crecimiento integral
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Este libro presenta elementos básicos para que los lectores identifiquen sus talentos, seleccionen su actividad preferida, adquieran los conocimientos, competencias y actitudes correspondientes, y le asignen un propósito que les permita llevar una vida auténticamente exitosa y feliz. Aquí se presenta el crecimiento humano como un proceso continuo que apunta incesantemente hacia el desarrollo equilibrado del potencial requerido para cumplir la misión personal. El éxito y la felicidad se darán como resultado final del proceso de Crecimiento Integral. Al finalizar la lectura de este libro usted, amable lector@, habrá logrado: Identificar sus auténticos talentos. Reconocer sus fortalezas y debilidades. Realizar un plan de vida para elevar sus niveles de éxito y felicidad.TRANSCRIPT
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CRECIMIENTO INTEGRAL
El camino del éxito y la felicidad
(Tercera edición digital, 2015.)
JOSE D. CASTILLO APONTE
© Protegido por los derechos de autor
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Agradecimientos
A todas las personas que me han regalado alegrías,
enseñanzas y oraciones a lo largo de mi vida.
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CONTENIDO
PRESENTACION
P ARTE I CRECIMIENTO RACIONAL
Introducción
Capitulo 1: Planeación de vida
Capitulo 2: Círculos de comportamiento
Capitulo 3: Salud Racional
PARTE II CRECIMIENTO EMOCIONAL
Introducción
Capitulo 4: Inteligencia Emocional
Capitulo 5: Salud Emocional
PARTE III CRECIMIENTO FÍSICO
Introducción
Capitulo 6: Alimentación
Capitulo 7: Ejercicio Físico
PARTE IV CONCLUSIONES
Introducción
Capitulo 8 Éxito
Capitulo 9 Felicidad
BI BLIOGRAFIA
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PRESENTACION
“Toda larga jornada comienza con un solo paso”
Proverbio chino.
Amable lector(a), iniciemos ésta jornada compartiendo las ideas que nos
permitirán avanzar por la senda de nuestra superación.
En primer término, consideramos al ser humano integrado por tres
componentes: una parte física, una racional y otra emocional. La trilogía
emocional, racional y física se entrelaza íntimamente para formar al ser
humano. Cada una de éstas dimensiones se relaciona mutuamente con las otras
dos y con los demás seres que constituyen su Comunidad, de tal manera que
cualquier cambio en una de ellas afectará a las otras dos y a su entorno.
El componente racional tiene que ver con pensamientos y la parte emocional
con sentimientos. Estos dos elementos conforman nuestro ser interior y nos
referimos a ellos como alma, mente o espíritu.
El cerebro es la parte del cuerpo humano en donde interactúan los
pensamientos y sentimientos. De ahí se transmite al resto del organismo los
efectos de ésta relación. Los científicos han descubierto que los sentimientos se
originan en el hemisferio derecho del cerebro, mientras que la actividad
racional está concentrada en el hemisferio izquierdo.
La zona central del cerebro está conformada por una inmensa cantidad de
conectores que unen los dos hemisferios cerebrales. Ha sido comprobado
científicamente que las decisiones se toman en la parte frontal-central del
cerebro y cuando la persona está escogiendo una opción se activan las
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radiaciones provenientes de los dos hemisferios hacia ésta parte del cerebro, en
una especie de bombardeo neurológico.
Esta interconectividad hace posible la mutua influencia entre los dos
hemisferios cerebrales y entre la mente y el cuerpo físico para conformar el más
complejo y perfecto sistema: el ser humano.
Desde la antigüedad se ha reconocido la conexión existente entre la forma
como pensamos, sentimos y funcionamos físicamente. El viejo aforismo según el
cual: “Mente sana en cuerpo sano” nos recuerda el impacto que tiene la mente
sobre el cuerpo y viceversa.
En nuestros tiempos, la relación entre mente y cuerpo ha sido comprobada por
múltiples investigaciones tanto de la Biología como de la Siquiatría. Se ha
encontrado por ejemplo, que la interacción pensamiento-sentimiento activa la
producción de hormonas, las cuales afectan todas las células que integran el
cuerpo humano.
Teniendo en cuenta la espectacular complejidad de la interdependencia de las
tres dimensiones del ser humano, se puede intentar sintetizarla diciendo que
para cada pensamiento existe un sentimiento y una reacción fisiológica. Lo
anterior significa que la forma en que pensamos afecta nuestros sentimientos y
viceversa, lo que sentimos afecta nuestros pensamientos y a su vez cada una de
estas funciones de la mente está conectada con nuestra dimensión física. En
definitiva, nuestra actuación como seres humanos será el resultado de la
interacción de nuestras tres dimensiones: física, racional y emocional.
Ciertamente heredamos fortalezas y debilidades pero también es verdadero que
tenemos la capacidad para modificar lo transmitido. Podemos fortalecer o
debilitar nuestras tendencias genéticas con los hábitos de vida que escojamos.
Estudios científicos han demostrado que el ser humano está expuesto a
influencias del entorno aún antes de nacer, las cuales moldean su personalidad.
Desde el inicio del desarrollo fetal y a lo largo de nuestra existencia recibimos el
efecto de factores externos que modifican nuestro cuerpo y mente. En muchos
casos recibiremos amor y aceptación, en otras circunstancias estaremos
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sometidos a diferentes condiciones adversas y maltratos, los cuales producirán
múltiples efectos físicos, emocionales y racionales que en definitiva
condicionan nuestro comportamiento. La buena noticia es que estos daños
pueden ser controlados pues estamos capacitados para decidir la forma en que
reaccionamos a las condiciones de nuestro entorno.
Indiscutiblemente las predisposiciones genéticas y las condiciones de nuestro
medio ambiente pueden afectar nuestros sueños, pero somos nosotros quienes
tenemos la última palabra. La mejora de nuestra personalidad y desempeño es
responsabilidad de nosotros mismos y nadie más. Wiston Churchill lo dijo de
ésta manera: “Tu creas tu propio universo durante el camino.”
Los científicos han encontrado que el genoma humano es idéntico en un 99.5%,
Por lo pronto, esto nos hace pensar que los seres humanos somos
biológicamente equivalentes. Pero entonces que es lo que nos distingue los
unos de los otros?. Por que pensamos y sentimos en formas diferentes?. Por
que nos comportamos de manera tan distinta?. Si no son nuestros genes los
responsables de nuestra identidad, entonces la respuesta es nuestra alma. Lo
que nos hace distintos, la gran diferencia está por dentro. Somos lo que somos
por lo que pensamos y sentimos. No por el azar.
La tendencia natural del ser humano es a evitar el dolor, la tristeza, la angustia y
demás estados similares, mientras busca incrementar su alegría, satisfacción,
placer y felicidad. Con cada paso intenta alejarse del valle de lágrimas y
aproximarse al paraíso. Se hace difícil esta travesía por la variedad de opciones
disponibles.
El ser humano es considerado como poseedor de disposiciones naturales
(talentos) que le posibilitan aprender a realizar algunas actividades de manera
sobresaliente. Para desarrollar sus talentos, el individuo requiere ejercitarlos y
complementarlos.
Dependiendo de la ocupación que seleccionen para utilizar sus talentos, las
personas necesitan adquirir los conocimientos, competencias y actitudes que
fortalezcan estas cualidades congénitas.
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Este libro presenta elementos básicos para que los lectores identifiquen sus
talentos, seleccionen su actividad preferida, adquieran los conocimientos,
competencias y actitudes correspondientes, y le asignen un propósito que les
permita llevar una vida auténticamente exitosa y feliz.
Somos seres originales dotados de diferentes talentos que multiplicamos
cumpliendo nuestra misión particular, rodeados de otros seres con aportes
igualmente valiosos para la armonía del universo, y con los cuales mantenemos
relaciones mutuamente influyentes.
También aceptamos que somos seres en permanente cambio. Solo quedamos
estáticos cuando dejamos de existir. Esta continua transformación será para
mejorar o empeorar según sean las opciones que escojamos. Esto implica entre
otras cosas, que nunca es tarde para iniciar ningún proceso de cambio para
progresar. Mientras queda algo de trayecto por recorrer tendremos el reto de
avanzar.
Lo expuesto hasta ahora no es ningún secreto, pero si es necesario que lo
mantengamos presente pues le dará sentido a todo lo que se propone en ésta
obra.
Aquí se presenta el crecimiento humano como un proceso continuo que apunta
incesantemente hacia el desarrollo equilibrado del potencial requerido para
cumplir la misión personal. El éxito y la felicidad se darán como resultado final
del proceso de Crecimiento Integral.
Orientando el proceso de adentro hacia afuera, en la primera parte del libro se
trata el mejoramiento racional, haciendo énfasis en la salud racional. En la
segunda parte se exponen ideas prácticas para la sanación emocional, y la
tercera parte está orientada al mantenimiento físico. Finalmente, la cuarta
parte está dedicada a integrar y concluir.
Como todo proceso, el Crecimiento Integral está conformado por actividades
relacionadas entre sí. Solo si éstas acciones se ponen en marcha se verán los
resultados. Por ésta razón, los lectores de éste libro le encontrarán sentido en la
medida en que experimentan las propuestas presentadas.
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Con un enfoque integral y de manera comprensible, aquí se presentan los
fundamentos de Fé y Ciencia aplicables al mejoramiento de cada uno de las
dimensiones del ser humano. En éste empeño, la Fé y la Ciencia son
consideradas no solo compatibles sino complementarias en la búsqueda de la
verdad. Mientras la Ciencia es el resultado del funcionamiento de la dimensión
racional, la Fé se da en el campo emocional. Mientras la Ciencia exige la
recolección y análisis de información, la Fé requiere la experimentación de los
sentimientos. La Ciencia es cuestión de observar, la Fé es asunto de sentir. El ser
humano está dotado para utilizar tanto la Fé como la Ciencia en búsqueda de su
plena realización.
Las citas bibliográficas y menciones personales presentadas a lo largo de éste
trabajo le recuerdan al lector que los fundamentos del desarrollo humano
provienen de diferentes fuentes y han sido conocidos y practicados desde
tiempos inmemoriales.
Evitando las generalizaciones y con la intención de ofrecer elementos para una
solución polifacética y personalizada a los problemas que dificultan la plena
realización del ser humano, aquí se presenta una serie de ejercicios prácticos
para facilitar la aplicación de los conocimientos adquiridos, con la esperanza de
que el lector avance por sí mismo apoyado en su propia experiencia y
creatividad.
Esta obra es el resultado de treinta y cinco años de estudios, investigaciones y
desempeño profesional en cargos tales como Director de Desarrollo Humano,
Consultor de empresas, Decano y Profesor universitario, que me dan la
seguridad para afirmar que lo propuesto aquí sí funciona.
Al finalizar la lectura de este libro usted, amble lector@, habrá logrado:
Identificar sus auténticos talentos.
Reconocer sus fortalezas y debilidades.
Realizar un plan de vida para elevar sus niveles de éxito y felicidad.
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PARTE I
CRECIMIENTO RACIONAL
“Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo:
Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos
Y el servidor de todos.”
Marcos, 9:35
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INTRODUCCION
El componente racional es responsable por las siguientes funciones
intelectuales: 1) Aprendizaje; 2) Razonamiento; 3) Planeación; 4) Toma de
decisiones; 5) Expresión; 6) Memoria; 7) Concentración y 8) Análisis.
La dimensión racional permite al ser humano adquirir consciencia del entorno,
de los demás y de sí mismo, lo cual implica la identificación de las causas y
consecuencias de sus actos. Igualmente, el desempeño racional le
posibilita obtener y procesar la información necesaria para planear su vida,
tomar decisiones para superar las dificultades, y adquirir las actitudes que
activen su proceso de crecimiento integral.
Haciendo a un lado las disquisiciones filosóficas sobre el tema, podemos estar
de acuerdo en que lo racional está relacionado con un motivo o un propósito. Es
decir, los individuos actúan racionalmente cuando buscan de manera eficiente
sus metas. Sin un propósito superior el individuo actuara erráticamente,
inconsciente de sí mismo y de su entorno, llegando a los límites del narcisismo.
Esto puede explicar la duda existente entre algunos científicos (1) sobre la
naturaleza racional del Hombre.
Múltiples trabajos investigativos han sido realizados con la intención de
optimizar las capacidades de aprendizaje, concentración, memoria, solución de
problemas y en general para el mejoramiento de la dimensión racional del ser
humano. Afortunadamente cada día encontramos literatura que nos da cuenta
de nuevos hallazgos sobre el avance científico en búsqueda del desarrollo de la
racionalidad.
La educación tradicional está orientada predominantemente a fortalecer las
facultades racionales del individuo. En adición a lo anterior, la responsabilidad
fundamental asignada por las sociedades civilizadas a la familia es la formación
de valores, virtudes y carácter de la persona, lo cual es otra función racional. Lo
anterior nos permite afirmar que la racionalidad es la más atendida de los tres
componentes del ser humano.
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La propuesta de mejoramiento del desempeño racional presentada en este libro
comienza con el diseño de un Plan de Vida que será un mapa de ruta
orientado por la misión, valores, fortalezas, debilidades y metas. De esto trata
el primer capítulo.
En el segundo capítulo se presenta el concepto de círculo de comportamiento
como una herramienta para el manejo de los cambios requeridos para
maximizar las fortalezas y minimizar las debilidades.
En el tercer capítulo revisaremos la salud racional como parte del bienestar
mental. Aquí se ofrecen técnicas para la reducción del estrés y fortalecimiento
del pensamiento positivo como auxiliares del desarrollo de las facultades
racionales.
Con la práctica de los recursos educativos que se expondrán en ésta primera
parte del libro, los lector@s incrementarán el conocimiento de sí mismo y su
autoestima. Le dará mayor sentido a su vida y mejorara su optimismo y visión a
largo plazo. Fortalecerá su estabilidad emocional y estará en condiciones de
manejar los cambios requeridos para mantener el control de su vida. En
definitiva, tendrá suficiente motivación y confianza en sí mismo para superar
creativamente los retos que se le presenten, especialmente aquellos
relacionados con su crecimiento integral.
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Capitulo 1
PLANEACION DE VIDA
“Por qué me tiene que suceder esto a mi?”, exclamó Julia desde la puerta del
salón que compartíamos varios profesores. Nos explicó que le habían notificado
la terminación del contrato de trabajo con la Universidad y tendría que
devolverse a la capital a buscar empleo inmediatamente pues tenía varias
obligaciones económicas apremiantes.
En la primera reunión que organizamos para buscar formas de solidaridad con
Julia, ella nos contó que estaba muy decepcionada pues toda su vida había
estado huyéndole a la pobreza y ahora la amenazaba, junto a sus dos hijos.
Con lágrimas en los ojos recordó que sus padres la convencieron de mantenerse
en la escuela asegurándole que era la forma de evitar que cuando creciera
tuviera que sufrir todas las necesidades que, para la época, ella estaba
soportando con su familia. Nos confió que ese miedo le influyó en las decisiones
importantes que ha tomado, como la escogencia de su carrera universitaria.
Después de graduarse se casó con un compañero de estudios que le ofrecía
más seguridad económica que emocional. A los pocos años se convenció que
su esposo no cumplía sus expectativas y entonces decidió divorciarse e irse al
exterior a realizar estudios de especialización.
Nos confesó que al concluir su posgrado se incorporó a la Universidad por
considerar que le ofrecía mayor estabilidad laboral pero ahora se encontraba
frente a otra frustración.
Recientemente encontré a Julia dirigiendo uno de sus centros de atención de
niños con dificultades de aprendizaje. No hubiera necesitado decírmelo, pero
me advirtió que era muy feliz pues había reinventado su vida hasta encontrar
finalmente una actividad que la apasionaba desde siempre.
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Mientras nos tomamos un café, me contó que estaba enamorada, construyendo
una relación brillante y deliciosa, según sus palabras. Planeaba casarse con el
hombre que había conocido en un seminario-taller sobre creación de empresas,
tan pronto terminaran los proyectos en que cada uno se había comprometido
desde hace algún tiempo.
Al despedirnos le conté que estaba escribiendo un libro sobre mejoramiento
personal y que pensaba mencionar su caso. Me dijo emocionada: “Espero que
no lo haga para comer, en cambio coma para escribirlo”. Su risa estruendosa
aun resuena agradablemente en mis oídos a pesar de haberse burlado de mi
contextura física.
PLAN DE VIDA
Para iniciar el tema de éste capítulo es conveniente dejar claro que el Plan de
Vida es el conjunto compuesto por:
A. Misión,
B. Valores y
C. Metas.
El Plan de Vida será una herramienta eficaz para el crecimiento integral cuando
todos sus elementos estén bien identificados y articulados entre sí.
Encontramos a diario personas que dilapidan sus oportunidades por falta de
una visión clara de su misión. También existen las personas con su misión
definida pero que por falta de valores se desvían de ella, y en fin multitud de
ejemplos que nos demuestran la necesidad de tener un Plan de Vida coherente
para realizarnos plenamente como seres humanos.
Sin un Plan de Vida estaremos a la deriva, expuestos a la manipulación e
imposición de los planes ajenos. Perderemos el control de nuestro destino y
estaremos condicionados por las circunstancias. Andaremos por caminos
extraños y hasta en contravía de nuestra felicidad. Sin una carta de navegación
estaremos a merced de los vientos. Por el contrario, el Plan de Vida nos dará
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autonomía. Entonces seremos mas dependientes de nosotros mismos e
independientes de los demás, protegiéndonos así de las fuerzas que pretenden
desviarnos del camino.
Mientras encontramos el significado de nuestra vida, correremos los peligros de
las frustraciones y derrotas, como le ocurrió a Julia, (el personaje del caso
mencionado anteriormente), durante gran parte de su vida hasta cuando
identificó su misión, valores y metas que definieran su trayectoria vital.
Planeamos para aprovechar al máximo cada oportunidad de crecimiento que
ofrecen las condiciones económicas, sociales y educativas que nos rodean.
Iniciaremos la planeación personal reconociendo nuestra misión junto con el
marco de valores que nos integra armónicamente a la Comunidad. Después
identificaremos las características que dificultan el cumplimiento de nuestra
misión, las cuales sirven de fundamento, junto con los talentos, para la fijación
de las metas personales.
A. Misión
Estamos de acuerdo en que cada uno de nosotros somos seres únicos. Es la
búsqueda permanente de ésta individualidad la que impulsa al ser humano a
descubrir su misión, que es la actividad que le permite multiplicar sus talentos
con un propósito que traspasa sus intereses personales. Es la justificación de su
presencia en éste mundo.
Cuando el ser humano encuentra la ocupación que le ofrece la oportunidad de
utilizar sus talentos en el servicio a los demás, la ejercerá de manera
espontánea y placentera. Por el contrario, el vacío que deja la ausencia de la
misión vital tiende a llenarse con adicciones y aventuras destructivas.
Entendida de ésta manera, la misión tiene tres componentes:
1. Los talentos del individuo.
2. La ocupación escogida para multiplicar sus talentos.
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3. El propósito superior con que ejerce la ocupación escogida.
Veamos por separado cada uno de estos elementos de la misión personal.
1. Talentos humanos.
El ser humano es poseedor de una o mas disposiciones congénitas que le
posibilitan realizar algunas actividades de manera sobresaliente.
Aquí nos referimos al talento como una inclinación natural para realizar bien
algún quehacer. Constituye una aptitud hereditaria para aprender a
desempeñar determinadas funciones de forma excepcional.
Estos son ejemplos de aptitudes personales. Algunas de estas destrezas
especiales aparecen como una dotación natural en diferentes individuos.
1. Actitud de servicio
2. Adaptabilidad
3. Amabilidad
4. Análisis de información numérica
5. Aptitud artística
6. Capacidad de aprendizaje
7. Capacidad para superar problemas y aprovechar oportunidades
8. Comunicación
9. Concentración
10. Confiabilidad
11. Creatividad
12. Curiosidad
13. Destreza Física
14. Disposición a cambiar para mejorar 15. Empatía
16. Estabilidad emocional
17. Habilidad para superar problemas
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18. Implementación de ideas
19. Iniciativa
20. Inteligencia emocional
21. Intuición
22. Liderazgo
23. Manejo de cifras
24. Manejo de incertidumbre
25. Memorización
26. Observación de detalles
27. Organización de información
28. Pensamiento tridimensional
29. Percepción
30. Relaciones interpersonales
31. Sentido del humor
Las anteriores fortalezas pueden ser clasificadas en las siguientes categorías:
A. Físicas
B. Emocionales
C. Racionales
Los talentos constituyen características del ser humano que permanecen
latentes durante su vida. Son parte fundamental de la auténtica personalidad
del individuo y determinan en gran proporción su potencial de excelencia.
A diferencia de los talentos, las competencias son el resultado de la educación
del individuo y pueden ser definidas como: las capacidades para aplicar los
conocimientos requeridos en el desempeño satisfactorio de un cargo laboral.
Cuando dichas cualidades realzan los talentos del individuo nos referimos a ellas
como las competencias complementarias.
Los talentos son cuestión de genética mientras que las competencias son un
asunto de aprendizaje.
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Es importante distinguir los talentos de las competencias adquiridas por el ser
humano como resultado de sus estudios y vivencias. Cuando una persona tiene
la oportunidad de cultivar sus talentos y adquirir las competencias
complementarias se encuentra en las mejores condiciones para lograr la
excelencia.
Algunas de las competencias son adquiridas por razones equivocadas y pueden
ser antagónicas a los talentos del individuo, lo cual constituye un obstáculo para
alcanzar su máximo potencial de idoneidad. Cuando las competencias
adquiridas no son afines con los talentos de la persona, le pueden generar
confusión e inestabilidad emocional, a tal punto de impedirle alcanzar su
máximo potencial de desarrollo.
Por ejemplo: si la persona que posee el talento musical decide, por razones
aleatorias, hacerse ingeniero mecánico enfrenta el riesgo de perder
autenticidad en un proceso de alienación que generalmente se inicia en el hogar
y concluye en la universidad.
Las competencias complementarias refuerzan los talentos, no los substituyen.
Para redondear éste punto veamos un par de ejemplos:
A.- Una persona tiene el talento de la creatividad representado por la capacidad
de generar ideas originales. Para multiplicar éste talento necesitará adquirir
algunas competencias que le permitan convertir sus ideas en soluciones
novedosas para problemas reales. Requerirá adquirir la capacidad para
presentar sus propuestas de manera que sean atractivas a los inversionistas
interesados en establecer una industria que produzca utilidades para ellos y
para el autor de la idea. En caso de preferir fundar su propio negocio necesitará
adquirir competencias administrativas, tales como planeación, financiación,
organización, dirección y control de las actividades conducentes a convertir sus
ideas en realidades.
B.- Otro individuo tiene el talento del canto. Para potenciar su inclinación
natural ésta persona necesita aprender a tocar un instrumento musical,
componer canciones, bailar, expresión corporal, etc.
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Ciertamente nos apasionamos ejerciendo nuestros talentos, pero también es
verdad que necesitamos adquirir las competencias que nos permitan el pleno
uso de nuestro potencial. La pasión sin capacitación es equivalente a
capacitación sin pasión y las dos combinaciones son igualmente indeseables.
Existen personas con talentos sin complementar y personas con competencias
sin talentos que las respalden.
Sin importar su naturaleza, los talentos son recursos poderosos que
necesitamos utilizar de la mejor forma posible, pero debemos identificarlos
primero. Cuando ignoramos nuestras auténticas fortalezas estamos propensos a
tener serias dificultades de orientación y adaptación en nuestra vida. Vivir sin
descifrar estos dones naturales es un despilfarro del potencial personal.
Los talentos pertenecen al individuo desde su origen y se manifiestan a muy
temprana edad. Su reconocimiento es esencial para la planeación de la vida
personal. Cuando las condiciones son favorables, el niño(a) sigue
espontáneamente sus talentos y busca realizar las actividades que le permiten
multiplicarlos.
En algunos casos estas tendencias naturales son notoriamente reconocidas por
las personas, especialmente cuando se trata de talentos artísticos y deportivos.
Su identificación se facilita cuando el individuo encuentra en su entorno
circunstancias normales para incrementar el conocimiento de sí mismo.
Lamentablemente en otras circunstancias a la persona solo se le señalan sus
carencias y debilidades. Para controlar este daño es preciso hacer consciencia
de que todos los seres humanos estamos dotados de talentos, aunque algunas
personas tengamos dificultad para reconocerlos. Cuando admitimos la
existencia de los talentos en las demás personas nos interesamos por los
propios.
Todo fuera mejor si desde muy temprana edad las personas recibieran ayuda
para descubrir sus talentos, antes de que sean ocultados por la contaminación
emocional y racional. La consciencia alterada por odios, miedos, criterios
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equivocados y demás conflictos mentales, es incapaz de descifrar los talentos
que hay dentro de si mismo.
El reconocimiento temprano de los talentos le otorga sentido de dirección al
individuo para enfocar las opciones de educación conducentes a la adquisición
de las competencias que realcen sus habilidades innatas. Por esto es
fundamental que la fase inicial de la educación que reciba el ser humano sea
enfocada a reforzar su individualidad comenzando por la percepción de sus
fortalezas genuinas.
Para identificar nuestras fortalezas naturales es importante comenzar por
examinar nuestra vida para percibir las actividades que nos atraen
instintivamente y las cuales realizamos con satisfacción. Esta introspección nos
debe llevar a distinguir las actividades que realizamos espontáneamente bien de
las que nos cuesta dificultad especial para ejecutarlas.
La distinción de las actividades que realizamos con pasión de aquellas que
ejecutamos por obligación nos ayuda a identificar nuestros talentos. Si la tarea
que estamos realizando nos apasiona, entonces algunos de nuestros talentos
están siendo ejercitados para realizarla. La diferencia la marca la utilización de
las auténticas destrezas innatas.
A continuación se presentan dos ejercicios que ayudan a identificar las
fortalezas congénitas que distinguen nuestra personalidad. Es el punto de
partida de la jornada hacia sí mismo que nos llevará al descubrimiento de
nuestra propia identidad. Esto es lo que se hace:
1 Ubíquese en un lugar tranquilo.
2 Respire tan lenta y profundamente como le sea posible, hasta sentirse
cómodo.
3 Recuerde las actividades que ha realizado durante los dos últimos años
con esfuerzo, concentración y alta satisfacción. Son momentos en que
ha permanecido absorto ejecutando algo útil. (Distinto a las
actividades realizadas para descansar).
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4 Elabore una lista de las habilidades ejercitadas en la ejecución de cada
una las actividades identificadas anteriormente.
5 Clasifique las destrezas contenidas en la lista anterior, colocando en el
primer lugar a la cualidad que aparezca con mayor frecuencia y el
último lugar a la fortaleza con menos menciones.
El siguiente ejercicio consiste en identificar las capacidades que utilizamos para
enfrentar las situaciones difíciles, en las cuales se prueban los legítimos
talentos. Este es el procedimiento a seguir:
1 Ubíquese en un lugar tranquilo.
2 Observe cada detalle a su alrededor mientras respira tan lenta y
profundamente como le sea posible, durante tres minutos.
3 Reconstruya mentalmente las dificultades más importantes que usted
ha superado en la vida. Serán fracasos, pérdidas y demás situaciones
difíciles que usted ha vencido.
4 Describa todos los detalles de la forma como solucionó cada uno de
estos episodios.
5 Identifique las habilidades que utilizó en cada una de las anteriores
situaciones e intégrelas a la clasificación realizada en el ejercicio
anterior.
N.B. Analice cuidadosamente la lista conformada como resultado de los dos
ejercicios anteriores, y distinga las fortalezas congénitas (talentos) de las que
han sido adquiridas por razones de estudio y experiencia.
Ciertamente los triunfos y derrotas dejan muchas enseñanzas. Quizás la mas importante es el conocimiento de las mejores cualidades y las peores deficiencias. El análisis de los comportamientos realizados para alcanzar tanto los logros como los fracasos ayudará a identificar los legítimos talentos del ser humano.
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Otra forma de identificar nuestros talentos es examinando aquellas cualidades que más apreciamos en los demás. Los científicos de la conducta humana han encontrado que las personas tenemos la tendencia a valorar en los demás un rasgo que está en nosotros mismos; algo así como si tomamos las personas que admiramos como un espejo que refleja algunas de nuestras características.
Ensaye comprobar lo anterior haciendo una lista de las cinco personas que le sirven como modelos por su vida ejemplar. Busque la cualidad que usted considera más destacada en cada una de ellas. Revise cuales de estos talentos hacen parte de su propio inventario de personalidad.
En éste empeño también es útil examinar los sueños persistentes, pues nos
pueden conducir a identificar nuestros auténticos talentos. Si frecuentemente
soñamos con alguna actividad especial, con seguridad que algunos de nuestros
talentos estará involucrado en su ejecución. Es cuestión de investigar cuales son
las habilidades necesarias para convertir dichos sueños en realidades y
distinguir las naturales de las adquiridas.
De igual manera, las preferencias de aprendizaje y los pasatiempos favoritos nos
sirven de indicadores de nuestras disposiciones innatas.
La alegría y eficiencia con que desempeñamos la ocupación actual nos ayuda a identificar nuestros talentos. Si estamos realizando un trabajo excelente con el cual nos sentimos satisfechos, existen altas posibilidades de que nuestros talentos están incluidos dentro de los requisitos exigidos para desempeñar exitosamente el cargo ocupado. Por el contrario, si experimentamos frustración con la ocupación ejercida, probablemente tengamos nuestros talentos subutilizados. Es cuestión de analizar detenidamente la situación correspondiente.
El ser humano tiene una predisposición a adquirir los conocimientos
relacionados con sus talentos. Esta facilidad de aprendizaje se activa tan pronto
el individuo tiene clara consciencia de sus cualidades innatas. Al apropiarse de
sus talentos la persona se prepara a invertir en ellos. De esta manera los
complementará con habilidades compatibles.
El máximo potencial de los talentos se logra mediante su complementación y
ejercicio. Los talentos se fortalecen con la práctica y se debilitan con la inacción.
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Con los talentos fortalecidos por el uso y complementación se realizan
actividades extraordinarias. Por eso se puede afirmar que el ser humano alcanza
la excelencia mediante la utilización y complementación de sus talentos. En
otros términos, el ser humano alcanza su pleno desarrollo aplicando la
combinación correcta de talentos y competencias complementarias.
Sin distinciones, los seres humanos tenemos derecho a vivir a la medida de
nuestros legítimos talentos. Es decir, debemos tener la oportunidad de llevar
una vida productiva y feliz. Algunas personas adquieren la ventaja competitiva
de haber identificado sus talentos con la ayuda recibida en el hogar y la escuela.
Estos individuos tienen la posibilidad de escoger las mejores opciones en
términos de educación y ocupación.
En el otro extremo están las personas que no han reconocido sus talentos o que
habiéndolos identificado tomaron decisiones de estudio y trabajo sin
consideración de los mismos. A manera de ilustración consideremos el caso
hipotético de una persona que demuestra talento matemático desde muy
temprana edad y en lugar de respetar ésta inclinación natural, la mencionada
persona es inducida a estudiar odontología porque su tío que ejerce dicha
profesión tiene tres carros y dos casas. Probablemente ésta persona enfrentará
serias dificultades para ingresar al grupo de su Comunidad que manifiesta
disfrutar una vida altamente satisfactoria.
En muchas circunstancias desde el hogar pasando por la escuela y el trabajo la
persona se ve obstaculizada para reconocer y valorar sus propios talentos.
Por diferentes razones equivocadas el individuo es incitado a escoger opciones
de carrera o trabajo, sin tener claridad sobre sus fortalezas innatas, corriendo el
riesgo de malgastar recursos en estudios y entrenamientos. De ahí la
importancia de identificar primero los talentos para después si escoger la
profesión u oficio a la cual le dedicará la vida.
Identificando sus talentos el ser humano alcanza las mejores condiciones para
escoger la actividad que le permita utilizarlos y que le atraerá especialmente.
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Ojala sea la ocupación mediante la cual obtenga los recursos para atender las
necesidades propias y de su familia.
Se puede esperar que el ser humano que confía en sus talentos tenga alta
autoestima y autenticidad. Por el contrario, sin valorar los talentos es difícil
mantener un ego saludable. Ha sido comprobado que las personas que han
detectado sus talentos y los ejercitan en tareas afines tienen mayor posibilidad
de adaptación laboral.
El ser humano tiende a ejercer sus talentos de manera espontánea y el
desempeño del trabajo que le permite utilizarlos le produce alta satisfacción.
Cuando usamos éstas facultades congénitas disfrutamos lo que hacemos.
Aristóteles advertía que: “Así como el pez es feliz nadando y las aves volando,
nosotros seremos felices utilizando nuestros talentos”. De lo contrario se corre
el riesgo de malgastar las destrezas distintivas y únicas con que estamos
dotados para alcanzar nuestro máximo nivel de éxito y felicidad.
Recientes investigaciones han demostrado que la principal causa de
insatisfacción de las personas en su trabajo es la poca exigencia de los talentos
que poseen.
Los talentos humanos son el oxigeno que le da vida a las organizaciones.
Irónicamente, algunas empresas tienen dificultades de sobrevivencia mientras
despilfarran los talentos de sus integrantes.
Del lado positivo se destaca el esfuerzo que hacen las instituciones modernas
para identificar y activar los talentos de sus integrantes. El diseño de puestos de
trabajo a la medida de los talentos y competencias de sus ocupantes, junto con
la apertura de espacios participativos y concursos especiales, son algunos de los
intentos que se realizan para que la gente alcancen su máximo potencial
ejecutando lo mejor que puede hacer.
Otras prácticas que realizan las organizaciones para canalizar los talentos
disponibles hacia las áreas prioritarias en donde puedan ser mejor utilizados,
incluyen: el análisis de los antecedentes personales, pasatiempos y actividades
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extra-laborales junto con las pruebas de medición de talentos. El Instituto de
Ingeniería Humana de la Johnson Research Foundation ha diseñado una batería
de pruebas para evaluar alrededor de 20 talentos.
Por el impacto que tienen los talentos humanos sobre su productividad, las
organizaciones requieren realizar cada día mayores esfuerzos para detectar y
valorar los talentos de sus integrantes.
A las instituciones educativas les corresponde ayudar a los estudiantes a
identificar sus auténticos talentos, además de diseñar las actividades
académicas que les permitan desarrollar estas aptitudes naturales y adquirir las
competencias complementarias para ejercer una determinada profesión u
oficio.
Las personas que seleccionan su carrera profesional considerando sus talentos
tienen mayores posibilidades de éxito. Los índices de deserción tanto estudiantil
como profesional indican el grado de orientación de los estudiantes alrededor
de sus habilidades naturales. Por ejemplo, cuando mas del 50% de los egresados
de una institución educativa no ejercen su profesión a partir de los 5 años de
haberse graduado, dicha institución necesita invertir mayores recursos para
ayudar a sus estudiantes a conciliar sus talentos con las competencias
requeridas para ejercer la profesión escogida.
Un sistema educativo que informa, evalúa y premia a los educandos sin
distinción de sus inclinaciones innatas, propicia el despilfarro de los talentos
humanos de la sociedad. En gran medida, las instituciones educativas son
responsables por la desadaptación laboral de sus egresados.
La moderna tecnología de las comunicaciones ofrece la oportunidad de
personalizar la educación, es decir ajustarla a los talentos, aspiraciones y demás
circunstancias particulares de cada persona.
Las organizaciones requieren identificar, seleccionar, inventariar, potenciar y
retener los talentos requeridos para ejecutar sus planes estratégicos, mediante
la implementación del sistema de Gestión del Talento Humano (2). A las
empresas les interesa que sus colaboradores tengan la combinación correcta de
25
talentos y competencias para realizar sus trabajos de manera creativa y
productiva.
Ningún talento es insignificante si se utiliza para satisfacer las necesidades
ajenas. En caso de poseer mas de un talento es preciso asociarlos para que
puedan ser utilizados en la jornada laboral.
En conclusión, para multiplicar sus talentos el individuo requiere identificarlos,
complementarlos y ejercitarlos. En la medida en que la persona escoge las
mejores opciones en términos de ocupación, competencias, actitudes y
propósito de su desempeño, estará en condiciones de alcanzar niveles
sostenibles de éxito y felicidad.
Reconociendo los talentos y utilizando ésta información para planear la vida, se avanzará otro paso hacia el Crecimiento integral.
Pero antes de seguir adelante, voy a advertir de la manera más clara posible lo
siguiente: Si usted amable lector(a) intenta continuar leyendo éste libro sin
hacer alguno de los ejercicios y actividades aquí propuestos, le puede resultar
una labor infructuosa. Lo expuesto aquí tendrá pleno sentido en la medida en
que el lector lo comprueba con su propia vivencia. Si lo que se busca es mejorar
la calidad de vida, la simple lectura pasiva de éste libro es insuficiente. Se
requiere pasar a la acción experimentando los cambios necesarios para marcar
la diferencia a su favor.
Para retomar el tema es importante recordar que tenemos un conjunto de
talentos y competencias para utilizar en diferentes actividades.
2. Ocupación preferida.
Hemos identificado nuestros talentos. Ahora la pregunta a resolver es: Que
vamos a hacer con nuestras capacidades naturales?.
En la búsqueda de nuestra ocupación preferida es preciso comenzar por
identificar nuestros talentos para después decidir lo que queremos hacer con
26
ellos. Con alguna frecuencia decidimos lo que haremos en la vida sin tener una
idea de quienes somos, cometiendo una equivocación equivalente a escoger el
camino sin tener suficiente visibilidad del destino. Los talentos son las
principales guías que tenemos para escoger la profesión u oficio que hace parte
de nuestra misión.
La ocupación preferida es la actividad vital que realizamos con la aplicación de
nuestros talentos y cuya mayor recompensa es la satisfacción que produce su
ejecución. Es la ocupación que nos apasiona al permitirnos utilizar nuestras
auténticas habilidades.
Existen múltiples opciones para aplicar nuestros dones congénitos. A diferencia
de los talentos, los intereses ocupacionales son el resultado de nuestras
vivencias, por lo que cambian durante la vida personal.
Diferentes individuos realizan diferentes actividades con especial agrado y
naturalidad. Enseñar, conducir automotores, pescar, escribir, construir casas,
elaborar programas de computador y tocar guitarra son algunas de las múltiples
ocupaciones que atraen a los seres humanos.
Sin embargo, si una persona tiene un fuerte interés en una ocupación en
particular, debe considerar las funciones que se adecuan mejor a sus talentos.
En otras palabras, es importante investigar cuales talentos serán exigidos en el
ejercicio de esta ocupación. Entendamos que ser un cirujano no es la única
actividad en el campo de la medicina como tampoco enseñar en un salón de
clases es la única forma de transmitir conocimientos.
Desde muy temprana edad los seres humanos tenemos una vaga idea de lo que
queremos hacer en la vida, pero a medida en que evoluciona nuestra
consciencia tendremos una mejor noción de nuestros talentos e inclinación
vocacional.
Entre más temprano en nuestra vida encontremos la ocupación preferida,
mayor sentido tendrá nuestro desempeño. Lo más conveniente es que antes de
terminar nuestra educación intermedia y previa a la escogencia de la carrera
profesional u oficio, tengamos identificada nuestra vocación ocupacional, para
27
que la preparación y entrenamiento requeridos sean realizados con una clara
orientación y alta motivación.
Lamentablemente algunas personas escogen su ocupación apresuradamente
para tener que hacer correcciones drásticas cuando han recorrido un largo
tramo de la vida.
De todas maneras, sin importar la edad debemos hacer lo que sea necesario
para encontrar la actividad principal que nos permita ubicarnos en el camino de
nuestra misión personal.
Mantengamos presente que la ocupación preferida debe cumplir dos
condiciones:
a) ofrecer satisfacción y
b) exigir la utilización de los talentos personales en su ejecución.
Lo siento, pero no clasifican en ésta categoría actividades como ver televisión,
comer helados o cualquier otro pasatiempo que disfrutamos sin la exigencia de
concentración y esfuerzo.
Steve Jobs, cofundador de Apple, afirmó que: “La única forma de hacer un
excelente trabajo es amar lo que se hace. Si usted no lo ha encontrado
manténgase buscándolo.”
El conocimiento de sí mismo: de nuestras fortalezas, debilidades, motivaciones,
valores, creencias, gustos, disgustos y hasta asuntos ligeros como la comida y
color preferidos, facilitará la identificación de nuestra actividad preferida. En
éste empeño es útil responder a preguntas tales como:
Qué intereses especiales tengo?.
Cuáles son mis temas favoritos?.
Cuáles son los asuntos que me despiertan mayor curiosidad?.
Qué entretenimientos utilizo en mi tiempo libre?.
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Cada aspecto de nuestro ser contribuye a nuestro propio conocimiento si lo
describimos cándidamente y sin censura. Para esto es conveniente practicar el
arte de escucharnos a nosotros mismos.
En éste sentido nos ayudará también la investigación de nuestros
ancestros: de dónde vienen?, que hacían?, como lo hacían?, etc.
Incluso los sueños que reiterativamente nos colocan en situaciones agradables
pueden ser indicadores de nuestras actividades favoritas.
El siguiente ejercicio nos ayuda a identificar nuestra orientación vocacional a
través de aquellas actividades que realizamos con alegría y cuyos resultados
nos producen especial orgullo. El objetivo del ejercicio que se presenta a
continuación es observar las acciones que repetimos con gusto y exitosamente,
sin importar el tiempo que le dedicamos ni las recompensas marginales. Este es
el procedimiento a seguir:
1. Ubíquese en un ambiente tranquilo.
2. Observe cada detalle a su alrededor mientras respira tan lenta y
profundamente como le sea posible durante tres minutos.
3. Recuerde cada uno de los honores, distinciones, felicitaciones, premios,
diplomas, promociones y cualquier otro reconocimiento alcanzado,
comenzando por el más reciente.
4. Reconstruya las actividades realizadas para alcanzar cada uno de los
triunfos anteriores. Hágalo con la mayor cantidad de detalles, como los
sonidos, colores, olores y demás sensaciones experimentadas durante
su ejecución.
5. Elabore una lista de las actividades identificadas en el punto anterior. A
cada una de éstas actividades asígnele un puntaje de 1 a 5, siendo 5 para
la actividad que realiza con mayor agrado y 1 para la actividad que le
ofrece la menor satisfacción al ejecutarla.
