente Masaryk No. 29, piso 8Col. Chapultepec Morales, C.P. 11570, México, D.F.

Todos los derechos están reservados.

Publicado por el Programa de lasNaciones Unidas para el Desarrollo

Diseño de portada: Producción Creativa

Impreso y hecho en México, 2007

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Agradecimientos

Para el Comité Ejecutivo por la Transparencia de los Programas Federales del Proyecto de Protección a los Programas Sociales Federales en el contexto de las elecciones de julio de 2006, es fundamental agradecer a todas las personas que contribuyeron a la realización de este Diagnóstico sobre la Vulnerabilidad Político-Electoral de los Programas Sociales Federales. Hacemos un reconocimiento a los y las integrantes del Alto Consejo por la Transparencia de los Programas Sociales Federales, por su amplia trayectoria y compromiso en la construcción de la democracia en nuestro país. Es importante señalar que la idea original del Proyecto surgió de la Secretaría de Desarrollo Social, por lo que dejamos constancia de nuestro reconocimiento a la ex Secretaria, Josefina Vázquez Mota, y a la actual Secretaria, Ana Teresa Aranda Orozco. Agradecemos a las Secretarías de Desarrollo Social (Sedesol), Salud, y Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), así como a la Coordinación Nacional del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, a la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), a la Comisión Nacional del Sistema de Protección en Salud, al Instituto Mexicano del Seguro Social, la Coordinación del Programa IMSS – Oportunidades y al Instituto de Desarrollo Social (Indesol), por sus atenciones, la facilitación del diálogo y la información aportada para la realización de este informe. Hacemos igualmente un reconocimiento especial al apoyo brindado por el Instituto Federal de Acceso a la Información, en particular a la Comisionada Presidente María Marván Laborde y al Actuario José Luis Marzal Ruiz, así como al equipo de trabajo que realizó un exhaustivo análisis de los portales de transparencia de los programas sociales federales cubiertos en este diagnóstico y la evaluación de las respuestas a las solicitudes de información presentadas a las dependencias responsables de dichos programas. La colaboración del Gabinete de Desarrollo Humano y Social de la Presidencia de la República y del Consejo Nacional de Población en el otorgamiento de información estadística y bases de datos fueron fundamentales para nuestro trabajo. En el Instituto Federal Electoral, agradecemos especialmente a las Consejeras Alejandra Latapí Renner y María Teresa González Luna, así como a los funcionarios de las diferentes áreas que nos atendieron. Al mismo tiempo distinguimos el aporte de la fiscal María de los Ángeles Fromow Rangel y sus colaboradores de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales. Agradecemos al Lic. Alfredo Figueroa y a los Consejeros y ex Consejeros Electorales Distritales del estado de Puebla por su valiosa información y experiencia en el ámbito electoral y su preocupación por generar mecanismos de vigilancia y protección de los derechos ciudadanos.

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De igual relevancia son las aportaciones de académicos e investigadores para el sustento teórico y conceptual del informe. Nuestro amplio reconocimiento a Gabriela Pérez Yarahuán de la Universidad Iberoamericana, Roberto Gutiérrez López, Rodolfo García del Castillo, Pedro Martínez Martínez, Cristina Sánchez Mejorado, Gretchen González Parodi, Arturo Grunstein Dickter, Emilio Duhau López, Oscar Cuellar Saavedra y Esperanza Palma Cabrera, de la Universidad Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco, Silvia Gómez Tagle del Colegio de México, Agustín Escobar Latapí del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social – Unidad Occidente, Carlos Brambila Paz del Instituto de Estudios Superiores de Monterrey y Federico Estévez del Instituto Tecnológico Autónomo de México. Distinguimos la enorme experiencia acumulada y las investigaciones realizadas por las Organizaciones de la Sociedad Civil, que permitieron retomar un conocimiento adquirido en la práctica y en el trabajo comprometido con la ciudadanía. Agradecemos por ello a Alianza Cívica, Fundar, Colectivo por la Transparencia, Centro de Formación Ciudadana y Cultura Política de Morelos, Derechos para la Mujer y la Familia del estado de México, Centro de Educación y Comunicación Audiovisual de Tlaxcala y a la Fundación Arturo Herrera Cabañas de Hidalgo. El Comité Ejecutivo expresa su gratitud a la disposición de Eduardo Bohórquez y Bárbara Castellanos de la Fundación Este País, quienes con su vasta experiencia en el ámbito de la comunicación permitieron generar estrategias para la integración de este proyecto. Por último, queremos dejar constancia de nuestro más profundo agradecimiento al Sr. Thierry Lemaresquier, Representante Residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, por su liderazgo y compromiso a lo largo de este Proyecto, así como a los funcionarios Diego Antoni, Itzá Castañeda, Paulina Huerta, Bertha Mata, Dong Nguyen, Luis Felipe López Calva, Patricia Marrón, Paola Palacios, Karem Pantin, Perla Pineda y Antonio Rendón, y a Georgina Fekete de la Dirección de Políticas del PNUD en Nueva York.

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Proyecto de Protección a los Programas Sociales Federales en el contexto de las elecciones de julio de 2006

Alto Consejo Sergio Aguayo

Luis F. Aguilar Rolando Cordera Fernando Franco Clara Jusidman Nora Lustig Mauricio Merino Alberto Nuñez Jacqueline Peschard Ezra Shabot Enrique Valencia Elio Villaseñor

Comité Ejecutivo Secretario Ejecutivo

Alejandro Grinspun Comisionados

David Gómez-Álvarez Paulina Grobet Cristina Martin Blanca del Pozo

Asesores Gonzalo Abad

Alfonso Celestino Ivet Pérez

El equipo contó con la participación de: Consultores Juan Pavel León

Mara Muñoz Brisa Solís Gabriela Coral Torres

Practicantes Stephanie Black

Jonathan Gilbert Ximena Maroto Héctor Nájera Marisse del Olmo

Apoyo administrativo y secretarial

Gerardo Núñez Vanessa Maya Patricia Hernández Armando Sevilla

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R e s u m e n e j e c u t i v o

Diagnóstico sobre la vulnerabilidad político -electoral de los programas sociales federales

1. Introducción

El diagnóstico sobre la vulnerabilidad político-electoral de los programas sociales

federales parte del reconocimiento de los avances institucionales que, en materia de

política social, se han logrado en México, particularmente en los dos últimos lustros.

Al mismo tiempo, sin embargo, también se reconoce que la pobreza, la exclusión y la

desigualdad que enfrenta el país constituyen graves obstáculos para el desarrollo

humano de millones de mexicanos. Si bien es cierto que cada vez más programas

sociales cuentan con marcos normativos que regulan su funcionamiento, también lo

es que aún persisten condiciones proclives para la utilización proselitista del gasto

social, particularmente en contextos electorales.

En ese sentido, las elecciones del 2 de julio de 2006 serán los comicios más

importantes desde la alternancia en el año 2000. Más allá de la presidencia de la

república, se pondrá a prueba la solidez de los avances democráticos del país,

incluidos los avances en la institucionalización de los programas sociales. Bajo estas

condiciones de alta competitividad es posible que se incremente el riesgo de desvíos

o condicionamientos de carácter proselitista de los programas sociales por parte de

los actores políticos, candidatos y partidos. De ahí que evitar que los recursos

públicos orientados al desarrollo humano sean manipulados sea una manera

efectiva de fortalecer la democracia de ciudadanía en el país.

Para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ésta es la razón

de ser y el fin último del Proyecto de Protección de los Programas Sociales Federales

en el Contexto de las Elecciones de 2006, que inició en diciembre de 2005

atendiendo a una propuesta de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) del

gobierno mexicano. El proyecto tiene el propósito de minimizar, a partir de acciones

preventivas de inhibición y desaliento, la posibilidad de que los programas sociales

sean objeto de manipulación electoral.

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En ese sentido, el informe diagnóstico puede ser leído como un balance de las

fortalezas y debilidades de los mecanismos institucionales de protección de los

programas sociales. Dicho en términos del mandato del proyecto, este diagnóstico

constituye una evaluación del grado de solidez, coherencia y eficacia de los

mecanismos y dispositivos existentes de control y protección de los programas

sociales federales.

La estructura del presente informe diagnóstico está organizada de la siguiente

manera. En el segundo capítulo se explica sucintamente la evolución de la política

social, señalando cuáles han sido los principales cambios que ha experimentado en

función de las diversas perspectivas del desarrollo que el país ha tenido. Asimismo,

en este capítulo se revisan los principales enfoques teóricos sobre la relación entre

democracia y política social, esto es, el manejo político del gasto y los programas

sociales: ciclos políticos, asignación política del gasto y clientelismo político. Por

último, se revisan algunos estudios y hallazgos empíricos sobre la compra y la

coacción del voto en México.

En el capítulo tercero, se presentan los principales avances jurídicos e institucionales

que han tenido lugar en México en materia de transparencia, acceso a la información,

rendición de cuentas y participación social, así como los mecanismos de protección

que regulan la operación de los programas sociales.

En el cuarto capítulo, el informe da cuenta de lo que se denominan “áreas

programáticas protegidas” y “áreas programáticas vulnerables” de los programas

sociales federales de mayor cobertura e importancia del país. Para la identificación

de estas áreas se hace un análisis institucional del marco normativo de los programas

sociales seleccionados para el diagnóstico a partir de un conjunto de criterios

predefinidos.

El quinto capítulo se presenta información que pone en evidencia la persistencia de

condiciones que pueden significar un riesgo de manipulación política en ciertos

programas sociales. La evidencia sobre tales riesgos proviene tanto de fuentes

secundarias y oficiales, como de información primaria recogida para la elaboración

de este informe.

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Con el objetivo de llevar a cabo misiones de observación de carácter disuasivo, en el

sexto capítulo, se construyó una metodología que clasifica los 2,443 municipios del

país. A partir de variables indicativas como marginación, pobreza, desigualdad,

competencia electoral y capacidades institucionales, se agruparon los municipios en

cinco tipos. Esta tipología servirá de base para las misiones de observación.

Por último, el informe cierra con una serie de reflexiones finales que buscan dar

cuenta de los principales hallazgos y lecciones del informe, así como de dimensionar

los alcances y límites del diagnóstico en su conjunto.

2. Política Social y Democracia en México

Desde el inicio de la segunda mitad del siglo XX, México desarrolló una política social

enfocada básicamente en la educación, la salud, la alimentación y la seguridad social.

Como resultado del período de industrialización acelerada, se logró una etapa de

estabilidad social y crecimiento económico. No obstante, el crecimiento demográfico

y la incapacidad del modelo para mitigar la desigualdad y la pobreza propiciaron

ajustes al modelo de desarrollo.

De esta forma, la crisis de los años 80 llevó a que el Estado mexicano instrumentara

una serie de medidas de ajuste estructural con el fin de balancear los desequilibrios

macroeconómicos e integrarse a los mercados internacionales. Esta nueva realidad

afectó en distintas formas la política social del país. El gasto social se redujo, se

eliminaron subsidios, se privatizaron empresas nacionales y se aplicó una política

monetaria restrictiva para contener las fluctuaciones cambiarias y la inflación. El giro

de la política social inicia con la creación del programa Pronasol, que más tarde

cambió a Progresa con un enfoque aún más focalizado, y que hoy permanece, de

forma más ampliada e integral, bajo el nombre de Oportunidades.

Al mismo tiempo, la apertura democrática impulsada con la reforma política

incrementó la competitividad electoral y, por tanto, la posibilidad del uso de los

recursos públicos, incluidos los programas sociales, con fines electorales.

Sobre la utilización política de la política pública, estudios teóricos revisados para la

realización de este informe indican la existencia de tres líneas de estudio: a) el uso

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político de los recursos públicos ligados a los ciclos económico-políticos, b) la

asignación política o partidista del gasto social, y c) el clientelismo político vinculado

a los programas sociales.

En México, son pocos y recientes los estudios que analizan estas dinámicas en

contextos electorales. Por un lado, la falta de datos y de información en general ha

limitado que la literatura fuese más prolija. Por el otro, la literatura revisada desglosa

la existencia de procesos donde aún persisten prácticas evitables de manipulación

política. Se trata de un campo de investigación relativamente nuevo que da cuenta

de viejas prácticas que evolucionan y se adaptan a las nuevas condiciones

democráticas del país.

Entre otros hallazgos, una investigación realizada con motivo del proceso electoral

del 2000 encontró que uno de cada siete votantes habría experimentado alguna

forma de inducción del voto. Otro análisis realizado para el proceso de 2003 señala

que, a pesar de la baja participación, el 8% de las razones para votar están de alguna

manera asociadas a mecanismos coactivos. Lo que estos estudios muestran es que si

bien este tipo de prácticas no alteran los resultados electorales, sí vulneran la libertad

para sufragar de ciertos grupos sociales.

Para enfrentar este tipo de situaciones, el Estado mexicano ha ido desarrollando

novedosos mecanismos legales para tratar de inhibir este tipo de manipulación

política. La principal preocupación se ha centrado en erigir un entramado legal

encaminado al fortalecimiento de los candados que protegen la operación de los

programas sociales de un uso indebido por parte de servidores públicos o actores

políticos con fines distintos a los previstos por los mismos programas.

3. Avances institucionales en materia de transparencia y protección de

programas sociales federales

Si bien los programas sociales se rigen por sus propias reglas de operación, su

operación se enmarca en un andamiaje normativo más amplio. En este sentido, este

capítulo presenta una revisión sucinta de los principales avances institucionales en

materia de política social y transparencia.

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Hace apenas ocho años, en 1998, se formalizó en el Decreto de Presupuesto de

Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal las disposiciones que obligan a las

Secretarías a definir reglas de operación para los programas sociales. Para el 2000 se

abrieron, por primera vez, los listados de los beneficiarios donde ya constan

lineamientos de elegibilidad, selección, programación y operación del presupuesto

asignado. En ese sentido, desde el presupuesto gubernamental, pasando por las

reglas internas, los programas sociales cuentan cada vez más con una normatividad

que los protege de un eventual manejo discrecional de sus recursos.

En forma complementaria se expidieron la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, la Ley

General de Salud, la Ley General de Desarrollo Social, la Ley de Transparencia y

Acceso a la Información Pública que, en su conjunto, representan el ordenamiento

de una parte sustantiva del gasto social e integran instancias de control, gestión y

rendición de cuentas de los programas sociales.

Uno de los ejemplos más claros de este avance en transparencia y protección es el

emprendido por la Sedesol, particularmente a partir del proceso electoral de 2003.

Con la creación de la Comisión por la Legalidad y la Transparencia, que se encarga de

diseñar las políticas para el sector en materia de corrupción, transparencia y

“blindaje”, se han llevado a cabo diversas acciones que han contribuido a la

protección de los programas sociales de esta dependencia, aun cuando persisten

rezagos y debilidades en la operación de algunos programas federales, las cuales

son, sin embargo, factibles de mejorarse.

4. Análisis del marco normativo de los programas sociales federales

A partir de la revisión de las reglas de operación y del resto de la normatividad de los

programas sociales, es posible verificar los avances generales y específicos en la

institucionalización de la política social en México. En este capítulo se llevó a cabo un

análisis detallado de ciertos programas sociales federales, en un esfuerzo por

identificar tanto “áreas programáticas protegidas” como “áreas programáticas

vulnerables” en la normatividad y operación de los mismos.

Por “área programática protegida” se entiende los aspectos de la normatividad que

cuentan con “candados” de protección que reducen los márgenes de discreción para

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los funcionarios que los operan. En contraparte, se entiende por “área programática

vulnerable” aquel aspecto en la operación de un programa social que, por su

ambigüedad o por la falta de mecanismos de control, supone márgenes de

discrecionalidad susceptibles de ser utilizados con fines político-electorales.

Para llevar a cabo este análisis se desarrolló una metodología que combina, por una

parte, una serie de dimensiones directamente vinculadas con la protección de los

programas y, por la otra, los procesos o etapas comúnmente presentes en un

programa social. Las cinco dimensiones consideradas son: a) transparencia, b) acceso

a la información, c) rendición de cuentas, d) difusión, y e) participación social. A su

vez, los procesos o categorías por medio de las cuales se analizaron los programas

son: 1) la selección de los beneficiarios y criterios de elegibilidad, 2) el cumplimiento

de compromisos y corresponsabilidad, 3) la coordinación interinstitucional, 4) los

mecanismos de entrega del beneficio, 5) los mecanismos de control y participación

social, 6) la transparencia y acceso a la información pública.

Una vez elaborada esta matriz analítica, se consideraron los siguientes criterios para

la selección de los programas a revisar: i) inclusión del programa en la estrategia de

política social del gobierno federal, ii) el presupuesto federal asignado al programa,

iii) la cobertura y ubicación geográfica, iv) el proceso de selección de beneficiarios, y

v) el tipo de apoyo otorgado. Para ello, se partió de dos fuentes de información: la

base de datos del gabinete de Desarrollo Humano y Social del gobierno federal, y el

Decreto de Presupuesto de la Federación. Al realizar el cruce de ambas bases de

datos, se obtuvo un total de 51 programas sociales que cumplían con las condiciones

descritas. Finalmente, se estableció como piso aquellos programas que tuvieran más

de 2,000 millones de pesos asignados para el año en curso.

El resultado fueron ocho programas sociales federales que cumplen con las

características anteriores: Oportunidades, Tu Casa, Hábitat, IMSS-Oportunidades,

Seguro Popular, Procampo, Apoyos a la Comercialización y el Programa de

Infraestructura Básica para la Atención de los Pueblos Indígenas. Tres de estos ocho

programas están dirigidos a la ampliación de capacidades; tres más a la generación

de oportunidades de ingreso; uno a la formación de patrimonio; y uno más a la

provisión de protección social. Adicionalmente, cabe destacar que el programa

Oportunidades, Seguro Popular, y el Programa de Atención a Grupos y Regiones

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Prioritarias a Través de Apoyos Directos al Productor, Procampo, suman más de

67,000 millones de pesos.

Entre los principales hallazgos del análisis del marco normativo, destacan los

siguientes, ordenados por procesos o categorías de análisis de los programas

sociales. En términos generales, la selección de beneficiarios y la definición de los

criterios de elegibilidad de los programas se realiza mediante procedimientos

establecidos en las reglas de operación. Con excepción de los programas para el

desarrollo rural e IMSS Oportunidades, las reglas establecen que la selección se

realiza sobre la base tanto de indicadores nacionales definidos institucionalmente

como de criterios homogéneos para todo el país, lo cual garantiza un proceso de

selección relativamente protegido. Sin embargo, se identificaron ciertos vacíos en el

procedimiento que, bajo ciertas condiciones, constituyen zonas de discrecionalidad

que podrían ser utilizadas con fines proselitistas.

Por su parte, en ciertos casos el cumplimiento de compromisos y corresponsabilidad

social no se lleva a cabo puntualmente. En ocasiones, el beneficiario no adquiere un

compromiso directo y claro con el programa. Se generan, de esta forma, zonas de

discrecionalidad en la verificación de los compromisos de corresponsabilidad, que

podrían ser susceptibles de manipulación política. Además, en programas como los

de desarrollo rural, la complejidad de la operación propicia el surgimiento de

“gestores”, que intermedian entre el operador y el beneficiario, prestándose a

posibles usos políticos de los programas.

La protección de los programas sociales depende, en cierta medida, de la

coordinación interinstitucional entre las diferentes dependencias y los órdenes de

gobierno involucrados. Por tanto, se identificaron los puntos de enlace donde

pudieran producirse márgenes de discrecionalidad en la coordinación

interinstitucional. En Oportunidades, por ejemplo, la designación del enlace

municipal, quien es el operador del programa en el municipio y posiblemente es

eslabón más débil del programa, debe ser por acuerdo del cabildo. Sin embargo, no

existe una obligación vinculante para los municipios para nombrar a esta figura con

criterios neutrales no partidistas, pues se trata de un funcionario perteneciente a un

orden de gobierno constitucionalmente autónomo.

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Otro momento clave en el proceso de instrumentación de los programas sociales es

la entrega del beneficio, que define el momento en el cual el operador entra en

contacto con el beneficiario. En la medida en que se transparente este proceso y el

beneficiario conozca sus derechos y obligaciones frente al programa, se podrían

reducir los márgenes de discrecionalidad susceptibles de ser aprovechados para

hacer un uso proselitista de los programas.

Desde una perspectiva ciudadana, el proceso que supone la posibilidad de que los

ciudadanos participen y presenten quejas constituye un espacio fundamental para la

protección de los programas sociales. En efecto, los mecanismos de denuncia y

control, ejercidos directamente por el ciudadano o la comunidad, forman espacios

de participación y vigilancia ciudadana que tienen una alta incidencia en el correcto

funcionamiento de los programas. Para este proceso, se identificaron lagunas en

cuanto a la definición de las instancias y procedimientos a los que los beneficiarios

pueden acudir en caso de una queja o una denuncia.

Finalmente, un último proceso es el de la transparencia y el acceso a la información

pública. Para su análisis, se solicitó al Instituto Federal de Acceso a la Información

Pública (IFAI) una evaluación del grado de transparencia y accesibilidad de la

información contenida en las páginas electrónicas de los programas sociales, así

como la respuesta institucional de las dependencias que manejan programas

sociales a las solicitudes de información por parte de la ciudadanía.

5. Del diagnóstico a la prevención

A pesar de los avances en la normatividad y mecanismos de control, la evidencia

empírica recogida como parte del diagnóstico demuestra que las prácticas de

manipulación y uso indebido de los programas sociales persisten en el país.

Evidencia en ese sentido fue recabada por un grupo de organizaciones de la

sociedad civil (coordinadas por Alianza Cívica) que llevaron a cabo un monitoreo de

programas sociales federales en las elecciones locales de 2005. En este ejercicio se

detectó que algunos programas siguen siendo utilizados con el fin de condicionar el

voto de los ciudadanos. Por su parte, la línea de denuncia telefónica de la Fiscalía

Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade), reporta la

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existencia de prácticas como: cambio de bienes por el voto, compra de votos,

condicionamiento y uso ilegal de los programas sociales, acarreo, coacción laboral,

uso indebido de la propaganda y el apoyo de servidores públicos, la inducción

domiciliaria, etc. Se detectó que, en general, son los “promotores” con vínculos

partidistas, los partidos políticos, las autoridades municipales, y los gobernadores, las

principales autoridades señaladas.

Para enriquecer los hallazgos del estudio documental de los programas sociales

federales se llevó a cabo una investigación cualitativa con el objeto de conocer de

manera directa la percepción ciudadana sobre las prácticas del condicionamiento del

voto. Para ello se llevaron a cabo tríadas en zonas semi-urbanas y rurales, entrevistas

con promotores políticos, promotores de programas sociales y grupos focales. En

forma complementaria se realizaron una serie de entrevistas a profundidad aplicadas

a actores claves vinculados. La imagen general es que estos programas dependen del

“gobierno federal” y se identifican con la acción directa del Presidente de la

República.

Asimismo, se detectó que los beneficiarios efectivamente conocen sus derechos y

obligaciones, y que hacen una evaluación positiva de estos programas. También

resultó evidente que la mayoría de los beneficiarios no entienden los criterios de

elegibilidad ni de incorporación, motivo por el cual muchos consideran “una suerte”

haber sido seleccionados. En términos de la participación social se identificó una

falta de transparencia de los programas sociales ya que asuntos como el

presupuesto, la operación y condiciones de los beneficios son desconocidos para los

derechohabientes.

Adicionalmente, se detectaron vacíos y fallas en el desarrollo de los programas que

afectan su funcionamiento y la transparencia de los mismos. En general podemos

agrupar las opiniones de los entrevistados en tres grandes rubros: a) relacionadas

con la información y la comunicación, es decir, hay un escaso conocimiento sobre los

mecanismos de acceso a la información y denuncia; b) relacionadas con los

mecanismos de control y fiscalización de los recursos en cuanto se advierte la

inexistencia o ineficiencia de los mismos; y c) relacionadas con la selección del

personal operativo donde se identifica poco rigor en la selección y control de éste.

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Las opiniones expresadas en la investigación cualitativa permitieron detectar que las

expectativas y la actitud del electorado con respecto a las campañas políticas se han

vuelto mucho más racionales y calculadas. Una de las expresiones emblemáticas fue

“uno agarra todo lo que le dan y después vota por quien quiera”. Paralelamente los

actores y promotores políticos entrevistados reconocieron que sus instituciones y

candidatos han tenido que modificar sus estrategias debido a este cambio de actitud

en los beneficiarios. Esto implica que el ejercicio de la manipulación del voto ha

tendido a sofisticarse y que la identificación de estos actos podría ser más compleja

en este proceso electoral federal. .

Existen ciertos patrones de uso político de programas de beneficio social donde

destacan reparto de materiales de construcción, tinacos, despensas, fertilizantes,

material escolar, programas de apoyos a madres solteras, para personas de la tercera

edad y becas estudiantiles. A pesar de ello, a través de las entrevistas se pudo

constatar que el trabajo proselitista ha ido cambiando a uno de promotor social para

la comunidad.

El ejercicio de las entrevistas a profundidad y grupos focales permite constatar que

las prácticas modernas de manipulación del voto revisten gran complejidad.

Aquellos quienes han sido afectados por actos de manipulación perciben estas

prácticas como un obstáculo al desarrollo de sus derechos individuales en los cuales

el voto debe ser libre, intransferible y secreto.

Las prácticas identificadas hacen necesaria la realización de misiones de observación

encaminadas a prevenir a la ciudadanía sobre el uso indebido de los programas

sociales. Para lograr lo anterior se necesita contar con el conocimiento preciso sobre

la magnitud y el universo en que se generan estas prácticas, las modalidades que

adopta el condicionamiento de los beneficios de los programas sociales y la

conciencia de los ciudadanos para ejercer un voto libre, secreto y razonado.

6. Tipología de observación para la protección de los programas sociales

De la información empírica recolectada se encontró que el eslabón de la cadena de

operación de los programas sociales federales que parece ser el más vulnerable es el

que corresponde a las autoridades y a los operadores de programas en el ámbito

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local. Por tanto, para la construcción de una tipología que agrupara a los municipios

del país, se incorporaron los siguientes índices: 1) posibilidad de focalización de los

programas sociales, a través del índice de capacidad institucional construido por

Sedesol a partir de la Encuesta Nacional de Municipios, 2004; 2) marginación, a través

del índice de marginación municipal del Consejo Nacional de Población 2000; 3)

competencia electoral, utilizado por el estudio de Indicadores de Desarrollo Humano

del PNUD; 4) igualdad municipal proveniente del índice de desigualdad municipal

del Índice de Desarrollo Humano (IDH).

Dadas las diferencias que se observaron entre los propios índices, se utilizó un

mecanismo que permitiera resumirlos. Esto se realizó mediante el análisis de

componentes principales. Con la aplicación de esta técnica se identificó la existencia

de características similares o diferentes entre los municipios, en torno a los

elementos analizados, pero de manera simultánea. Dicha técnica permitió conformar

cinco grupos de municipios que presentan diferentes características.

En el primer grupo, a pesar de haber la misma cantidad promedio de municipios que

en los grupos restantes, se acumula el 50.6% de la población residente y ciudadana,

lo que es indicativo que en este grupo resultaron clasificados los municipios más

grandes. En contraste, los grupos cuatro y cinco concentran 10% y 5% del padrón

electoral y de la población total, respectivamente. Dentro del primer grupo se

concentran municipios predominantemente urbanos y con alta concentración

poblacional, a diferencia del quinto grupo cuya composición es, en su mayoría, de

municipios rurales y con menor tamaño poblacional.

De acuerdo al grado de marginación que los caracteriza puede decirse que el primer

grupo puede catalogarse, en general, como el más favorable. El 91% de los

municipios que lo conforman son urbanos y 8% son mixtos; prácticamente no

resultaron clasificados municipios rurales en este grupo. El índice medio de

marginación en el grupo 1 es el menor de los cinco grupos. En términos del grado de

marginación, 87% de los municipios se ubican en los grados bajo o muy bajo. Se trata

del grupo más urbano y menos marginado de los cinco que se formaron.

El segundo grupo tiene una mayor presencia de municipios mixtos que los que

conforman el primer grupo: 31.7% de los municipios clasificados en ese grupo tienen

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tal categoría. El valor medio del índice de marginación de este grupo refiere que en el

segundo grupo hay mayor marginación que en el primero.

En el tercer grupo se concentra una cantidad notoriamente más alta de municipios

mixtos y, a la vez, se observa que 64% de los municipios tienen un grado de

marginación medio o bajo y el índice medio de esta condición es superior al del

grupo anterior. Más de una tercera parte de los municipios clasificados en el

penúltimo grupo son rurales y 56% mixtos. La marginación en este grupo es

mayoritariamente alta y media. Entre ambas categorías suman 81% de los

municipios. En correspondencia, el índice medio de marginación aumenta.

En cuanto a las carencias de capacidades municipales se encontró que aumentan

conforme se avanza en los grupos, aunque cada uno tiene una coincidencia

significativa con los inmediatos anterior y posterior.

Del análisis de competencia electoral se observó que la hegemonía electoral en los

grupos uno a tres es similar y, relativamente baja en los grupos cuatro y cinco donde

se dispara hasta niveles considerablemente altos. En otras palabras, la hegemonía

electoral se asienta en los últimos dos grupos, a diferencia de patrones de mayor

competencia electoral entre los primeros tres grupos constituidos.

A pesar de lo anterior, es posible señalar que las diferencias en los grupos en cuanto

a preferencias electorales en el nivel municipal si bien son visibles, también refieren a

que se pueden encontrar municipios gobernados por los distintos partidos en los

distintos grupos conformados. Este hallazgo permite confiar en que al tomar estos

grupos como base para la organización de la observación se asegure que no habrá

de principio un sesgo de tipo partidista, si se toman municipios de los distintos

grupos, pero a la vez se tendrán observación de municipios con diferentes

características.

Una dimensión que no era posible dejar de fuera es la económica, por lo que se

analizaron los resultados del ingreso per cápita calculado por el equipo del IDH del

PNUD. Es posible observar que los mejores niveles de ingreso se presentan en el

primer grupo. El ritmo de decrecimiento del indicador en cada grupo es constante:

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de aproximadamente 200 pesos entre uno y otro grupo. De tal forma que mientras el

per capita del grupo 1 es de unos 1,500 pesos, en el último apenas alcanza 400 pesos.

En síntesis, esta propuesta tiene la ventaja de que permite abarcar los distintos

escenarios de potencial uso de los programas sociales. En la medida en que no es

posible atribuir a municipios con ciertos atributos una mayor o menor proclividad a

que se den prácticas de uso indebido de los programas sociales con fines electorales,

una selección aleatoria de municipios de cada uno de los cinco grupos permitirá

organizar, de manera más objetiva, las misiones de observación y las mediciones

empíricas previstas en el Proyecto. De esa forma se podrán detectar diferentes tipos

de prácticas en el manejo de los programas sociales federales en contextos

electorales, diferenciadas según el tipo de municipio. Este ejercicio permitirá por

tanto, corroborar o descartar si hay relación entre los programas sociales y el proceso

electoral que se vive en México en este momento.

7. Reflexiones finales

Este proyecto es, entre otros, un esfuerzo que busca contribuir al fortalecimiento

institucional de los programas sociales federales por medio de acciones de

sensibilización y disuasión sobre el uso político que pudiera presentarse durante el

proceso electoral en curso. Este diagnóstico debe ser leído como una aportación

más, como un referente documental acerca de los mecanismos institucionales de

protección con que cuentan los programas sociales del gobierno federal. Busca, así,

aportar elementos que puedan ser de utilidad para que las autoridades refuercen y

amplíen los mecanismos de protección. De la misma manera no pretende ser una

evaluación operativa de los programas sociales ni un examen sobre el proceso

electoral. Por el contrario, su objetivo es dar cuenta de la coherencia y solidez de los

mecanismos de protección existentes de los programas sociales en relación a los

contextos electorales. Su propósito y alcance están delimitados de acuerdo al

mandato del Proyecto de Protección de Programas Sociales Federales para la

Elección de Julio de 2006.

En efecto, los programas sociales seleccionados y revisados no sólo representan un

alto porcentaje del presupuesto destinado a gasto social, sino que también abarcan

distintos sectores sociales, poblaciones objetivo, tipos de beneficio y modalidades de

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entrega del beneficio. En este sentido, los ocho programas seleccionados y revisados

son un reflejo del tipo de programas sociales existentes en el país y, por tanto, útil

para ejemplificar los tipos de mecanismos institucionales de protección existentes y

potencialmente aplicables al resto de los programas sociales.

Entre las lecciones que arroja el diagnóstico se destacan las que de hecho ya tienen

carácter legal: que los operadores de los programas sociales, en tanto funcionarios

públicos, se conduzcan con neutralidad política; hacer explícita, por distintos medios

publicitarios, el carácter no partidista de los programas sociales; y conformar

instancias de transparencia dentro de las dependencias.

Otras tareas pendientes, aún cuando no tienen carácter legal, serían las de

reforzamiento del “blindaje” como: cumplir con los pronunciamiento políticos y los

compromisos por la transparencia asumidos por las autoridades en distintos ámbitos

de gobierno; informar ampliamente sobre las medidas adicionales de protección que

se han emprendido, así como, realizar campañas de difusión sobre el uso no

partidista de los programas, más allá de lo que exige la legislación.

Al pesar de los innegables avances democráticos, aún persisten en México formas de

coacción, compra y condicionamiento del voto en relación a los programas sociales.

Algunas de estas formas constituyen delitos, mientras que otras formas no están

tipificadas como actos ilegales. En efecto, la sofisticación y complejidad de estas

formas rebasa la normatividad. Además, existe escasa evidencia empírica que revele

la magnitud, las modalidades y las características de tales prácticas de manipulación.

Si bien estas prácticas no necesariamente alteran la voluntad popular, en el sentido

de determinar los resultados electorales, sí vulneran la libertad de elección de

algunos ciudadanos en lo individual. Esto, en sí mismo, supone una debilidad en el

“blindaje” de los programas sociales.

Más allá del análisis institucional, a partir de la tipología de municipios desarrollada

en este documento se confeccionará la ruta tanto para las acciones de intervención

como para las misiones de observación, las cuales tendrán tres objetivos específicos:

difundir los resultados del diagnóstico, disuadir y sensibilizar sobre posible uso

político de los programas sociales, e identificar experiencias exitosas. Estas

experiencias pueden provenir tanto de trabajos desarrollados por organizaciones de

23

la sociedad civil como de la instrumentación de mecanismos de protección realizada

por las dependencias operadoras de los programas sociales. Luego de la

identificación y documentación de estas experiencias, denominadas “buenas

prácticas”, se buscará desarrollar una “caja de herramientas” que permita su replica o

adaptación en otras situaciones similares. En suma, por medio de la sistematización

y documentación de las “buenas prácticas” se pretende dar cuenta de las lecciones

positivas identificadas en el diagnóstico para confirmarlas en la práctica.

Finalmente, es importante mencionar que, derivadas de este diagnóstico, el Alto

Consejo por la Transparencia de los Programas Sociales Federales presenta una serie

de exigencias para el cumplimiento de la ley, así como una lista de recomendaciones

para que sean atendidas por las autoridades que, de alguna manera, constituyen el

colofón del presente diagnóstico.

25

1. Introducción

México ha avanzado de manera desigual en la institucionalización, la evaluación y la

transparencia de la política social, tanto a nivel federal como en su operación estatal

y municipal. Cada vez más, los programas federales destinados al combate a la

pobreza, la salud, la educación, el desarrollo rural, la infraestructura social y el acceso

a la vivienda cuentan con reglas de operación claras y partidas presupuestarias

predefinidas. La vigilancia, evaluación y monitoreo de programas sociales dejaron de

ser la excepción para convertirse en la regla y en insumos para los nuevos

mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.

No obstante estos avances, México continúa padeciendo de un mal común a la

mayoría de los países latinoamericanos. La pobreza y exclusión en que viven millones

de familias mexicanas y el consiguiente acceso desigual de la población a sus

derechos económicos y sociales constituyen un importante freno al pleno ejercicio

de los derechos civiles y políticos.

Los desvíos de recursos con fines distintos a los sociales no sólo desvirtúan los

esfuerzos emprendidos, sino que amenazan con agravar aún más la desigualdad en

el acceso a los derechos económicos y sociales de las personas y, por ende, fragilizar

las conquistas alcanzadas en los derechos políticos y civiles en años recientes.

En este sentido, los períodos electorales representan los momentos de mayor

vulnerabilidad. Pese a un conjunto de medidas tomadas desde las elecciones

federales de 2003 para desalentar el manejo partidista de los programas sociales y

asegurar el respeto de los actores políticos a su neutralidad, subsisten condiciones

proclives a la utilización proselitista de los programas sociales.

