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Bruno Groening - Revolución en la Medicina Rehabilitación de un Incomprendido Una documentación médica de la curación por el camino espiritual. Matthias Kamp. Capítulo 1° El incomprendido Lo incurable no existe En la Alemania de la post-guerra no se escribió nunca tanto sobre una persona como sobre Bruno Groening. Poco después de que fueran conocidos sus primeros éxitos de curación en Herford, Westfalia en marzo de 1949, su nombre estaba en boca de todos. El atraía a miles de personas que estaban abatidos en cuerpo y alma por la guerra, la mayoría de ellos habían sido desahuciados por el sistema médico tradicional y veían en él a su última esperanza. Él les habló de Dios como el Médico más grande, no solamente en el Traberhof de Rosenheim, sino en muchos lugares de Alemania y escenas bíblicas se convirtieron en realidad, como escribió un diario. El intelecto califica rápidamente un acontecimiento así de cuento de hadas, porque no encaja en los patrones de ideas corrientes, pero los hechos hablan otro idioma. No solamente en aquella época, sino también hoy en día, más de 30 años después de la muerte de Bruno Groening, se pueden comprobar curaciones a través de sus enseñanzas, que no pueden ser aclaradas por la Medicina. En vista de la situación catastrofal del Sistema de Salud, se hace cada vez más urgente el examinar estos sucesos sin prejuicios. Quien pone su comodidad personal, su vanidad y su propio bolsillo en primer plano y por estos motivos y según el lema "no puede ser lo que no debe ser" deniega las posibilidades asombrosas de la curación por el camino espiritual, actúa irresponsabíemente. Pero también se tiene que hacer urgentemente una diferenciación clara dentro del campo de "la curación por el camino espiritual", ya que casi no se puede apreciar y separar el trigo de la paja. Generalizar en el sentido de un rechazo absoluto por razones de experiencias negativas son una señal de la falta de consecuencia en la verificación. En todas partes se puede encontrar charlatanes, que quieren sacar provecho personal del sufrimiento de sus semejantes. Ni una aprobación en Medicina ni un

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Bruno Groening - Revolución en la Medicina

Rehabilitación de un Incomprendido

Una documentación médica de la curación por el camino espiritual. Matthias Kamp.

Capítulo 1°

El incomprendido

Lo incurable no existe

En la Alemania de la post-guerra no se escribió nunca tanto sobre una persona como sobre Bruno Groening. Poco después de que fueran conocidos sus primeros éxitos de curación en Herford, Westfalia en marzo de 1949, su nombre estaba en boca de todos. El atraía a miles de personas que estaban abatidos en cuerpo y alma por la guerra, la mayoría de ellos habían sido desahuciados por el sistema médico tradicional y veían en él a su última esperanza. Él les habló de Dios como el Médico más grande, no solamente en el Traberhof de Rosenheim, sino en muchos lugares de Alemania y escenas bíblicas se convirtieron en realidad, como escribió un diario.

El intelecto califica rápidamente un acontecimiento así de cuento de hadas, porque no encaja en los patrones de ideas corrientes, pero los hechos hablan otro idioma. No solamente en aquella época, sino también hoy en día, más de 30 años después de la muerte de Bruno Groening, se pueden comprobar curaciones a través de sus enseñanzas, que no pueden ser aclaradas por la Medicina.

En vista de la situación catastrofal del Sistema de Salud, se hace cada vez más urgente el examinar estos sucesos sin prejuicios. Quien pone su comodidad personal, su vanidad y su propio bolsillo en primer plano y por estos motivos y según el lema "no puede ser lo que no debe ser" deniega las posibilidades asombrosas de la curación por el camino espiritual, actúa irresponsabíemente.

Pero también se tiene que hacer urgentemente una diferenciación clara dentro del campo de "la curación por el camino espiritual", ya que casi no se puede apreciar y separar el trigo de la paja. Generalizar en el sentido de un rechazo absoluto por razones de experiencias negativas son una señal de la falta de consecuencia en la verificación. En todas partes se puede encontrar charlatanes, que quieren sacar provecho personal del sufrimiento de sus semejantes. Ni una aprobación en Medicina ni un reconocimiento estatal como sanador naturista puede protegemos de ésto. Aquí no cabe la ingenuidad y puede tener consecuencias graves especialmente para el enfermo. Aquí se necesitan urgentemente informaciones provenientes de especialistas que vayan más allá de las ideas convencionales.

Por esta razón, me he puesto muy por encima de los prejuicios comunes y he investigado los informes asombrosos acerca del obrar de Bruno Groening hasta el día de hoy. Mis conclusiones, las he resumido en las páginas siguientes. Quien a pesar de todas las pruebas sigue teniendo problemas en creer lo dicho, que se acuerde de las palabras de Shakespeare:

"En el cielo y en la tierra hay más cosas que las que vuestra filosofía escolástica pueda

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imaginarse jamás."·1

Me parece, que tiene sentido, presentar al comienzo de una verificación tal, un Informe de Exito que da vivo testimonio de la realidad de la energía curativa, de cómo es eficaz hasta el día de hoy a través de las palabras de Bruno Groening.

Desde hace más de 5 años, Margarethe Mast (52) de A. tenía transtornos graves de la circulación venosa (insuficiencia venosa crónica IVC) de la piernas que le ocasionaba grandes molestias.

Ella me informó:

"La sangre no se transportaba desde la parte inferior de las piernas y por consecuencia se producía un gran estancamiento en ambas piernas. Yo no podía estar ni un segundo de pie sin tener la sensación de que las piernas me explotaban. En los días de calor veraniego era peor y era inaguantable con temperaturas altas. Por este padecimiento había consultado con mi médico de cabecera, quien diagnósticó la situación anteriormente descrita y me recetó medias-pantalón compresivas del material más fuerte. Además me recetó tabletas que activaban la circulación de la sangre, las cuales no ingerí.

Las medias de compresión las usaba diariamente. Cuando me sentaba, tenía que colocar inmediatamente las piernas en alto sobre una silla, a pesar de las medias compresivas.

En los últimos dos años, la silla ya no me servia para aliviar los dolores. Necesitaba una mesa alta con un almohadón sobre ella.

Mi médico de cabecera me decía que esta dolencia era incurable, que él podía tratar de mantener la situación en su nivel por medio de sus indicaciones y empleando aplicaciones caseras, como por ejemplo duchas de agua fría y caliente, cepillados de las piernas, uso de calzado especial."·2

Además, desde hacía 25 años padecía de calambres en las pantorrillas, que solamente aparecían por las noches y que eran resistentes a toda clase de terapia médica.

Desde hacía 20 años tenía además una inflamación crónica en la cara, que a pesar de muchas pomadas y tinturas (se le recetó Volumina 20 g, ácido salicílico 0.25, glicerina 7.5, Eucerin cum aquosum ad 50.0, unguento emulsión acuoso 50.0, Loción Alba Aquos AA 50.0, Emulsión liniolitial, Aknefug-Milch) no se le quitaba.

Durante 30 largos años la atormentaban todo el tiempo dolores de espalda, que en los últimos años antes de la introducción a las enseñanzas de Bruno Groening, no le permitían sentarse en una silla normal. Tuvo que abandonar su profesión, y su marido le construyó en casa un sofá especial, en el cual colocó debajo del mismo asiento una tabla de madera masiva y también en la parte del respaldo del mismo, de tal manera, que al estar sentada, la Sra. Mast podía reclinarse hasta quedar medio acostada.

Por motivo de la mala circulación sanguínea tenía además que tener las piernas siempre en posición alta.

El diagnóstico médico fue: osteocondrosis grave de las vértebras lumbares L4/5 y de la

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L5/S1 (entre las vértebras lumbares 4/5 y la vértebra lumbar L5 y la sacra S1). Se tomó en consideración una jubilación anticipada, la que fué apoyada por médicos ortopedas.·3

La limitaciones tan grandes en la vida diaria debidas a sus enfermedades, le produjeron depresiones acompañadas de honda tristeza, de falta de ánimo y de una sensación creciente de encontrarse en un callejón sin salida, con complejos de culpa frente a su familia y la sensación constante de haber fracasado en la vida.

La Sra. Mast:

"Por eso, no sorprende que estos sufrimientos se hayan traspasado a la familia, y que al final, los hijos tenían - como yo - la misma expresión triste en sus rostros.

Estos sentimientos de culpa, que yo misma me los daba como algo muy normal, me atormentaron durante muchos años. Yo quería ser una buena madre, pero no me daba resultado. Esta desdicha que duró más de dos decenios, sólo puede ser descrita en parte. Yo me esforzaba tanto en cambiar las cosas hacia el lado positivo, pero nunca me dió resultado, por el contrario, a un sufrimiento inicial, le seguía otro, después de una desdicha, venía otra.

Todos los médicos a quienes consulté durante estos años, no me pudieron ayudar".·4

La Sra. Mast se enteró en 1988 de las enseñanzas de Bruno Groening. Poco tiempo después sucedieron las primeras curaciones.

"Después de mi introducción a las enseñanzas de Bruno Groening, sentía una corriente constante en las piernas, salvo algunas interrupciones cortas. Esta corriente era especial, leve y fina. Sentía un hormigueo caliente, primero en la región inferior, en las pantorrillas, después en la región superior, hasta que llegaba a fluir por todas las piernas.

Cuatro meses después de la introducción, pude dejar de usar las medias-pantalón de compresión. Desde entonces uso medias de perlón y zapatos normales. Puedo estar de pie por un tiempo largo sin tener molestias. Ya no tengo dolores y ya no tengo que poner los pies en alto."·5

Por petición mía, la señora Mast se hizo hacer en el año 1991 un examen posterior por un colega en su consultorio. Así en 1991 se sometió a un examen sonográfico según la técnica de Doppler.

El colega escribió en su informe;

"El examen de las extremidades inferiores se realizó teniendo la sospecha de una insuficiencia venosa crónica. El sonograma Doppler en ambas piernas, dió como resultado que no existía ningún indicio de una IVC, que no era visible ninguna varicosidad y que no había ningún indicio de trombosis ni de puntos de presión en el recorrido de las venas."·6

Desde la introducción a las enseñanzas de Bruno Groening, desaparecieron también los dolores de espalda, que la habían martirizado durante 30 años. De manera espontánea, le fue posible permanecer sentada durante horas en sillas duras.

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Permanecía sentada diariamente entre 8 y 10 horas en una silla normal de madera. La Sra. Mast puede nuevamente cumplir con todas sus tareas del hogar como ama de casa y como madre. Siete meses después de la introducción desaparecieron también los calambres nocturnos, que la habían atormentado durante 25 años.

Después de haber acogido para sí la corriente curativa durante seis meses, desapareció también para siempre la inflamación de la piel, después de 21 años. Ya no necesita usar más ni pomadas ni tinturas.

Lo mismo sucedió con las depresiones:

"Desde que estoy en la Comunidad de Bruno Groening, ya no tengo depresiones. Me he convertido en una persona que dice sí a la vida. En la familia hay alegría y una convicción completamente diferente para tratarse mutuamente. Me siento interiormente tranquila y llena de optimismo. Cada día, me alegro de la nueva vida que se me ha regalado. Nosotros experimentamos ayudas en todo sentido y puedo dar testimonio de ello diariamente.

No podré nunca agradecer lo suficiente (a Bruno Groening) por haberme regalado esta nueva vida."·7

¿Cómo es posible todo ésto con las enseñanzas de una persona fallecida? Con seguridad no es una ilusión. Tuve en mis manos los informes de las auscultaciones médicas. Además, las declaraciones juradas de personas que conocen a Margarethe Mast, revelan dramáticamente sus sufrimientos durante decenios. Yo me he encontrado personalmente con la curada y con muchas otras personas, que - en parte - después de decenas de años de sufrimientos se curaron siguiendo las enseñanzas de Bruno Groening y así me pude convencer personalmente de su buen estado de salud.

¿Existe verdaderamente una relación entre los acontecimientos de nuestros días y el hombre que en el año 1949 habló de Dios como el Médico más grande ante 30.000 personas en el Traberhof de Rosenheim?

Hace algunos años, cuando escuché por primera vez de Bruno Groening, me impresionaron las siguientes palabras de él:

"Lo incurable no existe, Dios es el Médico más grande"·8

En la clínica, vivía diariamente todo lo contrario: A menudo veía cómo los pacientes, derrumbados interiormente por pronósticos como "Ud. tiene que vivir con ésto" o "yo le doy todavía medio año" abandonaban la estación y se veían enfrentados sin esperanzas con el lapso de vida que les quedaba. Cuando preguntaba a los colegas, cómo es que se atrevían a decir semejantes pronósticos, me decían que se referían a las estadísticas y a sus experiencias personales. Querían ser honestos con sus pacientes y de ninguna manera darles falsas esperanzas. ¿Se puede aceptar tal actitud? ¿Pueden las estadísticas dar una declaración que sea de fiar sobre el destino de una persona individual? ¿Se puede justificar que un médico, sólo porque no quiere despertar esperanzas infundadas, en lugar de ello induzca a una desesperación infundada?

Entonces, ¿cuál es la verdad? ¿Quién tiene la razón? ¿El médico que, basándose en sus experiencias, le entrega a su paciente el diagnóstico de desahuciado para el resto de

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su vida o aquel desconocido, que no tenía ningún estudio académico, solamente la escuela primaria, y que se atrevió a afirmar públicamente que lo incurable no existe?

Desde hace siglos, millones de médicos se esfuerzan sinceramente para liberar a los seres humanos de la plaga de las enfermedades. En nuestros modernos estados, no se deja de invertir ni dinero ni esfuerzos para ayudar a la gente en miles de hospitales. Por otro lado, no se puede negar que las posibilidades de la Medicina tradicional son limitadas. Las estadísticas hablan un lenguaje muy claro. A pesar de los miles de millones de inversiones, se puede seguir observando un aumento notorio de la frecuencia de las enfermedades. La enfermedades del sistema cardiovascular, el reumatismo, las alergias, los tumores, etc. siguen proliferando vehementemente.

El médico Dr. Schreiner, de Múnich, escribe al respecto:

"Las estadísticas sobre las clases de enfermedades, del Instituto Científico de las Cajas Regionales del Seguro General de Enfermedad (AOK) en Bad Godesberg del año 1988 indican, que la frecuencia de las enfermedades sigue subiendo. [...] La estadística sobre las clases de enfermedades de la AOK hace la comparación entre los casos de los hospitales en los años 1980 y 1988. En todos los sectores, se observa un aumento considerable. Así, las enfermedades psiquiátricas aumentaron en un 50%, las enfermedades del sistema nervioso y de los órganos sensoriales en un 70%, las enfermedades del esqueleto, de los tejidos muscular y conjuntivo hasta en un 90%. Los tumores en un 30%. Las en fermedades de la circulación en un 35 %. Al mismo tiempo, nunca antes en la historia de nuestro país, se dieron tantos servicios médicos por cabeza y por año. Los médicos alemanes prescriben más de 500 millones de recetas por año. Si se las pusiera una sobre otra, alcanzarían para formar una torre de papel que resultaría ser 200 veces más alta que la Catedral de Colonia."·9

La Medicina se encuentra en una crisis. Aunque hayan éxitos innegables en la lucha contra enfermedades agudas, para la mayoría de los enfermos puede traerles solamente alivio, pero ya no la curación.

Por otro lado, dispongo de miles de informes acerca de las ayudas y curaciones que sucedieron por seguir las enseñanzas de Bruno Groening. ¿Por qué se llega a esta diferencia? ¿Es que quizás la Medicina moderna ha olvidado a Uno, Al que Bruno Groening con sus palabras:

"El Médico más grande de toda la humanidad es y siempre será Dios, Nuestro Señor"·10 siempre ponía como punto central, como alma de su obrar?

Para tener una explicación más clara a estas preguntas, a continuación quisiera tratar de los acontecimientos en torno a Bruno Groening y a su vida.

El milagro de Herford

Los acontecimientos de Herford de marzo de 1949 están inseparablemente unidos a la persona de Bruno Groening. En aquel entonces la curación de David Hülsmann, un niño de nueve años que sufría hacía años de atrofia muscular en estado avanzado (una enfermedad incurable, los músculos se debilitan cada vez más, y en algunos casos conduce a la muerte, aún en casos de gente joven). Aquí empezó su obrar en público, el que continúa hasta el día de hoy.

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El Dr. en filosofía, Kaul escribe en su libro "Das Wunder von Herford" (El milagro de Herford): "Los enfermos y achacosos llegaban por miles a la pequeña ciudad westálica, que abrigaba en sus muros al doctor milagroso. En autobuses, en camiones, en coches, en tren y a pie, en vehículos de tracción, a caballo y en bicicleta, en carretas, en sillas de ruedas y en ambulancias, día y noche llegaban masas de gente a Herford, a la Plaza Wilhelm, [...] a la casa número 7, la cual se destaca por la Iglesia Evangélica, en donde Bruno Groening había encontrado abrigo en la casa de un niño curado por él. La miseria humana que se manifestaba aquí era conmovedora y sin límites. [...] De todas las regiones de Alemania llegaban cantidades de gente [...] de todas los niveles y capas sociales, americanos, ingleses, belgas, suizos, suecos, húngaros, polacos e incluso gitanos, quienes después de la curación de un niño gitano mudo, acudían allí en masa."·11

Él sigue escribiendo:

"Mi informe es conforme a la verdad y solamente se refiere a lo que yo pude ver con mis propios ojos. También investigué lo que se contaba y hablé con curados. Yo mismo estuve entre las masas de los que buscaban ayuda delante de la casa en la Plaza Wilhelm número 7 en Herford. Yo me quedé una noche entera en casa del "doctor milagroso" y observé muy de cerca todo lo que aquí sucedía. Hablé con curas y con médicos. [...] Durante tres días y tres noches viví, trabajé e investigué en Herford y traté de encontrar una respuesta a la pregunta acerca del misterio de Herford, que ahora conmueve ya a millones de personas."·12

Al final, el Dr. KauI resume sus conclusiones en las palabras siguientes:

"Nadie puede negar que Bruno Groening ya sanó a muchos enfermos que hablan sido considerados como incurables. La filosofía escolástica se apresura a aclarar que ésto no es nada fuera de lo común, en cuanto se trata de enfermedades que tienen su origen en lo psíquico. Pero no dicen nada acerca del por qué la Medicina universitaria tiene tan pocos éxitos con este método de tratamiento. ¿O son estos casos tan escasos, que mejor uno se queda completamente callado? De todos modos, el "nuevo método de curar" de Herford merece la atención que se le presta".·13

Las oficinas estatales no podían compartir este entusiasmo. El Ministerio de Salud local admitió que en el mejor de los casos, había alguna influencia en los padecimientos psíquicos.

Poco tiempo después de obrar públicamente en Herford, le prohibieron curar.

EI motivo de la prohibición fue la "ley sobre la curación profesional sin tener permiso" llamada brevemente "ley de los sanadores naturistas". Sin embargo, seguían llegando personas en busca de ayuda a Herford y una parte de ellas acampaba varios días delante de la casa en la que Bruno Groening se encontraba. En este tiempo le llegaron unas 80.000 cartas y a veces había allí unas 5.000 personas. Algunas veces, las autoridades ante tal presión de los sucesos se vieron obligadas a aflojar la prohibición. Por último, Bruno Groening tuvo que abandonar Herford a principios de junio de 1949 y aceptó una invitación a Hamburg. Pero allí, las autoridades tampoco le dieron el permiso de obrar, ya que ostensiblemente temían una llegada en masa de enfermos.

Entonces, la revista "Revue" se dirigió a él y le propuso financiar una verificación científica de su obrar en la Clínica Universitaria de Heidelberg. Ésto le debería allanar el camino hacia los enfermos. Las investigaciones en la sección del famoso médico Prof.

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von Weizsäcker, orientado hacia la Psicosomática, trajo un buen resultado. Los científicos llegaron a la conclusión, de que "Bruno Groening no es ni charlatán, ni hipnotizador, ni doctor milagroso, sino que es un psicoterapeuta no médico con talento".·14

Se confirmaron curaciones a través de él. Sin embargo, no se le entregó ningún certificado. La promesa de abrirle el camino hacia los enfermos no la cumplieron. Ya que entretanto en Heidelberg se había amontonado una gran muchedumbre, Bruno Groening aceptó una invitación al Traberhof de Rosenheim. El propietario, el Sr. Harwart, tenía la esperanza de que su cuñada paralítica se sanara y quería ofrecerle a Bruno Groening un lugar tranquilo. Pero cuando la prensa dió a conocer ésto, pronto se reunieron más de 30.000 personas en el Traberhof. Aquí también se informó acerca de muchas curaciones (ver cap. 4). El gobierno bávaro se mostró al principio benevolente, pero después también le prohibió obrar a Bruno Groening basándose en la "ley de los sanadores naturistas".

Él buscó otras posibilidades, para abrirse un camino hacia los enfermos. Su meta, el abrir un centro de salud, en el que él pueda obrar en colaboración con médicos, fracasó por la oposición de las autoridades. Después de ésto trabajó durante algún tiempo con un sanador naturista en su consultorio en Múnich, pero pronto vino el primer proceso (1952). Aunque el fiscal interpuso un recurso de apelación, fue declarado libre del cargo de violación de la "ey de los sanadores naturistas". El tribunal reconoció que la situación jurídica no estaba lo suficientemente clara por la actitud confusa de las autoridades bávaras, ya que primeramente habían autorizado su obrar. Sin embargo, la prohibición de curar fue confirmada, ya que el obrar de Bruno Groening fue considerado como una actividad que caía bajo las regulaciones de la ley de los sanadores naturistas y que por lo tanto requería un permiso especial por parte de las autoridades competentes (ver cap. 5).

Bruno Groening se esfuerza ahora en solicitar un permiso ante la Dirección de Salud de Stuttgart, para poder trabajar como sanador naturista (1953). Pero su solicitud fue denegada con argumentos muy ralos (ver cap. 5).

Así, buscó otros caminos para hacerles llegar la ayuda necesaria a las personas en busca de curación, sin la oposición de las autoridades.

En el año 1953 fue fundada la "Liga Groening", que debería darle una base legal a su obrar. Bruno Groening hablaba ahora ante las personas en busca de curación dentro de las Comunidades individuales (grupos locales) de la Liga Groening en Alemania y en Austria.

Ya que siguieron ocurriendo curaciones, en 1955 se le inició nuevamente un proceso en contra de él. Los trabajos preparatorios para el juicio oral plenario se extendieron hasta 1957. No se llegó a pronunciar sentencia alguna, porque Groening murió el 26.01.59 en París antes de que el proceso finalizara.

Muchos de los que esperaban ayuda, desistieron de ella. Por consecuencia, las Comunidades se empequeñecieron. Pero aquí empieza lo increíble: las curaciones siguieron sucediendo, tal como él lo había anunciado. Después de una pausa larga, a principios de los años 80, las Comunidades empezaron nuevamente a crecer bajo la dirección de Grete Häusler, quien en 1950 obtuvo curaciones a través de Bruno Groening. Hasta 2001 hay más de 1030 Comunidades en todo el mundo. En toda Europa Occidental y Oriental, en Norteamérica (EE.UU. y Canadá) en Centroamérica, en

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Sudamérica, en La India, en Japón, en Australia,* etc, y cada vez hay más informes de curaciones increíbles. En algunos casos tuve la oportunidad de examinarlos y verificarlos detenidamente, lo que me permite confirmar sin duda alguna los sucesos increíbles para la Medicina.

Desde que yo me he convencido personalmente que las curaciones en el tiempo actual se basan en hechos, quería saber más sobre Bruno Groening, su persona, su carácter. Por medio de las declaraciones de testigos contemporáneos. con los que pude conversar personalmente, de escritos auténticos de Bruno Groening y de sus discursos grabados en cinta magnetofónica, me pude formar una imagen viva de su persona. Éste será el tema del próximo capítulo.

Capítulo 2°

La persona de Bruno Groening

Un niño fuera de lo común

Bruno Groening nació el 30.05.1906 en Danzig-Oliva y fue el cuarto hijo de siete hermanos. Él mismo escribió en su curriculum vitae sobre su niñez:

"Durante mi niñez y juventud, las que pasé en casa de mis padres, me di cuenta más y más de dones especiales que salían de mí y que tenían una influencia tranquilizante en seres humanos y animales. Ya cuando era niño, personas enfermas fueron liberadas de sus molestias por medio de mi presencia, de igual forma, a través de algunas palabras mías se calmaban totalmente, si es que habían estado en estado de nerviosismo a causa de peleas o discusiones. Y también cuando era niño aún, pude darme cuenta de que animales tímidos o induso considerados como malos o bravos, se mostraban buenos y dóciles conmigo. Por eso, mis relaciones en casa de mis padres eran raras y tirantes. Asi que pronto busqué cómo independizarme completamente. para salir del círculo de incomprensión de parte de mi familia."·1

Ya en el instante de su nacimiento empezó lo excepcional alrededor del niño Bruno. Su madre había tenido siempre partos complicados, pero Bruno vino al mundo, de manera curiosa, sumamente fácil. Poco tiempo después del parto, ella misma se dirigió al bosque para comunicarle a su marido el nacimiento de su hijo.·2,·3

Sus padres eran católicos muy creyentes. Jamás faltaban a misa, por más cansados que estuvieran el padre o la madre del trabajo diario. Nunca se olvidaron de rezar por las noches con los niños arrodillados delante de la cama. El padre de Bruno Groening era, según escribe E. A. Schmidt, un hombre rudo y sencillo. Trabajaba de albañil y era respetado y buscado como buen trabajador.·4

Kurt, hermano de Bruno nos cuenta de los momentos excepcionales que había vivido con el pequeño Bruno. "Una mañana,  yo tenía que poner la mesa para que toda la

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familia tome el café, pero preferí irme a jugar en lugar de obedecer a mis padres. Bruno lo hizo en mi lugar, sin que nadie se lo haya pedido y así, fue alabado por mis padres.

Kurt Groening prosigue:

"Me enfadé de tal manera porque Bruno siempre sobresalía por ser el bueno y no sabiendo como defenderme, agarré la cafetera con el café hirviendo y la vacié sobre la cabeza de Bruno. El se quedó completamente tranquilo. Todos estaban estupefactos por mi mala ac ción. Y otra vez ocurrió algo excepcional: Bruno no mostraba ninguna señal de quemaduras ni en el rostro ni en el cuerpo."·5

La revista "Revue" escribió el 4 de septiembre de 1949 sobre la niñez de Bruno Groening:

"Cuando era un niño que apenas podía hablar, aprendió a estar a solas. Salía de su casa y jugaba en la vecindad con animales domésticos. Parecía que se sentía más cerca a ellos que a sus propios hermanos. Cuando aprendió a caminar mejor, descubrió el gran bosque que se encontraba cerca de la barraca de alquiler donde vivía. Se sumergía en él como si fuera un mundo inmenso lleno de misterio. Pero había aprendido una cosa de su madre: a rezar. Y llevaba al bosque la simple fe infantil en la Santísima Madre de Dios y en la Creación, que se convirtieron en su mundo. El pequeño se convirtió en un niño raro, como no se había visto nunca uno así entre los niños de los obreros de la calle Ludolfinger. El desaparecía por varios días y nadie sabía de qué vivía. En casa de sus padres existía la regla que quien llegaba tarde a comer no recibía nada o solamente lo que había quedado como sobras. Así que Bruno ayunaba varios días seguidos. A veces los vecinos lo observaban echado bajo un arbusto mirando minuciosamente el pasto o las hojas. De vez en cuando observaban que él mantenía un curioso y estrecho contacto con ardillas y otros animales silvestres. Se le encontraba de cuando en cuando en el cementerio, completamente solo. Algunas veces se le veía allí rezando. […] Una vez lo vió un señor caminando ensimismado detrás de un perro que cojeaba, jugaba con el perro, lo acariciaba. [...] Ésto sucedió durante varios días y al final el perro ya no cojeaba. [...] Muchos animales lo seguían. Cuando yacían por enfermedad, se levantaban y se iban con él al bosque."·6

A menudo, la gente lo encontraba en el bosque y lo traían a casa de sus padres, donde la mayoría de las veces recibía golpes y como castigo lo encerraban en una habitación.

Una vez él escribió a este respecto:

"Nunca pude llorar por los golpes, ya que no me dolían aunque a veces el cuerpo estaba morado y verde por los golpes. De todos modos, el encierro en casa de mis padres no duraba mucho, ya que yo me liberaba frecuentemente de ellos muy rápido. El bosque y mis amigos, los animales eran tan fuertes, que me atraían cada vez más."·7

Cuando predijo el comienzo de la Primera Guerra Mundial le trajo como consecuencia una sonora bofetada por parte de su padre, pero resultó ser verdad.

Su padre hizo una declaración jurada al respecto el 26.06.1949 en Löhne, Westfalia:

"Por medio de la presente, yo como padre de mi hijo Bruno Groening declaro bajo juramento que al nacer este niño se hizo notar que iba a ser un niño con cualidades

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excepcionales. Esto se comprobó también años más tarde. Muchos parientes y conocidos han atestiguado este caso especial. Ya cuando era niño ocurrieron estos casos cuando probaba sus dones en los animales. Entre otras cosas, tomó entre sus manos un reloj que el relojero ya no podía arreglar y el reloj empezó inmediatamente a caminar. Podía hasta predecir acontecimientos especiales: el comienzo y el fin de la guerra 1914  1918. También predijo la muerte de su madre así como también el comienzo de la Segunda Guerra Mundial 1939 - 45. También que sus padres y sus hermanos tendrían que abandonar su casa y su ciudad natal después de la capitulación y dónde se establecerían todos después de varios años de errar sin rumbo. Todo ésto lo había "visto" con anterioridad y pronosticado. Además tenía un don que le hacía posible liberar a la gente de enfermedades y sufrimientos."·8

Ernst Kuhn, un antiguo vecino de Bruno Groening en Danzig, declaró bajo juramento que:

"Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial en el año 1939, el Sr. Groening [...] declaró lo siguiente en mi departamento en la calle Magdeburger Strasse 77 en Danzig-Langfuhr: ‘Ernst, la guerra durará un tiempo largo, Polonia se rendirá, lo mismo hará rápidamente Francia. Pero Alemania no se volverá más grande por medio de sus conquistas sino que se empequeñecerá. Alemania será dividida.’ Entonces me señaló las zonas fronterizas tal como lo son realmente hoy en día. [...] La energía curativa de Bruno Groening ya la había sentido en los años en que éramos vecinos en Danzig-Langfuhr. Muchas veces me liberó de dolores. Mi esposa Frieda Kohn, nacida Pettke, también lo puede atestiguar, ya que conocía a Bruno desde de nuestra boda en el año 1940."·9

Lo característico en Bruno Groening era que desde su más temprana juventud se sentía atraído por las personas enfermas. Ya a los dos años y medio se podía observar esta peculiaridad en él.

Más tarde él escribe al respecto recordando su infancia:

"Del cuerpo de algunos animales desaparecía la enfermedad cuando yo decía muy bajito: ‘Querido animalito, tú vas a tener muy rápidamente un cuerpo sano.’ Y así ocurrió. Con los seres humanos es exactamente lo mismo. [...] Así es como siempre fui directamente atraído por los enfermos [...] a quienes solamente les repetía: ‘Tú ya no estás enfermo.’ O cuando alguno de ellos decía: ‘Él se va a morir.’ Entonces decía yo brevemente: ‘¡No, no se va a morir, volverá a sanarse!’ "·10

Más tarde se dió cuenta de que no sólo estaba en condiciones de ayudar a un enfermo sino a varios enfermos a la vez. Es de sorprender que ésto no era nada difícil para él y que también la mayoría de las veces tuvo éxito. Pero su obrar quedó limitado solamente a un pequeño círculo de personas a causa de las vicisitudes de la guerra.·11

Sus compañeros de juego se asombraban de que aunque lo atacaban a menudo, él nunca respondió a una agresión. Algunas veces, sus hermanos mayores no sabían como reaccionar ante su actitud nada corriente, y ya que él no se defendía, le pegaban. Uno de sus hermanos mayores incluso le partió en dos el hueso de la naríz. Este comportamiento de sus hermanos continuó hasta que sucedió algo fuera de lo común.

Su hermano Kurt informó sobre ésto en el año 1954:

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"Los chicos se peleaban afuera y como veían que Bruno otra vez estaba allí al lado y no quería participar en el mal juego, uno de los chicos enfurecido le dió unas bofetadas solamente porque él nunca se peleaba y era un chico tan raro. Como siempre, Bruno no respondió. Se quedó de pie, tranquilo, sin excitación alguna, esperando. El otro chico tuvo que irse a su casa, queriendo o no. En su casa empezó a darse de bofetadas a si mismo y ya no podía dejar de hacerlo. Todos los chicos fueron a verlo y observaron el insólito acontecimiento. El chico  empezó a gritar: ‘¡Bruno, ayúdame!’. Bruno entró y el chico se tranquilizó y dejó de darse bofetadas."·12

A partir de esta experiencia, sus hermanos y los chicos del vecindario lo dejaron tranquilo y ya no le pegaron más.

Su hermano se acuerda de otro suceso que deja entrever muy claramente el carácter del joven Bruno. El nos cuenta que en las hambrunas de la Primera Guerra Mundial las reservas de alimentos de la familia Groening se habían agotado y no sabían de donde conseguir algo comestible. El pequeño Bruno salió en su bicicleta y consiguió de los campesinos de una manera milagrosa un par de sacos de las mejores patatas para su familia, que sus hermanos transportaron después a casa. En este tiempo, cuando todos se sentaban a comer juntos, él recién comía recién cuando los otros estaban ya satisfechos. Aunque de este modo, la mayoría de las veces comía muy poco o no comía nada. Pero sin embargo mostraba un rendimiento corporal asombroso.·13

El estuvo en la escuela primaria y no era ni mal estudiante ni sobresaliente. A menudo era un enigma para sus maestros. Por ejemplo, terminaba de leer las palabras de una oración que el maestro recién había empezado a escribir en la pizarra. Después de la escuela, se dirigía a menudo al bosque cercano donde él pasaba horas y horas hasta el anochecer. En el bosque quería estar cerca de Dios, a Quien se dirigía con todo su anhelo. Como el mismo contaba, experimentaba y vivía a Dios en cada árbol, en cada animal e incluso en cada piedra. Allí podía estar sentado hora tras hora y meditar y ésto era para él como si su vida se expandiera hacia el infinito.

Bruno Groening contó una vez que cuando era niño, a menudo se corría de la gente, porque él sentía que la vida aquí era terriblemente oscura y sin amor. En su pena, en este tiempo, le pedía a menudo a Dios que lo vuelva a llevar de esta tierra oscura. Entonces, en el bosque, a través de rezos profundos, se le reveló por qué había sido enviado a este mundo y en qué consistía su misión. Recién cuando él reconoció ésta, pudo aceptar su destino en la vida.

Todo aquel que sigue un camino espiritual y busca a Dios con todo su corazón puede comprender a este niño, como él, obedeciendo a la profunda nostalgia de su alma buscaba a Dios donde Él vive de la manera más pura: en la soledad y en la paz de la naturaleza.

Una nostalgia tan temprana y consciente de un Espíritu Superior, de Dios, nos muestra la esencia de un alma madura. Estas personas tienen que vivir a menudo con la incomprensión y la falta de estima de la gente a su alrededor, quienes la mayoría de las veces no tienen acceso a estos sentimientos y anhelos superiores. Como una prueba especial, como una formación interior, la vida de estos seres está a menudo caracterizada por una cierta dureza como preparación del alma para una misión posterior.

En 1915, a la edad de nueve años, Bruno Groening se enfermó gravemente de disentería. El se adelgazó mucho y tuvo fiebre durante semanas. Pero él muy consecuentemente no quiso estar echado en cama y por último se quedó durmiendo

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desnudo sobre el suelo durante meses. El médico, Dr. Klinge, que venía a menudo a casa de sus padres lo dió por perdido e incluso recibió los Santos Óleos. Nadie creía que este niño, consumido por la fiebre, se salvaría, pero sin embargo superó la enfermedad como por obra de un milagro y se sanó.·14

Una vida de trabajo muy variada

Después de haber terminado la escuela primaria, Bruno Groening empezó un aprendizaje comercial. Su padre, de profe sión albañil, desde el principio le tuvo desconfianza a la decisión de su hijo y finalmente impuso su autoridad.

