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Datos sobre el maltrato a ancianos en México

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El maltrato a los ancianos en Mxico

IntroduccinEl envejecimiento poblacional en nuestro pas es una situacin inminente. A diferencia de otras dcadas en las que ms de la mitad de la poblacin mexicana estaba por debajo de los quince aos de edad, en la actualidad, de acuerdo con las estimaciones de la Organizacin Mundial de la Salud, en la totalidad de la poblacin latinoamericana, habr cerca de 97 millones de ancianos (Berenzn, 76).Esto, evidentemente, plantea una serie de dificultades en cuanto a servicios de salud y la infraestructura necesaria para atender las necesidades de este grupo poblacional (diseo de espacios pblicos, por ejemplo, adecuados a la motilidad de los adultos mayores). Por otra parte, los cuidadores primarios, es decir, las personas a cargo de los ancianos, representan un sector especial en estas circunstancias. Tanto si se trata de familiares (como usualmente ocurre en Mxico) como de personal contratado para trabajar en casas particulares o asilos, los cuidadores primarios representan una de las fuentes de maltrato de los adultos mayores.Esta situacin se ve afectada tambin en el rubro de la salud mental, ya que, de acuerdo con el Modelo Hidalgo de Atencin Mental, si bien se enfatiza el trato digno y eficaz de los pacientes, tambin se impuls el cierre de los hospitales psiquitricos (Sandoval, 39-40), con lo cual, los cuidadores primarios reciben tambin una responsabilidad adicional.La poblacin de los adultos mayores es una de las ms desprotegidas y vulnerables desde muchos ngulos: fsico, emocional, cognitivo. La situacin de maltrato que muchos de ellos viven es un problema que se vuelve mucho ms acuciante si se tiene en cuenta que el envejecimiento de la poblacin es un factor que debe alertarnos sobre los cuidados adecuados que deben tenerse.

JustificacinSi bien, la violencia, el maltrato y el abuso hacia sectores de la poblacin como mujeres y nios es un tema que ha ocupado con mayor o menor fortuna los esfuerzos de cientos de personas y de no pocas instituciones, el mismo caso referente a los ancianos ha tenido poca repercusin en los medios y en el mismo imaginario. Quiz debido a una falsa visin de nuestra situacin demogrfica o a una corta visin de futuro el no pensar que muchos de nosotros podemos llegar a viejos y necesitar de los cuidadores primarios, de los cuales dependeremos, la atencin sobre este tema ha sido escasa. Llamar la atencin sobre este rubro, describir las principales caractersticas y proponer algunas medidas sencillas, son el objetivo de este trabajo. La repercusin social que el sector poblacional de los adultos mayores representa no es exigua y por tanto, es necesario ocuparse de los problemas que se generan en ese mbito.DesarrolloLa manera en la que se miran distintos fenmenos depende en gran medida del contexto y de nuestra propia situacin frente a lo que observamos. Esto resulta necesariamente cierto para las distintas etapas de la vida y para la observacin de acontecimientos sociales. Cuando estas dos caractersticas se unen, como es el caso de la vejez, es relevante notar cmo la percepcin sufre cambios debido a la casi inevitabilidad de llegar a esa etapa de la vida, como apunta Roberto Ham: [] la pobreza, la violencia contra la mujer o el medio ambiente [] pueden ser abordados con tranquilidad cuando se sabe que el observador no va a ser vctima de esas situaciones. En cambio, es inevitable involucrarse en los problemas de la vejez debido a la relacin con familiares y allegados adems de que esa es la condicin que a todos aguarda al sobrevivir. (666)En este trabajo se revisarn algunos conceptos relacionados con la vejez en nuestro pas, vistos siempre desde la perspectiva acadmica generada por investigadores nacionales y extranjeros. El haber puesto el enfoque en la perspectiva acadmica ayuda a tener una visin un poco ms detallada y en cierto modo aunque no completamente menos sesgada. Constituye un intento por tener cierta distancia necesaria para la revisin de un fenmeno como la vejez.La percepcin del adulto mayor en nuestro pasSi bien la vejez es una etapa de la vida con la que todos tenemos contacto, pocas veces se reflexiona sobre las actitudes hacia ella. En el imaginario popular se dice que los viejos son un cmulo de experiencia y de sabidura, pero en la vida real muchas veces esta percepcin no pasa de ser ms que una simple referencia casi folclrica.Por ejemplo, ya desde la dcada de 1960, se pensaba en la vejez como una traba para el desarrollo econmico del pas. Uribe (1965) manifiesta que en la situacin de subdesarrollo como la nuestra, era preciso incorporar cuanto antes a los jvenes a la fuerza laboral y retrasar su retiro lo ms que se pudiera para no estrangular a los productores-consumidores que representan el resto de la poblacin. Para este socilogo, mantener a jvenes educandos y a ancianos retirados era una carga