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Monogrfico: Materialismo filosfico

Monogrfico: Materialismo filosfico

Aproximacin a la filosofa de la cienciade Gustavo Bueno: teora del cierre categorialIigo Ongay

ndice1. Introduccin: filosofa materialista de la ciencia2. De unitate scienciarum (gnoseologa general)3. Matizaciones sobre la verdad de las ciencias 4. El lugar de la identidad: los contextos determinantes y los contextos determinados HYPERLINK "http://www.geocities.com/elforonuevo/" \l "identidad"

5. Consideraciones en torno a la distincin entre ciencias naturales y ciencias humanas, a la luz de la teora del cierre categorial

1. Introduccin: filosofa materialista de la ciencia La pregunta por lo que sea la ciencia no puede ella misma ser respondida por los saberes cientficos-categoriales al uso y ello sin perjuicio de que una tal respuesta tampoco pueda componerse al margen de aquellos, sin embargo la pregunta a la que nos referimos-y muchas otras parecidas-escapa de los contornos categoriales configurndose como una cuestin de segunda potencia que pide un discurso metacientfico o si se prefiere filosfico. Es precisa entonces una determinada teora de la ciencia engarzada en symplok en un cierto sistema (el tomista o el neopositivista). Toda filosofa de la ciencia por ms neutral que se quiera, dice relacin a un marco general de presupuestos ontolgicos que en el caso de la teora del cierre categorial son los propios del materialismo pluralista de G. Bueno. La teora del cierre considera la ciencia una nocin anloga y ello precisamente porque podemos recorrer al menos cuatro modulaciones diferentes del concepto; segn las cuales "ciencia" querr decir diversas cosas en virtud de la diversidad de contextos, a saber: - Ciencia es ante todo (y estamos ante una acepcin conectada ntimamente con la lengua espaola) un saber hacer muy prximo al sentido originario del trmino "arte" (En Platn o en Aristteles). As cabe hablar en este sentido tanto de la ciencia "del zapatero" como de la ciencia poltica (prctico-prctica) e incluso -como lo hace Caldern -de la "ciencia de la honra". -Ciencia es tambin un sistema de proposiciones derivada de principios y que puede quedar cubierta por el silogismo cientfico (scincia est de consequentiis). Se trata aqu de un contexto eminentemente aristotlico tal y como ser recogido despus por las construcciones escolsticas. -En tercer lugar ciencia sern las ciencias positivas de la naturaleza contemporneas .Y no slo las ,por decir con Carnap,"ciencias reales "(fsica, qumica, biologa y etc) sino tambin las formales (geometra, lgebra, tambin lgica, etc). -En ltimo lugar ciencia cubre tambin las llamadas "ciencias humanas", disciplinas de muy corto recorrido temporal -Foucault situaba su nacimiento en el pasado siglo- y cuyo estatuto gnoseolgico no est, en muchos casos ,en absoluto nada claro. Como se ve las cuatro acepciones son enteramente diversas (en virtud de la tercera pongamos por caso no habra mayor motivo para considerar cientficas a disciplinas tales como la filosofa o la teologa, las ciencias ms elevadas para Aristteles) sin que valga decir tampoco que todas ellas gozan de igual relevancia para la gnoseologa. Ser la tercera modulacin la que operar como un primo analogatum ("ciencia en sentido fuerte") manteniendose en todo caso abierta la posibilidad de ampliar su alcance para cubrir tambin a las cc hh en la medida en que estas logren ajustarse a la estructura de las ciencias naturales. Sealar cul sea esta estructura es la primera tarea de una gnoseologa rigurosa (SE TRATA DEL PROBLEMA QUE LOS ESCOLSTICOS DENOMINABAN "DE UNITATE SCIENCIARUM) que deber dar razn adems de las cuestiones relativas a la diversidad y pluralidad de las ciencias ("DE DISTINTIOTE SCIENCIARUM") .En torno a ambos grupos de cuestiones vamos nosotros a estructurar nuestro trabajo a fin de demostrar la potencia argumentativa privilegiada que adorna a la teora del cierre. Como doctrina gnoseolgica la teora del cierre es capaz por su parte (y aqu estriba en buena medida la razn de su potencia) de subsumir en sus esquemas tanto el curso factual de las ms diferentes teoras cientficas-va reconstruccin-como las mismas doctrinas gnoseolgicas y epistemolgicas rivales-va reinterpretacin-.Esta ltima tarea ,correspondiente a la organizacin de lo que G. Bueno llama "el sistema de doctrinas gnoseolgicas ha sido acometida en muchas ocasiones (Bueno. G,1993,Bueno.G.1995,Alvargonzlez.D.1989); dando por resultado una reduccin -no reduccionista desde luego- de las teoras metacientficas existentes a cuatro familias bsicas en funcin de sus planteamientos en torno a la articulacin de la materia ("los hechos", las "cosas", el caos de sensaciones de Kant) y la forma (las teoras, el intellectus, las categoras de Kant).As, tenemos: -1 EL ADECUACIONISMO (M-1 F-1) -2 EL TEORETICISMO (F-1 M-0) -3 EL DESCRIPCIONISMO (M-1 F-0) -4 EL CIRCULARISMO (M-0 F-0) El adecuacionismo (perfilado por Aristteles y por la ontoteologa tradicional y apuntalado en nuestro siglo por la concepcin semntica de la verdad de Tarski bajo la frmula de "LA EQUIVALENCIA V": "p"es 1 ssi p) asigna a la forma la funcin de reflejar la materia en virtud de un isomorfismo entre ambas-la forma figurativa de la proposicin en Wittgenstein-.No es extrao por lo tanto que una tal teora cristalizara en el contexto escolstico y racionalista puesto que el Ens Realisimum garantiza de modo cierto la isomorfa misma entre Intellectus y Re, sobre todo si se trata-como es el caso en Descartes -de un Dios que no puede ser engaador. Con todo, y sin perjuicio de su notable vigencia, el adecuacionismo muestra sus limitaciones, derivadas (como ya lo not Popper) de la hipostatizacin de la forma. El adecuacionismo slo tendr sentido si consideramos real el isomorfismo antes aludido; y sin embargo Cmo vamos a conocer la materia isomorfa al margen de la forma misma?.La crtica de Popper (iter alia) es triturante sin duda -precisamente porque no caben observaciones atericas- al margen de lo cual, como seala Bueno: "Estas son sin lugar a dudas, las teoras que constituyen, por decirlo as, el fondo permanente de toda concepcin gnoseolgica de la ciencia(...)la teora de referencia a la que se vuelve una y otra vez. Es la doctrina de Aristteles pero tambin la de Newton o la de Tarski" (Bueno.G 1995 Pp 32). Como crtica al adecuacionismo nos aparecen el descripcionismo (M-1,F-0) y el teoreticismo (F-1; M-0): El descripcionismo -representado por el neopositivismo de M Schilck y tambin por la fenomenologa de E. Husserl- sita el lugar de la verdad cientfica en la materia; la forma (cuyo valor tendera a cero) por su parte habr de limitarse a des-cubrir (aletheia).No podemos aqu ofrecer un tratamiento crtico mnimamente riguroso del descripcionismo; cabe decir empero que tal doctrina ni siquiera "describe" el proceder fctico de las ciencias. Cabra en este sentido desechar por entero su propio criterio en virtud de un desajuste de autoreferencia .Y ello debido justamente a su ingenua subestimacin de los valores gnoseolgicos que cabe atribuir a las teoras. El teoreticismo puede quedar definido como "aquella concepcin de la ciencia que tiende a desplazar el centro de gravedad del cuerpo cientfico hacia la forma del mismo ,considerando a su materia como enteramente subordinada a aquella forma ya sea por reabsorcin, ya sea ,al menos en el lmite, por eliminacin."(Bueno.G .TCC-1 Pp145). As, el teoricismo (bajo cuya influencia habra que situar autores tan dispares como puedan serlo Popper, Lakatos, Kuhn, Feyerabend -que bajo otra luz quizs pudiera aparecer como un constructivista inconsecuente-, Duhem, Poincare,etc) sita la verdad de las ciencias en los cuerpos tericos (M-0.F-1) entendidos como constructos conceptuales que de algn modo envuelven los hechos aunque ellos mismos no sean hechos -"la receta de la sopa no sabe a sopa" deca Einstein. El Circularismo aparece como la alternativa crtica a las hipostatizaciones de la materia (descripcionismo) de la forma (teoreticismo) o de ambas a la vez (adecuacionismo).Acaso la aportacin ms notable de las doctrinas circularistas -entre cuyos lmites se sita la teora del cierre- sea la interpretacin del par "MATERIA-FORMA" como un par conjugado de conceptos; de este modo no cabe materia alguna al margen de la forma as como tampoco la misma forma dejar en todo caso de ser un tipo especial de materia. Las teoras no describen los hechos desde el exterior como si ellas mismas no fueran hechos; al contrario, las ciencias roturan sus trminos desde el interior dado que, por ejemplo, el curso de lingstica general de Sausure es sin duda un hecho lingstico en el sentido ms estricto a la manera como tambin la misma existencia de facultades de sociologa constituye evidentemente un hecho social de lo ms relevante. Una edicin de las obras de Amayrta Sen pongamos por caso no deja de ser susceptible de recibir una cobertura terica por parte de la economa. Las formas tericas no dejan, de otro lado, intacta la materia roturada. Muchos elementos qumicos no existan antes de que la propia qumica los reprodujese (los construyera ms bien). La geologa (no digamos nada verbigracia de la medicina o la etnologa) altera desde luego la configuracin (tectnica ,ssmica, las lneas costeras) de los suelos estudiados. El circularismo circula pues entre las fronteras de lo que aqu podramos considerar una concepcin constructivista material de la ciencia y de la verdad que resuelve el ncleo de ambas a esferas apodcticas ligadas, como veremos, a la idea de identidad sinttica.

