cuentos - ataun.eus¡sicos en español/stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre...

602
Cuentos Stendhal Obra reproducida sin responsabilidad editorial

Upload: others

Post on 08-May-2020

5 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Cuentos

Stendhal

Obr

a re

prod

ucid

a si

n re

spon

sabi

lidad

edi

toria

l

Page 2: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Advertencia de Luarna Ediciones

Este es un libro de dominio público en tantoque los derechos de autor, según la legislaciónespañola han caducado.

Luarna lo presenta aquí como un obsequio asus clientes, dejando claro que:

1) La edición no está supervisada pornuestro departamento editorial, de for-ma que no nos responsabilizamos de lafidelidad del contenido del mismo.

2) Luarna sólo ha adaptado la obra paraque pueda ser fácilmente visible en loshabituales readers de seis pulgadas.

3) A todos los efectos no debe considerarsecomo un libro editado por Luarna.

www.luarna.com

Page 3: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

LOS CENCI

Les Cencide Chroniques italiennes (1839)

El don Juan de Molière es, sin duda, unhombre mujeriego, pero es sobre todo unhombre de buena sociedad: antes de entregarsea su irresistible inclinación a las mujeresbonitas, le importa principalmente ajustarse acierto modelo ideal, quiere ser el hombre quesería soberanamente admirado en la corte deun rey joven, galante e inteligente.

El don Juan de Mozart está ya más cerca dela naturaleza y es menos francos, piensa menosen la opinión ajena; no se preocupa, ante todo,por parestre como dice el barón de Foeneste, deD’Aubigné. Del don Juan de Italia, tal comodebió de ser en ese bello país en el siglo XVI, enlos principios de la civilización delRenacimiento, ornemos sólo dos retratos.

De estos dos retratos, hay uno que nopuedo dar a conocer: el siglo es demasiado

Page 4: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mojigato; hay que recordar aquella gran fraseque yo oí repetir varias veces a lord Byron: Thisage of cant («estos tiempos de hipocresía»). Estahipocresía tan aburrida y que no engaña anadie ofrece la inmensa ventaja de dar a loshombres algo que decir: se escandalizan de quealguien se atreva a hablar de tal cosa, de quealguien se permita reírse de tal otra, etc. Ladesventaja está en achicar enormemente elcampo de la historia.

Si el lector tiene el buen gusto depermitírmelo, voy a ofrecerle, con todahumildad, una información histórica sobre elotro don Juan, del que se puede hablar en 1837.Se llamaba Francisco Cenci.

Para que don Juan sea posible, es necesarioque en la sociedad haya hipocresía. En laantigüedad, don Juan habría sido un efecto sincausa; entonces la religión era una fiesta,exhortaba a los hombres al placer: ¿cómo iba afustigar a los seres que ponían todo su afán encierto placer? Sólo el gobierno hablaba de

Page 5: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

«abstenerse»; prohibía las cosas que podíandañar a la patria, es decir, al interés generalbien entendido, y no lo que puede dañar alindividuo que actúa.

Es decir, en Atenas cualquier hombre quetuviera afición a las mujeres y mucho dineropodía ser un don Juan sin que nadie tuvieranada que decir, porque nadie profesaba queesta vida es un valle de lágrimas y que haymérito en mortificarse.

Yo no creo que el don Juan ateniensepudiera llegar al crimen tan fácilmente como eldon Juan de las monarquías modernas; granparte del placer de éste consiste en desafiar a laopinión, y, en su juventud, empezó porimaginarse que sólo desafiaba a la hipocresía.

«Violar las leyes», en la monarquía tipoLuis XV, disparar un tiro a un retejador yhacerle caer del tejado, ¿no es una prueba deque se vive en la sociedad del príncipe, de quese es persona de muy buen tono y que se burlapor completo del juez? ¿No es burlarse del juez

Page 6: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

el primer paso, el primer ensayo de todopequeño don Juan que se inicia?

Entre nosotros, las mujeres ya no están demoda; por eso los hombres don Juan son raros;pero, cuando los había, empezaban siempre porbuscar placeres muy naturales, teniendo a galadesafiar lo que consideraban ideas norazonables de la religión de suscontemporáneos. Sólo pasado el tiempo,cuando don Juan empieza a pervertirse,encuentra una voluptuosidad exquisita endesafiar las opiniones que a él mismo leparecen justas y razonables.

Este paso debía de ser muy difícil entre losantiguos, y hasta el tiempo de loa emperadoresromanos, y después de Tiberio y de Capri,apenas se encuentran libertinos que tiendan ala corrupción por sí misma, es decir, por elgusto de desafiar las opiniones razonables desus contemporáneos.

Por eso atribuyo a la religión cristiana laposibilidad del papel satánico de don Juan. No

Page 7: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

cabe duda de que es esta religión la que enseñaal mundo que un pobre esclavo, que ungladiador tenía un alma absolutamente igual enfacultad a la del propio Cesar; hay, pues, queagradecerle la aparición de los sentimientosdelicados; de todos modos, no dudo de que,tarde o temprano, esos sentimientos habríansurgido en el seno de los pueblos. La Eneida esya mucho más «tierna» que la Ilíada.

La teoría de Jesús era la de los filósofosárabes contemporáneos suyos. Lo único nuevoque introdujeron en el mundo los principiospredicados por san Pablo es un cuerpo desacerdotes absolutamente separado del resto delos ciudadanos y hasta con intereses opuestos1.

Este cuerpo se impuso, como única misión,cultivar y afianzar el «sentimiento religioso»;inventó prestigios y costumbres paraimpresionar a los espíritus de todas las clases

1 Véase MONTESQUIEU, Politique des Romains dans lareligiosa. (N. de Stendhal.)

Page 8: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

sociales, desde el pastor inculto hasta el viejocortesano hastiado; supo asociar su recuerdocon las impresiones seductoras de la primerainfancia; no dejó pasar la menor peste o lamenor plaga sin aprovecharla para aumentar elmiedo y el «sentimiento religioso», o al menospara construir una befa iglesia, como la Salutede Venecia.

La existencia de este cuerpo produjoaquella cosa admirable el papa san Leónresistiendo sin «fuerza física» al feroz Atila y asus bandadas de bárbaros que venían deaterrorizara China, a Persia y a las Galias.

Por eso la religión, como el poder absolutoatemperado con canciones que se llama lamonarquía francesa, ha producido cosassingulares que quizá el mundo no habría vistojamás de no haber tenido esas dos instituciones.

Entre estas cosas buenas o malas, perosiempre singulares y curiosas, y que habríanasombrado mucho a Aristóteles, a Polibio, aAugusto y a las demás buenas cabezas de la

Page 9: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

antigüedad, pongo yo sin vacilar el caráctercompletamente moderno de don Juan. A miparecer, es un producto de las institucionesascéticas de los papas posteriores a Lutero,pues León X y su corte (1506) seguíanaproximadamente tos principios de la religiónde Atenas.

El Don Juan de Moliére se representó alprincipio del reinado de Luis XIV, el 15 defebrero de 1665; este príncipe no era todavíadevoto, y sin embargo la censura eclesiásticaobligó a suprimir la escena del pobre en elbosque. Esta censura, para cobrar fuerzas,quería convencer a aquel joven rey, tanprodigiosamente ignorante, de que la palabra«jansenista» era sinónima de «republicano»2.

El original es de un español, Tirso deMolina3; y hacia 1664 representaba en París una

2SAINT’ SIMON, Mérrzoirer de l’Abhé Blanebe. (N. deStendhal)

3 Este nombre fue adoptado por un fraile, hombre inteli-gente, fray Gabriel Téllez. Era de la orden de la Mer-

Page 10: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

imitación, con gran éxito, una compañíaitaliana. Probablemente se trata de la comediamás representada en el mundo entero. Y es quehay en ella el diablo y el amor, el miedo alinfierno y una pasión exaltada por una mujer;es decir, lo más terrible y lo más dulce paratodos los hombres, a poco que se eleven sobreel estado salvaje.

No es extraño que la pintura de don Juanfuera introducida en la literatura por un poetaespañol. El amor ocupa un gran lugar en lavida de ese pueblo; allí es una pasión seria quese impone, con mucho, a todas las demás,incluso, ¿quién lo creyera?, a la vanidad. Lomismo ocurre en Alemania y en Italia. Enrealidad, sólo Francia está completamente librede esta pasión que tantas locuras hace someter

ced y escribió varias obras en las que hay escenas detalento entre otras, El vergonzoso en Palacio. Téllezprodujo trescientas comedias, de las que se conservantodavía sesenta u ochenta. Murió hacia 1710. (N. deStendhal.)

Page 11: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

a esos extranjeros: por ejemplo, cargarse conuna muchacha pobre, con el pretexto de que esbonita y se está enamorado de ella. En Francia,las muchachas que carecen de belleza nocarecen de admiradores; nosotros somos muylistos. En otros países tienen que metersemonjas, y por eso en España son indispensableslos conventos. En ese país, las muchachas notienen dote, y esta ley ha mantenido el triunfodel amor. En Francia, ¿no se ha refugiado elamor en el quinto piso, es decir, entre lasmuchachas que no se casan por medio delnotario de la familia?

Del don Juan de lord Byron no hay quehablar: no es más que un Faublas, un guapomozo insignificante y sobre el cual se precipitantoda clase de venturas inverosímiles.

Fue, pues, en Italia y sólo en el siglo XVIdonde debió aparecer por primera vez esecarácter singular. Fue en Italia y en el siglo XVIIdonde una princesa decía, tomando con delicia

Page 12: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

un helado la noche de un día muy caluroso:«¡Qué lástima que esto no sea pecado!».

Este sentimiento es, a mi juicio, la base delcarácter de don Juan; y, como se ve, le esnecesaria la religión cristiana.

A lo cual exclama un autor napolitano4:«¿Acaso no es nada desafiar al cielo y creer queel cielo puede en el mismo momentoreducirnos a cenizas? De aquí la sumavoluptuosidad, dicen, de tener una amantemonja, y monja piadosísima, que sabe muybien que peca y pide perdón a Dios con pasión,como con pasión peca.»

Supongamos un cristiano muy perverso,nacido en Roma, en el momento en que elsevero Pío V acababa de restaurar o de inventarmultitud de prácticas minuciosasabsolutamente ajenas a esa moral sencilla quesólo llama virtud a «lo que es útil a loshombres.» Acababa de ser reforzada, y

4 Dominico Paglietta. (N. de Stendhal.)

Page 13: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

aterrorizaba a codos, una inquisicióninexorable5, tan inexorable, que duró poco enItalia y tuvo que refugiarse en España. Duranteaños, se aplicaron penas muy grandes alincumplimiento o al menosprecio público deesas pequeñas prácticas minuciosas elevadas ala categoría de los deberes más sagrados de lareligión; ese supuesto cristiano perverso seencogería de hombros al ver temblar a todos losciudadanos ante las terribles leyes de lainquisición.

5 San Pío V Ghislieri, piamontés, cuyo rostro, flaco ysevero, se ve en la tumba de Sixto V, en Santa María laMayor, era «gran inquisidor» cuando fue llamado altrono de San Pedro, en 1566. Gobernó la Iglesia seisaños y veinticuatro días. Véanse sus cartas, publicadaspor monsieur de Potett, el único hombre entre nosotrosque conoció este momento de la historia. La obra demonsieur de Poner, rica mina de hechos, es el fruto decatorce años de estudios concienzudos en las bibliote-cas de Florencia, de Venecia y de Roma. (N. de Stend-hal.)

Page 14: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

«¡Muy bien —se diría—, soy el hombre másrico de Roma, esta capital del mundo; voy a sertambién el más valiente; me burlarépúblicamente de todo lo que esa gente respetay que tan poco se parece a lo que se deberespetar.»

Pues un don Juan, para serlo, tiene que serhombre valiente y poseer esa inteligencia viva ycertera que hace ver claros los motivos de lasacciones de los hombres.

Francisco Cenci se diría: «¿Con quéacciones resonantes podré yo, un romanonacido en Roma en 1527, precisamente durantelo, seis meses en que los soldados luteranos delcondestable de Borbón cometieron aquí las máshorrendas profanaciones de las cosas sagradas;con qué acciones podré poner de manifiesto mivalor y darme, lo más profundamente posible,el gusto de desafiar a la opinión? ¡Cómoasombrar a mis mentecatos contemporáneos!

Page 15: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

¿Cómo darme el vivísimo placer de sentirmediferente de todo ese vulgo?6 ».

A un romano, a un romano de la EdadMedia, no podía caberle en la cabeza quedarseen palabras. No hay país donde se desprecientanto corno en Italia las palabras audaces.

El hombre que pudo decirse a sí mismoestas cosas se llamaba Francisco Cenci; fuemuerto ante su hija y su mujer el 15 deseptiembre de 1598. De este don Juan no nosqueda nada simpático, pues su carácter no fuedulcificado y «atenuado» por la idea de ser antetodo un hombre de buena sociedad, como eldon Juan de Moliére. Sólo penaba en los demáspara destacar su superioridad sobre ellos,utilizarlos en sus propósitos u odiarlos. DonJuan no siente nunca placer en las simpatías, enlas dulces ensoñaciones o en las ilusiones de uncorazón tierno. Necesita ante todo placeres que

6 Esto me parece propio de un hombre que, por su inmen-sa fortuna, pasó del libertinaje a la perversión, un SadeCenci tenía setenta años.

Page 16: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

sean triunfos, que puedan verlos los demás,que no se puedan negar; necesita la listaenumerada por el insolente Leporello ante latriste Elvira.

El don Juan romano se guardó muy bien dela insigne torpeza de dar la clave de su caráctery hacer confidencias a un lacayo, como lo haceel don Juan de Moliére; vivió sin confidente yno pronunció más palabras que las que eranútiles para llevar adelante sus designios. Nadievio en él esos momentos de ternura verdaderay de jovialidad seductora que nos hacenperdonar al don Juan de Mozart; en suma, elretrato que voy a traducir es horrible.

Por mi gusto, no contaría este carácter, mehabría limitado a estudiarlo, pues está máscerca de lo horrible que de lo curioso; pero hede confesar que me lo han pedido unos amigosa los que no podía negar nada. En 1823 tuve lasuerte de ver Italia con unos hombres muyraros a los que nunca olvidaré, y, como a ellos,

Page 17: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

me sedujo el admirable retrato de Beatriz Cencique está en el palacio Barberini de Roma.

Actualmente, la galería de ese palacio haquedado reducida a siete u ocho cuadros, perocuatro de ellos son obras maestras. En primerlugar, el retrato de la célebre «Fornarina», laamante de Rafael, pintado por el propio Rafael.Este retrato, de cuya autenticidad no puedecaber la menor duda, pues existen copiascontemporáneas, es completamente distinto dela figura que, en la galería de Florencia, sepresenta como retrato de la amante de Rafael yque con este nombre fue grabado por Morghen.El retrato de Florencia no es siguiera de Rafael.¿Se dignará el lector, en obsequio a este grannombre, perdonar esta pequeña digresión?

El segundo retrato valioso de la galeríaBarberini es de Cuido; es el retrato de BeatrizCenci, del que tantos malos grabados se ven.Este gran pintor puso en el cuello de Beatriz untrozo de tela insignificante, y en la cabeza unturbante; tuvo miedo de llevar la verdad hasta

Page 18: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

lo horrible, sí hubiera reproducido exactamentela vestidura que Beatriz se maneó hacer para iral suplicio y la cabellera en desorden de unapobre niña de dieciséis años que acaba deentregarse a la desesperación. El rostro es dulcey bello, la mirada muy tierna y los ojos muygrandes, con la expresión asombrada de unapersona a la que acaban de sorprender llorandoamargamente. El pelo es rubio y muy bonito.Este rostro no tiene nada de la altivez romana yde esa conciencia de las propias fuerzas quesolemos observar en la firme mirada de una«hija del Tíber», de una figlia del Tevere, comodicen ellas mismas, con orgullo.Desgraciadamente, las medias tincas hantomado un rojo ladrillo en ese intervalo dedoscientos treinta y ocho años que nos separade la catástrofe cuyo relato se va a leer.

El tercer retrato de la galería Barberini es elde Lucrecia Petroni, madrastra ele Beatriz, quefue ejecutada con ella. E, el tipo de la matrona

Page 19: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

romana en su belleza y su orgullo7 naturales.Las facciones son grandes y la tez de unablancura resplandeciente, las cejas negras ymuy marcadas, la mirada imperiosa y al mismotiempo llena de voluptuosidad. Es un bellocontraste con el rostro tan dulce, tan inocente,casi alemán, de su hijastra.

El cuarto retrato, brillante por el verismo yesplendor de los colores, es una de las obrasmaestras de Tiziano; es el de una esclava griegaque fue amante del famoso dux Barbarigo.

Casi todos los extranjeros que llegan aRoma empiezan por ir a la galería Barberini,atraídos, sobre todo las mujeres, por los retratosde Beatriz Cenci y de su madrastra. Yocompartí la curiosidad general; después, comotodo el mundo, procuré enterarme de losdocumentos de ese proceso célebre. Creo que alque lo consiga le extrañará mucho, al leer estos

7 Este orgullo no proviene en absoluto, como en los retra-tos de Van Dyck, del rango social. (N. de Stendhal.)

Page 20: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

documentos, donde todo está en latín, exceptolas respuestas de los acusados, no encontrarapenas la explicación de los hechos. Es que, en1599, los hechos no los ignoraba nadie enRoma. Yo compré el permiso de copiar unrelato contemporáneo; he creído que podía darla traducción sin faltar a ninguna conveniencia.Por lo menos, esta traducción se podía leer envoz alta delante de damas en 1823. Claro que eltraductor deja de ser fiel cuando no puedeserlo: el horror se impondría fácilmente alinterés de curiosidad.

Aquí se expone en todo su horror el tristepapel del don Juan puro (el que no intentaajustarse a ningún modelo ideal y sólo paraultrajarla piensa en la opinión del mundo). Lamagnitud de sus crímenes obliga a dos mujeresdesdichadas a hacer que le maten en supresencia; estas dos mujeres eran su esposa ysu hija, y el lector no se atreverá a decidir sifueron culpables. Sus contemporáneospensaron que no debían morir.

Page 21: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Yo estoy convencido de que la tragedia deGaleotto Manfredi muerto por su mujer, tematratado por el gran poeta Monti así como cantasotras tragedias domésticas del siglo XV menosconocidas y apenas indicadas en las historiasparticulares de las ciudades de Italia, acabó enuna escena semejante a la del palacio dePetrella. He aquí la traducción del relatocontemporáneo (está en italiano de Roma y fuecarrito el 14 de septiembre de 1599)8:

HISTORIA AUTENTICA DE LAMUERTE DE SANTIAGO Y BEATRIZCENCI, Y DE LUCRECIA PECRONICENCI, SU MADRASTRA,EJECUTADOS POR DELITO DEPARRICIDIO EL SÁBADO PARADO,

8 Lo que me gusta en este relato es que es lo más contem-poráneo posible. La pobre muchacha fue ejecutada el11 de septiembre de 1599, y el relato se acabó de es-cribir el 15 de septiembre. Ayer estudié y admiré surostro en el palacio Barbetini. Marzo 1834. (N. deStendhal en uno de los manuscritos italianos)

Page 22: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

11 DE SEPTIEMBRE DE 1599, BAJOEL REINADO DE NUESTRO SANTOPADRE EL PAPA CLEMENTE VIIIALDOBRANDINI

La execrable vida que llevó siempreFrancisco Cenci, nacido en Roma y uno denuestros conciudadanos más opulentos, acabópor, labrar su perdición. Arrastró a una muerteprematura a sus hijos, jóvenes fuertes yvalerosos, y a su hija Beatriz, que, aunqueapenas tenía dieciséis años cuando fue alsuplicio (hace hoy cuatro días), era yaconsiderada como una de las mujeres másbellas de los estados del papa y de toda Italia.Se dice que el signos Guido Reni, uno de losdiscípulos de la admirable escuela de Bolonia,guiso hacer el retrato de la pobre Beatriz elviernes pasado, es decir, la víspera misma de suejecución. Si ese gran pintor ha dado cima aesta obra como lo ha hecho en otras pinturasrealizadas en esta capital, la posteridad podrátener una idea de lo que fue la belleza de esta

Page 23: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

muchacha admirable. Con el propósito de queesa posteridad pueda conservar también algúnrecuerdo de sus desventuras sin igual y de lapasmosa fuerza con que esa almaverdaderamente romana supo combatirlas, medeterminé a escribir lo que he sabido sobre elhecho que la llevó a la muerte y lo que vi el díade su gloriosa tragedia.

Las personas que me han dado lossiguientes informes podían, por su situación,estar enteradas de las circunstancias mássecretas, circunstancias ignoradas en Romaincluso hoy mismo, aunque desde hace seissemanas no se habla de otra cosa que delproceso de los Cenci. Como estoy seguro depoder depositar mi comentario en archivosrespetables, de los que seguro, no saldrá antesde mi muerte, escribiré con cierta libertad. Miúnico pesar es tener que hablar, peto así loexige la verdad, contra la inocencia de esapobre Beatriz Cenci, adorada y respetada portodos los que la conocieron, tan adorada y

Page 24: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

respetada como odiado y execrado era suhorrible padre.

Este hombre, que, no se puede negar, habíarecibido del cielo una sagacidad y una gallardíapasmosas, fue hijo de monseñor Cenci, el cualen el reinado de Pío V (Ghislieri) llegó al cargode tesorero (ministro de Hacienda). Aquelsanto papa, muy absorbido, como se sabe, porsu justo odio a la herejía y por elrestablecimiento de su admirable inquisición,desdeñó la administración temporal de suEstado, y así aquel monseñor Cenci, que fuetesorero durante vario; años antes de 1572, selas arregló para dejar al hombre horrible quefue su hijo y padre de Beatriz una renta neta deciento sesenta mil piastras (aproximadamente,dos millones quinientos mil francos de 1837)9.

9 Quinientos cincuenta mil francos de renta hacia 1580.Por qué número hay que multiplicar esta cantidad paratener el equivalente en 1813? Creo trae hay que multi-plicar por cuatro. F. Cenci tendría hoy dos millonesdoscientos mil francos de renta. Se ve que salió del pa-

Page 25: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Francisco Cenci, además de esta granfortuna, tenía una fama de valor y de prudenciaa la que no pudo llegar, en su joven edad,ningún otro romano; y esta fama le daba tantomás prestigio en la corte del hipa y entre todoel pueblo, cuanto que los hechos criminales quese le atribuían eran de esos que el mundoperdona fácilmente. Muchos romanosrecordaban todavía, con amarga añoranza, lalibertad de pensar y de obrar de que se gozabaen tiempos de León X, al que perdimos en 1513,y de Pablo III, muerto en 1549. En el reinado deeste último papa se empezó a hablar del jovenFrancisco Cenci por causa de ciertos amoressingulares llevados a buen término por mediosmás singulares todavía.

so en un proceso de Sodomía) mediante un millón cienmil francos (o cuatro millones cuatrocientos mil fran-cos). Los potentados de nuestros días no tienen talesmultas. 15 mayo 33. (N. de Stendhal esa el manuscritoitaliano.)

Page 26: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

En el de Pablo III, un tiempo en quetodavía se podía hablar con cierta confianza,muchos decían que Francisco Cenci era ávidosobre todo de hechos extraordinarios quepudieran dame peripezie di nuova idea,sensaciones nuevas e inquietantes; los que taldicen se basan en que en sus libros de cuentasse encuentran detalles como éste:

«Para las aventuras y peripezie de Toscanella,tres mil quinientas piastra (unos sesenta milfrancos de 1837), e non fu caro (y no fue caro).»

Quizá en las demás ciudades de Italia no sesabe que nuestra suerte y nuestra manera deser en Roma cambian según el carácter delpapa reinante. Así, durante los trece años delbuen papa Gregorio XIII (Buoncompagni), enRoma estaba todo permitido; el que queríahacía apuñalar a su enemigo y, a poco que secondujera modestamente, no le perseguían.

A este exceso de indulgencia sucedió unexceso de severidad durante los cinco años enque reinó el gran Sixto V, del que se ha dicho,

Page 27: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

como se dijo del emperador Augusto, quehubiera sido necesario que no viniera jamás oque permaneciera siempre. En ese tiempofueron ejecutados algunos infelices porasesinatos o envenenamientos ya olvidadosdesde hacía diez años, pero de los que habíantenido la desgracia de confesarse con elcardenal Montalto, después Sixto V.

Fue sobre codo en tiempos de Gregorio XIIIcuando se empezó a hablar mucho de FranciscoCenci. Se había casado con una mujer muy ricay como correspondía a tan acreditado señor,murió después de darle siete hijos. Pocodespués casó en segundas nupcias con LucreciaPetroni, una mujer bellísima y célebre sobretodo por su tez deslumbradoramente blanca,pero un poco demasiado entrada en carnes,defecto corriente de nuestras romanas. ConLucrecia no tuvo hijos.

El menor vicio de Francisco Cenci fue lapropensión a un amor infame; el mayor, no

Page 28: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

creer en Dios. Jamás se le vio entrar en unaiglesia.

Tres veces encarcelado por sus amoresinfames, salió del paso dando doscientas milpiastras a las personas que gozaban depredicamento con los doce papas bajo cuyoreinado vivió sucesivamente (doscientas milpiastras equivalen aproximadamente a cincomillones de 1.837).

Yo no he visto a Francisco Cenci hasta quetenía ya el pelo gris, bajo el reinado del papaBuoncompagni, cuando al audaz le estaba todopermitido. Era un hombre de unos cinco pies ycuatro pulgadas, muy buen tipo, aunquedemasiado delgado; tenía fama de ser muyfuerte, una fama que quizá difundía él mismo;ojos grandes y expresivos; pero el párpadosuperior un poco demasiado caído, la narizmuy saliente y demasiado grande, los labiosdelgados y una sonrisa muy atractiva y que setornaba terrible cuando clavaba la mirada ensus enemigos; a poco que se emocionara o

Page 29: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

irritara, le entraba un temblor tan grande, quele alteraba mucho. En mi juventud, reinando elpapa Buoncompagni, veía a Cenci ir a caballode Roma a Nápoles, seguramente por algunode sus amoríos; pasaba por los bosques de SanGermano y de allí a Fajola, sin preocuparse enabsoluto por los bandidos, y dicen que hacía elcamino en menos de veinte horas. Viajabasiempre solo y sin advertir a nadie; cuando suprimer caballo estaba cansado, compraba otro olo robaba. A pocas dificultades que le pusieran,él no tenía ninguna en dar una puñalada. Perola verdad es que en tiempos de mi juventud, esdecir, cuando él tenía cuarenta y ocho ocincuenta años, nadie era lo bastante valiente acomo para ponerle dificultades. Su mayorplacer era desafiar a sus enemigos.

Era muy conocido en todos los caminos delos estados de su santidad; pagabagenerosamente, pero cuando le ofendíantambién era capaz de mandar a uno de sus

Page 30: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

vicarios, a los tres meses de la ofensa, a matar alofensor.

La única acción virtuosa que realizó entoda su larga vida fue construir en el patio desu gran palacio, junto al Tíber, una iglesiadedicada a santo Tomás, movido a esta bellaacción por el curioso deseo de tener ante susojos las tumbas de todos sus hijos10, a los quetenía un odio tremendo y contra natura desdeque estaban en la infancia y no podían, por lotanto, haberle ofendido en nada.

«Aquí quiero meterlos a todos», solía decir,con una risa amarga, a los obreros queempleaba en construir su iglesia.

A los tres mayores, Santiago, Cristóbal yRoque, los mandó a estudiar a España, en laUniversidad de

Salamanca. Una vez en este lejano país elpadre tuvo el maligno placer de no mandarlesningún dinero, de suerte que los pobres mozos,

10 Roma se entierra en las iglesias. (N. de Stendhal.)

Page 31: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

después de escribir a su padre muchas cartas,todas sin respuesta, se vieron en la tristenecesidad de volver a su patria pidiendoprestadas pequeñas cantidades de dinero omendigando a lo largo del camino.

En Roma encontraron a un padre mássevero y más rígido, más avaro que nunca; apesar de sus inmensas riquezas, no quisovestirlos ni darles el dinero necesario paracomprar los más baratos alimentos. Losdesdichados hubieron de acudir al papa, queobligó a Francisco Cenci a pasarles unapequeña pensión. Con este mísero recurso, sesepararon de él.

Al poco tiempo, encausado por sus amoresvergonzosos, Francisco fue a la cárcel portercera y última vez; los tres hermanos,aprovechando la ocasión, solicitaron unaaudiencia de nuestro santo padre el papaactualmente reinante y le suplicaron, de comúnacuerdo, que condenara a muerte a FranciscoCenci, su padre, porque, decían, deshonraba su

Page 32: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

casa11. Clemente VIII estaba ya muy inclinado ahacerlo así, pero no quiso seguir su primeraidea por no dar gusto a aquellos hijosdesnaturalizados, y los echó ignominiosamentede su presencia.

Como antes dijimos, el padre salió de lacárcel dando una elevada cantidad de dinero aquien podía protegerle. Se comprende que elextraño paso que habían dado sus tres hijosmayores aumentara más aún el odio que tenía asus descendientes. A todos, grandes y chicos,los maldecía a cada momento, y a sus dospobres hijas, que vivían con él en su palacio, lastundía a palos.

La mayor, aunque vigilada de cerca, se lasarregló de tal modo, que llegó con una súplicahasta el papa. Conjuró a su santidad a que lacasara o la hiciera entrar en un convento.Clemente VIII se apiadó de su desventura y la

11 Bonita petición de tres hijos a un papa. (N. de Stendhalen el manuscrito italiano.)

Page 33: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

casó con Carlos Gabriclli, de la familia másnoble de Gubbio; su santidad obligó al padre adar una elevada dote.

Este imprevisto golpe causó a FranciscoCenci grandísima ira, y para impedir que aBeatriz, cuando fuera mayor, se le ocurrieraseguir el ejemplo de su hermana, la secuestróen uno de los aposentos de su inmenso palacio.Nadie tuvo permiso para ver allí a Beatriz, deapenas catorce arios a la sazón y ya en todo elesplendor de una grandísima belleza. Teníasobre todo una jovialidad, un candor y uningenio cómico que nunca vi en nadie más queen ella. Francisco Cenci le llevaba él mismo lacomida. Es de suponer, que fue entoncescuando el monstruo se enamoró de ella, ofingió enamorarse para atormentar a sudesventurada hija. Le hablaba a menudo de lapérfida jugarreta que le había hecho suhermana mayor y, encolerizándose al son desus propias palabras, acababa por tundir agolpes a Beatriz.

Page 34: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Mientras tanto, a su hijo Roque Cenci lemató un chacinero12, y al año siguiente PabloCorso de Massa mató a Cristóbal Cenci. En estaocasión, el padre demostró su negra impiedad,pues en los funerales de sus dos hijos no quisogastar ni un bayoco en velas. Cuando se enteróde la desgracia de su hijo Cristóbal, exclamóque no estaría contento hasta que estuvieranenterrados todos sus hijos, y que, cuandomuriera el último, le gustaría, en señal decontento, prender fuego a su palacio. Roma sequedó pasmada de estas palabras, pero todo loparecía posible en semejante hombre, que sejactaba de desafiar a todo el mundo y hasta almismo papa.

(Aquí resulta de todo punto imposibleseguir al narrador romano en el relato, muyoscuro, de las extrañas cosas con que FranciscoCenci quiso asombrar a sus contemporáneos.

12 Norcino: habitante de Norcia y, por extensión, chacine-ro. (N. de Stendhal en el manuscrito romano.)

Page 35: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Todo hace suponer que su mujer y sudesventurada hija fueron víctimas de susabominables ideas.)

No le bastaron todas estas cosas; conamenazas y empleando la fuerza, quiso violar asu propia hija Beatriz, la cual era ya alta y bella.No se avergonzó de ir a meterse,completamente desnudo, en su cama. Ycompletamente desnudo se paseaba con ellapor los salones de su palacio; después la llevabaa la cama de su mujer para que la pobreLucrecia viera, a la luz de las lámparas, lo quehacía con Beatriz.

Daba a entender a esta pobre muchachauna horrible herejía que apenas me atrevo acontar: que cuando un padre cohabita con supropia hija, los hijos que nacen sonnecesariamente santos, y que todos los santosmás grandes venerados por la Iglesia nacieron

Page 36: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de esta manera, es decir, que su abuelo maternofue su padre13.

Cuando Beatriz resistía a sus execrablesdeseos, la golpeaba brutalmente, tanto que aesta pobre muchacha, no pudiendo soportaruna vida tan desgraciada, se le ocurrió la ideade seguir el ejemplo de su hermana. Dirigió anuestro santo padre el papa una súplica muydetallada; pero es de creer que Francisco Cencihabía tomado sus precauciones, pues no pareceque aquella súplica llegara nunca a manos desu santidad; al menos, fue imposibleencontrarla en el archivo de los Memorialicuando, estando Beatriz encarcelada, sudefensor tuvo gran necesidad de estedocumento; habría podido probar, en ciertomodo, los inauditos excesos cometidos en elpalacio de Petrella. ¿No habría resultado

13 El narrador no se indigna del todo más que por estaherejía. (N. de Stendhal era el manuscrito italiano.)

Page 37: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

evidente para todos que Beatriz Cenci se habíaencontrado en el caso de legítima defensa?

Aquel memorial hablaba también ennombre de Lucrecia, madrastra de Beatriz.

El caso es que Francisco Cenci se enteró deesta tentativa, y ya se puede suponer con quéfuria arreció en los malos tratos infligidos a lasdos, desdichadas mujeres.

La vida llegó a serles de todo puntoinsoportable, y fue entonces cuando, viendocon toda seguridad que no podían esperar nadade la justicia del soberano, cuyos cortesanosestaban comprados por lo, grandes regalos deFrancisco, pensaron tomar la extremadaresolución que las perdió, pero, sin embargo,tuvo la ventaja de poner fin a sus sufrimientosen este mundo.

Hay que decir que el célebre monsignorGuerra frecuentaba el palacio Cenci; era alto ymuy guapo y había recibido del desuno el donespecial de que, cualquier cosa queemprendiera, la llevaba a cabo con una gracia

Page 38: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

muy singular. Se ha supuesto que amaba aBeatriz y tenía el propósito de dejar lamantelleta y casarse con ella14; pero, aunque secuidó mucho de ocultar sus sentimientos,Francisco Cenci le odiaba, reprochándole habertenido mucho trato con todos sus hijos. Cuandomonsignor Guerra, se enteraba de que elmonsignor Cenci estaba fuera de su palacio,subía a los aposentos de las damas y pasabavarias horas departiendo con ellas yescuchando sus quejas por los increíbles tratosque ambas sufrían. Parece ser que Beatriz fue laprimera que se atrevió a hablar de viva voz amonsignor Guerra del propósito por ellasconcebido. Con el tiempo, él se prestó alproyecto y, ante las vivas y repetidas instanciasde Beatriz, accedió por fin a comunicarlo aSantiago Cenci, sin cuyo consentimiento no se

14 La mayor parte de los monsignor no están obligadospor las órdenes sagradas y pueden casarse. (N, eleStendhal.)

Page 39: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

podía hacer nada, porque era el primogénito yjefe de la casa después de Francisco15.

Les fue muy fácil incluirle en laconspiración; su padre le trataba muy mal y nole daba nada, cosa tanto más lamentable,cuanto que Santiago estaba casado y tenía seishijos. Para reunirse y tratar de los; medios dedar muerte a Francisco Cenci, eligieron la casade y monsignor Guerra. Se deliberó sobre elasunto con todas las formas debidas, y sobretodos los detalles se solicitó el voto de la mujery de la hija. Decidido por el fin el asunto,eligieron a dos vasallos de Francisco Cenci quehabían concebido contra él un odio mortal. Unode ellos se llamaba Marcio; era un hombrevaliente, muy adicto a los desdichados hijos deFrancisco, y, por hacer algo que les fueraagradable, accedió a tomar parte en elparricidio. El segundo, Olimpio, había sido

15 El hermano mayor, jefe de la casa, idea feudal y espa-ñola. (N. De Stendhal en el manuscrito italiano.)

Page 40: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

nombrado alcaide de la fortaleza de Petrella, enel reino de Nápoles, por el príncipe Colonna;pero Francisco Cenci, con su poderosainfluencia sobre el príncipe, había logrado quele destituyera16.

Quedaron convenidos todos los detallescon estos dos hombres; como Francisco Cencihabía anunciado que, para evitar el mal aire deRoma, iría a pasar el verano siguiente enaquella fortaleza de Petrella, se les ocurrió laidea de reunir una docena de bandidosnapolitanos.

Olimpio se encargó de buscarlos.Acordaron que se escondieran en los buquescercanos a Petrella, que ya les avisarían elmomento en que Francisco se pusiera encamino, que le secuestrarían en el mimo ypedirían a la familia un fuerte rescate porponerle en libertad. Entonces los hijos tendrían

16 He aquí un alcaide que no se recata de vengarse por suspropias manos. (N. de Stendhal en el manuscrito italia-no.)

Page 41: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

que volver a: Roma pata reunir la cantidadexigida por los bandidos. Fingirían que nopodían encontrar inmediatamente aquellacantidad, y los bandidos, al ver que no llegabael dinero, cumplirían su amenaza dandomuerte a Francisco Cenci. De esta manera,nadie sospechara quiénes eran los verdaderosautores de tal muerte.

Pero; llegado el verano, cuando FranciscoCenci salió do Roma para Petrella, el espía quetenía que avisar de la salida advirtió demasiadotarde a los bandidos apostados en los bosques yno les dio tiempo a bajar al camino. Cenci llegósin obstáculo a Petrela los bandidos, cansadosde esperar una presa dudosa, fueron a robar aotra parte por su propia cuenta.

Por su parte, Cenci, viejo sagaz ydesconfiado, no se arriesgaba nunca a salir dela fortaleza. Y como su mal humor iba enaumento con los achaques de la edad, que leresultaban insoportable, se ensañaba más aunen los atroces tratos que infligía a las dos

Page 42: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pobres mujeres. Decía que se alegraban de suflaqueza.

Beatriz, enloquecida por las cosas horriblesque tenía que soportar, mandó llamara Marcioy a Olimpio al pie de loa muros de la fortaleza.Por la noche, cuando su padre estabadurmiendo, les habló desde une ventana caja yles tiró unas cartas que iban dirigidas amonsignor Guerra.

Por medio de estas cartas quedabaconvenido que monsignor Guerra prometería aMarcio y a Olimpio mil piastras s queríanencargarse ellos mismos de dar muerte aFrancisco Cenci. La tercera parte de estacantidad se la pagaría y monsignor Guerra enRoma antes del hecho, y las otras dos terceraspartes se las darían Lucrecia y Beatriz cuando,muerto Cenci, fueran dueños de su caja fuerte.

Se acordó además que la ejecución sellevaría a calo el día de la Natividad de laVirgen, y para ello los dos hombres fueronintroducidos con habilidad en la fortaleza. Pero

Page 43: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

a Lucrecia la detuvo el respeto debido a unafiesta de la Madonna, y pidió a Beatriz unaplazamiento de un día, para no cometer undoble pecado17.

Y en la noche del 9 de septiembre de 1598la madre y la hija se las arreglaron para daropio a Francisco Cenci, un hombre tan difícil deengañar, que cayó en un profundo sueño.

A medianoche la propia Beatriz introdujoen la fortaleza a Marcio y a Olimpio;inmediatamente, Lucrecia y Beatriz los llevaronal cuarto del viejo, que estaba profundamentedormido. Allí los dejaron para que hiciesen loconvenido, mientras las dos mujeres seretiraron a esperar en una estancia contigua. Depronto vieron volver aquellos dos hombres,pálidos y muy alterados.

—¿Qué pasa? —exclamaron las mujeres.

17Tratan a Dios como a un déspota cuya vanidad no sepuede herir. Por lo demás, solo indirectamente le ofen-de la inmoralidad de los actos. (N. de Stendhal en elmanuscrito italiano.)

Page 44: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—¡Que es una cobardía y una vergüenzacontestaron a un pobre viejo dormido! Lacompasión nos ha impedido hacerlo.

Esta disculpa causó gran indignación aBeatriz, que empezó a insultarlos diciendo:

—¡De modo que vosotros, que soishombres, bien preparados para semejanteacción, no tenéis valor para matar a un hombredormido!18 Pues menos lo tendríais paramirarle a la cara si estuviera deshierro. ¡Y paraeso os atrevéis a coger dinero! ¡Bueno, puestoque así lo quiere vuestra cobardía, yo mismamataré a mi padre! ¡Y vosotros no viviréismucho tiempo!

Estimulados por estas pocas palabrasfulminantes y temiendo una disminución en elprecio convenido, los asesinos entraronresueltamente en el dormitorio y las mujeres lossiguieron. Uno de ellos llevaba un gran clavo y

18 Todos estos detalles están probados en el proceso. (N.de Stendhal.)

Page 45: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

lo colocó verticalmente sobre el ojo del viejodormido; el otro, que llevaba un martillo, loclavó en la cabeza. De la misma manera leclavaron otro clavo en el cuello, de suerte que aaquella pobre alma, cargada con tantos pecadosrecientes, se la llevaron los demonios; el cuerpose debatió, pero en vano.

Hecho esto, la joven entregó a Olimpio unagran bolsa llena de dinero y a Mario un abrigode paño, adornado con un galón de oro, quehabía pertenecido a su padre, y los despidió.

Ya solas las mujeres, empezaron por sacaraquel gran clavo hundido en la cabeza delcadáver y el que tenía en el cuello; luegoenvolvieron el cuerpo en una sábana, loarrastraron a través de una larga serie dehabitaciones hasta una galería que daba a unpequeño jardín abandonado y desde allí lotiraron sobre un gran saúco que había en aquellugar solitario. Como al final de aquellapequeña galería había un retrete, esperabanque, cuando al día siguiente encontraran el

Page 46: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

cadáver del viejo caído en las ramas del saúco,supondrían que había resbalado y se habíacaído yendo al retrete.

Ocurrió exactamente lo que habíanprevisto. Por la mañana, cuando encontraron elcadáver, se produjo un gran clamor en lafortaleza; las dos mujeres se cuidaron de lanzargrandes gritos y llorar la muerte taninfortunada de un padre y un esposo. Pero lajoven Beatriz tenía el valor del pudor ofendido,mas no la prudencia necesaria en la vida; muyde mañana había dado a una mujer que lavabala ropa en la fortaleza una sábana manchada desangre, diciéndole que no le chocara que fueratanta, porque ella había .perdido mucha toda lanoche, de manera que, por el momento, todofue bien19.

Dieron honorable sepultura a FranciscoCenci y las mujeres tornaron a Roma a gozar de

19 Había que quemar la sábana o, al menos, esconderla enel vano de un techo, y no hubiera pasado nada. (N. deStendhal en el manuscrito italiano.)

Page 47: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

aquella tranquilidad que durante tanto tiempohabían deseado en vano.

Se creían felices para siempre porque nosabían lo que pasaba en Nápoles.

La justicia de Dios, que no podía permitirque un parricidio tan atroz quedara sin castigo,dispuso que, tan pronto como se supo en estacapital lo que había pasado en la fortaleza dePettella, el juez principal concibiera dudas ymandara a un comisario real a examinar elcadáver y ordenar la detención de lossospechosos.

El comisario real mandó detener a todos losque vivían en la fortaleza, y corlo, fueronconducidos a Nápoles encadenados. En lasdeclaraciones nada pareció sospechoso, exceptolo que la lavandera dijo: que Beatriz le habíadado una sábana o unas sábanas llenas desangre. Le preguntaron si Beatriz había tratadode explicar aquellas grandes manchas desangre; contestó que Beatriz había hablado deuna indisposición natural. Le preguntaron si

Page 48: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

unas manchas tan grandes podían provenir detal indisposición; la lavandera contestó que no,que las manchas de la .sábana eran de un rojodemasiado vivo.

Inmediatamente se dio traslado delsumario a la justicia de Roma, pero pagaronvarios meses antes de que en dicha ciudadpensaran en detener a los hijos de FranciscoCenci. Lucrecia, Beatriz y Santiago hubieranpodido mil veces escapar, bien yéndose aFlorencia con el pretexto de una peregrinación,bien embarcándose en Civitavecchia; pero Diosles negó esta inspiración salvadora20.

Monsignor Guerra, enterado de lo queocurría en Roma, puso inmediatamente encampaña a los hombres con el encargo de matara Marcio y a Olimpio; pero sólo pudieron

20 Beatriz tenía tiempo de huir a Florencia o a Francia conel pretexto de viajar. Un barco de Civitavecchia servíapara el caso. (N. de Stendhal en el manuscrito italiano,que hablaba de la lentitud del procedimiento, pero node la buida.)

Page 49: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

matar, en Terni, a Olimpio. La Justicianapolitana había detenido a Marcio, el cual,conducido a Nápoles, lo confesóinmediatamente todo21.

Esta terrible declaración fue enviadainmediatamente a la justicia de Roma, la cualdecidió por fin hacer detener y conducir a laprisión de Corte Savella a Santiago y aBernardo Cenci, únicos hilos de Francisco quevivían, así como a Lucrecia, su viuda. Beatrizquedó custodiada en el palacio de su padre poruna numerosa tropa de esbirros. Marcio fueconducido a Nápoles y encarcelado a su vez enla prisión Savella; allí le carearon con las dosmujeres, que lo negaron todo con firmeza,sobre todo Beatriz, quien no quiso reconocer elabrigo galoneado que había dado a Marcio.Este, entusiasmado por la admirable belleza y

21 ¡Qué rapidez de razonamiento y le ejecución! Es elsiglo de Borgia (cuyo retrato vi ayer en la galeríaBorghese y en casa del conde B., en Milán). (N. deStendhal en el manuscrito italiano.)

Page 50: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

la pasmosa elocuencia de la muchachacontestando al juez, negó codo lo que habíaconfesado en Nápoles. Sometido a tortura,mantúvose en su actitud y prefirió morir en eltormento, justo homenaje a la belleza deBeatriz22.

Como, muerto este hombre, el cuerpo deldelito no quedaba probado, los jueces noencontraron que hubiera razón suficiente pataaplicar la tortura a los dos hijos de Cenci o a lasdos mujeres23. Condujeron a los cuatro alcastillo Sant’Angelo, donde pasaron variosmeses muy tranquilos.

Parecía todo terminado, y nadie dudaba yaen Roma de que aquella muchacha tanhermosa, tan valiente y que tanto interés habíadespertado sería muy pronto puesta enlibertad, cuando, por desgracia, la justicia

22 Efecto de un alma fuerte. (N. de Stendhal en el manus-crito italiano.)

23 Luego, se necesitaba cierta probabilidad para aplicar latortura. (N. de Stendhal en el manuscrito italiano.)

Page 51: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

detuvo al bandido que había macado a Olimpioen Terni; este hombre, conducido a Roma, loconfesó todo.

Monsignor Guerra, tan extrañamentecomprometido por la declaración del bandido,fue citado a comparecer inmediatamente. Laprisión era segura, y probablemente la muerte.Pero este hombre admirable, a quien el destinohabía dado la facultad de hacer bien todas lascosas logró salvarse de una manera que tienealgo de milagro. Tenía fama de ser el hombremás guapo de la corte del papa y erademasiado conocido en Roma para que pudieraesperar salvarse; además, las puertas estabanbien guardadas, y probablemente, desde elmomento mismo de la citación, su casa estabavigilada. Hay que decir que era muy alto, teníala cara de una blancura perfecta, una hermosabarba rubia y una cabellera soberbia del mismocolor.

Con increíble rapidez, sobornó a uncarbonero, se puso sus vestiduras, se afeitó la

Page 52: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

cabeza y la barba, se tiñó la cara, compró dosasnos y se echó a las calles de Roma vendiendocarbón y cojeando. Adoptó admirablementecierto aire ordinario y atontado e ibapregonando su carbón con la boca llena de pany cebolla, mientras centenares de esbirros lebuscaban no sólo en Roma, sino también portodos los caminos. Por fin, ya bien conocida sucara por la mayoría de los esbirros, se atrevió asalir de Roma, siempre arreando a sus dosasnos cargados de carbón. Tropezó con variastropas de ellos, a los que no se les ocurriódetenerle. Desde entonces, no se han tenidomás noticias de él que una carta; su madre le hamandado dinero a Marsella, y se supone que seha alistado como soldado de Francia.

La declaración del asesino de Terna y lahuida de monsignor Guerra, que produjo enRoma gran sensación, reavivaron de tal modolas sospechas y hasta los indicios contra losCenci, que fueron sacados del castilloSaint’Angelo y trasladados a la prisión Savella.

Page 53: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Los dos hermanos, sometidos a tortura, noimitaron, ni mucho menos, la grandeza de almadel bandido Marcio; tuvieron la pusilanimidadde confesarlo todo. La signora Lucrecia Petroniestaba tan acostumbrada a la molicie y a lascomodidades del gran lujo, y además era tancorpulenta, que no pudo soportar la tortura dela cuerda: dijo rudo lo que sabía.

Pero no ocurrió lo mismo con BeatrizCenci; plena de vivacidad y valor. De nadavalieron las palabras ni las amenazas del juezMoscati. Soportó las torturas de la cuerda sinun momento de flaqueza y con una valentíaperfecta. En ningún momento logró el juezinducirla a una respuesta que la comprometieraen nada; más aún, por su vivaz inteligencia,confundió por completo a ese célebre UlisesMoscati, el juez encargado de interrogarla. Detal manera le asombraron las maneras de actuarde aquella muchacha, que se creyó en el deberde mandar un informe de todo a su santidad elpapa Clemente VIII, por ventura reinante.

Page 54: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Su santidad quiso ver los autos del procesoy estudiarlo. Le asaltó el temor de que labelleza de Beatriz hubiera impresionado al juezUlises Moscati, tan célebre por su profundaciencia y la superior sagacidad de suinteligencia, hasta el punto de tratarla conmiramiento en los interrogatorios. Enconsecuencia, su santidad le quitó la direcciónde este proceso y la encomendó a otro juez mássevero. Este bárbaro tuvo el valor deatormentar sin piedad a un cuerpo tan bello adtorturam capillorum (es decir, le aplicaron latortura de colgarla por el cabello)24.

Mientras estaba amarrada a la cuerda, elnuevo juez hizo comparecer ante Beatriz a sumadrastra y sus hermanos. Tan pronto como

24 Véase el tratado De Suppliciis del célebre Farinacci,jurisconsulto contemporáneo. Hay en él detalles horri-bles cuya lectura no la soportaría nuestra sensibilidaddel siglo XIX y que soportó muy bien una joven roma-na de dieciséis años y abandonada por su amante. (N.De Stendhal.)

Page 55: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Santiago y la signora Lucrecia la vieron, legritaron:

—Cometido el pecado, hay que hacertambién la penitencia y no dejarse destrozar elcuerpo por una vana obstinación.

—¿De modo que queréis cubrir devergüenza nuestra casa —contestó lamuchacha— y morir con ignominia? Estáis enun gran error; mas, ya que así lo queréis, queasí sea.

Y, dirigiéndose a los esbirros, les dijo:—Desatadme y que me lean el

interrogatorio de mi madre; aprobaré lo quedeba ser aprobado y negaré lo que deba sernegado.

Así se hizo; Beatriz confesó todo lo que eracierto25. Inmediatamente quitaron las cadenas atodos, y como hacía cinco meses que Beatriz no

25 En Farinacci se encuentran varios pasajes de las decla-raciones de Beatriz; me parecen de una sencillez emo-cionante. (N. de Stendhal.)

Page 56: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

veía a sus hermanos, guiso comer con ellos ypasaron los cuatro un día muy alegre.

Pero al día siguiente volvieron a separarlos;a los dos hermanos los condujeron a la cárcelde Tordinona y las mujeres se quedaron en lade Savella. Nuestro santo padre el papa,después de ver los autos con las confesiones detodos, ordenó que, sin aplazamiento alguno, sediera muerte a los acusados atándolos a la colade un caballo sin domar.

Toda Roma se estremeció al enterarse deesta rigurosa sentencia. Gran número decardenales y príncipes fueron a prosternarseante el papa, suplicándole que permitiera aaquellos desdichados presentar su defensa.

—¿Dieron ellos tiempo a su anciano padrepara presentar la suya? —contestó indignado elpapa.

Finalmente, por gracia especial, se dignóconceder un aplazamiento de veinticinco días.

Inmediatamente, los primeros abogados deRoma se pusieron a «escribir» en esta causa,

Page 57: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

que había llenado a la ciudad de desconcierto ycompasión. Al cumplirse los veinticinco días, sepresentaron todos juntos ante su santidad.Habló el primero Nicolo de Angalis, peroapenas había leído dos líneas de su defensacuando Clemente VIII le interrumpió

—¡De modo que en Roma —exclamó— seencuentran hombres que matan a su padre ydespués abogados para defender a esoshombres!

Todos permanecían mudos, cuandoFarinacci se atrevió a levantar la voz.

—Santísimo padre —dijo—, no hemosvenido aquí a defender el crimen, sino a probar,si podemos, que uno o varios de esosdesdichados son inocentes del crimen26.

El papa le hizo seña de que hablara yFarinacci habló tres horas largas, después de locual el papa cogió los escritos de todos y los

26 Muy bien. El papa suponía probado el crimen, lo queestaba por pro-bar. (N. de Stendhal en el manuscritoitaliano.)

Page 58: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

despidió. Cuando se iban, Altieri se quedórezagado; temeroso de haberse comprometido,fue a arrodillarse ante el papa, diciendo:

—Como soy abogado de los pobres, notenía más remedio que intervenir en esta causa.

A lo que el papa contestó:—No nos extrañamos de ti, sino de los

otros.El papa no quiso acostarse: se pasó toda la

noche leyendo las defensas de los abogados,ayudado en este trabajo por el cardenal de SanMarcelo. Su santidad pareció tan conmovido,que algunos concibieron cierta esperanza por lavida de aquellos desdichados. Los abogados,para salvar a los hijos, cargaban todo el crimena Beatriz. Como estaba probado en el procesoque su padre había empleado varias veces lafuerza con un fin criminal, los abogadosesperaban que a ella le sería perdonado eldelito por haber obrado en legítima defensa; y,si así ocurría, perdonada la vida al principalautor del crimen, ¿cómo iban a ser condenados

Page 59: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

a muerte los hermanos, que habían sidoinducidos por ella?

Después de aquella noche dedicada a susdeberes de juez, Clemente VIII ordenó que losacusados fuesen de nuevo conducidos a lacárcel e incomunicados. Esto dio grandesesperanzas a Roma, que en toda esta causa noveía más que a Beatriz. Era evidente que habíaamado a monsignor Guerra, pero no habíatransgredido jamás las reglas de la más severavirtud; luego, en verdadera justicia, no se lepodían imputar los crímenes de un monstruo,¡y la castigarían porque había hecho uso delderecho de defenderse! ¿Cuál habría sido elcastigo si hubiera sido consentidora? ¿Iba lajusticia humana a aumentar el infortunio deuna criatura tan seductora, tan digna decompasión y ya tan desgraciada? Después deuna vida tan triste, que había acumulado sobreella toda clase de desgracias antes de cumplirdieciséis años, ¿no tenía por fin derecho a unosdías menos horribles? Era como si a todos los

Page 60: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

romanos se les hubiera encomendado sudefensa. ¿No la habrían perdonado si, laprimera vez que Francisco Cenci intentó elcrimen, le hubieran apuñalado?

El papa Clemente VIII era benévolo ymisericordioso. Empezábamos a abrir laesperanza de que, un poco pesaroso delarrebato que le había hecho interrumpir ladefensa de los abogados, perdonaría a quienhabía respondido a la fueron con la fuerza, nociertamente en el momento del primer crimen,sino cuando se intentaba cometerlo de nuevo.Toda Roma vivía en la ansiedad, cuando elpapa recibió la noticia de la muerte violenta dela marquesa Constancia Santa Croce. Su hijoPablo Santa Croce acababa de matar apuñaladas a esta dama, de sesenta años, porqueno quería comprometerse a nombrarle herederode todos sus bienes. El informe añadía queSanta Croce había huido y que no teníanesperanza de detenerle. El papa recordó elfratricidio de los Massini, cometido poco

Page 61: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

tiempo antes. Desolado por la frecuencia deestos asesinatos cometidos por parientespróximos, su santidad pensó que no le erapermitido perdonar. Al recibir este fatalinforme sobre Santa Croce, el papa estaba en elpalacio de Montecavallo, donde se encontrabael 6 de septiembre para estar a la mañanasiguiente más cerca de la iglesia de Santa Maríade los Ángeles con el fin de consagrar en ellaobispo a un cardenal alemán.

El viernes, a las cuatro de la tarde, mandóllamar a Ferrante Taverna27, gobernador deRoma, y le dijo estas mismas palabras:

—Nos te encomendamos el asunto de losCenci para que hagas justicia sin aplazamientoalguno.

El gobernador volvió a su palacio muyimpresionado por la orden que acababa derecibir; pronunció inmediatamente la sentencia

27 Después cardenal por una causa tan singular. (N. delmanuscrito.)

Page 62: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ele muerte y reunió una congregación paradeliberar sobre el modo de la ejecución.

La mañana del sábado, 11 de septiembre de1599, los primeros señores de Roma, miembrosde la hermandad de confortatori, se personaronen las dos prisiones, en Corte Savella, dondeestaban Beatriz y su madrastra, y en Tordinona,donde se encontraban Santiago y BernardoCenci. Durante toda la noche del viernes alsábado, los señores romanos, que se habíanenterado de lo que ocurría, no hicieron otracosa que ir del palacio de Montecavallo a los delos principales cardenales, con el propósito deconseguir, y por lo menos, que las mujeresfueran ejecutadas en el interior de la prisión yno en un infamante cadalso, y que se perdonaraal joven Bernardo Cenci, el cual, de apenasquince años, no había podido entrar enninguna confidencia. El noble cardenal Sfotzase distinguió especialmente por su celo en eltranscurso de aquella noche fatal, pero, aunquepríncipe tan poderoso, no pudo conseguir

Page 63: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

nada. El crimen de Santa Croce era un crimenvil, cometido por dinero, y el crimen de Beatrizse cometió por salvar el honor.

Mientras los cardenales más poderososdaban tantos pasos inútiles, Farinacci, nuestrogran jurisconsulto, tuvo L valentía de llegarhasta el papa; una vez ante su santidad, estehombre asombroso fue lo bastante hábil parallegar a la conciencia de Clemente VIII y, afuerza de importunarle, logró que .seperdonara la vida de Bernardo Cenci.

Cuando el papa pronunció esta granpalabra, serían las cuatro de la mañana (delsábado 11 de septiembre). En la plaza delpuente Saint’Angelo habían trabajado coda lanoche en los preparativos de la cruel tragedia.Pero hasta las cinco de la mañana no sepudieron terminar todas las copias necesariasde la sentencia de muerte, de manera que hastalas seis no fue posible ir a notificar la fatalnoticia a aquellos pobres desdichados, quecataban durmiendo tranquilamente.

Page 64: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

En los primeros momentos, Beatriz no teníani fuerzas para vestirse. Lanzaba gritospenetrantes y continuos y se entregaba sincontención alguna a la más terribledesesperación28.

—¡Oh Dios mío! —exclamaba—, ¿es posibleque haya yo de morir así, de improviso?

En cambio, Lucrecia Petroni no dijo nadoque no fuera muy sensato; primero rezó derodillas y después exhortó tranquilamente a suhija a que fuera con ella a la capilla, dondedebían prepararse las dos para el gran tránsitode la vida a la muerte.

Estas grandes palabras devolvieron aBeatriz toda su tranquilidad. En cuanto sumadrastra hizo volver en sí misma a aquellagran alma, se mostró tan prudente y razonablecomo extravagante

28 En 1833, una muchacha de tal fuerza de alma sería todadignidad y pensaría en imitar a María Estuardo. Paraver la naturalidad, hay que ir a Italia y al año 1599. (N.de Stendhal en el manuscrito italiano.)

Page 65: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Pidió un notario para hacer testamento,cosa que le fue concedida. Dispuso que llevaransu cadáver a San Pietro in Montorio; dejótrescientos mil francos a las Stimate (religiosasde los estigmas de San Francisco), cantidad quedebe ser destinada a dotar a cincuentadoncellas pobres. Este ejemplo conmovió a lasignora Lucrecia, que, a su vez, hizo testamentoy dispuso que se llevara su cadáver a San Jorge;dejó a esta iglesia quinientos mil francos delimosnas e hizo otros legados piadosos.

A las ocho se confesaron, oyeron misa yrecibieron la sagrada comunión. Pero, antes deir a misa, Beatriz consideró que no eraconveniente subir al cadalso, ante todo elpueblo, con las ricas vestiduras que llevaban.Encargó dos vestidos, uno para ella y otro parasu madre. Se los hicieron como los de lasmonjas, sin adornos en el pecho y en loshombros, y solamente tableados y con mangasanchas. El vestido de la madrastra era de tela

Page 66: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de algodón negro; el de la joven, de tafetán azulcon un grueso cordón que ceñía la cintura.

Cuando llevaron los vestidos, la signoraBeatriz, que estaba arrodillada, se levantó y dijoa la signora Lucrecia:

—Señora madre, se acerca la hora denuestra pasión; debemos prepararnos,ponernos estos otros vestidos y prestarnos porúltima vez el servicio recíproco de vestirnos.

En la plaza del puente Sant’Angelo habíanlevantado un gran patíbulo con un cepo y unamannaja (una especie de guillotina)29.A las ochode la mañana, la compañía de la Misericordiallevó su gran crucifijo a la puerta de la prisión.El primero que salió fue Santiago Cenci; searrodilló devotamente en el umbral de lapuerta, rezó y besó las sagradas llagas delcrucifijo. Le seguía Bernardo Cenci, su hermanopequeño, que tenía también las manos atadas y

29 La mannaja debía de parecerse al instrumento de muer-te francés (N. de Stendhal en el manuscrito).

Page 67: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

una tablilla delante de los ojos. El gentío eraenorme, se produjo un tumulto por un vasoque cayó de una ventana casi sobre la cabeza deun penitente que iba junto al pendón con unaantorcha encendida.

Cuando todos estaban mirando a los doshermanos, avanzó de improviso el fiscal deRoma y dijo:

—Signor Bernardo, Nuestro Señor osperdona la vida; someteos a acompañar avuestros familiares y rogada Dios por ellos.

Inmediatamente, sus dos confortatori lequitaron la tablilla que llevaba delante de losojos. El verdugo estaba colocando en la carretaa Santiago Cenci y ya le había quitado elvestido para poder atenazarle. Cuando elverdugo se acercó a Bernardo, comprobó lafirma del indulto, le desató, le quitó las esposasy, como estaba descubierto para ser atenazado,el verdugo le subió a la carreta y le puso el ricomanto de paño galoneado de oro. (Se ha dichoque era el mismo que Beatriz dio a Marcio

Page 68: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

después de lo hecho en la fortaleza de Petrella.)La inmensa multitud aglomerada en la calle, enlas ventanas y en los tejados se ahité depronto30; se oía un rumor sordo y profundo: lagente empezaba a decir que aquel sirio habíasido indultado.

Comenzaron los cantos de los salmos y laprocesión se dirigió despacio, por la plazaNavonne, hacia la prisión Savella. Llegados a lapuerta de la misma, se detuvo el pendón,salieron las dos mujeres, adoraron la santa cruzy luego echaron a andar una detrás de otra.Iban vestidas como queda dicho rosadas ambascon un gran veto de tafetán que les llegaba casia la cintura.

La signora Lucrecia, en su calidad de viudallevaba un velo negro y unas chinelas deterciopelo negro sin tacones, como mandaba lacostumbre.

30 Se ve bien cómo un pueblo esclavo de la sensaciónpresente se compadece del culpable que va a sufrir. (N.de Stendhal en el manuscrito italiano.)

Page 69: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

El velo de la muchacha era de tafetán azul,como su vestido; llevaba además un velo debrocado de plaza cobre los hombros, una faldade paño morado y escarpines de terciopeloblanco, elegantemente unidos y sujetos con uncarmesí. Tenía una gracia singular caminandocon este atuendo y medida que la gente la veíaavanzar despacio en las últimas filas de laprocesión, brotaban las lágrimas en todos losojos.

Las dos mujeres, tenían las manos libres,pero lo, brazos arados al cuerpo, de tal maneraque podían llevar un crucifijo, lo tenían muycerca de los ojos Las mangas de sus vestidoseran muy amplias, así que se le veían losbrazos, cubierto, con una camisa atada en lasmujeres, como es costumbre en este país.

La signora Lucrecia, menos firme de alma,lloraba casi sin interrupción; en cambio; lajoven Beatriz demostraba gran valor, ydirigiendo los ojos a cada una de las iglesiasante las que pasábala procesión, se arrodillaba

Page 70: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

un momento y decía con voz firme: Adoramus teChriste!

Mientras tanto, el pobre Santiago Cenci,atenazado en su carreta, mostraba muchafirmeza.

A duras penes pudo la procesión atravesarla parte de abajo de la plaza del puenteSaint’Angelo, tan grande era el número decarrozas y la multitud del pueblo.Inmediatamente condujeron alas mujeres a lacapilla preparada al efecto, y luego llevaron a lamisma a Santiago Cenci.

El joven Bernardo, cubierto con su mantogaloneado, fue conducido directamente alpatíbulo; entonces todos creyeron que iban adarle muerte y que no había sido indultado. Elpobre niño tuvo un miedo tan grande, que cayódesmayado al segundo paso que dio en elpatíbulo. Le hicieron volver en sí con aguafresca y le sentaron frente a la mannaja.

El verdugo fue a buscar a la signoraLucrecia Petroni; tenía las manos atada a la

Page 71: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

espalda y ya no llevaba el velo sobre loshombros. Apareció en la plaza acompañada porel pendón, envuelta la cabeza en el velo detafetán negro; hizo la reconciliación con Dios ybesó las sagradas llagas. Le dijeron que dejaralas chinelas en el pavimento; como era muygruesa, le costó un poco subir los escalones. Yaen el cadalso y cuando le quitaron el velo deltafetán negro, sufrió gran confusión de que lavieran con los hombros y el pecho descubiertos;se miró, luego miró la mannaja y, como con ungesto de resignación, se encogió lentamente dehombros31; se le llenaron de lágrimas los ojos;dijo: «¡Oh Dios mío!... Y vosotros, hermanosmíos, rogad por mi alma.»

No sabiendo lo que tenía que hacer,preguntó a Alejandro, primer verdugo, cómodebía comportarse. El verdugo le dijo que se

31 Gesto de resignación, y no de protesta, en Italia. Elstringimento de resignación es más lento y más marca-do que el nuestro. (N. de Stendhal en el manuscrito ita-liano.)

Page 72: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pusiera a horcajadas sobre la tabla del cepo.Pero a ella le pareció que esto ofendía al pudory tardó mucho en hacerlo. (Los detalles quesiguen son tolerables para el público italiano,que quiere enterarse de todo con perfectaexactitud; bástele al lector saber que aquellapobre mujer, por el pudor, se hirió en el pecho;el verdugo mostró la cabeza al pueblo y luegola envolvió en el velo de tafetán negro.)

Mientras preparaban la mannaja para lajoven, se derrumbaron unas gradas llenas decuriosos y muchos perecieron32. De modo quecomparecieron ante Dios antes que Beatriz.

Cuando Beatriz vio venir hacia la capilla elpendón para llevársela, dijo con vivacidad:

—¿Ha muerto mi señora madre?Le contestaron que sí; se arrodilló ante el

crucifijo y rezó con fervor por su alma. Luego

32 ¡Quién había de decir a aquella gente que iba a morirantes que Beatriz!

Page 73: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

habló en voz alta y durante un buen rato alcrucifijo.

—Señor, resucitaste por mí, y yo te seguirécon buena voluntad, esperando en tumisericordia por mi enorme pecado...

Luego recitó varios salmos y oraciones,siempre en alabanza de Dios. Cuando por finapareció ante ella el verdugo con una cuerda,dijo:

—Ata este cuerpo que debe ser castigado ydesata esta alma que debe llegar a lainmortalidad y a una gloria eterna.

Se levantó, rezó, dejó las chinelas al pie delos escalones y, ya en el cadalso, pasó conligereza la pierna sobre la tabla, apoyó el cuellobajo la mannaja y lo hizo todo perfectamenteella misma para evitar que la tocara el verdugo.Con la rapidez de sus movimientos, evitó que,en el momento en que le quitaron el velo detafetán, el público le viera los hombros y elpecho. El verdugo tardó en la ejecución, porquesobrevino un entorpecimiento. Mientras tanto,

Page 74: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Beatriz invocaba en voz alta el nombre deJesucristo y de la Virgen Santísima33. En elmomento fatal, el cuerpo hizo un vivomovimiento. El pobre Bernardo Cenci, queseguía sentado en el cadalso, volvió a caerdesmayado y los confortutori tardaron más deuna hora en reanimarle. Entonces subió alcadalso Santiago Cenci; pero también, aquí hayque saltar detalles demasiado terribles.Santiago Cenci fue muerto a golpes (mazzolato).

33 Cuenta un autor contemporáneo que Clemente VIIIestaba muy preocupado por la salvación del alma deBeatriz; como sabía que había sido injustamente con-denada, el papa temía un arrebato de rebeldía. En elmomento en que Beatriz puso la cabeza en la mannaja,el fuerte Sant’Angelo, desde el cual se veía muy bienla mannaja, disparó un cañonazo. El papa, que estabarezando en Montecavallo, esperando esta señal, seapresuró a dar a la muchacha la absolución papal «ma-yor» in articulo mortis. De aquí el retraso en aquelcruel momento de que habla el cronista. (N. de Stend-hal.)

Page 75: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Inmediatamente volvieron a Bernardo a laprisión. Tenía una fiebre muy alta. Lesangraron.

En cuanto a las pobres mujeres, metieron acada una en su ataúd y las dejaron a unos pasosdel cadalso, junco a la estatua de San Pablo, quees la primera a la derecha en el puenteSant’Angelo. Allí se quedaron hasta las cuatro ycuarto de la tarde. Entorno a cada ataúd ardíancuatro cirios de cera blanca.

