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Estrategias de empresas tabacaleras para socavar las actividades de lucha antitabáquica de la Organización Mundial de la Salud Resumen de orientación Informe del Comité de Expertos sobre documentos de la industria del tabaco Julio de 2000

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Estrategias de empresas tabacaleras para socavar las actividades de lucha antitabáquica

de la

Organización Mundial de la Salud

Resumen de orientación

Informe del Comité de Expertos sobre documentos de la industria del tabaco

Julio de 2000

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PRÓLOGO

Pruebas procedentes de documentos de la industria del tabaco revelan que empresas tabacaleras hanactuado durante muchos años con el deliberado propósito de minar los esfuerzos de la Organización Mundial de laSalud (OMS) en su lucha contra el consumo de tabaco. Este intento de subversión ha sido minucioso, bienfinanciado, sutil y, de ordinario, invisible.

La publicación de millones de páginas de documentos confidenciales de empresas tabacaleras, comoresultado de pleitos contra la industria del tabaco en los Estados Unidos de América, ha sacado a la luz susactividades en oposición a los esfuerzos de la lucha antitabáquica. Que empresas tabacaleras se opongan a laspropuestas de lucha antitabáquica no es una sorpresa para nadie. Lo que ahora queda claro es la escala y laintensidad de sus estrategias y tácticas, a menudo engañosas.

Los propios documentos de empresas tabacaleras ponen de manifiesto que veían a la OMS, un organismointernacional de salud pública, como uno de sus principales enemigos. Los documentos muestran además que esasempresas instigaron estrategias mundiales para desacreditar a la OMS y mermar la capacidad de la Organizaciónpara llevar a cabo su misión. Su campaña contra la OMS raras veces se ha orientado a debatir los problemas desalud pública que plantea el consumo de tabaco. Los documentos muestran, por el contrario, que empresastabacaleras buscaban desviar la atención de las cuestiones de salud pública, reducir los presupuestos para lasactividades científicas y de política realizadas por la OMS, enfrentar a otros organismos de las Naciones Unidas conla OMS, convencer a los países en desarrollo de que el programa de lucha antitabáquica de la Organización era unaactividad del Primer Mundo, realizado a expensas del mundo en desarrollo, tergiversar los resultados de importantesestudios científicos sobre el tabaco y desacreditar a la OMS como institución.

Aunque esas estrategias y tácticas se concibieron a menudo al más alto nivel de empresas tabacaleras, elpapel de los directivos de la industria en su ejecución se disimuló con frecuencia. En su campaña contra la OMS, losdocumentos muestran que empresas tabacaleras se ocultaban tras diversas organizaciones cuasi académicas,financieras, y de política pública, cuya financiación por la industria del tabaco no se daba a conocer. Losdocumentos también ponen de manifiesto que las estrategias de esas empresas para debilitar a la OMS se apoyabanen gran medida en expertos internacionales y científicos ligados por ocultos vínculos económicos a la industria.Quizá, y eso es lo que resulta más perturbador, los documentos muestran que empresas tabacaleras influyeron sinllamar la atención en otros organismos de las Naciones Unidas y representantes de países en desarrollo paraoponerse a las iniciativas de la OMS en materia de lucha antitabáquica.

Que destacados ejecutivos de empresas tabacaleras se reúnan para diseñar y poner en marcha estrategiasminuciosas con el fin de subvertir las bases de una organización de salud pública es inaceptable y debe sercondenado. El comité de expertos cree que las actividades de empresas tabacaleras entorpecieron y socavaronprogramas eficaces de lucha antitabáquica en todo el mundo. Dada la magnitud de los estragos causados por elconsumo de tabaco, el comité de expertos está convencido de que, si se tiene en cuenta el volumen de intentos desubversión y de actos coronados por el éxito, identificados en su limitada búsqueda, es razonable creer que lasubversión, por parte de empresas tabacaleras, de las actividades de lucha antitabáquica de la OMS se ha traducidoen importantes perjuicios. Si bien el número de vidas dañadas o perdidas como resultado de esa subversión quizánunca se cuantifique, la importancia de condenar la conducta de las empresas tabacaleras, y de adoptar lasoportunas medidas correctivas, es primordial.

El comité de expertos insta a la OMS y a los países miembros a que adopten una postura muy firme contrala conducta de esas empresas tal como aquí se describe. El presente informe contiene varias recomendacionesencaminadas a protegerse contra las estrategias empleadas por empresas tabacaleras. Entre las recomendaciones

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más importantes figuran las siguientes: 1) que los países miembros lleven a cabo investigaciones similares acerca dela influencia de empresas tabacaleras sobre los esfuerzos de lucha antitabáquica realizados en esos países; 2) que laOMS vigile la conducta futura de la industria del tabaco para determinar si las estrategias identificadas en elpresente informe continúan y 3) que la OMS ayude a los países miembros a determinar cuáles son los pasosadecuados para poner remedio a la anterior conducta impropia de empresas tabacaleras.

En los Estados Unidos de América, algunas empresas del sector han afirmado públicamente que sucomportamiento se ha reformado y que, en consecuencia, no es necesario penalizarlas por su anterior conductaimpropia. Tales promesas, aunque sean ciertas, no deben limitarse a la conducta de la industria en un solo país. Nobasta con que esas empresas empiecen ahora a actuar de manera responsable en los Estados Unidos de América sisiguen utilizando estrategias y tácticas inaceptables en el resto del mundo. Si empresas tabacaleras siguen utilizandointernacionalmente las estrategias y tácticas identificadas en este informe, la OMS debe dar a conocer al mundo esecomportamiento. También los países miembros deben evaluar cuidadosamente el impacto en el pasado de lainfluencia sobre la salud y el bienestar de sus ciudadanos de las empresas del sector y plantearse medidasapropiadas tanto para corregir la conducta impropia del pasado como para impedir futuros abusos.

Thomas Zeltner, M.D.

David A. Kessler, M.D.

Anke Martiny, Ph. D.

Fazel Randera, M. D.

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RESUMEN DE ORIENTACIÓN

A. Introducción

En el verano de 1999, un informe interno parala Directora General de la Organización Mundial de laSalud (OMS) sugirió que existían pruebas, endocumentos anteriormente confidenciales deempresas tabacaleras, de que las citadas empresashabían hecho esfuerzos para evitar la aplicación depolíticas de salud pública y para reducir lafinanciación de la lucha antitabáquica en el seno delas organizaciones de las Naciones Unidas. Enrespuesta a ese informe, la Directora General GroHarlem Brundtland reunió a un comité de expertospara investigar documentos de empresas tabacalerasque en otro tiempo eran confidenciales pero que hanpasado, en la actualidad, a ser de dominio público.

Los documentos revelan que empresastabacaleras veían a la OMS como uno de susprincipales enemigos y que se consideraban en luchacontra la Organización. Según el plan básico utilizadopor una de las empresas más importantes del sectorpara combatir las amenazas a la industria, el impactoy la influencia de la OMS es indiscutible, y la empresadebe contener, neutralizar, [y] orientar de otro modo1

las iniciativas de lucha antitabáquica de la OMS. Losdocumentos muestran que empresas tabacalerascombatieron las actividades de lucha antitabáquica dela OMS mediante, entre otras cosas, la organizaciónde acontecimientos para desviar la atención de losproblemas de salud pública planteados por el consumode tabaco, el intento de reducir los presupuestos paralas actividades científicas y de política realizadas porla OMS, el enfrentamiento de otros organismos de lasNaciones Unidas con la OMS, la tentativa deconvencer a los países en desarrollo de que elprograma de lucha antitabáquica de la Organizaciónera una actividad del Primer Mundo, realizada aexpensas del mundo en desarrollo, la tergiversaciónde los resultados de importantes estudios científicossobre el tabaco y el

descrédito de la OMS como institución.

Los documentos de empresas tabacalerassobre estrategia revelan sus objetivos y tácticas:

Atacar a la OMS.2

Emprender una iniciativa a largo plazo paracontrarrestar la agresiva campañaantitabáquica mundial de la OMS e iniciar undebate público respecto a una nuevadefinición del mandato de la Organización.3

Debilitar las iniciativas del programa [de laOMS].4

[Tratar] de detener la marcha del TercerMundo hacia un compromiso contra eltabaco.5

Asignar recursos para parar en seco[a la OMS].6

Desacreditar a personas clave.7

Contener la financiación [de la OMS]procedente de fuentes privadas.8

Trabajar con periodistas para poner en dudalas prioridades, el presupuesto, el cometido eningeniería social, etc. de la OMS.9

Dar una nueva orientación/ modificar lasasignaciones al CIIC (Centro Internacional deInvestigaciones sobre el Cáncer) en materiade prioridades y presupuesto.10

[Tratar] de cambiar la naturaleza misma y eltono de la conferencia [patrocinada por laOMS].11

Establecer a ITGA (International TobaccoGrowers? Association) [Asociacióninternacional de cultivadores de tabaco], encalidad de grupo de presión del tercer mundo,[como] pantalla para nuestras actividades enla OMS.12

Persuadir a la OPS (OrganizaciónPanamericana de la Salud) para que retire eltabaco de su lista de prioridades en el año encurso.13

Impedir la incorporación de la OIT (OficinaInternacional del Trabajo) al Programa delucha antitabáquica de la OMS.14

Apartar a la FAO (Organización de las

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Naciones Unidas para la Agricultura y laAlimentación) de la OMS.15

El presente informe es el producto final de lainvestigación del comité de expertos, que se somete ala Directora General para su examen.

B. Metodología

La investigación se ha centrado en el acopioy examen de documentos de empresas tabacalerapuestos a disposición del público como resultado delos pleitos en los Estados Unidos de América contrala industria del tabaco. Los documentos disponiblesproceden de Philip Morris Companies, Inc. (PhilipMorris), R.J. Reynolds Tobacco Company (RJR),Brown & Williamson Tobacco Company (B&W),American Tobacco Company (ATC), LorillardTobacco Company (Lorillard), Tobacco Institute (TI),Council for Tobacco Research (CTR) y BritishAmerican Tobacco Company (BAT). A no ser quede manera específica se señale lo contrario, allí dondeel informe hace referencia a empresas tabacaleras, setrata de dos o más de esas entidades. La expresiónempresas tabacaleras no es una referencia acualquier otra empresa que no figure en esta lista.

