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¿MÁS ALLÁ DE LAS MESAS SEPARADAS? LA UNIFICACIÓN DE LA CIENCIA POLÍTICA EN LA ERA POSCONDUCTISTA GABRIEL ARJONA PACHÓN RESUMEN ¿Puede o debe ser la ciencia política un saber unificado? La historia de la disciplina se ha caracterizado por un permanente debate sobre las cuestiones fundamentales (objeto de estudio, método, etc.), pero también por tentativas de unificación, siendo la principal aquella emprendida por la revolución conductista (behaviorista) luego de la Segunda Guerra Mundial. En el texto se presenta un sucinto balance de este proyecto y se analiza la insuficiencia de propuestas recientes enfocadas en la consonancia temática o en un análisis bibliométrico. A partir de ello y, teniendo en cuenta el panorama de fragmentación de la disciplina propio de la época posconductista, se argumenta la importancia de buscar cierto tipo de unificación. Éste se puede diseñar al hacer una relectura de las intuiciones políticas aristotélicas, vinculándolas con propuestas teóricas y metodológicas actuales en la ciencia política, y teniendo en cuenta el giro lingüístico-pragmático de la filosofía. PALABRAS CLAVE Ciencia política, posconductismo, unificación disciplina Politólogo (PUJ). Estudiante Maestría en Filosofía (PUJ). Docente Facultad de Humanidades – Universidad Jorge Tadeo Lozano.

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MS ALL DE LAS MESAS SEPARADAS? LA UNIFICACIN DE LA CIENCIA POLTICA EN LA ERA POSCONDUCTISTA GABRIEL ARJONA PACHN RESUMEN Puedeodebeserlacienciapolticaunsaberunificado?Lahistoriadela disciplinase hacaracterizadoporunpermanente debatesobrelascuestiones fundamentales (objeto de estudio, mtodo, etc.), pero tambin por tentativas de unificacin, siendo la principal aquella emprendida por la revolucin conductista (behaviorista) luego de la Segunda Guerra Mundial. En el texto se presenta un sucintobalancedeesteproyectoyseanalizalainsuficienciadepropuestas recientes enfocadas en la consonancia temtica o en un anlisis bibliomtrico. Apartirdeelloy,teniendoencuentaelpanoramadefragmentacindela disciplinapropiodelapocaposconductista,seargumentalaimportanciade buscar ciertotipo de unificacin.stese puede disear al hacerunarelectura delasintuicionespolticasaristotlicas,vinculndolasconpropuestastericas ymetodolgicasactualesenlacienciapoltica,yteniendoencuentaelgiro lingstico-pragmtico de la filosofa. PALABRAS CLAVE Ciencia poltica, posconductismo, unificacin disciplina Politlogo (PUJ). Estudiante Maestra en Filosofa (PUJ). Docente Facultad de Humanidades Universidad Jorge Tadeo Lozano.MS ALL DE LAS MESAS SEPARADAS? LA UNIFICACIN DE LA CIENCIA POLTICA EN LA ERA POSCONDUCTISTA Puedeodebeserlacienciapolticaunsaberunificado?Lahistoriadela disciplinase hacaracterizadoporunpermanente debatesobrelascuestiones fundamentales (objeto de estudio, mtodo, etc.), pero tambin por tentativas de unificacin, siendo la principal aquella emprendida por la revolucin conductista (behaviorista)luegodelaSegundaGuerraMundial.Esteproyectose desintegrhaciafinalesdelsiglopasadosinserreemplazadoporotro paradigmasemejante,haciendoqueladisciplinasefragmentaraendistintas posturas polticas y corrientes metodolgicas, que tenan escasa comunicacin entre ellas. Reconociendo este panorama propio de la poca posconductista, en el texto se argumentalaimportanciadebuscarciertotipodeunificacin.stesepuede disearalhacerunarelecturadelasintuicionespolticasaristotlicas, vinculndolasconpropuestastericasymetodolgicasactualesenlaciencia poltica, y teniendo en cuenta el giro lingstico-pragmtico de la filosofa. Para desarrollar esta propuesta el texto se estructura en seis secciones. En la primerasehaceunabrevecaracterizacindelarevolucinconductista,su nacimiento y ocaso. En la segunda se argumenta la insuficiencia de propuestas de unificacin a partir de un anlisis bibliomtrico o de la identificacin de una serie de temas de trabajo comunes en la historia de la disciplina. En la tercera partesepresentanlasintuicionespolticasdeAristtelesylafecundidadque entraan para comprender la realidad poltica en la era posconductista. A partir deestasintuiciones,lasseccionescuartayquintaprofundizan, respectivamente,enlaarticulacinmetodolgicaentreestructurayagencia,y enlasrepercusionescientficasquesurgen-paralascienciassociales-al adoptarlaperspectivahermenuticaemanadadelgirolingstico-pragmtico del la filosofa. En la sexta y ltima seccin se concluye presentando el ejemplo deunateoracontemporneaqueacogelaspremisasdeunificacin desarrolladas. 1) Eclosin, auge y ocaso del conductismo. Enlahistoriadelacienciapolticaestadounidensesusfundadores,hacia finales del siglo XIX, adoptaron un punto de vista cientista sobre la disciplina; suobjetivoeraestudiarlapolticaalmododelascienciasnaturales.Para MunroeSmithtodadisciplinaquepretendierasercienciadebatenercomo metaeldescubrimientodelaverdadydemostrarlaexistenciadeleyes fundamentales.CraneyMosesformularonotropuntocentraldeestapostura, aldecirqueeranecesariodemarcarunalneaentreloqueelEstadoesylo quedebeserohacer1.Estaactitudcientista,quetuvovariosexponentesalo largodeldesarrollodisciplinar,comoelcasodeMerriamenlosaosveinte, adquiri su mayor auge luego de la Segunda Guerra Mundial, en lo que se ha denominadolarevolucinbehaviorista(enadelanteconductista),cuyas premisas y objetivos centrales eran2: 1)Explicacinyprediccinsobrelabasedeleyesgenerales:Existen regularidadesquedeterminanelcomportamientopolticoindividualyel funcionamientodelossistemaspolticos.Elpolitlogodebeidentificarlasy expresarlasenformadeleyes(causalesoestadsticas),conelfindelograr predicciones.Portanto,elnicomodelodeexplicacincientficaesel deductivo-nomolgico,comofuedenominadoporBraitwhiteoHempel.La premisa fundamental de dicho modelo es que algo queda explicado cuando se hademostradoqueperteneceaunacategoramsgeneraldecosas[]La deduccin explica al decirnos que, sobre la base de aquello que ya sabemos (generalizacin), era de esperarse que se diera el caso que estamos tratando: tena que ocurrir en la forma en que lo hizo3. 1 Cf. Somit, Albert y Tanenhaus, Joseph. El desarrollo de la ciencia poltica estadounidense. Mxico D.F., Ediciones Gernika, 1988, p. 38 2 Cf. Zolo, Danilo. Democracia y complejidad. Buenos Aires, Nueva Visin, 1992, p. 44 3 Almond, Gabriel y Genco, Stephen. Nubes, relojes y el estudio de la poltica. En Almond, Gabriel. Una disciplina segmentada. Escuelas y corrientes en las ciencias polticas. Mxico D.F., FCE, p. 77 2)Verificabilidadempricayobjetividad:Lavalidezdelasleyesestablecidas dependedequepuedanserverificadasempricamente,teniendocomopunto de referencia el comportamiento de los agentes polticos. 3)Cuantificacinymedicin:Sedebenusarlastcnicasdemedicinprecisa de las denominadas ciencias exactas. 4) Sistematicidadyacumulatividad:La investigacin sistemtica serealiza por mediodelainteraccinconstanteentrelospostuladostericoslgicamente estructuradosylainvestigacinempricaguiadaporunmtodoinductivo.De estemodo,selograraconsolidarunncleodeprincipiosgenerales compartidos por la totalidad de los politlogos. 5) No valoracin: La investigacin cientfica est tajantemente separada de las valoraciones ticas e ideolgicas. Esimportanteresaltaralgoquenosesuelemencionarenlahistoriadela disciplina.ParaleloalconductismohabaalinteriordeEstadosUnidosuna posturaanti-conductista,quepartadepremisasytenaobjetivoscontrarios, como sostener que la ciencia poltica no es una ciencia al estilo de las ciencias naturales,queesnecesarioirmsalldelaconductaobservable,quelas preguntasimportantesdeladisciplinanosepuedencuantificar,oquela investigacin aplicada y los temas ticos son centrales para la disciplina4. Esta posicin anti-conductista fue sostenida por autores como Eric Voegelin y Hans Morgenthau.Esteltimo,enunaconferenciadelaAmericanAcademyof PoliticalandSocialScience,cuyoobjetivoeradebatirsobreeldiseodela ciencia poltica (alcance, objetivos y mtodos), argumentaba, entre otras cosas, quelacienciassocialesseproducenenunmundosocialcontingente,razn por la cual no se puede aspirar a la prediccin, a lo sumo se pueden afirmar las consecuencias probables de elegir una alternativa y no otra, o las condiciones en las cuales puede ocurrir algo. Adicionalmente, el politlogo es producto de la 4 Cf. Somit, Albert y Tanenhaus, Joseph. Op. cit., p. 225-229 sociedadquebuscacomprender,demodoquelaverdadalacualllegaest socialmente condicionada y es parcial5. Lapreguntaobligadaesporquimperdurantevariasdcadasel