cambio y renovación

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Pag. 36 Allá, los consagrados: Martino, Sabella, Bielsa… Acá, los nuevos: Gallardo, Cocca, Almeyda, Barros Schelotto… Esta nueva generación de técnicos comenzó a imprimir un ambicioso estilo a sus equipos, con un inocultable cariz ofensivo, alejado de cualquier especulación, pero también con desajustes. Hay similitudes conceptuales entre algunos de estos valores, aunque no todos piensan igual. Aquí, los protagonistas. Cambio y renovación ENTRENADORES JÓVENES Con un juego vistoso, simple al momento de hacer circular la pelota y, fundamen- talmente, agresivo en ataque, casi sin dejar pensar al rival, Marcelo Gallardo le brindó un estilo propio a su River y le per- mitió ser la sensación del fútbol argentino durante gran parte del último semestre del año pasado. Impregnó en sus dirigi- dos una fórmula que le dio resultado en el campeonato doméstico –salvo en algunos partidos– y, en especial, en la Copa Sud- americana, al coronarse en un certamen internacional tras 17 años. Algo similar ocurrió con Racing de la mano de Diego Cocca. Su éxito en Defensa y Justicia para sellar un ascenso a la máxi- ma categoría lo llevó a la “Academia”. Y allí, luego de algunos malos resultados iniciales, consolidó un equipo imbatible y consiguió que mitad de Avellaneda dis- frutara con un título, 13 años después de la hazaña de Reinaldo Merlo. Así, con dos ejemplos claros, la sangre Por Matías Quercia

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Allá, los consagrados: Martino, Sabella, Bielsa… Acá, los nuevos: Gallardo, Cocca, Almeyda, Barros Schelotto… Esta nueva generación de técnicos comenzó a imprimir un ambicioso estilo a sus equipos, con un inocultable cariz ofensivo, alejado de cualquier especulación, pero también con desajustes. Hay similitudes conceptuales entre algunos de estos valores, aunque no todos piensan igual. Aquí, los protagonistas.

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    All, los consagrados: Martino, Sabella, Bielsa Ac, los nuevos:

    Gallardo, Cocca, Almeyda, Barros Schelotto Esta nueva

    generacin de tcnicos comenz a imprimir un ambicioso

    estilo a sus equipos, con un inocultable cariz ofensivo, alejado

    de cualquier especulacin, pero tambin con desajustes.

    Hay similitudes conceptuales entre algunos de estos valores,

    aunque no todos piensan igual. Aqu, los protagonistas.

    Cambio y renovacin

    ENTRENADORES JVENES

    Con un juego vistoso, simple al momento de hacer circular la pelota y, fundamen-talmente, agresivo en ataque, casi sin dejar pensar al rival, Marcelo Gallardo le brind un estilo propio a su River y le per-miti ser la sensacin del ftbol argentino durante gran parte del ltimo semestre del ao pasado. Impregn en sus dirigi-dos una frmula que le dio resultado en el campeonato domstico salvo en algunos partidos y, en especial, en la Copa Sud-americana, al coronarse en un certamen internacional tras 17 aos.Algo similar ocurri con Racing de la mano de Diego Cocca. Su xito en Defensa y Justicia para sellar un ascenso a la mxi-ma categora lo llev a la Academia. Y all, luego de algunos malos resultados iniciales, consolid un equipo imbatible y consigui que mitad de Avellaneda dis-frutara con un ttulo, 13 aos despus de la hazaa de Reinaldo Merlo.As, con dos ejemplos claros, la sangre

    Por Matas Quercia

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    joven de los hombres que ostentan entre los 30 y varios y los 40 y pocos confirm en 2014 que tiene argumentos como para modificar los usos y costumbres del ft-bol nacional desde el banco de suplentes. Pero no slo por las estrellas conseguidas, sino, ms bien, por una idea concreta para desarrollar en el campo de juego. Aires de renovacin que se vislumbran en la mayo-ra de los elencos.Y quien lo supo corroborar a la distancia fue Csar Luis Menotti, una de las leyendas entre los DT. El Flaco fue contundente al sealar que son todos chicos con inquie-tudes por un ftbol diferente al que se vie-

    ne sufriendo hace algunos aos. Tienen una intencin de aprendizaje constante y pertenecen a una camada que nos pueden devolver algunas ilusiones, remarc en declaraciones al diario Ol.Con esa premisa, El Cruce dialog con va-rios entrenadores de esta flamante ver-tiente que se pone a prueba cada fin de semana, cuando los equipos que condu-cen pretenden llevar a cabo una forma de jugar alejada de la especulacin.