2. De unitate scienciarum (gnoseologa general)La teora del cierre supone a las ciencias constituidas in medias res en el momento de iniciar el anlisis gnoseolgico. Consideramos en todo caso errnea la concepcin tradicional sobre el origen de las ciencias como si estas se hubieran desgajado paulatinamente de un tronco comn: la filosofa. Una tal imagen -conservada en nuestro tiempo por Jean Piaget- es incapaz de dar cuenta de la gnesis efectiva de las diversas disciplinas cientficas; que no nacen precisamente de la filosofa, sino de distintas tradiciones artesanales y tcnicas (la agromesura, la alquimia, el arte de los curanderos etc.). La ciencia aparecer tan slo cuando este "saber hacer" cristalice en principios tericos sistemticos y autnomos (que se sostienen como los teoremas de la geometra en virtud del mismo clculo con independencia de las funciones agromtricas que haban servido de matriz) , que son el resultado de un cierre categorial capaz de segregar verdades -y ello incorporando en identidades sistemticas diversos cursos operatorios- y que en cualquier caso no se despoja en ningn momento de un cierto marchamo artesanal. La ciencia, de alguna manera, presupone a la tcnica. La unidad de una ciencia no puede tampoco suponerse dada por el vrtice de su objeto como si de hecho la biologa o la lingstica pudieran adquirir su unidad caracterstica como ciencias de la vida y del lenguaje respectivamente. En rigor lo que sucede es que la biologa no estudia sin ms la vida sino ms bien un conjunto muy heterogneo de trminos (tomados por dems a escalas tambin muy dispares: animales, rganos, tejidos musculares, aminocidos, cromosomas, poblaciones, estambres y pistilos, bacterias &etc.) entre los cuales se establecen operaciones y relaciones muy diferentes. Las ciencias propiamente no tienen tanto un objeto cuanto un campo roturado y acotado por distintas operaciones que tienden a cerrarlo. Este cierre categorial reorganiza de algn modo la categora, acotada desde el interior de ella misma, y constituye la condicin de posibilidad del funcionamiento de la disciplina de referencia. "Cierre" no tiene pues el sentido de acabamiento sino antes bien el propio de su utilizacin en contextos matemticos: Cuando decimos por ejemplo que los nmeros naturales constituyen una clase cerrada para la operacin de suma ,queremos decir que una tal operacin puede tener lugar sin necesidad de que su resultado nos obligue a rebasar el marco del conjunto dado; de igual manera la qumica, pongamos por caso ,cierra cuando la tabla de Mendeleyev logra estructurar el lmite de los elementos en torno al nmero173. Este cierre, va de soi , posibilita el desarrollo mismo del propio cuerpo de la qumica a la manera de la pura combinatoria. El cierre operatorio es interno desde luego a la categora cerrada-una ciencia no puede adquirir su unidad a partir de principios espreos o exgenos a la categora misma- y organiza a la ciencia como un conjunto de operaciones en un marco normativo -que puede ser un laboratorio y acaso una pizarra-; en este sentido la teora del cierre concibe a la ciencia de un modo constructivista, sin embargo las construcciones referidas son de un tipo enteramente distinto a las propias del teoricismo popperiano o fayerabendiano (tambin kantiano) puesto que, entre otras cosas, aqu se alude a construcciones materiales hechas con las cosas mismas. El constructivismo del materialismo gnoseolgico puede interpretarse como una versin radical del principio verum est factum que acu en su da Giambattista Vico, al menos en la medida en que las operaciones cientficas han de moverse entre los contornos de constructos fcticos ( y no meramente conceptuales) vinculados prima facie a manipulaciones quirrgicas analticas (separar.) o sintticas (unir). La qumica ,nos dice Bueno, no se resuelve en las frmulas que llenan los manuales como tampoco la msica se agota en las partituras; dado que ante todo la msica debe operar en la sala de conciertos o en cualquier mbito "sonante" al igual que la qumica "slo puede considerarse existente en un medio en el que puedan tener lugar reacciones entre sustancias" (Bueno1995, Pp37). La ciencia por lo tanto queda reinterpretada del modo ms original en lo que se refiere a sus funciones primordiales; stas no sern en absoluto, las funciones explicativas tradicionales si no ms bien operacionales, tcnicas; artesanales y lgico-materiales (en el sentido particular de Bueno, relativo al logos al que en efecto remite toda construccin material .Por, ejemplo, una cesta de mimbre remite por sus junturas a una lgica material propia de un sujeto operatorio apottico y racional. La explicacin habr de ser considerada un momento secundario y derivado (al menos ordo inventionis) de la elaboracin terica. La misma razn cientfica ser mirada a esta luz, como una razn que se expresa mediante las operaciones finalsticas de un sujeto tomado a escala corpreo-anatmica. La ciencia, queremos decir, se dibuja en relacin inextricable al cuerpo humano (y no ya slo al lbulo frontal de su crtex si no tambin a su musculatura estriada o a las estructuras seas de sus brazos y de sus piernas) con lo que sera gratuito afirmar (como se hace a menudo, apelando a Kant sin reparar en la carga de arcaizante escolasticismo que pueda resonar en sus palabras) que "la fsica es la gran obra del entendimiento",tanto al menos como lo sera sin ir ms lejos pretender pongamos por caso que en cambio la geologa es la "gran obra de la voluntad",y la botnica "la gran obra de la memoria" La TCC reconoce en gnoseologa general la relevancia de tres tipos distintos de partes formales de las ciencias, relacionados entre s, s bien irreductibles unos a otros: objetos ,sujetos, signos. Estos ltimos fungen al modo de mediadores envolventes del discurso cientfico. Entre otras muchas cosas las ciencias son tambin verbales y nos aparecen envueltas por un lenguaje (sea natural sea formal, y an ambas cosas) aunque ellas mismas no puedan reducirse a estructuras lingsticas. Bueno ha resuelto la cuestin con la frmula siguiente: "el lenguaje es interno a la ciencia pero la ciencia no es interna al lenguaje".Separndose as del excesivo formalismo de escuelas epistemolgicas prximas a la semiologa de la ciencia de la filosofa analtica de nuestros das. Las claves lingsticas son centrales sin duda, empero es preciso tambin que la ciencia "suene", esto es, que desborde el nivel del lenguaje movindose entre sus referentes objetuales, subjetivos y paradigmticos (por decirlo con los trminos de Kuhn ;socio comunitarios). Con esto queremos decir algo realmente muy obvio: un microscopio, verbigracia, (pero tampoco un bistur, un tubo de ensayo o un acelerador de partculas) no es en primer trmino una construccin lingstica aunque no sea ms que por que tales aparatos deben tener unos contornos fisicalistas muy precisos a fin de poder ser mani-pulados (deben ser res extensa sin duda). Ello no quiere decir con todo; que la ciencia sea independiente del lenguaje o que este pueda establecerse como algo ajeno y aun externo a la misma y no slo por que los resultados cientficos no aparezcan nunca si no en contextos verbales (congresos, revistas, tratados) o lingstico-formales (algebraicos) sino sobretodo por que las mismas operaciones constructivo-materiales (el manejo de los aparatos) exigen su remisin a un marco lingstico (el del manual de instrucciones de los aparatos) normativo en virtud al cual puede justificarse la tesis de la internalidad del lenguaje con respecto a la ciencia y de la externalidad de la ciencia con respecto al lenguaje. Considerando en resolucin a las ciencias como estructuras unitarias (cerradas) que se mueven en espacios gnoseolgicos tridimensionales.G.Bueno ha propuesto analizar tales espacios a partir de los tres ejes semiticos de Ch .Morris y de Bhler. En este sentido cada ciencia organizar sus diversos materiales ( de los aspectos sociales a los lgico matemticos pasando por los instrumentales) en torno a las virtualidades de los tres ejes y de las tres figuras aportadas por cada uno. Un esquema preliminar podra ser el siguiente: 1. EJE SINTCTICO. 1.1TRMINOS 1.2 RELACIONES 1.3 OPERACIONES 2.EJE SEMNTICO. 2.1REFERENCIALES 2.2 FENMENOS 2.3 ESENCIAS 3. EJE PRAGMTICO. 