Después las condujeron, con lo quequedaba de Santiago Cenci, al palacio delcónsul de Florencia. A las nueve y cuarto de lanoche34 llevaron a San Pietro in Montorio elcadáver de Beatriz, cubierto con sus vestiduras

34 Es la hora en que se celebran en Roma los encierros delos príncipes. El convoy del burgués tiene lugar a lapuesta del sol; a la pequeña nobleza la trasladan a laiglesia a la una de la noche; a los cardenales y a lospríncipes, a las dos y media de la noche, hora que, el11 de septiembre, correspondía a las diez menos cuar-to. (N. de Stendhal.)

Page 76: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

y profusamente coronado de flores. Estabadeslumbradoramente bella; difiérase que estabadormida. La enterraron ante el altar mayor y laTransfiguración de Rafael de Urbino. Fueescoltada, con cincuenta grandes ciriosencendidos, por todos los religiososfranciscanos de Roma.

A las diez de la noche trasladaron elcadáver de Lucrecia Petroni a la iglesia ele SanJorge. Durante esta tragedia, la multitud fueinnumerable; hasta donde alcanzaba la vista,las calles se veían llenas de carrozas y de gente;los tablados, las ventanas y los tejados, llenosde curiosos. El sol era aquel día tan abrasador,que muchos perdieron el conocimiento ymuchísimos contrajeron calenturas; y cuandoacabó todo, a las dos menos cuarto, y sedispersó la multitud, murieron muchaspersonas asfixiadas y otras aplastadas por loscaballos. El número de muerto a fue muyconsiderable.

Page 77: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

La signora Lucrecia Petroni era más bienbaja que alta, y, aunque tenía cincuenta años, seconservaba muy bien. De facciones muy bella.,tenía la nariz pequeña, los ojos negros, la tezmuy blanca y con bellos colores; el cabello,escaso y castaño35.

Beatriz Cenci, que será lloradaeternamente, tenía dieciséis años justos; erapequeña, bonitamente entrada en carnes y conunos hoyitos en medio de las mejillas, demanera que, muerta y coronada de flores,difiérase que estaba dormida, y hasta que reía,como solía hacerlo en vida. Tenía la bocapequeña, el pelo rubio y bucles naturales.Cuando iba a la muerte, estos bucles rubios lecaían sobre los ojos, lo que le daba cierta graciay movía a compasión.

Santiago Cenci era pequeño, grueso, blancode cara y con barba negra; cuando murió tenía

35 Véanse los retratos en el palacio Barberini. (N. deStendhal en el manuscrito italiano.)

Page 78: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

aproximadamente veintiséis años. BernardoCenci era idéntico a su hermana, y comollevaba el cabello largo como ella, cuandoapareció en el cadalso mucha gente leconfundió con ella.

El sol era tan abrasador, que variosespectadores de esta tragedia murieron aquellanoche, entre ellos Ubaldino Ubaldini, un jovenguapísimo y que había gozado hasta entoncesde una salud perfecta. Era hermano del signorRenzi, tan conocido en Roma. De modo que lassombras de los Cenci le fueron bienacompañadas.

Ayer, que fue martes, 14 de septiembre de1599, los penitentes de San Marcello, conocasión de la fiesta de la Santa Cruz, hicieronuso de su privilegio para poner en libertad alsignor Bernardo Cenci, que se obligó a pagar enun año cuatrocientos mil francos a la Santísimatrinidad del puente Sixto.

(Añadido con otra letra:)

Page 79: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

De él descienden Francisco y BernardoCenci, que viven hoy36.

El célebre Farinacci, que, gracias a suobstinación, salvó la vida del joven Cenci,publicó sus alegatos. Sólo da un extracto delalegato número 66, que pronunció anteClemente VIII en defensa de los Cenci. Estadefensa, en lengua latina, ocuparía seis grandespáginas, y no puedo incluirla aquí, lo quelamento, pues pinta las maneras de pensar de1599; me parece muy razonable. Muchos anosdespués de 1599, Farinacci, al ver impresos susalegatos, añadió una nota al que habíapronunciado en defensa de los Cenci: Omnesfuerunt ultimo supplicio effecti, excepto Bernardoqui ad trirremes cum bonorum confiscationescondematus fuit, ac etiam ad interessendum aliorummorti prout interfuit. El final de esta nota en latín

36 Estas últimas líneas, añadidas mucho después por algúncopista. (N. de Stendhal en el manuscrito italiano.)

Page 80: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

es emocionante, pero supongo que el lector estácansado de tan larga historia.

Page 81: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

VANINA VANINI

Vanina Vanini,ou particularités sur la dernière vente decarbonari découverte dans les États du Papede Chroniques italiennes (1839)

O PARTICULARIDADES SOBRE LAÚLTIMA «VENDETA» DECARBONARIOSDESCUBIERTA EN LOS ESTADOSDEL PAPA

Era una noche de primavera de 182... TodaRoma estaba en movimiento: el duque de S., elfamoso banquero, daba un baile en su nuevopalacio de la plaza de Venecia. Paraembellecimiento del mismo, se había reunidoen él todo lo más espléndido que el lujo deParís y de Londres puede producir. Laconcurrencia era inmensa. Las rubias ycircunspectas beldades de la noble Inglaterrahabían recabado el honor de asistir a aquel

Page 82: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

baile; llegaban en gran número. Las mujeresmás hermosas de Roma les disputaban el trofeode la belleza. Acompañada por su padre, llegóuna joven a la que el fuego de sus ojosbellísimos y su pelo de ébano proclamabanromana. En toda su apostura, en todos susgestos, trascendía un singular orgullo.

Los extranjeros que iban llegando sequedaban asombrados ante la magnificencia deaquel baile. «Ni las fiestas de ningún rey deEuropa se pueden comparar con esto», decían.

Los reyes no tienen un palacio dearquitectura romana y se ven obligados ainvitar a las grandes damas de su corte,mientras que el duque de B. no invita más quea las mujeres bonitas.

Aquel día tuvo suerte en su convite; loshombres estaban deslumbrados. Entre tantasmujeres destacadas, hubo que decidir cuál erala más bella: la elección no fue rápida, pero alfin quedó proclamada reina del baile laprincesa Vanina, aquella joven de pelo negro y

Page 83: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ojos de fuego. Inmediatamente los extranjeros ylos jóvenes romanos abandonaron todos losdemás salones y se aglomeraron en el queestaba ella.

El príncipe, don Asdrúbal Vanini, quisoque su hija bailara en primer lugar con dos otres reyes soberanos de Alemania. Después,Vanina aceptó las invitaciones de algunosingleses muy buenos mozos y muy nobles, perosu porte tan estirado la fastidió. Al parecer, ladivertía más mortificar al joven Livio Savelli,que parecía muy enamorado. Era el joven másbrillante de Roma y, además, también él erapríncipe; pero si le dieran a leer una novela, alas veinte páginas la tiraría diciendo que ledaba dolor de cabeza. Esto era para Vanina unadesventaja.

A medianoche se difundió por el baile unanoticia que suscitó bastante interés. Un jovencarbonario que estaba detenido en el fuerte deSant’Angelo acababa de fugarse, disfrazado,aquella noche y, con un alarde de audacia

Page 84: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

romancesca, al llegar al último cuerpo deguardia de la prisión, había atacado a lossoldados con un puñal; pero resultó herido, losesbirros le seguían por las calles siguiendo elrastro de su sangre y se esperaba que lecogerían.

Mientras contaban esta anécdota, don LivioSavelli, deslumbrado por las gracias y lostriunfos de Vanina, con la que acababa debailar, le decía, al acompañarla a su sitio y casiloco de amor:

—Pero, por Dios, ¿quién puede conquistarsu agrado?

—Ese joven carbonario que acaba defugarse —le contestó Vanina—. Por lo menos,ese ha hecho algo más que tomarse el trabajo denacer.

El príncipe don Asdrúbal se acercó a suhija. Es un hombre rico que lleva veinte añossin hacer cuentas con su administrador, el cualle presta sus propias rentas a un interés muyalto. Cualquiera que le encuentre en la calle le

Page 85: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

tomará por un viejo actor, sin observar quelleva en las manos cinco o seis sortijas enormescon unos diamantes gordísimos. Sus dos hijosse hicieron jesuitas y luego murieron locos. Elpadre los ha olvidado, pero le contraría muchoque su hija única, Vanina, no quiera casarse.Tiene ya diecinueve años y rechaza partidosbrillantísimos. ¿Por qué razón? Por la mismaque tuvo Sila para abdicar: su desprecio por losromanos.

Al día siguiente del baile, Vanina observóque su padre, el más negligente de los hombresy que jamás se había tomado el trabajo de cogeruna llave, cerraba con mucho cuidado la puertade una pequeña escalera que subía a unashabitaciones situadas en el tercer piso delpalacio. Estas habitaciones tenían unasventanas que daban a una terraza con naranjos.Vanina salió a hacer unas visitas en Roma; alvolver a casa se encontró con que la puertaprincipal estaba interceptada por lospreparativos de una iluminación, y el coche

Page 86: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

entró por los patios de atrás. Vanina miró haciaarriba y le extrañó que estuviera abierta una delas ventanas del piso que con tanto cuidadohabía cerrado su padre. Se desprendió de suseñora de compañía, subió a los desvanes delpalacio y a fuerza de buscar dio con unaventanita enrejada que daba a la terraza de losnaranjos. La ventana abierta que le habíallamado la atención estaba a dos pasos. Nocabía duda: en aquella habitación habíaalguien, pero ¿quién? Al día siguiente, Vaninaconsiguió la llave de una pequeña puerta quedaba a la terraza de los naranjos.

Se acercó callandito a la ventana, queseguía abierta. Una persiana impedía que lavieran desde dentro. Al fondo de la habitaciónhabía una cama y en la cama una persona. Suprimera reacción fue retirarse, pero vio en unasilla un vestido de mujer. Mirando mejor a lapersona que estaba en la cama, observó que erarubia y parecía muy joven. Ya no le cabía dudade que era una mujer. El vestido que estaba en

Page 87: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

la silla tenía manchas de sangre, lo mismo quelos zapatos de mujer que se veían sobre lamesa. La desconocida hizo un movimiento yVanina se dio cuenta de que estaba herida. Lecubría el pecho una gran franja de telamanchada de sangre, y aquella franja estabasólo atada con dos cintas; no era un cirujanoquien así se la puso.

Vanina observó que todos los días, a eso delas cuatro, su padre se encerraba en sushabitaciones y enseguida subía a ver a ladesconocida; luego bajaba y se iba a casa de lacondesa Vitteleschi. Nada más salir él, Vaninasubía a la pequeña terraza desde donde podíaver a la desconocida. Su sensibilidad estabamuy interesada por aquella joven tandesgraciada; intentaba adivinar su aventura. Elvestido ensangrentado que estaba sobre la sillahabía sido apuñalado varias veces. Vaninapodía contar los desgarrones. Un día vio mejora la desconocida: tenía los ojos, azules, fijos enel cielo. La joven princesa tuvo que esforzarse

Page 88: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mucho por no hablarle. Al día siguiente,Vanina se atrevió a esconderse en la pequeñaterraza antes de que llegara su padre. Vio a donAsdrúbal entrar en la habitación de ladesconocida. Llevaba una cestita conprovisiones. El príncipe parecía preocupado yno dijo gran cosa. Además, hablaba tan bajoque, aunque la puerta-ventana estaba abierta,Vanina no pudo oír sus palabras. El príncipe semarchó enseguida.

«Muy terrible tiene que ser lo que le pasa aesta pobre mujer —se dijo Vanina— para quemi padre, con su carácter tan despreocupado,no se fíe de nadie y se tome la molestia de subirtodos los días veinte escalones.»

Un día, Vanina acercó un poco la cabeza ala ventana de la desconocida, se encontraronsus miradas y se descubrió todo. Vanina cayóde rodillas y exclamó:

—La quiero; cuente conmigo.La desconocida le hizo seña de que entrara.

Page 89: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Le pido mil perdones —se disculpóVanina—. ¡Qué ofensiva debe de parecerle micuriosidad! Le juro que guardaré el secreto yque, si me lo exige, no volveré más.

—¿Quién no se sentiría feliz por verla? —dijo la desconocida—. ¿Vive usted en estepalacio?

—¡Claro que sí! Pero veo que no meconoce: soy Vanina, hija de don Asdrúbal.

La desconocida la miró con gesto desorpresa, se sonrojó vivamente y añadió:

—Dígnese permitirme esperar que vendráa verme todos los días; ahora bien, desearía queel príncipe no se enterase de sus visitas.

A Vanina le palpitaba fuertemente elcorazón. Las maneras de la desconocida leparecían sumamente distinguidas. Sin dudaaquella pobre muchacha había ofendido aalgún hombre poderoso. ¿No habría matado asu amante en un arrebato de celos? Vanina nopodía atribuir su desgracia a una causa vulgar.La desconocida le dijo que había recibido en la

Page 90: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

espalda una herida que le había llegado alpecho y le dolía mucho. A veces se le llenaba laboca de sangre.

—¡Y no tiene un cirujano!—Ya sabe usted que en Roma —dijo la

desconocida— los cirujanos tienen que darparte a la policía de todas las heridas a queatienden. El príncipe se dignó vendarme lasmías con este lienzo.

La desconocida evitaba con unanaturalidad perfecta compadecerse de suaccidente; Vanina la quería ya con locura. Peroa la joven princesa le chocó mucho una cosa:que en una conversación evidentemente tanseria, a la desconocida le costara mucho trabajocontener unas ganas repentinas de reír.

—Me gustaría mucho —le dijo Vanina—saber su nombre.

—Me llamo Clementina.—Bueno, querida Clementina, mañana a

las cinco vendré a verla.

Page 91: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Al día siguiente, Vanina encontró muy mala su nueva amiga.

—Le voy a traer un cirujano —le dijo,besándola.

—Prefiero morir —rechazó ladesconocida—. ¿Cómo voy a comprometer amis bienhechores?

—El cirujano de monseñor Savelli-Catanzara, gobernador de Roma, es hijo de uncriado nuestro —replicó vivamente Vanina—.Nos es muy adicto y, por su posición, no teme anadie. Mi padre no hace justicia a su fidelidad.Voy a llamarle.

—No quiero ningún cirujano —exclamó ladesconocida con una energía que sorprendió aVanina—. Venga a verme, y si Dios ha dellamarme a él, moriré dichosa en brazos deusted.

Al día siguiente, la desconocida estabapeor.

—Si me quiere —le dijo Vanina almarcharse—, la verá un cirujano.

Page 92: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Si viene, se acabó mi felicidad.—Voy a mandar a buscarle —insistió

Vanina.La desconocida, sin decir nada, la detuvo,

le cogió la mano y se la besó una y otra vez. Porfin la soltó y, como quien va a la muerte, le dijo:

—Tengo que hacerle una confesión.Anteayer mentí diciéndole que me llamabaClementina: soy un desventurado carbonario...

Vanina, estupefacta, retiró su silla y selevantó.

—Bien me doy cuenta —prosiguió elcarbonario— de que esta confesión me va ahacer perder el único bien que me une a la vida;pero engañarla es indigno de mí. Me llamoPedro Missirilli y tengo diecinueve años. Mipadre es un pobre cirujano de Sant’Angelo inVado y yo soy carbonario. Sorprendieron anuestra vendita y a mí me llevaron,encadenado, de la Romaña a Roma. Allí pasétrece meses en un calabozo alumbrado noche ydía con una lamparilla. A un alma caritativa se

Page 93: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

le ocurrió la idea de facilitarme la fuga. Mevistieron de mujer. Cuando salía de la prisión,al pasar por delante de los guardianes de laúltima puerta, uno de ellos se puso a echarpestes de los carbonarios. Le di un bofetón. Leaseguro que no fue una fanfarronada tonta,sino simplemente un descuido. Después de estaimprudencia fui perseguido de noche por lascalles de Roma y herido a bayonetazos.Perdiendo ya mucha sangre y casi sin fuerzas,subo a una casa que tenía la puerta abierta, oigoa los soldados subir detrás de mí, salto a unjardín y caigo a unos pasos de una mujer queestaba paseando...

—La condesa Vitteleschi, la amiga de mipadre —interrumpió Vanina.

—¡Cómo! ¿Se lo ha dicho ella? —exclamóMissirilli—. El caso es que esa señora, cuyonombre no se debe pronunciar jamás, me salvóla vida. Cuando los soldados entraban en sucasa para cogerme, su padre de usted me hacíasubir a su coche. Me siento muy mal: desde

Page 94: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hace días, este bayonetazo en la espalda no medeja respirar. Voy a morir, y desesperadoporque ya no la veré más.

Vanina había escuchado con impaciencia.Salió rápidamente. Missirilli no encontróninguna piedad en aquellos ojos tan bellos: sólola expresión de un carácter altivo al queacababan de ofender.

Aquella noche apareció, solo, un cirujano.Missirilli estaba, en efecto, desesperado: teníamiedo de no ver nunca más a Vanina. Hizopreguntas al cirujano, el cual se limitó a curarlesin contestar. Los días siguientes, el mismosilencio. Pedro no apartaba los ojos de laventana de la terraza por la que antes entrabaVanina. Se sentía muy desgraciado. Una vez, amedianoche, creyó divisar a alguien en lasombra de la terraza. ¿Sería Vanina?

Vanina iba todas las noches a pegar lamejilla a los cristales de la ventana del jovencarbonario.

Page 95: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

«Si le hablo —se decía—, estoy perdida.¡No, no debo verle nunca más!»

Tomada esta resolución, Vanina recordabaa su pesar el afecto que le había tomado a aqueljoven cuando, tan tontamente, lo creía mujer.¡De modo que después de una intimidad tandulce tenía que olvidarle! En los momentos másrazonables, se asustaba del cambio producidoen sus ideas. Desde que Missirilli había dichosu nombre, todas las cosas en las que Vaninaestaba acostumbrada a pensar parecía que sehabían cubierto de un velo y resultaban muylejanas.

No había transcurrido una semana cuandoVanina, pálida y trémula, entró con el cirujanoen la habitación del joven carbonario. Venía adecirle que había que convencer al príncipe deque se hiciese sustituir por un criado. No sequedó ni diez segundos; pero a los pocos díasvolvió otra vez con el cirujano, por humanidad.Una noche, aunque Missirilli estaba muchomejor y Vanina no tenía ya el pretexto de temer

Page 96: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

por su vida, se atrevió a presentarse sola. Alverla, Missirilli se sintió muy feliz, pero decidióocultar su amor; ante todo, no quería apartarsede la dignidad que convenía a un hombre. AVanina, que había entrado en la habitaciónmuy sonrojada y temiendo oír palabras deamor, la desconcertó la amistad noble y leal,pero muy poco tierna, con que la recibióMissirilli. Se marchó sin que él intentararetenerla.

Volvió a los pocos días. La mismaconducta, las mismas promesas de adhesiónrespetuosa y de agradecimiento eterno. Vanina,muy lejos de tener que poner freno a lasefusiones del joven carbonario, se preguntó siera ella sola la enamorada. Aquella muchachahasta entonces tan orgullosa se dio cuentaamargamente de toda la magnitud de sulocura. Simuló jovialidad y hasta frialdad,espació las visitas, pero no tuvo la fuerza devoluntad de dejar de ver al joven enfermo.

Page 97: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Missirilli, abrasado de amor, peropensando en su origen oscuro y en su deber, sehabía prometido no descender a hablar deamor sino en el caso de que Vanina dejarapasar ocho días sin ir a verle. El orgullo de lajoven princesa combatió paso a paso. «Puesbien —acabó por decirse—, si le veo es por mí,porque me gusta hacerlo, y jamás le confesaréel amor que me inspira.» Hacía largas visitas aMissirilli, que le hablaba como hubiera podidohacerlo en presencia de veinte personas. Unanoche, después de pasar el día odiándole yprometiéndose solemnemente estar con él aúnmás fría y más severa que de costumbre, le dijoque le amaba. Al poco tiempo ya no le quedónada que negarle.

Gran locura la suya, pero hay quereconocer que Vanina fue perfectamente feliz.Missirilli ya no pensó en lo que él creía deber asu dignidad de hombre; amó como se ama porprimera vez a los diecinueve años y en Italia.Sintió todos los escrúpulos del amor pasión.

Page 98: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Hasta el punto de confesar a aquella jovenprincesa tan orgullosa la política que habíapuesto en práctica para conquistar su amor.Estaba asombrado de tanta felicidad. Pasaronvolando cuatro meses. Un día el cirujano dio dealta a su paciente. «¿Qué voy a hacer ahora? —pensó Missirilli—, ¿permanecer escondido encasa de una de las mujeres más bellas de Roma?¡Los infames tiranos, que me tuvieron trecemeses encarcelado sin dejarme ver la luz deldía, creerán que me han desanimado! ¡Italia,muy desdichada eres, si tus hijos te abandonanpor tan poco!»

Vanina no pensaba ni por un momento quepara Pedro hubiera en el mundo mayorfelicidad que la de permanecer toda la vidaunido a ella; Missirilli parecía muy dichoso,pero en su alma resonaba amargamente unafrase del general Bonaparte que influía en todasu conducta ante las mujeres. En 1796, cuandoel general Bonaparte se fue de Brescia, lasautoridades municipales que le acompañaban

Page 99: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hasta la puerta de la ciudad le dijeron que losbrescianos amaban la libertad más que todoslos demás italianos. «Sí —contestó Bonaparte—,ama37 hablar de la libertad a sus amantes.»

Missirilli dijo a Vanina, con un airebastante cortado:

—En cuanto anochezca, tengo que salir.—Ten mucho cuidado de volver al palacio

antes del amanecer; te esperaré.—Al amanecer estaré a varias millas de

Roma.—Muy bien —dijo Vanina fríamente—, y

¿adónde irás?—A la Romaña, a vengarme.—Como yo soy rica —dijo Vanina en un

tono muy tranquilo—, espero que aceptarás demí armas y dinero.

Missirilli la miró unos instantes sinpestañear; después, arrojándose en sus brazos:

37 Para que esta frase no pierda su agudeza de réplica, hayque traducirla al español con este galicismo de «amar»por «gustar».(Nota de la traducción)

Page 100: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Alma de mi vida, me haces olvidarlotodo —le dijo—, hasta mi deber. Peroprecisamente por la nobleza de tu corazóndebes comprenderme mejor que nadie.

Vanina lloró mucho, y quedaron en queMissirilli tardaría dos días más en marcharse deRoma.

—Pedro —le dijo ella al día siguiente—, mehas dicho muchas veces que si alguna vez secompromete Austria, lejos de nosotros, enalguna gran guerra, un hombre conocido, unpríncipe romano, por ejemplo, que dispusierade mucho dinero, podría ayudar muchísimo ala causa de la libertad.

—Desde luego —dijo Pedro, extrañado.—Pues bien, tú tienes valor; no te falta más

que una elevada posición: te ofrezco mi mano ydoscientas mil libras de renta. Yo me encargode obtener el consentimiento de mi padre.

Pedro se arrojó a sus pies; Vanina estabaradiante de gozo.

Page 101: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Te amo con pasión —le dijo elcarbonario—, pero soy un pobre servidor de lapatria, y cuanto más desgraciada es Italia, másobligado estoy a serle fiel. Para obtener elconsentimiento de don Asdrúbal, habría quedesempeñar durante varios años un tristepapel. No te acepto, Vanina.

Missirilli se apresuró a comprometerse conestas palabras. Iba a faltarle el valor.

—Por mi desgracia —exclamó—, te amomás que a la vida, y dejar Roma es para mí elpeor de los suplicios. ¡Ah, si Italia se vieraliberada de los bárbaros! ¡Con qué alegría meembarcaría contigo para ir a vivir en América!

Vanina estaba muy fría. Que Missirillirechazara su mano fue sorprendente para suorgullo; pero enseguida se echó en brazos deMissirilli.

—Nunca me has parecido tan digno deamarte —exclamó—; sí, mi cirujanito decampaña: soy tuya para siempre. Eres un granhombre, como nuestros antiguos romanos.

Page 102: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Todas las ideas sobre el futuro, todos lostristes consejos de la cordura, desaparecieron;fue un momento de amor perfecto.

Cuando pudieron volver a la razón, Vaninadijo:

—Yo estaré en la Romaña casi tan prontocomo tú. Voy a hacer que me receten los bañosde «La Poretta». Pararé en el palacio quetenemos en San Nicolo, cerca de Forli...

—¡Pasaré allí mi vida contigo! —exclamóMissirilli.

—Desde ahora mi destino es atreverme atodo —repuso Vanina, suspirando—. Meperderé por ti, pero no importa... ¿Podrás amartú a una muchacha deshonrada?

—¿No eres mi mujer —repuso Missirilli—,y una mujer adorada para siempre? Sabréamarte y protegerte.

Vanina no tenía más remedio quepresentarse en sociedad. Apenas se separó deMissirilli, éste empezó a pensar que suconducta era bárbara.

Page 103: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

«¿Qué es la patria? —se dijo—. No es unapersona a la que debemos gratitud por un bienque nos ha hecho y que sea desgraciada ypueda maldecirnos si faltamos a ese deber degratitud. La patria y la libertad son como migabán, una cosa que me es útil, que tengo quecomprar, verdad es, cuando no la he heredadode mi padre; después de todo, yo amo a lapatria y a la libertad porque estas dos cosas meson útiles. Si no sé qué hacer con ellas, si sonpara mí como un gabán en el mes de agosto,¿por qué comprarlas, y a un precio enorme?¡Vanina es tan bella! ¡Tiene un talento tansingular! Procurarán conquistarla; me olvidará.¿Qué mujer no ha tenido nunca más que unamante? ¡Esos príncipes romanos a los que yodesprecio como ciudadanos tienen tantasventajas sobre mí! ¡Deben de ser muyatractivos! ¡Ah, si me voy, me olvida y la pierdopara siempre!»

A medianoche subió Vanina a verle. Pedrole contó la incertidumbre en que había estado

Page 104: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

sumido y la discusión a que había sometido,porque la amaba, a la gran palabra patria.Vanina era muy feliz.

«Si Pedro no tuviera más remedio queelegir entre la patria y yo —pensaba—, tendríayo la preferencia.»

Dieron las tres en el reloj de la iglesiavecina; llegaba el momento de los últimosadioses. Pedro se desprendió con gran esfuerzode los brazos de su amiga. Estaba ya bajando lapequeña escalera cuando Vanina, conteniendolas lágrimas, le dijo con una sonrisa:

—Si te hubiera cuidado una pobrecampesina, ¿no harías nada poragradecimiento? ¿No procurarías pagarla? Elporvenir es inseguro, vas a viajar en medio detus enemigos: dame tres días deagradecimiento, como si yo fuera una pobremujer y en pago de mis cuidados.

Missirlli se quedó. Por fin se fue de Roma.Gracias a un pasaporte comprado de unaembajada extranjera, llegó a casa de su familia.

Page 105: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Fue una gran alegría; le creían muerto. Susamigos quisieron celebrar la bienvenidamatando a uno o dos carabineros (así se llamanlos guardias en los estados del Papa).

—No debemos matar sin necesidad a unitaliano que sabe manejar las armas —dijoMissirlli—; nuestra patria no es una isla, comola venturosa Inglaterra: nosotros carecemos desoldados para resistir la intervención de losreyes de Europa.

Al poco tiempo, Missirlli, seguido de cercapor los carabineros, mató a dos con las pistolasque le había dado Vanina. Pusieron su cabeza aprecio.

Vanina no aparecía en la Romaña yMissirilli se creyó olvidado. Su vanidad sesintió ofendida; empezó a pensar mucho en ladiferencia de rango que le separaba de suamante. En un momento de debilidad amorosay de añoranza de la felicidad pasada, le pasópor la mente la idea de volver a Roma a ver quéhacía Vanina. Esta insensata ocurrencia iba ya a

Page 106: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

imponerse a lo que él creía su deber, cuandouna noche la campana de una iglesia de lamontaña tocó el Ángelus de una maneraespecial, como si el campanero se hubieradistraído. Era una señal de reunión para lavendita de carbonarios a la que se habíaafiliado Missirilli al llegar a la Romaña. Aquellamisma noche se encontraron todos en ciertaermita de los bosques. Los dos ermitaños,adormilados por el opio, no se dieron cuenta enabsoluto del uso que se hacía de su pequeñoedificio. Missirilli, que llegó muy triste, seenteró de que habían detenido al jefe de lavendita y a él, un joven de apenas veinte años,le iban a elegir jefe de una vendita en la quehabía hombres de más de cincuenta y queestaban en las conspiraciones desde laexpedición de Murat en 1815. Al recibir estehonor inesperado, a Pedro le palpitó con fuerzael corazón. Cuando se quedó solo, decidió nopensar más en la joven romana que le había

Page 107: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

olvidado y consagrar todos sus pensamientos aldeber de «liberar a Italia de los bárbaros»38

Dos días después Missirilli vio, en elinforme de las llegadas y las salidas, que, comojefe de vendita, le enviaban que la princesaVanina acababa de llegar a su palacio de SanNicolo. La lectura de este nombre le produjomás perturbación que alegría. En vano creyóasegurar su fidelidad a la patria imponiéndosela resolución de no volar aquella misma nocheal palacio de San Nicolo. Pero la imagen deVanina, que él desdeñaba, le impidió cumplirsus deberes de una manera razonable. La vio aldía siguiente; Vanina le amaba como en Roma.Su padre, que quería casarla, había retrasado sumarcha. Traía dos mil cequíes. Esta ayudaimprevista sirvió maravillosamente paraacreditar a Missirilli en su nueva dignidad.

38 Liberar Italia de barbari, frase de Petrarca en 1350,repetida después por Julio II, por Maquiavelo ypor el conde Alfieri. (N. del A.)

Page 108: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Hicieron fabricar puñales en Corfú; compraronal secretario del legado, encargado de perseguira los carbonarios. Con esto consiguieron la listade los curas que servían de espías al gobierno.

En esa época acabó de organizarse una delas conspiraciones menos insensatas que sehabían intentado en la infortunada Italia. Novoy a entrar aquí en detalles fuera de lugar. Melimitaré a decir que, si la empresa hubiera sidocoronada por el éxito, a Missirilli le habríacorrespondido buena parte de la gloria. Por élse habrían levantado miles de insurrectos a unaseñal dada y habrían esperado en armas lallegada de los jefes superiores. Se acercaba elmomento decisivo cuando, como siempreocurre, la conspiración quedó paralizada por elarresto de los jefes.

Vanina, apenas llegada a Romaña, creyóver que el amor a la patria haría olvidar a suamante todo otro amor. El orgullo de la jovenromana se soliviantó. Intentó inútilmente entrar

Page 109: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

en razón; se apoderó de ella una honda pena: sesorprendió maldiciendo la libertad.

Un día en que había ido a Forli para ver aMissirilli no pudo dominar su dolor, al quehasta entonces había sabido imponerse suorgullo.

—En realidad —le dijo—, me amas comoun marido; eso no me satisface.

Y lloró, pero de vergüenza por haberserebajado hasta los reproches. Missirillirespondió a sus lágrimas como un hombrepreocupado. De pronto Vanina pensó dejarle yvolverse a Roma. Sintió una alegría feroz encastigarse por la debilidad que acababa deobligarla a hablar. Al cabo de unos momentosde silencio, estaba tomada su resolución: secreería indigna de Missirilli si no le dejaba.Gozaba ya de la dolorosa sorpresa de Pedrocuando la buscara en vano cerca de él.Enseguida, la idea de no haber podido lograr elamor del hombre por el que tantas locurashabía hecho la enterneció profundamente.

Page 110: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Entonces rompió el silencio e hizo lo imposiblepor arrancarle una palabra de amor. Missirilli ledijo con aire distraído cosas muy tiernas, pero,con un acento mucho más profundo, exclamócon dolor, hablando de sus empresas políticas:

—¡Ah!, si esto fracasa, si el gobierno lodescubre también, abandono la partida.

Vanina se quedó petrificada. Desde hacíauna hora sentía que veía a su amante porúltima vez. Las palabras que Missirillipronunció proyectaron en su mente una luzfatal. Se dijo: «Los carbonarios han recibido demí varios miles de cequíes; no se puede dudarde mi fidelidad a la conspiración».

Vanina sólo salió de su abstracción paradecir a Pedro:

—¿Quieres venir a pasar veinticuatro horasconmigo en el palacio de San Nicolo? Vuestrareunión de esta noche no necesita tu presencia.Mañana por la mañana podremos pasear enSan Nicolo; esto calmará tu excitación y te

Page 111: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

devolverá la serenidad que necesitas en estasgrandes circunstancias.

Pedro accedió. Vanina le dejó para lospreparativos del viaje, cerrando con llave, comode costumbre, la pequeña habitación donde lehabía escondido.

Fue a casa de una doncella suya que lahabía dejado para casarse y tomar un pequeñocomercio en Forli. Al llegar a casa de estamujer, escribió apresuradamente, en el margende un devocionario que encontró en su cuarto,la indicación exacta del lugar donde iba areunirse aquella misma noche la vendita de loscarbonarios. Terminó su denuncia con estaspalabras: «Esta vendita está formada pordiecinueve miembros; he aquí sus nombres ysus direcciones». Después de escribir esta lista,muy exacta, aparte de omitir el nombre deMissirilli, dijo a la mujer, de la que estabasegura:

—Lleva este libro al cardenal legado; quelea lo que está escrito y te devuelva el libro.

Page 112: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Aquí tienes diez cequíes; si el legado llega undía a pronunciar tu nombre, tu muerte essegura; pero si haces leer al legado la páginaque acabo de escribir, me salvas la vida.

Todo salió como una seda. El miedo dellegado hizo que no se condujera como un granseñor. Permitió a la mujer del pueblo quesolicitaba hablarle presentarse ante él con unantifaz, pero a condición de que tuviera lasmanos atadas. Así fue introducida la tenderaante el gran personaje, al que encontróatrincherado detrás de una inmensa mesacubierta con un tapete verde.

El legado leyó la página del libro de horassosteniéndolo muy lejos de él, por miedo a unveneno sutil.

Se lo devolvió a la tendera y no mandó quela siguieran. Menos de cuarenta minutosdespués de separarse de su amante, Vanina,que había visto volver a su antigua doncella,estaba de nuevo con Missirilli, creyendo que yasería siempre suyo. Le dijo que había un

Page 113: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

movimiento extraordinario en la ciudad; seveían patrullas de carabineros en calles adondeno iban jamás.

—Si quieres hacerme caso —añadió—, nosiremos ahora mismo a San Nicolo.

Missirilli accedió. Fueron a pie hasta elcoche de la joven princesa, que esperaba amedia legua de la ciudad con la señora decompañía.

Al llegar al palacio de San Nicolo, Vanina,preocupada por lo que había hecho, estuvo máscariñosa que nunca con su amante. Pero leparecía que, al hablarle de amor, estabarepresentando una comedia. La víspera,cuando le estaba traicionando, había olvidadolos remordimientos. Ahora, mientras leestrechaba entre sus brazos, se decía: «Lepueden decir cierta palabra, y una vezpronunciada esa palabra sentirá por mí unhorror instantáneo y eterno».

A medianoche entró bruscamente en lahabitación de Vanina uno de sus criados. Este

Page 114: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hombre era carbonario, pero ella no lo sabía. Demodo que Missirilli tenía secretos para ella,hasta en estos detalles. Vanina se estremeció.Aquel hombre venía a avisar a Missirilli de queaquella noche habían sido copados en Forli ydetenidos diecinueve carbonarios que volvíande la vendita. Aunque los cogieron deimproviso, escaparon nueve. Los carabineroslograron llevar diez a la prisión de la ciudadela.Al entrar, uno de ellos se arrojó a un pozo muyprofundo y se mató. Vanina perdió el dominiode sí misma; afortunadamente, Pedro no lonotó: habría podido leer la infamia en sus ojos.

—En este momento —añadió el criado—, laguarnición de Forli forma una fila en todas lascalles. Los soldados están tan cerca uno de otro,que pueden hablarse. Los habitantes sólopueden atravesar la calle por el lugar en queestá un oficial.

Cuando salió este hombre, sólo un instantepermaneció Pedro pensativo.

Page 115: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Por el momento, no hay nada que hacer—dijo por fin.

Vanina estaba moribunda; temblaba bajo lamirada de su amante.

—Pero ¿qué te pasa? —le preguntó él.Enseguida pensó en otra cosa y dejó de

mirarla. A la mitad del día, Vanina se arriesgó adecirle:

—Otra vendita descubierta; creo que ahoraestarás tranquilo por algún tiempo.

—Muy tranquilo —contestó Missirilli, conuna sonrisa que la hizo estremecerse.

Vanina fue a hacer una visita indispensableal cura del pueblo de San Nicolo, acaso espía delos jesuitas. Al volver a comer, a las siete,encontró desierta la pequeña habitación dondese escondía su amante. Fuera de sí, corrió abuscarle por toda la casa. No estaba.Desesperada, volvió a la pequeña habitación ysólo entonces pudo ver una esquela, en la queleyó:

Page 116: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Me voy a entregar preso allegado; desespero de nuestra causa;el cielo está contra nosotros. ¿Quiénnos ha traicionado? Al parecer, elmiserable que se arrojó al pozo.Puesto que mi vida es inútil a lapobre Italia, no quiero que miscompañeros, al ver que soy el únicoal que no han detenido, puedanfigurarse que los he vendido. ¡Adiós!Si me amas, piensa en vengarme.Busca, aniquila al infame que nos hatraicionado, aunque fuera mi padre.

Vanina, medio desvanecida y sumida en elmás espantoso dolor, se dejó caer en una silla.No podía decir palabra; tenía los ojos secos y leardían.

Por fin cayó de rodillas exclamando:—¡Santo Dios!, recibe mi promesa; sí,

castigaré al infame que ha traicionado, peroantes hay que poner en libertad a Pedro.

Page 117: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Pasada una hora estaba en camino haciaRoma. Hacía tiempo que su padre la instaba aque volviera.

En su ausencia había arreglado su boda conel príncipe Livio Savelli. Nada más llegar, donAsdrúbal le habló, temblando, de esta boda.Con gran asombro suyo, Vanina consintiódesde las primeras palabras. Aquella mismanoche, en casa de la condesa Vitteleschi, supadre le presentó casi oficialmente a don Livio.Vanina habló mucho con él. Era el joven máselegante y el que tenía los mejores caballos;pero, si bien pasaba por ser muy inteligente, sucarácter tenía tal fama de ligereza que no era enabsoluto sospechoso para el gobierno. Vaninapensó que; empezando por enamorarle, podríahacer de él un agente cómodo. Como erasobrino de monseñor Savelli-Catanzara,gobernador de Roma y ministro de la policía,suponía que los espías no se atreverían aseguirle.

Page 118: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Después de tratar muy bien al gentil donLivio durante unos días, Vanina le dijo que nosería nunca su esposo: a su entender, tenía lacabeza demasiado ligera.

—Si no fuera usted un niño —le dijo—, losempleados de su tío no tendrían secretos parausted. Por ejemplo, ¿qué van a hacer con loscarbonarios descubiertos hace poco en Forli?

A los dos días, don Livio fue a decirle quetodos los carbonarios detenidos en Forli sehabían escapado. Vanina clavó en él susgrandes ojos negros con la amarga sonrisa delmás profundo desprecio y no se dignó hablarleen toda la noche. A los dos días, don Livio fue aconfesarle, sonrojándose, que le habíanengañado.

—Pero —le dijo— me hice con una llavedel despacho de mi tío; por los papeles queencontré allí, me he enterado de que unacongregación (o comisión), compuesta por loscardenales y los prelados más importantes, sereúne en el mayor secreto para deliberar sobre

Page 119: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

la cuestión de saber si conviene juzgar a esoscarbonarios en Ravena o en Roma. Los nuevecarbonarios cogidos en Forli, y su jefe, un talMissirilli, que cometió la tontería de entregarse,están en este momento detenidos en el castillode San Leo39.

A esta palabra, «tontería», respondióVanina pellizcando con todas sus fuerzas alpríncipe.

—Quiero ver yo misma los papeles oficiales—le dijo— y entrar con usted en el gabinete desu tío; habrá leído mal.

Al oír estas palabras, don Livio seestremeció: Vanina le pedía una cosa casiimposible; pero el genio singularísimo deaquella muchacha encendía su amor. A lospocos días, Vanina, disfrazada de hombre y conun pequeño uniforme que llevaba la librea de lacasa Savelli, pudo pasar media hora en medio

39 Cerca de Rimini, en la Romaña. En este castillo perecióel famoso Cagliostro; en el país se dice que fue estran-gulado. (N. del A.)

Page 120: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de los papeles más secretos del ministro de lapolicía. Sintió una viva alegría cuandodescubrió el informe diario del «detenidoPedro Missirlli». Le temblaban las manossosteniendo este papel. Estuvo a punto dedesmayarse al releer aquel nombre. Al salir delpalacio del gobernador de Roma, Vaninapermitió a don Livio que la besara.

—Se desempeña usted bien —le dijo— enlas pruebas a que quiero someterle.

Después de palabras tales, el joven príncipehubiera sido capaz de prender fuego alVaticano por dar gusto a Vanina. Aquellanoche había un baile en la embajada de Francia.Vanina bailó mucho y casi todo el tiempo conél. Don Livio estaba loco de alegría; había queimpedirle reflexionar.

—A veces mi padre hace cosas raras —ledijo un día Vanina—. Esta mañana hadespedido a dos empleados suyos, quevinieron luego a llorarme. Uno de ellos mepidió que le colocara en casa de su tío de usted,

Page 121: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

el gobernador de Roma, y el otro, que ha sidosoldado de artillería con los franceses, quisieraentrar de empleado en el castillo deSant’Angelo.

—Los tomo a ambos a mi servicio —dijovivamente el joven príncipe.

—¿Es eso lo que le pido? —replicó altaneraVanina—. Le repito textualmente el ruego deesos pobres hombres; tienen que conseguir loque han pedido y no otra cosa.

Era dificilísimo. Monseñor Catanzara notenía nada de ligero y sólo admitía en su casa apersonas que él conociera bien. Vanina,reconcomida de remordimientos en medio deuna vida colmada, en apariencia, de todos losplaceres, era muy desgraciada. La lentitud delos acontecimientos la mataba. Eladministrador de su padre le había procuradodinero. ¿Debía escapar de la casa paterna e ir ala Romaña para procurar la evasión de suamante? Por muy disparatada que fuera esta

Page 122: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

idea, Vanina estaba a punto de ponerla enpráctica, cuando el azar se apiadó de ella.

Don Livio le dijo:—Los diez carbonarios de la vendita

Missirilli van a ser trasladados a Roma, a no serque los ejecuten en la Romaña después de lacondena. Esto es lo que mi tío acaba deconseguir del Papa esta misma noche. Es unsecreto que sólo usted y yo conocemos en todaRoma. ¿Está contenta?

—Se está usted haciendo un hombre —contestó Vanina—; regáleme su retrato:

La víspera del día en que Missirilli teníaque llegar a Roma, Vanina inventó un pretextopara ir a Cittá-Castellana. En la cárcel de estaciudad pasan la noche los carbonarios quetrasladan de la Romaña a Roma. Vio a Missirillicuando, por la mañana, salía de la cárcel: ibaencadenado solo en un carro; le pareció muypálido, pero nada desalentado. Una vieja leechó un ramillete de violetas, que Missirilliagradeció con una sonrisa.

Page 123: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Vanina había visto a su amante. Fue comosi todos sus pensamientos se hubieranrenovado; se sintió con un valor nuevo. Tiempoatrás había conseguido un ascenso para el señorcura Cari, capellán del castillo de Sant’Angelo,donde iban a encerrar a su amante; habíatomado como confesor a este buen sacerdote.No es poca cosa, en Roma, ser confesor de unaprincesa y sobrina del gobernador.

El proceso de los carbonarios de Forli nofue largo. El partido «ultra», para vengarse deno haber podido impedir que llegaran a Roma,hizo que la comisión que tenía que juzgarlosestuviera formada por los prelados másambiciosos. La presidió el ministro de lapolicía.

La ley contra los carbonarios era clara: losde Forli no podían abrigar ninguna esperanza,pero no por eso dejaron de defender su vidacon todos los subterfugios posibles. Sus juecesno sólo los condenaron a muerte, sino quevarios de ellos propusieron suplicios atroces: la

Page 124: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mano cortada, etc, El ministro de policía, queya había hecho su carrera (pues del puesto queocupaba se pasa al capelo), no tenía ningunanecesidad de la mano cortada: al llevar lasentencia al Papa, hizo conmutar por variosaños de prisión la pena de todos loscondenados. El único exceptuado fue PedroMissirilli. El ministro veía en este joven unfanático peligroso, y además había sidotambién condenado a muerte como culpable dehaber dado muerte a los dos carabineros de quehemos hablado. Vanina se enteró de lasentencia y de la condena a los pocosmomentos de volver el ministro de ver al Papa.

Al día siguiente, monseñor Catanzaravolvió a su palacio a medianoche y no encontróa su ayuda de cámara; el ministro, extrañado,llamó varias veces; por fin apareció un viejocriado imbécil; el ministro, furioso, decidiódesnudarse él mismo. Cerró la puerta con llave;hacía mucho calor; cogió su hábito, lo enrolló ylo tiró hacia una silla. El hábito, lanzado con

Page 125: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

demasiada fuerza, pasó por encima de la silla,pegó contra la cortina de muselina de laventana y dibujó la forma de un hombre. Elministro se precipitó hacia la cama y cogió unapistola. Al volver a la ventana, se acercó a él,pistola en mano, un hombre muy joven quevestía la librea de la casa. El ministro apuntó;iba a disparar. El joven le dijo riendo:

—¡Vamos!, ¿no reconoce monseñor aVanina Vanini?

—¿Qué significa esta pesada broma? —replicó furibundo el ministro.

—Hablemos con calma —dijo Vanina—. Enprimer lugar, su pistola no está cargada.

El ministro, atónito, comprobó el hecho;después sacó un puñal del bolsillo de suchaleco40.

40 Seguramente un prelado romano no podría man-dar con bravura un cuerpo de ejército, como leocurrió varias veces a un general de división queera ministro de la policía en París cuando el asun-to de Mallet. Pero nunca se dejaría detener en su

Page 126: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Vanina le dijo, con un encantador airecillode autoridad:

—Sentémonos, monseñor.Y se sentó tranquilamente en un canapé.—Al menos, ¿está usted sola? —preguntó

el ministro.—¡Completamente sola, se lo juro! —

exclamó Vanina.El ministro se cuidó de comprobarlo:

recorrió la habitación y miró en todas partes,hecho lo cual se sentó en una silla a tres pasosde Vanina.

casa así como así. Temería demasiado las burlasde sus colegas. Un romano que se sabe odiado nodeja nunca de ir bien armado. No hemos creídonecesario justificar otras varias pequeñas diferen-cias entre las maneras de obrar y de hablar de Pa-rís y las de Roma. Lejos de atenuar estas diferen-cias, hemos creído que debíamos escribirlas re-sueltamente. Los romanos que pintamos no tie-nen el honor de ser franceses. (N. del A.)

Page 127: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—¿Qué interés iba a tener yo —dijo Vaninaen un tono dulce y tranquilo— en atentarcontra los días de un hombre moderado y queprobablemente sería sustituido por algún otro,débil y exaltado, capaz de labrar su propiaperdición y la ajena?

—Bueno, ¿qué es lo que usted quiere,señorita? —dijo el ministro, con enfado—. Estaescena no me gusta nada y no se debeprolongar.

—Lo que voy a añadir —replicó Vanina,con altanería y olvidando de pronto su tonoamable— importa a monseñor más que a mí. Sedesea que se salve la vida del carbonarioMissirilli: si es ejecutado, monseñor no lesobrevivirá una semana. Yo no tengo ningúninterés en todo esto; la locura de que se quejamonseñor la he hecho, en primer lugar, pordivertirme, y, después, por, servir a una amigamía. He querido —continuó Vanina, volviendoal tono amable—, he querido servir a unhombre inteligente que pronto será mi tío y

Page 128: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

que, según todas las apariencias, llevará muylejos la fortuna de su casa.

El ministro se apeó de su enfado:seguramente la belleza de Vanina contribuyó aeste cambio súbito. Era conocida en Roma lainclinación de monseñor Catanzara a lasmujeres bonitas, y Vanina, con su disfraz delacayo de la casa Savelli, sus medias de sedabien ceñidas, su casaca roja y su pequeñouniforme azul celeste con galones de plata, ycon la pistola en la mano, estaba seductora.

—Mi futura sobrina —dijo el ministro, casiriendo— está cometiendo una gran locura, y noserá la última.

—Espero que un personaje tan sensato —respondió Vanina— me guardará el secreto,sobre todo con don Livio; y para obligarle aello, querido tío, si me concede la vida delprotegido de mi amiga, le daré un beso.

En ese tono de la conversación, medio enbroma, con el que las damas romanas sabentratar los más importantes asuntos, Vanina

Page 129: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

llegó a dar a una entrevista iniciada pistola enmano el cariz de una visita hecha por la jovenprincesa Savelli a su tío el gobernador deRoma.

Monseñor Catanzara, sin dejar de rechazarcon altivez la idea de dejarse dominar por elmiedo, no tardó en contar a su sobrina todas lasdificultades que encontraría para salvar la vidade Missirilli. El ministro se paseaba por laestancia discutiendo con Vanina; cogió unabotella de limonada que estaba sobre lachimenea y llenó un vaso de cristal. En elmomento de llevárselo a los labios, Vanina se loquitó y, después de tenerlo un momento en lamano, lo dejó caer al jardín como por descuido.Poco después el ministro cogió una pastilla dechocolate de una bombonera; Vanina se la quitóy le dijo riendo:

—Cuidado, en su casa está todoenvenenado, pues querían su muerte. Soy yoquien ha obtenido gracia para mi futuro tío, por

Page 130: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

no entrar en la familia Savelli con las manos deltodo vacías.

Monseñor Catanzara, muy impresionado,dio a su sobrina las gracias y manifestó grandesesperanzas por la vida de Missirilli.

—¡Trato hecho! —exclamó Vanina—; y laprueba está en esta recompensa —añadióbesándole.

El ministro tomó la recompensa.—Ha de saber, mi querida Vanina, que a mí

no me gusta la sangre. Además, todavía soyjoven, aunque quizá a usted le parezca muyviejo, y puedo vivir en una época en que lasangre derramada hoy será una mancha.

Daban las dos cuando monseñor Catanzaraacompañó a Vanina hasta la puerta pequeña desu jardín.

Un par de días después, cuando el ministrose presentó ante el Papa, bastante preocupadopor la gestión que tenía que hacer, Su Santidadle dijo:

Page 131: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Ante todo, tengo que pediros una gracia.Sigue condenado a muerte uno de loscarbonarios de Forli; esta idea no me dejadormir: hay que salvar a ese hombre.

El ministro, viendo que el Papa habíatomado su propio partido, hizo muchasobjeciones y acabó por escribir un decreto omotu proprio; el Papa, contra la costumbre, lofirmó.

Vanina había pensado que quizáconsiguiera el indulto de su amante, pero queintentarían envenenarle.

Ya la víspera, Missirilli había recibido delseñor cura Cari, su confesor, unos paquetes degalletas, con el aviso de no tocar los alimentosprocedentes del Estado.

Vanina supo después que iban a trasladaral castillo de San Leo a los carbonarios de Forli,y decidió que intentaría ver a Missirilli cuandopasara por Cittá-Castellana; llegó a esta ciudadveinticuatro horas antes que los presos y en ella

Page 132: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

encontró al clérigo Cari, que la había precedidoen varios días.

Había conseguido del carcelero queMissirilli pudiera oír misa a medianoche en lacapilla de la prisión.

Hicieron más: si Missirilli accedía a que leatasen los brazos y las piernas con una cadena,el carcelero se retiraría hacia la puerta de lacapilla, de manera que pudiese seguir viendo alprisionero, del que era responsable, pero no oírlo que dijera.

Llegó por fin el día en que iba a decidirse lasuerte de Vanina. Muy de mañana se encerróen la capilla de la prisión. ¿Quién podría decirlos pensamientos que la agitaron durante todoaquel largo día? ¿La amaba Missirilli losuficiente para perdonarla? Había denunciadoa su vendita, pero le había salvado a él la vida.Vanina esperaba que, cuando la razón seimpusiera en aquella alma atormentada,Missirilli accedería a marcharse de Italia conella: si había pecado, era por exceso de amor. A

Page 133: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

eso de las cuatro oyó lejos los pasos de loscaballos de los carabineros sobre el pavimento.Cada uno de aquellos pasos parecíarepercutirle en el corazón. No tardó endistinguir el rodar de los carros en quetrasladaban a los presos. Se detuvieron en laexplanada que daba acceso a la prisión. Vaninavio cómo dos carabineros levantaban aMissirilli, que iba solo en un carro y tancargado de cadenas que no podía moverse.«Por lo menos —se dijo, con lágrimas en losojos—, todavía no le han envenenado.» Lanoche fue terrible; sólo la lámpara del altar,muy alta y en la que el carcelero economizabael aceite, alumbraba aquella oscura capilla. Lasmiradas de Vanina erraban sobre las tumbas delos grandes señores de la Edad Media muertosen la prisión contigua. Sus estatuas tenían unatraza feroz.

Hacía tiempo que había cesado todo ruido.Vanina estaba absorta en sus negrospensamientos. Poco después de dar las doce

Page 134: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

creyó oír un ligero rumor, algo así como elvuelo de un murciélago. Echó a andar y cayómedio desvanecida sobre la balaustrada delaltar. Instantáneamente surgieron a su lado dosfantasmas, sin que ella los hubiera oído llegar.Eran el carcelero y Missirilli, cargado decadenas, hasta el punto de que parecía comofajado. El carcelero abrió un farol y lo pusosobre la balaustrada del altar, junto a Vanina,para que pudiera ver bien a su preso. Luego seretiró al fondo, junto a la puerta. Apenas sehubo alejado el carcelero, Vanina se precipitó alcuello de Missirilli. Al estrecharle entre susbrazos no sintió más que sus cadenas fías ylacerantes. «¿Quién le ha puesto estascadenas?», pensó. No sintió ningún placerbesando a su amante. A este dolor siguió otromás terrible: hubo un momento en que creyóque Missirilli sabía su traición, tan fríamente larecibía.

—Querida amiga —le dijo por fin—,lamento el amor que me tomó; en vano busco el

Page 135: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mérito que pudo inspirárselo. Volvamos,créame, a sentimientos más cristianos;olvidemos las ilusiones que nos extraviaron: yono puedo ser suyo. Quizás la mala suerte queha acompañado siempre a mis acciones se debea que siempre estuve en pecado mortal. Aunsin atender más que a los consejos de laprudencia humana, ¿por qué no fui detenidocon mis amigos la fatal noche de Forli? ¿Porqué no estaba en mi puesto en el momento depeligro? ¿Por qué mi ausencia pudo justificarlas sospechas más terribles? Tenía otra pasiónque no era la de la libertad de Italia.

Vanina no volvía de la sorpresa que lecausaba el cambio de Missirilli. Sin haberenflaquecido mucho, parecía un hombre detreinta años. Vanina atribuyó este cambio a losmalos tratos que había sufrido en la prisión y seechó a llorar.

—¡Ah! —le dijo—, los carceleros habíanprometido tanto que te tratarían bien...

Page 136: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

El hecho es que, al acercarse la muerte,hablan resurgido en el corazón del carbonariotodos los principios religiosos que podían sercompatibles con la pasión por la libertad.Vanina se fue dando cuenta poco a poco de queel impresionante cambio que observaba en suamante era enteramente moral, y en modoalguno consecuencia de malos tratos físicos. Sudolor, que ella creyera insuperable, aumentómás aún.

Missirilli callaba. Vanina seguía llorandoamargamente. El preso añadió, también unpoco emocionado:

—Si yo amara algo en el mundo, sería austed, Vanina; pero, gracias a Dios, ya no tengomás que una finalidad en la vida: moriréencarcelado o intentando dar la libertad a Italia.

Otro silencio; evidentemente, Vanina nopodía hablar: en vano lo intentaba. Missirilliañadió:

—El deber es cruel, amiga mía; pero, si nocostara un poco cumplirlo, ¿dónde estaría el

Page 137: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

heroísmo? Prométame que nunca más intentaráverme.

Hasta donde se lo permitía la cadena,bastante apretada, hizo un pequeñomovimiento de muñeca y tendió los dedos aVanina.

—Si permite que le dé un consejo unhombre al que quiso, cásese juiciosamente conel hombre de mérito que su padre le destina.No le haga ninguna confidencia enojosa; pero,por otra parte, no intente nunca más volver averme; en lo sucesivo debemos ser extraños eluno para el otro. Adelantó usted una cantidadimportante para el servicio de la patria; si algúndía la patria se ve libre dé sus tiranos, esacantidad le será fielmente devuelta en bienesnacionales.

Vanina estaba aterrada. Mientras Pedro lehablaba, sólo una vez le habían brillado losojos: en el momento de nombrar la patria.

Por fin vino el orgullo en ayuda de la jovenprincesa. Se había provisto de diamantes y

Page 138: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

unas pequeñas limas. Sin contestar a Missirilli,se lo ofreció.

—Acepto por deber —dijo él—, pues debointentar escaparme; pero nunca volveré a verla,lo juro ante sus nuevos beneficios. ¡Adiós,Vanina! Prométame no escribirme jamás, nointentar nunca verme; déjeme todo entero parala patria; he muerto para usted. ¡Adiós!

—¡No! —replicó Vanina, furiosa—, quieroque sepas lo que he hecho llevada por el amorque te tenía.

Y le contó todos sus pasos desde elmomento en que salió del palacio de SanNicolo para ir al del legado. Terminado esterelato, añadió:

—Y esto no es nada: por amor a ti, hicemás.

Le contó su traición.—¡Ah, monstruo! —exclamó entonces

Pedro, furibundo, arrojándose sobre ella eintentando matarla con sus cadenas.

Page 139: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Lo habría conseguido a no ser porque, a losprimeros gritos, acudió el carcelero. Sujetó aMissirilli.

¡Toma, monstruo, no quiero deberte nada!—clamó Missirilli a Vanina, tirándole, hastadonde se lo permitían sus cadenas, las limas ylos diamantes. Y se alejó rápidamente.

Vanina quedó aniquilada. Volvió a Roma.El periódico publica que acaba de casarse con elpríncipe don Livio Savelli.

Page 140: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

VICTORIA ACCORAMBONI

Vittoria Accorambonide Chroniques italiennes (1839)

VICTORIA ACCORAMBONIDUQUESA DE BRACCIANO41

Desgraciadamente para mí y para el lector,esto no es una novela, sino la traducción fiel deun relato muy grave escrito en Padua en 1585.

Hace unos años, estando en Mantua, mepuse a buscar bocetos y cuadros pequeñoscomo mi fortuna, pero tenían que ser depintores anteriores al año 1600; por esta épocaacabó de morir la originalidad italiana, que la

41 Vittoria Accoramboni, sobrina de Sixto-Quinto, mujerdel príncipe Orsini, luego asesinada por un hombre quele decía: “¿acaso mi puñal toca su corazón?”Vittoriafue asesinada en diciembre de 1585; Ludovico estran-gulado con un cordón de seda carmesí el 27 de diciem-bre de 1585, en Padua. (Notas de Stendhal sobre losmanuscritos italianos.)

Page 141: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

toma de Florencia en 1530 había puesto ya engran peligro.

Un viejo patricio muy rico y muy avaromandó a ofrecerme, en vez de cuadros, y muycaros, unos manuscritos antiguos amarilleadospor el tiempo. Dije que quería hojearlos y elhombre accedió, diciendo que se fiaba de mihonradez para no recordar, si no compraba losmanuscritos, las curiosas anécdotas que iba aleer.

Con esta condición, que me plugo, hojeé,con gran detrimento de mis olores, trescientos ocuatrocientos legajos en los que se recopilaron,hace dos o tres siglos, unos relatos de aventurastrágicas, carteles de desafío referentes a duelos,tratados de pacificación entre nobles vecinos,memorias sobre toda clase de temas, etc. Elviejo propietario de estos manuscritos pedíapor ellos un precio exorbitante. Al cabo demuchas negociaciones, compré muy caro elderecho de mandar copiar algunos relatos queme gustaban y que pintan las costumbres de

Page 142: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Italia hacia el año 1500. Tengo de estas historiasveintidós volúmenes en folio, y una de ellas esla que va a leer aquí el lector, si es que tienepaciencia para ello. Conozco la historia de Italiaen el siglo XVI y creo que lo que sigue esabsolutamente verídico. Me he esforzado porque en la traducción de ese antiguo estiloitaliano, grave, directo, soberanamente oscuro ysalpicado de alusiones a las cosas y a las ideasde que se ocupaba la gente bajo el reinado deSixto V (en 1585), no hubiera reflejos de la bellaliteratura moderna y de las ideas de nuestrosiglo sin prejuicios.

El desconocido autor del manuscrito espersona circunspecta, no juzga nunca un hecho,no lo aliña nunca: se limita a contarlo tal comoes; si alguna vez, sin proponérselo, resultapintoresco, es que, en 1585, la vanidad noadornaba todos los actos de los hombres conuna aureola de afectación; entonces se pensabaque sólo con la mayor claridad posible se podíainteresar al vecino. En 1585, nadie proponía

Page 143: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

entretener mediante la palabra, a no ser losbufones mantenidos en las cortes o los poetas.No se había llegado aún a decir: «Moriré a lospies de vuestra majestad», cuando el que lodecía acababa de mandar a buscar caballos parahuir; no se había inventado esta clase detraición. Se hablaba poco y todos poníanmuchísima atención en lo que les decían.

Así pues, benévolo lector, no busques aquíun estilo brillante, vivaz, esmaltado de sutilesalusiones a las maneras de sentir que están demoda; no esperes las emociones arrebatadorasde George Sand; esta grave escritora habríahecho una obra maestra con la vida y lasdesventuras de Victoria Accoramboni. En elrelato sincero que te ofrezco no puedesencontrar otros valores que los más modestosde la historia. Cuando a alguien, corriendo solola posta al caer la noche, se le ocurra porcasualidad pensar en el gran arte de conocer elcorazón humano, podrá tomar como base desus juicios las circunstancias de la presente

Page 144: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

historia. El autor lo dice todo, lo explica todo,no deja nada que hacer a la imaginación dellector; escribía a los doce días de morir laheroína42.

Victoria Accoramboni nació, de una familiamuy noble, en una pequeña población delducado de Urbino llamada Agobio. Desde muyniña llamó la atención a todo el mundo por surara y extraordinaria belleza, pero esta bellezafue el menor de sus encantos; no le faltaba nadade lo que se puede admirar en una doncella deilustre cuna; pero, entre tantas cualidadesextraordinarias, ninguna tan relevante, y hastapuede decirse can prodigiosa, como ciertagracia seductora que desde el primer momentoconquistaba el corazón y la voluntad de todos.Y su naturalidad, que daba autoridad a sussimples palabras, no permitía la menorsospecha de artificio; aquella dama dotada de

42 El manuscrito italiano está depositado en la oficina dela Revue des Deux Mondes.

Page 145: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

tan sin par belleza inspiraba confianza desde elprimer momento. Si sólo fuera verla, se podría,a duras penas, resistir a su seducción; pero elque la oyera hablar, y sobre todo si llegaba atener alguna conversación con ella, no podía enmodo alguno librarse de tan extraordinarioencanto.

Muchos jóvenes caballeros de la ciudad deRoma, donde vivía su padre y donde vemos supalacio en la plaza de los Ruscicuci, cerca deSan Pedro, pretendieron su mano. Hubomuchos celos y no pocas rivalidades; pero al finlos padres de Victoria prefirieron a FélixPeretti, sobrino del cardenal Moncalto, que fuedespués Sixto V, reinante hoy por ventura.

Félix, hijo de Camila Peretti, hermana delcardenal, se llamó antes Francisco Mignucci;tomó el nombre de Félix Peretti cuando fuesolemnemente adoptado por su tío.

Al entrar Victoria en la casa Perecci, aportóa ella, sin proponérselo, esa preeminencia quese puede llamar fatal y que la acompañaba por

Page 146: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

doquier; de suerte que podemos decir que sóloviéndola era posible no adorarla43. El amor quesu marido le tenía rayaba en verdadera locura;su suegra, Camila, y el propio cardenalMontalto parecían no tener en el mundo otraocupación que la de adivinar los gustos deVictoria para procurar satisfacerlosinmediatamente. Toda Roma admiró cómo esecardenal, conocido por la exigüidad de sufortuna tanto como por su repulsión por todaclase de lujo, se complacía en adelantarsesiempre a todos los deseos de Victoria. Joven,resplandeciente de belleza, adorada por todo elmundo, no dejaba de tener algunos caprichosmuy costosos. Victoria recibía de su nueva

43 Podemos ver en Milán, tanto como recuerdo, en labiblioteca Ambrosiana, sonetos llenos de gracia y desentimiento, así como otras piezas, obra de VittoriaAccoramboni. Demasiado buenos son los sonetos pesea haber sido compuesto en un tiempo de extraño desti-no. Parece que tenía como tan aguda como de gracias yde belleza.

Page 147: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

familia regalos de altísimo valor, perlas y, enfin, todo lo más raro y valioso que ofrecían losorfebres de Roma, muy bien surtidos porentonces.

Por amor a esta seductora sobrina, elcardenal Montalto, can conocido por suseveridad, trató a los hermanos de Victoriacomo si fueran sus propios sobrinos; porintervención suya, el duque de Urbino hizoduque y el papa Gregorio hizo obispo de

Fossombrone a Octaviu Accoramboni,cuando éste tenía apenas treinta años; MarceloAccoramboni, mozo muy bravo y fogoso,acusado de varios crímenes yencarnizadamente perseguido por la corte44,había escapado a duras penas de unas

44 Era el cuerpo armado encargado de velar por la seguri-dad pública, los gendarmes y los agentes de policía delaño 1580. Estaban al mando de un capitán apeladoBargello, el cual personalmente era responsable de laejecución de las órdenes del gobernador de Roma (elprefecto de policía). (N. del A.)

Page 148: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

diligencias judiciales que podían costarle lacondena a muerte; honrado con la proteccióndel cardenal, pudo recobrar cierta tranquilidad,y un tercer hermano de Victoria, JulioAccoramboni, fue elevado por el cardenalAlejandro Sforza a los primeros honores de sucorte tan pronto como el cardenal Montalto selo pidió.

En fin, si los hombres supieran medir sufelicidad, no por la insaciabilidad infinita desus deseos, sino por el goce efectivo de losbienes que ya poseen, la boda de Victoria con elsobrino del cardenal Montalto habría podidoparecer a los Accotamboni el colmo de lasventuras humanas. Pero el deseo insensato deventajas inmensas e inseguras puede llevar aideas extrañas, llenas de peligros, a los hombresmás colmados de los favores de la fortuna.

Bien es verdad que si, como muchossospecharon, algún pariente de Victoriacontribuyó, por el deseo de una mayor fortuna,a librarla de su marido, poco después hubo

Page 149: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ocasión de reconocer cuánto más cuerdohubiera sido contentarse con las ventajasmoderadas de una situación agradable y queno habría tardado en llegar al pináculo de todola que la ambición de los hombres puededesear.

Mientras Victoria reinaba así en su casa,una noche en que Félix Peretti acababa demeterse en la cama con su mujer, una talCatalina, natural de Bolonia y doncella deVictoria, entregó a aquél una carta. La habíatraído un hermano de Catalina, Domenici deAquaviva, apodado “el Mancino” (el Zurdo). Aeste hombre le habían desterrado de Roma porvarios delitos, pero Félix, a ruego de Catalina lehabía procurado la poderosa protección de sutío el cardenal, y el Mancipo iba con frecuenciaa la casa de Félix, que tenía en él muchaconfianza.

Page 150: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

La carta a que nos referimos iba firmadacon el nombre de Marcelo Accoramboni45, elhermano de Victoria que más quería su marido.Generalmente, vivía escondido fuera de Roma,pero a veces se arriesgaba a entrar en la ciudad,y entonces encontraba refugio en la casa dePeretti.

En la carta entregada a una hora canextemporánea, Marcelo pedía protección a sucuñado Félix Peretti; le conjuraba a ir en suayuda y añadía que le esperaba cerca delpalacio de Montecavallo para un asunto desuma importancia.

Félix dio a conocer a su mujer esta extrañacarta, luego se vistió y no tomó más armas quesu espada. Cuando se disponía a salir,

45 ¿En nombre de la mano de Marcelo Accoramboni?Esto es importante. Probablemente la carta fue escritapor Marcelo, entonces cómplice. Por desgracia la am-bigüedad de la lengua italiana permite escribir a nome,en lugar de di mano, el 26 de abril de 1833. (Nota deStendhal sobre el manuscrito italiano.)

Page 151: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

acompañado de un solo servidor que llevabauna antorcha encendida, le salieron al paso sumadre Camila, todas las mujeres de la casa y,entre ellas, la propia Victoria. Todas lesuplicaban encarecidamente que no saliera auna hora tan avanzada. Como Félix no cedieraa tales súplicas, las mujeres, de rodillas y conlágrimas en lo.; ojos, le conjuraron a que laescuchara.

Estas mujeres, y sobre todo Camila, estabanhorrorizadas por el relato de las cosas quepasaban todos los días, y permanecíanimpunes, en aquellos tiempos del pontificadode Gregorio XIII, lleno de desórdenes yatentados inauditos. La preocupaba ademásuna idea: cuando Marcelo Accoramboni searriesgaba a merar en Roma, no tenía lacostumbre de mandara buscar a Félix, y estallamada, a tales horas de la noche, les parecíamuy extraña.

Félix, con todo el fuego de su edad, no serendía a cales motivos de temor; pero cuando

Page 152: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

supo que la carta la había traído el Mancino;hombre al que quería mucho y a que habíaprotegido, no hubo manera de detenerle, y salióde casa.

Como ya hemos dicho, le precedía un solocriado con una antorcha encendida; peto,apenas había dado el pobre joven unos pasospor la cuesta de Montecavallo, cayó herido portres disparos de arcabuz. Los asesinos, al verleen el suelo, se arrojaron sobre él y leacribillaron a puñaladas, hasta que les parecióbien muerto. Inmediatamente llegó la noticiafatal a la madre y a la mujer de Félix, y, porellas, a su tío el cardenal.

