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BOLETÍN INFORMATIVO DE LA DIÓCESIS DE ORIHUELA-ALICANTE AÑO XV N.º 340 12 de agosto - 15 de septiembre de 2012

¡Gracias D. Rafael!

¡Bienvenido D. Jesús!

Prestadle (a D. Jesús) la colaboració n generosa que me habé is ofrecido a

mí y que el Señ or bendiga los esfuer-zos de todos. Ojalá pueda hacerse de

uno y otro obispo, del que cesa y del que se incorpora, el elogio que hací a

San Agustí n: «Merced a estos agricul-tores, segadores, arquitectos, pastores

y proveedores, la Iglesia Santa creció y se propagó ». Quié ralo Dios

De la carta de despedida de D. Rafael

Me siento enviado a una comunidad diocesana llamada a evangelizar a una muy grande y variada realidad humana, y que atesora una riquísima historia, con magnífi cos pastores, algunos de los cuales he podido conocer y apreciar personalmente, como es el caso del que actualmente os guía y preside admirablemente, Mons. Rafael Palmero RamosDe la carta de salutación de D. Jesús a la Diócesis

2 DEL 12 DE AGOSTO AL 15 DE SEPTIEMBRE DE 2012

Noticias Diocesanas es una publicación de la Delegación de MCS del Obispado de Orihuela-AlicanteDirector: Joaquín Rodes Roca. Consejo de redacción: Fernando Rodríguez Trives, Jesús García Ferrer,

Eloy Martín García y Reme García Martínez. Diseño y Maquetación: Eloy Martín, María Córdoba y Rafael de Vera.Imprime: Servicio de Impresión de Levante, S. A. Depósito legal: A-578-1997.

Febrero de 2007. Un grupo de sacerdotes peregrinábamos por Tierra Santa con el enton-

ces nuevo obispo de la Diócesis, D. Rafael Palmero. Navegábamos aquel día con dirección a Tiberíades. La mar estaba tranquila, invitando a contemplar el rostro de la cos-ta tantas veces vista y amada por Jesús. Poco a poco la noche se iba

Rafael, tú sígueme

echando encima y el misterio, que no la tormenta, nos envolvía. Una oración por aquí y el «Tú has veni-do a la orilla..», por allá. El grupo de sacerdotes y el obispo revivíamos lo que sería el atardecer en el lago de Galilea de Jesús con sus apósto-les. Todos nos sentimos apóstoles junto al apóstol. Todos sentimos la presencia del Maestro que junto al

maestro y obispo D. Rafael reiteraba su llamada a seguirle por los mares de la pesca. Y ésta es la fotografía, el recuerdo vivo de aquel momen-to. Alguno ya está junto al Maestro, Señor de la vida y la Resurrección, y los demás, un poco más viejos, un poco más enfermos, pero iguales en ganas de vivir para servir a la co-munidad y colaborar con el Apóstol que Jesús nos regale. El Mar de Galilea y su orilla, la de las llamadas y los milagros, sigue siendo hoy corazón por donde Dios quema y reaviva la fe y la vocación. Imagino ahora a D. Rafael, cual Pe-dro, respondiendo en amores al Maestro, y preguntando junto a la orilla: «Y ahora, ¿qué?, Maestro» Je-sús derrama la misma mirada que a Pedro y lanza la misma Pregunta: «Rafael, ¿me amas?...». Pedro fue preguntado tres veces. Me gusta-ría saber cuántas veces D. Rafael ha sentido en sus entrañas la pregunta de Jesús: «Rafael, ¿me amas?». Se-guro que más de tres veces. Creo que toda su vida está marcada por esa pregunta respondida a golpes de amor apacentando el rebaño de Jesús por las tierras de España: Astorga, Toledo, Palencia, Orihuela-Alicante…. Una misma pregunta y una misma respuesta: apacentar el

rebaño; pregunta de amor y tarea de amor. «Y ahora, ¿qué?, Señor». Y, como a Pedro al fi nal del Evangelio de San Juan, Jesús responde: «Ra-fael, tú sígueme». Y así se abre una gran puerta para un gran creyente. Conducido por su valentía y su fé-rrea fi delidad, D. Rafael abre la puer-ta para seguir a Jesús sin alforjas, sin sandalias, sin bastón…. Espero que entre los muchos abrazos y recuer-dos hermosos que lleve en su me-moria agradecida estén los míos y los de muchos hermanos amigos de esta tierra. Gracias D. Rafael.

Gracias D. Rafael por el cariño, el in-terés y el apoyo a NOTICIAS DIOCE-SANAS. Gracias de corazón. Desde el principio, desde aquel miércoles 30 de noviembre a las diez y media de la mañana y dos grados bajo en el invierno palentino en el que nos co-nocimos, hasta esta calurosa tarde oriolana en la que nos despedimos, hemos sentido el apoyo incondicio-nal de su parte a Noticias Diocesa-nas divulgándola por todas las co-munidades, incluso más allá de la Diócesis. Nos ha dedicado tiempo, cariño y artículos. Gracias D. Rafael.

Joaquín Rodes Roca, director de Noticias Diocesanas

Desde la amistad y la cerca-nía en las que he vivido el ministerio durante estos

últimos años junto a D. Rafael, quiero expresarle mi agradeci-

miento utilizando unas «pincela-das», como a veces él ha escrito, y empleando para ello cinco frases de San Agustín utilizadas por D. Rafael.

1. Citaba recientemente D. Rafael en la clausura del Proceso Dio-

cesano de Canonización de Rebeca Rocamora un frase de San Agustín: «Pasa lo que ves, pero lo que es invi-sible no pasa, permanece». Y es que lo más importante de un obispo no es lo que se ve, lo que pueda ha-ber aportado en su estilo de hacer las cosas. Lo más importante de un Obispo es lo que no se ve, lo que es y lo que signifi ca en su misterio y en su ministerio, y eso permanece para siempre. Gracias D. Rafael porque en su vida y en sus palabras la Pala-bra del Maestro ha resonado en los aires de nuestra Diócesis, y la Vida del Cristo ofrecido en el altar ha ali-mentado nuestra fe.

2. «Pierde el tiempo predicando externamente la Palabra de Dios,

quien no es oyente de ella en su inte-

rior» (Sermón 179,1). Gracias D. Ra-fael por el perenne testimonio que nos ha dado de creer lo que predica, de esforzarse por vivir lo que cree, y de creer en su interior lo que des-pués predica. Gracias por los innu-merables testimonios de fe.

3. «Hermosa es la amistad de los hombres por la unión que hace

de muchas almas con el dulce nudo del amor» (Confesiones 2,5,10). Gra-cias D. Rafael porque le he sentido amigo, amigo cercano, amigo com-prensible, amigo que disculpa, que anima, que conforta.

4. «Oh Dios, permanecer en ti es hallarse fi rme, alejarse de Ti es

morir… Volver a ti es revivir, morar en Ti es vivir» (Soliloquios I,1). Gracias D. Rafael por impulsar y dinamizar en nuestra Diócesis el tesoro de la ora-ción y de la cercanía en la presencia de Dios. La cinco capillas de Adora-ción a Dios nos ayudarán a estar fi r-mes en la fe que nos ha predicado.

5. «El aleluya es ahora nuestro cántico de viajeros. Nos dirigi-

mos por un camino fatigoso a la patria tranquila donde depuestas nuestras preocupaciones no nos quedará más que el aleluya» (Ser-món 255,1,1). Gracias D. Rafael por su «Aleluya», que no es sim-plemente haber llegado al fi nal, sino la oración y canto que brota de un pastor al contemplar partir al rebaño. Contamos con sus ora-ciones, con su plegaria constante a aquel que es el único Pastor.

En cinco palabras, por su minis-terio, por su testimonio, por su amistad, por su amor a la oración, porque sabemos de su fi delidad que nunca nos olvidará… Gracias D. Rafael.

Fernando Rodríguez Trives, Vicario Episcopal Zona II

En cinco pinceladas, ¡Gracias, D. Rafael!

3DEL 12 DE AGOSTO AL 15 DE SEPTIEMBRE DE 2012

1. Escribí , hoy hace un año, al Santo Padre, diciéndole que en ese 27 de julio de 2011

cumplía 75 años, la edad señalada por el vigen-te Código de Derecho Canónico (c. 401,1) para la jubilación.Hoy, 27 de julio de 2012, nuestro querido Papa Benedicto XVI, el que me nombró obispo de Orihuela-Alicante hace seis años y medio, se ha dignado aceptarla.Recuerdo muy bien que en la mencionada carta del año pasado expresé un doble sentimiento, que reitero de nuevo:- De gratitud al Señor por la vocación al sacer-docio y la dedicación al ministerio episcopal du-rante 24 años, en Toledo, en Palencia y aquí, con vosotros, queridos diocesanos.-De ofrecimiento para seguir prestando idéntico servicio, aunque de otra manera, desde la reta-guardia orante. Teniendo siempre a la vista la ac-titud del Verbo en la Encarnación, que «no vino a ser servido sino a servir» (Mt 20, 28), y la sentencia de Orígenes: «Quien es llamado al episcopado,

Despedida y saludo de bienvenida

no es llamado al poder, sino al servicio de toda la Iglesia» (I Cant. Comen. 1,3), quiero seguir trabajando con la oración, con la predicació n y con todas las obras de caridad.