Las elecciones del 2 de julio del 2006 serán los comicios más importantes desde la

alternancia en el año 2000. Para los principales observadores, lo que está en juego va

más allá de la Presidencia de la República, a tal punto que se estima que pondrán a

prueba la solidez de los avances democráticos del país. Por otro lado, las encuestas

de intención de voto vaticinan que se tratará de elecciones particularmente

competidas, por lo que cabe esperar un período electoral inusualmente ríspido.

26

En estas condiciones, es probable que se incremente el riesgo de desviación o

condicionamiento proselitista de los programas sociales por parte de los diferentes

actores, desde candidatos y partidos políticos hasta las autoridades que operan los

programas. Tales comportamientos pueden afectar negativamente la competencia

electoral, comprometiendo la equidad, transparencia y legitimidad de los resultados

de un proceso de alta competitividad. Evitar que los recursos públicos orientados al

desarrollo humano sean manipulados es una manera de fortalecer la democracia de

ciudadanía.

Es ésta la razón de ser y el fin último del Proyecto de Protección de los Programas

Sociales Federales, una iniciativa del PNUD que inició en diciembre de 2005

atendiendo a una propuesta de la Secretaría de Desarrollo Social. El Proyecto tiene el

propósito de minimizar, a partir de acciones preventivas de inhibición y desaliento, la

posibilidad de que los programas sociales federales sean objeto de manipulación

electoral durante las campañas políticas que culminarán en las elecciones del 2 de

julio, así como documentar las buenas prácticas para fortalecer el uso transparente y

equitativo de los programas sociales.

Para alcanzar sus objetivos, el PNUD ha convocado y conformado el Alto Consejo por

la Transparencia de los Programas Sociales Federales como una instancia autónoma,

integrada por doce ciudadanos mexicanos de destacada trayectoria pública y

validada a través de una consulta con los partidos políticos. El Alto Consejo se apoya

en un Comité Ejecutivo, cuya función inicial es la de elaborar un primer diagnóstico

que analice tanto la operación de los programas sociales en los tres órdenes de

gobierno como los lineamientos de la difusión llevada a cabo para informar a la

ciudadanía sobre los eventuales malos manejos de dichos programas.

Es en cumplimiento a este mandato que el Comité Ejecutivo por la Transparencia de

los Programas Sociales Federales presenta este Informe diagnóstico de la situación

que guarda el marco institucional, los mecanismos de blindaje y la operación de los

programas sociales federales por parte del gobierno federal.

27

1.1 Objetivos y alcances del informe

El presente informe puede leerse de varias maneras. Se trata de un análisis de las

fortalezas y debilidades de los mecanismos de blindaje existentes en los programas

sociales federales, los cuales apuntan a dificultar o impedir su utilización política con

fines proselitistas en un contexto electoral como el que vive el país.

Desde una perspectiva de desarrollo humano que centra su atención en la

ampliación de las opciones de que disponen las personas, el Informe pretende

también contribuir a que se protejan y garanticen los derechos sociales y políticos de

toda la población, asegurando que puedan recibir los beneficios de los programas

sociales que les corresponden sin condicionamientos de ningún tipo y ejercer así su

derecho al voto sin presión o coacción alguna.

Se ha puesto énfasis en el mandato otorgado al Programa de las Naciones Unidas

para el Desarrollo en el marco de este Proyecto. Es así que este Informe constituye

una evaluación del grado de solidez, coherencia y eficacia de los mecanismos y

dispositivos existentes de control y protección de los programas sociales federales, a

la luz de un contexto electoral reñido como el que se prevé para la contienda del 2

de julio próximo.

A partir de un análisis del marco normativo e institucional en que se desenvuelven

los programas seleccionados, se identificó el tipo de respuesta que se ha dado desde

el gobierno federal con la intención de minimizar la frecuencia de prácticas de

manipulación e inducción del voto que están fuertemente arraigadas.

Este análisis no se agota en el examen del marco institucional y normativo de los

programas sociales, ámbitos en los que, como veremos, se han registrado avances

indudables en los últimos años. Existe un cúmulo de evidencias provenientes de

fuentes diversas que sugieren que, frente a los avances en la normatividad e

institucionalidad de los programas sociales del orden federal, el tipo de prácticas que

apuntan a usufructuar políticamente dichos programas y condicionar el voto

ciudadano por medio de favores o amenazas se ha vuelto más complejo y sutil, pero

no ha desaparecido del escenario político mexicano. La detección de tales prácticas

resulta, por lo tanto, más difícil que en el pasado, pero no por ello menos importante

28

para continuar avanzando en la empresa colectiva de afianzamiento del cambio

democrático y la construcción de ciudadanía en este país.

Para el PNUD, el presente Informe representa un primer esfuerzo por analizar el

comportamiento de los programas sociales federales en un contexto electoral. No se

pretende calificar a los programas sociales como tales, ni en su impacto ni en su

operación, sino tan sólo evaluarlos a través de la identificación de “áreas

programáticas vulnerables” con el fin de proponer medidas adicionales que ayuden a

reducir las posibilidades de que sean manipulados con fines proselitistas o

partidarios.

Se trata de un esfuerzo adicional a las experiencias pioneras que en más de un

sentido se han realizado en México. Tradicionalmente, la observación electoral se ha

centrado en la vigilancia y seguimiento de los procesos electorales como tales: en la

observación de las campañas políticas, los gastos incurridos por los partidos y

candidatos contendientes, la jornada electoral, el monitoreo de medios de

comunicación, entre otros. El Proyecto de Protección de los Programas Sociales

Federales se suma a las experiencias de observación que organizaciones de la

sociedad civil han realizado sobre el monitoreo de los programas sociales de cara a

los procesos electorales federales y locales. Estas experiencias han significado la

traslación del enfoque de la observación del proceso electoral per se a un estudio

más amplio del proceso electoral centrado en el monitoreo de las formas en que se

manipula el voto utilizando los programas sociales.

Este Proyecto parte del análisis de los lineamientos normativos y operativos de los

programas sociales federales, del estudio de los mecanismos de blindaje y difusión

que el gobierno federal desarrolla sobre estos programas, de la transparencia, el

acceso a la información y la rendición de cuentas que se realizan sobre ellos,

ubicándolos en el proceso electoral y su posible vulnerabilidad. En este sentido,

pretende sumarse a una nueva etapa de la observación electoral denominada “de

segunda generación” que, al formular recomendaciones al gobierno federal y darles

seguimiento en cuanto a su implementación, pretende contribuir con medidas de

inhibición y prevención sobre la posible utilización de los programas sociales y sus

recursos con fines político-electorales. Para ello, en una fase posterior, se realizarán

mediciones y evaluaciones cualitativas y cuantitativas a fin de acercarse a conocer el

29

volumen y características de prácticas tendientes a la manipulación del voto en su

relación con el uso o desvío de los recursos de los programas sociales federales. El

énfasis de este proyecto estará en la articulación con otros esfuerzos y actores

gubernamentales y no gubernamentales que, a través de la difusión, contribuyan a

inhibir y prevenir este tipo de prácticas y a identificar aquellas que, de manera eficaz,

garanticen la protección de los recursos públicos destinados a fines sociales así como

el ejercicio del derecho a un voto libre, secreto e informado.

1.2 Estructura del informe

El informe que se presenta está organizado en seis capítulos. El próximo comienza

con una reseña de la evolución de la política social mexicana, señalando cuáles han

sido los vaivenes que ha sufrido en función de las diversas perspectivas de desarrollo

que se han privilegiado en el país. A continuación se exponen brevemente los

principales argumentos de las vertientes analíticas sobre el manejo político de

instrumentos de gestión pública, tales como el gasto en programas sociales, y se

presentan algunos antecedentes acerca de la manipulación del voto y monitoreo

ciudadano de programas sociales en el país, con el propósito de identificar las

modalidades que asume el fenómeno que se pretende desalentar e inhibir a través

de este Proyecto.

En el tercer capítulo se presentan algunos avances jurídicos e institucionales que han

tenido lugar en México en materia de transparencia, acceso a la información,

rendición de cuentas, participación social, así como en los mecanismos de protección

que repercuten directamente en el mejoramiento de la operación de los programas

sociales.

El cuarto capítulo de este Informe identifica un conjunto de “áreas programáticas

protegidas” y “áreas programáticas vulnerables” de los programas sociales federales

de mayor cobertura en el país. Para ello se llevó a cabo un análisis del marco

normativo de un conjunto de programas sociales federales, a partir de información

proporcionada por las dependencias federales que tienen a su cargo la operación de

los mismos. Los programas analizados son el Programa de Desarrollo Humano

Oportunidades, Hábitat, el Programa de Ahorro, Subsidio y Crédito a la Vivienda

30

Progresiva (Tu Casa), IMSS-Oportunidades, el Sistema Nacional de Protección Social

en Salud (Seguro Popular), el Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo),

Programa de Apoyos a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Regionales y el

Programa de Infraestructura Básica para la Atención de los Pueblos Indígenas (Pibai).

En el quinto capítulo se presenta información que pone en evidencia el hecho de

que, pese a los avances normativos tendientes a proteger los programas sociales y

aumentar el grado de transparencia con que operan, persisten en México

condiciones que podrían significar un riesgo de manipulación política de ciertos

programas como parte de la estrategia de algunos actores políticos en el proceso

electoral actual. La evidencia de tales riesgos proviene tanto de fuentes oficiales y

estudios llevados a cabo por organismos públicos como de información primaria

recogida especialmente para producir este Informe. La constatación de que persisten

riesgos de un uso electoral de los programas sociales hace necesario que, en los

meses previos a la celebración de las elecciones, se introduzcan dispositivos

adicionales para reforzar los candados con que cuentan dichos programas.

A partir de la constatación de que hay prácticas recurrentes de manipulación de los

programas sociales, en el capítulo sexto se propone una clasificación de los 2,443

municipios del país con el fin de que, en la próxima etapa de este Proyecto, se lleven

a cabo misiones de observación de carácter disuasivo a lo largo de la República. Estas

misiones tendrán el propósito de inhibir y desalentar el desvío de recursos de los

programas sociales, por medio de un conjunto de acciones preventivas dirigidas a las

autoridades y en coordinación con la ciudadanía.

31

2. Política social y democracia en México

2.1 Evolución de la política social

Sólo es posible entender la política social actual refiriéndose a sus antecedentes. A

partir de los años cuarenta del siglo pasado, en México se perfiló un enfoque de

política social que señalaba a la educación, la salud, la alimentación y la seguridad

social como los campos privilegiados.

Entre 1940 y 1970, el país vivió una etapa de industrialización que, para la mayoría de

la población, representó estabilidad social y crecimiento económico. A través de su

incorporación al trabajo asalariado formal, varias generaciones de mexicanos

pudieron acceder a niveles cada vez mayores de bienestar por medio de la seguridad

social, la atención de la salud, la protección del empleo, el establecimiento del salario

mínimo, el reparto de utilidades, la protección de la enfermedad y de la vejez, así

como los programas de protección al consumo, de abasto y de vivienda.

Durante estos años, sin embargo, nunca llegó a consolidarse un estado de bienestar

a pesar de que la economía mexicana crecía a tasas elevadas. Amplios sectores de la

población fueron excluidos de los beneficios del desarrollo, especialmente en las

áreas rurales del país.

A principios de la década de los setenta, el modelo económico empieza a

cuestionarse debido a la desigualdad y pobreza que generaba y a las dificultades

para incorporar a crecientes grupos de la población al trabajo asalariado formal y, por

lo tanto, al sistema de seguridad social. En este contexto, en 1977 el gobierno

instrumentó la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y

Grupos Marginados (Coplamar), cuyo objetivo era garantizar que la población de

menores recursos se beneficiara de la estrategia de desarrollo emprendida. Por

medio de convenios con el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), la

Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) y otros organismos,

Coplamar coordinó los instrumentos de política social a disposición del gobierno

para lograr su objetivo.

32

A finales de la década de los setenta, el modelo de desarrollo entró en crisis y muchos

indicadores económicos sufrieron alteraciones. Una drástica caída en los precios del

petróleo aunada a otros factores político-administrativos originó la crisis de la deuda

en 1982, que llevó al país a una severa recesión económica. Debido a ello, se

impulsaron programas de ajuste estructural con el propósito de contener la inflación

y equilibrar las principales variables económicas.

Bajo las nuevas condiciones macroeconómicas de principios de la década de los

ochenta, el gobierno mexicano redujo el gasto social considerablemente en aras de

contener el déficit público. En un contexto caracterizado por una creciente inflación,

la devaluación del tipo de cambio y contracciones del producto interno bruto, la

prioridad de la política pública se centró en estabilizar la economía, por lo que se

redujo el sistema de subsidios y la política social se subordinó a la económica.

A partir de 1985, se inicia la apertura al mercado externo en el marco de un modelo

económico que privilegia el impulso a las exportaciones, la inversión extranjera, la

reducción de la intervención del Estado, el control inflacionario, presupuestos

equilibrados, eliminación de subsidios y contención salarial.

Lo anterior condujo al establecimiento de una estrategia para hacer frente a esta

situación: la implementación del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol). Este

programa constituyó la alternativa a la provisión de subsidios abiertos a la población

en general, como se había hecho durante la primera fase del modelo de

industrialización por sustitución de importaciones, y tenía, como uno de sus

principios básicos, la participación social, entendida como la vinculación de la

población beneficiaria en la toma de decisiones relacionadas con el tipo y monto de

apoyos que se otorgaban. Esta modalidad fue particularmente importante para la

creación de obras de infraestructura en las comunidades beneficiarias.

La segunda mitad de los años noventa fueron años de crecimiento económico en los

que el gobierno pudo nuevamente destinar mayores recursos a los programas

sociales. Se continuó con la integración de la economía mexicana a los mercados

mundiales, lo cual puso de manifiesto la importancia de elevar los niveles de

competitividad del país.

33

En 1997 surge el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa), cuyo

rasgo característico fue proporcionar beneficios a su población objetivo a cambio del

compromiso de que las familias beneficiadas invirtieran en la educación y salud de

sus integrantes. De esta forma, el programa no sólo proporcionaba apoyos de corto

plazo destinados a paliar la pobreza presente, sino que también equipaba a las

familias pobres con instrumentos que les permitirían alcanzar un mejor nivel de vida.

Otro elemento novedoso de Progresa fue la introducción de una evaluación

permanente, por órganos externos independientes del programa, como un

componente central de su diseño. Tomando en cuenta las evaluaciones del impacto

obtenido por el programa en las familias beneficiarias, se decidió mantener los

rasgos principales del Progresa, cambiando el nombre por Oportunidades.

Acorde a este esfuerzo de continuidad trans-sexenal, se ha intentado coordinar e

integrar la política social en una nueva estrategia de desarrollo social y humano,

denominada Contigo. Ésta se basa en la idea de que la causa principal de la pobreza

y los rezagos sociales en México reside en la elevada desigualdad en la posesión de

recursos y no en la incapacidad de la economía para generar bienes y servicios para

toda la población.

Le corresponde a la sociedad mexicana debatir y decidir sobre qué tipo de política

social permitirá equiparar las oportunidades de todos los habitantes del país y

desterrar así las condiciones de miseria y marginación que agobian a amplios

sectores de la población. Pero sea cual fuera la respuesta, resulta claro que México no

podrá avanzar hacia el logro de una sociedad más equitativa si no se consolidan

políticas públicas de largo alcance, que trasciendan los mandatos presidenciales y se

sustraigan así de las interrupciones, discontinuidades y cambios de orientación que

han sido una característica recurrente de la historia contemporánea del país.

2.2 Elecciones y programas s ociales

Como en otras partes del mundo, la transición a la democracia en México elevó las

expectativas de la ciudadanía sobre el futuro del quehacer gubernamental. En buena

medida, tales expectativas se fundan en la esperanza de que una competencia

34

efectiva y legítima por el poder propicie condiciones favorables para la satisfacción

de demandas sociales por mucho tiempo no atendidas.

Pero también es cierto que la competencia democrática genera motivaciones fuertes

en los actores políticos para mantenerse en el poder. En condiciones de pobreza de

porciones importantes de la población, el uso de programas sociales se convierte en

un instrumento estratégico contrario a la legalidad y a la legitimidad democrática. No

es casual que el uso político de programas sociales aparezca como una vieja práctica

de los gobiernos mexicanos a lo largo de nuestra historia política moderna.

Estudiosos de la problemática del uso de instrumentos gubernamentales con fines

político-electorales han enfatizado tres temas: los ciclos políticos, la asignación

política o partidista y el clientelismo político. Los primeros dos tipos de manipulación

política se centran en la capacidad del poder ejecutivo para orientar el gasto en el

tiempo o de manera geográfica con el fin de generar una percepción favorable de la

gestión e incrementar la probabilidad de ser favorecido en las urnas. El tercer tipo de

prácticas políticas se apoya no sólo en la utilización de instrumentos encaminados a

incrementar el gasto en tiempo y destinos clave, sino en la construcción de redes y

mecanismos para el intercambio del voto por determinados bienes provistos ya sea

por el gobierno en turno o por la maquinaria partidista.

A continuación se exponen brevemente los principales argumentos de cada una de

estas tres vertientes analíticas sobre el manejo político de instrumentos de gestión

pública, tales como el gasto en programas sociales. Ellos proporcionan pistas valiosas

para analizar la vulnerabilidad de los programas al manejo proselitista, con el fin de

proponer acciones encaminadas a prevenir y desalentar las prácticas que pudieran

condicionar el voto ciudadano en las próximas elecciones federales.

Ciclos políticos

El argumento principal de esta vertiente analítica es que la competencia electoral en

una democracia motiva a los actores políticos en el poder a realizar maniobras

tendientes a crear situaciones económicas favorables para los electores justo antes

de los comicios, en la creencia de que estos cambios favorecerán el voto del partido

en el gobierno.

35

Existen todavía pocos estudios que usen instrumentos específicos de política

pública, tales como el gasto en programas sociales, para probar la existencia de ciclos

políticos. Esto se debe, por una parte, a lo limitado de la información sobre la

asignación presupuestal para programas específicos que tenga unidades

desagregadas como municipios o secciones electorales; y por otra, a los cambios

sexenales en la aplicación de programas sociales en México, lo que no permite tener

observaciones en períodos prolongados de tiempo que abarquen varias

administraciones federales y permitan separar los efectos de las elecciones de otros

factores que afectan el gasto gubernamental.

Asignación política o partidista

La asignación política o partidista de los recursos de combate a la pobreza puede ser

particularmente dañina para el desarrollo social, si ello implica que la distribución

sesgada afecte negativamente a áreas de marginación elevada o con altos índices de

pobreza. La investigación en esta materia reconoce que, entre las variables clave para

la asignación del gasto gubernamental, se encuentra la geografía electoral. La

estrategia óptima para los políticos en el poder es la distribución del gasto público

de tal forma que se logre maximizar la probabilidad de mantener las coaliciones

políticas existentes, o bien se logre inclinar la balanza de aquellos electores que no

deciden aún su voto.

Para el caso de México en particular, existen algunas investigaciones cuantitativas

que analizan la distribución política de programas sociales. Varios estudios1 han

mostrado la vinculación entre resultados electorales y gasto gubernamental en

programas sociales. En el caso de Pronasol, la lógica parece haber sido la canalización

de mayores recursos a votantes leales y a los grupos opositores de reciente creación

que hacia el resto de la población. En el caso de Progresa2, se ha demostrado que el

número de familias beneficiadas por el programa varió de acuerdo al

comportamiento del voto en la elección de 1997. Y para el caso de los fondos de

aportaciones del ramo 33 y del fondo general de participaciones para 1999, hay

estudios que muestran que la distribución de recursos se dio de manera

profundamente politizada dado el papel que diversos actores políticos

36

(gobernadores y senadores) tuvieron para sesgar la asignación en función de sus

propios intereses.

Vale la pena señalar que los efectos de la apertura democrática sobre la

manipulación del gasto público pueden ser ambiguos. Si bien, por un lado, la

apertura democrática conlleva un aumento en la competencia electoral así como una

mayor presión para transparentar el ejercicio presupuestal, también genera

incentivos para dirigir los recursos con el propósito de incrementar las

probabilidades de que un partido determinado gane en las urnas. Es por ello que el

establecimiento de mecanismos institucionales que permitan transparentar el gasto

se vuelven indispensables. Por ejemplo, la información sobre la distribución del gasto

ejercido y programado al nivel geográfico más desagregado debiera ser de fácil

acceso público y su difusión, una práctica común que permita el escrutinio de los

temas públicos por la ciudadanía, contrarrestando así la tradicional opacidad

gubernamental.

Clientelismo Político

Otra línea de análisis de la relación entre gasto social y variables político-electorales

se centra en el fenómeno del clientelismo. El mismo implica una relación entre

actores políticos y ciudadanos basada en el intercambio de una recompensa material

por el voto.

Uno de los efectos negativos del clientelismo es la reducción de la capacidad de la

población para el ejercicio de una ciudadanía con mayor vinculación a la formulación

de política pública. Por ejemplo, políticas de corte universal o la provisión de bienes

públicos, incluyendo obras de infraestructura, se dificultan si las prácticas clientelares

son extendidas. El clientelismo inhibe la libertad política de los ciudadanos para

elegir a sus representantes y, al mismo tiempo, aumenta el incentivo de los políticos

a diseñar programas que se presten más fácilmente a un manejo clientelar, lo cual

puede entrar en tensión con políticas públicas de mayor alcance y efectividad.

37

2.3 Antecedentes sobre la manipulación del voto

México cuenta con pocos y muy recientes estudios que miden la magnitud de la

intención de manipulación del voto, sea como condicionamiento, inducción, compra

o coacción. La mayoría de ellos se inician después de la elección federal del año 2000.

Sin embargo, ya desde los años noventa algunas organizaciones de la sociedad civil

incursionaron en la detección de conductas de compra y coacción a través de su

participación en la observación electoral de procesos federales y locales. Autoridades

electorales, instituciones académicas y organizaciones sociales han contribuido a

identificar los factores que propician el fenómeno, la responsabilidad de los actores

políticos y de la ciudadanía, así como el papel conciente o inconciente de la sociedad

mexicana acerca de la vulnerabilidad de sus derechos sociales y políticos. Existen

indicios de que las condiciones de pluralidad partidista, alternancia en los diferentes

órdenes de gobierno y alta competencia política pueden generar ámbitos propicios

para que persistan, se incrementen y se tornen más sutiles y sofisticadas las acciones

de manipulación del voto.

Un estudio realizado a solicitud del Instituto Federal Electoral (IFE)3 a partir de las

elecciones federales del año 2000 encontró que uno de cada siete votantes había

experimentado alguna forma de inducción del voto y que las instancias de

manipulación se dieron predominantemente en las secciones rurales o mixtas (71%)

y entre las personas de menor educación (59% sin primaria completa). La gran

mayoría de las acciones catalogadas como compra y coacción del voto se realizaron

por medio de negociaciones o amenazas con anterioridad al día de los comicios,

principalmente por los dos partidos con mayor votación.

Dicha investigación, en su parte cualitativa, identificó que los ciudadanos de las áreas

urbanas son más proclives a aceptar regalos y a votar por el candidato o partido que

indujo a la votación. La mitad de los entrevistados declaró no haber votado con

libertad, principalmente por miedo a represalias por parte de representantes de los

partidos políticos. Uno de cada dos entrevistados reconoce además, que hay partidos

que obligan o amenazan a la gente comprometiéndolos a votar por ellos. Más de las

tres cuartas partes dice conocer o saber de partidos que dan dinero o bienes a

cambio de votos. Por otro lado, es interesante observar que la resolución de

38

demandas de bienes, infraestructura o programas sociales se incrementa en áreas

rurales en épocas electorales, situación que fortalece el argumento de los ciclos

políticos señalado anteriormente.

Otro estudio del mismo proceso electoral, publicado en 20054, confirma la imagen

típica del cliente como un elector pobre y sin escolaridad. Pareciera, sin embargo, que

el perfil del votante clientelar no está determinado de manera intrínseca por la zona

de residencia. Se trata de un individuo vinculado al sistema político a partir de su

participación en la gestión de demandas sociales, lo que llevaría a pensar que se ha

dado una evolución hacia cierto modelo de clientelismo diferente al tradicional y

que, a reserva de registrar o conocer el tipo de vínculo que tengan con un partido

político determinado, podrían ser personas para quienes el intercambio de votos por

favores adquiere un sentido esporádico, determinado tanto por sus condiciones

sociales como por los tipos de campaña electoral. El intercambio de votos por favores

se potencia en las zonas de mayor competencia partidaria.

El tema de la compra y la coacción del voto, a partir de la entrega o la amenaza del

retiro de apoyos y beneficios de programas sociales y/o servicios públicos, se estudia

nuevamente después de las elecciones federales del 20035. Entre los hallazgos

encontrados, importa mencionar que la ciudadanía se abstiene de votar porque

considera que su opinión no es tomada en cuenta, cualquiera que sea el sentido de

su voto. Se observa además que la participación en esas elecciones fue mayor en las

zonas rurales, lo cual sugiere que siguen funcionando allí las inercias de los

mecanismos clientelares y corporativos. A pesar de que una de cada tres personas

que votaron declararon como razón el deber ciudadano, casi 8% de las razones

esgrimidas para votar pueden indicar la presencia de factores asociados a

mecanismos coactivos tradicionales o clientelares: 2.8% de los entrevistados fue a

votar por apoyos condicionados al voto, 3.9% porque requiere la credencial marcada

y 1.1% porque se lo indicó una autoridad.

A su vez, 4.9% de los entrevistados declaró haber recibido la promesa de conseguir

algún incentivo a cambio de su voto. Como las personas tienden a no declarar este

hecho a un encuestador, resalta el hecho de que 7.5% de los entrevistados expresó

conocer de alguien a quien se le hubiera ofrecido un incentivo para votar.

Adicionalmente, el análisis arrojó que hay mayor probabilidad de votar entre quienes

39

residen en hogares donde algún miembro es beneficiario de un programa social que

entre quienes no reciben tales beneficios.

2.4 Monitoreo ciudadano de programas sociales

La persistencia de conductas que vulneran la operación de programas sociales y/o

servicios públicos también se encuentra en monitoreos ciudadanos que han vigilado

el manejo de recursos federales en entidades con elecciones locales durante el año

2005.6 Estos monitores reportan que quienes inducen las prácticas de manipulación

no necesariamente son residentes de la localidad, siendo en primer término los

servidores públicos encargados de la operación de los programas sociales, en

segundo lugar los ministros de culto y líderes posiblemente vinculados a un partido

o al gobierno, así como gestores y operadores políticos que pretenden vincular el

servicio con el voto ciudadano.

La compra del voto se da a cambio de dinero o recursos en especie (despensas,

electrodomésticos, materiales de construcción, regalos, comida, herramientas). Por

su parte, la coacción del voto se da a través del condicionamiento y amenaza para la

entrega, retiro o inscripción a los programas sociales (despensas, becas escolares,

tortillas, leche, empleo temporal, entre otros) o servicios y obras públicas

(alumbrado, agua, luz, expedición de permisos, servicios de salud, carreteras, agua

potable), así como mediante la firma de documentos y recolección de credenciales

en días previos a la elección. Estas prácticas se realizan con mayor incidencia en

zonas marginadas y de pobreza extrema y entre sectores de la población altamente

vulnerables, tales como indígenas, mujeres, adultos mayores y personas de baja

escolaridad. Los actores encargados de manipular el voto utilizan reuniones,

asambleas, eventos religiosos, políticos, comunitarios o sociales, así como espacios

de entrega de beneficios o de inscripción a programas y visitas domiciliarias para

entrar en contacto con el público cuyo comportamiento electoral pretenden

condicionar.

En conclusión, de las formas de manipulación del voto con el recurso de los

programas sociales descritos en este capítulo, la práctica clientelar probablemente

sea la más extendida en el México actual. Sin embargo, las formas y sutilezas con las

40

que este fenómeno se puede llevar a cabo tornan difícil su caracterización. Para el

presente Informe se ha obtenido información cualitativa, por medio de entrevistas

en profundidad con varios actores, triadas y grupos de enfoque llevados a cabo

durante el mes de enero de 2006, que permiten apreciar la manera en que las

prácticas clientelares se entrelazan con la operación de los programas sociales en el

ámbito local y conllevan, muchas veces, a situaciones en que se presiona, induce,

condiciona o coacciona el ejercicio del voto libre y secreto.

Fue precisamente a fin de reducir el margen de discrecionalidad en la aplicación de

programas sociales que, en los últimos años, se han desarrollado en México un

conjunto de normas y dispositivos institucionales para proteger los programas e

impedir su utilización con propósitos electorales. Las fortalezas y debilidades de ese

marco institucional en los meses previos a las elecciones de julio de 2006, permiten

identificar vacíos o zonas vulnerables que deberán protegerse, con el objeto de

desalentar e inhibir el uso indebido de los programas sociales federales.

41

3. Avances institucionales en materia de transparencia y protección de los programas sociales

Como se ha señalado en los capítulos anteriores, en México existe una larga tradición

de manejo político, clientelar y partidista de los programas dirigidos a poblaciones

en situación de pobreza. Sin embargo, para fortalecer la operación de los programas

sociales federales se ha ido construyendo un andamiaje jurídico-institucional que

constituye un avance en materia de transparencia y rendición de cuentas de los

mismos, a través de la expedición de normatividad que regule los distintos sectores

analizados así como acciones institucionales de protección.

Ambos constituyen un referente importante a la hora de evaluar los esfuerzos

realizados para minimizar la incidencia de prácticas que, a través de la promesa de

entregar un beneficio de un programa social o la amenaza de retirarlo, buscan

condicionar el voto de personas cuya condición socioeconómica restringe su libertad

de acción y elección.

3.1 Marco jurídico

La transparencia y el acceso a la información sobre el uso de los recursos públicos

son, sin duda, atributos básicos de un régimen democrático. Diseñar mecanismos

que permitan a la población conocer, vigilar, analizar y discutir acerca de las políticas

públicas ha generado muchas resistencias a lo largo de nuestra historia. No obstante,

con el correr de los años se han dado pasos importantes hacia un reconocimiento

cada vez mayor de los derechos políticos de los mexicanos y se han consolidado

leyes e instituciones encaminadas a reducir la opacidad gubernamental.

En esta lógica, el marco jurídico de los programas sociales, tradicionalmente

utilizados con fines político-electorales, ha sufrido diversas modificaciones en los

últimos años, cuyo propósito ha sido cumplir con sus objetivos de manera

transparente e imparcial. Es importante reconocer dichos avances ya que, a pesar de

los cambios políticos, han logrado institucionalizarse, otorgándole permanencia y

garantizando derechos que, durante muchos años, dependieron del vaivén de las

voluntades políticas. Por ello, se analizaron los avances jurídicos que, por

42

consiguiente, se vieron reflejados en las reglas y lineamientos operativos de los

programas sociales seleccionados para un análisis detallado en el siguiente capítulo.

Presupuesto de Egresos de la Federación

Un paso importante se dio con el Decreto del Presupuesto de Egresos de la

Federación (PEF) para 1998, el cual incluyó disposiciones que obligan a las

dependencias a definir reglas de operación en los programas con impacto social a fin

de hacer más transparente y eficaz la asignación del gasto.7 A partir de entonces, las

dependencias están obligadas a publicarlas anualmente en el Diario Oficial de la

Federación (DOF), precisando el objetivo del programa, el grupo social al que va

dirigido, las metas a alcanzar, los mecanismos de evaluación e incluso los criterios de

terminación del mismo.

Al momento de ser promulgado, el Decreto sólo incluía a los programas de subsidios

contenidos en el Ramo 26 (Desarrollo social y productivo en regiones de pobreza).

Sin embargo, el PEF para el 2000, estableció de manera expresa un listado de los

programas sujetos a Reglas de Operación, entre cuyos requisitos deben constar los

criterios de elegibilidad y selección de beneficiarios de cada programa.

Posteriormente, en el año 2002, se emitieron lineamientos para la programación y

presupuestación del gobierno federal, gracias a los cuales se ha facilitado la

localización de los programas sujetos a Reglas de Operación, que hasta entonces

aparecían indiferenciados de otros programas, en el conjunto del Presupuesto.

Para el año 2006, el artículo 30 del decreto del PEF señala que “… a las dependencias

y entidades les queda prohibido, durante el proceso electoral federal de 2006,

identificarse en ejercicio de sus funciones con los partidos políticos o candidatos, así

como apoyarlos o combatirlos con recursos federales y, especialmente, influenciar la

decisión de los electores a través de propaganda o acciones identificables con

objetivos distintos del cumplimiento de su función.” Asimismo, señala la obligación

de entregar a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de

Diputados el padrón de beneficiarios de los programas sociales y reportar

mensualmente, a partir de febrero del presente año, la relación de incidencias en la

entrega de beneficios, así como los cambios que ocurran en la operación de los

programas.

43

Disposiciones de este tipo no sólo otorgan mayor previsibilidad a la gestión pública,

sino que coadyuvan al logro de una mayor transparencia en la ejecución de una

parte importante del gasto de carácter social del Estado mexicano. De manera

análoga, contar con reglas de operación constituye una pieza clave para el análisis

del marco normativo e institucional de los programas sociales federales, permitiendo

identificar los vacíos y áreas vulnerables que pudieran prestarse a un manejo

discrecional de los recursos públicos para favorecer a algún partido o candidato

durante el proceso electoral.

La Comisión para la Transparencia y el Combate a la Corrupción en la

Administración Pública Federal

A nivel del Ejecutivo Federal, el 4 de diciembre de 2000 se publicó en el Diario Oficial

de la Federación el Acuerdo por el que se crea la Comisión para la Transparencia y el

Combate a la Corrupción en la Administración Pública Federal. Se trata de una

comisión inter-secretarial de carácter permanente, presidida por la Secretaría de la

Función Pública, cuyo objeto es coordinar las políticas y acciones para prevenir así

como combatir la corrupción, fomentando la transparencia en la administración

pública federal.

Por otro lado, con el propósito de darle sustento programático e instrumentar

políticas para mitigar la corrupción, en 2001 se creó el Programa Nacional de

Combate a la Corrupción, Fomento a la Transparencia y el Desarrollo Administrativo

2001-2006.8 Esto constituyó un avance que abrió espacios de discusión para la

institucionalización de la transparencia y el acceso a la información pública en el

ámbito del gobierno federal.

Ley Federal de Transparencia y Acceso a la información Pública

Como se ha señalado, el acceso a la información ha demostrado ser una de las más

importantes tareas a consolidar en la agenda democrática nacional. En este sentido,

el 30 de abril de 2002 el Congreso de la Unión aprobó la Ley Federal de

Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (LFTAIPG), la cual

entró en vigor en junio del mismo año. Para la aplicación de esta Ley se creó el

Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), un organismo autónomo

44

que cuenta con la capacidad necesaria para vigilar el cumplimiento de la Ley,

determinar si la información que solicitan las personas es pública, reservada o

confidencial y revisar los casos en que las autoridades nieguen el acceso a la

información pública.

En el caso de los programas sociales, la transparencia significa que la información

que existe en el gobierno debe estar también a disposición del público. Por lo tanto,

el ejercicio de la transparencia se refiere al flujo de información social, política y

económica que debe, de manera concreta y confiable, sustentar la toma de

decisiones con respecto a la operación de los programas, la asignación de recursos y

la definición de los beneficiarios.9

Ley de Desarrollo Rural Sustentable

Uno de los pasos que se han dado a fin de mejorar la operación de la política social,

fue la publicación, el 7 de diciembre de 2001, de la Ley de Desarrollo Rural

Sustentable (LDRS), la cual pretende reformular la política agropecuaria y rural, a

partir de tres elementos rectores: un paquete de instrumentos de fomento al sector,

los órganos de concertación y coordinación, y el Programa Especial Concurrente.

Entre los órganos de concertación y coordinación de la política hacia el sector se

encuentran la Comisión Intersecretarial y el Consejo Mexicano para el Desarrollo

Rural Sustentable, cuya constitución permite la participación de la sociedad en el

análisis, consulta y opinión sobre la definición de las políticas propuestas en la

comisión intersecretarial.10 Esta comisión se encarga de integrar el Programa

Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable (PEC), en el cual se incluyen

las políticas, estrategias, instrumentos y acciones a cargo de las diferentes

dependencias que participan. En términos de coordinación institucional, esto

representa un esfuerzo por vincular los diferentes programas sociales del sector,

generando sinergias que repercutan en el bienestar de los beneficiarios.