conductismo?Esunasuntoquerequiereunainvestigacinmayordelaque presentamos en estas pginas. Sin embargo, podemos sealar que su xito fue motivadoporlosxitosparcialesquelograronlosmtodosexperimentalesen economa y psicologa, por el descontento con la visin tradicional (ligada a lo legaleinstitucional),elcrecienteusodelasencuestasdeopininylas presiones hacia el conformismo (mediante financiamiento para la investigacin y distinciones acadmicas) provenientes de importantes fuentes de financiacin adscritas a la visin conductista (como la National Science Foundation) 6. Pero,msalldelaconstatacindelahegemonaconductistaylas inquietudesqueestogenera,culhasidoelresultadodeesteproyecto cientfico? El balance no es muy alentador, la ciencia poltica no ha sido capaz deelaborarningunaleygeneraldenaturalezaestadsticaocausalcapazde lograrpredicciones, nohaconsolidado ningnncleo deteoremas compartido unnimemente,nisiquierasepuedehablarconpropiedaddeunlenguaje unificado de la disciplina7. Esto en el plano terico, pero el plano prctico, a la horaderesponderaproblemassocialesacuciantes(comolacorrupcin,la violenciapoltica,ladistribucininequitativadelpoder,etc.),tampocoha aportadomucho,locual,ajuiciodeZolo,noesdeextraar,yaqueensus mismossupuestosobligaaadoptarunapretendidaposturapolticaneutrale implicaunciertocompromisoimplcitoporladefensadelasinstituciones 5 Cf. Morgenthau, Hans. The Purpose of Political Science. En: Charlesworth, James (ed.) A design for political science: Scope, objectives and methods. Philadelphia, American Academy of Political and Social Science, 1966, p. 63-68. En Europa tambin hubo escuelas crticas y alternativas al conductismo. En la dcada de los sesenta surgi en Alemania una corriente de pensamiento fuertemente influenciada por la Escuela de Frankfurt, que abogaba por la politologa como una ciencia crtico-prctica del poder socio-poltico. Esta corriente crea que la ciencia poltica era una rama de la sociologa y tena como tarea el anlisis de las condiciones del poder poltico, de sus formas concretas de manifestacin, as como de sus tendencias evolutivas. Kammler, Jrg. Objeto y mtodo de la ciencia poltica. En Abendroth, Wolfgang y Lenk, Kurt (eds.) Introduccin a la ciencia poltica. Barcelona, Anagrama, 1968, p. 13-14 6 Cf. Somit, Albert y Tanenhaus, Joseph. Op. cit., p. 229-232, y Almond, Gabriel y Genco, Stephen. Op. Cit., p. 84 7 Cf. Cf. Zolo, Danilo. Op. cit., p. 45-47 polticasoccidentales,talcomosonconcebidasenelmarcodeunaideologa econmicamente liberal y polticamente conservadora. Lasfalenciasdelavisinconductista,ascomolaeclosindenuevas metodologasyteorasconunafuerzaydifusincreciente,hicieronque duranteladcadadelochentadelsiglopasadoelconductismoperdierasu preponderancia. Al referirse a la situacin de la ciencia poltica como disciplina en esta dcada, Gabriel Almond ha empleado una sugestiva metfora segn la cuallasdiversasescuelasycorrientesseencontrabansentadasantemesas separadas,cadaunaconsuconcepcindeloquedebenserlasciencias polticas, protegiendo un ncleo oculto de vulnerabilidad8. Esta fragmentacin, asujuicio,puedeorganizarseparapropsitosanalticosendosdimensiones: unaideolgicayotrametodolgica.Laprimeraoscilaentrelaizquierdayla derecha,mientraslasegundalohaceentremetodologasblandas (descriptivas)yduras(modelosmatemticos,anlisisestadsticos,simulacin computarizada). Delmismomodo,DavidEastonempleaeltrminopostbehaviorismo (postconductismo)9parareferirsealafaseactualdelacienciapoltica, caracterizadaporsufragmentacinyelrechazodelproyectopositivista propuestoporelconductismo.Losantagonistasdeesteproyecto,queEaston denominapostbehavioristas(post-conductistas),vandesdequienesrechazan completamente la metodologa sistemtica y optan por el anlisis histrico y la interpretacin,hastalosquebuscanintroducirmodelosformalesdeductivos, como la teora de accin racional10. Para las vertientes ms radicales del primer grupo el comportamiento humano no est sujeto al tipo de regularidades que se encuentran en la materia inanimada, por lo que no es explicable a travs de los 8 Almond, Gabriel. Mesas separadas: escuelas y corrientes en las ciencias polticas. En Almond, Gabriel. Una disciplina segmentada. Escuelas y corrientes en las ciencias polticas. Mxico D.F., FCE, p. 39 9 Este trmino ha recibido algunas crticas. Grofman afirma que parece sugerir que lo posterior es mejor a lo anterior y presenta un carcter vago e impreciso, porque junta en una misma categora teoras incompatibles. Cf. Grofman, Bernard. Seven Durable Axes of Cleavage in Political Science. En Monroe, Kristen Renwick (ed.) Contemporary empirical political theory. Los Angeles-London, University of California Press, 1997, p. 74-75 10 Cf. Easton, David. The Future of the Postbehavioral Phase in Political Science. En Monroe, Kristen Renwick (ed.) Contemporary empirical political theory. Los Angeles-London, University of California Press, 1997, p. 16 mtodoscientficos.Elsegundogruponopresentaunaposicinanticientfica, msbienpropugnaporunarevisindelosmtodoscientficosperosin apartarsedeellos.Eastonmismoseubicaentreestosltimos,quel denominacrticosinternos,loquenoimplicaqueseadscribaalateorade actor racional, a la cual critica y no considera que pueda proporcionar las bases suficientes para reunificar la disciplina11. TantoAlmondcomoEastonadviertencmoladisciplinaseencuentra fragmentada, el nico aspecto que parece agruparla tiene un carcter negativo: elrechazoalconductismo.Y,comolosdemcratasalfinaldeunadictadura, abogan por una apertura terica y metodolgica: La ciencia poltica en general est abierta a cualquier metodologa susceptible de hacernos ms inteligible el mundodelapolticaydelaadministracinpblica.Nodebemosdesdearel saberpropiciadopornuestrasmetodologastradicionales[anlisisfilosfico, legalehistrico]sloporquesedisponeahoradepoderosasherramientas estadsticas y matemticas12. 2)Tentativasdeunificacindeladisciplina:Consonanciatemticay anlisis bibliomtrico. MsalldeladeclaracindepluralismoydelanegativadeEastonaqueel actorracionalpuedareunificarladisciplina,quedalapreguntadesipuedeo debe existir un ncleo comn en la ciencia poltica. Como la unificacin terica y metodolgica emprendida por el conductismo fracas, se presentan al menos otrosdoscandidatos.Elprimerodeelloseslaconsonanciatemtica,que podrateneralgunosadeptosqueveneneltriunfodelademocracialiberalla sendapolticainevitableenelmundocontemporneo,trascendiendo espacialmenteloqueKatznelsonyMilnerencontraronsobreelestadodela 11 Unfortunately, at this moment the shortcomings of the approach its narrowness in adopting self-interest as primary motive, even if only for heuristic purposes; its inability to cope adequately with the notion of a common welfare; and its difficulty in handing institutional constraints on a systematic basis- are only too apparent. There is little evidence that the method can transcend these limitations, although it may be too early to draw any final conclusion. Ibd, p. 3212 Almond, Gabriel. Mesas separadas: escuelas y corrientes en las ciencias polticas. Op. Cit., p. 59 cienciapolticaensupas13.Enefecto,losautoresreconocenquedesdesu iniciocomodisciplinalospolitlogossiemprehantenidodiversasy contrapuestasvisionessobrelostemassustancialesdelacienciapoltica.No obstante,creenpoderidentificarunncleocomnenmediodeesteperenne debate,elcualestconstituidopor:1)Elliberalismopolticocomoideologa (formadeconcebirlarelacinentreelEstadoylosciudadanos)ynocomo filiacinpartidista;2)lapreocupacinporentenderlasinstitucionesliberales bajocondicionesdemocrticas;y3)elhechodeenfocarseenelEstado,pero concebidodeunmodomspragmtico(menosabstracto)yrealista(menos normativo) que en Europa14. EstencleocomnesmsadecuadoparaEstadosUnidos,porqueest ancladoentradicioneshistricas,polticasyvalorativasendgenas.Miquel CaminalafirmaquedesdeTocquevillehastalaactualidadlacienciapoltica estadounidensesehainspiradoenlaestabilidadypermanenciadelsistema poltico,ysucapacidadparaintegrar,asimilaroadecuarsealoscambios producidosdentroyfueradelmismosistema15.Estonohaocurridodeigual forma en Europa, ya que su trayectoria histrica ha sido distinta. En el siglo XX, por hablar de lo ms reciente, ha tenido que soportar dos guerras mundiales, la desintegracin de ciertos Estados y la conformacin de otros nuevos, diversas guerrasinternasporrazonesraciales,religiosasypolticas,labsquedadela integracincontinental,etc.Lacienciapolticaeuropeanopuedehacer abstraccin de este contexto y trayectoria histrica, por lo que