comparsa de gigantes, cabezudos y caballicos de … · nueva y efímera comparsa de seis cabezudos...

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XIII ENCUENTRO DE gigas DE ARAGÓN COMPARSA DE GIGANTES, CABEZUDOS Y CABALLICOS DE HUESCA La comparsa de Huesca, compuesta en la actualidad por cuatro gigantes, cinco cabezudos y dos caballicos, es, junto a la de Zaragoza, la más antigua y mejor documentada de Aragón. En 1609, durante unas fiestas de carácter religioso, participaron “cuatro gigantes de excesiva grandeza”. Fue en 1663, no obstante, cuando la ciudad decidió contar con una comparsa permanente, gastando para la confección de las figuras una suma considerable (313 libras jaquesas). Un inventario de la casa consistorial, en 1664, menciona ya “un arca de pino grande y nueva” que contenía las cabezas y manos de cuatro “gigantes”, sus trajes y los vestidos de los “pequeños”. La primera actuación de la comparsa fue en la procesión de San Lorenzo el 10 de agosto de 1663. La comparsa de Huesca cumple en 2013, por tanto, trescientos cincuenta años de vida ininterrumpida. La comparsa nacida en 1663 era, hasta cierto punto, similar a la actual. Las noticias del siglo XVII hablan de cuatro gigantes, entre los que había, al menos, una giganta. Alguno portaba maza, al igual que luce hoy el gigante que representa al rey Alfonso I el Batallador. Los documentos mencionan también a los enanos negros incluidosy los caballicos. La comparsa participaba en las procesiones del Corpus y de los dos patrones de Huesca, San Lorenzo y San Vicente, pero lo hacía también, ocasionalmente, en otras fiestas de la ciudad, tanto civiles como religiosas. La noticia más antigua de acompañamiento musical es de 1746, y se refiere ya la gaita como instrumento a cuyos compases se movían las figuras. No está claro el significado de estas comparsas. En algunos lugares, como Zaragoza, los gigantes representaban, probablemente, los cuatro continentes (Europa, Asia, África, América). Pero no parece ese el caso de Huesca. A fines del siglo XVIII, el canónigo oscense Vicente Novella calificaba de “misteriosa” la significación de gigantes, cabezudos y caballicos. Los materiales de que estaban hechos y su continuo uso hacían necesarios frecuentes arreglos y, en ocasiones, la renovación prácticamente total de la comparsa. En el siglo XVIII conocemos la intervención de los escultores Juan Sola (en 1732), Tomás Vicién (1736) o Valero Sola (1759). En el siglo XIX tuvo gran importancia la labor, en 1860, del artista zaragozano Félix Oroz, que dio a la comparsa algunas de las características que todavía conserva por ejemplo, la caracterización de los gigantes masculinos como heraldos o maceros y de los femeninos con trajes típicos. La última gran renovación de las figuras tuvo lugar en 1989, a cargo de Julio Luzán. Pese a tal sucesión de restauraciones y renovaciones, la característi- ca más destacada de la comparsa de Huesca es, precisamente, la permanencia. Para comprobarlo basta comparar fotografías antiguas y modernas de la misma. Tal y como explican Luis Antonio González e Ignacio María Martínez en su libro Gigantes y cabezudos en Aragón, “la comparsa oscense es la que mantiene una mayor pureza y fidelidad en su tradición” (p. 72). Las figuras de la comparsa fueron restauradas por completo en el año 2007. En 2011, gracias a un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y Caritas Diocesana, y con financiación europea, se ha renovado las vestiduras de gigantes, cabezudos y caballicos. Cabaicos Los caballitos, comunes en el folclore de diversas partes de España, son figuras que imitan un pequeño caballo, del que cuelgan grandes faldones. El porteador asoma la mitad