2.No es é ste, pienso yo, el momento de hacer balance alguno de lo que hemos vivido y hemos logrado juntos. El Señ or lo sabe y lo valora. Sí el de examinar la conciencia y el agradecer a los

colaboradores má s inmediatos, a todo el Clero, a los Religiosos y Religiosas, a los Seminaristas, grupos y movimientos de apostolado seglar de las Parroquias, lo mismo que a las autoridades empeñ adas en favorecer el bien comú n. A todos, su colaboració n y su ayuda.Y formulo nuevamente un ofrecimiento compartido: Que el Señ or acepte nuestras vidas, las de todos, como materia apta para el sacrifi cio eucarí stico que diariamente celebramos en la Iglesia y las presente al Padre. De la mano de Santa Marí a, Madre suya y Madre nuestra, para quien «nada es difí cil...».

3.Que mejoren para todos los tiempos duros que nos toca vivir y que, con la llegada del nuevo Obis-po, Don Jesú s Murgui Soriano, cercano por su origen y con cualidades y experiencia pastoral,

con ilusió n y esperanza compartidas, sea é l quien os ayude, os guí e y acompañ e en los pró ximos añ os...Prestadle la colaboració n generosa que me habé is ofrecido a mí y que el Señ or bendiga los esfuerzos de todos. Ojalá pueda hacerse de uno y otro obispo, del que cesa y del que se incorpora, el elogio que hací a San Agustí n: «Merced a estos agricultores, segadores, arquitectos, pastores y proveedores, la Iglesia Santa creció y se propagó ». (Contra Juliá n Pelagiano, II, 37.) Quié ralo Dios.

Alicante, 27 de julio de 2012 Rafael Palmero Ramos


Estimados hijos de la Iglesia de Orihuela-Alicante:

Desde la querida Mallorca, la Providencia de Dios me lleva hasta vosotros. A través de la voluntad del Santo Padre Benedicto XVI, pone ante mí el honroso deber de ir a serviros como sucesor de los Apóstoles, como obispo de la Iglesia de Dios que peregrina en esa tierra entrañable.Me siento enviado a una comunidad diocesana llamada a evangelizar a una muy grande y varia-da realidad humana, y que atesora una riquísima historia, con magnífi cos pastores, algunos de los cuales he podido conocer y apreciar personal-mente, como es el caso del que actualmente os guía y preside admirablemente, Mons. Rafael Pal-mero Ramos; a ellos deseo suceder en su entrega y ejemplaridad. Para ello me esforzaré, ayudado

Carta de salutación a la Diócesis

Obispo Electo

dad con tantas necesidades, en la que todos los miembros del Pueblo de Dios estamos llamados a una Nueva Evangelización.Que la poderosa intercesión de Santa María Vir-gen, Madre de Dios, y el patronazgo del Pare Sant Vicent Ferrer, nos sostengan siempre.Con mi bendición, recibid mis mejores deseos para este verano, que nos llevará, en el inicio del próximo curso pastoral, al Año de la Fe, tiempo de gracia que, en plena comunión con el Sucesor de Pedro y toda la Iglesia, estamos llamados a vivir con gozosa intensidad.

Palma de Mallorca, 27 de julio de 2012

Jesús Murgui SorianoObispo electo de Orihuela-Alicante

por mis hermanos sacerdotes, por las personas consagradas y los fi eles cristianos laicos, por to-dos aquellos en quienes se hace realidad la obra de Dios, por la acción del Espíritu santo, que Je-sucristo sigue enviando a su Iglesia. Confío en vuestra caridad. Rezad por mí, como yo hago, ya, por vosotros.En un día como este, marcado por el deseo de presentarme y de ofrecerme a todos, quiero dejar constancia de mi gratitud al Santo Padre Benedicto XVI, porque siento como un acto de gran confi anza por su parte el que me haya en-cargado el cuidado de una diócesis tan singular, y quiero dejar patente, también, mi deseo, nada retórico, de ir a serviros con toda mi alma, apoya-do en la gracia de Dios, que nos unirá, para que juntos, conducidos por Él, estemos a la altura de unos tiempos no fáciles, en medio de una socie-

Monseñor Jesús Murgui nació en Valencia el 17 de abril de

1946 y fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1969 obtenien-do la licenciatura en teología por la Universidad Pontifi cia de Salaman-ca y doctorándose en la Universidad Gregoriana de Roma. Nombrado Obispo Auxiliar de Va-

¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

lencia en marzo de 1996 recibió la ordenación episcopal el 11 de mayo del mismo año. Entre 1999 y 2001 ha ejercido las funciones de Admi-nistrador Apostólico de Menorca y, desde el 29 de diciembre de 2003, fue nombrado por el Papa Juan Pa-blo II Obispo de Mallorca.

DEL 12 DE AGOSTO AL 15 DE SEPTIEMBRE DE 2012 5

Desde que D. Rafael llegó un 21 de enero de 2005, nos lla-mó la atención su devoción

sincera y delicada a los santos, espe-cialmente a aquellos que ocupan un lugar muy singular en su corazón. Se podría decir que en ellos encuentra no sólo modelos de vida, sino tam-bién amigos y hermanos, siempre cercanos a nosotros, que nos ayu-dan en el seguimiento de Jesucristo.Desde su juventud, aprendió D. Ra-fael la profundidad de vida y doctri-na de San Agustín. De hecho, es un estudioso y experto en la teología de este santo, sobre la que realizó la tesis doctoral en el año 1968. Y es, también, un enamorado de su obra. No en vano D. Rafael tiene a gala su pertenencia a la Tercera Orden de San Agustín. Es difícil encontrar un texto de nuestro Obispo emérito que no contenga una cita del santo Obispo de Hipona. Desde la homilía pronunciada en su toma de pose-sión hasta su escrito de despedida como Obispo diocesano, San Agus-tin aparece como referencia cons-tante en su magisterio episcopal.Otro santo presente en su enseñan-za y espiritualidad es el Hermano Rafael Arnáiz. Su conocimiento le llegó a través de un trapense de su pueblo, el Padre Damián Yáñez, que convivió con el santo en el Monas-terio de Dueñas. Hace sólo unos días vio la luz un libro de D. Rafael llamado «Memorias de una amis-tad» (2012), en el que se recoge el testimonio del Padre Yáñez sobre el Hermano Rafael. Nuestro Obispo ha sido un buen conocedor y un efi -caz propagador de la fi gura del jo-ven santo, que ha sido considerado como uno de los grandes místicos del siglo XX.Todos los diocesanos sabemos tam-bién de su amor al Beato Manuel González, que fue Obispo de Palen-cia, donde fue sepultado. Siguien-do su deseo, este santo Obispo fue enterrado junto al Sagrario de la Catedral «para que mis huesos, des-pués de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los que pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis aban-donado!». Recuerdo cómo hace un año algunos sacerdotes celebrá-bamos emocionados la Santa Misa con D. Rafael precisamente en la Capilla del Sagrario de la bella Cate-dral Palentina. Sin duda, D. Manuel González, el Obispo de los sagrarios abandonados, es fi rme valedor de la devoción eucarística de D. Rafael, manifestada particularmente en la promoción de la adoración al Santí-

Amigo de los santos

simo. A estos santos, hay que añadir aquellos que ha conocido en nues-tra tierra y cuyos procesos de bea-tifi cación ha impulsado. En primer lugar, nuestros mártires de la guerra civil, encabezados por D. Juan de Dios Ponce y Pozo. Junto a ellos se

escrito diversos libros. Durante su pontifi cado entre nosotros ha pu-blicado dos de ellos: «San José ayer y hoy» (2010) y, más recientemente, «La fuente de San José» (2011), un libro en el que toma pie de la fuente construida en los jardines vaticanos

pático escrito suyo que se titulaba «En octubre, un rosarito a la Virgen» y que era expresión de su amor fi lial a María. Por otra parte, cuando llegó a nuestra Diócesis conoció el Misteri d’Elx y le cautivó de tal manera que se ha convertido en un fi rme defen-