3.1NORMAS 3.2 DIALOGISMOS 3.3 AUTOLOGISMOS Suponemos de este modo que un esquema trimembre como el utilizado posee virtualidades suficientes para dar razn de toda la heterogeneidad de materiales de que consta una ciencia ,y ello de un modo no reduccionista (al contrario de la mayora de planteamientos contemporneos ya provengan de la tradicin analtica ya de la "hermenutica"-Fayerabend et alii-). 1-EJE SINTCTICO. Este eje agrupa tres sectores diferentes : trminos ,relaciones y operaciones. Los trminos son , por as decir, los elementos atmicos del eje a partir de los cuales se desarrollarn los dems. Toda ciencia tiene un campo categorial atravesado de trminos: "puntos y rectas en geometra, signos en lgebra, sustancias en qumica, reliquias y relatos en historia, etc" (Alvargonzlez.D.1989 Pp332) suministrados particularmente por el propio cierre, es l quien configura -aplicndose a una cierta escala y no a otra (a escala de las particularidades biolgicas de los organismos por ejemplo)- el nivel de los trminos de la disciplina (extremidades, corazn, clulas, protenas).De otro lado los trminos -a los que hemos presentado como elementos simples frente a las otras figuras- pueden ellos mismos ser simples o complejos. En funcin de los enclasamientos propios de cada ciencia: el hidrgeno o el carbono son trminos simples (elementos de la tabla) para la qumica clsica sin perjuicio de lo cual pueden ser trminos complejos para la qumica fsica. Ninguna ciencia por lo dems puede pretender agotar su campo en un slo trmino (la psicologa como ciencia PERI PSYCHES, COMO TRATADO DEL ALMA ) puesto que estos deben siempre ser plurales y mantenerse enclasados a fin de que sea posible operar con ellos. Las operaciones son procesos de transformacin de los trminos del campo merced a la intervencin de un sujeto que deber ser entendido no ya como un "yo lgico trascendental" kantiano si no como un sujeto operatorio y corpreo, capaz de unir y de separar quirrgicamente unos objetos de otros. Estas operaciones remiten desde luego a una lgica determinada que Bueno ha denominado lgica material, y que se mantiene en un nivel universal a todas las ciencias existentes. Y ello aun cuando pueda parecer por ejemplo, que las ciencias matemticas se mantienen exentas de tales procedimientos; decir as sera un error tanto ms grave si pensamos que el matemtico en el marco de su pizarra transforma operatoriamente unos trminos materiales -aunque sean de una materia distinta, tipogrfica-en otros. Las matemticas y la lgica son ciencias tan materiales como la economa o la medicina. Lo que sucede en rigor es que en un caso la materia es AUTOREFERENCIAL, y en el otro REFERENCIALMENTE OBLICA. Cabra, amn de lo dicho, reinterpretar en este contexto la funcin de los aparatos (el telescopio, por ejemplo, pero tambin el matraz o la pipeta) a modo de operadores, de juntores o separadores). Relaciones cientficas son las que se establecen entre los trminos en contextos especficamente proposicionales. El signo = en la operacin 7+5=12 (que Kant interpreta como una predicacin de 12 sobre un sujeto representado por 7+5) opera como un relator entre los trminos y las operaciones que los transforma. El signo de la igualdad pondra pues en relacin por un lado el siete y el doce y por otro el resultado de la suma sin olvidarnos de la adicin misma. Como vemos el eje semntico de las ciencias es un eje fundamental, dado que es en l donde se perfila -en el sector particular de las operaciones- el propio proceso de cierre. Este es precisamente uno de los resultados de las operaciones. Adems, el mismo concepto de operacin (como ha sealado Bueno,1976 Pp69) es un concepto dual que lleva la impronta de la dialctica de desaparicin del sujeto. EL sujeto operatorio particular es obviamente imprescindible para la elaboracin de las operaciones, quedando no obstante neutralizado en los resultados en el sentido de que este sujeto necesario es al mismo tiempo sustituible, intercambiable por cualquier otro sujeto corpreo con el que comparta paradigma (para decirlo con Kuhn). El paradigma que los cientficos como sujetos tienen (o que les tiene a ellos) determina el modo de operar con los trminos (cmo usar un microscopio, cmo entrevistarse con un nativo, cmo mezclar sustancias) de un modo tal que los hace enteramente intercambiables como sujetos, aunque hayan "de ser intercalados en los propios procesos constructivos" (R.Fernndez.T.1976) -2 EJE SEMNTICO. Ser precisamente al eje semntico al que se vincule el problema gnoseolgico de la verdad de las ciencias. Aqu nos encontramos con tres figuras capitales para la estructura de cada ciencia. A saber: Referenciales, fenmenos y esencias. Los referenciales aluden a los objetos primogenricos en ontologa especial (op vid ensayos materialistas ,tb Gimnez f 1993), corpreos y fsicos que pueblan los campos de las ciencias. Una disciplina desprovista de contenidos fisicalistas no puede ser una ciencia. En este sentido la angeologa o la ufologa (mientras no se encuentren ovnis al menos) pero tampoco la psicologa entendida como ciencia del alma, no sern propiamente ciencias. Tanto las matemticas como la historia quedarn recompuestas merced al descubrimiento de contenidos fisicalistas en sus respectivos campos (sean las reliquias, sean los grafos, o sean las figuras geomtricas dibujadas con tiza y susceptibles de descomposicin molecular). Con esto no queremos decir por supuesto que todos los contenidos de las ciencias hayan de ser fsicos o corpreos (como si el materialismo de Bueno pudiera ser confundido con un corporesmo reduccionista). Ciertamente no habr ningun contenido espiritual, meta-fsico o metacorpreo pero, en cambio, es posible que el propio desarrollo de las ciencias arroje contenidos in-corpreos. Las ondas electromagnticas, la funcin Psi no son fisicalistas (sin perjuicio de que no sean, desde luego, esprituales) la longitud, el calor o la masa de un cuerpo no son cuerpos as como tampoco lo son las caras, los vrtices o las aristas de una pirmide. En etnologa, los nativos y sus pinturas rituales son corpreos, sin duda, pero no lo es ya el dios que levantan el altar (aun cuando tampoco haya razones para tomar por inmaterial la naturaleza de este mismo) ni la lnea matrilineal de descendencia. Estas distinciones pueden quedar cubiertas si regresamos desde el nivel de la gnoseologa al nivel de la ontologa, donde el sistema de Bueno se revela una vez ms especialmente riguroso, al distinguir entre tres gneros irreductibles de materialidad (no cabe en este sentido reducir formalisticamente la materia omnmoda a M1 dado que si bien todo es materia sta se dice de diversas maneras) En el materialismo gnoseolgico el trmino "fenmeno " adquiere resonancias ms prximas a Platn que a Kant y esto por que no se trata de que la ciencia se mueva en el nivel fenomnico (sin acceder al noumeno), al modo de Kant, sino de que la ciencia desborda los fenmenos para -en regressus- acceder a las esencias o estructuras que den dialcticamente cuenta de los fenmenos observados. El movimiento de regressus (de los fenmenos a las esencias) y el de progressus (de los esencias a los fenmenos ) se mantiene en la estela ms clsicamente Platnica (Repblica vii 532a) y extiende su alcance para convertirse en un potente aparato descriptivo del curso de las ciencias. En todas las ciencias aparecen determinados trminos como fenmenos ligados a la observacin sensible directa del sujeto (tal supernova avistada por el astrnomo a en el instante t &etc, un poco, si se quiere, a la manera de los protocolos del crculo de Viena). As, el fenomno no aparecer definido como lo que se presenta a la conciencia -a la manera de Husserl- sino como lo que se presenta a una conciencia en contradistincin con otras. Reconocemos aqu que en un nivel inicial las ciencias quedan construidas desde percepciones particulares y subjetivas, ser en el nivel de las esencias donde el sujeto quede neutralizado, y ello si esto es posible, por que no siempre lo es (en algunas cchh, lo esencial se diluye en lo extracientfico). Acaso pueda reconstruirse as (como lo hace G, Bueno, 1976) las ideas de F de Saussure. Distinguiremos entre la gravacin ostiloscpica de una cadena hablada (nivel fisicalista), la parole concreta (momento fenomnico) y la langue (momento ontolgico esencial) .Tambin