Adicionalmente, el PEC establece que, para transparentar las evaluaciones de los

programas, se integrará el Sistema Nacional de Indicadores, señalando que cada

entidad pública participante desarrollará indicadores orientados a la medición de

resultados que sean susceptibles de reportarse anualmente y puedan ser verificables

45

por terceros independientes, procurando que sean socialmente relevantes, de

cobertura amplia, fácilmente comunicables a la sociedad y comparables

internacionalmente.

Por otro lado, la LDRS dispone la creación de los Distritos de Desarrollo Rural (artículo

29), los cuales tendrán un órgano colegiado de dirección en el que participarán la

Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación

(Sagarpa), las dependencias y entidades competentes, los gobiernos de las entidades

federativas y municipales que corresponda, así como la representación de los

productores y organizaciones de los sectores social y privado de la demarcación,

integrados por un representante por rama de producción y por cada Consejo

Municipal.

El artículo 90, de la misma ley destaca la importancia de las reglas de operación,

estableciendo la obligatoriedad de la publicación durante el tiempo que se otorgará

el apoyo, el monto de los apoyos, los límites de extensión u otros para poder

recibirlos, así como los requisitos para acreditar lo anterior y la forma de resolver las

controversias que se originen con motivo de los apoyos mediante la intervención de

los distritos de desarrollo rural.

Ley General de Salud

También en el sector salud se dio un paso importante con la publicación en el Diario

Oficial de la Federación el 15 de mayo de 2003, del decreto por el que se reforma la

Ley General de Salud (LGS) mediante el cual se creó el Sistema Nacional de

Protección Social en Salud11. De acuerdo con el artículo 77 Bis 5 de la LGS, la

Secretaría de Salud deberá definir el marco organizacional del Sistema Nacional de

Protección Social de Salud en los ámbitos federal, estatal, del Distrito Federal y, en su

caso, municipal, así como establecer los lineamientos para la integración y

administración del padrón de beneficiarios. Esta atribución debería contribuir a

homogeneizar las acciones de salud sin afectar la descentralización de las mismas,

para establecer criterios de evaluación que permitan comparar los avances por

entidad federativa.

46

Con esta medida, el programa gubernamental denominado “Seguro Popular” se

establece como un sistema a nivel de ley, garantizando su continuidad en el tiempo.

A partir de esta ley, la Secretaría de Salud coordinará las acciones de los Regímenes

Estatales de Protección Social en Salud, los cuales contarán con la participación

subsidiaria y coordinada de la Federación.

Ley General de Desarrollo Social

En concordancia con los avances descritos, el 20 de enero de 2004 se publicó en el

DOF la Ley General de Desarrollo Social (LGDS) que, además de ser producto del

consenso de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión, retoma

propuestas de organizaciones de la sociedad civil y académicos relacionados con el

tema.

La LGDS presenta varios aspectos dignos de mención. En primer lugar, establece la

prohibición de cualquier práctica discriminatoria en la prestación de bienes y

servicios contenidos en los programas para el desarrollo social, otorgando a los

beneficiarios la capacidad para que puedan presentar quejas y denuncias, en caso de

que los servidores públicos no respeten la normatividad. Para ello se reconoce a la

contraloría social como un mecanismo para verificar la correcta aplicación de los

recursos públicos.

En segundo lugar, la LGDS retoma la iniciativa de los Diputados en cuanto a la

publicación de las reglas de operación de los programas y va más allá, señalando en

el artículo 28 que “La publicidad y la información relativa a los programas de

desarrollo social deberán identificarse con el Escudo Nacional en los términos que

establece la ley correspondiente e incluir la siguiente leyenda: Este programa es

público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines

distintos al desarrollo social.”

A su vez, se definen las características del Sistema Nacional de Desarrollo Social

entendido como un mecanismo de concurrencia, colaboración, coordinación y

concertación entre el gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales,

coordinado por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). Conjuntamente con la

Comisión Nacional de Desarrollo Social y la Comisión Intersecretarial de Desarrollo

47

Social, establecidas por la misma Ley, el Sistema Nacional podría servir como

conducto para una convocatoria amplia orientada a reforzar la protección de los

programas sociales ante a la posibilidad de desvíos de recursos con fines electorales.

Asimismo, la legislación establece la integración de un Consejo Consultivo

Ciudadano, uno de los mecanismos de interlocución entre el gobierno y la sociedad

civil, creado con el propósito de analizar y proponer programas y acciones que

incidan en el cumplimiento de la política nacional de desarrollo social.

Finalmente, otro aspecto de la Ley General de Desarrollo Social es la creación del

Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, un organismo

público descentralizado que tiene por objeto normar y coordinar la evaluación de las

políticas y programas de desarrollo social, la cual se deberá realizar periódicamente

por el mismo Consejo o a través de organismos evaluadores independientes.

De estas modificaciones que se han venido realizando en México, es justo reconocer

el esfuerzo en el que se han involucrado diversos actores políticos y de la sociedad

civil para avanzar en la institucionalización de mecanismos de transparencia,

participación, rendición de cuentas, vigilancia y control, buscando darle certeza e

imparcialidad a la política social mexicana.

3.2 Acciones de blindaje

Tomando en cuenta los cambios ya descritos en la legislación, algunas dependencias

del gobierno federal instrumentaron disposiciones del Programa Nacional de

Combate a la Corrupción, Fomento a la Transparencia y el Desarrollo Administrativo

2001-2006 para poner en marcha mecanismos que permitieran difundir los objetivos,

dieran mayor transparencia y fomentaran la participación social en los programas

sociales. El caso más destacado es el de la Sedesol, que es la Secretaría que más ha

avanzado en la puesta en práctica de las disposiciones emanadas del Programa

Nacional de Transparencia y Combate a la Corrupción, que concierne a la

administración pública federal en su conjunto, así como de la Comisión

Intersecretarial de Desarrollo Social, que involucra a todas las Secretarías del

gobierno federal.

48

En 2001 la Sedesol, creó la Comisión para la Transparencia y el Combate a la

Corrupción, estableciendo acciones y lineamientos de política dentro del Programa

Operativo para la Transparencia y el Combate a la Corrupción, con particular

atención en los procesos electorales. Para darle más relevancia al tema, se creó en el

ámbito de la Secretaría la figura del Comisionado por la Transparencia,

homologándolo con la del Abogado General y estableciendo entre sus funciones:

“diseñar las políticas, estrategias y acciones del sector en materia de transparencia y

combate a la corrupción.”12 Una vez instalada la citada comisión, se realizaron las

llamadas “acciones de blindaje”, entre las que destacan las siguientes:

a) Visitas y reuniones de presentación del “Programa de blindaje electoral”, tanto a

funcionarios de la Secretaría en los estados como a autoridades locales y actores

sociales en las entidades federativas. En las cuales se presenta el programa de

blindaje con el propósito de sensibilizar sobre la importancia de tomar medidas que

contribuyan al correcto uso y destino de los programas sociales, así como invitar a

diferentes actores a formar parte de estas medidas.

b) Jornadas para la Transparencia y la Legalidad, que consisten en reuniones abiertas

con funcionarios, organizaciones sociales y público en general, en el marco de las

cuales, se realizan conferencias, visitas a medios de comunicación y talleres de

capacitación, con el propósito de convocar a los actores locales a la vigilancia de los

programas sociales en procesos electorales.

c) Compromiso de “manos limpias”, que consiste en un acuerdo voluntario y

personal de todos los funcionarios de la secretaría y de las entidades sectorizadas a

favor de la transparencia y la legalidad. Se trata, sin embargo, de un acuerdo de

carácter simbólico que en ningún momento suple ni al código de ética, ni las

responsabilidades a que están sujetos los servidores públicos.

d) Reprogramación de entregas de apoyos y eventos públicos que, sin afectar a los

beneficiarios ni obstaculizar los procesos de operación de los programas, den certeza

y eviten posibilidades de manipulación política. En la misma tónica, se estipula la

obligatoriedad del resguardo del parque vehicular desde el viernes previo al día de la

jornada electoral a fin de evitar su posible uso electoral.

49

e) Firma de convenios de colaboración y “concertación para la transparencia” entre la

Sedesol y diversas organizaciones públicas, gubernamentales y sociales que tienen

como propósito general la colaboración interinstitucional para el desarrollo de

acciones concretas que coadyuven a las acciones de transparencia, combate a la

corrupción y protección de los programas sociales.

f) Convocatorias del Instituto de Desarrollo Social (Indesol) para la participación de

las organizaciones de la sociedad civil en la observación electoral, así como el

monitoreo y blindaje de los programas sociales.

g) Encuestas sobre la percepción de transparencia a organizaciones de la sociedad

civil y a servidores públicos, con el fin de conocer las percepciones de los actores

involucrados para medir avances y rezagos en transparencia como insumos para

calibrar las acciones específicas en la materia.

h) Publicación de material didáctico, tal como el Código de Conducta de Sedesol; el

Manual Ciudadano: Sedesol a los ojos de todos; la Guía Rápida de los Programas de la

Sedesol; el ABC de los Servidores Públicos en Relación con las Elecciones; el Prontuario

para el Enlace Municipal, entre otros, que buscan la divulgación de normas de

conducta e información tanto para el ciudadano como para el funcionario público.

Estas acciones de blindaje responden a la percepción, bastante difundida, acerca de

la presencia de espacios de discrecionalidad en la operación de los programas

sociales. Tales márgenes de discrecionalidad suelen ser producto de la existencia de

vacíos o falta de claridad y/o transparencia en la normatividad y los canales de

acceso a la información y rendición de cuentas de los programas. Dichos vacíos y

lagunas constituyen “áreas programáticas vulnerables” que, en contextos electorales,

pueden ser susceptibles de manipulación política, lo cual no sólo vulnera el ejercicio

del voto libre, sino también el reconocimiento de la política social como un derecho

de los ciudadanos.

51

4. Análisis del marco normativo de los programas

sociales federales

Como se ha descrito, es posible verificar avances generales y específicos en

normatividad de los programas sociales. A nivel operativo, sin embargo, éstos

todavía cuentan con espacios de discrecionalidad que llegan a ser aprovechados con

fines proselitistas. Con el propósito de examinar la presencia de tales espacios de

discrecionalidad, en este capítulo se revisan las reglas de operación, los lineamientos

operativos y los manuales de organización, entre otros documentos normativos

oficiales, de un conjunto de programas sociales federales, para los cuales se han

identificado tanto “áreas programáticas protegidas” como “áreas programáticas

vulnerables” a la luz de las dimensiones de transparencia, acceso a la información

pública, rendición de cuentas, difusión y participación social.

Para este informe, por “áreas programáticas protegidas” se entenderá aquellos

aspectos de la normatividad que cuentan con candados de protección que reducen

significativamente los márgenes de discreción en la operación de los programas. En

contraparte, se entiende por “áreas programáticas vulnerables” aquellos ámbitos

normativos que, por su ambigüedad o no contar con suficientes mecanismos de

control, permiten márgenes de discrecionalidad que son susceptibles de ser

utilizados con fines político-electorales.

Para llevar a cabo el análisis que se presenta en este capítulo, se seleccionaron ocho

programas federales: Oportunidades, Seguro Popular, Procampo, Apoyos Directos a

la Comercialización, IMSS-Oportunidades, Tu Casa, Pibai y Hábitat, los cuales

cumplieron con una serie de criterios detallados en la siguiente sección. Tomados en

conjunto, estos ocho programas, que operan en todos los estados del país,

representan alrededor de 64% de los recursos presupuestados para programas

sociales federales para el 2006; son programas que cuentan con presupuesto

asignado y están clasificados dentro de la estrategia Contigo.

Se tomaron en cuenta seis ejes temáticos que permitieron un análisis comparado de

sus diferentes etapas:

• Selección de beneficiarios y criterios de elegibilidad

52

• Cumplimiento de compromisos y corresponsabilidad

• Coordinación interinstitucional

• Entrega del beneficio

• Mecanismos de control y participación social

• Transparencia y acceso a la información pública

Si bien el análisis se centra en el examen de las reglas de operación y otros

documentos normativos de los programas, es importante destacar que la

identificación de las “áreas programáticas protegidas” y las “áreas programáticas

vulnerables” de cada programa se nutre también de información empírica

proveniente de fuentes primarias y secundarias. Ellas incluyen grupos de enfoque,

entrevistas a profundidad y estudios cualitativos de diversas fuentes de la sociedad

civil, cuyos hallazgos se presentan en detalle en el capítulo siguiente.

4.1 Criterios de selección de los programas sociales

El universo de programas sociales federales existentes en el 2006 es amplio, por lo

que pensar en la posibilidad de analizar la totalidad de ellos resulta difícil de lograr.

Por tal motivo, fue necesario definir criterios que permitieran acotar el universo de

análisis acorde a las restricciones de tiempo y de recursos humanos disponibles. Los

criterios definidos fueron: a) inclusión dentro de la estrategia de política social del

gobierno federal denominada Contigo; b) presupuesto; c) cobertura y ubicación

geográfica; d) proceso de selección de beneficiarios y; e) tipo de apoyo. Como se

podrá observar más adelante, la selección de programas realizada dio lugar a analizar

programas con atributos y formas de operación diferentes.

Se partió de dos fuentes primarias de información: la base de datos de programas

sociales elaborada por el Gabinete de Desarrollo Humano y Social13 y el Decreto de

Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2006.

La base de datos del Gabinete de Desarrollo Humano y Social cuenta con 230

programas sociales federales en operación. Del análisis de la segunda fuente de

53

información se identificaron 122 programas que están sujetos a Reglas de operación.

El cruce de ambas bases obedeció al cumplimiento de dos criterios: 1) que el

programa en cuestión estuviera clasificado en la estrategia Contigo, y 2) que tuviera

asignado un presupuesto en el Decreto del PEF 2006 (Anexo1).

A partir de este ejercicio se identificaron 45 programas que cumplían con ambas

condiciones. Adicionalmente, se incorporó la información de los seis programas

sociales operados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca

y Alimentación (Sagarpa), toda vez que la Oficina de la Presidencia informó que esta

institución no había proporcionado los detalles de sus programas. De esta manera se

obtuvo un primer corte con 51 programas sociales federales.

Con objeto de delimitar un número razonable de programas para su análisis

posterior, se estableció un nuevo corte y se incluyeron los programas que tenían más

de 2,000 millones de pesos de presupuesto asignado para el año en curso14. De esta

forma se obtuvo un total de ocho programas sociales pertenecientes a cinco

dependencias del gobierno federal, los cuales se presentan en el cuadro siguiente:

54

Programas sociales federales seleccionados

Programa Objetivo Vertientes Estrategia

Contigo

Presupuesto 2006 Cobertura geográfica Selección de beneficiarios

Tipo de apoyo (s)

Oportunidades (Sedesol , SEP, Salud)

Potenciar las capacidades de los miembros de las familias y ampliar sus alternativas para

alcanzar mejores niveles de bienestar

Ampliación de capacidades

35,006,494,562 32 entidades, 83,973 localidades en todos los

municipios del país. 5 millones de familias

Se identifican y seleccionan familias en condiciones de pobreza extrema.

Transferencias monetarias y apoyos en

especie.

Seguro Popular (Secretaría de Salud)

Brindar protección en servicios de salud a la población que carece de seguridad social, para

familias sin seguridad social

Ampliación de capacidades

17,137,441,143 32 entidades federativas, 1,177

municipios. 3 millones de familias

Seguro voluntario , con preferencia en

los dos primeros deciles de ingreso

Protección social en salud.

Programa de atención a grupos y regiones prioritarias a través del otorgamiento de apoyos directos al productor Procampo (Sagarpa)

Apoyar el ingreso de los productores rurales en zonas de alta y muy alta marginación

Generación de oportunidades

de ingreso

14,755,700,000 32 entidades federativas, en

municipios que tengan superficies elegibles de

acuerdo con el directorio del Programa a nivel de predio y ciclo

agrícola. 2. 3 millones de productores

Solicitud expresa del productor.

Entrega de recursos monetarios por

hectárea registrada

Apoyos directos a la comercialización (Sagarpa)

Facilitar la comercialización de su producción mediante instrumento de cob ertura de precios

agropecuarios

Generación de oportunidades

de ingreso

5,471,689,5 34 Zonas rurales en las 32 entidades federativas

Solicitud expresa del productor.

Entrega de recursos monetarios para comercialización

IMSS-Oportunidades (IMSS)

Proporcionar servicios de salud integrales de 1er. y 2o. nivel, oportunos y de calidad a la población abierta sin acceso regular a los

Servicios de Salud de zonas rurales marginadas

Ampliación de capacidades

4,664,013,378 21 entidades federativas en zonas rurales. 10.2 millones de personas

Se identifican y seleccionan zonas

rurales donde no hay servicios de salud

Atención médica y hospitalaria de primer y

segundo nivel

Programa de ahorro, subsidio y crédito para la vivienda progresiva Tu Casa

Otorgar subsidios para apoyar a familias con ingresos de hasta 5 SMDF que tengan

necesidad de un a vivienda

Formación de patrimonio

3,165,609,748 32 entidades federativas en localidades urbanas,

suburbanas rurales e

A petición de los beneficiarios

Apoyo para construcción o

mejoramiento de

55

(Sedesol ) indígenas vivienda

Programa de infraestructura básica para la atención de los pueblos indígenas (CDI/Pibai)

Contribuir al desarrollo social y económico de los pueblos y comunidades indígenas,

mediante la ejecución de obras de infraestructura básica.

Generación de oportunidades

de ingreso

2,604,526,200 12,582 localid ades en 914 municipios de 28 entidades federativas

A partir de la detección de

necesidades de infraestructura

Obras de infraestructura básica

Hábitat (Sedesol )

Contribuir a superar la pobreza urbana, mejorar el hábitat popular

Provisión de protección soci al

2,060,400,000 32 entidades federativas en 180 ciudades.

A partir de la selección de las

zonas prioritarias

Acciones de desarrollo urbano y social

56

Cabe mencionar que para el presente diagnóstico, no se consideraron a las aportaciones

federales (siete fondos del Ramo 33), por tratarse de transferencias a las entidades

federativas y, en su caso, a los Municipios, y no de programas sociales federales. Pues si

bien las aportaciones federales se incluyen cada año en el PEF dentro del Ramo 33, los

recursos deben ser registrados como ingresos propios de la entidad federativa,

destinados específicamente a los fines establecidos en la Ley de Coordinación Fiscal.

No obstante, esta primera selección de programas sociales no cierra la posibilidad de

que se incorporen otros en una etapa posterior, como resultado de la información que

se obtenga a partir de entrevistas a actores clave, misiones de observación y otras

actividades previstas a lo largo de este proyecto.

4.2 Descripción de los programas

A continuación se presentan los principales hallazgos del análisis de los programas

sociales federales, que por razones de presentación se agrupan en cuatro grandes

rubros. Dentro del grupo de desarrollo social están los programas: Oportunidades,

Hábitat y Tu Casa. En el grupo del sector salud, están IMSS –Oportunidades y Seguro

Popular. En desarrollo rural, se incluyeron los programas Procampo y Apoyos directos a

la comercialización. Por último, en el área de desarrollo de los pueblos indígenas está el

Programa de Infraestructura Básica para al Atención de los Pueblos Indígenas.

Desarrollo social

El Programa de Desarrollo Humano Oportunidades fue creado por decreto presidencial

el 6 de marzo de 2002 para darle continuidad al Programa de Educación, Salud y

Alimentación (Progresa), iniciado en 1997. Tiene como objetivo apoyar a las familias que

viven en condición de pobreza extrema, con el fin de potenciar las capacidades de sus

miembros y ampliar sus alternativas para alcanzar mejores niveles de bienestar a través

del mejoramiento de opciones en educación, salud y alimentación. El programa

contribuye además en la vinculación de las familias beneficiarias con nuevos servicios y

programas de desarrollo que propicien el mejoramiento de sus condiciones

socioeconómicas y su calidad de vida. Para este año, el programa tiene autorizados

57

recursos por más de 35 mil millones de pesos15, a fin de ejercerlos en 83,973 localidades

correspondientes a todos los municipios del país, cubriendo alrededor de 5.5 millones

de familias.16

Por su parte, el programa Hábitat fue creado por decreto presidencial17 con la finalidad

de articular los objetivos de la política social con los de las políticas de desarrollo

territorial y urbano. Este programa está dirigido a abatir la pobreza patrimonial18 en

ciudades y zonas metropolitanas a través de acciones que combinan el mejoramiento de

la infraestructura básica y el equipamiento de 960 zonas urbano-marginadas localizadas

en alrededor de 202 localidades de la República. Para ello, se lleva a cabo la entrega

focalizada de diversos servicios sociales, a través de la coordinación y bajo un esquema

de corresponsabilidad con los gobiernos estatales y municipales en donde opera.

Durante 2006, ejercerá un presupuesto de más 2 mil millones de pesos19, a través de las

siguientes modalidades: Desarrollo social y comunitario, Oportunidades para las

Mujeres, Seguridad para las mujeres y sus comunidades, Mejoramiento de Barrios,

Ordenamiento del Territorio y Mejoramiento Ambiental, Planeación Urbana y Agencias

de Desarrollo Hábitat, Suelo para la Vivienda Social y el Desarrollo Urbano y

Equipamiento Urbano e Imagen de la Ciudad.

Por último, para constituir el programa de Ahorro, Subsidio y Crédito a la Vivienda

Progresiva (Tu Casa), el gobierno federal integró los recursos económicos destinados a

subsidios de los distintos programas federales de apoyo y fomento a la vivienda en un

solo fondo que es operado por el Fideicomiso denominado Fondo Nacional de

Habitaciones Populares (Fonhapo). Con ello se buscó buscaba homologar y consolidar

los programas federales que otorgan subsidios para la vivienda. Para 2006, Tu Casa tiene

autorizados recursos por más de 3 mil millones de pesos20 para atender a la población

que vive en pobreza patrimonial. Esto se lleva a cabo mediante la combinación del

ahorro del beneficiario con subsidios directos, aportaciones o créditos de los gobiernos

estatales y municipales y, de ser el caso, con créditos otorgados por los Organismos

Nacionales de Vivienda (Onavi), Organismos Estatales y Municipales de Vivienda (Orevi),

la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) por conducto de las Sociedades Financieras de

Objeto Limitado (Sofoles) y por las entidades de crédito popular.21

58

Sector salud

Tomando en cuenta los criterios expuestos anteriormente, se eligieron dos programas

del sector salud que, tanto por sus características como por la asignación presupuestal

aprobada para 2006, son centrales en la estrategia del actual gobierno para dicho sector.

Se trata de IMSS-Oportunidades y del Sistema Nacional de Protección Social en Salud,

denominado Seguro Popular.

IMSS-Oportunidades es el programa de salud para atención a comunidades marginadas

más antiguo. Fue creado en 1979, a partir de la estructura de la Coordinación General del

Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (Coplamar), con el objetivo de

proporcionar servicios integrales de salud a la población abierta en zonas rurales

marginadas, bajo la premisa de sean servicios de salud efectivos de calidad y

respetuosos de la dignidad y expectativas de los usuarios, a través de un modelo

sustentado en la participación comunitaria tendiente a mejorar las condiciones de salud

del entorno familiar. En 2002 se cambió su denominación, articulando sus acciones

como parte de la Estrategia Contigo y el Programa de Desarrollo Humano

Oportunidades. Para este año, cuenta con 4 mil 664 millones de pesos, a fin de atender a

10.2 millones de personas en 17 entidades federativas.

Asimismo, considerando el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, el gobierno federal

elaboró el Programa Nacional de Salud con el propósito de hacer llegar los servicios de

salud a toda la población que no tiene acceso a ellos. Posteriormente, a través de las

reformas y adiciones a la Ley General de Salud (LGS) del 15 de mayo de 2003, se

constituyó el Sistema Nacional de Protección Social en Salud (SPSS), entendido como el

instrumento financiero mediante el cual se establece, a nivel de ley, el sistema de

protección financiera y de prestación de los servicios de salud a las familias que carecen

de ellos. Dichos servicios se proveen a través de los Regímenes Estatales de Protección

Social en Salud, por lo cual se creó el Sistema Nacional de Protección Social en Salud o

Seguro Popular, órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud, como la instancia que

coordina y vigila la operación del sistema en todos los estados del país y en el Distrito

Federal. De acuerdo al PEF para 2006, el sistema operará con más de 17 mil millones de

pesos.

59

Desarrollo rural

Los dos programas correspondientes a este sector que son analizados en este Informe

son el Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) y el Programa de Apoyos a la

Comercialización y Desarrollo de Mercados Regionales, ambos a cargo de la Secretaría

de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). Se trata de

dos de los principales programas de desarrollo rural del gobierno federal, que fueron

creados para brindar apoyo a los productores rurales una vez eliminada la política de

precios de garantía, diseñados, por un lado, para otorgar subsidios por número de

hectáreas sembradas y, por el otro, para apoyar la comercialización de excedentes en

determinados productos.

El Procampo fue creado en 1994 con un plazo de 15 años. Se concibió como un

instrumento de apoyo al ingreso del productor y como mecanismo de compensación a

los productores por causa de la reducción de precios implícita en la apertura comercial.22

El programa se instrumentó a partir de un padrón elaborado en colaboración con las

entidades federativas y de acuerdo a las necesidades regionales, el cual no puede ser

modificado conforme a lo establecido en el decreto de creación. Procampo asigna el

recurso a los productores según el número de hectáreas sembradas, sin garantizar

volúmenes de producción. De acuerdo con el PEF para 2006, el programa tiene

asignados recursos por 14 mil 755 millones de pesos, para atender, aproximadamente a

2.7 millones de productores.

El programa de Apoyos Directos a la Comercialización y Desarrollo de Mercados

Regionales (en adelante, Apoyos a la Comercialización) se originó para compensar la

desaparición de la infraestructura con la que contaba el productor en materia de

almacenamiento, transporte y comercialización de su producción excedente. Tiene

como objetivo apoyar a los productores y/o compradores mediante un instrumento de

cobertura de precios agropecuarios. Al igual que Procampo, es administrado por el

órgano de Apoyos y Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Regionales

(Aserca), órgano desconcentrado de Sagarpa, por medio de sus direcciones regionales y

de las propias delegaciones federales de la Secretaría.

60

Desarrollo de los pueblos indígenas

Como parte de los programas seleccionados, se identificó el Programa de Infraestructura

Básica para la Atención de los Pueblos Indígenas (Pibai), creado a partir de la Comisión

Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), con el objetivo de impulsar el

desarrollo social y económico de los pueblos indígenas, con pleno respeto a los recursos

naturales de su entorno, a sus culturas y a sus derechos mediante la ejecución de obras

de infraestructura básica como son obras de electrificación de poblados, caminos

rurales, carreteras alimentadoras, distribución y suministro de agua potable y

alcantarillado. Este programa tiene como población objetivo aquella que habite en

localidades de alta o muy alta marginación, con 29% o más de hablantes de lengua

indígena y con un tamaño de localidad entre 50 y 10,000 habitantes que, de acuerdo al

XII Censo General de Población y Vivienda 2000, constituye 12,582 localidades, en 914

municipios en 28 entidades. Para 2006, el programa cuenta con un presupuesto

aprobado por 2 mil 604.5 millones de pesos.

4.3 Análisis del gasto en los programas

A fin de tener una visión general de la situación presupuestal de los ocho programas

sociales seleccionados para el análisis, en esta sección se presenta una descripción del

comportamiento del gasto por entidad federativa y por programa. El análisis de los

datos se divide en tres partes. En la primera, se realiza una comparación del gasto

asignado por programa y de los beneficiarios cubiertos por ellos. Después, se lleva a

cabo una revisión transversal del gasto total por programa para el año 2005, según su

distribución en las entidades federativas (Anexo 2). En la tercera parte, se revisan las

series de tiempo de gasto de los programas, para los años que fue posible obtenerla, de

los que se dispuso de información, para observar el comportamiento del gasto en los

últimos años.

Gasto total y beneficiarios por programa

Los programas que se incluyeron para análisis presentan un comportamiento

diferenciado tanto en relación con el gasto que se les asignó o que ejercieron durante el

año de 2005 como en relación con la población beneficiaria que atienden. Hay

61

programas que son más intensivos en gasto y otros que son más bien intensivos en

cantidad de beneficiarios (Gráfica 1). Al comparar la distribución porcentual del gasto de

los programas en relación con la cantidad de beneficiarios que atienden, se observa que

los programas con mayor porcentaje de beneficiarios son los del sector salud, es decir,

Seguro Popular e IMSS Oportunidades. En contraparte, los programas con menor

cobertura son Tu Casa y los programas del componente rural: Procampo pero

particularmente el programa de Apoyos Directos a la Comercialización.

En relación con el gasto, los programas de Oportunidades, Procampo y Seguro Popular

son los que tienen la mayor asignación y entre los tres, acumulan el 60% del total de

gasto de los programas bajo análisis. En este sentido, es posible mencionar que los

programas en los que más se invierte por beneficiario son Apoyos Directos a la

Comercialización y Tu Casa que en sentido comparativo requieren, respectivamente, 60

ó 30 veces lo que se necesita para atender a un beneficiario del programa IMSS

Oportunidades o de Hábitat.

Gráfica 1

Distribución porcentual del gasto total y de los beneficiarios, según programa. 2005

0.0

10.0

20.0

30.0

40.0

Opo

rtuni

dade

s

Háb

itat

Tu c

asa

Proc

ampo

Apoy

os a

laco

mer

cial

izac

ión

Segu

ro P

opul

ar

PIBA

I

Imss

Opo

rtuni

dade

s

% Gasto % Beneficiarios

Fuente: Elaboración propia, a partir de información de las dependencias.

Se sabe que, en general, los programas sociales están dirigidos a las poblaciones con

condiciones de vida más desventajosas. Si bien los programas que se analizan en este

capítulo no están forzosamente condicionados a ese criterio, se consideró que era

importante comparar la magnitud de los beneficiarios cubiertos por estos programas

con la población total en condición de pobreza alimentaria, por imaginar que son

62

quienes tienen necesidades más apremiantes por atender. Según las cifras publicadas

más recientemente, hay alrededor de 23.6 millones de habitantes en condición de

pobreza extrema, mientras que el acumulado de beneficiarios de los ocho programas de

interés es de 36.3 millones de personas, es decir, que entre estos ocho programas

cubren un 54% más que la población que vive en condiciones más desventajosas. Esto

bajo la premisa de que se tratara de beneficiarios diferentes entre los distintos

programas. Empero, en el caso de que hubiera traslape de beneficiarios entre los

programas bajo análisis, este porcentaje de atención a la población de condiciones más

desfavorables se vería disminuido.

Gasto por entidad federativa y por programa

Se procedió a revisar primeramente la relación entre la distribución de la población en

condición de pobreza y el gasto del programa Oportunidades en las entidades

federativas, por considerar que intenta aplicar medidas compensatorias a la población

con mayores desventajas, a fin de ampliar sus capacidades que les permitan incursionar

en mejores condiciones de vida. Efectivamente se encontró que, en general, hay

patrones de comportamiento similares entre estas dos variables (gráfica 2). Las

excepciones más visibles son para los casos del Estado de México, donde todavía el

gasto relativo del programa Oportunidades no equipara a la cantidad relativa de

personas en condición de pobreza de este Estado, y el caso de Chiapas en el que se ha

invertido por encima de la cantidad relativa de personas en condiciones de vida

desfavorables. También se observan disparidades, si bien menos notorias, para el

Distrito Federal, Jalisco y Zacatecas.

63

Gráfica 2

Distribución porcentual de la población en pobreza alimentaria y del gasto de Oportunidades, según entidad federativa. 2005

0%2%

4%6%

8%10%

12%14%

16%

Población en pobreza alimentaria. Oportunidades (Gasto 2005 SEDESOL)

Fuente: Elaboración propia, a partir de información de las dependencias.

Como se dijo anteriormente, el programa Oportunidades no asigna los beneficios

directamente por su condición de pobreza, pero no deja de llamar la atención la visible

similitud de las distribuciones porcentuales referidas en el gráfico 2. Sin embargo, aun

cuando mantuvieran una relación perfecta es importante tener claro que al tratarse de

cifras agregadas por estado, no es posible referir ninguna conclusión de este

comportamiento al interior de las entidades y menos aún a las situaciones individuales,

pues eso requeriría conocer para cada caso de personas en condición de pobreza

alimentaria si reciben o no el beneficio de este programa. El gasto del programa

Oportunidades tiene un coeficiente de correlación de .978 con el número de personas

en pobreza alimentaria, lo cual significa que hay una relación positiva entre el monto de

gasto y el número de personas en esta situación de pobreza.23

Dada la relación anteriormente expuesta, no es de extrañar que de las diez entidades

que están por encima del monto del gasto asignado promedio nacional, nueve de ellas

corresponden con el mayor porcentaje de población en condición de pobreza. Cerca del

60% de los recursos de este programa los absorben las entidades de Veracruz, Chiapas,

Oaxaca, Estado de México, Puebla, Guerrero y Michoacán.

A su vez, la mitad de las entidades más chicas del país que entre todas acumulan apenas

unas tercera parte de la población nacional, también son entidades que acumulan la

64

menor cantidad de beneficiarios del programa Oportunidades, entre las que se

encuentran el Distrito Federal, las entidades de la península de Baja California y Colima.

También se revisó la relación que guarda el nivel de gasto de Oportunidades con el nivel

de marginación por entidad federativa, y se observó que no hay una correlación lineal

entre estos dos aspectos, pero al ser la marginación un fenómeno estructural y el gasto

de Oportunidades tener consideraciones más allá que la propia marginación, no es

posible sintetizar este tipo de relaciones mediante planteamientos simples.

A su vez, 40% de los recursos del programa Hábitat (Gráfico 3) se concentra en siete

entidades: Distrito Federal (6.8%), Tamaulipas (6.8%), Estado de México (6.0%), Chiapas

(5.9%), Baja California (5.8%), Veracruz (4.9%) y Guanajuato (3.9%). En conjunto, estas

entidades atienden 36% de la población beneficiaria del programa. A pesar de la

semejanza que se observa en las cifras agregadas de gasto acumulado y la cantidad de

beneficiarios que se atiende en estas siete entidades, se observó que no hay una

similitud de patrones de comportamiento entre las mismas cifras cuando el análisis se

realiza a nivel de la totalidad de entidades federativas. Para complementar este análisis,

se revisó entonces el nivel per cápita del gasto en las entidades, lo que permitió

confirmar que no hay una total relación entre el monto de gasto asignado y los

beneficiarios, lo que posiblemente puede explicarse a la luz de los montos diferenciados

que se requieren para las acciones específicas del programa Hábitat que se llevan a cabo

en las distintas entidades.

65

Gráfico 3

Hábitat (Gasto 2005 pesos)

0

20000000

40000000

60000000

80000000

100000000

120000000

140000000

160000000

Media

Fuente: Elaboración propia, a partir de información de la Sedesol.

Respecto al programa Tu Casa, se observa que la distribución del gasto es casi

homogénea; la mayoría de los estados recibe cerca del 3% del gasto total, con excepción

destacada del Estado de México que en el 2005 se le asignó un 8% del presupuesto total

del Programa (Gráfica 4). También están por encima de la media nacional del gasto las

entidades de Veracruz, Jalisco, Coahuila, Distrito Federal y Guanajuato. Pese a este

comportamiento de la asignación estatal bastante homogénea, hay algunas cifras que

se disparan de manera notoria cuando se revisan los recursos medios por beneficiario.

Aquellos estados en los cuales hay un número reducido de beneficiarios son los que

exhiben las mayores distorsiones, pues al haber una distribución casi equitativa del

gasto y no haber una cantidad similar de beneficiarios entre estados, se hacen patentes

las diferencias entre entidades. Comparado con el gasto per cápita nacional, llaman

particularmente la atención los estados de Coahuila con un gasto per cápita que es 77

veces el del gasto per cápita nacional, y las entidades de Baja California, Baja California

Sur, Distrito Federal, y Nayarit con un gasto per cápita entre seis y diez veces el gasto per

cápita nacional. Parte de estas variaciones pueden deberse a que los créditos otorgados

por este programa varían de acuerdo al tipo de vivienda de que se trate y al índice de

desempeño de las entidades que influye en la asignación presupuestal.

66

Gráfica 4

Tu casa (Gasto 2005 pesos)

0

20000000

40000000

60000000

80000000

100000000

120000000

Media

Fuente: Elaboración propia, a partir de información de la Sedesol.

