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 CHENG VACiO Y PLENITUD BIBI.IOTECA DE ENSAVO SIRUELA  

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  • CHENGVACiO

    Y PLENITUDBIBI.IO TECA DE ENSAVO

    SIRUELA

  • ESTA NUEVA EDICIN ES LA VERSION DEFINITIVA DE VACO Y PLENITUD, TRAS LA REVISION HECHA POR EL AUTOR.

    Vaco y p lenitud es una de esas ob ras fu n d a m e n ta le s que p e r m i ten a c c e d e r a la c o m p r e n s i n de la p in tu ra china . Su au to r , F ra n ois Cheng , co n o c id o espec ia l i s ta en p o e s a y p in tu ra chinas , e x p o n e el d e s a r ro l lo que , a lo largo de qu ince siglos, ha ten ido la p in tu r a en China , p e r o su es-tud io no es de ca rc te r h is t r ico s ino f i losf ico .La p r im e r a p a r t e e x p lo ra el s istem a d e la p i n tu r a en re lac in con la f i lo so f a tao s ta a p a r t i r de la .nocin de vaco q u e todo a r t i s ta d e b e c o n o c e r , eje f u n d a m enta l de la co n ce p c i n ch ina del un iv e rso y su c o m p re n s i n del m u n d o ob je t ivo , l igado a la idea d e r l i e n t o vital y al e s ta d o s u p re m o al qu e el h o m b re d e b e tende r . La s eg u n d a p a r t e concre-

  • Franois Cheng

    Vaco y plenitud

    El lenguaje de la p in tu r a china

    T ra d u c c io n e s d e l f ra n c s de A m elia H e rn n d e z

    y J u a n L u is D e lm o n t

    Bibl ioteca de Ensayo 2 2 (serie menor) Ediciones S i ru e l a

  • 1.* e d i c i n : a b r i l d e 2 :3 4

    3 .a e d i c i n : s e p t i e m b r e d e 2CCS

    T od os los derechos reservados.Cualquier forma de reproduccin , d istr ibucin , com unicacin

    pblica o transform acin de esta obra s lo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. D irjase a C E D R O Centro Espaol de D erechos

    Reprogrficos, < h ttp : / /w w w .c e d r o .o r g > w w w .c e d r o .o r g ; si necesita fo tocop iar o escanear algn fragm ento de esta obra.

    Prohibida la venta en Amrica Latina

    T tu lo original: Vde e t p le in . L e langage p ic tu r a l chir.ois D ise o grfico: G io n a Gauger

    C o lec c i n dirigida por Ignacio G m ez de I.iao

    (de este t tu lo , por Jacobo Stuart) ditions du Seuil, 1979, 199!

    D e la traduccin (de A m elia H ernndez y Juan Luis D e im on t) , M onte Avila Editores, 19S5

    D e la rev is in de la traduccin (de esta nueva versin), H elena del A m o

    E dic iones Siruela, S. A., 1993, 2334, 203S

    c / A lm agro 25, ppal. deha. 28010 Madrid.Tel.: 91 355 57 20 Fax: 91 353 22 I I

    siruela@ siruela.com w w w .sirue la .com ISBN: 97S-S4-7S44-7.9-5

    D e p s ito legal: M -42.999-23C8 Impreso en Rigormagrfic Printed and made in Spain

    Papel 1 C0% p rocedente de b osques bien gestionados

  • n d i c e

    In tro d u c c i n

    N o ta del a u to r

    A g ra d e c im ie n to s

    V aco y p le n i tu d

    P rim e ra p a r te . El a r te de la p in tu ra c h in a a p a r t i r de la n o c i n de vaco

    In tro d u c c i n . U n a filo so fa de la v ida en acc i nI. El vaco en la f ilo so fa c h in aII . El vaco en la p in tu ra c h in a R e c a p itu la c i n de los t rm in o s tcn ico s

  • S eg u n d a p a r te . El a r te de la p in tu ra c h in a a p a r t i r de la o b ra de S h itao

    i. A rte y vida 199II. O la de p ie d ra s 203III. P a lab ras so b re la p in tu ra 207IV. La p in c e la d a 211V. N osta lg ia del re g re so al o rig en 215VI. Las tra n s fo rm a c io n e s de la p in c e la d a n ic a 221 vil. M o n ta a de l p in c e l, o can od e la t in ta 231VIII. El p a isa je , re tra to del h o m b re 237IX. La v e rd a d e ra vida es p o sib le 245X. Ram as d e c i r u e l o e n f l o r 251

    N otas 261

    B ib lio g ra fa

    n d ic e de cu ad ro s

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    275

  • I n t r o d u c c i n

    En China, de todas las artes, el lugar supremo lo ocupa la p intura1. Es objeto de una verdadera mstica, porque, para los chinos, el misterio del universo lo revela por excelencia el arte pictrico. En comparacin con la poesa, la otra cumbre de la cultura china, la pintura, por el espacio originario que ella encarna, por los alientos vitales que suscita, parece ms idnea, no tanto para describir los espectculos de la creacin, sino para participar en los gestos mismos de la creacin. Fuera de la co-O ____ _______ m en te religiosa, de tradicin ante todo budista, la pintura en s misma era considerada como una prctica sagrada.

    Esta pintura tiene su punto de partida en una filosofa fundamental que propone concepciones precisas de la cosmologa, del destino hum ano y de la relacin entre el hom bre y el universo. En tanto

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  • lleva a la prctica esta filosofa, la p in tura constituye una m anera especfica de vivir. Busca crear, ms que un marco de representacin, un lugar medirn- nico donde la verdadera vida sea posible. En China, arte y arte de vivir son una misma cosa.

    En esta ptica, el pensam iento esttico chino considera siempre lo bello en su relacin con lo verdadero. As, parajuzgar el valor de una obra, la tradicin distingue tres grados de excelencia: el neng- pin, obra de talento acabado; el miaopin, obra de esencia maravillosa; el shenpin, obra de espritu divino*. Si para definir los dos prim eros grados, el nengpin y el miaopin, se recurre a num erosos predicados que participan a veces de la nocin de belleza (estos calificativos, tales como xionghun, poderoso; gaochao, elevado; piaoyi, etreo; huali, magnfico; iianya, elegante; gupu, antiguo; youyuan, lejano; tanbo, inspido, m erecen sin duda un estudio sistemtico que indicar las categoras especficas de la sensibilidad esttica china. Sin embargo nuestro propsito aqu, recordm oslo, es delim itar la estructura profunda de un arte en tanto que lenguaje), en cambio el trm ino shenpin slo se aplica a una obra cuya calidad inefable parece sugerir su relacin con el universo originario.

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  • El ideal que anim a a un artista chino es el de realizar un microcosmos vital en el cual el macrocosmos pueda obrar.

    Este libro se propone presentar los temas esenciales de ese pensam iento esttico. Su punto de vista v su m todo son semiolgicos. Esto significa que no nos limitaremos a traducir o com entar tal o cual fragm ento de los tratados tericos, ni a enum erar sim plem ente los trm inos tcnicos utilizados en el arte de pintar. Los tratados tericos, en efecto, se han producido en un determ inado contexto cultural; tienen una parte implcita que es preciso poner al descubierto. Asimismo, los trminos tcnicos no son elem entos aislados; form an un todo orgnico, con sus distintos planos y sus leyes de combinacin. Nuestra m ira ser m ostrar cules son las estructuras internas de este sistema de pensam iento y de esta prctica, y cules sus principios de funcionam iento. La obra consta de dos partes. La prim era est dedicada a la presentacin general: a partir de una nocin central -e l vaco-, mostraremos cmo se organiza una serie de conceptos relacionados entre s, organizacin gracias a la cual el arte pictrico adquiere su plena significacin. En la segunda parte, examinaremos la obra -te rica y prctica a la vez-

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  • de un p in tor en especial, para hacer ver el funcionam iento real de este arte. Varios pasajes de la segunda parte, que en cierto m odo confirm an el contenido de la prim era, son a veces repetitivos. Esta repeticin nos parece, em pero, til y aun indispensable, en la m edida en que nos perm ite confrontar ciertos conceptos desde diferentes ngulos.

    Adems de su objetivo terico, el libro tiene una meta prctica, la de ayudar al lector a apreciar la p intura china. Resulta til, a continuacin, presentar a grandes rasgos la historia de la p in tura china a partir del Im perio, establecido dos siglos antes de nuestra era. Recordemos prim ero que la larga historia del Im perio chino, sucesin de dinastas, es la alternancia de perodos de unificacin y de pero-

    /d o s de divisin. As, despus de las dinastas Qin y H an (siglos IT a. C.-ll d. C ) , que foijaron la unidad de China, se inici un perodo de disturbios provocados por conflictos internos y por la invasin de los brbaros. Este perodo (siglos ii-yi) es el de las as llamadas dinastas del N orte y del Sur, durante el cual el norte de China est ocupado por los brbaros, que, po r una parte, adoptan el budismo y,

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  • jr

    por otra, se asimilan a la cultura china. China slo vuelve a unificarse con la gran dinasta Tang (siglos v ih x ) . Despus de tres siglos de existencia, esta dinasta se sume a su vez en la anarqua. Sobreviene una era de divisiones, llamada los Cinco Perodos (siglo Esta era se acaba con el advenim iento de los Song (siglos X-Xlll). En el plano cultural, la dinasta Song logra un esplendor comparable al de los Tang. Pero muy pronto se ve m inada por los incesantes ataques de las tribus I.iao y jin , que obligan a los Song a replegarse al sur del ro Yangzi. Despus del ocaso de los Song, China, demasiado debilitada. es incapaz de resistir la rauda invasin de los mongoles, quienes fundan una n u ev a dinasta, la de los Yuan (siglos Xlll-Xiv). A los Yuan suceden las dos ltimas grandes dinastas del Imperio, la de los Ming (siglos xv-xvil) y la de los Qing (siglos XVII- XIX), fundada por los manches, quienes se asimilaron muy prom o a la cultura china.

    A lo largo de esta historia, el desarrollo de la p in tura es continuo. Aunque est condicionada pollos acontecimientos, sigue sus propias leves de transform acin. Los perodos de divisin y de desorden, por el hecho mismo del relajam iento y de las interrogantes que generan, 110 son m enos pro-

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  • pidos a la creacin artstica. Dos corrientes que se nu tren una de otra anim an esta pintura: la corriente religiosa, marcada por la pin tura nacida del taos- mo v ms tarde del budismo, y la corriente profana, que, si bien lo es, configura ella tam bin, como hem os dicho, una espiritualidad. El objeto de nues-

    tro estudio ser esta ltima corriente en tanto que ' ' ; lleva a la prctica un pensam iento esttico original.

    , /

    Se suele admitir, en efecto, que el prim er gran p in to r no annim o de la historia china fue Gu Kai-

    / zhi (345-411), de la dinasta Jin (265-420). Con una autoridad v un dom inio tcnico asombrosos, elevrla p in tura a una dignidad originaria que conserva desde entonces. Su advenim iento, desde luego, no haba sido fortuito; lo preceda una antigua tradicin pictrica. Por los docum entos escritos y los testimonios materiales, sabemos que durante la dinasta feudal de los Zhou (1121-256 a. C.), el llamado perodo de los Reinos Combatientes (453-222 a. C.), y el prim er imperio de los Qin y de los Han (221 a. C.- 220 d. C), los palacios y los templos, as como las tumbas reales, estaban decorados con suntuosos murales de temas religiosos o morales. Por otra par-

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  • te, poseemos cierto nm ero de pinturas sobre seda y una m uestra im portante de grabados en ladrillo que nos perm iten apreciar un arte original, tanto por el uso de la pincelada como por la composicin.