la distincin de los etnlogos entre las perspectivas emic y etic pueden replantearse bajo esta luz. -3 EJE PRAGMTICO. El eje prgmatico contemplado por la teora del cierre abarca tres figuras que merecen una explicacin ms detenida: normas, dialogismos, autologismos. Antetodo por normas entendemos ,en este contexto " normas que las propias construcciones cientficas imponen a los sujetos operatorios en tanto que artfices de las construcciones y de las reconstrucciones de las mismas" (Bueno. G 1995 .Pp 539). Las normas aqu se identifican con los axiomas, las definiciones y las reglas de deduccin de la lgica formal, dado que "normas" incluyen tambin definiciones, medidas, convenciones de todo tipo etc...La estructuras esenciales y, en general, las verdades cientficas por su carcter objetivo, tambin son normativas es el sentido aqu utilizado; sin embargo por ello mismo aunque toda esencia( al menos toda esencia descubierta) es normativa no por esto toda norma es esencial. Hay,en efecto,normas no tanto esenciales cuanto convencionales y relativas a una determinada sociedad-comunidad cientfica. La figura de los dialogismos es capital en el desarrollo de las ciencias sobretodo si advertimos la naturaleza suprasubjetiva de los cuerpos categoriales. Efectivamente todos ellos remiten necesariamente a varios sujetos operatorios( es imposible la ciencia de un slo investigador.A no ser que ste sea Dios y aquella la ciencia de simple inteligencia de Juan de Santotoms) diversificados espacio temporalmente ,dada la misma variedad de los fenmenos. Las predicciones sorprendentes que subyugan a tantos filsofos analticos de la ciencia pueden precisar en este sentido de acciones supra individuales, propias, por hacer uso de palabras de Kuhn, de una comunidad de hombres de ciencia y ello especialmente cuando unas tales predicciones incluyen en su radio tantas dcadas -y aun siglos- como fueron necesarios para verificar la prediccin por parte de Halley del regreso del cometa que hoy lleva su nombre. En este sector adquieren acomodo instituciones "sociolgicas" tales como los congresos, los debates, las revistas, las asociaciones....entendidas como rganos propiamente dialgicos regidos por "reglas" morales que en ocasiones carecen de toda trascendencia gnoseolgica. La figura de los autologismos alude por su parte a aquellas situaciones empricas que ,teniendo lugar, digmoslo con Husserl, "en la vida retirada del alma", tienen sin embargo alguna relevancia gnoseolgica pudiendo desbordar quizs el nivel reichembachiano de los contextos de descubrimiento (no hay que olvidar de otro lado que la teora del cierre ha ofrecido tambin un agudo tratamiento, que aqu no podemos reproducir, de esta temtica de Reichembach) y con l el nivel de la pura ancdota penetrando plenamente en la historia interna de las ciencias y ello incluso admitiendo que la ciencia es de los resultados (lo que, en el fondo , no es ms que reconocer que sciencia est de consecuentiis). A este nivel convendran todas las operaciones de la conciencia cartesiana-duda, certeza ,imaginacin,...- ejercidas por el cientfico y siempre imprescindibles para el propio curso de las ciencias pues, cmo iba un astrnomo privado por completo de memoria, a identificar el lucero matutino con el lucero vespertino (las consecuencias de la situacin inversa-la propia de un fsico aquejado de una memoria excesiva-las expone magistralmente Borges en su relato Funes el memorioso, dado que cmo un fsico que no puede reducir los fenmenos, iba a evitar el nominalismo?) ;son autologismos por dems las clebres ancdotas de Kekul y la molcula de benzeno y de Newton y la manzana( si diramos por cierta la ancdota falsa). Es preciso, no obstante, notar que la conciencia absolutamente autosuficiente (el noesis noeseos) es un caso utpico tanto como pueda serlo la construccin de un perpetuum mobile dado que los dos constituiran instancias de causa sui. Realmente toda conciencia cartesiana precisa de un conocimiento previo (y de una educacin en l) para operar por lo que, al lmite, los autologismos quedan recortados por los dialogismos. Estas ideas de la teora del cierre se constituyen como una crtica verdaderamente triturante a las modulaciones ms oscurantistas y metafsicas de la idea de genio que parece imaginaran a Mozat segregando las bodas de Fgaro ex nihilio sui et subjecti. Desde los tres ejes expuestos pueden quedar ms claras las razones por las cuales la teora del cierre niega que las ciencias formales se desenvuelvan ntegramente en un campo puramente sintctico. La tesis del materialismo formalista ha sugerido la autoreferencialidad de los trminos de tales ciencias (en el mismo sentido que es autoreferencial la palabra "palabra") cuyo significado vendra dado arbitrariamente, por el suj oper por va pragmtica. Por contra los trminos de las ciencias llamadas factuales tendran un contenido directamente semntico (material-fisicalista) y slo oblicuamente pragmtico. Las ccff seran directamente pragmticas y oblicuamente semnticas-dado que sus contenidos referenciales consisten en los grafos materiales de tinta o de tiza- mientras que las reales sern directamente semnticas y oblicuamente pragmticas. Ahora bien en ningn caso sera adecuado incidir en la diferencia que separa las matemticas de otros tipos de ciencias, argumentando pongamos por caso que estas trabajan generando juicios analticos y ello principalmente por que tal cosa no existe. 3. Matizaciones sobre la verdad de las cienciasDesde el punto de vista de la T.C.C. vale distinguir el cierre objetual que determina construcciones cerradas (en el sentido matemtico: la clase de los nmeros naturales es cerrada para la operacin 5+8 por que el resultado de una tal operacin ,13, es un miembro de la clase) con una serie de "cosas" enclasadas de un campo ;del cierre proposicional sintctico que determina trminos tambin enclasados y sometidos a relaciones y operaciones (esta vez no manuales) en proposiciones. Ambos tipos de cierre - uno semntico, otro sintctico- son necesarios para la produccin de un cierre categorial genuino que perfile una ciencia rigurosa puesto que sin cierre proposicional ,slo habr artesana y sin cierre objetual no habra si no discurso, la ciencia pretendida no sera en este caso tal ,si no una suerte de teora metafsica, teolgica o una estadstica aplicada. Ambos cierres suelen ser simultneos pero remiten a figuras gnoseolgicas diferentes, disociables secundum se: Los principios gnoseolgicos (clases ,relaciones y operaciones) y los modi sciendi (modelos, clasificaciones ,demostraciones y operaciones) .No podemos seguir por aqu a pesar de que es esta una de las partes principales de la teora del cierre (tal vez por eso mismo, abundar en ella nos llevara muy lejos); baste sealar por tanto que las teoras proposicionalistas de las ciencias olvidan que lo caracterstico de los saberes categoriales no es arrojar proposiciones sobre su categoras desde el exterior si no organizar y transformar estas desde su interior.As las facies totius universi -por decirlo al modo de spinoza- han variado como resultado de las operaciones categoriales ,y no ya en un sentido conceptual si no ms bien en un sentido material: la biologa molecular ha podido crear clones igual que la quimica construye nuevos elementos, en virtud del desarrollo de las ciencias fsicas la luna conserva hoy la bandera de los Estados Unidos y la impronta de la pisada de Amstromg ,as como la geologa ha variado de hecho el curso de los ros (efectos igual de indudables y acaso ms macabros son los que nacen de la influencia que los modelos econmicos neoliberales de Hayeck han podido ejercer sobre el estado presente de Chile). La verdad de las ciencias se entiende en el marco de la teora del cierre como procesos de identidad sinttica (que a su vez habra que redefinir puesto que la idea de identidad no es unvoca precisamente si no anloga dado que son varias -y conectadas entre s- las modulaciones que de ella caben:no es lo mismo diremos una identidad esencial que una sustancial como no son lo mismo tampoco las unidades isolgicas y las sinolgicas; habra que empezar sin duda por diferenciar las posiciones de la TCC de las propias del positivismo lgico. Tal y como nosotros lo entendemos toda verdad cientfica se resuelve en una