Si por alguna razón no ha recibido aún ningún reconocimiento por sus logros,
realice el siguiente ejercicio en búsqueda de su ocupación preferida:
29
1. Ubíquese en un ambiente tranquilo.
2. Oiga, mire, huela y sienta cada detalle a su alrededor, mientras respira
lenta y pausadamente hasta sentirse relajado.
3. Reconstruya las actividades que realiza con esfuerzo y concentración.
Hágalo con la mayor cantidad de detalles, como la frecuencia con que
las realiza, los sonidos, colores, olores y demás sensaciones
experimentadas durante su ejecución.
4. Elabore una lista de las actividades identificadas en el punto anterior.
A cada una de estas actividades asígnele un puntaje de 1 a 5, siendo 5
para la actividad que realiza con mayor satisfacción, y asígnele 1
punto a la actividad que le ofrece menos alegría al ejecutarla.
Si algunas de las actividades del ejercicio anterior aparecen con una evaluación
equivalente en términos de satisfacción, asígnele el lugar más alto a la actividad
que realiza con mayor concentración y esfuerzo.
Estos ejercicios podrán tomar varias sesiones, pero bien valen la pena pues
cada encuentro con uno mismo es un verdadero “momento de la verdad” que
nos permitirá conocernos mejor. En consecuencia, ahora estamos en
condiciones de mejorar nuestra autoestima y confianza en sí mismo, pues para
estimar y confiar en alguien es necesario conocerlo suficientemente.
Los seres humanos suelen encontrar varias actividades placenteras cuya
ejecución les exige la aplicación de sus mejores cualidades con concentración y
esfuerzo. Es entre estas actividades que el individuo escogerá para cumplir su
misión personal.
Es importante entender que la razón correcta por la cual se escoge la actividad
preferida es la posibilidad de aplicar los talentos en su ejecución. La
equivocación al tomar esta decisión produce serias dificultades de adaptación
laboral. Se ha comprobado que la causa principal de insatisfacción en el trabajo
es la subutilización de los talentos en su desempeño.
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Una reciente investigación demostró que las personas que son fieles a sus
auténticos talentos y escogen su ocupación laboral en respuesta a la atracción
instintiva que le produce determinada actividad tienen mayores posibilidades
de alcanzar altos niveles de satisfacción y éxito, comparados con los individuos
que seleccionan su carrera profesional atraídos por el dinero, prestigio o
estabilidad que esta ofrece.
Pocos niegan el poder motivador del dinero, el prestigio, la estabilidad y otros
factores marginales al trabajo mismo. Muchas personas deciden buscar la
felicidad en el trabajo. Escogen la ocupación que les permita utilizar sus talentos
al servicio de los demás y por lo tanto ejercerla con pasión y excelencia. Esta
opción les ofrece niveles sostenibles de felicidad, además de estabilidad,
prestigio, dinero y otros reconocimientos correspondientes.
De todas maneras, si al llegar aquí aun se tiene alguna dificultad para identificar
la ocupación preferida es necesario aclarar la imagen que se tiene de si mismo.
Es necesario saber quiénes somos para entonces decidir que queremos hacer.
En el resto de éste capítulo se presenta información suficiente para adquirir una
idea más precisa de nuestra identidad, y mejorar así la posibilidad de acierto en
la escogencia de la actividad preferida.
Con la ayuda de los ejercicios y actividades realizadas hemos identificado
nuestros talentos y escogido la actividad que vamos a realizar por el resto de la
vida. Nos queda ahora determinar que propósito o justificación le vamos a dar.
3. Propósito Superior
El propósito superior es el aporte transcendental que nos comprometemos
realizar con la actividad escogida. Es la dirección hacia la cual dirigimos nuestros
mejores esfuerzos.
En el intento por darle sentido a nuestra vida, las preguntas a responder son de
éste estilo:
Cuál es el significado de mi vida?
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Porqué estoy aquí?
Cuál es la razón para seguir viviendo?.
Cual es la causa a la que dedicaré mis talentos?
A quién beneficia mi actividad?.
Las respuestas a las anteriores preguntas estarán inspiradas en gran parte por
nuestras creencias filosóficas y religiosas. Por ejemplo, para los cristianos
las Escrituras dicen que venimos al mundo a servir al prójimo. En éste orden de
ideas, el propósito transcendental de nuestra vida será el de contribuir a
satisfacer las reales necesidades de nuestros semejantes.
Independientemente de nuestras creencias, todos los seres humanos tenemos
la alternativa de colocar nuestros talentos al servicio de los demás o para
nuestra gratificación personal.
Tanto la maestra como el camarero, el médico, la aseadora, el investigador o el
artista tienen la opción de centrar su actividad principal alrededor de sí mismo
o aportar al cubrimiento de las auténticas carencias de los demás.
Las investigaciones científicas realizadas hasta ahora sobre el tema y las
abundantes evidencias empíricas señalan la opción egoísta como menos
generadora de felicidad, comparada con la alternativa que beneficia a
la comunidad y a la sociedad en general.
Por ejemplo, un reciente estudio ocupacional realizado entre la población
norteamericana encontró que los trabajos que se ejecutan con mayor
satisfacción son en su orden, con el porcentaje de individuos que manifestaron
estar muy satisfechos con su ocupación, los siguientes:
Sacerdocio 87 %
32
Bomberos 80 %
Físico-terapistas 78 %
Autores 74 %
Educadores 70 %
Estos resultados demuestran que las cinco ocupaciones que mayor gratificación
ofrecen a los trabajadores norteamericanos tienen una relación clara con el
servicio a la gente. Es la condición común en estos trabajos y quizás el factor
más influyente en la satisfacción personal, comparado con los demás beneficios
que ofrecen, como la remuneración económica, condiciones ambientales y
prestigio social.
Existen en el mundo múltiples casos de personajes con notorios talentos que
desafortunadamente utilizan para sus intereses personales con un alto costo de
infelicidad y miseria emocional.
Aquí nadie está invitando a competir con la Madre Teresa de Calcuta, Martin
Luther King, Mahatma Ghandi, Dalai Lama o con cualquier otro líder de la
Humanidad. Más bien la propuesta es a imitar el compromiso y la pasión con
que estos personajes cumplieron su misión con un propósito superior a sus
ambiciones inmediatas.
No hay ninguna incompatibilidad entre el servicio a los demás y la
correspondiente recompensa. Nada hay de reprochable en adquirir la
remuneración proporcional a nuestro esfuerzo por atender las necesidades
genuinas de los demás. Nada hay de censurable si logramos los recursos para
suplir nuestras reales necesidades, es decir aquellas que demanda la realización
de nuestra misión. Por el contrario, podemos esperar que el dinero, la fama y
demás recompensas lleguen como resultados adicionales a la felicidad que se
obtiene mientras contribuimos con nuestro trabajo al cubrimiento de las reales
carencias de las personas que están a nuestro alcance.
33
Los seres humanos maximizamos la felicidad aplicando nuestros talentos al
servicio de los demás, es decir, cumpliendo nuestra misión.
En el mundo de los negocios, los dirigentes que han comprobado ésta forma de
vida a nivel personal la están aplicando en sus empresas con el resultado de
mayor prestigio y utilidades a medida que logran orientar la misión de sus
organizaciones a la satisfacción de las autenticas necesidades tanto de sus
clientes internos (colaboradores) como de sus clientes externos (compradores).
Mas aun, la utilización de los talentos para servir a los demás es el fundamento
del emprendimiento empresarial. Cuando se hace algo útil y bien habrá
personas interesadas en adquirirlo y entonces se tiene el embrión de un
negocio.
El ser humano tiene una amplia diversidad de necesidades en cada una de sus
tres dimensiones. En el componente físico están los requerimientos de
alimentación, vivienda, vestido, salud y en general de sobrevivencia. En el área
racional se destacan las demandas de educación e información. En el
componente emocional tenemos necesidades de amor, autoestima, respeto,
autenticidad, transcendencia espiritual y felicidad.
Esta inmensa y variada gama de necesidades humanas hace posible encontrar
nuestro nicho o espacio propio, desde el cual podremos contribuir con nuestra
actividad principal a satisfacer las necesidades que tienen las personas a nuestro
alrededor.
Puede ser en la familia, en el grupo de amistades, en el equipo de trabajo o en la
Comunidad en general en donde podemos encontrar nuestra clientela
particular, es decir las personas a las cuales podemos ayudar a cumplir su
misión. Lo que debemos hacer entonces es profundizar éste nicho para dejar
nuestras huellas que marcarán la diferencia con los demás seres humanos.
Al vivir en una Comunidad cada vez mas interconectada por la tecnología de las
comunicaciones, tenemos la oportunidad de ampliar la contribución que
realizamos para el cumplimiento de la misión de nuestros semejantes.
34
Para algunas personas la búsqueda del propósito superior de la vida será más
sencilla que para otras. Las evidencias empíricas demuestran que ciertas
vocaciones como la docencia y el sacerdocio vienen asociadas directamente con
las personas a servir y con los aportes a realizar, mientras que en otras opciones
ocupacionales aparecen más confusamente y tienen difícil conexión con los
resultados esperados y con las personas beneficiadas.
Es cuestión de identificar las reales necesidades a las cuales vamos a dedicar
nuestros talentos para contribuir a satisfacerlas. En ésta escogencia nos guiarán
nuestros valores y nuestra consciencia que nos ayudarán a separar las
necesidades reales de las imaginarias o superfluas. El mejor criterio para trazar
esta línea divisoria es la aceptación de la noción según la cual todas las criaturas
del Universo tienen una misión que cumplir y lo que conduzca a su realización es
verdaderamente necesario, lo demás es superfluo. Lo realmente indispensable
se refiere a lo requerido para desarrollar nuestra vida de una manera armónica
y eficiente, que es lo importante. En contraposición, aquello que simplemente
queremos, va más allá de lo indispensable y puede confundirse con lo superfluo
y hasta entorpecer el ejercicio de nuestra misión.
Cuando nuestra consciencia se fortalece tenemos la capacidad de desarrollar
habilidades como la empatía y la compasión que nos permiten entender las
carencias de los demás, al mismo tiempo que nos impulsan a aliviarlas por
medio de nuestro diario quehacer. La práctica de estas dos cualidades nos
ayudará a sincronizar finamente nuestro propósito superior con la actividad
preferida, para tener una misión coherente. Es entonces cuando estamos en las
mejores condiciones de identificar nuestra misión que tendrá una fuerte
articulación entre nuestros talentos, la actividad que preferimos realizar y el
propósito superior que nos comprometemos alcanzar.
Con frecuencia se presenta el caso de individuos que están realizando un
servicio a los demás, pero sin ajustarse a su misión particular. Podemos
encontrar personas que realizan trabajos muy útiles a la sociedad, tales como
maestros, enfermeras y demás, las cuales enfrentan frustraciones por haberse
35
equivocado en la identificación de su autentica vocación. Aquí podemos
recordar la primera parte del caso presentado al comienzo de éste capítulo.
A continuación otro caso que nos ayudará a sincronizar nuestra ocupación
preferida con el propósito superior para tener una misión coherente. Conocí
recientemente a un joven de 29 años que vive con sus padres, quienes están en
edad de retiro después de haber criado dos hijos más que viven
independientemente. Al concluir sus estudios secundarios y después de tomar
los cursos de orientación vocacional, éste personaje decidió dedicarse a pintar.
Al comienzo ensayó diferentes géneros y estilos de pintura, para concentrarse
finalmente en las caricaturas e historias gráficas.
Aunque de mantenimiento moderado, pues no hace mayores exigencias
materiales, sus padres están preocupados porque cada día es más retraído e
inestable emocionalmente. Sale de su habitación-estudio muy ocasionalmente y
solo comparte esporádicamente con unos pocos amigos. Cuando alguien le
propone que ofrezca su trabajo a los periódicos y agencias de publicidad, les
responde que él no pinta por negocio sino por placer.
Evidentemente ésta persona encontró la actividad que le gusta realizar pero le
falta conectarla con un propósito que trascienda mas allá de su gratificación
inmediata. Cuando supere su egoísmo, realizará un trabajo con una
remuneración que puede utilizar para satisfacer sus necesidades y entonces
ayudar a otras personas que luchan por cumplir la misión que les corresponde.
En estas condiciones multiplicará su talento y felicidad, alejándose del grupo de
sujetos que irónicamente viven atribulados dedicando sus talentos para su
entretenimiento personal.
Todo apunta hacia la conveniencia de dedicarnos a lo que mejor hacemos con el
fin de servir a los demás. Al identificar el propósito de la actividad preferida se
aclara el sentido de lo que hacemos y adquirimos compromiso con la misión de
nuestra vida. Más aun, colocando nuestros talentos al servicio de una causa
superior a nuestros intereses personales podremos alcanzar el mayor potencial
de éxito y felicidad.
36
Estaremos entonces en condiciones de ganarnos la vida realizando una tarea
que nos apasiona. Podrá existir una mejor forma de vivir?
A éstas alturas hemos identificado nuestra misión que es la ocupación,
profesión u oficio que reúne las siguientes condiciones:
Exige la utilización de nuestros talentos.
Nos apasiona a tal punto que absorbe la mayor parte de nuestro tiempo.
Su ejecución contribuye a la satisfacción de las reales necesidades de
otras personas.
Es conveniente entender que nuestra misión beneficia a la Comunidad y tiene
una función unificadora de la Humanidad pues nos permite formar parte de una
cadena de seres interdependientes que tienen el objetivo común de ayudar a
los demás a justificar su existencia. En otras palabras, cada uno de nosotros
aportaremos al cumplimiento de la misión de los demás y recibiremos a su vez
ayuda para alcanzar nuestra misión. Cada vez que colaboramos a remover un
obstáculo del camino hacia la misión de nuestros semejantes, estaremos
contribuyendo a la armonía de nuestro entorno, y entre más aportemos más
apoyo podemos esperar para cumplir nuestra misión. Es así como funciona la
ley de la reciprocidad.
Evidentemente el mundo no funciona de manera totalmente armónica pues
muchas personas se mantienen aisladas en su egoísmo, negándose a ayudar a
los demás. Pero esto nos debe impulsar a esforzarnos más, no menos, en la
ejecución de nuestra misión con el propósito superior de ayudar a otros seres
humanos a cumplir la misión que les corresponde a ellos.
El principio de “reacción en cadena” que genera la energía nuclear es también el
fundamento de la Energía Humana que se produce al unirse los seres humanos
mediante la cadena de misiones. Contribuyamos entonces a la generación de
ésta energía que requiere el Universo para funcionar armónicamente.
37
Cumpliendo nuestra misión establecemos las relaciones sociales que nos
permiten satisfacer las necesidades de asociación y pertenencia a la Comunidad
que tenemos todos los seres humanos. Seremos entonces conscientes de no
estar solos en la búsqueda del éxito y la felicidad.
Con todo lo difícil que nos pueda resultar la búsqueda de nuestra misión en la
vida, debemos conservar la idea según la cual todos los seres humanos venimos
a éste mundo con un propósito y lo que tenemos que hacer es buscar
incesantemente nuestro espacio, sin importar que tanto tiempo y esfuerzo nos
pueda tomar ésta tarea.
Cuando estemos desorientados por no encontrarle sentido a la vida deberíamos
caminar con una especie de detector de armonía, satisfacción, alegría y
felicidad. Cada vez que recibamos un mensaje del aparato nos detendremos a
analizar si lo que estamos haciendo es lo que queremos realizar el resto de
nuestra existencia, para entonces buscarle un propósito transcendental que
justifique nuestro paso por éste mundo. Sin una misión, nuestra vida tendrá un
vacío difícil de llenar con dinero, poder, fama, etc. Se puede llegar a ser rico y
famoso pero lo importante es alcanzar altos niveles de felicidad.
Nuestra misión es intransferible. Su escogencia es algo muy propio de cada
individuo. Es nuestra responsabilidad personal y nuestro privilegio particular.
Podremos inventar disculpas para no seguir nuestra misión. Quizás decidamos
culpar a nuestros padres, a las limitaciones económicas, a los maestros y usar
cualquier otro escape para alejarnos del camino, pero nuestra misión siempre
estará ahí, esperando por nosotros. Nadie podrá cumplir nuestra misión ni
tampoco podremos cumplir la misión ajena.
Una razón más para esforzarnos en ésta búsqueda: la misión personal junto con
los valores y metas que la sustentan hace parte fundamental de nuestra
identidad personal y en consecuencia nos protege de las influencias externas
que tratan de desviarnos de nuestro destino.
38
Por ningún motivo dejemos sabotear nuestra razón de vivir, nuestra fuerza vital
que nos impulsará cada día, aun en los momentos difíciles, y nos permitirá
alegrarnos con cada triunfo que nos acerque a ella.
En el mejor de los escenarios, la profesión u oficio con el cual adquirimos el
principal ingreso económico nos ofrece la oportunidad de cumplir nuestra
misión. De todas maneras, tenemos el reto de ganarnos la vida utilizando
nuestros talentos para contribuir al cumplimiento de la misión de las personas
que están a nuestro alcance. Es decir, la ocupación laboral, además de ofrecer la
oportunidad de ganar el sustento para nosotros y nuestras familias, debe
darnos la opción de ser felices contribuyendo al cumplimiento de la misión de
otras personas.
Cada día las organizaciones dedican mayores recursos para ayudar a sus
integrantes a identificar y valorar sus auténticos talentos, y en general para
crear condiciones laborales en las cuales sus trabajadores puedan ejercitar sus
talentos con un propósito ampliamente compartido con otras personas.
Las empresas que realizan esfuerzos especiales por ubicar sus integrantes en
posiciones ajustadas a sus talentos, y además les demuestran el aporte que
hacen con su tarea al bien particular de sus equipos de trabajo y en general a la
Comunidad, han logrado aumentar la motivación, satisfacción y eficiencia de sus
colaboradores. En éstas condiciones, las empresas se convierten en los lugares
donde las personas pueden tener una vida productiva y feliz.
Es preciso tener en cuenta que la ocupación laboral no siempre ofrece la
oportunidad a todas las personas de sentirse satisfechas. Existen en el mundo
personas que realizan trabajos que les producen más tristezas que alegrías.
Seguramente dichas personas no han logrado hacer coincidir su misión personal
con la profesión u oficio que ejercen.
La baja satisfacción en el trabajo que manifiestan la mayoría de los trabajadores
de algunas organizaciones es una indicación de la dificultad para encontrar
condiciones laborales en las cuales el individuo pueda cumplir su misión
personal.
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Es conveniente revisar periódicamente el grado de satisfacción que nos ofrece lo
que estamos haciendo, para realizar los ajustes tendientes a incrementar
nuestra alegría diaria. Si permanecemos realizando una labor tediosa nos
acercaremos a la angustia y otros desórdenes emocionales ubicados en el
extremo opuesto de la felicidad. Estaremos andando en contravía. Es preciso
recordar que tenemos el poder y la responsabilidad de modificar lo
indispensable cuando está comprometida nuestra felicidad.
En la mayoría de los casos la insatisfacción en el trabajo se origina por el hecho
de tener fuera de uso algún talento sobresaliente. Debemos entonces buscar
enriquecer nuestra ocupación con una actividad que exija la utilización de ésta
habilidad innata y en consecuencia le agregue felicidad a nuestra vida.
En otras circunstancias la persona puede estar realizando la actividad correcta
pero en el lugar equivocado. Las demás condiciones que ofrece la empresa tales
como cultura organizacional, estilos de liderazgo y sistema de remuneración son
las causantes de su malestar emocional. La solución será buscar otra empresa
que le ofrezca la oportunidad de desarrollar sus talentos en un clima
organizacional compatible con sus valores y expectativas.
Desde luego que no se trata de realizar exclusivamente la actividad que nos
produce alegría y satisfacción. Es importante entender que existen actividades
marginales a nuestra misión, las cuales pueden resultar desagradables pero que
debemos realizar porque las circunstancias nos obligan. La sabiduría popular
indica que primero debemos hacer lo que tenemos que hacer para luego hacer
lo que queremos hacer. Realizar lo que más nos gusta es un privilegio por el cual
debemos invertir para obtenerlo. Cada uno de nosotros tenemos unas
responsabilidades que debemos cumplir para adquirir el derecho a perseguir
nuestros sueños.
Pero también es preciso reconocer que estas actividades marginales a nuestra
misión no deberán desviarnos del camino y mucho menos constituirse en una
especie de cuota inicial para nuestra futura felicidad. Nadie garantiza la felicidad
en el futuro pues ésta solo se puede experimentar en el presente.
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De todas maneras, si el trabajo que realizamos nos causa miseria emocional en
lugar de pasión y felicidad, estamos en la necesidad de hacer ajustes e incluso
cambios drásticos a la actividad laboral escogida.
Mientras logramos encontrar nuestro nicho laboral desde donde podamos
cumplir nuestra misión, debemos tratar de apreciar lo bueno que pueda
ofrecernos la ocupación actual: la remuneración económica y una oportunidad
para aprender y desarrollar las competencias necesarias para alcanzar en el
futuro las condiciones que nos permitan cumplir la misión.
Si por alguna razón nos vemos forzados a modificar nuestra carrera laboral,
tengamos en cuenta que más que una profesión u oficio lo que tenemos es un
conjunto de talentos y competencias que bien pueden ser utilizados para
realizar actividades productivas. Cumpliendo nuestra misión superaremos la
mediocridad hasta alcanzar la excelencia.
Es interesante tener en cuenta que al identificar un segmento de la población a
la cual podemos servir con nuestros talentos tenemos la semilla de una
empresa. En el origen de todo negocio aparecen unos talentos destinados a
ofrecer un producto y/o servicio para cubrir alguna necesidad humana. Los
creadores de empresa tienen la capacidad de identificar la comunidad a la cual
pueden servir con sus talentos. Los negocios exitosos se gestan en el encuentro
de los legítimos talentos con las necesidades reales.
Ciertamente la noción de misión personal proviene de culturas milenarias pero
con vigencia en nuestros tiempos. Recientes investigaciones demuestran que las
personas que permanecen fieles a un compromiso superior tienen mayores
posibilidades de llevar una vida mas sana y prolongada que las personas que se
niegan a darle sentido transcendental a su existencia.
En pocas palabras, la misión es la actividad que permite al ser humano utilizar
sus talentos con un propósito que supera su egoísmo. Es lo que hace al Hombre
un ser único, digno y trascendental.
Hemos dado el primer paso en la dirección correcta al establecer nuestra misión
personal, pero es preciso hacer algo mas para alcanzar los niveles de éxito y
41
felicidad que nos merecemos por colocar nuestros talentos al servicio de los
demás ejerciendo una actividad que nos apasiona.
La próxima etapa de la elaboración del Plan de Vida consiste en la
determinación de los valores que guiarán nuestro camino.
B. VALORES HUMANOS
En términos sencillos los valores son las ideas fundamentales que guían la
conducta de los seres humanos. Son opiniones y creencias personales que el
individuo escoge, usualmente en su temprana juventud, las cuales evolucionan
en el intercambio con el mundo exterior y con algunas modificaciones conserva
a través de su vida. Hacen parte de su personalidad.
Algunos de los conceptos fundamentales alrededor de los cuales se generan los
valores humanos son: Justicia, Educación, Dignidad Humana, Honestidad,
Fidelidad, Libertad, Individualismo, Responsabilidad, Democracia, Igualdad,
Verdad y Paz.
La escala de valores es el conjunto de creencias coherentes escogidas por el
individuo como fundamento de su comportamiento. Refleja lo que el individuo
aprecia en la vida y está dispuesto a defender. Constituye la estructura ética que
fortalece el carácter del individuo.
Se requiere que la escala de valores humanos sea consistente, es decir que sus
elementos sean compatibles entre si. Por ejemplo existe una contradicción
entre apreciar la Dignidad Humana y al mismo tiempo considerar a las personas
como recursos para alcanzar objetivos.
Una persona de principios es aquella que adopta una escala de valores como su
código de conducta cotidiana. Sus actitudes y decisiones se derivan de su
sistema de valores personales. Coloca sus principios por encima de su
comodidad y aspiraciones. Se caracteriza por decir lo que piensa y hacer lo que
dice.
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La persona que se adhiere a su escala de valores toma decisiones consistentes y
predecibles. Esto lo hace confiable. Por el contrario, el individuo sin una escala
de valores escoge las opciones según las circunstancias, haciéndolo
impredecible y poco confiable. Por ésta razón, se acepta ampliamente que un
individuo con talentos especiales pero sin valores tiene grandes dificultades
para realizarse plenamente e incluso puede convertirse en una amenaza
pública.
Las aptitudes y las actitudes son factores determinantes del comportamiento
humano. El éxito del desempeño personal depende tanto de los talentos como
de los valores del individuo. Es decir, los talentos y demás habilidades del
individuo serán funcionales en la medida en que estén respaldados por una
personalidad sana.
Ciertamente existen personas con talentos similares pero son los valores,
virtudes y demás características que conforman su carácter las que marcan la
diferencia.
Aunque la persona pueda compartir algunos de sus valores con los principios
generales de la sociedad de la cual hace parte, estos no le son impuestos desde
afuera. En definitiva, su adhesión es un asunto de elección personal.
A medida que el individuo encuentra conciliación entre sus valores y el conjunto
de valores que comparte el resto de integrantes del grupo y la Comunidad de los
cuales hace parte, tendremos un ser humano más cómodo con su entorno.
Pero es la aplicación permanente de sus valores lo que le dará al individuo
confiabilidad y conciliación con sí mismo. Nuestro carácter será determinado
por la disposición a ser consecuentes con nuestras ideas básicas. Nuestra
personalidad se fortalece con la virtud de alinear nuestras creencias con
nuestras acciones. De practicar lo que predicamos. Esta coherencia entre
valores y comportamiento es una condición fundamental para mantener
nuestra salud mental. Por el contrario, la hipocresía es uno de los defectos más
debilitantes de la personalidad.
43
Los valores son transmisibles también por la vía del ejemplo. Por ésta razón los
educadores y padres de familia necesitan ser muy cuidadosos con su conducta,
la cual debe ser coherente con los valores que tratan de formar en sus hijos y
alumnos.
A la hora de seleccionar y promocionar sus integrantes, las instituciones hacen
cada vez mayores esfuerzos para identificar a las personas que comparten en
mayor proporción su conjunto de valores o aportan nuevos principios que
enriquecen su cultura organizacional. Esto le ofrece mayores oportunidades de
cumplir la misión personal a los individuos que ajustan su comportamiento
cotidiano a una escala de valores.
La confiabilidad que se adquiere con la adopción de la escala de valores
personales es una de las cualidades más valiosas de los dirigentes exitosos, pues
la gente tiende a seguir con mayor lealtad a los líderes que les inspiran
confianza. Algunos especialistas del tema consideran que el liderazgo es
cuestión de principios.
Estimado lector(a), mi invitación ahora es a exponer en blanco y negro su
posición frente a los principios que inspiran su comportamiento. En un trabajo
muy personal es preciso aquí elaborar su propio listado de creencias, opiniones
e ideas fundamentales, empezando por las que valora más. Será la escala de
valores que iluminará el sendero escogido.
Para concluir el Plan de Vida debemos abordar la elaboración de su tercer
componente: las metas personales.
C. METAS PERSONALES
El reconocimiento de nuestros talentos y demás cualidades quedaría incompleto
si olvidamos el otro lado de la ecuación: los factores que frenan nuestro
desarrollo; es decir, nuestras carencias. Haríamos lo del necio que cuenta sus
haberes sin restarle lo que debe.
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Ciertamente tenemos fortalezas pero es preciso reconocer que arrastramos
debilidades. Es indispensable entonces considerar tanto los componentes que
promueven como los que obstaculizan nuestro crecimiento.
Las fortalezas nos ayudan a manejar constructivamente los desafíos que
encontramos en el camino, impulsando nuestra vida hacia los espacios
superiores de realización personal. Por el contrario, las debilidades son las
fuerzas responsables de las opciones equivocadas que escogemos y que nos
impiden avanzar a plena marcha.
A la hora de la verdad debemos jugar con las cartas que tenemos. Algunas son
muy buenas y otras menos deseables, pero todas serán decisivas para la
elaboración y cumplimiento de nuestras metas personales.
Es indispensable realizar un inventario de nuestras fortalezas y debilidades que
nos sirva de base para establecer metas realistas y alcanzables. Al hacer un
balance completo de nuestras virtudes y defectos podremos darnos cuenta de
nuestro inmenso potencial, de lo grande que podemos ser, de lo alto que
podemos volar. Pero al mismo tiempo seremos conscientes de nuestra
fragilidad y del inmenso espacio que tenemos para crecer.
Como un esfuerzo inicial para identificar las fortalezas y debilidades es
importante realizar el siguiente ejercicio:
Divida en dos partes iguales una hoja de papel con una línea vertical.
En el lado izquierdo coloque las cualidades que caracterizan a la persona
con la cual usted tiene mejores relaciones ya sea en el hogar, trabajo o
estudio. En el lado derecho mencione los defectos de ésta persona.
Realice el mismo procedimiento anterior para la persona con la cual
usted tiene las mayores dificultades para relacionarse.
Analice ambas descripciones y determine los aspectos fuertes y débiles
que usted comparte con éstas personas.
45
Adicionalmente, para reconocer nuestras debilidades podemos apoyarnos en
una variante de la “técnica del espejo” que utilizamos para identificar nuestros
talentos. Ahora lo que necesitamos hacer es enfocar las cinco personas menos
ejemplares que hemos conocido y buscar la característica más indeseable de
cada una de ellas. Se concluye éste ejercicio revisando cuales de esos hábitos
mejorables hacen parte de nuestra personalidad.
Con la realización de los ejercicios propuestos en éste capítulo, usted amable
lector(a), estará en condiciones de elaborar una lista ordenada de sus mejores
cualidades, comenzando por la más fuerte o desarrollada. A cada una de éstas
fortalezas asígnele un puntaje de 1 a 5, siendo 5 para la cualidad más apreciada
por usted.
A continuación proceda a realizar una lista ordenada de sus debilidades,
empezando por la que considere más nociva para su progreso. A cada una de
éstas debilidades asígnele un puntaje de 1 a 5, siendo 5 para la más obstructiva.
Las listas priorizadas de fortalezas y debilidades que acaba de elaborar pueden
aparecer de la siguiente manera, como ejemplo:
Fortalezas Debilidades
Creatividad 5 Dependencia 5
Optimismo 4 Terquedad 4
Prudencia 3 Inseguridad 3
Tenacidad 2 Intolerancia 2
Empatía 1 Cinismo 1
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El inventario que hemos realizado de nuestras fortalezas y debilidades nos
suministra la información relevante para elaborar metas personales sobre bases
sólidas.
En el Capitulo 2 utilizaremos éste inventario al tratar el concepto de círculos de
comportamiento como un recurso útil para transformar nuestros hábitos
indeseables en hábitos que funcionen a favor de nuestra misión.
Las metas personales son resultados de mejoramiento que esperamos obtener
en un plazo determinado. Constituyen logros importantes para realizar nuestra
misión. Por ejemplo, alcanzar determinado nivel de educación y entrenamiento
puede ser necesario para realizar eficazmente nuestra misión, como también
formar un hogar y adquirir los bienes materiales necesarios.
Existen metas de corto, mediano y largo plazo, según sea el tiempo estimado
para lograr el resultado buscado.
Las metas deberán estar articuladas de tal manera que las de corto plazo
conduzcan a las de mediano plazo y estas últimas estarán dirigidas a lograr las
metas de largo plazo. De modo que podemos tener metas de corto plazo en
términos de días, semanas o meses, según sea el término de las metas de
mediano y largo plazo dentro de las cuales estén alineadas. Por ejemplo, si la
meta a largo plazo es concluir la carrera profesional dentro de siete años,
entonces la meta actual de mediano plazo podría ser la de finalizar la educación
secundaria el próximo año y una meta de corto plazo puede ser obtener
calificaciones satisfactorias en las pruebas académicas que se realizarán dentro
de dos semanas.
Para que las metas sean un válido recurso de mejoramiento personal deberán
cumplir las siguientes condiciones:
Compatibles con la misión personal.
Basadas en las reales necesidades del individuo.
Estructuradas alrededor de intereses colectivos.
Claramente establecidas.
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Alcanzables.
Veamos con algún detalle cada una de éstas condiciones.
Compatibles con la misión personal. Las metas, como el resto de elementos del
Plan de Vida, deberán estar orientadas hacia el logro de la misión personal. De
lo contrario, el plan carecería de coherencia interna y por lo tanto dejaría de ser
funcional. Si por ejemplo, la misión de alguien es realizar una contribución
significativa en el campo de la Biología, dicha persona tendrá que alcanzar
metas educativas que lo capaciten para reforzar los talentos requeridos por su
misión.
Basadas en las reales necesidades del individuo. Las necesidades humanas
están relacionadas con cada uno de los componentes del individuo: racional,
emocional y físico. En consecuencia están altamente interconectadas, lo cual
hace difícil su identificación plena. Sin embargo, la fijación de las metas
personales con un enfoque integral promueve la verificación de las auténticas
necesidades del individuo.
Si las metas fijadas reflejan fielmente las genuinas necesidades del individuo, se
convierten en una fuente de motivación y autenticidad con lo cual se fortalecen
los cimientos del crecimiento integral.
Al encabezar nuestra lista de prioridades con las necesidades que tenemos para
cumplir nuestra misión, siempre habrá tiempo y recursos para hacer algo por
nuestro mejoramiento. No es egoísmo hacer de nuestras necesidades reales una
prioridad, siempre y cuando consideremos los intereses ajenos. Para servir a los
demás tenemos la obligación de ayudarnos a nosotros mismos. Relegarse o
negarse a si mismo puede significar que tengamos menos que dar a los demás.
De modo que no hay que lamentarse por considerar el mejoramiento propio
como la meta más importante de nuestra vida; por el contrario debemos
celebrarlo con la seguridad de estar contribuyendo a la armonía del Universo. La
Biblia aclara ésta situación de manera contundente:
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“¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en
la viga que hay en tu propio ojo?
¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que saque la brizna que hay
en tu ojo”, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca
primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en
el ojo de tu hermano.” Lucas 6,41:6,42.
Estructuradas alrededor de intereses colectivos. Diseñar las metas con la visión
de impactar positivamente la vida de los demás en lugar de hacerlo alrededor
de las propias ambiciones personales. Es mirando mas allá de nuestros intereses
egoístas como podemos avanzar con claridad y tener una vida significativa. Por
ejemplo, en lugar de querer ser el gerente de su área de trabajo, propóngase ser
el líder que conduzca su equipo hacia el logro de los objetivos comunes de la
empresa y de sus colaboradores.
Claramente establecidas. Cada meta debe ser específica y cuantificable, lo cual
significa que podemos medir concretamente su nivel de logro. Cuando las metas
cumplen ésta condición se convierten en indicadores confiables de nuestro
progreso, además de ayudarnos a vencer la inercia y pasar a la acción.
El conocimiento claro de lo que deseamos alcanzar en la vida nos suministra
visión a largo plazo de nuestras prioridades. Por el contrario, los objetivos
confusos nos conducen a resultados igualmente ambiguos e insignificantes.
Alcanzables. Las metas personales reflejan nuestros sueños, solo que
acompañados de plazos de realización junto con la previsión de las acciones
necesarias para hacerlos realidad. Tengamos cuidado de no dejarnos llevar por
la imaginación estableciendo objetivos que no concuerdan con nuestros
recursos. Necesitamos estimar el tiempo, esfuerzo y demás recursos requeridos
para evitar que los sueños se conviertan en frustraciones. Lo anterior implica
que la formulación de metas realistas exige la previa evaluación de nuestras
fortalezas y debilidades.
Si nuestros logros son consistentemente menores que nuestras expectativas nos
estamos preparando para el estrés crónico con sus nocivas consecuencias, tal
49
como lo discutiremos más adelante en el capítulo 3. Este desbalance entre
nuestros objetivos y los resultados alcanzados también es responsable por la
reducción de condiciones tales como la autoestima, confianza en sí mismo y
creatividad. Por eso es importante evitar las aspiraciones desmedidas que no
consultan con los recursos disponibles ni con las necesidades reales.
Tengamos presente que en algunas situaciones es necesario replantear
cualquiera de nuestras metas que resulte inalcanzable después de muchos
intentos. Podemos aplazarla hasta obtener los recursos necesarios para lograrla
o cambiarla por otra que sea significativa y alcanzable en las actuales
circunstancias. Es preferible aceptar una derrota parcial que insistir en una lucha
mal planteada.
En algunos casos es necesario cortar las perdidas y abstenerse de seguir
invirtiendo tiempo y demás recursos en proyectos que no van a ninguna parte.
Ciertamente no debemos cambiar el caballo en la mitad del rio pero si se
muere lo mejor es desmontarse y seguir a pie pues esto no es el final del
camino. Recordemos que tenemos el derecho de renunciar a toda meta
personal cuya búsqueda nos produce más estrés y angustia que alegría y
satisfacción.
En la medida que alcanzamos nuestras metas sentiremos mayor confianza en sí
mismo, condición esencial en la búsqueda del éxito y la felicidad. Por eso es
conveniente colocarnos metas diarias que nos ofrezcan la oportunidad de
lograr algo cada día, sin importar la magnitud del progreso. Lo importante es
hacer un esfuerzo continuo, así sea pequeño, para convertir en realidad cada
una de nuestras expectativas. Sin perder nuestra visión de largo plazo, tenemos
el deber de mejorar nuestra vida día a día hasta el último día.
Robert Wilson (3) y otros investigadores han encontrado que las personas que
establecen claramente sus metas personales son más capaces de afrontar las
dificultades, tienden a alcanzar mayores éxitos en la etapa escolar y en el
desempeño laboral, además de ser menos propensos a enfermedades mentales.
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Una característica de los triunfadores es su capacidad de ser realistas. Han
tenido sueños que los han impulsado a luchar pero han comenzado desde lo
disponible, concreto y posible. Tengamos presente que las metas por si mismas
son solo palabras que se las lleva el viento si no pasamos a los hechos. La tarea
a continuación es escribir las acciones que se deban realizar para cada una de
las metas establecidas, como un paso preliminar para pasar a la acción
necesaria para convertir las metas en resultados. De modo que manos a la obra.
Para cerrar el tema de las metas personales es preciso tener en cuenta que la
felicidad es una meta implícita y permanente de los seres humanos.
Mantenemos una necesidad de ser felices. Consciente o inconscientemente
buscamos mayor felicidad con cada paso que damos. Es el fin último de todo lo
que hacemos.
De ésta manera hemos concluido la elaboración de nuestro Plan de Vida, el cual
constituye la plataforma de lanzamiento del proceso de Crecimiento Integral.
Ahora tenemos un recurso que nos impulsa hacia adelante en nuestro camino,
aun en los momentos difíciles.
Hablando metafóricamente se podría decir que el Plan de Vida tiene
incorporado una especie de motor de combustión interna que mueve al
individuo a superar las necesidades en cada una de sus tres dimensiones. En
otras palabras, las metas mantienen motivado al individuo a cubrir las carencias
que van surgiendo para el cumplimiento de la misión, mientras que los valores
impulsan al individuo para no dejarlo desfallecer en el intento.
Después de realizar las actividades y ejercicios propuestos en éste primer
capítulo del libro, el lector tendrá una noción clara de sus talentos, actividad
que le apasiona, personas a las cuales puede ayudar a cumplir su misión, y
habrá comprobado que el conocimiento de si mismo ha incrementado junto con
su autoestima, confiabilidad, significado de la vida, confianza en sí mismo,
motivación, visión a largo plazo y autonomía.
Confiando en nuestros talentos y comprometidos con nuestra misión podremos
continuar el camino con la seguridad de llegar a donde nos hemos propuesto.
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Capitulo 2
CIRCULOS DE COMPORTAMIENTO
Quizás usted también, amable lector(a), haya conocido individuos como
Miguel. Este personaje lleva una vida frenética con una agenda congestionada
por diversos compromisos. Al final del día llega a su casa con energías
suficientes solo para colocar sus pertenencias en cualquier parte y recostarse
en el sillón más cercano, porque la cama está lejos del alcance de sus fuerzas. Al
día siguiente escasamente tiene el vigor para levantarse a repetir la rutina. Su
casa y lugar de trabajo están llenos de objetos que han esperado mucho tiempo
para ser colocados en su sitio.
Miguel está embarcado en un círculo de comportamiento que arranca en la
desorganización, lo cual le eleva los niveles de estrés; éste a su vez le desgasta
gran parte de las energías lo cual le impide ordenar su vida forzando su regreso
al punto de origen que es el hábito de la desorganización.
Estamos hablando de los círculos de comportamiento como una cadena de
eventos sucesivos que regresan a su origen. En el círculo de comportamiento
cada componente es a su vez causa y efecto de otros elementos del ciclo. Por
ejemplo, en el caso descrito anteriormente el estrés adicional es causa de la
fatiga crónica y efecto del desorden.
Las actitudes, hábitos y demás características que fortalecen nuestra
personalidad nos introducen en los círculos virtuosos, mientras que por el
contrario, los aspectos débiles de nuestra conducta nos conducen hacia los
círculos viciosos.
La gráfica 2.1, en donde se representa el caso mencionado, nos ayuda a
entender mejor el funcionamiento de los círculos de comportamiento.
52
Grafica 2.1 Circulo vicioso
Si estamos obteniendo lo que deseamos con nuestro comportamiento nos
encontramos en un círculo virtuoso. Si por el contrario, los resultados son
indeseables estaremos funcionando dentro de un círculo vicioso. El círculo
vicioso es debilitante mientras que el virtuoso nos acerca a la plena realización
como seres humanos. Avanzamos en círculos virtuosos y retrocedemos en
círculos viciosos.
De manera que guiándonos por los resultados que estamos obteniendo en
nuestra vida tendremos la opción de cambiar el rumbo del ciclo de
comportamiento ó por el contrario fortalecerlo. Para muchos de nosotros el
negocio de la vida puede ser adquirir la habilidad de cambiar los hábitos
destructivos por hábitos funcionales.
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Visualizando los círculos como una cadena de eventos en la cual cada uno es al
mismo tiempo causa y efecto, entenderemos mejor la importancia que éste
concepto tiene para encontrar las raíces de nuestros comportamientos, de tal
manera que podamos fortalecerlos o debilitarlos según sea nuestra voluntad.