se modifican los problemas a los que se presta atencin y las soluciones que se brindan, si bien nohaydistanciasabismalesentrelateoraeuropeaylaestadounidense16.El 13 El antecedente de esta postura puede hallarse en Tocqueville. En La democracia en Amrica reconoce la inevitabilidad de que la igualdad de condiciones democrticas se expanda progresivamente en el mundo: Querer contener a la democracia, sera entonces como luchar contra el mismo Dios, y a las naciones no les quedara ms que acomodarse al estado social impuesto por la providencia. Esta tendencia ineludible requiere una ciencia poltica nueva, enfocada en animar las creencias democrticas, acendrar sus costumbres, conducir sus instintos pasajeros, fortalecer sus ventajas y controlar sus riesgos. Cf. Tocqueville, Alexis de. La democracia en Amrica, I. Madrid, Sarpe, 1984, p. 2914 Cf. Katznelson, Ira y Milner, Helen. American Political Science: The Disciplines State and the State of the Discipline. En Katznelson, Ira y Milner, Helen (eds.) Political Science: The State of the Discipline. New York, W.W. Norton & Company, 2002, p. 1-715 Caminal Bada, Miquel. La poltica como ciencia. En Caminal Bada, Miquel (coord.) Manual de ciencia poltica. Madrid, Tecnos, 1996, p. 28 16 Cf. Ibd anlisishallaramsdiferenciassisecomparalatrayectoriaestadounidense con la de los pases latinoamericanos, africanos y asiticos. Elsegundocandidatoaunaposibleunificacinpodrapartirdeunanlisis bibliomtricocomoelpresentadoporGoodinyKlingemmann,quetieneen cuentalafrecuenciaconquesecitanlasobrasdeciertosautoresypretende medir la penetracin de las obras de los miembros de una subdisciplina en las demssubdisciplinasylaintegracinresultanteatravsdetodaladisciplina que proporcionan tales autores y sus obras17. El resultado de este ejercicio es una lista de libros que, por la frecuencia en que son citados y el hecho de que trasciendenengeneralelcamporestringidodeunasubdisciplinaparticular, parecen haberseconstituido enel ncleocentral de ladisciplina. Este anlisis estilparasaber,porejemplo,quelamayoradelospolitlogosson especialistasquecontribuyenasuspropiasdisciplinas,oquelaeleccin racional ha tenido un xito notable y el neoinstitucionalismo se perfila como una revolucin en marcha18. Adems, todo politlogo que revise la lista elaborada por Goodin y Klingemann reconoceralgunostextosquefueronsubibliografadeconsultadurantesus aos de estudio y proyectos de investigacin. No obstante, el mismo politlogo noencontrarmayoresdificultadesen constatar,dependiendo desuscampos detrabajo,grandesomisionesquetiendenahacersemayoresconeltiempo, conlaemergenciadenuevasteorasyhallazgosinvestigativos.Inclusosila listafueramuycompletaenelmomentoquesehizo,nopodraescaparala presindeltiempo.Entonces,cabepreguntarsiparatenerunavisindela unidaddeladisciplinahayquevolverarealizarunestudiobibliomtricocada determinadoperiododetiempoysiacasoaquellosqueensusestudiosno usanloslibrosreseadosestnnecesariamenteporfueradeladisciplinao deben conformarse con un estatus marginal en su interior. 17 Goodin, Robert y Klingemann, Hans-Dieter. Ciencia poltica: la disciplina. En Goodin, Robert y Klingemmann, Hans-Dieter (eds.). Nuevo Manual de Ciencia Poltica. Madrid, Istmo, 2001, p. 49 18 Cf. Ibd., p. 50-52 En suma, la unificacin de la disciplina no ha podido ni puede darse a partir del canon metodolgico del conductismo, de la extensin del contenido temtico de la ciencia poltica estadounidense o de un anlisis bibliomtrico de la disciplina. Quiereestodecirqueesimposibleeinclusoindeseablepropugnarporla unidad?Consideroqueelproblemaesanlogoalquesepresentaenlasdemocraciasoccidentalesanteelpluralismodecosmovisiones.Partiendode estehecho,peroalavezreconociendolanecesidaddeencontraruna organizacin poltica justa, Jhon Rawls pregunta: cmo es posible que exista duranteuntiempoprolongadounasociedadjustayestabledeciudadanos libres e iguales, los cuales permanecen profundamente divididos por doctrinas razonables,religiosas,filosficasymorales?19.Nosotrospodramosdecir, sobreeltemaquenosocupa,cmoesposiblequeexistaunsaber denominadocienciapoltica,silascorrientesyteorasquelaconformanse encuentran fragmentadas, sentadas en mesas separadas? Podrahacerseuncuestionamientoprevio.Sihemostransitadodeuna corrientehegemnica,quemarginabainvestigacionesquenocumplieransus requisitos metodolgicos, a un estado donde hay mayor apertura, por qu es necesariobuscarunanuevaunidad?,noseraacasointroducirunanueva dictadura?, por qu no simplemente celebrar el pluralismo y permitir todo tipo deanlisispolticosinesperarquenadalosrena?Interrogantessimilares surgenenelescenariopolticoanteelactuarterrorista,antelapersistenciaal interior de los Estados democrticos de prcticas como la ablacin de cltoris o castigoscomoelcepoyelusodelltigoenciertascomunidadesindgenas. Estos hechos presentan desafos a las sociedades liberales, a sus nociones de pluralismoytolerancia,alpesodelaidentidadversuslasregulaciones generalesancladasenprincipioslegalesopolticos,comolosderechos humanos. La pregunta comn es si debemos celebrar el pluralismo per se, si el Estadodebetutelartodaformadevidaylacienciapolticareconocertodo discurso,todaconstruccintericaymetodolgica,todoescritoquese autoproclamecomopertenecientealadisciplina.En ningncasolarespuesta 19 Rawls, Jhon. Liberalismo poltico. Bogot, FCE, 1996, p. 29 essencillayaqunovamosaocuparnosdeambascuestiones,aunquela respuesta que dara en uno y otro caso es no. En el caso de la ciencia poltica Gerry Stoker y sus colaboradores, al escribir el libroTeoraymtodosdelacienciapoltica,indicanqueunadesus motivacionescentralesesquelospolitlogosengeneralnohanreflexionado mucho sobre la naturaleza y el alcance de su disciplina. La practican pero no hablandeellay,enciertomodo,estaactitudesbastantesaludable.Sin embargo, se ha hecho cada vez ms necesario presentar de forma explcita las caractersticasprincipalesdelacienciapoltica,yaqueelmundoexterior solicita insistentemente que se evale tanto la investigacin como la enseanza enestecampo20.Unasegundamotivacinprovienedelnmerocrecientede publicacioneseinvestigacionesqueseconsiderancienciapoltica,loque justificalaaparicindeunaguaqueorientesobresuvariedady complejidad21. Una pluralidad amorfa, como se puede inferir de los planteamientos de Stoker, amenazacondesorientaralcientficodelapolticaeimpedirquehayauna evaluacin satisfactoria tanto de la investigacin como de la enseanza en este campo. Amenaza, en suma, con desvirtuar la profesionalizacin del saber y el carcter de disciplina de la ciencia poltica22. Buscar un horizonte o un punto de partidacientficocomn,asseantentativosymodificables,permitequelos profesionales e investigadores de una disciplina no pierdan, pese a las disputas permanentes, la referencia a qu significa el estudio cientfico de la disciplina y qu los rene en medio de la diferencia. Acontinuacinpretendopresentaralgunaspremisascientficasrazonables paralaunificacindelacienciapolticaenlaactualidad.Estaspremisasse articulanapartirdelasintuicionespolticasdeAristteles,perorespondenal 20 Stoker, Gerry. Introduccin. En Marsh, David y Stoker, Gerry (eds.) Teora y mtodos de la ciencia poltica. Madrid, Alianza, 1997, p. 1321 Ibd., p. 14 22 Goodin y Klingemann sealan que la disciplina se relaciona con una comunidad acadmica que ejerce una funcin supervisora sobre los que trabajan en ella y los que aspiran a ello. La profesionalizacin, por su parte, hace referencia a la actitud de dicha comunidad hacia su trabajo comn regulada por ciertas normas y pautas autoimpuestas. stas permiten determinar ciertas competencias profesionales mnimas. Cf. Goodin, Robert y Klingemann, Hans-Dieter. Op. Cit., p. 23-25.panoramadelacienciaylafilosofacontemporneas,ascomoalas sugerencias que se han hecho al interior de la disciplina sobre lo que es y debe ser la ciencia poltica en el presente y el futuro. 