imposible de sostener. Puede notarse una visin de la ancianidad como una carga parasitaria. En otros aspectos, un estudio muestra que la actitud de la poblacin mexicana hacia la vejez puede variar de acuerdo con la edad de los encuestados. Por ejemplo, se encontr que a mayor edad de los individuos haba un menor temor al propio envejecimiento. Las personas que mostraron mayor temor a llegar a la vejez debido a los cambios fsicos que sta supone fueron, en suma, las mujeres jvenes solteras, sin pareja y sin religin. Por otra parte, las personas que mostraron mayor temor al deterioro intelectual fueron mujeres sin pareja, sin empleo ni religin (Castillo Nava, 2009, pp. 12-13).En este sentido hay que recordar que la sabidura popular muestra que los viejos siempre se ven atrados por actividades espirituales y religiosas incluso cuando en su juventud no hayan mostrado el mnimo inters por estas prcticas. Si bien, es fcil mostrar alguna mordacidad por esta tendencia suponer que como se llega a estar consciente de la cercana con la muerte, los ancianos toman o retoman una espiritualidad que nunca tuvieron, es preciso tomar en cuenta que la religiosidad es de gran ayuda para estas personas, que, de otro modo, se sumiran en la enfermedad y la tristeza. Vzquez Palacios (2001) muestra que las prcticas religiosas (mayoritariamente evanglicas) hacen que los viejos tengan actitudes ms sanas al alimentarse o al realizar alguna actividad fsica, adems de permitirles afrontar con mayor entereza los achaques, las enfermedades o la soledad. No debe olvidarse que tambin, al asumir funciones de prdica, consuelo o consejo, los ancianos recuperan un poco de sus roles en la comunidad y evitan as la muerte social. Desde luego, las percepciones sobre los adultos mayores varan de acuerdo con la zona de la que se trate y si sta es rural o urbana. En el caso urbano, muchas veces los viejos son vistos como una carga econmica y ciertamente, son pocos los medios que permiten que los ancianos tengan un buen desenvolvimiento, comenzando con el medio de transporte o lugares seguros. En el campo, la vejez forma parte integral del proceso vital de la comunidad, aunque esto no necesariamente est ligado a una percepcin positiva. Hernndez (1994) describe cmo se desarrolla la vejez en comunidades rurales: los padres cran a los hijos de manera que cuando stos son solteros ayudan a la economa familiar al vivir en la misma casa de los padres y de esta manera se vive un periodo de bonanza econmica que contrasta con las penurias de la etapa de crianza. Sin embargo esta ayuda cesa cuando se los hijos mayores se casan y deben cumplir con las obligaciones de su propia familia. En este momento es cuando el hijo menor cuida de los padres a cambio de la herencia en vida o la promesa de tener las propiedades de los viejos. Los estudios muestran que este modelo muchas veces se modifica y que los hijos no necesariamente cuidan de los padres, orillndolos a seguir trabajando hasta edades muy avanzadas.Ham (2000) menciona que:En la familia el envejecimiento se manifiesta por la prdida de roles y de autoridad. Esto sucede cuando se pasa de ser el proveedor para el sostenimiento de la familia y el lder de las decisiones, a ser dependiente cuando el liderazgo familiar se debilita y desaparece. Esos cambios de estatus al interior de la familia son ocasionadas por las condicionantes del envejecimiento mencionadas disminucin de aptitudes fsicas y mentales y la prdida de ingresos--, pero tambin influyen aspectos culturales. En pocas pasadas la experiencia de los viejos y su acervo de conocimientos eran aprovechados para la misma sobrevivencia de la comunidad y la familia, de tal manera que se formaban y respetaban los consejos de ancianos (Reyes, 1999). Sin embargo, actualmente la memoria y documentacin familiar, de trabajo o de cualquier ndole, se guarda en impresos, videos, discos duros, etc., y el acceso a ella es ms flexible y rpido mediante el uso de la computadora y la internet. (672-673)En la extensa cita anterior puede notarse que la valoracin de los viejos estaba en funcin de su utilidad a la sociedad: cuando ya no se puede ser parte de la fuerza productiva, se es til por medio de la experiencia. Si lo que afirma Ham es cierto, entonces habra habido una desvalorizacin generalizada de la vejez en todos los pases y desde la invencin de la escritura, ya que el almacenamiento de la informacin ha estado presente desde ese entonces. Quiz habra que buscar las causas de las divergencias en cuanto a la percepcin de la vejez en cuestiones culturales ms amplias, como la estructura familiar. En cuestiones de cultura popular, basta ver las series de televisin mexicanas en las que cuando se muestra una familia es frecuente que aparezcan ancianos formando parte de la comunidad. En suma, al menos en nuestro pas parece haber una aceptacin de la ancianidad si no totalmente positiva, al menos s como parte de la estructura usual.Conflictos derivados del envejecimiento poblacionalEn Mxico, la