buenaventura durruti, ignacio g. iglesias

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  • 8/13/2019 Buenaventura Durruti, Ignacio G. Iglesias

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    BUENAVENTURADURRUTI, EL AUTORDEL PRIMER ROBO A

    UN BANCO EN CHILELus Olea

    BUENAVENTURA

    DURRUTI, UNREVOLUCIONARIO

    NATO

    Ignacio Iglesias

    Editorial Subvertir

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    Primera Edicin

    Otoo 2013en algn lugar de Valparaso

    Material solicitado y/o extrado de:

    [http://www.sbhac.net/Republica/TextosIm/TDH/Durruti/Durruti.htm][http://www.rebelion.org/noticia.php?id=21122]

    EDITORIAL [email protected]/editorialsubvertir

    Este cuadernillo es ilegal.Se reconoce la autora del texto, no as su propiedad.La propiedad intelectual privada tambin es un robo.

    Se aprecia cualquier intento que fomente la difusin de la presentepublicacin, ya sea total o parcial, transmitida o reproducida en cualquier

    forma o medio, sea mecnico, fotoqumico, electrnico, magntico,electroptico, por fotocopia, o cualquier otro. Colectivicemos las ideas!

    Iglesias, Ignacio; Olea, Luis. 2013. Buenaventura Durruti,

    un revolucionario nato; Buenaventura Durruti, El Autor delPrimero Robo a un Banco en Chile.Editorial Subvertir.Valparaso.

    Coleccin de Cuadernillos ChirihueEditorial Subvertir

    http://www.sbhac.net/Republica/TextosIm/TDH/Durruti/Durruti.htmhttp://www.sbhac.net/Republica/TextosIm/TDH/Durruti/Durruti.htmhttp://www.sbhac.net/Republica/TextosIm/TDH/Durruti/Durruti.htmhttp://www.sbhac.net/Republica/TextosIm/TDH/Durruti/Durruti.htmhttp://www.rebelion.org/noticia.php?id=21122http://www.rebelion.org/noticia.php?id=21122http://www.rebelion.org/noticia.php?id=21122http://www.facebook/editorialsubvertirhttp://www.facebook/editorialsubvertirhttp://www.rebelion.org/noticia.php?id=21122http://www.sbhac.net/Republica/TextosIm/TDH/Durruti/Durruti.htmhttp://www.sbhac.net/Republica/TextosIm/TDH/Durruti/Durruti.htm
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    Buenaventura Durruti, el autor del primer robo a un Banco en Chile

    Jueves 16 de julio de un soleado da de 1925. Enrique Barscoj esperabapasajeros para su vehculo de alquiler, un reluciente Hudson con placa patente

    2525, en el paradero de la Plaza de Armas cuando un individuo alto, grueso y debigotes abundantes le solicit sus servicios. La orden era dirigirse a calle SanDiego y, desde all, hasta la sucursal Matadero del Banco de Chile. Era el da dela santa patrona nacional: la Virgen del Carmen. El pasajero era absolutamentedistinto a quienes trasladaba a diario: tena un marcado acento espaol y actuabacon tranquilidad. Al llegar frente a la sucursal bancaria, se subieron al vehculootros cuatro ocupantes, uno de ellos usaba bufanda granate y una gorra negra.Al cruzar la calle en direccin al banco, el espaol se coloc un antifaz negro decuero y los dems desenfundaron armas cortas desde sus bolsillos. Se acercaba

    el momento. Esto ya lo haban hecho varias veces en distintas partes del mundoy no pareca ser diferente. Los cinco hombres presentaron sus pistolas. Estabana punto de perpetrar el primer asalto a un banco en la historia de Chile.

    LOS HOMBRES DE DURRUTI

    En la sede de la IWW (Industrial Workers in the World), en pleno centro deSantiago, los dirigentes anarquistas Flix Lpez y Pedro Nolasco Arrata, esteltimo, trabajador grfico y fundador de la Federacin de obreros de imprenta,

    estaban viviendo su propia pelcula de vaqueros. Las noches anteriores habandepartido con unos compaeros espaoles que llegaron a Chile huyendo de lapersecucin que ellos, aguerridos anarquistas, sufrieron en Europa. Lpez yNolasco tuvieron mayor contacto con dos de ellos: Buenaventura Durruti, queexudaba coraje y carisma, y Francisco Ascaso, ms bien serio y retrado. El restodel contingente estaba compuesto por el hermano de Ascaso, Alejandro;Gregorio Jover y Antonio Rodrguez, El Toto. Todos pertenecan al grupo LosSolidarios, destacamento que haba emprendido un sinnmero de accionesarmadas y ajusticiamientos en la pennsula ibrica. Esa fama tena omnibuladosa sus pares chilenos, quienes conocan, por ejemplo, el famoso y sanguinarioasalto al Banco de Gijn, en 1923, y por el que haban conseguido automticoexilio en Francia y Blgica. Lpez y Nolasco saban que el paso por Chile erauna escala no prevista por los 5 anarquistas, pero a la que le sacaran el mayorprovecho posible. Ascaso y Durruti tenan una frrea doctrina de silencio ytrataban de hablarse a travs de seas, por lo que transmitieron escasamente susplanes a los compaeros chilenos. Se poda decir que su relacin era de saludosy despedidas. Durruti les haba prometido que si los ayudaban con la logstica,les confiaran parte del botn para su organizacin. Una cosa estaba clara, en elatraco actuaran slo ellos. Y as lo hicieron. Das antes, en la tarde del domingo12, haban intentado asaltar a los empleados del Club Hpico que llevaban eldinero de las apuestas hacia la administracin, ubicada en calle 21 de Mayo. Perolas cosas no salieron como lo haban planificado, ya que los empleados sedefendieron a balazos y el robo de los hombres de Durruti fue abortado conrapidez. ltimamente la capital se ha visto invadida por un grupo de gentes de

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    lluvia de balas que provena del auto de los asaltantes. En San Diego, entreVictoria y Pedro Lagos, les perdieron pisada definitivamente. Algunos testigosdijeron que el auto dobl por Matta al oriente, aunque otros aseguraron quetom la direccin contraria hacia el Parque Ercilla. El monto total del asaltoborde los 50 mil pesos de la poca. Con respecto a la banda, la polica slolleg a dos conclusiones. Una: tenan voces extraas que les daban el aspectode argentinos o de espaoles, como hizo mencin La Nacin del viernes 17 deJulio. Y dos: en el suelo del local se encontr el antifaz del jefe de la banda. Enla prensa se habl del nacimiento de una nueva etapa en la criminologa del pas.El Mercurio editorializ de la siguiente manera: Est demostrando queSantiago no tiene hoy solo el peligro de los bandidos que obran a la antigua,sino tambin de los que siguen los nuevos sistemas terrorficos capaces deatemorizar a los hombres de ms nimo. Los diarios llamaron a los asaltantes

    Apaches, en alusin al nombre con que los periodistas francesescaracterizaban a los hampones de Pars, y que haba sido tomado de un famosotango del uruguayo Manuel Gregorio Arostegui, El Apache Argentino.Santiago de Chile, ponindose al da con el resto del mundo, haba conocido asus primeros Apaches. Nadie saba que se trataba deBuenaventura Durruti, elanarquista ms famoso de Europa.