D. Francisco Conesa, Vicario General de la Diócesis junto a D. Rafael.

D. Rafael contempla un cuadro que lleva insertada una reliquia de San Rafael Arnaiz.

Al transmitirnos su amor a estos santos, D. Rafael ha contribuido a que, aquí en Orihuela-Alicante, cielo y tierra se encuentren mucho más cerca

podrían destacar otras fi guras que le han inspirado en su ministerio: el sacerdote diocesano Diego Hernán-dez, el médico alicantino Pedro He-rrero y la catequista granjense Rebe-ca Rocamora, a quienes esperamos ver pronto en los altares. Pero estoy seguro de que, si le preguntáramos a D. Rafael, nos diría que por encima de todos estos santos se encuentran San José y la Santísima Virgen. Nues-tro Obispo emérito ha desarrollado a lo largo de su vida una preciosa devoción a San José, sobre el que ha

en honor de San José, para exponer la profunda espiritualidad josefi na. «He tenido desde pequeño –con-fi esa- una gran devoción a San José. Devoción recibida de la familia y crecida en mi vida de seminario en Astorga. Disfruto compartiendo y difundiendo la grandeza de esta santo patrón de la Iglesia». A la Ma-dre de Dios ha dedicado también numerosos escritos y homilías, reco-mendando con sencillez y ternura el rezo del Santo Rosario y otras devo-ciones marianas. Recuerdo un sim-

sor y difusor de este drama litúrgico asuncionista, expresión de la fe de nuestro pueblo en el triunfo de San-ta María. Los santos –escribió Evdo-kimov- traducen al cielo las preocu-paciones de los hombres y a la tierra la sonrisa del Padre. Al transmitirnos su amor a estos santos, D. Rafael ha contribuido a que, aquí en Orihuela-Alicante, cielo y tierra se encuentren mucho más cerca.

Francisco Conesa FerrerVicario General


Con fecha 26 de noviembre de 2005, fue nombrado por el Santo Padre Benedicto XVI Obispo de Orihuela-Alicante, toman-

do posesión de la sede el día 21 de enero de 2006. Desde entonces su vinculación, implicación e ilusión han llevado a Monseñor Rafael Palme-ro a desarrollar una incesante labor en una tierra que le ha dado mucho y a la que ha aportado mu-cho más si cabe.

Durante sus más de 6 años y medio en Orihuela-Alicante son muchas las iniciativas, proyectos, eventos y planes pastorales que ha motivado viviendo auténticos hitos en esta Diócesis. Las inauguraciones del nuevo Obispado en Alicante o del Museo Diocesano de Arte Sacro siguiendo la estela de su predecesor, Monseñor Victorio Oliver, han sido algunos de los momentos más signifi cativos sin olvidar la apertura de las cinco Capillas de Adoración Perpetua, una por vicaría, la puesta en marcha de las Medallas Pro Eccle-sia Diocesana, el Primer Congreso Diocesano de Laicos o la reapertura de la Casita de Reposo en Elche y la puesta en marcha de la revista de estu-dios teológicos Facies Domini.

Monseñor Rafael PalmObispo de Orih

... su vinculación, implicación e ilusión han llevado a Monseñor Rafael

Palmero a desarrollar una incesante labor en una tierra que le ha dado

mucho y a la que ha aportado mucho más si cabe

Más de 6 años Más de 6 años de trabajo de trabajo incesanteincesante

Inauguraciones Inauguraciones y reaperturas y reaperturas destacadasdestacadas

En marzo de 2007 se inauguraban las nuevas instalaciones del Obispado en Alicante aten-diendo así a las necesidades de los trabajadores

de la Curia Diocesana. Se perpetuaba así un pro-yecto ya iniciado con anterioridad por Monseñor Victorio Oliver. En la misma línea llegaba 4 años después, en febrero de 2011, otro momento cla-ve, la apertura del Museo Diocesano de Arte Sacro, un proyecto museístico de primer nivel en un adaptado y reformado Palacio Episcopal de Orihuela. A día de un hoy, uno de los mejores museos de arte sacro de España con instalacio-nes y obras de arte muy valoradas.

Pero sin duda, uno de los grandes proyectos de D. Rafael ha sido el fomento de la adoración eucarís-tica y la oración. Fruto de ello, Orihuela-Alicante se convierte en marzo de 2012 en la Diócesis con más Capillas de Adoración Perpetua de Espa-ña. Se trata de una iniciativa llevada a cabo con mucha ilusión, entusiasmo y tesón por Monseñor Palmero, que, convencido de la fuerza de la ora-

ción, ha querido extender esta iniciativa a todos los rincones de la Diócesis. Elche, Alicante, Be-nidorm, Elda y Orihuela cuentan a día de hoy con su respectiva Capilla de Adoración Perpetua haciéndose realidad su intención de abrir una en cada Vicaría. En ellas, cientos de voluntarios con-vencidos permiten que siempre haya espacios abiertos, dedicados a la oración y a la espiritua-lidad, en nuestro ámbito diocesano. Una impor-tante iniciativa que ha tenido un gran calado y aceptación.

En el ámbito de la cultura y la preservación del patrimonio histórico, es importante reseñar que, en este tiempo, se ha reorganizado y abierto al público el Archivo Diocesano, en el restaurado Palacio Episcopal de Orihuela, acercando así a la ciudadanía documentos y obras centenarias y garantizando más que nunca su mantenimiento,


mero Ramos, huela Alicante 2006-2012

Con la creación de las Medallas Pro Ecclesia Diocesana, se busca reconocer

anualmente el servicio pastoral que algunas personas han prestado y prestan

a la sociedad y a la Iglesia Diocesana de Orihuela-Alicante

Grandes hitos Grandes hitos diocesanosdiocesanos

cuidado y protección. En esta línea se inauguraba también en enero de 2010 la sección de Alican-te del Archivo Histórico Diocesano, un espacio dedicado a la investigación, a la consulta y a la preservación de este rico legado.

Y entre las reaperturas más valoradas en este tiempo destaca, en octubre de 2009, la de la Ca-sita de Reposo en Elche, un centro de atención a menores en situación de exclusión social de gran tradición y trayectoria en la zona por su relevante labor social. Los ancianos también se han tenido muy en cuenta, con la puesta en marcha de la nueva Residencia Virgen del Remedio en Ali-cante. Ofreciendo así unas nuevas instalaciones adaptadas a la normativa actual de Sanidad, que garantizan el mejor cuidado a nuestros mayores.

El V Centenario de la Catedral de Orihuela ha sido uno de los eventos más relevantes en la Diócesis durante este tiempo. Para ello se llevó a cabo, del 13 de mayo de 2010 al mismo día de 2011, un gran calendario de actividades en un marco en el que, desde la Santa Sede, se había concedido un Año Jubilar con motivo de la ele-vación, 500 años atrás, al rango de catedral de la antigua Colegiata del Salvador.

D. Rafael junto al Nuncio del Papa, Renzo Fratini, durante la ceremonia de Clausura del V Centenario de la Catedral de Orihuela.

D. Rafael entrega una de las Insignias Pro-Ecclesia Diocesana.


Por otra parte, y atendiendo a la petición de Mon-señor Rafael Palmero en 2011, el Papa Benedicto XVI ha concedido recientemente la indulgencia plenaria a todos los que peregrinen al Monas-terio de la Santa Faz, otro punto de culto, creen-cia y tradición muy arraigado en esta Diócesis. En este sentido ha promovido también otros hitos relevantes como la representación del Misteri d´Elx, Patrimonio de la Humanidad, en Roma o la visita de las reliquias de San Roque o San Juan de Ávila. También durante su pontifi cado tuvo lugar en la sede del obispado de Alicante la celebración de las Jornadas Nacionales de Li-turgia organizadas por la Conferencia Episcopal Española.

Además, los laicos han jugado un papel muy importante para Monseñor Palmero, que se ha ocupado de que dispongan de la atención nece-saria para realizar la evangelización y el trabajo pastoral en medio de la sociedad. En este senti-do, se han puesto en marcha diversas iniciativas. La creación de las Medallas Pro Ecclesia Dioce-sana, en noviembre de 2009. Con ellas se busca reconocer anualmente el servicio pastoral que algunas personas han prestado y prestan a la sociedad y a la Iglesia Diocesana de Orihuela-Ali-cante. Sacristanes, catequistas, miembros de mo-vimientos, delegaciones e instituciones o perso-nas comprometidas con la Iglesia Diocesana, han recogido durante estos tres años su alentadora y agradecida distinción. También es importante re-señar el Primer Congreso de Laicos, celebrado en noviembre de 2010 con el lema «En el corazón del mundo», con el que se pretendió impulsar la presencia en la vida pública del laicado.

También los jóvenes han sido protagonistas con la llegada de la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud a la Diócesis. Hito para el cual se llevó a cabo un auténtico despliegue donde, alentadas por el Obispo, todas las vicarías, con sus respecti-vos sacerdotes, delegados y diocesanos, hicieron las veces de verdaderos anfi triones movidos por la fe y la alegría de la presencia del Santo Padre en España.

