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Boletín de la Abadía de San Salvador de Leyre Número 170. Año 2019 Para suscriptores al Boletín y contactar: [email protected] Depósito Legal NA 230-1973 www.monasteriodeleyre.com

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Boletín de la Abadía de San Salvador de Leyre Número 170. Año 2019

Para suscriptores al Boletín y contactar: [email protected]ósito Legal NA 230-1973www.monasteriodeleyre.com

Fotografía Portada: “retrato Padre Augusto.”Homilía del P. Abad en la Misa Exequial deDom Augusto Pascual

Dos monjes del mo-nasterio colaboran en un pro-yecto sobre jóvenes y vocación de proyectos de Arguments Catequesis

El tiempo y la eternidad en Leyre Un día de recuerdo imborra-ble: tras los orígenes del Císter en España con la Comunidad Benedictina de Leyre

Crónica de LeyreAcontecimientosAgenda del Padre AbadVisitantes destacadosActos culturalesMinisterios extraordinariosDonacionesSantoral y año LitúrgicoNuestros difuntosPublicaciones

Amigos de LeyreEncuentro 2019

NUESTRO DÍA A DÍA

6,00: Vigilias y oración personal 15,30: Nona 7,30: Laudes 16,00: Trabajo-estudio 9,00: Eucaristía y Tercia 18,00: Lectio Divina 10,15: Trabajo-estudio 19,00: Vísperas 13,20: Sexta 21,00: Capítulo-Completas 13,30: Almuerzo

DOMIGOS Y FESTIVOS

8,00: Laudes 13,50: Sexta y Nona 11,30: Eucaristía 21,10: Completas

A la Eucaristía y a los oficios de Vigilias, Laudes, Vísperas y Completas pueden asistir todos los fieles que lo deseen. La Eucaristía, los Laudes y las Vísperas son íntegramente cantados en gregoriano

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En la tarde del viernes 23 de agosto, falleció en la paz del Señor nuestro padre abad emérito Dom Augusto Pas-cual, primer abad de Leyre después de la restauración de la vida monástica en 1954. Dom Augusto se encontraba ya en extrema debilidad. Nada más terminar el oficio de Vísperas, acudimos de nuevo a su celda para acompañarle en sus últimos momentos. Según la piadosa costumbre cris-tiana se le hizo por última vez la Recomendación del alma, que terminamos con un canto a la Virgen María: Sub tuum praesidium, «Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios». Al acabar la plegaria Dom Augusto expiró rodeado de todos los cuidados y del mayor cariño de los monjes, principalmente nuestros jóvenes, que no le dejaron sólo ni de día ni de noche. Para nuestra comunidad legerense fue toda una experiencia fuerte de espíritu de familia, vivido con especial intensidad entorno al quien no solo formó parte del grupo de monjes refundadores de Leyre, sino también llegaría a convertirse en nuestro Padre Abad durante largos años. Descanse en la paz del Señor.

Pero la vida sigue. Y nuestra comunidad continúa su an-dadura desde su ora et labora habituales, a lo que se suman otras actividades extraordinarias que surgen del acontecer de cada día. El reciente el Sínodo de los jóvenes presidido por el Papa ha resultado un destacado evento en la vida de la Iglesia católica y ha propiciado numerosas iniciativas pas-torales a lo largo del mundo en orden a revitalizar la vida cristiana entre los jóvenes de hoy. Nuestros jóvenes monjes, además de unirse con oración a esta renovación espiritual, también han aportado su granito de arena colaborando en un proyecto testimonial-vocacional, como podrán leer en este número del Boletín.

Termino esta presentación centrando mi atención en la variedad de personas que acaban contactando con la comu-nidad monástica. Habitualmente nos visitan personas de diversos estratos y sensibilidades, incluso algunas personali-

dades con perfiles ideológicos muy diferentes y hasta contra-puestos. ¿Necesitaremos los monjes una formación específi-ca o disponer de especiales dotes para acoger adecuadamente a tan distintos interlocutores? Sinceramente no creo que el secreto consista en un buen manejo de tácticas diplomáticas o de meras habilidades sociales. Simplemente se nos pide que seamos monjes y actuemos como tales, es decir, como hombres animados por un espíritu cristiano y, por lo mismo, capaces de mirar con respeto y amor a todas personas, sin detenernos ante las diferencias que puedan bloquearnos. En definitiva en esto consiste la «diplomacia de Dios»: hacer-nos buenos amándonos. Hoy especialmente necesario. ¿Lo podemos considerar incluso un «signo de los tiempos»? Desde luego de lo que no hay duda es que este proceder pertenece al corazón mismo de nuestra tradición monásti-ca benedictina: «Honrar a todos los hombres» (RB, IV,8), «A todos los que se presenten en el monasterio, recíbaseles como al mismo Cristo…. y tribútese a todos el honor debi-do» (RB 52, 1-2).

+ fr. Juan Manuel Apesteguía, abad

Presentación

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Abad de Leyre 1979

+ paxHomilia del Padre Abad en la Misa Exequial del Rvdmo.P. Augusto Pascual Díez Querido Sr. Arzobispo, muchas gracias por haber que-rido presidir esta Eucaristía, expresando así la estrecha co-munión de nuestro monasterio con la Iglesia de Navarra. Queridos familiares, queridos abades y monjes, sacer-dotes y fieles, queridos hermanas y queridos hermanos: Acabamos de escuchar en el Evangelio las palabras del Se-ñor: «El que crea en mí no morirá para siempre. Yo soy la resurrección y la vida» (Jn 11,25). A pesar de lo que di-gan y escriban algunos pensadores, si creemos en el Señor, si guardamos su Palabra, nuestra vida no está destinada a acabar en la noche del sepulcro ni va a resultar una trági-ca frustración final porque Jesús, con su muerte y con su resurrección, ha hecho posible para nosotros que la vida no termine sino que se transforme. ¡Qué bella y sintética-mente expresa nuestra fe el prefacio que cantaremos antes de la consagración!: «La vida de los que en ti creemos, Se-ñor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra mo-rada terrenal, adquirimos una morada eterna en el cielo». Pocas experiencias humanas nos afectan tanto como la partida de un ser querido, es verdad; sin embargo, forta-lecidos con la fe, la experiencia de la muerte no nos hun-de en el dolor ni nos aboca a la desesperación, pues sa-bemos que, para quien ha vivido y ha muerto en Cristo, detrás del paso –siempre duro– de la muerte llega la hora del gran encuentro, del abrazo eterno, del cara a cara con Dios, «cuando le veremos tal cual es» (1 Jn 3,2), como nos ha recordado la segunda lectura de esta Eucaristía.

Esta es nuestra fe y nuestra dulce esperanza. Y, si nos aco-gemos a ella de corazón, nos dejará en nuestra alma una profunda paz y consuelo: porque sabemos que alguien muy querido para nosotros está en vías de alcanzar su meta más alta como ser humano: su unión con Dios y la vida eter-na que ha preparado para los que de verdad creen el Él. Esta hora ha llegado para nuestro padre abad Augusto, después de una larga, muy larga vida de consagración y servicio a Dios.

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Vida Monástica

Abades Juan Manuel y Augusto

Misal Romano, Prefacio de la Misa de difuntos

Dom Augusto nació en Albires (León) el de octubre 1927. Siendo muy niño todavía su familia se

trasladó a vivir a Mayorga de Campos (Valladolid), localidad que él siempre ha considerado como su pueblo natal.

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Dom

Dom Augusto comenzó su andadura benedictina en la escuela apostólica del monasterio de Samos, donde es-tudio humanidades y recibió una sólida formación espi-ritual y benedictina. Siempre guardará en su corazón un entrañable y agradecido recuerdo de su padre Maestro, Dom Victoriano, y de aquellos años de sólida formación humana y espiritual. Por circunstancias providenciales y ajenas a su voluntad, Dom Augusto fue trasladado ines-peradamente al monasterio de Silos, donde hizo su pro-fesión el 20 de diciembre de 1946 (tenía con 19 años de edad). Allí cursó los estudios eclesiásticos y fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1951. Estudioso de la liturgia y muy dotado para las lenguas clásicas, fue nom-brado profesor de castellano y latín de los niños oblatos. Por aquellos años se estaba gestando la restauración de la vida monástica en nuestro monasterio de Leyre. Su padre abad decidió enviarlo a la nueva fundación en Navarra. El jo-ven P. Augusto (con 27 años), disponible ante la decisión de su abad, formó parte del grupo de monjes re-fundadores de

Leyre en 1954, estrenando así una nueva y definitiva etapa de su vida. Esta disponibilidad para aceptar la voluntad de Dios, manifestada a través de sus superiores o de los aconte-cimientos, será uno de los principales fundamentos de la per-sonalidad espiritual del P. Abad Augusto: disponible para ser llevado, traído; disponible en los cargos para ser puesto, de-puesto, repuesto… Que de todo hubo en su larga vida. Dis-ponibilidad como expresión de una entrega auténtica a Dios. Aquí, en Leyre, afrontó con empeño los desafíos y tra-bajos, las privaciones y crisis que conllevó el reiniciar la vida monástica en un monasterio en fase de reconstruc-ción, una casa carente casi de todo, y en tiempos sociales y eclesiales en los que se comenzaba ya a vislumbrarse re-novadores aires y fuertes tempestades, a la que seguirían

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Vida Monástica

La comunidad de Leyre en 1955. El P. Augusto es el segundo por la izquierda en la fila de abajo.

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3 En la abadía de San Julián de Samos (Lugo) había ingresado hacía unos años un her-mano de Dom Augusto, el P. Toribio Pascual, que será durante largos años durante prior del monasterio de San Benito de Mayagüez (Puerto Rico), monasterio filial de Samos. Ambos tenían un tío carnal monje benedictino, Dom Jerónimo Díez, prior del monasterio gallego de San Clodio, filial de Samos

fuertes crisis vocacionales en la vida religiosa y sacerdotal. Contaba Dom Augusto que, cuando llegaron los monjes a Leyre, no tenían aún ni luz ni agua, ni calefacción, ni más libros que la Escritura, el Breviario y poco más. Aquellas he-roicas circunstancias de la restauración legerense propiciaron el cultivo y crecimiento de otra de las virtudes que forjaran su fisonomía espiritual: la paciencia. Una paciencia amasada en la constancia y el aguante en las dificultades; una paciencia sostenida por la esperanza puesta en Dios. Paciencia, cuando fue monje; y más paciencia aún siendo abad… Sabido es que la «receta» de un buen abadiato es: una de hacer, dos de padecer y aguantar, y tres de poner la confianza en Dios.