Se ha entrevistado, además, a un númerolimitado de personas, después de una reunión deconsulta con la Directora General. La informaciónproporcionada por esas personas ha servido paraaclarar información ya encontrada en los documentosde empresas tabacaleras.

C. Estrategias y tácticas utilizadas porempresas tabacaleras para influir sobre lalucha antitabáquica de la OMSLos documentos de empresas tabacaleras

examinados por el comité de expertos revelan queesas empresas han dedicado importantes recursos asocavar las actividades de lucha antitabáquica de laOMS y han utilizado una gama muy amplia detácticas para lograr su objetivo. Las pruebaspresentadas ante el comité de expertos sugieren quealgunas de esas estrategias influyeron con éxito en lasactividades de la OMS y otras no. En algunos casos,el comité de expertos no pudo, merced a lainformación disponible, determinar el éxito de ciertasestrategias. En varios casos en los que se encontróque un incidente o estrategia descritos en losdocumentos parecía indicar de manera especial una

influencia real o era ilustrativo de las estrategias ytácticas de empresas tabacaleras, el comité deexpertos ha incluido en el informe un estudio de casosmás amplio del incidente o de la estrategia (véanse loscapítulos IV-IX).

• Establecimiento de relaciones impropias conpersonal de la OMS para influir en supolítica

En una de sus estrategias más destacadaspara influir sobre las actividades de luchaantitabáquica de la OMS, empresas tabacalerasestablecieron y mantuvieron relaciones con personalactual o anterior de la Organización, así como conconsultores y asesores. En algunos casos, empresastabacaleras contrataron u ofrecieron empleo para elfuturo a antiguos funcionarios de la OMS o de lasNaciones Unidas con el fin de obtener contactosvaliosos en el seno de esas organizaciones quepudieran ayudarles en su objetivo de influir sobre lasactividades de la OMS. Todavía más preocupante esel hecho de que, en algunos casos, empresastabacaleras colocaron a sus propios consultores enpuestos de la OMS, pagándoles por favorecer susobjetivos mientras trabajaban para la OMS. Algunosde esos casos hacen que se planteen serias dudassobre si ha quedado comprometida la integridad delproceso de adopción de decisiones de laOrganización. Todo ello ilustra la necesidad denormas que exijan de los empleados presentes yfuturos de la OMS, incluidos consultores, asesores ymiembros de comités de expertos, que revelencualquier vínculo con la industria del tabaco.

• Ejercicio del poder financiero para influir enla política de la OMS

En varios casos, empresas tabacaleras hanintentado socavar actividades de lucha antitabáquicade la OMS ejerciendo presión sobre los presupuestospertinentes de la Organización. Empresas tabacalerastambién han utilizado sus recursos para, por medio deaportaciones bien colocadas, ganar aceptación oresultados concretos.

• Utilización de otros organismos de lasNaciones Unidas para influir en la luchaantitabáquica de la OMS o contrarrestarla.

Las investigaciones del comité de expertosrevelan que empresas tabacaleras trataron de utilizar

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a otros organismos de las Naciones Unidas paraconseguir información sobre actividades de la luchaantitabáquica y para interferir en las políticas de laOMS relacionadas con el tabaco o contrarrestarlas.La mayor parte de los esfuerzos de empresastabacaleras parecen haberse centrado en laOrganización de las Naciones Unidas para laAgricultura y la Alimentación (FAO), pero losdocumentos revelan que también eligieron otrosorganismos de las Naciones Unidas, entre los quefiguraban el Banco Mundial, la Conferencia de lasNaciones Unidas sobre Comercio yDesarrollo(UNCTAD), el Consejo Económico ySocial de las Naciones Unidas (ECOSOC) y laOficina Internacional del Trabajo (OIT), ya fuesedirectamente o por medio de sustitutos. La presión delas empresas tabacaleras se proponía influir en laFAO para que adoptara una postura contraria a laspolíticas de lucha antitabáquica de la OMS y para quepromocionara la importancia económica del tabaco,declarándola superior a las consecuencias para lasalud del consumo de tabaco.

• Descrédito de la OMS o de sus funcionariospara socavar la eficacia de la Organización

Empresas tabacaleras utilizaron a personas einstituciones independientes para atacar lacompetencia y las prioridades de la OMS en artículosde prensa y en presentaciones a los medios decomunicación y a políticos, al tiempo que ocultaban supapel en la promoción de esos ataques.

• Influencia, por medio de sustitutos, en latoma de decisiones de la OMS

Documentos utilizados en el presente estudioilustran que empresas tabacaleras utilizaronorganizaciones externas -inclusive sindicatos, grupospantalla creados por ellas y sus propias filialesalimentarias- para hacer presión en contra deactividades de lucha antitabáquica de la OMS e influirsobre ellas.

Por añadidura, empresas tabacaleraspresionaron a delegados de estados miembrosprocedentes de países en desarrollo. Los documentosindican que las empresas tabacaleras creen que,como resultado de esas presiones, un número cadavez mayor de delegados de esos países se ha opuestoa las resoluciones de la OMS en favor de la luchaantitabáquica.

• Tergiversación de la investigación de laOMS

Entre las estrategias y tácticas de empresastabacaleras figuraba la manipulación del debatecientífico y público acerca de los efectos del tabacosobre la salud. Empresas tabacaleras financiaron ensecreto a expertos independientes para realizarinvestigaciones, publicar trabajos, intervenir enconferencias y presionar a los investigadorescientíficos de la OMS con la intención de influir en losresultados de los estudios, desacreditarlos otergiversarlos. Su propio programa se promocionabamediante simposios financiados por empresastabacaleras, investigaciones para contrarrestaraquellas otras cuyas conclusiones eran desfavorablespara el tabaco y coaliciones científicas creadasespecíficamente para criticar estudios utilizados enapoyo de legislación antitabáquica. El resultado másnotable de esa estrategia es la tergiversación delestudio de 1998 sobre humo de tabaco en el ambiente(HTA), realizado por el Centro Internacional deInvestigaciones sobre el Cáncer (CIIC). Latergiversación por parte de las empresas tabacalerasde los resultados de esos estudios sigue hoydeterminando la opinión pública y las políticas en tornoa los efectos del humo de tabaco en el ambiente.

• Acontecimientos mediáticos

Los documentos ponen de manifiesto queempresas tabacaleras organizaron acontecimientosmediáticos para desviar la atención del público deactividades de la OMS relacionadas con el tabaco,como la Conferencia Mundial sobre Tabaco o Salud(CMToS).

• Vigilancia de las actividades de la OMS

Los documentos muestran, finalmente, queempresas tabacaleras realizaron una intensa vigilanciade la OMS y sus Oficinas Regionales para recogerinformación acerca de sus programas de luchaantitabáquica. En algunos casos, empresastabacaleras vigilaron en secreto reuniones yconferencias de la OMS, tuvieron contactosconfidenciales en la Organización y obtuvierondocumentos e información confidenciales.

D. Estudios de casos

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Los siguientes estudios de casos ofrecenejemplos concretos de muchas de las estrategiasexaminadas en este capítulo. Esos estudios de casosmuestran que:

• Una empresa tabacalera seleccionó comoobjetivo a la OMS dentro de una campañageneralizada y de largo alcance para socavaractividades de lucha antitabáquica en todo elmundo.

• Empresas tabacaleras han realizado unacampaña mundial todavía en curso paraconvencer a países en desarrollo y productoresde tabaco de que se opongan a las políticas delucha antitabáquica de la OMS.

• Un consultor de una empresa tabacalera atacó ala OMS en los medios de comunicación y enpresentaciones ante organismos dereglamentación sin revelar sus vínculos con laindustria. Este consultor, al que se nombró paraun comité de la OPS, utilizó su cargo para tratarde involucrar a una Oficina Regional de laOrganización en los planes de esa empresatabacalera para desviar la atención del público deuna conferencia patrocinada por la OMS.

• Empresas tabacaleras trataron de organizardetalladas alternativas a una conferencia sobretabaco patrocinada por la OMS, así comointerrupciones de la misma.

• Empresas tabacaleras financiaron en secreto aun asesor temporero en un comité de la OMS,por lo que se plantea el problema de si se vieronafectadas las actividades internacionales de laOrganización para el establecimiento de normasrelacionadas con la seguridad de los plaguicidas.

• Empresas tabacaleras llevaron a cabo unacampaña de muchos millones de dólares a fin dedetener los resultados de un importante estudiodel CIIC sobre las relaciones entre el tabaquismopasivo y el cáncer de pulmón, o influir sobreellos, apoyándose en consultores para ocultar suintervención.

Algunos de estos casos plantean gravesdudas sobre si ha quedado comprometida la integridaddel proceso de adopción de decisiones en la OMS.Todos los estudios de casos van acompañados de

recomendaciones concretas para su consideración porla Organización con vistas a prevenir en el futuro lainfluencia de empresas tabacaleras.

1. El plan de acción de Boca Raton

En noviembre de 1988, bajo la dirección deGeoffrey Bible, entonces Presidente de Philip MorrisInternational (ahora Presidente de Philip MorrisCompanies Inc.), altos ejecutivos de las oficinasregionales de Philip Morris y de la sede de NuevaYork se reunieron en Boca Raton, en Florida, con elfin de hacer planes para el año siguiente. El plan deacción resultante -uno de los documentos de laempresa tabacalera a disposición del público- es unplan director para, entre otros muchos objetivos,atacar los programas de lucha antitabáquica de laOMS, influir en las prioridades de las OficinasRegionales de la OMS y seleccionar como blanco laestructura, la gestión y los recursos de la OMS. Elplan identificó 26 amenazas mundiales para laindustria del tabaco y múltiples estrategias paracontrarrestarlas. La primera entre esas amenazas erael programa de lucha antitabáquica de la OrganizaciónMundial de la Salud, que se trató en el apartadoEstrategias para una nueva orientación y para lacontención, OMS/UICC (Unión Internacional contrael Cáncer)/IOCU (Organización Internacional de lasUniones de Consumidores).