Respecto a los recursos ejercidos para el Seguro Popular, Tabasco, Guanajuato, el Estado

de México, Puebla y Veracruz contienen el 46% y agrupan al 42% de los beneficiarios del

programa (Gráfico 5). Si bien para la mayoría de las entidades se observa un

comportamiento relativamente estable en cuanto al gasto y a los beneficiarios por

estado, destacan Querétaro, Quintana Roo, Baja California Sur y Durango por los niveles

tan bajos de gasto y beneficiarios. También resalta que entre el porcentaje de gasto

asignado a Tabasco (16%) para el Seguro Popular y el porcentaje de cobertura de

beneficiarios (9%) haya una marcada diferencia, particularmente en comparación con las

demás entidades donde se observa alta coincidencia entre los porcentajes de estos dos

conceptos.

67

Gráfico 5

Seguro Popular (Gasto 2005 pesos)

0

200000000

400000000

600000000

800000000

1000000000

1200000000

1400000000

Media

Fuente: Elaboración propia, con información de la CNPSS

El caso de IMSS-Oportunidades es un programa que, a diferencia de los otros siete que

se analizan en este capítulo, presenta una cobertura más limitada en cuanto a número

de entidades en que opera, ya que está presente solamente en 17. Sin embargo, la

cantidad de beneficiarios bajo su responsabilidad lo ubica en el segundo lugar de la

totalidad de programas bajo análisis, aun cuando para su operación sólo se le asigne

uno de cada ocho pesos del presupuesto total de los programas bajo análisis. Resaltan

los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz como entidades con alto alcance de

operación por parte IMSS-Oportunidades que contrastan con las de Baja California,

Campeche y Nayarit por su baja cobertura (gráfico 6). Este programa está enfocado a las

poblaciones que residen en ámbitos rurales, por lo que no es de extrañar que las cinco

entidades donde IMSS-Oportunidades opera de manera más intensa concentran 40% de

la población rural. Para poder analizar el gasto del programa de manera más detallada se

necesitaría disponer de la información del gasto a nivel municipal.

68

Gráfico 6

IMSS-Oportunidades (Gasto 2005 pesos)

0

100000000

200000000

300000000

400000000

500000000

600000000

700000000

800000000

900000000

Chi

apas

Oax

aca

Vera

cruz

Pueb

la

Mic

hoac

án

Dis

trito

Fed

eral

Hid

algo

San

Luís

Pot

osí

Zaca

teca

s

Yuca

tán

Dur

ango

Chi

huah

ua

Tam

aulip

as

Sina

loa

Coa

huila

Nay

arit

Cam

pech

e

Baja

Cal

iforn

ia

Media

Fuente: Elaboración propia, con información de la Sagarpa.

En relación con los programas de desarrollo rural, Procampo se distingue porque casi la

mitad de sus recursos se concentra en seis estados (Gráfica 7): Tamaulipas (11.5%),

Zacatecas (8%), Jalisco (7%), Chihuahua (7%), Sinaloa (6.8%) y Guanajuato (6.4%). En

conjunto, estos estados tienen tan sólo el 21% de los beneficiarios. Esta discrepancia

puede deberse, sin embargo, al hecho de que, como se verá más adelante, se privilegia

el número de hectáreas sobre el de beneficiarios, en un padrón definido a través de un

acuerdo político.

Gráfico 7

Procampo (Gasto 2005 pesos)

0

200000000

400000000

600000000

800000000

1000000000

1200000000

1400000000

Media

Fuente: Elaboración propia, con información de la Sagarpa.

Asimismo, casi tres de cada cuatro pesos del gasto del programa de Apoyos a la

Comercialización está concentrado en tres estados: Sinaloa (37%), Tamaulipas (21%) y

69

Sonora (14%), que en conjunto tienen el 43% de los beneficiarios totales (Gráfico 8). En

contraste, hay estados como Chiapas que a pesar de acumular 18% de los beneficiarios

totales, recibe sólo 2.6% de los recursos del programa. Quintana Roo y Chihuahua

también recibieron en el 2005 un monto de recursos per cápita muy alejado de la media

nacional. Ambos presentan cantidades muy pequeñas de beneficiarios y un monto alto

de recursos al grado que el monto recibido es casi 12 y 5 veces, respectivamente, la cifra

nacional.

Gráfico 8

Apoyos a la comercialización (Gasto 2005 pesos)

0

200000000

400000000

600000000

800000000

1000000000

1200000000

1400000000

1600000000

Media

Fuente: Elaboración propia, con información de la Sagarpa.

Cabe señalar que si se realizan comparaciones de las cifras de gasto con la cantidad de

población en el sector agropecuario de los estados, se observa que no hay una relación

estrecha, lo que puede posiblemente explicarse con que el programa abarca sólo

algunos subsectores del sector primario o que los principios de asignación no son

visibles a la luz de mediciones estatales.

Por otro lado, el programa de infraestructura básica para el desarrollo de los pueblos

indígenas (Pibai) concentra el 70% de sus recursos en cuatro estados: Oaxaca (24%),

Chiapas (16%), Veracruz y Guerrero (11%), Puebla (7%) (Gráfico 9). Son estados donde se

concentra una gran población indígena y que suman a cerca del 60% de los beneficiarios

totales. A pesar de esta correlación, el gasto per cápita difiere de manera significativa de

una entidad a otra, por lo que no es posible atribuir un patrón de gasto fijo dentro del

70

programa. La misma naturaleza de la población a quien está dirigido este programa

explica por sí misma que haya diferencias notorias en el gasto asignado. Hay entidades

del país donde la concentración de población indígena es baja a diferencia de otras

entidades donde hay un porcentaje significativo de población con características de

indigenismo. Si se retoma la información proveniente del censo se observa que también

en las cinco entidades donde se concentra el gasto de este programa, también se

acumula 58% de la población de 5 años o más que habla lengua indígena. Esto sirve de

argumento acerca de que pocas entidades reciban gasto del programa notoriamente

por encima de la media nacional.

Gráfico 9

Programa de infraestructura básica para los pueblos indígenas (Gasto 2005 pesos)

0

100,000,000

200,000,000

300,000,000

400,000,000

500,000,000

600,000,000

700,000,000

Media

Fuente: Elaboración propia, con información de la CDI.

En resumen, la distribución del gasto por entidad federativa parece corresponder con el

tipo de beneficiarios de los distintos programas, si bien en algunos casos es más clara la

relación con variables relativas a condiciones de pobreza alimentaria y a cuestiones

institucionales. Por otro lado, el estado de Veracruz parece estar presente de manera

sobresaliente tanto en los tres programas enmarcados en Desarrollo Social, como en los

del sector salud, mientras que el Estado de México muestra importancia en los tres

programas de la Secretaría de Desarrollo Social, a diferencia de Puebla que muestra

presencia alta en los dos programas del sector salud. Dado que los programas de

Procampo y de Apoyo a la comercialización tienen fines de atención diferenciados, los

estados de Sinaloa, Tamaulipas y Jalisco resaltan en magnitud para los programas de

71

desarrollo rural. El Programa de Infraestructura Básica para la Atención de los Pueblos

Indígenas también guarda una relación clara con las entidades que agrupan a

porcentajes significativos de la población objetivo que atiende.

Comportamiento del gasto a través del tiempo

En esta sección se analiza el comportamiento del gasto por programa a través del

tiempo de los siete programas sociales de los que se obtuvo información desagregada a

nivel de entidad federativa y para diferentes momentos del tiempo.

El gasto en el programa Oportunidades entre 2001 y 2005 registra una tasa de

crecimiento promedio anual de 23.5%, lo cual contrasta con la tasa de crecimiento

promedio anual de 31% en el periodo 2005-2006 (Gráfico 10).24

Gráfico 10

SEDESOL (Opor tun idades antes progresa) M i l e s d e p e s o s c o n s t a n t e s 2 0 0 6 .

0

2,000,000

4,000,000

6,000,000

8,000,000

10,000,000

12,000,000

14,000,000

16,000,000

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Fuente: Elaboración propia, con información de Cuentas Nacionales, SHCP. El programa IMSS-Oportunidades manifiesta una tendencia negativa en el periodo 1994-

2005, con una tasa negativa de crecimiento anual promedio de –12%. Para los últimos

cinco años, la tasa de crecimiento anual promedio es de –3.1%. Sólo el presupuesto

asignado para el año 2006 tiene un crecimiento positivo de 5% respecto al año anterior,

como se puede observar en el Gráfico 11.

72

Gráfico 11

IMSS-OPORTUNIDADES (Miles de pesos 2006)

0

5,000,000

10,000,000

15,000,000

20,000,000

25,000,000

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Fuente: Elaboración propia, con información de Cuentas Nacionales, SHCP.

El programa Hábitat es relativamente nuevo, pues inició su operación en el 2003. Su

gasto en los dos primeros años de operación creció a una tasa anual promedio de 57.8%.

La mayor parte de este crecimiento correspondió al periodo 2003-2004. En 2006 el

incremento del presupuesto del programa tan sólo fue de 3% (Gráfico 12).

Gráfico 12

Programa Hábitat (miles de pesos constantes 2006)

0

500,000

1,000,000

1,500,000

2,000,000

2,500,000

2003 2004 2005 2006

Fuente: Elaboración propia, con información de la Sedesol.

A partir de su reciente instrumentación en el año 2003, el programa Tu Casa ha

mostrado una tasa alta de crecimiento. Para 2004 el gasto registró una tasa de

crecimiento de 53%, de 19% para 2005 y de 60% en el presupuesto de 2006 respecto al

gasto de 2005. Esto ha permitido que el programa tenga una tasa de crecimiento

promedio anual de 31.2% (Gráfico 13).

73

Gráfico 13

Ahorro , Subsidio y Crédito "Tu Casa " (Gasto miles de pesos )

0

500,000

1,000,000

1,500,000

2,000,000

2,500,000

3,000,000

3,500,000

2003 2004 2005 2006

Fuente: Elaboración propia, con información de la Sedesol.

En el gráfico 14 puede observarse que el presupuesto y el número de beneficiarios del

Seguro Popular han evolucionado en el mismo sentido pero en distinta cuantía durantes

los tres años. Mientras que el número de beneficiarios ha crecido anualmente a un ritmo

promedio de 47%, el presupuesto creció a 101%, para el último periodo 2005-2006 el

crecimiento de ambos rubros tiende a homologarse, debido a que planean duplicar el

número de beneficiarios para este año

.

Gráfico 14

Seguro popular (Presupuesto y Beneficiarios)

0

1,000,000

2,000,000

3,000,000

4,000,000

5,000,000

6,000,000

2004 2005 20060.0

2,000,000,000.0

4,000,000,000.0

6,000,000,000.0

8,000,000,000.0

10,000,000,000.0

12,000,000,000.0

14,000,000,000.0

16,000,000,000.0

18,000,000,000.0

Familias Afiliadas Presupuesto autorizado.

Fuente: Elaboración propia, con información de la CNPSS. Tras su reciente instrumentación, el Pibai ha tenido una tasa anual media de crecimiento

de 7.21%. En el año 2005, el presupuesto del programa creció alrededor de 80% en

74

términos reales. Por el contrario, en 2006 se redujo respecto al año previo en 12%

(Gráfico 15).

Gráfico 15

Programa de infraestructura básica para el desarrollo de los pueblos indígenas "PIBAI"

(miles de pesos constantes 2006)

-

500,000.00

1,000,000.00

1,500,000.00

2,000,000.00

2,500,000.00

3,000,000.00

3,500,000.00

2004 2005 2006

Fuente: Elaboración propia, con información de la CDI..

En general, el gasto de Procampo durante el periodo 1994-2005 ha decrecido en

términos reales a una tasa anual promedio de –2.7%. Entre 2000 y 2006 el presupuesto

registró un crecimiento anual promedio de apenas del 0.4%. Esta desaceleración del

presupuesto continúa, ya que para los años 2005-2006 el presupuesto sufrió una caída

de –0.8% (Gráfico 16).

Gráfico 16

PROCAMPO Presupuesto 1994-2006 (Miles de pesos constantes 2006)

0

5000000

10000000

15000000

20000000

25000000

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Fuente: Elaboración propia, con información de la Sagarpa.

75

El gasto del programa Apoyos Directos a la Comercialización durante el periodo 1994-

2005 creció a una tasa anual promedio de 4.1%. Como puede observarse en el gráfico

17, de 1995 a 2000 el programa tuvo una fuerte caída en el gasto de -7.5%, mientras que

en los últimos seis años registró una tasa de crecimiento promedio anual de 10.3%. En

algunos años electorales los recursos de este programa presentan variaciones

significativas. Por ejemplo, en 1999-2000 el crecimiento fue de 100%, en 2003 de 5.17%

y en el último periodo (2005-2006) se observa un crecimiento del presupuesto de 35%.

Gráfico 17

Presupuesto Apoyos a la comercialización 1994-2006 (Miles de pesos constantes 2006)

0100000020000003000000400000050000006000000700000080000009000000

10000000

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Fuente: Elaboración propia, con datos de la Sagarpa Se hizo una solicitud de la información de gasto a nivel municipal a las dependencias

encargadas de los programas con el propósito de realizar un análisis más detallado del

gasto por programa social. Lamentablemente, la información no fue remitida por no

encontrarse disponible a ese nivel de desagregación, de acuerdo con lo informado por

las propias dependencias.

4.4 Áreas programáticas protegidas y vulnerables de los programas

4.4.1 Selección de beneficiarios y criterios de elegibilidad

Uno de los criterios a partir del cual se revisaron los ocho programas sociales federales

fueron los mecanismos que utilizan para la selección de los beneficiarios y/o

comunidades beneficiadas. En términos generales, se puede afirmar que dicha selección

se realiza mediante un procedimiento establecido en las reglas de operación

76

correspondientes a cada uno de los programas. Con excepción de los programas para el

desarrollo rural e IMSS Oportunidades, las reglas establecen que la selección se realizará

sobre la base tanto de indicadores nacionales definidos institucionalmente como de

criterios homogéneos para todo el país, lo cual garantiza un proceso de selección

normativamente protegido.

En el caso de Oportunidades, se cuenta con un proceso riguroso de selección de

beneficiarios basado en información de organismos técnicos, como el Consejo Nacional

de Población (Conapo) y en una metodología desarrollada por la propia Sedesol, para la

identificación de hogares con niveles de alta y muy alta marginación, así como en la

recolección de datos con metodología censal, utilizando un sistema de puntaje aplicable

a todo el país. Sin embargo, es posible identificar momentos del proceso que permiten

cierto grado de discrecionalidad, tanto en la realización de la encuesta como en la

entrega de identificaciones por parte de la Coordinación Estatal del Programa. Aunque

se trata de una subjetividad inherente al proceso, se considera pertinente establecer

criterios más rigurosos de imparcialidad y no partidismo en la selección del personal de

contacto.

De igual manera, Hábitat cuenta en sus reglas de operación con procesos rigurosos para

la ubicación de polígonos de pobreza basados en datos del Conapo y de información

generada por la Sedesol. Sin embargo, la cobertura establecida por la normatividad se

puede ampliar a nuevos centros urbanos dependiendo de la disponibilidad

presupuestal y, particularmente, de los acuerdos celebrados con las autoridades

estatales y municipales, lo que otorga un margen de discrecionalidad basado en la

voluntad de las autoridades para convenir proyectos. Por lo tanto, sería positivo definir

claramente una fecha límite para la selección de proyectos sujetos a financiamiento, lo

anterior con el fin de que durante el periodo electoral no sean utilizados con fines

proselitistas.

En el caso de la modalidad de Suelo para Vivienda Social y Desarrollo Urbano, las

autoridades estatales y municipales, en coordinación con la Sedesol, se establece que se

podrán establecer criterios adicionales tanto para elegir como para dar prioridad a los

77

proyectos. Sería conveniente que dichos criterios sean publicitados a fin de que las

partes involucradas en la operación del programa conozcan de los mismos.

En las reglas de operación del programa Tu Casa, se establece la asignación de recursos

a estados y municipios, a través de la transferencia de 30% del total de los recursos a

partes iguales entre las 32 entidades federativas y el restante 70% conforme a una

fórmula que incluye índices de rezago habitacional y necesidades anuales en su

componente de vivienda nueva (Conafovi), índices de pobreza, rezago y marginación

(Conapo), así como el índice de desempeño de la instancia ejecutora (Fonhapo), sin

embargo, para este último criterio (índice de desempeño) no se especifica la manera en

que es definido.

Existen además casos de excepcionalidad, como en situaciones de desastre natural, en

las cuales se exenta el cumplimiento del procedimiento ordinario para la realización de

obras, lo cual da lugar a un margen de discrecionalidad que se explica por la necesidad

de la atención urgente a la población. Para estos casos, es importante que se abran

espacios a la contraloría social, que permitan verificar que los recursos se utilicen para

los fines del programa.

IMSS-Oportunidades es un programa que atiende a población abierta en aquellas

localidades donde se ubican las unidades médicas y hospitales rurales, por lo cual está

dirigido principalmente a campesinos e indígenas en zonas de alta marginalidad. Es

importante que se realicen campañas permanentes de difusión para coadyuvar a que la

población objetivo tenga mayor conocimiento de sus derechos económicos, sociales y

culturales y crear conciencia ciudadana, a fin de que se reduzcan las posibilidades de

manipulación electoral.

En el caso del Seguro Popular, los lineamientos para la afiliación, operación e integración

del padrón nacional de beneficiarios, así como la determinación de la cuota familiar,

establecen que los regímenes estatales de protección social en salud instalarán módulos

de afiliación y orientación a las que la población acudirá a registrarse. Este mecanismo

busca acercar a la ciudadanía el acceso a la atención médica y ayuda al cumplimiento de

las metas de afiliación planteadas. No obstante, al organizar las campañas de afiliación y

78

responsabilizarse de la documentación de las familias beneficiarias, los regímenes

estatales podrían contar con un margen discrecional para modificar el tamaño del

padrón sin haber cumplido con el procedimiento de afiliación establecido por la

normatividad, toda vez que el presupuesto asignado por la Secretaría de Salud es

directamente proporcional al número de beneficiarios por entidad federativa.

Ante esta situación, la normatividad le otorga competencia a la Comisión Nacional de

Protección Social en Salud para solicitar, mediante una verificación aleatoria, la

documentación del padrón a los regímenes estatales, esta revisión, aunque se realiza

periódicamente de manera administrativa, no cuenta con criterios claros para la

verificación del padrón de beneficiarios así como la información proporcionada por los

solicitantes. Por lo cual, podría ser realizada por la Secretaría de la Función Pública con

base en el acuerdo con el órgano interno de control estatal, señalando las medidas

específicas para la continua evaluación de los movimientos del padrón.

En el caso del Procampo, se conformó un padrón basado, entre otros elementos, en una

negociación política, mediante la solicitud de listados a los gobiernos estatales y

organizaciones campesinas de productores. Dado que el programa concluye en el 2008

es poco probable que se pueda modificar el padrón establecido.

Por su parte, el Programa de Apoyos Directos a la Comercialización sólo apoya a

productores con excedentes de producción o que enfrentan problemas de

comercialización. Sus reglas de operación tienen un alto grado de complejidad, dado el

nivel de especialización requerido para su entendimiento e interpretación. En general,

los procesos de instrumentación del programa suponen un amplio conocimiento de la

actividad agropecuaria, tanto a nivel nacional como internacional, lo que dificulta el

entendimiento por parte de los beneficiarios y da lugar o puede dar lugar a una

interpretación “oficial” de la operación del programa. Esta asimetría de información

entre productores (en muchos casos sin educación ni preparación técnica) y los

operadores del programa (conocedores de los procesos burocráticos) propicia una

“intermediación oficial” para la gestión de los apoyos, la cual se realiza, por lo general,

por medio de la figura del “gestor”, canal que puede abrir márgenes de discrecionalidad

susceptibles de manipulación política.

79

Finalmente, en sus reglas de operación 2004 el Pibai establece que la Unidad

Administrativa Responsable (la Unidad de Coordinación y Enlace de la CDI) podrá

autorizar proyectos aún cuando la población objetivo no cumpla con los criterios de

elegibilidad. Sin embargo, en el proyecto de lineamientos específicos 2005 se establece

que la CDI vigilará que se cumplan los criterios de elegibilidad o, en su caso, se cuente

con la “justificación social” debidamente estructurada y avalada a través de la firma del

municipio, la autoridad local respectiva y el coordinador general del Coplade. Dicho

criterio de “justificación social”, no está definido en las reglas de operación ni en el

proyecto de lineamientos, lo que podría ocasionar que se den interpretaciones distintas

en la definición de las obras y en la consiguiente asignación de recursos.

En reglas de operación del Pibai sólo se detectó un criterio para la priorización de los

proyectos u obras a financiar denominado “obras de continuidad o en proceso”; no

obstante no se define la manera en que se elegirán éstos. En los lineamientos específicos

del propio programa se detectaron otros dos criterios: 1) obras que fueron propuestas

en años anteriores y que, por alguna razón técnica o de insuficiencia presupuestal, no

pudieron apoyarse; y 2) obras que responden a necesidades de localidades indígenas

elegibles y que se consideran prioritarias. Se recomienda homologar todos los criterios

en reglas de operación, asimismo sería importante que la unidad de coordinación y

enlace diera a conocer los lineamientos para la asignación de recursos, con lo cual tanto

los beneficiarios como las autoridades interesadas en obtener financiamiento para un

proyecto tendrán más clara la operación del mismo.

Es posible concluir que para los programas de combate a la pobreza, los procesos de

selección y asignación de recursos se encuentran bastante establecidos en la

normatividad, lo que minimiza la posibilidad de orientarlos o manipularlos

discrecionalmente. Sin embargo, se detectaron vacíos en el procedimiento que, en

condiciones propicias, abren el espacio para el uso político de los programas. Programas

como el Seguro Popular y Procampo muestran deficiencias en la conformación de su

padrón, al no contar con mecanismos de conformación y control suficientes por parte de

las autoridades responsables que verifiquen la autenticidad y buen funcionamiento de

los mismos. Asimismo, se conoce de acuerdo a los resultados del trabajo empírico que

hay programas que requieren de mayores acciones institucionales de difusión que

80

contribuyan a que los ciudadanos que reciben algún beneficio de los programas se

asuman plenamente como sujetos de derechos económicos, sociales y culturales

minimizando el margen de manipulación político-electoral.

El análisis de este proceso permite establecer ciertas recomendaciones que pueden

contribuir a su fortalecimiento. Simplificar las reglas de operación para esclarecer los

criterios de elegibilidad y la selección de beneficiarios debe ser una prioridad para las

instancias normativas, hacer que los procesos sean mas comprensibles para los usuarios

es una medida esencial que contribuye a la detección efectiva de cualquier

irregularidad. Otras disposiciones que se recomiendan son la transparencia y difusión

tanto en los criterios de selección como en los movimientos de los padrones de

beneficiarios. En términos de la difusión, además, se recomienda enfocar las campañas

hacia la presentación del servicio como un derecho ciudadano.

Finalmente, resulta apremiante que al personal de contacto, como es el enlace

municipal en el caso de Oportunidades, se le haga conciente sobre la importancia de no

usar el programa con fines partidistas y de que su función debe ser totalmente imparcial.

Esto contribuye a que el personal actúe de manera institucional al momento de

instrumentar los criterios de elegibilidad para conformar los padrones. Estas medidas

son tendientes a elevar los niveles de desempeño gubernamental, mejorando la

operación de los programas.

4.4.2 Cumplimiento de compromisos y corresponsabilidad

En el análisis del cumplimiento de compromisos o corresponsabilidad de los

beneficiarios, se observa que, en algunos casos, éste no se lleva a cabo puntualmente o

el beneficiario no adquiere un compromiso directo.

Las reglas de operación de Oportunidades establecen la prohibición del cobro de cuotas

o prestaciones más allá de lo estipulado como corresponsabilidad por familia

beneficiaria, con lo que se pretende inhibir prácticas discrecionales por parte de los

certificadores del cumplimiento de los beneficiarios. No obstante, tanto en el caso de los

servicios de salud como de educación, el registro de cumplimiento de los beneficiarios

se presta al criterio del personal de las dependencias involucradas. Para prevenir lo

81

anterior, los beneficiarios cuentan con mecanismos de denuncia a través de los cuales,

en cualquier momento, pueden interponer una queja. Sin embargo, se considera difícil

que en zonas de alta marginación, la población conozca estos mecanismos y/o tengan la

confianza para ejercerlos.

En los programas de generación de infraestructura básica y habitacional, como Hábitat y

Tu Casa, las reglas de operación definen los montos que cada instancia y/o beneficiarios

deberán aportar, lo cual inhibe la discrecionalidad en la asignación y ejecución de los

recursos. En dichos programas se establece la participación concurrente obligatoria de

los beneficiarios con un cierto porcentaje de aportación. Para evitar que alguna

autoridad o actor político promueva la exención de dicho pago, se sugiere difundir entre

los beneficiarios que ninguna autoridad puede eximirlos de dicha obligación.

Respecto a los lineamientos de operación el programa IMSS-Oportunidades, el

individuo, la familia y la comunidad asumen el compromiso de participar en la

realización de acciones que contribuyan a mejorar su estado de salud. El programa

incorpora, como un componente fundamental, la organización comunitaria para la

salud, la cual se sustenta en los usos y costumbres locales y en los recursos terapéuticos

de la medicina tradicional, con una estructura organizacional bien definida. Lo anterior

podría propiciar un proceso de maduración en las comunidades, consolidado en dos

sentidos: la apropiación del programa por parte de las comunidades atendidas y la

profesionalización de organizaciones comunitarias. IMSS-Oportunidades considera la

figura del promotor o promotora, instruidos por el programa para capacitar sobre la

salud entre un grupo de familias de su localidad. La evidencia empírica indica que este

enlace es el más vulnerable, pues en algunas comunidades, los promotores adquieren

influencia sobre la población, convirtiéndose en potenciales activistas políticos.

Por otro lado, los lineamientos del Seguro Popular, establecen que, para ingresar al

programa, deberán someterse a una registro de información base a fin de identificar su

condición económica y, en función de ello, asumir el compromiso de realizar una

aportación anual. Aquellos que se encuentren dentro de los dos deciles más bajos de

distribución del ingreso no deberán cubrir cuota alguna. Asimismo, la recertificación

82

para quienes no tienen que realizar una aportación económica se realiza en automático

por el tiempo que tenga de periodo de aseguramiento.

Ahora bien, el artículo octavo transitorio de la LGS, señala que “…cada año y de manera

acumulativa, se podrán incorporar al Sistema de Protección Social en Salud hasta el

equivalente a 14.3 % de las familias susceptibles de nueva incorporación, con el fin de

alcanzar la cobertura total en el año 2010.” Ello previene a las autoridades del

crecimiento y consolidación del Sistema. Podría suceder que en algunos casos, tanto las

autoridades locales como los partidos políticos se aprovechen del impulso que a nivel

federal, se le ha dado al tema, garantizando la afiliación total de la población en el corto

plazo, utilizando la prospectiva señalada en la LGS con fines proselitistas.

Por otro lado, de acuerdo a sus reglas de operación, para recibir los apoyos de Procampo

los beneficiarios deben contar con un expediente único completo, en el cual se verifica

la explotación de su predio y el cumplimiento de la normatividad por parte de los

productores. Además, los beneficiarios deberán presentar la tarjeta Procampo o alguna

identificación oficial para reinscribir sus predios al programa. Por su parte, los

beneficiarios del programa de Apoyos Directos a la Comercialización tienen que cumplir

diversos requisitos de acuerdo a los subprogramas y lineamientos de operación, así

como entregar información para las evaluaciones del programa.

De lo anterior se observa que la verificación o dispensa del cumplimiento de

compromisos por parte del personal de las diferentes dependencias involucradas en los

programas puede prestarse al condicionamiento con fines proselitistas. Aunado a ello,

en Procampo se reproducen las figuras del promotor o gestor que funcionan como

operadores de facto del programa, principalmente cuando las reglas de operación son

confusas.

En la revisión de este proceso se concluye que divulgar amplia y claramente las

obligaciones de los beneficiarios es esencial para generar conciencia de que ninguna

autoridad puede eximirlos del cumplimiento de sus responsabilidades. Lo que se busca

evitar es que existan intentos de condonación o exención de responsabilidades con

fines proselitistas.

83

4.4.3 Coordinación interinstitucional

El correcto funcionamiento de los programas sociales analizados reside, en buena

medida, en la coordinación entre las diferentes dependencias y órdenes de gobierno. En

el programa Oportunidades, existe una coordinación estatal, que realiza gran parte de la

operación del mismo. De igual modo, las reglas de operación contemplan la designación

de la figura del enlace municipal, estableciendo el no partidismo como criterio de

selección, así como la obligatoriedad de que sea nombrado por acuerdo de Cabildo. Sin

embargo, aún cuando este criterio de designación está en la normatividad del

programa, no es una obligación vinculante para los municipios por tratarse de un

funcionario perteneciente a un orden de gobierno constitucionalmente autónomo. Este

personal pareciera constituir el eslabón más vulnerable del programa, dada la posible

existencia de un compromiso con las autoridades que lo nombran.

En el programa Tu Casa, las reglas de operación establecen la obligatoriedad de la firma

de acuerdos de coordinación que especifican la participación de las dependencias y

órdenes de gobierno involucrados. No obstante al intervenir diversas dependencias y

autoridades en los tres órdenes de gobierno, y no dejar claramente establecidas las

responsabilidades de cada uno de los actores, se pueden generar márgenes de

discrecionalidad para la manipulación. Por ello, es conveniente contar con reglas de

operación más simples que permitan al beneficiario conocer las competencias de cada

uno de las instancias involucradas e identificar, en su caso, las anomalías para poder

realizar una denuncia.

La coordinación institucional en el caso del IMSS-Oportunidades, se efectúa entre las

oficinas centrales y sus delegaciones por ser un programa centralizado que opera en 17

estados de la República, lo que conlleva a una verificación y control de la operación del

mismo a partir de criterios claramente definidos.

En el Seguro Popular, el padrón de beneficiarios es el componente más vulnerable del

programa. La falta de mecanismos de coordinación definidos entre la Secretaría de la

Función Pública y los órganos internos de control estatales no contribuyen a

trasparentar el padrón. Además, los recursos enviados a los estados difícilmente pueden

84

ser auditados por la federación, lo que resulta insuficiente para garantizar la rendición de

cuentas y acceso a la información. Lo anterior lleva a señalar la necesidad de realizar una

revisión de los acuerdos de colaboración con los estados, a fin de establecer

mecanismos puntuales para la transparencia y rendición de cuentas a la ciudadanía,

introduciendo criterios de fiscalización por parte de las autoridades federales en

coordinación con el órgano interno de control estatal.

Por su parte, tanto Procampo como el programa de Apoyos Directos a la

Comercialización son operados a través de Apoyos y Servicios a la Comercialización

Agropecuaria (Aserca), de las delegaciones federales de la Sagarpa y de los distritos de

desarrollo rural, en coordinación con los gobiernos de los estados. Su operación es

relativamente sencilla, aunque se detectó que la confluencia de instancias provoca

retrasos en la entrega de beneficios. Aserca es la entidad responsable de integrar los

expedientes, recibir las solicitudes de inscripción y entregar los apoyos, así como de

efectuar las verificaciones documentales y físicas. Este sistema constituye un área

programática protegida, que minimiza el riesgo de injerencia política por parte de

actores ajenos al programa.

La responsabilidad de establecer la normatividad del programa de Apoyos Directos a la

Comercialización es otra de las competencias de Aserca, la cual le otorga la facultad de

interpretar técnica y administrativamente las disposiciones establecidas en las reglas de

operación, subprogramas y esquemas de apoyo, salvo aquellas expresamente

reservadas a otras autoridades del sector. De allí que sea conveniente que se den a

conocer estos casos reservados a las autoridades del sector que participan del programa

así como a los beneficiarios.

En las reglas de operación del Pibai, se señala que la unidad de coordinación y enlace

elaborará un índice de asignación presupuestal a partir de los rezagos en materia de

infraestructura básica en las localidades indígenas. Este índice constituye la base sobre la

cual se distribuyen los recursos. De acuerdo a la información proporcionada por los

operadores del programa, se cuenta con una fórmula para la asignación de recursos a

los estados. No obstante, dicha fórmula no se encuentra en las reglas de operación del

programa, lo cual le resta transparencia al proceso de asignación.

85

En dichas reglas se establece, además, que se promoverá la participación y aportación

de los tres órdenes de gobierno, instituciones sociales y privadas, así como de los

participantes, sin que esta última figura esté claramente definida. Esta imprecisión

muestra una falta de especificidad de la normatividad, al tiempo que oscurece la

responsabilidad y alcances de las partes. A su vez, en los casos en los que participen

instituciones sociales o privadas, se sugiere poner especial énfasis en los mecanismos de

vigilancia y control institucional, a fin de que no se realice difusión proselitista de las

obras.

A manera de conclusión, se observa que en la coordinación interinstitucional para el

caso de los programas de apoyo a la infraestructura básica y habitacional es compleja o

no define en algunos casos claramente las responsabilidades de cada orden de gobierno

o entidad involucrada, lo que puede generar confusión a la población . Por su parte, los

programas de desarrollo rural operados a través de las delegaciones o distritos de

desarrollo presentan áreas de vulnerabilidad por los espacios de discrecionalidad con

que cuentan los eslabones de contacto con los beneficiarios.

La coordinación interinstitucional se vería fortalecida si, como se señaló anteriormente,

se toman medidas encaminadas a establecer criterios más rigurosos de imparcialidad y

no partidismo en la selección del personal de contacto. Lo anterior consolidaría su

actuación y, por tanto, la de las instancias ejecutoras. Además, es necesaria la revisión de

los acuerdos de colaboración con los estados y municipios a fin de ampliar la

competencia y cooperación entre autoridades federales, estatales y municipales en el

control y vigilancia de los programas. Por último, es fundamental transparentar las

fórmulas de asignación presupuestal para evitar sesgos de tipo partidista en dicho

proceso.

4.4.4 Entrega del beneficio

La entrega del beneficio es una etapa delicada del proceso, pues es el momento en que

el beneficiario entra en contacto con el operador del programa, generando una relación

de posible condicionamiento. Por ello, el análisis refleja la importancia de la

86

transparencia en esta relación, que permita al beneficiario tener conocimiento de sus

derechos y obligaciones para con el programa, reduciendo así la posibilidad de

manipulación.

Para el caso del programa Oportunidades, la entrega de los apoyos monetarios se realiza

por medio de instituciones liquidadoras, mediante entregas directas en efectivo en

módulos de atención o depósitos en cuentas bancarias. Este procedimiento, en gran

medida, garantiza la entrega puntual y directa a las familias beneficiarias, inhibiendo

cualquier intento de manipulación o condicionamiento. Sin embargo, durante el tiempo

de espera de las titulares, algunas autoridades o actores políticos convocan a reuniones

paralelas aprovechando la entrega del apoyo del programa, capitalizando políticamente

dichas reuniones. Sería conveniente que este tipo de acciones no se realizarán, por lo

que se sugiere generar compromisos con autoridades y actores políticos a fin de

establecer “áreas libres de proselitismo”.

Por otro lado, en las reglas de operación del programa Tu Casa se establece que las

entidades federativas y/o los municipios podrán otorgar el apoyo al beneficiario como

subsidio o crédito a juicio de la instancia gubernamental que haga la aportación. Si no se

define puntualmente en la normatividad, esta manera de entregar el recurso abre un

margen a la discrecionalidad que puede ser utilizado para condicionar la entrega del

apoyo o discriminar a los beneficiarios con fines proselitistas. En contraste, las reglas de

este programa establecen que no se permitirá que los trámites se realicen por medio de

un gestor, representante, organizaciones sociales o partidos políticos, lo cual constituye

un área programática protegida que merece destacarse.

En sus reglas, el programa Hábitat establece que la delegación podrá, cuando lo estime

necesario, solicitar la reducción, retención o suspensión parcial o definitiva de las

radicaciones a los estados o municipios. Esto puede ocurrir en tres supuestos diferentes:

al detectar desviaciones, por incumplimiento de lo convenido o por no recibir los

informes correspondientes por parte de la instancia ejecutora. Lo anterior podría

prestarse a que, por un conflicto de intereses, la delegación tome medidas precipitadas

contra las autoridades locales, afectando indirectamente a los beneficiarios del

programa. Para evitar que lo anterior pudiera suceder se sugiere, incorporar a la

87

evaluación de estas medidas la figura de la contraloría social ya existente, a fin de

considerar la opinión de los beneficiarios.

Ahora bien, tanto para el caso de IMSS-Oportunidades como el del Seguro Popular, el

personal de atención es catalogado, generalmente, como uno de los más profesionales

en relación a otras dependencias locales.

