cairo carou_reseña democracia digital_limites y oportunidades

8/19/2019 CAIRO CAROU_reseña Democracia Digital_limites y Oportunidades

http://slidepdf.com/reader/full/cairo-carouresena-democracia-digitallimites-y-oportunidades 1/7

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=29700320

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

Leonarda García JiménezReseña de " Democracia digital. Límites y oportunidades " de Heriberto Cairo

Sphera Pública, núm. 3, publicación anual, 2003, p. 0,

Universidad Católica San Antonio de Murcia

España

¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista

Sphera Pública,

ISSN (Versión impresa): 1180-9210

[email protected]

Universidad Católica San Antonio de Murcia

España

www.redalyc.orgProyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=29700320

http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=29700320

http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=297&numero=1098


http://www.redalyc.org/revista.oa?id=297




http://www.redalyc.org/






http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=297&numero=1098

http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=29700320

http://www.redalyc.org/



RESEÑA

SPHERA PUBLICARevista de Ciencias Sociales y de la Comunicación

Número 3 (2003), Murcia

Heriberto Cairo Carou (Ed.)

Democracia digital. Límites y oportunidadesEditorial Trotta, Madrid, 2002, 136 págs.

Leonarda García Jiménez

Que las democracias occidentales no viven precisamente su mejormomento es algo que ya nadie pone en duda. Son muchos los déficitsque se achacan a nuestros sistemas: falta de participación en los asuntoscolectivos; distanciamiento entre gobernantes y gobernados; recelo delos ciudadanos hacia la forma de operar de las instituciones públicas...Una desconfianza que cada vez es mayor, hasta tal punto que la insatis-facción no es con un partido o administración concreta, sino con la cali-dad de la democracia en general (Subirats, p. 92). De esta forma, Inter-net se presenta como la gran ágora pública en la que todos podemosestar reunidos en tiempo real, que resolverá nuestras carencias democrá-ticas. Son muchos los que ya hablan de la democracia digital como unaespecie de pócima mágica, la panacea que superará todos los obstáculosque encontramos actualmente en nuestras formas de gobierno.

Pero no nos confundamos, como señala Cairo Carou en la introduc-ción (p. 13), las limitaciones de esta democracia digital dependerán,sobre todo, de los deseos de los seres humanos y las capacidades de ha-cerlos realidad. Como manifiestan algunos autores (entre ellos el soció-logo Dominique Wolton), la tecnología no es suficiente para cambiaruna sociedad, ya que tiene que formar parte de un movimiento más ge-neral, que debe estar liderado por las aspiraciones y por la capacidad desuperación del individuo.

Partiendo de la base de que la aparición de una técnica por sí mismano conlleva revolución alguna, la obra que aquí comentamos discute la

[ 333 ]



factibilidad de la existencia de la democracia digital, a través de una

serie de artículos en los que sus autores plantean los límites y oportuni-dades de las prácticas políticas virtuales.El libro está divido en dos partes: la primera aborda el contexto de

las relaciones que se establecen entre la sociedad de la información y lademocracia; y la segunda estudia las posibilidades que abren las comu-nicaciones mediante computador (CMC) para la solución de las deficien-cias que presentan los sistemas políticos.

Así, el artículo de Heriberto Cairo Carou, que abre el análisis del con-texto de la democracia digital, aborda el tema de la transformación delespacio de la política. De esta manera, el autor apunta que el ciberespa-cio ha transformado los viejos espacios de acción política, donde estos ya no dependen de la ubicación geográfica, sino que más bien son es-pacios de flujos (las localidades son relativamente irrelevantes, respecto

a los flujos de información, mercancías o poder). El espacio político te-rritorializado característico de la modernidad da paso, a través de la so-ciedad red, a un espacio político reticular, aspecto éste que identifica ala postmodernidad. El uso masivo de las CMC sería fundamental en laaparición de este espacio reticular. Cairo Carou señala que está llegandoa su fin la vieja dominación de una vida pública estructurada por el Es-tado y territorialmente limitada. La multiplicidad de espacios en red noestán directamente vinculados a un territorio, y por lo tanto fragmentanlo que anteriormente parecía una esfera pública única y espacialmenteintegrada.