Bruno Groening dijo al respecto:

"Tuve que abandonar el aprendizaje porque era el deseo de mi padre que aprendiera el oficio de carpintero de construcción. Siguiendo este deseo aprendí carpintería. Habiendo en esta época un desempleo tremendo en Danzig no llegué a hacer un examen final. Por este motivo tuve que retirarme tres meses antes de terminar el aprendizaje ya que la empresa en la cuál aprendía tuvo que cerrar por falta de pedidos."·15

En 1925, a los 19 años, tuvo la ocasión de instalar una carpintería de obra y de muebles y de hacerse independiente. Pudo mantener este negocio durante dos años pero a causa de la mala situación económica en Danzig, se vio obligado a trabajar entre tanto en la construcción. Estuvo en la preparación de maderas, en una fábrica de cajones y en otros trabajos. Seguramente fue indispensable ser muy activo y tener conocimientos para un joven con medios sencillos, el hacerse independiente en la situación de Danzig entre las dos guerras mundiales, aunque después de dos años estuvo obligado a ganarse el dinero de otra manera. La falta de trabajo de estos tiempos trajo consigo contratos de trabajo a corto plazo y prontos despidos cuando surgían estancamientos en el mercado. Al restringir la producción, Bruno Groening fue despedido después de haber trabajado sólo un año en una fábrica de pinturas, ya que había sido uno de los últimos que había sido empleado.

Él informó en su curriculum vitae que después del año 1933, la situación era aún más angustiosa para conseguir trabajo porque la situación social en Danzig era peor que en el "Reich" alemán y que la mayoría de las empresas eran polacas, de modo que era difícil conseguir un empleo siendo alemán. (Danzig fue aislada del "Reich" después de la Primera Guerra Mundial. La comunicación con el "Reich" sólo era posible por territorio polaco). Bruno Groening encontró trabajitos temporales en una fábrica de chocolate, en el puerto y en Correos de Danzig. Hasta su integración al servicio militar en 1943 trabajó varios años en el montaje de corriente de baja tensión en la empresa "Siemens y Halske".

Sus compañeros de trabajo se asombraban por su capacidad y su rapidez. Y muchas veces sabía más que los trabajadores profesionales. Muchos de sus compañeros daban testimonio de que todo lo que tocaba le salía bien, ya sea arreglando relojes o aparatos de radio o como mecánico. Los trabajos técnicos eran su especialidad. El mismo decía que se empeñaba en hacer los trabajos con interés y amor. Veía en los diferentes trabajos que realizaba, una práctica para la vida, una escuela y una preparación para misiones posteriores. Para él era de interés conocer a las personas en sus diversas labores y situaciones de la vida.

El matrimonio amargo

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Se casó a los 21 años, pero el matrimonio con su mujer Gertrud no le pudo otorgar comprensión ni un hogar, lo que ya le había faltado en casa de sus padres. El y su mujer tenían dos caracteres demasiado diferentes. Al comenzar la vida de trabajador se alejó la timidez de la infancia y en su interior era cada vez más fuerte el deseo de ayudar a las personas. Los contemporáneos informan que Bruno Groening era una persona hospitalaria y que siempre estaba dispuesto a ayudar. Frecuentemente invitaba a los amigos a casa mientras su señora prefería no dejar entrar a nadie en su vivienda. Cuando un colega o un conocido necesitaba ayuda espiritual o corporal, él se olvidaba hasta de sí mismo. Entonces se sentaba a conversar horas y horas con esta persona y se esforzaba en encontrar juntos soluciones para situaciones difíciles. No tenía interés en las típicas diversiones, como ir al cine, ir a los bares, jugar a las cartas, etc.

Un testigo de este tiempo relata:

"Yo quisiera dejar un testimonio escrito a ustedes. Se trata del señor Bruno Groening. Le conozco desde 1928 en Danzig, mi ciudad natal. Se interesaba ya en aquel entonces en cosas espirituales y ayudaba y curaba a la gente. Yo tengo conocimientos de unos 20 casos ocurridos con éxito. [...] También puedo darles muchas pruebas donde Bruno Groening ayudó a criaturas, por ejemplo, en casos de parálisis y otros, cuando no podían oír o ver. En todos los casos tuvo éxito. Nosotros mismos y las personas a las que ayudó estamos frente a un misterio y nos preguntamos: ¿cómo puede ser posible esto?

El señor Groening en aquél entonces se ocupaba también de cosas que no tenían nada que ver con ésto, sin embargo, quiero nombrarlas aquí. Por ejemplo: maniobraba coches y aparatos de radio. Sin que tocara el aparato de radio, éste se apagaba según su deseo. Hizo funcionar de nuevo partes del aparato de radio que verdaderamente estaban rotas."·16

Según E. A. Schmidt, existe una declaración jurada del año 1931 sobre una curación. Bruno Groening curó a una mujer gravemente enferma de difteria, a la cuál los médicos habían desahuciado. El señor Schmidt informó: "Cuando él (Bruno Groening) hablaba sobre este caso, del que tiene tan buenos recuerdos, su cara se llenó de alegría y dijo: ‘Yo la liberé de la muerte’" y sacando la foto de la joven mujer de su bolsillo, la enseña lleno de felicidad."·17

El señor Max Bruhn de Danzig informa de un acontecimiento especial que le había comentado María, la hermana de Bruno Groening.

"Conocía a la hermana de Bruno Groening. Tenía una cita en el hospital para operarse. Se debía hacer extirpar la mama por un cáncer. Un día antes de ingresar al hospital, María, se dirigió a Bruno. Le rogó que la ayudara. Él estuvo muy sorprendido al ver que su propia hermana tenía tanta confianza y fé en él y la miró un tiempo. Después dijo: ‘Ve tranquilamente al hospital, ya no veo nada malo en tí. Ella fue al hospital y los médicos no encontraron más rastros de cáncer en ella. La operación fue anulada."·18

Su esposa consideraba sus poderes como manías o caprichos. A ella le faltaba el acceso para comprender que el motivo de su vida era ayudar y curar. Ella temía más que nada el causar escándalo y hacer el ridículo. Así, para ella era muy desagradable que su marido se dedicara a tantos otros seres humanos. Lo quería para ella misma. Una de las pruebas más grandes para él fué que ella alejara a sus hijos, a quienes quería mucho, de sus poderes. Ella no quería dejar a sus hijos a merced de su "brujería"·19, y los protejía de él con todos los medios y los ingresó al hospital sin que

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él lo supiera. Harald, el hijo mayor falleció a los 9 años, en 1939 por un fallo de una de las válvulas en el corazón. Günther, el más joven, también falleció a los 9 años, en 1949, por una infección de pus en el pecho en la Clínica Universitaria de Marburg.

Grete Häusler, una contemporánea de la ciudad de Hennef / Sieg que conocía a Bruno Groening desde 1950, comentaba que él no estaba en condiciones de hablar sobre el destino de sus hijos hasta 1955. Cuando contaba a sus amigos de confianza sobre lo ocurrido le corrían las lágrimas por sus mejillas.

En 1949, cuando comenzó el obrar de Bruno Groening en público, tuvo que dejar a su esposa porque ella no cambiaba su actitud negativa con respecto a sus acciones e incluso quería prohibirle que curara. El matrimonio se divorció en mayo de 1955.

Guerra y prisión

En 1943, a los 35 años, Bruno Groening fue llamado al ejército. A causa de su ideología de nunca devolver un golpe ni de matar a nadie, fruto de sus raíces religiosas tan profundas, tuvo puntos de conflicto y casi tuvo que presentarse delante de un tribunal militar. Finalmente fue enviado al frente. Se puede comprobar posteriormente muy bien que pronosticó su propio destino en relación con la Segunda Guerra Mundial con bastante exactitud.·20

Fue enviado a la sección central y noroeste del frente oriental, y en diciembre de 1943 fué herido por primera vez por una esquirla de granada que le atravesó el muslo izquierdo superficialmente. En febrero de 1944 le hirieron por segunda vez en el muslo de la pierna derecha. Después de curarse, a principios de 1945, fue de nuevo con las tropas al frente. El 5 de marzo del mismo año fue capturado por los rusos en Hammerstein (Pommern) y hecho prisionero de guerra. En mayo de 1945 le transportaron a un campo de prisioneros en Petrozawodsk. En los campos rusos curaba a los prisioneros que sufrían de hidropesía de forma increíble. Aquí también, el querer ayudar a otros seres, le condujo a conflictos. Él nunca se calló frente a las autoridades para lograr mejores condiciones de vida y por lo tanto era conocido por los rusos como rebelde. Una vez más, fue salvado de la muerte por poco, ya que algunos oficiales rusos estaban a favor de él y lo salvaron del fusilamiento. A finales de 1945 se realizó la excarcelación.

El transporte de regreso en vagones para el ganado exigió de los soldados prisioneros esfuerzos imposibles. Uno de ellos comentó después, que se rompieron todas las fronteras de la humanidad y que el espíritu de compañerismo entre los soldados fue reemplazado por una lucha brutal por sobrevivir. Él había conocido a Bruno Groening en este transporte de regreso y estuvo algún tiempo junto a él. Bruno Groening destacaba entre los demás soldados porque era diferente en su manera de actuar. Se comportó en medio de este caos, entre lamentos, con una calma indescriptible y siguió siendo humano a pesar de todo. Por ésto le propuso que le acompañara a su pueblo natal en Baviera pero Bruno deseaba ir primero al noroeste para buscar a su familia. Obviamente ya sabía de su futuro camino en público en los próximos años. Al separarse los dos, Bruno dijo: "Visítame cuando leas mucho sobre mí en los periódicos dentro de algunos años".

Siguieron los tiempos difíciles de la postguerra. Bruno Groening llegó con un camarada de guerra a Haigerselbach en la región Dillkreis. Allí el alcalde le dió a él y a su compañero un alojamiento pequeño. Se esforzó por acumular lo más necesario trabajando en cualquier oficio con los campesinos de los pueblos cercanos y en los ayuntamientos para poder sobrevivir. Por su carácter humilde, de no exigir nada y de

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estar satisfecho con todo y por su habilidad en el trabajo se hizo querer entre la gente. Sus actividades llevaron consigo muchos contactos con los paisanos. Para aliviar las penas creó junto con otros refugiados la institución "Ayuda para los Expulsados". Con perseverancia trabajó para esta meta y con el esfuerzo común se pudieron establecer representaciones locales. Este trabajo le llevó frecuentemente a Dillenburg. Allí recibió poco tiempo después otra tarea en la Comisión de Viviendas de la región tratando de ayudar en todo lo que podía. Algún tiempo más tarde encontró a su esposa y la llevó al campo de refugiados de la región Dillkreis. Luego se mudó a un alojamiento para refugiados, a una buhardilla ampliada en Dillenburg.

Erich K., hoy en día médico naturista en S., conoció a Bruno Groening en esta época e informa según sus recuerdos:

"Este hombre me fascinaba. Con él se podía hablar sobre cosas que no se podían hablar con ninguna otra persona. Había siempre algo muy suyo en su vivienda. Aunque no había nada, cualquiera que venía a verlo recibía un plato de sopa, aunque esta sopa estaba hecha de forma muy sencilla, de algún cereal. Ésto era algo típico de él. No había nada, teníamos apenas pan para comer y nos iba mal. Pero ésto era típico, cada persona que venía recibía un plato de sopa."·21

A través de sus actividades, Bruno Groening se relacionaba con mucha gente y de nuevo ocurrieron curaciones. Cada día le lla maban nuevos enfermos. Le rogaban que pasara por sus casas. Hasta que el 14.03.1949 llegó a Herford a petición de la familia Hülsmann. El éxito de la curación del hijo, Dieter Hülsmann, que sufría de atrofia muscular y estaba postrado en cama, fue publicado por el padre. Así, de pronto empezaron a reunirse cada vez más gente necesitada frente a la casa de la familia Hülsmann en la calle Wilhelmplatz N° 7. Bruno Groening hablaba a la muchedumbre sobre Dios y sus palabras producían milagros: los dolores desaparecían, los ciegos veían, los paralíticos caminaban y tiraban sus muletas. Pronto no sólo venían de los alrededores sino de otras regiones alemanas y del extranjero con la esperanza de recobrar la salud.

"Yo sólo soy un humilde siervo de Dios"

Bruno Groening era una persona que vivía totalmente según su corazón. No había leído libros. Sus conocimientos le llegaron de una Fuente Superior. Él confiaba en su intuición para todo lo que hizo. Ya en la guerra le ocurrió tantas veces que siguiendo esta intuición abandonaba la posición en la que se encontraba y momentos después explotaba una granada. Esta aptitud espiri tual marcó toda su vida. El no seguía órdenes de personas, sino que se dejaba dirigir incondicionalmente por esta fuente a la cual tenía acceso por su profunda religiosidad e inspiración. Las curaciones que ocurrieron a través de él están todas basadas en una nueva introducción a la fe en Dios y en una nueva orientación interior de los curados (ver cap. 3). Él no se consideró propiamente sanador, sino que quería explicar las leyes superiores de la vida. Quería llevar a los sufridos otra vez a la fé en Dios que es el médico más grande de toda la humanidad. La voluntad de dar marcha atrás, la voluntad de hacer lo bueno y el deseo de acoger nuevamente la fé en Dios eran para él el principio fundamental para las curaciones. A la vez negaba las influencias que ponían restricciones a la libre voluntad de los seres humanos:

"Puedo ayudar a una persona a encontrar el camino hacia el bien, pero no puedo influir en su decisión ni obligarla a hacer el bien. Cada uno debe encontrar el camino por sí mismo."·22

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Por este motivo, detestaba las técnicas de sugestión y la hipnosis.

Sus discursos estaban marcados por la sencillez y la sinceridad de su persona. De forma clara y con pocas palabras transmitía a sus oyentes las relaciones fundamentales entre la salud y la enfermedad. Sus palabras no necesitaban las deformaciones de la retórica. En ellas había una energia que surtía un efecto infalible en las personas. Ésto lo demuestra una gran cantidad de informes sobre curaciones. Uno podía sentir que todo lo que decía en sus discursos, lo habla vivido personalmente. Cuando se presentó en Herford en público, a los 43 años, se apreciaba a través de su experiencia que ya había comenzado desde su niñez con una insaciable búsqueda interior de Dios. Él no hablaba como hombre de estudios, pero sí como sabio.

En el tiempo de su obrar, la prensa daba una imagen de él muy contradictoria. Unos le veían como un enviado de Dios y otros como un charlatán. E. A. Schmidt quería hacerse una imagen clara de él en un contacto personal y fue a verlo a Herford a su domicilio en la calle Wilhelmsplatz N° 7 poco después que fuera conocido públicamente.

El describió el encuentro así:

"Atravesando la muchedumbre encontramos un camino que daba a una puerta trasera que no estaba cerrada. Estábamos ante la puerta de la casa. Adentro se abrían y se cerraban puertas, personas iban y venían dentro de la vivienda de una habitación a otra. Sólo al escucharse el timbre tres veces se abrió la entrada principal. Era Bruno Groening en persona el que estaba delante de mí. Un hombre recio y fuerte, de 1.70 metros de altura, vestido sencillamente, sin chaqueta, con una camisa azul oscura y un pantalón largo del mismo color. Tenía un rostro fuertemente marcado, cabello largo, de ondulado natural. En este rostro el destino había dejado sus huellas; este hombre debía de haber pasado por todos los altibajos. estaba delante de mí abiertamente, no llevaba ninguna barba que le diera un aspecto extraño o místico como habían informado los reportajes de la prensa. Sus ojos me estaban mirando. Reflejaban bondad y una honda comprensíón humana."·23

Los mismos motivos llevaron al Dr. Kaul a la calle de Wilhelmsplatz N° 7. Él quería convencerse personalmente, ya que los informes de la prensa despertaron su interés.

Escribió sobre "la persona de Bruno Groening":

"Quien está frente a este hombre por primera vez, jamás tendrá la sensación de estar delante de un desconocido. Al contrario, una persona encuentra inmediatamente una comunicación con esta personalidad singular. [...] Su tez morena y su cara delgada con sus enérgicas arrugas reflejaba bondad y mostraba un rasgo de tristeza. Lo observé en seguida en conversaciones con enfermos y siempre tuve la sensación de que interiormente llorara por estas desgracias y angustias humanas que se le presentaban. Bruno Groening es un hombre del pueblo. La vanidad le es tan desconocida como la picardía. Su fama hizo que su nombre se conociera dentro de poco tiempo no solamente en Alemania, sino también más allá de las fronteras. Sin embargo, ésto no hizo que se comportara como una estrella o un personaje. Tuve la ocasión de estar con él durante algunas horas y de escuchar algo sobre su vida. Normalmente era una persona silenciosa. No le gustaba que lo saturaran con preguntas; es conveniente dejarlo que hable solo. Muchas veces parece que supiera lo que uno le iba a preguntar y tocaba inmediatamente el tema en su discurso. Seguidamente hablaba consigo mismo, como si hubiera olvidado a su interlocutor. Su mirada está fijada a lo lejos. Apenas tiene necesidades personales, aparte de cigarrillos y café. Su vestimenta es

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sencilla y humilde. Vive en la casa de los padres agradecidos cuyo hijo, ya desahuciado, fue curado por él. Ahora está jugando alegremente en el jardín. También cuidaban de él (de Bruno), y la señora Hülsmann tenía que usar muchas tácticas para convencerle de que comiera.

"El no come casi nada y está ya más de tres meses casi sin dormir. [...] Todos en casa me aseguran este hecho". Pude convencerme de que Bruno Groening no aceptaba ni pedía dinero por sus curaciones. Diariamente el cartero traía más de 2.000 cartas, más de cien cartas certificadas, más de 300 telegramas y verdaderas montañas de paquetes. El ordenó estrictamente devolver a los remitentes el dinero de las cartas y los paquetes."·24

Las observaciones de los testigos de aquel tiempo dejan ver claramente que Bruno Groening era fiel a sí mismo, aún estando ante las miras del público. No deseaba de ninguna manera destacar como médico milagroso o algo parecido. Detestaba hondamente los títulos superficiales de los diarios sensacionalistas.

"No debo destacar" subrayaba constantemente "pero tengo que seguir mi destino, me lleve adónde me lleve".·25

La necesidad de ayudar a los demás lo hacía obrar en la época de Herford durante día y noche. Se veía como "un humilde siervo de Dios" y quería que los hombres tuvieran acceso a la energía curativa divina a través de sus palabras. Se sintió como intermediario o canal para estas energías. Siempre aclaraba que no era él, el que realizaba la curación, sino que era "ella" la Energía Divina. Cuanto más numerosa era la muchedumbre, tanto más podía transmitir de esa energía curativa y tanto más feliz y contento se sentía. Cuando podía curar sin reparos, estas energías le llenaban de tal manera que no sentía ni hambre ni sueño. Estos hechos fueron confirmados repetidamente por diferentes fuentes.

Su ideología hondamente religiosa, le prohibía aceptar algo material por los servicios de curación. El decía que perdería sus dones si los usaba de manera indebida o beneficiándose él mismo. Veía en la curación un regalo de Dios, una misericordia que no precisaba un pago sino más bien un retroceso interior hacia la fe y el amor. Lo poco que necesitaba se lo traían los amigos y de ésto regalaba la mitad. En todas partes tenía las casas abiertas y se pugnaban por recibirlo.

El Superior del Círculo Eclesiástico de Herford, el señor Kunst, opinó sobre él después de varios contactos personales, ya que había una gran demanda pública.

Explica algunos extractos:

"No quiero manifestarme sobre él definitivamente por respeto a los esfuerzos de los médicos, pero quiero informar de cuáles fueron mis preguntas principales hacía él con respecto a la Santa Escritura. Conversé con el señor Groening sobre la Primera Carta de San Juan, Cap. 4, Vers. 1-6 y él me dió una clara respuesta al respecto. Pero lo más importante para mí fué cuando en una conferencia de prensa citaba ingenuamente un rezo infantil alemán y a todos los presentes les hablaba de Jesús. [...] No tengo ningún motivo para creer que el señor Groening desee enriquecerse a través de sus cualidades, además me aseguró que quería seguir siendo pobre. Por fuentes fiables sé que le han sido ofrecidas sumas importantes si curaba a personas ricas. Sé que él rechazó tales propuestas".·26

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A pesar o quizás a causa de la gran resonancia, que llevó consigo el obrar de Bruno Groening en público, aumentó la oposición contra él en ciertos círculos. Su aparición en Herford movía una masa de miles y miles de seres humanos. Más de un millón de cartas le llegaron en los primeros años de su obrar.·27 La miseria de la época se mostraba en toda su fatal dimensión.

Muchos buscaban llegar a su lado para sacar dinero de esta situación. Muchas personas que lograron introducirse en su alrededor abusaron de su nombre para fines personales. La profunda incomprensión y el rechazo prejuzgado respecto a la curación por el camino espiritual en muchos círculos académicos y sobre todo en los influyentes círculos médicos hizo de las suyas para terminar con la obra de Bruno Groening. Se formó una cruda lucha que se manifestó en informaciones tendenciosas de la prensa y numerosos procesos. Ante el público, se trataba de discriminarle con todos los medios a este hombre y a sus curaciones. Al principio se conformaron con desacreditar su obrar como una forma de sugestión - que era objetivamente falsa - en vista de curaciones obviamente orgánicas como por ejemplo las de los mutilados de la guerra. Más tarde llegaron a menudo denuncias personales que se expandieron en los periódicos, agrandadas de tal manera que, a aquéllos que no tenían la posibilidad de conocerlo personalmente, les fué muy difícil tener fe en la integridad de sus deseos.

Sorprende siempre de nuevo, con qué poder la prensa - ante el público -puede decidir sobre el bienestar de una persona individual. Los reportajes no tenían reparos en informar de manera burlona y maliciosa sin guardar distancia alguna y al mismo tiempo refleja el grito del espíritu dominante de la época que con la imagen engañosa del materialismo ateo y sin espíritu le había cortado a la humanidad la unión con el remedio universal, con la fuente interior de vida. Pero, sin embargo, las palabras convencidas de Bruno Groening sobre Dios como el médico más grande de todos los hombres, confirmadas por las curaciones ocurridas, tocó el punto más sensible de esta concepción del mundo.

Las legiones de los sufridos

Quien observa más detalladamente el camino de Bruno Groening en público, notará la impresionante perseverancia de su actuar. A pesar de todas las resistencias, este hombre estaba firmemente dispuesto a crear una base estable para un obrar ordenado. Consideraba que su misión era crear un fundamento resistente que diera a los seres humanos la posibilidad de encontrar acceso a la energía curativa divina, también cuando él ya no estuviera en esta tierra. Pero la prensa hambrienta de sensaciones y un aparato estatal inflexible le dificultaron enormemente el alcanzar esta meta en los años en que obró.

Se encontró frente a una avalancha de gente, sin ninguna ayuda por parte de las autoridades. En Herford eran unas 5.000 personas (en el lapso de marzo a junio del año 1949) que llegaban diariamente a la calle Wilhelmsplatz N° 7, esperando su ayuda. Algo más tarde, desde finales de agosto hasta mediados de septiembre de 1949 se multiplicó por seis la multitud en la granja del "Traberhof" (un antiguo criadero de caballos cerca de la ciudad de Rosenheim, cuyo dueño se lo puso a su disposición).

Pero ésto no era todo: en Herford le llegaban pedidos de auxilio desde la región del Rin y alrededores. Más de una vez habló frente a grandes multitudes en Viersen. Además hacía visitas privadas a personas que, en medio de sus sufrimientos, le habían pedido una palabra de ayuda. Lo mismo ocurrió en el criadero de caballos de Rosenheim, desde donde viajaba hasta el norte de Alemania a petición de los necesitados.

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Repetidamente, los testigos presenciales se emocionaban profundamente por las intensas expresiones de fé en Dios en los rostros de los miles de personas en busca de ayuda, una fé que Bruno Groening había despertado otra vez en ellos. Muchos comenzaron a rezar por primera vez desde hacia tiempo. Frecuentemente, esta fé renacida unía a las masas enteras y espontáneamente cantaban en coro.

Las reacciones de las autoridades y médicos oficiales eran de una contradicción crasa frente a todo ésto.

Desde el comienzo de su obrar, Bruno Groening hizo todo lo posible por trabajar junto con las autoridades. Sin embargo, después de algunas conversaciones en Herford no se llegó a ningún acuerdo y a principios de mayo de 1949 le prohibieron actuar

El Superior ya nombrado del Círculo Eclesiástico local se expresó sobre la situación en Herford en este tiempo:

"Cuando llegó Bruno Groening a Herford en 1949, dentro de poco tiempo, por toda la ciudad y alrededores corrían rumores sobre los éxitos de sus curaciones, la prensa local [...] publicaba reportajes detallados. Los representantes de la prensa me pusieron en contacto con Bruno Groening - en aquél tiempo yo era superior del Círculo Eclesiástico de Herford. Él estuvo en mi casa más de una vez para conversar. Los acontecimientos eran cada semana más tumultuosos. Miles y miles de personas de Alemania y del extranjero venían donde Bruno Groening para buscar ayuda. Cuando el alcalde de la ciudad de Herford quiso prohibirle obrar, corría el peligro de que el ayuntamiento pueda ser invadido por los miles de personas excitadas. Se formó una comisión investigadora formada por el alcalde Meister de Herford, el profesor Schorsch de Bethel, y los consejeros de salud correspondientes de la administración gubernamental de Detmold. Durante algún tiempo fui presidente de esta comisión. La comisión tomaba su trabajo muy en serio, así que realizaba conversaciones, tanto con el Sr. Groening como con personas curadas. Las discusiones con el Sr. Groening fueron poco productivas porque los médicos le hablaban en términos médicos y académicos. Allí comprobaron que Bruno Groening no auscultaba a ninguna persona que iba a pedirle ayuda. Yo personalmente no conozco ningún caso en el cual haya auscultado a alguien corporalmente. Nunca he escuchado que él haya tratado de convencer a un enfermo de renunciar a la ayuda de un médico especialista. Tampoco recetaba ningún medicamento."·28

Bruno Groening siguió luchando por el permiso de curar hasta sus últimos días diez años más tarde.

Él, cuyo obrar era más bien el trabajo de un sacerdote que el de un médico o naturópata, iba por cualquier camino posible para poder seguir ayudando, sin que se lo impidieran la policía o los jueces.

También se puso a la disposición de una comisión investigadora en Heidelberg, la cual obtuvo resultados positivos al examinar las curaciones obtenidas a través de él, pero ésto tampoco le pudo allanar el camino. Durante años hizo esfuerzos para fundar centros curativos. En ellos quería realizar, junto con los médicos, unas investigaciones científicas y ordenadas de las curaciones comprobando auscultaciones y exámenes clínicos anteriores y posteriores. Pero ésto fracasó por los intereses materialistas de los negociantes y por la oposición de las autoridades. Y aunque Bruno Groening estaba convencido de que sus métodos curativos no tenían nada que ver con los métodos comunes, estaba decidido a cumplir con los reglamentos para naturópatas o sanadores naturistas y a hacer el examen. Pero se lo denegaron.

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Era necesaria una fuerza de voluntad extraordinariamente grande para no desesperarse en este camino.

Además apenas encontraba apoyo en la prensa. Al contrario, frente a los reportajes en la mayor parte negativos de potentes órganos de la prensa y frente a la actitud negativa de las organizaciones médicas, así como de muchos círculos eclesiásticos había muy pocos periodistas que estaban dispuestos a ofrecer a los lectores una imagen positiva de Bruno Groening basada en comprobaciones personales. En la mayoría de los casos se restringían a copiar artículos negativos. Así evitaban conflictos con los círculos autoritarios y dominantes de la sociedad. Pero es interesante observar que los periodistas que llegaron a hacerse una imagen propia de él, veían las cosas de una manera totalmente diferente. Un ejemplo de ésto es el reportaje a principios de los años 50, en la revista "Das offene Wort" ("La palabra abierta" diario independiente sobre preguntas actuales y tolerancia. Editorial PAD, Múnich).

El periodista explicaba al lector su opinión en un reportaje titulado:

"Groening [...] como él realmente es"

Él reconoció los esfuerzos y las dificultades en su camino hacia un actuar libre y le tenía gran admiración por la fortaleza con que había rechazado varias ofertas lucrativas del extranjero y que seguía obrando en Alemania a pesar de todas las dificultades para poder ayudar a los seres abatidos por la guerra que necesitaban tanta ayuda. Para el autor era un personaje y lo respetaba por su sinceridad y su resolución de seguir una vocación interior, aunque trataban de ponerle trabas con "reportajes intrigantes nada serios" y con "prohibiciones y obstáculos estatales". Él lo describía como un hombre de "gran bondad humana y sacrificio por su vocación de curar a los seres humanos". Según su opinión, Bruno Groening superó los límites de los conocimientos empíricos hasta ahora conocidos. Su meta era: "ayudar a los seres humanos y guiarlos hacia el camino de la renovación interior". Su resumen era que de toda teoría primero "se ríen, luego la combaten y por último la consideran normal".

Finalmente comenta: "la experiencia nos enseña que ésto es así y que nosotros, los humanos, somos siempre intolerantes y que nunca aprendemos de ello".

A pesar de todas las dificultades, Bruno Groening no aceptaba dinero por las curaciones. Por otro lado, dedicaba todo su tiempo y sus fuerzas a las personas en busca de ayuda en toda Alemania y Austria por lo cual no podía ejercer ninguna profesión. No pudo prescindir de la hospitalidad y de la ayuda voluntaria de otras personas. Los procesos judiciales le causaron también grandes dificultades económicas.

Su actuar puramente intuitivo, muchas veces era incomprensible para el intelecto que trabaja exclusivamente de acuerdo con las leyes de la lógica. Algunas veces permitió que se acercaran a él personas que bajo el pretexto de querer ayudar, obviamente sólo querían hacer un buen negocio con él. En parte se entregó a ellas hasta cierto grado y los dejaba actuar algún tiempo. Si después de algún tiempo seguían no queriendo cambiar hacia el bien, y si en vista de los conmovedores acontecimientos que ocurrían cerca de él no se alejaban voluntariamente de sus planes financieros propios y si no retrocedían interiormente, entonces ponia a descubierto sus maniobras y muchas veces siguieron largos procesos judiciales. Ex-ayudantes se convirtieron en enemigos fieros que al revelar "intimidades" sobre su persona supieron cómo ponerlo en mal lugar ante el público. Aunque algunos de ellos le metían muchos palos, nunca hablaba

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mal de ellos. Al contrario, a algunos que le hacían daños enormes, les dió una segunda oportunidad a su lado cuando se lo pedían. (ver cap. 5).

Este comportamiento insólito es comprensible cuando se nos pone en claro que la curación por el camino espiritual es un proceso de gran sensibilidad que puede ser interrumpido fácilmente por irradiaciones espirituales contrarias. Así, una persona que piensa de forma muy negativa puede impedir el obrar de las energías curativas sólo con estos pensamientos y más aún, al pronunciarlos con palabras perturbantes. Las personas alrededor de Bruno Groening, en la mayoría de los casos le eran desconocidas, por lo tanto sus reacciones eran más que nada consecuencia de su sensibilidad excepcional.

También daba una negativa sin compromiso, cuando algunos necesitados querían comprar la salud ofreciéndole dinero.

E. A. Schmidt informa de tal caso en su libro:

"A este nivel corresponde mencionar que cuando llega un señor rico, ofreciéndole 5.000 marcos y más, como sucedió repetidamente que gente adinerada se dirigía hacia él, pidiendo ayuda. En este momento uno siente y ve claramente que Bruno Groening se ‘corta’visiblemente y ésto no sólo lo veía la gente alrededor de él sino también los que no estaban en el tema. La comunicación se cortó y dijo con un gesto de rechazo: ‘Yo no vendo salud‘. Se dio la vuelta y nosotros, los ayudantes, tuvimos la tarea desagradable de despedir a estos necesitados. En otro caso presencié lo siguiente: Groening se sentó frente a la persona en cuestión y dijo: ‘Sé que usted es un hombre adinerado, pero sé también que no adquirió su fortuna por el camino sincero. Se ha aprovechado de sus empleados y así ha acumulado fortuna y dinero‘. Esa persona se puso nerviosa y se movía en la silla de un lado a otro. Se enrojeció; no se veía si era de vergúenza o de rabia y finalmente se levantó y salió calladamente de la habitación".·29

Un caso parecido pudo observar el Dr. Kurt Trampler:

"Mas que una vez presencié como necesitados le ofrecían dinero y los rechazaba bruscamente."·30

A pesar de todas las oposiciones ya mencionadas, Bruno Groening pudo lograr su meta propuesta. En 1953 fundó la organización "Liga Groening" para poder realizar conferencias para los necesitados, bajo la protección de una asociación, en diferentes ciudades. Se crearon comunidades, donde los curados agradecidos aclaraban y ayudaban voluntariamente a los nuevos necesitados en su ausencia. Él mismo aseguró a menudo que para la curación no era necesaria su presencia:

"Cada curado puede seguir transmitiendo la curación", dijo y ésto lo demuestra impresionantemente la gran cantidad de informes sobre curaciones, ocurridas en las comunidades en su ausencia.

En 1955 se casó nuevamente ya que no pudo restablecer la relación con su primera esposa a pesar de todos sus esfuerzos. Su segunda mujer, Josette era francesa. Ella lo ayudaba en todo lo posible para la creación de más comunidades.

Poco tiempo después de la creación de la "Liga Groening" se inició el "Gran Proceso" contra él. Con este proceso deseaban terminar de una vez por todas con su obrar. Para él empezó la época mas difícil de su vida. Los ataques de la prensa alcanzaron en este

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tiempo su punto culminante. Muchos de los que ofrecieron su ayuda para asesorar a las nuevas personas en busca de ayuda, en las comunidades de Alemania y Austria tuvieron que someterse a interrogatorios policiales. Querían amedrentarlos con la amenaza de llevarlos también ante un tribunal por "practicar la naturopatía o curación naturista sin permiso". Nunca se llegó a tal punto, sin embargo, estas amenazas dejaban huellas en algunos.

En estos años, Bruno Groening se esforzó incansablemente - paralelamente a los muchos preparativos para el proceso - en afianzar las comunidades recién fundadas, las cuales eran atacadas duramente por la opinión pública. Pero su trabajo estuvo muy limitado por las necesidades económicas.

Una testigo contemporánea informó muy impresionada que en tiempos de la mayor exigencia seguía manteniendo una tranquilidad y paciencia inexplicables y su humor muy típico de él. Lo pudo observar también durante los debates judiciales del último proceso aún cuando eran muy graves para él. Al acercarme hacia él en un descanso me sonrió de forma amplia como diciendo: "Ya se sabe que no se come nada tan caliente como se cuece".·31

Bruno Groening falleció en enero de 1959, por lo cuál fue suspendido el proceso sin haber llegado a un veredicto final. Después se vió que había tenido razón ocupándose de la creación de una base sólida que ofrecía a los necesitados la posibilidad de recibir curaciones aunque él ya no estuviera en la tierra. Las curaciones siguen ocuriendo también después de su muerte.

"Él amaba verdaderamente a Dios"

En los decenios de su lucha interior antes de su obrar en público, Bruno Groening había dejado crecer dentro de sí un rasgo que hoy en día le falta a la mayoría de los seres humanos.

Katharina Dichtl (82 años), naturópata de M., pudo observarlo desde muy cerca durante algunos meses cuando comenzó su obrar. Ella describió esta característica de su ser muy brevemente:

"...él amaba verdaderamente a Dios".·32

De este amor a Dios creció en su interior un gran amor al prójimo, algo poco común en nuestra época de frialdad de sentimientos. La Sra. Dichtl pudo observar una y otra vez con qué amor se dirigía a los necesitados, sobre todo cuando se trataba de niños. Él los quería muy profundamente y la Sra. Dichtl pudo presenciar curaciones espontáneas.

