10 I ULTIMA PAGINA Miércoles 7 de marzo de 2012

CON NOMBRE Y APELLIDO

E l sábado, el teatro Opera Citi parecía un salón de fiestas.

Era el preestreno de Mamma mia!, organizado por el banco Citi, y los detalles anunciaban un casamiento. En la puerta esperaba un auto antiguo Buick Electra 225, blanco, con moños y unas latas atadas al paragol-pes trasero. Ahí llegaron ocho damas de honor vestidas de blanco, con peinados altos y ra-mos de rosas también blancas. Bajaron y empezaron a recibir a los invitados. Pero no sólo ellas llegaron en dulce montón de ocho: también lo hizo la co-cinera Maru Botana, con una tropa de ocho chicas. Conocida por tener familia numerosa, igual a muchos no les cerraba la cantidad de criaturas que la acompañaban. “Solamente dos son mis hijas, las demás son amigas”, aclaró, sonriente.

También se integraron a la previa del musical la actriz

Laura Novoa y su hija, Mora; la empresaria Gloria Fiorito y

su hija, Malena; la actriz China Zorrilla; la periodista Silvina Chediek; la nieta de Susana Giménez, Lucía Celasco. Pero la que se robó todos los flashes y cámaras, como es habitual, fue Mirtha Legrand con su también habitual monocromía, aunque esta vez fue de negro.

La ex modelo Julieta Kemble y su marido, Justo Saavedra,

también llegaron con sus chi-cos, Amalia y Tasio. “Octavio, el más grande, se quedó en casa. Pero somos admiradores irracionales de Meryl Streep (protagonista de Mamma mia! en versión fílmica) y cada vez que vemos la película termina-mos todos bailando”, contaba Kemble.

M ientras los invitados se-guían llegando, en el entre-

piso, como en todo casamiento que se precie, un cuarteto de cuerdas aportaba un repertorio griego tradicional, con temas como Los chicos del Pireo y Enas Aetos, y canciones del musical,

como Dancing Queen, Chiqui-tita y Super trouper. Y aunque no había torta de casamiento, en el hall estaban presentes los postres: desde cupcakes de colores hasta galletitas de vainilla con forma de vestido de novia eran parte del agasajo. Sucumbió a la tentación el ex futbolista Enzo Francescoli,

que llegó con su mujer, Mariela; su hijo Bruno y la novia. “Cada vez que viajo a Nueva York aprovecho para ver obras de teatro y musicales. Las últimas que vi por allá fueron Witches y Jersey boys”, contaba el Prín-cipe, que sigue dirigiendo el canal de televisión Gol TV en Estados Unidos.

A unos metros, Catherine Fulop, con sus hijas, Oria-

na y Tiziana Sabatini, se sa-caba fotos con todo el mundo y se reencontraba a los abrazos con la diseñadora Adriana Costantini y la empresaria Evelyn Scheidl. “Con mis hi-jas vimos la película y, hará dos años, el musical en Nueva York, y salimos bailando”, contaba, ansiosa por entrar en la sala. Alguien le preguntó por su marido, Osvaldo Sabati-ni. “Ova tenía fútbol. Así que le fue imposible venir. Hoy nos decía: No vayan, espérenme, vamos juntos otro día. Pero era la primera fecha del torneo Intercountries, que juega con el club San Diego, y no podía faltar”, detallaba.

C erca de la mesa de cupcakes, el bailarín Iñaki Urlezaga

charlaba con su partenaire, Eliana Figueroa, y con Lilian Giovine, la directora de su compañía Ballet Concierto. “Estoy ensayando porque a

fines de marzo viajo a Corea, después vuelvo a Buenos Aires y me voy a Emiratos Arabes”, adelantaba sobre su agenda más próxima.

Observadores, el periodista Pancho Ibáñez y su mujer,

Sofía, registraban el movi-miento en el hall del teatro, poblado por una gran canti-dad de chicos. “Es una obra intergeneracional. Si uno se fija, los chicos se vuelven locos con las canciones. De hecho, mis tres nietas se devo-raron la película y se la saben de memoria –contaba–. Y es gracioso lo que me dice una de mis nietas: Abo, se trata de una madre que tiene una hija de tres padres.” Casi a las 21 empezó el espectáculo. Y al final, todos, grandes y chicos, se despegaron de sus asientos para bailar Dancing Queen. Un final de fiesta a toda orquesta.

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