identidad de orden sinttico, la identidad analtica-reflexiva ser en todo caso una situacin lmite en el campo de la lgica), la referencia kantiano leibniziana es clara sin embargo una diferencia importante estriba en el modelo ontolgico materialista que subyace a la teora del cierre; por el cual el lugar de la identidad (y por ende de la verdad) se traslada de los juicios(Kant) a las cosas (verum est factum) y a los procesos de construccin cerrada. La verdad se concibe como un contenido semnticamente esencial (al contrario por cierto del error, vinculado de suyo a sectores fenomnicos, por as decir subjetivos) que resulta de la confluencia, en una identidad sinttica, de varios cursos diversos de operaciones, una confluencia realizada por dems en un campo gnoseolgico concreto de modo que esta queda necesariamente incorporada a aquel, su verdad no ser propiamente nada distinto de las propias conexiones que las ciencias generan. Para la construccin de la identidad el sujeto es necesario (un sujeto apottico y finalstico dotado no tanto de unidad de apercepcin trascendental cuanto de msculos estriados y de epiglotis). Ordo doctrinae -en el contexto de justificacin si cabe hablar as- aquel habr de quedar segregado de toda identidad perfecta. La verdad cientfica -la verdad que puede representar pongo por caso el teorema de pitgoras pero tambin la ley de Joule- resultar ser fruto de sucesivas neutralizaciones de las operaciones particulares ms diversas, y ello en los tres ejes dado que si en el eje semntico ser necesario desbordar el nivel de los fenmenos en el eje pragmtico habr que neutralizar los dialogismos y los autologismos. La verdad de la teora de Darwin es as, el resultado de distintos cursos operatorios provenientes incluso de diversas ciencias categoriales previamente dadas: taxonomas (como puedan serlo las de Aristteles o las de Linneo), la geologa de Lyell, hallazgos paleontlogicos, de anatoma y fisiologa animal y vegetal (las llamadas pruebas anatmicas relativas a las estructuras anlogas y homlogas, a los atavismos &etc). Todos estos cursos operatorios confluyen en una identidad sinttica esencial (la teora de la evolucin) cuyo contenido "rompe" por as decir -va segregacin- con el mismo Darwin, adquiriendo incluso mayor potencia y alcance a parte post del mismo, engrosando as-en virtud por ejemplo, de los descubrimientos embriolgicos o bioqumicos (con Watson y Crick a la cabeza), adems de los recorridos particulares de la teora sinttica, la gentica de poblaciones o la serologa -sus franjas de verdad. La TCC ha aplicado este modelo ha muchos otros ejemplos de la historia de las ciencias, el modelo atmico de Bhor por ejemplo (Bueno.G 1982) tambin procede de una convergencia parecida de cursos diferenciados, a la manera como es tambin el caso de la verdad geolgica de la deriva continental.. Hay evidentemente lmites impuestos tanto a la constitucin interina de una identidad sinttica como a la ampliacin de su alcance y de sus franjas de verdad, estas fronteras a las que aludimos vienen determinadas necesariamente por potentes razones de ndole gnoseolgica, una teora cientfica como tal explora un radio finito de materiales y de fenmenos sobre el cual disea su propio alcance, un radio desde luego que siempre puede ampliarse mediante la eventual confluencia y ajuste de nuevos cursos constructivos. Ahora bien, estas futuras ampliaciones de la identidad sinttica de referencia no pueden en ningn caso roturar la universalidad de los "seres existentes", ninguna teora cientfica se ocupa desde luego-sin perjuicio de las actuales tentativas claramente metafsicas de construir Theories of everything -de tratar los problemas concernientes a la omnitudo rerum,precisamente ne la medida en que la omnitudo rerum es sencillamente irreconstruible -para reconocerla es precisa una metafsica monista gratuita- y en todo caso no forma parte de ningn campo categorial especfico. 4. El lugar de la identidad: los contextos determinantes y los contextos determinadosLa verdad cientfica se determina a la luz del circularismo materialista como una identidad sinttica resultante de una confluencia de cursos diferentes y heterogneos. Ahora bien, esto no quiere decir que entre la idea de verdad gnoseolgica y la idea de identidad subsista una relacin de confusin;y ello principalmente por que aunque toda verdad cientfica constituya una identidad sinttica, la recproca no se sigue; hay mltiples identidades sintticas que sin embargo no pueden considerarse propiamente verdades cientficas (nadie dira por ejemplo que la circunferencia es ella misma una verdad matemtica por mucho que sea necesaria para la construccin de teoremas trigonomtricos de la mayor importancia). Esto es as por que la idea de identidad sinttica se bifurca para integrar en su seno dos modalidades :la identidad esquemtica (el esquema de identidad) y la identidad sistemtica que constituye, ella s, lo que solemos entender por verdades cientficas que sin embargo no pueden establecerse al margen de los propios esquemas de identidad (a la manera como tampoco el teorema de Pitgoras puede quedar construido al margen de la circunferencia o del tringulo rectngulo). Las identidades esquemticas son configuraciones que resultan de las operaciones entre los trminos de la propia ciencia. Desde la situacin "original" de una ciencia dada (desde la tabla de los elementos o los puntos y las rectas) no es posible construir las conexiones necesarias para la formacin de una identidad sinttica sistemtica sin que antes la provincia categorial haya quedado ya "urbanizada" y organizada-configurada- por las operaciones entre sus elementos. Los esquemas de identidad generados por tales operaciones pueden entrelazarse (tal y como verbigracia se entrelaza el esquema circunferencia con el esquema tringulo ) formando un contexto capaz por s mismo de generar relaciones sistemticas de identidad-el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos-que quedan segregadas con respecto a contextos genricos anteriores (ya sean de naturaleza tecnolgica, religiosa, poltica ...) y a las mismas operaciones del sujeto. El contexto determinante pues, no es propiamente un paradigma -en el sentido de Kuhn- ni tampoco una episteme -Foucault- dado que tales construcciones se mueven en todo caso entre los lmites del eje pragmtico que en la teora del cierre queda segregado por completo del ncleo de las ciencias y de los contextos determinantes. Estos adems (y al contrario de los paradigmas de Khun) son especficos con respecto a los campos categoriales (los paradigmas seran ms bien genricos a los mismos, y ello si conseguimos disipar la ambiguedad que recubre el mismo concepto de paradigma tal y como ya lo advirti Masterman) trazando sus fronteras desde el interior merced a una delimitacin producida por operaciones inmanentes a los campos mismos. Estas apreciaciones de la teora del cierre, permiten a la teora de la ciencia de Gustavo Bueno salir al paso de un problema que desde las lneas maestras de la filosofa de Kuhn permaneca irresuelto -y acaso tambin irresoluble-, efectivamente, el problema del cambio de paradigma y de la revolucin cientfica gobernada, si es que queremos ser consecuentes con la postura del mismo Kuhn, por mecanismos circulares. Sed contra, los contextos determinados son genricos con respecto a las identidades sintticas sistemticas que vayan a segregarse de cada corpus cientfico y ello, dado entre otras cosas que las identidades sistemticas lo son precisamente en la medida en que puedan quedar desconectadas de sus entornos previos .Estos subsistirn esto es cierto (y ello no lo necesitamos negar) por que las ciencias permanecen envueltas por mltiples contextos extracientficos con los que se relacionan en perenne retroalimentacin, si bien tambin las propias identidades que de las categoras surjan podrn considerarse trascendentales a los contextos determinados de referencia al menos en el sentido en que un mismo teorema ser compatible con diversos entornos (como lo es la misma geometra en relacin a la agromesura o la astronoma con respecto a las cartas de navegacin) y con muy diferentes colimadores del eje semntico, sin duda el juego de naipes ser un contexto colimador del clculo de probabilidades sin prejuicio de lo cual