vejez ha estado creciendo a un ritmo bastante acelerado, en 2001 haba cerca de 4 millones de ancianos y se proyecta un crecimiento mayor en los prximos aos debido a la elevacin de la esperanza de vida en nuestro pas. Sin embargo, no debe olvidarse que una mayor esperanza de vida no necesariamente conlleva una buena calidad de sta. En el caso mexicano en particular, las enfermedades de las personas mayores muestran una mescolanza entre secuelas de enfermedades infecciosas propias de una poblacin joven y de las cuales son sobrevivientes y enfermedades crnico-degenerativas propias de una poblacin envejecida (Aysa Lastra, 2001, 520). Lo anterior conlleva una serie de dificultades para la organizacin del sistema de salud. La mayor parte de la poblacin mayor en Mxico tiene mayor acceso y cobertura por parte del sistema de seguridad social que los jvenes, sin embargo, muchos de ellos no hacen uso de estos servicios, quiz debido a una tradicin en la que el cuidado de los adultos mayores recae principalmente en miembros de la familia (Wong, 2001, 480). Adems de estas caractersticas deben aadirse los problemas del maltrato a los ancianos. Muchas veces se ha visto este fenmeno como algo exclusivo del grupo de los adultos mayores, pero es necesario, como apunta Giraldo (2010) enfocar el problema desde una perspectiva de gnero, ya que la mayor parte de las personas mayores maltratadas son mujeres. Como apunta Wong (2001) es necesario contar con mayores herramientas para poder estudiar el fenmeno y las necesidades de los adultos mayores, cosa que an est en una etapa inicial. De esto se derivaran no slo instituciones interdisciplinarias para el cuidado de los adultos mayores, sino tambin estrategias para refuncionalizar el concepto de la salud, ya sea como un bien que permite disfrutar de otros, o bien, como una inversin: el individuo invierte en su salud para poder ser productivo durante mayor tiempo.Si bien, los mitos acerca de la vejez, as como una escasa educacin en este tema, inciden negativamente en la forma en la que se valora la posicin social de los ancianos en nuestro contexto, es preciso que esta situacin se modifique para lograr cambiar de manera positiva y productiva esta valoracin. La relevancia de este aspecto es evidente si se toma en cuenta que slo a partir de un cambio en la manera de ver a los adultos mayores pueden generarse mejoras para un sector de la poblacin que est en aumento y que representa una veta valiosa de experiencias.En este sentido, deben estar involucrados no slo los cuidadores primarios, sino la generalidad de la poblacin, para que el trato y la revaloracin de los adultos mayores tengan una incidencia efectiva en la calidad de vida de stos. Para lograr un modificar el entorno del adulto mayor (lo que incluye el contexto social y familiar), debe mostrarse respeto por l y por sus contribuciones al bien comn (inapam, 51).Tambin es preciso que se construya un sentido de pertenencia grupal al fomentar lazos amistosos, por medio de la educacin y la orientacin. Del mismo modo, se debe impulsar el trabajo independiente de los adultos mayores, y, en la medida de lo posible, sus posibilidades autogestivas (inapam, 51). En 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas declar que todo ser humano tiene derecho, entre otras cosas, a un nivel de vida que pueda solventar (para l y para su familia) la salud, el bienestar, la alimentacin, la vivienda, el vestido, los servicios mdicos y de seguridad social (inapam, 55).En el caso de los adultos mayores, esos derechos han debido extenderse a tener acceso a alimentacin, agua, vivienda y atencin mdica por medio del apoyo familiar, comunitario y de sus propios recursos. Tambin deben contar con la posibilidad de acceder a un trabajo remunerado, as como con la capacidad de decidir cundo deben retirarse de sus actividades laborales. Por lo anterior, las personas de edad avanzada deben tener acceso a la educacin, a la seguridad y a residir en su propio domicilio en la medida que sus condiciones de salud lo permitan (inapam, 57). La importancia de la valoracin social queda manifiesta cuando la Organizacin de las Naciones Unidas ratifica que tienen derecho a integrarse en la sociedad y participar de manera activa en la toma de decisiones que los afecten directamente. De la misma forma debern poder realizar actividades que beneficien su comunidad, as como asociarse con las personas que deseen. El acceso a servicios de salud o a medios jurdicos tiene por objeto no slo el bienestar de las personas mayores sino la conservacin de su autonoma. En este sentido, la labor de la familia es esencial. La realizacin del potencial de cada adulto mayor deber estar respaldada e impulsada por el acceso a recursos educativos y culturales suficientes. En suma, las personas mayores deben recibir un trato que preserve su dignidad. La valoracin social que tengan depender de su grado de autonoma, actividad, planificacin, apoyo de sus familiares y amigos, y de su desarrollo (inapam, 57-58).