• Sustitutos de empresas tabacaleras para daruna nueva orientación a la OMS

Los documentos de empresas tabacalerasrevelan que, con el fin de dar una nueva orientación ala OMS, Philip Morris utilizó a sus poderosasempresas alimentarias y otras filiales sin relación conel tabaco, así como a organizaciones de la industriadel tabaco, organizaciones financieras y tambiéngrupos pantalla y otros sustitutos, independientes enapariencia. Esas organizaciones se utilizaron parainfluir directamente sobre la OMS y también demanera indirecta por medio de la prensa, gobiernosnacionales y organizaciones internacionales.

• Creación y utilización de organizaciones,independientes en apariencia, para obteneracceso a la OMS

Buena parte del plan de acción de BocaRaton se ocupó de la creación y manipulación deorganizaciones pretendidamente independientes pero

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muy vinculadas a empresas tabacaleras. Losdocumentos muestran que algunas de esasorganizaciones, como LIBERTAD, New YorkSociety for International Affairs [Sociedad de NuevaYork para asuntos internacionales], America-European Community Association [AsociaciónEstados Unidos de América-Comunidad Europea] eInstitute for International Health and Development[Instituto para la salud y el desarrollo internacionales](IIHD), se utilizaron con éxito para entrar en contactocon docenas de dirigentes nacionales y mundiales,ministros de sanidad y delegados en la OMS y en otroorganismo de las Naciones Unidas.

• Movilización de INFOTAB y CORESTA contra laOMS

Otro elemento clave del plan de Boca Ratonfue la decisión de Philip Morris de transformar eninstrumentos políticos dos organizaciones de laindustria, INFOTAB (International TobaccoInformation Center) [Centro internacional deinformación sobre el tabaco] y CORESTA (CentroCooperativo de Investigación Científica sobre elTabaco), y movilizarlas para hacer presión en contrade los programas de la OMS para la promoción de lasalud. Los documentos también ilustran cómo PhilipMorris utilizó sus oficinas regionales y sus filiales norelacionadas con el tabaco para conseguir que gruposfinancieros como la Cámara Internacional deComercio hicieran presión sobre la Asamblea Mundialde la Salud (AMS), sobre el órgano deliberante de laOMS y sobre la OIT. Por añadidura, Philip Morristrató de utilizar a la FAO, la OIT, y otros organismosde las Naciones Unidas, Oficinas Regionales yCentros Coordinadores de la OMS, así comogobiernos de países en desarrollo para influir en laspolíticas sobre el tabaco de la OMS y en lasresoluciones de la AMS.

• Informes de situación de Boca Raton

Los detalles sobre la aplicación del Plan serecogieron en informes de situación preparados cadados meses desde el 31 de enero de 1989 hasta el 30de septiembre del mismo año. El 30 de octubre de1989 les siguió un informe final. A continuación decada una de las 26 cuestiones tratadas en el Planhabía otras tantas listas de logros. En los informes sehace referencia a numerosos apéndices detallados,que originalmente acompañaban a los informes, pero

que raras veces están incluidos en las versioneselectrónicas disponibles en el Depósito de documentosde Minnesota o en las publicadas en el sitio web dePhilip Morris para documentos. Con considerablesdificultades, el comité de expertos pudo localizarmuchos de los documentos adjuntos, pero no algunosque eran cruciales. Cuando ha sido posible se hanutilizado otros documentos de empresas tabacaleraspara llenar esos vacíos.

El Plan de acción de Boca Raton parecehaber durado un año. No está claro si planesdirectores similares se adoptaron en añossubsiguientes, dado que el comité de expertos noconsiguió localizar ningún plan de esas característicasen los documentos públicos. Existen, sin embargo,pruebas de que elementos del Plan siguieronfuncionando hasta bien entrados los años noventa. ElPlan mismo esclarece la magnitud y complejidad de laoposición en curso a las tareas de la OMS.

El impacto del Plan de Acción de Boca Ratondebe juzgarse dentro del contexto de todo su conjuntode objetivos y estrategias. El Plan era notable por sualcance, dado que abarcaba 26 amplios y ambiciososobjetivos a los que Philip Morris dedicó sus ejecutivos,científicos, abogados y consultores más destacados,estuvo organizado internacionalmente, coordinó atodas las oficinas regionales de la empresa y utilizótanto a organizaciones de la industria del tabaco comoa grupos pantalla para conseguir una llamativa lista deéxitos.

Por ser una de las mayores empresasmultinacionales del mundo, Philip Morris contaba conuna estructura internacional que es, desde muchospuntos de vista, paralela a la de la OMS, con variasoficinas regionales en los mismos países o zonas delmundo, sin olvidar el centro de investigación ydesarrollo de Philip Morris en Neuchatel, Suiza, cercade la sede de la OMS. Esas oficinas localespermitieron al personal de Philip Morris establecercontactos con la OMS y las Naciones Unidas, demanera especial en Ginebra. Por mediación, al menos,de uno de esos contactos, Philip Morris pudocontribuir a la adopción de una enmienda en pro deltabaco en una resolución sobre tabaco y salud de laAMS, tal como se describe en el capítulo V.

Los intereses financieros de Philip Morris ysus vínculos con otras empresas tabacaleras lepermitieron utilizar organizaciones como la Cámara

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Internacional de Comercio e ITGA para influir sobreorganismos internacionales que tienen, a su vez,influencia sobre la OMS. A través de sustitutos, PhilipMorris pudo conocer a numerosos altos funcionariostanto de gobiernos nacionales como de organizacionesinternacionales, inclusive los actuales y anterioresdirectores generales de la OIT y de la FAO.

Quizá más importante, sin embargo, quecualquier logro concreto de política del Plan deAcción de Boca Raton fue la construcción demecanismos minuciosos y bien ocultos para unaoposición sostenida al trabajo de la OMS. En laactualidad, un decenio después de la instalación deesos mecanismos, es probable que se los vuelva amovilizar pronto para actuar contra la Iniciativa de laOMS "Liberarse del tabaco" y el proyectadoConvenio Marco para la Lucha Antitabáquica. Siestas predicciones son correctas, el Plan de BocaRaton quizá ofrezca, más que una mejor comprensióndel pasado, un anticipo de lo que nos espera.

2. La Cuestión del Tercer Mundo

Cuando los años setenta llegaban a su fin, alos directivos de la industria del tabaco les preocupabaque la OMS y el movimiento antitabáquico utilizaranlas críticas a las actividades de la industria en elmundo en desarrollo para avivar una campañaantitabáquica mundial. Rápidamente, empresastabacaleras iniciaron una campaña generalizada paradespertar el interés de países en desarrollo yconseguir su ayuda en el seno de las NacionesUnidas. Miembros de un grupo de presión deempresas tabacaleras se esforzaron por resaltar, antefuncionarios de países en desarrollo, así como deorganismos de las Naciones Unidas con unaorientación económica, la importancia económica deltabaco para esos países. Los representantes deempresas tabacaleras trataron de convencer a paísesen desarrollo de que la pérdida del tabaco comocultivo comercial provocaría la desestabilizacióneconómica de los países cultivadores de tabaco,aumentando en gran medida la carga de pobreza ymalnutrición en esos países. Según los documentos,empresas tabacaleras fomentaron la idea de que lalucha antitabáquica era una preocupación del PrimerMundo y de que los perjuicios para la salud del TercerMundo resultado de las actividades de luchaantitabáquica, podían exceder a los efectos delconsumo de tabaco.

Cuando los directivos de la industria tomaronconciencia por vez primera de las críticasinternacionales a sus actividades en países endesarrollo, comprendieron que se hallaban frente auna grave amenaza para la rentabilidad a largo plazode sus productos. En una conferencia de empresastabacaleras celebrada en julio de 1980, se explicó alos participantes en un taller que a los problemasrelacionados con el tercer mundo no cabe dejarlospara ocuparse mañana de ellos porque afectan a labase misma del suministro de materias primas.16 Unesfuerzo antitabáquico por parte de países endesarrollo podría limitar el cultivo del tabaco en paísescomo Brasil, Zimbabwe y Malawi. Todavía era máspreocupante la posibilidad de que países de lasNaciones Unidas encontraran una meta común encontra de las empresas tabacaleras, creando unenemigo con un atractivo universal.

Enfrentados con una amenaza de talesdimensiones, los directivos de la industriareconocieron la necesidad de elaborar una estrategiaautónoma para países en desarrollo. Un consultor dela industria propuso los siguientes objetivos:

Debemos tratar de detener la marcha delTercer Mundo hacia un compromiso encontra del tabaco.

Debemos tratar de comprometer con nuestracausa a todos los países del Tercer Mundo oal menos a una buena parte de ellos.

Debemos tratar de influir en la política oficialde la FAO y de la UNCTAD para queadopten una postura en pro del tabaco.

Debemos tratar de reducir el impacto de laOMS, empujándola [sic] a una posición másobjetiva y neutral.17

[El subrayado es el del documento original]

A lo largo de los años ochenta y buena partede los noventa, empresas tabacaleras trataron demovilizar a funcionarios de países en desarrollo parapromover, a escala mundial, un programa en pro deltabaco. El objetivo era que representantes de estadosmiembros de las Naciones Unidas pertenecientes almundo en desarrollo -y no las mismas empresastabacaleras- expusieran los argumentos en favor deltabaco desde dentro de la FAO, la OMS y otrosórganos de las Naciones Unidas. Un consorcio

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internacional de directivos de la industria del tabaco alque en un primer momento se llamó InternationalCouncil on Smoking Issues [Consejo internacionalsobre cuestiones relacionadas con el tabaco] (ICOSI), nombre que más adelante se cambió por INFOTAB,coordinaba esta estrategia para países en desarrollo.Algunas empresas, de manera individual, sobre todoPhilip Morris y British American Tobacco Company,también realizaron destacadas aportaciones.