Desde luego para San Benito la paciencia es una virtud «programática» en la vida monástica: «Que participemos de la Pasión de Cristo por la paciencia, para que merez-camos acompañarle en su Reino». Y no puede ser de otro modo en la espiritualidad benedictina a fuer de cristiana: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame» (Lc 9,23) y «Con vuestra paciencia salvareis vuestras almas» (Lc 21,19).

En Leyre la vida de nuestro P. Abad emérito transcu-rrió al compás del ora et labora, sirviendo en distintos cargos —altos y bajos— que la obediencia le encomendó: desde responsable de los niños oblatos hasta superior de

la casa por dos veces (un superior todavía en dependencia del abad de Silos). Fueron años de ilusiones y de desáni-mos, de problemas y de logros, poniendo siempre el futu-ro del monasterio en manos del Salvador y de la Virgen de Leyre. Hasta que, con muchos esfuerzos y superando no pocas dificultades, Dios quiso que la vida benedictina en Leyre se fuera consolidando poco a poco. Finalmente, el 24 de julio de 1979, nuestra milenaria abadía pudo recu-perar su status de monasterio autónomo, resultando elegido Dom Augusto el primer abad después de la restauración.

Dom Augusto pondrá todo su empeño en «llenar con hechos su título de abad», como quería San Benito, pro-curando ejercer su abadiato et doctrina et exemplo, «con su doctrina y con su ejemplo». Buen conocedor de la es-piritualidad monástica, en su enseñanza y en sus escritos logrará una equilibrada síntesis entre tradición y aggior-namento, en la línea promovida por el Concilio Vaticano II. Sus publicaciones dan buena fe de ello: El compromi-so cristiano del monje, Los instrumentos del arte espiri-

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Vida Monástica

Bendición abacial del Dom Augusto el 7 de octubre de 1979.

Con los Caballeros del Santo Sepulcro.

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4 Regla de San Benito, Prólogo 50.vv

6 Regla de San Benito, cap. 2.5 Fue también profesor, maestro de novicios e incluso mayordomo.

tual, Comentario al Prólogo de la Regla de San Benito…Con sus limitaciones humanas y sus deficiencias, con sus

aciertos y sus desaciertos, Dom Augusto, tanto en sus años de monje, de abad, como de abad dimisionario, ha sido un buen hombre, un hombre de Dios, un monje ejemplar y muy centrado en su vocación monástica: amante de la vida retira-da y dedicada a Dios, sobrio y austero, discreto y prudente, entregado al bien de su monasterio y alegre en el servicio del Señor. Siendo de temperamento introvertido, suplió su natural retraimiento con la sencillez en el trato. Con el paso de los años su carácter fue haciéndose progresivamen-

te más afectuoso y expresivo, más jovial e incluso irónico. Entre los monjes benedictinos, amantes de la cultura, es un

aforismo que el libro más importante que cada monje tiene que escribir es el de su propia vida. En este sentido, tendría-mos que valorar que el mejor «escrito» ha sido el edificante ejemplo de fidelidad que nos ha legado a diario: fidelísimo en

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Vida Monástica

El P. Augusto con los Reyes en su visita a Leyre en febrero de 1988

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7 Ya dimisionario y anciano, le gustaba seguir colaborando en las tareas domésticas. Cuando algún huésped o visitante le preguntaba a qué se dedicaba ahora, le respondía con tono solemne: «Soy el “platero” del monasterio», como si de un orfebre se tratara. Pasados unos instantes le explicaba a su perplejo oyente con sonrisa burlona que, en efec-to, tenía su cargo poner los platos en el refectorio… por eso decía que era el «platero».

Recuerdo entrañable

Emocionante la Misa funeral de esta tarde por Dom Augusto. Ha sido una ceremonia con una solemnidad insu-perable, seguida con gran recogimiento por los mu-chos fieles que nos hemos acercado a Leyre a despe-dirle, y ha contado con una representación nutrida del estamento eclesiástico presidida por nuestro querido arzobispo Don Francisco. Ha sido una magnífica demostración de que la liturgia puede ser el mejor medio para transmitir el mensaje evangélico. Felicito asimismo al P. Abad por la homilía, que nos ha hecho rememorar las grandes virtudes que adornaban al primer Abad del Monasterio de Leyre tras la restauración de la vida monástica. Y debo decir que en el último adiós, en un paraje tan impresionante realzado por un sol de Poniente, cargado de simbolismo y de una belleza indescripti-ble, hemos sentido la presencia del Señor.

asistir al coro y a la vida de oración, responsable y constante en el cumplimiento de sus cargos, fidelísimo en participar de la vida de la comunidad. Para él, donde estaba la comuni-dad, allí medio estaba Cristo. Sin duda que esta fidelidad ha sido otro de los rasgos caracterizadores de su personalidad y que han hecho de él un verdadero pilar de la restaura-ción de la vida monástica de nuestro monasterio de Leyre.

Esta tarde damos gracias a Dios por el don que ha sido Dom Augusto para la Orden Benedictina, para esta casa y para la Iglesia de Navarra. Y le pedimos que mire complacido su entrega y sus trabajos al servicio de Dios y de sus hermanos, y que dé eficacia reparadora a todos sus sufrimientos. Le ro-gamos, también, que en su misericordia purifique por com-pleto el alma de nuestro Padre Abad emérito de sus debilida-des y deficiencias. Y que, cuanto antes, pueda oír de labios de Jesucristo, su Señor y Salvador, aquella dulce invitación que da pleno sentido a toda vida consagrada: «Ven siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu señor» (cfr. Mt 25, 14-30).

Jaime Ignacio del Burgo

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Vida Monástica

D. Jaime Ignacio del Burgo, doctor en derecho, en calidad de Presidente del Gobierno de Navarra, fue padrino, junto con su esposa, en la Bendición abacial de Dom Augusto.

+ fr. Juan Manuel Apesteguía, abad

Monasterio de San Salvador de Leyre, 25 de agosto de 2019

In memoriam del Padre Augusto Pascual

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Vida Monástica

Dom Augusto en Silos en las Vísperas pontificales de la fiesta de Santo Domingo de 1988

María Blanca Blanco, abAbadesa Presidente de la Federación Galaico-Leonesa

El P Augusto Pascual ha sido Asistente de la Federación Galaico-Leonesa desde Diciembre de 1982 hasta Agosto de 2005, fecha en que fue nombrado el P. José Antonio Pe-droarena, monje de la misma Comunidad de Leyre. En la memoria del corazón todo vuelve a ser hoy. Así su-cede ante la muerte de nuestro querido P. Augusto Pascual, quien ha sido, en su tiempo, una eficaz mediación de bien para nuestra Federación Galaico-Leonesa en tiempos no fá-ciles, hecha con lucidez y discreción. Podríamos decir muchas cosas de su buen hacer Es her-moso constatar como todas las comunidades coincidimos en destacar de él: - Su humildad - Su prudencia - Su interés por el crecimiento espiritual y humano de las comunidades - Su exquisito respeto y discreción hacia cada una de las monjas- Su alegría, su sencillez, su cercanía paterna… - En su paso por cada Comunidad, siempre fue portador de paz

¡Descanse en paz el P. Augusto: nos ha dejado el testimonio de un gran monje!

Una vez más la generosidad de la Cdad. del Monasterio de S. Salvador de Leyre llevó y lleva hacia adelante esa buena obra en la persona del P. José Antonio Pedroarena. Muy desde el corazón, renovamos la gratitud y especial cercanía.

Hacia esa querida Comunidad y su Abad, el P. Juan Ma-nuel Apesteguía.

dos Monjes del Monasterio Colabran en un proyecto Sobre jóvenes y vocaciónUna petición de Arguments CatequesisInma de Juan Pardo, directora de proyectos de Arguments Catequesis

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Vida Monástica

Monjes jóvenes de Leyre en oración en la capilla interior dedicada a San Virila.

http://www.arguments.es es una plataforma online que ofrece recursos sobre catequesis y evangelización digital. Nació como un blog en 2002 con artículos sobre educa-ción, religión y familia. Fueron sumándose voluntarios -la mayoría universitarios y algunos profesores de la Facultad de Teología y de Comunicación de la Universidad de Nava-rra- hasta convertirnos en lo que hoy somos, una asociación a la que pertenecemos personas de distintas instituciones y movimientos de la Iglesia. Hemos desarrollado más de 30 proyectos distintos entre los que se encuentran cursos de formación, proyectos de ca-tequesis o recursos para rezar. Aunque nuestro «proyecto estrella» no figura entre los anteriores: son las personas que lo hacen realidad. Queremos dar respuestas positivas desde la fe a desafíos y retos de la sociedad. Para mí, colaborar en Arguments ha sido y sigue siendo mi mejor medio de formación

Ayudar a otros jóvenes a descubrir su vocaciónEsta fue la petición que le hicimos al Padre Abad, Juan Ma-nuel Apesteguía: entrevistar a algunos de los monjes más jó-venes para preguntarles acerca del proceso de discernimiento

de su vocación. Su respuesta fue positiva y nos dio muchas facilidades. Queríamos escribir un breve artículo acompañado de los vídeos para nuestro proyecto “https://www.arguments.es/vocacion/” «Mi vocación es un regalo». Este proyecto sur-gió a raíz del pasado Sínodo de los Jóvenes y de la reciente JMJ de Panamá. El objetivo que perseguimos es reflejar que la vocación no se reduce a escoger un estado de vida como el sacerdocio, el matrimonio o la clausura…, sino que consiste en la llamada única, irrepetible, original y de amor, que Dios hace a cada uno. En palabras del Papa Francisco, «Dios nos primerea, nos está esperando».