Volviendo al caso mencionado anteriormente, si Miguel decide romper el
círculo vicioso en que ha funcionado hasta ahora, reduciendo al mínimo el
hábito del desorden, encontrará que esto le ayuda a bajar su nivel de estrés con
lo cual incrementara su energía física para conservar sus pertenencias en el
lugar adecuado. La calma adquirida y la energía liberada son las ganancias que
Miguel obtiene al hacer la transacción de un hábito negativo por otro positivo.
La gráfica siguiente nos permite visualizar mejor éste ejemplo de un círculo
virtuoso.
Grafica 2.2 Círculo virtuoso.
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Por razón de la ley natural según la cual cosechamos lo que sembramos y
damos de lo que tenemos, nuestras vidas están enmarcadas en círculos, ya sean
virtuosos o viciosos. Con los círculos reciclamos nuestros resultados. Recibimos
de lo que damos y ofrecemos de lo que recibimos: la energía que entregamos
al universo en forma de pensamientos, sentimientos y acciones es la que
regresa a nosotros, buena o mala. Lo bueno genera lo bueno, lo malo trae lo
malo. Nos mantendremos recibiendo de lo mismo que aportamos. Si
contribuimos con bondad recibiremos lo mejor si contaminamos con maldad
recibiremos lo peor. Esta ley de reciprocidad implica que tenemos el poder de
influir en las circunstancias que rodean nuestra vida con las decisiones que
tomamos a cada momento. Solo nosotros mismos podemos escoger las
opciones que más nos convengan si lo hacemos racionalmente.
La forma como sentimos, pensamos y nos comportamos está aportando
constructiva o destructivamente al Universo y nos afectará a nosotros mismos.
O contaminamos o contribuimos a la armonía de la Humanidad.
De modo que si queremos recibir lo mejor de nuestro entorno tendremos que
dar lo mejor de nosotros a nuestra familia, amigos, vecinos, comunidad y
sociedad en general. La Biblia nos orienta en éste esfuerzo: “Por tanto, todo
cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos;
porque ésta es la Ley y los Profetas.” (Mateo 7-12).
El hecho de funcionar en círculos nos permite predecir nuestro propio
comportamiento y el de otras personas, basado en el comportamiento pasado.
Tenemos la tendencia a comportarnos según lo hemos hecho en el pasado, por
lo que el mejor indicador del comportamiento futuro es el comportamiento
anterior. Pero esto no quiere decir que estamos obligados a continuar haciendo
lo que hemos hecho, si decidimos cambiar los círculos que están condicionando
desfavorablemente nuestra vida.
El concepto de círculos nos permite visualizar mejor nuestros amos y
manipuladores. Si nos convencemos de estar esclavizados por nuestros
55
pensamientos y sentimientos negativos estaremos dando un gran paso adelante
en el camino de nuestra liberación. Todos hacemos estupideces, solo que
algunos las reconocemos, lo cual marca una gran diferencia, pues solo
podremos mejorar lo que reconocemos. Si ocultamos nuestros problemas a
nosotros mismos, nos estamos engañando y condenando a seguir bajo el control
de las circunstancias.
Cuando realizamos el inventario de nuestras fortalezas y debilidades en el
capitulo anterior, descubrimos algunas conductas que necesitamos cambiar.
Quizás encontramos que somos soberbios, violentos, envidiosos, pesimistas o
tengamos cualquier otro hábito que nos conduce a resultados indeseables. Por
ejemplo, la soberbia nos impide aceptar nuestros errores, lo cual nos lleva a ser
más inseguros y a compensar el desequilibrio con más soberbia. En otras
palabras, nos encerramos en un círculo vicioso. Si reemplazamos nuestra
soberbia por humildad empezaremos a reconocer nuestras imperfecciones y
estaremos en el camino de corregirlas para avanzar en nuestro crecimiento
integral.
Cualquiera de los círculos en que estamos funcionando puede acelerarse hasta
convertirse en una espiral sin control. Por ejemplo, si Miguel, el personaje del
caso mencionado al comienzo de éste capítulo, se deja dominar por el impulso
del círculo vicioso en que se encuentra atrapado, puede adquirir el síndrome de
la fatiga crónica que le impedirá su funcionamiento normal. La buena noticia es
que podemos frenar la aceleración de los ciclos negativos en el momento que
nosotros escojamos.
Es importante entender que los círculos viciosos son esquemas destructivos que
funcionan como una especie de trampa con una entrada fácil y una salida
complicada, de los cuales nada bueno debemos esperar para nuestro desarrollo
personal.
Los seres humanos tenemos la capacidad de cambiar permanentemente. Para
bien o para mal transformamos nuestras ideas, sentimientos, hábitos y
comportamientos. Consciente o inconscientemente hacemos pequeños o
grandes ajustes a nuestra forma de vivir.
56
De acuerdo, no todo cambio es para mejorar, pero también es cierto que para
mejorar es necesario cambiar.
El Crecimiento Integral exige que hagamos racionalmente los cambios de
nuestros hábitos indeseables por comportamientos enriquecedores, activando
nuestros talentos mediante la conversión de los círculos viciosos en virtuosos.
En este empeño podemos apoyarnos en el llamado “diagrama de equilibrio de
fuerzas”. Aquí utilizamos esta gráfica para mostrar el equilibrio dinámico de
nuestras fortalezas y debilidades que identificamos en el capítulo 1.
Con el listado de fortalezas y debilidades construimos una gráfica representativa
del grado de satisfacción que experimentamos con los logros que hemos
conseguido hasta éste momento de nuestra vida y los cuales son el resultado
del balance de nuestras características positivas y negativas.
El diagrama de equilibrio de fuerzas es un recurso útil para:
Maximizar las fortalezas;
Minimizar las debilidades y
Convertir las debilidades en fortalezas.
El esfuerzo por maximizar nuestras fortalezas, disminuir nuestros defectos y
multiplicar nuestros talentos convirtiendo debilidades en fortalezas, comienza
cuando somos conscientes tanto de los aspectos fuertes como de los débiles
que definen nuestra personalidad, pues nuevamente: solo se mejora lo que se
reconoce. Los especialistas en estos temas aseguran que la sola identificación
del problema representa la mitad de su solución.
En el diagrama presentado a continuación las líneas que apuntan hacia arriba
representan las cualidades o fuerzas que elevan nuestro bienestar con la
oposición de las fuerzas negativas representadas por las líneas dirigidas hacia
abajo.
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Grafica 2.3 Equilibrio de fuerzas
Es indispensable tener en cuenta que tanto el listado de las fortalezas y
debilidades como la gráfica demostrativa de la dinámica de éstas fuerzas
opuestas, se presentan aquí como una guía para que el lector realice la misma
tarea para su caso particular.
El anterior diagrama de fuerzas positivas y negativas nos ayuda a visualizar
nuestra situación en un momento dado, como resultado del equilibrio entre las
fortalezas y debilidades.
En éste caso el diagrama muestra que la persona tiene un grado 5 de
satisfacción con la calidad de vida actual en una escala de 1 a 10, siendo 10
58
el grado más deseable de éxito y felicidad. Para pasar de éste nivel al 8, dicha
persona deberá:
a) Fortalecer las cualidades, empezando por las menos desarrolladas. En la
gráfica anterior encontramos que la empatía es la virtud menos fuerte, por lo
que se deberá establecer como un objetivo prioritario el de mejorar ésta
característica personal. Luego se hará lo mismo con el resto de aptitudes que se
quieran mejorar.
Es importante entender que la mejor forma de mejorar una cualidad es a través
de la práctica, es decir usándola lo máximo posible. Si queremos ser excelentes
nadadores tenemos que lanzarnos al agua. El solo hecho de saber nadar y tener
vestido de baño no garantiza que desarrollaremos ésta habilidad. Es necesario
ejercitarla. Esta ley funciona también en sentido contrario: si no practicamos
una de nuestras características personales la perdemos, lo cual es una buena
noticia para el caso de nuestras debilidades.
b) Después de elaborar objetivos de mejoramiento para las fortalezas, nos
corresponde ahora enfocar nuestros defectos, empezando por el más nocivo, a
diferencia de lo hecho con las cualidades.
La reducción de nuestros aspectos negativos se acelera si además de dejar de
practicar nuestra debilidad la reemplazamos por la fortaleza correspondiente.
Con el apoyo de varios ejemplos veremos cómo funciona éste intercambio
benéfico. Partimos de la identificación de la característica deseable más
parecida al defecto que nos proponemos superar. Digamos que tal como
aparece en la gráfica anterior, nuestra gran debilidad es la dependencia.
Entonces estamos frente a la tarea de hacer lo que sea necesario para asumir
nuestras responsabilidades sin esperar que los demás nos indiquen lo que
debemos hacer. De esa manera convertimos nuestra Dependencia en
Autonomía.
En otro ejemplo: si somos tercos, podremos apuntar a ser tenaces o focalizados
en nuestros valores y metas. Entonces en lugar de despreciar las razones,
59
seremos selectivos frente a lo que estamos dispuestos a conceder. De ésta
manera cambiamos la Terquedad por Tenacidad.
Siguiendo por la vía de los ejemplos: si tenemos la característica de dudar
demasiado sobre qué curso de acción tomar, aprovechemos ésta circunstancia
para pensar cuidadosamente en cada una de las opciones que tenemos y
escoger la que más nos interesa, en una actitud estratégica frente a la vida. De
ésta manera estamos cambiando la Inseguridad en nosotros mismos por
Prudencia.
Es cuestión de voltear la torta por el mejor lado. Puede resultar más difícil de lo
esperado, pues se requiere planeación, voluntad, esfuerzo y persistencia para
cambiar los hábitos que han frenado nuestra vida por años. Pero todo esto bien
vale la pena pues progresaremos en la medida en que aumentamos al máximo
nuestras virtudes, disminuimos al mínimo nuestros defectos y cambiamos
debilidades por fortalezas.
Aquí es importante entender que somos lo que somos y estamos donde estamos por las opciones que escogimos.
Seguramente al elaborar la escala de valores, usted amable lector(a), incluyó en
lugares destacados la Honestidad y la Responsabilidad. Ahora tiene la
oportunidad de apoyarse en ellos para reconocer con honestidad sus puntos
débiles y asumir la responsabilidad de superarlos.
Cada aspecto mejorable que descubrimos de nuestro carácter es un reto que
tenemos de madurar, de ser mejores seres humanos. Si por el contrario nos
encerrarnos a jugar a la defensiva negándonos a reconocer nuestras flaquezas,
corremos el peligro de renunciar a desarrollar todo el potencial que tenemos.
Además, al decidir desconocer nuestras debilidades tomamos el riesgo de
desconectarnos de la realidad con serias consecuencias para nuestra salud
mental.
Nos corresponde ahora abrirnos a nosotros mismos para admitir con humildad
que tenemos características mejorables a pesar de nuestras grandes fortalezas,
una de las cuales es la capacidad de analizar críticamente nuestra vida. Para
60
desarrollar esta cualidad de juzgar nuestro propio ser, debemos recordar que
como todos los seres humanos también nosotros permanecemos en proceso de
maduración y por lo tanto con algunos aspectos mejorables de nuestra
personalidad.
Una de las dificultades para analizar nuestro ser radica en que muchos de
nosotros estamos inmersos en culturas de alto juzgamiento que por un lado nos
coloca a la defensiva y del otro nos induce a dilapidar muchas de nuestras
energías criticando a los demás. Es cuestión de prioridades. Dedicando nuestras
mejores energías para analizarnos constructivamente tendremos la oportunidad
de desarrollar nuestro inmenso potencial asumiendo la responsabilidad de
fortalecer nuestras cualidades y disminuir nuestras debilidades.
Estudios científicos (4) demuestran que solo el 20% de las personas que
necesitan cambiar hábitos indeseables por buenos hábitos están en condiciones
de lograr ésta transacción. Si usted, amable lector(a), quiere aumentar ésta cifra
de privilegiados, siga con paciencia y persistencia los pasos señalados en el
proceso de cambio que se presenta a continuación:
El primer paso es analizar la situación para reconocer el hábito destructivo que
requerimos sustituir. En éste momento se requiere honestidad para responder
preguntas tales como:
1) Mi actual comportamiento me hace feliz o por el contrario arruina mi vida
y la de otras personas a mí alrededor?
2) Este habito interfiere con algo valioso para mi?
3) Qué resultados estoy obteniendo con ésta forma de pensar y actuar?.
4) Cuales serán las consecuencias a largo plazo de la opción que escoja hoy?
5) Vale la pena ensayar el cambio?.
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Si después de identificar el problema se adquiere consciencia de la necesidad
de cambiar por las razones correctas, nos enfocaremos en su solución, y
entonces estamos listos para pasar a la siguiente etapa del proceso de cambio.
El segundo paso es evaluar las diferentes alternativas de cambio. Para tal efecto
es conveniente escribir sobre las opciones de solución que tenemos. Aquí
aplicaremos una vieja recomendación: “No lo diga, escríbalo”.
Estamos hablando de cambio y no simplemente de eliminación de un hábito
destructivo, por lo tanto debemos examinar las opciones disponibles para
escoger el nuevo hábito que nos proponemos introducir en nuestro repertorio
de fortalezas. Si por ejemplo, hemos percibido que queremos cambiar nuestra
actitud pesimista, debemos considerar las alternativas que tenemos:
a) ser optimista de tiempo completo o,
b) aceptar que es posible tener escenarios favorables pero también
desfavorables.
Aquí es necesario adquirir información para evaluar las opciones. Por ejemplo,
puede ser útil saber que los estudios que comparan las personas pesimistas con
las optimistas han encontrado que los individuos que apuestan a los escenarios
color de rosa gozan de mejor salud y más larga vida, según lo mencionaremos
en el próximo capítulo.
Una vez escogido conscientemente el nuevo hábito que vamos a incorporar en
nuestro estilo de vida, entonces estamos listos para pasar a la acción.
La tercera etapa se inicia cambiando el hábito viejo por un comportamiento
nuevo. Es la hora de la verdad, cuando enfrentamos la resistencia al cambio. Es
el momento de encarar las excusas que tenemos para aplazar la transformación
de nosotros mismos. Si, como es muy frecuente, alegamos falta de tiempo para
iniciar nuestro mejoramiento, verifiquemos en realidad la cantidad de tiempo
que perdemos en cosas tales como ver programas de televisión que aportan
muy poco. Enfrentar contra la realidad las tácticas dilatorias es la mejor forma
de vencerlas.
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Si carecemos de tiempo para crecer tampoco tendremos tiempo para vivir como
seres humanos pues es la capacidad de corregir nuestros errores para progresar
lo que nos distingue de los demás seres. Es nuestra responsabilidad ser mejores
personas superando nuestras debilidades.
Culpar a los demás de nuestras dificultades es simplemente una actitud facilista
para justificar la inacción, lo cual solo conduce a la derrota.
Es necesario entender que necesitamos una especie de periodo de transición o
calentamiento al introducir nuestra nueva conducta. Algunos de los hábitos que
queremos cambiar los hemos practicado por largo tiempo y no es razonable
esperar que desaparezcan en un corto plazo. Generalmente los resultados
importantes requieren más tiempo. El desajuste al introducir los cambios es la
cuota inicial que pagamos por los beneficios que vamos a adquirir. El resto lo
cubrimos con persistencia y paciencia.
Con la práctica, el nuevo comportamiento se irá robusteciendo hasta
incorporarse a nuestro estilo de vida como una nueva fortaleza. De otro lado, a
medida que dejamos de usar la vieja costumbre, ésta tenderá a desaparecer, si
aceptamos la noción según la cual todo aquello que se deja de usar se atrofia.
Algunas tácticas que pueden hacer irreversible la decisión de cambiar para
mejorar son:
A) Comunicarle a los seres queridos la promesa hecha de cambiar
específicamente una de las conductas. Teniendo la precaución de
invitarlos a ser espectadores y no fiscales de su compromiso, éstas
personas se abstendrán de presionarlo e incluso de sabotear sus
esfuerzos. De ésta manera lo que se busca es formalizar nuestro
compromiso de esforzarnos al máximo para avanzar en el camino de
nuestro crecimiento integral.
B) Celebrar cada avance que se logre con el nuevo comportamiento. Todo
paso hacia adelante será un motivo para felicitarse, preservando así el
funcionamiento de los círculos virtuosos.
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C) Buscar las causas del comportamiento que estamos sustituyendo, para
erradicar el problema. De lo contrario, se corre el riesgo de retroceder al
viejo hábito. Para que nuestro progreso sea sostenible en lugar de tener
cambios dramáticos de corta duración es necesario combatir los orígenes
de nuestros problemas.
El método para cambiar hábitos obstructivos expuesto anteriormente, está
basado en el pensamiento racional que enfatiza las consecuencias a corto y
largo plazo que se enfrentan al renunciar al cambio. Las terapias modernas de
recuperación de adicciones se fundamentan igualmente en el razonamiento
lógico de los pacientes.
Con cada proceso racional de cambio fortalecemos la consciencia de nuestros
actos. Al final de toda transformación saldremos más conscientes de las
consecuencias de las opciones que escogemos. En otras palabras, estamos
avanzando en nuestro crecimiento racional.
Para comprobar el funcionamiento de ésta estrategia de cambio de los círculos
viciosos en virtuosos ensayemos modificar algún comportamiento que
reconozcamos claramente. Por ejemplo, que tal si después de evaluar el
ambiente en el hogar decidimos cambiar la conducta hostil para con algunos de
nuestros familiares por un comportamiento respetuoso y compasivo para con
todos los integrantes de la familia?.
Seguramente vamos a verificar que nuestro entorno familiar mejorará en la
medida en que nosotros tengamos la voluntad de cambiar nuestro
comportamiento disfuncional, en lugar de intentar cambiar la personalidad de
los demás. Esto último es un acto de soberbia e insensatez similar a nadar
contra la corriente, pues tenemos el poder y la responsabilidad de cambiar
únicamente nuestros comportamientos.
Ejecutar los cambios para convertir los círculos viciosos en virtuosos puede
resultar más difícil de lo que imaginamos, pero todo esfuerzo que hagamos para
incrementar nuestra capacidad de cambiar para mejorar es un paso en la
64
dirección correcta. La intención permanente de transformación nos permitirá
alcanzar niveles superiores de realización personal.
Con la realización de los anteriores ejercicios y actividades profundizamos el conocimiento que tenemos de nosotros mismos y nos disponemos para incrementar nuestra autoestima, una condición indispensable para crecer integralmente. La verdadera autoestima se fortalecerá con el balance realista de nuestras fortalezas y debilidades. Inflar nuestro ego, ocultando los defectos que debemos mejorar es una fórmula de frustración.
Rompiendo la falsa imagen que tenemos de nosotros mismos quedamos en
condiciones de decidir que queremos hacer con nuestra vida, a donde
pretendemos llegar.
A propósito, hay una buena noticia para los educadores: investigaciones
recientes demuestran que los estudiantes con mayor autoestima tienen mayor
capacidad de aprendizaje.
Al cerrar este capítulo del libro tengamos presente que la competencia por ser
cada día un mejor ser humano es con uno mismo. Solo somos comparables con
nosotros mismos pues los demás individuos son diferentes y viven
circunstancias distintas a las nuestras.
65
Capitulo 3
SALUD RACIONAL
Estaremos en condiciones de cumplir nuestra misión en la medida en que
nuestro cerebro produce las mejores ideas y emociones. Por ésta razón la
conservación de la integridad mental es fundamental para el crecimiento
personal.
La salud mental depende tanto del elemento racional como del estado
emocional y físico de las personas. En éste tema, como en ningún otro, se
aprecia la compleja relación entre nuestros tres componentes. Es ésta mutua
dependencia entre la parte física, emocional y racional la responsable de
nuestra sanidad total.
La tarea ahora es preservar la salud racional que nos permita desarrollar la
lucidez requerida para enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades que
se presentan en nuestro camino. Enfrentaremos éste desafío con la aplicación
de los recientes avances que han logrado los investigadores interesados en la
conservación y mejoramiento de las habilidades intelectuales.
El cerebro humano tiene la capacidad de regenerar sus células en un proceso
activado por estímulos como la sana nutrición, ejercicio físico, suministro
adecuado de oxigeno y por los desafíos que forzan éste órgano a utilizar la
imaginación, la creatividad, la capacidad de resolver problemas y demás
actividades de nuestra racionalidad, tal como lo explica en su libro Guy
McKhann (5), director del Instituto Mente-Cerebro de la Universidad Johns
Hopkins.
Esta capacidad restauradora del cerebro ó neuro-plasticidad nos permite:
1) Desacelerar la pérdida de capacidad mental, incrementando la proporción
de células nuevas con respecto a las células cerebrales que mueren. En
66
otras palabras, logrando que la tasa de natalidad de las neuronas sea
mayor que su tasa de mortalidad.
2) Utilizar las nuevas células cerebrales para renovar nuestros
pensamientos, sentimientos y actitudes. De esa manera lograremos
mejores formas de pensar, sentir y actuar en un proceso que solo
nosotros podemos limitar. Dependerá de las opciones que escojamos y de
la determinación de cambiar para mejorar.
Lamentablemente la mayoría de los seres humanos mayores de 50 años
presentan más del 50% de las células del cerebro completamente deterioradas,
según lo han comprobado los científicos del área de la neurología.
Estas son cifras serias que ameritan interrogantes de interés. Por ejemplo:
Porque la diferencia en la proporción de células deterioradas de los seres
humanos?.
El daño del cerebro se ocasiona por diferentes causas, entre las cuales podemos
señalar:
1) Golpes
2) Consumo de alcohol, tabaco y demás drogas adictivas.
3) Alimentación deficiente
4) Exposición a ambientes contaminados.
5) Deficiente oxigenación del organismo.
6) Estrés.
7) Traumas sicológicos y vivencias adversas generadores de odio, miedo,
culpabilidad, etc.
A partir del control de las causas del deterioro cerebral, la plasticidad del
cerebro permite reducir y eliminar los daños ocasionados. Con este propósito se
están aplicando terapias combinadas que incluyen adecuada oxigenación,
buena alimentación, reposo y limpieza emocional.
67
Para decirlo mas claramente: la neuro-plasticidad nos permite reorganizar el
cerebro para potenciar el bienestar físico, emocional y racional. Esto significa
que podemos renovar nuestro cerebro para mejorar habilidades tales como
practicar hábitos saludables, resolver problemas y solucionar conflictos
personales.
Incrementando nuestra capacidad de raciocinio y de pensamiento crítico
escogeremos mejores opciones para aumentar nuestra felicidad.
Diversas investigaciones han encontrado algunos hábitos asociados con el
mejoramiento de la concentración, capacidad de aprendizaje, memoria y en
general con la integridad del cerebro. Estas son algunas de las recomendaciones
más conocidas:
Reducir el estrés.
Mantener una actitud positiva.
Evitar el consumo de alcohol, tabaco y demás drogas adictivas.
Adquirir nuevos conocimientos como aprender un segundo idioma y
manejar el computador.
Practicar pasatiempos que estimulen la actividad mental, tales como
crucigramas, rompecabezas, trabajos en madera, tejido a mano, música
clásica, fotografía, yoga y danza.
Realizar actividades sociales con personas de diferentes razas, edades,
experiencias e ideologías.
Los científicos de neurobiología del Centro Médico de la Universidad de Duke
recomiendan introducir pequeños cambios en nuestras actividades rutinarias
para activar las partes subutilizadas del cerebro y mejorar nuestra capacidad
intelectual. Algunas de éstas sugerencias son:
Utilizar la mano no dominante (la más difícil de usar) para realizar
rutinas como manipular el teléfono, lavarse los dientes, comer,
cepillarse el cabello y abrir puertas.
68
Ducharse con los ojos cerrados, realizando al tacto todas las
operaciones acostumbradas.
Leer en voz alta.
Cambiar las rutas para ir al trabajo y a la casa.
Modificar la ubicación de algunos objetos del hogar como muebles,
decoraciones y documentos.
Escuchar, oler y apreciar la naturaleza.
Realizar algunas rutinas sencillas tapándose un ojo para cambiar la
percepción de profundidad.
Identificar al tacto objetos tales como monedas y llaves.
Visitar lugares desconocidos.
En síntesis, debemos considerar nuestro cerebro como un músculo al que es
necesario ejercitar al máximo para evitar su deterioro y mantenerlo en
condiciones que nos permita tomar las decisiones conducentes al cumplimiento
de nuestra misión.
Veamos a continuación dos de los factores que mayor impacto tienen sobre
nuestra sanidad racional: a) el estrés y b) la actitud positiva.
ESTRÉS
El estrés es la reacción del ser humano ante una situación en la que considera
que sus recursos son insuficientes para cubrir sus necesidades reales o
imaginarias. El desbalance entre las disponibilidades y las exigencias será
percibido como una amenaza por cada individuo en forma particular para cada
situación. Cuando nuestras ambiciones son superiores (o incompatibles) a
nuestros talentos, competencias y demás recursos disponibles, enfrentamos
una situación estresante.
La tensión variará en la medida en que ésta diferencia sea estimada en mayor
o menor proporción.
69
En éste orden de ideas, tenemos tres opciones para atacar las causas del estrés
que surge en una determinada situación:
1 Aumentar los recursos requeridos para enfrentar las condiciones
estresantes, lo que exige un fortalecimiento de nuestro desarrollo
personal. Por ejemplo, la necesidad de empleo nos puede demandar la
adquisición de nuevas competencias. En éste escenario el estrés es
considerado como una fuerza que impulsa nuestro progreso personal.
2 Modificar las necesidades imaginarias o expectativas. En éste sentido
es importante revisar nuestro Plan de Vida, en especial las fortalezas y
debilidades que nos sirvieron de base para establecer las metas. Al
reconsiderar las expectativas que nos están angustiando, podemos
aplazarlas mientras adquirimos los recursos requeridos para lograrlas, o
quizás debamos cambiarlas por otras aspiraciones que estén al alcance
de nuestras circunstancias actuales. Es saludable reconocer que para
ser feliz no se requiere tenerlo todo, especialmente tratándose de cosas
materiales.
3 Combinar las dos alternativas anteriores. Es decir, aumentar nuestros
recursos y ajustar nuestras aspiraciones.
La vida moderna ofrece diversas situaciones que pueden ser estresantes para un
individuo, de acuerdo a sus recursos y necesidades: enfermedad, dolor, ruido,
congestión vehicular, luminosidad, matrimonio, muerte de seres queridos,
divorcio, desempleo, falta de dinero, entrevista de selección, prueba académica,
plazos, deudas, relaciones difíciles, horarios congestionados, cambios de
residencia y trabajo. Esto explica la presencia del estrés en la mayoría de las
personas.
A nivel moderado el estrés nos impulsa a vencer las dificultades que
enfrentamos a tal punto que en algunos casos somos más eficientes bajo
presión de las circunstancias. Pero descontrolado, el estrés perjudica y paraliza.
70
Los investigadores han encontrado que en condiciones estresantes el organismo
humano genera una variedad de hormonas tales como la adrenalina y el cortisol
que lo prepara para la acción frente a la situación amenazante.
Si dejamos de combatir las raíces del estrés quedamos expuestos a caer en un
círculo vicioso hasta perder el control de las situaciones que enfrentamos, por
incapacidad para pensar y actuar acertadamente. Cuando ésta condición se
presenta por largo tiempo o frecuentemente, entonces estamos hablando del
estrés crónico.
Bajo el estrés crónico, las substancias químicas mencionadas anteriormente
alteran los sistemas nervioso e inmunológico, y en el largo plazo pueden
producir diferentes desórdenes físicos y sicológicos. El estrés crónico está
asociado con enfermedades cardiovasculares, hepáticas, gastrointestinales,
dermatológicas y en particular está demostrado el efecto dañino que el
estrés ejerce sobre el cerebro.
Estudios científicos han concluido que las personas y animales que son
sometidos a condiciones difíciles durante periodos prolongados de tiempo
sufren retrasos tanto en el desarrollo físico como cerebral. Por ejemplo, se ha
observado en ratas de laboratorio que las crías que son sometidas a tensión
para alimentarse y dormir desde sus comienzos de vida, desarrollan un cerebro
más pequeño y menos balanceado en comparación con las que son criadas en
condiciones normales. Cuando crecen, las primeras tienen gran dificultad para
resolver problemas de sobrevivencia comparadas con las ratas criadas sin la
manipulación estresante.
Otros trabajos de investigación científica realizados en peces demuestran que
cuando estos animales son desplazados de su territorio pierden coloración y
energía al punto de ser presas más fáciles de sus depredadores.
Lo anterior conduce a la identificación del estrés como un severo saboteador del
desempeño y calidad de vida de las personas. Lo podemos comprobar en
nuestra rutina diaria. Bajo condiciones altamente estresantes, cometemos más
errores y disfrutamos menos nuestros placeres preferidos.
71
Como en todo problema que intentamos resolver, en el caso del estrés crónico
también lo primero que necesitamos hacer es reconocer la existencia del
mismo. Por eso es importante distinguir los síntomas de ésta condición
indeseable como primer paso para controlarla. Algunos de los indicadores más
conocidos del estrés crónico son: dolor de cabeza, dificultad para concentrarse,
irritabilidad, dolor muscular, presión arterial alta y alteración en los hábitos de
alimentación y sueño.
Cada persona tiene sus propias manifestaciones físicas del estrés crónico por lo
que el conocimiento de sí mismo, especialmente del efecto que tienen los
sentimientos sobre su propio organismo, le ayudará a identificar el problema y
buscar la solución correspondiente.
Si después de atacar de raíz el estrés crónico persisten algunas señales de
enfermedad, tales como alta presión arterial y dolor de cabeza, se deberá
buscar la ayuda médica necesaria.
Considerado como un problema de salud pública, el estrés está siendo
investigado con la intención de encontrar las formas de mantenerlo en niveles
que no interfieran la vida normal de las personas. Algunos de los métodos
probados para controlar los síntomas del estrés crónico y recuperar el poder
para manejar racionalmente las situaciones adversas, incluyen:
Meditación,
Tai Chi,
Yoga,
Ejercicio físico,
Reposo y
Práctica de pasatiempos.
Veamos con algún detalle las dos primeras técnicas mencionadas en el párrafo
anterior:
Meditación. Es una práctica antigua desarrollada por los hindúes para regular
la vibración cerebral, recuperar la estabilidad emocional y elevar la
72
concentración mental. En algunos casos se utiliza el término “meditación
transcendental” para destacar la diferencia entre éste ejercicio mental y la
meditación tradicional que consiste en reflexionar sobre un asunto particular.
La Meditación puede realizarse sin necesidad de colocarse en posiciones
exóticas ni esconderse en algún rincón del mundo. Sin embargo, es aconsejable
escoger un sitio tranquilo y un horario que se ajuste a las circunstancias
personales.
Aunque existen varios procedimientos para realizar la meditación, ésta es la
técnica más aconsejable para los principiantes:
1. Colóquese en una posición cómoda. Puede ser sentado o acostado
siempre y cuando la columna vertebral se mantenga recta.
2. Cierre los ojos y escuche los diferentes sonidos a su alrededor.
3. Inhale aire lentamente hasta llenar completamente sus pulmones. Haga
una pausa tan larga como le sea posible y expulse lentamente todo el aire
aspirado.
4. Continúe respirando tan lenta y pausadamente como pueda, enfocando
su atención exclusivamente en la respiración. Cuando su mente se
distraiga, regrese pacientemente a concentrarse en la respiración, sin
analizar ni juzgar lo sucedido.
Mientras se adquiere suficiente destreza con éste ejercicio se recomienda
practicarlo durante cuatro sesiones diarias de cinco minutos cada una.
A medida que se progresa en su práctica y de acuerdo a las circunstancias, dos
sesiones de meditación diaria de 10 minutos cada una son suficientes para
comprobar sus beneficios.
Si carecemos de 10 minutos para realizar una sesión de Meditación, cinco ciclos
de respiración “5-5-5” son suficientes para llenar la mente del presente y
realizar mejor lo que estamos haciendo, ya sea esperando el transporte público
o presentando un examen. Un ciclo de respiración 5-5-5 consta de 5 segundos
para aspirar el aire, 5 segundos de retención y 5 segundos para expulsar
completamente el aire aspirado.
73
Científicos del Instituto de Reducción del Estrés de la Universidad de
Massachusetts han encontrado que la Meditación disminuye el efecto toxico de
las hormonas del estrés, mejorando el sistema inmunológico con un efecto
favorable sobre la salud general.
Además de combatir los síntomas del estrés, la meditación tiene otros
beneficios. Richard Davidson (6) y otros investigadores han encontrado que con
algunas variaciones, la técnica de la Meditación funciona también para
desarrollar sentimientos y habilidades como la compasión, la percepción de sí
mismo, la capacidad de aprendizaje y la disciplina mental.
También es cierto que la respiración consciente, la cual hace parte de la
Meditación, ha probado tener múltiples beneficios. Para empezar, incrementa
la absorción de oxigeno por parte del organismo humano mejorando el
funcionamiento de todos sus órganos, incluyendo por supuesto el cerebro. Se
puede pensar que lo bueno para el cerebro es bueno para el resto del
organismo humano.
El mayor beneficio que se puede obtener de la Meditación diaria se desprende
del descubrimiento de los científicos que se encuentran investigando este tema:
Durante la meditación, el hemisferio cerebral izquierdo disminuye su actividad
racional mientras se activan los circuitos neurológicos del lóbulo cerebral
derecho en donde se generan los sentimientos. Esto tiene importantes
implicaciones en el desarrollo de la espiritualidad, entendida ésta como la
capacidad para trascender nuestra individualidad. Se cree que cuando las
personas desarrollan ésta virtud buscan trascender a través del beneficio
común. Son capaces de encontrar significado en sus labores y transmitirlo a sus
colaboradores. Son mejores integrantes de equipos de trabajo, tienen mayor
creatividad para controlar las situaciones difíciles y enfrentar la incertidumbre.
Advertencia: Aunque el ejercicio de meditación parezca simple, su realización
exige disciplina y perseverancia. Esta inversión bien vale la pena por los
beneficios que se adquieren con el uso adecuado de éste recurso. Usted
amable lector(a) puede comprobarlo en su vida diaria, sin costos económicos ni
riesgos conocidos.
74
Tai Chi. El arte marcial conocido con el nombre de Tai Chi, desarrollado en
China hace varios siglos, combina una serie de movimientos lentos con la
respiración rítmica. Sus practicantes aseguran que tiene efectos benéficos para
la salud física y mental. Michael Irwin (7), profesor de siquiatría e investigador
del Instituto de Ciencias Neurológicas y del Comportamiento Humano de la
Universidad de California, ha conducido un extenso estudio sobre los beneficios
del Tai chi. En una de sus conclusiones éste investigador sostiene: “En la
actualidad no hay una forma científica de validar las afirmaciones sobre el Tai
Chi, pero esto no me molesta porque hay cantidad de cosas en el mundo que
no entendemos porque todavía no tenemos una forma de medirlas .”
Para algunas personas, la “cienciología ” o afán de probar todo por medio del
método científico ha devaluado el uso del sentido común en el área del
comportamiento humano. Muchos hechos, fenómenos o eventos tienen
explicación racional aunque no pasen la prueba estadística.
Por lo pronto podemos estar de acuerdo en que lograremos diferentes
resultados si en lugar de practicar algunos de los recursos propuestos
anteriormente para controlar el estrés, decidimos auto medicarnos con alcohol,
alimentos o drogas adictivas, con lo cual nos exponemos a caer en un círculo
vicioso de incalculables consecuencias. Lo anterior es simple sentido común,
nada de ciencia espacial.
Seguramente usted amable lector(a), escogerá la mejor opción para superar la
situación estresante que se le presente. Entonces logrará estabilidad emocional,
claridad mental y tendrá una oportunidad para celebrar creativamente.
Habiendo concluido el tema del estrés proseguimos ahora con el otro factor que
tiene una fuerte influencia en nuestra salud mental.
PENSAMIENTO POSITIVO
75
Al empezar éste tema recuerdo lo que me decía mi abuela Fidelina cuando me
veía en dificultades: “No importa que tan quemada parezca la arepa, siempre
tendrá dos caras.”
El pensamiento positivo nos conduce a buscar lo bueno de cada situación actual
y a esperar lo mejor de las futuras. Esta actitud nos permite encontrar algo
favorable en cada circunstancia.
Aun la peor crisis que enfrentemos nos ofrecerá algo bueno en términos de
experiencia y enseñanza, si mantenemos una disposición positiva frente a los
avatares de la vida.
Winston Churchill resumió lo anterior diciendo: "Un pesimista encuentra la
dificultad en cada oportunidad mientras que un optimista encuentra una
oportunidad en cada dificultad." En otros términos, el optimista es capaz de
convertir un valle de lágrimas en un paraíso, mientras el pesimista hace lo
contrario. Mas aun, el pesimista percibe el vaso medio vacío mientras que el
optimista lo ve lleno de oportunidades.
El pensamiento positivo es la característica distintiva del optimismo y el
pensamiento negativo es la del pesimismo.
El optimismo es la visión del mundo como un lugar positivo. Los optimistas
consideran generalmente que las personas y los acontecimientos son
esencialmente buenos, de tal manera que esperan que todas las situaciones
salgan finalmente a su favor, y si algo inesperado ocurre tendrá sentido o razón.
El pesimismo es lo opuesto al optimismo. Sin embargo, los dos no son
excluyentes entre sí. Es decir un alto optimismo no implica menos pesimismo y
viceversa. Pueden coexistir en la misma persona y en proporciones saludables le
permiten a ésta persona ver al mundo tal como es: imperfecto, con gente y
eventos que lo afectan favorablemente en unos casos y desfavorablemente en
otros.
Por lo anterior, aun el optimista extremo puede aceptar la ocurrencia de
eventos negativos para los cuales debe estar prevenido. Esta persona encuentra
76
algo bueno hasta en el pesimismo porque lo lleva a prepararse para lo peor
mientras espera lo mejor. Por esto podemos asegurar que el optimismo no es lo
mismo que ingenuidad.
Cuando se presenta la adversidad, la persona optimista no solo está preparada
para enfrentarla con el llamado “plan B”, sino que además encontrará la parte
buena de cada situación aunque ésta resulte menos favorable de lo esperado;
es el tipo de persona que avanza también con el viento en contra.
Martin Seligman (8) y otros investigadores sobre el tema, han encontrado que
las personas optimistas tienen mayor autoestima, más fuerte sistema
inmunológico, mejor salud mental y son más capacitadas para enfrentar las
crisis, comparadas con los individuos predominantemente pesimistas. Por esto
el optimista tiende a confiar en si mismo en lugar de esperar todo de afuera.
En contraste, las personas pesimistas temen el porvenir. En otras palabras, la
actitud pesimista genera miedo lo cual es una fuerza negativa que nos desvía
del camino del éxito y felicidad.
Aquí nuevamente nos encontramos con la tarea de Maximizar-Minimizar. En
éste caso tenemos el reto de incrementar nuestro optimismo a niveles
sostenibles, mientras disminuimos nuestro pesimismo gradualmente, sin
desconocer su existencia.
Varios factores atentan contra éste esfuerzo. En primer lugar están los
estereotipos negativos incrustados en nuestra cultura. Hacemos parte de una
sociedad que enfoca más lo negativo que lo positivo. Basta con escuchar y leer
las noticias de los medios de comunicación para entender porqué mantenemos
una tendencia a apostarle a la opción negativa de cada situación y a perder la
esperanza. Especial cuidado se debe tener con las noticias “basura”. Los medios
que proporcionan la peor parte de las noticias explotan la morbosidad y el
masoquismo de sus consumidores a los cuales transmiten angustia, miedo y
odio, causándoles un grave daño a su salud mental.
Esta predisposición a oscurecer la realidad parece transmitirse socialmente. Si
estamos rodeados por personas que tienen una actitud negativa frente a la vida,
77
nos será más difícil pensar positivamente frente a los acontecimientos que nos
afectan.
La otra fuerza en contra de nuestra sensibilización hacia las imágenes positivas
es la predisposición a generalizar nuestras experiencias desagradables.
Tendemos a pensar que las adversidades del pasado necesariamente deberán
repetirse en el futuro, en lugar de enfrentar cada evento como una situación
nueva.
Por ejemplo, si hemos sido desfavorecidos en algún concurso de selección para
un cargo, la próxima ocasión en que participemos iremos esperando que nos
rechacen y por lo tanto inseguros y auto derrotados. Esperar que nuestras
experiencias desfavorables se repitan en el futuro nos prepara para tener más
de lo mismo. De esa manera nos encerramos en un círculo vicioso que conduce
a validar el prejuicio según el cual estamos destinados para lo peor.
Para romper éste círculo vicioso es necesario reconocer que las experiencias del
pasado fueron diferentes, que las circunstancias que enfrentamos actualmente
son distintas y por lo tanto podemos esperar resultados favorables. Si le
apostamos a lo mejor de cada situación estaremos predispuestos a recibir de lo
mismo, embarcándonos en un círculo virtuoso.
Dicho de otra forma, si nuestros pensamientos son constructivos estaremos
contribuyendo a la armonía de nuestro entorno y podemos esperar una
compensación agradable. Por el contrario, si contaminamos nuestro medio
ambiente con pensamientos y palabras negativas, recibiremos efectos
negativos. Así funciona la ley de la reciprocidad.
Podemos pensar lo que queramos. Tenemos la capacidad de imaginarnos
cualquier cosa. Pero tengamos cuidado con lo que pensamos pues eso será lo
que finalmente obtendremos. Desechemos lo dañino y escojamos la opción
positiva sin desconocer la realidad, por más adversa que sea.
Ciertamente nuestros pensamientos tienen una fuerte influencia en nuestra
vida, especialmente cuando pensamos de nosotros mismos. Algunos de estos
pensamientos controlan negativamente nuestro desempeño por lo que
78
debemos ser cuidadosos con lo que pensamos y cuando nos sorprendamos
pensando en calamidades asumamos el control de nuestra mente y cambiemos
de canal para pensar en algo agradable.
Es saludable revisar conscientemente los prejuicios que mantenemos grabados
en nuestro interior. Tengamos mucho cuidado con pensamientos como: estoy
derrotado, no sirvo para nada, siempre me va mal, etc. Procuremos que
nuestro dialogo interior sea positivo. Por ejemplo, en lugar de mantener la
creencia de que todo el mundo trata de sacar ventaja de nosotros,
ensayemos pensar que mucha gente está dispuesta a ayudarnos. Tengamos
presente que la percepción que tenemos de nosotros mismos será una realidad.
Somos lo que pensamos que somos. De tal manera que seamos cuidadosos con
la imagen que construimos de nosotros mismos.