Interés por Interés por promover la promover la Pastoral VocacionalPastoral Vocacional

D. Rafael con los seminaristas y formadores en las es-caleras del Seminario Diocesano de Orihuela.

Gran implicación Gran implicación socialsocial

como de la madre María Isabel del Amor Miseri-cordioso, fundadora del Carmelo de Orito. Ade-más de abrir, «de par en par», las puertas de su Diócesis a nuevos movimientos y congregacio-nes, como es el caso de las hermanas y los her-manos del Arca de María, procedentes de Brasil y Portugal, asentados en Elche, Benidorm y Alican-te.

Muy implicado con la

promoción de la dimensión

vocacional en Orihuela-

Alicante, Monseñor Palmero

ha propiciado, apoyado y

motivado la apertura, durante

estos años, de los procesos de

canonización tanto de la joven

Rebeca Rocamora como de la

madre María Isabel del Amor

Misericordioso, fundadora del

Carmelo de Orito. Además de

abrir, «de par en par», las

puertas de su Diócesis a

nuevos movimientos y

congregacionesMuy implicado con la promoción de la dimen-sión vocacional en Orihuela-Alicante, Monseñor Palmero ha propiciado, apoyado y motivado la apertura, durante estos años, de los procesos de canonización tanto de la joven Rebeca Rocamora

Y, especialmente preocupado por la situación de grave crisis económica actual en el país, Monse-ñor Palmero ha apelado a la solidaridad e implica-ción de sus sacerdotes y diocesanos pidiéndoles, hasta en dos ocasiones y en el marco del Día del Clero, que entregaran a Cáritas su paga extra de verano.

También ha sido signifi cativa su apuesta por la Pastoral de la Calle protagonizando él mismo vi-sitas nocturnas, principalmente en Navidad, a los puntos más pobres de Alicante.


Rafael Palmero Ramos nació en Morales del Rey, provincia de Zamora y Diócesis de Astorga, el 27 de julio de 1936. Hijo de una familia sencilla y siendo el segundo de seis hermanos llevó a cabo sus primeros estudios en su pueblo natal, con otros 114 muchachos, bajo la dirección de D. Do-mingo Vicente, maestro nacional. Llamado al sa-cerdocio cursa Humanidades, Filosofía y dos años de Teología en el Seminario Conciliar de Astorga. De ahí marcha directamente a Roma donde pasa a ser alumno del colegio Español de San José y completa sus estudios eclesiásticos en la Pontifi -cia Universidad Gregoriana donde se doctora en Sagrada Teología. Obtiene también la licenciatu-ra de Ciencias Sociales y la diplomatura en Socio-logía Pastoral.

Su ordenación como sacerdote llega el 13 de septiembre de 1959 en Astorga desempeñando diversas funciones en su Seminario Mayor, desde 1961 hasta 1965. Allí concilia su actividad docen-te con la labor de Vicedelegado (1962-1963) y Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana (1963-1968). Más tarde, Don Marcelo González Martín, Arzo-bispo de Barcelona, lo llama a la Ciudad Condal y le vincula a su Secretaría Particular (1968-1972). Allí, forma también parte del Consejo Diocesano de Caritas de la Ciudad Condal, como Subdirector del Departamento de Comunicación Cristiana de Bienes (1968-1972), y preside el Patronato Dio-cesano de la Obra Benéfi co-Social del Niño Dios (1969-1972). Con Don Marcelo marcha a Toledo en enero de 1972. El tres de octubre del mismo año se incor-pora al Claustro de Profesores del Estudio Teoló-gico San Ildefonso, para explicar Teología de la Acción Pastoral (1972-1996), Doctrina del Vatica-no II y Catequesis del Papa (1972-1974). El 14 de diciembre de 1972 es nombrado Vicario General del Arzobispado de Toledo, y en diciem-bre de 1974 Arcediano de la Santa Iglesia Cate-dral.El 24 noviembre 1987 fue nombrado Auxiliar de Toledo y Titular de Pedena. Recibió la ordenación episcopal en la Catedral Primada el 24 de enero de 1988.El 9 de enero de 1996 el Santo Padre le nombró Obispo de Palencia, tomando posesión de la

Pinceladas de Pinceladas de una vida de una vida de entregaentrega

El 24 noviembre 1987 fue nombrado Auxiliar de Tole-do y Titular de Pedena. Recibió la ordenación episcopal en la Catedral Primada el 24 de enero de 1988.

Con fecha 26 de noviembre de 2005, fue nombrado por el Santo Padre Benedicto XVI Obispo de Orihuela-Alicante, tomando posesión de la sede el día 21 de enero de 2006. En la imagen, la entrada en Orihuela.

D. Rafael por las calles de Alicante camino de inaugu-rar la primera Capilla de Adoración Perpetua de la Dió-cesis sita en esta ciudad.


Sede palentina el 17 de febrero de ese mismo año. En la Diócesis de Palencia, D. Rafael llevó a buen puerto numerosos proyectos (Casa de la Iglesia, acondicionamiento del Museo Diocesa-no, restauración de la Catedral, reforma del Semi-nario Mayor y del Obispado, refuerzo e impulso

a diversas delegaciones diocesanas de pastoral, peregrinaciones con jóvenes o reformas de la Residencia de «San Bernabé y San Antolín», del Patronato Diocesano, entre otras..)Con fecha 26 de noviembre de 2005, fue nombra-do por el Santo Padre Benedicto XVI Obispo de

Orihuela-Alicante, tomando posesión de la sede el día 21 de enero de 2006.En la Conferencia Episcopal, ha formado parte de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, de Enseñanza y Catequesis, de Doctrina de la Fe, de Relaciones Interconfesionales y actualmente es miembro de la Comisión de Pastoral. En ella es responsable del Departamento de Pastoral de la Salud. Es también miembro del Consejo de Eco-nomía de la Conferencia Episcopal Española.Desde el 5 de Enero de 2011 es además consultor del Consejo Pontifi cio para la Pastoral de la Salud en Roma.Don Rafael ha publicado numerosos libros y artí-culos sobre temas de índole espiritual, teológica, social y pastoral.

D. Rafael visita a una enferma ingresada en el hospital.

...actualmente D. Rafael es

miembro de la Comisión de

Pastoral. En ella es responsable

del Departamento de Pastoral

de la Salud y es también

miembro del Consejo de

Economía de la Conferencia

Episcopal Española.

Desde el 5 de Enero de 2011 es

además consultor del Consejo

Pontifi cio para la Pastoral

de la Salud en Roma

El Santo Padre depositó su confi anza en D. Rafael ya que desde el 5 de Enero de 2011 es además consultor del Consejo Pontifi cio para la Pastoral de la Salud en Roma.

Que el Señor acepte

nuestras vidas, las de todos,

como materia apta para el

sacrifi cio eucarístico que

diariamente celebramos en la

Iglesia y las presente al Padre.

De la mano de Santa María,

Madre suya y Madre nuestra,

para quien «nada es difícil...».

(D. Rafael en su carta de despedida)

La revitalizacion de la parroquia


Cuando D. Rafael fue nom-brado obispo de Orihue-la-Alicante, a fi nales de

noviembre de 2005, la diócesis estaba terminando el Plan Dio-cesano de Pastoral 2002-2006 Jesucristo buena noticia, cuyo objetivo principal era favorecer el encuentro personal y comunitario con Jesucristo. Y el «lugar» donde ese curso se procuraba favorecer ese encuentro era «la llamada». D. Rafael acogió y subrayó con entu-siasmo ese acento vocacional.El curso 2006-2007 fue un año de transición y de discernimiento pastoral. Durante el primer trimes-

comunidad evangelizada y evan-gelizadora. Se fi jaba el foco de atención en la parroquia, sabien-do que la parroquia no agota la vida de la Iglesia, pero que la pa-rroquia suele ser la Iglesia más cer-cana y conocida por nuestros ve-cinos. Lo que se procuraba para la parroquia podía ser aplicado, con las debidas adaptaciones, a las de-más realidades eclesiales.El Plan Diocesano de Pastoral nos ofrecía cuatro iconos de referencia (la familia, la casa, la mesa y la ca-lle), que han dado mucho juego y han estado en la base de muchas iniciativas pastorales.

tre nos preguntamos cuáles eran los retos principales que teníamos planteados como diócesis; los más señalados fueron:- la revitalización de la comunidad parroquial- la pastoral familiar- la proyección misionera de la fe- la pastoral vocacional.Durante el segundo trimestre la mayoría de los grupos de la dió-cesis fuimos coincidiendo en que la «revitalización de la comunidad parroquial» podría ser la prioridad pastoral de los próximos años.Durante el tercer trimestre se tra-bajó un primer borrador de Plan Diocesano en torno a la revita-lización de la parroquia. Con la aportación de los diferentes gru-pos se completó un nuevo texto que fue votado por unanimidad en la Asamblea de Pastoral del 16 de junio de 2007 y que D. Rafael estableció como Plan Diocesano de Pastoral 2007-2011: Un mis-mo corazón. La prioridad pastoral diocesana buscaba revitalizar la parroquia para que crezca como

Al acabar el curso 2010-2011, D. Rafael propuso en la Asamblea Diocesana de Pastoral del 17 de junio seguir insistiendo durante tres años más en la revitalización de la parroquia en el corazón del mundo. La sugerencia fue aproba-da por unanimidad y se eligieron tres dimensiones esenciales de la vida cristiana sobre las que incidir especialmente:- la vocacional (2011-2012)- la bíblica (2012-2013)- y la evangelizadora (2013-2014).En éstas estábamos, cuando se ha hecho pública la aceptación por el Santo Padre de la jubilación de D. Rabael como obispo de Orihuela-Alicante. El episcopado de D. Ra-fael ha supuesto un aliento en la larga e interminable tarea de la revitalización de la comunidad pa-rroquial y una consolidación de un modo colegial de discernimiento y trabajo pastoral. En el terreno de la misión evangelizadora, lo pri-mero es siempre la comunión.