Aunque los documentos revelan sólo unaparte de las actividades de empresas tabacaleras, suestrategia se extendía a la investigación, a la presióncoordinada sobre diplomáticos de países en desarrolloy a las relaciones públicas en gran escala.Representantes de la industria contactaron afuncionarios gubernamentales y a delegados ante lasNaciones Unidas de todo el mundo. En reuniones queseguían un modelo común, directivos de empresastabacaleras hacían presentaciones sobre laimportancia económica del tabaco para países endesarrollo, aportando investigaciones sobre temastales como los beneficios sociales y económicos deltabaco y la falta de alternativas sostenibles. Miembrosdel grupo de presión de esas empresas tratarontambién de fomentar el resentimiento contra el mundoindustrializado, insistiendo en que las enfermedadesrelacionadas con el tabaco eran una preocupación delos países ricos, a quienes no interesaban lasrealidades económicas ni los verdaderos problemas desalud del mundo en desarrollo.

Empresas tabacaleras utilizaron de maneradestacada para esa campaña a ITGA, que afirmarepresentar los intereses de agricultores locales. Losdocumentos indican, sin embargo, que empresastabacaleras han financiado su organización y dirigidosus actividades. Gracias a su persistente trabajo decaptación con funcionarios de países en desarrollo, lasempresas tabacaleras edificaron gradualmente unabase de apoyo dentro de organismos y estructuras delas Naciones Unidas, de manera especial en la AMSy en la FAO. A continuación, esas empresastrabajaron para convertir el apoyo en acción. Pormedio de contactos y de la influencia de numerososfuncionarios de países en desarrollo, se propusieronpromocionar su programa en el seno de múltiplesorganismos y estructuras de las Naciones Unidas.

• Organización de las Naciones Unidas para laAgricultura y la Alimentación

Debido a que, durante muchos años, en susactividades agrícolas, la FAO había apoyado el cultivodel tabaco, a finales de los años setenta y comienzosde los ochenta las empresas tabacaleras laconsideraban un aliado natural18 y un punto de presiónpara tratar con la OMS.19 Durante los años ochenta ynoventa, recurriendo a delegados de países endesarrollo, empresas tabacaleras trataron deconservar el apoyo de la FAO y de utilizarla paraexponer los argumentos en favor de la importanciaeconómica del tabaco en el seno de las NacionesUnidas. Como resultado de la presión de delegados enla FAO de países en desarrollo, así como deRepresentantes Permanentes de la FAO, losdirectivos de la industria creyeron que habían logradoel apoyo de la FAO en las Naciones Unidas pararesistir los esfuerzos de lucha antitabáquica por partede la OMS. Durante ese periodo la FAO publicóvarios informes y declaraciones que representantesde la industria utilizaron en apoyo de su postura sobrela importancia económica del tabaco para países endesarrollo.

• La Asamblea Mundial de la Salud

Los documentos demuestran que empresastabacaleras trataron de influir en el resultado devarias de las reuniones de la AMS. Susrepresentantes presionaron a delegados de países endesarrollo para proponer enmiendas y resolucionesencaminadas a limitar la amplitud del programa delucha antitabáquica de la OMS. El estudio de casos secentra en las 39, 41 y 45 Asambleas Mundiales de laSalud, celebradas en 1986, 1988 y 1992,respectivamente. Esas reuniones se caracterizaronpor una presión generalizada por parte de empresastabacaleras para lograr que delegados de países endesarrollo se opusieran a nuevas resoluciones sobre lalucha antitabáquica. En 1992, las empresastabacaleras festejaron la adopción por la AMS de unaresolución -apodada la Resolución de Malawi- quedesembocó en la creación, en el Consejo Económicoy Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), de unllamado punto focal de las Naciones Unidas paracuestiones relacionadas con el tabaco.

• El Consejo Económico y Social de lasNaciones Unidas

El punto focal iba dirigido a coordinar lacolaboración de las Naciones Unidas sobre cuestionesrelacionadas con el tabaco, sin olvidar varios

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organismos de las Naciones Unidas que estarían másdispuestos a escuchar los argumentos económicos dela industria del tabaco. Aprovechando esaoportunidad, empresas tabacaleras repitieron elsatisfactorio modelo que ya habían utilizado durantemucho tiempo como parte de su estrategia parapaíses en desarrollo. Representantes de la industriapresionaron a funcionarios gubernamentales,delegados ante las Naciones Unidas y funcionarios delas Naciones Unidas para que insistieran en laimportancia económica del tabaco. Si bien el puntofocal en el ECOSOC se clausuró antes de conseguirningún logro notable, los directivos de la industriacreyeron que habían triunfado en sus intentos deconseguir que la FAO, una vez más, adoptase en elECOSOC una postura a favor del tabaco.

La estrategia de esas empresas en países endesarrollo se tradujo en intensos esfuerzos decaptación de funcionarios gubernamentales ydelegados ante las Naciones Unidas de esos países.Insistiendo en la importancia económica del tabaco yfomentando el resentimiento contra el mundodesarrollado, los directivos de la industria creyeronque habían influido en los delegados lo bastante comopara alterar la política de la OMS y de la FAO sobreel tabaco. En lugar de enfrentarse con la condena delmundo por sus acciones en países en desarrollo, laindustria del tabaco lograba que esos paísesrepresentaran los intereses del tabaco a nivelinternacional.

Hacia mediados de los años noventa, losdocumentos de empresas tabacaleras muestran quelos representantes de la industria estaban convencidosde que su estrategia para países en desarrollo habíaconseguido que la FAO diese a conocer informessobre la importancia económica del tabaco quefavorecían a la industria, había movido a delegados depaíses en desarrollo a presentar objeciones en favordel tabaco, así como enmiendas y resoluciones en laAMS y había contrarrestado los esfuerzos hostiles enel punto focal de las Naciones Unidas sobre eltabaco.

Los documentos de empresas tabacaleras adisposición del público, que en su mayor parte sedetienen a mediados de los años noventa, no revelanqué nuevas actividades llevaron a cabo losrepresentantes de la industria para contrarrestar losesfuerzos de la lucha antitabáquica mediante susaliados del mundo en desarrollo. Todas las

indicaciones, sin embargo, apuntan a que la estrategiapara países en desarrollo sigue aún activa y puededesempeñar un papel en la campaña de la industriacontra el Convenio Marco para la LuchaAntitabáquica.

Son varias las recomendacionesconsecuencia del presente estudio de casos. Figuranentre ellas la sugerencia de que otros organismos delas Naciones Unidas y gobiernos nacionales examinenla influencia de la industria del tabaco sobre susdecisiones y programas, y que la OMS presente parasu consideración por la AMS algún procedimientopara que los delegados revelen sus relaciones con laindustria del tabaco. El comité de expertos ha incluidoademás una recomendación para que la OMSaprenda a contrarrestar la presión de empresastabacaleras en países en desarrollo, al mismo tiempoque trata de encarar las legítimas preocupacioneseconómicas de los estados por la pérdida del tabacocomo cultivo comercial.

3. Un crítico independiente de la OMS

Elemento clave de la estrategia de la industriapara desvirtuar las actividades de lucha antitabáquicade la OMS en los años ochenta y noventa fue lapretensión de volver a definir el mandato de la OMSo, al menos, de reorientar sus prioridades, alejándolasdel tabaco. Para ese fin empresas tabacalerasutilizaron instituciones académicas independientes,consultores y periodistas para socavar la credibilidadde la Organización, poner en tela de juicio su misión ysu mandato y desviar sus prioridades hacia otrasnecesidades sanitarias, apartándola de la luchaantitabáquica. Esas personas e instituciones estaban,de hecho, pagadas en secreto por empresastabacaleras para promover opiniones a favor deltabaco o en contra de la OMS.

Muchos documentos de empresastabacaleras a disposición del público sugieren quePaul Dietrich, un abogado estadounidense, vinculadodurante mucho tiempo a empresas tabacaleras,desempeñó un papel destacado en este elemento desu estrategia. Dietrich escribió artículos y editorialesatacando las prioridades de la OMS, artículos yeditoriales que se publicaron en medios importantesde comunicación y fueron ampliamente difundidos pordirectivos de empresas tabacaleras. Dietrich viajóademás por todo el mundo al servicio de esas

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empresas, para hacer presentaciones a periodistas yfuncionarios gubernamentales sobre lo inadecuado delos gastos y de las prioridades de la OMS. Nunca sehizo mención alguna en sus artículos y presentacionesde que el autor recibía sumas importantes deempresas tabacaleras.

En 1990, cuando todavía trabajaba para laindustria, Dietrich fue designado miembro de uncomité de la Organización Panamericana de la Salud(OPS), cuya Secretaría también funciona comooficina regional de la OMS para las Américas. Losdocumentos indican que, mientras ocupaba esepuesto, Dietrich trató de que el tabaco no figuraseentre las prioridades de la OPS. Según losdocumentos, también intervino para conseguir que laOPS organizara y patrocinara un importanteacontecimiento mediático que empresas tabacalerasutilizaron para desviar el interés público de la OctavaConferencia Mundial sobre Tabaco o Saludpatrocinada por la OMS. Dietrich niega haberparticipado nunca a sabiendas en ningúnacontecimiento o proyecto de la industria del tabaco, ohaber recibido de ella pago por su trabajo.

• Seminarios para los medios de comunicación

Una de las estrategias clave que empresastabacaleras han empleado a lo largo de los años enmateria de relaciones públicas ha sido invitar a unreducido número de periodistas seleccionados a unaconferencia para escuchar las opiniones de personasque proporcionan el punto de vista de las empresastabacaleras sobre cuestiones de importancia para laindustria. Entre 1984 y 1992, Paul Dietrich realizó, enuna larga serie de seminarios para medios decomunicación en todo el mundo, presentacionescriticando a la OMS, patrocinadas por Philip Morris yBAT. Los documentos muestran que a los periodistasreunidos se les dijo que los expertos que hacían laspresentaciones eran por completo independientes dela industria.