Y los primeros beneficiados fuimos nosotros...Tengo que confesar que nunca había estado en el rezo de unas Vísperas; las he descubierto a raíz de la grabación de los vídeos y me han encantado. Tampoco había conocido en profundidad a un monje benedictino. Así que mi cono-cimiento de la vida benedictina era muy teórico y bastante superficial. La primera vez que estuve con el Padre Abad, se me pasó el tiempo volando. Fue una conversación de lo más entrañable. Podía haber estado hablando horas y horas con él. Nunca

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Vida Monástica

Profesión de Fray Eduardo

había sentido tanta confianza con alguien que acababa de conocer y que de primeras, tenía tan poco que ver con mi vida (o eso pensaba yo en aquel momento). Y desde aque-lla tarde me quedé tocada por el «mal de Leyre»; así le he bautizado yo a este fenómeno, al choque que experimenté al descubrir la grandeza que custodian los benedictinos. Era consciente de que lo que les proponía era lo más ajeno a ellos, que es figurar y ponerse delante de una cámara. Y no para hablar de cualquier tema, sino de algo íntimo, de su vo-cación. Cuando el Padre Juan Manuel hizo la planificación del rodaje, que constaba de quince minutos para grabar a cada uno, por dentro pensé: «no sabe el tiempo que lleva hacer una buena entrevista, porque entre que buscas un

buen ángulo, preparas el material, la persona se suelta y empieza a hablar con naturalidad, ¡se han pasado ya casi dos horas!». Pero me dije: «empezamos y los hechos cae-rán por su propio peso, ya vendremos otro día a terminar de grabar».

El primero fue Fray Ignacio. Para mi perplejidad no tuvi-mos que parar en ningún momento. Más que una entrevista fue una conversación en toda regla; al menos yo me olvidé hasta de las cámaras. Sus respuestas fueron profundas y sen-cillas, y la que se bloqueó fui yo. Terminamos; miré el reloj, ¡habían pasado menos de quince minutos! Continuamos con Fray Eduardo. La escena se repitió y mi sacudida interior

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Vida Monástica

Fr. Eduardo y Fr. Ignacio de acólitos en unas Vísperas pontificales.

aumentó. Acabamos a la hora que el Padre Juan Manuel había previsto y nos pusimos a recoger entre todos. Nun-

ca me había parado a pensar cómo eran los monjes, pero mentalmente se me representaban como personas más bien serias y aburridas, quizás por aquello de ser gente que vive en silencio, recogidos, retirados del mundo. Y resulta que los que estaba conociendo eran todo lo contrario. Se gastaban bromas, se ayudaban, se querían... me encontré con verdade-ros hermanos de una misma familia (esto me llamó profun-damente la atención). Se estaba especialmente a gusto con ellos. Y además esa familia me acogía haciéndome partícipe de su paz y su alegría; mejor dicho, de la paz y la alegría de

quien está cerca de Dios. Ahora Leyre es también mi casa. Me siento sostenida por su oración. De hecho, todas las preocupaciones y problemas que les he ido contado a los monjes -en aquella ocasión o después, en posteriores escapadas para rezar las Vísperas con ellos- han avanzado considerablemente. También incluso las que ni siquiera he llegado a decirles, pero las he encomen-dado a sus oraciones. ¿Casualidad? No; es la fuerza de la Comunión de los Santos. Eso es Leyre. Ellos allí, al tanto o no de lo que pasa aquí fuera, nos acompañan y nos sostienen cada día intercediendo por todos.

Monjes millennials benedictinos revolucionan YouTubeTras la edición muy sencilla y simple solo quedaba escri-bir el artículo y subir los vídeos a YouTube. Lo titulamos así: «Fray Ignacio y Fray Eduardo, monjes millennials benedictinos». A nosotros nos encantaron sus testimonios. Estábamos convencidos de que a la gente le gustarían y su-pondrían un gran acicate espiritual. Pero lo que no nos ima-ginábamos era que fueran a hacerse virales, es decir, que en tan poco tiempo tuvieran tantísimas visitas, se difundieran en otros portales católicos e incluso fueran noticia de al-gunos medios de comunicación (a nivel nacional e interna-cional). Esto último fue lo que más nos sorprendió. En la actualidad, la mayor parte de noticias que salen en la prensa acerca de la Iglesia son referentes a escándalos y abusos. Por eso, al ver que los medios de información se hacían eco y reproducían sus testimonios, nos alegramos de haber contri-buido un poco «sin querer» a mostrar otra cara, el verdadero rostro de la Iglesia. A fecha de hoy -a mes y medio de su publicación- los ví-deos acumulan más de 55.400 visitas en YouTube. Se han visto en más de 27 países (España, México, Italia, Portu-gal, Venezuela, Chile, Panamá, Argentina, Estados Unidos, Colombia, Perú, Canadá, Brasil, Emiratos Árabes…). Los comentarios han sido de admiración, agradecimiento y ora-

El tiempo y la eternidad en Leyre

Manuel Gurpegui Fernández de Legaria

Catedrático y Director del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Granada

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Leyre hoy

Profesión de Fray Ignacio.

Dr. D. Manuel Gurpegui

ción hacia ellos y hacia el resto de la comunidad. Nunca llegaremos a saber todos los frutos que el Señor obtiene por medio de ellos. Pero ya nos han llegado muchos. Hay quien se ha decidido a dar pasos adelante en su vida de fe, y hay quien se ha llenado de valentía para entregarse por entero al Señor. «El hombre moderno» como decía Pablo VI «cree más en los testimonios que en los maestros. Y si cree en un maestro es porque este maestro es un testigo». Dios se sirve de todo y de todos. También de internet, al que Benedicto XVI llamó «el continente digital» y nos alentó a los jóvenes a evangelizar. Rezamos convencidos de que sus testimonios seguirán removiendo muchos corazones. Los vídeos se pueden ver en esta dirección: https://www.youtube.com/watch?v=LvqPshrX8cg y https://www.youtube.com/watch?v=x33Fi_iEEFM El artículo de Arguments se puede leer en: https://www.arguments.es/vocacion/2019/01/21/millennials-y-monjes-benedictinos/

Aprovechando unos días de vacaciones, el jueves 8 de agosto, hacia las 12, uno de mis hijos y yo entramos como huéspedes en el monasterio benedictino de San Salvador de Leyre. Nos recibe amablemente Fray Javier Laguna, el hos-pedero segundo, que nos conduce a nuestras celdas, elegan-tes en su austeridad. En mi habitación después entrará el sol del atardecer. Al asomarme a la ventana, a la derecha tengo la sierra de Leyre y a la izquierda, el pantano de Yesa. Al fondo de la mesa se alinean nueve volúmenes encuadernados en pasta dura, incluida la Biblia y los libros de las horas y un librito con la Regla de san Benito. También me encuentro un tríptico con la bienvenida, algunas normas de funciona-miento y el horario; ofrece «un tiempo y espacio de sosiego y reflexión» que «ayude a centrarse en el misterio de Dios», incluso para quienes no se sienten «ligados al dogma cató-lico […] o confesándose agnósticos». Otro folio, en papel verde, explica la liturgia de las horas. Y un tercero, en papel amarillo, titulado «El sacramento de la ternura de Dios», ofrece orientaciones para hacer una buena confesión.

Siendo jueves, con mañana de excursión montañera para

la comunidad, el horario está ligeramente modificado, lo

que nos permite sentirnos del todo integrados al asistir a la Hora Sexta en la sala capitular, junto a los monjes. Intento suavemente acoplarme a la recitación o canto de los salmos. Todos los detalles de posición corporal (sentado, de pie, inclinación de cabeza…) están previstos y se van alternan-do en una cadencia establecida. Se incluyen textos en latín y en español. A continuación entramos al refectorio, una sala grande rectangular presidida por el abad y con mesas estrechas junto a las paredes largas en las que los comensales miran al centro. Desde el atril, en un altillo situado a la mi-tad de la pared frente a las ventanas, un monje lee durante la comida y la cena: primero, sin que nadie mueva un cubierto, lee un breve texto del Nuevo Testamento en la comida y un punto de la Regla de san Benito en la cena; después, y en la faena nunca lenta de tomar el alimento, se lee la biografía de un santo o actas de los mártires. Las mesas son servidas y recogidas por dos monjes, que sobre sus hábitos negros han colocado dos amplios delantales blancos. Antes de entrar a cenar el primer día, el Padre abad, Juan Manuel Apesteguía, un pamplonés de mediana edad, de disposición amable y rostro que apunta fina inteligencia, da la bienvenida a los recién llegados. En un clima de silencio, los monjes siempre

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Leyre Monumental

Monjes cantando el oficio de Tercia.

están disponibles y nunca son invasivos. El horario habitual implica levantarse a las 5:30, para acudir a la hora de Vigilias a las 6 en la iglesia del monasterio. Tras pasar por Vigilias, Laudes, Tercia, Sexta, Nona y Vísperas, se llega a Completas, a las 21:15, hora que encuentro particularmente conmove-dora, pues junto al habitual canto gregoriano de himnos, salmos y antífonas, hay un momento en el que se apagan las luces generales (solo queda iluminada Nuestra Señora de Leyre) y se hace el silencio; nadie dice nada, pero es obvio que se trata del momento para el examen de conciencia. Un monje eleva una oración en la que pide «una noche tranquila y una muerte santa». Los monjes, desde ancianos hasta vein-teañeros, abandonan sus asientos laterales, se colocan frente a la talla neorrománica de la Virgen con el Niño y entonan la Salve Regina en canto gregoriano. La jornada en el monas-terio es como una síntesis de la vida, desde el nacer hasta el morir, y todo ello vivido con paz. La puntualidad sin prisa, el toque de campana, el exquisito cuidado de la liturgia, la precisión de todos los actos… parecen reflejar la armonía del universo. Siempre en presente. Me ha recordado lo que escribía C.S. Lewis en 1942: «Porque el presente es el punto en el que el tiempo coincide con la eternidad» (For the Pre-

sent is the point at which time touches eternity). En contraste, la vida de fuera es todo ajetreo. El silencio

suele provocar ansiedad, que se intenta calmar con entreteni-miento y diversión, en un volcarse desde el interior a un ex-terior que ofrece un continuo bombardeo de imágenes y pa-labrería. Para mucha gente quedarse «sin conexión» es algo dramático y un uso «desajustado o patológico» de Internet se asocia a alteraciones de la salud mental y a diversas con-ductas de riesgo en adolescentes y en adultos. Otros llenan su vacío enchufados todo el día al televisor. Otros, siempre en movimiento, necesitan trabajar en jornadas prolongadas para poder sobrevivir o para satisfacer sus desmesuradas am-biciones económicas, mediáticas, artísticas o científicas. Al-gunos, llevados de una intensa bulimia de poder y víctimas de hambruna intelectual, se afanan por detentar el poder político pagando precipitadamente el precio impuesto por «el nuevo orden mundial». Solo una minoría contempla con sosiego, ama con admiración y actúa con calma; son quienes tienen la fortuna de alcanzar la actitud contemplativa, den-tro o fuera del monasterio.

