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FICHA TÉCNICA > HIGIENE INDUSTRIAL 54 Noviembre de 2008 Gestión Práctica de Riesgos Laborales 50 AUTOR: MONTERO, Luis F. TÍTULO: Real Decreto 396/2006, un gran aliado para el estudio de la expo- sición al amianto FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos Laborales, nº 54, pág. 50, noviembre 2008. RESUMEN: Mediante el Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto. Pero, ¿dónde puede encontrarse? ¿Cómo sa- ber cuando el riesgo es alto? El artículo responde a éstas y otras cuestiones, y analiza la evolución de la exposición de los trabajadores a este material en España. Dos años después de la entrada en vigor del RD, el aumento en el núme- ro de muestras refleja que empresarios y trabajadores son cada vez más cons- cientes de los riesgos. DESCRIPTORES: Higiene industrial Amianto Construcción Evaluación de riesgos Real Decreto 396/2006 Real Decreto 396/2006, un gran aliado para el estudio de la exposición al amianto Para conocer los lugares donde puede estar presente el amianto, y sus diferentes formas, se puede elaborar un catálogo de las zonas del edifcio que lo contengan en sus materiales, establecer un plan de revisiones periódicas o realizar mediciones ambientales que aseguren que no hay riesgo de exposición. Luis F. Montero, responsable técnico del Laboratorio Químico de la Sociedad de Prevención Fremap y miembro de la Asociación de Sociedades de Prevención de las Mutuas de Accidentes de Trabajo (Asprem). 050_Amianto.indd 50 050_Amianto.indd 50 27/10/2008 9:55:19 27/10/2008 9:55:19

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FICHA TÉCNICA

> HIGIENE INDUSTRIAL

Nº 54 • Noviembre de 2008Gestión Práctica deRiesgos Laborales50 •

AUTOR: MONTERO, Luis F.

TÍTULO: Real Decreto 396/2006, un gran aliado para el estudio de la expo-sición al amianto

FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos Laborales, nº 54, pág. 50, noviembre 2008.

RESUMEN: Mediante el Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto. Pero, ¿dónde puede encontrarse? ¿Cómo sa-ber cuando el riesgo es alto? El artículo responde a éstas y otras cuestiones, y analiza la evolución de la exposición de los trabajadores a este material en España. Dos años después de la entrada en vigor del RD, el aumento en el núme-ro de muestras refleja que empresarios y trabajadores son cada vez más cons-cientes de los riesgos.

DESCRIPTORES: • Higiene industrial• Amianto• Construcción• Evaluación de riesgos• Real Decreto 396/2006

Real Decreto 396/2006,

un gran aliado para el

estudio de la exposición

al amianto

Para conocer los lugares donde puede estar presente el amianto, y sus

diferentes formas, se puede elaborar un catálogo de las zonas del edifcio

que lo contengan en sus materiales, establecer un plan de revisiones

periódicas o realizar mediciones ambientales que aseguren que no hay

riesgo de exposición.

Luis F. Montero, responsable técnico del Laboratorio Químico de la Sociedad de Prevención Fremap y miembro de la Asociación de Sociedades de Prevención de las Mutuas de Accidentes de Trabajo (Asprem).

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D os años después de la aparición del Real Decreto 396/2006 de 31 de marzo, por el que se establecieron las disposiciones mínimas de seguri-

dad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto, es un buen momento para plantearse si ha cambiado la situación con respecto a la exposición de los trabajadores al amianto en España. En los últimos años ha habido un cambio en la cantidad y en el tipo de mues-tras recibidas, como muestran el Gráfico 1 (página 52), donde se puede ver la evolución del número procedente de muestreos en aire, y el 2 (página 52), que especifica la distribución en cuanto al ti-po de fibras muestreadas.

Como puede observarse, el incremento en el número de muestras es constante en relación con 2005, aproximadamente un 14% más en 2006, y casi un 40% más en 20071. En cuanto a la distribución por tipo de fibra muestreado, no se han detectado cambios significativos al ana-lizar los datos. Sin embargo, si se observan los datos relativos al número de muestras de mate-riales recibidas para la identificación del posible contenido en amianto, sí se detectan cambios realmente significativos (Gráfico 3, página 54).

El espectacular aumento del número de mues-tras para la identificación de la presencia de amianto en materiales en estos dos años (un 150% más) refleja un cambio profundo en la percepción de la sociedad en general, y de las personas que traba-jan en la prevención de riesgos. La generalización del conocimiento de los riesgos del amianto2 ha logrado que empresarios y trabajadores sean más conscientes de los riesgos y de forma inmediata soliciten, ante cualquier sospecha de estar frente a un material que pueda contenerlo, el asesoramien-to de los técnicos de prevención.