El programa IMSS Oportunidades establece en sus lineamientos que se debe de atender

a la población que así lo solicite, por lo que no pueden condicionar el servicio al

compromiso de los usuarios de emitir su voto a favor de un partido político en especial,

A fin de minimizar el riesgo de que lo anterior pudiera suscitarse, se recomienda que el

personal que otorga el servicio firmara una carta compromiso de no inducir las

preferencias partidistas sobre en todo en épocas electorales y que en todo el proceso de

supervisión y evaluación se pusiera mucho énfasis al respecto, asimismo, establecer

mecanismos de defensa claramente definidos que permitan a la ciudadanía denunciar

irregularidades en caso de que sean cometidas.

En relación al Procampo, el director de Aserca cuenta con atribuciones para decidir

sobre la procedencia o negativa de la reinscripción al programa, el otorgamiento de los

apoyos y la aplicación de los procedimientos específicos en los casos no previstos por la

normatividad. Estas atribuciones abren márgenes de discrecionalidad. Ante la falta de

especificidad de estos supuestos de manera clara en las reglas de operación, se hace

necesaria la difusión de los criterios de decisión para los casos no previstos en la

normatividad.

Del mismo modo, Aserca asigna los recursos del programa con base en el presupuesto

autorizado, que por lo general es insuficiente para cubrir la demanda. En los convenios

que se firman con los estados, se establece que los pequeños productores tendrán

preferencia y se convienen los cultivos a los que apoyarán, considerando las sugerencias

de los Consejos de Desarrollo Rural de los estados. Sin embargo, normalmente, los

beneficiarios carecen de los medios electrónicos para acceder a la información de

manera oportuna y de la preparación técnica para entender y responder los formularios

requeridos, lo que nuevamente opera en contra de los campesinos y a favor de la figura

88

del “gestor”. La entrega de apoyos se hace directamente al productor por medio de

cheques nominativos o transferencia de fondos, dando prioridad a esta última

modalidad. Sin embargo, dicha entrega está sujeta a la presentación de ciertos

documentos y generalmente ocurre con retraso. Lo anterior abre un margen de riesgo

de que el productor acuda a gestores para agilizar y darle seguimiento al pago.

Como se observa, el componente del beneficio es la etapa más sensible del proceso. En

el caso de Oportunidades, los eventos de entrega son aprovechados para convocatorias

políticas que pretenden capitalizar el programa. Y en programas como Hábitat o Tu

Casa, aun cuando se prohíbe la participación de un gestor, podría existir la posibilidad

de que la autoridad ejecutora condicionara la aportación. Contrario a ello, en los

programas de desarrollo rural, la normatividad propicia la aparición de “intermediarios”

que facilitan la entrega del apoyo, lo que se detecta como un área programática

vulnerable que podría ser aprovechada con fines político-electorales.

En conclusión y con el fin de evitar riesgos de manipulación en la entrega del beneficio,

se recomienda generar acuerdos entre las autoridades y actores políticos para minimizar

los riesgos de manipulación, estableciendo “áreas libres de proselitismo” que prohíban

la realización de eventos partidistas en ocasión de la entrega de apoyos. Otra disposición

de urgente implementación es la prohibición de la figura del gestor, pues es claro que

inhibe el ejercicio directo de los derechos ciudadanos a la vez que abre márgenes de

discrecionalidad en la entrega de los beneficios. En los casos en que las autoridades

locales tengan la facultad de otorgar subsidios, es necesario definir claramente cuando

se puede hacer uso de dicha facultad. Y, en este sentido, se recomienda que la entrega

de recursos un mes antes de la fecha de las elecciones, más allá de ser una medida que

refleje la voluntad política de las partes, se convierta en una regla general para todos los

programas a fin de minimizar el condicionamiento de beneficios con fines electorales.

4.4.5 Mecanismos de control y participación social

Los mecanismos de control, ejercidos directamente por el ciudadano y/o la comunidad,

constituyen espacios de participación indispensables para la correcta instrumentación

de los programas sociales.

89

En el caso de Oportunidades existe un sistema de atención a la población con la

intervención del órgano interno de control y las delegaciones federales que participan

en el programa. La ciudadanía puede presentar sus demandas por escrito, vía telefónica

o medios electrónicos. Sin embargo, las reglas de operación no establecen con

suficiente claridad cuál será la instancia que le dará seguimiento a la queja presentada ni

el procedimiento específico para deshogarla.

La situación es similar en los programas Hábitat y Tu Casa. Si bien existen mecanismos

de atención para las quejas ciudadanas, las instancias y procedimientos para la atención

de las mismas no están suficientemente definidos en las reglas de operación. Al tratarse

de acuerdos entre la Secretaría de la Función Pública y los órganos internos de control

estatales, las responsabilidades nuevamente se diluyen, lo cual puede crear confusión en

el beneficiario al presentar una denuncia.

En el caso de aquellos programas que cuentan con un modelo de contraloría social,

como Hábitat, es importante fortalecerlo a fin de que la participación se garantice en la

mayor parte de los procesos. Y para aquellos programas como el Pibai, que aún no

cuentan con un modelo establecido incluso teniendo contemplada la figura en sus

reglas de operación, es indispensable su creación y puesta en marcha tomando en

cuenta las especificidades de cada programa y las posibilidades de vinculación con la

ciudadanía.

Muchos programas cuentan con mecanismos de control. Sin embargo, ante la falta de

respuesta a las quejas y denuncias ciudadanas presentadas, existe la percepción de que

estos mecanismos no funcionan adecuadamente, lo que inhibe el interés de los

beneficiarios en manifestar sus inconformidades. Lo anterior, aunado al temor de

represalias por parte de las autoridades, contribuye a crear un ambiente de escepticismo

y pasividad que no refleja el grado de insatisfacción real de los beneficiarios.

En el caso de IMSS-Oportunidades se cuenta con una estructura organizacional y

periodos definidos en las reglas de operación para la evaluación, supervisión, control y

seguimiento sistemático en todos sus niveles de atención, incluyendo la supervisión y

evaluación de la acción comunitaria. Existe, incluso, un modelo de contraloría social

90

novedoso que incorpora buzones de quejas y denuncias para la población beneficiaria,

con mecanismos claros de atención y seguimiento de las quejas y denuncias hasta su

resolución. No obstante, el éxito o fracaso de estas medidas reside en la confianza que

puedan otorgar a los beneficiarios, que son quienes menos recursos tienen para

presentar una denuncia y más temen a las represalias.

Por otro lado, en la operación del Seguro Popular son los regímenes estatales, a través

de sus oficinas de atención a la ciudadanía, quienes se obligan a recibir y evaluar las

propuestas que realicen los beneficiarios acerca del uso de los recursos. Adicionalmente,

de acuerdo al reglamento, deberán poner a disposición del público, ya sea por medios

remotos, locales o de comunicación electrónica, la información relativa al manejo

financiero del Sistema. En este caso, la normatividad no fomenta la organización de los

beneficiarios para la fiscalización de los recursos del programa. Únicamente se cuenta

con el sistema de atención ciudadana del Seguro Popular, que a través de un centro de

atención telefónica recibe quejas de cualquier parte del país.

Para los programas de desarrollo rural, la Secretaría de la Función Pública, de forma

directa o por medio de los órganos de control interno de la Sagarpa y de Aserca, da

seguimiento a las quejas, denuncias y solicitudes presentadas por los beneficiarios. No

obstante, no se define claramente cuál es el procedimiento que siguen ni se establece

un plazo para su desahogo. Con el propósito de dar seguimiento o resolver sobre

cuestiones particulares, se constituyen en los estados Comisiones de Regulación y

Seguimiento integradas por el secretario del ramo estatal, el delegado de Sagarpa y el

director regional de Aserca. Estas comisiones estatales podrán integrar comités

regionales que funcionen como instancias para la participación de los productores. Sin

embargo, los mecanismos de control que plantea la normatividad son demasiado

generales, por lo que resulta difícil resolver las quejas de los beneficiarios. En este

sentido, es necesario definir en las reglas de operación, o por lo menos mencionar en

qué lineamientos específicos del programa se establecen cuáles serán los mecanismos

de atención de quejas y denuncias, estableciendo los procedimientos que deberán

seguir así como las instancias en donde se resuelven.

91

Respecto al Pibai, en el proyecto de lineamientos específicos, se establece que la CDI, el

Coplade y las diferentes instancias normativas y ejecutoras realizarán un seguimiento

físico-financiero de manera aleatoria y sistemática de las obras, de acuerdo a una

metodología establecida por la unidad de coordinación y enlace. Esta metodología no

se encuentra definida ni se ubica en la normatividad del programa. Es necesario

trasparentar la metodología, las poblaciones de estudio, los alcances geográficos y

operativos, así como las limitaciones mismas que se tengan concebidas, a fin de

disponer de elementos que permitan visualizar si a al luz de las instancias participantes y

las comunidades beneficiadas el programa está siendo o no utilizado con fines

electorales..

Adicionalmente, la normatividad del programa explica que podrán suspenderse los

apoyos cuando la CDI o algún órgano de fiscalización detecten desviaciones o

incumplimiento en el ejercicio de los recursos. Sin embargo, el marco normativo no

explica el proceso para la cancelación del suministro de recursos. La falta de criterios y

un procedimiento público para el ejercicio de esta facultad lo hace susceptible de

discrecionalidad en la suspensión o cancelación de los proyectos, permitiendo la

flexibilización o endurecimiento en ciertos estados y/o municipios considerando el

impacto electoral de dichas decisiones. Es necesario señalar el procedimiento que deben

seguir las autoridades competentes para la cancelación de los recursos, así como los

mecanismos que tiene la dependencia ejecutora para impugnar la decisión de la CDI.

El Pibai establece, en sus reglas de operación, que las contralorías estatales promoverán

la creación de contralorías sociales que colaborarán en los procesos para la

transparencia y combate a la corrupción, las cuales estarán integradas por los

beneficiarios así como por organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, los informes

de avance de los procesos para la transparencia y el combate a la corrupción no están

disponibles en el caso del Pibai, lo que dificulta conocer los avances en la materia. Por tal

motivo, los beneficiarios o la población en general pueden presentar inconformidades,

quejas o denuncias respecto a la operación, entrega de apoyos o ejecución del

programa a través de los canales institucionales de denuncia de los tres órdenes de

gobierno y del Programa de Atención Ciudadana de la CDI. Incluso se entiende que, en

el caso de las peticiones presentadas ante la instancia federal, estatal o municipal, el

92

trámite está regulado por sus respectivas normas. Sin embargo, en el caso del Programa

de Atención Ciudadana, no se establece el procedimiento que procurará la CDI para

observar que las quejas y denuncias sean atendidas.

Es importante reconocer el avance que, a partir del marco normativo analizado

anteriormente, las reglas de operación reflejan en materia de contraloría social y

participación. Sin embargo, se observan lagunas en cuanto a la definición de las

instancias y procedimientos a las que los beneficiarios pueden acudir en caso de la

presentación de una queja o denuncia. En este sentido, la falta de difusión e

información, acerca del resultado de dichas quejas o denuncias, inhibe el interés por

participar en los mecanismos de control.

Por lo tanto, para mejorar estos mecanismos y estimular la incorporación de la sociedad

al desarrollo de los programas, se sugiere impulsar y fortalecer la contraloría ciudadana,

sobre todo a nivel local. Además, es necesario transparentar y difundir las instancias y

procedimientos que den seguimiento y resolución de denuncias para generar no sólo

mayor eficacia, sino además más confianza entre los usuarios. Es igualmente necesario

que se cumpla con lo dispuesto en la LGDS, incorporando la leyenda que resalta “el

carácter público y no partidista de los programas sociales”. Reconociendo la importancia

de los instrumentos de evaluación considerados por los programas, se recomienda que

se publiciten cada vez que se realicen, transparentando la metodología y los recursos

utilizados para este fin. Esto contribuiría a generar confianza entre las instituciones y los

beneficiarios sobre la correcta aplicación de esta medida.

4.4.6 Transparencia y acceso a la información pública

La transparencia se origina en la demanda social por conocer la forma de actuación de

los gobernantes. Por tanto, el acceso a los documentos y archivos que contienen la

información pública relacionada con cada aspecto del gobierno es una condición

fundamental de los regímenes democráticos. En ese sentido, la diversidad de las

acciones de gobierno da lugar a diferentes formas de presentar y acceder a la

información gubernamental.

93

La transparencia y la rendición de cuentas se deben asumir como una responsabilidad

dual. Por un lado, implica la obligación permanente de los gobernantes de ofrecer

información detallada de sus actos a sus gobernados. Por otro lado, supone fomentar la

capacidad y el derecho de la ciudadanía de monitorear las acciones de sus

representantes, detectar posibles incumplimientos y, en su caso, sancionarlos. Sus

principales instrumentos son la provisión de información sobre las políticas y acciones

gubernamentales, así como la creación y el estímulo de oportunidades para la consulta y

la participación activa de los ciudadanos en la formación y en la elaboración de las

políticas públicas.

En el caso de los programas sociales, la aplicación de la Ley de Transparencia y Acceso a

la Información Pública Gubernamental (LTAIPG) se ha constituido como uno de los

mecanismos de control para evitar el manejo discrecional de los recursos otorgados a

través de estos programas. Pero si bien la creación del IFAI y el Sistema de Solicitud de

Información (SISI) han sido un avance importante en el acceso a la información para que

los servidores públicos transparenten su actuar, falta aún que este derecho sea ejercido

y potenciado por todos los sectores de la población.

La transparencia y la rendición de cuentas pertenecen a un ámbito mucho más amplio

en el cual es necesario desarrollar una cultura cívica sobre el tema, así como diversificar

los mecanismos de acceso ala información en función de los diferentes grupos de la

sociedad, en particular es importante diseñar documentos de acceso que respondan a

las características de la población beneficiaria de los programas sociales.

Tomando como referencia lo anterior, para este análisis se solicitó al IFAI una evaluación

con respecto al cumplimento de l o establecido en el Art. 7 de la LTAIPG por parte de las

dependencias gubernamentales responsables de los programas sociales, ya que este

cumplimiento significa un primer paso en el compromiso gubernamental de

transparentar y rendir cuentas de sus acciones.

En este apartado se evaluó principalmente el grado de transparencia y accesibilidad de

la información de las páginas electrónicas de dichos programas, así como la respuesta

institucional a las solicitudes de información por parte de la ciudadanía. La evaluación

94

fue realizada por la Dirección General de Coordinación y Vigilancia de la Administración

Pública Federal con base a la metodología desarrollada por el propio IFAI, la cual

permitió verificar el cumplimiento de las diversas disposiciones establecidas en el marco

normativo aplicable (Anexo 3).

Análisis de los Portales de Obligaciones de Transparencia de los Programas Sociales

Oportunidades

Hábitat

Pibai

Tu Casa

Procampo

Aserca

Nombre o denominación del programa ü ü ü X ü ü Unidad administrativa que otorga o administra el programa ü ü X ü ü ü Población objetivo o beneficiaria ü ü ü ü ü ü Padrón de beneficiarios (personas físicas o morales) ü ü X ü ü ü Criterios de la unidad administrativa para otorgarlos ü ü ü ü ü ü Periodo para el que se otorgaron ü ü X ü ü ü Montos de los apoyos ü ü X ü ü ü Resultados periódicos o informes sobre el desarrollo de los programas

ü ü X ü X X

Fuente: IFAI, “Estudio Diagnóstico sobre la información de 8 programas sociales publicada en los portales de transparencia de la administración pública federal”, febrero 2006.

De acuerdo con los resultados que se obtuvieron del análisis de los programas que se

detallan en el cuadro anterior, se observa que los programas Oportunidades, Hábitat y

Tu Casa cumplen con la publicación de los elementos requeridos en el artículo 7 de la

Ley en su portal de transparencia. La presentación de la información fue evaluada

positivamente debido a que cada programa, cumple adecuadamente con todos los

requisitos de la ley, presentando la información relativa a los programas de manera

congruente con lo establecido en sus reglas de operación. La información se

consideró confiable, ya que se detalla la normatividad aplicable al programa, así como

oportuna, por estar actualizada. Cabe destacar que la presentación de la información

en el sitio electrónico de estos programas facilita su uso y comprensión.

La evaluación realizada por el IFAI reflejó que, tanto en el caso de Procampo como del

Programa de Apoyos Directos a la Comercialización, la Sagarpa publica gran parte de los

elementos establecidos en el portal de obligaciones de transparencia. Sin embargo, la

95

dependencia no publica los informes de resultados y/o las evaluaciones de cada uno de

los programas.

Por su parte, la información concerniente al Pibai, aparece de forma incompleta en el

portal de transparencia de la CDI, ya que no fue posible identificar los períodos en los

que se entregan los recursos, los montos entregados o el padrón de beneficiarios. En la

fracción XI del portal de obligaciones de transparencia, la entidad tampoco presenta los

informes de evaluación y/o los resultados del programa, sin embargo, cabe señalar que

los resultados de estas evaluaciones externas se encuentran publicadas en la página de

internet de la CDI.

Si bien el IFAI no encontró elementos suficientes para realizar una evaluación positiva

del Programa Seguro Popular en el portal de transparencia de la Secretaría de Salud,

razón por la cual no aparece en el cuadro de análisis anterior, la información

correspondiente a este programa se encuentra en la página del Seguro Popular

propiamente dicho (www.seguro-popular.gob.mx). La información que se presenta allí

es accesible, clara, completa y confiable.

Para el caso del Programa IMSS-Oportunidades, la verificación del IFAI también derivó en

un resultado negativo, debido a que en ninguna fracción del portal de obligaciones de

transparencia del Instituto Mexicano del Seguro Social fue posible encontrar

información acerca del programa.

Solicitudes de información

Para el análisis de respuestas a las solicitudes de información presentadas por los

ciudadanos, el IFAI consideró una muestra de 200 solicitudes de un universo de 668

ingresadas al SISI desde la entrada en vigor de la LFTAIPG hasta febrero de 2006. Uno de

los criterios para seleccionar la muestra fue la modalidad de respuesta que otorgaron las

dependencias y entidades a los particulares; quedando sólo aquellas solicitudes cuya

respuesta atendía a la modalidad de “Entrega de información en medio electrónico”. Los

resultados obtenidos a partir de este análisis ilustran el comportamiento de las

96

dependencias y entidades en la atención de las solicitudes de información relacionadas

con los programas sociales.

De esta muestra el 88% de las respuestas a las solicitudes presentaron información

consistente, en el sentido de que no contenían datos contradictorios. En cambio, tan

sólo dos de cada tres solicitudes fueron atendidas con la entrega de información

completa con respecto a cada uno de los temas especificados en la solicitud.

En el 50% de los casos, las respuestas a las solicitudes cumplieron con el atributo de

brindar información relevante y confiable. Finalmente, en el 82% de los casos la

información fue oportuna y no discriminatoria, la respuesta se otorgó en el plazo

establecido en la Ley y se proporcionaron al particular todas las facilidades de acceso

por medios electrónicos y físicos.

Cabe destacar que con respecto a las solicitudes referidas al presupuesto de los

programas y a los criterios para ser considerado como beneficiario no fueron

contestadas ni se brindó orientación al respecto. Esto sugiere que si bien se ha avanzado

en transparentar la acción gubernamental a través de la respuesta a las solicitudes de

información presentadas por la ciudadanía, aún existe resistencia por parte de las

dependencias para entregar información legible, que incluya todos los elementos y/o

los requisitos establecidos en la normatividad aplicable y que, por tanto, satisfaga al

solicitante.

A partir de la información proporcionada por el IFAI, se puede concluir que la mayoría de

las personas que han solicitado información con respecto a los programas sociales

federales son jóvenes en un rango de edad de 20 a 35 años, principalmente hombres

que viven en el Distrito Federal y forman parte del sector académico. Por lo tanto, se

puede considerar que la información solicitada es utilizada con fines de investigación y

se refiere principalmente a la normatividad del programa, su asignación presupuestal y

el padrón de beneficiarios.

No obstante el avance con respecto a la aplicación de la LFTAIPG para hacer públicos

documentos y archivos gubernamentales, esto no necesariamente asegura la calidad,

relevancia, comprensión y utilidad de la información proporcionada a la ciudadanía. De

97

la misma forma que no se puede garantizar el acceso a la información, sólo a través de

los portales de transparencia en páginas de Internet, ya que excluye a sectores sociales

que no cuentan con medios electrónicos para consultar estas páginas.

El perfil de los solicitantes de información pública sobre los programas sociales permite

concluir que no se ha logrado facilitar y motivar el acceso a la información por parte de

los sectores pobres urbanos y rurales, siendo diversos los factores que influyen: el

analfabetismo, la desconfianza en el gobierno y la dificultad para interpretar la

información gubernamental, la presión por la supervivencia, y la falta de una cultura de

derechos ciudadanos, entre otros.

Lo anterior ya ha sido detectado por el propio IFAI quien está instrumentando

mecanismos que le permitan promover ampliamente el ejercicio del derecho a la

información de estos sectores. En este sentido, y reconociendo la situación específica de

los pueblos indígenas cabe destacar la iniciativa desarrollada por la CDI con respecto a

utilizar las radios indígenas y comunitarias para difundir y proteger los programas

sociales de posibles manejos electorales, a través de cápsulas en 20 de las 62 lenguas

indígenas. Lo cual facilita el acceso a la información por parte de los pueblos indígenas,

entre los cuales se encuentran beneficiarios directos de los programas sociales.

99

5. Del diagnóstico a la prevención

5.1 La operación de los programas más allá de la normatividad

Del análisis realizado hasta ahora, resulta evidente que ha habido ciertos avances en lo

que concierne a la normatividad y los mecanismos de protección, transparencia, acceso

a la información y rendición de cuentas de los programas sociales con el fin de evitar

que sus recursos se manejen discrecionalmente.

No obstante, a través de evaluaciones operativas en algunos programas, se ha detectado

casos de manipulación con fines electorales. De hecho, han sido en parte las propias

quejas o denuncias de la ciudadanía las que han provocado el reforzamiento de las

reglas de operación de los programas sociales. Esto ha dado lugar al diseño e

implementación de estrategias de protección, especialmente dirigidas a los

beneficiarios, tales como acciones de difusión y capacitación, para darles a conocer sus

derechos y concientizarlos sobre la importancia del no uso de los programas sociales

con fines político-electorales.

Pese a las medidas de difusión, capacitación y prevención llevadas a cabo, persiste el

riesgo de que los programas sociales puedan una vez más ser manipulados por los

diversos contendientes del proceso electoral en curso. Así, existe la posibilidad de que el

voto de la ciudadanía pueda ser condicionado o inducido en favor de algún candidato a

cambio de la promesa de acceder a los beneficios de un programa social o, según el

caso, la amenaza de perderlos.

Lejos de desaparecer, la evidencia empírica nos demuestra que las prácticas de

manipulación y uso indebido de los programas persisten, cada vez de manera más

sofisticada por lo que su prevención, detección y penalización resultan más complejas

que en el pasado. Cabe mencionar que no todos los programas sociales se encuentran

en un mismo nivel de desarrollo en relación a sus marcos normativos y dispositivos de

protección, dejando abiertos márgenes para la discrecionalidad.

100

Durante las elecciones locales celebradas en el 2005, las organizaciones de la sociedad

civil llevaron a cabo el monitoreo de programas sociales federales en las entidades en las

que se realizaron elecciones,25 a través del cual se detectó que algunos programas

siguen siendo utilizados para condicionar el voto de los ciudadanos. Dicho monitoreo

menciona el caso de Oportunidades, Procampo y Liconsa, en los que la estrategia

utilizada regularmente es la coacción o condicionamiento entendida como la acción

directa sobre el ciudadano para influir en su voto mediante presiones, amenazas o

chantajes ejercidos por agentes con autoridad y poder sobre él.

No obstante lo anterior, es importante mencionar que en el caso del programa

Oportunidades esta investigación sugiere que las irregularidades cometidas durante los

últimos procesos electorales han disminuido de manera significativa.

Por otra parte, los tipos de manipulación del voto más frecuentes que reporta Fepadetel,

la línea telefónica de atención ciudadana de la Fiscalía Especializada para la Atención de

Delitos Electorales (Fepade), se refieren a la entrega de bienes a cambio del voto, el

proselitismo, la compra de votos, el condicionamiento y uso ilegal de los programas

sociales, la inducción de candidatos o partidos vía telefónica, el recoger credenciales, el

acarreo, la coacción laboral, el proselitismo en las casillas, el impedir el voto el día de la

elección, la propaganda y el apoyo de servidores públicos, o la inducción domiciliaria.

Oportunidades, Alianza para el Campo y Vivienda Digna son los programas que registran

el mayor número de llamadas telefónicas para denunciar actos de manipulación política,

tanto en elecciones federales como locales. A través de los registros de Fepadetel, se

detectó que son “promotores” con vínculos partidistas, partidos políticos, presidentes

municipales y gobernadores quienes tienden mayoritariamente a comprar, coaccionar o

manipular el voto. El elemento de presión más recurrente es la amenaza de suspender el

beneficio de los programas sociales a los beneficiarios que no voten por el partido que o

no asistan a ciertos actos políticos.

101

5.2 Percepción ciudadana sobre la manipulación de los programas

sociales

A fin de complementar los hallazgos obtenidos en el capítulo anterior, se llevó a cabo

una investigación cualitativa encaminada a recabar información de primera mano sobre

la manera en que los ciudadanos mexicanos perciben las prácticas de condicionamiento

del voto. Para ello se realizaron, entre los días 25 de enero y 2 de febrero de 2006, un

conjunto de triadas semi-urbanas y rurales; entrevistas con promotores políticos; y de

programas sociales y grupos focales semi-urbanos y rurales compuestos por hombres o

mujeres entre 30 y 55 años de edad. Este ejercicio es parte de la investigación sobre la

“Imagen y funcionamiento de los programas federales y su posible impacto en el ámbito

electoral” llevada a cabo en el marco de este Proyecto.26

Se realizaron también una serie de entrevistas a profundidad aplicadas a actores

institucionales vinculados con el tema. Concretamente se entrevistó a 20 ex funcionarios

de institutos estatales electorales; ex consejeros y consejeros de juntas locales y

distritales; investigadores especializados en temas de política y gestión pública; así como

encuestadores de empresas de investigación cualitativa.

Con base en estas fuentes primarias de información y la revisión de fuentes secundarias,

hemos identificado un conjunto de prácticas de manipulación que se puedan reproducir

en el proceso electoral federal de julio de 2006.

En relación al conocimiento sobre programas sociales federales se encontró que, todos

los entrevistados conocen de la existencia de los principales programas federales de

desarrollo social (Oportunidades, Seguro Popular y Liconsa), que son los que cuentan

con una mayor cobertura y han sido ampliamente difundidos en los medios. Casi todos

los entrevistados conocen cuáles son los principales beneficios y el tipo de público al

que van dirigidos estos “apoyos”.

Por otra parte, se observa un bajo nivel de conocimiento de quiénes son los

responsables de los programas, ya que la mayoría se refiere de forma general al

“gobierno federal”. Por ejemplo, el nombre de Sedesol sólo se menciona de manera

102

aislada y la mayoría ni siquiera conoce el significado de sus siglas. No existe, en cambio,

un conocimiento generalizado de los programas Tu Casa y Hábitat en las comunidades.

Los entrevistados no beneficiarios carecen de información suficiente acerca de los

apoyos que ofrece cada programa, sus mecanismos de selección, criterios de

elegibilidad o reglas de operación. Se encontró que aquellos que han solicitado la

inscripción en alguno de los programas sociales no la han obtenido, debido a problemas

técnicos. Sin embargo, la gran mayoría afirma no haber hecho solicitud formal de

inscripción, pues desconfían de la veracidad de las ofertas y considera que los trámites

son “una pérdida de tiempo”.

Además, se detectó que los beneficiarios conocen sus derechos y obligaciones y hacen

una evaluación positiva de los mismos. Sin embargo, expresan fuertes críticas ante

ciertas exigencias así como medidas que consideran extremistas y rígidas, sobre cuya

legalidad no tienen claridad. Cabe destacar el hecho de que la gran mayoría de los

beneficiarios forma parte de dichos programas por cumplir con los criterios de

elegibilidad y no por haber realizado el trámite de incorporación. Motivo por el cual,

muchos consideran “una suerte” haber sido seleccionados y no asumen que los

beneficios son un derecho ciudadano.

Por otro lado, se observa una falta de corresponsabilidad de los beneficiarios hacia los

programas sociales, pues generalmente son receptores pasivos de los beneficios y

consideran que recibirlos depende de las coyunturas políticas. Lo que se refleja en las

palabras de uno de los participantes de los grupos de enfoque, “de todos modos el que

venga hará lo que quiera”.

Muchos beneficiarios tampoco parecen tener conciencia de la importancia de las

acciones de transparencia en los programas sociales. Saber cuánto presupuesto se

destina a los programas, cómo es repartido y a partir de qué criterios se distribuye es

información que consideran fuera de su alcance. Sólo algunas mujeres opinan

abiertamente que la desinformación responde al interés, por parte de quienes manejan

los programas en las comunidades, de controlar a los beneficiarios a través del miedo y

la amenaza de perder el apoyo.

103

La falta de información se vincula con la imposibilidad de reclamar por el

incumplimiento de algún procedimiento u obligación prevista en la operación de los

programas sociales. En este sentido, se observa un distanciamiento y falta de

comunicación entre los beneficiarios y las instancias normativas y ejecutoras de los

programas, desconociendo los mecanismos para presentar quejas o denunciar prácticas

indebidas.

Como se observó, la imagen y evaluación de los diferentes programas federales varía de

un programa a otro en función de la relevancia y atractivo de sus beneficios, así como

del mayor o menor conocimiento y contacto que se ha tenido con ellos. Las principales

opiniones que se recogen acerca de los programas sociales pueden resumirse de la

siguiente forma:

Oportunidades: Conocimiento y valoración de los beneficios otorgados por el programa

debido a su carácter integral. Es el mejor evaluado en sus objetivos, pero se critican los

mecanismos de “control” de las beneficiarias (“multas, señalamientos y regaños”) y, en el

caso de las no beneficiarias, se señala que los mecanismos de acceso son poco justos y

transparentes.

Seguro Popular: Poco conocimiento sobre sus beneficios específicos o formas de

funcionamiento, pero gran aprecio por el alcance masivo del programa.

Procampo: Los beneficios se perciben insuficientes, ya que el monto no alcanza a cubrir

las principales necesidades del productor.

Liconsa: Es el de menor impacto por el beneficio que ofrece. Se considera de fácil acceso,

pero se expresan también fuertes críticas al modo en que opera por el mal trabajo y la

mala atención por parte de los trabajadores sociales y vendedores.

Las irregularidades que se detectaron en la investigación cualitativa y que afectan a

todos los programas federales evaluados, incluyendo Procampo y Liconsa, tienen

relación con la operación en el campo. De este modo, es importante tener en cuenta

que la transparencia sólo se garantiza dando mayor difusión en aquellos temas que

afectan de manera directa a los beneficiarios y tienen una importancia práctica para los

104

entrevistados: “Yo quiero saber por qué me multan y a dónde va a parar ese dinero”; “Tengo

multas por ausencias que mi hijo no ha tenido y nadie me ha explicado por qué”.

La gran mayoría de los entrevistados tiene una imagen favorable de los programas

mencionados ya que los perciben como acciones positivas y necesarias que benefician a

“los que más lo necesitan”. Los programas tienen un impacto positivo muy claro en la

imagen y evaluación del Ejecutivo Federal. En muchos casos, la existencia de estos

programas, en especial de Oportunidades y el Seguro Popular, se asocia con la labor

directa del Presidente de la República, lo cual es síntoma de la ausencia de una

perspectiva de derecho por parte de los beneficiarios. Sólo de manera aislada, algunas

participantes comentan que estas acciones, si bien son impulsadas por el Ejecutivo, han

sido aprobadas por el Congreso de la Unión. Incluso una muestra muy pequeña de los

entrevistados saben que algunos programas ya existían desde sexenios anteriores,

aunque con nombres diferentes.

En términos generales, se detectaron vacíos y fallas en el desarrollo de los programas

que afectan el funcionamiento y transparencia de los mismos. Estos pueden ser

agrupados en tres rubros:

Información y Comunicación: Hay un escaso conocimiento sobre los mecanismos de

acceso a la información y denuncia que los beneficiarios tienen para levantar quejas o

denunciar irregularidades.

Control y Fiscalización de los Recursos: Se advierte la inexistencia o ineficiencia de

mecanismos de fiscalización y control de los recursos destinados a los programas, tales

como fugas al momento de repartir el beneficio.

Control y Selección del Personal: Hay poco rigor en la selección y control del personal

que trabaja en contacto directo con la población. Por ejemplo médicos, enfermeras y

vocales de las comunidades en el caso de Oportunidades y Seguro Popular, o

vendedores y trabajadores sociales en el caso de Liconsa.

La información es insuficiente y la existencia de numerosas irregularidades en la

operación de los programas ha propiciado actos de corrupción y errores en la asignación

105

del beneficio, lo que constituye la principal fuente de crítica en la mayoría de los

programas. Por otra parte, se detectó que las expectativas y la actitud del electorado

respecto a las campañas políticas se ha vuelto más racional y calculada. Lo anterior se

refleja en la expresión “Uno agarra todo lo que le da y después vota por quien quiera”. Un

elemento que refuerza este supuesto es que varios de los promotores políticos

entrevistados reconocen que la labor de partidos y candidatos se ha tenido que

modificar debido a este cambio de actitud en los beneficiarios. Algunos entrevistados

aseguraron que, “en el tiempo que estamos no debemos dejarnos manipular,… con una

playera y una gorra no los vas a convencer”.

A pesar de los avances observados en la cultura política de los entrevistados, persisten

viejos patrones y creencias que no han sido erradicados. Por ejemplo, aún cuando ha

crecido la confianza en la secrecía del voto, subsisten temores respecto a la efectividad y

transparencia de las elecciones y se cree que los partidos pueden “robarse” los votos de

quienes no asistan a la elección, o que “siempre gana el que ellos quieren”.

De igual manera si bien el electorado se ha vuelto más exigente respecto a los

candidatos y sus campañas, se observa que, en la práctica, las expectativas políticas de la

población más pobre siguen siendo de corto plazo y muy centradas en la resolución de

problemas concretos: “Si pueden conseguir fuentes de trabajo sería excelente, y si no, pues

al dinero no le decimos que no”, “Lo de las despensas a veces funciona todavía, el voto es

libre, pero el 30% se deja llevar por lo que les traen, no ven el mañana”.

Se observó que persisten prácticas como obsequiar materiales de construcción, por

ejemplo láminas, cemento o pintura; se ofrecen programas de beneficio social; o se

ayuda en el mejoramiento de escuelas, canchas deportivas o la iglesia; “En las campañas

es cuando se ven más los apoyos”, “A veces sí traen beneficios para la comunidad, pero

cuando llegan a la silla se olvidan de uno”.

Por otro lado, en lugares donde prevalece un ambiente político de poca competencia y

viejas prácticas clientelares y electorales (robo de urnas, amenazas), los entrevistados se

muestran recelosos y desconfiados y su relación con el ámbito de la política es de

distancia y rechazo. Por el contrario, en aquellas plazas en donde ha habido mayor

106

competencia política e incluso se ha dado la alternancia, se observa menos escepticismo

sobre la política. La investigación cualitativa se acercó también a detectar antecedentes

de uso político de programas sociales. En la mayoría de las plazas evaluadas, se

obtuvieron testimonios de amenazas de suspender los beneficios de programas

estatales o de ofrecimientos de otorgarlos a cambio del voto. A nivel estatal se observan

algunos patrones de uso político de programas de beneficio social. El reparto de

materiales de construcción, tinacos, despensas, fertilizantes, material escolar y el

ofrecimiento de programas sociales como apoyos a madres solteras, personas de la

tercera edad y becas para estudiantes parecen ser las prácticas más frecuentes. Las

beneficiarias entrevistadas reconocen haber sentido preocupación y miedo de que sus

familiares perdieran estos apoyos, pero cuentan que los programas han seguido

funcionando a pesar de que haber ganado un candidato de otro partido. Algunas de las

promotoras políticas entrevistadas cuentan haber tenido como tarea el recorrer la

comunidad ofreciendo inscribir a las personas mayores de 65 años a un programa. Este

ofrecimiento a los adultos mayores, reconocen las promotoras, iba acompañado de una

fuerte labor proselitista a favor de un partido.

Al respecto, cabe señalar que la población tiene diferentes opiniones acerca de los

promotores. Existe, por un lado, un estereotipo de esta figura: “son grillos, oportunistas,

barberos, sólo buscan sus beneficios”, sin embargo, en la práctica la población reconoce

su papel como gestores en la solución de problemas concretos en la sociedad y en su

capacidad de negociación frente a candidatos y autoridades. Su poder de convocatoria

está determinado por la persuasión, dejando de utilizar mecanismos de amenaza o

coerción directa que cada vez corresponden menos a la situación política y electoral

actual.