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Leyre Monumental

Vista general del monasterio.

Un día de recuerdo imborrable: Tras los orígenes del Císter en España con la ComunidadBenedictina de Leyre Ricardo Fernández Gracia No resulta fácil transmitir en unos párrafos las sensacio-

nes e impresiones recibidas sensorial y espiritualmente, ni las reflexiones y los saberes reunidos en la mente, a raíz de un día de convivencia con los monjes de Leyre, visitando las dos cunas del Císter en España que, como es sabido, se encuentran en tierras de la Ribera de Navarra y a muy pocos kilómetros de distancia, en Fitero para los monjes y Tulebras para las monjas.

La evocación de anteriores visitas de otros abades legeren-ses a Fitero, especialmente en los siglos XVII y XVIII desfi-laron por mi memoria. Recuerdo haber leído cómo algunos de ellos pernoctaron en algunas ocasiones con motivo de di-versas reuniones de la Congregación Cisterciense de Aragón y Navarra. El abad dom Juan Manuel Apesteguía recordó que un monje de Fitero, fray Antonio Peralta y Mauleón, que profesó en 1601, fue el último abad perpetuo de Leyre

entre 1614 y 1652.

A lo largo de la mañana del día 27 de febrero, acompaña-dos por un tiempo primaveral, los monjes partieron de su casa, en las estribaciones del Pirineo, recorriendo paisajes con monumentos señeros de la historia de Navarra, como Olite o Ujué, los valles del Aragón y del Ebro, para llegar a Fitero, en la frontera de los tres reinos históricos penin-sulares. En la puerta de la iglesia fueron recibidos por el presidente de los Amigos del Monasterio, don Fernando Se-ves y el párroco don Javier Goitia con el Lignum Crucis, el mismo que los abades cistercienses ofrecían a la veneración a personas e instituciones notables cuando llegaban al templo. Con el acompañamiento al órgano de unas variaciones sobre el himno latino Iste confessor, fueron entrando por la nave central, hasta llegar a la capilla mayor, en donde cantaron el Tantum ergo, «more hispano».

A continuación, tuve el honor de guiarles por las distintas dependencias del antiguo monasterio y de su templo. La ar-monía y conjunción entre la domus Dei, domus ecclesiae, domus monasterii y domus artium fue «in crescendo», con-forme avanzaba la mañana. La entraña, el alma, la verdadera singularidad del espacio interior y su ambiente monacal se plasmó con el canto gregoriano, los hábitos, y la presen-cia de la comunidad. Sorpresa para algunos, no tanto para otros que ya conocían el conjunto. Admiración también al contemplar las dimensiones y la planimetría del templo, su luz, la primera de las girolas de la arquitectura medieval en Navarra y, por supuesto, el patrimonio mueble, conservado

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D. Javier Goitia, Párroco de Fitero, dando a besar el Lignun Crucis a la Comunidad de Leyre.

excepcionalmente por haber permanecido como parroquia el antiguo templo abacial, tras la Desamortización de Men-dizábal. Este último aspecto siempre es algo que conviene resaltar, sobre todo, al echar la vista atrás y ver todo el exor-no de las grandes iglesias monásticas navarras, disperso en el mejor de los casos y, perdido para siempre, por lo general. El retablo mayor de Rolan Mois y el órgano con su caja barroca de 1660 fueron objeto especial de sus miradas.

Preguntas, reflexiones y explicaciones varias sobre el plano y disposición de las estancias, técnicas artísticas, iconogra-fías, piedras seculares, marcas de canteros, pinturas, escultu-ras, artes suntuarias, mecenas y artistas fueron protagonistas en un diálogo ordenado. Por encima de todo, destacamos a sendos personajes de primera línea como San Raimundo de Fitero o el obispo-virrey, ya beato, Juan de Palafox. Al primero, bien conocido de los monjes, bajo su imagen en el

crucero sur, le dedicaron una antífona propia de confesores. Sobre el segundo, mostraron altísimo interés, por lo que, tras una síntesis sobre el significado de su vida y obra, se les obsequió con algunos libros sobre su polifacética perso-nalidad, editados en los años pasados por la Asociación de Amigos del Monasterio de Fitero.

La sacristía y su exorno, el coro alto, algunas dependencias como la cocina o el refectorio y los claustros los fuimos con-templando a la luz de su uso y función en la vida cotidiana monacal con los textos de la legislación monástica y, parti-cularmente, de la Regla de San Benito y algunos párrafos de las obras de San Bernardo.

Si algo me llamó la atención, a lo largo de aquellas in-tensas horas, fue la capacidad de observación de los mon-jes, sin duda una actitud acrecentada por el silencio propio de su vida cotidiana, que les hace especialmente sensibles

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Con la portada románica de fondo.

para contemplar la belleza, apreciar la bondad y acercarse a la verdad. Recordé la frase de A. Dumas, cuando afirma que «Quien lee aprende mucho; pero quien observa aprende más». Los monjes mayores, los jóvenes, los novicios y los más experimentados por sus distintos saberes, que los había, ¡vaya si los había!, todos cooperaron con sus comentarios, reflexiones, actitudes, miradas y sensibilidad a que el recorri-do resultase para todos sumamente enriquecedor.

Poco antes de finalizar la mañana, en la capilla de la Virgen de la Barda, hicieron la hora de Sexta votiva de San

Raimundo de Fitero, que incluyó la antífona gregoriana Fi-delis servus et prudens. Un paseo por las tres plazas: de los Ábsides, de las Malvas y de la Orden -hoy de San Rai-mundo- ayudó a situarse en el enorme plano del monasterio medieval y moderno, con las diferentes transformaciones y ampliaciones a lo largo de los siglos.

La comida, en el Centro Parroquial, enviada por Baños de Fitero, fue un momento apto para la convivencia, entre los monjes, novicios, el párroco y el que suscribe estas líneas. Anécdotas, vivencias, recuerdos, proyectos y deseos se dieron cita en la animada conversación de los comensales.

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Ante los ábsides de la iglesia del Monasterio de Fitero, monjes de la comunidad de Leyre con el Sr. Párroco D. Javier Goitia, el Prof. D. Ricardo Fernández y D. Fernando Seves, Presidente de los Amigos del Monasterio.

La tarde estuvo reservada para la visita al monasterio de Tulebras, en donde fueron recibidos por la M. Abadesa, María Victoria Sanz y la Comunidad de religiosas de aque-lla casa. Una visita guiada por la M. Mª Pilar Pisonero por la iglesia, claustro, sala capitular y museo precedieron a las Vísperas cantadas por los monjes en la iglesia. El primoroso retablo mayor de Jerónimo Cosida con la tabla de la dormi-ción de la Virgen, Nuestra Señora de la Cama, sus joyas y la colección de platería del monasterio llamaron la atención de los monjes por su calidad intrínseca, así como por la presen-tación de todas aquellas piezas.

Un rato de encuentro fraterno con las religiosas puso fin a una jornada memorable para el crecimiento espiritual y cultural, de la mano y conjunción armónica de la literatura, la música, las artes visuales y el carisma del monacato bene-dictino-cisterciense.

Mi particular conclusión a partir de las horas pasadas con estos queridos y admirados monjes me llevó a recordar la ne-cesidad de mirar al futuro sin complejos, con orgullo por lo bueno del pasado y con alegría el presente por lo disfrutado a lo largo de la jornada, sin olvidar que los conocimientos suman, pero las actitudes multiplican. Inteligenti pauca. Gratias plurimas, ad maiora et meliora.

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Iglesia del monasterio cisterciense de Tulebras

En el museo de Tulebras

Crónica de LeyreDICIEMBRE 2018-SEPTIEMBRE 2019Fr. Ramón Molina Piñedo

ACONTECIMIENTOSTuvimos la visita canónica los días 7-12 de enero. Esta

«visita» tiene lugar cada cuatro años en todos los monas-terios de nuestra Congregación de Solesmes para promover la buena observancia y paz de los mismos. En esta ocasión fueron visitadores los PP. Dom Philippe Dupont, abad de Solesmes y Presidente de nuestra Congregación, y Dom Lo-renzo Maté, abad de Sto. Domingo de Silos. Días intensos de los que esperamos unos buenos frutos para el bien es-piritual y material de nuestra comunidad. Agradecemos a nuestros visitadores su dedicación, su actitud tan positiva hacia la comunidad y sus palabras de ánimo.

El 15 del mismo mes, festividad de los Santos Mauro y Plácido, discípulos predilectos de nuestro padre San Benito y patronos de nuestro noviciado, el P. Maestro de novicios presidió el Oficio y la Misa. A día de hoy, son cuatro los jóvenes que pertenecen al grupo del noviciado, aunque tres de los mismos sean ya profesos temporales; el cuarto es un joven postulante. Y hay esperanzas fundadas de que aumente el número del grupo.

Unidos a toda la Iglesia, del 18 al 25 de enero, celebramos el Octavario de oración por la unión de todos los cristianos. Este año bajo este lema: «Actúa siempre con toda justicia». Antes de Completas, en la sala capitular, escuchamos las lec-turas y recitamos las preces del Octavario contenidas en el folleto preparado y distribuido por el Consejo ecuménico de las iglesias y el Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos.

El día 29 del dicho mes de enero, hicieron su profesión como oblatos seculares dos sacerdotes del clero secular, D.

Fidel Campos y D. Francisco Gómez, y el seglar D. Raúl Toro. Además de nuestra comunidad, les acompañaron un pequeño grupo de amigos suyos entre los cuales se encon-traban varios sacerdotes de las diócesis de Valencia y de San Sebastián, un diácono permanente de la diócesis de Madrid y algunos seglares.