• Giras mediático políticas en favor deempresas tabacaleras

Dietrich no sólo intervino en seminarios concretos, sino que directivos de empresastabacaleras lo invitaron a viajar por regiones enterasrecomendando a funcionarios gubernamentales un

programa en contra de la OMS. Durante al menosuna de esas giras, hizo además acopio de datos einformó a la industria sobre actividades de luchaantitabáquica en la región. En algunos casos, permitióque sus contactos creyeran que era un activista de lalucha antitabáquica.

• Críticas a la OMS en los medios impresosde comunicación

A finales de los años ochenta, Dietrichempezó a atacar públicamente a la OMS por mediode la prensa. Desde 1988 hasta 1993 escribiónumerosos artículos criticando a la OMS en mediosde comunicación mayoritarios, sobre todo en losEstados Unidos de América, inclusive el Wall StreetJournal, el International Herald Tribune y elWashington Times. En ninguno de los artículos semencionaron nunca las relaciones de Dietrich con laindustria del tabaco.

La mayoría de los artículos publicados porDietrich se programaban para coincidir con lasreuniones anuales de la AMS, con el propósitoevidente de influir en los debates y resoluciones deese órgano. Los documentos sugieren que PhilipMorris intervino en la publicación y amplia difusión dealgunos de los artículos de Dietrich, en apoyo de sucampaña para debilitar a la OMS y dar una nuevaorientación a sus prioridades, alejándolas de la luchaantitabáquica.

• Institute for International Health andDevelopment

Dietrich era presidente de una organizaciónllamada Institute for International Health andDevelopment [Instituto para la salud y el desarrolloInternacionales] (IIHD). Los documentos sugierenque Philip Morris y BAT intervinieron en el IIHD ehicieron uso de la organización y de su revista,International Health and Development, en suscampañas para socavar las actividades de luchaantitabáquica de la OMS.

• La Organización Panamericana de la Salud(OPS)

En 1990, Dietrich fue designado miembro deun comité de la OPS. Al menos durante una parte delperiodo en el que Dietrich formó parte de ese comité,los documentos demuestran que también recibió de

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BAT honorarios mensuales como consultor. Mientrastrabajaba en la OPS, Dietrich pudo haber disfrutadode su oportunidad más destacada para influir sobre laspolíticas de la OMS relativas al tabaco.

Los documentos sugieren que Dietrich utilizósu posición para tratar de dar una nueva orientación alas prioridades de la Organización, alejándolas deltabaco y dedicando más atención a la inmunizacióninfantil y a otras enfermedades. En 1991, undocumento de BAT informaba de que: Paul haconseguido persuadir a la OPS para que retire eltabaco de su lista de prioridades para este año.20 Losdocumentos también sugieren que Dietrich quizá pudoutilizar a la OPS, sin su conocimiento, como pantallapara la estrategia de las empresas tabacaleras desustraer a la atención del público la OctavaConferencia Mundial sobre Tabaco o Salud (véase elcapítulo VII).

Un funcionario de la OPS está en desacuerdocon la versión de los hechos que proporcionan losdocumentos, e insiste en que Dietrich careció allí deinfluencia sobre la política en materia de tabaco.Dietrich afirma que realizó muchas de las actividadesdescritas en los documentos, pero que no las llevó acabo para la industria del tabaco.

• Relaciones y lazos económicos conempresas tabacaleras

Los documentos de empresas tabacalerassuministran pruebas de la prolongada asociación dePaul Dietrich con la industria y de sus vínculoseconómicos con ella. Según los documentos, Dietrich,y las instituciones que manejó, estuvieron endiferentes épocas asociadas con The TobaccoInstitute, con Philip Morris y, lo que es másimportante, con BAT. Muchos documentos muestranque Dietrich y las organizaciones que manejórecibieron cuantiosos fondos de empresastabacaleras. Esos documentos incluyen, de hecho,facturas de Dietrich a BAT. Otro documento hacereferencia a la “costosa consultoría”21 de Dietrichpara BAT.

El presente estudio de casos ilustra una de lasmaneras en que empresas tabacaleras, con escasacredibilidad pública, hacen que sus posiciones seandefendidas en público por terceros en aparienciaindependientes. Aunque Dietrich niega que sucampaña de larga duración contra la OMS estuviera

financiada por empresas tabacaleras o que élcolaborase con la industria en cualquiera de losproyectos descritos en el presente estudio de casos,los documentos ofrecen un cuadro bien distinto, porcuanto sugieren con claridad que Dietrich tuvo unalarga relación con miembros de la industria del tabacoy que empresas tabacaleras utilizaron esa relaciónpara promocionar su programa en contra de la OMS.

El hecho de que Dietrich mantuvierasemejante relación con empresas tabacaleras suscitapreocupación debido a su nombramiento para uncomité de la OPS. El comité de expertos cree quedesempeñar un cargo en un comité de la OPS ytrabajar al mismo tiempo para la industria del tabacoplantea importantes problemas de conflicto deintereses, y ha hecho una serie de recomendacionespara contribuir a asegurar que tales conflictos no seproduzcan en el futuro.

4. Octava Conferencia Mundial sobre Tabaco o Salud

Un examen de documentos internos deempresas tabacaleras relacionados con la 8 CMToS, celebrada en Buenos Aires en 1992, pone demanifiesto que BAT y Philip Morris, las dos empresastabacaleras privadas más importantes, iniciaron unacampaña de desautorización de la Conferencia,utilizando para ello una extraordinaria diversidad detácticas, algunas de las cuales podrían calificarse dejuego sucio. Entre ellas figura la organización decomplicados montajes para apartar la atención públicade la Conferencia, así como el adiestramiento deperiodistas tanto para perseguir a un participantecomo para reventar una conferencia de prensa de laCMToS. La utilización planificada, en ese contexto,de los medios de comunicación, merece una menciónespecial. En esta campaña los periodistas iban adesempeñar un cometido central y, en algunos casos,de complicidad, en la manipulación de la opiniónpública. Como tantas de las restantes campañas deempresas tabacaleras aquí descritas, el presenteestudio de casos ejemplifica el propósito sistemático,por parte de empresas tabacaleras, de ocultar supapel en la ejecución de planes para socavar lasiniciativas de lucha antitabáquica de la OMS.

Los documentos sugieren además que

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empresas tabacaleras utilizaron en su campaña a laOPS, cuya Secretaría también funciona como oficinaregional de la OMS para las Américas. Por mediaciónde Paul Dietrich, identificado en los documentos comoun consultor de empresas tabacaleras que tambiénformaba parte de un comité de la OPS, el documentosugiere que esas empresas pudieron guiar eldesarrollo de un programa de medios informativospatrocinado por la OPS y aprovecharlo después conel fin de minar la 8 CMToS. Dietrich, sin embargo,afirma que la industria no participó en su programa demedios informativos, y los funcionarios de la OPSrechazan que Dietrich tuviera cometido alguno en eseprograma.

• Plan para los medios de comunicación

Parte integral del plan de empresastabacaleras para debilitar la 8 CMToS era unacontecimiento mediático que, según afirman losdocumentos, fue preparado por Paul Dietrich. Elprograma de medios de comunicación de Dietrich secreó con el fin de promover la idea de que el gastosanitario en América Latina no se debía utilizar parainiciativas de lucha antitabáquica, sino para otrosproblemas apremiantes de salud pública comoprogramas de inmunización infantil y de prevencióndel SIDA. El programa requería que la popular artistaestadounidense Gloria Estafan fuese la estrella de unespectáculo ampliamente televisado y destinado adefender, durante una gira para salvar a los niños,cercana a las fechas de la Conferencia, laimportancia de vacunar a los niños. Un memorandode Dietrich a BAT explicaba cómo el acontecimientoayudaría a las empresas tabacaleras:

Disponemos ya de un importanteacontecimiento mediático con el que trabajar.También contamos, en segundo lugar, conuna estrella de primera magnitud que atraeráa un público muy numeroso. Se nos haasegurado, igualmente, que dispondremos delcomienzo de las horas de máxima audienciaen el programa especial de televisión del 19de marzo. Todo ello está perfectamentesincronizado con nuestra iniciativa en laOctava Conferencia Mundial sobre Tabaco oSalud. Durante el mes anterior a laConferencia, la prensa se centrará en elproblema prioritario de América Latina quees vacunar a todos los niños.22

Los documentos sugieren que Dietrich logróque el programa fuese financiado por la OPS,aprovechándose de su puesto en uno de sus comités.La OPS desconocía el uso que querían hacer delprograma los directivos de la industria del tabaco.

Después del programa de televisión,representantes de la industria planeaban colocarartículos en medios informativos por toda AméricaLatina poniendo en tela de juicio la 8 CMToS y elgasto sanitario en programas de lucha antitabáquica.Representantes de la industria también planeabanadiestrar a periodistas para reventar conferencias deprensa de la CMToS.

Hemos de enseñarles [a los periodistas] cómoser prepotentes y presionar de maneraagresiva a los oradores. (Estos últimos noquerrán comparar el gasto antitabáquico conlos fondos para niños. Si no responden a lapregunta, nuestro periodista puede perseguiragresivamente al orador con otras preguntasafines hasta que aborde la cuestión, lo que noserá fácil.) Si tenemos éxito a la hora deconseguir que los periodistas sean agresivos ytrabajen en equipo, estaremos en condicionesde dominar la conferencia de prensa. Inclusoaunque sólo consigamos que unos cuantosperiodistas escriban sobre la controversia quehabremos creado, eso ya sería un éxito, en miopinión. También habremos conseguidodesviar las conferencias de prensa connuestras preguntas, de manera que tenganmenos tiempo para atacarnos.23

• Otras estrategias de relaciones públicasdirigidas contra la 8 CMToS

Los documentos muestran igualmente queempresas tabacaleras planearon desviar la atencióndel público de destacados políticos estadounidensesque acudieron a la conferencia. Iba a organizarse unimportante partido de fútbol entre un equipo español yotro estadounidense para el mismo día en que el expresidente Jimmy Carter llegaba a la conferencia.Representantes de la industria planearon además unacampaña contra el senador Edward Kennedy,presente en la Conferencia:

Reporteros escogidos tendrán queinterrogarle [a Ted Kennedy] sobre sudependencia del alcohol y destacar que en los

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Estados Unidos de América se le acusa deacoso sexual, reduciendo así la importanciade su presencia en la Conferencia.24

• Estrategias científicas dirigidas contra la 8CMToS

Philip Morris y British American Tobbacoelaboraron estrategias científicas con las que frustrartodas las políticas para un mundo sin tabaco quepudieran resultar de la 8 CMToS. Entre lasprincipales estrategias figuraban un programacientífico de asesoría en América Latina y unaconferencia sobre calidad del aire en interiores que secelebraría coincidiendo con la Conferencia.