Es conveniente recordar qué es el amianto y donde puede encontrarse ya que, aunque co-nocido y usado desde la antigüedad, su paulatina desaparición de la vida cotidiana en las últimas dé-cadas ha hecho que pueda pasar desapercibido. El término comprende un conjunto de seis minera-les, silicatos fibrosos, de origen natural. Dentro del amianto cabe distinguir dos grupos diferentes, los anfíboles y las serpentinas. En la naturaleza apare-cen numerosos minerales pertenecientes a estos grupos citados, si bien la mayoría de ellos no es fibrosa, por tanto, no es amianto.

El grupo de la serpentina incluye minerales como la lizardita y la antigonita, pero la única ser-pentina fibrosa es el crisotilo o amianto blanco. El grupo de los anfíboles incluye las otras cinco variedades del amianto: la amosita o amianto marrón, la crocidolita o amianto azul, y las va-riedades fibrosas de la actinolita, tremolita y an-tofilita. Además, existen otros anfíboles como la riebekita, la grunerita y las variedades no fibrosas de actinolita, tremolita y antofilita; ninguna entra dentro de las variedades del amianto al no ser fibrosas. La composición química de estos mine-rales tiene importancia a la hora de su identifica-ción en el laboratorio y se resume en la Tabla 1 (página 54).

Las propiedades físicas de las fibras de amian-to, como su resistencia a la tensión, superior a la del acero, su gran estabilidad frente al calor, las bajas conductividades térmica y eléctrica, una gran resistencia a los agentes químicos y a la abra-sión, se conjugan con la estructura fibrosa que le aporta la propiedad de ser fácilmente divisible en pequeñas fibras, lo que facilita la formación de te-jidos; esto hace del amianto un material con una amplia gama de usos en la industria y el quehacer del hombre.

No obstante, en la antigüedad, el amianto no se utilizó mucho y sólo en pequeñas cantidades; aunque sus propiedades físicas de fuerza tensil, resistencia química e incombustibilidad han esti-mulado la búsqueda de diferentes aplicaciones prácticas a lo largo de la historia. Por su carácter ignífugo y escasa conductividad térmica, el amian-to se ha utilizado para la fabricación de numero-sos productos aislantes térmicos y de protección frente al fuego. Puede encontrarse, como fibras sueltas, en las cámaras de aire de cubiertas, facha-das o falsos techos, o en revestimientos aislantes térmicos, acústicos, de protección contra el fuego,

1 Los datos corresponden a la investigación de los laboratorios centrales de la Sociedad de Prevención de Fremap donde, en su área de microscopia dedicada a la identificación de amianto en materiales y al recuento de fi-bras en el ambiente, se ha constatado cierto cambio tanto en la cantidad como en el tipo de muestras recibidas que pueden usarse como orientación sobre la situación actual.

2 Gracias a los esfuerzos de los técnicos de prevención de los servicios de prevención y mutuas, las instituciones como el Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) y diferentes asociaciones, como la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales.

La generalización del conocimiento

de los riesgos del amianto ha

logrado que empresarios y

trabajadores sean más conscientes

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solo o mezclado con adhesivos y aglutinantes que fijan las fibras al soporte.

También está presente en aislamientos en barcos y vagones de trenes, introducido entre las placas metálicas de los mamparos3. Igualmente la facilidad de preparar tejidos con las fibras de amianto hace que pueda encontrarse en mantas aislantes, en forma de cordones en juntas de cal-

deras y tuberías, y en las calorifugaciones para el aislamiento de maquinarias o tuberías a elevadas temperaturas.

Así, se desarrolló una industria que prepara-ba materiales prefabricados para la construcción y otras industrias donde se mezclaban las fibras de amianto con otros materiales. Mezclado con yeso y fibras vegetales se obtenían plaquetas de falsos techos, se empleó junto con arcillas para fabrica-ción de tejas y ladrillos, y en conjunto con cemento para la obtención de los conocidos productos de fibrocemento, como la uralita. Se puede encontrar en las losetas vinílicas, donde se añadía para dar-las mayor resistencia y duración. Mezclándolo con otros minerales y sustancias aglutinantes se obte-nían pastillas de freno, discos de embrague, etc.

Identificando el amianto

El técnico de prevención debe conocer las distintas formas y lugares donde puede estar pre-sente el amianto, ya que el decreto indica que, antes del comienzo de la obra, se deberán tomar todas las medidas adecuadas para identificar los materiales que puedan contener amianto. Esta identificación deberá quedar reflejada en el estu-dio de seguridad y salud o en las evaluaciones de riesgos correspondientes.