Otro aspecto que deberá ser tenido en cuenta en el desarrollo de lademocracia electrónica es la seguridad y la protección de la privacidad,temática que aborda el capítulo de Justo A. Carracedo Verde. Las redes,debido precisamente a la dispersión geográfica de la que hablábamos,presentan un marco idóneo para ser víctima de posibles ataques no de-seados o invasiones de la privacidad que atenten contra los derechos delos individuos. El autor propone distintos servicios de seguridad: desdela autenticación, o la confidencialidad de datos hasta el del anonimato.Por lo tanto, para poder ejercer la democracia digital, es necesario pro-porcionar una seguridad cívica (definida por Carracedo como el ejerci-cio de comunicaciones seguras sobre redes telemáticas) que de a los ciu-dadanos la plena confianza de que las prácticas que realizarán a travésde la red presentan las máximas garantías: desde el anonimato del voto


[ 334 ]



hasta el respeto por los datos personales que proporcionamos cuando

visitamos las web de las administraciones públicas.El último trabajo que complementa la primera parte de la obra, versasobre las desigualdades en la sociedad de la información, ya que comoindica José David Carracedo Verde, los problemas de la estratificacióndigital han de solucionarse conjuntamente con los de la democraciaelectrónica. Una estratificación digital que es entendida como el ámbitode investigaciones que se centra en el estudio de discursos y prácticasasociadas con las desigualdades y diferencias en el acceso a computa-dores, con la infraestructura de entrada a la red y con la adquisición deconocimientos e información. Estas tres circunstancias se dan entre lasdistintas clases sociales, por edad, nivel educativo, etnia, idioma, zonaen la cual se habita, etc. En los discursos dominantes se asume que cual-quiera puede hacer la compra por Internet o realizar una videoconferen-

cia, argumentos oficiales que tienen una agradable sensación de utopía, ya que en ellos se confunde la realidad personal del analista con la delresto de la población del planeta.

La contextualización de la temática tratada concluye con esta visióngeneralizada de la división en Internet, que margina a los que tienemenos recursos, como sucede en el mundo real. De esta manera la es-tratificación digital se presenta como otro obstáculo que ha de ser supe-rado para poder ejercer una democracia digital plena. Este desarrollo re-quiere el acceso para todos a buenos equipos informáticos y laformación de la población en el manejo de ordenadores.

Ya en la segunda parte de la obra, Irene Ramos Vielba, plasma en suartículo los índices de desarrollo de los gobiernos digitales de todo elmundo, comparando los sitios web de las principales instituciones pú-blicas de las administraciones centrales. Los criterios utilizados para pun-tuar los espacios virtuales oficiales de los países son la transparencia, en-tendida como la información que proporciona las administración sobresí misma al exterior, y la interactividad, es decir, la facilidad con la quelos visitante pueden usar la información proporcionada (uso de informa-ción y transacción de servicios).

Las desigualdades en el número de gobiernos digitales (volumen depáginas web de la administración pública en un país) reflejan la gran di-ferencia exisente entre las zonas que están desarrolladas y subdesarro-lladas (o menos desarrolladas). EE-UU lidera, al igual que ocurre en el

Heriberto Cairo, Democracia digital

[ 335 ]



mundo real, tanto el índice de los gobiernos digitales como la puntua-

ción media de la calidad que obtienen sus web. En este particular ran-king Europa Occidental y Escandinavia ocupan el segundo lugar. Por de-trás de ellos, Asia.

Las características más decisivas que afectan a los gobiernos electró-nicos son el desarrollo económico y el tecnológico, no pareciendo quesea relevante el desarrollo democrático o el humano. Paradójicamente,son estas dos últimas cuestiones condiciones decisivas para la aperturade la clase política tradicional hacia el mundo virtual.

Ramos Vielba concluye que a pesar de los esfuerzos de los gobier-nos nacionales por adaptarse a la nueva realidad social, todavía quedamucho camino por recorrer, ya que Internet se utiliza más como herra-mienta de relaciones públicas que de intermediación con los ciudada-nos. El desarrollo de la democracia electrónica requiere de una comuni-

cación de doble vía entre gobernantes y electores. Esta interactividad yaha sido puesta en práctica por algunos gobiernos, pero en términos ge-nerales se presenta como una carencia más de los estados nación.