superior de su cuerpo, mientras los faldones ocultan sus piernas. A cambio, de los lados del caballo cuelgan otras dos, pequeñas y falsas. En Aragón, los únicos caballitos que han pervivido hasta hoy son, precisamente, los “caballicos” de Huesca. En la restauración de 2007 se ha recuperado el segundo caballico, pues en años anteriores salía solamente uno, dado el mal estado de la otra figura. Cabezudos En las fotografías antiguas de la comparsa los cabezudos solo son cuatro, uno menos que en la actualidad; es decir, el mismo número que los gigantes y el doble de los caballicos. En algún momento del siglo XX, sin embargo, un quinto cabezudo se sumó a los otros cuatro. Quizá fue en 1949, en cuyas fiestas de San Lorenzo una nueva y efímera comparsa de seis cabezudos (tres cerditos, un borracho, el demonio y un lord inglés, que tal vez fue el único que perduró) se añadió a la tradicional (Nueva España de 7 y 10 de agosto de 1949). El nombre “cabezudo” se empezó a utilizar en el siglo XVIII. Con anterioridad, los documentos oscenses llaman a estas figuras “enanos”, “pigmeos”, “caretas” o “carazas”. Tradicionalmente, los cabezudos, en Huesca y en otros muchos lugares, han sido figuras grotescas, incluso con deformidades. Estas características sirven de mofa y burla entre los más pequeños, para provocar así la ira de las figuras y que los persigan con sus palos. Con tal objeto, los niños oscenses solían cantar letrillas tan conocidas como aquellas de “Agüeleta, cabeza de mosqueta”, “Negrito, cabeza de mosquito” o “Agüelo, cabeza de ciruelo”. Gigas La caracterízación actual de los gigantes, los masculinos como maceros o heraldos aunque posteriormente se los consideró reyesy los femeninos con trajes tradicionales altoaragoneses, nació con la renovación de la comparsa realizada en 1860 por el artista zaragozano Félix Oroz. Reyes Pedro I y Alfonso I de Aragón El Concejo oscense, el cabildo de la Catedral y la Universidad de Huesca acudían en siglos pasados y el Ayuntamiento continúa haciéndolo hoyprecedidos por maceros, que llevaban valiosas y artísticas mazas ceremoniales de plata. Los gigantes masculinos son, justamente, eso: maceros o heraldos, en cuyas vestimentas figuran cuatro emblemas heráldicos: los dos escudos que ha tenido Huesca a lo largo de su historia, las barras aragoneses y el escudo de la cruz de San Jorge y las cuatro cabezas de reyes moros, que se consideraba creado tras la batalla de Alcoraz y la conquista de la Huesca musulmana. Desde hace tiempo, sin embargo, los gigantes han recibido el nombre de dos de los primeros reyes de Aragón: Pedro I, cuya figura ha sustituido la maza por la espada, y su hermanastro Alfonso I, que sigue portando maza ceremonial. Pedro I (1094-1104), tercer rey de Aragón, conquistó la Huesca islámica en 1096 tras vencer en Alcoraz. Alfonso I el Batallador (1104-1134), cuarto rey de Aragón, conquistó Zaragoza en 1118 y está enterrado en la iglesia oscense de San Pedro el Viejo, junto a su hermano el rey Ramiro II el Monje (1134-1137), el protagonista de la leyenda de la Campana de Huesca. Chesa y Fragatina Las gigantas femeninas llevan dos de los trajes tradicionales más característicos del Altoaragón, pertenecientes, respectiva- mente, al Pirineo (valles de Ansó y Hecho) y las tierras llanas del río Cinca, en la parte sur de la provincia de Huesca (ciudad de Fraga). La Chesa recibe este nombre, el de los habitantes de Hecho, desde al menos 1860. Sin embargo, en tiempos recientes es frecuente que se la llame también Ansotana, por el otro valle pirenaico, el de Ansó, en que pervive, con gran fuerza, la utilización de este singular traje. Huesca, 9 de junio de 2013 XIII ENCUENTRO DE gigas DE ARAGÓN