La identificación de los materiales que pue-dan contener amianto puede realizarse recabando información de los propietarios, sin embargo, en construcción no siempre se dispone de informa-ción fiable de los materiales empleados, no sólo en la construcción inicial del edificio, sino en las posibles reparaciones, remodelaciones, etc., que hayan tenido lugar a lo largo del tiempo, por lo que en muchas ocasiones puede ser necesario realizar un estudio específico sobre la presencia de amianto mediante la toma de muestras y su análisis en un laboratorio especializado.

La Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales ha publicado un texto denominado Prospección sobre la presencia de amianto o de materiales que lo contengan en edificios. Iden-tificación práctica de amianto en edificios y me-todologías de análisis que, junto con las notas técnicas de prevención del INSHT números 632 y 633, pueden ser de gran ayuda a la hora de investigar la presencia de amianto en un edificio. La Tabla 2 (página 55), basada en estas publica-ciones, sirve de ejemplo.

Una vez identificados los puntos donde se encuentra el amianto, es preciso realizar una eva-

3 Construcción de madera o plancha en po-sición vertical, con las cuales se forman los compartimentos de a bordo de los barcos.

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GRÁF ICO 1

Muestras ambientales: evolución del número

de muestras tomadas

Fuente: Laboratorios Centrales de la Sociedad de Prevención de Fremap

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Amianto F. Artificiales No indicado

GRÁF ICO 2

Muestras ambientales: distribución por tipo de fibra

Fuente: Laboratorios Centrales de la Sociedad de Prevención de Fremap

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luación de la necesidad o no de su retirada. Este punto tiene su importancia, ya que un material no friable, en buen estado de conservación, tiene un riesgo muy bajo de desprender fibras de amianto, que puede no compensar el que conlleva consigo la manipulación necesaria para su retirada y elimi-nación. En estos casos puede ser más recomen-dable fijar una revisión periódica para verificar su estado que su retirada.

La elaboración de un catálogo de las zonas del edificio donde hay amianto en los materiales, junto con un plan de revisiones periódicas de su estado, puede convertirse en una herramienta preventiva de utilidad4. Sin embargo, la apren-sión que produce el amianto fuerza la retirada de estos materiales, incluso en los casos en los que no sería necesario. Una manera de reducir la

inquietud podría ser la realización de mediciones ambientales que aseguren que no existe riesgo de exposición al amianto.

Estas mediciones son económicas y rápidas de hacer, sin embargo, los resultados obtenidos se encuentran con un problema: en España sólo se ha establecido que “los empresarios deberán asegurarse de que ningún trabajador está ex-puesto a una concentración de amianto en el aire superior al valor límite ambiental de exposi-ción diaria (VLA-ED) de 0,1 fibras por centímetro cúbico, medidas como una media ponderada en el tiempo para un período de ocho horas”. Esto no es realmente aplicable a este tipo de situacio-nes, ni siquiera a las mediciones que se realizan después de la limpieza de una zona donde se ha retirado amianto, antes de que los empleados vuelvan a ocupar sus puestos.

Varios autores y grupos de trabajo tienen es-timaciones que indican 0,0005 fib/cc medidas con microscopía óptica (Air quality guidelines for Europe, 1987, World Health Organization). En otros trabajos, como Prospección sobre la presen-

cia de amianto o de materiales que lo contengan en edificios. Identificación práctica de amianto en edificios y metodologías de análisis, de la Funda-ción para la Prevención de Riesgos Laborales, se indica 0,02 fib/cc. Por su parte, el Approved code of practices (ACOP) británico para trabajos con amianto establece un valor de 0,01 fibras/cm3 co-mo indicador de limpieza, después de un trabajo de desamiantado. Conviene subrayar que el valor citado del ACOP debe ser considerado sólo como indicador de la limpieza de la zona desamiantada, y no como un valor ambiental aceptable de modo permanente para las personas que luego vayan a estar de forma continua en esa zona.

En cuanto al recuento de fibras de amianto en aire, hay un importante aumento en las mues-tras procedentes de mediciones posteriores a trabajos de desamiantado, principalmente de las indicadas en el anexo I del decreto, “para ase-gurar que el lugar de trabajo y su entorno no han quedado contaminados y no existen riesgos debidos a la exposición al amianto”, lo cual con-trasta con la falta de un criterio claro con el que evaluar los resultados de las mediciones y remarca

4 En la publicación citada de la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales se incluye un ejemplo de realización de este catálogo.