    Tras la cada de la dinasta Han, el Im perio chino, dividido y amenazado por los brbaros, vivi una paz sum am ente precaria durante la dinasta Jin . Esta situacin de desorden y de crisis suscit importantes corrientes de pensam iento. Frente al con- fucianismo, que sufra un ocaso tem poral, triunfaban el neotaosm o y el budismo, que acababa de ser introducido en China. Estas corrientes de pensa-

    ' m iento provocaron, a su vez, una verdadera explosin en diversos campos de la creacin artstica: caligrafa, pintura, escultura, arquitectura, etc. En lo tocante a la pintura, la figura que dom in su poca fue precisam ente Gu Kaizhi. Supo cristalizar en su creacin las conquistas del pasado, al mismo tiempo que lograba in tegrar los nuevos aportes, sobre todo los adelantos tcnicos de la caligrafa y la audacia imaginativa del arte budista. Con la sntesis que efectu en una poca tan profusa y desgarrada, Gu prefigur el rum bo ulterior de la p in tura china, en la cual cohabitan varias corrientes de pensa

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  • m iento, que se in terpenetrali y se fecundan de continuo. Por desgracia, nada subsisti de las pinturas m urales de Gu. Slo podem os adivinar la grandeza de su arte a travs de un proyecto escrito p o r l para un cuadro titulado Nota para la pintura de la Montaa de la Tenaza de las Xubes, y a travs de dos famosos rollos de atribucin tarda. La diosa del ro Luo, conservado en China, y Admonicin a las damasde la corte, conservado en el Rritish Museum. -----

    Despus de Gu, duran te las llamadas dinastas del N orte y del Sur (420-589), en que China estaba dividida en dos, y duran te la corta dinasta de los Sul (589-618), se pueden citar algunos pintores notables: Lu Tanwei, Zong Bing. Zhang Sengyou, Zhan Ziqian. Pero slo conocem os sus obras por los escritos de los historiadores posteriores, sobre todo po r el Li dai minghuaji (H istoria de la p in tu ra duran te las dinastas sucesivas), de Zhang Yanyuan, de la poca de los Tang. Sin em bargo, se le atribuye a Zhan Ziqian un famoso cuadro: Paseo de primavera. generalm ente considerado com o la prim era obra paisajista de la p in tura china.

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  • Los T a n g (618-907)

    Con el advenim iento de los Tang se abre verdaderam ente el perodo clsico. La reunificacin del pas y la reorganizacin del Estado traen consigo una prosperidad sin precedentes. U na extraordinaria efervescencia creadora se manifiesta entonces en todos los campos del arte: poesa, msica, danza, caligrafa, pintura.

    El estilo de esta poca est m arcado po r la alianza de dos exigencias aparen tem ente contradictorias: po r un lado, una necesidad de rigor que evidencia el afn de fijar criterios, de codificar las reglas; po r otro, una bsqueda de la variedad, que se manifiesta por las m ltiples tendencias que coexisten, v que encuentra sus races ideolgicas en las tres principales corrientes de pensam iento que son el confucianism o, el taosm o y el budismo. Contradiccin aparente, en realidad, pues la fijacin de criterios y la codificacin de reglas, segn la concepcin de la poca, se p ropon an tan slo establecer una especie de recapitulacin ordenada de todas las formas de expresin posibles, y se supon a que el artista deba m editarlas a fin de orientar su significacin con en te ra libertad, segn los

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  • principios de una creacin perfectamente consciente.

    Desde el punto de vista m eramente tcnico, las investigaciones y los adelantos realizados en el transcurso de los siglos anteriores perm iten entonces a los pintores lograr la plena madurez de sus medios. En el arte de la pincelada, por ejemplo, base de la tcnica pictrica china, el artista dispone ahora para expresarse de toda una gama de pinceladas de distintos tipos, que suelen llevar nombres muy ilustrativos: cabeza de rata, cola de serpiente, clavo arrancado, con la pequea hacha, camo desenmaraado, etc. La lista se enriquecer luego con nuevos matices, para llegar a finales de los Ming a un extremo refinamiento. El arte del color tambin evoluciona de forma decisiva. Las armonas ms estimadas son el verde y azul (o ja- ^ de y oro). Pero tambin se im pone al mismo tiempo la pintura con tinta china, para la cual se logra, desde el prim er momento y por el impulso del pintor poeta Wang Wei, una tcnica tan eficaz como sutil. En cuanto a las reglas de la composicin, siguen tendiendo a un rigor y una complejidad cada

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  • vez mayores tanto en el arte del mural como en la pintura sobre seda.

    Se empiezan a precisar tres tendencias artsticas \ - re a lis ta , expresionista, impresionista-, que corres- /

    ponden a las tres corrientes de pensamiento -con- ,< fucianismo, taosmo, budism o- en las que se ilustra

    ..---''la idiosincrasia china. Toda la historia de la pintura china ser animada por ellas. La tendencia realista qued marcada desde un principio (inicios de los Tang) por dos hermanos: Van Lide y Yan Liben (activos entre 627 v 683), quienes se destacan en el gnero del retrato edificante. Un poco ms tarde, el gran pintor Li Sixun (651-716) y su hijo Li Zhaodao (activo entre 670 y 730) darn fama a la representacin detallada y a la vez grandiosa de los paisajes.En la misma escuela realista debemos mencionar tambin a Cao Ba y Han Gan, especialistas de la pin-

    / tura de caballos, as como a Zhang Xun y Zhou Fang, clebres por sus cuadros costumbristas.

    El gran maestro de la tendencia expresionista es, sin duda alguna. Wu Daozi (701-792). Personal*- dad llamativa, se dedic por igual a la pintura de personajes (decor numerosos templos taostas y budistas) y de paisajes. Su tcnica procede mediante grandes pinceladas que producen trazados de l-

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  • neas vigorosos y rtmicos, y es un ardiente partida- de la ejecucin espontnea y rpida.Siempre en la misma va expresionista, pode

    mos citar tambin los nom bres de LuHL-engjia, el discpulo ms conocido de Wu, y de Wang Xia, introductor de la llamada tcnica de la tinta salpicada, quien, al parecer, slo poda pintar en estado

    \ de completa ebriedad.A falta de otro mejor, hemos utilizado el adjeti

    vo impresionista para calificar la tercera gran tendencia de la p intura de la dinasta Tang. Se trata, en efecto, del estilo, tan especfico de la pintura china, que procede m ediante la aplicacin de delicadas pinceladas, a veces difuminadas, con una tinta sutilm ente graduada, y que busca ante todo discernir las tonalidades de un paisaje en sus infinitos matices, percibir las vibraciones secretas de los objetos

    ; baados por los alientos invisibles que animan el universo. En realidad, esta p intura busca plasmar un estado anmico, en la m edida en que es siempre

    ... el resultado de una larga meditacin. No es de ex- / i

    tranar entonces que este camino haya sido inaugurado por Wang Wei (699-759), p in tor y poeta a la vez, pero sobre todo gran adepto del budismo chan

    | (zen).

    no

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  • L as C in c o D in a s ta s (907-960)

    La intensa creacin artstica iniciada durante los Tang ser continuada y profundizada durante los Song. Pero entre los Tang y los Song, un breve interregno (llamado de las Cinco Dinastas) resultar ser decisivo para el desarrollo de la p intura china. Porque durante este perodo de divisiones y de enconadas luchas por el poder (es inevitable evocar la poca que sigui a la cada de los H an), en el cual se sucedieron pequeas dinastas efmeras, vivieron algunos de los ms grandes artistas de los cuales China pueda enorgullecerse: sus obras, habitadas por las ms elevadas visiones, sern determ inantes para la pintura ulterior.

    A pesar de las precarias y a m enudo trgicas condiciones en que vivan -y sin duda por ellas-, supieron hallar en el arte una respuesta a sus preguntas ms apremiantes. A travs de la representacin de paisajes grandiosos o msticos, expresan el misterio del universo y del deseo hum ano, e inauguran as la gran tradicin paisajista, que se convertir, como se sabe, en la principal corriente de la p intura china.

    De estos maestros, unos se dedican a plasmar los sobrios horizontes del norte de China; otros, los

  • paisajes ms variados, ms lujuriosos del sur. Los mejores representantes de la m anera nortea son ciertamente Jing Hao (activo entre 905 y 958) y Guan Tong (activo entre 907 v 923), que tendrn seguidores tan admirables como Li Cheng (activo entre 960 y 990). Fan Kuan (activo entre 990 v 1030) y, en cierta medida, Guo Xi (activo entre 1020 v 1075) -siendo stos algunos de los ms grandes pintores de los Song del N orte-. Entre los sureos, debemos citar sobre todo a ju ra n (activo entre 960 y 980) y Dong Yuan (activo entre 932 y 976), quienes se im ponen desde antes del ocaso de los Song del Norte.

    Adems del paisaje, se siguen practicando otros gneros. La pintura de corte, por ejemplo, vive grandes momentos en los reinos Tang del Sur y Shu del Oeste. Ambas regiones, por su situacin geogrfica excntrica, disfrutan entonces de una paz relativa. En ellas varios emperadores, amantes del arte o artistas ellos mismos, favorecern la creacin artstica, creando academias de pintura que servi- rn de modelo a la famosa Academia de los Song. Entre sus pintores ilustres, hemos de recordar los

  • nombres de Zhou Wenju y Gu Hongzhong en la pintura de personajes los de Xu Xi y Huang Quan en la pintura de flores v animales.

    Los Song (960-1279)

    Con los Song se inicia la verdadera edad de oro de la pintura china. Sucesores de los artistas de la dinasta Tang v de los grandes maestros de las Cinco Dinastas, cuyo aporte decisivo acabamos de recalcar, los pintores de la dinasta Song llevarn el arte pictrico a un grado de refinamiento y de perfeccin nunca antes logrado (quiz pueda compararse la riqueza excepcional de este perodo con la del Quattrocento en Italia).

    La historia de los Song est marcada por un corte brutal, consecuencia de la invasin del norte de China por las tribus Jin que vinieron de Asia Central. En consecuencia, se puede dividir en dos perodos: el de los Song del Norte (960-1127) v el de los Song del Sur (1127-1279). En el primero de estos perodos, caracterizado por la recuperacin de la unidad, se afirma en todos los mbitos un asombroso dinamismo creador. Las grandes corrientes

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  • del pensamiento chino, tan distintas en la poca de los Tang, se interpenetran hasta lograr una suerte de sntesis (a la cual tendi en especial el neocon- fucianismo): de ello se desprendern una cosmologa y algunos principios fundam entales, en los cua-

    / les se basar la pintura en lo sucesivo.Aunque el estilo norteo (inaugurado, segn

    hemos visto, por Jing Hao y Guan Tong) alcanza desde un comienzo su punto extremo de tensin por obra de artistas como Fan Kuan o Guo Xi. la influencia de los maestros sureos -u n Juran, un Dong Yuan- se im pondr muy pronto en el nimo de los pintores: particularmente en Mi Fu (1051- 1107), clebre por igual como calgrafo y como coleccionista, v sobre todo en su hijo Mi Youren (1086- 1165). Con sus creaciones, estos dos artistas contribuirn de manera singular a enriquecer la pintura china: introductores de la tcnica de las

    j manchas superpuestas y de los puntos difumina- dos, sabrn utilizar en sus cuadros, con excepcional talento, la dinmica del vaco.