Hagamos un buen esfuerzo por alimentar nuestra mente y nuestro entorno con
imágenes positivas, compartiendo hoy con nuestros amigos y familiares
solamente las cosas positivas, dejando las malas noticias para otro día.
La mejor forma de rechazar los prejuicios negativos es cuestionando su validez;
preguntándonos a nosotros mismos si vale la pena conservar el esquema
negativo que estamos practicando, y responder de acuerdo a nuestras mejores
conveniencias.
En este esfuerzo por reducir el pesimismo es necesario confrontar con la
realidad nuestras creencias negativas. Por ejemplo, si pensamos que el dolor de
espalda que nos agobia impedirá nuestra vida normal, comprobemos que es
posible utilizar otras partes de nuestro cuerpo para realizar algunas actividades
rutinarias, con lo cual se facilitara la superación de la dolencia.
El pensamiento positivo es equivalente a la Fe, según lo enseñan las Escrituras:
“Jesús les respondió: Tened fe en Dios.
Yo os aseguro que quien diga a este monte: "Quítate y arrójate al mar" y no
vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá.
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Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis
recibido y lo obtendréis.“ Marcos 11.22-24.
Para unos es el poder del pensamiento, para otros es la fuerza de la fe, para
todos es el optimismo y la esperanza los motores que nos impulsan hacia
adelante.
Diversos Investigaciones han encontrado el efecto benéfico que la espiritualidad
y el optimismo tienen sobre la salud. Uno de estos estudios, realizado por
científicos de la Universidad de Wisconsin, encontró una relación entre fe,
optimismo y salud. Los pacientes estudiados durante esta investigación eran
mujeres que estaban siendo tratadas por cáncer de los senos. Aquellas que
mostraban más altas mediciones de espiritualidad también eran más optimistas
y mostraban mayores señales de recuperación.
Sentido del humor
Indiscutiblemente se requiere disciplina y esfuerzo para mejorar nuestra actitud
frente a la vida. Probablemente tengamos que empezar lentamente a
incorporar el optimismo e incluso el buen humor en nuestra vida, pero bien vale
la pena los esfuerzos que se hagan para avanzar en estos territorios.
Por ejemplo, los científicos que investigan el efecto del sentido del humor sobre
el bienestar físico y mental de las personas han encontrado múltiples beneficios
que incluyen incremento de las hormonas benéficas, acompañado por una
disminución de los niveles de las hormonas potencialmente perjudiciales, con
sus efectos más visibles como reducción del estrés y la fatiga, incremento de los
niveles del sistema inmunológico y de la concentración.
Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha utilizado el buen humor como
una herramienta eficaz para enfrentar las condiciones difíciles. En la actualidad
la investigación científica ha comprobado que el humor positivo ayuda a mirar
las circunstancias difíciles desde diferentes perspectivas con lo cual ganamos
ventaja para resolverlas.
80
El investigador científico Lawrence Peter (9), ha encontrado que las personas
que incorporan el humor en su vida diaria y mantienen la capacidad de percibir
el lado simpático de las situaciones difíciles, mantienen mejores relaciones
interpersonales y una vida más exitosa y divertida.
De otra parte, alguien dijo que una persona sin sentido del humor es semejante
a un carro sin amortiguadores: cualquier bache de la carretera lo sacude
intensamente.
Por supuesto que hay necesidad de distinguir entre tener un buen sentido del
humor que habilite para encontrar la parte divertida de cada situación y ser un
cuenta chistes. No se trata de vivir repitiendo chistes y mucho menos hacer
bromas que ridiculicen a uno mismo o a los demás. Es prudente evitar el humor
ofensivo.
Las evidencias empíricas y científicas nos indican que la aplicación de los
conocimientos y técnicas expuestos en éste tercer capítulo producirán como
resultado una ampliación de nuestra capacidad intelectual. Nuestra mente
estará en mejores condiciones para razonar, analizar, decidir y sobre todo para
adquirir los nuevos aprendizajes que sean útiles para aprovechar las
oportunidades y superar los retos que se presenten en el camino de nuestro
crecimiento integral. Entonces, estimado lector(a), porque no darles una
oportunidad de experimentación en nuestra vida diaria?. Especialmente si
entendemos que no se conoce ninguna contraindicación ni limitación de su uso.
Al finalizar ésta primera parte del libro, es preciso reconocer el inmenso desafío
que constituye la superación racional para cumplir nuestra misión,
especialmente si arrastramos una pesada carga de conflictos emocionales. Se
requiere un riguroso trabajo en nosotros mismos para reducir ésta basura
sicológica que nos impide alcanzar nuestro máximo potencial de éxito y
felicidad. De eso trata la Parte II de éste libro.
81
PARTE I I
CRECIMIENTO EMOCIONAL
“Llamó otra vez a la gente y les dijo: Oídme todos y entended. Nada hay fuera
del hombre que, entrando en él, pueda hacerle impuro; sino lo que sale del
hombre, eso es lo que hace impuro al hombre. Quien tenga oídos para oír, que
oiga.”
Y añadía: Lo que sale del hombre, eso es lo que hace impuro al hombre. Porque
de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones
malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude,
libertinaje, envidia, lujuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades
salen de dentro y hacen impuro al hombre.”
San Marcos, 7-14:20
82
INTRODUCCION
En la primera parte de éste libro quedó establecido que el componente
racional nos permite adquirir información, valorar las opciones que tenemos
y tomar las decisiones que nos conducen a superar las dificultades y aprovechar
las oportunidades que enfrentamos en la vida. Pero sucede que los seres
humanos actuamos no solo en respuesta a los lineamientos de la razón, sino
que también reaccionamos al entorno de acuerdo a nuestro estado emocional.
Nuestras actitudes, decisiones y comportamientos no son enteramente
racionales pues el componente emocional desempeña un papel importante en
su generación. Tanto los sentimientos superficiales como los que anidan en los
profundos pliegues de nuestra alma, ya sean positivos o negativos, intervienen
decisivamente en nuestras actuaciones.
Todos los días tomamos decisiones influenciados por nuestros sentimientos.
Algunas veces obtenemos resultados favorables pero en otras ocasiones
escogemos opciones equivocadas. De todas maneras tenemos que confrontar
sus consecuencias.
Con frecuencia nos preguntamos por qué hicimos algo, sin encontrar una buena
respuesta. Por momentos perdemos nuestro propio control y somos manejados
por fuerzas internas que no son otra cosa que la carga de sentimientos
acumulados a lo largo de nuestra vida.
Por ejemplo, a pesar de tener insuficiente dinero para pagar las cuentas
pendientes nos vamos para el centro comercial a comprar objetos que no
necesitamos y después entramos al restaurante de comida rápida para
consumir algunos alimentos inadecuados para nuestra salud. Cuando
regresamos a casa, nos damos cuenta que no hay espacio para colocar las
compras y que al día siguiente se vence el plazo para pagar el saldo de la tarjeta
de crédito. Probablemente experimentaremos un sentimiento de culpa y nos
sentiremos mal con nosotros mismos. Quedamos entonces embarcados en un
círculo vicioso, pues en la medida en que tomamos decisiones equivocadas nos
83
llenaremos de frustración e insatisfacción, lo cual a su vez nos prepara para
adoptar comportamientos erráticos o impulsivos.
Si estamos influenciados por emociones como odios, remordimientos, envidias
y miedos nos comportaremos de manera diferente que si estamos llenos de
amor, gratitud y compasión. Estos sentimientos se incuban dentro de nosotros
y nos condicionan a responder a nuestro medio ambiente de diferentes
maneras.
Cuando los sentimientos nos impulsan a comportamientos cuyas consecuencias
son indeseables nos referimos a ellos como sentimientos negativos. Por el
contrario, si juzgamos que nuestra conducta es aceptable los sentimientos que
la origina son positivos.
Sabemos que el desempeño total del ser humano es el resultado de la compleja
interrelación de sus tres componentes: racional, físico y emocional. Sin
embargo, la dimensión emocional es la menos atendida en comparación con las
otras dos. Mientras cada día surgen nuevas investigaciones científicas y
literatura sobre el desarrollo de habilidades racionales y físicas, pocos esfuerzos
se hacen por encontrar formas novedosas para el mejoramiento de los recursos
emocionales del ser humano.
El trabajo investigativo en esta area se encuentra concentrado en la etapa
descriptiva y solo recientemente se está llegando a la fase prescriptiva cuando
se explican las causas de los problemas emocionales y se prescriben soluciones.
Los científicos del área de la siquiatría y sicología se han interesado en el
tratamiento de los desórdenes mentales asociados con los sentimientos
negativos como el odio, miedo y culpabilidad.
Complementario a lo anterior, se nota mucha actividad científica para encontrar
soluciones farmacéuticas a problemas emocionales. Por ejemplo, recientemente
científicos británicos descubrieron un compuesto químico para combatir el
orgasmo precoz, que como se sabe es originado por la angustia y el estrés,
causas éstas que pueden ser controladas por métodos naturales como la
meditación y el ejercicio físico.
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Relativamente poco se conoce sobre hallazgos en el área del desarrollo de los
sentimientos positivos o favorables.
El investigador ya mencionado Martin Seligman, encontró que en las tres
últimas décadas del siglo XX fueron publicados alrededor de 46.000 documentos
científicos sobre la depresión y solo 400 sobre la felicidad.
Este enfoque reactivo de los especialistas en las Ciencias del Comportamiento
Humano se explica en parte por los estragos que la violencia y la vida moderna
ejercen sobre la salud mental de las personas, lo cual a su vez genera una gran
preocupación por encontrar solución a enfermedades como Ansiedad,
Depresión, Demencia, etc.
El desequilibrio generado por la escasa atención del componente emocional
crea tensiones internas en el ser humano que le impiden lograr el pleno
desarrollo de su potencial, con serias implicaciones en la calidad de vida de
todos los integrantes de una Comunidad.
Afortunadamente se nota en la actualidad un surgimiento de la atención del
componente emocional desde un ángulo proactivo y preventivo. Algunos
científicos de las Ciencias Humanas están ahora orientados a descubrir formas
para que la gente se sienta más satisfecha y feliz. Por ejemplo, desde el año
2007 en varias escuelas primarias de los Estados Unidos y Canadá se está
utilizando el método creado por el maestro de ballet Pierre Dulaine para
desarrollar en los estudiantes emociones positivas como la autoestima, la
confianza en sí mismo y la compasión. A propósito, el “método Dulaine” dirigido
a fortalecer el crecimiento emocional, sirvió de inspiración para la película “Take
the lead” producida en 2006 y protagonizada por Antonio Banderas en el papel
del maestro de ballet.
Más aun, en varias universidades norteamericanas se están ofreciendo cursos
para incrementar el sentimiento de la felicidad. En particular, el investigador
científico, mencionado anteriormente, Richard Davidson de la Universidad de
Madison-Wisconsin ha creado metodologías para fortalecer sentimientos como
85
la compasión y la gratitud, con la intención de ofrecer estas técnicas como parte
de la educación superior.
Quizás lo más importante de todo esto es la aceptación de la noción según la
cual las emociones positivas pueden ser enseñadas y aprendidas con lo cual
podemos esperar cada día la aparición de nuevas teorías y estrategias
promotoras del crecimiento equilibrado del ser humano.
Podemos confiar entonces que en un futuro cercano, los programas educativos
de nuestras escuelas incluyan cursos para mejorar la autoestima, el amor, la
compasión, la gratitud, el perdón y demás sentimientos superiores. De la misma
manera se espera la creación de metodologías conducentes a la reducción de los
sentimientos negativos. En otras palabras, está cerca el tiempo en que las
instituciones educativas asuman la responsabilidad de formar emocionalmente
a sus estudiantes, en adición a su tarea tradicional de educar racional y
físicamente.
La propuesta de crecimiento emocional de ésta segunda parte del libro incluye
la presentación de la inteligencia emocional como un recurso para la
identificación y manejo de los sentimientos que condicionan nuestra conducta.
Este es el objeto del capítulo 4.
El capitulo 5 presenta diferentes alternativas para minimizar los sentimientos
negativos y crear los espacios que serán llenados por los sentimientos positivos.
En la primera parte de éste libro hemos verificado la posibilidad de modificar
nuestros pensamientos; ahora haremos lo mismo con los sentimientos para
salvaguardar la salud mental que nos permita disfrutar plenamente la vida.
En la implementación de ésta segunda parte del libro es indispensable realizar
una exploración al interior de si mismo que requiere coraje y honestidad, pero
le aseguro amable lector(a) que bien vale la pena. Apoyado en la Ciencia y la Fe
le resultará una faena enriquecedora de su inteligencia emocional, compasión,
humildad, coraje, autenticidad, empatía, liderazgo, capacidad para juzgarse a sí
mismo y perdonar. Tal vez esto refuerce mi invitación: Sócrates les dijo a los
86
ciudadanos griegos de su época que la vida que no es auto examinada no
merece vivirla.
En nuestra época, la tecnología de las comunicaciones tiende a acercarnos a los
demás mientras nos aleja de nuestro propio Ser. En otras palabras, los avances
tecnológicos que nos permiten mantenernos comunicados con nuestros
semejantes también nos restan oportunidades de reflexión, lo cual exige un
trabajo más riguroso para conectarnos con nosotros mismos en búsqueda de las
necesidades y oportunidades de crecimiento.
87
Capítulo 4
INTELIGENCIA EMOCIONAL
La Inteligencia Emocional es la capacidad de identificar nuestras emociones, las
de las demás personas y utilizar esta información para guiar nuestro
comportamiento. El desarrollo de ésta clase de inteligencia habilita al individuo
para:
1. Percibir sus propias emociones y comprender el efecto que éstas ejercen
sobre su conducta. Por ejemplo, la persona emocionalmente inteligente
entenderá el comportamiento que adopta cuando experimenta una
frustración. Siendo consciente de sus emociones este individuo puede
controlarlas para adoptar un comportamiento funcional.
2. Discriminar los sentimientos que lo impulsan a comportarse
favorablemente de aquellos que condicionan negativamente su
desempeño. Los individuos capaces de procesar información de
naturaleza emocional distinguen los estados de ánimo que le facilitan la
realización de actividades como resolver problemas, en contraposición a
sus estados emocionales que lo limitan para hacer solamente las tareas
de menor exigencia. Por ejemplo, si la persona está alterada
emocionalmente por un remordimiento prefiere aplazar la decisión de
realizar una compra significativa y en su lugar procede a hacer una ronda
de consultas con las personas más cercanas. De esta manera el individuo
con un nivel superior de inteligencia emocional utiliza el conocimiento de
sus estados de ánimo para incrementar su rendimiento.
3. Interpretar las emociones ajenas. La persona emocionalmente inteligente
es capaz de detectar emociones en los rostros, voces y gestos corporales
de otras personas. Adquiere valiosa información escuchando y
observando a las demás personas. El individuo sin serias alteraciones de
88
salud mental, utiliza ésta información para considerar respetuosamente el
estado de ánimo y conducta de la gente que lo rodea.
4. Comprender el efecto que tiene el comportamiento propio sobre los
sentimientos de las demás personas.
5. Detectar el intercambio y la combinación de emociones que ocurren al
interior de los seres humanos. La persona emocionalmente inteligente
aprovecha la naturaleza dinámica de los sentimientos para realizar los
ajustes convenientes en función de su misión.
La gente emocionalmente inteligencia es capaz de entender sus emociones y las
de otras personas y procesar esta información para controlar su
comportamiento.
Desde el punto de vista práctico es importante resaltar que el concepto de
Inteligencia Emocional se origina en el reconocimiento de las emociones propias
del individuo como punto de partida hacia la percepción de las emociones
ajenas, aplicando de esta manera la antigua enseñanza: “Conócete a ti mismo y
conocerás a los demás”. Sobre ésta base se propone el desarrollo de la
Inteligencia Emocional mediante ejercicios concentrados en la exploración
rigurosa de los sentimientos propios del individuo.
La interpretación de las emociones ajenas, que hace parte fundamental de la
Inteligencia Emocional, es compartida con la empatía, definida ésta como la
capacidad de comprender la situación de otras personas, incluyendo sus
conocimientos, necesidades y por supuesto sus sentimientos. En éste orden de
ideas se considera que la Inteligencia Emocional es un requisito de la empatía.
Mediante la Inteligencia Emocional adquirimos el poder de conectarnos con los
sentimientos ajenos.
Es evidente que se trata de dos conceptos diferentes aunque igualmente
interesantes en el área del desarrollo humano. Tanto la inteligencia emocional
como la empatía están asociadas con la capacidad de liderazgo. Sin embargo, es
89
preciso aclarar que la posesión de ninguno de los dos atributos garantiza por sí
mismo el liderazgo funcional para la Comunidad.
La habilidad de reconocer las emociones y necesidades ajenas puede ser
utilizada tanto para ayudar a las demás personas como para manipularlas en
beneficio propio. La empatía les permite a los lideres mantenerse alerta y
percibir los talentos y las debilidades de sus colaboradores para ayudarlos a
maximizar los primeros y disminuir las segundas. Es una de las razones por las
cuales se asegura que la actitud compasiva está relacionada con el liderazgo
eficiente dentro de las organizaciones.
Contrario a lo anterior, el retraso de la inteligencia emocional es asociado con el
narcisismo, un desorden mental caracterizado por la consideración de los seres
humanos como recursos para ser utilizados para el beneficio personal. El
dirigente narcisista bordea los límites aceptables. Esto explica la aparición de
líderes en posiciones de poder, que aportan poco al bienestar común y en
algunos casos son una amenaza social.
También es importante anotar que la inteligencia emocional y la empatía,
aunque acompañadas de compasión, son atributos necesarios pero no
suficientes para ejercer un liderazgo exitoso. Se requiere además otras
cualidades como confiabilidad, autenticidad y coraje en los líderes capaces de
impulsar el mejoramiento de la calidad de vida de sus seguidores.
Existe aun alguna dificultad de medir objetivamente el nivel de Inteligencia
Emocional de las personas. Sin embargo, en el campo empresarial ha surgido
gran interés en el tema. Las organizaciones están utilizando algunas mediciones
de la inteligencia emocional para seleccionar a sus colaboradores, pues
consideran esta aptitud como un indicador de alto potencial de liderazgo.
Adicional a lo anterior, las personas con alta inteligencia emocional evitan
tomar decisiones influenciadas por sentimientos inferiores como el odio, miedo
y culpabilidad, lo cual los predispone a escoger las mejores opciones
disponibles. Se asegura también que las personas sensibles a los sentimientos
propios y ajenos son mejores integrantes de equipos de trabajo.
90
Por el contrario, diversos estudios (10) demuestran que el subdesarrollo
emocional está asociado con la dificultad para establecer relaciones humanas
solidas, adaptarse al entorno social y otras conductas disfuncionales.
Quedamos de acuerdo que solo un examen honesto y exhaustivo permitirá
percibir la naturaleza de nuestros sentimientos y su efecto sobre nuestro
comportamiento, lo cual constituye un requisito esencial para el mejoramiento
de nuestra inteligencia emocional. No será fácil ni rápido que cumpliremos ésta
tarea pero cualquier actividad que hagamos en ésta dirección resultará un
entretenimiento inteligente.
Para comenzar, revisemos la lista de los sentimientos más comunes que
experimentamos los seres humanos:
Aburrimiento
Agitación
Alegría
Amargura
Amor
Angustia
Ansiedad
Apatía
Arrepentimiento
Arrogancia
Cautela
Celos
Comodidad
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Compasión
Coraje
Culpa
Desconfianza
Desencanto
Disgusto
Diversión
Dolor
Entusiasmo
Envidia
Esperanza
Euforia
Éxtasis
Fe
Felicidad
Fobia
Frustración
Gratitud
Horror
Humildad
Impaciencia
Impotencia
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Inconformidad
Irritabilidad
Melancolía
Miedo
Modestia
Nerviosismo
Nostalgia
Odio
Orgullo
Paranoia
Pena
Pesar
Placer
Preocupación
Prevención
Rabia
Regocijo
Remordimiento
Repugnancia
Resentimiento
Satisfacción
Soledad
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Sorpresa
Sufrimiento
Terror
Timidez
Tranquilidad
Tristeza
Vergüenza
A continuación haremos un ejercicio con el propósito de descubrir nuestros
orígenes emocionales y lo que es más importante: entender el efecto que los
sentimientos tienen sobre nuestra conducta. En otras palabras, esta actividad
nos permitirá identificar los sentimientos que están en el fondo de cada uno de
los eventos claves de nuestra existencia y nos dará información para entender
nuestras actitudes. Requiere gran cantidad de integridad emocional, entendida
esta como la sinceridad en el reconocimiento de las emociones. Esto es lo que se
hace:
1 Colóquese en una posición cómoda. Puede ser sentado o acostado,
asegurando que la columna vertebral se mantenga recta.
2 Respire tan lenta y profundamente como le sea posible, haciendo una
pausa para retener por unos segundos el aire dentro de los pulmones,
hasta sentirse relajado.
3 Reconstruya mentalmente cada uno de los momentos de su vida que
considere decisivos, empezando por el más reciente. Estamos hablando
de experiencias de alto impacto emocional que han cambiado su vida
para bien o para mal.
4 Recuerde vívidamente su comportamiento durante cada uno de estos
acontecimientos.
94
5 Perciba toda la gama de sentimientos experimentados en cada una de
estas vivencias críticas.
6 identifique el sentimiento dominante entre todas las sensaciones
asociadas con cada situación analizada.
Al terminar este ejercicio, seguramente nos daremos cuenta que tenemos una
colección de sentimientos adquiridos a través de múltiples eventos y
circunstancias. Algunos de ellos son agradables y otros menos deseables pero
de todas maneras condicionan nuestra conducta.
Además de identificar los sentimientos asociados con eventos del pasado, el
desarrollo de la Inteligencia Emocional requiere que mantengamos un enfoque
consciente de nuestro estado emocional presente. Necesitamos estar
dispuestos a responder preguntas de este estilo:
Como me estoy sintiendo?.
Cuales son las causas de mi estado emocional actual?.
Que puedo hacer para prolongar lo que estoy sintiendo si es agradable o
reducirlo si es desagradable?.
Un beneficio adicional de este hábito: respondiendo las anteriores preguntas
demostramos preocupación por nuestro bienestar emocional, con lo cual
fortalecemos nuestra autoestima.
Es preciso recordar aquí que el ejercicio de la Meditación incrementa nuestra
sensibilización hacia los sentimientos propios y ajenos, con lo cual se convierte
en una herramienta eficaz para el mejoramiento de la Inteligencia Emocional.
Cuando revisamos el componente racional en la primera parte de este libro,
encontramos que el ser humano puede pensar lo que quiera pero ateniéndose a
las consecuencias de la opción escogida. También en el componente emocional
el ser humano tiene la autonomía de sentir lo que quiera asumiendo los efectos
que los sentimientos tienen sobre su calidad de vida.
95
Estudios realizados por Barbara Fredrickson (11) y galardonados por las
autoridades correspondientes, han concluido que las personas que
experimentan emociones positivas tales como alegría y satisfacción tienen
mayores niveles de creatividad, mayor percepción de su entorno, mejores
recursos para enfrentar las dificultades y progresar, en comparación con las
personas que padecen emociones negativas como miedo y tristeza.
En otras investigaciones conducidas por esta misma científica, se ha
comprobado que las emociones positivas ayudan a recuperar los niveles
normales de presión arterial, azúcar en la sangre y sistema inmunológico que
han sido alterados en las personas sometidas a excesivo estrés.
Desde el punto de vista del efecto que tienen los sentimientos sobre el
funcionamiento del organismo humano también se sabe que los sentimientos
positivos promueven la generación de hormonas como la endorfina, serotonina
y oxytocina, que estimulan las neuronas, mientras que las emociones
desagradables generan hormonas como la adrenalina y el cortisol, promotoras
del deterioro cerebral.
Con la realización de las actividades y ejercicios propuestos en este capítulo,
usted amable lector(a), habrá estimulado su Inteligencia Emocional, una
condición esencial para el Crecimiento Integral.
Cada día se acumula mayor evidencia científica según la cual las personas con
serias deficiencias en su desarrollo emocional que le impiden reconocer y
controlar sus propios sentimientos, están más expuestas a trastornos de salud
física y emocional.
Aquí estamos hablando de manejar y nunca de desconocer o reprimir los
sentimientos negativos. Somos humanos y es natural que experimentemos
tristeza, miedo o angustia como reacción a la adversidad. De lo que se trata es
de mantener los sentimientos en niveles saludables.
El desarrollo de la Inteligencia Emocional nos permite evaluar aquellos
sentimientos que afectan negativamente el desempeño de nuestra misión. El
siguiente capítulo presenta algunas formas de minimizar estos sentimientos que
96
consideremos obstructivos mientras maximizamos los sentimientos funcionales
para nuestro éxito y felicidad.
97
Capitulo 5
SALUD EMOCIONAL
Conocí a Esteban en el colegio de secundaria a donde llegó expulsado de otro
establecimiento educativo. Fue integrado a nuestro grupo de estudio en el cual
se distinguió por su risa estentórea y su disposición para animar el grupo
cuando se encontraba en dificultades.
En una ocasión en que discutíamos la existencia de Dios, tomo la palabra y nos
dijo: “mi presencia aquí es una prueba de que Dios existe”, y sin más
preámbulos nos contó que era fruto de la violación de una menor de edad, hija
de la cocinera de la posada a donde llegaba su padre a pasar las temporadas de
desempleo.
Para cerrar su argumentación recuerdo que nos dijo: “Soy una evidencia de la
existencia de un ser amoroso que cuida de nosotros aun en las circunstancias
más difíciles, pues como ustedes lo pueden imaginar he llegado aquí
enfrentando todo tipo de dificultades y necesidades desde alimenticias hasta de
calor familiar“.
De su historia íntima que nos relató en aquella ocasión, recuerdo que a muy
temprana edad su madre lo abandonó al precario cuidado de su abuela
materna.
A los siete años de edad, su abuela se las ingenió para forzar al padre a asumir la
responsabilidad por su educación. Así fue como resulto internado en un
colegio público en donde avanzó en sus estudios hasta ser expulsado por su
conducta altanera y agresiva.
Por su comportamiento impredecible, cercano con lo antisocial, las autoridades
del colegio a donde llego para terminar su educación secundaria no le
reconocieron el honor al mejor bachiller de la promoción, aunque
98
informalmente así lo consideramos sus compañeros y profesores por su
rendimiento académico.
Al celebrar nuestro decimo aniversario de graduación de la educación
secundaria, volvimos a encontrarnos con Esteban quien nos contó que había
ensayado varios oficios pero ninguno le llamó la atención. En el momento
estaba empleado en la oficina de correos en un cargo para el cual demostraba
estar sobre-calificado.
Tuvimos la oportunidad de comentar con algunos de los asistentes el caso
lamentable de este compañero que a pesar de su capacidad de aprendizaje, no
había logrado hasta ahora nada importante en la vida. Varios de los
compañeros se aventuraron a buscar explicaciones para entender el
rendimiento de Esteban durante nuestra época estudiantil y los escasos logros
alcanzados en comparación con el resto de los integrantes de la promoción.
Seguramente usted, amable lector(a), habrá conocido personas que como
Esteban han alcanzado muy poco en su vida, comparado con su inmenso
potencial.
Es evidente que Esteban recibió múltiples y serios maltratos desde el vientre de
su madre que lo pueden afectar hasta el momento en que decida limpiar la
carga que le intoxica el alma, y utilizar la energía así liberada para cumplir su
misión personal. Cuando Esteban adquiera consciencia del efecto que su niñez
desafortunada tiene en su desempeño, seguramente dirigirá sus esfuerzos
hacia la transmutación de los círculos viciosos en que tiene montada su vida y
entonces sus logros serán más significativos.
Pero no solo Esteban ha sido víctima de infortunios y maltratos desde el
comienzo de su existencia. Salvo raras excepciones, todos los seres humanos
estamos expuestos a enfrentar situaciones adversas a lo largo de la vida. La
pérdida de seres queridos, la ruptura de una relación de pareja, el abandono, la
pérdida del empleo, la bancarrota económica, los maltratos físicos, las
agresiones emocionales, los abusos sexuales, la discriminación, la
99
marginalización y el trato injusto, son ejemplos de las tragedias que
enfrentamos los seres humanos.
Algunas de estas vivencias dolorosas dejan como secuelas una variedad de
sentimientos negativos tales como amargura, odio, angustia, repugnancia,
miedo, culpabilidad y tristeza, que son verdaderas heridas internas. Nos
referimos a estos episodios como traumas sicológicos.
Los científicos han comprobado que los sentimientos positivos, (amor,
compasión, gratitud, etc.) generan hormonas del tipo de la serotonina y
oxitocina que promueven la reproducción de las células cerebrales. De otro
lado, también han comprobado que los sentimientos negativos generan
substancias toxicas que aceleran el deterioro de las neuronas.
Dicho mas claramente: los sentimientos negativos perturban el funcionamiento
del cerebro promoviendo la insanidad mental y otras desventajas del individuo.
El efecto que los sentimientos tienen sobre el organismo humano puede ser
comprobado en nuestra vida cotidiana. Nuestra vitalidad es diferente después
de realizar un acto de amor o una conversación agradable que cuando tenemos
una explosión de ira o una disputa verbal.
El poder de daño que los traumas y demás eventos desfavorables tienen sobre
nuestro componente emocional depende de su intensidad, así como de la
época en que los recibimos y de la forma como reaccionamos frente a los
mismos. Si el infortunio es inevitable, lo que decidamos hacer para enfrentarlo
es opcional.
Las consecuencias de los maltratos recibidos a muy temprana edad serán
diferentes a las secuelas que dejan las adversidades enfrentadas en la edad
adulta, cuando la persona tiene mayores recursos para escoger la opción que
prefiera. Los traumas recibidos en la niñez causan daños desproporcionados en
las victimas y en la sociedad en general.
Está comprobado por múltiples estudios que los individuos cuyo
comportamiento infantil ha sido corregido mediante castigos físicos son mas
100
inseguros, agresivos y con mayores dificultades de aprendizaje que las personas
que fueron ayudadas durante la infancia a mejorar su conducta con métodos
racionales.
Las personas que sufren serios maltratos durante su infancia muestran diversos
circuitos cerebrales deteriorados al ser examinados. Las consecuencias nocivas
de estos maltratos se manifiestan durante la vida adulta de las víctimas.
Científicos australianos dirigidos por Brian Draper (12), han reportado
recientemente los resultados de su trabajo según el cual los efectos de los
abusos infantiles pueden durar toda la vida. Los sujetos de esta investigación
que sufrieron abusos físicos o sexuales en su niñez mostraron peor salud física y
mental comparada con aquellos que no fueron maltratados a temprana edad.
Estudios realizados en varios países demuestran que la mayoría de los
criminales condenados a prisión fueron abusados durante su temprana
juventud. Se puede deducir que cualquier intento serio por reducir el índice de
criminalidad debe incluir políticas y leyes para la protección de la niñez.
Los sentimientos negativos que de alguna manera vamos acumulando afectarán
nuestra salud emocional hasta el punto de impedirnos desarrollar todo nuestro
potencial de éxito y felicidad.
Esta basura emocional constituye una carga que nos dificulta el andar
eficientemente por el camino de la vida. Es semejante a una maleta que cuelga
a nuestras espaldas.
Ciertamente es distinta la forma como los seres humanos reaccionamos frente a
las situaciones adversas. Si decidimos enfrentar las tragedias con la fuerza del
optimismo y la fe, los resultados serán diferentes a si optamos por permanecer
reciclando los sentimientos negativos que nos producen los impactos
traumáticos.
Al observar a nuestro alrededor podemos encontrar personas que superan los
episodios dolorosos y siguen adelante fortalecidos por la experiencia y la
esperanza. Otros individuos por el contrario no logran recuperarse y quedan
101
postrados ante el infortunio. La diferencia está en la forma como manejan los
golpes recibidos y sus consecuencias.
Es imposible realizarnos plenamente como seres humanos mientras arrastramos
con nuestra maleta interior llena de los residuos emocionales tóxicos que nos
han dejado los eventos traumáticos. Cuando se hace muy pesada impide
acelerar nuestra jornada. Además, si andamos contaminando nuestro medio
ambiente con estos tóxicos sentimentales vamos a recoger más de lo mismo,
corriendo el peligro de embarcarnos en un círculo vicioso que nos conducirá a
los terrenos de la insanidad mental.
Estudios científicos han encontrado que las victimas de traumas tienen mayores
posibilidades de contraer adicciones, depresión, fatiga crónica, demencia,
paranoia y otras patologías serias que han dado en llamarse los desordenes
postraumáticos.
También está demostrado que los sentimientos negativos sin tratamiento
pueden acumularse hasta un nivel a partir del cual generan lesiones cerebrales
que debilitan el poder de la voluntad, incapacitando al individuo para mantener
el control de su vida.
Por esto es tan difícil superar las adicciones y demás anomalías sicológicas, sin
un tratamiento serio de sanación interior. Es reconocido que las adicciones
tienen un origen traumático que genera en la persona profundos sentimientos
destructivos, los cuales trata de manejar con productos adictivos como alcohol,
tabaco, marihuana, etc. Mientras no se resuelva el trauma que agobia al sujeto,
le será muy difícil salir de la adicción. Algunas veces lo que se logra es pasar de
una adicción a otra. Se ha encontrado por ejemplo que la adicción a la comida
puede ser tratada con cirugía del estomago, pero la gran mayoría de las
personas así tratadas caen al poco tiempo en el alcoholismo como respuesta a
su trauma interior, si este no es tratado antes o después de la cirugía. Más aun,
los alcohólicos que logran salir de su adicción sin una curación interior, caen
fácilmente en la glotonería.
102
Los sentimientos corrosivos que vamos acumulando a lo largo de la vida pueden
alterar nuestra consciencia hasta el punto de borrar la línea que separa la
bondad de la maldad tanto de nuestro medio ambiente como de nosotros
mismos. Intoxicados por la mezcla de sentimientos negativos estaremos
incapacitados para tomar las mejores decisiones que nos conduzcan a superar
las dificultades y aprovechar las oportunidades que aparezcan en el camino.
La buena noticia ahora es que la plasticidad del cerebro abre la posibilidad de
recuperación de los daños recibidos. Mediante terapias combinadas que
estimulan la formación de células nuevas que reemplazan las afectadas por los
traumas podemos alcanzar mejores niveles de sanidad mental. Tenemos el
poder y la responsabilidad de buscar salidas naturales a toda esta basura
sicológica.
En una prueba más de la interrelación entre los tres componentes del ser
humano, los científicos han demostrado que las alteraciones que producen los
sentimientos negativos sobre el organismo y sobre la dimensión racional son
reversibles. Tenemos la opción de reversar los daños sufridos durante el
transcurso de los años sin cirugías ni medicinas. Es posible hacer un trabajo de
restauración emocional que recupere el estado de nuestra alma a las
condiciones que nos permitan utilizar plenamente nuestros talentos y
competencias.
De modo que nadie nos obliga a arrastrar indefinidamente la colección de
sentimientos inferiores que obstaculizan nuestro pleno crecimiento. Nada de
permanecer ofendidos, humillados, alterados o victimizados por
acontecimientos que ocurrieron en el lejano pasado.
Los quebrantos físicos dificultan nuestro desempeño como también los dolores
del alma reducen el ritmo de nuestro avance. Asi como concedemos ventajas
con nuestros quebrantos físicos también estamos en desventaja para resolver
problemas y aprovechar oportunidades cuando estamos afectados por
dolencias emocionales.
103
Las heridas internas o emocionales en comparación con las heridas externas o
corporales son de más difícil curación. Algunas de ellas están incrustadas en los
profundos pliegues de nuestro ser subconsciente y por lo tanto requieren mayor
esfuerzo para su sanación.
Mantengamos en cuenta que solamente nosotros tenemos acceso a nuestra
parte interior. Es como si estuviera protegida por una cerradura de la cual solo
nosotros tenemos la llave. Esto es más dramático con las heridas emocionales
que hemos sufrido en nuestros mismos orígenes y en la temprana infancia. Solo
nosotros mismos podremos usar la fe y el poder racional para conscientemente
decidir qué hacer al interior de nuestra alma.
Por supuesto que no se trata de negar ni ocultar los sentimientos debilitantes.
Por el contrario, se requiere enfrentar los conflictos emocionales para reducirlos
o resolverlos gradualmente. Aqui estamos hablando de filtrar y procesar los
sentimientos, no de retenerlos ni negarlos.
Con los recursos racionales desarrollados mediante la aplicación de lo expuesto
en la primera parte de este libro, estamos en capacidad de recoger información
y procesarla para decidir el curso de acción que nos conduzca a disminuir la
carga de sentimientos negativos. A continuación se presenta más información
útil para iniciar esta tarea.
Los traumas tienen un componente racional y otro emocional. Es decir, cuando
sufrimos un golpe sicológico quedan grabados en nuestra mente los detalles
del episodio (parte racional) y las sensaciones que se generan de la experiencia
(parte emocional) .
Con excepción de los traumas sufridos al comienzo de nuestra existencia en los
cuales solo podemos experimentar los sentimientos sin recordar los hechos que
los causaron, en los demás episodios traumáticos podemos recordar todos los
hechos que ocurrieron durante la situación que vivimos y reconstruir los
sentimientos que surgieron durante la vivencia indeseable.
La razón por la cual recordamos fácilmente las experiencias dolorosas mientras
olvidamos nuestro propio número telefónico es por la carga emocional que se
104
conserva de dichos eventos. Solo descargando emocionalmente las vivencias
infortunadas, las olvidaremos para seguir adelante.
Vamos a iniciar la tarea de sanación emocional detectando aquellos
sentimientos negativos que están incrustados en nuestra mente y los cuales
afectan desfavorablemente nuestra vida. Aquí utilizaremos la inteligencia
emocional para nuestro mejoramiento personal. Esto requiere regresar al
pasado para revisar episodios cargados de emociones destructivas, lo cual
haremos teniendo en cuenta lo siguiente:
A.- Solo podemos mejorar lo que reconocemos. Estamos hablando de
incrementar nuestra sanidad emocional filtrando y desechando racionalmente
aquellos sentimientos negativos generados por traumas recibidos y que nos
dificultan funcionar a plenitud.
B.- Se justifica retroceder al pasado para aprovechar nuestras propias
experiencias como oportunidades de aprendizaje, teniendo la precaución de
reciclar lo que sirve de nuestro pasado y desechar lo demás, sin profundizar las
heridas emocionales. Entendamos que es posible modificar las consecuencias
del pasado no el pasado mismo.
C.- Al finalizar la reconstrucción de cada episodio traumático debemos tener la
precaución de revivir un episodio agradable que nos ayude a recuperar nuestro
balance emocional. Es como cambiar un disco de video desagradable por otro
alegre.
D.- Evitemos quedar atrapados por el pasado pues somos más que una historia
personal. Evidentemente nada podemos hacer para modificar el pasado pero si
mucho para enriquecer nuestro presente y preparar nuestro futuro.
E.- Una vez procesados los eventos del pasado regresemos inmediatamente al
“aquí y ahora”, siendo conscientes de todo lo que está ocurriendo a nuestro
alrededor.
El ejercicio que se presenta a continuación nos permitirá identificar los
sentimientos negativos que necesitamos modificar. Se requiere verdad
105
personal, honestidad emocional, humildad y coraje para obtener los mejores
resultados. Este es el procedimiento a seguir:
1 Colóquese en una posición cómoda. Puede ser sentado o acostado pero
con la precaución de conservar la columna vertebral recta.
2 Respire pausadamente durante tres minutos, permaneciendo consciente
de los sonidos a su alrededor.
3 Revise mentalmente cada uno de los momentos difíciles de su
vida. Serán situaciones desagradables que han marcado su vida de
manera desfavorable.
4 Reconstruya diariamente una de dichas vivencias identificando los
personajes que intervinieron en ella y demás detalles que integran la
situación.
5 Perciba plenamente cada uno de los sentimientos experimentados
durante dicho evento.
6 Escoja cuales de dichos sentimientos quiere reducir.
7 Continúe este ejercicio reconstruyendo mentalmente uno de los
episodios más felices que haya experimentado en su vida.
8 Concluya el ejercicio observando todo lo que esté al frente suyo. Sin
mover los ojos huela, escuche, palpe y deguste lenta y sucesivamente
todo lo que se encuentre a su alcance.
La revisión cuidadosa de las adversidades que hemos padecido en la vida nos
hace sensibles a los sufrimientos ajenos y nos conecta con el resto de seres
humanos que han enfrentado situaciones similares. De esta manera
fortalecemos nuestra empatía y compasión, cualidades que distinguen a los
líderes que benefician a la Comunidad de los dirigentes narcisistas.
Además, la realización de este ejercicio nos da la posibilidad de confrontar
sentimientos tales como odio, miedo, culpa, angustia y frustración que
necesitamos controlar. Esto se hará más adelante con estrategias creadas para
modificar los sentimientos que escojamos.
106
Cada uno de estos sentimientos negativos requiere un manejo diferente. Con un
trabajo de restauración interior los reduciremos uno a uno hasta tener los
resultados esperados.
FASES DE LA SANACION INTERIOR
La sanación interior tiene dos fases marcadas que facilitan su explicación y
aplicación:
La primera fase de esta tarea es la confrontación de nuestras cargas negativas
conscientes. Aquellas que recordamos durante la realización del ejercicio
anterior.
La segunda fase incluye los residuos tóxicos inconscientes que nos torturan
desde siempre, pero que solo reconocemos con especial dificultad. Son las
secuelas de los traumas de nuestra primera infancia y los efectos negativos que
recibimos del entorno desde antes de nacer. Aquí también están incluidos
aquellos sentimientos que hemos decidido ocultar conscientemente para
nosotros mismos y los demás.
PRIMERA FASE DE SANACION INTERIOR
La ley de Pareto o principio del 80/20 establece que para la mayoría de las
circunstancias indeseables el 80% del problema proviene del 20% de las causas.
Si aplicamos este principio pragmático a nuestra insanidad emocional,
concluiremos que solo unos pocos sentimientos negativos de la colección que
arrastramos son los responsables de la mayor parte de nuestra intoxicación
sicologica.
El Odio junto con el Miedo y la Culpa son reconocidos como los sentimientos
más dañinos y por tal razón los trataremos aquí como los responsables de la
mayor proporción de los conflictos emocionales.