Directivos de la industria también seprepararon para la 8 CMToS reuniéndose con losorganizadores antes de que se celebrase, y planearoncontratar a científicos para que se infiltraran en laconferencia, pero, como en el resto de la campaña,las empresas tabacaleras camuflarían su intervención.

Con un manejo adecuado de la prensapodríamos crear, por primera vez, unacontroversia en sectores donde la opiniónpública tiene la impresión de que no existe.Ello requiere, por supuesto, que podamoslograr la participación de científicos demáximo nivel... La industria, evidentemente,no puede [sic] aparecer como patrocinadorade las actividades ni financiar viajes departicipantes. Eso tendría que hacersemediante donaciones a fundaciones o ainstituciones independientes...25 [Subrayadoañadido].

Aunque un examen de documentosrelacionados con la 8 CMToS revela grandes planesde empresas tabacaleras para socavar laConferencia, son escasas en ellos las pruebas acercade los aspectos del plan que se llevaron finalmente atérmino. El comité de expertos realizó por tantobúsquedas en archivos de medios de comunicación yotras fuentes de documentación. Entrevistas con PaulDietrich, Ciro de Quadros, Director deInmunizaciones de la OPS, y Carlyle Macedo, antiguoDirector de la OPS, revelaron que algunos elementosdel plan de Dietrich para medios de comunicación sellevaron a cabo y otros no. El programa de televisiónen el que Gloria Estefan y otros artistas de AméricaLatina iban a promover la inmunización infantil fue

producido en Miami y se televisó por canalesnacionales a horas de máxima audiencia. Dietrichafirma, sin embargo, que si bien jugó un papel decisivoen la producción del programa, la industria del tabacono participó en absoluto. Los funcionarios de la OPSaseguran que Dietrich no intervino en el programa.Las informaciones de prensa sugieren que quizállegaron a realizarse otros acontecimientos planeados,inclusive uno relacionado con el SIDA y un programapara periodistas sobre la importancia económica deltabaco.

El presente estudio de casos demuestra hastaqué extremos llegan las empresas tabacaleras paraimpedir el éxito de una Conferencia Mundial sobreTabaco o Salud. Muchas de las tácticas propuestaspor los directivos de la industria, como organizar unimportante partido de fútbol para que coincida con lallegada de Jimmy Carter o adiestrar a periodistas paraque persigan al senador Edward Kennedypreguntándole sobre excesos en la bebida yacusaciones de acoso sexual, ofrecen elementos deuna campaña de juego sucio. Esas tácticas, sinembargo, y muchas otras diseñadas por directivos dela industria en conexión con la 8 CMToS, tambiéntenían otro propósito más importante: apartar laatención de los medios de comunicación de laConferencia y manipular la información que surgiera.

Dos recomendaciones se siguen del presenteestudio de casos. En primer lugar, el comité deexpertos recomienda, por parte de las OficinasRegionales de la OMS y Centros Colaboradores,aumentar el adiestramiento y la financiación paramejorar la sensibilización de los medios informativos.En segundo lugar, el comité de expertos recomiendaque la OMS siga exigiendo que se revele la situaciónfinanciera del interesado en el caso de propuestaspara futuras CMToS, y se plantee la conveniencia deprofundizar en esas revelaciones para identificarsignificativas fuentes subyacentes de financiación.

5. Establecimiento de normas por las Naciones Unidas para plaguicidas EBDC

Los plaguicidas a base de etilen-bis-ditiocarbamatos (EBDC) protegen al tabaco y a otroscultivos de hongos y mohos. En los años ochentaempezaron a acumularse pruebas de que el productohabitual de la descomposición de esas sustancias

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químicas, conocido como etilen tiourea (ETU), causacáncer. En septiembre de 1989, anticipándose a unaacción de reglamentación, los fabricantesestadounidenses de EBDC eliminaron muchos de losusos de los fungicidas, incluidos todos los relacionadoscon el cultivo del tabaco. Poco después, directivos dela industria, para asegurar que los EBDC seguíanestando disponibles, emprendieron una campaña en elCentro Cooperativo de Investigación Científica sobreel Tabaco (CORESTA), una organización de laindustria.

CORESTA contrató a Gaston Vettorazzi,antiguo funcionario de la OMS y especialista enplaguicidas, para coordinar su campaña en favor delos EBDC. En la primavera de 1991, Vettorazziprodujo, para CORESTA, análisis sobre la seguridadde los plaguicidas EBDC. Esos análisis fueronrevisados y editados por científicos de la industria deltabaco. En sus informes, Vettorazzi concluía,inicialmente, que ETU no es carcinógeno. Un estudiopreliminar de esos documentos por parte del comitéde expertos plantea dudas sobre la validez de lainterpretación de las pruebas científicas realizada porVettorazzi.

Contando con los tranquilizadores informes deVettorazzi sobre los fungicidas EBDC, CORESTApensó en dar a conocer la información a la Reuniónconjunta FAO/OMS sobre residuos de plaguicidas(JMPR), un programa conjunto de la OMS y de laFAO. La JMPR es responsable del establecimientode normas de seguridad para plaguicidas, y losdirectivos de la industria del tabaco reconocían elpapel clave de esa actividad de las Naciones Unidaspara el establecimiento de normas. Si la JMPRhubiera dictaminado que existían problemas queimpedían el establecimiento de un nivel seguro deingestión para los EBDC, los fabricantes deplaguicidas quizá hubieran considerado detener porcompleto su fabricación. Por otra parte, si la JMPRestablecía un nivel seguro de ingestión, los fabricantescontarían con el respaldo de una norma internacionalde seguridad y tendrían razones para mantener laproducción.

Después de prolongados debates, en enero de1992, la dirección de CORESTA decidió permitir queVettorazzi enviara sus análisis a la JMPR, utilizandoel nombre del Centro Internacional de Informaciónsobre Toxicología, sin mención alguna del papel deCORESTA en la realización de los informes.

Poco después de que Vettorazzi presentarasus informes a la JMPR, la Secretaría de la OMS lepidió que se incorporase de nuevo a la Organizacióncomo asesor temporero y analizara plaguicidas.Vettorazzi buscó y obtuvo financiación de CORESTApara trabajar en la JMPR.

Durante los dos años que siguieron,CORESTA pagó a Vettorazzi casi US$100 000 portrabajar en la OMS analizando plaguicidas y encalidad de asesor temporero para ayudar a la JMPRen su evaluación de los EBDC. Este acuerdoeconómico, que aseguraba la presencia de unconsultor de la industria del tabaco en una actividad de las Naciones Unidas para el establecimiento denormas, no se dio a conocer ni a la OMS ni a laJMPR.

En noviembre de 1993 la JMPR publicó susconclusiones sobre los EBDC, que estaban deacuerdo con los informes de Vettorazzi, pero no conlas conclusiones de la Agencia para la Protección delMedio Ambiente de los Estados Unidos de América(EPA). De acuerdo con ello, la JMPR estableció unnivel seguro de ingestión para ETU que, a la larga,desembocó en un reconocimiento legal de seguridadsegún las normas internacionales. CORESTA acogióla decisión como una destacada victoria para lasempresas tabacaleras.

Debido a la ausencia de documentación sobreel proceso de adopción de decisiones en la JMPR, noestá claro el impacto de la participación de Vettorazzien el establecimiento de la norma por parte de laJMPR. Un examen preliminar de la monografíatoxicológica de la JMPR sobre ETU plantea dudassobre si el comité internacional estudió de manerasatisfactoria todas las pruebas disponibles.

Tras el análisis de la JMPR, los documentosindican que CORESTA financió a Vettorazzi paraque publicara un trabajo científico sobre la evaluacióninternacional de los EBDC. Esa comunicaciónapareció en 1995 en Teratogenesis, Carcinogenesisand Mutagenesis sin que se hiciera constar el apoyoeconómico de empresas tabacaleras. Distintasorganizaciones de la industria han contratado aVettorazzi para representar los intereses del tabacoen reuniones de las Naciones Unidas, incluida laComisión del Codex Alimentarius, y para ayudar aempresas tabacaleras en cuestiones nacionales deplaguicidas en todo el mundo. En la actualidad

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Vettorazzi sigue siendo consultor de CORESTA.

La historia de los EBDC demuestra lahabilidad de empresas tabacaleras para, de manerasubrepticia, asociar a uno de sus consultores en unaactividad de establecimiento de normas de lasNaciones Unidas y subraya el papel de las presioneseconómicas a la hora de crear oportunidades paraempresas tabacaleras. La presión económica creó unincentivo evidente para que los funcionarios de laOMS no insistieran en que Vettorazzi dierademasiados detalles sobre los acuerdos que le habíanllevado a Ginebra.

El presente estudio de casos ilustra cómoempresas tabacaleras están dispuestas a influir encualquier procedimiento de las Naciones Unidasrelacionado con tabaco y salud. Los directivos de laindustria advirtieron que la reglamentación de losplaguicidas representaba una amenaza para el futurode la industria y rápidamente elaboraron unaestrategia para proteger sus intereses.

Una pregunta fundamental es la de si unconsultor de la industria del tabaco -ocultando susvínculos con empresas tabacaleras- influyó de maneradestacada en una conclusión, sobre la seguridad de ungrupo de plaguicidas muy utilizado, a la que llegó unorganismo de las Naciones Unidas que tiene pormisión el establecimiento de normas, y si esaconclusión era inadecuada.