    La actividad efervescente desplegada durante los Song del Norte no se interrum pir con la invasin de los fin. En efecto, un fenm eno nuevo permitir que el arte preserve, en medio de la tormen-

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  • ta. su expresin v, a la vez, su continuidad. Este fenmeno, capital, se produce con la creacin de la Academia de pintura, al principio de la dinasta Song. La Academia, a la cual se era admitido por concurso, contar con sesenta miembros en la poca de los Song del Norte, y con ms de cien durante los Song del Sur.

    En el Norte, la ms famosa es la Academia de Xuanhe: su poca de gloria coincide con el reinado del em perador Huizong^ quien era a su vez un artista excepcional -pero que llevar el Imperio a la ruina, al abandonar las riendas del Estado para dedicarse exclusivamente al arte-. En el Sur, la Academia ms famosa ser la de Shaoxing, durante el reinado del em perador Gaozong.

    El prim er mrito de la institucin de la Academia ser el de proteger la creacin artstica, hasta entonces gravemente amenazada por los sobresaltos de la historia. Pero perm itir sobre todo que los pintores profundicen a su antojo en las tcnicas legadas por los antiguos, y extiendan considerablemente el abanico temtico de su inspiracin, al proponer categoras de especializacin lo ms variadas posible, cada una de las cuales tratar un tema bien delimitado: personajes, palacios y edificios, tribus

  • extranjeras, dragones y peces, m ontaas y aguas, animales domsticos y salvajes, flores y pjaros, caas y pinos, verduras y frutas, etc. O tra innovacin: en adelante, los artistas van a ser seleccionados en

    X toda China, lo cual perm itir una confrontacin en- / riquecedora para todos.

    Muchos de los pintores de la Academia durante la poca de los Song del Xorte m erecen ser m encionados: Zhao Boju, Guo Xi, H uang Jucai, Wang Ning, Gao Wenjin, Van Wengui, Gao Keming, Cui Bo, Ma Ben, Chen Yaochen. Tras la invasin de los Jin , cuando la Academia tuvo que ser transferida hacia el Sur, emigr con ella toda una procesin de pintores de gran valor: Li Di, Xiao Zhao, Li Tang. Li Duan, Su H anchen.

    Se le ha de dar un lugar especial a Li Tang (1050- X 1131), quien, gracias al poder de su arte, favorecido

    por un incomparable dominio tcnico, podr actuar como el vnculo indispensable entre ambos perodos. Su m anera de pintar influir poderosa y duraderam ente en el estilo de los S o n g del Sur.

    Su tcnica de la pincelada, denom inada con la gran hacha (derivada de la pincelada con la pequea hacha que invent Li Sixun durante la dinasta Tang), ser retom ada por los dos pintores

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  • ms im portantes de fines de los Song: Ma Yuan (activo entre 1172 y 1214) y Xia Gui (activo entre 1190 y 1225). A pesar de haber surgido tarde, renovarn la p intura de la poca de form a radical. Sobresalen en la creacin de una atmsfera de romanticismo mstico, en cuvo seno in troducen figuras dibujadas con anchas pinceladas rigurosas y angulares, y que tienen una fuerza de presencia singular. Pero, sobre todo, llevan al extrem o el afn de ciertos pintores del Sur po r liberarse de la composicin dem asiado ordenada que practicaban sus predecesores, e inventan una especie de perspectiva descentrada en la cual, al destacar determ inado rincn del paisaje, hacen que la m irada imaginaria del espectador se dirija hacia algo no form ulado y nostlgico que, invisible en apariencia, se convierte entonces en el verdadero sujeto de la obra. Cabe preguntarse, desde luego, si este xcentrismo no se relaciona tam bin, en cierta medida, con la situacin geogrfica en que estaban: China haba perdido gran parte de su territorio y, al igual que todos los chinos de la poca, los pintores no podan dejar de sentir p rofundam ente el dram a de verse alejados para siempre de la soada unidad... El caso es que este estilo de representacin tan particular les vali a Ma y a

  • Xia los respectivos apodos de Ma el Rincn y Xia la Mitad.

    Estas dos figuras no deben, empero, ocultar las de los otros pintores que se ilustraron en el marco de la Academia durante los Song del Sur: Liu Song Xian, los hermanos Van Ciping y Van Chai, Ma Lin (hijo de Ma Yuan), Li Song, Iiang Kai. Zhu Huai-

    jing -sin contar con una multitud de annimos que tambin nos han dejado obras de muy alta calidad.

    La pintura de la Academia 110 es uniforme. En su seno coexisten siempre las tres tendencias que orientan el arte chino desde los Tang. Pero, de ma-' era general, el estilo de la Academia se caracteriza por el cuidado de la norma, el rigor tcnico y la es- pecializacin en gneros. Dicho esto, la pintura de la Academia 110 representa toda la pintura de la dinasta Song. Exista, en efecto, una relacin dialctica sumamente fecunda entre los pintores de la Academia y los que no pertenecan a ella -y que buscaban precisamente diferenciarse de ella-. As, de los grandes pintores de los Song del Norte antes mencionados, Kan Kuan y Mi Fu trabajaron fuera de la Academia, lo cual les permiti, sin duda, llevar adelante una indagacin muy personal, que dio resultados deslumbrantes. A estos nombres se pue-

    2 S

  • de agregar el de Li Gonglin (1040-1106), famoso / pintor de personajes y de caballos.

    Hay que sealar otro hecho an ms significativo v que tendr consecuencias decisivas: el naci-

    . miento -al margen de la Academia- de una pintura practicada por los letrados, esto es, por pintores no profesionales. Estos artistas, excelentes calgrafos por lo general, abordan ciertos gneros con mucha facilidad, especialmente los temas clasificados bajo el rtulo plantas y flores (caas, orqudeas, flores

    / de ciruelo, etctera) -e n la medida en que la tcnica requerida en este campo recurre a un tipo de pincelada a m enudo prximo a la escritura-. Su propsito inicial no era practicar el gran arte, sino expresar, por medio de figuras tomadas de la naturaleza. un estado anmico, una disposicin del alma, y a fin de cuentas una manera de ser. Deca Su Dongpo (1036-1101), el primero v el ms ilustre de todos ellos: Mis bambes no tienen secciones, ;qu hav de extrao en ello? Son bambes nacidos en mi corazn, y no de esos que los ojos tan slo miran desde fuera. El fue por cierto quien, a propsito de un cuadro de su amigo Wen Tong, otro gran pintor de bambes, pronunci la famosa frase: Antes de pintar un bamb, has de dejarlo crecer den-

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  • tro de ti. l y algunos ms, entre ellos Huang Ting- jian v Mi Fu, acreditarn la prctica, tan especfica

    , de la pintura china, de inscribir poem asdentro del espacio en blanco del cuadro.

    "Esta prctica buscaba originalmente metamorfo- sear la pintura en un arte de alguna m anera ms completo, que combinara la calidad plstica de la imagen y la calidad musical de los versos: o sea. ms profundam ente, dimensin espacial y dimensin temporal.

    Esta pintura de letrados ser practicada esencialmente, durante los Song del Sur, por Zheng Si- xiao, Zhao Mengjian y Yang Wujiu -quienes se especializarn respectivamente en la p intura de orqudeas, de narcisos y de ciruelos-. De hecho, habr que esperar la dinasta siguiente para que esta forma de arte tan particular se convierta a su vez en una corriente dominante.

    Los Y uan (1277-1367)

    La dinasta Song habra de desmoronarse ante el fulgurante ataque de los mongoles. stos fundaron en China una nueva dinasta: la de los Yuan. que du

  • rara aproximadamente un siglo. Los nuevos amos del pas, por desconfianza y por discriminacin, van a ejercer primero una represin sin cuartel y luego una censura muy severa sobre el pueblo en general, y sobre la clase de los letrados en especial. Se poda suponer que, debido al rigor de esta censura, la creacin artstica iba a entrar en decadencia. No fue as. Junto al teatro popular, la pintura llegar incluso a ser la expresin primordial de esta poca. Al 110 tratar temas directamente relacionados con la realidad poltica, no daba pie a la crtica de los censores. Adems, y sobre todo, la mayora de los pintores trabajan entonces fuera del circuito oficial; algunos escogen incluso la vida de ermitao.

    Los ms famosos (los Cuatro Grandes Maestros de los Yuan) son Huang Gongwang (1269-1354), Wu Zhen (1280-1354),_Ni Zan (J 301-1374) y Wang Meng (1308-1385). Los cuatro pertenecen a la segunda generacin de pintores de los Yuan, y viven por lo general en las provincias del sur: en Jiangsu y Zhejiang. Se frecuentaban: llegaron incluso a colaborar. Son, no obstante, tan diferentes en sus estilos que parece casi imposible confundirlos. Huang Gongwang se afirma sobre todo por su visin soberana y equilibrada, reflejo exacto de su personali

  • dad. Su clebre cuadro Mi estada en el monte Fu- Chun, lleno de luminosa serenidad, es, sin lugar a dudas, la mejor ilustracin de su estilo. En cuanto a Wu Zhen, de carcter hurao, apreciaba por encima de todo la compaa de los monjes. Su estilo de vida sencillo asoma en su pintura, que impacta por su aspecto directo y abrupto, no exento de un sabor puro. Xi Zan, adepto del taosmo (al igual que Huang Gongvvang), busca ante todo el desprendimiento, y lo traduce dedicndose a representar los elementos de la naturaleza tan slo en formas sumamente depuradas, dibujadas con pinceladas voluntariam ente inspidas. En cuanto a Wang Meng, enriquece la pintura de la poca con una obra de una fuerza singular; utilizando una pincelada de su creacin, la famosa pelo de buey, a la vez sinuosa y apretada, crea paisajes dinmicos v como animados por un constante estremecimiento (su pintura recuerda a veces la de los ltimos aos de Van Gogh).

    Pero, a pesar de estas diferencias de estilo, muchos rasgos significativos unen a los cuatro pintores. I odos eran letrados cabales (o sea a la vez pintores, calgrafos y poetas). Sus obras, por cierto, se adornan con muchos poemas: contribuirn as a establecer definitivamente la tradicin de esta pintu

  • ra de letrados, iniciada bajo los Song por un Su Dongpo, un Wen Tong, o un Mi Fu. Pero su aporte es inestimable sobre todo en el plano tcnico. De la pintura de los Song, rechazan la herencia demasiado reciente que dejaron los pintores del Sur, y tratan ms de volver al arte de los maestros de las Cinco Dinastas (DongYuan, Juran) o de los Song del Xorte (Fan Ran. Guo Xi. Mi Fu), agregndole, sin embargo, algo ms espontneo, ms libre, sobre todo en el movimiento del pincel y en el trabajo de la tinta. Abren as nuevas posibilidades para estos dos elementos indisociables de la prctica pictrica china, esforzndose por obtener de ellos sabor y, a la vez, resonancia. En un cuadro, el m enor punto, la m enor lnea, la m enor mancha de tinta, diluidao concentrada, es para ellos una ocasin de imprimir de manera sensible la vibracin misma de su alma. De suerte que el cuadro no solamente se aprecia por el conjunto de sus cualidades, sino que puede saborearse hasta en sus ms nfimos detalles.