107
Culpa
Es un sentimiento originado por algo que consideramos que hemos hecho mal
conscientemente o inconscientemente. Es la admisión de responsabilidad por
haber causado un daño por acción u omisión. Como tal es un regulador moral de
nuestra conducta. Es una señal que nos indica que necesitamos corregir nuestro
comportamiento.
Todos cometemos estupideces de mayor o menor impacto y es saludable que
sintamos una horrible sensación cuando hemos realizado algo indeseable. La
diferencia está en la forma como manejamos los sentimientos de culpa que
aparecen como consecuencia de nuestros actos. Tenemos la opción de acumular
culpabilidades hasta congestionar nuestra alma con este sentimiento
debilitante o por el contrario, hacer los cambios necesarios para no reincidir en
conductas reprochables y liberarnos de esta carga para seguir avanzando.
Para desintoxicarnos de nuestros remordimientos debemos empezar por
distinguir entre culpabilidad real y la culpabilidad ficticia. Es necesario analizar
cada situación para separar los sentimientos de culpa reales de los imaginarios.
Se requiere honestidad para reconocer nuestras propias culpas y consciencia
clara para identificar las culpas imaginarias.
Reales o imaginarios, los sentimientos de culpa nos llenan de vergüenza con
nosotros mismos, atentando de esta manera contra nuestra autoestima. Sin
tratamiento adecuado, los sentimientos de culpa conducen a la depresión y
otros desordenes emocionales. Esto solamente, es un enorme daño para
nuestro desarrollo personal.
Pero hay mas, el individuo agobiado por los sentimientos de culpa está
dispuesto a aceptar cualquier cosa de la vida. Se resigna a diversos maltratos y
adversidades sin ofrecer resistencia porque piensa que es la debida recompensa
por lo que hizo mal o dejo de hacer bien. Puede ser la mujer que acepta la
violencia familiar sin denunciarla o el hombre que se transa por condiciones
laborales indignantes sin buscar alternativas.
Veamos por separado cada una de estas culpabilidades.
108
Sentimiento de culpa real. Tenemos que reconocer ahora lo que hemos hecho
en contra de los demás. Admitir el daño que hemos causado en algún momento
con nuestras palabras, actitudes, acciones y omisiones.
Una condición básica para superar el conflicto interno originado por
los sentimientos de culpa real, es reconociendo nuestras faltas y ofreciendo las
disculpas y reparaciones correspondientes a las víctimas de nuestro
comportamiento equivocado, en una demostración de respeto y consideración
por los demás seres humanos. Cumplido este requisito quedamos en
condiciones de perdonar a nosotros mismos.
Perdonar es un acto de amor y como tal debe comenzar por uno mismo.
Estaremos en condiciones de perdonar a los demás en la medida en que nos
perdonamos a nosotros mismos, así como es posible amar al prójimo solo
cuando nos amemos a nosotros mismos, tal como lo dicen las Escrituras: “Pues
toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás a tu prójimo como
a ti mismo.” Gálatas 5,14
Se requiere un dialogo interior honesto, basado en la consideración según la
cual somos seres humanos en búsqueda de nuestro mejoramiento, expuestos a
cometer errores pero con el poder de corregirlos. Únicamente nosotros mismos
podemos oír claramente la voz interior de nuestra consciencia. Debemos ser
cuidadosos con nuestro dialogo interior siendo tan valientes y humildes como
sea posible.
Empecemos a descargar nuestros sentimientos de culpa con el siguiente
ejercicio:
1. Colóquese en una posición cómoda. Puede ser sentado o acostado pero
con la precaución de conservar la columna vertebral recta.
2. Respire pausadamente durante tres minutos, captando los sonidos que
surgen a su alrededor durante la pausa en que retiene el aire.
3. Traiga a la memoria cada momento de su vida durante el cual haya
causado intencionalmente daño a otra persona mediante acciones
cometidas o que haya dejado de realizar.
109
4. Visualice la persona a la cual le ha hecho daño y sienta su presencia.
Pronunciando su nombre mentalmente diríjale palabras de compasión.
Puede ser por ejemplo: “Deseo que te hayas recuperado del daño que te
he causado. Confío que estés libre de toda pena y dolor. Quiero que seas
feliz.” O pueden ser otras frases que salgan del fondo de su corazón.
5. Piense ahora en los familiares y amigos de la persona agredida con sus
actos y los cuales pudieron haber sido igualmente lastimados. Ofrézcales
mentalmente frases de compasión.
6. Desplace ahora su atención hacia sí mismo y ofrézcase frases de perdón
como por ejemplo: “Estoy libre de culpa y remordimiento.” “Ahora estoy
en paz con estas personas y conmigo mismo.”
7. Para concluir este ejercicio, reconstruya mentalmente la mayor cantidad
de detalles de la acción de la cual se sienta más orgulloso de haber
realizado.
Durante el ejercicio anterior hemos reconocido nuestra propia imperfección, lo
cual fortalece nuestra capacidad para juzgarnos a nosotros mismos, a la vez que
nos prepara para entender las limitaciones de los demás.
Esta comprensión de la condición humana fortalece la actitud de reconocer
nuestros errores y sus consecuencias, lo cual nos hace mas humanos y nos
coloca en el camino del mejoramiento personal. Por lo contrario, la incapacidad
para admitir nuestras faltas y ofrecer reparaciones nos dificulta crecer a la
medida de nuestros talentos.
Con la fuerza de la fe y el pensamiento positivo que hemos aplicado durante el
ejercicio anterior aclaramos nuestra consciencia, fortaleciendo así nuestra
capacidad para discernir lo correcto de lo incorrecto, lo real de lo imaginario.
Podemos entonces seguir adelante con paso firme y seguro.
Sentimientos de culpa imaginarios. En ocasiones cargamos culpas en las cuales
no tenemos ninguna responsabilidad. Son culpas gratis en las cuales no hemos
invertido nada pero las hemos adquirido. No es fortuito que desde nuestra
niñez estemos propensos a cargar con las culpas de los demás pues algunos de
110
nosotros vivimos en una cultura de permanente juzgamiento. Muchos de
nosotros fuimos formados bajo un sistema acusatorio, en el cual las personas
mayores buscaban corregir nuestra conducta mediante un juicio sumario de
acusación y castigo. Esto nos predispuso desde muy temprana edad a sentirnos
culpables de lo que pasa a nuestro alrededor y a prepararnos para recibir un
castigo. Incluso aquello que los demás hacen equivocadamente contra nosotros
lo transformamos en culpabilidad nuestra y nos predispone a las represalias.
Es conocido que el peor castigo que sufren las víctimas de secuestros y abusos
sexuales es el que se infligen así mismo, presionados por una sociedad que
llega hasta el extremo de culpar a las víctimas de los atropellos y crímenes que
se cometen contra ellos mismos. Las personas abusadas son recriminadas por
estar en el sitio equivocado en el momento equivocado; al despedido
injustamente del trabajo se le culpa por su bajo rendimiento; el niño
traumatizado por la separación de sus padres crece con un complejo que lo hace
sentir culpable de esa decisión de sus progenitores.
Recordemos por un momento a Esteban, el personaje del caso expuesto al
comienzo del presente capitulo. Seguramente durante alguna parte de su vida
sintió vergüenza por las opciones escogidas por sus padres, lo cual no deja de
ser una tremenda inconsecuencia pero al mismo tiempo una reacción muy
frecuente de las personas que viven situaciones similares a las de Esteban.
El siguiente ejercicio nos ayudara a liberar nuestra alma de los sentimientos de
culpas irracionales. Esto es lo que se hace para cada uno de los episodios que
nos han llenado de vergüenza injustificadamente, hasta confrontar el último:
1) Colóquese en una posición cómoda. Puede ser sentado o acostado,
asegurando que la columna vertebral permanezca recta.
2) Mantenga los ojos cerrados o ligeramente abiertos.
3) Respire lenta y pausadamente durante tres minutos, permaneciendo
consciente exclusivamente de su respiración.
4) Reconstruya objetivamente un episodio de su vida en el cual haya sido
víctima de algún atropello pero que injustificadamente le ha generado
111
sentimientos de vergüenza y arrepentimiento. Tenga presente que la
verdad personal nos hará libres y orgullosos de nosotros mismos.
5) Concentrando la atención hacia sí mismo, diríjase palabras de compasión
y perdón. Puede ser frases como: “Estoy libre de culpa porque no tengo
ninguna responsabilidad por lo que me hicieron.” “Nada me obliga a
seguir sufriendo por lo sucedido en el pasado a pesar de mis esfuerzos por
evitarlo.” “Ahora puedo estar en paz conmigo y continuar mi camino”.
6) Para cerrar el ejercicio recuerde vivamente el momento más feliz de su
vida. Preferiblemente escriba este episodio en su diario.
7) Repita todos los pasos del procedimiento anterior para cada una de las
ofensas recibidas que le hayan generado injustificadamente sentimientos
de culpa y vergüenza.
Con la realización del anterior ejercicio, usted amable lector(a), habrá
practicado el perdón hacia sí mismo, lo cual lo coloca en la mejor condición
para perdonar a los demás, preparándose para avanzar en la siguiente tarea.
Odio
El odio es una de las reacciones a los maltratos recibidos. En el fondo de cada
odio existe un dolor emocional causado por los distintos atropellos de que
hemos sido víctimas.
Cuando el agresor nos hace daño tenemos dos opciones:
a) Acumular el rencor para buscar la venganza;
b) Perdonar y seguir adelante.
Los demás podrán arruinar algunos momentos de nuestra vida pero el resto
corre por nuestra cuenta. Podemos perdonar y olvidar para seguir nuestro
112
camino o quedarnos odiando y buscando la venganza para arruinar así el resto
de nuestra vida.
Nuestro atacante llega hasta hacernos daño con sus acciones. Nos podrá agredir
físicamente, nos podrá acusar injustamente, nos podrá ofender verbalmente,
pero en nuestro interior solo nosotros tenemos libertad para decidir qué hacer
con lo que recibimos del adversario.
Al escoger la primera opción guardaremos el odio generado por efecto de los
abusos que hemos recibido desde los inicios de nuestra vida, y entonces la ira y
el resentimiento incrementaran en nuestro corazón sicológico hasta apoderarse
de él. En consecuencia odiaremos sin motivo. Odiaremos al vecino por su
afiliación política, a quien nos prepara los alimentos por el color de su piel, a
quien nos acompaña por sus creencias religiosas, al transeúnte por su
preferencia deportiva y en general a nuestros semejantes sin razón válida. El
individuo que escoge esta opción corre el riesgo de terminar rodeado de seres
odiados en lugar de seres queridos.
El odio lleva implícita la intención de venganza, lo cual convierte éste
sentimiento en un facilitador de los comportamientos violentos.
Si decidimos acumular odio sobre odio y sobre más odio, estaremos preparando
la maleta para un viaje con destino azaroso. Realizaremos acciones de las cuales
nos sentiremos avergonzados y entonces nuestra autoestima se empobrece y
nos embarcamos en una espiral autodestructiva. Nos predisponemos a la
violencia, ya sea física o verbal, con lo cual reciclamos el odio. Descargando
nuestra ira al universo en forma agresiva generamos odios en nuestras victimas
los cuales recibiremos en forma de más violencia dejando como producto más
rencor dentro de nosotros, construyendo así un circulo vicioso que tiende a
perpetuarse hasta cuando aparezca un héroe que destruya esta cadena de
agresiones mediante el perdón y el olvido.
La acumulación de odios altera nuestra capacidad de razonamiento al punto que
nos impide reconocer la situación problemática que vivimos. Con alguna
frecuencia encontramos personas que mantienen una disculpa para su accionar
113
agresivo, sin reconocer ninguna culpabilidad ni mucho menos intenciones de
mejorar su comportamiento.
Las personas que han sufrido maltratos, especialmente en su temprana edad,
pierden el respeto por ellos mismos y más tarde tienden a perder el respeto por
los demás. Esto los predispone a ser abusivos con sus semejantes y los
incapacita para desarrollar empatía y compasión, dos condiciones necesarias
para cumplir la misión personal.
Varias investigaciones científicas han concluido que un alto porcentaje de
criminales han sido víctimas de atropellos, especialmente en su temprana
juventud. Estos sujetos fueron incapaces de manejar las secuelas de los traumas
recibidos y quedaron a merced de la ira.
Los individuos que deciden coleccionar sus odios tienden a mantenerse en el
pasado malgastando su presente y oscureciendo su futuro. Una mente infestada
de rencores es una pérdida para la Humanidad.
Si caemos en la trampa del odio les estamos otorgando a los demás el control
de nuestra vida. Cuando perdemos nuestra compostura por lo que hacen los
demás, les estamos dando la potestad de manipularnos. El odio que sentimos
nos hace daño a nosotros no al enemigo.
Rechacemos la agresión sin odiar al agresor pues el odio agrava el daño que
nos pretenden hacer. Si alguien nos ataca podemos marginarlo, ignorarlo o
denunciarlo, pero sin odiarlo pues entonces nos haremos daño, posiblemente
mayor que el infringido originalmente. Alguien dijo que solo cuando odiamos a
nuestros enemigos les estamos permitiendo que nos hagan daño.
Al escoger la opción de almacenar los resentimientos y recuerdos derivados de
las ofensas, la persona corre el riesgo de adoptar la actitud de víctima que lo
lleva a creer que todo lo malo le viene de afuera y por lo tanto no puede hacer
nada para superar su situación. Como consecuencia de esta actitud permanente
de victima la persona adquiere desordenes mentales como la paranoia y la
angustia que le dificultan asumir la parte de responsabilidad en lo que le
sucede.
114
Para romper el círculo vicioso de la violencia que hemos construido con nuestra
ira y deseos de venganza, debemos parar de contaminar el medio ambiente con
nuestro comportamiento agresivo, mientras buscamos las causas de los
resentimientos que nos controlan.
Cuando aceptamos la parte de culpa que nos corresponde en cada uno de los
acontecimientos desfavorables nos predisponemos a perdonar y seguir
adelante.
El odio es un veneno que pudre el alma y su único antídoto es el perdón. Los
intentos artificiales para manejar desde el exterior de nosotros los rencores
nunca nos libraran de los mismos.
Escogiendo el perdón impediremos que el enemigo vaya más allá de sus límites
y controlaremos el daño recibido. En lugar de malgastar nuestras energías
buscando la venganza, ahora podemos utilizarlas para reparar el daño que nos
han hecho y seguir avanzando.
El perdón es una manifestación de la grandeza humana y beneficia más a quien
lo otorga que a quien lo recibe. Uno de los efectos directos del perdón es el
reconocimiento de nuestra dignidad autentica y el aprecio por nosotros
mismos. Admitiendo nuestro propio valor intrínseco nos hacemos
independientes del juzgamiento y expectativas de los demás. Lograremos
autonomía, paz interior y fortaleza espiritual.
Otro beneficio del perdón es la eliminación de los sentimientos y recuerdos
negativos asociados con los episodios traumáticos. Perdonando a nuestros
agresores podremos liberarnos de los sentimientos y recuerdos destructivos.
Ghandi dijo: “Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es
bastante fuerte para perdonar una afrenta, sabe amar.”
El amor es el sentimiento contrario al odio y nos embarca en un círculo virtuoso.
Con el amor se construye, con el odio se destruye. Por el poder del amor
convertimos enemigos en amigos. El amor es la fuente de la bondad. Cuando
hacemos algo con amor lo hacemos bien. Por eso los auténticos triunfadores
115
aman lo que hacen. Cambiando odio por amor avanzaremos en nuestro camino
hacia el éxito y la felicidad.
Para los cristianos el perdón es un deber moral establecido en las Escrituras:
“No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados;
perdonad y seréis perdonados. “ Lucas 6,37
Desde luego que perdonar no implica que aceptemos las acciones que nos
perjudican, ni tampoco significa estar de acuerdo con el comportamiento que
nos hace daño.
Usted amable lector(a) seguramente estará de acuerdo en que el mundo sería
mejor si más investigadores y maestros contribuyeran al desarrollo del
componente emocional del ser humano. Si la educación ofrecida a la juventud
fuera más integral y balanceada, fortaleciendo la inteligencia emocional en la
misma proporción que se hace con la inteligencia racional, habría más
individuos capaces de disminuir el odio y aumentar el amor. Tendríamos menos
agresores y más personas cumpliendo su misión y contribuyendo al
cumplimiento de la misión del prójimo.
Pero no es fácil perdonar. Benjamin Franklin dijo: “Las tres acciones más
difíciles de esta vida son:
Guardar un secreto
Perdonar un agravio y
Aprovechar el tiempo. “
Empecemos esta difícil tarea de perdonar respondiendo preguntas tales como:
Valora usted la dignidad humana?. La falta de respeto por los demás es
un precursor del odio.
Está actuando usted en coherencia con su escala de valores?.
Cree usted en las características comunes de los seres humanos?. Cuando
se odia a alguien estamos odiando algo de nosotros mismos.
Que tan importante o benéfico es para usted odiar a alguien?.
116
Se siente usted orgulloso con su comportamiento agresivo o por el
contrario, eso le produce tristeza?.
Vale la pena seguir odiando?.
Aquí se esperan respuestas mas honestas que correctas. Nuevamente, solo
usted tiene las respuestas que le permiten entender la calidad de su vida actual,
revisar sus valores y corregir algunos errores de razonamiento.
Después de cuestionar nuestro comportamiento y tomar consciencia de la
necesidad de cambiar, debemos pasar a la acción pues no bastan las palabras y
buenas intenciones para descargar nuestros odios. A perdonar también se
aprende perdonando. Usted puede comprobar el poder de esta práctica
realizando el siguiente ejercicio:
1) Colóquese en una posición cómoda. Puede ser sentado o acostado,
asegurando que la columna vertebral se mantenga recta.
2) Respire pausadamente durante tres minutos, captando los sonidos que
surgen a su alrededor durante la pausa en que retiene el aire.
3) Enfoque su atención en la persona que le ha producido el más reciente
daño. Sintiendo su presencia y pronunciando su nombre, diríjale
silenciosamente palabras de perdón y compasión. Puede ser algo como:
“Yo te perdono por el perjuicio que me has causado (especificar). Desde
lo más profundo de mi corazón deseo que estés completamente bien”.
4) Represente mentalmente el odio que ha sentido por esa persona
mediante un objeto o un animal. Puede ser por ejemplo una espina, un
líquido, una rana, etc.
5) Mientras respira lentamente imagínese que el odio representado por ese
objeto o animal es expulsado de su interior por el aire que sale de sus
pulmones. Sienta, vea, oiga e incluso huela ese odio saliendo desde lo
más profundo de su alma.
6) Haciendo un esfuerzo mental imagínese que ha cerrado la herida interior
y calmado el dolor que le causó la persona a quien acaba de perdonar.
117
7) Continúe respirando lentamente mientras se imagina que está llenando
todo su interior de amor y tranquilidad.
8) Para concluir el ejercicio reconstruya alguna situación agradable vivida
con la persona a la cual ha perdonado.
9) Repita este procedimiento para cada uno de los episodios en los cuales
haya sido víctima de algún maltrato, hasta confrontar el último que
recuerde.
Durante la ejecución de éste ejercicio es preciso mantener en mente que usted
ha tomado la firme decisión de hacer todo lo necesario para liberarse del odio
que le está arruinando su vida. Tenga claro que usted ha renunciado a continuar
representando el papel de víctima. Es una opción que solo usted puede escoger
para limitar el daño que le hizo su agresor.
Con la realización del anterior ejercicio, usted amable lector(a), fortalecerá su
capacidad de perdonar, recuperando así la energía que estaba malgastando en
odiar. Ahora está en condiciones de trabajar por los residuos racionales del
trauma que ha tratado. Estos residuos están constituidos por las memorias del
evento traumático las cuales congestionan el cerebro. Estos espacios (circuitos
neuronales) los podrá utilizar para almacenar recuerdos agradables sobre algún
componente del evento o de los personajes que intervinieron en el mismo. De
esta manera cambiará recuerdos debilitantes por memorias que estimulan la
salud mental.
En resumen, habrá intercambiado sentimientos y pensamientos nocivos por
sentimientos y pensamientos saludables, renovando asi la vitalidad para
alcanzar los niveles de éxito y felicidad merecidos.
Para concluir este tema tengamos en cuenta que el perdón elimina el odio y le
abre espacio al amor. Con amor se avanza, con odio se retrocede. El perdón es
el punto de partida de una transformación significativa de la vida. Por esto lo
mejor que podemos hacer al final de cada día es perdonar para dormir sin
asuntos pendientes con nadie.
118
Miedo
El miedo es la respuesta emocional frente a un peligro real o imaginario.
El miedo personal es descrito por diferentes términos de acuerdo a su relativa
intensidad. Precaución, preocupación, pánico, horror, paranoia y ansiedad
significan diferentes grados de miedo.
Aunque las amenazas pueden estar principalmente asociadas con actividades,
personas, animales, eventos, lugares y objetos, el miedo también es inspirado
por conceptos abstractos como por ejemplo la censura social y el ridículo.
Las amenazas que presenta la vida moderna están más relacionadas con el
desempleo, la pérdida de la vivienda, el fracaso, el secuestro, epidemias, atracos
y violaciones.
Cuando los peligros tienen fundamentos reales hablamos de miedos racionales;
cuando los orígenes son imaginarios se trata de miedos irracionales. Si tememos
atravesar a pie una autopista de alto tráfico se trata de un miedo razonable.
Cuando sentimos pánico al ver una lagartija estamos experimentando un miedo
irracional.
El miedo racional y controlado es un mecanismo de supervivencia pues
predispone a las personas a tomar precauciones para evitar daños.
La persona que sufre de miedos imaginarios responde a la percepción que tiene
de una realidad y no a la realidad misma. Ella cree que una rana le producirá
algún daño cuando en realidad el animal es inofensivo. Es importante entender
que uno crea en la mente lo que teme y como tiende a creerse más de la cuenta
termina validando su creación. Por eso se asegura que uno obtiene lo que teme,
de modo que tengamos cuidado con nuestros miedos.
Los miedos están vinculados con el castigo y el dolor. Cuando tememos algo, en
el fondo estamos pensando en lo que nos puede pasar en términos de dolor o
castigo.
119
Sin adecuado manejo, los miedos pueden transformarse en pánico, fobia,
paranoia, angustia y otras emociones desproporcionadas con respecto al real
peligro. En estas condiciones los miedos limitan la libertad de acción y afectan el
comportamiento de las personas a tal extremo que pueden asumir decisiones
imprudentes e inadecuadas frente a la situación de peligro que enfrentan.
Además, los miedos sin control reducen la confianza y autoestima del individuo,
constituyéndose así en un obstáculo para su desarrollo personal.
A pesar de lo anterior, el miedo es uno de los sentimientos más difíciles de
aceptar y por lo tanto de superar. Muchos de nosotros no quisiéramos aparecer
como cobardes cuando reconocemos nuestros miedos. No es extraño entonces
que vayamos coleccionando miedos de todas las clases: a los ratones, al
abandono, al robo, a la soledad, al desempleo y hasta al éxito y la felicidad.
De otro lado, todos quisiéramos liberarnos de nuestros miedos y enfrentar con
coraje nuestra vida.
Como en los casos de los anteriores sentimientos negativos, para controlar los
miedos también debemos ir a través de un proceso racional que nos permita
enfrentar objetivamente las situaciones que nos mantienen amedrantados.
Lo primero que tenemos que hacer es identificar claramente el objeto de
nuestro miedo, sea este los viajes en avión o las cuentas odontológicas. En este
empeño es útil revisar el ejercicio presentado al comienzo de este capítulo,
para identificar aquellas circunstancias difíciles en las que hemos sentido miedo.
Una vez tengamos clara consciencia del objeto de nuestro miedo debemos pasar
a evaluarlo, respondiendo a preguntas tales como:
Es esta amenaza real?
Es este miedo razonable o desproporcionado?.
Distingamos el miedo que le tenemos a una cucaracha del miedo a perder el
empleo si trabajamos en una empresa que está reduciendo su nomina de
personal.
120
A continuación es preciso evaluar la magnitud del daño que nos causaría el
evento en caso de ocurrir. Para esto es útil responder a preguntas tales como:
Esta situación es de vida o muerte?.
Seguirá girando el mundo a pesar de ocurrir la catástrofe?.
Aquí estamos hablando de un esfuerzo racional para colocar en contexto la
situación y estimarla en sus justos términos. Sin caer en el error de convertir
cualquier circunstancia en una tragedia.
De esta manera mantenemos el problema en perspectiva para poder verificar
que la mayoría de las situaciones no son fatales. La actitud optimista frente a los
acontecimientos nos ayuda a evitar convertir cualquier infortunio en un reto de
vida o muerte. No olvidemos mirar ambas caras de la torta, porque toda
situación por difícil que parezca tendrá una parte positiva. Es cuestión de
encontrarla.
El siguiente paso a realizar para reducir nuestro miedo es estimar las
posibilidades de que el evento ocurra. La posibilidad de morir en un accidente
aéreo es estadísticamente similar a quedar electrocutados mientras usamos la
licuadora, secador de cabello o cualquier otro aparato eléctrico-domestico.
La posterior etapa de este procedimiento para controlar nuestro miedo es la de
actuar frente a la amenaza. Para eso es importante que nos respondamos a la
siguiente pregunta: Esta situación se encuentra bajo mi control?. Si puedo
eliminar la amenaza en su totalidad o en parte, entonces lo que queda es
realizar las acciones que sean indispensables para superar el reto y seguir
adelante.
Si la situación se escapa de nuestro control debemos pasar a la etapa final que
consiste en preparar un plan para el evento en que esto ocurra. Se trata del
llamado “Plan B”, para cuya elaboración debemos empezar por responder
preguntas tales como:
Cual puede ser el peor escenario con mayor posibilidad de ocurrir?.
Como lo voy a enfrentar?.
121
Con el plan B bien elaborado podremos controlar el posible daño y nuestro
miedo será reducido a nivel manejable.
Al manejar los miedos mediante el procedimiento anterior, usted amable
lector(a), habrá comprobado el incremento de su coraje para enfrentar las
situaciones difíciles, lo cual es una característica de los triunfadores.
Para los creyentes existe el recurso de la fe. Las Escrituras así lo establecen:”No
hay temor en el amor; sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el
temor mira el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.
Nosotros amemos, porque él nos amó primero. “ 1a Juan 4,18-19 .
De esta manera hemos concluido el tratamiento inicial de la parte consciente de
nuestra carga de sentimientos tóxicos. A continuación enfrentaremos los
sentimientos que nos agobian desde la parte inconsciente de nuestro ser.
SEGUNDA FASE DE SANACION INTERIOR
En la primera fase de la sanación emocional hemos liberado nuestra alma de
los miedos, odios y culpabilidades cuyos orígenes recordamos. Se trataron los
efectos de los traumas que tienen un componente racional y otro emocional. Es
decir, los recordamos y los sentimos.
Pero sucede que la gran mayoría de seres humanos hemos tenido experiencias
dolorosas desde la primera edad y aun antes de nacer, de las cuales no existe
registro en nuestra memoria, aunque los sentimientos asociados con dichos
eventos permanecen afectando nuestro ser. Es nuestro lado oscuro que es
invisible para nosotros mismos y por supuesto para los demás. Es la parte
inconsciente de nuestra mente.
Regresemos por un momento al caso descrito al comienzo de este capítulo, en
donde el personaje nace en condiciones que afectarían negativamente a
cualquier ser humano. Podemos imaginar las aflicciones emocionales que
recibió de su entorno familiar y las cuales pueden estar grabadas en lo más
profundo de su alma, afectando sus actitudes y decisiones.
122
Esteban, el personaje del caso mencionado, seguramente no recuerde los
maltratos recibidos desde su concepción, pero su alma estará marcada por las
secuelas de las duras circunstancias vividas. Estos odios, miedos y sentimientos
de culpa afloraran en cualquier momento y condicionaran inevitablemente su
comportamiento, mientras no sean tratados conscientemente.
Diferentes investigadores han concluido que la mayor parte de la personalidad
del individuo se forma como resultado de la influencia recibida durante los
primeros años de vida.
Podemos imaginar la dimensión emocional del ser humano al momento de su
creación como una hoja en blanco en donde las personas de su entorno
escribirán cosas buenas y también cosas malas. Dependiendo de las marcas que
impriman las demás personas en esta hoja, su propietario luchara el resto de su
vida por descifrar su identidad pues los miedos, angustias, odios y demás
sentimientos negativos que le transmitieron le impiden ver lo mejor de sí
mismo.
Adicional a todo lo anterior, también guardamos en esta especie de caja negra
que es nuestro inconsciente, las consecuencias de aquellos traumas que
voluntariamente hemos querido ocultar. Son quemaduras internas que nos han
producido diferentes circunstancias y personas a lo largo de nuestra existencia y
los cuales hemos reprimido de nuestra memoria con la esperanza de liberarnos
de ellos. Estamos hablando de un depósito de memorias socialmente
inaceptables y emocionalmente perturbadoras.
Aunque hayamos olvidado los detalles de estos episodios traumáticos, la
turbulencia emocional que forman permanece afectando desfavorablemente
nuestro comportamiento.
Son como heridas profundas que se cierran sin curarse y en cualquier momento
reaparecen. Han estado anestesiadas por años, pero de todas maneras han
agravado nuestra insanidad emocional y por lo tanto han hecho más difícil
nuestra jornada. De hecho algunas de estas quemaduras emocionales pueden
infectarse si se dejan sin debido tratamiento.
123
En algunos ambientes nos invitan a borrar los recuerdos de nuestro pasado
doloroso con técnicas superficiales como la adquisición de bienes materiales,
consumos excesivos, aislamiento social, etc. De esta manera será inútil tratar
de sanar nuestros remordimientos, odios, rencores, frustraciones, miedos,
envidias y cualquier otro sentimiento negativo. Sera como intentar sostener un
balón de basquetbol en el fondo de una piscina. Siempre saldrá a flote con
sorpresas desagradables.
A veces actuamos de tal manera que experimentamos arrepentimiento y
vergüenza de lo que hacemos. Tal vez fuimos víctimas de algún resentimiento
oculto que nos impulsó a realizar algo que rechazamos racionalmente.
Pero todo será diferente si decidimos renunciar al papel de victimas y empezar
por confrontar las emociones negativas que hemos ocultado voluntariamente.
Debemos aceptar que esta actitud de negación a sí mismo de los episodios
traumáticos es perjudicial para nuestra salud emocional, y entender entonces
que no estamos obligados a seguir arrastrando esa aflicción por el resto de
nuestra existencia.
Lo que necesitamos hacer en este momento es utilizar nuestra inteligencia y
demás atributos para analizar introspectivamente aquellos episodios difíciles
que hemos ocultado en el subconsciente emocional por dolorosos, por ser
socialmente inaceptables o por cualquier otra razón. De esta manera
reconoceremos los residuos emocionales para entonces proceder a saldarlos
uno a uno, de la misma manera que manejamos anteriormente los sentimientos
de culpa, odio y miedo.
Liberada nuestra alma de los sentimientos debilitantes que habíamos
encubierto o reprimido voluntariamente, estamos en condiciones de continuar
elevando los niveles de salud emocional enfrentando la difícil tarea de sacar el
resto de sentimientos negativos que tenemos en nuestro subconsciente.
Afortunadamente con el manejo de la maleza emocional realizado hasta ahora
hemos liberado espacios para que afloren aquellas cargas negativas que han
estado adormecidas en nuestra mente.
124
El siguiente ejercicio nos ayudará a identificar los sentimientos que aun
tenemos ocultos en el subconsciente, tanto positivos como negativos. Con este
propósito viajaremos creativamente por el túnel del tiempo hasta más atrás de
nuestra gestación, tratando de identificar los sentimientos que están grabados
en las profundidades del alma desde el origen de nuestra vida. En esta ocasión
regresaremos al pasado con la única justificación de intentar conocer de dónde
venimos y hacia dónde vamos. Sin dejarnos atrapar en la historia familiar pues
somos más que eso.
Estas son las acciones a seguir:
1 Colóquese en una posición cómoda. Puede ser sentado o acostado pero
con la precaución de conservar la columna vertebral recta.
2 Mantenga los ojos cerrados o ligeramente abiertos.
3 Respire tan lenta y pausadamente como le sea posible durante el tiempo
que le tome realizar el presente ejercicio.
4 Partiendo de aquí y ahora, recuerde rápidamente su vida hasta llegar al
inicio de su educación escolar. Imagínese devolviendo la cinta que
contiene la grabación de la historia de su vida hasta ese momento,
colocando una pausa para retomarla más adelante.
5 Enfocando en primer lugar a su madre, reconstruya la vida de ella desde
su nacimiento hasta la época en que usted comenzó la educación escolar,
utilizando los detalles conocidos por usted y los que logre imaginar.
6 Repita el paso anterior enfocando la vida de su padre.
7 A partir de la información que conoce reconstruya su entorno familiar
para la época de su nacimiento. Recuerde las personas que estuvieron a
su alrededor, como sus abuelos, hermanos, tíos, etc.
8 Enfocando nuevamente su vida, continúe reconstruyéndola a partir del
inicio de su educación escolar hasta el momento de su gestación.
Colocando especial interés en los acontecimientos que recuerde, trate de
imaginar tanto las influencias favorables como desfavorables recibidas
durante esta época de su vida, sin juzgar las personas que intervienen en
ella.
125
9 Perciba vivamente cada uno de los sentimientos que vayan surgiendo
durante la realización de este ejercicio para separar aquellos que quiera
reducir, de las sensaciones que desea perpetuar en su interior.
10 Suspenda temporalmente el ejercicio cada vez que reconozca un
sentimiento negativo, regresando al presente para percibir los sonidos,
sabores, texturas, colores y olores que le rodean.
Para eliminar cada uno de los sentimientos negativos que van surgiendo
durante la ejecución del ejercicio anterior, es necesario apoyarse en una
variante especial de la Meditación. Recordemos que en el capítulo 3 usamos
éste recurso para combatir el estrés; ahora con algunas modificaciones lo
utilizaremos para cambiar sentimientos debilitantes como la tristeza, el rencor,
la envidia y el miedo por sentimientos poderosos como el amor, la compasión,
el perdón, la gratitud, la esperanza y la alegría.
Este es el procedimiento a seguir:
1. Colóquese en una posición cómoda. Puede ser sentado o acostado
siempre y cuando la columna vertebral se mantenga recta.
2. Cierre los ojos y escuche los diferentes sonidos a su alrededor.
3. Inhale aire lentamente hasta llenar completamente sus pulmones con la
ayuda de los músculos del estomago. Haga una pausa lo más larga
posible y expulse lentamente el aire hasta desocupar totalmente los
pulmones.
4. Continúe respirando tan lenta y pausadamente como pueda, mientras se
imagina que está llenando su interior con el sentimiento positivo y
expulsando el sentimiento negativo mientras exhale el aire de sus
pulmones. Utilizando sus propias palabras ordene mentalmente la
substitución de cada uno de los sentimientos destructivos que surgieron
durante el anterior ejercicio. Cuando su mente se distraiga, regrese
pacientemente al intercambio de sentimientos, sin analizar ni juzgar
nada.
126
5. Experimente vivamente la sensación de estar pleno del sentimiento
nuevo.
Podemos usar aquí el recurso del pensamiento positivo, reconociendo que los
seres humanos tenemos el poder de probar o validar lo que pensamos de
nosotros mismos y en éste orden de ideas aquello que se piensa
decididamente se puede obtener.
Además, los creyentes nos apoyamos en la fe para imaginar que ya hemos
conseguido lo que buscamos, según nos lo enseñan las Escrituras: “Jesús le dijo:
¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree! “ Marcos 9,23.
Quizás lo mejor que usted amable lector(a) pueda hacer hoy por su progreso
personal es dedicar veinte minutos de su tiempo para iniciar la transformación
de sentimientos debilitantes en sentimientos poderosos, realizando los
anteriores ejercicios.
En el capítulo 3 de este libro abordamos la salud racional desde el ángulo
preventivo adquiriendo algunos hábitos que promueven la regeneración de las
células del cerebro para evitar su deterioro prematuro.
En este capítulo 5 enfocamos la salud emocional desde la perspectiva correctiva
utilizando estrategias que nos permiten modificar los sentimientos debilitantes
que obstaculizan el normal funcionamiento de nuestro cerebro.
Apoyándonos equilibradamente en estos dos enfoques lograremos conservar la
integridad mental para vivir a la plenitud de nuestros legítimos talentos.
Seguramente se requerirá tiempo y esfuerzo para resolver cada uno de los
conflictos emocionales que hemos acumulado durante años. La buena noticia es
que tan pronto comenzamos a descargar malezas sicológicas se renueva nuestra
energía para impulsar un círculo virtuoso de crecimiento integral.
127
La sanación total no ocurrirá de la noche a la mañana pero también es cierto
que obtendremos resultados a medida que realizamos los ejercicios anteriores,
hasta sentir que nuestra mente ha sanado suficientemente. Entonces estaremos
en condiciones de tomar las mejores decisiones que nos conduzcan a
incrementar nuestra felicidad pues en definitiva creamos la felicidad que nos
merecemos escogiendo las opciones acertadas.
Compartiendo la experiencia de estos ejercicios con otras personas se evidencia
aun más el avance en la liberación de la contaminación adquirida desde los
primeros años de vida. Ahora tenemos la oportunidad de incrementar la salud
emocional debilitando gradualmente los sentimientos negativos mientras
fortalecemos los sentimientos positivos. Es la hora de emprender esta saludable
jornada antes de que lleguemos al punto de no retorno cuando será demasiado
tarde por la adquisición de desordenes mentales incurables.
Algunas personas tratan de evadir la tarea de limpieza interior utilizando
recursos artificiales como las drogas, el alcohol, cigarrillo, glotonería y
diversiones extremas que seguramente van a empeorar la situación. Puede
resultar peor el remedio que la enfermedad pues si no encontramos salidas
naturales a nuestra carga de sentimientos negativos, será cuestión de tiempo
para que estos demonios represados conviertan nuestra vida en un infierno.
Es probable que nunca podamos sacar toda nuestra basura interior. Quedaran
algunos residuos tóxicos colgando de nuestra alma, pero si nos hemos liberado
de los mayores contaminantes, podremos encargarnos más adelante del resto,
pues quien puede lo más puede lo menos.
Autenticidad
Desintoxicando el alma se nos desempaña la consciencia para percibir mejor
nuestros verdaderos talentos y debilidades naturales. En otras palabras, surge
nuestro autentico Yo. Pensemos por un momento en la faena del orfebre que
remueve habilidosamente cada capa de la piedra en bruto hasta encontrar las
128
características auténticas de [a joya. Trabajo similar hacen los arqueólogos
cuando buscan piezas genuinas de la antigüedad.
Con el esfuerzo cuidadoso que hemos hecho a nuestro interior descargamos el
pasado contaminado por múltiples emociones toxicas. Nos hemos deshecho de
las viejas escamas para renacer auténticos, frescos, renovados, liberados de la
carga que nos impedía realizarnos plenamente.
Ciertamente podemos complementar nuestros talentos y modificar nuestras
debilidades pero estos rasgos siempre harán parte de nuestra verdadera
individualidad.
La autenticidad es entendida como la aplicación espontánea y permanente de
las características genuinas del individuo. La persona auténtica se comporta
consistentemente con sus talentos, debilidades y demás rasgos fundamentales
de su personalidad.
Varios especialistas del tema han encontrado múltiples beneficios de la
autenticidad del ser humano. Por ejemplo, los investigadores científicos Kernis y
Goldman (13) encontraron en un estudio que las personas que tienen alto nivel
de autenticidad responden con estrategias creativas a las dificultades, en lugar
de recurrir a las drogas alucinógenas, alcohol y otros hábitos auto destructivos.
Así mismo, la investigación mencionada anteriormente demostró que los
individuos con mayor grado de autenticidad se valoran más, tienen mayor
confianza en sus competencias, mantienen mejores relaciones personales, son
mas efectivos para alcanzar sus metas, menos defensivos y permanecen
dispuestos a aceptar sus errores para aprender de los mismos.
Por el contrario, las personas que mostraron bajos niveles de autenticidad en su
comportamiento indicaron ser mas desconfiados, confusos, cobardes y
derrotables.
Frente a las evidencias científicas mencionadas podríamos preguntarnos: Por
qué todo el mundo no se comporta de acuerdo a sus verdaderos talentos,
129
carencias, creencias, motivaciones y demás constituyentes de su Ser?. La
respuesta sencilla es: Resulta complicado ser auténtico.
Es difícil reconocer nuestras características auténticas y actuar de acuerdo a
nuestro propio Ser permaneciendo dominados por los odios, miedos,
culpabilidades y demás sentimientos debilitantes que solo nosotros mismos
podemos reducir.
Se requiere menos coraje para juzgar a los demás que para juzgarnos a nosotros
mismos. Es complicado dedicar tiempo de calidad para confrontarnos sin
intermediarios y destruir la falsa imagen que tenemos de nosotros mismos.
La tendencia al menor esfuerzo nos lleva hasta negar la existencia de un
auténtico Yo en lugar de aceptar que su búsqueda es compleja y exigente.
La invitación es a liberarnos de la carga de sentimiento negativos que nos
mantiene subyugados y emprender la búsqueda de nuestra genuina
personalidad.
En el intento por explicar la naturaleza humana se han ensayado diversos
esquemas que describen la diversidad del género humano. La clasificación que
se presenta a continuación nos aproxima al encuentro de nuestra identidad. En
ésta categorización existen dos actitudes extremas: A) Auto-controlada y B)
Controladora. Veamos con algún detalle las características de cada una de éstas
personalidades antagónicas:
Auto-controlados. En éste extremo dominado por la actitud del “nosotros” se
ubican los individuos que consideran a los demás como aliados que tienen el
interés común de maximizar su felicidad. Están dispuestos a construir
condiciones en las cuales incrementan su bienestar en la medida que ayudan a
incrementar el bien común. Permanecen dispuestos a compartir para recibir.
Utilizan sus talentos al servicio de sus semejantes. En lugar de controlar a los
demás procuran controlarse a sí mismo. Estas personas se caracterizan por una
alta autonomía y confianza en si mismas. Construyen relaciones sociales sólidas
y son eficientes integrantes de equipos de trabajo. Respetan el ordenamiento
social y contribuyen a la armonía de la Comunidad.