Lucio Arnaiz

Todos y cada uno de noso-tros, como diáconos per-manentes de la diócesis de

Orihuela-Alicante, un día recibi-mos de manos de D. Rafael la or-denación diaconal. Él fue el primer obispo de nuestra diócesis que ordenó para el ministerio diaco-nal, con carácter de permanente, a seis hombres casados para servir en los distintos ámbitos de la pas-toral diocesana. Tal y como fi gura en la tradición de la Iglesia, los diá-conos siempre han estado junto a su obispo. De manera similar, en nuestra misión como servidores y ministros ordenados, nos hemos sentido muy cerca de nuestro obispo. D. Rafael ha signifi cado mucho para este grupo de hom-bres que se han sentido llamados a trabajar en la mies del Señor. A lo largo de estos años, más de cinco para los tres primeros que recibi-mos la ordenación sacramental, todos nos hemos sentido confor-tados y guiados con sus palabras, con su vida de entrega y con la imagen que nos ha transmitido de Jesucristo Siervo del Padre, Diácono del Padre; lo que nos ha hecho vivir más plenamente nuestra vida y nuestra vocación a la llamada de Dios, desde nuestra condición de esposos y padres.Don Rafael, nuestro obispo, ha sido más que nuestro pastor, ha sabido meternos en su corazón, y ha conseguido acercar nuestras vidas más a Jesús, a su Padre y al Espíritu Santo.

¡Gracias, D. Rafael, por el Diaconado permanente!

Los diáconos ordenados, los que serán ordenados próximamente si Dios quiere, y los aspirantes que se están formado, tenemos que agradecerle sinceramente que haya dado cauce a esta vocación que no la hemos buscado, hemos sido llamados y enviados para vi-virla de modo permanente. Con nuestra mayor humildad, los que hemos sido llamados por el Señor para «servir» como miembros de su Iglesia, de una manera especial, queremos agradecer al Señor los años en los que nos hemos visto enriquecidos con el cuidado amo-roso y cercano de nuestro Pastor y Padre.Gracias, don Rafael, por el Dia-conado Permanente en nuestra diócesis. Ha sido valiente porque ha confi ado en lo que la Iglesia de Jesucristo ha creído conveniente para la gloria de Dios y la salvación de los hombres. Sabemos que, como padre y pastor, ha seguido con gran interés el caminar de cada uno de nosotros, durante es-tos años, por las sendas de nues-tro servicio diaconal.No encontramos palabras para ex-presarle nuestra gratitud, por ello diremos, simplemente, de parte nuestra y de nuestras esposas e hijos, un abrazo, don Rafael, y que el Señor le bendiga y guarde siem-pre en el servicio a la Iglesia.

Los diáconos permanentes y los aspirantes de la Diócesis de

Orihuela- Alicante


«No es tiempo de hacer balance», decía la carta de despedida de D. Rafael el 27 de julio. Yo también lo pienso. Los

balances, aunque resulten positivos, se miden en cifras y resultan demasiado impersonales. Una ocasión así es el momento de acercarse al alma del Pastor. El alma del Pastor es lo que sustenta su acción y su misión. Sólo se puede intuir abrién-dose paso a través de las acciones y los aconte-cimientos. Pero cuando realmente queda de ma-nifi esto es cuando cesa la vorágine de la acción. Éste es el momento en que cesa la vorágine de la misión y se pone de manifi esto el alma del Pastor que habíamos intuido en seis años. Es verdad que para eso es preciso un criterio de fe, un criterio apostólico: en momentos así, «no nos fi jamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve» (2 Cor 4,18). Porque lo que se ve, aunque sea bueno, es transi-torio; lo que no se ve alcanza la eternidad de Dios y suele ser obra suya.Así se entiende que la carta de despedida recuer-de la sentencia de Orígenes: «Quien es llamado al episcopado, no es llamado al poder, sino al servicio de toda la Iglesia (I Cant. Comen. 1,3), quiero se-guir trabajando con la oración, con la predicación y con todas las obras de caridad». Pues esto es ser Pastor: orar, predicar y acercar la caridad pastoral de Cristo a todos. En estos años, ha sido posible intuirlo. Ahora se hará más evidente, si cabe. El alma del Pastor a quien el Señor le encargó guiar esta Iglesia tiene un modo concreto de orar, un estilo de anunciar el Evangelio y una manera de ejercer la caridad que se ha ido fraguando a lo lar-go de los años.

Un modo concreto de orar: Inspirado en el estilo del hermano Rafael. Aquel jo-

ven trapense que ha guiado muchos de su pasos y con el que ha «compartido» el camino que va desde el anonimato de una vida aparentemen-te fracasada, incluso vocacionalmente, hasta el reconocimiento eclesial de santidad, que lo ha propuesto como modelo para tantos jóvenes que encuentran en él motivaciones para seguir la fe y la vocación. Se comprende la sencillez de espíritu del Pastor, conociendo el pensamiento del trapense: «el camino de la santidad cada vez lo veo más sencillo… Más bien se va reduciendo a sencillez que complicando con cosas nuevas». Una oración fundada en la sencillez de espíri-tu es la que garantiza la entrega exterior: «Dios no exige más que sencillez por fuera y amor por dentro, ¿ves que fácil? …En realidad, que fáciles y sencillos son los verdaderos caminos de Dios». Este modo de proceder es el que pedía el Papa Juan Pablo II, al recordar que «la vida espiritual del Obispo favorece precisamente la fecundidad de su obra pastoral» (PG 12). Según el principio de San Gregorio Nacianceno: «Antes purifi carse, después purifi car; antes dejarse instruir por la sa-biduría, después instruir; convertirse primero en luz y después iluminar; primero acercarse a Dios y después conducir a los otros a Él; primero ser santos y después santifi car» (Oración II, PG 12).

La Predicación: sustentada por la teolo-gía de san Agustín. Del Obispo de Hipona,

heredó un temprano amor a la Iglesia, Iglesia-Madre. De él recibió, desde los años de su tesis doctoral, una certeza: la universalidad de la Igle-sia es el horizonte necesario para levantar la mi-rada hasta la altura que pide el ofi cio de pastor al

D. Rafael acompañó a la Delegación de Medios de Comunicación a la Conferencia Episcopal Española a recibir el premio BRAVO por el programa dioceano «De Par en Par».

El alma del pastor

que es llamado el Obispo. La predicación es una siembra y tiene sus cauces. En su vida, junto a los ámbitos habituales, la siembra del evangelio ha tenido dos cauces inconfundibles. Era difícil salir de su despacho sin llevar en las manos un libro. Es el primer recuerdo que tengo. Aún en la residen-cia de la Montañeta, cuando fueron a visitarlo va-rios periodistas de El Rotativo. Desde entonces no ha cesado esa siembra de libros. Es una visión lú-cida de la permanencia de lo sembrado. Un libro te acompaña mucho más tiempo de lo que dura una visita o una palabra pasajera. Y su fruto per-manece cuando apenas queda el recuerdo de la conversación. El otro camino han sido los medios de comunicación. En estos seis años, ha potencia-do la capacidad de la Iglesia de Orihuela-Alicante de ofrecer a la sociedad muchas buenas noticias.