Inge Thiede de F., me contó personalmente algo parecido sobre él. Ella había tenido contacto con Bruno Groening durante años y cuenta que él reflejaba algo que no había sentido en ninguna otra persona en su vida. Es difícil de explicar, pero uno podía sentir que de él irradiaba un amor y una comprensión profundos especialmente para con los enfermos. Y uno, sin poderlo evitar, acogía este amor que irradiaba de él, porque ya no quedaba más remedio que quererlo.

"Pero era otra clase de amor del que existe entre hombre y mujer". Se lo podría denominar como "amor espiritual". Y seguidamente prosiguió: "Es un sentimiento que entra hasta el fondo del alma, una fuerte sensación de felicidad y de paz interior que

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no se puede expresar con palabras. Este sentimiento de amor no sólo lo sentía yo en su cercanía, sino también muchas otras personas. Tanto hombres como mujeres."·33

De modo parecido se expresan Christa y Werner Hasse de S. sobre él. También informan de un gran sentimiento de amor, de paz y de fuerza que les llenaba al estar junto a Bruno Groening. Él les había visitado a menudo. Algo irradiaba de él. También pudieron observar que cuando él habia estado en la casa por varios días, no se sentían cansados aunque hablan tenido pocas ocasiones para dormir y para su asombro, tampoco sentían hambre.·34

Christa Pohl (55 años) de G. describía este amor que sentían ella y otras personas cuando estaban cerca de Bruno Groening también como "amor espiritual". En los discursos de la comunidad de Springe que frecuentaba ella, Bruno Groening hablaba mucho sobre el amor a los seres humanos, a las plantas y a los animales. Ella tenía la impresión de que el amor era lo más importante para él. Durante los discursos sentía paz y tranquilidad y una sensación de bienestar que no se podía explicar con palabras.

"Uno tiene que vivir estas sensaciones en sí mismo, para poder hacerse una idea de algo tan indescriptible" dijo Christa Pohl.·35

Ya sea en las ciudades de Husum, Hamelín o Herford, en el lago de Constanza, en Múnich o en cualquier otro lugar de Alemania o Austria, las personas que tuvieron la oportunidad de conocer a Bruno Groening en vida hablan de él, como yo mismo me pude convencer, con un respeto sin tapujos. Los testigos presenciales siempre declaran que había algo especial en él, sin que pudieran explicar esa sensación. Aparte de los conceptos arriba mencionados, había algunos que contaban de la sensación de una luz fuerte y de una energía enorme que salía de él. Otros sentían un bienestar inexplicable, vivían una alegría grande y una liviandad excepcional cuando estaban junto a él.

"Yo no soy nada más que un ser humano que ha permanecido natural"

Bruno Groening mantuvo durante toda su vida la comunicación con la naturaleza, que había tenido desde niño. El mar y las montañas lo atraían con toda fuerza y muy a menudo se quedaba durante mucho tiempo inmóvil, captando impresiones. Con cuidado se acercaba a las plantas y a los animales. No se atrevía a cortar una flor. Por muchas conversaciones con contemporáneos pude llegar a la conclusión de que de él nacía un gran respeto por todo lo que tiene vida porque sentía a Dios en todo. En ésto no seguía ningún rito. Su comportamiento no parecía obligado, se podía sentir que esta manera de ser correspondía a su persona.

Siendo adulto había guardado algunas características de niño, las cuáles se mostraban especialmente claras en su carácter abierto sin complicaciones y en su marcada aptitud de inspirar confianza.

Bruno Groening dijo una vez:

"Soy y seguiré siendo niño [...], yo no cambiaré, ¡no! y todos y cada uno de ustedes pueden creer lo que quieran. Soy y seguiré siendo un hijo de Dios, nada más. No soy nada creído, ¡no! tampoco soy cobarde para decirlo, porque yo sé que soy un niño. Pero muchas personas ya no son hijos porque son adultos."·36

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Podía alegrarse como un niño sobre las cosas pequeñas de la vida. Por ejemplo, una sopa de patatas que le gustaba tanto le daba una alegría tremenda. Tratando con él, uno no parecía estar frente a un ser ajeno al mundo, al contrario, uno podía conversar con él como con cualquier otra persona, y en ésto nunca faltaba su humor. Podía reír alegremente aunque en general más bien era un hombre serio y silencioso.

A menudo, se reunía después de sus discursos con las personas de confianza en privado. A través de sus palabras se enteraban los presentes de muchas cosas sobre la existencia del reino del más allá y les contestaba a algunas preguntas - que quedaron sin pronunciar - sobre Dios y los secretos de la vida. Estas reuniones duraban a veces hasta el amanecer.

Christa Pohl estuvo varias veces en Springe hasta la madrugada:

 Ella comentó acerca de una vivencia especial al final en una de estas noches. La reunión duró hasta las seis de la madrugada y después tuvo que viajar a Hannover para trabajar. Bruno le dijo al despedirse que podía ir a trabajar sin preocupaciones y que pasaría el día sin cansancio. Éste fue el caso hasta las 15 h cuando de pronto sintió un cansancio grande. En pensamientos se dirigió a Bruno Groening y le recordó su promesa. En ese mismo momento se sintió totalmente despierta. Después del trabajo volvió a Springe. Allí la recibió él y antes de que pudiera decir algo le dijo sonriendo: "¿Cómo fue a eso de las 3 de la tarde?" Él obviamente sabía lo que ella había pensado en aquel momento en la lejana Hannover.·37

Otra contemporánea que tuvo contacto con Bruno durante años me relató otra vivencia personal con él:

"Estuvimos juntos con Bruno Groening en la casa del Sr. Loy en Klagenfurt (Austria) cuando llegó el matrimonio S. en el transcurso de la tarde. Bruno Groening conocía a la señora pero no al marido. Pasado un rato presencié como Bruno comenzó a hablar con este señor sobre barcos y la conversación siguió con más detalles. Bruno Groening habló sobre el tema como una persona que conocía totalmente la materia. Después de algún rato, el Sr. S. dijo desconcertado:

"Señor Groening, éstas son especificaciones. ¡No es posible que Ud. las sepa! Bruno sonrió y dijo: "Sí, es que soy un viejo navegante". El señor S. me aclaró después que comprendió que esta sabiduría sólo le podía haber llegado de una Fuente Superior. El Sr. S. era especialista en construcción naval y tuvo durante la guerra un puesto de director en la misma. Le había conmovido mucho que Bruno Groening supiera hasta cosas que le habían sido confiadas a él como secretos de guerra por su posición de director."·38

Algo parecido sucedió en casa de la familia Weber en Essen. Bruno Groening comenzó a hablar espontáneamente con un periodista presente sobre la construcción de aviones. Después de algún tiempo, le preguntó el asombrado periodista de dónde había sacado toda esta información. Aunque nadie lo había sabido, el periodista había tenido durante la guerra una alta posición en la aviación militar y sabía perfectamente de la construcción de aviones.·39

Käthe Tams de B. contó un suceso extraordinario del cual le había informado el Sr. Loy. Él había ido de paseo con Bruno Groening y en medio de la conversación de repente Bruno Groening desapareció. No lo podía encontrar por ninguna parte. Cinco minutos después estaba otra vez frente a él y sólo preguntó: ‘Ah, ¿tenía miedo de que me haya

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ido?’ El Sr. Loy no supo qué contestarle, pues no comprendía que una persona pudiera hacerse invisible.·40

Ella recordó también otro encuentro. Bruno Groening era muy amigo del Sr. Preuel. Un día hicieron un excursión juntos. Durante el viaje Bruno Groening colocó la cabeza sobre el volante durante cinco minutos como si durmiera. El coche seguía sin salirse del camino. En estos momentos empezó a preocuparse el Sr. Preuel. Cuando Bruno Groening se dió cuenta se dirigió hacia él y le preguntó si creía que chocarían contra algo. El Sr. Preuel lo afirmó y Bruno le contestó solamente: "No se preocupe, sé conducir".·41

Grete Häusler de Hennef / Sieg, que conocía a Bruno Groening desde que la curó en 1950 me relató la siguiente situación: Ella fue con el Sr. Petz y el matrimonio Balay de Rosenheim a Augsburgo para ver a Bruno Groening. Ya de noche deseaban regresar pero la luz trasera del coche no funcionaba. El Sr. Petz revisó todo pero no podía encontrar la falla. Así que le pidió ayuda a Bruno Groening. Él, en vez de controlar la luz se puso delante del capó con los brazos cruzados hacia atrás y miró adentro. En el mismo momento se encendió la luz.·42

En el libro "Vivenciar la salud y la felicidad, ésto es lo verdadero", Grete Häusler describe otro acontecimiento. El 25 de mayo de 1952 hablaba Bruno Groening en su casa ante algunos necesitados. Entre ellos se encontraba la Sra. Kulle de 73 años. Estaba gravemente enferma del corazón. Recibió la curación esa misma tarde. De pronto podía hacer movimientos los cuáles antes le eran imposibles por causa de su enfermedad.

Grete Häusler describe este acontecimiento de la manera siguiente:

"Esta mujer repetía los movimientos y estaba loca de contenta porque no creía que lograría hacer ésto otra vez más en su vida. Ella estaba resplandeciente de felicidad y Bruno Groening le dijo cariñosamente. ’Su hijo se alegra de ésto’, ella lo negó y dijo: ’Sr. Groening, no tengo ningún hijo’ y yo pensé para mí ’Ya ves, él tampoco lo sabe todo, ha metido la pata’. Pero Bruno Groening estaba seguro y siguió preguntando: ’¿No tenía un hijo? ’ ’Si ’, dijo la Sra. Kulle, ’pero hace 30 años que murió aún siendo bebé’. ’Entonces sí que tenía un hijo’ dijo sonriendo, ’ahora la ve y se alegra con nosotros, lo que pasa es que ahora lleva otra vestimenta.’ "·43

Todo esto ocurrió sin ningún secreto místico. Teniendo estas facultades increíbles para el hombre común y corriente, Bruno Groening se comportaba de forma completamente normal. Para él, las curaciones y muchas otras cosas inexplicables no eran ningún milagro sino sólo la expresión de un estado profundamente relacionado con lo natural, o sea con Dios.

Bajo este punto de vista es comprensible que Bruno Groening dijera sobre sí mismo: "No soy nada más que una persona que ha permanecido natural".·44

En sus discursos, demostraba claramente lo natural de su ser, sin afectación. Su preparación consistía en retirarse dentro de sí mismo, en concentrarse. Nunca preparó un concepto por escrito. Las palabras de sus discursos le venían solas. A menudo interrumpía su charla y hacía preguntas a uno u otro oyente, y entonces empezaba una conversación breve con ellos. Algunas veces, en medio de sus discursos aparecen inserciones que aparentemente no tenían conexión con lo dicho anteriormente. Sin embargo, así respondía a preguntas de algunas personas presentes que las hicieron sólo mentalmente. La testigo presencial Christa Pohl lo pudo atestiguar. Ella se acordó

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haber vivido varias veces que ella u otros oyentes hicieron preguntas mentalmente las que espontáneamente fueron contestadas en la conferencia de Bruno, lo cual no era comprensible para aquellos que no sabían la pregunta. Ella misma había reconocido de repente durante una conferencia Quién era el personaje que tenía delante encarnado en la persona de Bruno Groening. Apenas había pensado ésto, él la interrumpió, se dirigió hacia ella y le dijo: ‘Lo que acaba de pensar, por favor, guárdelo para sí.’·45

Cualquier dogmatismo le era desconocido. Tampoco se observó que prohibiera algo a alguien. Él veía su misión en dar consejos, a veces los llamaba sus máximas de vida. Nunca dijo que había que hacer ésto o aquéllo y no tenía la intención de prohibir algo. Christa y Werner Hasse lo pudieron observar claramente cuando fueron invitados unas Navidades a casa de Bruno Groening. Algunos invitados tomaron ponche y aunque Bruno era un enemigo declarado del alcohol, no lo prohibió nunca, tampoco en esta ocasión.·46

Las opiniones de médicos profesionales

¿’Cómo juzgaban los médicos a Bruno Groening, aquellos que podían creer en la influencia de un Poder Superior que obraba a través de este hombre, a pesar de las limitaciones de la Medicina tradicional en cuanto a salud y curación? ¿Qué era él para ellos, que observaban su obrar sobriamente y libres de prejuicios en una época materialista?

Hella Emrich, médica y co-editora de la revista "Neues Europa" (Nueva Europa), y su marido Louis Emrich, tuvieron contacto con Bruno Groening durante años.

El visitaba frecuentemente al matrimonio en su vivienda de Baden. Así creció una amistad sincera. En una conversación conmigo le describe como hombre sencillo pero muy inteligente.

"Me comentó que de su ser irradiaba un gran calor humano y que a su lado uno simplemente se sentía bien. Muchas veces, cuando nos visitaba con su esposa, solamente nos sentábamos en silencio. No era necesario hablar mucho, era solamente su presencia la que ya irradiaba mucha energía."·47

"Las secretos de las curaciones milagrosas - Intento de una presentación objetiva de problemas controvertidos en el arte de curar" es el título del libro en el cuál ella describe los resultados de muchos años de practicar investigaciones acerca de varios sanadores.

En un capítulo describe el "fenómeno Bruno Groening"

"cuando se llegó a conocer que el Sr. Groening había realizado gran cantidad de curaciones con éxito actuando ante grandes masas en Herford, llegaban los enfermos de todos los países del mundo [...]. La consecuencia fue que los médicos se ocuparon de él apasionadamente pero no para examinarlo benévolamente, sino con enojo e indignación. Trataban con todos los medios de eliminar al "enemigo". […] Se formaron grupos que luchaban apasionadamente a favor, y otros en contra de Bruno Groening. Habia un jaleo tal sobre la persona de Bruno y como consecuencia aparecieron a su alrededor empresarios hábiles en negocios de cuyas manipulaciones Bruno Groening no sabía nada. [...]

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Si solo hiciéramos caso a la prensa, no podríamos creer que para el Sr. Groening no significaba nada ni el dinero, ni los títulos ni el rango.

’Yo deseo que los seres humanos vuelvan a creer en Dios. Él los curará’ Éste era el contenido principal de sus enseñanzas. […]

Si Bruno Groening fué completamente desprestigiado e incomprendido fue más que nada porque él fue presentado ante sus contemporáneos muy superficialmente, sólamente como un curandero milagroso [...]. Ésto ocultaba su ser, tan propio y diferenciado: el cristiano, el proclamador y el predicador. La esencia, el contenido substancial de su vida y de sus aspiraciones les eran conocidos a poca, a muy poca gente."·48

El Dr. Beyer, un médico que se había dedicado desde hacía décadas al fenómeno de las curaciones espirituales presentó en el juicio del Gran Proceso (1955-59) un testimonio o prueba pericial sobre la idoneidad o capacidad de Bruno Groening para curar espiritualmente. Este dictamen, basado en varias conversaciones personales e intercambios de ideas con el Sr. Groening explicó que la misión de un sanador espiritual era la de una estación de tránsito, como una vía de conexión, como transmisor de la "gran energía del Creador que fluye por todo el universo", después aclaró su opinión sobre Bruno Groening:

"Así considera Bruno Groening su obrar y él mismo lo expresa diciendo de forma clara e inequívoca:

‘Yo no curo sino "EIIa" es la que cura a través de mí.’

El hecho de ser consciente de no obrar por sí mismo, sino como la herramienta de un Poder Superior nos indica que se trata de una verdadera religiosidad. Una aptitud excepcional tan marcada que llegó a ser conocida tan sorprendentemente como en el caso de Bruno Groening, naturalmente que causó mucha sensación, como lo demuestran suficientemente los acontecimientos. La avalancha de las personas en busca de ayuda era tan grande que a la personalidad única del acosado sanador le era imposible satisfacer todas las exigencias. Las autoridades a quienes se les pidió ayuda tampoco pudieron tener bajo control semejantes avalanchas tan inesperadas. Así es como se produjo un gran desorden que no solarnente trajo consigo la indignación de las autoridades por la insoportable situación externa sino también porque personas desleales alrededor de Bruno Groening cayeron en la seducción de sacar personalmente beneficio material, de modo que al final el suceso entero estuvo marcado por el sello de la mala fe. Sin embargo, no se le puede echar la culpa a Bruno Groening de haber sido cómplice de estos sucesos tan desagradables. […]

Con la experiencia propia y el saber de más de 35 años en el campo del obrar de la curación espiritual, estoy mucho más abierto a la personalidad de Bruno Groening que cualquier otra persona que todavía no tenga experiencia y que por ello no sepa nada o que por lo menos tenga dudas. Mi veredicto sobre él no está basado solamente en las informaciones contradictorias de la prensa sino en el hecho de que yo personalmente me he entrevistado con él varias veces. Lo he conocido como un hombre con los mejores deseos y las más puras intenciones. [...] Por eso, en mi condición de perito, por mi parte no debe haber ninguna clase de objeciones para permitirle obrar haciendo uso de sus capacidades para el beneficio de tantas personas enfermas, a quienes él realmente puede ayudar.·49

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El Dr. Gemassmer es otro médico que tenía muchos años de experiencia con la curación espiritual, escribió el 17.04.1955, en su testimonio de perito para la corte, sobre Bruno Groening, entre otras cosas:

"En los primeros días de enero de 1954 conocí a Bruno Groening y lo visité en su vivienda cerca de Múnich. En el transcurso de la conversación le pedí que yo pudiera vivenciar una curación. Y él me contestó: "dígame qué es lo que pasa en su interior". Mientras tanto seguia una conversación con otros señores a unos cuatro metros y aparentemente no me observaba.

Pocos minutos después tuve la sensación de estar bajo una fuerte corriente que subía desde las plantas de los pies hasta los muslos. Esta sensación de corriente me causó un dolor muy fuerte en un pié. Después de pocos minutos, este dolor desapareció. Una fuerte sensación de bienestar me llenaba cada vez más.[...] Esta sensación de paz aumentó hasta convertirse en una sensación de tal fuerza que yo mismo interrumpí este tratamiento y le di las gracias al Sr. Groening. [...] Me sentía excepcionalmente bien. Por el motivo de mi viaje, era la segunda tarde que no hacía siesta, sin la cual antes yo no me hubiera sentido bien. Dado el hecho de que salí de la casa de Bruno Groening pasada la medianoche, me acosté recién a las dos de la madrugada. Me sentía maravillosamente, tan robusto y sano que yo creía que no podría dormir. Sin embargo, me quedé dormido pocos minutos después y me levanté totalmente descansado después de haber dormido sólo cuatro horas. Vivía en Starnberg a 25 minutos de la estación de ferrocarril. Desgraciadamente no pude conseguir un taxi por lo cual tuve que correr hasta la estación para no perder el tren. Ésta fue una performance que antes no hubiera sido capaz de lograrla. Con esta experiencia, para mí es indudable que el fenómeno Groening proyecta una energía curativa."·50

El Dr. Gemassmer subrayó seguidamente que una energía tal, como la que indudablemente salía de Bruno Groening obligaba al portador a usarla. El opinaba que las autoridades tenían la obligación moral de que "cuando aparece un fenómeno con semejante energía hay que darle la posibilidad de usarla sanamente". Pero este obrar armonioso fue impedido por parte de la legislación de sanidad, a pesar de la evidente disposición por parte de Bruno Groening.

El Dr. Gemassmer agrega:

"Ya que la Asociación Profesional Médica ejerce una presión moral sobre los médicos para que no trabajen junto con Bruno Groening y ya que por parte de la legislación de sanidad tampoco se le permite obrar como sanador naturista (naturópata), se impidió el obrar armonioso del Sr. Groening".·51

Según el Dr. Gemassmer, en Bruno Groening hay tales energías latentes que no solamente obran con gran potencia hacia el exterior sobre los enfermos que las nececitan sino que también actúan sobre él mismo. Estas energías lo desgarrarían interiormente si es que él no puede cumplir la misión interior de curar que le fué otorgada por un Poder Superior.

El prosigue:

"Pero el no posibilitar un camino para que un ser humano pueda usar su energia original de manera armoniosa, cuyo valor curativo fue comprobado miles de veces, es una responsabilidad tal que será juzgada por la ley espiritual."·52

Un certificado de buena conducta sobre Bruno Groening

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Por último, quisiera informar sobre un certificado de conducta que encontré en las actas. El economista Erich PeIz de R., resume allí un veredicto personal después de ocho años de amistad con Bruno Groening. Lo escribió en enero de 1958, poco después de que finalizó el procedimiento de apelación del Gran Proceso en Múnich, en forma de una carta personal:

"La contienda sobre su personalidad y su lucha ha llegado a un estado decisivo por el proceso recientemente terminado y por el recurso que seguramente le seguirá.

Ya que estuve presente en la sala de la corte durante éste y todos los procesos anteriores que los seguí con todos sus detalles, me veo obligado a hacerle hoy las siguientes aclaraciones de forma voluntaria e irrevocable:

Tuve el primer contacto con usted en el año 1949 en el Traberhof en Rosenheim [...] Ya que yo me he dedicado los últimos cuarenta años a estudiar las sabidurías hindúes, chinas y tibetanas, fué claro para mí que usted, tras los sucesos de Herford, fue puesto ante la implacable luz de la publicidad y conocido así. [...] Ud. es uno de aquellos grandes espíritus conocidos en el Oriente, pero poco conocidos en el Occidente, uno de los grandes espíritus sabios, extraordinariamente raros dentro de un cuerpo humano, cuyos poderes le fueron otorgados por el Creador de todo (el universo) y que simplemente no puden ser aclarados por los medios actuales de las llamadas ciencias exactas. Pero estos poderes divinos existen, a pesar de todo, y no se pueden hacer desaparecer discutiéndolos. Por este motivo, estos seres son perseguidos y apedreados desde hace miles de años. Para mí era claro que usted [...] también tenía que seguir este camino. Desgraciadamente el desarrollo (de los sucesos) me ha dado la razón hasta ahora. También la opinión de la gente está dividida respecto a usted [...] Casi ninguno se convenció de usted y de su obra. Como para mí ésto era muy claro, he seguido observando minuciosamente su camino desde el principio y busqué una forma para entrar en contacto con usted. Todo tuvo su comienzo en el Traberhof con un milagro. Desde 1939 yo sufría de las secuelas de una hemiplejía derecha [...]. A pesar de los tratamientos más intensivos durante unos ocho meses en una clínica especializada en la ciudad de Kiel, me quedó un impedimento en el hombro derecho. Una situación a la cual me había acostumbrado en los diez años que siguieron. Aunque estuve en el Traberhof lejos de su persona - yo estaba detrás de unas 20.000 personas - pude liberarme en ese mismo momento de mis molestias. Y hasta hoy en día estoy libre de ellas."·53

Entonces describió Erich PeIz, para dar credibilidad a su veredicto que en el transcurso de los años visitaba muchas comunidades junto con Bruno Groening en Alemania y Austria y que repetidamente estuvo en su casa en Plochingen como huésped, donde pudo hacerse una imagen sobre la persona de este hombre. Prosiguió:

"Entonces puedo asegurar que tuve suficientes oportunidades para observarlo no solamente a usted, sino también su actuar y los acontecimientos a su alrededor. Por lo tanto, partiendo de esta situación, no tengo duda alguna en declarar lo siguiente:

-Estoy convencido de que usted es uno de los enviados (apóstoles) , que vino aquí a Alemania como hombre sencillo, para vivir y para cumplir su misión (apostolado). [...]

- Jamás dijo una mentira en mi presencia.

- No hace nada en absoluto que se parezca a un tratamiento médico o naturópata. Usted prohibe fundamentalmente a las personas toda aclaración sobre sus enfermedades. Esto lo he podido constatar repetidamente desde 1949 hasta hoy en

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día. Pero también he podido comprobar, que sin embargo, la gente le molesta una y otra vez con estas aclaraciones. [...]

- Usted no toca a ninguna persona, ni la ausculta, ni le prohibe que consulte al médico, al contrario, usted la remite a que consulte a su médico. [...]

- De la misma manera que no dice nada en contra de los médicos expresa en sus discursos que tampoco está en contra de algún dogma de fé.

- Yo he vivido la salud y la felicidad que sale de usted en mi propio cuerpo y viví la de mi señora. Yo he visto a innumerables seres humanos que recibieron la salud en su presencia y a otros en los Círculos que la recibieron sin que Ud. haya estado presente, o he leído sus declaraciones juradas. Yo mismo he hablado con un señor de Sudamérica acerca de sus vivencias excepcionales y por ello he podido convencerme totalmente que la energía que obra dentro de usted no está sometida a ninguna limitación exterior.

- Tengo que constatar expresamente que sus discursos son de naturaleza puramente religiosa [...]. De ninguna manera me recuerdan a la Medicina [...] El hecho de que se produzca una regulación corporal en combinación con una nueva orientación espiritual cuando se escuchan sus discursos, es algo que la Medicina académica recién lo está sacando de nuevo de la sabiduría escondida durante los últimos milenios.

Por lo tanto, para mí es explicable que Ud. está siendo perseguido injustamente, sin que siquiera se hayan convencido realmente de su obrar."·54

Mi objetivo en este capítulo es que el lector tenga una idea de la esencia y el carácter de este hombre excepcional a través de acontecimientos ocurridos y opiniones personales de los contemporaneos cercanos a Bruno Groening. El hecho de que desde su niñéz hasta su muerte, personas tan diferentes, e independientemente la una de la otra, den criteros tan parecidos, es un testimonio impresionante de la veracidad de las afirmaciones.

Capítulo 3°

Las enseñanzas de Bruno Groening

¿El secreto de Bruno Groening, descubierto por la ciencia?

En muchos periódicos se presentaba a Bruno Groening de una manera muy parcial y se hablaba en un evidente tono irónico del "doctor Milagroso". De sus enseñanzas no se hablaba nunca. Así, los oponentes de las filas de la Medicina, tenían un juego fácil para rebajar el significado de su persona, que en la mente de la gente estaba fijado simplemente como el sanador y doctor milagroso.

Se le asignaba el éxito sólo en curaciones de enfermedades psicosomáticas. Los informes, sin embargo, mostraban a la vista que él lograba éxitos más grandes que los que normalmente lograban los médicos, los cuales fueron desmentidos o considerados como la consecuencia de una psicosis en masa. La impresión que saqué leyendo los documentos de la época, es que se preocupaban de dar a conocer a la opinión pública, que (los representantes de) la ciencia médica sí que podían explicar el obrar de Bruno Groening y que los motivos de los acontencimientos que para muchas personas eran

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milagrosos, eran para ellos evidentemente claros. Con toda claridad, se podía leer esta disposición como título en la portada de la revista "Revue" en octubre de 1949.

"La ciencia descubre el secreto de Groening"·1

Muchos círculos médicos aparentemente no vieron ningún problema en el obrar del Sr. Groening por lo cual no consideraban oportuno seguir investigando más detalladamente los acontecimientos que surgían alrededor de él. ¿Qué es lo nuevo que él podía dar si la ciencia ya le ha descubierto?

Sin embargo, un observador objetivo que deje estos comentarios de lado y se ocupe de lo verdaderamente ocurrido tendrá que admitir que la terminología médica ni siquiera alcanza para dar una aclaración satisfactoria de dichos acontecimientos. Los Informes de Ëxito y los múltiples testimonios de las extraordinarias facultades espirituales de Bruno Groening – que con absoluta seguridad excluyen toda conexión con una inflluencia sugestiva - son pruebas ostensibles de la realidad de una energía cuya existencia la ciencia hasta hoy en día ha negado obstinada y persistentemente.

Al observar detenidamente los discursos de Bruno Groening sale a relucir una sabiduría sobre los orígenes de la salud y de la enfermedad que no se encuentra en ningún libro de Medicina. Una sabiduría que tiene que provocar un escándalo por la manera clara y sin compromisos con que es manifestada y que sin embargo, pone en tela de juicio elementos esenciales de la ideología de toda nuestra sociedad. En la totalidad de las afirmaciones de Bruno Groening se puede reconocer claramente unas enseñanzas, y por lo tanto me parece lógico hablar de las enseñanzas de Bruno Groening en los próximos capítulos.

Bruno Groening: "La existencia de Dios es un hecho"

Las descripciones siguientes sobre sus enseñanzas fueron obtenidas de fuentes originales (de sus discursos), de escritos de la época e informaciones que pude obtener de testigos presenciales. Procuré llegar lo más cerca posible a la esencia de sus afirmaciones.

La mayoría de las personas, cree reconocerse a sí mismas en sus cuerpos exteriormente visibles. Por el contrario, Bruno Groening veía en el cuerpo de una persona a una herramienta para poder actuar en el mundo material. Él estaba plenamente convencido de que el ser humano es en realidad un espíritu que tiene un alma y que está unido a un cuerpo material solamente para su vida en la tierra. De manera inequívoca (a través de esta convicción)**, hace hincapié en una realidad espiritual superior. Los planos espirituales del "ser" no eran ninguna teoría para él sino una realidad viva. Él los vivía en si mismo y de estas vivencias crecieron su fuerza de convicción y sus conocimientos de las profundas relaciones entre la enfermedad y la salud. Este saber no es nuevo, lo subrayaba siempre, sino que es una parte de una sabiduría ancestral original a la que hoy en día la mayoría de la humanidad ya no tiene acceso.

"No sé mucho", dijo en un discurso del Círculo de Springe "solo sé cosas que la mayoría de la gente de ahora ya no sabe. Por eso más que nada [...] me veo obligado a enseñarle a cada persona acerca de a Quién pertenece, qué clase de criatura es y cómo puede recibir para sí la energía del Creador para así, ser dueño de su cuerpo."·2

La existencia de Dios era un hecho para Bruno. De esta seguridad interior creció la fe sincera en un Ser Todopoderoso en el cual muchos seres ya no podían creer:

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"Me siento obligado a instruir a los seres humanos. [...] Si alguno de ustedes quiere decir que Dios no existe, me dejo despedazar pero esta fe no podrá ser desterrada de mí."·3

No se conformaba con decir palabras de devoción, sino que además quería guiar a los seres humanos para que lleguen a conocer de nuevo que este Dios que se nos había convertido en un desconocido, puede y quiere ayudar si se lo permitimos. Por eso, él veía que la tarea más importante de su obrar era el hacerles conocer a las personas en busca de ayuda el acceso consciente a la energía curativa todopoderosa, cómo abrirse nuevamente a la energía del Creador a la que él llamaba "la corriente curativa".

La recepción de la energía del Creador

Antes de que nuestro protagonista empezara a dar sus discursos, hablaba con frecuencia uno de sus ayudantes a los necesitados y les explicaba los requisitos necesarios para poder recibir la energía curativa. Los presentes no deberían cruzar ni brazos ni piernas, deberían concentrarse en algo agradable y observar atentamente su propio cuerpo.

Bruno Groening mismo expresó esta postura de la forma siguiente:

"Estén ahora dispuestos y de buena voluntad, presten verdadera atención a sus cuerpos. Si es que yo les aconsejo a todos mis prójimos, que no deben repantigar su cuerpo ni tampoco cruzar las piernas, porque para eso no los creó Dios, pues aquí quieren recibir lo más valioso, entonces deben sentarse libremente con las manos abiertas y tener un deseo en el corazón; rogar a Dios que le entregue lo que Él crea que es necesario para ustedes. En cuanto lo hagan, queridos amigos, siempre recibirán y sentirán lo que necesita su cuerpo verdaderamente".·4

Pude comprobar en conversaciones con diversos sanadores espirituales que operaban de la misma manera. Un sanador de Bremen me dijo que practicaba esta posición intuitivamente ya que la energía curativa fluye mejor al no cruzar manos y piernas. Una sanadora me informó que no podía trabajar cuando los necesitados tenían los brazos cruzados, ya que tenía la sensación que algo se atascaba dentro de ella.

Bruno Groening había explicado los pasos fundamentales de todo ésto con palabras sencillas. Él denominaba "corriente curativa" a la energía curativa de Dios. Es curioso que la mayoría de las personas que recibieron esta energía según sus instrucciones la describían siempre como un cosquilleo y una fuerte sensación de calor; muchos la comparaban con una corriente agradable que fluía por el cuerpo. El Sr. Groening pedía a sus oyentes que imaginasen sus brazos y piernas como conductores de corriente. En una comparación técnica sería: que la unión de dos cables sin aislamiento conduce a un corto circuito. La situación en el cuerpo es parecida: el cruzar piernas o brazos conduce a un atasco de energía, de tal manera que estas energías finas ya no pueden circular en estas partes. De esta manera prácticamente nos desconectamos de esta energía. Las personas que tengan la suficiente sensibilidad pueden sentirla claramente en el cuerpo. Algunas de las personas a quienes se les preguntó dijeron que sentían una sensación desagradable, algo como una presión, como si algo se estancara. La mayoría de la gente no tiene acceso consciente a estos acontecimientos energéticos en su cuerpo. También pude observar que, por ejemplo, en un acto oficial, más del noventa por ciento de las personas cruzan las piernas. Algunos incluso son capaces de cruzarlas hasta dos veces. Esta posición es conocida como normal y cómoda. Así no se hecha de menos la energía, porque uno no la conoce. Ya que esta posición no es duradera (ya que la persona se levanta y camina) se puede lograr una y otra vez,

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cierta compensación y las molestias suelen aparecer después de un periodo latente más largo.

La corrriente curativa: ¿Sugestión o energía curativa? El factor "X" en el obrar de Bruno Groening

Ahora volvamos nuevamente a las enseñanzas de Bruno Groening. La posición corporal abierta es entonces necesaria, así decía Bruno Groening, para poder tomar así la energía del Creador. Juntamente con el cuerpo deben estar también "abiertos" los afectos, las facultades sensitivas, en cuanto uno aleja los pensamientos negativos y sobre todo los pensamientos sobre preocupaciones o enfermedades, piensa en algo bueno y observa lo que ocurre con el cuerpo. Bruno Groening llamaba a esta posición abierta y exterior "sintonizarse". También aquí usaba para una mejor comprensión una comparación técnica. A través de la sintonización se abre el ser humano conscientemente hacia la energía curativa, la energía del Creador, aquí recibe, como también Bruno Groening decía, la onda curativa, la emisión de Dios. Bruno Groening comparaba el cuerpo de los humanos con un aparato de radio. El aparato de radio también necesita una cierta "sintonización" para captar la emisora deseada.

Cuando se ha logrado establecer estas condiciones, entonces el ser humano recibe la onda curativa (energía curativa). La mayoría de las veces se presentan las sensaciones ya descritas. Estas sensaciones no solamente son descritas por los escuchas de Bruno Groening de aquél entonces, sino que lo interesante es que hoy en día las personas en busca de ayuda, que toman para sí la energía curativa, experimentan a menudo sensaciones semejantes.

Pero no son solamente sensaciones que se parecen a una leve corriente, muy seguido se percibe una sensación de fuerza y de liviandad, una sensación de felicidad. Otras personas por otro lado no sienten nada. El flujo de la energía no depende de la sensibilidad de la percepción consciente. Ésto se comprueba al observar que también en los necesitados, que no pueden reconocer conscientemente la corriente curativa a través de la sensación, esta energía obra también y se manifiesta a través de curaciones.

Pero ¿cómo se llega a estas sensaciones? Esta pregunta también se la hacían los científicos en la comisión examinadora en Heidelberg en 1949, quienes deseaban investigar bajo control clínico el obrar curativo de Bruno Groening. Ellos encontraron un cierto parecido con la técnica del "entrenamiento autógeno" - basada en la hipnosis - que en 1920 desarrollara el conocido psicoterapeuta berlinés Profesor J. H. Schultz. En una observación puramente superficial se puede encontrar un parecido. La llamada posición de "cochero de plaza" en el entrenamiento autógeno exige una posición abierta. Las piernas y los brazos no deben cruzarse, la espalda queda libre, las manos reposan sobre los muslos. Pero observando todo más de cerca se notan claramente las diferencias. Schultz describía el entrenamiento autógeno como "una práctica de hipnosis propia"·5 y por ello, con esta descripción, describe también una relación nunca negada hacia la hipnosis. Para Bruno Groening,  la libre voluntad del ser humano era inalienble, por ello no apoyaba la hipnosis ni la sugestión.