3) Intuiciones polticas aristotlicas 3.1.) La regla lesbia: Prioridad de lo particular Teniendoencuentalaargumentacinhastaaqusostenida,enestaseccin pretendemospuntualizarlasintuicionesaristotlicasapartirdelascuales esbozamoslapropuestadeunificacin.Laprimeraestligadaala clasificacindelsaberrealizadaporAristtelesenlaticaNicomaquea.La divisinpresentadaporelEstagiritacontemplatresgrupos23:a)Elsaber terico(matemtica,fsica,teologa),queespuramentecontemplativoyno intervieneenelobjetoparamodificarlo;b)elsaberprctico(ticaypoltica), cuyo fin es la buena accin y revierte en el propio sujeto que la realiza; y c) el saberproductivo(arte-tcnica),quetienecomoobjetolatransformacindela realidad externa. Lacienciaesunsabertericoquesecaracterizaporteneruncarcter demostrativo,esdecir,versasobrecosasquenopuedenserdeotromodoy enestesentidosuobjetodeestudioexistedenecesidad,porestaraznes eterno, porque todas las cosas que son por necesidad absoluta son eternas, y lascosaseternassoninengendrableseincorruptibles24.Poresto,enla concepcinaristotlicalacienciapolticanoesestrictamenteunaciencia,al ser un saber prctico implica que versa sobre cosas y fenmenos que pueden serdeotromodo,nosobrecertezasapodcticasalestilodelosprincipios matemticos o fsicos. Latipologaaristotlicapartedeconsiderarlanaturalezadelosobjetos,ysi algo caracteriza al mundo social es su contingencia y plasticidad, de modo que 23 Cf. Aristteles. tica Nicomaquea VI, 2-6. Mxico D.F., Editorial Porra, 2000, p. 74-77. Tambin Candel Sanmartn, Miguel. Aristteles y el sistema del saber. En Historia de la filosofa antigua, Enciclopedia Iberoamericana de Filosofa (1997), Madrid, Trotta, p. 220 24 Aristteles. tica Nicomaquea. Op. Cit., p. 75 labsquedadecertezasabsolutasyleyesuniversalesesunafaltaderigor. Para este filsofo, as como un buen arquitecto no se empecina en utilizar una reglarectaenlascurvasdeunacolumnaacanalada,sinoquemideconuna cintametlicaflexible(reglalesbia);labuenadeliberacin,comolaregla lesbia, se acomoda a la forma que encuentra, con sensibilidad y respeto por la complejidad25. Delmismomodo,comoafirmaCastoriadis,enelmbitodelohumanono tenemoslamismaestructurarelacionalquehallamosoconstruimos,enlos dems mbitos, entre lo singular/concreto y lo universal/abstracto. Determinado objetofsiconoesmsqueunainstanciaparticulardelasdeterminaciones universalesdelaclasealaquepertenece;susrasgossingularesson estadsticosyaccidentales.Enelmbitodelohumanotambinhaymuchos momentosaccidentalesyestadsticos,peroaqulasingularidadnoexterior a la esencia ni algo aadido a sta. La singularidad es aqu esencial, es una cara siempredistintadelserdelhombrequeemerge,secrea,atravsdetal individuoodetalsociedadparticulares26.Enestamedida,comprenderuna creacinsingularnoesaadirelcaballonmeromilalos999estudiadospor los zologos, sino descubrir otra forma creada por el ser humano; puede estar excluido que el nacimiento de un caballo nos haga cambiar nuestra idea de lo queesesencialmenteuncaballo,encambiofenmenoscomoeltotalitarismo hanobligadoalosoccidentalesenplenosigloXX,cuandosepensabaenla victoriadelprogreso,lalibertadylaigualdad,areconsiderarloquecrean saber de las sociedades humanas y del curso de la historia27. Porloanteriorciertosanalistaspolticos,comoOttovonderGablentz, sostienen que un fenmeno histrico nunca cae por completo en una categora oconceptogeneral.ElejemploqueponeeselrgimendelmariscalTitoen Yugoslaviaylapreguntaporsiestotalitario.Unexamendelmismonos 25 Nussbaum, Martha. El discernimiento de la percepcin: Una concepcin aristotlica de la racionalidad privada y pblica. En Estudios de Filosofa, N 11. Universidad de Antioquia, 1995, p. 125. Remitimos al lector a este maravilloso texto de Nussbaum, en el cual se presenta una argumentacin ms extensa y profunda sobre por qu el razonamiento prctico no es ni puede ser cientfico en sentido estricto.26 Castoriadis, Cornelius. Antropologa, filosofa, poltica. En Castoriadis, Cornelius. El ascenso de la insignificancia. Madrid, Ediciones Ctedra, 1998, p. 106 27 Cf. Ibd., p. 106-111 mostrara, a juicio de Gablentz, que tiene determinados rasgos democrticos y otrotantototalitarios,demaneraqueparaexponersusrasgoscaractersticos debemos elaborar su combinacin irrepetible: Las ciencias naturales clasifican: el azufre es slo azufre y no acero; un lirio es un lirio y ni siquiera un 1% de rosa. Ahora bien, un Estado no es una Iglesia y una Iglesia no es un Estado, pero por lo general el Estado asume tambin las funciones de integracin cuya verdadera significacin yoslopuedoentenderporelestudiodelaIglesia,ylaIglesiaasume tareasdeorganizacin,cuyolugarclsicoeslapoltica.Yhaytambin ocasionalmentetiposintermedios,quedebenrepresentarse proporcionalmente entre ambas categoras28. Paraserrigurosalacienciapolticadebesercapazdeexplicarestas combinacionesirrepetibles,loparticular,apartirdecategorasyconceptos tericos generales. Esto no implica que por mirar el rbol se pierda de vista el bosqueenquesehalla.Elplanteamientodegeneralizacionesnoesuna empresa balad pero, como seala Mantzavinos, la pregunta terica que surge essiesposibleformularleyesgeneralesdelaaccinhumana,dadala creatividad, complejidad y particularidad no slo de cada sociedad sino incluso decadaindividuo29.Adems,dadoquelopropiodelarealidadsocialesel cambioynoloinmutable,unodelosmayoresretosquetienenlasciencias socialesestribaenexplicarcmoesposibleyqulocaracteriza.Enla actualidadtalvezelprincipalcandidatoparaabordarelcambiosocialesel aprendizaje,dadoquestepermiteentenderlagranplasticidaddel comportamiento de los hombres30.

Entercerlugar,lacienciapolticaquedaprioridadaloparticularyalcambio, tambindebeserconscientedequesutareanoestribaeneldescubrimiento de esencias polticas, de patrones fijos y caractersticas inmutables, sino en la elucidacinyestablecimientoderelaciones.Laevolucindeldebateenel campodelaeconomapolticadelosconflictosarmadosinternosesmuy dicientealrespecto.Luegodeladisputasobresistoseranmotivadospor codicia,ideologasonecesidadesbsicasinsatisfechas,WilliamZartman 28 von der Gablentz, Otto Heinrich. Introduccin a la ciencia poltica. Barcelona, Herder, 1974, p. 18 29 Cf. Mantzavinos, Chrysostomos. Individuals, Institutions, and Markets. New York, Cambridge University Press, 2006.30 Cf. Mantzavinos, Chrysostomos; North, Douglass and Shariq, Syed. Learning, Institutions, and Economic Performace. In Perspectives on Politics. Vol. 2, N 1, March 2004, p. 75 sostienequeresultaprofundamentedesestimulantepugnarporculdelas causas anteriores produce los conflictos armados -si se ven como excluyentes-, o limitarse a sealar que todos los elementos contribuyen en su generacin. Lo realmenteinteresanteresideenprecisarcmoserelacionanestosfactores: Cul esla direccindecausalidad entre ellos si es que la hay-?,cmo es suestructuradeinteraccin-secuencialoconcomitante-?,sepresentandel mismo modo en todo tipo de condiciones histricas y lugares?31

3.2.) Poltica, lenguaje y observacin de segundo orden. EnelprimerlibrodelaPoltica,cuandoAristtelespretendemostrarqueel hombreesunanimalpolticoporencimadecualquieranimalgregario, argumenta que la voz es una seal de pena y placer, por lo que se encuentra presente en todos los animales. Pero el hombre es el nico entre los animales quetienepalabra,ylapalabraestparahacerpatenteloprovechosoylo nocivo, lo mismo que lo justo y lo injusto; y lo propio del hombre con respecto a losdemsanimalesesquesloltienelapercepcindelobuenoylomalo [],ylaparticipacincomnenestaspercepcionesesloqueconstituyela familia y la ciudad32. Aunque en la actualidad puede diferir la determinacin de su rol en la poltica, la importancia del lenguaje para entender el mundo social sevaadesarrollarconciertodetenimientoenlaquintaseccindeestetexto, con relacin a la perspectiva hermenutica luego giro lingstico-pragmtico del lenguaje. En esa seccin tambin se argumentar que el cientfico poltico est inserto en una red de prcticas culturales y comunicativas que, aunque no lo subyugan a una perspectiva parroquial,influyenensuquehacer.Estepuntoya habasido resaltadoporEricVoegelinalplantearsunuevacienciadelapoltica.En efecto,paraestepolitlogo,inspiradoporlasindicacionesmetodolgicas aristotlicas,elhombrenoesperaaquelacienciavengaaexplicarsupropia vida, por esto cuando el terico se acerca a la realidad social se encuentra con 31 Cf. Zartman, I. William. Need, Creed, and Greed in Intrastate Conflict. In Arnson, Cynthia and Zartman, I. William (eds.) Rethinking the Economics of War. The Intersection of Need, Creed, and Greed. Woodrow Wilson Center Press, 2005, p. 256-284 32 Aristteles. Poltica I, 1. Mxico D.F., Editorial Porra, 2000, p. 159 que sta se halla ocupada con lo que se podra denominar auto-interpretacin delasociedad.stanoesunmerohechoestudiablecomosifueseun fenmeno natural, los hombres crean infinidad de smbolos para explicar lo que losrodeaylosexperimentancomoalgopertenecienteasumismaesencia humana.Entreestadiversidadsimblicasedestacanlossmbolosdel lenguaje,quesonindependientesdelacienciapoltica,empezandoporel mismohechodequelapreceden.Enestamedida,comoafirmaVoegelin,la cienciapolticanoempiezaenunatabularasadondeinscribaconceptos, necesariamente parte del rico cuerpo que constituye la auto-interpretacin de la sociedadyavanzapormediodeunaclarificacincrticadeesossmbolos socialmenteexistentes33.Laciencia poltica,portanto,siempreefectaloque podra denominarse observaciones de segundo orden. 