La presidencia en la caridad. Con los ras-gos de la paternidad callada y respon-

sable de San José. Padre es uno de los nom-bres más bellos del Pastor. Su paternidad está inspirada en la devoción entrañable y recia a San José: «José pertenece a los hombres que llevan el peso de la Iglesia y del mundo con un silencio fecundo y activo, pero con gestos callados que giran en torno a Jesús, más allá de todo prota-gonismo suplantador del Señor». Lo escribió, ya en nuestra Diócesis, hablando del Varón Justo… pero pueden ser palabras autobiográfi cas. La pre-sidencia en la caridad no se improvisa, se apren-de. Así fue Pastor. Con la entereza de D. Marcelo, el Obispo del que aprendió a afrontar los retos y los desafíos. Juan Pablo II pedía que fuese el Obis-po, amigo de Dios, pastor y guía del pueblo, valien-te al conducir a su pueblo (PG 12). El alma fuerte del Pastor se ha manifestado en los momentos en que la entereza era precisa para tomar deci-siones en las que se experimenta la soledad de la responsabilidad. Ese momento en que el Pastor ofrece siempre más lealtad de la que recibe.Se termina el tiempo de la misión ofi cial: ése que

nace del encargo concreto. Pero no concluye la misión nacida del sacramento: éste, como impri-me carácter, es para toda la vida. En esta misión inagotable, nacida del Sacramento recibido, se muestra con claridad el alma del pastor. Lo ex-presó Juan Pablo II al escribir Pastores Gregis: «El Obispo está llamado a proseguir su camino de santifi cación con mayor intensidad, para alcanzar la estatura de Cristo, hombre perfecto» (PG 13). Este camino no se termina con la responsabilidad al frente de una Diócesis. «Merced a estos agri-cultores, segadores, arquitectos, pastores y pro-veedores, la Iglesia Santa creció y se propagó». Y seguirá creciendo, porque también después de cesar el encargo de estar al frente de una Dióce-sis, la vida y el ministerio del Obispo están impreg-nados de la presencia del Señor y de su misterio (PG 36).No es tiempo de balances, no. Es tiempo de grati-tud. Como el salmista, alzaré cada día la copa del Señor, invocando su nombre y agradeciéndole haber conocido de cerca el alma noble y genero-sa de este Pastor bueno, según su corazón.

Jesús García FerrerDelegado diocesano de Medios de Comunicación

El alma fuerte del Pastor se ha manifestado en los momentos

en que la entereza era precisa para tomar decisiones en las

que se experimenta la soledad de la responsabilidad.

Ese momento en que el Pastor ofrece siempre más

lealtad de la que recibe


De entre la variada labor pastoral de nuestro querido obispo y pastor D. Rafael al frente de la diócesis en estos

años, quiero destacar y agradecer un empe-ño constante y fi rme: el entusiasmo inque-brantable por la promoción vocacional en nuestra diócesis, de un modo especial por las vocaciones sacerdotales. Nadie como un obispo es consciente de que sin sacerdotes

no hay Iglesia, o mejor, como dice Pastores dabo vobis «la falta de sacerdotes es ciertamente la tris-teza de cada Iglesia». Apoyado en una confi anza total en la incondicional fi delidad de Dios a su promesa –os daré pastores según mi corazón (Jer 3,15)–, D. Rafael ha trabajado permanentemen-te para que la pastoral vocacional sacerdotal sea acogida, con más vigor y empeño, por todos los miembros de la Iglesia, con la clara conciencia

En síntonía con Cristo Buen Pastorde que en esta tarea estaba comprometido el destino de todos. El Seminario y las vocaciones sacerdotales han constituido su preocupación central, servida siempre sobre la mesa de cada reunión pastoral o cada encuentro diocesano. A esta fi nalidad, ha invitado incesantemente a orar a la comunidad diocesana. Ha dado ejem-plo magnífi co de esta apertura al don de Dios, que supone cada vocación, acogiendo iniciati-vas de vida consagrada. El diálogo vocacional con diversas personas ha ocupado espacio de su agenda personal y siempre se ha mostra-do dispuesto a acompañar de cerca o a infor-marse directamente de los diversos procesos vocacionales que vivían los seminaristas. Su ejemplo aquí ha sido el de una pastoral vo-cacional directa, confi ada a la acción de Dios, suscitada por la oración y en exquisito respeto por la libertad humana. De esa manera nos ha enseñado que acoger la vocación de Dios en cada hombre y mujer es la mejor manera de re-novar la Iglesia, puesto que solamente puede ser Dios quien trace los caminos de una nueva evangelización, al llamar particularmente a los evangelizadores de nuestro tiempo. Al fi nali-zar su ministerio pastoral entre nosotros, solo cabe agradecer de corazón las nuevas opor-tunidades que ha abierto en nuestra diócesis precisamente al ser vigilante a la acción de Dios en cada vocación particular que siempre acogía paternalmente en su corazón de pastor.

Pedro Luis Vive, Rector del Seminario Mayor

Desde el Secretariado de Catequesis

Entre las muchas tareas que tiene el obis-po encomendadas está la de engendrar y educar en la fe a las nuevas genera-

ciones de cristianos. No es tarea fácil, pero sí apasionante y llena de retos y esperanzas. En estos años de pontifi cado de D. Rafael, el Secretariado de Catequesis ha sentido la pre-sencia alentadora e iluminadora de su obis-

po. Las Jornadas de catequistas las vivía en alta intensidad, sintonizaba con los catequistas desde el primer momento, los animaba en su tarea, los empujaba a la misión. El modelo de catequesis de «Iniciación cristiana» se ha ido aplicando y conso-lidando progresivamente en estos años bajo su guía y dirección. Los materiales catequéticos que se han ido editando en la diócesis han sido fruto

de su impulso. El primero en valorar y felicitar el trabajo del Secretariado, siempre ha sido D. Rafael. Lo que producíamos dentro, era el pri-mero en exportarlo fuera, en mostrarlo con verdadera satisfacción y orgullo a sus amigos y conocidos. Junto a D. Rafael, hemos aprendido que la catequesis no ha de ser aparatosa sino sencilla, apuntando a lo esencial, que es dar a conocer a Jesucristo, nuestro Señor, teniendo como camino y pedagogía la santidad que nos enseña el evangelio, vivido todo con humildad y serenidad que brota de la fe. D. Rafael nos ha enseñando, tal vez sin saberlo él, que no hay otra forma de construir Iglesia diocesana sino escuchando, acogiendo, valorando y respetan-do el trabajo de los demás. En esto él ha sido un maestro y le damos las gracias. Termino con unas palabras del gran documento Catechesi Tradendae nº 61, que resumen perfectamente la valiosa aportación de D. Rafael entre noso-tros: «El don más precioso que la Iglesia puede ofrecer al mundo de hoy, desorientado e in-quieto, es el formar unos cristianos fi rmes en lo esencial y humildemente felices en su fe».

Aurelio Ferrándiz GarcíaDirector del Secretariado de Catequesis


«Seguir y seguir, sin volver la vista atrás y sin mirar a los lados… »

Con los jóvenes, los niños, la escuela diocesana y profesores…

¡Gracias! Don Rafael

Dice el refrán que «para mues-tra basta un botón». Estamos

en las Carmelitas de Altea cele-brando el IV Encuentro Dioce-sano de Monjas Contemplativas 2012. Encuentro anual iniciado por nuestro Obispo don Rafael. El primero fue en las Dominicas de Orihuela, lo siguieron las Clarisas de Elche y de la Santa Faz. Todos de gratos y provechos recuerdos. En Altea, don Rafael se encon-traba como «pez en el agua», no sólo por la cercanía del mar, sino por el ambiente y el aprecio que mostraban las más de cuarenta monjas que participaban. Él lo ini-ció con cordial acogida, presidió la Eucaristía, siguió la comida al aire libre, la convivencia fraterna, visita al monasterio y como conclusión del día: «la conversación de las monjas con el Sr. Obispo», como ya es costumbre. Aquí, se abrió como «padre y pastor» de la dió-cesis y comunicó sus noticias e in-quietudes por las que quiere que las monjas oren especialmente; y por supuesto que tomaron buena nota. Estos encuentros anuales – gracias a la iniciativa de nuestro Obispo don Rafael- están favore-ciendo al mutuo conocimiento; la valoración del carisma contem-plativo y la dimensión eclesial y diocesana gracias a la presencia y participación personal de nues-tro Obispo. El mismo espíritu de comunión diocesana fomenta, nuestro Obispo don Rafael, a tra-vés de la Delegación de Vida Con-sagrada favoreciendo la inserción de los religiosos de vida activa en la Pastoral de la Iglesia Diocesana, fomentando el mutuo aprecio y atendiendo a sus necesidades. ¡GRACIAS! DON RAFAEL, por su generosa dedicación a su querida Comunidad Diocesana de la Vida Consagrada.