    Pero hemos de recalcar el hecho de que estos cuatro pintores, que en cierta forma resumen por s solos el arte de losYuan, no hubieran podido lograr tal dominio de no haber sido precedidos por unos cuantos audaces que les abrieron camino: el prime

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  • ro de ellos es el incom parable Zhao Mengfu (1254- 1322). Estudi pintura con Qian Xuan (hacia 1235- 1301), otro gran pin tor realista de principios de los Yuan, cuyo estilo minucioso y preciso influy grandem ente en l. Extrem adam ente dotado. Zhao sobresali en todos los gneros. Y como ocupara un alto cargo en el gobierno de los mongoles, fue quien llev la voz cantante de la poca.

    Calgrafo excepcional, supo introducir en su p intura el juego sutil del pincel, del cual los Cuatro Maestros sacarn el provecho que sabemos. Jun to a l, otro artista, Gao Kehong, gran paisajista, de tcnica clsica, pero de visin absolutam ente personal, contribuir tambin a llevar a cabo la transicin de la p in tura de los Song a la de los Yuan. Otros pintores m erecen ser sealados despus de ellos: Tang Li, Cao Zhibo, Fang Congyi, Sheng Mou. quienes se im ponen, cada cual a su m anera, con el mismo espritu de realizacin personal y de libertad.

    Los M ing (1368-1644)

    Tras haber derrocado el orden mongol, el jefe de la sublevacin de 1368. Zhu Yuanzhang, fundar

  • a su vez una nueva dinasta, la de los Ming, con un poder fuertem ente centralizado y autocrtico. De una form a un tanto diferente, el Estado restableci muy pronto la Academia suprim ida durante los Yuan. Pero debido al estrecho control del poder sobre todas las formas posibles de creacin, y a pesar de la presencia de num erosos artistas realm ente talentosos, la pintura nunca volver a recuperar el frondoso dinamismo al cual debe su gloria la Academia de los Song. Por otra parte, su incapacidad para suscitar una creacin abierta contribuir finalm ente a llevar el arte pictrico chino (al menos parte de l) hacia un academicismo a m enudo decepcionante que se abri paso a fines de los Ming.

    La poca, em pero, dista de ser desdeable. Favorece incluso el florecim iento de algunos talentos de prim era m agnitud, que no destacaron po r la invencin de formas nuevas, pero le dieron lustre a la herencia dejada por los antiguos.

    Las provincias martimas del sur, Jiangsu y Zhe Jiang, que se abren en esa poca al m undo exterior, vivieron entonces una expansin econmica sin precedentes. Durante el largo reinado Ming, estas dos regiones sern un foco de intensa actividad cultural. Sern pronto el escenario del enfrentam ien

  • to de dos escuelas de pintura: la escuela de Zhe (en Z hejiang) y la escuela de Wu (en Jiangsu). Cronolgicamente, la escuela de Wu sucede a la de Zhe vO 7 rbusca risiblem ente diferenciarse de ella. Esta doble relacin de sucesin y de rivalidad tiene su im portancia: m antendr abierto el campo de indagaciones durante ms de m edio siglo.

    D a ijin (prim era mitad del siglo XV) se impone rpidam ente como el jefe indiscutible de la escuela de Zhe, pero sin haberlo buscado. Pintor de corte venerado, se haba retirado en Hangzhou, su regin natal, tras haber sido peijudicado por ciertas intrigas. Seguir pintando en su retiro, pero morir pobre y olvidado. Influida sin lugar a dudas por ese destino, que le perm iti conocer mundos tan opuestos, su pintura sigue tambin dos estilos muy diferentes: uno acadmico, derivado del de MaYuan y de Xia Gui. de los Song del Sur; otro, ms personal, cercano al de Wu Zhen, uno de los Cuatro Maestros de los Yuan. Excelente en ambos, dejar obras de una calidad tan excepcional que term inarn imponindose a sus sucesores como los modelos de una nueva va. Siguiendo sus huellas, Wu Wei (1459-1508), que era su compatriota y tambin formaba parte de la Academia, afirma definitivamente la re

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  • putacin de la escuela de Zhe, ofreciendo a la admiracin de sus contem porneos una obra de gran fuerza que conjugaba a su manera las dos cualidades ya puestas de manifiesto en la de D aijin : rigor acadmico e inspiracin personal. Estos dos jefes de escuela tendrn muchos imitadores, de los cuales el ms conocido es, sin duda, Lan Ying (1585-1657).

    Entretanto, a finales del siglo XV, en la provincia de Jiangsu, alrededor de la ciudad de Suzhou, centro comercial y cultural particularm ente prspero, haba nacido otra escuela, a la que dieron fama desde un principio pintores provenientes de familias de letrados. En reaccin contra la de Zhe, esta escuela de Wu se propone volver a la tradicin de la p in tura literaria de los Yuan. Dos pintores le confieren una resonancia inmediata: Shen Zhou (1427-1509) v su discpulo Wen Zhengm ing (1470-1559). Por haber \ivido ambos hasta una edad muy avanzada. sus nom bres dom inarn po r fuerza el m undo del arte durante varias dcadas. Sus obras, im pregnadas de equilibrio y de arm ona, fieles a principios ticos y estticos perfectam ente rigurosos, muestran por m om entos repentinas huellas de violencia: a imagen de una sociedad que. tras haber alcanzado un grado extrem o de refinam iento, pero sin

  • tindose secretamente amenazada desde dentro y desde fuera por fuerzas disolventes, se interroga con preocupacin acerca de su propio destino. Otros dos grandes pintores, Lu Zhi (1496-1576) y Chen Shun (1483-1544), toman despus de ellos el mismo camino: especialmente el segundo, que se acerca de algn modo, con su asombroso dominio de la tinta, al arte tan espontneo de un Mi Fu de la dinasta Song, dndole as una frescura saludable a la produccin de su poca.

    -\1 margen de estas dos escuelas, una tercera tendencia agrupa a cierto nm ero de pintores considerados como de estilo acadmico (recurdese que, en China, este calificativo siempre se refiere al estilo de la Academia de los Song). Tres nombres dom inan esta corriente: Zhou Chen (activo a principios del siglo XY) v sus dos discpulos Tang Yin (1470-1528) v Qiu Ymg (hacia 1510-1551). Ninguno de los tres pertenece a la Academia; sin embargo, cada uno de ellos trata de volver al gran estilo de los Tang v de los Song. A diferencia de los letrados de la escuela de Wu, suelen ser de origen modesto: Qiu Vmg era un simple artesano; Tang Yin, gracias a su precoz inteligencia, podr estudiar y ser admitido en los crculos cultos, pero, tras un error co-

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  • metido en un examen, ser excluido de las esferas oficiales y llevar una vida disoluta que causar escndalo en su poca. Al no poder aspirar a la cultura de sus colegas rivales, estos artistas buscarn afirmarse m ediante el virtuosismo de su tcnica, la composicin sobriamente armoniosa y equilibrada de sus obras (en las que no dejan nada al azar), y la calidad de la ejecucin, llevada en cada detalle hasta el supremo refinamiento. Muy eclcticos en sus gustos, dejarn autnticas obras maestras en los ms diversos gneros: paisajes realistas o imaginarios, escenas de la vida de corte del pasado, retratos de cortesanas, relatos mticos, rboles y flores, etc.

    Despus de ellos, la poca estar dom inada polla figura excesiva de Dong Qichang (1555-1636\. Proveniente de la escuela de \Yu, es un artista de gran talento, pero de espritu formalista. Ocupa un cargo oficial de alto rango v se complace en las discusiones tericas: sus concepciones esquemticas . contribuirn mucho a orientar la pintura de su poca hacia una especie de academicismo artificioso, en el que todo quedar pronto postulado en trminos de recetas y de reglas.

    La uniform idad predicada por Dong, a m enudo sensible en la produccin de finales de esta dinas-

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  • ta, es quebrantada afortunadam ente por las creaciones originales de algunos no alineados: \ u Wei (1521-1593) y Chen H ongshou (1599-1652), en particular, quienes influirn en la p in tura de la dinasta siguiente. Xu Wei es uno de los pocos artis-

    V tas chinos declarado loco. Extraordinariam ente dotado, con una sensibilidad siempre a flor de piel, perder su equilibrio m ental hacia los cuarenta aos, tras varios lutos dolorosos y una serie de fracasos en los exmenes oficiales. Seguir, em pero, pintando y caligrafiando durante los m uchos aos que an vivir, produciendo obras de carcter netam ente expresionista, que evidencian una fuerza singular. Chen Hongshou, conocido sobre todo como pintor de personajes, tam bin cultivar deliberadam ente lo extrao y lo absurdo. Poniendo al servicio de un estilo totalm ente personal su perfecto dom inio tcnico (que lo em parenta con los mejores retratistas de las dinastas Tang y Song), no vacila en deform ar las figuras para acentuar su expresividad. Busca expresar, a travs de los personajes que llaman su atencin, 110 una semejanza cualquiera basada en un conjunto de detalles exactos. sino una m anera de ser que slo reivindica la libertad.

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  • Los Q in g (1644-1811)

    El academicismo en el que se iban sum iendo muchos artistas hubiera podido resultar fatal para la aventura de la p intura china. Pero, segn vimos, la poca es tam bin propicia al florecim iento de unos cuantos talentos independientes: ellos abrirn paso a toda una progenie de pintores asombrosos, celosamente individualistas, quienes engalanarn con un brillo inesperado esta ltima dinasta china que se inicia en 1644, al subir al trono un em perador m anch. Expresionistas convencidos, que llevan a veces la originalidad hasta la extravagancia (la mayora estaban en abierta oposicin al nuevo rgim en), sabrn expresarse con acentos geniales: gracias a ellos, la pintura de los Qing, lejos de ser una plida continuacin de la de los Ming, aparece hoy como la ltim a gran ola de una tradicin ya ms que milenaria.

    Al igual que los mongoles a su llegada al poder, los manches empiezan a ejercer una despiadada censura en todos los campos donde pueden dar rienda suelta a su autoridad. El arte pictrico, como sabemos, se hallaba relativamente protegido de los efectos de este despotismo puntilloso. Pero ahora,

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  • en vez de tratar de evitar los temas relacionados con la situacin poltica, social o moral del pas, los artistas se las ingeniarn para expresar en sus obras, bajo un simbolismo transparente o por medio de poemas inscritos en el margen de sus cuadros, su decidido repudio del compromiso v aun su voluntad de desafo.

    Los de mavor edad haban \ivido ei dram a de la cada de los Ming. Su actitud frente al nuevo orden ser de rechazo, o por lo menos de alejamiento. As, pues, no es de extraar que los cuatro representantes por excelencia de esta nueva generacin de artistas, tradicionalmente designados como los Cuatro Eminentes Monjes Pintores, hayan escogido la vida solitaria. Sus nombres: Hong Ren (1610- 1663), Kun Can (1612-1693). Zhu Da (162(>1705). Sliitao (1641-despus de 1710).

    Hong Ren era oriundo de Anhui. Tras haber vagado por diversas provincias, se radic en un monasterio al pie del monte Huangshan. en su provincia natal. Junto con Shitao y Mei Qing, contribuir a la fama de la llamada escuela de Huangshan. Tom como modelo a los grandes maestros de la dinasta Yuan, pero impuso un estilo muy personal, sobre todo en la representacin de las rocas, que denota su afn de rescatar las formas irreductibles

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  • de la naturaleza, y afirma al mismo tiempo su entereza, enemiga de cualquier forma de compromiso.