Aunque Schultz animaba - como Groening - a que las personas se concentraran sobre sus sensaciones corporales, en el entrenamiento autógeno, las sensaciones corporales se producen a través de una sugestión propia. Ésto quiere decir, que a los pacientes se les solicita concentrarse en ciertas fórmulas de ejercicios o de repetición o en cuadros imaginarios hasta que éstos sean percibidos. Se utilizan fórmulas como,

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"El brazo derecho (izquierdo) está muy pesado", "Yo estoy muy tranquilo", "Mi corazón late tranquilo y con fuerza",etc.

El que practica ésto debe hacer aparecer las fórmulas de ejercicio como una realidad en su interior. A través de estas repetidas sugerencias hacia uno mismo se puede influir la voluntad de las personas y alcanzar un acceso al sistema nervioso vegetativo - por lo general inaccesible - y por ejemplo hacer obrar una relajación en los músculos o en los vasos. Al contrario del entrenamiento autógeno, al "sintonizarse" no es necesario ninguna sugestión propia de ciertas muestras de imaginación. La persona que busca obtener activamente un cambio en el cuerpo, es durante la sintonización según las enseñanzas de Bruno Groening el receptor, el que recibe. No es él el que obra algo en él mismo en cuanto impulsa ciertos ejemplos en su consciente, sino que "Ella", ésto quiere decir, la energía Divina obra en él. El ser humano "la" deja obrar y observa el obrar de "ella" en su cuerpo y en su alma.

Peter Drittler, de 31 años, aprendió el entrenamiento autógeno con un médico y lo practicó por un largo tiempo diariamente. Entonces conoció las enseñanzas de Bruno Groening y comenzó a sintonizarse con la onda curativa.

Por sus propias experiencias pudo corroborar mis impresiones y me informó a mí:

"La carta de una amiga de antes fue la que me hizo prestar atención a las enseñanzas de Bruno Groening. Poco después que yo las había leído me atravesó de repente un riego en forma de oleadas desde la coronilla hasta los talones, lo que yo enseguida reconocí como la corriente curativa e inmediatamente de la nada me llegó una sensación de bienestar y de liberación, así como si interiormente ocurriera una limpieza. Lo mismo experimento yo desde entonces siempre y cuando me sintonizo con la corriente curativa. Yo pude comprobar claras diferencias con el entrenamiento autógeno. En el entrenamiento autógeno me concentro yo en las partes del cuerpo o en los estados que deseo alcanzar. En la sintonización con la corriente curativa libero los sentimientos positivos que no están presentes, me suelto y pienso en cosas lindas, en buenas experiencias, digamos por ejemplo en un amanecer. Entretanto observo mi cuerpo y tomo como realidad el obrar positivo de la corriente. A través de Bruno Groening he llegado a la comunicación interior con esta corriente vital de virtud curativa, la cuál puede obrar hasta sobre enfermedades consideradas como incurables por la medicina. El entrenamiento autógeno no logra ésto. Yo abandoné el entrenamiento autógeno, algo que yo dominaba muy bien, pues me daba muy poco, algo que era de poca duración y superficial. A través de la corriente curativa obraron cosas en mí que yo no podía lograr con el training autógeno. El alcohol, el cigarrillo y el jugar dinero con las máquinas electrónicas perdieron el poder sobre mí, cosas que anteriormente me torturaban, como pensamientos de suicidio, miedos a la vida y a exámenes, todo ésto me abandonó completamente e hizo lugar a una alegría de vivir, lo que anteriormente yo no conocía. Es como si por medio de esta energía hubiera entrado luz en mí, como si en mi interior fluyera la "corriente de la vida" a través de la corriente curativa. Por motivo de esta experiencia impresionante pude encontrar nuevamente la fe en Dios, la cual ya hacía años que había abandonado."·6

Está claro, que desde la posición de la Medicina, se plantea un problema de ideología en la pregunta de dónde viene la sensación. La aclaración de Bruno Groening sobre el obrar de una fuerza superior, la cuál él reconocía como corriente curativa Divina, estremeció el concepto de una Medicina científica, la cuál está aprisionada en las ideas inanimadas de una época materialista. Él mostró algo nuevo, algo que hacía necesario un cambio en la manera de pensar. La historia conoce muchos ejemplos en los cuáles el reconocimiento de algo nuevo, que contradice un concepto ya existente, fracasa. Si

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uno piensa en que el primer libro de enseñanza sobre la Medicina Psicosomática apareció en 1943, y en que, a pesar de todos los nuevos conocimientos, todavía les es difícil hoy en día a muchos médicos el aceptar el poder del espíritu sobre lo que acontece en el cuerpo, entonces uno se puede imaginar cuán difícil fué para Bruno Groening en 1949 aclarar a las autoridades científicas competentes la esencia de sus enseñanzas.

Los científicos de Heidelberg se esforzaron en clasificar - dentro de su manera de pensar - el obrar de la corriente curativa.

El Profesor Fischer describe sus impresiones en una entrevista al término de las investigaciones en Heidelberg de la siguiente forma:

"Groening no incita una forma de autosugestión (como en el entrenamiento autógeno), sino que primero crea una fuerte expectativa, en cuanto incita a los pacientes a una observación propia del sentir en sus órganos. En la mayoría de los casos, estas sensaciones se presentan por sí mismas a través de la expectativa."·7

Una aclaración muy insuficiente de lo ocurrido. Las dificultades de ajustar el obrar de Bruno Groening a fórmulas conocidas se vuelve más claro en las siguientes declaraciones del Profesor Fischer. Él define un "escalón intermedio", lo que aparece como muy dudoso:

"En este caso, él (Groening) ha desarrollado - instintivamente - algo nuevo, un escalón intermedio entre el entrenamiento autógeno y la sugestión ajena"·8

El obrar de una fuerza superior fué negado, diciendo que las sensaciones son producto de una forma especial de sugestión de Bruno Groening y con la conciencia limpia uno puede afirmar a la opinión pública que:

"El secreto de Groening es descubierto por la ciencia".·9

Años más tarde, muy al márgen de la discusión pública fue la declaración sincera del conocido psicoterapeuta Dr. G. R. Heyer, quien puso en claro, que el obrar de Bruno Groening iba más allá del "obrar sugestivo de la Psicoterapia" y que se pude reconocer un parecido lejano en sus bases". Él subrayó que "desde la atalaya científica, construída a veces demasiado alta, uno no debería permitirse la equivocación, de poner en tela de juicio de antemano y sin pleno conocimiento, este obrar curativo para caer en el antiguo y peligroso error de declarar con arrogancia: ¡Algo así no existe [...]! o también ¡Ésto ya lo habíamos sabido siempre [...]!" Él creía que existía una dimensión desconocida que era el factor determinante en el obrar de Bruno Groening . Él la llamaba "La dimensión X".·10

Bruno Groening mencionaba una y otra vez públicamente esta dimensión desconocida, la cuál aún hoy en día es desmentida por la gran mayoría de las ciencias, y contestaba cuando se le preguntaba cómo se podía aclarar lo que sucedía en torno a él:

"No soy ‘yo‘ el que sana sino que ‘Élla‘ conduce a los seres humanos hacia su curación a través de mis enseñanzas de fe"·11   y "¡No me agradezcan a mí, sino a Dios!"·12

En un discurso describió su obrar:

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"Yo estoy dispuesto a comunicarles a ustedes cómo se me entregó esta energía, no por los seres humanos, sino que verdaderamente por Dios Nuestro Señor, para poder ayudar y sanar a los seres humanos. Por favor, no digan nunca que yo los he sanado, ¡No! La fe en Dios, la conexión con Dios Nuestro Señor, ésto es la onda curativa, la que ustedes han recibido, la que va sobre o a través de mi cuerpo. Yo soy solamente un pequeño mediador, nada más que un diminuto transformador. Por medio de mí pueden ustedes adquirir la corriente, y depende de ustedes mismos, de cómo la reciben".·13

Estas palabras dan testimonio de una humildad personal y de un reconocimiento de leyes superiores.

"Élla", la energía curativa divina, era lo nuevo y al mismo tiempo lo más antiguo de sus enseñanzas. Él veía su misión en volverles a entregar conscientemente "Ésta" a los seres humanos.

Independientemente de Bruno Groening, hoy en día muchos sanadores espirituales usan las mismas palabras o palabras parecidas para dar una aclaración sobre su obrar curativo. Margarete Rauer, sanadora espiritual de Wuppertal, informa en el libro de Anita Höhne "Los Sanadores Espirituales de Hoy", que ella misma no puede sanar, que ésto lo puede hacer solamente Jesucristo, ella es solamente el canal para las energías curativas Divinas. Así como Bruno Groening también ella rechaza la palabra "milagro" para el obrar curativo de esta energía.

Anita Stark, sanadora espiritual de Suiza, informa en el mismo libro:

"Yo misma siento que algo me atraviesa [...], parece como si estuviera sentada en un hormiguero [...], algunas veces siento calor y otras veces siento frío."·14

Nuevamente otra sanadora espiritual, Erika Blöchinger de Suiza, también remarca que esta energía no viene de ella. Ella dice que muchos de los necesitados, ven esta energía como una luz:

"Ellos perciben un flujo de energía que les llega como si fuera un rayo de luz [...], ellos sienten calor y después se sienten liberados y con bienestar."·15

En Inglaterra, los sanadores espirituales se han organizado en asociaciones. Una de estas asociaciones es la "National Federation of Spiritual Healers", en la que están reunidos 4.000 de los 20.000 sanadores espirituales de Inglaterra. Cuando se les pregunta a los "spiritual healers" en Gran Bretaña acerca de dónde viene su energía curativa, entonces, por regla general, contestan que ellos no son los que sanan, sino que solamente son intermediarios de las corrientes de energía divina que fluyen por todo el cosmos.·16

Las "regulaciones" - ¿una limpieza del cuerpo?

Cuando Bruno Groening preguntaba a los presentes después de sus conferencias, si habían sentido algo en su cuerpo, éstos a menudo le contestaban que habían sentido dolores, que - en parte - habían aparecido más fuertes que nunca durante las conferencias. Se le veía a Bruno Groening, que se alegraba por estas manifestaciones, que producían asombro entre los que estaban allí en busca de ayuda, que habían venido a sanarse, y que no podían reconocer nada bueno en las molestias. Bruno Groening denominó "regulaciones" a estas reacciones, que son producidas por la

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acción de la energía curativa cuando entra en el cuerpo, la que se manifiesta como molestias intensificadas o dolores.

Él dio su opinion acerca de este fenómeno:

"A menudo, algunas personas tienen miedo de que sea una recaída, cuando los dolores reguladores empiezan, [... ]. Algunos supieron como malinterpretarlas y decían ‘En lugar de sanar a la gente, la enferma’ - Por eso les digo que tengan paciencia y soporten los dolores reguladores, cuando éstos lleguen. No pasa nada malo, sino que el ser humano se sana."·17

Bruno Groening veía en las regulaciones un proceso de limpieza, una reacción que aparece cuando la corriente curativa alcanza las áreas del cuerpo y del alma, en las que hay una perturbación (enfermedad). Se las puede reconocer también como los signos externos de un proceso de cambio o una regulación nueva de las partes corporales o de las funciones anímicas dañadas. A menudo, estas regulaciones se manifiestan como dolores, o los síntomas de la enfermedad del que busca ayuda se intensifican, a veces disminuyen o permanecen sin cambio alguno. Pero también pueden producir reacciones tales como: diarrea, vómitos, fiebre, indisposición general, debilidad y muchas otras más. Cuando aparecen las regulaciones, es una buena señal, pues se pone en claro, que ha empezado el proceso de limpieza de su cuerpo.

Anna Klier, (de 59 años), de W. padecía desde hace 13 años de una hemiplejía del lado izquierdo, causada por un ataque cerebral con derrame en la parte derecha del cerebro. Cuando ella tomó por primera vez la corriente curativa en su cuerpo, sintió un hormigueo y dolores en la parte derecha de su cabeza, Para entender ésto, se tiene que tener en cuenta las particularidades anatómicas del cuerpo humano. Cuando hay una hemiplejía al lado izquierdo, significa que están destruídas las células cerebrales del lado derecho del cerebro, pues los nervios se cruzan para el otro lado en la base del cerebro, de tal modo que los músculos del lado izquierdo del cuerpo son alimentados por las células cerebrales situadas en la parte derecha del cerebro. Con una precisión exacta, los dolores reguladores se manifestaron en el lado de la cabeza en donde hacía 13 años había tenido lugar el ataque cerebral que había destruído las células cerebrales. (ver informe detallado en el anexo)

A más tardar al llegar a esta parte, se le debe poner muy en claro al lector, que es absolutamente falso, creer que el obrar de la corriente curativa es una consecuencia de la imaginación o de la autosugestión. Desde el punto de vista médico, las células nerviosas no se regeneran. No se puede aclarar que haya desaparecido en pocos días una parálisis orgánica que había durado más de una decena de años. Aquí se demuestra la acción de una energía curativa, que obra en el cuerpo de acuerdo a sus propias leyes y que puede curar aún daños puramente orgánicos.

Christa Leiendecker (de 33 años), de K. me informó sobre sus curaciones. Ella padecía de asma desde su niñez, de fiebre de heno desde los 12 años, de varios años de alergia a las nueces y además de calambres nocturnos en el pie. En la misma noche en que aprendió las enseñanzas de Bruno Groening, y se sintonizó para recibir la energía curativa, sintió muchas molestias de respiración. Desde aquella noche está curada del asma. La curación ha perdurado y hace 12 años que está libre de ataques de asma.

Algunos días después de la curación del asma, experimentó la segunda curación. Durante un paseo a pie, de repente sintió solamente en el ojo derecho un lagrimeo y una comezón fuertes, o sea las molestias típicas de la fiebre del heno. Hasta ahora no lo había experimentado así, pues antes, los dos ojos lagrimeaban y picaban y la naríz le

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corría. Ella creyó que el lagrimeo y comezón del ojo derecho eran solamente las señales exteriores de este proceso de limpieza. Efectivamente, al día siguiente el ojo derecho estaba libre de cualquier inflamación y desde este momento ya no ha vuelto a tener ningún síntoma de fiebre del heno. Puede caminar en verano a través de campos y parques en flor sin tener ninguna molestia.

La tercera curación, la de la alergia a las nueces tuvo lugar recién en el otoño de 1981. De pronto tuvo la sensación de que podía comer nueces sin tener problemas. Después de haber comido el primer pedacito, y para su gran asombro, no hubo ninguna reacción en su cuerpo. En los días que siguieron, comió pequeñas cantidades de nueces. Al comer el segundo pedacito, empezaron los síntomas conocidos: comezón en todo el cuerpo, reacciones en las mucosas y fiebre. La Sra. Leiendecker, tuvo la seguridad interna de que estas reacciones eran parte de la limpieza, creía que eran regulaciones.

Ella informa:

"El comer el cuarto pedacito, me produjo tales regulaciones, que tuve la sensación de que mi cabeza se hubiese agrandado, tenía una sensación de calor intenso y al mismo tiempo tenía frío. Ya que sabía que ésta era la última limpieza, no usé ninguna crema. Este estado duró algunas horas por la noche. Al día siguiente todo había desaparecido. Desde este momento estoy libre de molestias y puedo comer de todo sin preocuparme."·18

Aún ahora, doce años después, está libre de todas las molestias descritas.

Los calambres nocturnos del pie desaparecieron en julio de 1981. En esta época, durante una hora comunitaria, después de haberse sintonizado, sintió de repente un calambre en el pie (durante el día), que duró hasta la noche, con algunas interrupciones. Christa Leiendecker tuvo fe de que también estas manifestaciones eran parte del proceso de limpieza y de cambio del cuerpo y que preceden a la curación. Y ella tuvo razón, desde ese día ya no ha tenido ningún calambre nocturno en el pie.

Una gran diversidad de síntomas pueden aparecer como señales externas del "proceso de limpieza interno". Las regulaciones pueden aparecer, como hemos visto en el caso de la curación de asma, en la misma forma que la enfermedad o se pueden observar síntomas completamente atípicos, como sucedió en el caso de la curación de la fiebre de heno y de los calambres en el pie. Tales cursos atípicos, naturalmente que facilitan el tener fe y esperar a que acontezca algo, ya que se presenta tan claramente como una reacción de curación. Muchos curados me han contado, que a menudo hay además una seguridad interior que no se puede explicar, un saber intuitivo, que las reacciones que aparecen, son parte del proceso de regulación/curación.

Ferdinand Duwe sufría desde que tenía 16 años de dolores de estómago por una inflamación de la mucosa del estómago, y por úlceras del estómago y del intestino que aparecían siempre, con algunas interrupciones. A causa de ésto, no se le llamó al servicio militar. Todos los días tomaba medicamentos para proteger el estómago, pero sólo le otorgaban un poco de alivio de los dolores permanentes. A menudo, se despertaba en las noches con dolores. Estuvo varias veces en el hospital, pero allí tampoco se le pudo ayudar. El Sr. Duwe no quería someterse a una operación. Según los documentos médicos que hay, se le diagnosticó una enfermedad crónica, o una dolencia crónica recidiva del estómago y del duodeno. Las consecuencias posibles de esta perturbación crónica, se pueden observar claramente en el curso de las enfermedades de sus parientes más cercanos. Su padre y su hermano habían tenido

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una ruptura de estómago a causa de la misma enfermedad. Su hermano más joven se queja de los mismos síntomas, y todos sus tíos sufrieron de la misma enfermedad. Por ésto a uno de sus tíos se le extrajo gran parte del estómago (una resección de 2/3). Otro tío murió a causa de esta enfermedad.

En 1988 oyó de un colega acerca de las enseñanzas de Bruno Groning y de la curación por el camino espiritual. El señor Duwe quiso convencerse por sí mismo, y su colega le aclaró en septiembre de 1988 las enseñanzas de Bruno Groening y le enseñó como podía captar la corriente curativa. El Sr. Duwe pudo sentir inmediatamente la corriente curativa en su cuerpo. A partir de este día se sintonizó todos los días por la mañana y por la noche para captar esta energía curativa. Él pudo convencerse de que los dolores ya no eran los dolores de la enfermedad, sino que se trababa de regulaciones. En los días que siguieron, los dolores continuaron, pero ya no eran como antes y no eran permanentes como los que había tenido antes. Eran más intensos (!) que antes, pero sólo aparecían con intervalos, mientras que antes eran dolores que los sentía todo el tiempo. El cambio tan evidente en las características de los dolores en relación con la toma de la corriente curativa, le facilitaron al Sr. Duwe reconocer éstos como los signos exteriores del cambio interno hacia la curación.

Desde el 10.10. hasta el 15.10.1988, el Sr. Duwe sintió los dolores reguladores, que aparecían cada vez más intensos y en intervalos más cortos.

Él me informó como llegó a curarse:

"Durante aquella semana, el sábado por la mañana fue especialmente difícil. Tuve que levantarme a las tres de la mañana, porque tenía que empezar a trabajar a las cuatro. Tenía dolores reguladores muy fuertes. Me hubiera gustado avisar que estaba enfermo, pero ¿a quién? ¿a estas horas?. Puse el libro ’Aquí está la verdad acerca de y en torno a Bruno Groening’ en mi maletín, y salí en camino a mi trabajo. Cuando llegué allí, empecé inmediatamente a leer este libro, tan a menudo como me lo permitía mi trabajo. A las 7 más o menos, cuando ya había leído algunas páginas bajo dolores reguladores muy fuertes, de repente desaparecieron un poco, para volverse a manifestar más intensamente, mientras que sentía un hormigueo de pies a cabeza. Este hormigueo era una sensación maravillosa y agradable. Y cuando el hormigueo desapareció, mis dolores desaparecieron también. Era como si hubiera estado bajo una ducha, y el agua me hubiera lavado mis dolores. Pasó algún tiempo, antes de poder darme cuenta de lo que me había pasado. Desde este momento, los dolores desaparecieron por completo.

En una radiografía hecha inmediatamente después, ya no se pudo encontrar ninguna úlcera. Después de decenas de años, ya no tengo dolores y estoy sano hasta ahora. Soy un hombre completamente sano y feliz y le agradezco a Bruno Groening y a todos aquellos que me han ayudado a creer en Dios y en la energía divina."·19

Paracelsus, el famoso médico, sabía ya a principios del siglo XVI acerca de los dolores limpiadores /reguladores. En sus escritos se puede leer lo siguiente:

"El que quiera sanarse, tiene que tener en cuenta, que ésto no sucede sin dolores, [...] y así como nos ganamos nuestros alimentos con nuestro sudor, así es también aquí: Nos curaremos de las enfermedades con nuestros dolores, con nuestro sudor"·20

De la homeopatía se conoce la denominación "empeoramiento primario". Después del suministro de remedios a menudo se observa que los síntomas de la enfermedad aumentan por un tiempo, antes de que suceda la curación.

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Friedrich Blechbuehl, sanador de Suiza, ve en la curación un "activamiento de energías, que muchas veces provoca al principio una defensa, una forma de enfermedad". La denomina crisis curativa, dolores de parto de la salud. Éstas siempre son, para él, solamente la confirmación de que se le puede ayudar al enfermo.·21

De las conversaciones con sanadores pude enterarme de más confirmaciones: El naturista Hosenfelder de D. me informó que él había observado que en un 80% de sus pacientes los dolores se intensifican durante el tratamiento. A menudo esta aparente desmejora dura algun tiempo para desaparecer súbitamente.·22

Para Erika Petz, sanadora de M., el empeoramiento inicial del estado de las personas, sobre las que actuó por intermedio de la energía curativa, es muy natural. Según ella así se demuestra la efectividad de la energía curativa en los pacientes. Pero no son indispensables los empeoramientos iniciales para una curación. Éstas también pueden ocurrir sin aquellas reacciones.·23

Rudolf Thetter escribe en su libro "Magnetismus – Das Urheilmittel" sobre sus experiencias como sanador. Ve una gran dificultad en aclarar a sus pacientes que muchas veces para curarse es indispensable "soportar una crisis" e informa:

"Hay que llamar la atención muy insistentemente sobre esas crisis, porque cuando se inicia la crisis, se escucha tantas veces: ’antes de empezar el tratamiento estuve enfermo, pero ahora sí que me he enfermado de verdad [...].’ Estas crisis frecuentemente aparecen en forma muy intensa. Pueden traer consigo fiebre, fuertes diarreas, segregación urinaria aumentada, mareos y fatigas, bastante transpiración, malestares, nerviosismo, insomnio pasajero, alteraciones menstruales, o disminución o aumento [...] Sobre todo se intensifican los síntomas propios de la enfermedad, y es comprensible que el enfermo pierda la confianza en el tratamiento, que aparentemente lo pone más enfermo de lo que estaba."·24

Thetter opina que "las crisis son fenómenos naturales del proceso de curación" y que "no son dañinas sino necesarias para lograr la salud."·25  En estas crisis salta a la vista el "obrar sabio" del inconsciente divino. Así, no se puede prever si es que, cuándo y en qué forma aparecerá una crisis. Thetter reconoce el orígen de las crisis en el hecho de que al organismo se le suministran energías fortificadoras por intermedio del tratamiento.. Al mismo tiempo, al organismo se le ponen a disposición "tropas auxiliares" . El afectado se siente más fuerte y mejor, en la totalidad del organismo se produce una revitalización hasta que, según Thetter, las energías dentro de él se hacen tan potentes que nuevamente pueden iniciar la lucha contra la enfermedad.·26 Cuando comienza esta nueva lucha del organismo fortificado se inicia la crisis. Este fenómeno se ha observado especialmente en enfermedades crónicas.  Durante la crisis se agudiza el malestar, luego la enfermedad se retira del cuerpo.

"Si después de la crisis la enfermedad queda, aunque sea en forma debilitada, por el nuevo suministro de energías vitales, se volverá a provocar una nueva crisis. Estas crisis se repiten en lapsos cada vez más separados entre sí y de manera mermante [...], hasta lograr el triunfo definitivo, es decir la curación."·27

Thetter insiste en que por otro lado es una equivocación angustiarse por estas crisis:

"En una considerable cantidad de enfermedades sólo se presentan en forma apenas perceptible como una débil acentuación del cuadro normal de la enfermedad. A veces ni siquiera aparecen y sin embargo sucede la curación."·28

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Una presentación dogmática no es adecuada en estos procesos, pues, según Thetter: "estamos aquí frente a la vida, con sus propias leyes, inexplicables para nuestro raciocinio."·29

La señora Mary Ehlen (44) de B. experimentó una curación sin dolor de regulación alguno. Desde junio de 1991 sufría de un síndrome de brazo y hombro derecho muy doloroso del que no se podía sanar a pesar de que había sido inmovilizado. Además hacía años que tenía dolores en la columna (lumbago crónico). Por las mañanas apenas podía levantarse por los dolores. Terapia física como masajes y compresas de fango la aliviaban temporalmente sin poder evitar la reaparición de los malestares crónicos. Desde mediados de 1991 también sufría de dolores gástricos, que según los médicos, eran consecuencia de un reflujo. Le dieron medicamentos antiácidos que la aliviaron un poco. En la tarde del 31 de enero de 1992, la señora Ehlen escuchó de las enseñanzas de Bruno Groening. Esa misma noche desaparecieron todos los dolores y desde esta curación espontánea quedó completamente liberada de dolores. Ya no necesita más medicamentos y puede moverse sin malestares.·30

La importancia de los pensamientos en el "proceso de regulación"

Bruno Groening advertía muy claramente acerca de la importancia de los pensamientos durante este interín del proceso de la curación. El fenómeno de la regulación es originado por una energía espiritual y está condicionado así masivamente a la influencia de los pensamientos de cada uno. Más arriba ya puse en claro que para la toma de la "corriente curativa" no sólo es indispensable la postura corporal abierta sino que también es de vital importancia un "alma abierta y dispuesta". Con pensamientos negativos, por ejemplo preocupaciones o pensamientos referentes a la enfermedad, uno se cierra a la influencia de esta energía, lo que cada uno fácilmente puede observar en sí mismo. Ya que el proceso de regulación es una consecuencia de la energía afluyente, el transcurso de este procedimiento de limpieza depende del aflujo ininterrumpido de la corriente curativa. Así es fácilmente comprensible, que Bruno Groening siempre insistía en tener muy en cuenta con qué clase de personas uno trata sobre todo durante este proceso de transición.

Friedrich Retlow, escribe en su artículo "Bruno Groenings Heilstrom – seine Natur und seine Wirkung" ("La corriente curativa de Bruno Groening - su naturaleza y su eficacia"), sobre esta época de transición:

"Los pensamientos son de gran significancia para este estado de transición y para el tiempo hasta que la sanación esté firme en  nosotros. Sobre todo en curaciones por intermedio de la corriente curativa de Bruno Groening, ante la que el mundo materialista se muestra incrédulo y la deniega, existe el peligro que opiniones despectivas y declaraciones maliciosas se vuelquen sobre el enfermo y le destruyan con sugestiva potencia la fe en la capacidad de Groening y con éso la fe en su curación y restablecimiento. Es comprensible que una influencia tan dañina, oprima y destruya la corriente curativa que fluye y obra constantemente, especialmente cuando es absorbida emocionalmente por el enfermo. Algunas recaídas al estado de enfermedad anterior son causadas por esta influencia destructiva de los pensamientos negativos. Los pensamientos son energías, que tienen su irradiación y su vibración específicas. Tal como una estufa puede irradiar calor acogedor o también gases carbónicos venenosos, así el hombre por medio de sus pensamientos envía constantemente o energías sanas y edificantes cuando piensa en el bien, o nocivas y degradantes, cuando se aferra a pensamientos malos.

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Es así que cuando los enfermos en los que se está generando una curación salen de un ambiente armonioso donde hay gente buena, llena de esperanzas y altruista y pasan a otro círculo donde hay blasfemadores, escépticos e incrédulos y se mantienen cerca de ellos, allí, por las razones mencionadas, pueden producirse recaídas, cuyos orígenes no son reconocibles exteriormente.

Por éso, es un principio sensato, que cuando se tenga que cambiar de ambiente o también que rodearse de escépticos e ignorantes, se mantenga - en lo posible - silencio sobre el comienzo de una curación por medio de la corriente. Recién cuando haya terminado la época de transición y el estado de salud esté firmemente fundado y asegurado, es prudente hablar sobre ello."·31

Sobre experiencias similares escribe el sanador R. Thetter en el libro arriba mencionado:

"La mayor exigencia para el que ayuda la presenta la duda del paciente que ya aparece en la primera crisis [...]. Todo el círculo de sus conocidos, los "sabihondos" lo asedian y lo apretujan [...]. Todo ésto le dificulta la vida al sanador, [...] y para el transcurso de la curación aparecen consecuencias desfavorables [...]. Lo más apropiado es que el atendido no hable con nadie sobre ésto".·32

El poder de la mente

El saber sobre el poder de los pensamientos es el elemento substancial de las enseñanzas de Bruno Groening. Así como ya se indicó en el proceso de regulación, la vida mental de cada uno tiene una importancia decisiva para la curación. Ésto se hace comprensible, cuando se reflexiona que Bruno Groening considera que los pensamientos son energías que obran, las cuales no dejan de tener consecuencias para el estado de salud. Los pensamientos negativos debilitan al hombre y cuando influyen durante un tiempo largo originan perturbaciones en el alma y en el cuerpo, que tarde o temprano se pueden manifestar como una enfermedad visible. Los buenos pensamientos fortifican al ser humano, le dan energía, así fomentan y establizan la salud de cada individuo. Bruno Groening exhortaba repetidamente a sus oyentes a que presten atención a su vida mental y a no dejar entrar pensamientos negativos en sí mismos. Él sabía, que los pensamientos negativos obstaculizan la afluencia de las energías buenas y constructivas y que separan al ser humano de Dios.

En uno de sus discursos, sus advertencias son muy claras:

"¡Cuídense de todo mal pensamiento! [...] No lo acepte y si quieren, dígan en voz alta [...]:

‘¡No quiero tener nada en común con este mal pensamiento. Ahora quiero un buen pensamiento!’

Entonces, distráiganse Uds. mismos, miren por la ventana, miren allí donde se muestra lo bueno, las verdaderas cosas divinas. Uds. dirían que miran detenidamente la naturaleza. Que miran, cómo ahora en primavera, todo empieza a crecer, como aparece de nuevo la vida, como todo reverdece ante nuestros ojos [...]. Y cuando Uds. observen detenidamente la naturaleza, Uds. sentirán y pronto se darán cuenta que los malos pensamientos se han ido. Con mirar así, Uds. ya han establecido la conexión con Dios."·33

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Bruno Groening estaba completamente consciente, de que por costumbre, la mayoría de los seres humanos piensa negativamente, sin que ellos mismos se den cuenta, de que así se hacen daño. No son solamente los pensamientos de miedo, de odio, de envidia, de celos, de cólera, y otros, los que tienen una influencia destructiva en la psique del ser humano, a los que él por ello denominaba "malos pensamientos". Bruno Groening incluía entre los "malos" a todos los pensamientos negativos que privan al hombre de la alegría, de la paz y de lo bueno. Así, los pensamientos de angustia y tristeza, de las dudas sobre uno mismo, de descontento, así como también los pensamientos de altivez y egoísmo y cualquier otro pensamiento en algo malo, ya sea que hayan sucedido en la propia vida o en la del prójimo, actúan como un veneno paulatino que debilita y destruye la psique. Bruno Groening consideraba, que el primer deber de cada ser humano que quiera combatir la enfermedad y la miseria en sus raíces, es el de rechazar todos estos pensamientos de su mente, dedicándose conscientemente a lo bueno, es decir a los buenos pensamientos.

Así, justamente la costumbre que tienen muchas personas de pensar constantemente en su enfermedad, se convierte en el obstáculo más grande para adquirir la curación.

Bruno Groening describe ésto dando un ejemplo muy fácil:

"Tome Ud. un recipiente que esté lleno con lo que sea, digamos con fruta, que esté alli ya varios días, es decir que haya estado lleno con fruta, y que nadie se ha ocupado de ella y que nadie sabía cómo tratarla y que ahora se haya podrido. Ud. ya no puede comer esta fruta. Y ahora viene alguien y le quiere regalar, dar fruta buena y sana. Sería una gran idiotez si se pusiera la fruta buena, fresca y sana encima de la podrida, pues la buena se pondría en el mismo estado en que se encuentra la mala. Si Ud. quiere tener la fruta buena, entonces tiene que botar primero la podrida, la insalubre, la fruta que ya no se puede comer. Pero no solamente ésto, sino que tiene que limpiar también este frutero para poder recibir la fruta fresca. Compare Ud. el frutero con su cuerpo y la fruta con sus órganos enfermos. Lo sano es aquello que Ud. ansía. Pero es imposible sanarse si Ud no puede deshacerse de lo malo, en este caso, quiere decir si Ud. se ocupa de su enfermedad."·34

Todo pensamiento negativo, todo pensamiento en la enfermedad evita la afluencia de las energías curativas en el ser humano. Los pensamientos en la enfermedad lo envuelven como una niebla, de manera que las energías divinas, luminosas, revitalizadoras y limpiadoras no pueden entrar en él. Primeramente se tiene uno que "vaciar interiormente" de estas imágenes negativas, que desprenderse mentalmente de ellas si es que quiere tomar lo bueno para sí. Entonces, a través de la afluencia de las energías buenas que el ser humano adquiere para sí en gran cantidad con la corriente curativa, se logra la limpieza del cuerpo de las energías negativas

Pero muchas personas piensan casi ininterrumpidamente en su enfermedad, y aún más, consideran esos pensamientos como normales, siempre están circulando por la mente las palabras del médico, se observa con gran angustia cada cambio en el estado de salud  y es interpretado como el comienzo de un empeoramiento. Los pensamientos en la enfermedad llenan a estas personas con tal poder, que a menudo, casi es imposible encontrar otro tema de conversación. Sin saberlo, se conectan constantemente a través de sus pensamientos con aquello que consideran como malo y que en realidad quieren hacer desaparecer y graban perseverantemente en su subconsciente la imagen de la enfermedad y su empeoramiento. Todo el efecto de las energías creadoras del cuerpo para la curación es constantemente impedido. Estas personas trabajan inconsciente e incansablemente para hacer realidad el daño al que le tienen tanto temor. A menudo, se empeoran – como consecuencia – los malestares,

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a pesar de todas las terapias. Pero muy pocos son aquellos los que reconocen que el orígen se encuentra en ellos mismos. Queda sin entender que por dedicarse a pensar orientándose exclusivamente en el cuerpo, aún los mismos médicos no llegan a entender estas relaciones. Así, al ser humano se le despoja de la responsabilidad frente a sus pensamientos con todas las consecuencias peligrosas.

Sin embargo, algunas partes de la ciencia se han tomado a pecho esta importante temática. Después de la Psicosomática, en la Medicina se ha formado una nueva especialidad: la Psiconeuroinmunología. En esta especialidad, se investiga la influencia de los pensamientos y sentimientos del ser humano en su sistema inmunológico. Se confirmó que los pensamientos y sentimientos negativos repercuten perjudicialmente en el sistema inmunológico.

Y este conocimiento no es nuevo. Ya Paracelsus (1494 – 1541), el médico más grande de principios de la época moderna, hablaba del "médico interior" dentro de los seres humanos, quien como "sanador interior" se encuentra allí al lado de todo el organismo ayudando a mantener y recuperar la salud. Ésto se tiene que considerar dentro del inconsciente del ser humano, y se le puede influenciar muy fácilmente en su obrar. Los pensamientos negativos surten un efecto inhibitorio y obstructivo, mientras que los pensamientos positivos refuerzan las energías ordenadoras y revitalizantes.