Maltrato y abandonoDebido al aumento del segmento de la poblacin correspondiente a los adultos mayores, la preocupacin generada por el maltrato a las personas mayores ha ido en aumento. El maltrato puede verse tambin no slo desde la perspectiva del grupo etario, sino tambin como un problema de gnero, porque las investigaciones muestran que del sector de adultos mayores, la gran mayora de ancianos que reciben maltrato pertenecen al gnero femenino (Giraldo). El maltrato es un asunto de particular importancia debido a las consecuencias negativas (y a veces fatales) que implica. Cabe destacar que el maltrato en el caso de las mujeres mayores no se limita al abuso fsico, sino que tambin incluye la percepcin sobre el proceso de envejecimiento, que conlleva una infravaloracin de los cambios que estas mujeres experimentan en su cuerpo. Como menciona Guerrero Zavala (2010), los familiares obligan a las ancianas por medio de comentarios mordaces e incisivosa hacer modificaciones como teirse el cabello porque se vive el envejecimiento femenino dentro de un cuerpo de creencias al servicio de los estereotipos de lo bello (178-179).Pero volviendo al tema general, para poder profundizar en el planteamiento sobre el maltrato, referido no slo a la cuestin de gnero sino al maltrato en general, es preciso definirlo. Bsicamente se trata de un abuso fsico o emocional, por accin u omisin que puede abarcar un amplio abanico de posibilidades: descuido, agresiones fsicas, emocionales, humillaciones, despojo, abuso econmico, laboral, perjuicio en su calidad de vida o explotacin. Esta visin est estrechamente vinculada con el contexto cultural, porque los valores de cada grupo humano influyen de manera determinante en la conducta. As, lo que representa una violacin a los derechos humanos en nuestro pas, puede ser una muestra perfectamente aceptable de comportamiento social en otros lugares (oms, 137).Una clasificacin puntual, propuesta por la Organizacin Mundial de la Salud, puede desglosarse como sigue: maltrato fsico; maltrato emocional; abuso econmico; abuso sexual y descuido. No est de ms recordar y enfatizar que tratar al anciano como a un intil es tambin una forma de minimizarlo, asilarlo y, por tanto, de lesionar sus derechos (138). La discriminacin con base en la edad es tambin una evidente manera de maltratar a los adultos mayores (onu, 4).En los pases desarrollados, trasladar a los ancianos a asilos es una prctica de vieja raigambre; en Latinoamrica, por diferencias culturales, esta costumbre no suele ser bien vista, aunque esta actitud ha cambiado con el paso del tiempo, a causa, como ya se ha dicho, del aumento de este segmento poblacional (oms, 140). Sin embargo, esta prctica no debe confundirse con el abandono, entendido ste como la inaccin para satisfacer las necesidades de los ancianos. El abandono puede darse, segn la Organizacin de las Naciones Unidas, en la administracin de alimentos, ropa y vivienda inadecuados; el aislamiento deliberado; la falta de auxilio necesario; la falta de supervisin. En este sentido, el abandono tambin incluye la desercin de los cuidadores (5).Los factores que potencian el maltrato en los adultos mayores son: las deficiencias cognitivas y fsicas que presentan; el gnero como ya se apunt: las mujeres tienen mayor riesgo de ser maltratadas; la situacin econmica del agresor: si ste tiene problemas de tal ndole, el riesgo de maltrato aumenta. Cabe recordar, una vez ms, que los factores culturales juegan un papel relevante en las acciones que