    En cuanto a Kun Can, habra de alistarse a los treinta aos en la guerra de resistencia contra los manches. Diez aos ms tarde, con el nuevo rgimen, toma el hbito de monje. Lo encontramos luego en diversos monasterios del sur de China. Sus paisajes, que recuerdan los de Wang Meng, de los Yuan. llaman la atencin por su aspecto estremecido y pattico.

    Zhu Da fue. sin duda, el ms altivo y el ms extravagante de todos. Para no tener que comprometerse con el nuevo rgimen, se hace a veces pasar por mudo o por loco. Sus cuadros, recargados de rocas abruptas, de races retorcidas, tienen una factura violenta, terriblem ente inslita. Cuando representa animales (guilas, lechuzas, peces, ratas), les confiere una extraa apariencia, aveces desenfadada, a veces francamente agresiva. Su extraordinaria m anera de pintar, que procede m ediante una rauda sucesin de sbitas pinceladas, lo convierte en uno de los pintores ms originales, ms inimitables de la pintura china.

    Shitao, por ltimo, que posea todos los dones posibles, es una personalidad compleja. Su infancia

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  • trgica est marcada por la bsqueda dolorosa de una identidad de la cual intentan despojarlo: su padre, que perteneca al linaje real de los Ming, es asesinado tras la muerte del ltimo em perador por miembros de su propia familia entregados a una lucha fratricida por el poder. Shitao, que tena entonces tres aos, salv su vida gracias a la proteccin de un sirviente que lo confi a un monasterio. Pero el brillo de su talento, su xito demasiado repentino lo llevarn pronto a acatar a los nuevos amos. Atrado por el mundo, le cuesta mucho plegarse a la regla monstica que ha escogido. Espritu paradjico, siempre atrado por fuerzas contrarias: as lo revelar su obra, tan variada como fecunda, signada toda por el sello de una incesante interrogacin; as aparece tambin en su Palabras sobre la pintura, uno de los textos tericos ms importantes del pensam iento esttico chino.

    Contemporneo de los Cuatro Monjes Pintores, otro inclasificable, GongXian (1599-1689). tambin dotado de una fuerte personalidad, marca con su impronta singular toda la pintura de la poca. Pasa la mavor parte de su vida en la regin de Xankn, donde participa activamente en el movimiento patritico organizado contra los manches. Una vez

  • instalado el nuevo rgimen, preferir retirarse a la soledad del monte Qinliang, dividiendo su tiempo entre la pintura y la enseanza -sin por ello dejar de intervenir ocasionalmente en los asuntos del mundo-. Sus paisajes, cargados de tinta espesa, como si se cerniera sobre ellos una tormenta cuya inminencia asoma en el ms mnimo detalle, son imagen de su carcter, ardiente y sombro a un tiempo, que lo empujar su vida entera a abrazar todas las causas justas.

    La actitud de estos antecesores no dejar de repercutir en la de sus sucesores directos, los ms famosos de los cuales suelen ser designados tambin con una apelacin colectiva. Son los Ocho Excntricos de Yangzhou: Zheng Xie (1693-1765), Jin Nong (1687-1763), Luo Bin (1733-1799), Li Fang- ving (1695-1755), Wang Shishen (1686-1759), Gao Xiang (1688-1753), Huang Shen (1687-1766) y Li Shan (1692-1762). Cada uno, a su manera, exalta la tcnica expresionista, ahora en auge, llevndola en lo posible a un grado an ms afirmado de desenfado o de no conformismo. Uno de ellos se destaca indiscutiblemente del grupo: se trata de Zheng Xie, quien ofrece, a mediados de ese siglo XVTII, uno de los ltimos ejemplos de lo que debe de haber sido un letrado cabal -en el m ejor sentido de la ex

  • presin-. Hombre de pensamiento y a la vez de accin, ejerce celosamente sus funciones de prefecto provincial (despus de haber aprobado los exmenes oficiales), expresando al mismo tiempo, en sus cartas y en sus poemas, ideas polticas y sociales basadas en un humanismo generoso y exigente. Unas veces partcipe (condena deliberadamente a los ricos a pesar de una ley injusta, y protege con valenta los intereses del pueblo damnificado) y otras desafecto (se entrega a su arte de pintor y de calgrafo con un espritu de libertad ejemplar), sabr recurrir por igual a un agudo sentido crtico y a un temperam ento naturalm ente predispuesto a la extravagancia, que desafa todas las convenciones. Kn todo caso, su obra nos recuerda que en todas las etapas de la tradicin pictrica china se manifiesta una corriente de pensamiento que, de una u otra forma, se niega a considerar el arte como una evasin de la ijealidad o como el fruto de una indagacin pura- iiente esttica, y prefiere ver en el gesto del artista una forma concreta de realizacin para el hom bre.

    La corriente expresionista, tan caracterstica del arte de los Qing, seguir siendo ilustrada a lo largo del siglo XIX y hasta nuestros das por artistas de gran talento, por 110 citar ms que a tres: Ren Bo-

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  • nian (1839-1895), Wu Changshi (1844-1927) y Qi Baishi (1863-1957).

    Al mismo tiempo, otra corriente se dedicaba a defender con paciencia la tradicin heredada de los antiguos. Tuvo su hora de gloria en los siglos XVII y XVIII, con hombres como Yun Shoupin (1633-1690), Wu Li (1632-1718) v los Cuatro Wang: WangYuan- qi (1642-1715), Wang Shimin (1592-1680), W angjian (1598-1677) y Wang Hui (1632-1717). Diestros en todas las sutilezas de la tcnica tradicional, estos artistas gozaron en su poca de un prestigio considerable, en la medida en que encamaban la ortodoxia. A decir verdad, su mrito no es poco: a ellos se debe que los pintores de hoy hayan podido conservar intactas algunas de las ms importantes conquistas del pasado. Por lo dems, algunos no se limitaron a ejercer esta funcin de consenadores, y no vacilaron en innovar, si haba que hacerlo, dentro del arte sutil de la composicin.

    Existe, en la historia de la pintura china, una tradicin que consiste en relatar las obras y milagros de los grandes pintores con el fin de ilustrar el estilo particular de cada uno de ellos. Algunas leyendas

  • ravan a veces en lo fantstico, lo cual tiene el efecto de recalcar la funcin, sagrada o mgica, que se le atribuye a la pintura. Citaremos algunas de las ms famosas"'; nos parece, en efecto, que para nosotros es tambin una manera de familiarizarnos con algunos grandes pintores y de penetrar el secreto del arte pictrico chino.

    1 Zhuangzi, el gran filsofo taosta del siglo 111 a. C , relata i hecho siguiente: como el prncipe Yuan de Song haba m anifestado el deseo de poseer un herm oso cuadro, se presentaron muchos pintores. Despus de haber

    recibido las instrucciones, todos se inclinaron respetuosamente y se quedaron plantador all, lam iendo sus pinceles v diluyendo su tinta; eran tantos que la mitad se qued fuera. Un p in tor lleg tarde, muy tranquilo, sin apresurarse. Despus de recibir las instrucciones y salu

    dar, no se qued all sino que se retir a su casa. El p rncipe m and a averiguar lo que estaba haciendo. Antes do

    empezar a trabajar, el pin tor se haba quitado la tnica y. desnudo hasta la cintura, se haba instalado con las piernas cruzadas. ste s es un verdadero pintor, dijo el prncipe, es el que necesito.

    Zhang Sengyou, de las dinastas del Norte v del Sur,

    pint en las paredes del templo An Luo de Nankn cua

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  • tro dragones gigantes. Xo tenan ojos. A quienes preguntaban por qu. el p in tor contestaba: Si les pintara los ojos a estos dragones, echaran a volar. La gente, incrdula, lo acus de impostor. Ante su insistencia, el p in tor accedi a hacer una demostracin. Apenas acab de pintar los ojos de dos dragones, se oy un trueno ensorde

    cedor. Las paredes se resquebrajaron y los dos dragones escaparon en un vuelo vertiginoso. Cuando volvi la calma, se pudo com probar que en las paredes slo quedaban los dos dragones sin ojos.

    Gu Kaizhi. el clebre pintor de los Jin. se enam or de la joven que viva en la casa de al lado. Pero sta lo re

    chaz. Despechado, Gu pint a la joven en la pared de su cuarto, y clav una aguja en el lugar del corazn. La jo ven cay enferma, vctima de una extraa dolencia del corazn. Slo se cur cuando el pintor, cediendo a sus ruegos, arranc la aguja.

    Zhan Xiaoshi, de los Tang, volvi a la vida tras haber conocido la m uerte. Se destac, desde entonces, en la re

    presentacin de escenas infernales. Dicen que lo que pin

    taba no naca de su imaginacin; eran testimonios verdicos.

    Durante la era Kaiyuan, bajo los Tang, el general Pei acababa de perder a su madre. Pidi al gran pintor Wu

    Taozi que pintara, en el templo Tianjing, figuras de dio

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  • sos para que protegieran el alma de la difunta. \ \ u pidi al general que encamara, en una brillante demostracin, la imagen del poder de los dioses frente a los demonios. Quitndose entonces su traje de duelo, y vestido con ropa de combate, el general m ont a caballo. Ejecut. al galope, una danza con la espada. Su aspecto sober

    bio v el fulgurante ritmo de sus gestos dejaron estupefactos a todos los que, a millares, haban acudido para asistir a la escena. Inspirado, exaltado, el p in tor se desvisti y empez a p intar, irresistiblemente, como en un trance. El aire vibraba al mismo tiempo que sus pinceladas... Cuando lleg el m om ento de aadir la aureola a la cabeza de

    cada dios, el p in tor traz, con un solo gesto, un crculo perfecto. La m uchedum bre, subyugada, estall en gritos

    de admiracin.El em perador Xuanzong sinti nostalgia por el paisa

    je del valle del ro Jialing. Mand a la regin a Li Sixun (el gran paisajista de tendencia realista) y a Wu Daozi: al regreso, deban reproducir sus escenarios en las paredes

    de su palacio Datong. Li regres cargado de docum entos v de bosquejos, v se dem or varios meses en hacer el cuadro. Wu regres con las manos vacas. Respondi al extraado em perador: Todo est aqu, en mi corazn. Empez a trabajar v ejecut, en pocos das, una obra maestra.

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  • A Li Sixun (de quien acabamos de contar que decor el palacio -LLitong) le toc tambin la tarea de p intar los biombos que all haba. Represeiu escenas de montaas v de aguas que provocaron la admiracin de todos. Un da. sin embargo, el em perador se quej ante el pintor: Las cascadas que pint hacen demasiado ruido; no me dejan dormir!.

    Lu Lengjia estudi pintura con Wu Daozi. Se desesperaba por poder algn da poseer el arte de su maestro. Encargado de hacer los frescos del templo Zhuangyan, in tent igualar en excelencia los que haba hecho Wu en el templo Zongzhi. U n da, Wu entr por casualidad en el templo Zhuangyan y vio los frescos de su antiguo discpulo. Dio gritos de adm iracin mezclados con espanto: Este pintor era muv inferior a m; en estos frescos me ha igualado. Pero agot en ellos toda su energa creadora!. Efectivamente, Lu muri poco tiempo despus.