El Approved code of practices (ACOP) británico establece un valor de 0,01 fibras/cm3 como indicador de limpieza, después de un trabajo de desamiantado.

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la necesidad de establecer un valor de referencia de descontaminación.

La toma de muestras para determinar la exposición al amianto debe realizarse según el método MTA/MA-051 del INSHT, elaborado de acuerdo con el método de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendado por la Directiva 2003/18/CE. Se basa en la captación de las fibras presentes en el ambiente en un filtro de membra-na y el posterior recuento de las fibras captadas por microscopía óptica de contraste de fases.

Es fundamental que el personal implicado en la toma de muestras conozca perfectamente tanto el método de muestreo, con las limitacio-nes e implicaciones que conlleva, como el docu-

mento publicado por el Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo, CR-02/2005 Medida fiable de las concentraciones de fibras de amianto en aire, con el fin de poder dar la adecuada interpre-tación a los resultados obtenidos.

Los bajos niveles de exposición hacen nece-sario tener un buen conocimiento del compor-tamiento de los métodos de toma de muestras para estas condiciones. En el artículo 5 del Real Decreto se dictamina que “para todo tipo de acti-vidad determinado que pueda presentar un ries-go de exposición al amianto o a materiales que lo contengan, la evaluación de riesgos a que ha-ce referencia el artículo 16 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, debe incluir la medición de la concentración de fibras en el aire del lugar

de trabajo”. Igualmente indica que serán precisas mediciones adicionales si fuera necesario modi-ficar el procedimiento de trabajo, así como las repeticiones periódicas de la evaluación que se requieran para garantizar que no se sobrepasa el valor límite establecido.

Un ejemplo práctico serían los planes de traba-jo de desamiantado, en los que sólo serían precisas las mediciones iniciales y las periódicas, siempre que el plan no sufra modificaciones sustanciales que puedan variar las condiciones de exposición, en cuyo caso serán necesarias nueva mediciones. De este modo, un plan de trabajo bien diseñado puede evitar la necesidad de medir en cada obra en la que se aplique, garantizándose la seguridad de los trabajadores desde el principio del trabajo, si bien hay que verificar que las condiciones del plan se mantienen y no se han producido modificacio-nes que impliquen nuevas condiciones de exposi-ción, que sería necesario evaluar nuevamente.

Debido a la complejidad del tema y a la preo-cupación social, es importante que los técnicos de prevención que vayan a trabajar en este cam-po tengan una formación específica que les per-mita afrontar todos los aspectos del tema, como indica el artículo 5 del mencionado Real Decreto: “Las evaluaciones de riesgos deberán efectuarse por personal cualificado para el desempeño de funciones de nivel superior y especialización en Higiene Industrial”.

BIBLIOGRAFÍA> Directiva 2003/18/CE por la que se modifica la Di-

rectiva 83/477/CEE del Consejo sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al amianto durante el trabajo.

> Determination of airborne fibre number concentra-tions. A recommended method by phase-contrast optical microscopy (membrane filter method), Or-ganización Mundial de la Salud, 1997.

> Método de toma de muestras y análisis MTA/MA-051, Determinación de fibras de amianto y otras fibras en aire. Método del filtro de membrana / Microscopía óptica de contraste de fases. (Méto-do multifibra). INSHT.

> Criterios y recomendaciones. CR-02/2005 Medida fiable de las concentraciones de fibras de amianto en aire. Aplicación del método de toma de muestras y análisis. MTA/MA-051/A04 (Método multifibra).

2005

2006

2007

GRÁF ICO 3

Identificación de fibras en materiales:

número de muestras anual

Fuente: Laboratorios Centrales de la Sociedad de Prevención de Fremap

TABLA 1

Composición química

Grupo Variedad de amianto Composición química Nº CAS

Serpentinas Crisotilo Mg3(Si2O5)(OH)4 12001-29-5

Anfiboles Amosita [(Mg,Fe)7Si8O22(OH)2]n 12172-73-5

Crocidolita [NaFe32+Fe2

3+Si8O22(OH)2]n 12001-28-4

Actinolita fibrosa [Ca2(Mg,Fe)5 Si8O22(OH)2]n 77536-66-4

Tremolita fibrosa [Ca2Mg5 Si8O22(OH)2]n 77536-68-6

Antofilita fibrosa [(Mg,Fe)7Si8O22(OH)2]n 77536-67-5

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www.riesgos-laborales.com

> Nota Técnica de Prevención, NTP 463: Exposición a fibras de amianto en ambientes interiores. INSHT.