130
Controladores: Los individuos ubicados en éste extremo marcado por la actitud
del “Yo” pretenden ser el centro de su entorno y por lo tanto las demás
personas deben girar a su alrededor. Tienen poco respeto por los demás y su
intención es controlar a las personas que están a su alcance. Malgastan sus
talentos y demás recursos intentando manipular al prójimo para su beneficio
personal. Permanecen dispuestos a utilizar todos los medios para lograr sus
intereses egoístas. Tienden a buscar la popularidad, poder y dinero para su
disfrute personal. Son propensos a violar las leyes naturales y humanas para
conseguir sus propósitos. Son posesivos al extremo de caer en el narcisismo.
Estas personas contaminan el universo.
La personalidad del ser humano se desplaza hacia uno de los extremos de la
línea que une éstas dos categorías. El esfuerzo por ubicarnos en un punto de
ésta línea continua que une las dos actitudes extremas nos ayudará a identificar
los rasgos de nuestra personalidad y a responder la pregunta radical: Quién soy
yo?
Dando respuesta al interrogante más importante que cada uno de nosotros
podemos plantear, identificaremos la parte de nuestra personalidad con la cual
nos sentimos cómodos y también los componentes que nos gustaría cambiar
para afianzar nuestra autenticidad.
Es importante entender que algunos de los rasgos de nuestra personalidad son
innatos y otros son adquiridos. Los rasgos congénitos nos pertenecen desde
siempre y permanecen latentes durante el transcurso de nuestra vida. Se
fortalecen con la práctica y se debilitan con la inacción pero siempre
permanecen en el centro de nuestro Ser marcando nuestra auténtica
personalidad. Mientras tanto, las características aprendidas son temporales
pues pueden ser modificadas o desaprendidas en el momento en que
decidamos hacerlo por estar inconformes con las mismas.
Si algún rasgo agregado a nuestro Ser nos hace sentir incómodos quiere decir
que no hace parte de nuestra autentica personalidad y podremos cambiarlo o
eliminarlo. Nada nos obliga a agregar características indeseables a nuestra
131
personalidad. Podemos conservar las rasgos temporales que consideremos
deseables. Nos sentiremos entonces orgullosos con nuestra personalidad real.
Reconociendo nuestro verdadero Yo con sus fortalezas y debilidades naturales
adquirimos la autenticidad y confianza para defender los valores y perseguir los
sueños que adoptamos en el transcurso de la vida.
Cuando adquirimos una clara consciencia de quienes somos y quienes podemos
llegar a ser estamos en capacidad de apreciar el inmenso valor de nuestra
existencia, y entonces habremos fortalecido nuestra autoestima, pilar del
progreso personal sostenible.
Diversos estudios comparativos demuestran que las personas con mayor
autoestima tienen mejor actitud de aprendizaje y alcanzan mayores niveles de
éxito y felicidad que aquellas con menos amor propio.
Al aliviar la carga de sentimientos negativos, hemos creado espacio interior para
nuevos sentimientos, ideas y actitudes. Tengamos cuidado que estos nuevos
elementos sean constructivos como el amor, compasión, respeto, perdón,
gratitud y esperanza.
En la introducción de éste capítulo mencioné que los sentimientos positivos se
pueden aprender. Como todo aprendizaje, éste se logra mediante la práctica.
Por ejemplo, se aprende a amar, amando. Los científicos han encontrado que al
experimentar amor por otras personas y aún por nuestras mascotas, el cerebro
produce una hormona llamada oxytocina que es la responsable de la sensación
agradable que sentimos cuando ejercemos el amor y la cual a su vez nos
predispone a repetir la experiencia. Los máximos niveles de oxitocina, la
“hormona del amor” se encuentran en las mujeres al momento del parto,
fortaleciendo la unión amorosa madre-hijo(a).
De modo que así como hacemos gimnasia para nuestro bienestar físico y
realizamos ejercicios para incrementar nuestra inteligencia racional, también
podemos preservar nuestra salud emocional activando los circuitos cerebrales
responsables de los sentimientos poderosos como el amor, la compasión, la
132
gratitud y el perdón. Más aún, estimulando nuestras emociones positivas y las
de los demás contribuimos a la armonía de la Humanidad.
El hogar es el gimnasio natural en donde podemos ejercitar nuestros buenos
sentimientos y fortalecer nuestro carácter. Allí podemos controlar nuestra
impaciencia, envidia, insolencia, insensatez y demás contaminaciones
emocionales para salir preparados a enfrentar las imperfecciones de nuestros
semejantes. Es cuestión de ensayar. Nada se pierde con intentar en cambio si
hay bastante que ganar.
A medida que resolvemos los conflictos emocionales nuestra consciencia
adquiere la capacidad de distinguir entre la acción y el actor, de rechazar las
acciones que ofenden nuestros valores, al mismo tiempo que nos movemos
compasivamente a ayudar a las personas que actúan en respuesta a su
contaminación interior. Ahora somos “duros con el balón pero suaves con el
jugador” como recomiendan los técnicos que promueven el futbol limpio. En la
vida también jugamos limpio si rechazamos las acciones que atentan contra la
dignidad humana y leyes de la sociedad, mientras ayudamos a las personas que
actúan indebidamente por razón de la carga de sentimientos negativos que han
recibido de su entorno. Seremos más tolerantes con las personas con lo cual
ganamos energías para ser los jueces de nuestro proceso de superación.
Quizás lo mejor que logramos con el incremento de nuestra salud emocional
mediante la limpieza interior es la conexión entre nuestros sentimientos
positivos y la misión que nos corresponde. Me explico: el amor, el perdón, la
compasión, la gratitud y demás sentimientos positivos nacen en nuestro interior
pero crecen hacia afuera, hacia los demás. Nuestro amor, perdón, gratitud,
compasión y demás sentimientos enriquecedores se desarrollan amando,
perdonando, agradeciendo y ayudando a nuestros semejantes. Es cuando surge
la necesidad de cumplir nuestra misión con el propósito superior de servir al
prójimo. De colocar nuestros talentos al servicio de los demás en nuestra
actividad diaria, experimentando la autentica felicidad.
Estamos hablando aquí de la construcción de un círculo virtuoso a partir de
nuestra sanidad emocional que nos lleva a servir a los demás para recibir en
133
compensación la felicidad que se reproduce en más sentimientos positivos.
Logramos lo contrario embarcándonos en un círculo vicioso que parte de una
carga negativa de sentimientos que nos orientan hacia una actitud egoísta lo
cual hace miserable nuestra vida hasta cuando decidamos cambiar nuestros
pensamientos, sentimientos y actitudes.
Por último, sin ser menos importante, controlando los sentimientos negativos
que dominaban nuestra vida hemos desarrollado nuestra percepción, entendida
ésta como la capacidad para estar conscientes de lo que ocurre dentro y fuera
de nosotros mismos. De esta manera permanecemos en condiciones de
concentrarnos en el presente, siendo testigos de lo que sucede a nuestro
interior y alrededor, sin ignorar el pasado ni el futuro.
Con la realización de los ejercicios anteriores y la aplicación de los
conocimientos adquiridos en esta segunda parte del libro, usted amable
lector(a), habrá comprobado el fortalecimiento de su autenticidad, autoestima,
inteligencia emocional, empatía, compasión, confiabilidad, coraje, humildad,
capacidad para juzgarse a sí mismo, perdonarse y perdonar a los demás,
condiciones estas fundamentales para ejercer un liderazgo en beneficio de los
intereses de la Comunidad. Estas características le otorgan al líder el poder
personal para conducir a sus seguidores en búsqueda de los objetivos comunes.
Sigamos adelante con la intención de ganar puntos en el juego de maximizar lo
positivo y minimizar lo negativo que hay dentro de nosotros, para entrar a la
tercera dimensión de nuestro ser: La dimensión física.
134
PARTE III
CRECIMIENTO FISICO
“Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino
reventaría los pellejos y se echaría a perder tanto el vino como los pellejos: sino
que el vino nuevo, en pellejos nuevos.” Marcos 2-22
135
INTRODUCCION
Con la aplicación de los conocimientos expuestos en las dos primeras partes del
libro hemos renovado nuestros pensamientos y sentimientos, es decir nuestra
mente, alma o espíritu. En ésta tercera parte del libro vamos a encargarnos de
nuestra parte exterior.
Aunque hemos dejado de último el mejoramiento de nuestro organismo, con
esto no se intenta minimizar la importancia que la parte física tiene en nuestro
funcionamiento, pues como un sistema integral el ser humano estará
igualmente afectado por cualquiera de los tres elementos que lo componen, lo
cual nos obliga a atender las necesidades físicas con el mismo interés con que
cubrimos las carencias emocionales y racionales.
Todos hemos experimentado algún quebranto de salud y sabemos cómo ésta
condición altera nuestra mente. El cuerpo humano afecta y es afectado por los
restantes componentes de nuestro ser. Los sentimientos y pensamientos
generan una compleja respuesta en el organismo humano que a su vez afecta a
cada uno de los otros dos componentes.
Los científicos han localizado las partes del cerebro que son afectadas con
nuestros pensamientos y sentimientos. Además, han identificado varios
compuestos químicos que el organismo genera en respuesta a algunos
pensamientos y sentimientos. Se sabe por ejemplo que cuando sentimos odio o
miedo el organismo genera una serie de hormonas que a su vez afectan los
órganos vitales del cuerpo humano, incluyendo al propio cerebro.
En síntesis, la calidad de nuestra vida depende tanto de nuestra salud racional
como de nuestra salud emocional y por supuesto de nuestra salud física. Por
esto es fundamental adquirir la información conducente a mantener el cuerpo
en óptimas condiciones.
Abordaremos el tema de la salud física desde la óptica preventiva
exclusivamente.
136
Como todo problema, la enfermedad física tiene causas y consecuencias o
síntomas. Veamos esto con la ayuda de la siguiente gráfica:
Grafica 6.1 Causas y síntomas de la enfermedad.
El enfoque preventivo se concentra en las causas del problema antes de su
aparición. El tratamiento de síntomas de enfermedades queda fuera de los
propósitos de este libro.
El enfoque preventivo de la salud física está basado en la premisa según la cual
la mayoría de las enfermedades son ocasionadas por malos hábitos. En otras
palabras, la posibilidad de adquirir alguna de las enfermedades crónicas se
reduce significativamente mediante los buenos hábitos de alimentación,
higiene, ejercicio y descanso.
Siendo la salud física interdependiente tanto con la salud emocional como con
la salud racional, la estrategia preventiva contempla factores que están en cada
una de las tres dimensiones. Esto significa que cualquier esfuerzo por prevenir
enfermedades debe incluir la búsqueda integral de las causas y atacarlas antes
de que se presenten los problemas de salud. Por ejemplo, el estrés crónico
afecta seriamente el sistema inmunológico exponiendo el organismo a
enfermedades, por lo cual debemos controlar el estrés de la misma manera que
procuramos conservar nuestro entorno libre de gérmenes patógenos.
137
Podemos resumir lo anterior con la ayuda de un par de sencillas ecuaciones:
Bienestar Total = Salud emocional + Salud racional + Salud física
Salud física = Alimentación balanceada + Higiene + Ejercicio físico + Descanso.
El propósito de ésta tercera parte del libro es suministrar la información que
permita al lector mejorar sus hábitos de alimentación, higiene, ejercicio físico y
descanso, con lo cual disminuirá los riesgos de adquisición de enfermedades
mientras incrementa la vitalidad necesaria para cumplir su misión personal.
138
Capitulo 6
ALIMENTACION
El cuerpo humano es semejante a una maravillosa máquina que procesa los
alimentos suministrados para producir la energía requerida en su
funcionamiento. Esto lo realiza mediante un conjunto de reacciones químicas
conocido con el nombre de metabolismo.
Por un momento, imaginaremos nuestro organismo como un automóvil o
cualquier otra máquina que requiere combustible en cantidad y calidad
adecuadas. Si le suministramos cantidades en exceso se nos inunda y deja de
funcionar bien; el mismo resultado se obtiene si le suministramos combustible
insuficiente o de mala calidad.
El poder energético de los alimentos se cuantifica también en calorías, como los
combustibles. Por ahora es suficiente saber que una caloría representa una
cantidad de alimento que se requiere para producir una determinada cantidad
de energía. Más adelante se encontrará información específica sobre la
equivalencia entre calorías y cantidad de alimentos.
Nuestro organismo transforma todos los alimentos que contienen calorías en
una clase de azúcar, conocida con el nombre de glucosa. Tenemos dentro de
nuestro organismo un sofisticado laboratorio de glucosa que es la fuente
primaria de energía requerida para la formación, reproducción y mantenimiento
de todas las células del cuerpo humano. Cuando la cantidad de glucosa es baja
se afecta el normal funcionamiento de todos los órganos del cuerpo, desde el
cerebro hasta los pies. De otro lado, su presencia en exceso también
descontrola el funcionamiento del organismo, activando el metabolismo para
convertir el excedente de glucosa en grasas.
La alimentación es quizás el factor más decisivo de nuestra salud física. Una
alimentación sana y balanceada evita la adquisición de varias enfermedades
que sabotean nuestro bienestar.
139
Los nutrientes que el organismo necesita diariamente para mantenerse
funcionando en forma saludable, están clasificados en las siguientes seis
categorías:
Carbohidratos
Proteínas
Grasas
Vitaminas
Minerales
Agua
Veamos con algún detalle cada uno de estos elementos básicos de nuestra
alimentación.
Carbohidratos: Son la principal fuente de calorías y los encontramos de muy
buena calidad en las verduras, frutas, cereales pero también hay de baja calidad
y costosos como los contenidos en productos procesados (azúcar refinada,
harinas blancas, pastas, galletas, helados y bebidas gaseosas).
Los carbohidratos provenientes de las plantas vegetales (frutas, hortalizas y
cereales) tienen pocas calorías y altos contenidos de fibra. Son de digestión
lenta con lo cual prolongan la sensación de llenura y regulan la absorción de
azúcar en la sangre.
Por el contrario, los carbohidratos que vienen en productos alterados con
aditivos (azúcar, sal, grasas, etc.), además de su alto contenido de calorías, son
transformados rápidamente disparando la concentración de glucosa en la
sangre, con lo cual se altera el sistema nervioso dando la sensación de
irritabilidad y mayor apetito.
Proteínas: Se encuentran principalmente en las carnes pero también en los
huevos, cereales, lácteos y nueces. A semejanza con las fibras contenidas en los
vegetales, las proteínas también regulan la producción de glucosa.
140
Grasas: Existen grasas saturadas y grasas no saturadas. Las saturadas se
presentan en estado sólido a temperatura ambiental, mientras que las no
saturadas son liquidas en las mismas condiciones.
La mayoría de las grasas no son indispensables para el organismo pues este las
produce en la medida que las requiere, con excepción de dos tipos de grasas
que deben ser consumidas pues son esenciales para el organismo: Omega-3 y
Omega 6 que se encuentran en pescados y algunos vegetales.
Vitaminas: Se han reconocido 12 vitaminas que son esenciales para el
organismo, la mayoría de las cuales se encuentran en las frutas y hortalizas.
Minerales: Sodio, calcio, potasio y manganeso son los principales minerales
requeridos por el organismo y los podemos encontrar en cantidades suficientes
en los lácteos, frutas, cereales y hortalizas. Junto con las vitaminas constituyen
los llamados micronutrientes, por requerirse en pequeñas cantidades para el
crecimiento y funcionamiento del cuerpo humano.
Recientes investigaciones científicas señalan el riesgo de consumir suplementos
industrializados de vitaminas y minerales. La mayoría de las personas adquieren
estos elementos mediante una dieta diversificada y balanceada.
Agua: Cerca del 50% del cuerpo humano está compuesto por agua y
específicamente el 90% del volumen del cerebro está conformado por éste
elemento. Podemos entender entonces la importancia que tiene el consumo
adecuado de agua para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Los especialistas en nutrición fluctúan sus sugerencias entre 2 y 5 litros de agua
diaria para mantener un nivel de hidratación normal del organismo. La cantidad
exacta de agua requerida diariamente por el organismo humano depende de las
condiciones ambientales, la cantidad de alimentos consumidos y de la actividad
que se realiza. Por ejemplo, las mujeres en embarazo requieren en promedio 3
litros diarios de agua mientras que los hombres que desempeñan actividades
físicas moderadas requieren 3.5 litros de agua para lograr una hidratación
adecuada.
141
Para evitar el consumo excesivo de agua es importante tener en cuenta que
estas cantidades recomendadas incluyen la contenida en la preparación de los
alimentos y en los vegetales, de donde se obtiene la mayor parte del agua
requerida.
En lo que si coincide la mayoría de los expertos en salud es que el efecto
acumulado de la deshidratación puede llegar a ser devastador para la salud
humana en términos de enfermedades como la migraña, colitis, gota y lupus.
También en el área de la alimentación la regla de oro es el equilibrio. Fácil
decirlo pero difícil lograrlo. Necesitamos balancear la energía requerida por
nuestro cuerpo con los alimentos que le suministramos. Esto lo podemos
representar con la siguiente ecuación:
Alimentos consumidos = Energía requerida
Si el consumo de alimentos es mayor de lo necesario tendremos un superávit o
exceso de calorías. Por el contrario, si la demanda de energía es mayor que los
alimentos consumidos tendremos un déficit de nutrición. Existe un tercer
peligro en el desorden alimenticio: la malnutrición. Veamos cada escenario por
separado.
Exceso de alimentación.
El consumo desproporcionado de alimentos dejará un excedente de calorías
innecesarias que se transforman en grasas, cuyo almacenamiento recarga el
funcionamiento de los órganos internos del cuerpo humano. Diversas
investigaciones han demostrado que el exceso de calorías está asociado con las
siguientes enfermedades:
Cardiovasculares
Diabetes
Cáncer
Artritis
Fatiga crónica
142
Desajustes hormonales.
Además, las estadísticas muestran que las personas que tienen el hábito de
comer en exceso están más expuestas a los quebrantos de salud que las
personas que consumen una dieta moderada.
El balance de los alimentos consumidos con la energía requerida puede lograrse
de varias maneras:
1) Disminuyendo el consumo de alimentos.
2) Aumentando nuestra actividad física y mental.
3) Realizando ambas de las anteriores acciones.
Sin embargo, es indispensable reducir las ganancias de grasa en el organismo
mediante el control de las cantidades de calorías ingeridas, pues el ejercicio por
si solo podrá difícilmente convertir esa grasa excedente en músculos, a menos
que se quiera pasar la mayor parte del tiempo en el gimnasio. Como regla
general podemos decir que caloría consumida debe ser caloría gastada.
De otra parte, estudios hechos en animales han demostrado que disminuyendo
el consumo de alimentos se puede lograr una prolongación del periodo de vida
hasta en un 50%. Referente a los seres humanos, los científicos han encontrado
que una reducción del consumo de calorías innecesarias, aun en personas no
obesas, activa los genes de sobrevivencia produciendo como resultado una vida
más saludable y prolongada.
Es mas, estudios recientes han descubierto que la reducción drástica del
consumo de alimentos (800 calorías diarias) es suficiente para curar la diabetes.
De modo que la nutrición moderada no solo nos permite economizar alimentos
y costos de salud sino que nos facilita mejorar nuestra calidad de vida en
143
general. De lo anterior se desprende un mensaje para las personas obesas:
Comer menos para vivir mejor.
Déficit de alimentación.
Desde luego que la ecuación de la alimentación puede también desbalancearse
si la actividad realizada demanda mayor alimentación que la consumida, con lo
cual tendremos un déficit de nutrición.
Los efectos acumulados de una alimentación insuficiente se reflejarán en el
debilitamiento del sistema inmunológico, lo cual expone el organismo a diversas
enfermedades, tales como el bocio, el escorbuto y la osteoporosis.
Malnutrición
La malnutrición se presenta como consecuencia de una dieta concentrada en
pocos alimentos y carente de micro nutrientes (vitaminas y minerales), junto
con la escasa cantidad y calidad del agua consumida.
Investigaciones realizadas en los países pobres por la Organización Mundial de
la Salud concluyeron que la malnutrición ofrece un mayor peligro que la
desnutrición.
La malnutrición puede combinar los efectos indeseables tanto del exceso de
alimentación como de la desnutrición. Cuando la dieta está excesivamente
concentrada en unos pocos alimentos dejando por fuera el resto de nutrientes
necesarios, puede conducir a las enfermedades relacionadas con ambas
condiciones extremas de la nutrición. En síntesis, se trata de un problema de
salud pública ocasionado en gran parte por la desinformación de la población
más vulnerable.
Para evitar la malnutrición es importante diversificar la dieta rotando los
ingredientes para incluir los productos que están en cosecha, lo cual ha probado
tener más beneficios para la salud que una monótona dieta concentrada en
determinados alimentos.
144
En definitiva, nuestra vitalidad se resiente tanto por la malnutrición, la
desnutrición o por el consumo excesivo de calorías alimenticias.
Es interesante tener en consideración que existe una cantidad óptima de
alimentos requerida por cada organismo, según sus características y
circunstancias. Vale la pena ensayar hasta encontrar esa cantidad correcta de
nutrición que requiere nuestro cuerpo.
Podemos usar el sentido común para percibir cuando estamos comiendo en
exceso o por el contrario requerimos mas alimento para funcionar
adecuadamente. Para ambos casos el mismo cuerpo tiene unos mecanismos de
alerta que son muy notorios, como la sensación de hambre o de llenura y los
desordenes estomacales.
Si bien es cierto que el hambre es una señal que envía el cuerpo pidiendo
alimentos también indica que está consumiendo reservas de nutrición de los
depósitos acumulados por el exceso de alimentación, especialmente los
colocados alrededor de la cintura. De modo que si se quiere reducir estos
depósitos de grasa es bueno no apresurarse a comer a la primera sensación de
apetito, especialmente si consideramos las evidencias científicas que señalan el
tamaño del abdomen como un indicador del estado de salud de la persona.
En este sentido debemos tener en cuenta que la sensación de hambre es
confundible con la sensación de sed por lo que conviene tomar agua para
verificar si subsiste la necesidad de alimentos.
Complementando lo anterior, los científicos han descubierto que el cerebro
demora aproximadamente diez minutos para procesar la información que
recibe del estomago y generar las sensaciones reales de llenura. Por esto es
conveniente esperar un tiempo prudencial después de consumir la cantidad de
alimentos que estamos ensayando antes de continuar comiendo hasta sentirse
lleno, pues para entonces nos habremos excedido. Adicional a lo anterior, se
recomienda comer lentamente hasta sentir la primera sensación de llenura
puesto que si se come rápidamente podemos extralimitarnos mientras se
procesa la información de llenura que el estomago le envía al cerebro.
145
La sensación de llenura y otras incomodidades estomacales son realmente
quejas por el abuso que se está cometiendo con la alimentación. No
necesitamos torturar nuestro organismo para satisfacer nuestras reales
necesidades de nutrición.
Uno de los mecanismos de defensa del organismo humano es el reflujo que
realiza para tratar de aliviarse del exceso de comida y durante el cual expulsa
ácidos del estómago que son los que digieren los alimentos consumidos.
Estos líquidos son corrosivos y en su recorrido afectan la laringe, garganta y
boca. En esta ultima deterioran lentamente las encías y el esmalte de los
dientes, facilitando la aparición de desordenes fisiológicos que pueden afectar
mas adelante la salud general.
La corrección radical de este problema es la moderación del hábito de
alimentación, especialmente en la última comida del día, dándole prioridad a la
calidad de los alimentos consumidos sobre la cantidad de los mismos.
En lo fundamental, aprendiendo a conocer las señales de nuestro organismo
podemos escoger más sabiamente la variedad, calidad y cantidad de los
alimentos que necesitamos. Cuando tengamos alguna duda podemos apoyarnos
en el espejo, la balanza, la cinta métrica, los exámenes de laboratorio clínico, en
algunos cálculos matemáticos sencillos y definitivamente en el sentido común.
Si de lo que se trata es de combatir la obesidad, lo importante es controlar la
cantidad de calorías consumidas, en lugar de enfocar la preocupación por algún
tipo de alimento en particular. En este sentido podemos ensayar hábitos
adicionales como llevar un diario de la alimentación consumida, lo cual ayuda a
reconocer el problema. Se ha comprobado que la noción de enfrentar la
realidad al escribirla en el diario personal suaviza los hábitos indeseables.
En el tratamiento de la obesidad es importante considerar estudios científicos
recientes, los cuales han encontrado que las grasas animales y el azúcar activan
los circuitos cerebrales responsables de las adicciones. Esto demuestra que las
personas que consumen alimentos con altos contenidos de grasa y/o azúcar son
víctimas de una adicción.
146
Estamos hablando ahora de una adicción por algunos alimentos que reduce la
fuerza de voluntad del individuo y lo mueve a comer compulsivamente, sin
evaluar las consecuencias. La persona bajo los efectos de ésta condición
anormal consume alimentos en respuesta a factores estimulantes, y no para
cubrir las necesidades de energía. Lo anterior explica la dificultad de combatir la
obesidad y enfermedades relacionadas, solamente con medicinas, dietas y
ejercicio. Se requiere, como en el caso de otras adicciones, una estrategia
integral que incluya:
a) El tratamiento de los desórdenes mentales que pueden estar originando
el problema. Si no se ataca de raíz ésta adicción, cambiando algunos
patrones de pensamiento y superando los conflictos emocionales
relevantes, se puede esperar frecuentes recaídas o regreso a los viejos
hábitos.
b) El manejo de los factores que estimulan el consumo excesivo de
alimentos. Dos de los factores que activan la reacción de apetito
descontrolado de las personas son la negación drástica y la disponibilidad
permanente de grasa y azúcar. Por esto se recomienda el cambio gradual
de los hábitos alimenticios y retirar los alimentos que contienen éstas
substancias del entorno inmediato de las personas adictas a su consumo.
Si a pesar de la aplicación de las acciones anteriormente mencionadas subsiste
el problema de obesidad, entonces la solución podrá ser encontrada
disminuyendo gradualmente la cantidad de alimentos consumidos y
aumentando su calidad y variedad. De todas maneras, es preferible realizar
pequeños ajustes que cambios dramáticos a nuestros hábitos alimentarios.
Sin intención de anticiparme a las conclusiones de éste libro, puedo asegurar
que la glotonería no es una condición indispensable para incrementar el éxito ni
la felicidad.
147
Solo como una guía para moderar nuestros hábitos de nutrición consideremos la
siguiente información sobre el contenido calórico de los principales grupos de
alimentos:
1 gramo de grasa = 9 calorías
1 gr. de alcohol = 7 “
1 gr. de Proteína = 5 “
1 gr. de carbohidrato = 4 “
1 gr. de vitaminas = 0 “
1 gr. de minerales = 0 “
1 gr de agua = 0 “
Es importante entender que las calorías miden cantidad, no calidad de los
alimentos que consumimos. Por supuesto que es vital controlar la cantidad de
alimentos que consumimos pero de alta calidad.
La siguiente porción de información también puede ser útil en la tarea de
regular el consumo de alimentos: Para conservar su peso actual, una persona
adulta con un alto nivel de actividad necesita aproximadamente tantas calorías
diarias como su peso en kilos multiplicado por 30. Si el peso de ésta persona es
de 70 kilos debe consumir en promedio la cantidad de calorías que resulte de
multiplicar 70 por 30, o sea 2.100 calorías diarias. Cualquier cantidad de
alimentos superior a las 2.100 calorías será responsable por la tendencia al
aumento de peso de ésta persona y cualquier cantidad inferior causará una
disminución de su peso. De otro lado, si una persona diferente a la mencionada
en el ejemplo anterior realiza una actividad que no es muy exigente, ni física ni
mentalmente, el factor a usar será 25 en lugar de 30 y entonces ésta otra
persona requerirá aproximadamente 1.750 calorías diarias en lugar de las 2.100
calorías requeridas por la persona con una actividad más exigente.
Cada día aparecen noticias científicas sobre las consecuencias benéficas de una
dieta balanceada y diversificada. Por ejemplo, Daphne Miller (14) publicó
148
recientemente los resultados de la investigación de los hábitos alimenticios de
cinco comunidades localizadas en cinco países y reconocidas por tener una
población que disfruta una vida prolongada y saludable. Aunque las dietas
estudiadas son muy diferentes, tienen en común:
Mínima cantidad de alimentos procesados industrialmente.
Bajo contenido de azúcar refinada.
En definitiva, mejoramos nuestra alimentación sacrificando la cantidad por la
calidad y variedad de los alimentos que consumimos. El cuerpo humano
requiere los mejores nutrientes de cada una de las seis categorías descritas
anteriormente.
Las siguientes guías generales de alimentación, junto con una dosis saludable
de sentido común, son útiles para elaborar una dieta personalizada que se
ajuste a las necesidades específicas de cada individuo:
A. Consumir la mínima cantidad de productos alimenticios que han sido alterados con la adición de azúcar refinada, grasas, sal, hormonas, colorantes y otros componentes químicos.
B. Aumentar gradualmente el consumo de alimentos provenientes de
plantas vegetales (frutas, cereales, hortalizas, etc.) comenzando por
aquellas que más nos gustan hasta diversificar su ingestión para incluir
nuevas variedades.
C. Disminuir gradualmente la proporción de carbohidratos blancos (azucares
y harinas refinadas) los cuales deben tender a cero, es decir ser
considerados para ocasiones muy poco frecuentes.
D. Evitar el consumo de carnes de animales que han sido sometidos a
manipulaciones genéticas y tratados con hormonas y antibióticos.
149
E. Disminuir el consumo de grasas y aceites.
F. Incrementar creativamente las opciones alimenticias, ensayando nuevas
variantes, especialmente con productos de la cosecha local. Es cuestión
de emprender la aventura de descubrir el mundo de los alimentos
saludables.
G. Reducir al mínimo requerido el consumo de sal, reemplazándola por otros
condimentos como la pimienta y el ajo. Los científicos del cerebro han
encontrado que cada diferente sabor activa nuevos circuitos cerebrales
con lo cual mantenemos activo el cerebro. Una razón más para romper las
rutinas de las comidas: se ha observado que algunas comunidades de
Pakistán, India y México que consumen altas proporciones de
condimentos naturales tienen pocos casos de cáncer y enfermedades
cardiovasculares.
H. Hacer del desayuno la principal comida del día, almorzar moderadamente
y cenar frugalmente. Es preciso recordar aquí que el alimento es el
combustible del organismo y lo debemos consumir en proporción a la
energía requerida. Si se realiza gran parte de las actividades en la
mañana, el desayuno debe incluir una porción de los mejores alimentos
de cada categoría, es decir carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales
y agua.
I. Consumir solo frutas entre las comidas principales, de ser necesario. Las
frutas son mas saludables cuando se consumen antes de las comidas
regulares. En general, cuando se sienta hambre la primera opción debe
ser para los productos vegetales.
J. Hidratar convenientemente el organismo durante las primeras horas de la
mañana, cuando éste ha permanecido aproximadamente ocho horas sin
recibir líquidos.
150
K. Tomar un vaso de agua durante los 30 minutos previos a cada comida. De
ésta manera se prepara el organismo para digerir adecuadamente los
alimentos suministrados. Este hábito marca una diferencia entre la buena
digestión y una digestión inadecuada.
L. Eliminar el consumo de sodas o bebidas refrescantes con altos contenidos
de azúcar, promotoras de las caries dentales, obesidad, diabetes, etc.
M. Realizar ejercicios livianos o quehaceres domésticos durante los primeros
30 minutos después de cada comida, para evitar sentarse o acostarse
inmediatamente después de comer.
N. Consumir las preferencias menos saludables o antojos, en pequeñas
cantidades y de ser posible en las horas de la mañana o en preparación
para una jornada de alta exigencia física y nunca como solución para
alguna dolencia emocional. En este caso es preferible cambiar ese
capricho alimenticio por otra actividad agradable como una buena
película, una caminata al aire libre o una sabrosa charla telefónica.
Mantengamos presente que el alimento debe ser consumido como fuente
de energía, no para tratar los desajustes emocionales.
O. Elaborar una lista de los alimentos que requerimos comprar y
ajustarnos a ella mientras estamos en la tienda. Por ningún motivo
dejarse llevar de los impulsos para adquirir ofertas, pues se trata de
quemar calorías no el dinero.
P. Evitar el almacenamiento en la casa de comida con alta concentración de
azucares, grasas y harinas refinadas tales como helados, postres, galletas,
bebidas gaseosas y pan blanco. En su lugar conserve a disposición avena,
arroz integral, cereales, nueces, frutas y hortalizas.
Seguramente existen otros hábitos alimenticios saludables que no están
incluidos en la anterior lista pero nada hay de contraproducente al ensayar los
151
aquí recomendados para diseñar un plan personalizado de nutrición. Los
beneficios para la salud y bienestar general que se logran con una alimentación
balanceada, diversificada y moderada sobrepasan con creces los sacrificios que
tengan que hacerse para cambiar algunos de los hábitos alimenticios.
Ahora tenemos la oportunidad de embarcarnos en un círculo virtuoso
consistente en mejorar nuestra salud a medida que introducimos cambios en
nuestra dieta nutricional. Al comprobar el mejoramiento de nuestro bienestar
como resultado de los cambios que hacemos estaremos en mayor disposición
para acelerar el círculo reemplazando unos hábitos de alimentación por otros
que marcan la diferencia positiva.
Guiándonos por los resultados que observamos cuando introducimos cambios
en nuestros hábitos de comida encontraremos el equilibrio. Si por ejemplo, nos
sentimos injustificadamente agotados a pesar de no tener muestras evidentes
de desnutrición, entonces podemos ensayar disminuir el consumo de alimentos
empezando por los carbohidratos blancos y bebidas gaseosas. Si encontramos
una mejora en nuestro nivel de vitalidad y de temperamento estamos seguros
que vamos por buen camino.
Seamos cuidadosos al escoger entre comer para vivir y vivir para comer. En éste
sentido es preciso reconocer que a partir de la cantidad necesaria de alimentos,
el excedente que consumimos tiene un efecto decreciente sobre nuestra
vitalidad, con lo cual estaremos renunciando a otros placeres de la vida.
Cuando se requiera realizar algún cambio en los hábitos de alimentación
tengamos la precaución de hacerlo dentro de nuestra zona de confort, sin
necesidad de llorar en el intento.
En el esfuerzo por acrecentar nuestro bienestar físico mediante una
alimentación equilibrada necesitamos ser cuidadosos con los mensajes que los
comerciantes de alimentos envían a través de los medios de publicidad. No
siempre están dirigidos para nuestro beneficio y por el contrario, algunas
sugerencias de nutrición que recibimos a través de los medios comerciales de
152
comunicación nos dificultan la adquisición y conservación de buenos hábitos
alimenticios.
Varios estudios sugieren que el consumo moderado de vino y otras bebidas
alcohólicas tienen un beneficio marginal sobre la salud. Sin embargo, otras
investigaciones demuestran que los riesgos del consumo de alcohol son
inmensamente superiores a sus beneficios. Por ejemplo, recientemente la
Sociedad Americana de Cáncer anunció que el consumo de cualquier cantidad
de alcohol incrementa notoriamente las probabilidades de contraer diferentes
tipos de cáncer, incluyendo: boca, laringe, esófago, senos, hígado y colon.
Antes de ensayar métodos facilistas de protección de la salud es prudente
reconocer que los componentes antioxidantes y antiinflamatorios encontrados
en el vino y otras bebidas alcohólicas se pueden obtener con menos riesgo en
las frutas y verduras.
A diferencia de las bebidas alcoholicas, otras bebidas alternativas como el café y
el té presentan beneficios importantes para la salud. Investigaciones científicas
están demostrando que el consumo moderado de café reduce
significativamente los riesgos de contraer cáncer y enfermedades coronarias.
Para cerrar el tema de la alimentación es importante considerar que el azúcar y
las grasas junto con el alcohol y cigarrillos pueden ser considerados los
enemigos mas peligrosos para la salud humana. La eliminación del consumo de
estos productos asegura la reducción considerable de enfermedades como la
obesidad, diabetes, cáncer, Alzheimer y desórdenes coronarios.
Higiene
Tengamos presente que las bacterias infecciosas que entran en contacto con el
organismo humano debilitan el sistema inmunológico a tal punto que lo
exponen a la adquisición de diferentes enfermedades.
Para que los alimentos sean una fuente confiable de salud y vitalidad deben ser
almacenados, preparados y consumidos en condiciones higiénicas. Esto incluye
153
la limpieza de los productos alimenticios, en especial las frutas y hortalizas,
pasando por un esmerado aseo de las manos cada vez que manejamos los
alimentos.
La manipulación de las carnes crudas exige mucha precaución por su fuerte
poder de contaminación.
Especial cuidado se debe tener con los utensilios utilizados en el procesamiento
y consumo de los alimentos. Las mesas, tablas y trapos usados en la cocina
deben ser mantenidos en estrictas condiciones higiénicas. Es preferible utilizar
tablas plásticas y toallas de papel.
La mayoría de las bacterias infecciosas solo sobreviven durante diez minutos en
ambientes completamente secos. De modo que si mantenemos los utensilios de
cocina limpios y secos podemos disminuir el riesgo de infecciones que atentan
contra nuestra salud física.
Es importante conservar los alimentos preparados fuera del contacto con los
alimentos crudos, insectos, animales domésticos y productos de aseo.
La precaución de lavarse las manos antes de pasarlas por la cara,
específicamente la boca, ojos, oídos y nariz, nos ayuda a evitar enfermedades
contagiosas y a distanciarnos del hospital y farmacia.
La higiene bucal tiene una fuerte influencia sobre la salud general. Enjuagarse la
boca después de consumir cualquier clase de alimento, además de cepillarse
antes del desayuno y al final de la última comida son hábitos muy benéficos.
Los animales domésticos nos ofrecen entretenimiento y compañía pero son una
fuente de infecciones cuando descuidamos las condiciones en las cuales deben
ser tratados.
Dos bactericidas poderosos y amistosos con el medio ambiente son el peróxido
de Hidrógeno o agua oxigenada (H2O2) y el vinagre blanco. Diluidos en agua al
50% pueden ser utilizados para mantener en condiciones higiénicas las frutas,
verduras y utensilios de cocina, teniendo la precaución de enjuagarlos unos
minutos después de su aplicación.
154
Un riguroso cuidado debemos tener con el agua que consumimos. Aunque no
aparezca en los titulares de los medios de comunicación, la verdad es que el
consumo de agua contaminada por bacterias y desechos químicos es una de las
principales causas de las enfermedades mortales de los seres humanos. La
Organización Mundial de la Salud ha revelado que el consumo de agua
contaminada origina más muertes que todas las formas de violencia, incluidas
las guerras. Cuando tengamos dudas sobre la pureza del agua que consumimos,
la principal precaución que podemos tomar es hervirla durante más de 3
minutos.
Para cerrar este capítulo podemos considerar que el desafío en el campo de la
alimentación es preparar y consumir alimentos saludables.
155
Capitulo 7
EJERCICIO FÍSICO
Al contrario de lo que sucede con el estrés, que es señalado como el causante de
gran parte de los desórdenes del cuerpo y del alma, el ejercicio físico es
aceptado como un gran impulsor del bienestar de las personas.
Ha sido comprobado científicamente que el ejercicio físico adecuado reduce el
nivel de cortisol y adrenalina en el cuerpo humano. Estas hormonas son
producidas por el organismo en respuesta a estados emocionales como el
estrés, ira y miedo. El excedente de cortisol es responsable por el incremento
parcial de la presión arterial, al mismo tiempo que debilita el sistema
inmunológico. Al restablecer el equilibrio del nivel de estas hormonas en el
cuerpo, el ejercicio protege contra enfermedades cardiovasculares, osteoporosis
y diabetes.
También el ejercicio físico beneficia nuestro estado mental mediante el
incremento de la producción de endorfinas, consideradas como el calmante
natural del organismo y las cuales están asociadas con las sensaciones
agradables que experimentamos.
Científicos de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, están realizando esfuerzos
para minimizar el impacto que la vida sedentaria tiene sobre la salud y
productividad de la población trabajadora.
Por ejemplo, en una de sus investigaciones realizadas, le hicieron seguimiento a
18 trabajadores de una mediana empresa financiera durante 6 meses. Estas
personas utilizaron escritorios especialmente diseñados con una maquina
estática dotada de una banda para caminar mientras realizaban tareas como
usar el computador y el teléfono. Durante el estudio, los empleados rotaron por
los escritorios especiales en períodos inferiores a 30 minutos, sin excederse de
3 horas diarias. Se obtuvieron los siguientes resultados:
156
1) Todos los participantes perdieron peso.
2) El colesterol total y los triglicéridos del grupo se redujeron en un
promedio del 37%.
3) La productividad de la empresa obtuvo un record. En el tiempo del
experimento se alcanzaron los mayores ingresos registrados para
periodos equivalentes.
Los ejercicios físicos se clasifican en dos categorías: a) Aeróbicos y b)
Anaeróbicos.
Los aeróbicos son dinámicos, de alta frecuencia y bajo esfuerzo como por
ejemplo caminar, trotar, nadar, montar en bicicleta, jugar tenis, etc.
Los anaeróbicos son estáticos, de resistencia, de alto esfuerzo y baja frecuencia,
tales como levantamiento de pesas, flexiones, boxeo, etc.
Los mejores resultados se alcanzan con la combinación de los dos tipos de
ejercicio en cada sesión, teniendo la precaución de iniciar por los aeróbicos para
aumentar el flujo sanguíneo en los músculos que vamos a calentar antes de
someterlos a mayores esfuerzos. Esforzar un músculo frio puede causar
molestas lesiones que retrasan la práctica del ejercicio.
La proporción entre las dos categorías de ejercicios deberá variar para darle
oportunidad a los músculos de recuperarse. Un día se enfatiza en aeróbicos,
digamos: 20 minutos de aeróbicos y 10 minutos de esfuerzo y otro día se alterna
haciendo 10 minutos de aeróbicos y 20 minutos de anaeróbicos, teniendo en
consideración que cada organismo exige su propio ritmo de ejercicio, y evitando
lastimarse con esfuerzos que excedan los limites de capacidad.
Se recomienda hacer en promedio 30 minutos diarios de ejercicio. Si se prefiere,
se puede repartir éste tiempo en dos sesiones de 15 minutos cada una, y aun en
tres sesiones de 10 minutos, pues los investigadores del tema han encontrado
157
que los beneficios alcanzados con varias sesiones cortas de ejercicios son
similares a los logrados con una sola sesión de duración equivalente.