    As como su contem porneo el poeta Li Bo muri ahogado al tratar de atrapar en un ro el reflejo de la luna que tantas veces haba cantado, cuenta la leyenda que

    Wu Daozi desapareci en la brum a de un paisaje que acababa de pintar.

    Han Gan, el clebre pintor de caballos de los Tang, recibi una noche la risita do un hom bre vestido de rojo, que le dijo: Vengo de parte de las nimas. So le ruega

  • pintar un excelente corcel que van ellas a necesitar. Han Gan obedeci. Hizo el bosquejo de un caballo fantstico a partir del cual pint el cuadro, en una gran hoja de papel: la quem y le entreg las cenizas al mensajero. ste desapareci. Algunos aos despus Han se encontr con un amigo veterinario, v ste le cont que estaba atendiendo un caballo que llamaba la atencin por su extra-

    eza. Cuando H an vio el caballo, exclam: Pero si es el que pinte!. Un m om ento despus el caballo, como presa de un repentino malestar, se desplom . El veterinario descubri entonces que tena una malformacin en una de las patas. Turbado. Han regres a su casa. Sac el an

    tiguo bosquejo y. estupefacto, com prob que. en efecto, en la pata derecha del caballo, el pincel se haba desviado.

    Cuando estaba en Wuwei, Mi Fu, de los Song, vio un da un peasco gigantesco de una extravagante fealdad. Encantado, visti su traje de cerem onia y se prostern ante el peasco llam ndolo querido herm ano mayor.

    En su Tuhua jianwen zhi. Guo Si habla de la m anera de p in tar de su padre Guo Xi: Cuando iba a pintar, sola

    sentarse cerca de una ventana iluminada. Pona la mesa en orden, quem aba incienso y colocaba cuidadosam ente ante l la tinta v los pinceles. Se lavaba luego las manos, como para recibir a un distinguido husped. Perm aneca silencioso largo rato, con el fin de calm ar su nim o y con

  • centrar sus pensamientos. Slo cuando posea la visin

    exacta comenzaba a pintar. M encionaba a m enudo el pavor que le tena a sentarse ante su obra con el nim o distrado.

    Wang Mo. el pintor vagabundo de los Tang, era co

    nocido por sus borracheras. Antes de acom eter una obra,

    acostum braba beber m ucho. Una vez ebrio, se pona a p intar a tinta salpicada. Rea, cantaba, gesticulaba con pies y manos. Bajo su pincel mgico -tam bin sola mojar sus largos cabellos en la tinta, a m anera de pincel-, las figuras surgan, m ontaas, rboles, rocas, nubes, unas resplandecientes. otras etreas, como por arte de magia, co

    mo si hubieran sido una emanacin directa de la propia creacin. K1 cuadro acabado era siem pre tan perfecta

    m ente natural que daba la im presin de no haber ni rastro de tinta. Cuando el p in tor m uri, su u rna era liviana, como vaca: dicen que su cuerpo se haba transform ado en nube.

    Quisiramos concluir estas consideraciones preliminares evocando la prestigiosa figura del pintor poeta Wang W'ei, iniciador de la pintura monocromtica y fundador de la llamada Escuela del Sur. Paradjicamente, si bien su poesa es muy conocida, ninguno de sus cuadros ha llegado hasta noso

  • tros. Por el hecho mismo de la ausencia de su obra pintada, sus sucesores nunca cejaron en el intento de recrear los cuadros de Wang W ei, de ttulos siempre evocadores. As, con lo que escribi y con lo que los dems imaginaron de su pintura. Wang cre un espacio onrico, la ndole de espacio, precisamente, que la pintura china siempre busca crear. Damos a continuacin el texto completo de una carta que Wang, en su retiro, escribi a su amigo poeta Bei Di, carta que refleja bien una sensibilidad hecha de simplicidad, simpata y visin interior:

    En este final del duodcimo mes, el tiempo sigue siendo claro y agradable. Quise atravesar la montaa para ir a verte pero, como saba que estabas profundamente sumido en los Clsicos, me contuve. Entonces me dirig a las colinas y llegu al templo de la Misericordia. Tras una comida frugal con los monjes, volv a partir. Al norte del Manantial Negro, que cruc, la luna creciente iluminaba toda la comarca. Sub a la colina Hua/i, desde donde poda ver el agua del ro W'angchuan ondular bajo el claro de luna. Algunos fuegos lejanos relumbraban a rra- vs de los rboles del bosque. Ms cerca, en el fondo de las callentas de la aldea, el ladrido de los perros se oy co

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  • mo nn aullido de leopardo. F.l ruido de las aldeanas que molan el arroz alternaba ron el taido de las campanas. A mi lado, el joven criado permanece silencioso. Sentado solo, me dejo invadir por el recuerdo ele momentos deliciosos en que ambos pasebamos, tomados de la mano, por los senderos que bordean el ro, componiendo poemas. ;Cundo llegar la primavera que hace florecer rboles y plantas en la montaa! I.os peces graciosos rebullen en el agua y las gaviotas echan a volar a aletazos; los faisanes cantan al amanecer al borde de los campos, en los que la hierba sigue brillando intensamente de roco! Ah, ese tiempo va est cerca, vendrs conmigo a disfrutar de este paisaje, no es as? T, alma tan elevada, tan sutil, sabes percibir su misteriosa belleza: si no, 110 me hubiera arrend a importunarte con una invitacin tan ftil. Aprovecho el paso de un cargador de plantas medicinales para hacerte llegar este mensaje.

    El ermitao de la montaa W'ang Wei

  • Nota del autor

    Con ocasin de esta nueva edicin, nos parece oportuno aportar ciertas precisiones sobre la concepcin de esta obra. Como indica su ttulo, la obra tiende a un objetivo, por lo dems modesto, que es el de aprehender la pintura china como lenguaje constituido y captar en ella sus principios de fun-

    N cionamiento. Es decir que su enfoque es ante todo estructural y no historicista. Por supuesto no ignoramos que existe una historia de la pintura china que ha sido objeto de numerosas obras de erudicin, que ha experimentado evoluciones (especialmente hacia el predom inio de la pintura de los Letrados, cuyo ideal era la proyeccin de una visin ms interior y ms personal, designada por el trmino xie vi) y que, por consiguiente, todos los hechos observados no haban surgido al mismo tiempo. Sin embargo hemos intentado sustraemos, por

  • una vez, al inters exclusivamente cronolgico que consiste en anotar la sucesin de los hechos y no ahorrar ningn detalle. Porque, a fin de cuentas, el arte pictrico chino, nacido en un contexto especfico, ha crecido como un rbol. H undiendo sus races en una escritura ideogrfica (que a travs de la caligrafa ha ensalzado el uso del pincel y favorecido la tendencia a transformar los elementos de la naturaleza en signos), y refirindose a una cosmologa definida, este arte ha posedo de entrada sus condiciones de expansin, aunque algunas virtua-

    vdades no se hayan revelado o realizado hasta mucho ms tarde. As pues, esto justifica un enfoque analtico global, sobre todo porque las nociones inherentes al pensamiento esttico chino, tales como

    j la combinacin de las unidades por pares, la distin- | cin de los niveles, etc., se prestan, como es natural,

    a un anlisis estructural. Se sabe que el pensamiento esttico chino, basado en una concepcin orga- nicista del universo, propone un arte que tiende, desde siempre, a recrear un microcosmos total en el que prima la accin unificadora del Alien to-Esp-

    ritu, en la que el propio Vaco, lejos de ser sinni-

    ' el que se establece la red de los alientos vitales. Ah

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  • se asiste a un sistema que acta por integracionesV de sucesivas aportaciones ms que por nipturas. Y

    la Pincelada, cuyo arte es llevado por los pintores a un grado supremo de refinamiento, al encarnar lo

    ' Uno v lo Mltiple en la medida en que se identifica con el propio Aliento original y con todas sus metamorfosis, no contribuye menos a esta perm anencia de una prctica significante inagotablemente perseguida.

    De este modo la pintura, un pensamiento en accin. se convierte en una de las ms altas expresiones de la espiritualidad china. A travs de ella, el hombre chino ha intentado revelar el misterio de la Creacin y as crear una autntica forma de vivir.

    : En esta ptica, quiz el presente estudio lleve finalmente a algo que sobrepase el simple inters por el arte.

    Franois Cheng enero de 1991

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  • .

  • Agradecimientos

    Quiero expresar mi profundo agradecimiento a Jacques Lacan, mi maestro, quien hizo que yo vol- \iera a descubrir a Laozi v a Shitao, a Nicole Vandier- Nicolas v a Yves I lervouet, por sus orientaciones y consejos en todo momento: a Pierre Ryckmans. que me autoriz a citar largos extractos de su magistral traduccin al francs de Palabras sobre la pintura de Shitao; a Franois Wahl y aJean-Luc Giribone, cuya lectura exigente me fue indispensable.

    Paul Demivillc ley y corrigi el manuscrito de la obra; muri cuando el libro estaba en prensa. Quiero dedicar este modesto trabajo a su memoria.

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  • Vaco y p l e n i t u d

  • P rim e ra p a rteEl a rte de la p in tu ra c h in a p a r t ir de la n o c i n de vaco

  • In tro d u c c i n U na f i lo so f a de la v ida en acc in

    En el curso de nuestro continuado intento por establecer los datos fundamentales de una semiologa china, tropezamos siempre con una nocin central y no obstante a menudo desatendida -desatendida por ser central-, la de vaco. No menos esencial que la clebre dualidad yin-yang, el vaco se presenta como un eje en el funcionamiento del sistema del pensamiento chino. Es en cierto modo insoslayable, en cuanto uno se propone en alguna medida observar la manera en que los chinos han concebido el universo. Adems del contenido filosfico-religioso que implica, rige el mecanismo de todo un conjunto de prcticas significantes: pintura, poesa, msica, teatro, y de prcticas relativas al campo fisiolgico: la representacin del cuerpo humano, la gimnasia Tai- jiquan, la acupuntura, etc. Hasta en el arte militar y en el arte culinario tiene un papel fundamental.

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  • En la ptica china, el vaco no es, como podra suponerse, algo vago c inexistente, sino un elemento em inentem ente dinmico y activo. Ligado a la idea de alientos vitales y al principio de alternancia yin-yang, constituye el lugar por excelencia donde se operan las transformaciones, donde lo lleno puede alcanzar la verdadera plenitud. En efecto, al introducir discontinuidad y reversibilidad en un sistema determinado, permite que las unidades componentes del sistema superen la oposicin rgida y el desarrollo en sentido nico, y ofrece al mismo tiempo la posibilidad de un acceso totalizador al universo por parte del hombre.