Este año tuvimos el tradicional paseo antes de comenzar la Santa Cuaresma el día 27 de febrero, si bien es cierto que, más que un paseo largo fue una auténtica peregrinación. La meta fueron los dos primeros monasterios cistercienses de monjes y de monjas fundados, no solo en Navarra, sino también en España: Santa María de Fitero y Santa María de la Caridad de Tulebras. En Fitero pasamos parte de la mañana y fuimos acogidos con todos los honores por su cura párroco, D. José Javier Goitía, el cual nos esperaba en la puerta principal de la iglesia abacial revestido con la capa pluvial y con el Lignum crucis, que nos dio a todos a besar. Después de rezar ante el Santísimo y saludar la imagen del Santo del monasterio, San Raimundo de Fitero, el profesor D. Ricardo Fernández nos guió en nuestro recorrido por todo el conjunto monumental. En la capilla de la Virgen de la Varga cantamos la hora de Sexta. A primera hora de la tarde llegamos a Tulebras donde las monjas cistercienses nos acogieron fraternalmente y, después de visitar todo el con-

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Dom Philippe Dupont y Dom Lorenzo Maté durante la Visita canónica.

junto monumental del monasterio, cantamos las Vísperas en la iglesia. A la hora de Completas ya estábamos de nuevo en Leyre.

Como es costumbre nuestra, el día 4 de marzo partici-pamos en la Javierada monástica al vecino castillo-santuario de Javier, este año bajo el lema «Enviados», en consonan-cia con la celebración del próximo Mes misionero extraor-dinario convocado por el Papa Francisco para el próximo octubre. También acudió una representación del monasterio de la Oliva y algunos religiosos y religiosas, representando a la Vida consagrada. Además, una treintena de peregrinos de la vecina villa de Liédena se unieron a nosotros durante el rezo del Rosario y el canto de las Letanías de la Virgen desde unos kilómetros antes del castillo de Javier. Presidió la Eucaristía el P. Abad de la Oliva y el P. Rector de Javier predicó la homilía.

Este año, por vez primera, antes de Completas, y en la sala capitular, hasta el día 12, inclusive, todos los días, hemos continuado recitando las preces de la Novena de la gracia a San Francisco Javier, que dimos comienzo el día 4 en nuestra peregrinación a su castillo-santuario.

Como ya es tradicional en nuestro monasterio, tuvo lugar la semana dedicada a los Ejercicios espirituales durante la celebración de la primera semana de Cuaresma, esto es, del 10 al 16 de marzo. Nos los dirigió el P. Santiago Arzubialde, jesuita de la comunidad de Javier. Uno de esos días celebra-mos un acto penitencial comunitario, tal y como prescri-be el Ritual, y los PP. capuchinos de Sangüesa escucharon nuestras confesiones individuales. Como novedad, durante estos días, todas las tardes, estuvo de manifiesto el Santísimo Sacramento en la custodia en el oratorio de San Virila.

La madre del P. José Antonio, Dña. Dominica Granada, cumplió sus 100 años el día 20 de marzo y su hijo pasó el día junto a ella. Por la tarde el P. Abad la visitó para transmi-tirle el saludo y la felicitación de toda la comunidad.

El 18 de abril, día de la Traslación de los cuerpos de las Santas Nunilo y Alodia desde Huesca a Leyre, aunque este año no se celebró su oficio litúrgico por coincidir con el Jueves Santo, después del canto de Tercia, recibió el santo hábito nuestro postulante fray Íñigo Mª. Hidalgo en un acto celebrado en la sala capitular que siempre resulta emotivo.

Y el sábado 4 de mayo se celebró «El día de las Leyres». Participaron unas treinta niñas, además de algunas jóvenes y señoras que llevan el nombre de María de Leyre. Presidió la misa el P. José Antonio. Antes del ofertorio, las «Leyres»

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Nuestros nuevos oblatos seculares, D. Francisco Gómez, D. Raúl del Toro y D. Fidel Campos.

El P. Santiago Arzubialde nos dirigió este año los Ejercicios espirituales.

ofrecieron sus ramos de flores a la Virgen. Del 25 al 27 de junio se celebraron en Leyre las III Jorna-

das sobre el Acompañamiento Espiritual. Organizadas por el Arzobispado de Pamplona y nuestro monasterio, este año han tratado sobre la oración, con el lema: «Señor, enséña-nos a orar. Intervinieron como principales ponentes: Mons. José Ignacio Munilla, Obispo de San Sebastián, Mons. Juan Carlos Elizalde, Obispo de Vitoria, Mons. Juan Antonio Aznárez, Obispo auxiliar de Pamplona y Tudela, la Madre Pilar Germán Rojas, superiora del monasterio cisterciense de Alloz, el P. Fernando Prado Ayuso, CMF y D. Eduardo

Toraño Rojas, asesor espiritual de la Renovación Carismás-tica Católica Española. También se hicieron presentes el Sr. Obispo de Bilbao, Mons. Mario Iceta y su Obispo Auxiliar, Mons. Joseba Segura. Participaron alrededor de un centenar de sacerdotes, religiosos, seminaristas y también laicos de las diócesis de Navarra y del País Vasco. Todos los asistentes pudieron participar en nuestra liturgia y muchos de ellos se alojaron en las hospederías interna y externa del monasterio.

El mes de agosto nos trajo el triste acontecimiento del fallecimiento de nuestro abad emérito, Dom Augusto Pas-cual, uno de los monjes restauradores de la vida monástica en Leyre, y su primer abad tras la restauración. El día 9 ante la situación de gravedad en la que se encontraba, el P. Abad volvió a administrarle el sacramento de la Unción de enfer-mos, en un acto muy sencillo y emotivo, rodeado de toda la comunidad. La celebración concluyó con el canto de la Salve Regina, la antífona dedicada a San Benito Sanctísime Confesor y el abrazo de paz de cada uno de los miembros de la comunidad. Y en la tarde del viernes 23, poco después del rezo de Vísperas y rodeado también de la comunidad, el P. Augusto entregaba su alma al Creador. Se le acababa de hacer la recomendación del alma y sus acompañantes habían comenzado a cantar la antífona mariana Sub tuum presídium. El sábado 24 se instaló la capilla ardiente con

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Un aspecto de las Jornadas de acompañamiento espiritual.

El profesor D. Ricardo Fernández nos guio por todo el conjunto monumental del antiguo monasterio de Fitero.

el féretro en el locutorio del monasterio y al día siguiente se celebró el funeral y la inhumación de los restos mortales.

El funeral fue presidido por el Sr. Arzobispo de Pamplo-na, y la homilía, muy entrañable y sentida, corrió a cargo de nuestro P. Abad. Y junto a ellos un buen número de conce-lebrantes entre los que cabe destacar a los abades de Silos y de La Oliva (el titular y emérito), a algunos monjes de las abadías de Silos, Santa Cruz del Valle y Montserrat, así como al Sr. Deán de la Catedral de Pamplona, al Sr. Vicario para la Vida Consagrada de nuestra diócesis, al Sr. Rector del Seminario Conciliar de San Miguel, al P. Provincial del Instituto del Verbo Encarnado, que vino con un buen grupo de jóvenes religiosos de su congregación. Igualmente se hi-

cieron presentes las abadesas benedictinas de Alzuza y Jaca, con algunas monjas de sus comunidades y del monasterio de San Benito de Estella, así como la superiora de las cistercien-ses de Alloz y la secretaria de la CONFER de Navarra. En-tre los familiares más allegados del finado, figuraban las dos únicas hermanas que todavía viven. Numerosos fieles amigos de la comunidad, llenaban prácticamente nuestra iglesia.

Concluido el funeral el féretro fue acompañado por un buen número de personas hasta el cementerio, mientras se cantaban las letanías de los santos. Los restos mortales del P. Augusto recibieron cristiana sepultura, siendo los primeros en ser enterrados en la parte nueva de nuestro cementerio. ¡Descanse en paz, nuestro buen padre y maestro!

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El grupo de las «Leyres».

El 31de agosto, al fin de sus fiestas patronales, los vecinos de Yesa, con su cura párroco y su alcalde, vinieron un año más en romería a Ley con la imagen de la Virgen de Yesa. Participaron en la Misa conventual, presidida por el P. Abad, y en el momento del ofertorio ofrecieron hogazas de pan y frutos de sus huertos. El 10 de septiembre, tenemos con nosotros a D. Óscar Azcona, Delegado de Misiones de nuestra diócesis, que nos habla de cómo quiere el Papa que este mes de octubre se celebre como mes misionero extraordinario. El domingo 29 de Septiembre tiene lugar el encuentro anual de los Amigos de Leyre. Tras asistir a la Misa conven-tual, presidida por el P. Abad, el Prof. D. Ricardo Fernández les ofreció una conferencia sobre «El patrimonio mueble del Monasterio de Leyre» Este año, como obsequio a la comu-nidad los Amigos de Leyre han costeado la restauración una singular imagen del Sagrado Corazón de Jesús, de comien-zos del siglo XIX.

AGENDA DEL P. ABADEl 27 de enero, domingo, acompañado del P. Prior se

desplazó a Pamplona para participar en el solemne funeral

celebrado en la catedral en sufragio de nuestro Arzobispo emérito, el Cardenal D. Fernando Sebastián, fallecido en Málaga el día 24 de enero.

Del 7 al 17 de febrero, como consejero de nuestro P. Abad Presidente, viajó a la isla de Martinica acompañado del P. Patrice Mahieu, asistente de nuestro Abad Presidente, para girar la visita canónica al monasterio de Ntra. Sra. del Mon-te de los Olivos. Y después realizaron una visita fraterna al cercano monasterio de monjas benedictinas de Ntra. Sra. de los Ángeles, en la misma isla.

Del 29 de abril al 10 de mayo, el P. Abad participó en las sesiones del Capítulo general de nuestra Congregación, que se celebra cada cuatro años en el monasterio de San Pedro de Solesmes. En esta ocasión, el Capítulo, entre otros temas, se ocupó especialmente de abordar el tema de los jóvenes de la Congregación, en consonancia con el Sínodo último de los Obispos, dedicado a la juventud. En una de las sesiones nuestro P. Abad fue elegido primer Consejero de los cuatro que asisten al P. Abad Presidente.