Si por razones de trabajo se debe permanecer sentado por largas jornadas, es
necesario hacer recesos de 2 minutos para cambiar de posición cada media
hora. De esta manera se evitan serios problemas circulatorios y de
articulaciones.
Cada persona de acuerdo a sus condiciones físicas, disponibilidades y
preferencias podrá balancear y diversificar la actividad física que mejor se
adapte a sus necesidades. De todas maneras, para maximizar los beneficios, es
conveniente retar el organismo hasta llegar a su máxima capacidad en términos
de frecuencia y esfuerzo del ejercicio físico, sin necesidad de salirse de la zona
de comodidad personal.
En caso de preferir ejercicios intensos y frecuentes, con fines competitivos, debe
procurase la supervisión de un especialista.
Caminar es probablemente el mejor ejercicio que podamos realizar. Una
caminata diaria de 20 minutos estimula la respiración profunda y reduce
significativamente los riesgos de sobrepeso, diabetes y enfermedades
coronarias, según conclusiones de estudios recientes.
La clave para hacer del ejercicio físico un hábito diario es ajustarlo a sus
conveniencias de horario y de comodidad. Para lograr la práctica consistente del
ejercicio es también conveniente escoger los tipos de ejercicios que se realizan
con más agrado. Entre más se disfrute el ejercicio que se hace hay más
posibilidades de persistir en la rutina.
Nuevamente, apelando a la creatividad podemos mantenernos físicamente
activos. Aquí están algunas alternativas para lograrlo:
1. Cuando las condiciones de seguridad lo permite, utilice las escaleras en
lugar del ascensor.
2. Si usa transporte público y las circunstancias son favorables,
desembarque unas cuadras antes de su destino para hacer el resto de la
158
jornada caminando. Si usa el carro particular, estacione tan lejos como
sea posible del sitio de destino.
3. Durante la jornada laboral, utilice los descansos para estirar los músculos
o caminar un poco.
4. Active la circulación de la sangre en las piernas y pies, mediante
diferentes ejercicios. Las prolongadas jornadas en que permanecemos de
pie o sentados facilitan la formación de sedimentos sólidos en éstas
partes del cuerpo que pueden obstruir las venas o arterias con
consecuencias graves.
5. Aproveche las labores hogareñas para ejercitar sus músculos.
Combinando las anteriores opciones de ejercicio físico con la respiración
profunda y pausada podemos obtener beneficios equivalentes a los derivados
del ejercicio tradicional.
Si se pretende controlar el peso a base de ejercicio exclusivamente, los datos
que se presentan a continuación servirán para calcular el tiempo requerido para
gastar las calorías consumidas en exceso.
Se estima que una persona de 75 kilos necesita aproximadamente lo siguiente:
1 hora de intenso levantamiento de pesas para quemar 450 calorías.
1 hora de ciclismo a 25 kilómetros por hora para quemar 750 calorías.
1 hora de trote a 12 kilómetros por hora para quemar 1.000 calorías.
El mayor beneficio del ejercicio físico radica en el mejoramiento de la circulación
de la sangre, lo cual aumenta el suministro de oxigeno a los órganos internos del
cuerpo humano, promoviendo así su buen funcionamiento.
El oxigeno hace posible que los nutrientes consumidos se transformen en la
energía que necesita el cuerpo. Por ésta razón la vitalidad del organismo
159
humano depende de la calidad y cantidad de los nutrientes consumidos y del
oxigeno aspirado.
Los malos hábitos de respiración impiden el suministro adecuado de oxigeno a
los órganos internos del cuerpo humano, en especial al cerebro. Este déficit de
oxigeno dificulta el normal funcionamiento de estos órganos y es un factor
predomínante en la aparición de desórdenes de salud como la fatiga crónica, la
alta presión arterial y escasa concentración mental, para los cuales
frecuentemente se buscan soluciones comerciales en lugar de adquirir mejores
hábitos de respiración.
El organismo humano es muy sensible al deficiente suministro de oxigeno y
envía diferentes señales para acusar la falta de éste elemento vital. Dolor de
cabeza, mareo, dificultad de concentración y respiración ruidosa mientras se
duerme son algunas manifestaciones de la inadecuada absorción de oxigeno. No
es necesario esperar recibir estos llamados de atención para procurar una mejor
oxigenación pues en ese momento ya el cuerpo ha sufrido daños evitables.
Manteniendo el nivel mínimo de oxigenación las personas corren el riesgo del
envejecimiento prematuro del cerebro. Este fenómeno es en gran parte
responsable por la incompetencia laboral y la obsolescencia organizacional.
Los neuro-científicos están descubriendo que la plasticidad de las células del
cerebro es mayor de lo que demostraron los estudios iniciales. La flexibilidad
del cerebro le permite recuperarse tanto de los daños físicos como emocionales.
Esta dinámica celular se observa en el cerebro pero es válida para todo el
organismo humano.
El oxigeno es un factor fundamental para la renovación de las células del
organismo humano, especialmente del cerebro. Las terapias modernas de
recuperación de lesiones cerebrales incluyen alimentación adecuada, excelente
oxigenación, ejercicio físico y reposo.
La oxigenación óptima del organismo se obtiene mediante la respiración
tridimensional:
160
1) Profunda,
2) Pausada y
3) Permanente.
La diferencia entre la respiración tridimensional y la respiración inconsciente es
la pausa que se hace para retener el aire en los pulmones y promover así la
absorción del oxigeno en la sangre.
La capacidad auto renovadora del cuerpo humano se estimula mediante el
ejercicio sincronizado con la respiración profunda y pausada.
Una de las decisiones mas importantes para nuestro bienestar general es el
cambio del habito de respiración superficial e inconsciente por el hábito de la
respiración profunda y pausada. Seguramente no será fácil superar en días o
meses una costumbre practicada por años. Pero también es cierto que cualquier
avance en este sentido tendrá favorables consecuencias para nuestra salud
física y mental.
La oxigenación adecuada del organismo humano es una forma sencilla y segura
de prolongar la vida sana.
Insistiendo en lo fundamental y simple: Ciertamente todos los seres vivos
respiramos y tomamos agua para abastecer al organismo de oxigeno. La
diferencia está en la calidad y cantidad de aire y agua que consumimos. Aquí
hay una buena causa para defender la pureza de los ríos, atmosfera y del medio
ambiente en general.
Al final de cuentas de lo que se trata es de maximizar la absorción de oxigeno
para que todos los órganos del cuerpo funcionen plenamente, incluyendo el
cerebro.
Los educadores pueden comprobar los beneficios de la óptima oxigenación del
cerebro mediante un ensayo en el cual observen el incremento de
concentración y capacidad de aprendizaje de los estudiantes que adoptan el
161
hábito de la respiración en tres tiempos, comparados con los que mantienen la
respiración superficial.
La escasa concentración originada por la inestabilidad emocional es una de las
principales causas del bajo rendimiento de los estudiantes. La respiración
profunda, pausada y permanente controla los desórdenes emocionales,
mientras se pueden suministrar ayudas radicales para combatir las causas del
problema.
Hoy mismo usted amable lector(a) puede verificar las ventajas de la práctica de
la respiración tridimensional dirigida a optimizar la oxigenación de su
componente físico. Es otra oportunidad para enriquecer su vida con nuevas
experiencias que le aportarán vitalidad para avanzar por el camino del éxito y
felicidad.
Descanso
De otra parte, es necesario tener la precaución de balancear el ejercicio físico
con el reposo y la hidratación. Factores como la temperatura y humedad del
medio ambiente, junto con la intensidad del ejercicio nos deben servir de
indicadores de las necesidades de agua del cuerpo.
Estas son algunas de las recomendaciones para mantener los niveles de
hidratación requeridos por el ejercicio:
1 Tomar ocho onzas (un vaso) de agua media hora antes de iniciar la sesión
de ejercicios.
2 Consumir cuatro onzas de agua por cada 15 minutos de ejercicio.
3 Al terminar el ejercicio, manténgase tomando agua poco a poco hasta
saciar la sed, puesto que si sentimos sed ya el organismo ha empezado a
deshidratarse, lo cual es nocivo.
162
Para balancear el ejercicio, el reposo y la hidratación también es importante
aprender a interpretar las señales del organismo. Dolores musculares, boca
seca, dificultad para respirar, coloración de la orina y cantidad de transpiración,
son algunas de las respuestas que nos envía el organismo cuando queremos
saber si el ejercicio es demasiado y requerimos más agua o descanso.
En términos de reposo, la siesta alrededor del medio día es una práctica
reparadora tanto del cuerpo como de la mente. Investigaciones al respecto
demuestran que las personas que toman una siesta diaria de 30 minutos tienen
un 30% de reducción de posibilidades de enfermedades coronarias en
comparación con las personas que no tienen esta costumbre.
Los beneficios adicionales de la siesta incluyen el aumento en la agudeza
mental, disminución del estrés y mejor salud en general.
Si se dispone de solo unos pocos minutos se pueden utilizar para una sesión
corta de Meditación, con lo cual también podemos tener un aumento de la
vitalidad para continuar las tareas del día con mayor eficiencia.
Algunos de los personajes famosos que practicaron la siesta como un método
reparador de energía fueron mentes tan brillantes como Albert Einstein,
Winston Churchill y Thomas Edison.
El sueño es considerado como la jornada de reposo natural. Estudios recientes
han demostrado que la falta de sueño de calidad está relacionada con la
disminución de concentración y del auto-control de las personas. Los individuos
con déficit de sueño tienden a perder concentración, control de sus prejuicios e
impulsos adictivos.
Está comprobado científicamente que la falta de sueño afecta seriamente a las
personas en múltiples formas. A corto plazo, el sueño deficiente altera el
funcionamiento cotidiano del individuo. Los efectos de una noche corta de
sueño se perciben inmediatamente en términos de desequilibrios físicos y
mentales, tales como la reducción en la habilidad de razonamiento, memoria,
aprendizaje y disminución de la capacidad de reacción frente al peligro.
163
A largo plazo, la falta de sueño compromete seriamente la salud integral de las
personas. Los investigadores del tema han relacionado el sueño insuficiente con
el estrés, alta presión arterial, depresión, droga-adicción y enfermedades
coronarias.
Aunque los expertos recomiendan de siete a ocho horas diarias de sueño, la
cantidad requerida para cada individuo es variable.
Algunas de las sugerencias hechas por los especialistas para tener una buena
noche de sueño son:
Mantener un horario constante de sueño.
Evitar el ejercicio físico durante las dos horas previas al tiempo de
dormir.
Abstenerse de consumos excesivos de comida.
Evitar la cafeína, la nicotina, las bebidas gaseosas y el alcohol.
Abstenerse de hacer siesta durante las tres horas previas al tiempo de
dormir.
Manejar los problemas durante el día para evitar que surjan las
preocupaciones mientras se trata de dormir.
Relajarse antes de dormir oyendo música clásica, leyendo, orando,
meditando o duchándose.
Si después de 20 minutos de intentar conciliar el sueño no se ha
logrado, es conveniente levantarse de la cama y realizar actividades
relajantes hasta sentirse somnoliento.
Ciertos desórdenes de sueño como el insomnio y roncar son señales de una
deficiente oxigenación del organismo, los cuales pueden ser controlados
cambiando conscientemente el hábito de la respiración ligera y superficial por la
respiración profunda y pausada.
164
Seguramente los cambios de hábitos indeseables por hábitos saludables
exigirán disciplina y persistencia pero el tiempo y demás recursos que
dediquemos para balancear y diversificar nuestra alimentación y ejercicio serán
recuperados suficientemente por los costos de las enfermedades que
evitaremos adoptando un nuevo estilo de vida saludable.
Unas palabras de precaución: cuando aparezca en nuestro organismo algún síntoma anormal, ya sea obesidad, alta presión arterial o cualquiera otro relacionado con la alimentación y el ejercicio, tengamos presente la compleja interdependencia existente entre el cuerpo y la mente. Múltiples investigaciones han demostrado que algunos desórdenes de salud física se originan en nuestra parte racional y emocional. Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Harvard han encontrado que los ataques cardiacos están más relacionados con la depresión que con otros factores de riesgo como colesterol, cigarrillo, presión arterial y diabetes.
En una reciente investigación apoyada por la Sociedad Europea de Cardiología (15) se encontró que los pacientes europeos de enfermedades cardiovasculares han incrementado el consumo de medicinas para bajar la presión arterial y el colesterol. Sin embargo, la mayoría de éstas personas no ha podido controlar estos factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares porque los malos hábitos como comer en exceso y fumar están contrarrestando los efectos de los medicamentos.
En otros estudios científicos se ha comprobado que la gente tiende a consumir mayores cantidades de cigarrillos y “comida basura” o poco saludable cuando se siente deprimida o estresada que cuando está contenta, con lo cual puede contraer obesidad, diabetes y alta presión arterial, entrando así en los dominios de un círculo vicioso. Es razonable pensar que la culpa, el odio, el miedo, el pesimismo, el egoísmo y demás sentimientos y pensamientos negativos que se han enquistado en lo profundo de nuestra alma pueden ser los mayores saboteadores de nuestros esfuerzos por mantener buenos hábitos de nutrición y actividad física.
Podríamos seguir revisando varias evidencias de la dinámica relación entre nuestro estado mental y nuestra salud física, pero los hechos mencionados son suficientes para aceptar la necesidad de romper los círculos viciosos que nos conducen a serios problemas de salud. Para esto debemos combatir las causas
165
que están incorporadas en nuestra dimensión racional y emocional al mismo tiempo que se atacan las de origen físico. Seguramente tenemos que resolver por ejemplo nuestros problemas de estrés y odio antes de obtener mejoras notorias en nuestra obesidad o presión arterial. Entonces la meditación, el ejercicio, el conjunto de creencias, el pensamiento positivo y otros recursos pueden ser utilizados conjuntamente con las medicinas recetadas, para realizar de ésta manera un tratamiento integral del problema.
Estimado lector(a), al terminar ésta tercera parte del libro usted tiene suficiente
información para mejorar los hábitos de alimentación, higiene, ejercicio y
reposo. Como sucede con todos los éxitos alcanzados en el camino del
Crecimiento Integral, también es necesario celebrar los triunfos logrados al
controlar la cantidad y calidad tanto de los alimentos consumidos como del aire
que se respira. Estas victorias en el mejoramiento del estilo de vida reducen las
posibles desventajas genéticas y aumentan la vitalidad requerida para cumplir
la misión personal.
Al entrar en la parte final de éste libro tendremos la oportunidad de visualizar
nuestro progreso personal como un proceso continuo que exige evaluación y
mantenimiento para maximizar sus resultados: el éxito y la felicidad.
166
PARTE IV
CONCLUSIONES
"He sospechado alguna vez que la única cosa sin misterio es la felicidad
porque se justifica por sí sola."
Jorge Luis Borges
167
INTRODUCCION
Amable lector(a), hagamos un alto para revisar el camino recorrido y lo que
aun nos queda por recorrer.
En ésta parte final del libro analizaremos los logros alcanzados con la práctica de
las actividades que componen el proceso de Crecimiento Integral. A manera de
síntesis revisaremos los elementos del proceso, su evaluación, mantenimiento y
su resultado final: el éxito y la felicidad.
Logros
Ahora lo que haremos es reconocer los resultados intermedios alcanzados en
nuestra jornada de superación.
A estas alturas tenemos una misión con un propósito superior, lo que significa
que hemos identificado nuestra profesión, oficio o actividad principal que nos
permitirá utilizar nuestros talentos para contribuir a satisfacer las reales
necesidades de las personas que están a nuestro alcance.
Concebida con un propósito unificador, la misión personal transciende nuestro
propio Yo, transmite significado a nuestra existencia y constituye nuestro
compromiso vital.
En el intento por crecer como seres humanos hemos inventariado nuestras
fortalezas y debilidades. Reconocemos nuestros talentos al mismo tiempo que
identificamos los impedimentos que nos desvían de nuestro destino. Tenemos
una clara idea de nuestras características distintivas. De esta manera hemos
incrementado el conocimiento de nosotros mismos y nuestra autoestima.
Esta observación de nuestra condición única nos permite aceptar las diferencias
individuales como una realidad natural y no como una amenaza. Somos seres
originales rodeados de otros seres igualmente únicos. Al valorar la diversidad de
168
los seres humanos estamos contribuyendo a reemplazar la intransigencia y
violencia por convivencia y cooperación.
Hemos aumentado nuestra autonomía, confianza en sí mismo y visión a largo
plazo al elaborar un Plan de Vida con metas coherentes con nuestras reales
necesidades, incluyendo los mejoramientos de personalidad que aspiramos
alcanzar. Los objetivos diseñados sobre la base de nuestras verdaderas
carencias constituyen la mayor fuente de motivación y tenacidad en nuestro
diario quehacer.
Utilizando el concepto de círculos de comportamiento hemos desarrollado la
capacidad de manejar los cambios necesarios para maximizar nuestras
fortalezas y minimizar nuestras debilidades en búsqueda de la continua
superación personal.
Hemos abierto nuestra mente a los nuevos aprendizajes con lo cual
incrementamos los recursos intelectuales para enfrentar creativamente las
dificultades y aprovechar las oportunidades.
Avanzamos un paso fundamental para balancear nuestra vida mejorando
nuestra salud racional mediante el manejo del estrés, con lo cual hemos ganado
estabilidad emocional.
Continuando con este reconocimiento de los avances obtenidos hasta aquí, es
preciso incluir la adopción de una actitud positiva frente a las circunstancias
con lo cual ganamos esperanza, una condición esencial para el incremento de
nuestra felicidad.
Mediante la identificación de los sentimientos que mayor impacto tienen sobre
nuestro comportamiento y el de los demás, hemos incrementado nuestra
inteligencia emocional, empatía y capacidad de liderazgo.
Mientras debilitamos nuestra carga negativa abrimos espacios para
sentimientos como la compasión y la humildad, fortaleciendo de ésta manera
nuestro carácter con atributos como el coraje, poder para perdonar y capacidad
para juzgarnos.
169
Con la práctica de los nuevos sentimientos positivos hemos evolucionado
espiritualmente y crecido suficientemente para asumir el control de nuestra
vida y la responsabilidad de ser exitosos y felices.
Durante la limpieza interior hemos profundizado en la percepción de nuestra
autenticidad. Tenemos la certeza de nuestra misión, talentos, habilidades,
debilidades, carencias, sentimientos, preferencias, ideas y valores
fundamentales, todo lo cual nos permite tener una visión clara de lo que somos
y para donde vamos. Este conocimiento integral de nuestro propio Ser nos
protege de malgastar nuestra vida intentando ser alguien diferente a nosotros
mismos.
Finalizando el enunciado de nuestros logros podemos mencionar la
incorporación de nuevos hábitos de alimentación, higiene, ejercicio y reposo
que nos ayudaran a incrementar nuestra vitalidad y mantener saludable nuestro
organismo físico, en consonancia con la renovación de los otros dos elementos
constitutivos de nuestro Ser: el racional y el emocional.
En resumen, a lo largo de esta jornada hemos enriquecido nuestra personalidad
con las siguientes cualidades:
Autenticidad
Autoconocimiento
Autocontrol
Autoestima
Capacidad de cambiar para mejorar Concentración
Compasión
Confiabilidad
Confianza en sí mismo
Coraje
Empatía
Espiritualidad
170
Estabilidad emocional
Fortaleza para juzgarse a si mismo
Gratitud
Humildad
Inteligencia emocional
Motivación
Optimismo
Paciencia
Percepción
Perseverancia
Poder para perdonar
Resistencia a la adversidad
Significado de la vida
Visión a largo plazo
Vitalidad
Los atributos que conforman ésta lista son el producto intermedio del proceso
que busca incrementar la calidad de vida, por lo cual los podemos considerar
como precursores de altas realizaciones.
Con estos nuevos rasgos de nuestro carácter estamos en condiciones de
reconocer nuestros auténticos talentos, adquirir las destrezas complementarias,
visualizar las necesidades humanas a las cuales contribuiremos a servir con
nuestras fortalezas, y concluir nuestra misión.
Ciertamente habrá otras fortalezas, adicionales a las enumeradas
anteriormente, requeridas para incrementar el éxito y felicidad, pero ninguna
de ellas constituye un obstáculo para el desarrollo de los talentos humanos.
Aunque cada una de las virtudes anteriores constituye una ventaja competitiva
para la persona que las posee, ninguna por si sola será responsable de un
incremento sostenido de su progreso. Cada individuo requiere una combinación
diferente de fortalezas (cualidades y habilidades) en diferentes proporciones
según sea su misión personal, características individuales y entorno particular.
171
Estos logros parciales son responsables de nuestro crecimiento continuo. Por
ejemplo, a medida que fortalecemos nuestra humildad y confianza en si mismo
aceptamos nuevos aprendizajes que nos permiten avanzar en el cumplimiento
de nuestra misión. Otro ejemplo de la forma como estos resultados intermedios
impulsan el proceso de mejoramiento personal es el incremento del
conocimiento y valoración de nuestro propio Ser, con lo cual alcanzamos mayor
autenticidad, otro prerrequisito reconocido del éxito y la felicidad. En otras
palabras, el proceso de Crecimiento Integral genera la energía necesaria para
impulsar su propia dinámica.
Lo anterior implica que durante el proceso iremos adquiriendo los
conocimientos, la creatividad y autocontrol para diseñar una estrategia de
Crecimiento Integral ajustada a nuestras circunstancias particulares. Entonces
habremos encontrado, dentro de cada uno de nosotros, al maestro quien nos
conducirá por la senda de una vida equilibrada y armónica.
Recordemos que en el mejor de los escenarios la ocupación que ejercemos nos
permite ganarnos la vida y cumplir la misión personal. En el mundo real
frecuentemente debemos hacer algunos ajustes para utilizar la combinación
correcta de talentos y cualidades complementarias que nos conduzca a
encontrar y conservar las condiciones laborales en las cuales podamos cumplir
nuestra misión ejerciendo la actividad que nos apasiona.
Afortunadamente nadie requiere poseer la totalidad de las cualidades incluidas
en la lista anterior para realizarse plenamente. De lo que se trata es de utilizar
las fortalezas que poseemos para adquirir las competencias requeridas en la
realización de la actividad que nos permita servir a los demás, obtener un
ingreso digno y acrecentar nuestra felicidad.
Ahora es indispensable que usted, amable lector(a), elabore una lista de las
cualidades que estima necesarias y suficientes para incrementar su calidad de
vida actual.
Una vez elaborada la anterior lista, proceda a calificar el grado de desarrollo que
usted ha logrado de cada cualidad. Utilizando una escala de 1 a 5, asígnele 1 a
172
cada atributo que tiene el menor nivel de desarrollo y 5 a cada cualidad que
usted considera que ha logrado mejorar al máximo.
Compare esta clasificación con la realizada por usted en el capítulo 1 de este
libro, cuando evaluó sus fortalezas. Si encuentra alguna característica que
necesita adquirir o mejorar, a continuación se presenta una síntesis del proceso
de Crecimiento Integral a través del cual es posible lograrlo y que usted amable
lector(a), puede comprobar con su propia vivencia.
El proceso de Crecimiento Integral
Hasta aquí es claro que el mejoramiento personal es mucho más que un evento
con una variedad de consignas, algunas de ellas realmente inspiradoras y que
recogemos con buenas intenciones. Tampoco se trata de píldoras ni fórmulas
mágicas. Nuestra superación es el resultado de un proceso continuo que
contiene actividades conectadas entre sí y que nos permite avanzar paso a paso
de manera armónica y equilibrada.
Recordemos las acciones básicas de la jornada más importante que podemos
emprender:
A. Asumir la misión personal.
B. Adoptar una escala de valores.
C. Definir metas personales.
D. Maximizar las fortalezas y minimizar las debilidades.
E. Mantener la mente abierta a los nuevos aprendizajes.
F. Controlar el nivel de estrés.
G. Conservar una actitud positiva.
H. Identificar los sentimientos dominantes.
I. Fortalecer los sentimientos positivos y debilitar los negativos.
173
J. Practicar hábitos saludables.
La siguiente grafica nos ayuda a visualizar la dinámica de este conjunto de
acciones coordinadas entre si y que conforman el proceso de Crecimiento
Integral.
Grafica 4.1 El proceso de Crecimiento Integral.
Conviene destacar aqui algunas características de este conjunto de tareas
vitales que constituyen el proceso de Crecimiento Integral:
Permanecen en el tiempo. Es decir, exigen continuidad por formar parte
de un proceso sin final. El ser humano siempre tendrá la posibilidad de
174
hacerle ajustes a cualquiera de estas acciones para crecer hasta el final de
sus días.
Están distribuidas en las tres dimensiones del ser humano y en
consecuencia mantienen una alta relación entre si, a tal punto que
cualquier cambio en una de ellas activa una reacción en cadena, con lo
cual se afecta al resto del conjunto de actividades que conforman el
proceso.
En la vida diaria estas actividades se realizan en cualquier orden,
dependiendo de las circunstancias que enfrenta el individuo. Por ejemplo,
en algún momento será necesario resolver un conflicto emocional para
después realizar algunos ajustes a los hábitos alimenticios.
Por estar enmarcadas dentro de un proceso continuo, estas actividades
tienden a convertirse en hábitos. Esto implica que el proceso de
Crecimiento Integral se transforma en un estilo de vida.
Es importante entender que el producto final del proceso de Crecimiento
Integral es el incremento del éxito y la felicidad. Por la interdependencia
existente entre todas las actividades que componen el proceso, su resultado
estará determinado por la acción que se ejecute con menos eficiencia. La
actividad relegada frenará a las demás y en consecuencia a todo el proceso.
El punto para destacar aquí es: Si esperamos resultados sostenibles del proceso
de Crecimiento Integral debemos ejecutar eficientemente cada una de las
actividades que lo componen, sin descuidar ninguna de ellas.
Ningún misterio ni secreto producen el éxito y la felicidad. Es el trabajo
disciplinado el que conduce al ser humano a cumplir su misión y alcanzar los
mayores niveles de crecimiento personal. Los intentos esporádicos y
descoordinados tendrán un efecto muy limitado y nunca producirán los
resultados sostenibles que se logran con el esfuerzo metódico.
La principal razón por la cual encontramos personas que logran desarrollar muy
poco su potencial, a pesar de asistir a diversos seminarios, conferencias y
175
charlas de mejoramiento personal es porque generalmente estos eventos no
están enmarcados dentro de un proceso sistemático y continuo.
La sabiduría popular sostiene que el éxito genera éxito. La grafica anterior
muestra como el éxito y la felicidad alimentan el proceso produciendo a su vez
más éxito y felicidad para conservarlo en continuo movimiento, pues nunca
seremos totalmente exitosos ni completamente felices. A medida que
alcanzamos mayores niveles de realización de nuestro potencial nos sentiremos
más motivados para ejecutar las acciones que suministran los resultados
deseables.
Lo importante ahora es romper la inercia y darle arranque al proceso para que
se vaya acelerando hasta alcanzar su propia dinámica. Este libro aporta las
herramientas básicas que se requieren para darle el impulso inicial al proceso de
crecimiento continuo de sus lectores. El resto corre por cuenta de la voluntad de
cada uno de ustedes.
Se requiere pasar a la acción, pues los seres humanos aprendemos practicando
las enseñanzas que recibimos. Las Escrituras nos advierten:
“Pero el que haya oído y no haya puesto en práctica, es semejante a un hombre
que edificó una casa sobre tierra, sin cimientos, contra la que rompió el torrente
y al instante se desplomó y fue grande la ruina de aquella casa.” Lucas 6.49.
Desde luego que nuestro desarrollo no será ni rápido ni fácil, pues aunque el
proceso de mejoramiento personal parece simple, podremos encontrar
dificultades en su ejecución. Lo cierto es que vale la pena hacer el esfuerzo. En
el ensayo no se perderá nada pero en cambio si hay mucho por ganar.
Si estamos aspirando a resultados sostenibles en lugar de momentos efímeros
de felicidad y triunfo debemos entender que el Crecimiento Integral es un
camino sin punto de llegada que no admite atajos ni trucos. Se requiere un
trabajo arduo y mucha disciplina para adquirir las nuevas actitudes y
comportamientos que nos permitan balancear nuestras tendencias genéticas y
enfrentar las circunstancias de nuestro entorno. Esta es una jornada sin fin. Lo
176
relevante es el trecho recorrido al momento en que nos sorprenda la muerte. Se
terminarán nuestros días pero el camino queda ahí.
Indiscutiblemente escogimos un camino difícil pero hemos dado los pasos en la
dirección correcta.
Cuando tenemos la ilusión de haber alcanzado la cima de nuestro desarrollo es
porque no estamos exigiendo lo suficiente de nosotros mismos. El pensador
alemán Hermann Hess lo expresa en los siguientes términos:”Hay quienes se
consideran perfectos, pero es solo porque exigen menos de sí mismos.”
Cierto, nunca seremos perfectos, pero si podemos ser mejores cada día.
Siempre encontraremos espacios para progresar y oportunidades de
crecimiento. Alcanzaremos un triunfo en nuestro mejoramiento diario para ser
más felices que antes.
Evaluación del proceso de Crecimiento Integral
Todo proceso requiere una evaluación periódica de sus resultados, con el fin de
obtener información válida para introducirle las modificaciones que sean
requeridas en su mejoramiento. En el caso del proceso de Crecimiento Integral
evaluamos su avance sobre la base de:
a) los resultados intermedios alcanzados en términos de adquisición de
cualidades necesarias para avanzar.
b) por el logro de los resultados finales del proceso: el éxito y la felicidad.
En el primer nivel de evaluación, una señal de su progreso se obtiene con el
reciente ejercicio realizado en donde se comparó el grado de desarrollo actual
de nuestras fortalezas con el inventario hecho en la primera parte de este libro.
Probablemente incluimos en nuestro Plan de Vida metas de desarrollo de
nuestros recursos emocionales mediante la practica consciente y sistemática de
sentimientos como el Amor, Compasión, Perdón, Gratitud y Humildad que nos
177
van a servir ahora para calificar el funcionamiento de nuestro proceso de
mejoramiento y a mantener un enfoque claro del camino que transitamos.
En el segundo nivel de evaluación el indicador de mejoramiento es nuestro
propio ánimo. Si nos sentimos apacibles, contentos con nosotros mismos y
enamorados de la vida, estamos avanzando. Por eso es importante que en el
dialogo interior nos hagamos preguntas tales como:
Como me siento en este momento?.
Estoy satisfecho con mi transformación?.
Puedo dar más de mi mismo?.
Al evaluar nuestro progreso verificaremos que no todo el camino es plano.
Encontraremos seguramente peligros, frustraciones y confusión que nos tratan
de frenar o desviar del destino. Es normal que por diferentes razones
experimentemos paradas y hasta pequeños retrocesos. Los deportistas
reconocen que al experimentar un nuevo esquema de juego o modificar una
técnica se nota una disminución temporal del rendimiento, pero una vez
asimilado el cambio se notará la superación.
Encontramos obstáculos para nuestro desarrollo en cada una de las tres
dimensiones del ser humano. Por ejemplo, las enfermedades del cuerpo son
indiscutiblemente un impedimento para desarrollarnos plenamente, pero los
hábitos indeseables y nuestra pobreza interior son también fuertes opositores a
nuestra plena realización.
Cuando las circunstancias nos empujen en una esquina oscura de nuestra vida
no pensemos que es el fin del camino ni mucho menos en renunciar al intento
de realizar nuestros sueños. En su lugar volvamos a lo elemental: paciencia y
persistencia para avanzar y mantenernos en el intento de ser exitosos y felices.
Si al final de la jornada nos queda algo de nuestra misión por alcanzar,
tendremos la satisfacción de habernos esforzado procurando convertir en
realidad nuestros sueños.
Cada retroceso en el camino hacia nuestra superación debe ser tomado como
un escalón para avanzar. Las recaídas nos señalan que tenemos al frente un
178
resto de camino, y son verdaderas oportunidades para consolidar nuestro
avance. Los intentos fallidos por superarnos nos indican que si bien hemos
progresado, nos hace falta un poco más para alcanzar. El mejoramiento
continuo se energiza de nuestras imperfecciones y problemas. Cada
condición mejorable que identificamos en nosotros mismos es un reto que nos
ofrece la oportunidad de probarnos a sí mismo.
Cuando encontremos una crisis en el proceso de nuestro desarrollo evitemos la
tentación de asumir el papel de víctima para culpar a los demás. Ciertamente
existe una cultura adicta a culpar de todo a todos, que estimula la actitud de
pasarle la responsabilidad a los demás. Si estamos culpando a alguien diferente
a nosotros mismos, escogimos la vía equivocada pues en definitiva, es nuestro
deber asumir el control de nuestra vida y en consecuencia somos responsables
de lo que nos ocurre.
Con alguna frecuencia nos escudamos en la mala suerte para justificar nuestras
frustraciones y dificultades. Cuando esto ocurra, revisemos todos los elementos
del proceso sin ignorar ninguno, para verificar cual estamos descuidando.
Una excusa usual para detener el proceso de mejoramiento personal es la falta
de tiempo. Tengamos presente que cualquier disculpa lo que hace es agravar la
situación pues la enmascara y nos hace creer que vamos por el camino correcto.
La realidad es que confundidos por la aceleración de nuestro estilo de vida nos
olvidamos de nosotros mismos y nos enredamos en disculpas, negándonos
tiempo de calidad para nuestro mejoramiento.
Los traumas recibidos y las características desfavorables que hemos heredado
tampoco pueden servir de excusas para nuestra infelicidad. Todos hemos tenido
algún tipo de adversidad, pérdida o tragedia para tratar de justificar nuestro
pobre desempeño. Pero sabemos que eso no es válido pues tenemos la
potestad de cambiar todo lo que queramos mejorar de nuestra personalidad.
Más bien esto nos puede servir de punto de partida para asumir la
responsabilidad de modificar el curso de nuestra vida rompiendo los círculos
viciosos que destruyen nuestra superación. No estamos condenados por nadie
179
sino por nosotros mismos a vivir aferrados a nuestra historia personal.
Podemos cambiar para mejorar nuestras vidas a pesar del pasado que
enfrentamos.
Seguramente usted amable lector, haya conocido individuos con grandes
talentos sumergidos en la frustración. Pero también habrá conocido gente que
parecía que tenía todo en su contra y aun así triunfan. Lo que hacen estos
últimos es confiar en sus talentos y en su capacidad de desarrollar el máximo
potencial de servicio a los demás.
Al calificar nuestro progreso tengamos la precaución de compararnos con
nosotros mismos. Nada de compararnos con los demás y mucho menos tratar
de competir con ellos, pues debemos admitir que somos seres diferentes con
talentos, misión y circunstancias distintas.
Además de absurda, la competencia con los demás consume muchas energías
que pueden ser mejor utilizadas. La competencia por superar cada día nuestras
vidas es un reto personal. Cuando tengamos la oportunidad de conocer un ser
humano excepcional, evitemos la tentación de imitarlo. Más bien,
reconozcamos la posibilidad de desarrollar nuestros propios talentos para
cumplir nuestra misión particular, tal como lo realiza el sujeto de nuestra
admiración. La competencia por ser mejores seres humanos es con uno mismo y
nadie mas.
Nuestro proceso de desarrollo se impulsa por efecto de los círculos virtuosos
que construimos introduciendo cambios favorables tanto a nivel físico como
emocional y racional. Pero también debemos aceptar que avanzamos
gradualmente pues tenemos recursos limitados para alcanzar todas las mejoras
en nuestra vida y no existen soluciones instantáneas ni misteriosas.
Uno de los enemigos de nuestro avance personal es la actitud facilista que nos
lleva a buscar soluciones que exigen el menor esfuerzo para problemas
complejos. Nada valioso se consigue fácilmente ni rápidamente.
180
Necesitamos vencer la inercia y la tendencia hacia el menor esfuerzo que nos
mantienen aferrados a nuestro estado actual aunque no estemos satisfechos
con los logros alcanzados, por razón de las opciones que hemos escogido.
Lo importante ahora es activar el proceso y darle el mantenimiento necesario
para conservar su movimiento hacia adelante. La otra opción es retroceder,
pues aquí si es bien cierto que si no avanzamos, retrocedemos.
Mantenimiento del proceso de Crecimiento Integral
A estas alturas del camino hemos ubicado nuestro nicho en este mundo, desde
donde ofrecemos y recibimos ayuda mientras cumplimos nuestra misión. Esto
es lo que nos corresponde por nuestra condición de seres únicos y valiosos.
Ahora nos queda defender lo que hemos avanzado suministrando
mantenimiento al proceso de mejoramiento continuo en que estamos
comprometidos. Esto lo haremos mediante dos acciones:
a) Celebrando las victorias alcanzadas.
b) Agradeciendo las ayudas recibidas.
Veamos con algún detalle cada una de estas actividades que nos proporcionan
energía para proteger los niveles ce éxito y felicidad alcanzados.
Celebración.
Cada etapa que se avanza es un logro que debemos celebrar, sin importar su
magnitud, pues a la hora del balance todos cuentan. Es sensato disfrutar lo que
se obtiene mientras luchamos por cubrir nuestras carencias pues si esperamos a
tenerlo todo para celebrar podemos dilapidar nuestra vida en el intento.
181
Valorando y celebrando nuestras victorias prolongamos su disfrute y
aumentamos la satisfacción con nosotros mismos. Es decir, estamos así
incrementando nuestros momentos felices.
Desde un autoelogio hasta una fiesta, pasando por un paseo, una cena, la
lectura de un libro, una película o un nuevo vestido pueden ser algunas de las
formas de festejar los triunfos obtenidos en la lucha por nuestro mejoramiento.
Podemos aprovechar nuestro tiempo libre, vacaciones o cualquier momento de
esos en que no queremos hacer nada, para celebrar algunos de nuestros
avances. Es la mejor forma de convertir los momentos de ocio en momentos de
celebración constructiva.
Una práctica de los triunfadores es elaborar un calendario de sus logros y demás
eventos felices para asegurar la celebración de sus aniversarios.
De todas maneras debemos darnos a si mismo lo que merecemos, sin excesos e
independientemente de lo que nos quieran reconocer los demás.
Disfrutando plenamente lo obtenido estamos en condiciones para agradecer a
quienes nos han ayudado en el esfuerzo por realizarnos plenamente. Es difícil
agradecer sinceramente, sin disfrutar lo recibido. Esto suena simple pero es
importante para nuestra felicidad. Debemos aprender a disfrutar plenamente lo
que hemos avanzado para después agradecer desde el fondo del corazón las
ayudas recibidas.
Agradecimiento
La gratitud es reconocida como una de las virtudes de la gente feliz. Las
personas que gozan de mayor felicidad no necesariamente han recibido más
bienes por los cuales deban agradecer sino que tienen una mejor actitud de
agradecimiento.
En cada ocasión que agradecemos sinceramente lo que hemos recibido como
ayuda enviamos un mensaje claro a nuestro benefactor: Apreciamos lo recibido
182
y estamos dispuestos a retribuir pues queremos mas de lo mismo. De esta
manera estaremos construyendo un círculo virtuoso y cimentando una relación
personal gana-gana, lo cual es una característica diferencial de los triunfadores.
Estas relaciones interpersonales basadas en la mutua ayuda son enriquecedoras
y mas estables que los contactos aleatorios.
Si dejamos de agradecer lo recibido estamos emitiendo un mensaje de poco
interés por el bien que nos hacen y entonces recibiremos menos apoyo para
alcanzar nuestra misión.
También aprendemos a agradecer agradeciendo. Para fortalecer esta virtud se
recomienda llevar un diario de gratitud. Si aun no lo tiene, amable lector(a),
esta es una buena oportunidad para empezarlo con los aspectos positivos de su
vida: amistades, salud, educación, libertad, familia, etc. Agregue cada una de las
ayudas recibidas, los talentos con los cuales ha sido dotado, las mejoras que ha
logrado, todos los regalos que le han hecho, hasta llegar al más preciado: su
vida.
El hábito de mantener un diario de gratitud nos permite revisar todas las
experiencias agradables de nuestra vida (graduaciones, superación de
enfermedades, empleos obtenidos, matrimonio, nacimiento de los hijos, etc.) y
agradecer las ayudas recibidas que hicieron posible estos logros.
Si en lugar de mantener un diario escrito de gratitud, prefiere realizar esta
actividad mentalmente, puede aprovechar cualquier momento para recrear
cada uno de los favores recibidos y agradecerlos sinceramente. Es cierto que nos
mantenemos ocupados por el agite de la vida, pero también es verdad que todo
momento y lugar pueden ser adecuados para un saludable dialogo interior que
nos permita felicitarnos a sí mismo por lo que hemos alcanzado, hacernos una
nueva propuesta de mejoramiento para luego agradecer a quienes de una
forma u otra nos han apoyado.
A continuación se presenta un ejercicio que permite identificar varias
oportunidades para desarrollar la virtud de la gratitud. Este es el procedimiento
a seguir:
183
1. Ubíquese en un ambiente tranquilo.
2. Respire profundo y pausadamente, manteniéndose concentrado en su
respiración hasta sentirse cómodo.
3. Recuerde el más reciente episodio feliz que haya vivido.
4. Reconstruya la mayor cantidad de características de esta vivencia
positiva, incluyendo la hora, condiciones climáticas, los sonidos, colores,
olores y personas involucradas.
5. Elabore una lista de los detalles que merecen su gratitud y las personas a
las cuales les debe agradecimiento.
6. Repita este procedimiento hasta incluir la más lejana experiencia
agradable que haya vivido.
El anterior ejercicio tiene un beneficio extra: activa los circuitos cerebrales
responsables de los recuerdos positivos, con lo cual se incrementa el equilibrio
mental. Las personas que recuerdan predominantemente las tragedias y demás
momentos dolorosos tienden a perder la capacidad de traer a la memoria sus
episodios felices, lastimando así su autoestima y salud mental.
Con la práctica de la gratitud estaremos aumentando nuestra habilidad para
enfocar la parte agradable y benéfica de todos los eventos que ocurren en
nuestra vida, incluyendo los inevitables acontecimientos indeseables. Es decir,
la gratitud fortalece nuestra actitud positiva. Además, este ejercicio
permanente de acción de gracias nos permitirá sentirnos orgullosos de lo que
somos, nos dará paz interior y fortaleza para seguir avanzando.
Después de agradecer, lo que queda es retribuir los beneficios adquiridos. Hay
muchas cosas que podemos hacer para retornar parte de lo recibido, pero
quizás la mejor manera es ayudando a los demás a cumplir su propia misión.