    SIEMPRE SEREMOS PRFUGOS

    Despus del asalto y aprovechando el alboroto que causaron, el quinteto deasaltantes intent dar el golpe maestro. El da sbado 18 asaltaron en la calleSeminario a un cajero de ferrocarriles con el fin de aduearse de las llaves decaudales del terminal Alameda. Por desgracia para ellos, el cajero no llevaba lasllaves consigo, lo que frustr el asalto. La prensa estaba conmocionada, hablabade peligrosos asaltantes argentinos fugados recientemente de la crcel de LaPlata, y que se haban coludido con hampones locales. Las pulsaciones de laciudad marcaban un ritmo frentico, y cercano al pnico. Para aparentar agilidady pericia, la justicia someti a proceso a Enrique Barscoj, el chofer que los

    condujo hasta el banco y luego huy con ellos bajo amenaza, pero que tuvieronla deferencia de cancelarle la carrera. El juez instructor de la causa, FernandoSoro Barriga, solicit a la prensa que no siguiera endiosando a los hampones yque dejaran de lado la tesis que hablaba de forajidos extranjeros. Durante todoese tiempo los cinco se hospedaron en un hotel de poca monta en las cercanasde Avenida Matta. La dependienta record aos despus a un grupo de gentemuy educada y que hablaba todo el tiempo sobre temas sociales. A principiosde agosto, y con toda calma, Durruti, Ascaso, Jover y los dems hombresabandonaban el pas. Primero se trasladaron a Los Andes y desde all tomaron el

    Tren Trasandino como pasajeros comunes y corrientes con destino a Argentina.

    DE LOS PIRINEOS A LOS ANDES

    En Argentina trataron de trabajar. Durruti intent ser un estibador, Ascasoquiso ser cocinero y Jover, un carpintero. Pero aquello les dur poco. El 18 deenero de 1926 asaltaron el Banco San Martn. No dieron con ellos y se creyeron

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    a salvo. Pronto, sin embargo, se dieron cuenta que se cerraba el cerco; habafotografas suyas en las estaciones de ferrocarril, en trenes y tranvas. Era tiempode escapar. Cruzaron a Montevideo. Ah elaboraron una estrategia que dejaba enclaro que no se trataba de simples nios jugando a los bandidos: compraronboletos de primera clase en el buque que los trasladara a Cherburgo, peroterminaron en las Islas Canarias. Acababa as su travesa por Amrica Latina. Laposterior vida de Durrutiy sus compaeros se convirti en vrtigo: En 1926, enPars, ide un doble atentado contra el Rey y Primo de Rivera, el que fracas yprovoc un nuevo exilio hasta 1931. En 1932 fue desplazado al Sahara espaol.En 1933 y 1934 cay sucesivamente preso despus tres intentos insurreccionalessin xito. En febrero de 1936 el izquierdista Frente Popular gan las eleccionesespaolas, con el apoyo a regaadientes de los anarquistas. El 18 de julio de esemismo ao, Francisco Franco di un golpe militar y deton la Guerra Civil

    Espaola. Seis das despus Durruti arm una milicia con ms de 2.500hombres para luchar contra los franquistas. Se bautiz como la ColumnaDurruti. En noviembre de ese ao su columna se dirigi a Madrid par adefender la ciudad de Franco. El 20 de ese mes, sin embargo, encontr lamuerte, contando con 40 aos de edad. En ese momento Buenaventura Durrutidej de ser historia y se convirti en mito. Su cuerpo fue trasladado a Barcelonadonde se hicieron los funerales ante cerca de medio milln de personas. Era elmismo hombre que 11 aos antes, con un antifaz de cuero negro, habaocupado las portadas de los diarios con un robo histrico, el del Banco de Chile,

    sucursal Matadero.

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    Buenaventura Durruti, Un Revolucionario Nato

    El 14 de julio de 1896 naca en Len Buenaventura Durruti, segundo de losocho hijos de Santiago Durruti y Anastasia Domnguez. De los ocho hermanosSantiago, Buenaventura, Vicente, Plateo, Benedicto, Pedro, Manuel y Rosaslo tres sobrevivieron al finalizar la guerra. En 1932, durante una huelga, moraen Len uno de los hermanos de Durruti, junto a un anarquista llamado JosMara Prez. Otro muri durante los sucesos de Asturias de 1934. En 1936,comenzada la guerra, Manuel Durruti se afiliaba a Falange Espaola, en Len, ypoco despus mora fusilado por los mismos falangistas al haberse negado aprobar su lealtad hacia la organizacin. Pedro, antiguo afiliado a Falange, fue

    fusilado en zona republicana.

    Buenaventura Durruti asisti, durante su infancia, a la escuela leonesa deRicardo Fanjul. Parece ser que no pas, como estudiante, de la mediocridad.Poco ms tarde, y a pesar de cierta oposicin por parte de su familia,abandonaba la escuela y aprenda el oficio de mecnico. Su maestro en esta tareafue Melchor Martnez, que tena en Len una gran reputacin comorevolucionario. (Llamaba la atencin por leer El Socialista en pblico). De

    hecho, fue el primer mentor ideolgico que Durruti tuvo. Voy a hacer de tuhijo un buen mecnico, pero tambin un buen socialista, deca MelchorMartnez al padre de Durruti.

    En 1912 Durruti, influenciado por su padre de ideas socialistas y porM. Martnez, se afiliaba a la Unin de Metalrgicos; sin embargo, prontocomprendi que el socialismo moderado de la UGT. Unin General deTrabajadoresno era lo que ms le atraa. Una vez abandonado el trabajo en eltaller de Melchor Martnez, Durruti trabaj como montador de lavaderos de

    carbn. Iba a ser Matallana, a 30 Kms. de Len, el escenario de la primeradificultad que Durruti tendra con las autoridades. Se encontraba all con motivode la instalacin de uno de estos lavaderos y no tard en verse involucrado enun conflicto provocado por los mineros, que exigan la destitucin de uno de losingenieros cuya actitud era claramente contraria a sus intereses. Los mineros,con el apoyo de Durruti y los dems mecnicos, consiguieron que el ingenierofuera despedido; sin embargo, al llegar Durruti a Len se encontr con lanoticia, nada agradable, de que la Guardia Civil se haba interesado por l.

    Poco despus, 1914, su padre le consigue un nuevo trabajo en la Compaade Ferrocarriles del Norte, como mecnico ajustador, empresa en la que elpadre de Durruti trabaj hasta caer enfermo. All se encontraba Durruti cuando,en 1917, estall la gran huelga revolucionaria, promovida por la UGT ysecundada por la CNTConfederacin Nacional del Trabajo. Buenaventuradespleg durante la huelga una gran actividad, contribuyendo a la quema de

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    locomotoras y al levantamiento del tendido de las vas, lo que signific suexpulsin de la UGT y, obviamente, el despido de la compaa. Con su amigoEl Toto se dirigi en primer lugar hacia Gijn, donde contact con la CNT, y,posteriormente huy a Francia, ya que adems de por saboteador era buscadopor desertor.

    El 1 de enero de 1919 Durruti cruz la frontera, clandestinamente, y sedirigi a Asturias, donde debera realizar una misin encomendada por la CNT.Una vez cumplida la misin, parece ser que estuvo en La Robla, a 25 Kms. deLen, implicado en un grave conflicto laboral, dirigindose poco despus aValladolid, donde permaneci unos tres meses. Ms tarde, y cuando seencaminaba hacia Galicia, con el fin de participar en diversas acciones, fuedetenido por la Guardia Civil y enviado a La Corua. All le identificaron como

    desertor y le trasladaron a San Sebastin, siendo sometido a Consejo de Guerray encarcelado. Sin embargo, permaneci muy poco tiempo en la crcel, ya que,con la ayuda de varios compaeros, logr evadirse y huy a Francia (julio de1919) despus de haber pasado algn tiempo escondido en los montes.