El domingo 2 de Junio, solemnidad de la Ascensión del Señor, el P. Abad, invitado por el Sr. Arzobispo de Pamplo-na, confirió el Sacramento de la Confirmación a un grupo de casi cuarenta adolescentes de la parroquia de Sangüesa.

El 30 de junio, participa en la Catedral de Pamplona en

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Nuestro. Arzobispo, y su Obispo auxiliar junto a los abades de Solesmes, Leyre y Silos.

Entierro del P. Augusto

la celebración de dos ordenaciones sacerdotales y tres diaco-nales. Entre los que fueron ordenados de presbíteros figura-ba el joven José Ángel Zubiaur, cuya familia mantiene unos buenos lazos de amistad con nuestra comunidad.

El 22 julio preside la Misa en el monasterio de nuestras hermanas benedictinas de Alzuza con motivo de la fiesta de Santa María Magdalena, titular de dicha comunidad. Le acompañan el P. José Antonio Fr. Iñaki, Fr. Ernesto y Fr. Íñigo Mª.

Y el 30 de agosto en el santuario-monasterio de Ntra. Sra. de El Pueyo de Barbastro, participa en la fiesta de nues-tros beatos mártires benedictinos, en la que además dicha comunidad celebra sus diez años de presencia en El Pueyo. Le acompaña fray Íñigo Mª.

VISITANTES DESTACADOSEl 7 de diciembre visitó nuestro monasterio y participó

en las primeras Vísperas de la Purísima un numeroso grupo de hospitaleros del Camino de Santiago, procedentes de dis-tintos lugares de España.

El día 30 del mismo mes recibimos la visita de don Car-los Ayerra, Vicario judicial, Ecónomo, Canciller secretario del Arzobispado de Pamplona y Deán de la Santa Iglesia Catedral. Vino a Leyre para felicitarnos la Navidad. Como acostumbra, participó en el oficio de Vísperas y cenó con la comunidad ocupando un lugar preferente del coro y del refectorio y asistió al recreo comunitario.

Otra visita muy grata, fue la de nuestro Sr. Arzobispo, Mons. Francisco Pérez, acompañado de su Obispo auxiliar, Mons. Juan Antonio Aznárez el 11 enero. Vinieron a Leyre por un doble motivo: felicitar el Año Nuevo a la comunidad y saludar a nuestro P. Abad Presidente, el cual se encontraba en nuestro monasterio girando la visita canónica. Participa-ron en el oficio de Vísperas, cenaron con la comunidad en el refectorio y asistieron al recreo comunitario. Entre otras co-sas, les obsequiamos cantando unos villancicos en su honor.

El 5 de febrero tuvimos con nosotros a Mons. Luis Quin-teiro Fiuza, obispo de la diócesis de Tui-Vigo, acompañado de sus quince seminaristas, los cuales seguían una tanda de ejercicios espirituales en Javier. Visitaron el conjunto monu-mental y participaron en el oficio de Vísperas, que fueron presididas por dicho obispo. Después saludó a la comunidad y le dirigió unas sentidas palabras.

El 22 del mismo mes acogimos fraternalmente a la comu-nidad del monasterio-santuario de Ntra Sra. de El Pueyo. Dicha comunidad pertenece al Instituto del Verbo Encar-nado, el cual está formado por dos ramas, una activa y otra contemplativa, lo mismo que sus hermanas. Esta familia re-ligiosa, nacida en Argentina, a pesar de no contar más que con treinta y cinco años de existencia, cuenta ya con 550 religiosos y con 1500 religiosas. Hace dos años se instalaron

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Encuentro con la comunidad de El Pueyo.

El P. Abad con el grupo de confirmandos de Sangüesa.

también en el antiguo monasterio-santuario benedictino de Ntra. Sra. de Valvanera (La Rioja). Y el último día de febrero nos visitaron los novicios agus-tinos recoletos residentes en el convento de Monteagudo a quienes acompañaba su P. Prior. Después de visitar el mo-nasterio, participaron en Vísperas. El 27 de marzo tuvimos entre nosotros al nuevo Vicario regional para Navarra del Opus Dei, Rvdo. D. Jorge Nava. Para presentarle al P. Abad, le acompañó el anterior Vicario regional, D. Rafael Salvador. El domingo 31de marzo, participaron en la misa conven-tual D. Jaime Ignacio del Burgo, que fue el primer Presidente del Gobierno de Navarra, y su esposa Dña. Blanca. Comie-ron en la hospedería externa y después saludaron y hablaron ampliamente con los PP. Abad y José Antonio. El 1 de abril acogimos al alcalde de Pamplona, D. Joseba Asirón. Nos obsequió con una interesante colección de li-bros publicados durante los últimos años por el mecenazgo del Ayuntamiento de Pamplona. Con el P. Abad y algunos monjes recorrió el conjunto monumental y el interior del monasterio, mientras recordaba sabrosas anécdotas de sus años de estudiante, vividos con nuestro P. Abad en su juven-tud, pues fueron compañeros de estudios en los PP. Jesuitas

de Pamplona. Del 1 al 14 de abril, el Premio Novel D. Mario Vargas Llosa volvió a pasar unos días en nuestra hospedería interna, en compañía de dos íntimos amigos, D. Juan Arenas y D. Santiago Bergareche. Muy correcto y respetuoso, participó en los todos los actos de comunidad. Uno de esos días nos acompañó también en nuestra recreación y nos manifestó su deseo de seguir viniendo en años sucesivos a Leyre. Pasó con nosotros parte de la Semana Santa y algunos días de la Octava de Pascua el Hno. Atanasio Soto, monje-diá-cono y estudiante de teología en la Universidad de Navarra. Pertenece al monasterio benedictino de San Luis en el esta-do de Missouri (Estados Unidos). Ofició como diácono en todas nuestras celebraciones. Un grupo de catequistas de la diócesis de Huesca, acom-pañados por el Delegado Diocesano de Catequesis, D. Óscar Alejandro Carreño pasaron buena parte de la tarde del sába-do 27 de abril en Leyre. Tras la visita al monumento artísti-co, un monje les habló sobre la vida monástica. Participaron después en el oficio de Vísperas. Y posteriormente fueron saludados por el P. Abad. El día 28 pasaron unas horas en Leyre Dom Lorenzo Maté, abad de Silos, y Dom Santiago Cantera, prior ad-

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D. Mario Vargas Llosa con sus amigos D. Juan Arenas y D. Santiago Bergareche.

.D. Joseba Asirón en nuestra Biblioteca.

ministrador del Valle de los Caídos, acompañados de fray Luis Javier García-Lomas y fray Miguel Torres. Partieron al día siguiente, acompañados de nuestro P. Abad, hacia el monasterio de San Pedro de Solesmes para participar en el Capítulo general de nuestra Congregación benedictina de Solesmes, al cual asisten todos los abades de régimen, los priores conventuales y también los priores administradores de los distintos monasterios de la Congregación.

Otros dos huéspedes destacados que pasaron unos días con nosotros en el mes de mayo fueron: del 12 al 15, Dom André Laberge, abad del monasterio de Saint Benoît du Lac, en la archidióesis de Serbroookensi, cerca de Montreal (Ca-nadá). Y del 23 al 28 tuvimos al P. Gregory Corcorán, prior del monasterio de Ntra. Sra. de Qarr (Inglaterra).

Del 27 al 31 de julio tuvimos la alegría de recibir en nues-tro monasterio a todos los seminaristas de la diócesis de Bar-celona (treinta y cinco jóvenes, seis de ellos diáconos, y otros tantos en espera de su próxima ordenación) con sus forma-dores, al frente de los cuales vino su Cardenal-Arzobispo, Mons. Juan José Omella. Participaron con la comunidad en los oficios divinos. El último día el Sr. Cardenal presidió de

pontifical la Misa y pronunció una bella homilía, cenó en el refectorio con la comunidad y asistió a la recreación, en la que nos habló del estado de las obras de la Sagrada Familia. En esas mismas fechas tuvimos en nuestra hospedería ex-terna a la Superiora General de las Hermanas Trinitarias de Valencia, con un grupito de religiosas de su congregación haciendo unos días de retiro espiritual. A comienzos de agosto tuvimos durante cinco días entre nosotros al P. Michel Baumel, monje y organista del monas-terio benedictino de Sain-Vandrille (Francia), que el día 3 ofreció en la iglesia un concierto de órgano dentro del pro-grama «Leyre espacio musical». Durante los días 6 al 14 de este mismo mes, recibimos en Leyre a fray Luis Javier García-Lomas, monje de Silos. Viene para hacer el retiro espiritual previo a su Profesión perpetua que tuvo lugar el día 17 de agosto. Dirigieron sus meditacio-nes los PP. Abad y Javier Suárez. El 7 de agosto recibimos la visita D. José Antonio Zaba-

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Grupo de catequistas de la diócesis de Huesca.

Mons. Omella con los seminaristas y formadores del seminario de Barcelona.

leta, Vicario para la vida religiosa de nuestra diócesis. Parti-cipó en el oficio de vísperas, cenó luego con la comunidad y durante el recreo comunitario nos habló de algunos de los problemas que aquejan a las monjas de contemplativas de la Navarra. Del 19 al 24 de agosto, como acostumbra desde sus años de seminarista, ha pasado ocho días en la hospedería mo-nástica el recién consagrado obispo auxiliar de la diócesis de Cartagena-Murcia, Mons. Sebastián Chico. Uno de los días de su estancia entre nosotros el P. Abad le invitó a pasar con nosotros la recreación, en la que nos habló de lo que supone para él nuestro monasterio, al que lleva ya viniendo unos cuantos años. E igualmente nos habló de sus comienzos en el ministerio episcopal. En esos mismos días recibimos también como huésped al Vicario General de la Diócesis de Zaragoza, D. Manuel Al-mor, a quien otros años hemos tenido también con nosotros. Fue igualmente invitado a compartir una de nuestras recrea-ciones, siendo tema de conversación el santuario mariano del Pilar y el nuevo museo diocesano, instalado en el edificio del arzobispado. El 11 de septiembre recibimos a Mons. Christopher Zoa Obispo de Sangmeline en Camerún, que viene acompañado

por nuestro buen amigo el sacerdote D. Joaquín Martine-na. Participa en nuestras Vísperas, saluda a la comunidad y comparte nuestra cena. Y el 21 de septiembre, visita nuestro monasterio el car-denal, Mons. José Luis Lacunza, agustino recoleto navarro, obispo de David en Panamá. Viene acompañado de sus her-manos. El P. Abad les guía en la visita a la parte monumental de Leyre.