El análisis de las pruebas por parte del comitéde expertos plantea perturbadoras dudas sobre siVettorazzi favoreció de manera impropia a losEBDC. El comité de expertos no está en condicionesde alcanzar una conclusión definitiva sobre laseguridad de esos plaguicidas, y la falta de unadocumentación adecuada procedente de la JMPRcomplica la evaluación de lo que sucedió antes ydurante la reunión de 1993. Un examen preliminar nopermite exonerar por completo los procedimientos ylas conclusiones de la JMPR, y el comité de expertoscree que es necesario proseguir la investigación.

Para concluir, el papel de Vettorazzi comoasesor de la JMPR en la cuestión de los EBDCsupone un intento por parte de empresas tabacalerasde influir sobre la comunidad científica ocultando almismo tiempo su participación, lo que, en últimainstancia, socava la integridad de las decisiones de laJMPR. Para restablecer la credibilidad y prevenir

futuras repeticiones de parecidos ataques contraactividades de establecimiento de normas, el comitéde expertos cree que la OMS debe modificar suenfoque del conflicto de intereses y proporcionar unasólida orientación y un mayor rigor en la aplicación delas normas éticas.

Entre varias sugerencias concretas para elpresente estudio de casos, el comité de expertosrecomienda que la OMS obtenga una evaluaciónindependiente de los plaguicidas por los queVettorazzi mostró un interés tan activo.

6. El estudio del CIIC sobre humo de tabaco en el ambiente (HTA)

Recientemente se ha documentado en TheLancet26 una campaña de empresas tabacaleras, porvalor de muchos millones de dólares, paradesautorizar un estudio epidemiológico a gran escalasobre la relación entre humo de tabaco en el ambiente(HTA) y cáncer de pulmón. El Centro Internacionalde Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), unorganismo creado bajo los auspicios de la OMS, llevóa cabo el estudio sobre HTA. La campaña de lasempresas tabacaleras se proponía influir en losresultados y reducir el impacto sobre lareglamentación mundial del HTA. El comité deexpertos ha analizado documentos que describen estacampaña y ha entrevistado al coordinador del estudiodel CIIC.

El relato de lo sucedido demuestra que lasempresas tabacaleras están dispuestas acomprometer la integridad de un estudio científicoindependiente. El relato también proporcionainformación importante sobre cómo empresastabacaleras consiguen sus propósitos cuando tratan deinfluir sobre la toma de decisiones científicas y dereglamentación.

Iniciado en 1988, el estudio HTA del CIICera un estudio internacional, en colaboración, de casosy testigos para evaluar la relación entre exposición aHTA y a otros factores de riesgo ambiental y elriesgo de cáncer de pulmón en personas que nuncahabían fumado. Cuando directivos de la industria deltabaco tuvieron conocimiento de este estudio delCIIC, les llenó de alarma la posibilidad de que unaconclusión, por parte del prestigioso CIIC, en elsentido de que el HTA fuese causa de cáncer podríatraducirse en nuevas restricciones del consumo de

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tabaco en Europa y en todo el mundo.

En 1993, Philip Morris puso en marcha unacampaña de gran amplitud y sólida financiación parainfluir en el estudio del CIIC o limitar su impactonegativo. Los objetivos de la campaña eran lossiguientes:

1. Retrasar el progreso y/o la publicación delestudio.

2. Intervenir en la redacción de susconclusiones y en la declaración oficial deresultados.

3. Neutralizar los posibles resultadosnegativos del estudio, sobre todo en su calidadde instrumento de reglamentación.

4. Contrarrestar el impacto potencial delestudio sobre políticas gubernamentales,opinión pública y acciones de empresarios ypropietarios privados.27

Philip Morris y un grupo de trabajocompuesto por muchas empresas tabacaleraselaboraron un ambicioso conjunto de estrategias paraalcanzar sus objetivos:

• Influir sobre presupuestos o funcionarios del CIICpara suprimir o retrasar el estudio.

• Establecer contactos con los científicos querealizaran los estudios.

• Dirigir y promover investigaciones paracontrarrestar aquellas otras cuyas conclusionesfueran desfavorables para el tabaco.

• Promover normas científicas para limitar lautilización de la epidemiología como base parapolíticas públicas, y crear una coaliciónindependiente de científicos para criticar estudiosperjudiciales para la industria.

• Manipular la respuesta pública y dereglamentación a los resultados del estudio.

• Suprimir la esperada monografía del CIIC sobreHTA o influir sobre ella. (El CIIC publicaevaluaciones fidedignas sobre el riesgo de cáncerde diversos agentes en una serie de monografías

que con frecuencia utilizan los gobiernos queestán considerando acciones de reglamentación).

Desde 1993 hasta la publicación en 1998 delinforme sobre el estudio del CIIC, empresastabacaleras ejecutaron sus planes para influir sobre larealización del estudio y la interpretación de susresultados.

• Empresas tabacaleras establecieron contactoscon investigadores del CIIC, en general pormediación de científicos ajenos al Centro, parahacer acopio de información sobre el estudio einfluir en la interpretación de los resultados delmismo. Gracias a esos contactos, empresastabacaleras obtuvieron cierta informaciónconfidencial sobre el estudio y sus progresos.

• Empresas tabacaleras encargaron y promovieronnumerosos estudios y conferencias encaminadosa arrojar dudas sobre la toxicidad del HTA ysobre los métodos utilizados en el estudio delCIIC.

• En muchos casos, las empresas tabacalerasparecen haber ocultado con éxito su papel en elestablecimiento de contactos con investigadoresdel CIIC así como en la financiación ycomercialización de investigaciones paracontrarrestar aquellas otras cuyas conclusioneseran desfavorables para el tabaco.

• Empresas tabacaleras trabajaron para la adopciónde normas epidemiológicas que impidieran a losgobiernos basarse en el estudio del CIIC, y paraformar una sólida coalición científica, enapariencia independiente, que, al poner en tela dejuicio la utilización de determinados tipos deestudios como base para la adopción de políticas,facilitara el programa legislativo de la industria.

• Empresas tabacaleras elaboraron y ejecutaronuna detallada estrategia para medios decomunicación y gobiernos mediante la cuallograron distorsionar los resultados del estudio,generando informes inexactos, que los medios decomunicación difundieron ampliamente, en los quese aseguraba que, según el estudio, no existíariesgo de cáncer a causa del HTA.

• Los representantes de la industria trabajaron para

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conseguir que se invitara a consultores deempresas tabacaleras a participar en el grupo detrabajo de la esperada monografía y para producirestudios que influyeran sobre sus resultados.

Los elementos menos satisfactorios de estaestrategia fueron los destinados a 1) suprimir oretrasar el estudio y 2) elaborar normas de prácticaepidemiológica de aceptación general que evitaran lautilización, por parte de las autoridades dereglamentación, del estudio del CIIC para elestablecimiento de normas. Parece que ambos planesse abandonaron porque no eran factibles.

Empresas tabacaleras lograron establecercontactos con investigadores del CIIC y financiaron ydieron publicidad a investigaciones diseñadas paraponer en tela de juicio la validez del estudio del CIIC.Por medio de sus contactos con investigadores ycolaboradores del CIIC, empresas tabacaleraspudieron obtener abundante información sobre eldiseño, dirección y análisis del estudio, así comoinformación sobre los resultados preliminares, aunquese consideraba que parte de esa información debíamantenerse confidencial.

En última instancia, sin embargo, losesfuerzos de empresas tabacaleras para contactar acientíficos e influir en la metodología del estudio noparecen haber alterado ni los resultados ni el análisisdel mismo. Aunque el CIIC no ha iniciado unamonografía sobre HTA, el comité de expertos no haencontrado pruebas, en los documentos de empresastabacaleras, de que la decisión del CIIC de nopublicar una monografía se haya visto influida por laindustria del tabaco.

La estrategia en materia de comunicacionesfue el elemento que alcanzó mayor éxito en el intentode socavar el estudio del CIIC. Mediante la distorsiónde las bases estadísticas de los resultados del estudio,directivos de la industria lograron convencer aperiodistas de todo el mundo de que escribieranreportajes afirmando que el estudio no mostraba quela exposición de los no fumadores a HTA aumentaseel riesgo de contraer cáncer. La distorsión, por partede la industria, de los resultados del estudio se siguerepitiendo en reportajes de los medios decomunicación y en presentaciones de empresastabacaleras a autoridades de reglamentación.

El comité de expertos ha incluido varias

recomendaciones que debe seguir el CIIC paraayudar a prevenir la manipulación con éxito, por partede empresas tabacaleras, de futuros estudioscientíficos. Entre ellas figuran directrices escritaspara: 1) la gestión de los contactos con organizacionesen el exterior, en particular representantes de laindustria; 2) la revelación de información; y 3) laaceptación de subvenciones para la investigación o deofertas de empleo por parte de industrias a las queafecten los estudios con participación deinvestigadores del CIIC. Además, el comité deexpertos recomienda que el CIIC y la OMSconsideren la conveniencia de una política deembargo informativo sobre los resultados de estudiosrelacionados con el tabaco hasta que el informecompleto esté listo para su publicación. El CIIC y laOMS deben además promover y mantener lacomunicación sobre cuestiones relacionadas con eltabaco.

E. Recomendaciones

En el curso de esta indagación, el comité deexpertos ha identificado muchos motivos depreocupación acerca de la integridad del proceso enla toma internacional de decisiones sobre el tabaco.Las pruebas demuestran que empresas tabacalerashan actuado durante muchos años con el deliberadopropósito de subvertir los esfuerzos de la OMS encuestiones relacionadas con el tabaco. El intento desubversión ha estado bien financiado y ha sidominucioso, sutil y, de ordinario, invisible. Queempresas tabacaleras se opongan a las propuestas delucha antitabáquica no tiene nada de sorprendente,pero lo que ahora queda claro es la escala, laintensidad y -muy importante- las tácticas de lascampañas. Para muchos, en la comunidadinternacional, prevenir el consumo de tabaco podíaverse hasta ahora como un combate contra laadicción a sustancias químicas, el cáncer, lasenfermedades cardiovasculares y otrasconsecuencias sanitarias del tabaquismo. La presenteindagación añade nuevas pruebas al número siemprecreciente de las que hacen ver que se trata ademásde un combate contra una industria activa, bienorganizada y muy calculadora.