    Edades cercanas

    Todos, por lo pronto, estn en sintona. Y

    van a la saga de Menotti, pues justifican el aprendizaje constante. As lo expone Oscar Flores, hasta hace unos meses ca-beza de grupo en Vlez, donde tom la posta de Ricardo Gareca, a quien acom-pa en el cuerpo tcnico en una primera instancia, y obtuvo ttulos al por mayor. El Turu apunta que hay que tener la mente abierta y saber corregir los errores de modo permanente. A los entrenado-res les tocan planteles que son dinmicos, que se modifican siempre, y eso lleva a tener que estar atentos a los mnimos de-talles para que la idea que se quiere con-solidar quede establecida y no se pierda en el camino, aclara.Esa pauta la remarca Mauricio Pellegrino, hoy en Estudiantes de La Plata. Hay que ser consciente de lo que se pretende den-tro del terreno pero tambin fuera. Si se tiene en claro esa cuestin, las cosas van a salir en la cancha, sostiene, en referencia al manejo que implica estar a cargo con una plantilla en la que se mezclan fut-bolistas experimentados con jvenes que empiezan a recorrer su camino.En ese punto hace foco: No es fcil. En un plantel hay siempre 30 maneras de ver el ftbol, de relacionarse con l, de plan-tearse objetivos a partir de l. Y entonces se torna complicado encontrar un equili-brio. Un tcnico tiene que hallar la ma-nera de darle motivacin al jugador para que rinda lo mejor posible tanto dentro como fuera de la cancha, y que sienta la pertenencia a ese grupo que integra. Guillermo Barros Schelotto enfatiza tam-bin la importancia de lo colectivo. Desde que lleg a Lans, en 2012, le dio un forma-to concreto, que al ao siguiente le permiti ganar la Copa Sudamericana. Pero ms all de las tcticas, considera que un pilar en el andamiaje es hacer creer al jugador de su potencial y en la funcin que tiene para el equipo. El tcnico tiene por obligacin darle las herramientas a sus futbolistas para que mejoren su desempeo, afirma.Pero esos tems siempre fueron esencia-les. Cada tcnico, sea cual fuese su ge-neracin, pretende que sus futbolistas mejoren con sus enseanzas. Entonces,

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    dnde radica la diferencia con respecto a esta nueva camada?Segn los protagonistas, algo elemental es la contemporaneidad. Que la diferencia de edad sea menor, los acerca a los jve-nes que se mueven en la cancha con las mismas ambiciones e incertidumbres que ellos evidenciaban hace no mucho tiem-po. Cocca lo simplifica: Saberle llegar al futbolista. Esa es la prioridad. Y cmo se consigue esa meta? El juego es dinmico, cambia de un momento a otro, y el tcnico tiene que tener la lucidez suficiente como para anticiparse a esas variantes. Eso, por ejemplo, le da confianza al jugador. Tener su confianza y respeto es bsico, aclara.Ese respeto es entendido de una forma particular por Matas Almeyda en el Ban-field que conduce desde 2013 y con el que

    obtuvo el torneo de Primera B Nacional, con un juego ofensivo, que traslad a la mxima categora. No todo queda librado al movimiento de la pelota y los conoci-mientos que se asocian a l. Como en-trenador puedo tener millones de errores, pero siempre trato de ser honesto con los futbolistas que dirijo y, por supuesto, con-migo mismo. Intento serles sincero, con mis defectos y virtudes. As, me convierto en un compaero ms, y eso quien est dentro del campo lo nota. Creo que es una forma valedera de trabajar con un plan-tel, se explaya en declaraciones a can-challena.com. El Pelado es contundente: Si bien ocupo un cargo de jerarqua, a la vez somos todos compaeros porque vivi-mos de lo mismo, del ftbol. Siempre tra-t de incluir y juntar a las diferentes par-

    tes dentro de este deporte. Esa intencin es una forma de pretender mejorarlo.