El cardenal, sin que su rostro revelase lamás pequeña emoción, hizo que le vistieran loshábitos y se encomendó él mismo a Dios a lavez que le encomendaba aquella pobre alma(así cogida de improviso). Luego se dirigió acasa de su sobrina y, con admirable gravedad yun continente de profunda paz, puso freno alos gritos, y los llantos femeninos, que

Page 153: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

comenzaban a resonar en toda la casa. Suautoridad sobre aquellas mujeres fue de taleficacia, que a partir de aquel momento, y nisiquiera cuando sacaron de la casa el cadáver,no se vio ni se oyó en ellas absolutamente nadaque se apartara de lo que en las familias másmoderadas ocurre por la, muertes másprevistas46. Nadie pudo sorprender en elcardenal Montalto señal alguna, ni siquieramoderada, de dolor; nada cambió en el orden yen la apariencia exterior de su vida. Roma notardó en convencerse de esto, aunqueobservaba con su curiosidad acostumbrada losmenores movimientos de un hombre tanprofundamente ofendido.

Por casualidad, al día siguiente de lamuerte violenta de Félix se convocó en elVaticano el consistorio (de los cardenales).Todo el mundo penaba en la ciudad que, por lo

46 En esta novela, el interés viaja. Aquí, el interés de cu-riosidad, es cierto, pasa al cardenal. (Nota al lápiz deStendhal sobre el manuscrito italiano)

Page 154: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

menos el primer día, el cardenal Montalto seconsideraría exento de esta función pública.¡Tenía que aparecer en ella ante los ojos detantos y tan curiosos restos! Observarían losmenores detalles de esa flaqueza natural que,sin embargo, es tan conveniente disimular enun personaje que, ya en un puesto eminente47,aspira a otro más eminente aún; pues todo elmundo reconocerá que no conviene que quienambiciona elevarse por encima de todos losdemás hombres se conduzca como uno de ellos.

Pero las personas que así pensaban seequivocaron doblemente, pues, en primerlugar, el cardenal Montalvo, según sucostumbre, fue de lo, primeros que llegaron alconsistorio, y, además, ni los más clarividentespudieron descubrir en él la menor señal desensibilidad humana. Al contrario, con susrespuestas a los colegas que quisieron dirigirle

47 Sentimiento muy romano en casa del escritor. (Nota deStendhal sobre el manuscrito italiano.)

Page 155: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

palabras de consuelo, obre tan terribleacontecimiento, asombró a todo el mundo. Laaparente entereza de su alma, en medio de tanatroz desgracia, fueron el tema de loscomentarios de la ciudad.

Bien es verdad que en el mismo consistorioalgunos hombres, más duchos en el arte de lascortes, atribuyeron aquella externainmutabilidad, no a falca de sentimiento, sino auna gran capacidad de disimulo; y esta opiniónfue compartida en seguida por la multitud delos cortesanos, pues convenía no mostrarsedemasiado profundamente herido por unaofensa cuyo autor era seguramente poderoso yquizá podía, llegado el momento, cerrar elcamino a la dignidad suprema.

Cualquiera que fuese la causa de estainsensibilidad aparente y completa, lo cierto esque produjo una especie de estupor en todaRoma y en la corte de Gregorio XIII. Pero,

Page 156: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

volviendo al consistorio48, cuando, ya reunidostodos los cardenales, entró el papa en la sala,miró inmediatamente al cardenal Montalto y sevieron lágrimas en los ojos de su santidad; encuanto al cardenal, no se alteró en absoluto laexpresión de su rostro.

Mayor aún fue el asombro cuando; en elmismo consistorio, llegado el turna al cardenalMontalto para prosternarse ante el trono de susantidad y darle cuenta de los asuntos a sucargo, el papa, antes ele darle tiempo acomenzar su informe, no pudo menos deecharse a llorar. Cuando su santidad pudohacer uso de la palabra, intentó consolar alcardenal prometiéndole que se haría pronta ysevera justicia de tan enorme atentado. Pero elcardenal, después de dar muy humildementela, gracias al sumo pontífice, le suplicó que noordenara investigar sobre lo ocurrido,

48 Regla del tiempo violada. En cinco o seis días despuéses cuando volvemos al consistorio (Nota al lápiz deStendhal sobre el manuscrito italiano)

Page 157: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

asegurando que lo de su parte, perdonaba decorazón al autor, quienquiera que forre Y,hecho este ruego en muy pocas palabras, elcardenal pasó a informar como si nadaextraordinario hubiera ocurrido.

Todos los cardenales presentes en elconsistorio tenían los ojos fijos en el papa y enMontalto; y, aunque sea de seguro muy difícilengañar al ojo experto de los cortesanos,ninguno se atrevió a decir que el rostro delcardenal Montalto revelara la menor emociónal ver tan de cerca los sollozos de su santidad,quien, a decir verdad, estaba enteramente fuerade sí. Esta pasmosa insensibilidad del cardenalMontalto no falló en absoluto durante todo eltiempo de su trabajo con su santidad, hasta talpunto que impresionó incluso al mismo papa,el cual, terminado el consistorio, no pudomenos de decir al cardenal de San Sixto, susobrino favorito:

Page 158: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Veramente, costui é un gran frate!(¡En verdad, este hombre es un gran fraile!49).

La actitud del cardenal Montalto no cambióen nada en los días siguientes. Como escostumbre, recibió las visitas de pésame de loscardenales, los prelados y los príncipesromanos. Y con ninguno, cualquiera que fueresu relación con él, se dejó llevar a ningunapalabra de dolor o de lamentación. Con todos,después de un breve razonamiento sobre lainestabilidad de las cosas humanas, confirmaday afianzada con sentencias y textos sacados delas Sagradas Escrituras o de los santos padres,se ponía en seguida a departir sobre las noticiasde la ciudad o sobre los asuntos particulares del

49 Alusión a la hipocresía que los malas lenguas conside-ran frecuente entre los monjes. Sexta-Quinto había si-do monje mendicante, y perseguido en su orden. Versu vida, escrita por Gregorio Leti, historiador diverti-do, que no es más mentiroso que otros. Félix Parettifue asesinado en 1580; su tío fue ordenado papa en1585.

Page 159: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

personaje con quien se encontraba, exactamentecomo si quisiera consolar a sus consoladores.

Roma esperaba sobre todo con curiosidadlo que pasaría en la visita que tenía que hacerleel príncipe Pablo Giordano Orsini, duque deBracciano, al que el rumor atribuía la muerte deFélix Peretti50. El vulgo pensaba que el cardenalMontalto no podría encontrarse tan cerca delpríncipe y hablarle a solas sin dejar trascenderalgún indicio de sus sentimientos.

Cuando el príncipe llegó a casa delcardenal, había en la calle y junto a la puertauna enorme multitud; gran número decortesanos llenaban todas las escancias de lacasa: tan grande era la curiosidad de observarel rostro de los dos interlocutores. Pero ni en eluno ni en el otro pudo nadie observar nadaextraordinario. El cardenal Montalto siguiópunto por punto todo lo que prescribían las

50 El interés viaja. Pasa al príncipe Orsini. (Nota deStendhal sobre el manuscrito italiano.)

Page 160: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

conveniencias de la corte; dio a su semblanteun tinte de hilaridad muy marcado y dirigió lapalabra al príncipe con la mayor afabilidad. Alpoco rato, al subir el príncipe Pablo a sucarroza, ya solo con sus cortesanos íntimos, nopudo menos de decir riendo: In fatto, é vero checostui é un gran frate! (En efecto, ¡es verdad queeste hombre es un gran fraile!), como si quisieraconfirmar las palabras dichas por el papa díasantes.51

Los sagaces han pensado que la conductadel cardenal Montalto en aquella circunstanciale facilitó el camino del trono; pues muchospensaron que, bien fuera por naturaleza o bienpor virtud, no sabía o no quería perjudicar anadie, por más que tuviera grandes motivospara estar irritado.

51 Este estilo tiene el defecto contrario al que tiene Ju-lián*, ya que se toma la molestia de expresar demasia-das pequeñas circunstancias evidentes por sí mismas.(Nota de Stendhal sobre el manuscrito italiano.)

* Rojo y Negro.

Page 161: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Félix Pererti no dejó nada escrito conrelación a su mujer en consecuencia, ésta tuvoque volver a la casa de sus padres. El cardenalMontalto dispuso que se llevara los trajes, lasjoyas y en general, todo lo que había recibidomientras era la mujer de su sobrino.

A los tres días de la muerte de Félix Peretti,Victoria fue a vivir, acompañada de su madre,en el palacio del príncipe Orsini. Algunosdijeron que las llevó a ese paso el cuidado de suseguridad personal, pues parece ser que lacorte52 las amenazaba como acusadas de«consentimiento» en el homicidio cometido, oal menos de haber tenido conocimiento delmismo antes de la ejecución; otros pensaron (ylo ocurrido después pareció confirmar estaidea) que lo hicieron para que se llevara aefecto la boda, pues el príncipe había

52 La corte no se atrevía a penetrar a dan el palacio de unpríncipe.

Page 162: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

prometido a Victoria casarse con ella en cuantono tuviera marido.

El caso es que ni entonces ni después se hasabido con certeza quién fue el autor de lamuerte de Félix, aunque todos hayansospechado de todos. Pero la mayoría atribuíaesta muerte al príncipe Orsini. Era cosa sabidaque había estado enamorado de Victoria, de locual había dado pruebas inequívocas; y la bodasubsiguiente fue la mayor de todas esaspruebas, pues la mujer era de condición taninferior, que sólo la tiranía de la pasión pudoelevarla hasta la igualdad matrimonial. Estaopinión del vulgo no cambió por una cartadirigida al gobernador de Roma cuyocontenido se difundió a los pocos días delhecho. Estaba escrita con el nombre de CésarPalantieri, un joven de carácter fogoso y quehabía sido desterrado de la ciudad.

En esta carta, Palantieri decía que no eranecesario que su señoría ilustrísima se tomarael trabajo de buscar en otro sitio al autor de la

Page 163: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

muerte de Félix Peretti, porque era él quien lehabía hecho matar por ciertas diferenciassurgidas entre ellos algún tiempo antes.

Muchos pensaron que aquel asesinato no sehabía realizado sin el consentimiento de la casaAccoramboni; se acusó a los hermanos deVictoria, suponiéndolos seducidos por laambición de emparentar con un príncipe tanpoderoso y rico. Se acusó sobre todo a Marcelo,fundándose en el indicio de la carta que hizosalir de su casa al infortunado Félix. Se criticó ala propia Victoria, al verla ir a vivir al palaciode los Orsini como futura esposa a raíz de lamuerte de su marido. Se decía que es pocoprobable llegaren un momento a manejar lasarmas pequeñas cuando no se ha hecho uso,aun por poco tiempo, de las armas de largoalcance.

La instrucción del asunto fue encomendadapor Gregorio XIII a monseñor Portici,gobernador de Roma. En los autos aparecesolamente aquel Domenici apodado «el

Page 164: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Mancipo», detenido por la corte, confiesa, sinser sometido a tortura (tormentato), en elsegundo interrogatorio, con fecha del 24 defebrero de 1582:

«Que la causa de todo fue la madre deVictoria, y que fue secundada por la camerierade Bolonia, la cual, inmediatamente despuésdel homicidio, se refugió en la ciudadela deBracciano (perteneciente al príncipe Orsini ydonde la corte no se atrevió a penetrar), y quelos ejecutores del crimen fueron Machione deGubbio y Pablo Barca de Bracciano, lanciespezzate (soldados) de un señor cuyo nombre,por dignas razones, no consta.» A estas dignasrazones» se sumaron, creo, los ruegos delcardenal Montalto, el cual solicitó coninsistencia que no se llevaran más allá laspesquisas; y, en efecto, no se siguió proceso. ElMancipo salió de la cárcel con el precetto(orden) de volverse, so pena de la vida,directamente a su país y no moverse jamás deél sin un permiso expreso. La liberación de este

Page 165: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hombre tuvo lugar en 1583, el día de san Luis, ycomo ese día era también el del cumpleaños delcardenal Montalto, esta circunstancia meconfirma cada vez más en la creencia de que elasunto terminó así a ruego del propio cardenal.Con un gobierno tan débil como el de GregorioXIII, un proceso de tal especie podía tenerconsecuencias muy desagradables y sinninguna compensación.

Así quedaron interrumpidos losmovimientos de la corte, pero el papa GregorioXIII no quiso consentir de ninguna manera enque el príncipe Pablo Orsini duque deBracciano, casara con la viuda Accoramboni. SuSantidad, después de infligir a ésta una especiede prisión, le impuso el precetto de no contraermatrimonio sin permiso expreso suyo o de sussucesores.

Muerto Gregorio XIII (a principios de1585), doctores en derecho, consultados pos elpríncipe Pablo Orsini, dictaminaron que elprecetto quedaba anulado por la muerte de

Page 166: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

quien lo había impuesto, y el príncipe decidiócasarse con Victoria antes de la elección de unnuevo papa. Pero la boda no pudo realizarsecuando el príncipe deseaba, en parte porquequería tener el consentimiento de los hermanosde Victoria, y ocurrió que OctavioAccoramboni, obispo de Fossombroni, noaccedió en modo alguno a otorgar el suyo, y enparte porque no se creía que la elección delsucesor de Gregorio XIII tuviera lugar tanpronto. El caso es que la boda no se celebróhasta el mismo día, en que fue nombrado papael cardenal Montalto, tan interesada en elasunto, es decir, el 24 de abril de 1585, bienfuera por casualidad, bien porque el príncipequisiera demostrar que no temía a la corte bajoel nuevo papa más de lo que la temiera bajoGregorio XIII.

Esta boda hirió profundamente a Sixto V(pues tal fue el nombre elegido por el cardenalMontalto); había dejado ya las maneras depensar que convenían a un fraile y había

Page 167: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

elevado su alma a la altura del grado en queDios acababa de ponerle.

Sin embargo, el papa no dio señal algunade enojo, sólo que cuando el príncipe Orsiniacudió aquel mismo día, con todos los grandesseñores romanos, a besarle el pie, abrigando lasecreta intención de leer, si fuese posible, en lacara del santo padre los que podía esperar otemer de aquel hombre tan poco conocido hastaentonces, se dio cuenta de que se habíanacabado las bromas. Como el nuevo papa miróal príncipe de manera singular y no contestóuna palabra a los cumplimientos de rigor que elpríncipe le dirigía, decidióse éste a descubrirsin más tardar las intenciones de su santidadrespecto a él.

Por mediación de Fernando, cardenal deMédicis (hermano de su primera esposa), y delembajador católico53, pidió y obtuvo que el

53 En la edición de 1855 figura “l’ambassaudeur catholi-que espagnol”.

Page 168: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

papa le concediera una audiencia en su cámara;en esta audiencia dirigió a su santidad undiscurso estudiado y, sin hacer mención de lascosas pasadas, se congratuló con el papa de sunueva dignidad y le ofreció como fiel vasallo yservidor todo cuanto tenía y podía.

El papa le escuchó con suma seriedad y alfinal le contestó que nadie deseaba canto comoél que la vida y los hechos de Pablo GiordanoOrsini fuesen en lo futuro dignos de la sangreOrsini y de un verdadero caballero cristiano;que en cuanto a lo que había sido en el pasadopara la Santa Sede y para su persona, la delpapa, nadie podría decirlo mejor que laconciencia del príncipe mismo; que, sinembargo, éste podía estar seguro de una cosa:que así como le perdonaba lo que había podidohacer contra Félix Peretti y contra Félix,cardenal Montalto, nunca le perdonaría lo queen el futuro pudiera hacer contra el papa

Page 169: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Sixto54; que en consecuencia, le conminaba aexpulsar inmediatamente de su casa y de susestados a todos los bandidos (desterrados) ymalhechores a quienes hasta el presentemomento había dado asilo.

Sixto V, cualquiera que fuese el tono en quese dignaba hablar, venía una eficaciaextraordinaria; mas, cuando estaba irritado yamenazador, diríase que sus ojos lanzabanrayos55. El caso ese que al príncipe Pablo Orsini,acostumbrado desde siempre a que los papas letemieran, la manera de hablar de éste56, que se

54 Digno de Napoleón. Si se había propuesto castigar loscrímenes cometidos bajo el débil Gregorio XIII, no te-nía más que acabar con él. (Nota de Stendhal sobre elmanuscrito italiano.)

55 El verdadero retrato de este gran hombre se ve a lasacristía de San Pietro en Vincoli. Tiene el aire furi-bundo de Alceste indignado (El Misántropo). Buscareste dato en la Vida de Sixto Quinto de Gregorio Leti(Nota de Stendhal sobre el manuscrito italiano.)

56 Si le hubo faltado respeto al Papa, había muerto, esome parece, o durante mucho tiempo estuvo en prisión.

Page 170: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

apartaba radicalmente de lo que el príncipeoyera en el transcurso de trece años, le hizo irderecho y rápido desde el palacio de susantidad a contar al cardenal de Médicis lo queacababa de ocurrir. Y, por consejo de éste,decidió despedir, sin la menor tardanza, atodos los perseguidos por la justicia a quienesél daba asilo en su palacio y en sus estados, y seapresuró a buscar un pretexto decoroso parasalir inmediatamente del país sometido alpoder de un pontífice tan resuelto. Ha desaberse que el príncipe Pablo Orsini era tanexageradamente obeso, que una pierna suya:era más gruesa que el cuerpo de un hombrecorriente, y una de estas enormes piernasadolecía de la enfermedad llamada la lupa (laloba), así definida porque hay que nutrirlaaplicando a la parte afectada gran cantidad decarne fresca; si no se hace así, el terrible humor,

Vittoria habría sido enviada a prisión por su marido, ysin embargo le salvaba la vida. (Nota de Stendhal so-bre el manuscrito italiano.)

Page 171: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

a falta de carne muerta que devorar, se ceba enla carne viva que le rodea.

El príncipe se acogió al pretexto de este malpara ir a los célebres baños de Albano, cerca dePadua, tierra dependiente de la república deVenecia, y allá se dirigió con su nueva esposa amediados de junio. Albano era un puerto muyseguro para él, pues, desde hacía muchos años,la casa Orsini estaba unida. a la república deVenecia por servicios recíprocos.

Ya en este país seguro, el príncipe Orsini nopensó más que en gozar de los esparcimientosde diversas estancias, y, con este propósito,alquila tres magníficos palacios: uno en Veneciael palacio Dandolo, en la calle de la Zecca; otroen Padua, el Fostarini, situado en la magníficaplaza llamada la Arena; el terceto lo eligió enSalo, en la deliciosa orilla del lago de Garda;este último palacio había pertenecido tiempoatrás a la familia Sforza Pallavicini.

A los señores de Venecia (el gobierno de larepública) les satisfizo mucho la llegada a sus

Page 172: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

estados de tan insigne príncipe y seapresuraron a ofrecerle una nobilísima condotta(o sea una cantidad muy considerable,pagadera anualmente, que el príncipe habría deemplear en reclutar una tropa de dos o tres milhombres y asumir el mando de la misma). Elpríncipe declinó con mucho desparpajo esteofrecimiento, contestando, a través de losemisarios, que aunque, por inclinación naturaly hereditaria en su familia, le sería muy gratoservir a la serenísima república, dependiendocomo dependía en aquel momento del reycatólico, no le parecía conveniente aceptar otraobligación. Esta respuesta entibió un tanto labuena disposición de los senadores. Inclinadosantes a dispensarle en nombre de todo elpueblo, una recepción muy honorable cuandollegara a Venecia, dicha respuesta losdeterminó a dejar que llegara como un simpleparticular.

El príncipe Orsini, enterado de codo esto,decidió no ir a Venecia. Estando ya cerca de

Page 173: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Padua, dio un rodeo en esta admirable región yse encaminó con toda su escolta al palaciopreparado para él en Salo, a orillas del lago deGarda. Allí pasó todo el verano entre los másagradables y variados pasatiempos.

Llegada la época de cambiar de residencia,el príncipe hizo algunos pequeños viajes, de losque sacó la conclusión de que ya no podíaresistir el cansancio como antes; temió por susalud; por fin pensó ir a pasar unos días enVenecia, pero su esposa, Victoria, le disuadió yle indujo a permanecer en Salo.

Algunos pensaron que VictoriaAccoramboni se había dado cuenca de lospeligros que corrían los días de su marido yque, después de inducirle a permanecer enSalo, pensaba llevarle más adelante fuera deItalia; por ejemplo, a alguna ciudad libre deSuiza; de este modo, para el caso de morar elpríncipe, ponía en seguridad su persona y sufortuna particular.

Page 174: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Fundada o no esta suposición, el hecho esque no se cumplió, pues el 10 de noviembre,atacado el príncipe en Salo de una nuevaindisposición, tuvo en seguida elpresentimiento de lo que iba a ocurrir.

Le preocupó la suerte de su desventuradaesposa; la veía, en la bella flor de su juventud,quedar pobre, de fama y de bienes de fortuna,odiada por los príncipes reinantes en Italia,poco querida por los Orsini y sin la esperanzado otro casamiento después de morir él. Comoseñor magnánimo y de fe leal, hizo por propiavoluntad un testamento en el que quisoasegurar la fortuna de aquella desventurada.Lególe en dinero o en joyas la importantecantidad de cien mil piastras, a más de todoslos caballos, carrozas y muebles de que seservía en aquel viaje. El resto de su fortuna lodejó a Virginio Orsini, su único hijo, habido desu primera mujer, hermana de Francisco I, granduque de Toscana (la misma a la que había

Page 175: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hecho matar por infidelidad, con elconsentimiento de sus hermanos).

Pero ¡cuán inciertas son las previsiones delos hombres! Las disposiciones con las quePablo Orsini pensaba dar una perfectaseguridad a aquella infortunada mujer tanjoven, se tornaron para ella en precipicios yruina. El 12 de noviembre, después de firmar sutestamento, el príncipe se sintió mejor. El 13 porla noche le sangraron, y como los médicos noconfiaban más que en una severa diera, dejaronorden terminante de que no tomara alimentoalguno.

Pero, nada más salir de la habitación losmédicos, el príncipe exigió que le dieran decomer; nadie se atrevió a contra decirle y comióy bebió como de costumbre. Apenas terminadoel yantar, el príncipe perdió el conocimiento y,dos horas antes de ponerse el sol, falleció57.

57 Muerte más o menos tan tonta como la de Felipe III,pero con la diferencia de rangos. Felipe muere porqueel chambelán que debía alejar una hoguera no se halla-

Page 176: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Después de esta muerte repentina, VictoriaAccoramboni, acompañada por su hermanoMarcelo y toda la corte M difunto príncipe setrasladó a Padua, al palacio Foscarini, alquiladopor el príncipe y situado moca de la Arena.

Poco después que ella llegó su hermanoFlaminio, que gozaba de gran predicamentocerca del cardenal Farnesio. Victoria emprendíentonces la, diligencias necesarias paraconseguir el pago del legado que le había hechosu marido, el cual ascendía a sesenta milpiastras en efectivo que debían serle pagadasen el plazo de dos años y esto aparte de la dote,de la contradote y de todas las joyas, objetos devalor y muebles que estaban en su poder. Elpríncipe Orsini había dispuesto en sutestamento que, en Roma o en cualquier otraciudad, a elección de la duquesa, se lecomprara un palacio por un valor de diez mil

ba en su puesto. (Nota al lápiz de Stendhal sobre elmanuscrito italiano)

Page 177: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

piastras y una «viña» (casa de campo) de seismil; ordenó además que proveyera a su mesa ya todo su servicio como cumplía a una mujer desu rango. El servicio debía ser de cuarentadomésticos, con el correspondiente número decaballos.

La signora Victoria tenía mucha esperanzaen el favor de los príncipes de Ferrara, deFlorencia y de Urbino, y en el de los cardenalesFarnesio y De Médicis, nombrados albaceas porel difunto príncipe. Es de observar que eltestamento había sido enviado a Padua ysometido a las luces de los excelentísimosPartizolo y Menochio, primeros profesores deesta universidad y hoy tan célebresjurisconsultos.

Llegó a Padua el príncipe Luis Orsini parallevar a cabo lo que tenía que hacer conrespecto al difunto duque y a su viuda e irseguidamente a hacerse cargo del gobierno dela isla de Corfú, para el que había sidodesignado por la serenísima república.

Page 178: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Surgió por lo pronto una dificultad entre lasignora Victoria y el príncipe Luis cobre loscaballos del duque, que, según el príncipe, noentraban, en paridad, entre los muebles; mas laduquesa probó que debían ser consideradoscomo muebles propiamente dichos, y sedecidió que la viuda se serviría de ellos hastaulterior resolución; Victoria presentó comofiador al signor Soardi de Bergamo, condottierode los señores venecianos, patricio muy rico yde los primero, de su patria.

Surgió otra dificultad sobre cierta cantidadde vajilla de plata que el difunto duque habíaentregado al príncipe Luis en prenda de unacantidad de dinero que éste le había prestado.Todo se decidió por vía judicial, pues elserenísimo (duque) de Ferrara ponía empeñoen que las disposiciones del difunto príncipesed cumplieran en todos sus puntos. Estesegundo extremo se resolvió el 23 de diciembre,que era domingo.

Page 179: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

La noche siguiente irrumpieron cuarentahombres en la casa de la signora Accoramboni.Vestían unos hábitos de extravagante corte ydispuestos de tal modo que quienes losllevaban no pudieran ser reconocidos sino porla voz, y cuando se llamaban entre ellos lohacían con ciertos nombres supuestos.

Empezaron por buscar a la persona de laduquesa y, cuando la encontraron, uno de ellosle dijo: «Ahora hay que morir.»

Y, sin concederle un momento, aunque ellapedía que la dejaran encomendarse a Dios, lapinchó con un fino puñal debajo del senoizquierdo, y, removiendo este puñal en todoslos sentidos, el muy cruel preguntó varias vecesa la desdichada si le tocaba el corazón, hastaque exhaló el último suspiro. Mientras tanto,los otros buscaban a los hermanos de laduquesa, uno de los cuales, Marcelo, se salvó,porque no le encontraron en la casa; al otro leacribillaron a puñaladas. Los asesinos dejaron alos muertos en el suelo y a toda la gente de la

Page 180: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

casa en llantos y lamentos; y, apoderándose delcofre que contenía las joyas y el dinero, semarcharon.

La noticia llegó rápidamente a losmagistrados de Padua; procedieron a laidentificación de los muertos y dieron cuenta aVenecia.58

Durante todo el lunes acudió muchísimagente a dicho palacio y a la iglesia de losErmitaños para ver los cadáveres. Grande fue laemoción compasiva de los curiosos,especialmente al ver ala duquesa, tan bella.Lloraban su desventura y dentibus fremebant(rechinaban los dientes) contra los asesinos.Pero todavía se ignoraban sus nombres.

Como la corte empezó a sospechar, porfuertes indicios, que el hecho perpetrado habíasido por orden o, al menos, con el

58 Aquí el interés histórico no puede ir a la par del interésde novela. La novela pretende instruir de todo lo quepasa por el corazón de los héroes (Nota de Stendhalsobre el manuscrito italiano.)

Page 181: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

consentimiento del susodicho príncipe Luis,citóle a comparecer, y queriendo él entrar incorte (en el tribunal) del ilustrísimo capitán conuna escolta de cuarenta hombres armados,interceptáronle la puerta y le dijeron queentrara solamente con tres o cuatro. Mas, en elmomento de pasar éstos, los otros se lanzarontras ellos, apartaron a los guardias eirrumpieron todos.

Llegado el príncipe Luis ante el ilustrísimocapitán, quejóse de tal afrenta, alegando queningún príncipe soberano le había infligidojamás parecido trato. Preguntóle el ilustrísimocapitán si sabía algo sobre la muerte de lasignora Victoria y lo ocurrido la noche anterior;contestó que sí y que había ordenado que deello se diera parte a la justicia. Se dispuso quese pusiese por escrito su respuesta; objetó élque los hombres de su rango no estaban sujetosa tal formalidad y que tampoco debían serinterrogados.

Page 182: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

El príncipe Luis pidió permiso paramandar un correo a Florencia con una cartapara el príncipe Orsini dándole cuenta delproceso y del crimen acaecido. Exhibió unacarta simulada que no era la verdadera yobtuvo lo que solicitaba.

Pero el emisario fue detenido fuera de laciudad y minuciosamente registrado; leencontraron la carta que el príncipe Luis habíaexhibido y otra escondida en las bocas delemisario, redactada a este tenor:

Al Señor Virginio OrsiniIlustrísimo señor:Hemos dado cumplimiento a lo

convenido entre nosotros, y demanera tal, que logramos engañar alilustrísimo Tondini [al parecer,nombre del presidente de la corteque había interrogado al príncipe];tanto, que me tienen aquí por elcaballero más cumplido del mundo.Hícelo yo en persona, así que no

Page 183: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

dejéis de mandar de inmediato a loshombres que sabéis.

Esta carta causó impresión a losmagistrados; apresuráronse a mandarla aVenecia y dieron orden de que se cerraran laspuertas de la ciudad y se pusieran guardias enlas murallas noche y día. Publicóse un bandohaciendo saber que incurría en severas penasquien, conociendo a los asesinos, nocomunicara a la justicia lo que sabía. Los que,figurando entre los asesinos, declararan contrauno, de ellos, no serían inculpados, y hasta seles daría cierta cantidad de dinero. Pera el 24 dediciembre, víspera de Navidad, a eso de lamedianoche, llegó de Venecia el signor AloisoBragadin con amplios poderes de parte delsenado y con orden de hacer detener, vivos omuertos y contase lo que costase, al susodichopríncipe Luis y a todos los suyos.

Reuniéronse en la fortaleza dicho abogadorBragadin, el capitán y el podestá.

Page 184: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Se ordenó, so pena de horca (della forca) atoda la milicia de a pie y de a caballo que,debidamente armada, rodeara la casa delsusodicho príncipe .Luis, cercana a la fortalezay contigua a la iglesia de San Agustín, de laArena.

Al apuntar el día (que era el de Navidad),se publicó en la ciudad un bando exhortando alos hijos de San Marcos a acudir en armas a lacasa del signor Luis a los que no tuvieranarmas se los convocaba en la fortaleza, dondese les entregarían cuantas quisieren; este bandoprometía una recompensa de dos mil ducados aquien entregara a la corte, vivo o muerto, alsusodicho signor Luis, y quinientos ducadospor la persona de cada uno de sus hombres.Asimismo se ordenaba, a quienes no fueronprovistos de armas, que no se acercaran a lacasa del príncipe, para no estorbar a quienes sebatieran, caso de que el susodicho príncipejuzgara oportuno disponer una salida.

Page 185: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Al mismo tiempo se emplazaronarcabuceros de fortaleza, morteros y artilleríagruesa en las murallas viejas, frente a la casaocupada por el príncipe, y lo mismo en lasmurallas nuevas, desde las cuales se dominabala parte trasera de la casa. En este lado situaronla caballería, para que pudiera maniobrarlibremente en el caso de ser necesaria suintervención. Se aprestaron en la orilla del ríobancos, armario, carros y otros muebles a modode parapetos, con el fin de obstaculizar losmovimientos de los sitiados si intentabanarremeter totora el pueblo en orden cerrado.Estos parapetos debían servir también paraproteger a los artilleros y los soldados contralos tiros de arcabuz de los sitiados.

Por último, emplazaron en el río, enfrente yal costado de la casa del príncipe, unas barcazascargadas de hombres provistos de mosquete; yotras armas propias para hostigar al enemigo seintentaba una salida; al mismo tiempo selevantaron barricadas en todas las calles.

Page 186: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Durante estos preparativos llegó una cartadel príncipe en la qué, en términos muycomedidos, se quejaba de ser consideradoculpable y de verse tratado como enemigo, yhasta como rebelde, antes de examinar el caso.Esta carta la había redactado Liveroto.

El 27 de diciembre, los magistradosenviaron a los señores más principales de laciudad a entrevistarse can el signor Luis, quientenía en su casa cuarenta hombres, todos ellosantiguos soldados veteranos en las armas. Losencontraron ocupados en fortificarse conparapetos hechos de tablas y colchonesmojados, y preparando los arcabuces.

Los tres caballeros declararon al príncipeque estaban determinados a apoderarse de supersona; le exhortaron a que se rindeañadiendo que, si así lo hacía antes de llegar avías de hecho, podría esperar de ellos algunamisericordia. A lo cual respondió el signor Luisque, si empezaban por retirar los guardiasapostados en torno a su casa, se rendiría a los

Page 187: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

magistrados, acompañado de dos o tres de sushombres, para tratar de¡ asunto, con la expresacondición de que siempre quedaría libre paratornar a su casa.

Los embajadores se hicieron cargo de estasproposiciones escritas de puño y letra del signorLuis y volvieron cerca de los magistrados,quienes rechazaron las condiciones,principalmente por consejo del ilustrísimo PíoEnea y de otros nobles presentes. Losembajadores tornaron nuevamente a casa delpríncipe y le notificaron que, si no se rendíapura y simplemente, arrasarían su casa con laartillería; a lo cual respondió que prefería lamuerte a tal acto de sumisión.

Los magistrados dieron la señal de batallay, aunque habrían podido destruir la casa casitotal—mente con una sola descarga, prefirieronempezar con cierta mesura, por si los sitiadosse avenían a rendirse.

Así fue, y con ello se ahorró a San Marcosel mucho dinero que habría costado reconstruir

Page 188: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

las partes destruidas del palacio atacado; sinembargo, no todos lo aprobaron. Si los hombresdel signor Luis no hubieran flaqueado y sehubieran lanzado sin vacilar fuera de la casi, elresultado habría sido muy incierto. Eransoldados veteranos no carecían de municiones,de arma, ni de valor, y sobre todo tenían elmayor interés en vencer; aun poniéndose en lopeor, ¿no era preferible morir de un tiro dearcabuz a perecer a manos del verdugo?Además, ¿con quién tenían que habérselas?Con unos infelices sitiadores pocoexperimentados en las armas; y, en este caso,los señores se habrían arrepentido de suclemencia y su bondad natural.

Empezaron, pues, por batir la columnataque había frente a la casa; después, tirandosiempre un poco por alto, demolieron lafachada. Mientras tanto, los de dentrodispararon muchos arcabuzazos, pero sin otroresultado que el de herir en el hombro a unhombre del pueblo.

Page 189: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

El signor Luis gritaba con gran ímpetu:«¡Batalla!, ¡batalla! ¡Guerra!, ¡guerra!» Estabamuy ocupado en hacer fundir balas con elestaño de las fuentes y el plomo de los cristalesde las ventanas. Amenazaba con hacer unasalida, pero los sitiadores tomaron nuevasmedidas e hicieron avanzar artillería de másgrueso calibre.

El primer cañonazo abrió una buena brechaen la casa y derribó entre las ruinas a un talPandolfo Leupratti de Camerino. Era unhombre de gran arrojo y bandido de muchocuidado. Desterrado de los estados de la santaIglesia, el ilustrísimo señor Vitelli había puestosu cabeza a precio de cuatrocientas piastras porla muerte de Vicente Vitelli, atacado en sucarruaje y muerto a tiros de arcabuz y apuñaladas por obra del príncipe Luis Orsini ypor mano del susodicho Pandolfo y suscómplices. Pandolfo, aturdido por la caída, nopodía moverse; un servidor de los señoresCaidi Listase adelantó hacia él armado de una

Page 190: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pistola y, muy valientemente, le cortó la cabezay se apresuró a llevarla a la fortaleza yentregarla a los magistrados.

Poco después, otro cañonazo derribó unapared de la casa y, con ella, al conde deMontemelino de Perusa, que murió entre lasruinas destrozado por la bala.

Después vieron salir de la casa a unpersonaje llamado el coronel Lorenzo, de losnobles de Camerino, hombre muy rico y que envarias ocasiones había dado pruebas de valor yera muy estimado por el príncipe. Este hombredecidió no morir sin venganza; quiso dispararsu arcabuz; pero, aunque la rueda giraba,ocurrió, quizá por designio de Dios, que elarcabuz no disparó, y en este momento unabala atravesó el cuerpo al coronel Lorenzo. Eldisparo lo había hecho un pobre diablo,monitor de los escolares en San Miguel. Ymientras éste se acercaba a cortarle la cabezapara ganar la recompensa prometida, se leadelantaron otros más ligeros y sobre todo más

Page 191: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

fuertes que el, los cuales se apoderaron de labolsa, del arcabuz, del cinturón, del dinero y delas sortijas del coronel y le cortaron la cabeza.

Muertos los hombres en los que el príncipeLuis confiaba más, se quedó muy perturbado yya no se le vio hacer ningún movimiento. Elsignor Filenfi, su mayordomo de casa ysecretario en traje civil, salió a un balcón y conun pañuelo blanco dio la señal de que serendía. Salió y fue conducido a la ciudadela«llevado del brazo», comen dicen que escostumbre en la guerra, por Anselmo Suardo,teniente de los señores (magistrados).

Sometido inmediatamente a interrogatorio,dijo no tener ninguna culpa en lo que habíapasado, porque hasta la víspera de Navidad nollegó de Venecia, donde había estado variosdías ocupado en los asuntos del príncipe.

Le preguntaron cuántos hombres tenía conél el príncipe; contestó: «Veinte o treintapersonas.»

Page 192: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Le preguntaron los nombres y contestó quehabía ocho o diez que, por ser personas decalidad, comían, como él mismo, a la mesa delpríncipe, y que los nombres de éstos sí losconocía, peto que de los demás, gente de vidavagabunda y llegados poco hacía al servicio delpríncipe, no tenía ningún conocimientoparticular.

Nombró a tren personas, incluido elhermano de Liveroto.

Poco después entró en acción la artillería,situada en las murallas de la ciudad. Lossoldados se apostaron en las casas contiguas ala del príncipe ha impedir la huida de sushombres. El susodicho príncipe, que habíacorrido los mismos peligros que los doshombres cuya muerte hemos relatado, dijo a losque le rodeaban que resistieran hasta quevieran un escrito de su mano acompañado decierta señal; después de lo cual se rindió al yanombrado Anselmo Suardo. Y como nopudieron conducirle en carroza, como estaba

Page 193: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

prescrito, por causa de la gran muchedumbre yde las barricadas levantadas en las calles, seresolvió que fuera a pie.

Iba en medio de los hombres de MarceloAccoramboni a su lado, los señores condottieri,el teniente Suardo, otros capitanes y nobles dela ciudad, todos muy bien armados. Seguía unabuena compañía de hombres de armas y desoldados de la ciudad. El príncipe Luís ibavestido de color pardo, estilete al costado y lacapa levantada bajo el brazo con un aire muyelegante, dijo, con una sonrisa desdeñosa: «¡Sihubiera combatido! », como dando a entenderque habría vencido. Conducido ante los señoresmagistrados, los saludó dijo:

—Señores, soy prisionero de estegentilhombre —señalando al signor Anselmo—,y lamento mucho lo ocurrido, que no hadependido de mí.

Ordenó el capitán que le quitaran el estileteque llevaba al costado y el príncipe se apoyó en

Page 194: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

un balcón y comenzó a cortarse las uñas conunas tijeritas que encontró allí.

Preguntáronle qué personas había en sucana y nombró entre las demás al coronelLiveroto y al conde Montemelino, del que ya seha hablado aquí, añadiendo que daría diez milpiastras por rescatar a uno de ellos y que por elotro daría hasta su sangre. Solicitó que lepusieran en un lugar adecuado a un hombrecomo él. Acordado así, el príncipe escribió desu puño y letra a sus hombres ordenándolesque se rindieran, y entregó como señal suanillo. Dijo al signor Anselmo que le daba suespada y su arcabuz, pidiéndole que, cuando seencontraren sus armas en su casa, se sirviera deellas por amor a él, como armas que eran de uncaballero y no de un vulgar soldado. Lossoldados entraron en la casa, la registraronminuciosamente y convocaron a los hombresdel príncipe, los cuales resultaron ser treinta ycuatro, después de lo cual fueron conducidosde dos en dos a la prisión del palacio. A lo,

Page 195: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

muertos los dejaron para cebo de los perros, yla justicia se apresuró a dar cuenta de todo aVenecia.

Se observó que faltaban muchos soldadosdel príncipe Luis, cómplices del hecho; seprohibió darles asilo, so pena de demoler lacasa y comiscar los bienes de loscontraventores. Los que los denunciarenrecibirían cincuenta piastras. Por estos medios,fueron habidos muchos.

Mandaron de Venecia una fragata aCandia, con una orden dirigida al signor LatinoOrsini para que compareciera inmediatamentepara un asunto de gran importancia, y se creeque perderá su cargo59.

Ayer por la mañana, día de San Esteban,todo el mundo esperaba ver morir al príncipeLuis u oír contar que había sido estrangulado

59 Prudencia necesaria entonces. El gobierno sacaba mu-cho menos que en nuestros días. Tenía sólo la fuerzapura y de ninguna manera el asentimiento (Nota deStendhal sobre el manuscrito italiano.).

Page 196: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

en la prisión, y que así no ocurriera produjogeneral sorpresa, teniendo en cuenta que no erapájaro para tenerlo mucho tiempo enjaulado.Pero la noche siguiente tuvo lugar el juicio, y eldía do san Juan, un poco antes del alba, se supoque el susodicho señor había sido estranguladoy había muerto muy bien dispuesto. Su cadáverfue trasladado sin dilación a la catedral,acompañado por el clero de la misma y por lospadres jesuitas. Quedó expuesto durante todoel día sobre una mesa en el centro de la iglesiapara espectáculo del pueblo y espejo deinexpertos.

Cumpliendo lo dispuesto en su testamento,al día siguiente se trasladó a Venecia sucadáver y allí quedó enterrado.

El sábado ahorcaron a dos de sus hombres;el primero y principal fue Furio Savorgnano; elotro, una persona vil.

El lunes, fue el penúltimo día del susodichoaño, ahorcaron a trece, entro los cuales habíavarios nobles; otros dos, uno de ellos llamado el

Page 197: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

capitán Splendiano y el otro el conde Paganello,fueron conducidos a través de la plaza yligeramente atenazados; una vez en el lugar delsuplicio, los derribaron a golpes, les cortaron lacabeza y descuartizaron estando todavía casivivos. Estos hombres eran nobles y, antes dededicarse al mal, fueron muy ticos. Se dice queel conde Paganello fue quien mató a la signoraVictoria Accoramboni con la crueldad antesrelatada. A esto se objeta que el príncipe Luis,en la carta que hemos citado, declara que fue élmismo quien ejecutó el hecho; quizá lo escribiópor vanagloriarse, como cuando hizo asesinar aVitelli en Roma, o bien para mayormerecimiento del favor del príncipe VirginioOtsini.

El conde Paganello, antes de recibir elgolpe mortal, fue atravesado varias veces conun cuchillo debajo del seno izquierdo, paratocarle el corazón, como él hiciera con la pobre

Page 198: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

dama60. Y le salía del pecho como un río desangre. Así vivió más de media hora, con granasombro de todos. Era un hombre de cuarentay cinco años que revelaba mucha fuerza.

Todavía están levantadas las horcaspatibularias para despachar a los diecinueveque quedan el primer día que no sea fiesta.Pero como el verdugo está cansadísimo y elpueblo como en agonía por haber visto tantosmuertos, se aplaza la ejecución estos dos días.No se cree que dejen a ninguno con vida. Quizáse exceptúe solamente, entre los hombres delpríncipe Luis, al signor Filenfi, su mayordomode casa, el cual se está esforzando muchísimo, yen realidad la cosa es importante para él, pordemostrar que no tomó parte alguna en elhecho.

Ni los más viejos de esta ciudad de Paduarecuerdan que se haya procedido, jamás, por

60 La Ley del Talión parece innata en el corazón del hom-bre. El 26 de abril de 1833. (Nota de Stendhal sobre elmanuscrito italiano.)

Page 199: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

una sentencia más justa, contra la vida detantas personas de una sola vez. Y esto, señores(de Venecia) granjeó buena fama y reputaciónentre las naciones más civilizadas61.

(Añadido con otra letra:)

Francisco Filenfi, secretario y maestro dicasa fue condenado a quince años de prisión. Elcopero (copiere) Honorio Adami de Fermo yotros dos, a un año de prisión; otros sietefueron condenados a galeras con grilletes en lospies, y, por último, siete fueron puestos enlibertad.

61 Lo que hubiera resultado más curioso es ahondar en lapintura de las costumbres morales del historiador. El26 de agosto de 1836. (Nota de Stendhal sobre el ma-nuscrito italiano.)

Page 200: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

LA DUQUESA DE PALLIANO

La Duchesse de Pallianode Chroniques italiennes (1839)

Palermo, 22 de julio de 1838

Yo no soy un naturalista, y apenas siconozco el griego; mi principal propósito alvenir a Sicilia no ha sido observar losfenómenos del Etna, ni aclarar, para mí o paralos demás, todo lo que los viejos autoresgriegos han dicho sobre Sicilia. Buscaba enprimer término el placer de los ojos, que esgrande en este singular país. Dicen que separece a África; pero lo indudable para mí esque sólo por las pasiones devoradoras se parecea Italia. De los sicilianos sí que puede decirseque la palabra imposible no existe para elloscuando los enardece el amor o el odio, y elodio, en este hermoso país, no proviene jamásde un interés de dinero.

Page 201: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Observo que en Inglaterra, y sobre todo enFrancia, se habla a menudo de la pasión italiana,de la pasión desenfrenada que se hallaba enItalia en los siglos dieciséis y diecisiete. Ennuestros días, esa hermosa pasión ha muerto,muerto del todo en las clases que han caído enla imitación de las costumbres francesas y delos modos de obrar a la moda de París y enLondres.

Ya sé que se puede decir que, en la épocade Carlos V (1530), Nápoles, Florencia y hastaRoma imitaron un poco las costumbresespañolas; pero ¿acaso estas costumbresespañolas no estaban fundadas en el infinitorespeto que todo hombre digno de este nombredebe tener para los movimientos de su alma?Lejos de excluir la energía, la exageran,mientras que la primera máxima de los fatuosque imitaban al duque de Richelieu, hacia 1760,era no parecer emocionados de nada. La máximade los dandies ingleses, que ahora copian enNápoles con preferencia a los fatuos franceses,

Page 202: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

¿no es acaso parecer hastiado de todo, superiora todo?

Es decir que, desde hace un siglo, la pasiónitaliana ya no se encuentra en la buena sociedadde aquel país.

Para darme una idea de esta pasión italiana,de la que con tanta seguridad hablan losnovelistas, he tenido que interrogar a lahistoria, pero tampoco la gran historia hechapor gente de talento, y a menudo demasiadomajestuosa, dice casi nada de estos detalles. Nose digna tomar nota de las locuras sino cuandolas hacen reyes o príncipes. Yo he acudido a lahistoria particular de cada ciudad, pero me haasustado la abundancia de material. Pequeñaciudad hay que os presenta orgullosamente suhistoria en tres o cuatro volúmenes en cuarto,impresos, y siete u ocho volúmenesmanuscritos; éstos, casi indescifrables, plagadosde abreviaturas, con unas letras de formasingular, y, en los momentos más interesantes,llenos de expresiones de uso en la comarca,

Page 203: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pero ininteligibles veinte leguas más lejos.Pues, en toda esta hermosa Italia, donde elamor ha sembrado tantos acontecimientostrágicos, sólo tres ciudades, Florencia, Siena yRoma, hablan aproximadamente comoescriben; en todos los demás lugares, la lenguaescrita está a cien leguas del lenguaje hablado.

Lo que se llama la pasión italiana, es decir, laque procura su propia satisfacción, y no dar alvecino una idea magnífica de nuestra persona,comienza con el renacimiento de la sociedad,en el siglo XII, y se extingue, al menos en loscírculos distinguidos, hacia 1734. En esta época,los Borbones comienzan a reinar en Nápoles enla persona de don Carlos, hijo de una Farnesiocasada en segundas nupcias con Felipe V, esetriste nieto de Luis XIV, tan intrépido en mediode las balas, tan aburrido y tan apasionado porla música. Sabido es que, durante veinticuatroaños, el sublime eunuco Farinelli le cantó todoslos días tres arias favoritas, siempre las mismas.

Page 204: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

A un espíritu filosófico pueden parecerlecuriosos los detalles de una pasión sentida enRoma o en Nápoles, pero he de confesar quenada me resulta tan absurdo como esas novelasque dan nombres italianos a sus personajes.¿No hemos convenido que las pasiones varían acada cien leguas que se avanza hacia el Norte?¿Acaso el amor es igual en Marsella que enParís? Lo más que puede decirse es que lospaíses sometidos desde hace tiempo al mismogénero de gobierno ofrecen en las costumbressociales una cierta semejanza exterior.

Los paisajes, como las pasiones, como lamúsica, cambian también cada tres leguas haciael Norte. Un paisaje napolitano pareceríaabsurdo en Venecia, si no fuera cosa convenida,hasta en Italia, admirar la bella naturaleza deNápoles. En París, llegamos a más; creemos queel aspecto de los bosques y de los camposcultivados es absolutamente igual en Nápolesque en Venecia, y quisiéramos que el Canaletto,

Page 205: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

por ejemplo, tuviera absolutamente el mismocolor que Salvator Rosa.

¿No es el colmo del ridículo una damainglesa dotada de todas las perfecciones de suisla, pero considerada como incapaz de pintarel odio y el amor, incluso en esta isla: la señoraAna Radcliffe dando nombres italianos yatribuyendo grandes pasiones a los personajesde su célebre novela «El confesionario de lospenitentes negros»?

No intentaré yo poner gracia en la sencillez,en la rudeza a veces agresiva del muy verídicorelato que someto a la indulgencia del lector;por ejemplo, traduzco exactamente la respuestade la duquesa de Palliano a la declaración deamor de su primo Marcelo Capecce. Estamonografía de una familia se encuentra, no sépor qué, al final del segundo volumen de unahistoria manuscrita de Palermo, sobre la cualno puedo dar ningún detalle.

Este relato que, con gran pesar mío, abreviomucho (suprimo una multitud de detalles

Page 206: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

característicos), contiene las últimas aventurasde la infortunada familia Carafa, más que lainteresante historia de una sola pasión. Lavanidad literaria me dice que acaso no mehubiera sido imposible aumentar el interés devarias situaciones extendiéndome más, es decir,adivinando y contando al lector, con detalle, loque sentían los personajes. Pero yo, jovenfrancés, nacido al Norte de París, ¿estoy acasobien seguro de adivinar lo que experimentabanesas almas italianas del año 1559?, todo lo más,me parece adivinar lo que puede resultarelegante y atractivo a los lectores franceses de1838.

Esta manera apasionada de sentir quereinaba en Italia hacia 1559 exigía actos y nopalabras. Por eso se hallarán muy pocosdiálogos en los relatos siguientes.

Ello es una desventaja para esta traducción,acostumbrados como estamos a las dilatadasconversaciones de nuestros personajes denovela. Para ellos, una conversación es una

Page 207: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

batalla. La historia para la cual reclamo toda laindulgencia del lector ofrece una particularidadsingular introducida por los españoles en lascostumbres de Italia. Me he atenidoestrictamente al papel de traductor. El calco fielde las maneras de sentir del siglo XVI, y hastael modo de narrar del historiador, que segúntodas las apariencias, era un nobleperteneciente a la familia de la infortunadaduquesa de Palliano, constituye, a mi juicio, elprincipal mérito de esta trágica historia,suponiendo que tenga algún mérito.

En la corte del duque de Palliano, reinabala más severa etiqueta española. Observad quecada cardenal, cada príncipe romano tenía unacorte parecida, y podéis formaros una idea delespectáculo que ofrecía, en 1559, la civilizaciónde la ciudad de Roma. No olvidéis que era laépoca en que el rey Felipe II, necesitando, parauna de sus intrigas, el sufragio de doscardenales, daba a cada uno cien mil libras derenta en beneficios eclesiásticos. Roma, aunque

Page 208: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

sin ejército temible, era la capital del mundo.En 1559, París era una ciudad de bárbarosbastante gentiles.

TRADUCCIÓN EXACTA DE UNVIEJO RELATOESCRITO HACIA 1566

Juan Pedro Carafa, aunque perteneciente auna de las más nobles familias del reino deNápoles, tenía unos modos de obrar ásperos,rudos, violentos y dignos por completo de uncabrero. Tomó el hábito largo (la sotana) y se fue,joven, a Roma, donde recibió apoyo de suprimo, Oliverio Carafa, cardenal y arzobispo deNápoles. Alejandro VI, aquel hombre que todolo sabía y todo lo podía, le hizo su cameriere(aproximadamente lo que llamaríamos, ennuestras costumbres, un oficial de órdenes).Julio II le nombró arzobispo de Chietti; el PapaPaulo le hizo cardenal, y, en fin, el 23 de mayode 1555, después de intrigas y disputas terriblesentre los cardenales encerrados en el cónclave,

Page 209: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

fue elegido Papa con el nombre de Paulo IV;tenía a la sazón setenta y ocho años. Losmismos que acababan de elevarle al trono deSan Pedro se echaron a temblar en seguidapensando en la dureza y en la piedadtremenda, inexorable, del amo que acababan dedarse.

La noticia de este nombramientoinesperado produjo una revolución en Nápolesy en Palermo. En pocos días, llegaron a Romagran número de miembros de la ilustre familiaCarafa. Todos fueron colocados, pero; como esnatural, el Papa distinguió particularmente asus tres sobrinos, hijos del conde de Montorio,hermano suyo.

A don Juan, el mayor, ya casado, le hizoduque de Palliano. Este ducado, sustraído aMarco Antonio Colonna, al cual pertenecía,comprendía gran número de pueblos y devillas. Don Carlos, el segundo de los sobrinosde Su Santidad, era caballero de Malta y habíahecho la guerra; fue nombrado cardenal, legado

Page 210: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de Bolonia y primer ministro. Era un hombrede gran resolución; fiel a las tradiciones de sufamilia, tuvo la osadía de odiar al rey máspoderoso del mundo (Felipe II, rey de España yde las Indias) y le dio pruebas de su odio. Encuanto al tercer sobrino del nuevo Papa, donAntonio Carafa, como estaba casado, el Papa lehizo marqués de Montebello. Por último, sepropuso dar por mujer a Francisco, delfín deFrancia e hijo del rey Enrique II, una hija que suhermano había tenido de un segundomatrimonio; Paulo IV pensaba asignarle comodote el reino de Nápoles, quitándoselo para elloa Felipe II, rey de España. La familia odiaba aeste poderoso rey, el cual, ayudado por lasculpas de esta familia, consiguió exterminarla,como veréis.

Desde que subiera al trono de San Pedro, elmás poderoso del mundo y que, en aquellaépoca, eclipsaba incluso al ilustre monarca delas Españas, Paulo IV, como la mayor parte desus sucesores, daba ejemplo de todas las

Page 211: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

virtudes. Fue un gran Papa y un gran santo; seesforzaba en reformar los abusos de la Iglesia yen aplazar, por este medio, el concilio generalque desde todas partes se pedía a la corte deRoma y que una sabía política no permitíaconceder.

Según costumbre de aquel tiempo,demasiado olvidada en el nuestro y que nopermitía a un soberano poner confianza engentes que podían tener un interés distinto alsuyo, los Estados de Su Santidad erangobernados despóticamente por sus tressobrinos. El cardenal era primer ministro ydisponía de la voluntad de su tío; el duque dePalliano había sido nombrado general de lastropas de la Santa Iglesia, y el marqués deMontebello, capitán de los guardias de Palacio,no dejaba entrar en él sino a las personas que sele antojaba. Estos jóvenes no tardaron encometer los mayores excesos; comenzaron porapropiarse los bienes de las familias contrariasa su gobierno. Los pueblos no sabían a quién

Page 212: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

recurrir para obtener justicia. No sólo teníanque temer por sus bienes, sino que —¡cosahorrible de decir en la patria de la castaLucrecia!— el honor de las mujeres y de susfamilias no estaba seguro. El duque de Pallianoy sus hermanos se apropiaban las mujeres máshermosas; bastaba tener la desgracia degustarles. Se vio, con estupor, que noguardaban el menor miramiento a la noblezade la sangre, y, más aún, no les contenía enmodo alguno la sagrada clausura de los santosmonasterios. El pueblo, reducido a ladesesperación, no sabía a quién presentar susquejas: tan grande era el terror que los treshermanos habían inspirado a todo el que seacercaba al Papa; eran insolentes hasta con losembajadores.

El duque se había casado, antes delengrandecimiento de su tío, con Violante deCardona, de una familia originaria de España, yque, en Nápoles, pertenecía a la primeranobleza.

Page 213: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Figuraba en el Seggio di nido.Violante, célebre por su rara belleza y por

las gracias que sabía desplegar cuando queríaseducir a la gente, lo era más todavía por suorgullo insensato. Pero hay que ser justo:difícilmente se pudiera tener un carácter máselevado, y bien lo demostró al mundo al noconfesar nada, antes de morir, al hermanocapuchino que la confesó. Sabía de memoria yrecitaba con una gracia infinita el admirableOrlando, de messer Ariosto, la mayor parte delos sonetos del divino Petrarca, los cuentos dePecorone, etcétera. Pero era más seductora aúncuando se dignaba hablar a su compañía de lasideas singulares que le sugería su talento.

Tuvo un hijo que fue llamado duque deCavi. Su hermano don Ferrando, conde Aliffe,se trasladó a Roma atraído por la alta fortunade su cuñados.

El duque de Palliano tenía una cortemagnífica; los jóvenes de las primeras familiasde Nápoles se disputaban el honor de formar

Page 214: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

parte de ella. Entre los que le eran más caros,Roma distinguió con su admiración a MarceloCapecce (del Seggio di nido), joven caballerocélebre en Nápoles por su talento, tanto comopor la belleza divina que había recibido delcielo.

La duquesa tenía por favorita a Diana deBrancaccio, de treinta años, pariente cercana dela marquesa de Montebello, su cuñada. Se decíaen Roma que con esta favorita deponía suorgullo; le confiaba todos sus secretos. Peroestos secretos sólo se referían a la política; laduquesa suscitaba pasiones, pero no compartíaninguna.

Por consejo del cardenal Carafa, el Papahizo la guerra al rey de España y el rey deFrancia envió en socorro del Papa un ejércitomandado por el duque de Guise.

Pero hemos de atenernos a losacontecimientos interiores de la corte del duquede Palliano.

Page 215: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Capecce estaba desde hacía mucho tiempocomo loco; se le veía cometer los actos másextraños; el hecho es que el pobre mozo sehabía enamorado locamente de la duquesa, suseñora, pero no osaba declarárselo. No obstante,no desesperaba por completo de realizar suafán, pues veía a la duquesa profundamenteirritada contra un marido que no le hacía caso.El duque de Palliano era omnipotente en Roma,y la duquesa sabía, sin ninguna duda, que casidiariamente las damas romanas más célebrespor su belleza visitaban a su marido en supropio palacio, y ésta era una afrenta a la que laduquesa no podía acostumbrarse.

Entre los capellanes del santo Papa PauloIV había un respetable religioso con el cual SuSantidad recitaba el breviario. Este personaje,con riesgo de perderse y acaso inducido por elembajador de España, atrevióse un día a contaral Papa todas las atrocidades de sus sobrinos.El santo pontífice enfermó del disgusto; quisodudar, pero las certidumbres abrumadoras

Page 216: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

llegaban de todas partes. Fue el primer día delaño 1559 cuando tuvo lugar el hecho queconfirmó al Papa en todas sus sospechas yacaso decidió a Su Santidad. Fue, pues, elmismo día de la Circuncisión del Señor,circunstancia que agravó mucho la falta a losojos de un soberano tan piadoso, cuandoAndrés Lanfranchi, secretario del duque dePalliano, dio una cena magnífica al cardenalCarafa, y, para que las excitaciones de la gula seañadiesen a las de la lujuria, hizo asistir aaquella cena a la Martuccia, una de las másbellas, más célebres y más ricas cortesanas de lanoble ciudad de Roma. Quiso la fatalidad queCapecce, el favorito del duque, el mismo que ensecreto estaba enamorado de la duquesa, y quepasaba por el hombre más guapo de la capitaldel mundo, estuviera desde hacía algún tiempoen trato con la Martuccia. Aquella noche labuscó en todos los lugares donde podía esperarhallarla. No encontrándola en parte alguna yenterado de que había una cena en la casa

Page 217: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Lanfranchi, sospechó lo que pasaba, y a eso demedia noche se presentó en casa de Lanfranchiacompañado de muchos hombres armados.

Abriéronle la puerta y le invitaron asentarse y a tomar parte en el festín; pero,después de unas palabras bastante contenidas,hizo seña a la Martuccia de que se levantara ysaliera con él. Como ella vacilara, muy confusay previendo lo que iba a ocurrir, Capecce selevantó del lugar en que estaba sentado, y,acercándose a la muchacha, la tomó de la manoprocurando llevársela con él. El cardenal, encuyo honor había sido invitada, se opusovivamente a que se fuera; Capecce insistió,esforzándose en sacarla de la sala.

El cardenal primer ministro, que aquellanoche se había vestido de manera muydiferente a la que correspondía a su altadignidad, echó mano a la espada y se opusocon la energía y el valor que toda Roma leconocía a la partida de la muchacha. Marcelo,ebrio de cólera, hizo entrar a sus hombres; pero

Page 218: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

la mayoría eran napolitanos, y cuandoreconocieron al secretario del duque y luego alcardenal, desfigurado al pronto por su atuendoinacostumbrado, volvieron sus espadas a lavaina, negáronse a batirse y se interpusieronpara pacificar la querella.

Durante este tumulto, Martuccia rodeadapor los invitados y retenida por la manoizquierda de Marcelo, fue lo bastante diestrapara escapar. Cuando Marcelo advirtió suausencia, corrió tras ella y toda su gente lesiguió.

Pero la oscuridad de la noche autorizabalos relatos más extraños, y la mañana del 2 deenero se habló en toda la ciudad de unpeligroso combate que tuviera lugar, segúndecían, entre el cardenal sobrino y MarceloCapecce. El duque de Palliano, general en jefedel ejército de la Iglesia, creyó la cosa muchomás grave de lo que era, y como no estaba enmuy buenas relaciones con su hermano elministro, aquella misma noche mandó detener

Page 219: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

a Lanfranchi, y al día siguiente, muy temprano,fue encarcelado Marcelo. Como en seguida sedieran cuenta de que nadie había perdido lavida y de que aquellas detenciones no hacíansino aumentar el escándalo, que recaía enterosobre el cardenal, apresuráronse a poner enlibertad a los presos, y el inmenso poder de lostres hermanos se aunó para procurar ahogar elasunto. Al principio creyeron conseguirlo, peroal tercer día llegó todo a oídos del Papa. Mandóllamar a sus dos sobrinos y les habló comopodía hacerlo un príncipe tan piadoso y tanprofundamente ofendido.

El quinto día de enero, que reunía grannúmero de cardenales en la congregación delsanto oficio, el santo Papa habló el primero deeste horrible asunto, y preguntó a loscardenales presentes cómo habían osado noponerlo en su conocimiento.

—¡Guardáis silencio, aunque el escándaloafecta a la dignidad sublime de que estáisinvestidos! El cardenal Carafa ha osado

Page 220: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

presentarse en la vía pública en traje secular ycon la espada desnuda en la mano. ¿Y con quéobjeto? Para apoderarse de una infamecortesana.

Fácil es imaginar el silencio de muerte quereinó entre todos aquellos cortesanos duranteesta diatriba contra el primer ministro. Era unanciano octogenario el que tronaba contra susobrino querido, dueño hasta entonces de suvoluntad. En su indignación, el Papa habló dequitar el capelo a su sobrino.

La cólera del Papa fue avivada por elembajador del gran duque de Toscana, queacudió a quejarse a él de una insolencia recientedel cardenal primer ministro. Este cardenal, tanpoderoso en otro tiempo, se presentó en lashabitaciones de Su Santidad para el despachoacostumbrado. El Papa le dejó cuatro horas enla antecámara, esperando a la vista de todos, yluego le despidió sin querer recibirle enaudiencia. Imagínese lo que debió de sufrir elinmoderado orgullo del ministro; pensaba que

Page 221: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

un anciano abrumado por la edad, dominadotoda su vida por el amor que tenía a su familiay, además, poco habituado a despachar losasuntos temporales, veríase obligado a recurrira su actividad. Pero venció la virtud del santoPapa; convocó a los cardenales, y, después demirarlos largo rato sin hablarles, acabóechándose a llorar y no vaciló en proclamar unaespecie de mea culpa.

—La flaqueza de la edad —les dijo— y migran interés por las cosas de la religión, en lascuales pretendo, como sabéis, destruir todos losabusos, me llevaron a delegar mi autoridadtemporal en mis dos sobrinos; han abusado deella, y los destituyo para siempre.

Luego fue leído un breve por el cual lossobrinos quedaban despojados de todas susdignidades y confinados en míseros pueblos. Elcardenal primer ministro fue desterrado aCivita Lavania, el duque de Palliano a Soriano,y el marqués a Montebello; en virtud de estebreve, el duque quedaba también privado de

Page 222: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

sus honorarios regulares, que se elevaban asetenta y dos mil piastras (más de un millón de1838).

No era posible ni siquiera pensar endesobedecer estas severas órdenes: los Carafatenían por enemigos y como vigilantes alpueblo entero de Roma, que los detestaba.

El duque de Palliano, acompañado delconde Aliffe, su cuñado, y de Leonardo delCardine, fue a vivir al pueblecillo de Soriano,mientras que la duquesa y su suegra seinstalaron en Gállese, miserable aldea a dosleguas de Soriano.

Estas localidades son encantadoras, pero setrataba de un destierro, y aquellas gentes eranarrojadas de Roma, donde antes reinaran coninsolencia.

Marcelo Capecce había seguido a su señoracon los demás cortesanos al mísero pueblo enque estaba desterrada. En lugar de loshomenajes de toda Roma, esta mujer, tanpoderosa unos días antes, y que gozaba de su

Page 223: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

rango con todo el exceso de su orgullo, ya no seveía rodeada más que de simples lugareñoscuyo pasmo no hacía sino recordarle su caída.No había consuelo en ella; su tío era tan viejo,que probablemente le sorprendería la muerteantes de llamar de nuevo a sus sobrinos, y, paracolmo de miseria, los tres hermanos sedetestaban unos a otros. Incluso se decía que elduque y el marqués, que no compartían lasfogosas pasiones del cardenal, asustados porsus excesos, habían llegado a denunciarle alPapa, su tío.

En medio del horror de esta gran caídaocurrió una cosa que, por desgracia para laduquesa y para el mismo Capecce, puso muyde manifiesto que, en Roma, no fue una pasiónverdadera lo que le llevó tras los pasos de laMartuccia.

Un día que la duquesa mandó a llamarlopara darle una orden, se halló a solas con ella,cosa que no ocurría quizá ni dos veces al año.Cuando vio que no había nadie en la sala

Page 224: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

donde la duquesa le recibía, Capecce se quedóinmóvil y silencioso. Acercóse a la puerta porver si en la sala vecina había alguien quepudiera escuchar, y luego se atrevió a hablarasí:

—Señora, no os alteréis y no os encolericenlas palabras extrañas que voy a tener latemeridad de pronunciar. Desde hace muchotiempo os amo más que a la vida. Si, conexcesiva imprudencia, he tenido la osadía demirar como amante vuestras divinas gracias, nodebéis imputarlo a culpa mía, sino a la fuerzasobrenatural que me impulsa y me agita. Vivoen puro tormento, me abraso; no pido aliviopara la llama que me consume, sino solamenteque vuestra generosidad se apiade de unservidor pleno de desconfianza y de humildad.

La duquesa mostróse sorprendida y sobretodo irritada.

—Marcelo, ¿qué has visto en mí —le dijo—que te dé la audacia de requerirme de amores?¿Acaso mi vida, acaso mis palabras se han

Page 225: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

apartado tanto de las reglas de la decenciacomo para que te creas autorizado a semejanteinsolencia? ¿Cómo has podido tener la osadíade creer que yo podía entregarme a ti o acualquier otro hombre que no fuera mi maridoy señor? Te perdono lo que me has dichoporque eres un frenético; pero guárdate de caerde nuevo en semejante falta, o te juro que he decastigarte a la vez por la primera y por lasegunda insolencia.

La duquesa se alejó llena de ira, yrealmente Capecce había faltado a las leyes dela prudencia: había que dejar adivinar y nodecir. Se quedó confuso, temiendo mucho quela duquesa contara a su esposo lo ocurrido.

Pero las cosas sucedieron de modo muydistinto al que él temía. En la soledad de aquelpueblo, la orgullosa duquesa de Palliano nopudo menos de contar a su dama de honorfavorita, Diana Brancaccio, lo que habían osadodecirle. Era ésta una mujer de treinta años,devorada por pasiones ardientes. Tenía el pelo

Page 226: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

rojizo (el historiador insiste varias veces en estacircunstancia que le parece explicar todas laslocuras de Diana Brancaccio). Amaba con furora Domiciano Fornari, gentilhombre al serviciodel marqués de Montebello. Quería tomarle poresposo; pero el marqués y su mujer, a los queDiana tenía el honor de estar unida por loslazos de la sangre, ¿consentirían algún día enque se casara con un hombre actualmente a suservicio? Este obstáculo era insuperable, almenos en apariencia.

No había más que una probabilidad deéxito: habría sido preciso conseguir que elduque de Palliano, hermano mayor delmarqués, pusiera en juego toda su influencia, yDiana no dejaba de tener alguna esperanza enesto. El duque la trataba como pariente másque como a sirviente. Era un hombre sencillo ybueno de corazón, y le preocupabaninfinitamente menos que a sus hermanos lascosas de pura etiqueta. Aunque el duque seaprovechara, como un verdadero mozo que era,

Page 227: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de todas las ventajas de su alta posición, estabamuy lejos de ser infiel a su mujer; la amabatiernamente y, según las apariencias, no podríanegarle una gracia si se la pedía con ciertapersistencia.

La confesión que Capacce había osadohacer a la duquesa parecióle una suerteinesperada a la sombría Diana. Su señora habíasido hasta entonces de una seriedaddesesperante; si podía sentir una pasión, sicometía una falta, necesitaría a cada instante aDiana, y ésta podría esperarlo todo de unamujer cuyos secretos conociera.

Lejos de comenzar por hablar a la duquesade lo que se debía a sí misma y luego de loshorribles peligros a los que se expondría enmedio de una corte tan clarividente, Diana,llevada por el fuego de su propia pasión, hablóde Marcelo Capecce a su señora como si sehablara a sí misma de Domiciano Fornari. Enlas largas conversaciones de esta soledad,hallaba medio, cada día, de recordar a la

Page 228: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

duquesa las gracias y la belleza de aquel pobreMarcelo, que parecía tan triste; pertenecía,como la duquesa, a las primeras familias deNápoles; sus modales eran tan nobles como susangre, y sólo le faltaban esos bienes que uncapricho de la fortuna podía darle cualquierdía, para ser, en todos los aspectos, igual a lamujer que se atrevía a amar.