Todo ello tiene repercusiones para la OMS, yquizá para otros órganos internacionales, tanto entérminos de actividades de programas como deprocedimientos internos. El comité de expertos esperaque el presente informe contribuya a un amplio debate

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sobre esas repercusiones en el seno de la comunidadinternacional, y desemboque en los necesarioscambios de prácticas y programas para asegurar quese protege la integridad de la adopción internacionalde decisiones.

• Mayor conciencia pública de la influencia deempresas tabacaleras

El comité de expertos recomienda que laOMS mejore la conciencia pública sobre la influenciade empresas tabacaleras en las políticasinternacionales de lucha antitabáquica.Concretamente, la OMS debe dar a conocer ypublicar el presente informe para su debate demanera pública durante el Convenio Marco para laLucha Antitabáquica en octubre de 2000, además dedistribuirlo de forma más amplia entre el público.

• Nuevas investigaciones de otros organismosy países miembros de las Naciones Unidas

En el curso de su tarea, el comité de expertosha examinado declaraciones que sugieren la posibleinfluencia de empresas tabacaleras en las políticas deotros organismos y países miembros de las NacionesUnidas. El comité de expertos recomienda, enconsecuencia, que la OMS inste a otrasorganizaciones y países miembros de las NacionesUnidas a que lleven a cabo investigaciones similares ala presente con el fin de poner al descubierto lainfluencia de empresas tabacaleras.

• El Convenio Marco para la LuchaAntitabáquica

Es probable que empresas tabacalerasintenten derrotar el Convenio Marco propuesto parala Lucha Antitabáquica, o transformar la propuesta enun medio para debilitar las iniciativas nacionales delucha antitabáquica. Es también probable que unacampaña de esas características sea sutil y sostenida,y que utilice tácticas similares a las descritas en elpresente informe. El comité de expertos recomiendaque la OMS elabore una campaña muy detallada decomunicación en apoyo del Convenio Marco para laLucha Antitabáquica y contrarreste cualquiercampaña de oposición de empresas tabacaleras.

• Proteger la integridad del proceso deadopción de decisiones de la OMS

En el curso de la presente indagación, elcomité de expertos ha identificado varios sectores enlos que tuvo la impresión de que el procedimiento ylas reglas vigentes en la actualidad en la OMS, paraprotegerse contra posibles conflictos de intereses conintervención de la industria del tabaco, debenaclararse, fortalecerse o ampliarse. Estasrecomendaciones están pensadas para su aplicaciónen toda la OMS, inclusive sus Centros Colaboradores.

Los requisitos vigentes en materia deconflicto de intereses para empleados de la OMSestán contenidos en una página del Estatuto delPersonal promulgado por la AMS y en una página delReglamento de Personal establecido por el DirectorGeneral. A modo de observación general, el comitéde expertos señala que esas reglas éticas se hanaclarado de manera notable en años recientes y quecontinúa la revisión interna de las normas.

Basándose en su examen, el comité deexpertos ha identificado oportunidades concretas paramejorar este régimen reglamentario. El comité deexpertos espera que, tomadas en conjunto, lasrecomendaciones concretas expuestas en el presenteinforme ayuden a proteger la integridad en laadopción de decisiones de la OMS. Figuran entreellas sugerencias para seleccionar futuros empleados,consultores, asesores y miembros de comités paraconflictos de intereses y para aclarar lasconsecuencias de la violación de las reglas de ética.

Las recomendaciones también instan a laOMS a que presente en la AMS, para debate porparte de los países miembros, cuestiones relacionadascon la revelación de relaciones de afiliación entredelegados en la AMS y empresas tabacaleras, y entreorganizaciones no gubernamentales (ONG) yempresas tabacaleras.

• Proteger la integridad científica

Tal como se ha demostrado con el estudio decasos realizado en el presente informe acerca delestudio del CIIC sobre HTA y el examen deplaguicidas a base de ditiocarbamatos, se necesitansalvaguardas adicionales para protegerse contraintentos de empresas tabacaleras de distorsionar lainvestigación científica patrocinada por la OMS oasociada con ella y con organizaciones afiliadas. Paraese fin, el comité de expertos ha ofrecido: 1)recomendaciones para concienciar a los

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investigadores científicos sobre los esfuerzos deempresas tabacaleras para socavar la investigación;2) directrices para contactos con representantes de laindustria y revelación de información y de fuentes definanciación; y 3) sugerencias para normas decomunicación interinstitucional entre órganos de lasNaciones Unidas. El comité de expertos recomiendaademás que la OMS y el CIIC elaboren planesafirmativos de comunicaciones para anticipar ycontrarrestar la tergiversación por parte de empresastabacaleras de importantes conclusiones nuevas enmateria de investigación.

• Enfrentarse a la estrategia de empresastabacaleras para países en desarrollo

Los exitosos esfuerzos de las empresastabacaleras para convencer a países en desarrollo,esfuerzos basados en la importancia económica deltabaco, sugieren que la OMS debe encarar laspreocupaciones de esos países para alcanzar unconsenso mundial sobre la lucha antitabáquica. LaOMS debe elaborar una estrategia que contrarrestelas tácticas empleadas por empresas tabacaleras paralograr que países en desarrollo se opongan a la luchaantitabáquica. Esa estrategia debe encarar laslegítimas cuestiones económicas planteadas por lapérdida del tabaco como cultivo comercial.

• Corregir la anterior conducta impropia deempresas tabacaleras y proteger al públicode conductas impropias en el futuro

Este informe detalla unas pautas de influenciay de conducta impropia, por parte de empresastabacaleras, encaminadas a frustrar las iniciativas delucha antitabáquica mundial. El comité de expertoscree que los daños causados por la conducta deempresas tabacaleras fueron graves y de granalcance. El informe recomienda que la OMS dé dospasos importantes para corregir los resultados deanteriores conductas impropias de empresastabacaleras y para prevenirlas en el futuro.

En primer lugar, la OMS debe ayudar a losestados miembros a determinar si disponen de unabase legal y factual para reclamar restitución de esasempresas por su pasada conducta impropia.

En segundo lugar, la OMS debe vigilar las

actividades de empresas tabacaleras para determinarsi las pautas de comportamiento descritas en elpresente informe han cesado o continúan. Paraasegurarse de que la conducta impropia de empresastabacaleras no permanece oculta, como ha sucedidoen el pasado, la OMS debe publicar informessistemáticos sobre las conclusiones a las que llegue.

F. Conclusión

La presente indagación demuestra laimportancia de la oposición de empresas tabacalerasa los programas de la OMS sobre el tabaco y ofreceuna percepción más clara de sus actividades,estrategias y actitudes. También demuestra, por otraparte, que el tabaco es una amenaza para la saluddiferente a otras. Invertir el sentido de la epidemia detabaquismo requerirá algo más que luchar contra laadicción y la enfermedad; requerirá vencer a unaindustria poderosa y decidida, muchas de cuyas másimportantes estrategias de resistencia se llevan a caboen secreto. Si la presente investigación contribuye aque eso se entienda mejor, el comité de expertoshabrá coronado con éxito su tarea.

Notes1 WHO/IOCU/UICC: Strategies and Tactics. 31 deenero de 1989. Philip Morris Companies Inc.2501045143–5147 at 5143. www.pmdocs.com. UQ32846.

2 Appendix I, INFOTAB January 1989 DiscussionPaper. 30 de enero de 1989. Philip Morris CompaniesInc. 2501045258–5268 at 5262. www.pmdocs.com.UQ 33561.

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4 WHO/IOCU/UICC: Strategies and Tactics. 31 deenero de 1989. Philip Morris Companies Inc.2501045143–5147 at 5143. www.pmdocs.com. UQ32846.

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5 Hartogh JM. To all members of the ICOSI taskforce 4th world conference on smoking andhealth. [Memo by E. Brueckner] 26 de junio de1979. British American Tobacco Company.100433043–3047 at 3046. Guildford DocumentDepository. UQ 33162.

6 WHO/IOCU/UICC: Strategies and Tactics. 31 deenero de 1989. Philip Morris Companies Inc.2501045143–5147 at 5146. www.pmdocs.com. UQ32846

7 Appendix I, INFOTAB January 1989 DiscussionPaper. 30 de enero de 1989. Philip Morris CompaniesInc. 2501045258–5268. www.pmdocs.com. UQ33561.

8 WHO/IOCU/UICC: Strategies and Tactics. 31 deenero de 1989. Philip Morris Companies Inc.2501045143–5147 at 5146. www.pmdocs.com. UQ32846.

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15 Appendix I, INFOTAB January 1989 DiscussionPaper. 30 de enero de 1989. Philip Morris CompaniesInc. 2501045258–5268. www.pmdocs.com. UQ33561.

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17 Hartogh JM. To all members of the ICOSI taskforce 4th world conference on smoking andhealth. [Memo by E. Brueckner.] 26 de juniode1976. British American Tobacco Company.100433043–3047 at 3046. Guildford DocumentDepository. UQ 33162.

18 Hartogh JM. Action Plan Proposed by ICOSITask Force 4th World Conference on Smoking &Health. Stockholm, June 18–22, 79. 30 de enero de1979. Council for Tobacco Research. 10395689–5695at 5695. www.ctr–usa.org/ctr. UQ 32797.

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20 Boyse S. 8th World Conference on Tobacco orHealth. 28 de agosto de 1991. British AmericanTobacco Company. 202019292–9293 at 9292.Guildford Document Depository. UQ 33262.

21 Boyse S. Robert Tollison/WHO. 29 de abril de1993. British American Tobacco. 500899073.Guildford Document Depository. UQ 33738.

22 Dietrich P. 6 de septiembre de 1991. BritishAmerican Tobacco Company. 300516109–6111 at6111. Guildford Document Depository. UQ 33569.

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25 Dastugue JB. 8th World Conference on Smoking& Health. 14 de junio de 1991. British AmericanTobacco Company. 304004077–4078 at 4077.Guildford Document Depository. UQ 33187.

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