Así mantenemos el flujo del éxito y la felicidad.
184
Capitulo 8
EL EXITO
En una ocasión invité a un amigo a quien considero triunfador, para que les
diera una conferencia a mis estudiantes universitarios con el propósito de
reforzar el tema del éxito. Le pedí a mi invitado que les relatara sus logros y las
razones que lo condujeron a dichos resultados. También le solicité que al final
de su exposición respondiera las preguntas de los estudiantes con la mayor
espontaneidad.
A continuación presento algunas de las preguntas y respuestas tomadas de los
trabajos presentados por los estudiantes asistentes a dicho evento:
Pregunta: Después de escuchar su relato de triunfos, quisiera saber cual
considera usted que ha sido su mayor éxito ?.
Respuesta: En este momento de mi vida considero como mi más preciado logro
el haber culminado la educación formal con la adquisición de mi título
profesional. Esto me enorgullece de especial manera y lo considero como la
plataforma fundamental para alcanzar los demás objetivos que me he trazado
en la vida.
Pregunta: Cual de sus características personales considera más influyente en la
consecución de sus logros ?.
Respuesta: Ser exitoso requiere una combinación de factores. Sin embargo, la
confianza en mí mismo me ha permitido buscar resultados importantes.
Siempre acepté la enseñanza según la cual si uno no cree en sí mismo, nadie
más creerá en uno.
Pregunta: Cuales son los obstáculos más serios que ha encontrado en la
búsqueda del éxito ?.
185
Respuesta: En primer lugar, la fuerte lucha que he tenido que librar para
mantener mis principios mientras alcanzo mis metas. He recibido múltiples
presiones para negociar mis creencias básicas que he tenido que defender para
tener la satisfacción de disfrutar mis logros. En algunos casos las dificultades
me han obligado a replantear las metas sin renunciar a mis sueños.
Pregunta: En términos económicos, se considera usted una persona rica ?.
Respuesta: Ciertamente. Siguiendo los consejos de mi padre siempre he tratado
de mantener mis gastos por debajo de mis ingresos, y antes de comprar algo me
debo responder afirmativamente las preguntas: a) Es realmente necesario?, y b)
tengo la plata para comprarlo?. Esto me permite en la actualidad adquirir lo
requerido para desarrollar mis actividades profesionales y cumplir mis
responsabilidades familiares y sociales. Estoy contento con lo que tengo pero
insatisfecho con lo soy. Puedo ser mejor consultor, mejor padre, esposo, vecino,
ciudadano y ser más feliz. Sin embargo, me siento más orgulloso por lo que soy
que por lo que tengo.
Pregunta: Que clase de carro usa usted para movilizarse ?.
Respuesta: En la actualidad estoy utilizando el carro de mi esposa, pues el mío
esta en reparación. Permítame aprovechar esta pregunta para destacar que
seremos exitosos como consecuencia de las opciones importantes que
escogemos a lo largo de la vida y no por aspectos circunstanciales como la ropa
que usamos, la casa que habitamos o el carro que conducimos.
Pregunta: Ha sido usted exitoso en el amor?.
Respuesta: Durante 27 años he mantenido una relación armónica con mi esposa
y tengo una satisfactoria amistad con mi hija. Aunque siento que mi esposa e
hija me aman tanto como yo a ellas, aspiro ganarme también el amor de mis
amigos, colaboradores, clientes y demás personas con las cuales mantengo
relaciones estables. Este será el triunfo que me dará la mayor satisfacción al
término de mi vida.
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Pregunta: Cual ha sido el costo que ha tenido que pagar para llegar a donde
esta?.
Respuesta: Me parece que tu pregunta implica que hay que sufrir o algo así
para realizarse plenamente. Si no disfrutas los esfuerzos que estás haciendo
para progresar es porque vas por el camino equivocado y entonces lo mejor es
rediseñar tu misión y ajustar tus metas. Ciertamente he encontrado
incomprensión, falta de reconocimiento, envidia y hasta competencia hostil,
pero eso es marginal a mi trabajo y lo manejo sin mucha complicación.
Pregunta: Usted ha mencionado varios consejos que ha recibido. Cual ha sido el
más útil en su vida?.
Respuesta: Les puede sonar simple y hasta extraño pero es cierto. En mi
juventud un tío me enseñó a respirar lenta y pausadamente para mantener la
calma, tomar mejores decisiones y disfrutar el momento presente. Después
aprendí que existen varias técnicas de respiración controlada que producen
múltiples beneficios. Para mí, cualquier esfuerzo de superación personal debe
empezar por asegurar que el cerebro funcione plenamente y para esto es
indispensable que tenga un suficiente suministro de oxigeno que es
precisamente lo que se logra con un buen habito de respiración. Siempre he
tenido la curiosidad de saber porque no se enseña este tipo de conocimientos
en la escuela.
Pregunta: Usted ora?
Respuesta: Cada día le pido a Dios que me permita ser útil ayudando a alguien.
Pregunta: Cual es el secreto del éxito?.
Respuesta: Lamento desilusionarlo, pero no conozco aun ningún secreto que
garantice totalmente el éxito. Lo que si existen son formulas seguras para el
fracaso como la carencia de un plan de vida además de la falta de autenticidad.
Pregunta: Es usted una persona feliz?.
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Respuesta: Fui invitado a compartir con ustedes mis ideas sobre el éxito. La
felicidad la seguiré buscando. Después hablaremos de eso si el profesor Castillo
me invita de nuevo a estos claustros tan queridos por mí. Mientras tanto
déjenme decirles que en este momento me siento muy feliz de haber
compartido con ustedes. Muchas gracias.
Para retomar el tema de este capítulo tengamos claro que el éxito es el logro de
los resultados buscados con los mejores esfuerzos. Como tal, está relacionado
con las metas que cada individuo establezca en su vida. Tendremos tantos
éxitos como metas alcanzadas.
Sabemos que las personas tienen diferente misión, aspiraciones y objetivos que
buscar en la vida. Por ejemplo, la noción de éxito que puedan tener los
soldados que han estado por largo tiempo en el frente de batalla será diferente
a la que tienen quienes planearon y ordenaron la guerra. De todas maneras, los
triunfos llegan cuando se alcanzan las metas, y producen una sensación muy
intima en cada individuo.
El éxito es percibido de diferentes maneras por diferentes personas. Para
algunos el éxito es alcanzar poder, fama y dinero. Otros individuos sueñan con
obtener el amor de las personas que están en su alrededor.
Tal vez usted, amable lector(a), también conoce personas que al juzgar por los
comentarios que hacen, miden su éxito por el número de cocteles y reuniones
sociales a las que asisten o por la marca del carro que conducen o por la
cantidad de conquistas románticas que realizan.
En otras palabras, el éxito es multidimensional, es decir tiene múltiples
indicadores. Es erróneo medir nuestras realizaciones en una sola dimensión. La
educación, el dinero, el poder y la vida familiar, pueden ser algunas de las
diferentes facetas de la misma joya: el éxito.
Si por alguna razón igualamos éxito con dinero o cualquier otra posesión
material podemos correr el riesgo de la envidia o la ambición desmedida para
188
entonces encontrar que siempre hay gente con mas bienes materiales, y llegara
el momento en que nuestras expectativas estarán por encima de nuestras
capacidades, por lo cual nos mantendremos estresados y en difíciles
circunstancias para disfrutar realmente lo alcanzado. Además, nadie es mejor ni
peor persona por el carro que maneja o por el tamaño de la casa que habita.
Aquí nuevamente es necesario diferenciar entre el Ser y el Tener. Podemos
estar satisfechos con lo que tenemos, pero seamos cuidadosos de estar
resignados con lo que somos. Siempre podremos exigirnos mas, aceptando que
nunca seremos perfectos pero siempre será posible ser mejores seres humanos.
Morris Adler dijo: ”Nuestras plegarias no son respondidas cuando se nos da lo
que hemos pedido, sino cuando somos retados a ser lo que podemos ser.”
Tengamos presente que nuestro Ser incluye algo mas que la apariencia física, el
lugar donde vivimos, nuestros padres y lo que exhibimos. Somos lo que somos
fundamentalmente por lo que pensamos y sentimos, y en definitiva por las
opciones que escogemos.
Por estar afianzados en las metas que nos hemos trazado y muy especialmente
en los objetivos de mejoramiento personal, obtendremos los éxitos que nos
merecemos por efecto de lo que somos.
En este mismo orden de ideas, solo cada individuo está en condiciones de medir
su nivel de éxito en relación con su Plan de Vida. Desde afuera es difícil evaluar
el éxito de los demás, a menos que se tenga un conocimiento íntimo de todas
las aspiraciones y sueños de la persona calificada. Solo cada individuo tendrá la
posibilidad de medir sus propios éxitos y en definitiva calificar su vida como
exitosa o infructuosa.
La dificultad de medir objetivamente el éxito de las personas explica la poca
investigación científica que existe sobre este importante tema. Este vacío se
trata de llenar con observaciones subjetivas, algunas de ellas expuestas con más
parafernalia que substancia.
Así como son diversos los indicadores del éxito también son variadas las
cualidades individuales requeridas para alcanzarlo. Esto dependerá de los
189
objetivos que se persiguen. Por ejemplo, serán diferentes los talentos y
competencias necesarias para los que buscan popularidad que para los que se
han propuesto ser investigadores científicos.
Sin embargo, son reconocidas ciertas características básicas asociadas con el
éxito. Algunas de estas cualidades comunes que los investigadores del tema
encuentran frecuentemente en las personas exitosas son:
Autenticidad,
Liderazgo
Trabajo disciplinado
Autoconocimiento
Alta autoestima
Confianza en sí mismo
Empatía
Creatividad y
Tenacidad.
La existencia de múltiples exigencias para alcanzar el triunfo impide hablar de
una formula única que garantice el éxito personal. La actuación de miles de
vendedores de recetas para el éxito demuestra una sola cosa: que no existe la
clave única ni el secreto para ser triunfador.
En lo que si hay acuerdo es que los triunfadores hacen cosas que los perdedores
no hacen. Una de las actitudes que diferencia a los unos de los otros es que las
personas exitosas mantienen la mente abierta a los nuevos conocimientos para
ensayarlos creativamente.
El triunfo y la derrota
190
El fracaso es la otra cara de la moneda acuñada con el éxito. En algunos casos
fallamos en el intento de alcanzar los objetivos por razones que se escapan de
nuestro control, pero también es cierto que en otros casos es por nuestra
decisión de darle mayor prioridad a otras actividades.
Independientemente del origen de nuestras derrotas, estas siempre nos dejaran
enseñanzas que bien aprendidas fortalecen nuestro ánimo para intentar de
nuevo. Tengamos presente que los triunfadores transforman los fracasos en
oportunidades de aprendizaje porque saben que aprendiendo la lección evitan
convertirse en coleccionistas de frustraciones.
Los fracasos bien manejados nos dan la oportunidad de reconocer y resolver
toda culpabilidad, odio, miedo o cualquier otro sentimiento negativo que
persista en sabotear nuestros esfuerzos. Por el contrario, la torpeza en el
manejo del fracaso nos hace inseguros para tomar nuevos riesgos, además de
disminuir nuestra creatividad y eficiencia.
Debemos tener tolerancia normal al fracaso y tomarlo como una oportunidad
para crecer. Nunca pensar que somos invencibles porque esto nos debilita para
enfrentar las frustraciones y nos predispone a la angustia y depresión.
Necesitamos prepararnos para disfrutar los triunfos y aceptar las derrotas, sin
dejarnos paralizar por ninguna de las dos circunstancias.
Éxito y felicidad
Como lo veremos en el siguiente capítulo, la felicidad es la meta suprema de
todo ser humano y por lo tanto alcanzarla es el mayor de los éxitos. También es
aceptado que el verdadero éxito debe agregar felicidad. Los triunfadores son
felices cuando llegan a sus metas. El autentico éxito es ser feliz. No existe
victoria cuando ésta se lleva más de lo que da en términos de tranquilidad,
satisfacción y alegría. Por esta razón se dice con alguna frecuencia que “El éxito
sin felicidad es un fracaso.”
191
Ciertamente algunos triunfos pueden ser necesarios pero no suficientes para
incrementar la felicidad. Es decir, existen logros que pueden ser facilitadores de
la felicidad pero sin incrementarla. Esto explica la existencia de personas
poderosas, ricas y famosas que teniéndolo “todo” encuentran poca felicidad.
Definitivamente el éxito se mide por el grado de felicidad que se logra y no por
el poder y dinero acumulados, ni por el nivel de popularidad alcanzado.
El mundo real nos muestra suficientes ejemplos de personas que a pesar de
alcanzar algunos logros notorios son reconocidamente infelices porque la
riqueza y celebridad alcanzadas sin un propósito superior que sobrepase la
mezquindad no producen felicidad sostenible y verdadera.
Los triunfos obtenidos aportaran felicidad en la medida en que estén alineados
con nuestras metas, valores, talentos y misión. Todo lo cual nos conduce al
primer capítulo de este libro donde dejamos sentadas las bases del éxito
mediante la elaboración de un Plan de Vida.
Además de multidimensional, el éxito requiere ser balanceado para agregar
felicidad. Cierta cantidad de dinero puede ser necesaria y quizás autoridad y
respeto de los demás, pero también es indiscutible la necesidad de tener una
vida familiar armónica y un nivel educacional adecuado para alcanzar una vida
balanceada y altamente feliz.
192
Capitulo 9
LA FELICIDAD
Daniel y Luz Marina con sus tres hijos formaron un hogar admirable. Al regresar
de una permanencia en el exterior me enteré que se habían divorciado.
Sorprendido por semejante desenlace, llamé a Daniel para preguntarle sobre los
motivos para tomar tan drástica decisión. Me respondió que Luz Marina le había
convertido la vida en un infierno durante los últimos años y había decidido
buscar tranquilidad y sosiego en otra relación. Cuando hablé con Luz Marina
me contó que Daniel nunca le dispensó la felicidad que ella merece.
Después de conversar con mis amigos me di cuenta que como muchas otras
personas, ellos también estaban esperando todo de afuera: la felicidad y la
desdicha, lo bueno y lo malo.
A diferencia del éxito, existe un mayor acuerdo alrededor del concepto de
felicidad. Utilizamos diferentes términos para referirnos a la felicidad, pero
coincidimos en que es un estado interior de bienestar en donde predomina la
alegría, satisfacción, tranquilidad, orgullo, amor y demás condiciones
placenteras. Como tal, es un sentimiento positivo contrario a la angustia,
preocupación, estrés y cualquier otra sensación desagradable.
Al extremo opuesto de la felicidad se encuentra la depresión, un estado
emocional caracterizado por la aguda tristeza acompañada por la pérdida de
interés en la vida. La persona en estado avanzado de depresión emocional
pierde la razón de existir y mantiene pensamientos suicidas. La mayoría de los
individuos que atentan contra su propia vida lo hacen acosados por la depresión
emocional.
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De fácil definición pero difícil adquisición, la felicidad es anhelada por el ser
humano como meta de realización plena. La busca de diferentes maneras y
hasta en las peores circunstancias el ser humano quiere ser feliz.
Desde la antigüedad, Aristóteles enseñaba a los ciudadanos griegos que la
felicidad es la única emoción que los seres humanos desean por si sola. Buscan
honores o riquezas o salud para ser felices.
En la Constitución de gran parte de los países del mundo, la búsqueda de
felicidad es admitida como un derecho natural del ser humano, y en algunos
países se están ensayando métodos para medir la satisfacción de la población
con su calidad de vida como un indicador de la eficiencia de la gestión
gubernamental.
Todos los seres humanos tenemos el derecho a vivir de manera productiva y
alegre, independientemente de nuestra raza, religión, orientación sexual,
condición socio-económica y talentos de que poseemos.
Algunas culturas favorecen el incremento de la felicidad de las personas. En
otras, por el contrario, hacen de esta búsqueda una travesía llena de riesgos y
dificultades. En los países en donde la gente es mas feliz, sus integrantes
adquieren consciencia de este empeño desde muy temprana edad.
Aunque la medición directa de la felicidad es difícil, se han desarrollado varias
técnicas para evaluar sus diferentes niveles, lo cual ha hecho posible el trabajo
investigativo realizado sobre éste tema.
La felicidad es un estado emocional variable tanto en intensidad como en
frecuencia. Se puede experimentar diferentes grados de felicidad que oscilan
desde satisfacción hasta el intenso placer. Además, estos niveles de felicidad se
presentan en periodos de tiempo con variada duración.
Las personas que logran elevados niveles de felicidad reconocen que ellas no
son felices todo el tiempo. Lo que hacen es apreciar los momentos de triunfo,
los pequeños milagros, las relaciones armónicas y cualquier instante que les
ofrezca la vida para incrementar la frecuencia e intensidad de su felicidad.
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Lo anterior significa que los seres humanos podemos experimentar la felicidad
con alguna intensidad y en cualquier momento.
El ser humano persigue incrementar la felicidad de diferentes maneras, según
las circunstancias: adquiriendo educación, trabajando, construyendo un hogar,
viviendo en el sitio preferido, compartiendo con las personas que más le
agradan, haciendo lo que le apasiona, obteniendo lo que necesita, acumulando
dinero, poder y fama. Incluso cuando contribuye al bienestar del prójimo lo
hace porque así siente una gran satisfacción.
En otras palabras, la felicidad es el fin al cual tiende todo ser humano. Muchas
de sus actividades las realiza porque cree que lo harán mas feliz. Consciente o
inconscientemente vive para maximizar su satisfacción, lo cual implica que
ningún grado de felicidad lo va a saciar completamente.
Lo importante de entender aquí es lo siguiente: El gran motivador del ser
humano es la búsqueda de la máxima felicidad. Las opciones que escoge son
para acrecentar su felicidad. Actúa en búsqueda de la inmensa alegría o de la
pequeña gratificación. Para decirlo mas claramente: La felicidad es la razón de
vivir del ser humano. Cuando el nivel de felicidad es mínimo pierde el interés
por la vida.
Como ser feliz.
Numerosos estudios investigativos han demostrado que la mayoría de los seres
humanos desconoce la forma de alcanzar la felicidad sostenible en el largo plazo
y en su lugar invierten sus esfuerzos por lograr la gratificación inmediata aunque
después se tenga que pagar un alto precio en términos de insatisfacción
personal.
Lamentablemente el anhelo tenaz por incrementar los momentos felices lleva
en algunos casos a ensayar senderos equivocados que conducen a destinos
peligrosos como la droga, el alcohol y demás diversiones extremas,
intercambiando así gratificación a corto término por desdicha a largo plazo. La
felicidad artificial conduce a la miseria real.
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Académicos y especialistas de diversas disciplinas como la sicología, siquiatría y
neurología han realizado investigaciones sobre los factores asociados con la
felicidad. Estos son algunos de sus hallazgos:
Agradecer
Alimentación diversificada, balanceada y moderada
Amar
Arreglarse atractivamente
Ayudar a los demás
Compartir
Cuidar la postura del cuerpo
Darle propósito a la vida
Decir lo que piensa
Desayunar bien
Descansar
Ejercitar los talentos con un propósito superior a sus intereses
Enfrentar retos
Escuchar música
Gastar el dinero disponible en vivencias en lugar de objetos innecesarios
Hacer ejercicio
Librarse de deudas
Mantener relaciones con personas estimulantes
Meditar
Orar
Perdonar
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Disfrutar el buen humor
Practicar una religión
Predisposiciones genéticas
Recordar momentos agradables
Reemplazar odio por amor
Ser amable
Ser optimista
Tener vivienda segura
Usar zapatos y ropa cómodos
La lista anterior parece larga y cubre desde expresar las ideas hasta amarrarse
los zapatos. Seguramente las nuevas investigaciones encontrarán otras
condiciones que elevan la felicidad del ser humano.
Existen factores internos que afectan el estado emocional del ser humano y los
cuales están bajo su control. También se reconocen condiciones externas que
favorecen o desfavorecen su nivel de felicidad. Algunas de estas circunstancias
externas están fuera de nuestro control pero en otras podemos ejercer alguna
influencia.
Absolutamente cierto: las condiciones del entorno afectan nuestro estado de
ánimo. Claro que sí. Hay circunstancias que nos duelen, que nos roban energía,
que nos hacen llorar. Pero por más fuertes que sean los golpes que recibimos
nos queda la potestad de decidir lo que pensamos y sentimos, de controlar
nuestras actitudes y acciones que emprenderemos para superar la situación
difícil que pudiéramos estar viviendo. Luego del luto, de la caída, de llorar para
descargar la ira, la tristeza o el miedo podemos escoger las actitudes que
asumiremos de ahí en adelante.
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Algunos de nosotros vivimos una cultura caracterizada por la búsqueda de las
soluciones en el entorno, y en consecuencia esperamos que la felicidad siempre
nos llegue desde afuera: en las cosas materiales y en el comportamiento de las
demás personas.
De otro lado, existen saboteadores de la felicidad incrustados tanto en la
dimensión racional como en la emocional y física del ser humano. Las diversas
enfermedades mentales y físicas impiden una alta calidad de vida. Los
momentos agradables de una persona con diabetes o contaminada de odios
pueden ser mas escasos comparados con los que tendría sin estas condiciones
agobiantes.
Es importante recordar que el ser humano reacciona de diferentes maneras a las
condiciones variables de su entorno, dependiendo de su individualidad. Es decir,
cada persona con sus características racionales, emocionales y físicas tiene una
actitud propia frente a los factores que rodean su existencia. Esto explica
porque personas que enfrentan situaciones desafiantes logran disfrutar la vida
mientras otras, ganadoras de fortunas, se mantienen en bajos niveles de
felicidad.
En un estudio realizado en el año 2005 se le hizo seguimiento a los estados de
ánimo de los pacientes sometidos a diálisis. Se encontró que ellos se mantenían
en buen estado emocional la mayor parte del tiempo a pesar de ser sometidos a
la limpieza de su sangre tres veces a la semana durante tres meses. Mientras
tanto, personas saludables mostraron altos niveles de angustia por el solo
hecho de pedírseles que se imaginaran estar en la situación de los pacientes de
diálisis.
Debemos entender que la felicidad es un estado de nuestra mente y como tal es
una condición que se encuentra bajo nuestro control. Es una desgracia que
entreguemos el destino de nuestra felicidad a los demás y peor aun a objetos
materiales. Cuando escogemos la opción de dejar en las manos ajenas nuestra
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felicidad somos manipulados y cuando buscamos la felicidad en las cosas
materiales estamos esclavizados.
Hagamos un ejercicio que nos ayude a aclarar más el punto que estamos
tratando:
1 Ubíquese en un ambiente tranquilo.
2 Respire tan lenta y profundamente como le sea posible hasta sentirse
relajado.
3 Reconstruya mentalmente cada momento feliz que recuerde, tratando de
experimentar los mismos sonidos, olores, colores y demás sensaciones
relacionadas con dicho evento.
4 Revise cuales de estos momentos felices están influenciados por factores
externos como fama, poder y posesiones materiales.
Una de las conclusiones que podemos sacar del ejercicio anterior es que
buscamos la felicidad dentro de nosotros mismos pero también en nuestro
entorno. Evidentemente existen condiciones fuera de nuestro control que
favorecen o dificultan el incremento de la felicidad pero en últimas somos
nosotros mismos quienes decidimos mejorar o empeorar nuestro estado de
ánimo.
El dinero y la felicidad.
Por supuesto que muchas personas están convencidas que el camino seguro
hacia la felicidad es transformando su ambiente exterior. Confían en que
comprando el carro más lujoso, la ropa de marca o la vivienda más costosa del
vecindario lograrán una felicidad duradera. Estas nuevas adquisiciones pronto
pierden el poder de influenciar la felicidad de quienes la persiguen de ésta
manera, probando que su efecto es muy efímero.
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El dinero, la fama y el poder por si solos no garantizan niveles decentes de
felicidad. En la vida real existen personas que alcanzan estas condiciones pero
demuestran ser inmensamente infelices.
Indiscutiblemente el dinero es indispensable para cubrir las necesidades básicas
del ser humano, sin lo cual es imposible alcanzar altos niveles de felicidad. La
confusión comienza cuando se substituye la felicidad por la maximización de las
riquezas como el fin último de la vida humana.
Aunque mucha gente piensa que si ellos tuvieran más dinero podrían ser más
felices, una reciente investigación ha demostrado que las personas con más
altos ingresos tienen menos tiempo disponible para divertirse, y mayor déficit
de felicidad. Alan Krueger (16), director de la investigación mencionada,
sostiene en sus conclusiones: “La relación entre riqueza y felicidad ha sido
probablemente exagerada pues la realidad demuestra que el ingreso económico
afecta muy poco la felicidad diaria de las personas.”
En la vida real existe abundante evidencia que señala la escasa influencia del
dinero sobre la felicidad del ser humano. Existen multitud de personas con
escaso dinero pero altos niveles de satisfacción mientras abundan las personas
ricas con evidente déficit de felicidad.
El científico Ronnie Janoff (17), realizó una investigación comparando el
bienestar de un grupo de ganadores de lotería, con el de otro grupo compuesto
por personas movilizadas en sillas de ruedas por causa de accidentes graves.
Este estudio concluyó que después de la euforia generada por la fortuna recién
adquirida, los ganadores de lotería no eran más felices que las víctimas de
accidentes paralizantes. Los individuos limitados en sus movimientos se
tuvieron que adaptar a las nuevas circunstancias difíciles, pero una vez superada
la dolorosa situación inicial, ellos eran más capaces de disfrutar los placeres de
la vida y se sentían más optimistas sobre su futuro que aquellos nuevos ricos.
Tanto las evidencias cotidianas como las conclusiones científicas demuestran
que el dinero puede dar o quitar felicidad, dependiendo de cómo se obtiene y
para que se utiliza. Si lo invertimos en experiencias o en “comprar” tiempo en
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lugar de cosas, y para ayudar al cumplimiento de la misión de los demás
seguramente nos incrementará la felicidad.
Los investigadores que estudian la felicidad están descubriendo que factores
como el dinero, fama y poder contribuyen menos de lo esperado al grado de
regocijo del individuo. En su lugar aparecen factores como la ejecución de la
misión personal, el desarrollo de los talentos, la autoestima, el compromiso con
la comunidad y el servicio a los demás como factores que favorecen la
realización plena del ser humano.
Pareciera que lo conveniente es balancear la ambición por el dinero con la
ambición por la felicidad.
Definitivamente no se requiere un estilo de vida ostentoso en riquezas
materiales para ser feliz. Muchas cosas que nos divierten son gratis o demandan
poco dinero: una sonrisa, un abrazo, una buena conversación, un paisaje, la
lluvia, la brisa, las estrellas, etc. Pobres o ricos podemos ser felices pues la
felicidad no es cuestión de dinero únicamente.
Seguramente usted amable lector(a) estará de acuerdo en que su entorno social
y en general el mundo será mejor en la medida en que los seres humanos
comprueben que también es posible ser feliz mientras se tienen satisfechas las
necesidades básicas. Que no es necesario endeudarse para comprar bienes
superfluos. Que es mayor obstáculo para nuestra felicidad la miseria espiritual
que la pobreza material. Que es mas cuestión de calidad de vida que de
cantidad de dinero.
En definitiva, tenemos la responsabilidad de responder a las circunstancias de
tal manera que logremos la calidad de vida que aspiramos. Es por esto que
todos tenemos la posibilidad de alcanzar el nivel de felicidad que merecemos,
sin importar las condiciones que tengamos que enfrentar.
Aquí y ahora.
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Un factor esencial para el incremento constante de la felicidad es el
reconocimiento del “aquí y ahora”. Me explico: podemos revivir momentos
felices experimentados en el pasado y que nos recuerdan que es posible ser
feliz. Pero esa sensación la estamos experimentando en el presente y donde nos
encontramos. De otro lado, podemos esperar un porvenir luminoso, pero esta
emoción, como todas las demás, solo la sentiremos en el momento presente y
donde nos encontramos.
Es factible aprender del pasado y planear el futuro pero es en medio de la
actividad diaria que encontramos momentos de felicidad. Sin detenernos en el
camino a mirar para atrás o a esperar otros tiempos. Es en el instante y las
circunstancias presentes cuando estamos en condiciones de disfrutar los
placeres de la vida. Sin esperar hasta que tengamos “esto” o “aquello” ni
cuando vivamos “allá” o cuand0 ocurra “tal cosa.”
Si permanecemos esperando tenerlo todo para ser felices corremos el riesgo de
colocar nuestra felicidad en manos ajenas y circunstancias externas, fuera de
nuestro control. Estaremos entonces en una situación vulnerable que atenta
contra nuestra autoestima y dignidad.
Aun teniéndolo todo es imposible ser feliz en el pasado o en el futuro. Es aquí y
ahora cuando y donde podemos ser felices. Con lo que tenemos, en donde
estamos y mientras nos esforzamos por ser mejores seres humanos. Sin esperar
que tengamos todo lo que soñamos ni repasando nuestra historia personal.
Cada momento de nuestra vida nos ofrece aspectos positivos y negativos.
Aprendamos a ser felices con lo que tenemos y como somos mientras
alcanzamos nuestros sueños. Podemos estar agradecidos y orgullosos por lo que
tenemos y somos sin renunciar a nuestros objetivos de mejoramiento.
Ciertamente somos felices cuando alcanzamos un triunfo, pero no es necesario
permanecer tristes mientras trabajamos duro para convertir nuestros sueños en
realidad. Pearl S. Buck, premio Nobel de Literatura, dijo alguna vez: “Muchas
personas pierden las pequeñas alegrías esperando la gran felicidad”. Para evitar
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caer dentro de éste grupo de personas establezcamos metas diarias que nos
permitan alcanzar alegrías frecuentes, mientras llegan las grandes victorias.
Es disfrutando la aplicación de nuestros talentos en la realización de nuestra
jornada diaria como construimos un mejor futuro.
La felicidad no es aplazable. Nada sabemos sobre lo que sucederá, ni siquiera
podemos estar seguros si podemos contar en años, meses, minutos o segundos
el tiempo que nos queda por vivir. El momento de ser feliz es ahora, sin
aplazamientos.
Permaneciendo alerta en el “aquí y ahora” evitamos la tendencia a aferrarnos
al pasado doloroso y divagar por el futuro azaroso, lo cual nos predispone para
la ansiedad y la frustración. Permanecemos en el presente para disfrutar lo que
estamos viviendo y asegurar el futuro con las realidades actuales.
Se justifica regresar al pasado para saldar asuntos pendientes, reducir
sentimientos negativos, revivir los triunfos y demás acontecimientos positivos,
agradecer lo recibido, aprender de las experiencias y luego seguir avanzando.
De ahí la importancia de desarrollar la capacidad de percibir enteramente lo que
estamos viviendo, de captar el “aquí y ahora”, como una condición necesaria
para incrementar la felicidad. Corremos el riesgo de perder momentos felices
por estar desconectados del presente. En la primera parte de éste libro
mencioné algunos recursos como la Meditación, que podemos utilizar para
mejorar la concentración en el momento que estamos viviendo y disfrutarlo
antes de que sea cosa del pasado.
La felicidad en el trabajo.
Durante algún tiempo la felicidad ha sido objeto de interés por parte de
filósofos y poetas. En la actualidad, científicos y especialistas del
comportamiento organizacional hacen notorios esfuerzos por promover la
felicidad en las empresas. Las mas prestigiosas escuelas de negocios están
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investigando y enseñando diversas técnicas para incrementar la legítima
satisfacción de la fuerza laboral.
Investigaciones recientes están comprobando que las personas mas felices son
también mas creativas, comprometidas y eficientes en su trabajo.
De otro lado, las mediciones de satisfacción de los trabajadores tanto a nivel
empresarial como nacional demuestran consistentemente que solo una baja
proporción de las personas se sienten felices con su trabajo. Esto explica las
mediocres mediciones de productividad que muestran algunos países lo cual
hace de la felicidad de la Fuerza Laboral una cuestión de interés público. La
pérdida de productividad ocasionada por la baja satisfacción de la Fuerza
Laboral representa un porcentaje variable del Presupuesto Nacional de los
países que enfrentan este problema.
Varias investigaciones demuestran que la mayoría de las personas soportan los
niveles mas bajos de felicidad entre los 20 y los 60 años de edad. Este espacio de
tiempo coincide con la edad laboral de la gente.
Los científicos también han encontrado que la mayor causa de insatisfacción de
los trabajadores es la subutilización de sus habilidades laborales en el ejercicio
de sus cargos. Esto hace pensar que una ocupación que exija la mayor
utilización del potencial laboral de quien la realiza le generará mayor
satisfacción.
La fuerte relación positiva existente entre la productividad de las organizaciones
y la felicidad de sus colaboradores hace que tanto los trabajadores como los
dirigentes empresariales se interesen en encontrar las formas de convertir sus
puestos de trabajo en lugares en donde predomine la felicidad. Tanto los
empresarios como sus colaboradores tienen la responsabilidad social de
convertir sus organizaciones en generadoras de felicidad y productividad.
En otras palabras, la responsabilidad por la felicidad laboral es compartida entre
la compañía y sus trabajadores. Algo tienen que hacer las personas y las
organizaciones para incrementar la felicidad y la productividad laboral.
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Las empresas están creando condiciones laborales en las cuales sus trabajadores
puedan ser felices y eficientes. Por ejemplo, la estrategia llamada “Gestión del
Talento Humano” tiene una orientación integral de la gestión humana de las
organizaciones que incluye el diseño de puestos de trabajo cuyo desempeño
permite a los empleados multiplicar sus talentos contribuyendo a la satisfacción
de necesidades ajenas, con lo cual logran niveles sostenibles de felicidad y
productividad.
Dichas organizaciones están implementando programas educativos para
demostrar a sus integrantes que ellos tienen el poder de controlar su carrera
profesional y otros factores que determinan su éxito y felicidad. Los dirigentes
de estas instituciones hacen esfuerzos especiales por ayudar a sus
colaboradores a valorar y utilizar sus auténticos talentos.
Lo demás corre por cuenta de cada trabajador quien deberá invertir tiempo y
esfuerzo para ejecutar su propio Plan de Vida que incluya metas de
mejoramiento en el orden racional, emocional y físico que lo conduzcan a la
culminación de su misión personal.
Es posible alcanzar niveles sostenibles de felicidad ejerciendo una ocupación
que nos exija utilizar nuestros legítimos talentos para contribuir a la satisfacción
de las reales necesidades de nuestros semejantes. Es decir, nuestra jornada
cotidiana podrá ser alegre y apasionante si tenemos la oportunidad de aplicar
nuestras habilidades naturales en beneficio del bien común.
Seguramente existen otras alternativas para alcanzar una vida plena pero el
camino más firme es el que construimos cumplimiento nuestra misión vital.
Entonces seremos felices haciendo lo que mejor podemos hacer con nuestros
talentos y fortalezas complementarias para contribuir al logro de la misión
particular de otras personas.
Ahora reconocemos nuestro derecho a tener una vida significativa cumpliendo
el compromiso de servir a los demás con nuestros talentos y cualidades
complementarias. En la medida en que seamos fieles a nuestra misión
alcanzaremos mayores niveles de satisfacción. En otras palabras, el incremento
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de la felicidad es la recompensa por el cumplimiento de nuestra misión
inspirados por una causa que traspasa nuestras ambiciones personales para
impactar positivamente la vida de otras personas
Por supuesto que esto es más fácil decirlo que hacerlo pues reaccionamos a las
circunstancias de acuerdo a lo que tenemos en nuestro interior. Si nuestra
mente está dominada por pensamientos y sentimientos debilitantes nuestras
actitudes y comportamientos serán diferentes a si estamos plenos de amor,
optimismo, perdón, compasión, gratitud y demás sentimientos y pensamientos
enriquecedores. La pobreza espiritual es un impedimento para ser feliz.
El liberador de los esclavos norteamericanos, Abraham Lincoln, dijo: “La gente
es capaz de ser feliz solo cuando abre su mente.” Podemos imaginar que
nuestra mente está dotada con una cerradura que abre por dentro y de la cual
solo nosotros tenemos la llave. Los demás tocarán a nuestra puerta pero solo
nosotros decidimos a quien abrir. Dejemos que entren a nuestro interior nuevas
ideas, sentimientos y actitudes que incrementen nuestra calidad de vida.
En éste empeño cada uno de nosotros podemos ser nuestro mejor aliado pero
también nuestro peor enemigo. La diferencia está por dentro. Lo que decidamos
acumular en nuestro interior es lo que nos hace daño pero es preciso pensar
también que lo que está por dentro nos puede beneficiar. Es decir, nuestra
felicidad oscilará según lo que decidamos depositar en nuestra alma, no en
nuestra cuenta bancaria.
Recordemos que los seres humanos actuamos para maximizar nuestra felicidad.
Nuestros esfuerzos están dirigidos a disminuir la tristeza y aumentar la alegría.
Ciertamente en el intento por cumplir ésta tarea vital obtenemos aciertos y
equivocaciones. Para que los primeros sean mayores que las segundas estamos
obligados a complementar nuestros talentos, y controlar los pensamientos y
sentimientos debilitantes mediante el riguroso proceso de Crecimiento Integral.
Tengamos precaución de evitar las formulas facilistas e inmediatistas que solo
servirán para enmascarar provisionalmente los fracasos y las desdichas. Si
caminamos con apuro corremos el riesgo de tomar atajos peligrosos.
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Es el momento de reconocer que la felicidad depende de cada uno de nosotros
en la medida en que asumamos el control de nuestra existencia para tomar las
decisiones que nos permitan ejecutar nuestro propio Plan de Vida.
Cada día presenta múltiples opciones para escoger. Seguramente la más
importante decisión que pueda tomar hoy, amable lector(a), es aceptar la
responsabilidad de construir el camino del Crecimiento Integral que lo conduzca
a los niveles de éxito y felicidad que usted se merece.
Para los creyentes, la búsqueda de la felicidad es una obligación moral. Así lo
ordena el Mandamiento establecido en la Biblia:
“El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como
a ti mismo.“ Lucas 10:26-10:27.
Si realmente nos amamos a nosotros mismos, si nuestra autoestima es
suficiente, buscaremos la felicidad con todas las fuerzas desde el fondo de
nuestro espíritu, y entonces estaremos en condiciones de contribuir a la
felicidad de las personas que amamos. Después de todo, fuimos creados para
ser felices utilizando nuestros talentos al servicio de los demás.
Amable lector(a), mi invitación final es a conquistar la felicidad que te mereces a
través de la plena realización de tu misión. Esta jornada será más enriquecedora
si la compartes con tus seres queridos. Haz del Crecimiento Integral un proyecto
familiar. Conforma equipos de amigos y familiares para intercambiar las
opiniones, enseñanzas y experiencias que surjan de la lectura de éste libro.
Aprenderás tanto haciendo preguntas como respondiendo las inquietudes que
los demás tengan sobre la aplicación de los conocimientos aquí expuestos.
Esta es una nueva oportunidad para ayudar a mejorar la vida de otras personas,
especialmente si decides ser un líder que conduce por la vía del ejemplo. Esta es
parte de la contribución que puedes hacer al cumplimiento de la misión de tus
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familiares y amigos cercanos. Comprobarás que tu vida es muy valiosa por el
esfuerzo y voluntad que aportas por un mundo mejor.
De ésta manera estarás formando un núcleo de apoyo con integrantes
caracterizados por un alto nivel de sanidad emocional, racional y física, en
donde predominen las actitudes constructivas inspiradas en el amor y demás
sentimientos positivos. Disfruta la alegría de ayudar y ser ayudado por los
demás. En éste núcleo familiar enriquecido por la colaboración de todos sus
integrantes seguramente encontraras mayor apoyo, inspiración, enseñanzas y
energía que en algunas instituciones educativas, iglesias y entidades
gubernamentales.
Permite que la felicidad fluya y comprobarás el magnífico retorno que lograras
en términos de una satisfacción sostenible, en lugar de aferrarte a utilizar tus
talentos para acumular gratificación personal.
El resultado de la jornada es mayor cuando compartimos el esfuerzo. Es la
magia de la sinergia, que transforma el resultado del trabajo en equipo en una
cantidad superior que la suma del trabajo individual de sus integrantes. Es la
fuerza que convierte la suma de 1 más 1 en 3 . Comparte éste libro con todas las
personas a tu alrededor pero en especial con aquellas que de otra manera no
tendrían acceso a él y probablemente son las que más lo necesitan. Es injusto
dejar atrás a los más débiles.
FIN
JOSE D. CASTILLO A.
Con mucho gusto responderé las preguntas y comentarios que mis amables
lectores(ras) envíen al siguiente correo electrónico:
209
BIBLIOGRAFIA
1 Samuels, Richard y otros: “ Three Projects in the Study of Reason”
Handbook of Epistemology . Matti Sintonen, 2007.
2 Castillo, José: “ Gestión del Talento Humano ”. Edición electrónica:
www.unitexto.net , 2011.
3 Wilson, Robert: “Conscientious people are less prone to Alzheimer's“
Archives of General Psychiatry, 2007.
4 Prochaska, J. y Norcross, J.: “Changing for good”. Morrow and
Company, Inc. 1994.
5 McKhann, Guy: “Keep Your Brain Young”. John Wiley & Sons, 2002.
6 Davidson, Richard y Goleman, Daniel: “Training the brain”.
Wisconsin-Madison University Press, 2008.
7 Irwin, M. y Olmstead, R. “Augmenting Inmune responses to varicella
zoster virus : a ramdomized controlled trial of Tai Chi. Journal of
American Geriatrics Society, 2007.
8 Seligman, M.: “Authentic Happiness”. New York Free Press, 2002.
9 Lawrence, Peter : “The laughter prescription”. Wiley , 1982.
10 Mayer, J.D. & Salovey, P. What is emotional intelligence? New York:
Basic Books, 1997.
11 Fredrickson, Barbara: ”The value of positive emotions”. American
Science, 2003.
12 Draper, Brian: “Journal of the American Geriatrics Society”, 2008.
13 Kernis, M. y Goldman B.: “Role of authenticity in healthy
functioning“, Handbook of Self and Identity. 2002.
14 Miller, Daphne: “The Jungle Effect” Harper Editions, 2009.
15 Wood, David: The Lancet Medical Journal, Vol. 373 March, 2009.
16 Krueger, Alan: “Subjective well being research.” Science Journal,
2008.
17 Janoff, Ronnie: “Shattered Assumptions”, Simon and Schuster,2002.