En las entrevistas se pudo constatar también que los promotores se han ido alejando del

trabajo meramente partidista y se han acercado a la labor de gestión social para la

comunidad. Lo que les ha conferido mayor credibilidad y hace más permanente su

presencia e incidencia entre sus vecinos. Comentan que las principales acciones que

desarrollan estos promotores es ir de casa en casa dando pláticas, invitando a conocer al

candidato y sus propuestas. La labor proselitista y clientelar de los promotores les otorga

107

poder “real”, vinculado a su influencia en la comunidad para inducir al voto en un

sentido determinado.

A pesar de lo anterior, los entrevistados no observaron de manera directa un uso político

de los programas federales en el periodo en que se realizaron las entrevistas, triadas y

grupos focales. En ninguno de los grupos se tienen testimonios de amenazas de quitar el

apoyo u ofrecimientos de otorgarlo a cambio del voto. Considerando que el escenario

electoral nacional ha sufrido importantes transformaciones en los últimos 15 años, cabe

mencionar que las encuestas realizadas dejan entrever un electorado más “exigente” y

con mayor capacidad para razonar el voto. Ello es reflejo de que las condiciones para la

competencia política se han profundizado y consolidado con la alternancia política. Las

nuevas reglas de la competencia electoral apuntan a una utilización estratégica de las

promesas de campaña, por lo que uno de los posibles riesgos en la operación de los

programas sociales y su asignación política puede ser la utilización de los espacios

mediáticos y voceros institucionales de los programas para hacer proselitismo político,

Por ejemplo, cabe mencionar que se encontraron referencias constantes al bombardeo

propagandístico de los programas sociales en las últimas semanas.

Ejemplo de prácticas de condicionamiento del voto

La manipulación del voto, es una práctica que reviste gran complejidad. Quienes han

sido afectados por actos de manipulación la perciben como prácticas que obstaculizan

el desarrollo del sufragio como un derecho individual, libre, intransferible y secreto. Va

más allá del proceso electoral, en tanto involucra relaciones de poder que se reflejan en

la vida cotidiana de los sujetos.

Es esa experiencia cotidiana la que, recogida a través de diversos estudios, entrevistas a

profundidad y grupos focales, se convierte en insumos para sistematizar algunos

ejemplos de prácticas que se describen a continuación:

Utilización de la credencial para votar:

108

• Recoger la credencial para votar, o usarla sin el conocimiento expreso del interesado,

para cualquier fin electoral (registro de afiliados al partido, imposibilidad de ir a

votar) a cambio del otorgamiento de algún programa social federal.

Proselitismo:

• Hacer proselitismo utilizando recursos, bienes o servicios de un programa social

federal para favorecer a algún candidato o a un partido político.

• Designar funcionarios encargados de la operación, administración o promoción de

algún programa social federal para que realicen alguna actividad con fines

electorales.

Gestión:

• Prometer o haber recibido promesas de realizar algún trámite de un programa social

federal a cambio del voto o de algún beneficio, obsequios o favores.

Presión o coacción:

• Presionar o coaccionar como servidor público, candidato o funcionario partidista

para entregar alguna constancia que demuestre haber favorecido a un candidato o

partido con la emisión del voto, como condición para la entrega de los recursos de

algún programa social federal.

• Obligar o promover la participación de funcionarios públicos que operan programas

sociales federales en cualquier evento partidista.

Utilización y manejo de información y recursos públicos:

• Modificar cualquier documento que permita el desvío o manejo de recursos

públicos de programas sociales federales a favor de algún partido o candidato.

109

• Difundir cualquier tipo de información reservada sobre alguna denuncia, queja o

demanda interpuesta ante la autoridad por la supuesta comisión de un delito

electoral en el que se hayan utilizado recursos de programas sociales federales.

• Utilizar los datos de los padrones de los programas sociales federales con fines

político-electorales.

Cabe señalar que estos ejemplos no son exhaustivos y que pueden observarse antes,

durante y después del proceso electoral. Hay además conductas de manipulación del

voto el día de la jornada electoral que pueden estar relacionadas, de manera indirecta,

con el manejo o la entrega de programas sociales federales. Estas prácticas, que podrían

encuadrar en las conductas tipificadas como delitos electorales, logran escapar de la

procuración de justicia cuando cambian las condiciones en el modo, tiempo y lugar

especificado por la ley.

Lo anterior constituye un punto de partida para la realización de misiones de

observación encaminadas advertir a la ciudadanía sobre el uso indebido de los

programas sociales. Para llevar a cabo esa tarea el reto sigue siendo el profundizar en la

medición y conocimiento de:

1. La magnitud y el universo en que se generan las prácticas de manipulación de los

beneficios de los programas sociales en tiempos electorales.

2. Las modalidades que adopta el condicionamiento de los beneficios a población

receptora de programas sociales.

3. La conciencia que tiene la ciudadanía acerca de la importancia de hacer valer los

derechos sociales y al un voto libre, secreto e informado.

111

6. Tipología de observación para la protección de los

programas sociales federales

Uno de los propósitos centrales de este proyecto consiste en identificar elementos para,

en su caso, formular recomendaciones que propicien la disuasión, prevención y

erradicación de cualquier tipo de prácticas vinculadas al manejo de programas sociales

federales que pudieran vulnerar el libre ejercicio del voto. Otro de los objetivos

medulares es recabar información que permita documentar las prácticas que pudieran

desarrollarse en torno al uso de programas sociales federales en el marco de las

elecciones federales de 2006. Para poder lograr estos objetivos, es indispensable

disponer de información sólida y veraz que permita argumentar acerca de la existencia o

inexistencia de prácticas que pudieran vulnerar el libre ejercicio del voto.

La revisión de los aspectos normativos permite observar que la mayoría de los

programas sociales federales cuentan con reglas de operación que contemplan de

manera explícita diversas medidas institucionales de protección de su uso con fines

electorales. Sin embargo, la información empírica recolectada recientemente a través de

grupos focales, triadas y entrevistas a profundidad indica que el eslabón de la cadena de

operación de los programas sociales federales que parece ser más vulnerable es el que

corresponde a las autoridades y a los operadores de programas en el ámbito local. Dado

que son ellos quienes tienen el contacto directo con la población beneficiaria, son

también quienes podrían ejercer eventualmente alguna presión al momento de

entregar o condicionar los beneficios del programa.

De acuerdo con lo señalado, se considera que es necesario enlazar el análisis teórico del

posible uso de los programas sociales en contextos electorales, con los espacios

geográficos en los que se pudieran ejercer las prácticas que potencialmente vulneran el

libre ejercicio del voto. Para ello, se necesita concebir cuál es el nivel de desagregación

de la información más apropiado para los fines perseguidos, ya que si sólo se considera

el nivel estatal no es posible conocer las variaciones que pueden existir al interior de las

entidades. Por el contrario, el mayor nivel de desagregación podrían ser las localidades o

las secciones electorales pero, en el marco de una política social de Estado, las secciones

112

electorales no tienen por qué influir sobre los criterios de designación de beneficiarios

de los programas sociales. Por otro lado, cuanto más grande es la unidad de análisis,

como podrían ser el distrito o la entidad federativa, mayor es el riesgo de incurrir en una

falacia ecológica; es decir, pensar erróneamente que, a partir del nivel estatal, se puede

inferir acerca del comportamiento de las variables que se analicen para los niveles

locales requeridos.

Dado que en los ámbitos locales es donde la operación de los programas sociales puede

ser dirigida más fácilmente hacia fines políticos o proselitistas, se considera que el nivel

municipal es la delimitación geopolítica que permite hacer, con el mayor detalle posible

y de acuerdo a la información disponible, los cruces de información y análisis conjuntos

de variables político-electorales y sociodemográficas para los fines perseguidos.

En este sentido, se buscará analizar algunos de los indicadores que pueden construir

manifestaciones empíricas de las prácticas sociopolíticas de acuerdo con las principales

corrientes teóricas del clientelismo y la compra o coacción del voto. Este análisis se hará

para cada uno de los diferentes municipios que conforman el país, a fin de identificar las

posibles similitudes o diferencias que hay entre ellos en torno a aspectos relacionados

con el fenómeno. En virtud de que resulta difícil leer e interpretar la información

desplegada de los 2,443 municipios27, se pretende sintetizar la información de interés y

clasificar a los municipios de forma tal que se retrate de manera adecuada la situación

que guardan en relación con las teorías que relacionan las políticas públicas y el uso de

los programas sociales.

Como sería imposible realizar la observación in situ en cada municipio, se considera

importante que la clasificación que se genere tenga al menos dos atributos: a) que sea

exhaustiva y dé cuenta correcta de sus características mediante el uso de variables e

indicadores relacionados significativamente con el fenómeno y; b) que sirva de base

para organizar las misiones de observación y generar la información requerida para el

proyecto. Con ello se podrá disponer de un instrumento que permita organizar las fases

de recolección de la información requerida para el proyecto y las misiones de

observación, independientemente de las condiciones electorales de los municipios.

También permitirá documentar, de manera sólida y sin tintes partidistas, tanto las

113

buenas como las malas prácticas que pudieran llevarse a cabo en torno a los programas

sociales y el clientelismo electoral.

En función de lo anterior, y a partir de los elementos conceptuales descritos en el

segundo capítulo, se decidió que era importante construir una tipología que, por un

lado, fortaleciera la identificación de los diferentes tipos de unidades que deben

observarse y, por otro, permitiera organizar el trabajo de campo del proyecto Protección

de Programas Sociales Federales en el contexto de las Elecciones del 2006. Para tal fin, se

usaron los indicadores e índices correspondientes a las tres vertientes principales que

utilizan los expertos en el tema para analizar la relación entre elecciones y programas

sociales: ciclos electorales, asignación política y clientelismo. Como primer paso, se

retomaron las principales hipótesis y variables derivadas de los tres enfoques teóricos

del uso electoral del gasto social y se convirtieron las categorías teóricas en variables

operativas que permitiesen construir una tipología municipal.

a) Ciclos políticos. Los programas sociales se intensifican en fechas cercanas a la jornada

electoral. La premisa de este enfoque es que el gobierno intenta beneficiar al partido

del cual ha surgido. Se busca identificar los beneficios que obtiene el electorado con

el partido político gubernamental a través del aumento el gasto de los programas

sociales en temporadas previas a la elección. El objetivo es que la ciudadanía

establezca la relación partido-beneficios y forme su preferencia electoral de acuerdo

con ella.

b) Asignación política. Esta vertiente supone la realización de un análisis de la geografía

electoral, elaborado por el gobierno, con el propósito de definir los espacios a los

que canalizarán los gastos. La idea general es que la focalización del gasto puede

mantener las preferencias donde el partido ha obtenido éxitos electorales, o

cambiarlas, en aquellas zonas donde los resultados electorales le han sido adversos.

Este enfoque, además de los incentivos para asignar recursos que presenta la

geografía electoral, considera otras variables que se toman en cuenta para asignar el

gasto, como el tamaño relativo del voto duro propio de la oposición, el voto volátil,

la posibilidad de focalizar los beneficios, la aversión al riesgo por parte de los

114

políticos y el valor que los votantes otorgan a la política. Los principales argumentos

esgrimidos en esta vertiente teórica son cuatro:

• Cuando el voto duro de la oposición es muy numeroso en términos relativos, es

poco probable que la asignación del gasto revierta una tendencia electoral

desfavorable. En cambio, el voto volátil puede ser ganado para el partido que

hace un uso estratégico del gasto público.

• En cuanto a la focalización de beneficios, el gobierno preferirá gastar más cuando

puede controlar a los beneficiarios del gasto y puede hacer que el beneficiario

identifique claramente al partido gubernamental.

• Los políticos que son adversos a asumir riesgos canalizarán el gasto hacia los

lugares y las modalidades que les ofrezcan una certeza mayor de obtener

resultados positivos.

• Finalmente, se considera que el valor que los electores asignan a la política es un

indicador de la posibilidad de manipular su voto a través de la asignación

presupuestal. Los ciudadanos que valoran más la política estarán menos

dispuestos a definir el sentido de su voto por los beneficios sociales obtenidos,

comparados con quienes la valoran menos.

c) Clientelismo político. Se trata de una presunta relación entre los políticos y los

ciudadanos, en la que los primeros ofrecen beneficios materiales a cambio del voto

de los segundos. Supone que los beneficios consisten en bienes o servicios

privados28, usados o consumidos directamente por el beneficiario. La práctica

clientelar compromete el voto del ciudadano porque éste se identifica

individualmente como beneficiario del gasto social y, en algunos casos, asume un

compromiso moral con el partido otorgante del beneficio.

Los factores que favorecen el clientelismo son la pobreza y la marginación social, la

competencia política y el riesgo electoral. Por lo tanto, se plantea que en las regiones

con una elevada incidencia de la pobreza, las prácticas clientelares tienen mejores

115

condiciones de surgir con éxito. Asimismo, es más probable encontrar estas prácticas

cuando existe hegemonía partidaria y bajo riesgo electoral.

Derivado de lo anterior, en el cuadro 1 se presenta un resumen de las hipótesis

recuperadas de los enfoques de los ciclos políticos, la asignación política y el

clientelismo político, así como de las variables relevantes y los indicadores o sus

aproximaciones disponibles y la suficiencia de la información para su uso en el proyecto.

Para construir la tipología, se incorporaron los índices que se describen a continuación:

a) Posibilidad de focalización de los programas sociales. La aproximación se realizó a

través del Índice de capacidad institucional (ICI). Se define como la preparación del

Ayuntamiento para atender las demandas sociales. La metodología de construcción

del índice fue desarrollado por la Sedesol e incorpora los siguientes conceptos y

variables que están medidos en un rango de cero a cien. El valor final del índice es el

promedio simple de las variables y tiene el mismo rango de variación,, donde cien se

asocia a las mayores capacidades y cero a las menores:

1) Eficiencia operativa

2) Generación de ingresos

3) Cobertura de servicios

4) Capacitación

5) Fortalecimiento municipal

6) Reglamentación municipal

116

Cuadro 1

Resumen de hipótesis y conceptos de interés para el sustento conceptual de la tipología de los municipios

Enfoque Hipótesis iniciales Conceptos o variables de interés Aproximación empírica Suficiencia de la información

Ciclos políticos

Se presume que el aumento de gasto social en períodos previos a las elecciones, se asocia con el uso electoral de los programas sociales

Gasto de los programas sociales en años o periodos electorales

Variación del presupuesto asignado a programas sociales aplicables a nivel municipal por año

Insuficiente para el nivel municipal y los diferentes periodos

Asignación política

El voto duro del partido en el gobierno, se toma como criterio para la asignación presupuestal de los programas sociales

Voto duro Gasto para los programas sociales

Cantidad mínima y segura de votos que el partido en el gobierno obtiene en un municipio

Insuficiente para el nivel municipal y los diferentes periodos

La focalización partidista de los programas sociales se utiliza de manera acorde con la asignación política de los programas sociales

Posibilidad de focalización de los programas sociales Gasto para los programas sociales

Afinidad operativa Capacidad institucional

Suficiente

La aversión al riesgo de los políticos, influye en los criterios de asignación política de los programas sociales

Aversión al riesgo de los políticos Presupuesto para los programas sociales

Grado de disposición de asignar gasto social cuando la tasa electoral de retorno es desconocida

Insuficiente para el nivel municipal y los diferentes periodos

El nivel educativo de la población objetivo, tiene una relación negativa con la asignación política de los programas sociales

Nivel educativo Presupuesto para los programas sociales

Porcentaje de población de 15 años y más con primaria completa

Suficiente

Clientelismo político

La posibilidad e intensidad de las prácticas clientelares tiene una relación inversa con la pobreza y la marginación

Pobreza y marginación Prácticas clientelares

Ingreso per cápita imputado Índice y grado de marginación

Suficiente

La participación se asocia de manera negativa con la posibilidad del uso clientelar de los recursos

Participación electoral Prácticas clientelares

Participación electoral en las elecciones para diputados federales por el principio de mayoría relativa 2003

Suficiente

Ante competitividad electoral extrema, se asocia mayor posibilidad de uso electoral de los programas sociales

Competitividad electoral Prácticas clientelares

Índice de competitividad electoral del Informe sobre el Desarrollo Humano

Suficiente

117

b) Marginación. Es un índice que sintetiza el valor de nueve indicadores relacionados

con la estructura de oportunidades de la población. Es una medida resumen del

acceso a oportunidades estructurales de condiciones de vida de la población. Las

dimensiones consideradas en este índice son: 1) la vivienda, b) la educación, c) la

dispersión territorial, y d) el ingreso económico. Es un índice que puede ser

construido a diferentes niveles geográficos. En este caso, y dado el objetivo

perseguido, se utilizó el índice de marginación a nivel municipal desarrollado por el

Consejo Nacional de Población (Conapo), para el año 2000.29 Los indicadores que

contempla dicho índice son:

1) el porcentaje de población analfabeta en el municipio

2) el porcentaje de población de 15 años o más con escolaridad de primaria

incompleta;

3) el porcentaje de ocupantes en viviendas sin drenaje; ni sanitario exclusivo;

4) el porcentaje de ocupantes en viviendas sin energía eléctrica;

5) el porcentaje de ocupantes en viviendas sin agua potable;

6) el porcentaje de ocupantes en viviendas en condiciones de hacinamiento;

7) el porcentaje de ocupantes viviendas con piso de tierra;

8) el porcentaje de población residente en localidades de menos de 5,000

habitantes;

9) el porcentaje de población ocupada que percibe cuando más dos salarios

mínimos;

El Conapo sintetizó estos nueve indicadores en un solo índice, al que justamente

denominó “índice de marginación”.30

c) Competencia electoral (ICE), refiere la situación de disputabilidad del gobierno de cada

municipio según la presencia o ausencia de siete “indicadores objetivos de umbrales

de competencia en los procesos electorales locales y federales”31. Se usó el indicador

elaborado por el Informe de Desarrollo Humano del PNUD, que es un índice que se

construye sumando unos y ceros según el municipio cumpla con siete condiciones

de competencia y resultados electorales:

118

1) Elección partidista de presidentes municipales.

2) Pérdida de mayoría absoluta del partido originalmente en el poder en las

elecciones municipales.

3) Margen de victoria menor a 10% en elecciones municipales.

4) Pérdida de la mayoría absoluta en las elecciones federales del partido

originalmente en el poder.

5) Margen de victoria menor a 10% en las elecciones federales.

6) Número efectivo de partidos mayor de dos en las elecciones federales.

7) Alternancia en las elecciones municipales. 32

Es un índice aditivo que contabiliza y acumula el número de características que

presentan los municipios en torno a la variable de competitividad en cuestión. Varía

de cero a siete, donde un valor de cero significa que el municipio no presenta

ninguna de las características, mientras que alcanza el valor siete cuando todas las

características están presentes en el municipio.

d) Igualdad municipal, del índice de desigualdad municipal desarrollado por el área de

Desarrollo Humano del PNUD. Es un índice, al que se conoce como índice de

desigualdad municipal (IDM)33, que busca captar el grado de concentración del

ingreso en los municipios. Con la incorporación del índice se buscó contemplar las

diferencias de ingreso económico que existen al interior de los municipios. Este

procedimiento fue llevado a cabo bajo la hipótesis de que en aquellos municipios

donde hay mayor desigualdad pueden propiciarse acciones de focalización o

clientelismo. Además, la incorporación del índice permite manejar de manera

diferente a los municipios con igual condición de marginación pero distinta

distribución del ingreso. Esto en virtud de que se ha encontrado que cuanto menos

marginado es un municipio, mayor es su índice de desigualdad.34

En el cuadro 1 se mencionó que el nivel educativo era una de las variables

correspondientes al enfoque teórico de la asignación política. Asimismo, en el enfoque

de clientelismo se planteó como proxy de la pobreza un indicador del ingreso per capita

imputado. Sin embargo, en virtud de que dentro del índice de marginación se

119

contemplan dos proxis similares, se decidió no considerarlas nuevamente, para evitar

problemas técnicos que pudieron haberse presentado al momento de aplicar la técnica

que se describe en el Anexo 4.

Otro proxy que se había contemplado para captar la posibilidad de focalización fue un

índice de afinidad operativa, que buscaba identificar el grado de alineamiento entre los

distintos niveles de gobierno, y que pudiera propiciar las acciones de focalización.

Empero, como también se señala en el Anexo 4, no fue posible mantenerlo en el análisis

pues resultó ser una variable no significativa para los fines perseguidos.

A continuación se muestra una breve descripción de las características de los cuatro

índices contemplados para la clasificación de los municipios.

Se mencionó que, por su principio de construcción, el índice de capacidades

institucionales35 puede variar entre 0 y 100. Sin embargo, el municipio que obtuvo el

valor mínimo fue de 7.11 y el valor máximo fue de 100. Esto significa que todos los

municipios tienen cuando menos alguna capacidad de operación deseable, si bien hay

algunos casos donde esta capacidad es demasiado baja. Por el contrario, se observa que

hay municipios que tienen desarrolladas la totalidad de capacidades contempladas en el

índice. Al analizar los valores del índice para la totalidad de municipios, se observó que la

gran mayoría de los ellos tienen un índice cuyo valor varía entre 13 y 79, lo que significa

que muy pocos municipios cuentan con una capacidad muy amplia para atender las

demandas sociales, pero también que son pocos los municipios con capacidades

sumamente limitadas para desempeñar sus funciones. El índice muestra que la mitad de

los municipios está por debajo del valor 45.8 lo que es indicativo de que todavía es largo

el camino por recorrer en la búsqueda de capacidades institucionales óptimas de los

municipios. La mayor parte de la población reside en municipios que tienen niveles de

capacidad institucional por debajo de la media, lo que es indicativo del precario estado

de institucionalidad que todavía hoy en día se vive en el país.

En cuanto al índice de marginación se observó que la gran mayoría de los municipios se

concentra alrededor de un valor central y pocos municipios tienen valores extremos. Es

120

decir, que la mayoría de los municipios (70%) se encuentran en condiciones intermedias

de marginación que corresponden a las categorías de marginación baja, media o alta.

También se observó que uno de cada siete municipios están en las peores condiciones

de marginación, mientras que uno de cada diez están en la categoría de muy baja

marginación, lo que refleja que a pesar de lo que se ha avanzado en el desarrollo del

país, todavía hay camino por recorrer particularmente para cerrar las brechas entre los

municipios de condiciones extremas. La importancia de este índice estriba en la posible

relación que puede haber entre las condiciones de marginación y la posibilidad de

realizar acciones focalizadas o clientelares dadas la existencia de condiciones propicias

para ejercer este tipo de prácticas por parte de autoridades gubernamentales. Sin

embargo, más de la mitad de la población del país reside en los municipios de muy baja

marginación, lo cual se asocia con municipios con mayor grado de urbanización.

También se observó una alta heterogeneidad de los municipios según su grado de

competencia electoral. Si bien predomina la cantidad de municipios con un nivel alto de

competencia electoral, también hay una cantidad significativa de municipios en cada

una de las demás categorías, a un grado tal que uno de cada nueve municipios tiene un

nivel de hegemonía notorio, situación que se presenta predominantemente en los

municipios rurales. No obstante, en términos poblacionales, se observa que los

municipios que concentran mayor cantidad de población son los que tienden a mostrar

mayor nivel de competencia electoral, y que esto ocurre predominantemente en los

municipios con mayor grado de urbanización.

El índice de igualdad municipal presenta poca variabilidad y un alto nivel de

concentración. Si bien es deseable que las desigualdades en el ingreso no sean muy

marcadas, es importante señalar que predominan los municipios con alta igualdad en el

ingreso pero son, desafortunadamente, los municipios que presentan más bajo nivel de

ingreso per cápita, lo que refiere que en muchos municipios hay un nivel de pobreza

generalizada.

Dadas las diferencias que se observaron entre los propios índices, se consideró que era

necesario encontrar un mecanismo que permitiera resumirlos. Esto se realizó mediante

121

una técnica estadística — el análisis de componentes principales (ACP) —, que se

describe con mayor detalle en el Anexo 4 de este Informe. Mediante la aplicación de esta

técnica se identificó la existencia de características similares o diferentes entre los

municipios, en torno a los elementos analizados, pero de manera simultánea.36 Dicha

técnica permitió conformar cinco grupos de municipios37 que presentan diferentes

características. En el primer grupo, a pesar de haber la misma cantidad promedio de

municipios que en los grupos restantes, se acumula 50.6% de la población residente y

ciudadana, lo que es indicativo que en este grupo resultaron clasificados los municipios

más grandes. En contraste, los grupos cuatro y cinco concentran 10% y 5% del padrón

electoral y la población total, respectivamente.

122

Cuadro 2 Distribución porcentual de la población total y ciudadana,

según grupo de clasificación de los municipios. México, 200038 Padrón Población

Grupo volumen porcentaje volumen porcentaje

1 35,536,652 50.6 46,772,146 47.9

2 15,184,523 21.6 20,351,276 20.9

3 8,641,715 12.3 12,259,573 12.6

4 6,928,958 9.9 10,264,095 10.5

5 3,173,753 4.5 5,104,368 5.2

No clasificados 703,550 1.0 2,795,024 2.9

Total 70,169,151 100.0 97,546,482 100.0 Fuente: Elaboración propia

Dado el resultado anterior, se procedió a verificar la naturaleza de los municipios según

su caracterización en municipios urbanos, mixtos o rurales.39 Se observó una

composición diferenciada de los municipios al interior de los grupos. Mientras que el

primer grupo se conforma predominantemente de municipios urbanos, el grupo cinco

está constituido en su mayoría por municipios rurales. Los porcentajes correspondientes

a los tipos de municipio en cada grupo son coherentes con lo observado anteriormente.

Hay una tendencia clara hacia la disminución relativa de los municipios urbanos

conforme se avanza en el número del grupo. Los municipios mixtos tienen una

importancia numérica mayor en los grupos tres y cuatro, y después disminuyen a 25%

en el grupo cinco. Finalmente, el porcentaje de municipios rurales aumenta a medida

que aumenta el grupo, hasta alcanzar el 74 % en el grupo cinco.

123

Cuadro 3 Distribución porcentual del número de municipios,

según grupo construido y tipo de municipio

Grupo construido Tipo de Municipio 1 2 3 4 5

Total

Urbano 91.7 67.0 28.7 7.1 0.3 23.8%

Mixto 7.9 31.7 57.4 55.5 25.7 39.8%

Rural 0.4 1.3 13.9 37.4 74.0 36.4%

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0%

Fuente: Elaboración propia a partir de los grupos conformados y la clasificación Según tipo de municipio urbano, mixto y rural definido por el Conapo

En este sentido, es claro que dentro del primer grupo se concentran municipios

predominantemente urbanos y con alta concentración poblacional, a diferencia del

quinto grupo cuya composición es, en su mayoría, de municipios rurales y con menor

tamaño poblacional. Esto es de esperar como reflejo de la relación posible entre

condiciones sociodemográficas y condiciones de competencia. En contraste, los

municipios del quinto grupo sobresalen por la elevada presencia de población rural por

encima de la media nacional, la cual se encuentra principalmente en las entidades de

Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y Yucatán.

Este resultado llevó a valorar la importancia de que la observación se estructure de

manera tal que se capte esa variabilidad de las características observadas entre

municipios correspondientes a los diferentes grupos.

Como se mencionó al inicio de este capítulo, uno de los objetivos al diseñar una

tipología es diferenciar los municipios según sus las características relevantes. Cada

grupo formado debe tener rasgos propios y diferentes de los otros cuatro. Para ello se

buscó analizar qué tan diferentes son los municipios de cada grupo, según el tipo de

municipio y diferentes variables relacionadas con el tema en cuestión. Se inicia con la

revisión del análisis del grado de marginación que los caracteriza.

Puede decirse que el primer grupo puede catalogarse, en general, como el más

favorable. El 91% de los municipios que lo conforman son urbanos y 8% son mixtos;

124

prácticamente no resultaron clasificados municipios rurales en este grupo. En la gráfica 1

puede verse que el índice medio de marginación en el grupo 1 es el menor de los cinco

grupos.40 En términos del grado de marginación, 87% de los municipios se ubican en los

grados bajo o muy bajo. Se trata del grupo más urbano y menos marginado de los cinco

que se formaron.

Gráfica 1

Promedio del Índice de marginación por grupo

-1.5

-1.0

-0.5

0.0

0.5

1.0

1.5

G1 G2 G3 G4 G5

Grupo

El segundo grupo tiene una mayor presencia de municipios mixtos que los que

conforman el primer grupo: 31.7% de los municipios clasificados en ese grupo tienen tal

categoría. El valor medio del índice de marginación de este grupo refiere que en el

segundo grupo hay mayor marginación que en el primero.

En el tercer grupo se concentra una cantidad notoriamente más alta de municipios

mixtos y, a la vez, se observa que 64% de los municipios tienen un grado de marginación

medio o bajo y el índice medio de esta condición es superior al del grupo anterior.. Más

de una tercera parte de los municipios clasificados en el penúltimo grupo son rurales y

56% mixtos. La marginación en este grupo es mayoritariamente alta y media. Entre

ambas categorías suman 81% de los municipios. En correspondencia, el índice medio de

marginación aumenta.

125

El carácter rural del último grupo es claro: 74% de los municipios clasificados en ese

grupo son rurales y hay muy pocos municipios urbanos. En términos de la marginación,

96% de los municipios registran un grado alto o muy alto. Este porcentaje aumenta

respecto al del cuarto grupo; además tiene una composición mayoritaria del grado de

marginación alto. El valor medio del índice de marginación en este grupo es el más alto

de los cinco grupos conformados.

Es claro que las variables de marginación y de tipo de municipio son criterios de

diferenciación que a la vez que contribuyen a formar una idea clara de los municipios

que se agrupan en cada grupo.

Cuadro 4

Porcentajes de municipios en cada grupo según su grado de marginación

Grupo Grado de marginación 1 2 3 4 5

Total

Muy alto 0.0 0.4 1.3 5.2 44.4 15.2

Alto 3.1 7.8 25.7 52.2 51.4 37.3

Medio 9.6 23.5 35.4 28.6 3.9 20.1

Bajo 34.9 37.0 28.7 12.9 0.3 16.9

Muy bajo 52.4 31.3 8.9 1.2 0.0 10.5

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Como se muestra en la gráfica 2, las carencias de capacidades municipales aumentan

conforme se avanza en los grupos, aunque cada uno tiene una coincidencia significativa

con los inmediatos anterior y posterior. En el primer grupo el valor de la media es

cercano a 30 y aumenta paulatinamente en cinco puntos para los grupos dos y tres, y se

este incremento se agudiza en el cuarto grupo, pero particularmente en el último de

grupos formados. En suma, el índice pasa de menos de 30 en el grupo uno a más de 60

en el cinco.

126

Gráfica 2

Media del índice de carencias municipales

0

10

20

30

40

50

60

70

G1 G2 G3 G4 G5

Grupo

En relación con el índice que permite analizar el grado de competitividad electoral, se

observa que entre el grupo uno y el tres la hegemonía electoral media aumenta menos

de un punto en total, pero el aumento en el valor medio del índice al pasar del grupo

tres al grupo cuatro y del grupo cuatro al cinco es notoriamente más marcado. Es decir,

que el comportamiento entre los grupos cambia de presentar mayor nivel de

competencia electoral a mayor nivel de hegemonía.

En resumen, mientras la hegemonía electoral en los grupos uno a tres es similar y

relativamente baja, en los cuatro y cinco se dispara hasta niveles considerablemente

altos. En otras palabras, la hegemonía electoral se asienta en los últimos dos grupos, a

diferencia de patrones de mayor competencia electoral entre los primeros tres grupos

constituidos.

127

Gráfica 3

Media del índice de hegemonía electoral

0

1

2

3

4

5

6

G1 G2 G3 G4 G5

Grupo

En la gráfica 4 se puede observar que la igualdad municipal aumenta conforme se

avanza en los grupos. Para recuperar el referente de marginación y urbanidad puede

plantearse que los municipios más marginados son más igualitarios y los menos

marginados son más desiguales. No obstante, debe atenderse el hecho de que el grado

de igualitarismo en los grupos aumenta poco. De un poco menos de 0.7 en el primer

grupo a un poco más de 0.8 en el último. En un rango de un punto, el índice medio de

igualdad apenas cambia un poco más de una décima entre los grupos extremos.

La igualdad puede expresar que en los municipios marginados convive población rica

con pobre, lo cual matiza la idea general que se desprendería de una presunción de

bienestar general en los municipios poco marginados.

128

Gráfica 4

Media del índice de igualdad municipal

00.10.20.30.40.50.60.70.80.9

G1 G2 G3 G4 G5

Grupo

Se sabe que la escolaridad es una de las variables de condición social que más

diferencias establece entre los grupos sociales. Tales diferencias se manifiestan en

distintos aspectos como las oportunidades de empleo, la movilidad social, la opinión

pública, el empoderamiento, la participación ciudadana y el acceso a la información,

entre otras. Por ello se consideró importante revisar la consistencia de los resultados

relativos a variables educativas en torno a los grupos de municipios conformados. Los

indicadores que se utilizaron para este fin fueron los contemplados en el índice de

marginación, pues refieren de manera bastante sintética y próxima la condición de

acceso al proceso educativo.

Tanto en el caso del indicador de población analfabeta como en el de población de 15

años y más con primaria incompleta se observa que las condiciones educativas son

menos favorables en la medida que se avanza en los grupos, y también resalta que los

diferenciales entre los grupos extremos son más marcados que para algunas otras de las

variables analizadas. Es importante señalar que esta información es consistente cuando

se analizan estos indicadores en relación con el índice de marginación. Sin embargo, se

observan mayores diferenciales según el grado de marginación que la variación

observada respecto a los niveles educativos cuando se analizaron los grupos

conformados.

129

Gráfica 5

Porcentaje (sobre el total de cada grupo) de población analfabeta de 15 años y más

0

5

10

15

20

25

30

35

G1 G2 G3 G4 G5

Grupo

Gráfica 6

Media del porcentaje de población sin primaria termindada de 15 años y más

0

10

20

30

40

50

60

70

G1 G2 G3 G4 G5

Grupo

Como se esperaría, el analfabetismo y la ausencia de estudios primarios completos son

más frecuentes en los municipios del último grupo que en los del primero. En el caso del

analfabetismo, el porcentaje del primer grupo supera con poco a 5% y presenta un

incremento moderado en el segundo grupo, pero no así en los grupos subsiguientes. El

incremento más notable corresponde al último grupo, cuyo porcentaje es de casi seis

veces el porcentaje del primero.

Una dimensión que no era posible dejar de fuera es la económica, por lo que se

analizaron los resultados del ingreso per cápita calculado por el equipo del IDH del

130

PNUD. Es posible observar que los mejores niveles de ingreso se presentan en el primer

grupo. El ritmo de decrecimiento del indicador en cada grupo es constante: de

aproximadamente 200 pesos entre uno y otro grupo. De tal forma que mientras el per

capita del grupo 1 es de unos 1,500 pesos, en el último apenas alcanza 400 pesos. Las

diferencias entre éste y el segundo son más acusadas que entre los tres grupos finales. El

último grupo se caracteriza por la media de ingreso más baja y por el grupo de

municipios fuera de los cuarteles más compacto. Es decir, los municipios con menos

ingresos son menos heterogéneos que los de ingreso más alto.

Gráfica 7

Ingreso neto per capita (sobre el total de cada grupo)

0

200

400

600

800

1,000

1,200

1,400

1,600

G 1 G 2 G 3 G 4 G 5

Grupo

El cuadro 5 muestra el comportamiento de la afinidad operativa a lo largo de los grupos.

La afinidad muy alta es más significativa en el primer grupo, conforme se observan los

grupos posteriores su porcentaje disminuye de forma constante. Sucede lo mismo con la

afinidad alta. La afinidad media tiene un comportamiento similar, sólo que en este caso

el porcentaje más alto corresponde al grupo dos. La afinidad baja es superior en los

grupos tres y cuatro que en uno y dos. En el grupo final disminuye nuevamente el

porcentaje.