Diana notó con alegría que el primer efectode estas palabras fue aumentar la confianza quela duquesa le otorgaba.

No dejó de dar noticia de lo que pasaba aMarcelo Capecce. Durante los abrasadorescalores de aquel estío, la duquesa se paseaba amenudo por los bosques que rodeaban Gallese.A la caída de la tarde, iba a gozar de la brisa delmar a las deliciosas colinas que se alzan enmedio de los bosques y desde cuya cima sedivisa el mar a menos de dos leguas dedistancia.

Sin apartarse de las severas leyes de laetiqueta, Marcelo podía encontrarse en aquellos

Page 229: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

bosques; dicen que se escondía en ellos ycuidaba de no mostrarse a las miradas de laduquesa sino cuando ésta se hallaba biendispuesta por lo que le decía Diana Brancaccio,que hacía entonces una señal a Marcelo.

Diana, viendo ya a su señora a punto deescuchar la fatal pasión que ella hiciera naceren su alma, cedió ella misma al violento amorque Domiciano Fornari le había inspirado. Enlo sucesivo estaba segura de poder casarse conél. Pero Domiciano era un mozo prudente, deun carácter frío y reservado; los arrebatos de sufogosa amante, lejos de atraerle, no tardaron enresultarle importunos. Diana Brancaccio erapariente cercana de los Carafa; estaba seguro deser apuñalado a la menor noticia que de susamores llegara al terrible cardenal Carafa, elcual, aunque menor que el duque de Palliano,era, de hecho, el verdadero jefe de la familia.

La duquesa había cedido hacía algúntiempo a la pasión de Capecce, cuando un buendía no se halló a Domiciano Fornari en el

Page 230: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pueblo donde estaba relegada la corte delmarqués de Montebello. Había desaparecido.Más tarde se supo que había embarcado en elpequeño puerto de Nettuno; sin duda cambióde nombre, y nunca más hubo noticias de él.

¿Quién podría describir la desesperaciónde Diana? Después de escuchar con bondad susquejas contra el destino, un día la duquesa dePalliano le dejó adivinar que este tema deconversación le parecía agotado. Diana se veíadespreciada por su amante; su corazón erapresa de los sentimientos más crueles, y sacó lamás extraña consecuencia del instante defastidio que la duquesa experimentara al oír lainsistencia de sus lamentaciones. Diana seconvenció de que era la duquesa la que habíaincitado a Domiciano a dejarla para siempre yque, además, le había proporcionado losmedios. Esta insensata idea sólo se apoyaba enalgunas exhortaciones que en otro tiempo lehiciera la duquesa. A la sospecha siguió enseguida la venganza. Pidió una audiencia al

Page 231: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

duque y le contó todo lo que ocurría entre sumujer y Marcelo. El duque se negó a darlecrédito.

—Pensad —dijo a la denunciante— que enquince años no he tenido el menor reprocheque hacer a la duquesa; ha resistido a lasseducciones de la corte y a las tentaciones de laposición brillante que teníamos en Roma; lospríncipes más apuestos, y hasta el propioduque de Guise, general del ejército francés,perdieron el tiempo con ella, ¿y pretendes quehaya cedido a un simple caballerizo?

Quiso la malaventura que el duque seaburriera mucho en Soriano, pueblo en queestaba desterrado y que se hallaba a sólo dosleguas del que habitaba su mujer; Diana pudo,pues, obtener muchas audiencias sin que seenterara la duquesa. La favorita tenía untalento asombroso, y su pasión la hacíaelocuente. Daba al duque multitud de detalles;la venganza había llegado a ser su único placer.Le repetía que, casi todas las noches, Capecce

Page 232: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

entraba en el cuarto de la duquesa a eso de lasonce y no salía hasta las dos o las tres de lamañana. Estas denuncias causaron al principiotan poca impresión en el duque, que no quisotomarse el trabajo de caminar dos leguas amedianoche para ir a Gallese y entrar deimproviso en el cuarto de su mujer.

Pero una tarde se hallaba en Gallese, sehabía puesto ya el sol, pero se veía aún. Dianapenetró toda desmelenada en el salón en que seencontraba el duque. Todo el mundo se alejó, yella le dijo que Marcelo Capecce acababa deentrar en el cuarto de la duquesa. El duque, sinduda mal dispuesto en aquel momento, cogiósu puñal y corrió al cuarto de su mujer,entrando en él por una puerta falsa. Allíencontró a Marcelo Capecce. Los dos amantescambiaron de color al verle entrar, pero, por lodemás, no había nada de reprensible en laposición en que se hallaban. La duquesa estabaen su cama anotando un pequeño gasto queacababa de hacer; en la habitación se hallaba

Page 233: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

una camarista; Marcelo estaba en pie a trespasos del lecho.

El duque, furioso, cogió a Marcelo por elcuello, le arrastró a un gabinete inmediato y lemandó tirar al suelo la daga y el puñal de queiba armado. Luego llamó a los hombres de suguardia, los cuales condujeron a Marcelo a lasprisiones de Soriano.

A la duquesa la dejaron en su palacio, peroestrechamente vigilada.

El duque no era nada cruel; parecía quetuviera la idea de ocultar lo ocurrido, por noverse obligado a llegar a las medidas extremasque el honor le exigiría. Quiso hacer creer queMarcelo estaba detenido por otra cosacualquiera, y con el pretexto de unos saposenormes que Marcelo había comprado muycaros dos o tres meses antes, hizo decir que estemozo había intentado envenenarle. Pero elverdadero delito era demasiado bien conocido,y el cardenal, su hermano, mandó preguntarlecuándo pensaba lavar en la sangre de los

Page 234: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

culpables la afrenta que se había osado infligira su familia.

El duque buscó el apoyo del conde deAliffe, hermano de su mujer, y de AntonioTorando, amigo de la casa. Los tres,constituidos en una especie de tribunal,formaron juicio a Marcelo Capecce, acusado deadulterio con la duquesa.

La inestabilidad de las cosas humanasdispuso que el papa Pío IV, que sucedió a PabloIV, perteneciera al partido de España. No podíanegar nada al rey Felipe II, que le exigió lamuerte del cardenal y del duque de Palliano.Ambos hermanos fueron acusados ante lostribunales del país, y las minutas del procesoque hubieron de sufrir nos informan de todaslas circunstancias de la muerte de MarceloCapecce.

Uno de los numerosos testigos oídosdeclaró en estos términos:

Estábamos en Soriano; el duque, mi señor,tuvo una larga conversación con el conde

Page 235: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Aliffe... Por la noche, muy tarde, bajamos a unasala de la planta baja, donde el duque habíahecho preparar las cuerdas necesarias parasometer a tormento al culpable. Allí se hallabanel duque, el conde de Aliffe, el señor AntonioTorando y yo.

El primer testigo llamado fue el capitánCamilo Grifone, amigo íntimo y confidente deCapecce. El duque le habló así:

—Di la verdad, amigo. ¿Qué sabes de loque ha hecho Marcelo en el cuarto de laduquesa?

—Yo no sé nada; hace más de veinte díasque estoy reñido con Marcelo.

Como se obstinara en no decir nada más, elseñor duque llamó a algunos de sus guardiasque esperaban fuera. Grifone fue atado a lacuerda por el podestá de Soriano. Los guardiastiraron de las poleas y, por este medio,levantaron al culpable a cuatro dedos del suelo.Al cabo de un cuarto de hora de estarsuspendido así, dijo:

Page 236: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Bajadme, diré lo que sé.Cuando le posaron en el suelo, los guardias

se alejaron y nosotros quedamos a solas con él.—Es cierto que varias veces acompañé a

Marcelo hasta el cuarto de la duquesa —dijo elcapitán—, pero no sé nada más, porque mequedaba esperando en un patio vecino hastaeso de la una de la madrugada.

En seguida tornaron a llamar a losguardias, que, por orden del duque, alzáronlede nuevo, de modo que sus pies no tocaran elsuelo. El capitán no tardó en exclamar.

—Bajadme, voy a decir la verdad. Es cierto—continuó— que, desde hace varios meses, medi cuenta de que Marcelo tiene amores con laduquesa, y yo quería ponerlo en conocimientode Vuestra Excelencia o de don Leonardo. Laduquesa enviaba todas las mañanas a sabernoticias de Marcelo; le mandaba pequeñosregalos, y, entre otras cosas, confituraspreparadas con exquisito cuidado y muy caras;le he visto a Marcelo cadenitas de oro de un

Page 237: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

trabajo maravilloso y que evidentementeprocedían de la duquesa.

Después de esta declaración, el capitán fueenviado de nuevo a la cárcel. Trajeron alportero de la duquesa, que declaró no sabernada; atáronle a la cuerda y le suspendieron enel aire. Pasada media hora, dijo:

—Bajadme, diré lo que sé.Una vez en el suelo, pretendió no saber

nada; suspendiéronle de nuevo. Al cabo de otramedia hora, le bajaron y entonces explicó queestaba, desde hacía tiempo, al servicioparticular de la duquesa. Como era posible queeste hombre no supiera nada, le volvieron a lacárcel. Todo esto había llevado mucho tiempo,a causa de los guardias, a los que se mandabasalir cada vez. Se quería hacerles creer que setrataba de una tentativa de envenenamientocon la ponzoña extraída de los sapos.

Era ya muy entrada la noche cuando elduque hizo traer a Marcelo Capecce. Alejados

Page 238: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

los guardias y bien cerrada con llave la puerta,el duque interrogó a Marcelo:

—¿Qué teníais que hacer en el cuarto de laduquesa para permanecer allí hasta la una, lasdos y a veces hasta las cuatro de la madrugada?

Marcelo lo negó todo; llamaron a losguardias, y fue suspendido; la cuerda ledislocaba los brazos; no pudiendo soportar eldolor, pidió que le bajaran; sentáronle en unasilla, más, una vez así, se embarulló en suspalabras y no sabía lo que decía. Llamaron a losguardias, que le suspendieron de nuevo;pasado un tiempo, pidió que le bajaran.

—Es verdad —dijo— que he entrado en eldepartamento de la duquesa a esas horasindebidas; pero es porque tenía amores con lasignora Diana Brancaccio, una de las damas deSu Excelencia, a la que había dado palabra decasamiento y que me lo ha concedido todo,excepto las cosas contra el honor.

Page 239: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Marcelo fue devuelto a su prisión, donde lecarearon con el capitán y con Diana, que lonegó todo.

Luego tornaron a Marcelo a la sala baja; yacerca de la puerta, dijo:

—Señor duque, Vuestra Excelencia seacordará de que me ha prometido la vida sidigo toda la verdad. No es necesariosometerme de nuevo a la cuerda; voy a decirlotodo.

Entonces se acercó al duque y, con voztrémula y apenas articulada, díjole que eracierto que había obtenido los favores de laduquesa. A estas palabras, el duque se arrojósobre Marcelo y le mordió en la mejilla; luegosacó el puñal y vi que iba a apuñalar alculpable. Dije que convenía que Marceloescribiera de su puño y letra lo que acababa deconfesar, y que este documento serviría parajustificar a Su Excelencia. Entramos en la salabaja, en la que había recado de escribir; pero lacuerda había herido a Marcelo de tal modo en

Page 240: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

la mano, que sólo pudo escribir estas pocaspalabras: Sí, he traicionado a mi señor; sí, heatentado a su honor.

El duque iba leyendo a medida queMarcelo escribía. En este momento, se arrojósobre Marcelo y le dio tres puñaladas que lequitaron la vida. Diana Brancaccio estaba allí, atres pasos, más muerta que viva, y, sin duda,arrepintiéndose mil veces de lo que habíahecho.

—¡Mujer indigna de haber nacido de unanoble familia! —gritóle el duque—, y causaúnica de mi deshonor, en el cual has trabajadopor servir a tus placeres deshonestos: es precisoque te dé el pago de todas tus traiciones.

Y diciendo estas palabras, agarróla por loscabellos y le cortó el cuello con un cuchillo. Lainfortunada derramó un diluvio de sangre ypor fin cayó muerta.

El duque mandó arrojar los dos cadáveresen una cloaca cercana a la prisión.

Page 241: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

El joven cardenal Alfonso Carafa, hijo delmarqués de Montebello, el único de toda lafamilia que Paulo IV conservara a su lado,creyó que era su deber contarle este hecho. ElPapa respondió con estas solas palabras:

—¿Y de la duquesa qué han hecho?Era creencia general en Roma que estas

palabras debían implicar la muerte de ladesventurada mujer. Pero el duque no podíadecidirse a este gran sacrificio, ya porqueestaba encinta, bien por el extraordinario cariñoque en otro tiempo sintiera por ella.

A los tres meses del gran acto de virtud querealizara el santo Papa, al separarse de toda sufamilia, y pasados otros tres de enfermedad,Paulo IV expiró el 18 de agosto de 1559.

El cardenal escribía carta tras carta alduque de Palliano repitiéndole constantementeque su honor exigía la muerte de la duquesa. Almorir su tío, y no sabiendo cuáles serían losdesignios del nuevo Papa que resultara elegido,

Page 242: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

quería que todo fuera liquidado en el másbreve plazo.

El duque, hombre sencillo, bueno y muchomenos escrupuloso que el cardenal sobre lascosas referentes al punto del honor, no podíadecidirse a la terrible cosa que le exigían.Alegaba que él mismo había hecho a laduquesa numerosas infidelidades, y sintomarse el menor trabajo para ocultárselas, yque estas infidelidades podían muy bien haberinducido a la venganza a una mujer tanorgullosa. En el momento mismo de entrar alcónclave, después de oír misa y recibir la santacomunión, el cardenal volvió a escribirle queestaba harto de sus continuos aplazamientos yque, si el duque no se decidía por fin a lo queexigía el honor de su casa, asegurábale que novolvería a intervenir en sus asuntos niprocuraría serle útil, ya en el cónclave, ya cercadel nuevo Papa. Una razón ajena al punto dehonor pudo contribuir a decidir al duque.Aunque la duquesa estaba severamente

Page 243: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

vigilada, dícese que halló medio de mandar unrecado a Marco Antonio Colonna, enemigomortal del duque por causa del ducado dePalliano, detentado por éste, diciéndole que siconseguía salvarle la vida y libertarla, ella, porsu parte, le pondría en posesión de la fortalezade Palliano, mandada por un hombre que le eraadicto.

El 28 de agosto de 1559, el duque envió aGallese dos compañías de soldados. El 30, donLeonardo del Cardine, pariente del duque, ydon Ferrando, conde de Aliffe, hermano de laduquesa, llegaron a Gallese, y entraron en eldepartamento de la duquesa para quitarle lavida. Anunciáronle la muerte, y ella recibió lanoticia sin la menor alteración. Pidió tiempopara confesarse y oír la santa misa. Luego, alacercarse a ella ambos señores, observó que noestaban de acuerdo entre ellos. Preguntó sillevaban una orden del duque, su marido, paraque le dieran muerte.

—Sí, señora —contestó don Leonardo.

Page 244: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

La duquesa solicitó verla; don Ferrando sela mostró.

(Encuentro en el proceso del duque dePalliano la declaración de los frailes queasistieron a este terrible hecho. Estasdeclaraciones son muy superiores a las de losotros testigos, lo cual se debe, a mi juicio, a quelos frailes estaban exentos de temor al hablarante la justicia, mientras que todos los demástestigos habían sido más o menos cómplices desu señor.)

El hermano Antonio de Pavía, capuchino,declaró en estos términos:

—Después de la misa en que la duquesarecibió devotamente la santa comunión, ymientras nosotros la reconfortábamos, el condede Aliffe, hermano de la señora duquesa, entróen el cuarto con una cuerda y una varita deavellano gruesa como el pulgar y de una mediavara de larga. Cubrió los ojos de la duquesa conun pañuelo, y ella, con gran serenidad, lo bajómás para no verle. El conde le echó la cuerda al

Page 245: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

cuello y se alejó unos pasos; la duquesa, al oírleandar, se quitó el pañuelo de los ojos y dijo:

—Bueno, ¿qué es lo que hacemos?El conde contestó:—La cuerda no era buena; voy a buscar

otra para no haceros sufrir. Diciendo estaspalabras, salió. Al poco tiempo, volvió a entraren la estancia con otra cuerda, arreglóle denuevo el pañuelo sobre los ojos, pasóle lacuerda por el cuello y, metiendo la vara por elnudo, la hizo girar y estranguló a la infelizduquesa. Por parte de ésta, todo pasó en el tonode una conversación corriente.

El hermano Antonio de Salazar, otrocapuchino, termina su declaración con estaspalabras:

—Yo quería retirarme del pabellón porescrúpulo de conciencia, por no verla morir;pero la duquesa me dijo:

—No te alejes de aquí, por amor de Dios.

Page 246: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

(Aquí el fraile cuenta las circunstancias dela muerte, absolutamente como acabamos dereferirlas.) Añade:

—Murió como buena cristiana, repitiendo amenudo: Credo, credo.

Los dos frailes, que al parecer habíanobtenido de sus superiores la autorizaciónnecesaria, repiten en sus declaraciones que laduquesa hizo constantes protestas de superfecta inocencia, en todas sus conversacionescon ellos, en todas sus confesiones, yparticularmente en la que precedió a la misa enque recibió la santa comunión. Si era culpable,este rasgo de orgullo la precipitaba en elinfierno.

En el careo del hermano Antonio de Pavía,capuchino, con don Leonardo de Cardine, elhermano declaró:

—Mi compañero dijo al conde que seríabien esperar a que la duquesa diera a luz; estáencinta de seis meses —añadió— y no se debe

Page 247: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

perder el alma del pobre ser que lleva en suseno; es preciso poder bautizarle.

A lo cual respondió el conde Aliffe:—Bien sabéis que tengo que ir a Roma, y no

quiero presentarme allí con esta careta en elrostro (con esta afrenta no vengada).

Apenas muerta la duquesa, los doscapuchinos insistieron en que la abrieraninmediatamente a fin de poder bautizar al niño;pero el conde y don Leonardo no escucharonsus ruegos.

Al día siguiente, la duquesa fue enterradaen la iglesia del lugar, con cierta pompa (heleído la descripción). Este hecho, cuya noticia seextendió en seguida, causó poca impresión,porque hacía ya tiempo que era esperado; yavarias veces, en Gallese y en Roma, se habíadado la noticia de esta muerte, y por otra parte,un asesinato fuera de la ciudad y en unmomento en que la sede estaba vacante notenía nada de extraordinario. El cónclave quesiguió a la muerte de Paulo IV fue muy

Page 248: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

tempestuoso: duró nada menos que cuatromeses.

El 26 de diciembre de 1559, el pobrecardenal Carlo Carafa fue obligado a contribuira la elección de un Papa apoyado por España yque, por consiguiente, no podría oponerse aninguno de los rigores que Felipe II pidiesecontra el cardenal Carafa. El nuevo electo tomóel nombre de Pío IV.

Si el cardenal no hubiera sido desterrado enel momento de la muerte de su tío, habría sidodueño de la elección, o al menos habría podidoimpedir el nombramiento de un enemigo.

Poco después, fue detenido el cardenal, asícomo el duque; la orden de Felipe II eraevidentemente condenarlos a muerte. Hubieronde responder a catorce acusaciones. Fueroninterrogadas cuantas personas podían daralguna luz sobre estos catorce extremos. Elproceso, muy bien llevado, ocupó dosvolúmenes en folio, que yo he leído con muchointerés, porque en ellos se encuentra a cada

Page 249: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

página detalles de costumbres que loshistoriadores no han juzgado dignos de lamajestad de la historia. He visto en este procesocircunstancias muy pintorescas sobre unatentativa de asesinato dirigida por el partidoespañol contra el cardenal Carafa, ministroomnipotente a la sazón.

Por lo demás, él y su hermano fueroncondenados por crímenes que no lo habríansido en cualquier otro, por ejemplo, haber dadomuerte al amante de una mujer infiel y a estamisma mujer. Pasados unos años, el príncipeOrsini se casó con la hermana del gran duquede Toscana, creyóla infiel e hizo que laenvenenaran en la misma Toscana, con elconsentimiento del gran duque, hermano de ladama, y nunca se le hubiera acusado de crimenpor semejante cosa. Varias princesas de la casade Médicis murieron de la misma manera.

En cuanto quedó terminado el proceso delos dos Carafa, se hizo un largo sumario delmismo, sumario que, en diversas ocasiones, fue

Page 250: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

examinado por congregaciones de cardenales.Es demasiado evidente que, una vez convenidocastigar con la última pena una muerte quevengaba el adulterio, clase de delito del que lajusticia no se ocupaba nunca, el cardenal eraculpable de haber perseguido a su hermanopara que el delito fuera cometido, como elduque era culpable de haberlo ejecutado.

El 3 de marzo de 1561, el Papa Pío IVreunió un consistorio que duró ocho horas, y alfin del cual pronunció la sentencia de losCarafa en estos términos: Prout in schedulâ.(Hágase como se solicita.)

La noche del día siguiente, el fiscal envió alcastillo de Santángelo al barigel para hacerejecutar la sentencia de muerte recaída en losdos hermanos, Carlos, cardenal Carafa, y Juan,duque de Palliano; así se hizo. Se ocuparon loprimero del duque. Fue trasladado del castilloSantángelo a las prisiones de Tordinona, dondeestaba todo preparado; y, allí, el duque, el

Page 251: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

conde Aliffe y don Leonardo de Cardine fuerondecapitados.

El duque arrostró este terrible momento nosólo como un caballero de alta estirpe, sinotambién como un cristiano dispuesto a sufrirpor el amor de Dios. Dirigió unas hermosaspalabras a sus dos compañeros exhortándolos ala muerte; luego, escribió a su hijo.

El barigel tornó al castillo de Santángelo yanunció la muerte al cardenal Carafa, dándolesólo una hora para prepararse. El cardenalmostró una grandeza de alma superior a la desu hermano, tanto más cuanto que dijo menospalabras: las palabras son siempre una fuerzaque se busca fuera de uno mismo. Sólo se leoyó decir en voz baja estas palabras, alanunciarle la terrible noticia:

—¡Morir yo! ¡Oh papa Pío! ¡Oh rey Felipe!Se confesó; recitó los siete salmos de la

penitencia, luego se sentó en una silla y dijo alverdugo:

Ya.

Page 252: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

El verdugo le estranguló con un cordón deseda que se rompió; hubo que insistir dosveces. El cardenal miró al verdugo sin dignarsepronunciar una palabra.

(Nota agregada)

Dos años más tarde, el papa Pío V quisorevisar el proceso, que se anuló; el cardenal ysu hermano fueron restablecidos en todos sushonores, y el procurador general, el que máshabía contribuido a su muerte, murió ahorcado.Pío V ordenó la destrucción del proceso; todaslas copias que existían en las bibliotecas fueronquemadas, con prohibición de conservarninguna, so pena de excomunión; pero el Papano pensó que había una copia del proceso en supropia biblioteca, y de esta copia se han sacadotodas las que existen hoy.

Page 253: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

FAVORES QUE MATAN

Trop de faveur tue - Histoire de 1589,de Chroniques italiennes (1839)

HISTORIA DE 1589

Este es el título que un poeta español hadado a la presente historia, de la que ha hechouna tragedia. Yo me guardaré muy bien deapropiarme ninguno de los ornamentos con loscuales la imaginación de este español haprocurado embellecer esta triste pintura delinterior de un convento. Algunas de estasinvenciones aumentan, en efecto, el interés,pero, fiel a mi deseo de dar a conocer a loshombres sencillos y apasionados del siglo XVde los que proviene la civilización actual,presento esta historia sin adornos y tal como,mediante un poco de influencia, se puede leeren los archivos de..., donde se encontrabantodos los documentos originales y el curiosorelato del conde Buondelmonte.

Page 254: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

En una ciudad de Toscana que nonombraré, existía en 1589 y existe todavía hoyun convento sombrío y magnífico. Sus negrosmuros, de cincuenta pies de altura por lomenos, entristecen todo un barrio; tres callesbordean estos muros; por el otro lado, seextiende el parque del convento, que llegahasta las murallas de la ciudad. Este parqueestá rodeado de una pared menos alta. Laabadía, a la que daremos el nombre de SantaRiparata, sólo recibe doncellas pertenecientes ala más alta nobleza. El 20 de octubre de 1587,todas las campanas de la abadía estaban enmovimiento; la iglesia abierta a los fieles estabadecorada con magníficos tapices de damascorojo guarnecidos de ricas cenefas de oro. Lasanta hermana Virgilia, amante del nuevo granduque de Toscana, Fernando 1, había sidonombrada abadesa de Santa Riparata la vísperapor la noche, y el obispo de la ciudad,acompañado de todo su clero, iba aentronizarla. Toda la ciudad estaba en

Page 255: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

movimiento, y era tal la multitud en las callespróximas a Santa Riparata, que resultabaimposible pasar por ellas.

El cardenal Fernando de Médicis, queacababa de suceder a su hermano Francisco, sinpor eso renunciar al capelo, tenía treinta y seisaños y era cardenal desde hacía veinticinco,habiendo sido elegido para esta alta dignidad ala edad de once años. El reinado de Francisco,célebre hasta nuestros días por su amor porBianca Capello, se había señalado por todas laslocuras que el amor a los placeres puedeinspirar a un príncipe que no se distinguía porla fuerza del carácter. Fernando, por. su parte,había tenido que reprocharse algunas flaquezasdel mismo género que las de su hermano; susamores con la hermana oblata Virgilia erancélebres en Toscana, pero hay que decir que loeran sobre todo por su inocencia. Mientras queel gran duque Fernando, sombrío, violento,dominado por sus pasiones, no pensababastante en el escándalo producido por sus

Page 256: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

amores, en el país no se hablaba de otra cosaque de la alta virtud de la hermana Virgilia.Como la orden de las Oblatas, a la cualpertenecía, religiosas pasar aproximadamentelos dos r tercios del año en casa de sus padres,la hermana veía diariamente al cardenal deMédicis cuando éste estaba en Florencia.

Dos cosas causaban el asombro de estaciudad, dada a las voluptuosidades, en estosamores de un príncipe joven, rico y autorizadoa todo por el ejemplo de su hermano: lahermana Virgilia, dulce, tímida y de unainteligencia más que corriente, no era bonita, yel joven cardenal no la había visto nunca sinoen presencia de dos o tres mujeres fieles a lanoble familia Respuccio, a la cual pertenecíaesta singular amada de un joven príncipe de lasangre.

El gran duque Francisco murió el 19 deoctubre de 1587 por la noche. El 20 de octubre,antes del mediodía, los más grandes señores desu corte y los más ricos negociantes (pues

Page 257: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

debemos recordar que los Médicis no habíansido en su origen más que negociantes; suspadres y los personajes más influyentes de lacorte estaban todavía metidos en el comercio, loque impedía a estos cortesanos ser del todo tanabsurdos como sus colegas de las cortescontemporáneas) se personaron, el 20 deoctubre por la mañana, en la modesta casa de lahermana oblata Virgilia, la cual se quedó muysorprendida de esta concurrencia.

El nuevo gran duque Fernando quería serprudente, razonable, útil a la felicidad de sussúbditos; quería sobre todo desterrar la intrigade su corte. Al subir al poder se encontróvacante la más rica abadía de mujeres de susestados, la que servía de refugio a todas lasdoncellas nobles que sus padres queríansacrificar al esplendor de la familia, y a la cualdaremos el nombre de abadía de SantaRiparata; no vaciló en nombrar para este cargoa la mujer que él amaba.

Page 258: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

La abadía de Santa Riparata pertenecía a laorden de San Benito, cuyas reglas no permitíana las religiosas salir del claustro. Con granasombro del buen pueblo de Florencia, elpríncipe cardenal no se veía con la nuevaabadesa, pero, por otra parte, por unadelicadeza de alma que fue advertida y puededecirse que generalmente censurada por todaslas mujeres de su corte, no se permitió nuncaver a una mujer a solas. Cuando este plan deconducta fue bien observado, las atenciones delos cortesanos iban a buscar a la hermanaVirginia hasta su convento, y creyeron notarque, pese a su extremada modestia, no erainsensible a esta atención, la única que suacendrada virtud permitía al joven soberano.

El convento de Santa Riparata tenía amenudo que tratar asuntos de una naturalezamuy delicada: aquellas doncellas de las familiasmás ricas de Florencia no se dejaban desterrardel mundo, entonces tan brillante, de estaciudad tan rica, de esta ciudad que era a la

Page 259: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

sazón la capital del comercio de Europa, sinechar una mirada de añoranza sobre lo que leshacían abandonar; con frecuencia, reclamabanabiertamente contra la injusticia de sus padres;a veces, pedían consuelos al amor, y se habíanvisto los odios y las rivalidades viniendo aagitar la alta sociedad de Florencia. De esteestado de cosas, resultó que la abadesa de SantaRiparata obtenía audiencias bastante frecuentesdel gran duque reinante. Para violar lo menosposible la regla de San Benito, el gran duqueenviaba a la abadesa uno de sus carruajes degala, en el que tomaban asiento dos damas desu corte, las cuales acompañaban a la abadesahasta la sala de audiencias del palacio del granduque, en la Vía Larga, una sala inmensa. Lasdos damas testigos de la clausura, como se lesllamaba, tomaban asiento en dos sillones cercade la puerta, mientras la abadesa avanzaba solae iba a hablar con el príncipe que la esperaba alotro extremo de la sala, de suerte que las damas

Page 260: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

testigos de la clausura no podían oír nada de loque se decía durante esta audiencia.

Otras veces se trasladaba el príncipe a laiglesia de Santa Riparata; le abrían las rejas delcoro y la abadesa salía a hablar con Su Alteza.

Estas dos formas de audiencia no leconvenían nada al duque; acaso habrían dadofuerzas a un sentimiento que él quería debilitar.Entretanto no tardaron en sobrevenir en elconvento de Santa Riparata asuntos de unanaturaleza bastante delicada: los amores de lahermana Felicia degli Almieri turbaban latranquilidad del monasterio. La familia DegliAlmieri era una de las más poderosas y másricas de Florencia. Muertos dos de los treshermanos, a la vanidad de los cuales había sidosacrificada la joven Felicia, y no teniendo hijosel tercero, esta familia dio en pensar que eraobjeto de un castigo del cielo. La madre y elhermano, que sobrevivía a pesar del voto depobreza que había hecho Felicia, le devolvían,en forma de regalos, los bienes de que la habían

Page 261: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

privado para dar lustre a la vanidad de sushermanos.

El convento de Santa Riparata contaba a lasazón cuarenta y tres religiosas. Cada una deellas tenía su camarista noble; estas camaristaseran doncellas procedentes de la nobleza pobre,las cuales comían en una segunda mesa yrecibían del tesoro del convento un escudomensual para sus gastos. Mas, por unacostumbre singular y que no era muy favorablea la paz del convento, no se podía ser camaristanoble más que hasta la edad de treinta años;llegadas a esta altura de la vida, las doncellas secasaban o ingresaban como religiosas enconventos de una orden inferior.

Las muy nobles damas de Santa Riparatapodían tener hasta cinco camaristas, y lahermana Felicia degli Almieri pretendía tenerocho. Todas las damas del convento que teníanfama de casquivanas, y eran quince o dieciséis,apoyaban las pretensiones de Felicia, mientrasque las otras veintiséis se mostraban muy

Page 262: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

escandalizadas y hablaban de recurrir alpríncipe.

La buena hermana Virgilia, la nuevaabadesa, estaba lejos de tener una cabeza lobastante capaz para zanjar este grave asunto;los dos partidos parecían exigir de ella que losometiera a la decisión del príncipe.

En la corte, todos los amigos de la familiade los Almieri comenzaban ya a decir que seríaextraño que se pretendiera impedir a unadoncella de tan alta estirpe como Felicia, y tanbárbaramente sacrificada antes por su familia,hacer el uso que ella quisiera de su fortuna,sobre todo un uso tan inocente. Por otra parte,las familias de las religiosas más viejas o menosricas no dejaban de replicar que era por lomenos raro ver a una religiosa que había hechovoto de pobreza no conformarse con el serviciode cinco camaristas.

El gran duque quiso cortar en seco unadisputa que podía perturbar la ciudad. Susministros le instaban para que concediera una

Page 263: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

audiencia a la abadesa de Santa Riparata, ycomo esta doncella, de una virtud celestial y deun carácter admirable, no se dignaríaprobablemente fijar su mente, enteramenteabsorbida por las cosas del Cielo, en los detallesde una disputa tan miserable, el gran duquedebía notificarle una decisión que ella sólotendría que ejecutar. «Pero ¿cómo podré tomartal decisión —se decía este razonablepríncipe—, si no sé absolutamente nada de lasrazones que pueden alegar los dos partidos?»Por otra parte, no quería, sin razonessuficientes, hacerse enemigo de la poderosafamilia de los Almieri.

El príncipe tenía un amigo íntimo, el condeBuondelmonte, un año menor que él, o sea, quecontaba treinta y cinco. Se conocían desde lacuna: habían tenido la misma. nodriza, una ricay hermosa campesina del Casentino. El condeBuondelmonte, muy rico, muy noble y uno delos hombres más apuestos de la ciudad, sedistinguía por la extremada indiferencia y la

Page 264: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

frialdad de su carácter. Había rechazado muyrotundamente el cargo de primer ministro queel gran duque Fernando le había rogado queaceptara el mismo día de su llegada a Florencia.

«Si yo estuviera en vuestro lugar —le habíadicho el conde—, abdicaría inmediatamente:¡cómo queréis que yo desee ser ministro de unpríncipe y suscitar contra mí los odios de loshabitantes de una ciudad en la que piensopasar mi vida!»

En medio de las preocupaciones de corteque las disensiones del convento de SantaRiparata daban al gran duque, pensó que podíarecurrir a la amistad del conde. Este se pasabala vida en sus tierras, dirigiendo con muchointerés el cultivo de las mismas. Dedicaba cadadía dos horas a la caza o a la pesca, según lasestaciones, y jamás se le había conocidoamante. Le contrarió mucho la carta delpríncipe llamándole a Florencia, y muchomayor fue su contrariedad cuando el príncipe

Page 265: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

le dijo que quería hacerle director del nobleconvento de Santa Riparata.

—Sabed —le dijo el conde— que casipreferiría ser primer ministro de VuestraAlteza. La paz del alma es mi ídolo, ¿y qué va aser de mí en medio de todas esas ovejasrabiosas?

—Lo que me ha hecho poner los ojos envos, caro amigo, es que se sabe que jamás unamujer imperó en vuestra alma un día entero; yoestoy muy lejos de tener pareja fortuna; en mimano estaba recomenzar todas las locuras quehizo mi hermano por Blanca Capello. —Y aquíel príncipe entró en consideraciones íntimascon ayuda de las cuales esperaba seducir a suamigo—. Sabed —le dijo— que si vuelvo a vera esa joven tan dulce a la que he hecho abadesade Santa Riparata no puedo responder de mí.

—¿Y dónde estaría el mal? —preguntóle elconde—. Si os sentís feliz teniendo una amante,¿por qué no habíais de tenerla? Si yo no latengo es porque al cabo de tres días todas las

Page 266: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mujeres me molestan con su comadreo y laspequeñeces de su carácter.

—Yo —le dijo el gran duque— soycardenal. Verdad es que el papa me ha dadopermiso para renunciar al capelo y casarme, enconsideración a la corona que me hasobrevenido; pero no tengo ganas de arder enel infierno, y, si me caso, tomaré una mujer a laque no amaré y a la que pediré sucesores parami corona y no las dulzuras vulgares delmatrimonio.

—No tengo nada que oponer a eso —repuso el conde—, aunque no creo que el Diosomnipotente descienda a tales miserias. Haceda vuestros súbditos felices y honrados, sipodéis, y por lo demás tened todas las amantesque queráis.

—No quiero tener ni una —replicó elpríncipe riendo—, y me expondría mucho atenerla si volviese a ver a la abadesa de SantaRiparata. Es sin duda la mejor muchacha delmundo y la menos capaz de gobernar, no digo

Page 267: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

un convento lleno de doncellas arrancadas delmundo a pesar suyo, sino la más juiciosareunión de mujeres viejas y devotas.

El príncipe tenía tanto miedo de volver aver a la hermana Virgilia, que el conde seconmovió. «Si falta a la especie de voto que hahecho al recibir del Papa permiso de casarse —díjose pensando en el príncipe—, es capaz detener el corazón oprimido para el resto de suvida», y al día siguiente fue al convento deSanta Riparata, donde se le recibió con toda lacuriosidad y todos los honores debidos alrepresentante del príncipe. Fernando I habíaenviado a uno de sus ministros a comunicar ala abadesa y a las monjas que los negocios de suEstado no le permitían ocuparse de suconvento y que delegaba para siempre suautoridad en el conde Buondelmonte, cuyasdecisiones serían inapelables.

Después de hablar con la abadesa, el condese escandalizó del mal gusto del príncipe: notenía sentido común ni tenía nada de bonita. Al

Page 268: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

conde le parecieron muy perversas lasreligiosas que querían impedir a Felicia degliAlmieri tomar dos nuevas camaristas. Habíamandado llamar a Felicia al locutorio. Ella, conimpertinencia, mandó decirle que no teniatiempo de acudir, lo que hizo gracia al conde,hasta entonces bastante aburrido de su misióny arrepentido de su complacencia con elpríncipe.

Dijo que le daba lo mismo hablar con lascamaristas que con la propia Felicia, y mandódecir a las cinco camaristas que salieran allocutorio. Sólo se presentaron tres y declararonen nombre de su ama que ésta no podíaprescindir de la presencia de dos de ellas, a locual el conde, haciendo uso de sus derechos encalidad de representante del príncipe, hizoentrar al convento a dos de sus subalternos, loscuales le trajeron a las dos camaristasrecalcitrantes, y se entretuvo durante una horacon la charla de las cinco doncellas jóvenes ybonitas que, la mayor parte del tiempo,

Page 269: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hablaban todas a la vez. Sólo entonces, por loque ellas le revelaban sin querer, el vicario delpríncipe comprendió sobre poco más o menoslo que ocurría en el convento. Solamente cincoo seis religiosas eran viejas; unas veinte,aunque jóvenes, eran devotas, pero las otras,jóvenes y bonitas, tenían amantes en la ciudad.En verdad no podían verlos sino muy rara vez.Pero ¿cómo los veían? El conde no quisopreguntárselo a las camaristas de Felicia, masse prometió saberlo pronto poniendoobservado res en torno al convento.

Averiguó con gran asombro que habíaamistades íntimas entre las religiosas y que eraésta sobre todo la causa de los odios y de lasdisensiones interiores. Por ejemplo, Felicia teníapor amiga íntima a Rodelinda de P...; Celiana,la mujer más bella del convento después deFelicia, tenía por amiga a la joven Fabiana.Cada una de estas damas tenía su camaristanoble que gozaba de mayor o menorpredicamento. Por ejemplo, Martina, la

Page 270: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

camarista noble de la señora abadesa, habíaconquistado su favor mostrándose más devotaque ella. Rezaba de rodillas junto a la abadesacinco o seis horas diarias, pero este tiempo leparecía muy largo, al decir de las camaristas.

El conde supo también que Rodrigo yLancelote eran los nombres de los amantes deestas damas, al parecer de Felicia y deRodelinda, pero no quiso preguntardirectamente sobre el caso.

La hora que pasó con las camaristas no lepareció nada larga, pero le pareció eterna aFelicia, que veía su dignidad ultrajada por laacción de este vicario del príncipe que leprivaba a la vez de sus cinco camaristas. Nopudo aguantar la impaciencia y, oyendo delejos que hacían mucho ruido en el locutorio,irrumpió en él, aunque su dignidad le dijeraque esta manera de presentarse, movidaevidentemente por un arrebato de impaciencia,podía resultar ridícula después de habersenegado a comparecer ante la invitación oficial

Page 271: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

del enviado del príncipe. Irrumpió, pues, en ellocutorio saludando muy ligeramente alenviado del príncipe y ordenando a una de suscamaristas que la siguiera.

—Señora, si esta doncella os obedece, haréentrar a mis hombres en el convento y lavolverán a traer inmediatamente a mipresencia.

—La cogeré de la mano; ¿tendrán vuestroshombres la osadía de violentarla?

—Mis hombres traerán a este locutorio aella y a vos, señora.

—¿Y a. mí?—Y a vos misma; y si me acomoda, os

sacaré de este convento e iréis a continuarlaborando por vuestra salvación en algúnpequeño convento muy pobre, situado en lacumbre de alguna montaña del Apenino.Puedo hacer esto y muchas cosas más.

El conde observó que las cinco camaristaspalidecían; hasta las mejillas de Felicia tomaronun pálido color que la embellecía más.

Page 272: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

«He aquí, sin duda —se dijo el conde—, lamujer más bella que he visto en mi vida; hayque prolongar la escena.» Se prolongó, enefecto, y más de tres cuartos de hora. Feliciamostró en ella una inteligencia y sobre todouna altivez de carácter que divirtieron muchoal vicario del príncipe. Al final de laconferencia, como se atenuara mucho el tonodel diálogo, le pareció al conde que Feliciaestaba menos bella. «Hay que volver aenfurecerla», pensó. Le recordó que habíahecho voto de obediencia y que, si en losucesivo mostraba la menor sombra deresistencia a las órdenes del príncipe que élestaba encargado de llevar al convento, élcreería útil a su salvación enviarla a pasar seismeses en el más aburrido de los conventos delApenino.

Ante estas palabras, Felicia estuvo soberbiade cólera. Le dijo que los santos mártires habíansufrido más por la barbarie de los emperadoresromanos.

Page 273: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Yo no soy un emperador, señora, ni losmártires ponían a toda la sociedad encombustión por tener dos camaristas más,teniendo ya cinco tan atractivas como estasdoncellas.

La saludó muy fríamente y se marchó, sindarle tiempo a responder y dejándola furiosa.

El conde se quedó en Florencia y no sevolvió a sus tierras, curioso por saber lo queocurría realmente en el convento de SantaRiparata. Algunos observadores que leproporcionó la policía del gran duque, y quefueron apostados cerca del convento y en tornoa los inmensos parques que poseía cerca de lapuerta que conduce a Fiésole, no tardaron eninformarle de todo lo que deseaba saber.Rodrigo L..., uno de los jóvenes más ricos y másdisipados de la ciudad, ira el amante de Felicia,y la dulce Rodelinda, su amiga íntima, teníarelaciones amorosas con Lancelote P..., un jovenque se habla distinguido mucho en las guerrassostenidas por Florencia contra Pisa. Estos

Page 274: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mancebos tenían que superar grandesdificultades para entrar en el convento. Laseveridad se había acentuado, o más bien laantigua licencia había sido suprimida porcompleto al advenir al trono el gran duqueFernando. La abadesa Virgilia quería imponerla regla en toda su severidad, pero sus luces ysu carácter no respondían a sus buenasintenciones, y los observadores puestos a ladisposición del conde le informaron de queapenas pasaba mes sin que Rodrigo, Lancelotey otros dos o tres jóvenes que tenían relacionesen el convento llegasen a ver a sus amantes. Losinmensos parques del convento habíanobligado al obispo a tolerar la existencia de dospuertas que daban a la extensión inculta queexiste detrás de la muralla, al norte de laciudad. Las religiosas fieles a su deber, queestaban en gran mayoría en el convento, noconocían estos detalles con tanta certidumbrecomo el conde, pero los sospechaban, y partíande la existencia de este abuso para no obedecer

Page 275: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

las órdenes de la abadesa en lo que lasconcernía.

El conde comprendió fácilmente que nosería fácil restablecer el orden en el conventomientras una mujer tan débil como la abadesaestuviera al frente del gobierno. Habló en estesentido al gran duque, el cual le recomendó queempleara la mayor severidad, pero al mismotiempo no pareció dispuesto a dar a su antiguaamiga el disgusto de ser trasladada a otroconvento por razón de incapacidad.

El conde volvió a Santa Riparata muydecidido a emplear un extremado rigor a fin dedesembarazarse lo más pronto posible delservicio que había tenido la imprudencia deasumir. Felicia, por su parte, todavía irritadapor la forma en que el conde le había hablado,estaba muy resuelta a aprovechar la primeraentrevista para volver a tomar el tono queconvenía a la alta nobleza de su familia y a laposición que ella ocupaba en el mando. Alllegar al convento, el conde mandó llamar

Page 276: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

inmediatamente a Felicia, a fin de despachar enprimer término lo más penoso de su cometido.Felicia, por su parte, acudió al locutorio yaanimada por la más viva cólera, pero el condela encontró muy bella, y era muy entendido enla materia. «Antes de alterar esta soberbiaexpresión —se dijo—, tomémonos tiempo paraverla bien.» Felicia, por su parte, admiró el tonorazonable y frío de tan apuesto caballero, que,en el atuendo completamente negro que habíacreído oportuno adoptar en razón a lasfunciones que venía a ejercer en el convento,estaba verdaderamente muy bien. «Yo pensaba—se decía Felicia— que, con más de treinta ycinco años, sería un viejo ridículo comonuestros confesores, y encuentro, por elcontrario, a un hombre verdaderamente dignode este nombre. Verdad es que no lleva el trajeexagerado que constituye una gran parte delmérito de Rodrigo y de los otros jóvenes que yohe conocido; es muy inferior a ellos en lacantidad de terciopelos y de bordados de oro

Page 277: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

que lleva en sus vestidos, pero podría en uninstante, si quisiera, adquirir esa clase demérito, mientras que a los otros les sería muydifícil, me parece, imitar la conversacióndiscreta, razonable y realmente interesante delconde Buondelmonte.»

Felicia no se daba exacta cuenta de lo queconfería una expresión tan singular a estehombre alto y vestido de terciopelo negro conel que llevaba una hora hablando de temasdiversos.

Aunque evitando con macho cuidado todolo que hubiera podido irritarla, el conde estabalejos de ceder en todo, como lo habían hechosucesivamente los hombres que habían tenidorelaciones con esta doncella tan hermosa, de uncarácter tan imperioso y a la que se le conocíanamantes. Como el conde no tenía ningunapretensión, era sencillo y natural con ella; sóloque habla evitado, hasta ahora, tratar en detallelos temas que podían enfurecerla. Pero nohabía más remedio que venir a parar a las

Page 278: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pretensiones de la altiva religiosa; se habíahablado de los desórdenes del convento.

—En fin, señora, lo que lo perturba todoaquí es la pretensión, acaso justificable hastacierto punto, de tener dos camaristas más quelas otras religiosas, esa pretensión que planteauna de las personas más distinguidas delconvento.

—Lo que lo perturba todo aquí es ladebilidad de la abadesa, que quiere tratarnoscon una severidad absolutamente nueva y de laque nunca jamás se tuvo idea. Puede haberconventos llenos de doncellas realmentepiadosas, que amen la clausura y que hayanpensado en cumplir realmente los votos depobreza, de obediencia, etcétera, que les hanhecho hacer a los diecisiete años; en cuanto anosotras, nuestras familias nos han metido aquípara dejar todas las riquezas de la casa anuestros hermanos. No teníamos otra vocaciónque la imposibilidad de huir y de vivir en otrositio que no fuera el convento, puesto que

Page 279: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

nuestros padres no querían ya admitirnos ensus palacios. Por otra parte, cuando hemoshecho esos votos evidentemente nulos a los ojosde la razón, todas nosotras habíamos sidopensionistas uno o varios años en el convento;cada una de nosotras pensaba gozar del mismogrado de libertad que veíamos tomarse a lasreligiosas de nuestro tiempo. Ahora bien, osdeclaro, señor vicario del príncipe, que lapuerta de la muralla estaba abierta hasta elamanecer y cada una de aquellas damas veía asu amigo con toda libertad en el jardín. A nadiese le ocurría censurar este género de vida, ytodas nosotras pensábamos gozar, siendoreligiosas, de tanta libertad y de una vida tanfeliz como la de nuestras hermanas. Todo hacambiado, es cierto, desde que tenemos unpríncipe que ha sido cardenal veinticinco añosde su vida. Podéis, señor vicario, hacer entraren este convento soldados o hasta criados,como lo hicisteis el otro día. Nos haránviolencia, como vuestros domésticos se la

Page 280: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hicieron a mis camaristas, y ello por la grande yúnica razón de que eran más fuertes que ellas.Pero vuestro orgullo no debe creer que tiene elmenor derecho sobre nosotras. Nos han traídopor la fuerza a este convento, nos han hechojurar y nos han obligado hacer votos a la edadde dieciséis años, y por último, el aburridogénero de vida al que pretendéis someternos noes de ningún modo el que hemos visto practicara las religiosas que ocupaban el conventocuando nosotras hicimos nuestros votos, y aunsuponiendo legítimos esos votos, hemosprometido a lo sumo vivir como ellas, y queréishacernos vivir como ellas no vivieron nunca.Os confesaré, señor vicario, que me interesa laestimación de mis conciudadanos. En tiemposde la república no se hubiera tolerado estainfame opresión ejercida sobre unas pobresmujeres que no han cometido otro delito que eldé nacer en familias opulentas y tenerhermanos. Yo quería encontrar la ocasión dedecir estas cosas en público o a un hombre

Page 281: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

razonable. En cuanto al número de miscamaristas, me importa muy poco. Dos y nocinco o siete me bastarían perfectamente:podría persistir en pedir siete hasta que sehubieran tomado la molestia de refutar lasindignas infamias de que somos víctimas,algunas de las cuales os he expuesto; pero envista de que vuestro atuendo de terciopelonegro os va muy bien, señor vicario delpríncipe, os declaro que renuncio por este añoal derecho de tener tantas sirvientes comopueda pagar.

Al conde Buondelmonte le hizo muchagracia esta defensa; hizo que se prolongaraoponiendo algunas .objeciones, las másridículas que pudo imaginar. Felicia las rebatiócon un calor y un ingenio encantadores. Elconde vela en sus ojos todo el asombro quecausaban a esta muchacha de veinte añossemejantes absurdos en boca de un hombre queparecía razonable.

Page 282: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

El conde se despidió de Felicia, mandóllamar a la abadesa, a la que dio prudentesconsejos, comunicó al príncipe que lasperturbaciones del convento de Santa Riparatase habían calmado, recibió muchasfelicitaciones por su profunda discreción yfinalmente tornó al cultivo de sus tierras. «Hay,sin embargo —se decía a veces—, unamuchacha de veinte años y que pasaría quizápor la más hermosa de la ciudad si viviera en elmundo, y que no razona enteramente comouna muñeca»62

Pero grandes acontecimientos tuvieronlugar en el convento. No todas las religiosasrazonaban tan claramente como Felicia, pero lamayor parte de las que eran jóvenes se aburrían

62 «No era una muñeca»: frase de elogio que Stendhalaplica reiteradamente a las mujeres interesantes de susnovelas o de su vida; por ejemplo, a la Matilde de laMole en Rojo y Negro; a su amante fugaz Alberta deRubempré; a la protagonista de su novela inacabadaLamiel...

Page 283: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mortalmente. Su único consuelo era dibujarcaricaturas y hacer sonetos satíricos sobre unpríncipe que, después de haber sido veinticincoaños cardenal, no encontraba nada mejor quehacer, al llegar al trono, que dejar de ver a suamante y encargarla, en calidad de abadesa, defastidiar a las pobres doncellas metidas en elconvento por la avaricia de sus padres.

Como hemos dicho, la dulce Rodelinda eraamiga íntima de Felicia. Su amistad parecióacrecentarse desde que Felicia le confesara que,desde sus conversaciones con el condeBuondelmonte —aquel hombre viejo que teníamás de treinta y seis años—, su amante Rodrigole parecía un ser bastante aburrido. En unapalabra: Felicia se había enamorado de aquelconde tan grave; las conversaciones inacabablesque tenía sobre este tema con su amigaRodelinda se prolongaban a veces hasta las doso las tres de la mañana. Ahora bien, según laregla de San Benito, que la abadesa pretendíarestablecer en todo su rigor, todas las religiosas

Page 284: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

debían estar en su celda una hora después deponerse el sol, al son de cierta campana que sellamaba el toque de silencio. La buena abadesa,creyéndose en el deber de dar ejemplo, nodejaba de encerrarse en su celda al toque de lacampana y creía piadosamente que todas lasreligiosas seguían su ejemplo. Entre las másbonitas y las más ricas de esas damas sedestacaba Fabiana, de diecinueve años, quizá lamás revoltosa del convento, y Celiana, suíntima amiga63. Una y otra estaban muyenojadas contra Felicia, que, según ellas decían,las despreciaba. El hecho es que, desde queFelicia tenía un tema de conversación taninteresante con Rodelinda, soportaba conimpaciencia mal disimulada, o más bien nadadisimulada, la presencia de las otras religiosas.Era la más bonita, la más rica, eraevidentemente más inteligente que las demás.

63 Al parecer, Safo. (Nota de Stendhal en el manuscritoitaliano.)

Page 285: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

En un convento donde reina el aburrimiento,no hacía falta tanto para encender un gran odio.Fabiana, en su aturdimiento, fue a decir a laabadesa que Felicia y Rodelinda permanecían aveces en el jardín hasta las dos de lamadrugada. La abadesa había obtenido delconde que pusieran un soldado del príncipe decentinela ante la puerta del parque delconvento que daba a la extensión inculta detrásde la muralla norte. Había mandado ponerenormes cerraduras a esta puerta, y todas lasnoches, al terminar su jornada, el más joven delos jardineros, que era un viejo de sesenta años,llevaba a la abadesa la llave de esta puerta. Laabadesa enviaba enseguida a una vieja torneradetestada por las religiosas a cerrar la segundacerradura de la puerta. Pese a todas estasprecauciones, permanecer en el parque hastalas dos de la madrugada le pareció un grancrimen. Mandó llamar a Felicia y trató a estadoncella tan noble y que ahora era la herederade la familia con un tono de altanería que acaso

Page 286: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

no se hubiera permitido de no estar segura delfavor del príncipe. A Felicia le molestó tantomás la aspereza de sus reproches cuanto que,desde que conociera al conde, no había citado asu amante Rodrigo más que una vez, y estopara burlarse de él. En su indignación, estuvoelocuente, y la buena de la abadesa, aunquenegándose a nombrar a su delatora, dio ciertosdetalles mediante los cuales fue fácil a Feliciaadivinar que debía esta contrariedad aFabiana64.

Inmediatamente Felicia resuelve vengarse.Esta resolución devolvió toda su calma a unalma que se había hecho fuerte en la desgracia.

—¿Sabéis, señora —dijo a la abadesa—, quesoy digna de alguna piedad? He perdidoenteramente la paz del alma. No sin unaprofunda sabiduría, el gran San Benito, nuestrofundador, prescribió que ningún hombre de

64 La abadesa deja adivinar el nombre de la denun-ciante. (Nota de Stendhal en el manuscrito.)

Page 287: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

menos de sesenta años entrara en nuestrosconventos. El señor conde de Buondelmonte,vicario del. gran duque para la administraciónde este convento, ha tenido que sostenerconmigo largas conversaciones paradisuadirme de la insensata idea que yo habíatenido de aumentar el número de miscamaristas. Es discreto; une a. una prudenciainfinita una inteligencia admirable. Me hanimpresionado más de lo que convenía a unasierva de Dios y de San Benito esas grandescualidades del conde, nuestro vicario. El Cieloha querido castigar mi loca vanidad: estoyperdidamente enamorada del conde; a riesgode .escandalizar a mi amiga Rodelinda, le heconfesado esta pasión tan criminal comoinvoluntaria; y es porque me da consejos yconsuelos, y porque a veces consigue inclusodarme fuerzas contra la tentación del espíritumalo, por lo que a veces se ha quedadoconmigo hasta muy tarde. Pero siempre lo hizoa ruego mío; me daba demasiada cuenta de

Page 288: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

que, en, cuanto me dejara Rodelinda, mepondría a pensar en el conde.

La abadesa, no dejó de dirigir una largaexhortación a la oveja extraviada. Felicia tuvobuen cuidado de hacer reflexiones quealargaran más el sermón.

«Ahora —pensó—, los acontecimientos quesuscitarán nuestra venganza, la de Rodelinda yla mía, traerán al amable conde al convento. Asírepararé la falta que cometí cediendodemasiado pronto en el asunto de lascamaristas que quería tomar a mi servicio. Mesedujo a pesar mío la tentación de parecerrazonable a un hombre tan eminentementerazonable como él. No vi que le quitaba todaocasión de volver a ejercer su cargo de vicarioen nuestro convento. Debido a eso me aburrotanto ahora. Esa muñequita de Rodrigo, que medivertía tanto a veces, me parececompletamente ridículo, y, por culpa mía, no hevuelto a ver a ese amable conde. Ahoradepende de nosotras, de Rodelinda y de mí,

Page 289: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

arreglárnoslas para que nuestra venganza délugar a desórdenes tales que su presencia en elconvento sea necesaria con frecuencia. Nuestrapobre abadesa es tan poco capaz de secreto,que es muy posible que le induzca a restringirtodo lo posible las conversaciones que yoprocuraré tener con él, en cuyo caso, estoysegura, la antigua amante del gran duquecardenal se encargará de hacer mi declaración aese hombre tan singular y tan frío. Será unaescena cómica que tal vez le divertirá, pues omucho me equivoco o no cree gran cosa entodas las tonterías que nos dice parasometernos; sólo que todavía no ha encontradomujer digna de él, y yo seré esta mujer operderé la vida en la demanda.»

Desde entonces, el aburrimiento de Feliciay de Rodelinda fue desplazado por el designiode vengarse que las absorbía constantemente.

«Puesto que Fabiana y Celiana,malévolamente; toman el fresco en el jardín porlos grandes calores que hace, es preciso que la

Page 290: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

primera cita que concedan a sus amantesproduzca un escándalo espantoso, tan grandeque borre en el ánimo de las damas graves delconvento el que ha podido producir eldescubrimiento de mis paseos a deshora por elparque. La noche de la primera cita concedidapor Fabiana y Celiana a Lorenzo y a PedroAntonio, Rodrigo y Lancelote se apostaránpreviamente detrás de los sillares que estánamontonados en esa especie de plaza que hayante la puerta de nuestro jardín. Rodrigo yLancelote no deberán matar a los amantes deesas damas, sino darles cinco o seis ligerasestocadas para que estén ensangrentados.Verlos en tal estado asustará a sus amantes, yestas damas pensarán en cosa muy distinta queen decirles cosas amables.»

No se les ocurrió cosa mejor a las dosamigas para organizar la emboscada quemeditaban, que Livia, la camarista noble deRodelinda, pidiera a la abadesa un permiso deun mes. Esta joven, muy lista, estaba encargada

Page 291: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de las cartas para Rodrigo y Lancelote. Lesllevaba también una cantidad de dinero, con lacual rodearon de espías a Lorenzo B. y a PedroAntonio D., el amante de Celiana. Estos dosmancebos, de los más nobles y más en boga dela ciudad, entraron aquella misma noche en elconvento. Esta empresa era mucho más difícildesde el reinado del cardenal gran duque. Laabadesa Virgilia había conseguido del condeBuondelmonte que se apostara un centinelaante la puerta de servicio del jardín que daba aun espacio desierto detrás de la muralla norte.

Livia, la camarista noble, iba todos los díasa dar cuenta a Felicia y a Rodelinda de lospreparativos de ataque meditado contra losamantes de Fabiana y de Celiana. Lospreparativos duraron no menos de seissemanas. Se trataba de adivinar la noche queLorenzo y Pedro Antonio elegirían para veniral convento, y desde el nuevo reinado, que sepresentaba con mucha severidad, era muchomayor la prudencia en empresas de este

Page 292: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

género. Por otra parte, Livia encontrabagrandes dificultades cerca de Rodrigo. Este sehabía dado perfecta cuenta de la tibieza deFelicia, y acabó por negarse rotundamente aprestarse a la venganza sobre los amores deFabiana y Celiana si Felicia no consentía endarle la orden de viva voz en una cita que leconcedería. Y Felicia, absorbida por el condeBuondelmonte, no quiso de ninguna maneraconsentir en semejante condición. «Me explicomuy bien —le escribió con su imprudentefranqueza— que se condene uno por lafelicidad; pero condenarse por ver a un antiguoamante cuyo reinado pasó, eso no lo concebirénunca. No obstante, podré consentir enrecibiros una vez más, para que os atengáis arazones, pero lo que os pido no es un crimen.En consecuencia, no podéis tener pretensionesexageradas y pedir que os paguen como siexigieran de vos que dierais muerte a uninsolente. No cometáis el error de causar a losamantes de nuestras enemigas. heridas tan

Page 293: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

graves que les impidan entrar en el jardín ypresentarse como espectáculo ante las damasque nosotras nos habremos cuidado de reunirallí. Malograríais toda la sal de nuestravenganza, y yo no vería en vos más que unatolondrado indigno de la menor confianza.Ahora bien, habéis de saber que este defectocapital ha sido la causa de que hayáis dejado demerecer mi amistad.»

Por fin llegó esa noche de venganzapreparada con tanto cuidado. Rodrigo yLancelote, ayudados por varios hombres de suconfianza, espiaron durante todo el día losactos de Lorenzo y de Pedro Antonio. Por lasindiscreciones de éstos, llegaron a lacertidumbre de que la noche siguiente iban aintentar la escalada del muro de Santa Riparata.Un comerciante muy rico, cuya casa lindabacon el cuerpo de guardia al que pertenecía elcentinela apostado ante la puerta del jardín delas religiosas, casaba a su hija aquel día.Lorenzo y Pedro Antonio, disfrazados de

Page 294: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

domésticos de casa rica, aprovecharon estacircunstancia para ir a ofrecer en su nombre alcuerpo de guardia un barril de vino. Lossoldados hicieron honor al regalo. La noche eramuy oscura, la escalada del muro del conventodebía tener lugar a eso de medianoche; desdelas once, Rodrigo y Lancelote, escondidosdetrás del muro, tuvieron la satisfacción de veral centinela de la hora precedente relevado porun soldado más que medio borracho y que nodejó de dormirse al cabo de unos minutos.

En el interior del convento, Felicia yRodelinda habían visto a sus enemigas Fabianay Celiana esconderse en el jardín bajo unosárboles bastante próximos al muro exterior. Unpoco antes de las doce, Felicia no vaciló en ir adespertar a la abadesa. No le fue nada fácilllegar hasta ella, y menos aún hacerlecomprender la posibilidad del crimen quevenía a denunciarle. Y por fin, después demedia hora de tiempo perdido, y durante losúltimos minutos de la cual Felicia temblaba

Page 295: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ante el temor de pasar por una calumniadora,la abadesa declaró que, aunque el hecho fueracierto, no se debía añadir a un crimen unainfracción de la regla de San Benito. Ahorabien, la regla prohibía absolutamente poner elpie en el jardín después de la puesta del sol. Porfortuna Felicia recordó que se podía llegar porel interior del convento y sin poner el pie en eljardín hasta la terraza de un pequeño patio denaranjos muy baja y muy cercana a la puertaguardada por el centinela. Mientras Feliciaestaba ocupada en convencer a la abadesa,Rodelinda fue a despertar a su tía, religiosavieja, muy piadosa y subpriora del convento.

La abadesa, aunque se dejara llevar hasta laterraza del patio de naranjos, estaba muy lejosde creer todo lo que le decía Felicia. Imposibleimaginar su asombro, su indignación, suestupor, cuando, a nueve o diez pies bajo laterraza, divisó a dos religiosas que a esta horaindebida se encontraban fuera de sushabitaciones, pues la noche, profundamente

Page 296: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

oscura, no le permitió al principio reconocer aFabiana y a Celiana.

«¡Criaturas impías! —exclamó con una vozque la quería hacer imponente—, ¡desdichadasimprudentes! ¿Así es como servís a la divinamajestad? Pensad que el gran San Benito,vuestro protector, os mira desde las alturas delCielo y se estremece al veros sacrílegas a su ley.Volved en vosotras mismas, y como el toque desilencio ha sonado desde mucho rato ha,recogeos en vuestras habitaciones a toda prisa yponeos en oración, en espera de la penitenciaque os impondré mañana por la mañana.»

¿Quién podría pintar el estupor y el sustoque embargaron el alma de Celiana y Fabianaal oír sobre sus cabezas y tan cerca de ellas lapotente voz de la irritada abadesa? Cesaron dehablar y estaban petrificadas cuando he aquíque otra sorpresa vino a impresionarlas, a ellasy a la abadesa. Estas. damas oyeron, apenas aocho o diez pasos de ellas y al otro lado de lapuerta, el ruido violento de un combate a

Page 297: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

estocadas. Al poco tiempo se oyeron los gritosde unos contendientes heridos; algunos deestos gritos eran de dolor. ¡Cuál no sería el deCeliana y Fabiana al reconocer las voces deLorenzo y de Pedro Antonio! Tenían llavesfalsas de la puerta del jardín, se precipitaron alas cerraduras, y aunque la puerta era enorme,tuvieron fuerzas para hacerla girar sobre susgoznes. Celiana, que era la más fuerte y la demás edad, se atrevió la primera a salir deljardín. Al cabo de unos instantes volviósosteniendo en sus brazos a Lorenzo, suamante, que parecía peligrosamente herido yque apenas podía sostenerse. Gemía a cadapaso como un hombre agonizante, y, en efecto,apenas hubo dado una docena de pasos en eljardín, a pesar de los esfuerzos de Celiana, cayóy expiró casi inmediatamente. Celiana,olvidando toda prudencia, le llamaba en vozalta y, al ver que no respondía, prorrumpió ensollozos sobre su cuerpo.

Page 298: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Todo esto ocurría a unos veinte pasos de laterraza del patio de naranjos. Feliciacomprendió muy bien que Lorenzo estabamuerto o moribundo, y sería difícil pintar sudesesperación. «Soy yo la causa de todo esto —se decía—; Rodrigo se habrá acalorado y habrámatado a Lorenzo; es cruel por naturaleza, suvanidad no perdona jamás las heridas que lehan inferido, y en varias fiestas, los caballos deLorenzo y las libreas de sus lacayos han lucidomás que las suyas.» Felicia sostenía a laabadesa, medio desmayada de horror.

Unos instantes después, la desventuradaFabiana entraba en el jardín sosteniendo a suinfortunado amante Pedro Antonio, igualmenteatravesado de estocadas mortales. También élexpiró en seguida, pero, en medio del silenciogeneral suscitado por esta escena de horror, seoyó decir a Fabiana:

—Es don César, el caballero de Malta. Le hereconocido bien; pero, si me ha herido, tambiénél lleva mis señales.

Page 299: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Don César había sido el antecesor de PedroAntonio en los favores de Fabiana. Esta jovenreligiosa parecía haber perdido todo cuidadode su reputación; llamaba en voz alta en suauxilio a la Madona y a su santa Patrona;llamaba también a su camarista noble, sin lamenor preocupación por despertar a todo elconvento; estaba verdaderamente enamoradade Pedro Antonio. Quería cuidarle, lavarle lasangre, vendar sus heridas. Esta verdaderapasión inspiró piedad a muchas religiosas. Seacercaron al herido, fueron a buscar luces; elherido estaba sentado junto al laurel en que seapoyaba. Fabiana, de rodillas ante él, le atendía.El herido hablaba muy poco y contaba denuevo que era don César, caballero de Malta,quien le había herido; de pronto estiró losbrazos y expiró.

Fuertemente Celiana cortó losdesesperados lamentos de Fabiana. Una vezcierta de la muerte de Lorenzo, pareció haberloolvidado y ya sólo se acordó del peligro que las

Page 300: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

rodeaba, a ella y a su querida Fabiana. Esta sehabía derrumbado desmayada sobre el cadáverde su amante. Celiana la levantó a medias y lasacudió vivamente para hacerla volver en sí.

—Si te entregas a esa flaqueza, tu muerte yla mía son seguras —le dijo en voz bajaapretando su boca contra el oído de ladesmayada para que no la oyera la abadesa, ala que veía muy bien, apoyada en labalaustrada de la terraza del patio de naranjos,apenas a doce o quince pies sobre el suelo deljardín—. ¡Despierta, cuida de tu gloria y de tuseguridad! Si en este trance siguesabandonándote a tu dolor, ¡pasarás largos añosencarcelada en un calabozo oscuro e infecto!

En este momento, la abadesa, que habíaquerido bajar, se acercaba a las dosdesventuradas religiosas apoyada en el brazode Felicia.

—En cuanto a vos, señora —le dijo Celianaen un tono de orgullo y firmeza que impresionóa la abadesa—, si amáis la paz y si el honor de

Page 301: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

un noble monasterio os es caro, sabréis callarosy no armar un escándalo con todo esto cercadel gran duque. También vos habéis amado; escreencia general que habéis sido juiciosa, y éstaes una superioridad que tenéis sobre nosotras;pero si decís al gran duque una palabra de esteasunto, muy pronto será la comidilla de laciudad, y se dirá que la abadesa de SantaRiparata, que conoció el amor en los primerosaños de su vida, no tiene la firmeza necesariapara dirigir a las religiosas de su convento. Nosperderéis, señora, pero os perderéis vos mismacon más seguridad aún que a nosotras.Reconoced, señora —dijo a la abadesa, quelanzaba suspiros y exclamaciones confusasentre pequeños gritos de asombro, que podíanser oídos—, que vos misma no veis en estemomento lo que hay que hacer por la salvacióndel convento y por la vuestra.

Y como la abadesa permaneciera confusa ysilenciosa, Celiana añadió:

Page 302: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Lo primero que tenéis que hacer escallaros, y luego lo esencial es llevar lejos deaquí e inmediatamente estos dos cadáveres quecausarán nuestra perdición, la vuestra y lanuestra, si son descubiertos.

La pobre abadesa, suspirandoprofundamente, estaba tan turbada que noacertaba ni siquiera a contestar. Ya no tenía aFelicia junto a ella; se había alejadoprudentemente después de llevarla al lado delas dos desventuradas religiosas, temiendomuchísimo que la reconocieran.

—Hijas mías, haced todo lo que os parezcanecesario, todo lo que os parezca conveniente—dijo al fin la desdichada abadesa con vozapagada por el horror de la situación en que sehallaba. Yo sabré disimular todas nuestrasvergüenzas, pero tened presente que los ojos dela justicia divina están siempre abiertos sobrenuestros pecados.

Celiana no hizo ningún caso de las palabrasde la abadesa.

Page 303: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Saber guardar silencio, señora, es loúnico que os piden —le repitió varias vecesinterrumpiéndola.