Diana Craig, una conocida sanadora espiritual inglesa, quien trabajó con Harry Edwards - el sanador más famoso de Inglaterra – les llama repetidamente la atención a sus pacientes acerca del poder de sus pensamientos, tanto en sentido positivo como en el negativo. Ella está convencida, que - en lo esencial - cada uno es culpable de su enfermedad, en cuanto se pone en un estado de desequilibrio y de falta de armonía a causa de sus pensamientos destructivos. Para obtener la curación, cada uno tiene que esforzarse en cambiar sus patrones de pensamientos, en transformar los pensamientos negativos en positivos."·35

El farmacéutico francés Emil Coué (1857 – 1926) reconoció que a través de palabras alentadoras como: "Éste es un remedio excelente, con ésto le va a ir nueva y rápidamente cuesta arriba, el doctor no le hubiera podido recetar algo mejor" y otras más, los preparados que entregaba surtían inmediatamente un efecto mejor. De estos reconocimientos, desarrolló el método de la autosugestión consciente. El creía, que en el ser humano existían energías constructivas y creativas a las que él llamaba "nuestros mejores siervos y los más fieles". Otros, que llegaron a los mismos reconocimientos, hablaban de los "misteriosos ayudantes dentro de nosotros" o del "doctor interior" el que para poder actuar depende en grado sumo de la clase de nuestros pensamientos.

Coué hizo muy claramente hincapié en el peligro de los pensamientos negativos, que paralizan estas energías internas. Él les daba a la gente las llamadas autosugestiones positivas, oraciones, que uno tenía que repetir constantemente y también imaginárselas – en lo posible – muy claramente en cuanto a su eficacia. La fórmula más conocida es:

"Cada día me va mejor."·36

Coué hablaba por último de la ley de la realización de los pensamientos: "Cada pensamiento que nos llena, que nos ocupa, estimula y apremia con todo su poder para realizarse – en cuanto ésto sea posible dentro del ámbito de las leyes naturales "·37

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El Consejero de Salud austríaco Dr. med. Erich Rauch adoptó el método de Coué y escribe acerca de ésto en su libro "Autosuggestion und Heilung":

"No tenemos absolutamente ninguna idea, acerca de qué clase de enormes energías dormitan latentes en cada ser humano, las que pueden provocar grandezas, solamente si se las despierta a través de una fe imperturbable en sí mismo y en sus propias posibilidades y se las guía en la dirección correcta. Por eso, solamente el pensamiento que uno siente fuertemente y en el que uno cree firmemente llega a jugar un rol determinante en el destino, un rol que es mucho más importante que todo lo que supongamos desear o querer solamente en (nuestro) consciente [...] No sucede lo que nosotros queremos, sino solamente aquello en lo que nosotros creemos. "·38

El Dr. Rauch advierte insistentemente que hay que tener cuidado en no hablar con otras personas sobre enfermedades y considera que pensar y hablar negativamente es "un pecado mortal contra el médico interior":

"Toda producción de expresiones tristes, solamente refuerza el poder de lo negativo sobre nosotros y dificulta que nos libremos de las garras de la desgracia y de la enfermedad."·39

El Dr. Rauch escribe más adelante:

"Hasta el desarrollo de procesos de enfermedades de los más severos, como cáncer, puede depender esencialmente de las influencias (de los pensamientos) del mismo paciente. Ésto es valedero tanto para las enfermedades agudas como para las crónicas, y hasta para infecciones, lo que hace liempo, un científico prominente, el Prof. V. E. Frankl, subrayó nuevamente en su discurso solemne ante la Sociedad Médica de Viena:

‘La disposición de las fuerzas inmunológicas en el ser humano están condicionadas decisivamente por su disposición afectiva’

Aún los malestares que parecen estar a una distancia de varias millas de todo lo psíquico, como las secuelas de accidentes, heridas y también roturas de huesos, acerca de las cuales escribe el conocido especialista clínico Prof. Dr. A. Jores: que el proceso de curación depende decisivamente de la disposición interior y así de las influencias mentales propias del herido."·40

El médico norteamericano Dr. Simonton admite también el poder de los pensamientos en su trabajo. Sus experiencias condujeron al desarrollo de un método, que hace recordar al camino hacia la curación que es recomendado por sanadores y curanderos, aunque el Sr. Simonton no conocía esta sabiduría milenaria.

Lo esencial para su trabajo es la técnica de visualizar (también llamada imaginar, es decir la imaginación gráfica del estado determinado que se desea alcanzar, dirigiendo conscientemente los pensamientos en esa dirección, p. e. en la salud).

Él enseña a sus pacientes de cáncer que - juntamente con la terapia convencional para el cáncer - visualicen repetidamente su salud y el triunfo sobre esta enfermedad. De 1974 a 1981 hizo un estudio grande con resultados revolucionarios. Allí pudo demostrar, que - en promedio - en los pacientes que se sometieron a su terapia, duplican su supervivencia comparados con aquellos pacientes de cáncer tratados en

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los mejores centros médicos con las formas de terapias convencionales, refiriéndose respectivamente a normas de enfermedad comparables.·41

También se informa, que por medio de su terapia, pudo salvar a otros pacientes de cáncer que habían sido desahuciados en otros lugares y en parte curarlos.·42

Simonton descubrió también, que sobre todo las emociones destructivas como la cólera reprimida, el miedo y la falta de esperanzas, originan las condiciones en el cuerpo del ser humano para que una enfermedad cancerosa se pueda propagar.

Por éso, él considera que su primera meta de tratamiento es convencer a sus pacientes a cambiar su manera de pensar. Él enseña a sus pacientes, que ellos mismos y su fe en sí mismos es el factor más importante para la lucha contra el cáncer.

En una entrevista, se refirió acerca de su trabajo:

"Todo mi trabajo resulta de un cambio espiritual profundo que se efectuó en mí. Yo había crecido en la creencia que por naturaleza yo era malo. Cuando comencé a descubrir este trabajo, durante una meditación me vino la información que no solamente la creencia de que yo era malo era falsa sino que por naturaleza absolutamente nadie es malo. Que todo ser humano es por naturaleza bueno, hecho de la misma sustancia divina. Para mí ésta fue una experiencia muy profunda. Sucedió en 1971, un poco antes de empezar a tratar a mi primer paciente de esta manera nueva y directamente antes de que yo haya comprendido que nosotros cambiamos la química de nuestro cuerpo cuando cambiamos nuestro comportamiento [...] Desde aquel entonces medito regularmente."·43

 

El hecho del poder del espíritu a través de los pensamientoss se encuentra ya hace miles de años en las enseñanzas de los sabios de todas las culturas. Ya sean sabios de la India antigua o de la China o de otros pueblos, todos reconocen que en el dominio y conducción de los pensamientos hacia lo bueno se encuentra la llave para la fuerza interior, la salud y el desarrollo espiritual. Se cuenta que Buda dijo:

"El poder sobre la mente significa poder sobre el cuerpo, la vida, el destino."

En el curso de los descubrimientos científicos y nuevas técnicas, solamente nuestra era ha olvidado el poder que existe en el ser humano. Pero las leyes no pierden su eficacia por el hecho de que no se las conoce. Las consecuencias que resultan del desacato de las leyes del espíritu, se manifiestan con una claridad alarmante.

Por otro lado, cada vez más personas - a menudo bajo la presión de la necesidad y del vacío interior - vuelven a reflexionar sobre sí mismos y reconocen el poder decisivo de su espíritu, tanto para el bien como para el mal. Autores como R. W. Thine, Sheldon Leavitt, Dale Carnegie, Joseph Murphy, Norman Vincent Peale divulgan el poder de la mente en numerosos libros, parcialmente en ediciones que se elevan a millones de ejemplares. En el ámbito de la lengua alemana, especialmente el autor K. O. Schmidt y muchos otros más. La antiquísima ley de la educación de la mente es gratamente aceptada por muchos como ayuda para la vida.

Hablar sobre enfermedades – un peligro grande para la curación

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Lo que es válido para los pensamientos, es aún más importante para la palabra hablada. Bruno Groening se refiere a ésto en un discurso:

"Queridos amigos: Yo no creo que ustedes hayan venido aquí para enumerar ahora todas sus penas y sus necesidades. Uds. se quejarían, pronunciarían palabras desalentadoras para provocar a través de ellas una gran compasión en su prójimo, en lo posible en todos sus prójimos, pues yo sé que ustedes están acostumbrados a  hablar sobre lo que a ustedes les apesadumbra, sobre lo que ustedes han sentido que es lo malo en sus propios cuerpos, sobre lo que ustedes oyen, huelen, sobre lo que degustan y también sobre lo que sienten. Mucho se ha convertido en lo malo para ustedes, pero a ustedes no se les ha ocurrido nunca que primeramente ustedes mismos tienen la culpa de ésto, que ustedes, es decir sus cuerpos han sido agarrados por el mal."·44

¡Cuánto han menospreciado los seres humanos el poder de la palabra hablada! Pues si en cada pensamiento hay una gran energía, tanto más fuertemente obra la palabra hablada!

Ya Salomón sabía acerca de ésto. En las primeros versos salomónicos, se encuentra lo siguiente referente al poder de la palabra:

"Quien se cuida de no hablar, cuida su vida, quien habla mucho encuentra su perdición."·45

"La vida y la muerte están bajo el poder de la lengua, quien hace uso de ella cariñosamente, goza de sus frutos."·46

"Quien cuida de su boca y de su lengua cuida su vida de sufrimientos."·47

El yoga hindú Paramahansa Yogananda describe en su autobiografía una experiencia impresionante durante su niñez con el poder de la palabra:

"Otro recuerdo de mi niñez es también notorio y hasta en sentido literal, pues hasta el día de hoy me ha quedado una cicatriz. Una mañana, mi hermana mayor Uma y yo estábamos sentados bajo un árbol en nuestro jardín de Gorakhpur. [...] Uma se quejaba de un forúnculo en su pierna y trajo una cajita con un ungüento. Yo también me apliqué algo de él en el brazo,

‘¿Por qué te aplicas un remedio en tu brazo sano?’

‘Porque me parece como si mañana yo también voy a tener un forúnculo. Yo hago la prueba de poner tu ungüento en el lugar en que mi forúnculo va a aparecer’

‘¡Tú, pequeño embustero!’

‘Uma, no me llames embustero, sino espera primero hasta mañana’ dije yo lleno de indignación. Pero mi hermana no se impresionó por ello y me provocó aún tres veces más de la misma manera. Entonces yo le contesté lentamente y con la mayor decisión:

‘Con toda la fuerza de mi voluntad, te aclaro que mañana tendré exactamente en este lugar un forúnculo bastante grande, y tu forúnculo será el doble de grande’.

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A la mañana siguiente tenía yo realmente un forúnculo grande en el lugar indicado y el forúnculo de Uma había doblado su tamaño. Con un grito, fue mi hermana corriendo hacia nuestra madre: ‘Mukunda (así le llamaban a Yogananda cuando era niño) se ha convertido en un mago’. Mi madre me advirtió seriamente que no vuelva a usar el poder de las palabras para hacer un daño a alguien. Yo he tomado su consejo muy seriamente y desde ese entonces lo he seguido siempre.

Mi forúnculo tuvo que ser tratado quirúrgicamente y me dejó una cicatriz visible. Así, en mi brazo derecho llevo permanentemente una señal de advertencia, que me hace recordar la eficacia de las palabras humanas.

Esas palabras simples y al parecer inofensivas que yo había dirigido a mi hermana con gran concentración, poseían sin embargo tanta energía oculta, que actuaron como un disparo y ocasionaron daños verdaderos. Más tarde reconocí, que se puede dirigir sabiamente la explosiva energía vibrante de la palabra, para deshacer toda clase de obstáculos que no le dejen a uno ni cicatrices ni le traigan recriminaciones."·48

Pero para la mayoría de la gente se ha vuelto una costumbre el decir simplemente lo que se le viene en el momento por la mente, sin pensar en las palabras. Ya que muchos están pegados mentalmente a la enfermedad y al sufrimiento, cuentan a casi todos sus prójimos toda la historia de sus enfermedades y sufrimientos o hablan siempre de todas las penas y necesidades que atormentan su alma.

 El médico, Dr. Rauch escribe acerca de ésto en su libro "Autosuggestion und Heilung":

"Todo el hablar ‘neutral’ acerca de enfermedades, operaciones, tratamientos o sobre el tema preferido: las enfermedades propias obra también desfavorablemente. En el Lejano Oriente se consideraba - con todo derecho - como la brutalidad más grande, el hablar delante de otros sobre sus sufrimientos. Por el contrario en nuestros países, es terrible observar con cuanta perseverancia e impertinencia muchas personas hablan de sus padecimientos ante todo el mundo. Muchos están poseídos verdaderamente de la manía de estar ocupándose constantemente de sus sufrimientos, de analizarlos y de contárselos a todos."·49

Uno tiene que tener conciencia de que por hablar de las enfermedades o de las angustias, de la misma manera que por pensar en ellas, éstas siempre son atraídas espiritualmente, es decir, que así se conectan a la mente. El hombre que se ha desprendido con fe y confianza de todas las angustias y necesidades, para experimentar la curación, con cada palabra negativa se pone nuevamente las cadenas que antes había arrancado mentalmente de sí, y la enfermedad no puede desaparecer.

Por eso, Bruno Groening subrayó en un discurso:

"Quien se ocupa de la enfermedad la retiene y le cierra el camino a la energía divina."·50

Si uno vuelve a recordar que todo pensamiento negativo es una energía eficaz, que impide la afluencia de la energía curativa, entonces se hace terriblemente claro, de qué clase de energías negativas está rodeada la gente que habla constantemente de todo lo malo en su vida. Estas personas trabajan incansablemente para agrandar sus propios sufrimientos y los de otras personas. Ellas se aferran verdaderamente a sus sufrimientos a través de los pensamientos y de las palabras y les brindan toda la atención posible. Como si se encontraran bajo una presión o coacción, ponen constantemente la historia de sus enfermedades en el centro de sus consideraciones.

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Otros están conectados constantemente por medio de sus pensamientos con sucesos penosos de su pasado y originan y provocan con sus palabras nuevamente todos los sufrimientos y las necesidades. Como si estuvieran atados por un encantamiento mágico, muchas personas se quedan atrapadas por sus palabras en lo negativo. Las quejas, los lamentos y la amargura sobre todo lo malo que ellas han oído, visto o vivido, es el tema de todas sus conversaciones.

Bruno Groening sabía acerca del poder dañino de tales conversaciones sobre el cuerpo y el alma. Él había llegado a reconocer, que toda expresión negativa recae sobre el ser humano, lo denigra y lo debilita. El sabía que a través de todas esas palabras se refuerza el poder de lo negativo en el hombre y lo conduce repetidamente hacia las ataduras de las necesidades y los sufrimientos.

Por éso advertía:

"¡Piense sólo en algo bueno, hable solamente de lo bueno y haga solamente el bien!"·51

"Reflexione sobre cada palabra y cada oración que Ud. dice, sobre cada pensamiento que Ud. acepta, si es que es digno que se lo acepte. Reflexione Ud. muy bien si es que Ud. ha obrado correctamente. ¡Llámese diariamente al orden, es decir a Dios! ¡Amonéstese Ud. mismo!"·52

"El hombre que conoce el poder de la palabra, tiene cuidado de lo que habla"·53

Pero muchas personas son muy débiles p. ej. en vista de un acontecimiento negativo, para poder dirigir inmediatamente todos sus pensamientos y palabras hacia lo bueno. En tales momentos, el hombre no debe permanecer solo. En un instante estaría atrapado interiormente por los pensamientos negativos que le llegan y obligado a expresar - sin pensar - sus penas en palabras a otras personas, quienes a través de su compasión y sus pensamientos malos aceleran su destrucción psíquica. En sus discursos, Bruno Groening indicó que en una situación tal, el hombre se puede dirigir a uno de sus prójimos que tenga una fe fuerte, y abrirle su corazón para sacar todo ese peso de su alma. Entonces puede tomar juntamente con éste la energía divina, soltarse de todo lo negativo y entregárselo con toda confianza a Dios. Hasta que todo haya vuelto a ponerse en orden, el prójimo puede quedar a disposición de él con consejos y hechos y sobre todo con la  fuerza de su fe. Así, al hombre que ha experimentado lo negativo, se le facilitará el mantener la conexión con lo bueno.

Pero una vez que haya vaciado su corazón, él debería también de evitar el volver a agarrar las penas con palabras y pensamientos si es que espera adquirir una ayuda superior.

Básicamente, se le aconseja a toda persona cuidarse de hablar sobre lo que ella no quiere que se realice. La experiencia de la niñez del yoga hindú Paramahansa Yogananda debe ser una advertencia impresionante para todos.

Sentimiento de simpatía en lugar de compasión

El motivo esencial de ir contando acerca de sus desgracias personales y de sus enfermedades a un número - en lo posible mayor - de sus prójimos es el de inspirar compasión en los otros.

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Bruno Groening advirttió al respecto:

"Aquí puedo darles suficientes pruebas de que cuando el ambiente de cada enfermo no está en orden y cuando esta persona esté ya tan acostumbrada, que lo tenga metido en el cuerpo y en la sangre el que otras personas solamente le tengan compasión, entonces ya no se le puede ayudar, ya no lo  puedo traer hacia el camino bueno y sano. Entonces, por eso no se debe hacer la pregunta acerca de qué puedo sanar sino la de a quién puedo sanar. Y yo quiero ayudar al hombre a sanarse enseñándole el buen camino, como solamente el camino divino lo es."·54

Bruno Groening hacía una diferenciación entre compasión y sentimiento de simpatía.

Como la palabra lo dice, cuando se siente "con – pasión", uno toma para sí las palabras desalentadoras del otro, uno se ocupa mentalmende de sus padecimientos y pronto uno se sentirá tan atormentado y triste como el otro. Uno se ha tomado para sí lo negativo del prójimo que tiene enfrente y así se habrá permitido que la energía destructiva pueda hacer efecto sobre el alma. Entonces ya no se puede dar de lo bueno. Las palabras de consuelo que uno dice se han vuelto vacías y no llevan energía. Uno mismo no puede creer en lo que le dice al otro.

En sus discursos, Bruno Groening hizo repetidamente hincapié en estas relaciones. El advertía a sus escuchas que no aceptaran ningún sentimiento de compasión si es que querían ayudar a otros prójimos. Pues se puede dar a otras personas solamente aquello que uno mismo haya tomado para sí. Una persona no puede expresar a su prójimo ánimo ni consuelo si es que ha abierto su corazón a los lamentos y a las palabras desalentadoras.

Bruno Groening les aconsejaba a sus escuchas, que en lugar de compasión deberían tener sentimientos de simpatía para con sus prójimos.

Se puede reconocer mejor la diferencia entre sentimientos de compasión y de simpatía en el actuar de una madre, a la que el hijo se dirige, cuando se ha hecho daño. El niño abre primero su corazón, y dice qué es lo que le duele. Entonces la madre trata cariñosamente de distraer sus pensamientos del dolor y de decirle palabras buenas, de contarle algo bonito y de quizás tomar al niño en sus brazos, expresando simpatía.

La madre dirá al niño:

"Ésto se va a mejorar, créemelo. ¡Mira! ¿te acuerdas todavía de ayer, de lo lindo que lo pasamos?"

El niño abrirá su corazón a las palabras de la madre y las tomará para sí. Sus pensamientos fueron desviados de lo malo, están dirigidos ahora a lo bueno, a lo hermoso. A través de ellos está conectado interiormente con lo bueno, y la energía consructiva y revitalizadora de los buenos pensamientos se hará notar pronto. La madre retiene su energía porque de ningún modo se detiene enmedio el sufrimiento, sino que con sus palabras conecta el espíritu del niño con las energías constructivas.

Este ejemplo demuestra claramente la diferencia entre sentimientos de compasión y de simpatía. Quien se quiera ayudar a sí mismo y a otros, debería dirigir sus pensamientos y sus palabras y los pensamientos y palabras de los otros solamente hacia lo bueno y nunca nunca quedarse pegado a los sufrimientos y a la enfermedad. El no tener compasión no significa que a uno le dé igual las necesidades del prójimo,

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sino que uno lleva consigo tanto amor y simpatía como para ocuparse de él, para fortificar su actividad en la lucha por la vida y su confianza en Dios, con otras palabras, para ayudarle a conectarse nuevamente con lo bueno, es decir con Dios.

"¡Deje las habladurías, deje los chismes!"

"Los pensamientos son libres", se dice en una de las canciones más populares de Alemania. Ellos son verdaderamente libres, pero este hecho no exime a ningún hombre de su responsabilidad personal. Uno se engaña a sí mismo si es que cree que uno puede pensar - sin reflexionar - algo malo sobre otras personas mientras que no se expresen estos pensamientos en palabras. A través de investigaciones científicas, se pudo mostrar muchas veces, que se pueden enviar pensamientos de una persona a otra y que pueden provocar en el receptor hasta consecuencias que se pueden sentir corporalmente. (vea también el Capítulo 4). Todo pensamiento es una energía espiritual y empieza en el momento en que es pensado, en una relación exacta a la energía con la que él fue pensado. Así, un mal pensamiento sobre alguna otra persona no tiene consecuencias solamente para nuestro propio bienestar sino que con toda seguridad llegará hasta aquel prójimo en quién se pensó. El percibirá en sí este pensamiento y repentina y aparentemente sin razón se sentirá que le falta energía.

R. W. Thine escribe acerca de ésto en su libro "In Harmonie mit dem Unendlichen":

No es solamente que nosotros nos traemos directamente hacia nosotros aquellas cosas a las que tanto tememos, sino que nosotros contribuimos a que en otras personas aparezcan exactamente las cosas que nosotros tememos para ellas. Y por cierto que ésto sucede en relación directa a la potencia de nuestros pensamientos y al grado de nuestra susceptibilidad o accesibilidad receptiva. Según nosotros seamos más o menos susceptibles y por ello fácil de ser influenciados por pensamientos. En este caso, la circunstancia de que estos pensamientos sean inconscientes – tanto en nosotros como en aquellos por quienes tememos – no cambia absolutamente nada [...] Yo conozco una gran cantidad de casos, en los que alguien ha tenido continuamente tanto temor por un niño, que ha traído para este niño exactamente aquello que tanto había temido. Mientras que sin este temor, probablemente no hubiera aparecido nunca. A menudo no existe ni siquiera una razón suficiente para estos temores; pero aún cuando existiera alguna, es mucho más sabio tomar precisamente la dirección contraria de los pensamientos: de este modo, se les quita la munición a las energías que están activas. Entonces debemos envolver al niño con pensamientos sabios y llenos de energía para capacitarle a hacerle frente al mal en lugar de dejarse vencer por él, a dominar al mal.

Recién hace pocos días, un amigo mío me contó acerca de una experiencia que él había tenido en su propia vida en este campo. El debía de dejar una costumbre determinada y cuando haya logrado ésto se le permitiría casarse con su novia. Durante el tiempo en que él llevaba esta dura lucha, su madre y su novia pensaban en él con una angustia tan persistente que este hombre tan perceptible, sentía permanentemente la influencia aplastante y debilitante de los pensamientos desalentadores de ellas. Él podía decir siempre muy exactamente qué es lo que ellas sentían por él, pues sus temores, sus preguntas, su desconfianza tenían influencia sobre él y lo debilitaban constantemente. La consecuencia fue que desaparecía cada vez más la sensación de su propia fuerza y él perdía cada vez más el ánimo. En lugar de influirle ánimo y energía, le convencían cada vez más de su propia debilidad y de la inutilidad de su lucha.

Estas dos personas, que lo amaban tiernamente y que hubieran hecho cualquier cosa por ayudarle a lograr su objetivo, no sabían nada del poder silencioso, fino, siempre

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efectivo y determinante - en todo sentido - de las energías mentales y en lugar de revitalizar su ánimo y sus energías, se los disminuían cada vez más agregándole a su debilidad interior aún otro elemento debilitante desde fuera. Por ello la lucha para este hombre, se le hizo tres veces más difícil."·55

En este ejemplo se hace visible lo negativamente que se manifiestan las preocupaciones mal entendidas que origina el emisor, quien las envía inconscientemente y sin quererlo. Los pensamientos que uno tiene sobre otras personas se manifiestan igualmente aplastantes porque uno piensa que tiene razón. Ésto sucede la mayoría de las veces por sentimientos de disgusto, de rabia o de envidia. Así, inconscientemente, el hombre se hace culpable de lo que él critica en su prójimo. De la misma manera, los buenos pensamientos sobre otra persona ejercen una influencia que la apoya y la beneficia.

Así, uno influye en su prójimo ya sea para lo bueno o para lo malo depende de cómo uno piensa de él o bien o mal.

El efecto positivo o negativo en el prójimo, puede aún fortalecerse y multiplicarse si es que uno expresa con palabras y  propaga lo que uno piensa sobre otra persona. Ésto conduce a menudo a que varias personas también - al mismo tiempo - piensen de la misma manera acerca de otra persona, lo que se manifiesta regularmente y actúa eficazmente sobre su propia vida y salud así como sobre la de la otra persona de quien se trata.

Desde este punto de vista, se hace totalmente visible el efecto fatal de las habladurías y de los chismes. Bruno Groening conocía acerca de las penetrantes costumbres de muchos de sus contemporáneos de malgastar su tiempo y su energía con hablar mal sobre otros en el estilo que usan algunos periódicos y revistas que a la gente le gusta leer.

Por este motivo, Bruno Groening se dirigió de modo amonestador a sus escuchas en un discurso con las siguientes palabras:

"Cómo malgasta el hombre su tiempo hablando de sus vecinos, de sus conocidos, de sus parientes, de cómo vive el uno o el otro. Yo te digo: Querido amigo, pregúntate a tí mismo cómo vives tú. ¡Ocúpate primero de tu propia vida! Primero, ¡empéñate en ponerte verdaderamente bajo la conducción divina! Cuando tú quieras hablar sobre alguien, cuando tú quieras juzgar sobre él, ésto ya es lo malo. [...] Dicho brevemente, amigos, ¡dejen las habladurías, dejen los chismes!"·56

Además, se puede observar también, que todo lo que uno ocasiona a su prójimo con pensamientos, palabras o hechos, vuelve a caer sobre uno mismo. Una persona que irradia lo bueno, a través de lo cual uno se siente aceptado y comprendido, despertará también en su prójimo buenos pensamientos que se reflejarán positiva y eficazmente sobre él y así permitirán que la energía de lo bueno crezca dentro de sí mismo. De la misma manera, una persona que trae a sus prójimos solamente pensamientos, palabras y hechos negativos, despierta lo mismo en ellos, lo que después le vuelve a llegar a él mismo. Así, todo lo bueno o lo malo que uno piensa, habla o hace para otra persona, regresa tarde o temprano y con la misma seguridad sobre uno mismo.

Bruno Groening manifestó de la misma manera en un discurso:

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"Lo que el hombre siembra, cosecha. Ésto significa: Todo lo que el hombre emite en palabras o también con hechos, le llegará de nuevo a él. El recibirá lo mismo que él da."·57

Todos tienen que examinarse acerca de cuán ligeramente aceptan pensamientos y sin reflexionar los hacen realidad en palabras y hechos.

Para ello, otro citado de Bruno Groening:

"En resumidas cuentas, ¿Cómo es Ud. en su vida? ¿Qué ha hecho Ud.? ¿Qué ha dicho Ud.? ¿Qué clase de pensamientos ha aceptado Ud.? ¿No ha mostrado Ud. el mayor interés en escuchar lo malo? es decir, lo que para Ud. ha sido una sensación para por lo menos tener un tema de conversación para no dormirse del todo, para no aflojarse del todo, habia mucho que era interesante. Había mucho que oir, también mucho que leer y también había mucho de lo malo para ver. Pero allí es donde estaba y por el momento se quedará alli una gran parte de la humanidad, pues simplemente están acostumbrados así."·58

Es un fenómeno triste de nuestro tiempo, que casi la totalidad de la prensa, la radio y la televisión apoyen esta muestra de comportamiento en el hombre. A pesar del aumento de los canales, el observador atento encontrará muy raramente producciones de películas que le traigan al televidente algo bueno y constructivo. Pero todo desarrollo de la personalidad necesita urgentemente una guía mental hacia lo bueno. Un elemento indispensable para este desarrollo es el buen ejemplo. Ésto se ha vuelto hoy en día en algo muy raro. También a la mayoría de las personas les hace falta una aclaración sobre el poder de la mente. Así están entregadas a sus costumbres y - sin quererlo - se las transmiten a través de sus malos ejemplos a sus hijos, a quienes se les priva de toda estabilidad psíquica y espiritual con la avalancha de imágenes y patrones de pensamientos negativos.

La disciplina de la mente es la puerta de entrada a la Luz Divina

Muchas personas ven en los pensamientos positivos solamente una técnica con la que pueden "re-programarse" espiritualmente como les venga en gana a través del "machacar" conscientemente determinados patrones de pensamientos. Ya se ofrece ésto mucho en los cursos para ejecutivos, como la receta para tener éxito y lograr objetivos económicos. Con toda seguridad, hay en la mente una de las leyes más poderosas del espíritu, y es una de las más bienhechoras si es que uno vuelve a recordar el poder olvidado de la mente. Sin embargo, la conducción consciente de los pensamientos hacia lo bueno es mucho más que una técnica para una reprogramación de la mente según como se la necesite.

Bruno Groening estaba convencido, de que todos los buenos pensamientos y sensaciones vienen de Dios. Una persona que acepta para sí un pensamiento bueno y creyente, se conecta a través de este pensamiento con la fuente de todo lo bueno. Estas relaciones ya se han puesto en claro cuando uno considera la toma de la energía curativa. Los buenos pensamientos abren la puerta tanto hacia el corazón del hombre como a la energía curativa divina. Así se pone en claro por qué razón puede salir de una palabra buena y confortante una energía tal. Mientras el hombre sea capaz de mantenerse dentro de la fe en los buenos pensamientos, permanecerá dentro de esta conexión vivificante. Pero en cuanto él crea en los pensamientos penetrantes de la duda, su alma se cierra y con ello también la puerta de entrada en su corazón para la Luz Divina. El entregarse mentalmente a lo Bueno, es decir a Dios es el requisito más importante para toda curación y desarrollo espiritual.

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Bruno Groening dijo a este respecto en un discurso:

"Ud. tiene que seguirlo, seguir lo bueno, es decir al Bueno, a Quien todos tenemos que seguir, a Quien todos pertenecemos. Ésto es lo que tenemos que hacer. Ésto es lo que toda persona se debe a sí misma. Y si ella simplemente no lo sigue...: A quien no se le puede aconsejar, no se le puede ayudar."·59

"Dios nos dá todo lo bueno, solamente tenemos que acoger dentro de nosotros lo Suyo que Él nos envía. Entonces ¡Háganlo!"·60

Entonces, depende de cada persona el dar dentro de sí el primer paso en el camino hacia Dios, hacia lo bueno, para poner su voluntad y con ello sus pensamientos hacia lo bueno y a través de ésto procurar los requisitos espirituales para la conexión curativa y vivificante con la fuente de todo lo bueno.

Creo que he puesto lo suficientemente claro, qué importancia tan grande tiene la disciplina de los pensamientos para el bienestar corporal, anímico y espiritual del hombre. Queda sin comprender por qué tanto por parte de las instituciones estatales como de las eclesiásticas apenas se le dé valor a este requisito indispensable para la madurez moral y espiritual del hombre. Así se desperdicia la gran oportunidad de transmitirle tempranamente al ser humano la conexión con la energía curativa divina, que se puede sentir corporalmente.

Por otro lado es igualmente lamentable, que en algunos círculos esotéricos, el pensar positivamente sea presentado como una posibilidad de autoredención del ser humano. Redimir y curar al hombre puede hacerlo solamente UNO, y Éste es Dios. Los pensamientos buenos y devotos son la puerta de entrada al corazón siempre y cuando – y ésto tiene que subrayarse siempre muy expresamente – el hombre se separe de lo negativo y lo haga por su libre voluntad, para así posibilitar dentro de sí que el obrar ilimitado de Dios surta efecto. Toda curación y desarrollo espiritual que sea la consecuencia de esta posición espiritual, es siempre un regalo y una gracia de Dios.

Siervo de Dios y nó de los hombres. El camino de regreso al sentimiento

Ya que la vida mental del ser humano tiene una importancia tal para todo su ser que apenas se la puede valorar, es justo que uno se pregunte, de qué manera puede diferenciar una persona un pensamiento bueno de uno malo. Durante el transcurso de los siglos, los conceptos de bien y mal han estado sujetos a un cambio grande, así se puede dar sólo limitadamente una pauta para diferenciarlos. Además los pensamientos de soberbia, de falta de cariño, de envidia son difíciles de reconocer, y algún pensamiento de duda le parece al ser humano completamente lógico. Pero cuando el hombre al principio cree en el pensamiento, se conecta con él y entonces es a menudo difícil desprenderse de esta conexión. Con "abrirle un poquito la puerta" del corazón a un pensamiento negativo, le seguirán rápidamente otros pensamientos más grandes de la misma categoría, y a menudo uno se da cuenta qué clase de pensamiento era el que uno aceptó al principio, recién cuando la fe en lo bueno, la alegría y la paz se han evadido y nos llega una intranquilidad atormentadora y una presión psíquica. Pero ¿cómo es que el hombre puede reconocer la naturaleza de un pensamiento ya por anticipado, para cerrar su corazón antes de que se forme la conexión espiritual destructiva?

Bruno Groening dijo en un discurso:

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"Lo que Ud no ve, lo siente. Por eso a Ud. se le ha otorgado más sentidos en su cuerpo, pero Ud. tiene que conocerlos y Ud. tiene que hacer uso de ellos."·61

Él estaba convencido de que al hombre se le ha otorgado sentidos interiores para reconocer la parte espiritual de su ser. Un pensamiento bueno está del mismo modo que un pensamiento malo, lleno de una determinada energía espiritual, que en conexión con las energías de fe del ser humano se manifiestan o bienhechoras o dañinas para la vida. Así como la luz es percibida por la vista y el tono por el oído, de la misma manera se percibe el pensamiento de un modo característico - según sea su irradiación espiritual específica - por la facultad de sentir del ser humano. Cuando uno se abre afectivamente al pensamiento:

"Yo puedo, yo lo lograré"

y seguidamente uno hace lo contrario y deja hacer efecto en sí:

"No puedo, no lo lograré"

así, para cada uno que tenga una facultad de sentir más o menos desarrollada se hará notar una irradiación diferente, se puede decir que contraria. El primer pensamiento nos transmite una sensación agradable mientras que el segundo pensamiento una desagradable, algunas personas hasta sienten un dolor psíquico.

Ésto es así también con otros pensamientos, aunque no siempre tan clara y sensiblemente. Pero si es que cada pensamiento tiene como base una irradiación espiritual perceptible, tiene que ser válido de la misma manera para las palabras y los hechos, sí, para todas las formas y aspectos que son la expresión material de los pensamientos.

¿Quién no se ha sentido inclinado - por una sensación desagradable - a tomar todas las precauciones del caso con respecto a las palabras amables y aduladoras de otra persona?. A menudo es la sensibilidad interna la que reconoce las malas intenciones detrás de la fachada sonriente, a pesar de todos los argumentos del raciocinio. Por otro lado, otras personas cuentan, que al pensar en hacer algo determinado, perciben una desazón, una sensación desagradable y algunas personas le deben su vida solamente al hecho de que han seguido esta sensación.

Una conocida mía me contó que una mañana, cuando su madre quería ir al trabajo, tuvo una sensación desagradable al pensar que ella iba a ir al trabajo en coche. Cuando le pidió a su madre que - a causa de ésto - dejara el coche en casa, su madre siguió este consejo de su hija y se fue en tren. Realmente, esa misma mañana sucedió un grave accidente en la carretera por la que ella siempre iba al trabajo en coche, a la misma hora que ella hubiera tenido que pasar por ahí.