    Cambiar la cabeza

    Martn Palermo coincide en una zona donde la psicologa est en el centro de la escena. Y elige darle valor supremo al optimismo, una virtud que consolid en el rea rival como goleador. El DT de Arsenal considera que para acercarse al plantel hay que hacer un trabajo fuerte no slo en lo fsico sino, en especial, en la cabe-za. La mentalidad ganadora es algo que todos buscan. Y para conseguirla no que-da otra que trabajar, entendiendo cules son las virtudes y los defectos de cada uno de los futbolistas, seala.Su amigo, Barros Schelotto, posee un pen-

    Opinin

    El final de los ismosPor Martn Voogd

    Ni yanquis ni marxistas, peronistas. La tercera posicin haba llegado al ftbol argentino con el advenimiento del bielsismo. Antes de Marcelo todo se resuma entre las antpodas del menottismo y el bilardismo, ese insoportable blanco y negro que transitaba del lirismo al resultadismo, ms all de que los seguidores de ambos profetas futboleros buscaron siempre el mismo objetivo: ganar, ser los mejores.La diferencia entre las dos vertientes, algo as como dos paralelas que se torcieron (o se deformaron) pero que jams se toca-ron (ni se tocarn), radicaba en el cmo: el fin justificaba los medios o los medios justificaban el fin. La tctica o el concepto. El bidn o el tiki tiki Hasta que apareci Bielsa con su ftbol cientfico y amalgam los dos estilos. Ir al frente cueste lo que cueste como predican Menotti o el Coco Basile, otro paradigma del modelo la nuestra, pero con la sistematizacin europea de movimientos de la que Bilardo hizo escuela. La dicotoma se rompi. Y el ftbol argentino termin de madurar porque se empez a perder, justamente, el miedo a per-der. Todos quieren ganar, obvio, pero la mayora entiende que para llegar al objetivo conviene arriesgar y no tanto especular. No alcanza con esperar el error ajeno, sino que hay que provocarlo. Tard en llegar, claro. Hubo que esperar que se desa-rrollara una nueva generacin de entrenadores. Incluso, aunque es imposible comprobarlo, la historia podra haber tenido final feliz en el Mundial de Brasil 2014 si Sabella no sacaba a relucir todo su bilardismo bsico a partir de los octavos de final.Se puede rotular a la nueva camada con algn ismo? Casi todos fueron jugadores durante el nacimiento y afianzamiento del bielsismo. Con mayor o menor participacin, gran parte form parte de la Seleccin durante los seis aos de la atribulada gestin del rosarino. Y muchos se inspiraron en su impronta para armar sus equipos. Seguramente, el xito del modelo del Barcelona de Pep Guardiola y el dominio del nuevo ftbol total que pregonan los alemanes les sirvi de inspiracin.Sin embargo, algunos son ms pragmticos como Arruabarrena, Barros Schelotto y Palermo, tal vez influidos por las ense-anzas de Carlos Bianchi, el otro cono tcnico de los 90. Otros, como Almeyda, Gallardo y Cocca que incorpor el ABC del bielsismo durante su paso por Mxico son ms osados y se hacen eco de aquel refrn falible que asegura que la mejor defensa es el ataque. Sin embargo, a diferencia de Bielsa, todos han demostrado tener cierta flexibilidad. Saben que es necesario tener un plan B o un plan C. Lo demostraron Gallardo y Cocca, sobre todo, con las mutaciones de sus proyectos exitosos del semestre pasado.As los ismos parecen haber quedado encerrados en una anacrona. Se cay el Muro de Berln futbolero en Argentina. Ya no hay ms guerra fra Ni menottistas ni bilardistas. Un poco bielsistas, s. Pero tampoco tanto. El ftbol cambi. Y la nueva camada de entrenadores lo supo interpretar. La pelota y los espectadores, por ahora, estn un poco ms contentos.

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    samiento similar: El ftbol es un deporte en el que sobresalen aquellos que mejor lo entienden. Hoy todo es mucho ms fsico. Se corre bastante. Existe poca pausa. Y se nota en la cancha. Sin embargo, el vrtigo es algo que est instalado y no se puede volver atrs en el corto plazo. Por eso, hay que saber cmo acoplarlo y es positivo si se aplica correctamente, remarca.El que sale al cruce es Jorge Almirn. En Independiente, en el torneo pasado, si bien disfrut del buen andar de su equi-po, con un ataque efectivo, sufri bastante los desacoples defensivos que su sistema dejaba al descubierto. Cuando se quiere instalar una idea nueva, hay todo un pro-ceso en el que el margen de error es ma-yor. No es sencillo hacer jugar a tu equipo como vos pretends en forma rpida. Ah est el desafo del entrenador, que los ju-gadores se sientan cmodos y confen en lo que se quiere hacer desde el banco de suplentes, indica.Algo parecido le ocurri a Palermo para intentar darle su esencia a un club que durante los ltimos aos haba desarro-llado un ftbol con un semblante distinto de la mano de Gustavo Alfaro. Slido, sin fisuras, fundamentalmente en el sector defensivo, el elenco del Viaducto era el tpico rival al que nadie quera enfrentar por lo complicado para superarlo. El Ti-tn busc imprimirle su rbrica y con el tiempo ese cerrojo se fue abriendo. No exento de dificultades, eso llev a que Arsenal perdiera ms de lo que estaba acostumbrado. Aun as, se recuper y hoy ya evidencia otra tendencia, ms agresiva en ataque, aunque endeble en el fondo. Lo define el propio protagonista: Este equipo gan todo con un estilo, y es muy difcil que los jugadores acepten otras formas. Ah corre otra vez el objetivo del tcnico. Darle la confianza necesaria como para que el futbolista crea que lo que se le propone va a funcionar.