Dirigiéndose luego a Martona, laconfidente de la abadesa, que acababa de llegara su lado:

—Ayudadme, querida. Está en juego elhonor de todo el convento, están en juego elhonor y la vida de la abadesa; pues si habla, nonos pierde a medias, sino que nuestras noblesfamilias no nos dejarán perecer sin venganza.

Fabiana sollozaba de rodillas ante un olivoen el que se apoyaba, y no le era posible ayudara Celiana y a Martona.

—Retírate a tu habitación —le dijoCeliana—. Piensa lo primero de todo en hacerdesaparecer las huellas de sangre que puedenencontrarse en tu ropa. Dentro de una hora iréa llorar contigo.

Entonces, Celiana, ayudada por Martona,se llevó el cadáver de su amante el primero,luego el de Pedro Antonio, a la calle de los

Page 304: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Orfebres, situada a más de diez minutos decamino de la puerta. del jardín. Celiana y sucompañera tuvieron la satisfacción de quenadie las reconociera. Por una suerte muchomás señalada y sin la cual su prudenteprecaución hubiera sido imposible, el soldadoque estaba de centinela ante la puerta del jardínse .había sentado en una piedra bastante lejos yparecía dormir. Celiana se cercioró de estoantes de decidirse a trasladar los cadáveres. Alvolver de llevar el segundo, Celiana y sucompañera se asustaron mucho. La noche eraen este momento un poco menos oscura; seríanlas dos de la madrugada; vieron muydistintamente tres soldados reunidos ante lapuerta del jardín, y, lo que era mucho peor, estapuerta parecía cerrada.

—Esta es la primera tontería de nuestraabadesa —dijo Celiana a Martona—. Se habráacordado de que la regla de San Benitoprescribe que la puerta del jardín esté cerrada.Tendremos que huir a casa de nuestros padres,

Page 305: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

y con el príncipe severo y sombrío quetenemos, es posible que yo deje la vida en esteasunto. En cuanto a ti, Martona, no eresculpable de nada; obedeciendo mis órdenes,has ayudado a sacar unos cadáveres cuyapresencia en el jardín podía deshonrar alconvento. Arrodillémonos detrás de estaspiedras.

Dos soldados —que volvían de la puertadel jardín se dirigían hacia ellas. Celianaobservó con alegría que parecían casicompletamente borrachos. Hablaban, pero elque había estado de centinela, y que sedistinguía por su alta estatura, no hablaba a sucompañero de los acontecimientos de la noche;y en efecto, en el proceso que se instruyó mástarde, dijo simplemente que unos hombresarmados y soberbiamente vestidos habíanvenido a batirse a unos pasos de allí. En laprofunda oscuridad, pudo distinguir siete uocho hombres, pero se guardó bien de meterse

Page 306: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

en la contienda; luego, todos habían entrado enel jardín del convento.

Cuando hubieron pasado los dos soldados,Celiana y su compañera se acercaron a lapuerta del jardín y vieron, con gran alegría, queestaba solamente arrimada. Esta prudenteprecaución era obra de Felicia. Cuando éstahabía dejado a la abadesa para que no lareconocieran Celiana y Fabiana, se dirigiócorriendo a la puerta del jardín, abiertaentonces de par en par. Tenía un miedo mortalde que Rodrigo, que, en este momento, lehorrorizaba, hubiera aprovechado la ocasiónpara entrar en el jardín y obtener una cita.Conociendo su imprudencia y su audacia, ytemiendo que procurara comprometerla paravengarse del desinterés que le había mostrado,Felicia se escondió detrás de los árbolescercanos a la puerta. Había oído todo lo queCeliana dijo a la abadesa y luego a Martona, yera ella la que había empujado la puerta deljardín cuando, a poco de salir Celiana y

Page 307: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Martona llevando el cadáver, oyó acercarse alos soldados que venían a relevar al centinela.

Felicia vio a Celiana cerrar la puerta con sullave falsa y alejarse luego. Sólo entoncesabandonó el jardín. «He aquí esa venganza —pensaba—, de la que yo esperaba tantasatisfacción.» Pasó el resto de la noche conRodelinda tratando de adivinar los hechos quehabían podido llevar a un resultado tan trágico.

Por fortuna, al amanecer, su camaristanoble volvió al convento, trayéndole una largacarta de Rodrigo. Rodrigo y Lancelote, porbravura, no habían querido buscar la ayuda deasesinos a sueldo, entonces muy corrientes enFlorencia. Ellos dos solos habían atacado aLorenzo y a Pedro Antonio. El duelo fuedemasiado largo, porque Rodrigo y Lancelote,fieles a la orden que habían recibido, ibanretrocediendo constantemente, no queriendocausar a sus adversarios sino heridas leves; y enefecto no les asestaron más que unas estocadasen los brazos y estaban completamente seguros

Page 308: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de que no habían podido morir de estasheridas. Pero en el momento en que estaban apunto de retirarse, habían visto, con granasombro, a un espadachín furioso arremetercontra Pedro Antonio. Por los gritos quelanzaba al atacarlos, habían reconocido muybien a don César, el caballero de Malta.Entonces, viéndose tres contra dos hombresheridos, se habían apresurado a huir, y, al díasiguiente, causó un gran asombro en Florenciael descubrimiento de los cadáveres de aquellosdos jóvenes pertenecientes al primer rango dela juventud rica y elegante de la ciudad.Precisamente por su rango llamaron laatención, pues bajo el disoluto reinado deFrancisco, al que acababa de suceder el severoFernando, la Toscana había sido como unaprovincia de España, y en la ciudad ocurríancada año más de doscientos asesinatos. La grandiscusión que se produjo en la alta sociedad, ala que pertenecían Lorenzo y Pedro Antonio,trataba de averiguar si se habían batido en

Page 309: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

duelo entre ellos o si habían muerto víctimas dealguna venganza.

Al día siguiente de este granacontecimiento, todo estaba tranquilo en elconvento. La gran mayoría de las religiosas notenía la menor idea de lo ocurrido. Al apuntarel alba, antes de la llegada de los jardineros,Martona fue a remover la tierra en los lugaresen que estaba manchada de sangre y destruirlas huellas de lo ocurrido. Esta muchacha, quetenía a su vez un amante, ejecutó con muchainteligencia, y sobre todo sin decir nada a laabadesa, las órdenes que le dio Celiana. Celianale regaló una bonita cruz de diamantes.Martona, muchacha muy sencilla, le dijo aldarle las gracias:

—Una cosa preferiría yo a todos losdiamantes del mundo. Desde que llegó alconvento esta nueva abadesa, y aunque porconquistar su favor me he rebajado a prestarleservicios completamente serviles, jamás pudeconseguir de ella que me diera las menores

Page 310: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

facilidades para ver a Julián R.... mi amigo. Estaabadesa va a hacer la desgracia de todasnosotras. En fin, hace más de cuatro meses queno he visto a Julián, y acabará por olvidarme.La amiga íntima de la señora, la signoraFabiana, es una de las ocho porteras: unservicio bien vale otro; ¿no podría la signoraFabiana, un día que esté de guardia en lapuerta, permitirme salir para ver a Julián, opermitirle entrar a él?

—Yo haré todo lo que pueda —le dijoCeliana—, pero la gran dificultad que meopondrá Fabiana es que la abadesa note vuestraausencia. La habéis acostumbrado demasiado avenos constantemente. Tratad de ausentarosalgunos ratos. Estoy segura de que siestuvierais al servicio de cualquier otra que nofuera la señora abadesa, Fabiana no pondríaninguna dificultad a concederos lo que pedís.

Celiana hablaba así con un designiopreconcebido.

Page 311: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Te pasas la vida llorando a tu amante —dijo a Fabiana—, y no piensas en el horriblepeligro que nos amenaza. Nuestra abadesa estan incapaz de callarse que, tarde o temprano,lo ocurrido llegará a conocimiento de nuestrosevero gran duque. Ha llevado al trono lasideas de un hombre que ha sido veinticincoaños cardenal. Nuestro crimen es uno de losmás grandes que puedan cometerse a los ojosde la religión; en una palabra, la vida de laabadesa es nuestra muerte.

—¿Qué quieres decir? —exclamó Fabianaenjugándose los ojos.

—Quiero decir que es preciso que consigasde tu amiga Victoria Ammanati que te dé unpoco de ese famoso veneno de Perusa que sumadre le dio al morir, envenenada ella mismapor su marido. Su enfermedad había duradovarios meses, y pocas personas pensaron en elveneno; lo mismo ocurrirá con nuestra abadesa.

—¡Tu idea me horroriza! —exclamó ladulce Fabiana.

Page 312: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—No dudo de tu honor, y yo lo compartiríasi no me dijera que la vida de la abadesa es lamuerte de Fabiana y de Celiana. Piensa en esto:la señora abadesa es absolutamente incapaz decallarse; una palabra suya basta para convenceral cardenal gran duque, que alardea sobre tododel horror que le causan los crímenesocasionados por la antigua libertad que reinabaen nuestros pobres conventos. Tu prima es muyamiga de Martona, que pertenece a una ramade su familia arruinada por las quiebras de158... Martona está locamente enamorada de unguapo tejedor de seda llamado Julián; espreciso que tu prima le dé como un somníferopara que cese la molesta vigilancia de la señoraabadesa, ese veneno de Perusa que causa lamuerte en seis meses:

Habiendo tenido ocasión el condeBuondelmonte de ir a la corte, el gran duque lefelicitó por la tranquilidad ejemplar quereinaba en la abadía de Santa Riparata. Estaspalabras del príncipe indujeron al conde a ir a

Page 313: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ver su obra. Imagínese su asombro cuando laabadesa le contó el doble asesinato, de cuyoresultado había sido ella testigo. El conde viomuy bien que la abadesa Virgilia eracompletamente incapaz de dar el menorinforme sobre la causa de este doble crimen.«Aquí —se dijo—; sólo Felicia, esa buenacabeza cuyos razonamientos me pusieron entanto aprieto hace seis meses, cuando miprimera visita, puede darme alguna luz sobre elpresente asunto. Pero, preocupada como estápor la injusticia de la sociedad y de las familiascon las religiosas, ¿querrá hablar?»

La visita al convento del vicario del granduque había arrebatado a Felicia en una alegríainmoderada. Por fin volvería a ver a aquelhombre singular, causa única de todas susacciones en los últimos seis meses. Por unefecto contrario, la llegada del conde habíasumido en un profundo terror a Celiana y a lajoven Fabiana, su amiga.

Page 314: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Tus escrúpulos serán nuestra perdición—dijo Celiana a Fabíana—. La abadesa esdemasiado débil para no haber hablado. Yahora nuestra vida está en manos del conde.Nos quedan dos soluciones: huir, pero ¿de quéviviremos? La avaricia de nuestros hermanosaprovechará el pretexto de la sospecha decrimen que z gravita sobre nosotras paranegarnos el pan. Antiguamente, cuando laToscana no era más que una provincia deEspaña, los desventurados toscanosperseguidos podían refugiarse en Francia. Peroeste gran duque cardenal ha puesto los ojos enesta potencia y quiere sacudirse el yugo deEspaña. Imposible para nosotras encontrar unrefugio, y he aquí, mi pobre amiga, a dónde noshan llevado tus infantiles escrúpulo65. Yseguimos forzadas a cometer el crimen, puesMartona y la abadesa son los únicos testigos

65 Buen tema para obras. (Nota de Stendhal en el manus-crito.)

Page 315: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

peligrosos de lo que ocurrió aquella noche fatal.La tía de Rodelinda no dirá nada; no querrácomprometer el honor de este convento que lees tan caro. Martona, una vez que haya dado elsupuesto somnífero a la abadesa, se guardarámuy bien de hablar cuando le hayamos dichoque ese somnífero p era un veneno. Por otraparte, es una buena muchacha perdidamenteenamorada de su Julián.

Sería demasiado largo dar cuenta de lasabia conversación que Felicia tuvo con elconde. Tenía siempre presente la gran falta queella había cometido cediendo demasiadopronto en lo de las dos camaristas. De estaexcesiva buena fe había resultado que el condepasara seis meses sin reaparecer por elconvento. Felicia se prometió no volver a caeren el mismo error. El conde había mandado apedirle, con toda la amabilidad posible, que leconcediera una entrevista en el locutorio. Estapetición puso a Felicia fuera de sí. Para aplazarla entrevista hasta el día siguiente, tuvo

Page 316: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

necesidad de recordar lo que debía a sudignidad de mujer. Pero al llegar a aquellocutorio donde el conde estaba solo, aunqueseparada de él por una reja de barrotesenormes, Felicia se sentía sobrecogida por unatimidez que no había experimentado jamás. Suemoción era enorme; sentía un profundoarrepentimiento de aquella idea que antes lehabía parecido tan hábil y tan divertida. Nosreferimos a aquella confesión de su amorapasionado por el conde que hiciera tiempoatrás a la abadesa para que ésta se lo dijera a él.Entonces estaba lejos de amar como amabaahora. Le había parecido divertido atacar alcorazón del grave comisario nombrado por elpríncipe para el convento. Ahora, sussentimientos eran muy diferentes: ahora,enamorarle era necesario a su felicidad; si no loconseguía, sería desgraciada, y ¿qué diría unhombre tan grave de la extraordinariaconfidencia que le haría la abadesa? Podríamuy bien ocurrir que la encontrara indecente, y

Page 317: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

esta idea torturaba a Felicia. Había que hablar.El conde estaba allí, grave, sentado ante ella ydiciéndole alabanzas de alto alcance de suinteligencia. ¿Le habrá hablado ya la abadesa?Toda la atención de la joven religiosa seconcentró en este interrogante. Por fortuna paraella, creyó ver lo que en efecto era la verdad:que la abadesa, asustadísima todavía de los doscadáveres que viera aquella noche fatal, habíaolvidado un detalle tan fútil como el insensatoamor concebido por una joven religiosa.

El conde, por su parte, veía muy bien lagran turbación de la joven, y no sabía a quéatribuirla. «¿Será culpable?», se decía. Esta ideale inquietaba, a él, tan razonable. Tal sospechale hizo poner una gran atención en lasrespuestas de la joven religiosa. Era un honorque, desde mucho tiempo hacía, no habíaobtenido de él ninguna mujer. Admiró lahabilidad de Felicia. Encontraba el arte decontestar de manera halagüeña para el conde atodo lo que éste le decía sobre la fatal pelea que

Page 318: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

había tenido lugar a la puerta del convento;pero se guardaba muy bien de darle respuestasconcluyentes. Al cabo de hora y media deconversación, durante la cual el conde no sehabía aburrido un solo instante, se despidió dela joven religiosa, suplicándole que leconcediera una nueva entrevista pasados unosdías. Estas palabras expandieron una felicidadcelestial en el alma de Felicia.

El conde salió muy pensativo de la abadíade Santa Riparata. «Sin duda mi deber sería —se decía— dar cuenta al príncipe de las extrañascosas que acabo de saber. El Estado entero se haocupado de la extraña muerte de esos dospobres mozos tan brillantes, tan ricos. Por unaparte, con este terrible obispo que este príncipecardenal acaba de ponernos, decirle unapalabra de lo ocurrido es exactamente lo mismoque introducir en este infortunado conventotodos los furores de la inquisición española.Este terrible obispo no hará perecer a una solade estas pobres muchachas, sino a cinco o seis.

Page 319: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Y ¿quién será culpable de su muerte sino yo,que no tenía más que cometer un pequeñísimoabuso de confianza para que esa muerte notuviera lugar? Si el príncipe llega a saber lo queha ocurrido y me hace reproches, le diré:vuestro terrible obispo me ha dado miedo.»

El conde no se atrevía a confesar muyexactamente todos los motivos que tenía paracallarse. No estaba seguro de que la bellaFelicia no fuera culpable, y todo su ser seestremecía de horror a la sola idea de poner enpeligro la vida de una pobre muchacha tancruelmente tratada por sus padres y por lasociedad. «Si la hubieran casado —se decía—,seria el. ornamento de Florencia.»

El conde había invitado a una magníficacacería en las marismas de Siena, la mitad delas cuales le pertenecían, a los más grandesseñores de la corte y a los más ricoscomerciantes de Florencia. Se excusó con ellos,la cacería se celebró sin él, y a Felicia lesorprendió mucho oír, al día siguiente de la

Page 320: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

primera entrevista, los caballos del condepiafando en el primer patio del convento. Elvicario del gran duque, al tomar la resoluciónde no hablarle de lo ocurrido, sintió, sinembargo, que contraía la obligación de velarpor la tranquilidad futura del convento. Ahorabien, para conseguirlo, lo primero que hacíafalta era conocer qué parte habían tenido lasdos religiosas en la muerte de sus amantes.Después de una larga conversación con laabadesa, el conde mandó llamar a ocho o diezreligiosas, entre las cuales figuraban Celiana yFabiana. Comprobó, con gran sorpresa, que,como le había dicho la abadesa, ocho de estas,religiosas ignoraban totalmente lo ocurrido enla noche fatal. El conde no hizo interrogatoriosdirectos más que a Celiana y a Fabiana; ambasnegaron. Celiana con toda la firmeza de unalma superior a las mayores desventuras; lajoven Fabiana, como una pobre muchachadesesperada a la que le recuerdanbárbaramente la fuente de sus desdichas.

Page 321: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Estaba horriblemente enflaquecida y parecíaafectada de una enfermedad del pecho; nopodía consolarse de la muerte del jovenLorenzo B... «Yo soy quien le ha matado —decía a Celiana en las largas conversacionesque tenía con ella—; debiera haber tenido másmiramiento con el amor propio del feroz donCésar, su predecesor, al romper con él.»

En cuanto entró en el locutorio, Feliciacomprendió que la abadesa había tenido ladebilidad de hablar al vicario del gran duquedel amor que ella sentía por él; las maneras delprudente Buondelmonte habían cambiado porcompleto. Esto fue al principio un gran motivode vergüenza y de turbación para Felicia. Sindarse perfecta cuenta, estuvo encantadoradurante la larga conversación que tuvo con elconde, pero no confesó nada. La abadesa nosabía absolutamente nada más que lo que habíavisto, y eso, según todas las trazas, lo habíavisto mal. El conde estaba muy perplejo. «Siinterrogo a las camaristas nobles y a los

Page 322: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

domésticos, es tanto como dar acceso al obispoa este asunto. Hablarán a su confesor y henosaquí con la inquisición en el convento.»

El conde, muy inquieto, volvió todos losdías a Santa Riparata. Decidió interrogar atodas las religiosas, luego a todas las camaristasnobles y por último a la servidumbre.Descubrió la verdad sobre un infanticidio quehabía tenido lugar tres años. antes y cuyadenuncia le había transmitido el oficial deltribunal de justicia eclesiástica, presidido por elobispo. Pero, con gran extrañeza, vio que lahistoria de los dos jóvenes que entraronmoribundos en el jardín de la abadía no era enabsoluto conocida por nadie más que por laabadesa, Celiana, Fabiana, Felicia y su amigaRodelinda. La tía de ésta supo disimular tanbien, que se libró de las sospechas. El terror queinspiraba el nuevo obispo, monseñor..., era talque, con excepción de la abadesa y de Felicia,las declaraciones de todas las demás religiosas,evidentemente poco verídicas, eran siempre

Page 323: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

dadas en los mismos términos. El condeterminaba todas sus sesiones en el conventocon una larga conversación con Felicia, quehacía feliz a ésta, pero, para que durase, seesforzaba en no decir cada día al conde másque una parte muy pequeña de lo que sabíasobre la muerte de los dos jóvenes caballeros.En cambio era de una extremada franqueza entodo lo que la concernía personalmente. Habíatenido tres amantes, y contó al conde, que yaera casi su amigo, toda la historia de susamores. La franqueza tan perfecta de estamuchacha tan bella y tan inteligente interesó alconde, que no puso dificultad alguna enresponder a esta franqueza con gran candor.

—Yo no puedo corresponderos —decía aFelicia con historias interesantes como lasvuestras—. No sé si osaré deciros que todas laspersonas de vuestro sexo que he conocido en elmundo me han inspirado siempre másdesprecio por su carácter que admiración porsu belleza.

Page 324: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Las frecuentes visitas del conde habíanquitado el reposo a Celiana. Fabiana, cada vezmás absorta en su .dolor, había dejado deoponer sus repugnancias a los consejos de suamiga. Cuando le llegó el turno de guardar lapuerta del convento, abrió la puerta, volvió lacabeza, y Julián, el joven tejedor amigo deMartona, confidente de la abadesa, pudo entraren el convento. En él pasó ocho días enteros,hasta que Fabiana volvió a estar de servicio ypudo dejar la puerta abierta. Parece ser que fuedurante esta larga permanencia de su amanteen el convento cuando Martona dio su licorsomnífero a la abadesa, que quería tenerla día ynoche a su lado, lo que daba lugar a las quejasde Julián, que se aburría mortalmente, solo yencerrado en su cuarto.

Julia, joven religiosa muy devota, al pasaruna no che por el piso dormitorio, oyó hablaren la celda de Martona. Se acercó sin hacerruido, aplicó el ojo a la cerradura y vio unapuesto joven que, sentado a la mesa, cenaba

Page 325: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

riendo con Martona. Julia dio unos golpes en lapuerta, y luego, pensando que Martona podríamuy bien abrir esta puerta, encerrarla con aquelmozo y denunciarla a ella a la abadesa, la cualla creería por la costumbre que tenía Martonade pasar su vida con la abadesa, Julia se sintiósobrecogida por un gran susto. Se vio, enimaginación, perseguida en el corredor,solitario y muy oscuro en este momento, noencendidas todavía las lámparas, por Martona,que era mucho más fuerte que ella.Turbadísima echó a correr, pero oyó a Martonaabrir su puerta, y figurándose que la habíareconocido, fue a decírselo todo a la abadesa, lacual, horriblemente escandalizada, corrió a lacelda de Martona, donde no se encontraba yaJulián, que había escapado al jardín.

Pero esa misma noche, habiendo creídoprudente la abadesa, hasta por el interés y lareputación de Martona, hacerla dormir en sucuarto, el de la abadesa, y habiéndoleanunciado que desde la mañana siguiente iría

Page 326: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ella misma, acompañada por el padre...,confesor del convento, a poner los sellos en lapuerta de su celda, donde la malignidad habíapodido suponer que se escondía un hombre,Martona, irritada y ocupada en aquel momentoen hacer el chocolate que constituía el desayunode la abadesa, echó en este chocolate unaenorme cantidad del pretendido somnífero.

Al día siguiente, la abadesa Virgilia seencontraba en un estado de irritación nerviosatan singular, y, al mirarse al espejo, se vio unacara tan cambiada, que pensó que iba a morir.El primer efecto de este veneno de Perusa esvolver casi locas a las personas que lo hantomado. Virgilia recordó que uno de losprivilegios de las abadesas del noble conventode Santa Riparata era ser asistidas en susúltimos momentos por el señor obispo; escribióal prelado, que llegó muy pronto al convento.La abadesa le contó no sólo su enfermedad,sino también la historia de los dos cadáveres. Elobispo la amonestó severamente por no haberle

Page 327: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

dado cuenta de un incidente tan singular y tancriminal. La abadesa respondió que el vicariodel príncipe, conde Buondelmonte, le habíaaconsejado con empeño evitar el escándalo.

—¿Y cómo ese secular ha tenido la audaciade llamar escándalo al estricto cumplimiento devuestros deberes?

Al ver llegar al obispo al convento, Celianadijo a Fabiana:

—Estamos perdidas. Este prelado fanático,y que quiere a todo trance introducir la reformadel Concilio de Trento en los conventos de sudiócesis, será para nosotras un hombre muydiferente del conde Buondelmonte.

Fabiana se arrojó llorando en brazos deCeliana.

—La muerte no es nada para mí, peromoriré doblemente desesperada por habercausado tu perdición, sin salvar por eso la vidade esa infortunada abadesa.

Inmediatamente Fabiana se dirigió a lacelda de la dama que debía estar de guardia a

Page 328: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

la puerta aquella noche. Sin darle más detalles,le dijo que tenía que salvar la vida y el honor deMartona, la cual había cometido laimprudencia de meter a un hombre en su celda.Después de muchas dificultades, esta religiosaconsintió en dejar la puerta abierta y en alejarseun instante, poco después de las once de lanoche.

Mientras tanto, Celiana había mandadodecir a Martona que fuera al coro. Era éste unainmensa sala como una segunda iglesia,separada por una reja de la que estabadestinada al público cuyo sofito tenía más decuarenta pies de altura. Martona se habíaarrodillado en medio del coro de manera que,hablando bajo, nadie pudiera oírla. Celiana fuea colocarse a su lado.

—Aquí tienes —le dijo— una bolsa quecontiene todo el dinero que hemos podidoreunir Fabiana y yo. Esta noche o mañana porla noche me las arreglaré para que la puerta delconvento esté abierta un instante. Haz escapar

Page 329: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

a Julián y escápate tú misma enseguida. Ten laseguridad de que la abadesa Virgilia se lo hadicho todo al terrible obispo, cuyo tribunal tecondenará sin duda a quince años de calabozoo a muerte.

Martona hizo un movimiento paraarrojarse de rodillas ante Celiana.

—¿Qué haces, imprudente? —exclamó éstadeteniéndola—. Piensa que Julián y tú podéisser detenidos en cualquier momento. De aquí alinstante de la huida, procura esconderte todo loposible y estar sobre todo atenta a las personasque entran en el locutorio de la señora abadesa.

Al día siguiente, al llegar al convento, elconde encontró muchos cambios. Martona, laconfidente de la abadesa, había desaparecidodurante la noche; la abadesa estaba tan débilque se vio obligada, para recibir al vicario delpríncipe, a hacerse transportar a su locutorio enun sillón. Confesó al conde que se lo habíadicho todo al obispo.

Page 330: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—En ese caso, vamos a tener sangre oveneno —exclamó éste.

(Aquí termina el manuscrito deStendhal.)

Page 331: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

SAN FRANCISCO EN RIPA

San Francesco a Ripade Chroniques italiennes (1839)

Aristo y Dorante han tratado estetema,lo que ha dado a Erasto la idea detratarlo también.

30 de septiembre.

Traduzco de un cronista italiano losdetalles de los amores de una princesa romanacon un francés. Sucedió en 1726, a comienzosdel siglo pasado. Todos los abusos delnepotismo florecían entonces en Roma. Nuncaaquella corte había sido más brillante. ReinabaBenedicto XIII (Orsini), o más bien su sobrino,el príncipe Campobasso, que dirigía en nombrede aquél todos los asuntos grandes y pequeños.Desde todas partes, los extranjeros afluían aRoma, los príncipes italianos, los nobles deEspaña, ricos aún por el oro del Nuevo Mundo,

Page 332: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

acudían en masa. Cualquier hombre rico ypoderoso se encontraba allí por encima de lasleyes. La galantería y la magnificencia parecíanser la única ocupación de tantos extranjeros ynacionales reunidos.

Las dos sobrinas del Papa, la condesaOrsini y la princesa Campobasso, se repartíanel poder de su tío y los homenajes de la corte.Su belleza las habría hecho destacar incluso enlos últimos puestos de la sociedad. La Orsini,como se dice familiarmente en Roma, era alegrey disinvolta; la Campobasso, tierna y piadosa;pero un alma tierna susceptible de los másviolentos arrebatos. Sin ser enemigasdeclaradas, aunque se encontraban todos losdías en los apartamentos del Papa y se veían amenudo en sus propias casas, las damas eranrivales en todo: en belleza, en influencia y enriqueza.

La condesa Orsini, menos bonita, perobrillante, ligera, activa, intrigante, tenía unosamantes de los que apenas se ocupaba y que no

Page 333: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

reinaban más de un día. Su felicidad consistíaen ver a doscientas personas en su salón y enreinar sobre ellas. Se burlaba mucho de suprima, la Campobasso, que, después de habersedejado ver por todas partes tres años seguidoscon un duque español, había acabado porordenarle que abandonara Roma en el plazo deveinticuatro horas y bajo pena de muerte.

—Después de ese gran despido, mi sublimeprima no ha vuelto a sonreír. Desde hace unosmeses, sobre todo, es evidente que la pobremujer se muere de aburrimiento o de amor, ysu marido, que no es tonto, hace pasar eseaburrimiento a los ojos de Papa, nuestro tío,por la más alta piedad. No me sorprendería queesa piedad la condujera a emprender unaperegrinación a España.

La Campobasso estaba muy lejos de añorara su español, quien durante cerca de dos añosla había aburrido soberanamente. Si lo hubieraañorado, lo habría mandado a buscar, pues erauno de esos caracteres naturales y apasionados

Page 334: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

como no es raro encontrar en Roma. De unadevoción exaltada, aunque apenas teníaveintitrés años y se hallaba en la flor de labelleza, se arrojaba a veces a las rodillas de sutío suplicándole que le diese la bendición papal,que, como pocos saben, con excepción de dos otres pecados atroces, absuelve todos los demás,incluso sin confesión. El buen Benedicto XIIIlloraba de ternura diciéndole:

—Levántate, sobrina, no necesitas mibendición, vales más que yo a los ojos de Dios.

Aunque el papa fuera infalible, en eso seequivocaba como toda Roma. La Campobassoestaba locamente enamorada, su amantecompartía su pasión y, sin embargo, se sentíamuy desgraciada. Hacía varios meses que veíacasi a diario al caballero de Sénécé, sobrino delduque de Saint Aignan, entonces embajador deLuis XV en Roma.

Hijo de una de las amantes del regenteFelipe de Orléans, el joven Sénécé gozaba enFrancia del más alto favor: coronel desde hacía

Page 335: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mucho tiempo, aunque apenas tuvieseveintidós años, tenía los hábitos de la fatuidad,y de lo que la justificaba, sin que a pesar detodo, dominara en su carácter. La alegría, lasganas de divertirse con todo y siempre, elatolondramiento, la valentía, la bondad,constituían los rasgos más sobresalientes de suextraordinario carácter y podría decirse, comoalabanza a su nación, que era una muestraexacta de la misma. Nada más verlo, la princesade Campobasso lo había distinguido.

—No obstante, —le había dicho—,desconfío de vos porque sois francés, pero osadvierto una cosa: el día que se sepa en Romaque os veo en secreto a veces, estaré segura deque lo habéis dicho vos y os dejaré de amar.

Jugando con el amor, la Campobasso sehabía dejado dominar por una pasiónverdadera. Sénécé también la había amado,pero hacía ya ocho meses que duraba suentendimiento y el tiempo, que redobla lapasión de una italiana, mata la de un francés.

Page 336: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

La vanidad de caballero lo consolaba un pocodel hastío; había enviado ya a París dos o tresretratos de la Campobasso. Por lo demás,colmado por toda clase de bienes ycomodidades, por decirlo así, desde la infancia,llevaba la despreocupación de su carácter hastalos intereses de la vanidad, que de ordinariomantiene tan inquietos los corazones de sunación.

Sénécé no comprendía en absoluto elcarácter de su amante lo que hacía que, a veces,sus rarezas le hicieran gracia. Muy a menudo,además, como sucedió el día de la fiesta deSanta Balbina, nombre que ella llevaba, teníaque vencer los arrebatos y los remordimientosde una piedad ardiente y sincera. Sénécé no lehabía hecho olvidar la religión, como sucedecon las mujeres vulgares de Italia; la habíavencido por fuerza y el combate se renovabacon frecuencia.

Ese obstáculo, el primero que ese jovencolmado por el destino había encontrado en su

Page 337: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

vida, le divertía y mantenía viva en él lacostumbre de ser tierno y atento con laprincesa; de vez en cuando, creía un deberamarla. Había además otra razón muy poconovelesca. Sénécé no tenía más que unconfidente, su embajador el duque de SaintAignan, al que prestaba algunos servicios conla ayuda de la Campobasso, que estaba alcorriente de todo. Y la importancia queadquiría a los ojos del embajador le halagabaextraordinariamente.

La Campobasso, muy diferente de Sénécé,no estaba impresionada por las ventajassociales de su amante. Lo único importantepara ella era ser o no ser amada.

—Le sacrifico mi salvación eterna, —sedecía—; él es un hereje, un francés, y no puedesacrificarme nada semejante.

Pero cuando el caballero aparecía, sualegría, tan agradable, inagotable y, sinembargo, tan espontánea, asombraba al almade la Campobasso y la encantaba. Nada más

Page 338: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

verlo, todo lo que ella había proyectado decirle,todas las ideas sombrías desaparecían. Eseestado, nuevo para aquel alma altiva, durabamucho tiempo después de que Sénécé sehubiera marchado. Por lo que acabó pordescubrir que no podía pensar, que no podíavivir lejos de Sénécé.

La moda en Roma que, durante dos siglos,había correspondido a los españoles,comenzaba a inclinarse un poco hacia losfranceses. Se empezaba a comprender elcarácter que lleva el placer y la felicidad pordonde va. Ese carácter no se encontrabaentonces más que en Francia y, después de larevolución de 1789, ya no se encuentra enningún sitio. Y es porque una alegría constantenecesita despreocupación, y en Francia ya nohay porvenir seguro para nadie, ni siquierapara el hombre de genio. Se ha declarado laguerra entre los hombres del tipo de Sénécé y elresto de la nación.

Page 339: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Roma también era muy diferente entoncesde lo que es hoy. Nadie sospechaba en 1726 loque sucedería sesenta y siete años más tarde,cuando el pueblo, pagado por algunos curas,degolló al jacobino Basseville, que quería, —según él—, civilizar la capital del mundocristiano.

Por vez primera, y al lado de Sénécé, laCampobasso había perdido la razón, se habíaencontrado en el cielo y horriblementedesgraciada por cosas no aprobadas por larazón. En ese carácter severo y sincero, una vezque Sénécé hubo vencido la religión, que paraella era muy distinta de la razón, el amor debíaelevarse rápidamente hasta la pasión másdesenfrenada.

La princesa estimaba a monseñorFerraterra, cuya alta posición ella habíapropiciado. ¡Qué no sentiría cuando Ferraterrale dijo un día que no sólo Sénécé iba más amenudo de lo normal al domicilio de la Orsini,sino que además era el motivo por el que la

Page 340: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

condesa acababa de despedir a un castradocélebre, su amante oficial desde hacía variassemanas!

Nuestra historia comienza la noche del díaen el que la Campobasso recibió aquel anunciofatal.

Se hallaba inmóvil en un inmenso sofá decuero dorado. Cerca de ella, sobre una mesitade mármol negro, dos grandes lámparas deplata de pie largo, obras maestras del célebreBenvenuto Cellini, iluminaban o, más bien,mostraban las tinieblas de una inmensa sala enla planta baja de su palacio, adornada decuadros ennegrecidos por el tiempo, pues ya,en esa época, el reinado de los grandes pintoresquedaba lejos.

Frente a la princesa y casi a sus pies, sobreuna sillita de madera de ébano, cubierta deadornos de oro macizo, el joven Sénécé acababade instalar su elegante persona. La princesa lomiraba, y desde que él había entrado en la sala,

Page 341: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

lejos de volar a su encuentro y de arrojarse ensus brazos, no le había dirigido la palabra.

En 1726 París era ya la ciudad reina de laselegancias de la vida y de las apariencias.Sénécé hacía llegar de allí regularmente,mediante correos, todo lo que pudiera resaltarlos atractivos de uno de los hombres másguapos de Francia. A pesar del aplomo tannatural a un hombre de ese rango, que habíahecho sus primeras armas al lado de lasbellezas de la corte del regente y bajo ladirección del famoso Canillac, su tío, uno de losfavoritos de ese príncipe, pronto fue fácil leercierto embarazo en la facciones de Sénécé. Losbellos cabellos rubios de la princesa estabanalgo desordenados; sus grandes ojos azuloscuro estaban fijos sobre él, su expresión eradudosa. ¿Se trataba de una venganza mortal?¿O era sólo la seriedad profunda del amorapasionado?

—¿Así que ya no me ama? —dijofinalmente con voz contenida.

Page 342: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Un largo silencio siguió a esta declaraciónde guerra.

A la princesa le costaba privarse delatractivo encantador de Sénécé, quien, si éstano le hacía una escena, estaba a punto dedecirle mil locuras, pero ella tenía demasiadoorgullo para retrasar una explicación. Unacoqueta está celosa por amor propio; una mujergalante lo está por costumbre; una mujer queama con sinceridad y apasionadamente, tieneconciencia de sus derechos. Esa manera de ver,característica de la pasión romana, divertíamucho a Sénécé: encontraba en ellaprofundidad e incertidumbre; se veía el alma aldesnudo, por así decirlo. La Orsini carecía deese atractivo.

Sin embargo, como el silencio seprolongaba más de lo normal, el joven francés,que no era muy hábil en el arte de penetrar enlos sentimientos de un corazón italiano,encontró una expresión de tranquilidad y derazón con la que se sintió a gusto. Por lo demás,

Page 343: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

en aquel momento tenía una tristeza:atravesando los sótanos y subterráneos quedesde una casa vecina al palacio Campobassole conducían a aquella sala, el bordado de untraje encantador llegado de París la víspera, sehabía llenado de telarañas. La presencia de esastelarañas le incomodaba y, por otra parte, aquelinsecto le producía horror.

Sénécé, creyendo ver algo de calma en losojos de la princesa, pensaba cómo evitar unaescena, esquivar el reproche en lugar deresponderle, pero se había puesto serio por lacontrariedad que experimentaba: ¿No sería éstala ocasión favorable, se decía, para hacerleentrever la verdad? Acaba de plantear lacuestión ella misma; ya está hecha la mitad dela molestia evitada. Ciertamente es convenienteque no esté hecho para el amor. No he vistonada tan bello como esta mujer, pero es lasobrina del soberano ante el cual el rey me haenviado. Además, es rubia en un país dondetodas las mujeres son morenas, lo que es una

Page 344: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

gran distinción. Todos los días oigo poner subelleza por las nubes a personas cuyotestimonio no es sospechoso y que están a milleguas de pensar que le están hablando al felizposeedor de tantos encantos. En cuanto alpoder que un hombre debe tener sobre suamante, no tengo ninguna inquietud alrespecto. Si me molesto en decirle una palabra,la aparto de su palacio, de sus muebles de oro,de su tío-rey y todo para llevármela a Francia,al fondo de una provincia, a vegetartristemente en una de mis tierras. Por mi fe quela perspectiva de ese desenlace no me inspirasino la más firme resolución de no perdírselonunca. La Orsini es mucho menos bonita; mequiere, si es que me quiere, justo un poco másque al castrado Butafaco que al que le hicedespedir ayer; pero tiene experiencia, sabevivir, se puede llegar a su mansión en carroza.Y estoy completamente seguro de que no mehará jamás una escena, porque no me ama losuficiente para hacerlo.

Page 345: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Durante aquel largo silencio, la mirada dela princesa no se había apartado de la bellafrente del joven francés.

—No lo veré más, —se decía. Y de repentese arrojó a sus brazos, y cubrió de besos esafrente y esos ojos que ya no enrojecían defelicidad al verla. El caballero se habríadespreciado a sí mismo, si hubiera olvidado alinstante todos sus proyectos de ruptura, perosu amante estaba demasiado profundamenteemocionada para olvidar sus celos. Pocosinstantes después, Sénécé la miraba conasombro: lágrimas de rabia caían sobre susmejillas. «¡Cómo!, —decía a media voz—; meenvilezco hasta hablarle de su cambio; ¡se loreprocho, yo, que me había jurado no darmecuenta nunca de ello! Y esto no es suficientebajeza, ¡es necesario además que ceda a lapasión que me inspira este encantador rostro!¡Ah! ¡Vil, vil, vil princesa...! Hay que acabar conesto.»

Page 346: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Se secó sus lágrimas y pareció recuperarcierta tranquilidad.

—Caballero, hay que acabar con esto —ledijo con aparente calma—. Visitáis a menudo eldomicilio de la condesa... —entonces palidecióen extremo—. Si la quieres, ve todos los días averla; pero no vuelvas por aquí... —se detuvocomo a su pesar. Esperaba alguna palabra delcaballero; pero esa palabra no fue pronunciada.Ella continuó con un pequeño movimientoconvulsivo y como apretando los dientes—:Esto será mi sentencia de muerte y la vuestra.

Esta amenaza hizo reaccionar el almaindecisa del caballero que, hasta entonces, sóloestaba asombrado por aquella borrascaimprevista después de tanto abandono.Entonces se puso a reír.

Un repentino color rojo cubrió las mejillasde la princesa, que se pusieron escarlatas. «Lacólera va a sofocarla, —pensó el caballero—; vaa sufrir una congestión.» Avanzó paradesabrocharle el vestido; ella lo rechazó con

Page 347: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

una resolución y una fuerza a las que no estabaacostumbrado. Sénécé recordó más tarde deque mientras intentaba abrazarla, la había oídohablar consigo misma. Se retiró un poco:discreción inútil, pues ella parecía no verlo ya.Con voz baja y concentrada, como si estuvierahablando con su confesor se decía: «Me insulta,me provoca. Sin duda a su edad y con laindiscreción natural de su país, va a contarle ala Orsini todas las indignidades a las que merebajo... Ya no estoy segura de mí; no puedoresponder siquiera de permanecer insensibleante esta cabeza encantadora...» Entonces huboun nuevo silencio, que le pareció molesto alcaballero. La princesa se levantó por finrepitiendo con tono más sombrío: «Hay queacabar con esto.»

Sénécé, a quien la reconciliación habíahecho perder la idea de una explicación seria, ledirigió dos o tres frases divertidas sobre unaaventura de la que se hablaba mucho enRoma...

Page 348: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Dejadme, caballero —dijo la princesa,interrumpiéndole—; no me siento bien.

—Esta mujer se aburre, —se dijo Sénécé,apresurándose a obedecer—, y no hay nada tancontagioso como el aburrimiento.

La princesa le había seguido con la vistahasta el final de la sala... «¡Y yo iba a decidir ala ligera la suerte de mi vida!», dijo con unasonrisa amarga. «Afortunadamente, sus bromasfuera de lugar me han despertado. ¡Cuántanecedad hay en este hombre! ¿Cómo puedoquerer a un ser que me comprende tan poco!¡Quiere entretenerme con una frase graciosacuando se trata de mi vida y de la suya!... ¡Ah,reconozco que esa es la disposición siniestra ysombría que provoca mi desgracia!» Y selevantó de su sillón con furor: «¡Qué bonitoseran sus ojos cuando me ha dicho esa frase!... Y,hay que confesarlo, la intención del pobrecaballero era amable. Ha conocido la desdichade mi carácter; quería hacerme olvidar la penaque me agitaba, en lugar de preguntarme su

Page 349: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

causa. ¡Amable francés! En realidad, ¿heconocido la felicidad antes de amarlo?»

Y se puso a pensar con gusto en lasperfecciones de su amante. Poco a poco se vioconducida a la contemplación de los atractivosde la condesa Orsini. Su alma comenzó a verlotodo negro. El tormento de los más espantososcelos se apoderaron de su corazón. Realmente,un presentimiento funesto la agitaba desdehacía dos meses; no había más momentosagradables que los que pasaba junto alcaballero y, sin embargo, casi siempre, cuandono se hallaba en sus brazos, le hablaba conacritud.

La noche fue espantosa. Agotada y algocalmada por el dolor, tuvo la idea de hablar alcaballero: «Pues al fin al cabo me ha vistoirritada, pero ignora el motivo de mis quejas.Tal vez no quiere a la condesa. Tal vez no va asu casa sino porque un viajero debe conocer lasociedad del país en el que se encuentra y sobretodo la familia del soberano. Tal vez si hago

Page 350: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

que me presenten a Sénécé en público, si puedevenir abiertamente a mi casa, pasará aquí horasenteras como hace en casa de la Orsini.

—No —gritó con rabia—, me envilecería sile hablase; me despreciaría y eso sería lo únicoque habría ganado. El carácter disipado de laOrsini que he despreciado tan a menudo,estando loca como estaba, es en realidad másagradable que el mío, sobre todo a los ojos deun francés. Yo estoy hecha para aburrirme conun español ¡Qué hay más absurdo que estarsiempre serio, como si los acontecimientos de lavida no lo fuesen ya bastante por sí mismos!¿Qué me sucederá cuando no tenga a micaballero para darme la vida, para infundirle ami corazón el fuego que me falta?

Había mandado cerrar su puerta, pero estaorden no afectaba a monseñor Ferreterra, quefue a darle cuenta de lo que habían hecho en eldomicilio de la Orsini hasta la una de lamadrugada. Hasta entonces aquel preladohabía servido de buena fe los amores de la

Page 351: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

princesa, pero tras esa velada ya no dudaba deque pronto Sénécé estaría a las mil maravillascon la condesa Orsini, si no lo estaba ya.

«La princesa devota, —pensó—, me seríamás útil que la mujer de sociedad. Siemprehabrá un ser que preferirá antes que a mí: suamante, y si un día ese amante es romano,puede tener un tío al que nombrar cardenal. Sila convierto, es en el director de su concienciaen quien pensará ante todo y con todo el fuegode su carácter... ¡Qué no puedo esperar de ellaante su tío!» Y el ambicioso prelado se perdíaimaginando su porvenir delicioso; veía a laprincesa arrojándose a las rodillas de su tíopara que le diera el capelo. El Papa le estaríamuy reconocido por lo que iba a intentar... Unavez convertida la princesa, haría llegar al Papapruebas irrefutables de su intriga con el jovenfrancés. Piadoso, sincero y aborrecedor de losfranceses como Su Santidad es, se sentiráeternamente reconocido con el agente que hayapuesto fin a una intriga tan desagradable para

Page 352: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

él. Ferraterra pertenecía a la alta nobleza deFerrara; era rico, tenía más de cincuenta años...Animado por la perspectiva tan cercana delcapelo, hizo maravillas; y se atrevió a cambiarbruscamente de papel respecto a la princesa.Aunque hacía dos meses que Sénécé le hacíapoco caso, habría podido resultar peligrosoatacarle, pues a su vez el prelado, que nocomprendía a Sénécé, lo creía ambicioso.

El lector encontraría sin duda demasiadolargo el diálogo de la joven princesa, loca deamor y celos, con el ambicioso prelado.Ferraterra había empezado por la confesiónmás detallada de la triste verdad. Tras uncomienzo tan sobrecogedor, no le fue difícildespertar los sentimientos de religión y depiedad apasionada que no estaban sinoadormecidos en el fondo del corazón de lajoven romana; tenía una fe sincera —«todapasión impía debe acabar en la desgracia y enel deshonor», le decía el prelado—. Era ya dedía cuando éste salió del palacio de

Page 353: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Campobasso. Le había exigido a la reciénconvertida la promesa de no recibir a Sénécéaquel día. Esta promesa le había costado poco ala princesa; se creía piadosa y, de hecho, temíahacerse despreciable a los ojos del caballero,por su debilidad.

La resolución se mantuvo firme hasta lascuatro, que era el momento de la visitaprobable del caballero. Éste entró en la calle pordetrás del jardín del palacio Campobasso, vio laseñal que anunciaba la imposibilidad de serrecibido y, muy contento, se marchó a casa dela condesa Orsini.

Poco a poco, la Campobasso sintió como sise volviera loca. Las ideas y las resolucionesmás extrañas se sucedían en su mente. Derepente, descendió la escalera principal de supalacio y subió a su coche, ordenando alcochero: «Al palacio Orsini.»

El exceso de dolor la impulsaba, en contrade su voluntad, a ir a visitar a su prima. Laencontró rodeada de cincuenta personas. Las

Page 354: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

personas de talento, los ambiciosos de Roma,que no podían entrar en el palacio de laCampobasso, afluían al palacio de la Orsini. Lallegada de la prima produjo sensación; todo elmundo se apartó por respeto; ella no se dignópercatarse de este gesto: miraba a su rival y laadmiraba. Cada uno de los atractivos de suprima era una puñalada para su corazón. Traslos primeros cumplidos, al verla silenciosa ypreocupada, la Orsini continuó con unaconversación brillante y disinvolta.

«¡Cuánto más conviene al caballero sualegría que mi insensata y fastidiosa pasión!»,—se decía la Campobasso.

Y en un inexplicable arrebato deadmiración y de odio, se arrojó al cuello de lacondesa. No veía sino los encantos de su prima,de cerca como de lejos, le parecían igualmenteadorables. Comparaba sus cabellos a los suyos,sus ojos, su piel. Al final de ese extrañoexamen, se veía a sí misma llena de horror y de

Page 355: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

desgracia. Todo le parecía en su rival adorable,superior.

Inmóvil y sombría, la Campobasso eracomo una estatua de basalto en medio de unamultitud gesticulante y sombría. Entraban,salían; todo aquel ruido importunaba, ofendía ala Campobasso. Pero, ¡cómo se transformócuando, de repente, oyó anunciar al señor deSénécé! Habían convenido, al comienzo de susrelaciones, que él le hablaría muy poco enpúblico y como conviene a un diplomáticoextranjero que no encuentra sino dos o tresveces al mes a la sobrina del soberano junto alque se halla acreditado.

Sénécé la saludó con el respeto y laseriedad acostumbrados; después, volviéndosehacia la condesa Orsini, continuó con el tonocasi íntimo que se tiene con una mujer detalento que os recibe bien y a la que veis todoslos días. La Campobasso estaba aterrada. «Lacondesa me muestra lo que yo hubiera debido

Page 356: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ser, se decía. ¡He ahí lo que hay que ser y loque, sin embargo, ya no seré nunca!»

Salió en el último grado de dolor al quepuede ser arrojada una criatura humana, casidecidida a envenenarse. Todos los placeres queel amor de Sénécé le había proporcionado nohabrían podido igualar al exceso de pesar en elque se sumió durante aquella larga noche. Sediría que, a la hora de sufrir, las almas romanastienen unos tesoros de energía desconocidospara las demás mujeres.

Al día siguiente, Sénécé volvió a pasar yvio el signo negativo. Se marchó alegremente;sin embargo, se le despertó la curiosidad.«¿Entonces fue el despido lo que me dio el otrodía? Tengo que verla entre lágrimas», dijo suvanidad. Pero experimentaba una ciertasensación de amor al perder para siempre a unamujer tan bella, sobrina del papa. Salió de sucoche, penetró en los subterráneos poco limpiosque tanto le desagradaban y forzó la puerta del

Page 357: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

salón de la planta baja en el que la princesasolía recibirlo.

—¡Cómo! ¡Os atrevéis a aparecer por aquí!—dijo la princesa.

«Este asombro carece de sinceridad, —pensó el joven francés—; sólo está en este salóncuando me espera.»

El caballero la tomó de la mano; ellatembló. Sus ojos se llenaron de lágrimas; lepareció tan bonita al caballero que tuvo uninstante de amor. Ella, por su parte, olvidótodos los juramentos que durante dos díashabía hecho a la religión; se arrojó a sus brazosabsolutamente feliz: «¡Y ésta es la felicidad dela que a partir de ahora gozará la Orsini!...»Sénécé, comprendiendo mal, como decostumbre, un alma romana, creyó que queríasepararse de él en buena amistad, romperguardando las formas. «No me conviene,agregado como estoy a la embajada del rey,tener como enemigo mortal (pues ella lo sería)a la sobrina del soberano ante el que me

Page 358: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

encuentro destacado.» Orgulloso por el felizresultado al que creía llegar, Sénécé se puso ahablar de razones. Vivirían en la más agradableunión; ¿por qué no iban a ser muy felices? ¿Quétenía, en realidad, que reprocharle? El amordaría paso a una buena y tierna amistad.Reclamaba insistentemente el privilegio devolver, de vez en cuando, al lugar en que seencontraban; sus relaciones seguirían teniendodulzura...

Al principio la princesa no lo comprendió.Cuando lo hubo comprendido, se quedó de pie,inmóvil, con los ojos fijos. Finalmente, ante eseúltimo golpe de la dulzura de sus relaciones leinterrumpió con una voz que parecía salir delfondo de su pecho y pronunciando lentamentedijo:

—¡Es decir, que me encontráis, después detodo, lo bastante bonita como para ser unachica empleada a vuestro servicio!

—Pero, querida y buena amiga, ¿el amorpropio no está a salvo? —replicó Sénécé, a su

Page 359: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

vez verdaderamente asombrado—. ¿Cómopodría pasaros por la cabeza lamentaros? Porfortuna, nadie ha conocido jamás nuestro amor.Soy hombre de honor, os doy de nuevo mipalabra de que jamás ningún ser vivosospechará la felicidad de la que he gozado.

—¿Ni siquiera la Orsini? —añadió ella conun tono frío que hizo todavía ilusión alcaballero.

—¿Os he nombrado yo —dijoingenuamente el caballero— a las personas quehe podido amar antes de ser vuestro esclavo?

—Pesar de todo mi respeto hacia vuestrapalabra de honor, sin embargo, éste es unriesgo que no correré —dijo la princesa con aireresuelto y que finalmente comenzó asorprender un poco al joven francés—. ¡Adiós,caballero...! —y, como se iba un pocoindeciso—: Ven a besarme —le dijo. Seenterneció sin duda, luego dijo con un tonofirme—. Adiós, caballero...

Page 360: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

La princesa envió a buscar a Ferraterra.«Quiero vengarme», le dijo. El prelado sealegró. «Va a comprometerse; será mía parasiempre.»

Dos días después, como el calor eraagobiante, Sénécé fue tomar el aire al Corso amedianoche. Encontró allí a toda la ciudad deRoma. Cuando quiso volver a tomar su coche,su lacayo apenas pudo responderle porqueestaba borracho; el cochero había desaparecido;el lacayo le dijo, logrando hablar a duras penas,que el cochero había tenido una disputa con unenemigo.

—¡Ah, mi cochero tiene enemigos! —dijoSénécé, riéndose.

Al volver a casa, se hallaba apenas a dos otres calles del Corso, cuando se dio cuenta deque le seguían. Unos hombres, en número decuatro o cinco, se paraban cuando él se paraba,volvían a andar cuando él andaba. «Podría daruna vuelta y volver al Corso por otra calle»,pensó Sénécé. «¡Bah! Esos paletos no merecen

Page 361: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

la pena, estoy bien armado.» Tenía el puñaldesnudo en la mano.

Recorrió dos o tres calles apartadas, cadavez más solitarias. Oía redoblar el paso de loshombres que le seguían. En aquel momento,levantando los ojos, vio justo delante de él unapequeña iglesia dirigida por religiosos de laorden de San Francisco, cuyas vidrieras teníanun brillo singular. Se precipitó hacia la puerta ygolpeó fuerte con el mango de su puñal. Loshombres que parecían seguirle estaban acincuenta pasos de él. Corrieron hacia él. Unmonje abrió la puerta; Senecé se introdujo en laiglesia; el monje volvió a cerrar la barra dehierro de la puerta. En ese mismo instante, losasesinos dieron patadas a la puerta. «¡Impíos!»,dijo el monje. Sénécé le dio una moneda de oro.«Decididamente, me tienen ganas», dijo.

La iglesia estaba iluminada por un millarde velas por lo menos.

—¡Cómo, un servicio a esta hora! —le dijoal monje.

Page 362: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Excelencia, tenemos dispensa deleminentísimo cardenal-vicario.

El estrecho atrio de la pequeña iglesia deSan Francisco en Ripa estaba ocupado por unlujoso túmulo; cantaban el oficio de difuntos.

—¿Quién ha muerto? ¿Algún príncipe? —preguntó Sénécé.

—Sin duda —respondió el sacerdote—,pues no se ha escatimado nada, pero todo estoes dinero y cera perdidos; el señor deán nos hadicho que el difunto ha muerto sin confesión.

Sénécé se acercó, vio unos escudos dearmas con forma francesa; su curiosidadaumentó, se acercó del todo y ¡reconoció susarmas! Había una inscripción latina:

NOBILIS HOMO JOHANNESNORBERTUS SENECE EQUESDECESSIT ROMAE.«Noble y poderoso señor JeanNorbert de Sénécé,caballero, muerto en Roma.»

Page 363: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

«Soy el primer hombre, pensó Sénécé, queha tenido el honor de asistir a sus propiasexequias... No recuerdo más que al emperadorCarlos Quinto que se haya permitido eseplacer... pero no puedo esperar nada bueno enesta iglesia.»

Dio una segunda moneda de oro alsacristán.

—Padre, —le dijo—, déjeme salir por unapuerta trasera de su convento.

—Con mucho gusto —dijo el monje.Una vez en la calle, Sénécé, que tenía una

pistola en cada mano, echó a correr conrapidez. Pronto oyó detrás de él a las personasque lo perseguían. Al llegar a su palacio, vio lapuerta cerrada y a un hombre delante. «Éste esel momento del asalto», pensó el joven francés;se preparaba a matar al hombre de un tiro,cuando reconoció a su ayudante de cámara.

—Abrid la puerta —le gritó.Estaba abierta; entraron rápidamente y la

volvieron a cerrar.

Page 364: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—¡Ah señor!, os he buscado por todaspartes; hay noticias muy tristes: el pobre Juan,vuestro cochero, ha sido asesinado acuchilladas. Las personas que lo han matadovomitaban imprecaciones contra vos. Señor,quieren vuestra vida...

Mientras el criado hablaba, ochotrabucazos que partían a la vez de una ventanaque daba al jardín, dejaron muerto a Sénécéjunto a su ayudante de cámara; habían sidoalcanzados por más de veinte balas cada uno.

Dos años después, la princesa Campobassoera venerada en Roma como modelo de piedady desde hacía mucho tiempo monseñorFerraterra era cardenal.

(Perdonen las faltas del autor)

Page 365: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

EL ARCA Y EL APARECIDO

AVENTURA ESPAÑOLA

Le Coffre et le Revenant, aventure espagnole

Una hermosa mañana del mes de mayo de182... entraba don Blas Bustos y Mosquera,escoltado por doce hombres a caballo, en elpueblo de Alcolote, a una legua de Granada.Cuando le veían llegar, los vecinos entrabanprecipitadamente en las casas y cerraban laspuertas a aquel terrible jefe de la policía deGranada. El cielo ha castigado su crueldadponiéndole en la cara la impronta de su alma.E, un hombre de seis pies de estatura, cetrino,de una flacura que asusta. No es más que jefede la policía, pero hasta el obispo de Granada yel gobernador tiemblan ante él.

Durante aquella guerra sublime contraNapoleón que, en la posteridad, pondrá a losespañoles del siglo XIX por delante de todos losdemás pueblos de Europa y les asignará el

Page 366: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

segundo lugar después de los franceses, donBlas fue uno de los más famosos capitanes deguerrillas. El día que su gente no había matadopor lo menos un francés, don Blas no dormía enuna cama: era un voto.

Cuando volvió Fernando (VII), lemandaron a las galeras de Ceuta, donde pasóocho años en la más horrible miseria. Leacusaban de haber sido capuchino en sujuventud y haber colgado los hábitos. Después,no se sabe cómo, volvió a entrar en gracia.Ahora don Blas es célebre por su silencio: nohabla jamás. En otro tiempo le habían validouna especie de fama de ingenioso los sarcasmosque dirigía a sus prisioneros de guerra antes deahorcarlos: se repetían en todos los ejércitosespañoles.

Don Blas avanzaba despacio por la calle deAlcolote, mirando a las casas de uno y otro ladocon ojos de lince. Al pasar por una iglesia,tocaron a misa; más que apearse, se precipitódel caballo y corrió a arrodillarse junto al altar.

Page 367: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Cuatro de sus guardias se arrodillaron en tornoa su silla; le miraron: en sus ojos ya no habíadevoción. Tenía su siniestra mirada lavada enun hombre de muy distinguida apostura queestaba rezando a unos pasos de él.

¡Cómo es esto —se decía don Blas—: unhombre que, según las apariencias, pertenece alas primeras clases de la sociedad y yo no leconozco! ¡Este no ha aparecido en Granadadesde que yo estoy en ella! Se esconde.»DonBlas se inclinó hacia uno de sus guardias y ledio orden de detener a aquel joven en cuantosaliera de la iglesia. Pronunciadas las íntimaspalabras de la misma, se apresuró a salir élmismo y fue a instalarse en el comedor de lahostería de Alcolote. No tardó en aparecer,extrañado, aquel joven.

—¿Cómo se llama?—Don Fernando della (sic) Cueva.El humor siniestro de don Blas se agravó

más aún, porque, al verle de cerca, observó quedon Fernando era guapísimo: rubio y, a pesar

Page 368: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

del mal paso en que se encontraba, con unaexpresión muy dulce. Don Blas mirabapensativo a aquel mozo.

—¿Que empleo tenía usted en tiempo delas Cortes?—dijo por fin.

—En 1823 estaba en el colegio de Sevilla;entonces tenía quince años, pues ahora notengo más que diecinueve.

—¿De qué vive?El joven pareció irritado por la grosería de

la pregunta; se resignó y dijo:—Mi padre, brigadier del ejército de don

Carlos IV (Dios bendiga la memoria de estebuen rey), me dejó una pequeña finca cerca deeste pueblo; me renta doce mil reales (tres milfrancos); la cultivo con mis propias manos conayuda de tres criados, que seguramente le sonmuy leales. Excelente núcleo de guerrilla dijodon Blas con una sonrisa amarga. ¡A la cárcel eincomunicado! añadió al marcharse, dejando alpreso en medio de su gente.

Page 369: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

A los pocos momentos, don Blas estabaalmorzando.

«Con seis meses de prisión —pensaba— mepagará esos lindos colores y ese aire de lozaníay de insolente satisfacción.» El guardia queestaba de centinela a la puerta del comedorlevantó vivamente la carabina. La apoyó contrael pecho de un anciano que intentaba entrar enel comedor detrás de un pinche de cocina quellevaba una fuente. Don Blas se precipitó haciala puerta; detrás del anciano vio a unamuchacha que le hizo olvidar a don Fernando.

—Es cruel no darme tiempo para comer —dijo al anciano—, pero entre, explíquese.

Don Blas no podía dejar de mirar a lamuchacha; veía en su frente y en sus ojos esaexpresión de inocencia y piedad celestial queresplandece en las bellas madonas de la escuelaitaliana. Don Blas no escuchaba al anciano niseguía comiendo. Por fin salió de suabstracción; el anciano repetía por tercera ocuarta vez las razones por las cuales se debía

Page 370: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

poner en libertad a don Fernando de la Cueva,que era desde hacía tiempo el prometido de suhija Inés, allí presente, y se iban a casar eldomingo próximo. En este momento, los ojosdel terrible jefe de policía brillaron con unresplandor tan extraordinario, que asustaron aInés y hasta a su padre.

—Nosotros hemos vivido siempre en eltemor de Dios y somos cristianos viejos —continuó éste—; mi raza es antigua, pero soypobre, y don Fernando es un buen partido parami hija. Nunca ejercí cargo alguno en tiempo delos franceses, ni antes ni después.

Don Blas no salía de su hosco silencio.—Pertenezco a la más antigua nobleza del

reino de Granada —prosiguió el anciano—; yantes de la revolución —añadió suspirando—le habría cortado las orejas a un fraile insolenteque no me contestara cuando yo le hablase.

Al anciano se le llenaron de lágrimas losojos. La tímida Inés sacó del seno un pequeñorosario que había tocado el manto de la

Page 371: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

madona del pilar (sic), y sus bonitas manosapretaban la cruz con un movimientoconvulsivo. El terrible don Blas clavó su miradaen aquellas manos. Luego se fijó en el busto,bien torneado, aunque un poco opulento, de lajoven Inés.

«Sus facciones podrían ser más regulares —pensó—; pero esa gracia celestial no la he vistonunca más que en ella.»

—¿Y se llama usted don Jaime Artegui?dijo al fin al anciano.

—Tal es mi nombre —contestó don Jaime,irguiendo más su apostura.

—¿De setenta años?—De sesenta y nueve solamente.—Usted es —dijo don Blas, serenándose

visiblemente—; llevo mucho tiempobuscándole. El rey nuestro señor se ha dignadoconcederle uno pensión anual de cuatro milreales (mil francos). Tengo en Granada dosaños vencidos de esa real merced, que leentregaré mañana al mediodía. Le haré ver que

Page 372: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mi padre era un rico labrador de Castilla laVieja, cristiano viejo como usted, y que nuncafui fraile, de modo que el insulto que usted meha dirigido cae en el vacío.

El viejo hidalgo no se atrevió a faltar a lacita. Era viudo y vivía sólo con su hija Inés.Antes de salir para Granada la llevó a casa delcura del pueblo y tomó sus disposiciones comosi nunca más hubiera de volver a verla.Encontró a don Blas Bustos muy engalanado;llevaba un gran cordón sobre el uniforme. DonJaime le encontró el aire atento de un viejosoldado que quiere hacerse el bondadoso ysonríe a cada paso y sin venir a cuento.

Si se hubiera atrevido, don Jaime habríarechazado los ocho mil reales que don Blas leentregó; no pudo negarse a comer con él.Después de la comida, el terrible jefe de policíale hizo leer sus títulos, su partida de bautismo yhasta un certificado de haber salido de galeras,lo que demostraba que no había sido nuncafraile.

Page 373: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Don Jaime seguía temiendo algunajugarreta.

—De modo que tengo cuarenta y tres años—acabó por decirle don Blas— y un puestohonorable que me de cincuenta mil reales.Tengo una renta de mil onzas del Banco deNápoles. Le pido en matrimonio a su hija doñaInés de Arregui.

Don Jaime palideció. Hubo un momento desilencio. Don Blas prosiguió:

—No le ocuparé que don Fernando de laCueva está comprometido en un mal asunto. Elministro de la policía le está buscando. Tienepena de garrote (manera de estrangularempleada para los nobles) o, por lo menos, degaleras. Yo estuve en ellas ocho años y puedoasegurarle que es un mal hospedaje diciendoestas palabras, se acercó al oído del anciano Deaquí a quince días o tres semanas, recibiréprobablemente del ministro la orden detrasladar a don Fernando de la cárcel deAlcolote a la de Granada. Esta orden se

Page 374: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

cumplirá esta noche muy tarde; si donFernando aprovecha la noche para escaparse,yo cerraré los ojos en consideración a laamistad con que usted me honra. Que se vaya apasar un año o dos a Mallorca, por ejemplo;nadie le dirá nada.

El viejo hidalgo no contestó una palabra.Estaba aterrado ya duras penas pudo volver asu pueblo. El dinero que había recibido lehorrorizaba. a ¿De modo se decía que esto es elprecio de la sangre de mi amigo don Fernando,del prometido de mi Inés? »Al llegar alpresbiterio se arrojó en brazos de Inés.

—¡Hija mía —exclamó—, el fraile quierecasarse contigo!

Inés se secó pronto las lágrimas y pidiópermiso para ir a consultar al cura, que estabaen la iglesia en su confesionario. El cura, apesar de la insensibilidad de su edad y de suestado, lloró. El resultado de la consulta fue queno había más remedio que casarse con don Blaso huir por la noche. Doña Inés y su padre

Page 375: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

tenían que procurar llegar a Gibraltar yembarcarse para Inglaterra.

—¿Y de qué vamos a vivir?—dijo Inés.—Podrían vender la casa y la huerta.—¿Quién va a comprarlas? repuso la

muchacha, deshecha en lágrimas.—Yo tengo algunas economías —dijo el

cura— que puede que lleguen a cinco milreales; te los doy, hija mía, y de muy buengrado, si crees que no puedes salvartecasándote con don Blas Bustos.

A los quince días todos los esbirros deGranada, en uniforme de gala, rodeaban laiglesia, can sombría, de Santo Domingo.Apenas en pleno mediodía se ve para andarpor ella. Pero aquel día no se atrevía a entrarnadie más que los invitados.

En una capilla lateral iluminada concentenares de velan cuya luz cortaba la.,sombras de la iglesia como un camino de fuego,se veía de lejos a un hombre arrodillado en lasgradas del altar; su cabeza sobresalía de todos

Page 376: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

los que le rodeaban. Aquella cabeza estabainclinada en una postura piadosa; los flacosbrazos, cruzados sobre el pecho. Pronto seincorporó y exhibió un uniforme constelado decondecoraciones. Daba la mano a unamuchacha cuyo paso ligero y juvenil formabaun extraño contraste con su gravedad. Brillabanlágrimas en los ojos de la joven desposada; laexpresión de su rostro y la dulzura angelicalque conservaba a pesar de su penaimpresionaron al pueblo cuando la joven subióa una carroza que esperaba a la puerta de laiglesia.

Hay que reconocer que don Blas fue menosferoz desde su boda; las ejecucionesmenudearon menos. En vez de fusilar por laespalda a lo, condenados, no se hacía más queahorcarlos. Muchas veces permitió a loscondenados besar a sus familiares antes de ir ala muerte. Un día, dijo a su mujer, a la queamaba con furor:

—Tengo celos de Sancha.

Page 377: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Era hermana de leche y amiga de Inés.Había vivido en casa de don Jaime a título dedoncella de su hija, y en calidad de tal la siguióal palacio donde Inés fue a vivir en. Granada.

—Cuando yo me separo de ti, Inés —prosiguió don Blas—, tú te quedas hablandosola con Sancha. Es simpática, te hace reír,mientras que yo no soy más que un viejosoldado que tiene a su cargo funciones severas;reconozco que soy poco atractivo. Esa Sancha,con su cara alegre, debe de hacerme parecer atus ojos más viejo de lo que soy. Toma, aquítiene: la llave de mi caja; dale todo el dineroque quieras, todo el que hay en la caja, si así teplace, pero que se vaya, que yo no la vea más.

Por la noche, al volver don Blas de susfunciones, la primera persona que vio fueSancha, ocupada en sus tareas corno decostumbre. Su primera reacción fue de ira; seacercó rápidamente a Sancha, y ésa levantó losojos y le miró de frente con esa mirada

Page 378: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

española mezcla tan singular de miedo, valor yodio. Al cabo de un momento, don Blas sonrió.

—Mi querida Sancha —le dijo—, ¿te hadicho doña Inés que te doy diez mil reales?

—Yo no acepto regalos de mi ama —contestó Sancha, sosteniendo la mirada fija enél.

Don Fastos (sic) entró en el aposento de sumujer.

—¿Cuántos presos hay en este momento enla cárcel de Torre Vieja? —le preguntó Inés.

—Treinta y dos en los calabozos, y creo quedoscientos sesenta en les pisos superiores.

—Ponlos en libertad —dijo Inés—, y meseparo de la única amiga que tengo en elmundo.

—Lo que me ordenas está fuera de mipoder —contestó don Blas.