Kurt Allgeier escribe sobre un suceso parecido ocurrido al conocido médico y sanador Dr. Leonhard Hochenegg, de Innsbruck.:

"El día de la tragedia atómica de Chernobyl [...] la Sra. Hochenegg quería hacer una excursión por las montañas de Karwendel con sus hijos. Pero su marido se negó decididamente. ‘No, hoy día no’ se opuso él determinantemente. ‘Hay algo amenazador en el aire. No debemos ir a las montañas sino que debemos quedarnos en casa.’ la Sra. Hochenegg conocía a su marido y sabía que no tenía ningún sentido querer hacerle cambiar de idea. Él sabía más. Un día más tarde se enteró ella qué era

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lo que él había sabido o percibido: la radioactividad, que se había escapado del reactor atómico que había explotado."·62

Hay muchas personas que podrían contar acerca de experiencias similares. Parece como si por medio de sus sentimientos el ser humano fuera capaz de encontrar la puerta de entrada a una percepción cognitiva que va mucho más allá de los límites de los conocimientos aprendidos y de la capacidad de percepción de los sentidos exteriores. Especialmente en el trato con otras personas, uno tiene que tener en cuenta su propia facultad perceptiva. Bruno Groening exhortaba a hacerse la pregunta interiormente: "¿simpático o antipático?" y de prestarle atención a sus propios sentimientos, a su facultad sensitiva. En el caso dado cerrarse interiormente y observar nueva y detenidamente con la precaución correspondiente. Especialmente las personas que se encuentran en el camino hacia la curación, tienen que tener cuidado de las personas con quienes se rodean y de a quiénes le abren su corazón. Bruno Groening estaba convencido de que Dios le ha otorgado al hombre la percepción sensitiva humana - él también hablaba de ella como verdadero instinto humano" – para que en medio de la variedad de las impresiones de la vida y de las contraposiciones de las opiniones humanas, disponga de un consejero en el que se pueda confiar, de un guía interior hacia lo bueno y lo verdadero.

Una vez, dijo él:

"Al hombre se le ha dejado caer, en cuanto él ha perdido el verdadero instinto humano, no recién ayer u hoy, ¡no!, hace muchas generaciones atrás, y paulatinamente el hombre ha llegado tan lejos hasta donde ahora está. Dicho brevemente: Ahora ha llegado el hombre tan lejos, que ya no puede seguir adelante."·63

En el volver a reconocer esta sensación determinada en medio del laberinto de pensamientos y sensaciones de la vida diaria y de seguirla, en ello veía Bruno Groening la base imprescindible para que el hombre regrese hacia la curación y hacia Dios. Al que aprende a desarrollar esta facultad dentro de sí hasta alcanzar la claridad (perspicacia) original de la percepción sensitiva, se le otorga la entrada a una instancia dentro de sí, que lo puede liberar de estar sujeto a las opiniones humanas. Pues en la percepción sensitiva del ser humano se deja ver mucho más que un sentimiento que permite al hombre tener una mirada especial en los antecedentes de las circunstancias de su vida. El hombre se puede dirigir a esta instancia dentro de sí y experimentar que a sus preguntas hay una respuesta que se puede sentir. Parece como si el hombre por medio de sus facultades sensitivas tuviera conexión con un consejero y ayudante, que no es de este mundo. A menudo, se siente inmediatamente hasta una advertencia, una indicación sin que se la haya buscado conscientemente. Bruno Groening hablaba de un guía interior, del guía divino, que el hombre puede percibir a través de sus sentimientos. Él era de la opinión que todo ser humano tiene la posibilidad - de la misma manera como él percibe la energía divina en su cuerpo - de poder percibir la voluntad de Dios en todas las interrogantes de la vida. Todos los lectores podrán reconocer la gran importancia de guiar al hombre hacia una perceptibilidad tan perfecta no solamente para la vida personal sino para la vida de toda la sociedad. Cuántos sufrimientos y necesidades han resultado sólo por la incapacidad y la falta de disposición del ser humano para pedir humildemente al Ser Supremo una respuesta para todas sus decisiones.

Bruno Groening dice respecto a ésto:

"Pero él (el hombre), brevemente dicho, ha perdido su verdadero instinto humano, ya no puede ser guiado ni dirigido desde fuera. Porque los hombres han trabajado

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demasiado para ello, Dios Nuestro Señor ha perdido Su condición de guía y dice: ‘Ahora, prueben’. Yo sé que estoy obligado a darle ésto al ser humano para su camino, para que inmediatamente cambie de rumbo y que vuelva a usar el verdadero instinto humano [...]. Yo no me he dejado instruir mal. ¡Cuán mal instruídos están los seres humanos! ¡Por tantos libros! Todo ésto no se puede captar. El uno escribe así sobre un tema, el otro escribe asá. ¿Qué es lo correcto?. Hay una confusión. Nosotros los seres humanos podemos aprender de los animales, tenemos que retroceder y no animalizarnos, ¡no! sino para poder acoger nuevamente el instinto humano."·64

La mayoría de los seres humanos ya no está en condiciones de comprender ni de seguir este tierno soplo, este sutil toque interno. Muchas veces les hace falta la energía y la fe, a menudo es simplemente la voluntad, para confiarse de este sentir, es decir para tener fe en sí mismos y en Dios. La mayoría de las veces son más fuertes las opiniones de otras personas o el propio raciocinio y se le da la preferencia una paz engañosa en lugar de dársela al corazón.

R. W. Trine escribe en su libro "In Harmonie mit dem Unendlichen" al respecto:

"Ser tú mismo es lo único que es digno de tí mismo, lo único que es suficiente para tí. Pero, ¿no podría ser beneficioso quizás el dejarse dominar algunas veces por su medio ambiente? La única política beneficiosa para tí es primera y últimamente ser tú mismo.

‘Sobre todo lo demás, sé fiel a tí mismopues de ello le sigue aquello como el día a la noche,tú no puedes ser falso en contra de alguno’(Hamlet)

Si nosotros nos dejamos guiar solamente por el Altísimo y que nuestra vida sea guiada por este principio, entonces a nosotros no nos domina el miedo ni ante la opinión pública ni ante la desaprobación de los otros, y nosotros podemos estar seguros de que el Altísimo está de parte nuestra. Si nosotros tratamos de algún modo de complacer a todos no le vamos a complacer a nadie y cuanto más lo tratemos tanto más insensatas se volverán sus exigencias frente a nosotros. La conducción de tu vida es una cosa que sólo te incumbe a tí y a Dios, y cuando tú te dejas influenciar por otro lado y te dejas empujar en direcciones determinadas, entonces estás tú en el camino equivocado"·65

Muchas personas confunden el ser fiel a sí mismo con un egoísmo sin freno. La aprobación de los seres humanos y la satisfacción de la vanidad propia es más importante que la fidelidad a la ley del corazón.

Pero cuanto más el hombre conecta su conciencia con metas egoístas, cuanto más se deja influenciar y regir por deseos exteriores, tanto más conexión pierde consigo mismo. Él le presta atención a todo y a cualquiera, los medios de comunicación modernos le traen diariamente noticias de todas partes del mundo, pero los mensajes de la Luz Divina que se deben sentir en el propio cuerpo, a ésos no le presta atención, para ello no se da tiempo. En lugar de ello los seres humanos persiguen por decenas de años metas muertas, sin siquiera preguntarle aunque sea una vez a su corazón si su obrar tiene sentido. La multitud de pensamientos, a los que él deja penetrar, despiertan una multitud similar de sentimientos. Sin darse cuenta, se entregan cada vez más a una prisión espiritual cada vez más grande. A menudo, el cuerpo tiene que poner fín a este comportamiento destructivo. Recién los dolores y las enfermedades hacen que cada uno vuelva a encontrarse a sí mismo.

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Pero la mayoría son solamente víctimas de la ignorancia general y de una educación distanciada de la vida misma. La mayoría de las veces, desde la niñez les educaron simplemente el raciocinio y la percepción de los sentidos exteriores. Nuestros colegios y universidades abotagan a los seres humanos con conocimientos muertos en lugar de conducirlos hacia la guía y la sabiduría sobre sí mismos. La susceptibilidad personal la juzgamos como si fuera una "subjetividad errónea" y los seres humanos se tienen que someter a la "objetividad" de los medios técnicos.

Éste es un desarrollo que condenó también el investigador natural y poeta Johann Wolfgang von Goethe en sus "Maximen und Reflexionen zur Wissenschaftslehre".

"El hombre mismo es el aparato físico más grande y exacto que pueda existir, en cuanto haga uso de sus sanas facultades sensitivas. Y por eso, la desgracia más grande de la física moderna, es que haya - por decirlo así - aislado al ser humano de los experimentos y que quiera limitar y demostrar lo que la naturaleza rinde reconociendo solamente aquello que muestran los instrrumentos artificiales."·66

Este desarrollo condujo al hombre hacia una dependencia espiritual cada vez más grande. Ya que las facultades sensoriales interiores para reconocer entre mentira y verdad, bueno y malo, correcto o falso bajo la luz de una percepción superior se perdieron, los seres humanos se volvieron dependientes y se dejaron influenciar en sumo grado por las opiniones de otros. Las respuestas que no encontraban en sí mismos, las buscaban ahora en otras personas. Muchos se dejaron empujar rápidamente hacia una dirección por filosofías que habían sido comúnmente aceptadas. Hoy en dia la legitimación para lo bueno o lo malo, la mayoría de las veces ya no nace de la percepción sensitiva personal sino del comportamiento de las masas o de grupos individuales. Por otro lado, las masas se dejan manipular por autoridades sociales o por los medios de difusión.

Ésto prepara el mejor terreno para que se propaguen filosofías erróneas, que le agradan al intelecto y a los sentidos exteriores, pero que conducen a costumbres falsas en el pensar y actuar, que le ponen cada vez más obstáculos a la afluencia de las energías vitales. Las consecuencias de este proceso fatal se pueden reconocer claramente en la destrucción del medio ambiente y en los múltiples sufrimientos en la tierra.

En un discurso, Bruno Groening habló al respecto:

"Ustedes también, queridos amigos, fueron conducidos por el camino equivocado. A ustedes no se les ha dicho la verdad [...]. Ustedes no tienen que creer lo que yo digo [...] El deber que ustedes tienen es que tienen que convencerse en sí mismos, es decir en sus cuerpos. Lo principal es que ustedes le presten atención. Entonces ustedes van a llegar a conocer lo verdadero, entonces ustedes van a creer. Y entonces usted ya no es ningún crédulo más sino que usted es una persona convencida. ¡Convénzase Ud. mismo! Éste es su deber. Yo estoy convencido. ¿O ustedes creen que me pueden convencer a mí? ... ¡No!, Yo no obedezco a ningún ser humano. Realmente yo no he obedecido ni a mis padres carnales. Ellos me decían que yo debo hacer ésto y aquello. Cuando no tenían razón yo les decía: ‘No, éso no lo hago’. Por supuesto que recibía bofetadas. Pero no importa, y yo siempre me negaba y aún hoy y lo haré siempre. Yo nunca hago lo que la gente quiere [...]. Pues yo no soy siervo de los hombres, soy solamente siervo de Dios. Nada más, y allí es donde yo los quiero tener, amigos, que ustedes se conviertan en siervos de Dios, que Uds. dejen de ser crédulos, que ustedes no crean cualquier charlatanería y que ustedes no caigan nunca más en la tentación."·67

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Él prosiguió entonces así:

"Dios que es nuestro Padre, nos ha dado mucho. Lo teníamos todo en nosotros. Yo todavía lo tengo, yo no me dejado quitar lo natural, lo divino. Por eso no obedezco a nadie, por eso no sigo a ningún hombre. Pero Dios se lo ha otorgado a cada niño [...]. Los padres se lo han quitado y lo han educado mal. ¡No crean, queridos amigos, que a Dios no le da pena que al hombre se le haya quitado su voluntad, la que Dios le ha otorgado a cada ser viviente! Y Dios no le quitará su voluntad a ningún ser viviente. Pero los padres se lo han hecho a ustedes. Ustedes lo han aprendido: a ser siervos de los hombres. Ustedes se lo han dado nuevamente a vuestros hijos, y así sigue de generación a generación. ¿Cuándo va a llegar ésto a un fín? ¿Cuándo van a terminar de una vez las necesidades y la miseria? ¿Cuándo va a disminuir esta multitud de enfermedades? ¿Cuándo va a parar ésto? Así queridos amigos, ¿así como el hombre está acostumbrado? ¡No!  Él tiene que dejar estas costumbres, él tiene que efectuar un retroceso, él tiene que convertirse realmente y hacer, lo que Dios ha destinado para él, él tiene que convertirse en siervo de Dios. Él tiene que ponerse bajo la guía de Dios, sin ésta no hay vida."·68

Pero, ¿cómo se puede llegar a alcanzar la ayuda de esta conducción interior divina en la vida de cada día?. Lo más importante aquí es no obrar de ninguna manera dogmática ni algo parecido como antes se le dió oídos a las opiniones de otras personas y al raciocinio, ni creer ciegamente en las sensaciones que aparecen. Tampoco se debe querer justificar las impresiones egoístas con una supuesta cognición intuitiva en el plano sensorial ni darle sitio sin crítica alguna a sentimientos bajos dando el pretexto fariseo de tener que gozar de la vida. Quien entiende bajo ésto su fidelidad a sí mismo, quien opina que de esta manera obedece a una instancia superior dentro de sí, no ha entendido de qué se trata cuando Bruno Groening habla de que el ser humano debe "volverse siervo de Dios". No sin motivo, advertía repetidamente a aquellos que querían seguir el camino espiritual, que se convenzan muy continuamente. Entonces, el que llega a obtener la curación por este camino y que a través de examinar cuidadosamente llega conocer la verdad de las leyes de la vida sobre las que Bruno Groening hizo hincapié, a él le advertía Bruno Groening que se convenciera más. La vida brinda un número grande de posibilidades, para verificar repetidamente estas regularidades superiores en las más diversas situaciones.

De la misma manera el camino hacia el verdadero sentimiento para percibir claramente la voluntad Divina, es el camino del examen crítico y de la más absoluta sinceridad para consigo mismo. Quien una vez haya llegado a conocer a "la voz de su corazón" se dará cuenta rápidamente, que ésta no siempre está de acuerdo con la voluntad personal, que a veces hasta está en contraposición a ésta.

El Dr. Hochenegg seguramente que se hubiera alegrado por la planeada excursión a las montañas, pero las experiencias de largos años con "la voz de su corazón" lo guiaron a oponerse a los argumentos de su raciocinio y a los de su mujer y a ser fiel a su perceptibilidad, a sus sentimientos.

Cuanto más el ser humano esté en condiciones de desalojarse interiormente de sus propios deseos, cuanto más nítidamente podrá él percibir la voluntad de Dios. Pero quien en lo más profundo de su ser quiera seguir sus propias impresiones y deseos de miras estrechas, llegará rápidamente a percibir solamente aquello que él quiere percibir. Mientras que el hombre no esté dispuesto a ser sumiso y a subordinar sus propios deseos ante el Ser Supremo y siga partiendo de la insuficiencia del saber de su intelecto, atentará contra la Ley Superior y seguirá trayendo sufrimientos para sí y para otros. Él tiene que seguir, como dice Bruno Groening, probando y tratando tanto

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tiempo hasta cuando llegue a un punto en donde ya no pueda seguir adelante.  Pero aquel que ya haya llegado más adelante como para seguir por el otro camino, pronto reconocerá que al espíritu superior le son reconocibles causalidades y posibilidades que le parecen increíbles al intelecto humano.

Porque yo se lo pedí, Birgit Häusler (29), de R. me escribió sus experiencias acerca de esta temática:

"Un discurso de Bruno Groening me hizo poner atención a la obediencia a Dios y a los hombres. Por supuesto que yo rechacé decididamente el ser sierva de los seres humanos. Pero de un modo autocrítico me pregunté cómo es que yo superaba las preocupaciones diarias y otras cosas parecidas. Cuando yo tenía algún problema, sopesaba el pro y el contra para llegar a una solución. Después yo hablaba aún con otras personas al respecto cuyos consejos me influenciaron no pocas veces. Ahora sé que un comportamiento tal no es en sí erróneo, pero el que yo haya olvidado la instancia más importante en mí, la que debería ser determinante para una decisión final dentro de la cantidad de consejos y opiniones contrarias, el que yo haya olvidado pedir por claridad interna al Único que sabe más de lo que yo pueda reconocer de las discusiones sin fin a través de los consejos de los humanos.

Pero ¿cómo es que yo debería percibir la Voz Divina dentro de mí? ¿Cómo es que yo debería ser obediente a Dios?

A través de la toma regular de la corriente curativa logré captar a través de mi percepción sensitiva cada vez mejor la voz interior divina. Yo me dí cuenta que a menudo aún el más sobrio sopesar del intelecto no me podía dar la claridad y la respuesta que yo buscaba, pero que a través de sintonizarme y de pedir y de dejar de lado todo pensamiento, pude experimentar cómo la voz interior - a menudo delicadamente - me daba la respuesta correcta, como se mostraba siempre después.

En aquel tiempo, estaba yo dando exámenes de bachillerato. Ya que por falta de tiempo ya no podía estudiar todo el material didáctico necesario para los exámenes finales, me abrí hacia la corriente curativa pidiendo reconocer qué temas serán los que aparecerán en los exámenes. A mí me llegaron los pensamientos acerca de los temas de los exámenes y con plena confianza me preparé solamente para éstos. Y realmente todas las preguntas de los exámenes fueron exclusivamente aquellas que yo había aprendido.

En el examen oral final me hicieron preguntas sobre un tema para mí desconocido. Inmediatamente me sintonicé con la energía divina y después de un momento breve pude contestarlas a pesar de que no saberlas. Hasta aprobé el examen oral con la mejor nota.

Ésto fue una evidencia suficiente de que al contrario de la voz del raciocinio, la voz interior es omniscente, que lo sabe todo y que es mejor que yo me fíe de ella.

A través de éstas o de experiencias parecidas, es que yo me confié cada vez más en mi voz interior. Cuando iba a tener que dar otro examen, me dije ¿por qué es que tengo que aprender todo? Escogí arbitrariamente algunos temas y me preparé para ellos. La nota que recibí en los exámenes fue mala. Primero me puse furiosa con Bruno Groening y estaba desilusionada de la voz divina que me habían traído esta mala nota, pero más tarde volví a concentrarme y reconocí mi error: ‘No exigir sino adqurir’ (citado de Bruno Groening). Pensamientos de soberbia impiden la conexión con el guía interior.

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Pero también en los exámenes durante mis estudios experimenté cómo la energía divina me ayudó mucho cuando me sintonicé pidiendo humildemente: tenía delante de mí carpetas y libros llenos de conocimientos y nuevamente pude reconocer - gracias a la sintonización - los temas para los que yo debería prepararme. Así pude conseguir los deseados diplomas empleando un mínimo de energía en estudiar.

Quisiera subrayar que el camino de regreso al sentimiento, a la percepción sensitiva, para reconocer la voz interior que conduce a toda persona - en cuanto ésta lo quiera - hacia lo bueno, no tiene nada que ver con sentimentalismo ni con las ganas de vivir según sus sentimientos ni con quererlos gozar, sino que es una lucha interior para rogar por la conducción divina, por el reconocimiento. Para éllo, las enseñanzas de Bruno Groening han sido para mí una gran ayuda."·69

Otros informes nos dan testimonio de la valiosa ayuda del guía interior a través de la percepción sensitiva en la profesión y en la vida con su compañero. Cuán valioso sería para la mayoría de los seres humanos si es que para la elección de su profesión o de su compañero estuvieran dispuestos a ir dentro de sí y a pedir seriamente dentro de su corazón a Dios que se lo ponga en claro. Muchas veces decide la impresión exterior, la corta embriaguez de los sentimientos o el raciocinio, Pero la mayor parte de las veces la costumbre y también el miedo a ser fiel a sí  mismo. ¡Cuánto sufrimiento se les ahorraría a muchas personas! A mí personalmente, me ha impresionado mucho que mucha gente a través de las enseñanzas de Bruno Groening pudo sentirse liberada de una indecisión martirizante  y partiendo de la nuevas experiencias con su percepción sensitiva, con su sentimiento, volvieron a encontrar una seguridad interior libertadora. Ya que pudieron experimentar conscientemente la guía de sí mismos, la conducción divina, encontraron nuevamente la conciencia de sí mismos. Además, me enteré por medio de algunas conversaciones, que al sentirse responsables de sus vidas y de su cuerpos desapareció la vergonzosa sumisión ante personas que están en una posición alta, o ante médicos.

Estas personas han colocado a Dios nuevamente en el trono de sus corazones que antes estaban ocupados con la fe en la ciencia, en el raciocinio y en las opiniones humanas.

Ya el conocido psicoanalista C. G. Jung hablaba de una voz interior, de una ley interior, de la que uno debería fiarse, si es que quería alcanzar una vida plena y feliz. En ello veía él la condición elemental para el desarrollo de la personalidad del ser humano:

"Quien tiene que decidir, escucha a la voz interior y está decidido"·70

Cuanto más se pierde el hombre bajo las masas y las convenciones, tanto menos perceptible será - según Jung - la voz interior. El hombre culturalmente mal instruído es la mayoría de las veces completamente incapaz, de conectarse con el guía interior y de reconocer sus mensajes. De ello hablan las tragedias de muchos destinos:

"Uno ha perdido el sentido de su vida en la medida en que uno le es infiel a su propia ley [...]·71

Las enseñanzas de Bruno Groening - ¿Un camino hacia Dios?

Bruno Groening dijo en un discurso:

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"Lo que los antepasados han hechoe mal, puede Ud. ahora volver a hacerlo bien. Ésos se fueron y el puente hacia Dios se destruyó para aquellos hombres que se dejaron llevar (por el mal camino) y ahora el ser humano se encuentra en el camino equivocado, en un laberinto. Él ya no sabe qué es lo bueno y lo malo. [...] Y por eso es que yo estoy aquí primeramente ante los seres humanos pobres y enfermos, como un guía, que conduce a los seres humanos de regreso al camino verdadero, al divino."·72

En mis indagaciones, me encontré siempre con personas que me pudieron dar testimonio que a través de las enseñanzas de Bruno Groening y de la toma regular de la energía curativa, ellas habían encontrado la fe o la habían profundizado fundamentalmente.

Otros me explicaron que "habían sido iluminados" y que habían recibido la fuerza para cambiar su vida por sí mismos. A Manfred B., Director de un colegio en K. le pedí que escribiera lo que él había experimentado a través de las enseñanzas de Bruno Groening.

He aquí su informe:

"Desde febrero de 1990 me he podido convencer de que las enseñanzas de Bruno Groening actúan de manera liberadora y que hacen a uno felíz y que pueden traer de regreso la salud en cuerpo y alma, si es que uno está dispuesto a abirse a lo espiritual y a seguir las Máximas de Vida de Bruno Groening. Las declaraciones de Bruno Groening le han dado a mi fe una dimensión nueva, yo fui y soy un cristiano católico. Mi confianza en Dios, la fe en Su Omnipotencia y el obrar del Espíritu Santo han llegado a tener una mayor profundidad en mi vida. A mí se me puso en claro, que yo había sido un cristiano por costumbre.

También mis dos hijos, de 11 y 12 años, por la participación regular en las horas comunitarias de las Comunidades para Niños, tienen una sabiduría espiritual y una fe en Dios como el médico más grande, que es poco común en niños de su edad. Ellos han aprendido a emprender todas sus tareas con convicción. Los ruegos (sintonización) tienen en sus vidas una gran importancia.

En mi profesión como Director de una Escuela Elemental Católica, me pude dar repetidamente cuenta, a través del trabajo con los niños, de lo poco que las familias se ocupan de lo espiritual. En caso de una orientación fuerte hacia lo material, si es que hay un sitio para Dios, éste solamente juega un rol secundario. Lo que la religión pudo transmitir hasta ahora, se quedó en el nivel de conocimientos escolares acerca de los cuales se pueden hacer preguntas. El hacer perceptible que Dios tiene la voluntad de obrar trayendo la redención para todo ser humano, cuando éste esté dispuesto a abrir su corazón y a entregarse a la conducción divina, es la tarea primordial de toda formación religiosa. Lo que yo he aprendido de Bruno Groening y acerca de él en el Círculo de Amigos de Bruno Groening ha sido para ésto y para mí una ayuda muy valiosa."·73

A Bruno Groening le eran completamente desconocidos toda forma de presión o de dogmas. La libre voluntad del hombre era para él lo más sublime. Él les hacía saber a sus escuchas, lo que el había reconocido como verdadero a través de sus experiencias y de sus vivencias personales. Igualmente, él quería que los hombres que creían en sus palabras, lo hicieran como consecuencia de un examen profundo.

Rolf Z. (35) de G. me escribió lo siguiente acerca de sus experiencias con la corriente curativa:

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"Para mí, Bruno Groening es el hombre que me abrió el camino haca la vivencia divina. Como ateo muy cercano al marxismo, estaba yo acostumbrado a examinar críticamente la totalidad de las cosas con las que yo era confrontado, las interrogantes religiosas aún más críticamente. En la doctrina de la religión cristiana, pude descubrir una cierta lógica, sin embargo no permitía reconocer la condición fundamental para la aceptación de una religión, es decir toda posibilidad de comprobar la existencia de Dios. Ningún sacerdote o teólogo me pudo convencer para aceptar que Dios es algo más que una construcción de la mente que sirve para darle al creyente una cierta estabilidad psíquica a través de la interpretación interior de un sentido superior de la vida. Recién a través de experimentar la corriente curativa que transmite Bruno Groening empecé a pensar de otra manera. Me ayudó especialmente la exhortación de Bruno Groening de no ser crédulo sino de convencerse de sus palabras. La posibilidad de convencerse está dada al sintonizarse para tomar la energía curativa. No se puede construir teóricamente la experiencia práctica, pero se la puede vivenciar."·74

Especialmente los jóvenes me informaron a menudo, que a través de las enseñanzas de Bruno Groening, por sí mismos, sin que nadie se lo haya dicho, pudieron llegar hacia un profundo reconocimiento de la importancia espiritual de muchos valores espirituales, que antes para ellos - habían sido "mal vistos". A menudo escuché que a través de la sintonización con la corriente curativa desaparecieron adicciones a drogas, al alcohol y otras más y que personas que habían caído muy por debajo de la escala social, experimentaron nuevamente las energías y la necesidad interior de trabajar por sí mismos, y que a través de una dichosa conducción encontraron nuevamente trabajo. Otros jóvenes experimentaron, después de muchos años, las ansias de fundar una familia, lo que antes no hubiera sido posible que siquiera lo pensaran. Lo que es especialmente significativo para la transformación interna es - también para los jóvenes - que repetidamente informan acerca de una religiosidad profunda.

Tengo delante de mí el informe de un joven que ahora tiene 31 años, que en el año 1984 llegó a conocer las enseñanzas de Bruno Groening.

Hans Georg Leiendecker de K. escribe:

"En el año 1984 llegué a la Comunidad de Bruno Groening como ateísta con asma, rinitis alérgica, con miedos ante la vida y el futuro. Además consumía relativamente mucho café y alcohol así como de vez en cuando drogas. Toda mi disposición de ánimo se reflejaba en los cuadros que yo pintaba. En aquel tiempo mis cuadros preferidos eran los oscuros, los deprimentes, así como también los de temas y colores agresivos.

Poco tiempo después de la introducción, desaparecieron el asma y la rinitis alérgica. A través de ésto recuperé mi fe en Dios y en Cristo.

Ya que soy un hombre que ama profundamente la libertad, me alegré que aquí no tenía que cumplir con reglas determinadas. Sin embargo, mi vida entera cambió poco a poco. Pero este cambio venía desde adentro, es decir en la Comunidad [un Círculo de Amigos de curados y de buscadores de ayuda, que vienen a reunirse sin tener ninguna obligación para tomar juntos la energía curativa, ver también cap. 9] aprendí a prestar atención a mi cuerpo y a mi corazón, a mis sentimientos. Así, con el tiempo empecé a sentir un rechazo creciente ante el café, el alcohol y las drogas, hasta que dejé totalmente de consumirlos. También mi posición en cuanto a matrimonio, familia, hijos cambió hacia lo positivo. Pues antes estaba yo fundamentalmente en contra de todas estas cosas. Ahora estoy libre de estos prejuicios y estoy casado y soy un padre de familia felíz. Poco a poco mi disposición de ánimo cambió hacia lo positivo. Por ello

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cambiaron por supuesto también mis cuadros, así que ahora pinto mayormente en colores claros, alegres y escojo otros motivos para mis cuadros.

Todos estos cambios sucedieron solamente porque aprendí a observar mi cuerpo y mis sentimientos, y porque a través de la energía divina tuvo que desaparecer cada vez más todo lo malo."·75

Yo conocí personalmente al Sr. Leiendecker. Su desarrollo interior es impresionante desde que está en contacto con las enseñanzas de Bruno Groening, y se lo puede seguir mirando sus cuadros.

Thomas Eich (26) tocaba música rock en una banda antes de oir hablar de Bruno Groening, y era un músico que era un partidario apasionado del hard rock y del heavy metal.

Él mismo me describió su comportamiento anterior:

"Exteriormente era yo frío, sí, frío como el hielo, hermético. Era una persona, que detrás de la fachada de un rockero frío, no tenía nada de confianza en sí mismo y que no se atrevía a nada, pero nadie debería de darse cuenta de ello. Exteriormente fuerte e interiormente débil. Yo seguía el espíritu de la época, que tiene en sí las más variadas degeneraciones, fumaba mucho, bebía mucho alcohol y jugaba muchísimo en las máquinas automáticas de jugar dinero. Yo era muy callado, las únicas observaciones que yo hacía eran de sarcasmo, de ironía, de burla, de molestar y etc. En el año 1984 empecé a ocuparme de la ideología cristiana. La doctrina de Cristo me fascinaba y me vino el deseo de vivir también así. Reconocí que mucho de mi vida no era bueno, pero no tenía la fuerza para deshacerme de ello. Cuanto más reconocí ésto y la doctrina de Jesucristo, cuanto mayor se volvía mi desesperación interior.

Cuando oí hablar de Bruno Groening, lo tomé muy escépticamente, pero aún antes de que me pueda decidir a dejarme introducir a las enseñanzas de Bruno Groening, pude dejar de un día al otro, de fumar y de tomar alcohol. Después de la introducción [aquí se le enseñó a tomar para sí la energía curativa, vea también el cap. 9] experimenté cómo se llevó a cabo un cambio en mi vida. Repentinamente tenía realmente las fuerzas para cambiar mi vida, según la doctrina de Jesucristo, como lo había deseado desde hacía tiempo, pero que nunca lo había logrado."·76

Poco a poco se fue librando de las torturantes costumbres. Ahora siente una paz que nunca antes había conocido y ha encontrado nuevamente la fe en sí mismo. Ahora tiene una familia - lo que antes ni siquiera había considerado - y es padre de tres hijos. Ya no toma alcohol. Ya no tiene necesidad de fumar y las máquinas automáticas de jugar dinero ya no ejercen ningún poder sobre él. El ha encontrado la energía para dirigir sus palabras hacia lo bueno. Thomas Eich también pudo experimentar una curación corporal. Durante 10 años tuvo que usar anteojos de +3.5 dioptrías en ambos ojos. Algún tiempo después que había empezado a tomar para sí la energía curativa, experimentó la curación en los ojos. Ahora ya no necesita anteojos. Pero lo más importante para él es el haber encontrado nuevamente la fe en Dios:

"Nunca me había podido imaginar que se pueda vivenciar en sí mismo de un modo tan cercano y tan dichoso a este espíritu inconcebible y que parece estar distante e inalcanzable y que Bruno Groning me lo haya hecho posible a través de la toma de la energía curativa. Si alguien me hubiera contado antes algo así, hubiera  reaccionado solamente con una sonrisa burlona. Ahora es diferente. Yo siento a Dios como un padre amoroso. Él es simplemente luz y amor. Ésto no se puede explicar con palabras, ésto

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hay que vivirlo. Yo le estoy agradecido a Bruno Groening de todo corazón que por su mediación no solamente me haya sanado sino que haya podido encontrar nuevamente dentro de mí la conexión con la Luz Superior."·77

Resumen

En esta página quisiera resumir lo que se ha dicho hasta ahora.

El fundamento de las enseñanzas de Bruno Groening se puede mostrar con sus siguientes palabras cortas.

"Yo puedo ayudar al hombre a encontrar el camino hacia lo bueno, pero no puedo ni quitarle la decisión al respecto ni obligarle a practicar lo bueno. Cada uno tiene que encontrar su camino"·78

Bruno Groening les enseñó a las personas en busca de ayuda, cómo pueden tomar nuevamente para sí la energía curativa universal. Pero cada uno tiene que hacerlo por sí mismo. Él aclaró acerca de las leyes del espíritu y del poder de la mente, advertía insistentemente de todo pensamiento negativo y les indicó a sus escuchas que pongan atención a sus cuerpos y a sus sentimientos para poder reconocer la clase de pensamientos. Sin embargo, a cada uno le quedó la tarea de realizar estos consejos.

Él dijo:

"Ud. tiene que seguirlo, seguir lo bueno, es decir al Bueno, a Quien todos tenemos que seguir, a Quien todos pertenecemos. Ésto es lo que tenemos que hacer. Ésto es lo que toda persona se debe a sí misma. Y si ella simplemente no lo sigue...: A quien no se le puede aconsejar, no se le puede ayudar."·79

Repetidamente dice que depende solamente de cada uno el tomar el camino de retroceso o por lo menos de querer hacerlo, entonces el ser humano puede adquirir la energía divina dentro de sí mismo por la mediación de Bruno Groening. De aquí crece en él la fuerza para hacer realidad el regreso hacia Dios y para desligarse mentalmente de todo lo malo. A través de las regulaciones, el cuerpo y el alma son liberados de lo negativo, que fue adquirido a través de los pensamientos y que se ha aferrado fuertemente en el alma y ha ocasionado la perturbación – como Bruno Groening llama a la enfermedad. Cuando la curación sucede, ya se dio el primer paso. La persona curada tiene que cuidar su vida mental para poder retener la curación. Además, la curación no es ningún proceso mecánico, el ser humano no está eximido de rogar a Dios que lo redima de las consecuencias de las energías negativas en el cuerpo y en el alma. Según el punto de vista de Bruno Groening, la curación es y seguirá siendo siempre un acto de la misericordia de Dios.

La persona que sigue las enseñanzas de Bruno Groening, no solamente experimenta la curación sino también ayudas. Él puede convencerse en su cuerpo y en su propia vida de la omnipotencia de Dios. Como consecuencia, crece dentro de sí mismo la fe en Lo Bueno, en Dios. Ya que el hombre toma para sí lo bueno, cada vez se siente más lleno de paz, amor, alegría y satisfacción y cada vez en dimensiones más grandes. Las angustias, el miedo, la intranquilidad, los frutos de los pensamientos negativos tienen que evadirse. El ser humano se reconstituye espiritual y corporalmente.

Bruno Groening:

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"Reconstituir espiritualmente significa que el ser humano recibe nuevamente a través del alma, la que Dios le ha dado en su cuerpo, a través de la cual puede recibir la emisión divina."·80

El cuerpo y su percepción sensitiva, nos señalan cada vez más claramente lo bueno y lo malo y uno aprende a cerrarse ante pensamientos y sentimientos negativos. El camino interior empieza, y lenta pero seguramente, cada uno se da cuenta por qué vive aquí en esta tierra. Él hombre reconoce, que se trata de algo más que de satisfacer las necesidades del cuerpo. Se le hace cada vez más claro, qué es lo que tiene en las manos a través de sus pensamientos y sobre todo a través de sus decisiones y de sus maneras de obrar. La estrechez de conciencia del hombre común desaparece, y él se ve como ser humano en medio de un acontecimiento de dimensiones cósmicas. Su espíritu empieza a despertar.

Lo bueno y lo malo - la lucha sagrada en el alma humana

De las explicaciones dadas anteriormente debe de haber quedado suficientemente clafo, que los pensamiendos son energías espirituales efectivas. Pero hay un número muy grande de pensamientos. Al observar atentamente su efecto específico en los seres humanos, se puede distinguir entre un efecto constructivo y uno destructivo. Por este motivo, hablo de pensamientos positivos y negativos.