Ángel Larrañaga, sdbDelegado Diocesano de Vida

Consagrada

Por esta ocasión, sí queremos volver la vista atrás, con una

mirada de acción de gracias al Se-ñor y a su Madre la Virgen María para ofrecerle y agradecer estos años de trabajo pastoral junto a D. Rafael entre dos parcelas de esta viña diocesana con niños y jóve-nes y en el campo de la educación. Nuestra vista atrás se inicia en aquel primer encuentro de jóve-nes, un sábado 8 de Abril de 2006, en el cual dos jóvenes entregaban, como signo de acogida y gratitud al concluir la celebración, un sen-cillo pero signifi cativo regalo a D. Rafael en aquel primer encuentro; era un báculo de madera, copia de los que el Beato Juan Pablo II usaba en los encuentros mundia-les de la juventud. En sus manos, poníamos la pastoral con niños y jóvenes, como pedíamos fuera también el cayado de pastor que nos guiara y apoyara en esta her-mosa labor pastoral. Desde enton-ces, a lo largo de estos 6 años, han sido muchos los momentos que hemos compartido con D. Rafael; cada año encuentros con jóvenes, con niños, en los cuales cientos de jóvenes y cientos de niños han compartido la palabra y la oración de nuestro Obispo. Recuerdos de tantas visitas que con mucho es-fuerzo ha realizado a pequeños grupos que estaban de ejercicios o en otras tareas para saludarles y animarles, momentos que sólo Dios veía y que pocos conocen. Recuerdos entrañables y fecun-dos peregrinando juntos, codo con codo y como uno más, en los caminos de Palencia, donde, con D. Rafael a la cabeza del grupo y con un cariño paterno, recorrimos las tierras palentinas y peregrina-mos a la Trapa. Peregrinando jun-tos a Roma, donde compartimos con él la canonización de aquel novicio trapense ya conocido por los jóvenes. Caminos que nos han llevado juntos a Santiago compar-tiendo cansancios, confi dencias en las tertulias y oración delante del apóstol. Caminos que en esta última etapa concurrieron en la JMJ de Madrid donde días antes, muchos jóvenes compartieron días en nuestra diócesis y un en-vío inolvidable a participar en las jornadas. Muchos de aquellos pri-

meros jóvenes, durante estos años, hasta hoy, han ido respondiendo al Señor en distintas vocaciones: al-gunos han formado nuevas familias que continúan su vida cristiana con jóvenes matrimonios cristianos o en grupos de novios, otros se consagra-ron en la vida religiosa, otros descu-brieron su vocación al sacerdocio. Con visión de futuro, a D. Rafael de-bemos el nacimiento e impulso de la Dirección General de los colegios Diocesanos que ha fortalecido y po-tenciado la gran riqueza que tiene nuestra diócesis en todas la familias y alumnos de nuestros 10 colegios diocesanos que con su apoyo han ido creciendo en todas sus dimen-siones gracias al trabajo compartido, la comunión creciente, que han reci-bido un nuevo impulso en calidad e identidad cristiana. Comunión que vimos enriquecida con la visita pas-toral que durante el pasado curso D. Rafael realizó a cada colegio, co-nociendo, a pie de aula, la tarea que todos los profesores realizan y reci-biendo, por parte de los colegios, una acogida y muestras de afecto admirables. Acogida cada año a profesores de religión y educadores cristianos alentando sus esfuerzos a los res-ponsables de educación y docentes en momentos vividos, del pasado y del presente, de muchas difi cultades y nuevos retos en el mundo educa-tivo. Es difícil recoger en unas líneas tantos momentos públicos y priva-dos de trabajos compartidos. En el corazón no quedan solo recuerdos y afecto entrañable, sino pequeñas acciones, palabras concretas y tan-

tos momentos vividos que nos han enseñado y nos han ayuda-do a todos a crecer, no sólo por su palabra, sino, sobre todo, por su ejemplo: la sencillez, la piedad profunda y el amor a Dios, con un amor singular al Señor presen-te en el Santísimo Sacramento, la ternura y devoción por la Vir-gen María y a S. José y descubrir, cada día y en cada momento, que la «virtud más excelente, es hacer sencillamente, lo que tenemos que hacer». Estas palabras que tantas veces le hemos oído, son las que en D. Rafael hemos visto; una vir-tud excelente, porque con senci-llez y con esfuerzo, con el encanto de la discreción, nos ha animado siempre a hacer con amor, senci-llez y constancia lo que teníamos que hacer, solo para servir a Dios, haciéndonos gustar el trabajo compartido en la juventud y la educación. Toda nuestra gratitud a Dios y a estos años vividos en los que te-nemos presente cual es el camino que nos ha marcado y debemos continuar con su cuidado pastoral y con su palabra: «Seguir y seguir, sin volver la vista atrás y sin mirar a los lados». Así sea, así nos lo ha en-señado. Gracias, Señor. Gracias, D. Rafael. Al corazón de la Virgen le confi amos, bien hemos aprendido que nada hay difícil para la Seño-ra; ella le guarde y continúe pro-tegiendo y guardando a los niños, jóvenes, colegios y educadores de nuestra querida Diócesis.

Luis Aznar y Marcos Andreu


No es fácil resumir en po-cas líneas más de cinco años como secretario del

Sr. Obispo. En este artículo, sólo pretendo esbozar con breves tra-zos algunos de los aspectos que permanecen en mi recuerdo y que se refi eren a la vida cotidia-na de nuestro Obispo. El primero de ellos, su actitud de acogida en torno a su mesa. Rompe, de este modo, don Rafael con el falso tópico del alma castellana, reacia a abrir las puertas de su casa a quien no se haya ganado su confi anza. No se ha cumplido esto con don Rafael. Cuántas ve-ces ha cogido el teléfono de su despacho para avisar a Rosario y a Virtudes, nuestros ángeles de la guarda, y decirles literalmente: «Vienen a comer fulanito y men-ganito; echad un poco más de agua a la sopa y podremos comer todos juntos». A nuestro Obispo, como al beato Juan XXIII, le gusta la compañía y disfruta de un agra-dable rato de tertulia, aunque muchas veces prefi era escuchar a intervenir en la conversación (¿Será que cuando estaba con don Marcelo también le agrada-ba escuchar más que platicar, en aquellas memorables sobremesas toledanas?). Algunos me han pre-guntado sobre mi relación perso-nal con don Rafael: «¿Tú cómo te diriges a él? ¿Qué trato tienes con él? ¿Tendrás mucha confi anza, ya que convives bajo el mismo techo las 24 horas del día?». Yo respon-día que no podía dejar de verlo como mi Obispo y, por tanto, la

Don Rafael, Pastor bueno y sencillo

confi anza personal no podía obnu-bilar el respeto debido al Pastor de la Diócesis. Sin embargo, eso no sig-nifi ca que detrás del Obispo deje de vislumbrarse al sacerdote, al sencillo hombre de campo que, muy niño, marchó al Seminario de Astorga. Don Rafael, y éste es el segundo tra-zo de este retrato, disfruta con las pe-queñas cosas de la vida: leer un buen libro, pasear por el jardincillo de la residencia episcopal o por las calles de la ciudad, visitar al sacerdote que está enfermo, rezar el rosario al me-diodía, cuando atardece o ya de ano-checida, contemplando un cielo que muchas veces se confunde con nues-tras aguas mediterráneas. Los que han compartido mesa y mantel con nuestro Obispo, saben perfectamen-te que no necesita un menú en exce-so elaborado: un pequeño aperitivo, un plato de cuchara –como le gusta decir–, carne o pescado (si es posible sin salsas que oculten su sabor) y, sobre todo, fruta fresca. Don Rafael no ha salido de un molde diferente del nuestro, aunque a veces pense-mos que los Obispos parecen estar hechos de otro material: más duros, inconmovibles… podríamos pensar que son casi impasibles. Pero no. A él también le preocupan las mismas cosas que a sus diocesanos: la falta de vocaciones, los sacerdotes que sufren por la enfermedad, la soledad o la muerte de un ser querido, las fa-milias afectadas de lleno por la crisis de valores y la crisis económica, etc. Es un Obispo que tiene sus días lumi-nosos y sus días nublados, y a quien de vez en cuando, como él mismo reconoce, le «ataca el enemigo», es

decir, el cansancio, el ritmo de la jornada a veces tan trepidante y lleno de actividades y reuniones. En más de una ocasión, algún sa-cerdote me preguntaba: «¿Le pasa algo a don Rafael? Lo veo muy serio, ¿es que no le agrada lo que hemos preparado para él?». Y yo respondía: «No está disgustado, ni mucho menos, es sencillamente que está agotado después de un día con la agenda muy cargada».Por último, don Rafael valora mu-cho la amistad, que cultiva y cuida con esmero. Un Obispo muy ami-go de don Rafael nos hizo la si-guiente confi dencia aprovechan-do que él no estaba presente: «A poco que os fi jéis, podréis daros cuenta de que don Rafael es más amigo de sus amigos que ellos en relación a él». Esta sentencia la he visto confi rmada en múltiples ocasiones al comprobar cómo se desvive por complacer y prestar la ayuda necesaria a cuantos la han solicitado. Muchas gracias, don Rafael, por su dedicación y entrega tan generosas a nuestra diócesis. Gracias, también, por la confi anza que puso en mí como secretario, una responsabilidad que no siempre he desempeñado con entera satisfacción, aunque siempre he contado con su com-prensión y su paciencia. Que Dios bendiga su labor pastoral y le con-ceda muchos años para seguir tra-bajando por esta viña de Orihue-la–Alicante desde la retaguardia de la oración.