    En 1920 regres a Espaa, por San Sebastin, y se dirigi a Barcelona. Antesde emprender la marcha hacia la ciudad catalana, rechaz un trabajo en unafbrica de Rentera, que Manuel Buenacasa y otros compaeros le habanbuscado, as como un puesto en el Comit de Metalrgicos de la CNT en el pasvasco: En mi opinin los cargos importan poco deca Durruti. Loimportante para m es la base, a fin de poder obligar a los de arriba, desde ella, aque respeten sus compromisos, impidindoles as, en la medida de lo posible,que se burocraticen. A su paso por Euskadi, Durruti conoci a otrosanarquistas significados: Suberviola, Del Campo, Albaldetrechu y Ruiz, con losque cre el grupo llamado Los Justicieros, cuyo terreno de accin era,simultneamente, Aragn y Guipzcoa. Durruti y el resto de Los Justicierosdecidieron actuar rpidamente, y su primer objetivo era Alfonso XIII. El

    monarca espaol deba de asistir a la inauguracin del Gran Kursaal de SanSebastin. La pretensin de los anarquistas era acabar con la vida del reyvalindose de explosivos, pero sus intenciones se vieron frustradas ante elmasivo despliegue policiaco que se llev a cabo en el Pas Vasco para lograr lacaptura de Durruti, Suberviola y Del Campo, que haban sido denunciados.

    En febrero de 1921, Durruti se encontraba en Andaluca en cumplimientode una nueva misin, cuyo fin era ampliar las bases del anarquismo en estaregin. El 9 de marzo, en compaa de Juliana Lpez que era el otro emisario en

    tierras andaluzas, regres a Madrid y fue apresado por la Polica. Ese da todoindividu sospechoso era detenido en la capital. El da anterior, Eduardo Datohaba sido muerto a balazos por tres desconocidos. No obstante, Durruti,haciendo uso de una falsa personalidad, logr engaar a la Polica y sali libre,continuando su viaje de vuelta a Barcelona.

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    El grupo de Los Justicieros, que ms tarde cambi su nombre por el deCrisol, sigui en su lnea de utilizacin de la violencia como respuesta a laviolencia desatada por la patronal. A finales de 1922, se constitua el grupo LosSolidarios, cuyo fin primordial era la lucha contra las bandas armadas quesubvencionaban los empresarios. Los choques entre estos grupos llegaron aadquirir un carcter de verdadera guerra civil. Los Solidarios contaban convarios colaboradores y gente de confianza cuya ayuda era solicitada segn lanaturaleza del asunto que les ocupara. Los principales componentes del grupoeran: Buenaventura Durruti, Francisco Ascaso, Juan Garca Oliver, EusebioBrau, Aurelio Fernndez, Miguel Garca Vivancos, Alfonso Miguel, RicardoSanz, Gregorio Suberviola, Rafael Torres Escartn, Juliana Lpez, RamonaBerni y Antonio El Toto.

    Uno de los primeros condenados a muerte, por el grupo, fue el cardenal-arzobispo de Zaragoza, Juan Soldevilla y Romero (n. 1843). Sobre la ejecucinde Soldevilla, es muy interesante el fragmento de la novela de Po Baroja ElCabo de las Tormentas que a continuacin reproduzco:

    El cardenal-arzobispo de Zaragoza era un reaccionario de influencia. Laejerca no slo en su sede sino en Barcelona y recomendaba a lasautoridades de all medidas fuertes y duras contra los obreros y losagitadores. Los anarquistas saban que el arzobispo conferenciaba enReus con los jefes de la Patronal de Barcelona y daba consejos paraatacar a la organizacin sindicalista obrera. La banda march a Zaragoza;se entendieron los directores con una vieja anarquista catalana que vivaall haca algn tiempo, la ciudadana Teresa, y entre todos prepararonuna emboscada y mataron al arzobispo una tarde que iba a una posesinsuya llamada El Terminillo. El arzobispo fue muerto en el auto cuandoentraba en su finca, donde haba establecido una escuela dirigida pormonjas. Los anarquistas le hicieron veinte disparos. El arzobispo cay

    muerto y quedaron heridos sus familiares y el chofer. (1).

    El 1 de septiembre se llevaba a cabo una nueva y espectacular accin deLos Solidarios: el Banco de Espaa de Gijn era objeto de un atraco a manoarmada, llevndose los asaltantes un botn de unas 675.000 pesetas. La ejecucindel asalto no fue fcil. Durruti, despus de mantener un violento tiroteo con laGuardia Civil, logr huir subiendo al tejado de una casa y abandonando laciudad al amparo de la noche. La banda de Durruti comenzaba a ocupar lostitulares de la Prensa burguesa. Das ms tarde el mismo Durruti, ayudado por

    varios compaeros, consegua liberar a Francisco Ascaso, que se encontraba enprisin.

    Ambos amigos, Durruti y Ascaso, deciden emprender la marcha haciaFrancia. Una vez en Pars, toman contacto con otros anarquistas allestablecidos, y juntos dan origen a la Editorial Anarquista Internacional. La

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    creacin de esta editorial tena como fin propagar por todo el mundo las obrasideolgicas y de lucha del movimiento libertario. En Pars tuvieronconocimiento de la muerte de varios de sus compaeros Del Campo abatidoa balazos por la Polica en Barcelonay de la detencin de otros Suberviolay Aurelio Fernndez.

    A finales del ao 1924, Durruti y Ascaso embarcaban con rumbo aLatinoamrica. Fue Cuba el punto inicial de su periplo por estas tierras y allencontraron trabajo como cortadores de caa. Pronto comenzaron su labor enfavor de los trabajadores de aquel pas, y el punto lgido de sus acciones fue laejecucin de un empresario que mantena a sus obreros en un lastimoso estadode esclavitud medieval. La activa bsqueda de los dos anarquistas por la Policales convenci de la necesidad de abandonar la isla, y se dirigieron a Mxico. All

    se encontraron con Jover y Vivancos, y juntos continuaron su peregrinar porUruguay, Chile, Per y Argentina bajo la denominacin de Los Errantes.

    Waldo Bayer, autor de un libro sobre el anarquista Severino Giovani fusilado en Argentina el 1 de febrero de 1932, narra alguna de las actividadesde Durruti y sus compaeros a su paso por el continente americano:

    Si bien ya ha habido antecedentes en nuestro pas, de esta clase de

    anarquismo expropiador, su verdadero auge se debe a la accinemprendida por los anarquistas espaoles Francisco Ascaso yBuenaventura Durruti; dos figuras verdaderamente legendarias que,necesitados de seis millones de pesetas exigidas por un juez espaol paraliberar a ciento veintisis de sus compaeros, inician una serie de asaltosa casas bancarias que comienza en Espaa, con el Banco de Catalua,sigue en Mxico y luego por los pases del Pacfico, asientan sus bases enChile, donde obtuvieron un buen botn, llegan a la Argentina, dondeasaltan el Banco de San Martn, cruzan el Ro de la Plata, llegan a

    Montevideo donde realizan otros asaltos con xito y luego regresan aEuropa en un increble periplo de coraje a toda prueba y desenfado. Esagente saba resolver las situaciones ms difciles con absolutatranquilidad y sangre fra (2).

    Durruti, Ascaso y Jover, buscados por casi todas las policas de Sudamrica,decidieron regresar a Europa. Para ello embarcaron en un trasatlntico que sediriga a Inglaterra. Sin embargo, al tener que etectuar el barco una parada deemergencia en Canarias, los tres amigos se creyeron descubiertos y a punto deser entregados a las autoridades espaolas. Afortunadamente para ellos, nohaba motivo de alarma y, unas semanas despus, el barco reemprendi sumarcha hasta Inglaterra. Cruzaron el Canal de la Mancha y, poco antes delprimero de mayo, se encontraban en Pars. All, Durruti trabaj durante algntiempo en el sector metalrgico y conoci a otros anarquistas de gran prestigio:

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    Sebastin Faure, Louis Lecoin, Voline, Pedro Archinof y Nstor Mackno, sualma gemela.