4) Entre nubes y relojes: El reto de una postura intermedia Al referirse al estudio cientfico de la poltica en la era posconductista, Almond y Genco retoman una metfora acuada por Karl Popper, que pretende destacar la naturaleza heterognea de la realidad y su consecuente incompatibilidad con unmodelonicodeexplicacincientfica34.Enlapocamoderna,luegodel giroCopernicanoenlaciencia(comolodenominaKant),elmodelocientfico predominantepostulabaquetodalanaturalezaestabaregidaporleyes deterministas, de modo que el universo se asemejaba a un preciso reloj cuyos movimientos eran posibles de predecir35. Sin embargo, durante el siglo XX, con desarrollos cientficos como la ley de la relatividad y la fsica cuntica, se puso de relieve que el hombre es un ser situado en el mundo36 y que el azar es una 33 Cf. Voegelin, Eric. The new science of politics. An introduction. Chicago & London, The University of Chicago Press, 1987, p. 27-28 34 Cf. Almond, Gabriel y Genco, Stephen. Nubes, relojes y el estudio de la poltica. En Almond, Gabriel. Una disciplina segmentada. Escuelas y corrientes en las ciencias polticas. Op, cit., p. 63-64 35 Estas leyes, al ser descubiertas y formuladas por los cientficos, describan el mundo en trminos de trayectorias deterministas y reversibles. Tomemos el ejemplo de la ley dinmica de Newton que vincula fuerza y aceleracin: F = M*A. Esta ley implica que si conocemos las condiciones iniciales de un sistema regido por ella, podemos calcular todos los estados siguientes y todos los anteriores: Es ms, pasado y futuro desempean el mismo papel puesto que la ley es invariante con respecto a la inversin de los tiempos t y t. En conjunto, las leyes de la ciencia moderna nos presentan una naturaleza autmatay un conocimiento ideal que alcanza la certidumbre. Prigogine, Ylia. El fin de las certidumbres. Madrid, Taurus, 1997, p. 19 36 Para un ser inteligente no fsico (se podra pensar en Dios o cualquier otra entidad suprasensible), capaz de comunicarse a una velocidad infinita, las leyes de la relatividad seran incorrectas. En parte constitutiva de todos los procesos naturales como se ve, por ejemplo, en elprincipiodeimprecisindeHeisenberg37.Paradarcuentadeesta transformacin, la metfora en cuestin sugiere que los sistemas fsicos oscilan entrerelojesynubes,entreleyesdeterministasymodelosprobabilsticos, indeterminados. El reto de la ciencia poltica, en este espectro cientfico, estriba en construir una postura intermedia, un modelo de controles plsticos que reconozca el peso de lospropsitos,intencionesyvaloreshumanos;quecombinelalibertadyel control,dadoquelaprimeraesininteligiblesisereducealmeroazar38.Esta propuesta remite alosdebates centralesnoslode laciencia polticasinoen general de las ciencias sociales y, en general, es ms fcil declarar una postura intermedia que desarrollarla con rigor y consistencia. Al ponderar el debate moderno entre empiristas y racionalistas, Francis Bacon comparabaalosprimerosconhormigasqueselimitanarecolectaryutilizar, mientras los segundos se asemejan a araas que hilan sus telas utilizando su propiasustancia.Lasabejas,quesugierenunaterceravadeinvestigacin, toman un camino intermedio: recogen su materia prima de las flores del campo, perolatransformanmediantesucapacidadpropia39.MartinHollisdedicatodo sulibrosobrefilosofadelascienciassocialesabuscarestaterceravayno encuentra un camino seguro y expedito. En un intento de sntesis y agrupacin delosasuntosquehandivididodesdesiempreelestudiocientficodela realidad social, propone dos dicotomas que se articulan en una matriz como se muestra a continuacin40: consecuencia, es esta fsica la que presupone un observador situado en el mundo () Nuestro dilogo con la naturaleza puede nicamente tener lugar desde dentro de la naturaleza, y la naturaleza slo responde a aquellos que explcitamente admiten ser parte de ella. Prigogine, Ylia y Stengers, Isabelle. La nueva alianza. Metamorfosis de la ciencia. Madrid, Alianza Universidad, 1997, p. 25037 Segn el principio de imprecisin, la medida simultnea de dos variables llamadas conjugadas, como la posicin y el momento lineal de una partcula en movimiento, impone necesariamente una limitacin en la precisin. Cuanto ms precisa sea la medida de la posicin, tanto ms imprecisa ser la medida del momento, y viceversa. Cassidy, David. Heisenberg, imprecisin y revolucin cuntica. En Temas de Investigacin y Ciencia 31. Fenmenos cunticos. Primer Trimestre de 2003, p. 6 38 Cf. Almond, Gabriel y Genco, Stephen. Op. cit., p. 65-67 39 Cf. Bacon, Francis. First Book of Aphorisms. Citado en Hollis, Martin. Filosofa de las ciencias sociales. Barcelona, Ariel, 1998, p. 73 40 Cf. Ibd., p. 274 SistemasJuegosAgentesActoresExplicacin ComprensinHolismoIndividualismo

Laprimeradicotomaserefierealaunidaddeanlisis,eseldebatede estructuraVs.Accin,oindividualismoVs.holismo.Lasegundasedaentre explicacinocomprensincomoestrategiasrivalesparaentenderlarealidad social. Elcruce de lasdos dicotomas generacuatro cuadrantes en loscuales sepuedenubicardiferentesteorasdelascienciassociales.Enlacategora sistemas,porejemplo,seencuentranciertasversionesortodoxasdel marxismomecanicista;mientrasquelacategoraagentes renelateoradel actor racional y la teora de juegos. Al hablar de actores ya no se atiende a los clculos instrumentales de los individuos, sino al significado que otorgan a sus accionesyalasexpectativasnormativasquelosorientan.Finalmente,los juegoshacenreferenciaalosesquemasnormativos(reglasconstitutivasy normativas), independientes de los agentes, que estructuran la accin social No es posible aqupresentar unanlisisdecada unade lascategoras dela matriz,dadalacomplejidadycantidaddeteorasquecadaunacontempla. Bastareconocer, enprimer lugar, que actualmente la bsqueda de uncamino intermedioesunapretensintericageneralizada.Cadavezmscientficos sociales entienden que para ofrecer una lectura integral de la realidad social ya no es posible justificar posiciones unilaterales que desconozcan el individuo en favordelaestructuraoviceversa.ColinHayafirma:laestructurayla actuacindependenunadeotra,osea,queunaestructurasocialopoltica sloexisteenlamedidaenqueconstrielaactuacinoleconcede oportunidadesparaqueseproduzca.Porlotantonotienesentidoconcebirla estructura sin plantear, al menos hipotticamente, la existencia de algn tipo de actuacin (ya sea condicionada o capacitada)41. Entrelasposicionesquepretendenintegrarestructurayagencia,Hay menciona la teora de la estructuracin de Anthony Giddens y el realismo crtico deRoyBhaskaryBobJessop.Enlaactualidadesimperativoincluirel neoinstitucionalismo,quesurgemotivadoengranmedidaporsuperarlas falencias de la teora de actor racional y, pese a los debates y aproximaciones diversasqueconvivenensuinterior42,esposibleencontrarciertospuntosde convergencia43:1)Losindividuosygrupospersiguensusobjetivosenun contextocolectivamenterestringido;2)estasrestriccionestomanlaformade instituciones; 3) por estrictas que sean estas restricciones ayudan a los grupos e individuos a conseguir sus proyectos particulares; 4) los factores contextuales no slo restringen sino tambin moldean los deseos y preferencias de grupos e individuos; 5) las restricciones tienen races histricas; adems 6) preservan e imparten recursos de poder diferenciales; y 7) por muy restringida y moldeada que est, la accin individual y grupal es el motor de la vida social. Ensegundolugar,estabsquedadeuncaminointermedionoesunsimple consenso funcional o una convencin transitoria. Los debates entre estructura y agencia,ellugardondeelpolitlogosesitedepende,comoafirmaHay,de una concepcin ontolgica (cul es la naturaleza del mundo social y poltico?) ydeunaposturaepistemolgicaoteoradelconocimiento(quesuna 41 Hay, Colin. Estructura y actuacin (agency). En Teora y mtodos de la ciencia poltica. Op. Cit., p. 19842 El trmino neoinstitucionalismo no da cuenta de un enfoque uniforme, es decir, sin contradicciones internas; por el contrario, existendiversas escuelas o corrientes que conciben de forma diferente problemas centrales para esta perspectiva, como la relacin entre el comportamiento individual y las instituciones, o