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XIII ENCUENTRO DEgiga�s DE ARAGÓN

COMPARSA DE GIGANTES, CABEZUDOS Y CABALLICOS DE HUESCALa comparsa de Huesca, compuesta en la actualidad por cuatro gigantes, cinco cabezudos y dos caballicos, es, junto a la de Zaragoza, la más antigua y mejor documentada de Aragón.En 1609, durante unas fiestas de carácter religioso, participaron “cuatro gigantes de excesiva grandeza”. Fue en 1663, no obstante, cuando la ciudad decidió contar con una comparsa permanente, gastando para la confección de las figuras una suma considerable (313 libras jaquesas). Un inventario de la casa consistorial, en 1664, menciona ya “un arca de pino grande y nueva” que contenía las cabezas y manos de cuatro “gigantes”, sus trajes y los vestidos de los “pequeños”.La primera actuación de la comparsa fue en la procesión de San Lorenzo el 10 de agosto de 1663. La comparsa de Huesca cumple en 2013, por tanto, trescientos cincuenta años de vida ininterrumpida.La comparsa nacida en 1663 era, hasta cierto punto, similar a la actual. Las noticias del siglo XVII hablan de cuatro gigantes, entre los que había, al menos, una giganta. Alguno portaba maza, al igual que luce hoy el gigante que representa al rey Alfonso I el Batallador. Los documentos mencionan también a los enanos ―negros incluidos― y los caballicos.La comparsa participaba en las procesiones del Corpus y de los dos patrones de Huesca, San Lorenzo y San Vicente, pero lo hacía también, ocasionalmente, en otras fiestas de la ciudad, tanto civiles como religiosas. La noticia más antigua de acompañamiento musical es de 1746, y se refiere ya la gaita como instrumento a cuyos compases se movían las figuras.No está claro el significado de estas comparsas. En algunos lugares, como Zaragoza, los gigantes representaban, probablemente, los cuatro continentes (Europa, Asia, África, América). Pero no parece ese el caso de Huesca. A fines del siglo XVIII, el canónigo oscense Vicente Novella calificaba de “misteriosa” la significación de gigantes, cabezudos y caballicos.Los materiales de que estaban hechos y su continuo uso hacían necesarios frecuentes arreglos y, en ocasiones, la renovación prácticamente total de la comparsa. En el siglo XVIII conocemos la intervención de los escultores Juan Sola (en 1732), Tomás Vicién (1736) o Valero Sola (1759). En el siglo XIX tuvo gran importancia la labor, en 1860, del artista zaragozano Félix Oroz, que dio a la comparsa algunas de las características que todavía conserva ―por ejemplo, la caracterización de los gigantes masculinos como heraldos o maceros y de los femeninos con trajes típicos―. La última gran renovación de las figuras tuvo lugar en 1989, a cargo de Julio Luzán.Pese a tal sucesión de restauraciones y renovaciones, la característi-ca más destacada de la comparsa de Huesca es, precisamente, la permanencia. Para comprobarlo basta comparar fotografías antiguas y modernas de la misma. Tal y como explican Luis Antonio González e Ignacio María Martínez en su libro Gigantes y cabezudos en Aragón, “la comparsa oscense es la que mantiene una mayor pureza y fidelidad en su tradición” (p. 72).Las figuras de la comparsa fueron restauradas por completo en el año 2007. En 2011, gracias a un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y Caritas Diocesana, y con financiación europea, se ha renovado las vestiduras de gigantes, cabezudos y caballicos.

Caba�icosLos caballitos, comunes en el folclore de diversas partes de España, son figuras que imitan un pequeño caballo, del que cuelgan grandes faldones. El porteador asoma la mitad superior de su cuerpo, mientras los faldones ocultan sus piernas. A cambio, de los lados del caballo cuelgan otras dos, pequeñas y falsas.En Aragón, los únicos caballitos que han pervivido hasta hoy son, precisamente, los “caballicos” de Huesca. En la restauración de 2007 se ha recuperado el segundo caballico, pues en años anteriores salía solamente uno, dado el mal estado de la otra figura.

CabezudosEn las fotografías antiguas de la comparsa los cabezudos solo son cuatro, uno menos que en la actualidad; es decir, el mismo número que los gigantes y el doble de los caballicos. En algún momento del siglo XX, sin embargo, un quinto cabezudo se sumó a los otros cuatro. Quizá fue en 1949, en cuyas fiestas de San Lorenzo una nueva y efímera comparsa de seis cabezudos (tres cerditos, un borracho, el demonio y un lord inglés, que tal vez fue el único que perduró) se añadió a la tradicional (Nueva España de 7 y 10 de agosto de 1949).El nombre “cabezudo” se empezó a utilizar en el siglo XVIII. Con anterioridad, los documentos oscenses llaman a estas figuras “enanos”, “pigmeos”, “caretas” o “carazas”.Tradicionalmente, los cabezudos, en Huesca y en otros muchos lugares, han sido figuras grotescas, incluso con deformidades. Estas características sirven de mofa y burla entre los más pequeños, para provocar así la ira de las figuras y que los persigan con sus palos. Con tal objeto, los niños oscenses solían cantar letrillas tan conocidas como aquellas de “Agüeleta, cabeza de mosqueta”, “Negrito, cabeza de mosquito” o “Agüelo, cabeza de ciruelo”.