    El 14 de julio de 1924 era el da sealado para que Alfonso XIII,

    acompaado del dictador Primo de Rivera, llegara a Pars, invitado por elGobierno francs con motivo de la Fiesta nacional. Enterados de la visita, LosSolidarios dedicaron mes y medio a preparar un plan para acabar con la vidadel monarca espaol. Para ello se pertrecharon de gran cantidad de municin,tres fusiles y un automvil. El atentado se llevara a cabo en la estacin anteriora Pars, donde el tren en el que viajaba la comitiva real efectuara una breveparada. El vagn que ocupaban el rey y sus acompaantes sera ametrallado yhuiran en el automvil. Sin embargo, la Polica francesa fue puesta enantecedentes y el plan de los anarquistas qued frustrado. El 25 de junio, en un

    modesto hotel parisiense de la calle Legndre, Durruti, Ascaso y Jover erandetenidos y posteriormente encarcelados. El 2 de julio apareca la noticia de sudetencin en la Prensa. Las demandas de extradicin por parte de diversosGobiernos, entre ellos, el de Espaa, no se hicieron esperar. El porvenir de loslibertarios espaoles se enturbiaba.

    Faure y Lecoin promovieron una gran campaa en favor de los detenidospara que no fuesen entregados a ninguno de los Gobiernos peticionarios de laextradicin. Los anarquistas espaoles fueron juzgados la defensa corri acargo de Lecoiny definitivamente indultados en julio de 1927. No obstante,no se les permita la residencia en territorio francs. La misma Polica francesales introdujo clandestinamente en Blgica. Poco despus, era la Polica belgaquien utilizaba el mismo mtodo con respecto a Francia. Nuevamentedescubiertos en este pas, Blgica les admiti, si bien para permanecer alltuvieron que adoptar una personalidad falsa previo acuerdo con la Polica belga.A propsito de esta extraa situacin, Ascaso comentaba: Es lo ms curiosoque me ha ocurrido nunca. La legalidad sirvindose de la ilegalidad. Durante

    este perodo -1927, exactamenteera creada, en Valencia, la FAIFederacinAnarquista Ibrica, cuyo primer secretario fue el portugus Germinal daSousa. Su finalidad era activar el movimiento libertario y acercar la CNT hacia elideal puramente anarquista, en oposicin al colaboracionismo y moderacin quepregonaban algunos de sus miembros, Pestaa, Peir, Juan Lpez, etc., lo queposteriormente origin una divisin entre ambas tendencias. Para pertenecer ala FAI era condicin indispensable ser afiliado a la CNT. No nos vamos aocupar aqu de la estructura y funcionamiento de la FAI, pero s diremos quecon su creacin el anarquismo de accin iba a adquirir una nueva dimensin.

    El 14 de abril de 1931 era proclamada la Segunda Repblica Espaola. El 15regresaba a Espaa Buenaventura Durruti. Este hombre, junto con Ascaso,Oliver, Federica Montseny, Jover y dems partidarios del anarquismo prctico,iban a ser quienes dominaran la nueva organizacin anarquista.

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    El 1 de mayo la FAI lanz su primer aviso serio a la Repblica. En elPalacio de Bellas Artes de Barcelona se celebr un gran mitin, en el que seelabor una lista de reivindicaciones obreras: disolucin de la Guardia Civil,expropiacin de las pertenencias a rdenes religiosas, desaparicin de losmonopolios, reparto de los cotos de caza... (3). All, Durruti se dirigi alauditorio: Si furamos republicanos, afirmaramos que el Gobierno provisionalse va a mostrar incapaz de asegurarnos el triunfo de aquello que el pueblo le haproporcionado. Pero como somos autnticos trabajadores, decimos que,siguiendo por ese camino, es muy posible que el pas se encuentre cualquier dade estos al borde de la guerra civil. La Repblica apenas s nos interesa; laaceptamos como punto de partida de un proceso de democratizacin social....Una vez finalizado el mitin, se organiz una gran manifestacin en cuya cabezamarchaban los inevitables Durruti, Ascaso y Oliver. La Guardia Civil, puesta

    sobre aviso, hizo frente a la pacfica manifestacin. Los resultados delenfrentamiento fueron: dos muertos y varios heridos por los guardias, y unmuerto y quince heridos por parte de los cenetistas y un pelotn de soldados deinfantera que, mandados por el capitn Miranda, se prest a defender a lostrabajadores del ataque de que haban sido objeto.

    La intranquilidad de la clase obrera se hace palpable en todas partes. Losconflictos y las huelgas se suceden por todo el pas: Sabadell, Lrida, Gijn, etc.En Madrid, Sevilla y Mlaga, los conventos comienzan a arder. Mientras todo

    esto suceda, Emilianne Morin, la compaera de Durruti, daba a luz a la hija deambos: Colette. Casi al mismo tiempo, mora en Len el padre de Durruti. Contal motivo, ste se dirigi a su ciudad natal para asistir al entierro que fue, a lavez que el adis definitivo a un hombre honrado, un gran homenaje a lapresencia de un gran revolucionario. Durruti fue invitado por los sindicatos dela CNT leonesa a un mitin que se celebrara unos das despus. Acept lainvitacin el anarquista leons y, como consecuencia, las autoridades intentarondetenerle. Sin embargo, la amenaza de Durruti les hizo desistir de su propsito:Detenedme y quiz maana Len y toda y su provincia se vean envueltas enuna gran huelga general.

    El da sealado para la celebracin del mitin, la plaza de toros se encontrabarepleta de trabajadores. La reunin estaba presidida por Tejerina, secretario localde la CNT. All, Durruti se dirigi a sus paisanos y les habl durante largotiempo sobre el momento prerrevolucionario que se estaba viviendo en Espaa.Efectivamente, Durruti no se equivocaba. El 18 de enero de 1932 se iba aproducir un gran acontecimiento en la historia del movimiento libertario. El

    escenario fue la cuenca minera del Alto Llobregat. Ese da se proclamaba all elcomunismo libertario. Figols fue el primer pueblo en lanzarse a la aventurarevolucionaria. Tras Figols, Manresa, Berga y varios pueblos ms.Inmediatamente, el Gobierno hizo uso de la Ley de Defensa de la Repblica. Larpida intervencin del Ejrcito y la posterior represin fueron las medidastomadas. Los responsables seran detenidos, pero la represin no slo selocaliz en esta comarca sino que se extendi por toda Espaa. Durruti dijo a

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    los mineros que la democracia burguesa haba fracasado; que era necesariorealizar la revolucin; que la emancipacin total de la clase trabajadorasolamente poda conseguirse mediante la expropiacin de la riqueza quedetentaba la burguesa y suprimiendo el Estado. Aconsej a los mineros deFigols que se preparasen para la lucha final, y les ense la manera de fabricarbombas con botes de hojalata y dinamita (4).

    En la maana del da 21, Durruti y los hermanos Ascaso eran detenidos. Alamanecer del 10 de febrero, un destarlado y viejo trasatlntico sala del puertode Barcelona llevando a bordo 125 detenidos como consecuencia de los sucesosdel Alto Llobregat. Su destino era Guinea. Sin embargo, el Gobernador de Villa-Cisneros se neg a admitir en su jurisdiccin a Buenaventura Durruti, al queconsideraba asesino de su padre, Fernando Gonzlez Regueral, ex-gobernador

    de Bilbao, cuya ejecucin haba tenido lugar varios aos antes en Len. Durrutino haba tenido nada que ver en la ejecucin material del acto, ya que losautores de este atentado fueron Suberviola y El Toto. El hecho, en definitiva,fue que Durruti y algunos compaeros detenidos fueron trasladados aFuerteventura (5).