se realizan respecto de los ancianos: los usos y costumbres pueden determinar acciones que nosotros calificaramos como despojo o descuido, por ejemplo (oms, 141-143). Segn la onu, no puede olvidarse que la pobreza es un factor temible en este aspecto (4). Las consecuencias del maltrato se enquistan en distintos mbitos que pueden sintetizarse en dos: el domstico y el institucional. En el terreno domstico, los ancianos que sufren de maltrato tienden a padecer depresin, as como a mostrar sentimientos de culpa, vergenza, impotencia, frustracin, temor, ansiedad, negacin y estrs (oms, 144). En el ambiente institucional, las consecuencias del maltrato son similares, por ello se revisarn brevemente las fuentes del mismo. stas pueden estar en el cansancio de los cuidadores, los conflictos de interaccin entre stos y los ancianos, las polticas institucionales rgidas, la infraestructura material que puede incidir en la privacidad o en la falta de estmulos sensoriales (oms, 145). La violencia debida al clima poltico de una sociedad es tambin un problema grave (onu, 6).Por otra parte, las deficiencias ms constantes en el mbito institucional estn relacionadas con la preparacin de alimentos, deficiencias en la evaluacin integral y en los planes de atencin, accidentes y falta de dignidad (oms, 145). La prevencin del maltrato puede hacerse por medio de campaas de sensibilizacin y en la creacin de leyes que castiguen con mayor severidad los abusos (oms, 155). La creacin de lneas telefnicas de apoyo, grupos y asesores especializados pueden ser de gran ayuda (ahaf, 2).Las seales que pueden ayudar a reconocer un posible maltrato son: heridas que no concuerdan con la explicacin que se da de su causa, la existencia reiterada de heridas accidentales, la apariencia de aislamiento, afirmaciones expresas de tener miedo, considerar o intentar suicidarse, el abuso del alcohol u otras drogas, dificultad en las interacciones sociales, quejas ambiguas y constantes, dependencia econmica o emocional del abusador, faltar a las citas de cualquier ndole, demora al buscar ayuda mdica, mostrar signos depresivos. Por su parte, los posibles abusadores muestran las siguientes caractersticas: minimizar las heridas o las quejas del anciano, culparlo por tener un carcter difcil, prohibir al adulto mayor el contacto con otras personas, amenazarlo, estar excesivamente atento al comportamiento del adulto mayor, actuar demasiado amorosa o atentamente con l frente a otras personas, intentar suicidarse, consumir alcohol u otras drogas, rechazar que se hable con el anciano si l no est presente, hablar en su nombre, afirmar que no est bien sus facultades, encubrir el abuso al llevar al anciano a distintas instituciones o mdicos, negarse a comprar medicamentos, cosificar al anciano (onu, 6-7).Los adultos mayores vctimas de maltrato pueden reaccionar: defendiendo o justificando al agresor, guardando silencio, intentar evitar la intervencin de las autoridades, mostrar que piensan que son responsables del abuso, esperar que el abusador responda preguntas que les hicieron a ellos, pedir ayuda y luego cambiar de opinin, hablar de manera enftica de las virtudes de su cuidador (onu, 7).Lo adecuado es: no hablar del abuso enfrente del posible agresor, no esparcir rumores sobre el maltrato, no juzgar a la vctima ni decirle qu debe hacer. En cambio, debe tomarse el tiempo para escucharlo, respetar su sistema de valores, comprender sus dificultades, apoyar sus decisiones y hacerle saber que hay ayuda disponible (onu, 6-7).