ACTOS CULTURALES El 11 de diciembre de 2018 el P. Fco. Javier Suárez, impar-tió una clase a los alumnos del Conservatorio Superior de Música «Pablo Sarasate» de Pamplona, que vinieron acom-pañados por la profesora Doña Amaya Zabalza. Dicha clase versó sobre «Sentido de la Oración Litúrgica y praxis del canto gregoriano». Acto seguido, los asistentes participaron en el oficio litúrgico de Vísperas. El P. Javier viene animando esta jornada, teórica y práctica sobre canto gregoriano desde hace once años. A lo largo de los meses que reseñamos en esta crónica, se han vuelto a ofrecer en la iglesia de nuestro monasterio

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D. Sebastián Chico en Leyre por primera vez como obispo.

En mayo recibimos a Dom André Laberge, abad de Saint Benoît du Lac.

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«Coro de Cámara» Spes in Alium.

En mayo recibimos a Dom André Laberge, abad de Saint Benoît du Lac.

distintos conciertos del programa «Leyre, espacio musical», amén de los conciertos de órgano de algunos domingos y días festivos a cargo de nuestro organista, D. José Luis Eche-chipía y otros mini-conciertos y audiciones de órgano.El día 19 de abril, Viernes Santo, fue la Coral Liguori

quien ofreció un concierto sacro bajo el título de «Medita-ción musical para un Viernes Santo». Antes, durante la cele-bración del Oficio de la Pasión del Señor, alternó distintos cantos con el coro de los monjes del monasterio. El domingo 16 de junio el «Coro de Cámara» Spes in

Alium alternó con el coro de monjes de Leyre durante la celebración de la Misa conventual. Después ofreció un con-cierto sacro. El organista José Luis Echechipía también tocó dos piezas más en el concierto. Destacamos también el concierto del 11 de Julio, fiesta de

N. P. San Benito a cargo de D. José María Berdejo, Director de la Coro de Infantes de la basílica del Pilar de Zaragoza. El día 3 de agosto, después de la celebración de Víspe-

ras, tuvimos otro concierto a cargo del monje y organista del monasterio benedictino de Saint-Wandrille (Francia), P.

Michel Baumel. Merece también mención el concierto de órgano y acordeón a cargo de Ana Belén García (órgano) y Ander Tellería (aordeón). El del día 17 de agosto a caro de la Quincena Musical de San Sebastián. Y el 22 de septiem-bre Concierto del Ciclo de Música para órgano en Navarra: «Del Sinfonismo a los límites de la imaginación», por Este-ban Landart. El sábado 23 de marzo el profesor Don Ricardo Fernán-

dez, que fue quien nos guio en nuestro recorrido por el mo-nasterio de Fitero durante la peregrinación que hicimos a dicho monasterios el pasado 27 de febrero, nos ofreció una conferencia magistral cuyo tema era «El Beato Juan Palafox, hoy». Y nos obsequió con cerca de los veinte títulos que apa-recieron sobre dicho beato durante los últimos años, amén de tres bellos grabados del siglo XVIII de San Benito y de su medalla. En el mes de marzo (del 27 al 29) el P. Fco. Javier Suárez

participó en la XIII Jornadas técnicas de bibliotecarios de la Iglesia en España, que ese año tuvo lugar en Oviedo y que llevaban por título: «Nuevos escenarios para las bibliotecas: de la transformación de espacios a los contenidos digitales». Y el 10 de abril impartió una sesión docente en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, sobre la «Teolo-

gía del Oficio Divino». El 4 de julio los participantes del curso de la Universi-dad de Verano de Jaca: «El Pirineo en torno al año mil. La identidad del Reino de Sancho el Mayor», pasan la mañana en nuestro monasterio, por ser un lugar tan histórica y ar-tísticamente relacionado con este egregio monarca. Asisten a nuestra Misa conventual. Luego el P. Abad les dirige una palabras de bienvenida y le habla de la estrecha relación de Sancho el Mayor y Leyre y de la importancia de Leyre en el viejo reino de Pamplona. Finalmente giran la visita a la parte monumental de nuestro monasterio teniendo como guía a la profesora Dña. Carmen Lacarra.

MINISTERIOS EXTRAORDINARIOS Del 9 al 17 de diciembre de 2018 el P. José Antonio Pe-droarena como Asistente espiritual de la federación Galai-co-Leonesa de nuestras hermanas benedictinas realizó su visita anual a los monasterios de Galicia: Santiago de Com-postela, Cuntis y Trasmañó. A los que volvió los días 13 al 22 de mayo. Como en años anteriores, el P. Luis Mª. Pérez, en los meses de febrero y marzo, marchó a Roma a la comunidad bene-dictina de San Pablo Extramuros para prestar sus servicios

como confesor en la Basílica. Dicha comunidad por tener a su cargo esta importante Basílica patriarcal, agradece mucho toda la colaboración que se le pueda prestar desde otros mo-nasterios de nuestra Orden. Por su parte, el P. Ramón Luis Mª. Mañas dirigió una tanda de Ejercicios espirituales a la comunidad de monjas cistercienses del monasterio de Ntra. Sra. de la Anunciación de Santo Domingo de la Calzada durante los días 17-23 del mes de marzo. Del 23 al 26 de abril impartió varias meditaciones a un grupo de sacerdotes de la archidiócesis de Zaragoza, que desde hace algunos años durante la octava de Pascua practican unos días de retiro en nuestra hospedería monástica. Como delegado del P. Abad, asistió al Encuentro ibérico, de los superiores benedictinos de España y Portugal, que este año ha tenido lugar en el monasterio cisterciense de San Pedro de Cardeña (Burgos), del 19 al 23 de mayo. La presente edición del Encuentro llevaba por lema: «Ca-minando en congregación, experiencias y posibilidades», en referencia a la nueva Congregación de Santa Hildegar-da, formada por monasterios de las cuatro federaciones de monjas benedictinas existentes hasta ahora en España. Y el

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Participantes de un curso de la Universidad de verano de Jaca en Leyre.

Michel Baumel, organista de Saint Wandrille.

domingo 25 de agosto presidió la Misa en la iglesia de las Comendadoras del Espíritu Santo de Sangüesa, con motivo de la próxima fiesta de San Agustín. Con esta Misa las Co-mendadoras quieren compartir su fiesta con los sangüesinos y agradecerles su solicitud hacia ellas. El 20 de agosto, fiesta de San Bernardo, el P. Prior y Fr. Ernesto representan a la Comunidad en el Monasterio cis-terciense de La Oliva.

DONACIONES Nuestro buen amigo don Félix Balbuena nos donó un precioso cuadro ovalado, pintado al óleo sobre lienzo, de la Purísima de principios del siglo XVIII. El 25 de mayo fue colocado sobre el dintel de la puerta de la sala capitular. Y el 12 de junio recibimos la donación de dos cuadros que representan a las Santas Nunilo y Alodia. Son del siglo XVII y están pintados al óleo sobre lienzo y con sus mar-cos muy adecuados. Es su donante Doña Alodia Torrente, oriunda de Madrid pero con raíces en Adahuesca, patria de dichas Santas.

SANTORAL Y AÑO LITÚRGICO Este año, por caer la solemnidad de la Purísima el sábado antes del primer domingo de Adviento, el 7 de diciembre, después de cantar las primeras Vísperas celebramos por el claustro bajo la procesión en su honor y la consagración de la comunidad a la Virgen. Participaron en la procesión muchos fieles, pues la iglesia se encontraba al tope, debido a un puente tan largo, entre ellos un numeroso grupo de hos-pitaleros del Camino de Santiago, procedentes de distintos lugares de España. Entre los actos extraordinarios para prepararnos a la cele-bración del misterio de la Navidad, debemos reseñar el Acto Penitencial comunitario celebrado el día 20 de diciembre, presidido por los PP. Jesuitas de Javier, quienes oyeron nues-tras confesiones individuales.

Por lo demás, hemos celebrado con gozo las fiestas Navi-dad, cuyos cultos han revestido la solemnidad que se espera de la comunidad de un monasterio benedictino. Como en los años anteriores, cantamos la Calenda en la iglesia, antes de comenzar el canto de las primeras Vísperas pontificales del día de Navidad. Después se bendijo el Nacimiento de la iglesia, este año montado por el joven postulante fray Íñigo Mª. Como venimos haciendo ya desde hace varios años, por la noche cantamos íntegramente la Vigilia de Navidad. El último día del año, como también venimos haciendo ya desde hace algunos años, por la noche celebramos la Vigilia de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, con el Santísimo Sacramento expuesto en la custodia. Antes de la bendición con el Santísimo cantamos el Te Deum laudamus para agradecer Dios tantos beneficios como hemos recibi-

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Monumento eucarístico del Jueves Santo.

dos durante el año 2018 y pidiendo su protección para el año 2019. Terminamos cantando a la Virgen de Leyre el Sub tuum praesidium.

Este año, sobre todo los días 24, 25, 31 de diciembre y 1 de enero, durante la veladas comunitarias, principalmente antes de las Vigilias de Navidad y de Año Nuevo, cantamos muchos villancicos, recopilados en un bello folleto que fue preparado por fray Juan Ignacio Mª. Y como en años ante-riores, con motivo de las fiestas de Navidad y de Año nue-

vo, recibimos felicitaciones y distintos presentes de amigos y familiares de los monjes, a todos los cuales tuvimos muy presentes en estos días ante el Niño Dios y a quienes hace-mos llegar nuestra sincera gratitud.