    Una vez que Ascaso y Durruti recobraron la libertad fueron los ltimosen abandonar el destierro junto con Cano Ruiz, sus esfuerzos se encaminaronhacia la preparacin de la sublevacin que tendra lugar en enero del 33.Durruti, Ascaso y Garca Oliver eran los encargados de coordinar el alzamientoen Barcelona. El fracaso de esta sublevacin es conocido; sin embargo, losanarquistas lucharon a fondo en diversos puntos del pas. En Andaluca, larepresin llevada a cabo fue de dimensiones trgicas. Suficientemente conocidoes el episodio protagonizado por el mismsimo Azaa: Ni heridos, niprisioneros! Tirar al vientre!.

    Poco despus, Durruti haca un anlisis sobre el fracaso de la insurreccin:

    Es cierto que las condiciones no estaban maduras. Si hubiera sido as noestaran muchos de nosotros en prisin. Pero tambin es cierto que estamosatravesando un perodo prerrevolucionario y que no podemos permitir a laburguesa que domine la situacin hacindose fuerte en el poder del Estado (...)Es bajo esta perspectiva como debe interpretarse la tentativa revolucionaria del8 de enero, puesto que jams ha pasado por nuestra cabeza la idea de que elxito de la Revolucin consiste en la toma del poder por una minora quedespus impondr su dictadura al pueblo. Nuestra conciencia revolucionaria esopuesta a esta tctica. Nosotros queremos una revolucin por y para el pueblo.

    Fuera de esta concepcin no hay revolucin posible. (...). Por todo ello, lo quenadie podr discutirnos es que nuestra intentona no haya cumplido con elobjetivo de constituirse en un ataque pensado y dirigido contra el mismocorazn del sistema capitalista y estatal, herido de muerte tras el levantamientode los mineros del Alto Llobregat.

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    En abril, Durruti y Ascaso eran detenidos, despus de haber asistido a unareunin, cuando se dirigan a sus casas. El jefe de la Polica de Barcelona, MiguelBada, y el consejero de Orden Pblico, el fascista Jos Dencs, hicierondeclaraciones en el sentido de que, con la detencin de Ascaso y Durruti, laFAI haba quedado completamente desarticulada. Los dos amigos estuvieronen la crcel de Barcelona hasta julio, en que fueron trasladados al penal de SantaMara (Cdiz). Ascaso permaneci all hasta octubre y Durruti fue liberado unosdas antes, despus de haber sido juzgado como vagabundo, una de tantasfrmulas jurdicas que los Gobiernos idean como justificacin de sus arbitrariasdetenciones. Aplicarme a m la ley de vagabundos! A m, que me he pasado lavida trabajando! deca Durruti encolerizado. Acepto que se me acuse dedisparar contra la fuerza pblica, o de tratar de transformar esta sociedad quedesapruebo y execro, pero... acusarme de vagabundo!... No hay ningn juez

    que tenga el derecho de juzgar al obrero Durruti como a un vagabundo!Decdselo as a vuestros superiores!.

    En noviembre del 33 las derechas ganan las elecciones, pasando a gobernarLerroux y sus radicales que seran posteriormente apoyados por el reaccionarioGil-Robles y su organizacin de Derechas Autnomas. Una de las primerasmedidas del nuevo Gobierno fue declarar el Estado de Emergencia por temor aque los trabajadores se levantaran contra el derechismo gubernamental. Enefecto, el 8 de diciembre, varios puntos de la pennsula se encontraban en

    huelga general: Barcelona, Valencia, Granada, Crdoba, Badajoz, Huesca... Enlas dems capitales reinaba una gran confusin. Aragn era el principal centrode la insurreccin. En Barbastro, Calanda, Alcampiel, Valderrobles, Alcoriza yotros pueblos hubo numerosos enfrentamientos con las fuerzasgubernamentales. En casi todos ellos se lleg a proclamar el comunismolibertario. Como consecuencia de la represin llevada a cabo, hubo ms deochenta muertos y las crceles se vieron de nuevo repletas. All fueron a pararDurruti, Cipriano Mera e Isaac Puente, componentes del Comit NacionalRevolucionario cuya misin era coordinar el alzamiento.

    La mayora de los detenidos fueron, sin embargo, liberados muy prontomerced a la imaginacin de Durruti, que arguy un audaz plan que suscompaeros no detenidos se encargaron de llevar a la prctica. La Voz deAragn daba as la noticia: Ayer tuvo lugar un suceso de una audacia increble.Un grupo de siete individuos, armados con pistolas, penetraron en lasdependencias del Tribunal de Urgencia de Zaragoza, donde se instruye la causapor los recientes acontecimientos revolucionarios: los asaltantes sorprendieron a

    los jueces y sus secretarios cuando se encontraban ms atareados, obligndeles apermanecer inmviles, tras lo cual se apoderaron de la totalidad del sumarioconcerniente al movimiento de diciembre ltimo. Despus de esto, los sietehombres desaparecieron a toda prisa (6).

    Los nuevos interrogatorios slo pudieron probar la culpabilidad de losresponsables ms significados, entre ellos los tres componentes del Comit

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    Revolucionario. Durruti, Mera y Puente fueron conducidos al penal de Burgos,donde permanecieron hasta recobrar la libertad en el mes de mayo.

    Por lo que a la poltica del gobierno se refiere, parece que la crisis estaba

    cerca. Los reaccionarios se estaban aproximando de un modo alarmante a lasesferas del poder. La Solidaridad as lo haca notar: Nuestra consignasuprema es:

    Frente a todo intento fascista; frente a no importa qu tipo dedictadura; frente a toda revolucin poltica, la revolucin social de lostrabajadores ibricos. Frente a toda transmisin de poderes, la consignarevolucionaria de los trabajadores: destruccin del Estado, negndoles laobediencia que lo sostiene. Ocupacin de las fbricas, de los talleres, de

    todos los lugares de trabajo. Socializacin de las tierras, incautacin delos municipios por las fuerzas populares. Proclamacin de la comunalibre. Obreros!; Trabajadores todos de Espaa, militis donde sea, osadjetivis comunistas, socialistas, sindicalistas o anarquistas!... Por laRevolucin, por la Libertad, por la Justicia, por la Anarqua!... (7).

    Mientras, en Barcelona contina la huelga de tranvas. En Madrid, el ramode la construccin acuerda el paro. En Tarragona, Valls, Manresa, etctera, las

    huelgas se intensifican. En Zaragoza, abril comienza con el preludio de una granhuelga general que habra de durar treinta y seis das. Hubo despidos,detenciones...; sin embargo, los trabajadores no desanimaron. Fue en Zaragozadonde se iba a manifestar de un modo grandioso esa solidaridad que losmilitantes libertarios pregonaban. Una gran caravana de camiones fueorganizada para recoger a los hijos de los huelguistas y llevarlos a las casas de lasfamilias obreras que, por toda Espaa principalmente Catalua, se habanofrecido para acoger a los nios zaragozanos mientras la huelga durase. All, enel centro vital de la operacin, se encontraba una vez ms Buenaventura

    Durruti, a cuyo esfuerzo se debi en gran parte que un puado de hombres, losdesheredados, dieran una de las ms grandes e impresionantes demostracionesde solidaridad humana.