tambin es lo cierto que una tal teora no depende en lo que dice a su verdad de aquel, y ello entre otras razones por que tambin puede establecerse entre contextos tales como puedan serlo la lotera o el juego de los dados, o sencillamente sin ningn colimador en absoluto una vez que -ordo doctrinae-pueda reconstruirse como una ciencia axiomtica simpliciter segregando aquellas circunstancias que le hicieron nutrirse y que se mantienen -ordo inventionis- como previas a ella. No nos es posible, adems, olvidar que toda investigacin se origina, no desde una distancia cero sino precisamente a partir de un mundo heredado que siendo previo a la ciencia misma (y que permanece separado por as decir de su ncleo, merced a la neutralizacin que imprimen los contextos determinantes) no por ello deja de ejercer ciertos efectos sobre los diversos saberes. Las ciencias, desde luego, reciben la influencia de un tal precontexto, y ello de tres modos principales: directivo (el mundo heredado orienta la investigacin en funcin de sus propias necesidades militares-el proyecto Manhatan, la investigacin en aerodinmica de los proyectiles en la poca de Galileo. Op Vid Huerga Melcn 1999-,comerciales &etc), limitativo (tal y como por ejemplo la escolstica oficial pudo limitar la impugnacin por parte de Galileo de la tesis de la incorruptibilidad de los astros o tal y como las instancias oficiales de la URSS limitaron de hecho el desarrollo institucional de la gentica Mendeliana en las universidades y en los cultivos durante el caso Lisenjo) o ejerciendo sobre el cuerpo de las ciencias una influencia conformativa -propia pues de un datum formarum que difcilmente puede limitar su accin a los contextos de descubrimiento.). 5. Consideraciones en torno a la distincin entre ciencias naturales y humanas, a la luz de la teora del cierre categorialLa segunda gran tarea que corresponde cumplimentar a toda filosofa rigurosa de la ciencia es arrojar criterios suficientes de demarcacin entre las distintas ciencias, este tipo de cuestiones ,correspondientes a lo que los escolsticos denominaban problemas de distintiote scienciarum, pueden quedar enmarcados bajo el rtulo de gnoseologa especial, siempre que aclaremos que "especie" ,conserva aqu alguna resonancia de su significado lgico taxonmico originario( el del rbol de Porfirio),usaremos esta denominacin conscientes de cierta impropiedad atribuible a nuestro uso en cuanto que un anlisis gnoseolgico estrictamente especial, debera ms bien atender asegmentos especficos de ciencias o saberes particulares (es especial pongamos por caso el anlisis de Alvargonzlez en torno a Marvin Harris o el de Prez Herranz en torno a Rene Thom). Las ciencias, queremos decir son plurales y esta pluralidad es clasificable. De otra parte, las especies con las que nos enfrentamos son ms bien de tipo plotiniano que estrictamente porfirianas ;dado que su multiplicidad es dinmica, unas ciencias se transforman en otras, los cierres de cada una no son inamovibles ni eternos .Slo as cabe dar cuenta de la aparicin en nuestros das de disciplinas con cierres tan profusos como la bioqumica, la qumica fsica o las ciencias cognitivas. El reconocimiento por parte de la teora del cierre de la pluralidad irreductible de las ciencias se perfila como se ve, al modo de una negacin polmica de otras tesis gnoseolgicas rivales como puedan serlo el proyecto Neurathiano (aceptado tambin por Snow y otros) de una ciencia unificada en lenguaje fisicalista pero tambin de la idea de Engels de subsumir las diversas ciencia bajo la rbrica del diamat. El caso es que -dejando de lado la questio de iuris- de facto una tal ciencia de ciencias slo puede aparecer como proyecto; un proyecto, a la luz de la teora del cierre ,verdaderamente impracticable supuesto que ni las categoras son en principio reductibles unas a otras (sin perjuicio de que algn caso pueda darse) ni es imaginable tampoco una categora de categoras. Pensar as sera tanto como tratar de imaginar una teora de unificacin que clausurase todos los fenmenos categoriales, que agotase el mundo. Sin embargo el materialismo filosfico considera el mundo inagotable en el sentido de que no cabe roturarlo gnoseolgicamente de un modo conclusivo (al modo cosmista e idealista de Hegel o de Engels). Partiendo de las parcelas acotadas no es posible reconstruir en regressus una totalidad coherente si no una indeterminada (precisamente bajo estas claves Vidal Pea interpreta a Spinoza como un filsofo materialista y crtico) e indeterminable y ello por razones ontolgicas de gran peso. Si el armonismo idealista es gratuito lo es no slo por la finitud del intelecto humano (implantado a escala biolgica histrica y social) si no sobre todo por la naturaleza de las parcelas categoriales acotadas en cada momento, que no tienen por que mantenerse en una coexistencia armnica- en una convivencia pacfica -,al contrario su convivencia puede ser violenta (como lo es de hecho en muchas ocasiones: la mecnica cuntica y la relativista.), unas ciencias pueden oponerse a otras sin que el eslgan escolstico que indica que la verdad no puede contradecir a la verdad, sirva de gran ayuda dado que ,en este contexto, nos encontramos con una diversidad de verdades inconmensurables entre s. Nuestra poca por otro lado ya no es la de La Crtica de la Razn Pura, cuando la gnoseologa deba enfrentarse a una sola ciencia categorial dada (a lo sumo dos) la mecnica clsica ( la geometra de Euclides), en virtud de la cual, Kant poda muy bien sealar "el camino seguro de la ciencia", sin embargo hoy nos encontramos con una multitud de caminos divergentes correspondientes a una gran pluralidad de ciencias. Y no todas igual de seguras ( la qumica y la pedagoga, la biologa y el derecho, la psicologa y las "ciencias de la informacin" en cuyas facultades estudian en nuestros das los futuros periodistas, la filologa, las ciencias polticas etc...) .El nuestro es un marco heredado del florecimiento de jvenes disciplinas durante el siglo xix ,del que ya Emile Du Bois-Reymond hizo lectura en su Ignoramus...Ignorabimus! ; entre ellas por supuesto, adquieren un lugar destacado las denominadas ciencias humanas cuyo estatuto epistemolgico es problemtico y cuyo lugar en la repblica de las ciencias ofrece sin duda un abanico interesante de problemas para la parte especial de la crtica gnoseolgica. Ahora bien incluso aqu la pluralidad es grande -hasta excesiva si se quiere - ,incluso lo es ms que en el caso de las ciencias naturales porque ciertamente no es la misma la posicin de la psicologa y la de la sociologa, ni la de la antropologa y la de la medicina; pero tampoco es exactamente el mismo caso el del conductismo de Skinner y el del psicoanlisis de Freud (por no hablar de Jung o de Lacan) ni son los mismos los procedimientos de Marvin Harris y los de Claude Levi-Strauss (por no hablar tampoco de Castaneda o Clidford Geertz). La posibilidad de arrojar luz sobre tanta confusin es relativa a la gnoseologa de la que se parta, pero en todo caso es obvio que habr que encontrar criterios suficientes de demarcacin entre las ciencias y entre lo que es ciencia y lo que no lo es (no se podr decir pongamos por caso que Lacan o Castaneda practican, cada cual a su modo una especie de cuasi magia; que son ,digmoslo rpidamente, un fraude?). La teora del cierre por su parte ha ofrecido su interpretacin de la cuestin sin necesidad de negar la diferencia entre las ciencias humanas y las no humanas (como lo hace sin ir ms lejos Popper cuando pide unidad metodolgica de la investigacin cientfica). - EL CONCEPTO DE "CIENCIAS HUMANAS" ES OSCURO Y CONFUSO (NO ES CLARO NI DISTINTO)Cuando se habla de "ciencias humanas", se procede atendiendo al sentido objetivo del genitivo. Desde el sentido subjetivo tal rtulo sera redundante a no ser que considersemos la posibilidad de una ciencia divina (al modo de Juan de Santotoms), de una ciencia de los animales (al modo de tantos etlogos y sociobilogos de nuestros tiempos) o de una ciencia extraterrestre. Bajo cualquier otro punto de vista resulta simplemente trivial advertir que toda ciencia( sea la fsica sea la arqueologa) es ciencia humana; ahora bien, los que hablan de "cchh" suelen referirse con ello a aquellas ciencias que toman como objeto al hombre. Una tal