Se ha comprobado que existe una relación obvia entre los pensamientos negativos y su consecuendia en las enfermedades en los seres humanos. Igualmente se puede hablar del efecto curativo y fomentador de la salud de los pensamientos positivos.

Pero ¿por qué obra un pensamiento negativo de manera dañina en el ser humano? Y ¿por qué obra un pensamiento positivo de modo contrario?. Ésto tiene que ser la consecuencia de la energía espiritual que es el fundamento de los pensamientos. Entonces tiene sentido hablar de energías espirituales positivas, vivificantes y de energías espirituales negativas, paralizantes y destructivas.

La idea de muchos científicos, que no ven en los pensamientos ninguna otra cosa que la consecuencia de procesos electroquímicos en el cerebro de los seres humanos, es insostenible. Ante ello está el hecho claramente comprobado, que un ser humano puede enviar pensamientos a otro y ésto bajo condiciones que están en contra de todas las regularidades de las radiaciones conocidas (ver cap. 4).

A quien haya visto el cambio de un cuerpo humano antes y después de la muerte, se le convertirá la sospecha en una certidumbre interna, de que el ser humano es algo más que un cuerpo. Se tiene la clara sensación como si con la muerte, algo que lo hace un ser hubiera abandonado el cuerpo. El cuerpo que queda da la impresión de ser una cubierta, del que algo superior se hubiera despojado con "la muerte".

De ello resulta la necesidad, de que si uno quiere acercarse a la esencia del ser humano, tiene que - además del cuerpo - aceptar también otro plano, que es el portador de los pensamientos, de la vida, de los sentimientos y de la esencia misma del ser humano.

Bruno Groening lo veía así:

"El ser humano es un espíritu, tiene un alma y vive en un cuerpo para esta vida en la tierra."·81

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Bruno Groening veía en el cuerpo una herramienta con la que el ser humano puede obrar en la vida material. Esta herramienta es un regalo de Dios, pero necesita una conexión con el alma y el espíritu para existir como forma exterior del ser humano. Con la muerte, el hombre se desprende de su herramienta. Éste, habiéndosele quitado la energía vivificante que le da forma, pronto se descompone.

En la muerte se nota clara y evidentemente la gran dependencia del cuerpo del espíritu y de la mente, cuya separación tiene como consecuencia la descomposición corporal. De la misma manera, en vida se observa esta relación de dependencia en los efectos de los pensamientos positivos y negativos en el cuerpo.

Entonces, ¿de dónde vienen los pensamientos, que evidentemente llenos de energías diferentes, pueden hacer daño o ser útiles para el hombre? ¿Salen del espíritu del hombre, es decir, el espíritu humano los crea por sí mismo o le llegan de una Fuente Superior?

Por esta razón miremos más de cerca el efecto de los pensamientos en el hombre. Observando atentamente nos damos cuenta, que los pensamientos negativos, así como los positivos muestran características muy determinadas, que nos hacen recordar a rasgos de caracteres de seres contrarios.

Los pensamientos negativos por regla general atacan a menudo el ánimo del ser humano y lo atormentan con diferentes cuadros del fracaso, como si quisieran obligar al alma a dejarlos entrar para llenarla de miedo, preocupación u odio.

En el caso normal, el hombre no los atrae conscientemente hacia sí, simplemente ellos están allí y en su contenido a menudo están en contraposición a los propios deseos y metas, y algunas veces malogran toda dicha personal. Muchas veces hasta se puede reconocer un obrar planificado, que - por medio de pensamientos definidos - apunta persistentemente a despertar sentimientos de envidia, de celos, de cólera, de ansias de poder o de dinero para destruir las relaciones humanas, la confianza y el amor.

¿A quién le agrada llevar consigo estos pensamientos? Sin embargo aparecen en gran cantidad  y cuando creyendo en ellos se les da el dedo meñique, se apoderan de toda la mano y parece que gozaran de las necesidades psíquicas del atormentado. En algunas personas se hacen tan fuertes, que les quitan toda posibilidad de una decisión libre y les destruyen la personalidad, que los sujetan y les privan de su completa vida espiritual y de toda energía humana. A ésto se le denomina entonces manía.

Por el contrario, los pensamientos positivos aparecen de una manera completamente diferente. Éstos nunca atacan el ánimo del ser humano, son como un soplo suave, como una mano que ayuda. Ellos actúan como una sensación liberadora y buena, respetan su libre voluntad, y uno se tiene que esforzar para mantenerlos para sí, si no, se esfuman del ánimo del hombre.

A menudo llenan al ser humano con un amor profundo, le otorgan una paz inesperada en la necesidad más grande y le muestran respuestas y soluciones que busca el espíritu del hombre y que nunca las hubiera encontrado por sí mismo.

Entonces muchas personas hablan de inspiración, otras la denominan intuición, un hecho sobre el que cualquier persona puede dar información, cuando p. ej. situaciones complicadas, repentina e inesperadamente se hacen comprensibles, a menudo en sueños. El saber inesperado, la comprensión tan largamente esperada le es claramente

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inteligible al ser humano de un momento a otro, que le vino aparentemente de una fuente desconocida.

Kurt Allgeier escribe en su libro "Die Wunderheiler":

"Realmente muchos científicos, técnicos, pero también artistas y escritores dicen que la solución de un problema con el que ellos se habían martirizado les había llegado "en sueños" o en una especie de estado de soñar despierto. Y no raramente sucede que se hace un invento o un reconocimiento científico en diferentes lugares de la tierra al mismo tiempo.

Ya Sócrates enseñaba:

‘Descubrí que los poetas creaban sus obras no gracias a su saber sino gracias a una fuerza especial de la naturaleza y a la inspiración. Como los adivinadores y profetas, quienes algunas veces dicen muchas cosas bonitas pero que no entienden lo que ellos dicen.’

Johann Wolfgang von Goethe reconoció:

‘He escrito mis cosas como un sonámbulo. Los poemas me hicieron a mí, no yo a ellos.’

Wolfgang Amadeus Mozart contó:

‘En mi fantasía no oigo las partes de mi música una después de la otra, sino todas a la vez. No puedo describir cuánta alegría me otorga. Cuando me va bien, cuando voy en carruaje o doy un paseo, o durante la noche cuando no puedo dormir, los pensamientos empiezan a llegarme. No puedo decir de dónde ni cómo.’·82

No tiene mucho sentido aceptar el orígen de los pensamientos en la conciencia del ser humano. A Goethe y a Mozart "les vinieron" muchas de sus grandes obras sin tener que reflexionar largamente en el plano del raciocinio. Es ostensible, que tenían entrada a un saber que representaba más que la suma de sus experiencias humanas. Independientemente el uno del otro, ellos proclamaron su convencimiento, de que sus obras no venían de ellos.

Las relaciones observadas se hacen comprensibles, recién cuando se ve el orígen de los pensamientos "fuera" del espíritu individual humano. De la misma manera como se ha comproblado que la transmisión de pensamientos de un ser humano a otro es posible, se podría imaginar la transmisión de pensamientos desde las esferas superiores del Ser, que el ser humano siente como inspiración.

Pero los pensamientos siempre proceden de un espíritu. Partiendo de este hecho, es necesario aceptar la existencia de un espíritu que puede crear pensamientos por sí mismo, como una fuente de la que los hombres pueden obtener pensamientos y sabiduría que pueden ir mucho más allá de sus conocimientos y saber personales.

Bruno Groening había llegado a conocer estas relaciones y pudo enseñárselas a sus oyentes con palabras sencillas. Él les aclaró que el hombre por sí mismo, no puede crear pensamientos, que él es capaz solamente de aceptar pensamientos para sí por medio de su voluntad. Al hombre se le envía pensamientos, él es el receptor, pero al mismo tiempo también un emisor, porque él puede recibir los pensamientos enviados y también seguir enviándolos. Pero por medio de la energía que está a su disposición no

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puede solamente aceptarlos para sí sino que tambien puede convertirlos en palabras, escribirlos o transformarlos en alguna otra acción corporal.

Los poemas de Goethe pueden seguir siendo enviados en palabras habladas o escritas y pueden ser aceptados por otras personas y también pueden volver a ser transformados en palabras o ser el motivo para una acción que se puede ver exteriormente. Uno cree que ese maravilloso poema o esa maravillosa música son de Goethe o de Mozart, pero se olvida, que éstos mismos reconocieron haber recibido sus obras de una fuente desconocida.

En sentido figurado, los fundamentos del pensar humano se ponen en evidencia en el idioma alemán a través de algunas frases idiomáticas típicas como: "a mí me vino la idea" o "yo reflexiono".

En esta parte permítaseme hacer alusión a que no es de ninguna manera una casualidad, el que alguno reciba determinados pensamientos superiores y otros no. Las obras humanas de calidad creativa superior necesitan por cierto los impulsos guías del mundo ideológico divino, pero también un carácter humano correspondiente que pueda concebirlos, pero que los ponga de manifiesto según su manera de ser. El ser humano no es ninguna marioneta de Dios, sino que refleja la luz Divina en el mundo material según su propio carácter.

Si es que ahora se puede partir del hecho de que los pensamientos le son enviados al ser humano de una fuente superior, sería muy importante saber más de la naturaleza de esta fuente.

Bruno Groening encontró estos conocimientos sin haber estudiado en una Universidad, solamente su profunda religiosidad le abrió la puerta a las esferas espirituales del ser humano.

Él estaba convencido de que el ser humano se encuentra entre dos energías. Por un lado está Dios, la fuente de todo lo bueno, el orígen de la vida, por el otro lado está el polo espiritual contrario a Dios, el "malo" o también Satanás. Bruno Groening declara libre de toda claudicación que Dios, la cumbre de todas las fuerzas buenas así como "el malo", la cumbre de todas las fuerzas negativas, son seres concretos. El desarrollo del ser humano sucede en medio del campo de tensión de estas energías espirituales antagónicas en sí, por lo que al final, como se verá más claramente después, el mal sirve - contra su propósito - para los fines de Dios.

Del mundo ideológico divino, es decir de Dios provienen todos los pensamientos y sensaciones buenas. Él envía sin cesar Sus pensamientos a los seres humanos. De la misma manera actúa el contrincante de Dios en el alma humana. Como seres espirituales, son unvisibles para los sentidos corporales. El idioma del espíritu son los pensamientos y éstos son los que el hombre toma en sí, en caso normal sin poder ver el orígen de ellos.

Bruno Groening dijo en un discurso:

"Dios ha creado al hombre hermoso, bueno y sano. Así también quiere Éll tenerlo. Al principio los hombres estaban unidos completamente a Dios, allí había solo amor, armonía y salud. Todo era Uno. Pero cuando el primer hombre escuchó la voz mala, que hablaba fuera de esta unidad, y desde que lo hizo se rompió esta conexión, y desde entonces Dios está aquí y el hombre allá. Entre Dios y los hombres se formó un gran abismo. Ya no hay ninguna conexión. El hombre, estando sólo, puede que sea

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muy creyente y que rece mucho, pero en el camino de su vida será carcomido por el mal y arrastrado a la profundidad. Uds. han llegado en su camino de vida allí abajo. Uds. experimentan desdicha, dolores, enfermedades incurables. Yo les digo, ¡no vayan aún más abajo, sino que yo los llamo a la gran conversión! ¡Vengan aquí arriba y sobre el precipicio yo les construyo un puente! ¡Vengan del camino del calvario al camino divino! Por este camino no hay desdichas, no hay enfermedades, no existe lo incurable, allí todo está bien. ¡Este camino conduce de regreso a Dios!"·83

En las enseñanzas de Bruno Groening, el antagonismo de los pensamientos positivos y negativos en el alma es la lucha de Dios y del mal por el hombre. Cada ser humano determina si es que él está conectado con Dios o con lo negativo solamente a través de la clase de pensamientos en los que él cree.

Las características ya descritas de los pensamientos positivos muestran la esencia de Dios. ÉL no urge, más bien toca despacito la puerta del corazón humano con la esperanza que Le crean Sus palabras.

Por el contrario, el "malo", la voz que está fuera de la unidad de Dios con el hombre hasta ahora es "audible" en los pensamientos negativos del hombre y embisten el ánimo del ser humano la mayor parte de las veces con sus pensamientos y quiere obtener la fe por la fuerza.

Por medio de sus pensamientos el mal quiere amarrar al hombre al mundo exterior de las apariencias, hacerle olvidar su orígen superior y su deber en un mar de pensamientos de preocupación y a través de deseos, (anhelos y aspiraciones) limitados puramente a la dimensión visible del ser. Sin descansar le pone frente a cada pensamiento bueno y lleno de fe del ser humano un número muy grande de pensamientos de duda y hace todo lo posible por destruir dentro del hombre la fe en lo bueno para así poder quitarle la conexión con la fuente divina de los pensamientos.

Bruno Groening dijo acerca de ésto en un discurso:

"El hombre ya no sabe que Dios le habla, que Dios ha determinado tanto para él y que él no lo ha aceptado y que también ahora está apenas en condiciones de aceptarlo, porque él mismo se cierra y porque el mismo se ocupa sin cesar del mal. Está incesantemente en conexión con el mal, los pensamientos malos le llegan sin parar. El hombre se ocupa sin cesar con lo que él siente como desgracia en su cuerpo."·84

El hombre está en todo momento bajo un guía espiritual. A través de sus pensamientos es guiado o por el bien o por lo negativo.

Bruno Groening lo describió de la siguiente manera:

"Nadie está sin guía. Hay dos guías, es decir uno que guía mal y otro que guía bien."·85

También aquí Bruno Groening explicó el suceso espiritual a través de la parábola con el aparato de radio. A éste se le sintoniza en un largo de onda determinado para que la emisión deseada pueda ser recibida. Durante el tiempo en que el aparato permanezca sintonizado con el emisor no se podrá oir ningún otro emisor. Recién cuando el aparato esté sintonizado con otro largo de onda se podrá recibir la emisión de otra emisora,

De la misma manera, el hombre puede abrirse por medio de su voluntad a los pensamientos buenos, es decir, sintonizarse con la emisión de Dios, o aceptar la

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conexión con la emisión de pensamientos del espíritu negativo. Quien esté lleno de pensamientos negativos, es decir, quien se haya abierto a la emisión del poder negativo, al mismo tiempo será inalcanzable para los pensamientos positivos. Primero tendrá que "desalojarse" a través de su voluntad de los pensamientos negativos que separarse de ellos para poder captar nuevamente la "emisora" divina.

Bruno Groening dijo al respecto:

"¿Quiere Ud. que le mienta? ¿Quiere que le diga que aquí depende solamente de uno como yo? ¡No amigos!, depende de Ud mismo, de cómo Ud. reciba lo bueno. ¿Cuándo puede Ud. recibirlo?. No antes de que Ud. mismo se haya desligado del mal, de que Ud, realmente no tenga nada en común con el mal. ¡Antes no hay ninguna recepción! ¡No es posible antes! ¡Entonces, abra su corazón, deslíguese de todo! ¡Fuera con todas las preocupaciones y necesidades! La mayoría de los seres humanos no sabe nada, no sabe hacer otra cosa  - ésto es también una costumbre – que fabricar nuevas preocupaciones."·86

Cada ser humano es libre de construir un muro espiritual entre él y Dios y de reforzar este muro con cada pensamiento negativo, con cada palabra negativa y con cada mala obra. Dios se pone bajo la libre voluntad de los hombres. ÉL nunca va a hacerle nada. Cuando el hombre cree en "la otra voz", ÉL se retira. Ésta (la otra voz, el malo,) es la que le priva al hombre de la salvación, en cuanto él se ocupa de ella. A través de sus palabras, Bruno Groening puso el obrar de Dios nuevamente en su proximidad inmediata, ya que se había vuelto tan extraño para muchos de los hombres, que la mayoría de las veces era proyectado en un cielo lejano. El polo opuesto de Dios al que muchas veces se le considera burlonamente como una figura de los cuentos de hadas, volvió a ser a través de él (B. G.) un enemigo del hombre claramente concebible.

El saber acerca de los antecedentes del bien y del mal en la vida de hombre es muy antiguo. Muchos pueblos reconocieron intuitivamente que detrás de ello existía el obrar de un poder sobrehumano, y también la doctrina cristiana lo atestigua. En el Nuevo Testamento, Dios aparece como el Padre de los hombres. ÉL es representado como una persona concreta con la que se puede hablar. El espíritu negativo es descrito como una figura personalizada y como la cima de las fuerzas oscuras y amenazantes. Los autores de la Biblia veían en ella al enemigo y contrahente de Dios, que es el tentador, el asesino desde el principio, el Satanás, el diablo, el príncipe de ese mundo. En las enseñanzas cristianas, se ve en este espíritu negativo al arcángel Lucifer, que con sus seguidores se había apartado de Dios.

Éste es también el espíritu que tentó a Jesucristo en su camino hacia la redención y al que en el Antiguo Testamento se lo representa como la serpiente que sedujo a Eva para que quiebre el orden de Dios. Eva cayó en la tentación, Jesús nó, Él la venció, separándose con toda resolución de los susurros negativos y tentaciones y así pudo mantener la conexión con Dios.

En el siglo XVIII, en las corrientes del Siglo de las Luces, (el hombre) se separó de las enseñanzas de las revelaciones cristianas. El "pensar racionalmente" y el "sano raciocinio humano" se convirtieron en la medida de todo y se consideró la existencia de una energía personal negativa y espiritual, como una reliquia de la Edad Media.

Ésto es comprensible echando una mirada a la Historia, pues muy a menudo – se debe pensar solamente en los tiempos de los procesos contra las brujas – este espíritu negativo era la legitimación para perseguir y condenar a otros seres humanos. Millones

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de personas inocentes fueron martirizadas y quemadas en manos de la Inquisición (vea también cap. 7).

Pero es muy peligroso negar una fuerza que día por día confirma su existencia en una medida cada vez más alarmante. Solamente en nuestro siglo, los millones de millones de gente asesinada constituyen un tenebroso monumento conmemorativo para el efecto destructivo del espíritu negativo, que conduce al hombre contra el hombre en una dimensión no conocida anteriormente y que a través de los fantasmas engañosos de poder, dinero o fanatismo ideológico o religioso hace que los hombres se conviertan en bestias sin sentimientos.

El teólogo, Prof. Adolf Köberle aclaró este tema muy impresionantemente en su obra "Das Böse und der Böse. Zwei Überzeugungen im Widerstreit." Él también ve en las crueles prácticas de la Inquisición en la Edad Media, un motivo para negar hasta hoy en día [la existencia de] un poder negativo personificado y describe el cambio que sucedió desde el Siglo de las Luces en todos los ámbitos de la vida social:

"En la buena sociedad, está en vigor hasta ahora - como una ley no escrita - el no tocar el tema susodicho. Cuando aparece nuevamente en forma de conversación, uno puede solamente reir de manera compasiva o indignada. El diablo desaparece de los colegios y de las universidades, de las facultades de Derecho y de las de Medicina, de la Pedagogía y de la Psicología y por supuesto que de toda la investigación científica. También la Teología colabora también para esta negación generalizada. El diablo ya no aparece en las prédicas ni en la guía espiritual. Se le busca en vano en los tratados dogmáticos. Quien tiene interés en mantener su fama científica, tendrá que tener mucho cuidado en no reconocer la realidad del antagonista."·87

La convicción infalible de Jesús y de la cristiandad antigua de la existencia de una personalidad con poder negativo, que también se vuelve a encontrar en Martin Luther King, es interpretada en amplios círculos de teólogos liberales como una idea equivocada que depende de la época.

Los modelos de la Psiquiatría y de la Psicoterapia modernas sustituyen los antiguos conocimientos sobre el obrar de un poder sobrehumano.

Sin embargo, aún en nuestro tiempo se encuentran cada vez más teólogos que vuelven a reflexionar y regresan a la ideología bíblica y que la toman en serio de la manera correcta. El teólogo Karl Heim de Tübingen es uno de ellos. Él se declara abiertamente a favor de la realidad de una personalidad con poder negativo y describe la vida de Jesús como una lucha contínua con el enemigo de Dios.

Se puede observar una posición parecida en el teólogo Emil Brunner.

El Prof. Köberle declara al respecto:

"Emil Brunner está convencido de que la maldad individual en el corazón de los hombres no alcanza para medir las profundidades del mal. Lo que debe de impresionar a todo pensador profundo es el hecho de que: Este poder actúa planeado y dirigido. Detrás de él hay una central que actúa con una inteligencia amplia y detallada que parte del principio: No debe haber paz en la tierra, siempre tienen que haber nuevas guerras. Los niños tienen que ser asesinados ya en el vientre materno, la juventud no debe crecer sana de cuerpo y alma, tiene que degenerarse antes, no debe existir nada de la creación que no esté destruída, tiene que ser malograda hasta muy dentro, hasta los valores elementales básicos. El que nos acometan apetitos sospechosos y

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altamente pasajeros y que tengan para nosotros un atractivo casi sobreterrenal, que nos pone ebrios, es según Brunner, también una prueba de la estrategia del gran estafador."·88

De manera parecida se expresa el Prof. Wilhelm Stählin, de la Universidad de Münster y Obispo de Oldenburg. Él está convencido - así escribe el Prof. Köberle - de que el hombre en sí no tiene una grandeza cerrada en sí, sino que por medio de su voluntad se puede abrir para el reino de la verdad y del amor, pero que de la misma manera se puede abrir hacia la tentación. Para él, el hombre es un campo de batalla en el que dos fuerzas antagónicas se pelean por él. Para ello no es de ninguna manera igual, cómo el ser humano individual se comporta - por su propia elección - frente a estas influencias espirituales. Cuando se abre a los poderes negativos, podrá comprobar pronto, que se ha entregado a una dependencia dolorosa, de la que ya no puede desligarse por sus propias fuerzas.

El Prof. Stählin le da mucha importancia al hecho de recalcar la diferenciación de los efectos de las fuerzas negativas y positivas en el ser humano. Las fuerzas del reino de la verdad y del amor son reservadas, mientras que las fuerzas negativas se pueden percibir como impertinentes. Sin preguntar, atacan la casa y les quitan toda la energía a sus víctimas. El hombre necesita - segün el Prof. Stählin - un oído refinado para el "cortejo silencioso y distinguido de los ángeles" y "un espíritu decidido para defenderse del agresor del mundo del mal."·89

Para el ser humano, es una gran bendición cuando él - como recalca el Prof. Stählin - cierra su alma con toda resolución ante las influencias de la energía negativa y la abre a las energías positivas, pues la toma de pensamientos negativos o positivos y la realización de ellos en palabras y en hechos tiene consecuencias extensas para la vida y el destino del ser humano que van considerablemente más allá del bienestar corporal momentáneo.

Ya Laotse reconoció ésto hace 2.500 años y lo expresó con las siguientes palabras:

"El ser humano tiene en sus manos el formar su destino, según como él - por su comportamiento - se ponga o bajo la influencia de las energías benditas o de las energías destructivas."·90

Todo pensamiento que el ser humano toma para sí, actúa según la energía espiritual que tiene dentro de sí sobre todas las circunstancias de su vida. Los pensamientos son el semen espiritual que en la medida en que estén llenos de la energía de la fe o de la convicción del ser humano, pueden ser percibidos en el mundo material en la dicha o en la desdicha, en la salud o en la enfermedad y en muchas otras circunstancias más.

Así el ser humano, según la voluntad de Dios se convierte en un creador dentro de los límites que Él le otorgó. Puede ulilizar la energía vital y creadora que se le otorgó para llenar sus pensamientos de la fuerza y la vida que proceden del Espíritu Divino o de lo que esté en contra de los mandamientos de Dios. Cuando une su espíritu a través de buenos pensamientos a la esfera espiritual de Dios, entonces siempre le seguirá afluyendo la Energía Divina. Entonces se parece a un lago al que siempre le afluye agua fresca y clara, para que de su excedente pueda irrigar vastos terrenos con agua. El agua de este lago es clara de modo que el cielo se puede reflejar en ella.

A través de los pensamientos negativos, el hombre desperdicia la energía que se le dió y forja incesablemente las cadenas que algún día lo van a poner en una dolorosa prisión, de la que ya no se va a poder librar por sus propias fuerzas. Una represa le

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cierra al agua el camino hacia el lago y éste se empantana, su agua se pone opaca, la vida en ella muere, su suelo se pone mohoso y negro.

¿Qué puede hacer Dios, cuando el hombre se cierra ante Él por falta de conocimientos o por mala voluntad?. Él tiene que ver cómo el hombre sale de Su conducción y así ya no puede oir Sus llamados, hasta que él a través de las consecuencias que se perciben en sufrimientos y miserias empieza por sí mismo nuevamente a llamar a Dios. En medio de la necesidad, a menudo es él nuevamente capaz de recibir el mensaje que Dios le hace llegar en una situación así p. ej. por medio de las palabras de un prójimo y de agarrar la mano que lo salve.

Bruno Groening hizo hincapié:

"Aquí depende del hombre mismo, de cómo él cuida de sí mismo, de su cuerpo. Cuando toma la Energía de Dios dentro de sí, se queda bajo la conducción divina, y entonces tiene la protección. Pero cuando sale de esta conducción, ya no la tiene."·91

"No es como los hombres creen, que la enfermedad es un castigo de Dios. Es como comparar cuando un niño abandona la casa de sus padres. Los padres ya no pueden protegerlo. Así es cuando nosotros abandonamos a nuestro Padre. No debemos olvidar que nosotros únicamente somos hijos de Dios. Solamente Él puede ayudarnos. Y Él nos va a ayudar, cuando nosotros hayamos encontrado el camino hacia Él."·92

Con sus palabras abiertas sobre los antecedentes del bien y del mal, Bruno Groening no quiso ni despertar miedo ni preparar el camino para el fanatismo religioso. A él solamente le interesaba guiar a los seres humanos hacia un camino donde no haya ni miserias ni sufrimientos. La situación del mundo de hoy en día muestra con una claridad dramática, que la ignorancia de los seres humanos acerca de las posibilidades del poder negativo tiene consecuencias más crueles que la aclaración objetiva.

Naturalmente que aquí se condenan de la manera más aguda las prácticas de la Iglesia del medioevo y ésto siempre tiene que ser recalcado. Por medio de la Inquisición, la Iglesia ha impedido toda clase de aclaración espiritual para el pueblo, solamente para poder mantener su propio poder. A través de sus crueles prácticas, esta Institución que se sentía capaz de entregar a los hombres las enseñanzas de Cristo, se puso al servicio del poder negativo y les ha quitado a los hombres el acceso viviente al Salvador y con ello ha preparado el mejor terreno para el crecimiento del materialismo.

Hoy en día, el Vaticano todavía proclama la existencia del enemigo, pero en las parroquias no se percibe mucho de una aclaración acerca del obrar del oscuro poder.

Pero esta aclaración es la tarea más importante de hoy en día. La vida interior de cada ser humano tiene también un efecto para los demás. Toda la creación material de valores ha tenido su orígen en los pensamientos. Toda casa, toda arma, los adelantos de la técnica. Todo encontró su forma invisible primero en el espíritu del hombre, en sus ideas, antes de que haya podido alcanzar su forma material por medio del trabajo corporal correspondiente. Las formas desarrolladas por medio del espíritu humano actúan nuevamente de modo positivo o negativo en el consciente de otras personas, sirven para que se desarrollen hacia lo bueno o hacia lo malo, De la misma manera, ésto es válido para la palabra hablada o escrita. El reciente pasado de los alemanes y el poder de la prensa son ejemplos muy claros de los efectos de los pensamientos de algunos en la orientación espiritual de otros círculos sociales. Las grandes masas de la población están la mayoría de las veces entregadas irremisiblemente a las influencias negativas.

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Quien no haya aprendido a mirar detrás de las cosas, caerá siempre ante las promesas y las palabras aduladoras.

No solamente el "Fausto" de Goethe, sino también otras obras literarias dan testimonio de la influencia escondida del espíritu negativo en la sociedad humana. Obras como "Merlin oder das wüste Land" de Tankred Dors, o "Ashaver" de Stefan Heym presentan el espíritu negativo no solamente como enemigo de la vida individual sino que además ven en él un poder enorme, que ejerce - ocultamente - una gran influencia sobre toda la realidad social.

¿Cómo se puede liberar uno de la presión de la miseria y de los sufrimientos?

¿Cómo se puede proteger uno del obrar del poderoso espíritu negativo que trae lo malo?

"El mal es poderoso. Dios es todopoderoso."·93

"Quien está al servicio de Dios, no solamente será apoyado por Dios por medio de Su poder, sino que será también protegido. Él podrá vencer lo malo por el poder de Dios."·94

Con estas palabras, Bruno Groening les aclaró a sus oyentes muy precisamente acerca del poder que le nace al hombre y que proviene de la unión viviente del hombre con el espíritu de Dios. Un poder, a través del cual le es posible vencer lo negativo. Él exhorta a sus oyentes a que en su vida "siempre estén por encima de todo lo malo" y los llama a luchar solidariamente contra el enemigo de toda la vida:

"Luchemos juntos contra todo lo malo, vayamos juntos por el mismo camino, que conduce a todos los hombre hacia Lo Bueno"·95

"¡Yo los llamo hacia el orden! Yo quiero que lleven una vida sana, una vida buena, como Dios lo ha dispuesto, y que ustedes ya no se ocupen de este espíritu maligno, del mal, y que tampoco se conformen con él, que ni siquiera lo soporten, ¡No! ¡que lo rechacen de sí mismos!. Si ustedes hacen todo ésto, están convencidos y entonces todo se vuelve diferente, mucho más bonito, recién allí empieza la vida, es decir, recién allí empieza Dios a obrar en el ser humano."·96

A través de sus palabras, Bruno Groening quiere enseñarles a los hombres las reglas de juego de esta lucha espiritual, que todo hombre tiene que llevar. Éstas ya han sido mencionadas antes, pero en esta parte quisiera resumir nuevamente:

- El hombre debe deshacerse de todo lo que él siente como malo en su vida, en su interior, tiene que separarse mentalmente de ésto y enviarle buenos pensamientos. Nunca debe contrarrestar mental ni emocionalmente lo negativo con lo negativo. Por este motivo, ya Jesús exhortaba: "Amad a vuestros enemigos, hacedles algo bueno a aquellos que os odian, bendecid a aquellos que os maldicen, rogad por los que os maltratan."·97

- El requisito fundamental para la lucha es el sintonizarse consciente y regularmente con la energía Divina, para disponer de las energías necesarias para rechazar los pensamientos negativos.

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- El hombre no debe exigir nunca, pero puede adquirir todo a través de la voluntad de Dios

- El tiene que volverse obediente a Dios y nunca más debe ser crédulo ante las opiniones de otros hombres. Para ello debe examinar todo lo que le llega en forma de pensamientos y palabras por medio de su facultad perceptiva y empezar a preguntar dentro de su corazón a Dios, y aprender a reconocer las respuestas y las advertencias dadas, pues lo negativo es a menudo muy difícil de reconocer.

El deseo de Hans Georg Leiendecker de sanarse lo condujo a las enseñanzas de Bruno Groening. Cuando se sintonizó por primera vez con la energía curativa, inmediatamente recibió la curación del asma que había tenido durante muchos años. A él se le puso en claro, que Bruno Groening quería hacerle llegar mucho más que la curación corporal. Empezó a cerrarse conscientemente ante lo negativo y tuvo muchas experiencias buenas, de modo que la fe en el poder de lo bueno en él pudo ser reforzada cada vez más.

Él me informó lo siguiente:

"Ha tardado algún tiempo, hasta que pude creer que existe "el mal", mas bien "el malo". Al principio me parecía tan medieval y chistoso en nuestra época tan "esclarecida". Pero poco a poco reconocí donde estaba el orígen de todo lo malo en el mundo, éste es exactamente "el malo" del que yo antes me había reído. Así, ahora ya no miro tampoco solamente "o malo" en todos los seres humanos y las cosas ni tampoco creo en ello, pues yo vivencio diariamente, que Dios es más fuerte que todo lo malo, que Él siempre puede ayudar y cambiar todo lo malo en bueno. En lugar de ser pesimista, estoy siempre lleno de optimismo y ya no veo el futuro negro ni desesperado. En lugar de mirar siempre lo malo y las costumbres negativas en mis prójimos, he aprendido a decírselo a los otros con cariño [...]. Ahora, las destrucciones del medio ambiente tampoco me pueden apesadumbrar, pues yo sé que la energía divina es más fuerte que todas las energías destructivas, y por eso me sintonizo todos los días por el medio ambiente."·98

Quien reconozca las conexiones, se cuidará de juzgar alguna vez a un ser humano, cuando él ostensiblemente también haga algo negativo. Pues, debería haber quedado muy claro, que el hombre no es malo según su esencia, sino que siempre es solamente el instrumento del poder espiritual negativo.

Bruno Groening lo expresó en las siguientes palabras:

"El hombre es y permanece divino, el hombre no es nunca malo sino que cuando él abandona a Dios, puede ser [...] atacado por el mal. El mal lo aprisiona y entonces él tiene que servir al mal. No es el hombre el que hace el mal, sino que es el malo."·99

Así, la primera obligación de un hombre que sea atacado por su prójimo es la de cerrar su corazón ante lo negativo, al que ostensiblemente se ha abierto su prójimo. Cuando sea injuriado, no debe responder con injurias, sino que debe conectarse conscientemente con las energías buenas, para defenderse de la carga negativa y para contrarrestar a su contrincante con tranquilidad y con lo bueno en pensamientos o palabras y con toda la determinación de su voluntad. De este modo se protege a sí mismo y ayuda a su prójimo a deshacerse de lo negativo.

Bruno Groening dice acerca de ésto:

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"Amigos, ¡no sean malos con nadie! Ser malo significa que Uds. han tomado el mal para sí."·100

"Ud. puede venir tranquilamente y darme una bofetada, por ello no me enojo con Ud. Pero me alegro cuando digo ‘Ahora ha echado lo malo de sí, ahora tengo que aprovechar, ahora, en este momento tengo que darle lo bueno."·101

"Yo amo a mis enemigos. El malo se enreda en sus propias redes."·102

Así pues, no es ningún signo de debilidad, cuando uno no responde atacando, cuando uno no paga lo mismo con lo mismo, sino que da testimonio de un saber profundo de los principios espirituales y de un gran dominio sobre sí mismo.

Al lector que busque un esquema que pueda utilizar en cualquier situación en la que sea confrontado con lo negativo por otras personas, se le indica, que una manera de actuar de acuerdo al "esquema F" nunca puede corresponder con justicia a las necesidades de la vida. Cada situación es diferente y probablemente necesita reacciones completamente diferentes. A una persona que simplemente no quiere cambiar y que siempre habla y actúa negativamente, alguna vez tiene que ser echada fuera de uno, para protegerse a sí mismo. A veces se necesita una palabra fuerte y precisa, a veces ayuda el quedarse callado. Pero el que tenga cuidado de que su corazón esté libre de lo negativo, y que siempre reaccione con tranquilidad, amor y determinación, podrá vivenciar, que en toda situación se le dará a saber lo correcto en su corazón.

Así como un individuo que piensa, habla y actúa mal no es ninguna mala persona, no se debe caer en el error de que una persona enferma es una persona mala. La suposición de que el hombre por sus pensamientos y acciones negativos pierde sus energías vitales y así prepara el terreno dentro de sí para sufrimientos psíquicos y corporales es en principio correcta, pero no debe conducir a juzgar de alguna manera a un hombre enfermo, pues nunca se sabe por qué él ha permitido el ataque de lo negativo contra él. En la mayoría de los casos ésto sucede inconscientemente. En situaciones determinadas, el miedo, la angustia, la compasión o algo parecido parecen ser inevitables y ante los ojos de la mayoría de los seres humanos se han convertido en sentimientos "naturales" porque la fe en Dios, la confianza original se han vuelto extrañas para ellos. Aparte de eso, hoy en día, el dominio completo de los pensamientos y así el poder vivir en conexión ininterrumpida con Dios ha quedado restringido a muy pocas personas. Todos los otros seres humanos - en cuanto ellos se han vuelto "sabihondos" – están más o menos lejos del camino por el cual pueden vencer lo negativo dentro de sí.