    El bienio negro, 1934-1936, sigui transcurriendo entre huelgas,detenciones arbitrarias, tiroteos, asesinatos de obreros... Triste balanceprovocado por la ascensin al poder de la CEDAConfederacin Espaola deDerechas Autnomas, comandada por aqul al que la gran mayora del pasvea como el ms fidedigno representante del advenimiento del fascismo: Gil-Robles. No andaban, en absoluto, desencaminados quienes as pensaban. Larevolucin asturiana del 34 y su posterior represin es un ejemplo fiel, a la vezque estremecedor, de lo que los Gobiernos pueden hacer con unos hombresindefensos y desesperados que se haban lanzado a la lucha, sin importarles loms mnimo lo nico que todava les quedaba por perder: la vida. Eran elministro de la Guerra, Diego Hidalgo, y el general Franco quienes dirigan,

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    desde Madrid, las operaciones militares que aplastaron el movimientoinsurreccional asturiano. Por estas fechas, 5 de octubre, Durruti es encarceladode nuevo. Mientras el proceso de desintegracin del rgimen del bienio negrose acelera hasta alcanzar su punto culminante el 9 de diciembre de 1935.Lerroux se ve obligado a abandonar el cargo y es sustituido por PortelaValladares, nombrado por el presidente Alcal Zamora. De esta forma quedaronfrustradas las esperanzas de Gil-Robles, que soaba con el poder absoluto.Portela disolvi el Parlamento y se fijaron elecciones para el 16 de febrero.Durante los dos primeros meses de 1936, se suceden los mtines organizadospor la CNT v la FAI en contra del fascismo y abogando por la unidadrevolucionaria. Ante la proximidad de las elecciones, los libertarios msprestigiosos ya no pregonaban el absentismo. Era un riesgo demasiadopeligroso.

    Triunfante en las elecciones el Frente Popular, las reformas se van haciendonecesarias. As lo hace ver Durruti el 4 de marzo, en el transcurso de un mitincelebrado en el Price de Barcelona. Aludiendo a la restauracin de laGeneralidad y de Companys, Durruti deca:

    No venimos aqu a celebrar festejos por la llegada de unos seores.Venimos a decir a los hombres de izquierda que fuimos nosotros los quedeterminamos su triunfo, y que somos nosotros los que mantenemos losconflictos que deben ser solucionados inmediatamente. Nuestragenerosidad determinar la reconquista del 14 de abril (8).

    En mayo, del 1 al 12, se celebraba en Zaragoza el IV Congreso de la CNT,que se auguraba como de gran importancia. El primer hecho que sorprendi fueel elevado nmero de asistentes: 649 delegados en representacin de 982sindicatos y 550.595 afiliados. (Por aquellas fechas, el contingente detrabajadores encuadrados en la CNT se aproximaba al milln y medio.) En este

    Congreso se convoc a los sindicatos disidentes los treintistas que semostraron dispuestos a su reintegracin en el seno de Confederacin. El triunfode la FAI era inapelable. Durante las sesiones del Congreso, se pas revista a losproblemas ms acuciantes de la clase trabajadora y se teoriz sobre su solucininmediata: paro forzoso, disminucin de horas en la jornada laboral sin que elsueldo disminuyera, reforma agraria, oposicin al lock-out patronal, retiro, etc.Tambin se trat la situacin poltico-militar del pas, se clarificaron losconceptos sobre el comunismo libertario y se plante la cuestin de la alianzarevolucionaria.

    El da de la clausura se celebr en la plaza de toros de Zaragoza un espectacularmitin, al que acudieron varios miles de trabajadores procedentes de todaEspaa. La ciudad estaba prcticamente tomada por los anarco-sindicalistas.El xito del Congresoal que Durruti asisti como representante del Sindicatonico Fabril y Textil de Barcelonaquiz fuera una de las causas primordiales

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    que aceler, si no contribuy de manera decisiva, los sucesos venideros. El 18de julio de 1936 se iniciaba la sublevacin militar. Muchos de los msprestigiosos hombres de izquierda fueron casi sorprendidos. Las dudas y la faltade decisin de las primeras horas constituyeron una de las razonesfundamentales de la derrota republicana. No era ste el caso de CNT-FAI. Losmilitantes barceloneses ya trataban, das antes, de conseguir armas con el fin deimpedir que los militares de Barcelona se alzaran. La negativa de Companys aarmar al pueblo exasper los nimos de los anarquistas. Ellos fueron losprimeros en lanzarse a la calle con el propsito de frenar la intentona militar. Alas pocas horas de producirse el intento militar, se luchaba tenazmente en loscentros neurlgicos de la ciudad. Al frente de las fuerzas populares seencontraban Durruti, Ascaso, Jover, Garca Oliver, Aurelio Fernndez y otrossignificados anarcosindicalistas de la regin. De momento, pareca que la

    sublevacin haba sido controlada. El mismo general Goded, jefe de lossublevados en aquella zona, era detenido. Durruti pareca mostrarse satisfechode los resultados conseguidos. Sin embargo, el lunes da 20, el anarquista leonssufra un duro golpe: frente al cuartel de Atarazanas lugar donde losanarquistas encontraron la ms dura resistenciamora de un balazo en plenafrente Francisco Ascaso. El suceso encorajin de tal modo a Durruti que lmismo se dirigi al lugar donde se libraba la batalla y se lanz contra las puertasdel cuartel. Sus compaeros, animados por el ejemplo, no tardaron en imitarle ypoco despus la bandera blanca ondeaba en el reducto de los militares. Los

    anarquistas haban acabado con el movimiento faccioso de Barcelona encuestin de treinta y dos horas.

    El 21 de julio se constitua un Comit Central de Milicias Antifascistas, quequed estructurado del siguiente modo: tres representantes de la UGT, Jos delBarrio, Salvador Gonzlez y Antonio Lpez; tres de la Esquerra, Juan Pons,Jaime Miravitlles y Artemio Ayguad; uno de Accin Catalana, Toms Fbregas;uno de la Unin de Rabassaires, Jos Torrents Rosell; uno del POUM, JosRovira; uno del PSOE, Jos Miret; dos de la FAI, Aurelio Fernndez y Diego

    Abad de Santilln; y tres de la CNT, Juan Garca Oliver, Jos Arens yBuenaventura Durruti. Una vez formado el Comit, public un bando cuyafinalidad abarcaba un doble objetivo: reclutar hombres y crear las suficientesmedidas de seguridad en la retaguardia.

    El texto del bando pecaba en cierto modo de dirigismo, por lo que nosatisfizo en absoluto a Durruti. En algn momento se lleg a temer unenfrentamiento entre l y el Comit. Pero no lleg a producirse, ya que Durruti

    consigui formar su columna de milicianos muy pronto con el fin de dirigirse aZaragoza, cuya conquista era vital para el posterior desarrollo de la contienda, yas poder llevar a cabo su propia lucha revolucionaria, fuera de los cauces de lapoltica al uso. El 24 de julio, la legendaria Columna Durruti sala de Barcelonacon destino a Aragn. El comandante Prez-Farrs formaba parte de lacolumna como delegado y tcnico militar. Durruti y Prez-Farrs no llegaroncasi nunca a estar de acuerdo en las decisiones que haba que tomar, conceban

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    un ejrcito donde la autoridad y la disciplina frrea estuvieran ausentes. Pareceser que Farrs se volvi ms tarde a Barcelona, sustituyndole como tcnicomilitar el sargento Manzana, quien se iba a convertir en un eficacsimocolaborador de Durruti. Manzana era un hombre allegado a la ideologacenetista, y, por tanto, totalmente antimilitarista. Momentos antes de partir haciael frente, el periodista canadiense Von Passen mantuvo una entrevista conDurruti, que fue publicada en el Toronto Star y que por su inters creooportuno transcribir:

    DURRUTI. El pueblo espaol quiere la Revolucin y est en trancesde hacerla, a lo cual se oponen los fascistas. Este es el planteamientogeneral. En tales condiciones, no hay ms que dos caminos: la victoria delos trabajadores, es decir, la libertad, o el triunfo de los facciosos, que

    significa la tirana. Ambos contendientes saben muy bien lo que lesespera si son vencidos. Por esta razn yo creo que la lucha ser dura.Para nosotros se trata de destruir la reaccin fascista de tal forma que nolevante ya nunca ms la cabeza en Espaa. De hecho estamos dispuestosa acabar con el fascismo de una vez por todas, incluso a pesar delgobierno republicano.