131

Cuadro 5

Porcentajes de municipios en cada quintil según su afinidad operativa

Grupo Afinidad operativa 1 2 3 4 5

Total

Muy alta 19.2 10.9 9.1 4.8 3.8 7.4 Alta 17.9 13.0 16.5 15.7 9.7 14.0 Media 15.3 20.4 14.3 10.6 5.5 11.3 Baja 37.1 37.0 38.0 38.0 25.1 33.9 Muy baja 10.5 18.7 22.0 31.0 55.9 33.4 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Interesa analizar algunas variables que refieran condiciones electorales para observar si

entre los grupos hay diferencias o similitudes a este respecto. Tomando como base el

partido en el poder ejecutivo al nivel estatal, en el cuadro 6 se observa que el PRI es el

partido en el gobierno estatal que incluye en este ámbito más municipios en todos los

grupos, pero conforme se avanza en el grupo el porcentaje de municipios es superior. En

el primer grupo, 51% de los municipios se encuentran en entidades gobernadas por el

PRI, mientras que en el quinto el porcentaje es de 80%. Esto refiere que el PRI gobierna

mayoritariamente entidades con mayor composición de municipios rurales.

En contraste, el porcentaje de municipios que se encuentran en entidades gobernadas

por el PAN decrece conforme se avanza en los grupos, de 33% en el primero a 4.9% en el

último. Finalmente, los municipios en entidades gobernadas por el PRD tienen una

evolución menos clara, al aumentar de 11% en el primer grupo a 18 en el tercero, para

disminuir a partir de ahí hasta 5 puntos porcentuales en el último.

132

Cuadro 6 Porcentajes de municipios en cada grupo según el gobierno estatal

correspondiente

Grupo Gobierno estatal

1 2 3 4 5 Total

PRI 50.7 52.6 54.6 66.4 80.3 65.2

PAN 32.8 29.6 20.9 12.8 4.9 16.9

PRD 11.4 12.6 17.6 12.8 4.9 11.2

PRD; PAN; PT; PVEM 3.1 2.6 4.1 5.5 5.5 4.7

PAN – PT 1.7 1.7 2.6 2.6 0.3 1.7

PRD-PT 0.4 0.9 0.2 0.0 0.0 0.2

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Finalmente, el cuadro 8 muestra la composición de los grupos según los gobiernos

municipales. El PRI es el partido que gobierna más municipios en todos los casos, pero

su porcentaje aumenta conforme se pasa del grupo uno al cuatro. En el último grupo el

porcentaje cae a 27%, pero ello se debe al gran número de municipios gobernados por

usos y costumbres, muy localizados en términos geográficos. Si se descontara este

último, el porcentaje del PRI seguiría en aumento.

Como en el caso anterior, la tendencia del PAN es exactamente la contraria a la del PRI,

en el primer grupo este partido gobierna 36% de los municipios y a partir de ahí el

porcentaje disminuye de forma sostenida hasta 20% en el grupo cuatro.

El tercer partido en términos de municipios gobernados es el PRD, que tiene su mayor

porcentaje en el grupo tres y después disminuye de forma constante. Puede decirse que

gobierna más en los municipios menos marginados (grupos uno y dos) que en los de

mayor marginación (grupos cuatro y cinco). En sentido general, se infiere que los

municipios más rurales y marginados están más en manos de gobiernos priístas,

mientras que los menos marginados y más urbanos reflejan mayor predominancia de

gobiernos del PAN. Asimismo, podría decirse que los poco marginados y mixtos son

corresponden a municipalidades regidas por el PRD en mayor proporción que los

demás.

133

A pesar de lo anterior, es posible señalar que las diferencias en los grupos en cuanto a

preferencias electorales en el nivel municipal si bien son visibles, también refieren que

se pueden encontrar municipios gobernados por los distintos partidos en los distintos

grupos conformados. Este hallazgo permite confiar en que al tomar estos grupos como

base para la organización de la observación asegura que no habrá de principio un sesgo

de tipo partidista, si se toman municipios de los distintos grupos, pero a la vez se

tendrán observación de municipios con diferentes características.

Cuadro 7

Porcentajes de municipios en cada grupo según el partido en el gobierno municipal

Grupo Gobierno municipal

1 2 3 4 5 Total

PRI 32.3 34.3 32.0 32.8 26.7 30.9

PAN 36.2 23.0 23.0 19.9 12.8 20.3

PRD 13.5 19.1 19.6 13.2 8.6 13.7

Otros 18.0 23.6 25.4 34.1 51.9 35.1

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Otros incluye a: Coalición (PRD-PAN), Convergencia, Coalición (PRD-PAS-CONV, PRV, CONVERGENCIA, PAS, PC), Coalición (PT-PCP-PC), PUDC, PSN, PFC, PCD, Alianza (PAN-CD), PJS, PD, MEXICO POSIBLE, Alianza (PRD-PT), PVEM, U y C, Alianza (PRI,PT,PVEM), Coalición (PRD-CDPPN-PT, Coalición (PRD-PAN-PT), PT, Alianza (PRI-PVEM), y Coalición (PRI,PVEM,PLM.

Es importante señalar que se formularon mapas que muestran la clasificación de los

municipios, según el grupo al que pertenecen; estos mapas permiten tener una visión

geográfica de los grupos referidos de forma visual más directa.

Por razones de tiempo, no sería posible visitar todos y cada uno de ellos, pero tomando

en cuenta la clasificación presentada, se hará una selección aleatoria de municipios, en

los cuales se realizarán las observaciones empíricas previstas.

Esta propuesta tiene la ventaja de que permite abarcar los distintos escenarios de

potencial uso de los programas sociales. En la medida en que no es posible atribuir a

municipios con ciertos atributos una mayor o menor proclividad a que se den prácticas

de uso indebido de los programas sociales con fines electorales, una selección aleatoria

134

de municipios de cada uno de los cinco grupos permitirá organizar, de manera más

objetiva, las misiones de observación y las mediciones empíricas previstas en el

Proyecto. De esa forma se podrán detectar tanto las buenas como las malas prácticas en

el manejo de los programas sociales federales en contextos electorales, diferenciadas

según el tipo de municipio. Este ejercicio permitirá corroborar o descartar si hay relación

entre los programas sociales y el proceso electoral que se vive en México en este

momento.

Es importante señalar que se formularon mapas que muestran la clasificación de los

municipios, según el grupo al que pertenecen; estos mapas permiten tener una visión

geográfica de los grupos referidos de forma visual más directa.

135

7. Reflexiones finales

El contexto y las razones del proyecto

Como nunca antes, existe en México una preocupación por proteger los programas

sociales de su posible uso político. No es una preocupación nueva, pero sí un interés

renovado que ha adquirido una relevancia inédita en el país. Esta aflicción por el

potencial mal uso de los programas no existe en el vacío: surge de la persistencia de

ciertas prácticas de manipulación política. De ahí que sea una demanda social genuina,

fundada y, por tanto, atendible.

En efecto, existe por parte del gobierno federal una preocupación institucional por

“blindar” los programas sociales, mientras que también ha estado latente en la sociedad

civil un compromiso de vigilar que los programas no se utilicen con fines proselitistas.

Tanto el gobierno federal como las organizaciones de la sociedad civil han actuado en

consecuencia, promoviendo una serie de acciones con un propósito común: reforzar los

candados existentes en los programas a fin de prevenir su utilización político-electoral.

Es precisamente en el marco de esta preocupación institucional que se inserta el

Proyecto de Protección de Programas Sociales en el Contexto de las Elecciones de Julio

de 2006, ejecutado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Este proyecto es, entre otros, un esfuerzo que busca contribuir al fortalecimiento

institucional de los programas sociales federales por medio de acciones de

sensibilización y disuasión sobre el uso político que pudiera presentarse durante el

proceso electoral en curso. Por tanto, debe ser leído como una aportación más que

puede servir como un referente acerca de los mecanismos institucionales de protección

con que cuentan los programas sociales del gobierno federal. Busca, así, proporcionar

elementos que puedan ser de utilidad para que las autoridades refuercen y amplíen los

mecanismos de protección, particularmente en el ámbito local.

Este diagnóstico no pretende ser una evaluación operativa de los programas sociales ni

un examen sobre el proceso electoral. Su objetivo es dar cuenta de la coherencia y

136

solidez de los mecanismos de protección existentes de los programas sociales en

relación a los contextos electorales. Su propósito y alcance están delimitados según el

mandato del PNUD y, en particular, del Proyecto.

Aportaciones y lecciones del diagnóstico

El universo de los programas sociales existentes en México es vasto: existen alrededor de

230 programas sociales federales registrados por las propias autoridades. Dadas las

limitaciones temporales, se optó por una aproximación metodológica que permitiera

revisar algunos programas buscando que éstos fueran, de cierta manera,

“representativos” del conjunto de los programas sociales del gobierno federal.

Los programas sociales seleccionados y revisados para la elaboración de este

diagnóstico no sólo representan un alto porcentaje del presupuesto destinado a gasto

social, sino que abarcan distintos sectores sociales, poblaciones objetivo, tipos de

beneficio y modalidades de entrega del beneficio. Los ocho programas incluidos en el

informe son una muestra ilustrativa del tipo de programas sociales existentes en el país,

por lo que sirven para ejemplificar los tipos de mecanismos institucionales de protección

existentes y potencialmente aplicables al resto de los programas sociales. De esta

manera, algunos de los principales hallazgos que se desprenden del análisis de los ocho

programas serán referentes útiles para abordar otros, aun cuando no sean

necesariamente generalizables a todos los programas sociales federales.

Para la selección y revisión de los programas, se utilizaron cinco dimensiones y seis

categorías analíticas. Las dimensiones a la luz de las cuales se revisaron los programas –-

transparencia, acceso a la información, rendición de cuentas, difusión y participación

ciudadana— así como los categorías analíticas utilizadas –-selección de beneficiarios y

criterios de elegibilidad, cumplimiento de compromisos y corresponsabilidad,

coordinación interinstitucional, entrega del beneficio, mecanismos de control y

participación social, y transparencia y acceso a la información— constituyen una

aproximación para analizar los mecanismos de protección de los programas sociales en

contextos electorales. Ambos son ejes ordenadores para abordar el análisis de los

137

programas desde la perspectiva de su “blindaje”. Son transversales a su funcionamiento,

pues constituyen el vínculo que une al gobierno con la sociedad, contribuyendo a la

construcción de ciudadanía.

Si bien se incorporaron elementos de investigaciones empíricas, el análisis de los

programas sociales seleccionados descansa fundamentalmente en la revisión de su

marco normativo. La metodología empleada no es la única forma de abordar el análisis

normativo de los mecanismos de protección institucional de los programas. La

complejidad del fenómeno admite múltiples abordajes analíticos. El mayor aporte de la

metodología empleada en este informe consiste en la combinación de ejes analíticos

que permite un entendimiento acabado del funcionamiento, de acuerdo a la

normatividad, de los programas sociales. Un análisis operativo de la forma en que

funcionan los mecanismos de protección de los programas sociales en la práctica

complementaría este análisis.

A partir del análisis del andamiaje institucional que regula la operación de los programas

sociales, es posible observar como, en los últimos años, la política social en México ha

ido evolucionando y los programas sociales, tradicionalmente utilizados con fines

proselitistas, cada vez están más acotados por la normatividad. En este sentido, es

importante señalar los avances que, en materia de contraloría social, transparencia y

acceso a la información, se han institucionalizado en diversas formas y grados.

Como resultado del diagnóstico se identificaron diversos hallazgos, clasificados en dos

grandes categorías –-denominadas “áreas programáticas protegidas”, y “áreas

programáticas vulnerables”— de los cuales se pueden obtener lecciones concretas. Un

primer hallazgo es la identificación de mecanismos e instrumentos de protección que,

en efecto, “blindan” los programas sociales. Existen candados legales, ventanas de

participación, vitrinas de exposición de la información, que constituyen avances

indudables en la protección de los programas sociales para que no sean utilizados con

fines distintos al desarrollo social. Muchas aspiraciones ciudadanas se han convertido en

ley: contralorías sociales, difusión obligatoria de información, corresponsabilidad de los

beneficiarios, instancias de quejas, entre muchas otras.

138

Al mismo tiempo, existen también espacios no acotados ni claramente definidos que

vulneran la protección de los programas. Persisten lagunas legales, ambigüedades en la

norma, opacidad en procesos, instancias indefinidas, entre otras debilidades

institucionales.

Derivados de este estudio se pueden identificar tareas aún pendientes, algunas de las

cuales ya tienen carácter legal, como la obligatoriedad de que los operadores de los

programas sociales, en tanto funcionarios públicos, se conduzcan con neutralidad

política. De la misma forma, importa destacar la necesidad de que se haga explícita, por

distintos medios publicitarios, el carácter no partidista de los programas sociales, y se

conformen instancias de transparencia dentro de las dependencias que manejan

programas sociales.

Otras tareas pendientes, aún cuando no tienen carácter legal, serían las de

reforzamiento del “blindaje” como: cumplir con los pronunciamiento políticos y los

compromisos por la transparencia asumidos por las autoridades en distintos ámbitos de

gobierno; informar ampliamente sobre las medidas adicionales de protección que se

han emprendido, así como realizar campañas de difusión sobre el uso no partidista de

los programas, que vayan más allá de lo que exige la legislación.

Derivadas de este diagnóstico, el Alto Consejo por la Transparencia de los Programas

Sociales Federales presenta una serie de exigencias para el cumplimiento de la ley, así

como una lista de recomendaciones para que sean atendidas por las autoridades que,

de alguna manera, constituyen el colofón del presente diagnóstico.

Agenda pendiente y etapas siguientes del proyecto

En las etapas sucesivas del Proyecto de Protección de los Programas Sociales Federales

se realizarán diversas acciones que permitirán un acercamiento a la operación de los

programas en el ámbito local. La segunda etapa permitirá conocer y documentar

algunos aspectos de la operación de los programas en la práctica. Contrastar las áreas

programáticas vulnerables y protegidas identificadas en el diagnóstico con el

139

funcionamiento de los programas será esencial para cumplir con los objetivos

planteados por este Proyecto.

A pesar de los innegables avances democráticos, aún persisten en México formas de

coacción, compra y condicionamiento del voto en relación a los programas sociales.

Algunas de éstas constituyen delitos, mientras que otras no están tipificadas como actos

ilegales. La sofisticación y complejidad de estas formas puede en ocasiones rebasar la

normatividad. Existe, no obstante, escasa evidencia empírica que revele la magnitud, las

modalidades y las características de tales prácticas de manipulación. Si bien estas

prácticas no necesariamente alteran la voluntad popular, en el sentido de determinar los

resultados electorales, sí vulneran la libertad de elección de algunos ciudadanos en lo

individual. Esto, en sí mismo, supone una debilidad en el “blindaje” de los programas

sociales.

Estas prácticas no operan en abstracto. Suceden en contextos políticos, sociales y

culturales concretos, que no son sino espacios geopolíticos determinados. Por tanto, la

vulnerabilidad de los programas sociales, aún cuando compartan la misma

normatividad, operan de manera diferenciada en los contextos geopolíticos diferentes.

Con el objetivo de identificar estos contextos particulares, se construyó una

metodología que permitiera identificar una estrategia de aproximación en campo. Este

ejercicio permitió la construcción de indicadores a partir de índices de marginación,

desigualdad, afinidad política, competencia electoral y capacidad institucional de los

municipios. De ahí que éste es el propósito ulterior de la tipología para la observación: la

identificación de los distintos tipos de municipios que existen en el país.

Para ello, tomando en cuenta la tipología de municipios desarrollada en este

documento, se confeccionará una estrategia tanto para las acciones de intervención

como para las misiones de observación del Proyecto, las cuales tendrán tres objetivos

específicos: difundir los resultados del diagnóstico, disuadir y sensibilizar sobre posible

uso político de los programas sociales, e identificar experiencias exitosas. Estas

experiencias pueden provenir tanto de trabajos desarrollados por organizaciones de la

140

sociedad civil como de la instrumentación de mecanismos de protección realizada por

las dependencias operadoras de los programas sociales. Luego de la identificación y

documentación de estas experiencias, se buscará desarrollar una “caja de herramientas”

que permita su replicación o adaptación en otras situaciones similares. En suma, por

medio de la sistematización y documentación de las “buenas prácticas” se pretende dar

cuenta de las lecciones positivas identificadas en el diagnóstico para confirmarlas en la

práctica.

Por último, cabe esperar que esta experiencia de protección político-electoral de los

programas sociales federales en contextos electorales, de la que México es pionera en el

mundo, pueda servir de modelo para contiendas electorales futuras, tanto en México

como en otros países.

141

NOTAS

1 Díaz Cayeros, Alberto, 2004, Federalismo, Democracia y Desarrollo Local en México, Documento de apoyo del Informe sobre Desarrollo Humano México 2004, PNUD. 2 Magaloni, Beatriz, Alberto Díaz-Cayeros y Federico Estevéz, Clientelism and Portfolio Diversification: A Model of Electoral Investment with Aplications to Mexico, World Bank, Academic Senate-UCLA-ITAM. 3 IFE-FLACSO. “Estudio sobre la participación ciudadana y las condiciones del voto libre y secreto en las elecciones federales del año 2000”. México, mayo, 2001. Este estudio contempló el levantamiento de una encuesta con representación nacional y un estudio de tipo cualitativo semi-estructurado con 158 cuestionarios, 79 en áreas urbanas y 79 en zonas rurales. 4 Aparicio, Ricardo y David Corrochano, “El perfil del votante clientelar en México durante las elecciones del 2000”, Estudios sociológicos XXIII: 68. México, D.F. El Colegio de México, 2005. 5 IFE-UAM. Gutiérrez, Roberto y Esperanza Palma. El abstencionismo en las elecciones federales del 2003. Reporte final de investigación. México, noviembre del 2004. 6 Alianza Cívica. Informe final del 23 de mayo al 31 de diciembre de 2005. Informe Narrativo del Proyecto ejecutado por el AREP. Hacia un modelo de seguimiento y sistematización de la participación ciudadana en el monitoreo de los programas sociales. México, Indesol. 7 Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 1998, Diario Oficial de la Federación, Artículos 18 y 16 transitorio, 29 de diciembre de 1997. Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2000, Diario Oficial de la Federación, Artículos 67, 73-78, 31 de diciembre de 1999. Lineamientos de Política de Gasto para la formulación del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal del Año 2003, Subsecretaría de Egresos. 8 Decreto que Aprueba el Programa Nacional de Combate a la Corrupción, Fomento a la Transparencia y el Desarrollo Administrativo 2001-2006. Diario Oficial de la Federación. 22 de abril de 2002. 9 Instituto Federal de Acceso a la Información Pública. Documento de trabajo. 10 Decreto por el que se aprueba el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Sustentable. Diario Oficial de la Federación, 12 de julio de 2002. 11 Esta Ley sustituye el Programa de Protección Financiera en Salud anteriormente ejrcido por la Dirección general de Protección Financiera en Salud. 12 Reglamento Interior de la Secretaría de Desarrollo Social. Artículo 13, fracción XV. 13 Documento de trabajo para la Integralidad de la Política Social en la Planeación. 14 Este monto de 2 mil millones de pesos se estableció con base en tres criterios: 1) para fines de análisis del proyecto, toda vez que éstos programas acumulan el 80 % del gasto total de los programas sociales que cruzaron ambas fuentes de información; 2) para garantizar la profundidad, integralidad y el cumplimiento de los objetivos del proyecto y; 3) los recursos humanos disponibles del proyecto. 15 Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2006. 16 Programa Institucional Oportunidades 2002 – 2006. 17 Decreto por el que se aprueba el programa sectorial denominado Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio 2001-2006. Diario Oficial de la Federación. 27 de marzo de 2002. 18 Hogares cuyo ingreso está por debajo de los 51 pesos diarios por persona, según los criterios establecidos por la SEDESOL para la medición de la pobreza.

142

19 Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado para el ejercicio 2006. 20 Idem. 21 Acuerdo por el que se emiten y publican las reglas de Operación del programa de Ahorro, Subsidio y Crédito para la Vivienda Progresiva Tu Casa , para el ejercicio fiscal 2004. Diario Oficial de la Federación. 7 de mayo de 2004. 22 Decreto por el que se aprueba el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Sustentable. Diario Oficial de la Federación, 12 de julio de 2002. 23 La correlación se obtuvo a partir de la fórmula convencional de correlación serial, donde el vector 1 fue gasto del programa Oportunidades y el vector 2 el número de personas en pobreza alimentaria. 24 Las tasas de crecimiento promedio anuales se calcularon con la fórmula de interés compuesto para tasas de crecimiento: ((Valor final / Valor inicial)-1)^(1/Número de años)*100. 25 Alianza Cívica., 2005 Hacia un modelo de seguimiento y sistematización de la participación ciudadana en el monitoreo de los programas sociales. México, Indesol. 26 Labastida, Gloria, “Imagen y funcionamiento de los programas federales y su posible impacto en el ámbito electoral”, investigación cualitativa encargada por el Proyecto de Protección de los Programas Sociales Federales en el Contexto de las Elecciones de Julio de 2006, PNUD, México D.F., Febrero 2006. 27 Que había en el país al momento del levantamiento del XII Censo General de Población y Vivienda, en el año 2000. 28 En el sentido económico: con rivalidad en el consumo. 29 Si bien los datos están referidos al año 2000 y, por ende, no son actuales, se sabe que la marginación es un fenómeno de carácter estructural, por lo que es difícil imaginar que el ordenamiento de los municipios haya cambiado sustancialmente a cinco años de distancia. 30 Esto lo realizó mediante una técnica conocida como análisis de componentes principales30 a cuyo resultado le aplicó la técnica de estratificación óptima de Dalenius, lo que permitió construir cinco categorías de clasificación, a saber: muy alta, alta, media, baja y muy baja marginación. En el anexo técnico 4 de este informe se presenta una descripción un poco más detallada de esta técnica. 31 Informe sobre Desarrollo Humano. México, 2004. Pnud. p.124. 32 PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano. México 2004, Mundi-Prensa, México, 2005. p. 125. 33 Se obtuvo mediante la fórmula de Theil, que pondera los datos en relación con la distancia entre los ingresos y su distribución. Es un índice que varía de 0 a 1, y alcanza valores más altos en la medida que haya más desigualdad. 34 Debe señalarse, no obstante, que debido a las razones técnicas que también se mencionan en la nota técnica 4, más que trabajarlo como índice de desigualdad municipal, se manejó como índice de igualdad municipal. 35 Que también podrá ser referido como índice de capacidades municipales. 36 En el anexo técnico se presenta de manera detallada la identificación de las dimensiones y las variables, así como la escala de medición correspondiente a cada una de ellas y los criterios que permitieron operacionalizar las corrientes teóricas presupuestas. Además, se hace una descripción de los resultados obtenidos a través del ACP. 37 Los grupos fueron conformados mediante los grupos relativos a la nueva variable que sintetiza los tres índices mediante los que se operacionalizaron los conceptos teóricos. 38 Las cifras de población total no coinciden con el total nacional del año 2000, debido a que para 85 municipios no fue posible disponer de la información para conformar el índice de competitividad, por lo que tuvieron que ser eliminados del análisis; representaban alrededor del dos % de la población nacional.

143

39 La clasificación de los municipios se hizo según la distribución de su población en los distintos tamaños de las localidades que los conforman. Si todas las localidades de un municipio tienen al menos 15 mil habitantes, el municipio se cataloga como municipio urbano. Si todas las localidades del municipio tienen menos de quince mil habitantes se considera municipio rural. Los municipios que contienen tanto localidades de menos de 15 mil habitantes como localidades con más de 15 mil habitantes se clasifican como municipios mixtos. 40 Es posible observar también que, dentro de algunos grupos, resultan clasificados municipios con valores lejanos de los valores medios e incluso por encima o por debajo de los cuartiles. Ello no es raro en fenómenos sociales pues no es fácil esperar que tengan una regularidad estadística perfecta. Se considera que el nivel de resumen obtenido es bastante consistente para los fines perseguidos.

Recomendaciones del Alto Consejo por la Transparencia de los Programas

Sociales Federales

147

Recomendaciones a los tres órdenes de gobierno para que se fortalezca la protección de los programas sociales federales de cara al proceso electoral

federal del 2006 15 de marzo de 2006

Aunque es innegable que ha habido avances en la construcción y fortalecimiento de

marcos regulatorios para operar los programas sociales federales, transparentar su

acción, rendir cuentas a la ciudadanía y promover la participación social, aún

persisten rezagos y deficiencias que los hacen vulnerables a la manipulación política

en ciertos ámbitos de su operación. Por ello, es necesario fortalecer las medidas de

prevención para evitar el uso con fines electorales de los recursos públicos, de forma

que se garantice equidad en el acceso a los derechos económicos, sociales y

culturales de toda la población.

En respuesta a inquietudes expresadas por diferentes actores con respecto a que

servidores públicos, candidatos y partidos políticos utilizan recursos humanos,

financieros o materiales de los programas sociales con el fin de manipular la

votación, el Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Desarrollo Social, solicitó al

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) la ejecución del Proyecto

de Protección de los Programas Sociales Federales en el Contexto de las Elecciones

de Julio de 2006. En este marco se convocó a la conformación del Alto Consejo por la

Transparencia de los Programas Sociales Federales como una instancia ciudadana

autónoma integrada por académicos y expertos en temas electorales y de política

social.

Como cuerpo colegiado, el Alto Consejo es una instancia plural, validada a través de

una consulta con los partidos políticos realizada en noviembre de 2005. Nuestro

mandato, que emana del Proyecto de Protección de los Programas Sociales Federales

en el Contexto de las Elecciones de Julio de 2006, consiste en exigir a las autoridades

de la Administración Pública Federal que garanticen la protección de los programas

sociales federales en los tres órdenes de gobierno a fin de que el gasto social no sea

utilizado con fines proselitistas durante las elecciones de julio próximo.

Para cumplir con esta misión, el Alto Consejo se apoya en el trabajo técnico de un

Comité Ejecutivo nombrado por el PNUD al que, como punto de partida, le

encomendamos la elaboración de un informe diagnóstico sobre el grado de

148

coherencia y solidez de los mecanismos de control institucional vigentes en los

programas sociales federales.

Este informe, titulado "Diagnóstico sobre la vulnerabilidad político-electoral de los

programas sociales federales", se basa en el análisis normativo de ocho programas

federales seleccionados (Oportunidades, Tu Casa, Hábitat, IMSS-Oportunidades,

Seguro Popular, Procampo, Apoyos a la Comercialización y el Programa de

Infraestructura Básica para la Atención de los Pueblos Indígenas), así como de

diversas bases de datos, de la revisión de estudios cualitativos, de resultados del

monitoreo electoral por parte de organizaciones de la sociedad civil; también se

realizaron reuniones y entrevistas con funcionarios, académicos, líderes sociales y

beneficiarios de programas sociales. El riguroso trabajo de investigación documental,

estadística y de campo llevado a cabo por el Comité Ejecutivo durante los meses de

diciembre a febrero de este año ha permitido identificar tanto fortalezas como

debilidades en los mecanismos de protección con que cuentan los programas

federales.

Es con base en este análisis de las condiciones en las que operan los programas

federales de mayor cobertura en el país que el Alto Consejo considera necesario que

se lleven a cabo, de manera inmediata, un conjunto de medidas encaminadas a

fortalecer la protección de los programas sociales federales de cara al proceso

electoral que vive el país. Para ello, el Alto Consejo emite una serie de

recomendaciones a las autoridades de la Administración Pública Federal, estatal y

municipal, dirigidas a minimizar, a partir de medidas preventivas, las posibilidades de

manipulación electoral de los programas sociales por parte de los diferentes actores

de la contienda de julio de 2006.

Al presentar estas recomendaciones, el Alto Consejo exige al gobierno federal que

demuestre y documente las acciones de protección a los programas sociales

federales realizadas durante el proceso electoral federal 2006, de forma tal de

asegurar que se mantengan ajenos a cualquier partido político y no sean utilizados

con fines distintos al de desarrollo social. El Alto Consejo asume el compromiso de

informar a la ciudadanía, con anterioridad a la jornada electoral, sobre a las acciones

llevadas a cabo para este fin, y de dar a conocer su propia valoración acerca de la

coherencia y solidez de dichas acciones.

149

A partir de las obligaciones contraídas por el Gobierno Federal, exigimos el

cumplimiento en lo especial de las siguientes disposiciones:

1. El Acuerdo del Consejo General del Instituto Federal Electoral por el cual se emiten

las reglas de neutralidad para que sean atendidas por el Presidente de la República,

los Gobernadores de los Estados, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, los

Presidentes Municipales, los Jefes Delegacionales en el Distrito Federal y, en su caso,

el resto de los servidores públicos durante el proceso electoral federal 2006, en lo

relativo a abstenerse de realizar, dentro de los cuarenta días naturales anteriores a la

jornada electoral y durante la misma, cualquier campaña publicitaria de programas

de obra pública o de desarrollo social, y de condicionar obra o recursos de programas

gubernamentales a cambio de la promesa del voto a favor o para apoyar la

promoción de determinado partido político, coalición o candidato.

2. El mandato previsto en el artículo 28 de la Ley General de Desarrollo Social, que

establece la obligatoriedad para que la publicidad y la información relativa a los

programas de desarrollo social contenga la siguiente leyenda: "Este programa es

público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines

distintos al desarrollo social", poniendo especial énfasis en que dicha obligatoriedad

se cumpla en la publicidad e información difundida en los medios de comunicación

masiva.

3. El Acuerdo de Creación de la Comisión Intersecretarial de Transparencia y

Combate a la Corrupción, publicado el 4 de diciembre de 2000, que establece la

creación de Comisiones responsables de la transparencia en las dependencias

gubernamentales.

4. El Decreto de Presupuesto de la Federación 2006, que establece la entrega

mensual de los padrones de beneficiarios de los programas sociales por parte de las

dependencias gubernamentales.

5. La Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental

a fin de actualizar permanentemente la información relativa a los programas sociales,

asegurando su claridad y relevancia.

150

6. Conforme a la legislación penal aplicable, las procuradurías de justicia y, en su

caso, las fiscalías de atención de delitos electorales de los estados, turnen a la Fiscalía

Especializada para la Atención de Delitos Electorales de la Procuraduría General de la

República, de forma inmediata, las denuncias sobre delitos electorales en relación a

programas sociales federales.

Recomendaciones para ser atendidas antes de las elecciones de julio de 2006

Se recomienda al Gobierno Federal que:

1. Verifique el cumplimiento del "Pronunciamiento por la Legalidad y Transparencia a

efecto de evitar el uso indebido de los programas y recursos públicos destinados al

desarrollo social durante la campaña electoral del año 2006", firmado el 9 de febrero

por la Comisión Nacional de Desarrollo Social.

2. Informe a la opinión pública sobre el avance de las medidas de protección y

blindaje electoral de los programas sociales que realiza el Gobierno Federal, dando a

conocer a la opinión pública los casos de amonestación, suspensión o inhabilitación

de funcionarios a los que se impute responsabilidad en el uso político-electoral de

los programas sociales.

3. Realice una campaña permanente en los medios de difusión disponibles,

utilizando los tiempos oficiales, sobre el uso no partidista de los programas sociales,

con la finalidad de que la ciudadanía los asuma como un derecho y que adquiera

conciencia de que cuenta con mecanismos para exigir su cumplimiento.

4. Sistematice las experiencias actuales en materia de acciones adicionales de

blindaje realizadas por algunos programas y, con base en su impacto probado, las

aplique en los programas sociales del Gobierno Federal.

5. Difunda entre los beneficiarios de programas sociales, en modalidades que les

sean accesibles, que ninguna autoridad o actor político podrá condicionar la

condonación de un crédito o la entrega de cualquier beneficio de los programas

sociales, ni eximirlos de las obligaciones establecidas en la normatividad a cambio

del voto.

151

6. Realice una campaña especial a nivel nacional acerca de los mecanismos para

presentar denuncias sobre delitos electorales y quejas de irregularidades en la

operación de los programas sociales.

7. Dé a conocer, de manera amplia y accesible al público, el informe mensual de la

Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales acerca del estado que

guardan las denuncias sobre delitos electorales en relación a programas sociales.

Se recomienda a los Gobiernos Estatales y Municipales que:

8. Asuman públicamente su compromiso con la legalidad y la transparencia para

evitar el uso indebido de programas y recursos públicos destinados al desarrollo

social durante el proceso electoral de 2006.

9. Fortalezcan, en sus ámbitos respectivos, los mecanismos e instrumentos de acceso

a la información, transparencia y rendición de cuentas en relación con la operación

de los programas sociales federales.

10. Presenten públicamente y de forma accesible los informes trimestrales sobre el

gasto social federal ejercido por las entidades federativas y municipios.

Se invita a los partidos políticos, las organizaciones de la sociedad civil, las

universidades e institutos de investigación, los organismos empresariales, los

sindicatos, los medios de comunicación y a la población en general a ampliar las

acciones de vigilancia para prevenir y denunciar, en las instancias adecuadas, las

acciones de uso político electoral de los programas sociales.

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155

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157

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158

__________, 2003, Folleto, Dónde, cómo y ante quién denunciar los Delitos Electorales Federales, PGR, México. __________, 2003, Folleto, Delitos Electorales Federales en los que pueden incurrir los funcionarios electorales, PGR, México. __________, 2003, Folleto, Delitos Electorales Federales en los que pueden incurrir los servidores públicos, PGR, México. __________, 2003, Folleto, Delitos Electorales Federales en los que pueden incurrir los funcionarios partidistas y candidatos, PGR, México. __________, 2003, Folleto, Delitos Electorales Federales en los que pueden incurrir cualquier persona, PGR, México. __________, 2003, Folleto, Delitos Electorales Federales que se pueden cometer en elecciones locales, PGR, México. __________, 2003, Folleto, Tipos Penales en Materia Electoral Federal descritos en el Código Penal Federal Título Vigésimo Cuarto, PGR, México. __________, 2003, Folleto, Garantías de la víctima u ofendido, PGR, México. Fromow, Rangel María de los Ángeles, 2004, La procuración de justicia y la reforma penal electoral, FEPADE Difunde, No. 5, PGR. FONHAPO, 2004, Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares, Manual de Operación para el Otorgamiento de Crédito. Garzón Valdés, Ernesto, 2005, Lo Íntimo, lo Privado y lo Público, Manual 6, Instituto Federal de Acceso a la Información. Gómez Tagle, Silvia, Participación Y Volatilidad Electoral: La Nueva Geografía Electoral de La Transición Mexicana, Centro de Estudios Sociológicos, El Colegio de México, Instituto Federal Electoral. ________, 2005, La Alternancia en Chiapas: Lucha Indígena y Preferencias Electorales. ________, 2004, Elecciones Locales en Chiapas 2004: Diputados y Municipios, Chiapas. __________, Cambios y Continuidades en la geografía del comportamiento electoral. Gutiérrez Vega, Mario, 29 de agosto de 2006, Chantaje a la democracia, periódico Reforma, Suplemento Enfoque No. 619. IFAI, Transparencia Acceso a la Información, Marco Normativo. _______, 2005, Colectivo por la Transparencia. Rendición de Cuentas, Acceso a la Información y Transparencia en México. Vol. 1 y 2, México.