No añadió una palabra en toda la noche.Inés, haciendo labor junto a la lámpara, le veíaenrojecer y palidecer alternativamente; dejó lalabor y se puso a rezar el rosario. Al día

Page 379: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

siguiente, el mismo silencio. La noche del otrodía se produjo un incendio en la cárcel le TorreVieja. Murieron dos presos, pero, a pesar detoda la vigilancia del jefe de policía y susguardianes, todos los demás lograronescaparse.

Inés, no dijo una palabra a don Blas, ni él aella. Al día siguiente, al volver a casa don Blas,ya no vio a Sancha. Se atrojó en brazos de Inés.

Habían pasado dieciocho meses desde elincendio de Torre Vieja, cuando un viajerocubierto de polvo se apeó de un caballo ante lapeor posada del pueblo de La Zuia, situado enlas montañas a legua y media de Granada,mientras que Alcolote está al norte.

Estos alrededores de Granada son como unoasis encantado en medio de las llanurasabrasadas de Andalucía. Es la comarca másbella de España. Pero ¿era sólo la curiosidad loque guiaba al viajero? Por su atuendo, se letomaría por un catalán. Su pasaporte, expedidoen Mallorca, estaba, en efecto, visado en

Page 380: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Barcelona, donde haba desembarcado. Eldueño de aquella mala posada era muy pobre.El viajero catalán, al entregarle su pasaporte,que llevaba el nombre de don Pablo Rodil, lemiró.

—Sí, señor viajero —le dijo el hostelero—,si la policía de Granada pregunta por suseñoría, le avisaré.

El viajero dijo que quería ver aquella tierratan hermosa; salía una hora antes de amanecery no volvía hasta mediodía, a pleno calor,cuando todos estaban comiendo o durmiendola. siesta.

Don Fernando iba a pasar horas enteras; nuna colina cubierta de fresca hiedra. Desde allíveía el antiguo palacio de la inquisición deGranada, ahora habitado por don Blas y porInés. No podía apartar los ojos de losennegrecidos muros de aquel palacio, que sealiaba como un gigante en medio de las casasde la ciudad. Al salir de Mallorca, donFernando se había prometido no entrar en

Page 381: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Granada. Un día no pudo resistir un arrebatoque le dio y fue a pasar por la estrecha callesobre la que se levantaba la alta fachada delpalacio de la inquisición. Entró en la tienda deun artesano y encontró un pretexto paradetenerse en ella y hablar. EL artesano le indicólas ventanas del aposento de doña Inés.Estaban en un segundo piso muy alto.

A la hora de la siesta, don Fernando volvióa tomar el camino de La Zuia, con el corazóndevorado por todas las furias de los celos.Hubiera querido apuñalar a Inés y luegomatarse.

¡Carácter débil y cobarde! —se repetía conrabia—. ¡Es capaz de amarle si se figura que tales su deber!

A la vuelta de una calle encontró a Sancha.—¡Ah, amiga mía! —exclamó, sin que

pareciera que le hablaba—. Me llamo don PabloRodil y me hospedo en la Posada del Ángel, enLa Zuia. ¿Podrás estar mañana en la iglesiaparroquial a la hora del Ángelus, de la tarde?

Page 382: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Estaré —dijo Sancha, sin mirarle.A la noche siguiente, don Fernando vio a

Sancha y siguió sin decir palabra hacia suhostería; Sancha entró sin que la vieran.Fernando, cerró la puerta.

—¿Qué me dice? preguntó Fernando conlágrimas en los ojos.

—Ya no sirvo en su casa. Hace dieciochomeses que me despidió sin motivo, sinexplicación. La verdad, yo creo que ama a donBlas.

—¡Que ama a don Blas! —exclamó donFernando, secándose las lágrimas—. ¡Sólo esome faltaba!

—Cuando me despidió —continuóSancha—, me arrojé a sus pies suplicándole queme dijera por qué me echaba. Me contestófríamente: «Lo manda mi marido.» ¡Sin unapalabra más! Ya la ha visto usted, tan piadosa;ahora se pasa la vida rezando.

Don Blas, para dar gusto al partidoreinante, había conseguido que se cediera a

Page 383: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

unas religiosas clarisas la mitad del palacio dela inquisición, donde él vivía. Estas damas sehabían establecido allí y habían terminadorecientemente su iglesia. Doña Inés se pasaba lavida en ella. En cuanto don Blas salía de casa,se podía tener la seguridad de verla arrodilladaante el altar de la adoración perpetua.

—¡Que ama a don Blas! —repitió donFernando.

—La víspera del día que me despidió —continuó Sancha—, doña Inés me hablaba...

—¿Está contenta? —interrumpió donFernando.

—No, contenta no, pero sí de un humorigual y dulce, muy diferente de como usted laconoció; ya no tiene aquellos momentos devivacidad y locura, como decía el cura.

—¡La infame! —exclamó don Fernando,paseándose por la estancia como un leónenjaulado—. ¡Así cumple sus juramentos! ¡Asíes como me amaba! Ni siquiera está triste, yyo...

Page 384: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Como le iba diciendo a su señoría —prosiguió Sancha—, la víspera del día que medespidió, doña Inés me hablaba con cariño, conbondad, como antiguamente en Alcolote. Al díasiguiente, un «lo manda mi marido» fue loúnico que se le ocurrió decirme, entregándomeun papel firmado por ella señalándome unabuena renta de ochocientos reales.

—¡Ah, dame ese papel! —dijo donFernando.

Cubrió de besos la firma de Inés.—¿Y hablaba de mí?—Nunca; tanto es así, que una vez el viejo

don Jaime le reprochó delante de mí haberolvidado a un vecino tan bueno. Doña Inéspalideció y no contestó. Tan pronto comoacompañó a su padre huata la puerta, corrió aencerrarse en la capilla.

—Soy un necio, nada más —exclamó donFernando—. ¡Cómo voy a odiarla! No hablemosmás... Ha sido una suerte para mí entrar en

Page 385: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Granada, y mil veces más suerte haberteencontrado... ¿Y tú qué haces?

—Puse una tienda en el pueblecito deAlbaracen, a media legua de Granada. Tengo —añadió bajando la voz— unos géneros muybonitos, cosas inglesas que me caen loscontrabandistas de las Alpujarras. Tengo enmis baúles por más de diez mil reales demercancías catas. Estoy contenta.

—Ya entiendo —dijo don Fernando—:tienes un amante entre los valientes de losmontes de las Alpujarras. Nunca más volveré averte. Toma, llévate este reloj como recuerdomío.

Sancha se iba. Fernando la retuvo.—¿Y si me presentara ante ella? —dijo.—Huiría de usted, así tuviera que tirarse

por la ventana. Tenga cuidado —dijo Sancha,volviendo hacia don Fernando—; por muydisfrazada que fuera, le detendrían ocho o diezespías que rondan constantemente en torno a lacasa.

Page 386: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Fernando, avergonzado de su flaqueza, nodijo una palabra más. Había decidido salir aldía siguiente para Mallorca.

Al cabo de ocho días, pasó por casualidadpor el pueblo de Albaracen. Los bandidosacababan de detener al capitán generalO’Donnell y le habían tenido una hora tendidoboca abajo en el barro. Don Fernando vio aSancha corriendo muy atareada.

—No tengo tiempo de hablar con suseñoría —le dijo—; vaya a mi casa.

La tiendo de Sancha estaba cerrada; Sanchase apresuraba a meter sus géneros ingleses enuna gran arca negra, de roble.

—Quizás nos ataquen aquí esta noche —dijo a don Fernando—. El jefe de esos bandidoses enemigo personal de un contrabandistaamigo mío. Entrarían a saco en esta tiendaantes que en ningún otro sitio. Vengo deGranada; doña Inés, que después de todo esmuy buena, me ha dado permiso para dejar ensu cuarto, mis mejores mercancías. Don Blas no

Page 387: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

verá esta arca, que está llena de contrabando, ysi por desgracia la viera, doña Inés encontraríauna disculpa.

Se apresuró a colocar sus tules y chales.Don Fernando la miraba manipular. De prontose precipitó hacia el arca, sacó los tules y chalesy se metió él en su lugar.

—¿Se ha vuelto loco? —dijo Sancha,asustada.

—Toma, aquí tienes cincuenta onzas, peroque el cielo me mate si salgo de esta arca antesde estar en el palacio de la inquisición deGranada. Quiero verla.

Por más que Sancha pudiera decir, donFernando no la escuchó.

Cuando ella estaba hablando todavía, entróZanga, un mozo de cordel, primo de Sancha,que iba a llevar el arca en su mulo a Granada.Al ruido que hizo al entrar, don Fernando sehabía apresurado a bajar sobre él la tapa delarca. Por si acaso, Sancha la cerró con llave. Eramás imprudente dejarla abierta. A eso de las

Page 388: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

once de la mañana de un día del mes de junio,don Fernando entró en Granada transportadoen un arca; estaba a punto de asfixiarse.Llegaron al palacio de la inquisición MientrasZanga subía la escalera, don Fernando tenía laesperanza de que dejarían el arca en el segundopiso, y quizá en la habitación de Inés.

Cuando cerraron las puertas y ya no oyóningún ruido, intentó, con ayuda de su puñal,abrir la cerradura del arca. Lo consiguió. Conindecible: alegría, se dio cuenta de que erraba,en efecto, en el dormitorio de Inés. Vio vestidosde mujer y reconoció junto a la cama uncrucifijo que en otro tiempo estaba en sucuartito de Alcolore. Una voz, después de unaviolenta disputa, Inés le llevó a su habitación yante aquel crucifijo le juró un amor eterno.

Hacía muchísimo calor y la habitaciónestaba muy oscura. Las persianas estabancerradas, lo mismo que las grandes cortinas, definísima muselina de las indias, drapeadashasta el suelo.

Page 389: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Apenas alteraba el profundo silencio elrumor de un pequeño surtidor que, subiendo aunos cuantos pies en un rincón del aposento,volvía, caer en su concha de mármol negro.

El ruido tan leve de este pequeño surtidorhacía estremecer a don Fernando, que habíadado en su vida veinte pruebas del más audazarrojo. Estaba lejos de encontrar en el cuarto deInés aquella felicidad perfecta que tantas veceshabía soñado en Mallorca pensando en losmedios de llegar a aquella habitación.Desterrado, dolorido, separado de los suyos, unamor apasionado y que en la persistencia y launiformidad de la desgracia había llegado casia la locura, constituía todo el carácter de donFernando.

En este momento, un único sentimiento leembargaba: el miedo a hacer enfadar a aquellaInés a la que él sabía tan casta y tímida. Si yo nocreyera que el lector conoce algo la manera deser, singular y apasionada, de la gentemeridional, me daría vergüenza confesarlo:

Page 390: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

don Fernando estuvo a punto de desmayarsecuando, poco después de dar las dos en el relojdel convento, oyó en medio del profundosilencio unos pasos ligeros subiendo la escalerade mármol. En seguida se acercaron a la puerta.Don Fernando reconoció el andar de Inés y, noatreviéndose a afrontar el primer momento deindignación de una persona tan fiel a susdeberes, se escondió en el arca.

El calor era abrumador, profunda laoscuridad. Inés se acostó, y en seguida latranquilidad de su respiración hizocomprender a don Fernando que estabadormida. Sólo entonces se atrevió a acercarse ala cama. Y vio a aquella Inés que desde hacíatantos años era su único pensamiento. Sola, asu merced en la inocencia de su sueño, le diomiedo. Este singular sentimiento aumentócuando se dio cuenta de que, en los dos añosque él había pasado sin verla, su semblantehabía tomado una impronta de fría dignidadque él no le conocía.

Page 391: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Sin embargo, la felicidad de volver a verlapenetró poco a poco en su alma; ¡formaba surelativa desnudez un contraste tan encantadorcon aquel aire de dignidad severa!

Comprendió que la primera idea de Inés alverle sería huir. Fue a cerrar la puerta y retiró lallave.

Por fin llegó el momento que iba a decidirtodo su porvenir. Inés hizo unos movimientos,estaba a punto de despertarse; Fernando tuvola inspiración de ir a arrodillarse ante elcrucifijo que ya en Alcolote estaba en eldormitorio de Inés. Cuando ésta abrió los ojos,todavía adormilados, pensó que Fernandoacababa de morir lejos y que aquella imagensuya que veía ante el crucifijo era una visión.Permaneció inmóvil y erguida ante la cama ycon las manos juntas.

—¡Pobre desdichado! —dijo con una voztrémula y casi inaudible.

Don Fernando, de rodillas aún y un pocoen escorzo pata mirarla, le señalaba el crucifijo;

Page 392: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pero, en su turbación, hizo un movimiento.Inés, ya del todo despierta, comprendió laverdad y huyó hacia la puerta, encontrándolacerrada.

—¡Qué osadía! —exclamó—. ¡Salga deaquí, don Fernando!

Inés se retiró al rincón más lejano, hacia elpequeño surtidor.

—¡No se acerque, no se acerque! —repetíacon voz convulsa —¡Salga de aquí!

En sus ojos brillaba el resplandor de lavirtud más pura.

—No, no me marcharé antes de que meoigas. Han pasado dos años y no puedoolvidarte; noche y día tengo tu imagen ante losojos. ¿No me juraste ante esta cruz que seríasmía para siempre?

—¡Salga de aquí —le repetía ella confuria—, o llamo y nos degollarán a los dos!

Se dirigió hacia una campanilla, pero donFernando se le adelantó y la estrechó en susbrazos. Don Fernando estaba temblando; Inés

Page 393: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

lo notó muy bien y perdió toda la fuerza que ledaba la ira.

Don Fernando ya no se dejó dominar porlos pensamientos de amor y voluptuosidad y seatuvo estrictamente a su deber.

Temblaba más que Inés, pues se dabacuenta de que acababa de obrar con ella comoun enemigo; pero no encontró cólera niarrebato.

—¿Es que quieres la muerte de mi almainmortal? —le dijo Inés—. Por lo menos, creeuna cosa: que te adoro y nunca amé a nadiemás que a ti. Ni un solo minuto de laabominable vida que llevo desde mi boda hedejado de pensar en ti. Era un pecadoespantoso; he hecho cuanto he podido porolvidarte, pero en vano. No te horrorices de miimpiedad, Fernando mío. ¿Lo creerás? Muchasveces, ese santo crucifijo que aquí ves, junto ami cama, ya no me presenta la imagen delSalvador que ha de juzgarnos, sólo me recuerdalos juramentos que te hice extendiendo la mano

Page 394: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hacia él en mi cuartito de Alcolote. ¡Ah,estamos condenados, irremisiblementecondenados, Fernando! —exclamóarrebatada—; seamos al menos plenamentedichosos los pocos días que nos quedan devida.

Este lenguaje quitó todo temor a donFernando; comenzó para él la felicidad.

—¿Es que me perdonas? ¿Me amastodavía?...

Las horas volaban. Anochecía. Fernando lecontó la inspiración súbita que le había venidoaquella mañana al ver el arca. Les sacó de suembeleso un gran ruido que se produjo cercade la puerta de la habitación. Era don Blas, quevenía a buscar a su mujer para el paseovespertino.

—Dile que te has puesto mala por el grancalor que hace —dijo don Fernando a Inés—Voy a meterme en el arca. Aquí tienes la llavede la puerta; haz como que no puedes abrir,

Page 395: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

dale la vuelta al revés, hasta que oigas el ruidoque hará la cerradura del arca al cerrarse.

Todo salió muy bien. Don Blas creyó en elmalestar producido por el calor.

—¡Pobrecita! —exclamó, disculpándose porhaberla despertado tan bruscamente.

La cogió en brazos y la llevó a la cama.Estaba abrumándola con tiernísimas caricias,cuando se fijó en el arca.

—¿Qué es eso? —preguntó, frunciendo elentrecejo.

Pareció despertarse de pronto toda susagacidad de jefe de policía.

—¡Esto en mi casa! —repitió cinco o seisveces, mientras doña Inés le contaba lostemores de Sancha y la historia del arca.

—Dame la llave —dijo don Blas con gestoduro.

—No quise recibirla —contestó Inés—:podría encontrarla uno de tus criados. ASancha le gustó mucho que me negara aquedarme con la llave.

Page 396: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—¡Muy bien! —exclamó don Blas—; peroyo tengo en la caja de mis pistolas los mediosnecesarios para abrir todas las cerraduras delmundo.

Se dirigió a la cabecera de la cama, abrióuna caja llena de armas y se acercó al arca conun paquete de ganzúas inglesas.

Inés abrió las persianas de una ventana y seinclinó hacia fuera como para poder arrojarse ala calle en el momento en que don Blasdescubriera a Fernando. Pero el odio queFernando tenía a don Blas le había devueltotoda su sangre fría, y se le ocurrió poner lapunta de su puñal detrás del pestillo de la malacerradura del arca; don Blas manipuló en vanocon sus ganzúas inglesas.

—¡Qué raro! —dijo don Blas,incorporándose, estas ganzúas no me habíanfallado nunca—. Querida Inés, retrasaremos elpaseo. Con la idea de esta arca, que quizá estéllena de papeles criminales, no estaría contentoni siquiera al lado tuyo. ¿Quién me dice que, en

Page 397: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mi ausencia, el obispo, enemigo mío, no haráun registro en mi casa valiéndose de una ordenarrancada con engaño al rey? Voy a ir a midespacho y volveré en seguida con un cerrajeroque lo hará mejor que yo.

Salió. Doña Inés dejó la ventana para cerrarla puerta. En vano le suplicó don Fernando quehuyera con él.

—No conoces la vigilancia del terrible donBlas —le dijo—; en unos minutos puedeponerse en comunicación con sus agentes avarias leguas de Granada. ¡Ojalá pudiera yohuir contigo para ir a vivir en Inglaterra!Figúrate que esta casa tan grande es registradacada día hasta en los menores rincones. Sinembargo, voy a intentar esconderte. Si meamas, sé prudente, pues yo no sobreviviría.

La conversación fue interrumpida por ungran golpe en la puerta; Fernando se pusodetrás de ésta con el puñal en la mano.Afortunadamente, no era más que Sancha. Se locontaron todo en dos palabras.

Page 398: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Pero, señora, usted no piensa que, alesconder a don Fernando, don Blas encontraráel arca vacía. ¿Qué podremos mecer en ella entan poco tiempo? Pero, en el apuro, se meolvidaba una buena noticia: toda la poblaciónestá en vilo y don Blas muy ocupado. A donPedro Ramos, el diputado u Cortes, le insultóun voluntario realista en el café de la PlazaMayor, y don Pedro acaba de matarle apuñaladas. He visto ahora a don Blas rodeadode sus esbirros en la Puerta del Sol. Esconda adan Fernando, voy a buscar por todas partes aZanga para que venga a llevarse el arca condon Fernando dentro. Pero ¿nos dará tiempo?Lleven el arca a otra habitación, para tener unaprimera respuesta que dar a don Blas y que nole mate: de repente. Dígale que fui yo quienmandó trasladar el arca y quien la abrió. Sobretodo, no nos hagamos ilusiones: ¡si don Blasvuelve antes que yo, morimos todos!

Los consejos de Sancha no impresionaronmucho a los amantes; llevaron el arca a un

Page 399: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pasadizo oscuro y e contaron la historia de susvidas desde hacía dos años.

—No encontrarás reproches en tu amiga —decía Inés a don Fernando; te obedeceré entodo: tengo el presentimiento de que nuestravida no sería larga. No sabes en qué poco tienedon Blas su vida y la ajena; descubrirá que te hevisto y me matará ¿Qué encontraré en la otravida? —continuó, después de un momento deabstracción—; ¡castigos eternos!

Y se arrojó al cuello de Fernando.—Soy la más feliz de las mujeres —

exclamó—. Si encuentras algún medio paravernos, házmelo saber por Sancha; tienes unaesclava que se llama Inés.

Zanga no volvió hasta la noche; se llevó elarca, en la que se había vuelto a meterFernando. Varias veces le interrogaron laspatrullas de esbirros, que buscaban por todaspartes al diputado liberal sin encontrarle; comoZanga les decía que el arca que llevabapertenecía a don Blas, siempre le dejaban pasar.

Page 400: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

La última vez le pararon en una callesolitaria que bordea el cementerio; la separa cíeéste, que está a doce o quince pies más abajo,un muro que, por el lado de la calle, permiteapoyarse en él. Y en él apoyaba Zanga el arcamientras contestaba a los esbirros.

Como le habían hecho llevarserápidamente el arca por miedo a que volvieradon Blas, la había cargada de tal orado, quedon Fernando iba cabeza abajo; esta posición leproducía un dolor insoportable; esperaba llegarpronto, y cuando notó el arca inmóvil, perdió lapaciencia, reinaba en la calle un gran silencio;don Fernando, calculó que debían de ser lomenos las nueve de la noche. «Unos cuantosducados —pensó— me asegurarán ladiscreción de Zanga». Vencido por el dolor, ledijo en voz muy baja:

—Da la vuelta al arca; así estoy sufriendoterriblemente.

El cargador, que, a tan avanzada hora, noestaba muy tranquilo contra la pared del

Page 401: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

cementerio, se asustó de aquella voz tan cercade su oído; creyó estar oyendo a un aparecido yhuyó a todo correr. El arca quedó en pie sobreel parapeto; el dolor de don Fernando iba enaumento. Al no recibir respuesta da Zanga,comprendí que le había abandonado. Pormucho peligro que hubiera, decidió abrir elarca. Hizo un movimiento violento que leprecipitó al cementerio.

El choque de la caída le aturdió y tardóunos momentos en recobrar el conocimiento;veía las estrellas brillar sobre su cabeza: al caerel arca se había abierto la cerradura, y él seencontró tendido en la tierra recién removidade una tumba. Pensó en el peligro que podíacorrer Inés y esto le devolvió toda su fuerza.

Le corría la sangre, estaba muy maltrecho,pero consiguió levantarse y después andar; lecostó algún trabajo escalar el muro delcementerio y luego llegar a casa de Sancha.Esta, al verle ensangrentado, creyó que donBlas le había descubierto.

Page 402: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Hay que reconocer —le dijo riendo,cuando se tranquilizó a este respecto— que noshas metido en un buen lío.

Convinieron en que había que aprovecharla noche a todo trance pata llevarse el arcacaída en el cementerio.

—Si mañana un espía de don Blas descubreesa maldita arca, muertas somos doña Inés y yo—dijo Sancha.

—Seguramente está manchada de sangre—observó don Fernando.

Zanga era el único hombre que podíanutilizar. Hablando de él estaban, cuando llamóa la puerta de Sancha, que le causó granasombro diciéndole:

—Ya sé lo que vienes a contarme.Abandonaste mi arca y se cayó al cementeriocon todas mis mercancías de contrabando. ¡Quépérdida para mí! Verás lo que va a ocurrir: donBlas te interrogar esta noche o mañana por lamañana.

Page 403: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—¡Ay de mí, estoy perdido! —exclamóZanga.

—Estás salvado si contestas que al salir delpalacio de la inquisición trajiste el arca a micasa.

Zanga estaba muy disgustado por habercomprometido las mercancías de su prima,pero había tenido miedo del aparecido; ahoratenía miedo de don Blas y parecía incapaz decomprender las cosas más sencillas. Sancha lerepetía con todo detalle sus instrucciones sobrelo que tenía que contestar al jefe de policía parano comprometer a nadie.

—Aquí tienes diez ducados para ti —le dijodon Fernando, apareciendo de repente—; pero,si no dicen exactamente lo que te ha explicadoSancha, este puñal te matará.

—¿Y quien es vuestra merced, señor? —preguntó Zanga.

—Un desdichado «negros (sic) perseguidopor los voluntarios realistas.

Page 404: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Zanga estaba perplejo; su pavor llegó alextremo cuando vio entrar a dos de los esbirrosde don Blas. Uno de ellos se apoderó de él y lecondujo ante su jefe. El otro venía simplementea notificar a Sancha que tenía que compareceren el palacio de la inquisición; su misión eramenos severa.

Sancha bromeó con él y le animó a probarun excelente vino Rancio (sic). Quería hacerlehablar para que diera algunas indicaciones adon Fernando, el cual podía oírlo todo desde ellugar donde estaba escondido. El esbirro contóque Zanga, huyendo del aparecido, habíaentrado pálido como la muerte en una taberna,donde contó su aventura. En aquella taberna seencontraba uno de los espían encargados dedescubrir al «negro», o liberal, que habíamatado a un realista, y fue corriendo con suinforme a don Blas.

—Pero nuestro jefe, que no es tonto —añadió el esbirro—, dijo en seguida que la vozque había oído Zanga era la del «negro»,

Page 405: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

escondido en el cementerio. Me mandó abuscar el arca y la encontramos abierta ymanchada de sangre. Don Blas pareció muysorprendido y me ha mandado aquí. Vamos.

«Muertas somos Inés y yo se —decíaSancha, dirigiéndose con su esbirro al palaciode la Inquisición—. Don Blas habrá reconocidoel arca; en este momento ya sabe que unextraño se introdujo en su casa.»

La noche era muy oscura. Por un momento,Sancha tuvo la idea de escapar. «Pero no —sedijo—, sería infame abandonar a doña Inés, quees tan inocente y en este momento no debe desaber qué contestar.»

Al llegar al palacio de la inquisición, leextrañó que la hicieran subir al segundo piso, alaposento mismo do Inés. El lugar de la escenale pareció de siniestro augurio. La habitaciónestaba muy iluminada.

Encontró a doña Inés. sentada junto a unamesa, a don Blas de pie a su lado, echandochispas por los ojos, y, ante ellos, abierta, el

Page 406: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

arca fatal. Estaba toda manchada de sangre. Enel momento en que entró Sancha, don Blasestaba interrogando a Zanga. Le hicieron salirinmediatamente.

«¿Nos habrá traicionado? —se decíaSancha.—; ¿Habrá entendido lo que le dije quecontestara? La vida de doña Inés está en susmanos.»

Sancha miró a doña Inés patatranquilizarla; no vio en sus ojos más queserenidad y entereza. Sancha se quedó atónita.« ¿De dónde saca tanto valor esta mujer tanapocada?»Desde las primeras palabras de surespuesta a las preguntas de don Blas, Sanchaobservó que este hombre, habitualmente tandueño de sí mismo, estaba como loco. Pronto sedijo, hablándose a sí mismo:

—¡La cosa está clara!Doña Inés debió de oír estas palabras, como

las oyó Sancha, pues dijo con un tono muynatural:

Page 407: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Con tantas velas encendidas, esto estácomo un horno.

Y se acercó a la ventana.Sancha sabía cuál era su proyecto unas

horas antes, y comprendí aquel movimiento.Fingió un violento ataque de nervios.

—Esos hombres quieren matarme —exclamó— porque salvé a don Pedro Ramos.

Y agarró fuertemente a Inés por la muñeca.En medio del extravío de un ataque de

nervio, las medias palabras de Sancha decíanque, a poco de llevar Zanga a su casa el arca delos géneros, irrumpió en su cuarto un hombretodo ensangrentado y con un puñal en la mano.«Acabo de matar a un voluntario realista —había dicho— y los compañeros del muerto meestán buscando. Si usted no me socorre, mematan ante sus propios ojos... ».

—¡Ah, vean esta sangre en mi mano —exclamó Sancha, como enajenada—, quierenmatarme!

—Siga —dijo don Blas fríamente.

Page 408: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Don Ramos me dijo: «El prior delconvento de los Jerónimos es tío mío; si puedollegar a su convento, estoy salvado.» Yotemblaba de miedo; don Pedro vio el arcaabierta, de donde yo acababa de sacar mis tulesingleses. De pronto va y arranca los paquetesque todavía quedaban en el arca, y se mete éldentro. «Cierre con llave sobre mí —exclamó—y que lleven el arca al convento de losJerónimos sin perder momento.» Y me echó unpuñado de ducados; aquí los tiene: es el preciode una impiedad, me horrorizan...

—¡Bueno, menos cuentos! —exclamó donBlas.

—Tenía miedo de que me matara si noobedecía —continuó Sancha—; tenía aún en lamano izquierda el puñal, lleno de la sangre delpobre voluntario realista. Tuve miedo, loconfieso; mandé a buscara Zanga, y éste cogióel arca y la llevó al convento. Yo tenía...

Page 409: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Ni una palabra más o eres mueca —lainterrumpió don Blas, a punto de adivinar queSancha quería ganar tiempo.

A una señal de don Blas, salen en busca deZanga. Sancha observa que don Blas,habitualmente impasible, está fuera de sí; tienedudas sobre la persona a la que, desde hacíados años, creía fiel. El calor parece agobiarle.Pero la más vera Zanga, conducido por elesbirro, se arroja sobre él y le aprietafuriosamente el brazo.

«Llegó el momento fatal —se dije Sancha—.De este hombre depende la vida de doña Inés yla mía. Me es muy fiel, pero esta noche,asustado por el aparecido y por el puñal de donFernando, ¡sabe Dios lo que va a decir! ».

Zanga, violentamente sacudido por donBlas, le miraba con ojos espantados y sincontestar.

«¡Dios mío! —pensó Sancha—, le van ahacer prestar juramento de decir la verdad, y,

Page 410: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

como es tan devoto; no querrá mentir por nadadel mundo.»

Por casualidad, don Blas, que estaba en sutribunal, olvidó hacer que el testigo prestarajuramento. Por fin Zanga, estimulado por elgran peligro, por las miradas de Sancha y porsu mismo miedo, se decidió a hablar. Fuera porprudencia o por verdadera turbación, su relatoresultó muy embrollado. Dijo que, llamado porSancha para cargar otra vez el arca que habíatraído poco antes del palacio de monseñor eljefe de policía, le había parecido mucho máspesada. Como no podía más, al pasar por elmuro del cementerio la apoyó en el parapeto.Oyó muy cerca de su oído una vozquejumbrosa y echó a correr.

Don Blas le asediaba a preguntas, peroparecía él mismo abrumado de cansancio. Yamuy avanzada la noche, suspendió elinterrogatorio para reanudarlo a la mañanasiguiente. Zanga no se había cortado todavía.Sancha pidió a Inés que la permitiera ocupar el

Page 411: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

gabinete contiguo a su dormitorio, donde antespasaba la noche. Probablemente, don Blas nooyó las pocas palabras que se dijeron a esterespecto. Inés, que temblaba por don Fernando,fue a buscar a Sancha.

—Don Fernando está a salvo, pero —continuó Sancha— la vida de usted y la míapenden de un hilo. Don Blas sospecha. Mañanapor la mañana va a amenazar en serio a Zangay a hacerle hablar por medio del fraile queconfiese a ese hombre y que tiene muchodominio sobre él. El cuento que yo he contadono servía más que para salir del paso en elprimer momento.

—Bueno, pues, huye, querida Sancha —repuso Inés, con su noche dulzuraacostumbrada y como si no la preocupara enabsoluto la suerte que a ella misma la espetabaa las pocas horas—. Déjame morir sola. Morirédichosa: tengo conmigo la imagen de donFernando. La vida no es demasiado para pagarla felicidad de haber vuelto a verle al cabo de

Page 412: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

dos años. Te ordeno que me dejes ahora mamo.Vas a bajar al patio grande y a esconderte juntoa la puerta. Espeto que podrás salvarte. Sólo tepido una cosa: entrega esta cruz de diamantes adon Fernando y dile que muero bendiciendo laidea que tuvo de volver de Mallorca.

Al apuntar el alba y oír el toque delÁngelus, doña Inés despenó a su marido paradecirle que iba a oír la primera misa delconvento de las Clarisas. Aunque este conventoestaba en la casa, don Blas, sin contestarle unapalabra, hizo que la acompañaran cuatro de suscriados.

Al llegar a la iglesia, Inés se arrodilló juntoa la teja de las religiosas. Pasado un momento,los guardianes que don Blas había puesto a sumujer vieron abrirse la reja. Doña Inés entró enla clausura. Declaró que, en un voto secreto, sehabía hecho monja y no saldría jamás delconvento. Don Blas acudió a reclamar a sumujer, pero la abadesa había mandado aviso al

Page 413: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

obispo. El prelado contestó en tono paternal alos arrebatos de don Blas.

—Desde luego, la ilustrísima doña InésBustos y Mosquera no tiene derecho aconsagrarse al Señor si es esposa legítima deusted; pero doña Inés teme que en sucasamiento hubo ciertas causas de nulidad.

A los pocos días, doña Inés, que estaba enpleito con su marido, apareció en su camaacribillada a puñaladas. Y, como consecuenciade una conspiración descubierta por don Blas,el hermano de Inés y don Fernando acaban deser decapitados en la plaza de Granada.

Page 414: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

EL FILTRO

Le Philtre, imité de l’italien de Silvia Malaperta

IMITADO DEL ITALIANO DE SILVIAMALAPERTA

Una noche oscura y lluviosa del verano de182..., salía del café, en el que acababa deperder todo su dinero, un joven teniente del 96°regimiento, de guarnición en Burdeos. El jovenrenegaba de su estupidez, pues era pobre.

Al pasar por una de las calles más desiertasy silenciosas del` barrio de Lormond, oyó depronto unos gritos, y por una puerta que seabrió con estrépito salió violentamenteproyectada una persona, que vino a caer a suspies. La oscuridad era can profunda, que sólopor el ruido se podía apreciar lo que ocurría.Los perseguidores, quienesquiera que fuesen,debieron de oír los pasos del joven oficial y separaron en la puerta.

Page 415: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

El transeúnte escuchó un momento. Loshombres hablaban bajo y no se acercaban. Pormucho que le desagradara la escena, Liéven secreyó en el deber de levantar a la persona queestaba en el suelo.

Observó que estaba en camisa; a pesar de laprofunda oscuridad de la noche, a las dos de lamañana que debían de ser, Liéven creyópercibir una larga cabellera suelta; luego, setrataba de una mujer. Este descubrimiento no lehizo ninguna gracia. La mujer parecía incapazde andar sin ayuda. Para no abandonarla,Liéven tuvo que pensar en los deberesprescritos por la humanidad.

Se veía ya en el desagradable trance detener que presentarse al día siguiente ante elcomisario de policía y afrontar las burlas, desus compañeros y las gacetillas satíricas de losperiódicos locales. «La dejaré apoyada en lapuerta de una casa —se dijo—, llamaré y me irécorriendo.» Iba a hacerlo así, cuando oyó a lamujer quejarse en español. Liéven no sabía ni

Page 416: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

una palabra de español. Quizá por esto, las dosmuy corrientes que pronunció Leonor ledespertaron unas ideas muy novelescas. Ya novio un comisario de policía y una muchacha dela vida maltratada por usos borrachos; suimaginación se extravió en ideas de amor y deaventuras extraordinarias.

Liéven, después de levantar a la muchacha,le dirigía palabras de consuelo. ¡Mira que sifuera fea! », se dijo.

Ante esta duda, entró en juego la razón y lehizo olvidar las ideas romancescas.

Quiso hacer que se sentara en el umbral deuna puerta y ella, se negó.

—Vayamos más lejos —le dijo en un conomuy extraño.

—¿Tiene miedo de su marido? —lepreguntó Liéven.

—Por desgracia mía, dejé a ese marido, elhombre más respetable del mundo, y que meadoraba, por un amante que me atroja de sulado bárbaramente.

Page 417: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Esta frase hizo que Liéven olvidase alcomisario de policía y las desagradablesconsecuencias de una aventura nocturna.

—Me han robado, caballero —dijo Leonoral cabo de unos momentos—; pero ahora medoy cuenta de que me queda una pequeñasortija de brillantes. Quizás algún hosteleroquiera recibirme. Pero, caballero, voy a ser elescándalo de la casa, pues he de confesarle queno llevo más ropa que una camisa. Si hubieratiempo, caballero, le suplicaría de rodillas, ennombre de la humanidad, que me llevara a unahabitación cualquiera y comprara para mí, auna mujer del pueblo, un mal vestido. Después—añadió, animada por el joven militar— podráusted llevarme hasta la puerta de una humildeposada y, una vez allí, dejaré de pedir auxilio aun hombre generoso y le rogaré que abandonea una desventurada.

Todo esto, dicho en mal francés, gustóbastante a Liéven.

Page 418: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Señora —contestó—, voy a hacer lo queme ordena. Pero lo principal, para usted y paramí, es que no nos detengan. Me llamo Liéven,teniente del 96° regimiento. Si topamos con unapatrulla qué no sea de este regimiento, nosllevarán al cuerpo de guardia, donde habrá quepasar la noche, y mañana usted y yo, señora,seremos la comidilla de Burdeos.

Liéven, que llevaba del brazo a Leonor,notó que se estremecía. «Este miedo alescándalo es buena señal », pensó.

—Dígnese ponerse mi levita —dijo a laseñora—; la voy a llevar a mi domicilio.

—¡Oh cielos, caballero!...—No encenderé luz, se lo juro por mi

honor. La dejaré dueña absoluta en mi cuarto y.no apareceré hasta mañana por la mañana. Nohay más remedio, pues a las seis llega misargento, que es hombre de los que llamanhasta que les abren. Está usted tratando con unhombre de honor...

¡Pero qué bonita es!, se decía Liéven.

Page 419: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Abrió la puerta de su casa. La desconocidaestuvo a punto de caer al pie de la escalera,porque no encontraba el primer peldaño.Liéven le hablaba muy bajo y ella le contestabade la misma manera.

—¡Qué atrevimiento, traer mujeres a micasa! exclamó en tono agrio una tabernerabastante guapa, abriendo la puerta y con unapequeña lámpara en la mano.

Liéven se volvió vivamente hacia ladesconocida, vio un rostro admirable y sopló lalámpara de la hostelera.

—¡Silencio, madame Saucéde, o mañanapor la mañana me voy de aquí! Diez francospata usted si no dice nada a nadie. Esta señoraes la esposa del coronel, y yo vuelvo a salir enseguida.

Liéven había llegado al tercer piso, a lapuerta de su cuarto. Temblaba.

—Entre, señora —dijo a la mujer, queestaba en camisa—. Junto al reloj de mesa hayun encendedor fosfórico. Encienda la vela y la

Page 420: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

lumbre, y cierre la puerca por dentro. Yo larespeto como a una hermana y no volveré hastaque sea de día. Le traeré un vestido.

—«¡Jesús María!» (sic) —exclamó la bellaespañola.

Al día siguiente, cuando Liéven llamó a supuerta, estaba locamente enamorado. Por nodespertar demasiado temprano a ladesconocida, había tenido la paciencia deesperar en la puerta a su sargento y de ir con éla firmar sus papeles en un café.

Había alquilado una habitación en lavecindad y traía para la desconocida ropa yhasta una careta.

—Así, señora, no la veré, si usted lo exige—le dijo a través de la puerta.

A la joven española le gustó la idea de lacareta y la distrajo de su profundo dolor.

—Es usted tan generoso —le dijo, sinabrir—, que me tomo la libertad de rogarle quedeje a la puerta el paquete de ropa que ha

Page 421: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

comprado para mí. Cuando le oiga bajar locogeré.

—¡Adiós, señora! —dijo Liéven; y semarchó.

Leonor quedó tan encantada de tan prontaobediencia, que le dijo, en un tono casi detierno afecto.

—Si puede, caballero, vuelva dentro demedia hora.

Cuando Liéven volvió, la encontró con lacareta puesta Pero vio unos brazos bellísimos,un cuello bellísimo, unas manos bellísimas.Estaba embelesado.

Era un joven bien nacido que tenía quehacer un gran esfuerzo para atreverse con lasmujeres que le gustabas Su tono fue tanrespetuoso, hizo con tanta gracia los honores desu cuarto, pequeño y pobre, que cuando sevolvió, después de disponer un biombo, sequedó petrificado de admiración al ver a lamujer más bella que había conocido en su vida;la extranjera se había quitado la careta. Tenía

Page 422: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

unos ojos negros que parecía que hablaban.Quizás en circunstancias corrientes de la vidaresultaran duros a fuerza de energía. Ladesesperación les daba un poco de simpatía, yse puede decir que a la belleza de Leonor no lefaltaba nada. Liéven pensó que debía de tenerentre diecisiete a veinte años.

Hubo un silencio. Leonor, a pesar de sudesesperación, no pudo menos de observar concierta satisfacción el embeleso del joven militar,que le parecía ser de muy buena casa.

—Es usted mi bienhechor —le dijo porfin— y, a pesar de su edad y de la mía, esperoque seguirá comportándose bien.

Liéven contestó como puede hacerlo unhombre muy enamorado; pero supo dominarselo suficiente para renunciar a la dicha de decirleque la amaba. Por otra parte, había en los ojosde Leonor algo tan imponente y tenía un airetan distinguido, a pesar de las pobresvestiduras que acababa de ponerse, que le costómenos ser prudente. «Más vale ser tonto del

Page 423: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

todo», se dijo a sí mismo. Y se entregó a sutimidez y al placer celestial de mirar a Leonorsin decirle nada. No podía hacer cosa mejor.Este comportamiento tranquilizó poco a poco ala bella española. Allí, uno frente a otro,mirándose en silencio, estaban muy graciosos.

—Necesitaría un sombrero completamentede mujer del pueblo y que tape la cara —ledijo—; pues, desgraciadamente —añadió casiriendo—, no puedo ir por la calle con su careta.

Liéven consiguió un sombrero; luego llevóa Leonor a la habitación que había alquiladopara ella. Leonor le dijo, más preocupada, perocasi contenta:

—Todo esto puede acabar para mí en elpatíbulo.

—Por servirla —le dijo, muy impetuoso,Liéven—, me arrojaría al fuego. He alquiladopara usted esta habitación a nombre demadame Liéven, mi mujer.

—¿Su mujer? —replicó Leonor, casicontrariada.

Page 424: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Había que dar ese nombre o exhibir unpasaporte que nosotros no tenemos.

Este «nosotros» le hizo feliz. Había vendidola sortija, o al menos había entregado a ladesconocida cien francos, que era su valor.Sirvieron la comida; la desconocida invitó aLiéven a sentarse.

Terminado el almuerzo, le dijo.—Ha sido usted para mí un hombre

generosísimo. Si quiere, déjeme. Este corazón lequedará eternamente agradecido.

—La obedezco —repuso Liéven,levantándose.

Tenía la muerte en el corazón. Ladesconocida se quedó pensativa y luego le dijo:

—Quédese. Es usted muy joven, pero laverdad es que necesito un apoyo, ¿y quién medice que podré encontrar otro hombre tangeneroso? Por otra parte, si tuviera usted pormí un sentimiento al que yo no puedo aspirar,el relato de mis falcas me hará perder enseguida su estimación y a usted le quitará todo

Page 425: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

interés por la mujer más infame del mundo.Pues ha de saber, caballero, que todas lasculpas son mías. No puedo quejarme de nadie,y menos que de nadie, de don Gutier (sic)Fernández, mi marido. Es uno de esosdesdichados españoles que hace dos añosbuscaron refugio en Francia. Somos los dos deCartagena, pero él es muy rico y yo muy pobre.«Le llevo treinta años, querida Leonor —medijo en un aparte la víspera de nuestra boda—;pero tengo vatios millones y la amo como unloco, como no he amado nunca. Mire, elija: sipor mi edad la disgusta este casamiento,asumiré ante sus padres toda la culpa de laruptura.» De esto hace cuatro años, caballero.Yo tenía quince. Lo que más sentía entonces erael peso de la gran pobreza en que la revoluciónde las Cortes (sic) sumió a mi familia. No leamaba. Acepté. Pero necesito de sus consejos,caballero, pues no conozco las costumbres deeste país ni, como usted ve, su lengua. A no serpor esta necesidad que tengo de usted, no

Page 426: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

podría soportar la vergüenza que me mata...Esta noche, al verme arrojada de una casa depobre traza, ha podido creer que socorría a unamujer de mala vida. Pues bien, caballero, valgomenos aún. Soy la más infame y también la másdesdichada de las mujeres —añadió Leonor,deshecha en lágrimas—. Quizá un día de éstosme verá ante los tribunales de su país y serécondenada a una pena infamante. Nada máscasarnos, don Gutier tuvo celos. ¡Ay Dios mío!,entonces los tenía sin razón, pero seguramenteadivinaba mi mala índole.

Cometí la necedad de irritarme mucho porlas sospechas de mi marido, de sentirmeofendida en mi amor propio. ¡Oh, desdichadade mí!...

—Así tuviera usted que reprocharse losmayores crímenes —la interrumpió Liéven— ,soy suyo hasta la muerte. Pero si podemostemer la persecución de los gendarmes,dígamelo ahora mismo, para que yo le arreglela huida sin pérdida de tiempo.

Page 427: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—¿Huir? ¿Cómo voy a poder viajar porFrancia? Con mi acento español, mi juventud,mi turbación, me detendrá el primer gendarmeque me pida el pasaporte. Seguramente a estashoras me están buscando los gendarmes deBurdeos; mi marido les habrá prometidopuñados de oro si logran dar conmigo.¡Déjeme, caballero, abandóneme!... Voy adecirle algo más atrevido. Adoro a un hombreque no es mi marido, ¡y qué hombre! Es unmonstruo; usted lo despreciará. Bueno, pues, apesar de todo, ese hombre no tiene más quedecirme una palabra de arrepentimiento yvuelo, no digo a sus brazos, sino a sus pies. Voya permitirme unas palabras muyinconvenientes, pero, en el abismo de oprobioen que he caído, por lo menos no quieroengañara mi bienhechor. Está usted viendo auna desventurada que le admira, que le tieneuna inmensa gratitud, peto que nunca podráamarle.

Liéven se quedó muy triste.

Page 428: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—Señora, no confunda la súbita tristezaque me inunda —le dijo al fin con desmayadavoz— con el propósito de abandonarla; estoypensando en los medios de evitar lapersecución de los gendarmes. Por ahora, lomenos peligroso es seguir escondida enBurdeos. Más adelante le propondréembarcarse con el nombre de otra mujer de suedad y tan bonita como usted, para la quetomaré pasaje en un barco.

Liéven, al terminar estas palabras, tenía losojos muertos.

—Don Gutier Ferrandez —contó Leonor—se hizo sospechoso al partido que tiraniza aEspaña. Dábamos paseos en barca mar adentro.Un día nos cruzamos con un pequeño brickfrancés. «Embarquémonos —me dijo mimarido—. Abandonaremos todos nuestrosbienes de Cartagena.» Nos embarcamos. Mimarido es todavía muy rico; tomó una casasoberbia en Burdeos y aquí reanudó sucomercio; pero vivimos completamente solos.

Page 429: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

No quiere que yo trate a la sociedad francesa.Sobre todo desde hace un año, con el pretextode precauciones políticas que no le permitenver a los liberales, no he hecho ni dos visitas.Me moría de aburrimiento. Mi marido es muyestimable, el más generoso de los hombres,pero desconfía de todo el mundo y lo ve todonegro. Desgraciadamente, hace un mes cedió ami ruego de que tomáramos un palco en elteatro. Eligió el peor y tomó uno metido en elescenario mismo, para que no me vieran losjóvenes de la ciudad. Acababa de llegaraBurdeos una compañía de caballistasnapolitanos... ¡Ah, caballero, cómo va adespreciarme!

—Señora —le contestó Liéven—, la escuchocon atención, peto no pienso más que en midesdicha: ama usted para siempre a un hombremás afortunado.

—Seguramente habrá oído usted hablar delfamoso Mayral —dijo Leonor, bajando los ojos.

Page 430: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—¿El caballista español? ¡Claro que sí! —repuso extrañado Liéven—. Ha movilizado acodo Burdeos. Es muy ágil y guapo.

—Por mi desgracia, caballero, creí que noera un hombre sin categoría. Mientras hacía suspiruetas a caballo, no cesaba de mirarme. Undía, al pasar debajo del palco, del que acababade salir mi marido, me dijo en catalán: «Soycapitán de las tropas del Marquesito (sic) y laadoro a usted.» ¡Ser amada por un caballista,qué horror, caballero! Y mayor infamia aúnpoder pensar en esto sin espanto. Los díassiguientes tuve la fuerza de voluntad de no ir alcirco. ¿Qué quiere que le diga, caballero? Sufríamucho. Un día, mi doncella me dijo: «El señorFerrandez ha salido. Le ruego, señora, que leaeste papel.» Y escapó, cerrando la puerta. Esuna carta muy tierna de Mayral. Me contaba lahistoria de su vida; decía que era un pobremilitar obligado por la más horrible penuria ahacer un oficio que me ofrecía abandonar pormí. Su verdadero nombre era don Rodtigue

Page 431: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

(sic) Pimentel. Volví al circo. Poco a poco fuicreyendo en los infortunios de Mayral yrecibiendo con alegría sus cartas. Y, ¡ay de mí!,acabé por contestarle. Le amé cota pasión, conuna pasión —añadió don Leonor, rompiendo allorar— que nada ha podido quebrantar, nisiquiera los más tristes descubrimientos... Notardé en ceder a sus ruegos y deseé tanto comoél la ocasión de hablarle. Sin embargo, yaentonces tuve una sospecha: pensé que quizáMayral no tenía nada de Pimentel ni de capitánde las tropas del Marquesito. No tenía bastanteorgullo para eso; varias veces manifestó eltemor de que yo quisiera burlarme de él por suoficio de caballista volatinero en una compañíade saltimbanquis napolitanos...

»Hace aproximadamente dos meses,cuando íbamos a salir para ir al circo, mimarido recibió la noticia de que uno de susbarcos había encallado cerca de Royan, en ladesembocadura del río. Y él que no hablabanunca y no me decía ni diez palabras en todo el

Page 432: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

día, exclamó: "Tendré que ir allá mañana".Aquella noche, en la función, le hice a Mayraluna seña convenida. Mientras él veía a mimarido en el palco, fue a coger una carta que yohabía dejado a la portera de mi casa, a la que élhabía sobornado. Al poco rato vi a Mayralrebosante de alegría Yo había tenido la nuevadebilidad de escribirle que a la noche siguientele recibiría en una sala baja que daba al jardín.

»Mi marido embarcó después del correo deParís, al medio; día. Hacía un tiempo soberbio yestábamos en los días más cálidos. Aquellanoche dije que iba a dormir en el cuarto de mimarido, que estaba en la planta baja y daba aljardín, porque allí me agobiaría menos el calor.A la una de la madrugada, cuando, después deabrir la ventana con mucha precaución,esperaba a Mayral, oí de pronto un gran ruidopor el lado de la puerta: era mi marido. Amedio camino de Royan, había visto su barcosubiendo tranquilamente por el Gironda endirección a Burdeos.

Page 433: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

»Don Gutier, al volver, no se dio cuenta demi horrible apuro; congratulándose de mibuena ocurrencia de dormir en una habitaciónfresca, se acostó a mi lado.

»Imagínese mi preocupación; para mayordesgracia, hacía una luna clarísima. No habíatranscurrido una hora cuando vi distintamentea Mayral acercándose a las ventanas. No se mehabía ocurrido cerrar, cuando llegó mi marido,la puertaventana de un gabinete contiguo aldormitorio. Estaba abierta de par en par, lomismo que la puerta que comunicaba elgabinete con la alcoba.

»Con movimientos de cabeza, única cosaque osaba permitirme teniendo a mi lado unmarido celoso, intenté en vano hacer entender aMayral que nos había ocurrido una desgracia.Le oí entrar en el gabinete y al cabo de unmomento llegó junto a la cama por el ladodonde estaba yo acostada. Imagínese cuál seríami terror; se veía tan claro como si fuera de día.Por suerte, Mayral no habló al acercarse.

Page 434: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

»Le señalé a mi marido durmiendo a milado y de pronto vi que" sacaba un puñal.Horrorizada, me incorporé. Mayral se acercó ami oído y me dijo:

»—¡Es tu amante! Ya comprendo que llegoen mal momento, o más bien pensaste que eradivertido burlarte de un pobre caballistavolatinero; pero ese lindo señor va a pasar unmal rato.

»—Es mi marido —le repetía yo en vozmuy baja; y con toda la fuerza que podía lesujetaba la mano.

»—¿Tu marido, cuando yo le vi embarcarseesta mañana en el vapor de Royan? Unsaltimbanqui napolitano no es tan tonto comopata tragarse eso. Levántate y ven a hablarmeen el gabinete de al lado. Lo exijo; y si no lohaces despierto a ese lindo caballero; entonces,puede que diga cómo se llama. Yo soy másfuerte, estoy mejor armado y, con todo lo pobrediablo que soy, le demostraré que no es buena

Page 435: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

cosa burlarse de mí. Quiero ser yo tu amante,¡vive Dios!, y quien hará el ridículo será el.

»En este momento se despertó mi marido.»—¿Quién habla de amante? —exclamó,

muy sorprendido.»Mayral, quien, a mi lado, me tenía

abrazada y me hablaba al oído, se bajó muyoportunamente ante aquel movimientoimprevisto. Yo extendí el brazo como si mehubieran despertado las palabras de mi marido.Hasta que don Gutier, creyendo que habíasoñado, volvió a dormirse. El puñaldesenvainado de Mayral seguía reflejando laluz de la luna, que en aquel momento daba delleno en la cama. Prometí todo lo que Mayralquiso. Exigió que le acompañara al gabinetecontiguo.

»—Bueno, será tu marido, pero no por esodejo yo de hacer un papel idiota —repetía,iracundo.

»Por fin, al cabo de una hora, se marchó.

Page 436: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

»¿Me creerá usted, caballero, si le digo quetoda esta necia conducta de Mayral casi meabrió los ojos en cuanto a él, pero no llegó adisminuir mi amor?

»Como mi marido no hacía nunca vidasocial, pasaba todo el tiempo conmigo. Eradificilísima la segunda cita que yo había juradoa Mayral que le concedería.

»Me escribía cartas llenas de reproches; enel circo hacía alarde de no mirarme. En fin,caballero, que mi fatal amor rebasó todos loslímites.

»”Venga a la hora de la Bolsa un día quehaya visto ir a ella a mi marido —le escribí-; leesconderé; si el azar me concede un minuto delibertad, le veré; si, por una favorablecasualidad, va también a la Bolsa al díasiguiente, le veré; si no, al menos habrá tenidouna prueba de mi fidelidad y de la injusticia desus sospechas. Piense a lo que me expongo.”

»Esto respondía al temor que él teníasiempre de que yo hubiera elegido otro amante

Page 437: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de mi rango con el que me burlara del pobresaltimbanqui napolitano. Un compañero suyole había contado a este respecto no sé quécuento absurdo.

»Pasados ocho días, mi marido fue a laBolsa; en pleno día, Mayral entró en mi cuartoescalando la pared del jardín. ¡Ya ve a lo queme exponía! No llevábamos juntos tresminutos, cuando volvió mi marido. Mayral seescondió en el tocador; pero don Gutier habíavenido solamente a buscar unos papeles quenecesitaba. Por desgracia, traía también un sacode portuguesas. Le dio pereza bajar a la caja,entró en mi gabinete, meció el oro en uno demis armarios, lo cerró con llave y, por másprecaución, porque es muy desconfiado, sellevó también la llave del gabinete. Imagínesemi apuro; Mayral estaba furioso; sólo pudehablarle un poco a través de la puerta.

»Mi marido volvió pronto. Después decomer me obligó en cierto modo a salir depaseo. Quiso ir al teatro. Total, que no pude

Page 438: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

volver hasta muy tarde. Todas las noches secerraban con mucho cuidado todas las puertasde la casa y mi marido se hacía cargo de lasllaves. Por pura casualidad, aprovechando elprimer sueño de don Gutier, pude hacer salir aMayral del gabinete donde llevaba, rabiando,tanto tiempo; le abrí la puerta de un pequeñodesván. Fue imposible hacerle bajar al jardín.Habían metido en él un cargamento de balas delana y las guardaban dos o tres cargadores.Mayral se pasó todo el día siguiente en eldesván. Imagínese lo que yo sufriría: meparecía a cada momento verle bajar puñal enmano y abrirse paso asesinando a mi marido.Era capaz de todo. Al menor ruido en la casa,yo me echaba a temblar.

»Para colmo de desdichas, mi marido nofue aquel día a la Bolsa. Por fin, sin haberpodido hablar ni un minuto con Mayral, tuve lagran suerte de poder mandar a unos recados atodos los cargadores y encontrar el momentopara que Mayral escapara por el jardín. ¡Al

Page 439: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pasar rompió con el mango de! puñal el granespejo del salón. Estaba furioso.

»Aquí, caballero, me va a despreciar ustedcanto como me desprecio yo misma. Desdeaquel momento, ahora lo veo claro, Mayral dejóde amarme; creyó que me había burlado de él.

»Mi marido sigue enamorado de mí; aqueldía me besó varias veces y me cogió en susbrazos. Mayral, enfermo de orgullo, más que deamor, se figuró que yo le había escondido paraque fuera testigo de aquellas efusiones.

»Ya no contestaba a mis cartas, ni siquierase dignaba mirarme en el circo.

»Debe de estar usted muy cansado,caballero, de esta serie de infamias, y todavíafalta la más atroz y cobarde.

Hace ocho días anunció su marcha lacompañía de volatineros napolitanos. El lunespasado, día de san Agustín, loca de amor porun hombre que, en las tres semanastranscurridas desde la aventura del encierro enmi casa, no se dignó mirarme ni contestar a mis

Page 440: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

cartas, me fui de casa del mejor de los maridosy, caballero, me fui robándole, yo que no lellevé más dote que un corazón infiel. Me llevélos brillantes que me había regalado y cogí desu caja dos o tres cartuchos de quinientosfrancos, porque pensé que si Mayral intentabavender los brillantes en Burdeos, resultaríasospechoso.

En este punto de su relato, doña Leonor sesonrojó mucho. Liéven estaba pálido yacongojado. Cada palabra de Leonor leatravesaba el corazón, y sin embargo, por unahorrible perversión de carácter, cada una deaquellas palabras aumentaba el amor que leabrasaba.

Fuera de sí, cogió a Leonor la mano yLeonor no la retiró.

«¡Qué bajeza la mía —se dijo Liéven—,gozar de esta mano mientras Leonor me hablaabiertamente de su amor por otro! Si me la deja,es por desdén o por distracción, y yo soy elhombre menos delicado del mundo.»

Page 441: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—El lunes pasado, caballero —continuóLeonor—, hace cuatro días, a eso de las dos dela madrugada, después de tener la cobardía dedormir con láudano a mi marido y al portero,me escapé. Fui a llamar a la puerta de la casa dedonde logré escapar cuando pasaba usted. Es lacasa de Mayral.

»—¿Creerás ahora que te amo? —le dije.»Estaba loca de felicidad. El me pareció

desde el primer momento más asombrado queenamorado.

»A la mañana siguiente, cuando le enseñélos brillantes y el oro, se decidió a dejar lacompañía de saltimbanqui; y huir con. migo aEspaña. Pero, ¡Dios santo!, por su ignorancia deciertas costumbres de mi país, me pareció queno era español. Probablemente, pensé, acabo deunir mi destino al de un simple caballista decirco. Pero ¡qué me importa, si le amo! Echo dever que es dueño de mi vida. Seré su sirvienta,su mujer fiel; él seguirá su oficio. Soy joven; sies necesario, aprenderé yo misma a montar a

Page 442: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

caballo. Si cuando seamos viejos nosencontramos en la miseria, no importa: moriréde miseria a su lado. Y no habrá por quécompadecerme, puesto que habré vivido feliz.

»—¡Qué locura, qué perversión! —exclamóLeonor, interrumpiéndose.

—Hay que reconocer —dijo Liéven— queusted se moría de aburrimiento con su marido,tan viejo, y que no quería llevarla a ningunaparte. Esto la justifica mucho para mí. Usted notiene más que diecinueve años, y él cincuenta ynueve. ¡Cuántas mujeres viven consideradas enla sociedad de mi país y, en el fondo, no tienenlos remordimientos que tiene usted, aunquehan cometido faltas mayores!

Unas cuantas frases de este estiloparecieron aliviar de un gran peso a Leonor.

—Pasé tres días con Mayral —continuó—.Por la noche me dejaba para ir a su trabajo;anoche me dijo:

Page 443: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

»—Como podría venir a mi casa la policía,voy a dejar tus brillantes y tu oro en casa de unamigo seguro.

»A la una de la madrugada, después deesperarle hasta mucho más tarde de la horaacostumbrada y muerta de miedo de queMayral hubiera sufrido una caída del caballo,volvió, me dio un beso y en seguida saliónuevamente de la habitación. Por fortuna, yotenía luz, aunque él me la había prohibido dosveces y hasta me había apagado la lamparilla.

Pasado mucho rato, estando yo dormida,entró un hombre en mi casa, y me di cuentainmediatamente de que el intruso no eraMayral.

»Cogí un puñal, el cobarde se asustó y cayóde rodillas implorando perdón; yo me lancéhacia él para matarle.

»—Si me toca, irá a la guillotina —decía.»La bajeza de este lenguaje me horrorizó.

"Con qué gente me he comprometido", pensé.Tuve la presencia de ánimo de decir a aquel

Page 444: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hombre que yo contaba con protecciones enBurdeos y que el señor fiscal general mandaríadetenerle si no me decía toda la verdad.

»—Bueno —contestó—, yo no he robadonada de su oro ni de sus brillantes. Mayralacaba de marcharse de Burdeos; va a París contodo el botín. Se ha escapado con la mujer denuestro director; le dio veinticinco de sushermosos luises y el director le cedió la mujer.A mí me dio dos luises, que aquí tiene, a menosque tenga usted la bondad de dejármelos;Mayral me los dio para que la retuviera elmayor tiempo posible con el fin de llevar éltreinta horas de adelanto.

»—¿Es español? —le pregunté.»—¡Español! Es de Santo Domingo, de

donde escapó después de robar o asesinar a suamo.

»—¿A qué vino aquí esta noche?Contéstame —le dije—, o mi tío te mandará agaleras.

Page 445: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

»—Como yo vacilaba en venir aquí paraguardarla, Mayral me dijo que era usted unamujer muy guapa. «Nada más fácil —me dijo—que ocupar mi sitio a su lado; será gracioso.Ella quiso una vez burlarse de mí; ahora meburlaré yo de ella. Con esta condición, acepté;pero como no me atrevía, vino con la silla deposta hasta la puerca y subió para darle unbeso delante de mí, después de escondermejunto a la cama.

También aquí los sollozos ahogaron la vozde Leonor.

—El joven saltimbanqui que estabaconmigo —continuó Leonor— tenía miedo yme daba los detalles más verídicos ydesoladores sobre Mayral. Yo estaba muerta dedesesperación. «Quizá me ha dado un filtro»,pensaba, «pues no puedo odiarle.»

»Y así es, caballero; ni después de tantainfamia puedo odiarle. Sé que le adoro.

Doña Leonor guardó silencio y se quedópensativa.

Page 446: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

«¡Extraña ceguera! —pensó Liéven—. ¡Unamujer tan inteligente y tan joven creer en unsortilegio!»

—En fin —reanudó doña Leonor— , aqueljoven, viéndome pensativa, empezó a tenermenos miedo. Se fue de repente y, pasada unahora, volvió con un compañero. Tuve quedefenderme; fue una lucha tremenda; puedeque, al mismo tiempo que pretendían otra cosa,quisieran matarme. Me cogieron mi bolsa yunas alhajillas. Por fin pude llegar a la puertade la casa; pero, a no ser por usted,probablemente me hubieran perseguido en lacalle.

Liéven, cuanto más loca de amor porMayral veía a Leonor, más la adoraba. Llorómucho; le besaba la mano. Como él, conpalabras veladas, le habló de su amor, Leonorle dijo al cabo de unos días:

—¿Creerá usted, fiel amigo, que me figuroque, si yo pudiera demostrar a Mayral que

Page 447: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

nunca pretendí burlarme de él, quizá meamaría?

—Tengo muy poco dinero —repusoLiéven—; por aburrimiento, me puse a jugar;pero acaso el banquero al que me recomendómi padre en Burdeos no me niegue quince oveinte luises si se lo suplico; voy a hacerlo todo,incluso bajezas; con ese dinero podrá usted iraParís.

Leonor le abrazó.—¡Santo Dios, que yo no pueda amarle!

Pero ¿es posible que me perdone mis locuras?—Tan posible, que me casaría con usted

loco de alegría y ría a su lado mi vida,considerándome el más afortunado dehombres.

—Pero es que, si encuentro a Mayral, me sélo bastante loca y miserable para abandonarle austed, mi bienhechor, y caer a los pies de él.

Liéven enrojeció de ira.—No hay más que un medio de curarme:

matarme —le dijo, cubriéndola de besos.

Page 448: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

—¡Oh, no te mates, amigo mío! —le dijoella.

No se le ha vuelto a ver. Leonor haprofesado en el convento de las Ursulinas.

Page 449: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

MINA DE VANGHEL

Mina de Vanghel

Mina de Vanghel nació en el país de lafilosofía y la imaginación, en Konigsberg66.Cuando terminó la campaña de Francia, en1814, el general prusiano conde de Vanghelabandonó bruscamente la corte y el ejército.Una noche, en Craonne (Champagne), despuésde un mortífero combate en que las tropasmandadas por él habían logrado la victoria, leasaltó una duda: ¿Tiene derecho un pueblo acambiar la manera íntima y racional que otropueblo adopta para regir su existencia materialy moral? Preocupado por este gran problema,el general decidió no volver a sacar la espada

66 La ciudad natal de Kant, antiguamente perteneciente aPrusia Oriental. Con la nueva división fronteriza traza-da tras de la II Guerra Mundial, pasaría a manos deRusia con el nombre de Kaliningrado. Hoy en día, trasla desintegración de la URSS, se trata de un enclaveruso “acorralado” entre Lituania y Polonia.

Page 450: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

antes de haberlo resuelto. Y se retiró a sustierras de Konigsberg.

Vigilado de cerca por la policía de Berlín, sededicó exclusivamente a sus meditacionesfilosóficas y a su hija única, Mina. El conde deVanghel murió a los pocos años, todavía joven,dejando a su hija una fortuna inmensa, unamadre débil y la caída en desgracia en la cortelo que no es poco decir en la orgullosaGermanía. Verdad es que, como pararrayoscontra esta caída en desgracia, Mina deVanghel llevaba uno de los nombres másnobles de la Alemania oriental. Teníasolamente dieciséis años, pero ya inspiraba alos jóvenes militares que rodeaban a su padreun sentimiento rayano en veneración yentusiasmo; les encantaba el carácter románticoy sombrío que a veces brillaba en sus ojos.

Transcurrió un año; acabó el luto, pero eldolor en que la había sumido la muerte de supadre no remitía. Los amigos de la señora deVanghel comenzaban a pronunciar las terribles

Page 451: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

palabras de «enfermedad del pecho». Apenasterminado el luto, Mina tuvo que presentarseen la corte de un príncipe soberano del quetenía el honor de ser un poco pariente. Al salirpara la capital de los estados del gran duque, laseñora de Vanghel, aterrada por las ideasrománticas de su hija y por su profundo dolor,esperaba que una boda conveniente y acaso unpoco de amor la volvieran a las ideas propiasde su edad.

¡Cuánto me gustaría, decíale, verte casadaen este país! ¡En este ingrato país, le contestabasu hija, con aire pensativo, en un país donde mipadre, en pago a sus heridas y a veinte años deservicio lealísimo, no encontró sino la vigilanciade la policía más infame del mundo! No, antescambiar de religión e ir a morir monja encualquier convento católico.

Mina no conocía las cortes más que por lasnovelas de su compatriota Augusto Lafontaine.Esos cuadros de Albani suelen presentar losamores de una rica heredera expuesta por el

Page 452: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

azar a las seducciones de un joven coronel,ayúdame de campo del rey, libertino y de buencorazón. Un amor así, nacido del dinero,horrorizaba a Mina.

¿Hay algo más vulgar y aburrido decía a sumadre que la vida de un matrimonio de ésos unaño después de la boda, cuando el marido,gracias a su casamiento, ha llegado a general yla mujer a dama de honor de la princesaheredera? ¿Qué queda de su felicidad, si llegana sufrir una quiebra?

El gran duque de C., que no pensaba en losobstáculos que le preparaban las, novelas deAugusto Lafontaine, se propuso que la inmensafortuna de Mina se quedara en su corte. Paramayor desgracia, uno de sus ayudantes decampo hizo el amor a Mina, acaso «conautorización superiora. No hacía falta más paradecidirla a huir de Alemania. La empresa noera nada fácil.

Mamá, dijo un día a la señora de Vanghel,quiero dejar este país, quiero expatriarme.

Page 453: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Cuando hablas así me estremezco: tus ojosme recuerdan a tu pobre padre. Bueno, seréneutral, no ejerceré mi autoridad; mas noesperes que yo solicite de los ministros del granduque el permiso que necesitamos para viajarpor el extranjero.

Mina se sintió muy desgraciada. Lostriunfos que le habían valido sus grandes ojosazules, tan dulces, y su porte, tan distinguido,disminuyeron rápidamente cuando se supo enla corte que tenía ideas contrarias a las de SuAlteza Serenísima. Así transcurrió más de unaño. Mina desesperaba de conseguir elindispensable permiso. Concibió el proyecto dedisfrazarse de hombre y marcharse a Inglaterra,donde se proponía vivir vendiendo susdiamantes. La señora de Vanghel se dio cuenta,con una especie de terror, de que Mina estabarealizando extrañas manipulaciones paraalterar el color de su piel. Al poco tiempo seenteró de que su hija se había encargado trajesde hombre. Mina observó que en sus paseos a

Page 454: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

caballo se encontraba siempre con algúnguardia del gran duque; con la imaginaciónalemana que había heredado de su padre, lasdificultades, lejos de ser una razón paradisuadirla de su empresa; se la hacían másatrayente aún.

Sin proponérselo, Mina cayó en gracia a lacondesa D., amante del gran duque, mujersingular y romántica si las hay. Un día,paseando a caballo con ella, Mina vio unguardia que se puso a seguirla de lejos. Esto laimpacientó y le hizo confiar a la condesa susplanes de huida A las pocas horas, la señora deVanghel recibió un papel de puño y letra delgran duque autorizándola a una ausencia deseis meses para ir al balneario de Bagnéres.Eran las nueve de la noche. A las diez yaestaban ambas damas en camino, y, por suerte,al día siguiente, antes de que se despertaran losministros del gran duque, las dos viajerashabían pasado ya la frontera.

Page 455: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

La señora de Vanghel y su hija llegaron aParís a principios del invierno de 182... Minatuvo mucho éxito en los bailes de losdiplomáticos. Corrió la voz de que estoscaballeros tenían orden de impedirdiscretamente que aquella fortuna de variosmillones cayera en manos de algún seductorfrancés.

En Alemania creen todavía que a losjóvenes de París les interesan las mujeres.