    VON PASSEN. Por qu a pesar del gobierno republicano? Es queacaso el gobierno republicano no lucha tambin contra la rebelinfascista?

    D. No hay gobierno en el mundo que luche contra el fascismo paradestruirlo. Cuando la burguesa ve que el poder se les escapa de lasmanos, recurre al fascismo para mantener sus privilegios. Es lo que haocurrido en Espaa. Si el gobierno republicano hubiera deseado deverdad poner fuera de combate a los fascistas, hace ya tiempo que lohabra podido hacer. En lugar de combatirlos a fondo, no ha hecho ms

    que buscar compromisos y acuerdos. Incluso en este momento, haymiembros del gobierno que hablan de adoptar medidas ms bienmoderadas contra los fascistas.

    V. P. Largo Caballero e Indalecio Prieto han afirmado que la misindel Frente Popular era la de salvar la Repblica y restaurar el ordenburgus, mientras que t, Durruti, me dices que el pueblo quiere llevar laRevolucin mucho ms lejos. Cmo interpretar esta contradiccin?

    D. El antagonismo es evidente. Esos seores, como demcratasburgueses que son, no pueden tener otras ideas que las que profesan.Pero el pueblo, la clase obrera, no se engaa. Los trabajadores saben loque quieren. Nosotros luchamos no por el pueblo, sino con el pueblo,es decir, por la Revolucin. Somos conscientes de que en esta luchaestamos solos y que no podemos contar ms que con nosotros mismos.

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    Desde un principio sabemos ya cul ser la actitud de Rusia. Para laUnin Sovitica, despus de haber hecho su revolucin pequeoburguesa, lo que cuenta es su tranquilidad. Por esta tranquilidad, Stalinha sacrificado a luti trabajadores alemanes, cosa que ya hizoanteriormente con los chinos. Por eso nosotros queremos hacer nuestrapropia razn por lo que creemos que hoy mejor que para maana: si esposible antes de que estalle la prxima guerra europea. De este modonuestra actitud servir de ejemplo a los obreros italianos y alemanes, loscuales podrn apreciar cmo se lucha contra el fascismo. Es poresta razn por la que creemos que nadie nos ayudar. Hitler y Mussolini,lo mismo que los demcratas ingleses y franceses, temen el contagiorevolucionario, que es lo que, en otro sentido, le ocurre tambin a Stalin.

    V. P. Entonces t, Durruti, no crees que Francia e Inglaterrapuedan ayudaros, una vez que se concrete el apoyo de Hitler y Mussolinia vuestros enemigos?

    D. No hay gobierno alguno que desee ayudar a una revolucinproletaria. Sin embargo, es posible que las rivalidades que existen entrelos distintos imperialismos puedan influir en nuestra lucha. Franco,por ejemplo, es indudable que har lo que pueda para poner a Alemaniacontra nosotros. Pero esto, al fin de cuentas, no es lo ms importante,como ya he dicho antes, no esperamos ayuda de nadie, ni siquiera denuestro gobierno (9).

    La toma de Caspe fue el primer enfrentamiento serio que la ColumnaDurruti hubo de librar. Una vez conquistada la plaza, los milicianos abrieron suradio de accin y todos los pueblos inmediatos fueron conquistados:Pealba, Osera, Monegrillo, Fortlete, Bujaraloz, Candasnos, Valfarta, Pina delEbro...

    Durruti estableci el puesto de mando cerca de Bujaraloz. All recibay amigos, Faure y Simone Weill entre estos ltimos, y preparaba los planes de laguerra y de la revolucin. Durruti, al igual que el ucraniano Mackno, pensabaque la guerra y la revolucin social eran dos cosas poco menos que inseparables.Las colectividades agrcolas comenzaban a funcionar apenas la columnarealizaba una conquista. La colectivizacin aragonesa lleg a abarcar ms del 70por 100 de la poblacin de aquella regin. El nmero de colectividades era de450 y la adhesin a este tipo de explotacin comunal de la tierra era totalmentevoluntaria.

    Fue as como, unidos los intereses de los campesinos, se formaba en unaasamblea, y por decisin de la mayora el Consejo de Aragn, que vio la luz enBujaraloz y era el encargado de coordinar el proceso colectivizador. El Consejo,promovido por Durruti, se lleg a formar a pesar de la oposicin de algunos

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    compaeros del leons, como Antonio Ortiz y Gregorio Jover, y de la tenazresistencia opuesta por los comunistas. Durante el desarrollo de la lucha enAragn, los grandes propietarios huan despavoridos ante el demoledor avancede la Columna Durruti, que aplastaba todo foco de resistencia que encontraraa su paso. Respecto a las ruinas que ocasionaban los ataques de losmilicianos anarquistas, deca Durruti al corresponsal del Montreal Star:

    Hemos vivido siempre en mseros barrios, y si destruimos, tambinsomos capaces de construir. Fuimos nosotros quienes construimosen Espaa, en Amrica y en todas partes, palacios y ciudades. Nosotroslos trabajadores podemos construir ciudades mejores todava; no nosasustan las ruinas. Vamos a convertirnos en los herederos de la tierra.La burguesa puede hacer saltar por los aires y arruinar su mundo antes

    de abandonar el escenario de la Historia. Pero nosotros llevamos unmundo nuevo en nuestros corazones (10).

    Por otra parte, la escasez de armas era la principal obsesin de Durruti. Estaescasez, segn testimonio a Gerorge Orwell, era terrible. El mismo Orwell seextraaba de que no se produjeran deserciones en masa: No haba nada queles stljetara en el frente, salvo la lealtad de clase (11).

    Para tratar de solucionar este problema, Durruti se traslad a Madrid, con elfin de entrevistarse con Largo Caballero, que ocupaba la Presidencia y elministerio de la Guerra. Largo tampoco proporcion armas a Durruti. Pidi aste que regresara al frente de Aragn y prometi enviarle dinero para laadquisicin de armamento. Durruti regres a Aragn, pero el dinero nolleg nunca. El boicot incomprensible desde cualquier punto devista propugnado por los estamentos gubernamentales contra Durruti ylos anarquistas, era manifiesto. Pierre Besnard, secretario general de la AITAsociacin Internacional de Trabajadores, realiz una visita a la Espaa

    republicana en 1936. Su objetivo era internacionalizar el conflicto, de modoque Inglaterra y Francia intervinieran en favor de los republicanos. No se viofavorecido por el xito. En su informe sobre su visita deca:

    ...La revolucin espaola est retrocediendo, pero no tiene la culpael pueblo, que lucha con entusiasmo incomparable, sino sus dirigentes,que van a remolque de los acontecimientos, demostrando que hanperdido la iniciativa revolucionaria y que estn dispuestos a aceptar lassituaciones ms humillantes, como la que tuve que soportar yo mismofrente a Largo Caballero (...) Si el anarquismo comete la estupidez decolaborar con Largo Caballero, aunque slo sea apoyndole, laRevolucin estar irremediablemente perdida. El nico medio que existepara salir de este crculo infernal es la prueba de la fuerza. Pero yo mepregunto si los dirigentes de la CNT son los mismos hombres que selanzaron a la calle el 19 de julio...

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    Dirase que solamente hay uno que escape a esta regla: Durruti, unrevolucionario nato y original, que en muchos aspectos recuerda aNstor Mackno. Al igual que el guerrillero ucraniano, Durruti tampocose separa del pueblo, contrariamente a lo que hacen otros dirigentes. Porlo dems, Durruti es superior a Mackno en algunos puntos, sobre todoen lo que se refiere al dominio que el espaol ejerce sobre s mismo(12).