definicin es, todava, sencillamente ininteligible y no ya por motivos internos a la teora del cierre (ocurre realmente que ninguna ciencia toma como objeto al hombre ni a ninguna otra cosa, las ciencias no tienen un objeto tienen un campo) si no por la vulgar constatacin de que muchas ciencias toman al hombre como trmino (o a partes atributivas o distributivas suyas) a saber : la sociologa, la etnologa, la historia...pero tambin la fsica (a la que es indiferente si es un hombre o un piano de cola el mvil en cada libre analizado), la biologa, la qumica o la medicina. Lo importante, se nos dir, es que las cchh toman al hombre en cuanto hombre como objeto; pero sucede que en tal frmula la oscuridad no es menor , ms apropiado y ms profundo se sin duda apuntar, como lo hace Dilthey en su Introduccin a las ciencias del espritu, que las cchh tematizan sujetos o si se prefiere que en ellas el sujeto se hace objeto, precisamente sin perder su calidad subjetual, queda sealado as el objeto formal que configura las ciencias humanas como tales, al margen de lo cual, esta misma formulacin habr de tomar un tallaje reinterpretativo a la luz del materialismo de G. Bueno. Las ciencias humanas sern aquellas caracterizadas por una metodologa particular (en realidad por un doble plano metodolgico como veremos) y por organizar su cierre operatorio en torno a un campo entre cuyos trminos aparecen sujetos operatorios (humanos o anlogos rigurosos) situados en la misma escala del sujeto gnoseolgico (del cientfico ) y capaces ,por lo tanto, de reproducir sus operaciones al igual que aquel puede -y muchas veces, debe a efectos metodolgicos- reconstruir los de aquellos. As dentro del grupo de las ciencias humanas (que quedar definido de un modo sui generis no ya como la ciencia en la que se estudia al hombre si no ms bien como la ciencia en la que un hombre estudia a otros) podrn ampliar su alcance para incluir ciencias en las que no aparece ms hombre que el cientfico (aunque aparezcan otros sujetos operatorios no humanos si no precisamente animales) como puedan serlo la etologa o la psicologa animal de Skinner o Thondike, y tambin reducirlo para excluir ciencias donde aparecen hombres ( aunque no aparezca ms sujeto operatorio que el cientfico y justamente por ello ) al modo de la medicina o la anatoma humana, tambin la paleoantropologa fsica y biolgica etc. no se puede decir, salvada la metfora, que el hombre como un grave sometido a la ley de Newton realice operaciones como tampoco las realiza un neutrino, un agujero de lombriz o un astro ,ni en general ninguno de los trminos del campo de las ciencias fsicas o biolgicas ( otra cosa sera el significado gnoseolgico del "geniecillo" de Laplace) cuyos movimientos subsumidos bajo leyes no son operatorios, en las ciencias humanas y etolgicas en cambio " el historiador reproduce las operaciones de un sujeto pretrito partiendo de reliquias y relatos, el psiclogo estudia las operaciones de una rata ode una paloma en un laberinto o en una caja de Skinner, el linguista analiza las operaciones realizadas por un hablante, el antroplogo cultural se convierte el mismo en un trobiands o en un indio seneka con el objeto de estudiar las operaciones de los nativos de modo que puede llegar a darse una continuidad entre las operaciones de los nativos y las operaciones de los sujjetos a los que se estudia:Lorenz camina gaznando delante de una hilera de patitos, von Frish reconoce los mensajes de las abejas ,."(Alvargonzlez 1989.Pp84). Precisamente a ste respecto cabe asignar las diferencias metodolgicas ms relevantes de las ciencias humanas y etolgicas como lo es, por ejemplo, su problemtico poder predictivo suponiendo que el propio sujeto operatorio al que se refiere la prediccin puede conocerla y alterar su conducta en relacin a esta. Mientras que los virus no pueden acceder a las investigaciones inmunolgicas, los ciudadanos votantes son capaces de leer las encuestas electorales y actuar en consecuencia, variando su voto pongamos por caso (por efecto del "voto til" desviarlo de I..U al PSOE , O De HB al PNV), invalidando se este modo una prediccin ,que quizs era vlida en el momento de ser elaborada. Gustavo Bueno ha resuelto esta temtica (op vid ,princeps su artculo "En torno a un concepto de ciencias humanas " en el Basilisco nmero 2) apuntando que en el campo de las ciencias humanas y etolgicas, nos encontramos con un doble plano operatorio, que remite a dos metodologas muy distintas. A saber : Metodologas B operatorias: Son las verdaderamente caractersticas de las ciencias humanas en tanto "humanas",en ellas el sujeto gnoseolgico en su regressus a las esencias no termina (en ocasiones como veremos ni empieza siquiera) a cerrar estructuras objetivas que desbordes las operaciones de las que se parte sino que sus procedimientos incluyen la organizacin de un campo en el que ya se realizan -aunque slo sea de un modo analgico- las operaciones que l mismo debe realizar para organizarlo. Metodologas A operatorias: Son las verdaderamente caracterstscas de las ciencias humanas en cuanto "ciencias".En ellas el cientfico desborda las operaciones de las que parte, detrminandolas en regressus por estructuras esenciales que no dicen ya relacin a operacin alguna, las operaciones iniciales quedan neutralizadas en los resultados como fenmenos a salvar en las esencias y, en las conexiones resultantes entre los trminos no queda ya la impronta de los sujetos operatorios. Para cada una de las metodologas hay un par de situaciones de alcance diferenciado: METODOLOGAS alfa-1 OPERATORIAS: En este caso la operatoreidad de los sujetos estudiados queda eliminada totalmente como resultado de un regressus a estructuras determinantes que no son propiamente operatorias sino "naturales" (propiamente no humanas). Partiendo de una situacin B (la de un campo en el que aparecen sujetos operatorios) se regresa a una situacin A, en la que los sujetos y sus operaciones se consideran no existentes. Este es el caso de la refexologa de Pavlov pero tambin el de la etologa de Tinbergen ,en le cual las operaciones animales ( el cortejo) quedan trituradas, por as decir, en el regreso al campo A de la qumica o la bioqumica (la segregacin de ecto -hormonas o feromonas). METODOLOGAS alfa-2 OPERATORIAS: Las operaciones de los sujetos gnoseolgicos no quedan neutralizadas de un modo completo, pues se trata de partir precisamente de ellas, progresando, para explicarlas, a estructuras envolventes que las rebasan. Existiran dos subclases o tipos: Metodologas I a-2: En las que la operaciones de los sujetos se determinan por estructuras genricas (a los campos naturales y a los humanos) en el sentido preciso que adquiere "gnero" en la lgica escolstica. Metodologas II-a-2: En las que las operaciones iniciales quedan determinadas por estructuras especficas ( a los campos humanos ). Los modelos matemticos de Rene Thom o de Lorenz aplicados a la economa (pero genricos a ella en la medida de su aplicabilidad a modelos geolgicos o biolgicos) son integrantes de este grupo ,as como tambin loes la aplicacin de la teora evolucionista a las ciencias sociales o culturales (va Spencer) o las intenciones de Kurt Lewin de explicar los movimientos de la gente en un teatro ardiendo bajo un modelo genrico como lo es el de las molculas de un gas en ebullicin. En cambio el propsito de E Durkheim de explicar "lo social por lo social " (de un modo especfico ) habr de ser considerado II a-2 operatorio al igual que la taxonoma formalista de Claude Levi Strauss que subsume los fenmenos culturales en modelos binarios supuestamente genricos a lo humano. Tambin dentro de las metodologas B operatorias pueden distinguirse dos tipos : METODOLOGAS Beta-1 OPERATORIAS:En este contexto metodolgico las ciencias no desbordan las operaciones de los sujetos estudiados si no que en su regressus se detienen en estructuras envolventes circunscritas al propio mbito de las operaciones realizadas,esto explica entre otras cosas porqu estas estructuras no precisan ser tratadas por un lenguaje esotrico dado que se mantienen en el nivel de la praxis cotidiana. Las estructuras a las que se regresa pueden ser tambin genricas o especficas segn sea la metodologa de referencia o bien I -B-1 operatoria o bien II-B-1 