A través de todas estas imaginacionesalemanas, Mina, a sus dieciocho años,comenzaba a manifestar chispazos de buenjuicio; observó que no podría llegar a teneramistad con ninguna mujer francesa. Lasencontraba exageradamente correctas y al cabode seis semanas de trato estaba menos cerca desu amistad que el primer día.

En su aflicción, pensó que en sus propiasmaneras debía de haber algo desagradable yordinario que paralizaba la urbanidad francesa.Nunca se vio tanta modestia junto a tanta

Page 456: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

verdadera superioridad. La energía y la rapidezde sus resoluciones se ocultaban, en atractivocontraste, bajo unos rasgos que tenían aún todoel candor y todo el encanto de la infancia, y estafisonomía no llegó a desaparecer nunca bajo eseaire más grave que da la razón. Verdad es quela razón no fue nunca el rasgo sobresaliente desu carácter.

París le gustaba mucho, a pesar delsalvajismo pulido de sus costumbres. En supaís la horrorizaba que la saludaran en la calley que reconocieran su carruaje; en C. veíaespías en todas las personas mal vestidas que lasaludaban. El incógnito de esa república que sellama París sedujo a este carácter singular. Acambio de las dulzuras de aquella sociedadíntima que el corazón un poco demasiadoalemán de Mina añoraba todavía, en París sepodía disfrutar todas las noches de un baile ode un espectáculo divertido. Buscóla casa enque había vivido su padre en 1614 y de la quetan a menudo le había oído hablar. Una vez

Page 457: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

instalada en esta casa, de laque le fue muydifícil desalojar al inquilino, París no leresultaba ya una ciudad extranjera; reconocíahasta las más pequeñas habitaciones.

El conde de Vanghel, aunque tuviera elpecho cubierto de cruces y medallas, no habíasido en el fondo más que un filósofo quesoñaba con Descartes o con Spinoza. A Mina legustaban las oscuras investigaciones de lafilosofía alemana y el noble estoicismo deFichte, como un corazón tierno guarda elrecuerdo de un bello paisaje. Las palabras másininteligibles de Kant no tenían para Mina otrosignificado que el de recordarle el sonido devoz conque las pronunciaba su padre. Con estarecomendación, ¿qué filosofía no seríaconmovedora y hasta inteligible? Consiguió dealgunos sabios distinguidos que fueran a sucasa a dar unas lecciones, a las que sólo asistíanella y su madre.

En medio de esta vida que transcurría porla mañana con los sabios y por la noche en

Page 458: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

bailes de embajadores, nunca el amor llegó arozar el corazón de la rica heredera. Losfranceses la divertían, pero no le llegaban alalma.

Desde luego decía a su madre que losalababa a menudo, son los hombres másatractivos del mundo. Admiro su brillanteingenio, cada día me sorprende y divierte sufinísima ironía; pero ¿no le parecen afectados yridículos en cuanto intentan pareceremocionados? ¿Acaso su emoción se ignora a símisma alguna vez?

¿A qué vienen esas críticas? contestaba laprudente señora de Vanghel. Si no te gustaFrancia, vuélvete a Konigsberg; pero no olvidesque tienes diecinueve años y que yo puedofaltarte; piensa en buscar un protector. Si yomuriera añadió sonriendo y con un gestomelancólico, el gran duque de C. te haríacasarte con su ayudante de campo.

Un hermoso día de verano, la señora deVanghel y su hija fueron a Compiegne a una

Page 459: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

cacería del rey. Las ruinas de Pierrefonds, queMina divisó de pronto en medio del bosque, laimpresionaron muchísimo. Esclava todavía delos prejuicios alemanes, todos los grandesmonumentos que encierra París, esa «nuevaBabilonia, le daban la impresión de algo seco,irónico y maligno.

Las ruinas de Pierrefonds le parecieronconmovedoras como lasos viejos castillos quecoronan las alturas del Brocken67. Mina lo ir sumadre a detenerse unos días en la pequeñaposada del pueblo de Pierrefonds. Estaban allímuy mal. Vino un día de lluvia. Mina,atolondrada como a los doce años, se quedó enla puerta de la cochera viendo caer la lluvia.Vio un letrero anunciando la venta .de unatinca. Pasado un cuarto de hora estaba en casade un notario acompañada por una sirvienta dela hostería, que la tapaba con un paraguas. Al

67 Montaña más alta (1.142m) en la Sierra del Harz enBaja Sajonia, localizado entre los ríos del Weser y elElba; además es el pico más alto del norte de Alemania.

Page 460: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

notario le sorprendió mucho ver a aquellajoven tan sencillamente vestida discutir con élel precio de una finca de varios centenares demiles de francos, proponerle en seguida firmarun compromiso y entregar como señal del tratounos cuantos billetes de mil francos del Bancode Francia.

Por una casualidad que yo me libraré decalificar de singular, a Mina la engañaron enmuy poco. La finca se llamaba «Le PetitVerberie». El vendedor era un tal conde deRuppert, célebre en todas las casas solariegasde Picardía. Era un joven alto y muy guapo; enel primer momento se le admiraba, pero al cabode un rato inspiraba repulsión por algo duro yvulgar que había en su persona. El conde deRuppert no tardó en pretenderse amigo de laseñora de Vanghel; la entretenía. Tal vez era,entre los jóvenes de su tiempo, el único querecordaba a los simpáticos libertinos cuya novianos presentan, embellecida, las memorias deLauzun y de Tilly. .Monsieur de Ruppert

Page 461: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

acababa de dilapidar una gran fortuna; imitabaa los señores de la corte de Luis XIV y no seexplicaba cómo se las arreglaba París para noocuparse exclusivamente de él. Defraudado ensus ideas de gloria, se había enamoradolocamente del dinero. Una respuesta recibidade Berlín exaltó al extremo su pasión por laseñorita de Vanghel. Seis meses más tarde,Mina decía a su madre La verdad es que no haycomo comprar una finca para tener amigos. Siquisiéramos vender Le Petit Verberieu, acasosólo perderíamos unos miles de francos, pero,en cambio, ahora tenemos una infinidad demujeres agradables entre nuestras amistadesíntimas.

Mas ella no adoptó las maneras de unajoven francesa. Sin dejar de admirar susseductoras gracias, conservó la naturalidad ylibertad de las maneras alemanas. Madame deCély, la más íntima de sus nuevas amigas, decíaque Mina era «diferente», pero no extraña: unagracia encantadora hacía perdonárselo todo; no

Page 462: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

se le leía en los ojos que poseía millones; notenía la «sencillez» de la gente de muy altasociedad, sino la verdadera seducción.

Un rayo vino a destruir esta vida tranquila:Mina perdió a su madre. Cuando el dolor le diotiempo a pensar en su situación, le pareció muycrítica. Madame de Cély la llevó a su palacio.

Debe volver a Prusia le decía esta amiga,una mujer de treinta años. Es lo más prudente;si no, tendrá que casarse aquí en cuanto pase elluto. Y mientras tanto mande venir en seguidade Konigsberg una señora de compañía que, aser posible, sea de su familia.

Contra esto había una gran objeción: lasalemanas, incluso las muchachas ricas, creenque no pueden casarse más que con el hombreal que adoren. Madame de Cély proponía a laseñorita de Vanghel diez buenos partidos.Todos aquellos jóvenes le parecían a Minavulgares, irónicos, casi malas personas. Estabapasando el peor año de su vida; perdió la saludy casi enteramente la belleza. Un día que fue a

Page 463: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

visitara madame de Cély le dijeron que en lacomida conocería a la famosa madame deLarcay, la mujer más rica y atractiva del país. Sela citaba con frecuencia por la elegancia de susfiestas y la manera perfectamente exento dedetalles ridículos con que sabía derrochar unafortuna importante. A Mina le chocaron mucholas cosas vulgares y prosaicas que observó en elcarácter de madame de Larcay. « ¡Así hay queser para agradar aquí! u En su dolor, pues paralos corazones alemanes decepcionarse de « lobello» es un dolor, Mina dejó de mirar amadame de Larcay y, por cortesía, se puso ahablar con su marido. Era éste un hombre muysencillo, sin más méritos que el de haber sidobaje del emperador Napoleón en la época de laretirada de Ruda y haberse distinguido en estacampaña y en las siguientes por una valentíasuperior a su edad. Habló a Mina, muy bien ymuy sencillamente, de Grecia; donde acababade pasar un año o dos batiéndose por losgriegos Su conversación agradó a Mina; este

Page 464: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hombre le hizo el efecto de un amigo íntimo alque volviera a ver al cabo de mucho tiempo deseparación.

Después de comer fueron a ver algunoslugares célebres del bosque le Compiégne. AMina se le ocurrió más de una vez consultar amonsieur de Larcay sobre su difícil posición. Laelegante apostura del conde de Ruppert, queaquel día seguía a caballo a las calesas,contrastaba con las maneras tan naturales yhasta ingenuas de monsieur de Larcay. El granacontecimiento en medio del cual dio susprimeros pasos en la vida, haciéndole ver elcorazón humano tal como es, contribuyó aformarle un carácter inflexible, frío, positivo,bastante alegre, pero sin imaginación. A Minala sorprendió que un francés pudiera ser tannatural.

Por la noche, mando él se hubo marchado,Mina se sintió como separada de un simio queconociera desde años antes todos sus secretos.Todo le parecía árido o molesto, hasta la tierna

Page 465: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

amistad de madame de Cély. Con aquel nuevoamigo no necesitaba disimular ninguno de suspensamientos. No se veía obligada a cadainstante, por temor a la pequeña ironíafrancesa, a correr un velo sobre su pensamientoalemán, tan franco. Monsieur de Larcayprescindía de todas esas frasecitas y todos esosgestecillos que exige la elegancia. Esto leenvejecía en ocho o diez años, peroprecisamente por eso, cuando él se marchó,Mina se pasó una hora pensando sólo en él.

Al día siguiente tenía que hacer unesfuerzo hasta para escuchar a madame deCély; todo le parecía seco y perverso. Ya noconsideraba como una quimera a la que habíaque renunciar la esperanza de encontrar uncorazón franco y sincero que no buscarasiempre un motivo letra un juego de ingenio enla más simple observación. Estuvo todo el díapensativa. Por la noche, madame de Célynombró a monsieur de Larcay; Mina seestremeció y levantóse como si la hubieran

Page 466: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

llamado, se puso muy colorada y le fue muydifícil explicar tan extraña reacción. Estaba tanimpresionada, que no pudo seguirdisimulándose a sí misma lo que le importabaocultar a los demás. Se refugió en su habitación.«Estoy loca», pensó. En este momento comenzósu desventura, y ésta avanzó a pasos degigante, hasta hacerle sentir remordimiento.«Estoy enamorada, ¡y de un hombre casado! oEste remordimiento la atormentó toda la noche.

Monsieur de Larcay, al salir con su esposapara tomar las aguas de Aix en Savoie, dejóolvidado un mapa en el cual había indicado aaquellas damas un pequeño rodeo que pensabadar para ir a Aix. Un hijo de madame de Célyencontró este mapa; Mina lo cogió y se lo llevóal parque. Pasó una hora siguiendo el viajeproyectado por monsieur de Larcay. Losnombres de las pequeñas ciudades que él iba arecorrer le parecían nobles y singulares. Seforjaba las imágenes más pintorescas de suposición, envidiaba la suerte de quienes las

Page 467: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

habitaban. Tan fuerte fue esta dulce locura, quedisipó los remordimientos de Mina. A los pocosdías se dijo en casa de madame de Cély que losLarcay se habían marchado a Saboya. Estanoticia la perturbó mucho; sintió un vivo deseode viajar.

A los quince días llegaba a Aix, en un cochede alquiler tomado en Ginebra, una señoraalemana de cierta edad. La acompañaba unadoncella a la que la señora trataba con tan malgenio, que madame Toinod, la dueña de lapequeña fonda donde paraban las viajeras, semostró escandalizada. La señora Cramer tolerael nombre de la alemana mandó llamar amadame Toinod.

Quiero tomar a mi servicio le dijo unamuchacha del país que conozca Aix y susalrededores; esta linda señorita que hecometido la tontería de traer conmigo, y que noconoce nada de aquí, no me sirve para nada.

Page 468: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

¡Dios mío, me parece que su señora estáfuriosa con usted! dijo madame Toinod a ladoncella en cuanto se quedaron solas.

No me hable repuso Aniken, con lágrimasen los ojos. Para esto me sacó de Francfort,donde mis padres tienen una buena tienda. Mimadre tiene los mejores sastres de la ciudad ytrataba absolutamente igual que en París.

Su señora me ha dicho que cuando ustedquiera le dará trescientos francos para volver aFrancfort.

Me recibirían mal. Mi madre no creeránunca que la señora Cramer me ha despedidosin motivo.

Bueno, pues quédese en Aix; yo podréencontrarle un empleo: tengo una agencia decolocaciones y soy yo quien proporcionacriados a los bañistas. Tendrá que pagar sesentafrancos por los gastos, y todavía le quedarándiez hermosos luises de oro de los trescientosfrancos de la señora Cramer.

Page 469: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Le dar cien en vez de sesenta si me colocaen una familia francesa: quiero acabar deaprender el francés para irme a servir á París.Sé coser muy bien y, como garantía de mifidelidad, depositaré en casa de los señoresveinte luises de oro que he traído de Francia.

El azar favoreció la novela, que habíacostado ya doscientos o trescientos luises a laseñorita de Vanghel. Los señores de Larcayllegaron a «La Cruz de Saboya», que era elhotel de moda. A madame de Larcay le parecióque en este hotel había demasiado ruido yalquiló una casa preciosa a orillas del lago. Elbalneario estaba muy animado aquel año; habíagran concurrencia de gente rica, frecuentes ymagníficos bailes, donde la gente iba vestidacomo en París, y gran reunión todas las nochesen «La Redouten. Madame de Larcay,descontenta de las sirvientas de Aix, torpes ypoco cumplidoras, optó por buscar unamuchacha que supiera su obligación. Leindicaron la agencia de madame Toinod, que

Page 470: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

empezó por mandarle unas maritornes del paísmuy zafias. Por fin se presentó Aniken, cuyoscien francos habían perfeccionado la habilidadnatural de madame Toinod. A madame deLarcay le gustó el aire serio de la jovenalemana, la admitió y mandó a buscar su baúl.

Aquella misma noche, cuando sus amos sehabían marchado a «La Redoute», Aniken sepaseaba soñando por el jardín, a la orilla dellago.

«En fin se dijo, ¡ya está consumada la granlocura! ¿Qué será de mí si alguien me reconoce?¿Qué diría madame de Cély, que me cree enKonigsberg? » Comenzaba a abandonarla elvalor que la había sostenido mientras se tratabade emprender una acción. Estaba muyconmovida, anhelante la respiración. Elarrepentimiento, el temor a la vergüenza, lahacían sufrir mucho. Pero salió la luna detrásde la montaña de Haute Combe; su brillantedisco se reflejaba en las aguas del lago,suavemente rizadas por una brisa del norte;

Page 471: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

grandes nubes blancas de formas extrañaspasaban rápidas delante de la luna y a Mina leparecían inmensos gigantes. «Vienen de mipaís, se decía; quieren verme y darme valor eneste extraño papel que acabo de adoptar.» Susojos, atentos y apasionados, seguían los rápidosmovimientos de las nubes. «Sombras de misantepasados meditaba, reconoced vuestrasangre; soy valiente como vosotros. No osespante el extraño atuendo en que me veis; seréfiel al honor. Esta llama secreta de honor y deheroísmo que vosotros me habéis legado noencuentra nada digno de ella en este prosaicosiglo en que el destino me ha puesto. ¿Medespreciaréis porque yo misma me forje undestino de acuerdo con el fuego que me anima?Y ya no se sentía desgraciada.

Se oyó en la lejanía un dulce canto; la vozparecía provenir de la otra orilla del lago. Susmoribundos ecos apenas llegaban al oído deMina que escuchaba atentamente. Sus ideascambiaron de tono; ahora lamentaba su suerte.

Page 472: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

« ¿De qué servirán mis esfuerzos? Solo podré, alo sumo, comprobar que esa alma celestial yputa que yo había soñado existe realmente eneste mundo. Mas seguirá invisible para mí.¿Acaso he hablado yo alguna vez delante de misirvienta? Late desdichado disfraz no surtiráotro efecto que el de relegarme a la compañíade los criados de Alfredo. Nunca jamás sedignará hablarme.» Lloró mucho. «Pero almenos le veré diariamente se dijo de pronto,recobrando valor. Otra dicha mayor no me hasido destinada... Tenía razón mi madre cuandome decía: «¡Cuántas locuras vas a hacer algúndía, si algún día te enamoras! »Se oyó de nuevola voz que cantaba en el lago, pero mucho máscerca. Mina comprendió entonces que la vozpartía de una barca; la percibió por elmovimiento que ésta comunicaba alas ondasplateadas por la luna. Distinguió una dulcemelodía digna de Mozart. Al cabo de un cuartode hora olvidó todos los reproches que teníaque hacerse y sólo pensó en la felicidad de ver a

Page 473: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Alfredo todos los días. «¿No debe cada sercumplir su destino?, se dijo, pues, a pesar de losazares del linaje y la fortuna, resulta que midestino no es brillar en la corte o en un baile. Enla corte y en el baile atraía las miradas, me veíaadmirada, pero, en medio de esa multitud, elaburrimiento me sumía en la más negratristeza. Mientras todo el mundo se precipitabaa hablarme, yo me aburría. Desde quemurieron mis padres, mis únicos momentos defelicidad han sido aquellos en que, sin ve; ciposfastidiosos, escuchaba la música de Mozart.¿Tengo yo la culpa de que la búsqueda de lafelicidad, natural en todos los hombres, mehaya traído a este extraño paso? Probablementeme deshonrará. Bueno, los conventos de laIglesia católica me ofrecen un refugio.»

Dieron los doce en el campanario de unpueblo del otro lado del lago. Esta horasolemne la hizo estremecer. Ya no había luna.Volvió a casa. Apoyada en la balaustrada de lagalería que daba al lago y al pequeño jardín,

Page 474: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Mina, escondida bajo el vulgar nombre deAniken, oyó a «sus amos». La música le habíadevuelto toda su valentía. «Mis antepasadospensaba dejaban su magnífico castillo deKonigsberg para ir a Tierra Santa; pasados unosaños, volvían solo, a través de mil peligros,disfrazados como yo. El valor qué a ellos lesanimaba me lanza a mí a los peligros que, eneste siglo pueril, .aburrido y vulgar, quedan alalcance de mi sexo. ¡Salga yo de ello, con honor,y las almas generosas podrán sorprenderse demi locura, pero en secreto me la perdonarán!»Pasaron rápidos los días y no tardaron enencontrar a Mina reconciliada con su suerte.Tenía mucho que coger; tomaba alegrementelos deberes de su nueva condición. A veces leparecía estar representando una comedia; sereía de sí misma cuando se le escapaba unmovimiento impropio de su papel. Un día, a lahora del paseo, después de comer, cuando ellacayo hubo abierto la portezuela de la calesa ybajado el estribo, se adelantó ligera para subir

Page 475: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

al coche. «Esta muchacha está loca», dijomadame de Larcay. Alfredo la miródetenidamente. Le encontraba una graciaperfecta A Mina no le preocupaban en absolutolas ideas del deber o el temor al ridículo. Estasideas de prudencia humana estaban muy pordebajo de ella; todas las objeciones que se hacíaa sí misma se referían solo al peligro de inspirarsospechas a madame de Larcay. Hacía seissemanas que había pasado todo un día con ellay en un papel bien diferente.

Se levantaba todos los días muy tempranopara poder dedicar dos horas a la ocupación deafearse. Con unos cuantos tijeretazos habíatransformado su cabello rubio, can hermoso, yque, según le habían dicho muchas veces, eratan difícil de olvidar, y gracias a unapreparación química tenía ahora un colordesagradable e indefinido, tirando a castañooscuro. Una ligera cocción de hojas de acebo,aplicada cada mañana a sus delicadas manos,les daba la apariencia de una piel ordinaria.

Page 476: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

También cada mañana su hermosa tez se cubríade ese color desagradable que traen de lascolonias los blancos cuya sangre ha tenidoalguna relación con la taza negra. Satisfecha desu disfraz, que la volvía más bien fea, Mina sepreocupó de no tener ideas demasiadonotables. Absorta en su felicidad, no sentíaningún deseo de hablar. Detrás de una ventana,en el cuarto de madame de Larcay, y ocupadaen arreglar vestidos pata la noche, oía veinteveces al día la voz de Alfredo y tenía nuevasocasiones de admirar su carácter. ¿Nosatreveremos a decirlo?... ¿Por qué no, puestoque estamos pintando un corazón alemán?Mina tuvo momentos de felicidad y exaltaciónen los que llegó a figurarse que era un sersobrenatural. El celo sincero y entusiasta conque desempeñaba sus nuevas funcionesprodujo su natural efecto en madame deLarcay, que era un alma vulgar: trató a Minacon altanería y como a una pobre muchachaque podía considerarse muy afortunada de que

Page 477: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

le dieran trabajo. «Pero ¿es que todo lo vivo ysincero estará siempre fuera de lugar entreestas gentes?», se dijo Mina. Dio a entender elpropósito de volver con la señora Cramer. Casitodos los días pedía permiso para ir a verla.

Había temido que sus maneras infundieransospechas a madame de Larcay, pero comprobócon satisfacción que su nueva ama no veía enella más que una muchacha menos hábil en lacostura que la doncella que había dejado enParís. Monsieur Dubois, el criado de Alfredo, leresultó más importuno. Era un parisiense decuarenta años y muy atildado que se creyó enel deber de cortejar a su nueva compañera.Aniken le tiró de la lengua y se dio cuenta deque, afortunadamente, su única pasión erareunir un pequeño capital para abrir un café enParís. Entonces le hizo regalos. Dubois no tardóen servirla con tanto respeto como a la propiamadame de Larcay.

Alfredo observó que la joven alemana, aveces tan torpe y tan tímida, tenía unas

Page 478: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

maneras muy desiguales y unas ideas atinadasy agudas que valía la pena escuchar. Mina,viendo en sus ojos que la escuchaba, sepermitió algunas reflexiones delicadas yoportunas, sobre todo cuando tenía esperanzade que no lo oyera madame de Larcay.

Si, durante los dos primeros meses que laseñorita de Vanghel pasó en Aix, un filósofo lehubiera preguntado qué se proponía, le habríasorprendido el infantilismo de la respuesta y lehabría parecido un poco hipócrita. La únicafinalidad de su vida era ver y oír a cadamomento al hombre del que estaba locamenteenamorada. No deseaba otra cosa, erademasiado feliz para pensar en el futuro. Si elfilósofo le hubiera dicho que este amor podíadejar de ser tan puro, la habría irritado más aúnque asombrado. Estudiaba con delicia elcarácter del hombre al que adoraba. Estecarácter del tranquilo Larcay brillaba sobretodo por contraste con la alta sociedad en laque la fortuna y el rango de su padre, miembro

Page 479: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de la Cámara alta, habían situado a Mina. Siviviera entre burgueses, les parecería muymediocre por la sencillez de sus maneras, suhorror por la afectación y por los grandes aires.Alfredo no procuraba nunca decir cosasnotables. Esto fue lo que, el primer día,contribuyó más a suscitar la extremadaatención de Mina.

Viendo a los franceses a través de losprejuicios de su país, la conversación de estosseñores le parecía siempre como el final de unvaudeville. Alfredo había tratado en su vida abastantes personas distinguidas pata podermanejar el ingenio aprendido de memoria; perose hubiera librado, como de una bajeza, dedecir frases depuro lucimiento que no fueranimprovisadas por él entonces mismo y quealguno de sus oyentes pudiera saber cómo lassabía él.

Todas las noches llevaba a su mujer a «LaRedouteu y volvía en seguida a casa paraentregarse a una pasión por la botánica que

Page 480: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

acababa de inspirarle la proximidad de loslugares donde Jean Jacques Rousseau habíapasado su juventud. Alfredo colocó sus cajas ysus plantas en el salón donde trabajaba Aniken.Todas las noches permanecían juntos horasenteras, sin decir palabra ninguno de los dos.La única atención que Aniken dedicaba aAlfredo era la de disolver goma en agua paraque él pudiera pegaren su herbario plantassecas, y se permitía este menester porque podíaconsiderarse como parte de sus obligaciones.Cuando Alfredo no estaba, Mina mirabaaquellas bonitas plantas que él traía de suspaseos por las montañas, tan pintorescas, de lasorillas del lago de Bourget. A Mina le entró unsincero amor por la botánica, y esto resultó aAlfredo cómodo y singular. «Me ama pensóMina; pero acabo de ver cómo ha tomadomadame de Larcay mi celo por las funciones demi oficio.»La señora Cramer fingió unaenfermedad; Mina pidió y obtuvo permiso parapasar las noches al lado de su antigua ama. A

Page 481: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Alfredo le chocó mucho sentir cómo decrecía eincluso iba desapareciendo su afición a labotánica; se quedaba por la noche en «LaRedoute» y su mujer le gastaba bromas sobre elaburrimiento que le producía la soledad.Alfredo se confesó que le gustaba aquellamuchacha. Contrariado por la timidez quesentía junto a ella, tuvo un momento defatuidad. a ¿Por qué se dijo no hacer lo queharía cualquier amigo mío? Al fin y al cabo, noes más que una criada.» Un día de lluvia, Minase quedó en casa. Alfredo no permaneció másque un instante en La Redoute. Cuando volvióa casa, pareció sorprenderle la presencia deMina en el salón. Esta pequeña falsedad, queMina notó, le quitó toda la felicidad que seprometía de aquella velada. Probablemente estadisposición fue la causa de la verdaderaindignación con que rechazó los intentos deAlfredo.

Se retiró a su cuarto. «Me he equivocado sedijo llorando; todos estos franceses son

Page 482: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

iguales.» Se pasó toda la noche pensando envolverse a París.

Al día siguiente, el aire de desprecio conque miraba a Alfredo no era fingido. Alfredo sepicó; no volvió a prestar ninguna atención aMina y pasó todas las veladas en «La Redoute».Sin proponérselo, seguía el mejor medio. Estafrialdad hizo olvidar a Mina el proyecto deregresar a París. «No corro ningún peligro cerade este hombreo, se dijo, y no habíantranscurrido ocho días cuando sintió que leperdonaba aquella pequeña caída en el carácterfrancés. Alfredo, por su parte, se daba cuenca,por lo que le aburrían las grandes damas de«La Redoute», de que estaba más enamoradode lo que había creído. Pero se mantenía firme.

En realidad, le gustaba mirar a Mina a losojos; le hablaba, pero no volvía a casa por lasnoches.

Mina sufrió mucho; casi sin darse cuenta,dejó de hacer con tanto cuidado, cada día, lasmanipulaciones destinada, a afearse. « ¿Es esto

Page 483: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

un sueño? pensaba Alfredo Aniken se estávolviendo una de las mujeres más bellas que heconocido.» Una noche que volvió a casa porcasualidad, se dejó llevar de, su amor y pidióperdón a Aniken por haberla tratado conlocura.

Veía que me inspiraba usted un interés, queno he sentido por nadie le dijo; tuve miedo,quise curarme o reñir con usted, y desdeentonces soy el hombre más desgraciado delmundo.

¡Ah, cuánto bien me hacen sus palabras!exclamó Mina, loca de felicidad.

Pasaron esta velada y las siguientesconfesándose que se amaban locamente yprometiéndose ser siempre juiciosos.

El carácter de Alfredo no era propenso ahacerse ilusiones.

Sabía que los enamorados descubrensingulares perfecciones en la persona amad.Los tesoros de inteligencia y delicadeza que éldes, cubra en Mina le convencieron de que

Page 484: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

estaba realmente enamorado. «¿Es posible queesto sea una simple ilusión?», se preguntabacada día, y comparaba lo que Mina le habíadicho la víspera con lo que le decían lasmujeres de la alta sociedad que veía en LaRedouteu. Mina, por su parte, sentía que habíaestado a punto de perder a Alfredo. ; Quéhabría sido de ella, si él hubiera seguidopasando las veladas en «La Redoute»? Y, lejosde seguir ella representando el papel de criada,nunca se había preocupado tanto de gustar.«¿Debo confesar a Alfredo quién soy?, sepreguntaba. Con su carácter tan sensato,reprobará una locura, aunque sea una locurahecha por causa de él. Además, es preciso quomi suerte se decida aquí. Si le nombro a laseñorita de Vanghel, cuya finca está a unasleguas de la suya, tendrá la seguridad de volvera verme en París. Y es preciso, por el contrario,que la perspectiva de no volver a verme nuncale decida a dar los difíciles pasos que,desgraciadamente, son necesarios para nuestra

Page 485: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

felicidad. ¿Cómo es posible que este hombrecan juicioso se decida a cambiar de religión, adivorciarse de su mujer y a ir a vivir comomarido mío en mis hermosas tierras de laPrusia oriental?» La gran palabra ilícito novenía a interponerse como barrera insuperableante los nuevos proyectos de Mina; creía noaparcarse de la virtud, porque no hubieravacilado en sacrificar mil veces su vida por serútil a Alfredo.

Poco a poca madame de Larcay fuesintiendo verdaderos celos de Aniken. Nohabía dejado de advertir el extraño cambiooperado el rostro de esta muchacha, y loatribuía a una extremada coquetería. Hubierapodido despedirla sin contemplaciones, perosus amigas le hicieron ver que no convenía darimportancia a un capricho: había que evitar quemonsieur de Larcay hiciera a Aniken ir a París.asea prudente le dijeron, y su preocupaciónterminará con la temporada de baños.»Madamede Larcay hizo vigilar a la señora Cramer e

Page 486: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

intentó hacer creer a su marido que Aniken noera más que una aventurera que, perseguida enViena o en Berlín por algo delictivo en conceptode la justicia, había ido a esconderse a las aguasde Aix y espetaba probablemente la llegada dealgún caballero de industria compinche suyo.Esta idea, presentada como una conjetura muyprobable pero que importaba poco aclarar,perturbó a Alfredo, de alma tan firme. Eraevidente, para él, que Aniken no era una criada;pero ¿qué grave interés había podido llevarla alpenoso papel que representaba? No podía serotra cosa que el, miedo. Mina adivinófácilmente la causa de la preocupación que veíaen los ojos de Alfredo. Una noche cometió laimprudencia de interrogarle; Alfredo confesó.Mina se quedó desconcertada. Alfredo estabatan cerca de la verdad, que, al principio, a Minale fue muy difícil defenderse. La falsa señoraCramer, infiel a su papel, había dejado adivinarque el interés por la riqueza tenía locaimportancia para Mina. Y era, en su

Page 487: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

desesperación por el efecto que, al parecer,producían la, palabras de la señora Cramer enel Mínimo de Alfredo, estuvo a punto de decira éste quién era. Seguramente el hombre queamaba locamente a Aniken amaría también a laseñorita de Vanghel; pero Alfredo tendríaentonces la seguridad de volver y verla en Parísy ella no podría conseguir los sacrificios que suamor exigía.

Mina pasó el día con esta terriblepreocupación. Pero lo peor todavía tenías quepasar. Al encontrarse sola con Alfredo, ¿tendríael valor de resistir a la tristeza que leía en susojos, de soportar que una sospecha demasiadonatural viniera a debilitar o incluso a destruirsu amor? Aquella noche, Alfredo llevó a sumujer a «La Redouteu y no volvió a casa. Habíaun baile de máscaras, gran estrépito, granconcurrencia. Las calles de Aix estabanatestadas de carruajes pertenecientes a curiososllegados de Chambéry y hasta de Ginebra.Todo este estrépito de la alegría pública

Page 488: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

acentuaba la negra melancolía de Mina. Nopudo permanecer más tiempo en el salón,donde llevaba varias horas esperando en vanoa aquel hombre tan seductor. Fue a refugiarsejunto a su señora de compañía. También allí sesintió desgraciada: la señora de compañía lepidió fríamente permiso para dejarla, alegandoque, aunque muy pobre, no podía decidirse aseguir representando el papel poco honorableque le habían impuesto. Mina, lejos de tener uncarácter inclinado a las decisiones prudentes,en las situaciones extremas no necesitaba másque una palabra para ver en un nuevo aspectotoda una situación de la vida. «En realidad sedijo, impresionada por la observación de suseñora de compañía, mi disfraz ya no lo es paranadie; estoy deshonrada. Puesto que ya lo heperdido todo con Alfredo añadió en seguida, esuna locura privarme de la felicidad de verle.Por lo menos, en el baile podré mirarle a. misanchas y estudiar su alma.». Pidió antifaces,dominios; había traído de París unos

Page 489: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

diamantes; se los puso, bien para disfrazarsemejor a los ojos de Alfredo, bien pordistinguirse de la multitud de máscaras yconseguir quizá que él le hablara. Se presentóen «La Redoute» del brazo de su señora decompañía e intrigando a todo el mundo por susilencio. Por fin vio a Alfredo, que le pareciómuy triste. Le estaba siguiendo con los ojos yera feliz cuando una voz dijo muy bajo: «Elamor reconoce el disfraz de la señorita deVanghel. Mina se estremeció. Se volvió a mirar:era el conde de Ruppett.

No pudo tener encuentro más fatal.He reconocido sus diamantes, montados en

Berlín le dijo. Vengo de Toeplitz, de Spa, deBaden. He recorrido todos los balnearios deEuropa para encontrarla.

Si dice una palabra más le interrumpióMina, no vuelvo a verle en la vida. Mañana, alas siete de la tarde, esté usted frente a la casanúmero 17 de la calle de Chambéry.

Page 490: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

«¿Cómo impedir que monsieur de Ruppertdiga mi secreto a los Larcay, a los que conoceíntimamente?» Este problema tuvo toda lanoche a Mina en la más penosa preocupación.Desesperada, varias veces estuvo a punto depedir caballos y marcharse inmediatamente.«Pero Alfredo creerá toda su vida que estaAniken, a la que tanto amó, es una personapoco estimable que huyó, disfrazada, de lasconsecuencias de alguna mala acción. Más aún,si escapo sin advertir a monsieur de Ruppert, apesar de su respeto por mi fortuna, es capaz dedivulgar mi secreto. Pero, si me quedo, ¿cómoevitar las sospechas de monsieur de Ruppert?¿Con qué fábula?»En el baile de máscarasdonde Mina tuvo un encuentro tan enojoso,todos los hombres del gran mundo que, sinninguna inteligencia, van a los balnearios apasear su aburrimiento, rodearon a madame deLarcay como de costumbre. Aquella noche, nosabiendo muy bien qué decirle, porque loslugares comunes propios de un salón no

Page 491: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

resultaban oportunos en un baile de máscaras,le hablaron de la belleza de su doncellaalemana. Hasta hubo entre ellos un necio másatrevido que se permitió algunas alusionespoco delicadas a los celos que se atribuían amadame de Larcay. Una máscara muy groserale aconsejó que se vengara de su maridoechándose un amante, estas palabrasexplotaron en la cabeza de una mujer muyprudente y acostumbrada a la aureola deadulaciones que una elevada posición y unagran fortuna dan a la vida.

Al día siguiente del baile se organizó unpaseo por el lago.

Mina quedó libre y pudo ir a casa de laseñora Cramer, donde recibió a monsieur deRuppert, el cual todavía no había vuelto de suasombro.

He sufrido grandes infortunios que hancambiado mi posición, le dijo Mina y me haninducido a hacer justicia a su amor. ¿Quierecasarse con una viuda?

Page 492: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

¡Conque estaba casada en secreto!, exclamóel conde, palideciendo.

¿Cómo no lo adivinó, repuso Mina, al verque le rechazaba, a usted y a los mejorespartidos de Francia?

¡Carácter extraño, pero admirable! exclamóel conde, procurando hacer olvidar su reacciónde asombro.

Me casé con un hombre indigno de mí,prosiguió la señorita de Vanghel; pero soyprotestante y mi religión, esta religión quetanto me gustaría verle abrazar, me permite eldivorcio. Pero no crea que en este momentopuedo sentir amor por nadie, ni aun cuando setratara del hombre que más estimación yconfianza me inspirase. Sólo amistad puedoofrecerle. Me gusta la vida en Francia; ¿cómoolvidarla cuando se la ha conocido? Necesitoun protector; usted tiene un gran nombre,mucho talento, todas las ventajas que da unadistinguida posición en la alta sociedad. Conuna gran fortuna, su hotel puede llegar a ser la

Page 493: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

primera casa de París. ¿Quiere obedecermecomo un niño? A cambio de esto, solamente acambio de esto, le ofrezco mi mano para dentrode un año.

Durante esta larga introducción, el condede Ruppert calculaba los efectos de una novelapoco agradable de sostener, pero siempre conuna gran fortuna y, en el fondo, con una mujerrealmente buena. Le juró obediencia y lo hizocon mucho garbo. Intentó por todos los mediosllegar más adelante en los secretos de Mina.

No insista, es inútil le contestaba Mina,riendo, ¿Tendrá el valor de un león y ladocilidad de un niño?

Soy su esclavo contestó el conde.Vivo escondida en las cercanías de Aix,

pero sé todo lo que pasa en la ciudad. Dentrode ocho o nueve días mire al lago cuando denlas doce en el reloj de la parroquia. Verá unaolla flotando en las ondas. Al día siguienteestaré aquí, a las nueve de la noche, y lepermito que venga. Si pronuncia mi nombre, si

Page 494: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

dice una palabra a quienquiera que sea, no mevolverá a ver en su vida.

Después del paseo por el lago, durante elcual se habló más de una vez de la belleza deAniken, madame de Larcay volvió a su casa enun estado de irritación muy impropio de sucarácter, todo dignidad y mesura. Dirigió aMina unas palabras muy duras que letraspasaron el corazón, pues fueron dichas enpresencia de Alfredo, y Alfredo no la defendió.Por primera vez contestó Mina de una maneraviva e irrespetuosa. Madame de Larcay creyóver en este tono la seguridad de una criada que,por el amor que inspira, se sale de su papel, ysu ira se desbordó. Acusó a Mina de dar citas aciertas personas en casa de la señora Cramer, lacual, a pesar del cuento de que habían reñido,estaba perfectamente de acuerdo con ella. «¿Mehabrá traicionado ya ese monstruo deRuppert?», se dijo Mina. Alfredo la mirabafijamente, como queriendo descubrir la verdad.Un modo de mirar tan poco delicado dio a

Page 495: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Mina el valor de la desesperación: negófríamente la calumnia que le imputaban y noañadió una palabra más. Madame de Larcay ladespidió. Como eran las dos de la madrugada,Mina se llevó de acompañante al fiel Dubois acasa de la señora Cramer. Allí, encerrada en sucuarto, derramaba lágrimas de rabia pensandoen los pocos medios de venganza que lepermitía la absurda situación en que ella mismase había puesto. « ¿No vale, se dijo,abandonarlo todo y volverme a París? Lo queme he propuesto está por encima de misfacultades. Peto Alfredo no se acordará de mímás que con desprecio», añadía, bañada enlágrimas. Se daba cuenta de que, con estahorrible idea, que ya no la abandonaría, seríamás desgraciada aún en París que en Aix aMadame de Larcay me calumnia. ¡Sabe Dios loque dicen de mí en "La Redoute”! Estaspalabras de codo el mundo me perderán en elalma de Alfredo. ¿Cómo se las iba a arreglar unfrancés para no pensar como lodo el mundo?

Page 496: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

¿Ha podido oír pronunciar esas palabrasdelante de mí sin desmentirlas, sin dirigirmeuna palabra para consolarme? Pero ¿le amotodavía? Las horribles angustias que metorturan, ¿no son los últimos combates de estedesgraciado amor? No vengarse es unaindignidad.» Esto fue lo último que pensó.

En cuanto amaneció mandó a buscar amonsieur de Ruppert.

Le esperaba paseando muy excitada por eljardín. Poco a poco, un hermoso sol de veranofue iluminando las alegres colinas de losalrededores del lago. Esta alegría de lanaturaleza aumentó la rabia de Mina. Por finllegó monsieur de Ruppert.

«La suerte casi echada se dijo Mina, al verleacercarse, tendré que empezar por dejar quehable él durante una hora.» Recibió a monsieurde Ruppert en el salón, y con ojos tristescontaban los minuto, en el reloj. El conde estabaencantado; era la primera vez que aquella

Page 497: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

extranjerilla le escuchaba con la atencióndebida a sus prendas.

¿Cree alguien en mis sentimientos?,preguntó a Mina cuando la aguja se rebasabaya al minuto final de la hora de paciencia.

Véngueme y lo creo todo.¿Qué hay que hacer?Conquistar a madame de Larcay y

conseguir que su marido se entere sin lugar adudas de que le engaña. Entonces él le devolverel sufrimiento que emponzoña mi vida porcausa de las calumnias de esa mujer.

Su proyecto es atroz repuso el conde.Digamos bien que es difícil de ejecutar

replicó Mina, con una sonrisa irónica.Como difícil, no replicó picado el conde

Bueno, seré la perdición de esa mujer añadió enun tono ligero.

Es lástima, era una buena mujer.Fíjese bien en que yo no le obligo en modo

alguno a conquistar los favores de madame deLarcay le advirtió Mina Lo único que deseo es

Page 498: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

que su marido no pueda dudar de que los haconseguido.

El conde se marchó. Mina se sentía ahoramenos desgraciada.

Vengarse es actuar, actuar es esperar. «SiAlfredo muere se dijo, moriré yo.» Y salió. Lasatisfacción que la llenaba en este momento ladivorció para siempre de la virtud. La pruebade aquella noche había sido demasiado fuertepara su carácter; no estaba preparada para oírcómo la calumniaban delante de Alfredo y vercómo éste daba crédito a la calumnia. En losucesivo, podría pronunciar aún la palabra«virtud», pero sin fundamento: la venganza y elamor se habían apoderado por completo de sucorazón.

Trazó mentalmente todo el proyecto de suvenganza. ¿Era realizable? Esta fue la únicaduda que la asaltó. No tenía otro medio deacción que el interés de un hombre necio ymucho dinero.

Se presentó monsieur de Larcay.

Page 499: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

¿Que viene a hacer aquí?, le preguntóMina, muy altiva.

Sufro mucho. Vengo a llorar con la mejoramiga que tengo en el mundo.

¡De modo que sus primeras palabras no sonpara decir que no cree la calumnia dirigidacontra mí!; ¡Márchese!

Decirle, como le digo, que no hay felicidadpara mí lejos de usted replicó orgullosamenteAlfredo, es responder a falsas acusaciones. Nose enfade, Aniken prosiguió, con lágrimas enlos ojos. Busque un medio razonable para queestemos juntos y estoy dispuesto a todo.Disponga de mí, sáqueme del abismo en que elazar me ha hundido. Por mi parte, no veoningún medio.

Su loe encía aquí justifica todas lascalumnias de madame de Larcay; déjeme enpaz y que no vuelva a verle más.

Alfredo se marchó con más ira que dolor.No encuentra nada que decirnos», pensó Mina.

Page 500: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Estaba desesperada: casi tenía que despreciar alhombre que adoraba.

¡De modo que no encontraba ningún mediopara unirse a ella! ¡Y era un hombre, un militar!En cambio ella, una muchacha, habíaencontrado, desde el momento en que seenamoró de él, una manera, y una maneraterrible: aquel disfraz que, si se descubriera, ladeshonraría para siempre... Pero Alfredo habíadicho: «Disponga de mí, busque un mediorazonable.» Seguramente, a Mina le quedabatodavía en el alma un poco de remordimiento,pues estas palabra, la consolaron: querían decirque tenía poder para obrar. «Pero replicaba elabogado del infortunio Alfredo no ha dicho:"No creo la calumnia." La verdad es pensabaMina que, por más que mi insensatez exagere ladiferencia de maneras entre Alemania yFrancia, yo no tengo la menor traza de criada. Y¿cómo se explica que una muchacha de miedad venga disfrazada a un balneario? Talcomo es, no puedo ser feliz con él. "Busque un

Page 501: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

medio para estar juncos; estoy dispuesto acodo", me dijo. El es débil y yo tomo a mi cargonuestra felicidad Pues bien, asumo el cargo, sedijo, levantándose y paseando por el salón muyexcitada. Veamos en primer lugar si resiste a laausencia o si es un hombre enteramentedespreciable, un verdadero hijo de la ironía. Sies así, Mina de Vanghel conseguiráolvidarle.»Al cabo de una hora salió paraChambéry, que sólo dista unas` leguas de Aix.

Alfredo, sin creer mucho en la religión,consideraba que no tenerla era de mal tono. Alllegar a Chambéry, la señora Cramer tomó deprofesor a un joven ginebrino, que estudiabapara ministro protestante, para quediariamente explicara la Biblia a ella y aAniken, a la que ahora, por afecto y porcompensarla de su pasada cólera, llamabasobrina. La señora Cramer se alojaba en lamejor hostería, y era muy fácil explicar suconducta. Creyéndose enferma, había mandadoa buscar, pagándolos muy bien, a los primeros

Page 502: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

médicos de Chambéry. Mina les consultaba aveces sobre una enfermedad de la piel que devez en cuando le quitaba sus hermosos coloresy le ponía una tez de cuarterona.

La señora de compañía comenzó a sentirsemucho menos escandalizada del nombre deCramer que le habían hecho adoptar y de todala conducta de la señorita de Vanghel. La creíasimplemente loca. Mina alquiló «LesCharmettes una cana de campo situada en unvalle solitario a un cuarto de hora deChambéry, donde Rousseau cuenco que pasólos momentos más felices de su vida. Losescritos de este autor eran su único consuelo.Un día gozó un delicioso momento defelicidad. En el recodo de un sendero, en elbosquecillo de castaños que había frente a lamodesta casa de «Les Charmettes, se encontrócon Alfredo. Hacía quince días que no le veía.Con una timidez que encantó a Mina, Alfredole propuso que dejase el servicio de la señoraCramer y aceptase de él una pequeña renta.

Page 503: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Tendría una doncella en vez de serlo usted,y yo no la vería nunca sino en presencia de esadoncella `.

Aniken rechazó el ofrecimiento pormotivos de religión. Le dijo que ahora la señoraCramer era muy buena con ella y parecíaarrepentida de su comportamiento al llegar aAix.

Recuerdo muy bien acabó por decirle lascalumnias que me levantó madame de Larcay;esas calumnias me imponen el deber de rogarleque no vuelva a «Les Charmettes».

A los locos días, Mina fue a Aix; quedómuy contenta de monsieur de Ruppert.Madame de Larcay y sus nuevas amigasaprovechaban la buena estación para hacerexcursiones por las cercanías.

En una que hicieron a Haute-Combe (unaabadía situada al otro lado del lago de Bourget,frente a Aix, y que es el Saint’Denis de losduques de Saboya), monsieur de Ruppett, elcual, siguiendo las instrucciones de Mina, no

Page 504: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

había procurado entrar en el grupo de madamede Larcay, e hizo notar rondando por losbosques que circundan Haute-Combe. Losamigos de madame de Larcay hablaron muchode esta .tirad de timidez en un hombreconocido por su audacia. Les pareció evidenteque le había entrado una gran pasión pormadame de Larcay. Dubois dijo a Mina que suseñor estaba terriblemente melancólico.

Echa de menos una grata compañía, yademás añadió Dubois tiene otro motivo depreocupación. ¡Quién lo hubiera dicho de unhombre tan sensato! ¡Tiene celos del señorconde de Ruppert!

A monsieur de Ruppert le divertían estoscelos.

¿Me permite, propuso a la señorita deVanghel, hacer que ese pobre Larcay intercepteuna carta apasionada que yo escribiré a sumujer? Serán divertidísimas las negativas deésta, si es que él se determina a hablarle delasunto.

Page 505: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Haga lo que quiera, aceptó Mina; perosobre todo añadió en un tono muy enérgicotenga buen cuidado de que no haya duelo conmonsieur de Larcay; si éste llega a morir, no mecasaré nunca con usted.

Se arrepintió inmediatamente del tonosevero con que había dicho Batas palabras yprocuró hacérselas perdonar. Se dio cuenta deque monsieur Ruppert no había notado ladureza de lo que le había dicho sin querer, yesto aumentó el desdén que sentía por élmonsieur de Ruppert le contó que acasomadame de Larcay no fuera completamenteinsensible a sus atenciones; mas, por divertirseél, al mismo tiempo que le hacía la corte entoda regla, se cuidaba mucho, cada vez queencontraba ocasión de hablar con ella a solas,de no dirigirle sino palabras completamenteindiferentes y anodina.

A Mina le pareció muy bien estecomportamiento. Era propio de su carácter uncarácter que, con algunas apariencias de razón,

Page 506: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

era lo más opuesto a la razón no despreciar amedias. Consultó audazmente a monsieur deRuppert sobre una importante cantidad dedinero que quería invertir en títulos del Tesorode Francia, y le dio a leer las cartas de suadministrador en Konigsberg y de su banqueroen París. Observó que la lectura de estas cartasalejaba unas palabras que ella no quería oírpronunciar: su interés por monsieur de Larcay.

¡Qué diferencia!, se decía, mientrasmonsieur de Ruppert le daba minuciososconsejos sobre la colocación de dinero. Haygentes que piensan que el conde es másinteligente y más interesante que Alfredo. ¡Ohnación de gentes groseras; Oh nación dehombres de vaudeville! ¡Cuánto más megustaría la grave bondad de mis buenosalemanes, si no fuera por la triste necesidad defrecuentar una curte y de casarme con elayudante de campo favorito del rey! »Duboisvino a decirle que Alfredo había sorprendidouna carta especial del ronda de Ruppert

Page 507: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

dirigida a madame de Larcay y que Alfredo sela había mostrado a su mujer, la cual le aseguróque aquella carta no era más que una broma demal gusto. Al oír esto, Mina no pudo dominarsu inquietud. Monsieur de Ruppert podíarepresentar todos los papeles, menos el de unhombre demasiado paciente Le propuso quefuera a pasar ocho días a Chambéry. El no semostró muy presuroso a aceptar.

Estoy haciendo cosas bastante ridículas;escribo uno carta que puede dar lugar a que sehable mal de mí; lo menos que puedo hacer esque no parezca que me escondo.

Y precisamente tiene que esconderse,replicó altanera Mina; ¿Quiere vengarme, sí ono? Yo no quiero que madame de Larcay medeba la suerte de quedarse viuda.

¡Apuesto que preferiría que el viudo fueseel marido!

¿Y a usted qué le importa?, replicó Mina.Tuvo una escena muy viva con monsieur

de Ruppert, el cual se marche furioso; pero

Page 508: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

debió de reflexionar sobre la escasaprobabilidad de que inventaran la calumniaque él temía. Su vanidad le recordó que subravura era notoria. Podía reparar de un solopaso todas las locuras de su juventud yconquistar en un momento una posiciónsoberbia en la sociedad de París; esto valía másque un duelo.

La primera persona que Mina vio en «LesCharmettes» al día siguiente de volver de Aix,fue monsieur de Ruppert. Su presencia la pusomuy contenta, pero aquella misma noche sepresentó en Les Charmettes monsieur deLarcay.

No buscaré excusa ni pretexto le dijo consencillez. No puedo pasar .quince días sinverla, y esos quince días se cumplieron ayer.

También Mina los había contado; nunca lahabía seducido tanto Alfredo, pero temblabaante la idea de que tuviera un duelo conmonsieur de Ruppert. Hizo todo lo posible porque le contara algo sobre la carta interceptada.

Page 509: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Le encontró preocupado, pero Alfredo no ledijo nada, o sólo esto. Tengo un gran disgusto;no se trata de ambición ni de dinero, y el efectomás claro de mi triste posición es aumentar elapasionado cariño que siento por usted. Lo queme desespera es que el deber no puede nada enmi corazón. Decididamente, me es imposiblevivir sin usted.

Pues yo no viviré jamás sin usted repusoella, cogiéndole la mano, cubriéndosela debesos e impidiéndole que la abra Cuide de suvida, porque yo no le sobreviviría ni una hora.

¡Ah, lo sabe todo!, replicó Alfredo, y tuvoque violentarse para no proseguir.

Al día siguiente de volver monsieur deLarcay a Aix, un segundo anónimo le informóde que, durante su última excursión por lasmontañas (era el tiempo que había invertido enira Chambéry), su mujer había recibido en sucasa a monsieur de Ruppert.

El anónimo terminaba así. Hoy, amedianoche, será recibido monsieur de R. Me

Page 510: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

doy perfecta cuenta de que no puedo inspirarleninguna confianza; así pues, no obre a la ligera.No haga nada violento, si es que ha de hacerlohasta que haya visto con sus propios ojos. Si meengaño y le engaño, la cosa no le costará másque una noche pasada en cualquier esconditecerca de la habitación de madame de Larcay.

A Alfredo le perturbó mucho esta carta. Alpoco rato recibió una esquela de Aniken:«Acabamos de llegar a Aix; la señora Cramer seha retirado ya a su cuarto. Estoy libre,venga.»Monsieur de Larcay pensó que, antesde apostarse al acecho en el jardín de su casa,tenía tiempo de pasar diez minutos con Aniken.Llegó a casa de ésta muy inquieto. Esta noche,ya comenzada, iba a ser tan decisiva para Minacomo para él; pero Mina f estaba tranquila.Para todas las objeciones que le hacía su razón,tenía la misma respuesta: la muerte.

Se calla dijo Mina, pero es evidente quealgo extraordinario le ocurre. No debía darme

Page 511: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

la pena de verle. Pero, ya que se ha dignadovenir, no quiero dejarle en toda la noche.

Contra lo que Mina esperaba, Alfredoconsintió sin dificultad. En las circunstanciasdecisivas, un alma fuerte expende en tornosuyo una especie de grandeza que es lafelicidad.

Voy a hacer el estúpido oficio de maridodijo por fin Alfredo Voy a esconderme en mijardín; creo que es la manera menos penosa desalir de la preocupación que acaba de darme unanónimo.

Y se lo enseñó.Qué derecho tiene le dijo Mina a deshonrar

a madame de Larcay: ¿No están en evidentedivorcio? La abandona usted y renuncia alderecho de ocupar su alma; la entregabárbaramente al aburrimiento natural de unamujer de treinta años, rica y sin la más levedesgracia: ¿no está ella en su derecho si busca aalguien que la entretenga? ¡Y usted me dice queme ama, usted, más culpable que ella, pues

Page 512: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

antes que ella ha ultrajado usted el lazo común,y está loco: quiere condenarla a unaburrimiento eterno!

Esta manera de pensar era demasiadoelevada para Alfredo; pero Mina lo decía en taltono de voz, que le daba fuerza. Alfredoadmiraba el poder que tenía sobre él y estabaencantado.

Mientras se digne tenerme con usted acabópor decirle, yo no conoceré ese aburrimiento deque habla.

A medianoche, hacía ya tiempo que todoestaba tranquilo a orillas del lago; se hubieranoído los pasos de un dato. Mina había seguidoa Alfredo detrás de uno de esos setos dearbustos que todavía se ven en les jardines deSaboya. De pronto, un hombre saltó de unapared al jardín. Alfredo quiso correr tras él.Mina le sujetó fuertemente.

¿Cómo iba a salir de dudas, si le matara?, ledijo en voz muy baja. Si no fuera más que un

Page 513: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ladrón o el amante de otra mujer y no de lasuya, ¡qué remordimiento por haberle matado!

Alfredo había reconocido al conde; estabaloco de ira. A Mina le costó mucho trabajoretenerle. El conde cogió una escalera de manoque estaba adosada a lo largo de una pared y laapoyó rápidamente contra una galería demadera de ocho o diez pies de altura queocupaba toda la fachada del primer piso. Unade las ventanas del cuarto de madame deLarcay daba a esta galería. Monsieur deRuppert entró por una ventana del salón.Alfredo corrió a una puertecita de la planta bajaque daba al jardín; Mina le siguió, retardandoun poco el momento en que él pudo coger unencendedor y encender una vela; Minaconsiguió quitarle las pistolas.

Quiere despertar con un disparo, le dijo alos bañistas que ocupan los otros pisos de estacasa; ¡Bonita anécdota para mañana! Aunadmitiendo una venganza que me pareceridícula, ¿no es preferible que un público

Page 514: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

malévolo y desocupado no se entere de laofensa hasta el momento le la venganza?

Alfredo avanzó hasta la puerta de lahabitación de su mujer. Mina le seguía.

¡Estará bonito, le dijo, que tuviera el valorde maltratar a su esposa en presencia mía!

Alfredo llegó a la puerta y la abrióbruscamente. Vio a monsieur de Ruppertescapar en camisa de detrás de la cama demadame de Larcay, que estaba al fondo de lahabitación. Monsieur de Ruppert llevaba seispasos de ventaja; tuvo tiempo de abrir laventana, se lanzó a la galería de madera y deaquí al jardín. Monsieur de Larcay se apresuróa seguirle. pero, en el momento en que llegué almuro que separaba el jardín del lago, la barcaen que huía monsieur de Ruppert estaba acinco o seis toesas68 de la orilla. ¡¡Hasta mañana,monsieur de Ruppert!, le gritó el de Larcay.

68 Antigua medida de longitud francesa equivalente a 2m(aprox.)

Page 515: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

No hubo respuesta. Alfredo volvió a subirrápidamente a la habitación ele su mujer. Mina,que se paseaba muy nerviosa por el salón quePrecedía al dormitorio, le detuvo al pasar.

¿Qué pretende hacer? le dijo Asesinar amadame de Larcay? ¿Con qué derecho? Yo nose lo permitiría. Si no me da su puñal, gritopara decirle que escape. Verdad es que mipresencia, me compromete terriblemente antesus criados. Mina vio que estas palabrasproducían efecto.

¡Me ama y quiere deshonrarme!, añadióvivamente.

Monsieur de Larcay le tiró el puñal y entrófuribundo en la habitación de su mujer. Laescena fue muy viva. Madame de Larcay,inocente por completo, había creído que setrataba de un ladrón; no había visto ni oído amonsieur de Ruppert.

Estaba loco acabó por decir a su marido, y¡ojalá fueses sólo eso, un loco! Lo que quieres esuna separación. Pues tendrás la separación.

Page 516: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Pero ten al menos la prudencia de no decirnada. Mañana vuelvo a París; diré que estásviajando por Italia y yo no he queridoacompañarte. ¿A qué hora piensa batirsemañana por la mañana? le preguntó Minacuando le vio.

¿Qué dice? preguntó a su vez monsieur deLarcay.

Que es inútil fingir conmigo. Deseo que,antes de ir a buscar a monsieur de Ruppert, medé la mano para subir a una batea; quiero darun paseo por el lago. Si es lo bastante estúpidopata dejarse matar, el agua del lago pondrá fina mis tormentos.

Pues bien, Aniken querida, hágame felizesta noche. Tal vez mañana este corazón que,desde que la conozco, no ha latido más quepara usted, y esta preciosa mano que aprietocontra mi pecho pertenecerán a unos cadáveresalumbrados por un cirio y velados en el rincónde una iglesia por dos sacerdotes saboyanos.

Page 517: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Este hermoso día es el momento supremo denuestra vida: ¡que sea el más feliz!

A Mina le fue muy difícil resistir a losarrebatos de Alfredo.

Seré suya le dijo, pero si vive. En estemomento, el sacrificio sería demasiado grande;prefiero verle como es.

Fue para Mina el día más feliz de su vida.Probablemente, la perspectiva de la muerte y lagenerosidad del sacrificio que hacía borrabanlos últimos rastros del aburrimiento.

Al día siguiente, mucho antes de salir elsol, llegó Alfredo, le dio la mano y la ayudó asubir en una bonita barca de paseo.

¿Podría soñar una felicidad más grandeque la nuestra?, decía Mina a Alfredo aldirigirse al lago.

Desde este momento me perteneces, eresmi esposa, y te prometo vivir y volver a la orillaa llamar a la barca, allí, cerca de aquella cruz.

En el momento en que Mina iba a decirlequien era, dieron las seis. No quiso alejarse de

Page 518: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

la orilla y los barqueros c pusieron a pescar, conlo cual tuvo la satisfacción de verse libre de susmiradas. Al dar las diez, divisó a Alfredocorriendo hacia la orilla. Estaba muy pálido.Mina mandó atracar para bajarse de la barca.

Está herido, y quizá de gravedad le dijoAlfredo.

Toma ese barco, querido, le pidió Mina.Este incidente te pone a merced de lasautoridades del país. Tienes que desaparecerpor dos días. Vete a Lyon; te tendré al corrientede lo que ocurra.

Alfredo vacilaba.Piensa en los comentarios de los bañistas.Estas palabras decidieron a monsieur de

Larcay. Tomó el barco.Al día siguiente monsieur de Ruppert

estaba fuera de peligro, pero acaso tendría queguardar cama un mes o dos. Mina fue a verleaquella noche y estuvo con él muy expresiva yafectuosa.

Page 519: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

¿No es mi prometido?, le mintió conperfecta naturalidad; y le determinó a aceptaruna carta de crédito muy importante sobre subanquero de Francfort. Tengo que marcharme aLausanne. Quiero que antes de nuestra bodarecupere usted el magnífico castillo de sufamilia que sus locuras le obligaron a vender.Para eso hay que enajenar una finca que yotengo cerca de Custrin. En cuanto pueda andar,vaya a vender esa finca; le enviaré desdeLausanne el poder necesario. Si es preciso,aténgase a una rebaja en el precio o descuentelas letras de cambio que le den. En fin, esnecesario a todo trance que disponga de dineroconstante. Si me caso con usted, conviene queen el contrato de matrimonio aparezca tan ricocomo yo.

El conde no concibió la menor sospecha deque Mina le trataba como a un agentesubalterno al que se paga con dinero.

En Lausanne tenía la alegría de recibir entodos los correos cartas de Alfredo. Monsieur

Page 520: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de Larcay comenzaba a comprender lo muchoque su dueto simplificaba su situación conMina y con su mujer. «Ella no es culpable, ledecía Mina; tú la abandonaste. Quizá se haequivocado eligiendo a monsieur de Ruppert;pero madame de Larcay no debe salirperjudicada en cuanto al dinero.» Alfredo leasignó una pensión de cincuenta mil francos,más de la mitad de su fortuna. ¿« Qué voy anecesitar yo?, escribía Alfredo a Mina Nopienso volver a París hasta dentro de dos años,cuando se haya olvidado esta ridículaaventura.» «Eso no le contestó Mina; llamaríasla atención cuan do volvieras. Mejor es quevayas a mostrarte a la opinión pública mientrasésta se ocupa de ti. Piensa que tu mujer no tieneninguna culpa.»Pasado un mes, monsieur deLarcay se reunió con Mina en el preciosopueblo de Belgirate, a orillas del lago Mayor, aunas millas de las islas Borromeas. Minaviajaba con un nombre falso. Si quieres, dile ala señora Cramer que eres mi prometido como

Page 521: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

decimos en Alemania. Te recibiré siempre conalegría, pero nunca sin que esté delante laseñora Cramer.

A monsieur de Larcay le parecía que a sufelicidad le faltaba algo, pero no se podríaencontrar en la vida de un hombre uno épocatan dichosa como el mes de septiembre que élpasó con Mina a orillas del lago Mayor. Mina levio tan prudente, que poco a poco fueperdiendo la costumbre de llevar a la señoraCramer en sus paseos.

Un día, remando por el lago, le dijo Alfredoriendo. Pero ¿quién crea, criatura encantadora?No cree en modo alguno que seas la doncellade la señora Cramer.

Bueno, ¿quién quieres que sea? ¿Una actriza quien le ha tocado el primer premio de lalotería y ha querido pasar unos años dejuventud en un mundo de hadas, o acaso unaamancebada que, muerto su amante, haquerido cambiar de condición?

Page 522: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Aun cuando fuera eso o algo peor aún, simañana supiera la muerte de madame deLarcay, pasado mañana te pediría enmatrimonio.

Mina le abrazó frenética de alegría.Soy Mina de Vanghel, a quien conociste en

casa de madame de Cély. ¿Cómo no me hasreconocido? ¡Ah, es que el amor es ciego!añadió riendo.

Grande fue la alegría de Alfredo al poderestimara Mina, pero la de Mina fue más íntimaaún. Le faltaba a su felicidad no ocultar nada asu amigo. La persona que ama sufre cuandoengaña al ser amado.

Pero la señorita de Vanghel habría hechobien en no decir su nombre a monsieur deLarcay. Al cabo de unos meses, Mina observóen Alfredo un fondo de melancolía. Habían idoa pasar el invierno en Nápoles con unpasaporte en que figuraban como marido ymujer. Mina no le ocultaba ninguno de suspensamientos, y a él le daba miedo el genio de

Page 523: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Mina. Ella pensó que él añoraba París y le pidióde rodillas que fuera a pasar allí un mes.Alfredo le juró que no lo deseaba. Pero seguíamelancólico.

Voy a jugarme la felicidad de mi vida ledijo un día Mina; pero tu melancolía es másfuerte que mis resoluciones.

Alfredo no comprendía lo que Mina queríadecir, pero le dio una alegría loca cuando le dijollévame a Torre del Greco.

Mina creyó adivinar la causa del fondo detristeza que había observado en Alfredo desdeque ella era completamente suya. Pero,enloquecida de felicidad y de amor, olvidótodas sus ideas. «La muerte y mil muertes quellegaran mañana se decía serían poca cosa parapagar lo que estoy viviendo desde que Alfredose batió.» Era deliciosamente feliz haciendotodo lo que él deseaba. En la exaltación de estafelicidad, Mina no tuvo la prudencia de velarlos fuertes pensamientos que constituían laesencia de su carácter. Su manera de buscar la

Page 524: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

felicidad no solamente tenía que parecerextraña a un alma vulgar, sino también herirla.Hasta entonces, Mina se había cuidado de noviolentar en monsieur de Larcay lo que ellallamaba los prejuicios franceses. Tenía queexplicarse loe l: diferencia de países lo que seveía obligada a no admirar en él: aquí se diocuenta Mina de la desventaja que tenía laenérgica educación recibida de su padre, unaeducación que, fácilmente, podía hacerlaodiosa.

Tan exaltada estaba, que cometió laimprudencia de pensaren voz alta con Alfredo.Dichoso el que, llegado a este período del amor,inspira piedad, y no envidia, al ser amado.Mina estaba tan loca, su amante le parecía hastatal punto el prototipo de todo lo noble, de todolo bello, de todo lo seductor y adorable delmundo, que, aunque hubiera querido, nohabría tenido valor para callarse nada de lo quepensaba. Ocultarle la funesta intriga que habíadado lugar a lo ocurrido aquella noche en Aix

Page 525: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

era para ella, desde hacía ya tiempo, unesfuerzo como superior a sus facultades.

Desde el momento en que el arrebato de lossentidos le quitó la fuerza ele no serperfectamente franca con monsieur de Larcay,sus raras maldades se volvieron contra ella. Legastaba bromas sobre el fundo de tristeza quenotaba en él. Su amor llegó al último grado delocura. ¡Qué insensatez preocuparse así! Acabópor decir: Es que yo estoy más enamorada queél. ¡Qué tontería atormentarme por una cosaque ocurre siempre en la mayor felicidad queexiste en el mundo! Por otra parte, yo sufro ladesgracia d: tener un carácter más inquieto queel .suyo; y, en fin, Dio es justo añadió.Suspirando (pues el remordimiento venía confrecuencia a turbar su felicidad desde que éstaera tan grande); tengo sobre mi conciencia unagran falta; la noche de Aix pesa sobre mivida.»Se acostumbró a la idea de que Alfredoestaba destinado por su naturaleza a amarmenos apasionadamente que ella. «Aun cuando

Page 526: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

fuerce menos tierno, aún pensaba, mi suerte esadorarle.

Por fortuna mía, no tiene vicios infame, medoy perfecta cuenta de que no me costaría nadacualquier crimen si él quisiera inducirme aél.»Un día, por grande que fuera la fantasía deMina, la impresionó fuertemente la sombríapreocupación que atormentaba a Alfredo.Desde hacía tiempo había adoptado la idea dedejar aire a madame de Larcay la renta de susbienes, hacerse protestante y casarse con Mina..Aquel día, el príncipe de S. daba una fiesta quetenía en movimiento a codo Nápoles y a la que,naturalmente, no estaban invitados. Mina sefiguró que su amante echaba de menos losgoces y e l esplendor de una gran fortuna. Leanimó con empeño a ir, e inmediatamente aKonigsberg. Alfredo bajaba los ojos y nocomerciaba. Por fin los levantó de repente y sumirada expresaba, no amor, sino unapenosísima sospecha. Mina se quedó aterrada.

Page 527: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Dime una cosa, Mina. La noche en que yosorprendí a monsieur de Ruppert en el cuartode mi mujer, conocías tú los proyectos delconde e En una palabra, ¿estabas de acuerdocon él? Contestó Mina con firmeza: Madame deLarcay no ha pensado jamás en el conde; yocreí que me pertenecías porque te amaba. Lo,dos anónimos los escribí yo.

Eso es un., infamia respondió fríamenteAlfredo. Se acabó la ilusión. Voy a reunirmecon mi mujer. Te compadezco y ya no te amo.

En el tono de su, voz trascendía el amorpropio ofendido. Se marchó.

«A esto se exponen las almas grandes. Petoles queda un recurso», pensé Mina,asomándose a la ventana y siguiendo con losojos a su amante hasta el final de la calle.Cuando le perdió de vista, entró en el cuarto deAlfredo y se mató de un tiro en el corazón.

¿Fue su vida un falso cálculo? Su felicidadhabía durado ocho meses. Era un alma

Page 528: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

demasiado ardiente para conformarse con larealidad de la vida.

Page 529: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ERNESTINA O EL NACIMIENTO DELAMOR

Ernestine ou la naissance de l’amour,de De l’amour

ADVERTENCIA

Una mujer muy inteligente y de ciertaexperiencia afirma hundida que el amor nonace tan súbitamente como dicen. "Me parece—decía— que veo siete épocas completamentedistintas en el nacimiento del amor”. Y paraprobar su aserto contó la anécdota siguiente.Estábamos en el campo, llovía a cántaros y eramuy grato escucharlo.

* * *

Cuando una muchacha con el armaperfectamente indiferente habitan el campo, enun castillo aislado, el más pequeñoacontecimiento excita profundamente suatención. Por ejemplo, un joven cazador que lede improviso en el bosque, cerca del Castillo.