    Siendo tan esencial en el pensamiento chino, la nocin de vaco, sin embargo, nunca ha sido estudiada de manera sistemtica en lo concerniente a su aplicacin en dominios prcticos. Ciertamente, numerosos textos mencionan el vaco a cada paso; pero lo presentan como una entidad natural que rara vez se toman el trabajo de definir. De ello resulta que su estatuto y su funcionamiento siguen estando poco determinados. A pesar de esta laguna, existe una verdadera tradicin implcita a la cual todos se refieren. Para slo citar el dominio del arte: incluso sin un conocimiento profundo, un chino,

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  • ya sea artista o simple aficionado, acepta intuitivamente el vaco como un principio bsico. Tomemos, por ejemplo, las artes mayores, como son la msica, la poesa y la pintura. Sin entrar en detalles, podemos decir, como consideracin inmediata, que en la interpretacin musical el vaco se traduce por ciertos ritmos sincopados, pero ante todo por el silencio. No es una medida calculada mecnicamente; al rom per el desarrollo continuo, crea un espacio que permite a los sonidos sobrepasarse y acceder a una especie de resonancia allende las resonancias4. En la poesa, el vaco se introduce mediante la supresin de ciertas palabras gramaticales, llamadas precisamente palabras-vacos, y mediante la institucin, dentro de un poema, de una forma original: el paralelismo '. Estos procedimientos, por la discontinuidad y la reversibilidad que engendran en la progresin lineal y temporal del lenguaje, revelan el deseo que tiene el poeta de crear una relacin abierta de reciprocidad entre el sujeto y el mundo objetivo, de transformar tambin el tiempo vivido en espacio viviente (desarrollaremos este punto en el captulo I). Pero es en la pintura donde el vaco se manifiesta de la manera ms visible y ms completa. En ciertos cuadros de los Song y de los

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  • Yuan, comprobamos que el vaco (espacio no pintado) ocupa hasta dos tercios de la tela. Ante tales cuadros, incluso un espectador ingenuo siente confusamente que el vaco no es una presencia inerte y que est recorrido por alientos que enlazan el m undo visible a un m undo invisible. Mis an. en el propio seno del m undo visible (espacio pintado), por ejemplo entre la montaa y el agua que constituyen sus dos polos, circula tambin el vaco representado por la nube. Esta ltima, estado intermedio entre los dos polos aparentem ente antinmicos -la nube nace de la condensacin del agua; toma al mismo tiempo la forma de la m ontaa-, los sume en un proceso de devenir recproco montaa agua. En la ptica china, en efecto, sin el vaco entre ambas, montaa y agua estaran en una relacin de oposicin rgida, y por ende esttica, en la cual cada una, frente a la otra y por esta misma oposicin, queda confirmada en su estatuto definido, mientras que con el vaco interm edio el pintor crea la impresin de que la m ontaa puede, de manera virtual, entrar en el vaco para diluirse en olas v que, a la inversa, el agua, pasando por el vaco, puede erigirse en montaa. De ese modo, m ontaa y agua ya 110 son percibidas como elementos parciales, opuestos e in

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  • mviles; encam an la ley dinmica de lo real Siempre en el campo pictrico, gracias al vaco que trastoca la perspectiva lineal, tambin se puede comprobar esta relacin de devenir recproco, por una parte, entre el hombre y la naturaleza dentro de un cuadro, y entre el espectador y el cuadro en su conjunto, por otra.

    La funcin activa del vaco, en los ejemplos que nos dan la msica, la poesa y, sobre todo, la pintura es, por ende, digna de atencin. Es todo lo contrario de una tierra de nadie que implique neutralizacin o compromiso, puesto que el vaco es efectivamente el que permite el proceso de interiorizacin v de transformacin mediante el cual cada cosa realiza su identidad y su alteridad, y con ello alcanza la totalidad. En este sentido, la pintura en China es, en sentido estricto, una filosofa en accin; es vista como una prctica sagrada, porque su objetivo es nada menos que la realizacin total del hombre, incluyendo su parte ms inconsciente. En su clebre Lidai minghuaji, Zhang Yanyuan dice: La pintura perfecciona la cultura, rige las relaciones humanas y explora el misterio del universo. Su valor iguala al de los seis canotis; y, como la rotacin de las estaciones, regula el ritmo de la naturaleza y

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  • del hombre. Por eso hemos escogido la pintura como campo de aplicacin para el estudio del vaco. Claro que la dicotoma vaco-lleno es una nocin que tambin tiene curso en las artes pictricas y plsticas de Occidente. Tendremos presente, en el transcurso de la exposicin, la necesidad de recalcar la comprensin especfica del vaco en China.

    Antes de abordar el vaco en la pintura, este estudio ha de mostrar primero su fundam ento filosfico. Precisemos, sin embargo, que nuestro provecto no es puram ente filosfico, sino semiolgico. Esto acarrea, por nuestra parte, las siguientes opciones:

    1) Ms que como nocin, el vaco ser enfocado como signo. Signo priv ilegiado, puesto que, en un sistema determinado, es precisamente aquello por lo cual se definen como signos las dems unidades. Es decir, que fijaremos la atencin ante todo en su rol funcional,

    2) El anlisis se apoya en los principales textos tericos existentes, razn por la cual, para cada afirmacin, se hacen referencias a numerosas citas. Pero la mirada de un semilogo debe ser distinta de la de un exgeta o un fillogo. En efecto, el pensamiento filosfico del que se hace cargo la pintura, y

  • la pintura misma en tanto que prctica significante, se crearon en un contexto cultural cargado de intenciones implcitas, y aun inconscientes. l a labor de un semilogo debe, pues, rebasar la tradicin explcita, aunque evitando desde luego el peligro de la extrapolacin. La autenticidad de una labor de esta ndole se garantiza mediante un anlisis interno rigurosamente llevado a su trmino, deslindando las unidades constituyentes, distinguiendo los niveles de observacin; entonces se podrn percibir los rasgos pertinentes, as como los verdaderos cdigos de funcionamiento.

    Tal estudio semiolgico, as lo esperamos, no presenta tan slo un inters acadmico. Debera servir para poner de manifiesto ciertos datos esenciales y perm anentes de una cultura. Si bien, en un principio, el vaco formaba parte de una concepcin global que era un intento de explicacin tanto espiritual como racional del universo, posteriormente, a pesar de los cambios que ha podido sufrir esta concepcin, el vaco sigui siendo un elemento primordial en la manera que tienen los chinos de com prender el m undo objetivo. Convertido en clave para la vida prctica, el vaco no proporciona va tanto una explicacin (aun cuando, verifi

  • cado por una experiencia milenaria, hava nacido de una intuicin fundamental), sino una comprensin, un entendimiento y, finalmente, una sabidura que propone un arte de vivir. El vaco, en correlacin con algunas nociones como los alientos vitales, el yin-yang, es, sin duda, la afirmacin ms original, la ms constante tambin, que hava proporcionado China de una visin de la vida dinmica y totalizadora. Contina v continuar rigiendo en China, adems del mbito artstico, en num erosas prcticas tan vitales como la acupuntura y el Tai- jiquan.

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  • I. El vaco en la f i losof a china

    La idea de vaco est presente desde un principio en la obra inicial del pensamiento chino que es el Libro ce las mutaciones. Obra determinante, ya que las principales escuelas de pensamiento nacidas en la poca de los Reinos Combatientes (siglos V-III a. C.) se alinearon en torno a ella o fueron influidas por ella.

    Ahora bien, los filsofos que hicieron del vaco el elemento central de su sistema son los de la escuela taosta. Lo esencial de este sistema fue formulado por los dos fundadores de la escuela: Laozi y Zhuangzi (este ltimo vivi hacia fines del siglo IV a. C.). Un poco ms tarde, durante la dinasta Han, Huainanzi contribuir poderosam ente a desarrollar ciertos aspectos de este pensamiento. La mayora de los crticos de arte se referirn luego a los escritos de estos pensadores, que representan el

  • fundam ento de la doctrina taosta, para elaborar sus teoras estticas. Esta tradicin de un pensamiento en torno al arte se inici, por lo dems, durante las Seis Dinastas (siglos ITI-\T d. C ), en la poca misma en que prevaleca la corriente neotaosta. Los exponentes de esta corriente, VVang Bi, Xiang Xiu, Guo Xiang, o tambin Liezi (cuvos escritos fueron recopilados en esa poca), renovaron el pensam iento taosta haciendo hincapi precisamente en la nocin de vaco.

    Esta nocin, sin embargo, no es exclusiva de los taostas. Otros filsofos la integraron en su sistema otorgndole mayor o m enor importancia. Encontramos as reflexiones sobre el vaco en Xunzi6 y Guanzi (de tendencia confuciana y legista), contemporneos ambos de Zhuangzi. Ms tarde, el vaco llegar a ser un tema mayor en los grandes maestros del budismo chan (zen), durante la dinasta Tang (siglos YIHX), y ser retomado, durante los Song (siglos X-XIII), por los neoconfucianos en su concepcin cosmolgica.

    Como nuestro propsito no es estudiar la evolucin del pensamiento acerca del vaco, sino mostrar su fundam ento filosfico en su aplicacin a ciertos dominios prcticos, nos limitaremos a los textos de

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  • los fundadores del taosmo (Laozi, Zhuangzi y, eventualmente, Huainanzi), en la medida en que en ellos est contenido todo lo esencial, y en que el pensamiento esttico ulterior, como hemos dicho, se bas casi exclusivamente en ellos.

    En lo tocante a la realidad del vaco, nos proponemos observar los tres puntos siguientes: la manera de concebir el vaco; la relacin que tiene con el par yin-yang; las implicaciones del vaco en la vida del hombre.

    1. La co n c e p c i n del vaco

    A travs de los textos de Laozi y de Zhuangzi, comprobamos sin lugar a dudas una especie de confusin acerca del estatuto del vaco. Vinculado al aliento, que es espritu y materia al mismo tiempo, principio de vida y vida realmente encamada, el vaco es percibido como perteneciente a dos reinos: noumnico v fenomnico7. Es a la vez estado supremo del origen y elemento central en el mecanismo del mundo de las cosas. Esta doble naturaleza del vaco no parece ambigua desde el punto de vista taosta. Su estatuto originario garantiza en cierto

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  • modo la eficacia de su papel funcional; v a la inversa, esc papel funcional que rige todas las cosas prueba justam ente la realidad del vaco primordial.

    Aunque estos dos aspectos del vaco interfieren de manera continua, para mayor claridad los examinaremos sucesivamente.

    a) El vaco que participa de lo noumnico

    El vaco es el fundam ento mismo de la ontologa taosta. Antes de cielo-tiena, es el no haber; la nada, el vaco. Desde el punto de vista de la terminologa, dos trminos se refieren a la idea de vaco; wu y xu (posteriormente, los budistas privilegiarn un tercer trmino: kong). Ambos, por ser solidarios, se confunden a veces. Xo obstante, cada uno de los dos trminos puede ser definido por el contrario que entraa. As wu, que tiene corno corolario you, haber, se traduce generalmente en Occidente por no haber o nada; mientras xu, que tiene como corolario shi, lleno, se traduce por vaco.

    Tanto en Laozi como en Zhuangzi, si bien el origen del universo se suele designar por wu, la nada, lo insignificante, se emplea xu cuando se tra

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  • ta de calificar el estado originario hacia el cual debe tender todo ser. A partir de la poca de los Song, sobre todo gracias al filsofo Zhuang Zai, que consagr la expresin tai xu, vaco supremo, xu pas a ser el trmino usual para designar el vaco.

    I.aozi* (cap. XL). El haber produce los diez mil seres, pero el haberes producido por la nada (wu).

    Zhuangzi (cap. Cielo-Tierra). Al principio, est la nada (un): la nada no tiene nom bre. De la nada naci el

    uno: el uno no tiene forma.Laozi (cap. xvi). Llegado al extrem o del vaco (xu), fir

    m em ente anclado en la quietud. Mientras los diez mil seres nacen de un solo impulso, e s t o y contem plando el regreso.