Por otra parte, Joan Subirats en su trabajo, pone de manifiesto las in-suficiencias en el funcionamiento de los sistemas actuales democráticoseuropeos: insatisfacción con los procedimientos de selección de las eli-tes; excesivo ritualismo en las vías de representación; cuasimonopoliode los partidos políticos en los escenarios de participación; unas institu-ciones parlamentarias que son más instrumentos de gobierno que cana-les de representación; la desconfianza pública en la forma de operar...son aspectos todos ellos que han ido mermando la calidad de la demo-cracia o lo que es más importante, el grado de satisfacción de los ciuda-danos hacia los modelos de representación política.

Pero también son indicados los costes de tiempo y recursos queconllevan una mayor implicación ciudadana en los procesos de tomade decisiones, así como el escepticismo con el que las elites políticas ven esas alternativas para la mayor participación de los electores. Porlo que, a pesar de que no hay soluciones universales, el uso de las tec-nologías de la información y la comunicación (TIC) puede llegar a sermuy significativo. De la vinculación de las TIC con los procesos de in-novación democrática, Subirats propone cuatro discursos o estrategias:el consumerista, en el que la base de partida es que la democracia par-lamentaria es válida, lo que falla son los mecanismos de información


[ 336 ]



a disposición de la ciudadanía; otro discurso es la mejora de la demo-

cracia representativa, que intenta evitar la sensación de desapego y dedistancia entre representantes y representados; la tercera estrategia esla urdimbre cívica, en la que las TIC favorecen la emergencia de co-munidades plurales. El último discurso es el que propone recuperar el viejo ideal de la democracia directa, donde se pueden incorporar lastecnologías de la información y la comunicación a la democracia sinperder capacidad ni calidad deliberativa. De esta manera los nuevosentornos de los que hablamos pueden solucionar las deficiencias de lademocracia.

Cierra el libro Francisco Serra Giménez con el análisis de algunos delos problemas políticos y jurídicos que se derivarían de la adopción deesos procedimientos con vistas a alcanzar un mayor grado de participa-ción y las necesarias garantías que debería reunir un sistema de demo-

cracia electrónica. De esta manera, a la hora de regular los procedimien-tos para el voto electrónico hay que reformar la ley electoral, introducirnueva definiciones, definir conceptos tradicionales, necesidad de educa-ción de los ciudadanos... además de asegurar el anonimato del voto oque la gente deposite la papeleta de manera virtual sin coacción alguna.Por lo que, para que sea posible la extensión de la democracia electró-nica, es precisa la resolución de los problemas técnicos que garanticenque el ejercicio del derecho al voto presenta las mismas garantías quelos procedimientos tradicionales.

La utilización de las nuevas tecnologías permiten la siempre buscadaprofundización en la democracia, hecho que podría significar el fin delpaulatino alejamiento de los ciudadanos respecto de las instituciones(p.115). La democracia digital es un fenómeno novedoso (si es que,como apunta la obra, podemos hablar de democracia digital), por lo queel término se encuentra en constante evolución, circunstancia que haceque su estudio presente una complejidad añadida. Así, vemos cómo lasnuevas tecnologías pueden resolver las carencias y problemas de la de-mocracia que se plantean en esta obra (también puede dejar aparcadosotros o crear algunos nuevos), aunque esto sucederá si hay un propó-sito firme por parte de la sociedad de superar los déficits de nuestros sis-temas de gobierno.

La obra se enmarca dentro de los estudios sociales, que son de sumaimportancia para analizar el impacto social de las innovaciones tecnoló-

Heriberto Cairo, Democracia digital

[ 337 ]



gicas, ya que como señala Carracedo Verde (p.46), no todo avance es

socialmente positivo de forma automática. El libro que acabamos de co-mentar pone “el dedo en la llaga” en las denominadas ciberutopías, yaque plantea las limitaciones que propician las tecnologías de la informa-ción y la comunicación, aunque abre también el campo a la multitud deoportunidades que podemos obtener de Internet si hacemos un buenuso de la red. Debemos, por tanto, no dejarnos llevar por los discursosoptimistas que dejan atrás a los que no abrazan los nuevos entornos vir-tuales, y realizar profundos estudios científicos que analicen y regulenestas recientes prácticas. De esta manera Democracia Digital. Límites y

oportunidades es un breve, pero acertado análisis que huye del discursofácil, excesivamente optimista e incluso utópico que en ocasiones en- vuelve a la aparición de una nueva realidad, como es en la actualidadInternet.


[ 338 ]

cairo carou_reseña democracia digital_limites y oportunidades

Documents