Del 14 al 21 de abril, y muy a pesar de las inclemencias del tiempo, un gran número de fieles, llenaron las naves de nuestra iglesia en las celebraciones principales de la Semana Santa. Personas que ex profeso se desplazaron hasta Leyre para participar en nuestra liturgia. Como el año anterior, en el oficio del Viernes Santo nos acompañó la Coral Ligouri alternando distintos cantos con el coro de los monjes. Fina-lizado el oficio, ofreció a los fieles un concierto sacro.

Como es costumbre, el día uno de mayo, antes del rezo de Completas, principiamos el ejercicio de las Flores a la Virgen ante su imagen que preside la iglesia.

Como venimos haciendo ya desde hace algunos años, ce-lebramos la Vigilia nocturna de la solemnidad de Pentecos-tés (9 de junio). La cantamos íntegramente ante el Santísi-mo expuesto, gracias a un folleto nuevo preparado por el P. Luis Mª.

El 11 de julio, solemnidad de Nuestro Padre San Benito, Patrono principal de Europa, un grupo relativamente nu-meroso de personas nos acompañó en la celebración de la Misa, presidida por el Sr. Arzobispo de Pamplona. Conta-mos también con el P. Prior de La Oliva, con el Sr. Deán de la catedral de Pamplona, acompañado de otros miembros del Cabildo, con el Prior de la Colegiata de Roncesvalles P. Guardián de los capuchinos de Sangüesa, una representación de los PP. Jesuitas de Javier, el Párroco de Yesa y con una do-cena de sacerdotes del clero secular. A estos debemos añadir el Presidente de los Amigos de Leyre, una representación de la Guardia Civil de Yesa y bastantes amigos y simpatizantes del monasterio, que casi llenaron la nave de la iglesia. Des-pués de la Misa D. José Mª Berdejo, Director del Coro de in-fantes de la basílica del Pilar, ofreció un concierto de órgano.

Mons. Juan Antonio Aznárez, obispo auxiliar de Pamplo-

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D. Juan Antonio Aznárez, obispo auxiliar de Pamplona, nos presidió la Misa de la Solemni-dad del Santísimo Salvador.

na, nos preside la Misa en la Solemnidad de Santísimo Sal-vador. Compartió nuestro almuerzo y en un recreo festivo, hablándonos de distintas realidades de la diócesis.

NUESTROS DIFUNTOSEn los meses que reseñamos en esta crónica han fallecido

los siguientes familiares, amigos y bienhechores de la co-munidad: El día 23 de noviembre de 2018, Dña. Lourdes Biain, tía de nuestro fray Ernesto Biain. El 25 de diciembre el P. Laurentino Sáenz de Buruaga, monje del monasterio de Santa Cruz del Valle de los Caídos, y desde su fundación, di-rector de la escolanía. El 26 del mismo mes Dña. Pilar Mo-

lina Piñedo, hermana del P. Ramón Molina. El 2 de enero D. Joaquín Gortari, que durante muchos años fue Secretario de la entonces Diputación foral de Navarra y a quien Leyre debe incontables favores. El 23 de enero D. Lorenzo Villa-nueva, antiguo trabajador de nuestro monasterio. Al día si-guiente el Cardenal D. Fernando Sebastián, Arzobispo emé-rito de Pamplona, que durante catorce años estuvo al frente de la archidiócesis y vivía retirado en Málaga, en cuya iglesia catedral ha recibido cristiana sepultura. Sor Remedios, mon-ja benedictina del monasterio de San Pedro de las Dueñas (León); era la religiosa más joven de la comunidad, pues contaba 58 años. El 7 de febrero Sor Encarnación Berdún,

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Santa Nunilo, óleo sobre lienzo. Siglo XVII.Santa Alodia, óleo sobre lienzo. Siglo XVII.

monja benedictina del monasterio de Santa Cruz de Jaca. A petición de sus sobrinos y demás familiares, el domingo 10 de febrero se aplicó la misa conventual por Sor Josefa Iraizot, religiosa de la Congregación de las adoratrices del Santísimo Sacramento. Ella y sus hermanos, Sor Prudencia, también religiosa adoratriz, y el canónigo y organista de la catedral de Pamplona, D. Pío, estuvieron muy bien relacio-nados con nuestra comunidad. El día 10 de febrero falleció D. Luis Labari, natural de Yesa, que pertenecía a una familia muy ligada a la comuni-dad desde los principios de la restauración del monasterio. El 17 de marzo D. Germán Santamaría, hermano del P. Germán (Jesús) Santamaría. El 8 de abril Dña. María Salas, madre de nuestro oblato secular D. José Mª. Villero. El día 1 de mayo D. Antonino Pascual, tío del P. Ramón Luis Mª Mañas. El día 30 del mismo mes D. Beltrán Granada y el 31 falleció su hermana Dña. Dominica Granada; el primero era tío del P. José Antonio Pedroarena y la segunda era su madre, que contaba ya los 100 años. El 8 de junio Dña. María Abajo, de una familia pamplonesa muy relacionada con la comunidad desde los principios de la restauración del monasterio. El 15 de junio fallece el P. José Luis Angulo, el 29 del mismo mes, fray José Molina y un día después fray Cesáreo Castro, los tres monjes benedictinos de Santo Domingo de Silos. El 16 julio fallece Dña. Elena Zafra. Natural de Yesa de una familia bastante relacionada con la comunidad. Y el 17, muere Dña. Mª Victoria Zargano, viuda de don Ramón Arraiza, quienes estuvieron también muy relacionados con nuestra comunidad. El día 16 de agosto muere Sor María del Carmen Dorrego, monja benedictina del monasterio de Santa Cruz de Jaca, que ejercía los cargos de subpriora y mayordoma. El 30 de agosto fallece el P. Luis Erdozain, jesuita, muy cercano a Leyre por los muchos años que ha estado en Javier.

Y D. Serafín Hidalgo, abuelo de nuestro postulante Fr. Íñigo Mª, fallecía el día 28 de septiembre.¡Descansen en paz!

PUBLICACIONES El 5 de diciembre de 2018 llegan los 1500 ejemplares de un nuevo libro del P. Ramón Molina Piñedo. Se trata de la segunda edición de la obra titulada «Leyre. Historia, arte y vida monástica». Publicada por el Gobierno foral de Navarra en la prestigiosa colección PANORAMA, si bien es cierto que ha sido revisada y notablemente ampliada, pues esta nueva versión cuenta con 140 páginas y alrededor 150 ilustraciones de gran calidad. Ha sido muy bien acogida por el público.

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Colección Panorama. P. Ramon Molina Piñedo

Los «Amigos de Leyre » anticiparon este año la celebra-ción de su encuentro anual para hacerlo coincidir con las Jornadas Europeas de Patrimonio. Decisión acertada por-que la climatología fue un regalo para todos con ese cielo azul suave, envuelto de la calma que transmite el otoño en Leyre cuando los vientos quedan sumisos entre Arangoiti y el Castillar. El paso de un rebaño de ovejas por la Cañada de los Roncaleses, próxima al monasterio, añadió un toque bucólico a la mañana. La solemne misa concelebrada en la iglesia abacial estuvo precedida de un « Petit recital » de órgano interpretado por Raúl del Toro. Y después, la interesante conferencia impartida por el Doc-tor Ricardo Fernández Gracia sobre el patrimonio antiguo del Monasterio de Leyre. Centró su disertación principal en los retablos de san Bernardo y las santas Nunilo y Alodia, del siglo XVII. En el primero de los casos mostrando de forma com-parativa los grabados que sirvieron de modelo al escultor sangüesino Juan de Berroeta para tallar las esculturas y los altorrelieves del retablo y las imágenes del resultado final. Respecto a las Santas explicó, de forma novedosa sobre otros estudios anteriores, la diferencia de factura de las tallas principales que presiden el retablo con el resto del mismo. El conjunto fue realizado también por el autor citado pero el estilo y vestimenta de las santas Nunilo y Alodia se asocian directamente con fray Juan de Beauvais, afamado artista na-varro, de ascendencia francesa, de mediados del siglo XVI, autor del retablo de San Juan Bautista de Estella y del retablo de Unzu, entre otros. De hecho, en la documentación del encargo se refieren a la existencia anterior de las dos escul-turas. El retablo fue realizado para agradecer la intervención mi-

lagrosa de las Santas que dio fin al periodo de sequía que asolaba las cosechas de las zonas cercanas a Leyre en Navarra y Aragón, a comienzos del siglo XVII. Sus reliquias, que se encontraban guardadas en ese mo-mento en la arqueta arábiga de marfil, conservada hoy en el Museo de Navarra, se llevaron en procesión hasta la deno-minada desde entonces Fuente de las Vírgenes, y al intro-ducir uno de los huesos por tercera vez en el agua destiló unas gotas de sangre que impregnaron el paño que portaba el prior y que hoy se guarda en el monasterio. Se mostró imagen de la reliquia. El hecho milagroso y la llegada de las lluvias propiciaron que los vecinos financiasen la ejecución del retablo. En el Salón Verde, donde tuvo lugar la charla, estaba co-locada la imagen del Corazón de Jesús, de finales del siglo XVIII o comienzos del XIX, que las hermanas Peralta de Pamplona habían regalado a la Comunidad y que ha sido restaurada gracias a la aportación económica de los Amigos. Con la tradicional comida en la hospedería finalizó una jornada repleta de buenos alicientes para disfrutar y sen-tirse un poco más feliz: el entorno natural tan atractivo, la celebración litúrgica monacal, la actualización cultural, la gastronomía, la generosidad de la Asociación y la amistad personal compartida. Bastante bien, ¿no?

Amigos deLeyreJornada completa en Leyre

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Leyre hoy

Los Amigos de Leyre ante la portada de nuestra iglesia.

Arturo Navallas Rebolé

Hotel: 0034 948 88 41 [email protected]

Restaurante: 0034 948 88 41 [email protected]

Visitas: 0034 948 88 41 [email protected]

www.monasteriodeleyre.com

Para contactar con el hospedero, P. Ramón Molina, pueden llamar al siguiente número de teléfono: 948 88 40 11. Extensión 106Por las mañanas de 10,45 a 12,45 horas, en días laborables. Y en días festivos de 10, 30 a 11 horas.Por las tardes de 17 a 18 horas, en días laborables. Y en festivos de 16, 15 a 18

HOSPEDERÍA INTERNA