Bruno Groening opinaba que la gran mayoría de todas las personas que se han conectado con lo negativo, son víctimas de las influencias del medio ambiente y de sus propias debilidades, pero que aún llevan en sus corazones la añoranza hacia lo bueno. Pues entretanto, el poder negativo en la tierra se ha vuelto tan fuerte, que uno como hombre sólo y sin conocimientos está perdido ante él. Por causa de las energías negativas que han tomado para sí en forma de pensamientos, palabras o acciones, muchos de aquellos que según los puntos de vista de la Medicina están sanos, llevan dentro de sí ya perturbaciones pronunciadas de los sistemas de regulación del cuerpo que solamente necesitan una acción pequeña para que sean visibles como enfermedad en el conjunto general de las células corporales. A menudo, ya en la niñez, la capacidad de resistencia espiritual y anímico-corporal disminuye significativamente por la multitud de influencias negativas de palabras e imágenes. Observen solamente cuan rápidamente niños y jóvenes sufren quebrantos psíquicos cuando solamente se les

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pone frente a exigencias pequeñas, el número de suicidios habla un lenguaje muy claro.

Muchas personas no han tenido durante decenas de años la fuerza para defenderse de los parientes cercanos o miembros de familia, que los han tiranizado. A través de complejos de inferioridad, de pensamientos de angustia, de cólera reprimida hasta de odio, les han abierto, sin saberlo, su corazón al poder negativo, que va cerrando cada vez más fuerte, la red de sufrimientos, desdicha y necesidades alrededor de su vida. Por otro lado, otros se atan por una falsa fidelidad a sus deberes a un matrimonio que se ha convertido en un martirio. Año tras año están expuestos a las energías negativas, que el esposo o la esposa irradian. Algún otro se angustió durante años porque la madre o la abuela habían sufrido un ataque cerebral y creía que le esperaba un destino parecido, y por medio de la fuerza de sus pensamientos, provocó que ocurra en su vida aquello que tanto le había angustiado.

Justamente las personas sensibles vivencian sufrimientos, porque no solamente son receptoras de lo bueno sino también de lo negativo. Por una bondad mal entendida, abren su corazón al fulano y al zutano y tienen dificultades en cerrarse ante lo negativo que a menudo les traen otras personas. Toman los sufrimientos de sus prójimos en sí, porque quieren ayudar a todos, porque siempre prestan oídos a todas las largas historias de los sufrimientos de los otros. La mayoría de las veces tienen una gran compasión con sus prójimos necesitados con los efectos destructivos ya mencionados para su propia salud. Bruno Groening indicó a  menudo que el ser humano tiene que tener dentro de sí un "egoismo vital sano" y que no debe olvidarse de sí mismo. Uno no debe dar más energía de la que uno mismo toma, si no, uno da un "préstamo" y llega el momento en el que uno mismo necesita ayuda.

Entre los sensibles, uno encuentra también a personas que son "fáciles de herir" y que rápidamente se toman algo "a pecho". Éstas, a menudo sufren largo tiempo por una palabra mala que a otras personas que tienen un ser menos sensible no les causa nada. Quizás, estas personas tienen que sufrir mucho, para que aprendan a tener la dureza necesaria ante lo negativo.

Por otro lado, otras personas no son capaces de perdonarse a sí mismas por sus errores personales. Algunos se quedan toda una vida haciéndose reproches a sí mismos y cargándose de estos sentimientos negativos.

Esta lista puede ser continuada sin fin. Hay incontables ejemplos que dan testimonio de que los seres humanos se ponen inconscientemente en la zona donde actúa el poder del mal.

Los egoístas piensan sin tener ninguna simpatía por sus prójimos, p. e. solamente en el negocio, en el dinero o en vivir bien. Éstos estarían atados toda su vida a esta falsa locura, si es que el fuego del sufrimiento no los liberara de estas ataduras. A menudo encuentran Lo Superior recién a través del sufrimiento y después de la curación pueden cambiar toda su vida.

Si es que por la conexión con el mal, al hombre solamente le llega el sufrimiento, la necesidad y la enfermedad, en el obrar maligno de este poder se encuentra aún un sentido más oculto. A través del sufrimiento y de la necesidad, algunos pueden alcanzar una madurez interior, que lo arranca de las imágenes engañosas de los muchos deseos materiales y que paulatinamente lo lleva a la búsqueda de un sentido superior del ser. Otras personas, que no tienen que pasar por estas estaciones se quedan - hasta la muerte - a menudo amarrados a las comodidades materiales de la

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vida en un estado de pereza espiritual. Para hacer más claras estas conexiones ocultas, Bruno Groening preguntó una vez a sus oyentes, qué es lo que les había llevado hacia él. Él recibió muchas respuestas, que fue por el periódico, que fue por los parientes, y muchas otras más, pero ninguna de ellas pudo contentarlo. Entonces, él mismo dio la repuesta y aclaró que es "el mismo mal" p.ej. en forma de enfermedad el que conduce a los hombres hacia él (B. G.):

"El mal conduce siempre hacia el bien."·103

¿No es el sufrimiento que hace que los hombres busquen a Dios? Muchas personas primero tienen que ir largos años de médico en médico hasta que reconocen que hay Uno, que ellos habían olvidado, Aquel que es "el médico más grande de toda la humanidad" como decía Bruno Groening. Ya Goethe hablaba de la misma manera en su "Fausto" sobre el sentido oculto del obrar del poder negativo:

"Es una parte de aquel poder, que siempre quiere lo malo pero que crea lo bueno."·104

Quien haya vivenciado el sufrimiento, sabe qué valor tiene un cuerpo sano. Él buscará los caminos que lo conduzcan a recuperar la salud perdida. A menudo, está recién dispuesto a liberarse de los cimentados prejuicios, a notar, a reconocer  posibilidades, ante las cuales anteriormente - por su arrogancia intelectual - él había tomado una posición de rechazo y a cambiar por sí mismo y a buscar y aceptar lo bueno, a buscar y aceptar a Dios.

Cuando un hombre tiene que vivenciar que él está totalmente desvalido, p. ej. frente a una enfermedad o a algún otro sufrimiento, cuando él choca con los límites de su poder, recién está preparado su interior para la humildad, para buscar un Poder Superior y para someterse ante ÉL. A menudo, recién después de haber pasado sufrimientos, el ser humano es capaz de tener simpatía para con su prójimo en una situación parecida, y de desarrollar el amor al prójimo.

Una persona curada del actual Círculo de Amigos de Bruno Groening me informó que ahora después de la curación, ella está agradecida por todos los años de sufrimiento. Pues ella nunca se habría interesado por Bruno Groening ni por la curación por el camino espiritual si ella no se hubiera encontrado en tal necesidad. Así venció todos los prejuicios y estuvo dispuesta a convencerse. Ella se sanó y encontró más que la salud: el camino hacia Dios.

"Recién ahora sé valorar mi salud, después de que la volví a recibir de regalo a través de Bruno Groening" me dijo ella a mí, "también otras muchas personas pudieron encontrar ésto a través de mi curación y pudieron vivenciar la curación. Mi informe las convenció."·105

Cuando un hombre, movido por el sufrimiento, tiene el valor de salir de los esquemas propios de sus costumbres y prejuicios, y de convencerse del poder del espíritu, se ayuda con ello no sólo a sí mismo sino también ayuda a otros, que en vista de los cambios - la mayoría de las veces visibles - en el cuerpo y en la vida de estas personas, siguen su ejemplo. Así, de esta manera a algunas personas, movidas por el ejemplo del prójimo, se les puede ahorrar muchos sufrimientos y miserias, cuando aprenden temprano a seguir los principios fundamentales de la vida y a llevar y tomar para sí la lucha sagrada por la curación.

El tiempo

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Uno de los males más esparcidos de hoy en día es el de esquivar determinadas necesidades de la vida con las palabras:

"No tengo tiempo"

Todo parece ser muy importante: las tareas profesionales, el planeamiento del tiempo libre, pero encontrar el tiempo, para tomar con toda tranquilidad lo bueno para el cuerpo, parece ser imposible en las 24 horas del día.

Bruno Groening dijo una vez:

"El hombre puede tomar las precauciones para utilizar el tiempo y también la oportunidad para él mismo y para su cuerpo, para que él disponga de tanta energía buena, y que ya no tenga que tener miedo del mal, para que con estas reservas de energía pueda llevar con toda tranquilidad la lucha contra el mal. Así, el hombre vive bajo el orden divino."·106

Quien quiera ir por el camino hacia la curación y quiera llevar en su vida la lucha contra el mal, solamente puede hacerlo, cuando él tome para sí y disponga de la energía espiritual necesaria.

Bruno Groening comparó el cuerpo de un ser humano con una batería e indició que el hombre gasta energía pensando, hablando y haciendo algo, lo que la mayoría de las veces a largo plazo no puede ser recuperado en la medida suficiente por el sueño. Por eso, el hombre se debería tomar el tiempo para sintonizarse por lo menos dos veces por día con la energía curativa. El debe buscarse un lugar tranquilo para tomar allí la energía de Dios. A menudo diez minutos o un cuarto de hora son suficientes para adquirir la energía necesaria para poder cumplir con las exigencias del día, sin tener que prescindir de la tranquilidad, la alegría y la paz por falta de fuerzas. También se recomienda, de tiempo en tiempo, tomar esta energía juntamente con otras personas, ya que la afluencia de energía se refuerza.

Bruno Groening habló acerca de ésto en un discurso ante la Comunidad de Springe el 05 de octubre de 1958:

"Yo creo, amigos, que es mejor que yo diga abiertamente la verdad acerca de cómo los hombres aquí han desperdiciado la vida, pues raramente alguno ha vivenciado algo en la vida. La mayoría de ellos la disipan. Desperdician el buen tiempo. El tiempo es así, es lo bueno. [...] Nosotros debemos vivenciar en todo momento mucho de lo maravilloso, de lo divino. Y así como vivenciamos lo divino, así como tomamos lo divino dentro de nosotros, entonces vamos a sentirnos bien, entonces estaremos liberados, entonces viviremos así como Dios ha determinado la vida aquí.

Pero ¿qué es lo que hace la mayoría de la gente?. Pues lo que ya he dicho, y por otro lado no tienen nada de tiempo para sí mismos. Por aquí está el negocio, por allí las tareas domésticas, por allá la empresa, por ahí el trabajo, por acá Juanito, por allá la tía, por allí el fulano, tengo que ir allí, tengo que ir allá. Oh no, ésto no puedo perdérmelo. No, no, no tengo tiempo. Quizás tenga tiempo para ir... Ésto lo han lamentado repetidamente los hombres, recién cuando han sido atacados por el mal de tal manera que ya no los deja, cuando el mal ha entrado en su cuerpo, entonces llegan al reconocimiento, recién entonces tienen tiempo. [...] El que no quiere oir, entonces debe sentir. Y así son entonces muchas las personas que no quieren oir, ellas tienen que sentir. [...] Tienen que buscarse un lugarcito para poder tomar nuevamente lo celestial, la tranquilidad divina, para que a través de ésto vuelva su cuerpo a ponerse

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en orden. Tienen que prestarle atención a su cuerpo. Ya no deben ponerse en contacto con el mal, primeramente tienen que separarse de él, así como ustedes se han separado ahora diciendo: "Aquí tengo mi cuartito, aquí me quedo, aquí no me estorba nadie." Entonces reciban todo, aquí reciben ustedes también la energía para que la perturbación del cuerpo sea aniquilada.

Cuando no alcanza una vez, [...] dos veces, dicho exactamente, Ud. tiene que hacerlo siempre, todos los días. Pero ésto es mucho para la mayoría. [...] Quien no tiene tiempo para sí mismo, amigos, no es un hombre creyente, éste se ha separado realmente de Dios. Él tiene que tener el tiempo que necesita para sí, para su cuerpo."·107

A un hombre que piensa realmente de manera realista, tiene que ponérsele muy en claro, que no solamente un balance positivo en su cuenta del banco es necesario para su vida, sino que también el balance de sus energías tiene que ser positivo. Cuando él esté preparado a tomarse el tiempo para sí mismo, aún en contra de todas las resistencias de sus costumbres y de sus alrededores, podrá reconocer pronto, que él no solamente puede ganar energía sino también tiempo. Cuando uno percibe en su cuerpo que lo negativo ha encontrado entrada en él, siempre hay tiempo y oportunidad para retirarse un momento para "llenar el tanque". Después de haberme "sintonizado", yo mismo pude experimentar después de que tiempo tan corto el cuerpo dispone nuevamente de energías vivificantes. El tiempo que uno da, se multiplica por la energía que uno adquirió nuevamente. Pues entonces a uno le llegan los pensamientos correctos, y uno se asombra repetidamente a través de cuantas "casualidades" pequeñas o grandes, se percibe la Ayuda Superior para el trabajo, cuando uno sabe como abrirse a ella.

Además, es una cuestión de la posición de prioridades, por la cual la salud del alma y del cuerpo - como regalo de Dios - tiene que estar siempre en el primer lugar.

"Confía y cree, la Energía Divina ayuda y cura"

Las enseñanzas de Bruno Groening muestran sin ninguna duda que para la vida del ser humano existe un Orden Superior. Este orden de vida de Dios, las reglas básicas o también "las reglas de juego de la vida" como Bruno Groening las llamaba, no son otra cosa que los principios naturales de la esencia humana. Todo ser humano está supeditado a ellas como a las leyes físicas conocidas.

Bruno Groening se expresó una vez así:

"Dios tiene una ley, es decir Su ley. Quien no la conoce, quien no la toma a pecho, quien no la sigue, tampoco tiene éxito."·108

Ya se ha puesto en claro que cuando el hombre cree en un buen pensamiento, se ha puesto espiritualmente en contacto con Dios. Creer en Dios no solamente significa aceptar la existencia de un Ser Todopoderoso, superior al hombre, ni tampoco poder interpretar textos religiosos, creer en Dios significa confiar incondicionalmente en lo bueno en sí mismo y en otras personas. Creer en Dios significa no otorgarle a ningún hombre ni a ninguna situación de la vida el poder de crecer más en el corazón que la fe en la victoria de lo bueno, que la fe en la redención (curación).

Bruno Groening:

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"Ser humano significa ser bueno, ser bueno el uno al otro, conducir todos sus pensamientos, todas sus palabras hacia lo bueno. Es decir ponerlo en práctica, no solamente prometer algo, no solamente decirlo."·109

Un hombre así, "reza constantemente" porque por su disposición interior, por medio de sus pensamientos, está siempre unido espiritualmente a Dios, y Le sirve en el sentido verdadero, porque su ejemplo despierta lo bueno - es decir Dios - en los otros. Ésto es válido de la misma manera para la salud y la enfermedad.

Bruno Groening:

"Quien cree en su salud, cree en Dios."·110

Pero el hombre que en vista de un diagnóstico médico cree en la enfermedad y en la mentira de lo "incurable" ha renunciado con ello - sin que él se lo haya propuesto - a creer en Dios. Pues la enfermedad no viene de Dios, sino que es la obra del poder negativo.

Pero uno puede replicar, que el diagnóstico médico es una realidad y que uno se tiene que enfrentar a esta realidad y que si no, uno solamente la estaría poniendo de lado. Pero el reprimirla, el ponerla de lado, solamente es una consecuencia del miedo. El hombre, que reprime las circunstancias negativas de su vida, no se ha desatado de la conexión crédula con ellas, de tal manera que pueden seguir actuando sobre él.

También el "realista" que dice que tiene que mirar las "realidades" frente a frente, que tiene que aprender como ahora lo hacen muchos de los grupos de autoayuda, "a vivir con la enfermedad o con el sufrimiento" capitula de manera parecida ante la manera de expresarse de la energía negativa, que se muestra en su vida como calamidad o enfermedad. Él se conecta con lo negativo y por su creencia falsa hace que se pueda afianzar cada vez más en su conciencia. A menudo, el medio ambiente, contribuye en gran parte - a través de la lástima destructiva y debilitante - a que la persona afectada sea conducida a este callejón sin salida.

En ambos casos repercuten de modo característico y legítimo las palabras de Jesús: "Que se haga según vuestra fe."

Entonces, muchas veces llega a una contradicción significante en la psique del ser humano. Muchos se declaran - con los labios - como creyentes en Dios, p.ej. se les puede encontrar a menudo en la Iglesia, pero que cuando se les hace la pregunta sobre si es que creen en la curación de reumatismo, de artritis, de insuficiencia cardíaca o de las secuelas de ataques cerebrales y otras más, nos remiten a las afirmaciones de su médico, que la mayoría de las veces les ha puesto muy en claro acerca de la imposibilidad de curación de sus enfermedades o que les ha profetizado una pronta recaída.

Bruno Groening decía acerca de ésto:

"Usted ha caído bajo un poder, y éste es el poder de la costumbre, Ud. se consuela con la palabra creer, pero en realidad no puede creer, pues Ud. no ha tomado a pecho la palabra creer. Ud. todavía no la ha puesto en práctica."·111

"Yo les hago notar que la curación solamente les llega a aquellos que llevan dentro de sí la fe en Nuestro Señor o que están dispuestos a tomar la fe dentro de sí."·112

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El hombre que toma en su cuerpo las energías curativas según las enseñanzas de Bruno Groening, actúa completamente diferente a aquel que reprime o que "quiere vivir con la enfermedad." Él acepta la lucha contra la enfermedad. Creyendo en la Omnipotencia de Dios, lo que le nace de las experiencias con la corriente curativa, puede deshacerse en su conciencia de la conexión que lo hacía creer en la desgracia y puede perseverar y seguir creyendo en la salud. Así, ha alcanzado espiritualmente la victoria contra lo negativo, porque no ha permitido que la desgracia tenga poder en su conciencia y así ha logrado establecer los fundamentos para la salud y la dicha en su cuerpo y en su vida. La "represión", el "aniquilamiento" y la "negación" de las molestias que propagan las terapias conocidas se convierten en una "afirmación". Todo el consciente de la persona en busca de ayuda se ha abierto hacia la curación. Ella toma los dolores y los síntomas de recaída - ocasionados por el obrar de la corriente curativa - como reacciones de cambio, pero no para "vivir con ellas" sino para sanarse a través de ellas.

Bruno Groening dijo al respecto:

"Yo despierto en los hombres la confianza en sí mismos y la fe en su meta."·113

"Si Ud. cree, que Ud. experimentará la curación, entonces ya se le ha ayudado. ¡Crea Ud. solamente!"·114

En el camino hacia la curación exteriormente visible es importante creer y conservar este estado contra todas las resistencias exteriores e interiores y soportar el tiempo de la regulación, de la limpieza.

Bruno Groening se expresó en un discurso:

"Quien es firme, quien puede mantener la verdadera fe divina dentro de sí es el que triunfa."·115

Pero también el hombre que ya no quiere creer en lo bueno, no está sólo. Yo sé que muchos curados, que a causa de muchas experiencias negativas, ya no se podían imaginar que ellos también podrían volver a adquirir lo bueno y que éste tenga de alguna manera algún poder. Es impresionante, cómo creció su convicción por la toma regular de la corriente curativa, de modo que pudieron vivenciar la curación.

Bruno Groening les había dicho a estas personas:

"Si Uds. no pueden creer ahora, yo quiero hacerlo por ustedes, hasta que ustedes puedan realmente creer. Y si ustedes ahora no pueden pedir, no pueden rezar, yo también quiero hacer ésto por ustedes."·116

La nueva orientación del hombre hacia la Fe en la Omnipotencia de Dios a través de las enseñanzas  de Bruno Groening y de la toma regular de la energía curativa no está en contra de ir a consultar con el médico. La mayoría de los colegas estarían felices si sus pacientes vinieran donde ellos con una disposición interior así. Muchas veces, la curación se realiza por el obrar sin impedimento de la energía curativa, y la terapia médica ya no es necesaria. Otros pueden reducir paulatinamente los medicamentos, hasta que se realiza la curación completa.

Por supuesto que debe hacerse una auscultación posterior por un médico independiente. Es un elemento de defensa muy efectivo contra todos los que dudan en

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el círculo de los familiares y conocidos y una ayuda invalorable para la fe de nuevas personas en busca de ayuda.

En el caso de Hans Rösch de W. se muestra un ejemplo impresionante del poder de Dios en el hombre que – según el consejo de Bruno Groening - se abre nuevamente al obrar de Dios con fe y confianza. Hans R. a los 70 años pertenece al grupo de gente en nuestra sociedad, que por su edad se le da en general pocas oportunidades cuando el cuerpo y el alma están debilitados por la enfermedad. En muchas personas, se ha asentado la falsa creencia de poner en relación la edad con enfermedades y dolores. "Ud. ya es viejo, aquí no se puede hacer nada." Se puede oir hasta de la boca de los médicos palabras como éstas: "Quien es mayor de 50 años y no tiene dolores, ya se ha muerto", como yo mismo lo oí hace algún tiempo y no hay que restar importancia a la dinámica propia que llevan estas palabras dentro de sí.

El señor Rösch padecía desde hacía años de dolores de corazón, que irradiaban hacia la izquierda hasta el brazo y que aparecían cuando había realizado un esfuerzo corporal. Siempre llevaba consigo un frasquito del medicamento "Nitrolingual" para el corazón. Siempre tenía consigo este frasquito que lo usaba diariamente varias veces contra los dolores y que conducía a la desaparición de los dolores. También necesitaba otras tabletas más. Por parte de la Medicina, primeramente se pudo constatar una enfermedad coronaria, lo que se reflejó nítidamente en un ECD.

En el dictamen del médico internista (Jefe del Hospital Estatal de H.) se lee:

"Resumiendo se puede decir que las molestias de las que se queja el paciente provienen con seguridad de una insuficiencia coronaria, de una enfernedad coronaria del corazón. Los cambios detectados por el ECD son típicos."·117

Hans Rösch dijo lo siguiente:

"Los dolores empezaban cuando me esforzaba o me emocionaba. Cuando el dolor era más fuerte, irradiaba hasta el brazo izquierdo. En los últimos años, antes de conocer las enseñanzas de Bruno Groening, no podía ni siquiera subir la mitad de una escalera sin hacer un descanso. Tenía que quedarme inmóvil, pues sentía la falta de aire y los dolores en el corazón."·118

Él ya había perdido la fe en una posible curación a su edad y se había conformado con las limitaciones de su vida que cada vez  eran mayores.

Además desde hacía 25 años lo atormentaban dolores de cabeza, que por parte de la Medicina los diagnosticaron como secuela del desgaste de las vértebras cervicales. Cuando los dolores eran especialmente fuertes tomaba algunas veces hasta 10 pastillas del analgésico "Prontopyrin" con el que lograba un alivio por corto tiempo. Hacía decenas de años que tenía una infección de los senos frontales y tenía que hacerse tratar con irrigaciones cada dos años y lo que contribuía a que los dolores de cabeza se empeoraran.

Este hombre estaba en su vida cada vez más atrapado en una red cada vez más fuerte de enfermedades y dolores. A principios de los años 70 le vinieron dolores de espalda (diagnóstico médico: lumbago crónico)

Hans Rösch:

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"Venían de la zona sacra y llegaban hasta la pierna derecha. Todo el tiempo sentía una sensación desagradable y dolorosa en la espalda. Los dolores aumentaban cuando me movía, especialmente cuando me agachaba, cuando levantaba algo pesado o cuando caminaba trechos largos. Cuando aparecían los dolores, tenía que quedarme inmóvil, me ponía ambas manos en la zona sacra hasta que después de algún tiempo el dolor disminuía. Tomaba muchos analgésicos, entre éstos también medicamentos fuertes como ‘Felden 20’ o ‘Butazolidin’. Los medicamentos juntamente con aplicaciones de fango, con masajes y baños de rayos me traían alivio, pero poco tiempo después, los dolores volvían a aparecer tan fuertes como antes. Los médicos comprobaron el desgaste de los discos intervertebrales en la zona de las vértebras lumbares. A consecuencia de mis padecimientos, se me dió el Certificado de Impedimento de Trabajo un año y medio antes de la jubilación. Nunca se habló de curación. Mi ortopeda me había dicho hacía años: "Usted tiene que vivir con ello."·119

Además tenía otras molestias:

"En 1942 durante una acción de guerra antes de Stalingrado nos atacaron repentinamente con artillería y granadas. Mi camarada y yo estábamos en un refugio antiaéreo donde nos alcanzó una granada y quedamos enterrados. Entre otras heridas sufrí una contusión fuerte del torax. Por causa de la presión de aire al detonar la granada se me rasgó un pulmón. [...] Desde ese entonces tenía siempre dolores en el pulmón, según el trabajo que realizaba, o según como me movía o cuando inspiraba hondamente aire, me daban hincones en el pulmón. A mi médico de cabecera se lo dije varias veces, pero él opinaba que contra esta herida de guerra no se podía hacer nada."·120

Uno no se debe asombrar que Hans Rösch - con todas las enfermedades arriba mencionadas - desarrolló una gastritis, que durante más de 10 años aparecía una o dos veces al año en forma de dolores fuertes de estómago y lo obligaba a seguir dieta. Ante este cuadro, también se entienden los insomnios que se manifestaron desde 1946. Se despertaba a menudo en la noche y no podía volver a dormir durante horas

A fines de 1987 llegó a conocer las enseñanzas de Bruno Groening y empezó a sintonizarse con la energía curativa. Se deshizo de todos los pronósticos negativos de sus médicos, sobre todo de todo lo malo y de los dolores en su vida y tomó la fe para sï, que Dios es el médico más grande, y rogó en su corazón por su curación.

Es impresionante cuan rápidamente pudo actuar la energía curativa a causa de su nueva orientación interna y de su fe en lo bueno.

Poco tiempo más tarde se liberó de los dolores de corazón de años, ya no necesitó tomar "Nitrolingual" ni los otros medicamentos. Ahora puede subir varios pisos por las escaleras sin tener que hacer pausa, lo que hace años nadie hubiera podido siquiera imaginar. Él puede hacer caminatas largas por la Selva Negra y en Austria sin ninguna molestia. También pudo volver a bailar, un anhelo de su corazón que volvió a ser posible.

También los dolores de cabeza y las infecciones regulares de los senos frontales desaparecieron desde que él toma para sí la corriente curativa y no han vuelto a aparecer.

Él se expresa como sigue acerca de la curación de los dolores de espalda:

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"La espalda está libre de dolores. Puedo trabajar nuevamente en el jardín, puedo agacharme sin que me duela nada. Ya no tengo dificultades para levantarme de la cama o de la silla. Tampoco necesito masajes, fango, baños de rayos ni inyecciones analgésicas. Me liberé de este padecimiento espontáneamente sin regulaciones."·121

"Los dolores de pulmón desaparecieron, ya no tengo molestias en el estómago, Como él nos lo escribe: puedo comer de todo y ahora tengo que tener cuidado de no engordar mucho. Ya que desaparecieron todos los dolores y angustias, puedo nuevamente dormir ‘como un lirón’."·122

Hans Rösch hizo verificar las curaciones por médicos. Un nuevo ECD de esfuerzo comprobó su observación personal de que ha recuperado su capacidad de esfuerzo. En una medición con 120 Watt "no se encontró ninguna indicación de perturbaciones de repolarización en el sentido de una enfermedad coronaria del corazón."·123

Un anciano plagado por dolores y enfermedades, a quien ningún médico le pudo dar esperanzas de curación, se ha convertido en un anciano vigoroso, lleno de alegría de vivir, que ha vuelto a encontrar la salud y la fe. Y todo ésto porque siguió el consejo de Bruno Groening y se liberó de creer en el poder de lo negativo en forma de enfermedad y dolores y abrió nuevamente su corazón a la fe en lo bueno, a la fe en la salud.

"Lo que tú quieres, que sea tuyo."·124

dijo Bruno Groening. Ciertamente, el camino más grande de la ayuda es cuando uno ayuda a un ser humano a ayudarse a sí mismo, cuando uno tiene el coraje, de ayudar contra todos los patrones sociales de objeción para que su espíritu se pueda liberar de los acostumbrados patrones de fe y encuentrar la grandeza de la salud y felicidad.

El amor, el principio fundamental de la vida

La ley más grande del orden de vida de Dios la veía Bruno Groening en el amor.

"¿Existe un principio según el cual uno puede dirigir toda su vida? Sí, el amor al prójimo."·125

Él sentía una gran felicidad personal cuando él percibía que un ser humano deseaba alcanzar el alto ideal del amor a Dios y al prójimo y que confirmaba ésto a través de sus hechos. Quien conocía de cerca a Bruno Groening sabía acerca de su meta -  además de la curación física y psíquica del hombre - quería él guiarlo nuevamente hacia estos sentimientos puros y superiores.

Él sentía el amor como algo santo, era para él el centro de la esencia de Dios. Al mismo tiempo reconocía en el amor el arma más poderosa en la lucha contra el mal. El hombre que se abre ante el amor de Dios, se conecta con la irradiación más alta del Espíritu Divino. Por este motivo, todo pensamiento de amor está lleno de una energía espiritual muy fuerte que es constructiva, positiva, vivificante. Ésto le regresa al hombre que ama de una manera multiplicada. Él se refuerza a sí mismo, se proteje de las energías mentales negativas y cuando él trabaja con pensamientos de amor - es decir cuando los hace realidad – origina en su prójimo pensamientos parecidos que tienen un efecto retroactivo en él mismo.

El que haya reconocido al amor como el poder espiritual más grande, como la base para la paz y la felicidad, ya no se va a asombrar, que el espíritu negativo haya hecho

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todo para que justamente este sentimiento sea falseado y envilecido en el tiempo de hoy. Casi ninguna persona se esfuerza por esta posición espiritual, en vista de la carrera en pos de la supervivencia en una sociedad moderna de rendimiento, de logro, parece ser que amar ya no tiene sentido. El amor o las estructuras de los sentimientos a las cuales se les denomina así hoy en día, la mayor parte de las veces permanecen limitadas al egoísmo de parejas o de familias, muy raramente el hombre encuentra la grandeza del verdadero amor al prójimo y a Dios.

Por cierto que todos los domingos se predica desde el púlpito "las buenas nuevas", pero qué pocos son los oídos que todavía las oyen, y solamente un número insignificante de personas es realmente capaz de entenderlas o de siquiera ponerlas en práctica. Las enseñanzas del amor del "amigo más grande de los hombres", del "sanador espiritual más grande", como Bruno Groening llamaba a Cristo, se ha convertido en una utopía piadosa para la mayoría de los cristianos. El caso es que no se puede reconocer mucho de la práctica de estas enseñanzas en la mayor parte del mundo occidental cristiano.

Ya no parecen ser actuales las leyes fundamentales del amor, que Cristo proclamó con las siguientes palabras:

"Amar al Señor, a tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma y con todos tus pensamientos. Éste es el primer mandamiento y el más importante. También el segundo es muy importante: "Amar a tu prójimo como a tí mismo". A éstos dos mandamientos están unidos todos los mandamientos incluyendo los profetas."·126

Bruno Groening estaba convencido de que el amor al prójimo y a Dios puede ser convertido en realidad aún en los tiempos de hoy para todos los hombres de buena voluntad. Pero el hombre tiene también que ser consciente de que el amor del mismo modo que todo pensamiento no puede nacer de su ser limitado, sino que siempre será el don espiritual de la Luz. Nace con una abundancia inagotable de la Única Fuente de Lo Bueno, sólo depende del hombre el abrirse nuevamente a ella, el tomarla dentro de sí, el permitir que crezca dentro de sí.

Bruno Groening:

"Dios tiene todo aquello que el hombre necesita. Ésto lo ha olvidado el hombre."·127

De la misma manera como de la conexión consciente con Dios se le hace asequible al hombre la salud del cuerpo y del alma, de esta conexión le renace el amor desinteresado, largamente olvidado. La misma energía, que limpia el cuerpo y el alma y ayuda al hombre a hacer realidad la conversión interna, es la que hace renacer el fuego del amor en el corazón de los seres humanos.

Como yo lo llegué a saber a través de conversaciones con personas del actual Círculo de Amigos de Bruno Groening, muchos experimentaron, que su capacidad interior para amar se acrecentaba después de que se habían abierto a la "corriente curativa" según los consejos de Bruno Groening.

"No puedo decir exactamente que antes de conocer las enseñanzas de Bruno Groening no había sentido amor para con los seres humanos", me escribió Anja K. de H., "pero ya que me ocupé intensivamente con los pensamientos del amor y lo buscaba, no me parecía suficiente lo que sentía dentro de mí a este respecto. Tenía el deseo de poder amar a todos los seres humanos, ya sea si se parecían a mí o si yo tenía alguna

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relación con ellos o no. Pero aunque yo me esforzaba mucho no me resultó como para que yo pudiera estar contenta.

Después de haber participado en la primera hora comunitaria y de haber tomado por algún tiempo la energía divina y de haber sentido como fluía dentro de mi, me sobrevino inesperadamente un amor para con todos los participantes que no había conocido antes. Para ello debo mencionar que antes no había conocido a nadie, o sea que todos los presentes me eran desconocidos. Pero ahora simplemente los podía amar de manera profunda, libre de todo prejuicio. Yo supe que el gran deseo de mi corazón se me había realizado.

Esta vivencia se repitió a menudo más tarde. Después de haber tomado largamente la energía curativa, p. ej. durante una hora comunitaria, se acrecentaba el sentimiento del amor en una medida que yo no conocía anteriormente. Por cierto que a menudo disminuía por las exigencias diarias de la vida, pero revivía después de haber tomado intensivamente la energía curativa."·128

"Yo siempre me había esforzado por hacer algo bueno, pero se quedaron en intentos, realmente tuve que obligarme a ello, lo hacía con el raciocinio y no con el corazón" nos informa Franz K. (29) de H. "Cuando yo me pude abrir cada vez más a la energía Divina según las enseñanzas de Bruno Groening, sentí que algo cambiaba dentro de mí. Desaparecía una opresión que siempre sentía sobre mí como una presión torturante que hacía que cualquier sentimiento de alegría pareciera ser superficial y soso. Cuando me sintonizo para tomar la energía curativa, no solamente siento el hormigueo y el calor en mi cuerpo, es como si una luz - invisible para mis sentidos exteriores - fluyera dentro de mi alma. A menudo, esta luz llena mi corazón de una paz profunda, yo me siento felíz, y me doy cuenta siempre que cada vez soy más capaz de amar. Desde ese entonces, crece nuevamente en mí el sentimiento de amor que había anhelado tanto, puedo ayudar con todo el corazón a otros seres humanos y hasta me es posible hacer llegar un sentimiento de amor a aquellas personas a quienes antes había criticado. Este sentimiento se acrecienta cada vez que me abro a la corriente curativa, algunas veces es realmente como un fuego en el corazón. Estoy especialmente felíz por el hecho de que no sólo puedo profesar nuevamente cariño a mi prójimo, sino que también puedo amar cada vez más a Dios, aunque no Lo pueda ver. Le estoy muy agradecido al Sr. Groening, que a pesar de todas las actitudes hostiles, haya tenido el valor de dar a conocer a los hombres el saber que le había sido donado interiormente. Sin él, yo no hubiera encontrado este acceso al amor y a  Dios. Recién a través de sus enseñanzas, estoy nuevamente en la posición de convertir en realidad en mi vida las metas de las enseñanzas de Cristo."·129

El despertar en el ser humano el sentimiento del amor desinteresado, es la forma más grande de la curación. Quien puede amar, ha elaborado un vínculo espiritual fuerte entre él y la fuente de todo Lo Bueno, de modo que se sensibiliza para recibir fácilmente la guía del espíritu de Dios. Todo camino verdadero del espíritu debe conducir al hombre al amor, porque Dios es el Amor. La esencia del poder negativo le es totalmente extraña, en todas partes donde este poder crece en el hombre o en la sociedad humana, allí desaparece el amor, y allí donde crece el amor, desaparece la influencia del poder negativo.

A través de las palabras de Bruno Groening, en los tiempos del desconcierto espiritual, se abre un camino claro y fácil hacia la ayuda y la curación. Depende de uno mismo, si es que uno agarra la mano que ayuda y se convence en su propio cuerpo y en su vida de la veracidad de lo dicho.