el proceso mediante el cual las instituciones se originan y cambian. En este sentido, Nelson y Sampat argumentan problemas de coherencia terica en nociones tan claves como la de institucin, que va desde quienes la definen como una pauta estandarizada de comportamiento, hasta quienes la conciben no como una pauta de comportamiento, sino como reglas que regulan dicho comportamiento. Cf. Nelson, Richard y Sampat, Bhaven. Las instituciones como factor que regula el desempeo econmico. En Revista de Economa Institucional. N 5, segundo semestre de 2001, p. 27-29.43 Cf. Goodin, Robert. Las instituciones y su diseo. En Goodin, Robert (ed.) Teora del diseo institucional. Barcelona, Gedisa, 2003, p. 35-36. Del mismo modo, Peter Hall y Rosemary Taylor ubican en el origen del neoinstitucionalismo tres aproximaciones que se desarrollaron inicialmente de forma independiente, pero que tienden a converger: La de carcter histrico, la de opcin racional y la sociolgica. Cf. Hall, Peter y Rosemary Taylor. Political Science and the Three New Institutionalisms. En Political Studies XLIV, 1996, pp. 936-957explicacin vliday adecuada de unacontecimiento o proceso poltico?)44.El conductismopresentrespuestasaestosinterrogantes,adoptandoenelnivel ontolgico el realismo extremo, en el cual el mundo social es independiente del investigadoryserigeporleyesquedebenserdescubiertas;yenelnivel epistemolgicoelmodelodeductivo-nomolgico,segnelcualsloera cientfica una explicacin que subsumieralo particularen leyes generales. Sin embargo,lacaducidaddelconductismoenambasreasesmanifiesta,como yaseexplicanteriormente.Sehacenecesariaunanuevaconcepcindela naturalezasocialyunanuevateoradelconocimiento.Consideroquelosdos elementospuedenserarticuladosrazonablementeapartirdelgirolingstico-pragmticodelafilosofa.Estopermitirresponderenciertamedidaala segundadicotomapresentadaporHollis,ladeexplicacinVs.comprensin como estrategias antitticas para entender la realidad social. 4)Laperspectivahermenutica:Verdad,conocimientoyrealidadsocial luego del giro pragmtico- lingstico de la filosofa. A juicio de diversos filsofos, podran enunciarse tres grandes momentos en la historiadelafilosofa.Elprimero,enlaantigedad,dondelapretensindel logoseraaprehenderlaesenciadelosentes.Elsegundo,enlaModernidad, quefuecaracterizadoporKantcomoelgiroCopernicano,enelcualla pregunta era por las estructuras de la razn que hacan posible el conocimiento deunobjetoengeneral.Esloquesehadenominadolametafsicadela subjetividad. En palabras de Llano: La bsqueda de fundamento del ente del sercomofundamento-esreemplazadagradualmenteporunaretroactiva investigacinsupuestamentefundanteensmisma-delascondicionesque hacenposibleelconocimientohumanodelarealidadobjetivay,enelmismo movimiento,de lamisma objetividad real45. Eltercer momento se produjo por el giro lingstico; por primera vez el lenguaje dej de ser objeto de la filosofa para convertirse en su condicin de posibilidad. 44 Cf. Hay, Colin. Op. Cit., p. 200 45 Llano, Alejandro. Metafsica y lenguaje. Pamplona, Eunsa, 1984, p. 26 En esta perspectiva filosfica, Habermas reconoce que el tema fundamental de la filosofa fue y sigue siendo la razn, pero sta ya no puede ser concebida al modo de la ontologa antigua ni de la metafsica de la subjetividad moderna46. Luegodelgirolingstico,esposibleafirmarquehoyexisteunamplio consensorespectoaqueellenguajeylarealidadestnentreveradosdeuna formaqueparanosotrosresultainextricable[]Dadoquelaverdaddelas creenciasyoracionesslopuedefundamentarseconlaayudadeotras creencias y oraciones, no podemos salirnos en tanto que seres reflexionantes- del crculo mgico del lenguaje47. Estacircunstanciaplanteaseriosproblemasalpensamientocientficoysu conceptoasociadodeverdad,porquenopodemosconfrontarnuestras oracionesconunarealidadquenoestimpregnadalingsticamentecomo pretendan los positivistasyneopositivistas-. No hay, portanto,ningn tipode enunciadosqueselegitimenporsmismosypudieranestaralprincipiooal finaldeunacadenalinealdefundamentacin48.Lapreguntaquesurge, entonces,essilaverdadsereduceaunacuestindecoherenciaentre creencias,sinopuedeindependizarsedesucontextodejustificaciny,como corolario,renunciaacualquiertipodeuniversalidadrefugindoseenel relativismocultural.Habermasseniegaarenunciaralapretensinde universalidad de la razn: Mientras nuestras prcticas de justificacin cambian conlosestndaresvigentesencadacaso,laverdadestligadaauna pretensinqueapuntamsalldetodaslasevidenciaspotencialmente posibles49. Cmotrascenderelcontexto,lameravigenciadelasprcticaslingsticas, paraindagarporsuvalidezyuniversalidad?Habermasrecurre,enprimera 46 Pues el objetivo que ahora ese pensamiento se propone de un anlisis formal de las condiciones de racionalidad no permite abrigar ni esperanzas ontolgicas de conseguir teoras substantivas de la naturaleza, la historia de la sociedad, etc., ni tampoco las esperanzas que abrig la filosofa trascendental de una reconstruccin apririca de la dotacin trascendental de un sujeto genrico, no emprico, de una conciencia en general. Habermas, Jrgen. Teora de la accin comunicativa, I. Racionalidad de la accin y racionalizacin social. Madrid, Taurus, 1987, p. 16-17 47 Habermas, Jrgen. Correccin normativa versus verdad. El sentido de la validez deontolgica de los juicios y normas morales. En Habermas, Jrgen. Verdad y justificacin. Madrid, Trotta, 2002, p. 27548 Cf. Ibd.49 Ibd., p. 276 instancia,alconceptopragmatistadeverdad50.Laprcticacotidianaexcluye cualquiertipodereservaquepuedatenersesobrelaverdad:Laredde prcticasadquiridasseapoyasobreunascreenciasmsomenosimplcitas que,situadassobreunampliotransfondodeconviccionesintersubjetivamente compartidaso,almenossuficientementecoincidentes-,tenemospor verdaderas51.As,porejemplo,noestamosconstantementeinquietosantela posibilidaddequealcruzarunpuentepeatonalstesecaiga.Sinembargo, estascertezascotidianassepuedenconvertirendudastanprontocomo pierdensuapoyoenlareddeevidenciasqueconformaelmundodelavida. Estepasosepresentaaltransitardelaaccinaldiscurso,porqueloqueera unacertezaparalaaccinseconvierteenunenunciadohipottico,cuya validezquedaensuspensohastaquesesometaaunexamen argumentativo52. Lasnuevasafirmacionesqueemergendelprocesoargumentativodevienen paulatinamentecertezasparalaaccin,hastaqueenunnuevoproceso discursivo sean cambiadas, modificadas o afirmadas. Hay, entonces, una doble perspectiva, la del participante en un discurso racional y la del sujeto que tiene quehabrselasbienconelmundo.Loqueparaelprimeroesunfinparael segundoesunmedioparaotrosfines.Estanecesidadpermanentedeactuar, propiadelmundodelavida,hacequeladiscusinracionalprecisede dispositivosquelainmunicen,hastaciertopunto,anteelremolinoenque permanecedichomundo:Slolacienciainstitucionalizadapuedelimitarsea trabajarconhiptesisypermitirseunfalibilismoradicalqueneutraliceel 50 Para ser ms precisos, Habermas recoge los elementos de la nocin pragmatista de verdad que le interesan, en especial su punto de partida, pero no adopta exactamente el carcter instrumental y consecuencialista que le imprimen autores como William James. Para ste, en efecto, el pragmatismo es ante todo un mtodo que trata de interpretar cada nocin preguntndose por sus consecuencias prcticas: Qu diferencia de orden prctico supondra para cualquiera que fuera cierta tal nocin en vez de su contraria?. La verdad, por su parte,tiene un carcter instrumental, significa su poder de actuacin. Nuestras ideas son ciertas (tanto en la ciencia como en cualesquier otro campo) en tanto nos ayudan a entrar en relacin satisfactoria con otras partes de nuestra experiencia, a resumirlas y moverse entre ellas mediante atajos conceptuales en lugar de seguir la interminable sucesin de fenmenos particulares. James, William. Pragmatismo: Un nuevo nombre para algunos antiguos modos de pensar. Ediciones Orbis, p. 52. Para ahondar sobre este asunto ver: James, William. El significado de la verdad. Buenos Aires, Aguilar, 1966.51 Habermas, Jrgen. Correccin normativa versus verdad Op. Cit., p. 279 52 Ibd., p. 279-280 platonismonaturaldelmundodelavida53.Habermaspiensaquelosseres humanos,entantoparticipantesenlaargumentacin,debenserconscientes delafalibilidadqueacompaainclusosusprofundasconvicciones,yesto obligaaquelaraznsiempreestdispuestaaaprenderyseproduzcaun progresivo descentramiento cada vez ms acusado de la respectiva comunidad de justificacin. El concepto cotidiano de verdad, con races pragmticas, tiene un rostro jnico que,comovimos,mediaentreelmundodelavidayeldiscurso,permitiendo entenderlasconnotacionesontolgicasvinculadasalejercicioasertivode afirmaciones.Cuandodecimosquealgoesverdaderoqueremosdecirqueun determinado estado de cosas existe, est dado. Hay en esta forma ontolgica deexpresarseunvnculosupuestoentrelaverdaddelosenunciadosyla referencia, u objetividad de aquello sobre lo que enunciamos algo. El mundo objetivo,portanto,serefierealosobjetosquepuedenseridentificadoscomo losmismosanbajodistintasdescripciones54.Sloaspodemosexplicarla posibilidad de los procesos de aprendizaje ms all de las fronteras lingsticas de distintas pocas y formas de vida socioculturales. Estavisinpermitesuponerquehastaciertopuntohayunmundo independiente de la mente, pero no en el sentido del realismo conductista, que seapoyaenunmodelorepresentacionistadelconocimientoyenla correspondenciaentreoracionesyhechos.Enelplanoontolgicohayuna primaca de un mundo objetivo, pero en el plano epistmico la prioridad es para elmundodelavidaarticuladolingsticamente55.Deestemodo,sin intersubjetividad del comprender no puede existir objetividad en el conocer: El mundoslocobraobjetividadporelhechodeserreconocidoyconsiderado comounoyelmismomundoporunacomunidaddesujetoscapacesde lenguaje y accin56. 