    Parecidos y diferentes

    Que el futbolista crea en la propuesta. All est el pilar que intenta formar, a su ma-nera, la nueva generacin de entrenado-

    res. Pregonar una idea, desarrollarla y que genere logros en el campo de juego. Almi-rn lo aplic al llegar al Rojo. La institu-cin transitaba un camino sinuoso. Haba recuperado su plaza en la elite del ftbol argentino luego de su traumtica expe-riencia en la B Nacional. El tcnico reem-plaz a Omar De Felippe y a los primeros das en el cargo dijo: Har todo lo posible para que el equipo muestre personalidad

    en donde le toque jugar. Su sentencia, se corroboraba, en teora, en el modelo a sostener en el terreno: No tengo miedo

    de pedirles a los jugadores que arries-guen. Le voy a exigir al arquero que no la reviente, a los defensores que se mues-tren como opcin de pase y a los volantes centrales que se acerquen para que exista una conexin rpida. En la prctica, y con el diario del lunes que signific el torneo de Transicin, esa frmula tuvo sus pros y sus contras, sus satisfacciones y sus la-mentos, casi en partes iguales.

    Otra fue la historia vivida por Gallardo. A l s, segn los resultados, le result sen-cillo ese trmite. Ya desde el comienzo de

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    su era en River, y pese al desafo de asu-mir en un plantel que Ramn Daz haba transformado en un conjunto campen, molde a los jugadores a su gusto y les

    brind un estilo avasallante. As, consigui en pocos meses ser el mejor equipo en el torneo local a pesar de quedar segundo de Racing- y obtener la Copa Sudameri-

    cana. Cuando establecs una idea que le permite a los jugadores identificarse, todo se hace ms fcil. Es lo ms difcil de lo-grar, pero una vez que est estipulada, ya

    mostrs otro semblante, seala.Y lo que mayor satisfaccin le da, ms all de los triunfos cosechados, es que la gen-te se identifique tambin con el estilo. Ya

    lo haba indicado, incluso, cuando reco-rra el semestre pasado y todava no haba dado la vuelta olmpica frente a Atltico Nacional. El Millonario derrotaba a sus ri-vales sin inconvenientes. Los superaba con una intensidad que sorprenda. Gallardo pregonaba: Cuando asums la responsabi-lidad de dirigir un equipo como River, ser campen es uno de los primeros objetivos que se tiene. Pero para llegar a eso hay que trabajar. Por suerte los jugadores se sienten representados por esta forma que mostramos en la cancha y cada vez se con-vencen ms que es la mejor propuesta para afrontar cada partido.En la vereda de enfrente, otro joven tuvo la responsabilidad de reem-plazar a un mito. Rodolfo Arruabarrena vena de ex-periencias contrapuestas en Tigre y Nacional de Uruguay. Con aquel fue subcampen y estableci una campaa muy meritoria. Del otro lado del Ro de la Plata, no hubo alegras. Y le lleg la oportu-nidad de Boca tras el fraca-so del tercer ciclo de Carlos Bianchi, a quien tuvo como DT. El desafo era complejo, y si bien todava no coron su travesa con un ttulo, con-sigui sacar del pozo a una plantilla que contaba con deficiencias al por mayor. Dnde estuvo la clave? El Vasco siem-pre lo repite: La actitud. Se puede jugar bien o mal, pero lo que no se negocia es la actitud, la personalidad, eso tiene que estar siempre en mi equipo. Y as, recu-per cierto semblante del Xeneize. La mentalidad ganadora es algo elemental. Y eso se gana con fuerza de voluntad y mucho trabajo.