El maltrato en ancianos institucionalizadosLa institucionalizacin de los adultos mayores, es decir, su ingreso en residencias especializadas, tiene varias causas; entre las ms comunes estn: el vivir solos, la incapacidad de los familiares para cuidarlos, y la incapacidad fsica del propio anciano (Soria, 208). La relevancia de este tema queda evidenciada cuando se toma en cuenta el aumento de la poblacin de adultos mayores y la creciente incapacidad para cuidarlos en casa.Si bien, se esperara que la institucionalizacin no resultara daina, lo cierto es que los estudios muestran que un alto porcentaje de ancianos ven afectada su dignidad y su autonoma despus de haber sido internados. El deterioro de la salud se ve directamente afectado por la percepcin que el adulto mayor tiene de su autonoma (Rojas, 12). Un factor que incide en lo anterior es el hecho de que los ancianos perciben la capacidad para realizar las actividades cotidianas como un reflejo directo de su bienestar. Ser internados representa convivir con extraos, seguir horarios y comidas impuestos, lo que desemboca en la sensacin de prdida de los vnculos que conformaban su vida: relaciones personales, competencia profesional e historia individual. En suma, la persona pierde el control de sus actos (Rojas, 15).Una consecuencia frecuente de todo lo anterior es que el adulto mayor suele dejarse llevar y dejar sus responsabilidades en manos de la institucin, lo que contribuye a su propio deterioro. Entre las capacidades cotidianas que se van perdiendo estn: el uso adecuado del dinero, la responsabilidad sobre los medicamentos que ingiere, el transporte, el lavado de ropa y la preparacin de alimentos (Rojas, 17). A lo expuesto hay que sumar que los ancianos se enfrentan a la cercana de la muerte. Las restricciones fsicas son tambin un problema en las instituciones. Hay restricciones al movimiento, a la locomocin, al uso de medicamentos, a la conducta por medio de medicamentos, a la libertad cultural y a la economa (seegg, 1). Las restricciones se originan por medio de dispositivos limitantes y por procedimientos limitantes. En rigor, la nica razn para mantener restricciones sobre los adultos mayores debera ser la teraputica, para controlar riesgos. Sin embargo, esto no sucede as, y las consecuencias va desde alteraciones en los movimientos corporales hasta el deterioro del equilibrio, pasando por lesiones cutneas e incontinencias (seegg, 1). Para lograr la reduccin de las restricciones, deberan hacerse cambios en la infraestructura material de las instalaciones, aumentar la seguridad, organizar actividades de estimulacin cognitiva y sensorial y depurar e incrementar los cuidados mdicos (seegg, 5). Prevencin del maltrato en cuidadores primarios:Los cuidadores primarios son las personas que ayudan a otras debido a complicaciones crnicas, en este caso, derivadas del deterioro fsico y mental de los adultos mayores. Hay cuidadores formales, usualmente voluntarios en diversas instituciones y hay cuidadores informales, casi siempre familiares o amigos. La figura del cuidador primario es innegablemente importante cuando se nota que son indispensables para la vida de una gran parte de los adultos mayores.La mayor parte de los abusos cometidos en contra de los ancianos provienen de los mismos cuidadores. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta la carga de estrs que stos pueden sufrir. Cada persona tiene caractersticas nicas, por ello, algunos podrn lidiar con enormes responsabilidades al tiempo que siguen cumpliendo con su cometido, mientras que otros resentirn la carga inmediatamente y sern bastante ineficaces. Debido, pues, a que no puede hacerse una prediccin confiable sobre las reacciones de un cuidador primario al estrs, es necesario que cada uno de ellos tome en cuenta, de manera personal, las seales de alerta, por ejemplo, el temor a volverse violento, la baja autoestima, la sensacin de no recibir apoyo, agotamiento, sentirse atrapado, o experimentar resentimientos crnicos. Los adultos mayores pueden llegar a provocar estrs si son agresivos, abusivos o tienden a avergonzar al cuidador en privado o en pblico. Para enfrentarse a la tensin, los cuidadores deben saber conseguir ayuda, reconocer los detonadores de su ansiedad o estrs, relacionarse con otros cuidadores, ejercitarse, aprender todo lo posible sobre las afecciones del anciano, aceptar lo que no pueden cambiar, hacer del lugar en donde estn una locacin segura y cmoda, abandonar expectativas poco realistas sobre lo que pueden hacer (ahaf, 3-4).Adems de lo anterior, es necesario que se tomen unos minutos al da para relajarse o meditar, para realizar acciones que sean de su agrado, planificar las actividades del da, evitar hacer demasiadas cosas a la vez o intentar hacerlas sin ayuda, al tiempo que cultivan su sentido del humor y reconocen sus propios mritos. ConclusionesSi bien, crear conciencia en la poblacin acerca de un problema o un conjunto de ellos, y transmitir aunque sea someramente algunas propuestas que puedan ser efectivas, es poco realista en un trabajo de estas caractersticas, no resulta disparatado pensar que lo descrito en estas pginas haya podido ser de alguna utilidad. El envejecimiento poblacional es una realidad inminente, y nuestro pas no se encuentra preparado adecuadamente para hacerle frente. Por ello, es necesario tomar algunas medidas. Desde luego que la parte referente a la infraestructura y los servicios de salud corresponden a otros sectores de la poblacin, sin embargo, las tareas que conciernen a los cuidadores primarios (principalmente familiares) s estn dentro del rango de accin posible para la mayor parte de la ciudadana, y no deben descuidarse

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