53 Ibd., p. 280 54 La objetividad del mundo est determinada por su indisponibilidad e identidad. Es indisponible porque se resiste a imposiciones arbitrarias de sentido (no puedo sostener que una mesa es un perro) y es idntico porque se percibe como un mundo comn para todosCf. Ibd., p. 281-282 55 Cf. Habermas, Jrgen. Introduccin. El realismo despus del giro lingstico-pragmtico. En Verdad y justificacin. Op. Cit., p. 43 56 Habermas, Jrgen. Teora de la accin comunicativa, I. Op. Cit., p. 30 El carcter comunicativo de la razn tambin implica que el conocimiento tiene menosqueverconsuadquisicin,queconlaformaenquelossujetos capaces de lenguaje y accin hacen uso del l. Esto permite la apertura de la racionalidad,yaquenoestligadaexclusivamenteaemisioneslingsticas verdaderas(serefierenalaexistenciadeestadosdecosasenelmundo)o eficaces(serefierenaintervencionesenelmundoquepretendenproducirun estadodecosasdeseado).Lacomprensinhermenuticadellenguajenos indicaquecuandounhablantedicealgoenuncontextocotidiano,no solamente se est refiriendo a algo en el mundo objetivo (conjunto de lo que es opodraser),sinotambinaalgoenelmundosocial(conjuntoderelaciones interpersonaleslegtimamentereguladas)yaalgoenelmundosubjetivodel propiohablante(conjuntodevivenciasmanifestablesenlascualestieneun accesoprivilegiado)57.Enconsecuenciatodoactodehabla,consideradoen conjunto,puedesercriticadocomonovlidobajotresaspectos:comono verdadero(segnlaspresuposicionesdeexistenciadelcontenido proposicional),nocorrecto(segncontextosnormativosvigentes)onoveraz (segn la intencin del hablante)58. Laimbricacindelastresesferastienetresimplicacionesesenciales59.En primerlugar,losintrpretesnopuedenadoptarlaposicindeunobservador absolutamenteimparcial,yaqueseveninvolucrados,almenosdeforma virtual,enlostratossobreelsentidoylavalidezdelasmanifestaciones.En segundolugar,losintrpretesseenfrentanalproblemadecmosuperarla dependenciacontextualdelainterpretacin,dadoquenosabensilosdems participantes tienen los mismos supuestos y prcticas. En tercer lugar, el habla cotidianaseextiendeaenunciadosnodescriptivosypretensionesdevalidez nocognitivas.Estasconsecuenciasimponendificultadesalosintentosde 57 Cf. Habermas, Jrgen. Ciencias sociales reconstructivas Vs. Comprensivas (Verstehende). En Habermas, Jrgen. Conciencia moral y accin comunicativa. Barcelona, Ediciones Pennsula, 1985, p. 37 58 Por ejemplo, si H dice: te exijo dar dinero a Y, la afirmacin puede rechazarse aduciendo: 1) No, yo no voy a ver a Y y, por lo tanto, no puedo entregarle dinero (falso); 2) no, no lo dices en serio lo que quieres es tomarme el pelo (no veraz); o 3) no, no tienes derecho a exigirme eso (incorrecto). Cf. Habermas, Jrgen. Acciones, actos de habla, interacciones lingsticamente mediadas y mundo de la vida. En Habermas, Jrgen. Pensamiento postmetafsico. Barcelona, Taurus, 1990, p. 8259 Cf. Habermas, Jrgen. Ciencias sociales reconstructivas Vs. Comprensivas (Verstehende). Op. Cit., p. 39 fundamentacindelaCienciaenlainterpretacin.Enefecto,noessencillo averiguarcmoesposiblemedirconigualseguridadlasexpresiones simblicas que los fenmenos fsicos. Las dificultades, sostiene Habermas, sedebenaqueelmarcotericoparaelanlisisempricodel comportamiento cotidiano ha de unificarse necesariamente con el marco de referenciadelasinterpretacionescotidianasdelosparticipantes.Sus interpretaciones, sin embargo, estn vinculadas con pretensiones de validez cognitivasynocognitivas,entantoquelasproposicionestericasslo tienencomoreferencialaverdad.CharlesTayloryAlvinGouldner,porlo tanto,hanrazonadoacertadamentedemostrandolaimposibilidaddeque haya lenguajes axiolgicamente neutros en el mbito de la ciencias sociales comprensivas60. Las dificultades propias de las ciencias sociales, que han de abrirse el acceso asumbitodeconocimientomediantelacomprensindeloquesedicea alguien,hanllevadoaalgunosarenunciaratodapretensindeverdady rigurosidad,homologandolascienciassocialesconlapoesa,lareligine incluso la conversacin culta en general (en tanto en todas se busca contribuir a nuestra formacin cultural). Esta es una puerta de entrada al relativismo, en el que las diversas interpretaciones en realidad reflejan distintas orientaciones axiolgicas. Habermas rechaza estas posturas. Reconoce que se debe aceptar ladimensinhermenuticadelascienciassociales,esdecir,sedebe renunciaralpostuladotradicionaldelaneutralidadaxiolgicayala instauracindeunmodeloestrictamentenomolgicoenlascienciassociales. Anas,esposibleabogarporlaproduccindepostuladoscientficosque consiganproducirunconocimientoobjetivoalmismotiempoqueterico61. Para desarrollar esta idea, Habermas presenta la teora del desarrollo moral de Kohlberg,enlacualnoslohayunapretensindeobjetividadsiguiendoel modelo de la psicologa cognitiva de Piaget, sino que tambin integra el trabajo filosficoconlainvestigacinemprica,aldividireltrabajocientficoentrela reconstruccindelasintuicionesmoralesyelanlisisempricodeldesarrollo moral, respectivamente62. 60 Ibd., p. 40-41 61 Cf. Ibd., p. 46 Cf. Cf. Ibd., p. 46-55.AqunopretendemosdesarrollarcondetallelapropuestadeKohlberg esbozadaporHabermas.Luegodeestaaparentedigresinfilosfica,nos interesa recapitular los elementos esenciales relativos a los fines del presente escrito.El girolingstico-pragmticode la filosofaserevela como una forma razonabledesuperarhastaciertopuntoladicotomaexplicacinvs. comprensin.Reconoceelhorizontehermenuticodelascienciassociales peronoabdicadelapretensindeobjetividadyexplicacincientfica.No sustituyelabsquedadelaverdadporunavisinrelativistadepreferencias axiolgicasyopinionesinformadasconmeraspretensionesdeincrementar el acervo cultural. Rechaza la dicotoma observador-mundo al mostrar el continuo entreambosyubicaralprimerocomoparticipante,peronodesvirtalos objetivos de la empresa cientfica ni considera que el cientfico social sea una opininmssincualificar-entrelasmuchasquefluyenenlaesferapblica. Parafraseandoa Habermas,se puedeafirmarquelospolitlogosnosonslo cientficos,sontambinciudadanos,perodebenhacerusodesusaber profesional(siendoconcientesdesufalibilidad)paraaportarinformaciones objetivas,buenosargumentos,yascontribuiramejorareldeplorablenivel discursivo de las controversias pblicas63. Nosetrata,porsupuesto,dequeconesteejerciciolosparticipantesenla argumentacin puedan recuperar la conciencia de infalibilidad propia del actuar cotidianoenelmundodelavida,sinodequeseconvenzanmejordela verdaddesuscreenciasempricasamedidaquelasrazonesestablezcande formacadavezmsclaralaconexininternaentreeltenerunascreencias aceptables y la adquisicin racional de tales creencias64. Estaconcepcinfilosficaycientficaacogelaperspectivahermenuticay reconstruyelossupuestosepistemolgicosyontolgicosdelasciencias sociales,reemplazandoaquellosquehabanperimidotraselocasodela revolucinconductista.Aportaunajustificacinslidaquedesarrollalas intuicionesdepolitlogoscomoKristenMonroe,cuandoenrespuestaalas 63 Habermas, Jrgen. Espacio pblico y esfera pblica. Races biogrficas de dos motivos intelectuales. En Habermas, Jrgen. Entre naturalismo y religin. Barcelona, Paids, 2006, p. 29 64 Habermas, Jrgen. Introduccin. El realismo despus del giro lingstico-pragmtico. Op. Cit., p. 52-53 crticasmsradicalesdelosdeconstruccionistasafirma:Butnoneothese considerationschallengemyfundamentalbeliefintheexistenceofsomekind of objective reality, however differentially it is interpreted, or my conviction that some representations of this reality will be more accurate than others65. Esta visin tambin permite avanzar en propuestas metodolgicas recientes en ladisciplinaque,antelasfalenciasdelempirismohiperfactualista norteamericano66 (redujo la metodologa a estadstica poltica), propenden por unauninentrelaconceptualizacinfilosficaylainvestigacinemprica67. As,MurrayEdelmansostiene:Ibelieveitisthatintimatelinkbetween conceptualization and research operations to which the term empirical theory should refer, rather than to any new focus on empiricism growing out recent of recenttheories68.EnlamismalneadeEdelman,HaywardAlkerdicequeel futurodelametodologapolticapodra,yacasodebera,consistirenuna concepcin de la misma como una epistemologa aplicada, como una filosofa aplicada a la investigacin69. 