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El concepto de seguridad ciudadana ha sufrido una profunda transformación en las dos últimas décadas. Del concepto de la seguridad colectiva se ha pasado a aceptar cada vez más la seguridad del individuo, como pilar básico de la paz y el derecho. La seguridad individual está, a su vez, estrechamente ligada al concepto de los derechos humanos, y, por tanto, al respeto irrestricto de los derechos individuales. Sin la plena vigencia de los derechos humanos para todos y cada uno de los individuos, no hay seguridad. En este nuevo enfoque, que parte de la seguridad y la dignidad de cada uno de los seres humanos, la prioridad no la tiene la “colectividad” sino el ser humano, el individuo concreto. En una concepción totalitaria de la seguridad, la seguridad colectiva y la seguridad individual tienden a excluirse. Por ello, es necesaria una concepción democrática de la seguridad, en la que la seguridad del individuo suponga la seguridad de la comunidad. La seguridad ciudadana propone la vinculación de la sociedad civil con el Estado. Enfrenta el hecho delictivo al mismo tiempo que construye ciudadanía. Potencia las instituciones que procesan los conflictos y auspicia la participación. Se trata de manejar la violencia desde el diseño de políticas sociales, culturales y de control, y fomentar la pedagogía de la convivencia. Se reconoce que la violencia es un fenómeno complejo, de carácter multicausal y plural. Se reconoce, asimismo, la existencia de múltiples violencias (políticas, económicas y sociales) y distintas fases de la violencia (percepción, prevención, control) resultantes de relaciones específicas. En Ecuador, el concepto de seguridad ciudadana es de reciente aparición. Se encuentra, pues, en plena construcción. Y esto explica, en buena medida, la incertidumbre y confusión creadas en torno a él. Una confusión frecuente es aquella que tiende a vincular la seguridad ciudadana con el tratamiento de la delincuencia y las causas de la actividad criminal. Este error deriva de un análisis que no reconoce suficientemente el alto grado de diferenciación con el que operan las sociedades contemporáneas. La política de seguridad ciudadana es asumida por una pluralidad de actores de origen diverso, producto de la reforma del Estado mediante la descentralización y la modernización. El gobierno local desarrolla un papel complementario, particularmente en

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El concepto de seguridad ciudadana ha sufrido una profunda transformacin en las dos ltimas dcadas. Del concepto de la seguridad colectiva se ha pasado a aceptar cada vez ms la seguridad del individuo, como pilar bsico de la paz y el derecho. La seguridad individual est, a su vez, estrechamente ligada al concepto de los derechos humanos, y, por tanto, al respeto irrestricto de los derechos individuales. Sin la plena vigencia de los derechos humanos para todos y cada uno de los individuos, no hay seguridad.En este nuevo enfoque, que parte de la seguridad y la dignidad de cada uno de los seres humanos, la prioridad no la tiene la colectividad sino el ser humano, el individuo concreto. En una concepcin totalitaria de la seguridad, la seguridad colectiva y la seguridad individual tienden a excluirse. Por ello, es necesaria una concepcin democrtica de la seguridad, en la que la seguridad del individuo suponga la seguridad de la comunidad. La seguridad ciudadana propone la vinculacin de la sociedad civil con el Estado. Enfrenta el hecho delictivo al mismo tiempo que construye ciudadana. Potencia las instituciones que procesan los conflictos y auspicia la participacin. Se trata de manejar la violencia desde el diseo de polticas sociales, culturales y de control, y fomentar la pedagoga de la convivencia. Se reconoce que la violencia es un fenmeno complejo, de carcter multicausal y plural. Se reconoce, asimismo, la existencia de mltiples violencias (polticas, econmicas y sociales) y distintas fases de la violencia (percepcin, prevencin, control) resultantes de relaciones especficas. En Ecuador, el concepto de seguridad ciudadana es de reciente aparicin. Se encuentra, pues, en plena construccin. Y esto explica, en buena medida, la incertidumbre y confusin creadas en torno a l. Una confusin frecuente es aquella que tiende a vincular la seguridad ciudadana con el tratamiento de la delincuencia y las causas de la actividad criminal. Este error deriva de un anlisis que no reconoce suficientemente el alto grado de diferenciacin con el que operan las sociedades contemporneas.La poltica de seguridad ciudadana es asumida por una pluralidad de actores de origen diverso, producto de la reforma del Estado mediante la descentralizacin y la modernizacin. El gobierno local desarrolla un papel complementario, particularmente en cuanto a la proteccin social, la prevencin y la dotacin de medios e insumos.El Distrito Metropolitano de Quito define la seguridad ciudadana como el sistema que genera un conjunto de condiciones y medidas en los mbitos social, institucional, jurdico, ambiental, de orden pblico, y otros, que nos permite ejercer libre y eficazmente los derechos y obligaciones consagradas en los convenios internacionales, la Constitucin, las leyes y las polticas de Estado, para vivir de manera segura, armnica, solidaria y lograr una mejor calidad de vida, reduciendo los riesgos.Conociendo lo que es la seguridad ciudadana se presentar a continuacin uno de los enfoques que posee y se tratar de explicar referenciando el pasado y comparando el presente y evidenciar que ahora se vive una seguridad ciudadana en este enfoque.Se dice que la delincuencia es el resultado de la conformacin injusta e inequitativa de una sociedad; entonces, el remedio est en construir equidad en el reparto de los bienes econmicos y culturales; como se ha evidenciado en los ltimos aos la reparticin ms econmica de los bienes econmicos ha mejorado considerablemente, as como la insercin de muchos nios, jvenes, adultos a la educacin que los enriquece culturalmente, forjando una mentalidad de produccin y no de delincuencia. Las respuestas violentas a la violencia social no producen resultados eficaces: una dosificada y particularizada dosis de represin a los delincuentes, acompaada de medidas que supriman o, al menos, aminoren las causas de estos males, es un mejor remedio, por lo que se han hecho varias reformas a las leyes en las que se permite que las personas se instruyan dentro de los centros de rehabilitacin social y as salgan con una profesin de la cual puedan vivir honestamente, a ms de poder contar con centros que les ofrezcan condiciones dignas, respetando sus derechos humanos, sociales, etc. a diferencia de aos atrs en los que las personas privadas de la libertas vivan en condiciones insalubres, muchas de ellas sin juicios, sin ningn tipo de instruccin que les ayude a retomar su vida una vez cumplido su tiempo de reclusin.Por otro lado las condiciones materiales de la vida en las grandes ciudades favorecen el anonimato y la impersonalidad. Estos fenmenos reducen, por ejemplo, la eficacia de los controles sociales horizontales e informales, que son, y de lejos, los ms eficaces a la hora de mantener a las personas dentro de una lnea de conducta compatible con la sana convivencia. Una adecuada poltica de seguridad ciudadana parte de preguntarse sobre las formas de convivencia cotidiana y sobre los factores que contribuyen al anonimato y a la cosificacin.

BIBLIOGRAFIA[1]CONCHA EASTMAN, Alberto, Salud, violencia e inseguridad, en Seguridad ciudadana espejismo o realidad?, Quito, FLACSO- OPS/OMS, Quito 2013.[2]DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO, Pacto por la Seguridad Ciudadana en el Distrito Metropolitano de Quito, abril, 2014.