    El hecho claro es que Durruti se encontraba prcticamente solo. Inclusomuchos de sus camaradas ms antiguos, como Garca Oliver, se haban dejadoarrastrar hacia la politizacin. Otros, como Abad de Santilln, se movan en unaespecie de ambivalencia, que resultaba totalmente desconcertante. En octubredel 36, Madrid se encontraba en peligro. Largo Caballero se dirigi a todas

    las organizaciones para tratar de aunar esfuerzos. Se form, como primeramedida, un nuevo Gobierno y cuatro representantes de la CNT entraron aformar parte de l: Juan Lpez, Juan Peir, Federica Montseny y Juan GarcaOliver. Inmediatamente despus de formado el Gobierno, sus componentes setrasladaron a Valencia, y en Madrid quedaba constituida una Junta de Defensapresidida por el general Miaja. Se pidi la colaboracin de los anarquistas para ladefensa de Madrid. Horacio M. Prieto, secretario general de la CNT, se dirigirpidamente a Aragn. El motivo del viaje no era otro sino entrevistarse conDurruti. Su colaboracin en la defensa de Madrid era considerada vital.

    No hay nada que hablar! Yo no pienso moverme de Aragn!,fue larespuesta de Durruti. Prieto arguy razones de tipo disciplinario y deresponsabilidad. Durruti le contest: Yo no conozco otra disciplina que laRevolucin. En cuanto a los dems, aprendeos esto de una vez: Yo me cago envuestras responsabilidades de burcratas! (13).

    Poco despus, eran Abad de Santilln y Federica Montseny quienes tratabande convencer a Durruti. Por fin, ante la cantidad de presiones, Durruti, con un

    contingente de 1.800 milicianos, parte hacia Madrid. El sargento Manzanale acompaaba como tcnico militar, y como secretario iba Mora. Al mando delas agrupaciones que formaban la columna, iban Bonilla, Jos Mira y LibertoRoig. Miguel Yoldi, Ricardo Rionda y el propio Durruti formaban el Comit deGuerra. El 15 de noviembre, los hombres de Durruti ya se encontraban en laCiudad Universitaria de Madrid haciendo frente a las tropas fascistas. El lugarde destino de los anarquistas, el ms comprometido y peligroso, hizo que lasbajas alcanzaran en muy poco tiempo un elevado nmero. El da 18, laColumna Durruti solamente contaba con 700 hombres de los 1.800 que

    se haban desplazado a la capital. El da 19, los milicianos de Durruti seprepararon para asaltar el Hospital Clnico, defendido por tropas morasy Guardia Civil. Las indicaciones d Durruti no fueron seguidas con exactitud y,como consecuencia, slo se pudieron tomar parte de las plantas del Clnico,quedando en la parte superior tropas nacionales. Poco despus, le llegan noticiasa Durruti de que sus hombres queran abandonar el Clnico. Durruti,acompaado por Julio Grave (chofer) y por Bonilla y Miguel Yoldiparece ser

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    que tambin iba Manzana, se dirigi hacia el Hospital. Durante eltrayecto, poco antes de llegar al punto de destino, Durruti y sus acompaantesse encontraron con un pequeo grupo de milicianos, que daban la sensacin deser descontentos que abandonaban su puesto de combate. Durruti hablcon ellos y les convenci para que volvieran a sus puestos. Una vez diluido elconfusionismo creado por esta situacin, Durruti se acerc al coche. En estemomento son un fogonazo, y el anarquista leons se desplomaba al suelo conuna bala incrustada en su pecho. En el Ritz, convertido en hospital, los doctoresBastos, Monje, Fraile y Santamara firmaban en la madrugada del da 20 denoviembre de 1936 el diagnstico final de Buenaventura Durruti: Muertecausada por una hemorragia pleural, El proyectil se encontraba alojado enla regin del corazn (14).

    La desmoralizacin hizo presa entre los combatientes anarquistas. Lamuerte de su compaero, acaecida en circunstancias extraas, les afect en granmanera. La mayora de los milicianos libertarios abandonaron Madrid yregresaron a Aragn. Martnez Bande, historiador y militar, comenta acercade Durruti:

    Buenaventura Durruti haba aparecido desde los momentosiniciales de la guerra como el lder anarquista ms interesante, el msarrojado en un mundo de arrojados, y el que seguramente tambincomprendi primero qu es lo que haba pasado en Espaa tras el 18 dejulio. Esto es, el que mejor supo adaptarse a las circunstancias de laguerra. El potenci a sus hombres, a quienes muchos calibraron,seguramente, casi como pequeos dioses, a la sombra de undios mximo. Por esto cuando ste cae en combate, el Olimpoanarquista de la Ciudad Universitaria se desploma (15).

    Exactamente treinta y nueve aos antes que su gran enemigo, el general

    Franco, mora en la madrugada del 20 de noviembre de 1936 la ltima granesperanza del anarquismo: Buenaventura Durruti(*) . En la tarde del domingo22 de noviembre, una gran masa de trabajadores (alrededor de medio milln)daba su ltimo adis a Durruti en Barcelona. El cortejo fnebre, que atravesvarias calles de la ciudad (entre ellas, la Va Layetana: Avenida de BuenaventuraDurruti hasta el final de la guerra) con destino al Cementerio Nuevo, fue unimpresionante espectculo, en el que millares de hombres acudieron a rendir elpostrer homenaje a su compaero. Quiz haya sido sta al igual que ocurrien Rusia en el entierro de Kropotkin la ltima gran manifestacin libertaria

    de un pas donde el anarquismo tuvo una acogida y difusin como en ningnotro del mundo.

    Este ao, 1976, se cumple el cuarenta aniversario de la muerte de uno de losms grandes anarquistas que jams hayan existido: el leons Buenaventura

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    Durruti. El 20 de noviembre Durruti contar con ms de un recuerdoemocionado.

    Notas

    * Sobre la muerte de Durruti, Antonio Bonilla, hoy da residente enZaragoza, mantiene una tesis nunca argumentada hasta ahora. En el nmero 80del semanario Posible, el antiguo compaero de Durruti confiesa aPedro Costa Muste: No cabe duda de que la bala que mat a Durruti sali delnaranjero que portaba Manzana. Pudo ser casual o intencionadamente. Hoy, ala vista de lo que ocurri despus, opto por creer que fue intencionado eldisparo. Lo que ocurri despus, segn Bonilla, es que Manzana desaparecisin dejar rastro. Manzana se ha mantenido ilocalizable, desde entonces, en algnlugar de Mxico, ignorndose si an vive.

    (1) Po Baroja: "El Cabo de las Tormentas". Espasa-Calpe. Madrid.

    (2) Waldo Bayer: Severino Giovani, Editorial Galerna. Buenos Aires.

    (3) El Luchador, 8 de mayo de 1931.

    (4) G. Gilabert: Un hroe del pueblo: Durruti,,. Buenos Aires.

    (5) Sobre los acontecimientos de Figols, ver: Eduardo de Guzmn,TIEMPO DE HISTORIA, n. 14: Cuando Figols proclam el comunismolibertario.

    (6) La Voz de Aragn, 25 de enero de 1934.

    (7) La Solidaridad, 3 de marzo de 1934.

    (8) Solidaridad Obrera, 6 de marzo de 1936. Citado por John Brademans:Anarco-sindicalismo y Revolucin en Espaa, 1930-1937. Ariel. Barcelona.

    (9) Toronto Star, 18 de agosto de 1936.

    (10) Montreal Star, 30 de octubre de 1936. Citado por Hugh Thomas:La Guerra Civil Espaola. Ruedo Ibrico. Pars.

    (11) George Orwell: Homenaje a Catalua. Ariel. Barcelona.

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    (12) julio C. Acerare: Durruti. Bruguera. Barcelona.

    (13) Idem.

    (14) Idem.

    (15) JoanLlarch: La muerte de Durruti. Ediciones Aurea. Barcelona.