Giga�sLa caracterízación actual de los gigantes, los masculinos como maceros o heraldos ―aunque posteriormente se los consideró reyes― y los femeninos con trajes tradicionales altoaragoneses, nació con la renovación de la comparsa realizada en 1860 por el artista zaragozano Félix Oroz.

Reyes Pedro I y Alfonso I de AragónEl Concejo oscense, el cabildo de la Catedral y la Universidad de Huesca acudían en siglos pasados ―y el Ayuntamiento continúa haciéndolo hoy― precedidos por maceros, que llevaban valiosas y artísticas mazas ceremoniales de plata.Los gigantes masculinos son, justamente, eso: maceros o heraldos, en cuyas vestimentas figuran cuatro emblemas heráldicos: los dos escudos que ha tenido Huesca a lo largo de su historia, las barras aragoneses y el escudo de la cruz de San Jorge y las cuatro cabezas de reyes moros, que se consideraba creado tras la batalla de Alcoraz y la conquista de la Huesca musulmana.Desde hace tiempo, sin embargo, los gigantes han recibido el nombre de dos de los primeros reyes de Aragón: Pedro I, cuya figura ha sustituido la maza por la espada, y su hermanastro Alfonso I, que sigue portando maza ceremonial. Pedro I (1094-1104), tercer rey de Aragón, conquistó la Huesca islámica en 1096 tras vencer en Alcoraz. Alfonso I el Batallador (1104-1134), cuarto rey de Aragón, conquistó Zaragoza en 1118 y está enterrado en la iglesia oscense de San Pedro el Viejo, junto a su hermano el rey Ramiro II el Monje (1134-1137), el protagonista de la leyenda de la Campana de Huesca.

Chesa y FragatinaLas gigantas femeninas llevan dos de los trajes tradicionales más característicos del Altoaragón, pertenecientes, respectiva-mente, al Pirineo (valles de Ansó y Hecho) y las tierras llanas del río Cinca, en la parte sur de la provincia de Huesca (ciudad de Fraga).La Chesa recibe este nombre, el de los habitantes de Hecho, desde al menos 1860. Sin embargo, en tiempos recientes es frecuente que se la llame también Ansotana, por el otro valle pirenaico, el de Ansó, en que pervive, con gran fuerza, la utilización de este singular traje.

Huesca, 9 de junio de 2013

XIII ENCUENTRO DE

giga�s DE ARAGÓN

ACOGIDA

RECEPCIÓN

I�n�arioI�n�ario

<Zaragoza

<Palacio Municipal

de los Deportes

Barbastro>

<Ayerbe

<Jaca

Notas:Se contará con la posibilidad de alojamiento la

noche anterior (8 de junio) al Encuentro para aquellos componentes de Comparsas que lo

necesiten.Se dispondrá de servicio de duchas en las

instalaciones del Palacio Municipal de los Deportes.

9 horas. Recepción de Comparsas participantes en Plaza Constitución.

9:30 horas. Almuerzo de hermandad de las Comparsas en la Plaza Mosen Demetrio Segura.

10 horas. Plantada de Gigantes en Plaza Constitución.

11 horas. Comienzo del Pasacalles. Itinerario: Plaza Constitución - plaza San Vicente - calle Forment - plaza de la Catedral - calle Santiago - plaza Lizana - Coso Alto - Porches de Galicia - plaza de Navarra.

14:30 horas. Palacio Municipal de los Deportes.Comida de hermandad entre las Comparsas participantes.

17 horas. Animación musical, palabras institucionales y reparto de detalles de protocolo.

APARCAMIENTOS

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