Ramón Cano

Desde estas breves líneas que-remos expresar el agradeci-

miento a D. Rafael porque duran-te su ministerio episcopal se han producido en Caritas una serie de cambios que han hecho madurar a la institución eclesial a favor de un servicio a los pobres más cohe-rente con su pertenencia eclesial y su misión evangelizadora: La co-municación cristiana de bienes ha empezado a comprenderse como comunión eclesial diocesana desde que se ha unifi cado y centralizado la administración de toda la red eclesial en Caritas Diocesana; se ha consolidado aquella perspectiva pastoral fundamental que asigna a la red de las casi doscientas cari-tas parroquiales la acción de ges-tión de la diaconía cristiana en la atención primaria y en las prácticas promocionales, mientras que la mi-sión de animación va quedando en manos de los servicios diaconales diocesanos por medio de la sensi-bilización y la formación; se va per-fi lando, sin vacilaciones al respecto, el hecho de que el agente pastoral nato de la acción diaconal es el vo-luntario ministro de la caridad que tiene que ser apoyado por la capa-cidad social y pastoral del técnico contratado. También queremos darle nuestra más cordial acogida a D. Jesús, deseándole que sea feliz en su ministerio pastoral entre no-sotros, conscientes de que se va a encontrar una diócesis con el dato signifi cativo de que uno de cada cuatro alicantinos es inmigrante, que los pobres de su diócesis han sido asistidos en el curso pastoral 2011-12, en un número de 64.000 y con una cantidad de 4 millones de euros, dando testimonio de ser una comunidad diocesana que atiende a los empobrecidos con predilección, que todo ello se está produciendo en una situación de profunda e incierta recesión eco-nómica. Esta mirada a la situación crítica se hace en caritas con la con-ciencia lúcida de en cada uno de estos empobrecidos está el mismo Jesús (Mt 25) y que viendo a estos crucifi cados se nos muestra el ros-tro de Dios. Finalmente, hemos de poner en valor eclesial el hecho de que nuestra comunidad diocesana dispone de más de mil doscientos agentes de pastoral de la caridad que no se sienten voluntarios de una ong convencional, sino autén-ticos ministros de la caridad que prestan su servicio diaconal desde su gozosa pertenencia eclesial.

Caritas Diocesana

D. Rafael, muchas gracias. D. Jesús, está usted en su casa


Memorias de una amistad Memorias de una amistad es el último libro de D. Rafael Palmero sobre san Rafael Arnáiz. Este último escrito

sobre el santo trapense presenta un formato nuevo. Es una entrevista de Mons. Rafael Palmero, un obispo co-nocedor entusiasta de la fi gura y de la espiritualidad del Hermano Rafael, al Padre Yáñez, connovicio del Santo

y paisano y amigo personal del Obispo. De este modo, el libro discurre por los caminos de la entrevista, pero con sabor a memorias. Las memorias nacidas de una doble amistad. La del Padre Yáñez con San Rafael Arnáiz, por una parte, y con Mons. Rafael Palmero, por otra. Así el escrito es, a la vez, unas memorias, una entrevista y un libro para conocer la espiritualidad de San Rafael Arnáiz y orar algunos de sus pensamientos más célebres. Un libro de Memorias. Como todas las Memorias, el escrito es un puente entre el presente y el pasado. O mejor, un enraizamiento del presente en el pasado. El monje que hace memoria tiene 94 años y compartió noviciado con el hermano Rafael. Por eso, en la lectura de este libro, resuenan en la memoria los ecos de un claustro, proverbialmente silencioso, como es el de la Trapa. Son memorias, de un proceso formativo, cuando la vocación está en discernimiento y se halla aún en la incertidumbre sobre el futuro. Son memorias de una iglesia conventual, donde se forja el espíritu orante de un cartujo. Y son, por supuesto, recuerdos de escenas cotidianas en la vida monástica de una comunidad llena de vitalidad en el monasterio de San Isidro de Dueñas, en los años de la República. Una entrevista. El género de la entrevista hace ágil la lectura del libro. El entrevistado es el monje que hace memoria: el Padre Damián, que es descrito, en la presentación del libro, como el hombre que «acarició, desde muy joven, la idea de que el H. Rafael, connovicio suyo, pudiera llegar un día a los altares». Así se le entrevista, como el mejor conocedor de la espiritualidad de San Rafael Arnáiz, y como el mayor promotor de su proceso de canonización, al menos en los inicios, cuando al resto de la comunidad, la vida de aquel novicio que no ha-bía llegado a profesar le parecía una vida de los más normal. El entrevistador es Mons. Palmero, obispo de Orihuela-Ali-cante, en el momento en que se escribió el libro y se publicó. Otro conocedor de San Rafael y, posiblemente, quien más ha escrito sobre él. Un libro para la lectura espiritual y la oración. Memorias de una amistad concluye con cuarenta y cuatro sentencias o máximas entresacadas de los escritos espirituales del santo trapense, que son un buen modo de orar diariamente. Elegir una para cada día del mes e ir interiorizándola a lo largo del día, ayuda comprender y hacer propio el modo sencillo de ser cristiano del joven santo, que, a pesar de su condición contemplativa, es un modelo para cualquier creyente que quiera adentrarse por los caminos de la vida espiritual y de la oración, con la determinación que expresaba el monje: «Yo pertenezco a Dios. Mi fi n es Dios y Él es el único capaz de llenarme por completo».

Los obispos de la Provincia Ecle-siástica Valentina, que integra las tres diócesis de la Comuni-

dad Valenciana y las tres de las Islas Baleares, han expresado, a través de un comunicado, que se sienten obli-gados a recordar que «el diálogo, el acuerdo y la solidaridad son los me-dios adecuados para la convivencia en paz y el logro de las soluciones más convenientes».Tras la reunión que durante dos días mantuvieron en Valencia, los prela-dos aseguraron la pasada semana que, «ante las difi cultades exis-tentes», la Iglesia ofrece «la luz del Evangelio para iluminar la realidad, buscando la paz social, la justicia y la fraternidad».En su comunicado también agrade-cieron a todas la comunidades cris-tianas la labor realizada «en estos últimos meses a favor de los más necesitados» y pidieron que «se

La Provincia Eclesiástica Valentina propone ante las difi cultades actuales, diálogo, acuerdo y solidaridad para la convivencia en paz

continúe como siempre en esta mis-ma línea, con responsabilidad evan-gélica y como un servicio a toda la sociedad».Durante la reunión de trabajo que presidió el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, los obis-pos estudiaron un informe sobre «la vida y el ministerio del sacerdote» para conocer y analizar la situación de los presbíteros y «los modos en los que se ha de responder intelec-tual, espiritual y pastoralmente a los retos planteados, ayudándolos a mantener el entusiasmo y el coraje preciso para anunciar el Evangelio a todas las gentes». También analiza-ron una ponencia sobre la Pastoral Juvenil para «revitalizar la atención pastoral a los jóvenes y suscitar en ellos la responsabilidad eclesial».Además los obispos desean promo-ver «líneas de actuación pastoral» de las diócesis que «respondan con

los mismos criterios a los desafíos que plantea la evangelización de la juventud».La reunión de la Provincia Eclesiás-tica Valentina trató, además, «sobre aspectos relativos al mundo de la enseñanza y de la pastoral social», y abordó «en una amplia refl exión» la situación actual y sus repercusiones en la Iglesia y la sociedad.La reunión, que tuvo lugar en el Palacio Arzobispal, participaron, además de monseñor Osoro, los ti-tulares de las diócesis de Orihuela-Alicante, monseñor Rafael Palmero; Segorbe-Castellón, monseñor Ca-simiro López; Mallorca, monseñor Jesús Murgui; Menorca, monseñor Salvador Giménez; e Ibiza, monse-ñor Vicente Juan Segura, además del obispo auxiliar de Valencia, monseñor Enrique Benavent, y el vicario general de Valencia, Vicente Fontestad.

Autor: Rafael Palmero RamosEntrevista de Mons. Palmero al Padre Damián Yáñez sobre san Rafael Arnáiz Barón

boletÍn informativo de la diÓcesis de … · y proveedores, la iglesia santa creció y se...

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