6) El nuevo rostro de la ciencia poltica Lacienciapolticaqueemergedelapropuestadeunificacindesarrollada podra resumirse de la siguiente forma: Al reconocer el carcter contingente de la realidad social, otorga prioridad explicativa a lo particular, al cambio, y slo a partirdeaqubuscalageneralidad(siempretentativaperonoporesto imposible); sita al investigador en su contexto social, aunque ello no le impide descentrar la mirada y obtener cierta objetividad; integra metodolgicamente la 65 Monroe, Kristen Renwick. Human Nature, Identity, and the Search for a General Theory of Politics. En Monroe, Kristen Renwick (ed.) Contemporary empirical political theory. Op. Cit, p. 284 66 El empirismo hiperfactualista se preocupa principalmente por la cuantificacin, esto es, por el uso y desarrollo de tcnicas para observar, medir y analizar conductas. Esta bsqueda trajo como consecuencia que: la seleccin de problemas, no por relevancia terica o por significacin social o poltica, sino por la disponibilidad de medios tcnicos adecuados, torna no investigables sectores sustanciales del campo propio de la disciplina. Kaplan. Marcos. La ciencia poltica latinoamericana en la encrucijada. Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1970, p. 39 67 Este es un tema que en el presente escrito, como se dijo en el ejemplo de Kohlberg, no se desarrolla. Lo que nos interesa es destacar su posibilidad como horizonte cientfico.68 Edelman, Murray. Veiled Uses of Empirical Theories. En Monroe, Kristen Renwick (ed.) Contemporary empirical political theory. Op. Cit., p. 100 69 Alker, Hayward. La metodologa en ciencia poltica: lo viejo y lo nuevo. En Goodin, Robert y Klingemmann, Hans-Dieter (eds.). Nuevo Manual de Ciencia Poltica. Op. Cit., p. 1148 estructura y la agencia, aunque no exista una sola manera de hacerlo; vincula elaboracin terica e investigacin emprica, sin reducir los fenmenos polticos aloqueessusceptibledeserregistradoenmodelosestadsticos.Esuna cienciaqueentiendequelarealidadpolticatieneunrostrojnico,cabalgaa mitad de camino entre el mundo cognoscible y el mundo de la accin, a veces puedefingirsersloobservadora,peronopuedeeludirunaperspectiva realizadora. Enestenuevoderrotero,resultainteresanteconstatarqueestapropuestano es slo una declaracin de principios. Gran parte de los elementos esbozados seencuentranenciertasteorascontemporneas,comosepuedeverenla aproximacinneoinstitucionaldeMantzavinos,ShariqyNorth70.Paraestos autores,enefecto,elretomsgrandequetienenlascienciassocialesreside en explicar el cambio organizacional, y el punto de partida debe ser el estudio del aprendizaje humano, dado que ste permite entender la gran plasticidad del comportamientodeloshombres.Enlaactualidad,dadoslosavancesdelas cienciascognitivas(especialmentelaneurocienciacognitiva),esposible entendermejorlarelacinentreelcerebro,lamenteyelcomportamiento.La mente es una estructura compleja que interpreta y clasifica lo que recibe de los sentidos,asaber,losdatosdelosentornosfsicoysociolingstico.Eneste procesosurgenmodelosmentalesqueevolucionanconeltiempoatravsde unperennecontrasteoajusteentreexpectativasyretroalimentacindel entorno. Este proceso de ajuste de los modelos mentales es lo que los autores denominanaprendizaje,unprocesoevolutivodeensayoyerrorconuna finalidad pragmtica, esto es, dirigida a resolver problemas prcticos. Elprocesodeaprendizajegeneramodelosmentalescompartidosque,enel nivelcolectivo,seconvierteneninstitucionesformaleseinformales,alinterior de las cuales se presentan los procesos econmicos de intercambio. Con el fin demostrarquesesposibleformularleyesgeneralesdelcomportamiento humano, sin perder de vista la especificidad, los autores presentan la hiptesis 70 Para lo que sigue ver: Mantzavinos, Chrysostomos; North, Douglass and Shariq, Syed. Op. Cit., p. 75-84; y un desarrollo ms profundo y detallado de los mismos argumentos enMantzavinos, Chrysostomos. Individuals, Institutions, and Markets. Op. cit.deladependenciadelatrayectoria(pathdependence):Despusdeun periododesocializacint1,lamenteinterpretaelperiodot2apartirdelos modelosmentalespresentesent1.Estosmodelosmentalesestablesenel tiempodanlugarainstitucionesqueresuelvenlosconflictositeradosenla mismaformay,portanto,lasinstitucionesestructuraslosintercambios econmicos en una forma estandarizada71. En este sucinto esbozo podemos reconocer con facilidad que es una teora que recogeenbuenamedidalaspremisasplanteadaspreviamenteparala unificacin de la ciencia poltica. Pretende articular estructura y agencia desde ciertaconcepcindelindividualismometodolgico,operaconunconcepto pragmatistaderazn(quepermiteintegrarelHomooeconomicusmaximizadordeutilidad-yelHomosociologicusseguidordereglas-enel individuo que resuelve problemas), es sensible a lo particular y al mismo tiempo formula leyes generales. Mantzavinospiensaquesupropuestapuedeservircomounprogramade investigacin general y una plataforma de unificacin para las ciencias sociales, cuyo eje de estudio comn son las instituciones72. Aqu no pretendemos hacer unaponderacincuidadosadeestaposibilidad.Sinembargo,creemosquela unificacin de la ciencia poltica se obtiene a partir de las premisas planteadas y no desde una teora especfica, que sera slo una concrecin posible de las premisas. Pueden existir, por ejemplo, formas alternativas a la de Mantzavinos para integrar agencia y estructura73, y algo similar se puede sostener con cada punto determinado de su teora. Quisierafinalizarsealandoquelaunificacinaqupropuesta,antesque esttica y acabada, es dinmica y experimental. Siempre en todo saber, al igual que en toda sociedad, conviven fuerzas liberales y fuerzas conservadoras. Las 71 Cf. Mantzavinos, Chrysostomos; North, Douglass and Shariq, Syed. Op. Cit., p. 81-82 72 Cf. Mantzavinos, Chrysostomos. Individuals, Institutions, and Markets. Op. cit., p. 257 73 Otro ejemplo -entre los diversos que se podran citar- se encuentra en la propuesta de Kathleen McGraw, quien muestra la relevancia de la psicologa social para el anlisis poltico contextual y retoma el marco terico de Kurt Lewin, segn el cual el comportamiento de los seres humanos (B) es una funcin de las caractersticas de la persona (P) y las condiciones del entorno (E): B = F (P, E). Para ver en detalle esta propuesta consultar: McGraw, Kathleen. Why and How Psychology Matters. In Goodin, Robert and Tilly, Charles (eds.) Oxford Handbook of Contextual Political Analysis. London, 2006, p. 131-156 primeradeseanlainnovacinyelcambio,lassegundasseplieganala tradicinylascostumbres.Eselequilibriodinmicoentreunasyotrasloque haceperdurarunasociedadyhahechoavanzaralaciencia.sta,como sugiereDewey,esunaexpresindelainteligenciacolectivaorganizada.Si bienesciertoquelacienciahaavanzadoporlainvencinycapacidadde emprendimientodeinvestigadoresindividuales,noesmenosciertoquestos sehanapoyadoenunaactividadorganizadacooperativamente.Inclusosiun cientficodifierefuertementedelas ideascorrientes,sueleemplear mtodosy argumentosquesonunaposesincomn,nounainnovacinindividualcon carcter fundacional74. Hayenlaciencia,portanto,unequilibrioentrelalibertadylaautoridad.No podemossacrificaralaprimeraennombredeunateoradogmticaimpuesta pormtodoscoercitivososutiles(comolafinanciacindeslociertotipode trabajos);perotampocopodemosrenunciaralasegundaennombredeun relativismoextremoyazarosoquederrumbeelgradodeprofesionalizacin adquirido en la disciplina. 74 Cf. Dewey, John. 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