> Nota Técnica de Prevención, NTP 632: Detección de amianto en edificios (I): aspectos básicos. INSHT.

> Nota Técnica de Prevención, NTP 633: Detección

de amianto en edificios (II): identificación y meto-dología de análisis. INSHT.

> MDHS 100 Surveying, sampling and assessment of asbestos-containing materials. Health and Safety Laboratory.

> Prospección sobre la presencia de amianto o de materiales que lo contengan en edificios. Identifi-cación práctica de amianto en edificios y metodo-logías de análisis. Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales.

TABLA 2

Presencia del amianto y sus riesgos

Tipo de material Composición Friabilidad1 Riesgo

Fibras sueltas 100% amianto en cualquiera de las variedades de crocidolita, amosita o crisotilo pudiendo encontrar mezclas de varias fibras

Friable Riesgo medio en caso de estar confinado tras paredes, planchas metálicas, etc., y no tener ninguna manipulaciónRiesgo alto en cualquier tipo de intervención de manipulación, actuación de inspección, mantenimiento, desamiantado o derribo

Proyecciones y morteros

Se puede encontrar hasta un 85% de fibra que suele ser amosita y crisotilo

Friable Riesgo medio en caso de morteros con alta proporción de cemento o yeso si no tiene manipulaciónRiesgo alto en caso de flocage (rociados de baja densidad) y en cualquier tipo de intervención de manipulación, actuación de inspección, mantenimiento, desamiantado o derribo, tanto en morteros, como en proyectados

Paneles y falsos techos acústicos, térmicos y tabiques ligeros

Composiciones variadas pudiendo encontrarse fibras de diferentes amiantos mezcladas, en proporción de hasta un 85%

Friable Riesgo alto por la asiduidad en su manipulación para el mantenimiento de instalaciones, apertura de huecos, etc.

Losetas vinílicas Fibras de crocidolita y crisotilo en proporciones del 10 al 25%

No friable Posibilidad de desprender alguna fibra en caso de manipulación

Adhesivos, sellantes, pinturas y barnices

Fibras de cualquier tipo en proporción del 0,5 al 2%

No friable Posibilidad de desprender alguna fibra en caso de manipulaciónRiesgo alto en actuaciones por abrasión o cepillado

Calorifugaciones Se puede encontrar mezclado con silicatos o carbonatos cálcicos en proporción del 6 al 10% de estos compuestos, si bien se puede en-contrar hasta un 100% de amianto

Friable Riesgo medio en caso de estar confinado con vendas, mallas, etc., conservarse en buen estado y no tener ninguna manipulaciónRiesgo alto en actuaciones de inspección, mantenimiento, desamiantado o derribo

Fibrocemento Contenidos del 12 al 15% de crisotilo en general, habiéndose utilizado la variedad de crocidolita en tuberías de alta presión y en cantidades de hasta un 25%

No friable cuando el material está en óptimas condiciones y no se manipulaFriable cuando está degradado y/o tiene manipulación

Riesgo medio en actuaciones de desmontaje

Riesgo alto en manipulaciones por abrasión, corte o perforación, y con la degradación del producto por envejecimiento, abrasión o ataque químico

Conductos de aire Composiciones variadas pudiendo encontrarse fibras de diferentes amiantos mezcladas, en proporciones de hasta un 100%

Friable Riesgo alto por la posibilidad de repartir las fibras por las canalizaciones a través de las impulsiones de aire

Mezclas con betún Fibras de cualquier tipo en proporciones del 10 al 25%

No friable Posibilidad de desprender alguna fibra en caso de manipulaciónRiesgo alto en actuaciones por abrasión o cepillado

Protección de cables eléctricos

Fibras variadas en proporciones del 10 al 25% mezcladas con materiales plásticos

No friable Posibilidad de desprender alguna fibra en caso de manipulación

Cordones, empa-quetaduras y tejidos

Se suele encontrar usualmente fibra de crisotilo al 100%, aunque al inicio se utilizaban todas lasvariedades

Friable Riesgo alto con manipulación, con gran desprendimiento de fibras con el uso y desgaste del material

Cartones, papeles, etc.

Se suele encontrar usualmente fibra de crisotilo al 100%

Friable Riesgo alto con manipulación, con desprendimiento de fibras con el uso y desgaste del material

1 La friabilidad del material se define como la capacidad que tiene de desprender fibras como respuesta a la simple presión que se puede ejercer con la mano. Esta friabilidad

variará dependiendo de la cantidad de fibras en el material manufacturado, el tipo de mezcla con otros compuestos, y el estado de conservación del material.

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