    Zhuangzi (cap. Cielo-Tierra). Quien alcanza su virtud primitiva se identifica con el origen clel universo y,

    por l, con el vaco (xu>.Zhuangzi (cap. Continencia del corazn). El dao se

    arraiga en su raz, que es el vaco.Huainanzi (cap. Las leyes del cielo). El dao tiene co

    mo origen el vaco. Del vaco naci el cosmos, del cual

    em ana el aliento vital.

    Segn las dos ltimas citas, vemos que el vaco est vinculado al dao, la va. Sera til precisar

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  • aqu su relacin. Digamos, simplificando mucho, que. respecto del vaco, el dao tiene un contenido ms general. A veces representa el origen: se confunde entonces con el vaco; a veces se presenta como una manifestacin del vaco; a veces tambin, en un sentido ms amplio, abarca asimismo todo el universo creado que le es inmanente. Laozi, en los dos fragmentos siguientes, intent describir el dao como manifestacin del vaco:

    Laozi (cap. XXV). Una cosa hecha de una mezcla esta

    ba antes del cielo-tierra. Silenciosa, ah. s!, ilimitada ciertamente. Reposa en s misma inalterable, v gira sin falta

    ni desgaste. Se puede ver en ella la m adre de todo lo que est bajo el cielo. Su nom bre no nos es conocido: su denominacin es la va.

    Laozi (cap. xrv). Se mira sin ver y se le llama Invisible; se escucha sin or y se le llama Inaudible: se palpa sin tocar y se le llama Intangible; tres cosas inexplicables que. al confundirse, hacen la unidad. Su arriha no es lumino

    so; su abajo no es tenebroso. Serpentea indefinida e indistintam ente hasta el retorno a la no-cosa... Se le califica de form a de lo que no tiene forma y de imagen de lo que no es imagen...

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  • En cuanto a Zhuangzi, ensea que slo se puede concebir el dao en funcin del vaco:

    Zhuangzi (cap. Inteligencia viaja al norte). Sin comienzo dijo: El dao no puede ser odo; lo que se oye no es l. El dao no puede ser visto; lo que se ve no es l. El

    dao no puede ser enunciado; lo qtie se enuncia no es l. Quien engendra las formas es sin forma. El dao no debe ser nombrado. Y agreg: Quien responde a quien pregunta por el dao no conoce el dao, y el solo hecho de preguntar por el dao m uestra que an ni siquiera se ha odo hablar del dao. La verdad es que el dao no tolera ni preguntas, ni respuestas a las preguntas. Preguntar por el dao que no entraa respuesta es considerarlo como una cosa nita. Responder sobre el dao que no contiene respuesta es considerarlo como algo que carece de interioridad. Q uienquiera responda sobre lo que no tiene interioridad a quien pregunta por lo que es finito es alguien que no percibe ni el universo exterior ni su origen interior. No

    cruza el m onte Kunlun; no va hasta el vaco supremo.

    b) El vaco que participa de lo fenomnico

    Tras haber afirmado la primaca del vaco en la

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  • ontologa taosta, conviene destacar la importancia del papel que desem pea el vaco en los distintos mbitos del mundo material. Si bien el dao tiene como origen el vaco, slo obra, animando a los diez mil seres, por el vaco de donde proceden el aliento primordial y los dems alientos vitales. El vaco no es solamente el estado supremo hacia el cual se debe tender; concebido l mismo como una sustancia, se discierne dentro de todas las cosas, en el seno mismo de sus sustancias y de sus mutaciones.

    El vaco mira hacia la plenitud. Permite, en efecto, que todas las cosas plenas alcancen su verdadera plenitud. As, Laozi pudo decir: La gran plenitud es como vaca; entonces es inagotable (cap. XLY). Por otra parte, dijo: La va fluye por el vaco intermedio, eso suele hacer. Nunca falta, empero, ni se desborda (cap. IV).

    En el orden de lo real, el vaco tiene una representacin concreta: el valle. Es hueco v aparentemente vaco, pero hace crecer y nutre todas las cosas; lleva todas las cosas en su seno, y las contiene sin dejarse nunca desbordar ni extinguir.

    Laozi (cap. VI). El espritu del valle por siem pre est vivo; en l se habla de la H em bra misteriosa. La Hem bra

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  • misteriosa tiene una abertura de donde salen el cielo y la tierra. El im perceptible chorro fluye indefinidam ente; se bebe de l sin jam s agotarlo. (El espritu baja al valle y vuelve a subir, es el aliento; espritu y valle estn abraza

    dos. es la vida.)Laozi (cap. XXVIII). Conciencia de gallo, com postura

    de gallina, eran el barranco del m undo. Barranco del m undo, m antenan la unidad de la \irtud constante, haban regresado a la infancia. Conciencia de blanco, compostura de negro, eran la norm a del m undo. Norm a del m undo, m antenan la rectitud de la virtud constante, haban regresado a lo sin lmite. Conciencia de gloria, com

    postura de humillacin, eran el vertedero del mundo.

    Vertedero del m undo, se conform aban con la virtud

    constante, haban regresado a lo bruto.Zhuangzi (cap. Cielo-Tierra). Maestro, adonde

    vas?, pregunt Borrasca. .AI Valle Grande, dijo Oscuro Espesor. Por qu? El Valle Grande es el lugar donde se vierte sin nunca llenar y donde se saca sin nunca agotar...

    La imagen del valle est ligada a la del agua. El agua, al igual que los alientos, aparentem ente inconsistente, penetra por doquier y todo lo anima. Por doquier, lo lleno constituye lo visible de la estructura, pero el vaco estructura el uso.

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  • Laozi (cap. i.xxvm). Nada en el mundo ms manso, ms dbil que el agua. Pero para atacar al fuerte, quin ser algn da corno el agua? El vaco en ella la vuelve transformadora.

    Laozi (cap. xviii). Lo ms suave en el mundo le gana a la larga a lo ms slido. I.o-que-no-tienc penetra lo-que- no-iiene-vaco. Con ello aprendemos la ventaja del no actuar.

    En funcin de las premisas contenidas en las dos ltimas citas, Laozi y Zhuangzi recurren continuamente a los ejemplos concretos para demostrar el uso del vaco.

    Laozi (cap. v). El intervalo cielo-tierra parece un fuelle. Vaco, permanece inagotable; en movimiento, slo quiere recobrar aliento. Se habla, se habla, se calcula al infinito, ms valdra atenerse al centro. (Los diez mil seres slo viven integrados en el gran movimiento movido por el vaco que los atraviesa. Lo hueco del cielo-tierra recoge la vida; es el nudo vital, el centro viviente, el lugar de formacin de los influjos, do los intercambios.)

    Laozi (cap. XI). Treinta rayos se unen en un cubo nico; ese vaco en el carro permite su uso. Con un mogote de arcilla se tornea una vasija; el vaco de la vasija permi

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  • te su uso. Se procuran puertas y ventanas en una habita

    cin; el vaco de la habitacin perm ite su uso. El haber procura la ventaja, pero el 110 haber procura el uso.

    Zhuangzi (cap. Discurso sobre la espada). Mi arte consiste en lo siguiente: dejo ver mi vaco. Inicio el combate atrayendo a mi adversario m ediante una ventaja apa

    rente; ataco el ltimo poro le doy el prim ero.Zhuang (cap. Principio de higiene). La coyuntura

    de los huesos del buey consta de intersticios, y el filo del cuchillo (del carnicero) 110 tiene espesor. Quien sabe h und ir el filo muy delgado en los intersticios maneja su cuchillo con soltura, porque opera a travs de los vacos.

    Zkuangzi (cap. Cielo-Tierra). El vaco es grandeza. Es como el pjaro que canta espontneam ente y se iden

    tifica con el Universo.

    2. La re lac i n e n tre el p a r vac o -lleno y el p a r yin-yang

    Antes de examinar esta relacin debemos precisar ciertas nociones elementales de la cosmologa taosta. sta ha dado lugar a tantos comentarios y estudios que no sera posible resumirlos aqu. Para nuestro propsito basta con referirnos al pasaje del

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  • captulo XLII del Laozi, pasaje que contiene las principales nociones de las que nos hemos servido hasta ahora: el vaco, el dao, el aliento primordial, los alientos vitales, el yin-yang, los diez mil seres, etc.:

    El dao originario genera el unoEl uno genera el dosEl dos genera el tresEl tres produce los diez mil seresLos diez mil seres se recuestan contra el yinY abrazan el yang contra su pecho

    La arm ona nace en el aliento del vaco interm edio.

    Simplificando mucho, podemos dar de este texto la siguiente explicacin9: el dao originario es concebido como el vaco supremo de donde emana el uno, que no es otra cosa que el aliento primordial. Este genera al dos, encam ado por los dos alientos vitales que son el yin y el yang. El yang, como fuerza activa, y el yin, como suavidad receptiva, rigen con su interaccin los mltiples alientos vitales que animan a los diez mil seres del mundo creado. Xo obstante, entre el dos y los diez mil seres, ocupa su lugar el tres.

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  • El tres, en la ptica taosta, representa la combinacin de los alientos vitales yin y yang y del vaco interm edio mencionado en la ltima lnea del texto citado. Este vaco intermedio, que es tambin un aliento, procede del vaco originario y de l saca su poder. Es necesario para el funcionamiento armonioso del par yin-yang. atrae los dos alientos vitales v los sume en el proceso de devenir recproco. Sin l, el yin y el yang estaran en una relacin fija de oposicin; seran sustancias estticas y como amorfas. Esta relacin ternaria entre el yin, el yang y el vaco interm edio es la que genera y sirve adems de modelo a los diez mil seres. Pues el vaco interm edio, que habita el par yin-yang, habita tambin todas las cosas; al insuflarles aliento y vida, las mantiene en relacin con el vaco supremo, perm itiendo que accedan a la transformacin interna y a la unidad armonizadora. La cosmogona china se halla, pues, dominada por un doble movimiento cruzado que podemos figurar mediante dos ejes: un eje vertical, que representa el vaivn entre vaco y plenitud, plenitud que proviene del vaco, vaco que sigue obrando en la plenitud; un eje horizontal, que representa la interaccin, en el seno de lo lleno, de los dos polos complementarios yin y yang, de donde

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  • provienen los diez mil seres, incluyendo, desde luego, al hombre, microcosmos por excelencia.

    Asi pues conviene no confundir los dos pares vaco-lleno y yin-yang Las figuras siguientes del tai-chi permiten mostrar su distincin y al mismo dempo los ntimos vnculos que los unen:

    Un sistema binario que fuera tem ario, y un sistema ternario que fuera unitario (dao): 2 = 3, 3 = 1. Este es el motor, aparentem ente paradjico, pero constante, del pensamiento chino '1. El vaco no aparece como un espacio neutral que sirva tan slo para amortiguar el choque sin modificar la naturaleza de la oposicin. Es el punto nodal tejido con lo virtual y el devenir, donde se encuentran la falta y la plenitud, lo mismo y lo otro. Esta concepcin se aplica tanto a las cosas de la naturaleza (por ejemplo, a lo que dijimos a propsito de la montaa-

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  • agua en la pintura) como al propio cuerpo del hombre (en especial, a la idea segn la cual el cuerpo humano, dominado por el shen, espritu, y el jing, esencia, o por el corazn y el vientre, obtiene su armona por el vaco intermedio, regulador de los alientos que animan