operatoria. I -B-1 operatorias (Metodologas). En este caso las estructuras determinantes son ,de algn modo, genricas a las operaciones mismas y se configuran en ltimo trmino a partir de aparatos y realizaciones tcnico instrumentales (verum est factum) de carcter reconstructivo respecto a las operaciones del sujeto primigenio. Es el caso del arquelogo que reconstruye el hacha de slex que construy el neanderthal. II-B-2operatorias (metodologas) Las estructuras a las que se regresa son especficas a las operaciones mismas y ello por la sencilla razn de que ellas mismas son operaciones, el sujeto gnoseolgico trata de determinar las operaciones del operatorio para as estudiar su conducta . Es este el caso de la teora de los juegos, la psicologa del aprendizaje del condicionamiento operante skinneriano pero tambin de la economa poltica &etc. METODOLOGAS Beta-2 OPERATORIAS: En un tal grupo se inscriben los saberes prctico prcticas en las que la lnea del progressus hacia estructuras esenciales no se llega ni a iniciar, en su lugar, y en la lnea del progressus, los sujetos gnoseolgicos se mueven en estrecha continuidad (y simetra) con respecto a los operatorios. En general ,y sin perjuicio de similitudes formales -algunas de gran peso- no habra motivo para llamar "ciencias" a tales saberes ni "cientficos" a sus cultivadores. Aquellos sern ms bien a "artes", "tcnicas",o saberes prudenciales y estos merecern ttulo de tcnicos o artistas: As el periodismo, la poltica ,el derecho (entendido precisamente no como ciencia si no como prudentia Iuris, Op vid Vega, Jess 2000), las bellas artes o el sacerdocio (e incluso la magia) si hacemos caso a Platn en el Fedro . - OBSERVACIONES EN O TORNO AL LUGAR METODOLGICO DE LAS CIENCIAS HUMANAS Y ETOLGICASLa principal peculiaridad de las ciencias humanas y etolgicas es la posesin operativa de un doble plano metodolgico, de este modo como vemos ,mientras que las ciencias fsicas y matemticas se mueven en todo momento en situaciones y campos A operatorios ,en los que por tanto no aparecen sujetos operatorios como tales, las ciencias humanas y etolgicas se mantienen en un contexto en el que lasa metodologas A y B se entrecruzan constantemente sin que este cruzamiento sea tampoco armonioso si no rigurosamente dialctico; en l se realizan tambin dos casos lmites muy caractersticos de las tensiones gnoseolgicas de este tipo de ciencias: aquel (a-1 operatoria) en que las ciencias humanas dejan de ser "humanas" (para convertirse en naturales stricto sensu) dado que en su campo no aparecen ms operaciones que las del sujeto gnoseolgico ,y aun estas deben ser neutralizadas( hasta acceder al campo de la qumica o la bioqumica).Y tambin aquel (B-2 operatoria) en las que las ciencias humanas dejan de ser "ciencias" para convertirse en tcnicas o artes, la distincin no es dicotmica sin duda ,puesto que en su intermedio caben siempre terceras y aun cuartas posibilidades (ocupadas por las metodologas a-2 y B-1 operatorias) pero incluso stas debern "elegir" entre tratar las operaciones en cuanto tales - perdiendo rigor y exactitud- y tratar las operaciones con rigor y exactitud - pero disolvindolas en estructuras exteriores-,en este sentido la tabla metodolgica ofrecida por G. Bueno tiene un funcionamiento, diremos, dilemtico ,para que algo se ilumine (la "cientificidad", pongamos por caso, en las A operatorias) la luz de otra debe apagarse (la "humanidad" en estas mismas metodologas) tomando as el estatuto gnoseolgico de las ciencias humanas y etolgicas ,modulaciones propias de territorios inestables en oscilacin perpetua muy lejana sin duda de lo que Kant pudo denominar "el camino seguro de la ciencia" .Todo ello conviene evidentemente a las propias ciencias de referencia cuyos estados epistmicos estn a la vista. Se trata de disciplinas agitadas en continuidad por innumerables debates escolares sobre los proemios de la teora ,muy a menudo, cuando las diversas escuelas de las ciencias humanas entran en polmica (el psicoanlisis y el conductismo, el materialismo cultural y el estructuralismo, Skinner contra Chomsky) la polmica misma no se refiere a los contenidos de la ciencia - a una teora o a un teorema-si no a la propia ciencia en s - a la cientificidad de la teora o del teorema-,tabndose un tipo de debates que T.S Kuhn llamar "preparadigmticos" pero sucede que no cabe atribuirles a stos, motivos heredados del estado de juventud de tales disciplinas "(...) (acaso-se pregunta el profesor Bueno-la qumica no es tan joven, o todava ms , como la economa poltica?); el conflicto es constitutivo. Y lo que es ms, no hay por qu desear (en nombre de un oscuro armonismo) que desaparezca si no se quiere que con l, se desvanezca tambin la propia fisonoma de estas ciencias" (G. Bueno.1995.Pp79). En este sentido la configuracin gnoseolgica de este tipo de saberes es dialctica desapareciendo as, a nuestro juicio, la -acaso tentadora- posibilidad de dividir el reino (o si se quiere la " repblica") de las ciencias en dos partes pacficamente coexistentes, pero tampoco cabe ignorar las diferencias metodolgicas, existen ciertamente diversas partes (no ya dos) en el reino de las ciencias pero no todas pertenecen a l de igual derecho, las ciencias humanas son ciencias en sentido dbil -el cuarto de las cuatro modulaciones recogidas al principio- precisamente por que no se ajustan por entero a la estructura de las ciencias categoriales cerradas (y cuando llegan a ajustarse del todo, precisamente ya no son humanas), ello no quiere decir tampoco que tales disciplinas engloben pseudosaberes, ideologas o mitologas pero s disciplinas muy problemticas (fronterizas entre las ciencias y las artes en sentido tcnico) .Quizs el mejor lugar para contemplar tal problematicidad sea la tabla de metodologas y las distancias intermedias entre las disciplinas que han dejado de ser material de la teora de la ciencia (el derecho o la ingeniera financiera) y las ciencias naturales, estas instancias mediales son las ocupadas propiamente por las ciencias humanas ms caractersticas -la sociologa o la psicologa pongamos por caso, pero tambin por la historia o la teora de los juegos- que reproducen en su seno un dilema muy parecido por su forma al que los escolsticos se planteaban a propsito de la posibilidad de construir una ciencia de la tica o una tica como ciencia y es que si esta ciencia (razonaban los dominicos ,sobretodo Juan de Santotoms) conservaba la sindresis, la prudencia,cmo poda ser ciencia? -etica non includens prudentiam- y si no la inclua (argan los jesuitas,sobre todo Surez) , cmo poda ser tica? -Etica includems prudentiam-. Algo similar cabe decir al respecto de las ciencias humanas ,haciendo uso en nuestro caso los trminos "ciencias" y "humanas " (y el trmino "sujeto operatorio" respectivamente) en lugar de las palabras "ciencia" y "tica" (y el trmino "prudencia" o "Sinderesis"). En el cuadro adjunto recorremos todos los estados y situaciones operatorias que hemos presentado a lo largo del captulo incluyendo ,adems los ejemplos ms pertinentes de la historia de las ciencias humanas y etolgicas. a-1 operatoria (metodologa) reflexologa de Pavlov. a-2 operatoria (metodologia) : . Situacin I-a-2 psicometra,sociometra,mtodos estadsticos. .Situacin II-a-2 estructuralismo de C. Levi Strauss. B-1 operatoria( metodologa) : Situacin I-B-1 "VERUM EST FACTUM", historia. Situacin II-B-2 teora de los juegos, conductismo de Skinner. B-2 operatorias(metodologa) jurisprudencia,"ciencias"de la informacin (Este esquema ha sido utilizado por el profesor Bueno en multitud de ocasiones.Vid Vg G.Bueno 1995) El doble plano operatorio al que segn la teora del cierre se circunscriben las ciencias humanas, permite adems replantear los conflictos entre la libertad humana (sea absoluta al modo de Sartre o encarnada al modo de Merleau ponty) y el determinismo asociado a la palabra "ciencia", que se difuminaran hasta desaparecer, y no slo por que algunas metodologas (las B operatorias) reconocen esta libertad ,si no sobre todo por que la libertad aparece referida al campo de los sujetos operatorios mientras que el determinismo se vincula al terreno operatorio de los sujetos gnoseolgicos, a las construcciones de los cientficos.

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