Page 530: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Por un suceso tan sencillo como estecomenzaron las desventuras de Ernestina en deS... El castillo donde vivía sola, con su ancianotío, el conde de S..., castillo construido en laedad media, a orillas del Drac sobre una de lasinmensas rocas que encajona el curso de estetorrente, dominaba uno de los más hermosospaisajes del Delfinado. Ernestina encontró queel joven cazador que el azar ponía ante su vistaera de noble porte. Su imagen surgió variasveces en su mente, pues ¿En qué pensar enaquella vieja mansión? Vivía la doncella en elseno de una cierta magnificencia; pero desdehacía veinte años el dueño los criados eran yaviejos, y todo se hacía siempre a la misma hora;nunca se inició una conversación sin censurartodo lo que se hace y lamentarse de las cosasmás sencillas. Una tarde de primavera, yapróxima la noche, Ernestina no estaba en suventana. Contemplaba el pequeño lago y elbosque más lejano. La extremada belleza delpaisaje y contribuía quizá asumirla en una

Page 531: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

melancólica abstracción. De pronto volvió a veral joven cazador que descubriera unos díasantes; y estaba también en el bosquecillo de lootro lado del lago. Llevaba un ramillete deflores la mano. Detúvose como para mirarla.Ella le vio besar el ramillete y, enseguida,colocarlo con una especie de respetuosa ternuraen un hueco de una gran encina a la orilla dellago.

¡Cuántos pensamientos provocó este acto, ycuán vivamente interesantes comparados conlas monótonas sensaciones que hasta aquelmomento le habían llenado la vida a Ernestina!Una nueva existencia comienza para ella; ¿Seatreverá Aída ver a que el ramo?; "¡Dios mío,qué imprudencia! —se dijo temblando—; ¿Y sien el momento de aproximarse a la encinasaliera joven cazador entre los árbolescercanos? ¡Qué vergüenza! ¿Qué iba a pensarde mí? "Pero aquel árbol era la meta habitual desus paseos solitarios; muchas veces iba asentarse bajo sus ramas gigantescas, que se

Page 532: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

elevan sobre el Prado y forman en torno altronco común los bancos naturales protegidospor subasta sombra.

Aquella noche Ernestina no pudo pegar losojos; al día siguiente, a las cinco de lamadrugada, apenas asomar la aurora, sube alos desmanes del Castillo. Sus ojos buscan laencina grande de allende el lago; en cuanto ladivisa, se queda inmóvil y como sinrespiración. La felicidad, tan exaltada, de laspasiones sucede a la alegría sino objeto y casimaquinal de la primera juventud.

Pasan diez días. ¡Ernestina cuenta los días!Sólo otra vez ha visto al joven cazador; seacercaba algo tan querido, con ramillete quecoloca lo mismo que el primero. El ancianoconde de S... observa que Ernestina se pasa lavida cuidando una pajarera que ha instalado enlas buhardillas del Castillo; es que, sentadajunto a una ventana con la persiana cerrada,dormita toda la extensión del bosque que seprolonga más allá del lago. Estaría segura de

Page 533: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

que su desconocido no puede verla, y asípiensa en el a sus anchas. Se le ocurre una ideaque la atormenta: si él cree que no hace ningúncaso de sus ramos de flores, deducirá quedesprecia su homenaje, el cual, después detodo, no es más que una simple galantería, ypor poca dignidad que tenga, no volverá aaparecer. Transcurren cuatro días más, pero¡Con qué lentitud! Al quinto, al pasar la jovenpor azar junto a la encina grande, no pudoresistir la tentación de echar una ojeada alhueco donde viera depositarlo ramilletes.Estaba con su aya y no tenían nada que temer.Ernestina pensaba no encontrar más que floresmarchitas; con indecible alegría de un ramilletecompuesto de las flores más raras y más bellas,deslumbradoramente frescas, ni un solo pétalode aquellas flores delicadas esta marchito.Apenas vislumbrado todo esto con el rabillo delojo y sin perder de vista a su aya, recorre conligereza de gacela toda esta parte del bosque acien pasos a la redonda. No ve a nadie; bien

Page 534: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

segura de no ser observada, torna a la encina yse atreve a mirar con delicia el precioso ramo.¡Oh, cielos!; hay un papelito casi imperceptiblesujeto al lazo de el ramo. "¿Qué tiene, Ernestinaquerida? ", inquiere el aya, alarmada por ligerogrito que provoca a que el descubrimiento."Nada, mi buena amiga, una perdiz que alzó elvuelo a mis pies". Hace quince días, a Ernestinano se le hubiera ocurrido mentir. Se vaacercando cada vez más al precioso ramo;inclina la cabeza y, con las mejillas rojas comoel fuego, sin atraerse a tocarle, lee en el tránsitode papel: "hace un mes que trigo cada mañanaun ramo de flores; ¿Tendrá este la fortuna deser visto?".

Todo seductor en este lindo billete; la letrainglesa que trazó estas palabras es de lo máselegante. Desde hace cuatro años, cuandodejara París y el convento más a la moda delbarrio Saint’Germain, Ernestina no ha vistonada tan bonito. De pronto se sonrojavivamente, se acerca su aya y la invita a volver

Page 535: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

al castillo. Para llegar más pronto, en lugar desubir por el valle y dar la vuelta al lago comode costumbre, Ernestina tomar sendero delpuente y ello que llevar castillo en línea recta.Está pensativa, se promete no volver a aquelsitio, pues, al fin y al cabo, han tenido la osadíade dirigirle una especie de carta. "Pero no estácerrada", susurra muy bajito. Desde estemomento, una horrible ansiedad la perturba.Pero ¿Es que no puede ella, ni siquiera de lejos,y haber el árbol querido? El sentido del deberse opone. "Si voy a la otra orilla del lago —sedice—, ya no podré fiarme de las promesas queme hago a mí mismo". Cuando, a las ocho de lamañana, oye al portero cerrar la verja delpuentecillo, este ruido que le quita todaesperanza parece liberarla de un peso enormeque le oprimía el pecho; ahora ya no podríafaltar a su deber, aunque tuviera la flaqueza deceder a la tentación.

Al día siguiente nada puede sacar la de unapreocupación hondísima; está abatida, pálida;

Page 536: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

su tío se da cuenta; manda enganchar loscaballos a la antigua berlina; recorren losalrededores, banasta la Avenida del Castillo demadame Dayssin, a tres leguas de distancia. Alregreso, el conde de S... de la orden dedetenerse en el bosquecillo; la berlina avanzasobre el césped; el conde quiere volver a ver lainmensa encina a la que llama siempre lacontemporánea de Carlomagno. "Puede que elgran emperador la viera —dice—, y a laatravesar nuestras montañas para ir aLombardía a derrotar al Rey Didier". Y estepensamiento de una vida tan larga parecerejuvenecer al viejo casi octogenario. Ernestinaestá muy lejos de seguir las lucubraciones de sutío. Le arden las mejillas; va a encontrarse unavez más junto a la vieja encina; se ha prometidono mirar en el pequeño escondite. En unmovimiento instintivo, sin saber lo que hace,mira, ve el ramillete; palidece. El de rosasmanchadas de negro. "Soy muy desgraciado,que de alejarme para siempre. La mujer que

Page 537: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

amo no se digna a reparar en mi homenaje".Tales son las palabras cruzadas en el papelitoatado al ramo. Ernestina las ha leído antes detener tiempo de prohibirse mirarlas. De talmodo desfallece, que tiene que apoyarse en elárbol; y enseguida rompe a llorar. Aquellanoche se dice: "¡Se alejara para siempre, no leveré más!".

Al día siguiente, en pleno mediodía, bajo elsol del mes de agosto, paseando con su tío porla avenida de plátanos que bordea el lago, ve ala otra orilla al joven dirigirse a la encina; cogeel ramo de flores, lo tira lago y desaparece. AErnestina la asalta la idea de que en su gestohabía despecho; al cabo de un instante estásegura de ello; y se asombra de haber podidodudarlo un momento. Es evidente que,viéndose despreciado, va a partir, y nunca másle verá.

Aquel día hay gran inquietud en el castillo,donde sólo ella expande la alegría. Su tíoconcluye que esta decididamente enferma; una

Page 538: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

palidez mortal, cierta contracción en los rasgoshan alterado aquel rostro puro en el que en otrotiempo se pintaban las sensaciones tan plácidasde la primera juventud. Al atardecer, cuandollega la hora del paseo, ya no se opone elErnestina a que su tío la encamine al Prado deallende el lago. Al pasar, y con unos ojosempañados que apenas pueden retener laslágrimas, mira hacia el escondite, a tres piessobre el suelo, bien segura de no encontrarnada en el; bien vio tirar el ramo al agua. Mas,¡Oh sorpresa!, allí hay otro ramo. "Por piedadde mí atroz sufrimiento, dígnese coger la rosablanca". Mientras relee estas palabrasdesconcertantes, sin que ella misma se décuenta, su mano ha separado y a la rosa blancacresta en medio del ramo. "¡Conque es muydesgraciado! ", se dice. En este momento su tíola llama; Ernestina le sigue, pero es feliz. Llevasu rosa blanca en su pañuelito de batista, y labatista están fina que todo el tiempo que duraaún el paseo puede Ernestina percibir el color

Page 539: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de la rosa a través del liviano tejido. Ahueca elpañuelo de modo que no se aje la rosa querida.

Apenas en el castillo, sube corriendo larápida escalera que conduce a su pequeñatorre, en la esquina del Castillo. Por fin seatreve a contemplar a sus anchas la rosaadorada y saciar en ella sus miradas a través delas dulces lágrimas que corren de sus ojos.

¿Qué significa este llanto? Ernestina loignora. Si pudiera adivinar el sentimiento quelo provoca, tendría el valor de sacrificar la rosaque con tanto cuidado acaba de colocar en suvaso de cristal, sobre la mesita de caoba. Mas siel lector tiene la contrariedad de haber pasadode los veinte años, adivinará que estaslágrimas, lejos de ser de dolor, son lascompañeras inseparables de la presenciainopinada de una suprema felicidad; quierendecir: "¡Qué dulce es ser amada!”. En el primermomento, cuando la sorpresa de la primerafelicidad de su vida extraviaba su juicio,Ernestina cometió la falta de coger aquella flor.

Page 540: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Pero todavía no puede ver y reprocharse estainconsecuencia.

En cuanto a nosotros, que tenemos menosilusiones, reconocemos aquí el tercer periododel nacimiento del amor: la aparición de laesperanza. Ernestina no sabe que, mirando estarosa, su corazón se dice: " seguro que me ama".

Pero, ¿Será cierto que Ernestina está apunto de amar? ¿No infringe este sentimientotodas las reglas del sano juicio? ¡Si sólo ha vistotres veces a aquel hombre que, en estemomento, le hace verter lágrimas ardientes! Yeso a una gran distancia, lago por medio, quizáa quinientos pasos. Es más; si lo encontrara consu escopeta y su traje de caza, quizá no loreconociera. Ignora su nombre, lo que es, y noobstante se pasa los días nutriéndose desentimientos apasionados, cuya expresión notengo más remedio que abreviar, pues carezcodel espacio necesario para hacer una novela.Estos sentimientos son sólo variantes de estaidea: " ¡Qué dicha ser amada!". O examina esta

Page 541: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

cuestión mucho más importante: " ¿Puedoesperar que me ame verdaderamente? ¿No mediga por juego que me ama? " Aunque vive enun castillo construido por Lesdiguières,perteneciente a la familia de uno de los másbravos compañeros del famoso condestable,Ernestina no se ha formulado esta otra objeción:" acaso es hijo de un campesino de losalrededores". ¿Por qué? Vivía en una profundasoledad.

Claro es que Ernestina está muy lejos dereconocer la naturaleza de los sentimientos quereinan en su corazón. Si hubiera podido preveradónde la llevaban, habría tenido unaprobabilidad de escapar a su imperio. Unajoven alemana, una inglesa, una italiana,habrían reconocido el amor; como nuestraprudente educación ha resuelto negar a lasjovencitas la existencia del amor, Ernestina nose alarmada sino vagamente de lo que pasó ensu corazón; cuando reflexionabaprofundamente, no veía en aquello sino simple

Page 542: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

amistad. Si había tomado una rosa, una sola,fue porque, obrando de este modo, temía afligira su nuevo amigo y perderle. "Y además —sedecía después de mucho pensar— no se debefaltar a la cortesía”.

Ernestina tenía el corazón transido de losmás apasionados sentimientos. Durante cuatrodías, que a la joven solitaria le parecen cuatrosiglos, un temor indefinible le impide salir delCastillo. Al quinto día, su tío, siemprepreocupado por su salud, la obliga aacompañarle al bosquecillo; llega junto al árbolfatal, lee en el trocito de papel escondido en elramo:

"Si se digna a tomar esta camelia jaspeada,mañana a estaré en la iglesia de su pueblo”.

Ernestina vio en la iglesia a un hombrevestido con suma sencillez y que podría tenerunos treinta y cinco años. Observo que nisiquiera llevaba Cruz. Simulaban leer y,sosteniendo de cierto modo su libro de horas,apenas dejó un instante de mirarla. Esto quiere

Page 543: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

decir que, durante toda la misa, Ernestina nopudo pensar en nada. Al salir del antiguobanco señorial, dejó caer su libro de horas yestuvo a punto de caerse ella misma alrecogerlo. Se sonrojó mucho por su torpeza."Me habrá encontrado tan desmañada —pensó—, que se avergonzaba de mí”. En efecto,a partir del momento en que ocurrió en estepequeño incidente, no volvió a ver al forastero.En vano, después de subir a su carruaje, sedetuvo para distribuir algunas monedas entretodos los chiquillos del pueblo: en ninguno delos grupos de campesinos que charlaban juntosla iglesia vio a aquella persona a la que no seatreviera a mirar durante la misa. Ernestina,que hasta entonces había sido la sinceridadmisma, fingió haber olvidado su pañuelo. Uncriado entró en el iglesia y busco mucho tiempoen el banco del señor aquel pañuelo que nopodía encontrar. Pero el retardo procurado conesta pequeña estratagema fue inútil: no volvió aver al cazador. "Es claro —pensó—,

Page 544: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mademoiselle de C... me dijo una vez que yo noera bonita y que tenía en la mirada algo de yimperioso y desagradable; no me faltaba másque la torpeza; seguramente me desprecia”.

Estos tristes pensamientos la perturbarondurante las dos o tres visitas que su tío hizoantes de volver a castillo.

A penas de regreso, hacia las cuatro, corrióa la avenida de plátanos que bordeaba el lago.La verja de la pasarela estaba cerrada por serdomingo. Por fortuna, divisó a un jardinero; lollamó y le rogó que pusiera la Barca a flote y lacondujera al otro lado del lago. Tomó tierra acien pasos de la encina grande. La marca seguíala orilla y estaba siempre lo bastante cerca deella para tranquilizarla. Las ramas bajas yaproximadamente horizontales de la inmensaencina se extendían casi hasta el lago. Con pasodecidido y con una especie de sangre fría gravey resuelta, se acercó al árbol con el aspecto dequien marchara a la muerte. Estaba bien segurade no encontrar nada en el escondite; en efecto,

Page 545: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

no había más que una flor marchitadesprendida del ramo de la víspera. "Si hubieraestado satisfecho de mí —se dijo—, no habríadejado de darme las gracias con un ramo deflores”.

Se hizo llevar al Castillo, subió corriendo y,ya el asunto torrecilla, bien segura de no sersorprendida, rompió a llorar. "Mademoiselle deC... tenía razón —pensó—; para hallarmebonita, hay que verme a quinientos pasos dedistancia. Como, en esta comarca de liberales,mi tío no trata nadie más que a campesinos ycuras, mis maneras deben de haber adquiridocierta rudeza, acaso cierta grosería. Tendré enla mirada a una expresión imperiosa yrepelente". Acércase al espejo para observarsela mirada, y de que unos ojos de un azul oscuroanegados de lágrimas. "En este momento —dice—, no puedo tener ese aire imperioso quesiempre me impedirá agradar”.

Llamaron a comer. Le costó gran esfuerzosecarse las lágrimas. Por fin se presentó en el

Page 546: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

salón; allí encontró a monsieur Villars, viejobotánicos que todos los años venía a pasar ochodías con el conde de S..., con gran disgusto desu sirvienta, erigida en ama de llaves, quedurante este tiempo perdía su sitio en la mesadel señor conde. Acercaron el cubo a Ernestina;el hielo se había fundido desde hacía muchotiempo. Llamó a un criado y le dijo: " cambieesta agua y ponga hielo, deprisa ". " Este tonoimperioso que va muy bien ", dijo riendo su tío.Al oír la verdad imperioso, las lágrimasinundaron los ojos de Ernestina hasta el puntoque le fue imposible ocultarlas; se vio obligadaa dejar el salón, y, en el momento de cerrar lapuerta, se oyó que la ahogaban los sollozos. Losviejos se quedaron atónitos.

Dos días más tarde pasó junto a la encinagrande; se acercó y miró en el escondite, comopor ver de nuevo los lugares de su felicidadpasada. ¡Cuál no sería su deslumbramiento alencontrar dos ramilletes! Cogiólos con lospapelitos, envolviólos en su pañuelo y se

Page 547: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

dirigió corriendo al Castillo, sin preocuparse deque el desconocido habría podido observar,escondido en el bosque, sus movimientos, ideaque nunca hasta aquel día la habíaabandonado. Sin aliento, se vio obligada adetenerse a mitad del camino. Apenasrecobrada un poco la respiración, echó a correrde nuevo con toda la rapidez que pudo. Por finse halló en su cuartito; sacó del pañuelo losramilletes y, sin leer los papeles, se puso a besarlas flores con embeleso, lo que acabó por hacerla sonrojar cuando se dio cuenta. "¡Ah, nuncamás tendré un aire imperioso —se decía—; mecorregirá!”.

Cuando por fin hubo testimoniado toda suternura a aquellos preciosos ramilletes,compuestos de las flores más raras, leyó a lasesquelitas (un hombre habría comenzado porahí). La primera, que estaba fechada eldomingo a las cinco, decía: " me he negado elplacer de ver la después de misa; no podía estarsolo, y temía que leyeran en mis ojos el amor

Page 548: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

que me abrasa por usted". Leyó tres veces estaspalabras: el amor que me abrasa por usted; luegose levantó para mirar en el espejo si tenía unaire imperioso; continuó: " el amor que meabrasa con usted. Si su corazón es libre, dígneseguardar está esquela, que podríacomprometernos".

El segundo papelito; el del lunes, estabaescrito a lápiz, y hasta bastante mal escrito;pero Ernestina había pasado ya el tiempo enque la bonita letra inglesa de su desconocidoera un encanto sus ojos; ahora tenía cosasdemasiado serias en que ocuparse para prestaratención a estos detalles.

"He venido. He tenido la suerte de quealguien hablará de usted en mi presencia. Mehan dicho que ayer cruzó el lago. Ya veo que nose ha dignado tomar el billete que dejé. Estodecir que mi suerte. Ama a un hombre, y esehombre no soy yo. En una locura, a mi edad,enamorarme de una muchacha de la suya.Adiós para siempre. No añadiré la desgracia de

Page 549: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ser importuno a la de haberle manifestadoquizá demasiado tiempo una pasión acasoridícula a sus ojos". ¡Una pasión! -exclamóErnestina alzando los ojos al cielo. Fue unmomento muy dulce. Esta muchacha, notablepor su belleza y en la flor de la juventud,exclamó entusiasmado: "¡Se digna amarme!;¡Oh Dios mío, qué feliz soy!" Y cayó de rodillasante una preciosa madona de Carlo Dolci traídade Italia por uno de sus abuelos. "¡Ah, sí, serébuena y virtuosa! —exclamó con los ojos llenosde lágrimas—. Dios mío, dignaos indicarmemis defectos, para que pueda corregirme deellos; ahora todo me es posible".

Se levantó para volver a leer veinte veceslas esquelitas. Sobre todo la segunda, lasumergió en deliquios de felicidad. No tardó endescubrir la verdad establecida en su corazóndesde hacía mucho tiempo: que nunca hubierapodido enamorarse de un nombre de menos decuarenta años. El desconocido hablaba de suedad. Ernestina recordó que en la iglesia, como

Page 550: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

era un poco calvo, le había parecido de unostreinta y cuatro ó treinta y cinco años. Eldesconocido hablaba de su edad. Pero no podíaestar segura de esta idea; ¡si apenas se habíaatrevido a mirarle!; ¡y estaba tan turbada!Aquella noche no pegó los ojos. En su vida nohabía tenido ni idea de semejante felicidad. Selevantó para escribir en inglés en su libro dehoras: " no ser nunca imperiosa. Hago este votoel 30 de septiembre de 18... ".

En el transcurso de aquella noche se fueafirmando cada vez más en esta verdad: esimposible amar a un hombre de menos decuarenta años. A fuerza de pensar en lasbuenas cualidades de su desconocido, se leocurrió que además de la ventaja de tenercuarenta años, tenía probablemente la de serpobre. Si estaba vestido de iglesia de unamanera tan sencilla, seguramente era pobre.Nada puede igualar a su alegría ante estedescubrimiento. "No tendrá nunca el estúpidoaire fatuo de nuestros amigos Fulano y

Page 551: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Mengano cuando vienen, por San Humberto, ahacerle a mi tío el honor de matar sus ciervos, yque luego en la mesa nos cuentan sus proezasde juventud, sin que nadie se lo pida.

"¡Será posible, Dios mío, que se ha pobres!¡En este caso, nada falta a mi felicidad!". Selevantó por segunda vez para encender la bujíay buscar una tasación de su fortuna que un díaescribiera en uno de sus libros un primo suyo.Halló que poseía 17.000 libras de renta casarsey, luego, cuarenta o cincuenta mil. Cuandoestaba meditando en esta suma, dieron lascuatro; se estremeció. “Acaso es ya bastante dedía para poder ver a mi querido árbol ". Abriólas persianas; en efecto, vio la encina grande ysu follaje oscuro; pero, lo vio por la luz de laluna como y no por las luces del alba, todavíamuy lejano.

Al vestirse aquella mañana, se dijo: " Laamiga de un hombre de cuarenta años no debeir vestida como una niña”. Y se entretuvo unahora buscando en sus armarios un vestido, un

Page 552: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

sombrero, un cinturón, resultando un conjuntotan original, que cuando se presentó en elcomedor, su tío, su aya y el viejo botánico nopudieron menos de soltar la carcajada.“Acércate de una vez —dijo el viejo conde deS..., antiguo caballero de San Luis, herido enQuiberon—; acércate, Ernestina; estas vestidacomo si hubieras querido disfrazarte hoy demujer de cuarenta años ". Estas palabras lahicieron sonrojarse, y la más viva alegría sepintó en los rasgos de la joven. "¡Dios meperdone! —dijo el bueno del tío al final de lacomida, dirigiéndose al viejo botánico—; estoes una puesta; ¿No es verdad, señor mío, quéErnestina tiene hoy todas las maneras de unamujer de treinta años? Sobre todo al dirigirse alos criados, tiene airecillo paternal que meencanta por lo ridículo; la he puesto en dos otres veces a prueba para estar más seguro”.Esta observación aumento la felicidad deErnestina, si así puede decirse de una felicidadque era ya extremada.

Page 553: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Acabada la comida, le fue no poco difícildesprenderse de sus acompañantes. Su tío y elamigo botánico no se cansaban de burlarse desu airecillo de vieja. Subió a sus pagos y miró ala encina. Por primera vez desde hacía veintehoras y una nube vino a oscurecer su felicidad,pero sin que ella pudiera darse cuenta de aquelsúbito cambio. Lo que disminuyó el arrobo aque estaba entregada desde momento en que,la víspera, sumida en la desesperación,encontrara los ramilletes en el árbol, fue estapregunta que se hizo: " ¿Qué conducta deboseguir con mi amigo para que me estime? Unhombre tan inteligente y que tiene la ventaja detener cuarenta años debe de ser muy severo. Sime permito un paso en falso, dejara deestimarme por completo”.

Entregada Ernestina a este monólogo, en lasituación más propicia para secundar las seriasmeditaciones de una muchacha ante su espejo,observó, con un asombro mezcla de horror, quellevaba en el cinturón un broche de oro del cual

Page 554: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pendían unas cadenitas con el dedal, y lastijeras en su estuchito, encantadora alhaja quetodavía la víspera, no se cansaba de admirar, yque su tío le había regalado el día de su santo,no hacía aún dos semanas. Lo que le hizo mirarcon horror aquella joya y quitársela con tantaprisa, fue que, de pronto recordó que sudoncella le había dicho que valía ochocientoscincuenta francos y había sido comprada encasa del joyero más famoso de París, llamadoLaurençot. “¿Qué pensaría de mí mi amigo, élque tiene el honor de ser pobre, si me viera unaalhaja de un precio tan ridículo? Essoberanamente absurdo ostentar de este modolos gustos de una buena mujer de su casa, puesesto es lo que significan estas tijeras, estéestuche, éste dedal, llevados siempre encima; yla buena mujer de su casa no piensa que cuestacada año el interés de su precio”. Púsose acalcular muy en serio y halló que aquélla alhajacostaba cerca de ciento cincuenta francosanuales.

Page 555: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Esta hermosa reflexión de economíadoméstica, que Ernestina debía a la muyintensa educación que recibiera de unconspirador escondido durante varios años enel castillo de su tío, no hizo más que alejar ladificultad. Cuando hubo encerrado en sucómoda aquella alhaja de un precio ridículo, notuvo más remedio que tornar a la embarazosapregunta: ¿Qué hay que hacer para no perder laestimación de un hombre tan inteligente?

Las meditaciones de Ernestina (que acaso ellector habrá identificado con el quinto periododel nacimiento del amor) nos llevarían muylejos. Aquella muchacha tenía una inteligenciajusta, penetrante, viva como el aire de susmontañas. Su tío, que había sido inteligente enotra época y que lo era todavía en los dos o tresúnicos temas que le interesaban desde hacíatiempo, había observado que Ernestina percibíaespontáneamente todas las consecuencias deuna idea. El buen viejo tenía la costumbre,cuando estaba en sus días alegres —y el ama de

Page 556: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

llaves había observado que esta broma era elsigno infalible de tales días—; tenía, digo, lacostumbre de bromear con su Ernestina apropósito de lo que él llamaba su golpe de vistamilitar. Acaso fue esta cualidad la que, mástarde, cuando se presentó en sociedad y seatrevió a hablar, le hizo desempeñar un papeltan brillante. Pero en la época de que hablamos,Ernestina, a pesar de su talento, se hizo uncompleto lío en sus razonamientos. Veinteveces estuvo casi decidida a no ir a pasear porlos alrededores de la encina. “Una soladistracción —se decía—, reveladora de lapuerilidad de una mozuela, puede perderme enel concepto de mi amigo ". Pero a pesar de unosargumentos tan sutiles, y en los que ponía todala fuerza de su mente, no poseía aún el arte, tandifícil, de dominar las pasiones con lainteligencia. El amor que embargaba a la pobremuchacha a pesar suyo falseaba todos susargumentos, y, por fortuna suya, no tardó enimpulsarla hacia el árbol fatal. Después de

Page 557: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

muchas vacilaciones, al cabo de una horaestaba allí con su doncella. La dejó atrás y seacercó a la encina, resplandeciente de alegría, lapobrecilla. Más que correr, parecía volar sobreel césped. El viejo botánico, que tomaba parteen el paseo, se lo hizo observar a la doncellacuando Ernestina se alejaba de ellos corriendo.

Toda su felicidad desapareció en uninstante. No porque no encontrara un ramo deflores en el hueco de la árbol; era precioso ymuy Lozano, lo que le causó un vivo gozo en elprimer momento. Era evidente que hacía aúnpoco tiempo que su amigo había estadoprecisamente en el mismo lugar en que ella seencontraba ahora. Busco en el césped algunashuellas de sus pasos; y para colmo de sualegría, en lugar de un simple trocito de papel,había todo una carta, y una carta larga. Mirópresurosa la firma; necesitaba saber su nombredel bautismo. Leyó; la carta se le cayó de lasmanos, junto con el ramo, y un temblor mortalse apoderó de ella. Al pie de la carta había leído

Page 558: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

el nombre de Felipe Astézan. Ahora bien,Felipe Astézan en reconocido en el castillo de elconde de S... como amante de madameDayssin, una mujer de París muy rica, muyelegante, que iba a todos los años aescandalizar a la provincia con la osadía depasar cuatro meses sola en su castillo con unhombre que no era su marido. Para colmo dedesdichas, era viuda, joven, bonita, y podíacasarse con Felipe Astézan. Todas estas cosasque eran tal como acabamos de contarlas,aparecían mucho más envenenadas en loscomentarios de los personajes tristes y grandesenemigos de los errores de la edad bella, queiban a veces de visita a la antigua castillo del tíode Ernestina. Nunca como entonces se vioreemplazada en pocos segundos una dicha tanpura y tan viva, la primera de su vida, por undolor tan punzante y tan sin esperanza. “¡Ohcruel!, ha querido burlarse de mí —decíaseErnestina—; ha querido buscarse una meta ensus excursiones de caza, trastornar la cabeza de

Page 559: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

una niña, acaso con la intención de divertir amadame Dayssin. ¡Y yo que pensaba casarmecon él! ¡Qué niñería!, ¡qué atroz humillación! ".Con este triste pensamiento, cayó desvanecidajunto al árbol fatal que desde hacía tres meseshabía contemplado tan a menudo. Allí laencontraron inerme media hora más tarde ladoncella y el viejo botánico. Para colmo dedesdichas, cuando lo hubieron vuelto a la vida,Ernestina vio a sus pies la carta de Astézan,abierta por el lado de la firma y de manera quepodía ser leída. Levantóse rápida como el rayoy puso el pie sobre la carta.

Explicó su accidente y pudo, sin que lonotaran, recoger la misiva fatal. En muchotiempo no le fue posible leerla, pues su aya laayudó sentarse y ya no la dejó. El botánicollamo a un obrero que estaba trabajando en elcampo y le mandó al castillo a buscar el coche.Ernestina, para evitar el contestar a loscomentarios sobre su accidente, fingió que nopodía hablar; un horrible dolor de cabeza le

Page 560: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

sirvió de pretexto para cubrirse los ojos con elpañuelo. Llegó el coche. Una vez en él, másentregada a sí misma, le fue imposible describirla gran pena de su alma durante todo el tiempoque empleó el coche en llegar al castillo. Lo máshorrible de su estado es que se veía forzada adespreciarse así misma. La carta fatal queapretaba en su pañuelo le quemaba la mano. Enel trayecto llegó la noche, y Ernestina pudoabrir los ojos sin que sus acompañantes lonotaran. La vista de las estrellas tan brillantes,en una hermosa noche del mediodía de Francia,la consoló un poco. Aunque sentía los efectosde estos arrebatos de pasión, la ingenuidad desus pocos años estaba lejos de poder apreciar loque le pasaba. Al cabo de dos horas del máshorrible sufrimiento moral, Ernestina debió elprimer momento de alivio a una resoluciónvalerosa. “No leeré esta carta de la que sólo hevisto la firma, la quemaré ", se dijo al llegar alcastillo. Esta decisión le permitió estimarse almenos como mujer valerosa, pues el partido del

Page 561: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

amor, aunque vencido en apariencia, no habíadejado de insinuar modestamente que estacarta explicaba quizá de una manerasatisfactoria las relaciones de Astézan y demadame Dayssin.

Al entrar al salón, Ernestina arrojó la cartaal fuego. Al día siguiente, a las ocho de lamañana, se dedicó de nuevo a estudiar elpiano, estudio que había descuidado desdehacía dos meses. Volvió a tomar la colección delas Mémoires sur l’Histoire de France publicadaspor Petitot, y tornó a sacar amplios resúmenesde las memorias del sanguinario Montluc. Tuvola habilidad de hacer que el viejo botánico leofreciera un curso de historia natural.Transcurridos quince días, este buen hombre,sencillo como sus plantas, no pudo menos dehacerse lenguas de la pasmosa aplicación queobservaba en su discípula; estaba maravillado.En cuanto a ella, todo le era indiferente; todaslas ideas la llevaban igualmente a ladesesperación. Su tío estaba muy alarmado:

Page 562: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Ernestina enflaquecía a ojos vistas. Comotuviera, por casualidad, un pequeño catarro, elexcelente anciano, que, contra lo que sueleocurrir a las personas de su edad, no habíaconcentrado en sí mismo todo el interés quepodía poner en las cosas de la vida, imaginoque estaba enferma del pecho. Ernestina locreyó también, y esta idea le valió los únicosmomentos pasa de los que tuvo en esta época;la esperanza de morir pronto la hacía soportarla vida sin impaciencia.

Durante todo un largo mes, no tuvo otrosentimiento que el de un dolor tanto másprofundo cuanto que nacía de el desprecio de símisma; como no tenía ninguna experiencia dela vida, no podía consolarse diciéndose quenadie en el mundo podía sospechar lo quehabía pasado en su corazón, y queprobablemente el hombre cruel que tanto lehabía importado no podría adivinar ni lacentésima parte de lo que por él sintiera. Enmedio de su desgracia, no carecía de valor; no

Page 563: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

le costó ningún esfuerzo echar al fuego sinleerlas dos cartas en cuya dirección reconoció lafunesta letra inglesa.

Se había propuesto no mirarla el Prado deallende el lago; en el salón, no levantaba nuncalos ojos a las ventanas que daban hacía aquellaparte. Un día, pasadas casi seis semanas deaquel en que leyera el nombre de FelipeAstézan, a su profesor de Historia Natural, elexcelente Monsieur Villars, se le ocurrió la ideade darle una larga lección sobre las plantasacuáticas; embarcóse con ella y se hizo conducira la parte del lago que se internaba en el valle.Al poner Ernestina el pie en la barca, unamirada oblicua y casi involuntaria le dio lacerteza de que no había nadie junto a la encinagrande; observó apenas una parte de la cortezadel árbol de un gris más claro que el resto. Doshoras más tarde, cuando volvió a pasar,después de la lección, frente a la encina, seestremeció al reconocer que lo que le habíaparecido un accidente de la corteza del árbol

Page 564: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

era el color de la cazadora de Felipe Astézan,que llevaba 2 horas sentado en una raíz deencina e inmóvil como muerto. Haciéndose ensu fuero interno esta comparación, Ernestina sesirvió también de estas mismas palabras: comomuerto. La impresionaron. “Si estuviera muerto,ya no estaría mal pensar tanto en él ". Durantevarios minutos, esta suposición fue un pretextopara entregarse a un amor que la vista del seramado hacía omnipotente.

Este descubrimiento la perturbó mucho. Aldía siguiente, un cura de las cercanías, queestaba de visita en el castillo, pidió al conde deS... que le prestara Le Moniteur. Mientras elviejo ayuda de cámara iba a buscar a labiblioteca la colección de los Moniteurs delmes, el conde dijo: " pero este año ya no escurioso: ¡es la primera vez que me piden LeMoniteur!”. “Señor Conde —contestó el cura—,es que madame Dayssin me lo ha prestadomientras estuvo aquí, pero hace quince díasque se marchó ".

Page 565: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Estas palabras tan triviales causaron talrevolución en Ernestina, que creyó desmayarse;le humilló mucho sentir su corazónestremecerse. “¡Así es —dijo— como helogrado olvidarle!".

Aquella noche, por primera vez desdehacía mucho tiempo, Ernestina sonrió. “Sinembargo —se decía—, se ha quedado en elcampo, a ciento cincuenta leguas de París, y hadejado a madame Dayssin marcharse sola ".Recuerdo su inmovilidad sentado en las raícesde la encina, y tolero que su pensamiento sedemorase en esta idea. Desde hacía un mestoda su felicidad consistía en creer que estabaenferma del pecho; al día siguiente sesorprendió pensando que, como la nievecomenzaba a cubrir las cumbres de lasmontañas, muchas veces hacía frío por la tardey sería prudente llevar a vestidos de másabrigo. Un alma vulgar no habría dejado nuncade tomar la misma precaución; Ernestina sólopensó en ella después de las palabras del cura.

Page 566: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Se acercaba el día de San Humberto, y, conél, el momento de la única gran comida que secelebraba en el castillo en todo el año. Bajaronal salón el piano de Ernestina. Al abrirlo al díasiguiente, ayo sobre las teclas un trozo de papelcon esta sola línea:

“No grite cuando me vea ".Era tan breve, que antes de reconocer la

letra de quien lo había escrito, ya lo había leído:la letra estaba desfigurada. Como Ernestinadebía al azar, o acaso al aire de las montañasdel Delfinado, un alma firme, de seguro queantes de las palabras del cura sobre la partidade madame Dayssin, habría ido a encerrarse ensu cuarto y no habría reaparecido hasta pasadala fiesta.

A los dos días tuvo lugar la gran comidaanual de San Humberto. En la mesa, Ernestinahizo los honores, sentada frente a su tío; estabaataviada con mucha elegancia. En la mesa seexhibió la colección casi completa de los curas yde los alcaldes de los alrededores, más cinco o

Page 567: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

seis fatuos provincianos que hablaban de símismos y de sus hazañas en la guerra, en lacaza y hasta en el amor, y sobre todo de laantigüedad de su casta. Nunca tuvieron eldisgusto de producir tampoco efecto en laheredera del Castillo. La extremada palidez deErnestina, unida a la belleza de sus rasgos,llegaba a darle un aire del desdén. Los fatuosque intentaban hablarle se sentían intimidadosal dirigirle la palabra. En cuanto a ella, estabamuy lejos de rebajar su pensamiento hastaponerlo en tales individuos.

Transcurrió todo el principio de la comidasin que Ernestina viera nada extraordinario.Comenzaba ya a respirar, cuando, a los postres,al levantar los ojos, estos tropezaron con los deun campesino de edad ya madura que parecíaser el criado de un alcalde de las riberas delDrac. Sintió en el pecho a que el sobresaltosingular que le habían ya causado las palabrasdel cura; sin embargo, no estaba segura. Aquelcampesino se parecía a Felipe. Atrevióse ha

Page 568: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

mirarle una segunda vez; ya no le quedó duda:era él. Se había disfrazado de tal modo queresultaba feo.

Ya eso hora de hablar un poco de FelipeAstézan, pues realiza aquí un acto de hombreenamorado, y acaso hallaremos también en suhistoria la ocasión de comprobar la teoría de lassiete etapas del amor. Cuando, cinco mesesantes, me llevó al castillo de Lafrey conmadame Dayssin, uno de los curas que éstarecibía en su caso para hacer la corte al clerorepitió una bonita frase. Felipe, asombrado deencontrar ingenio en boca de tal nombre, lepreguntó de quién era aquella singular frase: "Es de la sobrina del conde de S... —contestó queel cura—, una música que será muy rica, pero ala que han dado muy mala educación. No pasaaño sin que reciba de París un cajón de libros.Temo que tenga mal final y hasta que noencuentre marido. ¿Quién va a querer cargarcon una mujer así? ", etcétera.

Page 569: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Felipe hizo algunas preguntas, y el cura nopudo menos de deplorar la rara belleza deErnestina, que seguramente la arrastraría a superdición; con tanto verismo describió lamonotonía del género de vida que se hacía enel castillo, qué madame Dayssin exclamó: " Oh,por Dios, señor cura, no siga; va a hacer quetome horror a sus bellas montañas ". " No sepuede dejar de amar una comarca en la que sehace tanto tiene —replicó el cura—, y el dineroque la señora ha dado para ayudarnos aadquirir la tercera campana de nuestra iglesialo atestigua... “Felipe no le escuchaba ya;pensar en Ernestina y en lo que debía pasar enel corazón de una muchacha recluida en uncastillo que hasta un cura de pueblo le parecíaaburrido. "Tendré que distraerla —díjose en sufuero interno—; le haré la corte de un modonovelesco; esto proporcionara a algunospensamientos nuevos a esta pobre mocita”. Aldía siguiente fue de caza hacia la parte delCastillo del conde y observó la situación del

Page 570: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

bosque, separado del edificio por un pequeñolago. Ocurriósele ofrecer a Ernestina elhomenaje de un ramito de flores; ya sabemos elresultado de los ramilletes y de las esquelitas.Cuando cazaba por la parte de la gran encina,iba él mismo a colocarlos; los demás díasmandaba a su criado. Felipe hacía todo esto porfilantropía: ni siquiera pensaba en ver aErnestina; hubiera sido demasiado difícil ydemasiado aburrido hacerse presentar a su tío.Cuando Felipe vio a Ernestina en la iglesia, suprimer pensamiento fue que era ya demasiadomaduro para gustar a una muchacha dedieciocho o veinte años. Le impresionó labelleza de sus rasgos y sobre todo una especiede noble sencillez que constituía el carácter quesu fisonomía. “Hay cierta ingenuidad en estecarácter" —díjose a sí mismo. Pasado momento,ya le parecía encantadora. Cuando la vio dejarcaer su libro de horas al salir del banco señorialque intentar recogerlo con una torpeza tansimpática, pensó en amarla, pues surgió la

Page 571: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

esperanza. Permaneció en la iglesia cuando ellasalió, meditando sobre un tema poco divertidopara un hombre que comienza a estarenamorado: tenía treinta y cinco años y unincipiente calvicie que podía quizá darle unahermosa frente a la manera del doctor Gall,pero que por lo pronto añadía a su edad tres ocuatro años. “Si mi vejez no lo ha perdido todoal primer encuentro —se dijo—, es preciso queella dude de mi corazón para que olvidé miedad ".

Se acercó una ventanita gótica que daba laplaza y vio a Ernestina subir en el coche; sutalle y su pie le parecían seductores; estabarepartiendo limosnas. Creyó notar que buscabaa alguien con los ojos. “¿Por qué —sepreguntó— sus ojos miraban lejos mientrasreparte las monedas al lado mismo de sucoche? ¿Le habré inspirado algún interés?".

Vio a Ernestina dar un encargo un lacayo;durante este tiempo, se embriagaba de subelleza. La vio enrojecer, desde muy cerca: el

Page 572: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

coche no distaba diez pasos de la ventanagótica; vio al criado de entrar en la iglesia ybuscar algo en el banco señorial. Durante laausencia del criado, Felipe tuvo la certidumbrede que los ojos de Ernestina miraban muchomás lejos de la multitud que la rodeaba y, porconsiguiente, buscaban a alguien. Pero estealguien podía muy bien no ser Felipe Astézan,que, para esta mocita, tenía quizá cincuentaaño, sesenta, ¿Quién sabe? “A su edad y rica,¿No ha de tener un pretendiente entre loshidalgos de las cercanías? Pero no previsto anadie durante la misa”.

En cuanto partió el carruaje del Conde,Astézan montó en su caballo, dio un rodeo porel bosque para evitar encontrarla y llegó muypronto al Prado. Con indecible placer pudollegar a la encina grande antes de que Ernestinaviera el ramillete y el papel que había mandadollevar aquella mañana. Retiró el ramillete, seinternó en el bosque, ató el caballo un árbol y sepuso a pasear. Estaba muy agitado; se le

Page 573: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ocurrió la idea de esconderse en lo más espesode un montecillo frondoso, a cien pasos dellago. Desde aquel reducto, que le ocultaba atodos los ojos, podía ver, gracias a un claro enel bosque, la encina grande y el lago.

¡Cuál no sería su deslumbramiento cuando,poco tiempo después, vio la barquilla deErnestina surcar las aguas límpidas del lagosuavemente agitadas por la brisa! Fue unmomento decisivo. La imagen del lago y la deErnestina, a la que acababa de ver tan de cercaen la iglesia, se grabaron profundamente en sucorazón. Desde este momento, Ernestina tuvoalgo para él que la distinguía de todas lasdemás mujeres, y sólo le faltaba la esperanza deamarla hasta la locura. La vio acercarse al árbolcon presura; vio su dolor al no encontrar elesperado ramo. Este momento fue tan deliciosoy tan vivo que, cuando Ernestina se huboalejado corriendo, Felipe creyó equivocarse alpensar que había visto dolor en su expresióncuando no hallo ramillete alguno en el hueco

Page 574: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

del árbol. Toda la suerte de su amor se apoyabaen esta circunstancia. Se decía: "tenía un gestotriste al salir de la barca, e incluso antes deaproximarse a la encina". "Pero —replicaba elpartido de la esperanza— en ese gesto triste nolo tenía en la iglesia; allí estaba, al contrario,resplandeciente de frescura, de belleza, dejuventud, y un poco turbada; la más vivaexpresión animaba sus ojos”.

Felipe Astézan, cuando ya no pudo ver aErnestina, que había desembarcado bajo laavenida de plátanos, salió de su escondite comoun hombre muy distinto del que era cuandoentró. Al volver al galope a castillo de madameDayssin, en su mente no había más que dosideas: " ¿Era verdadera tristeza lo que mostró alno encontrar ningún ramo en el árbol, o era unasimple expresión de vanidad decepcionada?”Esta suposición más probable acabó pordominar completamente en su ánimo y leimpuso todas las ideas razonables de unhombre de treinta y cinco años. Estaba

Page 575: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

profundamente serio. Halló mucha gente encasa de madame Dayssin; en el transcurso de lavelada, en ella se burló un poco de su gravedady de su fatuidad. Ya no podía, observaba, pasardelante de un espejo sin mirarse. “Me horroriza—decía— esa costumbre de los jóvenes demoda. Es una gracia que usted no tenía;procure desprenderse de ella, o le jugaré lamala partida de mandar retirar todos losespejos”. Estaba preocupado: no sabía cómojustificar la ausencia que proyectaba. Por lodemás, era cierto que preguntaba a los espejossi tenía aspecto de viejo.

Al día siguiente fue a instalarse de nuevoen el montículo a que nos hemos referido, ydesde el que se veía muy bien el lago.Acomodóse allí provisto de un buen anteojo yno dejó su puesto de observación hasta que fuenoche cerrada.

Al día siguiente llegó un libro, más lehabría sido muy difícil decir lo que conteníanlas páginas que leía; pero si no hubiera tenido

Page 576: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

un libro entre las manos, habrían deseadotenerlo. Por fin, con indecible alegría, a eso delastres, vio a Ernestina dirigirse despacio a laavenida de los plátanos que bordeaba el lago ytomar la dirección de la pasarela. Llevaba ungran sombrero de paja de Italia. Se acercó conaire abatido al árbol fatal. Con ayuda delanteojo, Astézan observó perfectamente aquellatraza de abatimiento. La vio tomar los dosramillete si que él colocara aquella mañana,envolverlos en el pañuelo y desaparecercorriendo, rápida como el rayo. Este detalle tansencillo acabó de conquistarle el corazón. Fuetan vivo, tan rápido, que Felipe no tuvo tiempode ver si Ernestina conservaba el aire triste o sien sus ojos brillaba la alegría. ¿Qué debíapensar de aquel hecho singular? ¿Iba Ernestinaa mostrar los dos ramilletes a su aya? En estecaso, Ernestina no era más que una niña, y elmás niño que ella al ocuparse hasta tal puntode una chicuela. “Afortunadamente —se dijo—,

Page 577: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

no sabe mi nombre; sólo yo conozco mi locura,y me he perdonado otras muchas ".

Felipe dejó el escondite con un gesto muyfrío y se dirigió, muy pensativo, a buscar sucaballo, que había dejado en casa de uncampesino a media legua de allí. “Hay quereconocer que sigo siendo un gran insensato ",se dijo al apearse en el patio del castillo demadame Dayssin. Entró en el salón, con unsemblante y inmóvil, abstraído, gélido. Ya noestaba enamorado.

Al día siguiente, Felipe, al ponerse lacorbata, se encontró más viejo. Por lo pronto,no tenía ninguna gana de recorrer tres leguaspara ir a apostarse entre el follaje a mirar unárbol; pero tampoco sentía deseo de ir aninguna otra parte. “Esto es muy ridículo —sedecía—. Si, pero ¿Ridículo a los ojos de quien?Por otra parte, no se debe desaprovechar nuncala fortuna”. Se puso a escribir una carta muybien hecha en la cual, como Lindor,especificaba su nombre y sus circunstancias.

Page 578: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Como acaso recuerda el lector, esta cartatambién escrita tuvo la desgracia de serquemada sin que nadie la leyera. Las dospalabras de la carta que nuestro héroe escribió,sin pensar en ello, la firma Felipe Astézan,fueron las únicas que alcanzaron el honor de lalectura. A pesar de sus magníficosrazonamientos, nuestro razonable hombre nodejó de esconderse en su habitual puesto deobservación en el momento en que su nombreproducía tanto efecto; vio el desfallecimiento deErnestina al abrir la carta; su asombro fueextremado.

Al otro día, se vio obligado a confesarseque estaba enamorado; sus actos lodemostraban. Volvió todos los días albosquecillo donde había experimentadosensaciones tan vivas. Como madame Dayssindebía tornar muy pronto a París, Felipe se hizoescribir una carta y anunció que dejaba elDelfinado para ir a pasar quince días enBorgoña con un tío enfermo. Tomó la posta y

Page 579: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

comino también las cosas, volviendo por otracarretera, que sólo pasó un día sin ir albosquecillo. Instalóse a dos leguas del castillodel conde de S..., en las soledades de Crossey,al lado opuesto al castillo de madame Dayssin,y desde allí iba todos los días a las orillas delpequeño lago. Fue treinta y tres días seguidossin ver a Ernestina; ya no acudía nunca a laiglesia del pueblo; decían la misa en el castillo;allá acudió bajo un disfraz y tuvo por dos vecesla fortuna de ver a Ernestina. Parecióle quenada podía compararse con la expresión nobley a la vez ingenua de sus rasgos. Se decía: "junto a una mujer así, nunca conocería lasaciedad”. Lo que más conmovía a Astézan erala extremada palidez que Ernestina y suaspecto de enferma. Tendría yo que escribirdiez volúmenes como Richardson si mepropusiera consignar todos los diversos modoscon que un hombre que, por lo demás, nocarecía de buen sentido, explicaba eldesfallecimiento y la tristeza de Ernestina. Por

Page 580: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

fin, decidió tener una explicación con ella y,para esto, penetrar en el castillo.

La timidez —¡tímido a los treinta y cincoaños!—, la timidez se lo había impedidodurante mucho tiempo. Tomó sus medidas contodo el ingenio posible, y no obstante, a no serpor el azar, que puso en boca de un indiferenteel anuncio de la partida de madame Dayssin,toda la habilidad de Felipe habría sido inútil, oal menos sólo habría podido ver el amor deErnestina reflejado en su cólera.Probablemente, se habría explicado esta cólerapor el asombro de verse amada por un hombrede su edad. Felipe se habría creído despreciado,y, para olvidar que este sentimiento penoso,habría recurrido al juego o a los pasillos de laópera, y se habría hecho más egoísta y másduro pensando que la juventud se le habíaacabado irremisiblemente.

Un medio Señor, como se dice en lacomarca, alcance de un municipio de lamontaña y camarada de Felipe en la caza del

Page 581: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

ciervo, accedió a llevarle, disfrazado de criadosuyo, a la gran comida del Castillo de S..., en laque fue reconocido por Ernestina.

Ernestina se sintió enrojecer vivísimamentey tuvo una idea horrible: " va a creer que le amocomo una locuela, sin conocerle; medespreciará como a una niña, se marchara aParís, irá a reunirse con su madame Dayssin: nole volveré a ver”. Esta idea tan amarga le dio elvalor de levantarse y subir a su cuarto. En élllevaba dos minutos cuando oyó abrir la puertade la antesala de su departamento. Pensó quesería su aya y se levantó. Cuando avanza haciala puerta de su cuarto, se abre la puerta, yFelipe se arroja a los pies de Ernestina.

“Por el amor de Dios, perdóneme este paso;llevo dos meses de desesperación; ¿Me quierepor esposo? ".

En este momento fue delicioso paraErnestina. “Me pide en matrimonio —se dijo—;ya no debo temer a madame Dayssin ". Buscabauna respuesta severa, y a pesar de esfuerzos

Page 582: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

increíbles, acaso no habría encontrado nada quedecir. Los dos meses de desesperación habíansido olvidados; ahora se hallaba en el colmo dela felicidad. Afortunadamente, en estemomento se oyó abrir la puerta de la antesala.Ernestina le dijo: " me deshonraría su presencia". " ¡No confiese nada! ", exclamó Felipe con vozcontenida, y, con mucha destreza, se deslizóentre la pared y el lindo lecho de Ernestina,blanco y rosa. Era el aya, muy intranquila porla salud de su pupila, y el estado en que laencontró que era lo más a propósito paraaumentar sus inquietudes. Despedirá estamujer no fue cosa de un instante. Mientraspermaneció en el cuarto, Ernestina tuvo tiempode acostumbrarse a su felicidad y de recuperarel dominio de sí misma. Cuando el aya salió yFelipe se arriesgó a reaparecer, recibió unarespuesta soberbia.

Ernestina era tan bella a los ojos de suamante, tan severa la expresión de sus rasgos,que las primeras palabras de su respuesta

Page 583: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

hicieron pensar a Felipe que todo lo que habíacreído hasta entonces no era más que unailusión, y que Ernestina no le amaba. Sufisonomía cambió repentinamente y ya noofreció más que la estampa de un hombredesesperado. Ernestina, con movida hasta elfondo del alma de esta expresión desesperada,tuvo, sin embargo, el valor de despedirle. Deesta singular entrevista sólo conservó elrecuerdo de que, cuando el le suplicó que lepermitiera pedir su mano, ella le contestó quesus negocios, así como sus afectos, debían dereclamarle en París. Felipe replico que el úniconegocio que le importaba en el mundo eramerecer el corazón de Ernestina, que juraba asus pies no abandonar el Delfinado mientrasella estuviera allí y no volver a pisar en su vidael castillo en que había vivido antes deconocerla.

Esto casi colmó de felicidad a Ernestina. Aldía siguiente fue a pie hacia la encina grande,pero bien escoltada por el aya y el viejo

Page 584: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

botánico. No dejó de encontrar un ramillete y,sobre todo, una carta. Al cabo de ocho días,Astézan la había casi decidido a contestar suscartas, cuando de pronto supo que madameDayssin había vuelto de París al Delfinado.Todos los sentimientos de Ernestina quedaronreducidos a una viva inquietud. Las comadresdel pueblo vecino, que, en esta coyuntura,decidían sin saberlo de la suerte de su vida, yque no perdían ocasión de chismorrear, ledijeron finalmente que madame Dayssin,furibunda de cólera y de celos, había decididopor último buscar a su amante, Felipe Astézan,que, según decían, había permanecido en lacomarca con intención de hacerse cartujo. Paraacostumbrarse a las austeridades de la orden,se había retirado a las soledades de Crossey.Añadían que madame Dayssin estabadesesperada.

Pasados unos días, supo Ernestina quemadame Dayssin no había conseguido ver aFelipe, y que había regresado furioso a París.

Page 585: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Mientras Ernestina buscaba la confirmación deesta dulce certidumbre, Felipe estabadesesperado; la amaba apasionadamente ycreía que no era correspondido. Varias veces lesalió al paso, y la manera cómo fue recibido lehizo pensar que, con sus actos, había irritado elorgullo de su amada. Dos veces emprendió elcamino de París; dos veces, después de recorreruna veintena de leguas, tornó a su cabaña, enlas rocas de Crossey. Después de habersedejado mecer por esperanzas que ahora leparecían concebidas a la ligera, intentabarenunciar al amor, y le parecía que para elhabían muerto todos los demás placeres de lavida.

Ernestina, más feliz, era amada y amaba. Elamor reinaba en aquella alma que hemos vistopasar sucesivamente por los siete diversosperiodos que separan la indiferencia de lapasión, y en lugar de los cuales el vulgo nopercibe más que un solo cambio, y esto sinsaber siquiera explicar la naturaleza del mismo.

Page 586: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

En cuanto a Felipe Astézan, para castigarlepor haber abandonado a una antigua amiga alas puertas de lo que se puede llamar, a lasmujeres, la época de la vejez, le dejamos presade uno de los estados más crueles en que puedecaer el alma humana. Fue amado por Ernestina,pero no pudo obtener su mano. Al añosiguiente la casaron con un viejo tenientegeneral muy rico y Caballero de varias órdenes.

Page 587: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

HISTORIA DE FRANCESCA POLO

Histoire de Francesca Polo (1838),de Promenades dan Rome.

Roma, 3 de octubre de 1828.

Pablo ha llegado ayer; nos había dejadopara hacer un viaje por la parte de Venecia.Hace seis meses que una mañana la policíaencontró un cadáver en la calle de una ciudadque llamaré Rávena, porque allí tienen corazóny cabeza, y ambas cosas son necesarias en lahistoria que Pablo acaba de contarnos.

Esta historia ha sido perfectamenteininteligible para los habitantes del país. Elmuerto se llamaba Cercara; aunque joventodavía, pasaba por viejo a causa de suprofesión: prestaba dinero, cuyos interesescobraba semanalmente. Mal trajeado siempre,lo encontraron yerto en la calle, vestido comopara ir al baile y con alhajas de precio que no lehabían robado. Tenía un hermano joven, Fabio

Page 588: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Cercara, de quien se decía que era carbonario yque, como hombre de talento, se refugió enTurín, donde estudiaba cirugía. Cuando Fabiosupo la muerte de su hermano mayor, que ledejaba cerca de tres millones, se hizo fraile.

Últimamente, mientras Pablo estaba enVenecia, una muchacha ha anunciado su visitaa un religioso que tiene mucha clientela y querealmente posee un poco del carácter deFénelon. Esa mujer, muy joven, lloró mucho yle entregó alhajas que pueden muy bien valerdos mil zequíes.

—Es todo cuanto poseo en el mundo —dijoal fraile—. Me tengo miedo a mí misma. Nuncame devolváis este depósito que os hago si no espara un fin honesto y que vos aprobéis. Quierohacerme religiosa, indicadme un convento cuyaregla no sea demasiado dura. Dignaosresponder de mí y presentarme bajo el nombrede Francesca de Polo, que no es el mío.

—¿Habéis cometido algún crimen enterritorio austriaco? —dijo el monje.

Page 589: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Tranquilizado a este respecto, tuvo a bienprometer su protección a la joven.

Esta es la historia de Francesca tal y comose la ha referido al confesor del conventoescogido por ella. Francesca no ha cumplidotodavía los veintidós años, si casó a losdiecisiete con una especie de tonto, de bastanteedad y cargante como no puede imaginarse.Este tonto, aunque era muy rico, pedía dineroprestado a Cercara el mayor, quien pronto hizola corte a Francesca; ésta le tomó aversión. Unaño más tarde, cuando se vio que no amaba aCercara, cinco o seis jóvenes de Rávena trataronde gustar a Francesca; ella hubiese querido talvez a uno de ellos, pero aquél se marchó. Elladijo que, sin ser desgraciada, aparte delaburrimiento, durante todo el verano de 1827 lavida le fue más insoportable que nunca. Sumarido estaba más cargante que de costumbrey Cercara venía a verla exactamente mañana ytarde.

Page 590: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Un día Francesca creyó ver en la calle aaquel joven a quien había distinguido, pero aquien jamás había hablado; mas se engañaba, elhombre a quien miraba y que se había casidetenido al verla, como asaltado por unrepentino sentimiento, era Fabio Cercara, elhermano menor de su pesado adorador, quellegaba de Turín. Era un hombre guapo, peromuy moreno. Parecía tímido y, sin embargo, enla iglesia y en el paseo de por la tarde, ellaestaba segura de encontrar su mirada. Un díavino a casa de Francesca a traer, según dijo, unpaquete de parte de su hermano. Fue recibidopor la dama, a quien dijo:

—Lo que acabo de contar a vuestracamarera es completamente falso, lo que másteme mi hermano en el mundo es que yo oshalle. No he tenido la habilidad de ocultarle lapasión que siento por vos. Soy un desgraciado,nada me ha salido bien en la vida. Vais adecirme lo que pensáis de mí, y en casodesfavorable me volveré a marchar mañana a

Page 591: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Turín, si es que tengo valor para ello, pues, almenos, estando en Rávena, tengo ocasiones deveros.

Francesca, muy turbada, tuvo, sin embargo,bastante valor para ser sincera con él.

—Me causaríais mucho disgusto si osmarchaseis, pues aquí me muero deaburrimiento y me gusta veros pasar; pero noos juro: amor: os veo con placer porque osparecéis a otro hombre a quien tal vez quiero.

Esta respuesta desesperó a Fabio; sin«embargo, no pudo decidirse a abandonarRávena y al cabo de dos meses logró hacerseamar. Se valió para ello de un artesano cuyacasa tenía un ventanuco que daba al jardín delmarido de Francesca. Una vez por semana, ypronto todos los días, Fabio se dejaba resbalar alo largo de una cuerda de nudos atada a dichoventanuco. Entraba por el jardín en una salabaja y, cosa increíble, venía a establecerse en lahabitación misma donde el cargante maridodormía con su mujer. El hombre muy mal

Page 592: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

pensado que hacía este relato a Pablo, suponeque Francesca daba un poco de opio a sutirano, pero ella lo niega en absoluto.

Al cabo de algún tiempo, Fabio se vioobligado a volver a Turín: la policía de Rávena,inquieta de verle prolongar sin motivosaparentes una estancia que había el jovenanunciado duraría todo lo más tres semanas,comenzó a seguirle. Como tenía un elevadoconcepto del honor, temió comprometer aFrancesca, su pasión por la cual parecíaaumentar cada día.

Ocupado de su amor, no había hechoningún gasto durante su permanencia enRávena. Sin pensar en ello, agradó a suhermano, que pocos días antes al de su marchale dijo:

—No se sabe nunca quién va a morir niquién va a vivir, ven a casa de mi notario, voy ahacerte donación de todos mis bienes, acondición de que me des tu palabra de honorde no venderlos ni hipotecarlos nunca.

Page 593: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

El acto se realizó. Fabio, que tenía veintidósaños como su amante, quedó muy reconocido.Pero pronto la pena causada por la ausencia lehizo olvidar su nueva fortuna. Ni siquiera teníamedio de escribir a Francesca. Los habitantesde Rávena se mueren de aburrimiento y seobservan de tal modo los unos a los otros, quenada puede mantenerse en secreto. Fabio erajoven, su dolor extremo y tuvo la imprudenciade confiarse a su hermano, que le llevabaquince o veinte años. El ha dicho después queaquella confidencia fué como un rayo para elrico Cercara.

—¡Cómo! —le repetía sin cesar—. ¡Demodo que la ves casi todas las noches! ¿Y cómoes que ese imbécil de marido no os ha oídonunca? —le añadía un momento después.

—Es que no hablamos nunca en estahabitación —respondió Fabio.

En medio de su profundo dolor suhermano se hizo repetir dos o tres veces todoslos detalles de las entrevistas: Fabio le veía

Page 594: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

palidecer a cada palabra que por casualidadpintaba el amor que Francesca experimentaba.En fin, llegado el día de la marcha, el ricoCercara fue a visitar con su hermano la casa delartesano y se comprometió a arrojar por laventana, cuando oyese una señal convenida, lascartas que Fabio le enviara desde Turín paraFrancesca.

Parece que, durante el primer mes, el ricoCercara cumplió honradamente su misión.Venía a molestar a Francesca dos veces al díacomo de costumbre. Ella se ha acordadodespués de que los días que tenía que echaruna carta de Fabio en el jardín lo encontrabamuy cambiado y muy pálido. Un día el ricoCercara tuvo la idea de imitar la letra de suhermano; éste anunciaba a Francesca que sehabía casi roto una muñeca en una caída decaballo. Quince días después, una carta fingidacomunicaba a Francesca que Fabio iba a venir aRávena a escondidas de su familia, únicamentepara verla.

Page 595: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Cuando llegó a esta parte del relato quenosotros abreviamos, Francesca se puso muyencarnada y tuvo necesidad de que el padreconfesor la animase antes de hallarse en estadode continuar.

—En fin, el día de mi desgracia llegó —repuso Francesca, que presentaba ahora unapalidez mortal—; el infame Cercara tuvo laaudacia de penetrar en mi habitación; recuerdoque tuve la más extraña sospecha; luegoterminé por creer que Fabio se habíaembriagado un poco y temía comprometersehablando; sin embargo, mi marido dormíaprofundamente y, a causa del excesivo calor,había ido a descansar en el canapé. El hombre aquien yo tomaba por Fabio, pero a quien aqueldía apenas me parecía amar, me dejó muchomás pronto que de costumbre. Cuando semarchó, me reproché mi poco amor y mis ideaslocas. Al día siguiente el monstruo volvió,todas mis sospechas se vieron confirmadas, mecercioré de que el hombre que había abusado

Page 596: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

de mí no era mi amante, pero ¿quien era? Meperdía en conjeturas; por más que pasaba lamano por su cara, no encontraba nada especialen sus rasgos, si no es que yo estaba biensegura de que no eran los de Fabio. Pero tuvebastante dominio de mí misma para ocultar miagitación.

Recomendé al desconocido que viniera elviernes siguiente. Ese día mi marido tenía queir al campo y yo me guardé muy bien dedecírselo al hombre que me estaba engañando.El viernes hice acostarse al lado mío a unacriada muy fuerte que se llama la Scalva, quien,a causa de un gran servicio que yo le habíaprestado, me tenía verdadera devoción. Eldesconocido entró, estuve a punto deapuñalarlo sin decirle nada. ¡Dios mío! ¡Cuántopeligro corrí! Era Fabio, que, por una extrañacombinación, llegaba de Turín para verme. Levi tan feliz, que no tuve el valor de confesarlenuestra desgracia.

Page 597: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Al día siguiente estaba casi segura de queFabio volvería, pues me había medioprometido venir a verme. En lugar de él ¿quiénvino aquella noche? El monstruo que me habíahecho indigna de mi amante. Me engañó unavez más, me eché en sus brazos creyendo queera Fabio; pero el desconocido me besó y pudecerciorarme de mi error. Entonces, sin decirpalabra, le asesté dos puñaladas en el pecho ymi criada lo remató. Serían las dos de lamañana; los días eran muy largos, no habíatiempo que perder. Mandé a la Scalva que fuesea despertar a Fabio y le rogara que viniese; conesto me perdía, me daba perfecta cuenta deello, pero necesitaba verlo.

—Dios sabe —decía la Scalva— si querránabrirme a la hora que es; todos los vecinos sedespertarán y esto puede llevarnos al patíbulo.

Pero yo le dije que quería que hiciese lo quele mandaba y ella partió sin replicar.

Por una suerte inaudita encontró la puertade la casa de Fabio abierta, ella sabía dónde

Page 598: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

estaba su habitación; al cabo de pocos instantesestaban de vuelta. Yo había pasado aquellosúltimos momentos dichosos de mi vida sentadaen la cama con el cadáver del monstruo a mispies. No le veía, pero la habitación olía asangre. Por fin oí ruido, salí precipitadamentepara contárselo todo a Fabio; la Scalva, pororden mía, no le había dicho nada. CuandoFabio estuvo dentro de casa, ella se atrevió aencender la lámpara; él me vio toda manchadade sangre. En este momento comenzó midesgracia: Fabio se horrorizó de mí, escuchó mirelato con frialdad y sin darme un solo beso, élque de ordinario era tan loco en sus caricias.

Su indiferencia tenía que ser bien patente,porque la Scalva me dijo en su dialecto:

—Este no nos ayudará.—Al contrario —repuso fríamente Fabio—,

yo me encargo de todo. Esto no oscomprometerá lo más mínimo; con la ayuda dela Scalva, voy a transportar el cuerpo hasta unacalle apartada y si mañana y los días siguientes

Page 599: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

no cambiáis en nada absolutamente vuestrascostumbres, desafío al mismo diablo a queadivine lo que ha ocurrido.

—Poro ¿tú no orees que lie hecho bien,amigo mío? —le dije con pasión.

—En este momento me encuentro tansorprendido —respondió él— que en verdadno sé siquiera si os amo.

—¡Pues bien! ¡Acabemos de una vez! —ledije—. Llévate ese cadáver con la Scalva.

Entramos entonces en la habitación; Fabiolanzó un grito y cayó al suelo contra una silla:había reconocido antes que yo a su hermano.Este se hallaba boca arriba con los ojos abiertos(me parece que aún lo estoy viendo) y nadandoen sangre... Fabio lo besaba.

¿Qué podría deciros? Comprendíperfectamente que Fabio no me amase ya;¡cuánto mejor hubiera hecho matándome, comoestuve tentada a hacerlo! Pero creí que volveríaa quererme. La Scalva y él se llevaron el cadáverenvuelto en una gran manta de lana y lo

Page 600: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

colocaron en medio de una calle desierta, alotro extremo de la ciudad, hacia la ciudadela.¿Creeréis que no he vuelto a ver a Fabio? —prosiguió Francesca deshecha en lágrimas—. Aestas horas se encuentra en un convento deTurín, me lo han escrito por orden suya. Yo hehecho todo lo posible para no ser descubierta,puesto que una acción tan justa desagrada aFabio. He dado la mitad de lo que tenía a laScalva, que se ha ido a España y jamás podrácausarme perjuicio. Mucho tiempo después,sola, he logrado escaparme de Rávena yembarcarme. He pasado varios meses en Corfúesperando en vano cartas de Fabio; finalmente,evitando mil peligros, he comprado unpasaporte a un griego y aquí estoy; podéistraicionarme si os viene en gana. Yo esperotodos los días una carta de Fabio haciéndomesaber que ha profesado. Por lo que parece,quiere que yo siga su ejemplo, puesto que le heanunciado mi resolución y él no me ha escritodesaprobándola.

Page 601: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

Este relato me asusta por su longitud; ayernoche, cuando Pablo nos lo ha hecho nos haparecido corto. Pablo no ha querido abandonarVenecia sin ver a Francesca; no había cosa másdifícil, pero él no es hombre que se amilane porlos obstáculos. Parece que viene entusiasmadode su belleza y, sobre todo, de su aspecto dulce,inocente y tierno. Es un rostro lombardo de losque Leonardo de Vinci ha reproducido contanto encanto en sus Herodías. Francesca tiene lanariz ligeramente aquilina, un óvalo perfecto,los labios finos y delicados, grandes ojos negrosmelancólicos y tímidos y la más bella de lasfrentes en medio de la cual se dividen los máshermosos cabellos de un castaño oscuro. Pablono ha podido hablarle; sabe, por el confesor delconvento, que ella no ha tenido nunca la menoridea de hacer daño al matar al desconocido.Aun no se ha repuesto de la sorpresa que lecausa la conducta de Fabio; el descubrimientode que el muerto era su hermano no le pareceque pueda justificar en modo alguno su

Page 602: Cuentos - ataun.eus¡sicos en Español/Stendha… · hombre mujeriego, pero es sobre todo un hombre de buena sociedad: antes de entregarse a su irresistible inclinación a las mujeres

frialdad. Algunas veces piensa que en Turín yantes de su regreso a Rávena, había ya dejadode amarla.