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163

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ANEXOS

167

Anexo 1 Programas sociales federales contenidos en la estrategia Contigo y con presupuesto asignado para 2006 Dependen

cia Programa Presupuesto

2006 ($) SEDESOL, Secretaría de educación pública, Secretaría de Salud

Oportunidades (antes Progresa) 35,006,494,562.0

Secretaría de Salud

Seguro Popuilar 17,137,441,143.0

SAGARPA Programa de Atención a Grupos y Regiones Prioritarios a través del Otorgamiento de Apoyos Directos al Productor PROCAMPO

14,755,700,000.0

SAGARPA Apoyos Directos a la Comercialización 5,471,689,534.0

IMSS IMSS-Oportunidades 4,664,013,378.0

SEDESOL Tu casa (a cargo de FONHAPO) (programa antes conocido como VIVAH) 3,165,600,000.0

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indigenas

Infraestructura Básica para la Atención de los Pueblos Indígenas 2,581,900,000.0

SEDESOL Hábitat 2,060,400,000.0

Secretaría de Educación Pública

Modelo Comunitario de Educación Inicial y Básica para Población Mestiza (CONAFE)

1,947,238,450.0

SAGARPA Programa Ganadero (PROGAN) 1,919,900,000.0

Secretaría de Educación Pública

Abatir el Rezago en Educación Inicial y Básica (PAREIB) * 1,844,383,880.0

Secretaría de Economía

Fondo de Apoyo para la Micro. Pequeña y Mediana Empresa (Fondo PYME) 1,742,718,900.0

SAGARPA Alianza para el Campo 1,551,154,386.0

SCT, SEMARNAT, SEDESOL

Empleo Temporal 1,488,000,000.0

Secretaría de

Escuelas de Calidad 1,258,568,128.0

168

Educación Pública Secretaría de Economía

Fondo Nacional de Apoyos para Empresas en Solidaridad (Fonaes) 1,128,681,273.0

Secretaria del Trabajo

Apoyo al Empleo (PAE) 1,027,666,127.0

SEDESOL Abasto Rural (Diconsa) 750,000,000.0

SEDESOL Abasto Social de Leche (LICONSA) 750,000,000.0

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

Albergues Escolares Indígenas 536,700,000.0

SEDESOL Vivienda Rural 500,000,000.0

Secretaría de Economía, Secretaria del Trabajo, SEDESOL

Desarrollo local microrregiones 483,183,987.0

DIF Atención a personas con discapacidad. 435,313,118.0

Secretaría de Educación Pública

Nacional de Becas a la Excelencia Académica y al Aprovechamiento Escolar 426,428,503.0

SEDESOL Opciones productivas. 400,000,000.0

SEDESOL Apoyo Alimentario (Diconsa) 300,000,000.0

SEDESOL Atención a los Adultos Mayores en zonas rurales 300,000,000.0 Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

Fondos Regionales Indígenas 294,300,000.0

SEDESOL Adquisición de Leche Nacional (Liconsa) 250,000,000.0

Secretaria del Trabajo

Apoyo a la Capacitación (PAC) 201,490,662.0

SEDESOL Coinversión Social 196,700,000.0

SEDESOL Jornaleros Agricolas 140,000,000.0

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

Fomento y Desarrollo de las Culturas Indígenas 135,000,000.0

169

SEDESOL 3 x 1 para Migrantes 119,500,000.0

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

Organización Productiva para Mujeres Indígenas 97,600,000.0

Secretaría de Economía

Fondo de Microfinanciamiento a Mujeres Rurales (Fommur) 70,000,000.0

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

Ecoturismo 65,500,000.0

Secretaría de Salud

Atención a la Infancia y Adolescencia 54,738,020.0

SAGARPA Programa normal de sanidades 53,432,051.0

SEDESOL Incentivos Estatales(antes Estatales por Demanda) 50,000,000.0

Secretaría de la Reforma Agraria

Joven Emprendedor Rural y Fondo de Tierras 50,000,000.0

Secretaría de Salud

Comunidades Saludables 44,852,390.0

SEDESOL Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART). 37,590,799.0

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indigenas

Promoción de Convenios en Materia de Justicia 34,400,000.0

Secretaría de Educación Pública

Nacional de Lectura 25,000,000.0

SAGARPA Programa emergente de sanidades 18,000,000.0

SEDESOL Jóvenes por México (antes conocido como Servicio Social Comunitario) 17,000,000.0

Secretaría de Educación Pública

Fortalecimiento de la Educación Especial y la Integración Educativa 16,520,199.0

Secretaría de Educación Pública

Asesor Técnico Pedagógico 15,164,370.0

Secretaría de

Becas para Madres Jóvenes y Jóvenes Embarazadas 10,000,000.0

170

Educación Pública Secretaría de Educación Pública

Educación Primaria para Niñas y Niños Migrantes 6,235,090.0

Fuente: Documento de trabajo para la Integralidad de la Política Social en la Planeación. Gabinete Social y Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación, 2006

171

Anexo 2-1Gasto ejercido 2005 ($) número de beneficiarios y recursos por beneficiario de programas seleccionados

Entidad Federativa

Población Total Gasto ejercido 1/ Beneficiarios Recursos por beneficiario

Gasto ejercido 2/ Beneficiarios Recursos por beneficiario.

Gasto ejercido Beneficiarios Recursos por beneficiario

Gasto ejercido 3/ Beneficiarios Recursos por beneficiario

Aguascalientes 944,285 51,344,403 26,245 1,956 30,273,179 70,072 432 36,358,000 5,899 6,163 67,604,668 11,869 5,696

Baja California 2,487,367 31,777,157 17,891 1,776 118,437,369 199,771 593 41,527,300 282 147,260 119,809,669 4,527 26,466

Baja California Sur 424,041 19,764,075 10,344 1,911 28,191,995 39,642 711 40,149,600 242 165,907 10,844,485 1,081 10,032

Campeche 690,689 110,052,329 56,114 1,961 58,408,468 112,732 518 36,685,300 1,367 26,836 87,751,101 18,181 4,827

Chiapas 2,298,070 1,087,368,401 548,755 1,982 119,817,018 151,123 793 36,371,300 5,410 6,723 577,906,300 37,434 15,438

Chihuahua 542,627 114,540,183 59,529 1,924 72,177,459 129,253 558 36,641,400 4,306 8,509 775,795,695 5,451 142,322

Coahuila 3,917,757 78,012,282 38,982 2,001 54,974,890 83,609 658 50,338,400 39 1,290,728 137,639,517 202,232 681

Colima 3,052,907 31,554,159 16,623 1,898 35,413,836 59,101 599 40,753,900 898 45,383 30,094,989 79,935 376

Distrito Federal 8,605,239 43,932,547 20,500 2,143 139,750,968 46,947 2,977 49,733,200 485 102,543 5,284,097 2,174 2,431

Durango 1,448,661 144,764,890 79,515 1,821 48,955,223 81,958 597 36,448,200 2,752 13,244 528,126,125 75,011 7,041

Guanajuato 4,663,032 464,795,552 257,161 1,807 79,987,868 197,720 405 44,643,500 3,384 13,193 707,707,108 141,089 5,016

Guerrero 3,079,649 627,531,659 285,504 2,198 69,072,147 229,287 301 35,652,500 974 36,604 251,524,599 103,092 2,440

Hidalgo 2,235,591 393,494,258 195,318 2,015 21,284,318 61,086 348 36,391,800 489 74,421 332,393,627 128,215 2,592

Jalisco 6,322,002 297,176,663 163,988 1,812 52,053,142 130,234 400 52,443,600 1,688 31,068 779,659,478 105,423 7,396

México 13,096,686 761,796,749 370,803 2,054 123,254,340 324,066 380 107,456,200 7,730 13,901 486,356,598 182,169 2,670

Michoacán 3,985,667 556,064,702 279,182 1,992 60,030,040 205,091 293 35,542,000 2,371 14,990 598,226,539 139,821 4,279

Morelos 1,555,296 142,255,491 70,968 2,005 39,279,319 91,171 431 36,637,800 712 51,458 61,540,061 20,014 3,075

Nayarit 920,185 94,255,712 44,994 2,095 27,469,247 30,733 894 36,470,400 216 168,844 129,524,904 27,838 4,653

Nuevo León 3,834,141 96,156,606 48,049 2,001 55,682,312 79,421 701 42,944,700 1,956 21,955 190,857,730 23,382 8,163

Oaxaca 3,438,765 821,395,467 414,294 1,983 68,943,400 189,215 364 35,786,900 963 37,162 442,988,994 197,670 2,241

Puebla 5,076,686 756,092,543 388,589 1,946 72,429,545 100,143 723 43,696,400 3,603 12,128 481,458,751 163,772 2,940

Querétaro 1,404,306 147,498,411 69,172 2,132 42,678,469 104,542 408 36,419,000 0 0 125,054,811 34,792 3,594

Quintana Roo 874,963 90,367,626 49,457 1,827 50,763,846 44,972 1,129 36,240,200 1,945 18,632 54,870,746 18,413 2,980

San Luis Potosí 2,299,360 370,271,382 204,967 1,806 43,191,295 66,238 652 35,531,100 2,577 13,788 168,320,698 50,063 3,362

Sinaloa 2,536,844 241,969,445 111,088 2,178 40,840,867 70,828 577 36,511,300 1,379 26,477 749,885,873 67,848 11,052

Sonora 2,216,969 125,582,874 67,440 1,862 66,782,822 140,776 474 36,208,700 2,152 16,826 358,690,212 18,314 19,586

Tabasco 1,891,829 298,747,125 145,905 2,048 35,417,063 75,646 468 35,641,500 3,947 9,030 31,721,531 18,342 1,729

Tamaulipas 2,753,222 165,371,628 85,369 1,937 138,470,006 232,529 595 38,390,200 7,811 4,915 1,269,287,220 63,627 19,949

Tlaxcala 962,646 101,008,382 51,912 1,946 39,798,376 83,345 478 36,711,500 1,698 21,620 165,452,997 39,848 4,152

Veracruz 6,908,975 1,103,413,504 560,176 1,970 100,029,385 223,386 448 59,155,200 3,455 17,122 357,649,299 141,366 2,530

Yucatán 1,658,210 264,618,004 132,696 1,994 74,426,629 113,844 654 36,126,000 1,986 18,190 95,493,380 41,539 2,299

Zacatecas 1,353,610 231,659,791 114,071 2,031 36,738,446 44,429 827 36,670,700 9,485 3,866 881,263,196 100,710 8,751

Total 97,480,277 9,864,634,000 4,985,601 1,979 2,045,023,286 3,812,910 536 1,336,277,800 80,245 16,652 11,060,785,000 2,265,242 4,883

Fuente: Elaboración propia con información de las dependencias.

1/ Incluye sólo a la Sedesol

2/ Al 8 de diciembre de 2005

3/ Al cierre del tercer trimestre 2005

4/ Sin región Lagunera

Oportunidades Hábitat Tu Casa Procampo

172

Anexo 2-2Gasto ejercido 2005 ($) número de beneficiarios y recursos por beneficiario de programas seleccionados

Entidad Federativa Población Total

Gasto ejercido 4/ Beneficiarios Recursos por beneficiario

Gasto ejercido Beneficiarios Recursos por beneficiario

Gasto ejercido

Beneficiarios Recursos por beneficiario

Total gasto de los programas

Aguascalientes 944,285 822,906 117 7,033 198,938,140 280,192 710 0 0 0 385,341,296

Baja California 2,487,367 173,674,179 3,098 56,060 248,149,474 216,283 1,147 3,964,473 2,118 1,872 733,375,147

Baja California Sur 424,041 10,723,630 298 35,985 29,060,593 48,641 597 8,290,006 4,876 1,700 138,734,378

Campeche 690,689 60,391,254 1,587 38,054 113,504,239 206,906 549 31,146,405 30,725 1,014 466,792,691

Chiapas 2,298,070 103,445,289 20,630 5,014 288,031,303 555,331 519 401,222,873 1,091,652 368 2,212,939,611

Chihuahua 542,627 338,223,309 2,035 166,203 81,755,887 133,802 611 60,067,421 5,352 11,223 1,419,133,933

Coahuila 3,917,757 3,328,490 160 20,803 42,610,931 75,487 564 2,611,495 293 8,913 366,904,509

Colima 3,052,907 3,830,392 119 32,188 153,001,065 190,338 804 4,410,121 3,242 1,360 294,648,341

Distrito Federal 8,605,239 0 0 0 84,022,695 209,056 402 20,000,000 178 112,360 322,723,507

Durango 1,448,661 16,533,752 1,269 13,029 22,002,229 65,168 338 34,903,440 12,383 2,819 796,830,419

Guanajuato 4,663,032 92,819,804 10,573 8,779 767,990,525 1,239,768 619 6,697,125 9,470 707 2,157,944,356

Guerrero 3,079,649 0 0 0 87,401,149 176,869 494 277,343,594 273,884 1,013 1,071,182,054

Hidalgo 2,235,591 0 0 0 166,047,683 288,170 576 143,585,747 262,542 547 949,611,686

Jalisco 6,322,002 185,598,467 10,281 18,053 464,116,378 516,398 899 16,054,638 2,547 6,303 1,831,047,729

México 13,096,686 317,242 57 5,566 668,134,435 926,409 721 39,783,117 44,162 901 2,147,315,564

Michoacán 3,985,667 59,552,812 9,297 6,406 57,712,974 174,876 330 25,870,728 28,227 917 1,367,129,067

Morelos 1,555,296 6,175,075 616 10,024 172,426,079 262,305 657 7,532,637 20,577 366 458,313,826

Nayarit 920,185 31,142,215 1,845 16,879 170,542,558 227,446 750 18,108,941 6,626 2,733 489,405,036

Nuevo León 3,834,141 12,199,369 886 13,769 82,212,746 188,077 437 5,096,208 4,428 1,151 480,053,463

Oaxaca 3,438,765 288,261 34 8,478 306,554,454 329,233 931 621,095,951 796,590 780 1,675,957,476

Puebla 5,076,686 1,221,209 566 2,158 568,032,651 802,485 708 180,037,151 336,609 535 1,922,931,098

Querétaro 1,404,306 731,980 239 3,063 35,244,981 134,975 261 13,779,068 20,264 680 387,627,652

Quintana Roo 874,963 789,504 2 394,752 30,780,732 74,397 414 19,635,730 9,503 2,066 263,812,654

San Luis Potosí 2,299,360 17,967,839 522 34,421 406,806,120 450,871 902 125,621,721 83,803 1,499 1,042,088,434

Sinaloa 2,536,844 1,489,606,466 24,177 61,613 387,741,458 455,273 852 24,900,309 12,012 2,073 2,946,555,409

Sonora 2,216,969 541,076,261 6,444 83,966 192,054,884 271,547 707 32,718,406 59,871 546 1,320,395,753

Tabasco 1,891,829 10,776,458 440 24,492 1,289,664,470 1,067,273 1,208 23,128,034 43,362 533 1,701,968,147

Tamaulipas 2,753,222 817,953,052 19,366 42,237 465,971,516 583,618 798 0 0 0 2,895,443,621

Tlaxcala 962,646 194,827 122 1,597 79,072,339 105,598 749 7,187,452 23,589 305 422,238,421

Veracruz 6,908,975 32,667,714 2,112 15,468 518,750,309 750,329 691 284,909,449 135,177 2,108 2,171,665,411

Yucatán 1,658,210 578,097 66 8,759 43,578,781 188,666 231 47,803,393 68,005 703 514,820,891

Zacatecas 1,353,610 944,889 61 15,490 139,363,789 209,074 667 6,308,605 4,122 1,530 1,326,640,811

Total 97,480,277 3,979,384,039 117,019 34,006 8,361,277,567 11,404,861 733 2,493,814,237 3,396,189 734 36,647,381,693

Fuente: Elaboración propia con información de las dependencias.

1/ Incluye sólo a la Sedesol

2/ Al 8 de diciembre de 2005

3/ Al cierre del tercer trimestre 2005

4/ Sin región Lagunera

Apoyos a la comercialización Seguro Popular Pibai

173

Anexo 3

Diagnóstico sobre la información de ocho programas sociales publicada en los portales de transparencia de la Administración Pública Federal 1

Introducción

Este diagnóstico pretende evaluar la transparencia y el acceso a la información de

ocho programas sociales administrados por distintas dependencias y entidades de la

Administración Pública Federal. Con tal propósito, se ha empleado la metodología

diseñada y puesta en práctica por el Instituto Federal de Acceso a la Información

Pública (IFAI) para evaluar la transparencia y el acceso a la información pública

gubernamental y que permite, verificar el cumplimiento de las diversas disposiciones

establecidas en el marco legal aplicable. Por tanto, se analizarán los atributos de la

información relacionada con los programas sociales en dos vertientes, la información

de los programas publicada en los Portales de Obligaciones de Transparencia de

cada dependencia o entidad responsable del programa y, las respuestas otorgadas a

los ciudadanos con motivo de las solicitudes de información ingresadas al Sistema

que administra ese Instituto (SISI) y que están, directamente relacionadas, a dichos

programas.

Este esfuerzo tiene como objetivo principal identificar áreas de oportunidad que

promuevan un mayor grado de transparencia y facilidad de acceso a la información.

Lo anterior cobra importancia en un contexto en el que los programas sociales

surgen como una fuerte demanda ciudadana y donde el gobierno federal destina

una suma considerable de recursos públicos para atender dicha demanda.

Antecedentes La transparencia es un requerimiento que se origina en la necesidad de conocer la

forma de actuación de los gobernantes. Los rubros que integran el conjunto de las

actuaciones del gobierno involucran distintos temas, características e impacto. Por lo

que, el acceso a los documentos que contienen la información relacionada con cada

acción del gobierno se vuelve un imperativo apremiante. No obstante, hacer

1 Producido por la Dirección General de Coordinación y Vigilancia de la Administración Pública Federal del IFAI, 7 Febrero, 2006 .

176

subsidios. Dicha información deberá actualizarse cada tres meses y contener, por lo

menos, los siguientes elementos:

I. El nombre o denominación del programa;

II. La unidad administrativa que lo otorgue o administre;

III. La población objetivo o beneficiaria, así como el padrón respectivo con el

nombre de las personas físicas o la razón o denominación social de las personas

morales beneficiarias;

IV. Los criterios de la unidad administrativa para otorgarlos;

V. El periodo para el cual se otorgaron;

VI. Los montos, y

VII. Los resultados periódicos o informes sobre el desarrollo de los programas”.

El estudio no sólo verificó el cumplimiento de las obligaciones de transparencia en la

publicación de la información correspondiente a los ocho casos de estudio; sino que,

en un esfuerzo por conocer la calidad de la información publicada, se evaluó cada

uno de los atributos de transparencia y acceso a la información. Para lograr lo

anterior se analizó la información de los programas a la luz de sus propias Reglas de

Operación, considerando que de esta forma podría conocerse su relevancia, calidad y

confiabilidad.

La evaluación de la información se circunscribe a la información publicada en el

portal de obligaciones de transparencia de la dependencia o entidad responsable del

programa para emplear el marco normativo aplicable. La verificación del

cumplimiento de las obligaciones de transparencia se llevó a cabo en el periodo

comprendido entre el 26 de enero y el 1 de febrero del año en curso.

El primer caso de estudio fue el Programa para el Desarrollo Humano Oportunidades,

cuyos resultados se muestran en el siguiente cuadro (Cuadro 2).

Cuadro 2 Programa para el Desarrollo Humano Oportunidades

Cumple / No Cumple

Observaciones

I. Nombre o denominación del programa

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

II. Unidad administrativa que otorga o administra el

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

177

programa

III. Población objetivo o beneficiaria

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

IV. Padrón de beneficiarios (personas físicas o morales)

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

V. Criterios de la unidad administrativa para

otorgarlos

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VI. Periodo para el que se otorgaron

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VII. Montos de los apoyos ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VIII. Resultados periódicos o informes sobre el desarrollo

de los programas

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

Fuente: http://www.progresa.gob.mx/transparencia/fraccion11indice.htm

La Coordinación Nacional del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades

publica en su portal de obligaciones de transparencia la información

correspondiente a cada elemento requerido por esta fracción. Su presentación fue

evaluada positivamente debido a que se publica la información completa del

Programa, misma que es congruente con lo establecido en las Reglas de Operación

del mismo. Se consideró como información confiable, por publicar de la misma

forma, la normatividad aplicable al programa, se consideró oportuna por publicar

información actualizada, así también, la presentación de la información facilita su uso

y comprensión.

Cuadro 3 Programa Hábitat

Cumple / No Cumple

Observaciones

I. Nombre o denominación del programa

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

II. Unidad administrativa que otorga o administra el

programa

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

III. Población objetivo o beneficiaria

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

IV. Padrón de beneficiarios (personas físicas o morales)

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

V. Criterios de la unidad administrativa para

otorgarlos

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VI. Periodo para el que se otorgaron

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

178

VII. Montos de los apoyos ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VIII. Resultados periódicos o informes sobre el desarrollo

de los programas

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

Fuente: http://www.sedesol.gob.mx/transparencia/fraccionXI.htm http://www.sedesol.gob.mx/subsecretarias/desarroll ourbano/programahabitat.htm http://www.sedesol.gob.mx/transparencia/archivos_transparencia/padron_habitat.pdf http://www.sedesol.gob.mx/cuentas/reporte_tercer_trimestre_2004/09Habitat.pdf

Para el Programa Hábitat fue posible identificar la publicación de cada uno de los

elementos que establece el artículo 7 de la Ley. La presentación de la información

facilita su uso de forma expedita y su publicación atiende de forma positiva cada uno

de los atributos que evalúan la transparencia y el acceso a la información de la

misma. Además, la información publicada está actualizada y fue posible considerarla

completa y confiable.

179

Cuadro 4 Programa de Infraestructura Básica para la Atención de los Pueblos Indígenas

Cumple / No Cumple

Observaciones

I. Nombre o denominación del programa

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

II. Unidad administrativa que otorga o administra el

programa

û No se publica el nombre de la unidad administrativa encargada del

programa; en las Reglas de Operación sólo se hace referencia a ella como

“unidad administrativa responsable”. III. Población objetivo o

beneficiaria ü Cumple con todo, no hubo

observaciones. IV. Padrón de beneficiarios (personas físicas o morales)

û No se publica el padrón de beneficiarios del programa.

V. Criterios de la unidad administrativa para

otorgarlos

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VI. Periodo para el que se otorgaron

û No fue posible identificar la periodicidad de entrega de los apoyos

del programa. VII. Montos de los apoyos û Se establecen límites de los apoyos; sin

embargo, no se detalla en cantidad líquida el apoyo ni se ofrece una

explicación para el cálculo del mismo. VIII. Resultados periódicos o informes sobre el desarrollo

de los programas

û No se publican resultados, informes o evaluaciones del programa.

Fuente: http://www.cdi.gob.mx/index.php?id_seccion=11

En el caso del Programa de Infraestructura Básica para el Desarrollo de los Pueblos

Indígenas, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, entidad

responsable de administrar el programa, publica de forma incompleta la información

correspondiente al mismo. Lo anterior debido a que tan sólo publica las Reglas de

Operación del Programa, documento en el que no se establece la unidad

administrativa encargada de administrar el mismo. Respecto a la información que

refiere a la población objetivo, fue posible identificar en las Reglas de Operación las

características de la población a la que se dirige el programa, pero no fue posible

identificar la publicación del padrón de beneficiarios del programa. Así también, no

fue posible identificar la publicación de los periodos en los que se entregan los

apoyos del programa. Respecto a los montos de los apoyos, las Reglas de Operación

únicamente establecen topes máximos de los apoyos, por lo que no fue posible

conocer en cantidad líquida los montos de los apoyos ni la forma en la que se

180

calculan. En la fracción XI del portal de obligaciones de transparencia, la entidad

tampoco publica los informes de evaluación y/o resultados del programa.

Cuadro 5 Programa de ahorro, subsidio y crédito para la vivienda progresiva “Tu Casa”

Cumple / No Cumple

Observaciones

I. Nombre o denominación del programa

û No se publica el nombre del programa conforme lo establecen las reglas de

operación. II. Unidad administrativa que

otorga o administra el programa

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

III. Población objetivo o beneficiaria

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

IV. Padrón de beneficiarios (personas físicas o morales)

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

V. Criterios de la unidad administrativa para

otorgarlos

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VI. Periodo para el que se otorgaron

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VII. Montos de los apoyos ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VIII. Resultados periódicos o informes sobre el desarrollo

de los programas

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

Fuente: http://www.fonhapo.gob.mx/ , Portal de Obligaciones de Transparencia, Fracción XI.

En el caso del Programa de ahorro, subsidio y crédito para la vivienda progresiva “Tu

Casa”, el Fideicomiso del Fondo Nacional de Habitaciones Populares, entidad

encargada de administrar el programa, publica la información completa y actualizada

en su portal de obligaciones de transparencia. Así también, se considero que dicha

publicación atiende positivamente cada uno de los atributos de la transparencia y el

acceso a la información.

181

Cuadro 6 Programa de Apoyos Directos al Campo “Procampo”

Cumple / No Cumple

Observaciones

I. Nombre o denominación del programa

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

II. Unidad administrativa que otorga o administra el

programa

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

III. Población objetivo o beneficiaria

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

IV. Padrón de beneficiarios (personas físicas o morales)

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

V. Criterios de la unidad administrativa para

otorgarlos

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VI. Periodo para el que se otorgaron

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VII. Montos de los apoyos ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VIII. Resultados periódicos o informes sobre el desarrollo

de los programas

û No se publican los informes de resultados del programa.

Fuente: http://www.sagarpa.gob.mx/DesktopServlet?action=content&provider=iwtFrontProvider

Para el caso del Programa de Apoyos directos al campo “Procampo” y del Programa

de Apoyos directos a la Comercialización Agropecuaria, la Secretaría de Agricultura,

Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación publica en su portal de

obligaciones de transparencia la información correspondiente a cada uno de ellos.

Sin embargo, cabe hacer mención que la dependencia no publica los informes de

resultados y/o evaluación de los programas.

182

Cuadro 7 Programa de de Apoyos Directos a la Comercialización Agropecuaria “Aserca”

Cumple / No Cumple

Observaciones

I. Nombre o denominación del programa

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

II. Unidad administrativa que otorga o administra el

programa

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

III. Población objetivo o beneficiaria

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

IV. Padrón de beneficiarios (personas físicas o morales)

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

V. Criterios de la unidad administrativa para

otorgarlos

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VI. Periodo para el que se otorgaron

ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VII. Montos de los apoyos ü Cumple con todo, no hubo observaciones.

VIII. Resultados periódicos o informes sobre el desarrollo

de los programas

û No se publican los informes de resultados del programa.

Fuente: http://www.sagarpa.gob.mx/DesktopServlet?action=content&provider=iwtFrontProvider

Para el caso del Programa IMSS-Oportunidades la verificación del cumplimiento de

las obligaciones de transparencia derivó en un resultado negativo, debido a que en

ninguna fracción del portal de obligaciones de transparencia del Instituto Mexicano

del Seguro Social fue posible identificar información del programa. Más aún, dicho

Instituto publica la leyenda “No aplica” en la fracción XI de su portal, haciendo

referencia a que la entidad no administra u otorga algún programa de subsidio.

Situación similar fue identificada para el Programa Seguro Popular, mismo que es

administrado por la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, órgano

desconcentrado de la Secretaría de Salud. Lo anterior debido a que la Secretaría de

Salud, dependencia encargada de administrar el programa, no publica información

del Programa en su portal de obligaciones de transparencia, por lo que no fue

posible evaluar los atributos de la información de dicho programa.

De la verificación anterior se desprende que el cumplimiento de las obligaciones de

transparencia contenidas en el artículo 7 de la LFTAIPG varía para cada programa.

Resulta interesante observar cómo la publicación de la información de algunos

185

Dados estos resultados, se consideró ilustrativo evaluar el desempeño de cada

dependencia en las respuestas otorgadas. Lo anterior, con el propósito de conocer la

forma en que las dependencias y entidades entregaron la información, así como la

calidad de la misma. Se evaluó el desempeño de cinco dependencias y entidades por

ser ellas las que concentraron el 87.1% del universo de las solicitudes de la muestra,

por tanto, se evaluó a la Secretaría de Salud (SSA), a la Secretaría de Desarrollo Social

(SEDESOL), al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a la Coordinación Nacional

del Programa para el Desarrollo Humano Oportunidades (OPORTUNIDADES) y,

Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (ASERCA). Su desempeño fue

el siguiente:

Cuadro 9

0%

50%

100%

Con

sist

enci

a

Info

rmac

ión

com

plet

a

Rel

evan

cia

Con

fiabi

lidad

Opo

rtuni

dad

yN

odi

scrim

inac

ión

SECRETARIA DE SALUD

Universo: 34 solicitude s atendidas por la dependencia.

En el caso de la Secretaría de Salud, la mayor parte de las solicitudes que atendió la

dependencia resultaron evaluadas positivamente, sin embargo, en tan sólo el 75% de

ellas se entregó información relevante y sólo en el 70%, la información fue

considerada confiable. La mayor parte de las solicitudes atendidas por dicha

dependencia estuvieron relacionadas al Programa Seguro Popular, mismas que

requerían información relativa al presupuesto del programa, a su cobertura y a los

requisitos para afiliarse al mismo. En la mayoría de los casos se observó que la

dependencia no instruye al solicitante sobre la información que se está entregando o

bien, no se entregan al solicitante los documentos con los requisitos que brindan

confiabilidad. Para el caso de la dependencia, aunque en un 81% se entregó la

información completa, fue posible observar que en el resto de las solicitudes se

186

entregó parte de la información solicitada, sin explicar al solicitante las razones por

las que no se entregó la información completa.

Cuadro 10

0%20%40%60%80%

100%

Con

sist

enci

a

Info

rmac

ión

com

plet

a

Rel

evan

cia

Con

fiabi

lidad

Opo

rtuni

dad

yN

odi

scrim

inac

ión

SECRETARÍA DE DESARROLLO SOCIAL

Universo: 35 solicitudes atendidas por la dependencia .

En el caso de la Secretaría de Desarrollo Social, fue preocupante observar que tan

sólo un 39% de las solicitudes atendidas la información entregada fue relevante y en

un 35% de ellas se entregó información confiable. Se observó que la mayor parte de

las solicitudes requerían información sobre el Programa para el Desarrollo

Humano Oportunidades y sobre el Programa Hábitat. Fue predominante el

número de ellas en las que se requirió información relativa al presupuesto asignado y

ejercido de los programas, y sobre los montos y periodos en que se otorgaron los

apoyos de los mismos. Como un patrón en las respuestas que la dependencia otorgó,

no se atendió de forma completa la solicitud al dar respuesta en muchos casos sólo a

parte de la información solicitada.

Para el caso de la SEDESOL, aunque en un 68% de los casos se consideró que la

respuesta contenía información completa, fue posible identificar que para el resto de

las solicitudes la dependencia tan sólo otorgó acceso a parte de la información

solicitada, sin orientar al particular sobre las razones por las que no se entregó toda la

información solicitada. Asimismo, se observó que en estos casos la información que

no se entregó refiere al padrón de beneficiarios del programa Hábitat y a los

informes de ejecución del presupuesto para el mismo programa. Como patrón en las

respuestas otorgadas fue posible identificar que la dependencia no ofrecía

información sobre los responsables de la información otorgada. En algunos casos, se

otorgó información que no facilitaba su uso e interpretación por el tipo de archivos

189

Cuadro 13.

0%

50%

100%

Cons

isten

cia

Info

rmac

ión

com

plet

a

Rele

vanc

ia

Conf

iabi

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Opo

rtuni

dad

yNo

disc

rimin

ació

n

COORDINACIÓN NACIONAL PARA EL DESARROLLO HUMANO OPORTUNIDADES

Universo: 51 solicitudes atendidas por la entidad. Para el caso de la Coordinación Nacional para el Desarrollo Humano Oportunidades,

en el 36% de los casos las solicitudes fueron evaluadas positivamente en términos de

relevancia; de lo anterior se desprende que en el resto de las mismas se entregó

información superflua o bien, se entregaron documentos sin instruir al particular

sobre la forma de localizar la información. De la misma forma, fue posible observar

que tan sólo en un 34% de los casos se entregó información confiable, esto implica

que en reiteradas ocasiones no se entregó la información en los formatos

correspondientes que brindaran una mayor confiabilidad sobre la información

otorgada. Cabe hacer mención que aunque en un 72% de los casos, la entidad

otorgó la información completa conforme a lo solicitado, fue posible identificar que

la información que se omitió entregar refiere al presupuesto asignado y ejercido para

el Programa Oportunidades, así como información relativa a los requisitos de ingreso

al programa y los padrones de beneficiarios con que cuenta. En algunas ocasiones

también se evaluó negativamente el atributo de “No discriminación” debido a que

fue posible observar que la información se entregó en un programa especializado

denominado “debase”, mismo que no facilitó el uso e interpretación de la

información entregada. Lo anterior, ocurrió sin que la entidad ofreciera al particular

la orientación debida para el uso de la información. Cabe mencionar también que en

repetidas ocasiones la entidad remitió al solicitante a buscar la información en sitios

de Internet, sin ofrecerle instrucciones para la localización de la información

impidiendo con esto el acceso a la misma.

191

Anexo 4

Nota técnica para la construcción de una tipología de observación

para la protección de programas sociales

En el capítulo 6 del informe se menciona la importancia de fortalecer la identificación

de los lugares en los que debe realizarse la observación de la presencia o ausencia de

prácticas que vulneren el ejercicio del voto. Para este fin, se optó por clasificar a los

municipios en función de las teorías que señalan la existencia de una relación entre

programas sociales y procesos electorales.

En este sentido, el primer paso fue identificar las hipótesis, las variables, así como los

índices que fueron utilizados como proxies de medición de los conceptos en

cuestión. Este material está contenido en el mismo capítulo. En segundo lugar se

eligió la técnica estadística y; finalmente, se realizaron los cálculos estadísticos

pertinentes. En esta nota se exponen los dos últimos pasos.

Técnica empleada para la construcción de la tipología

Las variables empleadas tienen métricas distintas: el índice de marginación es una

variable continua con valores que van de -2.44852 a 3.38964; el índice de

competencia electoral es una variable de escala de intervalo, con valores mínimo de

0 y máximo de 7; el índice de igualdad municipal2 es continuo y tiene un rango de 0 a

1; y el de carencia institucional3 es una variable continua con una escala de 0 a 100.4

Dada la diversidad de tipos de variables y escalas se consideró que era posible aplicar

una técnica estadística que permitiera reducir el tamaño del espacio de medición y

mejorar las posibilidades de interpretación de los datos. Se optó por el Análisis de

Componentes Principales (ACP)

La técnica del ACP genera un conjunto de variables nuevas, llamadas componentes,

que se caracterizan porque:

2 Para alinear el índice de desigualdad municipal con el de competencia electoral y ma rginación se hizo la transformación en su inverso aditivo y se obtuvo el índice de igualdad municipal . La escala de valores se mantiene igual a la del índice original. 3 Se procedió de la misma forma que en el caso anterior. 4 Se consideró el grado de afin idad operative, que es una variable de escala de intervalo que va de 1 a 5. Los ejercicios relizados con esta proxy de posibilidad de focalización la rebelaron como poco significativa en terminus estadísticos, por lo que fue excluida de la definición final de la tipología

195

En primer lugar se dividió el conjunto de municipios en deciles, realizando una

comparación entre ellos para determinar cuáles tenían características similares en las

variables de clasificación. Posteriormente se buscaron formas de reagrupación de los

deciles de forma tal que los nuevos grupos cumplieran con los requisitos de

conjuntar municipios de características similares y evitar la concentración excesiva

de la población en un solo grupo.

El resultado fue la conformación de cinco grupos: el primero corresponde al decil 1,

el segundo al 2, el tercero a los deciles 3 y 4, el cuarto al 5, 6 y 7 y el quinto al 8, 9 y 10.

Para corroborar la corrección estadística de esta agrupación se realizó un análisis de

varianza cuyos resultados se presentan en el cuadro 5. Se puede observar que el

estadístico F, de Fisher, tiene valores notablemente superiores a 1 en todos los casos.

Eso quiere decir que las medias correspondientes a cada quintil son

significativamente distintas, lo que significa que cada quintil es distinto los otros

cuatro desde la perspectiva de las cuatro variables empleadas para la clasificación.

196

Cuadro 5

Análisis de varianza

Suma de cuadrados

grados de libertad

Media al cuadrado

Estadístico F

Significancia

Deficiencias municipales* Quintil

Entre grupos (combinado)

266725.678 4 66681.42 426.04 0.000

Dentro de grupos

358887.988 2293 156.515

Total 625613.666 2297

Igualdad municipal * Quintil

Entre grupos (combinado)

4.242 4 1.061 718.294 0.000

Dentro de grupos

3.385 2293 0.001476

Total 7.627 2297

Competencia electoral * Quintil

Entre grupos (combinado)

4442 4 1110.5 435.476 0.000

Dentro de grupos 5847.335 2293 2.55

Total 10289.336 2297

Índice de marginación * Quintil

Entre grupos (combinado)

1343.833 4 335.958 837.147 0.000

Dentro de grupos 920.211 2293 0.401

Total 2264.044 2297

El resultado del proceso es la formación cinco grupos. El primero y el segundo tienen

10 por ciento de los municipios cada uno; el tercero, 20 por ciento; y el cuarto y el

quinto, 30 por ceinto cada uno.

Para tener una idea de los alcances y límites de la clasificación lograda se presentan

las características de los grupos referentes a dos variables: grado de marginación y

tipo de municipio (en la dimensión urbano y rural). En ambos casos se presenta la

categoría que agrupa al porcentaje mayor de municipios dentro de cada quintil.

197

Quintil Grado de

marginación Tipo (urbano-

rural)

1 Muy bajo Urbano

2 Bajo Urbano

3 Medio Mixto

4 Alto Mixto

5 Alto Rural

Se observa que ningún quintil es igual en tanto que no comparten simultáneamente

las características en ambas categorías. En el caso de los quintiles 4 y 5, aunque

comparten el grado de marginación principal, el primero es principalmente mixto y

el segundo fundamentalmente rural. Sucede algo similar con los quintiles 1 y 2, y 3 y

4, cuyos tipos principales son iguales pero difieren en el grado de marginación.

El límite está dado por los grados de marginación y los tipos en el espectro urbano-

rural que sin ser los principales son significativos y que se traslapan entre quintiles.

Esto se puede observar con mayor detalle en el cuerpo del capítulo 6.