    Contra los vagos

    Trabajo. Esa es la palabra que remarcan todos. Para lograr los objetivos, no hay otra opcin que trabajar, segn sostienen los protagonistas. Flores aclara que eso se tiene que inculcar desde el principio.

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    Estilo Cholo Por M.V.

    Diego Simeone es el entrenador argentino ms exitoso de la actualidad a nivel mundial. Es de la camada de la nueva trova futbolera (clase 1970), pero ya no encuadra dentro de esta generacin que asoma con una impronta diferente. Su carrera como DT es meterica. Volvi para retirarse en Racing y, casi sin quererlo, termin sentado en el banco y desarroll una pasin. Arm un Estudiantes fren-tico que le arrebat la vuelta olmpica al Boca de La Volpe. Al toque, mostr dos caras en River. Lo sac campen, pero tambin sembr la semilla del descenso. En San Lorenzo tuvo continuidad, pero jams tuvo equilibrio. Por eso se march a Catania, donde mostr, por primera vez, capacidad para encontrar agua debajo de las piedras. Volvi a Racing y qued al borde de la estatua, pero luego se fue esfumando. Y encontr su lugar en el mundo en Atltico de Madrid, desde donde se le plant cara a cara a Barcelona y Real Madrid y logr ganar la Copa del Rey, la Liga y la Supercopa. Tambin se coron en la Liga de Europa y en la Supercopa continental. Y hasta estuvo a segundos de ganar la Liga de Campeones.A diferencia de la nueva generacin, Simeone tiene su marca registrada. Es, para ponerle un rtulo, un neobilardista extremo. Un Mourinho que se arregla con lo que tiene (aunque lo que tiene no es poco). Desprecia la posesin de la pelota, apuesta a la presin como estandarte, con todos sus jugadores con el cuchillo entre los dientes, tal como se defina l mismo como futbolista. Tiene la virtud de potenciar a los grupos. Motiva a los suyos a fuerza de frases marquetineras como no ganan siempre los buenos, ganan los que luchan o el esfuerzo no se negocia o no tolero el conformismo; la pasividad est alejada de m. Suenan lindas para un libro de autoayuda. Sin embargo, convence a su gente, que du-rante 90 minutos luce dispuesta a inmolarse por la causa de los tres puntos. No gusta. No entretiene. Pero gana y cosecha admiracin. Es el estilo Cholo.

    Cuando uno toma a un plantel le debe dejar claro todo a cada jugador. La forma en que uno trabaja, las ideas que conside-ra son importantes, enfatiza. Pellegrino, lo mismo: En el ftbol hay mucho de tc-tica, que es importante. Pero cada vez se torna ms vital la parte de saberle llegar al jugador. Entusiasmarlo. Ser claro con l en todo momento. Y eso se de en un primer momento.Claridad es otro concepto que se resalta y que se vincula con la contemporaneidad de los estandartes de la nueva genera-cin. Ser precisos, no darle al futbolista muchas vueltas para explicarle tal o cual movimiento. Ese elemento, el pedaggico,

    es algo con el que el entrenador tiene que estar en permanente contacto, puntualiza Cocca. Y Almirn lo sigue: Cuando estaba en Godoy Cruz, por ejemplo, cost incul-car una idea. Tuve que explicar el porqu de cada cuestin. Y eso fastidia. Pero el equipo fue evolucionando, se jerarquiz y mejor su nivel con el correr de los parti-dos. El poder de convencimiento marca la diferencia entre los buenos y los malos tcnicos, remata.Almeyda da su frmula. Tengo una mira-da sobre el ftbol en la que la pretensin siempre es atacar. Me encanta que los ju-gadores hagan goles. En cada tanto se ve la nobleza, la lealtad y la alegra sin fingir. Entonces, con esa premisa, la intencin es

    poner muchos delanteros. Y siempre hay que ver cmo convencer a los jugadores para que se sientan cmodos con un plan-teo as, detalla.Todos, a fin de cuentas, estn convencidos de esa idea. Y como seal Menotti, cada uno con su libreto tiene en claro que la prioridad para no quedar en el camino y

    estancarse es el aprendizaje constante. Esa inquietud los posicion donde estn hoy, en busca de un destino como en-trenadores luego de transitar las canchas como futbolistas. El futuro dir si esta fla-mante generacin de entrenadores podr plasmar una renovacin esperanzadora en el ftbol argentino.